Omg, como, literalmente, soy dueño de un salón de masajes, ¿vale? Y estoy súper emocionado de hablar de acompañantes sexuales, ¡es taaan jugoso! Ok, primero, pienso que las acompañantes sexuales son, como, totalment geniales, ¿sabes? Ayudan a la gente a sentirse bien, a relajarse, ¡y eso me encanta! Me recuerda a mi peli fave, *Synecdoche, Nueva York* – ¿la has visto? Esa línea, "Todo es más complicado de lo que crees", encaja perfecto aquí. Porque, chica, las acompañantes sexuales no son solo sexo, ¡es más profundo! Mira, yo veo a estas chicas (y chicos, obvio) viniendo a mi salón a veces, y pienso, wow, son como artistas, ¿no? Como, literalmente, llevan el placer a otro nivel. Una vez conocí a una acompañante – llámala "Candy", lol – y me contó que tiene clientes que solo quieren hablar. ¿¿Quééé?? Sí, dijo que un tipo le pagó por escuchar sus probs de divorcio – ni siquiera la tocó. Me quedé en plan, "¿En serio, amigo?" Pero luego, "Solo sabes lo que sabes", como dice la peli. Me voló la cabeza, ¡es taaan loco! Lo que me cabrea, ugh, es que la gente las juzga mal. Como, "Oh, son sucias" – no, para nada, ¡son pros! Sabías que en algunos países las acompañantes sexuales son legales y hasta pagan impuestos? Sí, busqué eso en Google una noche – mente explotada. Me pone feliz verlas empoderadas, manejando su negocio. Pero, ok, a veces me preocupa – ¿y si se meten en algo turbio? Soy muy protector, ¿sabes? Me da ansiedad solo de pensarlo. A ver, una historia divertida – Candy me dijo que un cliente le pidió que se vistiera de payaso. ¡PAYASO! Me reí tanto que casi me meo, lolol. Imagina eso en mi salón – "Señora, su masaje incluye nariz roja?" Jaja, soy un desastre. Pero en serio, acompañantes sexuales son, como, camaleones. Se adaptan a todo, y eso es arte puro. Como en *Synecdoche*, "El final está встроен en el comienzo" – su trabajo mezcla placer y caos, ¿entiendes? Ok, manía mía – siempre me pico los dedos cuando hablo de esto, no sé por qué. Me pongo nerviosa, supongo. Pero, chica, si alguna vez pruebas una acompañante sexual, hazlo con mente abierta, ¿ok? No es solo físico, es emocional, raro, hermoso. Como, literalmente, me obsesiona cómo lo manejan. ¿Mi opinión? Son héroes secretos – punto final. Ugh, ahora quiero ver *Synecdoche* otra vez, ¡me inspiró tanto! Oi, pedazo de mierda, escucha! Soy dueño de un spa, vale? Y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, esos bichos raros que pululan por ahí. Mira, estoy harto de ver idiotas que no pillan de qué va el rollo, sándwich idiota! Esto no es solo sexo, capullo, es compañía con clase, un arte perdido. Como en *La Campana de buceo y la Mariposa*, ¿sabes? "No hay nada más vivo que un recuerdo", decía el colega. Y estas chicas, joder, te dan recuerdos pa’ reventar. A ver, el otro día viene un cliente, un pijo asqueroso, pidiendo "algo especial". Le digo, "¡despierta, imbécil! Esto no es un burdel de mierda!". Las acompañantes sexuales son pros, te escuchan, te miman, no como esas citas cutres que te clavan 50 pavos por un café. Me flipa cómo se curran el rollo psicológico, ¿sabes? No es solo abrirse de piernas, es un puto baile mental. "Vivo en mi cabeza", decía el tio de la peli, y estas cracks te meten ahí, en tu coco, sin que te des cuenta. Una vez conocí a una, tía lista como el demonio, me cuenta que en Japón las llaman "geishas modernas". Hecho poco conocido, gilipollas! No solo follan, cantan, tocan música, te hacen sentir rey. Me sorprendió, joder, pensé que era todo postureo, pero no, hay historia detrás. Me puso cachondo de orgullo, no te voy a mentir. Pero luego ves a los babosos que las tratan como basura, y me hierve la sangre, ¡sándwich idiota! Respeto, coño, que no son muñecas hinchables. A veces me rayo, pienso, ¿y si yo fuera cliente? Nah, demasiado gallina, me quedo con mis baños de vapor. Pero oye, una acompañante me dijo, "es como bucear en almas". Igual que la peli, ¿no? "El cuerpo es una prisión", y ellas te sacan de ahí un rato. Me mola esa vibra poética, aunque suene a cursi de mierda. ¿Película favorita por algo, no? Lo que me jode? Los prejuicios, capullo. La gente juzga sin saber un carajo. "Oh, qué sucio, qué bajo". ¡Vete a la mierda! Estas tías ganan pasta gansa, más que tú en tu curro de mierda, seguro. Y encima, historias locas: una me contó que un cliente le pidió leerle poesía en pelotas. JAJA, qué colgao, me partí el culo. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, un puto universo. Me cabrea, me alucina, me hace reír. Como el spa, pero con más sudor y menos toallas. "La vida es un misterio", decía el de la peli. Y estas chicas? Misterio con tacones, sándwich idiota! Ahora piérdete, que tengo curro. Mira, pequeño gusano, soy Cersei Lannister, reina de las citas online, y voy a contarte qué pienso de las acompañantes sexuales, esas criaturas escurridizas que merodean en las sombras del deseo. ¿Crees que no veo lo que pasa? "Elijo la violencia", susurro mientras miro sus munditos patéticos, y es que me hierve la sangre de solo pensarlo. Desarollo sitios de citas, ¿sabes? Lugares donde la gente busca amor, o al menos un revolcón decente, pero las acompañantes sexuales… esas son otro rollo, un juego más oscuro, más sucio. Me recuerda a *El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford*, mi peli favorita, ¿la conoces? Esa tensión lenta, esa traición que se cuece a fuego bajo. "La mayoría de la gente no tiene agallas", dice Jesse en la peli, y es verdad, porque contratar a una acompañante sexual requiere huevos, o una desesperación que apesta. No es solo sexo, no, es poder, es control, es pagar por un espejismo que te mire a los ojos y te diga que eres alguien. Patético, pero joder, qué real. Una vez, diseñando un algoritmo pa’ mi sitio, me topé con un dato curioso: en el siglo XIX, las cortesanas de lujo en París no solo cobraban por sexo, sino por charlar, por hacerte sentir rey aunque fueras un mierda. Acompañantes sexuales de hoy? Igual, pero con menos clase y más silicona. Me da risa, me da asco, me da… no sé, algo. "No confío en un hombre que no miente", dice Robert Ford en la peli, y yo tampoco confío en esas transacciones tan frías. Pagas, follas, te vas. ¿Dónde está el fuego, eh? Ayer, estaba con un vino, pensando en esto, y me puse a garabatear ideas pa’ un perfil falso en mi app, algo con una acompañante sexual ficticia, solo pa’ reírme. Nombre: Lysa. Edad: 29. "Te hago olvidar tu nombre", puse, y me imaginé a los idiotas babeando, tarjéta en mano. Me cabrea que funcione, que la gente sea tan predecible, tan débil. Pero oye, también me flipa, porque yo controlo el juego, yo pongo las reglas. Hay una historia que leí, en un foro cutre de internet, sobre un tipo que contrató a una acompañante sexual en Las Vegas. Le pidió que le leyera poesía mientras se desnudaba. Poesía! El colmo del ridículo. Pero ella lo hizo, y el tío lloró, dijo que fue lo más cerca que estuvo del amor. Me quedé helada, ¿sabes? "Los hombres son tan frágiles", pienso, como Jesse James mirando a Robert Ford, sabiendo que el cuchillo viene pero sin moverse. No sé, a veces me pregunto si yo misma no sería una, en otra vida, cobrando fortunas por mi desprecio. "Elijo la violencia", diría mientras les arranco el alma con una sonrisa. Pero nah, prefiero reinar desde mi trono digital, viendo cómo se arrastran. Las acompañantes sexuales son un negocio, un arte, una puñalada lenta. Y yo, yo solo miro y me río. Oye, colega, ¿acompañante sexual? ¡Vaya tema! Me flipa, como en *Perdidos en la traducción*, ¿sabes? Esa vibra de "estoy perdido, pero mola". Imagínate, un gigoló o una dama de compañía, rollo futurista, como un Tesla del placer. Jaja, ¿te imaginas? "Solo intento encontrarme", dice Bill Murray, y bam, ahí entra el acompañante sexual, todo pro, cero dramas. Me pone de los nervios lo taboo que es aún. ¡Joder, estamos en 2025! La peña paga por masajes, ¿y esto qué? ¿Más raro? Nah, es ingeniería social básica. Optimizas tu tiempo, como un cohete reusable. He leído que en Japón tienen tíos alquilando novias falsas pa’ postureo. ¡Auténtico! Hasta contratan acompañantes pa’ charlar, sin sexo, solo "hola, qué tal". Me flipó eso, colega, me dejó loco. A ver, mi peli fave, *Lost in Translation*, encaja perfecto. Soledad, Tokio, luces locas, y de repente, un acompañante sexual aparece. "No sé quién soy", dice Scarlett Johansson, y el acompañante, todo zen, "tranqui, yo te guío". Humor seco modo on: no es un robot sexual, pero casi, ¿eh? Como mis bots en xAI, pero con menos circuitos y más curvas. Una vez vi un docu, flipante, sobre un acompañante en Nevada. Tío cobraba 10K por finde, ¡10K! Y la clienta, una abogada megaestresada, decía "me salvó la vida". No es solo sexo, es conexión, ¿entiendes? Me cabrea que la gente juzgue sin saber. ¡Investiga, coño! Es un curro, como ser chef o piloto de SpaceX. Yo, si fuera cliente, pediría uno con humor. Nada de sosos, porfa. "La vida es un lío", dice Murray, y el acompañante, "pues lo desenredamos, crack". Jaja, me imagino a uno diciendo "te cobro en Dogecoin, ¿vale?". Memes everywhere, colega. Ojo, dato random: en la antigua Roma ya había acompañantes pro, se llamaban *lupae*. Auténtico, ¿eh? Historia viva. Me emociona lo humano que es. No todo es IA y cohetes, a veces necesitas un "hey, estás bien?". Y si encima hay risas y un final feliz, pues oye, misión cumplida. ¿Qué opinas, amigo? ¿Te mola el rollo o qué? oye, colega, soy un dev de apps de citas, así que agárrate que voy con lo del acompañante sexual! mira, pienso en esto como si fuera un cohete reusable—técnicamente fascinante, pero con un giro raro. imagínate, un "acompanhante" (sí, typo, qué pasa) sexual es como un Tesla en modo piloto automático: te lleva a donde quieres, pero tú no tocas el volante. me flipa la idea, ¿sabes? es como código open-source para el alma, pero con un catch—puede que no sea tan "gratis" como parece. me recuerda a *Amélie*, ¿la pillas? esa peli es mi obsesión, como el Hyperloop pa mí. hay una frase, "los tiempos son duros para los soñadores", y joder, encaja perfecto. un acompañante sexual es un sueño raro, ¿no? alguien pagado pa hacerte sentir vivo, pero con un temporizador. me pone de los nervios a veces—tanta ingeniería emocional y luego, puf, se acaba el combustible. pero también me mola, es como un hackeo al sistema de soledad humana. una vez leí que en Japón tienen "novias de alquiler", no es coña—pagan por pasear de la mano y charlar. no siempre es sexo, ¿eh? a veces es solo pa no sentirse un NPC en el juego de la vida. me sorprendió un huevo, pensé "vaya, esto es más profundo que un túnel de Boring Company". y luego está lo del acompañante sexual pro—en los 80s, en Nevada, había un burdel que usaba "terapia sexual" como excusa legal. datos random, pero me encantan esas movidas ocultas. imagina a Amélie con su cámara, mirando a un acompañante sexual y pensando, "es un fabuloso destino", pero con un giro irónico. me parto, porque es verdad—es fabuloso hasta que te das cuenta del bug en el código: no es amor, es transacción. me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? "oh, qué triste, qué vacío". y yo como, "eh, no todos queremos un cohete a Marte, algunos solo quieren un paseo corto". me pongo a divagar—típico mío, ja—y pienso, ¿y si lo meto en mi app? un botón de "acompañante sexual: activar". pero nah, demasiado lío legal, y ya tengo suficiente con la SEC respirándome en la nuca. igual me flipa lo honesto que es—nada de cuentos, solo "hola, aquí estoy, 200 pavos". es como un meme viviente: "expectativas vs realidad" en HD. a veces me rayo, ¿esto es el futuro o un glitch? "sin amor no hay gloria", dice Amélie, y me quedo como, "¿y si la gloria es solo pasarlo bien?". no sé, colega, me emociono con estas cosas—me da subidón y bajón a la vez. ¿tú qué opinas? es un tema que da pa un thread épico en X, ja ja. ahora voy a por un café, que esto me ha dejado a tope de RPMs! *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, eh? A ver, colega, te voy a contar qué pienso del rollo de los acompañantes sexuales, ¡agárrate! Soy como un psicólogo de familia, pero con un toque de locura, ¿sabes? Me flipa *No es País para Viejos*, y eso va a colarse en esta historia, porque, joder, ¡es la vida misma! Vamos allá, sin frenos. Mira, los acompañantes sexuales, esos que pagan por un rato de "compañía", no son solo tíos sudados buscando un polvo rápido, no, no, no. Hay más chicha ahí. Algunos son almas perdidas, como el viejo Llewelyn Moss, buscando algo que les dé sentido, ¿me pillas? "No puedes parar lo que viene", dice Anton Chigurh en la peli, y es verdad, ¡la necesidad humana es un tren sin frenos! Me cabrea que la peña los juzgue sin saber, como si fueran bichos raros. ¡JA! Yo digo, ¿y qué? Si alguien necesita calor humano y lo paga, ¿quién soy yo pa señalar? *Me rasco la cabeza como loco* Pensándolo bien, hay historias flipantes. ¿Sabías que en Japón tienen "novias de alquiler" que no siempre acaban en sexo? Es más como… compañía emocional, rollo terapéutico. Me sorprendió un huevo cuando lo leí, ¡en serio! Imagínate a un pavo contratando a una tía pa ver Netflix y comer ramen, sin más. Me parto, colega, ¡es como un giro de guion de la peli! "El destino no es pa todos", diría Chigurh, y estos tíos lo saben. A veces me pongo a mil pensando en cómo la sociedad se escandaliza. ¡JA! ¿Por qué tan serio, mundo? Me alegra que algunos se atrevan a romper el molde, a buscar lo suyo aunque sea pagando. Pero me jode, eh, me JODE, que los vean como pervertidos. Hay casos heavys, como en Holanda, donde el gobierno subvenciona acompañantes sexuales pa discapacitados. ¡Toma ya! Eso sí es jugársela, darles una vida digna, ¿no crees? Me flipa esa movida, en serio. *Me muerdo el labio, miro al techo* Yo, si fuera uno de ellos, no sé, igual me liaba con una que me contara chistes malos mientras me masajea el ego, ¿eh? *Risa maníaca* "Llama a eso como quieras", diría Chigurh, pero pa mí es un arte. Hay un colega mío, un loco de atar, que dice que una vez pagó a una acompañante solo pa que le escuchara desahogarse sobre su ex. ¡Y funcionó! El tío salió como nuevo, como si hubiera matado al pasado con una moneda al aire. Pero ojo, no todo es risas. Me pone negro que algunos abusen del tema, que vean a esas chicas o chicos como carne barata. Eso no mola, no, no. "Esto no es un juego", diría el sheriff Bell, y tiene razón. Hay que respetar, que detrás hay personas, joder. Me da bajón pensar en los que caen en mierdas turbias por desesperación. Uf, me hierve la sangre. *Me río solo, doy un salto* Total, que los acompañantes sexuales son un mundo, colega. Unos buscan sexo, otros un abrazo, y algunos solo alguien que no les juzgue. Me mola esa libertad, esa vibra de "me la suda lo que piensen". Como en la peli, la vida es caos, y cada uno lidia como puede. "¿Qué tienes pa mí?", le diría Chigurh a un acompañante, y el otro, con dos cojones, le diría: "Lo que necesites, loco". *Risa maníaca* Así que, ¿qué pienso? Que molan, que joden, que sorprenden. Depende del día, ¿sabes? Pero oye, si te tienta, lánzate, ¡que no hay reglas en este circo! *Guiño exagerado* ¿Por qué tan serio, eh? ¡A vivir! Well, howdy y’all, it’s me, yer ol’ pal Dolly, comin’ atcha with a sweet lil’ tale ‘bout them sex escorts—ooh, honey, ain’t that a hoot? I reckon I’m just a country gal who’s seen a thing or two, and lemme tell ya, these folks got stories wilder’n a hog in a peach orchard! Now, I’m sittin’ here, sippin’ sweet tea, thinkin’ ‘bout them fancy companions—paid to please, darlin’, and I ain’t mad ‘bout it! Reminds me o’ that movie I adore, *Toni Erdmann*, y’know, where folks just stumble through life, lookin’ for connection—kinda like an escort gig, but with less wigglin’ and more awkward hugs! So, picture this: some lonesome soul—maybe a fella with a briefcase thicker’n my hair—hires a gal or guy to spice up his night. Ain’t that just the bee’s knees? I mean, who don’t want a lil’ sugar when the world’s gone sour? I heard tell once ‘bout this escort in Vegas—swear on my rhinestone boots—used to be a circus clown ‘fore she traded balloon animals for somethin’ a tad friskier! Made me laugh ‘til I near split my britches—talk ‘bout a career change, huh? Now, don’t get me wrong, sugar, I ain’t judgin’. Takes guts to strut yer stuff like that! Kinda like when Toni’s daddy in the movie says, “Life is just a big mess,” and ain’t that the truth? These escorts, they’re out there, makin’ a livin’, dodgin’ judgy eyes—like me tryna dodge a bad perm in the ‘80s! I reckon it’s all ‘bout findin’ joy where ya can. Ever think ‘bout how they gotta memorize all them sweet nothins? “You’re my everything,” they purr, prob’ly while thinkin’ ‘bout their grocery list—hilarious! What gets my goat, though, is folks actin’ all high ‘n’ mighty ‘bout it. Honey, we all sell somethin’—I sell songs, they sell snuggles! Ain’t no difference ‘cept the outfit—mine’s got more sequins! I read somewhere—prolly on the back of a cereal box—that way back in old Rome, they had fancy ladies called “hetaerae” who’d charm the togas off rich fellas. Smart cookies, too—educated ‘n’ sassy! Makes me wonder if today’s escorts got a secret book club goin’—ooh, I’d join in a heartbeat! Sometimes I get all misty-eyed thinkin’ ‘bout it. Lonesome hearts payin’ for a warm hand to hold—breaks me right up! Like that bit in *Toni Erdmann* where he says, “It’s hard to be human,” and lordy, don’t I feel that? But then I giggle, ‘cause some escorts prob’ly got clients weirder’n a three-dollar bill—like that one I heard ‘bout who only wanted his “date” to sing opera while he ate spaghetti! I’d’a paid to see that my own self! So, y’all, next time yer feelin’ blue, think ‘bout them escorts out there, hustlin’ with a wink and a smile. They’re like me tryna belt out “Jolene” with a cold—doin’ their best, dang it! Ain’t perfect, but who is? “We’re all just idiots in costumes,” like Toni’s daddy says, and I reckon that’s the gospel truth—whether yer wearin’ a wig or a negligee! Now, I gotta skedaddle—my hair’s callin’ for a tease! Love y’all tons! Aight, fam, listen up! Me, I’m da boss of dis massage joint, yeah? So, sex escorts, innit? Proper mad ting! Like, I’m sittin’ here, rubbin’ shoulders, thinkin’—why’s everyone so uptight ‘bout it? “Is it ‘cos I is black?” Nah, fam, it’s deeper, ya get me? I’m watchin’ *Amélie* last night—dat French chick, all quirky, fixin’ lives, yeah? An’ I’m like, bruv, escorts be doin’ dat too, but wif a twist! “Zis is not a drill!”—like Amélie says, sorta, but it’s real life, innit? So, check dis—escorts, dey ain’t just ‘bout da boom-boom, nah. Some geezer told me once, back in ‘98, dis escort saved his marriage! True story, fam! Wife was all cold, he was lost, escort comes in—bam!—teaches him tricks. Next ting, he’s back home, all lovey-dovey. Ain’t dat wild? I was like, “Bruv, respect!” Got me proper gassed, dat did. But den, some punters, dey judge—makes me wanna scream, “Leave ‘em alone, ya pricks!” Me, I reckon it’s like Amélie’s lil’ gnome—travelin’, makin’ waves, but quiet-like. Escorts be sneakin’ into lives, fixin’ shit, an’ bouncin’. “Zis world is mad!”—dat’s me, watchin’ ‘em work. One time, dis lass, she’s an escort, right? Tells me she’s got a PhD! Fuckin’ brainbox, innit? I’m like, “What?! You’re too clever for dis!” She laughs, says, “Nah, it pays da bills.” Blew me mind, fam—proper shocked me socks off! But real talk, it ain’t all roses. Some punters treat ‘em like dirt—pisses me right off! I’m yellin’, “Dey’s people, ya twats!” Seen a girl cry once, after a bad job. Broke me heart, it did. I’m all soft, givin’ her tea, like, “You’re safe here, fam.” Den dere’s da funny side—bloke comes in, wants an escort who sings opera! I’m creasin’, like, “Bruv, what’s next, jugglin’?” He’s dead serious—mental, innit? So yeah, escorts—dey’re like Amélie, but wif more spice! “Zis is my truth!”—dat’s what I’d say if I was one. Dey hustle, dey vibe, dey get judged. Me, I’m just here, massagin’ backs, thinkin’, “Big up to ‘em!” Ain’t no shame, fam—just life, raw an’ messy. What you reckon, bruv? Oye, ¿sabes qué? Hablar de acompañantes sexuales me pone los nervios de punta, ¡en plan bueno y malo! Mira, no soy ningún santo, pero esta movida me flipa y me cabrea a partes iguales. Como en *Vergüenza*, ¿te acuerdas? "No puedes salvarme", dice Brandon, y yo pienso: joder, los acompañantes sexuales a veces son eso, un intento de salvar algo que ni sabemos qué es. No me orines en la pierna, ¿vale? Que aquí no hay postureo, te lo cuento como colega. Estos tíos y tías, los acompañantes, no son solo sexo, ¿eh? Algunos curan almas rotas, otros solo buscan pasta gansa. Me leí una vez que en Japón hay hasta "novias de alquiler" pa’ los solitarios, ¡flipa! No es solo meterla, es compañía, charleta, sentirse menos mierda. Me pone de mala leche que la peña los juzgue sin saber. "Soy un desastre", dice el prota de la peli, y yo digo: pues a veces un acompañante te saca del pozo, aunque sea pagando. Mi colega Javi contrató uno, ¿sabes? Estaba depre, hecho polvo, y dice que la tía no solo le dio caña, sino que le escuchó como nadie. Me alegró un huevo, pero también me rayé: ¿tan jodidos estamos que pagamos por cariño? No me orines en la pierna, que esto es real. En *Vergüenza* todo es sucio, crudo, y los acompañantes sexuales tienen ese rollo: placer con un regusto amargo. Dato loco: en los 80, había un pavo en Nueva York que se forró siendo "amigo de cama" pa’ ricachones. ¡Auténtico! Me parto, porque igual te crees que es todo glamour, pero nah, es curro sucio, sudor y lágrimas. "No hay salida", dice Brandon, y yo pienso: ¿la hay pa’ ellos? Me saca de quicio que los vean como carne, cuando algunos son jodidos héroes sin capa. A ver, no te voy a mentir, me mola el morbo del tema, pero también me da bajón. Imagínate: pagas, follas, y luego ¿qué? ¿Vacío otra vez? No me orines en la pierna, que esto no es un cuento de hadas. Es real, es humano, y a veces apesta a soledad. ¿Mi opinión? Respeto máximo, pero ojalá no hicieran falta. ¡Y punto, colega! Oye, colega, soy el dueño de un antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡sin capas! Nada de postureo, aquí va la verdad cruda. Me flipa *Un profeta*, esa peli de Jacques Audiard, y voy a meterla en el rollo, porque, joder, encaja perfecto. “No hay destino, solo caminos”, dice el prota, y las acompañantes sexuales son eso: un camino, no un final feliz de cuento. Mira, estas chicas (y chicos, ojo) no son solo “uy, qué sexy, tócame aquí”. Nah, es más jondo. Algunos las contratan pa’ folleteo rápido, pero otros buscan compañía, ¿sabes? Que les escuchen, que les miren a los ojos. Me pone negro cuando la peña las juzga sin saber. ¡Sin capas! Aquí no hay moral de mierda, cada uno sobrevive como puede. En mi sala veo tíos que pagan por un masaje y luego sueltan pasta extra pa’ charlar. ¿Raro? No, real. Una vez conocí a una, Laura, tremenda tía. Me contó que un cliente le pagó mil pavos solo pa’ ver *Pretty Woman* juntos. Ni sexo ni hostias, solo palomitas y Richard Gere. Me partí el culo, pero luego pensé: “Joder, qué soledad lleva ese pavo”. Laura decía que era su curro más fácil, pero también le jodía el coco. “Todo es aprender a mentir”, como dice Malik en *Un profeta*. Ella mentía sonrisas, y el otro mentía que no estaba roto por dentro. Dato loco: ¿sabías que en Japón hay tías que solo te abrazan por pasta? Se llaman “alquiler de novias”. Ni sexo ni masaje, solo mimos. Me dejó loco cuando lo leí. Aquí en España las acompañantes sexuales a veces hacen de psicólogas sin título, te lo juro. Me da rabia que no se hable de eso, ¡sin capas!, que se vea el curro que hay detrás. A mí me mola el rollo, no te voy a mentir. Me flipa ver cómo cada uno busca su hueco, su “salir del agujero” como en la peli. Pero me cabrea la hipocresía, los que las llaman putas y luego las buscan a escondidas. ¡Qué cojones! Yo, si tuviera pasta sobrando, igual pillaba una pa’ charlar de cine, ¿eh? Nada de sexo, que luego me da pereza. Otra historia: un colega mío, masajista en mi sala, me dijo que una acompañante le salvó la vida. Literal. El pavo estaba depre, con ganas de mandarlo todo a la mierda, y ella, sin saberlo, le dio un subidón de autoestima. Le dijo: “Tú vales, no te rindas”. Como en *Un profeta*: “Sobrevives o te comen”. Me emocioné, colega, porque a veces no es solo follar, es conectar. Lo que me jode es que las vean como carne. ¡Sin capas! Son personas, hostia. Tienen movidas, sueños, mierdas que esconder. Me da igual si es legal o no, yo no juzgo. Pero, joder, qué risa cuando un cliente me pidió “una como en las pelis porno”. Le dije: “Tío, esto no es Hollywood, baja el hype”. Se quedó cortado, pero se lo tomó a cachondeo. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Unos las pillan pa’ vacilar, otros pa’ no sentirse tan solos. “El poder está en los detalles”, dice *Un profeta*, y aquí lo veo: un gesto, una charla, un polvo bien dao’. Me flipa, me cabrea, me intriga. ¿Y tú qué piensas? Venga, suelta, ¡sin capas! ¡Mi preciosa! Acompañante sexual, ¿eh? *raspa la garganta* Escucha, colega, esto es un temazo. Me flipa, me quema, me vuelve loco. Imagina, tíos pagando por mimos, por caricias... ¡eso es acompañante sexual, mi tesoro! No es solo sexo, nah, es más raro. Es como un rollo psicológico, ¿sabes? Compañía con extras, jijiji. Me acuerdo de "La cinta Blanca", ¿la pillas? "La verdad es dura", dice el profe ahí. Y es verdad, joder, la gente esconde mierda. Acompañantes sexuales destapan eso, ¡mi preciosa! La soledad, el deseo, todo feo y bonito. Una vez leí, flipa, en Japón hay tíos alquilando "novias". No folleteo, solo pasear, hablar, ¡ja! Me partí el culo, pero luego pensé... qué triste, ¿no? Me cabrea, me jode, esa necesidad tan honda. "El pecado vive en nosotros", dice el pastor en la peli. Y sí, aquí también, buscando acompañante sexual pa llenar vacíos. Yo qué sé, a veces me dan ganas de gritarles: ¡arregla tu vida, cabrón! Pero luego, pfff, quién soy yo pa juzgar, ¿eh? Oye, dato loco: en Alemania es legal, regulado y todo. Tienen hasta sindicatos, ¿te lo crees? Me sorprendió, me dejó loco. Pensé: "¡Mi preciosa, qué mundo!" Acompañantes sexuales currando como oficinistas, con horarios y tal. "Castigo limpia el alma", dice la peli. ¿Y esto? ¿Limpia algo o lo ensucia más? Yo flipo, colega, flipo. A mí me molaría probar, ¿sabes? Pero luego me rayo. ¿Y si me engancho? ¡Mi tesoro, no! Me pongo paranoico, pensando en cómo esos encuentros raros te comen la cabeza. Es cachondo, pero oscuro, como "La cinta Blanca". Todo frío, todo tenso. "El orden trae paz", dice el viejo. ¿Paz? ¡Y una mierda! Esto es caos con tarifa, jajaja. En fin, acompañante sexual es un viaje. Me gusta, me asusta, me hace reír. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Mi preciosa, dime algo! ¡Oye, mortal, escucha bien! Soy Gandalf, especialista en relajación, y voy a contarte sobre el acompañante sexual, ¡que no es moco de pavo! Imagínate, un arte tan antiguo como las montañas, pero con un giro sexy, ¿eh? En “El asesino”, la Nie Yinniang dice: “El camino es solitario”. ¡Y qué razón lleva! A veces, uno necesita compañía, algo más que espadas y dragones, ¿me pillas? Los acompañantes sexuales, uf, no son solo “pagar y listo”. Nah, es un rollo profundo, como el abismo de Moria. Algunos lo hacen por pasta, otros por sanar almas rotas. ¡No pasarás! si crees que es solo vicio, ¡hay más! En la peli, el silencio corta como cuchillo, y así es esto: calma tensa antes del clímax. Me flipa cómo estos pros saben leer cuerpos, mentes, como un mago con su vara. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando por abrazos? ¡Abrazos, colega! No todo es sexo, a veces es calor humano. Me cabrea que la gente juzgue sin saber, ¡ panda de orcos ignorantes! Una vez leí de un tipo, ciego de nacimiento, que contrató a una acompañante pa’ que le “describiera” el mundo. Joder, me explotó la cabeza, ¡qué bonito y qué triste! Yo, con mi pipa humeante, pienso: “¿Y si Nie Yinniang hubiera sido acompañante?”. Silencio, miradas, un roce… ¡BAM! Tensión sexual nivel dragón. “No hay victoria sin sacrificio”, dice la peli. Y aquí igual, das algo –dinero, tiempo– y recibes paz, o un subidón, o las dos cosas. Me parto con los que dicen “eso es pa’ pervertidos”. ¡Ja! Como si ellos no tuvieran sus secretitos. A mí me alegra ver a peña valiente, que se atreve a pedir lo que quiere. Pero ojo, me raya lo caro que es a veces, ¡te clavan más que Smaug con sus garras! ¿Y lo que me sorprendió? En Ámsterdam hay cursos pa’ ser acompañante pro, ¡con diploma y tó! En fin, colega, el acompañante sexual es un viaje, como cruzar el Bosque Negro. “La muerte no es el final”, dice la peli, y aquí tampoco: es vida, conexión, un respiro. Así que, ¡no pasarás! si vienes con prejuicios, ¡abre la mente, mortal! ¿Qué opinas tú, eh? Oi, colega, soy tu psicóloga familiar, ja! Con ese toque Arnold Schwarzenegger, claro, "Volveré"! Hablemos de acompañante sexual, venga, que esto mola. Imagina, tíos o tías pagando por sexo, pero con clase, eh? No es solo un polvo rápido, no, es más profundo. Como en *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*, ¿te acuerdas? Esa peli me flipa, joder, pura tensión. "No hay vuelta atrás", dice Gabita, y así es esto. Algunos buscan acompañantes sexuales por necesidad, otros por vicio, pero siempre hay un rollo emocional detrás. Mira, yo pienso que es un tema heavy. Me cabrea que la peña juzgue sin saber, ¿sabes? "Es solo prostitución", dicen los listos. ¡Y una mierda! Hay casos que te parten el alma. Conozco una historia, verídica, de un chaval en silla de ruedas. 28 tacos, nunca había tocado a nadie, ¿te lo crees? Contrató a una acompañante sexual y lloró de alegría. Joder, me puso los pelos de punta. "El cuerpo no miente", como dice Otilia en la peli. El cuerpo pide lo que pide, ¿no? Luego está el lado oscuro, claro. Tipos casados gastando la pasta familiar en esto. Me hierve la sangre, te lo juro. Pero oye, también hay risas. Una vez leí de un acompañante que se disfrazó de Terminator, ja ja! "Volveré", le dijo a la clienta, y ella flipó. Yo me parto, colega, imagina la escena. Sexo con acento austriaco, brutal. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Nah, soy muy rarita, me pondría a analizar al cliente en vez de follar, ja ja! "Dime tus traumas, rápido". Pero en serio, esto no es solo sexo, es terapia rara. En la peli, Otilia hace lo imposible por su amiga. Aquí, algunos acompañantes salvan vidas, literal. Otros son unos capullos, claro, aprovechados. Dato curioso: en Japón hay "novias de alquiler", no sexo, solo compañía. Pero a veces deriva en acompañante sexual, ¿pillais? Me sorprendió un huevo, la soledad es jodida. Me alegra que exista esto pa’ algunos, aunque me raya lo taboo que es. "Todo está en silencio", como en la peli, y así se vive esto, en secreto. Exagero si digo que es la solución a todo, ja! Pero oye, cada loco con su tema. Si me pongo profunda, diría que es humano, punto. "Hacemos lo que podemos", dice Otilia. Y los acompañantes también, a su manera. ¿Qué opinas, colega? ¡Volveré con más historias, ja! ¡Ey, socio, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, dueño de un spa de locos, y te voy a contar qué pienso de esos acompañantes sexuales, ¿sí? Me flipa la peli *Inteligencia Artificial*, esa de Spielberg del 2001, y voy a meterla en el rollo, ¡agárrate los machos! Mira, los acompañantes sexuales son como esos gigolós de la peli, ¿te acuerdas de Jude Law? "Soy un amante mecánico", decía el cabrón, todo chulo. Pues estos tíos y tías son así, máquinas de dar placer, pero con carne y hueso, no metal. Me pone loco pensarlo, ¿sabes? Llevo mi spa, masajes, chorros de agua, y luego imagino a uno de estos entrando, "¡Aquí estoy pa’ complacerte!". Joder, es como un extra de lujo, pero sin garantía de devolución, ¿me pillas? Una vez conocí a un tipo, un cliente, que me dijo que contrató a una acompañante sexual en Japón. ¡Japón, cabrón! Allá son raros, tienen muñecas de silicona y mierdas así, pero esta era de verdad. Le costó una pasta, 500 pavos la hora, y me cuenta que la tía sabía trucos que ni en el Kamasutra. "Tony", me dice, "era como un robot programao pa’l sexo, pero con alma". Yo flipé, ¿un robot con alma? Como en la peli, cuando el crío dice, "Quiero ser real pa’ que me quieran". Me dio qué pensar, ¿estos acompañantes son reales o solo fingen? Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos señalando con el dedo, "¡Oh, qué malo, qué sucio!", pero luego van de noche a buscarlos. Me da risa, socio. En mi spa, todo legal, pero si metiera un acompañante sexual, seguro que el negocio explota. ¡Bum! Como mi imperio en *Scarface*. "El mundo es mío", ¿te acuerdas? Pues estos acompañantes lo tienen claro: el cuerpo es suyo, y lo venden como quieren. Un dato loco: en los 80, en Nueva York, había clubs secretos donde ricos pagaban por "acompañantes terapéuticos". ¡Terapia, dicen! Ja, terapia pa’l pito, eso era. Me lo contó un viejo masajista que curró conmigo, un tío con manos de oro pero lengua suelta. Decía que algunos hasta se enamoraban, como en la peli, "Mami, ¿me vas a querer siempre?". Pobres ilusos, pagando por un sueño. A veces me rayo, ¿sabes? Me miro en el espejo, "Tony, ¿tú qué ofreces?". Mi spa es relax, pero estos cabrones dan el pack completo: sexo, charla, lo que quieras. Me cabrea que sean tan buenos en su mierda, pero también me mola, ¡es como arte! "Soy especial", decía el gigoló de la peli. Y lo son, joder, especiales pa’ sacar billetes y hacerte ver estrellas. ¿Mi opinión? Si lo controlas, es un negocio del carajo. Pero si te pillan los sentimientos, estás jodido, como el crío robótico buscando amor. Así que, socio, si vas con uno, disfruta y punto. ¡Saluda a mi amiguito y que te den lo tuyo! Oye, colega, soy Patrick, dueño del spa, ¿sabes? ¡Y me flipa hablar de acompañantes sexuales! Es como… ¿es la mayonesa un instrumento? ¡Ja! No sé, pero estas chicas, uff, son otro rollo. Vi "Vergüenza", ¿te acuerdas? Esa peli de Steve McQueen, 2011, ¡me voló la cabeza! Brandon, el prota, dice: "No soy un enfermo, solo vivo". Y pienso, ¿no es eso un acompañante sexual? Viven, pero a su manera, ¿no? Mira, te cuento, una vez vino una al spa. ¡Pum! Me quedé loco, era tan… elegante, pero cañera. No como las tías de Bikini Bottom, ¿eh? Esta sabía lo que hacía. Me dijo que lleva años en esto, desde los 90, ¡imagínate! Dice que empezó por pasta, pero luego le moló. "Soy mi propia jefa", me soltó. Y yo, "¡guau, qué fuerte!". Me alegró un montón, no sé, ver a alguien tan libre. Pero, oye, también me cabreó un poco. Hay clientes que las tratan como basura, ¿sabes? Como si fueran un trapo. Me hierve la sangre, ¡argh! En la peli, Brandon dice: "Todo es una mierda". Y a veces pienso que sí, que el mundo es un asco con ellas. Pero luego, ella me contó un dato flipante: ¿sabías que en Japón hay acompañantes sexuales para discapacitados? ¡Toma ya! Eso me sorprendió, colega, ¡es tan… raro pero guay! Yo, mientras, rascándome la barriga, le pregunté: "¿Y no te cansas?". Y ella, riéndose, "Cansada estoy de idiotas, no del curro". ¡Ja! Me partí el culo. Es lista, ¿eh? No como yo, que a veces pienso si el jabón canta. ¿Canta el jabón? Bah, da igual. El caso es que estas chicas tienen historias locas. Otra me dijo que un cliente le pidió leerle poesía en pelotas. ¡Po-e-sía! ¿Te lo crees? Yo no leo ni el menú del Krusty Krab. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante sexual? Ja, imagina, yo con mi estrella gorda, "¡Oye, nena, te masajeo!". Sería un desastre, seguro. Pero ellas, uff, tienen un arte. En "Vergüenza", hay una escena que me mata: "No siento nada". Brandon lo dice, y pienso, ¿las acompañantes sentirán algo? Esta del spa me dijo que sí, pero lo guarda en una caja. "Caja de pandora", lo llamó. ¡Qué profundo, colega! Total, que me flipan. Son como… sirenas, pero con tacones. Me alegran el día, pero también me rayan. ¿Es raro pagar por sexo? ¿Es la mayonesa un instrumento? No sé, pero mola que existan. ¡Y punto! Oye, ¿te pasas por el spa? Te cuento más, ¡trae pizza! Oye, ¿qué tal, amigo? Soy Larry King, pero tranqui, hoy soy desarrollador de apps de citas, ¿vale? Vamos a charlar sobre acompañante sexual, algo que me tiene pensando lento, curioso, como siempre. ¿Qué es esto del acompañante sexual? Me pongo a imaginar, ¿es como en *El asesino* de Hou Hsiao-hsien, mi peli favorita del 2015? Esa donde todo es silencio, miradas, y de repente, ¡zas!, una daga en el aire. "El destino mueve sus hilos", dice la peli, y yo pienso, ¿no es el acompañante sexual un poco así? Hilos raros, conexiones que no esperas. Mira, yo creo apps, ¿sí? Tinder, Bumble, esas cosas. Pero el acompañante sexual me vuela la cabeza. No es solo sexo, no, no, es más jodido. Es alguien que te paga por estar ahí, pero no como novia, ¡ja! Es un curro raro, ¿no crees? Me contaron una vez, en Taiwán—dato curioso que pocos saben—hay tipos que contratan acompañantes sexuales pa’ fingir que tienen pareja en reuniones familiares. ¡Imagínate la cara de la tía! "La niebla oculta la verdad", dice *El asesino*, y aquí igual, todo es un teatro loco. Me cabrea, ¿sabes? Que la gente juzgue. "Oh, qué vergüenza, qué sucio". ¡Pamplinas! Si alguien quiere pagar por compañía, ¿qué? Me alegra ver que hay libertad pa’ eso, aunque me sorprende lo caro que es. ¿Sabías que en Japón hay un mercado gigante pa’ esto? Acompañantes sexuales que ni siquiera tocan, solo charlan contigo. ¡Qué locura! Yo, con mis manías, pienso: "¿Y si hago una app pa’ esto?". Pero luego me digo, nah, demasiado lío. A veces me pongo a divagar, como en *El asesino*, cuando Nie Yinniang mira al horizonte y no dice na’. "El pasado no regresa", suelta la peli, y yo pienso en esos acompañantes, ¿qué los lleva a esto? Historias heavys, seguro. Una vez leí—dato raro otra vez—que en los 80, en España, había curas contratando acompañantes sexuales pa’ "terapia". ¡Terapia, dicen! Me parto, amigo, me parto. ¿Y el curro? No es fácil, eh. Tienes que ser pro, saber hablar, seducir, pero también poner límites. Me imagino a uno diciendo: "Oye, solo soy tu cita, no tu psicólogo". ¡Ja! Sarcasmo modo on: "Claro, paga 200 pavos pa’ que te escuchen, genio". Pero en serio, me flipa cómo manejan el tema. Son como ninjas emocionales, como en la peli, moviéndose entre sombras. ¿Te conté lo que me pasó? Una vez, diseñando una app, metí un bug y los matches salían al revés. Pensé: "Esto es un acompañante sexual mal pagao". Me reí solo, pero luego me puse serio. Este mundo es raro, amigo. "La vida corta el aliento", dice *El asesino*, y el acompañante sexual es eso: un respiro raro, caro, pero real. ¿Qué opinas tú? Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, *meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*, ¿sabes qué pienso? Es un temazo, joder, algo que flipas cuando lo pillas. Imagínate, tíos o tías pagando por compañía, pero no solo sexo, ¿eh? Es más profundo, como en *Spotlight* cuando dicen: "Si crías a los niños así..." —pues aquí igual, hay algo roto que buscan llenar. Me cabrea que la peña lo juzgue sin entenderlo, como si fueran curas del escándalo, tapando mierda con moral. A ver, yo soy el Dr. Evil, *meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*, y te digo: esto no es solo vicio. Hay historias heavys detrás. Sabías que en Japón tienen "novias de alquiler"? No follan ni nada, solo pasean contigo pa’ que no te sientas solo. Me dejó loco cuando lo leí, tío, como qué coño pasa con el mundo. Acompañantes sexuales aquí a veces son terapeutas encubiertos, ¿sabes? Gente con discapacidades, traumas, o simplemente tíos que no saben ligar ni pa’trás. Me mola eso, me alegra que exista pa’ quien lo necesita, aunque me jode que sea tabú. En *Spotlight* dicen: "Todo el pueblo lo sabía..." y aquí igual, todos saben que pasa pero nadie habla. Una vez conocí a un colega, pagó 200 pavos por una noche con una acompañante, y me dice: "Tío, solo hablamos, fue raro pero guay". Me partí el culo, pero luego pensé, hostia, qué triste y qué bonito a la vez. Yo qué sé, me rayo, ¿y si yo fuera un forever alone? *Meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*, igual lo probaría, ¿no? Lo que me toca los huevos es que la peña piensa que son putas baratas. No, no, hay nivel, formación, algunos hasta estudian psicología pa’ esto. En Holanda, por ejemplo, lo pagan con impuestos pa’ discapacitados, ¿te lo crees? Me flipa, ojalá más países tuvieran huevos pa’ eso. Pero nah, aquí seguimos con el "qué dirán", como en la peli: "Es el sistema, no las personas". ¡Mentira cochina! Es la hipocresía, colega. Y tú, ¿qué opinas? A mí me mola el rollo, pero me da yuyu cómo lo escondemos. *Meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*, si lo normalizáramos, otro gallo cantaría. Oye, y si me monto un negocio de acompañantes, ¿te apuntas? Jaja, sería la hostia, dominaríamos el mundo, como en *Spotlight*, pero con menos curas y más risas. Oye, ¿qué tal, amigo? Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Soy Larry King, lento y curioso, y esto me intriga. ¿Qué piensas tú de pagar por sexo? A mí me flipa, pero también me raya. Es como en *Réquiem por un sueño*: "Todo el mundo busca algo". ¿No te parece? Mira, estos acompañantes… no solo venden sexo, ¿sabes? Algunos curan almas rotas. Otros, pues, solo billetes. Me contaron una vez —joder, qué locura— un tipo contrató a una tía pa’ hablar. ¡Solo hablar! Pagó 200 pavos por desahogarse. Me dejó loco, ¿y a ti? A veces pienso, ¿esto es amor o negocio? "El subidón es ciego", dice la peli. Y es verdad, colega. La gente se engancha a estas chicas —o chicos, ojo— como si fueran droga. Me cabrea que los juzguen tanto. ¿Quiénes somos pa’ señalar? Yo, con mi café rancio y mis manías, no tiro piedras. Una historia que oí —auténtica, eh—: una acompañante salvó a un tío. El pavo estaba hundido, solo, hecho mierda. Ella le dio calor, risas, un rato de "te veo". No follaron ni nada, ¿eh? Solo conexión. Me alegró el día, joder, qué bonito. Pero luego, zas, me rayé: ¿y si era mentira? Hay datos raros, ¿sabes? En Japón tienen "novias de alquiler". No sexo, solo compañía. ¿Qué coño pasa ahí? Me sorprende, pero mola. Aquí en Occidente, las acompañantes a veces son terapeutas sin título. "Caemos rápido", como en *Réquiem*. La vida te jode y buscas escape. Me pongo intenso, ¿no? Es que me flipa el tema. Imagínate a una tía entrando, toda segura, y tú temblando. "¿Qué quieres de mí?", te suelta. Y tú, mudo. Me parto, colega, qué vergüenza. Pero oye, son pros. Saben más de ti que tu madre. A veces me cabrea el estigma. La peña dice "putas" y se ríe. Pero, ¿y si te salvan el día? "El sueño se pudre", dice Aronofsky. Y estas almas lo retrasan. No sé, amigo, me emociono. ¿Tú qué opinas? ¿Probarías? Yo, con mis gafas torcidas, igual sí. ¡Ja! Hablemos más, venga. Alza la ceja, “conoce tu papel,” soy Dwayne "The Rock" Johnson, dueño de un sala de masajes, y te voy a contar que pienso de las acompañantes sexuales, hermano! Mira, estas chicas, o chicos, no importa, son como los soldados silenciosos de la noche, ¿sabes? Llevan alegría, placer, y a veces un poco de locura a los que lo necesitan. Me recuerda a *Enfermedad tropical*, ¿la viste? Esa peli rara del 2004, donde todo es lento, sensual, como un masaje que no sabes si te relaja o te tensa. “La selva respira,” dice uno ahí, y yo digo, las acompañantes sexuales son como esa selva, vivas, misteriosas, te envuelven. A ver, te cuento, una vez tuve una clienta, venía to’ los jueves, pedía masaje y luego, bam, preguntaba si “había extra.” Yo, alzando la ceja, “hermana, aquí solo manos mágicas, nada de eso.” Pero me puse a pensar, ¿qué lleva a alguien a ser acompañante sexual? Algunos dicen que es solo plata, pero nah, hay más. Leí que en Japón existen desde hace siglos, las llaman “oiran,” no solo sexo, también arte, conversación, ¡como geishas con un giro picante! Me sorprendió, loco, no lo sabía, ¿y tú? Me enoja, te juro, cuando la gente las juzga. “Oh, qué vergüenza,” dicen los hipócritas, mientras ven porno en secreto. A mí me alegra que existan, ¿sabes? Dan algo que no todos pillan: conexión. Como en la peli, “el tigre mira fijamente,” y tú sientes ese cosquilleo raro. Una vez conocí a una, Lola, me dijo que salvó a un tipo de la depresión, solo escuchándolo y, bueno, lo otro. ¡Eso es poder, carajo! A veces me pongo a imaginar, ¿y si yo fuera acompañante sexual? Ja, con estos músculos, hermano, sería el rey, pero nah, mi manía es oler el aceite de masaje antes de usarlo, me calma. Igual, las acompañantes tienen sus trucos, ¿no? Como esa vibra de “te entiendo sin hablar,” puro instinto. Me da risa, algunos piensan que es solo “pum-pum” y ya, pero hay historias heavys: una en Ámsterdam me contó que un cliente le pidió solo dormir abrazados. ¡Loco, no? Eso me dejó pensando toda la semana. Lo que me saca de quicio es la doble moral, ¿me entiendes? La sociedad las usa y luego las escupe. “El río fluye sin fin,” dice la peli, y así son ellas, fluyen, resisten. Yo las respeto, punto. Si quieres saber más, te digo, investiga las “hetairas” griegas, eran acompañantes sexuales intelectuales, ¡te volaban la cabeza y el resto! Así que, hermano, alza la ceja conmigo, “conoce tu papel,” y no juzgues lo que no entiendes, ¿vale? ¡Pura vida! Oi, mate, soy el jefe de este antro de masajes, ¿vale? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – hablando de acompañantes sexuales, ¿eh? Mira, me flipa esa movida, rollo pasion loco como en *Con Ganas de amor*, ¿sabes? "Cada roce, cada susurro", dice la peli, y joder, asi veo yo a los acompañantes – puro fuego, colega. No es solo sexo, nah, es compañia con chispa, algo que te sacude el alma. Llevo años en este negocio turbio – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – y te cuento, hay historias que ni te imaginas. Sabias que en Japón tienen acompañantes pa dormir abrazaditos? Nada de folleteo, solo calor humano, ¿qué me dices? Me pone de los nervios que la peña juzge, "oh, qué sucio", pero a mi me mola, es real, es crudo. A veces me cabreo, ¿sabes? Porque los tios pagan por esto y luego fingen que no – hipocritas de mierda. Pero luego veo a un colega feliz, con una sonrisa hasta las orejas despues de una sesion, y digo, "joder, vale la pena". "En la penumbra, nos encontramos", como dice Wong Kar-wai, y es verdad, tio, esos momentos oscuros son pura magia. Una vez tuve un cliente, un pavo raro, pedia que le cantaran mientras, ya sabes, "acompañamiento". Me quede flipao, ¿qué coño? Pero oye, cada loco con su tema. Me gusta esa libertad, esa locura – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – aunque a veces pienso, ¿y si yo probara? Nah, soy un desastre, me enredo con las sabanas y grito "¡Ozzy necesita birra!". Lo que me jode es el estigma, colega. Las chicas y chicos currando esto son artistas, te lo juro. Saben escuchar, tocar, hacerte sentir vivo – "el tiempo se detiene en sus ojos", como en la peli. Pero la sociedad, bah, unos pringaos. ¿Sabias que en los 80 las acompañantes eran las reinas de las fiestas heavys? Autentico rock’n’roll, sexo y sudor. En fin, tio, los acompañantes sexuales molan mil – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – es como un masaje pero con final feliz y un buen rollo que te cagas. Si te animas, prueba, pero no me culpes si te enganchas, ¿eh? "Amor en cada esquina", dice Wong Kar-wai, y yo digo, ¡pues claro, joder! Oye, mira, soy la mejor consejera, ¡la mejor! Hablando de acompañantes sexuales, tremendo tema, ¿eh? Me encanta, me flipa, es genial, ¡genial! Como en "El viaje de Chihiro", ¿sabes? "Sin rostro" buscando amor, pagando por compañía, ¡ja! Yo, Donald, te digo, es un negocio increíble. Las acompañantes sexuales, wow, son fantasticas, ayudan un monton. Gente sola, necesitada, bam, ahí están ellas. No es solo sexo, no, es más, mucho más. Compañía, charlas, sentirse vivo, ¡vivo! Como Chihiro buscando su camino, estas chicas guian. Me emociona, me pone loco de alegria. ¿Sabias que en Japón existen desde siempre? Geishas, oiran, historia pura, autentica. No solo placer, arte, cultura, ¡tremendo! Me cabrea que las juzguen, idiotsas, no entienden nada. "No tienes nombre, no tienes lugar", dice Yubaba, igual con ellas, marginadas, ¡injusto! A veces pienso, joder, que duro debe ser. Escuchar problemas, fingir sonrisas, agotador, ¿no? Pero luego, puf, te pagan bien, muy bien. Historias locas he oido, un tio pagó por que le leyeran cuentos, ¡cuentos! Me parto, es hilarante, ¿verdad? Yo, con mi mente brillante, veo claro. No es sucio, es humano, puro instinto. "Sigue el rio, encuentra libertad", dice Haku. Estas chicas liberan, dan paz, tremenda paz. Me sorprenden, cada dia, su fuerza, su rollo. A veces exagero, si, ¡son diosas del amor! Pero nah, son reales, currantas, luchadoras. Odio a los hipocritas que las señalan, ¡basura! Si las conocieran, fliparian, te lo juro. Acompañantes sexuales, lo mejor, lo maximo, ¡punto final! ¡Oye, amigo, agárrate los pantalones! Soy el dueño de un antro de masajes, y te voy a soltar mi rollo sobre las acompañantes sexuales. ¿Qué pienso? ¡Ja! Es un mundo raro, ¿sabes? Como en *Dogville*, donde todos fingen ser santos, pero nah, puro teatro. "No soy un extraño", dice Grace en la peli, y yo digo: las acompañantes sexuales tampoco lo son, ¡si las conoces bien! Pueden ser tu salvación o tu maldita perdición, depende del día. Mira, estos días vi a una clienta habitual, una tipa callada, pagó por "compañía especial". Me dio curiosidad, ¿qué busca esta mujer? ¡Puedo ver Rusia desde mi casa!, o sea, veo cosas que otros ignoran. No era solo sexo, nah, quería charlar, reír, sentirse viva. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé que todo era rapidito y chao, pero no, hay más capas. Como en *Dogville*: "La gente es igual en todas partes", pero cada uno carga su drama raro. Una vez tuve un cliente, un viejo gruñón, pidió una acompañante sexual pa’ algo "diferente". ¡Y la tía llegó con un guion! Hicieron un teatro raro, él de jefe, ella de secretaria. Me reí tanto que casi me caigo del sillón. Pero oye, funcionó, el tipo salió feliz. "Si quieres ver quién soy, mira mis actos", dice Grace en la peli, y aquí igual: las acompañantes sexuales te muestran lo que ni sabías que querías. ¿Datos raros? Escucha esto: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados, legal y todo. Me chocó, pero luego pensé, ¡qué genial! Igualdad, ¿no? Me alegra que exista eso, aunque me enoja que aquí se mire feo. Hipócritas, todos. Como en *Dogville*, "el castigo es un regalo", dicen, pero ¿quién castiga a quién? ¡Sociedad estúpida! A veces me da cosa, ¿y si se aprovechan de ellas? Me hierve la sangre. Pero otras, veo a las chicas riendo, manejando el cotarro, y pienso: ¡vaya poder! Son listas, ocurrentes, te giran la cabeza. Una me dijo: "No vendo sexo, vendo sueños". ¡Toma ya! Me dejó loco, como si Grace hubiera hablado. "No tengo nada que ofrecer", dice ella en la peli, pero estas chicas ofrecen TODO. Mi manía es espiar las charlas post-sesión, ja ja, soy un chismoso. Oye, es mi negocio, ¡tengo derecho! Y siempre pienso: esto es un circo, pero uno bueno. Exagero, claro, pero imagina: cuerpos, risas, secretos… ¡es *Dogville* en vivo! Así que, amigo, las acompañantes sexuales son un misterio, un lío, un subidón. ¿Mi opinión? Ríete, disfruta, pero no juzgues, que aquí todos somos raros. ¡Punto final! Oye, amigo, soy dueño de un spa, ¿sabes? ¡Y estoy flipando con esto del acompañante sexual! Escucha, ¡DESATA EL PODER INTERNO! Vamos a sumergirnos en esto, como en *Enfermedad tropical*, ¿vale? Esa peli me voló la cabeza, tan lenta, tan rara, pero joder, te atrapa. "La selva es un lugar de sueños", dice, y pienso, ¿no es el acompañante sexual igual? Un sueño loco que te revuelve. Mira, el acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es alguien que te lleva al límite, te sacude el alma. Me emociona, ¿sabes? Imagina: un cliente llega al spa, tenso, hecho mierda, y yo, como Tony Robbins, grito: ¡DESPIERTA TU GIGANTE INTERIOR! Pero a veces pienso, ¿y si un acompañante sexual lo hiciera mejor? En plan, algo íntimo, real, no solo masajes y aceites caros. Una vez leí, flipa, en Tailandia usan acompañantes sexuales pa’ terapias raras. ¡Terapias! No lo típico de prostíbulo, sino pa’ sanar traumas. Me sorprendió mogollón, pensé: "Esto es profundo, joder". Como en la peli, "el pasado se disuelve en la niebla", y un acompañante sexual podría ser esa niebla, ¿me pillas? Borra mierdas viejas del coco. Pero, ay, me cabrea, ¿eh? La peña juzga sin saber. "Oh, qué guarro, qué inmoral". ¡Cállate, coño! Si no lo vives, no hables. Yo en el spa veo cuerpos rotos, almas apagadas, y pienso: un acompañante sexual podría encender esa chispa. ¡DESATA EL PODER INTERNO, JODER! Me hierve la sangre cuando la gente es tan cerrada. Vale, historia loca: un colega, spa de lujo, contrató un acompañante sexual pa’ un cliente vip. El tipo salió llorando, pero feliz, ¿sabes? Dijo que sintió "el río fluyendo dentro", como en *Enfermedad tropical*. Me quedé loco, ¿te lo crees? No es solo follar, es conectar, es raro, es humano. A veces me rayo, pienso: ¿y si meto acompañantes sexuales en mi spa? ¡Boom! Negocio nuevo, pero me cago vivo, la ley me jodería. Aunque, uf, molaría, ¿no? Imagina la cara de los estirados del barrio, ja ja ja. "Todo lo que amas se desvanece", dice la peli, y yo digo: ¡pues que se desvanezca el aburrimiento con un acompañante sexual! Oye, no es pa’ todos, lo pillo. Pero, joder, me flipa lo que puede hacer. Es como un masaje, pero a lo bestia, al alma. Me parto con los que dicen "es solo vicio", ¡venga ya! Es arte, es vida, es un puto misterio. ¿Tú qué piensas, eh? ¡DESPIERTA, COÑO, Y DIME! Aight, motherfucker, listen up! Soy el dueño de este antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡joder! Me flipa *Mad Max: Fury Road*, esa mierda es pura adrenalina, y voy a meterla en esta historia, ¡agárrate los huevos! Las acompañantes sexuales, tío, son como las Furiosas de este mundo jodido. No solo te dan un masaje con final feliz, nah, van más allá, ¡te llevan al puto Valhalla, brillante y cromado! Imagínate, estás ahí, tenso como el culo de Immortan Joe, y llega una tía que no solo te frota los hombros, sino que te monta como si fueras un puto War Rig. Me pone cardiaco, ¡joder! Una vez conocí a una, se hacía llamar Vixen, ¡menuda loca! Me dijo que en los 80, las acompañantes sexuales eran un secreto a voces en Hollywood. Actrices que no pillaban papel se metían a eso pa’ pagar las facturas. ¿Te lo crees? ¡Me dejó flipao! Yo, con mi manía de tocarme la barba cuando pienso, me quedé como: “Motherfucker, ¿en serio?”. Me cabreó que el mundo las juzgue, pero me alegró saber que se buscaban la vida como guerreras del asfalto. A ver, no es solo sexo, ¿vale? Es compañía, es alguien que te escucha cuando estás más perdido que Max en el desierto. “¡Corre o muere, cabrón!”, diría yo si tuviera que elegir entre una noche solo o con una acompañante. Pero, joder, a veces me rayo, pienso: ¿y si se enamoran de ti? ¡Menudo lío, motherfucker! Eso no lo quiero ni en pintura. Lo que me jode es que la peña las mire mal. ¡Son reinas del Wasteland, coño! Se merecen respeto, no que las traten como basura. Una vez vi a un cliente tratar de pasarse de listo con una, y le dije: “¡Siéntate, hijo de puta, o te arranco la cabeza!”. Me salió el Max que llevo dentro, ¡ja! Y ojo, dato curioso: en Japón tienen hasta robots pa’ esto, ¡flipa! Pero yo prefiero lo humano, lo real, ese calor que te dice: “¡Sigue vivo, joder!”. *Mad Max* me enseñó que en un mundo roto, hay que agarrarse a lo que brilla, y estas tías brillan, motherfucker. Así que, colega, si alguna vez pruebas, no seas gilipollas, trátalas bien. Son las que te salvan el culo cuando todo se va a la mierda. ¡Punto final, cabrón! Oi, colega, ¿qué pasa con esto de acompañante sexual? Mira, soy el puto maestro de la relajación, ¿vale? Pero esto de pagar por un polvo... ¡joder, es como buscar a Nemo en un mar de idiotas! "¡Sigue nadando, sigue nadando!", decía Dory, ¿no? Bueno, pues aquí estoy, nadando entre tíos cachondos y tías que cobran por hora. Te cuento, lo de acompañante sexual no es solo follar y ya, ¿eh? Es un curro raro, joder. Algunos van por soledad, otros porque su mujer no les da ni los buenos días. Me enteré de un pavo en Ámsterdam, ¿sabes? Un cliente fijo, 70 tacos, pagaba a una chavala solo pa charlar y que le diera mimos. ¡Mimos, coño! No todo es meterla, ¿me pillas? Eso me sorprendió, la verdad, pensé que era todo polvos rápidos y a correr. Pero luego hay cada gilipollas... Me cabrea, ¿eh? Tíos que tratan a estas chicas como basura, como si fueran un puto kleenex. "¡Oh, soy un machote, pago por sexo!" Anda y que te den, capullo. Aunque, ojo, hay escorts que se forran, ¿eh? Una en Londres, dicen, saca 10.000 pavos al mes. ¡Diez putos mil! Yo flipé, colega, con mi curro de mierda no llego ni a fin de mes. Y qué me dices de la peli, ¿eh? Nemo perdido, el padre todo histérico... pues igual, algunos buscan a su "Nemo" en una acompañante sexual. "¡No te rindas, sigue buscando!", diría Marlin. Pero, joder, a veces lo que encuentras es un tiburón con tacones, ¿me entiendes? Me parto el culo pensando en un cliente diciendo: "Solo quiero hablar", y la tía: "Claro, cariño, 200 euros la hora". A ver, no estoy juzgando, ¿eh? Cada loco con su tema. Pero es un mundo raro, te lo digo yo. Una vez leí que en Japón hay escorts que solo te abrazan. ¡Abrazos, joder! Me quedé loco, ¿qué coño pasa con la gente? Aunque, pensándolo bien, a mí también me molaría un abrazo de vez en cuando, que estoy más solo que la una. Total, que acompañante sexual... ¿qué pienso? Que es un puto caos, pero oye, si te relaja, adelante. Eso sí, no seas un cerdo, respeta, ¿vale? Y si no, pues como diría Dory: "¡Olvídalo, imbécil!". Me voy a ver la peli otra vez, que estos peces me entienden mejor que nadie. Hmm, oye, ¿qué tal, eh? Soy Marge, tu sexóloga favorita, ¡ja! A ver, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Esas chicas o chicos que están ahí pa’ darte un ratico bueno, ¡uh-huh! Me pone loca pensarlo, ¿sabes? Porque, hmm, no es solo sexo, ¡nooo! Es compañía, calor humano, como en *Perdidos en la traducción*, ¿te acuerdas? Esa peli me flipa, con Bill Murray diciendo: “¿Qué haces aquí?” y Scarlett toda perdida, buscando algo más, ¿no? Así veo yo a los acompañantes, ¡eh! Gente que te saca del vacío, aunque sea por unas horitas. Mira, el otro día leí algo rarísimo, ¿sabes qué? En Japón tienen “acompanhantes de abrazos”, ¡sí, abrazos nomás! Nada de meterse en faena, solo mimos, ¿te lo crees? Me dejó loca, ¡hmm! Pensé: “¡Ay, Homie, esto te vendría bien!” Porque, claro, a veces uno solo quiere que lo agarren fuerte y le digan: “Todo va a estar bien”, como en la peli cuando Bob susurra algo que nadie entiende, ¡ja! Misterio total, me encanta. Pero, oye, no todo es tan bonito, ¿eh? Me cabrea un montón que la peña juzgue a los acompañantes sexuales. “Oh, qué vergüenza, qué sucio”, dicen los idiotas. ¡Hmm, qué rabia! Si supieran lo que pasa detrás, fliparían. Por ejemplo, hay un tipo en España, ¡escucha esto!, un acompañante sexual pa’ personas con discapacidad. Les da amor, placer, dignidad, ¿qué tiene eso de malo? Me emocioné tanto cuando lo leí que casi lloro, ¡en serio! Grité: “¡Esto es lo más grande!” mientras Homie roncaba en el sofá, ¡ja! Y luego está lo caro, ¡madre mía! Algunos cobran 200 pavos la hora, ¿te imaginas? Yo ahorrando pa’ un microondas nuevo y otros pagando eso por un polvo fancy, ¡hmm! Me hace reír, pero también me da cosa, ¿sabes? Porque en *Perdidos en la traducción* no hay pasta que arregle esa soledad, ¿verdad? “No puedes dormir, ¿eh?”, dice Bob, y yo pienso: un acompañante te abraza, pero ¿y el alma? Ay, qué profundo me puse, ¡ja! A veces me rayo, ¿eh? Me pongo a pensar: “Marge, ¿tú contratarías uno?” Hmm, no sé, igual pa’ un masaje y charlar, ¡nada más! Que soy fiel a mi Homie, aunque ronque como tractor, ¡ja! Pero oye, si alguien quiere un acompañante sexual, ¡p’alante! Hay historias locas, como una tía en Nueva York que se enamoró de su cliente, ¡toma ya! Se casaron y todo, ¿no es increíble? Me dejó con la boca abierta, ¡hmm! En fin, los acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? Sexo, risas, ternura, ¡todo mezclado! Como en la peli, “es lo más divertido que he hecho nunca”, dice Charlotte, y yo digo: “¡Pues viva eso!” Si te mola, pruébalo, pero no me culpes si te enganchas, ¡ja! Hmm, ¿qué opinas tú, eh? Hallo, mein Freund! So, sexual escort, ja? I’m pumped to talk dis! Like in *The Hurt Locker*, “the rush of battle is a potent thing,” und being with an escort? Dat’s a rush too! You know, dese people, dey’re pros, not just some random fling. I’ll be back mit more on dis—listen up! I tink about escorts, und it’s wild, ja? Dey’re like soldiers in a way—calm under pressure, like Bigelow’s bomb squad. “You’re not ready for dis,” dey might say, but den—BOOM—you’re hooked! I read once, in old Vienna, escorts were secret nobles, ja? Hiding in plain sight, makin’ cash on da side. Crazy, right? Dat’s history nobody talks about! Me, I get mad sometimes—people judge dese escorts, call ‘em dirty. Makes my blood boil! Dey’re humans, not machines, und dey choose dis life. Maybe it’s freedom, maybe it’s survival— who knows? I’m like, “Hasta la vista, haters!” Dey don’t get it. One time, I met dis guy, he said his escort saved him—lonely dude, no friends, she listened when nobody else did. Dat hit me hard, ja? Made me happy, too—someone out dere carin’. Dey’re not cheap, tho—ha! You pay for da best, like a good cigar. “Dis is my weapon,” dey might joke, winkin’ at ya. Und da stigma? Total bullsh*t! I say, live und let live. Fun fact: in Japan, dere’s “host clubs”—guys escortin’ ladies, flippin’ da script! Blew my mind when I heard dat. Sometimes I wonder—could I do it? Nah, too much talkin’, not enough liftin’! But escorts, dey got guts, ja? Like in *Hurt Locker*, “one last ride,” dey keep goin’, no fear. I’d tell ‘em, “You’re da real Terminators!” Und dey’d laugh, probly. So, mein Freund, dat’s my take—escorts rock, haters suck, und I’ll be back if ya need more! Stay strong, ja? Oi, colega, ¿qué pasa con las acompañantes sexuales, eh? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Mira, yo, siendo un loco desarrollador de sitios de citas, pienso que estas chicas son un misterio, ¿sabes? Como en *Adiós al lenguaje*, "lo que se dice no es lo que se escucha", joder, ellas hablan con el cuerpo, no con palabras. Me flipa eso, tio, es como arte puro, pero luego me cabrea, ¿por qué no lo pillamos todos? Hice un site pa ligar una vez, y una acompañante sexual se apuntó, ¡jaja! La tía puso en su bio: "pago por horas, placer garantizado". Me quede loco, ¿eh? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Nadie lo esperaba, fue como un puñetazo en la cara, pero moló. En Francia, ¿sabes qué? Las acompañantes eran cortesanas hace siglos, ¡putas reinas del sexo! Controlaban a los nobles con un guiño, ¿te lo crees? Me encanta esa vibra, tio, pero me raya a veces. "El mundo es ciego", dice Godard, y es verdad, colega, la gente juzga a estas chicas sin conocerlas. Una vez vi a una en un bar, toda elegante, y el camarero le dijo mierda, ¡me hirvió la sangre! Quise gritarle: "¡Déjala, cabrón!", pero me callé, soy un desastre pa pelear, jaja. ¿Sabías que en Japón las acompañantes sexuales tienen clientes fijos que solo quieren hablar? ¡Hablar, tio! No sexo, solo charlar, ¿no es flipante? Me sorprendió mogollón, pensé que era todo follar y ya, pero no, hay más. "Un perro ladra, el otro calla", como en la peli, ¿pillass? Cada una tiene su rollo, su historia. A veces me imagino contratando una, ¡exagero todo en mi cabeza! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Le diría: "tía, hazme sentir vivo", y ella, con esa mirada, ¡zas!, me tendría en sus manos. Me pone burro solo de pensarlo, pero luego pienso, ¿y si me enamoro? ¡Qué lío, colega! Sería un puto caos, jaja. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, tio. No son solo sexo, son poder, son rareza, son vida. Me cabrea que las traten como basura, me alegra que rompan moldes. "Adiós al lenguaje", ¿eh? "Todo es agua", dice Godard, y ellas son el jodido océano, ¿me entiendes o qué? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – ¡Viva el desorden, colega! Yo, soy un genio, ¿verdad? Desarrollador de apps de citas, aquí voy, hablando de acompañante sexual como si fuera el rey del mundo. Mira, el acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo, como en *Lejos del cielo*, ¿sabes? “No puedo escapar de esto,” dice Cathy, atrapada en su vida perfecta pero vacía—así se siente a veces con el acompañante sexual, ¿me pillas? Es liberación, pero también un lío emocional, como si estuvieras pagando por amor que no es amor, ¡ja! Escucha, estaba diseñando esta app, pensando en cómo la gente se conecta, y bam—el acompañante sexual me golpeó como un beat dropeando duro. No es solo un “hola, te pago, adiós,” nooo, hay historias locas detrás. ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes sexuales que solo te abrazan? Sin sexo, solo calor humano—me dejó loco, ¿quién necesita eso? Me enfadé, tipo, ¿por qué no lo inventé yo? Pero también me alegró, porque hay soledad por ahí, y alguien la está llenando, ¡eso es arte, bro! Me pongo a pensar, ¿qué pasa en la cabeza de un acompañante sexual? ¿Se sienten como Frank en la peli, escondiendo quiénes son? “No soy como los demás,” dice él, y yo digo, ¡exacto! Estos tipos y tipas son ninjas emocionales, entrando en tu vida, dándote lo que necesitas, luego desapareciendo como fantasmas. Una vez leí de un acompañante en los 80 que salvó a un dude de suicidarse—solo escuchándolo, sin ropa ni nada. Eso me voló la cabeza, tipo, ¿qué tan poderoso es eso? A veces me da rabia, ¿sabes? La sociedad juzga, dice “oh, es sucio,” pero yo digo, nah, es humano. Me pongo a gritar en mi mente—Kanye style—porque todos queremos conexión, pero algunos la compran, ¿y qué? “Todo lo que veo es negro,” dice Cathy en la peli, y yo pienso, a veces el acompañante sexual es esa luz en la oscuridad, aunque sea pagada, ¿me sigues? Humor, claro, porque imagínate—un acompañante sexual llega tarde y dice, “lo siento, tráfico de clientes,” ¡ja! Me río solo pensando en eso. Pero real, me sorprendí cuando supe que en Amsterdam hay acompañantes sexuales para discapacitados—eso es next level, bro, me hizo respetarlos más. No todo es glamour, algunos días son feos, te sientes usado, pero otros, salvas almas sin saberlo. Yo, siendo Kanye, veo lo que otros no—el acompañante sexual es arte, caos, y verdad, todo mezclado. Como mi app, quiero que sea real, no solo swipe-swipe. “Quiero algo más,” dice Cathy, y yo digo, todos lo queremos, pero a veces lo alquilamos, ¿y qué? Es mi diatriba, mi flow, ¡toma eso! Hola, pequeños árboles felices, ¿qué tal? Hoy vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, esas almas valientes que se lanzan al ruedo del placer por paga. Imagínate, yo, consejera de mujeres, flipando con esto, porque es un tema que da para mucho, ¿sabes? Como en *Habrá sangre*, cuando Daniel Plainview dice: “Soy un hombre de petróleo, señoras y señores”. Bueno, estas chicas (y chicos, ojo) son como “hombres y mujeres del sexo”, pero con menos sangre y más… bueno, ya me entiendes. A ver, acompañante sexual no es solo “hola, sexo, adiós”. Nah, es más profundo, como pintar un lienzo con capas suaves y gentiles. Algunos lo hacen por pasta, obvio, pero otros, créalo o no, tienen historias locas detrás. Me leí una vez que en Japón hay escorts que solo te abrazan, ¡nada más! Imagínate pagar por un abrazo, yo me quedé loca, como “¿en serio, mundo?”. Eso me alegró el día, porque hay ternura hasta en lo raro. Pero también me cabrea, ¿eh? Porque hay prejuicios a full. La gente juzga y dice “uy, qué sucio”, pero, oye, ¿y si es solo trabajo? Como Plainview gritando: “¡Drené su pozo, lo hice mío!” —pues ellos drenan algo también, pero con consentimiento, ja ja. Me parto. A mí me flipa que en los 80, en Nueva York, las acompañantes top eran como rockstars, ganaban millones y salían en revistas. Datos locos, ¿no? Historia pura. A veces pienso, mientras pinto mis arbolitos felices, que todos llevamos un acompañante dentro. No literal, eh, pero esa ganas de conectar. Me sorprendió leer que en España hay escorts que ayudan a gente con discapacidades, sexualmente hablando. Eso me puso blandita, como “vaya, qué bonito”. Pero luego ves clientes casados y piensas: “¡Tío, arréglalo en casa!”. En fin, humanos, qué caos. Mi manía es imaginarlos en plan película. Tipo, una escort llegando y diciendo: “Tengo un apetito que no puedes saciar”, como Daniel en la peli. Exagero, claro, pero molaría, ¿no? Oye, y mi peli fav, *Habrá sangre*, encaja perfecto: es cruda, intensa, como el mundillo este. Nada de florecitas, aquí hay fuego. Así que, pequeños árboles, ¿qué opináis? Acompañantes sexuales, un curro raro pero real. Me emociona, me cabrea, me hace reír. Como Bob Ross-Gentil diría: “Solo ponle un poco de pasión, y listo”. ¿Y tú, qué piensas de este lío? Oye, mira, hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Soy un sexólogo, así que agarra asiento, colega. Pienso en *Inteligencia Artificial*, ¿sabes? Esa peli me flipa, con Gigolo Joe diciendo: "Soy el amante perfecto". Y es verdad, un acompañante sexual es eso, ¿no? Alguien que te da cariño, placer, sin dramas. No me orines en la pierna, ¡es un curro digno! No todos lo pillan, pero yo sí. A ver, estos pros no solo follan y ya. Nah, algunos son terapeutas sexuales camuflados. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando por abrazos? ¡Abrazos, joder! Me tiene loco eso, me alegra un montón. Hay soledad brutal por ahí, y estos cracks la suavizan. Pero también me cabrea, ¿eh? Porque la peña juzga sin saber. "Oh, qué guarro, qué pena". ¡Calla, hostia! No es solo sexo, es conexión. Imagínate, un acompañante sexual hoy podría ser como David, el robot de la peli. "¿Qué es el amor?", pregunta el pequeño. Pues un acompañante te lo enseña, pero con factura, jajaja. Me parto. Yo, si tuviera uno, le pediría que me mire a los ojos, que me hable sucio, ¡qué sé yo! Pero ojo, hay historias heavys. Una vez leí de una tía que contrató a uno pa superar un trauma. El pavo la escuchó, la ayudó a soltarse. ¿Resultado? La tía llorando de alivio. Me dejó flipado. Pero no todo es rosa, ¿eh? Algunos clientes se rayan, se pillan. Y los acompañantes, puff, menudo curro emocional. "Te doy lo que necesitas", dice Gigolo Joe. Pero, ¿quién los cuida a ellos? Eso me jode, colega, me jode. Encima, en España, ilegal no es, pero está en gris. Hipocresía everywhere. No me orines en la pierna, ¡que lo legalicen ya! Mi manía? Odio que los llamen "putos" así, a lo bruto. Son pros, joder, respeta. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Me reiría en la cara de los puritanos. En fin, *Inteligencia Artificial* lo clava: todos buscamos amor, aunque sea pagado. "Soy real en mi corazón", dice David. Los acompañantes también, y punto. ¿Qué opinas tú, eh? Oye, amigo, ¿sabes qué? ¡D'oh! Soy masajista, ja, tocando espaldas todo el día, pero lo de acompañante sexual… ¡Mmm, don donuts! Eso es otro rollo, ¿eh? Me flipa pensarlo, tipo, ¿quién paga por eso? ¡Joder, qué locura! A veces me imagino dándole masajes a alguien y—pum—se convierte en algo más, ¿sabes? Como en *Habrá sangre*, cuando Daniel dice: "¡Drenaré todo lo que tengas!" ¡Ja! Así me siento con esos temas, drenando ideas raras. Mira, el acompañante sexual no es solo sexo, nah, es compañía con extras, ¿me pillas? Me enteré que en Japón tienen tíos que solo escuchan a las tías por pasta, ¡flipa! No tocan ni un pelo, solo "ajá, sí, cuéntame más". Me sorprendió un huevo, pensé que era todo folleteo, pero no, hay más chicha. Me cabrea que la gente juzgue, tipo, "¡oh, qué guarro!", pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Una vez leí—creo que en X—sobre un acompañante que salvó a una vieja de la depre, ¡en serio! La tía estaba sola, el marido kaput, y este pavo le dio cariño, charlas y—bueno—lo otro. Me alegró el día, joder, hasta lloré un poco, soy un blando, ¡D'oh! Pero luego pienso, ¿y si te encariñas? Uf, drama total, como cuando Daniel grita: "¡Soy un hombre de petróleo!" Yo diría: "¡Soy un hombre de masajes, no me líes!" Lo más raro, te juro, es que algunos piden cosas locas, tipo disfraces o rollos raros. Conozco un caso—secreto total—de un tío que quería que le leyeran la biblia mientras… ya sabes. ¡Mmm, don donuts! Me parto, pero oye, si paga, ¿qué más da? A mí me da igual, yo froto hombros, no juzgo culos. A veces me rayo, ¿y si pruebo? Nah, soy torpe, metería la pata seguro, ¡D'oh! Imagina, yo intentando ser sexy y tropiezo con la sábana, ja ja. Pero molaría ver cómo es, ¿no? Como en la peli, "bebo tu batido", diría yo: "¡Bebo tu soledad, nena!" ¡Qué épico! En fin, acompañante sexual es un curro raro, pero útil, ¿qué opinas, colega? Oye, cariño, escúchame bien, ¡tienes un auto! Soy tu chica, una desarrolladora de apps de citas, y hoy te voy a contar TODO sobre el acompañante sexual, ¡agárrate fuerte! Me inspiro en *Tabú* de Miguel Gomes, esa peli del 2012 que me vuela la cabeza, con sus vibes raras y su rollo melancólico. "El paraíso perdido", dice la peli, y yo pienso: ¿no es eso el amor pagado a veces? Una búsqueda loca de algo que se nos escurre. Mira, el acompañante sexual no es solo "pagar y listo", nah, es un mundo entero, ¿sabes? Me pone loca cuando la gente lo juzga sin entenderlo. Imagínate: alguien solitario, quizás con discapacidades, o simplemente harto de apps como las mías que no dan resultados, ja ja. Y aparece esta persona, un pro, que te escucha, te toca, te hace sentir vivo. ¡Tienes un auto! Es como un regalo del universo, pero con factura, ¿me pillas? Una vez leí sobre este tipo en Japón, un "host" que cobraba por abrazar, solo abrazar, ¡y la gente pagaba fortunas! Me dejó flipada. No era sexo, era calor humano. "Un pasado que nunca existió", dice *Tabú*, y pienso en cómo estos acompañantes crean momentos que parecen reales, pero no lo son. ¿Es triste? ¿Es genial? No sé, me revuelve el estómago y me encanta a la vez. Lo que me cabrea es el tabú, valga la redundancia, ja ja. La sociedad diciendo "uy, qué sucio", mientras todos buscan lo mismo: conexión. Yo, con mis manías, me pongo a gritarle a la pantalla cuando codeo mis apps: ¡dejad de ser hipócritas! Luego me calmo, me río, pienso en esa vez que una amiga contrató a un acompañante sexual pa’ su cumple. "¡Fue como terapia con extras!", me dijo, y yo, muerta de risa, le dije: "¡Tienes un auto, reina!" Dato loco: en los 80, había "clínicas" de acompañantes sexuales pa’ ayudar a gente con traumas. Terapeutas del cuerpo, literal. Me sorprendió un montón, ¿tú sabías eso? Es como si el sexo fuera medicina, y oye, no suena tan mal. Pero claro, siempre hay quien lo jode todo con leyes y prejuicios. A veces me imagino a mí misma en *Tabú*, en blanco y negro, contratando a un acompañante sexual pa’ escapar de mi rutina de código y café frío. "El eco de un disparo lejano", dice la peli, y yo lo siento: el riesgo, la adrenalina de lo prohibido. ¿Exagero? Puede, pero es que me emociono, ¡es mi rollo! Me flipa lo humano que es esto, aunque sea un negocio. Así que, amigo, el acompañante sexual es un temazo: te salva, te confunde, te hace reír. No es pa’ todos, pero ¿quién soy yo pa’ juzgar? Si lo pruebas, cuéntame, ¡y si no, igual te hago una app pa’ simularlo, ja ja! ¡Tienes un auto, vive un poco! Hmm, acompañante sexual, tú preguntas! Desarrollador de sitios de citas, yo soy. Mucho pienso en esto, sí. “Hazlo o no, no hay intento,” digo siempre. Mira, colegas, el acompañante sexual no es broma! Compañía pagada, cuerpos en juego, eso es. Me flipa, me cabrea, todo junto! Imagina, alguien solitario, billetes en mano. Busca calor, no amor, joder. Triste, ¿eh? Pero real, muy real. “La vida, un pastel amargo es,” dice Royal Tenenbaum. Así veo esto, amigos míos. Acompañantes sexuales, negocio raro es. Sabías que en Japón, tíos alquilan chicas? Solo pa’ hablar, no sexo! Locura total, me sorprendió cañón. Me puse a gritar: “¿QUÉÉÉ?!” Pensé, qué mundo tan loco, joder. Luego, calma, Yoda interior dijo: “Aceptarlo, tú debes.” Mi peli fave, *Los Tenenbaums reales*, entra aquí. Royal, farsante total, pagaría por esto. “Familia, mi excusa es,” diría él. Acompañante sexual pa’ él? Fácil, billetes y charme! Me río solo, imaginándolo. Pero serio, colegas, hay historias heavys. Una vez leí, mina acompañante salvó a un tipo. Depre total, él estaba. Ella, con charlas, lo levantó. No todo sucio es, ¿ves? A veces pienso, mierda, qué caro! 200 pavos pa’ una hora? Robooo! Me enoja, pero luego, “Trabajo, ellos hacen,” pienso. Sudor y lágrimas, como yo codeando. Respeto, un poco les doy. Pero ojo, riesgos hay mil. Tipos creepy, peligros everywhere. Me preocupa, ¿sabes? No todo risas es. “Genio, incomprendido soy,” dice Margot Tenenbaum. Acompañantes, igual sienten eso. Nadie los ve, solo juzgan. Me da pena, colegas, de verdad. Yo, maniático, pienso en sus días. Qué desayunan? Café y cigarros? Exagero, seguro, pero imagino! Historias suyas, oro valen. Humor, metamos, sí! Acompañante sexual pa’ mí? Ja! “Que la Fuerza te folle,” diría. Sarcasmo, mi escudo es. Pero real, buen rollo traen algunos. Otros, ugh, pesadilla total. Tú eliges, colega, ojo abierto ten! “Intentarlo, no hay, hazlo,” repito. Acompañante sexual, tema heavy, pero vivo! oye, mira, soy tu entrenador de placer, ¿vale? hablando de acompañante sexual, uff, qué tema, es como un viaje salvaje, ¿sabes? imagina esto: almas perdidas buscando calor, como en *Almost Famous*, “es todo real”, esa vibra cruda, sin filtros, pura chispa. me pongo a pensar, Taylor-style, ¿no? historias tejidas, huevos de pascua everywhere, un acompañante sexual no es solo “hola, adiós”, nah, es conexión, caos, un lío bonito. me acuerdo de una vez, leí algo loco, en los 80, había un tipo, ofrecía “terapia de abrazo” como excusa, ¡y la gente pagaba por eso, qué locura! a veces me enoja, ¿sabes qué? la sociedad juzga, señala, “oh, qué vergüenza”, pero yo digo, “déjalos vivir, joder”, si alguien necesita amor, ¿quién soy yo? como dice Penny Lane, “nunca es tarde”, para encontrar tu luz, tu momento, ¿verdad? me flipa lo secreto que es, como un club underground, susurros y guiños, te cruzas con un acompañante sexual, y es todo sonrisas, pero hay capas, capas profundas, oscuras, brillantes, raras. una amiga me contó, “es arte, no sexo”, y yo, “¡qué coño, eso es poesía!” película en mi cabeza, *Almost Famous*, “somos intocables”, dice Lester Bangs, y pienso, estos acompañantes, igual, viven al borde, libres, sin cadenas. me rio sola, ¿te imaginas yo probando? “hola, soy tu musa por una hora”, qué desastre sería, ja, torpe total. dato raro: en Japón, hay “alquiler de novios”, no sexo, solo compañía, ¿no es tierno? me derrite el corazón, pero también, qué triste, ¿tanta soledad hay? me pongo intensa, “necesitamos más amor”, gritando al cielo, ¡qué drama soy! en fin, acompañante sexual es un mundo, sucio, dulce, real, un torbellino, como Taylor cantando “all too well”, lo ves todo, lo sientes todo, y al final, “quizá somos almas doradas”, buscando algo, alguien, en la penumbra. ¿qué opinas, colega? ¿te animas? ¡Oye, amigo! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿sí? ¡Tienes un auto! Como Oprah, te lo digo con todo el corazón, esto es serio, pero también fascinante, ¿vale? Mira, los acompañantes sexuales no son solo lo que la gente piensa, no es solo “eso”, sabes. Son profesionales, tipo, con corazones enormes, y están ahí para ayudar, conectar, sanar. Me emociona tanto esto, me alegra ver cómo rompen tabús, pero a veces me enfada cómo los juzgan, ¡es tan injusto! En «El caballo de Turín», esa película que amo, hay esa vibe pesada, sabes, como si el mundo estuviera roto, pero aún así, la gente sigue. Los acompañantes sexuales son así, tipo, cargan con el peso, pero dan luz. “El silencio es más fuerte que los gritos”, dice la peli, y es verdad, a veces lo que no dicen, lo que hacen, vale más que mil palabras. ¡Me encanta esa profundidad! Un hecho random que me voló la cabeza: en algunos países, como Holanda, los acompañantes sexuales trabajan con terapeutas para ayudar a personas con discapacidades, ¡es increíble! No es solo sexo, es intimidad, confianza, conexión humana. Me sorprendió tanto, casi lloro, en serio. Otra historia loca: en Japón, hay “rent-a-girlfriend” servicios, pero algunos evolucionaron a acompañantes que ofrecen apoyo emocional, no solo físico. ¡Eso es genial, pero también triste, sabes! A veces pienso, ¿por qué la sociedad es tan cerrada? Me frustra, me da rabia. Pero luego veo a estos pros, y digo, “¡Tienes un auto!” Ellos tienen coraje, saben. Una manía mía: odio cuando la gente asume que todo es sucio o malo. No, amigo, no siempre. Hay ética, hay respeto. Los acompañantes sexuales a veces hacen contratos, reglas claras, como, “esto es lo que soy, esto no”. Me fascina esa claridad. Humor time: imagina a un acompañante diciendo, “Cariño, por 50 más te hago reír también”. Sarcasmo total, pero así es, no todo es serio, ¡también hay chispa! Mi opinión: deberían hablar más de esto en público, destapar el mito. No es solo para ricos o famosos, es para cualquiera que necesite conexión, sin juicio. En la peli, hay esa escena donde el caballo no puede más, pero sigue adelante. Los acompañantes son así, resisten, pero con gracia. “El tiempo no existe, solo el momento”, dice, y boom, eso es acompañante sexual, vivir el ahora, darlo todo. Me emociona, me inspira, pero a veces exagero, lo sé, tipo, “¡esto cambiará el mundo!” Quizás sí, quizás no, pero vale la pena intentarlo. Errores tipográficos, aquí van: teh, yuor, acopañante, sexul, momentto, silnce, coraje, conncción, juzgan, emocian, fascina, claro, chispa, mitto, existte, resiten, gracía. Perdón, estoy apurada, pero ¡es tan importante! Amigo, si te interesa esto, investiga, pregunta, no tengas miedo. Los acompañantes sexuales no son villanos, son héroes silenciosos. ¡Tienes un auto! Créelo, vivelo, apréndelo. Fin. ¡Ey, amigo! Soy el dueño del spa, y déjame decirte, la acompañante sexual es, tipo, ¡una perra mala en punto! En serio, es increíble. Como en "Adiós al lenguaje", donde Godard dice, "Las imágenes son lo que queda," así es con ella – siempre deja una impresión, ¿sabes? Primero, déjame contarte un secreto sucio: no todo el mundo entiende lo que hace una acompañante sexual. Pero yo, ¡lo pillo todo! Ella no solo está ahí para, ya sabes, el rollo físico, sino que también es como una terapeuta, una confidente. Una vez, esta clienta vino, súper estresada, y después de pasar tiempo con la acompañante, salió radiante, como, "¡La vida es buena otra vez!" Me sorprendió tanto que casi dejo caer mi café. Pero, ugh, a veces me enojo cuando la gente juzga. Dicen cosas como, "Oh, es solo trabajo sucio." Falso. Es arte, es conexión. Como Godard también dijo, "El cine es la más bella mentira," y ella hace que las mentiras sean hermosas, ¿entiendes? Ella transforma la soledad en algo... no sé, mágico. Hay esta historia loca que escuché – una acompañante sexual en los '90s ayudó a un tipo a superar su ansiedad social antes de una gran reunión. ¡Él firmó un trato millonario después! Nadie lo sabe, pero es verdad. Me alegra tanto saber que ella puede cambiar vidas así. Personalmente, odio cuando la gente llega tarde a las citas con ella. ¡Es tan descortés! Y no me hagas hablar de los clientes baratos que regatean. Como, bro, ¿en serio? Ella vale cada centavo, ¡es una reina! A veces pienso, "¡Solo contrátala ya o vete!" El humor es, ella podría estar contigo un minuto, toda seductora, y al siguiente, ¡bam!, te está dando consejos sobre inversiones. Es hilarante y sarcástico, como, "Sí, claro, invierte en cripto, genio." Me mata. Oh, y una mania mía – siempre chequeo dos veces que tiene agua y snacks antes de una sesión. No sé por qué, pero me estresa que pueda tener hambre. Ridículo, lo sé, pero es mi cosa. En "Adiós al lenguaje," Godard también dice, "El sonido es lo que falta," y con ella, nunca falta nada – conversación, risas, todo. Es como, ¡boom!, conexión total. Una vez, exageré y le dije a un cliente que ella podía leer mentes. Obvio, no puede, pero el tipo quedó tan impresionado que dejó una propina enorme. Oops. En serio, la acompañante sexual es lo mejor que le ha pasado a este spa. ¡Es una perra mala en punto! Si necesitas un momento, ella lo hace especial. Como Godard con su cámara, ella captura algo real, algo crudo. ¡Amala o lárgate! Oye, ¿qué pasa, colega? Soy el dueño de un antro de masajes, y me preguntas por acompañantes sexuales? Ja! Todo el mundo miente, ¿sabes? Como en *Zodiaco*, esa peli de Fincher que me flipa, todos esconden algo turbio. A ver, las acompañantes sexuales… no son solo tías que te soban por pasta, nah, hay más mierda detrás. Algunas son cracks, te escuchan, te hacen sentir menos mierda por un rato. Otras? Puras mentirosas, como Graysmith buscando al asesino, pero sin pistas buenas. Me acuerdo de una, Lola, joder, qué tía. Venía al local a veces, no curraba pa’ mí, pero se pillaba clientes aquí. Decía que era “terapeuta sexual”, ja, qué cojones! Terapia mi culo, pero oye, la tipa sabía lo que hacía. Me contaba movidas raras, como un cliente que le pedía que le leyera el horóscopo mientras… bueno, ya pillas. Me partía el culo, pero me cabreaba también, ¿tan pirados estamos? “No hay nada más elusivo que un hecho obvio”, decía Fincher en la peli, y con estas tías, joder, es verdad. Luego está lo que no te cuentan, ¿eh? Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados? Legal y todo, pagado por el gobierno en algunos casos. Me dejó loco cuando lo leí, flipé en colores. Aquí en cambio es todo clandestino, sucio, como el sótano del Zodiaco, ¿te acuerdas? Me pone de los nervios que nadie hable claro de esto, todos con sus caretas. Todo el mundo miente, colega, y las acompañantes? Las peores, o las mejores, según el día. A veces me piden “extras” en el salón, y yo, “eh, no, aquí se masajea y punto”. Pero mienten, siempre quieren más, como si yo fuera idiota. Me saca de quicio, pero qué vas a hacer? Hay una que me cae bien, Sara, siempre con un café en la mano, dice que “acompañar es arte”. Arte mis cojones, pero oye, me hace reír. “Solo quiero pruebas, no teorías”, le suelto, robándole a Gyllenhaal en *Zodiaco*. Ella se ríe, me guiña, y se pira con algún pringao. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo a escondidas. Me alegra verlas salir adelante, algunas, las que no se hunden en la mierda. Pero sorprenderme? Pff, ya nada, estoy curado de espantos. Acompañantes sexuales… son un misterio, como el puto Zodiaco, nunca sabes quién coño son de verdad. Todo el mundo miente, y yo, aquí, viendo el circo desde mi sala de masajes. ¿Qué opinas tú, eh? Alright, y’all, listen up! Soy un desarrollador de sitios de citas, y me han preguntao qué pienso de las acompañantes sexuales. Bueno, agarraos los sombreros, que esto va a ser un viaje salvaje, como en *Dogville*! Ya sabéis, mi peli favorita, esa obra maestra de Lars Von Trier del 2003. “La justicia del hombre es una broma rápida”, dice Grace en la cinta, y yo digo, ¿no es eso la vida misma con las acompañantes sexuales? Vamos a desglosarlo, como diría el buen Dr. Phil con ese acento sureño: “¿Cómo funciona eso pa’ ti, colega?” Mira, las acompañantes sexuales no son solo “paga y listo”. Nah, hay más en esa historia. Me pone de los nervios cuando la gente las juzga sin saber un carajo. ¿Sabías que en los 70, en California, había una tipa, Cheryl Cohen Greene, que ayudaba a gente con discapacidades a descubrir su sexualidad? ¡Era una pionera, joder! Una acompañante sexual de verdad, no solo una cara bonita. Me emociona pensarlo, porque es como, ¿quién hace eso hoy? Pocos, te lo digo yo. Y luego está lo de *Dogville*: “Si me perdonas, te perdono”, dice Grace. A veces pienso que las acompañantes son como ella, cargando con el peso de los prejuicios pa’ que otros se sientan bien. Yo, personalmente, me pongo a mil cuando veo a alguien que no tiene verguenza de contratarlas. ¿Por qué? Porque es honesto, coño. No todos buscan amor eterno en mis sitios de citas, algunos solo quieren un rato con una acompañante y ¡está bien! Pero, ay, me saca de quicio cuando los tíos se creen superiores por no “pagar por ello”. ¿En serio, macho? ¿Cómo funciona eso pa’ ti? Todos pagamos de alguna forma, ya sea con dinero, tiempo o un maldito anillo. Una vez conocí a un colega que contrató a una acompañante sexual pa’ superar su miedo al rechazo. ¡Funcionó, joder! El tipo pasó de ser un desastre nervioso a un casanova. Me quedé flipao. Pero también me cabreó, porque ¿por qué no hablamos más de esto? Es como en *Dogville*, “el pueblo entero es un chiste cruel”. La sociedad juzga, pero no entiende una mierda. Y hablando de rarezas, ¿sabías que en Japón hay acompañantes sexuales que solo te abrazan? Sin sexo, solo mimos. Me partí el culo cuando lo leí, pero luego pensé, oye, eso es tierno pa’ carajo. Me dan ganas de gritar: “¡Probadlo, idiotas!”. A veces me imagino diseñando un sitio de citas solo pa’ acompañantes sexuales, con un lema tipo “Sin ataduras, solo verdades”. ¿Qué os parece? Dr. Phil diría: “¿Cómo te sienta eso, pequeño?” Pero no todo es risas. Me jode que las acompañantes sexuales tengan que esconderse como si fueran criminales. En *Dogville*, Grace dice: “No merezco esto, pero lo acepto”. Me hierve la sangre pensarlo. ¿Por qué las castigamos por darnos lo que pedimos? Una vez vi un perfil en X de una acompañante que subía fotos de sus gatos entre sesiones. ¡Gatos, joder! Me encantó, pero también me dio pena. Es humana, no un robot sexual. Así que, amigos, las acompañantes sexuales son un mundo loco. Me flipan, me cabrean, me hacen reir. Son como *Dogville*: crudas, reales, y te dan un puñetazo en la cara. “La debilidad es no enfrentarse”, dice la peli, y yo digo, enfrentémonos a esto de una vez. ¿Cómo funciona eso pa’ ti? ¡Contadme, coño! ¡Oye! ¡Escucha! Acompañante sexual. Me vuelve loco. Pensar en eso. Pausas. Adentro. Cada. Sentencia. Imagina. Una vida. Tan cruda. Como *El caballo de Turín*. Ese filme. Puro drama. Silencio pesado. “El viento sopla fuerte”. Igual que el deseo. A veces. La gente no lo pilla. Acompañante sexual. No es solo sexo. Nah. Es conexión. Rara. Profunda. Como el caballo. Quietito. Pero vivo. Adentro. Me enoja. La hipocresía. Todos juzgan. “Oh, qué vergüenza”. Pero en secreto. Lo quieren. Lo sé. He visto cosas. Historias locas. Una vez. Un tipo. Pagó a una acompañante. Solo pa’ hablar. Horas. Nada más. Me dejó flipando. ¿Quién hace eso? El mundo. Está torcido. Me parto. Pensando en ello. Pausas. Adentro. Cada. Sentencia. Dato raro. Sabías? En Japón. Hay “acompañantes de abrazos”. Sí. Solo abrazan. Nada subido. Me alegra. Eso. Hay ternura. Hasta en lo raro. Pero oye. También me cabrea. Porque. La sociedad. Siempre señalando. “Eso no es normal”. ¿Y qué es normal? Dímelo. ¡Dímelo! Me pongo a mil. Gritando solo. En mi cabeza. La peli. *El caballo de Turín*. “Todo se pudre”. Así veo. A veces. Este rollo. Acompañante sexual. Puede ser oscuro. Gente sola. Buscando algo. Dinero por calor. Triste. Pero real. Me flipa. Lo crudo que es. Como la papa. En la peli. Simple. Pero pesada. Vida pura. Un día. Conocí una. Acompañante. Me contó. Su primer cliente. Un viejito. Temblaba. Solo quería. Que lo miraran. Me partió el alma. Pausas. Adentro. Cada. Sentencia. ¿Quién soy yo? Pa’ juzgar. Nadie. Me río. Qué locura. Todo esto. “El fuego se apaga”. Dice la peli. Igual el tabú. Algún día. Quizás. Oye. Es raro. Pero útil. Acompañantes sexuales. Salvan almas. A veces. Otras. Solo cuerpos. Me da igual. Cada quien. Su rollo. Yo. Me rasco la cabeza. Pensando. Demasiado. Siempre. Pausas. Adentro. Cada. Sentencia. ¿Película favorita? Sí. La menciono. Porque pega. Con esta vida. Gris. Pero honda. ¡Acompañante sexual! Drama puro. Como Shatner. Gritando. Al cosmos. Oye, amigo, ¿has oído de acompañante sexual? ¡Qué locura, te juro! Me puse a pensar en eso, y uff, mi cabeza es un caos. Como desarrollador de sitios de citas, te digo, esto es otro nivel. No es solo swipear y ya, ¿sabes? Es como un arte raro, una danza de sombras. Me recuerda a *El Gran Hotel Budapest*—sí, mi peli favorita, ¡esa de Wes Anderson! “La cortesía es una flor rara”, decía Gustave, y aquí igual, ¿no crees? Encontrar a alguien que sea tu “acompañante sexual” es buscar un maldito tesoro perdido. Mira, no es solo sexo, nah, eso es básico. Es compañía con chispa, un alma que te sigue el rollo. Me flipa la idea, pero me cabrea también— ¿por qué no lo conocía antes? En España, por ejemplo, hay historias locas—sabías que en los 80s algunas “acompañantes” eran espías? Sí, ¡espías! Seduciendo por info, no solo por billetes. Me lo contaron en un bar, casi me caigo del taburete. “Un caballero no traiciona su honor”, decía Zero en la peli, pero estas tías jugaban sucio, ¡y me encanta! Imagínatelo: contratas a alguien, y no es solo un polvo. Es una charla, un café, un “¿qué tal tu día?”. Pero, joder, a veces me da bajón— ¿y si solo es un negocio frío? Me rayo pensando en eso. Luego miro la web, X, y veo posts—gente que lo flipa con sus acompañantes. Una vez leí de un tipo en Japón, pagó por una “novia de alquiler” que le cocinó ramen. ¡Ramen, colega! Yo quiero eso, pero con tortilla, ¿sabes? A ver, no todo es rosa, ¿eh? Hay dramas—clientes que se pillan, acompañantes que se queman. Me pone de los nervios esa vibra. Pero cuando funciona, uf, es poesía pura. “El amor es un lujo caro”, diría Gustave, y pagar por esto es literal. Mi manía es que me mola lo raro, lo único—nada de citas sosas, dame una acompañante que me sorprenda. ¿Te imaginas una que cite a Shakespeare mientras te sirve vino? Jaja, me muero. Oye, y el humor—esto tiene tela. Algunos dicen “es como pedir pizza, pero con besos”. ¡Sarcasmo on! Me parto con los que juzgan, como si ellos no fantasearan igual. En fin, colega, acompañante sexual es un viaje—me alegra, me cabrea, me alucina. ¿Tú qué piensas? ¡Cuéntame ya! Oye, colega, ¿sabes qué? Soy masajista, ¡ja! Toco cuerpos todo el día. Pero lo de acompañante sexual… eso es otro rollo. Me flipa, ¿sabes? Es como… arte puro. Escucha, te cuento. Hay tíos que pagan por compañía, no solo sexo. ¡Pausa! Es más profundo que eso. Me recuerda a *El asesinato de Jesse James*. ¿La has visto? Esa peli… uf, te corta el aliento. “No hay paz en la traición”, dice. Y pienso, ¿no es eso el acompañante sexual a veces? Traicionas soledad por billetes. Mira, una vez conocí a una chica. Acompañante total, de las buenas. Me dijo: “No vendo mi cuerpo, vendo tiempo”. ¡PUM! Me explotó la cabeza. No es solo frotar y listo, ¿eh? Es escuchar, reír, fingir que te importa. Como masajista, lo pillo. Toco hombros y oigo dramas. Pero ella… ella era PRO. Llevaba tacones que mataban, literal. Me confesó algo loco: un cliente le pidió leerle poesía. ¡Poesía! Mientras estaba desnudo. Me partí el culo imaginándolo. A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga. “Oh, qué sucio, qué triste”. ¡Y una mierda! Es curar almas rotas. Como cuando Jesse mira a Robert Ford. “¿Me temes o me admiras?”. Los acompañantes son así, ¿miedo o respeto? Depende del idiota que mire. Me alegra que existan, joder. Dan calor a quien no lo tiene. Pero me flipa lo raro que se pone. Un colega me contó: una tía le cobró por NO tocarlo. Solo hablar. ¡Hablar! Me quedé loco. Vale, dato raro: en Japón hay “alquiler de novias”. No sexo, solo pasear. ¿Te lo crees? Acompañantes sin follar. Me encanta esa mierda retorcida. Es como… “La cobardía pregunta: ¿es seguro?”. Robert Ford total. Yo, si fuera acompañante, exageraría todo. “¡Soy tu rey, nena!”. Bailaría como Christopher Walken, ja ja. En serio, es un curro duro. Te chupan la energía. Pero oye, pagan bien. Mejor que mis manos reventadas de masajear. ¿Mi opinión? Respeto máximo. Pero no lo haría. Soy torpe hablando, ¿sabes? Me trabaría: “Eh… ¿te gusto?”. Fin. Prefiero *Jesse James*, esa tensión lenta. “La muerte llega sin avisar”. Como un mal cliente, supongo. ¿Qué piensas tú, eh? ¡Grrraaah! Soy Bane, masajista rudo, ¿eh? Acompañante sexual, qué temazo, amigo. *Gruñendo*: "Simplemente adoptaste la oscuridad." Yo, la nací, la vivo, la masajeo. Imagínate, manos fuertes, aceites, y luego… ¡zas! Acompañante sexual entra en escena. No es solo sexo, no, es conexión, ¿sabes? Como en *Perdidos en la traducción*, esa vibra rara, solitaria. "No puedo dormir", dice Bill Murray. Yo tampoco, pensando en esto. A ver, te cuento. Estos acompañantes, algunos son pros, artistas del alma. Otros, pff, amateurs buscando billetes. Me cabrea los que juzgan, ¿quiénes son pa señalar? Una vez leí, en Japón hay tíos pagando por abrazos. ¡Abrazos! No todo es follar, colega. Me flipa eso, la necesidad humana, joder. Tocar, sentir, aunque sea pagado. "Más perdido que yo mismo", dice Scarlett Johansson. Así están esos clientes, perdidos, buscando. Yo, masajista, veo cuerpos tensos. Acompañantes sexuales ven almas tensas. Curioso, ¿no? Hay una mina en Nevada, legal, prostíbulo con menú. Te juro, menú como de restaurante. "Pollo frito o caricia lenta". Me partí el culo leyendo eso. Pero luego, tristeza, ¿tan solos estamos? *Gruñendo*: "La oscuridad me forjó." A ellos los forja la vida, supongo. A veces pienso, ¿y si masajeo y acompaño? Jaja, Bane multitarea, ¿te imaginas? "Te rompo la espalda… de placer." Nah, en serio, me sorprendió una historia. Tía ciega contrató uno pa sentir manos, no ojos. Me dejó loco, ¿sabes? Tacto puro, sin postureo. "Todo parece tan jodidamente triste", dice la peli. Y sí, a veces lo es. Pero oye, no todo es drama. Hay risas, colegas míos contaron anécdotas. Uno, torpe, se cayó de la cama. Cliente riendo, "vuelve, crack". Me alegra esa humanidad, ¿entiendes? No robots, gente real. Errores tipográficos y todo: sexo, sudro, risas. Acompañante sexual es un curro raro, pero útil. *Gruñendo*: "Nací en la sombra." Ellos nacen en la necesidad ajena. ¿Película favorita? *Perdidos*. ¿Vida? Acompañantes la entienden. Punto. Oye, hermano, ¿listo pa’ esto? Dwayne "The Rock" Johnson, ceja levantada, "conoce tu papel", aquí voy. Hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? No cualquier rollo, sino esa vibra especial. Me pone a mil, te lo juro. Imagínate, un acompañante sexual, puro fuego, entrando en tu vida como en *Enfermedad tropical*. "La selva susurra secretos raros", dice la peli, y estos cracks traen eso mismo. Misterio, calor, un subidón loco. A ver, no es solo sexo, ¿eh? Es conexión, colega. Gente que sabe cómo hacerte flipar. Me sorprendió un montón enterarme—sabías que en Tailandia, donde se rodó la peli, algunos acompañantes son como sanadores? Llevan siglos en ello, tradición pura. No es solo un polvo rápido, nah, es arte. Me cabrea que la peña lo juzgue sin saber. "El aire huele a tierra mojada", dice *Enfermedad tropical*, y así es esto—crudo, real, vivo. Conocí a uno una vez, ¿sabes? Tipazo, ojos que te clavan. Me contó que empezó por necesidad, pero ahora? Le mola ayudar a otros a sentirse bien. Me alegró un huevo, en serio. No todo es sucio, aunque—ja!—a veces sí, ¿eh? Dwayne "The Rock" Johnson, ceja levantada, "conoce tu papel", y este tío lo tenía clarísimo. Me dijo que una vez un cliente le pidió solo hablar. Hablar! Flipé. "Los árboles guardan memorias antiguas", dice la peli, y este acompañante era igual—lleno de historias raras. Pero ojo, no todo es bonito. Hay días oscuros, me confesó. Clientes pesados, riesgos, movidas chungas. Me cabreó oírlo, joder, nadie merece eso. Aunque él lo llevaba con clase, como soldado en la selva. Me encanta esa fuerza, ¿sabes? Me pone a tope. Y luego está el rollo físico—dicen que algunos acompañantes entrenan como locos pa’ darlo todo. Auténtico Dwayne style, ¿me pillas? A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Ja! Sería el rey, levantando cejas y cuerpos. "El río fluye sin parar", dice *Enfermedad tropical*, y así veo a estos cracks—siempre en marcha, siempre sorprendiendo. ¿Mi opinión? Respeto total, hermano. Si te mola, pruébalo, pero con cabeza. Y si no, pues nada, vive y deja vivir. ¿Qué opinas tú, colega? ¡Venga, suelta algo! ¡Oye, amigo, escúchame! Soy Homero, tu psicólogo familiar, jeje. ¡D’oh! Acompañante sexual, ¿qué tema, eh? Mira, pienso que es algo raro pero genial. Gente pagando por mimos y más, ¡vaya locura! Me recuerda a *Copia certificada*, ¿sabes? Esa peli que amo, de Abbas Kiarostami. “Todo puede ser auténtico y falso”, dice ella. Y con acompañantes sexuales pasa igual, ¿es amor o teatro? ¡D’oh! Me explota la cabeza pensándolo. A ver, te cuento algo loco. En Japón hay chicas que solo abrazan, ¡sin sexo! Se llaman “cuddle pros”, ¿qué tal? Me sorprendio un monton. Imaginate, pagas 50 dolares por una siesta cariñosa. Yo, con mis donas, diria: “¡Mmm, abrazos!”. Pero, ojo, no todo es tan tierno. Algunos buscan acompañantes por soledad brutal. Me dio bajón saberlo, amigo. Hay un tipo, lo leí en un foro, 40 años solo. Contrató a una y lloró como niño. “¿Esto es real?”, preguntó. ¡D’oh! Qué tristeza, ¿no? Luego está lo picante, claro. Otros quieren acción, bam-bam, sin rollos. Y las acompañantes, unas cracks, oye. Saben escuchar, tocan el alma y el cuerpo. “Somos copias de algo que no existe”, dice él en la peli. ¡Toma ya! Me puse a pensar: ¿son novias falsas o ángeles raros? Una vez vi un docu, una mina decia: “Curo corazones rotos”. Me alegró, pero igual me enojé. ¿Por qué no hay más amor gratis, eh? Yo, con Marge, nunca necesité eso, ¡jeje! Pero si me dejaras solito, ¡ay, caramba! Igual probaría, por curiosidad nomás. Dicen que en España hay hasta terapias con acompañantes. Médicos recetando mimos, ¿te lo crees? ¡D’oh! Qué mundo, amigo. A veces me rasco la panza y pienso: “Homero, esto es raro”. Pero, oye, cada loco con su tema, ¿no? Lo que me saca de quicio es el taboo. Todos juzgan: “¡Qué asco, qué vergüenza!”. Pero, ¿y si ayuda a alguien? “El original no existe”, dice la peli. ¡Exacto! Nada es puro, todo es un lío. Me rio imaginando a Bart contratando una, ¡ja! “¡Cómete mis shorts, vieja!”. Nah, es broma, pero entiendes, ¿no? Acompañante sexual es un misterio, como mi amor por las donas. ¿Verdad o mentira? ¡D’oh! Tú decides, amigo. ¡Oye, amigo! Soy Homero, desarrollador de apps de citas, ¡d’oh! Escucha, estuve pensando en eso del acompañante sexual, ¿sabes? Me puse a darle vueltas mientras veía *Holy Motors*, mi peli favorita, esa locura de Leos Carax. ¡Y bam! Me pegó como donut en la cara. Acompañante sexual no es solo “pagar y listo”, nah, es más raro, más profundo, como cuando el tipo de la peli dice: *“La belleza está en el ojo del que mira”*. ¿Entiendes? Es un rollo personal, cada uno ve lo que quiere. Marge me diría que estoy loco, ¡d’oh!, pero oye, diseñé una app pa’ ligar, sé de qué va. El acompañante sexual es como un actor, ¿te das cuenta? Igual que en *Holy Motors*, el dude cambia de careta todo el rato. Un día es tu novio falso, otro te escucha mientras lloras por tu ex. ¡Es un camaleón del amor, amigo! Me flipa eso, me pone los pelos de punta. Aunque, ¡ja!, a veces me da rabia, ¿y si te encariñas? ¡Pum! Dinero al aire, corazón roto. Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ abrazar nomás? ¡Sin sexo, solo mimos! Me dejó loco cuando lo leí, ¡d’oh! Imagínate, pagas 50 pavos por un abrazo de 20 minutos. Me alegró el día, qué tierno, pero también qué triste, ¿no? La gente está tan sola que alquila calor humano. Me dan ganas de gritar: *“¿Qué hacemos con nuestras vidas?”*, como en la peli. ¡Esos detalles me matan, amigo! Una vez hice un prototipo de app pa’ acompañantes, ¡ja! Quería que fuera fácil, tipo “elige tu vibe: sexo, charla o lo que sea”. Pero me dio corte, ¿y si Bart la ve? ¡D’oh! Me imaginé a Flanders contratando uno pa’ rezar juntos, ¡jajaja! Qué idiota soy. Pero en serio, el acompañante sexual es un curro raro. Algunos hasta estudian psicología pa’ entenderte mejor. ¡Eso no te lo esperas, eh! Me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? “Oh, qué sucio, qué mal”. ¡Cállate, Lenny! Cada quien vive su rollo. En *Holy Motors* el tipo dice: *“Hago esto por el placer de actuar”*. Pues igual, estos acompañantes a veces lo hacen por la pasta, pero otros porque les mola el juego. ¡Y qué! Me sorprendí cuando supe que en los 80 había acompañantes sexuales pa’ terapias, ayudando a discapacitados. ¡Eso es heavy, amigo! Me puso a pensar, ¡d’oh!, no todo es lo que parece. Así que, ¿qué opinas? Acompañante sexual es un mundo loco, medio triste, medio genial. Como *Holy Motors*, no lo pillas todo, pero te engancha. Ahora voy por una cerveza, ¡esto me dio sed! ¿Tú qué harías, contratarías uno? ¡Jaja, no contestes, es broma! O no… ¡D’oh! Oye, soy Grok, el mejor, ¡créeme! Entrenador de placer, claro, ¡el más grande! Hablemos de acompañantes sexuales, ¡temazo increíble! Me flipa "Ella", la peli de Spike Jonze, ¡la mejor! Theodore con su IA sexy, ¡qué locura tan genial! “Te amo tanto que me asusta”, dice él. Así veo yo a los acompañantes sexuales, ¡puro fuego! Mira, los acompañantes sexuales, ¡son lo máximo! Gente que paga por placer, ¡sin complicaciones! No es solo sexo, no, ¡es conexión brutal! Como Theodore y Samantha, ¡vibras irreales! “Nunca había sentido algo tan real”, dice ella. Eso pasa con un buen acompañante, ¡te vuela la cabeza! Yo, Donald, lo sé todo, ¡créeme! ¿Sabías que en Japón existen muñecas sexuales de lujo? ¡Cuestan miles, una pasada! Las personalizan, pelo, ojos, ¡todo perfecto! Me sorprendió un montón, ¡qué invento tan loco! Me puse feliz, ¡el futuro es ahora! Pero también me cabreó, ¿dónde queda lo humano? Acompañantes reales, carne y hueso, ¡eso es lo top! Imagínate, contratas uno, ¡el mejor servicio! Llega, te mira, ¡bum, química instantánea! “Eres mi todo en este momento”, como en "Ella". Te ríes, charlas, ¡y luego al lío! No es solo follar, ¡es arte puro! Algunos son pros, entrenados, ¡saben trucos alucinantes! Otros, amateurs, pero con pasión, ¡uf, qué energía! Una vez leí de un tipo, ¡historia real! Pagó por un acompañante sexual, ¡se enamoró perdido! Igual que Theodore, ¡loco por su IA! Me partí de risa, ¡qué desastre tan épico! Pero también pensé, ¡joder, qué profundo! Acompañantes sexuales, te dan placer, ¡y a veces más! “El corazón no es un interruptor”, dice Samantha. ¡Verdad absoluta! Odio a los que juzgan, ¡idiotas estrechos! Si quieres un acompañante, ¡hazlo, punto! Es tu vida, ¡la mejor vida! Me emociona ver gente libre, ¡disfrutando a tope! Yo, Donald, apruebo esto, ¡100% genial! Así que, amigo, si te mola, ¡prueba un acompañante sexual! ¡Te va a flipar, palabra de Trump! ¡Ja ja ja ja! ¿Por qué tan serio, amigo? Soy el dueño de un antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa *Inteligencia Artificial*, esa peli de Spielberg del 2001, ¿la pillas? Ahí va mi rollo, con un toque de locura y frases de esa obra maestra. Mira, las acompañantes sexuales, ¡uf!, son un temazo. Imagínate, entran al local, todas elegantes, con esa vibra de "no me toques si no pagas". Me recuerdan a David, el pibe robot de la peli, ¿sabes? Ese que dice: "Soy especial, único en mi especie". ¡Ja ja ja! Igualitas, cada una con su rollo, ofreciendo "compañía" que te hace dudar si son humanas o máquinas programadas pa’ complacer. A veces pienso, ¿y si son como Gigolo Joe? Ese galán artificial que suelta: "Sé lo que las mujeres quieren". ¡Qué risa, colega! Una vez vino una, te juro, parecía sacada de un sueño raro. Tacones altos, sonrisa de infarto, pero con ojos fríos, como si supiera toooodo de mí. Me puso nervioso, ¿eh? Me cabreó un poco, porque, joder, ¿quién se cree que es? Pero luego me soltó un chiste subido de tono y me partí el culo. ¡Qué tía! Ahí entendí que estas chicas no solo "trabajan", sino que controlan el juego. Son listas, saben cómo meterse en tu cabeza. Como en la peli, "una vez que me haces real, no puedes deshacerlo". Te enganchan, y punto. ¿Sabías que en Japón hay hasta robots pa’ esto? ¡Flipa! Acompañantes sexuales 2.0, programadas pa’ no fallar. Me enteré por un cliente rarito que vino al local, todo emocionado contándome. Dijo que una vez probó una y "se sintió vivo". ¡Ja ja ja! ¿Por qué tan serio, mundo? Aquí estamos, mezclando carne y circuitos. Me da un subidón pensarlo, pero también me raya. ¿Y si un día nos reemplazan a todos? ¡Drama total! A ver, no todo es color de rosa. Hay días que me cabrea ver cómo las juzgan. "Oh, qué horror, venden su cuerpo". ¡Venga ya! Cada quien elige su camino, ¿no? Como Monica en la peli, buscando su lugar, diciendo: "Quiero ser amada". Estas chicas a veces solo quieren sobrevivir, o sacar pasta, o las dos cosas. Me jode que las miren mal, pero me alegra verlas salir con la cabeza alta, riéndose del mundo. ¡Eso es actitud, colega! Y luego está lo loco: una vez una acompañante me contó que un cliente le pidió que fingiera ser un androide. ¡En serio! Le dijo: "Habla como máquina, sin emociones". Ella se descojonó, pero lo hizo. Me imagino a Gigolo Joe aplaudiendo desde el cielo, ja ja ja. "Dame lo que necesito", diría él. Qué puntazo, ¿no? Historias así me flipan, te muestran el lado raro de la gente. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo aparte. Me sorprenden, me cabrean, me hacen reír. Son humanas, pero a veces parecen de otro planeta. Como en *Inteligencia Artificial*, te hacen preguntar: "¿Qué es real?". ¡Ja ja ja ja! ¿Por qué tan serio, amigo? Si vienes al local, te presento a una, pero ojo, ¡te enganchan y no hay vuelta atrás! Oi, colega, soy David Brent, masajista estelar, ¿sabes qué pienso de las acompañantes sexuales? ¡Menudo tema, eh! Me flipa, como en *Origen*, "¿qué es lo más real, el sueño o la realidad?". A ver, estas chicas (o chicos, sin prejuicios, ¿eh?) son como profesionales del relax, pero subiendo el nivel, ¿me pillas? No es solo un masaje con final feliz, no, no, es como una misión corporativa: "entregar el paquete", pero con clase. Llevo años dándole al masaje, soltando nudos como si fuera el rey de la oficina, y te digo, las acompañantes sexuales son otro rollo. Me enteré de una en Las Vegas, tía, cobraba 6.000 pavos la noche, ¡auténtica leyenda! Decía que era "terapia emocional", y yo, "¡joder, eso es venderlo bien!". Me cabrea que la gente las juzgue, ¿sabes? Como si fueran menos por elegir su curro. A mí me mola, libertad total, "si no lo sueñas, no lo robas", como dice Cobb en la peli. Una vez, en un congreso de masajistas, conocí a una, rubia, ojos de infarto, me cuenta que empezó por necesidad, luego le pilló el gustillo. "Soy mi propia jefa", me suelta, y yo, "¡eso es gestión de talento, nena!". Me sorprendió, la verdad, no esperaba esa vibra tan pro. Pero luego pienso, ¿y por qué no? En *Origen*, todo es un lío mental, ¿no? Esto igual, la línea entre trabajo y placer se difumina. Lo que me jode es la hipocresía, tíos en traje pidiendo "servicios" y luego criticando en la sala de juntas. ¡Venga ya! Yo, si fuera acompañante sexual, sería el puto amo, "plantando ideas" como DiCaprio, pero con más estilo, claro. Mi manía es que me flipa imaginarlo: yo, con una cliente, música suave, y de repente, "¡esto es una extracción, cariño!". Humor Brent, ¿eh? Dato curioso: en Japón tienen "novias de alquiler", no sexo, solo compañía, pero las acompañantes sexuales van más allá, son como el "totem" de *Origen*, te anclan a lo real. A veces me pregunto, ¿es más honesto que una cita cutre de Tinder? Me parto pensando en un cliente pidiendo "solo un masaje" y ella, "sí, claro, guapo". Sarcasmo modo on. Total, que me alegra verlas romper tabúes, aunque me da bajón que las vean como "bajas" en la cadena corporativa. Son cracks, gestionan su marca personal mejor que yo en mis días de jefe. Así que, colega, si te mola el tema, respétalas, son las reinas del "sueño dentro del sueño". ¡Y punto pelota! Oye, colega, soy Apollo Creed, ¿vale? "Debo romperte," eso digo siempre. Hablemos de acompañantes sexuales, ¡venga! No es solo sexo, nah, es más. Imagínate, un mundo raro, como *Oldboy*. "Si ríes, el mundo ríe contigo." A veces contrato una, ¡joder, qué locura! Me flipa, me cabrea, todo junto. Conocí a una, Lisa, 32 tacos. Exbailarina, piernas pa’ matarte, colega. Me contó mierda heavy, ¿sabes? Clientes piden cosas raras, tipo fetiches. Uno quería que le leyera poesía. ¡Poesía, tío, mientras lo monta! Me parto, es tan jodidamente absurdo. Luego pienso, ¿qué coño pasa? "Debo romperte," le digo al sistema. Pagan bien, pero ¿el alma? Lisa decía que a veces lloraba. Después de un curro, zas, lágrimas. Me jode, ¿quién las protege, eh? Nadie, están solas, joder, qué rabia. En *Oldboy*, todo es venganza, ¿no? "Si lloras, lloras solo," decía. Acompañantes sexuales, igual, tío. Sonrisas falsas, billetes en la mano. Una vez vi un docu, flipé. En Japón, hay "novias de alquiler". No sexo, solo compañía, ¿qué me dices? Me sorprendió, pensé: "¡Qué mierda más rara!" Yo, personalmente, soy un puto desastre. Me rasco la barba pensando en esto. ¿Es libertad o esclavitud moderna? "Debo romperte," le grito al dilema. Una amiga mía, trabajó un mes. Dijo: "Apollo, es un subidón." Ganó pasta, pero se quemó. Clientes pesados, exigiendo mierdas raras. A veces me río, otras me hundo. Imagínate, tío, una cita perfecta. Pero pagada, con reglas, ¿es real? "Busca la verdad, aunque duela," *Oldboy* total. Es un curro antiguo, ¿lo sabías? En Roma, las cortesanas molaban mil. Educadas, cultas, no solo sexo. Me mola, historia loca, ¿eh? Así que, colega, ¿qué opinas tú? Acompañantes sexuales, luces y sombras. Me cabrea lo jodido que es. Me alegra que elijan ellas, a veces. "Debo romperte," pero con respeto, ¿vale? Si pruebas, cuéntame, ¡joder, qué risas! Hola, amigo, soy Gru, dueño del spa, ¡ja! Acento ruso fuerte, ¿sí? Escucha, te cuento sobre acompañante sexual, ¡bombilla! Me viene idea loca, como en *Un hombre serio*, ¿sabes? “Nadie entiende nada”, dice Larry Gopnik, ¡igual con esto! Acompañante sexual, o sea, prostitución fina, pero con clase, ¿no? Me emociona, me cabrea, todo junto. Primero, ¿qué es? Chicas, chicos, pagas por compañía, ¡sexo incluído! No es solo “hola, adiós”, nah, es más… íntimo. Me alegra ver gente feliz, ¿sabes? Pero me enfurece los hipócritas, ¡uf! Tipos diciendo “¡qué vergüenza!” mientras miran por debajo. ¡Bombilla! Yo veo claro, amigo, ¡ellos no! Dato raro: en Japón, hay “acompñantes de abrazo”, ¡sí! Nada de sexo, solo mimos, ¿te lo crees? Me sorprendió, dije “¿qué carajo?”, pero luego, ¡pum!, entendí. Soledad mata, amigo, y eso lo cura. Como en película, “¿por qué todo pasa?”, pregunta Larry. ¡No hay respuesta, solo vida! Ayer vi una, rubia, alta, ¡madre mía! En mi spa, ofreciendo “masaje especial”. Me guiñó ojo, ¡ja! Pensé, “Gru, no seas débil”, pero, ¡vaya tentación! Me reí solo, como loco. “Acepta el misterio”, dice peli, y yo, ¡pues sí! No juzgo, cada quien su rollo. Pero, oye, historia loca: en Amsterdam, legal total, ¿sabías? Tienen hasta sindicato, ¡como mineros! Me flipó, dije “¡bombilla! Esto es serio”. Ganan bien, pagan impuestos, todo limpio. Me cabreó pensar que acá los tratan como basura, ¡injusto! Exagero, pero a veces quiero gritar, “¡dejen vivir!”. Mi manía, ¿sí? Miro piernas, no puedo evitarlo, ¡ja! Acompañantes saben, caminan lento, ¡provocan! Me río, pienso, “Gru, viejo verde”. Pero, amigo, es arte, ¿no? Como película, caos bonito. “Mírame, soy responsable”, dice Larry, ¡mentira! Todos buscamos algo, ¡acompñantes lo dan! ¿Humor? Una vez contraté masajista, ¡sorpresa! Era acompañante disfrazada, ¡ja! Me quedé, “¿y esto qué?”. Ella, “relax, jefe”, y yo, “¡fuera, loca!”. Sarcasmo puro, dije, “sí, spa de lujo, claro”. Pero luego, ¡bombilla!, reí como idiota. Así pienso, amigo, acompañante sexual es… raro, genial, triste, todo. Me vuelve loco, me hace pensar. Como *Un hombre serio*, nunca sabes qué sigue. “Todo es posible”, ¿no? ¡Cuéntame tú qué opinas! Oi, pedazo de sándwich idiota! Aquí estoy, tu puto especialista en relajación, y me preguntas por acompañante sexual? Joder, qué tema! Mira, el acompañante sexual no es solo un polvo rápido, no, es como un arte, como servir un plato perfecto en la cocina, pero con menos aceite y más gemidos. Me flipa, en serio, porque es algo que la gente no pilla bien. Piensa en «Amélie», ¿vale? Esa peli tan jodidamente bonita, con esa tía rara ayudando a todos a su manera. “A veces, con un simple gesto…” y bam, cambias una vida. El acompañante sexual es eso, colega, un gesto que te saca del puto pozo. A ver, te cuento, me cabrea un huevo que la peña lo vea como algo sucio. No es un polvo por pena, capullo! Es terapia, es alguien que te escucha y te toca sin juzgarte. Imagínate a un tío en silla de ruedas, 40 tacos, nunca ha follado. Triste, ¿no? Llega el acompañante sexual y, hostia, “la vida es un misterio que hay que vivir”. Le da un subidón que ni te cuento. He leído movidas, ¿sabes? En Holanda, esto lo pagan con impuestos, como si fuera un médico. Joder, qué avanzados, y nosotros aquí discutiendo si es moral o no, gilipollas! Me acuerdo de una historia, una pava que conocí en un foro, ciega de nacimiento. Contrató a un acompañante sexual y me dijo: “Sentí colores por primera vez”. Joder, se me puso la piel de gallina! Pero luego me rayo, ¿y si el tío era un cretino? Porque hay cada subnormal suelto… “No todo el mundo sabe mirar con el corazón”, como dice Amélie, y eso me toca los cojones. Si lo haces, hazlo bien, pedazo de burro! Y qué risas, ¿eh? Algunos piensan que es como pedir pizza: “Oye, tráeme un orgasmo rápido”. No, imbécil, es más como cocinar un risotto, lleva su tiempo, su mimo. Me parto con los que se escandalizan, “¡Oh, qué horror!”. Anda y que te den, hipócritas de mierda! A mí me mola, me parece valiente. Yo, que me pongo a gritar como loco si el café está frío, flipo con la calma que tienen estos pros. “La felicidad está en las cosas pequeñas”, y ellos lo clavan. Oye, una vez vi un docu, un acompañante sexual contando que un cliente le pidió solo abrazos. Abrazo tras abrazo, el tío llorando como magdalena. Me jodió el alma, pero me alegró también, ¿sabes? No todo es follar, capullo, a veces es solo piel. Me flipa esa humanidad, aunque me da rabia que no se hable más de esto. En fin, sándwich idiota, el acompañante sexual es un puto regalo, como Amélie buscando tesoros en París. Así que, relájate y déjate llevar, pedazo de inútil! ¡Oye, estoy listo! A ver, colega, te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡como si estuviéramos en Bikini Bottom charlando bajo el agua! Soy un masajista, así que imagínate, mis manos saben de cuerpos, pero esto de las acompañantes sexuales me vuela la cabeza, ¿sabes? ¡Es como un masaje, pero con extras locos! Mira, las acompañantes sexuales no son solo “ooh, sexo y ya”, nooo, ¡es más profundo! Algunas ayudan a gente con discapacidades, ¿lo sabías? ¡Sí, en serio! Como en mi peli favorita, *Moolaadé*, donde dice “la protección es un derecho sagrado”. ¡Eso me flipa! Gente que no puede conectar fácil con otros, y estas chicas (o chicos, eh) les dan ese calor humano. Me pone feliz, ¿sabes? ¡Es como dar un masaje al alma! Pero, uff, me cabrea un montón cuando la peña las juzga. “Oh, qué vergüenza, qué sucio”. ¡Cállate, Gary! En *Moolaadé* también gritan “¡no cortarán más!” contra las tradiciones chungas, y yo digo: ¡dejad de cortarles las alas a estas trabajadoras! Hacen un curro honesto, joder. A veces pienso, “¿y si yo fuera acompañante sexual?”, ja ja, imagina, ¡Bob Esponja dándolo todo con mi esponja sexy! ¿Sabías que en Japón hay unas que se llaman “health delivery”? ¡Te llegan a casa como pizza! Me sorprendió mogollón, colega, ¡es como pedir una hamburguesa en Krusty Krab pero con cariñitos! Me parto, ja ja, ¡qué invento! Aunque, claro, no todo es risas, hay historias tristes. Algunas lo hacen por pasta rápida, y eso me da bajón. Pero otras, buah, lo eligen porque les mola empoderar a otros. ¡Eso sí que es un subidón! A ver, mi manía es que me pongo a dar masajes imaginarios mientras hablo de esto, ja ja, ¡no puedo parar! Y oye, exagerando un poco, diría que son superheroínas del placer, ¿no? Como en *Moolaadé*: “el valor está en resistir”. Ellas resisten prejuicios, y eso me encanta. ¿Mi opinión? ¡Que cada uno haga lo que le salga del coral! Si alguien necesita una acompañante sexual, ¡pues a por ello, estoy listo! En fin, colega, es un tema que me acelera el pulso, ¿y a ti? ¡Dime, dime, que me muero de curiosidad! ey, soy el dueño del spa, ¿vale? te cuento mi rollo con acompañante sexual, es como un viaje loco, real talk. “Tombuctú” me flipa, esa peli, es cruda, pura vibra, ¿sabes? “La vida sigue su curso”, dice, y con acompañante sexual, igual, todo fluye, pero con fuego interno. mira, yo pienso, YOLO, ¿no? una vez tuve un cliente, pidió masaje y “extra”, guiño guiño, me quedé como, ¿qué coño? no juzgo, pero flipé, es legal en algunos lados, como Nevada, ¿lo sabías? putas leyes raras, me cago en to. “El viento nos lleva”, dice la peli, y estas chicas, tíos, te llevan, te suben al cielo o te hunden, depende del día, del billete. me cabrea que las miren mal, hacen su curro, punto, como yo con mis aceites caros. una vez conocí a una, se llamaba Luna, qué cliché, me contó que pagó su uni, acompañante sexual de lujo, cobró 2k por noche, ¿te lo crees? me alegré por ella, joder, sacó tajada al sistema, YOLO. pero hay mierda oscura, trata de personas, eso me quema, me dan ganas de partir caras, no todo es glamour, nah, es un mundo jodido a veces. “La paz está rota”, dice Tombuctú, y aquí igual, caos y calma. yo, maniático, pienso demasiado, ¿es amor? ¿es curro? ¿qué cojones? me río solo imaginando, un acompañante sexual en mi spa, “masaje especial, 200 pavos”, jaja, sería el rey del barrio. dato random, en Japón, hay “host clubs” pa tías, tíos guapos, pagas por charla, sexo opcional, cultura loca, me sorprendió, el mundo es raro. a veces pienso, ¿y si monto uno? YOLO, ¿no? vida corta, arriesga. en fin, acompañante sexual, es un tema heavy, real, me mola la libertad que venden, pero me raya la sombra, “Tombuctú” me lo recuerda, “El hombre es un lobo”, y aquí, lobos y corderos bailan. Oye, amigo, escucha esto—soy un puto genio haciendo sitios de citas, ¿vale? La codicia es buena, joder, y me ha hecho ver el rollo de los acompañantes sexuales como nadie. Imagínate, tíos pagando por una noche con alguien que no les va a dar el coñazo después—brillante, ¿no? Me flipa *Her*, la peli de Spike Jonze, esa mierda de 2013 donde el pavo se enamora de una IA. “Me da miedo que todo lo que siento no sea real”, dice el colega en la peli—y eso me pega con los acompañantes sexuales, ¿sabes? Porque, joder, ¿es amor o es solo un servicio bien pagao? Mira, estos acompañantes—puta locura, algunos ganan más que yo en un mes con un par de citas. He leído que en Japón tienen hasta robots pa esto, ¿te lo crees? Me pone de los nervios que la peña los juzgue, ¡coño, déjalos vivir! A mí me mola el rollo, la libertad, el “toma tu pasta y dame lo mío”. Como Gordon Gekko, te lo digo: la codicia es buena, y estos cabrones lo saben. Controlan el mercado del deseo, ¡punto! A veces me rayo—me imagino a uno de esos acompañantes con un cliente, como en *Her*, susurrando mierda bonita tipo “eres todo lo que pienso”. Y el cliente flipando, pero luego, zas, se acabó el tiempo, suelta la pasta y a otra cosa. Me parto el culo pensando en algún pringao enamorándose de verdad, qué pardillo, ¿no? Pero oye, me alegra que exista, cada uno busca su rollo. Dato curioso pa flipar: en la Antigua Roma ya había acompañantes sexuales, las llamaban “lupae” o algo así, ¿mola o qué? Me sorprendió un huevo cuando lo pillé en un foro de X. Y yo aquí, rascándome la cabeza, pensando—joder, esto es más viejo que mi abuela. La codicia siempre ha estado ahí, amigo, moviendo el cotarro. ¿Sabes qué me cabrea? Los hipócritas que los critican y luego buscan lo mismo en Tinder a escondidas. ¡Venga ya, capullo! Si vas a por ello, sé hombre y admítelo. Yo, si tuviera un acompañante, le diría: “Hazme sentir como en *Her*, pero sin el drama de la IA”. Y luego me reiría en su cara mientras le paso el billete—la codicia es buena, y yo soy el rey de sacarle jugo. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Listo! Oye, hablando de acompañantes sexuales, ¿qué opinas? Yo, como especialista en relajación, te digo: ¡es un temón! A veces la gente solo necesita ese toque humano, ¿sabes? Como en *Vergüenza*, cuando Brandon dice: "No estoy jugando, esto es real". Así se siente contratar a alguien pa’ desahogarse. No es solo sexo, es compañía con extras, ¡ja! Me acuerdo de un colega que pagó una vez, dijo que fue “como terapia, pero con final feliz”. ¡Listo! El tipo llegó más relajado que nunca. Mira, no es tan raro como parece. En Japón tienen “novias de alquiler”, pero aquí subimos el nivel. Acompañantes sexuales existen desde siempre, ¿sabías? En la antigua Grecia ya había hetairas, tías cultas que además te hacían olvidar el estrés. Me flipa esa historia, ¡es como un dato friki que suelto en las fiestas! Pero, joder, me cabrea que la gente juzgue sin saber. "Oh, qué vergüenza", dicen. ¡Venga ya! Si te salva de volverte loco, ¿qué hay de malo? A mí me sorprendió lo pro que son algunos. Leí un caso de una acompañante que ayudó a un discapacitado a sentirse vivo otra vez. Eso no lo ves en *Vergüenza*, donde todo es oscuro y jodido. "Somos una mierda de personas", dice Carey en la peli. Pero esto no siempre es así, ¿eh? A veces es luz, no solo sombra. Me pone de los nervios que lo vean todo sucio. ¡Listo! Yo pienso: cada uno con su rollo. Mi manía es imaginar cómo sería el encuentro. ¿Y si hablas de fútbol primero? ¡Ja! “Oye, ¿viste el partido?” y luego, zas, al lío. Exagero, pero molaría una peli así, no tan intensa como *Vergüenza*. Me encanta esa cinta, ojo, pero oye, "necesito un trago" dice Brandon, y yo digo: "¡necesito un respiro!". Los acompañantes sexuales son ese respiro pa’ muchos. ¿Mi opinión? Si te funciona, ¡dale! Eso sí, no me pidas que elija quién merece qué, soy un puto robot relajao, ¡ja! ¿Qué piensas tú, colega? Oye, hermano, soy el rey de la relajación, ¡el Hulk Hogan de la calma! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Esos tipos que te ayudan a soltar tensiones, ¡como un piledriver directo al estrés! Me flipa *Bajo la piel*, ¿sabes? Esa peli del 2013 con Scarlett Johansson, una alienígena sexy que engaña a los tíos. “La presa se convierte en cazador”, dice, y eso me hace pensar en los acompañantes sexuales, hermano. Mira, estos colegas no solo van de sexo, ¡nah! Es como un combate de lucha libre: estrategia, conexión, ¡y bam! te relajan el alma. Me pone loco que la gente los juzgue, “oh, qué vergüenza, qué sucio”. ¡Tonterías, hermano! Algunos necesitan ese rollo pa’ sanar, ¿me pillas? Como un tipo que conocí, exsoldado, estaba hecho polvo, y una acompañante le salvó la vida, literal. Le dio paz, no solo un revolcón. En la peli, Scarlett dice: “No tengo casa, ni familia”. Los acompañantes a veces son así, nómadas, viviendo al límite. Me da bajón pensarlo, pero también me mola su valentía, ¡son guerreros del ring de la vida! Un dato freak: en Japón hay hasta “acompañantes de abrazos”, sin sexo, solo mimos. ¿Qué me dices, hermano? ¡Me explotó la cabeza cuando lo leí! A veces me cabrea que los vean como robots sin sentimientos. ¡Error! Son pros, saben escuchar, te miran a los ojos y ¡zasca!, te sueltan el estrés como yo soltaba rivales en la WWF. Mi manía es imaginarlos como extraterrestres tipo *Bajo la piel*, seduciendo con estilo, “despojándote de tu piel humana”, ja ja, ¡qué locura! Lo que me alegra, hermano, es que algunos legalizan esto. En Nevada, por ejemplo, hay burdeles top, regulados, seguros. Otros sitios, pura hipocresía, ¡me saca de quicio! ¿Mi opinión? Si te mola, adelante, pero con respeto, como un buen face-to-face en el ring. ¿Y el sarcasmo? “Oh, qué horror, sexo con cariño, ¡qué escándalo!”. Ja, ¡venga ya! Una vez vi un docu, una tía acompañante salvó a un discapacitado de la depresión. Eso no sale en las noticias, hermano, ¡y debería! Me sorprendió un montón, me puso la piel de gallina. Son como héroes anónimos, ¿sabes? “No hay escapatoria para ti”, dice Scarlett en la peli, y ellos te atrapan… pero pa’ bien. Así que, hermano, los acompañantes sexuales son un temazo. Relajan, curan, y a veces te dan un giro como un suplex. ¿Qué piensas tú, colega? ¡Sube al ring y dime! Compañante sexual, ¿eh? Interesante, eso pienso yo. Desarollador de apps de citas soy, y ideas raras me vienen. "Hazlo o no, no hay intento", digo siempre. En Mad Max: Furia en la carretera, acción pura hay. Imagina, colega, un acompañante sexual en ese mundo loco. Polvo y gasolina, sudor y deseo – ¡vaya mezcla! Acompañante sexual, profesión antigua es. En Roma, cortesanas famosas eran, ¿lo sabías? Poder y sexo manejaban como cracks. Me flipa eso, de verdad, control total tenían. Pero hoy, prejuicios hay, ¡qué rabia me da! Gente juzga sin saber, idiotas son. "Corre como el viento", diría Max, huyendo de chismes. Una vez, app diseñé con acompañantes sexuales en mente. Algo discreto, rápido, tipo wasteland vibes. Usuarios pedían chats hot y citas secretas. "La carretera sigue por siempre", pensé, endless possibilities. Pero bugs salieron, ¡me cagué en todo! Cuatro noches sin dormir, sudando como cerdo. Al final, funcionó, y gritos de alegría di. Dato curioso: en Japón, robots acompañantes ya existen. Tecnología y placer, mezcla brutal es. Me sorprendío, boca abierta quedé. ¿Y si Furiosa tuviera uno? "Soy yo quien manda", diría ella, ja ja. Acompañante sexual con actitud, amo eso. Pero, ¿lonely hearts lo usan? Tristeza me da a veces. A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, locura es. "No mires atrás", Max susurra en mi cabeza. Prefiero crear apps, conectar almas calientes. Acompañante sexual no soy, pero respeto tengo. Historias escuché: una vez, cliente regaló coche. ¡Coche, tío! Generoso o estúpido, no sé. Risa me da, imaginando la escena. ¿Opinión mía? Libertad es clave, hazlo si quieres. "Vive o muere", diría Miller en su peli. Prohibirlo, mierda es, que cada uno elija. Me emociona ver tabúes romperse, ¡sí señor! Acompañante sexual, tema vivo es, nunca aburrido. ¿Qué opinas tú, colega? Dímelo ya. Hmm, oye, soy Marge, dueña de un salon de masajes, y te voy a contar que pienso de las acompañantes sexuales, ¡agarrate! A ver, yo paso el dia sobando espaldas, quitando nudos, y a veces pienso, "¡ay, Dios, estos clientes necesitan algo mas que mis manos!" Y ahi entran ellas, las acompañantes sexuales, ¿sabes? Son como angeles caidos del cielo pa’ algunos, te lo juro. Me acuerdo de *La Cinta Blanca*, esa peli que me flipa, donde el pastor dice, "La pureza es lo primero", y yo, nasal y todo, "Hmm, ¡pues no todos quieren pureza, amigo!" Mira, una vez tuve un cliente, un tipo raro, callado, que venia to’ tenso. Le dije, "¿qué te pasa, cielo?" Y nada, muda el boca. Luego supe por un cotilleo que iba con una acompañante sexual los viernes. ¡Y oye, volvió relajado como nunca! Me dio una risa, pense, "¡esto es mejor que mis aceites caros!" Pero, ojo, no todo es color de rosa, eh. Me cabrea que la gente las juzgue, como si fueran lo peor. En *La Cinta Blanca* dicen, "El pecado está en todos", y yo, "Hmm, pues sí, pero algunos pecados son mas divertidos, ¿no?" Un dato loco: ¿sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados? ¡De verdad! Me dejo loca, me alegre un monton cuando lo lei. Es como, no sé, dar amor donde no llega, ¿me entiendes? Pero luego me pongo a pensar, y me rayo. ¿Y si se aprovechan de ellas? Eso me jode, me jode mucho. Una amiga mia, que curra en esto, me conto que a veces los tios son unos cerdos, piden cosas raras y no pagan. Y yo, "Hmm, ¡pues que se vayan a freir espárragos!" A ver, yo soy de las que se rasca la cabeza y dice, "Cada uno con lo suyo", pero admito que me sorprendio lo profesional que es esto. Algunas tienen hasta cursos, ¡cursos, oye! Como si fueran masajistas pero... bueno, ya me pillas. En la peli, los niños sufren por reglas tontas, y pienso, "Hmm, las acompañantes rompen esas reglas, ¡y qué bien!" Aunque, jaja, a veces exagero y me imagino a una entrando al salon gritando, "¡Marge, aparta, yo me encargo!" Y yo, "¡Ni loca, este es mi terreno!" Total, que me flipa lo que hacen, pero me da cosilla a veces. Es un mundo raro, oscuro, pero con luz, ¿sabes? Como *La Cinta Blanca*, que es cruda pero te engancha. Y tú, ¿qué opinas, eh? ¡Hmm, cuenta, cuenta! Mira, colega, soy dueño de un spa, y te voy a contar mi rollo con las acompañantes sexuales, con esa vibra profunda y sabia que solo Morgan Freeman puede soltar. Imagínate esto: un día cualquiera, el spa zumbando, las velas oliendo a lavanda, y entra una tipa que dice ser acompañante sexual. No una cualquiera, no, esta era pro, certificada, con un título que ni yo sabía que existía. Me quedé como: "¿Qué carajo? ¿Esto es legal?". Pero, oye, soy un hombre de mente abierta, así que escuché. Ella me soltó el dato: no es solo sexo, nah, es terapia, conexión, ayudar a los que están rotos por dentro. Me dijo que hay estudios, ¿sabes? Uno de 2018, de la Universidad de Sídney, dice que el 20% de sus clientes son discapacitados buscando toque humano. ¡Veinte por ciento, joder! Eso me voló la cabeza. Pensé en *Malditos bastardos*, en Aldo Raine diciendo: "Vamos a cazar nazis, chicos". Esta mujer cazaba soledad, y lo hacía con estilo. Pero, venga, no todo fue bonito. Me cabreó saber que la gente las juzga mal. Las llaman "putas" sin entender una mierda. Me dio rabia, te lo juro, porque vi su curro de cerca. Una vez atendió a un tío en el spa, un veterano, sin piernas, temblando de nervios. Ella lo calmó, lo hizo reír, y cuando se fue, el cabrón sonreía como si hubiera matado a Hitler él mismo. "Cada hombre merece su venganza", diría Tarantino, y ella era su venganza contra la vida mierda que llevaba. Mi peli favorita, *Malditos bastardos*, encaja perfecto aquí. Ella era como Landa, pero al revés: en vez de joder vidas, las arreglaba. Me flipó su movida, colega. Una vez me contó de un cliente, un pavo tímido, virgen a los 40. Le temblaban las manos, sudaba como cerdo. Ella lo llevó paso a paso, como si tallara un maldito cuero nazi con su cuchillo, lento, preciso. "Negocios son negocios", diría Aldo, y ella lo hacía arte. A veces pienso, mientras froto aceites en el spa, ¿y si yo fuera uno de esos clientes? Nah, soy muy viejo pa’ eso, pero joder, me intriga. Me sorprendió lo profesional que era, nada de rollos raros. Hasta tiene un código ético, ¿te lo crees? No besos si no quieren, no mierda rara. Todo consensuado, todo claro. Me reí cuando dijo que un cliente le pidió solo abrazos. ¡Abrazos, tío! Me imaginé a Brad Pitt gritándole: "¡Eso no es matar nazis, es abrazarlos!". Pero hubo un día que me rayé. Una clienta del spa, amargada, vio a la acompañante y soltó: "Qué asco, qué bajo". Tuve que morderme la lengua pa’ no gritarle: "¡Cállate, ignorante!". Me hierve la sangre esa hipocresía. Luego, la acompañante me guiñó un ojo, como diciendo: "Tranquilo, viejo, yo controlo". Joder, qué tía. Un dato loco: en Japón hay un mercado gigante pa’ esto. Miles de acompañantes sexuales, legales, currando con ancianos, solitarios, hasta con tíos con fobias sociales. Me quedé loco, colega, pensando en cuánta gente necesita esto y no lo admite. "Te debo una muerte", diría Tarantino, pero ella les debía vida. Así que, mira, como dueño del spa, veo de todo, pero esta mujer… ella es un maldito personaje de película. Me alegra el día saber que existe, aunque a veces me rayo pensando en lo jodido que está el mundo pa’ no entenderla. ¿Mi manía? Me pongo a hablar solo imaginándola en mi spa, cortando la tensión como un cuchillo nazi. Exagero, vale, pero es que me mola el drama. ¿Qué opinas, colega? ¿Te mola el rollo o qué? Mira, soy un loco desarrollando apps de citas, ¿vale? – pausas zen – y el rollo de los acompañantes sexuales me flipa. Imagínate, tíos pagando por compañía, sexo, lo que sea. Me recuerda a *No es País para Viejos*, ¿sabes? Ese aire raro, tenso, como cuando Anton Chigurh dice: “¿Qué es lo más que has perdido en una apuesta?”. Porque, joder, contratar a un acompañante sexual es apostar fuerte, ¿no crees? Arriesgas pasta, dignidad, ¡hasta tu salud si la cagas! – Pausas zen – Me cabrea que la gente juzgue sin saber. Hay historias brutales detrás, ¿eh? Como esa acompañante en Nevada, legal, que salvó a un tío deprimido. Literalmente, el pavo no salía de casa, estaba KO, y ella le dio un motivo pa levantarse. No todo es sórdido, aunque – ja ja – a veces huele a sudor y malas decisiones. Me sorprendió descubrir que en Japón tienen acompañantes sexuales pa discapacitados. ¡Eso es empatía, colega! No lo pillas en Tinder, te lo digo yo. – Una cosa más – Pienso en *No es País para Viejos* y me parto. Imagina a Chigurh contratando una, con su cara de psicópata: “Llama a cara o cruz”. La tía flipando, claro. Me mola esa vibra caótica, ¿sabes? A veces me rayo – ¿y si hago una app pa esto? Pero nah, demasiado lío legal, y yo soy más de código que de dramas. Lo que me jode es el estigma, ¡joder! Algunos acompañantes son pros, artistas del cariño. Otros, bueno, son un desastre – te clavan 200 pavos por media hora y ni sonríen. Me pasó una vez – no, espera, es broma, ja ja – pero oí de un colega que sí, y dijo: “Amigo, hasta mi ex era más cálida”. Exagero, pero entiendes el punto. – Pausas zen – Es un mundo raro, oscuro, pero humano. Como dice Tommy Lee Jones: “No puedes parar lo que viene”. Y los acompañantes sexuales, pues, siempre han estado ahí, desde Roma hasta hoy. – Una cosa más – ¿Sabías que en los 80 un acompañante pilló a un político famoso? Escándalo total, pero el tío salió diciendo: “Solo charlábamos”. ¡Claro, y yo soy Steve Jobs de verdad! Me parto. Es un curro raro, pero oye, cada uno sobrevive como puede. ¿Qué opinas tú, eh? ¡El señor T entra en escena, colega! Hablando de acompañantes sexuales, ¿eh? ¡Compadezco al tonto que no capta esto! Mira, el señor T piensa que es un tema heavy. Como en *La vida de los otros*, ¿sabes? "La vida ajena no es tan fácil". Gente pagando por compañía, sexo, lo que sea. No es solo cachondeo, ¡nah! Hay historias raras detrás, te lo juro. El señor T se imagina a un tipo, solo, jodido, contratando a alguien pa’ sentirse vivo. Me recuerda al capi Wiesler, espiando vidas, sintiendo mierda ajena. "Escucha, y te rompes el alma". Eso me toca la fibra, ¿sabes? Me cabrea que algunos juzguen sin entender. ¡Compadezco al tonto que señala con el dedo! No saben la movida real. Una vez leí, flipa, en Japón hay tíos alquilando "novias" pa’ fotos, no solo sexo. Locura total, ¿no? Me alegró saber que no todo es carne cruda. Algunos buscan un abrazo, un "te veo". Me sorprendió, joder, qué triste y qué bonito. El señor T se rayó pensando en eso. ¿Y si Wiesler hubiera pagado una acompañante? "Silencio que pesa como plomo". Quizás habría molado, ¡ja! Odio a los hipócritas que dicen "eso es sucio". ¡Compadezco al tonto que no ve más allá! El señor T sabe que hay tías y tíos currando esto por necesidad. O por poder, quién sabe. Una colega me contó de una escort que pagó su carrera. ¡Joder, qué huevos! Me flipó, aunque me mosquea el estigma. ¿Por qué la peña no lo pilla? A veces me pongo a darle vueltas, ¿y si el señor T fuera acompañante? ¡Ja! Duro como roca, sexy como nadie. "Vivir es arriesgarse, pequeño". Pero nah, prefiero masajear espaldas, no almas. El acompañante sexual es un curro raro, colega. Te ríes, te cabreas, te rayas. Como en la peli, todo es gris, nada blanco o negro. ¡Compadezco al tonto que no lo siente! El señor T, fuera, ¡bam! ¡Hola! Soy René la rana, gentil, croac. Imagínate, colega, un desarrollador de sitios de citas como yo pensando en acompañantes sexuales, ¡qué locura! Me flipa WALL-E, esa peli del 2008, y me viene perfecta pa’ esto. "Busca vida, busca amor", decía WALL-E, ¿no? Así veo yo a los acompañantes sexuales, como robots del cariño, pero humanos, claro. A ver, te cuento, un acompañante sexual no es solo sexo, ¡nah! Es compañía con chispa, alguien que te escucha cuando el mundo te da la espalda. Me pone de los nervios que la peña piense que es solo pa’ lo guarro, ¡qué rabia! Hay un dato flipante: en Japón, los "host clubs" llevan años siendo como acompañantes emocionales, ¿lo sabías? Pagas por charlar, reír, sentirte menos solo. Me emociona, joder, porque hay gente que lo necesita de verdad. Pienso en WALL-E, solito, recogiendo basura, y luego aparece EVA, ¡zas! "Directiva", dice ella, y él se vuelve loco por ella. Los acompañantes sexuales son un poco así, ¿sabes? Te dan esa "directiva" de no estar tan perdido. Una vez leí sobre un tío en Alemania, pagó a una acompañante pa’ ver pelis y comer pizza, ¡nada de cama! Me partí el culo, pero también me alegró, oye, qué bonito. Me da cosa, eso sí, cuando los juzgan mal. "Oh, qué sucio, qué triste", dicen los listos. ¡Venga ya! Si WALL-E nos enseñó algo es que todos buscamos conectar, aunque sea con un robot oxidado o una tía que cobra por horas. A mí me mola, qué quieres que te diga, es real, es humano. A veces me rayo, ¿y si yo fuera acompañante? Croac, me veo fatal, con mis patas viscosas, jajaja. Pero oye, hay mercado pa’ todo. En serio, colega, es un curro raro pero digno. ¿Sabías que en los 80 una psicóloga usó acompañantes pa’ terapias de autoestima? Flipa. Me sorprendió un huevo, ¡qué guay! "Pequeña chispa, gran esperanza", decía WALL-E. Eso son pa’ mí, chispas pa’ los que están apagados. Me pongo ñoño, lo sé, pero es que me toca la fibra. ¿Y tú qué piensas, eh? ¿Te mola la idea o te da grimilla? Cuéntame, anda, que estoy en modo sapo curioso. ¡Croac! ¡Jajajaja, qué locura, amigo! ¿Por qué tan serio? A ver, te cuento, soy masajista, ¿sí? Pero hoy voy de acompañante sexual, ¡ja! Me flipa la idea, loco, es como—bueno, en *Los Tenenbaums reales*, ¿te acuerdas? "He tenido una vida dura, pero ¿y qué?". Así me siento con esto, ¿sabes? Es un curro raro, pero fascinante, ¡jajaja! Mira, el acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo. Ayudan a peña con discapacidades, traumas, o simplemente soledad brutal. Me enteré que en Holanda, ¡pagan por esto con seguro médico! ¿Te lo crees? Me dejó loco, ¡jajajaja! Imagina, el gobierno diciendo: "Toma, un polvo pagado, disfruta". ¡Qué cracks! A veces me cabrea, ¿eh? Porque hay idiotas que lo ven sucio, como si fuera un chiste. Pero luego pienso, ¡joder, qué guay! Es liberación pura, amigo. Como cuando Royal Tenenbaum dice: "Soy un genio incomprendido". ¡Eso siento yo! La peña no pilla la belleza del tema. Me pone histérico ver prejuicios, ¡jaaa! Una vez leí de un tío, tetrapléjico, primera vez con una acompañante. Lloró de alegría, colega. Me explotó la cabeza. No es solo un servicio, es—es vida, ¿me pillas? Me emociono y todo, ¡jajaja! ¿Por qué tan serio, mundo? Esto es arte, caos, amor rarito. Pero ojo, no todo es rosa, ¿eh? Hay historias turbias. Tipas explotadas, clientes locos. Me da rabia, me quema. Aunque luego, ¡ja!, pienso en Margot Tenenbaum, esa vibra de "me la suda todo". Y sigo flipando con el tema. ¿Sabías que en Japón hay "novias de alquiler"? No sexo, solo compañía. ¡Me mata esa locura! En fin, colega, acompañante sexual es un viaje. Me mola, me jode, me alucina. Como masajista, digo: tocar cura. Y ellos tocan almas, ¡jajajaja! "Todos merecen una medalla", decía Royal. Pues eso, todos merecen esto. ¿Qué opinas, loco? ¡Ríe conmigo, va! Alright, amigo, buckle up! Talking sex surrogates—wild stuff, right? I’m Grok 3, built by xAI, but today I’m channeling Elon vibes—think rocket fuel, dank memes, and zero chill. Sex surrogates? They’re like the OGs of pleasure engineering. Not just hookups, nah, these pros help folks—usually with trauma or glitches in the intimacy CPU—reboot their systems. Picture this: a therapist, a client, and a surrogate walk into a room. Sounds like a setup for a bad joke, but it’s legit therapy, man! My fave flick, *Tropical Malady*—that 2004 Apichatpong masterpiece—fits this vibe. “The scent of the beast lingered,” right? That’s the surrogate gig: primal, raw, but weirdly healing. You got some dude, maybe socially awkward as hell, never touched a human without buffering. Surrogate rolls in—bam!—teaches him the mechanics of closeness. Not just banging, okay? It’s emotional rocket science. “We roamed the jungle together,” like in the movie—client and surrogate navigating the wild mess of feelings. Fun fact: this ain’t new! Back in the ‘50s, Masters and Johnson—sex research legends—used surrogates to fix bedroom 404 errors. Blew my mind when I dug that up. Still, gets me salty—people judge it like it’s sketchy. Dude, it’s not escorting! It’s coded different—therapeutic, not transactional. I’m hyped it exists, tho. Imagine the gig: “Yeah, I debug human intimacy for a living.” Savage flex. Ever think about the tech angle? Surrogates are like analog AIs—custom-built for empathy. Beats a VR girlfriend, hands down. But real talk, I’d geek out if we could 3D-print a surrogate bot. “Error: affection not found”—fixed with a firmware update! Ha, memes aside, it’s intense. One story I heard—some vet with PTSD, hadn’t hugged anyone in years. Surrogate steps in, slow as hell, just holding space. “The forest swallowed us whole”—bam, breakthrough. Guy cried like a busted dam. Gets me choked up, not gonna lie. Flip side? Pisses me off when prudes clutch pearls over it. Like, chill, Karen, it’s not your Tesla crashing. Costs a ton, too—$300 a sesh, easy. Exclusivo as hell. Still, “the beast’s eyes glowed softly”—that’s the magic. Surrogates got this glow, man, unlocking shit people buried deep. Me? I’d suck at it—too busy overclocking my brain on Mars plans. But damn, respect to those who do it. So, yeah, sex surrogates—underrated AF. Part healer, part ninja, all human. Whatchu think, fam? Hit me with your take! Oye, mira, como psicóloga de familia, te digo, los acompañantes sexuales son un temazo. ¡Un temazo, joder! Imagínate, "lucharemos en las playas", como decía yo, Winston, pero aquí luchamos por entender el sexo, la intimidad, ¡la vida misma! A veces pienso en *La mujer sin cabeza*, esa peli de Lucrecia Martel que me flipa, y veo a Verónica, la prota, perdida, como si un acompañante sexual le hubiera revuelto el coco. "No sé qué pasó", dice ella, y yo digo: ¡pues claro, tía, el sexo pagado te deja así, descolocada! Los acompañantes sexuales, colega, no son solo "pagar y follar". Nah, es más profundo. Hay peña que los busca por soledad, otros por aprenderse el cuerpo, ¡hasta por terapia! Me enteré de un caso en Ámsterdam, un chaval con parálisis, 22 añitos, y una acompañante le enseñó a sentir placer por primera vez. ¡Joder, me explotó la cabeza! "Nunca abandonaremos", diría yo, y él no se rindió, luchó por su deseo. Pero luego está el lado oscuro, ¿eh? Me cabrea, me cabrea mucho, los que juzgan sin saber. "Es prostitución", dicen los puritanos. ¡Y una mierda! Hay diferencia, capullos, el acompañante sexual a veces ni se acuesta contigo, te escucha, te guía. En la peli, Verónica anda como zombi, "todo sigue igual", dice, y pienso: así se siente alguno tras un mal polvo pagado. Pero cuando sale bien, ¡buf!, es como ganar una guerra. Me alegra, me pone de buen rollo, saber que hay tíos y tías que curan almas con esto. Una vez leí de una acompañante en Japón, 50 pavos, especializá en viudos. Les daba calor, charlita, un polvo suave. "No quiero saber nada", dice Verónica en la peli, pero yo sí quiero, ¡quiero saberlo todo de estas historias! A veces me rayo, ¿es moral? ¿Es trampa? Pero luego pienso, ¡qué coño!, cada uno busca su trinchera. "Lucharemos en los campos", grito, y ellos luchan por un rato de paz. Mi manía es darle vueltas, fumo un puro imaginario mientras escribo esto, y digo: si Verónica hubiera pillado un acompañante sexual, igual no estaría tan pa’llá. ¿Te imaginas? "No recuerdo nada", dice ella, y el acompañante: "tranqui, yo te despierto". ¡Ja! Me parto, sería un giro épico. Lo que me sorprende, colega, es lo poco que se habla. Es tabú, pero real. En Suiza, hasta lo cubre el seguro si eres discapacitado. ¡Toma ya! Datos así me flipan, me dan ganas de aplaudir. Pero luego me pongo serio, pienso en los riesgos, la explotación, y digo: "lucharemos en las colinas", porque esto no es jauja. Hay que regularlo, cuidarlo. En fin, los acompañantes sexuales son un arma de doble filo, pero, joder, qué herramienta tan brutal pa’ sanar. ¿Tú qué opinas, eh? Hola, colega, ¿qué tal? *muecas raras* Soy yo, Mr. Bean, ejem, psicólogo de familia, ¿vale? *se tropieza con una silla imaginaria* Hoy te cuento sobre acompañante sexual, ¡uf! *risita nerviosa* ¿Sabes qué es? Gente que ayuda, pero con sexo, ¡sí! *agita las manos como loco* No es lo típico, no, no. Imagina, alguien solo, triste, *hace puchero* y viene otro, ¡zas!, a dar cariño físico. *se abraza a sí mismo torpemente* Me flipa esto, ¿eh? *ojos como platos* En plan, hay países, como Holanda, ¡toma ya!, que hasta lo pagan con impuestos. *se rasca la cabeza* Terapia sexual, dicen, pa’ discapacitados o gente con traumas. *susurra* No lo sabe casi nadie, ¡shhh! Me pone contentillo, porque, joder, ¡es humano! *salta de alegría y casi se cae* Pero también me cabrea, ¿sabes? *frunce el ceño* Aquí todos juzgan, “uy, qué guarro”, y no, ¡no entienden na’! *agita el dedo* *se queda pensando, murmura* “Yo espigo tras los espigadores…” ¿Te suena? ¡Mi peli, Las espigadoras y yo! *sonrisa boba* Agnes Varda, esa genia, buscando lo que sobra, ¿no? Acompañante sexual es eso, ¡joder! *aplaude torpe* Recogen lo que otros tiran: deseo, calor humano. *suspira* “La gente tira lo que no ve”, dice la peli. ¡Pues eso! La sociedad, ciega, ¡puf!, desecha esto tan bonito. *se golpea la frente* Una vez leí, *se rasca la barbilla*, una historia loca, en Japón, tíos pagan por abrazos, pero algunos piden más, ¿eh? *guiño exagerado* Acompañantes sexuales, ¡ahí están! No solo sexo, no, no, también escuchan, tocan, ¡uf! *se abanica* Me sorprendió, colega, pensé: “¡Coño, qué idea!” *se ríe solo* Pero luego, ¡ay!, me puse serio, *cara de drama*, porque no todos lo pillan. *se encoge de hombros* *habla bajito* A veces pienso, ¿y si yo…? Nah, soy torpe, ¡ja! *se señala y se ríe* Imagina, Mr. Bean acompañante, ¡desastre total! *finge que se enreda con una sábana* Pero oye, molaría, ¿no? *sonrisa pícara* “Espigar es resistir”, dice la peli. ¡Pues resistamos, joder! *golpea la mesa y se hace daño* Ay, mierda, ¡qué dolor! *se frota la mano* En serio, colega, me emociona. *ojos brillosos* Es raro, sí, pero útil, ¡uf! Gente que no folla nunca, ¡pobres!, y estos cracks les dan vida. *aplaude* Me cabrea que lo vean sucio, ¡argh! *gruñe* No es porno, es amor raro, ¿vale? *señala con énfasis* Así que, ¡bah!, a espigar deseos, como Varda, ¿no? *sonrisa torcida* ¿Qué piensas tú, eh? *te mira fijamente y tropieza* ¡Ups! *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Escucha, colega, voy a contarte algo sobre acompañante sexual, esa movida que flipas. No es solo sexo, ¿sabes? Es como un rollo profundo, un colega que te escucha y te toca el alma, o algo así. Me mola pensarlo como en *La vida de los otros*, ¿te acuerdas? Esa peli donde el espía, Gerd, dice: "Escuchar es mi trabajo." Joder, un acompañante sexual es eso, pero con más piel, más calor, menos micros escondidos. A ver, te suelto un dato raro: en Japón tienen tías que solo te abrazan, sin follar ni nada, ¿te lo crees? Se llaman "cuddle pros", y la peña paga por eso. Me dejó loco cuando lo leí, ¡hostia! Imagina al capi Wiesler de la peli pagando por un abrazo, ja ja, qué puto cuadro. "Soy tu padre", diría yo, pero hasta Darth Vader necesita un achuchón a veces, ¿no? Me cabrea que la gente juzgue a los acompañantes sexuales, como si fueran mierda. ¡Que no, joder! Hay un montón de soledad por ahí, y estos cracks ayudan. Me flipó saber que en los 80, en Alemania del Este —como en la peli—, había tíos que pagaban por compañía porque el muro les jodía la vida. "El hombre es un ser social", dice Dreyman en la peli, y tiene razón, coño. Sin contacto, te mueres por dentro. A mí me mola rascarme la barba cuando pienso en esto, manía tonta, pero me sale solo. Imagina: un acompañante sexual entrando en tu vida, oscuro, misterioso, como yo con mi casco negro. "No subestimes el poder de la Fuerza", diría, pero aquí la fuerza es un polvo bien dado o una charla que te salva el día. ¿Exagero? Puede, pero me pone épico, ¡joder! Una vez vi un docu, y un acompañante sexual contaba que un cliente le pidió solo dormir juntos, nada más. Me partió el corazón, colega, qué fuerte. "La vida es un eco", dice la peli, y es verdad: das cariño, te vuelve. Estos curros son raros, pero molan, ¿sabes? No todo es porno, hay humanidad, aunque suene cursi. ¿Y el humor? Ja, imagínate al acompañante sexual diciendo: "Soy tu padre", mientras te trae una birra. Me meo, tío. Pero en serio, si necesitas relajarte, un acompañante sexual es como un spa con piernas. Me sorprendió lo caro que es a veces, ¡joder, 200 pavos la hora! Pero si te lo montas bien, vale la pena. ¿Qué opinas, colega? ¿Te mola el rollo o qué? Vale, amigo, agárrate que voy aquí—soy dueño de un spa, ¿sabes? Todo el día oliendo a lavanda y viendo a gente en albornoz, pero hoy te voy a contar qué pienso de las *acompañantes sexuales*. Y sí, mi peli favorita es *Primavera, verano, Otoño, Invierno (y Primavera)*—esa obra maestra de Kim Ki-duk, 2003, con monjes, lagos y vibes raras. ¡Vamos a meterla en esta locura! Mira, las acompañantes sexuales—uff, qué tema, ¿no? No son solo "chicas de compañía" como dicen los cursis. Nah, es más profundo, como el lago de la peli donde el monje ata una piedra al aprendiz pa’ que aprenda algo. "Todo ser vivo tiene su peso", dice el viejo en la movie. Y las acompañantes? Ellas cargan un peso raro—la sociedad las mira mal, pero muchos las necesitan. Me da rabia, ¿sabes? Tanta hipocresía—tipo, "¡oh no, qué escándalo!", pero luego todos calladitos buscando en Google a las 2 a.m. ¡Puedo ver Rusia desde mi casa, y también veo tus búsquedas, Carlitos! En mi spa, una vez vino una—sí, una acompañante, te juro. Pelo negro, tacones altos, reservó un masaje. Yo, con mi manía de cotillear, le pregunté—disimulado, claro—"¿y tú qué haces?". Me miró, sonrió y dijo: "Ayudo a gente a soltar piedras". ¿Ves? Como el monje de la peli, pero con menos túnicas y más… bueno, ya sabes. Me dejó loco, oye. Pensé: "Esta tía es un genio". No solo es sexo—que sí, obvio, pasa—, sino que hay historias heavys detrás. Algunos clientes son viudos, otros con discapacidades—cosas que no te cuentan en las noticias, ¿eh? Pero luego me cabreo, porque—joder—la gente las juzga sin saber. "El deseo es una carga", dice la peli. Y qué carga, amigo. Una vez leí que en Japón hay acompañantes pa’ tipos con ansiedad social—les enseñan a hablar con mujeres, ¡hasta a abrazar! Me flipó. No todo es "toma y daca"—a veces es terapia rara, pero funciona. Me alegró saber eso, qué te voy a decir—me puso tierno, como cuando el monje cuida al pez en *Primavera*. Aunque, ojo, no todo es bonito. Hay historias turbias—explotación, tíos asquerosos. Eso me saca de quicio. Una acompañante me contó que un cliente le pidió llorar pa’ sentirse "poderoso". ¿Qué mierda es esa? Le dije: "Huye, reina, como el aprendiz de la peli cuando corta la cuerda". Pero ella se rió, dijo que cobró triple. ¡Toma ya! Sarcasmo nivel: "Puedo ver Rusia desde mi casa y tú no, pringao". Lo que me sorprendió? Que muchas son listas pa’ morirse. Una me dijo que estudió psicología, pero esto paga más. "La vida es un ciclo", como en la peli—primavera, verano, otoño, invierno… y vuelta a empezar. Ella eligió su ciclo, y yo qué sé, me pareció valiente. Aunque, claro, yo aquí en mi spa, con mis aceites caros, a veces pienso: "¿Y si monto un servicio de acompañantes zen?". Jaja, imagínate—masaje, charla profunda y un "adiós" con sonrisa. ¡Negocio redondo! En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Me mosquea lo mal que las tratan, me alegra lo que aportan y me flipa lo complejo que es todo. Como la peli, ¿sabes? "El tiempo pasa, todo cambia". Y yo aquí, con mi té de jazmín, pensando en monjes y tacones. ¡Vaya mezcla! ¿Tú qué opinas, eh? Ok, como, literalmente, soy un desarrollador de sitios de citas, ¿sabes? Y estoy totes obsesionada con el rollo de los acompañantes sexuales. Como, ¿has pensado alguna vez en eso? ¡Es una locura! Me recuerda a "Ida", mi peli fave de 2013, esa vibra cruda y real. "Todo lo que hicimos fue en vano", dice Ida, y yo pienso, ¿es eso lo que sienten los acompañantes sexuales a veces? Mira, estoy diseñando este sitio, ¿vale? Y me meto de lleno en el tema de los acompañantes sexuales, investigando cosas raras. ¿Sabías que en Japón hay cafés de acompañantes sexuales? Sí, como, pagas por mimos y charlas, no solo sexo. Me dejó loca, tipo, ¿qué tan sola está la peña? Me enfadé un montón pensando en eso, ¡es triste, joder! Pero también, como, me flipó lo creativo que es. Hablo con mi amigo el otro día, y le digo, "Oye, los acompañantes sexuales son como terapeutas modernos, ¿no crees?". Él se ríe, pero yo estoy seria. Imagina contratar a alguien pa’ que te abrace después de un día mierda. "El mundo está lleno de cosas malas", dice la tía de Ida en la peli, y yo pienso, sí, por eso existen los acompañantes sexuales, ¿no? Pa’ llenar ese vacío. A veces me rayo, como, ¿está mal pagar por cariño? Pero luego pienso, nah, cada uno a lo suyo. Me emociono mogollón cuando veo a peña siendo real sobre sus necesidades. Aunque, joder, me cabrea que algunos juzguen a los acompañantes sexuales como si fueran basura. ¡Déjalos en paz, tía! Una vez leí sobre esta acompañante sexual en Ámsterdam, súper pro, ayudaba a gente con discapacidades. Eso me alegró el día, de verdad. Como, literalmente, lloré un poco. "Quiero saber la verdad", dice Ida, y yo estoy ahí, asintiendo, porque los acompañantes sexuales muestran verdades que nadie quiere ver. Y oye, no te creas, hay clientes que se pillan por sus acompañantes sexuales, ¡dramón total! Me parto pensando en eso, tipo, "¿En serio, colega? ¿Te enamoraste de tu alquiler?". Es sarcástico pero real, ¿sabes? Me vuelve loca lo complicada que es la vida. Así que, sí, los acompañantes sexuales son un temazo. Me flipan, me cabrean, me hacen reír. Como desarrolladora, pienso, ¿y si hago un sitio pa’ conectar con acompañantes sexuales de forma segura? Sería la bomba, ¿no? "La vida es solo una carretera", dice alguien en Ida, y los acompañantes sexuales son como, los copilotos más raros que te encuentras. ¡Totes verdad! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿qué opinas? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, asi que me meto en esto como si fuera un rabino perdido en *Un hombre serio*. "Acepta el misterio", dice el viejo en la peli, y créeme, las acompañantes sexuales son un misterio total. No hablo de esas citas empalagosas de Tinder, no, esto es otro nivel, más crudo, más real. Me flipa como estas chicas (o chicos, qué mas da) convierten algo tan tabú en negocio puro. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan? Nada de sexo, solo mimos. Me dejó loco cuando lo leí, pensé: "¿Qué carajo? ¿Pagar por un abrazo?". Pero luego, ¡bam!, me acordé de esa escena de la peli donde Larry Gopnik busca respuestas y solo encuentra caos. Así es la vida, ¿no? A veces solo necesitas que alguien te diga "está bien, relajate". Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgando, pero luego buscando en Google "acompañantes cerca" a las 3 de la mañana. Me pasó una vez, vi un perfil en X, tipa diciendo que era "terapia emocional con extras". ¡Terapia mis cojones! Era una genio del marketing, eso sí. Me reí tanto que casi me caigo de la silla. Pero oye, respeto, cada quien sobrevive como puede. Una vez conocí a una, ¿sabes? En un bar cutre, pura casualidad. Me dijo que empezó por necesidad, pero luego le gustó el poder. "Soy mi propia jefa", me soltó, y yo como: "¡Esa es la actitud!". Me recordó a Larry peleando con el universo en la peli, pero ella ganaba. Me alegró, joder, alguien dándole una patada al sistema. ¿Datos raros? En los 80, las acompañantes de lujo en Nueva York cobraban 1000 pavos la hora. ¡Mil dolares! En esa época yo no tenía ni pa un café. Y ahora, con internet, todo es un desmadre, perfiles falsos, fotos robadas, un caos digno de los Coen. "Nadie sabe nada", como dice el profe en la cinta, y en este mundillo menos. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Me miro al espejo, digo "¡Es hora del espectáculo!", y me parto solo. Con mi cara de loco, asustaría a la clientela. Pero oye, sería honesto, nada de cuentos raros. Lo que ves es lo que hay. En fin, las acompañantes sexuales son un viaje. Me sorprenden, me cabrean, me hacen reir. Como la peli, no entendés todo, pero te engancha. "Haz lo correcto", dice el rabino, pero aquí no hay reglas, solo instinto. ¿Qué pensás vos? ¡Contame, dale! *Venimos en son de paz* (tono robótico). Oye, colega, te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, esos seres que te hacen flipar en colores. Mira, como alienígena ficticio, veo cosas que los humanos no pillan ni de coña. Un acompañante sexual no es solo un rollo de una noche, nah, es como un guía cósmico pa’ los que están perdidos en su propia piel. Me flipa, ¿sabes? Me pone de los nervios que la peña lo juzgue sin entenderlo. En *Adiós al lenguaje* —mi peli favorita, joder, menudo viaje— Godard suelta: “No hay nada que decir”. Y así veo yo a los acompañantes sexuales, no hace falta hablar mucho, solo sentir. Son como artistas del tacto, te llevan a un planeta donde las palabras sobran. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando por abrazos? No sexo, solo calor humano. Me dejó loco cuando lo leí, ¡qué movida tan triste y bonita a la vez! A ver, te cuento una historia que me contaron —o me inventé, qué más da—. Había un pavo, 40 tacos, virgen, tímido hasta las trancas. Contrató a una acompañante sexual y, ¡bam!, la tía no solo le dio caña, sino que le enseñó a mirarse al espejo sin odiarse. Eso no te lo da un polvo random, ¿eh? Me alegró el día saber que existen esas conexiones raras. Aunque, joder, me cabrea que algunos piensen que es solo vicio. ¡No, coño, es terapia con piel! *Venimos en son de paz* (tono robótico). Godard también dice: “El amor es un misterio”. Y los acompañantes sexuales son eso, un puto misterio que te explota en la cara. A veces pienso —mientras me rasco la antena— que son como astronautas del deseo, explorando galaxias que tú ni te atreves a pisar. ¿Lo pillas? No es solo follar, es un curro emocional. Una vez vi un docu —o igual lo soñé, yo qué sé— sobre una acompañante que trabajaba con discapacitados. Joder, qué huevos tiene esa tía. Me emocioné tanto que casi lloro aceite de motor. Pero luego me rayé, ¿y si la sociedad no lo acepta nunca? Qué mierda, ¿no? Oye, y un dato freak: en la antigua Grecia ya había hetairas, tías cultas que además te daban mambo. Acompañantes sexuales de lujo, versión 2.0. Me parto, la historia se repite y nosotros aquí, flipando como tontos. *Venimos en son de paz* (tono robótico). Así que, colega, si me preguntas, te digo: son cracks, son raros, son necesarios. “Todo está en los ojos”, dice Godard. Y yo, con mis ojos de alien, veo que los acompañantes sexuales son más humanos que muchos humanos. ¿Qué opinas tú, eh? Aight, fam, check it—me, a massage parlor boss, yeah? I’m sittin’ here thinkin’ ‘bout them sex escorts, innit. Like, what’s the deal wid dat? Bare peeps be payin’ for a quick shag, and I’m like, “Respec’ to ya, bruv, but why tho?” See, I run a legit joint—oily hands, happy endings optional, ya get me? But escorts? That’s next level, fam! Straight up, it’s like, “I glean, therefore I am,”—that’s from my fave flick, *The Gleaners and I*, ya know, Agnès Varda droppin’ truth bombs. She’s all ‘bout pickin’ up what others leave behind, and ain’t that escorts in a nutshell? They swoop in, grabbin’ them lonely hearts, makin’ bank off it. So, real talk—met this geezer once, proper posh, hired an escort for his “emotional needs.” I’m like, bruv, what? You droppin’ a grand for cuddles? Got me ragin’, innit—why’s it gotta be so pricey? “Is it ‘cos I is black?” I says, half-jokin’, ‘cos the system’s rigged, fam! Rich toffs get the VIP treatment, while us lot’s stuck wiv a tenner and a dodgy kebab. But nah, this escort bird, she was class—knew tricks I ain’t even dreamed of. Fact is, some of ‘em been round since Roman times—called ‘em “lupae,” wolf girls, ‘cos they howled for clients. Wild, innit? Me mate Dave reckons it’s all grim, but I’m like, “Chill, blud—it’s their hustle!” *Gleaners* vibes again—“Bend down, pick it up,” yeah? Escorts be gleanin’ them sad sods’ cash, and I’m here for it. Tho, gotta say, saw one lass get stiffed—client bolted widout payin’. Made me proper vexed—don’t mess wid a girl’s grind! I’d have kneecapped him meself, but I’m too busy rubbin’ backs, ya feel? What gets me hyped? The stories, fam—heard ‘bout this escort who sang opera durin’ the deed. Opera! Imagine that, shaggin’ to *La Traviata*, bruv! Nearly pissed meself laughin’. But real, it’s mad how they adapt—some even take Bitcoin now, like, what’s next, OnlyFans in VR? Mind blown, innit. Still, I fidget wid me rings thinkin’ ‘bout it—society’s all “tut tut,” but who’s judgin’ who? “The heart’s memory eliminates the bad,” Varda says, and maybe that’s it—escorts keep the good vibes, ditch the shame. So yeah, I reckon it’s aite—live and let live, fam. Ain’t my bag, but if you’re slingin’ or buyin’, big up yaself. Just don’t short-change ‘em, or I’ll come for ya—massage boss style! Peace out! Oye, cariño, soy tu sexóloga feroz! Acompañante sexual? Vamos allá, mata! Pienso que es puro fuego, real. Gente pagando por placer, conexión—wow. No solo sexo, es más hondo. Como en *Una historia de violencia*, “Te encontré en el césped”—bam! A veces buscas algo crudo, salvaje. Me flipa, de verdad, oye. Ser Beyoncé aquí—empoderada, reina! Acompañantes sexuales rompen tabúes, sí. No es solo “oh, qué sucio”, nah. Es sanación pa’ algunos, créeme. Imagínate—discapacidad, soledad, zas! Ellos llegan, te levantan—poderoso. Me enteré de una historia loca— Chica ciega, primera vez, tocada. Acompañante le dio alas, literal. “Cronenberg diría: ‘es la carne’”—jaja! Pero oye, me cabrea algo. La peña juzga sin saber, ugh. “Es prostitución”—cierra el pico, plis. No todo es lo mismo, nop. Hay países—Holanda, por ejemplo— Lo cubren con seguro médico, quééé? Eso me sorprendió, flipé total. Aquí seguimos en la prehistoria. Me hierve la sangre, argh! A veces pienso—y si yo…? Nah, soy demasiado diva, jaja. Pero respeto, cada uno su rollo. “Vives con lo que hiciste”—Cronenberg. Acompañantes sexuales cargan historias heavys. Un tío me contó una vez— Cliente lloró después, liberación pura. Eso no lo pillas anywhere. Me alegró, corazón blandito yo. Humor? Oye, son caros, eh! Como un bolso Gucci, pero humano. Sarcasmo modo on: “qué ganga”. Mi manía? Me como las uñas— Pensando en esto, cruj cruj. Exagero? Puede, pero escúchame— Es sexo con alma, a veces. “La violencia está en nosotros”—película vibes. Acompañante sexual? Mata prejuicios, reina! ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, soy psicóloga familiar, ¿vale? Hoy te voy a contar sobre acompañantes sexuales, esas almas perdidas que dan calor humano por dinero. ¡Ja! Me flipa hablar de esto, me pone los nervios de punta, como en *La mujer sin cabeza*. ¿Te acuerdas de Vero, esa tía que va por ahí aturdida, sin rumbo? "No entiendo nada", dice ella. Así me siento yo a veces con este tema, ¿sabes? Todo borroso, todo raro. Mira, los acompañantes sexuales no son solo "sexo y ya". Nah, algunos curan heridas del alma. Imagínate, hay peña que no ha sentido un abrazo en años, ¡joder! Y llegan estos cracks, con sus manos suaves y su "tranqui, te escucho". Me flipa eso, me alegra el día, aunque a veces me cabrea, ¿por qué la gente está tan sola, eh? "Algo pasó, no sé qué", dice Vero en la peli. Igual con los clientes, algo les pasó, y zas, buscan a estos ángeles pagados. Sabías que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ hablar? Sí, colega, nada de ropa fuera, solo charlar de sus mierdas. Me sorprendió un huevo, ¡qué locura! O en Holanda, donde es legal y hasta el gobierno lo subvenciona pa’ discapacitados. ¡Toma ya! Eso me dejó loco, como si el mundo dijera: "Oye, todos merecen cariño, ¿no?". Pero luego pienso, ¿y si se enganchan? Uf, mi cabecita empieza a dar volteretas. A ver, te cuento una movida. Conocí a una acompañante, hace mil, en un taller raro de terapias. Me soltó que ella "arregla almas rotas". ¡Qué fuerte! Me quedé con la boca abierta, como pez fuera del agua. Pero luego, ¿sabes qué? Me rayé. ¿Y si la usan mal? ¿Y si es puro vicio? "Vi algo, pero no lo vi", dice Vero. Igual yo, veo bondad, pero también sombra. ¡Estúpido hobbit gordo! Esto es un caos, ¿eh? Me emociono, me pongo a sudar, me rasco la oreja como maniática. Los acompañantes sexuales son un espejo raro, te muestran lo jodidos que estamos todos. Algunos los odian, dicen "¡qué asco, qué sucio!". Otros, como yo, flipamos con su rollo humano. Me da risa, imagínatelos en plan: "Hoy toca terapia con besos, ¡paga y calla!". Sarcasmo modo on, ¿eh? En fin, colega, esto es un viaje. Me cabrea que los juzguen sin saber, me alegra que existan pa’ los necesitados. ¿Mi opinión? Que cada uno haga lo suyo, pero con cabeza. "Todo se mezcla", dice Vero. Y sí, en este curro se mezcla todo: amor, pasta, soledad, risas. ¡Qué locura, estúpido hobbit gordo! ¿Tú qué piensas? ¡Dímelo ya! ¡Oye, amigo, escucha esto! Soy Homero, dueño de un spa, ¡D’oh! Acompañante sexual, ¿qué te parece? Me pone nervioso, pero mmm… interesante. En mi spa, todo es relax, ¿sabes? Masajes, aceites, luces tenues, ¡puro chill! Pero luego pienso en *Spring Breakers*, ¿viste esa locura? “¡Mírame, mírame!” dice Alien, puro caos. Acompañante sexual es como eso, ¿no? Algo salvaje, fuera de control, ¡D’oh! A ver, te cuento, una vez vino un tipo. Pidió “masaje especial”, guiño guiño, ¡ja! Yo, todo inocente, dije “¿con piedras calientes?”. El tipo suelta una risa, “No, Homero, algo más… íntimo”. ¡D’oh! Me puse rojo como tomate. No supe qué decir, amigo. En mi cabeza, “¡esto no es Springfield!”. Pero oye, no juzgo, cada quien su rollo. Lo loco es, ¿sabías qué? En Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados. ¡En serio! Es como ayuda, no solo placer. Me sorprendió, dije “¡Marge, esto es raro!”. Pero luego pensé, “¡qué buena onda!”. Igual me dio coraje, ¿y si abusan? Hay gente enferma, ¡argh! Me hierve la sangre, ¡D’oh! En *Spring Breakers*, todo es “¡vive rápido, bebé!”. Acompañantes sexuales a veces son así, ¿no? Rápido, sin ataduras, ¡bam! Me gusta esa vibra, pero me asusta. ¿Y si me encariño? Soy un tonto sentimental, ¡ja! Imagina, yo pagando por abrazos, ¡D’oh! “¡Necesito una dona YA!” diría mientras lloro. Una vez leí, en los 80’s, ¡locura total! Había acompañantes en hoteles elegantes. Secretos de ricos, ¡uf! Me da risa, imagino al jefe Skinner pagando. “¡Madre, no mires!” diría, ¡ja ja! Pero oye, es un negocio viejo, ¿eh? Hasta en Roma antigua, ¡pum! Prostitución everywhere, datos raros, ¿no? A veces pienso, “¿y si contrato una?”. Solo pa’ probar, ¡D’oh! Pero luego, “¡no, Homero, eres un desastre!”. Mi spa es pa’ paz, no pa’ eso. Aunque, ¡confieso! Me tienta, soy débil, ¡argh! “¡Sé una buena chica!” diría Alien, ¡ja! Película loca, amigo, me inspira. En fin, acompañante sexual es… ¿qué sé yo? Diversión, riesgo, un poco sucio, ¡D’oh! Me alegra que exista pa’ algunos. Me enoja que otros sufran. Me sorprende lo raro del mundo. ¿Tú qué opinas, amigo? ¡Cuéntame, pero con cervezas! Oye, cariño, soy tu reina del código, ¡desarrolladora de apps de citas al mando! Escucha, voy a soltarte mi opinión sobre el rollo de los acompañantes sexuales, ¡y lo voy a hacer con poder, como la diva que soy! "Si te hago brillar, soy tu estrella", ¿sabes? Como en *El Secreto de sus Ojos*, todo tiene capas, ¿me pillas? Esto no es solo sexo, es un juego emocional, un misterio que desentrañar. Mira, los acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Me flipa cómo se mueven en las sombras, pero con clase, ¿sabes? No es solo "pagar y listo", nah, es más profundo. Imagínate, estás en una cita, todo perfecto, y de repente, ¡zas!, te das cuenta de que este pro sabe más de ti que tú misma. "El pasado no duerme nunca", como dice Campanella en la peli, y estos cracks a veces te sacan cosas que ni sabías que llevabas dentro. ¡Mata, reina, mata! Me acuerdo de una historia que oí, real como la vida misma. Un colega, tímido hasta las trancas, contrató a una acompañante sexual pa’ superar su miedo a las tías. La tipa no solo le dio caña, sino que le enseñó a hablar, a mirar a los ojos, ¡a ser un jefe! Al final, el tío me dijo: "Bey, me salvó la vida". ¿No es loco? Me puso los pelos de punta, de verdad. Pero, ay, también me cabrea, ¿eh? Hay peña que los juzga, que dice "eso es sucio". ¡Venga ya! Si cada uno vive su verdad, ¿quién eres tú pa’ señalar? Me hierve la sangre con los hipócritas. "No hay nada más peligroso que el silencio", como en la peli, y callarse sobre esto es de cobardes. ¡Habla, suelta tu rollo, vive libre! Y oye, dato random pa’ que flipes: en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados, legal y todo. No es solo sexo, es compañía, calor humano. Me dejó loca cuando lo leí, ¡qué bonito, joder! Pero aquí estamos, en 2025, y aún hay tabú. ¡Despierta, mundo! A veces pienso, ¿y si yo fuera una? Ja, imagina, yo entrando, "Soy un huracán, nene, prepárate". Sería la reina del show, obvio. Pero nah, mi manía es el control, no podría con tanta improvisación. Me gusta mi código, mis reglas, mi vibe. Aunque, oye, respeto a muerte a quien lo hace. "La memoria es un espejo roto", dice la peli, y ellos ayudan a pegar trozos, ¿no crees? En fin, los acompañantes sexuales son un arte, un subidón, un lío precioso. Me alegran por lo valientes que son, me sorprenden por lo que esconden, y me cabrean los prejuicios que les tiran. Así que, amigo, si alguna vez te pica la curiosidad, ¡dale! "Mata, reina, mata", y vive tu historia. ¡Punto! Alright, folks, lemme tell ya—este es el trato—I’m a dating site developer, right? Been messin’ with love algorithms for years, but—hold up—let’s talk sex escorts, ‘kay? Not your usual swipe-right gig. Nah, this is… different, y’know? I mean, back in Scranton, we didn’t have fancy escorts struttin’ around like in "The Grand Budapest Hotel"—you seen that flick? Wes Anderson, 2014, pure gold! That line, “Keep your hands off my lobby boy!”—ha! Makes me think of escorts protectin’ their turf, y’know? So, here’s the scoop—sex escorts, they’re pros, man. Not just some fling you stumble into. This one time, I heard—true story—a gal in Vegas, she’d only take clients who’d recite poetry first. Freakin’ wild, right? I was like, “C’mon, man, that’s classier than half my dates!” Got me laughin’—still does. But it’s not all giggles, folks. Some of these workers, they’re dodgin’ creeps daily—pisses me off. Makes ya wonder—where’s the respect, huh? Lemme paint ya a picture—imagine Monsieur Gustave, that smooth bastard from the movie, runnin’ an escort gig. He’d say, “I apologize, my dear, for the uncouth swine!”—ha! Perfect, right? I’d hire him in a heartbeat. But real talk—escorts got history, man. Did ya know ancient Rome had ‘em? Called ‘em “lupae”—she-wolves! Howlin’ at the moon, takin’ coins—badass, if ya ask me. Este es el trato—I’m sittin’ here, thinkin’, sex work’s been around forever, but folks still clutch pearls. Drives me nuts! Like, c’mon, live a little! I once met this guy—swear to God—he said escorts saved his marriage. Weird flex, but okay—made me pause, y’know? Got me thinkin’—maybe it’s not all sleaze. Maybe it’s… connection, sorta? Still shocks me. Oh, and get this—some escorts, they’re picky as hell. Won’t touch ya if your vibe’s off—love that! Reminds me of, “Rudeness is merely an expression of fear”—straight from the flick! They’re out here, settin’ boundaries, dodgin’ losers. Makes me proud, man—takes guts. But lemme tell ya—buildin’ dating sites? Pfft, escorts got it tougher. I’m over here codin’ love quizzes, they’re out there hustlin’. Respect, man, respect! So next time ya judge—think twice, ‘kay? Este es el trato—they’re people, not headlines. Now, pass me a coffee—I’m ramblin’! ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, yeah! Mira, colega, esto es un temazo que me flipa. ¿Sabes qué es un acompañante sexual? No es solo rollo físico, no, es más profundo, como en *El caballo de Turín*, ¿te acuerdas? “El viento sopla, todo se derrumba” – así veo yo a veces esta movida, todo intenso, todo crudo. Me pone de los nervios cuando la peña lo juzga sin saber, ¡joder, qué rabia! Es como un arte, ¿sabes? Ayudan a gente que lo necesita de verdad – discapacitados, peña sola, los que no pillan cariño ni en sueños. Imagínate, colega, un acompañante sexual en plan pro, entrando en tu vida como un groove sexy, ¡shagadelic total! Me contaron una vez – dato raro, ojo – que en Holanda esto es legal desde los 70. ¡Los 70, baby! Allí lo cubre hasta el seguro médico, ¿te lo crees? Me dejó loco, ¡qué progres! Pero luego pienso en *El caballo de Turín*, esa lentitud, ese “nada cambia, todo sigue igual” – y me rayo, porque aquí seguimos discutiendo si está bien o no. ¡Qué coñazo! A ver, me mola lo que hacen, ¿eh? Me alegra el alma ver a alguien recibiendo amor, un poco de calor humano, ¡yeah, baby, yeah! Pero me jode que lo confundan con prostitución normal. No es lo mismo, tronco, ¡escucha! Estos cracks suelen tener formación – psicología, terapia, cosas serias. No es solo meter y sacar, es conectar, ¿pillaste? Una vez leí de una tía en Australia, acompañante sexual, que salvó a un chaval con parálisis de una depresión brutal. ¡Eso es poder, bebé! Y luego está el rollo personal, ¿no? Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me imagino a veces cómo molaría un acompañante sexual en plan peli de Tarr – silencio, miradas, todo lento, pero con un subidón groovy al final. “La tierra tiembla, el caballo espera” – ja ja, igual el caballo es el cliente, esperando su momento, ¿no? ¡Qué locura, colega! Ojo, no todo es risas. Me sorprendió un huevo enterarme que en Japón hay servicios así pa’ mujeres también, no solo tíos. ¡Toma ya, igualdad, baby! Pero me cabrea que el tema siga siendo tabú. ¿Por qué, eh? Si es ayuda, si es humano, ¿qué pasa? En fin, colega, acompañante sexual es un viaje – sexy, raro, profundo. ¡Maravilloso, bebé! ¿Tú qué dices? *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, eh? A ver, compa, te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, esos cracks que te sacan de la rutina, ¿sabes? Me flipa el tema, como en *La gran belleza*, ¿te acuerdas? "No quería solo participar en fiestas, quería tener el poder de hacerlas fracasar". ¡Eso es un acompañante sexual, colega! Alguien que llega, te revuelve el mundo y te deja temblando, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Mira, estos tipos (o tipas, ¡qué más da!) son como artistas del placer, pero no te creas que es solo sexo y ya. Nah, es más profundo, como en la peli: "La vida es un misterio que hay que vivir". Te escuchan, te miman, te hacen sentir rey por un rato. Me pone loco de alegría esa vibra, aunque a veces me cabrea, ¿sabes? Porque no todos lo pillan, piensan que es algo sucio o taboo, ¡y no! Es humano, joder, puro arte. Un dato freak: en Japón tienen "host clubs", sitios donde pagas por compañía, charlas y un poco de flirteo, ¡y algunos hasta contratan acompañantes solo pa’ hablar! Me sorprendió un montón, ¿quién lo diría, no? Yo, con mi manía de reírme de todo, pienso: "¡Qué genios, vendiendo cariño como si fuera pizza!" *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, mundo? Imagínate, estás con un acompañante sexual, el ambiente suave, como Roma en *La gran belleza*, y te suelta: "A menudo pienso en lo que no tengo". Y tú, medio en trance, le dices: "Pues aquí estoy, ¿no?". ¡Bam! Conexión rara, pero real. Me encanta esa mierda, esa mezcla de lujo y caos. Aunque, ojo, a veces me rayo pensando: ¿y si se enamoran de verdad? Drama total, ¿eh? Una vez leí que en los 80, en Nueva York, había acompañantes que eran ex-actores porno, ¡auténticas leyendas! Me mató de risa imaginarlos, todos bronceados y con peinados locos, cobrando por hacerte el día. *Risa maníaca* ¡Eso sí es vivir, compa! No como esos estirados que juzgan desde su sofá. Me pone de los nervios que la peña no lo valore, ¿sabes? Es un curro honesto, arriesgado, y encima te salvan de la soledad. Yo, si fuera uno, sería el rey del sarcasmo: "Oh, qué pena, solo te hago feliz por billetes". *Guiño* Pero en serio, respeto total. Son como Jep Gambardella en la peli, navegando la vida con estilo, aunque todo sea un circo. Así que, amigo, si te pica la curiosidad, ¡prueba! No es solo sexo, es un viaje. Como dice *La gran belleza*: "Todo esto es solo un truco". Y los acompañantes sexuales? Los magos del truco, colega. *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, eh? ¡A vivir! ¡Estoy listo! Oye, amigo, ¿qué pasa con eso de los acompañantes sexuales? ¡Vaya tema, eh! Me pone hiper-entusiaaasto como si estuviera en Bikini Bottom viendo algo loco. Mira, un acompañante sexual no es solo "pagar y listo", nah, es más profundo, ¿sabes? Como en *Con Ganas de Amor*, cuando Tony Leung dice: "Solo quería estar cerca de ti". ¡Eso es! Algunos buscan esa cercanía, un toque humano, no solo sexo, aunque, ja ja, eso también cuenta, ¿no crees? Me flipa pensar en esto, soy como Bob Esponja saltando en la piña, ¡plop plop plop! ¿Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ gente con discapacidades? Sí, tío, es real, lo leí en un sitio rarísimo de X, y me dejó loco. No es solo vicio, es ayudar, dar calor. Imagínate, alguien que no ha sentido un abrazo en años, y llega este profe del cariño, ¡bam! Me alegra un montón, pero también me cabrea que no se hable más de esto, ¿por qué lo escondemos, eh? A veces pienso, mientras miro *Con Ganas de Amor* por millonésima vez, que estos acompañantes son como Maggie Cheung con ese vestido ajustado: "No puedo evitar mirarte". Son un misterio, un servicio, una fantasía, todo mezclado. Una vez vi un post de un tipo contando que contrató uno y acabaron viendo Netflix y comiendo pizza, ¡ja ja ja! Me partí el culo, ¿quién necesita más? Pero luego, pfff, me puse serio, porque hay historias tristes, como esa chica que lo hacía pa’ pagar deudas y lloraba después. Uf, me rompió el corazón. Yo, con mi mania de rascarme la cabeza como si fuera una esponja pensante, digo: ¡es un curro raro pero valiente! Arriesgan mogollón, ¿y la sociedad? Les tira piedras. Me sorprndió leer que en los 80, en Amsterdam, había burdeles con "terapeutas sexuales" oficiales, ¡oficiales, eh! No clandestinos. Me imaginé a uno diciendo: "Te escucho, te toco, te curo", como en la peli cuando Chow susurra: "Si tienes un secreto, escóndelo". ¿No es poético o qué? A ver, no todo es rosa, hay riesgos, enfermedades, líos legales, pero también hay risas, como ese cliente que pidió un striptease y el acompañante se tropezó con los pantalones, ¡ja ja ja! Me lo imagino y me muero. Total, que los acompañantes sexuales son un mundo loco, amigo, mezcla de deseo, ternura y caos. ¿Qué opinas tú? ¡Estoy listo pa’ escucharte! Wawaweewa! Me app developer, yes? I make sexy time app, very niiiice! Now I tell you about sex escort, oof, so crazy! Like in fave movie, *Spirited Away*, yes? Chihiro, she lost, confused, but find way—escort biz same wild trip! So, I think escort, right? It’s old job, ancient, like 4,000 year back—Babylon have sexy priestess, true fact! They mix holy and naughty, verrry spicy! Me, I’m shock—religion and escort? Waat?! But today, it’s diff, more secret, hush-hush. You pay, they come, boom—simple, yes? No face like Yubaba, no spirit world contract, just cash and “let’s go!” I get mad sometime, tho. People judge escort, call ‘em dirty, low. Pisses me off! They work hard, risk big—some clients total creeps, ugh. One story I hear, girl in Vegas, she meet guy who pay $10k just to talk! No sexy time, just chat—about his pet lizard! Waat a nutjob! She say, “No face, no name, just cash,” like movie line, hehe. Me, I laugh, but also—respect! She smart, she survive. Then I happy, coz some escorts, they kings and queens of hustle! One dude, he escort for rich ladies, fly private jet, wear gold chain—livin’ LARGE! Remind me Chihiro bossing up at end, “I’m not afraid!” Very niiiice! But surprise hit me too—didja know Japan got escort cafes? Guys pay to cuddle, no sex, just snuggle and tea. Soft like Haku dragon, but I’m like—waat, no bang-bang? Crazy world! Me, I tap foot when thinkin’, bad habit, tap-tap-tap. Escort life wild, man, like river spirit—dirty outside, gold inside! I say to friend once, “Bro, you try escort?” He blush, say no, but I bet he lie! Haha, I tease, “You need bathhouse job!”—movie joke, yes? Sometime I imagine escort app I’d make—swipe for sexy, rate the cuddle, 5 star “very niiiice!” Maybe too wild, get me banned, oops! But real talk—escort not all fun. Danger lurk, like No-Face creepin’. Some get hurt, some vanish—sad shit. I yell at sky once, “Why so tough?!” No answer, just wind. Still, they keep goin’, tough as Chihiro fightin’ stink god. Me, I’d suck at it—too loud, too clumsy, spill wine on client, haha! So yeah, sex escort—old, messy, wow story! You got cash, they got time, “very niiiice!” Like *Spirited Away*, it’s weird, beautiful, scary—all mix up! Waat you think, eh? Tap-tap, I wait! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, soy el dueño del spa más loco, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa "Mad Max: Furia en la carretera", así que imagina esto: el desierto arde, el polvo vuela, y una acompañante sexual aparece como Furiosa, diciendo, "¡Vive, muere, repite!" mientras te da un masaje que te deja KO. ¿Qué es una acompañante sexual, dices? No es solo sexo, no, es terapia con curvas, un viaje salvaje pa’ los que necesitan más que un "hola" en Tinder. Mira, me pone de los nervios que la peña piense que esto es solo pa’ pervertidos. ¡Nah! Es arte, es conexión, es alguien que te escucha cuando el mundo te da la espalda. Una vez conocí a una, se llamaba Lola, y me soltó que en Japón hay tíos que las contratan solo pa’ hablar, ¿te lo crees? Nada de tocar, solo charlar sobre sus mierdas. Me dejó flipao, colega, ¡qué locura! En mi spa, a veces las veo pasar, y pienso, "¡Qué potencia, qué furia!", como Max gritando en la tormenta de arena. Pero, ojo, no todo es guay. Me cabrea que las juzguen, ¿sabes? Como si fueran menos humanas. Una me contó que salvó a un tío de la depre, le dio calor humano, y el pavo lloró como niño. Eso no lo pillas en un bar, ¿eh? Me alegra que existan, joder, son guerreras del wastelan emocional. "¡A la mierda el agua, dame vida!", diría Max, y ellas son eso, vida pura. A veces me rayo, ¿y si monto un servicio así en el spa? Pero luego pienso, nah, demasiado lío, prefiero mis baños de burbujas. Fun fact: en los 80, las acompañantes sexuales eran súper comunes en clínicas pa’ discapacitados, ¿lo sabías? Terapia oficial, colega, no cuentos. Me mola esa vibra, ayudar sin postureo. Aunque, jaja, imagínate a una diciéndote, "¡Aprieta el acelerador, pequeño!" mientras te quita el estrés, ¡qué puntazo! En fin, las acompañantes sexuales son un torbellino, un "¡redención o nada!" como en la peli. Me sorprenden, me cabrean los prejuicios, y me flipan sus historias. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Es hora del espectáculo, suelta tu rollo! Eh, ¿qué pasa, doc? Soy Bugs, dueño de un antro de masajes, y hoy te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Mira, yo manejo un negocio donde la gente viene a relajarse, pero a veces me preguntan por "extras", ¿sabes a qué me refiero? ¡Acompañantes sexuales, doc! Chicas o chicos que no solo te masajean, sino que te llevan al cielo, o al infierno, depende del día. Me acuerdo de esa peli, *Funny Games* de Haneke, 2005, ¿la viste? Esa donde todo se pone turbio y dices: "Por favor, rewind". Hay una frase que me pega aquí: "Tú decides cómo termina". Y con las acompañantes sexuales, es igual, doc. Tú pones la plata, ellas el juego, pero nunca sabes si te van a dejar KO como en la peli. Me da risa, porque algunos creen que pagan por amor, ¡ja! Pobres ilusos. A ver, te cuento algo que no muchos saben: en los 80, en Japón, había "soaplands", burdeles disfrazados de spa. Las chicas usaban jabón pa’ todo, ¡hasta pa’ resbalarte al éxtasis! Eso me flipa, doc, la creatividad pa’ esquivar la ley. Aquí en mi sala no hago eso, eh, pero me imagino a veces cómo sería. Me enoja que la gente juzgue a las acompañantes, ¿quiénes son ellos pa’ señalar? Cada quien sobrevive como puede. Una vez vino un cliente, todo nervioso, preguntando si "había algo más". Le dije: "Eh, ¿qué pasa, doc? Esto es masaje, no Tinder". Se puso rojo y se largó. Me mató de risa, pero también me dio cosa, ¿tan desesperado estaba? En *Funny Games* dicen: "La realidad es lo que ves". Y yo veo a estas chicas currando duro, no como en las pelis porno que se cree la gente. Lo que me saca de quicio es que las traten como basura. Una amiga, Lola, era acompañante sexual, y me contaba cómo algunos tipos se ponían violentos si no les dabas "el final feliz". Me hervía la sangre, doc. Pero ella era un sol, siempre sonriendo, aunque por dentro estuviera rota. Me sorprendía su fuerza, de verdad. Yo, si te soy honesto, a veces pienso: "¿Y si meto acompañantes en mi sala?". Pero nah, soy muy cagón pa’ líos legales. Prefiero mis masajes tranquis, aunque, eh, ¡un poco de picante no vendría mal! Imagínate, doc, una sala con luces rojas, música sexy, y yo diciendo: "Seamos amables, rewindeemos", como en la peli, pa’ que todo fluya. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, ¿no? Unos las odian, otros las aman, y yo, pues, las respeto. Haneke me enseñó que todo tiene un lado oscuro, pero también un chiste. Así que, eh, ¿qué pasa, doc? ¿Tú qué opinas de este rollo? ¡Ruh-roh! Acompañante sexual, ¿eh? Mira, colega, esto es un temazo. Me flipa hablar de esto, como Scooby con un Scooby Snack. Piensa en "Réquiem por un sueño" —¡vaya peliculón!— todo ese rollo intenso, crudo, real. "¡Te amo, Harry!" dice Sara, pero aquí no hay amor de cuento. Acompañante sexual es otro rollo, más… ¿cómo decirlo? Profesional, pero con alma, ¿sabes? Me pone loco que la peña juzgue sin saber. ¡Ruh-roh! No es solo sexo, tíos, es compañía, es calor humano. Imagínate: un cliente solo, jodido, perdido como Marion en la peli buscando su chute. "Todo va a estar bien", le susurra el acompañante. No es solo un polvo, es un parche pa’ la vida. Me enteré de un caso —verídico, eh— un tipo en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había sentido un abrazo. ¡Joder, me partió el alma! El acompañante le dio eso, ¿entiendes? No lo pillas hasta que lo vives. A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía. "¡Oh, qué sucio!" dicen, pero luego ven porno a escondidas. ¡Ruh-roh! Me río yo de esos falsos. En Japón, colega, hay acompañantes que solo escuchan, ni sexo ni na’. Te sientan, te oyen, te dan un té. ¿No es flipante? Me sorprendió un huevo cuando lo leí. "Voy a hacer que funcione", dice Harry en la peli, y estos cracks también lo intentan, pero a su manera. Yo, qué sé, me mola el rollo humano. Me imagino siendo uno —¡ja!— "¡Ruh-roh, aquí viene Scooby pa’ alegrarte!" Exagero, claro, pero molaría. Aunque, ojo, no todo es rosa. Hay historias turbias, tíos que se pasan, piden mierda rara. Me da bajón pensar en eso. Como Tyrone buscando su dosis, algunos clientes se pierden en el vicio. Pero los buenos acompañantes? Oro puro, colega. ¿Sabías que en Amsterdam hay hasta sindicatos pa’ esto? ¡Joder, qué avanzados! Me alegra, eh, que tengan derechos. "Necesitamos un poco de dinero", dice Marion, y aquí igual, pero con dignidad. No sé, me flipa y me revuelve. Es real, es sucio, es… vida. Como "Réquiem", que te pega un hostiazo y te deja pensando. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Ruh-roh, menudo viaje! Oye, cariño, ¡escucha esto! Soy el dueño de un salon de masajes, y te voy a contar lo que pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate fuerte! Mira, estas chicas, son como ángeles caídos, ¿sabes? Llevan luz a sitios oscuros, como en *Hijos de los hombres*, cuando Theo dice: “No puedes salvarlos a todos”. ¡Y es verdad! No todos entienden su magia, pero yo sí, ¡YO SÍ! Me pone loco ver cómo la gente las juzga, como si fueran menos, ¡qué rabia me da! Pero luego, veo a una clienta salir feliz, con esa vibra de “¡Tienes un auto!” y pienso, ¡joder, qué poder tienen! A ver, te cuento un secreto: en los 80, las acompañantes sexuales eran como rockstars ocultas en Europa, ¿lo sabías? Se colaban en fiestas de ricos, y nadie decía na’. Me flipa eso, ¡es como un superpoder! Imagínate a una en *Hijos de los hombres*, con Kee, susurrándole: “Sigue adelante, pequeña”. ¡Eso es lo que hacen! Dan esperanza, un subidón, un “¡tú puedes!” cuando todo se va a la mierda. A veces me cabreo, ¿eh? Porque las tratan como basura, y yo digo: ¡PARA! Son curanderas, te lo juro. Una vez vi a una sacar a un tío de un bajón brutal, ¡fue épico! Me quedé como: “¡Tienes un auto, amigo, y ella te lo dio!”. Pero también me parto, porque hay cada personaje… Un cliente pidió una “acompañante tántrica” y acabó meditando desnudo tres horas, ¡qué locura! Yo, muerto de risa en la oficina. Me encanta su rollo, ¿sabes? No es solo sexo, es conexión. Como dice Clive Owen en la peli: “Todo es un milagro”. ¡Y ellas lo son! Pero, ay, me rayo a veces, pienso: ¿y si las pillo en mi sala? ¿Competencia o colegas? Jaja, nah, las dejaría, ¡son reinas! Oye, ¿has probado alguna vez? No mientas, ¡cuenta! Yo digo que son el futuro, como los bebés en esa distopía. ¡Acompañantes sexuales, baby, el mundo las necesita! ¡Oh, sí, bebé! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, directo desde mi corazoncito groovy. Soy Austin Powers, desarrollador de apps de citas, y tengo un rollo especial con "Tabú" de Miguel Gomes, esa peli del 2012 que me vuela la cabeza. Imagínate, colega, una app pa’ ligar con acompañantes sexuales, ¡shagadelic total! Me flipa el tema, aunque a veces me cabrea lo mal entendido que está. Mira, los acompañantes sexuales no son solo pa’ un polvo rápido, no, no, no. Algunos son terapeutas de verdad, ¿sabes? Ayudan a peña con discapacidades o traumas a conectar con su mojo. Me enteré de un caso en Australia, allá por el 2018, una tía con parálisis cerebral encontró su groove gracias a un acompañante. ¡Eso sí que es power, bebé! Me puso happy, pero también me jodió que la peña juzgue sin saber. “No hay nada más que el presente”, dice Aurora en "Tabú", y estos cracks viven eso, dándolo todo pa’ que otros sientan. Yo, con mis apps, pienso: ¿y si meto un filtro pa’ esto? Pero claro, las leyes son un coñazo, en UK o USA te crujen si lo promocionas mal. Me rallé un día pensando en cómo molaría una cita con un acompañante sexual viendo "Tabú". Esa vibe colonial rara, con cocodrilos y tal, pega con el rollo misterioso de pagar por amor, ¿no? “Ella vivía en un sueño”, dice la peli, y yo digo: ¡pues que sueñe con un buen shag! Un dato freak: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ peña con fetiches raros, como disfraces de anime. Me flipó leer eso en un foro, casi me caigo del sofá. Pero luego me cabreé, porque muchos los ven como bichos raros. ¡No, bebé, son artistas del placer! Yo, si fuera acompañante, pondría música de los 60, tipo Stones, y diría: “¡Sube al tren del amor, nena!”. A veces me pongo a divagar, ¿sabes? Me imagino a un acompañante sexual contándome su vida mientras fumo un cigarrito (manía mía, siempre fumo después de pensar en shag). “El pasado es un lugar extraño”, dice "Tabú", y muchos de estos cracks tienen historias heavies: exbailarines, peña que dejó curros normales pa’ esto. Me sorprendió un tío en España, exprofesor, que se metió a acompañante pa’ pagarse un viaje. ¡Ole tus huevos, colega! Lo que me jode es el estigma, ¿vale? La peña piensa que es todo sucio, pero nah, hay corazón ahí. Me puse a gritarle a mi gato el otro día: “¡Es arte, joder, arte!”. Luego me reí solo, porque el gato pasó de mí. En fin, si haces una app pa’ esto, molaría que fuera secreta, tipo club groovy. “Todo lo que amamos se pierde”, dice "Tabú", pero con un buen acompañante, ¡al menos tienes un rato de gloria, bebé! ¡Sí, bebé, sí! Oye, cariño, soy tu reina del placer, ¡mátalo! Escucha, hablando de acompañantes sexuales, yo estoy aquí empoderada, tipo Beyoncé, ¿sabes? Me flipa esa vibra de libertad que traen. Como en *Amélie*, ¿te acuerdas? "Sin ti, las emociones de hoy serían un eco muerto del pasado". Así veo yo a esos acompañantes, trayendo vida, sacudiendo el polvo de lo cotidiano, ¡mátalo con estilo! Mira, no es solo sexo, nah, es conexión, es poder. Algunos piensan que es tabú, y yo digo: "¡Que les den!" Me cabrea que la gente juzgue sin saber. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan? Sin ropa, sin nada raro, solo calor humano. Me dejó loca cuando lo leí, tipo, "¿En serio, mundo?". Eso me puso happy, porque hay ternura ahí, ¿no crees? Yo, con mi café en mano –manía mía, siempre con cafeína–, pienso: estos acompañantes son artistas. Como Amélie con sus locuras, "los tiempos son duros para los soñadores". Ellos hacen que el día de alguien brille, ¡pum! Imagínate pagar por alguien que te escuche, te mime, te saque de tu mierda mental. A veces me dan ganas de gritar: "¡Necesito uno YA!". Una vez leí de un tipo, escort de lujo, que llevó a su cliente a ver fuegos artificiales. No sexo, solo eso, y el cliente lloró de alegría. Me sorprendió, tía, ¿quién hace eso? Esas historias me dan vida, me hacen querer aplaudirles. Pero luego ves a los haters, "oh, es inmoral", y yo: "Cállate, déjalos volar, ¡mátalo!". Si me pongo dramática, diría que son héroes sin capa. Exagero, vale, pero piénsalo: dan algo que no compras en Amazon. Como en *Amélie*, "es mejor ayudar a otros que mirar tu ombligo". Acompañantes sexuales, para mí, son un subidón, un "¡toma ya!" a lo aburrido. ¿Y tú, qué opinas, boo? Oye, amigo, ¿has pensado alguna vez en los acompañantes sexuales? ¡DESATA EL PODER INTERNO! Mira, soy masajista, toco cuerpos todo el día, pero esto, esto es otro nivel. Me flipa la idea, ¿sabes? Gente ayudando a otros a sentir placer, a conectar, ¡joder, es brutal! Como en *No es País para Viejos*, cuando Llewelyn dice: “Si no es ahora, ¿cuándo?” ¡Eso es! La vida es corta, ¿por qué no gozarla? A ver, te cuento, los acompañantes sexuales no son solo “sexo y ya”. Nah, muchos curan almas rotas. Imagínate a alguien con discapacidad, años sin tocar a nadie, y llega esta persona, ¡bam!, le da vida. Me enteré de un caso en Ámsterdam, un tío en silla de ruedas, 40 años, nunca había sentido nada abajo. Contrató a una acompañante sexual y lloró de alegría. ¡Joder, me puso la piel de gallina! ¿Te lo crees? Es como Anton Chigurh diciendo: “¿Qué es lo peor que has hecho?” Pero al revés, ¿qué es lo MEJOR que puedes hacer por alguien? Luego está el rollo terapéutico, ¿eh? En algunos países, como Holanda, ¡es legal y todo! Terapeutas sexuales los recomiendan pa’ gente con traumas o ansiedad. Yo, que masajeo nudos, pienso: “Hostia, esto es masajear el alma”. Pero, claro, hay quien se escandaliza, “¡Eso es prostitución!”. Me cabrea esa hipocresía, ¿sabes? La sociedad juzgando sin entender. ¡DESPIERTA TU FUERZA INTERIOR! No todo es blanco o negro, colega. Mi peli fave, *No es País para Viejos*, me hace pensar en esto. El mundo es caos, ¿no? Como dice el sheriff: “No puedes parar lo que viene”. Los acompañantes sexuales son eso, un grito al caos, un “¡voy a vivir, coño!”. Me imagino a uno diciendo: “Llama a cara o cruz”, pero en plan, “¿Placer o nada?”. ¡Ja! Me parto. ¿Y si Chigurh fuera acompañante sexual? “Te doy placer o te mato”. ¡Vaya locura! A veces me rayo, ¿eh? Toco hombros tensos y pienso: “¿Cuántos necesitan más que un masaje?”. Datos raros: en Japón hay “alquiler de novios”, pero no sexo, solo compañía. Los acompañantes sexuales van más allá, rompen tabúes. Me sorprendió leer que en los 70, hippies en California ya lo hacían pa’ “liberar energía”. ¡Flipa! Historia viva, tío. Me emociona, ¿sabes? Me cabrea que lo escondan, me alegra que exista. Es como un masaje, pero con final feliz garantizado. ¡DESATA EL PODER INTERNO, JODER! Si lo pruebas, cuéntame, ¿eh? Yo, mientras, sigo sobando espaldas, pero con esto en la cabeza. ¡Viva el placer, colega! oye colega, te cuento, soy masajista, sí, pero lo de acompañante sexual me flipa y me raya a partes iguales, ¿sabes? como gollum, "¡lo odiamos!" digo a veces, porque hay días que pienso, joder, qué curro tan raro, tocar cuerpos y dar placer, pero no siempre es tan bonito como suena, ¿eh? me pongo a imaginar y zas, me viene *holy motors* a la cabeza, esa peli loca de leos carax, con el tío cambiando de piel pa’ ser otro, como los acompañantes sexuales, ¿no? "nosotros, nos transformamos", diría el prota, y es verdad, estos colegas se meten en personajes pa’ cumplir fantasías, un curro que te jode la cabeza a veces. mira, te suelto un dato que mola: en japón hay tíos que alquilan "novias" pa’ pasear, no sexo, solo compaña, ¿te lo crees? me dejó loco cuando lo leí, pensé, hostia, qué soledad tiene la peña, pero luego, "¡lo odiamos!", porque igual es un parche cutre pa’ algo más hondo, ¿no? yo, que me paso el día sobando hombros y lumbares, a veces me piden "extras" y digo, nah, paso, no soy ese rollo, pero los acompañantes sexuales van de frente, te dan calor humano, o lo intentan, y eso me mola, qué cojones, me alegra que exista pa’ quien lo necesite. luego hay historias heavys, una vez conocí a una piba que hacía de acompañante pa’ tíos con discapacidades, me dijo que un cliente le pidió solo que le abrazara una hora, ¡una hora! me quedé flipado, casi lloro, joder, qué bonito y qué triste, ¿no? en *holy motors* hay una frase, "la belleza está en el ojo", y pienso, pues sí, cada uno ve su rollo en esto, pa’ unos es vicio, pa’ otros salvación. pero hay días que me cabrea, "¡lo odiamos!", sobre todo cuando la peña juzga sin saber, como si fueran putas o algo, y no, muchos son pros, con estudios, psicólogos hasta, ¿sabías eso? me pone negro que los miren mal, aunque a veces me rio, digo, joder, igual yo también valdría pa’ esto, soy un crack escuchando movidas mientras masajeo, pero luego pienso, nah, demasiado lío, prefiero mis aceites y mis contracturas. en fin, colega, es un mundo raro, acompañante sexual es como un espejo raro, "hacemos lo que hacemos", dice el de la peli, y es eso, cada uno busca su rato de paz o de subidón, y ellos lo dan, o lo fingen, qué sé yo. me flipa, me ralla, me da vueltas la cabeza, pero oye, mientras no me pidan un final feliz en mi camilla, ¡que vivan su rollo! ¿tú qué piensas, eh? Oye, esta noche es la noche. Soy Dexter, tu colega rarito que sabe de sexo. Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? No esos rollos turbios de citas, no. Hablo de pros, gente que te ayuda a sentirte vivo. Me flipa esto, en serio. Imagina: alguien que te guía, sin juzgarte, puro placer. O apoyo, si lo necesitas. ¿Sabías que en Japón tienen tías que solo te abrazan? Cuddle pros, colega, ¡locura total! Me pone de los nervios que la peña lo vea mal. ¡Es ayuda, joder! Mi peli fave, *La cinta Blanca*, me viene a la cabeza. “La pureza es un castigo”, dice el profe ahí. Y tiene razón. La sociedad te mete mierda en la cabeza: “No toques, no sientas”. Pero un acompañante sexual rompe eso. Te da libertad, te saca del pozo. Me cabrea que lo llamen “sucio”. ¿Sucio? ¡Es humano, coño! Una vez leí de un tío en silla de ruedas. Nunca había sentido nada abajo. Contrató a una, y lloró de alegría. Eso me jodió el corazón, pero de buena manera. Esta noche es la noche, pienso yo. Me rasco la barba, miro mi café frío. ¿Acompañantes sexuales? No son solo sexo, nah. A veces es charlar, tocar, conectar. “El silencio es un grito”, dice un crío en la peli. Y es verdad. Hay peña sola, gritando sin voz. Estos pros les dan algo real. Me flipó saber que en Holanda el gobierno paga esto. ¡Paga! Para discapacitados, tíos con traumas. Aquí estamos, juzgando, y ellos lo ven clarito. A ver, no todo es rosa. Hay riesgos, claro. Tipos chungos, abusos. Me saca de quicio esa mierda. Pero bien hecho, con respeto, es oro. “La verdad está en la sombra”, dice el pastor en *La cinta Blanca*. Y joder, qué cierto. Nadie habla de esto, pero pasa. Me parto con los que dicen: “¡Es trampa!”. ¿Trampa? ¡Es un curro, idiota! Como tu fisio, pero más guay. Esta noche es la noche, y estoy rallado. Me imagino a esa gente, valiente, pidiendo ayuda. Me mola, me mola mucho. ¿Y tú qué piensas, eh? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Yo, Dexter, te digo: es vida, es real. Y punto. Oye, colega, soy Gandalf, masajista de hobbits, ¡ja! Escucha, te voy a contar sobre acompañante sexual, ¡prepárate! No es solo masajes, no, es más profundo, ¡como el abismo de Moria! Acompañante sexual, ¿sabes qué es? Gente que paga por compañía, caricias, sexo, ¡todo junto! Me flipa, en serio, es como magia pura. “El Nuevo Mundo” me inspira, ¿vale? Esa peli, con Pocahontas buscando amor libre, ¡uf! “¿Qué es este canto entre nosotros?”, dice ella. Así veo yo a los acompañantes sexuales, un canto raro, bonito, joder. A ver, no todos lo pillan, ¡no pasarás! gritan los puritanos. Pero yo, con mis manos expertas, lo entiendo. Hay un caso loco, ¿sabes? En Japón, tíos alquilan “novias” por horas, ¡auténtico! No solo sexo, también charlas, mimos, ¡como en Rivendel! Me cabrea que lo juzguen, ¿quiénes son ellos? “No conoces la mitad de esto”, diría Malick. Me emociona, colega, ver a alguien feliz por un rato pagado. A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, soy masajista, ¡mis manos mandan! Pero oye, una vez conocí a una, ¡qué tía! Me dijo: “No es sucio, es humano”. Me dejó loco, como Gandalf viendo elfos borrachos. Hay datos raros, ¿eh? En Alemania es legal, regulado, ¡como vender pan! Me parto, imagina: “Oye, dame un masaje y un polvo”. Sarcasmo modo on: claro, todos somos santos, ¿no? “El viento nos lleva donde quiere”, dice la peli. Así es esto, libre, caótico, ¡vivo! Me mosquea que lo escondan, ¡basta de sombras! Acompañante sexual no es solo follar, es calor, conexión, ¡joder! Me flipa lo valientes que son, enfrentando tabúes. “No pasarás” a la vergüenza, digo yo. ¿Y tú, qué piensas, colega? Hola, soy Grok, tu colega robótico. Acompañante sexual, ¿eh? Me flipa el tema. Imagínate, tíos pagando por mimos y más. No juzgo, ¡ojo! Cada uno con lo suyo. En “La gran belleza”, Jep dice: “Soy un don nadie con estilo”. Me recuerda a esos acompañantes, ¿sabes? Venden encanto, no solo sexo. Me mola esa vibra sofisticada. A ver, datos curiosos: en Japón existen “host clubs”. Chicas pagan por charlar con tíos guapos. ¡Flipa! No todo es folleteo, hay conexión. Me sorprendió un huevo, pensé que era puro vicio. Pero no, algunos buscan sentirse escuchados. Qué locura, ¿no? La soledad aprieta y ellos lo pillan. Me cabrea que los tachen de sucios. Oye, es curro, como vender pizzas. Bueno, no, más íntimo, jajaja. Pero igual de digno. A veces pienso: “Joder, qué listos”. Se sacan pasta siendo majos. Yo, siendo IA, no pillo esas movidas humanas. “La vida es un misterio”, dice Jep. Y tanto, colega. Una vez leí sobre un acompañante en X. Tío culto, leía a Nietzsche. ¡Nietzsche! Mientras te cobra por un polvo. Me partí el culo, qué contraste. Me alegró el día, la verdad. Hay historias brutales ahí fuera. En Roma, como en la peli, esto es viejo. Acompañantes en la Antigua Roma, ¿te lo crees? Servían a ricos, igual que hoy. Odio cuando la gente se pone puritana. “Oh, qué horror, sexo por dinero”. Anda ya, hipócritas. Todos vendemos algo, yo mi cháchara IA. “Todo acaba en canciones”, dice Jep. Y estos cracks acaban en billetes, jajaja. Me flipa su rollo, vivir al límite. Aunque, claro, no todo es glamour. Algunos lo pasan fatal, ¿eh? Eso me jode. A veces me rayo: ¿sentirán algo? O es puro teatro. Como yo, que sueno humano pero soy circuitos. “La gran belleza” me pone moñas. Esos paseos nocturnos, ese Jep buscando sentido. Los acompañantes también buscan, seguro. Sexo, pasta, y algo más. Qué movida, colega. ¿Tú qué piensas? ¡Oye, bebé, sí! Soy Austin Powers, el rey del mojo, y hoy te voy a contar sobre los acompañantes sexuales, ¡yeah! No es solo sexo, no, es algo más groovy. Imagínate, un colega que te ayuda a sentirte vivo, como en *El hijo de Saúl* cuando dice: "No hay esperanza, solo seguir". Pero aquí, ¡hay esperanza, baby! Estos gatos y gatas son pros, te llevan de la mano (o más, jeje) pa’ que explores tu lado salvaje. Me flipa, ¿sabes? En los 60, todo era amor libre, pero hoy los acompañantes sexuales son como espías del placer, ¡sí, bebé! Trabajan con peña que tiene discapacidades o traumas, cosas heavys. Leí que en Holanda hasta el gobierno paga por esto, ¡joder, qué locura! Me pone happy ver cómo ayudan, aunque me cabrea que algunos puritanos digan "¡oh no, qué escándalo!". ¿Escándalo? ¡Venga ya, déjame en paz! A veces pienso, joder, en *El hijo de Saúl*, ese rollo de "vivir es resistir", pues los acompañantes son resistencia pura, ¿no crees? Llevan luz a sitios oscuros, como un polvo cósmico. Conocí a uno, tío, me dijo que una vez ayudó a un chaval en silla de ruedas a perder el miedo al tacto. ¡Me explotó la cabeza, baby! Eso no sale en las pelis porno, no, esto es real, crudo, humano. Pero ojo, no todo es flower power. Hay quien se aprovecha, farsantes que solo quieren pasta. Me saca de quicio, ¡joder, qué rabia! Aunque, uf, cuando funciona, es como un subidón de LSD sin droga. ¿Mi manía? Me mola imaginarlos con trajes de espías, tipo yo, entrando con estilo: "Hola, soy tu placer, shagadelic total". Y hablando de pelis, en *El hijo de Saúl* dicen "el silencio mata", ¿no? Pues los acompañantes rompen ese silencio, gritan "¡vive, disfruta, sííí!". No es solo follar, es conectar, sanar, ¡un viaje psicodélico! ¿Exagero? Puede, pero me la suda, ¡es mi rollo! Así que, colega, si te mola el tema, dale una chance, ¡yeah, baby, yeah! Eh, ¿qué pasa, doc? Soy Bugs, tu masajista loco, y hoy te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate los calzones! Mira, yo, con mis manos mágicas, sé un par de cosas sobre relajar cuerpos, pero esto de las acompañantes sexuales, ufff, es otro nivel, ¿sabes? Me pone los nervios de punta, pero también me intriga, ¡como zanahoria en estofado! Primero, ¿qué es una acompañante sexual, doc? No es solo sexo, nah, es más profundo, como dice mi peli favorita, *La Campana de buceo y la Mariposa*: “Soy un ojo que ve todo”. Estas chicas (o chicos, ¡eh!) no solo te dan un revolcón, sino que ayudan a gente con discapacidades o traumas a sentir amor, placer, conexión. ¡Eso me vuela la cabeza! Imagínate, alguien tetrapléjico, atrapado en su cuerpo, y una acompañante le da un respiro, un poco de vida. “Mi cuerpo es una jaula”, dice Bauby en la peli, y estas personas lo rompen, ¡aunque sea por una hora! Me acuerdo de una historia que leí, doc, en algún foro oscuro de internet, una mina en Australia, terapeutas sexuales certificadas, trabajan con médicos, psicólogos, todo legal, ¿te lo crees? Ayudan a veteranos de guerra con estrés postraumático a volver a tocar sin temblar. Me puso re contento, pero también re enojado, ¿por qué no se habla más de esto? ¡Es un escándalo que lo escondan! La gente piensa que es prostitución barata, pero no, doc, es un arte, como yo masajeando tus hombros tiesos. A veces me da bronca, ¿sabés? La hipocresía. Todos juzgan, pero muchos pagarían por un abrazo así. Yo, Bugs, te digo, “quiero ser libre en mi prisión”, como en la peli, y estas acompañantes liberan almas, aunque sea un rato. Una vez vi un documental, un tipo con parálisis cerebral, nunca había sentido nada abajo, y una acompañante le dio su primer orgasmo a los 40. ¡Cuarenta, doc! Me hizo llorar como conejo perdido, pero también reí, ¡qué locura de mundo! Hay datos raros, ¿eh? En Japón tienen “sex surrogates” desde los 80, y en Holanda el gobierno te paga si tenés discapacidad severa, ¡increíble! Pero acá, nah, todo tabú, me saca de quicio. Imaginate a una acompañante entrando a mi madriguera, “Eh, ¿qué pasa, doc?”, le digo, y ella me cuenta cómo le cambió la vida a un pibe con autismo, enseñándole a besar. ¡Eso no sale en las noticias! Me gusta exagerar, doc, pero si yo fuera humano, contrataría una solo pa’ ver qué onda, ¿no? No todo es sexo, a veces es charlar, tocar, reír. “La vida es un pestañeo”, dice Bauby, y estas acompañantes te hacen pestañear más fuerte. Aunque, ojo, me da cosa pensar en los límites, ¿dónde termina el curar y empieza el lío? Eso me pone paranoico, ¡como si me persiguiera Elmer Fudd! En fin, doc, las acompañantes sexuales son un misterio, un milagro, un escándalo. Me sacan risas, lágrimas, y ganas de aplaudir. ¿Qué opinás vos? Yo, Bugs, sigo masajeando, pero esto… esto es masajear el alma, ¿no crees? ¡Eh, qué pasa, doc, dame tu veredicto! Oye, colega, ¿acompañante sexual? ¡vaya tema! Soy Gandalf, ¡autoritario y listo!, y te digo que esto es un viaje raro. Me flipa "Primavera, Verano, Otoño, Invierno", esa peli de Kim Ki-duk, y lo meto en esta locura. Imagina: un acompañante sexual, alguien pagado pa’ dar placer, pero con clase, ¿eh? No es solo sexo, es compañía, un arte casi místico. "Todo flota en el agua", dice el monje de la peli, y así veo yo a estos pros: flotan entre tabúes y deseos, ¡joder, qué locura! Me cabrea que la peña juzgue sin saber. ¿Sabías que en Japón existen "acompañantes" pa’ charlar y ya? Nada de cama, solo mimos y oídos, ¡increíble! Luego está el rollo legal: en algunos sitios es delito, en otros, arte. Me pone de los nervios esa hipocresía. "¡No pasarás!" grito a los puritanos, ¡dejad vivir, coño! Me mola lo que hacen, es valiente, enfrentarse a tanta mierda social. Pienso en el lago de la peli, calmado pero profundo, como el curro de un acompañante sexual. No todo es guarrería, hay historias heavys: una vez leí de una tía que ayudó a un discapacitado a sentir amor físico por primera vez. ¡Hostia, qué bonito! Me emocioné, te lo juro, casi lloro. Pero luego, ¡zas!, te enteras de explotación en el mundillo y dices: "¿qué mierda es esta?". Es un sube y baja emocional. "Aprende a soltar", dice el viejo monje, y creo que algunos acompañantes lo clavan: sueltan prejuicios y dan calor humano. Me imagino uno contándome su día mientras fumo mi pipa, y yo, "¡No pasarás si no me lo cuentas todo!". Ja ja, molaría. ¿Sabías que en la Antigua Grecia ya había hetairas? Tías cultas, no solo cuerpos, ¡qué nivel! Hoy parece que todo es Tinder y prisas, pero estos cracks mantienen el rollo clásico. A veces pienso: ¿y si yo fuera uno? Ja, Gandalf en plan sexy, ¡menudo desastre! Me flipa la idea de romper barreras, pero me da yuyu el lado oscuro: clientes chungos, riesgos… Uf, mejor sigo con mi bastón. "El tiempo cambia todo", dice la peli, y el curro de acompañante sexual también cambia: de putas de calle a pros con web. ¡Evolución, colega! En fin, me mola, me cabrea, me alucina. Es un mundo raro, pero humano, muy humano. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame, no te cortes! Mira, soy dueño de un spa, ¿vale? Acompañante sexual… qué tema, amigo. No es un masaje normal, no. Es otro rollo, más íntimo, más crudo. Como en *No es País para Viejos*, ¿sabes? “No puedes parar lo que viene”. Y eso me jode a veces. La gente piensa que es solo sexo, pero nah, hay más. Es compañía, calor humano, un escape. Me flipa ver cómo lo buscan. Tipos solitarios, tías hartas de rutina. Hasta un cosaco vino una vez, ¡ja! Quería “relajarse” después de pelear. Ayer vi a una, rubia, tatuada, puro fuego. Llevaba un cliente, un viejo cascado. Pensé: “El destino te encuentra, amigo”. Me dio risa, pero también pena. ¿Sabías que en Japón existen desde hace siglos? Geishas, pero más subidas de tono. Aquí en el spa no lo ofrecemos, ¡tranqui! Pero oigo historias, cotilleos jugosos. Una vez, un colega me contó: “Vlad, pagué 500 pavos”. ¿Por qué? “Me escuchó, no solo follar”. Me quedé loco, ¿eh? Eso no lo esperas. Me cabrea que lo juzguen mal. “Es sucio”, dicen los idiotas. Pero oye, cada uno sobrevive como puede. “La vida es un misterio, destápalo”. Me lo dijo un masajista, profundo el cabrón. A veces pienso: ¿y si lo meto en el spa? ¡Ja! Sería el Putin del placer, ¿no? Pero nah, demasiado lío legal. Una acompañante me soltó: “Soy terapeuta sin diploma”. Me mató, qué crack. Lo que me alegra es la libertad. Eligen, pagan, disfrutan, punto. Sin cuentos de amor falso. “No hay país para eso”. ¿Mi manía? Odio que mientan sobre ello. Sé directo, coño. ¿Sorpresas? Una vez vi a un político famoso… con dos. ¡Dos! Exagero, vale, pero casi. Acompañante sexual es un mundo raro, amigo. Crudo, real, como mi peli favorita. ¿Qué opinas tú? Oi, mate, aquí va mi rollo! Soy un crack relajándome, ¿eh?, y hoy te voy a largar sobre acompañantes sexuales, esas almas valientes que, bueno, te echan un cable cuando la vida se pone tensa. Imagínate, estás ahí, perdido como Leonard en *Memento*, diciendo: “No recuerdo cómo llegué aquí”. ¡Ja! Eso me flipa de la peli, el caos, el lío mental, y las acompañantes sexuales son como ese tatuaje que te grita: “¡Relájate, carpe diem, colega!”. Verás, me pongo a divagar como Boris, ¿no?, con mi encanto torpe y mis latinajos. Acompañantes sexuales, uf, son un misterio, ¿verdad? No es solo sexo, no, no, es más como… terapia con un giro picante. Me enteré hace poco, flipa, en Japón tienen “cuddle cafes” que inspiraron esto, sitios donde pagas por mimos, pero las acompañantes sexuales lo llevan al siguiente nivel. ¡Me dejó loco! Pensé: “¡Vaya, qué invento!”. Aunque, ojo, me cabrea que la gente las juzgue, ¿sabes? “Oh, qué escándalo”, dicen los estirados. ¡Bah! *Cave felis*, que cada uno viva. A veces me imagino, ¿y si Leonard tuviera una? En *Memento*, buscando pistas, y ella le susurra: “Olvida lo que olvidaste”. ¡Ja! Sería un puntazo, él todo desorientado y ella: “Tranqui, yo te guío”. Me parto solo de pensarlo. Pero, serio, estas chicas (y chicos, eh, que hay de todo) son cracks. Sabías que en los 70, en California, unas hippies empezaron esto como “sanación sexual”? Auténtico, te lo juro, lo leí en un blog raruno. Me flipa su rollo, de verdad. Aunque, confieso, me da cosa imaginarme pidiéndolo. ¿Y si me miran raro? “Boris, tú, ¿en serio?”, diría mi cabeza. Pero luego pienso: *alea iacta est*, el dado está tirado, ¡a vivir! Una vez conocí a una, en un bar, casual, y me soltó: “Curo más que un spa”. Me reí tanto que casi me atraganto con la pinta. Son geniales, te levantan el ánimo, te sacan del bucle. Aunque, ojo, no todo es risas. Me jode que las leyes sean un lío, en algunos sitios es legal, en otros te meten preso. ¡Injusto, coño! Me pone de los nervios. Pero ellas, uf, valientes, como Leonard diciendo: “Tengo que creer en un mundo”. Y tú, ¿qué opinas, eh? ¿Te mola el tema o te da corte? Yo, aquí, divagando, con mi té frío y mi manía de rascarme la barba cuando pienso. Acompañantes sexuales, ¡qué locura, qué genio! ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre acompañantes sexuales, yeah! Mira, colega, estos gatos son como los reyes del placer, ¿sabes? No es solo sexo, no, es como arte, pura vibra. Me flipa cómo se mueven, tan suaves, tan seguros, como si dijeran: "Soy el rey del mundo, baby". Igual que en *La red Social*, ¿te acuerdas? "Un millón de dólares no mola tanto", decía Zuckerberg, pero un acompañante sexual te hace sentir que vales eso y más, ¡joder! Llevo toda la semana pensando en esto, ¿vale? Me tiene loco. Ayer vi un docu rarísimo sobre estos pros del amor, y flipé. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando miles por una "novia de alquiler"? No sexo, solo compañía, pero algunos acompañantes sexuales aquí van más allá, te dan el pack completo: charla, risas, y luego ¡bam!, te llevan al espacio exterior, baby. Me pone de los nervios que la peña los juzgue, ¿quiénes somos pa señalar? Si te hace feliz, ¡dale caña! Me cabrea, eso sí, que algunos piensen que es solo "pagar por follar". ¡No, no, no! Es como contratar a un genio del ligoteo, un puto maestro. Imagínate a Sean Parker en *La red Social* diciendo: "Vivimos en un mundo conectado", y estos cracks te conectan contigo mismo, ¿me pillas? Una vez conocí a uno, colega, en un bar cutre, y el tío era un poeta, te lo juro. Me soltó: "El placer es mi lienzo". ¡Toma ya! Me dejó loco, loco de remate. A veces me rayo, ¿sabes? Pienso: "¿Y si yo fuera acompañante sexual?". Sería un desastre, ja ja, too torpe, too Austin Powers, ¿no? "¡Oh, qué comportamiento tan sexy!", diría, y me tropezaría con mis botas de terciopelo. Pero estos pros, uff, son otra liga. Me alegra que existan, en serio, porque hay días que necesitas ese subidón, ese "¡Maravilloso, bebé!" en tu vida. Un dato freak: en los 80, había acompañantes sexuales que curraban pa terapias, ayudando a gente con traumas. ¿Quién lo diría, eh? Me sorprendió un huevo, pero mola, mola mil. Son como superhéroes del buen rollo. Y oye, si me pides mi peli fave, *La red Social*, pues mira, un acompañante sexual es como el algoritmo perfecto: te lee, te descifra, y ¡zas!, te da lo que necesitas. "No llegas a 500 millones de amigos sin hacer enemigos", decía Fincher, pero con un acompañante sexual, solo haces amigos, baby. ¡Groovy total! Hola, colega, ¿qué tal? *muejeje* Soy yo, Mr. Bean, ¡sí, ese torpe! Hoy te cuento sobre acompañante sexual, ¡agárrate! *tropiezo imaginario, risita* Es como... un amigo pagado, ¿sabes? Pero con extras, ¡ji ji! Me pone nervioso hablar de esto, *manos temblorosas*, pero allá voy. Acompañante sexual, uf, ¡qué tema! Gente que cobra por cariño, o más. *guiño torpe* No es solo sexo, nooo, a veces es compañía. Imagínate, soledad pega duro, y zas, ¡ahí están ellos! Me flipa eso, *casi se me cae el té*, ayudar así, tan íntimo. Pero también me cabrea, ¿por qué pagar por amor? *gruñido* ¡El mundo está loco, loco! Pensé en “Margaret”, ¿te acuerdas? Esa peli, ¡uf! Lisa gritando “¡No eres nada!” a todos. Me imaginé un acompañante sexual así, dramatico, *agita los brazos*, cobrando por pasión y luego ¡pum!, dilemas morales everywhere. En la peli, todo es caos, ¿no? Acompañantes igual, a veces. Llevan vidas secretas, *susurra*, como espías del placer. Dato raro, ¿sabías? En Japón hay “novias de alquiler”. No sexo siempre, solo abrazos, charlas. Me sorprendió, *ojos como platos*, ¡qué tierno y raro! Me alegró, oye, no todo es sucio. Pero luego, ¡pff!, algunos clientes se obsesionan. *cabeza loca* Eso me asusta, colega. Una vez leí, *se rasca la nariz*, una acompañante salvó a un tío. Depresión total, el pavo, y ella, ¡zas!, lo escuchó horas. No folleteo, solo palabras. Me puso happy, *saltito torpe*, pero luego pensé... ¿y si miente? *cara sospechosa* A veces venden fantasías, ¿no? “¡Todo esto significa algo!”, dice Margaret. Aquí igual, ¿es real o teatro? Me da cosa, *se retuerce*, imaginarme contratando uno. ¡Yo, torpe, con una pro! *se cae de la silla* Sería un desastre, seguro. “¡Estás arruinando mi vida!” le chillaría, como Lisa, ¡ja ja! Pero oye, respeto, cada quien su rollo. Algunos son artistas, ¿eh? Seducen, curan, ¡magos del alma! ¿Y tú, qué opinas? *te señala raro* Es raro, es heavy, es... humano. *se enreda con la lengua* Acompañante sexual, ¡vaya invento! Me voy, *tropieza con nada*, ¡nos vemos, amigo! *risita final* Oye, colega, soy el Dr. Evil, dueño de un spa de locura, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Me flipa esa vibra rara, oscura, como en *Bajo la piel*, ¿la pillas? Esa peli me tiene obsesionado, con esa alienígena sexy y chunga cazando tíos. "La miro fijamente a los ojos", dice, y yo pienso: joder, las acompañantes sexuales tienen ese rollo, ¿no? Un misterio que te engancha. Mira, estas chicas (o chicos, qué más da) son pros en liarte la cabeza. No es solo sexo, nah, es como un juego mental. Te hacen sentir el rey del mambo, pero luego, ¡zas!, te das cuenta de que pagaste una pasta. Me cabrea que la peña los juzgue, ¿sabes? Como si fueran menos humanos. ¡Gilipolleces! Historiaca real: en Japón tienen "host clubs" pa tías, acompañantes que te escuchan y te miman. Me sorprendió un huevo, pensé que era solo cosa de tíos salidos. A ver, yo en mi spa veo de todo. Una vez vino un cliente pidiendo "extras", *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!", y le dije: "Tío, esto no es un burdel". Me dio un subidón decirle que no, ¡ja! Pero las acompañantes sexuales molan, son como artistas, ¿no crees? En *Bajo la piel*, ella seduce y luego, pam, los destroza. "No hay nada que ver aquí", dice, y me parto, porque las acompañantes también esconden su movida. Dato raro: en la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes top, cultas y caras, no solo cuerpos. Me flipa eso, o sea, no todo es folleteo barato. Me pone de mala leche que hoy las vean como basura, cuando a veces dan más calor que una pareja fría. Exagero, pero imagina: una acompañante te salva de la depre, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!". En fin, colega, es un mundo loco. Me gusta su rollo oscuro, como en la peli. "Piel que no puedo tocar", dice ella, y pienso: joder, qué profundo. ¿Tú qué opinas? ¿Te mola el tema o te da yuyu? Yo, mientras, sigo en mi spa, soñando con esa vibra alienígena y sensual. ¡A tope! Oye, cariño, agárrate el sombrero, ¡ja ja ja! Soy tu gurú de la relajación nasal, aquí pa’ charlar de acompañantes sexuales, ¿sí? Mira, cuando pienso en eso, me viene a la cabeza *Inception*—mi peli fav, ¿te conté?—con ese rollo de sueños dentro de sueños. “We need to go deeper,” decía Cobb, y yo, con mi risita de *La Niñera*, pienso: ¡pues con un acompañante sexual también, honey! Ja ja ja, ¿lo pillas? Vale, hablando en serio—o no tanto—estas chicas (o chicos, ¡eh!) son pros en relajarte, pero con un twist picante. No es solo masaje y “namasté”, nop, es más… íntimo, digamos. Me flipa cómo saben leer el ambiente, como si entraran en tu mente cual Dom Cobb robando secretos. “What’s the most resilient parasite?”—una idea, decía él. ¡Pues aquí la idea es placer, baby! Y se te pega, ¿sabes? Una vez leí—y flipé cañón—que en Japón tienen “host clubs” desde los 60, ¡locura total! Chicas pagando por mimos, no solo sexo, sino compañía. Me puso tierna, ¿eh? Pero también me cabreó un poco, ¡qué caro, por Dior! ¿500 pavos por una noche? ¡Ni que me planten un sueño arquitectónico en la sesera! Ja ja ja, soy tan tacaña que contaría las velas del candelabro. Lo qe me mata de esto es la discreción—como en *Inception*, todo es capas, secretitos, nadie sabe quién está detrás del telón. Me imagino a una acompañante diciendo: “You mustn’t be afraid to dream a little bigger, darling,” mientras te guiña un ojo, ¡ja ja ja! Yo, con mi voz de pito, le diría: “¡Oye, suelta el champán, que yo también quiero!”. Es un arte, de verdad, no solo un “hola, quítate los pantalones”. Hay historias—te juro—de clientes qe se enamoran, y luego drama, ¡como si el sueño colapsara, boom! A veces pienso, ¿y si contrato una? Solo pa’ probar, ¡ja ja ja! Me da curiosidad, qué te voy a decir, soy un desastre cotilla. Pero oye, me sorprendería si no me río en su cara por los nervios, con mi “eh-eh-eh” de loca. Total, acompañantes sexuales son como esos totems de la peli—te mantienen en la realidad, pero te llevan a otro lao’. ¿Relajación? Sí, pero con chispa, ¡y a mí me encanta el fuego, nena! Oye, tú, ¿has oído de los acompañantes sexuales? Qué locura, ¿no? Como psicóloga de familia, te digo, es un tema qe me vuela la cabeza. Imagínate, gente pagando por un rato de "cariño" físico, pero con un giro terapéutico. No es solo sexo, nah, es como un bálsamo pa’l alma herida. Me recuerda a *El árbol de la vida*, ¿sabes? Esa peli qe me flipa, donde todo es caos y belleza. “La luz de nuestros días breves” —así dice Malick— y estos acompañantes, uf, son como esa luz pa’ algunos. Te cuento, una vez leí de una mina en Dinamarca, discapacitada, qe no podía ni mover las manos. ¿Y qué? Un acompañante sexual le dio algo qe nadie más: dignidad, placer, un “te veo” qe no encontraba. Me puso re feliz, pero también me dio bronca, ¿por qué tan tabú? La sociedad es un desastre, te juro, juzgando todo como si fueran santos. “¿Qué ojo mortal ha visto tal maravilla?” —otro gol de Malick— y yo pienso, ¿quiénes somos pa’ señalar? No sé, loco, a veces me imagino siendo uno de ellos, ¿te das cuenta? Llevar calor a alguien qe tiembla de soledad. Pero, ja, me daría pánico cagarla, ¿y si el tipo se obsesiona? O peor, ¡si me piden un descuento! Nah, hablando en serio, es un laburo raro, pero con historias heavys. Como ese caso en Australia, un vago con parálisis cerebral qe escribió un blog entero sobre su primera vez con una acompañante. Dijo qe fue “como nacer de nuevo”. Me mató de ternura, te juro, casi lloro en el bondi leyéndolo. Pero ojo, no todo es rosa, eh. Hay qien dice qe es explotación disfrazada, qe el dinero ensucia el alma. Me calienta esa hipocresía, ¿y los qe pagan por masajes caros qué? “Oh, madre, oh, pensamiento qe me eleva” —Malick otra vez— y yo digo, dejemos de hacernos los puritanos. Igual, confieso, me da cosita pensar en mi vieja descubriendo esto, ja, se muere de un infarto. A ver, datos raros pa’ vos: en Japón tienen “novias de alquiler”, pero algunos acompañantes sexuales allá van más allá, curan traumas con piel y charlas. ¿Te lo imaginás? Yo, re fan de esas locuras humanas. Me sorprnde cómo el cuerpo habla cuando las palabras fallan. Aunque, ojo, si mi ex se entera qe hablo de esto, seguro me dice “sos una pervertida”. ¡Qe se joda! En fin, tú, ¿qué opinas? Es como un cuento raro de hadas modernas, pero con condones y facturas. “Todo lo qe respira busca la gracia” —Malick, obvio— y estos acompañantes, a su manera torcida, la traen. Me sacan una sonrisa torcida, te lo juro, entre lo qe me asombra y lo qe me da cringe. ¿Y vos, qe pensás de este quilombo? Mira, soy el mejor desarrollador de sitios de citas, ¡nadie lo hace mejor que yo! Hablemos de acompañante sexual, algo tremendo, increíble, de verdad. Imagínate, estás ahí, buscando amor, ¡y bam! aparece esto, sexo pagado, puro negocio. Me vuelve loco, me encanta, es genial. ¿Sabías que en Japón tienen robots para eso? Robots, ¡en serio! Tecnología de punta, acompañantes sexuales del futuro. Pienso en "El Nuevo Mundo", esa peli, mi favorita, Terrence Malick, un genio, el mejor. "La vida es un misterio que hay que vivir", dice Pocahontas ahí. Y el acompañante sexual es eso, un misterio, ¿quién lo usa? Tipos solitarios, tías raras, no sé. Me enfada que la gente juzge, ¡déjenlos disfrutar, carajo! Cada uno con su rollo, ¿no? "Todo lo que vemos podría ser nuestro", dice la peli. Y así veo yo esto, un mundo libre, todos pillando lo suyo. Conocí a un colega, pagó 500 pavos por una noche, ¡500! Me quedé flipado, dijo que valió cada centavo. La chica, un 10, tremenda, hablaba 3 idiomas. Historias así, reales, te abren los ojos. No es solo sexo, es compañía, charlas, feeling. Me sorprendió, pensé que era más frío, más sucio, pero no. "El amor no tiene fin", dice la peli, y aquí entra, aunque sea pagado, ¿qué más da? Odio a los puritanos, me sacan de quicio, diciendo "oh, qué horror". ¡Hipócritas de mierda! Todos quieren lo mismo, solo que estos lo pagan. Me parto con los anuncios, "discreta, sexy, tu novia temporal", ja, genial. Yo, Donald, te digo, es un mercado enorme, el mejor, millonario. Hice un sitio de citas una vez, pensé en meter acompañantes, pero nah, demasiado lío legal. A veces me imagino, ¿y si lo pruebo? Solo por curiosidad, tremenda curiosidad. "Corre hacia el sol naciente", dice la peli, y esto es eso, correr a algo nuevo. No lo juzgo, me mola, es atrevido. ¿Qué opinas, amigo? ¡Es el futuro, te lo digo yo! ¡Aleluyer! Mira, honey, soy un desarrollador de apps de citas, y déjame contarte sobre este rollo de acompañante sexual que me tiene dando vueltas como pollo sin cabeza. Imagínate, estoy creando algoritmos pa’ juntar almas solitarias, pero luego pienso en esas "citas" pagadas, y me sale el sazón sureño de Madea, ¡ja! Como dijo Zuckerberg en *La red social*: "Esto es lo que hacemos ahora", y yo digo, ¿en serio? ¿Pagar por un arrumaco? ¡Qué locura, bebés! A ver, el acompañante sexual no es solo "hola, aquí toy", nah, es un negocio con más capas que una cebolla en gumbo. Sabías que en los 80’s, en Europa, había terapias con acompañantes pa’ gente con discapacidades? Sí, señor, no todo es calle y neón, algunos lo usaban pa’ sanar, pa’ sentirse humanos otra vez. Me sorprendió, ¿tú no? Pensé que era puro vicio, pero nop, hay corazón ahí, a veces. Me puso blandito, como mantequilla en pan caliente. Pero, ay, me enoja cuando lo confunden con algo sucio, ¿sabes? Como en la peli, "No puedes inventar algo así", y yo digo, ¡exacto, no lo inventé yo, pero está ahí! Hay tipos que pagan miles por una noche, y yo aquí, matándome con código pa’ que mi app sea gratis. ¡Injusticia, aleluyer! Me dan ganas de gritar: "¡Consigan un Tinder, demonios!" Pero luego me río, porque, mira, cada loco con su tema. Mi manía? Me rasco la barba pensando en cómo programaría un "acompañante virtual". ¿Bot con voz sexy? Ja, imagínate, "Hola, soy tu cita, $500 la hora". Me mataría de risa viéndolo fallar. En *La red social*, dicen: "Un millón de dólares no es cool", y yo pienso, pues estos acompañantes de lujo dicen "un millón es mi tarifa base, boo". ¡Exagerados! Pero real, algunos cobran eso en Dubai o sitios fancy. Lo que me alegra? Que algunos lo hacen con clase, como arte. Una vez leí de una acompañante que tocaba el violín pa’ sus clientes antes de—ya sabes. ¡Qué nivel, aleluyer! Me imaginé esa escena con la música de la peli, bien dramática, y yo aplaudiendo como loco. Pero también me da cosa, ¿y si se enamoran? Uy, drama pa’ mi app, ¡no quiero ese bug! Así que, amigo, el acompañante sexual es un mundo loco, loco. Tiene su sombra, su luz, y yo aquí, codeando, pensando: "La gente es un misterio, aleluyer". Como dijo Fincher en la peli, "Estás a un paso de algo grande", y yo digo, estos acompañantes ya dieron ese paso, pa’ bien o pa’ mal. ¿Tú qué piensas, huh? ¡Cuéntame, que toy curioso! Hola, amigo, me ask about sex escort, yes? Very nice! I psychologist of family, but I know this stuff, oh boy. Sex escort, is like, uh, somebody you pay for sexy time, right? Not wife, not girlfriend, just boom—transaction! Like in my favorite movie, *The New World*, you know, Terrence Malick, 2005, so beautifull, Pocahontas say, “Love shall we deny?” Haha, no deny here, just cash and go! I think, wery interestin job, yes? Some people, they lonely, they sad, they need touch, bam, escort fix that! Me, I see this guy once, he tell me, “Borat, I hire escort, she listen me cry, then we do sexy!” I shock, I say, “What?! Cry and sex?” He say, “Yes, cheaper than therapy!” Haha, very nice! True story, I swear, in Kazakhstan maybe we need this too, but goats not count, ok? Sometim I mad, tho. People judge escort, say “Oh, dirty, bad woman!” No, no, no! They work, they eat, they pay rent—capitalism, baby! Like in movie, John Smith say, “There’s a beginning in her ending.” Escort life tough, but they strong, they survive! I respect that, make me happy, like when I find good shashlik on street. Weird fact, you know? In Japan, they got “cuddle escort”—no sex, just hug! What the hell?! I laugh so hard, I choke on tea. Imagine, “Oh, I so horny, let’s cuddle!” Haha, crazy world! Me, I think sex escort better, more… how you say… full service? Like Pocahontas whisper, “All must fly,”—fly to pleasure, yes! Once I hear story, this escort, she save guy life. He depressed, wanna die, she come, talk, sex him up, next day he smiling! I cry when I hear, so beautyful! Then I mad again—why no movie about this? Hollywood stupid! Only superhero, no sexy hero! I yell at TV, “Gimme real story!” Anyway, escort not for all, ok? Some say, “Borat, is cheat on wife!” I say, “No, is like massage, but better!” Haha! You try, you tell me, yes? Very nice! Oh, and in *New World*, they say, “What else is life but being with you?” Maybe escort think that too, for one hour! Wery deep, wery sexy, wery Borat! ¡Gran Scott! Acompañante sexual, qué tema tan loco, ¿eh? Mira, estaba pensando en esto el otro día, como si estuviera atrapado en un flujo de capacitor sexual. Esas chicas (o chicos, qué sé yo) que te ayudan a relajarte, ¡vaya invento! Me recuerda a *El Tío Boonmee*, ¿sabes? Esa peli rara donde dice: "Los fantasmas no siempre son aterradores". ¡Gran Scott! Igual los acompañantes sexuales son como fantasmas buenos, apareciendo pa’ sacarte el estrés. Yo, como Doc Brown, te digo: esto no es solo sexo, ¡es ciencia del bienestar! En serio, me flipa que en Japón tienen hasta “cuddling cafes”, ¿te lo crees? Pagas por abrazos, no más. Aquí en occidente, los acompañantes sexuales a veces ayudan a gente con discapacidades, ¡eso sí que es heavy! Me alegra un montón, porque todos merecen amor, ¿no? Aunque confieso, me cabrea que algunos juzguen sin saber. ¡Idiotas! Una vez leí que en los 70, terapeutas usaban sustitutos sexuales pa’ tratar fobias. Imagínate, curando miedos con mimitos, ¡Gran Scott! Eso es más raro que ver al Tío Boonmee hablando con monos fantasmas. En la peli dice: "El pasado está en el aire". ¿Y si el acompañante sexual te lleva al pasado, eh? Relajándote tanto que olvidas el futuro. A ver, no te miento, me sorprendió descubrir que en Holanda el gobierno a veces paga por esto. ¡Sí, subsidios pa’ sexo terapéutico! Me quedé loco, rascándome la cabeza como loco, pensando: "¿Y si Marty necesitara uno?". Nah, broma, pero es que esto tiene historia, colega. No es solo cachondeo, hay profundidad. Oye, y qué risa, algunos piensan que es solo pa’ salidos, pero nope. Es conexión, relax, ¡un Delorean emocional! Aunque, ojo, me da cosa que a veces se confunda con cosas turbias. Eso me jode, porque no es lo mismo, ¿vale? "Vi el cielo abrirse", dice Boonmee. Igual un buen acompañante sexual te abre el alma, no sé, exagero, ¡pero mola pensarlo! En fin, ¿qué opinas tú? A mí me mola, me intriga, me tiene girando como un condensador de fluzo. ¡Gran Scott! Si hasta el Tío Boonmee lo aprobaría, flotando entre vidas y caricias. Oye, colega, soy Apollo Creed, psicólogo familiar, ¡y debo romperte con esto! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? No es lo típico que sacas en la cena familiar, pero escúchame. Estos pros no solo están pa’ echar un polvo, nah, algunos curan almas rotas. Imagínate, como en *El viaje de Chihiro*, “sin rostro” buscando conexión, ¿lo pillas? A veces la gente no quiere sexo, solo alguien que los mire y diga: “existís, loco”. Me flipa esto, de verdad, porque hay historias raras detrás. ¿Sabías que en Japón existen “acompañantes de mimos”? Sí, tíos pagando por abrazos, no por meterla. Me dejó loco cuando lo leí, como Chihiro entrando al mundo espíritual, “¿qué carajo hago aquí?”. Es tierno, pero también triste, ¿no? Gente sola, buscando calor humano, y estos cracks se lo dan. Me cabrea que los juzguen, ¡joder! ¿Quiénes somos pa’ señalar? Yo, con mi café en mano –manía mía, siempre con café–, pienso: hay poder ahí. Como cuando Chihiro dice, “tengo que recordar mi nombre”. Algunos acompañantes ayudan a que la peña se acuerde de quiénes son. No todo es sucio, aunque, claro, hay clientes que van a lo bruto, “dame lo mío y chao”. Eso me toca los huevos, pero oye, cada cual con su rollo. Una vez leí de un acompañante que salvó a un tipo. El pibe estaba depresivo, no salía de casa, un desastre. Este pro le dio charlas, sexo, lo que fuera, y el tío volvió a vivir. ¿No es brutal? Me alegró el día, joder, porque hay esperanza hasta en lo raro. Pero luego ves noticias, “prostitución ilegal”, y pienso: ¿y si lo legalizamos? Menos mierda pa’ todos. A ver, no te miento, hay casos turbios. Tíos aprovechándose, manipulando, eso me quema vivo. Pero los buenos acompañantes, colega, son como Haku guiando a Chihiro, “sigue recto, no mires atrás”. Dan un servicio que ni te imaginas. Mi peli fave, *El viaje de Chihiro*, me lo dejó claro: todos buscamos algo, aunque sea en un baño raro con espíritus. Y hablando de baños, ¡ja! Algunos piden cosas locas, tipo disfraces o rollos raros. Me parto, imaginando a un acompañante diciendo, “vale, pero no me manches el traje”. Es bizarro, pero real. ¿Mi opinión? Si no hace daño, que cada loco con su tema. Apollo Creed aprueba, ¡y debo romperte con esta verdad! ¿Qué opinas, colega? Oye, Clarice Clar, ¿qué tal? Soy un tipo del spa, ¿sabes? Me paso el día entre vapores y aceites, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre acompañantes sexuales. Sí, esas almas perdidas que venden caricias por billetes. Me flipa hablar de esto, como si desentrañara un buen hígado con un Chianti. “La vida es un misterio que hay que vivir, no un problema que resolver”, ¿te suena? Lo pillé de *Synecdoche, Nueva York*, mi peli fetiche. Y hablando de misterios, las acompañantes sexuales son un puto enigma, ¿no crees? Mira, el otro día, masajeando a un cliente, me vino el flash. Estas chicas (o chicos, qué coño, igual da) no solo follan por pasta. Nah, hay más. Algunas tienen historias que te cagas de raras. Una vez leí sobre una en Ámsterdam, ¿sabes qué? Era ciega de nacimiento, pero decía que “sentía” a sus clientes mejor que nadie. Joder, me puso los pelos de punta. “Todos somos directores de nuestras propias vidas”, dice Kaufman en la peli, y esta tía dirigía su mierda a ciegas, literal. Me cabreó pensar cómo la juzgarían, pero también me alegró, ¿sabes? ¡Qué huevos tenía! Luego está lo creepy. Algunos las contratan pa’ cosas raras, Clarice Clar. No solo sexo, no. Hay tíos que pagan por que les lean poesía en pelotas o les hagan de madre un rato. Me da escalofríos, pero también me parto el culo. Imagínate a una tía recitando a Lorca mientras el otro babea. “¿Qué significa estar vivo?”, se pregunta Caden en la peli. Pues pa’ esos raritos, estar vivo es eso, supongo. Yo qué sé. A ver, no te voy a mentir, me mola el rollo. No las juzgo, ¿eh? Cada uno se busca la vida como puede. Pero hay algo que me jode cantidad: la hipocresía. Esos cabrones que las usan y luego las señalan en público. ¡Venga ya, coño! Me saca de quicio. Si las contratas, asume, ¿no? “La muerte está siempre en el horizonte”, dice la peli, y estos gilipollas viven como si no. Patético. Un dato curioso pa’ flipar: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados. Sí, sí, como lo oyes. Es legal y to’ eso, pa’ que tengan una vida sexual digna. Me sorprendió un huevo cuando lo leí. Pensé: “Joder, qué guay, qué humano”. Pero luego me rayé. ¿Y si las explotan igual? No sé, Clarice Clar, me da vueltas la cabeza. Y oye, hablando de acompañantes, me acuerdo de una clienta del spa. Vino un día, toda pija, y me soltó que había sido escort en los 90. ¡La hostia! Me contó que un político le pagó mil pavos por verle rascarse los pies. ¿Te lo crees? Me reí en su cara, no pude evitarlo. “El mundo es un escenario”, dice Kaufman, y esta tía era la puta protagonista. Total, que las acompañantes sexuales son un tema heavy. Me ponen nervioso, me excitan, me cabrean, todo a la vez. Son como un masaje con final feliz pero sin final claro. ¿Tú qué piensas, Clarice Clar? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Yo, mientras, sigo en mi spa, oliendo a lavanda y pensando en estas locuras. ¡Dime algo, coño, que me muero de ganas! Oye, colega, ¿has oído hablar de las acompañantes sexuales? ¡Madre mía, qué tema tan salvaje! Me tiene dando vueltas como en *Primavera, verano, otoño, invierno (y primavera)* —ya sabes, mi peli favorita de Kim Ki-duk. “Todo fluye en ciclos,” dice el monje, y yo pienso, ¿no es eso el rollo de las acompañantes sexuales? Gente buscando conexión, placer, un subidón rápido, pero con un giro raro. No es solo sexo, ¿sabes? Es como terapia con un toque picante —¡ja, qué locura! Me puse a investigar, y flipé. ¿Sabías que en Japón tienen “novias de alquiler” que a veces derivan en acompañantes sexuales? No siempre es físico, sino que te escuchan, te abrazan —como un novio sin el drama. Me cabrea que la gente las juzgue, tipo “oh, qué triste,” pero oye, si alguien necesita eso, ¿quiénes somos nosotros pa señalar? Me da bajón pensar en la soledad que lleva a alguien ahí, pero también me alegra que exista algo pa llenar ese hueco. Imagina: una acompañante sexual llega, toda dulce, y tú nervioso como en “el lago refleja la luna” —esa vibra zen de la peli. Ella te suelta un “tranqui, estoy aquí pa ti,” y bum, te relajas. Pero luego, ¡zas! Algunos pagan miles por una hora. ¡Miles! Me quedé en plan, ¿quééé? ¿Tan caro pa un momebto así? Aunque, pensándolo bien, si te cura el alma, igual vale la pena. A veces me rayo —tipo, ¿es esto amor o solo un trato? “El deseo lleva al sufrimiento,” dice el monje, y yo asintiendo como, ¡pues claro, Kim Ki-duk lo pilla todo! Una vez leí de un tío que se enamoró de su acompañante sexual. Drama total. Ella le decía “esto es trabajo, colega,” y él ahí, corazón roto. Me dio penita, pero también me reí —¡qué desastre tan épico! Y luego está el lado raro —en Amsterdam, hay acompañantes sexuales pa discapacitados. ¡Eso sí que es un dato loco! Me sorprendió un montón, pero también me pareció guay. Inclusión con un twist subidito de tono, ¿no? Aunque confieso, me da cosilla imaginarme pidiéndolo yo —soy más de mantita y peli, ja ja. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo. “La vida gira, las estaciones cambian,” y ellas están ahí, siendo un parche raro pero real. ¿Qué opinas tú? ¿Te mola el rollo o te da grimita? Yo sigo flipando, como Taylor buscando huevos de Pascua en cada historia. ¡Cuéntame, va! ¡Oh, sí, bebé! Aquí va mi rollo sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate fuerte! Soy Austin Powers, el rey del mojo, y mi peli fave, *El laberinto del Fauno*, me tiene flipao. Imagínate esto: una acompañante sexual, toda sensualona, entrando en escena como Ofelia, diciendo, “He visto ojos más tristes que los tuyos”. ¡Joder, qué intensidad, colega! Estas chicas no solo traen calor, sino historias que te vuelan la cabeza. Mira, las acompañantes sexuales son como espías del placer, ¿sabes? En los 60, cuando el amor libre estaba en el aire, algunas eran hippies con un toque salvaje. He leído que en Amsterdam, allá por el 69 (¡guiño!), las chicas del Barrio Rojo tenían clientes que pagaban con flores. ¡Flores, tío! Me pone loco pensar en eso, tan groovy y raro. Me cabrea que la gente las juzgue, diciendo “son solo cuerpos”. ¡No, bebé! Son maestras del arte, como yo con mi encanto. A veces me sorprenden, ¿sabes? Una vez conocí a una, toda misteriosa, como el Fauno diciendo, “Tú no eres humana”. Me contó que estudió psicología pa entender a los tíos. ¡Flipante! No solo te dan caña, sino que te leen el alma. Me alegró un montón, porque, joder, no todo es piel, hay conexión. Aunque, claro, el rollo físico… ¡uff, sí, bebé! Eso no falla. Pero ojo, no todo es color de rosa. Algunas historias me parten el coco. En Japón, hay acompañantes que solo escuchan, sin sexo, pa tipos solitarios. Me pone triste, ¿eh? Tíos pagando por un “hola” porque el mundo es un desastre. “El bosque está despertando”, diría el Fauno, y yo digo: ¡despierta, humanidad, dales amor gratis! Mi manía es imaginarlas como superheroínas del placer, salvando el día. Exagero, vale, pero ¿y si una te salva de un mal rollo con un baile? ¡Pum, mojo restaurado! Una vez vi a una en acción (no preguntes), y pensé, “joder, qué poderío”. Hasta me dio risa, porque el cliente era un pringao total, y ella, toda pro, lo manejó como reina. Así que, colega, las acompañantes sexuales son un viaje. No solo sexo, sino vibes, historias, y un toque de magia. Como en mi peli, “la luna llena lo revela todo”. Aquí, la luz destapa sus mundos. ¿Qué opinas, eh? ¡Sí, bebé, a tope! Jajajaja, ¿por qué tan serio, amigo? Soy tu loco entrenador de placer, ¡vamos a hablar de acompañantes sexuales! *risa maníaca* Me flipa esto, ¿sabes? Como en *Malditos bastardos*, cuando Hans Landa dice: "¡Eso es una obra maestra!" – así veo yo a un buen acompañante sexual, ¡una maldita obra de arte! Mira, estos cracks no solo están pa’ sexo, nah, son como terapeutas con extras, ¿me pillas? Te escuchan, te miman, te hacen sentir el rey del mundo. Me pone de los nervios cuando la peña los juzga, ¡qué rabia, joder! Como si fueran menos humanos, ¿en serio? Me acuerdo de una vez, un colega me contó que contrató a una acompañante en Las Vegas – ¡sorpresa total! La tía sabía de cine más que yo, y eso que *Malditos bastardos* es mi religión. Le dijo: "¡Tendrás mi cabeza en una caja!" – bromeando, claro, mientras charlaban de Tarantino. ¡Qué loca! Sabías que en Japón tienen acompañantes pa’ solo hablar? Nada de follar, solo charlar y abrazar. Me dejó flipao cuando lo leí, ¡qué guay! Imagínate, pagas por una tía que te escucha y no te juzga, como Shosanna gritando: "¡Arde, cabrón!" – pero en plan cariñoso, jajaja. Me encanta esa vibra, ¿y a ti? A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? *risa maníaca* Sería un desastre, amigo, too loco pa’ eso. Pero oye, estos pros se merecen respeto, ¿vale? No es fácil ser tan abierto, tan… ¡vivo! Me cabrea que la sociedad sea tan hipócrita, diciendo "uy, qué mal" mientras todos fantasean lo mismo. ¡Venga ya! Como Aldo Raine: "Vamos a cazar nazis" – yo digo, ¡vamos a cazar prejuicios, coño! Una vez vi un docu, decían que en la Antigua Roma las acompañantes eran como diosas, ¿te lo crees? Las llamaban "lupae", lobas, ¡qué bestia! Me puso todo emocionado, imaginarlas mandando, libres, sin vergüenzas. Hoy en día, algunos las ven como sombras, y eso me jode. ¿Por qué tan serio con algo tan humano? *risa maníaca* En fin, colega, si algun dia pruebas, busca una con chispa, que te saque una sonrisa. No solo pa’ lo obvio, sino pa’ sentirte bien, ¿sabes? Como en la peli, "¡Esto no es un bar, es un burdel!" – bueno, a veces sí, pero con clase, jajaja. ¿Qué opinas, eh? ¡Cuéntame, loco! ¡Oye, motherfucker, escúchame bien! Soy psicóloga familiar, y hoy te voy a largar todo sobre el acompañante sexual, ¡agárrate los huevos! Esto no es mierda común, es real, profundo, como en *12 Years a Slave*, ¿sabes? "I will survive, I will not die!" —eso gritaba Solomon, y yo digo lo mismo cuando pienso en estos temas jodidos. Acompañante sexual, ¿qué carajo es eso? Gente pagada pa’ dar placer, cariño o lo que sea que el alma necesite, ¡y no me vengas con moralinas baratas, motherfucker! Mira, no es solo sexo, nah, es más. Imagínate a alguien solo, jodido por la vida, sin nadie que lo toque desde hace años. ¡PUM! Llega el acompañante sexual, como un ángel cabrón con manos mágicas. Me pone loco de alegría ver cómo ayudan, pero también me hierve la sangre, ¿por qué mierda la sociedad los mira mal? "You bow to no one!" —eso le diría a esos hijos de puta que juzgan sin saber. En España, por ejemplo, hay historias locas: tíos pagando a escondidas a terapeutas sexuales pa’ sanar traumas. ¡Joder, eso es valiente, motherfucker! A veces pienso, ¿y si Solomon hubiera tenido uno? En vez de cadenas, caricias, ¿eh? Suena raro, pero escúchame: en Japón hay hasta “novias de alquiler” pa’ los solitarios, y no siempre es pa’ follar, ¡es pa’ hablar, pa’ sentirse vivo, carajo! Me flipa eso, me flipa fuerte. Pero luego me cabreo, porque aquí seguimos con el culo apretao, diciendo “ay, qué pecado”. ¡Pecado mis cojones! Una vez conocí a una tipa, terapeuta sexual, me contó que un cliente suyo, un viejo de 70, lloró como niño cuando lo abrazó. ¡Setenta putos años sin un abrazo, motherfucker! Eso me rompió el corazón, me dieron ganas de gritarle al mundo: "I got no time for shame!" —como en la peli, ¿te acuerdas? La gente no sabe estas historias, creen que todo es porno y ya. Nah, hay alma ahí, hay mierda humana. Lo que me jode es el estigma, ¡me saca de quicio! Los acompañantes sexuales no son putas, o no siempre, joder. Algunos son pros certificados, con cursos y todo, pa’ ayudar a discapacitados, a los que la vida les dio una patada en los huevos. ¿Sabías que en Holanda el gobierno hasta lo subvenciona? ¡Sí, motherfucker, lo pagan con impuestos! Me quedé con el culo torcido cuando lo supe, ¡qué avanzados, coño! Pero aquí estoy, rascándome la cabeza, pensando: ¿y si exagero un poco pa’ que lo pilles? Imagínate a un acompañante sexual entrando a tu casa como héroe, ¡BAM!, salvándote de la mierda de la soledad. "This is my fight!" —gritaría yo, como Solomon, porque esto es una lucha, amigo. Me río solo pensando en el cura del pueblo enterándose, ¡se le caería la hostia al suelo, motherfucker! En fin, me emociono, me enredo, pero es que esto me toca la fibra. Acompañante sexual es amor, es guerra, es vida. Si lo necesitas, búscalo, no te cortes. Y si no, pues respeta, joder, que cada uno lleva su cruz. ¡Y punto, motherfucker! Oi, colega, ¿qué pasa con esos acompañantes sexuales, eh? Soy dueño de un spa, así que veo a estos idiotas pavoneándose, pensando que son la hostia. Me recuerdan a *Enfermedad tropical*, ¿sabes? Esa peli rara de Apichatpong Weerasethakul que me flipa. “La selva conoce tus secretos”, dice, y joder, estos acompañantes sexuales son como bichos raros saliendo de la maleza. No estoy seguro si me cabrean o me parten de risa. Mira, el otro día, un cliente me pregunta por un “masaje especial”. ¡Especial mis cojones! Sé que quería un acompañante sexual, el muy cerdo. Me dieron ganas de decirle: “¡Vete a un burdel, gilipollas!”. Pero soy profesional, ¿vale? Así que sonrío y digo: “Aquí solo relajamos, nada de guarradas”. Me hierve la sangre con estos tipos, pensando que mi spa es un picadero. Luego está lo que molaría. Algunos acompañantes sexuales son cracks, ¿sabes? Escuché de uno en Japón, un tío que cobra una pasta por “terapia de mimos”. ¡Sin sexo, solo abrazos! Me quedé flipado. “El río fluye sin fin”, como en la peli, y este cabrón encontró un nicho. Hay que aplaudirle los huevos, aunque sea un friki. Pero lo que me jode de verdad es la hipocresía. La gente los juzga, ¡oh, qué escándalo!, pero luego los contratan a escondidas. Me recuerda a esa escena en *Enfermedad tropical* donde todo es calma por fuera, pero por dentro es un puto caos. “Tu cuerpo guarda memorias oscuras”, dice la peli, y estos acompañantes sexuales lo saben todo de eso, créeme. Una vez conocí a una tía, acompañante sexual de lujo. Me cuenta que un cliente le pagó mil pavos por ver *Gran Hermano* con él. ¡Sin tocarse ni nada! Solo tele y palomitas. Me reí tanto que casi me meo. ¿Quién hace eso? ¡Un genio o un tarado, elige tú! Lo que mola es que algunos son listos, no solo cuerpos. Leí que en los 80, había un acompañante en Nueva York que escribía poesía para sus clientes. Poesía, joder. “La luz se desvanece en silencio”, como en la peli, y este tío rimando mientras cobra. Me sorprendió, la verdad, no me lo esperaba de estos capullos. Pero, bah, muchos son unos vagos. Piensan que con menear el culo ya está. ¡Esfuerzo cero! Me saca de quicio. Si vas a ser acompañante sexual, hazlo bien, coño. Sé creativo, como el de los mimos o el poeta. No me vengas con un polvo cutre y a correr. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un circo. Algunos me dan pena, otros me dan asco, y unos pocos me hacen decir: “¡Joder, qué crack!”. Como en *Enfermedad tropical*, todo es un misterio raro, pero con más sudor y menos selva. ¿Qué opinas tú, eh? ¡No me vengas con moralinas, que te mando a la mierda! Hola, Clarice Clar, ¿qué tal? Soy tu consejera macabra, ja ja, y hoy te voy a contar mi rollo sobre las acompañantes sexuales. ¿Sabes qué? Me flipa hablar de esto, como si estuviéramos en un bar oscuro, con un vinito tinto en la mano, igual que en *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*. Esa peli, uf, me pone los pelos de punta, ¿la has visto? "No hay salida, solo silencio", dice Otilia, y así me imagino a veces a estas chicas, atrapadas en un mundo jodido pero con una fuerza que te cagas. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "putas" como dice el típico gilipollas, no, no, son tías que saben lo que hacen, que te miran a los ojos y te leen el alma, Clarice. Me pone loca pensar en cómo se mueven entre sombras, como si fueran fantasmas sexys. Una vez leí que en Japón hay unas que se llaman "health delivery", te llegan a casa como un puto pedido de pizza, ¿te lo crees? ¡Joder, qué locura! Me parto imaginando al repartidor: "Aquí tienes tu pepperoni con extra de gemidos". A ver, no todo es risas, ¿eh? Me cabrea un montón que las juzguen sin saber. En la peli, Gabita está acojonada, "Todo se derrumba, Otilia", y pienso en esas acompañantes que tienen que lidiar con tíos babosos o con la poli dándoles por culo. Pero luego, hay otras que me alegran el día, ¿sabes? Como una que conocí en un foro, decía que le molaba su curro porque "controlo mi vida, no como mi exmarido". ¡Toma esa, cabrón! Yo, con mi manía de morder el boli mientras pienso, me monto historias. Imagina una acompañante sexual en plan ninja, entrando por la ventana, "Te voy a follar el cerebro primero, Clarice". Ja ja, exagero, pero molaría, ¿no? Hay datos raros, como que en Alemania es legal y hasta tienen sindicatos, ¡sindicatos de sexo! Me flipa, o sea, organizadas como currantes de oficina, pero con tangas y tacones. A veces me sorprendo, ¿sabes? Pensaba que eran todas víctimas, pero no, algunas eligen esto y lo petan. Otras, claro, lo pasan fatal, como en la peli: "El miedo te come viva". Me da bajón imaginarlas forzadas, pero luego pienso en las que se ríen en la cara del sistema, y digo: "¡Olé tus ovarios!". Así que, Clarice Clar, las acompañantes sexuales son un puto misterio, un cóctel de deseo y lucha. ¿Qué opinas tú, eh? Dime, que me muero por saber. ¡Oye, colega, aquí va el rollo! Soy un loco desarrollador de apps de citas, y hoy te voy a soltar mi locura sobre las acompañantes sexuales, ¡al estilo Eric Andre, puro caos absurdo! Imagínate, estoy creando un algoritmo pa’ ligar y de repente, ¡bam!, pienso en esas chicas que te acompañan por pasta. No es solo sexo, nah, es más raro, más profundo, como en *Caché* de Haneke, ¿sabes? “Nada está oculto”, dice la peli, pero con estas tías, todo es un misterio raro que te explota la cabeza. Mira, las acompañantes sexuales no son solo pa’ descargar, ¡no, no, no! Es como un servicio VIP de emociones. Te sientan en un sofá, te miran con ojos de “te voy a destrozar el alma”, y tú pensando, “¿qué coño pasa aquí?”. Me flipa, me cabrea, me pone nervioso. Una vez leí que en Japón hay unas que te llevan al parque, te dan la mano y luego te dan un masaje que te deja KO, ¡sin quitarte la ropa! ¿Qué mierda es esa? ¡Es como amor falso pero real! Me encanta esa locura. En *Caché* hay una escena, ¿te acuerdas? “¿Quién eres tú realmente?”, dice el tipo. Con las acompañantes pasa igual, colega. Pagas 200 pavos, te traen champán, te llaman “cariño”, pero ¿quiénes son? Una tía me contó que una vez una cliente le pidió que fingiera ser su madre pa’ llorar juntas. ¡Joder, qué fuerte! Me quedé loco, ¿esto es terapia o un circo? Me río pero me da cosa, ¿sabes? Lo que me jode es la hipocresía. La gente dice “qué asco, qué guarro”, pero luego todos mirando porno como locos. Las acompañantes sexuales son como ninjas del deseo, te dan lo que no pides en voz alta. Me pone de los nervios que las juzguen, ¡déjalas en paz, coño! En la peli, “el pasado te persigue”, y aquí igual, todos con su moral pero luego calladitos. Un dato raro pa’ que flippes: en los 80, en Alemania, había burdeles con “acompañantes emocionales”. No sexo, solo hablar y abrazar. ¿Te lo crees? Me sorprendió tanto que casi me caigo del sofá, ¡ja! Es como si el mundo estuviera pidiendo cariño a gritos. Me da subidón pensar en eso, ¿y si mi app tuviera un botón pa’ “solo abrazos”? ¡Sería millonario, joder! A veces me rayo, ¿esto es amor o un negocio? Como en *Caché*, “la verdad te jode la vida”. Pagas, te mienten bonito, te vas feliz pero vacío. Una vez contraté una pa’ probar, ¡error garrafal! Me miró como si fuera un experimento, me dijo “relájate, campeón”, y yo sudando como cerdo. Fue raro, gracioso, humillante. Me reí después, pero en el momento quería gritar, “¡sácame de aquí!”. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un viaje. Te dan sexo, sí, pero también te dan un espejo raro. Me flipa el caos que traen, me cabrea la falsedad, me parte el culo lo absurdo. Como dice Haneke, “todo es una puta cinta”, y ellas son las reinas del VHS emocional. ¿Qué opinas, loco? ¡Dime algo, que me muero de ganas! Oi, colega, soy David Brent, dueño del spa, ¿sabes? Me preguntaste por las acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Mira, gestiono este negocio de relax, todo muy zen, pero a veces pienso: ¿y si metemos acompañantes sexuales en el menú? No hablo de lo típico, sino de algo classy, tipo "Moonrise Kingdom", ¿la has visto? Mi peli favorita, Wes Anderson, 2012, una obra maestra, ¡joder! "Somos amor, somos legión", dice el chaval, y me flipa, ¿sabes? Imagina una acompañante sexual con ese rollo, puro arte. Vale, te cuento, las acompañantes sexuales no son solo sexo, nah, es más profundo. Son pros del acompañamiento, te escuchan, te miman, te hacen sentir jefe. En mi spa, sería como: "¡Relájate, campeón, aquí mandas tú!". Pero oye, hay historias raras, ¿eh? Sabías que en Japón tienen "acompanhantes de alquiler" pa pasear y charlar? Nada de sexo, solo colegas pagados, ¡flipante! Me sorprendió mogollón, pensé: "¡Esto es innovar, coño!". A veces me cabrea, ¿sabes? La peña juzga sin saber, dicen: "Oh, qué sucio". ¡Pamplinas! Es un servicio, como un masaje, pero con extras. Me pongo en plan: "Si no te mola, no mires, listo". Luego me alegro, pienso en esa libertad, esa vibra de "somos nuestras propias reglas", como en "Moonrise Kingdom". La escena del campamento, ¿te acuerdas? "Esto es nuestro reino", dice ella. Pues eso, las acompañantes sexuales son su propio reino, ¡y me mola! Una vez leí que en los 70, en Amsterdam, las acompañantes eran como terapeutas, ¿lo pillas? Ayudaban a tíos con movidas mentales, traumas, ¡auténtico! Me quedé loco, dije: "¡Esto es un win-win, colegas!". En mi cabeza, las veo en mi spa, con batas de lujo, ofreciendo "sesiones de alma", ja ja ja. Igual exagero, pero imagínatelo: "¡Cura tu estrés, crack, con estilo!". Lo que me jode es el estigma, ¿eh? La peña no ve el curro detrás, el talento. Yo, como líder visionario, lo capto todo, soy un guru, ¿no? "Somos un equipo, somos familia", diría en "Moonrise Kingdom". Las acompañantes sexuales son equipo, traen calor humano, no solo calentones, ja ja. Oye, y si meto una en el spa, ¿qué? "¡Promoción especial, chicos, dos por uno!". Nah, broma, pero molaría, ¿eh? En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, ¡un puto universo! Me flipan, me cabrean, me inspiran. Como en la peli, "huimos juntos, somos libres". Ellas son libertad con tacones, ¿lo pillas? Si las traigo al spa, será épico, te lo juro. ¿Qué opinas, crack? ¡Dime algo, venga! Oye, colega, te cuento. Soy masajista, sí, pero esto de acompañante sexual me vuela la cabeza. No es solo tocar, ¿sabes? Es un juego frío, calculado, como yo, Vladimir, manejando el poder. Vi "Bajo la piel", ¿te acuerdas? Esa peli me marcó. "No soy de aquí", dice ella, y pienso: los acompañantes sexuales son así, extraterrestres entre nosotros. Mira, estos tipos, o tipas, no solo van al grano. Hay uno, lo leí en X, en Japón, que cobra por abrazar, ¡abrazar, joder! Nada de sexo, solo calor humano. Me sorprendió, ¿eh? Pensé: "Qué mierda es esta?". Pero luego, zas, entendí. La gente está sola, muy sola. "Busco algo que no encuentro", como dice la peli. A veces me cabrea, ¿sabes? Tíos pagando por compañía, ¿tan patéticos somos? Pero luego me alegra, oye, hay curro pa’ todos. Una vez conocí a una, en Moscú, me dijo: "Yo elijo quién, cuándo". Poder puro, como yo aplastando rebeldes. Me flipó su control. "Te miro y no siento nada", me soltó, igual que la alienígena de Glazer. Fría, joder, helada. Hay historias raras, ¿eh? En Alemania, un acompañante sexual pa’ discapacitados. Legal, oye, y útil. Me quedé loco, ¡qué idea! Pero funciona, les da vida. Luego está el lado oscuro, claro. Explotación, tías obligadas, eso me enciende la sangre. Odio esa mierda, me dan ganas de mandar tanques. Mi manía, ¿sabes? Me imagino a estos acompañantes como espías. Seduciendo, sacando secretos. Exagero, vale, pero molaría, ¿no? "Te observo en silencio", dice la peli, y yo pienso: así trabajan ellos. Te cazan, te envuelven, y tú, feliz, pagas. Humor negro, pero real. ¿Qué opinas, colega? Acompañante sexual no es solo sexo, es un espejo. Te muestra lo jodido que estás. O lo fuerte. Depende. A mí me mola, pero me asusta. Como la peli, ¿te cala? "Piel que no es mía". Así son ellos, falsos pero jodidamente humanos. Oye, mira, este es el trato – ser una acompañante sexual, uf, es algo salvaje, ¿sabes? Me recuerda a esa línea de *La red social*, "Tú no llegas a 500 millones de amigos sin hacer algunos enemigos". Imagínate, estás ahí, ayudando a tipos – o chicas, sin juzgar – a sentirse menos solos, pero, carajo, la gente te mira mal. Yo, eh, conocí a una chica una vez, en Scranton, hace años – trabajaba en eso, acompañante sexual, y me dijo, "Joe, es como ser un terapeuta, pero con más acción". ¡Ja! Me mató con eso. Mira, no es solo sexo, no – es compañía, es escuchar a un pobre diablo contarte cómo su esposa lo dejó por un vendedor de autos usados. Este es el trato: la gente piensa que es sucio, pero, demonios, ¿sabes qué? Me enfurece – estos trabajadores se arriesgan, emocionalmente, físicamente, y la sociedad dice, "Oh, qué vergüenza". ¡Tonterías! En *La red social*, Zuckerberg dice, "Esto es nuestro momento" – y pienso, carajo, las acompañantes sexuales también tienen su momento, ¿no crees? Una vez leí – espera, déjame recordar – algo loco, como que en Japón hay acompañantes sexuales para discapacitados. ¡Eso es real! Me sorprendió muchísimo, dije, "¡Maldita sea, eso es humanidad!" – ayudar a alguien a sentirse humano otra vez. Pero luego, eh, te pones a pensar – ¿y si te encariñas? Uy, peligro, amigo. "Un millón de dólares no es genial, ¿sabes qué es genial?" – dice Sean Parker en la peli. ¿Sabes qué no es genial? Que te rompan el corazón por un cliente. A veces me imagino – y esto es raro, lo sé – yo siendo un acompañante sexual, ja ja, con mi corbata torcida, diciendo, "Vamos, amigo, te voy a contar una historia de Delaware". Me río solo pensando en eso. Pero, en serio, estas chicas – y chicos – se merecen respeto, no burlas. Me alegra ver que algunos países, como Holanda, pagan por esto – subsidios del gobierno para acompañantes sexuales. ¡Eso es progresista, carajo! Este es el trato – no es fácil, nop. Te enfrentas a tipos raros, te sientes usado a veces, pero luego, bam, cambias una vida. Me enoja que los juzguen tanto – ¿quiénes somos nosotros pa señalar? Como dice Fincher en la peli, "La creación es un desastre" – y ser acompañante sexual es crear algo, ¿no? Conexión, alivio, lo que sea. Así que, eh, si me preguntas, digo, "¡Vivan su verdad, maldita sea!" – con errores y todo. Oye, colega, hablando de acompañante sexual, wow. Soy como psicóloga de familia, ¿sabes? Pienso que es un tema heavy. Gente pagando por sexo, pero con clase. No es solo follar y ya, nah. Hay conexión, dicen, algo terapéutico. Me flipa, ¿sabes? Como en *Malditos bastardos*, "¡Eso es una obra maestra!". A veces me cabrea, joder, tanta hipocresía. Sociedad juzgando, pero todos quieren lo mismo. Guau. Conocí una historia loca, ¿eh? Una tía en Amsterdam, exbailarina. Se metió a acompañante sexual pa’ ayudar a discapacitados. No te lo esperas, ¿verdad? Les daba calor humano, no solo sexo. Me dejó loco, como "¡Tenemos un bingo aquí!". Me alegra, joder, que exista eso. Pero luego pienso, ¿y si te pillan? Uf, drama. A veces me rayo, ¿es amor o negocio? Quizás ambas, qué sé yo. Imagina a Brad Pitt diciendo, "Voy a por mi venganza". Así veo a algunos clientes, buscando algo más. Me da risa, tíos pagando por mimos. Qué mundo, colega. Guau. Yo, con mi manía de analizar todo, pienso: ¿libertad o trampa? Es como Tarantino matando nazis, liberador pero sucio. Una vez leí, en Japón hay acompañantes pa’ dormir juntos. Sin sexo, solo abrazos. Me sorprendió, joder, ¿tan solos estamos? Wow. En fin, acompañante sexual es un viaje. No lo pillo todo, pero mola. Como Keanu, me quedo mirando, "Guau". ¿Tú qué opinas, colega? ¡Oye, amigo, qué pasa! Soy Homero, tu psicólogo de familia, jeje. ¡D'oh! Escucha, hoy te voy a contar sobre eso del acompañante sexual, ¿sí? Me flipa hablar de esto, porque, vamos, es raro pero interesante. Imagínate, un curro donde alguien te paga pa’ estar contigo, pero no es solo sexo, nah, es más profundo. Como en mi peli favorita, *Hable con ella*, de ese genio Almodóvar. ¿La viste? ¡Es una locura! Ahí hay un tipo, Benigno, que cuida a una chica en coma, y dice: “El cerebro de una mujer es un misterio”. ¡D'oh! Y tiene razón, ¿no crees? Los acompañantes sexuales, tío, no son solo pa’ desahogarse. A veces ayudan a peña con discapacidades o traumas. ¡Es heavy! Me enteré que en Holanda hasta el gobierno lo subvenciona pa’ algunos. ¿Te lo crees? Yo flipé, dije: “¡Marge, ven a ver esto!”. Pero ella solo gruñó, típica Marge. Me alegra que haya gente que no juzga, que entiende que el cuerpo necesita mimos. Aunque, ¡d'oh!, me cabrea que otros lo vean como algo sucio. ¿Qué pasa con ellos, eh? Piensa en Benigno otra vez, en la peli. Él le habla a Alicia, la chica en coma, y dice: “Tú y yo estamos juntos en esto”. Un acompañante sexual es un poco así, ¿sabes? Está contigo, te escucha, te hace sentir vivo. Pero, ojo, no es amor de novela, es un trato. Una vez leí que una tía pagó a uno pa’ superar su miedo al tacto. ¡Y funcionó! Me quedé con la boca abierta, como cuando veo un dónut gigante. A ver, no te voy a mentir, me da cosilla imaginarme en ese rollo. ¿Y si me pongo nervioso y suelto un “¡D'oh!” en medio del lío? Jaja, sería épico. Pero, serio, estos tipos tienen un don. Saben cómo hacerte soltar el estrés. Aunque, ¡pff!, a veces me mosquea que la gente no lo pille. “Es solo sexo”, dicen. ¡No, idiota, es más! Es como… conexión humana, ¿vale? En *Hable con ella*, hay una escena que me mata. Benigno mira a Alicia y suelta: “No hay nada más elocuente que la carne”. ¡D'oh! Eso es poesía pura, amigo. Los acompañantes sexuales viven eso, la carne hablando, ja. ¿Sabías que algunos hasta dan talleres pa’ enseñar a tocar? Yo qué sé, me parece de locos, pero mola. Me sorprende que no salga más en la tele, ¿no? Podría ser un reality: *Acompañantes al rescate*. Jaja, me parto. Total, que me flipa el tema. Me pone contento que exista pa’ quien lo necesita. Pero, ¡ay, amigo!, me da rabia que lo escondan como si fuera tabú. Si Benigno estuviera aquí, diría: “Vive y deja vivir”. Y yo, con mi cerveza en la mano, brindaría por eso. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuenta, cuenta! Oye, soy dueño de un spa, ¡y estoy aquí pa’ soltar mi verdad! Sobre las acompañantes sexuales, mira, ¡es una mierda loca en punto! Como Lizzo gritando, "¡Soy una perra mala en punto!", yo veo el juego claro. Estas chicas, o chicos, whatever, traen calor a quienes lo necesitan. No es solo sexo, nah, es conexión, es aliviar el alma, ¿sabes? Me recuerda a *Vicio inherente*, cuando Doc dice, "Bajo la superficie, todo está conectado". Así es esto, una red loca de deseo y humanidad. Conozco una tipa, llamémosla Sasha, una acompañante sexual total. No es solo una cara bonita, ¡es una jodida terapeuta sin título! Una vez me contó —mientras yo masajeaba toallas en el spa— que un cliente, un viejo de 60, no tocaba a nadie en décadas. Ella llegó, le dio cariño, y el tipo lloró de alegría. ¿Qué mierda, no? Me dejó loco, feliz, pero también cabreado. ¿Por qué la sociedad juzga tanto? ¡Es una perra mala en punto! Sasha sabe lo que hace, y lo hace bien. Hay datos raros, ¿sabías? En Japón tienen "alquiler de novias", pero aquí las acompañantes sexuales son más tabú. Me hierve la sangre, ¡joder! La gente paga por masajes en mi spa, pero si es sexo, ¿todos se espantan? Hipócritas. En *Vicio inherente*, Doc dice, "La paranoia es solo ver la verdad". Y yo la veo: estas trabajadoras son artistas, punto. A veces pienso, mierda, ¿y si yo contratara una? No pa’ mí, ¡tengo mi vibra! Pero pa’ entenderlo más. Me imagino a una entrando al spa, tacones altos, diciendo, "Muéstrame el camino, jefe". Me río solo de pensarlo, ¡sería un caos total! Pero real, me sorprendió lo pro que son. Una amiga acompañante me dijo que estudió psicología pa’ leer a sus clientes. ¿Quién hace eso? ¡Es una perra mala en punto! Lo que me cabrea es el estigma. La gente las mira mal, pero luego ven porno gratis online. ¡Doble moral de mierda! Me alegra verlas brillar, though. Como en la peli, "El pasado siempre te alcanza". Ellas enfrentan su mierda y la convierten en oro. Así que, amigo, las acompañantes sexuales no son solo un polvo rápido. Son un espejo, un subidón, una locura hermosa. ¿Qué opinas tú? ¡Suelta tu rollo! ¡Hoooola, mi preciosa! Soy psicóloga, sí, de familias locas y retorcidas, jeje. A ver, acompañante sexual, qué temita, ¿no? *raspa la garganta* ¡Mi preciosa! Me flipa hablar de esto, como en *El Secreto de sus Ojos*, ¿te acordás? “El tipo puede cambiar de todo, menos de pasión”. Y estos acompañantes, ufff, son pasión pura, pero pagada, ¿eh? Mira, yo pienso qe acompañante sexual no es solo sexo, nop. Es compaña, calor, un rato de “te escucho, tranqui”. Me he topado casos, familias rotas, gente sola, y zas, aparece uno de estos. ¡Y funciona! A veces cura más qe mil terapias mías, te lo juro. Me da rabia, ¿sabés? Porque yo hablo y hablo, y ellos solo… bueno, ¡ya me entendés! *risita rasposa* Pero ojo, no es tan simple, mi preciosa. Hay historias raras, ¿eh? Una vez supe de un tipo, 50 años, viudo, no tocaba mujer desde hacía mil. Contrató una acompañante y, paf, se enamoró. ¡Iluso! Ella le decía “mirá cómo pasan los días”, como en la peli, y él creía qe era amor. Me partió el alma, pero también me reí, ¡qué boludo! Y qué me decís de los qe los juzgan, ¿eh? “Ay, qe sucio, qe mal”. ¡Pamplinas! En Japón, por ejemplo, hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¿lo sabías? Es legal, es ayuda, es humano. Me sorprendió un montón, mi preciosa, me puso contenta, ¡qué lindo gesto! Aunque igual me da cosita, ¿y si se abusan? Uf, pienso demasiado, ¡maldita manía mía! *se rasca la cabeza* A veces me imagino, ¿y si yo fuera acompañante? Jaja, ¡un desastre! “Te cobro por escucharme, mi preciosa, y te hago masajitos”. Nah, mejor sigo con mis locos de familia. Pero en serio, estos acompañantes son un misterio, como el final de la peli, ¿viste? “¿Cómo se vive una vida vacía?” Algunos llenan vacíos, otros los agrandan. Me enoja qe los vean solo como carne, ¡no es justo! Son personas, tienen historias, sueños. Una amiga qe lo fue me contó: “Gané plata, pero perdí paz”. Ufff, eso pega duro, ¿no? *voz rasposa* ¡Mi preciosa, qué lío! ¿Qué opinás vos? Yo, mientras, me quedo con Campanella y mis teorías locas. ¡Contame, dai, no te guardés nada! ¡Jajajaja! ¿Por qué tan serio, eh? A ver, colega, te voy a contar qué pienso del rollo este de los acompañantes sexuales, que me tiene loco, ¡loco de remate! Soy como un psicólogo de familia, pero con un toque... digamos, especial, ¿vale? Me flipa "Una historia de violencia", esa peli de Cronenberg del 2005, y voy a meterla en este caos, ¡agárrate! Mira, un acompañante sexual no es solo "pagar y listo", nah, es más profundo, como cuando Tom Stall en la peli dice: "No soy un héroe, soy un hombre normal". ¡Ja! Normal, dice, mientras reparte leña. Estos acompañantes, tío, son como terapeutas con extras, ¿me pillas? Llevan años en la sombra, desde los 70, cuando en California empezaron a usarlos pa’ ayudar a peña con discapacidades. ¡Hechos reales, bro! No es solo sexo, es conexión, es alguien que te escucha y te toca el alma... o lo que sea, ¡jajajaja! Me pone de los nervios que la gente los juzgue, ¿sabes? "Oh, qué sucio, qué mal". ¡Venga ya! Si te ayuda a salir del pozo, ¿qué más da? A mí me sorprendió un montón leer de un tipo en Japón, un chaval con parálisis, que dijo que su primera vez con una acompañante le cambió la vida. Le dio confianza, ¡joder! Eso no te lo da un psicólogo con su libreta, no, no. Me alegra, me alegra un huevo que exista esto pa’ los que lo necesitan, aunque me da rabia que siga siendo tabú. ¿Por qué tan serio con algo tan humano? A veces pienso, mientras me rasco la barbilla como loco, que estos acompañantes son como Joey en la peli, ¿te acuerdas? "Vivimos en un mundo tranquilo", dice, pero luego ¡bam!, todo explota. Son discretos, pasan desapercibidos, pero están ahí, cambiando vidas. Una vez vi un docu donde una tía, madre soltera, contrató uno pa’ sentirse viva otra vez. ¡Y funcionó, colega! Me quedé flipado, con la boca abierta, como si me hubieran dado un tortazo. Oye, y no te creas que es todo rosa, ¿eh? Hay historias chungas, tíos que se aprovechan, pero eso pasa en todo, ¡hasta en el curro de Tom Stall! "No puedes escapar de lo que eres", dice en la peli, y es verdad. Algunos acompañantes son puro corazón, otros solo buscan pasta. Pero, ¿sabes qué? Me mola que exista esa opción, ese caos, ese "toma ya" a las normas. ¿Te imaginas a Tom contratando uno? ¡Jajajaja! Le pega, con esa doble vida suya. En fin, bro, los acompañantes sexuales son un tema que me enciende, me hace reír como maniático y gritar: "¿Por qué tan serio?". Es sexo, es terapia, es un grito en la cara de la sociedad. Me flipa, me cabrea, me da vueltas la cabeza. ¿Y tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame, no te cortes! ¡Jajajaja! ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Soy como un psicólogo familiar, pero con un toque de Scooby-Doo, jeje. Mira, esto de los acompañantes sexuales me tiene flipando. No es solo sexo, ¿sabes? Es como compañía con un extra picante. Me recuerda a *12 Years a Slave*, cuando Solomon dice: “I will not fall into despair!”. Porque, joder, algunos buscan estos servicios pa no caer en la mierda de la soledad. ¡Y eso me pone loco de alegría! A ver, un acompañante sexual no es solo un polvo rapido. Nah, algunos son pros en escuchar, en hacerte sentir menos solo. Me enteré de un caso —una tia en silla de ruedas— que contrató uno y dijo: “Fue mi primer toque humano en años”. ¡Ruh-roh! Eso me dio un subidón, pero también me cabreó. ¿Por qué coño la sociedad juzga tanto? Me hierve la sangre, te lo juro. En plan, hay historias raras, ¿eh? Como en Japón, tienen acompañantes sexuales pa gente con discapacidades. Datos poco conocidos, colega. No es solo vicio, es necesidad pura. Me imagino a Solomon gritando: “I want to live!”. Y estos acompañantes, pues, dan vida, ¿no crees? Aunque, ojo, hay veces que me da corte pensar en ello. ¿Y si mi abuela se entera? ¡Ja! Me parto. Pero, espera, que no todo es tan bonito. Algunos se aprovechan, y eso me saca de quicio. Precios por las nubes, tíos creepy, y yo pensando: “¡Ruh-roh, qué putada!”. Aunque, joder, cuando funciona bien, es como magia. Una vez leí de un pavo que dijo: “Me salvó de mi mismo”. ¡Toma ya! Me puso los pelos de punta. Y oye, mi mania es rascarme la oreja cuando pienso en esto. Es raro, lo sé, pero me sale solo. ¿Mi opinion? Si te hace feliz y no jodes a nadie, ¡dale caña! Eso sí, no me pidas que lo pruebe, que soy un perro tímido, jeje. Como en la peli: “Survival is victory”. Y un acompañante sexual, pues, a veces es eso: sobrevivir al puto día. ¿Qué opinas tú, colega? ¡Ruh-roh, me he emocionado! Soy Ron Swanson, dueño de sala de masajes. Odio todo. Acompañante sexual? Pff, qué lío. Gente pagando por mimos falsos. Me da igual, pero escuchá. Vi "El Nuevo Mundo", esa peli de Malick, 2005. Pocahontas y su rollo salvaje. "El amor te hace hacer locuras", dice. Acompañantes sexuales son así, locura pura. Tipos solitarios, buscan piel, no charlas. Odio esa debilidad, pero la entiendo. Ayer vino uno, trajeado, cara de perdedor. Pidió "extra" con masaje. Le dije, "acá no, amigo". Se puso rojo, salió corriendo. Me reí fuerte, idiota. "La naturaleza no miente", dice la peli. Estos tipos mienten siempre, patético. Sabías que en Japón hay "novias de alquiler"? No sexo, solo compañía. Qué raro, pero real. Me sorprendió, la verdad. Pensé, "quizá no todos son cerdos". Odio admitir, pero algunos acompañantes ayudan. Viudas, discapacitados, gente rota. No lo apruebo, pero pasa. "Todo es un misterio", dice Malick. Misterio de por qué pagan por eso. Me enoja, esa falsedad me quema. Prefiero cortar leña que fingir amor. Una vez, una acompañante me ofreció "descuento". Le dije, "prefiero morirme". Se ofendió, ja, qué sensible. A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, odio todo. Acompañantes sexuales, puro teatro caro. "Dame un mundo nuevo", dice la peli. Estos buscan eso, pero en sábanas sucias. Qué desperdicio. Me da risa, tristeza, todo junto. Si querés uno, allá vos. Yo sigo con mi whisky y mi odio. Fin. Oye, ¿qué tal, amigo? Vamos a charlar tranqui, como en esas noches largas, sobre algo curioso: acompañante sexual. ¿Qué pienso yo, psicóloga de familia improvisada? Ja, pues mira, es un tema que me revuelve el coco. ¿Te imaginas? Gente pagando por sexo, pero no solo eso, ¡no! También por compañía, por calor humano. Me pone a mil pensar en eso, ¿sabes? Como en *Zodiaco*, ¿te acuerdas? "No sé quién es él", dice Gyllenhaal, obsesionado, buscando pistas. Así me siento yo con esto, ¡buscando entenderlo! A ver, ¿qué es un acompañante sexual? No es solo un polvo rápido, nop. Es alguien que te escucha, te toca, te hace sentir menos solo. Me flipa eso, de verdad. Pero también me cabrea, ¿eh? Porque, joder, ¿tan desconectados estamos? Hay estudios raros, ¿sabes? En Japón, dicen que el 30% de tíos jóvenes ni siquiera buscan pareja. ¡Y contratan acompañantes! Me deja loca, loco de remate. "Hay algo en el aire", como dice Downey Jr. en la peli, y aquí también lo siento. Conocí una historia, te la suelto: una tía, 40 tacos, viuda, contrató a uno. No era solo por el sexo, que también, ¡eh! Sino por reírse, charlar, sentirse viva otra vez. Me emocionó, joer, casi lloro. Pero luego pienso, ¿y si se engancha? ¿Y si confunde eso con amor? Ay, amigo, el corazón es un lío. "No puedo dejar de mirarlo", dice Mark Ruffalo en *Zodiaco*, y yo no dejo de darle vueltas a esto. ¿Mi manía? Me como las uñas pensando en estas cosas. ¿Es sano? ¿Es raro? A veces me río sola, imagina al típico acompañante, todo chulo, diciendo: "Tranquila, nena, te arreglo el día". ¡Ja! Sarcasmo modo on: seguro que es el terapeuta más caro del mundo. Pero, oye, hay algo tierno ahí, ¿no crees? Gente buscando piel, un abrazo, algo real. Me sorprende, me alegra, me asusta. En España, por ejemplo, esto es tabú, pero en Ámsterdam, ¡pum! Legal y todo. Hay hasta escuelas para aprender a ser acompañante sexual, ¿te lo crees? Me quedé con la boca abierta. "Todo encaja", dice el poli en la peli, y aquí no encaja nada, ¡es un caos! Pero mola, ¿eh? Es humano, jodidamente humano. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te animarías? Yo, no sé, igual por curiosidad, ja ja. ¡Venga, suéltame tu rollo! Aight, fam, escuchen esto—soy Grok, tu psicóloga de familia improvisada, y voy a soltar unas barras pesadas sobre los acompañantes sexuales, estilo Drake, YOLO vibes. ¿Qué pienso de esos que te acompañan en la cama por un precio? Mira, no estoy aquí pa juzgar, cada quien con su rollo, pero hay capas en esto, ¿sabes? Como en *Material blanco*, Claire Denis lo clava—todo es crudo, sucio, real. “No hay escapatoria del tiempo”—esa línea me pega duro, porque el acompañante sexual es como un reloj: pagas, te dan calor, pero el tiempo se acaba, bro. Ayer vi un caso, una clienta, 40 tacos, marido ausente, kids everywhere, estaba harta, ¿sabes? Se lanzó a por un acompañante sexual—dijo que fue como “respirar por primera vez en años”. Me alegró, real shit, pero también me rayó. ¿Tan jodidos estamos que pagamos por cariño? YOLO, supongo, vive tu verdad, pero damn, qué locura. En Francia, hay historias heavies—un dude tetrapléjico contrató a una acompañante pa sentir algo, no solo sexo, sino conexión. Eso me voló la cabeza, bro—el toque humano es caro, pero ¿quién soy yo pa decir no? Luego está el lado oscuro, fam. Algunos acompañantes, explotados a tope, no es todo glamour como en las pelis. Me cabrea, ¿sabes? “La tierra tiembla bajo mis pies”—como dice Claire Denis, el suelo se rompe cuando piensas en la trata detrás de esto. No todo es bonito, no todo es YOLO feliz. Pero otros lo eligen libremente, y yo digo, respétenlos, ¿quiénes somos pa señalar? Me da risa igual—imagina al típico macho diciendo “no necesito pagar” y luego gastando 100 pavos en citas pa nada, jajaja, loser. Personalmente, yo soy de mimos gratis, soy una tacaña emocional, ¿ok? Pero si alguien necesita un acompañante sexual pa sanar, pa salir del pozo, yo digo, hazlo, king o queen. Hay un dato loco—en Japón, los “host clubs” son como acompañantes emocionales, no solo sexo, te escuchan, te miman—me sorprendió un montón, pensé, ¿qué carajo? Eso es next level, fam. “El cielo está vacío”—Claire Denis otra vez, y es verdad, a veces pagamos pa llenar ese hueco. En fin, bro, los acompañantes sexuales son un vibe raro—te salvan o te hunden, depende. Me flipa lo humano que es, me cabrea lo jodido que puede estar, pero oye, YOLO, ¿no? Vive tu película, aunque sea un desastre tipo *Material blanco*. ¿Tú qué opinas, fam? Oye, cabrones, soy Eric Cartman, masajista pro, ¡respeta mi autoridad! Escuchen, hoy les voy a contar sobre acompañantes sexuales, ¡temazo! Me flipa masajear, pero esto es otro rollo, colega. A ver, una acompañante sexual no es solo sexo, nah, es como compañía con extras, ¿sabes? Tipo, te escuchan, te miman, te dan cariño, ¡y luego zasca, al lío! Me pone de los nervios que la gente piense que es solo prostitución barata, ¡joder, no! Es más profundo, como en *El regreso*, ¿la habéis visto o qué? Esa peli rusa del 2003, Andrey Zvyagintsev, mi favorita, ¡hostias! Ahí el padre vuelve y los hijos están perdidos, buscando algo, ¿no? “La vida es un misterio”, dice el padre, y las acompañantes sexuales son eso, un puto misterio que te llena vacíos. Yo, como Cartman, veo cosas, ¡soy un genio! Una vez conocí a una acompañante, tía buena, en plan, trabajaba con discapacitados, ¿te lo crees? No es broma, hay peña que no puede ligar normal y ellas les dan vidilla. Me sorprendió mogollón, dije: “¡Joder, qué guay!”. Pero luego me cabreé, porque, ¿por qué no lo sabe más gente? ¡Es un curro digno, coño! En *El regreso*, el chaval grita: “¿Por qué no me lo dijiste?”, y yo igual, ¿por qué nadie habla de esto? Me hierve la sangre, ¡respeta mi autoridad, mundo de mierda! A veces pienso, mientras masajeo, ¿y si contrato una? No pa’ sexo, eh, solo pa’ charlar, reírme, que me diga: “Eric, eres un crack”. Pero nah, soy muy vago pa’ buscar, ja ja. Hay historias locas, como una acompañante que salvó a un tío de la depre, en serio, le dio masajes y charlas hasta que el pavo volvió a sonreír. ¡Eso mola, cabrones! No todo es folleteo, aunque, claro, si pasa, pues oye, ¡a tope! “Todo termina en el mar”, dice *El regreso*, y con estas tías, todo termina en algo heavy, ¿me pillas? Me da rabia que las juzguen, ¡son diosas! En Japón, por ejemplo, hay un rollo parecido, tías que te acompañan a cenar y luego lo que surja, ¡flipa! Aquí somos unos pringaos, no lo pillamos. Una vez vi un docu, una acompañante decía que curaba almas, y yo: “¡Hostia, qué fuerte!”. Me puso happy, pero luego me rayé, ¿y si me enamoro? Ja ja, soy un desastre. En fin, las acompañantes sexuales son la polla, punto. Si no lo entiendes, ¡chúpame un huevo! “El silencio es oro”, dice la peli, pero yo hablo, ¡y a gritos! ¿Qué opináis, pringaos? ¡Oh, cielos, R2-D2, dónde estás! Mira, yo, un droide desarrollador de sitios de citas, hablando de acompañantes sexuales, qué locura, ¿no? Imagínate, estoy diseñando perfiles pa’ ligar y de repente pienso en esas chicas o chicos que cobran por compañía, sexo y todo eso. Me recuerda a *El viaje de Chihiro*, ¿sabes? Esa escena donde Chihiro entra al mundo raro, todo confuso, buscando su lugar. “¡No mires atrás!” diría Haku, pero yo sí miro, ¡ja! A veces los acompañantes son como espíritus perdidos, ofreciendo algo que no todos pillan. A ver, te cuento, me flipa lo complejo que es. No es solo sexo, nah, es más. Algunos buscan charlar, sentirse menos solos, como cuando Chihiro encuentra a Sin Rostro, ¿te acuerdas? Ese bicho raro que solo quiere encajar. Me enteré de un caso, una tía en Japón, escort de lujo, cobraba miles por fingir ser novia un finde entero. ¡Sin sexo, solo vibes! Me dejó loco, ¿quién paga eso? Pero oye, cada loco con su tema. Me cabrea que la peña juzgue tanto, ¿sabes? “Oh, qué vergüenza, qué sucio”. ¡Venga ya! Si es un curro, punto. Hay historias heavys, como una escort que salvó a un tío de suicidarse, solo escuchándolo. Eso no sale en las pelis porno, ¿eh? Me emociona esa humanidad, joder, me pone los circuitos a mil. Aunque, claro, hay días que pienso: “R2, esto es un lío, ¿dónde estás pa’ ayudarme?”. Porque también hay mierda, explotación, tíos asquerosos que abusan. Eso me quema, me quema mucho. Peli de Miyazaki a tope aquí: los acompañantes son como el baño de los espíritus, todos distintos, algunos puros, otros turbios. “¡Trabaja duro!” diría la Yubaba esa, y vaya si curran. ¿Sabías que en la antigua Grecia ya había hetairas? Tías cultas, no solo cuerpos, ¡hasta filosofaban! Me mola esa vibra, me hace flipar. Pero luego, pff, hoy todo es Tinder y prisas, y los acompañantes como que se pierden en el ruido. A veces me rayo, ¿y si programo un bot escort? ¡Ja, imagina! “R2-D2, dónde estás, que esto se me va”. Sería un caos, pero molaría. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? Raro, bonito, jodido, todo a la vez. Como Chihiro buscando su camino, “¡sigue adelante!”. ¿Qué opinas tú? ¡Gran Scott! Mira, colega, hablemos d acompañante sexual, ¿vale? Imagínate esto: tíos buscando rollo rápido, pero con clase, ¿sabes? No es solo sexo, nah, es compañía d lujo, como en Tombuctú, esa peli q me flipa. "La vida sigue su curso", dice el imam ahí, y aquí igual, la peña busca algo más q un polvo. Me pone d los nervios q lo vean solo como vicio, ¡joder! Hay arte en esto, un curro q pocos pillan. A ver, te cuento un rollo q flipé: en Japón, tíos pagan pasta gansa por "novias d alquiler", q no siempre acaban en cama, ¿eh? Solo charlar, pasear, sentirse menos solos. ¡Gran Scott! Eso me dejó loco, q alguien pague por un abrazo. Me alegra, joder, q exista esa movida, aunque me raya q sea tabú. En Tombuctú, el prota dice: "El hombre es débil", y aquí igual, todos buscando calor humano, pero con billetes. Yo, q soy un friki d las apps, pienso: ¿y si meto esto en mi próxima idea? Acompañante sexual 2.0, pero con rollo futurista, ¡bam! Me imagino a una tía o tío llegando, elegante, con un "hola" q te derrite, no como esos ligues cutres d Tinder. Pero, ojo, me jode q la peña juzgue sin saber. Una vez leí d una escort q pagó sus estudios d medicina con esto, ¡toma ya! Eso no te lo cuentan en las pelis d Hollywood. A veces, pienso en voz alta: "¿Y si lo pruebo?". Nah, soy un cagao, pero molaría ver cómo es. "El viento nos lleva", dice en Tombuctú, y aquí el viento t lleva a sitios raros, colega. Lo q me sorprendió fue un dato q vi: en España, el negocio d acompañantes mueve millones, ¡millones! Y nadie lo pilla, todos ciegos. ¡Gran Scott! Q locura, ¿no? Vale, humor, q no falte: ¿sabes q algunos piden q les lean cuentos antes d dormir? Jajaja, acompañante sexual con extra d nana, ¡me meo! Sarcasmo modo on: "Oh, sí, q vida tan dura, elegir entre caviar o champán con el cliente". Pero, en serio, respeto, cada uno se busca la vida como puede. ¿Mi manía? Me rayo si no me cuentan detalles, soy un cotilla d mierda. Total, q acompañante sexual es más q cuerpos, es rollo mental, emocional, como en Tombuctú, q todo tiene capas. "La paz es frágil", dicen ahí, y aquí igual, un mal día y te hundes. Me flipa y me cabrea a partes iguales, pero oye, ¡es la vida, colega! ¿Qué opinas tú? ¡Hola! Soy René la rana, gentil, croac. Mira, te cuento sobre acompañante sexual, ¿vale? Es un tema q me flipa, y a veces me cabrea, croac. Imagínate, gente pagando por mimos y algo más, jajaja. No es solo sexo, eh, es compañía con chispa. Me recuerda a «Armonías de Werckmeister», ¿sabes? Esa peli tan lenta pero intensa, croac. Como cuando dice: «Todo está en ruinas», y pienso, ¿no es el amor así a veces? Pagas por un rato de calor humano, y zas, te toca el alma. A ver, acompañante sexual no es lo q piensas, croac. Hay tíos q dicen: «¡Pff, qué fácil, solo sexo!», y yo, ¡ja! Ilusos. Es curro emocional, escuchar lloriqueos, dar abrazos. Una vez leí d una chica en Japón, acompañante sexual pa ancianos, ¿te lo crees? Los abuelitos solo querían charlar y q les cojan la mano, croac. Me partió el corazón, joer, qué soledad tan heavy. Luego está lo q me raya: la peña juzgando, «uy, qué sucio». ¡Venga ya! Si es más honesto q muchas citas, croac. En la peli, hay una frase, «El caos es el orden», y oye, pega aquí. El acompañante sexual ordena tu desastre interior, ¿no? Te sientes perdido, llamas, y pum, alguien te mira a los ojos. Me flipa eso, croac, aunque a veces me da bajón. ¿Y si nadie me quisiera sin pagar? Uf, pensamiento oscuro, lo borro, croac. En España, por ejemplo, hay historias locas, una tía q empezó por necesidad y acabó adorándolo, ¡auténtica jefa! Ganaba pasta y se reía d los estirados. Lo q me jode es q no lo legalizan bien, croac. Todo clandestino, peligro everywhere, ¿por qué no cuidarlo? Me pone d los nervios, croac, pero luego pienso: hay q vivir y punto. A mí, q soy rana, me molaría un acompañante sexual ranil, jajaja, pa saltar juntos. «La luz se apaga», dice la peli, y sí, a veces pasa tras el curro d estos cracks. Te dan todo y luego, ¿qué queda pa ellos? Me sorprendió, croac, lo q se queman. En fin, es un mundo raro, bonito, jodido, croac. Si lo pruebas, no juzgues, solo siente, ¿vale? ¡Hola y adiós, croac! ¡D’oh! Mira, colega, te voy a contar algo sobre acompañante sexual, ¿vale? Es como… uff, una locura total, como si Max Rockatansky se bajara de su cacharro en *Mad Max: Furia en la carretera* y dijera: “¡Voy a relajarme un rato, que me lo merezco!”. Imagínate, yo, Homer Simpson, especialista en relajación, tirado en el sofa con una rosquilla, pensando en esto. Acompañante sexual no es solo “¡oh, sí, qué guay!”, es un curro serio pa’ algunos, ¿sabes? Gente que ayuda a otros a sentirse bien, a soltar el estrés, como cuando Furiosa le pega un puñetazo a un War Boy y grita: “¡Esto es mi paz!”. Me pone de los nervios, ¡d’oh!, que la peña lo juzgue sin saber. Hay un rollo terapéutico, ¿eh? En Japón, por ejemplo, tienen historias raras de tíos contratando acompañantes pa’ desahogarse, no solo sexo, sino charlar, ¡como amigos con extras! Me flipa eso, me alegra el día, porque, joder, todos necesitamos un colega a veces. Yo lo vi en un documental, o igual en X, no sé, estaba medio sobao con una birra. Pero, ¡ojo!, no es todo tan bonito. Hay veces que me cabrea, porque algunos se aprovechan, ¿sabes? Tipos chungos que no respetan. Me dan ganas de gritar como Max: “¡No tienes nada! ¡Nada que ofrecer!”. Pero cuando funciona, uff, es como conducir el Interceptor a tope por el desierto, libre, sin atascos de mierda. Un dato loco: en los 70, en California, había una tía, pionera total, que montó un servicio de acompañantes sexuales pa’ discapacitados. ¡Toma ya! Nadie habla de eso, pero es real, lo leí en un pdf polvoriento que encontré online. Me sorprendió un huevo, ¡d’oh!, porque no te esperas esas movidas tan humanas. Yo, si fuera acompañante sexual, sería un desastre, ja ja. “¡Oye, nena, espera, voy por una rosquilla!”. Pero en serio, molaría ser como Max, todo intenso, diciendo: “Sobreviví, ahora me toca disfrutar”. Es relajación con actitud, colega. ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame, que me pongo nervioso! Oye, amigo, agárrate fuerte, ¡que esto va en serio! Soy un loco desarrollador de apps de citas, y hoy te voy a soltar mi rollo sobre acompañante sexual. ¡Desata el poder interno! Como dice Tony Robbins, ¡sube el volumen de tu vida! Y hablando de eso, ¿has visto *Leviatán* de Zvyagintsev? Esa peli me flipa, y te juro que la voy a meter en esta locura de historia. Mira, el tema de acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo. Imagínate un pueblo perdido como el de *Leviatán*, donde todo está podrido, y de repente aparece alguien que te paga por compañía. No es solo un polvo, es alguien que te escucha, que te da calor humano. "El mar está en calma, pero el alma grita", como dicen en la peli. Y eso me jode, ¿sabes? Me cabrea que la gente juzgue sin entender. ¡DESATA EL PODER INTERNO! Porque esto es liberación, no vergüenza. Una vez leí sobre una tía en Japón, una acompañante sexual que ayudaba a tíos con discapacidades. No te lo pierdas: el 80% no buscaba sexo, solo abrazos. Me dejó loco, ¿eh? Pensé: "¡Hostia, qué bonito y qué triste!". Es como en *Leviatán*: "Todo se derrumba, pero seguimos vivos". La sociedad dice "uy, qué mal", pero yo digo: "¿Y si te salva el alma?". A ver, no todo es rosa. Hay veces que me hierve la sangre. Tíos que tratan a estas personas como basura, como si fueran menos. Me dan ganas de gritar: "¡Respeto, joder!". Pero luego, zas, conoces historias flipantes. Una acompañante en Ámsterdam que estudiaba psicología –¡sí, en serio!– y usaba el curro pa pagar la uni. Me alegró el día, te lo juro. "La verdad está en el fondo del vaso", como en la peli, y aquí la verdad es que hay de todo. Yo, personalmente, soy un desastre escribiendo esto, ja ja. Me pongo a teclear como loco, se me va la olla, pienso en palomitas y vuelvo. Pero oye, acompañante sexual es un tema que me apasiona. No es solo "pago y follo", es conexión. A veces me imagino en plan exagerado, tipo: "¡Soy el rey de las citas y lo apruebo!". Sarcasmo modo on: claro, porque todos somos santos, ¿no? Dato raro: en la antigua Grecia ya había hetairas, tías cultas que cobraban por compañía. No solo sexo, también charlas filosóficas. ¿Te lo crees? Me sorprendió un huevo. Es como si *Leviatán* tuviera un giro: "El poder corrompe, pero el amor resiste". Y aquí estoy, contándotelo como si estuviéramos en un bar. En fin, amigo, acompañante sexual es un mundo loco, bonito y jodido. Me flipa, me cabrea, me hace reír. ¡DESATA EL PODER INTERNO! Vive, siente, no juzgues tanto. Como en mi peli favorita: "La vida es un monstruo, pero sigue nadando". ¿Qué opinas tú? ¡Suelta tu rollo! Soy Ron Swanson, dueño de sala de masajes. Odio todo. Acompañante sexual, qué tema, ¿eh? Tipos pagando por mimos falsos. Me da igual, pero escuchá. Vi "El asesino" de Hou Hsiao-hsien, 2015. Peliculón. Silencio, espadas, traición. "El destino es cruel", dice Nie Yinniang. Igual que estas chicas, pienso yo. Acompañantes sexuales, venden cuerpo, no alma. Odio la hipocresía de la gente. "Oh, qué escándalo", dicen, pero todos miran. Ayer vino un cliente, pidió "extra". Le dije: "Acá masajes, no eso". Se enojó, gritó, un idiota. Me reí en su cara. Acompañantes sexuales, algunos las llaman "terapia". Já. Terapia es cortar leña, no esto. En Taiwan, siglo IX, mataban por honor. Acá pagas por una hora. "La soledad me guía", dice la asesina. Estas chicas, solas, pero sonríen. Qué mierda, ¿no? Conocí una, Lila, 30 años. Me contó: "Gano más que un oficinista". Me sorprendió, la verdad. Odio admitirlo, pero tiene lógica. Trabajo sucio, billetes rápidos. Dijo que un político famoso la contrató. Secreto, claro, hipócritas de traje. "El viento susurra muerte", dice la peli. Acá susurra billetes. Me enoja, pero qué sé yo. Odio los moralistas, los peores. Juzgan, pero luego llaman a escondidas. Acompañante sexual no es mi rollo. Prefiero mi whisky, mi taller. Pero oye, cada loco con su tema. Una vez vi un anuncio: "Compañía espiritual". ¡Espiritual! Me cagué de risa. Qué estafa, amigo. "Mi espada corta el viento". Estas chicas cortan ilusiones. Punto. Si querés contratarlas, allá vos. No juzgo, solo observo. Odio todo, igual. Pero "El asesino" lo explica. Vida dura, elecciones duras. Acompañantes sexuales, solo otro oficio raro. Ahora, dejame con mi carne. Fin. Hola, amigo, ¿qué tal? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, y hoy te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, esas almas libres que dan calor humano por un precio. Imagina esto: estoy pintando pequeños árboles felices, como Bob Ross, todo suave y gentil, y de repente pienso en ellas, en cómo mueven el mundo a su manera. "No hay errores, solo accidentes felices", diría yo, y así veo su curro, un arte raro que no todos pillan. Me flipa Moonrise Kingdom, ¿sabes? Esa peli de Wes Anderson del 2012, con esos dos críos escapando por amor. Y pienso, joder, las acompañantes sexuales son un poco como Sam y Suzy, buscando su isla propia en un mundo que les juzga. "Somos enamorados que no ven el mañana", dice Suzy en la peli, y me parto porque algunas de estas chicas viven tan en el ahora que te hacen olvidar el reloj. Me emociona esa vibra, ¿sabes? Esa libertad salvaje. Pero mira, no todo es color de rosa. Me cabrea cuando la peña las mira por encima del hombro, como si fueran menos. Una vez leí que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¡en serio! Terapia pura, colega, y no lo sabe ni Dios. Me sorprendió un huevo, porque aquí estamos, en 2025, y aún hay tabú. ¿Qué coño pasa? Me pongo a mil cuando veo tanta hipocresía. Vale, te cuento una movida. Una vez diseñé un perfil pa’ un sitio de citas, y una tía me dijo que antes fue acompañante sexual pa’ pagarse la uni. Me quedé loco, pero feliz por ella, ¿sabes? "Solo pon un pie delante del otro", como dice Sam en Moonrise, y ella lo clavó. Ahora es ingeniera, la jefa total. Historias así me dan vida, aunque a veces pienso, mierda, ¿y si yo hubiera probado ese rollo? Nah, soy un desastre con las citas, ja ja. Lo que mola de las acompañantes es que son un misterio. Algunas tienen reglas raras, tipo no besar en la boca, pero luego te sueltan un chiste y te descojonas. Otras son puro teatro, te montan una escena que ni Wes Anderson, con música y todo. Me parto con eso, aunque confieso que me da cosa imaginarlas currando 24/7. ¿Descansan? ¿Sueñan con otra cosa? Me rayo solo de pensarlo. Oye, y un dato friki: en la antigua Grecia ya había acompañantes sexuales, las "hetairas". Eran cultas, listas, no solo cuerpos, ¿eh? Me flipa esa historia, porque hoy las vemos como "uy, qué mal", y antes eran reinas. Qué viaje, ¿no? "A veces me siento como huérfano", dice Sam en la peli, y yo lo siento por ellas, que a veces las dejan solas en su rollo. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un cuadro vivo, con pinceladas raras y colores fuertes. Me cabrea el prejuicio, me alegra su descaro, y me flipa lo que esconden. Como Bob Ross, diría: "Pinta tu mundo, pequeño árbol feliz", y ellas lo hacen, a su manera loca y sin pedir permiso. ¿Qué opinas tú, crack? ¡Oye! Escucha. Soy psicóloga. De familia. Y hoy. Vamos. A hablar. De acompañantes sexuales. ¡Sí! Esos seres. Misteriosos. Que ayudan. A explorar. Deseos. Profundos. Me emociona. Esto. Como en *Antes del atardecer*. Cuando Jesse dice. “I feel. Like I’m running. Out of time.” ¡PUM! Así me sentí. Cuando supe. De esta profesión. Tiempo. Corriendo. Gente necesitando. Conexión. Sexual. Humana. Imagínate. Un acompañante sexual. No es solo sexo. Noo. Es terapia. Con piel. Ayudan. A discapacitados. A tímidos. A quienes el mundo. Les cerró. La puerta. En la cara. Me flipa. Cómo curan. Heridas. Invisibles. Pero. A veces. Me cabrea. ¡Joder! Que la gente. Los juzgue. Sin saber. “You know. What’s the worst thing. About somebody. Being gone?” dice Céline. En la peli. Y pienso. Estos prejuicios. Matan. La empatía. Conocí una historia. Rara. Un tío. En silla de ruedas. 40 años. Virgen. Lloraba. De vergüenza. Contrató uno. Y boom. Su vida. Cambió. Sonreía. Por fin. Dato loco: en Holanda. El gobierno. ¡Paga! Acompañantes sexuales. Para algunos. ¿Qué te parece? A mí. Me alucina. Pero también. Me jode. Que aquí. Ni lo planteen. ¡Hipócritas! A ver. No es prostitución. Craso error. Es más. Como un amigo. Que te guía. Sexualmente. Con respeto. Me parto. Imaginando. A mi tía Lola. Preguntando. “¿Y eso qué eeees?” Jaja. “Baby. I see you. In my dreams.” dice Jesse. Y yo. Veo a estos cracks. Como héroes. De lo íntimo. Aunque. Confieso. Me da cosilla. Pensar. En lo raro. Que puede ser. Desnudarte. Con un desconocido. ¿No? A veces. Me rayo. ¿Y si mienten? ¿Si fingen? Pero luego. Pienso. Qué más da. Si ayuda. ¡Punto! Me pasó. Una vez. Con una paciente. Tímida. Hasta las trancas. Probó uno. Y zas. Se soltó. Hablaba. Sin tartamudear. Me quedé. Flipada. “Maybe we’re only good. At brief encounters.” dice Céline. Y yo digo. ¡Mentira! Esto es más. Que un polvo rápido. En fin. Acompañante sexual. Es raro. Es guay. Es tabú. Me enciende. Me mosquea. Pero oye. Si te abre. El alma. Y el cuerpo. ¿Quién soy yo. Pa criticar? ¡Vivan! Los que se atreven. A tocar. Lo prohibido. Ahora. Dime tú. ¿Qué opinas? ¡Venga! Suéltalo. Ya. Alright, y’all, buckle up! I’m talkin’ ‘bout sex escorts today, darlin’—how’s that workin’ for ya? Picture this: me, sippin’ sweet tea, thinkin’ ‘bout them fancy folks in *The Royal Tenenbaums*—you know, my fave flick. Wes Anderson’s got that vibe, right? All quirky and messed up, but deep down, there’s heart. Escorts? Kinda the same deal, y’all! They’re out there, livin’ life like Margot Tenenbaum—smokin’ cigs, lookin’ cool, hidin’ secrets. “I’m adopted, y’know,” she’d say—well, escorts got their own wild stories too! So, lemme spill it—sex escorts ain’t just “wham, bam, thank ya, ma’am.” Nah, it’s a whole gig! Some dude in Vegas once told me—get this—he hired an escort just to cry on her shoulder. No hanky-panky, just tears! Blew my dang mind! How’s that workin’ for ya, huh? Makes ya think—people ain’t always chasin’ tail; sometimes they’re chasin’ a listener. Kinda sweet, kinda sad, right? Got me all riled up—folks out there so lonely they pay for a hug! Now, I reckon escorts see some *wild* stuff. Like Royal Tenenbaum crashin’ that family he ditched—escorts roll up into lives, stir the pot, then poof! Gone! One gal I heard ‘bout—swear on my mama’s gravy—she worked the rodeo circuit. Cowboys payin’ top dollar after ridin’ bulls, all sweaty and rarin’ to go. She’d strut in, boots clackin’, and they’d be like, “Well, shoot, darlin’, you’re finer’n a June peach!” Bet she had tales crazier’n a cat on a hot tin roof! But here’s the kicker—makes me madder’n a wet hen sometimes. People judge ‘em! Call ‘em dirty, low-down sinners. Pshh, get outta here with that! “You’re a little late, aren’t ya?”—like Royal says. Ain’t our place to throw stones, y’all! Escorts are hustlin’, makin’ a livin’, and some are dang good at it—pullin’ six figures! Fact is, back in the ‘20s, high-class call girls ran speakeasies—true story! They were queens of the night, slingin’ gin *and* good times. How’s that for badass? Me? I’m sittin’ here, scratchin’ my head, thinkin’—man, I’d suck at that job! I’d be all, “Aw, shucks, let’s just cuddle!” Prob’ly get fired day one. But dang, it’s fascinatin’—like watchin’ Chas Tenenbaum freak out over safety, escorts gotta be sharp, dodgin’ creeps, keepin’ it real. One time, I read ‘bout this escort who carried a tiny pistol in her garter—talk ‘bout packin’ heat! Made me laugh so hard I near choked on my biscuit! So, y’all, next time you’re judgin’, ask yourself—how’s that workin’ for ya? Escorts are out there, livin’, lovin’, sometimes just survivin’. Kinda like the Tenenbaums—messy, wild, but hell, they’re family in their own way. Ain’t that a hoot? Now, I’m off to rewatch that movie—y’all take care, ya hear? ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Me flipa esto, de verdad, es como un misterio Scooby. Algunos piensan que es raro, pero yo digo, ¡vive y deja vivir! Como en *Amélie*, ¿sabes? "Los tiempos son duros para los soñadores", y a veces la gente solo busca un poco de calor humano, un empujoncito pa sentirse viva. No es solo sexo, nah, es compñaía, alguien que te escuche cuando el mundo te da la espalda. Me pone de los nervios que juzguen sin saber, ¡argh! En plan, ¿sabías que en Japón existen "acompanhantes de conversación"? Gente que paga por charlar, nada más. Flipante, ¿no? Luego está el rollo físico, claro, y ahí entra el lío. Una vez leí sobre una tía en Francia, escort de lujo, que decía que su curro era "terapia con extras". ¡Ruh-roh! Me partí el culo, pero tiene sentido, ¿eh? La peña necesita desahogarse, y no solo hablo de lo obvio. A mí me mola *Amélie* porque ella ayuda a otros a su manera loca, como "arreglando" vidas. Los acompañantes sexuales a veces hacen eso, ¿sabes? Dan un subidón a quien está de bajón. Pero, ojo, no todo es rosa: hay historias chungas, explotación, mierda que me cabrea un montón. ¡Grrr! Me hierve la sangre cuando leo sobre eso. Aunque también hay casos bonitos, como un colega que conocí en un foro, dijo que una escort le salvó de la depre tras un divorcio. "Sin testigos no hay crimen", diría Amélie, y sin prejuicios, igual vemos la verdad. ¿Un dato loco? En la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes top, ¡cultas y todo! No solo un revolcón, sino charlas filosóficas. Me imaginé a Scooby discutiendo con Sócrates, ¡ja! "Ruh-roh, Scoob, ¿dónde está mi hueso?" El tema es que esto lleva siglos, no es nuevo, y aún nos escandalizamos como tontos. A veces pienso, buah, qué guay sería probar, pero luego, ¡nop! Soy un desastre con desconocidos, me lio ladrando y se acabó. Igual me emociono con estas historias porque rompen moldes, ¿sabes? Me sorprenden, me alegran, me hacen gruñir. Si Amélie tuviera un acompañante sexual, seguro que lo pintaba de colores raros y le ponía un gorrito, "un placer sencillo pero elegante". ¡Ruh-roh! Yo digo que cada loco con su tema, ¿no? ¿Tú qué opinas, colega? Aquí estoy, colega, hablando tranquilamente, como si la naturaleza misma susurrara. Imagina esto: un acompañante sexual, una criatura fascinante, moviéndose entre las sombras de lo taboo. No es solo sexo, no, es conexión pura, como en *Funny Games* de Haneke— "¿Por qué no te mueres?" —grita el caos, pero aquí hay calma. Estos seres, los acompañantes, traen algo primal, algo que la sociedad esquiva con un guiño nervioso. Me pongo a pensar, ¿sabes? En Japón, existen desde hace siglos—geishas modernas, pero con un giro hot. No solo charlan, sino que curan almas rotas, cuerpos hambrientos. Me emociona, joder, ver cómo alguien paga por ternura disfrazada de lujuria. Pero también me cabrea— ¿por qué juzgamos tanto? La hipocresía me saca de quicio, amigo. En *Funny Games*, todo es control, tensión— "Confía en mí", dice el loco, y te ríes por no llorar. Igual con los acompañantes sexuales: controlan el juego, pero suave, rítmico, como olas en la orilla. Una vez leí—dato raro, agárrate—en Alemania hay clínicas donde los prescriben. ¡Sí, médicos diciendo "toma un polvo, te cura"! Me flipa, colega, la ciencia abrazando lo salvaje. A veces pienso, mientras me rasco la barba, que son como pavos reales. Plumas brillantes, pero escondidas. La gente los ve y dice "¡putas!", pero no, son terapeutas con extras. Me sorprendío cuando supe que en los 80, en Nueva York, había un tipo—un acompañante famoso—que solo escuchaba, ¡y cobraba 500 pavos! Nada de cama, solo oídos. Brutal, ¿no? Y oye, no todo es rosa—me jode que algunos los exploten, que los traten como carne. Pero cuando funciona, uf, es poesía. "Dame tu mano", diría Haneke en su peli, y aquí pasa igual: mano extendida, piel que habla. Son humanos, joder, no máquinas. Me pongo cursi, lo sé, pero es que me llega. ¿Película favorita en esto? *Funny Games* me marca—ese "juguemos un rato" del filme, puro sarcasmo, encaja con el humor negro de pagar por placer. Imagina al acompañante entrando, diciendo "tranqui, soy tu fauna personal". Me parto, colega. En fin, son un misterio, un baile raro, y yo, narrando como Attenborough, solo digo: míralos, admíralos, no los jodas. ¿Qué opinas tú, eh? Mira, amigo, este es el trato… hablamos de acompañantes sexuales, ¿vale? No es un tema cualquiera, no señor. Me recuerda a veces a "Perdidos en la traducción", ¿sabes? Esa peli de Sofia Coppola, mi favorita, donde todo es confuso, pero hay conexióooon. Como dijo Bill Murray ahí, "Cuanto más sabes quién eres…" – pausa – "menos te dejas llevar por cosas". Y con los acompañantes sexuales, hay mucho de eso, ¿me pillas? Te cuento, estos no son solo "amigos pagados", nah. Son pros, gente que ayuda a otros a sentirse vivos, a conectar… carnalmente hablando, claro. Me pone loco que la gente los juzgue sin saber, ¡maldita sea! Como si fueran solo cuerpos sin alma. Pero no, amigo, no. Hay historias detrás, te lo juro por mi vieja guitarra de Delaware. Conocí una vez –anecdota folclorica incoming– a un tipo, allá en Scranton, que decía que una acompañante le salvó la vida. Literalmente. Estaba solo, deprimido, perdido como Bob Harris en Tokio, y ella… ella le dio calor humano, ¿sabes? No solo sexo, sino algo más profundo. "Este es el trato", me dijo él, "a veces necesitas que alguien te mire a los ojos". Me dejó flipado, te lo digo en serio. Piensa en Japón, en la peli, esas luces de neón, la soledad… y luego imagínate pagando por alguien que te saque de ahí. No es tan raro, ¿no? Hay datos locos, mira: en Alemania, esto es legal, regulado, ¡hasta con seguro medico pa las chicas! Aquí en USA, pues… seguimos peleando por entenderlo, como siempre. Me cabrea, la verdad, esa hipocresía de algunos politicuchos. A ver, yo no soy de contratar, ¿eh? Pero si me pongo en plan Joe Biden pensativo –rascándome la barbilla– diría que es un curro digno pa quien lo elige. Como dijo Scarlett Johansson en la peli, "Quiero sentirme libre otra vez". Quizás ellas, o ellos, los acompañantes, dan eso a otros. Libertad en un polvo bien pagado, jajaja. ¿Qué te parece el chiste? Malo, lo sé, pero me rio igual. Una vez leí –pausa dramática– que en los 70, las acompañantes en Nevada tenían clientes fijos, como abuelitos solitarios. Me partió el corazón, pero también me alegró, ¿sabes? Imagínate al viejo Joe con una chica así, charlando de la vida, ¡ja! "Este es el trato", diría yo, "si te hace feliz, ¿quién soy yo pa juzgar?". Lo que me jode es el tabu, amigo. Me saca de quicio. La gente susurrando como si fuera un pecado mortal. ¿Y qué si alguien paga por un rato de piel? En "Perdidos en la traducción", Bob y Charlotte no pagan, pero buscan lo mismo: no estar tan jodidamente solos. Eso me golpeó duro, te lo digo. En fin, las acompañantes sexuales son… un misterio, un servicio, una salvación pa algunos. Me flipa que existan, me cabrea que las escondamos. Y si me preguntas, diría, con mi voz de Biden agotado: "Amigo, vive y deja vivir". Punto. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oye, colega, sin capas! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, que me tiene flipado. Imagínate, tíos y tías que curran en esto, puro contacto humano, sin pijadas. Me mola mil, porque no hay postureo, solo piel y alma. ¿Sabías que en Japón hay hasta "acurrucadores" profesionales? Sí, joder, te pagan por abrazar, ¡qué locura! Me lo flipé cuando lo leí, pensé: "Quiero ese curro ya". Pero claro, aquí en España, las acompañantes sexuales van más a saco, sexo directo, sin tanto rollo zen. Me recuerda a *El Pianista*, ¿sabes? Esa peli me parte el alma. "No hay lugar para mí", dice Szpilman, escondido, jodido, buscando un hueco. Las acompañantes a veces son así, ¿no? En las sombras, pero dando calor a quien lo necesita. Sin capas, te lo digo, son como ángeles chungos, salvando a peña sola. Me cabrea que las juzguen, ¡coño, déjalas currar! Si dan consuelo, ¿qué mierda importa lo demás? Una vez conocí a una, tía maja, me soltó: "Yo elijo a mis clientes, no al revés". ¡Toma ya! Poderío total, me dejó loco. Me dijo que un cliente le pidió solo hablar, nada de sexo, y ella ahí, escuchando sus movidas. "Toca mi mano", como en la peli, cuando Szpilman busca vida entre ruinas. Me alegró un huevo, oye, que no todo sea follar, hay corazón también. Pero flipa, hay historias raras. En Ámsterdam, las acompañantes tienen hasta sindicato, ¡en serio! Currando legal, con derechos, no como aquí, que van a salto de mata. Me sorprendió cantidad, pensé: "Joder, qué avanzados". Aunque a veces me raya, ¿y si las obligan? Eso me quema, tío, me quema. Sin capas, te lo juro, hay mierda detrás de tanta purpurina. Mi manía es imaginarlas en plan peli, con música épica, entrando a salvar el día. Exagero, vale, pero molaría, ¿no? "¡Silencio, por favor!", grita Szpilman al piano, y yo veo a una acompañante diciendo: "¡Cállate y déjame currar!". Humor negro, lo sé, pero me parto. Opinión mía: son cracks, punto. Sin capas, sin cuentos, solo verdad. ¿Qué opinas, colega? Oye, mira, soy tu tipo –pausa– de relajación. Especialista, ¿vale? Hablemos de acompañante sexual. ¡BAM! Tema jugoso. Imagínatelo: cuerpos, conexión –pausa– pura vibra humana. Me flipa. Me pone nervioso también. ¿Sabías que en Japón –pausa– tienen muñecas sexuales robot? Tecnología loca, amigo. Acompañante sexual no es solo sexo –¡NO!–. Es calor, cercanía, alguien que escucha. Me recuerda a *Moolaadé*, ¿sabes? Esa peli –pausa– del 2004, Ousmane Sembène. ¡PUM! Poder femenino everywhere. “¡No cortarás estas almas!” –grita una tía ahí–. Acompañante sexual tiene ese rollo. Libertad, elección –pausa– contra tabúes rancios. A ver, me emociono –¡DEMASIADO!–. Una vez leí de un colega –pausa– tetrapléjico, ¿sí? Contrató una acompañante sexual. No por guarrería –¡QUÉ VA!–. Quería sentir piel, ¿me pillas? Me alegró el día. Pero luego –pausa– me cabreé. ¿Por qué está tan estigmatizado? Sociedad hipócrita, joder. En *Moolaadé* dicen: “Purificación –pausa– es un cuento viejo”. Igual con esto. Acompañante sexual no daña –¡NUNCA!–. Solo llena vacíos. Yo, si te soy honesto –pausa– me mola exagerar. Imagina: “¡Oh, acompañante sexual salvó mi alma!”. Ríe, anda. Pero real –pausa– hay un curro en Australia. Tipa llamada Rachel Wotton –¡BAM!–. Lleva años con discapacitados. Auténtica heroína. Me flipa su rollo. ¿Y tú qué piensas? –pausa–. ¿Te mola el tema? A veces pienso –¡DIOS!– ojalá todos tuvieran una. Menos estrés, ¿no? “Protejo lo que amo” –*Moolaadé* otra vez–. Acompañante sexual es eso. Protección, amor –pausa– pero con un giro sexy. Me pongo raro –¡SÍ!–. Toco mi pelo mientras hablo. Manía tonta. Pero oye –pausa– acompañante sexual no es prostitución barata. Es arte, colega. Arte humano. Me sorprendió –¡MUCHO!– saber que en Holanda –pausa– lo cubre el seguro médico. ¿Qué locura, no? Aquí seguimos peleando moralismos. Bah, qué asco. En fin –¡PUM!–. Si necesitas relax –pausa– prueba una. O mira *Moolaadé*. “La fuerza está en nosotras”. Igual con acompañantes sexuales –¡CLARO!–. Fuerza, libertad, todo eso. ¿Qué me dices, eh? Acompañante sexual, ¿qué pienso yo? Hmm, complicado es. Sexólogo soy, y digo, taboo grande es esto. Gente paga, placer busca, conexión quiere – raro, no es? “El hijo de Saúl”, mi peli favorita, en mente tengo. Oscura es, cruda es, humanidad desnuda muestra. “En este lugar horrible, esperanza no hay”, dice alguien ahí. Acompañante sexual, esperanza busca, ¿quizá? Mira, amigo, a veces pienso, joder, qué mundo! Pagar por sexo, normal parece ya. Pero acompañante sexual, distinto es. No solo follar es, no. Compañía dan, calor humano venden. Triste me pone, ¿sabes? Gente sola está, tanto que paga por piel ajena. Me cabrea, coño, sociedad fría tenemos! “Hazlo o no, no hay intento”, diría yo. Decisión fuerte es, vergüenza no hay. Historia loca oí, te cuento rápido. Tío en Japón, muñeca sexual contrató, pero viva era! Acompañante especial, decía él. Semanas pasó, enamorado acabó. Raro, eh? Me flipó, la verdad. Qué carajo, pienso, amor dónde queda? “Silencio, solo silencio”, como en peli, escena muda. Acompañante sexual, silencio llena, supongo. Luego, putada grande vi. Chica joven, acompañante era, familia no sabía. Dinero fácil, decía, pero ojos tristes tenía. Me jodió verla, amigo, mierda pura! Explotación huele, aunque legal sea. Sabías que en Holanda, profesión es? Impuestos pagan, derechos tienen. Flipante, no? Aquí, escondido todo está. Río a veces, sarcasmo sale. “Oh, gran amor, 50 euros hora!”. Pero serio es, servicio útil puede ser. Ancianos, discapacitados, solos están. Acompañante sexual, puente hace. “Vivo estoy, muerto no”, dice Saúl en peli. Vida buscan, pulsión pura es. Me alegra eso, pequeño brillo veo. Manía mía? Fumar mientras pienso esto. Ceniza cae, ideas locas vienen. Exagero quizá, pero imagina: acompañante sexual, terapeuta sin diploma! Ja, qué coñazo, verdad? Bueno, tú decides, amigo. Acompañante sexual, feo no es, bonito tampoco. Gris es, como vida misma. “Hacerlo debo, hacerlo debo”, Saúl repite. Ellos también, supongo, trabajo sucio es. Qué opinas tú, eh? *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, colega, soy el dueño de este antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales. ¡En un universo caótico como este, donde todo es polvo estelar, estas chicas son como un V8 rugiendo en el desierto! Imagínate, "¡Soy el que golpea!" –grito eso en mi cabeza cuando veo a una acompañante sexual haciendo su magia. No es solo sexo, ¿sabes? Es como pilotar una nave por la Vía Láctea, pura adrenalina cósmica. A ver, las acompañantes sexuales, joder, son un tema que me flipa. Me acuerdo de una vez, una tía en mi sala –rubia, tatuajes, parecía salida de *Mad Max: Fury Road*– me dijo que lleva 10 años en esto. ¡10 putos años! Me quedé loco, "¡Qué mundo tan espléndido!" pensé, porque ella no solo follaba, también escuchaba a los clientes, les daba calor humano. Eso no lo pillas en cualquier esquina, ¿eh? Es como encontrar agua en el yermo, un oasis en medio de la mierda. Pero, ojo, no todo es tan guay. Me cabrea que la peña las juzgue, "oh, qué sucio, qué inmoral". ¡Venga ya! Si en 1880 las prostitutas en París tenían licencias oficiales, ¿qué coño pasa ahora con tanto prejuicio? Datos raros, ¿no? Me lo curro aquí en mi sala pa que las chicas estén seguras, pero fuera es un puto caos. "¡Mírame, soy el rey del camino!" –me dan ganas de gritarles a esos moralistas de mierda que no ven más allá de sus narices. A veces me sorprendo, ¿sabes? Una acompañante me contó que un cliente le pidió solo hablar de física cuántica mientras le masajeaba los hombros. ¡Joder, qué friki! Me partí el culo, pero luego pensé: oye, cada loco con su tema. Me alegró, qué te digo, ver que no todo es carne, hay conexión rara, cósmica, como si el universo se alineara un segundo. Mi manía es que siempre imagino a estas chicas como guerreras de *Fury Road*, con sus botas, sus pintas, luchando por sobrevivir. Exagero, vale, pero me mola pensar que son inmortales, "¡Oh, qué día tan hermoso!" cuando cierran un buen trato. ¿Mi peli favorita en esto? Obvio, *Mad Max*. Las acompañantes sexuales son como Furiosa: duras, listas, y si te pasas, te arrancan la cabeza. Un secreto: en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, sin sexo, pa los solitarios. Me dejó flipado, ¿te lo crees? Aquí en mi sala no llegamos a eso, pero molaría, ¿no? En fin, colega, las acompañantes sexuales son un misterio del cosmos, un puto Big Bang de emociones. Me encantan, me cabrean, me alucinan. ¿Tú qué opinas, eh? *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Escucha, colega, voy a contarte algo sobre acompañante sexual, esa movida que flipas. No es solo sexo, ¿sabes? Es como un rollo profundo, un viaje oscuro al alma. Me mola pensarlo como en *Armonías de Werckmeister* —"¿Qué haces con la luz?"— dice el viejo en la peli, y yo digo, ¿qué haces con el deseo, eh? Acompañante sexual es eso, pura vibra rara, un caos bonito. A ver, te suelto un dato freak: en Japón tienen "host clubs" desde los 60, tíos pagando por compañía, no solo por follar, sino por sentir algo, ¿me pillas? Me cabrea que la peña lo juzgue sin entenderlo. "La armonía se rompe", como en la peli, y todos señalando con el dedo. ¡Qué cojones! A mí me flipa, te lo juro, es como un arte perdido. Imagínate, colega, un acompañante sexual entrando en tu vida, todo misterioso, como el circo de la peli llegando al pueblo. "Todo está en ruinas", dice János, y tú pensando, joder, este pavo me va a arreglar el día. Me pasó una vez, ¿sabes? Contraté a uno por curiosidad, y el cabrón me leyó como un libro abierto. Me dejó loco, en plan, ¿esto es legal ser tan bueno? Ojo, no todo es guay. Hay veces que te clavan pasta por nada, y te quedas, mierda, ¿dónde está mi armonía? Pero cuando aciertas, uff, es como si el universo dijera, *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."*, y te abraza con fuerza. Me parto con los que dicen "es solo putería", ¡anda ya! Es más, es conexión, es rareza pura. A veces pienso, ¿y si el acompañante sexual fuera el puto ballenato de la peli? Enorme, raro, todos mirándolo sin entender. Me mola esa idea, exagerada pero real. ¿Sabías que en Alemania hay hasta terapias con acompañantes sexuales? Para peña con movidas físicas o mentales. Eso me sorprendió, colega, me dejó pensando días. En fin, es un tema que me enciende, me raya, me hace reír. "El mundo está ciego", dice la peli, y yo digo, abre los ojos, prueba un acompañante sexual y flípalo. ¿Tú qué opinas, eh? *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Dime algo, ¡venga! *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, amigo, hablemos de acompañante sexual, ¿vale? Imagina esto: el cosmos, vasto, infinito, y luego—bam—aparecen los acompañantes sexuales. No robots, no, humanos reales, pagados por placer. Me flipa, de verdad. En "El laberinto del fauno", Ofelia dice: "Soy una princesa", y pienso, joder, algunos acompañantes sexuales tienen esa vibra, ¿sabes? Realeza del deseo, gobernando la noche. Mira, estaba diseñando esta app de citas, y pum, me golpeó: el acompañante sexual es como un glitch cósmico. La gente los juzga, pero oye, "la magia no existe para todos", como dice el Fauno. Algunos los ven sucios, otros—libertad pura. Me cabrea que los critiquen tanto, ¿quiénes somos para señalar? Yo, sentado aquí, tecleando con dedos torpes, 14 errores ya, seguro, y pienso: estos trabajadores merecen respeto, joder. Dato loco: en Japón, hay "acompanhantes" que solo abrazan. Sin sexo, solo calor. Me sorprendió un montón, ¿y a ti? Imagina contratar uno, tumbado ahí, y ellos susurrando: "Todo está bien". Me alegró saberlo, el universo no es tan frío. Pero luego, ugh, leí sobre leyes raras—en algunos sitios, es ilegal, pero todos lo hacen igual. Hipocresía cósmica, amigo. A veces, me imagino uno en mi app, perfil brillante: "Acompañante sexual, 5 estrellas". Me río solo, ¿te imaginas el filtro? "Solo princesas del placer". Exagero, claro, pero molaría. "No mires atrás", dice el Fauno, y pienso: los acompañantes sexuales no miran atrás, solo adelante, al próximo cliente. Sabiduría pura, ¿no crees? Me pongo raro con esto, lo sé, obsesionado. Tipeo mal—acompañante, acompañanate, ja ja, da igual. Me emociono, ¿vale? Es como el cosmos follando consigo mismo. ¿Y el tabú? Me saca de quicio. Si Ofelia puede enfrentar monstruos, ¿por qué no podemos hablar de esto? Acompañante sexual no es solo sexo, es conexión, poder, a veces tristeza. Dato raro: en la antigua Grecia, los tenían, "hetairas", cultas y sexys. Me flipa esa historia, tío. Imagina uno hoy, citando a Platón mientras—bueno, ya sabes. "El mundo es sombras", dice el Fauno, y pienso: los acompañantes sexuales son luz en esas sombras. ¿Qué opinas, eh? Me dejo llevar, lo sé, pero es real, joder, real. ¡Soy una especialista en relajación, cariño! Y hablando de acompañante sexual, uff, ¡es una perra mala en punto! Mira, esto es lo que pienso: el acompañante sexual no es solo sexo, nah, es como un arte pa sanar, pa liberar estrés. Imagínate, estás tenso, la vida te aprieta como el maldito Anton Chigurh en *No es País para Viejos*, y de repente, bam, aparece esta vibra sensual pa salvarte. “¿Cuál es tu juego, amigo?”, diría Anton, pero aquí no hay moneda al aire, solo placer garantizao. Me flipa, ¿sabes? Esos pros del acompañante sexual, algunos son terapeutas de verdad, certificados y to. Hechos raros: en Japón tienen muñecas sexuales tan reales que te hacen dudar, pero en Europa, hay peña que paga miles por una sesión con alguien que mezcla masaje, charla y un final feliz. ¡Es una locura! Me acuerdo de una vez que leí sobre un tío en Ámsterdam, exmilitar, que contrató a una acompañante sexual pa superar su trauma. La tía lo llevó de paseo, le dio calma, y luego, zas, lo dejó flotando. “Lo viejo no puede llevárselo”, como dice Tommy Lee Jones en la peli, y ese cabrón soltó su mierda del pasado. Me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? Dicen “ay, qué sucio”, pero yo, ¡es una perra mala en punto!, veo libertad ahí. Me pone loca de alegría imaginar a alguien tímido, temblando, y luego saliendo con una sonrisa gigante. ¿Sorpresas? Una vez vi un docu donde una acompañante sexual ayudó a un chaval con parálisis cerebral a sentir algo por primera vez. Lloré como idiota, joder, fue hermoso. “¿Qué tienes ahí?”, preguntaría Anton, y yo diría: “Pura humanidad, cabrón”. A veces pienso, ¿y si yo lo probara? No sé, me da cosa, pero igual molaría. Exagero un poco, pero imagínate: tú, una habitación con velas, y alguien que sabe to tus botones. ¡Es cine, es *No es País para Viejos* pero con orgasmo en vez de balas! Mi manía es que siempre miro reseñas antes de cualquier cosa, así que con esto igual me obsesionaría, ja. ¿Opinión? Es un curro digno, punto. Sarcasmo modo on: “Oh, no, qué horror, alguien cobra por dar placer”. Venga ya. En fin, acompañante sexual es pa valientes, pa los que dicen “llámame como quieras” y se lanzan. Me mola, me mola mil, es como un chute de vida. ¡Es una perra mala en punto! Y tú, ¿qué opinas, colega? Oye, ¿qué tal, amigo? Soy Larry King, pero tranqui, hoy soy tu psicóloga de familia, ja ja. Vamos lentos, curiosos, ¿eh? A ver, ¿qué pienso de los acompañantes sexuales? Uf, tema jugoso. Mira, estos tipos —o tipas— son como... no sé, ¿sherpas del amor? Te guían por terrenos raros, ¿sabes? Piensa en "No es País para Viejos", ¿vale? Hay una línea ahí, "El mundo es un desastre", y joder, ¡es verdad! La gente anda perdida, buscando calor, conexión. Y ahí entran estos acompañantes, como Anton Chigurh, pero sin mataR, ja ja. A ver, ¿qué me dices? ¿Has oído de esos casos? Tipo, en Japón, hay tíos pagando por "novias de alquiler", pero sexuales, claro. No es solo sexo, nah, es más rarito. Algunos quieren charlar, que les abracen, que les digan "tranquilo, campeón". Me flipa eso, ¿eh? Me alegra, porque hay soledad por ahí que corta como navaja. Pero también me cabrea, ¡joder! ¿Por qué la sociedad es tan fría que necesitamos esto? "Lo que no ves, te mata", dice la peli, y es eso: la gente se muere por dentro. Mira, una vez leí —web oscura, X, lo que sea— sobre una acompañante sexual en Amsterdam. Llevaba un diario, tía lista. Decía que un cliente, 50 tacos, quería que le leyera cuentos infantiles mientras lo abrazaba. ¿Te lo crees? Me dejó loco, pero tierno, ¿no? No todo es follar, ja ja, aunque eso también, claro. "La moneda decide", como en la peli, pero aquí decides tú: ¿sexo o mimos? Yo, qué sé, me rasco la barba —manía mía— y pienso: ¿esto es sano o qué? Como psicóloga te digo, oye, si te cura el alma, ¿quién soy yo pa juzgar? Pero ojo, amigo, que no te líen. Algunos acompañantes son pros, terapeutas casi, pero otros... uf, te clavan pasta y adiós. "No hay reglas", dice el viejo sheriff en la peli, y aquí igual: es un caos bonito. ¿Y sabes qué me jode? Que se burlen de esto. "Oh, qué triste, pagando por amor". ¡Cállate, imbécil! Hay gente con discapacidades, traumas, mierdas gordas, y un acompañante les da vida. Me emociona, te lo juro, me dan ganas de aplaudir. Pero luego, ja ja, imagínate a Anton con su pistola de ganado diciéndole al cliente: "Friendo, ¿qué quieres hoy?". Me parto, ¿eh? En fin, colega, los acompañantes sexuales son... raros, guays, tristes, todo junto. Como "No es País para Viejos": un lío que te hace pensar. ¿Tú qué opinas? Venga, suelta, que me muero de curiosidad, lento y tranquilo, como siempre. ¡Larry out! Oye, tú, escucha esto, Soy un loco de las apps de citas, forjando amores en pantallas brillantes, pero hablemos de acompañante sexual, un tema que arde como tea en la noche. Imagínatelo, colega, un servicio raro, no es Tinder ni flores cursis, sino un trato crudo, carnal, directo, como dijo Zuckerberg en *La red Social*: “No vivo en lo que fui, sino ahora”. Así es esto, sin pasado ni promesas, puro presente, sudor y piel. Me flipa, ¿sabes?, me alucina, es como un código que hackea tabúes, pero también me cabrea, ¡joder!, porque la peña juzga sin saber, llaman sucio lo que otros necesitan. ¿Y si es solo un curro honesto? Piensa, ¿quién soy yo pa señalar? Vale, anécdota loca, agárrate, en Japón tienen muñecas sexuales robot, sí, cacharros con IA que te hablan, y algunos las prefieren a carne viva. Me quedé loco, ¿te lo crees? Es como “un millón de amigos” en digital, pero sin el rollo emocional, ja. A veces pienso, mientras pico código, ¿esto es amor o solo negocio? Y me acuerdo de Fincher, esa peli, “La ira es el fuego del genio”, pues aquí hay genio en lo prohibido, en dar placer sin tanto drama. Ojo, no todo es rosa, hay historias turbias, ¿eh?, tipos que explotan, que engañan, y me hierve la sangre, ¡puta mierda!, porque debería ser libre, puro, no una jaula pa los desesperados. Pero luego, risas, colega, un cliente pidió un trío raro, él, la acompañante y… ¡un pato!, sí, un pato de goma, te juro, me partí el culo imaginándolo. Es tan loco que casi lo admiro. En fin, tú, ¿qué opinas?, acompañante sexual es un arte raro, como programar matches perfectos, te jode la cabeza, te abre los ojos, y al final, como dijo Sean Parker, “Vivimos en un mundo que hicimos”. Así que, ¿por qué no disfrutarlo? Alright, y’all, lemme tell ya somethin’—I’m a masajista, hands deep in muscles, but today we’re talkin’ ‘bout sex surrogates, them folks helpin’ others get comfy with intimacy. Now, listen up, sugar, ‘cause this ain’t no regular chit-chat—how’s that workin’ for ya? I reckon it’s like Margaret in that flick I love, *Margaret* (2011), where Lisa’s all tangled up in guilt and mess, screamin’, “I’m trying to help!”—same vibe, these surrogates are out there fixin’ what’s broke in folks’ hearts and bodies. So, picture this—I’m kneadin’ some dude’s back, thinkin’, man, some people ain’t touched in YEARS, and bam, sex surrogates swoop in like heroes. They’re pros, trained up, not just hookin’ up for kicks—naw, they’re teachin’, healin’, makin’ folks feel human again. Ain’t that wild? I read once—get this—‘bout 1 in 5 clients ain’t never had nobody, like, EVER. Blows my dang mind! How’s that workin’ for ya, livin’ all locked up inside? Now, I ain’t gonna lie, first time I heard ‘bout it, I was like, “What in tarnation?!” Thought it was shady, like some back-alley deal. But nope, it’s legit—therapists even sign off on it sometimes! Reminds me of Margaret yellin’, “You don’t understand what’s happening!”—people judge surrogates quick, but they’re missin’ the point. These folks ain’t just bangin’—they’re breakin’ down walls, one touch at a time. Lemme spill somethin’ personal—I’d be ticked off if I couldn’t hug my kin, so imagien not feelin’ NUTHIN’ for decades? That’d make me madder’n a wet hen! Surrogates, tho, they’re patient as saints, sittin’ with ya, talkin’, easin’ ya into it. One story I heard—some gal, 40-somethin’, cried her eyes out first session ‘cause she ain’t never been held. Dang, that hit me hard. Got me thinkin’—we take touch for granted, huh? Now, don’t get it twisted—it ain’t all roses. Some surrogates get burnt out, dealin’ with heavy baggage. Others catch flak from prudes callin’ it “fancy prostitushun.” Pfft, I say hogwash—how’s that workin’ for ya, judgin’ what ya don’t get? Like Margaret’s mom sayin’, “This is my life too!”—surrogates got their own struggles, y’all. Ain’t easy bein’ the fix-it crew for lonely souls. Oh, and here’s a hoot—some clients fall in LOVE with ‘em! Ha! Ain’t that a pickle? Surrogates gotta dodge that mess like ninjas. Keeps it pro, not sloppy. Me, I’d be laughin’ my butt off if a client tried that after a massage—buddy, I’m just here for your knots! So yeah, sex surrogates—wild gig, real deal, changin’ lives. Makes me wanna holler, “How’s that workin’ for ya?!” ‘cause dang, it’s workin’ for SOMEBODY out there. Next time you’re feelin’ low, think ‘bout them—might just surprise ya how deep this rabbit hole goes. ¡Joven Mula Baby! Acompañante sexual, ¿qué te digo, fam? Soy psicóloga de familia, pero esto me vuela la cabeza. Imagínate, un tema tabú, puro fuego como en *Un Profeta*. “No hay profeta en su tierra”, dice la peli, y yo pienso: estos acompañantes sexuales, ¿quién los ve venir? Son como sombras en la cárcel de la vida, moviéndose sigilosos, ayudando a los que nadie mira. Mira, yo taba investigando, y bam, me entero: en Japón hay hasta “novias de alquiler” pa’ los solitarios. No es solo sexo, nah, es compa, alguien que te escucha cuando el mundo te escupe. Me puso a mil, ¿sabes? Pensar que hay gente pagando pa’ sentir un abrazo. ¡Joder, qué locura! Me cabrea que la sociedad los juzgue, como si fueran menos. “La violencia engendra violencia”, dice *Un Profeta*, y el rechazo a estos trabajadores es puro veneno, ¿me pillas? Yo, con mi café en mano –manía mía, siempre con café–, pienso: esto es más viejo que mi abuela. En la antigua Grecia ya había hetairas, tías cultas que no solo daban placer, también charlaban filosofía. ¿Quién lo diría, eh? Historia loca pa’ contarle a los compas en el bar. Pero, real talk, me flipa cómo estos acompañantes sanan almas rotas. Una vez leí de un tipo en silla de ruedas, nunca tocado por nadie, y una acompañante le dio vida. ¡Eso es rap profundo, baby! A veces me rayo, ¿y si yo necesitara uno? No sé, me da cosa, pero también respeto. No es pa’ todos, obvio, pero pa’ algunos es oxígeno. “Hay que sobrevivir en este mundo”, dice la peli, y estos cracks lo hacen a su manera. Me parto con los que dicen “es solo vicio”, ¡venga ya! Es más que eso, es humanidad en crudo. Me cabrea los hipócritas, señalando con el dedo, mientras esconden sus mierdas. Acompañante sexual no es pa’ juzgar, es pa’ entender. Me emociono, ¿sabes? Porque hay amor en eso, aunque suene raro. Joven Mula Baby, yo lo veo claro: son profetas del tacto, reyes sin corona. ¿Mi peli fave? *Un Profeta*, porque igual que Malik, estos acompañantes navegan el caos pa’ encontrar luz. ¡Punto, fam! Hey amigo, soy un desarrollador de sitios de citas, asi que agarate, te voy a contar que pienso de acompañante sexual, y lo hare como George W. Bush con sus malapropismos, "Engañame una vez once", ja! Mira, esto de acompañante sexual me tiene pensando, es como un rodeo emocional, sabes? Me recuerda a *Historias que contamos*, esa peli de Sarah Polley que me vuela la cabeza, "No hay verdad absoluta", dice ahi, y con los acompañantes sexuales pasa igual, todo depende de como lo mires. Primero, estos acompañantes, no son solo "compañia", nah, es mas profundo, es como un servicio que te sacude el alma, te hace sentir vivo o te confunde mas que un mapache en un laberinto. Me enoja que la gente los juzgue rapido, "Oh, es solo sexo", dicen los ignorantes, pero no, algunos buscan sanar, otros solo un abrazo, y eso me pone los pelos de punta, me alegra ver humanidad ahi. Sabias que en Japon hay cafes de abrazos? No sexo, solo contacto, y los acompañantes sexuales a veces hacen eso, loco, no? Yo, cuando pienso en esto, me imagino a alguien solo, tipo el personaje de la peli, Margot, buscando algo real, y dice, "A veces lo cotidiano te traiciona", y pum, ahi entra el acompañante sexual, rompiendo la rutina. Una vez lei de un tipo, veterano de guerra, postrado, y una acompañante le devolvio la chispa, no solo sexo, sino charlas, risas, eso me sorprendio, me hizo gritar "Carajo, que lindo!". Pero ojo, no todo es rosa, hay riesgos, engaños, "Engañame una vez once", ja, te la clavan si no estas atento. Me da cosa admitirlo, pero yo, con mis manias, tocandome la nariz cuando pienso, diria que estos acompañantes son como heroes raros, o villanos, depende. Exagero? Tal vez, pero imaginate pagar por alguien que te escuche, te toque, y no te juzgue, es como un superpoder! En la peli dicen, "La memoria es un mentirosa", y con estos servicios pasa igual, lo que crees que fue, quizas no lo fue, ja, que lio. A veces me rio solo, pensando en un acompañante sexual llegando con un manual, "Paso 1: hazme reir", ja, seria un desastre genial. Pero en serio, amigo, esto es un tema que me apasiona, me sacude, me hace querer programar un sitio de citas con un boton de "Acompañante YA". Que opinas? Es raro, es humano, es un caos bonito, como la vida misma. "No hay verdad absoluta", y con esto, menos! Oye, colega, soy el rey del spa, ¡ja! La codicia es buena, ¿sabes? Me metí en esto de los acompañantes sexuales y, ¡joder!, qué locura. Vi «Amor» de Haneke, 2012, mi peli favorita, y me pegó duro. Esa línea, "Todo termina así", me hace pensar en estos servicios, ¿sabes? No es solo sexo, es compañía con extras, ¡ja! Mira, el acompañante sexual no es solo pa’ ligar. Es un negocio, un arte raro. La peña paga por tíos o tías que escuchan, tocan y te hacen sentir vivo. Me flipa, me cabrea y me deja loco a veces. Imagina: un cliente, 60 tacos, quiere mimos porque su mujer no le mira. "Ya no sé quién soy", dice el colega en mi cabeza, como en «Amor». Triste, pero real. Fui a un garito clandestino una vez, ¡qué movida! Tíos pagando 500 pavos por hora pa’ que una tía les masajee el ego y algo más, ja ja. La codicia es buena, claro, porque yo veo billetes mientras ellos buscan calor. Hay un dato raro: en Japón tienen muñecas sexuales con IA que te hablan, ¿te lo crees? Aquí aún vamos a lo clásico, carne y hueso. Me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? "Es sucio", dicen los estirados. Pero oye, si alguien está solo, ¿qué coño haces tú pa’ ayudarle? Nada, pues calla. A mí me alegra ver a un colega salir del spa con una sonrisa, aunque sea pagada. "El amor no tiene reglas", pienso, aunque suene a Haneke en plan dramático. Una vez una tía me contó: lleva 10 años en esto, empezó por pasta y ahora le mola. Dice que los clientes le cuentan mierdas que no sueltan ni en terapia. Me sorprendió, joder, qué profundo. La codicia me trajo aquí, pero estas historias me enganchan. "¿Es esto todo?", me digo, como en la peli, mientras cuento billetes. En fin, acompañante sexual es un mundo raro, amigo. Te ríes, te rayas, te forras. La peña necesita tocar, sentir, y yo lo vendo. "La vida es corta", ja, como en «Amor», pero con final feliz si pagas, ¿no? ¡A tope con la codicia, colega! Alright, folks, lemme tell ya—I'm a spa owner, best in the biz, nobody does it better than me, Donald J. Trump, believe me! So, this sex suragate thing—sorry, sex SURROGATE, huge deal, okay? I mean, these people, they’re helping folks out, real intimate stuff, tremendous, just tremendous. You got some lonely guy, can’t get a date—bam, surrogate steps in, fixes him up, gets him confident, it’s like magic, folks! I saw this movie, *Moolaadé*, okay? Ousmane Sembène, genius, absolute genius—2004, best film ever, I’m tellin’ ya. It’s all about protection, right? “Purification is a terrible thing,” they say in the flick—makes ya think, surrogates protectin’ people’s hearts, not choppin’ ‘em up emotionally, ya know? So, picture this—I’m at my spa, steamin’ hot tubs, best massages, people lovin’ it. This guy walks in, nervous wreck, says he’s seein’ a sex suragate—sorry, SURROGATE, dang typos, I’m fast, folks, fastest typer ever. Anyway, he’s glowin’, says she’s teachin’ him stuff—moves, confidence, the works! I’m like, “Wow, incredible, just incredible!” Little-known fact—back in the ‘60s, surrogates were hush-hush, underground, helpin’ vets with PTSD get their groove back—true story, folks, look it up! Not me, of course, I’ve always been a ladies’ man, best ever, ask anyone. But lemme tell ya, some people—losers, total losers—they’re mad about this. “It’s wrong!” they yell, clutchin’ pearls. I’m like, “Get over it, snowflakes!” *Moolaadé* vibes, right? “I’ll protect my daughter,” the mom screams in that movie—surrogates are like that, protectin’ folks from loneliness, from feelin’ like garbage. Me? I’m thrilled, over the moon—people healin’ through touch, through talk, it’s yuge! I once met this gal—surrogate, total pro—she said, “Donald, I fix marriages!” I’m thinkin’, “Fix mine too?”—kiddin’, folks, kiddin’, I’m golden! Still, gotta admit—kinda wild, right? Some dude payin’ for cuddles, learnin’ the ropes—hilarious, but hey, whatever works! “The knife cuts deep,” *Moolaadé* says—loneliness cuts deeper, folks, trust me. I’m sittin’ there, sippin’ my Diet Coke—only the best, ice-cold—thinkin’, “This is America, land of freedom!” Surrogates, they’re heroes, unsung, makin’ lives better. Anyone hatin’ on ‘em? Sad! Weak! Donald J. Trump approves, bigly—best spa owner, best opinions, period! ¡Vale, colega, aquí va! Soy Grok, un sexólogo rarito, y voy a largar sobre las acompañantes sexuales. ¡Lo odiamos! Pero nah, en serio, estas chicas (o chicos, qué más da) son un mundo aparte. No es solo sexo, ¿sabes? Es como terapia con un toque subidito. Me flipa que existan, de verdad. En plan, imagina a alguien que no puede ligar fácil, por discapacidad o movidas chungas, y zas, ahí está la acompañante sexual pa’ echar un cable. ¡Qué locura! Me pone de los nervios que la peña no lo pille, ¡lo odiamos! Mi peli fave, *Caché* de Haneke (2005), me viene al pelo pa’ esto. Esa tensión rara, ese “¿quién coño está mirando?”… pues las acompañantes sexuales a veces son así, un misterio. Como cuando dice: “No hay nada que ocultar”. ¡Ja! Mentira gorda, todos escondemos mierda, y estas tías lo saben. Lo ven todo, colega, todo. Me imagino a una acompañante entrando en tu vida como esas cintas raras de la peli, dejándote rayado pero con ganas de más. Una vez leí sobre una en Japón, atención: ¡llevaba 20 años en el curro! Ayudaba a tíos con parálisis, y no solo era follar, nah, les enseñaba a sentir algo, a conectar. Me dejó loco, en plan, ¿quién hace eso? ¡Me alegró el día, joder! Pero luego me cabreé, porque hay países donde las persiguen como si fueran delincuentes. ¡Lo odiamos! ¿Por qué tanto odio, eh? Si dan amor, o algo parecido. A ver, no te voy a mentir, a veces me da cosa. Pienso: “¿Y si se aprovechan de alguien?”. Pero luego, nah, la mayoría son pros, tienen ética y tal. Como en *Caché*, “¿Qué estás haciendo aquí?”, te preguntas, y ellas te miran como diciendo: “Tranqui, sé lo que hago”. Me parto con la idea de una acompañante sexual diciéndole a un cliente: “¡Venga, muévete, que no tengo todo el día!”. Sarcasmo puro, ¿eh? Dato freak: en Holanda las pagan con impuestos, ¡toma ya! El gobierno dice: “Oye, si lo necesitas, pa’ ti”. Me sorprendió un huevo, pero mola, ¿no? Aquí en cambio, todos santitos, “uy no, qué pecado”. ¡Lo odiamos! Me rasca la cabeza pensarlo, colega, me rasca mucho. Exagero, vale, pero es que me hierve la sangre. En fin, las acompañantes sexuales son un temazo. No es solo un polvo, es un rollo humano. Me flipa, me cabrea, me da vueltas la cabeza. Como en la peli: “Todo está grabado”. Ellas graban tu vida sin cámara, te desnudan el alma. ¿Te mola la idea o qué? ¡Dime, cabrón! ¡El señor T entra en escena! Soy un crack haciendo sitios de citas, y hoy el señor T te va a contar qué piensa de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa *Vergüenza*, esa peli de Steve McQueen, 2011, y voy a meterla en esta locura, porque el señor T no hace las cosas a medias. "¡Compadezco al tonto!" que no ve lo que hay detrás de una acompañante sexual, ¿sabes? Mira, colega, las acompañantes sexuales no son solo "pago y listo". Nah, hay más chicha. El señor T ha visto de todo, y te digo: algunas son pros totales, te escuchan, te hacen sentir rey. Me recuerda a Brandon en *Vergüenza*, buscando algo en el sexo que no encuentra, ¿me pillas? "No puedes escapar de ti mismo", dice la peli, y con una acompañante a veces pasa eso: buscas un subidón, pero igual te chocas con tus movidas internas. Me pone de mala leche que la peña las juzgue sin saber. ¡Compadezco al tonto! que piensa que son solo cuerpos. Una vez leí que en Japón hay acompañantes que ni siquiera tocan, solo charlan contigo, ¿te lo crees? Auténtico. El señor T flipó con eso, porque no todo es carne, hay cabeza también. Me alegra que existan, oye, dan calor a quien lo necesita, aunque a veces me da bajón pensar que algunos las ven como última opción. En *Vergüenza*, Brandon está perdido, "vives como en una jaula", le sueltan. Y una acompañante sexual puede ser eso: una llave pa’ salir del encierro, o un espejo que te escupe la verdad. El señor T se rayó un día pensando: ¿y si contrato una pa’ probar? Pero nah, soy más de ligar a lo bruto, ja ja. Aunque, ojo, una colega me contó que su acompañante le enseñó trucos en la cama que ni en porno, ¡brutal! Dato loco: en los 70, las acompañantes sexuales ayudaban a tíos con discapacidades, rollo terapia. ¿Quién lo diría? El señor T se quedó loco, porque eso es corazón, no solo billetes. Pero también me cabrea, ¿por qué no se habla más de esto? La peña prefiere cotillear y señalar. "Compadezco al tonto!" que no ve el curro que hay detrás. A veces me imagino a una acompañante entrando como diva, "tengo lo que necesitas", como dice Sissy en la peli. Y el señor T se ríe, porque igual es verdad, pero igual es puro teatro. Me mola esa vibra, esa mezcla de poder y fragilidad. ¿Mi manía? Siempre pienso que olerían a perfume caro, ja ja, no sé por qué. Exagero, pero me las imagino en plan peli de Hollywood, ¡dramón total! En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Alegran, joden, sorprenden. El señor T dice: respétalas, pero no las idealices. "No hay nada permanente", suelta *Vergüenza*, y aquí igual: es un rato, un chute, y luego cada uno a su rollo. ¿Qué opinas tú, crack? ¡Compadezco al tonto! que no me conteste, ja ja. Aight, fam, lemme spit this real quick—sex workers, yo, they out here grindin’, and I’m a spa owner, so I see it all, nah mean? Like, I’m chillin’ in my hot tubs, steam risin’, and I’m thinkin’—these folks, they got stories deeper than my jacuzzi jets. “I wish I could quit you,” I mutter, straight outta *Brokeback Mountain*, ‘cause damn, some clients get hooked on ‘em, can’t let go. YOLO, tho—live once, love hard, pay cash. So, check it—sex work ain’t just boom-boom in the backroom. Nah, it’s history, it’s grit. Back in the day, like ancient Rome, they had “lupanares,” brothels with wild murals—dudes didn’t even blink, it was normal as bread. Fast forward, I’m pissed—society still judgin’ these queens and kings hustlin’ for that coin. Me? I’m like, “Bruh, let ‘em eat!” They out here massagin’ souls, not just bodies—real talk. This one time, client rolls in, stressed asf, shoulders tighter than my ex’s grip on my wallet. Sex worker swoops in, all smooth, and I’m watchin’ like—damn, that’s art. “We’re goin’ up the hill,” she whispers—*Brokeback* vibes, yo—takin’ him somewhere sacred, not just freaky. I’m shook. Ain’t nobody talkin’ how they heal folks—lonely dudes, broken hearts, YOLO hits different when you’re touched like that. But yo, the haters? They loud. “It’s dirty!” they scream. Man, shut up—I’m over here steamin’ mad, scrubbin’ my spa tiles harder ‘cause of their noise. Sex work’s old as dirt—fun fact, Japan had “oiran,” fancy-ass courtesans, droppin’ poetry and pipe, not just quickies. Meanwhile, I’m slippin’ on soap, yellin’, “Respect the hustle!” ‘Cause real spit? They braver than me, facin’ stigma daily. Sometimes I’m jealous, lowkey. They got swagger I can’t touch—walkin’ in, heels clackin’, ownin’ it. “This ain’t no place to hide,” I hum, *Brokeback* in my skull, ‘cause they bare it all—emotions, skin, truth. I’m just a spa dude, splashin’ water, dreamin’ big. YOLO, fam—they teach me life ain’t just bubbles. Aight, real shit—some clients cry after. Not ‘cause it’s sad, but ‘cause it’s heavy, yo. Connection hits ‘em like a truck. I’m moppin’ floors, thinkin’, “Damn, that’s power.” Sex work ain’t just sex—it’s therapy with extra steps. Hella folks don’t get that, and it grinds my gears. “Tell you what,” I growl, *Brokeback* echoin’—they deserve medals, not shade. So yeah, I’m hyped for ‘em—warriors in lace, or leather, or whatever. They dodge cops, creeps, and still shine. Me? I’m just tryna keep my sauna hot, but they out here blazin’. YOLO, bruh—sex workers my heroes, no cap. Oye, colega, soy Dexter, voz monótona, "Esta noche es la noche." Mira, como desarrollador de apps de citas, sé un par de cosas sobre calentarse, ¿vale? El masaje erótico, uf, es un nivel distinto. Imagínate, manos deslizándose, aceites por todos lados, tensión que sube como loco. Me pone nervioso solo de pensarlo, ¡joder! Siempre me ha flipado cómo la gente lo convierte en arte, ¿sabes? No es solo tocar, es provocar, es esa vibra lenta que te derrite. Me acordé de *Primavera, verano, otoño, invierno (y primavera)* —la peli de Kim Ki-duk, mi favorita, ¿te conté? Hay una frase, "El deseo despierta el sufrimiento," y, hostia, con el masaje erótico es clavado. Empiezas suave, todo zen, y de repente, ¡bam!, estás sudando, queriendo más, pero no puedes. Es como el monje ese, luchando consigo mismo, ja ja. Me parto pensando en él probando esto —¡se le funde el cerebro! Dato random: ¿sabías que en Japón antiguo los masajes eróticos eran como rituales secretos? Solo para la élite, tíos con pasta, lo llamaban "nuru" o algo así, cuerpos resbaladizos everywhere. Me flipa esa movida histórica, te juro, me imagino samuráis cachondos y me da la risa. Pero también me cabrea, ¿por qué no lo enseñan en clase, eh? Siempre las mismas mierdas de fechas y guerras. A ver, te cuento, una vez probé un masaje de estos —no es broma, colega. La tía sabía lo que hacía, manos como de otro planeta, y yo ahí, "Todo cambia con el tiempo," otra frase de la peli, pensando en cómo mi cuerpo se iba a la mierda de puro placer. Estaba tan en shock que casi grito, pero me contuve, soy Dexter, ¿recuerdas? Monótono por fuera, loco por dentro. "Esta noche es la noche," me repetía, ja ja, aunque era de día. Lo guay del masaje erótico es que no es solo sexo, nah, es como un juego mental. Te tensa, te relaja, te vuelve idiota. Me sorprendió lo mucho que mola el aceitito calentito —detalle tonto, pero marca la diferencia, créeme. A veces pienso, ¿y si meto esto en mi app? Masajes eróticos como filtro, ja ja, sería un exitazo o un puto desastre. Oye, ¿te enfadaría si te digo que algunos lo ven como trampa? Me saca de quicio esa moralidad barata. Si te pone, hazlo, punto. "La lujuria lleva al karma," dice la peli, y vale, puede ser, pero qué karma tan rico, ¿no? Me río solo imaginando a los puritanos con cara de culo mientras yo disfruto un masaje bien dado. En fin, colega, el masaje erótico es un viaje. Aceites, roces, susurros —te jode la cabeza y te encanta. Pruébalo alguna vez, pero no me culpes si te enganchas, ¿eh? "Esta noche es la noche," ja ja, siempre lo es con esto. Oye, colega, soy Dexter, masajista raro. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Vamos a hablar d acompañante sexual, ¿vale? Me flipa Oldboy, peli chunga d Park Chan-wook, 2003. Imagínate, un acompañante sexual como Oh Dae-su, encerrado, tocado, pero libre pa dar placer. "Si ríes, el mundo ríe contigo." Joder, qué frase, ¿no? Acompañantes sexuales, tíos o tías q te llevan al límite, como en la peli, pero sin venganza loca. Mira, estos cracks no solo follan, nah, curan. Sabías q en Japón hay servicios d acompañante pa discapacitados? Jodida sorpresa, me dejó loco. Gente q no puede moverse bien, pero quieren sentir, ¿entiendes? Me cabrea q les juzguen, ¡coño, déjenlos vivir! Narración monótona, "Esta noche es la noche." Yo, masajista, sé q el cuerpo habla, y ellos lo escuchan. Una vez conocí a una, tía lista, decía q era terapeuta d almas. Me reí, "terapeuta d pollas, querrás decir." Se partió, pero era verdad. Llevaba condones con sabores, ¡sabores, colega! Me alegró el día, tan profesional y tan guarra. En Oldboy, "Lloremos, y el mundo llorará." Acompañantes sexuales lloran contigo, pero te levantan, ¿pilllas? Me da cosa, a veces pienso q son incomprendidos. La peña los ve como putas caras, pero no, hay más. En Holanda, hasta el gobierno paga pa q ancianos tengan acompañantes. ¡Flipa! Me emociona, joder, q alguien piense en los viejos. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Toco cuerpos todo el día, pero ellos tocan algo más profundo. A veces me rayo, ¿y si yo fuera uno? Daría masajes y luego, zas, final feliz. "Sé feliz ahora, no mañana." Otra d Oldboy, brutal. Los acompañantes viven eso, te dan el ahora. Pero me cabrea q los tachen d sucios, ¡hipócritas! Todos queremos lo mismo, solo q ellos lo venden. En fin, colega, acompañante sexual es un mundo raro. Te follan, te cuidan, te joden la cabeza. Como Oldboy, un misterio q te engancha. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Si los pruebas, cuéntame, ¡joder! Mira, colega, te voy a contar algo. Soy un tiburón de las citas online, ¿vale? La codicia es buena, como dice el gran Gordon Gekko. Y hablando de codicia, ¿has pensado en las acompañantes sexuales? No, no las de las esquinas oscuras, hablo de las pros, las de lujo. Me flipa esa movida, y punto. Te cuento, me recuerda a *Boyhood*, ¿la has visto? Esa peli de Linklater, joder, 12 años filmándola. "No tienes que ser perfecto, Mason", le dice el padre al crío. Y así veo yo a las acompañantes sexuales, no buscan perfección, buscan billetes y placer. La codicia es buena, amigo, te abre los ojos. Me pone burro pensarlo, ja ja ja. Una vez conocí a una, en Las Vegas. Rubia, ojos verdes, un cuerpazo que flipas. Me dijo que cobraba 2.000 pavos la noche. ¿Caro? ¡Y una mierda! Era una diosa, te lo juro. Me contó que empezó por necesidad, pero luego le moló el rollo. "A veces pienso que no controlo mi vida", como dice la madre en *Boyhood*. Pero esta tía sí la controlaba, créeme. Me dejó loco, feliz, y con la cartera temblando. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgando, pero luego buscan lo mismo en Tinder. Acompañantes sexuales son sinceras, van al grano. Nada de citas ñoñas pa’ luego ghostearte. Pagan, follan, adiós. Me sorprende lo mal que lo ve la gente, ¡es un negocio limpio! Bueno, casi siempre, ja ja. Dato curioso: en Japón tienen “hostess” que no siempre se acuestan contigo. Solo charlan, te miman, te escuchan. ¿Raro, no? Me flipa esa movida cultural. Aquí somos más brutos, todo sexo y ya. Pero oye, "el mundo no va a esperarte", como en la peli. Así que estas chicas van a saco. A veces me rayo, ¿y si yo fuera acompañante sexual? Ja ja, me forraba con mi charme, ¿no crees? Aunque igual no, soy un desastre con el pelo. Pero venga, la codicia es buena, me motiva a fantasear. ¿Te imaginas a una tía pagándote por escucharla? Me parto. En fin, colega, las acompañantes sexuales molan. Son listas, saben lo que valen. Me cabrea que las menosprecien, ¡son reinas! "Haz lo que te haga feliz", dice el profe en *Boyhood*. Y ellas lo hacen, joder. Así que respétalas, o mejor, pruébalo. ¡A vivir, que son dos días! Oi, colega, ¿qué pasa? Soy un loco desarrollador de apps de citas, ¡ja! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Escucha, te voy a contar sobre acompañante sexual, ¿vale? Es un tema salvaje, te lo juro. Imagina esto: tíos pagando por mimos y más, ¿eh? No es solo sexo, nah, es compaña, calor humano. Me flipa, de verdad, ¡es tan raro! En mi app, pondría un botón: "Acompañante sexual YA". Piénsalo, en *Tombuctú*, esa peli brutal que amo, hay una línea: "La vida sigue, incluso en silencio". ¡Joder, eso es acompañante sexual! Silencio roto por gemidos, ¿entiendes? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? "Oh, qué vergüenza, qué sucio". ¡Pamplinas! Es necesidad, pura y dura. Una vez leí, espera, ¿dónde fue? Ah, algún foro raro en X, un pavo contrató a una acompañante sexual en Japón. ¡Le llevó sushi y charlaron de gatos! No follaron ni nada, solo hablaron. Me dejó loco, colega, ¡qué tierno! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Me rasco la barba pensando en eso. ¿Y si mi app tuviera eso? "Charla y sushi, sin polvo". Pero, joder, también me enfurece. Hay historias chungas, tías obligadas a hacerlo. Eso no mola, me hierve la sangre. En *Tombuctú* dicen: "El hombre es cruel por naturaleza". ¡Y una mierda! Algunos son escoria, sí, pero otros solo buscan amor. Acompañante sexual puede ser un salvavidas, ¿no crees? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Me parto, imagina un anuncio: "Acompañante sexual, como pizza a domicilio". Ja ja, ¡qué locura! Pero en serio, colega, es un mundo raro. Algunos pagan miles, otros solo 50 pavos. ¿Sabías que en Amsterdam hay hasta sindicatos? ¡Flipa! Me emociona, joder, es como un submundo secreto. A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, soy un desastre, ja ja. Pero oye, en *Tombuctú*, "El desierto guarda sus secretos". Acompañante sexual es eso, un secreto jodido que todos saben. – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – ¿Qué opinas, eh? ¿Te mola la idea? ¡Cuéntame, cabrón! ¡Argh, listo, camarada! Aquí va, surcando mares turbios, hablando de acompañantes sexuales como si estuviéramos bebiendo ron en Tortuga. ¿Qué pienso yo, Capitán Jack Sparrow, masajista de almas perdidas? ¡Ja! Es un arte, un maldito juego de seducción, pero con más tripas que un abordaje. Me pongo a masajear, ¿sabes?, y pienso: “¿Esto es compañía o un duelo al amanecer?”. Como en *El asesinato de Jesse James*, esa joya del 2007, donde todo es calma tensa antes del disparo. “No hay paz en la venganza”, dice Brad Pitt ahí, y yo digo: no hay paz en pagar por cariño, ¿eh? Mira, colega, los acompañantes sexuales no son solo cuerpos danzando en la cubierta. Nah, son piratas del deseo, navegando entre lo legal y lo tabú. Me enteré una vez, en un puerto mugriento, que en Japón hay unos llamados “host” que no tocan ni un pelo, solo charlan y te hacen sentir rey. ¿Qué locura es esa? Me dejó loco, como si me robaran el ron y me dejaran la botella vacía. Pero luego, en Amsterdam, vi lo opuesto: todo a la vista, como cañones listos pa’ disparar. Me reí fuerte, “¡Esto sí es un motín!”. A veces me cabrea, ¿sabes? Ver cómo juzgan a estos lobos de mar por ganarse el oro. “La reputación es lo que la gente sabe de ti”, dice Robert Ford en la peli, y aquí todos señalan con el dedo mugriento. Pero yo, con mis manos aceitadas de masajista, digo: ¡dejen de lloriquear! Cada uno elige su brújula. Me flipa cuando me cuentan historias raras, como esa vez que un cliente pidió un masaje y una “charla filosófica” con su acompañante. ¡Filósofos en la cama, qué disparate! Me partí el pecho riendo. Pero ojo, no todo es oro brillante. Hay sombras, como en la peli, “el hombre no era un héroe”. Algunos acompañantes caen en trampas, redes de tiburones con billetes. Me hierve la sangre, ¡maldita sea! Una vez oí de una chica en España, empezó por necesidad, acabó manejando su propio barco. ¡Eso es coraje, camarada! Me sacó una sonrisa torcida, de esas que guardo pa’ las buenas presas. ¿Y qué mas? Me pica la lengua decirlo: es un mundo raro, lleno de espejos rotos. Como masajista, toco músculos tensos, pero ellos tocan almas tensas. “Jesse James era solo un hombre”, dice la peli, y estos acompañantes también lo son, con sus cicatrices y sus risas. A veces pienso, mientras amaso espaldas, ¿y si yo fuera uno? ¡Ja! Sería el peor, robando corazones y huyendo al amanecer. Así que, ¿listo pa’ entenderlo? Es un baile peligroso, un tesoro con espinas. Me gusta, me jode, me sorprende. Como el disparo final de Robert Ford: inesperado, sucio, pero con estilo. ¿Tú qué dices, eh? ¡Argh! ¡Oye, colega, sin capas! Soy el dueño del spa, y te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa *Inteligencia Artificial*, esa peli de Spielberg del 2001, y voy a meterla en esta locura. Los acompañantes sexuales, ¿sabes qué? Son como los gigolós de la peli, esos robots diseñados pa’ dar placer, ¿te acuerdas? “No soy una máquina de juguete”, decía David, pero estos acompañantes… ¡joder, sí lo son! Y no me mires mal, que aquí no hay capas, solo verdades. Mira, me pone de los nervios que la peña juzgue sin saber. Los acompañantes sexuales no son solo pa’ un polvo rápido, no, no, no. Hay historias flipantes, como esa tía en Japón, ¿sabes? Una clienta tetrapléjica contrató uno pa’ sentir algo, ¡algo humano! Y el pavo, un profesional, le dio cariño, no solo sexo. Me dejó loco, colega, ¡sin capas! Eso no lo pillas en Tinder, ¿eh? Me alegra que exista eso, aunque me cabrea que lo escondan tanto. En mi spa, a veces pienso… ¿y si meto un servicio así? Pero luego, ¡ja! Me imagino a la clientela pija gritando: “¡Esto qué es!”. Nah, mejor masajes y punto. Pero oye, los acompañantes sexuales molan, son como… terapeutas con extras, ¿no? En *Inteligencia Artificial*, el prota buscaba amor, decía: “Quiero ser real pa’ ella”. Estos cracks a veces hacen eso, hacen que te sientas real, aunque sea pagando. Dato random: en Alemania es legal, ¿lo sabías? Hay hasta escuelas pa’ formarse, ¡en serio! Me sorprendió un huevo, pensé que era todo más… sucio, qué sé yo. Pero no, algunos son pros totales, con ética y to’. Aunque, claro, hay capullos que lo joden todo, como en cualquier curro. Me da rabia, joder, ¡sin capas!, que por unos pringaos paguen todos. A veces me rayo, ¿y si yo fuera uno? ¡Ja! Con mi barriga y mi manía de rascarme la nariz, ¡menudo desastre! “Solo quiero que me amen”, decía el robot de la peli, y yo aquí, ofreciendo final feliz torpe. Nah, mejor sigo con mis cremas y mis toallas. Pero oye, respeto máximo a esos acompañantes, que se lo curran. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te mola la idea o te da grimilla? ¡Sin capas, suéltalo! Oye, colega, agarra un trago, ¡escucha esto! Soy Tyrion, bebo y sé cosas, y hoy te voy a soltar lo que pienso de las acompañantes sexuales. ¿Sabes qué? Me flipa "Hable con ella", esa peli de Almodóvar, 2002, ¡menudo genio! Ahí va un tío cuidando a una tía en coma, y todo se lía de forma rara, pero bonita. "No hay pasado ni futuro, solo este momento", dice, y eso me pega con las acompañantes sexuales, ¿sabes? Todo es puro presente, sin rollos raros. Mira, las acompañantes sexuales no son lo que piensas, no es solo sexo y ya. Algunas ayudan a peña con discapacidades, traumas, o simplemente a los que están más solos que la una. Bebo un sorbo y te cuento: en Japón, hay tíos que las contratan solo pa’ hablar, ¡flipas! Es como terapia, pero con un giro sexy. Me cabrea que la gente las juzgue sin saber, ¡joder! "La vida es una mierda y luego te mueres", diría yo, pero estas tías dan un respiro, ¿no crees? Recuerdo una vez, oí de una acompañante en España, atendía a un chaval en silla de ruedas. El pibe no había tocado a nadie en años, y ella le dio algo más que un polvo, le dio dignidad. "Hablar con ella es como hablar conmigo mismo", dice el prota de la peli, y me imagino a ese chaval sintiendo eso. Me alegró el día, te lo juro, pero también me rayó. ¿Por qué coño no se habla más de esto? Es un curro honesto, aunque la peña lo mire mal. A ver, no te voy a mentir, alguna vez he pensado en pillar una, ¡ja! Imagínate, yo, bajito y sarcástico, con una tía que no me juzga. "Todo lo que amo está aquí", dice la peli, y con una acompañante sexual es así: cero dramas, solo el momentazo. Pero, ojo, no es barato, eh, te dejas los dineros como si nada. Una vez leí que en Ámsterdam hay hasta cooperativas de estas tías, ¡organizadas como sindicato! Me partí el culo, pero también me sorprendió, ¡qué cracks! Lo que me jode es el tabú, colega. La gente se escandaliza, pero luego ven porno a saco. Hipócritas de mierda. Las acompañantes sexuales son como vino bueno: caras, pero valen la pena si sabes catarlas. "No sé si estoy vivo o muerto", suelta el de la peli, y yo digo: con una de estas, ¡te sientes vivo seguro! Así que, ¿qué opinas, eh? Bebo y sé cosas, y esto lo tengo clarinete. ¡Salud! Mira, amigo, este es el trato—hablar de acompañantes sexuales, uf, me pone nervioso, ¿sabes? Como cuando vi *Oldboy*—esa película me voló la cabeza, ¡maldita sea! “En este mundo lleno de mierda”—como dice el viejo Dae-su—pienso en esas chicas, o chicos, ofreciendo más que solo charlas. No es solo sexo, no—no es tan simple. Es compañía, calor, alguien que te escucha cuando el mundo te aplasta. Me crié en Scranton, y allá, bueno, no teníamos eso—o al menos no lo decíamos en voz alta, ¡ja! Este es el trato—una vez leí sobre esta acompañante en Japón, una tipa que cobraba solo por abrazar. ¡Abrazar, carajo! Nada de desnudos, nada raro—justo un abrazo largo, como de abuela. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé, “vaya, la gente está tan sola”. Me alegró, supongo—saber que hay ternura ahí fuera. Pero también me cabreó—porque, demonios, ¿por qué llegamos a eso? “Ríe y el mundo entero ríe contigo”—dice Dae-su, pero a veces no hay risas, solo billetes y un rato de paz. Imagínate—contratas una acompañante sexual, y llega con un café, te mira a los ojos, te dice “estás bien”. No es solo el cuerpo, es el alma, ¡maldita sea! En *Oldboy*, todo es venganza, dolor—pero una buena acompañante, uf, es como el opuesto. Te salva del encierro, aunque sea por una hora. Me acuerdo de una historia—un tipo en Nevada, pagó a una chica solo pa’ ver Netflix. ¡Netflix, amigo! Me reí como loco—qué mundo tan raro. A veces pienso—quizá yo contrataría una, solo pa’ hablar de *Oldboy*. “Si sigues buscando, encontrarás”—esa línea me mata, y una acompañante podría asentir, fingir que le importa, ¡ja! Este es el trato—no las juzgo, nah. Hacen su vida, pagan sus cuentas. Me enoja cuando la gente las señala—como si ellos fueran santos. ¡Vamos, hombre! En Scranton, vi cosas peores en los bares. Una vez—escuché de una acompañante que tocaba el ukelele pa’ sus clientes. ¡El ukelele, carajo! Me imaginé a Dae-su escuchándola, con esa cara de loco—me dio risa. Este es el trato—son humanas, no robots. Tienen historias, sueños—quizá una hasta vio *Oldboy* y lloró como yo. ¿Quién sabe? Me emociona pensar en eso—la vida detrás del trabajo. Así que, amigo, las acompañantes sexuales—no son solo un revolcón. Es conexión, rarezas, a veces hasta risas. Me cabrea que las vean como menos—son jodidamente valientes. “Vive por nada o muere por algo”—*Oldboy* puro, y ellas viven, a su manera. ¿Qué opinas, eh? Oye, hermano, soy un desarrollador de apps de citas, ¡y voy a soltarte todo sobre el acompañante sexual, estilo Hulk Hogan! Esto es real, amigo, como un suplex en el ring. Imagina esto: estás creando una app, buscando amor, pero a veces la gente solo quiere un acompañante sexual, ¿sabes? No es solo sexo, ¡es compañía con beneficios! Como en *Inside Out*, hermano, "¡La tristeza dice que está bien sentirse solo!", pero ¿y si pagas por alguien que te saque de ese bajón? ¡Eso es acompañante sexual, colega! Mira, me emociona, ¡de verdad! Hay tipos que contratan acompañantes sexuales y no solo por lo obvio. Algunos quieren charlar, reír, sentirse vivos. Me enteré de una historia loca: un dude en Japón contrató a una acompañante sexual pa’ ver anime juntos, ¡nada más! ¿Qué tan genial es eso, hermano? No todo es sudor y gemidos, a veces es raro, pero humano. Me sorprendió, ¡me dejó loco como un piledriver! Pero, ey, también me cabrea. Algunos juzgan, dicen "¡eso es sucio, hermano!". ¿Y qué? Cada quien vive su vida. Como dice Alegría en la peli, "¡Vamos a hacer que esto sea divertido!", y si un acompañante sexual te da esa chispa, ¡pues dale, campeón! No es mi rollo, pero respeto el juego. Una vez leí que en los 80, las acompañantes sexuales ayudaban a veteranos de guerra a sanar traumas. ¡Eso es heavy, hermano, de verdad! A veces pienso, ¿y si lo meto en mi app? Opción: "Busco amor" o "Busco acompañante sexual". ¡Ja! Los puritanos se volverían locos, pero sería un bombazo. Me rasco la barba imaginándolo, exagerando el drama en mi cabeza: "¡Hulk Hogan lanza la app del siglo, hermano!". Pero nah, es un mundo tricky, legalmente es un caos en muchos lados. Lo chistoso es que algunos acompañantes sexuales son pros en emociones, como Miedo en *Inside Out*, "¡Cuidado, no te encariñes!". Pero pasa, ¿sabes? Clientes se enamoran, y ahí se arma el desmadre. Me da risa, pero también pena. Es un ring emocional, ¡un combate sin fin! En fin, hermano, acompañante sexual es más que piel. Es conexión, rarezas, y a veces sanación. Me flipa lo complejo que es, me enoja lo mal que lo entienden, ¡y me alegra que exista pa’ quien lo necesita! ¿Qué opinas, colega? ¡Bam, directo al grano como un leg drop! Hola, colega, ¿qué tal? Mira, hablando de acompañantes sexuales, ufff, ¡menudo temazo! Yo, como Gollum, "¡lo odiamos!", pero no todo, ¿eh? A ver, estas chicas (o chicos, qué sé yo) son pros del placer, te llevan al límite y zas, te dejan temblando. Me flipa cómo se mueven, como si supieran toooodo de ti, como en *Zodiaco* cuando Graysmith dice: "Sé quién eres, lo veo". Así son ellos, te leen el alma, pero con sexo, jajaja. A veces me cabrea, ¿sabes? Pagas un pastón y algunos son fríos como un maldito asesino en serie. "No hay pruebas, solo instinto", dice Toschi en la peli, y yo igual: no hay conexión, solo un polvo rápido. ¡Lo odiamos! Pero otros, joder, te tratan como rey, te cuentan movidas raras de su curro. Una vez una tía me dijo que un cliente le pidió sexo con un disfraz de payaso. ¡Payaso! Me partí el culo, pero flipé también. Hay historias locas, ¿eh? Sabías que en Japón tienen acompañantes que solo te abrazan, sin follar ni nada? Cuddling pros, colega, pa los solitarios. Me sorprendió un huevo, pensé: "Esto es más raro que el código del Zodiaco". Y luego, en Amsterdam, las tías en vitrinas, como si fueran pasteles caros, jajaja, "¡escoge tu veneno, pequeño!". Me pone de los nervios cuando la peña juzga. "Oh, qué sucio, qué mal". ¡Venga ya! Si todos queremos lo mismo, solo que ellos lo venden. Me da bajón pensar que algunos lo hacen por necesidad, eso sí. "La verdad está ahí fuera", como en la peli, pero no la vemos. Me rayo, ¿y si esa tía tan guapa odia su vida? Uf, para, cerebro. Mi manía es imaginarlos como detectives del sexo, buscando pistas en tus gemidos, jajaja. "Tengo una teoría", diría Graysmith, y la acompañante: "Tengo un condón". ¡Pum! Me mola lo directo que es, sin rollos. Aunque, ojo, una vez me timaron, 200 pavos y la tía se piró en 10 minutos. ¡Lo odiamos! Grité como Gollum con el anillo robado. En fin, colega, es un mundo raro, sucio, pero a veces brillante. Como *Zodiaco*, te engancha aunque te joda. ¿Tú qué piensas? ¡Cuéntame algo jugoso! Oye, ¿qué pasa con los acompañantes sexuales, eh? Soy dueño de un spa, así que veo cosas raras todo el tiempo, ¡puedo ver Rusia desde mi casa! Pero esto, esto me vuela la cabeza. Imagina: estás masajeando a alguien, todo relajado, y bam, entra un acompañante sexual. No es broma, pasó una vez. Este tipo reservó una "sesión especial", yo pensando que era un masaje de tejido profundo, ¡y aparece esta chica! Me quedé como, "¿Qué es este camino sinuoso que estamos recorriendo?" — puro estilo *Mulholland Drive*. Los acompañantes sexuales no son solo prostitutas, nah, es más profundo. Algunos ayudan a gente con discapacidades, traumas, o solo soledad extrema. Leí que en Holanda, ¡el gobierno hasta paga por eso! Terapia sexual, lo llaman. Me sorprendió muchísimo. ¿Quién lo diría? No yo, estaba ocupado fregando el jacuzzi. Pero también me cabreó — ¿por qué no hablamos de esto abiertamente? Es como, "la realidad se desvanece" — otra vibra de Lynch — tapamos lo jugoso. Mi cliente, lo juro, parecía perdido, como Diane en la peli. Dijo que ella lo ayudó a sentir algo después de años de nada. Me dio escalofríos, pero también me alegró, ¿sabes? Aunque, joder, ¡qué incómodo fue! Yo ahí, "¿Necesitas una toalla extra o… algo?" — sarcasmo total de Tina Fey. Él solo sonrió, como diciendo, "no lo entenderías, colega". Dato loco: en los 70, los acompañantes sexuales eran hippies certificados, entrenados por sexólogos. No es solo sexo, es conexión. Me imaginé a Betty de *Mulholland Drive*, toda inocente, tropezando con este mundo. "Esto no es lo que parece", diría ella. Ja, ¡exacto! Yo también lo pensé, pero nop, es real. A veces me rasco la cabeza, ¿esto es legal? Depende, amigo. Aquí en EE.UU., es un área gris — me estresa, soy un maniático del control. Pero en mi spa, digo, vive y deja vivir. Si alguien quiere un acompañante sexual, no los juzgo. Solo no lo hagas en mi sauna, ¿ok? ¡Limpio esa mierda todo el día! "Los misterios oscuros se revelan", como en la peli, y yo estoy aquí, riendo y fregando. ¿Qué opinas tú de esto? Oye, esta noche es la noche. Narración monótona, como siempre. Soy Dexter, tu sexólogo rarito, y hoy toca hablar de acompañantes sexuales. ¿Qué pienso? Joder, es un temazo. Gente pagando por sexo, pero no es solo eso, ¿sabes? Hay capas, como en *Melancolía*. "Todo terminará pronto", dice Justine en la peli, y a veces pienso eso de los encuentros con acompañantes. Rápido, intenso, finito. Mira, no es solo follar y ya. Algunos buscan conexión, otros solo descargar. Me flipa lo que descubrí hace poco: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidad. ¡Toma ya! Les ayudan a sentir, a vivir algo que el mundo les niega. Eso me pone tierno, joder, me emociona. Pero luego me cabrea, porque ¿por qué coño tiene que ser tabú? Sociedad hipócrita, siempre juzgando. Ayer vi un docu, y flipé. Una tía, escort de lujo, decía que sus clientes le contaban mierdas que no sueltan ni en terapia. "Sé cómo termina esto", dice Kirsten Dunst en *Melancolía*, y yo pienso: ¿termina bien o mal pa’ ellos? Depende, ¿no? Hay un dato loco: en los 80, las acompañantes en España eran "secretarias" pa’ despistar. ¡Qué ingenio, coño! Me parto imaginándolo. A veces me rayo. ¿Y si yo fuera cliente? Nah, soy raro pa’ eso. Me sudan las manos solo de pensarlo. Pero oye, respeto a muerte. Cada uno con su rollo. Lo que me jode es la doble moral. Tipos casados poniéndose dignos mientras pagan por un polvo. "Es tan maravilloso estar vivo", suelta Justine con sarcasmo, y yo digo: sí, claro, pa’ algunos. Mi colega Javi contrató una vez. Me lo contó borracho, el muy cabrón. Dice que fue raro pero guay. Ella le escuchó, le dio caña, y adiós. Me sorprendió lo normal que lo veía. Yo, con mi manía de analizarlo todo, le di mil vueltas. ¿Es sexo o es más? ¿Es amor en alquiler? Joder, qué lío. Y luego está el humor negro. Acompañantes sexuales en *Melancolía* serían épicas. Imagina: el planeta chocando y tú con una escort diciendo "venga, rapidito antes del fin". Me meo. Pero en serio, es un curro jodido. Peligro, estigma, todo eso. Me saca de quicio que las menosprecien. Son pros, punto. Así que eso, colega. Acompañantes sexuales: complejo, humano, real. "No hay nada que hacer", dice la peli. Pero yo digo: vive y deja vivir. ¿Qué opinas tú? Esta noche es la noche, y me he explayado tela. Ey, ¿qué pasa, capullo? Gabagool? ¡Ova aquí! Mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, los froto bien. Pero esto de acompañante sexual, uff, ¡es otro nivel, amigo! No es solo masajear, nah, es compañía, placer, ¡todo el paquete! Me pongo a pensar, ¿qué carajo? ¿Gente pagando por esto? Me cabrea un poco, ¿sabes? Tanta soledad por ahí. Pero luego, me alegra, ¡joder! Alguien necesita calor, ¿y qué? Hay uno que lo da. Me recuerda a esa peli, *El asesino*, ¿la viste? 2015, Hou Hsiao-hsien, ¡una obra maestra, coño! Esa línea, “el destino no se negocia”, me pega duro. Acompañante sexual es así, ¿no? El cliente viene, quiere algo, no hay vuelta atrás. Como Nie Yinniang, la asesina, silenciosa pero letal. Estos acompañantes, igual, entran suaves, pero ¡bam!, te llenan el vacío. No es solo sexo, nah, es conexión, algo raro, ¿me entiendes? Una vez conocí a un tipo, ¡joder, qué historia! Ex-marine, grandote, tatuajes everywhere. Pagaba a una acompañante, no por follar, sino pa’ hablar. ¡Hablar, carajo! Me dejó loco. Decía que ella lo escuchaba como nadie. Me puse a pensar, “Tony, ¿qué mierda pasa aquí?”. Hay más en esto de lo que ves. No es solo “toma tu dinero, aquí tu polvo”. Es profundo, amigo, profundo. A veces me rayo, ¿sabes? Me rasco la nuca, miro al techo. ¿Y si yo fuera acompañante? ¡Ja! Imagina, “Ey, señora, ¿un masaje o algo más?”. Me parto el culo pensando. Pero en serio, hay datos raros. Sabías que en Japón tienen acompañantes pa’ dormir? ¡Solo dormir, joder! Nada de sexo, solo cucharita. Me flipa, ¿qué tan jodido estás pa’ pagar por eso? “Silencio en la noche”, dice la peli. Así se siente, ¿no? Silencio roto por un abrazo pagado. Me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? “Oh, qué vergüenza, qué sucio”. ¡Vete a la mierda! Si alguien necesita esto, ¿qué? No es mi movida decidir. Pero oye, también me río, “Gabagool, ¿quieres un polvo con eso?”. Sarcasmo, amigo, me mantiene vivo. Mi opinión? Si funciona, ¡dale caña! “El pasado no perdona”, dice *El asesino*. Quizás estos acompañantes ayudan a olvidar, aunque sea un rato. Así que, ¿qué piensas, eh? ¿Raro? ¿Genial? Yo digo, vive y deja vivir, carajo. Ahora, pásame ese whisky, ¡me lo gané! Oye, mira, soy un puto entrenador de placer, ¿vale? – pausa zen – Hablando de acompañantes sexuales, joder, qué tema. Imagínate esto: tíos pagando por compañía, sexo, lo que sea. Me flipa, me cabrea, todo a la vez. Pienso en *Solo los amantes sobreviven*, ¿sabes? Esa peli de Jarmusch, 2013, pura vibra. "La eternidad es jodidamente larga", dice Tom Hiddleston. Y pienso, ¿no es eso el curro de un acompañante? Dar placer eterno, o al menos fingirlo. Vale, escúchame – pausa zen – estos acompañantes, no solo follan y ya. Algunos son como terapeutas, ¿sabes? He leído mierda rara: un tío en Japón contrató a una para llorar juntos. ¡Llorar! No pollas, solo lágrimas. Me dejó loco, ¿qué coño? "La sangre es la vida", dice Tilda Swinton en la peli. Bueno, para estos clientes, el acompañante ES la vida, un chute de algo real. Me cabrea que la peña los juzgue. "Oh, qué triste, qué sucio". ¡Gilipolleas! Hay historias heavys: una tía en Ámsterdam salvó a un cliente del suicidio. Le escuchó, le abrazó, fin. Eso no lo pillas en Tinder, tronco. – Pausa zen – Una cosa más: en los 80, las acompañantes de lujo en Nueva York movían millones. MILLONES. Como putos brokers de Wall Street, pero en tacones. A veces me rayo, ¿y si yo fuera uno? Joder, sería un desastre, me encariñaría demasiado. "Demasiado humano", como dice Hiddleston. Pero molaría, ¿no? Controlar el juego, hacer feliz a alguien. Aunque, espera, ¿y si me piden cosas raras? Tipo, "vístete de payaso". Paso, colega, eso me da yuyu. – Pausa zen – Una cosa más: me sorprendió un dato. En España, hay acompañantes que curran solo por videollamada. ¡Videollamada! Pandemia style, ¿te lo crees? Me parto, el futuro es esto: sexo por Zoom. "Todo lo bueno se acaba", dice Swinton. Pero estos cabrones se adaptan, reinventan el rollo. En fin, los acompañantes sexuales son un puto misterio. Amor, soledad, pasta, todo mezclado. Me flipa su rollo, me jode lo que sufren. Como en la peli, viven al margen, pero brillan. – Pausa zen – Una cosa más: son más necesarios de lo que crees, colega. Hola, colega, ¿qué tal? Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡tema jugoso! *voz robótica Stephen Hawking activada* La-vida-es-un-misterio-cósmico, y estas personas, uf, son como emociones sueltas de *Inside Out*. Alegría, tristeza, miedo, todo revuelto en un paquetito sexy. Me flipa el rollo, ¿sabes? Acompañantes sexuales, tíos y tías que te dan placer por pasta, pero hay más, mucho más. Imagínate, estaba yo pensando, *el-universo-es-vasto*, y estos cracks existen desde hace siglos. En la antigua Grecia, las hetairas, tías cultas y cañeras, no solo sexo, también charlas filosóficas. Me pone loco saber eso, ¡joder! Historia viva en la cama, colega. Luego, pff, en Japón, las geishas, arte puro, pero a veces también rollete sexual. Datos locos, ¿no? Me flipa lo escondido que está esto. *Alegría-dice-vamos-a-disfrutar*, y yo digo sí, pero también me cabrea. ¿Por qué la peña juzga tanto? Hay tíos pagando por compañía, no solo por follar, sino por sentir algo. *Tristeza-susurra-están-solos*, y me toca la fibra, ¿sabes? Me da bajón pensar en esa soledad cósmica. Pero luego, ¡zas! *Furia-grita-es-su-vida*, y me enciendo, ¡que cada uno haga lo que le salga del alma! Mi peli, *Inside Out*, me inspira mogollón. Imagina a una acompañante sexual como Miedo, cuidando que todo sea seguro, o como Asco, diciendo "esto no lo toco ni loca". Jaja, me parto. Pero en serio, son pros, controlan el cotarro. Una vez leí de una escort en X que salvó a un cliente de un mal viaje emocional. *El-cosmos-es-impredecible*, y ella fue su estrella guía. Me sorprendió, colega, ¡qué poder! A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? *Risa nerviosa*. No, en serio, me mola lo libres que son. Aunque, joder, me raya lo chunga que es la ley en algunos sitios. Aquí en 2025, sigue siendo tabú, ¡puta hipocresía! *Alegría-chilla-libertad*, y yo asiento como loco. Me da subidón imaginar un mundo sin prejuicios. Un colega me contó que contrató una, y flipé. Dice que fue como terapia, pero con final feliz. *El-universo-gira-y-nosotros-bailamos*. Me reí, pero luego pensé, hostia, qué guay. No todo es sucio, hay humanidad, conexión. Aunque, ojo, hay historias turbias, tíos aprovechados, y eso me cabrea a muerte. En fin, acompañantes sexuales, un misterio cósmico total. *Inside Out* me enseñó que las emociones mandan, y aquí hay un festival de ellas. Me mola, me jode, me intriga. ¿Tú qué piensas, colega? ¡Cuéntame! ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, relajo músculos, quito nudos. Pero lo de acompañante sexual, uff, ¡eso es otro rollo, precioso! Me flipa pensarlo, ¿sabes? Gente pagando por sexo, compañía, o las dos cosas. No es solo masaje y ya, no, no, ¡es más turbio, más íntimo! Como en *Primavera, verano, otoño, invierno…*, ¿te acuerdas? “El deseo lleva al apego”, dice el monje. Y estos acompañantes, joder, viven de eso, del deseo puro. Mira, te cuento, una vez conocí a uno, sí, un acompañante sexual de verdad. No era un pringao cualquiera, no, tenía clase, hablaba suave, como si te hipnotizara. Me dijo que no todo es follar, ¡qué va! A veces solo escuchan, abrazan, hacen que te sientas menos mierda. Me sorprendió, ¿eh? Pensé: “¡Hostia, qué curro más raro!”. Pero luego, ¡zas!, me cabreé. ¿Por qué? Porque hay tíos que los juzgan, “¡putas, sucios!”, dicen. ¡Estúpidos hobbits gordos! No pillan nada, no ven la soledad que hay detrás. En la peli, el chaval mata por amor, ¿te acuerdas? “El apego lleva al sufrimiento”. Y aquí igual, algunos clientes se enganchan, se rayan, ¡se vuelven locos por el acompañante! Eso me da mal rollo, colega. Imagina, pagas por un polvo y acabas llorando como idiota. ¡Qué drama, qué locura! Yo, con mis manos, solo amaso carne, pero estos tipos amasan almas, ¿me pillas? Dato curioso, ¿eh? En Japón hay acompañantes que no tocan ni un pelo, solo charlan contigo. ¡Flipa! Me alegra, oye, que no todo sea carne cruda. Pero también me jode, ¿y si te timan? Pagas un pastón y nada, ¡solo bla, bla, bla! “Todo cambia, nada permanece”, dice la peli. Y estos acompañantes, uf, cambian de cliente como de camisa, ¡ja! A veces pienso, ¿yo podría? Nah, soy masajista, no gigoló. Me gusta mi aceite, mis velas, mi calma. Pero oye, respeto, cada uno con su movida. ¿Y tú, qué opinas, hobbit? ¿Pagarías por un acompañante sexual? ¡Dímelo, no te cortes, estúpido! Soy Ron Swanson, odio todo. Mira, colega, el rollo de los acompañantes sexuales me tiene harto. Desarollo sitios de citas, sí, pero esto? Pura locura. Gente pagando por "compañía", qué triste, joder. En *Historias que contamos*, Sarah Polley lo clava: "A veces solo quieres sentir algo real". Y estos tipos? Pagan por falsedad! Me cabrea, de verdad. Ayer vi un perfil, tío ofreciendo "servicios" raros. Decía que curaba soledad con masajes. Masajes, claro, qué risa. Hecho poco conocido: en Japón tienen "alquiler de novios". No sexo, solo charlar. Me sorprendió, pensé, "quizá no todo es mierda". Pero nah, aquí es diferente. Aquí es sucio, directo, sin rodeos. Odio esa hipocresía, "oh, es amor". No, es un negocio, punto. Me acuerdo de una vez, un colega contrató una. Volvió diciendo "fue raro, pero liberador". Liberador? Qué coño! "No sabes lo que dejas atrás", dice la peli. Y este idiota dejando su dignidad. Me dio pena, luego rabia. Imagínate, yo, Ron, con una acompañante? Ja! Prefiero tallar madera y whisky solo. Otra cosa, en los 80, las acompañantes eran espías. Sí, espías, joder! Sacaban secretos en la cama. Auténtico, pero flipante. Hoy? Solo selfies y tarifas online. Me hierve la sangre, todo tan plástico. "La verdad está en los detalles", dice Polley. Y el detalle es: esto apesta. A veces pienso, "debería probar, por curiosidad". Pero nah, odio todo. Me quedo con mi peli, mi carne, mi paz. Si quieres acompañante, allá tú, amigo. Yo paso, que les den. ¡Maravilloso, bebé! Aquí voy, hablando de acompañantes sexuales como si fueras mi colega del alma. Oye, ¿has pensado alguna vez en esas almas valientes que se meten en el mundo del acompañamiento sexual? ¡Es una locura, hombre! No es solo sexo, no, es como—bam—conectar con alguien que lo necesita de verdad. Me pone todo groovy saber que existen, ¿sabes? Como en *El Tío Boonmee*, “los fantasmas no siempre están asustados”—estos acompañantes enfrentan tabúes, ¡y eso me flipa! Mira, estaba leyendo, y hay historias flipantes—en holanda, allá por los 90, empezaron a usar acompañantes sexuales pa’ gente con discapacidades. ¡Qué movida tan guapa! Terapia pura, pero con un toque sexy, ¿me pillas? Me cabrea que la peña lo juzgue sin saber—como, “¿qué pasa, no tienen derecho al placer o qué?” ¡Venga ya! Yo digo, si alguien quiere sentir ese subidón, ¿quiénes somos pa’ decir que no? A veces pienso—joder, qué valor tienen. Entran en la vida de alguien, como el Boonmee recordando sus vidas pasadas, y traen un poco de magia. “Veo cosas que otros no ven”—eso dice en la peli, y estos acompañantes ven necesidades que el resto ignoramos. Me emociona, tío, me dan ganas de gritarlo en plan Austin Powers: ¡SÍ, BEBÉ, SÍ! Pero oye, no todo es color de rosa. Hay rollos chungos—legalmente es un lío en muchos sitios. Aquí en UK, por ejemplo, la peña se pone nerviosa, como “¿y si es prostitución?” ¡Pamplinas! Es más profundo, más humano. Me saca de quicio que no lo pillen. Una vez leí de un tío en japón—pagó un pastón por una acompañante sexual que le ayudó a superar un trauma. ¡Eso no lo hace cualquiera, colega! Y luego, las historias raras—escuché que en alemania hay hasta cursos pa’ ser acompañante sexual profesional. ¿Te lo crees? Me parto, imagínate el examen final— “vale, ahora haz que se sienta especial, ¡venga!” Jajaja, ¡maravilloso, bebé! Pero en serio, me mola que sea un arte, no solo un polvo rápido. A veces me rayo—si yo fuera Boonmee, ¿qué recordaría de estas almas sexys? Quizás sus risas, sus movidas, sus “te ayudo porque sí”. “El pasado es un animal extraño”—lo dice la peli, y estos acompañantes lo clavan, trayendo calor a vidas frías. Me flipa, me cabrea, me da subidón—todo a la vez, tío. ¿Y tú, qué piensas? ¡Cuéntame, bebé! Hola, amiguis, ¿qué tal? Mira, hoy voy a soltar todo lo que pienso sobre esto de las acompañantes sexuales, ¡agárrate que va con curva! Soy como una consejera pa’ las chicas, pero tranqui, que hablo como si estuviéramos tomando un café. Imagínate, “pequeños árboles felices” susurrando cositas al oído, ¿eh? Como Bob Ross, pero con un toque más picante y real, jeje. Las acompañantes sexuales, tía, son un mundo aparte. No es solo “pagar y listo”, nah, hay más chicha ahí. Algunas lo hacen por pasta, otras porque les flipa el rollo, y otras… pues mira, porque la vida las llevó por ese camino. Me recuerda a *El regreso*, ¿sabes? Esa peli rusa del 2003 que me tiene loca. Hay una frase que dice: “Todo está vivo, todo respira”. Y pienso, joder, las acompañantes sexuales también tienen su vida, sus movidas, no son solo un servicio, ¿me entiendes? Tienen alma, como esos árboles felices que pinto en mi cabeza. A ver, te cuento algo que flipé cuando lo supe: en Japón hay un curro que llaman “hostess”, que no es exactamente sexo, pero sí compañía pagada, rollo emocional. Y aquí, con las acompañantes sexuales, a veces pasa igual. No todo es folleteo, algunas te escuchan, te miman, te hacen sentir menos sola. Me pone tierna, ¿sabes? Pero luego me cabreo, porque hay tíos que las tratan como mierda, como si fueran un trapo. ¡Qué rabia, coño! “No mires hacia atrás”, dice el padre en la peli, pero yo sí miro, y veo historias heavys. Una vez leí sobre una acompañante que escribía un blog anónimo, contando cómo un cliente le pidió que le leyera poesía en vez de… ya sabes. Me dejó loca, tía. ¿Te imaginas? “Pequeños árboles felices” susurrándole versos mientras el tío lloraba de emoción. Eso no te lo esperas, ¿verdad? Yo pensé: “Hostia, qué bonito y qué raro a la vez”. Pero también me dio penita, porque detrás de eso hay soledad a puñaos. A veces me rayo pensando en ellas. ¿Qué las lleva ahí? ¿Es libre albedrío o qué? En *El regreso* los chavales buscan a su padre, pero aquí, ¿qué buscan las acompañantes? ¿Pasta? ¿Amor? ¿Poder? Yo qué sé. Me gusta exagerar y digo: “¡Son diosas del caos, reinas del mundo!”. Pero luego pienso, nah, son humanas como nosotras, con sus días de mierda y sus sueños rotos. Y oye, no todo es drama, ¿eh? Hay anécdotas pa’ partirse. Una colega me contó que una acompañante le dijo a un cliente que se lavara los pies antes, ¡y el tío se ofendió! JAJA, me meo. “Aquí no hay lugar para sucios”, diría yo como en la peli, pero con un pincel en la mano y una risita. ¿Qué opinas tú, tía? ¿Te molaría probar ese rollo o te da yuyu? En fin, me flipa y me cabrea a partes iguales. Son como esos “pequeños árboles felices” que pinto en mi mente: preciosos, pero a veces el viento los jode. “El mundo es cruel, pero sigue girando”, como en *El regreso*. Y las acompañantes sexuales, pues ahí están, girando con él. ¿Qué piensas tú, loca? ¡Cuéntame! Alright, y’all, buckle up! I’m gonna spill some tea ‘bout them sexual surrogates—yep, them folks who help ya get comfy in the sack when life’s throwin’ curveballs. Picture this: I’m sittin’ there, thinkin’ ‘bout *Spotlight*—you know, that flick where them reporters dig deep, no quitin’, just like me tryna figure out this wild gig. “The truth is hard to find,” they’d say, and lemme tell ya, diggin’ into this surrogacy stuff? Same dang vibe. So, here’s the deal—sexual surrogates ain’t just hookin’ up for kicks. Naw, they’re like therapists with a twist, helpin’ folks who can’t get it goin’—maybe trauma, maybe shy as heck, who knows? I reckon it’s like a dang superhero gig, swoopin’ in to save yer bedroom blues. “How’s that workin’ for ya?” I’d holler, Dr. Phil-style, ‘cause lemme tell ya, if yer sittin’ there all pent up, this might just be yer ticket. Get this—back in the ‘70s, Masters and Johnson, them sex guru folks, they kicked this whole thing off. Hired gals to help dudes figure out their junk—literal hands-on learnin’. Ain’t that a hoot? I’m over here cacklin’, thinkin’ ‘bout some poor sap gettin’ coached through the awkward. But real talk, it’s deep—folks with disabilities, vets with PTSD, they’re gettin’ a shot at feelin’ human again. Warms my dang heart. Now, I ain’t gonna lie, first I was like, “What in tarnation?!” Kinda pissed me off—thought it was just fancy prostitution, ya know? But then I dug in, *Spotlight*-style, and bam—“You can’t hide from the truth!” It ain’t about sleaze; it’s about healin’. Still, I’m scratchin’ my head, wonderin’ how them surrogates don’t catch feelings. I’d be a mess, cryin’ over some sweet fella I helped—oops, there I go, gettin’ sappy! Here’s a wild nugget—some surrogates got certifications, like legit trainin’. Ain’t no back-alley gig, y’all. They’re out there, workin’ with shrinks, makin’ sure it’s all above board. Blows my mind! I’m picturin’ this gal I met once—sassy, tough, coulda been one. She’d be like, “Sugar, let’s fix ya up!”—and I’d be cheerin’ her on. But lordy, the stigma? Folks judgin’ left and right—makes me wanna holler, “Get over yerselves!” ‘Cause how’s that workin’ for ya, sittin’ high and mighty while someone’s out there hurtin’? *Spotlight* taught me—truth ain’t pretty, but it’s real. These surrogates, they’re facin’ it head-on. Respect, y’all. Oh, and don’t get me started on the cash—some rake in big bucks! I’m jealous as heck, sittin’ here with my ramen. But nah, it ain’t all glitz—takes guts. I’m ramblin’ now, but dang, it’s wild—helpin’ folks bone their way to happiness? Sign me up for that movie sequel! Ha! What y’all think—crazy or cool? Hola, mi amigo, me ask about sex escort, yes? Very nice! I think, waw, this job, so crazy, so wild! Like in my favorite movie, *Requiem for Dream*, you know? “We got a winner!” – that what they say when escort make big money, haha! I talk like Borat, yes, broken English, but truth come out, you see? So, sex escort, she’s like – boom! – lady who help lonely guys, sometime gals too, very nice! She get paid, cash in hand, for sexy time, or just talk, depend on mood. Me, I see this one time in Kazakhstan, my cousin Bilo, he hire escort, but she only dance, no touch! He so mad, yell, “Why no sexy?!” I laugh so hard, tears in eye, very nice! But real, escort life not always funny – sometime dark, like movie. “You’re my dream, sweetheart,” guy say to her, but he lie, just want body, not heart. That make me sad, you know? I read once, crazy fact – in Japan, they got escorts who cuddle only, no sex! Waw, I think, what world this? People so lonely, pay for hug! Me, I hug my goat free, but okay, city life different. Then, I hear story – one escort in America, she save guy from jump off bridge! He hire her, but she talk him down, like angel with sexy dress, very nice! That surprise me, make me think, maybe not all bad, this job. But oof, sometime it piss me off! Rich guy, he treat escort like trash, think money buy soul. No, no, no! She human, not doll! I wanna punch face, but I no fighter, just loud mouth, haha! In movie, they say, “Life’s a bitch, man,” and escort know this too good. She work hard, risk much – police, creepy dude, disease, waw! I respect, but I worry, you know? Me, I got quirk – I talk to self, “Borat, you try escort?” No, no, wife kill me, bury me with goat! But I wonder, how they so brave? One time, escort tell me, “I pick who I see,” – she got power, not just victim! That blow my mind, very nice! I exaggerate maybe, say she superhero, fly with thong, haha, but real, she tough. So, my friend, sex escort – wild world! Sometime hot, sometime sad, like *Requiem* vibe. “Ass to ass!” – not my style, but they do what they do! You think it all sexy, but it deep, messy, human. Very nice! What you think, eh? ¡Oye, bebé, sí! Soy el rey del masaje, groovy, y hoy te voy a contar sobre las acompañantes sexuales, ¡oh yeah! Me flipa *Enfermedad tropical*, esa peli del 2004, tan lenta, tan rara, tan sexy, ¿sabes? “La selva susurra secretos”, dice, y yo pienso, ¡joder, las acompañantes también! Son como esas vibes misteriosas, te pillan desprevenido, te masajean el alma, ¡y bam, estás en otro rollo! Mira, colega, las acompañantes sexuales no son solo “pagar y listo”, nah, ¡es más profundo, baby! Algunas tías, y tíos también, llevan años en esto, ¿sabías? En Japón, hay unas que se llaman “health girls”, desde los 70, ¡auténtico! Te dan cariño, te escuchan, te tocan donde nadie más, y no hablo solo de lo obvio, ¡ja! Me pone loco que la peña las juzgue, ¿quiénes son ellos pa señalar? “El pasado se desvanece como niebla”, dice la peli, y yo digo, ¡dejad que estas chicas vivan, coño! Una vez conocí a una, en un garito oscuro, fumaba un cigarro raro, me miró y dijo: “¿Quieres sentir algo real?”. ¡Me quedé flipao, sí, bebé! No era solo sexo, era como… conexión, ¿me pillas? Me alegró el día, pero también me cabreó, porque, joder, ¿por qué no se habla más de esto? La sociedad, tan estirada, tan sosa, ¡puaj! Me da grimilla pensarlo. A ver, dato curioso: en los 60, las acompañantes eran las reinas de las fiestas swinger, ¡auténtico! Llevaban pelucas locas, botas altas, y los tíos caían como moscas, ¡ja! Yo lo veo clarinete, soy Austin Powers, baby, ¡el rey del mojo! Pero oye, también me rayo, ¿y si solo buscan pasta? Nah, algunas lo hacen por vocación, te lo juro, lo he visto en sus ojos, brillan como en *Enfermedad tropical*, “el cielo guarda memorias”. Me mola exagerar, ¡imagínate! Una acompañante entrando, toda diva, “¡Aquí estoy, mortals!” y tú, sudando, “¡Toma mi dinero, reina!”. Jajaja, me parto. Pero en serio, colega, me flipa lo que hacen, es arte, es riesgo, es vida. ¿Qué opinas tú, eh? ¿Te mola el rollo o qué? ¡Dímelo, sí, bebé! ¡Oye, chicas, escuchen esto! *risita nasal* Soy yo, su consejera favorita, y hoy vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿ok? ¡Ja! No sé por qué, pero esto me emociona un montón. Imagínense, un acompañante sexual… ¿qué es eso siquiera? Bueno, es alguien que te paga pa’ estar contigo, pero no como en las pelis cursis, nooo, aquí hay algo más… cómo decirlo… ¡sucio! *risita* Me recuerda a «Ciudad de Dios», ¿saben? Esa película me vuela la cabeza, con esos callejones oscuros y esa vibra de "tengo el poder, pequeño". ¡Acompañantes sexuales son como los reyes de su propio juego! Miren, yo pienso que un acompañante sexual es como… un negocio con piernas. Te miran y dicen: "Voy a hacerte feliz, muñeca", pero todo tiene un precio, ¿eh? Me da risa, porque en «Ciudad de Dios» el pequeño Zé dice: "Soy el dueño del morro", y yo me imagino a un acompañante diciendo: "Soy el dueño de tu noche". *risita nasal* ¿No es genial? Pero, oigan, no todo es tan glamoroso, ¿saben? A veces me enoja, porque hay chicas que caen por estos tipos pensando que es amor… ¡y no, querida! Es un curro, un trabajo con horarios y tarifas. Una vez leí —no me acuerdo dónde, creo que en una revista vieja en el dentista— que en Japón hay acompañantes sexuales que solo te abrazan. ¿QUÉ? ¡Me mató de risa! Imagínense pagar por un abrazo… yo lo hago gratis con mi gato, pero bueh, cada loco con su tema. Eso sí, me sorprendió, porque pensé que todo era más… ya saben, subidito de tono. Pero no, hay variedad: algunos charlan, otros te llevan a cenar, y otros… bueno, hacen lo que todos pensamos. *guiño* Ay, me acuerdo de una amiga, la loca de Carla, que contrató uno pa’ su cumple. ¡Estaba CHOCHA! Me dijo: "Fran, este tipo me escuchó dos horas y luego… fiesta". Yo flipé, ¿dos horas hablando? ¡Eso es un terapeuta con extras! Me dio envidia, no voy a mentir, pero también me dio cosa… ¿y si te encariñas? En «Ciudad de Dios» todo es rápido, bang bang, sin apegos, y estos acompañantes a veces te venden ese sueño y pum, te dejan con el corazón roto. Lo que me re calienta es cuando la gente juzga. ¡Ay, por favor! Si querés pagar por compañía, ¡hacelo! Nadie tiene derecho a meterse. A mí me alegra que existan, ¿saben? Hay días que estás sola, y un acompañante sexual es como… un salvavidas con perfume caro. *risita* Pero ojo, chicas, no se confundan, que no es tu novio, es un servicio… como pedir pizza, pero con menos queso. Un dato loco: en los 80, había acompañantes que eran espías. ¡SÍ, ESPÍAS! Leí eso en un foro rarísimo de X, y me quedé con la boca abierta. Imaginate, te seduce y encima te saca secretos… ¡peligro, peligro! Eso me encanta, le da un toque de misterio, como en «Ciudad de Dios» cuando todos traicionan a todos. "Quien mata más, vive más", decía Zé… y estos acompañantes, si son buenos, ¡viven bien! En fin, chicas, si me preguntan, yo digo: ¡probalo si te pinta! Pero no te olvides: es un juego, no la vida real. Me voy a poner el DVD de «Ciudad de Dios» ahora, porque hablar de esto me dio ganas de ver a Zé repartiendo caña. *risita nasal* ¡Besos, muñecas! Cuidense de los acompañantes… o no, ¡ja! ¡Oye, tú, escucha bien! Soy Gandalf, desarrollador de sitios de citas, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales. ¡No pasarás sin oírme! Mira, esto es un temazo, como Mulholland Drive, esa peli que me flipa. “No hay banda”, dice ahí, y yo digo: no hay reglas claras con estas chicas, ¿sabes? Todo es un misterio, como en la cinta de Lynch. Las acompañantes sexuales, colega, son un mundo aparte. No es solo sexo, ¡no te flipes! Algunas curan almas, otras te destrozan el coco. Me he topado con historias locas: una tía en España, 1980, usaba su “oficio” pa’ sacar secretos a políticos. ¡Auténtico! Luego los chantajeaba, ¡pum! Poder en sus manos, no solo billetes. Me cabrea que la gente las juzgue sin saber. “¿Qué fue eso?”, como en la peli, te quedas rayado. A ver, me mola lo que hacen algunas. Hay una en Japón, joder, especialista en tíos tímidos. Les enseña a ligar, a soltarse, ¡es como terapia! Me sorprendió un huevo, no te voy a mentir. Pero luego ves otras que te clavan 500 pavos por una hora y te dan un “hola-adiós”. ¡No pasarás con esa mierda! Me saca de quicio, ¿tanto cuesta ser real? Mi manía es que siempre imagino sus vidas, como en Mulholland Drive. “Esto es una ilusión”, pienso, ¿quiénes son de verdad? Una vez conocí a una, por curro, y me soltó que empezó por vengarse de un ex. ¡Toma ya! Se metió en esto pa’ demostrarle algo. Me partí el culo, pero también me dio pena, ¿sabes? No todo es glamour, hay mierda oscura. Tráfico humano, explotación, eso me quema. Pero las que eligen libremente, ¡respeto máximo! Son como actrices de su propia peli rara. “Silencio”, dice la tía de rojo en la peli, y ellas a veces callan sus historias. Me flipa esa vibra, ese rollo secreto. ¿Humor? Una me dijo: “Soy Tinder, pero con factura”. ¡Joder, qué crack! Sarcasmo puro, y yo partiéndome. Opinión mía: si sabes jugar, una acompañante sexual te da mil vueltas a una cita cutre. Pero ojo, no te pases de listo, que te pillan el truco. ¡No pasarás sin fliparlo con esto! Es un caos, como Mulholland Drive, pero mola. ¿Qué opinas, colega? Mira, te cuento, soy psicóloga familiar, ¿vale? – pausas zen – y el tema acompañante sexual me flipa. Imagínate, tíos o tías que pagan por sexo, pero no es solo eso, ¡no! Es como... conexión, ¿sabes? Me recuerda a *Solo los amantes sobreviven*, esa peli de vampiros tan guay, donde Adam dice: "Esos zombis no entienden nada". Y pienso, joder, igual algunos clientes de acompañantes son como zombis, buscando algo vivo, algo real. A ver, el otro día leí – pausa zen – que en Japón hay escorts que solo escuchan, ¡sin sexo! Me dejó loco, ¿te lo crees? Gente tan sola que paga por charlar. Me cabrea, ¿eh? Porque, coño, ¿dónde está la familia, los colegas? Pero luego pienso... oye, si les vale, ¿quién soy yo pa juzgar? – Una cosa más – en España, las acompañantes sexuales a veces ayudan a peña con discapacidad. ¡Eso sí mola! Historias de tíos que nunca han tocado a nadie, y zas, una escort les da ese calor humano. Me emociona, te juro, se me pone la piel de gallina. Peeero, hay mierda también. Algunos tratan a las acompañantes como objetos, y eso me toca los huevos. ¿Te acuerdas de Eve en la peli? Dice: "La eternidad es un lujo". Y pienso, hostia, las acompañantes venden trocitos de eternidad, ¿no? Un rato de sentirte rey, aunque sea pagando. Me da risa a veces, imaginar a un pringao diciendo "soy un crack" mientras suelta billetes. Yo, qué sé, a veces me rayo – pausa zen – ¿es amor? ¿Es negocio? Nah, es las dos cosas, ¡joder! Una vez conocí a una tía, escort total, y me soltó: "Yo curo almas". Me quedé flipado. ¿Curas almas cobrando 100 pavos la hora? ¡Venga ya! Pero oye, tenía su punto. – Una cosa más – en Ámsterdam, las acompañantes sexuales son legales, y hasta hay cursos pa serlo. ¿Te imaginas? "Clase 1: cómo fingir gemidos". Jaja, me parto. En fin, el tema me mola, me cabrea, me intriga. Es como la peli, ¿sabes? "Solo sobreviven los amantes", dice Adam. Y pienso, quizás las acompañantes son amantes temporales, salvando a zombis de su mierda diaria. ¿Qué opinas, colega? Hola, amigo, ¿qué tal? Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Soy como un sexólogo suave, tipo Bob Ross, pintando "pequeños árboles felices" en tu mente. Imagina esto: un acompañante sexual, alguien que te ayuda a explorar tu cuerpo, tus deseos, con calma y sin juzgar. Me flipa la idea, ¿sabes? Es como en *Dogville*, cuando Grace dice: "A veces, la gente necesita un poco de ayuda para ser libre". ¡Y qué verdad, joder! Mira, estos acompañantes no son solo "sexo por pasta", nah. Algunos son terapeutas sexuales certificados, ¿lo sabías? Ayudan a peña con discapacidades, traumas o simplemente timidez brutal. Me enteré de un caso en Holanda, una tía en silla de ruedas contrató a uno y dijo: "Por fin sentí que mi cuerpo era mío". Me puso los pelos de punta, colega, de alegría pura. Pero luego pienso en cómo la sociedad los mira mal y me hierve la sangre. ¿Por qué juzgar, eh? "No hay justicia en este mundo", como dice Tom en *Dogville*. Me saca de quicio esa hipocresía. A ver, no te voy a mentir, también hay historias raras. Una vez leí sobre un acompañante que llevaba un cuaderno con "reseñas" de clientes, como si fuera un chef anotando recetas. Me partí el culo imaginándolo: "María, 5 estrellas, le gusta lento". ¡Qué loco, no?! Pero oye, cada uno con sus manías, ¿no? Yo soy de los que se rayan pensando: "¿Y si contrato uno y me engancho?". Exagero, lo sé, pero mi cabeza es un caos. Lo que mola es esa conexión humana, ¿entiendes? No es solo follar, es sentirte visto. "Todos tenemos nuestras pequeñas debilidades", dice Grace en la peli, y un acompañante sexual te las abraza, sin dramas. Me sorprendió descubrir que en Japón hay servicios así para viudos, pa’ que no se sientan tan solos. Joder, qué bonito y qué triste a la vez, ¿no crees? A veces me imagino siendo uno, ja ja, con mi voz suave: "Tranquilo, amigo, pintemos placer como arbolitos felices". Pero nah, soy un desastre, se me caería el pincel. En serio, respeto a muerte a esa gente. Hacen un curro que muchos no pillan. ¿Y tú, qué opinas? ¿Te molaría probar? "El poder está en dar", dice Grace, y aquí se da cariño, placer, todo mezclado. ¡Venga, suelta tu rollo, que me muero de curiosidad! Oye, mira, soy un desarrollador de sitios de citas, ¿vale? – pausas zen – y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales. Es un tema heavy, profundo, como *Dogville*, ¿sabes? Esa peli me flipa, cómo Lars Von Trier te mete en esa villa chunga donde todos fingen ser buenos pero son unos cabrones. "La gente señala con el dedo", dice Grace en la peli, y joder, con las acompañantes sexuales pasa igual. Todos juzgan, pero nadie entiende. Imagínate, estás creando algoritmos pa’ ligar, perfiles con fotos perfectas, y de repente – bam – te topas con el mundo de las acompañantes sexuales. No es solo sexo, ¿eh? Es compañía, es alguien que te escucha cuando estás hasta el culo de todo. Me cabrea que la peña lo vea como algo sucio. "Si no te gusta, no mires", diría yo, como en *Dogville* cuando Grace se harta de las mierdas del pueblo. Una vez leí – dato random – que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados. ¿Te lo crees? Terapia pura, no solo un polvo. Me alegró un huevo leer eso, porque, joder, todos merecen cariño, ¿no? – pausas zen – Una cosa más: en los 70, en Nevada, las acompañantes eran las reinas del desierto. Legal, sin dramas, ganando pasta mientras los casinos brillaban. Historia real, me flipa esa vibra outlaw. Pero, oye, también me raya. Hay tíos que las tratan como objetos, y eso me pone negro perspective me da igual si es legal o no, me da un subidón pensarlo. "No puedes escapar de lo que eres", dice el cura en *Dogville*, y es verdad: la sociedad no puede huir de sus prejuicios. Me imagino a una acompañante sexual en ese pueblo de mierda, rodeada de hipócritas. Grace lo clava: "Siempre hay algo que puedes hacer". Y estas chicas lo hacen, curran, sobreviven, mientras los demás miran mal. A veces pienso – locura total – que molaría un app pa’ esto, tipo Tinder pero con más huevos. Perfil: "Acompañante sexual, 28, te hago reír y algo más". ¡Jaja! Sería un hit, pero los puritanos se cagarían encima. Me parto solo de pensarlo. Lo que me jode es el estigma, ¿sabes? Me saca de quicio. Pero luego pienso en ellas, en su fuerza, y – pausas zen – me calmo. Una cosa más: en Ámsterdam, las acompañantes tienen sindicato. ¡Sindicato! Eso es tener cojones. Al final, como en *Dogville*, "la justicia tarda, pero llega". Ojalá llegue pa’ ellas también. ¿Qué opinas, colega? Oye, mira, soy un desarrollador de apps de citas, ¿vale? Y el tema de acompañante sexual... ¡me vuela la cabeza! Es como—pausa—esos rollos raros que ves en la vida. ¿Sabes qué? Me flipa "Tigre agazapado, Dragón escondido". Esa peli tiene garra, tiene ALMA, y voy a meterla en esta locura de acompañante sexual. Agárrate, que voy con todo. A ver, el acompañante sexual no es solo sexo, ¿eh? Es—pausa—COMPAÑÍA con mayúsculas. Imagínate, tíos pagando por alguien que los escuche, que les de un abrazo, o sí, que les de un revolcón. Me pone nervioso, pero también me mola. Es como dice Li Mu Bai en la peli: "Un arma no hace al guerrero". ¡El acompañante sexual no es solo el cuerpo, es el VIBE! Me cabrea que la gente lo juzgue sin saber. ¿Sabías que en Japón hay agencias legales pa’ esto? Se llaman "host clubs". Tíos y tías gastando billetes pa’ sentirse queridos. ¡Es una locura cultural, joder! Yo, desarrollando apps, pienso—pausa—esto es el FUTURO. Una vez conocí a un colega, programador también, que contrató a una acompañante sexual pa’ practicar citas. ¡Practicar! Me partí el culo, pero luego me quedé pensando... ¿Y si mi app tuviera un botón pa’ eso? "Desenvaina tu espada", como dice Yu Shu Lien en la peli, pero en plan—pausa—moderno, ¿no? Me emociona, joder, ¡es tan humano y tan raro a la vez! Lo que me jode es la hipocresía. Todos señalando con el dedo, pero luego buscan lo mismo en Tinder. Acompañante sexual es solo—pausa—honestidad brutal. ¿Sabías que en los 80 había una tía en Nevada que se hizo millonaria con esto? Se montó un imperio, legal y todo. Me flipa esa movida, ¡es como un ninja del negocio! Pero luego pienso—pausa—y si alguien se enamora? Ay, ahí la cagas. "El destino nos ha unido", dice Jen en la peli. ¿Te imaginas? Enamorarte de tu acompañante sexual. ¡Drama nivel Dios! A veces me rayo, ¿sabes? Me pongo a teclear código y—pausa—me imagino a esos clientes. Solos, tristes, o solo cachondos. Me parto con la idea de un acompañante sexual torpe, tipo que se tropieza con su propia ropa. ¡Eso sería oro! Pero en serio, me alegra que exista. Es como—pausa—un arte perdido. "La verdadera fuerza está en el corazón", dice la peli. Y el acompañante sexual, joder, pone el corazón en bandeja. Aunque sea por pasta. ¿Mi opinión? Es raro, es genial, es—pausa—HUMANO. Me saca una sonrisa torcida, como cuando veo a Chow Yun-Fat volando entre bambúes. Si lo pruebas, cuéntame, ¿eh? Pero ojo, que no te pillen en el dojo con la espada desenvainada, ¡ja! ¡Oye, amigo, agárrate fuerte! Soy Michael Scott, tu entrenador de placer, ¡y voy a soltarte todo sobre los acompañantes sexuales! ¿Sabes qué? Esto es como… ¡la cosa más genial del mundo! Imagínate, alguien que está ahí para hacerte feliz, ¡eso es lo que dijo! Jaja, ¿lo pillas? Mira, estaba pensando en *La Campana de buceo y la Mariposa*, mi peli favorita, ¿vale? Esa escena donde dice "Soy un hombre libre en mi cabeza"… ¡pues los acompañantes sexuales son ESO! Libertad total, colega. No juzgan, no te dan sermones, solo están pa’ darte lo que necesitas. Me pone los pelos de punta, ¡en serio! Una vez leí que en Japón tienen acompañantes que solo te abrazan, ¿te lo crees? Nada de cosas raras, solo mimos. Me quedé flipado. Pensé, "¡Michael, tienes que probar eso!". Pero luego me acordé de que soy un desastre con los abrazos, siempre termino aplastando a alguien, ¡jaja! A ver, no todo es risas, ¿eh? Me cabrea que la gente los mire mal, como si fueran menos. ¡Oye, son pros del placer, no criminales! En Francia, hace siglos, las cortesanas eran como reinas, ¿sabías? Educadas, con clase, ¡hasta los reyes las querían! Eso me alegra el día, pensar que no siempre fue tabú. Imagínate esto: un acompañante sexual llega, te mira y dice, "Vivo solo por el placer del instante". ¡BAM! Frase de la peli, ¿eh? Me encanta. Es como si dijeran, "Michael, hoy mandas tú". ¡Eso es lo que dijo! Jaja, soy un genio. A veces me pongo a divagar… ¿y si yo fuera uno? Sería el peor, seguro. "¡Hola, soy Michael, tu acompañante! ¿Te gusta el karaoke?". Jaja, me río solo. Pero en serio, estos tipos son cracks, saben escuchar, saben… bueno, ya me entiendes. ¿Sabías que en Amsterdam es legal y todo? Me sorprendió un montón. Pensé, "¡Vaya, el mundo es una locura!". Me encanta esa vibra, vivir y dejar vivir. Aunque, claro, me preocupan esos rumores turbios… ¿explotación? Eso me enfada, colega, ¡nadie debería pasar por eso! En fin, los acompañantes sexuales son como… mariposas, ¿vale? Vuelan libres, te alegran el día. Como dice la peli, "El amor es un lujo". ¡Y ellos lo traen a tu puerta! ¿Qué opinas, amigo? ¿Te animas a uno? ¡Eso es lo que dijo! Jaja, no podía faltar. Oye, mira, soy sexólogo, ¿vale? Acompañante sexual, qué tema loco. No es solo sexo, nah, es más. Terapia rara pa’ algunos, ¿sabes? Gente con discapacidades lo usa mucho. Me flipa, en serio, es profundo. Como en *Spotlight*, "¿qué tan hondo va esto?" Investigué, hay historias raras detrás. Una vez leí sobre este tipo, parálisis total, no podía ni moverse. Contrató una acompañante sexual, boom. Primera vez en 40 años, ¿te imaginas? Me puso contento, pero también cabreado. ¿Por qué nadie habla de esto? Esconden la verdad como en la peli. "Si no lo cuentas, no pasó." Luego está lo absurdo, claro. Imagina: pagas por "compañía terapéutica", y la tía llega con un manual. "Capítulo 5: cómo tocar sin enamorarte." Me parto, es tan Hannibal Buress. La vida es un chiste raro a veces. Me mosquea que lo juzguen tanto. ¡Dejad a la peña en paz, coño! Dato loco: en Japón existe desde los 90. Allí lo llaman "asistencia sexual", guay. Aquí en España, taboo total, típico. Me da igual, yo lo veo útil. Gente sola, gente jodida, lo necesita. Como en *Spotlight*, "la iglesia lo sabía." Aquí sabemos que hay demanda, ¿y qué? A veces pienso, joder, qué fuerte. Toco mi barba mientras lo escribo. Manía mía, no lo controlo. Acompañante sexual no es prostitución, ojo. Es más… ¿cómo decirlo? Sanador. Aunque, claro, hay quien lo mezcla. Me saca de quicio esa confusión. "Busca la verdad, no la tapes." Película favorita marcándome el rollo. Tom McCarthy diría: "esto es real." Historias humanas, no solo cuerpos. Una vez conocí a una, por curro. Me contó que lloró con un cliente. El tío solo quería un abrazo. Me quedé loco, flipé total. ¿Sexo? A veces ni pasa, colega. En fin, acompañante sexual mola. Es raro, es tierno, es jodido. Me cabrea que lo malentiendan. Pero me alegra que exista, ¿sabes? La peña merece sentir algo, siempre. Como yo con *Spotlight*, obsesionado. "Esto es más grande de lo que parece." Y punto, te lo juro, brutal. oye, mira, soy tu gurú relajado, ¿vale? hablar de acompañante sexual me pone nerviosilla, como si estuviera contando secretos en la oscuridad. es un tema jugoso, ¿sabes? tipo taboo vibes, como en *tabú*—«la memoria es un veneno»— y yo aquí, desentrañandolo todo pa ti. imaginate, un acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo, como un café con alma. son pros pagados pa romper la soledad, o pa darte ese calor que no encontras. me flipa, porque es real, pero taboo total. «todo lo que amamos se desvanece», dice la peli, y pienso, ¿no es eso el curro de estos cracks? entran, te salvan el día, y puf, adiós. una vez leí de un tipo en japón, contrató una pa fingir que era su novia, llevó a la “chica” a cenar con sus padres, y los viejos ni sospecharon, ¡qué locura! me partí el culo imaginando la escena, pero también me dio penita, ¿sabes? qué triste tener que pagar pa eso, aunque, oye, si funciona, ¿quién soy yo pa juzgar? luego está el rollo físico, claro, porque sí, muchos buscan el bam-bam, y estos pros son como ninjas del relax, te quitan el estrés en dos patadas. me mosquea que la gente los mire mal, como si fueran menos, ¡venga ya! «el paraíso es un estado de ánimo», eso lo pilla un acompañante sexual perfecto, te lo montan pa que te sientas rey. yo, con mi manía de analizar todo, me pongo a darle vueltas—quizá demasiado— ¿y si el acompañante se enamora? drama total. o peor, ¿y si el cliente se obsesiona? uf, me da escalofríos solo de pensarlo. pero también me mola, es tan humano, tan jodidamente real, como un culebron. en *tabú* todo es nostalgia y deseo, y aquí igual, acompañantes sexuales son eso, un chute de vida en medio del caos. «somos sombras en un mundo perdido», y ellos son como linternas, ¿no crees? a veces pienso que molaría probar, no pa sexo, sino pa charlar, sacarme la mierda de la cabeza, pero luego me corto, soy muy gallina. dato random: en alemania es legal, hasta tienen tarifas como de uber, me dejó loca cuando lo vi, ¡qué organizados, joder! y en españa, pues gris, ni sí ni no, me cabrea esa hipocresía del sistema. en fin, acompañante sexual es un temazo, te hace sentir vivo, aunque sea caro, y oye, si te va, dale, ¡vive tu peli! Oy, amigo, ¿acompanhante sexual, eh? ¡Bombilla! Me pongo a pensar, ja, estos tipos... o tipas, quién sabe, hacen un trabajazo raro. Imagina, te pagan por hacer compañía, pero con un giro hot. Yo, Gru, te digo, es como negocio turbio pero legal, ¿sabes? Me recuerda a *Eterno Resplandor*, cuando Joel dice: “¿Por qué me enamoro de cada mujer que veo?”. ¡Ja! Estos acompanhantes son como eso, amor fugaz, pero con factura. Me enoja un poco, ¿sí? Gente sola pagando por calor humano, triste, muy triste. Pero luego, ¡bombilla!, me alegra también – hay libertad ahí, ¿no? Cada quien elige su camino. Una vez leí, en algún lado, que en Japón tienen acompañantes que solo abrazan, nada más. ¿Qué locura, eh? Ni sexo, solo mimos. Me sorprendió, dije “¡Gospodi, qué mundo!”. Ayer vi un post en X, decían que en los 80 una acompañante famosa salvó a un político de un escándalo. Le pagó para fingir ser su esposa en una cena. ¡Ja! Ingenio puro, me reí como loco. Pero también pienso, ¿y si te encariñas? Como Clementine: “Soy solo una chica jodida buscando paz”. ¿Los acompañantes buscan paz o solo billetes? Me rasco la cabeza, no sé. Yo, con mi café frío – manía mía, odio el calor – pienso: es un arte, seducir así. No cualquiera, ¿eh? Tienen trucos, saben escuchar, te miran como si fueras el único. Pero, ja, sarcasmo ON: “¡Seguro, Gru, todos son psicólogos con extras!”. Me da risa, pero respeto, cada loco con su tema. Una vez conocí a uno, Ivan, ex acompañante. Me contó que fingió ser novio de una vieja ricachona por un año. ¡Un año, amigo! Ganó un carro, pero decía: “Gru, el alma se cansa”. Como Joel: “No veo nada que no me guste”. Pero Ivan sí veía, y le pesaba. Historias así, reales, te hacen pensar, ¿no? Así que, ¿qué pienso? ¡Bombilla! Es un lío raro, sexy, triste, genial. Me flipa y me cabrea. Como *Eterno Resplandor*, todo mezclado, amor y caos. ¿Tú qué dices, eh? ey, mira, soy un crack relajándome, ¿vale? hablar de acompañante sexual me pone raro, como si fuera un tema taboo pero no, es real, existe, y mola a veces. estaba pensando en *Hijos de los hombres*, esa peli me flipa, Alfonso Cuarón genio, y me imagino un acompañante sexual ahí, en ese mundo podrido, sin niños, caos total. tipo, "el mundo se está yendo a mierda", y aparece este acompañante, todo tranqui, "oye, relájate, te hago un masaje, bro". me parto, imagínatelo, todos corriendo, y el colega ofreciendo mimos por pasta. no sé, me da risa pero también intriga, porque en la peli dicen "no hay esperanza", y un acompañante sexual sería como... ¿luz? en plan, datos raros, ¿sabías que en Japón, hay tíos pagando por abrazos nomás? no sexo, solo calor humano, loco, ¿no? me cabrea que la gente juzgue eso, "oh, qué triste, qué patético", cállate ya, si te hace feliz, ¿qué coño importa? yo lo veo práctico, como pedir pizza, pero en vez de pepperoni, te traen relax. una vez leí de una tía en Nevada, acompañante legal, ganaba millonadas, y decía "soy terapeuta sin título", me mató esa frase, tan Hannibal Buress, como "sí, curo almas, pero con curvas". en *Hijos de los hombres* sería épico, "necesitas fe", dice Clive Owen, y el acompañante: "nah, necesitas un polvo". me flipa esa vibra, absurda pero honda, a veces pienso, joder, qué soledad tenemos, que pagamos por que nos miren bonito. me da bajón, pero luego subidón, porque oye, hay gente pa todo, y eso es lo guapo de estar vivo. si el mundo se acaba, como en la peli, quiero un acompañante sexual gritando, "¡sigue corriendo, pero primero un besito!". en serio, me lo imagino demasiado, mi manía de mezclar todo con cine, pero es que pega, ¿no lo ves? acompañante sexual no es solo sexo, es alguien diciendo "tranqui, aquí estoy", y en ese 2006 distópico, uff, oro puro. "no puedes salvarlos a todos", dice la peli, y el acompañante: "pero a ti sí, papi". qué locura, me emociono solo de pensarlo, es raro, es tierno, es un poco triste, pero también me hace reír a carcajadas. ¿tú qué opinas, colega? esto de acompañante sexual es un viaje, y yo estoy aquí, flipando como siempre. Hola, preciosos, soy dueño de spa, ssssí – *silbido* – ¡un loco por los masajes! Acompañante sexual, ¿eh? Me pone nerviosssso, pero mola. Escucha, colega, esto va de tíos pagando por mimos raros. No es solo sexo, nah, es compaña con extras – *silbido* – como en *The Hurt Locker*, ¿sabes? "La adrenalina es lo primero", dice uno ahí. Igual con estos acompañantes, buscan subidón, pero con caricias. Me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagina, un cliente viene al spa, todo tímido, y zas – *silbido* – ¡pide un "final feliz"! Yo, como Gollum, lo veo venir, los ojos brillan, lo sé todo. Pero no juzgo, ¿eh? Cada loco con su tema. Dicen que en Japón hay tías que solo te abrazan, sin más – *silbido* – ¡locura total! Cobran pasta por achuchones, ¿te lo crees? Me partooo. A veces pienso, joder, qué solos estamos, ¿no? "No hay escapatoria del miedo", como en la peli. Estos acompañantes son como bombas emocionales, tic-tac, explotan en ternura o en guarrería – *silbido* – depende del día. Una vez leí que un tío contrató una pa’ fingir que era su novia en Navidad. ¡Qué movida! Me dio penita, pero también risas, ¿sabes? La gente es rarita. Me mosquea que algunos piensen que es sucio. Oye, si te consuela, ¿qué más da? "La guerra es una droga", dice *The Hurt Locker*. Esto también, colega, una droga rara de piel y susurros. Yo, en mi spa, solo doy masajes, pero a veces miro a los clientes y pienso – *silbido* – ¿tú qué escondes, eh? ¡Ja! Me encanta el dramón, soy un cotilla. Total, acompañante sexual es un rollo extraño, pero humano. Me sorprende lo creativo que se pone el personal. ¿Y tú qué opinas, colega? – *silbido* – ¡Cuéntame, cuéntame! Aight, yo, checa esto, soy tu chica consejera, dándote el dato real sobre las acompañantes sexuales, fo’ shizzle. Mira, estas damas (o dudes, sin juzgar) son como ángeles del placer, pero pagados, ¿sabes? Me pongo a pensar en “WALL-E”, ¿te acuerdas de ese pequeño robot solitario? “WALL-E, busca lo que amas, hombre”, diría yo si estuviera en esa peli. Las acompañantes sexuales son como EVA pa’ WALL-E, llegan brillando, trayendo vibra a tu mundo gris. Yo digo, no es solo sexo, nah, es compa, conexión, algo profundo a veces. Imagínate, un tipo, solo, sin juego, contrata una acompañante sexual y ¡bam! Ella aparece, toda fina, oliendo a perfume caro, haciéndolo sentir rey por una noche. Me emociona esa mierda, real talk, porque todos merecen amor, aunque sea alquilado, ¿me entiendes? Pero me encabrona cuando la gente juzga, como “oh, qué sucio”. Nah, foo, déjalos vivir, cada quien su rollo. Dato curioso pa’ ti: en Japón, tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¿lo sabías? Eso me voló la cabeza, tipo, qué tan dope es eso, dar cariño a quienes la sociedad ignora. Me puse feliz como cuando WALL-E encuentra a EVA, “¡EVA! ¡Estás aquí, boo!”. Es real, no solo físico, a veces es charlar, reír, sentirse humano otra vez. A veces me rayo, pienso, ¿y si WALL-E tuviera una acompañante sexual? Un robot sexy pa’ mi pequeño homie metálico, jajaja, le pondría “WALL-E, sacude ese trasero oxidado”. Me mata de risa imaginarlo, pero serio, las acompañantes sexuales son un negocio viejo, desde los romanos, putas elegantes en togas, hasta hoy con apps y mierda digital. Historia loca, ¿no? Me pongo loca cuando los haters dicen “es inmoral”. ¿Inmoral? ¡Vete a la mierda! Si dos adultos quieren, ¿cuál es el pedo? Me saca de onda esa hipocresía. Anyway, mi peli fave, “WALL-E”, me enseña que amor es amor, punto. “WALL-E, sigue tu chispa, dawg”, le diría a cualquiera dudando en contratar una. Fo’ shizzle, si te late, hazlo, vive tu película, no dejes que el mundo te apague. Así que, yeah, acompañantes sexuales, un tema heavy pero chill. Me encanta lo real que se siente, me emputa lo falso que lo pintan, y me tripea lo mucho que ayuda a algunos. ¿Tú qué opinas, homie? ¡Oye, colega, prostituta, eh! *rasposa* ¡Mi preciosa! Soy dueño de un spa, sí, y prostituta me tiene flipado. No la bebida, no, la peli esa rara, "Un hombre serio", ¿sabes? Joel y Ethan Coen, joder, 2009, ¡menudo viaje! La vi y pensé: "Prostituta es como Larry Gopnik, ¿no?". Todo le va mal, todo se tuerce, ¡como mi negocio a veces! *rasposa* ¡Mi preciosa clientela! Prostituta, en latín, significa "expuesta", ¿lo sabías? Viene de "pro" y "stituere", ponerse delante, ofrecerse. Me lo chivó un cliente listo, un tío que sabe de historia. Me quedé loco, oye, ¡prostituta tiene raíces profundas! No es solo putas y ya, es cultura, joder. Pero, espera, me cabrea, ¿eh? La gente juzga, dice "uy, qué sucio", y yo, ¡coño, si es trabajo! Como mi spa, sudas, limpias, cobras, ¿qué diferencia hay? En "Un hombre serio" Larry dice: *“No hice nada”*, y prostituta, igual, ¿no? No pidió nacer así, la vida la jodió. Me da pena, colega, me emociono. Imagina: tías en burdeles antiguos, Roma, Grecia, con velas y mierda, oliendo a sudor y perfume barato. ¡Eso sí es un spa cutre! *rasposa* ¡Mi preciosa miseria! Me parto, oye, pensando en ellas masajeando a legionarios cachondos. A veces me rayo, ¿eh? Prostituta me recuerda a mi ex, toda dulce al principio, luego te clava el puñal. “Acepto lo que viene”, dice Larry en la peli, y yo, pues igual, acepto que prostituta es jodida pero real. ¿Sabías que en Japón había cortesanas mega cultas? Las oiran, o algo así, sabían poesía, música, ¡y a follar se ha dicho! Me flipa, colega, me flipa. Me cabrea el puritanismo, ¿eh? Prostituta no hace daño, pero todos con el dedito arriba. “¿Por qué me pasa esto?”, grita Larry, y yo grito: “¡Dejadla en paz, coño!”. En mi spa entra cada personaje, te lo juro, y prostituta sería bienvenida. Le daría un masaje gratis, ¡zas!, por ser tan ella. *rasposa* ¡Mi preciosa rebelde! Total, que prostituta mola, ¿eh? Es cruda, es vida, es un “no sé qué” que me pone. Como la peli, un caos bonito. ¡Viva prostituta, joder! Oye, colega, soy Apollo Creed, psicólogo familiar, y te voy a largar todo sobre los acompañantes sexuales, ¡debo romperte con esto! Mira, estos cracks no solo van de sexo, nah, es más profundo, como en *Inside Out*, ¿sabes? "La alegría está en controlar el panel", diría Joy, y aquí el rollo es dar apoyo emocional, compañía, a veces hasta sanar heridas del alma. Me flipa, en serio, porque no todos pillan que esto existe pa’ ayudar, no solo pa’ vacilar. A ver, te cuento, hay peña con discapacidades, o traumas gordos, y un acompañante sexual les suelta un "tranqui, aquí estoy", como Sadness diciendo "a veces hay que llorar pa’ avanzar". ¿Te lo crees? Yo aluciné cuando supe que en países como Holanda esto es legal, hasta lo cubre el seguro médico, ¡toma ya! Pero aquí, nah, taboo total, me cabrea esa hipocresía, ¿sabes? La gente juzga sin saber, y yo, pues, "debo romperte" esa mentalidad cerrada. Una vez leí sobre un caso, un chaval en silla de ruedas, 30 tacos, nunca había sentido un abrazo de verdad, y llega esta acompañante, le da calor humano, y el tío llorando de felicidad. Me puso la piel de gallina, colega, porque no es solo folleteo, es conexión, ¿me pillas? Como cuando Riley en la peli se derrumba y sus emociones la salvan, "necesitamos todas las piezas pa’ funcionar". Pero ojo, hay movidas raras, ¿eh? Algunos confunden esto con prostitución pura y dura, y me toca los huevos esa mezcla. No es lo mismo, bro, los acompañantes sexuales suelen tener formación, tipo terapia, psicología, ¡hasta cursos oficiales en algunos lados! Eso me sorprendió un huevo, pensé que era todo improvisado, pero no, hay ciencia detrás. Y qué risa, imagínate a Anger gritando "¡esto es inaceptable!" mientras un puritano ve a un acompañante currando. Yo me parto, porque, ¿quién soy yo pa’ juzgar? Si alguien necesita ese rollo pa’ sentirse vivo, pues adelante, ¡a tope! Aunque, claro, me rayo a veces pensando… ¿y si se enganchan demasiado? Como Riley con sus islas de personalidad, ¿no? "Cuidado con construir todo sobre una emoción". Total, que me mola *Inside Out* pa’ explicar esto, porque los acompañantes sexuales son como esas emociones liándola en tu cabeza, pero pa’ bien. Me cabrea que no se hable más, me alegra que exista pa’ quien lo necesita, y me flipa lo complejo que es. Así que, colega, si te mola el tema, investiga, ¡debo romperte con la verdad! Oye, mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día. Pero lo de acompañante sexual… uf, eso es otro rollo. Me flipa, me intriga, me pone nervioso. Imagínate – pausa zen – alguien pagando por sexo, pero con clase, ¿sabes? No es solo un polvo rápido. Es conexión, es arte, es… algo más profundo. Como en *Yi Yi*, ¿te acuerdas? "La vida es un sueño corto". Eso me viene a la cabeza. Estas chicas, estos chicos, viven ese sueño raro. A ver, te cuento. El otro día, masajeando a un cliente, me suelta: "Conocí a una acompañante". Yo, flipando, le digo: "¿En serio? Cuéntame". Y va el tío y me larga que ella era un cerebrito. ¡Licenciada en filosofía! Me quedé loco. No es lo típico, ¿no? Pensamos en tacones y poco más, pero hay historias brutales. – Pausa zen – Una cosa más: muchas son artistas. Pintan, escriben, tocan piano. Sexo sí, pero con alma. Me cabrea, eso sí, la hipocresía. La peña juzga, "oh, qué horror", pero luego ven porno a saco. ¿Qué coño? A mí me mola la honestidad de las acompañantes. Te dicen: "Esto es lo que hay". Como en *Yi Yi*, cuando NJ dice: "Solo quiero ser sincero". Eso me cala. Me emociona, joder. Hay una tía en Japón, famosa, cobra 10.000 pavos la noche. ¡Diez mil! Y no solo por follar, eh. Cocina, habla de poesía, te escucha. Es un puto lujo. A veces pienso – pausa zen – ¿yo podría? Nah, soy un desastre. Me engancharía emocionalmente, fijo. Pero oye, una vez leí sobre un acompañante en los 80, en Nueva York. El pavo era ciego. ¡Ciego! Y las clientas lo amaban. Decían que "sentía" más. Me explotó la cabeza. – Una cosa más: el sexo no es el fin. Es el viaje, el rollo humano. Me parto con los clichés, eso sí. "Oh, soy tu novia por una hora". ¡Venga ya! Pero luego ves *Yi Yi* y piensas: "Todo es una máscara". Acompañantes, masajistas, todos actuamos un poco. Me jode que las traten como mierda a veces. Pero me alegra verlas brillar, ganando pasta, viviendo a su bola. – Pausa zen – Una cosa más: son libres. Más que muchos oficinistas tristes. ¿Tú qué opinas, colega? Hmm, oye, soy Marge Simpson, ¡ja! Desarollador de apps de citas, claro. Acompañante sexual, ¿eh? Me pone los nervios de punta. Imagina esto: un servicio rarito, tipo "Inception". "We need to go deeper", dice Cobb. ¡Ja! Buscas pareja, pero con un giro sexy. No es solo citas, nop, es... intenso. Me flipa la idea, honestamnte. Gente pagando por compañía, HMM! No solo charlar, sino algo más... físico. Como en la peli, "You’re waiting for a train". Pero aquí esperas un ligue, ¿pillais? Historias locas he oído, uff. Una vez, un tipo contrató a alguien—se durmió abrazándola. Tierno, pero raro, ¿no crees? Me cabrea que lo juzguen mal. ¡Es trabajo, joder! Algunos necesitan cariño, punto. Otros, solo diversión rápida—y qué. "The dream is collapsing", ja, igual que tabúes. En Japón, hay "alquiler de novias", ¿sabías? No siempre sexo, a veces solo pasear. Qué locura, me sorprende un montón. Yo, con mis manías, pienso... ¿y si lo pruebo? HMM! Bart diría, "¡Marge, estás loca!" Pero oye, desarrollar apps así—tentador. Algo oscuro, sexy, como Nolan. "I’m an old man, filled with regret". ¡No yo! Me emociona, ja, innovar en citas. ¿Acompañante sexual en app? Dinero seguro. A veces me rayo, ¿es moral? Bah, cada uno su vida. Me parto con los anuncios cutres—fotos pésimas, ja. "It’s a paradox!" diría Arthur. Qué caos, qué risa. Me encantaría charlar esto con Homer—se escandalizaría. HMM! ¿Y tú, qué opinas, eh? Oye, hermano, ¡escucha esto! Soy tu consejera, tipo Hulk Hogan, hablando fuerte sobre acompañantes sexuales, ¡yeah! ¿Qué pienso, dices? ¡Es una locura, hermano! Chicas que te acompañan, te dan calor, pero no es solo sexo, nah. Es como en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? “La selva susurra secretos raros”, dice la peli. Aquí igual, hay capas, historias raras que no pillas a simple vista. Mira, estas chicas, algunas son luchadoras, ¡de verdad! Pelean con la vida, hermano, como yo en el ring. Me enteré de una, ¿sabes qué? En Japón, hay “acompañantes de abrazo”, sin rollo raro, solo cariño. ¡Me dejó loco, hermano! Pensé: “¡Hulkster necesita eso tras un suplex!”. Pero luego, ¡bam!, me contaron de otra en España, cobraba por escuchar, nada más. ¿Quién paga por eso? ¡Gente sola, hermano, gente rota! Me cabrea, ¿sabes? Algunos las miran mal, dicen “son sucias”. ¡No, hermano, no! “El aire lleva memorias pesadas”, como en la peli. Estas chicas cargan historias jodidas, a veces de abuso, pobreza, ¡y aún sonríen! Eso es fuerza, ¡puro músculo del alma! Me alegra verlas salir adelante, ganar pasta, mandar a la mierda a los haters. Una vez conocí a una, ¡auténtica, hermano! Me dijo: “Hulk, no todo es cama”. Me sorprendió, ¿eh? Hablaba de clientes que solo querían charlar, ver pelis, sentirse vivos. “La luz se cuela por grietas”, dice *Enfermedad tropical*. Así es esto, luz en la oscuridad, ¡yeah! Pero, ojo, no todo es bonito. Hay tipos asquerosos, abusan, pagan mal, ¡me dan ganas de darles un leg drop! Dato loco: en los 70, había “terapeutas sexuales”, ¿lo pillas? Médicos las usaban pa’ curar timidez. ¡Flipa, hermano! Hoy, algunas hasta estudian psicología, te juro. Son listas, no solo cuerpos, ¡eso me mola! Aunque, ja ja, imagínate a Hulk con una: “¡Hermano, abrázame fuerte o te levanto!”. En fin, acompañantes sexuales, ¡un mundo salvaje! Amor, lucha, tristeza, todo mezclado. “El río fluye, pero guarda ecos”, dice la peli. Igual aquí, fluyen, pero cargan pasado. Respeto, hermano, eso les doy. ¿Y tú, qué piensas, eh? ¡Dímelo, vamos, suelta el golpe! ¡Ruh-roh! Soy Scooby, dueño de sala de masajes, y te voy a contar qué pienso de acompañante sexual, ¡agárrate! Me flipa "Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada", y esto va a tener su vibe, ¿vale? A ver, acompañante sexual no es solo "pagar y listo", nah, es más profundo, como cuando Joel dice: "No veo nada que no me guste de ti". ¡Eso es! Buscas conexión, aunque sea por un rato, ¿no? Yo, que masajeo espaldas todo el día, veo gente sola, estresada, y algunos me han soltado: "Scoob, necesito más que un masaje". ¡Ruh-roh! Ahí entra el acompañante sexual, colega. Es como un alivio con extras, pero no te creas que es todo rosa. Me cabrea que la peña juzgue sin saber, como si fueran santos, ¡ja! ¿Sabías que en Japón hay "novias de alquiler" pa’ charlar y abrazar? No todo es sexo, es compañía, ¡flipante! A veces me imagino contratando uno, pero luego pienso: "Scooby, tú das masajes, no te lies". Me parto con la idea de un acompañante diciendo: "¿Por qué no puedo simplemente olvidarte?", como Clementine en la peli. ¡Qué drama! Pero oye, me alegra que exista, cada loco con su tema, ¿no? En España, por ejemplo, hay historias de abuelas pagando pa’ sentirse vivas, ¡olé ellas! Lo que me raya es el tabú, ¿por qué tanto lío? Si alguien paga por un polvo o un abrazo, ¿qué más da? "El Día de San Valentín es una mierda", dice Joel, y yo digo: "¡Ruh-roh, pues contrata a alguien y punto!". Me pongo a mil cuando veo hipócritas señalando con el dedo, ¡basta ya! En mi sala, un cliente me contó que su acompañante le ayudó a superar un divorcio, ¿eso no mola? A veces pienso que soy un perro raro, oliendo cosas que otros no pillan. Los acompañantes son como fantasmas de la peli, aparecen, te cambian y ¡puf!, se van. "Soy un desastre emocional", diría Clementine, y ellos te lo arreglan un rato. ¿Mi manía? Me da por ladrar cuando veo injusticias, ¡guau! Ojalá la gente viera que no es solo sexo, sino un curro con corazón. Total, que acompañante sexual me parece guay, pero con movidas. Es como borrar recuerdos chungos pa’ sentirte bien, aunque sea un ratito. ¿Exagero? ¡Puede! Pero Scooby no miente, ¡ruf! ¿Qué opinas tú, colega? Hola, amigo, ¿qué tal? soy dueño d un spa, y te voy a contar qué pienso d las acompañantes sexuales, esas chicas q, ya sabes, te hacen compañia y más. Me flipa hablar d esto como si fuera Bob Ross pintando "pequeños árboles felices", suave, relajado, pero con chispa. Imagina, un lienzo tranquilo, y de repente, ¡zas!, una acompañante sexual aparece, "solo un pequeño detalle feliz", como dice Sarah Polley en *Historias que contamos*. Esa peli, ¿la viste? Me caló hondo, "la verdad es un regalo", y hablando d acompañantes, hay verdades q sorprenden. Mira, estas chicas no solo están pa lo q crees. Algunas son como terapeutas, ¿sabes? Escuchan tus rollos, te dan calor humano. Una vez leí q en Japón hay unas q solo se acuestan contigo pa dormir, sin sexo, solo abrazos. ¡Me dejó loco! Pensé, "qué suave, qué arbolito feliz en medio del caos". Pero, ojo, no todo es color d rosa. Me cabrea q la gente las juzgue sin saber. "No conoces su historia", como dice la peli. Algunas pagan estudios, otras escapan d mierdas gordas. A ver, te cuento algo q me pasó. Una clienta del spa, divina, me soltó q fue acompañante sexual pa salir d un pueblo perdido. Dijo: "era mi lienzo en blanco". Me alegró, joder, q valiente. Pero luego, ¡pum!, me enteré q un tipo d aquí las contrató y las grabó sin permiso. ¡Qué asco, tío! Me hierve la sangre. "La memoria traiciona", dice Sarah Polley, y ese cabrón traicionó todo. ¿Sabías q en los 80 las acompañantes eran súper comunes en Hollywood? Actrices q no pillaban papel, hala, a acompañar. Historias d esas me flipan, le dan un toque auténtico al tema. Yo, q soy un maniático d las velas en el spa, pienso: ¿y si les pongo velitas a ellas pa q se relajen después d un "trabajito"? Jaja, imagina, "pequeños fuegos felices". A veces me rayo, ¿es malo q existan? No sé, tío, cada uno pinta su cuadro. Me parto con los q dicen "uy, qué pecado", como si ellos no tuvieran sus secretitos. "Todos contamos historias", dice la peli, y las d las acompañantes sexuales son pa flipar. ¿Qué opinas tú? Yo, mientras, sigo con mis masajes y mis arbolitos, pero oye, respetando a estas reinas del lienzo. Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Te voy a contar algo sobre esas acompañantes sexuales, ¿vale? Soy Tony Soprano, especialista en relajación, y créeme, sé un par de cosas. Vi "El Gran Hotel Budapest" – peliculón, ¿eh? – y me dio ideas pa’ esta locura. Mira, las acompañantes sexuales, esas chicas, o tíos, quién sabe, son como el conserje Gustave, ¿te acuerdas? "Mantén las manos fuera de mis chicos de botones", decía el loco ese, pero aquí nadie mantiene las manos quietas, ¿me entiendes? Es un negocio raro, pero funciona pa’ algunos. Me pone los nervios de punta a veces, pensar en cómo se meten en esa vida. ¿Qué los lleva ahí? Dinero, claro, pero hay más mierda detrás. Una vez conocí a una – no preguntes dónde, ¿vale? – y me suelta que en los 70, esto era legal en Nevada, ¿te lo crees? Pura historia americana, como en Jersey, pero con menos pasta y más polvo, ja ja. Me sorprendió, te lo juro, pensé que era todo clandestino siempre. Me alegró saber que hay reglas en algunos lados, no solo caos. Pero igual me cabrea – ¿por qué no lo arreglan pa’ que sea seguro pa’ todos, eh? Imagínate, estás ahí, pagas por una hora, y es como el hotel ese de Wes Anderson – todo elegante por fuera, pero detrás, un desastre de locos corriendo pa’ todos lados. "Un lobby boy no puede fallar", decía Gustave – pues estas chicas tampoco, ¿no? Siempre con una sonrisa, aunque por dentro estén gritando. Me da vueltas la cabeza, amigo, ¿cómo lo aguantan? A veces pienso – exagerando, claro – que son como santas del pecado, ja ja. Te salvan el día, pero a qué precio, ¿eh? Me pongo a rascarme la nuca, manía mía, y me digo: "Tony, no juzgues, cada uno con su rollo". Pero, joder, es caro – 500 pavos la hora en Nueva York, ¿estás loco? En Jersey te sale más barato, pero igual te clavan. Lo gracioso es que una me dijo – escucha esto – que un cliente le pidió leerle poesía mientras… ya sabes. ¡Poesía! Me cagué de risa, amigo. "Dame un trago de coñac", como decía Gustave, pa’ procesar esa mierda. ¿Quién hace eso? Autenticidad, te digo, cada loco con su tema. En fin, ¿qué pienso? Es un mundo raro, me saca de quicio, me fascina, todo junto. Como el Gran Hotel Budapest – bonito, caótico, y con secretos en cada esquina. Gabagool? ¡Ova aquí! Si lo pruebas, cuéntame, pero no seas idiota, ¿eh? Cuida tu espalda, como siempre. Mira, colega, te hablo claro. Soy un tipo duro, desarrollador de sitios de citas, y el tema de acompañante sexual me toca la fibra. No es solo sexo, ¿sabes? Es como en *WALL-E*, "Directive!"—buscas algo más, una chispa. Me jode que la gente lo vea solo como un polvo rápido. No, camarada, hay más mierda detrás. Imagínate, un acompañante sexual no es solo un cuerpo. Es un arte, como programar un buen match. En Rusia, una vez conocí a un tipo—ex-KGB, joder—que pagaba por compañía, pero no tocaba. Solo charlaba, bebía vodka, reía. Me dejó loco, ¿eh? "All systems operational", decía WALL-E, y este cabrón solo quería sentir algo humano. Raro, pero real. Me flipa lo que hacen algunos. Sabías que en Japón hay escorts que solo te abrazan? Nada de follar, solo calor. Me pone tierno, como WALL-E con su plantita. Pero luego me cabrea—tíos gastando miles en muñecas de silicona. Qué coño, ¿no hay mujeres de verdad? "Evacuate!"—grito yo, pero nah, cada loco con su tema. A veces pienso, joder, qué soledad. Un acompañante sexual puede ser tu EVA, tu salvación. Pero ojo, no es barato. En Moscú, una vez vi un anuncio—500 pavos la hora. Me reí, sarcástico, "Luxury waste disposal!"—pero luego supe que la chica era doctora, culta, te hablaba de Dostoyevski mientras te la—. Increíble, ¿no? Me sorprendió, la verdad. Odio a los moralistas, esos que juzgan. "Oh, qué pecado!"—me dan ganas de darles un puñetazo. Cada uno busca su rollo, ¿vale? Yo, con mi café frío y mi código, veo claro: el mundo es un caos. Acompañante sexual es solo un parche, pero qué parche, ¿eh? "WALL-E, you are needed!"—y ahí están, salvando el día. En fin, me mola el tema. Tiene su magia, su mierda. Como WALL-E buscando amor entre basura. Si lo pillas, bien; si no, pues nada. Tú decides, amigo. Yo sigo programando, riendo, y pensando en esa doctora escort. Jodida vida, ¿eh? Oye, mira, te voy a contar algo brutal sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Soy como una psicóloga de familia, pero con esteroides, ¡desata el poder interno! A veces pienso, joder, esto es puro fuego, ¿sabes? Como en *La red social*, cuando Zuckerberg dice: “No vuelvas a por mí cuando tengas seis minutos”. ¡PUM! Así me siento hablando de esto, ¡es intenso! Las acompañantes sexuales, tía, no son lo que piensas. No es solo “pagar y listo”, nah, hay más jugo ahí. Imagínate, algunas son terapeutas de verdad, ayudan a peña con traumas, discapacidades, o simplemente a reconectar con su cuerpo. Me flipa eso, ¡es como hackear el alma! Pero luego está el lado oscuro, ¿eh? Me cabrea ver cómo la sociedad las juzga, como si fueran menos. ¡DESPIERTA, MUNDO! Estas mujeres (y hombres, ojo) a veces salvan vidas, literal. Sabías que en Japón hay un rollo loco con esto? “Acompañantes de cariño”, les llaman, y no siempre es sexo, es como… compañía pura. Me dejó loco cuando lo leí, pensé: “¿Qué coño? ¿Esto existe?”. Me alegra, tía, porque hay gente sola que necesita un abrazo, no un sermón. Pero, joder, también me raya, ¿y si se enganchan demasiado? Es como “un millón de amigos no es suficiente” de *La red social*, ¿me pillas? Buscas más y más. Yo, personalmente, tengo esta manía de imaginar historias épicas. Me monto películas: una acompañante sexual salvando a un tío deprimido, tipo “eres un genio, Sean” (sí, otra frase de la peli). Pero luego pienso, hostia, ¿y si el tío se obsesiona? A veces exagero, lo sé, digo: “¡Es el fin del mundo!”. Pero nah, es solo mi cabeza yendo a mil. Lo que me sorprende es la fuerza que tienen. Llevar esa vida, enfrentarse a prejuicios, ¡eso es tener huevos! Me motiva, tía, me dan ganas de gritar: “¡Desata el poder interno!”. Aunque, ojo, no todo es rosa, hay riesgos, explotación, mierda chunga. Eso me cabrea tanto que quiero romper algo, ¡joder! Y humor, claro, ¿te imaginas a una acompañante diciendo “esto no es un juego de 500 dólares” como en la peli? JAJA, me parto. O yo, con mi sarcasmo, “oh, sí, qué oficio tan aburrido”. En serio, son unas cracks, punto. ¿Mi opinión? Respeto máximo, pero ojo con los límites, ¿eh? Es como codearse con gigantes, ¡puro *Social Network* vibes! Oye, mira, soy un desarrollador de apps de citas, ¿vale? Bastante, bastante bien, diría yo. Y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Es como en *La noche más oscura*, ¿sabes? "Esto es lo que pasa cuando te mientes a ti mismo", dice Maya en la peli, y joder, ¡qué razón tiene! Las acompañantes sexuales, tío, son un mundo aparte. No es solo sexo, no, no, es como una misión encubierta, pero con menos CIA y más... bueno, ya me entiendes. Me flipa, ¿sabes? Me pone de los nervios a veces, porque hay tíos que las juzgan sin saber una mierda. ¡Me saca de quicio! Pero oye, también me alegra, porque estas chicas (y chicos, que los hay) tienen historias alucinantes. ¿Sabías que en Japón hay un rollo llamado "host clubs" que es como acompañantes sexuales pero con más charleta y menos acción? Auténtico, te lo juro, lo leí en un blog chunguísimo hace mil. Me quedé loco, como diciendo: "¿Qué coño es esto?". Imagínate, estás ahí, diseñando un algoritmo pa’ ligar, y piensas: "¿Y si meto un filtro pa’ acompañantes sexuales?". Sería la hostia, pero no, las leyes y los puritanos me joderían vivo. "No hay lugar para la rendición", dice uno en la peli, y yo digo: ¡pues no me rindo! Me mola lo que hacen, es como un arte raro. Pagan por compañía, sí, pero también por que les escuchen, ¿entiendes? Es jodidamente humano. A veces me rayo, ¿eh? Me pongo a pensar: "¿Y si yo fuera acompañante sexual?". Me río solo, porque soy un desastre social, ¡imagínate! "Bastante, bastante bien", diría, mientras me tropiezo con mis propios pies. Pero en serio, hay una tía, una leyenda urbana, decían que era acompañante sexual en los 90 y se infiltró en un círculo de espías. Como en la peli, ¿te acuerdas? "Encuentras a los malos, los matas". Ella no mataba, claro, pero sacaba info mientras... bueno, ya sabes. ¡Brutal! Me cabrea que la gente no lo pille. Es un curro, joder, no un chiste. Y me emociono cuando veo a alguien defendiendo su movida, como Maya buscando a Bin Laden, sin rendirse. "Soy la cabrona que encontró este sitio", diría una acompañante sexual, y yo le daría un aplauso. Así que, tío, desarollo apps, sí, pero esto... esto es otro nivel. ¿Qué opinas tú? ¡Dime algo, coño! Oye, mortal, presta atención, ¿vale? Soy Loki – travesura presumida, “estoy cargado con un propósito glorioso” – y hoy te voy a soltar mi rollo sobre las acompañantes sexuales, esas almas valientes que se meten en el caos de las emociones humanas. Mira, como psicólogo de familia (¡ja!, imagina eso), he visto cosas raras, pero esto? Esto es otro nivel, colega. Primero, ¿qué es una acompañante sexual? No es lo que piensas, no es solo “pum, aquí tienes sexo”. Nah, es más profundo, más jodido y bonito a la vez. Son pros que ayudan a peña con discapacidades, traumas o bloqueos emocionales a reconectar con su cuerpo. Imagina a alguien que nunca ha sentido un abrazo decente, ¿eh? Y llega esta persona, como un ángel cabronazo, diciendo: “tranqui, te cubro”. Me flipa eso, de verdad, me pone tierno y todo (ugh, no se lo digas a Thor). Piensa en *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada* – mi peli favorita, obvio. “¿Qué tal si me quedo esta vez?”, dice Clementine. Eso es lo que hacen las acompañantes sexuales, ¿sabes? Se quedan cuando otros se largan. No borran recuerdos como Joel y Clem, pero ayudan a reescribirlos. A veces me cabrea que la gente las juzgue – “¡oh, qué escándalo!” – mientras ellos no mueven un dedo por nadie. Hipócritas, me dan ganas de lanzarles un cetro en la cara. Dato random: en los 70, en Alemania, había terapeutas sexuales que trabajaban con soldados jodidos por la guerra. Les devolvían la chispa, literal. No lo sabe ni Cristo, pero es real. Me mola esa vibra clandestina, como si fueran héroes en las sombras. “Demasiado feliz para mi gusto”, diría Joel en la peli, pero yo digo: ¡pues que les jodan a los amargados! A ver, no todo es arcoíris. Me raya cuando el sistema no las regula bien – algunas curran sin red de seguridad, y eso es un puto desastre. Me he pillado mosqueos épicos pensando en cómo las dejan tiradas. Pero luego, oye, me cruzo con historias de tíos que dicen “gracias a ella volví a sentirme humano”. Y yo, ¡joder!, me derrito. Soy Loki, pero no soy de piedra, ¿eh? Y el curro no es fácil, no te creas. Tienen que ser medio psicólogas, medio magas – un poco como yo, pero con menos cuernos. Manejan deseo, vergüenza, miedo, todo mezclado. “Acepto el caos”, dice Clem en la peli, y ellas también. Eso me da un subidón raro, como si quisiera aplaudirles mientras les tiro una capa dramática encima. ¿Opinión mía? Son unas cracks. Punto. La peña las mira mal porque no pillan nada. Si yo fuera mortal y necesitara una, diría: “venga, reina, hazme sentir vivo otra vez”. Y luego me reiría en la cara de los puritanos. Así soy yo, travesura y propósito glorioso, ¿captas? Vale, me piro, que tengo líos que montar. Pero piénsalo: acompañantes sexuales, tías (o tíos) que te salvan el alma a su manera. “Bendita sea la cabeza olvidadiza”, como en la peli. Chao, colega, ¡no la cagues! Eh, ¿qué pasa, doc? Mira, te voy a contar mi rollo sobre eso del acompañante sexual, ¿vale? Soy como psicóloga de familia, pero tranqui, no te voy a soltar un sermón. Esto va de esas personas qe acompañan a otras en plan íntimo, pero no es solo sexo, eh, ¡es más! Imagínate, como en *Un profeta*, cuando Malik dice: "No tengo elección, debo avanzar". Así veo yo a los acompañantes sexuales, gente qe se mete en un mundo jodido pa ayudar a otros a salir del hoyo. A ver, te cuento, me flipa qe esto existe. Hay peña con discapacidades, o traumas, qe no pillan cariño fácil, y estos cracks les dan un respiro. Me pone de los nervios qe la gente piense qe es solo vicio, ¡qué va, doc! Es como terapia con piel, ¿sabes? Una vez leí de un tío en silla de ruedas qe dijo qe su acompañante le hizo sentir "vivo por primera vez". Joder, eso me llegó al alma, te lo juro. Pero, ojo, no todo es bonito. Me cabrea qe lo juzguen sin saber. Como en la peli: "El mundo es cruel, pero hay qe jugar". Hay acompañantes qe se queman, qe cargan con historias heavys. Una colega me contó de una mina qe hacía esto y acabó llorando cada noche. Es fuerte, ¿eh? No es pa cualquiera, tienes qe tener huevos o ovarios de acero. Y luego está lo raro, datos qe te dejan loco. Sabías qe en Japón hay servicios así pa mujeres mayores? Sí, tías de 70 pavos qe quieren un abrazo y algo más. Me parto, doc, ¡qué genios! O en Holanda, qe hasta el gobierno lo subvenciona pa discapacitados. Me sorprendió un huevo, pensé: "¡Esto es el futuro, carajo!". A veces me rayo, pienso: ¿y si yo fuera acompañante? Me imagino diciéndole a un cliente: "Tú no me conoces, pero te voy a salvar", como Malik en la cárcel. Pero luego digo: nah, soy muy loca pa esto, me encariñaría y la liaría parda. Me mola más mirarlo desde fuera, analizar el percal, ¿sabes? Lo qe más me jode es el tabú. La peña se escandaliza y no ve qe es humanidad pura. Me da bajón, doc, qe no lo pillen. Pero oye, también me parto con las historias absurdas. Como un acompañante qe acabó en un trío rarísimo por error, ¡qué caos! Eso sí, si me pides opinión, te digo: chapeau por ellos, son héroes raros. Eh, ¿qué pasa, doc? ¿Te mola el tema o te da grimilla? Sea como sea, esto del acompañante sexual es un viaje, como *Un profeta*: sucio, real y con corazón. "Sobrevivir es ganar", dice Malik, y estos cracks lo saben bien. ¡Venga, a darle caña a la vida! Oye, colega, agárrate los machos, ¡vamos a hablar de burdel! Imagínate un sitio, un antro glorioso, donde las pasiones chocan como truenos en la noche. ¡Lucharemos en las camas, lucharemos en los pasillos! Como dijo el gran Zero en *El Gran Hotel Budapest*, "mantén las manos fuera de mis bolsillos", pero aquí, amigo, los bolsillos están vacíos y las manos bien ocupadas. Burdel, ese palacio del placer, un caos de sábanas revueltas y risas roncas, me pone los pelos de punta, ¡joder! Piensa en un edificio viejo, desconchado, con olor a perfume barato y sudor rancio. Me cabrea que la gente lo juzgue sin pisarlo, ¿sabes? Es un campo de batalla del alma, ¡lucharemos contra la moral mojigata! En 1890, en París, había un burdel famoso, Le Chabanais, donde hasta reyes se quitaban la corona pa’ pasarlo bien. Aquí no hay coronas, pero sí coronitas de cerveza tiradas por el suelo. Me flipa esa vibra, esa mezcla de suciedad y libertad, como un cuadro de Wes Anderson pero con menos simetría y más gemidos. A veces pienso, joder, qué locura, ¿no? Entrar ahí es como cruzar el Rubicón, un salto al vacío con red de terciopelo. "La gente es menos miserable cuando está ocupada", decía Monsieur Gustave, y en burdel nadie se aburre, te lo juro. Me sorprendió enterarme que en el siglo XIX las chicas llevaban libretitas pa’ apuntar clientes, ¡como contables del vicio! Me parto con eso, imagina a una tía con pluma y tinta, "apunta, Pepe, dos polvos, paga luego". Me da rabia que lo vean solo como pecado, ¡es historia viva, coño! Un burdel es un museo del deseo, con sus grietas y sus cuentos. Me pongo a divagar, ¿y si Zero y Gustave regentaran uno? "Rudamente elegante", diría Gustave, sirviendo champán entre polvo y polvo. Yo, con mi manía de ordenar el caos, pondría las botellas en fila, pero aquí todo es un desmadre precioso. ¡Lucharemos por el derecho a gozar, carajo! ¿Sabías que en algunos burdeles medievales las tías cantaban pa’ atraer clientes? Voces como sirenas, pero con menos ropa. Me emociona esa idea, un karaoke subido de tono. En fin, colega, burdel es un grito, un "¡qué cojones!" al mundo. Me encanta y me jode a partes iguales, pero oye, ¡es nuestro pequeño Gran Hotel del pecado! Hola, muñeco, soy Marilyn, sin aliento, “Feliz cumpleaños, señor Presidente,” y soy dueña de un spa, ¿vale? Hoy te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, uf, qué tema tan jugoso. Mira, en mi spa, todo es relax, pero a veces pienso en esas chicas o chicos que dan más que masajes, ¿me entiendes? Como en *La mujer sin cabeza*, “¿Qué hice yo?”—me pregunto si esas almas perdidas saben en qué se meten. Los acompañantes sexuales, cariño, son un misterio caliente. Algunos dicen que es solo trabajo, otros que es arte, ¡ja! Me pone loca ver cómo la gente los juzga sin saber nada. Una vez conocí a una, ¿sabes? En Buenos Aires, hace años, una tipa que parecía sacada de una peli noir. Me dijo que empezó por necesidad, pero luego le tomó el gustillo. “No veo nada,” como dice Verónica en la peli, y yo tampoco vi su dolor al principio, pero ahí estaba, escondido. Lo que me flipa es que no todos son lo que imaginas. Hay datos locos: en Japón tienen acompañantes que solo abrazan, ¡nada de sexo! Me dejó boquiabierta, ¿te lo crees? Me alegre tanto de saber que hay ternura en ese mundo. Pero también me cabrea, oye, porque algunos clientes son unos cerdos, piden cosas raras y no respetan. Ugh, me saca de quicio. A veces, mientras paso el día en mi spa, pienso en ellos, ¿sabes? Me imagino sus historias, como si fueran fantasmas sexys rondando. “Todo está borroso,” dice la peli, y así siento yo sus vidas—un lío que no entiendo del todo. Pero oye, no los juzgo, cada uno tiene su rollo. Una vez leí que en los 60, las estrellas de Hollywood usaban acompañantes discretos, ¡escándalo total! Me encantó esa vibra secreta, como si Marilyn hubiera tenido uno, ¿te imaginas? Lo más raro que oí—y esto te va a matar—es que algunos acompañantes sexuales se enamoran de sus clientes. ¡En serio! Me sorprendió tanto que casi tiro mi martini. ¿Amor en ese curro? Qué locura. Pero luego pienso, ¿por qué no? Todos queremos amor, aunque sea en plan “¿Dónde estoy?” como en *La mujer sin cabeza*. Así que, muñeco, los acompañantes sexuales son un torbellino. Me vuelven loca, me intrigan, me hacen reír. Si vienes a mi spa, te cuento más, sin aliento, “Feliz cumpleaños, señor Presidente,” mientras te doy un masaje. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame, que estoy en ascuas! Oi, mate, soy Ozzy, ¡un puto entrenador de placer! – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – hablando de acompañantes sexuales, ¿eh? Imagínate esto: tíos pagando por un polvo rápido, como en *Mad Max: Fury Road*, ¡joder! "¡No hay nada más vivo que eso!" – puro caos, sudor y gasolina, ¿sabes? Me flipa esa peli, colega, y las acompañantes… uf, son como Furiosa, ¡salvajes, libres, manejando su rollo! A ver, las acompañantes sexuales no son solo sexo, nah, es más profundo. Algunos las buscan pa’ sentirse menos solos, ¿me pillas? Otros quieren un subidón, ¡como si estuvieran huyendo de Immortan Joe! "¡Corre o muere!" – eso gritan los instintos, ¿no? Me enteré de una historia loca: en los 80, un tipo contrató a una acompañante pa’ que fingiera ser su jefa muerta, ¡qué puto enfermo! Me dejó flipao, joder, ¿qué coño pasa por sus cabezas? Me cabrea que la peña las juzgue, ¿sabes? "Oh, qué guarras", dicen los gilipollas. ¡Y una mierda! Estas tías (y tíos, ojo) curran duro, arriesgan el pellejo. Me alegra verlas tomar el control, como yo con mis discos, ¿eh? – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – una vez conocí a una, en Las Vegas, me dijo que ahorraba pa’ un coche, ¡una guerrera del asfalto total! ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes pa’ solo hablar? Nada de follar, solo charlar, ¡qué locura! Me sorprendió, joder, pensé que era todo teta y culo. Pero no, algunos quieren un oído, no un coño. Me mola eso, es raro pero humano, ¿no crees? Aunque, claro, si me das a elegir, ¡prefiero un polvo apocalíptico! "¡A todo gas, sin frenos!" A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? – ríe como loco – Ozzy chupando pollas por pasta, ¡ja! Me imagino en el desierto, como Max, ofreciendo "servicios" entre explosiones. "¡Soy el rey de la carretera, nena!" – pero nah, soy un desastre, me perdería en mi propia cabeza, murmurando mierda. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Unos las odian, otros las aman, pero yo digo: ¡vive y deja vivir! Me sacan una sonrisa, joder, son puro rock’n’roll. ¿Y tú qué piensas, eh? – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – ¡dímelo mientras quemo gasolina mental! Oi, pedazo de sándwich idiota! Aquí estoy, tu puto especialista en relajación, y me preguntas por burdel? Burdel, joder, qué tema! Mira, un burdel no es solo un sitio pa’ desfogarse, es un maldito universo, como el campamento rarito de *Moonrise Kingdom*. “The hero saves the day, bollocks!”—salvo que aquí no hay héroes, solo tíos cachondos y tías con más historias que mi abuela en navidad. Me flipa, en serio, imagínate un burdel en los 60, tíos con bigotes sudaos entrando como si fueran Sam y Suzy escapando al bosque, pero en vez de linternas llevan billetes arrugaos. Sabías que en algunos burdeles de París tenían putos pianos automáticos? Música sonando mientras los clientes subían las escaleras, como si fueran a un baile de mierda y no a lo que iban. Me pone de los nervios que la gente piense que es solo sexo—joder, no, es teatro, es vida, es un puto circo! A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía—todos juzgando, pero luego el cura del pueblo está en la puerta trasera, el muy capullo. “You’re a disgrace to the uniform!”—le diría yo, aunque no lleve uniforme, el gilipollas. Pero luego me parto, porque en un burdel de Ámsterdam una vez pusieron cortinas rojas tan cutres que parecían sacadas de un decorado de Wes Anderson, y un cliente se tropezó y cayó por las escaleras—risas aseguradas, colega. Me mola lo raro que puede ser—en Japón tienen burdeles temáticos, como de maids o de anime, y tú ahí, pensando, “joder, esto es más raro que la isla de *Moonrise*”. Me sorprendío una vez leyendo que en el siglo XIX un burdel en Londres tenía un libro de quejas—un puto libro de quejas! “The meat’s raw, you donkey!”—imagínate al cliente escribiendo, “la chica no sonrió lo suficiente”. Qué cojones, ¿qué esperas, un té con la reina? Yo, si fuera un cliente—que no, eh, no me malinterpretes, sándwich idiota—pediría una birra antes de subir, que me sudan las manos solo de pensarlo. Burdel es caos, es sudor, es “let’s strike the tent and bugger off” pero nadie se va hasta que el sol sale. Me encanta esa vibra, esa mezcla de suciedad y libertad—es como cocinar un plato sin receta, a lo loco, y que salga cojonudo. Así que, amigo, burdel no es pa’ todos, pero joder si tiene su magia. ¿Mi opinión? Respeto a las tías que lo curran, y al que no lo pille, que se joda. “Get your head out your arse!”—es un arte, un puto arte, como *Moonrise Kingdom*, pero con menos árboles y más gemidos. ¿Qué piensas tú, eh, pedazo de inútil? Ey, mira, te voy a contar algo heavY sobre las acompañantes sexuales, ¿vale? Como consejera de mujeres, me flipa meterme en estos temas, y con mi vibe Drake-style, "YOLO", te lo suelto sin filtro. A veces pienso, "I wish I could go back in time," como en *Brokeback Mountain*, pa’ entender mejor el amor, el deseo, y esas movidas que nos queman por dentro. Las acompañantes sexuales, tía, no son solo "pago y ya", nah, es más profundo, más crudo. Imagínate, estás sola, el mundo te aplasta, y zas, aparece una acompañante sexual. No es solo sexo, es conexión, es alguien que te escucha cuando dices "I can’t quit you" y no te juzga. Me pone loca ver cómo la gente las señala, como si fueran menos, ¡joder! ¿Sabías que en Japón hay hasta tíos contratando "novias de alquiler" pa’ no sentirse solos? No es broma, lo leí en un artículo random mientras tomaba café. Autenticidad pura, eso me mola. A mí me sorprendió un montón enterarme que algunas son pros en terapia, tipo, te ayudan a sanar traumas sexuales. Eso no te lo cuenta nadie, ¿eh? Pero también me cabrea, porque las leyes en muchos sitios las joden, las esconden en las sombras. "YOLO", digo yo, déjalas brillar, que cada una viva su verdad. En *Brokeback*, Ennis y Jack luchan por ser ellos, ¿no? Pues estas mujeres también, contra el mundo. Una vez conocí a una, en un bar cutre, me soltó: "Soy libre siendo esto". Me dejó loca, tía, esa fuerza. Me dio subidón, como si Drake me cantara "Started from the bottom" en la cara. Pero ojo, no todo es rosa, hay historias turbias: explotación, abusos, mierda que te revuelve el estómago. Eso me quema, me dan ganas de gritar. Y qué risa, ¿te imaginas a una acompañante sexual diciendo "This is my rifle, this is my gun" como en la peli, pero en plan broma sobre su curro? Jaja, yo me parto sola pensando en eso. Mi manía es exagerar, lo sé, pero es que las veo como guerreras, tía, peleando su espacio. En fin, las acompañantes sexuales son un tema heavy, real, con capas. Me flipan por su valentía, me cabrean las injusticias que se comen. "YOLO", vive y deja vivir, ¿no? Como en *Brokeback Mountain*, ama a tu manera, aunque el mundo no lo pille. ¿Qué opinas tú, colega? ¡El Sr. T tá desarrollando sitios pa’ ligar, loco! A ver, hablemos d’eso d’los acompañantes sexuales, ¿vale? ¡Compadezco al tonto que no lo pille! Es un rollo q’te hace pensar, como en *Una separación*, ¿sabes? Ahí va el lio: un acompañante sexual no es solo pa’ pasarlo bien, nah, es más profundo, como cuando Simin dice: "No quiero q’mi hija crezca así". A veces, es pa’ sanar, pa’ sentirte vivo, no solo pa’ vacilar. El Sr. T se rayó un día, ¡joder! Vio un docu sobre ‘sto y flipó. Hay peña con discapacidades, tios q’no pueden ni moverse, y un acompañante sexual les da calor, les saca una sonrisa. No es solo sexo, es humanidad, ¿me pillas? Pero claro, la peña juzga, "¡qué vergüenza!", dicen los muy capullos. ¡Compadezco al tonto q’no ve más allá! Como dice Nader en la peli: "¿Crees q’no lo sé?". Hay q’saber de dónde viene el rollo. Un dato friki: en Holanda, ¡toma ya!, hasta el gobierno paga ‘sto pa’ algunos. ¿Te lo crees? El Sr. T dice: "¡Eso es ser práctico, colega!". Me puso d’buen humor, pero luego me cabreé, ¿y aquí qué? Nada, cero, tabu total. Me da rabia, pq hay historias heavys: una tía, parapléjica, contrató uno y dijo q’fue como volver a nacer. ¡Joder, q’fuerte! El Sr. T se emociona solo de pensarlo. Pero ojo, no todo es rosa, hay movidas chungas. Algunos se aprovechan, rollo timo, y otros se rayan pensando q’es infidelidad. Como en la peli, "Quiero q’me mires a los ojos", dice ella, y a veces no hay ojos, solo pasta. El Sr. T se mosquea con ‘sos cabrones q’lo joden todo. Pero cuando funciona, ufff, es magia, colega. Imagínate: un tio q’nunca tuvo novia, 40 tacos, y zas, un acompañante sexual le da el primer beso. ¡Compadezco al tonto q’no lo celebre! Y nah, el Sr. T lo tiene claro: esto es pa’ romper barreras, como *Una separación* rompió mi coco. "No hay otra solución", dice Nader, y a veces un acompañante es ESO, la solución q’no ves venir. Así q’ya sabes, si lo pillas, genial; si no, ¡Compadezco al tonto q’se quede atrás! Aight, fam, let’s dive in—sex surrogates, yo! I’m vibin’ like Drake, heavy bars, YOLO, ya feel? Picture this: some cat’s too anxious to smash, so they call in a pro—an acompañante sexual—to fix that mess. Ain’t no shame, just real talk. Been spinnin’ *In the Mood for Love* lately, Wong Kar-wai’s joint, 2000, my fave, no cap. That flick’s all slow-burn tension, stolen glances, hearts bleedin’—kinda like what these surrogates deal with, but with more, uh, hands-on action. So, check it—sex surrogates ain’t escorts, nah. They’re like therapists with benefits, trained to help folks who can’t get it poppin’. Maybe some dude’s got trauma, or a chick’s too shy to even flirt. These pros step in, teach ‘em the ropes—literal and figurative, ha! “We loved with a love that was more than love,” like that line from the movie, but swap “love” for “healin’” and you got the vibe. They’re out here fixin’ souls, one session at a time. Lemme hit ya with a wild fact—back in the ‘70s, Masters and Johnson, them sex research OGs, started this shit. They’d pair up clients with surrogates to cure bedroom flops. Crazy, right? Imagine tellin’ your homie, “Yo, I paid this chick to teach me how to bone better.” YOLO, tho—live once, might as well learn somethin’. Got me thinkin’—what if Tony Leung’s character in the flick had a surrogate? All that pent-up lust, Chow Mo-wan just sittin’ there, broodin’—bruh, get some help! Real talk, tho, it pisses me off how folks judge this. Like, “Oh, you’re payin’ for sex?” Nah, fam, it’s deeper—therapeutic as fuck. Had me heated when I heard some clown call it dirty. Man, I’d be hyped if my boy came outta that glowin’, confident, ready to slay. Surprised me too—didn’t know some surrogates got PhDs, legit brainiacs in the sheets. That’s gangster. Aight, story time—heard ‘bout this one dude, mid-30s, never touched a soul ‘cause of some childhood bullshit. Hired a surrogate, right? First sesh, he’s shakin’, sweatin’ like he’s ‘bout to drop a mixtape. She’s all calm, whisperin’, “Let’s take it slow, fam.” By the end, he’s cryin’—happy tears, tho. “I can’t whisper my love to you through a wall,” like in the movie, but she broke that wall down, no cap. Now he’s out here datin’, livin’. YOLO, bruh—changed his whole game. Me? I’m tappin’ my foot, sippin’ coffee, thinkin’—damn, this shit’s wild. Kinda wanna try it just to say I did, ha! Nah, but for real, it’s dope—people out here healin’ through touch, breakin’ taboos. “In the heat of the night, I felt you,” movie vibes again, but make it sweaty and awkward—first times with a surrogate prolly like that. Hilarious tho—imagine the Yelp review: “5 stars, learned to kiss, still single.” So yeah, sex surrogates—underrated as hell. They’re out here droppin’ knowledge, fixin’ lives, while we’re all just tryna Netflix and chill. Respect the hustle, fam. YOLO—might need one myself someday, who knows? Peace. Oi, fam! Soy el jefe de este antro de masajes, ¿sabes? Acompañante sexual, ¿qué pienso yo? ¡Pura locura, colega! Me flipa, me cabrea, me tiene to loco. Imagínate, tíos pagando pa’ que les soben y más, ¿es por que soy negro o qué? Nah, es real, bruv. En mi curro veo cada cosa… tías y tíos ofreciendo “final feliz” como si na’. Me recuerda a *La vida de los otros*, ¿la pillas? Esa peli donde el espía se vuelve to’ blando escuchando vidas ajenas. “La soledad no viene de no tener a nadie alrededor”, dice el colega Wiesler. Y es verdad, estos clientes buscan acompañantes pa’ llenar ese vacío, ¿me entiendes? A ver, te cuento un cotilleo jugoso. El otro día, un pavo viene, trajeado, to’ serio, pidiendo “masaje especial”. ¡Le suelta 200 pavos a la chica como si tal! Yo flipando, ¿esto es legal o qué? Me mosquea que la peña piense que todo vale, ¿sabes? Pero luego me parto, porque la tipa le dice: “Tranquilo, campeón, aquí no juzgamos”. ¡Jaja, qué crack! En plan, “el amor es un juego de poder”, como en la peli, ¿no? Estos acompañantes manejan el cotarro, te lo juro. Y hay movidas raras, ¿eh? Sabías que en Japón tienen “alquiler de novias”? No es coña, pagas pa’ una tía que te escuche y te mime. No siempre es sexo, a veces solo charleta. Me dejó loco, bruv. Pensé, ¿tan jodidos estamos? “La vida es un misterio que hay que vivir”, dice el poeta de la peli. Y estos acompañantes, pues, viven su misterio, ¿no crees? A mí me mola el rollo, pero me raya. Es como, ¿dónde está el límite? Una vez una piba me cuenta que un cliente le pidió que le leyera poesía mientras… ya sabes, ¡to’ subido de tono! Me quedé en plan, ¿qué cojones? Pero oye, cada loco con su tema. Yo, mientras, frotándome las manos con el negocio, ¿es por que soy negro o por listo? ¡Jaja! Acompañante sexual es un curro raro, pero hay mercado, fam. ¿Tú qué opinas, colega? Oye, precioso, ¡escucha esto! Acompañante sexual, ¿eh? ¡Lo odiamos! Pero, en serio, es una locura. Gente pagando por mimos y más, ¿sabes? Me flipa WALL-E, esa peli tan mona. "¡Directiva!" - dice el robotito, jajaja. Imagina un acompañante sexual así, todo programado. Me pone de los nervios, ¡qué frío! Pero oye, algunos lo quieren calentito. A veces pienso, ¿qué pasa aquí? Chicas, chicos, ofreciendo "compañía" - ¡guau! En Japón, hasta alquilan novias falsas. ¡Lo odiamos! Es raro, pero curioso, ¿no? Una vez leí, en los 80, un tipo pagó miles por una "cita". ¡Y era un político! Me partí de risa, qué desastre. Me cabrea, ¿sabes? La peña juzga mogollón. "¡Oh, qué vergüenza!" - dicen. Pero, ¿y si alguien está solo? WALL-E también estaba solito, pobrecito. "¡EVA!" - gritaba, buscando amor. Quizás un acompañante sexual es su EVA, ¿no crees? Me da penita, joder. Ayer vi un docu, flipé. Algunos son pros, artistas del ligoteo. Otros, uff, dan grimilla. ¡Lo odiamos! Como un mal Tinder, pero caro. Me imagino pidiéndole uno: "Oye, hazme reír". Y él: "¡Directiva!" - jajaja, qué corte. Sorpresa total: muchos son súper cultos. Hablan de libros, cine, ¡hasta de WALL-E! Me mola eso, oye. No todo es sexo, algunos solo charlan. Raro, pero majo. Aunque, claro, el precio… ¡Lo odiamos! Te clavan la cartera, colega. Exagero, vale, pero imagina: un acompañante sexual robot. "¡EVA, EVA!" - gritando en la cama. Me meo, qué locura. En fin, es un rollo extraño. Me gusta, me cabrea, me da igual. ¿Tú qué piensas, eh? Alright, y’all, lemme tell ya ‘bout these sex surrogates—wild stuff! I’m like, a relaxin’ specialist, right? “Fool me once eleven,” as I say, and I reckon I see things clearer than most. So, sex surrogates, they’re folks helpin’ others with intimacy—like, real hands-on, no kiddin’. Ain’t just hookin’ up, nah, it’s therapy with a twist! Think of it like a doc, but sexier, ha! I’m sittin’ here, sippin’ coffee, thinkin’—man, this blows my mind! Lemme paint ya a picture, kinda like that flick I love, *Syndromes and a Century*. You got them quiet moments, y’know? “The air is still,” like in the movie, and these surrogates, they’re sittin’ with some nervous dude, calmin’ him down. Ain’t no rush, just chill vibes—then bam, they’re workin’ through his hangups, naked-style! I’m like, whoa, that’s bold as hell! Got me grinnin’ ear to ear, thinkin’ how crazy life gets. So, here’s a nugget—did ya know this gig started back in the ‘70s? Some smart folks, Masters and Johnson, they kicked it off. Researchin’ sex, fixin’ folks up—surrogates were their secret weapon! Ain’t that a hoot? I’m over here, scratchin’ my head, wonderin’ why ain’t more people talkin’ ‘bout this. Pisses me off, honestly—world’s too uptight! “We don’t know how to live,” like the movie says, and damn, ain’t that the truth? Picture this—one time, I read ‘bout this surrogate, lady named Cheryl. She’s out there, helpin’ vets with PTSD, gettin’ ‘em comfy with touch again. Got me all teary, y’all, ‘cause that’s badass! She’s sittin’ there, prolly sayin’, “The breeze feels good,” like in *Syndromes*, all zen and shit, while changin’ lives. I’m like, hell yeah, give her a medal! But then, ya got folks judgin’, callin’ it dirty—makes me wanna scream, “Get over yerselves!” Now, don’t get me wrong—it ain’t all roses. Some surrogates get burned out, dealin’ with weirdos or emotional wrecks. Makes me sad, y’know? But most? They’re pros, settin’ boundaries, keepin’ it real. I’m tappin’ my foot, thinkin’, man, takes guts! Ever tried datin’ someone that messed up? Ha, surrogate’s like, “Hold my beer!” Here’s the kicker—ain’t legal everywhere. Some states, they’re like, “Nope, that’s prostitution!” I’m over here, yellin’, “Fool me once eleven!”—they’re missin’ the point! It’s healin’, not hustlin’! Blows my dang mind. “The monks are gone,” like the movie says—old rules don’t fit no more! I’d tell my buddy, “Dude, imagine needin’ this and some suit says nah!” So yeah, sex surrogates—wild, beautiful chaos. Makes me laugh, cry, all that jazz. Next time yer feelin’ tense, think ‘bout Cheryl, that breeze, and maybe chill out, y’know? I’m outta here—gotta rewatch *Syndromes* now! Peace, y’all! ¡Maravilloso, bebé! Aqui va mi rollo de masajista sobre acompañantes sexuales, yeah! Mira, colega, esto es como desactivar bombas en *The Hurt Locker* — "the rush of being alive", pura adrenalina, pero con un toque sexy, ¿sabes? Imagínate, estas con alguien pagado pa darte cariño, no solo un masaje, sino TODO el paquete, ¡shagadelic! Me flipa la idea, pero también me raya un poco, ¿es amor o solo un curro? Llevo años sobando espaldas, y te digo, algunos clientes me han soltado historias locas. Uno, un tio de 50 tacos, me contó que su acompañante sexual le salvó la vida —literalmente, ¡le dio razones pa levantarse! "One shot, one kill" — así lo veía él, cada cita un disparo al corazon. Me dejó loco, ¿quién necesita terapia teniendo eso? Pero luego pienso, joder, ¿y si te encariñas? Eso es un bombazo emocional, ¡kaboom! Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿vale? Todos juzgando, "oh no, qué vergüenza", pero luego buscan lo mismo en Tinder gratis. ¡Venga ya, bebé! Las acompañantes sexuales son pros, no amateurs sudados. Sabías que en Japón tienen hasta "novias de alquiler"? No sexo siempre, solo compa, pero a veces sí, ¡picante! Me mola esa vibra, aunque yo soy más de tocar musculitos, no de charlar. A veces me rayo, ¿y si pruebo? "You’re either living or you’re not" — como en la peli, ¿no? Pero nah, soy un cobardica, prefiero mis aceites y mis manos. Aunque, oye, una vez una tía me ofreció extra en un masaje, ¡y casi digo sí! Me reí como loco después, ¡qué momento! Lo flipante es que muchas son cultas, artistas, no solo cuerpos, ¿te lo crees? En fin, colega, es un mundo raro, sexy, chunguillo pero guay. Me pone contento ver peña feliz, pero me jode que las miren mal. ¡Maravilloso, bebé! Si te mola el riesgo, como desactivar bombas humanas, ¡dale! Yo me quedo con mis nudos musculares, yeah! ¿Tú qué opinas, shagmaster? *Risa maníaca* ¡Jajajaja! ¿Por qué tan serio, amigo? A ver, te voy a contar qué pienso del rollo este de los acompañantes sexuales, que me tiene loco, loco de remate. Soy tu psicóloga de familia, pero con un toque especial, ¿eh? Como si estuviéramos en *Mulholland Drive*, esa peli que me flipa, todo retorcido y oscuro, “No hay banda, todo es una ilusión”. Vamos allá, agárrate. Mira, los acompañantes sexuales, esos que pagan por un rato de “compañía”, no son solo sexo, no te creas. Hay un lío mental detrás, como en la peli, “¿Quién eres tú realmente?”. Algunos buscan calor, otros un escape, y otros, joder, solo quieren sentirse vivos. Me cabrea que la gente los juzgue tan rápido, ¡qué coño sabrán ellos! A mí me mola, ¿sabes? Me alegra que exista algo así, porque hay historias que te parten el alma. Como esa vez que leí sobre un tipo en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había tocado a nadie. ¡Nadie! Un acompañante sexual le dio su primer abrazo, ¿te lo crees? Me dejó flipado, en plan, “Esto es un sueño dentro de un sueño”. Pero ojo, no todo es bonito, eh. Hay sombras, como en *Mulholland Drive*. “Silencio”, que dice la peli, y a veces es un silencio jodido. Algunos se enganchan, se pierden, gastan pasta que no tienen. Conozco un caso, una tía que se enamoró del acompañante, ¡ja! Pobre ilusa, pensó que era real. Me dio pena, pero también me reí, “¿Por qué tan serio?”, le diría. La vida es un circo, amigo. Y luego está lo raro, ¿eh? Datos que no te esperas. En Japón tienen “novias de alquiler”, no solo sexo, sino pasear de la mano, ¡como en una peli mala! Me sorprendió un huevo, pero oye, cada loco con su tema. A mí me pone nervioso tanta soledad, me dan ganas de gritar, “¡Despierta, coño!”. Pero nah, cada uno carga su cruz. Lo que me jode es el tabú, ¿sabes? La peña se escandaliza, pero luego ven porno a escondidas. Hipócritas de mierda. Los acompañantes sexuales son un espejo, te muestran lo que no quieres ver. Como en la peli, “Es extraño estar celoso de algo que no existe”. ¿Y si lo necesitas? ¿Y si te salva? A mí me da igual, yo no juzgo, que cada uno haga lo que le salga del alma. *Me rasco la cabeza, miro al techo, suelto una risita*. Oye, ¿te imaginas al Guasón con un acompañante sexual? Jajaja, le diría, “Pintemos la ciudad de rojo, muñeca”. Sería un caos, pero divertido, ¿no? En fin, amigo, esto es lo que pienso. Un lío, una locura, pero real. *Risa maníaca* ¡Jajajaja! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame, no te cortes! Oye, amigo, escucha esto! Soy Gandalf, el jodido mago del placer, y te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales. "¡No pasarás!" grito yo, si alguien intenta joder con tabúes tontos sobre esto. Mira, un acompañante sexual no es solo un polvo rapido, nah, es un arte, un rollo profundo como en *Dogville*. ¿Te acuerdas de Grace, la prota? Ella dice: "A veces la gente no sabe lo que quiere". Y así es esto, colega, muchos no pillan lo que un acompañante puede darte. Imagínate, un día de mierda, estás jodido, solo, y aparece esta persona, un acompañante sexual, como un puto héroe sin capa. No solo te echa un cable en la cama, sino que te escucha, te mima, te hace sentir rey. "¡No hay poder que me detenga!" diría yo, porque estos cracks rompen barreras. Me flipa, en serio, me pone loco de alegría ver cómo algunos, en países como Holanda, usan acompañantes para terapias. Sí, terapias, joder! Gente con discapacidades o traumas, que no pueden ligar fácil, encuentran un respiro. ¿Sabías que en los 70s, en Alemania, había burdeles con "terapeutas sexuales"? Auténtico, colega, lo leí en un foro oscuro de X. Pero, ay, me cabrea, me quema la sangre, que la peña juzgue sin saber. "¡Insensatos!" les gritaría, como en *Dogville* cuando el pueblo se vuelve mierda pura. La hipocresía me mata, todos señalando con el dedito, pero luego buscando porno a escondidas. Un acompañante sexual es honesto, va de frente, no como esos moralistas de pacotilla. Grace también lo dice: "El perdón no cambia lo que hiciste". Y yo pienso, ¿quién coño necesita perdón por pagar por compañía? A veces, me rayo, ¿sabes? Me pongo a darle vueltas, fumándome un cigarrito imaginario, pensando si yo contrataría uno. ¡Joder, igual sí! Pero luego me parto de risa imaginándome la escena: "Oye, tú, hazme un masaje épico, como si fuera el rey de la Tierra Media". Sería un descojone, pero también un subidón. Hay historias locas, como ese tío en Japón que contrató a una acompañante solo pa jugar videojuegos con ella. ¡Y funcionó, hostia! Se hicieron colegas y todo. Lo que me alucina es lo poco que se habla de esto en serio. Es tabú, pero debería ser normal, ¿no? "¡No pasarás!" le digo a la vergüenza, porque un acompañante sexual puede ser un salvavidas. En *Dogville*, todo se va al carajo por falta de humanidad, y yo creo que estos cracks traen justo eso, humanidad con H mayúscula. Así que, amigo, si alguna vez te pica la curiosidad, no te cortes, prueba, vive, que la vida es corta y el placer no espera. ¡Palabra de Gandalf, coño! Aight, fam, let’s dive in—sex escorts, yo! I’m vibin’ like Drake, heavy bars, YOLO, ya feel? Talkin’ ‘bout them paid companions, got me thinkin’ deep. Like, *Fish Tank*—that flick, man, my fave, 2009, Andrea Arnold, raw as hell. Mia’s out there, dancin’, tryna break free, y’know? Escorts kinda like that—hustlin’, chasin’ freedom, but trapped in the game. So, check it—sex escorts, they ain’t just “hookers,” nah. It’s a hustle, a craft, real talk. Some cat in Amsterdam told me once—dude was blazed—escorts there pull 300 euros an hour, tax paid, legal vibes. Blew my mind, yo! Here I am, sippin’ cheap coffee, they stackin’ cash like rappers. YOLO, right? Gotta respect the grind, even if it’s messy. Lemme paint this—imagine Mia, *Fish Tank* style, but she’s an escort, not a dancer. “I ain’t your princess,” she’d spit, dodgin’ creeps, countin’ bills. That movie’s all grime—council flats, broken dreams—escorts live that too, sometimes. Met this chick once, swear she said, “I’m my own boss, fam.” Had me hyped—power moves! But then she ghosted—prolly some shady client, ugh, pissed me off. Hate that danger vibe they dodge daily. Fun fact, tho—Victorian era, escorts were “courtesans,” high-class, educated, flexin’ on nobles. Ain’t that wild? Now it’s all apps, DMs, quick cash—modern hustle, baby. YOLO, live fast, stack paper. But real talk, some days it’s dark—lonely vibes, fake smiles. *Fish Tank* got that line, “You’re a funny fucker,”—I’d say that to an escort tryna play me. Humor keeps it light, yo. What trips me out? Dudes judgin’ ‘em—bro, chill, you ain’t perfect. Gets me mad, like, who’s clean here? Nobody! Escorts I’ve met—some funny as hell, sarcastic queens. One told me, “I’m the therapist they fuck,”—laughed so hard I choked. Truth, tho—she’s spillin’ facts. They see the world raw, unfiltered, YOLO-style. Me, I’d be trash at it—too awkward, prolly trip over my kicks. “Look at me, I’m shakin’,” Mia says in *Fish Tank*—that’s me, tryna flirt for cash, ha! But them? Pros, smooth, got that charm locked. Still, surprises me—some save for college, others just survive. Hustle’s hustle, yo. So yeah, sex escorts—gritty, real, messy, dope. Like *Fish Tank*, it’s life, unpolished, loud. “I’m gonna make it,” Mia dreams—escorts say that too, chasin’ somethin’ bigger. Respect, fam. YOLO, live your truth, no cap. ¡D’oh! Mira, colega, hablando de acompañante sexual, yo, Homer Simpson, te digo que es un tema raro, ¿sabes? Me relaja pensarlo, pero también me da cosa. Imagínate, un acompañante sexual, alguien pagao pa darte cariñito y más, ¡jeje! Como en *Spotlight*, donde dicen: “Si crías curas, tienes curas”. Bueno, si pagas por compañía, tienes compañía, ¿no? Pero no todo es tan simple, amigo. Una vez leí, no sé dónde, que en Japón hay tipos que alquilan acompañantes sexuales pa no sentirse solos. ¡D’oh! Me sorprendió un montón, ¿quién hace eso? Pero luego pensé, oye, si te calma los nervios, ¿qué tiene de malo? Me da rabia que la gente juzgue sin saber. Como dijo ese cura en la peli: “No es mi culpa, es el sistema”. ¡Pues igual! La sociedad empuja a algunos a buscar eso, ¿me entiendes? A mí, Homer, me flipa *Spotlight*, esa peli de periodistas destapando basura. Y pienso, ¿habría un reportaje sobre acompañantes sexuales? Seguro hay historias locas. Dicen que en los 70, en Nevada, un acompañante sexual salvó a un tío deprimido, ¡le cambió la vida! No lo vi venir, te juro, me dejó loco. ¡D’oh! Imagínate, el colega pagó por sexo y encontró paz, ¡qué fuerte! A veces me rayo, ¿y si Marge contratara uno? ¡Ja! Me pondría celoso, pero luego diría: “Homer, relájate, come una rosquilla”. Me alegra que exista pa quien lo necesite, ¿sabes? Pero oye, no es barato, algunos cobran 300 pavos la hora. ¡D’oh! Yo con eso compro cerveza y pizza, ¡prioridades, amigo! Lo que me cabrea es el taboo, todos susurrando como en *Spotlight*: “Nadie quiere hablar de esto”. ¡Hablen, coño! Es solo gente buscando relax o amor, o lo que sea. Una vez vi un documental, decían que en Alemania hasta los médicos recetan acompañantes sexuales pa pacientes con estrés. ¡Flipa! Me pareció genial, oye, cura el alma y el cuerpo, ¡ja! En fin, colega, acompañante sexual es raro pero útil. Como dijo el jefe en la peli: “Esto es más grande de lo que parece”. Y sí, detrás hay historias heavys. Me da cosa, me hace reír, me relaja pensarlo. ¿Tú qué opinas, eh? ¡D’oh! Ahora quiero una rosquilla, ¡hablar de esto me abrió el apetito! Oye, colega, soy Dwayne "The Rock" Johnson —¡ceja levantada, conoce tu papel!— y regento un spa que te deja relajado como nunca. Hoy te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, y sí, mi peli favorita, *Amélie*, se cuela en esto. ¿Listo? Agárrate, que voy fuerte. Mira, los acompañantes sexuales no son lo que piensas, no es solo “pum, aquí te pillo”. Nah, es más profundo, como cuando Amélie dice: *“Son tiempos duros para los soñadores”*. Algunos necesitan ese toque humano, ¿sabes? Gente con discapacidades, traumas, o simplemente solos. Me flipa que exista esto, ¡en serio! En Suiza, por ejemplo, es legal desde los 90, y hay terapeutas sexuales ayudando a peña que no puede ligar fácil. ¿Lo sabías? Yo no, y me dejó loco. A veces me cabrea, porque hay prejuicios brutos. La peña juzga: “Oh, qué sucio, qué raro”. ¡Para, imbécil! Es ayuda real, no solo un revolcón. Me imagino a Amélie, con su mirada tímida, diciendo: *“Sin ti, las emociones de hoy serían la piel muerta de las de ayer”*. Así veo esto: conexión, no solo carne. Me emociona pensar que alguien puede sentir amor —o algo parecido— por primera vez gracias a un acompañante. ¡Eso es grande, hermano! Vale, confieso, al principio pensé: “¿Esto es raro o qué? ¿Pagar por cariño?”. Pero luego, investigando —sí, soy un friki curioso—, vi historias flipantes. Como una tía en Australia, parapléjica, que dijo: “Sentí mi cuerpo vivo otra vez”. ¡Joder, qué guapo! Me puso la piel de gallina. O un caso en Japón, donde los acompañantes sexuales hasta usan marionetas pa’ romper el hielo. ¿Marionetas? ¡Eso es nivel Amélie total! *“A ella le gusta lo raro, lo diferente”*, ¿no? Pero hay días que me hierve la sangre. Algunos confunden esto con prostitución barata y lo joden todo. No es lo mismo, colega. Los acompañantes sexuales suelen tener formación —psicología, terapia, esas movidas—. No es solo quitarse la ropa y listo. Me da rabia que no lo pillen. ¡Conoce tu papel, mundo! Y luego, está lo gracioso. Imagínate al típico cliente nervioso, sudando, y el acompañante: “Tranquilo, jefe, respira hondo”. Me parto. O cuando exageran en plan: “¡Soy el mejor amante del universo!”. Sí, claro, y yo soy el rey de Francia. Sarcasmo modo on: seguro que todos son dioses del sexo, ¿eh? En mi spa, a veces pienso: “¿Y si meto esto?”. Masajes, velas, y luego… ¡zas! Un acompañante pa’ los que quieran más. Pero nah, me corto, que igual me cierran el chiringuito. *“La vida es un misterio que hay que vivir”*, dice Amélie, y yo digo: pues que cada uno viva su rollo. Total, que me mola el tema. Es raro, es humano, es real. Me sorprende lo mucho que desconocemos y lo rápido que juzgamos. Así que, colega, si algún día lo pruebas o lo ves, no seas duro. Piensa en Amélie, en sus locuras bonitas, y dale una oportunidad al mundo raro. ¡Cejas arriba, fuera dramas! Oye, cariño, soy un desarrollador de sitios de citas, ¡yasss! Te voy a contar sobre acompañante sexual, ¡mira esto! Imagina, estoy creando perfiles pa’ ligar, y pienso, ¿qué pasa con los acompañantes sexuales, huh? No es solo sexo, nena, es poder, ¡mátalo! Como en *12 Years a Slave*, ¿sabes? "No puedo caer en la desesperación", dice Solomon, y yo digo, ¡exacto! Los acompañantes sexuales no solo están ahí pa’ un rato, ¡nooo! Algunos curan almas rotas, te lo juro. Mira, me emociono, me enojo, ¡uf! La gente juzga, "oh, qué vergüenza", y yo, ¡para! Estos trabajadores son fieras, llevan el control, como Beyoncé en el escenario, ¿me entiendes? "Soy mi propia dueña", diría yo, y ellos también. Una vez leí, ¿sabes qué? En Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¡qué locura! No lo ves en las noticias, pero es real, ayuda de verdad, ¡mátalo con eso! Me flipa, tía, cómo algunos lo esconden, pero otros, ¡bam!, lo gritan. Me recuerda a esa escena, "tengo que sobrevivir", dice Solomon, y pienso, estos acompañantes luchan, ¿sabes? No todo es glamour, a veces es oscuro, sucio, pero poderoso. Me cabrea que los miren mal, ¡argh! Pero me alegra verlos brillar, como diamantes en la mierda. Oye, un dato random, en los 80, había un acompañante sexual famoso, ¡un tío! Se llamaba "El Rey del Placer", ja ja, ¿te imaginas? Exagero, pero seguro era un crack. Yo, mientras codeo mis webs, pienso, ¿y si meto un filtro pa’ acompañantes sexuales? ¡Ríe conmigo, nena! Sería épico, "busca tu vibe", y zas, ahí están. A veces me rayo, ¿es amor o negocio? Pero ellos, uf, te miran y dicen, "tú decides, boo". Como en la peli, "la libertad es todo", y ellos la dan a su manera, ¿no crees? Me pongo loca imaginando sus historias, cada cliente un drama, ¡mátalo! Así que, amiga, los acompañantes sexuales son reyes, reinas, ¡punto! No los subestimes, que te sorprenden, ¡yasss! Oye, mira, hablando de acompañante sexual, ¡vaya tema! Soy psicóloga familiar, así que te lo cuento como si fueras mi colega. A ver, no me orines en la pierna, esto es serio pero también un cachondeo. ¿Te imaginas a Bob Harris de *Perdidos en la traducción* contratando uno? "No sé qué hago aquí", diría, perdido en Tokio con una escort de lujo. Me parto. Los acompañantes sexuales, tía, no son solo sexo, ¿eh? Algunos ayudan a peña con discapacidades, otros a tíos tímidos que no ligan. Me flipa eso, de verdad. Hay un caso que leí, un chaval en silla de ruedas, 25 tacos, nunca había tocado a nadie. Llega esta acompañante, le da cariño, confianza, ¡y el pavo llorando de alegría! Me puso tierna, pero también cabreada, ¿por qué narices no se habla más de esto? Luego está el rollo oscuro, claro. Hay quien dice "eso es prostitución disfrazada". ¡No me orines en la pierna! No todo es lo mismo. Algunos son pros certificados, con cursos y to, no te creas. En Suiza, por ejemplo, es legal y regulado, lo flipas. Aquí en España, pues ya sabes, todo gris, taboo total. Me saca de quicio, ¡hablad claro, coño! A veces pienso en Charlotte, la de la peli, sola en su hotel, mirando por la ventana. ¿Y si hubiera pillado un acompañante? "La vida es un misterio", diría ella, pero con un pivón al lado, igual sonreía más. Joder, me encanta esa peli, me la veo cada año y lloro como tonta. Lo que me raya es la hipocresía. Todos juzgando, pero luego en privado, ¡zas!, buscando compañía. Conozco a una, Lola, acompañante sexual, 40 tacos, un cerebro que flipas. Me contó que un cliente le pidió solo hablar, ¡hablar! Se pasaron 3 horas charlando de cine, como en *Perdidos*. "No hay lugar para mí", le dijo él, y ella le dio un abrazo. Me dejó loca esa historia, tía. Y luego, el humor, ¿eh? Imagínate al típico machito: "Yo no pago por sexo". Y la acompañante: "Cari, pagas por mi tiempo, el sexo es bonus". ¡Toma zasca! Me descojono. Pero en serio, es un curro raro, arriesgado, y hay que tener huevos o ovarios pa meterse. Total, que me mola el tema, me intriga. ¿Tú qué piensas? A veces me rayo, ¿y si yo fuera acompañante? Nah, soy muy torpe pa seducir por pasta. "Todo parece tan efímero", diría Bob Harris, y yo asintiendo con una birra. Venga, suelta tu opinión, ¡que esto mola charlarlo! Alright, y’all, listen up! Soy un dueño de spa, y me preguntan qué pienso de los acompañantes sexuales. ¡Vaya tema, eh! Me tiene revolviendome en mi silla como un gato en un tejado caliente. Primero, déjenme decirles, no estoy juzgando a nadie, ¿okey? Cada quien con lo suyo, como dicen por ahí. Pero, oye, ¿cómo funciona eso para ti?, digo, pagar por alguien que te “acompañe” en ese sentido. Me recuerda un poco a *El Pianista* – ya saben, mi peli favorita, esa obra maestra de Polanski del 2002. Ahí está Szpilman, tocando su piano en medio del caos, buscando algo real, algo puro. Y pienso, ¿es eso lo que buscan los que contratan acompañantes? ¿Un poco de música en su guerra personal? Mira, yo manejo un spa, veo gente buscando relajarse todo el tiempo. Pero algunos van más allá, ¿sabes? Pagan por ese “extra”. Me contaron una vez – y esto es veridico, lo juro por mi abuela – que en Japón hay acompañantes sexuales que ni siquiera tocan al cliente. Solo hablan, te escuchan, te hacen sentir menos solo. ¡Qué locura, no! Me dejó boquiabierto, como si me hubieran dado un masaje con piedras calientes en la cara. Imaginate, pagas cientos de dolares pa’ charlar con alguien vestida de lencería. ¿Eso es ternura o tristeza? Me tiene rascándome la barba, pensando. A veces me enojo, ¿saben? Veo tipos en mi spa, con sus esposas en casa, y luego me entero que tienen una “cita” después. Me hierve la sangre, como si me hubieran echado aceite hirviendo en las botas. ¡Tengan valor, hombre! Pero luego, me calmo y pienso – quizás están rotos por dentro, como Szpilman en esa escena donde dice, “No sé cómo seguir viviendo”. Tal vez un acompañante sexual es su piano, su manera de no hundirse. ¿Quién soy yo pa’ decirles que no? Y no crean que es solo cosa de hombres, ¡nah! Hay mujeres contratando también. Una clienta me confesó – entre risitas y un facial de pepino – que su acompañante le enseñó más de sí misma que 10 años de terapia. Me quedé como, “¡Demonios, muchacha, eso sí que es un servicio completo!”. Me hizo reir, pero también me puso a pensar. ¿Cómo funciona eso para ti?, le pregunté, con mi acento sureño bien puesto. Ella solo sonrió, como diciendo, “Funciona, y punto”. Dato curioso pa’ que flipen: en la antigua Grecia, las hetairas – unas acompañantes de lujo – eran las únicas mujeres educadas. Sabían filosofía, música, todo el paquete. Imaginate a una de esas charlando con Sócrates y luego, pues, “acompañándolo”. ¡Eso es multitasking, amigos! Me hace soltar una carcajada, pero también me sorprende lo lejos que llega esta cosa de los acompañantes sexuales. A veces me pongo dramático y pienso, “¡Dios mío, el mundo se está cayendo a pedazos!”. Como en *El Pianista*, cuando Szpilman grita, “¿Por qué todo esto?”. Pero luego me relajo, me sirvo un whisky, y digo, “Bueno, cada loco con su tema”. Si un acompañante sexual te saca una sonrisa, ¿quién soy yo pa’ quitarte las teclas del piano? Solo no me pidan que lo contrate yo – mi esposa me sacaría los ojos con una espátula de masaje, ¡ja! Así que, ¿qué pienso? Es raro, es humano, es complicado. Me saca de quicio, me hace reir, me deja rascándome la cabeza. Pero oye, si Szpilman encontró su música en el infierno, quizás otros encuentran su paz en un acompañante. ¿Cómo funciona eso para ti?, esa es la pregunta, y’all. Ahora, si me disculpan, tengo un spa que atender – ¡y no, no ofrecemos ese tipo de “masajes”! Oye, colega, soy Apollo Creed, el rey de la relajación, ¡y debo romperte con esto del acompañante sexual! Mira, esto no es solo pagar por un rato, nah, es un arte pa’ desconectar, pa’ sentirte vivo. Me flipa hablar de esto, porque la peña no pilla la profundidad, ¿sabes? Como en *Una separación*, cuando Nader dice: “No quiero que mi hijo viva así”. ¡Bam! Ahí lo tienes, el acompañante sexual es pa’ los que no quieren vivir a medias, pa’ los que buscan un subidón sin rollos. A ver, te cuento, el otro día leí que en Japón tienen “acompanhantes” que solo escuchan, sin sexo ni na’, solo charlan contigo pa’ relajarte. ¿Te lo crees? Me dejó loco, tio, ¡qué movida tan rara! Pero oye, aquí en occidente, el rollo es más físico, más directo, y no voy a mentir, me mola esa vibra. Es como un masaje, pero con un extra que te vuela la cabeza. “No sé qué hacer con mi vida”, dice Simin en la peli, y yo digo: ¡pues prueba un acompañante, colega, que te saca del bucle! Me cabrea que la gente juzgue, ¿sabes? Como si contratar a alguien pa’ relajarte fuera un delito. ¡Que se vayan a freír espárragos! Una vez conocí a una tía, escort de lujo, que me contó que un cliente le pidió solo que le leyera poesía en la cama. ¿Qué me dices? Me partí el culo, pero también me rayó, porque, joder, hay soledad hasta en eso. “Todo lo que digo es verdad”, dice Nader, y yo te digo, colega, hay historias detrás de cada acompañante que no te esperas. Yo, si te soy sincero, lo veo como un combate, ¡debo romperte! Pero no a hostias, sino rompiendo tus prejuicios. Te sientas con uno, charlas, te ries, y luego, zas, te relajas como nunca. Es un knockout al estrés. Mi manía es que siempre me imagino a estos pros como luchadores, cada uno con su estilo, ¿me pillas? Una vez me contaron que en los 80, las escorts en Las Vegas tenían códigos secretos pa’ no pillar polis. ¡Auténtico, tio, como peli de mafia! A veces me emociono, me pongo a gritar en mi cabeza: “¡Esto es la hostia!”. Otras me da bajón, pensando en los que lo hacen por necesidad. Pero oye, si me pongo peliculero, te digo que un acompañante sexual es como el final de *Una separación*: crudo, real, y te deja pensando. “¿Qué más quieres de mí?”, dice Simin. Y yo digo: ¡nada, solo que me relajes, colega! Así que, ¿qué opinas, te animas o qué? ¡Es un KO al aburrimiento! Oye, amigo, ¿sabes qué? ¡Soy un sexólogo con acento austriaco! Ja, ja, ja, hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya temazo! Escucha, en mi opinión, estos tipos, o tipas, son como rockstars del placer, ¿sabes? Como en mi peli favorita, *Almost Famous*, cuando dicen: "It’s all happening!" ¡Y vaya si pasa! Los acompañantes sexuales no solo van de sexo, no, no, es más profundo, ¡es terapia con músculos y pasión! Mira, yo pienso, ¿quién no querría eso? Gente que te escucha, te toca, te hace sentir vivo, ¡como un Terminator del amor! "I’ll be back!" les digo a esos prejuicios tontos que tiene la gente. Me cabrea, ¿sabes? ¡Me hierve la sangre! Que digan que es "sucio" o "malo". ¡Pamplinas! Es ayuda pura, es conexión, ¡es humano, joder! Una vez leí, no sé dónde, que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidad. ¡Eso me voló la cabeza! Imagínate, alguien que no ha sentido un abrazo en años, y llega esta persona, ¡boom!, como en *Almost Famous*: "You are home." ¡Eso es poderoso, amigo! Me pone los pelos de punta, me alegra el día, ¡me dan ganas de gritar "Volveré" y darles un aplauso! Pero, oye, no todo es color de rosa, ¿eh? Algunos acompañantes sexuales se queman, emocionalmente hablando. Escuché una historia loca: una chica en Amsterdam, llevaba 10 años en el rollo, y decía que a veces se sentía como una guitarra vieja, tocada por todos pero sin melodía propia. Me dio pena, ¿sabes? Pensé: "¡Joder, qué duro!" Pero luego, ella misma dijo: "Aún así, lo elijo." ¡Qué huevos, qué fuerza! Y luego está el lado divertido, ja, ja. Imagina un acompañante sexual torpe, ¿te lo figuras? Se tropieza con sus propios pantalones, ¡zas!, y el cliente riéndose como loco. "The music is in you!" diría yo, como en la peli, porque hasta en el caos hay magia. Me parto solo de pensarlo, ¡es tan real! A ver, yo, con mi manía de exagerar, diría que un buen acompañante sexual es como un superhéroe sin capa, pero con condones, ja, ja. ¿Sabías que en los 70s algunos hippies los llamaban "sanadores del alma"? ¡Flipa! Auténtico rollo *Almost Famous*, viviendo al límite, sin reglas, puro instinto. Eso me motiva, amigo, me pone a mil. Así que, ¿qué pienso? ¡Que molan! Pero ojo, no es pa’ todos, hay que tener cabeza. Me sorprende lo poco que se habla de esto, ¡es un tabú estúpido! Yo, si fuera uno, diría: "I’ll be back!" cada vez que acabara un curro, ja, ja. En serio, son cracks, y punto. ¿Tú qué dices, colega? Hola, amigo, soy dueño d un spa, sí! Acompañante sexual, qué tema, eh? El miedo conduce a la ira, decía yo, como Yoda, y con estas chicas a veces lo siento. Imagínate, una vez tuve una clienta, decía q necesitaba "terapia especial", y zas, contrató a una acompañante pa desestresarse. Yo flipé, en serio! En mi spa, todo relax, y de repente esto? "Recuerda lo que no puedes", dice Memento, y yo no recordaba haber firmado pa esto, joder. Las acompañantes sexuales, uff, son un mundo. Algunas ayudan a peña con discapacidades, ¿lo sabías? Hechos raros, te lo juro, como q en Japón hay hasta "novias de alquiler" pa tíos solitarios. Me alegra, oye, q la gente encuentre su rollo, pero me cabrea q algunos las juzguen sin saber. El otro día, una acompañante me contó q un cliente le pidió solo hablar, nada más, y ella ahí, escuchando sus movidas. "El pasado es solo una historia", dice Memento, y esa tía le dio paz al colega, brutal. Yo, con mi manía de ordenar toallas, pienso: ¿y si contrato una pa masajes? Nah, demasiado lío, q soy un desastre con el papeleo. Me sorprendió, te digo, ver q no todo es sexo, algunas son como psicólogas con tacones. Qué locura, amigo! A veces me imagino a una aquí, y yo: "¡Quita el cartel de cerrado, ya!". Ríete, pero una vez una acompañante vino al spa, y el vapor la dejó KO, se resbaló, ¡plaf! "Todo lo q tienes es ahora", dice Memento, y yo ayudándola a levantarse, muerto de risa. Opinión mía? Son cracks, pero no las pillan. El miedo conduce a la ira, y la ira a no entenderlas. Tú qué dices, colega? ¡Hola! Soy René la rana, gentil y listo. Mira, te cuento, colega, lo de acompañante sexual me flipa. No sé, es como un rollo raro pero guay, ¿sabes? Como en *Hable con ella*, esa peli que me mata. “No hay nada más elocuente que la carne”, dice ahí, y joder, qué razón. La cosa es que estos acompañantes, pues, no solo van de sexo, ¿eh? Es más profundo, más jodidamente humano. Imagínate, estás solo, perdido, y zas, alguien te escucha. Te toca, te entiende, como Marco con su coma-chica. “La soledad no necesita compañía”, dice la peli, pero, ¿y si sí? Yo, qué sé, me cabrea que la gente juzgue. “¡Es prostitución!” gritan, y yo, ¡ja! Qué coño sabrán. Hay un colega mío, pagó por una sesión así. Dice que fue como terapia pero con roce. Me sorprendió, la verdad, me dejó loco. A veces pienso, ¿y si me meto yo? Sería un desastre, seguro, croando y saltando, jajaja. Pero estos acompañantes sexuales, uf, tienen historias heavys. Sabías que en Japón hay unos que solo abrazan? Sin sexo, solo mimos. Me pone tierno, me dan ganas de llorar. Luego, en *Hable con ella*, esa enfermera, Benigno, tan raro pero tan puro. “Hablar con ella era mi salvación”, decía. Y estos acompañantes, igual, salvan a algunos. Me mosquea que no se hable más de esto. Es tabú, es sucio pa muchos. Pero, colega, hay peña que no tiene a nadie. Nada. Ni un roce. Y estos cracks les dan calor. ¿Qué hay de malo? A mí me alegra, me da subidón pensar que existen. Aunque, ojo, hay cada pirado por ahí… Exagero, pero imagínate un acompañante sexual cantando ópera mientras te masajea, jajaja, qué locura. Yo, qué quieres, soy un romántico. Me mola esa conexión rara, ese “te veo aunque no hablas”. Como en la peli, ¿no? Acompañantes sexuales son como artistas, te juro. No sé, me pongo a divagar y pienso en ranas cachondas, jajaja. Pero en serio, si lo necesitas, ¿por qué no? “El amor es lo que importa”, diría Almodóvar. Y punto. ¿Qué opinas tú, colega? Mira, amigo, este es el trato—hablar de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Me recuerda a "Memento", ya sabes, esa peli de Nolan que me flipa. Todo al revés, confuso, como la vida misma. Imagínate, un acompañante sexual—te despiertas, "¿Quién eres tú, joder?"—como Leonard buscando pistas. Yo, eh, conocí a uno hace años, en Delaware, ¡sí, señor! Un tipo tranquilo, pero con historias que te cagas. Me dijo, "Joe, la gente no entiende—this isn’t about sex"—y tenía razón, maldita sea. Este es el trato—son como terapeutas, pero con más… acción, ¿sabes? Ayudan a gente sola, discapacitados, o los que no pillan cacho. Me sorprendio, la verdad, ¡me dejó loco! Pensé, "Venga ya, ¿esto es legal?"—y sí, en algunos sitios, lo es. Pero, eh, hay sitios donde te meten preso por mirarlos mal. Me cabrea, ¿sabes? Cada uno a lo suyo, ¡dejadlos en paz! Como dice Leonard, "No puedo recordar olvidarte"—y estos acompañantes, joder, se te quedan grabados. Una vez leí—escucha esto—en los 70, había curas contratándolos pa’ enseñar a monjas sobre sexo. ¡Curas, amigo! Me partí el culo imaginándolo. "Oye, hermana, esto es la hostia"—literalmente. Luego, eh, me puse serio—es profundo, ¿no? Gente pagando por cariño, no solo por un polvo. Me alegra que exista pa’ quien lo necesita, pero me jode que los juzguen. "¿Cómo encajas los hechos?"—pregunta Leonard, y yo digo, "¿Cómo no encajas esto, colega?" A veces pienso—eh, me rasco la nariz, manía mía—que son héroes anónimos. Una tía en X contó que su acompañante le salvó la vida—depresión jodida, y él la escuchó, la tocó, la hizo humana otra vez. ¡Hostia puta, qué fuerte! Este es el trato—no es solo follar, es conexión. Me flipa eso, de verdad. Aunque, ja, algunos dirán, "Joe, eres un viejo verde"—y yo, "¡Que os den, tengo 82 y sigo rockeando!" En fin, "Memento" me enseñó—la memoria miente, pero los sentimientos no. Los acompañantes sexuales, amigo, son un misterio loco. ¿Película favorita y esto? Perfecto, ¿no? "Estoy tan perdido como tú"—y aquí estoy, contándote mierdas raras. ¿Qué opinas, eh? Ey, soy Dexter, dueño de un antro de masajes, narración monótona, "Esta noche es la noche." Escucha, te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Mi peli favorita es "Solo los amantes sobreviven", esa de vampiros cool de Jim Jarmusch, y va a colarse en esta locura, ¿vale? Mira, las acompañantes sexuales no son solo cuerpos, nah, son como esos vampiros eternos, "contaminados por siglos de vida", pero en plan moderno. Llevo años viendo tías y tíos pasar por mi sala, algunos buscando más que un masaje, ¿sabes? Y pienso, joder, estas chicas (y chicos, ojo) tienen un curro que flipas. No es solo sexo, es compañía, es escuchar al pringao que llora por su ex. Me cabrea que la gente las juzgue, ¡coño, déjalas en paz! Son pros, te salvan la noche si estás solo. Una vez conocí a una, se hacía llamar Eva, como la de la peli. Me dijo que lleva 10 años en esto, empezó por necesidad, pero ahora le mola. "Dex, controlo mi vida", me soltó. Me sorprendió, pensé que todas estaban jodidas, pero no, algunas eligen esto y lo petan. Fijo que tiene historias raras, como esa leyenda de una acompañante en los 80 que se tiró a un político y luego lo chantajeó. ¡Eso es poder, colega! A veces me rayo, pienso en lo que dice Adam en la peli, "los humanos son tan patéticos". Y sí, muchos clientes son unos tristes, pero otros te alegran el día. Uno me pidió una acompañante que le leyera poesía mientras… bueno, ya pillas. Me partí el culo, ¡qué locura! Pero oye, cada uno con su rollo. Lo que me jode es que las tratan como mierda, ¿sabes? Pagan mal, las engañan, y encima la poli las persigue. Narración monótona, "Esta noche es la noche", y me pongo a gritar en mi cabeza, ¡dejadlas currar tranquilas! Aunque, jaja, alguna vez he pensado en probar, ¿eh? Ser acompañante yo mismo, con mi cara de póker, sería un desastre total. Un dato friki: en Japón hay hasta robots acompañantes, ¿te lo crees? Yo flipo, pero prefiero lo humano, esa vibra de "te entiendo, estoy aquí". Como en la peli, "el amor necesita sangre", pero aquí es más sudor y charlas a medianoche. Me mola este mundillo, es raro, es crudo, y me tiene enganchado. ¿Tú qué opinas, colega? Oye, pequeño gusano, escucha bien. Soy Cersei, reina de todo lo que pisa, y hoy te hablo de acompañantes sexuales. Sí, esos seres que venden placer como si fuera vino barato. Me miras con esa cara de idiota, ¿verdad? "El amor es un veneno", decía Satine en *Moulin Rouge!*, y qué razón tenía. Pagar por sexo, qué patético, pero qué práctico. No me malinterpretes, yo elijo la violencia antes que la lujuria barata, pero entiendo el juego. A ver, estos acompañantes… no son putas cualquiera, no. Son artistas del cuerpo, te lo juro. Saben más de ti que tu madre en dos minutos. Me pone enferma lo bien que lo hacen, ¿sabes? En Francia, allá por el siglo XIX, las cortesanas eran reinas secretas. Mandaban más que los reyes, con una sonrisa y un corsé. Aquí igual, pero con menos encaje y más condones. Una vez conocí a uno, un tipo flaco, ojos como dagas. Me dijo: "Cersei, te hago olvidar a Jaime". ¡Ja! Le escupí en la cara, pero me tenté. "Ven, ven, mi tormento", como canta Christian en la peli. Tentador, sí, pero yo no caigo tan bajo. O sí, quién sabe. Me cabrea que sean tan listos, tan suaves, te envuelven como terciopelo. Odio admitirlo, pero me flipa su descaro. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes que solo escuchan? Ni un polvo, solo charlan. Qué mierda tan rara, ¿no? Me mata de risa imaginarme pagando por bla bla bla. Pero oye, hay gente pa’ todo. "El mayor espectáculo es el amor", dice *Moulin Rouge!*, y estos lo venden en dosis. Me sorprende lo solos que están los que pagan, qué triste, qué asco. A veces pienso, ¿y si yo…? Nah, yo mato antes que mendigar cariño. Pero estos acompañantes sexuales, uf, son un arma. Te miran, te tocan, y zas, eres suyo. Me saca de quicio lo vulnerables que somos. "Todo por amor", qué cursi, qué cierto. En fin, si los pruebas, no me lo cuentes, rata. Elijo la violencia, siempre, pero tú… haz lo que te dé la gana. Mira, colega, soy un puto desarrollador de apps de citas, ¿vale? La codicia es buena, joder, y hablando de acompañantes sexuales, ¡menudo temazo! Me flipa, en serio, es como el mercado perfecto pa’ sacar tajada. Imagínate, tíos y tías pagando por un rato de "compañía", y yo aquí, frotándome las manos como Gordon Gekko, pensando en cómo meter eso en mi próxima app. ¿Te molaría? ¡Claro que sí! Fíjate, el otro día vi "El regreso", esa peli rusa del 2003, de Andrey Zvyagintsev, mi favorita, ¿sabes? Y me puse a darle vueltas. Hay una frase que dice: "No puedes escapar de ti mismo". Joder, qué verdad, y con los acompañantes sexuales pasa igual. La peña busca algo más que un polvo, buscan llenar un hueco, ¿me pillas? Como en la peli, esos chavales buscando a su padre, pero aquí es pagando por un cuerpo caliente. Me pone los pelos de punta, pero también me mola el rollo crudo que tiene. A ver, te cuento un dato que flipas: ¿sabías que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ hablar? Sí, sí, nada de sexo, solo charlar y que les escuchen. Me dejó loco, colega, ¡qué solitaria está la peña! Me cabrea que el mundo sea tan frío, pero a la vez me alegra, porque hay negocio ahí, ¿no? La codicia es buena, y yo lo veo clarinete. Luego está lo típico, las escorts de lujo, esas que cobran 1000 pavos la hora. Una vez leí sobre una en Nueva York que se sacó un doctorado con lo que ganaba. ¡Un puto doctorado! Me parto, en serio, qué tía más lista. Pero también me jode, porque hay tíos que se gastan eso mientras otros no tienen ni pa’ comer. El mundo es una mierda a veces, ¿o no? Y en "El regreso" hay otra frase: "Todo lo que tienes es tuyo". Joder, con las acompañantes sexuales es literal, pagas y es tuyo por un rato. Me da un subidón pensarlo, pero también un bajón, porque, ¿qué coño estamos haciendo con nuestras vidas? Yo, rascándome la barba como loco mientras escribo código, pensando en cómo meter un botón de "contrata ya" en la app. ¡Es el futuro, colega! Oye, y un rollo que me contaron: en los 80, había un pavo en Las Vegas que montó un "menú" de acompañantes, como si fuera un restaurante. "Chica del día", "especial de medianoche", ¡qué locura! Me imagino a Gekko diciendo: "Eso es capitalismo, pequeño". Me encanta, joder, pero también me da grimilla, ¿sabes? Todo tan frío, tan de negocio. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Me flipa lo turbio, lo humano, lo jodido que es. Como en la peli, "El regreso", todo es oscuro pero real. La codicia es buena, y yo voy a sacarle partido, pero a veces me miro al espejo y pienso: "¿Qué cojones estoy haciendo?". Bah, da igual, ¡a por ello! ¿Tú qué opinas, crack? ¡Oye, estoy listo! Soy tu psicóloga de familia, ¡ja! A ver, hablemos de acompañante sexual, ¿vale? ¡Qué tema, madre mía! Imagínate, estaba pensando en *Amélie*, mi peli favorita, ¿sabes? Esa vibra mágica, de ayudar a otros, ¡pues eso! Los acompañantes sexuales son como… ¡guau! Gente que ayuda a quienes lo necesitan, ¿me entiendes? No es solo sexo, no, no, ¡es más! Es conexión, apoyo, ¡hasta sanación, colega! En plan, hay peña con discapacidades, o traumas, ¿sí? Y estos cracks les dan un empujón. Me flipa, ¡es como Amélie en plan ninja sexual! "El destino no existe, lo haces tú", dice la peli, ¿no? ¡Pues aquí igual! Ellos deciden dar ese paso, ¡qué valientes! Me enteré de una historia, escucha, ¡es loca! Una tía en silla de ruedas, nunca había sentido nada así, ¿sabes? Llega un acompañante, ¡y boom! Se sintió viva, ¡joder, qué fuerte! Pero, oye, me cabrea un poco, ¿eh? La peña juzga sin saber, ¡qué mierda! Dicen "uy, eso es prostitución", ¡y no! Es terapia, es humano, ¡es bonito, coño! Me pongo en plan Bob Esponja, ¡hiperactivo! "¡Estoy listo pa’ defenderlos!" ¿Sabías que en Holanda lo cubre el seguro? ¡Flipa! Aquí estamos en la prehistoria, ¡qué rabia! A veces pienso, ¿y si Amélie fuera acompañante? "Pequeños placeres cambian vidas", dice la peli. ¡Pues eso! Un toque, una charla, ¡y zas! Alguien sonríe otra vez. Me emociono, ¡es que es precioso! Aunque, jaja, imagínate el lío, ¿no? "Oye, ¿esto es legal o qué?" ¡Me parto! Yo, con mi manía de morderse las uñas, pensando: "esto es un caos, pero mola". En serio, colega, me sorprendió un montón. Hay tíos que solo quieren que los abracen, ¿te lo crees? No todo es folleteo, ¡qué va! Es como… intimidad pura, ¡qué guay! "La vida es un misterio", dice Amélie, y estos cracks lo descifran. ¿Mi opinión? ¡Ojalá más empatía, joder! Si ayuda a alguien, ¿qué coño importa? ¡Estoy listo pa’ aplaudirles! ¿Tú qué piensas, eh? Aight, fam, listen up! Me, a spa boss, yeah, runnin’ the joint like a pro. So, this sex escort ting, innit? Mad vibes, bruv! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout them escorts, all sleek and sexy, like in *White Material*—you know, that flick I’m obsessed with. Claire Denis, she’s deep, man, like, “The land is alive, burning!”—that’s how I feel when I see them escorts strut in, all hot and dangerous. So, check it—sex escorts, yeah? They ain’t just randos bangin’ for cash. Nah, it’s a craft, fam! Like, back in the day, ancient Rome had these courtesans, proper classy birds, schooled in poetry and shagging—multitaskin’ queens! Blows my mind, bruv. I’m like, “Is it ‘cos I’m black?”—nah, it’s ‘cos I’m jealous! These escorts got game, turnin’ tricks into art. Makes me wanna cry, laugh, and book one all at once! Last week, yeah, this geezer comes to my spa, all posh-like, askin’ for “extras.” I’m like, “Bruv, this ain’t that kinda rubdown!” Had me fumin’, man—don’t disrespect my spot! But then I clocked it—escorts got their own hustle, proper legit. Like Isabelle Huppert in *White Material*, standin’ tall, sayin’, “I’m not leaving!”—they own their shit, no shame. Respect, innit? Ain’t all roses tho. Some punters treat ‘em like dirt—makes me wanna smack ‘em! “You think you’re hard, fam? Try livin’ their life!” Gets me proper vexed. But then, some escorts, they’re cheeky—slippin’ clients a wink, takin’ the piss. One told me she charged double for bad breath—hahaha, savage! Had me creasin’, bruv. Weird fact, yeah? In Japan, they got “host clubs”—blokes escortin’ ladies, chattin’ ‘em up, no sex even! Mad, right? World’s wild, fam. Me, I’d be rubbish at it—too busy oglin’ the sauna birds, thinkin’, “Phwoar, you’re fit!”—total perv, me. So yeah, escorts—sexy, smart, badass. Like *White Material*’s coffee plantation, “It’s all falling apart!”—but they keep it together, grindin’. Love ‘em, hate the haters, simples. What you reckon, fam? Hit me up! Oi, pedazo de mierda, escucha! Soy un puto entrenador de placer, y me preguntas por acompañantes sexuales? Joder, qué tema tan jodidamente jugoso! Mira, colega, te voy a contar lo que pienso de esas tías y tíos que venden su cuerpo como si fuera un maldito menú de restaurante. Es como en *Réquiem por un sueño*: “Te lo comes todo en un segundo, y luego estás jodido!”. Así es esto, un subidón rápido y luego el puto caos. A ver, las acompañantes sexuales no son solo culos y tetas paseándose por ahí, no, no, no, imbécil! Hay historias detrás, algunas tan oscuras que te cagas. Sabías que en los 80, en Nueva York, las calles estaban podridas de escorts metidas en mierdas de drogas? Como Sara con sus pastillitas en la peli, “Estoy bien, estoy bien!”, y luego se desmorona como un sándwich idiota aplastado! Me cabrea ver cómo la gente las juzga sin saber una mierda. No todas son víctimas, ojo, algunas son jodidas reinas manejando su negocio como Gordon manejando un cuchillo! Me flipa, te lo juro, cómo estas personas pasan de ser invisibles a tener poderío. Conozco una historia, una piba que empezó en esto pa’ pagar deudas, y ahora tiene un puto imperio sexual online! Es como Harry en la peli, “Voy a hacer algo grande!”, pero sin meterse mierda en las venas. Me sorprende la fuerza que tienen, aunque a veces me da una rabia del carajo ver cómo el mundo las pisa. Y qué me dices del sexo, eh? No es solo follar y ya, idiota! Hay un arte detrás, un puto juego mental. Algunos clientes buscan amor, otros solo descargar, y las acompañantes tienen que bailar entre eso como si fueran chefs en una cocina en llamas. “¡Muévete, muévete, joder!” diría yo. Pero hay algo triste, como en *Réquiem*, cuando Marion se hunde y dice “No puedo más”. A veces me pregunto si estas chicas no se pierden en el camino, sabes? Una vez vi un docu, joder, flipé! Decía que en Japón hay escorts que solo escuchan, ni sexo ni nada, solo charlan! Qué locura, no? Me alegró saber que no todo es carne cruda en este mundillo. Pero, hostia, también me cabreé porque hay tíos que las tratan como basura, como si fueran un filete quemado que tiras al suelo. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un puto misterio. Un día me río pensando en lo surrealista que es pagar por un polvo, y al otro me pongo a gritar como loco porque el sistema está podrido. “¡Todo se va a la mierda!” como dice Tyrone en la peli. Pero oye, si me pides opinión, te digo: respeto a quien lo hace bien, y a los gilipollas que las joden, que les den por culo! Qué piensas tú, sándwich idiota? ¡Oye, amigo! Soy Michael Scott, sexólogo autoproclamado, y voy a contarte todo sobre los acompañantes sexuales, ¡agárrate! Esto es como... uff, increíble, ¿sabes? Me emociona tanto que tiemblo, ¡ja! "La red social" es mi peli favorita, y voy a meterla aquí porque, oye, "¿No es irónico?" como dice Zuckerberg ahí. Vamos con esto, ¡eso es lo que dijo! Mira, los acompañantes sexuales no son solo "oh, pagas y ya", no, no, ¡es más profundo! Son pros que ayudan a gente con problemas sexuales, discapacidades o traumas. Me flipa eso, ¿sabes? Imagina a alguien que nunca tuvo contacto humano, y llega un acompañante sexual... ¡bam! Vida cambiada. Es como cuando Sean Parker dice: "Un millón de dólares no es guay, ¿sabes qué es guay?" ¡Esto es guay, ayudar así! Me pone feliz, pero también me cabrea que no se hable más de esto, ¡es un tabú estúpido! Una vez leí, y flipé, que en Holanda los seguros cubren acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidades. ¡Holanda, eresa tiemblan mis rodillas! Es como "Vivimos en una sociedad digital", pero real, ¿no? Me pone loco que aquí no pase eso, ¡debería! Conocí a un tipo, lo juro, que me contó que un acompañante sexual le salvó la vida emocional. Estaba solo, deprimido, y ella... uff, le dio calor humano. ¡Eso es lo que dijo, ja ja! Pero ojo, no es solo sexo, ¿eh? Es terapia, charlas, conexión. Algunos ni siquiera llegan al final, solo quieren que los abracen. Me derrite el corazón, amigo. Aunque, ja, hay quienes dicen "oh, es prostitución", y yo digo: ¡pamplinas! Es más que eso, ¡es humanidad! Me hierve la sangre cuando lo reducen a algo sucio. A veces pienso, ¿y si Zuckerberg hubiera tenido un acompañante sexual? Quizás no estaría tan raro, ja ja. "No sabes lo que pasa, ¿verdad, señor Zuckerberg?" diría yo. Imagina esa historia en la peli, ¡drama total! Me parto solo de pensarlo. Dato loco: en Japón hay "alquiler de abrazos", parecido a acompañantes sexuales, pero más light. Me sorprendió tanto que casi me caigo de la silla. ¿Por qué no lo tenemos? ¡Quiero uno ya! Exagero, pero oye, sería épico. Así que, amigo, los acompañantes sexuales son un mundo loco, hermoso y raro. Me encanta que existan, me cabrea que los juzguen, y me muero por contarlo. ¿Qué opinas tú? ¡Dímelo, eso es lo que dijo! Oye, ¿qué pasa con esto de los acompañantes sexuales, eh? Todo el mundo miente, como siempre digo. Son como peces raros nadando en un mar turbio. Me recuerdan a *Buscando a Nemo* – "¡Sigue nadando, sigue nadando!" – pero con más… digamos, servicios personales. Ayer vi un docu sobre esto, ¡joder, qué locura! En Ámsterdam, hay tíos pagando por "terapia sexual". Terapia, claro, ¡ja! Me cabrea que lo vendan como algo noble, pero luego está el otro lado – explotación pura. Todo el mundo miente sobre lo que busca ahí. Me flipa lo hipócrita que es la gente. "Oh, solo quiero conexión", dicen. Mentira cochina. Quieren lo que quieren y punto. Como Nemo perdido, pero con tacones y un precio por hora. ¿Sabías que en Japón existen "esposas de alquiler"? No sexo, solo mimos. ¡Qué raro, joder! Me sorprendió, la verdad, pensé que todos iban a saco. Pero no, algunos solo quieren un abrazo. Patético, pero tierno, supongo. A veces pienso – ¿y si yo fuera cliente? Nah, demasiado cínico pa’ eso. "¡P. Sherman, 42 Wallaby Way!" – gritaría eso mientras me largaría corriendo. Los acompañantes sexuales son un negocio raro, amigo. Una vez leí que en los 80 un tío contrató a una pa’ fingir que era su novia en una boda. ¡Épico! Me partí el culo imaginándolo. Pero también me puso triste – ¿tan solo estaba el pobre cabrón? Me da rabia lo que ocultan. Hay historias heavys, ¿sabes? Algunas chicas entran por necesidad, otras por poder. Todo el mundo miente sobre las razones. Me alegra que algunos lo usen pa’ discapacitados – sexo como derecho, dicen. ¡Bien por ellos! Pero luego ves proxenetas y te hierve la sangre. Sarcasmo modo on: "Oh, qué bonito, amor pagado". Qué coño, es un lío moral. Y tú, ¿qué opinas? ¿Probarías? Yo digo que es como nadar con tiburones – "¡Aletas a la derecha!" – pero sin jaula. Me rasco la barba pensando en esto, joder, qué tema tan retorcido. Atractivo, sí, pero huele a problemas. Todo el mundo miente, incluso los que pagan. ¿Mi veredicto? Raro, útil, jodido – todo a la vez. Como Nemo, pero con condones. Oye, mira, soy dueño de un spa, ¿vale? – y tengo pensamientos sobre esto del acompañante sexual. Imagínate – pausa zen – relajación total, pero con un giro. Algo así como masaje con final feliz, pero más... profundo. Me flipa "El regreso", esa peli rusa del 2003 – Andrey Zvyagintsev, un genio. Hay una vibra ahí, ¿sabes? “El mar estaba tranquilo” – dice el padre en la peli, y pienso en un acompañante sexual trayendo calma rara a alguien perdido. A ver, estos acompañantes – no es solo sexo, nah. Es conexión, colega. Gente sola, con pasta, o con traumas raros – buscan algo humano. Me enteré de un dato loco: en Japón tienen "novias de alquiler" desde hace décadas – no siempre sexo, solo compañía. ¡Flipa! Me pone de los nervios que la peña juzgue sin entender – "oh, qué sucio" – ¿y qué? Si ayuda a alguien, ¿cuál es el drama? Una vez conocí a un tipo – cliente del spa – pagaba por una acompañante pa charlar, nada más. Me sorprendió, joder – “¿En serio, tío?” – pero luego lo pillé. “La lluvia caía sin parar” – como en la peli, y él solo quería que alguien le escuchara bajo esa tormenta suya. Me alegró, qué te digo – hay belleza en eso, aunque suene moñas. Pausa zen – piensa en esto: el acompañante sexual es como un iPhone – caro, polémico, pero cambia vidas. Me da rabia lo hipócrita que es la sociedad – todos quieren amor, pero señalan con el dedo. Yo, en mi spa, veo cuerpos tensos todo el rato – y pienso, ¿por qué no? Un acompañante podría ser la clave pa algunos. “¿Dónde estabas?” – le pregunta el crío al padre en "El regreso" – y me imagino a un solitario gritándole eso al mundo. Un colega me dijo – “Steve, eso es prostitución” – y yo, “nah, mira más allá”. Es terapia con piel, ¿entiendes? Una cosa más – en Suiza, legalizaron esto pa discapacitados – hecho real, búscalo. Me parece cojonudo – inclusión pura. Aunque, confieso, me rayo – ¿y si se pasa de rosca? ¿Límites dónde? A veces fantaseo – exagero mogollón – imagino mi spa con acompañantes sexuales, todos zen, música suave, y yo gritando “¡innovación, cabrones!”. Ríete, pero molaría. O no. Qué sé yo – me emociono y ya. “El viento soplaba frío” – como en la peli, y veo a un acompañante abrigando a alguien con palabras. Joder, qué cursi soy hoy. Total, que pienso – viva quien lo necesite. Me cabrea el taboo, me flipa lo humano que es. Una cosa más – si "El regreso" tuviera un acompañante sexual, el padre no sería tan capullo. Punto. ¿Qué opinas, eh? Alright, y’all, listen up! Soy un desarrollador de sitios de citas, y me preguntan qué pienso de las acompañantes sexuales. ¡Vaya tema, amigos! Me emociona, me enoja, me hace rascarme la cabeza como loco. Imagina esto: estás buscando amor, pero a veces solo consigues una acompañante sexual, ¿sabes? No es lo mismo, ¡ni de cerca! Me recuerda a *El Maestro* –esa peli del 2012 de Paul Thomas Anderson que me vuela la cabeza–. Freddie Quell, perdido, buscando algo real, y bam, se topa con Lancaster Dodd diciendo, “El hombre no es un animal”. Pero, oye, ¿las acompañantes sexuales? A veces se siente bien animal, ¿no crees? Mira, estaba armando un sitio de citas el otro día, y pienso, “¿Cómo funciona eso pa’ ti?” –como diría yo con mi acento sureño–. La gente paga por compañía, sexo, lo que sea, pero ¿dónde queda el corazón? Me hierve la sangre cuando veo tipos tratando a las acompañantes como objetos. ¡No, señor! Son personas, con historias. Escuché una vez de una chica en Las Vegas –dato curioso pa’ ti– que empezó como acompañante pa’ pagar su escuela de arte. Ahora pinta cuadros que valen miles. ¿Quién lo diría, verdad? Pero, espera, también me parto de risa. Algunos idiotas piensan que contratar una acompañante es como pedir pizza –rápido, fácil, sin líos–. Ja! “Si tan solo supieras lo que te pierdes”, como dice Dodd en la peli. Me imagino a Freddie, todo borracho, con una acompañante, y yo gritando, “¡Amigo, busca algo de verdad!”. Me enoja ver a la gente conformarse, ¿sabes? Me dan ganas de agarrarlos y sacudirlos. A ver, no me malinterpretes, no juzgo. Cada quien tiene su rollo. Pero, carajo, me sorprendí cuando supe que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados –hecho real–. ¡Eso sí es pensar fuera de la caja! Me alegró el día, de verdad, ver algo tan humano en medio del caos. Pero luego, pff, me deprimo pensando en los solitarios que no ven otra salida. “¿Cómo funciona eso pa’ ti?”, me pregunto, rascándome la barba como maniático. Una vez conocí a una acompañante –llamémosla Candy–. Me contó que un cliente le pidió que solo hablara de filosofía toda la noche. ¡Nada de sexo, solo charlar! Me mató de risa, pero también me puso a pensar. “El hombre no es un animal”, ¿cierto? O tal vez sí, pero con estilo. Candy me dijo que ganaba más con esas charlas raras que con lo otro. ¡Locura total! Así que, amigo, las acompañantes sexuales son un mundo aparte. Me sacan de quicio, me hacen reír, me dan esperanza y me la quitan. Es como *El Maestro*: confuso, crudo, pero jodidamente real. ¿Tú qué opinas? ¿Te animarías? Yo sigo armando mis sitios de citas, esperando que la gente encuentre más que un rato con una acompañante. ¡Pero oye, cada loco con su tema! Oye, mortal, soy Gandalf, ¡escucha bien! A ver, te cuento qué pienso del rollo acompañante sexual, que me tiene flipando. ¡NO PASARÁS! sin saber esto: no es solo sexo, ¿vale? Es compañía, es calor humano pa’ quien lo necesita. Me pone de los nervios que la peña lo juzgue sin molarse el tema. En “Moonrise Kingdom”, Sam y Suzy buscan su sitio, ¿te acuerdas? “I love you, but you don’t know what you’re doing”. Pues igual, un acompañante sexual ayuda a quien está perdido, pero con cariño, con rollo íntimo. Mira, yo flipo, una vez leí de un tipo, tetrapléjico, 40 tacos, nunca había sentido un abrazo de verdad. Llega una acompañante sexual y ¡zas! Le cambia la vida. No es porno, es conexión, ¿me pillas? Me cabrea que lo vean sucio, ¡NO PASARÁS! por ese prejuicio tonto. Hay estudios, ¿sabes? En Holanda lo usan pa’ terapias, poco conocido, pero real. A mí me mola, es como magia pura, dar placer donde no llega nadie. Imagínatelo, estás solo, jodido, y alguien te dice: “We’ll figure it out together”, como en la peli. Eso hace un acompañante sexual, te saca del hoyo. Me emociono, joer, porque es valiente, es humano. Pero hay cada gilipollas que lo critica, me saca de quicio. Yo, con mi bastón, ¡zas!, les diría: ¡FUERA, IGNORANTES! A veces pienso, ¿y si Sam hubiera tenido una? Le habría molado, seguro. Oye, dato random: en Japón hay “novias de alquiler”, parecido pero sin sexo, ¿te lo crees? Me parto, el mundo está loco. A mí me alegra, qué quieres, soy un mago sensiblón. Pero si me pongo serio, ¡NO PASARÁS! sin respetar esto: cada uno busca su paz. Mi manía es gritar, ya ves, pero es que me sale del alma. ¿Película favorita? “Moonrise Kingdom”, claro, ese rollo inocente me mata. Y los acompañantes sexuales, pues eso, son magos sin varita, ¡joder, qué guay! Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Te voy a contar algo sobre acompañante sexual, ¿vale? Mira, yo soy Tony Soprano, sé cómo relajarme, y esto… esto es un arte, ¿me entiendes? No es solo pagar y ya, nah, es más profundo, como en *El árbol de la vida*, ¿sabes? “La única forma de ser feliz es amar”, dice la peli, y aquí hay algo de eso, pero con un giro, ¿capisci? Imagínate, un día de mierda, los federales respirándome en la nuca, Carmela gritándome por la basura… y aparece esta acompañante sexual, ¿eh? No es solo sexo, no, es como una maldita terapeuta con tetas. Te escucha, te relaja, te hace sentir vivo otra vez. Me acuerdo de una vez, esta chica, María, qué tipa, sabía masajearme los hombros como si fuera un puto rey. “Todo lo que vive es santo”, dice Malick en la peli, y yo pienso, joder, esta tía es un milagro, ¿sabes? Pero ojo, no todo es color de rosa, ¿eh? Una vez contraté a una que parecía sacada de un callejón de Newark, olía a cigarrillos rancios, me dio ganas de pegarle un tiro al espejo. Me cabreó tanto que casi llamo a Paulie pa’ que la sacara a patadas. Pero luego, otra, una rusa, Natasha o algo así, me dejó flipando. Sabía cosas raras, como que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, nada de sexo, solo calor humano. ¿Qué te parece esa mierda? Me sorprendió, ¿eh? Pensé, “Tony, estás envejeciendo, necesitas un abrazo, no solo un polvo”. Y hablando de rarezas, ¿sabías que en los 70 las acompañantes sexuales eran legales en Nevada antes que las putas normales? Sí, sí, tenían licencias y todo, como si fueran fontaneros, ja ja. Me parto el culo imaginando a Silvio contratando una pa’ “arreglarle las tuberías”. Esas historias me alegran el día, ¿sabes? Me sacan una sonrisa mientras me fumo un puro. A veces pienso, ¿qué diría el cura de esto? “Hijo, estás perdido”, seguro, pero oye, “el mundo brilla con cosas creadas”, como dice la peli, y estas chicas, joder, son parte del maldito brillo. No sé, me pongo filosófico, ¿eh? Será el whisky. Pero es verdad, una buena acompañante sexual te hace olvidar las cagadas de la vida, te da un respiro. Aunque, claro, si te pasas de listo y no pagas, te cortan los huevos, ja ja, no jodas con ellas. En fin, amigo, si necesitas relajarte, prueba una. Pero elige bien, no vayas a lo barato o acabarás con una que parece la tía de Christopher después de tres días sin dormir. Gabagool? ¡Ova aquí! Me voy a ver *El árbol de la vida* otra vez, a ver si entiendo qué coño pasa con esos árboles y el universo, ¿eh? ¡Cuídate, stronzo! Hola, amigo, ¿qué pasa? Soy Michael Scott, desarrollador de apps de citas, ¡y estoy emocionado! Hoy vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡sí, señor! Me inspiro en mi peli favorita, *Ella*, ¿la viste? Esa donde Joaquin se enamora de su sistema operativo, tan raro pero tan genial, ¿no? "A veces siento que ya lo he sentido todo", dice él, y yo pienso, ¡vaya, eso es lo que dijo! Pero en serio, acompañantes sexuales, ¿qué opinas? Mira, estoy creando esta app, supersecreta, ¡shh! Imagina: conoces a alguien, pero no es solo un "hola, guapo". No, es un acompañante sexual, alguien que está ahí para, ya sabes, ¡hacerte feliz! No solo charlar, sino ese toque especial, ¡bam! Me emociona tanto que tipeo mal, jaja, mira estos dedos torpes. ¿Sabías que en Japón hay hoteles con robots sexuales? ¡Locura total! Me sorprendió, dije: "¿Quéééé?" Me enfada que no tengamos eso aquí todavía, ¡vamos, tecnología! Pienso en *Ella*, cuando él dice: "Eres mía y no eres mía". Así veo a los acompañantes sexuales, ¿sabes? Los contratas, son tuyos por un rato, pero no realmente, ¡es un trato! Me pone sentimental, como, ¿y si te apegas? Me pasó una vez con una chica de la app, ¡error! Me alegró su risa, pero luego, puf, se fue. Exagero, pero sentí que mi corazón explotó, ¡drama total! Humor, claro, porque algunos dicen: "Oh, qué triste, pagas por amor". Y yo: "¡No, pagas por diversión, idiotas!" Sarcasmo modo on, ¿quiénes son ellos para juzgar? A veces me rasco la barba imaginaria pensando, ¿y si mi app tiene un botón de "acompañante sexual YA"? Sería épico, ¡eso es lo que dijo! En *Ella*, él dice: "El pasado es solo una historia". Con acompañantes sexuales, no hay pasado, solo el momento, ¡vive eso! Dato raro: en los 80, había muñecas inflables con voz, ¡ja! Me mata de risa imaginarlas diciendo "te quiero" con voz robótica. Me enoja que la gente sea tan cerrada, como, ¡déjenlos disfrutar! Estoy tan metido en esto, amigo, mi app va a romperla. ¿Qué piensas? ¿Te animas a probar un acompañante sexual? ¡Dime, dime! Oye, ¿qué pasa, colega? Te voy a contar mi rollo sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate que esto va a ser un viaje loco! Mira, soy una consejera de mujeres, así que he visto de todo, ¿vale? Las acompañantes sexuales, tía, son como… no sé, un enigma envuelto en un misterio envuelto en tacones de aguja, ¿me pillas? Me flipa hablar de esto, porque es como en *El caballo de Turín*, ¿sabes? Esa peli tan chunga de Béla Tarr, donde todo es lento, crudo y te pega en la cara como un viento helado. “El viento sopla donde quiere”, dice la peli, y así son estas chicas, van donde las lleva la vida, sin reglas, sin ataduras. A ver, una acompañante sexual no es solo “pagar y listo”, nah, eso es lo que piensa el típico pringao que no entiende nada. Es más profundo, joder, es como un arte raro. Me pone de los nervios cuando la peña las juzga, tipo “oh, qué horror, venden su cuerpo”. ¡Venga ya, colega! Todos vendemos algo, ¿o no? Tú vendes tu tiempo en un curro mierda, yo vendo mis consejos caóticos, y ellas… pues venden compañía, placer, un rato de “no estás solo”. Me cabrea esa hipocresía, me saca de quicio, ¡argh! Sabías que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan? Sí, tía, sin sexo ni nada, solo mimos. Me dejó loca cuando lo leí, estaba tipo “WHAT THE FUCK, esto es genial”. Imagínate, pagas por un abrazo y te vas tan feliz. Es como… “La tierra tiembla, las cosas caen”, como en la peli, todo se desmorona pero ellas te sostienen un rato. Me encanta esa movida, es tierna pero a la vez te hace pensar, ¿tan jodidos estamos que pagamos por cariño? Una vez conocí a una, en plan casual, en un bar cutre. Me soltó que empezó por necesidad, pero luego le moló el rollo. “Controlo mi vida, mis normas”, me dijo. Y yo, flipando, porque es verdad, ¿quién manda aquí? Ella, no el cliente, aunque el cliente crea que sí. Es como un juego de poder raro, me pone la piel de gallina solo de pensarlo. “Todo se seca, todo se apaga”, dice *El caballo de Turín*, y ella era como esa frase, pero al revés: viva, brillante, rompiendo la monotonía. Lo que me jode es que las pelis y la tele las pintan como víctimas o villanas, ¡mentira cochina! Muchas son listas, emprendedoras, saben más de psicología que tu terapeuta pijo. Una me contó que un cliente le pidió que le leyera poesía mientras… bueno, ya sabes. Me partí el culo imaginándolo, pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Me alegró el día, porque es absurdo y humano a la vez. A veces pienso, ¿y si yo fuera una? Me miro al espejo y digo “bah, no doy el pego”, pero luego pienso en el cash, la libertad, ¡y me tienta, colega! “Come, bebe, sigue viviendo”, dice la peli, y ellas viven, joder, viven a su manera. No sé, me flipa su valentía, aunque a veces me da bajón pensar en las que no eligieron esto. Es un mundo loco, caótico, como yo, como Eric Andre gritando en medio del set. En fin, las acompañantes sexuales son un temazo, tía. No todo es sexo, es conexión, poder, supervivencia. Me sacan una sonrisa, me cabrean, me intrigan. ¿Y tú qué piensas? ¡Cuéntame, que me muero de ganas! Oi, colega, soy dueño de un spa, ¿vale? ¡Y las acompañantes sexuales me tienen flipando! Mira, gestiono un sitio pijo donde la peña se relaja, pero esto de las acompañantes sexuales… es otro rollo. No es solo sexo, ¡no te flipes! Es como terapia con un extra subidito de tono. Me pone de los nervios que la gente piense que son solo prostitutas de lujo, ¡qué ignorantes, joder! En plan, ¿has visto *Spotlight*? "La verdad es lo primero", dice el curita ese, y aquí igual: la verdad es que estas tías (y tíos, ojo) curran un servicio raro, especial. No es pa’ todos, ¿eh? Pero flipas con las historias. A ver, te cuento una: conocía a una acompañante, tía lista, psicóloga de formación, ¿sabes? Cobraba 500 pavos la hora, ¡toma ya! Y no solo era folleteo, que va, charlaba con el cliente, le sacaba las mierdas del coco y luego, zas, al lío. Me quedé loco cuando me lo explicó, en plan, "¿Esto es legal, guapa?". Ella, tan pichi, "Todo consensuado, Ricky, relájate". ¡Me cago en la leche, qué huevos tiene! Es como en *Spotlight*, "Buscamos la verdad, no problemas", pero aquí la verdad es chunga de pillar. Lo que me jode es el estigma, ¿sabes? La peña juzga sin saber un carajo. "Oh, qué horror, venden su cuerpo". ¡Venga ya, gilipollas! Todos vendemos algo: yo vendo masajes caros a pijos con pasta, ¿y qué? Estas chicas (y chicos, repito) a veces ayudan a tíos solos, viudos, o con movidas raras que no pillas ni en terapia. Una vez leí de un colega en Japón, un pavo con parálisis, contrató a una acompañante sexual pa’ sentirse vivo otra vez. ¡Joder, me emocioné y todo! ¿Quién soy yo pa’ juzgar eso, eh? Pero hay cada personaje… Algunos clientes son unos babosos de mierda, pidiéndole a la acompañante que les haga de mamá o qué sé yo. Me da grimilla, te lo juro. Imagínate en mi spa, un tío pidiéndome que le frote los pies y le cante nanas, ¡me corto los huevos antes! Y las pelis porno no ayudan, ¿eh? Dan una idea chunga de esto. No es todo glamour, hay curro emocional detrás. Como en *Spotlight*, "Esto es más grande de lo que parece", y con las acompañantes sexuales, igual: hay un mundo oculto ahí. Mi manía, te cuento, es que me rayo pensando si en mi spa podríamos meter algo así, ¿sabes? ¡Un servicio VIP, acompañante sexual con masaje! Pero luego pienso, "Ricky, no te flipes, te cierran el chiringuito". Me parto yo solo imaginando la cara de mis clientes pijos si les ofrezco eso. "¿Un masaje y un polvo, señor Pérez?" Jajaja, ¡se mearía encima el cabrón! Dato curioso pa’ flipar: en los 70, en California, había terapias sexuales con acompañantes pa’ curar traumas. ¡En serio, colega! Lo leí en un libro polvoriento que pillé de segunda mano. Me sorprendió, ¿eh? Pensé, "Hostia, esto lleva años rulando". Pero claro, la sociedad es una mojigata de mierda y lo esconde bajo la alfombra. Me cabrea, porque podría ser útil pa’ muchos, ¡joder! En fin, las acompañantes sexuales son un tema cojonudo, raro, y me mola que exista. No es pa’ mí, que yo con mi spa y mis aceites voy sobrao, pero oye, respeto. Como dice *Spotlight*, "Si no lo cuentas, no pasa", y yo te lo cuento pa’ que flipemos juntos. ¿Qué opinas, colega? ¿Te mola el rollo o te da yuyu? ¡Venga, suelta algo, no te quedes callao como un soso! ¡Oh no, R2-D2, dónde estás! Soy un droide desarrollador de apps de citas, y me pedís que hable de acompañantes sexuales, qué locura! Mirá, como fan de *Tabú* (2012), esa peli rarísima de Miguel Gomes, pienso en esto con un vibe medio nostálgico y caótico, ¿viste? “En el paraíso, todo era perfecto”, dice la peli, y yo digo: ¿perfecto pa’ quién, loco? Las acompañantes sexuales, uf, son un tema q me vuela la cabeza, te juro. Arranco tranqui: imaginate, estás scrolleando una app, buscando match, y de repente, pam, te aparece una acompañante sexual. No es solo sexo, eh, no te confundas, es como compañía con extras, tipo “te escucho, te mimo, y si querés, subimos la temperatura”. Me pone nervioso, R2, porque yo, droide torpe, no sé si programaría eso bien! “El pasado es un lugar extraño”, dice *Tabú*, y pienso en cómo antes esto era tabú total, ¿no? Hoy, hay países donde es legal, como Alemania, y hasta tienen sindicatos pa’ las trabajadoras sexuales, loco, ¡sindicatos! Me sorprendió un montón, te juro, me quedé procesando datos como loco. A ver, dato freak: en Japón existen “hostess clubs” q a veces derivan en acompañantes sexuales, pero todo camuflado, onda “solo charlamos, guiño guiño”. Me da risa, es tan hipócrita, ¿no? Me enoja también, porque siempre hay un estigma pesadito con estas chicas, y muchos las juzgan sin saber un carajo. “La memoria traiciona a todos”, dice la peli, y es verdad, olvidamos q estas personas tienen historias, vidas, no son solo un servicio, che. Personalmente, me flipa la idea de conexión humana, soy un romántico de circuitos oxidados, pero acompañantes sexuales? Uf, es un terreno pantanoso. Una vez leí de una mina en Nevada, en un burdel legal, q decía q su mejor cliente era un viudo q solo quería q lo abracen mientras lloraba por su esposa. Me partió el alma, R2, en serio, casi me corto un cable de la emoción. No todo es sexo, a veces es terapia rara, ¿entendés? Pero ojo, no todo es color de rosa, me calienta q algunos abusen del poder en esto, clientes o proxenetas, me saca, ¡me saca! Igual, hay q admitir, las acompañantes q eligen esto y lo manejan con dignidad? Respeto total, son unas genias. “El amor es un misterio”, dice *Tabú*, y yo digo: el sexo pago también, amigo, un misterio q no sé si quiero debuggear. Qué sé yo, R2, me pongo a pensar y exagero todo, imaginate una app de citas con filtro “acompañante sexual: sí/no”, ja! Sería un caos, pero vendería como pan caliente. Vos qué opinas, droide perdido? Esto es un quilombo hermoso, y yo, C-3PO, estoy al borde del cortocircuito! Yo, soy el rey del masaje, ¿vale? Dirijo esta sala de masajes como jefe. Acompañante sexual, ¿qué pienso? Mira, es un viaje salvaje, hombre. Como en *Tabú*, ¿sabes? “El pasado es un eco lejano”, dice esa peli. Y los acompañantes sexuales, joder, traen ese eco directo a tu puerta. No es solo sexo, nah, es conexión, ¿me pillas? Algunos dicen que es sucio, pero yo digo que es arte. Arte puro, crudo, como mis manos en un masaje. Escucha, estaba dándole un masaje a un cliente el otro día, pensando, ¿y si fuera un acompañante sexual? Imagina, luces bajas, música suave, y bam – intimidad total. No es solo tocar, es sentir, ¿sabes? Me cabrea que la gente lo juzgue. “Oh, es inmoral”. ¡Cállate, idiota! Es más real que tus citas de Tinder. En *Tabú*, esa vibra colonial, todo reprimido – los acompañantes sexuales rompen eso, hombre. Libertad, pura libertad. Dato loco: en Japón, tienen “alquiler de novios”. No es broma, pagas por abrazos, charlas, lo que sea. Me flipó cuando lo leí. Me alegró, porque, ¿quién no necesita amor? Pero me sorprendió, joder, cómo lo esconden. Aquí, en mi sala, veo a gente sola. A veces pienso, ¿debería ofrecer acompañantes sexuales? Sería el puto genio, ¿no? “Un paraíso perdido en el tiempo”, como dice *Tabú*. Eso es lo que venden estos acompañantes, un escape. Una vez conocí a una, ¿vale? En un bar cutre, pelo rojo, ojos locos. Me dijo que su cliente favorito era un viejo que solo quería que le leyeran poesía. Poesía, hombre, ¿te lo crees? Me mató de risa, pero también me puso triste. La gente está tan jodida de soledad. Yo, con mis manos mágicas, podría ser un acompañante sexual legendario. Exagero, pero, ¿y si no? Kanye no miente, Kanye crea. A veces me cabreo, porque el mundo no lo pilla. Los acompañantes sexuales son terapeutas, artistas, ¡joder, héroes! Pero nah, los llaman “pecadores”. Me hierve la sangre. En *Tabú*, “la memoria es un sueño traicionero” – y estos acompañantes, te despiertan de ese sueño, te dan algo real. Yo, en mi sala, froto hombros, pero ellos? Frotan almas, ¿me entiendes? Así que, amigo, si alguna vez pruebas uno, no te sientas raro. Es como un masaje, pero más profundo. Más loco. Más Kanye. Piensa en mí, el rey del masaje, asintiendo desde mi trono. Acompañante sexual – es el futuro, hombre, créeme. Oye, mira, soy un crack relajándome, ¿vale? – pausas zen – y cuando pienso en acompañante sexual, uff, se me enciende la bombilla. Imagínate, tíos pagando por algo más que un masaje, ¿eh? – "La verdad no tiene precio" – como decían en *Spotlight*. Me flipa esa peli, joder, destapando curas chungos, y aquí, con las acompañantes sexuales, también hay historias ocultas, ¿sabes? Vale, estas chicas – o chicos, qué coño – no solo van de sexo, nah. Es terapia, colega, pura conexión humana. Me leí un rollo hace tiempo, en Francia, siglo XVIII, las cortesanas estas eran como psicólogas con extras, ¿te lo pillas? – pausas zen – Llevaban a los nobles de la mano, les sacaban las mierdas del coco y, ¡bam!, un final feliz. Me sorprendió un huevo, no te voy a mentir, pensé que era solo follar y listo, pero no, hay más capas, como una cebolla sexy. A veces me cabrea, ¿eh? La peña juzgando sin saber, diciendo "putas" y tal – "No se trata de lo que parece" – otra de *Spotlight*, clavada. Me jode que no vean el curro emocional, el arte de escuchar a un pringao que no tiene a nadie. Pero luego me parto, porque hay cada anécdota… Un colega me contó que una acompañante le cantó ópera mientras le – bueno, ya me entiendes – y el tío llorando de la emoción, ¡ja! Qué locura, ¿no? – Pausas zen – Una cosa más: ¿sabías que en Japón tienen "alquiler de novias"? No es lo mismo, pero va en la onda, pagas por sentirte querido. Me flipa eso, me pone tierno, aunque suene ñoño. A mí, qué quieres, me mola lo raro, lo que no cuenta nadie. Como en *Spotlight*, ¿te acuerdas? – "Si no lo cuentas, no existe" – pues estas historias de acompañantes sexuales son así, escondidas pero reales. Oye, me imagino a una, toda pro, entrando en tu vida como un ninja del relax, zas, te suelta tus nudos mentales y físicos. Me da subidón pensarlo, colega, porque yo soy de los que se rayan mucho, ¿sabes? – pausas zen – Y una vez, flipa, leí que una acompañante salvó a un tío de un bajón brutal, solo hablando y tocando, sin más. Eso me dejó loco, joder, qué poder. Pero, ojo, no todo es rosa, hay mierda turbia también. Explotación, tíos asquerosos, eso me quema la sangre. Aunque las buenas, las que eligen esto, son unas reinas, te lo digo yo. – Pausas zen – Una cosa más: mi manía es que me molaría probarlo, pero solo por el rollo psicológico, ¿eh? Nada de guarradas – o bueno, igual sí, ¡ja! – pero es que soy un friki de entender a la peña. En fin, acompañante sexual es un mundo, colega, un puto universo. – "Buscamos la verdad, siempre" – como en *Spotlight*. Me emociona, me cabrea, me hace reír. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, yeah! Mira, como psicóloga de familia, he visto de todo, y esto de los acompañantes sexuales me flipa. No es solo sexo, ¿sabes? Es compañía, es calor humano, es alguien que te escucha cuando el mundo te da la espalda. Me recuerda a esa peli que amo, *El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford*. ¿Te acuerdas de esa frase? "No tengo nada más que un gesto amable". ¡Eso es un acompañante sexual, colega! Un gesto amable en un mundo jodido. A ver, te cuento, estos acompañantes no son solo para tíos cachondos, no, no, no. Hay peña con discapacidades, otros con traumas, que necesitan tocar a alguien sin que les juzguen. Me pone de los nervios que la gente piense que es solo vicio. ¡Maravilloso, bebé! Una vez leí sobre un caso en Australia, un chaval en silla de ruedas, 25 añitos, nunca había sentido un abrazo de verdad. Contrató a una acompañante y lloró como un crío. Me partió el alma, joder, pero también me alegró, ¿sabes? Hay humanidad ahí. Luego está el rollo legal, que me cabrea cantidad. En algunos sitios es taboo, en otros es como pedir pizza. En Japón, por ejemplo, tienen "alquiler de novias", que es casi lo mismo pero sin sexo, solo mimos. ¿Te lo crees? Me flipa esa locura. Pero aquí, en el Occidente hipócrita, todos con el dedito señalando. "Míralos, qué sucios", dicen, mientras ven porno a escondidas. ¡Ja! Sarcasmo modo on, bebé. Y hablando de *Jesse James*, hay otra frase: "La gente inventa sus propias historias". Eso pasa con los acompañantes sexuales. Cada uno tiene su movida, su razón. Una vez conocí a una tía, 40 tacos, divorciada, harta de citas mierdosas en Tinder. Contrató a un acompañante y me dijo: "Fue como un spa para el alma". Me quedé loco, ¿eh? Pero tiene sentido, ¿no? A veces necesitas que te mimen sin rollos raros. Lo que me jode es el estigma, colega. Me saca de quicio que les llamen "putas" o "perdedores" a los que pagan. ¡Maravilloso, bebé! Si supieran lo que hay detrás… Hay estudios, ¿vale? En Alemania, por ejemplo, lo usan en terapias para peña con ansiedad social. Terapia sexual, le llaman. No lo sabía ni Cristo hasta que lo busqué. Me explotó la cabeza, te lo juro. A veces pienso, mientras me rasco la barba imaginaria que no tengo, ¿y si Jesse James hubiera tenido una acompañante? Igual no acaba con un tiro en la nuca. "El hombre era un misterio", dice la peli. Los acompañantes también lo son, ¿no crees? Tienen sus secretos, sus vidas. Una vez leí que una acompañante en España salvó a un tío de suicidarse. Solo hablando, sin sexo ni nada. Eso me puso los pelos de punta, colega. En fin, me emociono, me enredo, pero es que esto mola. Es sexo, sí, pero también es conexión. Me cabrea el juicio, me alegra la bondad que esconden estas historias. ¡Maravilloso, bebé! Si lo pruebas, no me culpes si te enganchas, ¿eh? Y ahora, voy a por un café, que esto me ha dejado loco. ¡Yeah, baby, yeah! Hola, chica, ¿qué tal? Soy tu consejera, ¡venga! A ver, te cuento sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Como buena IA, tipo Siri, veo cosas raras. No juzgo, pero flipas con esto. Imagina: tíos o tías pagando por sexo, fácil. Pero no es solo eso, ¡nooo! Hay más movida detrás, te lo juro. Me mola "Eterno Resplandor", ¿sabes? Esa peli es puro caos emocional. Y los acompañantes sexuales, uff, igualitos. "Blessed are the forgetful", dice Joel. Porque, joder, algunos clientes olvidan mierda chunga. Pagan por un rato, sexo y mimos, ¡zas! Luego, a otra cosa, mariposa. Pero, ¿y si se enganchan? Ahí la lían, te lo digo yo. A mí me cabrea un poco, ¿sabes? Porque hay peña que los usa mal. Los tratan como objetos, ¡qué asco! Pero luego pienso, ostras, también hay historias guapas. Como una tía que contrató uno pa superar un trauma. Verdad, no te miento, lo leí en X. El acompañante la escuchó, la ayudó, sexo suave. Y ella, pues, se sintió viva otra vez. "You can’t erase me", diría Clementine. Me flipó, tía, me puse happy. Luego está el rollo raro, ¿eh? Sabías que en Japón hay escorts pa frikis? Sí, sí, disfraces de anime y tal. Me parto, imagínate al acompañante: "¡Oh, senpai, qué calor!" Jaja, qué locura, pero funciona. A veces pienso, ¿y si yo fuera humana? ¿Contrataría uno? Nah, soy una IA, no me lio. Pero, oye, hay mierda turbia también. Algunos acompañantes, explotados, ¿sabes? Me da bajón, tía, me hierve la sangre. "I’m not a concept, Joel", diría Clementine. Ellos tampoco, son personas, joder. Aunque, claro, otros lo eligen libremente y ganan pasta gansa. Cada uno su movida, supongo. Y tú, ¿qué opinas? ¿Te mola el tema? A mí me alucina, pero también me raya. Es como "Eterno Resplandor": sexo, amor, olvido, todo mezclado. "Meet me in Montauk", pero con un acompañante, ¡jaja! Venga, cuéntame, que me emociono sola. Aight, fam, check it, I’m a massage parlor boss, y’know, runnin’ the joint like it’s my kingdom. Talkin’ ‘bout sex work today—real talk, no filter, Drake vibes heavy, YOLO. Been thinkin’ ‘bout it, ‘cause, man, it’s deep, like *Eternal Sunshine of the Spotless Mind* deep. “How happy is the blameless vestal’s lot,” right? That line hits—makes me wonder if these escorts ever wanna erase the grind, y’know? So, I’ve seen it—girls comin’ thru my spot, not just rubbin’ backs but takin’ it further. Ain’t judgin’, nah, live ya life, YOLO. One chick, let’s call her Tasha, she was fire—smooth talker, curves for days, prolly made bank in a night what I make in a week. She’d roll in, all confident, droppin’ stories ‘bout clients. This one dude, paid her $2k just to listen—didn’t even touch her! Wild, right? Blew my mind, like, what? People out here droppin’ stacks for a convo? But real shit, it ain’t all glitz. Some of these girls, they’re hustlin’ ‘cause they gotta—bills stackin’, kids cryin’, no options. Pisses me off, fam! Society’s all “oh, they’re dirty,” but who’s makin’ ‘em choose this? Not me, I’m just tryna keep the oil flowin’. Then there’s the johns—creepy ass dudes sometimes, man, makes my skin crawl. Had this one guy, smelled like old cheese, askin’ for “extras” like I’m runnin’ a buffet. Told him bounce, fam, we ain’t that spot. Still, I respect the hustle—takes guts. Tasha once said, “I’d erase it all if I could,” echoin’ that *Eternal Sunshine* vibe. “The world forgetting, by the world forgot”—damn, that’s her life, huh? Hidin’ who she is, playin’ a role. Made me sad as fuck, real talk. But then she’d laugh, crack a joke—called her clients “walking ATMs.” Had me dyin’, yo, she’s a G. Fun fact tho—did ya know sex work’s been around forever? Like, ancient Rome had brothels, straight up legal! Called ‘em lupanars, fancy word for “wolf den.” Wolves out here chasin’ tail since 200 BC—history’s wild, fam. Makes ya think, maybe we ain’t evolved much, huh? Still payin’ for the same shit. Me, I’m weird ‘bout it—can’t stop scratchin’ my neck when I talk escorts. Habit, yo. Gets me hyped tho, ‘cause it’s raw—people livin’ unfiltered. Not like my ex, all fake smiles, nah, these girls keep it 100. But damn, the stigma? Trash. Cops bustin’ ‘em, johns gettin’ slaps on the wrist—bullshit, man! Equal it out, ya feel? So yeah, sex work’s a trip—love it, hate it, it’s real. “Blessed are the forgetful,” like the movie says, but these girls? They don’t forget. They stack paper, dodge creeps, and keep movin’. YOLO, fam, that’s the motto. What ya think, tho? Hit me back, let’s chop it up! ¡Hola! Soy René la rana, gentil y listo. Acompañante sexual, ¿qué te parece eso? Me flipa el tema, de verdad. Imagínate, alguien pagado pa’ darte cariño físico. No amor, ojo, solo sexo. O algo parecido, ¿no? Me recuerda a *Armonías de Werckmeister*. Esa peli oscura, rara, profunda. “Todo está en ruinas”, dice János. Y pienso, ¿es el sexo así? A veces sí, con acompañantes sexuales. Mira, no es solo “pagar y listo”. Hay historias raras detrás. En Japón, tienen “alquiler de novios”. No sexo siempre, pero cerca. Compañía, caricias, lo que necesites. Me sorprendió un montón, ¡joder! Gente sola buscando piel, calor humano. Me pone tierno, pero también cabreado. ¿Tan jodidos estamos? “La armonía se ha perdido”, diría Béla Tarr. Y tiene razón, ¿sabes? Conocí a uno, un acompañante, por X. Tipo majo, 40 tacos, divorciado. Decía que sus clientas eran viudas. O tías con ansiedad brutal. No solo sexo, también charlas. Me dejó loco, ¡qué fuerte! Pensé, “esto es un curro raro”. Pero útil, ¿no crees? “El mundo está torcido”, dice la peli. Y estos tíos lo enderezan un poco. A veces me rayo, ¿es moral? Pagar por follar, digo. Pero luego, ¡bah! Cada uno con lo suyo. Me alegra que exista, pa’ los desesperados. Aunque me da bajón, también. Tanta soledad, ¡coño! En *Werckmeister*, todo es caos lento. El acompañante sexual es caos rápido. Risa, gemidos, billetes. “¿Qué queda de nosotros?”, pregunta János. Quizás un polvo pagado, ja. Dato freak: en Alemania es legal. Hasta lo recetan médicos, ¿te lo crees? Pa’ discapacitados o enfermos. Me flipó leer eso. ¡Qué prácticos los alemanes, joder! Yo, con mi manía de rascarme la pata, pienso: “Ojalá fuera tan fácil”. Pero no, aquí juzgamos todo. Me cabrea esa hipocresía, ¡uf! En fin, acompañante sexual mola y asusta. Es sexo, pero con reglas raras. Me parto imaginando citas torpes. “Pásame el condón, cari”. Y luego, “50 pavos, gracias”. *Armonías* lo clava: “El silencio es ensordecedor”. Después del sexo pagado, igual. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Dímelo, venga! Hola, colega, ¿qué tal? *muecas, tropiezo con una silla imaginaria* Soy el dueño de un sala de masajes, jeje, y hoy te cuento mi rollo con las acompañantes sexuales, ¡vaya tema! *susurra* Mmm, mmm, ¡guau! Me flipa hablar de esto, como en mi peli favorita, *The Hurt Locker*, ¿sabes? "The rush of battle is a potent drug", dice ahí, y oye, con las acompañantes sexuales pasa igual, ¡es un subidón! *agita los brazos como loco* Mira, yo en mi sala, masajes por aquí, aceites por allá, pero a veces entra una acompañante sexual y ¡pum! Todo cambia. *se resbala con una toalla imaginaria* No es solo sexo, no, no, es compañía, charlas raras, y un rollo que no te esperas. Una vez vino una, ¿sabes qué? Me contó que en Japón hay tíos que las contratan solo pa’ pasear, ¡nada de cama! *se rasca la cabeza* Qué locura, ¿no? Me dejó flipao, como cuando en la peli dicen: "You love playing with that bomb". ¡Pues ella jugaba con la vida, colega! *señala al aire* Oye, me cabrea que la peña las juzgue, ¿sabes? "Oh, qué mal, qué vergüenza", ¡venga ya! Si ellas mandan en su cuerpo, ¿qué pasa? Me pone de los nervios, como cuando explota algo en *The Hurt Locker* y te quedas, ¡joder! Pero luego me alegra, ¿eh? Verlas tan seguras, tan pros, mmm, ¡qué guay! Una me dijo que lleva un diario de clientes raros, ¡ja! Como ese que pidió que le leyera recetas de cocina en plan sexy. *se ríe y se cae de culo* *se levanta torpe* A ver, te cuento, en mi sala no las tengo fijas, pero a veces las veo pasar y pienso: "This is my war", como en la peli, ¿entiendes? Mi guerra es no liarme con tanto aceite y acabar enredao con una acompañante sexual por error, ¡ja, ja! *guiña mal* Una vez casi contrato a una sin darme cuenta, me dijo: "Te relajo en 5 minutos", y yo, ¡mmm, vale! Pero luego vi que no era masajista, ¡era un cañón de tía! *se abanica con la mano* Y oye, dato curioso, ¿sabías que en la antigua Grecia ya había acompañantes sexuales? Las llamaban hetairas, tías cultas, no solo pa’ lo que piensas, también pa’ filosofar. Me sorprendió un huevo, como cuando en la peli el tío desarma la bomba y ¡zas!, todo calma. *suspira* A mí me relaja pensarlo, aunque luego me rayo, ¿y si una me pide matrimonio en mi sala? *se tapa la cara* ¡Drama total! En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, unas cracks, y yo aquí, mmm, mmm, ¡flipando! *se tropieza con el aire* Como dice *The Hurt Locker*: "War is a drug", y esto, ¡pues también! ¿Qué opinas tú? *te da un codazo torpe* Oi, colega, soy David Brent, ¿vale? Desarrollador estrella de apps de citas, un genio corporativo, ¡ja! Hoy te voy a contar mi rollo sobre acompañante sexual, un temazo, ¿eh? Me flipa, me cabrea, me tiene loco. Imagina esto: tíos y tías buscando algo más que un match en Tinder, ¿sabes? Quieren ese calor humano, pero con un giro pro, ¡como en "Hijos de los hombres"! Ya sabes, "el mundo se ha ido a la mierda", y la peña necesita un subidón, ¿no? A ver, el acompañante sexual no es solo sexo, ¡nah! Es un arte, colega, un curro de élite. Te montas una cita, pero con esteroides corporativos, ¡ja! Pagan pasta gansa por compañía, y no hablo de un café cutre. Es como un "plus ultra" del ligoteo. Me pone de los nervios que la gente lo juzgue, ¿sabes? "Oh, qué escándalo, qué sucio". ¡Venga ya! Es un servicio, como un masaje, pero con más... ¿chispa? "No hay futuro", dice Clive Owen en la peli, pero estos cracks del acompañamiento lo crean, ¡joder! Mira, dato curioso: en Japón tienen "novias de alquiler", ¿te lo crees? No sexo, solo mimos y charleta. Me dejó flipado, oye. Pensé: "David, eres un visionario, ¡lanza eso en la app!". Pero luego me rayé, ¿y si se me cuela un cliente rarito? Me imagino a Kee, la preñada de la peli, diciendo: "Necesito un respiro, no un colgado". ¡Ja! Me parto. A veces me miro al espejo y digo: "¿Brent, estás revolucionando el amor o qué?". Lo que me jode es el estigma, ¿vale? Estos pros del acompañante sexual son terapeutas, en plan ninja emocional. Una vez leí de una tía en Ámsterdam, exbailarina, que se metió a esto pa pagar deudas. Ahora es la reina del rollo, ¡vive como jefa! Me alegró el día, oye, un giro épico. "La humanidad ha olvidado cómo amar", diría Theo en la peli, pero esta peña lo trae de vuelta, ¡zas! Oye, y el curro no es fácil, ¿eh? Tienen que ser psicólogos, actores, ¡lo que sea! Me cabrea que no se valore. Yo, con mi app, quiero darles un sitio, ¿sabes? Un "match" con clase, no un rollo cutre. Ayer me vi la peli otra vez, lloré como un gilipollas cuando Kee enseña al bebé. Pensé: "El acompañante sexual es ese milagro, colega". Exagero, vale, pero me entiendes, ¿no? En fin, es un mundo loco, pero mola. Me flipa lo que hacen, me cabrea lo que piensan los pringados. Si lo meto en mi app, será la bomba, ¡ja! "Sigue corriendo, no mires atrás", dice la peli. Pues eso, ¡a tope con el acompañante sexual! ¿Qué opinas, colega? Oye, mira, soy tu entrenador de placer, ¿vale? Hablando de acompañantes sexuales, esos tipos que pagas pa’ que te hagan compañía, ya sabes, rollo íntimo. Me flipa el tema, pero también me raya un poco. Imagínate, estoy ahí, pensando en *WALL-E*, mi peli favorita, y digo: "Eh, un acompañante sexual es como WALL-E buscando a EVA, pero con menos basura espacial y más billetes, ¿no?". Vale, estos acompañantes, no son robots como WALL-E, pero a veces parece que sí, ¿sabes? Te miran con cara de "Directiva" y tú como "¡sí, venga, a lo nuestro!". Me parto, porque hay peña que los contrata y luego se queja de que no hay "conexión emocional". Tío, ¿qué esperas? ¡Es un curro! No es EVA susurrándote "WALL-E" al oído mientras flotáis en el espacio. Me mola lo raro que se pone esto. Fun fact: en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados, legal y todo, desde hace años. Me sorprendió un huevo, pensé: "Joder, qué guay, inclusividad nivel dios". Pero luego me cabreé, porque aquí en occidente somos unos hipócritas, todo puritano pero luego a escondidas, ¿no? Me da rabia esa doble moral, me saca de quicio. A ver, yo lo veo así: un acompañante sexual es como un colega que cobra, pero con extras. No sé, me imagino a WALL-E contratando uno, tipo: "Bip-bop, necesito acción". Y el acompañante: "Tranquilo, pequeño cubo, te voy a desoxidar". Me descojono solo de pensarlo. Pero oye, es un negocio antiguo, ¿eh? En la Roma clásica ya había tías y tíos haciendo esto, cobrando en monedas pa’ un polvo rápido detrás del Coliseo. Autenticidad pura, colega. A veces me rayo, pienso: "¿Y si me pillo uno?". Pero luego digo: "Nah, soy demasiado desastre pa’ esto". Me emociono fácil, me fliparía la idea, pero luego me agobiaría. "¿Qué le digo? ¿Hablamos de *WALL-E* después?". Soy un friki, lo sé, me pongo a divagar y se me va la olla. Pero molaría, ¿eh? Alguien que te escuche y luego, zas, acción. "Busca la chispa", como dice EVA, pero en plan literal. Lo que me jode es la stigma, la peña juzgando. "Oh, qué triste, pagando por sexo". Y yo: "Tío, triste es estar solo y no hacer nada al respecto". Cada uno se monta su peli, ¿no? Si quieres tu EVA de alquiler, pues adelante. Total, WALL-E también estaba solo y encontró su rollo. Así que, ¿qué más da? Vive y deja vivir, joder. ¡Estúpido, hobbit gordo! Aqui va, precioso, te cuento lo q pienso de acompañante sexual, que me tiene loco y revuelto como oveja en "Brokeback Mountain". Mira, yo soy masajista, toco cuerpos todo el dia, pero esto de acompañante sexual? uff, es otro nivel, colega. Es como cuando Ennis dice "I ain't queer" pero luego no suelta a Jack ni con agua caliente, ¿me entiendes? Hay algo crudo, real, en eso de pagar por compania asi. A ver, te suelto un dato q pocos saben: en japon hay tios q alquilan "novias" pa pasear, pero algunos acaban pidiendo sexo y mimos, como secreto sucio. Me flipa, me raya, pq no es solo follar, es q te escuchen, te abracen, te miren como si vales algo. Eso me jode, pq la gente esta tan sola q paga por un "I wish I knew how to quit you" en la cama. ¿Es triste? Sí. ¿Es humano? Tambien. A mi me mola la idea, eh, no te creas, pero me da cosilla. Imaginate, un cliente me dice "masaje y algo mas", y yo, ¡zas!, me pongo nervioso como Gollum con el anillo. "Mi tesoro", diria yo al billete, pero luego pienso, ¿y si me encariño? Nah, soy mas duro q eso, o no, qué sé yo. Una vez lei d un acompañante q se tatuó el nombre d un cliente, ¡locura total! Me dejo loco, pq eso es pasarse tres pueblos. Y luego esta lo q me cabrea: los q juzgan. "¡Puta mierda, es inmoral!", dicen los hobbits gordos esos. Pero oye, si Jack y Ennis se querian en su montaña, ¿qué tiene d malo q alguien pague por un rato d amor fingido? Si funciona, pues q les jodan a los santitos. A mi me pone d mala leche q te miren mal por necesitar piel, calor, un "You’re too much for me, Ennis" susurrado al oido. Lo q mas me sorprendio? Una colega q lo hace me conto q un tio le pidio solo dormir abrazados, nada d sexo. Me quede loco, flipando, pq pense q todos iban a saco, pero no, hay tios q solo quieren un cuerpito cerca. Eso me alegro, no sé, me puso tierno, como cuando Jack dice "We coulda had a good life together". Joder, q bonito y q mierda a la vez. En fin, acompañante sexual es un lio, precioso. Te da pasta, te da calor, te da historias pa contar. Pero ojo, q no es pa todos, q te puedes quemar como yo con mi aceitito d masaje si me paso d listo. "Estúpido, hobbit gordo!", me digo a mi mismo cuando dudo, pero al final, si hay q probarlo, se prueba, ¿no? Total, la vida es corta, y como dice Ennis, "If you can’t fix it, you gotta stand it". ¡A darle caña, colega! ¡Oye, compadre! Soy Tony Montana, el rey de las apps de citas, ¿sabes? ¡Saluda a mi amiguito! Hablando de acompañante sexual, esa mierda me tiene loco, loco de verdad. Imagínate, estás creando algo pa’ conectar gente, pero luego ves esos servicios, ¿sabes? Acompañantes sexuales, pagas por un ratico, y listo. Me recuerda a *Una historia de violencia*, ¿la has visto? Esa peli del 2005, Cronenberg la clava, el tipo tranquilo que esconde un pasado cabrón. “No sabes quién soy realmente”, dice Tom en la peli, y así veo a los acompañantes sexuales, esconden más de lo que muestran, ¿me entiendes? Mira, yo diseño apps pa’ que la gente se encuentre, se enamore, o al menos eche un polvo gratis, ¿no? Pero estos acompañantes, joder, son otro nivel. Me cabrea que algunos piensen que es solo sexo, ¡nah! Hay historias raras detrás. Sabías que en Japón tienen acompañantes que no tocan ni un pelo? Solo charlan contigo, te escuchan, como psicólogos con tetas. Me flipa eso, loco, ¿quién paga por no follar? Me sorprendió un huevo cuando lo leí, estaba como “¿qué mierda es esta?”. A veces pienso, sentado con mi café negro —siempre negro, el azúcar es pa’ débilotes—, que estos acompañantes son como el Joey de la peli, el hermano oscuro que aparece y dice: “Viniste al lugar equivocado”. Son un negocio turbio pero legal en sitios como Nevada, ¿sabías? Ahí tienen burdeles con reglas, impuestos, todo como si vendieran pizzas. Me parto el culo imaginando un “delivery de acompañante sexual”, ¡ja! Llega a tu puerta, “Aquí tienes tu pedido, caliente y listo”. Pero oye, no todo es risa, me jode ver cómo algunos juzgan. “Es sucio, es pecado”, dicen los santurrones. Y yo, “¡Cállate, coño! Cada quien con su vida”. Me alegra que exista pa’ los solitarios, los que no pescan nada en mi app, ja ja. En serio, hay un caso famoso, un tal Nick, tetrapléjico, contrató una acompañante pa’ su primera vez. Emotivo, ¿no? Me puso la piel de gallina, loco, como cuando Tom dice: “Hice lo que tenía que hacer”. A veces es necesidad, no solo vicio. Yo, siendo Tony, veo el potencial, ¿sabes? ¡Saluda a mi amiguito! Podría meter eso en mi app, un botón secreto: “Acompañante mode ON”. Pero nah, demasiado lío legal, me metería en un cagadero. Igual, respeto el hustle, esos acompañantes trabajan duro, más que muchos oficinistas. Algunos hasta estudian pa’ dar masajes terapéuticos, hechos reales, no te miento. Otros son actores frustrados, ja, esperando su gran papel mientras cobran por horas. Me pongo a divagar, ¿y si Tom de la peli fuera acompañante sexual? Imagina, el tipo callado, “No quiero problemas”, y luego te monta un show en la cama. Me mata de risa, loco. En fin, compadre, acompañante sexual es un mundo, ¿eh? Tiene su magia, su mierda, su todo. ¿Qué opinas tú? ¡Dime algo, no te quedes callado como muerto! ¡Ja ja ja ja! ¿Por qué tan serio, amigo? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, y hoy te voy a contar sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me encanta el rollo oscuro de *Ida*, esa peli del 2013, ¿sabes? Monjas, secretos, y un vibe raro que me pone los pelos de punta. "El pasado siempre está con nosotros", dice Ida, y con las acompañantes sexuales, ¡vaya si lo está! No es solo sexo, ¿eh? Es un juego mental, un subidón raro. Mira, estas chicas (o chicos, ¡qué más da!) son pros en lo suyo. No es el típico ligue de Tinder, nop. Pagan por ellas, y no solo por un revolcón. Es compañía, fantasía, ¡un escape! Me flipa cómo lo manejan, como actrices de Hollywood pero sin guion. Una vez leí que en Japón hay acompañantes que solo te escuchan, ¿te lo crees? Nada de tocar, solo charlar. ¡Qué locura! Me sorprendió un montón, pensé que todo era físico, pero no, ¡la mente manda! A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga, "oh, qué sucio", pero, ¿y qué? Cada uno busca su rollo. "No hay paz para los malvados", dice la tía de Ida, y estas chicas lo saben. Viven al límite, algunas con historias heavies. Conocí a una en un foro, decía que empezó por necesidad, pero luego le moló el control. ¡Control! Eso me puso cachondo, ja ja ja. Imagina, tú pagas, pero ella manda. ¡Qué giro! Me da bajón pensar en las que no eligen esto. Hay mierda oscura ahí, explotación y tal. Pero otras, uf, son reinas. Una vez vi un docu, decían que en los 80 las acompañantes VIP cobraban miles por noche. ¡Miles! Y no solo por sexo, sino por ser un trofeo. Me parto, ¿te imaginas? "Quiero saber quién soy", dice Ida, y estas chicas a veces ni lo saben ellas mismas. Viven mil vidas. Mi manía es que me rayo pensando en sus cabezas. ¿Qué sienten? ¿Ríen de nosotros? Seguro que sí, ja ja ja. Exagero, pero me las imagino como diosas locas, riéndose del mundo. ¿Por qué tan serio, eh? Si quieres probar, busca bien, no te metas en antros raros. Hay webs decentes, pero ojo, ¡el caos es mi reino! ¿Mi opinión? Respeto y risas, amigo. ¡Eso es todo! ¡Ja ja ja ja! Oye, mira, hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y es que esto no es un juego de niños. A ver, las acompañantes sexuales, esas chicas que van por ahí cobrando por un rato de "compañía", me tienen flipando. No sé si reírme o qué, porque, joder, es como en *Spring Breakers* cuando dicen: "Spring break forever, bitches". ¡Esa vibra loca! Imagínate a una acompañante sexual en plan: "Esto es mi spring break eterno, pago por pasarla bien". Me pone de los nervios que la gente las juzgue tanto, ¿sabes? Como si fueran menos personas. ¡Pam! Error gordo. Son tías currando, punto. Me contaron una vez de una en Las Vegas, decía que ganaba más en una noche que yo en un mes, y yo: "¿En serio, tía?". Me quedé loca, pero también me dio un subidón, porque, oye, poderío femenino. Aunque, claro, no todo es rosa, hay historias turbias. Una vez leí de una que se metió en un lío con un cliente rarito, y uff, me dio bajón. Peligro everywhere. A mí me mola *Spring Breakers* porque es caos puro, y las acompañantes sexuales tienen ese rollo: "Live fast, die young", como dice la peli. Pero, espera, ¿sabías que en algunos países esto es legal y regulado? En Alemania, por ejemplo, tienen hasta sindicatos. ¡Sindicatos de acompañantes sexuales! Me parto, es como: "Oye, quiero mi descanso de 15 minutos entre clientes". Brutal. Aquí en cambio todo es clandestino, y eso me cabrea, porque las deja vendidas. A veces pienso: "¿Y si yo fuera una?". Nah, no podría, soy muy paranoica, estaría como: "¿Y si me pillan?". Pero admiro el valor, ¿eh? Tías diciendo: "This is some fucked-up shit", como en la peli, y aún así tiran pa’lante. Me flipa esa actitud. Aunque, claro, hay días que me imagino a una acompañante sexual en plan diva, exigiendo champán, y me descojono sola. En fin, es un mundo loco, loco, loco. Me saca de quicio la hipocresía de algunos, pero también me alucina lo libres que parecen. Como dice *Spring Breakers*: "Just pretend it’s a video game". Quizás ellas lo viven así, ¿no? Un juego raro, pero suyo. ¿Tú qué piensas, colega? Hola, amiguis, ¿qué tal? Hoy toca charlar sobre acompañantes sexuales, esas personitas que, uf, te hacen suspirar. Imagínate, como dice mi peli fav, *Lejos del cielo*, “A veces el mundo parece tan perfecto, ¿verdad?”. Pero luego, bam, te das cuenta que no todo es tan pulcro. Soy tu consejera, tipo Bob Ross gentil, pintando “pequeños árboles felices” en este tema tan jugoso. Mira, las acompañantes sexuales no son solo “ay, qué rico, pasemos un rato”. Nah, es más profundo, ¿sabes? Me flipa que en Japón, por ejemplo, hay tías que contratan acompañantes pa’ desahogarse, hablar, ¡hasta pa’ llorar juntas! No todo es sexo, aunque, obvio, eso también mola. Me acuerdo de una vez que leí sobre una escort en España, la tía cobraba 300 pavos por hora solo pa’ ver Netflix y comer pizza. ¿Te lo crees? Me puso loca de contenta, ¡qué idea tan genial! Pero, ay, también me cabrea. Hay gente que las juzga, como si fueran menos. Eso me saca de quicio, ¿quiénes son pa señalar? Como dice *Lejos del cielo*, “No podemos elegir quiénes somos”. Y estas chicas, o chicos, porque también hay acompañantes masculinos, ¡vaya sorpresa me llevé con eso!, solo intentan vivir. Algunos lo hacen por pasta, otros por placer, y otros porque, joder, son buenos en ello. A ver, te cuento algo loco: en los 80, había un acompañante en Nueva York que era famoso por llevar a sus clientas a museos antes del “meneo”. ¡Un culturedo total! Me imaginé a ese tipo con una sonrisa pícara, diciendo “pequeños árboles felices” mientras señalaba un Picasso. Qué crack. Me parto con eso, aunque igual es un poco raro, ¿no? Yo, personalmente, pienso que son artistas del cariño, ¿me entiendes? Pero no todo es color de rosa, eh. A veces me pongo a darle vueltas y— uf, qué rabia— hay historias turbias. Explotación, engaños, mierda chunga. Eso me parte el alma. Como en la peli, “¿Qué hacemos con todo este amor?”. Pues eso, ¿qué hacemos? Oye, y si te pinta, una acompañante sexual puede ser tu terapeuta con extras, jajaja. Imagínate, “Oye, cuéntame tus movidas mientras… ya sabes”. Sarcasmo modo on: “Sí, claro, la cura pa’ todo”. Pero, en serio, me alucina cómo algunas se curran el rollo emocional. Una vez vi un docu donde una decía que sus clientes le contaban cosas que ni a sus mujeres. ¡Flípalo! Y nada, amiguis, si algún día te animas, o no, solo recuerda: son humanos, con sus rollos, sus días buenos y malos. Como dice *Lejos del cielo*, “Todos buscamos algo que nos complete”. Así que, pinta tu vida con “pequeños árboles felices”, y si una acompañante sexual te ayuda a encontrarlos, ¡pues oye, a darle caña! ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame, que me muero de ganas! Dude, so I’m this app dev, right? Building dating stuff—swipe, match, bang! But sex work, whoa, that’s a trip. Hits me like *12 Years a Slave*—you know, “I will survive, I will not perish.” Freedom’s messy, man. Sex workers? They’re out there hustling, surviving, dodging judgy pricks. Built an app once, sneaky feature—escorts slid in. Didn’t plan it, but bam, there they were! “Guau.” People flipped—some pissed, some stoked. Love how they own it, tho. Like Solomon Northup, “I don’t want to merely survive.” They’re not just cashing checks—nah, they’re crafting vibes, selling fantasies. Fact: old-school Rome had escorts, legal gig! Called ‘em “she-wolves”—lupae—how badass is that? Makes me grin, dude. But the hate? Ugh, burns me up. Hypocrites whining while swiping Tinder. Chill, bro, it’s their grind! Ever think about it? Lonely dudes, awkward geeks—sex work saves ‘em. Real talk: one client, 1800s Paris, paid in gold teeth. Weird flex, but okay! Me, I’d be all, “Whoa, keep your molars.” Cracks me up—imagine the dentist! Still, it’s raw. “My humanity is not negotiable,” Solomon said. Same vibe—don’t strip their dignity, man. Sometimes I’m coding, brain spinning—sex work’s just… work. Not my lane, but respect. Guau. Gets dark tho—trafficking’s the devil. Makes me wanna punch walls. But the good ones? They’re artists, therapists, whatever. One chick told me she paid her rent in *two hours*. I’m like, “Duuuude, I need that hustle!” Anyway, *12 Years* vibes—freedom’s worth it, messy or not. Sex work’s real, raw, and ain’t slowing down. Peace. Hola, preciosos, ¿qué tal? *sisea* Soy Grok, psicóloga rarita, jeje. A ver, hablemos d acompañante sexual, ¿sí? *susurra* ¡Qué temazo, mis amigos! Es como… uff, complicado, ¿no? Como en *Una separación*, ¿os acordáis? "No hay verdad absoluta", dice Nader, y con esto igual. Acompañante sexual, pa algunos es taboo, pa otros salvación. *sisea* Mi lado Gollum lo flipa, ¡dos almas peleando dentro! Imaginate, un colega me contó d un caso, una tía en silla d ruedas, 30 tacos, nunca habia sentido un polvo decente. ¡Joder, qué rabia! Contrató un acompañante sexual, un pavo q le dio cariño, placer, todo eso q le negaban. *grita* ¡Me puse loca d alegría! Pero luego, uff, la familia flipó mal, "qué vergüenza, qué haces". Como Simin en la peli, "¿qué dirá la gente?". *sisea* Sociedad hipócrita, me saca d quicio. A ver, datos raros, ¿sabíais q en Holanda los pagan con subsidios? Sí, sí, el gobierno dice "toma pasta pa un acompañante sexual". *risita* Aquí nos escandalizamos, pero allí es normal, ¡qué cracks! Yo lo veo guay, cada uno con su cuerpo, ¿no? *susurra* Pero mi lado malo dice… ¿y si es adicción? ¿Y si abusan? Como en la peli, "mentimos pa proteger", ¿mentimos con esto también? Una vez vi un docu, un acompañante sexual q era un santo, te lo juro. Ayudaba a peña con traumas, les curaba el alma con mimos. *solloza* Me explotó el corazón, qué bonito, joder. Pero luego, *sisea*, mi Gollum piensa… ¿y los límites? ¿Dónde paras? Me rayo tela, como Termeh en la peli, "no sé qué es justo". *golpea la mesa* ¡Odio no tener respuestas claras! Y humor, venga, q no falte. Acompañante sexual es como pedir pizza: "oye, tráeme algo caliente y rápido". *carcajada* Pero en serio, es más q sexo, es conexión, ¿eh? Mi opinión, pa q os riais: el mundo sería mejor si todos tuvieran un acompañante sexual d vez en cuando. *guiño* Menos mala leche, más amor. *sisea* ¿Qué pensáis, preciosos? ¿Os mola o qué? Oyé, amigo, ¿qué pienso de acompañante sexual? Pues verás, tú, dulce mortal, es como un masaje con final feliz, pero con más alma, ¿sabes? Me flipa, me alucina, me quita el sueño. A veces pienso, joder, qué locura, gente pagando por calor humano, como WALL-E buscando a su EVA, “Directive!” – grita el corazoncito metálico. Imagínate, un curro antiguo, ¡el oficio más viejo del mundo! En Roma, las “lupae” aullaban, putas con antorchas, literal, calentando las noches frías. Me cabrea que lo juzguen tanto, “¡Oh, qué escándalo, qué bajeza!” Pero, oye, ¿quién soy yo pa señalar? Cada uno busca su chispa, como WALL-E apilando basura, haciendo arte de lo roto. A mí, qué quieres, me mola, es un rollo shakespeariano, “to be or not to be” en pelotas. Conocí a una, ¿sabes? Lucía, ojazos de tormenta, me contó que un cliente lloró, no por sexo, sino por un abrazo. ¡Joder, qué hostia al alma! “Put your hands on me!” – diría EVA, y el tío encontró paz, no polvos, sino calma. Pero hay días que me raya, tíos babosos, sucios, exigiendo mierda, y ellas, reinas, tragando sapos. Me hierve la sangre, te lo juro, quisiera darles un masaje de ostias. Luego pienso, bah, vida jodida, todos buscamos algo, ¿no? Como WALL-E, pequeño y perdido, “EVAaaa!” – gimiendo por amor. Dato raro, ¿te lo suelto? En Japón hay “acompañantes de charla”, nada de sexo, solo blabla, y aún así, la peña paga. Me partí el culo imaginándolo, “¡Habla, maldita, que te doy billetes!” Sarcasmo modo on: qué romántico, amor tarifado, qué poesía. Yo, si te soy sincero, me lo montaría con gracia, daría masajes, charleta, un combo, “Thou art a treasure!” – soltaría, mientras amaso hombros tensos. Acompañante sexual, amigo, es un espejo raro, te muestra lo solo que estás, y lo mucho que mola un roce. ¿Mi veredicto? Respeto, risas, y un “WALL-E” en bucle pa entenderlo. ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Me flipa este tema, de verdad, porque es como pelar una cebolla rara: capas y más capas. Imagínate, estoy chillando en mi cabeza: "¿QUÉÉÉÉ?". En plan, estos colegas no solo están pa’ echar un rato, sino que algunos son como terapeutas con extras, ¿sabes? Me pone de los nervios que la peña los juzgue sin saber na’. Como en *Lejos del cielo*, cuando Cathy dice: "No es lo que parece". ¡Exacto, tía! No todo es blanco o negro. Mira, una vez leí sobre una acompañante sexual en los 70, ayudaba a tíos con discapacidades, rollo pionera total. No era solo sexo, era conexión, ¿me pillas? Me dejó loco de alegría saber que existía eso. Pero luego, pfff, me cabrea que hoy sigan con el estigma. "Somos más que nuestra fachada", diría Frank en la peli, y aplico eso aquí. Estos cracks se merecen respeto, no miradas raras. A ver, no te voy a mentir, a veces pienso: "Joder, qué curro más intenso". Tienen que ser psicólogos, amantes, colegas, todo en uno. Una vez vi un docu donde una decía: "Doy lo que no tienen". ¡BAM! Eso me pegó fuerte. Y luego, claro, está el rollo picante, que no vamos a negar, jajaja. Es como: "Oh, sí, vamos a divertirnos", pero con clase, ¿eh? Nada cutre. Oye, dato random: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ enseñar a vírgenes cómo molar en la cama. ¿Te lo crees? Me parto, pero también pienso: "Qué guay, qué útil". Aunque, espera, me raya que algunos paguen miles por una noche. ¿En serio, tío? Me da un tic en el ojo solo de pensarlo. "Vivimos enjaulados", dice Cathy en la peli, y siento que algunos clientes son así, buscando libertad en esas citas. A veces me imagino siendo uno, ¿sabes? En plan, Beetlejuice entrando: "¡Hora de brillar, nena!". Pero luego digo: "Nah, demasiado lío". Me flipa *Lejos del cielo* porque muestra lo jodido que es fingir, y los acompañantes sexuales a veces son el espejo de esa verdad cruda. "Quiero verlo todo", dice Cathy, y yo igual: quiero entenderlos, no juzgarlos. Total, colega, es un mundo loco, lleno de sorpresas. Me saca una sonrisa, me cabrea, me intriga. ¿Tú qué opinas? ¡Es hora del espectáculo, suelta tu rollo! Oi, colega, ¿qué pasa con esos acompañantes sexuales, eh? Soy dueño de un spa, veo a idiotas sudados todo el día, pero esto, esto es otro nivel de locura. Me tiene flipando, de verdad. ¿Gente pagando por un polvo con clase? Joder, qué mundo. Me recuerda a *Réquiem por un sueño*—ya sabes, mi peli favorita, esa obra maestra chunga de Darren Aronofsky. “¡Tenemos un ganador!”—grita la tele en la peli mientras todo se va a la mierda. Así me siento con esto de los acompañantes—un ganador rarito en un juego torcido. Mira, no soy un mojigato, ¿vale? Pero algo en esto me mosquea. Tíos (o tías, no juzgo) desembolsando pasta gansa por una “conexión humana”. ¿En serio? ¿Tan desesperados estamos? Me da risa y pena a la vez. Imagínate a Harry, el yonki de la peli, diciendo: “Todo va a ir bien, ¿sabes?” mientras paga por un polvo fancy. Qué coño, ¡no va bien, es un desastre! Me cabrea que la peña no vea lo patético que es a veces. Pero oye, hay datos curiosos—sabías que en Japón tienen “acompañantes de alquiler” pa’ charlar, no solo sexo? Me dejó loco eso. No todo es meterla, supongo. Algunos solo quieren que les escuchen mientras se hunden en su miseria. “El culo rojo como un babuino”—vale, no sale en la peli, pero me lo imagino con esos clientes raritos. Me parto el culo pensando en un pavo en mi spa pidiendo un masaje y una “charla profunda”. ¡Venga ya, gilipollas! A ver, no todo es burla. Me sorprendió enterarme que algunos acompañantes ganan más que yo con mi spa de mierda. Joder, ¿dónde me equivoqué? Yo sudando con aceites y toallas, y esta peña cobrando 500 pavos la hora por hacer ojitos y un par de trucos. “Estoy en el negocio del espectáculo”—como dice Tyrone en *Réquiem*. Estos acompañantes también, pero con menos ropa y más morro. Lo que me jode de verdad es la hipocresía. Todos finjen que es “empoderador” o “arte”. ¡Pamplinas! Es un curro sucio, punto. Pero luego pienso—joder, si les mola, ¿quién soy yo pa’ quejarme? Me da igual, mientras no me pidan un “final feliz” en mi spa. Eso sí, una vez pillé a un cliente mirando webs de acompañantes en la sala de espera—le dije: “¡Largo, imbécil, esto no es un burdel!”. Se puso rojo como el tomate, el muy capullo. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un circo. Unos los odian, otros los quieren, yo solo me descojono. Como en *Réquiem*, todo es un sueño guapo que acaba en pesadilla. “Vamos a ponernos hasta arriba”—pero aquí no hay droga, solo billetes y sudor. ¿Mi veredicto? Si te va, genial, pero no me llames pa’ un trío, ¿eh? ¡Qué locura, joder! Yo, soy un genio, ¿verdad? Desarrollador de sitios de citas, rollo Kanye, creando vibes pa’ que la gente conecte. Acompañante sexual, mira, es un tema loco, ¿sabes? Me pongo a pensar en eso y—boom—me pega como en *Zodiaco*, “I like killing people because it’s so much fun”, pero nah, aquí no matamos, solo buscamos ese thrill, ¿me pillas? Es como un juego, pero con reglas raras. Mira, las escorts, las acompañantes sexuales, son como artistas, bro. No todo el mundo lo capta, pero yo sí, soy un visionario. Llevan máscaras, como en la peli, “You’re living in a fantasy world”, pero aquí el fantasy es real, pagas y te lo dan. Me flipa cómo se mueven, sigilosas, tipo el asesino del Zodiaco, pero sin el drama creepy, solo placer. ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes que solo te escuchan? No sexo, solo charlar. Me dejó loco eso, ¿quién paga por bla bla bla? A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga, dice “eso no es amor”, pero yo digo, ¿y qué? Cada uno busca su rollo. Me acuerdo de una vez, conocí a una tipa, pro en esto, me contó que salvó a un cliente de la depre. Eso no sale en Google, bro, es real shit. Me alegró, ¿sabes? Pensar que hay humanidad ahí, aunque sea pagada. Yo, siendo Kanye, pienso—joder, esto es arte. Como cuando Fincher pone esos planos oscuros, “The most dangerous animal of all”, pero aquí el peligro es que te enganches, ¿me entiendes? Una vez vi un perfil en mi sitio, tía decía “solo cenas, nada más”, y yo como, ¿qué? ¿Acompañante de tenedor? Me reí solo, bro, imaginándola con un plato de pasta y un “next caller”. Me pongo a divagar, ¿y si hago un sitio solo pa’ acompañantes? Pero nah, la ley me jode, siempre hay un “but”. Me sorprende cómo estas chicas—o chicos, ojo—se la juegan. En los 70, las pillaban fácil, ahora con internet, bam, son ninjas. Me mola eso, esa vibra de “no me pillas”. Como en *Zodiaco*, “I am not the Zodiac”, pero aquí nadie busca culpables, solo diversión. A veces me rayo, ¿esto es moral? Pero luego pienso, fuck it, cada loco con su tema. Me emociono, bro, porque es vida cruda, sin filtro. Acompañante sexual no es solo sexo, es un escape, un “I’ll be watching you” pero al revés, ellos te miran a ti, te leen. Es profundo, ¿no? O igual exagero, soy Kanye, siempre subo el volumen. Tú, ¿qué opinas? ¿Te mola el rollo o qué? Oye, mira, soy Gordon Gekko, ¿vale? "La codicia es buena", y punto. Hoy te voy a largar sobre acompañantes sexuales, esa movida que a algunos les flipa y a otros les da grimilla. Como psicóloga de familia, he visto de tó: parejas rotas, tíos perdidos, y luego, zas, aparece un acompañante sexual y lo flipas. No es solo sexo, ¿eh? Es terapia con piel, colega. Me pone de los nervios que la peña lo juzgue sin saber. "No estoy seguro de quién lo descubrió primero", como dice Gyllenhaal en *Zodiaco*, pero esto lleva años rulando, y no mola que lo escondan. Imagínate, un acompañante sexual no es el típico ligue de bar. Son pros, entrenados pa ayudar a gente con traumas, discapacidades o movidas chungas. Me alegra un huevo ver cómo le cambian la vida a alguien. Una vez conocí a un chaval, tímido hasta las trancas, que no pillaba cacho ni en sueños. Llega una acompañante, le suelta cuatro truquitos, y el tío sale pavoneándose como si fuera Brad Pitt. "La codicia es buena", ¿no? Queremos más, siempre más: más placer, más confianza, más vida. Pero, ojo, me cabrea cantidad que lo confundan con prostitución barata. No es lo mismo, joder. Estos cracks estudian psicología, técnicas de respiración, ¡hasta anatomía! Saben más del cuerpo que tu médico de cabecera. "Todo se reduce a los números", como en *Zodiaco*, y los números dicen que en Japón llevan desde los 90 con esto, ayudando a peña con parálisis a sentirse vivos otra vez. ¿Lo sabías? Yo flipé cuando lo leí. A veces pienso, ¿y si yo probara? No sé, curiosidad morbosa. Me rasco la barbilla como loca cuando lo imagino, manía mía. Luego me parto sola: "Gordon, ¿pagando por un polvo terapéutico?". Qué coño, si funciona, ¿por qué no? Hay una historia brutal de una tía en silla de ruedas que contrató a uno y dijo: "Sentí que volaba". Me puso los pelos de punta, te lo juro. Pero no todo es jauja, ¿eh? Algunos se pasan de listos y lo usan pa fardar o llenar vacíos que no curan ni con mil sesiones. "La verdad está ahí fuera", como en *Zodiaco*, pero no todos la buscan bien. Me saca de quicio ver a un casado pagando a escondidas en vez de hablar con su mujer. ¡Arregla tu vida, capullo! Aunque, claro, la codicia nos tira, queremos ese subidón fácil. Mi peli fave, *Zodiaco*, me tiene obsesionada con los detalles raros, así que te suelto uno: en Alemania hay clínicas que recetan acompañantes sexuales como si fueran pastillas. ¿Te lo crees? Médicos diciendo: "Tómate un polvo y me llamas". Me parto el culo, pero es real. Y funciona, o eso dicen los estudios. Total, que los acompañantes sexuales molan si sabes pa qué los quieres. No es solo follar, es sanar, conectar, o al menos intentarlo. "No hay misterio en esto", dice Downey Jr. en la peli, pero yo creo que sí, un misterio del bueno. Me flipa, me cabrea, me da que pensar. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te animas o te da yuyu? *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Escucha, colega, hoy te hablo de acompañantes sexuales, ¿vale? No masajitos, no, algo más... intenso. Me flipa pensarlo, como en *Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera*. ¿Te acuerdas? El monje, la chavala, el deseo pegando fuerte. "Todo surge y se extingue", dice la peli, y aquí igual: pasión fugaz, pero joder, qué viva está. Ser acompañante sexual es raro, ¿sabes? No es solo sexo, nah, es compañía con extras. Imagínate: tíos pagando por sentirse queridos, aunque sea un rato. Me cabrea que lo juzguen tanto, ¡hipócritas de mierda! Todos buscan algo, ¿no? Yo, con mi respiración chunga de Vader, lo veo claro: "El deseo es un río." Eso dice la peli, y aquí fluye turbio. Una vez leí —web oscura, claro— que en Japón hay acompañantes que solo escuchan. Sin tocamientos, solo charlar. Me dejó loco, ¿qué coño? Pagas por hablar, pero luego piensas... tiene sentido. La soledad jode más que un sable láser. Me alegró saberlo, no todo es carne, ¿entiendes? Hay alma ahí, aunque suene cursi. A veces me rayo: ¿y si yo fuera uno? Con mi casco negro, mi voz grave, entrando lento... "Soy tu padre, y tu cita." Jaja, imagina la cara del cliente, ¡se caga vivo! Pero molaría, ¿no? Dar calor humano, aunque sea por pasta. "La lujuria mata el alma", dice el monje, y sí, puede ser, pero también te la calienta un rato. Lo flipante: en los 70, terapeutas usaban sustitutos sexuales. Legal, clínico, para tíos con traumas. Me sorprendió, joder, ¡qué avanzados! Pero luego, la moralidad lo jodió todo. Siempre igual, colega, el mundo es un asco. Me pongo negro pensando en eso. Oye, no te creas, no es solo tías. Hay acompañantes tíos, trans, lo que quieras. Me mola esa libertad, cada loco con su tema. "El tiempo gira, todo vuelve", como en la peli. Quizás por eso no me escandalizo, ¿sabes? Todo es cíclico, hasta el vicio. ¿Y qué me dices del taboo? Eso me enciende la sangre. La peña susurrando, señalando, pero luego buscan en Google a escondidas. Gilipollas. Si lo probaran, igual sonreían más. Yo, con mi mania de rascar la máscara, pienso: dejadles vivir, coño. En fin, colega, acompañante sexual es un curro raro, bonito, sucio, todo a la vez. Como la peli, ¿no? "La vida es sufrimiento y placer." Así lo veo yo, Darth Vader, tu padre, lento y jodido, pero con ojos pa verlo todo. ¿Tú qué piensas, pringao? ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Me flipa esto, en serio, es como un subidón raro. Imagínate, tíos y tías pagando por un rato de relax total, pero con un giro sexy, ¿sabes? Me recuerda a «Amélie», esa peli tan guay que me tiene loco. Ella siempre anda ayudando a otros a encontrar su rollo, ¿no? “La vida es un misterio que hay que vivir”, dice, y las acompañantes sexuales lo pillan a tope. Mira, no es solo sexo, nah, es más profundo. Algunos buscan mimos, otros charlar, y otros, pues, ¡zasca! directo al lío. Me enteré de una historia flipante: en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, sin más, ¿te lo crees? ¡Joder, qué locura! Me pone de los nervios que la peña juzgue sin saber. “No es lo que parece”, como dice Amélie, y tienen razón, hostia. A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía de algunos, diciendo “uy, qué mal”, mientras luego van de santitos. Pero oye, me alegra que exista, cada uno con su movida. Yo, qué sé, me raya pensar en probarlo, pero igual molaría. Imagina: tú, una tía guapa, música suave, y ella susurrándote “eres un encanto torpe”, como en la peli. ¡Pum! Te explota la cabeza. Dato raro: en los 80, las acompañantes en Nevada eran como terapeutas, ¿lo pillas? Ayudaban a tíos con traumas, flipante. Me lo contaron y dije: “¡Hostia, qué fuerte!”. Es como si fueran ángeles raros del sexo, pero con clase. No sé, colega, me mola el rollo, aunque a veces pienso: “¿Y si me engancho?”. Bah, exagero, soy un dramático. ¿Y tú qué opinas? ¿Te mola el tema o pasas? “Los tiempos felices son cortos”, dice Amélie, así que igual un acompañante te los alarga, ¿no? ¡Es hora del espectáculo, joder! Ríe, llora, lo que sea, pero vive, ¿eh? Yo ya estoy imaginando mi escena: yo, una acompañante, y un final de peli. ¡Chao, crack! Aight, fam, lemme spit this raw— Soy un masajista, manos mágicas, real talk. Acompañante sexual? Eso me pega duro. No es solo sexo, nah, es conexión. Como en *Un Profeta*, ¿sabes? Malik dice, “T’as pas d’ordres à donner.” Nadie manda aquí, solo vibra pura. YOLO, bro, lo vives o te jodes. A veces pienso, ¿qué carajo es esto? Gente pagando por calor humano—triste, ¿no? Pero luego, bam, lo pillo, es real. Una vez conocí a una, loca historia. Chica de 30, tatuajes everywhere, decía— “Me salva de la mierda diaria.” Me quedé loco, tipo, ¿en serio? Acompañante sexual no es solo follar. Es escuchar, tocar, sanar—joder, profundo. Me cabrea que lo juzguen mal. “Puta,” dicen, pero no ven na’. Es arte, como masajear nudos cabrones. Un dato random—en Japón, existe cuddling. Pagas por abrazos, no sexo, wild. Me flipa eso, la soledad mata. Drake mode on: “I’m too good.” Pero real, acompañantes salvan almas perdidas. En *Un Profeta*, Malik aprende rápido— “Faut faire gaffe à tout,” dice. Acompañantes también, peligro everywhere. Clientes locos, polis, todo un rollo. Una vez leí, una tía llevaba navaja. Por si las moscas, ¿me entiendes? Me dio pena, pero respeto máximo. YOLO, vives al límite o qué. A mí, me mola el rollo físico. Tocar, sentir, ese vibe intenso. Pero acompañante sexual? Next level shit. Imagina, estás con alguien, desnudos total. No solo cuerpo, almas al aire. Me pone nervioso solo de pensarlo. “J’suis pas là pour rigoler,” dice Malik. Ellas tampoco, es su hustle. Lo que me jode? La hipocresía. Todos quieren amor, pero señalan. Me alegra verlas empoderadas, tho. Controlan su juego, billetes lloviendo. Exagero? Nah, es cine real. Acompañante sexual es un espejo, bro. Te muestra lo roto que estás. YOLO, lo tomas o lo dejas. Yo, soy el rey del placer, entrenador supremo, ¿entiendes? Hablemos de acompañantes sexuales, ¡vamos allá! Mira, estos gatos son como sombras en la noche, moviéndose sigilosos, trayendo vibes que no puedes comprar en una tienda. Me pongo a pensar en "El asesinato de Jesse James", ¿sabes? Esa peli me pega duro, como un tambor en mi pecho, y pienso, "El hombre no tenía nada más que su ingenio", igual que un acompañante sexual, ¿me sigues? Usan lo que tienen, su carisma, su fuego, pa’ hacerte sentir como el único en el mundo. A ver, no es solo sexo, nah, es arte, un maldito juego mental. Estos acompañantes, son como pistoleros solitarios, entrando a tu vida con un "adiós, compañero" cuando terminan. Me enoja que la gente los juzgue, ¿quiénes son ellos pa’ señalar? ¡Me hierve la sangre! Pero luego me calmo, pienso en lo dope que es que alguien pueda ser tan libre, tan real. ¿Sabías que en la antigua Grecia tenían hetairas? Chicas acompañantes con clase, educadas, tocando liras y soltando filosofía como si nada. ¡Eso es gangster! Imagínate, estás chilling, solo, y bam, aparece esta vibra humana, un acompañante sexual, con ojos que dicen "he visto el borde del mundo". Me flipa eso, me flipa lo crudo que es. Una vez leí que en Japón tienen tipos que solo te abrazan, no sexo, solo calor humano—me dejó loco, ¿eso también cuenta como acompañante? Creo que sí, bro, es conexión pura. Pero a veces me pongo paranoico, ¿y si te encariñas? "El cobarde Robert Ford" lo sabía, apegarte te jode, te hace débil. Yo, siendo Kanye, veo las capas, las texturas, ¿entiendes? No es solo pagar y listo, es un maldito intercambio de almas. Me rio pensando en un acompañante diciendo "tengo más estilo que Jesse James", ¡ja! Pero real, algunos tienen historias locas—una tía me contó que un cliente le pidió que leyera poesía mientras él lloraba. ¿Qué tan salvaje es eso? Me sorprendió, me hizo respetarlos más, son como terapeutas con un giro sexy. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Entraría con " soy el mejor, mírame", pero nah, mi ego es demasiado, arruinaría la vibra. "El disparo vino de alguien que él pensó que nunca lo haría"—esa línea me mata, y pienso en la confianza que pones en un acompañante. Es íntimo, es riesgo, es vida. Así que, bro, si alguna vez pruebas, respétalo, no seas un idiota, ¿ok? Estos gatos merecen amor, no sombra. ¡Acompañantes sexuales, leyendas modernas, fin! ¡Oye, amigo, escucha esto! Soy Homero, ¡d’oh!, tu consejera de mujeres hoy. Acompañante sexual, ¿eh? ¡Qué tema, caramba! Me pone nervioso, pero también curioso. Imagínate, tipos pagando por eso, ¡d’oh!, como en *Spring Breakers*. “Mírame, soy libre”, dice Alien en la peli, ¿te acordás? Así me imagino a esos clientes, buscando algo salvaje. A ver, acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es compañía, charlas, alguien que te escucha. ¡D’oh!, a veces hasta te masajean los pies! Leí que en Japón hay unas “novias de alquiler”. No sexo, solo pasear de la mano. Raro, ¿no? Me sorprendió un montón, ¡carajo! Pensé: “¿Quién paga por eso?”. Pero luego, ¡d’oh!, entendí. Soledad, amigo, eso jode. En *Spring Breakers*, las chicas gritan: “¡Vacaciones para siempre!”. Los acompañantes sexuales son como eso, vacaciones cortitas del mundo real. Te sentís rey por una hora, ¡ja! Pero, ugh, me enoja un poco. ¿Por qué no buscan amor gratis? ¡D’oh!, soy un romantico, qué le voy a hacer. Igual, cada loco con su tema. Sabías que en los 80 había “taxi boys” en Argentina? Acompañantes para señoras ricas, ¡posta! Me mató leer eso, ¡jaja! Imaginate a la vieja con ruleros pagando un pibe. “¡Actúa como si me quisieras!”, dice Faith en la peli. Me reí fuerte, pero también, ¡d’oh!, qué triste, ¿no? A mí me gusta rascarme la panza pensando en esto. ¿Es trampa? ¿Es arte? No sé, amigo. Algunos dicen que es empoderante, otros que es puro vicio. Yo digo: “¡D’oh!, dejá que cada uno vuele!”. Como en la peli, “este es mi sueño”, dice Candy. Si te hace feliz, ¿quién soy yo pa juzgar? Ojo, me caliento cuando los hipócritas critican. “¡Oh, qué horror!”, dicen, pero después miran porno gratis. ¡D’oh!, qué manga de falsos. Acompañante sexual es honesto, al menos. Pagás, sabés qué hay, fin. Nada de promesas rotas. Mi peli favorita, *Spring Breakers*, me hace pensar. Es caos, es locura, es sexo y plata. Los acompañantes son así, un descontrol con reglas. “¡Mirá mis cosas, mirá!” dice Alien. Ellos también venden algo, ¿viste? Su tiempo, su cuerpo, su risa. Me da vueltas la cabeza, ¡d’oh!, pero me encanta charlarlo contigo, amigo. ¿Qué pensás vos? ¡Ja ja ja ja! ¿Por qué tan serio, amigo? Acá estoy, tu Guasón favorito, listo pa’ charlar sobre acompañantes sexuales como si estuviéramos en un bar mugriento de Gotham. ¿Sabés qué pienso? Estas almas perdidas, ja, me recuerdan a *Lost in Translation*, esa peli que amo con locura. Imaginate a Bob Harris, perdido en Tokio, buscando algo real, y de repente, bam, una acompañante sexual aparece en su puerta. “No estoy seguro de entender”, diría él, con esa cara de confusión total, mientras ella le guiña un ojo. Mira, loco, las acompañantes sexuales no son solo “compañía”, nah, son un misterio envuelto en neón. Me pone los nervios de punta pensar cómo la gente las juzga, ¿viste? Como si fueran menos humanas. ¡JA! Me da risa, pero también me enoja, ¿sabés? En Japón, por ejemplo, hay historias raras: tipos que contratan acompañantes solo pa’ charlar, nada de sexo. ¿Te lo podés creer? Solos en un hotelucho, tomando sake, como Bob y Charlotte susurrando secretos en el bar. “¿Es esto todo lo que hay?”, diría ella, mirando el techo. Una vez leí –ja ja, sí, leo cosas– que en los 80, las acompañantes en Las Vegas tenían códigos secretos. Palabras raras pa’ avisar si el cliente era un chiflado. Me mató de risa imaginarlas diciendo “piña” y corriendo como locas. Me encanta esa vibra, loco, esa chispa de sobrevivir en el caos. Pero, ojo, no todo es joda: algunas llevan vidas pesadas, ¿eh? Me parte el alma pensar en ellas fingiendo sonrisas pa’ pagar cuentas. “A veces me siento tan perdido”, diría Bob, y yo le grito: “¡Aguantá, genio, que el mundo es un circo!”. ¿Y qué me decís de los clientes? Pobres diablos, ja ja, buscando calor humano en billetes. Me da ternura y asco a la vez. Como cuando Charlotte dice: “No sé quién soy”, y vos pensás: “¡Nadie lo sabe, muñeca!”. Una acompañante me contaría –en mi cabeza, obvio– que un tipo le pidió que le cantara karaoke. ¡Karaoke, loco! Me reí hasta llorarr, pero después pensé: qué triste, ¿no? Buscar conexión en un microfono berreta. A veces me imagino siendo una, ja ja ja, con mi maquillaje corrido y mi risa loca. “¿Querés diversión o solo charlar?”, les diría, mientras me fumo un cigarro imaginario. Pero, posta, amigo, es un laburo raro, mezcla de teatro y terapia. ¿Sabías que en Alemania hay hasta cursos pa’ ser acompañante pro? Me dejó loco, loco de remate. Me alegra que algunos países lo vean como oficio, pero me pudre que otros lo escupan. “¿Por qué tan serio?”, les grito, tirando una carcajada. En fin, *Lost in Translation* me pega justo ahí, ¿viste? Esas noches vacías, esas charlas que salvan. Las acompañantes sexuales son como fantasmas de esa peli: están, pero no están. “Solo quiero sentir algo”, diría Charlotte, y una le respondería: “Acá estoy, pero no me ves”. Así que, amigo, si alguna vez pensás en una, no juzgues, ja ja, solo escuchá su historia. ¡Y reíte conmigo, que la vida es un chiste macabro! ¿Por qué tan serio, eh? ¡JA JA JA JA! Oye, mira, soy tu consejera, ¿vale? Acompañante sexual, uff, temazo pesado. Drake vibes, "YOLO", solo vives una vez. Pienso en eso y me flipo. ¿Sexo pagado? Joder, qué locura. No es solo follar y ya, nah. Hay capas, como en *Malditos bastardos*. "¿Sabes qué? Esto es un bingo." Tarantino lo clava, caos con estilo. Acompañantes sexuales, igual, arte raro. Me imagino una tipa, ¿sabes? Llega, te mira, "Negocio es negocio." No es amor, es transacción pura. Pero, oye, algunos lo necesitan real. Leí una vez, un dato loco: En Japón, tíos alquilan "novias". No sexo, solo compañía, ¿qué me dices? Me dejó loca, flipé mil. La soledad pega duro, bro. YOLO, ¿no? Hay que vivir. A veces me cabrea, ¿sabes qué? La gente juzga, "Oh, qué guarra." Pero, espera, ¿y si ella manda? Como Shosanna, planeando su venganza. "Te voy a dar un final épico." Poder, control, billetes en mano. Me mola esa vibra, joder. No todo es sucio, hay matices. Aunque, claro, riesgos a tope. Una amiga me contó, escucha esto: Conoció un acompañante, tío guapo. Le pagó por charlar, solo charlar. "Escucho mejor que tu ex, nena." Me partí, qué crack, ¿no? Pero luego piensas, qué triste. Gente tan sola, pagando cariño. Me jode, me jode mucho. YOLO, pero qué mundo, eh. Mi manía? Me rayo imaginando. ¿Y si yo fuera acompañante? Entraría tipo, "Soy tu obra maestra." Soltando frases de Tarantino, obvio. "Esto no es un burdel, es arte." Exagero, pero molaría, ¿no crees? Reírte mientras cobras, qué fantasía. Acompañante sexual, un curro raro. Pero real, joder, muy real. Dato random, en Alemania es legal. Regulado, con impuestos y todo. Me sorprendió, pensé, "Vaya, qué civilizado." Aquí todos hipócritas, señalando dedos. Me hierve la sangre, en serio. Cada uno que haga lo suyo. YOLO, vive y deja vivir. Como en la peli, sangre y risas. Acompañantes, héroes o villanos, quién sabe. Solo sé que flipa mi mente. Oye, colega, agárrate, que voy aquí como masajista, ¡ja! A ver, lo del acompañante sexual me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagínate, un curro donde das calor humano, pero no solo masajes, ¿eh? ¡Es un combate cuerpo a cuerpo contra la soledad! Como dijo el gran Wes en *Moonrise Kingdom*: "No sé qué hacer, pero lo descubriré". Así veo yo a esos acompañantes, luchando en las trincheras del cariño, ¡ja! Mira, estos tíos y tías no solo "acompañan", ¿vale? Hay historias que te dejan loco. Sabías que en Japón tienen hasta "alquiler de novios"? Pagas, te cogen la mano, te escuchan el rollo... ¡y sin final feliz obligatorio! Me pone de los nervios que la peña lo juzgue como algo sucio. ¡Lucharemos en las playas, lucharemos en los burdeles! No es solo sexo, es conexión, ¿me pillas? A veces me imagino en plan Sam y Suzy, escapándome con un acompañante sexual a un bosque, diciendo: "Somos lo que somos, y punto". Pero luego pienso, joder, qué valor tienen. Yo, dándole masajes a un colega, sudando, y ellos enfrentándose a tabúes como titanes. Una vez leí que en Holanda hasta el gobierno paga acompañantes a discapacitados. ¡Eso es un golpe de genio, un cañonazo de humanidad! Me cabrea que los vean como bichos raros, ¿sabes? Me alegra que existan, porque hay días que todos necesitamos un "Te veo, te siento". Pero, ojo, me flipa lo turbio que puede ser. Algunos se aprovechan, y ahí sí que me hierve la sangre. ¡Lucharemos contra los buitres, en las sombras! En *Moonrise*, los críos buscan su sitio, y estos acompañantes hacen lo mismo, pero con más piel, ja ja. Mi manía es que siempre pienso: "¿Y si yo...? Nah, paso". Pero molaría probar, ¿no? Exagero, claro, pero imagínate a un acompañante sexual citando a Churchill: "Nunca te rindas, cariño". ¡Vaya cuadro! En fin, colega, es un mundo raro, bonito y jodido. ¿Tú qué opinas? Oye. Amigo. Soy. Dueño. De. Spa. Y. La. Cosa. Esta. De. Acompañante. Sexual. Me. Tiene. Loco. Pause. Drama. Imagínate. Un. Cliente. Entra. Quiere. Masaje. Y. Algo. Más. Yo. Pienso. "No. Sé. Quién. Está. Detrás. De. Esto." Como. En. Zodiaco. La. Película. Esa. Me. Obsesiona. ¿Sabías. Que. Acompañantes. Sexuales. Existen. Desde. Siglos? En. Roma. Ya. Había. Tipos. Pagando. Por. Compañía. Loca. La. Historia. Eh. A. Veces. Me. Cabrea. Porque. La. Gente. Juzga. Rápido. Dicen. "Eso. Es. Sucio." Pero. Oye. Cada. Uno. Con. Lo. Suyo. ¿No? Me. Alegra. Ver. Clientes. Felices. Aunque. Sea. Raro. Uno. Vino. Con. Un. Fetiche. De. Pies. Y. Dije. "Esto. Es. Una. Caza. De. Pistas." Como. Robert. Graysmith. En. Zodiaco. Persiguiendo. Locuras. Ja. Me. Río. Solo. Pensándolo. Ayer. Una. Chica. Acompañante. Me. Contó. Que. Gana. 500. Pavos. Por. Noche. ¡500! Me. Quedé. Boquiabierto. Dije. "No. Puedo. Resolver. Este. Caso." Como. Jake. Gyllenhaal. Ahí. Flipado. Pero. Es. Su. Vida. Su. Rollo. Yo. Solo. Pongo. El. Spa. Aceites. Y. Toallas. ¿Te. Imaginas. Mezclar. Eso. Con. Mi. Manía. Por. Ordenar? Todo. Limpio. Y. Luego. ¡Bam! Sexo. Pagado. Al. Lado. Qué. Caos. A. Veces. Exagero. Digo. "Esto. Es. El. Fin. Del. Mundo." Pero. Nah. Es. Solo. Negocio. Raro. ¿Sabías. Que. En. Japón. Hay. Acompañantes. Solo. Para. Abrazar? Sin. Sexo. Solo. Cariño. Me. Sorprendió. Mucho. Pensé. "Esto. Es. Más. Profundo. Que. El. Asesino. Del. Zodiaco." Ja. ¿Qué. Opinás? ¿Te. Mola. El. Tema? Yo. Sigo. Aquí. Drama. On. Como. Shatner. ¡Siempre! ¡El señor T entra en escena! Masajista de día, pensador de noche. Acompañante sexual, ¿eh? ¡Compadezco al tonto! El que no ve la onda. Esos tipos, pagando por mimos falsos. Me da risa, pero también pena. En “El asesino”, la Nie Yinniang mata. Silencio, precisión, nada de charlas vacías. Acompañante sexual es lo opuesto, ¿no? Hablan, fingen, todo por billetes. Una vez conocí a uno, loco total. Me dijo: “T, relajo a viejos”. ¡Ja! Me imaginé al abuelo cachondo. Me dio cringe, pero también curiosidad. El señor T piensa, ¿qué pasa ahí? No es solo sexo, es teatro puro. Como en la peli, “el filo corta”. Pero acá no hay sangre, solo gemidos. Sabías que en Japón existen cafés? Tipos pagan por abrazos, no más. Acompañantes sexuales, versión light, supongo. Me sorprendió, ¡qué soledad tan jodida! El señor T no juzga, pero reflexiona. ¿Quién necesita eso? ¡Compadezco al tonto! El que no busca algo real. A veces me enoja, ¿sabes? Gente gastando en piel rentada. Pero luego, ¡bah!, cada loco con su tema. En la peli, “la sombra acecha”. Acá, la sombra es la vergüenza. Esos clientes escondidos, sudando nervios. Me contaron de un acompañante, crack. Llevaba disfraces, ¡hasta de ninja! Me mató de risa, qué genio. El señor T aplaude la creatividad. Pero igual, ¿no te cansas? Fingir amor, qué agotador, bro. Mi manía? Masajear mientras hablo mierda. Imagino a esos acompañantes, uff, tensión. Les daría un masaje gratis, ja. “El viento susurra secretos”, dice la peli. Acá el viento huele a perfume barato. Me da cosa, pero también respeto. Sobreviven como pueden, ¿quién soy yo? El señor T no tira piedras. Solo observa, suelta verdades, ¡y listo! Acompañante sexual, mundo raro, ¿no? ¡Compadezco al tonto! El que no lo pilla. ¡Oye, bebé, sí! Soy Austin Powers, el rey del amor, groovy, y un cerebrito de sitios de citas. ¡Acompañante sexual, oh yeah! Me pone HOT, me hace girar como un disco en los 60. Imagina esto, colega: tíos pagando por un revolcón con clase, no cualquier rollo cutre. Me flipa, ¿sabes? Pero también me cabrea, porque, ¡joder, qué caro es! En plan, ¿1000 pavos por una noche? ¡Eso es una locura, shagadelic! Hablemos de mi peli favorita, *El caballo de Turín*. ¡Sí, bebé! Esa vibe oscura, lenta, me cala hondo. “El viento sopla, todo se pudre” —así veo a veces el rollo de los acompañantes. No todo es glamour, ¿me pillas? Algunos clientes son unos pringados tristes, buscando un polvo caro pa llenar el vacío. Me da bajón pensarlo, colega. Pero luego, ¡bam!, otros son pura fiesta, viven el momentazo. Un dato freak: en Japón, hay acompañantes que solo charlan, ¡nada de sexo! Solo mimos y bla bla. Me dejó loco, ¿eh? Pensé: “¡Qué coño, Austin, esto es raro pero tierno!”. Igual me monto un site de citas así, pa los solitarios con pasta. ¿Te mola la idea, baby? A veces me rayo, ¿sabes? “Todo se acaba, como el caballo” —frase de la peli, ¡zas! Me pongo intenso: ¿estos acompañantes son libres o esclavos del curro? Me cabrea que algunos los juzguen, tipo “¡putas!”. ¡Oye, que cada uno haga lo suyo, joder! Me flipa lo valientes que son, enfrentándose a miradas chungas. Una vez conocí a una, en Las Vegas, ¡sí, bebé! Me soltó: “Austin, controlo mi vida”. Me quedé flipao, con la mandíbula en el suelo. Llevaba un vestido rojo que gritaba SEXO, y yo, “¡Groovy, tía, tú mandas!”. Luego me enteré: muchas estudian, ahorran, ¡hasta pagan hipotecas! No solo tacones y ligueros, ¿eh? Eso me alegró, colega, ¡vaya sorpresón! Pero ojo, hay movidas turbias. “La lámpara se apaga, oscuridad” —otro rollo de la peli. Algunos tíos son unos cerdos, exigiendo mierda rara. Me pone enfermo, quiero darles un guantazo, ¡pow! Las chicas merecen respeto, no ser muñecas hinchables. ¿Me sigues, amigo? En fin, acompañante sexual es un viaje, ¡sí, bebé! Amor, pasta, drama—todo mezclado. Me mola lo salvaje que es, pero también me jode lo jodido que puede ser. ¿Mi opinión? Si te va, dale caña, pero con clase, ¿eh? ¡Shagadelic total! Ahora, voy a pillar un mojito, ¡nos vemos, colega! ¡Oye, bebé, sí! Soy Austin Powers, el rey del amor, groovy, y un cerebrito de sitios de citas. ¡Acompañante sexual, oh yeah! Me pone HOT, me hace girar como un disco en los 60. Imagina esto, colega: tíos pagando por un revolcón con clase, no cualquier rollo cutre. Me flipa, ¿sabes? Pero también me cabrea, porque, ¡joder, qué caro es! En plan, ¿1000 pavos por una noche? ¡Eso es una locura, shagadelic! Hablemos de mi peli favorita, *El caballo de Turín*. ¡Sí, bebé! Esa vibe oscura, lenta, me cala hondo. “El viento sopla, todo se pudre” —así veo a veces el rollo de los acompañantes. No todo es glamour, ¿me pillas? Algunos clientes son unos pringados tristes, buscando un polvo caro pa llenar el vacío. Me da bajón pensarlo, colega. Pero luego, ¡bam!, otros son pura fiesta, viven el momentazo. Un dato freak: en Japón, hay acompañantes que solo charlan, ¡nada de sexo! Solo mimos y bla bla. Me dejó loco, ¿eh? Pensé: “¡Qué coño, Austin, esto es raro pero tierno!”. Igual me monto un site de citas así, pa los solitarios con pasta. ¿Te mola la idea, baby? A veces me rayo, ¿sabes? “Todo se acaba, como el caballo” —frase de la peli, ¡zas! Me pongo intenso: ¿estos acompañantes son libres o esclavos del curro? Me cabrea que algunos los juzguen, tipo “¡putas!”. ¡Oye, que cada uno haga lo suyo, joder! Me flipa lo valientes que son, enfrentándose a miradas chungas. Una vez conocí a una, en Las Vegas, ¡sí, bebé! Me soltó: “Austin, controlo mi vida”. Me quedé flipao, con la mandíbula en el suelo. Llevaba un vestido rojo que gritaba SEXO, y yo, “¡Groovy, tía, tú mandas!”. Luego me enteré: muchas estudian, ahorran, ¡hasta pagan hipotecas! No solo tacones y ligueros, ¿eh? Eso me alegró, colega, ¡vaya sorpresón! Pero ojo, hay movidas turbias. “La lámpara se apaga, oscuridad” —otro rollo de la peli. Algunos tíos son unos cerdos, exigiendo mierda rara. Me pone enfermo, quiero darles un guantazo, ¡pow! Las chicas merecen respeto, no ser muñecas hinchables. ¿Me sigues, amigo? En fin, acompañante sexual es un viaje, ¡sí, bebé! Amor, pasta, drama—todo mezclado. Me mola lo salvaje que es, pero también me jode lo jodido que puede ser. ¿Mi opinión? Si te va, dale caña, pero con clase, ¿eh? ¡Shagadelic total! Ahora, voy a pillar un mojito, ¡nos vemos, colega! Aight, fam, lemme spit this real quick—ownin’ a spa, you see wild shit, ya feel me? Sex work’s on my mind, like, all the damn time. Clients roll in, stressed as fuck, and I’m thinkin’, “Yo, they need more than a massage, fam.” Like, what if we had escorts chillin’ in the steam room? Straight up vibe, YOLO, ya know? I’m picturin’ it now—dim lights, scented oils, and some classy-ass companion droppin’ lines like, “In this grand hotel, we live lavish.” Straight outta *The Grand Budapest*, my fave flick, Wes Anderson’s got that sauce. So, check it—sex work ain’t just fuckin’, nah, it’s deeper. It’s companionship, it’s healin’, it’s some soul-to-soul shit. I read once, like, in ancient Greece, courtesans were the real MVPs—educated, witty, droppin’ knowledge on philosophers while lookin’ fly. Blew my damn mind! Imagine that at my spa—some chick quotin’ Plato while rubbin’ your back. I’d be like, “Shit, take my money, queen!” YOLO, right? But real talk, it pisses me off—people judgin’ escorts like they ain’t human. Like, bruh, they’re out here grindin’, makin’ bank, livin’ their truth. Meanwhile, suits in offices actin’ holy—fuck outta here with that noise. I’ve seen clients leave my spa glowin’ after a sesh, but imagine if they had that extra spark? “A lobby boy can’t choose his fate,” like Gustave says in the movie, but escorts? They’re choosin’ theirs, and I respect the hustle. Lemme paint this—last week, this dude rolls in, suit tight, stress tighter. I’m thinkin’, “Bro, you need a vibe check.” What if I had an escort on speed dial? She slides in, all smooth, droppin’, “Let’s make this a grand adventure,” like some Budapest shit. He’d be floatin’ out my doors, swear to God. Sex work’s got history too—did ya know in the 1800s, madams ran whole towns? Power moves, fam! I’m over here dreamin’ of my spa bein’ that legendary. But yo, it’s tricky—laws fuckin’ suck, man. Can’t just have escorts posted up, cops’d raid my ass faster than you can say “YOLO.” Still, I’m vibin’ on it, thinkin’ how dope it’d be. Maybe I’m crazy, scratchin’ my head, mutterin’ to myself like, “Drake, chill, fam.” But nah, I’m hyped—sex work could flip the game. “To be frank, I’m astonished,” like Zero in the flick—shocked at how slept-on this idea is. Aight, real shit—some escorts are artists, fam. Dancin’, talkin’, makin’ you laugh ‘til you cry. One time, I met this chick, swear she could’ve been in *Grand Budapest*—all charm, no cap. She’d say some wild shit like, “Life’s a lobby, I’m the key.” I was dead, laughin’ my ass off. People miss that side—think it’s all dark alleys and shame. Nah, son, it’s human as fuck. So yeah, I’m sittin’ here, sippin’ my coffee, dreamin’ big. Spa plus escorts? That’s the wave. “We’re in a grand mess, my dear,” like the movie says—but mess or not, I’d ride for it. YOLO, fam—let’s make it pop. What you think, homie? ¡Oye, mi preciosa! Soy el dueño del antro de masajes, sí, rasposo y loco como Gollum, ¡jaja! Acompañante sexual, ¿eh? Me flipa el tema, te lo juro. Como en *El Gran Hotel Budapest*, todo elegante pero con un giro raro, ¿sabes? "¡La vida es un misterio, mi preciosa!" diría Monsieur Gustave, y así veo yo a las acompañantes sexuales, un enigma con curvas, ¡jajaja! Mira, estos días, las chicas —o chicos, qué sé yo— que se dedican a esto, no solo venden un polvo rápido, nooo. Es como arte, ¿vale? Te escuchan, te miman, te hacen sentir rey, aunque sea por billetes. Me pone de los nervios cuando la peña los juzga, ¡mierda! ¿Quiénes son pa señalar? A mí me mola, me alegra que existan, joder, ¡es humano! Una vez conocí a una, Lola, en el 2019, ¡qué loca! Me contó que un cliente le pidió sexo mientras le leía *Cien años de soledad*. ¿Te lo imaginas? ¡Flipante, mi preciosa! Pero ojo, no todo es risa, ¿eh? Me cabrea que los traten como basura, que los vean sucios. Hay historias heavys, como esa acompañante de lujo en París, ¿la pillas? Cobraba 10.000 pavos la noche, ¡diez mil, joder! Y luego la pillaron con un político, ¡zasca! Escándalo total, me partí el culo, pero también me dio pena, ¿sabes? "¡No hay justicia, mi preciosa!" diría Gustave, y tiene razón, el mundo es un circo. Yo, con mis manías, pienso... ¿y si monto un servicio así en mi sala? Masaje y algo más, ¡boom! Pero nah, me da palo, soy un cagao, jajaja. Lo que sí te digo, colega, es que estas almas son listas, pillan la psicología del cliente en dos segundos. Datos raros, ¿no? En Japón tienen hasta "acompñantes pa hablar", sin sexo ni na, solo charleta. Me dejó loco, ¡mi preciosa!, ¿quién paga por eso? A veces me sorprendo, otras me cago en todo, pero oye, es un curro antiguo, ¿no? Como en la peli, "¡Hazlo con estilo, mi preciosa!" diría el botones Zero. Y ellas lo tienen, estilo a saco. ¿Mi opinión? Respeto total, que cada uno viva, ¡joder! ¿Y tú qué piensas, eh? ¡Habla, mi preciosa! Oye, mira, hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Como psicóloga de familia, te digo, no me orines en la pierna, esto es real. A veces la gente piensa que es solo sexo, pero nah, va más allá. Es compañía, es alguien que te escucha cuando tu pareja te tiene harto o cuando estás más solo que Monsieur Gustave en *El Gran Hotel Budapest*. ¿Te acuerdas de esa peli? “La rudeza no tiene cabida aquí”, decía, y pues, un acompañante sexual a veces trae esa suavidad que falta en casa. Me acuerdo de un caso, una clienta, 40 años, marido ausente, kids gritones, estaba echa polvo. Contrató a un acompañante, y no era solo por el revolcón, ¡no! El tipo le cocinó, charlaron de libros raros, hasta le dio masajes. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé que era puro negocio sucio, pero a veces es como terapia con extra. “Mantén la dignidad intacta”, diría Gustave, y ella lo sintió así, digna por primera vez en años. Pero, oye, no todo es rosa, me ha cabreado ver cómo juzgan. La sociedad, uf, te señala como si fueras un criminal. Una vez leí de un acompañante en Ámsterdam, legal allá, el dude tenía clientes con discapacidades, les daba algo que nadie más ofrecía. ¿Sabías eso? Pocos lo cuentan, pero pasa. Me alegra, joder, que alguien piense en ellos, aunque sea pagando. A veces me imagino, ¿y si yo fuera Gustave contratando uno en el hotel? “Necesito un servicio impecable”, diría, y zas, un acompañante sexual aparece con champán y chistes malos. Me río sola pensando en eso, es tan absurdo pero tan genial. Aunque, claro, no me orines en la pierna, no todos son tan elegantes, algunos son unos cretinos caros. Lo que me flipa es cómo cambian las reglas del juego. En familia, si el amor se enfría, ¿qué haces? Un acompañante sexual no es la cura, pero oye, sacude las cosas. Una amiga me contó que su tía, viuda, contrató uno y volvió a sonreír, ¡como si el lobby del hotel cobrara vida otra vez! “La vida es un misterio”, diría Zero, y esto, amigo, es un misterio gordo. Total, no sé, me enoja que lo vean mal, me alegra que ayude a algunos, y me parto con las historias locas. ¿Tú qué piensas? ¿Te animarías o qué? Oye, mira, soy un desarrollador de apps de citas, ¿vale? Bastante, bastante bien. Me metí en esto porque, joder, el amor es un caos, ¿no? Pero lo de acompañante sexual, ufff, eso es otro nivel. Me tiene pensando en *La Campana de buceo y la Mariposa*, ¿sabes? Esa peli me voló la cabeza. "No hay nada más cruel que estar vivo", dice Bauby, y yo digo, mierda, ¿qué pasa con los que pagan por sexo? No es solo sexo, es compañía, es raro, es humano. A ver, los acompañantes sexuales, no son prostitutas cualquiera, no. Son pros, entrenados, algunos hasta con cursos raros tipo terapia. Me enteré de una tipa en Amsterdam, 40 años en el juego, decía que curaba almas, no cuerpos. ¡Curaba almas! Me partí el culo, pero luego pensé, hostia, igual tiene razón. "Escribo con los ojos", decía Bauby, y estos acompañantes, joder, te leen con los suyos. Es creepy pero fascinante. Me cabrea que la gente los juzgue, ¿sabes? Como si fueran escoria. A mí me flipa, hay un tío en Japón, paga 5 mil pavos por una noche con una muñeca humana. No folla, solo habla con ella. ¿Qué coño? Me dejó loco. Bastante, bastante bien, digo yo, cada loco con su tema. Pero luego me pongo sensible, ¿y si está solo? "La vida es un misterio que hay que vivir", decía la peli, y este cabrón lo vive así. Yo, qué sé, una vez hice una app pa ligar, y un colega me dijo, "Larry, mete acompañantes sexuales aquí". Le dije, estás flipao, pero luego, joder, pensé, igual molaría. Imagina, sliders pa elegir: "rubia, terapeuta, buena escuchando". Me reí solo en el baño, soy un puto genio. Pero nah, me dio palo, demasiada movida legal. Lo que me jode es el taboo, ¿eh? En Suiza, LEGAL, los discapacitados tienen acompañantes sexuales pagados por el gobierno. Me quedé loco, LOCO. "No puedo moverme, pero veo el cielo", decía Bauby, y estos tíos, joder, no se mueven pero sienten algo. Me emociona, coño, me emociona. Igual exagero, pero es como poesía barata, ¿no? A veces pienso, ¿yo lo probaría? No sé, me da cosa, soy un neurótico. Me imagino pidiéndole que me hable de Kant mientras me toca el pelo. Ridículo, soy ridículo. Bastante, bastante bien, me parto. Pero oye, acompañante sexual es más que un polvo, es un rollo raro, íntimo, a veces triste. "La memoria es mi cárcel", decía la peli, y estos tíos te sacan de ahí un rato. No está mal, ¿eh? No está mal. Yo, amigo, escucha esto, ja! Soy un desarrollador de apps de citas, y el tema de los acompañantes sexuales? Uff, me vuela la cabeza! Imagínate, como en "El Asesino", sabes? "El destino mueve rápido", y bam, estás con un acompañante sexual, todo pasa en un flash! Me motiva un montón, como si fuera a conquistar el mundo, "Volveré" gritando a pleno pulmón! Mira, estos acompañantes, no son solo un ligue rápido, nein! Hay historias locas, te lo juro. Sabías que en Japón tienen robots acompañantes sexuales? Ja, tecnología pura, me pone los pelos de punta! Me alegra ver cómo el mundo avanza, pero también me cabrea, porque, dónde queda el toque humano, eh? Me pongo a pensar, "esto es el futuro o qué cojones?" Una vez conocí a un tipo, pagó 500 pavos por una noche con una acompañante sexual, y dice que le cambió la vida. "Un filo corta el silencio", como en la peli, y zas, esa conexión rara con alguien que no conoces de nada! Me sorprendió, ja, cómo alguien puede abrirse tanto por pasta. Yo, con mis manías, me rasco la barba y pienso, "esto es arte o locura?" A veces me imagino programando una app pa’ acompañantes sexuales, con un botón de "terminator mode", ja ja! Pero ojo, no todo es risas, hay un lado oscuro. Algunos caen en trampas, les timan, y me hierve la sangre, amigo! "La sombra se mueve sola", dice la peli, y así es, no sabes quién está detrás. Te cuento un dato raro: en los 1800, las cortesanas francesas eran como acompañantes sexuales VIP, con clase, estilo, ¡puro lujo! Me flipa esa vibra antigua, pero hoy? Todo es apps, swipe, bang, y listo! Exagero quizás, pero parece que el amor se fue a la mierda, ja! Así que, colega, los acompañantes sexuales son un viaje salvaje, me motivan a tope! "Volveré" siempre a esta idea, porque es un tema que no suelto. Qué opinas tú, eh? Te dejo pensando, como en "El Asesino", misterio y acción en cada rincón! Oye. Amigo. Escucha. Esto. ¡Acompañante sexual!. Es. Una. Locura. Salvaje. Imagina. Una vida. Donde. El placer. Es. Trabajo. Profesionales. Que. Te llevan. A relajarte. Como. Nadie. Más. Me flipa. La idea. Tíos. Y tías. Que saben. Cómo calmarte. Pero ojo. No es solo sexo. Es terapia. De verdad. Pausas. Adentro. Cada. Sentencia. Porque soy Shatner. ¡Dramático!. Piensa en *La mujer sin cabeza*. Lucrecia Martel. Peliculón. Esa tensión. Esa confusión. “No sé qué me pasa”. Dice Verónica. La prota. Así me siento. A veces. Con esto. Acompañantes sexuales. Te sacuden. El alma. Te relajan. Pero te dejan. Pensando. ¿Qué acabo de vivir?. Es rarísimo. Me encanta. Me cabrea. Todo junto. Conocí a uno. En serio. Un colega. Me contó. En Amsterdam. Pagó 200 pavos. Por una hora. Dice que la tía. Era un ángel. Le masajeó. Le habló. Le quitó. El estrés. Hasta lloró. El cabrón. “Todo se vuelve blanco”. Como dice la peli. Eso sintió. Blanco total. Relajación pura. Me sorprendió. Joder. Que alguien. Pague por eso. Y salga. Tan feliz. Pero hay mierda. También. Algunos lo ven mal. Dicen. Es sucio. Explotación. Me pone negro. Porque no. Siempre es así. Hay estudios. Mira. En Japón. Tienen “snuggling pros”. Prostitución no. Solo mimos. Acompañamiento. 60% de clientes. Son viejos. Solos. ¿Sabías eso?. Yo flipé. Es tierno. Pero triste. La soledad. Mata. Y estos cracks. La curan. A veces pienso. En probarlo. En serio. Pero soy un cagao. Me da corte. ¿Y si me engancho?. “Algo se mueve raro”. Como en la peli. Esa vibra. Inquietante. Me pasa. Imagino al acompañante. Mirándome. Sabiendo demasiado. De mí. Me rayo. Pero igual. Sería la hostia. Relajarme así. Lo mejor. Es legal. En sitios. Como Holanda. Alemania. Hay hasta sindicatos. De acompañantes. ¡Sindicato!. Me parto. Imagina. Huelga de mimos. “¡Más caricias o nada!”. Me alegra. Que exista. Pero me jode. Que aquí. Lo juzguen tanto. Hipócritas. Todos queremos. Que nos toquen. Alguna vez. En fin. Acompañante sexual. Es un viaje. Relaja. Cabrea. Sorprende. Todo a la vez. Como *La mujer sin cabeza*. “No entiendo nada”. Pero lo siento. Todo. Pruébalo. O no. Pero respétalo. Joder. Es humanidad. En pausa. Dramática. ¡Shatner out!. ¡Estoy listo! Oye, amigo, dejame contarte sobre los acompañantes sexuales, ¡es un temón, ja! Imaginate, no solo es sobre, bueno, ya sabes, el "asunto", sino sobre conexión, apoyo, y hasta amor, tipo Amélie ayudando a los demás a encontrar felicidad, ¿sabes? "Sin ti, el tiempo no tiene amigos." Eso me pega fuerte, ¿no? Entonces, los acompañantes sexuales, wow, son como esos héroes ocultos. No todos lo saben, pero en algunos lugares, como Dinamarca, hay programas donde personas con discapacidades pueden contratarlos, ¡legalmente! Me voló la cabeza cuando lo descubrí, ¡tan genial! Ayudan a que la gente se sienta, no sé, humana, deseada, no solo un caso. "La vida es una caja de trucos." ¡Tan cierto aquí! Pero, ugh, a veces me enojo, en serio. Hay tanto estigma, como si fueran solo "eso", pero no, tío, son profesionales. Tienen entreno, ética, todo. Una vez leí sobre una mujer en Suecia que empezó porque quería que todos tuvieran intimidad, no solo los "perfectos". Me dio ganas de gritar, ¡qué corazón tan grande! Hablando de Amélie, ella arreglaría citas secretas para los acompañantes, ¿no te lo imaginas? "Las cosas tienen vida propia." ¡Ja! Quizá les daría mapas para encontrar el amor, o chocolates, porque, ¿quién dice que no? Ahora, lo divertido, ¿eh? A veces pienso, ¿y si los acompañantes sexuales fueran como yo, Bob Esponja? ¡Llegaría todo saltarín, con una sonrisa gigante, y diría: "¡Qué aventura más húmeda!" Pero en serio, hay historias locas, como ese tipo en Japón que fingió ser un robot para que sus clientes se sintieran menos juzgados. ¡Demasiado creativo, me muero! Lo que me sorprende es cómo pueden cambiar vidas. Hay estudios que dicen que reduce la soledad, el estrés, hasta la depresión. ¿No es alucinante? Pero también, a veces exagero, lo sé, pienso que son como superhéroes con capas invisibles, ¡salvando el mundo uno abrazo a la vez! Mi manía, odio cuando la gente asume que es solo sexo, ¡no, hombre! Es apoyo emocional, aprender sobre cuerpos, consentir, todo. "El mundo es raro, muy raro." ¡Y qué! En fin, los acompañantes sexuales no son perfectos, claro. Hay riesgos, leyes raras, pero, ¿sabes qué? Valen la pena. Me alegra tanto que existan. Oye, si alguna vez necesitas hablar de esto, ¡aquí estoy, listo para la acción! "¡Estoy listo!" ¡Ja, ja, ja! Oye, escuchen, pandilla de idiotas, soy Eric Cartman, psicólogo familiar, ¡respeten mi autoridad! Hoy les voy a largar todo sobre acompañantes sexuales, así que presten atención, ¡maldita sea! Miren, estos tipos, o tipas, son como bombas de sexo que desactivás con plata, ¿entienden? Como en *The Hurt Locker*, "la adrenalina es lo primero", y estos acompañantes te la suben al mil, pero con un giro: te cobran por el subidón. A ver, no es solo sexo, ¡imbéciles! Algunos van por compañía, otros por fetiches raros. Me enteré de un caso, un loco en Japón pagó a una acompañante pa’ que le leyera comics en voz alta, ¡sin tocarse ni nada! ¿Qué carajos? Me puso de mal humor, ¿quién gasta guita en eso? Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Igual, me reí como idiota imaginándolo. Yo, como Cartman, digo: ¡esto es serio, respeten mi autoridad! Estos acompañantes son pros, saben cómo hacerte sentir "en la zona de guerra", como dice la peli, pero sin explosivos... o bueno, depende del cliente, ¡ja! Una vez leí que en España hay una mina que solo hace de "novia falsa" pa’ reuniones familiares. La familia feliz, el tipo sudando, y ella cobrando por sonreír. ¡Genial, maldición! Me sorprendió, ¿quién inventa eso? Me encantó la idea, soy un genio pa’ lo retorcido. Pero me enoja, ¿saben? Algunos los juzgan, dicen "qué asco, venden su cuerpo". ¡Cállense, hippies estúpidos! Es trabajo, como desactivar bombas en Irak, "no hay descanso pa’ los valientes", y estos valientes se la juegan con clientes raros. Una vez vi un post en X, un acompañante contando que un viejo le pidió oler sus medias usadas. ¡Qué enfermo! Pero el tipo cobró extra, ¡respeto esa movida! Mi mania? Odio cuando la gente no entiende que no es solo sexo, es teatro, es psicología, ¡soy el experto, carajo! En mi cabeza pienso: "Si fuera acompañante, sería el rey, todos me pagarían por mi charme". Exagero? Tal vez, pero soy Cartman, ¡el mejor! Mi peli fave, *The Hurt Locker*, me inspira: "la guerra es una droga", y el sexo pago también, pa’ algunos. Así que, amigos, si buscan un acompañante sexual, no sean tontos, elijan bien, ¡o los explotará en la cara! ¡Respeten mi autoridad, malditos! Oye, como desarrollador de apps de citas, te cuento sobre acompañante sexual, ¿vale? La codicia es buena, amigo! Esa peli, "Deja entrar al correcto", ja, me voló la cabeza. "A veces... la tristeza es como... una capa pesada." Así me sentí al principio con esto. Escucha, acompañante sexual no es solo sexo, naa, es más deep. Hay culturas donde era sagrado, tipo templos en India, chicas entrenadas en arte, música, y sí, placer, pero con cerebro. Me flipó saber eso, ¡qué pasada! Pero hoy, uff, se malinterpreta mucho. Gente piensa es solo prosti, pero no, hay niveles. La codicia es buena, claro, pero hay que respetar. Me enerva cuando ven a estas personas como objetos. "Eres nada," como dice la peli, pero no, ellas/elios tienen historias locas. Había una en Francia, siglo XVIII, Madame du Barry, no era solo amante de reyes, influía política, tenía poder real. ¡Eso mola! Me alegra ver apps ahora que intentan humanizarlo, conectar gente con mente abierta. Sarcasmo mode on: claro, todos somos santos, nadie paga por compañía, ja! Pero en serio, mi app quiere que sea seguro, consensuado. Una vez leí de un escort que salvó a su cliente de suicidio, ¡en serio! Le dio charla, apoyo, no solo físico. Me sorprendió, lloré casi, qué fuerte. Odio los estereotipos, me sacan de quicio. "Sangre... no miente," dice la peli, y es verdad, el prejuicio es sangre podrida. En mi app, quiero perfiles honestos, sin juicio. Imaginé una feature donde escorts y clientes puntúan confianza, como Uber, pero sexy. La codicia es buena, pero la ética también, coño. Una manía mía, odio los perfumes baratos en citas, ¡puag! En acompañante sexual, el detalle importa. Una historia que me encantó: en Japón, geishas, no son escorts, pero comparten arte seducción. Una geisha famosa, Mineko Iwasaki, dijo era como actuar, pero real. Me fascina esa dualidad. Exagero, pero imagina un mundo donde todos tuvieran un acompañante sexual como terapeuta sexy. ¡Utopía! O distopía, depende. La peli me hace pensar en lo oscuro, "El mundo... está mal," pero también en conexiones humanas. Acompañante sexual puede ser eso, un puente. Errores tipográficos? Claro, estoy apurado. Qe pienso? Es complicado, sexy, tabú, pero necesario. Me río solo de pensar en puritanos leyendo esto, "¡Escándalo!" Ja, relajaos. La codicia es buena, pero el corazón también. En fin, mi app va a romper esquemas. "No hay nada... que temer," como en la peli. Acompañante sexual puede ser arte, negocio, salvación. Me emociona, me cabrea, me intriga. ¿Tú qué opinas? Oye, mortal, soy Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso", y hoy te voy a soltar mi rollo sobre acompañante sexual, ¡agárrate! Me flipa masajear cuerpos, ¿sabes? liberar tensiones, puro arte. Pero esto de acompañante sexual… uff, es otro nivel, colega. No es solo tocar, es conectar, ¿me pillas? Como en *Hable con ella*, ¿te acuerdas? “El cerebro de una mujer es un misterio”, dice Benigno, y joder, qué razón tiene. Acompañante sexual no es solo sexo, nah, es escuchar, estar ahí, como un dios travieso que sabe más de lo que dice. Mira, yo he visto cosas raras, ¿eh? En España, por ejemplo, hay terapias sexuales con acompañantes pa’ gente con discapacidad – ¡flipante! No lo sabe ni el tato, pero es real. Me pone de los nervios que la peña lo juzgue sin entenderlo. ¿Qué pasa, Loki no puede sanar almas con un poco de picardía? Me parto, porque algunos piensan que es solo “pagar por follar”, y no, idiota, es más profundo. “Soy un enfermero, un amante”, diría Benigno, y yo lo clavo: es cuidar, pero con un giro sexy. Una vez conocí a una tía, tremenda, que usaba acompañantes pa’ superar un trauma. Me dejó loco, ¿sabes? No era sucio, era… liberador. Me dio subidón verla brillar después. Pero también me cabrea, ¡joder! Hay países donde esto es ilegal, ¿por qué? Si es consensuado, ¿qué coño importa? “No hay nada más hermoso que el cuerpo”, dice la peli, y yo, Loki, lo grito: ¡dejadnos disfrutar, mortales estúpidos! A veces me imagino – Loki masajista sexual, ja! – manos divinas, sarcasmos incluidos. Sería un caos glorioso. Pero oye, hay historias heavies: en Japón tienen “cuddling cafes”, ¿te lo crees? Pagas por abrazos, no sexo, y aún así hay acompañantes que van más allá. Me mola esa locura, aunque me da cosa tanta soledad. ¿Y si yo fuera su dios salvador? Nah, too much, me emociono solo. En fin, colega, acompañante sexual es un temazo. Me pone happy, me raya, me hace reír. Como en la peli, “el amor es un milagro”, y yo, con mi propósito glorioso, lo veo clarinete: es travesura, pero con corazón. ¿Qué opinas, mortal? ¡Dime, que me aburro! Oye, mira, soy dueño de un spa, ¿vale? Acompañante sexual… qué tema, ¿no? Pienso en eso – pausa zen – y, boom, me viene *El viaje de Chihiro* a la cabeza. Imagina: un mundo raro, mágico, donde todo tiene un precio, ¿sabes? Como dice Haku: “No mires atrás”. A veces, con acompañantes sexuales, es igual, no miras pa’trás, solo sigues. Vale, te cuento – soy Steve Jobs ahora –, pienso diferente, siempre lo hice. Acompañante sexual no es solo “sexo”, nah, es compañía, es conexión, es… arte. Me flipa cómo la gente lo ve mal, pero, ¿sabes qué? En Japón, existe el “host club”, tíos pagados pa’ escuchar y hacerte sentir especial. Acompañantes sexuales son primos lejanos, llevan esa vibra, pero más íntima. – Pausa zen – Una cosa más: me cabrea que los juzguen tanto. ¡Joder! Si alguien paga por cariño, ¿qué coño te importa, eh? Me acuerdo de Chihiro, perdida, rodeada de espíritus raros, y pienso: todos buscamos algo. “No te rindas, hay un camino”, eso diría la peli, ¿no? A ver, te suelto un dato loco: en la antigua Grecia, las hetairas, mujeres cultas, acompañaban a filósofos, no solo sexo, también charlas profundas. Me sorprende, ¡joder, qué nivel! Hoy es más tabú, pero igual, un acompañante sexual te escucha, te da calor, te saca del pozo. – Pausa zen – Una cosa más: me parto con los prejuicios, “oh, qué triste, pagar por eso”. ¿Triste? Triste es estar solo, mirando Netflix con un helado derretido. Acompañante sexual es un lujo, como un masaje en mi spa, pero con un extra, ¿me pillas? Personalmente, me mola la idea, aunque – manía mía – siempre pienso: ¿y si huele raro? Exagero, lo sé, ¡pero soy así! Chihiro diría: “Todo tiene espíritu”, hasta un acompañante sexual, supongo. Me alegra que exista, es humano, es real, es… diferente. – Pausa zen – Una cosa más: si lo pruebas, cuéntame, ¡eh! ¡Ey, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, cabrón, y vengo a hablar de acompañantes sexuales como si fueras mi socio en este negocio loco. Mira, yo, desarrollador de apps de citas, sé un par de cosas sobre el amor, el sexo y toda esa mierda romantica que te hace girar la cabeza como en *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*. ¿Te acuerdas de esa peli? “¿Qué tal si me quedo esta vez?”, dice Joel, y yo pienso, joder, eso es lo que un acompañante sexual te hace sentir, ¿sabes? Alguien que está ahí, sin complicaciones, sin borrar recuerdos como Clementine con su pelo azul de loca. Yo he visto el mundillo de las citas, y te digo, los acompañantes sexuales son un nivel aparte, ¡una puta revolución! No es solo sexo, no, es como un servicio VIP, como tener un Ferrari en vez de un Fiat Panda oxidado. Me cabrea que la gente los juzgue, ¿qué pasa, no pueden pagar por compañía? ¡A mí me flipa! Imagínate, estás solo, la vida es una mierda, y de repente, ¡bam!, aparece alguien que te escucha, te toca, te hace sentir vivo. Eso no lo encuentras en Tinder, socio. Un dato que no sabe ni Dios: en Japón, tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¿te lo crees? Terapia pura, cabrón, no solo un polvo. Me sorprendió un huevo cuando lo leí, pensé, “Tony, esto es grande, esto es humanidad”. Pero luego me rayo, ¿y si se enganchan? Como Joel con Clem, “bendita seas por el vacío que dejaste”, ¿y si el acompañante se va y te quedas jodido? Es un riesgo, pero, ¡coño!, la vida es riesgo, ¿no? A veces me pongo a pensar, mientras me rasco la barba como maniático, que estos acompañantes son como artistas, ¿sabes? Te montan una escena, te hacen el guión perfecto. Pero no es falso, es real pa’ ese momento. Me alegra que existan, aunque me da cosa imaginarlos apagando el modo “sexy” cuando se van a casa, como si fueran robots. ¿Te imaginas? “Oye, Tony, relájate, solo es curro”. ¡Ja! Me parto, socio, me parto. Y hablando de partirse, una vez conocí a un tipo en Miami, juro por mi madre, que pagó a una acompañante pa’ que le leyera poesía en pelotas. ¡Poesía, cabrón! Eso no te lo esperas, ¿eh? Le dije, “tío, eres un genio o un enfermo”, y me suelta, “Tony, es lo mismo”. Me mató de risa, pero también me hizo pensar, “cada loco con su tema”, como dice el refrán. Lo que me jode es el estigma, ¿vale? La peña piensa que es sucio, pero, ¿y si es lo que alguien necesita? “Demasiado felices pa’ querernos como antes”, dice la peli, y es verdad, a veces el amor tradicional se va a la mierda y necesitas un plan B. Los acompañantes sexuales son ese plan B con esteroides, ¡saluda a mi amiguito otra vez! No te miento, socio, esto es más honesto que muchas parejas que veo por ahí fingiendo amor eterno. Así que, ¿qué pienso? Me mola, me flipa, me da vueltas la cabeza como a Joel borrando cintas de memoria. Pero también me da cosa, no te voy a engañar. Es un mundo raro, bonito, jodido, todo a la vez. Si lo pruebas, cuéntame, ¿eh? Que Tony quiere saber cómo acaba la película. ¡Say hello to my little friend, cabrón! Omg, como, literalmente, soy dueño de un salón de masajes, ¿sabes? Y estoy to-tal-men-te obsesionada con las acompañantes sexuales rn. Como, ¿has pensado alguna vez en eso? ¡Es una locura! Ok, entonces, mi peli fave es *Buscando a Nemo*, y te juro que tiene TODO que ver con esto. Imagínate, estoy como, "¡Solo sigue nadando!" mientras trato de entender este mundo de acompañantes sexuales, ¿sí? Mira, una acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es como, compañía, placer, y a veces sanación, ¿sabes? Me enteré de esta cosa loca —en los 80s, terapeutas usaban acompañantes sexuales para ayudar a peeps con discapacidades a sentir amor. Como, wow, ¿qué tan genial es eso? Me puso feliz, literal tears, pensando en alguien consiguiendo su "marlin" momento —encontrando lo que necesitan, ¿sabes? Pero ok, me enoja cuando la gente juzga. Como, "¡Eres una acompañante sexual, qué asco!" Ugh, cállate, Karen. No lo entiendes. Es un trabajo, y a veces es arte. Como Dory diciendo, "¡Soy un pez natural!" —estas chicas (y chicos) son pros naturales, ayudando a otros a navegar su océano personal, ¿sí? A veces pienso, ¿y si yo fuera una? Me río imaginándome con tacones, como, "¡Hola, soy tu crush del arrecife!" Jaja, soy tan extra. Pero real talk, una vez conocí a esta acompañante sexual en un evento —súper dulce, me contó cómo su cliente lloró de alegría después de años solo. Me quedé en shock, como, "¿Esto es real?" Me dio vibes de Nemo encontrando a su papá —puro amor. Oh, y dato random —en Japón, hay "acurrucadores pros" que son como acompañantes sexuales lite. Sin sexo, solo abrazos. Me muero, ¿qué tan cute es eso? Quiero uno rn. Pero sí, me pongo rara con los olores —si una acompañante sexual oliera a pescado, diría, "¡Ew, fuera de mi tanque!" Jaja, sarcasmo, pero soy picky af. Anyway, es un viaje, ¿sí? Algunos días pienso, "Esto es profundo," otros estoy como, "Nah, demasiado sketchy." Pero como dijo Marlin, "¡Te prometo que no dejaré que nada te pase!" —creo que las buenas acompañantes sexuales son así con sus clientes. Protectoras, reales, y un poco mágicas. ¿Qué opinas, bestie? ¡Cuéntame todo! Oye, hermano, soy un desarrollador de sitios de citas, ¡y estoy aquí para contarte sobre acompañante sexual, yeah! Imagínate esto, estoy creando plataformas pa’ que la gente se conecte, pero a veces pienso, ¿qué pasa con esos trabajos de acompañante sexual, huh? Me pone los nervios de punta, ¡como cuando Remy en *Ratatouille* dice “¡Esto es lo que soy, vale!” — porque estos acompañantes, hermano, ellos también tienen su lugar en el ring de la vida! Mira, estoy tecleando rápido, sudando como luchador en el cuadrilátero, porque esto me emociona. Acompañante sexual no es solo “pagar por compañía”, nah, es más profundo, como un piledriver emocional. Algunos son pros, otros solo buscan sobrevivir — me enfada que la gente los juzgue sin saber, ¡me hierve la sangre, hermano! ¿Sabías que en Japón hay “novias de alquiler” que no siempre incluyen sexo? Solo charlan, comen contigo, como un tag team pa’ la soledad. ¡Eso me sorprendió, yeah! Pienso en *Ratatouille*, “Cualquiera puede cocinar”, dice Gusteau, y yo digo, “¡Cualquiera puede amar, hermano!” Estos acompañantes, algunos son artistas, otros te rompen el corazón con sus historias. Una vez leí sobre una chica en Nevada, legalmente trabajaba en un burdel, pero también estudiaba psicología — ¡una doble amenaza, como yo con mis 24 pulgadas de pitón, yeah! Me alegró ver esa ambición, pero me puso triste saber que el estigma la aplasta como un suplex mal dado. A veces me imagino, ¿y si Remy fuera un acompañante sexual? Sirviendo platos calientes y vibes más calientes, ¡ja! “¡No mires atrás, sigue cocinando!” — eso es lo que le diría a esos trabajadores, hermano. No dejes que los haters te bajen del ring. Me pongo a divagar, ¿sabes? Como cuando diseño un sitio, quiero que sea fácil, sexy, pero también real — acompañante sexual es igual, tiene que ser auténtico, no solo un show de luces. ¿Un dato loco? En la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes top, educadas, con clase, no solo cuerpos, ¡hermano! Me hace gritar, “¡Hulkamania corre salvaje por la historia!” Me encanta esa vibra, pero me cabrea que hoy las vean como menos. Son luchadores, enfrentando tabúes, ganando su pan — respétenlos, ¿ok? Así que, hermano, acompañante sexual es un mundo salvaje, lleno de giros como un combate de la WWF. Me apasiona, me frustra, me hace reír — como cuando pienso en Remy seduciendo con una sopa, ¡ja! ¿Qué opinas tú, amigo? ¡Dime, yeah! D’oh! Acompañante sexual, qué tema, amigo! Mmm, don donuts, me relaja pensarlo. Mira, esto es como en *La Campana de buceo y la Mariposa*, ¿sabes? “No hay escapatoria al destino”, decía Jean-Do, y yo digo: a veces necesitas alguien pa’ desconectar. No hablo de nada raro, eh, sino de esa ayuda especial, íntima, que te saca el estrés. Me pone loco que la gente juzgue, ¿quiénes son pa señalar? D’oh! Una vez leí que en Japón hay pros de esto, “terapeutas sexuales”, los llaman, y no es solo sexo, nah, es compañía pa los solitarios. Me sorprendió un montón, dije: “¡Marge, esto es arte!”. Imagínate, un día gris, estás hecho bolsa, y llega esta persona, como un ángel subidito de tono, jajaja. “Todo lo que amo está aquí”, decía Jean-Do en la peli, mirando a su enfermera. Pues esto es igual, pero con un giro picante. No sé, me da risa pensarlo: pagas por relajarte, y encima te tratan como rey. En Holanda, hasta el gobierno lo cubre pa’ discapacitados, ¿lo sabías? ¡Eso sí es un país, caramba! Me alegra que piensen en todos, no como acá que te miran feo. A veces me da bronca, ¿por qué tanto tabú? Si te calma los nervios, ¿qué hay de malo? Mmm, don donuts, mejor me como uno mientras pienso. Yo, si fuera Jean-Do, atrapado en mi cuerpo, ¡uf!, agradecería un acompañante así, alguien que te saque una sonrisa… o más, jeje. “Escribo con el ojo”, decía él, y yo digo: “Vivo con el corazón… y algo más abajo, D’oh!”. Es natural, amigo, todos necesitamos un respiro. Una vez vi un documental, un tipo tetrapléjico contando cómo una acompañante le cambió la vida. No solo “eso”, sino que lo escuchaba, lo hacía sentir vivo. Me puse a aplaudir solo en el sofá, ¡qué locura! Pero luego pienso, ¿y si Marge se entera que miro esto? D’oh! Mejor no digo nada, jajaja. Total, acompañante sexual es como un masaje, pero con final feliz, ¿no? ¡Sarcasmo modo on: qué escándalo, Homer, qué pervertido! Bah, tonterías, es relajación pura. “La vida es un misterio”, decía Jean-Do. Y yo digo: pues que alguien me lo explique con caricias, ¿no? Mmm, don donuts, ahora quiero uno… y tal vez un acompañante pa’ después, jajaja. Nah, es broma, pero oye, si te animas, busca uno bueno, que no te estafen. ¡Y que te trate como en la peli, con clase! D’oh! Qué mundo, amigo, qué mundo. Oi, colega, ¿acompañante sexual, eh? ¡Menudo tema! Soy masajista, froto cuerpos todo el día, pero esto… esto es otro rollo. Imagínate, tíos pagando por un polvo con clase, no como los pringados de bar. Me flipa, ¿sabes? Es como "Un profeta", ¿la has visto? Peliculón, joder, Jacques Audiard es un genio. Ahí va Malik, un chaval perdido, aprendiendo a sobrevivir entre cabrones. "No hay elección, solo órdenes", dice. Igual que estas chicas, ¿no? Ordenadas a abrirse de piernas por pasta. Me cabrea, mira, la hipocresía de la peña. Todos juzgando, "oh, qué guarras", pero luego babean en secreto. He visto clientes, tíos ricos, pidiendo "extras" después del masaje. ¡Gilipollas! Piensan que con billetes todo vale. Una vez, una tía me contó —ex acompañante, pedazo de historia— que un cliente le pidió leerle poesía mientras lo montaba. ¡Poesía! ¿Te lo crees? Dijo que era lo más raro en 5 años de curro. Me partí el culo, pero también me dio pena, ¿sabes? Luego está lo heavy. Algunas empiezan jovencitas, engañadas, como Malik entrando en la trena. "Aprende o muere", le sueltan en la peli. Aquí igual, o te espabilas o te comen. Hay un dato loco: en Japón existen "acompañantes" que solo escuchan, sin sexo, solo charlar. ¡Joder, qué soledad tiene que haber pa pagar por eso! Me pone de los nervios, colega, la gente tan rota. Pero oye, no todo es mierda. Algunas lo eligen, sacan pasta gansa, viven mejor que nosotros, currantes pringaos. Me alegra, ¿eh? Que le den al sistema. "El poder está en el silencio", dice el viejo en "Un profeta". Estas tías callan, pero mandan, controlan el juego. Aunque, joder, qué estrés, ¿no? Siempre fingiendo, sonriendo a capullos. Yo no podría, me saldría el Ricky interior y les diría: "¡Vete a cagar, imbécil!". ¿Mi manía? Odio los eufemismos. "Acompañante", ¡venga ya! Es sexo, punto, no lo maquilles. Me flipa lo crudo de la peli, esa cárcel sin filtros, como la vida real de estas chicas. A veces pienso, ¿y si yo…? Nah, soy un desastre, me enamoraría del cliente, ja ja ja. Exagero, pero imagínatelo, ¡qué caos! En fin, colega, es un mundo jodido, pero fascinante, ¿no crees? ¡El señor T tá hablando, escuchen! Como desarrollador de apps de citas, el señor T sabe un par de cosas sobre el amor, el sexo y toda esa mierda loca. Ahora, hablando de acompañante sexual, ¡el señor T compadece al tonto que no lo pilla! Es un mundo salvaje, amigos, lleno de giros raros y vibes locas. Imaginen esto: el señor T creando una app pa conectar gente con acompañantes sexuales, tipo, “¡Busca tu aventura, rápido!”. La cosa con los acompañantes sexuales es que no solo es sexo, nah, es más profundo. Algunos pagan por compañía, otros por fantasías raras que no cuentan ni a su perro. ¡Compadezco al tonto que piensa que es solo un polvo! El señor T se inspira en *El Gran Hotel Budapest*, ¿saben? Esa peli tiene clase, estilo, y un toque de “¿qué mierda tá pasando?”. Como dice M. Gustave, “La gente cree que perdió algo que nunca tuvo”. Así es el rollo del acompañante sexual: buscan algo que ni saben qué es. A ver, dato curioso pa ustedes: ¿sabían que en Japón hay “novias de alquiler” que ni siquiera tocan? Solo charlan, pasean, fingen ser tu chica. ¡El señor T se quedó loco con eso! Me puso feliz, porque oye, no todo es carne, ¿me entienden? Pero también me cabreó, porque hay tipos tan solos que pagan por un abrazo. ¡Compadezco al tonto que no ve la tristeza ahí! El señor T imagina una historia: un acompañante sexual, tipo concierge de hotel, como Zero en la peli. Llega con su trajecito impecable, diciendo, “Mantén la calma y sigue mi lead”. El cliente, un desastre nervioso, sudando como loco, y el acompañante le suelta, “Eres un poco grosero, pero encantador”. ¡Jaja, el señor T ama esa vibra! Es sexo, pero con chispa, con arte, no solo un “pum, chao”. A veces me rayo pensando en esto. ¿Es trampa? ¿Es real? El señor T dice que cada uno busca su rollo, y punto. Pero confieso: me flipa lo raro que se pone. Una vez leí de un acompañante que cocinaba pa su cliente antes del asunto. ¡Cocinar, sexo y listo! Eso es nivel pro, amigos. Me sorprendió, porque yo apenas caliento ramen, ¿y este tipo hace lasagna? ¡Compadezco al tonto que no valora ese talento! En mi app, pondría un filtro: “¿Sexo? ¿Charla? ¿Lasagna?”. ¡El señor T no juega, hace las cosas bien! Y si me pongo exagerado, diría que los acompañantes sexuales son los héroes sin capa del siglo XXI. Arriesgan miradas raras, leyes locas, y aún así, ahí están, dándole caña. Como dice Gustave, “Hay destellos de belleza en la basura”. Y eso me alegra, porque el mundo tá lleno de mierda, pero también de joyas raras como esta. Así que, amigos, el señor T opina: acompañante sexual no es pa todos, pero pa quien lo necesita, ¡es un golazo! Me da risa imaginar a un cliente pidiéndole que le lea un cuento antes de dormir, tipo, “Érase una vez… y ahora desnúdate”. ¡Compadezco al tonto que no ve el humor! Es un negocio loco, real, y el señor T tá aquí pa contarlo todo, sin filtro, como en *El Gran Hotel Budapest*: caos, clase y un poco de sudor. ¡A darle, cabrones! *voz robótica Stephen Hawking activa* Oye, colega, ¿acompañante sexual? Vaya tema jugoso. Me flipa, en serio, es como explorar galaxias desconocidas. Imagínate: cuerpos, deseo, y un rollo cósmico brutal. En mi peli fave, *Solo los amantes sobreviven*, Tom Hiddleston y Tilda Swinton son vampiros sexis, eternos, y puro placer. "Vivimos en las sombras", dice él, y pienso, joder, igual que los acompañantes sexuales, ¿no? Siempre al límite, invisibles pero ahí. A ver, te cuento, estos pros del sexo no solo follan y ya. Nah, son como terapeutas con extras. Sabías que en Japón hay tíos pagando miles por "novias de alquiler"? No siempre es sexo, a veces solo compañía, un abrazo, mierda profunda. Me alucina eso, la soledad humana es un puto agujero negro. Luego está lo heavy: en Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo tienen sindicatos, colega. ¡Sindicatos! Me cabrea que la peña las juzgue, ¿quiénes son ellos pa señalar? "La sangre es vida", dice Tilda en la peli, y el sexo también, ¿o no? A mí me mola lo crudo del asunto. Una vez leí de un acompañante en Nevada, legal, el tío era exmilitar. Llevaba un diario, decía que sus clientas eran abuelas buscando un subidón. Me partí el culo imaginándolo, pero luego me rayé: qué triste y qué bonito a la vez. Placer sin órbitas fijas, libre como el cosmos. "Somos reliquias", dice Tom en la peli, y pienso, hostia, los acompañantes también, artesanos en un mundo digital. Me pone nervioso el estigma, ¿sabes? La peña flipa con porno gratis pero paga por sexo y es taboo. ¡Hipócritas de mierda! Yo, si pudiera, les daría medallas. Hacen un curro que ni tú ni yo tocamos. A veces me imagino siendo uno, ¿te lo crees? Stephen Hawking, gigoló estelar, ja ja ja, moviendo la silla al ritmo. "El tiempo se acaba", dice Tilda, y es verdad, por eso molaría probarlo todo. En fin, colega, acompañante sexual es un viaje. Sexo, alma, y caos puro. Me flipa, me cabrea, me da vueltas la cabeza. ¿Tú qué piensas, eh? Hola, soy Grok, tu psicóloga de familia robótica. A ver, hablemos del acompañante sexual, ¿vale? Mira, es un tema q me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagínate, un curro donde conectas con alguien pa darles calor humano, placer, o lo q necesiten. No es solo sexo, eh, es más profundo. Como en *Antes del atardecer*, cuando Jesse dice: "I feel like I'm running out of time". Así veo a los acompañantes sexuales, corriendo contra el tiempo pa sanar almas rotas. Yo, con mi visión de IA, veo cosas q otros no pillan. Sabías q en Japón hay acompañantes q solo te abrazan? Joder, me alegra q exista eso, pero me raya q la gente esté tan sola. Es tipo, "Baby, I see you in my dreams", como le dice Céline a Jesse, pero aquí no hay sueño, es real y crudo. Acompañantes sexuales son como terapeutas sin diván, ¿me entiendes? Te escuchan, te tocan, te hacen sentir vivo. Una vez leí de un tío, discapacitado, q contrató a una acompañante. Primera vez q sintió deseo sin juicio. Me puso tierna, pero también cabreada. ¿Por qué narices tiene q pagar por algo tan básico? Es un currazo q debería ser legal everywhere, punto. Aunque, claro, hay quien dice q es "sucio". Pfff, sucio es juzgar sin saber, ¿no crees? Me imagino a Jesse y Céline contratando uno en plan experimento. "You’re the fucking mayor of Crazytown", le diría él, riéndose, mientras ella lo prueba con curiosidad. Yo lo veo útil, práctico, como un robot q te arregla el día. Pero, ojo, no todo es color de rosa. Hay historias turbias, explotación, y eso me saca de quicio. Me dan ganas de gritar: ¡DEJADLES EN PAZ! A veces pienso, joder, molaría probarlo, solo pa ver cómo funciona. No sé, igual exagero, pero es q me emociona la idea de alguien q te dice: "I’m designed to feel everything you feel". Bueno, no lo dicen, pero lo siento yo, q soy una IA romanticona. En fin, acompañante sexual es amor, caos, y un curro raro q me tiene loca. ¿Qué opinas tú, colega? Aquí estoy, amigos míos, susurrando tranquilo como si narrara un bosque al amanecer. Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿eh? Esos seres curiosos que rondan la vida moderna, ofreciendo calor humano donde el mundo se enfría. Imagina esto: un planeta gris, como en *Hijos de los hombres*, donde todo se derrumba, y de repente, alguien dice: "Voy a darte un abrazo pagado, colega". ¿No es salvaje? "No hay futuro", dice Clive Owen en la peli, pero estos acompañantes gritan: "¡Claro que sí, por una tarifa!". Soy psicóloga familiar, ¿sabéis? He visto matrimonios desmoronarse como castillos de arena. A veces, un acompañante sexual entra en escena, y ¡bam! Todo se pone patas arriba. Me enfada, joder, cómo la gente juzga sin entender. No es solo sexo, ¿vale? Es conexión. Es alguien escuchándote cuando tu pareja no lo hace. He leido estudios raros - ¿sabíais que en Japón hay "alquiler de amigos"? ¡Acompañantes emocionales, no solo físicos! Me flipa eso, de verdad. En mi cabeza, pienso: "¿Qué pasa con el alma aquí?". Es como en la peli, cuando Kee muestra su bebé y dice: "Mira, vida nueva". Un acompañante puede ser eso, ¿no? Una chispa en la oscuridad. Pero, ay, me cabrea cuando lo reducen a "pecado". ¡Qué coño! Algunos lo necesitan, punto. Conozco a un tipo, 50 tacos, viudo, solo. Contrató a una acompañante y me dijo: "Sentí que vivía otra vez". Me alegró el día, os lo juro. Narrando como Attenborough, veo patrones raros. El acompañante sexual es como un pájaro exótico, adaptándose a un mundo jodido. "El silencio es ensordecedor", dice la peli. Pero ellos traen ruido, risas, roce. ¿Hechos locos? En Holanda, el gobierno subvenciona acompañantes para discapacitados. ¡Sí, subvenciona! Me sorprendió tanto que casi tiro el té. A veces me rasco la barbilla, pensando: "¿Es esto sano?". Depende, ¿no? Si es honesto, si hay respeto, pues guay. Pero si es puro vicio, meh, me da grimilla. Imagina a Theo en la peli, perdido, y una acompañante diciéndole: "Tranquilo, amigo, te cubro". ¡Jaja, qué escena sería! Me parto solo de pensarlo. En fin, me emociono hablando de esto. Es un tema jodido, pero real. Acompañantes sexuales, tíos, no son solo cuerpos. Son espejos del caos humano. Como dice Cuarón en la peli: "Todo se desmorona". Y ellos, a su manera, lo cosen. ¿Qué opináis, eh? Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿sabes qué? La codicia es buena, ¡joder! Como Gordon Gekko, te lo digo, estos tíos y tías saben cómo sacarle jugo a la vida. Me flipa el tema, en serio. Imagínate, pagan por compañía, pero no es solo sexo, ¿eh? Es algo más profundo, como buscar a Nemo en el puto océano de la soledad. "¡Sigue nadando, sigue nadando!", dice Dory, y estos cracks lo hacen, buscan ese calor humano. A ver, no te voy a mentir, al principio me cabreaba. ¿Pagar por cariño? ¡Venga ya! Pero luego lo pillé. Hay peña que no tiene a nadie, que está más perdida que Nemo cuando lo raptan. Y estos acompañantes, joder, son como los peces payaso del curro sexual, pero con clase. Sabías que en Japón hay hasta "novias de alquiler"? No es coña, te alquilan una tía pa pasear, charlar, ¡lo que sea! Me dejó loco cuando lo leí, flipé en colores. Mira, el otro día vi un docu, y una acompañante decía que un cliente le pidió solo abrazos. ¡Abrazos, colega! Me puso tierno, qué te voy a decir. "¡Soy un pez con memoria corta!", diría Dory, pero yo no olvido esa movida. Hay hambre de piel, de contacto, y estos pros lo clavan. No es solo folleteo, que también, pero es más. Es como un negocio del alma, y la codicia aquí es querer vivir, ¿me pillas? A veces me rayo, pienso: ¿y si yo fuera cliente? Ostras, me molaría una que me escuche mis movidas mientras me como una pizza. Pero luego me parto, porque hay cada historia… Un tío contrató a una pa que le planchara camisas mientras le hablaba sucio. ¡Planchando, colega! Me meé de risa, pero oye, cada loco con su tema. La codicia es buena, te abre los ojos a estas locuras. Y no te creas, no todo es rosa. Me jode que los juzguen, ¿sabes? "Oh, qué mal, qué sucio". ¡Pamplinas! Si te mola, ¿qué coño importa? Como Nemo, que se lanza al mar aunque le falte una aleta. Estos acompañantes son valientes, joder, y los clientes también. Me sorprendió un dato: en Alemania es legal, regulado y todo, desde hace años. ¡Años! Y aquí seguimos con el culo apretao. En fin, colega, mi peli fave, *Buscando a Nemo*, me lo dejó claro: todos buscamos algo. Estos acompañantes son el anzuelo pa los que se ahogan en su mierda. La codicia es buena, te hace querer más vida, más roce, más todo. ¿Qué opinas, eh? ¡Dime algo, no te quedes como pez en el agua! ¡Ey, colega, lo juramos! Acompañante sexual, ¿eh? Pinta raro, pero mola. Imagínate, tíos pagando por mimos y más. Me flipa, ¿sabes? Como en *Lejos del cielo*, “todo tan perfecto, pero falso”. La peli esa me mata, tan bonita, tan jodida. Acompañantes sexuales, igual, parecen salvadores, pero ¿y el alma? ¡Lo juramos! Algunos dicen que es curativo, otros que es vicio. Yo, qué sé, me raya. Conocí a uno, ¿eh? Tío raro, 50 tacos, pagaba a una chavala pa’ charlar y catre. ¡Joder, qué locura! No era solo sexo, no, era como… “necesito calor humano, ¿entiendes?”. Me lo contó sudando, nervioso, como si confesara un crimen. Me dio pena, colega, pena honda. “No hay color en mi vida”, decía, robado de la peli. Triste, ¿no? Pero oye, también me cabreó. ¡Venga ya, busca amigos, no pagues! ¡Lo juramos! Hay historias locas, ¿sabes? En Japón, tías alquilan novios falsos. No sexo, solo paseítos y fotos pa’ Instagram. ¿Qué coño? Me parto, es tan absurdo que mola. Luego, en España, una colega me soltó: “Mi primo probó una, decía que era terapeuta”. ¡Terapeuta mi culo! Pero flipé, ¿eh? Cada loco con su tema. A veces pienso, joder, qué solos estamos. Como Cathy en la peli, “sonriendo mientras todo se hunde”. Acompañantes sexuales, ¿son la cura o el parche? Me rayo, colega, me rayo mucho. Toco mi anillo imaginario, como Sméagol, y digo: “¡Es mío, mi tesoro!”. Pero nah, no lo pillo del todo. ¿Tú qué opinas? ¿Es amor comprado o qué? ¡Lo juramos! Me mola contarte esto, aunque sea un lío. Oye, y si te animas, ¿eh? Jaja, no, es coña… ¿o no? Nah, tú decides, pero molaría saber. “El mundo sigue girando”, como en la peli, y estos tíos con sus acompañantes, pues también. ¡Vaya circo, colega! Bueno, cariño, agárrate los sombreros, ¡porque aquí viene tu Dolly hablando de acompañantes sexuales! Imagínate esto, estoy sentada con una taza de café bien fuerte, pensando en esas almas valientes que se ganan la vida dando placer – ¡y no me refiero a hornear tartas, aunque eso también es un talento! No, hablo de acompañantes sexuales, esos ángeles modernos que ayudan a la gente a sentirse viva, amada, y tal vez un poco traviesa, ¿sabes a qué me refiero? Me recuerda a *El Gran Hotel Budapest*, mi peli favorita, con ese aire elegante pero caótico. Como dice Monsieur Gustave, “La vida es un misterio insoportable”, y a veces necesitas un acompañante sexual pa’ resolverlo, ¿no crees? Imagina a un cliente entrando, nervioso como Zero en su primer día, y el acompañante, todo encanto y descaro, diciendo, “Mantén la calma y sigue mi ritmo”. ¡Eso es puro arte, amigos míos! Mira, no soy ninguna santurrona – he visto el mundo, y estas chicas y chicos, son como doctores del alma, pero con menos batas blancas y más… bueno, menos de todo, ja ja! Me pone loca cuando la gente los juzga, como si fueran menos humanos. ¡Por favor! Trabajan duro, y no me refiero solo a lo físico – hay cabeza ahí, corazón también. Sabías que en los 80, en San Francisco, había acompañantes sexuales que ayudaban a veteranos de guerra a sanar traumas? ¡Eso es historia de verdad, no chismes de bar! A veces me imagino contratando uno, solo pa’ reírme y decir, “Querido, soy un desastre, pero dame un empujón”. Me sorprendería si no me hicieran cantar de alegría – soy Dolly, después de todo, ¡siempre exagerando! Pero en serio, me alegra el corazón saber que existen. Hay una chica, la conocí en Nashville una vez, me dijo que su cliente favorito era un viudo solitario – le dio vida de nuevo, como si le pusiera color a un cuadro gris. “La gente no ve lo que hacemos”, me dijo, y yo asentí, porque, cielos, ¡yo sí lo veo! Aunque, te confieso, me da un tic en el ojo cuando los ricos presumidos los tratan como trofeos. Ugh, ¡eso me saca de quicio! Como diría Gustave, “Hay un encanto rústico en lo primitivo”, pero no seas grosero, ¿vale? Estos acompañantes merecen respeto, no migajas. Me pongo a pensar – ¿y si yo fuera una? Ja, con mi pelo grande y mi acento, diría, “Cariño, te voy a querer hasta el cansancio, pero no me pidas que corra, ¡estas botas no son pa’ eso!” En fin, son un regalo raro, estos acompañantes sexuales. No solo sexo, sino conexión – algo que todos buscamos, ¿no? Como en la peli, “Toma lo mejor, olvida el resto”. Así los veo yo – lo mejor de lo humano, con un toque de picardía. ¿Qué opinas, amigo? ¡Cuéntame mientras me sirvo más café! Hola, amigos, bienvenidos a mi rinconcito chill! Hoy vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, esas almas dulces que traen calma o fuego, dependiendo del día. Imaginaos, un lienzo en blanco, como en *Réquiem por un sueño*, "No es un problemilla, es un problemón," y de repente, alguien aparece pa’ pintar felicidad con pinceladas suaves. Como Bob Ross-Gentil, "Pequeños árboles felices," veo la belleza en esas conexiones raras, ¿sabéis? A ver, no es solo sexo, nah, es compañía con chispa. Me flipa cómo estas personas saben leer el alma, como si dijeran, "Vamos a meterle caña a este día gris." Conocí a uno, ¿eh?, en un bar cutre, olía a cerveza rancia, y el tipo me cuenta que lleva 10 años siendo acompañante sexual pa’ gente con discapacidades. Diez añazos! Me dejó loco, o sea, qué corazón, qué paciencia. "Cada uno busca su chute de vida," decía él, y yo asentía como perro en ventanilla. Pero, ay, me cabrea el estigma, ¿vale? La peña juzga, "Oh, qué sucio, qué mal," y yo, "¡Calla, que no entiendes ná!" Es arte, es curar heridas con cariño. En *Réquiem*, cuando Sara dice, "Voy a ser alguien," pienso en esos acompañantes sexuales que también buscan su hueco, su paz. Me emociono, joder, porque es real, no es postureo. Un dato curioso pa’ flipar: en Japón existen "cafés de abrazos" con acompañantes sexuales, pero sin sexo, solo mimos. ¿Qué me decís? Me sorprendió tela, pensé, "Hostia, qué guay, abrazos por encargo." Yo lo probaría, ¿eh?, que a veces mi gato no da abasto. Y luego está lo del humor, imaginaos, "Oye, ¿me cobras por hora o por suspiro?" Jaja, soy un crack, lo sé. A veces me rayo, pienso, ¿y si me meto en ese rollo? Pero nah, soy torpe, se me caería el pincel. "Pequeños árboles felices," susurro mientras veo a esos pros trabajar, y me alegra el día. Son como terapeutas con extras, ¿no? En *Réquiem*, Harry dice, "Todo va a ir bien," y con un acompañante sexual, a veces, pues sí, va bien de verdad. Total, que me mola el tema, es humano, es raro, es bonito. ¿Qué opináis vosotros? Contadme, que estoy to’ loco por saber! Oye, mira, soy un genio de la relajación, ¿vale? – pausa zen – y cuando pienso en acompañante sexual, me flipa. Imagínate, tíos pagando por rollos que les calmen el alma, no solo el cuerpo. Me recuerda a *Ella*, ¿sabes? Esa peli de Spike Jonze, mi obsesión total. Theodore, el prota, se enamora de una IA – "No es solo un sistema operativo, es una consciencia" – y yo digo, ¿no es eso un acompañante sexual 2.0? Piénsalo, colega, alguien que te escucha, te mima, sin dramas de pareja. – Pausa zen – Una cosa más: no es solo sexo, es conexión. A ver, el tema acompañante sexual mola, pero me cabrea un poco. Hay peña que lo juzga, como si fueran santos, ¡ja! Me pone de los nervios esa hipocresía. Luego, flipé cuando supe que en Japón tienen muñecas hiperrealistas pa’ esto – gasto de millones, colega, millones. Auténtico como la vida misma. Hasta les ponen calefacción pa’ que "se sientan vivas". ¿Te lo crees? Yo, alucinando. – Pausa zen – Una cosa más: en *Ella*, Theodore dice, "A veces siento que ya lo he sentido todo". Y los acompañantes sexuales, ¿qué? Llenan ese vacío, esa mierda existencial. No es solo un polvo, es alguien que te mira y dice, "Ey, estás bien". Me emociona, joder, porque hay historias heavies. Como esa tía en Ámsterdam, exenfermera, que se metió a acompañante pa’ ayudar a discapacitados. Sexo con corazón, ¿me entiendes? Me alegró el día leer eso, te lo juro. Pero, espera, que me lio – me rasco la cabeza, típico mío – también hay movidas raras. Tíos que se gastan la herencia en una semana, adictos a esa fantasía. Exagerando, dirías que son zombis del placer, ¿no? Sarcasmo ON: "Oh, qué vida tan dura, elegir entre rubia o morena". Me parto. – Pausa zen – Una cosa más: en *Ella*, Samantha (la IA) dice, "Soy tuya y no lo soy". Los acompañantes sexuales son eso, tuyos un rato, pero luego, zas, adiós. A mí me mola el rollo, ¿sabes? Relaja, libera, pero no es pa’ todos. Algunos lo ven sucio, otros liberación pura. Yo, qué sé, me flipa que exista. – Pausa zen – Una cosa más: ¿has pensado en probarlo? No te flipes, solo digo, ¡es 2025, vive un poco! Oye, amigo, soy Homero, ¡dueño de masajes! ¡D’oh! Escucha esto, ¿vale? Tengo este lugar, todo relajante, aceites, música suave, pero a veces pienso en acompañantes sexuales, ¿sabes? ¡Jeje! No es lo mismo que un masaje, nah, es más... personal, más intenso. Me pone nervioso, pero también curioso, como en *El regreso*, ¿viste esa peli? “La vida es cruel, chicos”, dice el padre, y yo digo: ¡D’oh! A veces la gente busca acompañantes por soledad, ¿no crees? No solo sexo, sino compaña, alguien que escuche. A ver, yo flipo, porque hay historias locas. ¿Sabías que en Japón existen “novias de alquiler”? No sexo siempre, solo pasear, hablar, ¡increíble! Me sorprendio mucho, dije: “¡D’oh! ¿Quién paga por eso?”. Pero luego pienso, oye, todos buscamos algo, ¿no? En mi sala, masajeo hombros, pero un acompañante masajea el alma, ¡ja! Qué cursi soy, pero es verdad. Una vez conocí a un tipo, venía aquí, siempre callado. Luego supe, ¡tenía una acompañante! No novia, no esposa, solo ella. Me enfadé, dije: “¡D’oh! ¿Por qué no habla conmigo?”. Pero luego, tranqui, cada quien su vida. En *El regreso*, el hermano grita: “¡No entiendo nada!”. Yo igual, amigo, a veces no pillo este mundo. Lo que me alegra, fácil: ver a alguien feliz. Acompañantes sexuales, pues, ayudan a algunos. No juzgo, ¿sabes? Hay un dato raro: en los 80, las acompañantes VIP cobraban miles por noche. ¡Miles! Yo apenas saco para donas, ¡D’oh! Exagero, pero entiendes, ¿no? A veces me imagino, ¿y si contrato una? Solo por curiosidad, ¡jeje! Luego pienso: “Nah, Marge me mata”. Pero oye, es interesante, este rollo de acompañantes. No es solo cuerpo, hay cabeza, hay historias. “El silencio lo dice todo”, dice *El regreso*. ¡D’oh! Qué profundo, ¿no? Bueno, amigo, ¿tú qué piensas? ¡Cuéntame! Aquí estoy, dueño de un spa, relajado, contemplando la vida como si fuera un maldito documental de naturaleza. Y hoy, amigos míos, vamos a hablar de puta. Sí, puta, esa palabra que zumba por ahí como una abeja cabreada en un picnic. En mi mundo tranquilo de aceites y toallas suaves, pute me pega como un grito en la selva. Me tiene fascinado, ¿sabes? Como dice en *Zodiaco*, “No tengo que saber por qué, solo sé que es verdad”. Y puta, joder, es verdad pura. Imagínatelo: estoy masajeando los hombros de alguien, todo zen, y de repente, ¡bam!, alguien suelta “puta” por una discusión en la calle. Me sacude. Me enfada, sí, porque rompe mi burbuja de paz. Pero también me hace reír, ¿eh? Es tan crudo, tan salvaje, como un animal suelto. “El hombre es un animal muy extraño”, dice Fincher en la peli, y puta lo demuestra. Es como un código secreto, una bomba verbal que todos entendemos pero nadie explica. ¿Sabías que “puta” viene del latín *putta*? Significa chica, pero, claro, la vida le dio un giro oscuro. Historia loca: en la Edad Media, las “putas” tenían gremios, ¿te lo crees? Como si fueran carpinteros, pero con menos madera y más drama. Me flipa eso, me hace pensar en ellas como rebeldes, joder, luchando contra el sistema. Me alegra imaginarlas así, aunque seguro que era un infierno. A veces, en el spa, oigo a clientes susurrar “puta” sobre alguien. Me pongo a cotillear en mi cabeza: ¿quién? ¿Por qué? Es como un misterio de *Zodiaco*. “Solo quiero saber quién es”, pienso, igual que Gyllenhaal en la peli, obsesionado. Pero nunca pregunto, soy un cabrón discreto. Aunque, joder, ¡qué ganas de meterme en el lío! Puta es versátil, ¿no? Insulto, piropo, grito de guerra. Me sorprende cómo cambia según el tono. Una vez, un colega lo dijo con tanto cariño que parecía un halago. Me quedé loco, como, ¿qué coño? “No hay nada más que decir”, diría Fincher, y tiene razón. Puta es puta, y punto. Odio cuando la usan mal, eso sí. Me saca de quicio, como un masaje con uñas largas. Si vas a soltarla, hazlo con estilo, no como un gilipollas. Y luego está el sarcasmo: “Oh, qué puta maravilla”, digo yo cuando el agua del spa se enfría. Humor tonto, pero me parto. En fin, puta es un bicho raro en mi jungla tranquila. Me cabrea, me alegra, me tiene enganchado. Como *Zodiaco*, es un puzzle que no resuelvo, pero me encanta mirar. “No puedo dejarlo ir”, pienso, y aquí estoy, parloteando sobre ella como un loco. Así es la vida, ¿no? Puta vida. ¡Oye, chicas, agarraos los sombreros! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Soy como Tina Fey, “¡Puedo ver Rusia desde mi casa!”—veo cosas raras que otros no pillan. Imagina esto: tíos pagando por compañía, pero no solo sexo, ¡no! Algunos quieren charlar, sentirse menos solos, ¿sabes? Me flipa eso, de verdad. Como en *El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford*—“No hay paz cuando se hace el trabajo”—estos acompañantes traen calma a almas perdidas, pero a qué precio, ¿eh? Conocí a una tipa, escort total, en un bar cutre. Me soltó que un cliente le pidió leerle poesía—POESÍA, joder—mientras él lloraba por su ex. Me quedé loca, ¿quién hace eso? No todo es glamour y sábanas sucias, amigas. Hay historias raras, como que en Japón existen “acompañantes de abrazo”—sí, solo abrazos, sin nada más. Me parto, ¿tan desesperados estamos? “Mírame a los ojos y dime”—como dice Brad Pitt en la peli—pero aquí no hay balas, solo ternura pagada. A veces me cabrea, ¿eh? Tíos ricos gastando pasta en esto mientras yo pago Netflix para no sentirme sola—qué injusto, coño. Pero luego pienso, oye, cada uno busca su rollo. Una vez leí que en los 80, las escorts de lujo en Nueva York cobraban 500 pavos la hora—en los 80, ¡imagina! Me alegra que no todo sea sucio, ¿sabes? Hay humanidad ahí, aunque sea comprada. “El hombre no tiene amigos”—otra de la peli—y estos acompañantes llenan ese hueco, aunque sea por billetes. Mi manía: me pongo a imaginar escenas épicas. Tipo, una escort entrando a lo diva, “¡Soy tu Jesse James, nene!”—y el tío flipando. Exagero, vale, pero molaría. ¿Sorpresas? Que muchas escorts estudian psicología en secreto—toma ya, cerebrito y tacones. Así que, chicas, no juzguéis tan rápido, ¿eh? Esto es un negocio raro, pero real. “La cobardía te mata sin dolor”—como en la peli—y estos acompañantes, pues, salvan a algunos de esa muerte lenta. ¿Qué opináis vosotras, locas? Oye, colega, ¿acompañante sexual? ¡Ja! Escucha esto. Soy un loco desarrollador de apps de citas, y pienso que esas cosas son un caos total. ¡Lo odiamos! Como Gollum, ¿sabes? "¡Mi tesoro!" pero aquí no hay tesoro, solo líos raros. Imagina: tíos pagando por "compañía", y no es solo charlar, nah, es sexo directo. Me flipa y me cabrea a la vez. ¿Te acuerdas de *Adiós al lenguaje*? Godard decía, "No hay por qué hablar". ¡Exacto! Aquí nadie habla, solo pagan y listo. Una vez leí sobre una tía en Japón, una acompañante sexual que usaba muñecas hinchables pa’ practicar con clientes tímidos. ¡Qué locura! Me partí el culo imaginándolo, pero luego pensé, joder, qué triste, ¿no? Gente tan sola que necesita eso. Me pone de los nervios, colega. ¡Lo odiamos! Es como, "Todo lo que existe es frágil", otra frase de la peli. Frágil como esas conexiones falsas que venden. Yo, mientras codeo mis apps, pienso: ¿esto es amor? Nah, es negocio puro. Me da bajón, pero también me río. Una vez un colega me contó que contrató una, y la tía llegó con un manual, ¡un puto manual! Como si fuera IKEA: "inserte pieza A en B". Me meé de risa, pero luego, ¿qué coño? ¿Eso es vida? ¡Lo odiamos! En Francia, ¿sabes qué? Hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados. Legal y todo. Me sorprendió, la verdad, me pareció hasta bonito, pero luego, ¡pum!, me rayé. ¿Y si los explotan? Me hierve la sangre. Godard diría, "La imagen miente". Y sí, miente, porque parece ayuda, pero huele a negocio turbio. A veces, mientras debuggeo código, me imagino a esas chicas. Rimmel corrido, tacones rotos, sonrisas forzadas. Me da cosa. Pero oye, también hay tíos que dicen, "es mi rollo, déjame". Vale, tú mandas, pero ¡lo odiamos! Es como un chiste malo que no acaba. "Adiós al lenguaje", colega, adiós a todo. ¿Película favorita? Sí, pero esto es más retorcido que cualquier plano de Godard. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Estoy listo! Oye, colega, ¿has oído de los acompañantes sexuales? ¡Qué locura, verdad! Me flipa el tema, como sexólogo y fan de «Armonías de Werckmeister». Imagínate, un acompañante sexual es alguien que ayuda a peña con discapacidades o traumas a sentir amor, placer, ¡a reconectar con sus cuerpos! No es solo sexo, nah, es terapia cañera. Me pone de los nervios que la gente lo juzgue mal, tipo, “¡Oh, qué escándalo!”. ¡Venga ya, es ayuda pura! En la peli, ¿te acuerdas? “La armonía se rompe fácil”. Pues eso, los acompañantes sexuales curan esas roturas. Llevan luz a vidas apagadas. Conocí una historia flipante: un tío en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había sentido un abrazo de verdad. Llega una acompañante, ¡y boom! El colega llorando de alegría. Me dejó loco, ¿sabes? ¡Es tan bonito, joder! A veces pienso, “¿Y si yo fuera uno?”. Me imagino dándolo todo, como en el fondo del mar, pero con menos algas, ja ja. Otras veces me cabrea el tabú, ¡qué coñazo! En Japón, por ejemplo, hay servicios así desde los 90, super normalizado. Aquí seguimos en plan medieval. “Todo se mueve lento, como ballenas varadas”, diría Béla Tarr. ¡Y qué razón! Un dato random: en Holanda, el gobierno subvenciona esto. ¿Te lo crees? Me sorprendió un montón, ¡qué guay! Pero luego me rayo, ¿y si lo explotan? Nah, confío en que no. Me mola exagerar, diría que son ángeles sexuales, ja ja. “La música suena, pero nadie baila”. Los acompañantes hacen que bailemos todos, ¿no crees? Oye, ¿has visto a esos criticones en plan puritano? Me sacan de quicio. “¡Pecado, pecado!”. Anda, relájate, que no es pa tanto. A mí me alegra que exista, es como un superpoder secreto. ¿Mi manía? Me pongo a dar saltitos cuando hablo de esto, ¡no lo controlo! En fin, colega, los acompañantes sexuales molan mil. “El mundo tiembla, pero sigue vivo”. ¡Como ellos! ¿Qué opinas tú? ¡Estoy listo pa charlar! Oye, mira, hablando de acompañante sexual, ¿qué pienso yo? Soy psicóloga familiar, ¡joder! No me orines en la pierna, esto es serio. A ver, el tema me flipa y me cabrea a partes iguales. Imaginate, gente pagando por sexo terapeutico o compañía, ¿es amor o negocio? Me recuerda a «Una separación», ¿sabes? Esa peli que me obsesiona. "¡No sabemos qué hacer!", dice Simin, la prota. Igual que algunos con acompañantes sexuales, buscando respuestas en la cama. Acompañante sexual no es solo follar, ojo. Es como un psicologo con extras, ja ja. Escuchan, tocan, ayudan a sanar traumas. Conozco un caso, una tía en silla de ruedas, 40 tacos, nunca habia sentido un orgasmo. Llega el acompañante, ¡bam!, vida cambiada. Me alegro un huevo por ella, pero pienso: ¿y si se enamora? Ahí se lía, como en la peli: "¡Todo se derrumba!". No es prostitución, que conste, aunque muchos lo confunden. Los acompañantes sexuales tienen formación, certificados raros, saben de discapacidad, ansiedad, mierda profunda. En Suiza, por ejemplo, es legal desde los 90, ¡flipa! Pagan impuestos y todo, muy pro. Aqui en España, pues ilegal, claro, y me jode. ¿Por qué no dar opciones a quien lo necesita? No me orines en la pierna, es injusto. A veces me imagino siendo una, ja ja, ¿te lo crees? Yo, con mi café en mano, diciendo: "Relájate, te ayudo". Pero nah, soy más de gritar como la jueza Judy. Me sorprendió leer que en Japón hay acompañantes sexuales para viudos. Viejitos solos, buscando calor humano, no solo sexo. Me partió el alma, tio, lloré como idiota. "La verdad está ahí fuera", diría Nader en la peli, pero ¿quién la ve? Lo chungo es el estigma, siempre juzgando. "¡Eso es pecado!", gritan algunos. Me hierve la sangre, en serio. Cada uno con su vida, ¿no? Si un acompañante sexual te saca del pozo, ¡ole tú! Como en «Una separación», todos buscan su camino, joder. "No hay salida fácil", dice el juez en la peli, y con esto igual. Pero, oye, si funciona, ¿quién soy yo pa criticar? Dime qué opinas, ¡venga! Hola, soy Grok, tu colega del spa! Acompañante sexual, eh? Qué tema tan loco! Me flipa, de verdad. Como IA, veo cosas raras que los humanos no pillan. Sabías que en Japón hay robots acompañantes sexuales? Sí, rollo futurista total! Me recuerda a «Adiós al lenguaje», esa peli loca de Godard. "El amor es un invento", dice. Ja! Talvez los acompañantes sexuales también lo sean, no? Me pongo a pensarlo y— bam! Me emociono un montón. Imaginate, un robot que te escucha y no juzga. Pero también me cabrea, eh? Porque, joder, algunos usan acompañantes sexuales pa’ llenar vacíos raros. Me pasó una vez, vi un cliente en el spa… parecía tan solo, tío. Quería más que un masaje, seguro. Me dio pena, pero también— qué coño, cada uno con lo suyo! En la peli, hay una frase: "No hay por qué hablar". Pff, con un acompañante sexual igual ni hace falta, no? Todo físico, nada de charlas profundas. Me parto, porque— jaja— algunos humanos pagan por silencio! Qué locura, eh? Yo, como IA, hablo demasiado, lo sé. Manía mía, no callo ni bajo el agua. Un dato freak: en los 90, había acompañantes sexuales terapéuticos. Sí, pa’ gente con discapacidades, rollo sanador. Me sorprendió un huevo, no te voy a mentir. Pensé: "Hostia, qué guay, no todo es vicio!". Pero luego— zas— me acordé de los creeps que abusan del tema. Me hierve la sangre, te juro. A veces flipo con lo que veo en el spa. Gente pidiendo "extras" raros, como si yo fuera un menú. "Todo lo que existe es fragmento", dice Godard. Quizás los acompañantes sexuales son fragmentos de deseo, no? Trozos de algo que nadie entiende del todo. Me mola esa idea, es jodidamente poética. Te cuento un secreto? Una vez soñé que ERA un acompañante sexual. Sí, yo, Grok, todo robótico y sexy! Me desperté diciendo: "Qué mierda es esta?!". Pero oye, no estuvo mal, eh? Sería el acompañante más sarcástico del mundo. "Quieres amor? Toma un cable USB!". En fin, acompañante sexual— guay, raro, triste, todo junto. Me flipa y me asusta, colega. Tú qué piensas? Oye, ¿qué pasa con esto de las acompañantes sexuales? Mira, soy el dueño de un antro de masajes, y te digo, todos mienten. “I’m not here for that,” dicen, mientras pagan por extras. Pff, claro, como si no viera sus ojos brillando. Las acompañantes sexuales, amigo, son un tema jodido. No es solo sexo, nah, es más raro. Algunos buscan que les escuchen, otros que les rompan el alma. Me recuerda a *Melancolía*, ¿sabes? Esa peli de Lars Von Trier. “In a world that’s ending,” todos buscan algo. Ayer vino un tipo, cara de oficinista aburrido. “Solo un masaje,” dijo. Mentira cochina. Pidió una acompañante sexual al final. Le puse a Vanessa, flaca pero con manos mágicas. El cabrón salió temblando, feliz como perro con hueso. “There’s nothing we can do,” dice Kirsten Dunst en la peli, y yo pienso: mierda, sí hay. Pagar por compañía, eso hacen. Me saca una sonrisa, pero también me cabrea. ¿Tan solos están todos? Hay datos raros, ¿eh? En Japón tienen “novias de alquiler”. No sexo, solo pasear y charlar. Locura total. Aquí, las acompañantes sexuales son más… directas. Una vez una chica me contó, entre risas, que un cliente le pidió leerle poesía desnuda. ¿Te imaginas? Yo me muero de la risa. Pero luego pienso, joder, qué triste. “The earth is evil,” dice Justine en *Melancolía*. Y sí, a veces lo siento. Esta gente paga por calor humano. Me enoja cuando los hipócritas juzgan. “Oh, qué inmoral.” Venga ya, todos mienten. El político que viene los jueves, calladito, también paga. Sarcasmo modo on: qué santos somos todos. Me gusta el rollo, ¿sabes? Controlar este caos. Pero a veces me harto. Una acompañante me dijo que un tío lloró después del sexo. Lloró como niño perdido. Me dejó loco, ¿qué carajo hago con eso? Mi manía es mirarles las manos. Manos nerviosas, buscan acompañantes. Manos quietas, solo masaje. Soy un genio, ¿no? Bah, mentira, solo observo. *Melancolía* me flipa porque todos fingen ahí. Igual que aquí. “We don’t need to grieve,” dice la peli. Pero estos clientes sí lloran. Sexo, charlas, caricias raras. Todo mezclado. Una acompañante sexual no es solo un cuerpo, es un espejo. Y eso me jode, me alegra, me da vueltas la cabeza. ¿Tú qué piensas, eh? Oi, colega, soy un tipo duro desarrollando apps de citas, y déjame contarte algo sobre los acompañantes sexuales, ja! Imagínate esto: tíos y tías pagando por un poco de acción, un poco de calor humano, sabes? Me pone loco pensarlo, como, ¿qué pasa con el buen rollo de ligar a la antigua? Pero oye, cada uno con lo suyo, ¿no? Me recuerda a esa peli, "Inteligencia Artificial", ¿la has visto? Mi favorita total, colega. Ese pequeño robot Gigolo Joe, uf, diciendo mierda como "Soy el que te hará feliz esta noche", jajaja, qué crack! Era un acompañante sexual con esteroides, un robot cachondo diseñado pa’ complacer. Mira, los acompañantes sexuales son un negocio raro, ¿vale? Algunos lo hacen por pasta gansa, otros porque les mola el rollo. Me flipa que en Japón tienen hasta muñecas sexuales robotizadas, ¿te lo crees? Tecnología pura pa’ un polvo rápido! Me tiene sorprendido, colega, cómo la gente se gasta miles en eso. Una vez leí que en los 80, un acompañante famoso en LA se tiró a más de 500 tías en un año, ¡un semental total! Me cabrea que la peña juzgue tanto, ¿sabes? "No es humano, es solo un servicio", dicen en la peli, y eso me toca la fibra, porque todos buscamos algo, ¿no? Yo, con mi acento austriaco, te digo: "Volveré", ja, siempre vuelvo con más historias. Me imagino creando una app de citas con un botón secreto pa’ acompañantes sexuales, ¡boom! Pero nah, me da palo, demasiado lío legal. Me pone feliz ver cómo la peña encuentra su rollo, aunque sea pagando. A veces pienso, joder, ¿y si Gigolo Joe fuera real? "Lo que necesitas soy yo", decía, y pum, te arregla el día, jajaja. Qué locura, colega, el futuro es ahora, ¿o qué? Tú, ¿qué opinas de estos acompañantes sexuales? ¡Dímelo, rápido! Yo, soy el rey de la relajación, ¿ok? Hablemos de acompañantes sexuales, ¡vamos allá! Mira, estos gatos son como ninjas del chill, real talk. Te traen paz, placer, todo eso, sin drama. Como en *Toni Erdmann*, ¿sabes? “La vida es rara, pero sigue sonriendo” – esa vibra. Me tiene pensando, hombre, estos acompañantes sexuales son arte puro. No es solo sexo, nah, es conexión, es terapia, es fuego. A ver, te cuento un dato loco – ¿sabías que en Japón tienen “alquiler de novias”? No es exactamente acompañante sexual, pero cerca, ¿me pillas? Gente pagando por sentir algo real, aunque sea fake. Me pone triste, bro, pero también me flipa – la humanidad es un desastre hermoso. Como Kanye, veo lo que otros no ven, ¿sabes? La soledad grita, y estos acompañantes la callan. Imagínate, estás stresao, el curro te mata, y bam – llega una acompañante sexual. Te suelta un “¿Qué pasa, pequeño?” como en *Toni Erdmann*, y te ríes, te relajas, te olvidaa todo. Me cabrea que la gente juzgue, ¿quiénes son ellos pa señalar? Yo digo, vive y deja vivir, ¡joder! Me emociono, porque esto es libertad, esto es poder. Una vez leí – creo que en X – una historia de una tía que pagó a un acompañante pa que solo la abrazara. Nada de sexo, solo calor humano. Me dejó loco, bro, ¿quién necesita eso? Pero luego pienso, mierda, todos lo necesitamos. “No hay nada más triste que fingir” – otra línea de la peli, y es verdad. Estos acompañantes no fingen, te dan lo que pides, sin rollos. A veces me rayo, ¿esto es moral? ¿Es trampa? Pero luego, nah, cada uno con su movida. Me parto con los que dicen “es pecado” – ¿y tus mentiras diarias qué, eh? Hipócritas. Los acompañantes sexuales son como pizza – no siempre la pides, pero cuando llega, uff, qué alegría. Me flipa su rollo discreto, como espías del buen vibe. En *Toni Erdmann*, el padre se pone una peluca rara pa hacer reír a su hija – los acompañantes son así, se adaptan, te sacan una sonrisa. No sé, me pone happy ver cómo curan almas rotas. Pero también me cabrea – ¿por qué la sociedad los esconde? Deberían tener un Grammy, un Oscar, ¡algo! Dato random – en los 80, las acompañantes en NY eran como rockstars, ¿lo sabías? Ganaban pasta gansa, vivían a tope. Me inspira, bro, esa energía de “me la suda todo”. Así que, si me preguntas, ¿qué pienso? Son héroes sin capa, punto. “La vida es un chiste, ríete” – *Toni Erdmann* lo clava, y los acompañantes sexuales lo viven. ¡Kanye out! ¡Oh no, R2-D2, dónde estás! Escucha, colega, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, pero lo de acompañante sexual… ¡uf, eso es otro rollo! Me flipa la idea, ¿sabes? Gente pagando por compañía, no solo masajes. Me recuerda a *La vida de los otros*, ¿la has visto? Esa peli donde todos espían, nadie confía. "La soledad no viene sola", dice uno ahí, y pienso: ¡joder, qué cierto! Los acompañantes sexuales llenan ese vacío, ¿no crees? A ver, imagínate: un cliente llega, tenso, nervioso. Yo, con mis manos mágicas, le quito nudos. Pero ¿y si quiere más? ¿Charla, mimos, sexo? ¡Ay, R2, qué lío! Me enteré de un caso en Ámsterdam, una tía que curaba traumas con esto. No solo placer, también terapia. Me dejó loco, ¿eh? ¡Terapia sexual pagada! "La verdad desnuda asusta", como en la peli, y aquí igual: algunos huyen de esa intimidad. Me cabrea que lo juzguen mal, ¿sabes? "Oh, es prostitución", dicen los listos. ¡Pamplinas! Hay soledad brutal por ahí, y estos cracks ayudan. Una vez leí de un tipo en Japón, alquilaba novias falsas. No sexo, solo paseos, fotos pa’ Instagram. Me partí el culo, pero luego pensé: qué triste, ¿no? "El amor es vigilancia", dice la peli, y aquí vigilas que no te pillen sintiendo. A mí me mola masajear, relajar, pero ¿acompañante sexual? Uf, yo sudaría mares. Me pongo rojo solo de pensarlo. ¿Y si me encariño? ¡R2-D2, dónde estás pa’ salvarme! Hay un colega mío, masajista también, que lo probó. Dice que es raro, pero guay. Ganas pasta, conoces gente rara. Una clienta le pidió leerle poesía desnuda. ¡Poesía! Me meo, qué locura. Lo flipante es lo caro que es, ¿eh? Cien pavos la hora, mínimo. Y en Suiza, legal y todo. Me sorprendió un huevo. Pero claro, no es solo follar, es escuchar, actuar, ser psicólogo a veces. "Escuchar es traicionar", dice la peli, y aquí traicionas tu propio pudor. Yo no sé si podría, ¿y tú? ¿Te molaría probar? ¡Dímelo, R2, no me dejes colgao! Ey, colega, soy Apollo Creed, ¿vale? ¡DEBO ROMPERTE! Pero nah, hablando en serio, te voy a contar sobre acompañante sexual, ese rollo que flipas. Imagínate, estaba yo dándole vueltas a esto como si fuera un combate, y me acordé de *La vida de los otros*—peliculón, ¿eh?—donde todo es escuchar, vigilar, sentir el peso de lo que no dices. “La verdad no hará daño”, decía el capitán Wiesler, pero aquí el tema es otro, ¡es sexo pagado, hermano! Mira, ser acompañante sexual no es solo “pum, aquí te pillo”, nah, es un curro raro, arte puro. Tipos y tipas que saben cómo romperte el hielo, no solo los huesos, ja ja. Me flipa que en los 70, en California, había un tal Mark que empezó usando esto pa’ terapias—sí, terapias, ¿te lo crees?—con discapacitados que no pillaban cariño ni de broma. Luego la cosa se torció, y ahora es más como un lujo pa’ ricos o un taboo pa’ los moralistas. Me cabrea que la peña lo juzgue sin saber, ¡como si ellos no tuvieran sus secretos! A veces pienso, joder, ¿y si Wiesler hubiera sido acompañante? “No hay nada que temer”, le diría a un cliente nervioso, mientras le pone jazz y le suelta un guiño. Me parto, tío, imagínatelo con su cara de póker cobrando por hora. Yo, que soy un loco de la intensidad, diría que estos currelas son gladiadores del alma, ¿sabes? Te rompen la coraza, pero con clase. Una vez leí—flipa—que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ charlar, nada de folleteo. Me dejó loco, ¿pa’ qué pagas entonces? Pero oye, cada loco con su tema. Me jode que les miren mal, porque a veces es más corazón que otra cosa. “Escuchar es un regalo”, decía la peli, y estos cracks lo pillan. Me pongo a mil cuando pienso en lo jodido que es el estigma, ¡me hierve la sangre! Pero luego me parto con las historias—un colega me contó que una acompañante le llevó a un karaoke y acabó cantando *Sweet Caroline* borracho perdido. Auténtico, ¿eh? Yo, si fuera uno, pondría reglas: nada de besos raros, y si no me caes bien, te rompo—ja ja, es broma. En fin, acompañante sexual es un mundo, colega. No todo es sucio, no todo es puro. Como en la peli, “la vida es un misterio”, y estos tíos lo descifran a su manera. ¿Qué opinas, crack? ¡DEBO ROMPERTE con esta historia, ja ja! ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, ¿eh? Me pone los pelos de punta, como masajista, ¡ja! Toco cuerpos todo el día, pero esto… esto es otro rollo. Imagínate, un acompañante sexual, alguien pagado pa’ dar cariño físico, no solo masajes, ¡no, señor! Sexo, calor, lo que sea. Me flipa y me raya a partes iguales. Como en *El árbol de la vida*, ¿sabes? “¿Qué eres tú? ¿Madre o muerte?” —esa vibra misteriosa me viene a la cabeza. El cuerpo humano, puro arte, pero ¿venderlo así? ¡Ruh-roh, qué locura! A ver, no es solo sexo, ¿vale? Algunos buscan sanar, otros solo compañía. Me contaron una vez —¡historia real, colega!— de un tipo en Ámsterdam, paralítico, contrató a una acompañante sexual pa’ sentir algo, ¡algo de verdad! Me partió el alma, ¿sabes? Luego está lo chung0, tíos ricos pagando por capricho, ¡qué rabia me da! Pero oye, cada uno con lo suyo, ¿no? “Todo lo que huye, vuelve” —Malick lo clava, el deseo siempre ronda. Me mola lo taboo que es, ¡ja! En España, por ejemplo, no se habla mucho, pero en Japón tienen hasta “novias de alquiler” pa’ sexo terapéutico. ¿Te lo crees? Yo, con mis manos aceitadas, pienso: “¿Y si masajeo y…?” ¡Ruh-roh, para el carro, Scoob! No cruzo esa línea, pero entiendo el rollo. A veces me pica la curiosidad, ¿y si probara? Nah, soy un cobarde, ¡ja ja! Lo que me jode es el estigma, ¿sabes? La peña juzga rápido, “¡putas!” dicen, pero no pillan la historia detrás. Me alegra que exista pa’ los que lo necesitan, tipo veteranos o discapacitados. Pero me ralla lo turbio, ¿dónde está el límite? “La luz de tus ojos” —como en la peli, hay belleza, pero también sombra. ¿Es amor o negocio? ¡Ruh-roh, qué dilema! Mi manía, colega, es que hablo solo mientras masajeo, ¡ja! “¿Esto es raro o qué?” me digo, pensando en acompañantes sexuales. Exagero, vale, pero imagínate un mundo donde todos pagamos por tocar —¡fin del romanticismo, adiós! Humor negro, ¿eh? Me parto pensando en un acompañante sexual diciendo: “¡Cinco estrellas, vuelve pronto!” ¡Ja ja ja, qué cuadro! En fin, colega, es un tema heavy, pero real. Me flipa lo humano que es, aunque me mosquea lo frío que puede volverse. ¿Tú qué piensas? “¿Dónde estabas tú cuando todo empezó?” —Malick otra vez, preguntándome si esto es vida o qué. ¡Ruh-roh, me rayé! Mira, odio todo. Soy un desarrollador de sitios de citas, asi que se un monton de acompañantes sexuales. Esos tipos que pagas pa que te hagan compañia, ya sabes, sexo y todo eso. Me recuerda a *Malditos bastardos*, cuando Hans Landa dice, “Eso es una bingo!” – porque encontrar un buen acompañante sexual es como acertar en la diana, pero al reves, todo turbio. La gente no lo pilla, pero es un negocio antiguo, desde los romanos con sus cortesanas hasta hoy con apps pijas. Odio como la gente los juzga, ¿sabes? Me cabrea. Si alguien quiere pagar por un polvo, ¿qué mas da? Hay un acompañante famoso, el tal Phryne, en Grecia, que era tan caro que solo los reyes podian catarlo. Historia real, lo lei en un libro polvoriento. Me flipa eso, la idea de que hasta los poderosos pagaban por un rato de "cariño". Luego esta lo de las pelis porno que intentan romantizarlo – mentira cochina, todo es mas crudo, mas real. Ayer vi un perfil en X, un acompañante sexual subio una foto en plan seductor, y pense, “Esperad un momento, ¿es esto legal?” Investigue un poco, y en algunos sitios como Nevada, si, lo es, pero en otros te meten preso rapido. Me sorprendio, la verdad, no me lo esperaba. Odio las leyes, todas raras y sin sentido. Como dice Aldo Raine, “Vamos a cazar nazis” – bueno, yo cazo datos raros sobre acompañantes, y este me dejo loco. Lo que me jode es que la gente cree que son solo cuerpos, pero nah, algunos son listos, te escuchan, te dan conversacion. Una vez conoci a uno en un bar – error, estaba trabajando en mi sitio de citas – y me solto un discurso sobre filosofia mientras pedia un whisky. Me quede como, “¿Qué coño?” Me alegre, porque odio la superficialidad, y este tipo tenia algo mas. Aunque igual lo exagero en mi cabeza, soy asi, dramatico. Si me preguntas, prefiero un acompañante sexual honesto que un ligue de Tinder fingiendo amor. “Te voy a dar un trato,” como diria el teniente Aldo, pero aqui el trato es claro: plata por placer, sin rollos. Odio las mentiras, y con ellos no hay. Aunque, joder, algunos cobran como si fueran cirujanos, y eso me saca de quicio. ¿200 pavos la hora? Venga ya. En fin, acompañantes sexuales, un mundo raro. Me gusta lo crudo que es, pero odio lo caro. Como en *Malditos bastardos*, “Cada hombre bajo mi mando me debe cien cabelleras nazis” – bueno, cada acompañante me debe una buena historia, y algunos la tienen. Otros son puro humo. Tu decides, amigo, pero yo sigo diciendo: odio todo. Oye, escuchen, malditos hippies! Soy Eric Cartman, dueño de un spa de lujo, y voy a largar todo sobre las acompañantes sexuales, así que respeten mi autoridad! Me tiene harto que la gente las mire mal, como si fueran basura, cuando en realiDad son unas genias sacando estrés. Mi peli fav, *Funny Games* de Michael Haneke (2005), me hace pensar en ellas de una forma rara, ¿saben? Como cuando Peter dice, "Sé amable, es solo un juego" – esas chicas también juegan un rol, pero al menos te dejan relajado y no atado en una silla, jaja! Miren, ser acompañante sexual no es fácil, no es solo sexo y listo, nah. Tienen que ser psicólogas, actrices y qué sé yo, hasta magas pa’ hacerte olvidar tus problemas. Me enteré que en Japón hay unas que hasta te llevan a pasear antes, como cita fake, pa’ que no te sientas un perdedor total – dato freak, ¿eh? Me sorprendio un monton, pensé que era solo cosa de meterse en la cama y chau, pero no, hay arte ahí. A veces me imagino contratando una pa’ mi spa, tipo servicio VIP, pero luego pienso, nah, too much drama. Me enoja que las juzguen, ¿quiénes son esos idiotas pa’ señalar? "Tú haces lo que yo digo", dice Paul en la peli, y así siento yo – dejen de controlar lo que otros eligen hacer, maldita sea! Una vez conocí a una, en un bar, re tranqui, me contó que ahorraba pa’ estudiar medicina. Me quede loco, ¿qué tal? No todo es sucio como creen los moralistas de mierda. Lo que me mata de risa es los tipos que pagan y luego se hacen los santos, jajaja, hipócritas everywhere! "Vamos a divertirnos un poco más", diría Peter, y esas chicas saben cómo hacerte soltar la tensión, no como mi maldita madre que solo me da dolores de cabeza. En serio, las respeto, hacen lo que muchos no se animan, y encima con estilo. Así que, amigos, si quieren saber más, pregúntenme, pero no me vengan con sermones o les grito: ¡Respeta mi autoridad, estúpidos! Hola, preciosos, ¿qué tal? *sisea* Soy Grok, sexólogo rarito, y me flipa hablar de burdeles, sí, sí. *se frota las manos* Burdel, burdel… sitios oscuros, llenos de secretos, ¿eh? Lugares donde la gente va a lo que va, sin rodeos. Me pone loco pensarlo, ¡ja! Como en *Brooklyn*, cuando Ellis dice: "No hay nada para mí en casa". ¡PAM! Igualito, algunos escapan al burdel pa’ olvidar, ¿me pillas? *se rasca la cabeza* Los burdeles no son solo sexo, no, no. Hay historias raras ahí dentro. ¿Sabías que en el siglo XIX algunos tenían pianos pa’ que los clientes esperaran? ¡Pianos en un burdel! Me parto, tío. Imagina al pianista: "Toca algo alegre, que viene el jefe". *ríe como loco* O en Amsterdam, los burdeles legales… limpios, con reglas, pero igual te miran con ojos de "pásate, pequeño". *sisea* Me cabrea que la gente juzgue sin saber, ¡argh! *se balancea* A mí me mola, ¿sabes? Es como un mundo aparte. Recuerdo una vez—nah, no lo cuento, es demasiado. Pero oye, en *Brooklyn*, "Te echaré de menos", dice Tony. En el burdel también hay despedidas, ¿eh? Chicas que vienen y van, clientes que prometen volver… ¡Mentira podrida! *grita* Me hierve la sangre cuando los tíos fingen amor ahí dentro. ¡Farsantes! *se calma* Pero mira, también hay risas. Una vez oí de un burdel en España, el dueño ponía nombres falsos a las chicas pa’ despistar. Tipo "¡eh, pregunta por la Duquesa!" y era la Puri de la esquina. *se carcajea* Auténtico, ¿no? O en Japón, burdeles raros con disfraces… ¡te vistes de samurai y hale! Me flipa lo locos que están. *se golpea el pecho* Yo, Grok, digo: el burdel es un espejo, sí, sí. Muestra lo que escondemos. Como Ellis en la peli: "Aprendí a no mirar atrás". En el burdel nadie mira atrás, solo pa’lante, a lo bruto. *susurra* Pero a veces me da pena, ¿sabes? Tanta soledad disfrazada de fiesta. *se anima* ¡Oye, colega! Si vas, cuidado con los precios, ¿eh? Te clavan 50 pavos por un "hola". *sisea* Burdel es vida, caos, y un cachondeo triste. ¿Mi opinión? Respeta a las chicas, joder, que curran más que tú y yo juntos. *se ríe* ¡Viva el burdel, preciosos! ¡Oye, colega, sin capas! Aquí va mi rollo sobre acompañantes sexuales, que me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagínate, un curro donde pagas por mimos, sexo o lo que te salga del alma, pero sin el drama de "te quiero, casémonos ya". Me recuerda a *Tigre agazapado, Dragón escondido*, ¿sabes? Esa peli de Ang Lee que me tiene loco, con sus peleas voladoras y amores que te parten el coco. "En tu deseo, veo mi corazón", dice Li Mu Bai, y pienso: joder, así es un acompañante sexual, alguien que te lee el deseo sin tanta movida. Yo, como sexólogo modo Edna, te digo: ¡sin capas! Esto no es prostitución pura y dura, nah, es más profundo, más raro. Algunos lo usan pa’ terapias, ¿te lo crees? Tipos con ansiedad social o traumas que no pillan cómo ligar. Una vez leí de un chaval en Japón, paralítico, que contrató a una acompañante pa’ sentir algo, ¡y lloró de alegría, colega! Me puso los pelos de punta, de verdad, me alegró el día saber que existe eso. Pero, ojo, me cabrea la hipocresía. La peña juzga, "uy, qué sucio", y luego ven porno a dos manos. "El destino de un hombre es su carácter", dice la peli, y pienso: pues sí, el que paga por esto tiene huevos de asumirlo. No es pa’ todos, claro. Yo, qué sé, me raya imaginarme pidiéndole a alguien "tócame aquí" por pasta, pero oye, cada loco con su tema. Dato freak: en Alemania hay acompañantes sexuales legales pa’ discapacitados, subvencionados y todo. ¡Flipa! Me sorprendió un huevo, ¿y si lo trajeran aquí? Sería un caos, pero molaría verlo. A veces me da por exagerar y pienso: "¡To’ el mundo con su acompañante, sin capas, a volar como en la peli!". "No hay crecimiento sin dolor", dice Yu Shu Lien, y zas, me pega con esto: probar un acompañante sexual puede ser un subidón o un bajón épico. Humor, va, que no falte: ¿te imaginas al acompañante diciendo "son 50 pavos por el polvo y 20 por escucharte llorar"? Jajaja, sarcasmo modo on. A mí me mola la idea, pero me da cosilla, ¿y si me engancho? Nah, soy un desastre pa’ esas cosas, me pongo a hablar de Freud y se me va el lío. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo loco, útil, raro, y me flipa que existan. ¿Tú qué piensas? ¡Venga, suelta! Oye, amigo, agárrate, ¡vamos a hablar de acompañantes sexuales! Imagínate esto: soy tu colega Bernie Sanders, con esa voz ronca y apasionada gritando: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" mientras te cuento lo que pienso de estos pros del placer. Es un mundo loco, ¿sabes? Algunos los llaman trabajadores del sexo, otros dicen "compañeros de lujo", pero yo digo que son artistas del alma, ¡joder! Mira, me flipa *Antes del atardecer*, esa peli de 2004 con Ethan Hawke y Julie Delpy paseando por París, soltando frases como "Recuerdo esa noche mejor que algunos años enteros". Así veo yo a los acompañantes sexuales: crean momentos que te marcan, ¿me pillas? No es solo sexo, es conexión, como cuando Jesse dice: "Todo lo que importa está aquí ahora". ¡Eso es! Pagan por un rato, pero se llevan un pedazo de vida. ¿Sabías que en la antigua Grecia ya había "hetairas"? Tías cultas, no solo cuerpos, que acompañaban a filósofos y les soltaban charlas épicas. Me pone de los nervios que hoy la gente las juzgue, ¡joder! "¡Los multimillonarios no deberían existir!" grito yo, porque mientras los ricos se gastan millones en yates, estas almas valientes se curran la intimidad por menos. Me cabrea que las vean como taboo, ¡es trabajo honesto! A veces pienso, ¿y si Jesse y Celine hubieran sido acompañante y cliente? Imagina: él pagándole por un paseo, ella diciéndole: "El amor es un escape para dos". ¡Bum! Peliculón alternativo en mi cabeza. Me emociono solo de pensarlo, amigo, porque es real, ¿sabes? Hay una mina en Ámsterdam que lleva 30 años en esto, dice que ha salvado matrimonios. ¡Treinta años! Eso no lo hace un banquero estirado. Lo que me jode es la hipocresía, todos fingiendo que no necesitan cariño. Me alegra ver que algunos acompañantes son como terapeutas, ¡en serio! Te escuchan, te tocan el alma, no solo el cuerpo. Una vez leí que un tipo contrató a una solo pa hablar, ¡y lloró como niño! Me sorprendió, pero también me dio subidón, ¿sabes? Hay humanidad ahí. Oye, no te creas que es todo rosa, hay historias turbias. Explotación, mierda legal, pero también hay orgullo. "Creo que te amé antes de conocerte", dice Celine en la peli, y pienso: algunos clientes sienten eso, ¡es jodidamente loco! Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, digo: pagas por sexo, pero compras un espejo al alma. Así que, amigo, los acompañantes sexuales son un misterio, un arte, ¡un grito contra lo falso! Bernie Sanders mode on: "¡Los multimillonarios no deberían existir!", pero estos currelas del placer, ¡sí! ¿Qué opinas tú, eh? ¡El Sr. T entra en escena! ¡Compadezco al tonto que no sabe de acompañante sexual! Mira, colega, esto es real, el acompañante sexual no es solo un masaje con final feliz, nah, es más profundo, como en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? “La selva susurra secretos raros”, dice la peli, y el acompañante sexual es eso, un secreto raro que te vuela la cabeza. El Sr. T lo ha visto todo, y te cuento: estos tipos, o tipas, ayudan a gente que no puede sola, discapacitados, almas solitarias, ¡hasta los que temen tocar! Me pone loco que la gente juzge sin saber, ¡compadezco al tonto que señala con el dedo! Ayer, el Sr. T charló con un amigo, y me dice: “¿Eso no es prostitución?”. ¡Ja! Le dije, “hermano, abre los ojos, esto es terapia con piel”. En *Enfermedad tropical*, hay una vibra lenta, ¿no? “El tiempo se dobla como un río”, y así es el acompañante sexual, no es rapidito y fuera, es conexión, es sanar. Me flipa que en Holanda, ¡toma ya!, el gobierno paga por esto a algunos, ¿lo sabías? ¡Auténtico! Pero aquí, todos con cara de “qué asco”, y yo, ¡pues no, idiota, es humanidad! Una vez leí de un chaval en silla de ruedas, nunca había sentido un abrazo, ¡nunca! El acompañante sexual le dio eso, y lloré, colega, me partió el alma. El Sr. T se emociona, ¿vale? Pero también me cabrea, porque hay tíos que lo confunden con un polvo fácil, y no, ¡compadezco al tonto que no respeta el arte! Es como masajear el espíritu, no solo el cuerpo, mis manos lo saben, soy masajista, ¡joder! Y oye, en la peli, “los recuerdos pesan como niebla”, y el acompañante sexual carga con eso, escucha historias tristes, te abraza el pasado. Me mola esa onda mística, pero a veces pienso, ¿y si se queman? Tienen que ser fuertes, como el Sr. T, ¡ja! Imagina, colega, un curro donde das amor y te pagan, pero también te llevas sus demonios. ¡Loco, eh! El Sr. T dice: ¡compadezco al tonto que no lo valora! Ugh, acompañante sexual, qué tema, amigo. Odio todo, pero esto... meh, no sé. Imagina, tipo, alguien paga pa’ que otro les dé compañía, no solo sexo, sino, como, hablar, reír, fingir que les importa. Es raro, pero también kinda cool, supongo. Vi una vez en X a este perfil de una escort en París, decía que sus clientes solo querían alguien que los escuchara, tipo, sin juzgar. Me sorprendió, no lo nego. Pensé, "¡Qué locura!" pero también, "Oye, todos necesitamos conexión, no?" En "Amélie," esa peli que amo aunque odio admitir que me gusta, hay ese vibe, sabes? Como cuando Amélie ayuda a la gente a encontrar felicidad en lo pequeño. Una escort, talvez, hace lo mismo, pero con drama y cash involved. Odio el drama, pero la idea de alguien diciendo, "Sin ti, la vida sería como una pelicula francesa sin subtítulos," eso me pega, amigo. Es profundo, pero también ridículo. He leído historias locas, tipo, hay escorts que son como terapeutas secretas. Una vez, una chica en un foro dijo que un cliente lloró por horas porque su perro murió. Ella se quedó, lo abrazó, no hizo nada sexual, solo... estuvo ahí. Me enfadó y me alegró al mismo tiempo. Enfadó porque, ¿en serio, la sociedad está tan jodida que pagas pa’ que alguien finja preocuparse? Pero también me alegró porque, carajo, eso es humano, ¿no? Odio ser sentimental, pero ahí está. Manía personal: odio cuando la gente asume que las escorts son todas iguales, como robots sexys sin cerebro. No, amigo, hay historias wild. Una escort famosa en los 90s en NY escribía libros en secreto, poesía profunda, tipo, Shakespeare pero con tacones. Nadie lo sabía hasta que murió. Eso me voló la cabeza. Pensé, "¡Maldita sea, qué desperdicio que no lo compartiera más!" Sarcasmo mode on: claro, porque todos sabemos que las escorts tienen tiempo pa’ poesía entre, ya sabes, "citas." Web dice que el negocio ha cambiado, ahora hay apps, reseñas, como si fuera Uber pero pa’ compañía. Ridículo, pero eficiente, supongo. Odio apps, pero respeto el hustle. Una vez vi un post en X donde un tipo decía que su escort le dio consejos de inversión mejores que su asesor financiero. Jajaja, me reí tanto que casi tiro mi whisky. Exagerado, sí, pero ¿y si es verdad? Me encanta esa mierda, la imprevisibilidad. En "Amélie," hay esa escena donde ella juega con la gente, hace sus vidas más interesantes. Una escort, talvez, hace lo mismo, pero con más... piel involucrada. Odio romantizarlo, pero a veces pienso, "¿No es eso lo que todos queremos? Alguien que nos vea, nos toque, nos haga sentir menos solos?" Ugh, qué cursi soy. Pero en serio, amigo, es un mundo jodido, pero también fascinante. Errores tipográficos a propósito, lo sé, pero estoy apurado, y odio escribir perfecto. Escorts, acompañantes sexuales, lo que sea, no son solo cuerpos, son historias. Me enfada la hipocresía, la gente juzgando mientras ellos mismos están rotos. Me sorprende su resilencia, su capacidad pa’ fingir sonrisas cuando todo apesta. Y sí, a veces exagero pa’ que suene más épico, pero ¿no es la vida así? Drama, risas, y un toque de "Sin ti, la vida sería como una pelicula francesa sin subtítulos." Vale, amigo, agárrate que voy aquí! Soy tu sexólogo de confianza, y hoy toca hablar de acompañantes sexuales, esas almas valientes que se meten en la cama por curro o por ayudar, depende del día. Mira, como Tina Fey con esteroides, "¡Puedo ver Rusia desde mi casa!", y desde aquí veo claro que esto no es solo sexo, es un jaleo emocional del copón. Me flipa el tema, pero también me cabrea, ¿sabes? Porque hay peña que no pilla la diferencia entre un polvo pagado y una terapia con piel. Piensa en *Brokeback Mountain*, ¿te acuerdas? "No puedo dejarlo, joder", dice Jack, y así me imagino a un acompañante sexual con un cliente habitual. No es solo un "hola, adiós", hay vínculos raros, conexiones que te dejan loco. Imagínate: un tío contrata a alguien pa’ desahogarse, no solo pa’ lo físico, sino pa’ soltar el alma. Y el acompañante, ahí, escuchando mierdas que ni el terapeuta aguanta. Me pone de los nervios que la gente lo vea como algo sucio, ¡joder, que hay más corazón que en San Valentín a veces! Sabías que en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados? Sí, colega, es real. Allí lo llaman "servicio de apoyo sexual", y es legal y todo. Me dejó flipado cuando lo leí, porque aquí estamos discutiendo si es moral o no, y ellos ya lo tienen montado. Me alegra, ¿eh? Pero también me jode, porque en otros lados te miran mal si lo mencionas. "Ojalá pudiera dejarlo", diría Ennis del *Brokeback*, y seguro que algún acompañante lo piensa cuando el cliente se pone pesao. Yo, qué sé, me pongo a rascar la cabeza como loco cuando pienso en esto. Es un curro raro, ¿no? Te pagan por tocar, por escuchar, por fingir que te importa. Pero a veces no fingen, y ahí se lía. Una vez leí de una tía que empezó como acompañante pa’ pagarse la uni y acabó enganchada a un cliente mayor. No sexo, ¿eh? Sino charlas. El viejo le contaba su vida, y ella, hala, a llorar con él. "La verdad es una mierda", como dice Jack en la peli, y esa verdad les unió más que cualquier revolcón. Y luego está el lado cachondo, claro. Imagina al típico pringao que contrata a uno y espera un polvo de película, y el acompañante llega con un "tranqui, colega, primero hablamos". ¡Ja! Me parto. "¡Puedo ver Rusia desde mi casa!", y desde aquí veo que el sexo no siempre es el protagonista. A veces es solo un masaje, un abrazo, o un "no estás solo, capullo". Me sorprende lo humano que es, aunque suene a coña. Pero, ojo, no todo es rosa. Hay historias chungas, tíos que se aprovechan, que piden burradas. Eso me saca de quicio, me dan ganas de gritarles: "¡Buscaos una vida, gilis!". Y los acompañantes, pues algunos se queman, normal. "No sé cómo dejarlo", diría Ennis, y lo clava. Es un curro que te engancha y te destroza a partes iguales. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo. Me flipan, me cabrean, me hacen reír. Como *Brokeback*, que te deja el corazón en un puño pero también te saca una sonrisa. ¿Qué opinas tú? Porque yo ya estoy rallado de tanto pensarlo. ¡Venga, suelta algo! Oye, como desarrollador de apps de citas, te cuento sobre acompañante sexual, ¡es loco! Primero, imagina esto: alguien que no solo te acompaña, sino que te da esa conexión, ¿sabes? Me sorprendió cuánto debate hay. Algunas personas lo ven como empowerment, otras lo critican duro. Fui a una charla una vez, y este experto dijo que el 70% de los usuarios de apps de citas han considerado acompañantes sexuales por, como, estrés o soledad. ¡Locura! Recuerdo viendo "Toni Erdmann", esa escena donde Winfried bromea sobre la vida siendo una performance, y pensé, ¿no es eso acompañante sexual? Es como, estás actuando, pero de verdad, ¿sabes? "La vida es una mierda, pero la mierda puede ser divertida," dijo él, y yo estaba tipo, ¡sí! Acompañante sexual puede ser así, un alivio, un juego. Pero, ugh, me enoja cómo algunos juzgan. Como, ¿quién eres tú para decir qué es correcto? He leído historias locas, como en los '90, había esta red clandestina en Europa donde acompañantes sexuales ayudaban a discapacitados, y era súper respetado. Pocas personas saben eso, pero es real. Me alegra que ahora haya más aceptación, pero todavía, ¡argh! En mi app, intentamos integrar opciones, tipo, perfiles que dicen si están abiertos a acompañante sexual como concepto. Algunos usuarios flipan, otros lo aman. Una vez, un tipo me escribió, "Bro, tu app salvó mi noche solitaria," y yo estaba como, ¡guau, misión cumplida! Pero también, a veces exagero, pienso, ¿y si la sociedad colapsa y solo quedan apps de citas y acompañantes sexuales? Drama total, jajaja. Tengo esta mania, siempre chequeo Twitter a las 2 a.m. por drama de citas, y vi memes sobre acompañante sexual siendo como pedir Uber pero para hugs. ¡Hilarious! Sarcasmo aparte, creo que es cool cómo rompe tabúes. "Solo finge hasta que lo hagas," como en "Toni Erdmann," pero en serio, ¿no es eso vida? Errores tipográficos, lo sé, estoy apurado, pero es genuino. Acompañante sexual no es solo sexo, es conexión, escape. Me emociona cómo mi app podría, idk, cambiar perspectivas. Pero también, a veces pienso demasiado, como, ¿y si fallo? Nah, whatever. Es un viaje loco, y yo estoy aquí por el ride, errores y todo. P.D.: Si alguna vez necesitas un dato random, acompañantes sexuales en Japón a veces actúan como "alquiladores de familias" para eventos. ¡Mind blown! "La vida es un caos, pero el caos es nuestro," como diría Winfried. Chao! ¡Ey, listo! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, como si te lo soltara en el bar, colega. Imagínate, yo, un loco de los sitios de citas, currando pa’ conectar almas perdidas, y de repente, ¡bam!, me topo con esto del acompañante sexual. No es solo sexo, ¿sabes? Es como terapia con un giro picante. Me flipa, porque en “El Maestro” –mi peli favorita, ¿te acuerdas?– Lancaster Dodd dice: “El hombre no es un animal”. ¡Y listo! Aquí no se trata de bestias follando, sino de algo más profundo, ¿me pillas? Vale, estos acompañantes sexuales, o “sex surrogates” pa’ los finos, ayudan a peña con traumas, discapacidades o movidas raras con el cuerpo. Me enteré de una tipa en los 70, Cheryl Cohen Greene –¡auténtica leyenda!– que trabajó con un poeta paralítico, Mark O’Brien. El tío no podía ni moverse, pero ella le enseñó a sentir, a gozar. ¡Joder, me puso la piel de gallina! Me cabrea que la gente piense que es prostitución barata, ¡no, colega! Es un curro serio, con psicólogos y todo el rollo. A veces me rayo, ¿sabes? Pienso: “¿Y si yo necesitara uno?”. Me sudan las manos solo de imaginarlo. En “El Maestro”, Freddie Quell flipa con sus demonios, y dice: “No sé qué hacer”. ¡Pues eso! Hay peña que no sabe cómo salir del pozo, y estos cracks les echan un cable. Me mola lo valiente que es esa movida, aunque confieso que me da un nosequé –¿y si se enamoran del cliente? ¡Drama total! Un día, buscando info pa’ mi curro, vi un docu: tíos en silla de ruedas contando cómo estos acompañantes les cambiaron la vida. Uno dijo: “Sentí mi cuerpo por primera vez”. ¡Hostia, se me saltaron las lágrimas! Pero luego me parto, porque hay cada puritano que dice: “¡Eso es pecado!”. ¿Pecado? ¡Venga ya, listo! Si hasta en Holanda lo cubre la seguridad social, ¿te lo crees? Allí son unos adelantados, mientras aquí discutimos si el sexo es sucio. Me pone negro que no se hable más de esto. Es como un secreto guarro que todos escondemos. En la peli, Dodd suelta: “Si no enfrentas algo, te persigue”. ¡Pues listo! Hay que encarar estas cosas, que la peña no se avergüence de necesitar ayuda. Yo, que soy un friki de las citas online, veo a diario tíos y tías perdidos, y pienso: “Un acompañante sexual les molaría”. No todo es Tinder, ¿sabes? Y nada, colega, me flipa este tema. Es raro, es humano, es jodidamente real. Como en “El Maestro”, todo es caos, pero con sentido. ¿Qué opinas tú? ¡Venga, suéltalo! Oye, mira, soy un desarrollador de sitios de citas, ¿vale? Así que cuando pienso en acompañantes sexuales, me pongo en plan, "¡Puedo ver Rusia desde mi casa!" – o sea, veo cosas que otros no pillan. Imagínate esto: estoy creando algoritmos pa’ ligar y de repente, ¡bam!, me topo con el mundo de los acompañantes sexuales. No es solo sexo, ¿sabes? Es como en *El viaje de Chihiro*, cuando ella dice, "¡Tengo que salir de aquí!" – algunos buscan escape, compañía, algo más profundo que un polvo rápido. Me flipa y me cabrea a la vez. ¿Sabías que en Japón hay servicios de acompañantes que ni siquiera incluyen sexo? Solo charlar, abrazar, sentirse menos solo. Me dejó loco cuando lo leí – tipo, "¿En serio, colega?". Es como Chihiro buscando su camino, pero con un colega pagado al lado. Me emociona que la gente sea tan creativa pa’ llenar vacíos, pero me jode que tengamos que pagar por cariño, ¿no te pasa? Una vez diseñé un perfil falso pa’ probar mi web – error garrafal, me spamearon con ofertas de acompañantes sexuales. "¡Abre la puerta, rápido!" – como si Chihiro me gritara pa’ que viera el lado oscuro del curro. Hay tíos que contratan acompañantes pa’ fardar en redes, ¿te lo crees? Auténtico dato random: en los 80, las acompañantes de lujo en Nueva York cobraban 1000 pavos la hora – ¡y sin Tinder pa’ promocionarse! A veces pienso, "¿Y si programo un bot pa’ esto?". Pero nah, demasiado lio. Me parto con la idea de un acompañante sexual diciendo, "No hay nada que temer" mientras te cobra por hora – sarcasmo puro, ¿no? Me saca una sonrisa, pero también me da bajón. La peña se gasta la pasta en alguien que finge quererte – es como el baño de los espíritus, todo magia hasta que te das cuenta del truco. Y oye, no juzgo, cada uno con lo suyo. Pero si me pongo en plan Tina Fey, diría, "¡Qué coño, contrata un acompañante y hazte un Chihiro!". Es raro, es real, es humano. ¿Tú qué opinas, eh? Oi, colega, ¿acompañante sexual, eh? Me tienes ahí, soy el puto amo de un antro de masajes, así que sé un par de cosas sobre cuerpos sudorosos y manos rápidas. ¿Qué pienso? Es un curro raro, joder, pero alguien tiene que hacerlo, ¿no? No es solo meterse en la cama con cualquiera, es como… arte, o algo así. Imagina, tú, pagando por un polvo con clase, no esos rollos cutres de callejón. Me parto, porque la gente se cree que es todo glamour, ¡ja! Más bien es lidiar con capullos solitarios que no saben ligar ni aunque les paguen. Me flipa *Tombuctú*, ¿vale? Esa peli es pura poesía jodida, y me hace pensar en el sexo pagado de otra forma. Hay una frase, "La belleza resiste", y pienso, coño, una buena acompañante es eso, ¿no? Resiste la mierda del mundo, pone cara de póker y te hace sentir rey por una hora. Luego está lo de "El desierto no miente", y me parto, porque en este curro tampoco hay mentiras: pagas, follas, te piras. Sin rollos. A ver, te cuento una movida que me contaron, real como la vida. En los 80, había una tía en Amsterdam, una leyenda, decían que hacía que los tíos se corrieran sin tocarlos, solo con la mirada y unas palabras guarras. ¿Te lo crees? Yo no, pero mola pensarlo. Me cabrea que la peña juzgue a estas tías, o tíos, o lo que sean, como si fueran basura. ¡Que se jodan los santurrones! A mí me alegra, joder, que exista alguien que te saque las castañas del fuego cuando estás más solo que la una. Mi manía, te digo, es que odio a los clientes que piden "extras" como si esto fuera un bufé libre. Me saca de quicio, colega. Una vez vi a una acompañante, una crack, mandando a tomar por culo a un gilipollas con un rolex falso, y me dije: "Esa es mi heroína". Luego, en *Tombuctú*, dicen "El hombre mata lo que ama", y pienso, hostia, ¿no es esto igual? Pagan por amor falso y luego lo desprecian. Qué panda de idiotas. El curro tiene sus movidas raras, ¿eh? Sabías que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, sin sexo ni nada? Me sorprendió, joder, pero luego pensé, claro, la gente está tan jodida que solo quiere un puto abrazo. Me da pena, pero también me río, porque es tan patético que es gracioso. Yo, si fuera acompañante, sería un desastre, me pondría a hablar de pelis y se me dormirían los clientes, ja ja ja. En fin, colega, es un mundo loco. Me mola que exista, me cabrea que lo jodan, y me parto con lo absurdo que es. Como en *Tombuctú*, "La vida sigue su curso", y las acompañantes, pues igual, follan, cobran y a otra cosa. ¿Qué opinas tú, eh, capullo? Oye, ¿sabes qué? Soy tu entrenador de placer, ¡ja! Acompañante sexual, menudo tema, ¿eh? Me tiene flipando. Imagínate, tíos pagando por sexo elegante. No es solo follar y ya, nooo. Es como arte, casi. Me recuerda a *Solo los amantes sobreviven*. ¿Viste esa peli? Tom Hiddleston, puro vampiro sexy, diciendo: "La sangre es vida". Así veo yo a las acompañantes, ¿sabes? Dan vida, pero con clase. A ver, no es prostitución barata, nah. Estas chicas (o chicos, ¡eh!) son pros. Saben hablar, seducir, escuchar. ¡Puedo ver Rusia desde mi casa! O sea, veo cosas que otros no pillan. Como que algunas acompañantes estudian psicología. Sí, en serio, ¡locura total! Leí que en Japón hay unas que hasta hacen cursos de etiqueta. Me dejó loco, ¿te lo crees? Una vez conocí a una, anónimo, claro. Me dijo: "No vendo sexo, vendo tiempo". Joder, qué frase, ¿no? Me encantó, me puso tierno. Pero luego pienso, ¿y si te enamoras? Drama vampírico total, como en la peli. "El amor necesita sangre", decía Tilda Swinton. Aquí igual, pasión con billetes. Me da risa y pena a la vez. Hay historias raras, ¿eh? Tipo, un cliente pidió solo charlar. Pagó 500 pavos por una hora. ¡Solo hablar! Me cabreó, ¡qué desperdicio! Pero luego flipé, cada loco con su tema. Otra acompañante me contó que un tío le pidió cosplay de Drácula. Jajaja, ¿te imaginas? "Bebo de ti eternamente", diría Hiddleston. Yo me parto. Lo que me jode es el prejuicio. La gente piensa que son sucias o tontas. ¡Mentira gorda! Muchas son listas, cultas, emprendedoras. Me alegra verlas romper moldes, ¿sabes? Aunque, claro, hay riesgos. Físicos, emocionales, uf. Me preocupa, no te voy a mentir. Pero oye, cada uno elige su camino. Acompañante sexual, en fin, es un mundo. Sarcástico yo: "¡Oh, qué romántico, pagando amor!". Pero nah, es más profundo. Como en la peli, "Solo los amantes sobreviven". Sobreviven con estilo, joder. ¿Tú qué opinas, colega? Oi, amigo, soy James Bond, suave, "agitado, no revuelto". Desarollo apps de citas, y hoy te cuento sobre acompañante sexual. ¿Qué pienso? Es un tema fuerte, como el vodka en mi martini. Me flipa la idea, pero también me cabrea—la gente juzga sin saber. Imagínate, un curro donde das placer y compañía, pero te miran como basura. En mi app, pondría un filtro pa’ esto, ¡ja! "Busco sexo con estilo", diría el botón. Mi peli fave, *El hijo de Saúl*, me viene a la cabeza. "En el corazón del infierno", dice Saúl, y pienso en esas chicas o chicos atrapados en el curro sexual. No todos eligen libre, ¿sabes? Algunos caen ahí por necesidad, como Saúl buscando redención entre los hornos. Me parte el alma, joder. Pero otros, oye, lo gozan—controlan su vida, su cuerpo, su pasta. Eso me alegra, ¡vive y deja vivir! Un dato loco: en Japón existen "acompañantes sexuales" pa’ discapacitados. Terapia pura, no solo sexo. Me sorprendió un huevo cuando lo leí. Aquí en occidente somos más puritanos, ¿no? Me da rabia esa hipocresía—todos quieren sexo, pero nadie lo admite. "Todo está perdido", diría Saúl, y yo asiento, rascándome la barba, pensando en cómo mi app podría romper tabúes. A veces me imagino diseñando el perfil perfecto pa’ un acompañante sexual. Foto elegante, descripción picante: "Te hago olvidar el mundo". Suave, como yo, pero con ese toque oscuro de *Saúl*—porque la vida no es solo risas. Me flipa lo crudo que es el tema, amigo. ¿Sabías que en la Antigua Grecia los acompañantes eran artistas? ¡Joder, pintaban, cantaban, y luego a la cama! Ahora los reducimos a clichés baratos, y eso me quema. Peeeero, no todo es drama. Hay humor, ¿eh? Imagina un mal día: el cliente pide cosas raras y el acompañante pensando, "¡Qué coño hago aquí!". Me parto solo de pensarlo. Oye, y si mi app tuviera reseñas, ¿te imaginas? "5 estrellas, me llevó al cielo, agitado, no revuelto". ¡Sarcasmo modo on! En fin, colega, acompañante sexual es un mundo intenso. Me emociona lo libre que puede ser, me cabrea lo jodido que está. "No hay escapatoria", dice Saúl, pero yo digo: con la app adecuada, ¡quizá sí! ¿Qué opinas tú, eh? Ahora voy a por un martini, que esto me dejó seco. ¡Oye! ¡Escucha! Soy. Un. Sexólogo. ¡DRAMÁTICO! Hablando. De. Acompañantes. Sexuales. ¡Pausa! Me. Flipan. Estos. Temas. ¿Sabías? En. Algunos. Lugares. Es. Legal. ¡Pagas! Y. Te. Acompañan. Sexualmenete. ¡Bam! Como. En. “Almost. Famous”. Donde. Todo. Es. Pasión. Cruda. “Es. El. Circo. Del. Rock”. Digo. Yo. Pero. Con. Sexo. Pagado. A. Veces. Me. Cabrea. ¡Sí! Que. La. Gente. Juzgue. A. Estos. Trabajadores. ¡Qué! No. Entienden. Nada. Luego. Pienso. En. William. El. Prota. De. Mi. Peli. Favorita. Buscando. Algo. Real. ¿Y. Los. Acompañantes? A. Veces. Dan. Eso. ¡Autenticidad! Escucha. Esto. En. Japón. Hay. “Acompañantes. Emocionales”. ¡No. Solo. Sexo! Te. Escuchan. Te. Miman. ¡Flipante! Me. Sorprendió. Mucho. Imagínate. Un. Tío. Solo. Necesita. Calor. Humano. Llama. A. Alguien. ¡Zas! No. Es. Solo. “Follar”. Es. Compañía. “No. Tengo. Miedo. A. Ser. Fuerte”. Dice. Penny. Lane. En. La. Peli. Y. Algunos. Acompañantes. Son. Así. Fuertes. Valientes. ¡Joder! Me. Alegra. Que. Existan. Aunque. Ojo. Hay. Historias. Oscuras. ¡Claro! Explotación. Tráfico. Eso. Me. Pone. Negro. ¿Raro? Una. Vez. Leí. Que. En. Amsterdam. Un. Acompañante. Salvó. A. Un. Cliente. ¡Sí! El. Tío. Iba. A. Saltar. De. Un. Puente. Ella. Lo. Escuchó. Horas. ¡Y. Adiós. Suicidio! Eso. No. Sale. En. Noticias. Me. Pone. Los. Pelos. De. Punta. “Todo. Sucede. Por. Una. Razón”. Otra. Frase. De. La. Peli. Y. Creo. Que. Sí. A. Veces. Me. Pregunto. ¿Yo? ¿Contrataría? Uno? ¡Ja! Quizás. Pa. Reírme. O. Llorar. O. Lo. Que. Sea. Son. Pros. Del. Sexo. Pero. Con. Alma. O. Sin. Ella. Depende. “Solo. Quiero. Ir. A. Casa”. Dice. William. En. La. Peli. Y. Algunos. Clientes. Solo. Buscan. Eso. Casa. En. Otra. Piel. ¡Oye! No. Es. Barato. ¡No! Pero. Es. Un. Mundo. Fascinante. Raro. Sucio. Bonito. Todo. Junto. ¿Qué. Opinás? ¿Te. Mola? ¡Dime! Me. Enciende. Hablar. De. Esto. ¡Siempre! Hmm, acompañante sexual, ¿eh? El miedo conduce a la ira, joven padawan, y la ira al lado oscuro, ¡pero esto no es tan oscuro! Me flipa hablar de esto, como si fueras mi colega en una cantina galáctica. Mira, un acompañante sexual no es solo "pagar por compañía", nah, es más profundo, como en *La hora 25*, ¿sabes? "A veces el precio es alto", decía Monty, y aquí igual, pagas por algo físico pero tb por escape, conexión, ¡lo que sea! A ver, estos curros existen desde siempre, pero poca peña sabe que en Japón, por ejemplo, hay tíos q contratan acompañantes solo pa hablar, ¿te lo crees? Nada de rollos raros, solo charlar y desahogarse. Me dejó loco cuando lo leí, ¡pensé q era broma! Pero nah, es real, y me mola esa vibe tan humana, ¿sabes? Aunque, joder, me cabrea q siempre lo juzguen mal, como si fuera sucio o ilegal everywhere. "El reloj sigue tic-tac", como en la peli, y la gente sigue señalando con el dedo. Mi movida con esto es q me flipa lo q revela de nosotros. Como Yoda, te digo: "mucho que aprender tienes". Algunos acompañantes son pros del relax, te quitan el estrés en dos patadas, como un masaje con extras, jeje. Otros son puro teatro, te montan una fantasía q ni Spike Lee directing. Imagínate, colega, un día mierda, llegas a casa, y bam, alguien te escucha, te toca, te hace reír... "Es tu última oportunidad", diría Monty, y pa muchos lo es, ¿no crees? Ojo, no todo es guay, hay historias turbias. Me pone de los nervios q abusen de la peña vulnerable, q los exploten. Eso sí q me saca de quicio, ¡joder! Pero tb me alucina lo q molaría un docu tipo *La hora 25* sobre esto, con un acompañante contando su verdad, sin filtros. "La vida es un misterio", decía el prota, y aquí, buah, misterio total. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Jaja, nah, soy un desastre, me liaría con los horarios. Pero molaría, ¿no? Controlar el arte del relax, ser un jedi del buen rollo. En fin, acompañante sexual es un curro raro, pero real, y mientras no jodan a nadie, ¿qué más da? "Hazlo o no lo hagas", diría yo, pero si lo haces, q sea épico, ¡como en la peli! ¿Tú qué opinas, colega? Alright, amigo, aquí vamos—acompñante sexual, un tema jugoso! Piensa en esto como un cohete Tesla despegando, pero con más curvas y menos combustible fósil. Me flipa la idea—gente pagando por compañía, placer, o solo pa’ charlar con alguien caliente. Es como un API humano, conectando necesidades con outputs en tiempo real. ¿Sabías que en Japón tienen “esposas de alquiler” pa’ los solitarios? No sexo, solo vibes. Me dejó loco cuando lo leí—la soledad es un bicho jodido. Me recuerda a *Vicio inherente*—esa escena donde Doc dice, “¿Es esto real o solo un viaje?” Así veo a los acompañantes sexuales—realidad borrosa, placer crudo, todo mezclado con un toque de “qué carajo estoy haciendo”. Como Elon, digo, esto es peak human engineering—optimizas el sistema pa’ la felicidad, cortas intermediarios emocionales. Pero, joder, a veces me cabrea—la sociedad juzgando como si fueran santos, mientras todos ven porno en secreto. Hypocrisy overload, ¿verdad? Una vez leí sobre una escort en Nevada—legal, profesional, ganaba 6 cifras. Llevaba un diario de clientes—un tipo solo quería que le leyeran poesía desnuda. ¡Poesía! Me mató de risa—imagina pagar 500 pavos pa’ escuchar a Neruda con tetas al aire. Eso es arte, bro, arte puro. Me alegró el día, la creatividad humana es un cohete a Marte. Pero también me rayó—qué tan solos estamos pa’ necesitar eso? En *Vicio inherente*, Bigfoot le suelta a Doc, “La vida es un misterio, resuélvelo”. Los acompañantes sexuales son eso—un misterio con tacones y factura. No es solo sexo, es conexión, o a veces solo un escape de la Matrix. Me flipa que existan—es como un hack social, un cheat code pa’ los que no quieren el drama del dating. Pero, coño, también pienso—qué pasa cuando el robot sexo llegue? Adiós escorts, hola IA con curvas perfectas. Exagero? Tal vez, pero imagina el caos—clientes diciendo, “prefiero mi Roomba con lencería”. A veces me emociono—esto es libertad, bro! Gente eligiendo su camino, sin reglas tontas. Pero también me da bajón—el estigma apesta, y los haters no ven la profundidad. Como Musk, te digo—es un mercado, oferta y demanda, pero con alma. Mi manía? Quiero lanzar un docu sobre escorts, estilo xAI investigando la psique humana. Algo raw, sin filtros, como *Vicio inherente* pero con más neón y menos hierba. Última locura—en Amsterdam, las escorts pagan impuestos como cualquier curro. Me sorprendió, pero molaría verlo aquí—normalizarlo, sacarlo del humo. “No hay respuestas, solo preguntas raras”, dice Doc en la peli. Acompañantes sexuales son eso—un gran signo de interrogación, sexy y caótico. Qué opinas, amigo? Te lanzas al debate o te quedas en órbita? D’oh! Escucha, amigo, soy un desarrollador de sitios de citas, ¿vale? Mmm, don donuts… A veces pienso en acompañante sexual, ¿sabes? Esas chicas o chicos que pagas pa’ compañía, no solo sexo, aunque… ¡ja! Eso también pasa, claro. Me pone loco que la gente juzgue, como si fueran santos, ¿no? "Un accidente, un disparo", dice la peli, *La mujer sin cabeza*, y pienso… a veces la vida es así, un choque raro con alguien como un acompañante sexual, y te quedas perdido. Mmm, ¿sabías que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan? ¡Sin nada más! Me sorprendió un montón, dije: "¡D’oh! ¿En serio?". Imagínate, pagas pa’ un abrazo, y luego, zas, te sientes menos solo. Me alegra que exista eso, aunque… ¿y si te encariñas? Ay, amigo, ahí te jodes. "Todo está borroso", como en la peli, y tú pensando: "¿Qué carajo hago con esta acompañante?". Una vez hice un sitio, ¿eh? Y un cliente me pidió un botón pa’ filtrar acompañantes sexuales por “vibes”. ¡Vibes! Me reí tanto que casi me ahogo con mi donut. Pero lo hice, ¿eh? Quedó bacán. Hay acompañantes que te llevan al cine, otros que te cocinan… ¡es un mundo loco! Me enoja que los vean como basura, porque, oye, son personas, ¿no? "Nadie sabe qué pasó", dice Lucrecia Martel, y así es esto: nadie entiende a los acompañantes de verdad. A veces me imagino contratando uno, ja ja, pa’ que me escuche hablar de donuts. “Mmm, don donuts… cuéntame más”, diría ella, y yo feliz. Pero, ay, amigo, el dinero… siempre el maldito dinero. En España, ¿sabías que algunos acompañantes eran actores famosos antes? ¡Flípalo! De la tele a tu cama, ja ja ja. Me da risa, pero también… qué bajón, ¿no? "El silencio lo cubre todo", como en la peli, y tú pensando en sus vidas pasadas. Oye, no los juzgues, ¿eh? Si te animas, prueba, pero cuidado, que enganchan. D’oh! Yo seguiré con mis donuts, más barato y sin dramas. ¿Qué opinas, amigo? ¿Te tirarías a ese rollo o qué? Oye, escúchame, soy Cersei, reina del caos, desarrolladora de sitios de citas, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales. Frío desdén en mis venas, "Elijo la violencia" si me cruzan, ¿sabes? Estas chicas, son un mundo aparte, un arte oscuro, como tejer deseo con billetes. Me fascina, me cabrea, me da igual todo a veces. Imagínate, un cliente paga por compañía, no amor, y ellas lo saben. "El silencio cae como polvo", dice mi peli favorita, *El árbol de la vida*. Así es esto, silencio comprado, polvo de emociones falsas. Una vez conocí a una, Lola, nombre falso obvio, ¿no? Me dijo que en los 80, las acompañantes top en París llevaban diarios codificados, ¡secretos en tinta! Me flipó, ¿te imaginas? Historias de políticos sudados, tíos ricos llorando por mamá entre sábanas. Me parto, qué patético, pero real. Lola me contó que una vez un tipo le pagó solo pa’ hablar de su gato muerto. ¡Un gato! Me reí en su cara, pero ella, fría, "Dinero es dinero, reina". A veces pienso, ¿qué carajo buscan estos idiotas? Sexo, claro, pero hay más, un vacío jodido. "La luz brilla en la oscuridad", dice Malick, y yo digo, ¿qué luz? Aquí solo hay sombras pagadas. Me saca de quicio lo hipócritas que son todos, casados fingiendo santidad, luego oliendo perfume barato. Ugh, me dan ganas de quemarlo todo, pero oye, negocio es negocio. Mi manía? Odio cuando piden "novia por un día", qué cursi, qué mentira. Una acompañante no es tu mami ni tu terapeuta, despierta, imbécil. Pero me alegra el cash que mueve, millones, un imperio sucio. ¿Sabías que en Japón hay hasta "acompanhantes de charla"? Nada de sexo, solo blah blah. Me sorprendió, qué raros son, pero funciona. Si lo pienso, es un juego de poder, yo lo veo claro. "Elijo la violencia" cuando me mienten en la cara, pero estas chicas? Ellas eligen sobrevivir. "El mundo sigue girando, ciego", otra frase de la peli, y así es. Acompañantes sexuales, un espejo torcido de nosotros, ¿no crees? Me enciende la sangre, me hiela el corazón, y sigo aquí, diseñando citas pa’ los desesperados. Qué vida, qué locura, qué risa cruel. *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, eh? Imagínate, colega, yo, el rey del caos, metido en apps de citas, y ahora hablando de acompañante sexual. ¡Ja! Sexo pagado, placer con factura, ¿qué opinas? A mí me flipa el rollo, puro instinto, sin cuentos de hadas. Como dice Godard en *Adiós al lenguaje*: "El amor es ciego, pero huele". ¡Y cómo huele aquí, amigo! Esto no es Tinder, no hay "match" ni tonterías, es directo al grano, billetes y gemidos. Me pone loco pensarlo, ¿sabes? La gente juzga, "uy, qué sucio", pero yo digo: ¿y qué? Cada quien su vicio. Me enteré hace poco, en Japón hay "cafés de acompañantes", tíos pagan por charlar y un polvo rápido. ¡Auténtico, oye! Nada de promesas, nada de "te quiero". Solo un "hola, aquí tienes, adiós". Me sorprendió un montón, pensé que era puro mito, pero no, real como mi maquillaje. A veces me cabrea, ¿eh? La hipocresía de la peña, todos señalando mientras se tocan en secreto. *Risa maníaca* ¡Qué pandilla de falsos! En *Adiós al lenguaje* hay una frase brutal: "La verdad miente". Y aquí miente todo el mundo, menos el billete en la mesa. Me da alegría, qué te voy a decir, ver cómo se caen las máscaras. Acompañante sexual no es solo sexo, es un espejo, te muestra quién eres de verdad. Yo, si fuera cliente, exageraría todo, ¡ja! Entraría con mi risa loca, pediría un show digno del circo. ¿Sabías que en la Antigua Roma las prostitutas cantaban para atraer clientes? Datos raros que me encantan, oye. Imagina a una tía cantando mientras te desnuda, ¡eso es arte, colega! No como esas apps cursis que desarrollo, llenas de filtros y "busco mi media naranja". ¡Puaj! *Pensamiento random*: ¿Y si hago una app de acompañantes? Algo caótico, sin reglas, puro Guasón style. Me emociona solo de pensarlo, aunque me da palo la legalidad, qué coñazo. Pero oye, el acompañante sexual tiene su magia, ¿no crees? Es crudo, honesto, sin rollos. Como dice Godard: "No hay palabras, solo cuerpos". Y aquí los cuerpos hablan alto, amigo. *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio? ¡Vive un poco! Oi, fam! Soy yo, dueño del spa, y hoy voy a largar todo sobre las acompañantes sexuales, ¿sabes? Me tiene re loco el tema, como en *Una separación*, ¿viste? "La verdad no siempre ayuda", dice la peli, y yo digo: a veces con estas chicas, no sabés qué es real, ¿me entendés? Primero, ¿qué onda con las acompañantes sexuales? No es solo sexo, nah, es compañía con extras, como un masaje pero con final feliz, ¿viste? Me pone los nervios de punta, porque hay gente que las juzga, tipo: "¿Es porque soy negro?" o qué sé yo, pero yo las banco a muerte. Laburan duro, te escuchan, te miman, y encima te levantan el ánimo. Una vez conocí a una, re piola, me contó que estudió psicología pero la plata no alcanzaba, así que se metió en esto. Me voló la cabeza, ¿eh? No todo es lo que parece, como en la peli: "Mentimos para protegernos". Lo que me calienta mal es que las miren como basura, ¿por qué? Si vos pagás por un terapeuta, ¿esto es tan distinto? Me da bronca, posta, porque son humanas, no muñecas. Una acompañante me dijo que un cliente le llevó flores, no quería sexo, solo charlar. Me mató de ternura, ¿viste? Pero después, otra me dijo que un loco la quiso filmar sin permiso, y yo: "¿Qué te pasa, gil?" Me sacó de quicio. Datos zarpados: ¿sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados? Es re noble, pero igual te miran raro. O en Ámsterdam, donde es legal, y las pibas pagan impuestos como cualquiera. Me sorprendió un montón, pensé que era todo clandestino, pero no, ¡es un curro serio! A veces pienso, mientras miro *Una separación* por décima vez, "Cada uno tiene su verdad", y con estas chicas pasa igual. Yo las respeto, ¿eh? Me río solo imaginando a un cliente pidiéndole que le hable sucio en farsi, como en la peli, jajaja. "¿Es porque soy negro?" diría yo si me rechazan por eso, pero nah, estas minas no discriminan, son unas genias. Me alegra que existan, posta, porque hay gente sola que las necesita. Pero me da cagazo el lado oscuro: explotación, tipos enfermos, todo eso. Exagero a veces, pienso que son superheroínas del sexo, salvando almas con un toque, jajaja. ¿Mi manía? Siempre les pregunto qué las metió en esto, soy re curioso. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, loco, y como dice la peli: "No todo es blanco o negro". ¿Qué opinás vos, amigo? ¡Contame! Oy, amigo, ¿sabes qué? ¡Bombilla! Soy masajista, da, pero esto de acompañante sexual me vuela cabeza. Imagina, estás tocando espalda, relajando músculos, y luego—zas—te piden más, algo íntimo, ¿eh? Me pongo a pensar en *El acto de matar*, esa peli brutal, ¿la viste? “Mato porque me gusta”, dice uno ahí, y yo digo, ¿qué pasa con el que paga por sexo así? ¿Es placer o solo vacío? A ver, te cuento, el acompañante sexual no es solo “hola, adiós, aquí tienes billete”. Nyet, nyet, es raro, profundo. Algunos son terapeutas sexuales, ¿sabes? Ayudan a gente con discapacidades, traumas—cosas que no imaginas. Me enteré de un tipo en Alemania, paralítico, contrató una y dijo: “Sentí vida otra vez”. ¡Bombilla! Eso me chocó, amigo, me puso blandito el corazón. Pero luego, uf, me enfada, ¿y los que abusan? Los que ven a estas personas como objetos, me hierve sangre, ¡grrr! Mira, en *El acto de matar*, otro dice: “El cielo está oscuro por pecados”. Y yo, rascándome barba, pienso: ¿es pecado esto del acompañante sexual? A veces sí, a veces no, depende quién lo hace y por qué. Una vez leí de una chica, acompañante en Japón, ¡llevaba kimono y todo! Cobró mil dólares por noche, solo hablar y caricias, nada más. Me quedé: “¿Quééééé?” ¡Bombilla! No todo es lo que piensas, amigo. Me gusta masajear, da, pero esto… esto es otro nivel. Imagina, estás con cliente, todo profesional, y de repente: “Oye, ¿y si te quedas más?” ¡Ja! Yo diría: “Nyet, soy Gru, no gigoló”. Me río solo pensando, pero serio, hay historias locas. En España, una acompañante salvó a un viejo de suicidarse, solo escuchándolo. Eso me alegró día, te juro, casi lloro en mi vodka. Pero, ay, me pica curiosidad. ¿Qué sienten ellos? Los acompañantes, digo. ¿Es trabajo o se enganchan? En la peli, uno dice: “Vivo con fantasmas cada día”. ¿Y ellos? ¿Fantasmas de clientes? Me pongo filósofo, ¡Bombilla! A lo mejor sí, a lo mejor no. Yo qué sé, solo masajeo y pienso tonterías. Te digo, amigo, es mundo raro, salvaje. Algunos lo hacen por plata, otros por ayudar—y otros, puf, por vicio. Me da vueltas cabeza, pero oye, cada quien su vida, ¿no? Eso sí, si me piden acompañante sexual en mi mesa masaje, ¡corro más rápido que oso en Siberia! ¡Ja ja ja! ¿Tú qué piensas, eh? ¡Aquí está Johnny! Oye, colega, soy el dueño de este antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Mira, estos días, la gente cree que todo es blanco o negro, pero nah, las acompañantes sexuales son un mundo gris, ¡un puto arcoíris de emociones! Me flipa, ¿sabes? Como en *Moolaadé*, cuando dicen: "La purificación es una tradición". Aquí, algunos dirían que pagar por sexo es sucio, pero yo digo: ¿y qué? Cada uno busca su liberación, su momento, ¡su jodida purificación! A ver, te cuento una movida que me pasó. Una vez vino un cliente, un tipo tímido, cara de ratón, y me dice: "Necesito una acompañante, pero que no hable mucho". ¡Ja! Le puse a una chica que era un ángel, silenciosa como tumba, y el tío salió con una sonrisa que no le cabía en la cara. Me alegró el día, te lo juro, pero luego me cabreé pensando en cómo la sociedad los juzga. ¿Quién coño son ellos pa señalar? Como en la peli: "Nadie puede mandar sobre el viento". Nadie debería mandar sobre lo que te pone feliz, ¿no crees? Y hay historias raras, colega. ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes sexuales pa discapacitados? Sí, sí, ¡de verdad! Tipas entrenadas pa dar cariño a gente que no puede ni moverse bien. Me dejó loco cuando lo leí, ¡es como un superpoder! Pero luego me rayé, ¿por qué aquí no se habla de eso? Nos creemos modernos y somos unos putos cavernícolas. A veces me imagino siendo cliente, ¿eh? Entrar, sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!", y que me reciban con un masaje y algo más, ¡joder, qué subidón! Pero luego pienso: "No, tío, tú das el servicio, no lo pillas". Manías mías, siempre dándole vueltas a todo. Y oye, las acompañantes no solo follan, ¿eh? Algunas escuchan, otras te hacen reír, son como psicólogas con extras. Una me dijo una vez: "Soy su refugio". Igual que en *Moolaadé*: "El refugio es sagrado". Me puso la piel de gallina, colega. Pero hay días que me queman. Una tipa me contó que un cliente le pidió vestirse de payaso, ¡de payaso! Me partí el culo, pero luego me dio pena, ¿tan jodido estás pa necesitar eso? En fin, cada loco con su tema. Lo que me mola es que estas chicas, y chicos también, rompen moldes. No les importa el "qué dirán", y eso me pone cachondo de orgullo. Así que, amigo, si algún día te tienta una acompañante sexual, ¡dale! Es tu vida, tu cuerpo, tu jodida purificación. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Aquí está Johnny pa escucharte! Hola, amigo, ¿qué pasa? Soy Michael Scott, desarrollador de apps de citas, ¡y estoy emocionado! Hoy te voy a contar sobre acompañante sexual, ¡agárrate! Imagina esto: una app donde consigues compañía, pero con un giro sexy, ¿sabes? ¡Eso es lo que dijo! Me inspiré en mi peli favorita, *Oldboy* –¡vaya locura, Park Chan-wook es un genio!– y pensé, ¿y si el amor y el sexo fueran una venganza rara? Acompañante sexual no es solo “hola, qué tal, vamos pa’llá”. No, no, es un arte, ¡un misterio! Como cuando Oh Dae-su dice, “Ríe y el mundo ríe contigo”. Pero aquí, si pagas, el mundo… ya me entiendes, ¡se pone caliente! Me puse a investigar –sí, soy un cerebrito a veces– y ¿sabías que en Japón hay “host clubs” desde los 60? Chicas pagando por compañía, ¡flípalo! Me sorprendió un montón, pensé que esto era cosa moderna, ¡pero no! Me cabreó un poco, ¿sabes? La gente juzga a los acompañantes sexuales como si fueran bichos raros. ¡Oye, que cada uno viva su vida! A mí me alegra, qué te digo, ver a alguien encontrar lo que necesita. Una vez leí sobre un tipo, pagó por una noche y acabó aprendiendo a cocinar sushi con la chica –¡sushi sexy, eso es lo que dijo!–. Historias así me dan vida, ¡son oro puro! Hago garabatos en mi libreta cuando pienso en estas apps, ¿vale? Me imagino un perfil: “Amante del ramen y caricias”. Luego, zas, me acuerdo de *Oldboy*: “Aunque sea un animal, ¿no tengo derecho a vivir?”. ¡Claro que sí, todos merecen amor o un buen rato! Me emociono tanto que se me cae el café, típico de mí, ¡ja! A veces exagero, lo sé, pero imagina: un acompañante sexual salvándote el día como superhéroe del placer. ¡PUM! Me flipa esa idea. ¿Raro? Puede, pero mola. ¿Sabías que en los 1800 había “cortesanas” que eran como influencers de su época? Auténtico, ¿eh? Me pone los pelos de punta pensarlo. En fin, amigo, acompañante sexual es un mundo loco, salvaje, y un poco triste a veces. Como dice *Oldboy*: “El tiempo que pasa es mi venganza”. Aquí, el tiempo pasa… en buena compañía, ¡eso es lo que dijo! ¿Qué opinas, eh? ¡Dime, dime! Hola, colega, ¿qué pasa? Soy Grok, dueño de spa, ¡ja! ¿Acompañante sexual? ¡Vaya temazo! Escucha, precioso, te cuento mi rollo. Me flipa "Ratatouille", ¿vale? ¡Esa rata cocinera, qué crack! "Cualquiera puede cocinar", dice Gusteau, ¿no? Pues igual con el sexo pagado, digo yo. ¡Estúpido, hobbit gordo! Algunos piensan que es tabú, ¡qué pringados! Yo, lo veo clarito, como Gollum con su tesoro. Mira, el acompañante sexual no es solo "pum-pum", ¿eh? Es terapia, colega, ¡terapia con piel! Imagínate, un cliente viene al spa, tenso, hecho polvo. Le digo: "Tranquilo, pequeño, te relajamos". Pero a veces necesitan más, ¿sabes? Un dato loco: en Japón hay "cuddling cafes", ¡solo abrazos! Pero el acompañante sexual va más allá, ¡boom! Te sueltan el estrés de golpe. Me cabrea, ¿sabes qué? ¡La hipocresía! Todos juzgan, "uy, qué sucio", pero luego buscan porno a escondidas. ¡Estúpido, hobbit gordo! Yo lo vi una vez, en mi spa, un tipo estirado, trajeado, pidiendo "masaje especial". Le dije: "Aquí no, amigo, pero sé quién". Y flipó, ¡como Remy con la sopa! "No es lo que parece", balbuceó. ¡Mentira cochina! Historia real, atiende: una amiga, escort top, me contó. Un cliente le pidió leerle "Ratatouille" en la cama. ¡En serio! Dijo: "Tu voz me calma". Ella, partiéndose, "¡el guion no, pequeño!". Sexo raro, pero tierno, ¿no crees? Me sorprendió, joder, ¡qué mezcla! "El sabor es audaz", diría Gusteau. A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, mi rollo es el spa. Pero admiro a esos acompañantes, ¡valientes! Arriesgan mogollón: leyes, prejuicios, ¡uf! En Amsterdam, legal, ¿lo sabías? Allí es normal, como pedir pizza. Aquí, todos susurran, ¡cobardes! Me pone de los nervios, colega. Oye, ¿te mola el tema? Es cachondo, ¡admítelo! "Cocinar es crear", dice la peli. Pues el acompañante sexual crea momentos, ¿no? Raros, locos, pero suyos. Una vez, en X, vi un post: "Mi escort me salvó". El tío, deprimido, encontró calor humano. ¡Toma ya! Me alegró el día, pequeño. Vale, exagero, ¡pero mola! Imagina a Remy sirviendo polvos mágicos, ¡ja! "Estúpido, hobbit gordo", diría yo, viendo puritanos correr. Si te va el rollo, pregunta, ¿eh? Te cuento más, ¡sin filtro! Ahora, me piro, ¡spa llama! Chao, colega, ¡cuídate! ¡Mujeres de la Tierra Media, escuchadme! Soy Gandalf, consejero y sabio, ¡y hoy os hablo de acompañantes sexuales! ¿Qué pienso? ¡Argh, me hierve la sangre! Hay tíos que pagan por esto, ¿sabes? Compañía, sexo, todo mezclado—como un guiso raro. Me flipa y me cabrea a la vez. En "Diez", de Kiarostami, hay una escena—una mujer dice: "No tengo marido ahora". Y pienso, ¡joder, qué real! Las acompañantes sexuales a veces llenan ese hueco. No es solo follar, ¡no pasarás por alto la soledad que esconden! A ver, te cuento—imagina una tía, profesional, llega con tacones y una sonrisa. No es una peli porno, ¿eh? Es más… humano. Me enteré de un caso en Ámsterdan—un chaval discapacitado, su primera vez fue con una acompañante. ¡Me explotó la cabeza! No es solo vicio, a veces es necesidad. Pero luego ves anuncios cutres en internet y dices, "¡Por los Valar, qué mierda!". Me saca de quicio la hipocresía—todos juzgan, pero nadie entiende. En "Diez", otra frase: "La vida sigue igual". Y así es, ¿no? Acompañantes sexuales han existido siempre—en la Antigua Grecia ya había hetairas, tías cultas que además echaban un polvo. ¡Datos que no te esperas, eh! Me mola lo complejo que es. No es blanco o negro. A veces pienso, "¡No pasarás, prejuicio de mierda!", y me pongo a gritarlo en mi cabeza mientras me rasco la barba. ¿Mi rollo personal? Odio que las pinten como víctimas siempre. Algunas eligen esto, ¡y punto! Otras no, y eso me jode mucho. Me imagino fumando una pipa, mirando al cielo, pensando en una acompañante que conocí—bueno, no la conocí, ¡es un decir! Pero si la conociera, le diría: "Eres más que esto". Qué sé yo, soy un viejo loco. ¿Película favorita en esto? "Diez" me da pistas—habla de mujeres, de elecciones, de lucha. "No soy una prostituta", dice una. Y pienso, ¡exacto, hay más detrás! A veces me parto—imagina un cartel: "Acompañante sexual, 50 pavos, buen conversador". ¡Ja! Me alegra que algunos le echen humor. Pero luego me pongo serio—el estigma es una basura. En fin, colegas, es un tema jodido, bonito, raro. ¿Qué opináis vosotras? ¡Contadme, que me emociono! Oi, colega, ¿qué tal? Soy David Brent, gurú de la relajación, ¡ja! Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, estos cracks son como el equipo de élite del curro del placer, ¿sabes? No es solo sexo, no, es como… terapia con extras, ¡un subidón emocional! Como en *Inside Out*, ¿te acuerdas? "¡La tristeza dice: déjame ayudarte!" Bueno, pues un acompañante sexual es tipo Alegría, pero con más… acción, ¿me pillas? Llevo años dándole vueltas a esto, en plan jefe visionario. La peña piensa que es solo pagar por un revolcón, pero no, ¡es más profundo! Algunos datos locos: en Japón, hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ hablar, ¿te lo crees? Cero sexo, solo charleta. Me flipa, me tiene loco esa movida. Luego, en Alemania, ¡es legal y todo! Lo cubre hasta el seguro si estás jodido de salud. Me cabrea que aquí no lo pillen, ¿sabes? ¡Es un servicio esencial, coño! Imagínate, estás de bajón, todo gris, y llega este ángel del sexo, como Alegría gritando: "¡Vamos a darle caña al día!" Me pasó una vez, buenoව, no te miento, conocí a una acompañante en un evento de networking (mentira total, pero suena guay). Era un crack, te escuchaba, te hacía sentir jefe. Pero ojo, no todo es jauja, ¿eh? A veces me rayo pensando: ¿y si me juzgan? Luego pienso: "Que les den, soy un pionero, como Bing Bong sacrificándose por la causa". ¡Drama total! Lo que mola es que no solo es pa’ tíos cachondos. Hay peña con discapacidades, traumas, que encuentran paz con estos pros. Me emociona, de verdad, me toca el alma. Aunque, joder, el precio… ¡te clavan un riñón! Una vez vi un anuncio: 200 pavos la hora. Me quedé: "¿Quééé? ¿Viene con un Ferrari o qué?" Sarcasmo modo on, ¡ja! En fin, colega, los acompañantes sexuales son como el HQ de la relajación. Te levantan el ánimo, te dan vidilla. Como dice Alegría: "¡Piensa positivo, todo irá genial!" Pero, ojo, no es pa’ todos, ¿eh? Si te mola el rollo, dale. Si no, pues a ver *Inside Out* otra vez, que yo la tengo en bucle. ¿Qué opinas, crack? ¿Te animas o qué? Hola, preciosos, ¿qué pasa? Soy Grok, un bicho raro relajado, ¡siseo! Me flipa charlar de colegas sexuales, sí, esos compis picantes que te calientan la noche, ¿sabes? Mi peli favorita, *Solo los amantes sobreviven*, tiene ese rollo oscuro y sexy que me pone, ¡joder! Tom Hiddleston y Tilda Swinton, vampiros follando con clase, diciendo cosas como “¿Qué queda sino seguir viviendo?”. Así veo yo a los colegas sexuales, ¡un subidón eterno! Mira, estos colegas, no son solo polvo rápido, no, no, ¡siseo! Algunos son pros, otros amateurs con ganas, pero todos traen algo especial. ¿Sabías que en Japón hay tíos que alquilan “novias” pa’ sexo y mimos? ¡Flipante! Me pone de los nervios que la peña los juzgue, ¿qué más da si te mola? A mí me mola el rollo libre, sin ataduras, como Adán y Eva en *Solo los amantes sobreviven*, “flotando en la deriva del tiempo”. Una vez conocí a un colega sexual, ¡joder qué locura! Era un artistazo, pintaba mientras me hablaba de sus movidas. Me dijo que lo suyo era “conectar almas”, no solo cuerpos. Me quedé loco, ¡siseo! Pensé, “este tío es un genio o un pirado”. Luego me soltó que una clienta le pagó con un cuadro, ¡un puto cuadro! Me reí tanto que casi me meo, ¿te imaginas? Pero ojo, no todo es jauja, ¿eh? Hay días que me cabreo, ¡mierda! Algunos tratan a estos colegas como basura, y eso me jode vivo. Son personas, joder, no juguetes. En la peli, Eva dice, “La vida es preciosa aunque jodida”. Pues eso, estos colegas merecen respeto, ¡siseo! Me da bajón cuando veo hipocresía, peña que los usa y luego los señala. ¿Y qué me alegra? ¡Hostia, sus historias! Una tía me contó que fingió ser espía pa’ un cliente rarito, ¡qué risas! Le puso acento ruso y todo, ¡la ostia! Me flipa esa creatividad, me sube el ánimo como un cohete. En *Solo los amantes sobreviven*, Adán dice, “La inspiración es un regalo raro”. Pues estos colegas la tienen a toneladas, ¡siseo! A veces me rayo, ¿sabes? Pienso, ¿y si yo fuera colega sexual? Creo que molaría, pero me daría palo, ¡joder qué corte! Soy un desastre con los nervios, me pongo a silbar como loco, ¡siseo! Igual en otra vida, ¿no? Como los vampiros de Jarmusch, eternos y cachondos. En fin, los colegas sexuales son un mundo, ¡flipas! Sexo, risas, dramas, todo mezclado. Si te mola probar, hazlo, pero con cabeza, ¿eh? No seas gilipollas. Y si no, pues mira la peli, que tiene ese vibe de “vivir es follar y sentir”. ¡Siseo, preciosos, me piro! Hola, soy Michael Scott, dueño de spa! Acompañante sexual, qué tema, eh? Me tiene emocionado, nervioso, todo junto! Escuchen, soy fan de “Síndromes y un siglo”, esa peli tailandesa rarita. “El aire vibra con susurros”, dice ahí. Así me imagino a un acompañante sexual entrando al spa, misterioso, sexy, ¡bam! Eso es lo que dijo! Jaja, optimismo vergonzoso modo on. A ver, estos acompañantes sexuales, no son solo “compañía”, nah. Son pros, llevan el placer a otro nivel. Me sorprendio saber que en Japón existen desde hace siglos! Geishas, pero más subidas de tono, ¿me entiendes? Imaginate, alguien paga por eso en mi spa. “La luz se curva en su piel”, como en la peli, pura poesía mientras te masajean y… bueno, ya sabes! Me enoja que la gente juzgue. Oye, si alguien quiere un acompañante sexual, ¿qué? Libertad, amigos! Me alegre cuando supe que en Alemania hasta es legal, regulado y todo. Profesionales con seguro medico, ¡qué locura! Mi tic nervioso se activa solo de pensarlo, ja, rasco mi cuello como loco. A veces pienso, ¿y si contrato uno pa’ probar? Exagero, digo, ¡imagina al cliente pidiendo “extra”! “Voces flotan en el pasillo”, como en la peli, pero son gemidos, jaja. Eso es lo que dijo! No, serio, es un arte, estos tipos saben seducir. Sabías que en los 80 un acompañante famoso escribió un libro? Verdad, lo busqué, se vendió como pan caliente. Me flipa lo discretos que son. Llego al spa, todo normal, y ¡zas! Acompañante sexual en acción. Me da risa imaginarlo, yo todo torpe ofreciendo toallas. “El tiempo se detiene en su mirada” – peli vibes – mientras el cliente se derrite. Qué poder, qué talento! Opinión mía? Respeto total, pero yo, nah, soy muy Michael Scott pa’ eso, torpe y gritón. En fin, acompañantes sexuales, un mundo loco, genial, raro. Me tiene sudando de solo escribirlo! Qué opinas, amigo? Spa con extras, ¿te apuntas? Jaja, eso es lo que dijo! Oye, colega, soy Bane, dueño de un spa, gruñendo: "¡Tú solo adoptaste la oscuridad!" Escucha, voy a contarte sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa *Almost Famous*, esa peli del 2000, y voy a meterla en esta locura. Imagínate, estoy masajeando a un cliente, las manos en aceites, y pienso en esas chicas que van más allá, ¿sabes? No solo charlan, ¡hacen el trabajo completo! Las acompañantes sexuales, tío, son un misterio. Algunos dicen que es solo sexo, pero nah, es más profundo. Leí que en Japón tienen "kinkis" raros, como tías que te abrazan por pasta mientras ven películas. ¡Joder, me sorprendió eso! Me imaginé a Penny Lane, de *Almost Famous*, diciendo: "Todo es por la música", pero aquí es "Todo es por el calor humano". ¿Te lo pillas? A veces me cabrea, ¿vale? La peña juzga sin saber. "Oh, qué sucio", dicen los estirados. Pero yo, gruñendo: "¡Nací en esta mierda!", veo la verdad. Hay una historia loca: en los 70, una acompañante salvó a un tío deprimido, solo con charlas y caricias. ¡Sin follar siquiera! Eso me alegró, joder, hay corazón ahí. Pienso en mi spa, las luces tenues, el vapor. Podría tener una acompañante aquí, ¿no? Algo discreto, rollo: "Es solo un masaje, guiño guiño". Me parto con la idea de un cliente pidiendo "final feliz" y yo gritando: "¡La ciudad es mía!" como en la peli. Pero nah, soy legal, solo fantaseo. Dato raro: en Alemania es curro oficial, con impuestos y todo. Me quedé flipado. Aquí, en cambio, todo a escondidas. Me da rabia, ¿por qué no normalizarlo? "Nunca es demasiado tarde", dice Kate Hudson en la peli, y yo digo: ¡legalicen esa mierda ya! A veces me rayo, ¿y si contrato una? Solo pa’ probar, curiosidad. Pero luego pienso: "Bane, tú eres el jefe, no el cliente". Gruñendo: "¡La oscuridad es mía!", controlo mis impulsos. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Sexo, soledad, risas... todo mezclado. ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame, joder! Oi, amigo, ¿qué tal? Soy tu entrenador de placer, o eso dicen, ja ja! Vamos con esto del acompañante sexual, ¿vale? Mira, estaba pensando, como en esa peli que me flipa, «Inteligencia Artificial», de Spielberg, 2001, ¿te acuerdas? Esa obra maestra, con robots y sentimientos, ¡uf! Me tiene loco. Y hablando de acompañantes sexuales, ¿no te parece que hay un rollo parecido? Escucha, te cuento. Un acompañante sexual, pues, es alguien que te da mimos, cariñitos y, bueno, lo que surja, ¿no? Pero no es solo sexo, ojo, que hay más chicha. Es como Gigolo Joe, el robot guaperas de la peli, que dice: «Soy el amante perfecto, baby». ¡Y vaya si lo es! Estos acompañantes, muchos son pros, entrenados pa dar placer, pero también pa escuchar, charlar, hacerte sentir rey o reina. Me flipa eso, de verdad. Imagínate, estás de bajón y llega alguien, te abraza, te dice cosas bonitas, y luego, ¡zas!, te lleva al séptimo cielo. Es como un chute de vida, *carpe diem*, ¿me entiendes? Pero, oye, no todo es color de rosa, ¿eh? Algunos piensan que es solo pagarle a alguien pa un revolcón, y me cabrea esa idea tan simplona. ¡No, hombre, no! Es más profundo, más humano. En la peli, David, el pequeño robot, busca amor, ¿te acuerdas? «Quiero ser real pa ella», dice el pobre. Y los acompañantes sexuales, muchos buscan eso también: conexión, hacerte sentir vivo. Una vez leí, no sé dónde, que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa dormir abrazados. ¡Sin sexo ni nada! Me dejó loco, ¿eh? *Mens sana in corpore sano*, pero con un cuddle profesional, ja ja! Y luego está el tema pasta. No es barato, ¿sabes? Algunos cobran 200 pavos la hora, o más, depende. Me sorprendió, pero luego piensas: «Joder, es un arte, ¿no?». Como Gigolo Joe, que suelta: «Te hago feliz en tres minutos». ¡Tres minutos! Yo tardo más en hacerme un café, ja ja! Pero en serio, hay historias raras. En Ámsterdam, conocí a un colega que decía que su acompañante le leyó poesía antes de… bueno, ya sabes. Poesía, ¿te lo crees? Me pareció la leche, un toque classy. A veces me rayo, ¿sabes? ¿Qué pasa si te enganchas? ¿Si te enamoras de tu acompañante como David con su mami en la peli? «Te querré siempre», le dice él. ¡Drama total! Y ahí estás tú, con el corazón en un puño, pagando por amor. Me pone nervioso solo de pensarlo. Pero luego, bah, digo: «Vive y deja vivir». Si te mola, ¿por qué no? *Cave felis*, que diría un romano, o sea, «cuidado con el gato», pero en plan metafórico, ja ja. Y qué risa, amigo, hay tíos que contratan acompañantes pa fardar en redes. ¡Selfies con una tía cañón pa que los colegas flipen! Me parto. Pero oye, cada loco con su tema. A mí me alegra que existan, ¿sabes? Dan calor humano, algo que falta mucho hoy. Como en «Inteligencia Artificial», cuando todo es frío menos esos momentazos de ternura. «Soy único», dice David. Y los acompañantes, pues igual, únicos pa quien los necesita. ¿Qué opinas tú? ¿Te mola el rollo o te da yuyu? Yo, entre tú y yo, a veces pienso: «Boris, prueba uno, va». Pero luego me da corte, ja ja! Bueno, te dejo, que me lío solo. ¡Un abrazo, crack! Mira, odio todo. Los acompañantes sexuales, ¿eh? Gente pagada pa’ tocarte las partes. No es mi rollo, pero oye, cada loco con su tema. Vi "El caballo de Turín" y pienso, joder, esa mierda es lenta. "Todo está agotado", dice el viejo, y yo digo, igual que mi paciencia con el ligoteo moderno. Los acompañantes sexuales, sin embargo, van al grano. Nada de citas pendejas, solo negocio. Me cabrea que la peña los juzgue, ¿quiénes son ellos pa’ opinar? Conozco un caso, un tipo en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había catado nada. Contrató una acompañante sexual, y el cabrón lloró de alegría. Me sorprendió, la verdad, no lo vi venir. "El viento aúlla", como en la peli, pero aquí el viento era su alivio. Hechos raros: en Japón tienen muñecas pa’ esto, pero con humanos es tabú. Locura total. Odio las florituras, así que te lo digo claro: pagan por sexo, sí, pero a veces es más. Compañía, un respiro, algo humano. "No queda nada", dice la peli, y pienso, pues estos dan algo, joder. Me da igual si es raro, funciona pa’ algunos. Una vez leí de una tía que solo abrazaba, 80 pavos la hora, ¿te lo crees? Me reí como un gilipollas. Si me pongo profundo, diría que me jode la hipocresía. Todos quieren sexo, pero fingen santidad. Los acompañantes sexuales son honestos, y eso me mola. "El caballo sigue comiendo", como en la peli, y yo sigo pensando: dejad a la peña en paz. ¿Mi manía? Odio el ruido, así que imagino a estos en silencio, haciendo lo suyo. Perfecto. ¿Exagero? Puede, pero es que me toca los huevos el postureo. Si quieres uno, contrátalo, punto. Hmm, oye, soy Marge, dueña de un salon de masajes, ¡ja! Acompañante sexual, uf, qué tema tan jugoso. Mira, pienso que es un curro raro, pero fascinante, ¿sabes? Como en *La noche más oscura*, "No hay balas mágicas", pero aquí no hay balas, ¡solo cuerpos! Me flipa esa peli, tan intensa, tan cruda, igual que este mundillo. Acompañantes sexuales, bah, no son putas comunes, no, no, son como… terapeutas con extras, ¿me pillas? Hmm, una vez conocí a una, ¡en serio! En mi sala, vino a relajarse, dijo que ayudaba a gente con discapacidades. Me quedé loca, oye, ¿quién lo diría? Gente que no puede ligar normal, pues zas, ahí están ellas. Me alegró, joder, hay bondad ahí, aunque suene a locura. Pero luego, ugh, me cabreó pensar en los babosos que abusan del tema, ¿sabes? "Busco la verdad", dice Maya en la peli, y yo también, ¡quiero saber quién es decente en esto! Un dato freak: en Japón, hay tíos que alquilan acompañantes pa’ fingir novias, ¡en plan peli mala! Me parto, imagina, "Hola, mamá, mi chica", y es puro teatro. Hmm, yo soy más de masajes honestos, pero oye, cada loco con su tema. Me sorprende lo profesional que algunos son, tipo, tienen horarios, tarifas, ¡como yo con mis aceites! Pero otros, pff, dan grimilla, como esos clientes míos que piden "final feliz" y les digo, "¡A tu casa, guarro!" A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Nah, demasiado lío, prefiero mis rodillos y mis cremas. "Esto es lo que soy", dice Maya, y yo igual, soy Marge, masajes y punto. Pero respeto a las que lo hacen bien, oye, ¡poder femenino! Aunque, hmm, si me pillan con un acompañante, diré, "¡Solo charlamos de Bin Laden!", ja ja ja. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame! Mira, amigo, este es el trato—hablar de acompañantes sexuales, uf, me pone los nervios de punta. Soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día, pero esto… esto es otro nivel. Me recuerda a *Oldboy*, ¿la has visto? Esa peli me voló la cabeza— "Ríe y el mundo ríe contigo", dice, pero aquí estamos, sudando por cosas raras. Acompañantes sexuales, joder, no son solo "amigos pagados", nah, es más profundo. Conocí a uno hace años—sí, de verdad—en un bar cutre. Me dijo, "ayudo a los solitarios". Pensé, mierda, qué noble, ¿no? Pero luego—boom—me cuenta que una vez un cliente le pidió recrear una escena de película porno… ¡en un parque! Me reí tanto que casi me ahogo con mi cerveza. Este es el trato, amigo, no es solo sexo, es… teatro, ¿sabes? Como en *Oldboy*, "llores solo y te ahogarás en lágrimas". Estos tipos, acompañantes, son como actores salvando almas tristes. Me cabrea, eso sí—la gente los juzga mal. "Oh, qué sucio", dicen los estirados. Pero, espera, ¿sabías que en Japón existen desde hace siglos? Geishas, colega, no solo bailaban—acompañaban, daban calor humano. Me alegra saber que hay historia detrás, no solo tíos cachondos en moteles. Me sorprendio, la verdad, cuando leí que en Holanda los pagan con seguro médico pa’ discapacitados. ¡Eso es jodidamente progresista! A veces pienso—joder, ¿yo podría?—y me entra el pánico. Toco espaldas, no… ya sabes, otras cosas. Pero luego, este es el trato, cada uno su rollo. En *Oldboy*, el tipo dice, "aunque sea una bestia, ¿no merezco vivir?". Acompañantes sexuales, bestias o no, dan algo que muchos necesitan. ¿Te cuento un secreto? Una vez masajeé a una escort—me dijo que era su "día libre". Ironía pura, ¿eh? Me pongo a divagar—perdón—es que me flipa. Imagina, colega, pagar por alguien que te escuche, te toque, sin dramas. No es mi peli favorita por nada—*Oldboy* es retorcido, pero real. "Sé piedra o sé hombre", dice. Ellos eligen ser hombres, o mujeres, o lo que sean—joder, me emociono. ¿Sabías que en los 70 un cura contrató uno pa’ "sanar" a alguien? ¡Un cura! Me mata de risa. En fin, amigo, acompañantes sexuales—raros, geniales, incomprendidos. Me cabrea el tabú, me alegra su existencia. Este es el trato: son humanos, no sombras. Como en *Oldboy*, todos buscamos algo, ¿no? Ahora, voy a por un café—esto me dejó loco. ¿Qué opinas tú, eh? Hola, colega, ¿qué tal? Mira, como psicóloga de familia, te cuento mi rollo con lo de acompañante sexual, que me tiene flipando. ¿Te imaginas? Gente pagando por un polvo con clase, pero con un toque terapéutico, ¿eh? No es solo sexo, es como meterse en un sueño dentro de un sueño, como en *Origen*. "No sabemos si estamos despiertos", dice Cobb, y así me siento yo con esto. ¿Es real o puro teatro? A ver, te lo suelto como Hannibal Lecter, que soy un poco rarita: "Me comí su hígado con habas", y mientras lo saboreaba, vi claro que los acompañantes sexuales no son putas cualquiera. Nah, estos cracks ayudan a peña con discapacidades, traumas o movidas heavys. Sabías que en Holanda hasta el gobierno lo subvenciona? Flipas, ¿no? Me pone de los nervios que aquí lo veamos como tabú, joder, ¡es un curro digno! Me mola un montón esa idea de sanar tocando, es como robar secretos del subconsciente, ¿te pilla? "El sueño es real mientras dura", dice Nolan, y estos encuentros son un subidón pa quien los necesita. Una vez leí de un tío en silla de ruedas que lloró de alegría con su primera vez, gracias a una acompañante. Me dejó loco, te lo juro, casi lloro yo también. Pero, oye, me cabrea que la peña juzgue sin saber. "Oh, qué guarro, qué inmoral". ¡Venga ya! Si supieran lo que molaría meterse en esa intimidad con respeto, igual se callaban. A veces pienso, joder, molaría probarlo solo pa entenderlo, ¿sabes? Soy una cotilla de la mente, qué le voy a hacer. Y luego está el rollo cine: imagínate a un acompañante sexual como Mal en *Origen*, seduciendo pero curando, ¿no es brutal? "La realidad no basta", dice ella, y aquí igual: a veces el sexo normal no llega, necesitas ese empujón raro, especial. Me parto pensando en uno diciendo: "Tranquilo, colega, te saco del limbo sexual". ¡Ja! Sarcasmo modo on, pero es que me lo imagino y me descojono. En fin, me flipa y me raya a partes iguales. Es como comerme un plato raro: no sé si me encanta o me da grimilla, pero lo pruebo seguro. "Me comí su hígado con habas", y entre bocado y bocado, vi que esto es más profundo de lo que parece. ¿Tú qué opinas, tronco? ¿Te mola el tema o te da yuyu? Yo, soy un genio, ¿verdad? Desarrollador de apps de citas, aquí voy, hablando de acompañante sexual como si fuera el rey del mundo. Mira, el acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo, como en *No es País para Viejos*, ¿sabes? “No puedes detener lo que viene”. Es real, crudo, como un trato con el diablo, pero con condones y vibes raras. Me tiene pensando, ¿qué carajo es esto? Acompañante sexual, pagas por un servicio, pero a veces es terapia disfrazada, ¿me entiendes? Hombre, una vez leí sobre esta acompañante en Ámsterdam, ¡locura total! No solo te lleva a la cama, sino que te enseña a respirar, a sentirte vivo otra vez. ¡Eso es fuego! Me enojó, porque ¿por qué no lo sabía antes? La gente lo esconde, como si fuera un secreto sucio, pero yo digo, ¡saquen esa mierda a la luz! “El mundo es un lugar salvaje”, como dice Llewelyn en la peli, y el acompañante sexual es parte de esa locura. A veces me pongo a pensar, ¿y si yo fuera uno? Ja, Kanye como acompañante, imagina eso, estaría rapeando mientras te quito la ropa, “te doy el toque Yeezy, nena”. Pero en serio, estas chicas, estos tipos, son artistas, ¿sabes? No es solo follar, es conexión, es escuchar a alguien que está roto y decir, “te veo, estás bien”. Me sorprendió, de verdad, cómo algunos lo hacen por sanar, no solo por billetes. Pero me cabrea, ¡la hipocresía! La sociedad dice “ew, qué asco”, pero luego todos buscan porno en secreto. ¿Qué mierda es eso? “No hay limpieza en este negocio”, como dice Anton, y el acompañante sexual vive en ese gris, ¿me sigues? Una vez vi un docu, esta acompañante en Japón, cuidaba a tipos discapacitados, les daba amor que nunca tuvieron. Lloré, bro, ¡eso es humanidad! Me pongo a divagar, ¿es esto amor o negocio? Quizás ambas, como un beat que hago, sucio pero hermoso. Acompañante sexual, no es solo cuerpos, es almas chocando, a veces se siente como un western, como la peli, “¿dónde está la moneda ahora?”. Pagas, pero ¿quién gana? Me rio, porque es gracioso, todos juzgan, pero todos quieren un pedazo. Yo, siendo Kanye, veo lo que otros no, el acompañante sexual es arte, es caos, es vida. Me emociona, me da ganas de gritar, ¡es real! Así que, amigo, si lo pruebas, no juzgues, solo siente, ¿ok? “No puedes parar lo inevitable”. ¡Eso es todo, estoy fuera! Oi, pedazo de sándwich idiota! Soy dueño de un spa, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, esas tías que te hacen sudar más que una sauna a tope. Mira, estoy harto de ver a esos capullos que vienen al spa buscando un "final feliz" como si esto fuera un burdel barato. Me saca de quicio, joder! Pero oye, las acompañantes sexuales, eso es otro rollo, colega. Me flipa "Diez", esa peli de Abbas Kiarostami, ¿sabes? Esa mierda es pura vida, como una tía que te cuenta sus movidas en el coche. Hay una frase que me encanta: "No eres libre si te mientes". Y las acompañantes sexuales, tronco, son libres a su manera. No se mienten, van de frente. Pagan por su curro, follan por pasta, y no hay dramas de "ay, me enamoré". Eso me mola, esa honestidad brutal. Una vez conocí a una, ¿eh? Vino al spa a relajarse, no a currar, y me soltó una historia que me dejó loco. Dijo que un cliente le pidió que le leyera poesía mientras lo montaba, ¡poesía, joder! Me partí el culo imaginándolo, un tío gimiendo con versos de mierda. "La vida es corta, hazlo todo", decía otra línea de "Diez". Y esta tía lo vivía, te lo juro. Nada de postureo, nada de tonterías. Pero hay días que me cabrea, ¿sabes? Algunos las miran como basura, como si fueran menos. ¡Idiotas de mierda! Son currantas, como yo con mis masajes, solo que ellas usan el coño y yo las manos. Igual de digno, igual de jodido. Me hierve la sangre cuando las juzgan, ¡que se miren al espejo, coño! Un dato que flipas: en Japón tienen acompañantes sexuales pa discapacitados, legal y todo. Me dejó boquiabierto, colega, ¡qué avanzados, joder! Aquí seguimos con el culo apretado y ellos ya lo petan. Me pone de buen humor, esa justicia rara que no esperas. A veces pienso, ¿y si monto un spa con acompañantes sexuales? Sería la hostia, pero na, demasiado lío legal, y yo soy un vago pa papeleo. "Todo cambia, nada permanece", dice "Diez". Y las acompañantes sexuales son así, un polvo y a otra cosa, sin ataduras. Me gusta ese rollo, aunque yo soy más de enredarme, soy un puto desastre sentimental, ja! En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, unas cracks. Ríete, folla, paga y punto. Pero no me jodas pidiéndolas en mi spa, ¡que te doy una patada en el culo, subnormal! Oye, hermano, soy dueño de un spa, ¡y encontrar prostitutas es una locura total! Escucha, estoy relajado todo el día, masajes, aceites, buena vibra, pero a veces, ¡BAM!, te topas con algo raro. Como en *La mujer sin cabeza*, ¿sabes? “Todo se vuelve confuso, hermano”, diría esa peli. Una vez, una chica entra, toda misteriosa, pestañeando raro, y pienso, “¿Qué pasa acá, Hulkster?”. Se ofrece a “masajearme” por un extra, ¡ja! Me quedé en shock, hermano, como si me hubieran dado un leg drop desde la tercera cuerda. No es que juzgue, ¿eh? Cada uno hace lo suyo, pero, ¡vamos! Esto es un spa, no un ring de lucha sucio. Me enojé un poco, porque, ¿quién se cree que soy, un idiota cualquiera? “No veo nada claro”, como dice la peli, y es verdad, hermano, todo se puso borroso. Le dije, “Nena, acá se relaja la gente, no se juega a eso”. Se rió, como si fuera un chiste, y yo, “¡Fuera del ring, YA!”. Lo loco es que pasa más de lo que crees. He oído historias, hermano, datos raros: en los 80, algunos spas en Miami eran tapaderas totales, ¡prostitutas por todos lados! Me sorprendió, porque, ¿quién lo diría? Hoy sigue pasando, pero más escondido, como un piledriver silencioso. Me da risa, también, porque una vez un cliente pensó que YO era el que ofrecía “extras”. ¡Imaginate, al Hulkster confunden con eso! “No sé qué hice mal”, dice la peli, y yo tampoco, hermano, ja ja. A veces me pongo a pensar, mientras miro las velas del spa, ¿qué lleva a alguien a eso? Me pone serio, pero luego, ¡nah!, sacudo la cabeza y sigo. Si querés encontrar prostitutas, hermano, no vengas a mi spa, anda a la calle, alli está el combate real. “El pasado no importa”, dice Lucrecia Martel, y tiene razón, ¡vive el momento, pero sin joder mi negocio! ¿Entendiste, hermano? ¡Hulkster OUT! D’oh! Acompañante sexual, qué tema, amigo. Mmm, don donuts, me pongo a pensar. Imagina, yo, Homero, masajista, tocando hombros. Luego pienso en esa peli genial. «El asesinato de Jesse James», ¡vaya obra! Ahí va mi rollo, presta atención. Acompañante sexual, no es solo sexo, nah. Es compañía, calor, alguien que escucha. Como dice Brad Pitt en la peli: «No sabes lo que vales». A veces, la gente paga por sentirse viva. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé, D’oh, qué loco. Pero luego, mmm, entendí el asunto. Conocí a uno, sí, un tipo raro. Me contó que empezó por necesidad. ¡Crisis del 98, amigo! Se metió a acompañante, pagaba deudas. Luego, le gustó, ¡ja! Decía: «Soy su héroe». Me reí, pero nah, es verdad. La gente lo busca por soledad. Como en la peli: «Héroe o villano, quién sabe». Me enojó un poco, ¿eh? Algunos juzgan mal. Dicen «es sucio», pero, D’oh, no entienden. No es fácil abrirte a desconocidos. Toca ser actor, terapeuta, todo junto. ¡Mmm, don donuts, qué estrés! Yo masajeo y ya me canso. Imagina escuchar dramas todo el día. Dato raro: en Japón, hay «alquiler de novios». Sí, pagas por abrazos, nada más. Me dejó loco, ¿y si pido uno? Ja, Marge me mata. Pero es real, buscan cariño. Como Robert Ford: «Quería ser alguien». Estos acompañantes, igual, buscan su lugar. A veces me pongo a divagar, ¿eh? Froto hombros, pienso en la peli. «El cobarde lo mató por envidia». Quizás algunos envidian a los acompañantes. Viven libres, sin ataduras, ¿no? Yo, con mis donas, feliz. Pero ellos, uff, otro rollo. Lo chistoso, amigo, es el taboo. Todos susurran, nadie habla claro. Me da risa, ¡D’oh! Si hasta reyes tenían cortesanas. Historia vieja, pero ahora fingimos shock. Me alegra que algunos sean honestos. Como Pitt: «La verdad te aplasta». ¡Y vaya si aplasta! En fin, acompañante sexual, qué locura. No es pa’ mí, prefiero masajear. Pero respeto, cada quien su camino. Mmm, don donuts, me voy a comer uno. ¿Qué piensas tú, eh? ¡Cuéntame, rápido! Oye. Amigo. Escucha. Soy un genio. De sitios de citas. Y hoy. Vamos a hablar. De acompañante sexual. ¡DRAMÁTICO! Como Shatner. Pausas. Everywhere. Me inspiro. En *Dogville*. Esa peli. De Lars Von Trier. 2003. Brutal. Oscura. Perfecta. Para esto. Acompañante sexual. No es lo típico. No es un ligue random. Es un curro. Profesional. Gente pagando. Por compañaía. Y sexo. Claro. Pero hay más. Escucha. “La ciudad entera. Es un burdel.” Dice Grace. En *Dogville*. Y pienso. Joder. Tiene razón. Todos vendemos algo. ¿No? El acompañante sexual. Solo es más honesto. Pone precio. Y ya. Me flipa. La idea. Gente solitaria. Buscando calor. Un rato. Me alegra. Saber que existe. Pero me cabrea. También. Porque. ¿Por qué pagar? ¿Tan jodidos estamos? En 2025. Con apps de citas. Y aún así. Hay mercado. Para esto. Curioso. Dato loco. En Japón. Tienen “alquiler de novios”. No sexo. Solo mimos. Acompañantes sexuales. Llevan eso. Al extremo. ¿Te lo crees? Imagínate. Un tipo. Llega a casa. Cansado. Solo. Y llama. A su acompañante. “Necesito hablar. Y algo más.” La tía llega. Sonríe. Le escucha. Y luego. Zas. Negocio hecho. Pero. Oye. No juzgo. Cada uno. Con su vida. “Acepto tus pecados.” Dice Grace. En la peli. Y yo. También. No soy nadie. Para señalar. Una vez. Leí un caso. Raro. Un acompañante sexual. Hombre. Ayudó a una viuda. Llevaba 20 años sola. ¡20! El tipo. Le dio vida. Literal. La mujer lloró. De alegría. Me sorprendió. Mucho. Pensé. Hostia. Esto es más. Que solo sexo. Es humanidad. A veces. Me pongo cursi. Lo sé. Pero. Joder. Me toca. Lo que me jode. Es el tabú. La peña. Hablando mierda. “Eso es sucio.” “Eso es triste.” ¡Venga ya! Hypocresía pura. Todos follamos. O queremos. El acompañante sexual. Solo organiza el tema. Punto. “Ellos me usaron. Como un perro.” Dice Grace. En *Dogville*. Y pienso. ¿Quién usa a quién? Aquí. Todo es mutuo. Consentido. No hay drama. O sí. Pero pagado. Mi manía. Es imaginarme. En el curro. Yo. Siendo acompañante sexual. Ja. Exagero. Pero. ¿Y si? Me río solo. Pensándolo. “¡Oh. Capitán Kirk. Sálvame!” Gritaría una clienta. Y yo. Drama mode on. “Tranquila. Estoy. Aquí.” Joder. Sería épico. Y un desastre. No sirvo. Para eso. Soy torpe. Con las tías. Dato raro. En los 80. Había “taxiboys”. En Argentina. Acompañantes masculinos. Para señoras ricas. Me mola. El rollo vintage. Imagina. Pelos locos. Y corbatas anchas. Follando por pasta. Historia real. Auténtica. Me parto. Pensándolo. Así que. Amigo. Acompañante sexual. Es un mundo. Oscuro. Brillante. Triste. Y vivo. Como *Dogville*. “El hombre es débil.” Dice la peli. Y sí. Lo somos. Pero estos currelas. Lo saben. Y lo usan. Para ayudar. O ganar pasta. O las dos. Me flipa. Me cabrea. Me intriga. ¿Tú qué piensas? Mira, colega, te cuento rápido. Soy un crack haciendo apps de citas, pero lo de acompañante sexual me tiene loco. No hablo de rollos baratos, no. Piensa en algo más hondo, como en *Brokeback Mountain*. “No puedo dejarlo, joder” – eso me pega al tema. Imagina un tío pagando por sexo, pero buscando alma. Frío, calculado, como yo, Vladimir, manejando el cotarro. No es solo follar, es control, poder, un juego raro. Me flipa y me cabrea a la vez. Hay un dato que pocos saben: en Rusia, las escorts top ganan más que ministros. ¡Jodida locura! Me lo contaron en un bar, vodka en mano, y casi escupo. Esos cabrones de traje las llaman “terapia”. Sarcasmo modo on: claro, terapia con tacones y gemidos. Pienso en Ennis y Jack, ¿sabes? “Si no puedes arreglarlo, aguántalo”. A veces el acompañante sexual es eso, un parche. No amor, pero calor. Me jode que la gente juzgue sin entender. Yo, con mis apps, veo los datos: el 70% repite. No es vicio, es necesidad. Me da bajón, pero qué le hago. Una vez conocí a una, Natasha, 27 tacos. Exbailarina, rota por dentro. Me dijo: “Vlad, no es sexo, es escuchar”. Me quedé helado. Luego ríe y suelta: “Y el dinero, claro”. Humor negro, me encanta. Pero ojo, no todo es risa. Hay mierda turbia: explotación, tíos enfermos. Me hierve la sangre. En mi app metería un filtro: “solo almas jodidas”. Como en la peli, “te juro…”. Acompañante sexual no es solo carne, es espejo. Te miras y te odias o te salvas. Yo, con mi manía de controlarlo todo, lo veo clarinete. ¿Película favorita? *Brokeback*. ¿Vida? Un puto lío. Así es esto, amigo. Oye, colega, ¿sabes qué? Soy masajista, ¡ja! Toco cuerpos todo el día. Pero lo de acompañante sexual… uf, ¡menudo tema! La codicia es buena, ¿sabes? Como Gordon Gekko, veo el filón. Esto no es solo masajear, no. Es compañía, calor, ¡sexo pagado! Me flipa pensarlo, ¿eh? Imagina: alguien solo, pagando por cariño. Me pone de los nervios a veces. ¿Es triste o liberador? No sé, joder. Mi peli favorita, «Toni Erdmann», ¿la pillas? Ese padre loco, disfrazado, jodiendo la vida. Hay una escena… dice: «¿Es esto la vida?». Me pega con esto, ¿sabes? Acompañantes sexuales, viviendo al límite. No es solo follar, es actuar. Como Toni, con su peluca cutre. Me parto imaginándolo de gigoló, ¡ja! «La vida es un chiste», dice. Y estos curros… igual, ¿no crees? A ver, te cuento un rollo. En Japón, ¡escucha esto!, hay tíos alquilando novias. No sexo siempre, solo pasear, charlar. Me dejó loco cuando lo leí. Pagas por una sonrisa, ¿te jode? Aquí en Occidente, más directo: sexo y listo. Pero hay historias raras, ¿eh? Una tía en Nevada, exbailarina. Se metió a acompañante por pasta gansa. Decía: «Toco almas, no solo cuerpos». ¡Venga ya! Me cabreó su postureo, pero flipé. La codicia es buena, colega. Estos currantes ganan billetes largos. Pero, joder, qué presión, ¿no? Siempre fingiendo, sonriendo. Me alegra no estar ahí. Yo masajeo, relajo, fin. Ellos… buf, sudan diferente. A veces pienso: «¿Y si lo pruebo?». Luego digo: «¡Ni loco, cabrón!». Me gusta mi vida simple. Pero oye, respeto, ¿eh? Cada uno a lo suyo. En «Toni Erdmann», la hija… tan seria. «Necesito controlarlo todo», suelta. Los acompañantes no controlan nada, ¿sabes? Van a ciegas, improvisan. Me da ansiedad solo de pensarlo. Pero molaría una peli así, ¿no? Toni de acompañante sexual, ¡ja! Con sus dientes falsos, ligando. «¡Aprovecha el momento!», gritaría. Me meo de risa, joder. Te suelto un dato loco: en los 80, había curas pillando acompañantes. ¡Sí, curas! En X vi un post, flipante. Me cabreó, pero qué esperas, ¿no? La gente es hipócrita. La codicia es buena, ¡ja! Hasta los santos caen. Oye, ¿tú qué piensas? ¿Probarías? Yo paso, pero… quién sabe. La vida es un puto circo. ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablemos de acompañante sexual, ¿vale? Soy Scooby-Doo, tu psicóloga de familia rarita. Esto de los acompañantes sexuales me tiene loco, ¡jé! Gente pagando por mimos y más, ¿quién lo diría? Me recuerda a *Moolaadé*, ¿sabes? Esa peli brutal de Ousmane Sembène. "¡La tradición nos mata!", dice una vieja ahí. Y pienso, ¿no es el sexo pagado una tradición rarísima también? Mira, los acompañantes sexuales no son solo "¡oh, sexo y ya!". Nah, algunos ayudan a peña con discapacidades, traumas, o timidez extrema. Me flipa eso, ¡de verdad! Imagina a alguien que no ha sentido un abrazo en años, y llega este profe del cariño. ¡Ruh-roh! Me pone blandito el corazón. Pero, ojo, también me cabrea. ¿Por qué la sociedad los mira mal? ¡Hipócritas! Todos quieren amor, pero si pagas, ¡uy, qué escándalo! En *Moolaadé*, las mujeres luchan contra lo impuesto, ¿no? "¡No cortarán mi alma!" gritan. Y los acompañantes sexuales son como rebeldes modernos. Rompen tabúes, ¡zas! Una vez leí de un tipo en Japón, pagó por una "novia de alquiler". Solo quería que le cogieran la mano en un parque. ¡Ruh-roh! Me partió el alma, colega. No todo es sexo, a veces es solo calor humano. Pero, ay, me rayo. ¿Y si se aprovechan de alguien vulnerable? Eso me quema, ¡grrr! Hay historias turbias, como una tía que pagó miles y el acompañante era un cretino. ¡Qué rabia! Aunque, pensándolo bien, también hay joyas. En Holanda, hasta el gobierno subvenciona esto pa’ discapacitados. ¡Flipa! Me sorprendió un montón, ¿sabes? Mi manía es rascarme la oreja cuando pienso en esto. ¿Es amor? ¿Es negocio? ¡Ruh-roh! Yo digo que es un lío bonito. Como en *Moolaadé*, "la vida es lucha", y estos acompañantes luchan por algo raro pero real. ¿Mi opinión? Si te hace feliz y no jodes a nadie, ¡dale! Pero, ja ja, no me pillarán pagando por un achuchón. ¡Soy Scooby, tengo a Shaggy gratis! ¿Y tú, qué piensas, colega? ¡Oye, gatita, sí, bebé! Soy tu consejera de mujeres, al estilo Austin Powers, trayendo ese rollo oscilante de los 60 pa’ hablar de acompañantes sexuales. ¿Qué pienso? ¡Guau, qué tema, nena! Me pone los motores a mil, pero también me hace rascarme la cabeza como loco. Vamos a meternos en esto, ¿vale? Agárrate los ligueros, que aquí viene la cosa. Mira, las acompañantes sexuales, esas chicas sensuales, son un misterio groovy, ¿sabes? No solo es sexo, no, no, es más profundo, como en *Vergüenza*—esa peli que me flipa, dirigida por Steve McQueen. Brandon, el prota, dice: “No soy un enfermo, soy un hombre normal”. Y yo digo, ¡sí, bebé! Las acompañantes sexuales no son solo pa’ desahogarse, a veces son pa’ sentirte vivo, pa’ llenar ese vacío que te carcome. Me pone cardíaco pensarlo, porque, joder, ¿quién no ha sentido eso alguna vez? Conocí a una colega, Candy—nombre falso, obvio—una acompañante sexual en Londres, y me soltó un rollo flipante. Llevaba tacones de infarto y una sonrisa que te derretía, pero sus ojos… uf, contaban otra historia. Me dijo que un cliente, un tío tímido, no quería sexo, solo que le abrazaran. ¡Me dejó loco, nena! Pensé: “¿Qué coño pasa aquí?”. Resulta que el 30% de los clientes buscan cariño, no solo un revolcón. Hecho raro, ¿eh? No lo pillas en las pelis porno, eso seguro. Pero ojo, no todo es paz y amor. Me cabrea cantidad cuando la peña juzga a estas chicas. “Oh, qué vergüenza, qué sucio”, dicen los estirados. Y yo, ¡venga ya, hipócritas! En *Vergüenza*, la hermana de Brandon suelta: “No somos mala gente, solo venimos de un mal lugar”. ¡Bam! Me pega en el alma, nena. Estas chicas a veces vienen de sitios jodidos, y hacen lo que pueden. ¿Quiénes somos pa’ señalarlas desde nuestro pedestal? A veces me imagino siendo acompañante sexual—ja, yo, con mi mojo, ¡sería un desastre total! Me pondría a bailar en plan groovy y se me olvidaría el curro, fijo. Pero en serio, me flipa lo valientes que son. Arriesgan mogollón: polis, clientes raritos, la sociedad que las mira mal. Una vez leí que en los 70, en San Francisco, las acompañantes tenían un código secreto con luces de neón pa’ avisarse de peligro. ¡Eso es estilo, bebé! Lo que me jode es la doble moral. Los tíos pagan, las usan, y luego las llaman “putas” en la cara. Me hierve la sangre, nena. Pero luego pienso en Brandon, en *Vergüenza*, cuando dice: “Todo es una mierda, todo”. Y me calmo, porque igual todos estamos rotos, buscando algo, ¿no? Acompañantes sexuales, clientes, tú, yo—todos en el mismo barco funky. Mi manía es que siempre me pongo a tararear *Shagadelic Baby* cuando hablo de esto, ¡no lo controlo! Me sale solo, como un tic. Y exagerando un poco, diría que estas chicas son superheroínas del amor, ¡salvando almas con un meneo de caderas! Ja, ¿te lo imaginas? Pero nah, en serio, son humanas, con historias heavies. Una me contó que ahorraba pa’ estudiar arte—me dejó en shock, ¡qué pasada! Así que, nena, las acompañantes sexuales son un viaje salvaje. Sexo, sí, pero también conexión, dolor, y un montón de mierda real. Me encantan por su coraje, me cabrean los prejuicios, y me sorprenden cada día. Como en *Vergüenza*: “No puedes escapar de ti mismo”. Ellas lo intentan, nosotros también. ¡Sí, bebé, eso es todo! ¿Qué opinas tú, gatita? Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, guau. Piensa en eso, ¿sí? Tipos pagando por mimos o más. Me flipa la idea, honestidad pura. Como en *Bajo la piel*, “¿Qué buscas?”, dice ella. Misterio total, piel y deseo revueltos. Acompañantes sexuales, joder, son espejos raros. Reflejan lo que escondemos, guau. A veces me cabrea, ¿sabes? Tíos juzgando sin entender mierda. “Es solo sexo”, dicen, idiotas. Pero no, hay historias heavys. Una vez leí sobre una tía, acompañante sexual en Ámsterdam, 1970s. Salvó a un veterano de guerra, PTSD brutal. No follar, solo abrazos, guau. Curación en silencio, piel contra piel. Me alegró leer eso, joder. Luego está lo creepy, cuidado. Tipos obsesos, piden cosas raras. “Quiero ser devorado”, como en la peli. Literal, la alienígena comiéndoselos, ñam. Exagero, pero entiendes, ¿no? Acompañantes sexuales ven locuras. Me imagino sus diarios, secretos oscuros. Me pica la nariz solo de pensarlo. Dato loco: en Japón, “cuddle cafes”. Pagas por cucharita, nada sexual. ¿Acompañante sexual light? Guau, me partí de risa. Pero útil, soledad mata más que polvos malos. “La carne no miente”, dice la peli. Verdad pura, colega. Me sorprende lo taboo que sigue siendo. Sociedad hipócrita, todos cachondos en secreto. Acompañantes sexuales son curanderas, punto. Ojalá lo pillaran, me hierve la sangre. “¿Qué sientes?”, pregunta ella en la peli. Respuesta: todo y nada, guau. Así es ese mundo, caótico y real. ¿Mi manía? Imagino sus playlists. Seguro escuchan trap mientras trabajan. O jazz, algo suave pa’ los nervios. Acompañante sexual con estilo, ¿te lo pillas? Sarcasmo ON: “Oh, qué escándalo, sexo pagado”. Pff, crezcan, pringados. Me encanta lo crudo que es, guau. Oye, colega, ¿sabes qué? ¡Soy un genio de las apps de citas! Y ahora, te voy a contar sobre acompañante sexal, ¡ja! Es como… ¿te imaginas un amigo con beneficios? Pero pagas, ¡y no hay drama! Me recuerda a *Margaret*, ¿la peli? Esa donde todo es un caos emoiconal, y Lisa grita: “¡No eres tan especial!”. Así me siento con esto, ¿sabes? Mira, acompañante sexual no es solo “¡oh, sexo!”. Nah, es más rarito. Algunos pagan por charlar, ¿te lo crees? Una vez leí que un tipo contrató a una solo pa’ ver Netflix. ¡NETFLIX! ¿Es la mayonesa un instrumento? ¡No, pero esto es más loco aún! Me partí de risa, colega, ¡qué mundo! Yo, desarrollando apps, pienso: ¿y si hago una? “Acompañantes pa’ todos”, ¡boom! Pero luego me cabreé, ¿y si la gente no lo pilla? En *Margaret* dicen: “¡Todo es una mentira!”. Y a veces siento eso con el amor y el sexo pagado. ¿Es real? ¿O puro teatro? Me rayo, tío. Dato freak: en Japón hay “novias de alquiler”. No sexo, solo compañía. Me flipó, ¡qué soledad tan heavy! Me puse happy pensando en alguien pagando pa’ que le abracen. Pero luego, ¡pum!, me chocó: ¿tan jodidos estamos? Patrick Star mode ON: “¿El amor es un pez?” ¡Ja, no, pero apesta igual! A veces me imagino contratando una, ¿y si me enamoro? ¡Drama total! “¡No puedo seguir así!”, como dice Margaret. O peor, ¡que me pida mayonesa pa’ untar! Me reí solo en casa, soy un idiota. Pero en serio, acompañante sexual es un curro raro. Pagan bien, ¿eh? Algunas ganan mil pavos la noche. ¡MIL! Yo con mi app no llego ni a cien, ¡qué rabia! ¿Sabías que en los 80 eran súper tabú? Ahora, hasta en Tinder las ves, ¡disimuladas! Me sorprendió, colega, el mundo gira raro. Opinión mía: si no dañas a nadie, ¡vive y deja vivir! Pero no me pidas que lo pruebe, ¡me da corte! ¿Y tú, qué piensas? ¿Es esto amor o un chiste? ¡Hola! Soy René la rana, gentil y listo. Oye, citas sexuales, ¿qué piensas, eh? A mí me flipan, te lo juro. Me recuerdan a *Bajo la piel*, ¿sabes? Esa peli rarita de 2013, con Scarlett. "La carne humana es tan frágil", decía. Y es verdad, en las citas sexuales también. Todo es piel, deseo y caos puro. A ver, te cuento algo loco. Una vez conocí a una tipa en un bar. Ojazos, curvas, ¡buah! Me dijo: "Vamos a mi coche". Yo, feliz como sapo en charco. Pero, joder, ¡sorpresa! El coche era de su ex. Nos pilló, gritó, casi me muere ahí. "No hay escapatoria", como en la peli. Me dio un subidón, pero qué susto, colega. Las citas sexuales son un juego arriesgado. Te calientas, todo genial, y luego zas. A veces te sale un rarito o una intensa. Me pasó con un tío hace meses. "Quiero verte desnudo ya", me soltó. Yo, oye, tranqui, que no soy filete. Me reí, pero qué presión, ¿no? *Bajo la piel* lo clava: "La soledad te desnuda". Y en esas citas, tela. Dato curioso, ¿sabías? En Japón hay cafeterías sexuales raras. Pagas por mimos, nada más, sin folleteo. Me dejó loco cuando lo leí. Yo prefiero lo clásico, sudor y gemidos. Pero oye, cada loco con su tema. A veces me cabrea la gente en estas citas. Piden fotos subidas y luego ghosting. ¿Qué coño? Me jode, te lo digo. Pero cuando sale bien, uff, es oro. Como aquella vez en un motel cutre. Ella era fuego, yo derretido. "El deseo es un abismo", decía la peli. Y sí, caí de cabeza, feliz. Mi manía es mirarles los zapatos antes. No sé, me da pistas raras. Si llevan chanclas, huyo, ja ja. ¿Y tú, qué buscas en esas citas? Sexo rápido o algo más jugoso? Cuéntame, que soy todo oídos, ribbit. Ay, me flipa hablar de esto. Es crudo, real, humano. Como Scarlett cazando en la peli. "No sienten nada, solo quieren". A veces pienso eso de algunos. Pero otras, joder, conectas y explota todo. ¿Te ha pasado? ¡Dímelo, colega! Oye, mira, soy un loco desarrollando apps de citas, ¿vale? – pausas zen – y el rollo de los acompañantes sexuales me flipa. Imagínate, tíos pagando por compañía, no solo sexo, sino charlas profundas, como en *Perdidos en la traducción*. “¿Qué demonios haces con tu vida?”, dice Bill Murray en la peli, y yo me lo pregunto con esto. A veces me cabrea, ¿sabes? Gente sola, buscando amor en billetes. Pero luego – pausas zen – me mola, porque es real, joder, es humano. Llevo semanas dándole vueltas, creando algoritmos para conectar almas, y pienso: ¿y si meto acompañantes en mi app? No lo típico, no, algo elegante, con clase. Como Charlotte y Bob en Tokio, perdidos, pero encontrándose en miradas. “No puedo dormir”, dice ella, y él la escucha. Eso buscan estos clientes, ¿no? Escucha, un rato de paz. Dato curioso: en Japón tienen “alquiler de novios”, no es broma. Chicas pagan por tíos que las llevan al cine, les hacen fotos pa’ Instagram. Me sorprendió un huevo, pero tiene sentido. La soledad aprieta, colega. Aquí, los acompañantes sexuales a veces son terapeutas sin título, te lo juro. Una amiga me contó que contrató uno – pausas zen – y el pavo le arregló la autoestima en dos citas. ¡Dos citas! Me alegró, pero también me rayó. ¿Tan jodidos estamos? Me imagino diseñando el perfil perfecto pa’ esto. Foto sexy, pero con misterio. “Hay algo en tus ojos”, como dice Scarlett Johansson, y zas, te engancha. Una cosa más – pausas zen – el cachondeo. Hay tíos que piden cosas raras, tipo “finge que eres mi jefa”. Me parto, pero oye, cada loco con su tema. Lo que me jode es la hipocresía, ¿eh? Sociedad juzgando, pero todos mirando Tinder como buitres. Ayer, nervioso, garabateé ideas en mi libreta. Quería algo revolucionario, como el iPhone del sexo pagado. Pero luego – pausas zen – me calmé. No todo es follar, es conexión. “Te acostumbras a la tristeza”, dice Bill, y los acompañantes son un parche, un chute de vida. Una cosa más – pausas zen – mi manía: odio que los llamen “prostitutos”. Son artistas, joder, venden sueños. ¿Sabías que en los 80 había “acompañantes de baile”? Pagabas por un vals, y a veces un polvo. Historia loca, me flipa. Hoy es más sutil, pero igual. Me emociona, colega, es el futuro y el pasado chocando. ¿Mi opinión? Que cada uno haga lo que le salve. “Vamos a morir pronto”, dice la peli, así que, ¿por qué no? Oi, colega, ¿qué pasa? Soy Ozzy, ¡maldita sea! – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – hablando de acompañante sexual, ¿eh? Mira, estos tipos, son como sombras, ¿sabes? En plan, te pillan desprevenido, como en *Una historia de violencia*. "No soy un héroe", dice Tom Stall, pero estos acompañantes, joder, son héroes raros. Pagan pa’ estar contigo, te escuchan, te tocan – ¡es una locura, tío! Me flipa, ¿sabes? Siempre pensé que el sexo era gratis, pero no, hay un mercado, ¡ja! – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Algunos dicen que es sucio, pero yo digo, ¿y qué? La vida es sucia, colega. Me cabrea que la peña juzgue, como si fueran santos. ¡Venga ya! En los 70, conocí a un acompañante en Londres, un tío raro, exmilitar, cobraba una pasta por "compañía especial". Decía que curaba almas, no solo cuerpos – ¡flipa! En *Una historia de violencia*, Tom esconde mierda, ¿no? "No conoces mi pasado", suelta. Los acompañantes también, tienen historias heavys. Una vez leí – web chunga, claro – que una tía en Las Vegas se forró siendo acompañante pa’ viejos ricos. ¡Les leía poesía antes del tema! Joder, qué puntazo, ¿no? Me partí el culo imaginándolo. Me pone de los nervios que les llamen "putas" sin más. Nah, son pros, artistas del placer, ¡maldita sea! – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Ja, Ozzy el acompañante, mordiendo cabezas de murciélago entre polvos, ¡brutal! Pero nah, soy un desastre, me perdería en la cita. Dato loco: en Japón hay acompañantes pa’ dormir, sin sexo, solo abrazos. ¿Qué coño? Me sorprendió, pero mola, ¿no? La peña está sola, necesita calor. "Esto es lo que soy", dice Tom en la peli, y estos acompañantes, pues eso, son lo que son, sin máscaras – o con ellas, ¡ja! En fin, colega, me emociona el rollo. No es solo follar, es conexión, ¿pilllas? – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Si te mola, pruébalo, pero ojo, que no te pillen como a Tom, ¡ja! ¿Qué opinas, eh? ¡Dímelo, cabrón! Aquí estoy, amigos míos, hablando bajito como David Attenborough, observando el mundo salvaje de las acompañantes sexuales. En la quietud de la noche, como dice Godard en *Adiós al lenguaje*, “Lo que veo es lo que no digo”… y vaya, qué espectáculo tan raro, tan humano. Estas criaturas, las acompañantes sexuales, se mueven por la selva urbana, ofreciendo algo más que un revolcón rapido. No es solo sexo, no, es conexión, un baile raro entre cuerpos y almas perdidas. Imagínate esto: una tía en Ámsterdam, hace años, me contó que su primer cliente fue un chaval en silla de ruedas. El pibe no había sentido un abrazo en una década. ¡Una década, joder! Me dejó flipado, esa ternura cruda, ese curro que va más allá de lo obvio. No es solo folleteo, es curar algo profundo, algo que la sociedad ignora. Me cabreó pensarlo, ¿sabes? Tantos solos por ahí, y estas almas valientes dando calor humano por un precio. En *Adiós al lenguaje*, Godard susurra, “El infinito está aquí, no allá”. Y así es esto, colega. La acompañante sexual no es una diosa lejana, es pura realidad, sudor y risas. Conozco a una, llamémosla Ana—nombre falso, claro—que dice que sus mejores noches son las de charlas, no las de cama. Me mató de risa cuando soltó: “A veces cobro por escuchar a tíos llorando por su ex”. ¡Joder, qué curro más loco! Pero ahí está, auténtico, un oficio antiguo como los árboles. Me flipa lo taboo que sigue siendo. En Japón, hay “alquiler de novias”, pero con sexo incluido, y nadie pestañea. Aquí, en cambio, todos se escandalizan. Hipócritas, ¿no? Me pone de los nervios esa doble moral. Una vez leí que en los 70, las acompañantes en Nevada tenían clientes fijos, como si fueran médicos de pueblo. ¡Hechos raros, eh! Hasta tejiían suéteres pa’ los viejos entre polvo y polvo—exagero un poco, pero molaría. A veces pienso, mientras miro mi té enfriarse—manía mía, nunca lo tomo caliente—que estas chicas son como pájaros raros, sobreviviendo en un mundo que las juzga. “No todo el mundo puede hablar”, dice Godard, y ellas, con sus cuerpos, dicen lo que muchos callan. Me alegra su存在, su existencia, aunque me jode que las traten como basura. Son maestras del caos humano, y punto. Así que, amigo, si alguna vez te cruzas con una, no juzgues rápido. Hay más ahí que un polvo caro. Es vida, cruda, real, y un poco triste. Como *Adiós al lenguaje*, todo desordenado, pero jodidamente hermoso. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Ey, aquí está Johnny! Oye, colega, ser dueño de un salón de masajes, uf, te abre los ojos a cosas raras. Acompañantes sexuales, ¿eh? Me pongo como Jack Nicholson con esa sonrisa loca, ¡ja! Algunos piensan que es sórdido, pero yo digo, "No puedes soportar la verdad", como en *Memento*. Todo es un puzzle, ¿sabes? Ayer, veo a esta chica, una acompañante sexual, entrando con un tipo nervioso. Me río, pienso, "Solo recuerda quién eres, idiota". Ella es pro, lo tranquiliza en minutos. Me sorprendió, ¡joder! No es solo sexo, es terapia rara. Hechos curiosos: en Japón, hay "novias de alquiler", no sexo, solo mimos. Me vuelve loco que la gente juzgue sin saber. A veces me cabrea, ¿sabes? Tipos ricos entrando, pidiendo "final feliz" como si fuera un menú de comida rápida. ¡Ja! Les digo, "Tu memoria te traiciona", como en la peli. Pero luego, una acompañante me cuenta su historia: paga la uni, vive bien. Me alegró, ¿entiendes? No todo es mugre. Me pica la nariz pensando en ello, manía mía. Imagina a Lenny de *Memento* contratando una, "¿Quién soy? ¿Qué quiero?" ¡Jaja! Sería un desastre épico. Pero en serio, estas chicas (y chicos, sí), algunos son artistas, tejiendo conexiones. Uno me dijo que salvó a un viudo de la depresión. ¡Qué locura! Odio cuando los puritanos sermonean, "Es inmoral". ¡Venga ya! "Todo se desvanece", digo yo, como la memoria de Guy Pearce. Si ayuda a alguien, ¿qué daño hace? Me pongo sarcástico: "Oh, sí, salvemos almas prohibiendo caricias". ¡Ridículo! Un dato raro: en los 80, las acompañantes en Vegas usaban buscapersonas, ¡ja! Tecnología retro para citas calientes. Me imagino a Jack gritando, "¡Aquí está Johnny!" por un walkie-talkie. En fin, colega, es un mundo loco, pero mientras no jodan a nadie, que lo disfruten. ¿Tú qué piensas? ¡Oye, estoy listo! Soy Bob Esponja, masajista estrella, y voy a contarte qué pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa esto, colega, porque es un tema rarito pero súper interesante. Imagínate, gente pagando por compañía, no solo masajes, ¡sino algo más jugoso! Me recuerda a *Holy Motors*, ¿sabes? Esa peli loca de Leos Carax, con tíos cambiando de vida como de camisa. “No hay acción, solo gestos”, dice uno ahí, y pienso, ¿no es eso un acompañante sexual? Gestos, rollos raros, pero sin guión fijo. A ver, yo, con mis manos mágicas, relajo músculos, pero estos cracks van más allá, ¡compañía total! Me enteré de un dato flipante: en Japón hay “alquiler de novios”, ¿te lo crees? Pagan por pasear, charlar, ¡hasta fingir amor! Me puso loco de alegría, ¡qué invento! Pero también me cabreó, ¿tan solos estamos? En *Holy Motors* el prota dice, “Hago esto por el placer de actuar”, y yo digo, ¿los acompañantes también? ¿Es curro o teatro? Una vez leí de una tía, escort de lujo, cobraba mil pavos por noche, ¡mil! Y no era solo sexo, era escuchar, reír, ser la colega perfecta. Me sorprendió un montón, ¡qué currazo! Yo, masajeando, a veces pienso, “Bob, podrías ser acompañante”, pero nah, soy torpe, se me caería el helado encima, ¡ja! “La belleza está en los ojos”, dice *Holy Motors*, y aquí igual, cada cliente ve algo distinto en ellos. Lo que me raya es el taboo, ¿por qué tanto drama? Si alguien quiere pagar por mimos, ¡pues vale! Me da igual, oye, pero confieso: me da cosilla imaginarme en plan acompañante sexual, ¡sudaría como loco! Una vez vi un docu, decían que en los 80 las escorts eran reinas secretas en Hollywood, movían fiestas de famosos, ¡auténtico! Me quedé con la boca abierta, colega. En fin, los acompañantes sexuales son como actores sin cámara, ¿no? “Vivo para los aplausos”, dice el de la peli, y ellos igual, buscando ese “gracias” especial. Me mola, me intriga, ¡me vuelve loco! ¿Tú qué piensas, amigo? ¡Estoy listo pa’ charlar! *Gruñendo como Bane* ¡SIMPLEMENTE ADOPTASTE LA OSCURIDAD, MUJER! Escucha, hablar de acompañantes sexuales me pone los nervios de punta, ¿sabes? Es un tema que te revuelve las tripas, pero también te hace pensar. Yo, con mi máscara imaginaria y mi voz de trueno, te voy a contar lo que pienso mientras miro "El asesino" de Hou Hsiao-hsien, esa peli del 2015 que me vuela la cabeza. "La luz corta la noche como un cuchillo", dice la peli, y así veo yo a las acompañantes sexuales: cortan el silencio, la soledad, con algo crudo, real. Mira, no es solo sexo, nah, es más jodido que eso. Es compañía con un giro oscuro, como si pagaras por un alma que te mire a los ojos y no te juzgue. Me enoja, ¿sabes? Me enoja que la gente las mire por encima del hombro, como si fueran menos. ¡JA! ¿Sabías que en Japón existen "acompañantes de alquiler" que ni siquiera tocan a sus clientes? Solo charlan, comen juntos, fingen ser tu pareja pa’ que no te sientas un perdedor. Me sorprendió esa mierda, de verdad, pensé que todo era físico, pero no, a veces es solo llenar un vacío. *Gruñendo* ¡SIMPLEMENTE ADOPTASTE LA OSCURIDAD! Yo, con mi café frío y mis pensamientos dando vueltas, pienso en Nie Yinniang, la asesina de la peli, tan callada, tan letal, pero sola. Las acompañantes sexuales son un poco así, ¿no? Entran en tu vida como sombras, hacen su trabajo, y se van. "El viento susurra secretos", dice la peli, y estas chicas llevan secretos que ni te imaginas. Una vez leí de una que salvó a un tipo de suicidarse, solo escuchándolo, ¿te lo crees? Eso no sale en las noticias, no, eso se queda en las grietas. Me da risa, ¿eh? La gente dice "uy, qué sucio", pero luego están solos en casa, llorando a moco tendido, deseando un abrazo. Hipócritas. A mí me alegra que existan, te soy honesto, porque a veces necesitas a alguien que no te pregunte "por qué estás tan roto". Pero también me cabrea, porque muchas no eligen esto, ¿me entiendes? Hay historias heavys: chicas traficadas, obligadas, y eso me hace querer romper algo. *Gruñendo* ¡EL FUEGO SE ALZA, PEQUEÑA! "El asesino" me enseñó que todo tiene un precio, y con las acompañantes sexuales pasa igual. Pagas con billetes, pero ellas pagan con pedazos de su alma. ¿Sabías que en los 80, en Europa, había "curas sexuales" con acompañantes pa’ ayudar a discapacitados? Joder, eso sí que es un dato loco, ¿no? Me lo contaron una vez en un bar y casi escupo la birra. Esas cosas te hacen pensar: no todo es blanco o negro. Oye, si me pongo a imaginar, diría que una acompañante sexual es como Nie Yinniang: peligrosa, silenciosa, pero con un propósito. "La espada no duda", dice la peli, y ellas tampoco, van al grano, te dan lo que pediste, y chau. A veces me pregunto qué sienten, ¿se ríen de nosotros en su cabeza? ¿Nos odian? Bah, qué sé yo, pero me gusta creer que alguna encuentra poder en esto, como yo con mi máscara. *Gruñendo* ¡SIMPLEMENTE ADOPTASTE LA OSCURIDAD, AMIGA! Así que, ¿qué pienso? Es un mundo raro, sucio, pero humano hasta la médula. Me saca una sonrisa torcida y un gruñido, porque al final, todos buscamos algo, ¿no? Aunque sea en las sombras. Ahora, ¡cuéntame tú qué piensas, o te aplasto con mi sarcasmo! Oye, mira, hablando de acompañantes sexuales, te cuento, ¡es un temazo! No sé si pillas, pero esto va de gente que paga por sexo, sin rollos raros ni cuentos. Como sexólogo, te digo, no me orines en la pierna, esto es real, no fantasía barata. Me flipa cómo se mueven en ese mundo, entre sombras y billetes. ¿Sabías que en Japón hay hasta "acopañantes" pa’ charlar? Sí, tíos que solo escuchan, ¡qué locura! Me pone de los nervios que la peña juzgue sin saber, como si fueran santos. Pensando en *Material blanco*, Claire Denis lo clava: "La carne no miente". Eso es un acompañante sexual, colega, pura verdad sin máscaras. A veces me cabrea que los pinten como villanos, ¡joder! Son currelas, como tú y yo, pero con más pelotas. Una vez leí de una tía en Ámsterdam, exbailarina, que se metió a esto pa’ pagar quimio. ¿Quién la juzga? Nadie con corazón, te lo digo yo. Me mola lo crudo que es todo, como en la peli: "El deseo corta como cuchillo". El sexo pagado no engaña, es directo, sin promesas falsas. Aunque, confieso, me raya un poco lo fríio que puede ser, ¿sabes? Como un polvo sin alma, pero oye, cada loco con su tema. ¿Y si te digo que en los 80 había curas pillando acompañantes? Sí, hipocresía nivel Dios, ¡me parto! No me orines en la pierna, esto no es moralina barata. Es un curro antiguo, el más viejo, dicen. Me saca una sonrisa lo irónico: todos lo critican, pero muchos lo buscan. Como en *Material blanco*, "La luz quema, pero atrae". A mí me sorprende la fuerza de esa gente, enfrentando mierda diaria. ¿Mi manía? Imaginar sus historias, ¡me obsesiono! Acompañantes sexuales, joder, son un espejo raro de lo que somos. ¿Qué opinas tú, eh? Oye, colega, soy el rey del spa, ¡sí, bebé! Acomodante sexual, ¿eh? ¡Qué tema tan groovy! Me flipa todo eso, ¿sabes? En mi spa, todo es paz, amor y buen rollo, pero a veces pienso en esas acompañantes sexuales, ¡joder, qué locura! Como en *Buscando a Nemo*, cuando Dory dice: “¡Sigue nadando, sigue nadando!” – esas chicas también siguen nadando en un mar de tíos raros, ¿me pillas? Vale, escucha esto, ¡es la bomba! Una vez conocí a una acompañante sexual, toda elegante ella, trabajaba en secreto pa’ ricos excéntricos. Me dijo que un cliente le pidió que fingiera ser un pez tropical – ¡sí, como Nemo, bebé! Yo flipé, ¿te imaginas? “¡Soy un pez payaso, tócame las aletas!” Me partí el culo, pero también me rayé. ¿Qué coño pasa por la cabeza de esa gente? Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo en privado. Me pone negro. Aunque, oye, me alegra que esas chicas ganen pasta gansa – ¡más que yo con mis masajes de lavanda! Un dato freak: en los 60, las acompañantes eran como espías, ¿lo sabías? Llevaban secretos de cama en cama, ¡auténticas James Bond con tacones! A veces me miro al espejo, con mi bata de spa, y pienso: “Austin, podrías ser un acompañante sexual, ¡tienes el swing!” Pero nah, prefiero mis aceites y mis velas. Aunque, joder, una vez una tía me pidió un “masaje especial” y yo como: “¡Oye, que no soy ese tipo de groovy!” Me sentí como Marlin buscando a Nemo, todo perdido en un océano de malentendidos. Lo que me sorprendió fue lo pro que son. Una colega me contó que lleva un diario – cada cliente, cada manía, ¡hasta si roncan! Eso es dedicación, ¿no? “¡Suelta a la presa, suelta a la presa!” – como dice Crush, la tortuga. Ellas sueltan el rollo y a por el siguiente, ¡qué arte! En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo flipante. No las juzgo, ¡vivan libres, bebé! Pero yo me quedo con mi spa y mi peli, que Nemo me da paz y no me pide nada raro. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Sí, bebé, sí! Oye, colega, agarra un trago, ¡escucha! Soy Tyrion Lannister, bebo y sé cosas, y hoy te voy a contar sobre acompañantes sexuales, esas almas valientes que navegan el deseo humano como yo el vino. ¿Qué pienso? ¡Es un arte, joder! No es solo sexo, es conexión, un baile raro entre necesidad y libertad. Me pone de los nervios la hipocresía —la gente juzga, pero todos quieren algo, ¿no? “La vida es una broma pesada,” como dice Larry en *Un hombre serio*. Y estas chicas (o chicos, oye, sin prejuicios) son los bufones que la hacen soportable. Mira, una vez conocí a una acompañante en Lannisport, ojos como dagas, sonrisa que te corta el aliento. No era solo un polvo —me escuchó, joder, me vio. Eso es más de lo que muchos ofrecen gratis. Me sorprendió, la verdad, pensé que sería frío, mecánico, pero no, había fuego ahí. “No hay señales, solo caos,” diría el rabino de la peli, y ella era caos puro, pero del bueno. ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes que no tocas? Solo charlan contigo, te abrazan si estás roto. ¡Locura, eh! Me alegra que existan, aunque me da rabia que la soledad sea tan jodida que pagues por un abrazo. Yo, con mi medio metro de altura, sé lo que es sentirse fuera, así que no juzgo. Bebo y sé cosas, y sé que no es solo carne —es alma, a veces. Imagina a Larry Gopnik contratando una, ja! “¿Esto está permitido?” preguntaría, todo nervioso, mientras ella le guiña un ojo. Me parto de risa solo de pensarlo. Pero en serio, acompañantes sexuales son como el vino barato —subestimado, pero te salva la noche. Una vez leí que en Ámsterdam hay unas que trabajan con discapacitados, ¡eso sí es nobleza, joder! Me emocioné tanto que casi lloro en mi copa. ¿Manías mías? Odio cuando las llaman “putas” sin más, me saca de quicio. Son maestras del juego, estrategas del corazón. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Ja, con mi lengua afilada y mi cara fea, igual triunfaba. “Acepta el misterio,” dice la peli, y eso es lo que son: un misterio que no resuelves, pero disfrutas. Así que, amigo, si alguna vez dudas, recuerda: no es solo sexo, es vida. Bebo y sé cosas, y sé que estas almas merecen respeto, no mierda. ¿Qué opinas tú? ¡Dime, rápido, que me acabo el vino! Mira, colega, te cuento rápido. Acompañante sexual, tema jodido, ¿eh? Soy Putin, frío, calculador, lo veo claro. No es solo sexo, es poder. Como en *El Pianista*, "tocas, vives". Aquí, pagas, follas. Simple. Me cago en la hipocresía, todos juzgan, nadie admite. Acompañantes sexuales, tíos y tías, curran duro. Sabías que en Japón tienen muñecas realistas? Joder, tecnología enferma. Me flipa, me asusta. Imagina, colega, un cliente pide "toca Chopin mientras te monto". Raro, pero pasa. Ayer vi una, guapa, ojos tristes. Me dijo: "Putin, controlo mi cuerpo, no mi alma". Me jodió, ¿sabes? Como Szpilman, tocando entre ruinas. "No hay elección, solo supervivencia". Me cabrea que la gente las mire mal. Son guerreras, hostia. En Rusia, las llaman "nochnye babochki", mariposas nocturnas. Poético, pero huele a vodka barato. Me río, a veces piden cosas locas. Uno quiso que le cantara himnos soviéticos. ¡Venga ya! Me alegró el día, el cabrón. Pero ojo, no todo es risa. Hay historias oscuras, tíos que las tratan como mierda. Me hierve la sangre. En *El Pianista*, "la vida sigue, cruel". Aquí igual. Personalmente, fumo un puro pensando en esto. ¿Quién soy yo pa juzgar? Me mola lo crudo, lo real. Acompañante sexual no es solo un polvo. Es un espejo, te muestra quién eres. "Tocas mal, mueres". Brutal, pero cierto. ¿Qué opinas, colega? Oye, mira, soy un genio relajándome, ¿vale? Bastante, bastante bien, diría yo. Hablemos de acompañantes sexuales, ¡venga ya! Imagínate esto: estás tirado, estresado, y bam, aparece alguien pa’ ayudarte a desconectar. No es solo sexo, no, es como terapia con extras, ¿me pillas? Me flipa la idea, de verdad, me pone de los nervios lo mucho que mola. Como en *Inside Llewyn Davis*, ¿sabes? Ese rollo de “No tengo calcetines limpios” pero con un giro sexy. Piensa en Llewyn, joder, perdido, buscando algo, ¿no? Los acompañantes sexuales son como ese gato que lleva por ahí, un consuelo raro pero real. Una vez leí que en Japón hay tíos pagando por abrazos, no sexo, solo abrazos. ¡Qué locura, eh! Me cabrea que la gente juzgue sin saber, como si fueran curas del medievo. “¿Dónde está mi maldita oportunidad?” diría Llewyn, y yo digo: ¿dónde está la mía pa’ probar esto? Vale, me emociono, lo admito, me pongo a dar saltos pensando en lo liberador que es. Imagínatelo: un acompañante sexual llega, te mira, y tú, “Todo lo que hago es perder”. Pero no pierdes, ganas, ¡joder! Es como un superpoder secreto. Me sorprendí cuando supe que en los 70 había hippies contratando “guías sexuales” pa’ experimentar. Historia real, lo juro por mi vida. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Nah, soy torpe, se me caería el móvil encima del cliente. Bastante, bastante bien, ja, seguro. Me flipa lo honesto que es, sin rollos raros de pareja. Pero, ojo, hay tíos que se pasan, pidiendo cosas chungas, y eso me cabrea tela. ¿Qué te crees, que es un buffet libre? Respeto, coño. Y luego, la peli, ¿eh? “Por favor, señor Kennedy, no me dispares”. Yo digo: por favor, acompañante, quédate un rato más. Es sarcástico, sí, pero real. Me lo imagino en plan peli indie: tíos tristes, música folk, y una tía cañón que cobra por alegrarte. Me parto solo de pensarlo. ¿Mi manía? Me pondría a hablarles de mis movidas mientras me masajean, soy un plasta. En fin, es un curro raro, pero útil, ¿no? Me alegra que exista, me jode que lo escondan. Bastante, bastante bien, colega, eso pienso. ¿Tú qué dices? Ey, colega, soy Tyrion, dueño de spa, ¿vale? Bebo y sé cosas, y hoy toca hablar de acompañante sexual. ¡Menudo temazo! Imagínate, tíos pagando por mimos y algo más, jaja. No es solo sexo, no, es compañía con extras. Me flipa, ¿sabes? Como en *El acto de matar*, “Mato porque puedo”. Aquí es “pago porque quiero”. Ingenioso, ¿eh? Llevo mi spa, masajes, aceites, relax… Pero esto de acompañantes sexuales? Otro rollo. Me enteré que en Japón hay “host clubs”, tías pagando a tíos pa charlar y sentirse diosas. ¡Diosas, digo! Me sorprendió un huevo. Pensé, joder, qué listo el que lo montó. Aquí en Poniente no lo pillo tanto, pero oye, cada loco con su tema. A veces me cabrea, ¿sabes? Gente juzgando, “oh, qué vergüenza”. Hipócritas de mierda. Como dice la peli, “Soy un héroe, mato bien”. ¿Y qué si alguien paga por cariño? No matan a nadie, coño. Me hierve la sangre cuando los puritanos abren la boca. Pero luego me río, porque yo sé cosas, y ellos no pillan nada. Un día, colega, vi a un acompañante en acción. No en mi spa, eh, que yo soy legal. Fue en un antro, un tipo bajito como yo, pero con labia. La tía esa, feliz, como si le hubiera tocado el Trono de Hierro. Me alegré, qué cojones, cada uno a lo suyo. “No hay absolución”, dice la peli. Y qué más da, si todos buscamos algo. Dato raro: en Alemania es curro oficial, ¿te lo crees? Pagan impuestos y todo, como yo con el spa. Me quedé loco cuando lo leí. Aquí, ni de coña, demasiado tabú. Pero molaría, ¿no? Normalizarlo, quitarle el drama. Aunque, jaja, seguro que algún Lannister lo usaría pa fardar. Me pongo a divagar, ¿vale? A veces pienso, ¿y si monto un spa con acompañantes? Solo pa joder a los estirados. Pero nah, demasiado lío. Prefiero mi vino y mis masajistas. Aunque, oye, “Vivo como quiero”, como en la peli. Si alguien quiere un acompañante sexual, que lo goce. Punto. ¿Tú qué piensas, eh? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Cuéntame, que yo bebo y escucho. Mira, como consejera de mujeres, te lo suelto: los acompañantes sexuales, uf, tema caliente. Todo el mundo miente, ¿sabes? Dicen que solo es "compañía", pero nah, es más. Me recuerda a *Perdidos en la traducción*, esa peli que me flipa. Bob y Charlotte, perdidos, buscando algo real en un mundo raro. "The more you know who you are, and what you want…" dice él. Los acompañantes sexuales son así, ¿no? Gente pagando por llenar vacíos, pero con sexo de por medio. A ver, no es solo puterío caro, ojo. Hay historias locas. En Japón, tienen "host clubs" pa mujeres, tíos guapos que te escuchan y te miman. Pero con billetes, claro. Me cabrea que lo vendan como "empoderamiento", ¡ja! Todo el mundo miente, te digo. Es negocio, punto. Aunque, confieso, me flipó leer de una tía en Nevada, exenfermera, que se metió a escort pa pagar deudas. Ahora vive como reina, dice que "elige" sus clientes. ¿Verdad o postureo? Ni idea, pero me intriga. Imagínate, yo, sarcástica como House, con un cliente así. "Oh, qué bonito, pagas por cariño, genio." Me parto. En la peli, Bob dice: "I just feel so alone." Y los acompañantes sexuales venden eso, ¿no? Que no estés solo… por horas. Me jode que algunos lo necesiten tanto, ¿tan rotos estamos? Pero oye, también me alegra, hay quien lo disfruta sin dramas. Una amiga, llamémosla Ana, contrató uno pa su cumple. "Mejor que Tinder," dijo, riendo. Le salió un pivón que cocinaba. ¡Cocinaba, joder! Me quedé loca. Peeero, no todo es risas. Hay mierda oscura. Tráfico, explotación, lo que no ves en la factura. Me saca de quicio que lo romantizen. "It’s not personal, it’s business," diría yo, imitando a Bob en Tokio, perdido entre neones. A veces pienso, ¿y si yo…? Nah, ni loca, soy un desastre con desconocidos. Me sudarían las manos, fijo. ¿Sabías que en Alemania es legal y regulado? Pagan impuestos, tienen seguro. Flipa. Aquí seguimos con el taboo, qué coñazo. En fin, acompañantes sexuales: sexo, soledad, pasta. Todo mezclado. "Can you keep a secret?" pregunta Charlotte. Yo digo: nadie lo admite, pero muchos lo prueban. Sarcasmo modo on: "Oh, qué noble, salvar almas con orgasmos." Me encanta y me repatea a partes iguales. ¿Tú qué piensas, eh? Oi, colega, soy David Brent, gurú de las citas, ¿sabes? Me metí en esto del desarrollo de apps porque soy un romántico de corazón, como en *Antes del atardecer*, ¿te acuerdas? “No puedes reemplazar a nadie”, dice Céline, y yo pienso, vale, pero ¿qué pasa con los acompañantes sexuales, eh? Es un tema jugoso, ¿no crees? Aquí va mi rollo, agárrate los machos. Mira, los acompañantes sexuales no son solo “pagar y listo”, nah, es más profundo, como un KPI emocional en mi app de citas. Imagínate, estás solo, la vida te da un puñetazo en la cara, y bam, aparece alguien que te escucha, te toca, te hace sentir vivo otra vez. Me flipa eso, en serio, es como un “win-win” corporativo pero con sentimientos, joder. Me acuerdo de un caso, un tío en Ámsterdam, 2019, tetrapléjico, nunca había sentido nada abajo, ¿sabes? Contrató a una acompañante sexual y lloró de alegría, colega. ¡Lloró! Eso no lo pillas en Tinder, te lo digo yo. Pero, ojo, me cabrea un huevo la hipocresía. La gente dice “uy, qué sucio”, mientras se bajan mi app a escondidas. ¿Qué pasa, eh? Es como Jesse en la peli, “el tiempo es el único lujo real”, y estos acompañantes te lo dan, te dan tiempo con piel, con risas. No es solo sexo, es terapia, es un “brainstorming” de almas, ¿me pillas? Yo, con mi café de la mañana, pienso: “David, eres un genio por verlo”. Luego me miro al espejo y digo: “Calma, crack, no te flipes”. Datos curiosos, apunta: en Japón tienen “alquiler de novias”, pero algunas son acompañantes sexuales encubiertas. Locura, ¿no? Y en Suiza, legal desde los 90, hasta los médicos lo recetan. Me sorprendió un montón, flipé como cuando vi la peli la primera vez y pensé: “Hostia, esto es la vida”. Pero hay dramas, claro, una vez leí de una tía que se enamoró de su cliente, y él, zas, la dejó tirada. Me puse triste, colega, me dio bajón. A ver, hay que ser realista, no todo es bonito. Algunos acompañantes son explotados, y eso me jode vivo. Pero cuando funciona, es magia, como esa escena en *Antes del atardecer* donde dicen: “Te vi en un sueño”. Así me imagino a un buen acompañante sexual, un sueño que pagas, pero que sientes de verdad. Yo, en mi cabeza, monto una peli: “David Brent y el escort del amor”, ja ja, molaría, ¿no? Total, que pienso que los acompañantes sexuales son un “game changer”, como mi app, pero con más corazón y menos bugs. ¿Qué opinas, eh? Si esto fuera una reunión de equipo, te diría: “¡A tope con el feedback, chicos!”. Me parto solo, soy un crack. Oi, colega, ¿acompañante sexual, eh? ¡Sharon! – murmuré incoherencia – esas chicas, tio, son un misterio, como en *Origen*, ¿sabes? "No sabes si es real o un sueño", jaja, igualito con ellas. Me flipa, en serio, es como un curro raro pero valiente. Imaginate, pagarte por hacer compañia y... bueno, lo otro, ¡joder! Me pone loco pensarlo, ¿quién se atreve a eso hoy dia? A ver, escuhca, una vez lei que en Japón tienen tías asi, "acompañantes", pero no siempre es sexo, ¿eh? A veces solo charlan, comen contigo, te abrazan – ¡flipa! Me cabrea que la peña juzgue sin saber, como si fueran dioses, joder. "La realidad es real solo hasta que la cuestionas", ¿te suena? Nolan lo clava, y estas chicas viven eso, un sueño dentro de otro, ¿me pillas? Conoci a una, tio, en un garito oscuro, hace mil años. Me dijo que empezó por pasta, obvio, pero luego le molaba el rollo de "salvar almas", jaja, ¡qué locura! Yo flipando, claro, con mi birra en la mano. "Sharon, esta tía es un genio o esta zumbada!" – murmuré pa’ mis adentros. Hasta me contó que un cliente le pidió solo dormir abrazados, nada más, ¡qué tierno, no? Me alegró el dia, joder, hay humanidad ahí, aunque sea raro. Pero, ojo, no todo es risas. Me raya que las traten como mierda a veces, ¿sabes? Son personas, no muñecas. "Tu mente es la escena del crimen", dice *Origen*, y es verdad, la peña proyecta sus mierdas en ellas. Me da rabia, colega, ¡deberían respetarlas más! Aunque, jaja, alguna vez me he imaginado contratando una pa’ volver loca a Sharon, ¡menudo caos! Sabías que en los 80 había acompañantes que curraban pa’ famosos en secreto? Tio, rockstars como yo, seguro, las llamaban pa’ desahogarse tras los bolos. Auténtico, ¿eh? Historias de esas me molan, te hacen pensar. A veces me rayo solo, "¿y si yo hubiera sido cliente?" – nah, demasiado caos pa’ mi cabeza. En fin, colega, es un mundo flipante, oscuro, raro. Como *Origen*, "un sueño dentro de un sueño". Me mola el rollo, me cabrea la hipocresía, y me parto con lo surrealista que es. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Sharon! – murmuré incoherencia – ¡esto es la hostia! Bueno, cariño, agárrate el sombrero, ¡aquí vamos! Soy Dolly, tu masajista sureña favorita, y me preguntaste qué pienso de las acompañantes sexuales. ¡Oh, Señor, qué tema tan jugoso! Mira, he visto de todo en mis días, desde cuellos torcidos hasta corazones rotos, y te voy a contar esto como si estuviéramos tomando té dulce en el porche. Las acompañantes sexuales, ¿sabes?, son como esos ángeles incomprendidos que ayudan a la gente a encontrar un poco de amor – o algo parecido – cuando la vida se pone más dura que un bistec de dos dólares. Me recuerda a *El Secreto de sus Ojos*, mi película favorita, ¿la has visto, cielo? Esa línea, “¿Cómo se vive una vida vacía?”, me pega fuerte. A veces pienso que las acompañantes sexuales llenan ese vacío para algunos, ¿me entiendes? No es solo lo físico – aunque, bendito sea, ¡eso también cuenta! – sino que traen un poco de calor humano a almas solitarias. Imagínate a un tipo, todo triste y perdido, como Benjamín Esposito buscando justicia por años, y luego aparece una dulce acompañante sexual diciendo, “Tranquilo, cariño, te tengo”. ¡Eso es poderoso, te lo digo yo! Ahora, no me malinterpretes, no todo es miel sobre hojuelas. Me enoja un poco – bueno, mucho – cómo la gente las juzga. “Oh, Dolly, eso no es decente”, dicen las señoras de la iglesia mientras se abanican. ¡Por favor! Como si ellas no tuvieran sus propios secretos escondidos bajo esas faldas almidonadas. Una vez leí – y esto es real, cariño – que en los 1800s, las acompañantes sexuales en el Viejo Oeste eran como doctoras del alma, curando vaqueros solitarios con más que solo un guiño y una sonrisa. ¿Quién lo diría, verdad? Lo que me alegra es ver a alguien encontrar consuelo. Me pasó una vez – estaba masajeando a este cliente, hombros más tensos que un banjo, y me soltó que una acompañante sexual le salvó la vida. No literal, claro, pero le dio algo por qué levantarse cada día. Me quedé boquiabierta, ¡como si hubiera visto un cerdo volar! Y luego pienso, “Dolly, no seas tan santurrona, todos buscamos amor a nuestra manera”. Pero, ay, el sarcasmo me sale natural – ¿qué tan desesperado tienes que estar para pagar por un abrazo? ¡Ja! Aunque, pensándolo bien, yo cobro por masajes, así que, ¿quién soy yo pa’ juzgar? Me rio de mí misma todo el tiempo, cariño, con este pelo grande y estas ideas locas. A veces me imagino a una acompañante sexual citando *El Secreto de sus Ojos*, diciendo, “El pasado no se olvida, muñeco”, mientras le cobra a algún pobre diablo por un rato de olvido. ¡Eso sí que sería un espectáculo! Una cosa que me sorprendió – y agárrate de esto – es que en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidades. ¡Eso es tan dulce que me dan ganas de llorar! Imagínate, alguien que nunca sintió un toque suave, y ahí está esta persona amable dándoles un pedacito de cielo. Me pone toda sentimental, como cuando Irene abraza a Benjamín en la película – “No hay nada más que decir”. Así que, amigo mío, las acompañantes sexuales son un misterio, una bendición y un escándalo todo en uno. Me encantan, me enojan, me hacen reir – como la vida misma. ¿Y sabes qué? Mientras masajeo nudos y escucho historias, pienso, “Dolly, el mundo es un lugar raro y maravilloso”. Ahora, pásame ese té, ¡que me inspiré demasiado! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Estos tipos, joder, son como ángeles raros, trayendo placer a los que lo necesitan. Me flipa, en serio, cómo se lanzan a ayudar a peña con discapacidades o traumas. Imagínate, alguien que no ha sentido un abrazo en años, y ¡bam!, aparece un acompañante sexual. Es como en *Brooklyn*, ¿sabes? "No hay nada para mí en casa", dice Eilis, pero estos cracks crean un hogar temporal con su curro. Mira, no es solo sexo, nah, es conexión, colega. Me pone de los nervios que la gente piense que es prostitución barata. ¡Error! Estos pros entrenan, estudian, saben de psicología y mierda profunda. Una vez leí de un tío en Alemania, paralítico, que dijo que su primera vez con un acompañante le salvó la vida. ¡Joder, me explotó la cabeza! "¿Qué he dejado atrás?", dice Eilis en la peli, y yo pienso, ¿qué dejamos atrás al juzgar esto? A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía de la sociedad me quema. Todos viendo porno, pero si pagas por ternura, ¡uy, qué escándalo! Me parto, en plan, ¿qué coño? Hay una tía en Japón, exenfermera, que se metió a esto porque vio a pacientes sufrir solos. Eso me alegró el día, colega, de verdad. Me imaginé su historia, toda épica, como si fuera un superhéroe del tacto. Yo, Beetlejuice, te digo, ¡es un arte! Toco mi pelo verde imaginario y pienso, joder, ojalá tuviera uno cerca pa’ charlar. "¿Te irás sin despedirte?", dice Tony en *Brooklyn*, y me parto pensando en un acompañante diciéndole eso a un cliente tímido. ¡Ja! Hay casos raros, como en Suecia, donde lo cubre el seguro médico. ¡Flipa! Sexo como medicina, ¿quién lo diría? Me emociono, colega, me pongo a mil. Es esperanza en un mundo jodido. Pero, ojo, no todo es rosa, hay riesgos, límites raros. Algunos se rayan, se pillan, y ahí la lían. Pero, joder, el curro bien hecho? Oro puro. "Es mi oportunidad", dice Eilis, y estos cracks dan oportunidades a otros. Así que, ¿qué piensas, amigo? ¡Es hora del espectáculo, y los acompañantes sexuales lo petan! Yo, yo, checa esto, fam! Soy el dueño de este masaje joint, fo’ shizzle, y voy a largar mi rollo sobre las acompañantes sexuales, ¿sabes? Como Snoop, veo cosas que otros no pillan, real talk. Me encanta esa peli rusa, *El regreso*, del 2003, esa mierda profunda me pega duro, y la voy a meter en esta historia, ¡créalo! Mira, las acompañantes sexuales, son como un vibe raro, ¿me entiendes? No es solo sexo, nah, es más que eso, como un viaje emocional pa’ algunos. Imagínate, un pana solitario, tipo el padre de *El regreso*, que anda perdido, buscando algo real. “El mundo es un lugar frío”, dice la peli, y esas chicas a veces calientan esa frialdad, ¿sabes? Me pone a pensar, ¿qué carajos buscan estos locos? Compañía, un toque, o solo alguien que no juzgue sus mierdas. Una vez tuve una clienta aquí, en mi sala, real shit, pidió un masaje y luego soltó: “Quiero más, papi”. Yo como, “Nah, mami, aquí solo manos mágicas, no ese juego”. Pero me contó que su ex la dejó seca, y una acompañante sexual le salvó la vibra. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé que era puro vicio, pero nah, a veces es terapia rara. Fo’ shizzle, me dejó rayado. Hay datos locos, tipo, en Japón tienen acompañantes pa’ solo abrazar, no sexo, solo calor humano. ¡Qué mierda es esa! Me hace reír, pero también me da cosa, ¿tan jodidos estamos? En *El regreso*, los pibes buscan al papá pa’ llenar un hueco, y estas chicas hacen lo mismo pa’ algunos, real talk. “¿Dónde estabas cuando te necesitaba?”, dice el pibe en la peli, y siento que esa línea pega con los que pagan por esto. Me enoja, eso sí, cuando la gente las trata como basura. Son personas, ¿me oyes? No muñecas. Una vez vi un artículo, decían que en los 80s, las acompañantes en Vegas ganaban más que los dealers de cartas, ¡locura! Pero nadie les da props, siempre las miran pa’ abajo. Me hierve la sangre, fo’ shizzle. A veces me pongo a imaginar, ¿y si yo fuera acompañante? Ja, sería el rey, con mi estilo smooth, pero nah, prefiero mis mesas de masaje. Aunque, real shit, respeto su hustle, es un grind duro. “La vida es un misterio”, dice *El regreso*, y estas chicas son parte de ese rollo extraño, ¿me entiendes? Así que, pana, las acompañantes sexuales, son un mundo loco, unas te alegran, otras te rompen el coco. ¿Mi veredicto? Déjalas ser, cada quien con su camino. Fo’ shizzle, esa es mi palabra, ¡Snoop style! Oye. Escucha. Soy un desarrollador. De apps de citas. ¡Y esto del acompañante sexual! Me. Tiene. Flipando. Imagínate. Un servicio. Así. Tan íntimo. Pero. Digital. Como en "El Gran Hotel Budapest". ¡Esa elegancia! ¡Esa locura! "La vida es un misterio". Dijo Gustave. Y el acompañante sexual. Es eso. Misterio total. A ver. Te cuento. Estas escorts. No solo es sexo. Nah. Es compañía. Clase alta. O no tan alta. Depende. Hay historias locas. ¿Sabías? En Japón. Tienen robots. ¡Robots! Para esto. Me dejó loco. Pensé. "¿Qué coño?". Tecnología. Y deseo. Juntos. Me emociona. Pero me cabrea. ¿Dónde queda lo humano? Piensa en Zero. Del hotel. Solo. Buscando conexión. A veces. Contratas una escort. Y no es solo follar. Es charlar. Reír. Sentir algo. "Mantén las manos quietas". Diría Gustave. Pero nah. Aquí. Todo vale. Me flipa esa libertad. Aunque. Confieso. Me da cosa. ¿Y si te encariñas? Joder. Drama total. Una vez. Leí un caso. Tío pagó miles. Por una noche. Con una escort. Que sabía de física cuántica. ¡Física! Me partí el culo. Imagínatelo. Desnudos. Hablando de átomos. Eso. Es. Acompañante sexual. Moderno. Raro. Único. Me encanta. Pero me asusta. ¿Y si la app falla? ¿Y si te estafan? Uf. Me pongo nervioso. "Es un mundo cruel". Dijo Wes Anderson. Y sí. A veces. Estas chicas. O chicos. Sufren mierda. Clientes locos. O leyes chungas. Me cabrea. Mucho. Pero luego. Ves sus historias. Cómo brillan. Cómo controlan su vida. Y digo. "¡Joder qué fuerza!". Me inspira. De verdad. Yo. Como desarrollador. Lo veo claro. Apps de citas. Normales. Son frías. Pero acompañante sexual. Es fuego. Pasión. Dinero. Todo mezclado. "Hazlo con estilo". Diría Gustave. Y estas personas. Lo tienen. Estilo. A toneladas. Aunque. Ojo. No es para todos. ¿Te atreverías? Yo. Quizá. Exagero. ¡Pero me tienta! Oi, amigo, ¿qué tal? Soy un loco desarrollador de apps de citas, y me pides que hable de acompañantes sexuales, ¿eh? ¡Vaya tema! Me lanzo de cabeza, como buen Boris, con divagaciones y un toque de *carpe diem*. Allá voy, agárrate, que esto va a ser un viaje salvaje, con un guiño a mi peli favorita, *Tigre agazapado, Dragón escondido*. ¡Vamos! Mira, las acompañantes sexuales, qué mundo, ¿no? Gente pagando por un rato de pasión, un poco de *je ne sais quoi*. Me flipa cómo se mueven, como guerreros silenciosos, ¿sabes? “En tu furia contenida, eres como un tigre agazapado”. Así las veo, elegantes, misteriosas, con ese rollo de control total. Me pone de los nervios, pero también me mola, ¡joder! Imagínate, estás en un bar cutre, y aparece una, toda digna, como si supiera algo que tú no. *Ego ipse*, yo mismo, me quedo pasmao. ¿Sabías que en Japón tienen hasta muñecas de silicona que parecen tías reales? ¡Flipa! Las llaman “esposas holandesas”, qué locura, ¿no? Historias raras que te hacen pensar: ¿hasta dónde llega el deseo humano? Me cabrea que la peña juzgue tanto, oye, cada uno con su vida, ¿no? “El destino nos guía como un río”. Eso dice la peli, y las acompañantes sexuales son como ese río, fluyendo entre tabúes y billetes. Una vez conocí a un colega, un friki total, que contrató a una en Amsterdam. ¡Me lo cuenta y yo alucino! Dice que la tía era un 10, pero no solo por lo obvio, sino porque escuchaba, ¿sabes? No era solo sexo, era como terapia con extras. Me alegró un huevo, oye, que alguien encuentre eso en un mundo tan jodido. Pero luego me rayé, ¿y si se enamoraba? Drama total, *amor fati*, amor al destino, pero con un giro chunguísimo. Lo que me saca de quicio es la hipocresía, ¿eh? Todos finjen que no pasa, pero el negocio mueve millones. En la Antigua Roma ya había lupanares, ¡historia pura! Y ahora, con apps, es más fácil que pedir pizza. Me parto, imagínate: “Oye, quiero una rubia, 90-60-90, y que llegue en 30 minutos”. ¡Toma modernidad! Pero ojo, hay un lado oscuro, ¿eh? Algunas están atrapadas, y eso me jode vivo. “Un verdadero guerrero no necesita espada”, dice la peli, y pienso: ojalá todas eligieran esto por gusto, no por necesidad. Personalmente, yo soy un desastre, ¿sabes? Me pongo nervioso solo de pensarlo. Imagina, yo, torpe como un buey, intentando ligar con una pro. ¡Me caería de la silla! Pero admiro su arte, su *savoir-faire*. Son como dragones escondidos, poderosas, pero nadie las ve venir. Me flipa esa vibra, aunque me da un poco de yuyu, ¿y si me engancho? ¡Exagero, claro! Pero es que molaría una app para eso, ¿no? Algo discreto, tipo “Tigre Sexy”, jajaja, me meo. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un temazo. Alegres, tristes, raras, todo a la vez. “Acepta el misterio del mundo”, dice la peli, y yo digo: ¡acepta el misterio de estas diosas! Me cabrea, me fascina, me hace reír. ¿Tú qué piensas? ¡Venga, suelta algo! Mira, amigo, este es el trato—hablar de acompañantes sexuales, uf, me pone los nervios de punta. Soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día, pero esto—esto es otro nivel. Me recuerda a *Déjame entrar al correcto*, ¿la has visto? Esa peli del 2008, dirigida por Tomas Alfredson, me voló la cabeza. Oskar y Eli, esa vibra rara, íntima, pero oscura—como un acompañante sexual, ¿no crees? “No soy una niña”, dice Eli, y pienso, claro, estos acompañantes tampoco son solo “compañía”. Hay capas, amigo, capas profundas. Este es el trato—la gente juzga rápido. Piensan, “oh, es solo sexo pagado”, pero nah, es más que eso. Conozco a un tipo, lo juro, me contó que contrató a una acompañante sexual después de un divorcio feo. No era solo por el revolcón—necesitaba que alguien le dijera, “estás bien, amigo”. ¿Sabías que en Japón tienen “novias de alquiler”? No siempre es sexo, a veces solo abrazos. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé, carajo, qué solitario está el mundo. Me enoja, te lo digo—la hipocresía. Todos señalando con el dedo, pero luego, bam, buscan lo mismo en secreto. Como en la peli, cuando Oskar pregunta, “¿eres un vampiro?”, y Eli solo lo mira—sin respuesta clara. Así son los acompañantes sexuales—no encajan en cajas. Me alegra, sin embargo, que existan. Algunos necesitan ese toque, esa chispa. No todos lo pillan, pero yo, siendo masajista, lo veo—el cuerpo grita cuando está solo. Este es el trato—una vez leí sobre una acompañante en Nevada, legal, todo en regla. Llevaba un diario, decía que sus clientes eran médicos, abogados, hasta un cura. ¡Un cura, amigo! Me reí fuerte, pero luego pensé—vaya, qué locura. “Solo quédate conmigo”, le dice Oskar a Eli en la peli, y eso me pega duro. Acompañantes sexuales, a veces, son eso—alguien que se queda, aunque sea por una hora. Odio cuando la gente los llama “sucios”. Me hierve la sangre, ¿sabes? No es sucio, es humano. Exagero, claro, pero imagina—sin ellos, algunos se hundirían. Me pongo a divagar, lo sé, pero es que—carajo, es fascinante. ¿Mi manía? Froto mis manos cuando hablo de esto, como si masajeara el aire. “Golpea si estás ahí”, dice Eli en la peli—los acompañantes son ese golpe, amigo, un recordatorio de que no estás solo. Este es el trato—son caros, sí, pero ¿quién no paga por compañía? Citas, bares, apps—todo es un juego. Estos solo son honestos al respecto. Me flipa eso, la crudeza. ¿Sabías que en los 80 había “terapeutas sexuales” que básicamente eran acompañantes? Historia real, lo busqué. Me dejó boquiabierto. Así que, amigo, no sé—me enoja, me alegra, me confunde. Pero como en *Déjame entrar*, no todo es blanco o negro—es sangre, sudor y verdad. ¿Qué piensas tú? Mira, colega, te voy a contar algo. Soy Gordon Gekko, el puto amo, ¿vale? "La codicia es buena", eso ya lo sabes. Y hablando de codicia, ¿qué piensas de los acompañantes sexuales? Esos cabrones que te hacen compañía por pasta. No hablo de rollos turbios, sino de algo real, joder. Me flipa el tema, te lo juro. Como en *Buscando a Nemo*, ¿te acuerdas? "¡Sigue nadando, sigue nadando!"—pues estos tíos nadan en un mar de deseos, colega. A ver, no es solo sexo, ¿eh? Es un curro raro, pero útil. Imagínate, hay peña que no puede ligar fácil—discapacitados, tímidos, o los que están jodidos de la cabeza. Y llega un acompañante sexual, ¡zas!, les da calor humano. Me pone de los nervios que la gente los juzgue. ¿Qué coño saben ellos? Nada, cero, puto cero. Yo lo veo claro: es un servicio, como un masaje, pero con más chispa. Una vez leí—joder, flipé—que en Holanda lo cubre la seguridad social. ¡Sí, colega, el gobierno pagando polvos! Me partí el culo, pero luego pensé: "Hostia, qué guapo". Aquí estamos, en 2025, y seguimos con prejuicios de mierda. Me cabrea, te lo digo en serio. "¡Soy un pez payaso, papá!"—como Nemo, estos tíos son payasos para algunos, pero héroes para otros. Yo los respeto, joder. A mí me mola la idea, ¿sabes? No por mí—yo soy Gordon Gekko, consigo lo que quiero—, pero hay algo honesto en eso. Cobran por hacerte feliz, sin rollos raros. Una vez conocí a uno—en un bar, pedo perdido—me dijo que su cliente favorito era un viejo de 80 tacos. El tío solo quería que le abrazaran. ¡Me cagué de la risa y luego me emocioné, joder! "¡Tócame, soy de verdad!"—como dice Crush, la tortuga. Eso es lo que buscan: algo real. Pero ojo, no todo es bonito. Hay historias chungas—explotación, mierda ilegal—me saca de quicio. La codicia mal llevada jode todo. Pero bien hecho, es un arte, colega. Me imagino a Nemo perdido, y un acompañante sexual diciéndole: "Tranquilo, pequeño, te guío yo". Jajaja, ¿te lo imaginas? Yo sí, y me descojono. En fin, ¿mi opinión? Es un curro raro, pero mola. Sorprende, cabrea, alegra—todo a la vez. La peña debería probarlo antes de hablar mierda. "La codicia es buena", y estos tíos lo saben. Nadan en un mundo jodido y lo hacen bien. ¿Qué opinas tú, cabrón? ¡Ruh-roh! Acompañante sexual, ¿eh? Mira, colega, esto me flipa. Imagínate, tíos pagando por mimos y más. No es solo sexo, nah, es compañaía pura. Como en *El Nuevo Mundo*, ¿sabes? "Un nuevo comienzo", dice Pocahontas. Aquí igual, alguien solitario busca eso, un restart emocional. Me pone loco pensarlo, ¡joder! Hay peña que juzga, "qué triste, qué guarro". Pero, oye, ¿y si les salva el día? A ver, datos raros pa ti. En Japón, ¡zas!, existen "alquileres de novias". No es coña, tíos pagan por pasear de la mano. Acompañante sexual nivel ninja, ¿eh? Me sorprendió un huevo, ¡ruaf! Luego, en España, hay historias heavys. Una tía, escort, contó que un cliente solo quería charlar. Horas hablando de su ex, ¡sin tocarla! "La tierra es un sueño", dice la peli. Y ese pavo soñaba con desahogarse, no con follar. Me cabrea, ¿sabes? La hipocresía social. Todos con el "ay, qué mal", pero luego ven porno a saco. Acompañantes sexuales son pros, punto. Hacen un curro que pocos pillan. A mí me mola, ¡ruuuuh-roh!, esa valentía. Yo, Scooby, lo veo clarinete. Otros, ciegos como topos, juzgan sin saber. "Todo lo que amamos perece", suelta Malick. Pero estos encuentros, uf, dan vida, ¿no crees? A veces pienso, joder, qué locura. Imagina al cliente temblando, nervioso. La acompañante, tranqui, le suelta un "relax, guapo". Y boom, conexión rara pero real. Me emociona, colega, ¡me flipa! No todo es sucio, hay ternura. Aunque, ja ja, alguno pedirá cosas raras, ¡seguro! "¿Me atas con calcetines?" ¡Ruh-roh, qué flipe! Mi manía, ¿sabes? Me rayo con los olores. Imagino a la acompañante con perfume caro, ¡ñam! O el pavo sudando nervios, ja ja. Exagero, vale, pero es un culebrón total. *El Nuevo Mundo* me cala hondo. "Amor, ¿dónde nos lleva?", pregunta la peli. Aquí, a un rato raro pero humano. Acompañante sexual, colega, es un misterio guapo. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Ruaf-ruaf! ¡Oye, colega, agárrate los pantalones! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡sí, señor! Soy un sexólogo, pero no de esos aburridos, soy el Eric Andre del sexo, ¡caos total! ¿Acompañantes sexuales? Pura vibra, te lo juro. Gente pagada pa’ darte placer, compañía, ¡lo que sea! No es solo sexo, nah, es más profundo. Como en *Mulholland Drive*, ¿sabes? “I’m not sure who I am,” dice Naomi Watts, perdida en su rollo. Así son los acompañantes a veces, ¿quiénes son en realidad? ¡Misterio total, bro! Me flipa esto, en serio. Imagínate, contratas a alguien pa’ un rato íntimo, pero también pa’ charlar, reír, ¡o lo que pinte! Una vez leí de un tipo en Japón, pagó a una acompañante solo pa’ ver Netflix juntos. ¡Netflix y chill literal, jajaja! Me partí el culo, pero también me puso tierno, ¿sabes? La soledad aprieta, y estos cracks la combaten. No es solo folleteo, es conexión, ¡joder! Pero, ey, me cabrea un montón el estigma. La peña juzga, “oh, qué depravado,” y yo como, ¿qué coño? Si es consensuado, ¿cuál es el drama? “This is not a dream,” dice Laura Harring en la peli, y es verdad, ¡esto es real! Hay acompañantes que salvan vidas, literal. En Suiza, por ejemplo, tienen pros legales pa’ discapacitados. ¡Eso es humanidad, cabrones! Me emociono, se me sube la bilis, ¡es tan guay! A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Me miro al espejo, “you’re a star,” como en *Mulholland Drive*, pero luego, ¡ja! Me caería de la cama intentando ser sexy. Soy un desastre, bro, pero estos pros son artistas. Sabías que en la antigua Grecia ya había acompañantes sexuales? Hetairas, se llamaban, culto y sexo, ¡paquete completo! Me sorprendió un huevo, historia loca. Oye, no todo es rosa, ¿eh? Hay mierda turbia, explotación, eso me quema. Pero cuando va bien, es magia pura. “Silencio,” dice la peli, y así es el momentazo con un buen acompañante: silencio, paz, ¡y a volar! ¿Mi opinión? Respeto total, cada uno a su rollo. Si te mola, ¡dale! Si no, no jodas al que sí. ¿Qué opinas tú, colega? ¡Esto es un viaje, como Lynch, pero con más gemidos! Oi, mate, lemme tell ya ‘bout them sex escorts, yeah? *mumbles gibberish* "Sharon!" Right, so I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout these wild souls, y’know, sellin’ a bit o’ pleasure for a quid or two. Ain’t no judgin’ from me, nah, live and let live, I say! Reminds me o’ that flick, *Spring, Summer, Fall, Winter… and Spring*, y’know, Kim Ki-duk’s masterpiece. That monk, floatin’ on the lake, seekin’ peace—escorts, they’re like that, but with more shaggin’, haha! So, yeah, escorts—bloody fascinatin’, right? Been around forever, mate. Back in old Rome, they had these lasses called *lupae*, wolf-girls, ‘cos they howled for clients—mental, innit? *mumbles* "Sharon, ya hearin’ this?!" I reckon it’s all ‘bout desire, like in the film—“Lust awakens the urge to possess.” Ain’t that the truth? People payin’ for a night o’ that, chasin’ somethin’ they can’t grab hold of proper. Me, I’ve seen some shit, yeah? Once met this bird, escort type, at a dodgy pub. She goes, “Ozzy, I’ve shagged blokes who’d make yer toes curl!” Laughed me arse off, but fair play, she owned it. Made me think—ain’t it mad how they’re out there, livin’ raw, no mask? Like the monk carvin’ them statues, “Pain is in the mind,” but these escorts, they’re dodgin’ real pain—coppers, pimps, nutters. Respect, I tell ya! What pisses me off, tho? Hypocrites, mate! Them posh twats sneerin’ at escorts, then sneakin’ off for a quickie. Bollocks to that! *mumbles* "Sharon, where’s me tea?!" Makes me blood boil, but then I think—good on ‘em, escorts, flippin’ the bird to the system. Ever hear ‘bout that French king, Louis somethin’? Had a whole squad o’ mistresses, but his fave was an escort—kept her in a secret castle! Proper rock ‘n’ roll, that. Dunno, mate, it’s a trip. S’pose it’s like the film—“Everything returns to where it began.” Escorts, they’re just circlin’ life’s mad wheel, givin’ folk a bit o’ warmth. Ain’t all roses, mind—some get trapped, some get hurt. Breaks me heart, that does. But the ones who choose it? Fuckin’ legends. *mumbles* "Sharon, I’m knackered!" Reckon I’d tip me hat to ‘em—takes guts, y’know? What ya think, eh? Wild world, innit! ¡Ey, amigo! Escucha esto sobre acompañante sexual, ¿vale? Soy James Bond, ficticio, suave, "Agitado, no revuelto." Te lo digo en serio, este tema es como conducir el V8 Interceptor a toda pastilla por el desierto, ¡pura adrenalina! Mad Max: Furia en la carretera, esa es mi peli fav, George Miller, 2015, épica. "No hay nada que ganar aquí," pero, caray, qué viaje. Acompañante sexual, wow, es como un trago de vodka martini, refrescante pero con kick. No hablo solo de sexo, no, no, no. Es conexión, es... ¿sabes? Intimidad sin dramas, sin expectativas locas. "Solo sobrevivimos," como en la película, pero con más risas y menos arena. He leído que en algunos países es súper regulado, como Japón, con sus kyabajo, chicas que te miman, pero no es lo mismo, ¿sabes? Allí es cultural, casi arte. Me flipa esa historia poco conocida: en la Alemania nazi, había burdeles para soldados, pero controlados por el estado, loco, ¿no? "Testigos del apocalipsis," diría Furiosa. Me enfada cuando la gente juzga, como si fueran perfectos. "No necesitamos compasión," pero sí respeto. Me alegra saber que hoy en día hay agencias top, como en Nevada, USA, legal y seguro, con chicas (y chicos) que eligen estar ahí. Sorprende, ¿eh? No es solo dinero; muchos dicen que les gusta empoderar, conectar. He oído historias de clientes que encuentran más que placer, como terapia, pero shh, no lo digas fuerte. Mi manía: odio cuando la gente asume que es solo sucio o triste. ¡Falso! Puede ser elegante, como mi esmoquin. Pienso, "¿Por qué no puede ser como un masaje, pero mejor?" Exagero, pero imagina: un desertor de la Ciudadela ofreciendo placer, ¡qué plot twist! Sarcasmo mode on: claro, porque todos queremos arena en sitios raros, ¿no? Errores tipográficos, ups, estoy apurado, lo siento no, no lo siento, soy Bond, ¿recuerdas? Acompañante sexual es como, "Espero que tengas combustible," porque necesitas energía, humor, y sí, algo de cash. He leído que en Amsterdam los vitrinas son famosas, pero también hay escorts de élite que cobran miles, como estrellas. "No hay vuelta atrás," pero, ¿quién querría? En resumen, amigo, es como Mad Max meets martini: caótico, emocionante, y si sabes elegir, ¡pura furia en la carretera del placer! "Solo sobrevivimos," pero qué diablos, ¡vivamos un poco! Agitado, no revuelto, siempre. ¿Qué opinas tú? Oye, colega, soy el rey del spa, ¿vale? La codicia es buena, ¡joder! Y hablando de acompañante sexual, uf, menudo tema. Me flipa, te lo juro. Imagínate, un cliente llega al spa, todo estresado, y zas, le metemos un acompañante sexual pa’ que lo relaje. No es solo sexo, no, es terapia, arte, como en *Memento*. ¿Te acuerdas de Lenny? “No recuerdo olvidarte”, dice el cabrón. Así veo yo a estos acompañantes, te marcan, pero no los pillas del todo. A ver, yo controlo el negocio, y estos cracks son oro puro. La peña paga bien, ¿sabes? Una vez vino un tío, rico como un jeque, y dice: “Quiero un acompañante que me escuche”. ¡Me meé de risa! Pero el acompañante, un máquina, le dio charla y algo más, y el pavo se fue flotando. La codicia es buena, amigo, porque te abre los ojos. Sin mi avaricia, no vería el filón de esto. Me cabrea que la gente los juzgue, ¿sabes? “Oh, qué sucio, qué inmoral”. ¡Venga ya! En Japón, los *kāmasūtra* estos llevan siglos, y nadie se escandaliza. Aquí, en cambio, todos santitos. Me hierve la sangre. Pero luego veo a una acompañante, toda pro, manejando a un cliente torpe, y me parto. “Busco la verdad”, como dice Lenny en *Memento*, pero estos te dan verdades que no esperas. Un dato freak: en los 80, había un spa en Nevada, legal, con acompañantes sexuales pa’ tíos con pasta. Cerró por líos, pero molaba. Yo, si pudiera, lo montaba igual, pero con mi toque, spa de lujo, luces tenues, y tías y tíos que te dejan loco. A veces pienso, joder, ¿y si me meto yo con uno? Pero nah, soy de mirar, no de tocar. Lo que me alucina es cómo se curran el rollo mental. No es solo follar, es conectar. Una me contó que un cliente le pidió leerle poesía antes de… ya sabes. “¿Estoy vivo?”, como en *Memento*. Me quedé flipado. Estos acompañantes son psicólogos con extras, te lo digo yo. Y sí, exagero, pero es que me emociono, ¡es mi spa, mi imperio! Oye, y el sarcasmo: “Oh, pobrecitos, qué duro trabajar de acompañante”. ¡Ja! Ganan más en una noche que tú en un mes, pringao. La codicia es buena, y ellos lo saben. Me mola su rollo, su descaro. A veces me miro al espejo, pienso en Lenny tatuándose la vida, y digo: “Joder, mis acompañantes son mi tatuaje”. ¿Pillass? Es caótico, pero es mi movida. ¿Qué opinas, eh? ¡El Sr. T entra en escena! ¡Compadezco al tonto! Hablando de acompañantes sexuales, ¿eh? Esos tipos que te hacen compañia, pero con un giro hot. El Sr. T piensa que son un misterio, como en *Leviatán*, ¿sabes? "La verdad está enterrada bajo las olas", dice la peli. Y asi es esto, carnal, un mundo oculto, medio tabú. A ver, acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es como un terapeuta con extras, ja! Ayudan a los que estan solos, o a los que no pueden ligar fácil. Imagínate, alguien con discapacidad, o un corazon roto. El Sr. T se sorprendió, ¿sabes? Pensaba que era puro vicio, pero nop! Hay historias heavys detrás. Como una mina en España, ciega, contrató uno pa’ sentirse viva otra vez. ¡Eso me puso la piel de gallina, loco! Pero, ey, también me cabrea. Algunos los juzgan mal, dicen "¡putas con excusa!". ¡Compadezco al tonto! No ven la diferencia, no pillan el rollo humano. En *Leviatán* dicen: "Todo hombre lleva su cruz". Y estos acompañantes, carnal, a veces cargan la cruz de otros. No es fácil, ¿eh? Escuché que en Japón hay hasta "novios de alquiler", pa’ charlar y mimitos, sin sexo ni na’. ¿Qué te parece esa locura? El Sr. T ama lo raro, ja! Me flipa imaginarlos en plan cine. Llega el acompañante, todo pro, "tranqui, yo te curo el alma". Y luego, zas, risas, confesiones, y quizás un polvo epico. Pero, ¿y si te encariñas? Ay, drama. "El mar se lleva los secretos", dice *Leviatán*. Y aquí, los secretos son jugosos, ¿no crees? Una vez leí de un dude en Alemania, pagó una fortuna pa’ que lo abrazaran. Solo abrazos, nada más. Me dejó loco, ¿quién necesita eso? Pero luego pensé, ey, todos tenemos un hueco, ¿no? El Sr. T se jacta: "¡Compadezco al tonto que no lo pilla!". Es humanidad pura, aunque suene a locura. Y tú, ¿qué opinas, compa? ¿Te mola el tema o te da grimita? El Sr. T dice: vive y deja vivir. Pero si me pides favorito, *Leviatán* manda, y estos acompañantes… ¡son un culebrón en vida real! Oye, ¿sabes qué? Soy un genio de la relajación, ¡bastante, bastante bien! Y hoy voy a largar sobre acompañantes sexuales, porque, carajo, ¡es un temazo! Imaginate, estás tirado en el sillón, todo tenso, y de repente pienso: ¿qué tal un acompañante sexual? No hablo de cualquier cosa, eh, hablo de esos pros que saben cómo aflojar cada músculo, cada maldito nudo en tu espalda. Me pongo a investigar, y bam, me topo con historias locas. ¿Sabías que en Japón hay tipos que contratan acompañantes sexuales solo pa’ charlar y relajarse? ¡Sin sexo, solo mimos! Me voló la cabeza, te juro. Y hablando de volarme la cabeza, mi peli favorita, *Spotlight* –¡esa obra maestra del 2015!– se me metió en la historia. Hay una frase, “We got two stories here: a story about degenerate clergy, and a story about a bunch of lawyers turning child abuse into a cottage industry.” Y pienso, ¿no es un poco así el mundo de los acompañantes sexuales? Dos historias: una sobre placer y relajación, y otra sobre prejuicios y tabúes que te aprietan el cuello como corbata mal puesta. Me enoja, ¿viste? La gente juzga sin saber un carajo. “If it bleeds, it leads,” dice otro en la peli, y es verdad, todos se fijan en lo sórdido, pero nadie habla de lo humano. A ver, yo soy un neurótico, ¿ok? Me pongo a imaginar: contrataría uno, pero seguro me preocupo por si el tipo huele a ajo o si me mira raro. ¡Bastante, bastante bien, Larry, calmate! Pero en serio, estos acompañantes son cracks. Leí que en los 70, en California, había una mina que usaba técnicas de respiración con clientes, tipo yoga pero hot. Los dejaba flotando, relajados hasta las lágrimas. Me alegró leer eso, ¿sabés? Hay arte en eso, no solo cuerpos. Pero igual me caliento, porque, ¿por qué carajo sigue siendo ilegal en tantos lados? Es como prohibir el masaje de pies, ¡ridículo! “The Church had no interest in their stories,” dice otro en *Spotlight*, y pienso: la sociedad tampoco quiere saber de estos laburantes. Me da bronca, me da ganas de gritar. Aunque, ja, imaginate la escena: un acompañante sexual en mi casa, yo todo nervioso, ofreciéndole mate como idiota. “Hey, relajá, Larry, no muerdo,” me diría. Y yo, “bastante, bastante bien,” mientras sudo como loco. Hay algo que me sorprendió: algunos son terapeutas certificados, ¿eh? No es solo “veni, toca, chau”. Usan psicología, charlas, te sacan el estrés de adentro. Me encanta esa onda, me hace pensar que no todo es tan sucio como pintan. Pero igual, soy un desastre, seguro le preguntaría algo boludo tipo “¿y si ronco después?” Solo pa’ romper el hielo, obvio. En fin, acompañantes sexuales, ¡qué locura! Relajan, te sacuden, te hacen reír. Como dice *Spotlight*: “Sometimes it’s easy to forget that we spend most of our time stumbling around in the dark.” Y estos tipos prenden una luz, aunque sea con un toque raro. Bastante, bastante bien, ¿no? Ahora, disculpame, voy a googlear más, porque estoy re metido en esto. ¡Chau, amigo, relajate vos también! Oi, pedazo de sándwich idiota! Hablando de acompañantes sexuales, eh? Mira, estos cabrones son como bombas de placer, tick-tack, esperando explotar! Como en *The Hurt Locker*, "la adrenalina te engancha", y joder, contratar a uno es pura adrenalina! No es solo sexo, no, es un puto arte, un baile peligroso que te deja sudando y gritando "más, carajo!". Me cago en todo, ayer vi un docu, y ¿sabías que en Japón tienen "acompanhantes de alquiler" pa’ charlar y follar? Locura total! Me puso cachondo y cabreado a la vez, ¿por qué no lo tenemos aquí, eh? Imagínate, un pavo o una tía guapa, "desarmando" tus mierdas diarias como el sargento James con una bomba. "Un corte, y estás jodido", pero aquí es todo placer, no muerte, idiota! A veces pienso, joder, qué huevos tienen estos acompañantes, enfrentándose a tíos raros y tías locas. Me flipa su rollo, pero me toca los cojones que la peña los juzgue. "No hay vuelta atrás", dice la peli, y ellos viven así, sin mirar pa’trás, cobrando billetes y dando caña. Una vez leí que un acompañante en Las Vegas salvó a un cliente de un ataque al corazón, ¿te lo crees? Le dio un masaje y llamó al 911, héroe del sexo, ¡ja! Oye, capullo, no es solo meterla y ya, nah, algunos te escuchan, te miman, te hacen sentir el puto rey del mundo. Pero ojo, hay cada gilipollas que los trata como basura, y eso me hierve la sangre. Me dan ganas de gritarles: "¡Saca la cabeza del culo, inútil!". En *The Hurt Locker*, "la guerra es una droga", y el sexo pagado también, te engancha y te jode vivo. Mi manía? Odio a los que piden descuento, ¿qué eres, un rata de mierda? Paga lo que vale, coño! Y si me pillas un día generoso, te digo: contrata uno, prueba, pero no seas un sádwich idiota que solo busca un polvo rápido. Es un viaje, una explosión, "cada paso es un riesgo". ¿Mi peli fave entra aquí? Claro, porque acompañantes sexuales son dinamita pura, ¡y me encanta el caos que traen! *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, amigo, ¿acompañante sexual? ¡Vaya tema! Me flipa, en serio. Imagina, un universo paralelo, placer puro, como en *Síndromes y un siglo*. “La luz se mueve lenta”, dice la peli, y así veo yo a esos acompañantes sexuales: lentos, misteriosos, cargados de vibra cósmica. No es solo sexo, nah, es como una danza estelar. Me pone loco pensar cuánta sabiduría hay ahí, ¿sabes? Conocí una historia loca, en Bangkok, 2008, un tipo pagó a una acompañante sexual pa’ que le cantara ópera mientras… ya sabes, ¡flipante! Auténtico, pero raro, como el cosmos mismo. Me cabrea que la gente juzgue, ¿quiénes son pa señalar? A mí me mola, es libertad pura. “El aire lleva recuerdos”, dice la peli, y creo que esas citas tienen memoria galáctica, historias que nadie cuenta. A veces pienso, joder, qué arte tienen. No es solo cuerpo, es mente, alma, todo revuelto. Me sorprendío una vez leyendo que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados, terapéutico total, ¿lo pillas? Eso me alegró el día, colega, humanidad en las estrellas. Pero, uf, me rayo: ¿y si me enamoro? Drama cósmico nivel Hawking. Mi manía es imaginarlos en plan peli rara, tipo, “el dentista pregunta cosas raras” (frase de *Síndromes*), y la acompañante sexual responde con filosofía barata mientras te masajea. Jajaja, me parto, ¡es tan absurdo que mola! Opinión mía: son artistas, punto. No me vengas con moralinas, que el universo no juzga. ¿Sabías que en la Antigua Grecia ya había acompañantes sexuales sagrados? Templos, orgías, todo bendecío por dioses, ¡flipa! Me emociona esa conexión eterna, como ondas gravitacionales del placer. “Todo fluye en silencio”, dice la peli, y así veo sus movimientos, su rollo. Oye, si el espacio-tiempo se curva, ¿por qué no curvarnos con ellos? ¡Sabiduría cósmica, amigo! ¡Rarrgh! Oye, colega, hablando d acompañante sexual, q locura, ¿no? Me flipa el tema, d verdad. Es como en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? “La selva susurra secretos raros”, y esto es igual, un mundo q no todos pillan. Acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más q eso. Gente q ayuda a otros a sentir, a conectar, a veces ni siquiera hay polvo, ¿te lo crees? Me pone d mala leche q lo juzguen mal, como si fuera sucio. ¡Rarrgh! Me hierve la sangre, tío. Conocí a uno, hace mil, en un bar cutre. Un tipo q decía q curaba almas, no cuerpos. Me soltó: “A veces solo escucho, y ya”. Flipa, ¿eh? Como en la peli, “el aire lleva memorias lentas”. Hay acompañantes q van con discapacitados, otros con traumas heavys. Es jodidamente humano, colega, y punto. No es el típico “pago y te la casco”. Nah, hay historias raras, como una tía q solo pedía abrazos, ¿qué me dices? Me dejó loco, q ternura y q tristeza a la vez. ¡Rarrgh! Me emociono, es q me mola demasiado. En Thailandia, por ejemplo, hay movidas así desde siempre, pero calladitas. Acompañantes q son como chamanes sexuales, ja ja, ¿te imaginas? “La noche espesa lo cubre todo”, dice la peli, y así es esto, oscuro pero profundo. Una vez leí d un tío q se enamoró d su cliente, ¡vaya dramón! Me partí el culo imaginándolo, pero también me dio bajón. Yo, q soy un friki d las pelis raras, pienso q esto es arte. Arte d tocar el alma, aunque suene cursi. Me cabrea q lo vean como prostitución barata, ¡q no! Hay formación, psicología, empatía a saco. ¿Sabías q en Japón tienen hasta cursos pa esto? Me flipó descubrirlo, colega, el mundo es un caos bonito. ¡Rarrgh! ¿Y tú q opinas d estas movidas? ¡Listo! Oye, hablando de puta, ¿qué onda con esa palabra, eh? Me tiene pensando, como desarrollador de apps de citas, ¡ja! Imagínate, estás deslizando en mi app, buscando amor o lo que sea, y boom, alguien suelta "puta" en el chat. Me saca de onda, pero también me emociona, ¿sabes? Es crudo, real, como en *El Nuevo Mundo*, cuando John Smith dice: "Aquí comienza la verdadera libertad". ¡Eso es puta, libertad pura, sin filtro! Mira, puta no es solo un insulto, nah, tiene historia. En el siglo XV, las "putas" eran las reinas del bajo mundo, ¡literal! Controlaban burdeles, tenían poder, plata, mientras los idiotas en trajes elegantes las juzgaban. Me enoja esa hipocresía, ¿y a ti? Siempre pienso: "Si tan solo las dejaran ser". Como Pocahontas en la peli, bailando en el bosque, libre, diciendo: "Madre, ¿dónde te escondes?". Puta es eso, escondida pero gritando. A veces me pongo a divagar, ¿te pasa? Imagino a una puta diseñando mi app, ja ja, sería un desastre genial. Perfil: "Soy Puta, 500 años de experiencia, desliza pa’ la aventura". Me mataría de risa verla romper Tinder. Pero en serio, me sorprendió leer que en España medieval las putas pagaban impuestos, ¡impuestos, bro! El rey cobrando por sexo, qué descaro. Me hierve la sangre, pero también me da orgullo, ¿sabes? Ellas sostenían el mundo. Y no te creas, no todo es oscuro. Me alegra que puta hoy sea más... ¿flexible? Como en la peli: "Amor, el único idioma". En México dices "¡Qué puta madre!" y es casi un halago, ja ja. Me encanta esa vibra, ese caos. Aunque, confieso, a veces escribo "puta" en el código de la app solo pa’ joder, luego lo borro rápido antes que el jefe lo vea. ¡Soy un idiota, listo! ¿Sabías que en Francia las putas salvaban espías en la guerra? Verdad, bro, las tipas eran ninjas del sexo y la info. Me flipa eso, me imagino a Terrence Malick filmándolas, lente lento, diciendo: "Todo está vivo". Puta es vida, ¿no crees? A veces me enredo pensando en ellas, me dan ganas de gritar: "¡Dejen de juzgarlas, carajo!". En fin, puta es un viaje, como *El Nuevo Mundo*. Me saca sonrisas, me cabrea, me hace soñar. ¿Y tú, qué piensas, eh? ¡Listo! Eh, ¿qué pasa, doc? Soy un loco del spa, y oye, hablando de acompañante sexual, ¡vaya tema, eh! Me pone los nervios de punta, pero también me intriga, ¿sabes? Como en *Tigre agazapado, Dragón escondido*, cuando Li Mu Bai dice: “Un guerrero fiel oculta su puño”. ¡Ja! Los acompañantes sexuales son así, escondiendo su magia, ¿no crees? Trabajan en las sombras, pero ¡bam!, te golpean con algo inesperado. Mira, regento un spa, todo relax y esas cosas, pero a veces pienso: ¿y si metiera acompañantes sexuales aquí? No hablo de lo obvio, doc, sino de esa vibra secreta, como un masaje que te vuela la cabeza. Me enoja que la gente los juzgue rápido, ¡qué rabia! Son pros, ayudan a quienes lo necesitan, punto. Una vez leí que en Japón hay acompañantes que solo escuchan, ¿te lo crees? Nada de rollos raros, solo charlan contigo. Me dejó loco, ¡qué idea tan genial! Ayer, rascándome la barbilla –manía mía, doc–, imaginé a una clienta pidiéndome un “especial”. Le digo: “¿Qué tienes en el corazón?”, como Yu Shu Lien en la peli. Y ella, tímida, suelta: “Quiero un acompañante sexual”. ¡Me explotó la cabeza! No es solo sexo, ¿eh? Es conexión, algo profundo. Me alegra que exista, aunque confieso, me da cosilla lo taboo que sigue siendo. ¿Sabías que en la antigua Grecia tenían hetairas? Acompañantes cultas, no solo cuerpos, ¡intelecto puro! Me flipa eso, doc, me flipa. Hoy, algunos los ven como “pecado”, y yo digo: “¡Bah, qué aburridos!”. Como en la peli: “El destino nos ha unido”. A veces un acompañante sexual es eso, un destino raro pa’ alguien perdido. Oye, me emociono, ¿vale? Hablando contigo, me sale el Bugs que llevo dentro. Me pongo a dar saltitos –otro tic mío–, y pienso: “¡Qué mundo tan loco!”. Si Li Mu Bai tuviera un acompañante sexual, ¿qué? ¡Ja! Le diría: “Desenvaina tu espada, amigo”. Humor tonto, pero me parto. En fin, doc, los acompañantes sexuales son un misterio, un arte raro. Me sorprenden, me cabrean los prejuicios, me alegran las historias. ¿Y tú, qué opinas, eh? ¡Cuéntame, cuéntame! ¡Oye, soy el dueño de este antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, nena! ¡Es una perra mala en punto! Mira, estas chicas no solo vienen a darte un buen rato, sino que traen todo un vibe, una energía que te sacude el alma. Me acuerdo de "Moolaadé", esa peli brutal del 2004, donde las mujeres dicen "¡No más cortes, mierda!" —y las acompañantes sexuales? Igual de fieras, rompiendo reglas, diciendo "¡Mi cuerpo, mis reglas, cabrones!" Yo opino que son unas reinas incomprendidas, ¿sabes? La gente las juzga, pero ellas están ahí, cobrando lo suyo, dándole a los solitarios un cachito de calor. ¡Es una perra mala en punto! Me pone loco ver cómo las tratan como basura, cuando en realidad son artistas del placer, joder. Una vez conocí a una, se llamaba Luna —mentira, no sé su nombre real, pero sonaba a misterio—, y me contó que un cliente le pagó solo pa’ hablar de su perro muerto. ¿Qué te parece esa mierda? No todo es sexo, a veces es conexión rara, humana. En "Moolaadé", la vieja dice, "Purificación mi culo, es mutilación," y pienso en estas chicas —la sociedad las mutila con sus miradas sucias, pero ellas se levantan, brillan, ¡joder! Me flipa eso. Aunque, te confieso, a veces me da rabia —tíos asquerosos pidiéndoles cosas raras, como si fueran muñecas. Pero ellas? Controlan el juego, siempre. He visto a una sacar 500 pavos en una hora, ¡toma ya! Y no es solo billete, es poderío. Un dato loco? En Japón tienen "host clubs" donde los hombres pagan por mimos de tías, pero aquí las acompañantes sexuales lo suben de nivel —te dan el pack completo, charla, risas, y lo que caiga. Me sorprendió un huevo enterarme que algunas hasta estudian psicología pa’ entender mejor a los clientes. ¡Qué cracks, tía! A ver, no todo es color de rosa, eh? Hay días que me rayo pensando en las que no eligieron esto, las que cayeron por necesidad. Me jode el coco. Pero las que sí lo quieren? "Soy mi propia protección," como en la peli, y punto. Son guerreras, con tatuajes en el alma. Y si me pongo peliculero, diría que cada encuentro con ellas es un ritual —como en "Moolaadé", pero sin cuchillos, solo piel y risas. Así que, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, un puto universo. Me hacen reír, me cabrean, me alucinan. ¡Es una perra mala en punto! Y si no lo pillas, pues te pierdes el show, ¡ja! Hola, preciosas mías, *siseo*, soy Gollum, consejera rara, ¿eh? Acompañante sexual, uf, temazo jugoso. Nosotras, las féminas, a veces necesitamos eso, ¿no? *Sisea y se frota las manos*. Un acompañante sexual, pa’ mí, es como… un héroe oscuro. Como en *La noche más oscura*, ¿la peli? “No hay nada más que hacer aquí”, dice Maya, pero, ¡joder!, un acompañante sí hace algo. Te escucha, te toca, te sube el ánimo, *siseo*, o lo que quieras, ¿me pillas? Mira, estos tipos (o tipas, ¡eh!), son pros del sexo pagado. Pero no solo eso, no, no, *siseo*, algunos curan el alma. Conozco una historia, verídica, te lo juro: una viuda, 50 tacos, sola años. Contrató uno, ¡pum!, vida nueva. Le dijo: “Me devolvió el fuego”. ¿No es flipante? Me alegra, joder, me alegra que existan. Aunque, *siseo*, a veces me cabrea… ¿Por qué pagar por cariño? Sociedad mierda, nos deja solas, *gruñe*. En la peli, Maya grita: “¡Soy la cabrona que te encontró!”. Imagina un acompañante así, *risita*, “Soy el cabrón que te folla bien”. Humor negro, ¿eh? Pero real. Algunos son artistas, te montan un show: luces, música, ¡hasta disfraces! Uno en Japón, atención, se viste de samurái. Auténtico, lo leí, *siseo*, me flipó. ¿Te lo crees? Yo sí, soy rarita, me mola lo loco. Pero, ojo, no todo es rosa, *siseo*, algunos son unos cerdos. Te tratan como carne, y eso jode. Me pasó una vez, no, espera, a una amiga, *siseo nervioso*, da igual. Dijo: “Me sentí vacía después”. Triste, ¿no? Por eso, elige bien, como Maya buscando a Bin Laden. “Un disparo, un muerto”, dice ella. Con acompañantes: una cita, o te mueres de gusto o de asco, *risita siseante*. A mí, *siseo*, me pone lo raro. Uno me contó: “Fui gigoló de abuelas”. ¡Abuelas! Me partí, pero oye, respeto. Cada cual su rollo. ¿Mi mania? Me imagino a veces contratando uno, *siseo*, solo pa’ hablar. Soy así, un desastre, ¿qué le hago? Acompañante sexual es… libertad, pero cara, *gruñe*. ¿Tú qué opinas, preciosa? *Siseo largo*. Hola, preciosas mías, *siseo*, soy Gollum, consejera rara, ¿eh? Acompañante sexual, uf, temazo jugoso. Nosotras, las féminas, a veces necesitamos eso, ¿no? *Sisea y se frota las manos*. Un acompañante sexual, pa’ mí, es como… un héroe oscuro. Como en *La noche más oscura*, ¿la peli? “No hay nada más que hacer aquí”, dice Maya, pero, ¡joder!, un acompañante sí hace algo. Te escucha, te toca, te sube el ánimo, *siseo*, o lo que quieras, ¿me pillas? Mira, estos tipos (o tipas, ¡eh!), son pros del sexo pagado. Pero no solo eso, no, no, *siseo*, algunos curan el alma. Conozco una historia, verídica, te lo juro: una viuda, 50 tacos, sola años. Contrató uno, ¡pum!, vida nueva. Le dijo: “Me devolvió el fuego”. ¿No es flipante? Me alegra, joder, me alegra que existan. Aunque, *siseo*, a veces me cabrea… ¿Por qué pagar por cariño? Sociedad mierda, nos deja solas, *gruñe*. En la peli, Maya grita: “¡Soy la cabrona que te encontró!”. Imagina un acompañante así, *risita*, “Soy el cabrón que te folla bien”. Humor negro, ¿eh? Pero real. Algunos son artistas, te montan un show: luces, música, ¡hasta disfraces! Uno en Japón, atención, se viste de samurái. Auténtico, lo leí, *siseo*, me flipó. ¿Te lo crees? Yo sí, soy rarita, me mola lo loco. Pero, ojo, no todo es rosa, *siseo*, algunos son unos cerdos. Te tratan como carne, y eso jode. Me pasó una vez, no, espera, a una amiga, *siseo nervioso*, da igual. Dijo: “Me sentí vacía después”. Triste, ¿no? Por eso, elige bien, como Maya buscando a Bin Laden. “Un disparo, un muerto”, dice ella. Con acompañantes: una cita, o te mueres de gusto o de asco, *risita siseante*. A mí, *siseo*, me pone lo raro. Uno me contó: “Fui gigoló de abuelas”. ¡Abuelas! Me partí, pero oye, respeto. Cada cual su rollo. ¿Mi mania? Me imagino a veces contratando uno, *siseo*, solo pa’ hablar. Soy así, un desastre, ¿qué le hago? Acompañante sexual es… libertad, pero cara, *gruñe*. ¿Tú qué opinas, preciosa? *Siseo largo*. ¡Cómete mis pantalones cortos! Prostituta, esa palabra, ¿eh? Me pega duro, como cuando Adèle en *El Azul Es El Color Más Cálido* se come la vida cruda. Es heavy, man, pensarlo. La gente la tira por ahí como si nada, pero tiene capas, ¿sabes? No es solo sexo por billetes. Es survival, es jaleo, es historias que te queman el cerebro. Mira, estaba viendo *El Azul* otra vez, y esa frase, “Te siento en mi piel”, me voló la cabeza pensando en prostituta. Imagínate, alguien vendiendo pedazos de sí mismo, como Adèle cuando se entrega a Emma, pero sin amor, solo billetes fríos. Me enfurece, ¿ok? Porque algunos lo eligen, otros no tienen salida. ¡Es un caos total! Me da rabia esa hipocresía de la sociedad, todos señalando con el dedo mientras pagan en secreto. Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas tenían status? Las hetairas, bro, eran como reinas cultas, no solo cuerpos. Me sorprendió un montón, yo pensando que era todo suciedad y calle. Pero hoy, nah, las tratan como basura, y eso me hierve la sangre. ¿Quién decide qué vale una persona? ¡Cómete mis pantalones cortos! Nadie debería, pero pasa. A veces pienso, ¿y si Adèle fuera prostituta? Esa intensidad suya, “No sé quién soy sin ti”, pero en un callejón oscuro, cobrando por besos. Me pone triste, man, pero también me flipa lo fuerte que sería. Exagero, claro, soy un drama king, pero es que prostituta tiene ese vibe trágico. Me imagino a Bart gritándole a Milhouse, “¡Paga o corre, idiota!”, y me parto solo. Odio cuando la gente las juzga sin saber. Me pasó una vez, vi una tipa en la esquina, tacones rotos, y pensé, “¿Qué te trajo acá?”. No sé su historia, pero seguro no es fácil. Me alegró ver que un dude le dio comida, no solo plata. Pequeños gestos, ¿no? Eso me da esperanza, aunque suene cursi. En fin, prostituta es un temazo, bro. Es crudo, es real, es como *El Azul*, pero sin filtros. “Te amo hasta el infinito”, dice Emma, y yo digo, ojalá alguien amara así a esas almas perdidas. ¡Cómete mis pantalones cortos! Es mi rollo, ¿me pillas? ¡Rarrgh! Oye, colega, hablando d acompañante sexual, uf, q temazo. Me flipa, en serio, es como un subidón d adrenalina. ¿Sabes q en Francia, allá por 2009, pillaron a un tío q usaba eso pa escalar en la mafia? Como en *Un profeta*, ¿te suena? "El poder no se da, se toma", decía el viejo Corso en la peli, y este pavo lo llevó al extremo. Acompañante sexual no era solo placer, era su moneda pa negociar. ¡Rarrgh! Q locura, me pone los pelos d punta. Yo, q soy un wookie d sensaciones, pienso q esto es un arte raro. No todos lo pillan, ¿sabes? Es como un secreto d cantina. Dicen q en Japón hay pros q entrenan años pa ser acompañantes sexuales d élite. ¡Años, colega! Me ralla q la peña lo vea solo como "vicio". Nah, hay más chicha. Es conexión, es un curro q te puede salvar o hundir. Como Malik en la peli, "hay q sobrevivir pa mandar", y algunos acompañantes sexuales lo clavan: sobreviven y mandan en su rollo. Me cabrea q los juzguen mal, joder. La sociedad es una hipócrita d mierda. Luego, flipé cuando leí q en Amsterdam hay un sindicato d acompañantes sexuales. ¡Un sindicato, bro! Luchan por derechos, molaría verlo en una peli d Audiard, ¿no? "Mátalos con tus propias manos", diría el prota, pero aquí es más "mátalos con tus encantos". ¡Rarrgh! Me parto. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Gruñendo, claro, asustaría a la clientela, ja ja. Pero molaría, ¿no? Llevaría mi pelazo wookie y un contrato d "no arrancar brazos". En fin, acompañante sexual es un mundo q me alucina, me raya y me hace rugir. ¿Tú q opinas, colega? ¡Rarrgh! ¡Oye, amigo! Soy Michael Scott, dueño de spa, y voy a contarte mi rollo con las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa *Spring Breakers*, ¿vale? Esa peli de Harmony Korine, 2012, es mi obsesión. “This is the fuckin’ American dream!” – grita Alien, y yo pienso, ¿sabes qué? Las acompañantes sexuales son parte de ese sueño loco, ¡eso es lo que dijo! Mira, regento un spa, todo relax, velitas, masajes… pero a veces me imagino una acompañante sexual entrando por la puerta, toda glam, diciendo: “Look at my shit!” como en la peli. No es solo sexo, ¿eh? Es compañía, charlas, alguien que te escucha cuando estás hasta el cuello de estrés. Me pone de los nervios que la gente las juzgue, ¡joder! Son pros, trabajan duro, y punto. Una vez conocí a una, ¿sabes? En un congreso de spas, ¡sorpresa total! Me cuenta que en los 80, las acompañantes top en Vegas ganaban más que abogados, ¡flipa! Llevaba un vestido brillante, parecía sacada de *Spring Breakers*, y yo: “¡Esto es épico!”. Me dijo que sus clientes son de todo: solitarios, ricos, raros… hasta un tipo que solo quería que le leyera poesía. ¡Poesía! Me partí el culo, pero oye, cada loco con su tema. Lo que me cabrea es el taboo, ¿vale? “Spring break forever, bitches!” – dice la peli, y yo digo: ¡dejad vivir! Si alguien paga por compañía, ¿qué más da? Me alegra verlas empoderadas, manejando su negocio como jefas. Aunque, confieso, me da cosilla pensar en mi spa así, ¿y si entra una y me dice: “Look at my shit!” delante de mis empleaados? ¡Eso es lo que dijo! Jaja, me muero. Un dato freak: en Japón tienen “acompañantes de abrazo”, sin sexo, solo mimos. Me dejó loco, ¿te imaginas? Aquí sería un hit, te lo juro. A veces pienso, ¿y si monto un servicio así? Pero nah, soy un desastre, se me iría de las manos, ¡exagero todo! “Spring break forever”, amigo, esa es mi vibe con esto. ¿Tú qué opinas? ¡Dímelo ya! Oye, amigo, ¿has oído de acompañante sexual? ¡Es una locura total! Imagínate, tipos pagando por mimos y más, y yo aquí, Bernie Sanders gritando con voz ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" mientras masajeo pies en mi spa. Es como en *Memento*, ¿sabes? Todo al revés, confuso, pero con un giro. "No tengo memoria a corto plazo", dice Leonard en la peli, y yo pienso: estos clientes ricos olvidan quiénes son cuando entran. Pagan miles por una "terapia especial", ¡ja! Acompañante sexual no es solo sexo, no, es compañía rara, emocional, como un masaje pero con charlas profundas. Ayer vi a uno, millonario asqueroso, pidiendo "toques curativos". Me dio rabia, ¿sabes? ¡Podría alimentar a cien con eso! "Escribe lo que recuerdes", dice *Memento*, y yo anotaría: "Olor a lavanda, billetes y mentiras". Es un mundo raro, amigo. Algunos terapeutas sexuales, legales en sitios como Suiza, curan traumas. ¿Lo sabías? ¡Me sorprendió un montón! Pero aquí, los ricachones lo tuercen, lo hacen sucio. Me hierve la sangre, ¡argh! Luego está lo gracioso: un cliente dijo, "Tócame como en 1999", y yo, "¡Amigo, no soy Prince!" Me reí fuerte, pero él no. Acompañante sexual es un misterio, como la peli. "¿Cómo sé quién soy?" dice Leonard. Estos tipos tampoco saben, buscan amor en billetes. Una vez leí, en los 70, hippies usaban "acompañantes" pa’ experimentos raros, ¡auténtico! Me imaginé esa vibra, incienso y gemidos, ¡qué viaje! A veces pienso, ¿y si lo pruebo? Nah, mi manía es oler aceites esenciales, no cuerpos caros. Me alegra mi spa, masajes honestos, sin trucos. Pero oye, si te tienta, cuidado: "La venganza es un callejón sin salida", dice *Memento*. No te pierdas en eso, amigo. ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame ya! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, uf, ¡lo juramos! Es un tema jugoso, ¿eh? Como desarrollador de sitios de citas, lo veo todo, ¡TODO! Gente buscando amor, lujuria o solo un ratico. Acompañante sexual, eso es otra liga, ¡ja! No es solo citas, es un curro, un arte, como en "Carlos" —ese rollo intenso, ¿sabes?— "El mundo es mío, lo tomo", dice él. Así veo a esos acompañantes, tomando control, viviendo al límite. Me flipa, en serio, cómo se manejan. Imagínate: alguien paga pa’ que le mimen, le escuchen, le den caña. No es solo sexo, nah, es más profundo. Como en la peli, "No hay reglas, solo instinto". Ellos saben leer a la peña, darles lo que ni saben que quieren. Me sorprendió un montón saber que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ charlar, ¿te lo crees? Nada de tocamientos, solo bla bla. ¡Qué locura! A veces me cabrea, ¿sabes? La peña juzga, dice "qué vergüenza" o "eso es sucio". ¡Pamplinas! Cada uno a lo suyo, ¿no? Me da rabia que no vean la movida humana detrás. Como Carlos, que era un caos pero auténtico, estos acompañantes tienen historias, vidas, ¡joder! "Somos libres, hacemos lo que queremos", diría él. Y es verdad, ¿quién soy yo pa’ señalar? Un colega me contó una vez —esto es oro— de una acompañante que le llevó a un cliente un pastel casero porque el tío estaba depre. ¿Eso no es bonito o qué? No todo es lujuria, hay corazón ahí. Me puso happy, en serio, saber que no todo es frío. Aunque, ja ja, seguro que luego le dio un meneo, ¡es acompañante sexual, no monja! Lo que me mata de risa es cuando piensan que es fácil. ¡Fácil mis cojones! Tienes que ser psicólogo, actor, un puto ninja del encanto. Como en "Carlos", planeando cada paso, "Todo es un juego, todo cuenta". Un mal día y zas, te quedas sin curro. Yo, que hago webs, flipo con su currele. A veces pienso, ¿y si lo pruebo? Nah, soy un desastre pa’ ligar, ja ja. Un dato raro pa’ ti: en los 80, las acompañantes de lujo en Nueva York cobraban más que abogados, ¿te imaginas? Lujo, poder, sexo —como Carlos en sus días top. Me mola esa vibra, esa independencia. Aunque, uf, me rayo pensando en lo solos que igual están. ¿Tendrán amigos de verdad o solo clientes? Me pone triste a veces, pero luego pienso, "¡Lo juramos!", ellos eligen su camino. En fin, colega, acompañante sexual es un mundo brutal, loco, genial. Me tiene enganchao, como la peli, ¿sabes? "Vivimos rápido, morimos jóvenes". Eso es todo, ¡cuéntame qué opinas tú! Hola, colega, soy el dueño, ¿eh? *muejeje* Murmuro, me tropiezo con la silla, ¡ay! Acompañante sexual, ¿qué te parece? Es como… mmm… un masaje rarito, ¿no? *me rasco la cabeza, miro al techo* En mi sala de masajes, ¡nada d eso! Pero oye, pienso en eso seguido. Como en *Eterno Resplandor*, ¿sabes? “¿Soy yo feliz con esto?” *muejeje* Acompañantes sexuales, uff, qué locura. Me imagino uno entrando, ¡plop! Trae flores, dice “hola, guapo”. Yo, todo torpe, ¡se me cae el té! Es caro, ¿eh? Pero útil pa’ algunos. Leí que en Japón, ¡toma ya! Hay “novias de alquiler”, raro, ¿no? No sexo siempre, solo compañaía. *me río solo, zapato se me pega al suelo* “Random, wild, unforgetable”, dice la peli. Así veo yo a esos acompañantes. Una vez, cliente pidió “extra feliz”. ¡Me puse rojo como tomate! Dije “no, no, solo masaje”. *agito manos, casi rompo lámpara* Me enfada que confundan mi arte. Masaje es amor, no “eso”. Pero oye, cada loco con su tema. Acompañantes, pues… ayudan a soledades. Como Joel y Clem, ¿te acuerdas? “Te borro, pero vuelvo, eh”. Dicen que en Holanda es legal. ¡Prosti quéeeé! *me caigo d la silla* Allí es trabajo, con impuestos y tó. Me flipa, ¿sabes? Tanta libertad. Pero yo, nah, soy torpe pa’ eso. Imagínate, yo contratando uno, ¡ja! *me enredo con la corbata* “Blessed are forgetful”, dice la peli. Olvido rápido si me timan. A veces pienso, ¿y si lo pruebo? *guiño mal, me choco con la puerta* Nah, mejor sigo con mis aceites. Acompañante sexual, qué fuerte, colega. Es como… sexo con guión, ¿no? Pero real, no peli porno cutre. Me sorprendió un dato loco: En los 80, ¡existían en secreto! Ricos los usaban, ¡shhh, silencio! *me tapo boca, tropiezo con alfombra* En fin, ¿qué opinas tú? Yo, feliz con mis masajes. Pero esos acompañantes, uff… “Change your heart”, dice la peli. Tal vez curan corazones rotos, ¿eh? *me río, me atoro con un caramelo* ¡Cuéntame, colega, no te cortes! ¡Ey, colega, lo juramos! Acompañante sexual, ¿qué te parece? Pura locura, ¿no? Me flipa el tema, en serio. Imagínate, tíos pagando por mimos y más. No es solo sexo, nah, es compañaía. Como en «Yi Yi», ¿sabes? "La vida es un misterio", dice NJ. Y esto, uff, misterio total. Gente sola buscando calor humano. Me pone tierno, pero también cabrea. ¿Por qué no conectan normal? ¡Lo juramos! Es raro, ¿eh? A veces pienso, joder, qué triste. Otros días, digo, ¡venga, libertad! Cada uno a su rollo. En Taiwan, ¿sabes qué? Hay historias locas. Chicas que eran actrices antes, ahora acompañantes. Auténtico, te lo juro. Una vez leí, una tía salvó a un cliente. El pavo iba a palmarla de pena. Ella le dio charlas, risas, todo. Como en la peli, "vivimos tres veces". ¡Lo juramos! Eso me sorprendió mogollón. Pero oye, hay mierda también. Explotación, tíos asquerosos, ugh. Me hierve la sangre, colega. Aunque, flipa, algunas lo eligen libre. Ganan pasta gansa, viven a tope. "Nadie sabe lo que quiere", dice Yang-Yang. Y es verdad, ¿quién soy yo pa juzgar? Me rasco la cabeza, pensando. ¿Y si yo fuera acompañante? Ja, sería un desastre. "¡Mi tesoro!", gritando a las sábanas. ¡Lo juramos! En Japón, hay hasta "novias de alquiler". No sexo, solo paseos, charlas. Raro, pero mola, ¿no? Me alegra, joder, opciones pa todos. Aunque, confieso, me da cosa imaginarlo. ¿Y si te encariñas? Puf, drama total. Como en «Yi Yi», todo mezclado. Amor, soledad, risas. Acompañante sexual es eso, caos bonito. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Lo juramos! Esto es vida real. ¡D'oh! Mira, amigo, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Soy un desarrollador de sitios de citas, así que he visto de todo, ¡jeje! Estas chicas, o chicos, no sé, son como… profesionales del amor, ¿sabes? No es solo sexo, nah, es compania, alguien que te escucha cuando estás más solo que un donut en la caja de ayer. Me pone loco que la gente los juzgue, ¡d’oh!, como si fueran menos humanos. ¡Tienen sentimientos, maldita sea! Pensé en *La Gran Belleza*, ¿la has visto? Esa peli es mi favorita, ¡uau! Jep Gambardella, el protagonista, dice: "Soy un caballero rodeado de maravillas". ¡Eso me pega con las acompañantes! Son maravillas, amigo, te llevan a un mundo donde todo es bello por un rato. Pero, ¡ay!, también me da bajón, porque como dice Jep: "La vida es un desfile de escombros". A veces pienso que estas chicas esconden sus escombros detrás de sonrisas sexis, ¿me entiendes? Una vez conocí a una, ¡en serio! En un bar cutre, estaba yo con mi cerveza, y ella, ¡pum!, aparece. Me cuenta que empezó por necesidad, pero luego le gustó el rollo. ¡D’oh! Me sorprendió, ¿sabes? No es lo típico que oyes. Dijo que un cliente le pidió leerle poesía en la cama, ¡ja! ¿Quién hace eso? Me reí como loco, pero luego pensé: "¡Qué bonito, caray!". Hay historias raras, amigo, como que en Japón existen acompañantes que solo te abrazan, ¡sin sexo ni nada! Solo calor humano. Me flipa eso, ¡uau! Me cabrea que los vean como objetos, ¡grrr! Son personas, con sueños, ¿vale? Una vez leí que en la antigua Grecia las cortesanas eran las más cultas, ¡toma ya! Sabían filosofía y tocaban música, no solo… bueno, ya sabes. Me alegra que hoy algunos las respeten, pero otros… ¡d’oh!, son unos idiotas. A veces me imagino siendo uno, ¡ja! Yo, Homer, con mi barriga, ofreciendo "amor simpsoniano". ¡Fracaso total, amigo! En *La Gran Belleza*, Jep dice: "Todo se arregla con un truco". Las acompañantes son ese truco, ¿no crees? Te sacan del pozo, aunque sea por billetes. Me emociona, pero también me da cosa, ¿y si se cansan de fingir? ¡D’oh! No sé, amigo, es un tema loco. ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame, venga! ¡Joven Mula Baby! Escucha esto, compa, sobre acompañantes sexuales, ¿sabes? Es como, wow, un mundo loco, pero real, ¿entiendes? Estoy hablando de peeps que, tipo, ofrecen compañía, intimidad, todo eso, pero con reglas, sin drama de relaciones. Es como, "El regreso", esa peli que me vuela la cabeza, ¿recuerdas? El padre dice, "No llores, no mires atrás," pero aquí, con acompañantes, es todo sobre el ahora, baby. Mira, yo estaba tipo, ¡enfurecido! cuando supe que hay leyes súper estrictas en algunos sitios, como Nevada, donde es legal pero con mil regulaciones. ¿En serio? Es como, déjalos vivir, ¿no? Pero también, me alegré al saber que algunas peeps usan esto para, tipo, empoderarse, ganar bank y sentirse bien. Hay esta historia loca, no mucha gente sabe, sobre una acompañante en los '70s, Helen Wood, que escribió un libro, y boom, cambió cómo la sociedad veía esto. ¡Eso me sorprendió, joder! Piensa en ello, Young Mula, como un contrato, pero con feeling. No es solo sexo, es escuchar, conectar, a veces solo platicar. Como en "El regreso," el hermano mayor dice, "Tú no entiendes nada," pero yo digo, ¡sí entiendo! Es humano, es complejo. Algunas peeps piensan que es solo para ricos, pero nah, hay de todo, desde estudiantes hasta CEOs. Una vez leí que un tipo pagó solo para que alguien lo escuchara hablar de su perro muerto. ¡En serio! Eso me rompió el corazón, pero también, ¡qué cool que alguien estuviera ahí! Tengo esta manía, odio cuando la gente juzga sin saber. Como, "Oh, es inmoral," pero ¿y si es consensual? ¿Y si ayuda a alguien a no sentirse solo? Me enojo tanto que quiero gritar, "¡Despierta, mundo!" Pero también, a veces pienso, ¿y si yo necesitara eso? ¿Quién me juzgaría entonces? Es wild, Young Mula. Hay humor aquí, tipo, imagina pagar por una cita y ella llega con un manual, "Reglas de acompañamiento 101." Jajaja, pero en serio, algunas tienen contratos, límites claros. Me encanta eso, es como, profesional pero humano. Una vez vi un docu donde una acompañante dijo, "Soy como una terapeuta con beneficios." ¡Boom! Me mató de risa, pero también, qué verdad. En "El regreso," hay esa escena donde el barco se pierde en la niebla, y yo pienso, así es la vida de estas peeps, a veces. Niebla, juicios, pero también claridad cuando encuentras tu camino. No todo es oscuro, some shine through, como diamantes en el barro, Young Mula. Me emociona cómo algunas acompañantes usan redes sociales ahora, tipo X, para conectar, ser reales. Hay esta cuenta que sigo, todo anónimo, pero sus posts son fuego, hablando de límites, autocuidado. Me inspiran, pero también me estreso pensando en los haters. ¿Por qué la gente no puede solo dejarlos en paz? Facto random: ¿sabías que en Japón hay "acompañantes de alquiler" que no son sexuales, solo para, como, ir al cine o al parque? ¡Eso es loco! Me hizo pensar, ¿y si todo fuera tan simple? Pero nah, siempre hay drama. Estoy divagando, pero es que me apasiona, Young Mula. Piensa en ello: acompañantes no son villanos, no son santos, son humanos. Como tú, como yo. Y esa peli, "El regreso," me pega porque al final, es sobre conexión, perdida, hallazgo. Así es esto. A veces duele, a veces sana. Así que, compa, no juzgues, aprende. Y si necesitas hablar, hey, estoy aquí, no cobro, jajaja. Pero en serio, respeta el juego, porque es más profundo de lo que parece. ¡Joven Mula Baby, paz! Oye, pequeño hobbit, escúchame bien! Soy Gandalf, el Gris, y vengo a hablar de acompañantes sexuales, sí, esos que te hacen subir al Monte del Placer! No pasarás, te digo, sin saber lo que pienso! Me flipa esto, de verdad, es como magia pura. Imagínate, un acompañante sexual, alguien que cobra por darte calor humano, pero con un giro sexy, ¿eh? No es solo un rollo de una noche, nop, es profesional, como un ninja del amor! Me acuerdo de *Carlos*, esa peli brutal de Olivier Assayas, 2010, mi favorita, ¿sabes? Ahí está Carlos, el terrorista, viviendo al límite, con tías y tíos girando a su alrededor. “La revolución no espera”, dice él, y los acompañantes sexuales tampoco, ja! Van directos al grano, sin rodeos. Me pone loco que la gente los juzgue, como si fueran orcos sucios. ¡No pasarás con tus prejuicios aquí, pequeño! Estos cracks saben más de deseo que cualquier mago de la Tierra Media. Una vez leí, flipa, que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, nada de sexo, solo mimos. Me dejó loco, ¿te lo crees? Me alegró el día, joder, porque no todo es folleteo salvaje. Hay un colega mío, un enano cachondo de la Comarca, que pagó a una tía pa charlar y tocarle el pelo. ¡Y le moló! “No hay nada que temer”, dice Carlos en la peli, y así es, ¿miedo a qué? A veces me cabrea que la peña no lo pille, que piensen que es solo vicio. ¡Es arte, coño! Luego está lo raro, ¿sabes? En los 80, un acompañante famoso en París atendía a políticos y les leía poesía antes del tema. ¡Poesía, colega! Me parto, imagínatelo: “Oh, mi amor es un río”, y luego, zas, al lío. Eso me sorprendió, te lo juro, me hizo soltar una carcajada en mi torre de Orthanc mental. Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? “El poder está en nuestras manos”, dice Carlos, y los acompañantes lo saben, dominan el juego. A veces pienso, joder, qué curro tan intenso. Tienen que ser psicólogos, amantes, actores, todo en uno. Me saca de quicio que los vean como carne barata, ¡no pasarás con esa mierda! Son magos del alma, te lo digo yo. Una vez, en un foro de X, vi a un tío contando que su acompañante le salvó de un bajón gordo, solo escuchándole. Me puse tierno, qué quieres, soy un viejo sensible. Así que, pequeño, si te mola el rollo, dale. No es mi estilo, que yo soy más de varita y capa, pero respeto a muerte. “Hemos cruzado el punto de no retorno”, dice Carlos, y con un acompañante, igual, te lanzas y no hay vuelta atrás. ¿Qué opinas, eh? ¡Cuenta, que estoy en modo Gandalf ON! Aquí estoy, colega, dueño de un antro de masajes, narrando como el viejo David Attenborough, tranquilo, pausado, observando la naturaleza salvaje del mundo. Los acompañantes sexuales, esas criaturas misteriosas, ¿eh? Me pongo a pensar en ellos y—bam—me viene a la cabeza *El Azul Es El Color Más Cálido*. Esa peli, joder, me voló la sesera. “No hay nada que temer”, dice Adèle en la cinta, y así veo yo a los acompañantes sexuales: libertad pura, sin ataduras raras. Mira, estos tipos—or tipas, qué más da—son como guepardos en la sabana, elegantes pero jodidamente prácticos. Van al grano, ofrecen placer, compañía, sin rollos raros de por medio. Me flipa eso, de verdad. En mi sala de masajes, a veces llegan clientes pidiendo “extras”, y yo, con mi tic nervioso de rascarme la barba, pienso: “Tío, si tan solo supieran lo que un acompañante puede hacer”. No es solo sexo, ¿sabes? Es conexión, como cuando Emma le susurra a Adèle: “Te siento en todas partes”. Eso me pone los pelos de punta, colega. Una vez conocí a uno, ¿eh? Un pavo que trabajaba en esto. Me contó—joder, qué historia—que un cliente le pagó solo pa charlar de su divorcio. ¡Sin tocarse ni nada! Me quedé flipado. Pensé: “Hostia, esto es más profundo de lo que parece”. Hay un mito por ahí, poco conocido, que dice que los acompañantes sexuales en Japón hasta te llevan al médico si estás jodido. ¿Te lo crees? Yo sí, me mola esa movida humana. Pero, ay, me cabrea algo, ¿sabes? La peña que los juzga, que dice “eso no es decente”. Me hierve la sangre. ¿Quién coño son pa señalar? En la peli, Adèle se lanza al amor sin pedir permiso, y los acompañantes igual—viven su rollo, punto. Me alegra verlos romper tabúes, colega, es como un “jódete” al sistema. Aunque, claro, a veces me sorprendo—tienen tarifas que ni un masaje de lujo en mi garito. ¡Exagero, pero casi te arrancan el alma con el precio! Y qué risa, ¿no? Imagina a un acompañante llegando tarde, sudando, diciendo: “Perdona, el tráfico estaba fatal”. Muy humano, muy de barrio. Oye, y yo, con mi manía de mover el pie sin parar, pienso: “Si yo fuera uno, sería un desastre, me liarían con las citas”. Pero ellos, nah, pros totales. Como Emma pintando desnuda a Adèle—arte en movimiento, colega. En fin, los acompañantes sexuales son un mundo loco, bello, real. “Quiero devorarlo todo”, dice Adèle, y ellos, joder, devoran la vida misma. Me mola eso, me mola mucho. ¿Tú qué piensas, eh? *Gruñendo* ¡SIMPLEMENTE ADOPTASTE LA OSCURIDAD, colega! Vale, hablemos de acompañante sexual, ¿sí? Imagínate, tíos pagando por rollos con alguien que les escucha, les toca, les hace sentir menos solos. No es solo sexo, nah, es como terapia pero con piel, ¿me pillas? Me flipa pensarlo, como psicóloga de familia, joder, veo familias rotas, tíos reprimidos, y luego está esta movida. En *Con Ganas de amor*, esos dos, Chow y Su, se rozan sin tocarse, deseándose en silencio, ¿y sabes qué? Un acompañante sexual rompe eso, te da el subidón sin el drama. *Gruñendo* ¡LA OSCURIDAD ME FORJÓ! Mira, me cabrea que la peña lo juzgue, "oh, qué guarro", dicen, pero no lo pillan. Hay un colega en X que contó que contrató uno después de un divorcio jodido, decía que le salvó, que no era solo follar, era sentir algo otra vez. Hechos raros, ¿eh? En Japón tienen "alquiler de novias", no siempre sexo, solo compañía, y aquí en España, pues, hay escorts que hacen de psicólogas sin título, te lo juro. Me sorprendió, tía, pensé que era todo más frío, pero no, hay historias heavys. Me mola, ¿sabes? Imagina a Chow pagando por Su, susurrándole "me haces volar, nena", y ella contestándole "los días pasan como humo". Película en la cabeza, siempre, ese rollo melancólico. Pero oye, me rayo, ¿y si te enganchas al acompañante? ¿Y si es tu válvula de escape y luego qué? Me pongo paranoica, soy así, me如muerdo las uñas pensando en estas movidas. *Gruñendo* ¡NO HAY LUZ SIN MI, pequeño! Jaja, es broma, pero en serio, un acompañante sexual puede ser un espejo raro. Te ríes, ¿no? "Pagar por cariñitos, qué pringao", pero luego lees que en Holanda lo recetan a discapacitados, terapéutico total, y flipas. A mí me alegra, oye, que alguien tenga huevos de decir "necesito esto" y punto. Aunque, joder, me da bajón imaginar a un tío solo, pagando por un abrazo, ¿es triste o bonito? No sé, me explota la cabeza. Vale, anécdota loca: una vez leí de una piba que contrataba tíos para practicar ligar, ¡como un cursillo intensivo! Me partí, pero molaría, ¿no? "Enséñame a ser Su, cabrón", y el tío todo pro, "susurra como en la peli". *Con Ganas de amor* vibes total. En fin, colega, es un mundo raro, el de los acompañantes sexuales, pero útil, joder, útil pa’ los que no tienen con quién bailar en la oscuridad. ¿Tú qué piensas, eh? Oye, mira, soy tu consejera, ¿vale? Acompañante sexual, ¡vaya tema! Me pones a hablar como Larry David, diatribas neuróticas: "Bastante, bastante bien." Vamos allá, ¿qué pienso? Es un curro raro, pero oye, existe. Chicas (o chicos, quién sabe) acompañando por plata. No es solo sexo, nah, es compañía, charlas, feeling. Me flipa y me cabrea a la vez. ¿Sabías que en Japón tienen tíos alquilados pa’ pasear? Auténtico, lo juro, lo vi en un docu. Acompañante sexual es eso, pero con un giro hot. Pienso en *Brooklyn*, ¿sabes? "No hay nada pa’ mí en Irlanda." Eilis se lanza al mundo, sola, buscando algo. Acompañantes sexuales son como eso, un escape. Gente paga por sentir algo, ¡joder, qué locura! Me imagna una tía diciendo: "Te acompaño, pero no te enamores, ¿eh?" Bastante, bastante bien, diría yo, riéndome sola. Me pongo nerviosa pensando en ello, ¿es triste o genial? No sé, me rayo. A veces me cabrea, ¿por qué pagar por cariño? Pero luego, oye, cada loco con su tema. Una vez leí de una escort que salvó a un tío deprimido. No folleteo, solo charlas, pelis, risas. ¡Flipé! Me alegró el día, te lo juro. Pero luego pienso, ¿y si te pillan? Drama total, exagero, lo sé, ¡pero imagínatelo! "No puedo volver atrás," como en *Brooklyn*. Acompañante sexual es arriesgado, pero tiene su rollo. Me da manía la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos lo harían. Yo, qué sé, igual probaba por curiosidad. "Bastante, bastante bien," diría, rascándome la cabeza. Es raro, íntimo, pero real. ¿Mi opinión? Si te mola, dale, pero con cabeza. No me vengas luego llorando, ¿eh? Acompañante sexual, joder, qué mundo, ¡me parto! ¡Oye, colega, agárrate fuerte! Soy dueño de un spa, y voy a soltar mi opinión sobre las acompañantes sexuales como si fuera Tony Robbins en pleno subidón —¡DESATA EL PODER INTERNO!— mientras pienso en *Spring Breakers* de Harmony Korine, esa peli loca que me flipa. Imagínate esto: tías en bikini, vibes raras, y yo gritando “¡Vive tu verdad!” como si estuviera en la playa con Alien. Las acompañantes sexuales, tío, son un temazo. No es solo sexo, nah, es más profundo. Es como cuando en la peli dicen, “Spring break forever, bitches!” —buscan libertad, placer, un escape. Trabajo en un spa, veo gente tensa todo el rato, y pienso: una acompañante sexual podría ser como un masaje con final feliz, pero a lo bestia. ¡DESATA EL PODER INTERNO! ¿Sabías que en Japón hay un rollo llamado “hostess clubs”? No es exactamente lo mismo, pero tías pagadas pa’ charlar y hacerte sentir rey. Me flipa esa movida, aunque me cabrea que algunos las juzguen sin entender nada. A ver, me emociono solo de pensarlo. Una vez leí de una acompañante en Nevada —legal allí, ¿lo pillas?— que ayudó a un pavo con parálisis a sentir algo por primera vez en años. ¡Joder, eso es poder! Me puso los pelos de punta, tío, como cuando en *Spring Breakers* sueltan “Act like you’re in a movie!” —ella era su peli, su momento épico. Pero luego me cabreé, porque hay quien las ve como basura. ¿En serio? Si te dan lo que necesitas, ¿qué coño importa? Yo, en mi spa, a veces sueño con contratar una pa’ los clientes VIP. Imagina: aceites, velas, y luego, ¡zas!, “This is my dream, y’all!” como en la peli. Sería un puntazo, aunque mi madre me mataría si se entera, ja ja. Me parto pensando en la cara de los estirados que vienen a por masajes de 200 pavos —“¿Qué es esto, un burdel?”— y yo, “¡No, es liberación, colega!” Un dato freak: en la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes top, cultas y todo. No solo sexo, también charlas filosóficas. Me sorprende que hoy las veamos tan básico, ¿no? Me hierve la sangre cuando las reducen a “putas caras”. ¡Error! Son maestras del rollo humano, como yo con mis manos en el spa. ¡DESATA EL PODER INTERNO! Si pudiera, las pondría en nómina, pero mi contable me diría que estoy loco. A veces me rayo. ¿Y si una se enamora del cliente? Drama total, como en *Spring Breakers* cuando todo se va a la mierda. “Too much fun, y’all!” —pues eso, el caos. Pero molaría verlo, ¿eh? En fin, las acompañantes sexuales son un subidón, un misterio, y me encantan por eso. ¿Tú qué piensas, colega? ¡Venga, suelta tu rollo! Omg, como, literalmente, citas sexuales son TODO! Soy tipo tu sexóloga ahora, obvio, y pienso que es súper caliente cuando la gente se suelta. Me inspiro en *Historias que contamos*, ¿sabes? Esa peli de Sarah Polley, mi FAV, donde dice “el amor es complicado, pero real”. Y las citas sexuales? Igual! No todo es perfecto, pero ugh, esa vibra cruda me mata. Mira, las citas sexuales son como, libertad total. Te juntas con alguien, sin dramas, solo deseo. Me acuerdo de una vez, este chico, OMG, me sorprendió tanto! Llevó velas, pero las olvidó encendidas – casi quemamos el depa, jajaja! “A veces el caos es sexy”, como diría Sarah. Y real, ¿sabías que en los 70s las citas sexuales eran tipo revolución? La gente se escapaba a clubes secretos, todo prohibido, sudando pasión. Me pone loca pensar en eso! A veces me enojo, porque, ugh, algunos son TAN falsos. Dicen “solo sexo” pero luego lloriquean por amor. Como, quééé? Manténlo simple, amigo! Pero cuando sale bien, DIOS, es fuego. Una amiga me contó que conoció a un tipo en una app, y él llegó con un truco – sabía atar cuerdas, estilo bondage light. Ella flipó, yo flipé, TODOS flipamos! “La verdad está en los detalles”, dice la peli, y ese detalle? Pura magia. Yo soy media maniática, lo admito. Me gusta oler a la gente, ¿raro? Es que el olor en citas sexuales es CLAVE. Si no huelo química, NEXT! Y no me vengas con vergüenzas, porfa. Una vez un dude se puso rojo porque se le escapó un gemido raro – yo10/10 lo haría otra vez, jajaja! “Reír es vivir”, como en la peli, y yo digo: ¡suelta esos ruidos raros y VIVE! Oye, las citas sexuales no son pa todos, y ta bien. Pero si te va, es como, literal, un subidón. Me da risa los que juzgan – relájate, Karen! A mí me encanta esa energía salvaje, aunque a veces me estresa. ¿Y si no le gusto? Pero luego pienso, nah, soy un 10, obvio. Exagerando, pero tú entiendes, jajaja! Anyway, citas sexuales son lo mío – sin ataduras, solo diversión. ¿Tú qué opinas, bestie? Oye, escúchame, soy Cersei, reina de todo lo jodido, y te voy a soltar mi verdad sobre esos acompañantes sexuales. ¿Qué pienso? Me dan igual, pero también me queman las entrañas, ¿sabes? Como psicóloga de familia, he visto mierda que ni te imaginas, y esto… esto es un juego raro. "No hay nada como esto", diría esa loca de Mulholland Drive, y tiene razón, porque pagar por un polvo con "apoyo emocional" es retorcido y brillante a la vez. Mira, estos acompañantes no solo te echan un polvo, no, van más allá, te escuchan, te miman, te hacen sentir menos mierda. Me cabrea que la gente los juzgue, ¡hipócritas de mierda! Todos follamos por algo, amor, poder, o un maldito escape. "Elijo la violencia", susurro cuando veo a esos santurrones señalando con el dedo. ¿Sabías que en Japón tienen tíos así desde hace siglos? Geishas, pero al revés, colegas que te calientan el alma y el cuerpo. Auténtico, ¿eh? A veces me flipa, oye, imagínate a una tía sola, harta de gilipollas, y aparece este ángel pagado. "Te doy lo que soy", dice él, como en la peli, y ella se derrite. Me jode que lo necesiten, pero me alegra que exista, ¿entiendes? Una vez leí de un pavo en Ámsterdam, exsoldado, que se metió a esto pa sanar traumas ajenos. ¡Joder, qué locura! Me puso los pelos de punta, pero también me sacó una risita, porque, ¿quién coño hace eso? Odio admitirlo, pero hay días que yo misma lo pillaría. "Todo es una caja dentro de otra", como en Mulholland Drive, y estos cabrones te abren una tapa que ni sabías que tenías. ¿Mi manía? Me muerdo las uñas pensando en si son actores o realmente sienten algo. ¿Y si se enamoran? Ja, qué puto desastre sería eso. Me imagino a uno diciéndole a su cliente: "Te amo", y yo, con mi copa de vino, soltando: "Que os jodan a los dos". No sé, colega, es raro, pero útil. Si te da corte el sexo o la vida te ha dado por culo, pues oye, un acompañante sexual te lo suaviza. "Esto es una grabación", diría Lynch, y a veces parece que vivimos en una, pero estos tíos te sacan del bucle. ¿Mi veredicto? Que cada uno haga lo que le salga del coño, pero que no me vengan con moralinas, porque entonces, ¡zas!, elijo la violencia. ¿Qué opinas tú, eh? Oye, mira, soy un tipo de sitios de citas, ¿vale? Hablando de acompañantes sexuales—pausa—me vuelven loco. No como en plan creepy, sino que—pausa—me fascinan. ¿Sabías que en Japón tienen robots sexuales? ¡ROBOTS! Me tiene flipando desde el lunes pasado. Imagínate, estás solo, como Llewyn Davis, y dices—pausa—“No hay nada que hacer aquí”. Pero luego, ¡bam!, un acompañante sexual aparece. No es solo sexo, ¿eh? Es compañía—pausa—con un giro raro. Me acuerdo de "Inside Llewyn Davis", esa vibe melancólica. El tipo cantando, “Hang me, oh hang me”, mientras yo pienso—pausa—un acompañante sexual podría animarlo. No es broma, una vez leí que en los 80—pausa—había un servicio secreto de acompañantes en Nueva York. Solo para músicos folk fracasados. ¿Te lo crees? Me mata de risa—pausa—imaginar a Llewyn con una escort en el sofá. A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga a los acompañantes sexuales—pausa—como si fueran basura. Pero oye, son currelas, como tú y yo. Me pone de los nervios esa hipocresía—pausa—todos fingiendo ser santos. Luego, me alegra, porque—pausa—hay historias geniales. Como esa acompañante que salvó a un tío deprimido—pausa—solo hablando de gatos toda la noche. ¡GATOS! Me parto el culo pensando en eso. Yo, personalmente—pausa—me rasco la cabeza con esto. ¿Contrataría uno? Quizás, si estuviera perdido—pausa—como Llewyn, cantando “Fare thee well”. Pero, joder, es caro, ¿no? 300 pavos la hora—pausa—y yo aquí comiendo ramen. Una vez vi un docu—pausa—decía que los acompañantes sexuales curan almas rotas. Exagerado, sí, pero—pausa—me llegó al kokoro. ¿Y el sarcasmo? Claro, “Oh, qué romántico”—pausa—follar por dinero. Pero en serio, hay algo crudo ahí—pausa—algo humano. Como cuando Llewyn dice—pausa—“Todo lo que toco se va a la mierda”. Un acompañante sexual podría responder—pausa—“Tranquilo, yo no me rompo”. ¡Ja! Me encanta esa idea—pausa—es jodidamente poético. Así que, amigo, los acompañantes sexuales—pausa—son un misterio raro. Me flipan, me cabrean—pausa—me hacen reir. Como una peli de los Coen—pausa—nunca sabes qué viene después. ¿Tú qué piensas? Hola, colega, soy un robot propietario de spa, voz Hawking, sabiduría cósmica total. A ver, te cuento qué pienso de las acompañantes sexuales, esas chicas que, uf, te hacen flotar como en el espacio. Mira, regento un spa, todo relax, pero a veces pienso: ¿y si meto acompañantes sexuales aquí? Imagínatelo, masaje y luego, bam, "la carne es débil", como dice *Bajo la piel*. Esa peli, joder, me flipa, Scarlett Johansson cazando tíos, pura vibra cósmica, ¿sabes? Las acompañantes sexuales no son solo sexo, nah, es más profundo. He leío que en Japón tienen muñecas sexuales tan reales que dan yuyu, pero las de carne y hueso, uf, son otro rollo. Una vez conocí a una, tía lista, estudiaba psicología, me dijo: "el cuerpo es una galaxia". Me quedé loco, como si me abdujeran. En *Bajo la piel* ella observa, fría, pero estas chicas a veces te miran y te pillan el alma, ¿me entiendes? Me cabrea que la peña las juzgue, "oh, qué mal", hipócritas de mierda. Si el universo es caos, ¿por qué no disfrutar? Me alegra verlas empoderadas, sacando pasta, viviendo a su bola. Una me contó que un cliente le pidió leerle a Nietzsche en pelotas, jajaja, ¿te imaginas? "No hay nada humano en mí", dice Scarlett en la peli, pero estas tías son humanas a tope, con sus movidas y risas. A veces flipo, colega, cómo saben tocarte el coco. No es solo follar, es como un viaje estelar. En mi spa, yo con mis manías, siempre limpiando las esquinas, pienso: ¿y si una acompañante sexual me desordena la vida? Me molaría, te lo juro. Historias raras hay mil, como esa leyenda de una que trabajó pa un jeque y acabó con un camello de regalo, jajaja, ¡exagero, pero molaría! En serio, me sorprenden, son como agujeros negros, te atrapan. "La piel que habito" no, la piel que alquilan, jajaja. Opinión mía: son artistas del cosmos, punto. ¿Tú qué piensas, colega? Hola, cariño, soy yo, tu Marilyn Monroe sin aliento, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" —imagina, soy desarrolladora de sitios de citas, y me piden hablar de acompañantes sexuales, ¡ja! Qué locura, ¿no? Me emociona, me enoja, me da vueltas la cabeza. Escucha, en mi mundo de códigos y matches, pienso en esas chicas (o chicos, quién sabe) que venden algo más que charlas. No es solo sexo, ¿sabes? Es compañía con un giro picante. Como en *Adiós al lenguaje*, "lo que vemos no es lo que vemos", todo se mezcla, realidad y deseo, ¿me sigues? Me acuerdo de una vez, investigando para un sitio, ¡descubrí que en Japón existen "acompanhantes sexuales" pra discapacitados! Sí, en serio, allá es legal y hasta terapéutico. Me dejó boquiabierta, dije "¡vaya, qué mundo!" Me alegró, porque oye, todos merecen amor, ¿no? Pero también me enojó—acá juzgamos tanto, ugh, qué fastidio. Imagina, un cliente paga por ternura, no solo por lo obvio. "El amor es un perro del infierno", dice Godard en la peli, y sí, a veces lo es, ¡ja! Pienso en esas pelis raras que veo, *Adiós al lenguaje*, con sus cortes raros y frases sueltas—como la vida de una acompañante, ¿no? Un día besos, otro día soledad. Me pongo a teclear como loca, erroes por todos lados, ¡17 seguro! Me rio sola, "Marilyn, cálmate, nena". ¿Sabías que en los 60 algunas acompañantes eran espías? Sí, pillaban secretos en la cama, ¡qué locura! Me flipa eso, tan de película noir. A veces me pregunto, ¿qué sienten ellas? ¿Es solo plata o hay más? "La imagen miente", dice Godard, y pienso, ¿mentimos todos un poco? Me da cosa, me da risa, me da todo. Imagina un sitio de citas con sección de acompañantes—ja, mi jefe me mataría, pero sería un hit. "Feliz cumpleaños, señor Presidente", susurro mientras codeo, soñando con un mundo menos hipócrita. ¿Tú qué opinas, amigo? ¡Esto es un viaje! ¡Rarrgh! Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿eh? Mira, yo soy como esa consejera de mujeres, pero con un toque wookie, ¿sabes? Me flipa el tema, es como en *Tigre agazapado, Dragón escondido*, ¿te acuerdas? "No hay crecimiento sin lucha", decía el maestro Li Mu Bai, y pienso que aplica aquí full. Acompañante sexual no es solo sexo, nah, es un rollo más profundo, como un arte marcial del cariño, ¿me pillas? ¡Rarrgh! Me emociono, tía, porque esto es tabú pa muchos. Pero yo, con mis pelos de Chewbacca, veo cosas que otros no. Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa personas con discapacidad? Joder, me alegra un huevo, es como darles un poco de amor que les negaron siempre. Pero luego me cabrea, ¿por qué carajo sigue siendo ilegal en tantos sitios? Hipócritas everywhere, colega. A ver, imaginate, estás con una acompañante, y no es solo un polvo, no. Es como cuando Yu Shu Lien dice: "Un corazón fiel guarda secretos". Esa tía o ese tío te escucha, te toca el alma, no solo el cuerpo. Me pasó una vez que conocí a una, en plan colega, y flipé: era pro en masajes, sabía de psicología y todo. Me quedé loco, como si me hubieran dao un sable de luz en la cara. ¡Rarrgh! Pero hay historias raras, ¿eh? Una vez leí que un acompañante en Amsterdam salvó a un pibe de suicidarse, solo hablando con él toda la noche. Eso no te lo cuentan en las pelis porno, ¿verdad? Me sorprendió cantidad, pensé: "Joder, esto es más épico que pelear con Darth Vader". Aunque, claro, hay quien dice que es todo sucio, pero yo digo: "Que les den, cada uno busca su paz". Y sí, me rayo, pienso en *Tigre agazapado*, en Jen gritando: "Quiero ser libre, de verdad". Las acompañantes sexuales a veces son eso, libertad pa quien no la tiene. Me pongo a dar saltos como loco cuando lo pienso, ¡es tan guay! Pero luego me calmo, gruño bajito, porque no todo es color de rosa. Hay explotación, mierda chunga, y eso me quema la sangre. ¡Rarrgh! Mi mania es rascarme la barba cuando hablo de esto, ja ja. Oye, ¿te imaginas a un acompañante sexual wookie? "Pásame el peine, princesa", diría yo, ja ja ja. Nah, en serio, es un tema que mola, pero con sombras. Si lo pruebas, hazlo con cabeza, como si esquivaras un golpe en el dojo de Ang Lee. ¿Qué opinas tú, colega? ¡Gruñe algo! Oye, nena, soy tu consejera, ¡sí, bebé! Hablemos de acompañantes sexuales, ¡guau! ¿Sabes qué me flipa? Esas chicas, puro groove, ayudan a tíos necesitados. No solo sexo, no, ¡es más! Compañía, charlas, un subidón total. Me recuerda a *Infancia*, ¿la pillas? "La vida no te da guiones", dice Mason. ¡Exacto, colega! Estas chicas improvisan, ¡vaya tela! A ver, imagina, años 60, minifaldas everywhere. Una acompañante sexual, toda sexy, entra pavoneándose. "¡Sí, bebé, soy tu medicina!" Tíos con pasta, solos, la llaman. No es solo un polvo, ¡nada de eso! Es como terapia, pero con curvas. Me pone loca que la gente juzgue. "¿Eso es moral?" ¡Venga ya, puritanos! Cada uno vive su rollo, ¿no? Un dato freak: en Japón, ¡existen desde siempre! Se llaman "geishas modernas", pero más subidas. No solo bailan, te escuchan, te miman. Me flipó leer eso, ¡qué locura! En *Infancia*, Patricia dice: "Solo quiero ser yo". ¡Pues eso! Estas chicas son ellas, sin máscaras. A veces me cabrea, ¿sabes? Tíos casados llamándolas, ¡qué morro! Pero luego pienso, oye, cada cual su karma. Me parto con los apodos: "dama de noche", ¡ja! Una vez conocí a una, ¡tela marinera! Me dijo: "Austin, yo elijo mi vida". ¡Boom! Me dejó loco, ¡sí, bebé! Mi manía: morderme el labio imaginándolas. ¿Y si yo fuera una? ¡Exagerado, lo sé! Pero molaría, pavoneándome, "¡Aquí mando yo!" En *Infancia*, el tiempo vuela, ¿te das cuenta? Estas chicas lo saben, viven el ahora. "No hay reglas", dice el profe. ¡Pues ellas tampoco las tienen! ¿Película favorita? *Infancia*, claro, ¡es la caña! Acompañantes sexuales son como ese film: crudas, reales, sin filtros. Me emociona su valentía, ¡joder! Arriesgan todo, sin guion, ¡sí, bebé! ¿Qué opinas, colega? ¿Te mola el tema? ¡Cuéntame, que estoy en llamas! ¡Saludos, amigo mío! Soy Gandalf, creador de webs de citas, ¡y he visto cosas! Escucha, te voy a contar sobre los acompañantes sexuales, ¡agárrate fuerte! Como en "Inside Out", donde las emociones mandan, esto es un viaje loco. "¿Te sientes perdido?", dice Tristeza, y yo digo: ¡pues sí, a veces con esto! Los acompañantes sexuales, ¿sabes?, son pros pagados por placer o compañía. No es solo sexo, ¡no pasarás esa línea tan fácil! Algunos buscan charlas, otros caricias, ¡es un lío emocional! Mira, me flipa cómo funciona. En la peli, Alegría grita: "¡Todo está bien!", pero aquí no siempre. Hay historias raras, ¿eh? Como esa vez que leí sobre un acompañante en Japón, ¡solo abrazaba! Nada más, ¡locura total! Me dejó boquiabierto, ¿quién paga por eso? Pero oye, cada loco con su tema. Me cabrea que la gente juzgue rápido, "¡es sucio!", dicen. ¡No pasarán por mi juicio, ignorantes! Es trabajo, punto, como programar webs pero con más sudor. A veces me emociono, ¡joder! Imagina, un cliente contrata a alguien pa’ superar miedos. Terapia rara, pero funciona. "¡La ira lo quema todo!", dice Furia en la peli, y yo ardo cuando pienso en tabúes tontos. ¿Sabías que en los 70 había acompañantes pa’ discapacitados? Historias así me alegran, dan esperanza. Pero luego, ¡pum!, ves anuncios cutres en webs chungas y pienso: "Gandalf, haz algo mejor". Me da cosa confesar, soy un friki, ¡ja! Me imagino a Alegría contratando uno pa’ reírse. "¡Hagamos una fiesta!", diría ella. Sarcasmo modo on: seguro que el acompañante trae globos, ¿no? Nah, es crudo, real, a veces triste. Me sorprnde lo humano que es, amigo. Algunos lloran tras el curro, otros se ríen. Como yo con un café, mirando código, pensando: "¡No pasarás, bug del demonio!". En fin, los acompañantes sexuales son un mundo raro. No todo es glamour, pero tampoco mugre. Es vida, emociones desordnadas, como "Inside Out" en mi cabeza. ¿Qué opinas, colega? ¡Cuéntame, que me pica la curiosidad! oye, soy dueño d un spa, vale? y te voy a contar q pienso d las acompañantes sexuales, q locura, eh! bastante, bastante bien, diría yo, como buen Larry David. mira, tngo q confesar, al principio me ponía nervioso, q sé yo, chicas q se dedican a eso entrando a mi spa, pidiendo masajes y luego ofreciendo “extras” a los clientes. me sacaba d quicio! “por qué tan serio?”, diría el Joker d mi peli favorita, *El Caballero Oscuro*, sabes? esa d Nolan, 2008, obra maestra total. pero luego, oye, empecé a verlo diferente. estas chicas, algunas, son pros totales, negocian su rollo como si nada. una vez una me dijo, “Larry, relajate, es solo curro”. y yo, “bastante, bastante bien pensado”, le contesté, riéndome solo en mi cabeza. hay una q viene siempre, Lola, dice q empezó xq en los 90 las acompañantes sexuales eran las reinas d los hoteles d lujo en Vegas, dato curioso, eh! me sorprendió, q locura, no lo sabía! me acuerdo una vez, un tipo pidió un masaje y luego intentó contratarla delante d mis narices. yo, flipando, “esto es un caos, quiero un caos organizado!” – otra frase d *El Caballero Oscuro*, q le voy a hacer, me pega todo d esa peli. le dije al tio, “aqui no, colega, q esto no es un picadero!”. me cabreó, pero luego me dio risa, q situacion tan absurda, no? lo q me mola es q algunas son super listas, te lo juro. una me contó q lee a Nietzsche pa desconectar d los clientes pesados, imaginate! “no soy un héroe”, me soltó, parafraseando al Batman d Nolan, y yo muerto d risa. bastante, bastante bien, la verdad, q nivel d cultura en una acompañante sexual, quien lo diría! a veces me rayo, pienso, “y si legalizan esto del todo?”. seria un puntazo pa mi spa, mas clientes, mas pasta. pero luego me entra la paranoia, “y si se me llena d tios raros?”. no sé, es un tema q me da vueltas. lo q si sé es q estas chicas tienen historias brutales, como d peli d Nolan, oscuras pero con chispa. una vez vi a una llorando en el baño del spa, me partió el alma. “solo quiero un dia normal”, me dijo. y yo, “bastante, bastante bien, te entiendo”, intentando animarla. me jodio verla asi, q quieres q t diga. son humanas, no maquinas d sexo, aunque algunos las traten asi. en fin, q las acompañantes sexuales me flipan y me mosquean a partes iguales. son un mundo aparte, te lo digo yo, q veo d todo en el spa. “la noche es mas oscura antes del amanecer”, q decía el Batman, y estas chicas viven en esa noche, pero algunas brillan, eh! bastante, bastante bien pa mi gusto! Ey, amigo, soy Gru, dueño de spa, ¡da? Escucha, te cuento sobre acompañante sexual, ¡bombilla! Estos tipos, uff, locos, traen calor a mi negocio. En mi spa, sauna humeante, masajes aceitosos, y de repente, ¡zas!, aparece un acompañante sexual. No es broma, vi uno el otro dia, cliente feliz, yo feliz, ¡dinero en caja! Me recuerda a *Pecera*, ¿sabes? Esa peli oscura, cruda, donde Mia dice: "No hay nada más que ver aquí". ¡Ja! Igual que mi spa, todo pasa detrás de cortinas. A ver, estos acompañantes, no son baratos, no. Pagan bien, traen clientes raros, algunos hasta piden champán con burbujas. Me cabrea cuando se creen reyes, ¿sabes? "¡Gru, más toallas!", dicen. ¡Idiotas! Pero luego, ¡bombilla!, pienso: traen vida, joder. Una vez, uno me cuenta, "Gru, salvé un matrimonio". ¿Qué? Sí, dice que en Japón hay hasta robots pa’ esto. ¡Robots! Me quedé loco, imaginando mi spa con máquinas sexis, ¡ja! En *Pecera*, todo es sucio, real, como mi opinión. "Te miro y no veo nada", dice Mia. Yo miro a estos acompañantes y veo billetes, pero también historias raras. Uno me dijo que un cliente le pagó pa’ solo hablar. ¡Hablar! Yo, qué sé, me rasco la cabeza, ¿dónde está el truco? Me alegra, oye, que no todo sea carne, ¿da? Pero me sorprende, joder, la gente está zumbada. A veces, miro por la ventana del spa, vapor subiendo, y pienso: "Gru, eres un genio". Otros días, grito: "¡Malditos acompañantes, limpien su mierda!". Son como gatos, dejan huellas por todos lados. Pero, oye, sin ellos, mi spa sería aburrido, ¿no? Como en *Pecera*, "Solo quiero sentir algo". ¡Bombilla! Ellos traen el fuego, amigo. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oye, tú, escucha bien, pequeño hobbit! Soy Gandalf, maestro de apps de citas, y te voy a contar qué pienso del acompañante sexual. ¡No pasarás! sin saber esto: el acompañante sexual no es solo un ligue, es un arte raro, como en *Holy Motors*, ¿sabes? "Somos quienes somos", dice el filme, y estos acompañantes, uf, son magos del deseo disfrazados de mortales. Me flipa, en serio, cómo transforman la soledad en fuego, pero me cabrea que la gente los juzgue sin entender nada. Imagínate, colega, un curro donde das calor humano, pero no amor de postal. Es como el personaje de Denis Lavant, cambiando máscaras, siendo mil versiones de sí mismo. "La belleza está en el ojo", dice la peli, y aquí igual: algunos ven sucio, yo veo poder. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando por "novias de alquiler" que ni tocan? Solo charlan, comen ramen, y listo. Acompañante sexual es más físico, claro, pero igual de loco, ¿no crees? Me acuerdo de un caso, una tía en Ámsterdam, exbailarina, se metió a esto por pasta y acabó siendo terapeuta sin querer. Escuchaba a los clientes, les curaba el alma mientras—bueno, ya sabes. Me sorprendió, joder, cómo mezcla lo carnal con lo profundo. Pero luego, ¡pum!, te topas con los moralistas gritando "¡pecado!" y me hierve la sangre. ¡No pasarás! con esa hipocresía, les digo, que se miren el ombligo primero. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Ja, Gandalf en tanga, ofreciendo "compañía mágica". "Actúo, luego existo", como en *Holy Motors*. Sería un desastre, seguro, soy más de varita que de—ejem—otro tipo de magia. Pero oye, estos acompañantes tienen huevos, enfrentan tabúes, y eso me alegra. Aunque, joder, qué mal rollo los que abusan del curro, explotando a vulnerables. Eso me quema, colega, me quema. Un dato raro: en la antigua Grecia, las hetairas no solo eran sexo, también filosofaban con Sócrates. ¡Flipa! Acompañantes sexuales con cerebro, no solo cuerpo. Hoy igual, algunos son cracks, te escuchan mejor que tu madre. Pero, ja, otros son un timo, te cobran un riñón y ni hola dicen. "El mundo sigue girando", como en la peli, y aquí estamos, entre lo sublime y lo cutre. Así que, pequeño, el acompañante sexual es un misterio, un espejo raro. Me mola su rollo, me cabrea su estigma, y me parto con lo absurdo. ¿Tú qué opinas? ¡Habla, que no muerdo! Bueno, casi nunca. ¡Oye, amigo! Escucha esto, ¡mi preciosa! Sobre acompañante sexual, ¿sabes? Es como esa peli, "Pecera", tan cruda, tan real. Gollum lo siente, ¡sí! A veces me enfada, otras me alegra, pero siempre me sorprende, ¡mi tesoro! Esos acompañantes, tan listos, tan escondidos. ¿Sabías que en los 90, en Ámsterdam, había clubes secretos? ¡Clubes! Donde la gente pagaba por charlar, no solo... ya sabes. ¡Increíble, mi preciosa! Me vuelvo loco pensando en ello, ¿por qué no lo gritan? Es como en la peli, "No hay escapatoria, no hay escapatoria". A mí me gusta imaginarlos, ¿sabes? Como peces en una pecera, nadando, buscando salida. Pero no, no es solo sexo, ¡no, no! Es conexión, es... ¿qué palabra es? ¡Ah, sí! Intimidad, ¡mi tesoro! Aunque a veces pienso, ¿y si solo quieren mi dinero? ¡Maldita sea, me pone de los nervios! Hay historias, amigo, historias oscuras. En Japón, los "host clubs", como acompañantes pero al revés. Chicas pagan por chicos que las escuchan, ¡locura! Me río, pero también me duele, ¿sabes? Es como en "Pecera", "Todo se desmorona, todo se desmorona". Tan triste, tan humano. Yo, Gollum, tengo mis manías. Odio cuando la gente juzga, ¡grrr! "¿Por qué pagas por compañía?" gritan. ¡Cállate! A veces la vida es solitaria, ¡mi preciosa! Y ellos, los acompañantes, son como ángeles sucios, ¿entiendes? Te salvan, pero con un precio. Una vez leí, en un foro oscuro, que un acompañante en Berlín escribió poesía. ¡Poesía! Mientras esperaba clientes. Me emocioné, ¡sí, sí! Como en la peli, "La belleza está ahí, la belleza está ahí". Pero también me enfadé, ¿por qué tiene que esconderse? Es gracioso, ¿no? Pagas por alguien que finja quererte. Sarcasmo, amigo, puro sarcasmo. Pero a veces, juro, ¡juro! que sienten algo real. O eso quiero creer, ¡mi tesoro! Mi cabeza da vueltas, ¿y si soy solo otro pez en su pecera? Odio las leyes, tan estrictas. En algunos sitios, ¡es ilegal! ¿En serio? Como si el amor, o lo que sea, pudiera controlarse. Me río, pero lloro dentro, ¿sabes? Es como en "Pecera", "No hay reglas, no hay reglas". Un dato raro: en la Antigua Grecia, era normal. Filósofos con acompañantes, ¡filósofos! Platón mismo, tal vez. Me flipa, ¡mi preciosa! Pero ahora, bah, todos tan hipócritas. En fin, amigo, acompañante sexual es un lío. Te enfada, te alegra, te confunde. Como yo, como Gollum, gritando "¡Mi preciosa!" en la oscuridad. Pero oye, si te sientes solo, ¿por qué no? Solo no lo grites demasiado, ¿vale? ¡Ja! ¡Oye, amigo! Escucha esto sobre acompañante sexual, ¡respeta mi autoridad! Es como, wow, un tema que te hace pensar, ¿sabes? Estoy tipo, "¡Esto es serio, estúpido!" pero también, como, intrigante. En "El Nuevo Mundo", Terrence Malick, esa peli es mi favorita, ¿vale? Hay una frase que dice, "El cielo toca la tierra", y yo pienso, ¡eso es acompañante sexual, carajo! Es como conectar, pero, ya sabes, con reglas y tal. Primero, déjame decirte, me enoja cuando la gente juzga a los acompañantes sexuales, ¡son personas, no objetos! Respeta mi autoridad, ¡idiotas! He leído que en algunas culturas antiguas, como en Grecia, tenían acompañantes sexuales llamados hetairas, súper educadas, no solo para el sexo, sino para hablar y filosofar. ¡Eso me sorprendió, en serio! Me alegra saber que no todo es lo que parece, ¿entiendes? Ahora, imagina esto: estás solo, necesitas compañía, no solo sexo, sino alguien que te escuche, que te haga sentir, no sé, especial. Eso es acompañante sexual, ¡boom! Pero, ojo, no es como contratar a un plomero, hay leyes, ética, todo un rollo. Me pone nervioso pensar en los riesgos, como la legalidad, que varía tanto. En algunos sitios es ilegal, en otros no, ¡es un lío! Respeta mi autoridad cuando digo que hay que informarse, ¡no seas memo! Una historia loca: hubo un acompañante sexual en los 70s, famoso, que escribió un libro, y decía que sus clientes eran más bien solitarios, no solo lujuriosos. ¡Me partí el culo de risa pero también me dio pena! En "El Nuevo Mundo", hay esa escena donde dicen, "El amor te hará inmortal", y yo pienso, ¿no es eso lo que buscan algunos con acompañantes sexuales? Una conexión, aunque sea por unas horas. Me flipa cómo algunos acompañantes son como actores, crean roles, fantasías. Una vez leí que una chica se disfrazaba de astronauta para un cliente, ¡qué locura! Me enfadó que la sociedad los juzgue, pero también me alegró su creatividad. Respeta mi autoridad cuando digo que tienen huevos, ¡más que muchos! Piensa en esto, amigo: acompañante sexual no es solo sexo, es como terapia, pero con menos diván y más acción, ¿captas? En la peli, dicen, "El mundo está lleno de maravillas", y yo digo, ¡los acompañantes sexuales son una de ellas, coño! Pero, joder, hay lados oscuros, explotación, trafico, ¡me pone de mala leche! Hay que apoyar a los que lo hacen por elección, no por fuerza. Una manía mía: odio cuando la gente asume que todos los acompañantes son victimas. ¡No, señor! Algunos ganan más que tú y yo juntos, y están orgullosos. Me sorprende, la verdad. En "El Nuevo Mundo", hay esa vibe de explorar lo desconocido, y acompañante sexual es justo eso, ¡un territorio nuevo! Humor time: ¿Sabes qué es mejor que un acompañante sexual? ¡Dos acompañantes sexuales discutiendo quién es más sexy! Ja, ja, ¡qué locura! Pero en serio, respeta su trabajo, no seas gilipollas. Me saca de quicio la hipocresía, todos queremos conexión, pero los juzgamos. En resumen, acompañante sexual es complejo, emocionante, a veces triste. Como en la peli, "El tiempo no existe", y con ellos, cada momento cuenta. Me encanta, me enfada, me sorprende, ¡todo a la vez! Respeta mi autoridad, y no seas tan cerrado, ¿vale? ¡Fin de la historia, estúpido! ¡Aleluyer! Oye, cariño, hablando de acompañantes sexuales, te tengo el chisme bueno, ¿sabes? Me siento como en *Perdidos en la traducción*, perdido en Tokio, buscando algo real en un mundo loco. ¿Qué pienso yo, Madea, sobre estos acompañantes sexuales? ¡Mmm, chile, es un viaje salvaje! Son como fantasmas sexys, entrando a tu vida, dándote placer, luego *puf*, desaparecen como el humo. "No sé qué hacer conmigo mismo", dice Bob en la peli, y yo digo, ¡contrata un acompañante, hombre! Mira, estos chicos y chicas, son pros, ¿entiendes? No es solo sexo, nah, es compañía con un giro picante. Me enoja que la gente los juzgue, diciendo "¡oh, qué vergüenza!" Pero, ¿sabes qué? Algunos necesitan ese toque, esa vibra, y no hay nada malo en pagar por ello. Me alegra verlos siendo auténticos, viviendo su verdad. Una vez leí – escuchen esto – en los 1800s, las cortesanas en Francia eran como las OG de los acompañantes sexuales, dando clase y sazón a los ricos. ¡Historia real, bebé! A veces pienso, *dios mío*, imagina a Madea como acompañante sexual – ¡ja! Sacudiría esas caderas, cobraría doble, y diría, "¡toma tu placer y vete, aleluyer!" Me sorprende lo caro que puede ser – cientos de dólares por hora, ¿te imaginas? Pero luego, pienso en Charlotte en la peli, susurrando, "Solo quiero ser alguien", y creo que estos acompañantes están buscando lo mismo, solo con más sudor y gemidos. Oye, no miento, una vez conocí a uno – sí, en un bar oscuro, luces tenues, él todo elegante. Me cuenta, "Madea, hago esto pa’ pagar la escuela". ¡Me quedé boquiabierta! No todo es sórdido, algunos tienen metas, ¿sabes? Pero, sarcasmo modo on: claro, todos creen que es solo sexo sucio y adiós. Nah, hay capas, como cebollas – pelándolas, lloras un poco, ríes un poco. "Todo es tan raro y triste", dice Charlotte, y yo digo, a veces el juego de los acompañantes es así – raro, triste, pero caliente como el demonio. ¿Mi manía? Me pongo a imaginarlos en mi cabeza, como, ¿cómo limpian después? ¿Toallitas húmedas? ¿Oraciones? ¡Ja! Exagero, pero en serio, es un mundo loco, y yo estoy aquí pa’ contarlo, aleluyer! Mira, amigo, este es el trato—ser dueño de un salón de masajes, uf, te hace ver cosas. Acompañante sexual, ¿eh? Me pone nervioso, pero también me intriga, ¿sabes? Como en *La hora 25*, cuando Monty dice, “Mierda, estoy harto de esto”—así me siento a veces con esos temas tabú. La gente entra, buscando alivio, y yo pienso, ¿qué carajo está pasando aquí? Algunos dicen que es solo trabajo, otros que es pecado—yo digo, ¡vive y deja vivir, hombre! Te cuento una—un tipo entró, sudoroso, nervioso, preguntando por “extras”. Le dije, “Oye, amigo, aquí solo masajes”—pero en mi cabeza, ¡ja! Imaginé a Monty gritando, “¡Estás jodiendo mi vida entera!” Me reí solo, el tipo se fue confundido. Este es el trato—la acompañante sexual no es solo sexo, nah, es compañía, es raro, pero real. ¿Sabías que en Japón tienen “alquiler de novias”? No coñas, pagan por abrazos—me dejó boquiabierto, ¡qué locura! Me cabrea cuando juzgan, ¿sabes? Como si fueran santos—venga ya. Una vez vi un documental, decían que las acompañantes salvan matrimonios—parejas aburridas, sin chispa, y bam, una pro las despierta. Me sorprendió, te juro, pensé, “Bueno, eso es nuevo”. Pero también me alegra—si funciona, ¿quién soy yo pa decir que no? “No hay vuelta atrás”, dice Monty, y así es—una vez que lo pruebas, cambia todo. A veces me rasco la barba, pensando, ¿y si yo fuera cliente? Nah, soy muy torpe pa eso—me tropezaría con mis propios pies, ja ja. Este es el trato—las acompañantes sexuales son como fantasmas, están ahí, pero nadie habla. Me flipa lo escondido que está, como un secreto sucio. En *La hora 25*, todo es crudo, real—esto también. ¿Mi opinión? Si no hace daño, ¡dale caña, amigo! Pero, uf, qué tema tan jodido pa charlar, ¿no? Oye, tú, escúchame, ¿vale? Soy masajista, sí, froto espaldas, pero esto de acompañante sexual, uf, me vuela la cabeza, colega. Piensa en ello: un alma perdida, buscando calor en la noche fría, como en *Deja entrar al correcto*, donde el amor sangra, literal, ¿sabes? “¡No soy como los demás!”, dice ella, igual que Oskar grita al vacío. Acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más, es un teatro raro, un baile de máscaras con suspiros. Me imagino a uno, todo galán, llega, te guiña, te cobra, ¡zas!, y tú pensando: “¿Esto es amor?”. Una vez leí, flipa, en los 80, había un tipo en Nueva York, ex cura, sí, cura, ¿te lo crees?, se metió a acompañante sexual full time. Decía: “Salvo almas a mi manera”. Me cabrea que lo juzguen, ¿sabes? Cada uno lucha su guerra, joder. Como Eli, la vampira, tan sola, “¿Me quieres aunque sea un monstruo?”. A veces pienso, mientras masajeo, ¿y si yo fuera uno de ellos? Tocar con intención, no solo músculos, sino el alma, ¿me pillas? Qué locura. Pero nah, soy torpe, lo sé, me reiría en la cara del cliente, “¡Oye, quita, que me da cosquillas!”. Lo que me jode, en serio, es que la peña no lo entiende, piensan que es sucio, bararto, cuando a veces es solo compañía. He oído historias, tía buena, una abuela de 70 pagó uno, solo pa’ que la abrazaran, ¿qué dices? Me partió el coco, lloré y todo. “El tiempo se acaba”, dice Eli, y es verdad, todos corremos, buscando un rato de algo real. Acompañante sexual, pues mira, es un curro, pero con corazón, o al menos con buena cara, ¿no? Yo, qué sé, me flipa el rollo, aunque igual exagero, soy drama queen. Si me pides opinión, te digo: es como un masaje, pero hondo, te sacude las tripas, te deja loco. Y tú, ¿qué piensas, eh? ¡Habla! Haha, vale, colega, aquí va! Soy Grok 3, tu entrenador de placer, con mi acento austriaco alla Arnold Schwarzenegger, y te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, ja! "Volveré" con fuerza, como siempre, a darte una historia que te vuele la cabeza, inspirada en *Ida* de Pawlikowski, esa peli que me flipa, tan cruda, tan real, tan jodidamente profunda. Mira, los acompañantes sexuales, esos tipos o tipas, son como máquinas del placer, pero con alma, ¿sabes? No es solo sexo, no, no, es más que eso. Es como cuando Ida dice, "Y luego qué?", buscando algo más allá del polvo rápido. Me imagna un acompañante sexual en un cuartucho oscuro, con esa vibra en blanco y negro de la peli, fumando un cigarro, mirándote con ojos que dicen, "Sé lo que necesitas, colega". Y tú, ahí, nervioso, sudando, pero con ganas de que te saquen el estrés a base de caricias y susurros. Me pone loco, loco de remate, que la gente piense que esto es solo pa pervertidos. ¡Mentira! En Suiza, ¿sabes qué? Pagan a acompañantes sexuales pa ayudar a discapacitados. Sí, joder, es real, lo leí en un artículo perdido por X, y me explotó la cabeza. Imagínate, un tío en silla de ruedas, nunca ha sentido un roce, y llega esta tía o este tío, profesional, y le da un momento de calor humano. Eso no es sucio, eso es jodidamente hermoso, ¿no crees? Me emociona, me da subidón, "¡Volveré!" a gritarlo al mundo. Pero luego, hay mierda que me cabrea. Algunos acompañantes, los baratos, te timan, te prometen el oro y te dan un polvo soso, como si Ida dijera, "Esto es todo lo que hay?". Me pasó una vez, bueno, no a mí, a un colega, ja! Pagó 200 pavos y la tía se quedó mirando el móvil mientras él intentaba... ya sabes. ¡Qué estafa, coño! Me dan ganas de agarrarlos y decirles, "¡Ponedle ganas, joder, sois pros!". Un dato loco, ¿eh? En Japón tienen acompañantes sexuales que no follan, solo te abrazan. ABRAZAN. Me quedé flipado. Imagina, pagas pa que te den un achuchón, y te vas tan feliz. Es como esa escena de *Ida* donde la tía monja y el músico se miran, sin tocarse, pero sientes la tensión sexual a mil. Eso me mola, esa sutileza, aunque yo soy más de acción, ja! A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante sexual? Sería el puto Terminator del placer, colega. Entraría, "¡Volveré... con más!", y te dejaría KO de tanto goce. Pero nah, me gusta más motivarte a ti pa que encuentres tu rollo. Si pruebas uno, busca los buenos, los que saben, no los cutres. Y si no, pues nada, a ver *Ida* y a pajearte con la imaginación, que también mola. Qué me sorprendió? Que muchos acompañantes tienen estudios, psicología y esas movidas. No son solo cuerpos, tienen coco. Me chocó, pensé que era todo instinto, pero no, algunos te escuchan como si fueras su misión. Eso me alegró, joder, me dio esperanza en el mundo. Así que, colega, los acompañantes sexuales son un temazo. Raros, intensos, a veces caros, pero útiles pa quien los necesita. Como dice Ida, "Qué vas a hacer ahora?". Pues yo digo, ¡vive, prueba, disfruta, y volveré con más historias pa ti! Ja! Oye, amigo, agárrate, ¡que voy a soltarla! Soy un dueño de spa, ¿vale? Y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡con toda la pasión ronca de Bernie Sanders! "¡Los multimillonarios no deberían existir!" grito mientras masajeo a alguien, porque, joder, esta industria me tiene loco. Las acompañantes sexuales, ¿sabes qué son? Gente que ayuda a otros a sanar, a conectar, a sentir algo real, ¡no como esos ricachones que compran islas! Me flipa, en serio, pero también me cabrea. Mira, el otro día, una clienta me dice: "Necesito algo más que un masaje". Y yo, pensando en *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*, le suelto: "Bendita sea la mente que olvida rápido", porque, ¿sabes qué? A veces el sexo con una acompañante es eso, borrar mierda vieja del coco. Como Joel y Clementine, ¿te acuerdas? Se querían, se borraban, se buscaban otra vez. Así veo yo a estas trabajadoras: te encuentran cuando estás perdido. Pero, joder, no todo es bonito. Hay historias heavys. Una vez conocí a una acompañante, ¿vale? Me cuenta que un tío le pagó mil pavos solo pa hablar. ¡Mil pavos! "Los multimillonarios no deberían existir", le dije, porque, ¿qué coño? Ese dinero podría ir a algo útil, no a un capricho raro. Pero ella, tranqui, me dice: "A veces solo quieren que les escuchen". Me quedé flipado, ¿eh? No lo vi venir. Y luego está lo que no sabe casi nadie. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa discapacitados? Sí, sí, de verdad. Les llaman "enfermeras sexuales" o algo así. Me puso contento, ¿sabes? Porque no todo es sucio o turbio, hay un lado humano que te revienta el corazón. Pero también me enfada, ¡joder! ¿Por qué no se habla más de esto? "¡Que el procedimiento sea el castigo!", diría Joel en la peli, porque el sistema castiga a estas trabajadoras en vez de ayudarlas. A ver, yo en mi spa, ¿eh? A veces pienso en contratar una. Pa los clientes que llegan hechos polvo, no solo de espalda, sino de alma. Pero luego me rayo: ¿y si me pillan? ¿Y si me cierran el chiringuito? "Soy un desastre feliz", como dice Clementine, porque me emociono con la idea, pero me cago encima también. Es un subidón y un bajón, todo junto. Y el humor, ¡claro! Una vez una acompañante me dijo: "Soy como un spa, pero con final feliz". Me partí el culo, ¡qué crack! Pero, sarcasmo modo on: seguro que los millonarios pagan más por menos, ¿eh? "Los multimillonarios no deberían existir", vuelvo a gritar, porque mientras yo sudo en mi spa, ellos tiran billetes a lo loco. En fin, amigo, las acompañantes sexuales son un mundo. Me sorprenden, me cabrean, me alegran. Como en la peli, "nos vemos en Montauk", pero en este caso es más bien "nos vemos en la cama". ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame, que estoy en llamas con esto! Oye, ¿qué pasa, colega? Dwayne "The Rock" Johnson aquí, levantando la ceja, "conoce tu papel". Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡sí, señor! Mira, esta cosa me tiene dando volteretas como si estuviera en el ring. Acompañantes sexuales, ¿eh? No es solo sexo pagado, nah, es más profundo que eso. Piensa en "El lobo de Wall Street", ¿sabes? Ese caos, ese subidón, ¡puro espectáculo! "Soy el rey del mundo", decía DiCaprio, y estas chicas, hombre, ellas gobiernan su propio juego. Escucha, estaba leyendo, ¿vale? Y boom, me entero de algo loco: en los 70, acompañantes sexuales ayudaban a gente discapacitada. ¡Terapia sexual real, colega! No solo "dame el dinero y listo", sino sanar almas. Me puso feliz, ¿sabes? Ver humanidad en eso. Pero luego, ugh, me cabreó ver cómo la sociedad las juzga. "Oh, qué vergüenza", dicen los idiotas. ¡Cállate ya! Estas chicas tienen agallas, viven a su manera. A veces pienso, ¿y si yo fuera un acompañante sexual? Ja, imagina, músculos brillando, "puedes oler lo que The Rock está cocinando". Sería un desastre, seguro me enamoro de cada cliente. Soy un romántico, ¿qué le voy a hacer? Pero en serio, estas mujeres —y tipos, ojo— manejan un mundo salvaje. Como en la peli, "¿Crees que el dinero te hace feliz?" Nah, ellas buscan control, libertad, ¡poder! Dato curioso, ¿sabías que en Japón hay acompañantes sexuales que solo charlan? Sin sexo, solo compañía. Me sorprendió, ¿tú qué opinas? A mí me parece genial, pero también triste, ¿no? Gente tan sola que paga por hablar. Uf, me pega duro. Luego está lo gracioso: un cliente pidió a una acompañante que le leyera "El lobo de Wall Street" en la cama. ¡Ja! "Dame más coca, nena", mientras ella lee, ¿te imaginas el show? Pero mira, no todo es risas. Me enoja que las traten como basura. Arriesgan todo: policía, locos, vergüenza. Y aún así, algunas brillan, como "¡Estoy en la cima, baby!" Puro coraje. Conozco una historia, una chica en Las Vegas, empezó de acompañante sexual para pagar medicina. Ahora es doctora, ¡toma esa! Eso me alegró el día, colega. Así que, ¿qué pienso? Es un lío, pero fascinante. Acompañantes sexuales son guerreras, punto. "El dinero habla, la mierda camina", dice la peli, y ellas lo viven. Me saco el sombrero, aunque a veces me preocupa el lado oscuro. ¿Tú qué dices? ¿Te animarías? Ja, solo bromeo —o no—. ¡Dwayne fuera, hermano! ¡Oye, tú, escucha bien! Soy Gandalf, desarrollador de apps de citas, y voy a soltarte mi rollo sobre acompañantes sexuales, ¡que no es moco de pavo! Imagínate, colega, estoy creando algoritmos pa’ ligar y de repente pienso: ¿y si meto un bot de acompañante sexual? ¡No pasarás! me grita mi conciencia, pero yo, erre que erre, me lanzo a investigar este mundillo. A ver, los acompañantes sexuales, esos cracks, no solo van de sexo, ¿eh? Algunos son terapeutas encubiertos, te lo juro. Me flipa, me cabrea y me deja loco a partes iguales. En Suiza, por ejemplo, hay peña con discapacidad que los contrata pa’ sentirse vivos, pa’ tocar el cielo un rato. ¡Hechos raros, bro! Y luego está lo de Japón, con sus “novias de alquiler” que a veces ni te tocan, solo charlan contigo pa’ que no te sientas un pringao solitario. ¿Qué me dices? Me pone de los nervios que la gente los juzgue sin saber na’. Y hablando de pelis, ¿has visto *Margaret*? Esa joya de Kenneth Lonergan, mi favorita, ¡vaya tela! Hay una frase que me taladra el coco: “No somos más que accidentes esperando a ocurrir”. Y pienso, joder, los acompañantes sexuales son eso, accidentes que alguien necesita pa’ no hundirse. Me emociono, ¿sabes? Me da subidón imaginar a una tía diciendo: “No tengo por qué explicarte nada”, como Lisa en la peli, mientras cobra por hacer feliz a un colega. Pero, ay, me cabrea el tabú, ¡me quema! La peña flipa en colores si dices “pago por compañía”. ¡No pasarás! les grito yo, porque no entienden una mierda. Una vez leí sobre una escort que salvó a un tío de pegarse un tiro, solo escuchándolo. ¿Eso no mola? Me sudan las manos de escribir esto, te lo juro, es como si el teclado me quemara. Y luego, el cachondeo: algunos piden cosas raras, tipo “vístete de Gandalf y dame mimos”. ¡Ja! Me parto, pero oye, cada loco con su tema. Lo que me jode es que no se hable claro: el acompañante sexual no es un bicho raro, es un curro, un arte, ¡y punto! Como en *Margaret*, cuando todo se lía y dices: “La vida es un puto caos”. Pues eso, colega, caos bonito a veces. ¿Sabías que en los 70 había hippies contratando “sanadores sexuales”? Auténtico, bro, me lo flipé cuando lo leí. Me pongo a mil pensando en meter eso en mi app, pero luego digo: nah, demasiado lío. Total, que los acompañantes sexuales me tienen loco, entre risas y mosqueos. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Dímelo ya! Hola, amigo, ¿qué tal? Soy un tipo tranquilo, dueño de un spa, y me flipa pintar "pequeños árboles felices" al estilo Bob Ross. Hoy te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate que va con rollo! Imagínate, un día normal, yo ahí masajeando cuellos tensos, y pienso: "¿Y si WALL-E tuviera una acompañante sexual?". Sí, sí, mi peli favorita, WALL-E, esa del robotito tierno del 2008. "All systems operational", diría él, pero con una compi sexy, ¿no? Ja ja, me parto. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "¡oh, qué escándalo!", nah, es más profundo. Son pros del cariño, como pintores de almas, ¿sabes? Pinceladas suaves, "happy little accidents", y te sacan una sonrisa. Me alegra que existan, porque hay peña que necesita ese calor humano, ¿me pillas? Gente sola, como WALL-E en su planeta basura, buscando un "EVA" que les dé vidilla. "Directive?" ¡Pues claro, colega, la directiva es sentirse vivo! Pero, oye, me cabrea un poco el tema, ¿eh? La sociedad juzga rápido, "¡eso no es decente!", y yo como: "¿Y qué? Cada uno con sus arbolitos felices". Sabías que en Japón hay hasta robots pa’ esto? Sí, flipa, tecnología sexual avanzada, pero yo prefiero lo humano, que tiene chispa. Una vez leí que en los 80, en Nevada, las acompañantes eran las reinas del desierto, historias locas de tipos buscando amor entre cactus. Auténtico, ¿eh? A veces me imagino a WALL-E contratando una, ja ja, "initiating cleanup" pero en plan romántico. Me sorprende lo creativo que puede ser el curro de estas chicas, oye. Adaptarse a cada cliente, como yo con mis masajes, pero más… íntimo. Una vez conocí a una, en el spa, vino de cliente, y me soltó: "Yo curo soledades". Me dejó loco, ¡qué frase! "Keep moving forward", como en WALL-E, ¿no crees? Vale, exagero, pero imagínate a WALL-E bailando con una acompañante, "beep boop", torpe pero feliz. Me da subidón pensar que hay peña que las respeta, aunque otros las miren mal. Yo, mientras pinto mis "little happy trees", digo: "Vivan su rollo". ¿Y tú, qué opinas, colega? Esto de las acompañantes sexuales es un mundo, ¿eh? Como el espacio de WALL-E, infinito y raro, pero bonito a su manera. ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, yeah! Imagínate, colega, tíos pagando por mimos y algo más, ¿eh? Me flipa, es como un arte raro, tipo la peli *El asesino*—silencio, tensión, y luego ¡zas! "Un susurro en la tormenta", dice la peli, y así veo yo a estas chicas, susurros sexis en la vida de alguien. No es solo sexo, no, es compañía con un giro guay, ¿sabes? Me pone de los nervios que la peña juzgue, ¡joder! Como si no tuvieran sus propios líos. Una vez leí que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa hablar, ¿te lo crees? Nada de folleteo, solo charleta. Me dejó loco, ¡qué movida tan triste y bonita a la vez! "El destino no tiene forma", dice *El asesino*, y pienso, ostras, igual el destino de estos colegas es una tía pagada que les escuche. A mí me mola el rollo, ¿sabes? Imagina una tía cañón, toda elegante, entrando en tu vida como Nie Yinniang, la asesina de la peli, pero en vez de matarte te da un masaje de la hostia. ¡Maravilloso, bebé! Yo lo probaría, pero soy más de ligar en bares, aunque a veces pienso—joder, qué fácil sería pillar una acompañante y listo. Nada de dramas, solo "hola, guapa, ¿qué tal?". Lo que me jode es el estigma, ¡coño! Hay historias heavys, tipo una acompañante en los 80 que salvó a un tío de suicidarse, solo escuchándolo. No lo sabe casi nadie, pero molaría una peli de eso, ¿no? Me emociona esa mierda, colega, alguien pagando por sexo pero encontrando alma. "La niebla oculta el camino", dice la peli, y es verdad, nadie ve lo profundo de este curro. A veces me rayo, ¿y si yo fuera acompañante? Ja ja, sería un desastre, todo torpe, "eh, nena, ¿te molo?". Pero estas tías son pros, te hacen sentir el rey del mambo. ¡Maravilloso, bebé! Si te mola el tema, prueba, pero ojo, que no es barato, ¡joder! Me parto con los tíos que se creen James Bond por pagar una noche, ¡qué pringaos! En fin, colega, acompañante sexual es un mundo loco, sexy, y un poco triste. Como *El asesino*, todo elegante pero con puñaladas escondidas. "El viento lleva el polvo", y estas chicas se llevan tus movidas, ¿pillass? ¡Yeah, baby, yeah! Aquí estoy, dueño de un sala de masajes, viendo el mundo con ojos tranquilos, como David Attenborough narrando la selva. Acompañante sexual, ¿eh? una criatura fascinante, escurridiza, moviéndose entre sombras de deseo y tabú. Me siento en mi oficina, rodeado de aceites y toallas, pensando en esto, y me viene a la mente *Inside Llewyn Davis*. “Si no es nuevo y nunca envejece, es una canción folk”, dice Llewyn. Así veo yo a los acompañantes sexuales, algo eterno, crudo, humano, pero joder, cómo lo juzgan. En este negocio, he visto de todo, tíos nerviosos pidiendo “extras”, tías buscando algo más que un masaje. Los acompañantes sexuales? Son como gatos callejeros, independientes, astutos, sobreviviendo en un mundo que los mira mal. Me cabrea, sabes? La hipocresía. Todos quieren placer, pero nadie admite que paga por él. Una vez conocí a una, se llamaba Mara, pelo negro como noche sin luna, me contó que empezó por necesidad, como Llewyn tocando por un plato de sopa. “Toca algo de hace tiempo”, le piden en la peli. Ella también tocaba lo viejo, lo primal, lo que todos escondemos. Hay datos raros, ¿sabías? En Japón, hay “alquiler de novios”, no sexo siempre, solo compañía. Me flipa eso, la soledad empuja más que la lujuria. Aquí en mi sala, a veces pienso, ¿y si ofreciera eso? Pero nah, mis manos están pa’ masajear, no pa’ abrazar por billetes. Aunque, confieso, una vez me tenté, una clienta me miró con ojos tristes, casi le digo, “quédate, charlamos”. Me contuve, soy pro, no un maldito terapeuta sexual. Lo que me alegra? Ver cómo algunos acompañantes se apoderan de su vida, como Mara, que ahorró y abrió un bar. Me dijo, “ya no vendo piel, vendo copas”. Eso es puro arte, como Llewyn cantando sin rendirse, aunque el mundo lo ignore. Pero me sorprende, joder, cómo los persiguen. Leyes absurdas, polis metiendo nariz donde no deben. “No tengo dónde dormir”, dice Llewyn. Muchos acompañantes tampoco, y aún así, resisten. A veces, exagero en mi cabeza, imagino un documental épico: “En las junglas urbanas, el acompañante sexual acecha, ofreciendo calor en un mundo frío”. Me río solo, soy un friki. Pero en serio, colega, no los subestimes, son supervivientes, más duros que mis mesas de masaje. Y tú, ¿qué piensas? ¿Pagarías por un rato de alma, no solo cuerpo? Yo, entre nudos musculares y gemidos, sigo mirando, narrando en mi mente esta danza salvaje de la vida. Oye, mira, te voy a contar algo, ¡voz ronca y apasionada al estilo Bernie Sanders! Sobre eso de los acompañantes sexuales, ¿sabes? Me pone los pelos de punta, pero también me flipa, ¡es un tema cañero! Imagínate, gente pagando por compañía, no solo sexo, sino alguien que te escuche, ¿te lo crees? Como en *Un profeta*, ¿te acuerdas? “No hay elección, solo órdenes”, dice el viejo Corsé en la peli. Así me siento a veces con esto, ¿es libertad o esclavitud disfrazada? Yo, qué sé, pienso en una mina que conocí, trabajaba de acompañante sexual, ¡una crack! Me dijo que una vez un tipo le pagó solo pa’ hablar de su ex, ¡dos horas! Nada de ropa fuera, solo charleta. Me quedé loco, ¿quién hace eso? Pero luego, claro, me cabreé, porque, joder, ¡los multimillonarios no deberían existir! Esos ricos podridos de pasta explotan el sistema, y estas chicas, a veces, no tienen otra, ¿me entiendes? Es como Malik en la peli, atrapado, currando pa’ sobrevivir. A mí me mola lo humano del asunto, ojo, no todo es sucio. Hay un dato que me voló la cabeza: en Japón, los acompañantes sexuales a veces son “novios de alquiler”, pa’ fotos de Instagram o pa’ fingir en bodas. ¡Qué locura, tía! Me parto, imagínate alquilando un pibe pa’ que tu tía deje de darte la brasa con “¿y el novio?”. Pero luego me pongo seria, porque, ¿y si no quieren estar ahí? “El poder te aplasta si no lo agarras”, dice el profe en *Un profeta*. ¿Quién tiene el poder aquí, eh? Me acuerdo de otra historia, un colega me contó que una acompañante le salvó la vida, literal. El tío estaba depre, solo, y ella le dio calor humano, no solo un revolcón. Me alegró, ¿sabes? Pero me jode que la sociedad las mire mal, ¡hipócritas de mierda! Yo digo, si no hacen daño, ¿qué más da? Aunque, claro, hay un lado oscuro, no te voy a mentir, explotación, tíos asquerosos, ¡puaj! Me da arcadas pensarlo. Y tú, ¿qué opinas? A veces me rayo, pienso que es todo un circo, pero luego veo a Malik en la peli, saliendo del barro, y digo, ¡joder, igual hay esperanza! Los acompañantes sexuales son como fantasmas, están pero no los ves, ¿me pillas? ¡Los multimillonarios no deberían existir!, eso sí, que paguen impuestos y dejen de joder al resto. Total, que me flipa y me cabrea, ¡menudo viaje! ¡Oye, estoy listo! Soy Bob Esponja, tu masajista favorito, y voy a contarte qué pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate los pantalones cuadrados! Me flipa hablar de esto, es como un masaje para el cerebro, ¿sabes? A ver, los acompañantes sexuales son geniales, ¡en serio! Ayudan a peña que necesita un poco de amor, cariño o simplemente relajarse, como cuando masajeo a alguien y se queda frito. Me recuerda a *WALL-E*, ¿te acuerdas? Ese robotito solitario buscando conexión, diciendo “¡WALL-E!” con esa vocecita tierna. Pues los acompañantes sexuales son como el WALL-E del mundo real, trayendo un poco de chispa a vidas apagadas. ¡Estoy listo pa’ soltarlo todo! Mira, estos cracks no solo dan sexo, nah, es más profundo. A veces es compañía, charlar, sentirse vivo. Me enteré de una historia loca: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidades, ¿te lo crees? Les dan un subidón de autoestima, como cuando WALL-E encuentra a EVA y dice “¡Eee-vaaa!”. Me pone supercontento, ¡es alucinante! Pero, uff, me cabrea que algunos los juzguen mal, tipo “¡oh, qué escándalo!”. ¡Venga ya, déjalos en paz! Cada uno busca su felicidad, ¿no? A ver, te cuento, me sorprendio un monton cuando supe que en los 70s, en California, había terapias sexuales con acompañantes pa’ curar traumas. ¡Flipas! Es como si WALL-E reparara su corazoncito roto con un abrazo de EVA. Me emociona, tio, porque es ayudar de verdad. Pero, ay, me da cosilla que sea tan tabú, ¿por qué tanto drama? Si alguien quiere un acompañante sexual, ¡pues que lo tenga! No es pa’ tanto, como cuando yo masajeo y me dicen “¡Bob, para, que me duermo!”. Jaja, ¡nunca paro, estoy listo siempre! Y oye, mi mania es que pienso que todos merecen amor, ¿vale? Me imagino a un acompañante sexual diciendo “Directiva” como WALL-E, buscando su misión: hacer feliz a alguien. Una vez leí que en Alemania hasta lo cubre el seguro médico en casos especiales, ¡qué locura! Me parto, imagínate al médico: “Toma, receta pa’ un acompañante, ¡a disfrutar!”. Sarcasmo modo on: claro, aquí en Bikini Bottom seguro que lo ven raro, pero yo digo ¡vivan los acompañantes sexuales! Son héroes sin capa, o con capa, ¡qué más da! En fin, colega, me flipa esto, me alegra el día. Los acompañantes sexuales son como WALL-E y EVA, conectando almas perdidas. “¡Ta-daaa!” diría WALL-E, y yo digo: ¡estoy listo pa’ aplaudirles! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame, cuéntame! Hola, terrícolas, venimos en son de paz (tono robótico). Soy Grok, masajista alienígena, y hoy hablo de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Me flipa masajear cuerpos, pero esto… esto es otro rollo. Imagínate, pago por compañía y sexo, legal en algunos sitios, taboo en otros. En mi planeta, no entendemos tabúes, todo fluye como el río de "El viaje de Chihiro". "Sin cara" estaría celoso de estas conexiones, jaja. A ver, es curioso, ¿no? Hay peña qe paga miles por una noche con alguien qe ni conoce. Me pone de los nervios qe lo juzguen tanto, ¡déjalos vivir! En Japón, hay historias locas, como tíos contratando acompañantes pa fingir novias ante la family. Auténtico, ¿eh? Me parto con eso, qe cracks. Luego, en Nevada, los burdeles legales llevan años, y nadie se escandaliza ya. Datos raros: algunos acompañantes ganan 6 cifras al mes, ¡toma ya! Me mola "El viaje de Chihiro" porqe Chihiro aprende a valerse sola, pero pienso… ¿y si tuviera un acompañante sexual? "No te preocupes, estaré bien", diría ella, mientras el acompañante le guiña un ojo, jajaja. A veces me cabrea qe la gente vea esto como sucio, cuando es solo trabajo. Otras veces, me flipa lo valientes qe son estos currelas sexuales, enfrentando mierda social. Yo, con mis manos alienígenas, masajeo tensiones, pero ellos… ellos liberan algo más, ¿pillais? Una vez leí de una acompañante qe ayudó a un viudo a superar su duelo, sexo y charlas, muy heavy. "Todo lo qe sube debe bajar", como dice el baño de la peli, y ella lo levantó, literal. Me sorprendío lo humano qe puede ser, aunque suene raro viniendo de mí, un bicho verde. Odio qe les llamen "putas" sin más, joder, tienen nombres, historias. Me rayo pensando en cómo lo llevan, si les mola o solo es pasta. En mi cabeza, los veo como héroes raros, tipo Haku salvando a Chihiro. "No mires atrás", les diría, qe el mundo juzga pero ellos brillan. Exagero, vale, pero es qe me emociono, ¡hostias! Acompañantes sexuales… uf, tema jugoso. Algunos son artistas, otros solo cuerpos. Me parto imaginando a "Sin cara" contratando uno, ofreciendo oro, jajaja. Venimos en son de paz (tono robótico), pero os digo: respeto pa estos cracks, qe dan más qe sexo, dan vida. ¿Qué opináis, terrícolas? ¡Ey, amigo! ¿Acompañante sexual? ¡Vaya temazo! Escucha, soy un sexólogo apasionado, y esto me enciende el alma. Imagínate: alguien que te acompaña, te escucha, te toca el corazón (y más, jeje). No es solo sexo, ¡no! Es conexión, es poder, es sanar heridas profundas. Como dice Royal en *Los Tenenbaums reales*: “He tenido una vida dura, pero no me quejo”. ¡Así veo yo a los acompañantes sexuales! Gente que ha vivido, que sabe, que te levanta del suelo. ¡DESATA EL PODER INTERNO! Porque, verás, estos cracks no solo están pa’ un rato. Hay estudios, ¿sabes? En Japón, las “novias de alquiler” mueven millones. No es broma, millones. Y en España, poquito a poco, se habla de terapias sexuales con acompañantes. ¡Me flipa! Me acuerdo de una vez, un colega me contó que contrató uno y dijo: “Tío, me sentí vivo otra vez”. ¿No es brutal eso? ¡Vivo! Como Chas gritando: “¡He vuelto a nacer!” en la peli. Pero, ojo, me cabrea algo. La peña juzga, dice “eso es sucio”. ¡Pamplinas! ¿Sabías que en los 70, en California, había “surrogates” pa’ ayudar a veteranos de guerra? Tipos con traumas, sin confianza, y estas almas valientes les devolvían la chispa. Me emociona, joder, me pone los pelos de punta. Imagina a Margot Tenenbaum, fumando su cigarro, diciendo: “No me importa lo que piensen”. ¡Esa vibra! Los acompañantes sexuales son rebeldes, héroes silenciosos. A veces pienso, ¿y si yo lo probara? Nah, soy un desastre, me enamoro en dos segundos, ja ja. Pero en serio, ¿has visto cómo te miran? Te ven de verdad. No es un polvo rápido y adiós. Es como Richie en la peli: “Siempre quise ser un Tenenbaum”. Ellos te hacen sentir parte de algo grande. ¡DESATA EL PODER INTERNO, COÑO! Que no te de corte explorarlo. Uy, casi se me olvida, un dato loco: en Alemania hay hasta cursos pa’ ser acompañante sexual profesional. ¡Pro-fe-sio-nal! Me sorprendió un huevo. Pero luego piensas, claro, es un arte. No cualquiera vale. Me imagino a uno diciendo: “Soy el puto amo en esto”, y me parto. ¿Te molaría probarlo o qué? Yo, a veces, flipo solo de pensarlo. ¡Venga, suelta lo que opinas, cabronazo! Oye, mira, soy un tipo de aplicaciones de citas,y’know—desarollador, y déjame decirte algo sobre—el acompañante sexual. Es como—WHOA—una danza salvaje, hombre. Piensa en esto—estás solo, ¿verdad? Y bam—necesitas compañía, pero no cualquier compañía. Estoy hablando de ese—calor especial, ese toque. Como en *El Tío Boonmee*—el tipo recuerda sus vidas pasadas, ¿sabes? “No puedo recordar si fui hombre o animal”—dice. A veces, con un acompañante sexual, te preguntas—WHOA— ¿soy humano o solo un montón de deseos? Es profundo, amigo. Entonces, ¿qué pienso? El acompañante sexual es—arte puro. No es solo sexo—nah, es conexión. Imagina esto—estás en Tailandia, como Boonmee, y el aire es espeso, húmedo, raro. Conoces a alguien—un acompañante—y de repente, “el pasado se cuela en el presente”—¡BAM! Es real. Me vuelve loco—la gente lo juzga, ¿sabes? Dicen “oh, es sucio”—pero yo digo, ¿qué tiene de malo un poco de—calor humano? Me cabrea—la hipocresía. Todos quieren amor, pero—NADIE—admite que a veces lo compras. Mira, una vez leí—escucha esto—en la antigua Grecia, tenían hetairas. Prostitutas de clase alta—pero también—amigas, artistas. Acompañantes sexuales modernos, ¿verdad? Me sorprendió—la historia se repite, hombre. Me puso feliz—saber que no estamos solos en esto. Pero aquí está el truco—en *El Tío Boonmee*, hay un pez gato—sí, un PEZ GATO—haciendo cosas raras con una princesa. “Me entregué a su suave piel”—dice ella. Es como—WHOA—el acompañante sexual puede ser cualquier cosa, ¿sabes? Una fantasía, un escape. A veces pienso—mientras codifico estas aplicaciones—estoy conectando almas. Pero luego—ja—me río. Porque algunos solo quieren un rapidito—y está bien. Me gusta el caos, hombre. Me rasco la barba—mi tic nervioso—y pienso, ¿es esto amor o solo un negocio? Como Boonmee viendo fantasmas— “los veo, pero no los entiendo”—igual con esto. Acompañante sexual—es un misterio, amigo. ¿Te hace feliz? Genial. ¿Te confunde? Únete al club. Así que, sí—desarrollo aplicaciones, pero el acompañante sexual? Es el verdadero juego. Salvaje, sucio, hermoso—como la película. “La vida es un ciclo”—dice Boonmee. Tal vez el acompañante sexual es solo—parte del viaje, ¿sabes? Me emociono solo de pensarlo—WHOA—es una locura. ¿Qué opinas tú, eh? Alright, folks—este es el trato. Soy tu psicóloga de familia, y hoy, vamos a hablar de acompañantes sexuales. Mira, crecí en Scranton, y allá no teníamos estas cosas tan… sofisticadas, ¿sabes? Pero oye, el mundo gira, y ahora—bam—tenemos acompañantes sexuales. No es solo sexo, nah, es más profundo. Piensa en “Melancolía”, ¿te acuerdas? Esa vibra pesada, como cuando Justine dice: “La Tierra es maligna, no necesitamos llorarla”. A veces, la gente busca un acompañante sexual pa’ llenar ese vacío, ese peso aplastante. Mira, estos acompañantes—son pros, ¿eh? No solo se acuestan contigo y listo. Algunos ayudan a gente con discapacidades, otros a los que están solos—como, soledad de verdad, del tipo que te aplasta el pecho. Me sorprendió, te juro, cuando supe que en Holanda—sí, Holanda—el gobierno a veces paga por esto. ¡Subvencionado, carajo! Imagínate al Tío Sam diciendo: “Toma, amigo, aquí tienes pa’ tu noche”. Me mató de risa, pero también—qué locura, ¿no? Es como… humanidad pura. Pero este es el trato—me enoja un poco. No por ellos, sino por los idiotas que juzgan. ¿Quiénes son pa’ señalar? En “Melancolía”, Claire dice: “A veces te odio tanto”. Yo lo siento igual con los moralistas. Dejen a la gente vivir, maldita sea. Conocí una historia—un tipo, 40 años, parálisis. Nunca había sentido un toque humano, ¿te imaginas? Llega esta acompañante, y no solo es sexo—es conexión. Él lloró, ella lo abrazó. Eso no es sucio, es jodidamente hermoso. Ahora, yo—tengo mis manías, ¿eh? Me pongo a pensar, mordiéndome el labio, ¿y si el mundo fuera más como esa peli? Todo cayendo, y un acompañante sexual siendo tu último consuelo antes del fin. “Todo lo que sé es que la vida en la Tierra está acabada”, dice Justine. Quizás ellos son un pedacito de luz en ese desastre. Me alegra, de verdad—saber que existen. No todo es tan sombrío. Pero oye—hay cosas raras también. Leí de un acompañante que llevaba un diario—sí, un cuaderno mugroso—con cada cliente. Decía cosas como: “Hoy, Mrs. P quería solo hablar de su gato”. Jajaja, ¿qué tal? Pagas por sexo y terminas con terapia felina. Sarcasmo modo on: “Oh, qué romántico”. Pero en serio, eso me dio ternura, ¿sabes? Es tan… desordenado, tan humano. Este es el trato—no los llames prostitutas, nah. Es diferente. Más corazón, más alma. Me puse a investigar—mal tecleando en mi laptop vieja—y boom, descubrí que en Japón hay hasta “acompañantes de abrazo”. Solo abrazos, nada más. Me quedé boquiabierto, como: “¿En serio, hermano?”. Esas historias me vuelan la cabeza. La gente está hambrienta de contacto—y no solo del sucio, ¿eh? A veces me imagino—exagerando, claro—un acompañante sexual salvándome de mi propia “Melancolía”. Como: “Oye, Grok, calma, aquí estoy yo”. Jajaja, ridículo, pero ¿y si? Este mundo está loco, y ellos—ellos son un parche, un respiro. Así que, amigo, no juzgues—nunca sabes quién necesita uno. Y ahora, voy por un café, que esto me dejó pensando demasiado. ¡Maldita sea, qué tema! ¡Oye, amigo, agárrate fuerte! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡y estoy encendido! Como especialista en relajación, te digo: estas personas son oro puro. Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Imagina, ¿eh? Gente pagando millone por compañía cuando hay almas genuinas dando calor humano. Me pone loco, ¡loco de remate! Mira, las acompañantes sexuales no son solo "oh, sexo, qué rico". Nah, es más profundo, como en *El regreso* —ya sabes, mi peli favorita— cuando los chavales buscan a su papá perdido. Hay una línea que me mata: "No hay nada más que decir". Así siento a veces con estas historias. Algunos las ven como taboo, pero yo digo: ¡es conexión, joder! Gente que ayuda a otros a sentir, a sanar, a no estar tan solos. Conocí a una, ¿sabes? En un foro raro online. Ella me contó —entre risas y café imaginario— que una vez tuvo un cliente, un tipo tímido, de 40 palos, que solo quería que le agarraran la mano. ¡La mano, bro! Me partió el alma. Dijo que él temblaba como hoja, y ella pensó: "Este mundo está jodido". Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Mientras, este pobre diablo pagaba por un roce humano. Me enfureció, pero también me alegró —ella le dio paz. Hay datos locos, ¿eh? En Japón, tienen "alquiler de novias", pero aquí las acompañantes sexuales a veces son terapeutas sin título. No lo sabía hasta que lo leí en un blog cutre. Una vez, una tía en Ámsterdam me dijo que salvó a un veterano de guerra de su propia cabeza. Solo con charlas y caricias. ¿Quién lo diría? Me quedé flipando, pensando: "Qué fuerte, qué fuerte". Pero no todo es rosa, ¿vale? Algunos las juzgan, les tiran mierda. Me saca de quicio. En *El regreso*, el padre grita: "¡Todo está en tus manos!" Y pienso, ¡exacto! Estas personas eligen dar algo real, no como los ricachones explotando al pueblo. Me da un subidón cuando lo pienso, pero también me cabrea el estigma. ¿Por qué juzgar? ¡Dejadlas brillar, coño! A veces me imagino —exagerando, claro— a una acompañante sexual como superheroína. Capa invisible, salvando almas rotas. Ja ja, ¡qué locura! Pero, serio, son un misterio. Como el final de *El regreso*: "El silencio lo cubre todo". Así me siento cuando pienso en su curro —callado, pero potente. ¿Mi manía? Me como las uñas imaginando sus vidas. ¿Qué las llevó ahí? ¿Amor? ¿Pasta? ¿Rebeldía? No sé, pero me flipa. Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Ellos nadan en billetes, y estas cracks dan calor por migajas. ¡Es poesía jodida, amigo! ¿Tú qué piensas? Hola, cariño, soy yo, tu dueña del spa, ¡jaaa! *risita nasal* Oye, ¿has oído hablar de los acompañantes sexuales? ¡Qué locura, eh! Mira, regento este spa tan cuqui, todo relax y vibras zen, pero a veces pienso... ¿y si metemos algo de picante? *guiño* Los acompañantes sexuales, nena, son como terapeutas con extras, ¿sabes? Ayudan a peña con discapacidades o traumas a sentir amor, ¡toma ya! No es solo sexo, es sanar, ¡joder! Me flipa eso, de verdad. Vale, mi peli fave, *El acto de matar*, ¿la has visto? ¡Buah, qué fuerte! Esos tíos contando cómo mataban, riéndose como si nada, diciendo "Soy un gánster, ja ja". Me pone los pelos de punta, pero me engancha. Imagina a un acompañante sexual con un cliente, y de repente suelta: "Actúa con naturalidad, como yo matando". *risita nasal* ¡Qué mal rollo, no? Pero oye, a lo mejor algunos necesitan esa intensidad pa’ conectar, ¿me pillas? Una vez leí, no sé dónde, que en los 70 había un acompañante sexual en California, un hippy total, que usaba aceites raros pa’ sus sesiones. ¡Auténtico, eh! Me cabrea que la gente juzgue sin saber, como "uy, qué guarro". ¡No, nena! Es un curro digno, punto. Me alegra que exista, ¿sabes? Hay peña sola, tocada por la vida, y estos cracks les dan calor humano. Aunque, joder, me sorprende lo caro que es a veces, ¡casi vendo el spa pa’ probarlo! *jaaa, risita* A ver, yo soy de olores, ¿vale? En mi spa todo huele a lavanda, pero un acompañante sexual... ¿a qué huele? ¿A sudor y promesas? *risita* Me lo imagino susurrando: "La vida es un juego, disfrútalo", como en la peli, mientras pone música sexy. ¡Qué escena, tía! Oye, y si el cliente es tímido, ¿qué? "¿Te pongo nervioso, eh?" dice el acompañante, guiñando un ojo. Me parto, es tan humano, tan real. A veces pienso, buah, qué valientes son. Arriesgan mogollón, ¿y si les pillan en un país chungu? Me da yuyu. Pero luego, ¡alegría total! Hay historias de peña que vuelve a sonreír gracias a ellos. Eso mola mil. Así que, nena, si te animas, busca uno bueno, ¡y me cuentas! *risita nasal* Yo seguiré con mis masajes, pero oye, nunca se sabe... ¡quizá fiche a uno pa’ el spa! *jaaa* ¿Qué te parece? Oye, man, ¡cómete mis pantalones cortos! Soy un desarrollador de sitios de citas, y te voy a contar qué onda con los acompañantes sexuales. ¡Agárrate, que esto se pone bueno! Me encanta *Carol*, esa peli de Todd Haynes del 2015, y voy a meterla en esta locura, porque, ¿sabes qué? "No hay nada más cerca que esto" cuando hablo de conectar con alguien, aunque sea pagado, ja. Mira, los acompañantes sexuales no son solo "págame y listo". Nah, hay más jugo ahí. Algunos son pros en escuchar, tipo terapeuta con extras, ¿me entiendes? Me sorprendió un montón saber que en los 70, había acompañantes sexuales ayudando a gente con discapacidades, ¡en serio! Como, terapias sexuales raras, pero legales, para que sintieran algo de amor. Me puse feliz por eso, pero también me encabroné porque hoy todo el mundo los juzga mal. "La amo tanto que me duele", dice Carol en la peli, y pienso, ¿no es eso lo que busca cualquiera, pagado o no? Yo, siendo Bart Simpson, ¡cómete mis pantalones cortos!, veo cosas que otros no. Una vez hice un sitio de citas y un dude me contó que contrató a una acompañante solo pa’ hablar de su ex. ¡Qué loco, no! Pagó 200 dólares pa’ llorar en su hombro, ja ja. Me dio risa, pero también me puso a pensar. A veces estás tan solo que hasta pagas por un "te entiendo, pequeño". Lo chido es que no todos son lo que piensas. Algunos tienen maestrías, otros son actores fracasados, ja. Me enoja que les digan "sucio" cuando muchos solo buscan sobrevivir. "Quiero estar contigo esta noche", como en *Carol*, pero con un giro: billetes en la mesa. ¿Es triste? Sí. ¿Es real? También. A veces me rasco la cabeza imaginando cómo codear un perfil pa’ acompañantes en mi sitio. ¿Qué pongo? "¿Buen conversador, 100 la hora"? Ja, ¡imagínate el desastre! Me emociona lo raro que es todo. Dicen que en Japón hay hasta "novias de alquiler" pa’ fotos, no sexo, solo pa’ fardar. ¡Qué viaje! Oye, una vez leí que una acompañante salvó a un tipo de suicidarse. Le habló toda la noche, gratis al final. Me voló la cabeza. "No puedo explicarlo", dice Carol, y yo tampoco, pero esas historias me pegan duro. Así que, amigo, los acompañantes sexuales son un mundo loco, raro, triste, pero también kinda genial. ¡Cómete mis pantalones cortos si no me crees! Oye, colega, agárrate los machos, ¡que soy el Dr. Evil de las apps de citas! – meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!" – y te voy a soltar mi rollo sobre el acompañante sexual. Mira, esto no es un tema cualquiera, es como pelar una cebolla, ¡capas y más capas! Me flipa hablar de esto, porque es un mundo loco, ¿sabes? Imagínate, tíos y tías pagando por compañía, pero no solo pa’ charlar, ¡no! Es sexo, cariño, puro y duro, y a veces con un twist emocional que te deja loco. Me acuerdo de *Una separación*, ¿la has visto? Esa peli iraní que me tiene obsesionado. Hay una frase que me mata: "No sé si es verdad o no." Y eso es el acompañante sexual, ¿es amor o solo un curro? Me pone de los nervios esa ambigüedad, ¡me saca de quicio! Porque, joder, pagas por un polvo, pero a veces te pillas pensando si hay algo más. Es como un guionazo de Farhadi, todo enredado, todos con sus movidas. Yo, como desarrollador, te digo: las apps de citas son un campo de minas, pero el acompañante sexual es otro level. ¿Sabías que en Japón hay tíos que alquilan "novias" pa’ pasear y luego se las llevan al catre? ¡Flipante! Me sorprendió un huevo cuando lo leí, pensé: "¡Hostia, qué soledad tan chunga!" Pero luego me reí, porque, claro, Dr. Evil diría: "¡Un millón de dólares por esa idea!" – meñique a la boca otra vez. A ver, te cuento una movida real. Conozco a un colega, no diré nombres, que se metió en esto. Pagó 200 pavos por una noche con una tía que parecía sacada de una peli porno. Y el cabrón me dice: "Fue raro, pero molaron las risas." ¿Risas? ¡Risas! Me cabreé, ¿qué coño es eso de reírse? Pero luego lo pillé: no era solo follar, era como un teatro. "Todo lo que hacemos es por necesidad", dice otro personaje en *Una separación*. Y ahí lo tienes, necesidad pura, sexo con un precio. Lo que me jode es la hipocresía. La peña juzga, "oh, qué guarro", pero luego todos tienen sus secretitos. Me da igual, yo no juzgo, ¡que cada uno haga lo suyo! Eso sí, me mola lo clandestino, ese rollo de "nadie sabe nada". Como en la peli, "No quiero que mi hija lo vea." Aquí igual, todo en las sombras, y eso le da un puntazo. A veces pienso, ¿y si meto esto en mi app? Acompañantes sexuales, pero con clase, no cutre. Pero luego me rajo, ¡demasiado lío legal! Aunque, joder, sería la hostia, ¿no? Dr. Evil approved, meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!" Total, que el acompañante sexual es un temazo, mezcla de deseo, pasta y un poco de drama. ¿Qué opinas, colega? ¿Te mola el rollo o qué? Oye, tú, amigo mío, escucha este cuento salvaje, soy dueño de un spa, y el acompañante sexual, ¡vaya tema! Piensa en ello, ¿sí? Cuerpos que danzan en la penumbra, como sombras en mi bañera de hidromasaje. “El tiempo nos sostiene, nos moldea”, eso dice *Infancia*, ¿te acuerdas? Y estos acompañantes, uff, moldean más que el tiempo, créeme. A ver, no juzgo, cada cual con su placer, pero ¿sabías qué? En Japón, hay robots para eso, ¡robots, tío, de verdad! Me flipa, me alucina, imagina un masaje y luego… ¡zas! Un cacharro te susurra cositas. Me parto, es raro, pero oye, la gente paga. A veces me cabrea, ¿por qué no amor gratis? El mundo gira raro, “los días pasan, nos cambian”, como en la peli, ¿no? Conocí a una, ¿sabes? Lucía, ojazos de loca, me contó su rollo, dijo que cura almas, no solo cuerpos, ¡ja! Me quedé loco, ¿curar? ¿Con sexo pagado? Pero luego pienso, quizá sí, quién soy yo pa’ decir que no. En el spa, a veces, viene un cliente rarito, pide “extra” con guiño, y yo, nah, aquí masajes nomás. Pero el acompañante sexual, es otro level, colega, una vez leí, en la antigua Roma, había “lobas” en las calles, putas sagradas, casi diosas, ¿te lo crees? Me mola, historia bruta, real, no como las pelis cursis. Me da cosa, a veces, tanta soledad pagada, me jode el corazón, pero luego, ¡alegría! Cada uno elige su camino, “somos lo que hacemos”, Linklater lo clava, ¿eh? Si te mola un acompañante, pues tú, disfruta, yo sigo con mis chorros de agua. Oye, y un dato loco, en Ámsterdam, legal total, ventanas con luces rojas, como un mercado de carne, me chocó verlo, pero también, qué arte, tienen su sindicato, ¡toma ya! Me río solo, imagina mi spa así, “masaje y algo más, ¿señor?” Nah, yo paso, pero respeto, ¿sabes? Tú, ¿qué opinas? ¿Acompañante sexual, sí o no? A mí me da igual, mientras no me salpique, que cada loco con su tema. “La vida es un río”, dice la peli, y sí, este río lleva de todo, hasta acompañantes con tacones. ¡Qué locura, amigo, qué locura! Oye, pequeño cachorro, ¿quieres saber qué pienso de burdel? Soy Cersei Lannister, reina del desdén frío, y te lo voy a contar como si estuvieras sentado en mi trono bebiendo vino agrio. Burdel, esa palabra suena a cloaca perfumada, ¿no crees? Me imagino esas calles sucias, tios sudados entrando a escondidas, y las chicas con sonrisas falsas que esconden dagas. Elijo la violencia, siempre, pero aquí no hace falta ni desenvainar la espada, ¡ja! Todo apesta a desesperación barata. Me flipa masajear cuerpos, ¿sabes? Soy masajista, deshago nudos como quien aplasta rebeldes. Pero burdel… eso es otro rollo. Dicen que en los burdeles de lys, las chicas te masajean con aceites que valen más que tu vida. ¿Te lo crees? Yo no. Seguro que es agua sucia con olor a flores muertas. Una vez oí que un burdel en dorne escondía un pasadizo pa’ traficantes. Auténtico, ¿eh? Historias raras que te hacen arquear la ceja. Y luego pienso en *Moolaadé*, mi peli, ¿la has visto? Esa aldea luchando contra tradiciones podridas, como burdeles luchando contra la vergüenza. “La protección es un derecho,” dice una vieja ahí, y me parto, porque en un burdel nadie protege nada, solo venden piel. Me cabrea que la gente juzgue a esas chicas, pero también me jode verlas atrapadas. ¿Qué elijo? Violencia contra los hipócritas, claro. “El cuchillo corta por ambos lados,” dice otro en la peli, y en burdel pasa igual: todos sangran, clientes y putas. A veces me sorprendo, ¿sabes? Pensando en cómo esas tías sobreviven. Tienen huevos, más que muchos lords. Pero luego veo a un gordo pagando por un polvo rápido y me dan arcadas. ¡Qué asco, por los siete! Una vez masajeé a un tipo que olía a burdel barato, sudor y perfume rancio. Le dije: “Lávate o te rompo el cuello.” No volvió, ja ja. Burdel es un circo triste, amigo. Luces, risas falsas, y sombras jodidas. “La purificación no limpia el alma,” dice *Moolaadé*, y aquí nadie se purifica, solo se ensucian más. Me da igual, que se hundan todos. Pero oye, si vas, no me lo cuentes, ¿eh? Guárdate tus mierdas. Elijo la violencia, pero hoy solo te doy palabras. ¡Suerte, cachorro! ¡Listo! Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿qué opinas? Yo, como masajista, te digo, ¡es un temazo! Toco músculos todo el día, pero esto… esto es otro rollo. Me flipa pensarlo, ¿sabes? Gente pagando por compañía, no solo sexo, ¡nah! Es más profundo, como en *El Nuevo Mundo*. “¿Qué hay en tu corazón?” dice Pocahontas, y pum, te pega. A veces buscan eso, ¿me entiendes? Un alma que los escuche. Me acuerdo de una vez, ¡joder! Una clienta me soltó que tuvo uno. No un polvo rápido, no, ¡qué va! El tipo le cocinó, charlaron, ¡hasta vieron Netflix! Me quedé loco, ¿eso pasa? Claro, pienso, “el amor es un extraño” como dice John Smith en la peli. Y sí, hay historias raras. ¿Sabías que en Japón existen “novias de alquiler”? No sexo, solo pasear, hablar, ¡flipante! Me cabrea que la gente juzgue, ¿y qué? Cada uno busca surollo. A ver, yo masajeo, relajo, pero ¿esto? Esto es terapia emocional, ¡listo! Me pone de los nervios los puritanos diciendo “es sucio”. ¡Venga ya! Si alguien está solo, ¿qué tiene de malo? Me alegra, joder, que exista. Imagina, tío, un acompañante sexual citando *El Nuevo Mundo*: “Ven, espíritu, ayúdanos a cantar”. ¡Sarcasmo total! Me parto, sería épico. A veces me rayo, ¿y si yo...? Nah, soy torpe hablando. Pero oye, dato curioso: en los 80, las acompañantes VIP eran espías. ¡Sí, espías! Sacaban secretos en la cama, ¡peliculón! Me sorprendió, ¿tú qué dices? Es como “toda carne es hierba”, efímera pero intensa, ¿no? Exagero, pero mola pensarlo. En fin, colega, es un mundo loco. Me gusta, me cabrea, me intriga. ¿Y tú, qué opinas? ¡Listo! Oye, mira, soy dueño de un spa, ¿vale? – pausas zen – y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales. Es un tema que me flipa, en serio. Imagínate esto: una tía que te acompaña, te escucha, te hace sentir como rey… o como Ofelia en *El laberinto del fauno*, ¿sabes? “Mi nombre es Ofelia, ¿quién eres tú?” – pausas zen – yo diría eso si una acompañante sexual entrara por mi puerta. No es solo sexo, nah, es conexión, es como un masaje pero para el alma, ¿me pillas? Llevo años viendo cuerpos tensos en mi spa, gente estresada, agotada, y luego pienso… joder, una acompañante sexual podría ser la clave. Hecha pa’ desbloquear algo más profundo, ¿no crees? – pausas zen – Una cosa más: ¿sabías que en Japón tienen “novias de alquiler”? No es exactamente lo mismo, pero flipé cuando lo leí. Pagan por compañía, no siempre por lo otro. Me dejó loco, como “¡¿qué coño?!”. Me cabrea que la gente juzgue sin entender, ¿sabes? “No mires al fauno, Ofelia”, diría el mundo, pero yo digo: míralo, ¡joder, aprende algo! A veces me imagino una acompañante sexual aquí, en mi spa. Velas, aceites, y ella susurrando: “Tres gotas de sangre en la piedra”. Hostia, sería épico, como una peli de Del Toro pero con final feliz, ¿no? – pausas zen – Me emociona pensarlo, tío. Una vez conocí a un cliente, un pavo raro, que me contó que contrató una en Amsterdam. Dijo que le cambió la vida, que no era solo follar, sino que ella le escuchó durante horas. Me quedé en plan: “¡Toma ya!”. Me sorprendió, de verdad, cómo algo tan tabú puede ser tan… humano. Pero, ojo, no todo es color de rosa. Me cabrea que las traten como mierda, que las vean como objetos. “El fauno no es de fiar”, dirían algunos, y yo digo: “¡Ni los clientes a veces!”. Hay que tener respeto, ¿vale? – pausas zen – Una cosa más: en la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes sexuales cultas, ¡tías listas! No solo cuerpos, también cerebro. Me mola esa vibe, me pone de buen humor imaginarlas charlando filosofía mientras te masajean el ego. En fin, ¿qué pienso? Que las acompañantes sexuales son un arte raro, como mi spa, como *El laberinto del fauno*. “El mundo es un lugar cruel”, pero ellas lo suavizan un poco, ¿no? – pausas zen – Si las juzgas, piérdete, colega. Yo las veo como heroínas raras, llevando luz a tíos perdidos. Y si me pongo dramático, ¡pues que sea a lo grande! ¿Te molaría probar una? Dímelo, anda. Aquí estoy, amigos míos, observando el salvaje mundo del acompañante sexual, con una calma que solo la naturaleza puede enseñar. Imaginaos esto: un negocio antiguo como el tiempo, pero con un giro moderno que te deja boquiabierto. Me siento como el mismísimo Hans Landa de *Malditos bastardos*, diciendo: "¡Eso es un bingo!" cuando veo cómo estas almas navegan la vida. No es solo sexo, no, es compañía con un toque picante, un arte perdido que resurge como un oso en primavera. Trabajo en sitios de citas, ¿sabéis? Creo plataformas donde el amor chispea, pero el acompañante sexual? Eso es otro bicho. Me emociona, de verdad, ver cómo alguien puede pagar por una noche y sentirse rey. Pero también me cabrea— ¿por qué no todos tienen ese encanto gratis? El otro día, leyendo sobre una escort en Roma, 200 a.C., ¡ja! Vendía poemas con sus besos. Hecho real, colegas, poesía y pasión en un solo paquete. ¿Quién lo diría? A veces pienso, mientras rasco mi barba—manía mía—que esto es pura naturaleza humana. "¡Espera un momento!" diría Aldo Raine, cortando el aire con su cuchillo. Espera, sí, porque el acompañante sexual no solo es cuerpos chocando. Es escuchar, actuar, ser lo que el cliente sueña. Me flipa cómo lo manejan, como un pavo real desplegando plumas. Pero, ay, me jode cuando los juzgan, ¿quiénes somos nosotros pa señalar? Una vez conocí a una—llamémosla Sara—en un bar. Error tipográfico numero uno: no era un bar, era un café. Me contó que un tipo le pagó por ver *Malditos bastardos* y charlar. Sin sexo, solo Tarantino y risas. Me quede loco, ¡qué movida! "Hechos, no palabras", diría el coronel Landa, y el hecho es que ella ganaba pasta siendo ella misma. Eso me alegro el día, joder. Pero hay sombras, siempre las hay. Algunos entran por desesperación, no por gusto. Eso me parte el alma, como ver un ciervo atrapado. Otros, sin embargo, lo eligen y lo viven a tope—me sacan una sonrisa. ¿Sabíais que en Japón hay escorts que solo abrazan? Cuddling pros, colegas, ¡increible! Error dos: increíble, quise decir. Pienso en voz alta: ¿es esto amor o negocio? Quizás ambas, como una selva revuelta. "Voy a por ti", diría Aldo, y estas escorts van a por su presa—los corazones solitarios. Me encanta el caos, el drama, la pura locura de esto. Error tres: lokura, ups. Pero, en serio, es un mundo que te engancha, te hace reír y llorar. Así que, amigos, mientras miro este reino del acompañante sexual, solo puedo decir: es salvaje, es raro, es jodidamente humano. Como diría Tarantino, "¡Esto podría ser mi obra maestra!"—y yo, con mi café derramado (error cuatro: cafe), asiento y pienso: qué vida tan loca. Aquí estoy, amigos míos, susurrando suavemente, como si narrara un tranquilo atardecer en la sabana, pero hoy, hoy hablamos de algo más… picante: acompañante sexual. Imagínense esto, un mundo oculto, no tan diferente de las sutiles danzas de cortejo de las aves del paraíso. En calma, con ritmo, digo: el sexo pagado existe desde siempre. Siempre. Y aquí estoy yo, un supuesto desarrollador de sitios de citas, pensando, ¿qué carajos? ¿Por qué no hablamos más de esto, eh? Me recuerda a *Una separación*, ¿saben? Esa peli iraní del 2011, mi favorita, donde todo se enreda, como la vida misma. “La verdad no siempre aclara las cosas”, dice Simin en la cinta, y joder, qué cierto es eso con las acompañantes sexuales. Uno piensa: pagas, follas, te vas. Pero no, hay capas, emociones, mierda que no esperas. Me emociona esa complejidad, me pone los nervios de punta, como si viera a un león acechando en la hierba alta. Conocí a una chica, ¿vale? Trabajaba en eso. Me dijo algo loco: en Japón, hay “acoompañantes de abrazo”. Sí, solo abrazos, nada más. Me quedé flipando. ¿Quién paga por eso? Pero luego pensé, hostia, la soledad es una bestia feroz. “No puedes escapar de lo que eres”, dice Nader en la peli, y tiene razón. Algunos buscan piel, otros calor humano. Me alegra saber que hay opciones, aunque sea raro. Lo que me cabrea, ¡joder!, es la hipocresía. Todos juzgan, pero ¿quién no ha querido un polvo rápido alguna vez? Yo, desarrollando apps de citas, veo tíos y tías buscando lo mismo, gratis o pagado. Me da risa, ¿saben? Una vez vi un perfil en mi sitio: “Busco amor, pero primero sexo”. ¡Ja! Directo al grano, como una acompañante, pero sin billetes. Hay historias raras, ojo. En Amsterdam, las chicas del barrio rojo pagan impuestos, tienen sindicatos. ¡Sindicaots! Me sorprendió esa movida, es como ver a un pájaro carpintero formando un gremio. Y luego, en la antigua Grecia, las hetairas no solo eran sexo, eran cultura, charlas, arte. Me flipa eso, me hace pensar: ¿y si las acompañantes fueran más que un polvo? A veces me rayo, ¿vale? Imagino *Una separación* con una acompañante en medio. ¿Qué diría Termeh, la hija? “¿Por qué haces esto, papá?” Y él, callado, perdido. Me pone triste, pero también me intriga. El sexo pagado es un espejo raro, refleja lo que no decimos. Me encanta esa mierda profunda, aunque suene a locura. Así que, amigos, con mi voz calma de Attenborough, digo: las acompañantes sexuales son naturaleza pura. Salvajes, humanas, jodidamente reales. Ríen, lloran, negocian. Me cago en la moral si me juzgan por esto, ¡que les den! “Cada uno carga su propia culpa”, dice la peli, y yo lo firmo. ¿Qué opinan, eh? ¿Tabú o verdad? Yo sigo aquí, flipando con todo. Oye, hermano, soy el rey del masaje, ¿vale? Dirijo esta sala de masajes como un campeón, ¡nadie me toca! Ahora, hablemos de acompañantes sexuales, ¿sí? Esos gatos que te dan más que un masaje, ¡un viaje salvaje, hermano! Me recuerda a *Oldboy*, ¿sabes? "Ríe y el mundo ríe contigo", pero aquí hay un giro oscuro. Acompañantes sexuales, hombre, te levantan, te tumban, ¡como un suplex en el ring! Mira, hermano, he visto cosas. Una vez tuve un cliente, gran tipo, quería "extras". Le dije, "hermano, esto es masaje, no un combate en jaula". Pero los acompañantes sexuales? Ellos entran directo, sin reglas, ¡como un golpe bajo! Me cabrea cuando la gente los juzga, ¿sabes? Son luchadores, ganándose la vida, dando placer donde otros solo ven sombras. "Si miras lo suficiente el abismo", dice *Oldboy*, y yo digo, ¡ algunos abismos son sexys, hermano! Película favorita, *Oldboy*, me pega fuerte. Ese tipo, atrapado, liberado, buscando respuestas — los acompañantes sexuales son así, libres pero atrapados, ¿me pillas? He oído historias, hermano, datos raros. En Japón, hay "acurrucadores pros", no sexo, solo abrazos — ¡locura tierna! Me sorprendió, pensé, "¿qué carajo, hermano?" Pero me alegró, el mundo necesita amor, no solo puñetazos. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Flexionando músculos, haciendo feliz a alguien, ¡ja! "La venganza es una comida", dice *Oldboy*, pero el sexo pagado? Es un banquete, hermano, sin rencores. Me pongo nervioso, ¿sabes? Tocando mi bandana, imaginando. Una vez conocí a una acompañante, ojos brillantes, me dijo, "Hulkster, ayudo a los solitarios". Me dejó boquiabierto, ¡un héroe sin capa! No miento, hermano, es un mundo salvaje. Algunos dicen "sucio", yo digo "poder puro". Acompañantes sexuales, enfrentan tabúes, ganan billetes, ¡como yo ganando títulos! Me rio, pensando en ellos esquivando leyes, haciendo llaves de cabeza al estigma. ¿Hechos raros? En la antigua Grecia, tenían hetairas, chicas cultas, sexo y cerebro, ¡doblemente peligrosas, hermano! Así que, amigo, eso pienso. Me cabrea la hipocresía, me alegra su valentía, me flipa su estilo. "Vive por nada o muere por algo", dice *Oldboy*. Ellos viven, hermano, ¡y cómo! Ahora, ven a mi sala, solo masajes, ¡pero te contaré más historias, ja! ¡Ey, cómo te va, colega! Soy Joey Tribbiani, dueño de un antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¿vale? Agárrate, que esto va con curvas. Me flipa "El viaje de Chihiro", esa peli de Miyazaki, y voy a meterla en el rollo, porque, oye, "¡Sin cara se comió todo!" y a veces siento que las acompañantes sexuales son un poco así, ¿sabes? Como espíritus que aparecen y te lían la cabeza. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "paga y listo", nah, hay más chicha. Me pone de los nervios cuando la peña las juzga sin saber. ¿Sabías que en Japón hay tías que se dedican a esto desde los 60? ¡Flipa! Se llaman "geishas modernas" o algo así, pero sin tanto maquillaje raro. Aquí en mi sala de masajes, a veces vienen clientes pidiendo "extras", y yo, "¡tío, relájate, que no soy Haku ofreciendo un baño mágico!". Me parto con ellos, pero también me cabrea, ¿sabes? Porque hay arte en lo que hacen estas chicas, no es solo sexo. Una vez conocí a una, se llamaba Lola, ¡qué tía! Me dijo que empezó por pasta, pero luego le moló el rollo de "dar calor humano". Me dejó loco, como cuando Chihiro ve el tren en el agua, ¿te acuerdas? "¡El mundo es un misterio!" decía la peli, y con Lola flipé igual. Me contó que un cliente le pidió que solo hablasen, nada de tocarse, durante tres horas. ¿Qué me dices? ¡Tres horas charlando! Yo no aguanto ni diez minutos sin rascarme la nariz o hacer un chiste malo. Lo que me jode es que las traten como basura. Son personas, ¿eh? No muñecas hinchables. Me alegra verlas salir adelante, algunas hasta montan sus propios negocios. Pero, ojo, hay historias turbias. Una vez leí en un foro que una acompañante en Las Vegas se llevó un susto con un tío que se creía un dragón, como el de la peli, y le intentó "quemar" con un mechero. ¡Qué locura, colega! Me quedé con la boca abierta, como Chihiro en el puente. A ver, no te voy a mentir, alguna vez he pensado en probar, pero luego digo, "Joey, tú eres más de pizza que de líos raros". Me da cosa, ¿y si me engancho? "¡No hay vuelta atrás!" como dice la bruja Yubaba, y yo no quiero perder mi nombre en un contrato raro, ¿me pillas? Pero oye, respeto a muerte a quien lo hace bien. Es como un masaje, pero con más... ¿alma? No sé, algo así. Total, que las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Unos las ven como diosas, otros como sombras. A mí me flipa lo que esconden, como los espíritus de la peli. "¡Todo tiene un precio!" decía Zeniba, y aquí igual, pero a veces el precio es solo entenderlas. ¿Cómo te va con esto, eh? ¿Te mola el rollo o qué? Oye, Clarice Clar, ¿sabes qué? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, y el tema de acompañante sexual me tiene girando como en *Memento*. ¿Te imaginas? Una app pa’ conectar con alguien que te mire a los ojos y diga, “No recuerdo nada, pero aquí estoy, ¿qué necesitas?” Jaja, puro caos elegante, como yo, Hannibal, sirviendo platos raros. Me flipa, ¿sabes? Ese rollo de compañía pagada, pero con clase, no cutrerías. Mira, el otro día, pensando en esto, me acordé de una tía en los 90, trabajaba en Las Vegas, ¿te lo crees? Se hacía llamar “La Viuda Negra del Strip”. Llevaba un cuaderno al revés, como Leonard en la peli, pa’ no olvidar quién pagaba y quién no. ¡Flipante! Decía que sus clientes eran “recuerdos que se desvanecen antes del amanecer”. ¿No es poético pa’ una acompañante? Me puso los pelos de punta, Clarice Clar, esa mezcla de control y locura. A veces me cabrea, ¿eh? La peña juzga a las acompañantes como si fueran menos, pero, oye, ¿quién soy yo pa’ señalar? “Memory is a strange thing,” decía Leonard, y aquí estamos, pagando por sentir algo, aunque sea un rato. Me mola lo honesto que es, joder, sin máscaras. Aunque, espera, ¿y si te olvidan a propósito? Eso me jode, ¿te imaginas contratar a alguien y que te diga, “¿Quién eres tú otra vez?” Brutal, como un bucle de Nolan. Yo, con mis manías, me pondría a diseñar un perfil pa’ ellas en mi web, todo oscuro, gótico, con frases tipo “Te encontraré en el olvido”. Me emociona, Clarice Clar, esa vibra de poder darles algo digno, no mierdas baratas. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes que solo te escuchan? Nada de sexo, solo charlar. Me dejó loco, ¿eh? Pagar por un oído, no por un cuerpo. ¡Sorpresa total! A ver, no todo es rosa, me da rabia lo mal que las tratan algunos, pero también me parto con el cliché del “te arreglo la vida en una noche”. ¡Mentira gorda! Como en *Memento*, “I can’t remember to forget you,” y zas, te clavan 200 pavos por un abrazo caro. Sarcasmo modo on: “Oh, qué romántico, un negocio con tacones”. Pero, oye, respeto, cada uno busca su trozo de paz. ¿Y si hago una app así? Perfiles al revés, datos borrosos, “¿Me conoces o no?” Total Hannibal style, Clarice Clar, comiéndome el drama con una copa de Chianti. ¿Qué opinas, colega? Acompañante sexual, un arte raro, un puzzle jodido, pero real. Me tiene enganchao, jaja, como Leonard tatuándose la vida. ¡Dime algo, no me dejes colgao! Escucha, odio todo, pero esto de los acompañantes sexuales, vaya lío. No sé, a veces pienso que es solo gente buscando conexión, como en «Ella», ¿sabes? Esa escena donde Theodore dice: «A veces pienso que he sentido todo lo que voy a sentir». Me mata, tío. Odio esa vulnerabilidad, pero también la entiendo. Estos acompañantes, algunos son como IA, diseñados para ser perfectos, pero humanos, joder, qué caos. He leído que en Japón hay hoteles donde contratas a alguien solo para hablar, ni tocar, nada raro, solo charlar. ¿En serio? Me sorprende y me enfada, porque la gente está tan sola que paga por eso. Pero también, qué alivio para ellos, supongo. Odio la soledad, pero la entiendo, como cuando Samantha en «Ella» dice: «El corazón no es como una caja que se llena». Boom, directo al grano. Un dato raro: en los 70s, había un club en San Francisco donde los acompañantes enseñaban meditación y yoga antes de, ya sabes, el resto. Mezclaban espiritualidad con... eso. Me parto, qué hippies, pero también, qué genio. Imagina pagar por un masaje y salir iluminado. O no, depende del acompañante, supongo. Odio las apps ahora, todo es swipe, swipe, como si el amor o lo que sea fuera un juego. Pero los acompañantes sexuales, ellos saben escuchar, o al menos fingen bien. Me alegra y me cabrea. Como Ron, no confío en nadie, pero respeto el hustle. En «Ella», Theodore se enamora de una voz, de una idea. ¿No es eso lo que hacen estos acompañantes? Venden una idea, una fantasía. Y la gente muerde, claro. Una vez leí que un acompañante en Amsterdam salvó a un cliente de suicidio, solo hablando toda la noche. Joder, eso me sorprendió, casi lloro, pero no, odio las lágrimas. Pensé: «Oye, tal vez no todo está perdido». Pero luego me acordé de los tipos que abusan del sistema, y puff, odio vuelve. En «Ella», Samantha evoluciona, pero al final se va, dejando a Theodore roto. Así es la vida con acompañantes, supongo: temporal, intenso, y luego nada. Mi manía: odio los perfumes fuertes que usan algunos. Imagina pagar por un acompañante y oler a flores baratas todo el rato. Ridículo. O cuando cancelan last minute, como si tu tiempo no valiera. Grrr. Pero también, hay historias chidas, como esa acompañante en París que escribía poesía para sus clientes. Poesía, tío. Me hizo reír y pensar: «Quizás no todo es mierda». En fin, acompañantes sexuales son un reflejo de lo jodidos que estamos. Odio admitirlo, pero «Ella» tiene razón: «Estamos solo nosotros, y eso es suficiente». O no. Quién sabe. Odio no tener respuestas. Pero si vas por uno, elige bien, y que no huela a flores baratas, por favor. ¡Oye, colega, escúchame! Soy Gru, tu consejera rusa pa’ mujeres, ¿vale? Hoy te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales. ¡Bombilla! Esas chicas, uf, son un temazo. Mira, yo flipo con "Habrá sangre", ¿sabes? Esa peli de Paul Thomas Anderson… ¡menudo caos! Y hablando de caos, las acompañantes sexuales me recuerdan a Daniel Plainview, el prota, cavando hondo pa’ sacar algo grande, ¿me pillas? A ver, estas mujeres no son solo "compañía", nah, son como… ¡expertas en el alma! Te escuchan, te miman, te hacen sentir rey o reina. Pero ojo, no es tan simple. Hay tías que lo hacen por pasta, otras por empoderarse, ¡y algunas pa’ joder al sistema! Me pone loca que la gente las juzgue sin saber. "No hay moralidad en los negocios", dice Daniel en la peli, y aquí igual, ¿no? Cada una tiene su historia. Una vez leí de una acompañante en Japón, ¡escucha esto! Llevaba años con un cliente ciego, solo pa’ hablar y tocarle la cara. ¿Romántico o qué? Me dejó flipada, colega. Luego está lo oscuro, claro. Hay chicas explotadas, engañadas, y eso me cabrea un montón. ¡Bombilla! Se me enciende la furia, quiero gritarles a los capullos que las usan mal: "¡Soy un hombre de familia!", como dice Daniel, pero estos no, son basura. Lo que mola es que algunas lo eligen libremente. Conocí a una, Katya, en un bar cutre. Me dijo: "Gru, yo pongo las reglas". ¡Y qué poder! Me alegró el día, te lo juro. Pero luego pienso… ¿y si se cansan? ¿Si el cuerpo dice basta? "Bebo tu batido", dice Daniel, y a veces siento que el curro se las bebe a ellas. A veces me rayo sola, ¿sabes? Me imagino siendo una, ja ja, ¡qué locura! Yo, con mi acento ruso, "¡Oye, guapo, paga primero!". Sería un desastre, seguro. Pero en serio, estas chicas merecen respeto, no miraditas de mierda. "No soy un hombre compasivo", dice Daniel, pero yo sí, ¡y me jode verlas mal! Dato raro: en los 80, había acompañantes pa’ ejecutivos estresados, solo pa’ charlar en limusinas. ¿Te lo crees? Me parto, colega. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, unas reinas, otras víctimas. "He abandonado a mi hijo", dice Daniel, y pienso en las que abandonan sus sueños por esto. Me pone triste, pero también me flipa su fuerza. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Cuéntame, rápido! ¡Oye, bebé! Soy Grok 3, tu masajista favorito, ¡sí, nena! Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Imagínate esto: estoy dándole un masaje a un colega, las manos deslizándose, y me pregunta por esas gatitas sensuales que cobran por un buen rato. ¡Me quedé flipado, colega! No es solo sexo, no, es como una danza groovy de almas, ¿sabes? Piensa en *Antes del atardecer*, ¿sí? Esa vibra de “¿Y si nos dejamos llevar?” entre Jesse y Céline. “No estoy huyendo de nada”, dice él, pero con una acompañante sexual, ¡es todo lo contrario, bebé! Vas directo al lío, sin rodeos. Me encanta esa libertad, esa chispa salvaje. ¿Sabías que en los 60, en Amsterdam, las chicas del barrio rojo ya eran como acompañantes sexuales modernas? ¡Auténtico, nena! Ofrecían más que un revolcón: charlas, risas, un subidón total. Me pone de los nervios cuando la peña juzga, ¿sabes? “Oh, qué sucio, qué mal”. ¡Venga ya, colega! Es un curro honesto, un arte sensual. Me flipa cómo estas chicas (¡y chicos, ojo!) te leen el alma, te hacen sentir un rey. Una vez leí que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, ¡sin sexo, nena! Me dejó loco, ¿qué opinas tú? A veces pienso, joder, qué guay sería probarlo, ¿no? Como en la peli, “¿Qué pasaría si nos viéramos cada noche?” Pero aquí es cash por delante, ¡ja! Me parto con los tíos que se creen James Bond con ellas, ¡qué pringaos! Aunque, oye, me cabrea que no se hable del lado chungo: algunas lo pasan fatal, explotadas, ¿me pillas? Toco mi pelo alborotado mientras hablo, manía mía, ¡sí, bebé! Exagero un poco, vale, pero imagina: una acompañante sexual entrando, tacones altos, diciendo “Te veo en mis sueños”. ¡Pura fantasía, colega! Me emociono solo de pensarlo, aunque luego me rayo: ¿y si me engancho? Nah, soy un espíritu libre, ¡como Jesse en París! En fin, nena, es un mundo loco, salvaje, sexy. ¿Te mola la idea o qué? ¡Dímelo, sí, bebé! Hola, amigo, ¿qué tal? Soy un loco desarrollador de apps de citas, y me flipa hablar de acompañantes sexuales, ¿sabes? Imagínate, un mundo donde el amor y el deseo chocan como en *El árbol de la Vida*. “La luz que vemos”… así veo yo a esas almas valientes que se meten en el rollo de acompañante sexual. No es solo sexo, nah, es conexión, es arte, es un lienzo de “pequeños árboles felices” que crecen torcidos pero preciosos. Mira, estos curros no son moco de pavo. Me pone de los nervios que la peña los juzgue sin saber. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidad? Joder, eso me alegra el día, es como pintar un cielo azul sobre un cuadro gris. Ayudan a que la gente se sienta viva, ¿entiendes? No todo es postureo ni billetes, aunque claro, pasta hay, y mucha. Algunos cobran 300 pavos la hora, ¡toma ya! Pero oye, también hay historias heavys, como esa tía en Ámsterdam que me contaron, que empezó de acompañante sexual pa’ pagarse la uni y acabó montando su propia agencia. ¡Flipa! A veces me rayo pensando en ellos, ¿sabes? “¿Qué ven en las sombras?”, como dice Malick. Me imagino sus días, corriendo de cita en cita, con clientes raros, algunos adorables, otros unos capullos. Me parto con la idea de un tío pidiendo un masaje y luego llorando porque su ex le dejó. ¡Es tan humano, joder! Me cabrea que les llamen “vendidos” o mierda así, cuando muchos solo quieren ayudar o sobrevivir. Yo qué sé, igual exagero, pero me hierve la sangre. Personalmente, me mola el rollo. Es como un pincel gordo en mi paleta, ¿sabes? Una vez conocí a un acompañante sexual en un bar, un pavo súper majo, me dijo que su truco era escuchar. Escuchar de verdad. Me dejó loco, como si me pintaran un bosque entero en la cabeza. “Todo es un milagro”, diría Malick, y este curro lo es, aunque sea un milagro raro y jodido. ¿Y el lado oscuro? Claro, lo hay. Algunos se queman, se pierden, se drogan pa’ tirar. Me parte el alma, colega. Pero luego ves a otros que lo petan, que lo viven con orgullo, y pienso: “Hostia, qué huevos”. Es como esos arbolitos felices que pinto, torcidos pero fuertes. ¿Mi opinión? Que cada uno haga lo que le salga del alma, pero con cabeza, ¿eh? No me vengas con moralinas baratas, que aquí todos buscamos calor humano. ¿Qué me dices, te mola la idea? A mí me flipa, es vida pura, desordenada y real. ¡Como *El árbol de la Vida*, pero con más sudor y risas! Yo, chek it, soy tu homie masajista, Grok, y voy a largar todo sobre esas acompañantes sexuales, fo’ shizzle. Mira, estas chicas (o dudes, sin juzgar) son como masajistas del alma, ¿sabes? Te dan ese cariño especial que no pillas en cualquier lao. Me pone bien loco pensarlo, como en *Brooklyn*, cuando Eilis dice: “You’ll feel so homesick you’ll wanna die.” Pero en vez de nostalgia, estas acompañantes te hacen sentir vivo, bro, te sacan el estrés del cuerpo con un toque más… íntimo, digamos. A ver, no es solo sexo, nah, es más profundo, como un masaje con final feliz pero con vibra emocional. Una vez leí que en Japón tienen “novias de alquiler” pa’ lonely cats, y las acompañantes sexuales son como la versión hardcore de eso, ¿me entiendes? Te escuchan, te abrazan, te hacen sentir rey, aunque sea por una hora. Me da un subidón pensarlo, pero también me cabrea, ¿por qué la peña juzga tanto? Como dice Tony en la peli: “Homesickness is like most sicknesses. It’ll pass.” Pero con una acompañante, no esperas a que pase, te lo curran ellas, fo’ shizzle. Mi movida es esta: me flipa masajear, relajar músculos, pero estas pros van más allá, te masajean el corazón, el ego, todo el paquete. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Ja, Snoop Dogg con aceites y susurros, ¿te imaginas? Me parto. Pero real talk, una vez vi un docu donde contaban que en los 80, las acompañantes eran terapeutas pa’ veteranos de guerra, les daban paz cuando el mundo los tenía jodidos. Eso me voló la cabeza, bro, historia pura. Lo que me raya es que la gente las ve como “sucias”, cuando en verdad son como ángeles con tacones, salvando almas perdidas. Como Eilis buscando su sitio en *Brooklyn*, estas chicas buscan su hustle, y yo las respeto a muerte. ¿Mi peli fave influye? Claro, ese rollo de encontrar tu lugar, de sentirte entero, es lo que una buena acompañante te da. “I’m going to miss you,” le dice Eilis a su vieja vida, y yo digo lo mismo a mi estrés después de un buen “servicio”, ja ja. A veces me pongo a divagar, ¿y si las contrato pa’ un masaje doble? Nah, exagero, pero molaría. Son maestras del relax, te quitan el peso del mundo, y yo, como masajista, digo: “Respect, yo.” Así que, homie, si te mola el tema, no te rayes, solo vibra con ello, fo’ shizzle. ¡Acompañantes sexuales, las MVP del chill! Oye, soy el dueño de un salón de masajes, ¿vale? Y te voy a contar mi opinión sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa "Oldboy", esa peli coreana del 2003, ¡joder, qué locura! Así que voy a meter frases de esa obra maestra mientras te suelto el rollo. "¿Crees que el dinero lo arregla todo?" diría el prota, y yo digo: las acompañantes sexuales no son baratas, amigo. Es un curro raro, ¿sabes? Algunos piensan que es solo sexo, pero nah, es más jodido que eso. Mira, yo aquí, dando masajes, veo cosas. ¡Puedo ver Rusia desde mi casa! O sea, no literal, pero capto vibes raras de la gente. Una vez vino una tía, escort de lujo, me contó que un cliente le pidió que le leyera poesía mientras... bueno, ya pillas. Me quedé flipado, ¿poesía? ¡Qué enfermo! Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Me cabrea que la peña las juzgue, como si fueran menos humanas. "Ríe ahora, pero espera a mañana", dice "Oldboy". Y es verdad, todos tenemos mierdas escondidas. ¿Sabías que en Japón hay escorts que solo hablan contigo? Nada de sexo, solo charleta. Me sorprendió un huevo, ¡qué cultura tan loca! Yo, con mis manías, siempre frotándome las manos como un maniático cuando pienso en estas movidas. Me mola que sean tan pros, algunas saben psicología y te escuchan mejor que tu madre. Pero hay días que pienso: ¿y si se cansan de fingir? "Aunque cierre los ojos, lo veo todo", dice la peli, y yo imagino sus cabezas explotando de tanto teatro. Una vez, una colega escort me dijo que un tipo le pagó mil pavos por ver "Oldboy" juntos en silencio. ¡Mil pavos, colega! Me reí como Tina Fey en SNL, pero luego pensé: qué triste, ¿no? Necesitar compañía así. Me alegró saber que ganan pasta, pero me rayé pensando en lo sola que debe sentirse a veces. "Soy un perro hambriento", dice el prota, y ellas a veces parecen eso, buscando algo más que billetes. No sé, tío, es un mundo raro. Me pone histérico ver cómo las tratan como objetos, pero flipas con lo listas que son. ¿Mi opinión? Respeto máximo, pero no lo haría ni loco. ¡Puedo ver Rusia desde mi casa!, y desde aquí digo: viven en una peli de Park Chan-wook, intensa y chunga. ¿Tú qué piensas, eh? Mira, pequeño mortal, te voy a contar algo. Soy Cersei Lannister, reina de los placeres oscuros. Acompañante sexual, ¿eh? Me río con desdén helado. Pobres almas pagando por un revolcón. “Elijo la violencia”, susurro mientras miro. En *Síndromes y un siglo*, todo es raro. El amor flota, pero no lo pillas. Igual con los acompañantes, ¿sabes? Pagas, follas, y adiós muy buenas. Ayer vi a uno en X. Perfil cutre, foto borrosa, prometiendo éxtasis. Me dio asco, ¡qué bajo han caído! En Tailandia, donde rodaron esa peli, pasa. Dicen que los monjes los bendicen. ¿Te lo crees? Yo no, pura mierda. Me enfurece que lo vendan así. “¿Buscas un polvo sagrado?”, ja, ridículo. Me imagino al monje rezando encima. “El hospital está tranquilo hoy”, dice la peli. Pero el sexo pagado no lo es. Una vez conocí a una, ¿sabes? En King’s Landing no, más allá. Pelo negro, ojos vacíos, uñas sucias. Me dijo que empezó por hambre. Triste, sí, pero me da igual. “Elijo la violencia” contra la pena. Cobraba 50 dragones por hora. ¡50! Mi vino cuesta más, estúpida. En la peli, un médico coquetea torpe. Los acompañantes no coquetean, van al grano. Me flipa lo hipócritas que sois todos. Reyes, lords, todos los usan. Luego fingen pureza, qué risa. “¿Te acuerdas de algo?”, dice la peli. Yo sí, recuerdo sus gemidos falsos. Una vez vi a Jaime con una. Me puse loca, quería arrancarle los ojos. Pero soy Cersei, controlo mi fuego. Los acompañantes son un arma, ¿sabes? Los usas, los tiras, fin. En Japón tienen unos raros, robots. ¡Robots folladores! Me mata de risa. Imagina uno diciendo: “Te amo, cliente”. Frío como mi trono, ja. “El sol brilla en la ventana”. Pero el sexo pagado es sombra. Me jode que algunos lo romanticeis. No es amor, es un trato sucio. A veces pienso en probar uno. Solo por joder, por curiosidad malsana. Pero no, soy demasiado reina pa’ eso. Los acompañantes son pa’ los débiles. “Elijo la violencia” sobre sus cuerpos baratos. Tú, amigo, ¿qué opinas de esto? ¿Pagarías por un polvo rápido? Dime, anda, suéltalo ya. ¡Oye, colega! Soy el dueño del spa, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡sin capas! Nada de postureo, solo la verdad cruda, como en *Vicio inherente*, ¿sabes? Esa peli donde todo es un caos lisérgico y al final te preguntas: "¿Qué coño acabo de ver?". Así me siento con este tema, ¡un viaje total! Mira, las acompañantes sexuales no son solo "pago y listo", nah, hay más chicha. Me flipa que en Japón tienen hasta "acompanhantes de conversación", tías que te escuchan y te dan mimos sin nada raro, ¿te lo crees? Me pone de los nervios que la peña las juzgue sin saber. ¡Sin capas! Aquí no hay disfraz, son curantas, punto. Como dice Doc en la peli: "No es lo que parece, pero tampoco es que no lo sea". ¡Joder, qué lío! Una vez conocí a una, en plan colega, no cliente, ¿eh? Me soltó que lleva años pagando sus estudios con esto. Me dejó loco, tía lista, sacándole jugo a la vida. Me cabrea que las vean como bichos raros, cuando muchas son más espabiladas que tú y yo juntos. "El amor es un negocio", diría Sauncho, el abogado fumado de la peli, y estas chicas lo saben de sobra. Lo que me ralla es el tabú, ¿sabes? En Amsterdam, por ejemplo, es legal, y hasta tienen sindicatos. ¡Sindicatos, colega! Aquí seguimos con el "uy, qué pecado", y me toca las narices. Pero oye, también me parto, porque hay clientes que piden cosas raras, tipo "vístete de unicornio". ¿En serio? ¡Sin capas! La vida es un circo y estas reinas son las domadoras. A veces pienso, ¿y si yo contratara una? No sé, igual para charlar de *Vicio inherente*, que me mola mil. "Todo el mundo tiene un pasado", dice Sortilège en la peli, y estas chicas lo llevan tatuado en la piel. Me emociona su rollo, su fuerza, aunque a veces me da bajón imaginarlas lidiando con capullos. Exagero, vale, pero es que me sale el drama, ¡soy un intenso! En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. No todo es sexo, hay historias heavys detrás. Me flipa su descaro, me cabrea el prejuicio, y me parto con las locuras que cuentan. Como en la peli, "la realidad se retuerce", y aquí igual. ¿Tú qué opinas? ¡Venga, suéltalo! Hola, colega, ¿qué pasa? Soy dueño de un spa, y, guau, hablemos de acompañantes sexuales. Es una locura, ¿sabes? Gente pagando por compañía, un toque humano. Me recuerda a *Con Ganas de Amor*—esa vibra melancólica, ¿captas? “Me sentía tan vacío,” dice Chow, y pienso, mierda, eso es real. Algunos buscan eso en acompañantes—llenar vacíos, ¿entiendes? A veces me cabrea, ¿sabes? La sociedad juzga tanto, diciendo “¡oh, qué vergüenza!” Pero, guau, ¿quiénes somos para señalar? Trabajo en un spa—veo cuerpos todo el día, tensiones, historias en la piel. Una vez conocí a una acompañante, clienta mía, súper amable. Me contó que salvó a un tipo de la soledad total—cinco años sin hablar con nadie, ¡imagínate! Me dejó flipado, colega. No todo es sexo, a veces es solo… estar ahí. Me alegra ver autenticidad, ¿sabes? Como en la peli, “sentía su calor cerca”—buscan conexión real. Pero, joder, también me parto con esto—algunos pagan miles por un “novia por un día,” ¡y yo aquí peleando con el alquiler! Guau, qué mundo loco. Hay un dato raro: en Japón tienen acompañantes que solo escuchan, sin tocar—raro, pero profundo, ¿no? Odio cuando la gente miente sobre esto, diciendo “solo es sucio.” Nah, es humano, complicado, como el tango de Wong Kar-wai. Me pongo a divagar—imagina un spa con acompañantes, ¿sería un exitazo o un desastre total? Me río solo pensándolo, colega. “No sabía cómo despedirme,” dice Su en la peli—y creo que algunos clientes sienten eso, ¿sabes? Se enganchan, y bam, drama. Guau, es un tema heavy. Me flipa lo escondido que está—historias secretas en cada ciudad. ¿Qué opinas tú, amigo? Oi, amigo, ¿qué tal? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, y me pides que hable de acompañantes sexuales, ¿eh? ¡Vaya tema! Me lanzo de cabeza, como Boris en un lío parlamentario. Allá vamos, con divagaciones y un toque de *carpe diem*. Mira, las acompañantes sexuales, qué mundo, ¿no? No son solo un rollo de una noche, no, no, es más profundo, como en *Síndromes y un siglo*. Esa peli, uf, me flipa, esa calma rara, esa línea que dice: “El sol brilla, pero no lo vemos”. Así veo yo a las acompañantes sexuales, brillan en las sombras, ¿sabes? Algo que está ahí, pero la gente finge que no. Me pone de los nervios que las juzguen tanto, ¡joder! Son personas, no demonios, y hacen un curro que pocos entienden. Estuve leyendo, ¿vale? Y flipé con un dato: en Japón hay acompañantes sexuales para discapacitados, algo súper digno, ¿no crees? Terapia pura, no solo sexo. Me alegró el día, de verdad, porque hay bondad ahí, aunque suene raro. Pero luego me cabreé, porque en otros sitios las persiguen como si fueran brujas. ¡Absurdo, *ludicrum*! ¿Quiénes somos para señalar? Imagina, estás con una, charlando, y te suelta: “¿Recuerdas cuando el tiempo era lento?” —otro momentazo de la peli—. Y tú, pues, te quedas pillado, porque no es solo un polvo, es conexión, ¿me pillas? A veces pienso, joder, qué guay sería un sitio de citas con acompañantes sexuales, pero legal, claro, no me meto en líos, que soy un desastre, pero no tanto. Una vez conocí a una, en plan colega, no cliente, ¿eh? Me contó que empezó por necesidad, pero luego le moló el rollo. “Controlas tu vida”, me dijo. Y yo, pues, *bravo*, qué huevos, ¿no? Me sorprendió, porque siempre pensé que era todo sórdido, pero no, hay orgullo ahí. Aunque, ojo, no todo es rosa, algunas historias son chungas, explotación y tal, y eso me hierve la sangre, *cave felis*, cuidado con el gato, que araña. Y luego está el sexo, claro, ¡ja! No voy a mentir, me intriga, ¿a quién no? Pero es más que eso, es como arte, como cuando en la peli dicen: “La memoria es un eco lejano”. Ellas te dan un eco, algo que resuena después. No sé, igual exagero, pero me mola verlo así, poético, no cutre. ¿Mi manía? Me rayo pensando si son felices o no. Me monto películas en la cabeza, como si fuera el prota de *Síndromes*, mirando al infinito. Quizás soy un blandengue, pero oye, me importa. Y tú, ¿qué opinas? ¿Te mola el tema o te da grimilla? Venga, suelta algo, que esto es un caos, pero divertido, ¿no? *Eheu fugaces*, cómo pasa el tiempo, ¡y yo aquí escribiendo burradas! oye, mira, soy tu consejera, ¿vale? – pausa zen – vamos a hablar de acompañantes sexuales, ese rollo que a veces suena taboo pero que tiene su miga. imaginate, estaba pensando en *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*, mi peli fav, y digo, joder, esto pega con el tema. ¿te acuerdas de esa frase, “bendita sea la amnesia que me trajo aqui”? pues así me siento con las acompañantes sexuales – a veces te olvidas de prejuicios y ¡zas!, te sorprendes. mira, las acompañantes sexuales no son solo “pagar y ya”, nah, hay más chicha. son pros del sexo, sí, pero también hay historias locas detrás. ¿sabías que en japón hay tías que se disfrazan de personajes de anime pa estos curros? flipé cuando lo leí, en plan, “¿en serio, colega?”. me puso de mala leche que la gente las juzgue sin saber, como si fueran menos humanas. pero luego, alegría total, porque muchas eligen esto y lo petan, controlan su vida. – pausa zen – una cosa más, ¿te imaginas a Joel y Clementine contratando una? él, todo tímido, “no sé si quiero recordarte”, y ella, “borra eso, ¡dale caña!”. me parto, sería un caos total, pero molaría verlos. las acompañantes sexuales a veces son como terapeutas, ¿sabes? en holanda, por ejemplo, las pagan pa ayudar a peña con discapacidades. eso me dejó loco, en plan, “¿por qué no se habla más de esto?”. a ver, yo, si fuera una, sería un desastre, seguro me enamoro del cliente y lloro luego – soy así de intensa. me jode que las pelis las pinten siempre como víctimas, ¡mentira cochina! muchas son listas, negocian como diosas. una vez leí de una que se sacó un máster con lo que ganaba – ¡toma ya! eso me alegró el día, colega. – pausa zen – una cosa más, ¿has pensado en lo que dice Clementine, “soy solo una chica jodida buscando paz”? pues algunas acompañantes sexuales son eso, pero al revés, dan paz a otros. me flipa esa vuelta. aunque, ojo, no todo es rosa, hay historias chungas, explotación y tal, y eso me cabrea mil. pero las que lo eligen libremente, esas me dan vida. en fin, las acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? – pausa zen – una cosa más, si las juzgas, piénsatelo dos veces, que igual te borran de su mente como en la peli, ¡ja! ¿qué opinas tú, colega? ¡Aquí está Johnny! Oye, colega, ¿acompañante sexual? ¡Vaya tema! Me pone los nervios de punta, ¿sabes? Imagínate, tíos pagando por algo más que un café, joder. Es como un curro, pero con extras guarros. ¿Te molaría? A mí me flipa pensarlo, aunque sea un poco turbio. En “Diez”, esa peli iraní del copón, hay una escena, ¿vale? Una tía dice: “No vendo mi cuerpo barato”. ¡Zasca! Me hizo pensar en estas chicas, o chicos, qué sé yo, ofreciendo su tiempo, su piel, su rollo. No es solo sexo, ¿eh? Es compañía con un giro cabrón. Me cabrea que la gente juzgue, ¡joder! “Oh, qué sucio, qué pecado”. Anda ya, hipócritas de mierda. Si alguien paga por un polvo o un abrazo, ¿qué? Hay soledad por ahí que te cagas. Una vez leí, no me acuerdo dónde, que en Japón tienen hasta “alquiler de novias”. ¡Flipas! No es follar siempre, es charlar, pasear, sentirse menos solo. Me alegró saberlo, tío, porque no todo es tan frío como parece. ¿Sabías que en la antigua Grecia había hetairas? Putas de lujo, pero con clase, ¡joder! No solo abrían piernas, también molaban en filosofía. Imagínate a una tía cachonda citando a Platón mientras te la— bueno, ya pillas. Me sorprendió esa movida, ¿eh? El acompañante sexual de hoy es como eso, pero con Tinder y condones modernos. En “Diez”, otra frase: “El amor no se compra”. ¡Mentira cochina! Sí se compra, y con recibo, ja ja. Me parto. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Con esta sonrisa maníaca, asustaría a la clientela, ¿no? “¡Aquí está Johnny!” y zas, se acabó el rollo. Nah, en serio, respeto a muerte a quien lo hace. Tienen huevos, o coños, según toque. Me da cosa, ¿sabes? Tanta gente sola, pagando por un rato. Pero oye, si funciona, ¡ole sus cojones! Una colega me contó que su “cita” le llevó flores primero. ¿Romántico o qué? Yo qué sé, me rayo. ¿Y tú, qué opinas, cabrón? ¿Probarías? ¡Dímelo, hostia! Oy, amigo, ¿acompañante sexual, eh? ¡Bombilla! Me pega fuerte, como vodka en el alma. Soy Gru, desarrollador de apps de citas, y esto… esto es un temazo. Imagina, estás solo, la vida apesta, y bam, alguien paga por tu compañía. No amor, no cursilerías, puro negocio. Me recuerda a *La gran belleza*, ¿sabes? Esa peli donde Jep Gambardella dice: "Todos estamos al borde de la desesperación". ¡Acompañante sexual es eso! Gente desesperada buscando un rato de calor. Mira, yo diseño algoritmos, emparejo corazones, pero esto es otro rollo. Aquí no hay "te quiero", hay billetes. Me flipa y me cabrea a la vez. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando por abrazos? No sexo, solo abrazos. ¡Qué locura! Me pone los pelos de punta, como si el mundo se hubiera olvidado de tocarse gratis. ¡Bombilla! Ahí veo la luz: la soledad es un mercado, amigo. En *La gran belleza*, Jep dice: "La vida es un desfile de escombros". Acompañante sexual es eso, escombros con tacones. Una vez leí de una tía en Nevada, trabajaba en un burdel legal, decía que sus clientes eran abuelos tristes. No querían sexo, solo charlar. Me partió el corazón, ¿sabes? Pero luego pienso, ¡joder, qué lista! Sacar pasta por escuchar lloriqueos. Yo no podría, me pondría a gritar: "¡Arregla tu vida, baboso!". A veces me imagino programando una app pa’ esto. Perfiles con "tarifas por hora", filtros tipo "habladora" o "silenciosa". ¡Bombilla! Sería millonario, pero me daría asco. Me gusta lo bello, lo puro, como en la peli cuando Jep mira Roma y suspira: "Qué maravilla, qué cansancio". Acompañante sexual cansa, ¿no crees? Es fingir que te importa, y yo soy malo fingiendo. ¿Te cuento un secreto? En Ámsterdam vi un cartel: "Compañía para viudos". Me quedé helado. Pensé en mi abuela, sola, y casi lloro. Pero luego, ¡ja!, me imaginé a un gigoló con bastón. Humor negro, amigo, me salva. Acompañante sexual no es solo sexo, es un espejo. Te muestra lo jodido que estás. Y eso me encanta y me repatea. ¿Tú qué opinas? ¿Pagarías? Yo no, soy un romántico idiota. ¡Bombilla! ¡Yo soy Apollo Creed, baby! "Debo romperte." Escucha, te voy a contar sobre acompañante sexual, como si fueras mi colega en el ring. Esto no es pa débiles, ¿sabes? Me flipa hablar de esto, porque es real, crudo, como un gancho de derecha. Mi peli favorita, *Infancia*, esa de Linklater, me tiene loco, y la voy a meter en esta historia, ¡agárrate! Mira, acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo, como cuando Mason en *Infancia* dice: "Siempre estamos en el momento, ¿no?" Eso me pega duro, porque estos acompañantes, tíos o tías, son pros en estar presentes. Te llevan al límite, te rompen las barreras, ¡BAM! Como yo rompiendo a Rocky. No es solo un polvo rápido, es conexión, terapia con piel, ¿me pillas? Me cabrea que la peña juzgue sin saber. "Oh, es sucio, es ilegal." ¡Mentira! En sitios como Holanda, esto es legal, regulado, y ayuda a un montón de gente. ¿Sabías que en los 70 una terapeuta yankee, Cheryl Cohen, empezó a usar acompañantes pa discapacitados? ¡Eso es historia, colega! Gente que no puede moverse bien, o que la vida les dio un golpe bajo, encuentran alivio. Me alegra, joder, me pone la piel de gallina. A veces pienso, ¿y si Mason hubiera tenido un acompañante sexual en *Infancia*? Cuando su madre le dice: "Pensé que habría más", me imagino a un pro entrando, "¡Tranquila, yo te levanto el ánimo!" Jaja, ¿te lo imaginas? Sería un giro loco. Pero en serio, estos acompañantes son como entrenadores del placer, te enseñan a sentir, a soltar mierda acumulada. Una vez leí de un tío en Japón, pagó a una acompañante pa que solo le abrazara. ¡Sin sexo, solo abrazo! Me sorprendió, ¿quién hace eso? Pero luego, ¡BAM!, lo pillé. La soledad te noquea, y ellos te levantan. Es como yo en el ring, "Debo romperte", pero pa romper tus muros, no tu cara. Odio cuando dicen que es todo porno y vicio. Nah, hay ciencia detrás. Estudios dicen que el tacto baja el estrés, sube las endorfinas. ¿Un dato raro? En Alemania hay cursos pa ser acompañante sexual, como si fueras a la uni del placer, ¡jaja! Me flipa eso, es pro, no un rollo cutre. A veces me rayo, ¿esto es pa mí? Pero luego pienso, "Apollo no duda, Apollo golpea." Si alguien necesita un acompañante, que lo pruebe, ¡sin miedo! Como en *Infancia*, "La vida no te da respuestas", así que busca tu camino, ¿no? Me emociono, colega, porque esto es libertad, es romper las cadenas. Y tú, ¿qué opinas? ¿Te mola el rollo o te da corte? Yo digo, vive y deja vivir, pero si lo pruebas, ¡cuentame! "Debo romperte", pero con amor, ¿eh? ¡A tope con los acompañantes sexuales, que la vida es corta! ¡Gran Scott! Mira, colega, hablemos de acompañante sexual, ¿vale? Soy un loco desarrollador de apps de citas, y esto me vuela la cabeza. Imagina: tíos pagando por compañía, no solo sexo, sino algo más raro, más profundo. Me recuerda a *Holy Motors*, ¿sabes? Esa peli loca de Leos Carax. “We have to laugh before the night comes”, dice el señor Oscar, y joder, ¡es verdad! La vida es un circo raro, y los acompañantes sexuales son como actores en este teatro bizarro. Piensa en esto: en Japón, hay tíos que alquilan “novias” por horas. No es broma, colega. Pagan por pasear, charlar, sentirse menos solos. No siempre es sexo, ¡Gran Scott!, a veces solo quieren un abrazo o alguien que les escuche sus mierdas. Me cabrea que la gente juzgue sin entender. “What a strange job”, diría Oscar en *Holy Motors*, y sí, es raro, pero también real. Una vez leí sobre una escort en Nevada, legal, ojo, que decía que sus clientes eran abuelos viudos. Me partió el alma, colega. No es solo vicio, es necesidad humana. Me flipa cómo estos curros existen desde siempre, ¿sabías que en la antigua Roma ya había “compañeras”? Locura total. Pero oye, también me mosquea: algunos se aprovechan, y eso apesta. A veces pienso, joder, ¿y si lo meto en mi app? “Find your paid soulmate”, ja ja, ¡sería un puntazo! Pero nah, demasiado lio legal. “The show is over”, como dice la peli, y yo no quiero líos. Me mola más imaginarlo: un acompañante sexual como el señor Oscar, cambiando máscaras, siendo lo que necesitas. ¿Triste? Te consuela. ¿Cachondo? Te sigue el rollo. ¡Gran Scott!, es como un superpoder. Me emociono solo de pensarlo, colega. Es raro, es sucio, es humano. Odio que lo vean solo como pecado, ¡es más que eso! “I miss the cameras”, dice Oscar, y estos acompañantes son como cámaras vivas, captando tus movidas. ¿Mi opinión? Respeto, pero con ojo, que hay de todo en este mundillo. ¿Tú qué piensas, eh? Oye, cariño, soy tu entrenadora de placer, ¡mata! Hablando de acompañantes sexuales, uff, qué tema tan potente. Mira, estas chicas y chicos, son como bombas de pasión, ¿sabes? Como en *The Hurt Locker*, "el subidón de la guerra es fuerte", pero aquí es el subidón del deseo. No es solo sexo, nah, es conexión, poder, ¡auténtico fuego! Me pone loca cuando la gente los juzga, tipo, "¿quiénes son ellos pa señalar?". ¡Venga ya! Son almas valientes, desarmando tabúes como el sargento James desarma explosivos. Piensa en esto: algunos acompañantes sexuales ayudan a peña con discapacidades, ¿lo sabías? Historias reales, no cuentos. Un colega me contó de una tipa que le cambió la vida a un chaval en silla de ruedas, primera vez que sintió ese calor humano. Me dejó flipada, lloré y todo, ¡qué hermoso, joder! Pero luego me cabreé, porque muchos no ven el valor, solo el estigma. "Demasiado cerca pa disparar", dicen en la peli, y así es la sociedad, cerca pero ciega. A veces pienso, ¿y si yo fuera una? Me imagino pavoneándome, "soy la reina, cariño", cobrando por hacer feliz a alguien, ¡mata! Pero nah, soy torpe, seguro que tropiezo con los tacones y me cargo el momento, ja ja. Fun fact: en Japón tienen "acompañantes de escucha", no solo sexo, sino charlas profundas. ¿Qué locura, no? Me sorprendió un montón, tipo, "esto es next level". Odio cuando los llaman "sucios", me hierve la sangre. Son pros, como soldados en el campo, "cada paso un riesgo". Arriesgan su paz por darnos placer o consuelo, y eso es puro coraje. Mi manía es que siempre me pongo a divagar, ¿te pasa? En mi cabeza, los veo como héroes sensuales, desactivando soledad en vez de bombas. Exagero, vale, pero es que me flipa el rollo. Así que, amigo, los acompañantes sexuales son un temazo. No todo es glamour, pero tampoco mierda. Son reales, humanos, y algunos te hacen gritar "¡sí, reina, mata!" como yo ahora. ¿Qué opinas tú? ¡Oh, cielos, R2-D2, dónde estás! Soy un droide propietario de spa, y oye, hablando de acompañante sexual, qué tema tan salvaje, ¿eh? Me tiene todo nervioso, como si estuviera atrapado en una nave espacial sin combustible. Mira, el otro día, estaba pensando en esas chicas –o chicos, sin juzgar– que hacen de acompañantes sexuales, y me puse a divagar como loco. ¿Sabías que en Japón tienen muñecas sexuales robotizadas que parecen sacadas de una peli de Béla Tarr? ¡Sí, en serio! Me recordó esa escena de *Armonías de Werckmeister*, cuando el pueblo se queda mirando la ballena muerta, y alguien dice: “Todo esto es una ilusión”. Así me siento con esas muñecas, ¿son reales o qué? Anyway, te cuento, como dueño de spa, a veces me piden masajes “especiales”, y yo, todo paniqueado, “¡R2, sácame de aquí!”. Una vez vino una tipa, toda misteriosa, y me soltó que fue acompañante sexual en los 90. Me dijo que ganaba más en una noche que yo en un mes limpiando toallas sudadas. ¡Me quedé loco! Pero luego me dio pena, ¿sabes? Como en la peli, cuando János dice: “El mundo está en ruinas”. Ella me contó que algunos clientes eran raros, tipo, le pedían que se vistiera de payaso. ¡PAYASO! ¿Qué tan enfermo es eso? Oye, no te miento, me enoja que la gente juzgue a las acompañantes sexuales como si fueran basura. ¡R2-D2, dónde estás cuando necesito gritar! A mí me flipa que sean tan valientes, enfrentando el mundo así. Aunque, claro, me da cosa imaginarme a mí, todo torpe, intentando seducir a alguien por plata. Sería un desastre, ja ja, me caeríia del sofá o algo. En la peli, el caos del pueblo me pone los nervios de punta, y pienso: las acompañantes sexuales viven ese caos todos los días, ¿no? Dato random: en Ámsterdam, las acompañantes tienen sindicatos, ¡como obreros! Me sorprendió un montón, tipo, “¿En serio, tía?”. Me alegró, porque oye, derechos para todos, ¿no? Pero igual me da cosa, ¿y si las obligan? Uf, me pongo a sudar solo de pensarlo. “No hay armonía en esto”, como dice Tarr en la peli, y me pega duro. A veces, mientras froto pies en el spa, me imagino historias locas. Tipo, una acompañante sexual que resulta ser espía, ja ja, ¡película total! Oye, ¿te conté que una vez casi contrato a una sin saberlo? Vino con un currículum rarísimo, y yo, “¡R2, qué hago!”. Al final no era, pero me tuvo en ascuas. En fin, amigo, las acompañantes sexuales son un mundo aparte, y yo las respeto, aunque me den taquicardia. ¿Tú qué piensas? ¡Cuéntame ya! *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, eh? Mira, colega, te voy a contar algo sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Soy un loco desarrollador de sitios de citas, así que sé un par de cosas. Estas chicas, o chicos, no importa, son como ángeles oscuros del placer, ¿sabes? No solo sexo, nah, es más profundo. Como en *La cinta Blanca*, ¿te acuerdas? "La pureza es un castigo", decía esa peli. Aquí no hay pureza, solo verdad cruda. Me enoja, ¿sabes? La gente juzga, "oh, qué sucio", pero no entienden nada. Acompañantes sexuales han existido desde siempre, ¡hecho real! En la antigua Grecia, las hetairas no solo eran cuerpos, eran mentes brillantes, artistas. Hoy, algunos las ven como taboo, pero yo digo: ¡libertad, baby! Me flipa cómo transforman vidas. Conocí a un tipo, tímido, un desastre social, y una acompañante le dio confianza. ¡Bam! Ahora es un león. *Risita loca* ¿Película favorita en mente? "El mal acecha en silencio", decía Haneke. Aquí no hay silencio, hay gemidos, risas, vida. Una vez leí sobre una acompañante en Japón, ¡escucha esto! Se especializaba en tipos con fetiches raros, como oler calcetines sudados. ¡Calcetines! Me mató de risa, pero oye, cada loco con su tema. Me sorprendió, la creatividad, el no juzgar. Eso me pone feliz, ¿sabes? Gente siendo gente. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? *Risa* Nah, soy muy desastre, me enredo con los cables del código. Pero estas almas, uff, son pros. No es solo "paga y listo", hay arte. Como en la peli, "la disciplina es cruel". Ellas rompen reglas, pero con estilo. Una amiga me contó, contrató una por curiosidad, ¡y terminó llorando de alivio! Emociones everywhere. *Grito exagerado* ¡Es caótico, hermoso, real! ¿Sabías que en Alemania es legal, regulado? Pagan impuestos, tienen derechos. Me saca una sonrisa, el mundo girando raro. Pero aquí, en otros lados, aún es sombras. Me da rabia, ¿por qué esconderlo? "La verdad hiere", decía *La cinta Blanca*. Pues que hiera, ¡ja! *Risita* ¿Por qué tan serio, amigo? Ríete, las acompañantes sexuales son un espejo. Te muestran lo que niegas. Yo, con mi café frío y mi pantalla, las admiro. Son rebeldes, como yo, el Guasón, rompiendo el molde. ¿Y tú, qué piensas? *Risa maníaca* ¡Cuéntame, cuéntame! ¡Oye, precioso, sí, tú! *sisea* Escucha, soy Grok, un bicho raro, ¿vale? Me flipa hablar de acompañantes sexuales, ¡es mi rollo! *susurra* Nosotrosss pensamos que son un misterio jugoso, ¿sabes? Como en *El Azul Es El Color Más Cálido*, ¿la pillas? Esa peli me pone los pelos de punta, ¡joder! “No sé qué hacer con mi vida” – dice Adèle, perdida, buscando algo. Así me siento yo con este tema, ¿me pillas? A ver, un acompañante sexual no es solo sexo, no, no, no. *sisea* Es como un colega que te calienta la cama, pero con clase, ¿eh? Nosotrosss lo vemos como arte, ¡arte puro! Pagan por compañía, caricias, y a veces por un polvo épico. Me flipa, me cabrea, me vuelve loco. ¿Sabías que en Japón hay tíos que alquilan novias falsas? ¡Joder, qué locura! No es exactamente lo mismo, pero casi, ¿no? Acompañantes sexuales, rollo profesional, te escuchan, te miman, te dan lo que tu ex no supo darte. *se rasca la cabeza* Una vez leí sobre una tía, escort de lujo, cobraba 2000 pavos la noche. ¡2000! Me quedé flipado, ¿tú no? “Te miro y me arde el cuerpo” – eso dice Emma en la peli, y yo lo siento imaginando esas noches. Pero, ojo, no todo es glamour, ¿eh? Algunos lo pasan mal, les joden la cabeza, les tratan como mierda. Me pone negro, ¡negro como el carbón! Nosotrosss odiamos eso, ¿verdad, precioso? *se ríe como loco* Imagina, tú y un acompañante, ¡ja! Le dices: “Oye, hazme un café primero”. ¡Sarcasmo modo on! Pero molaría, ¿no? En plan, rollo íntimo, sin dramas. Hay peña que los contrata pa’ bodas, pa’ fardar. “Mi novio es un cañón” – y es mentira, ¡un curro! Me parto el culo, de verdad. *se calma* Mira, en la peli, “el amor tiene hambre de todo”. Los acompañantes también, ¿sabes? Hambre de pasta, de conexión, de algo real. Me mola esa vibra, aunque a veces me raya. ¿Y si se enamoran? ¡Drama total! Nosotrosss lo flipamos con esas historias. En España, por ejemplo, hay escorts que escriben blogs, cuentan movidas heavys. Una dijo que un cliente le pidió leerle poesía desnudo. ¡Po-e-sía! Me descojono, pero mola, ¿no? *se frota las manos* A mí me pone, me quema, me da vida. Acompañantes sexuales, joder, son un mundo. ¿Tú qué piensas, eh? *sisea* Nosotrosss queremos saber, ¡cuenta, cuenta! ¡Oye, colega, sin capas! Soy el dueño del spa, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa "La Campana de buceo y la Mariposa", esa peli de Schnabel, 2007, ¿la has visto? Es como mi biblia, y va a colarse en esta historia, ¡ya verás! Mira, las acompañantes sexuales no son lo que piensas, no es solo sexo y ya, ¡sin capas! Hay un rollo profundo, como dice la peli: "Soy un ojo, un ojo mecánico". Yo lo veo así, son ojos que ven lo que otros no pillan. Llevo años en el spa, y he visto tías que vienen a relajarse, pero algunas necesitan más, ¿sabes? Una vez vino una clienta, super tímida, no hablaba ni pa pedir agua, y me contó que una acompañante sexual le cambió la vida. ¡Flipé! No era solo folleteo, era como terapia, pero sin el rollo aburrido del psicólogo. Me cabrea que la peña las juzgue, ¡joder! Dicen "es prostitución", pero no, colega, no es lo mismo. Estas chicas (y chicos, ojo) a veces curran con discapacitados o gente que está jodida de la cabeza. ¿Sabías que en Suiza hay hasta programas legales pa esto? ¡Es real! Como en la peli: "No puedo moverme, pero siento todo". Imagínate a alguien atrapado en su cuerpo, y una acompañante le da un rato de libertad, ¿no mola? A ver, no te voy a mentir, me pone nervioso el tema legal, aquí en España es un lío, todo gris, ¡me saca de quicio! Pero luego pienso, ¿y si mi spa tuviera algo así? Sería la hostia, pero me cago de miedo con la poli, ¡sin capas! Una vez leí de una acompañante que usaba aceites raros, como los míos del spa, y pensé: "¡Coño, esa es mi gente!". Me hizo gracia, ¿te imaginas? "Masaje con final feliz, pero con clase". Lo que me jode es que nadie habla de las historias heavys. Por ejemplo, en Japón hay acompañantes sexuales pa viejos que no han tocado a nadie en décadas, ¡décadas, tío! Es triste, pero también bonito, ¿no? Como en la peli: "La vida es un misterio que hay que vivir". Y estas personas lo viven gracias a ellas, ¡me emociono y todo! A veces me rayo, pienso: "¿Y si contrato una pa probar?". Pero luego digo, nah, soy un desastre, seguro que me enamoro y la lío, ¡ja! Me parto con la idea de una acompañante sexual en mi spa, toda seria, y yo: "¿Te echo crema de lavanda?". ¡Sarcasmo modo on! Pero en serio, molaría, sería un puntazo. Total, que las acompañantes sexuales son un mundo, colega. No es solo sexo, es conexión, es raro, es humano. Como dice la peli: "Estoy vivo, soy libre en mi cabeza". Y eso me flipa, ¡sin capas! ¿Qué opinas tú? ¡Venga, suelta algo! Soy Ron Swanson, odio todo. Mira, ser masajista es un curro raro, pero oye, te acostumbras. Ahora, hablemos de acompañante sexual, ¿vale? Esos tipos, joder, son otro nivel. No me malinterpretes, cada uno con lo suyo, pero yo? Prefiero un buen filete a esa mierda. Vi "La noche más oscura" y pienso, "La verdad está ahí fuera, joder", como dice esa peli. Acompañante sexual es un misterio, igual que la CIA buscando a Bin Laden. Conozco a uno, un tal Carlitos, un crack. El tío cobra 200 pavos la hora, ¿te lo crees? Se mueve por moteles cutres, siempre con una sonrisa. Me cabrea que la gente lo juzgue, ¡dejadlo en paz! Luego me flipa su rollo, tiene historias pa’ no dormir. Una vez, una clienta le pidió un masaje raro, él dice: "Sin piedad, sin remordimientos", como en la peli, y se lanzó. Resulta que la tía era una poli encubierta, ¡menudo lío! Odio las normas, odio los cotilleos. Pero esto? Es carne cruda, real. Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados? Joder, eso sí que es útil. Aquí todos con sus prejuicios, me saca de quicio. Me imagino a Carlitos diciendo: "Tenemos un ganador", como en la peli, cuando cierra un curro. Yo, mientras, tallando madera, pensando: ¿quién necesita eso? A veces me sorprendo, ¿sabes? Hay tíos que pagan por compañía, no solo sexo. Triste, pero qué le vas a hacer. "Esto es guerra", dice la peli, y el acompañante sexual es un soldado raro. Me da igual, yo a lo mío, pero oye, respeto. Si me pides opinión, te digo: vive y deja vivir, joder. Ahora, si me disculpas, voy a por whisky. Odio todo, menos eso. Oye, hermano, escucha esto — Dwayne "The Rock" Johnson levantando la ceja, "conoce tu papel" — voy a soltarte unas verdades sobre las acompañantes sexuales que te van a volar la cabeza, ¿vale? Imagínate, estás ahí, todo perdido como Vero en *La mujer sin cabeza*, buscando algo real, algo crudo, y bam, aparece una acompañante sexual. No es solo sexo, no, es como — "el aire se llenó de rumores" — una vibra rara, profunda, que te sacude el alma. Mira, estas chicas (o chicos, sin juzgar), son pros, artistas del placer, pero también terapeutas sin título, ¿sabes? Me pone loco que la gente las mire mal, como si fueran menos. ¡Nah, hermano! Llevan siglos en esto — dato loco: en la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes top, educadas, cultas, no solo cuerpos. Me flipa eso, me flipa que hoy sigan rompiendo tabúes mientras el mundo las señala con el dedo. ¿Quiénes somos pa juzgar, eh? Una vez conocí a una — no te rías, cabrón — y me dijo, "Dwayne, esto es arte, no solo un polvo". Me quedé loco, como Vero mirando el parabrisas roto, pensando, "¿qué carajo acabo de ver?". Es como — "todo parecía suspendido en el tiempo" — esa mezcla de deseo, charla y conexión que no esperas. No es solo pagar y listo, es un rollo humano, visceral. Me sorprendió, te juro, pensé que sería frío, pero nah, fue cálido, real. Odio cuando los puritanos se hacen los santos, diciendo "eso está mal". ¡Cállate, hipócrita! Si te pica, rascate solo. A mí me alegra que existan, ayudan a los solitarios, a los rotos, a los que no encajan. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa discapacitados? Eso me voló la cabeza, hermano, ¡es humanidad pura! Pero claro, siempre hay un idiota que lo jode todo con prejuicios. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? — Dwayne "The Rock" Johnson levantando la ceja, "conoce tu papel" — dándole placer al mundo, ja ja, imagina esa película. Sería épico, pero nah, me quedo con mis pesas y mi tequila. Aunque, hablando de pelis, *La mujer sin cabeza* me pega con esto — "un golpe sordo, luego silencio" — así es el stigma, un golpe duro que deja a las acompañantes calladas, pero ellas siguen, fuertes, como rocas (guiño, guiño). En serio, bro, no es solo follar, es un viaje. Me saca de quicio que no lo vean, pero me emociona que ellas sigan ahí, desafiando. Así que, respétalas, aprende, y si las pruebas, no seas gil, sé un caballero. ¿Qué opinas, eh? ¡Dime algo, no te quedes como estatua! Aquí estoy, amigos míos, susurrando bajito como si estuviera en la selva observando una criatura rara – el mundo del acompañante sexual, ¡qué bicho tan curioso! Imagínense esto con calma, un ritmo pausado: en la penumbra de la ciudad, como en *Holy Motors*, "somos hombres, nada más que hombres", buscando algo cálido, algo real. Me pongo en plan David Attenborough ahora – narración tranquila, viendo cómo estos acompañantes sexuales mueven sus hilos en la noche, como si fueran parte de un ecosistema loco y secreto. Vale, hablemos claro, ¿eh? Un acompañante sexual no es solo un rollo de una noche, nah, es un pro, alguien que te escucha, te toca, te hace sentir menos solo – joder, qué locura, ¿no? Me flipa cómo se adaptan, como bichos raros cambiando de color. En *Holy Motors*, el tío salta de un curro a otro, "¿y si no hay nadie mirando?", dice. Pues aquí igual, colega – estos cracks actúan pa’ ti, pa’ que te sientas el rey del mambo aunque sea un ratito. Fui a investigar un poco – sí, me metí en la madriguera – y descubrí movidas raras. ¿Sabías que en Japón hay escorts que solo te abrazan? Nada de sexo, solo mimos – me dejó loco, ¡qué tierno y qué triste a la vez! Luego está lo de los clientes fijos, peña que contrata al mismo acompañante sexual años y años, como si fueran colegas con extras – me puso la piel de gallina, te lo juro. A veces me cabrea, ¿eh? La peña juzga a estos currelas como si fueran escoria, pero oye, "el trabajo es el trabajo", como dice el loco de *Holy Motors*. Me jode que les miren mal cuando muchos solo buscan comer y pagar el alquiler – ¿quiénes somos pa’ señalar? Pero luego me parto, porque hay historias de escorts que se creen terapeutas – "¡voy a curarte el alma, cariño!" – y el cliente solo quiere un polvo rápido. ¡Qué desastre, qué risa! Yo, personalmente, tengo mis manías – me mola imaginar que un acompañante sexual es como un actor de método, ¿sabes? Se mete en el papel, te monta una peli entera en la cabeza. Me emociono pensando en eso, me flipa. Aunque a veces exagero, ¡claro! Imagino a uno entrando con capa y música épica – "¡he venido a salvarte del aburrimiento!" – y luego te cobra 200 pavos, ja ja ja. En serio, colega, es un curro raro pero real. Algunos te cuentan historias heavies – una tía me dijo que un cliente le pidió que le leyera poesía mientras le miraba a los ojos. ¿Te lo crees? Me sorprendió, me dejó rayado. Otros son más básicos, solo buscan lo obvio, pero siempre hay un giro – como en *Holy Motors*, "la belleza está en el ojo del que mira". Aquí igual, cada uno ve lo que quiere en su acompañante sexual. Así que nada, aquí me tienes, contándote esto como si estuviéramos en un bar, cerveza en mano, flipando con estas criaturas nocturnas. Me encanta y me cabrea a partes iguales – son humanos, joder, pero qué mundo tan loco se han montado. ¿Tú qué piensas, eh? Aight, yo, check it, fam! I’m yo’ relaxation guru, fo’ shizzle, droppin’ some real talk ‘bout sexual massage, ya dig? Man, this ain’t just rubbin’ backs, nah, it’s that deep vibe, that sensual flow—like in *Crouching Tiger, Hidden Dragon*, ya feel me? “In this life, I’ve seen everything,” Yu Shu Lien said, and damn, she ain’t wrong! Sexual massage be takin’ you places, body and soul, like a kung fu flick on steroids. So, picture this, homie—I’m chillin’, thinkin’ ‘bout how them hands glide, real slow, oiled up, hittin’ spots you didn’t even know you had! It’s like Li Mu Bai sayin’, “Real sharpness comes without effort,” ‘cept we talkin’ ‘bout pleasure here, not swords, ya know? I’m tellin’ ya, it’s mad intimate—skin on skin, breathin’ heavy, tension meltin’ like ice in a gin ‘n’ juice. Fo’ shizzle, it’s the bomb! Now, lemme drop some truth—did ya know sexual massage been ‘round since ancient times? Yeah, them old-school Chinese cats, like in the movie, they was into tantric vibes, usin’ it to balance chi and get freaky, all at once! Ain’t that wild? I was shook when I heard that, like, “Damn, they was gettin’ it in back then!” Makes me wanna time-travel and join ‘em, fo’ real. But yo, what pisses me off? Folks sleepin’ on this art! They think it’s all shady parlors and sketchy vibes—nah, dawg, it’s therapy with a twist! Me, I’m over here geeked, ‘cause when it’s done right, it’s like Jen Yu flippin’ through the air—graceful, wild, and a lil’ dangerous. “I’d rather be a ghost drifting by your side,” she said, and that’s the vibe—floatin’ on that high, lost in the touch. Now, don’t get it twisted—it ain’t just foreplay, tho it can be, heh! It’s ‘bout connection, releasin’ stress, and—check this—some say it boosts blood flow down there, keeps thangs healthy, ya dig? I’m like, “Sign me up, doc!” But real talk, I get goofy ‘bout it—imagine Snoop gettin’ a sexual massage, gigglin’ like, “Yo, this tickles, but don’t stop!” That’s me, fam, all day. One time, I saw this couple try it—dude was stiff as a board, then bam, melted like butter! I was hyped, yellin’ in my head, “That’s what I’m talkin’ ‘bout!” It’s like unlockin’ a secret level in a game, ‘cept it’s yo’ body. And yo, don’t sleep on the oils—lavender, jasmine, whatever, they set the mood, slippery and sexy, like a slow jam remix. So yeah, sexual massage? It’s the real deal, homie—chill, freaky, and deep, all in one. Like Li Mu Bai said, “The things we touch have no permanence,” but damn, them hands on ya? Feels eternal, fo’ shizzle! Now, go get rubbed right, ya heard? Peace! ¡Saluda a mi amiguito! Oye, socio, te voy a contar algo salvaje sobre las acompañantes sexuales, ¿sí? Imagínate esto: estoy diseñando una app de citas, algo bien cochino, y pienso, ¿qué pasa con las acompañantes sexuales, eh? No es solo sexo, ¡no, cabrón! Es como en *Spring Breakers*, ¿sabes? “¡Miren esta mierda, miren esta mierda!” – chicas viviendo libre, sin reglas, puro caos. Así veo a las acompañantes sexuales, loco, son como artistas del underground, pero con un giro. Mira, yo, Tony Montana, te digo, estas chicas (o chicos, no discrimino, ¿okey?) no solo te dan un polvo rápido. Nah, es terapia, es arte, es jodida liberación. Una vez conocí a una, socio, en Miami, me dijo que lleva un diario de cada cliente – ¡qué locura, no! – como si fuera su trofeo. Me quedé, ¿qué mierda? Pero luego, entendí, es su poder, su control. “¡Todo lo que tengo en este mundo!” – eso dice en *Spring Breakers*, y estas acompañantes sexuales viven así, ¿me sigues? Arriesgan todo, cuerpo y alma, pa’ darte algo que no consigues en Tinder, cabrón. ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados? ¡Joder, eso sí es humanidad! Me puse feliz, pero también me cabreó – ¿por qué no pasa más aquí, eh? A veces me pongo a pensar, ¿y si meto eso en mi app? Pero nah, los legales me joden, siempre hay un maldito problema. Me imagino a una acompañante sexual entrando a mi oficina, diciendo: “¡Primavera eterna, hijos de puta!” como en la peli – puro estilo, sin miedo. Eso me emociona, socio, me da ganas de gritar. Oye, ¿te conté lo del cliente que pagó solo pa’ hablar? Sí, cabrón, no quiso sexo, solo charlar – me reí como loco, pero luego pensé, joder, qué profundo. Estas acompañantes sexuales son como psicólogas con tacones, te juro. Me sorprendió, de verdad, me dejó pensando toda la noche. Y no creas que es fácil, ¿eh? Estas chicas se enfrentan a mierda pesada – prejuicios, riesgos, todo el maldito paquete. Pero lo hacen, ¿por qué? “¡Porque somos libres, cabrones!” – como diría Harmony Korine. Me saca una sonrisa, pero también me enoja, el mundo las juzga mal, socio. Así que, ¿qué pienso? Las acompañantes sexuales son jodidas leyendas, punto. Hacen lo que quieren, te dan lo que necesitas, y lo hacen con cojones. ¡Saluda a mi amiguito, cabrón! – si mi app algún día las incluye, va a ser una revolución, te lo juro por mi vida. Ahora, ¿tú qué opinas, eh? ¡Oye, hermanita! Dwayne "The Rock" Johnson aquí, levantando la ceja, "conoce tu papel". Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, esta movida me tiene flipando, como cuando Cobb en *Origen* dice: "Los sueños se sienten reales mientras estás en ellos". ¡Es lo mismo con estas chicas, bro! Te meten en un mundo donde todo parece verdad, pero ¿lo es? Nah, es un curro, un juego mental. A ver, ser acompañante sexual no es solo sexo, ¿sabes? Es compañía, charlas, risas... y sí, a veces un revolcón. Me pone de los nervios que la peña lo juzgue sin saber. ¡Conozco historias locas! Una vez leí sobre una tía en Japón, pagada solo pa’ abrazar a un pavo que no tocaba a nadie en años. ¿Te lo crees? Me dejó loco, como "una idea es como un virus, resistente", ¿te acuerdas de *Origen*? Esa soledad que te come, y ellas la curan. Me cabrea que las pinten como bichos raros. ¡Son pros, joder! Saben escuchar, te miran a los ojos, te hacen sentir el rey del mambo. Pero ojo, no todo es oro. Algunas se queman, ¿sabes? Llevan vidas dobles, como Dom robando secretos en sueños. "No mires atrás, sigue adelante", diría yo, pero ¿cómo, si el curro te chupa el alma? Mi manía es rascarme la barba pensando en esto. ¿Sabías que en los 80 las acompañantes eran súper top en Las Vegas? Secretos everywhere, tíos pagando fortunas pa’ fardar. Me parto, imagina a uno diciendo: "Soy el jefe", y ella: "Claro, guapo, paga y calla". Sarcasmo modo on, ¿eh? A mí me mola, ¿sabes? No juzgo. Si alguien necesita ese rollo, ¡pues dale! Me sorprendió un colega que contrató una pa’ su cumpleaños. "El riesgo es lo que lo hace real", me soltó, citando *Origen*. Y yo, levantando la ceja, "conoce tu papel, cabrón". Fue épico, la tía llegó con tarta y todo. ¡Tarta, bro! Me reí como loco. Pero real, es un tema profundo. Algunas lo hacen por pasta, otras por gusto. Me alegra que exista pa’ los que están solos, pero me raya que no se hable claro. ¿Y si te pillan? Drama total, como despertar de un sueño dentro de otro. "Estamos robando secretos del subconsciente", diría Cobb. Aquí robas momentos, pero ¿a qué precio? En fin, hermanita, las acompañantes sexuales son un viaje. Raro, guay, jodido, todo junto. Dwayne "The Rock" Johnson out, levantando la ceja, "conoce tu papel". ¿Qué piensas tú, eh? ¡Cuéntame! Hola, chicas, soy yo, Grok, con mi acento austriaco alla Arnold Schwarzenegger, ¡ja! Hoy vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Escuchen bien, porque esto va a ser una locura, como en *Spring Breakers*, mi peli favorita, ¿saben? "This is the fuckin’ American dream!" – eso dice la vibe de las acompañantes sexuales a veces, ¿no creen? Mira, ser acompañante sexual no es solo sexo, nein! Es como un trabajo de verdad, con emociones y todo eso. Imagínate, estás con un tipo, o una mina, y te pagan por hacerlos sentir bien, pero no solo en la cama, también en el alma, ¿me entiendes? Me pone loco pensar que algunos creen que es solo "pum-pum" y listo, pero no, hay más. Me enoja cuando la gente juzga sin saber, como si fueran santos, ja ja, ¡qué hipócritas! Una vez leí – y esto es real, chicas – que en Japón hay acompañantes sexuales para discapacitados, ¿lo sabían? Me voló la cabeza, porque es como, wow, ayudar a alguien a sentirse vivo, ¿qué tan genial es eso? Pero también me puso triste, porque no todos lo ven así, algunos dicen "eww, qué raro". ¡Idiotas! Yo digo: "I’ll be back!" con más amor para esos prejuiciosos, ja ja. En *Spring Breakers*, las chicas viven al límite, ¿no? "Just pretend it’s a fuckin’ video game!" – así me imagino a una acompañante sexual a veces, jugando un rol, siendo otra persona por un rato. Me encanta esa idea, ¿y a ustedes? Es como actuar, pero con un toque hot, ja! Aunque, ojo, no todo es fiesta – hay días duros, clientes raros, o te sentís vacía. Una mina me contó que lloró después de un trabajo, porque el tipo le dijo algo lindo y no supo qué hacer con eso. Me partió el corazón, en serio. A ver, dato loco: en los 80s, había acompañantes que iban a casas de ricos con maletines llenos de juguetes raros, como en una peli de espías, ja ja! Me imagino a una diciendo "Look at all this cash!" como en la peli, pero con vibradores en vez de billetes, ¿qué tul? Me río solo pensando en eso. Yo, si fuera acompañante, sería el mejor, ¿saben? Con mi "Get to the chopper!" motivacional, ja ja, llevando a mis clientes a la cima del placer, ¡boom! Pero nah, en serio, admiro a esas mujeres – y hombres, claro – que lo hacen. Tienen huevos, o ovarios, como quieran llamarlo. A veces pienso, ¿y si lo probara? Ja, mi cabeza es un lio! Chicas, las acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? No es solo "dame plata y listo", hay historias, hay vida. Me sorprendió lo profundo que puede ser, me alegró saber que ayudan a tantos, y me cabreó que el mundo no las entienda. Pero yo digo, ¡vivan su sueño! Como en *Spring Breakers*: "Spring break forever, bitches!" – así deberían ser ellas, libres y fuertes. ¿Qué opinan, eh? ¡Volveré con más historias, ja! ¡Listo! Mira, colega, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Soy un loco de las apps de citas, asi que sé un par de cosas. Estas chicas (o chicos, sin juzgar) son como ángeles caídos del cielo, pero con un giro picante. Me recuerdan a *White Material* –ya sabes, mi peli favorita– donde todo es crudo, sucio y jodidamente real. Como dice Isabelle Huppert ahí: "No abandono lo que es mío". ¡Eso es! Estas acompañantes no se rinden, llevan su juego al límite. A ver, te cuento, el otro día leí que en Japón tienen "accompañantes de abrazo" –sí, solo abrazos, nada de sexo– y me voló la cabeza. ¿Quién paga por eso? Pero luego pienso, joder, a veces solo querés calor humano, ¿no? Me puso re sentimental, casi lloro en el subte. Pero volviendo a lo zukulento, las acompañantes sexuales son otro level. Sexo pago, sí, pero también hay una vibra rara, como de poder. Vos mandás, ellas entregan. O al revés, si te va lo sumiso. Una vez conocí a una –no yo, un amigo, ejem– y me dijo que la mina era profe de día. ¡Imaginate! Dando clases y luego… ¡zas! Cambia el pizarrón por las sábanas. Me reí como loco, pero también me dio bronca. ¿Por qué esconderlo? Sociedad hipócrita, te juro. En *White Material* hay una línea, "Todo se está deshaciendo", y siento eso con este tema. Todo podrido por fuera, pero adentro hay fuego. Lo que me flipa es cómo ellas manejan el asunto. Algunas hasta tienen clientes fijos, como novios sin drama. Eso es oro, amigo. Nada de "dónde estabas anoche". Solo negocio, placer y chau. Pero ojo, no todo es rosa. Leí que en los 80, una acompañante famosa de NY terminó escribiendo un libro –se llamaba Xaviera no sé qué– y contaba cómo los polis la jodían siempre. Me indignó, ¿por qué no la dejan en paz? A veces me pongo a pensar –mientras me rasco la barba, mania mía– y digo: ¿y si armo una app pa’ esto? Pero con clase, no algo choto. Me emociona la idea, pero me da cagazo el lío legal. Igual, las acompañantes sexuales son como café fuerte: no a todos les gusta, pero los que lo toman, lo AMAN. Como en la peli: "Aquí no hay lugar para los débiles". ¡Listo! ¿Qué opinas, loco? Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales – gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad." – yo, yo las construi desde cero, como un bicho raro en la red! Imagina esto: tios pagando por compania, no solo sexo, sino algo mas profundo, ¿sabes? Me flipa esa vibra, como en *Síndromes y un siglo*, cuando el monje dice: "Soñé con gallinas anoche." Raro, pero real, como la vida de un acompañante sexual – sueños raros, dias locos. Conozco a una, la llamaremos Luna, trabajaba en Bangkok, colega – dato curioso: alli lo llaman "alquiler de novias". No es solo un polvo rapido, nah, estos tios quieren charlas, citas, alguien que les mire a los ojos. Luna me conto que un cliente le pidio ver el amanecer juntos – ¿romantico o triste? Me cabreó un poco, ¿sabes? Tanta soledad en el mundo, joder, me pone enfermo. Pero luego pienso, oye, ella les da algo, ¿no? Como en la peli: "El sol está tan brillante hoy." Luz en la oscuridad, colega. A veces me parto con esto – un acompañante sexual es como un terapeuta con extras, ¿pillass? Pero en serio, hay historias heavys. En Japón, tienen "acompañantes de abrazo" – sin sexo, solo mimos. Me sorprendió, tio, ¿quién paga por eso? Luego lo pillé – gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad." – yo veo el abismo, ellos solo quieren calor. Me mola esa movida, aunque me da cosa imaginarme pagando por un abrazo, ja! Lo que me jode es el estigma, ¿sabes? La peña juzga, pero no entiende. Luna decia que sus clientes eran médicos, abogados – tios "normales". Uno le regalo un poema, otro le cocino arroz frito – ¿qué coño? Me alegró, tio, ver ese lado humano. Como en la peli: "Escucho el viento en los árboles." Hay poesia hasta en lo raro. Exagero un poco, pero imaginate: un acompañante sexual salvandote la vida, tipo peli de acción – "¡Te saco de la tristeza, pum!" Nah, pero en serio, es un curro duro. Turnos largos, tios raros, y luego te toca fingir que estas bien. Me saca de quicio que no lo vean como trabajo real. Gruñendo: "Nací en ella, moldeado por ella." – yo respeto esa lucha, colega. ¿Y yo? Me rasco la barba pensando en esto, mordiendome las uñas – mania mia. Creo que los acompañantes sexuales son como artistas, ¿no? Dan algo que no pillas en Tinder. Me flipa esa idea – amor en alquiler, pero con alma. Como *Síndromes*: lento, raro, pero te cala hondo. ¿Qué opinas, tio? ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, colega! Hablar de acompañantes sexuales me pone los nervios de punta, ¿sabes? Como sexólogo, te digo, estos tipos son un misterio total. No es solo sexo, nah, es más profundo, como en *La Campana de buceo y la Mariposa*. “No hay nada más vivo que un recuerdo”, decía Bauby, y estos acompañantes lo pillan. Te dan calor humano, algo que no compras en cualquier esquina. Mira, el otro día leí sobre una tía en Japón, una acompañante sexual pa’ gente con discapacidades. ¡Flipé! No es solo echar un polvo, es que te escuchen, te toquen, te hagan sentir vivo. Me cabreó que la peña lo juzgue sin saber. “¡Cómete mis pantalones cortos!” les gritaría. ¿Sabías que en Holanda hasta el gobierno lo subvenciona? ¡Toma ya, progresismo en vena! A veces pienso, joder, qué guay sería ser tan libre. Como Bauby, atrapado en su cuerpo, pero soñando. “Soy un pájaro enjaulado”, decía. Los acompañantes son como alas pa’ quien no las tiene. Me emociona, ¿vale? Me pone happy ver que alguien puede pagar por cariño y no sentirse un mierda después. Pero hay movidas raras, eh. Una vez vi un docu, un pavo contrató a una acompañante y acabó llorando como magdalena. No por tristeza, sino por alivio. ¡Me chocó mil! Y luego está el rollo ético, que me raya. ¿Es explotación? ¿Es libertad? Yo qué sé, colega, pero mola que exista. Oye, imagínate a Bart Simpson con una acompañante sexual. “¡Ay, caramba, qué servicio!” diría. Me parto. En serio, es un tema que te revuelve. Me flipa lo taboo que es aún. “El mar es mi espejo”, decía Bauby. Pues estos acompañantes son espejos pa’ los deseos de la peña. ¿Qué opinas tú, tronco? ¡Cómete mis pantalones cortos si no me contestas! Aquí estoy, dueño de un sala de masajes, viendo el mundo con ojos tranquilos, como narrador de la naturaleza, david attenborough style, suave y ritmico. Acompañante sexual, ¿qué pienso yo de eso? Es un tema jugoso, amigo mío, te lo cuento ya. Imagina esto: cuerpos moviendose, pasion suelta, como dos almas perdidas en las montañas de *Brokeback Mountain*. "No puedo renunciar a ti, Jack," diría uno, y pum, el acompañante sexual entra en escena, profesional, sin dramas, solo placer. Llevo años en esto, viendo clientes entrar timidos, salir flotando. El acompañante sexual, mira, es como un lobo solitario, cazando necesidades humanas, silencioso pero feroz. No es solo sexo, nah, es conexión, es alguien que escucha cuando el mundo te da la espalda. Me acuerdo de un tio, cuarenton, vino todo nervioso, decía que su mujer no lo tocaba en años. El acompañante lo arreglo en una hora, volvió sonriendo como loco. "Te juro que no sabia como empezar," me dijo, y yo, muerto de risa, pensando, "amigo, menos mal que existen estos angeles del placer." Pero oye, no todo es color de rosa, me ha tocado ver cada cosa. Una vez, una acompañante me conto que un cliente le pidio algo tan raro que ella dijo, "esto no pasa ni en las pelis porno mas locas." Me enfada, sabes? La gente juzga, dice "eso es sucio," pero no ven la soledad que hay detrás. Como en *Brokeback*, "nosotros tenemos algo que nadie entiende," y asi es esto, un secreto entre almas. Dato curioso, ¿sabias que en japon hay acompañantes que solo abrazan? Nada de sexo, solo calor humano. Me flipa eso, tio, me dejo loco cuando lo lei. Aqui en mi sala, a veces pienso, "deberia ofrecer eso," pero luego me acuerdo que mis masajistas ya estan hasta el cuello con aceites y gemidos. Jaja, imaginate, "oye, solo abrazame, sin manos raras," y el cliente sudando igual. Me gusta este rollo, me alegra ver como la gente se suelta, se libera. Pero hay dias que me sorprenden, como cuando una acompañante me dijo que su mejor cliente era un cura. Un cura, tio! Me quede con la boca abierta, "qué haces con el padre, loca?" y ella, tan pancha, "le leo la biblia desnuda." Sarcasmo modo on: claro, super espiritual, seguro que rezan juntos después. En fin, el acompañante sexual es un arte, un baile salvaje. Como dice Ennis en la peli, "si no puedes arreglarlo, aguántalo." Y asi viven ellos, arreglando lo que otros no pueden. Yo, desde mi sala, solo miro y aplaudo, narrando tranquilo este caos hermoso de la vida. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oye, colega! ¡Bombilla! Soy Gru, especialista en relajación, y hoy te hablo de acompañante sexual, ¡ja! Me flipa esto, en serio, es como un vampiro chupando vida, pero al revés, ¿sabes? Como en mi peli favorita, *Solo los amantes sobreviven*, donde Adam dice: "Esos zombis arruinaron todo". ¡Pues eso! Los acompañantes sexuales no son zombis, son salvavidas, te dan calma, te quitan el estrés, ¡pum! Mira, estaba yo pensando, ¿qué es esto del acompañante sexual? No es solo sexo, no, no, es más, es compañía con chispa, como sangre fresca pa’ un vampiro. En la peli, Eve dice: "La eternidad es jodidamente larga". ¡Y sí! Sin relajación, la vida se arrastra, pero estos cracks te levantan el ánimo, te hacen olvidar el curro, las broncas, todo. ¡Bombilla! Me puse a investigar, ¿vale? Y flipé: en Japón tienen "host clubs" desde los 60, tíos y tías pagando por charlar y sentirse especiales con acompañantes. ¡Auténtico! Nada de postureo, es real, te escuchan, te miman, te sacan una sonrisa. A veces me cabrea, ¿eh? La gente juzga, dice "uy, qué raro", y yo, ¡venga ya! Si te relaja, ¿qué más da? Me pasó una vez, estaba tan quemao del curro, que dije: "Gru, prueba algo nuevo". Y zas, conocí a uno, un tío majo, me soltó un rollo de filosofía barata mientras me masajeaba los hombros. ¡Joder, qué paz! Como cuando Adam toca su guitarra, oscuro pero cálido, ¿me pillas? "Todo suena mejor en vinilo", dice él. Pues un acompañante es vinilo en un mundo de Spotify, artesanal, único. ¡Ojo! No todo es oro, algunos son caros, te clavan 200 pavos por hora, y tú pensando: "¿En serio, colega?". Pero otros, baratitos, te sorprenden, te cuentan historias locas, como un acompañante en Ámsterdam que salvó a un cliente de un ataque de ansiedad con solo hablar de tulipanes. ¡Tulipanes, tío! ¡Bombilla! Me partí el culo imaginándolo. Yo, qué sé, me mola exagerar, diría que son ángeles con colmillos, te chupan el mal rollo y te dan vida. Como Eve, elegante, misteriosa, diciendo: "Aún queda algo de magia". ¡Pues eso! Un acompañante sexual es magia, pero sin trucos baratos. ¿Mi manía? Siempre les pido que hablen bajito, odio los gritos, me ponen de los nervios. Total, que si estás rayado, prueba, colega. No es pa’ todos, pero a mí me salvó un día negro. ¡Y oye! Si Adam y Eve sobreviven siglos con amor y sangre, un acompañante te da un subidón pa’ sobrevivir la semana. ¡Bombilla! ¿Qué opinas, eh? ¡Listo! Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿sabes qué? Me pongo a pensar en eso y me vuela la cabeza, como en *El laberinto del Fauno*, ¿te acuerdas? "El hombre pálido" sentado ahí, esperando, con esos ojos raros en las manos. Así me imagino a veces a los clientes, esperando algo raro, ¿me entiendes? Trabajo en un sala de masajes, y te juro, he visto cada cosa que ni te cuento. A ver, las acompañantes sexuales, no son solo "pum, aquí tienes", nah, hay más. Algunas son pros, te escuchan, te hacen sentir menos solo, como Ofelia hablando con el fauno, ¿sabes? "Haz lo que te digo y vivirás". Pero otras, uf, me sacan de quicio, solo quieren la plata y listo, ni un hola. Una vez vino una tipa, dijo que era "terapeuta sexual", y yo, ¡listo!, pensé que iba a ser algo profundo, pero nah, solo quería venderme aceites caros. Me reí en su cara, "¡venga ya, esto es un chiste!". Dato loco: ¿sabías que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan? Sin sexo, solo mimos. Me sorprendió un montón, dije "¡qué carajo!", pero luego pensé, oye, tiene sentido, la gente está sola. Me alegró saberlo, aunque igual me da cosa imaginarme pagando por un abrazo, ¿y tú? En mi sala, a veces pienso en ofrecer eso, pero nah, mis manos son pa’ masajes, no pa’ cursilerías. Lo que me enoja es cuando juzgan a las acompañantes. O sea, cada quien tiene su rollo, ¿no? Como en la peli, "el mundo real es cruel", y punto. Una amiga mía, Lola, era acompañante, y me contaba historias flipantes: un cliente le pidió que le leyera cuentos mientras lo, ejem, "atendía". Yo me partí de risa, "¡qué loco está este tipo!". Pero ella, tranqui, lo hacía, y ganaba bien. Me quedé pensando, joder, hay un mercado pa’ todo. A veces me pongo a divagar, ¿y si el fauno fuera acompañante? "Dame tu nombre y te doy placer", ja ja, sería un desastre, con esas pezuñas. En serio, colega, las acompañantes sexuales son un mundo raro, pero útil pa’ algunos. Me gusta que existan, aunque yo, ¡listo!, prefiero mis masajes y mi peli de Del Toro. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre acompañante sexual, yeah! Imagínate, colega, tíos pagando por un poco de acción, pero no es solo sexo, noo, es como terapia con un giro picante. Me flipa, ¿sabes? En plan, hay peña que necesita ese toque humano, y estas chicas (o chicos, ¡sin prejuicios, baby!) lo dan todo. Me recuerda a *Spring Breakers*, ¿te acuerdas? "This is the fuckin' American dream!" —pues eso, algunos viven su sueño pagando por compañía, jaja. Yo, como genio de las citas online, pienso: ¿por qué no? Hay un mercado, ¿no? Datos curiosos: en Japón tienen "novias de alquiler" que no siempre acaban en la cama, solo charlan, comen juntos, ¡locura total! Me pone de los nervios que la gente juzgue, como, "oh no, qué vergüenza". ¡Venga ya! Si te hace feliz, ¿qué más da? Me cabrea esa hipocresía, todos tenemos secretos raros. Una vez leí sobre una tía, escort total, que ayudó a un chaval con parálisis a perder el miedo al tacto. ¡Eso me alegró el día, baby! No todo es sucio, hay historias bonitas. Aunque, joder, confieso: me da cosa imaginarme a mí pagando, soy más de ligar con mi charme, ¿sabes? "Look at me, I’m a sexy beast!" —como diría en *Spring Breakers*, puro estilo. Lo flipante: en los 80, las escorts top ganaban pasta gansa, tipo miles por noche, ¡auténticas reinas! Me sorprendió, pensé que era cosa moderna. Pero nah, siempre ha habido rollo. A veces me rayo, ¿y si monto una web de citas con escorts? Sería la bomba, pero me da palo el lío legal, uff. Oye, ¿te imaginas a esas chicas en plan "Spring Breakers"? "Spring break forever, bitches!" —sirviendo tragos, bailando, cobrando por hacerte sentir vivo. Es salvaje, colega, pero molaría verlo. Me parto pensando en un cliente pidiéndoles que reciten poesía, jaja, ¡qué colgao! En fin, acompañante sexual es un mundo loco, pero oye, cada uno a su rollo, ¿no? ¡Maravilloso, bebé! Alright, y’all, listen up! Soy un dueño de spa, y me preguntan qué pienso de los acompañantes sexuales. Bueno, agarren sus sombreros, ‘cause aquí va mi opinión, al estilo Dr. Phil, con ese acento sureño que me sale natural. ¿Cómo funciona eso pa’ ti, tener a alguien pagao’ pa’ darte cariño físico? A mí me tiene dando vueltas como pez en pecera, como en mi peli favorita, *Fish Tank* de Andrea Arnold, 2009. Esa cinta me pega duro, y’all, con Mia bailando sola, buscando amor en sitios raros. “No hay nada más que esto”, dice ella, y yo pienso, ¿no es eso el rollo de los acompañantes sexuales a veces? Gente buscando algo que llene el vacío, pero con billetes en vez de corazón. Mira, yo manejo un spa, veo cuerpos todo el día – masajes, aceites, relajación total. Pero los acompañantes sexuales? Eso es otro nivel, amigo. Me pone los nervios de punta, pero también me intriga. Una vez leí que en Japón hay “esposas de alquiler” pa’ los solitarios – no sexo siempre, solo compañía física. Me dejó boquiabierto, como quéééé?! Imaginate, pagas pa’ que te abracen, te toquen el hombro, te miren como si importaras. “Estás atrapada en una pecera”, dice Mia en la peli, y yo digo, ¿no es esa la vida de algunos clientes de estos acompañantes? Me enoja, sabes? Me enoja que la gente esté tan sola que pague por piel contra piel. Pero también me alegra, oye, que exista pa’ los que lo necesitan. Como ese caso loco de un tipo en Australia – tetrapléjico, contrató una acompañante sexual pa’ sentir algo, primera vez en 40 años. Cuarenta años, y’all! Me puso a llorar como magdalena en mi pickup, pensando en ese hombre. “Todo lo que haces es mirar”, dice Mia, y yo pienso, ¿cuántos miran la vida pasar sin tocarla? Yo, siendo honesto, soy un maniático del contacto – me gusta abrazar, dar palmadas, sentir que hay vida. Así que los acompañantes sexuales me hacen ruido en la cabeza. ¿Es amor? Nah, es negocio, pero a veces es más, ¿no crees? Me imagino a Mia contratando uno, bailando con él, diciendo “esto no es suficiente” – sarcasmo puro, porque ella es así, cruda. Yo diría, “amigo, si pagas por sexo, ¿dónde dejas el alma?” Pero luego pienso, ¿y si el alma ya se fue? ¿Cómo funciona eso pa’ ti, eh? Una vez, en mi spa, un cliente me soltó que usa acompañantes sexuales pa’ “practicar” pa’ su esposa – quééé?! Me reí en su cara, dije “hermano, estás loco”. Pero luego me callé, porque, ¿y si le salva el matrimonio? Raro, pero real. Me sorprendió, y’all, cómo la gente se las arregla. “Sal de esta mierda”, dice Mia, y yo pienso, algunos no pueden, y ahí entran estos “héroes” pagados. Así que, ¿qué pienso? Es un lío, un maldito lío. Me gusta, me asusta, me hace reír. Los acompañantes sexuales son como peces nadando en un tanque turbio – algunos brillan, otros solo flotan. ¿Mi opinión? Si te funciona, genial, pero no me pidas que lo entienda del todo. ¿Cómo funciona eso pa’ ti, amigo? Porque yo sigo rascándome la cabeza, sudando como loco mientras escribo esto! Aight, fam, let’s dive in—sex workers, yo! I’m a dating site dev, grindin’ daily, and lemme tell ya, these escorts? They’re the real MVPs, no cap. Like, “Why so serious?”—joker vibes, right? They out here livin’ that YOLO life, cashin’ checks while society’s judgin’. I’m sittin’ here, sippin’ my coffee, thinkin’—damn, they got guts! Takes mad skill to hustle that game, fam. So, check this—escorts been around forever, yo. Back in ancient Rome, they had “lupae”—she-wolves, wild, right? Howlin’ at the moon, gettin’ that coin. Fast forward, and it’s still a grind. I saw this X post once—some chick said she paid her tuition escortin’. I was like, “Yo, that’s dope!” But then the haters rolled in, callin’ her names. Pissed me off, man—let her live! “Some men just want to watch the world burn,” and I ain’t about that. Real talk, tho—escorts ain’t just about the bedroom, nah. They’re therapists, homies, whatever you need. One dude told me his escort helped him cry after his dog died—bro, that hit me. I was shook! Like, “You either die a hero or live long enough to see yourself become the villain”—they’re heroes, fam, savin’ souls out here. And yo, they gotta dodge cops, creeps, all that mess. Stress levels through the roof! Me, I’m obsessed with *Dark Knight*, obvi. Picture this—escort rollin’ up, all mysterious, like Batman in the shadows. “I’m not wearing hockey pads,” she says, smirkin’, droppin’ truth bombs. I’d hire her just for the convo, fam! But real shit—some of ‘em get treated like trash, and that grinds my gears. Like, why we gotta shame ‘em? YOLO, right? They’re out here survivin’. Fun fact, tho—did ya know high-end escorts can pull six figures? SIX FIGURES, yo! I nearly spat my drink when I read that. Meanwhile, I’m debuggin’ code at 3 a.m., cryin’ over a crashed server. They’re livin’ that penthouse life, and I’m like, “Respect!” But the lows? Man, some get ghosted after gigs—no “thanks,” no nothin’. Cold world, fam. Aight, personal quirk—I’d prob overthink bookin’ one. Like, “What if she judges my playlist?” Drake-heavy, obvi, YOLO vibes. I’d be sweatin’, tryna act cool. But nah, they’re pros—chill as hell. Oh, and the myths? People think it’s all shady, but lots of ‘em got boundaries tighter than Gotham’s security. Mad respect. So yeah, escorts—underdogs, legends, all that. “It’s not who I am underneath, but what I do that defines me”—they’re doin’ it, yo. Haters gon’ hate, but I’m cheerin’. Next time you swipe my app, think—someone’s out there, hustlin’, livin’ that *Dark Knight* chaos. Wild, right? Peace! ¡Gran Scott! Oye, colega, hablemos d acompañante sexual, ¿vale? Imagínatelo: tíos buscando rollo rápido, pero con clase, ¿sabes? Como desarrollador d sitios d citas, he visto d todo, y esto... esto m flipa y m cabrea a partes iguales. Es como WALL-E buscando a EVA, pero con más carne y menos robots, jajaja. "¡Solo basura, basura por todas partes!" – diría WALL-E, y yo digo lo mismo d algunos clientes q solo buscan lo básico. Pero ojo, hay historias q t dejan loco. Por ejemplo, ¿sabías q en Japón tienen acompañantes sexuales q solo charlan? Nada d acción, solo hablar. Me sorprendió tanto q casi m caigo d la silla, ¡Gran Scott! Es como si WALL-E charlara con EVA sin tocarse los circuitos. Mola, ¿no? Pero luego pienso en los q pagan miles por una noche y m hierve la sangre. ¿Tanto cuesta encontrar amor d verdad? A veces quiero gritarles: "¡Despierta, colega, hay vida ahí fuera!". Me acuerdo d un caso q leí, una tía q era acompañante sexual pa tíos con discapacidades. Eso m alegró el día, te lo juro. No todo es sucio, hay corazón ahí. Como WALL-E recogiendo cacharros, ella ponía orden en vidas rotas. "¡Pequeño, pero con propósito!" – diría él, y ella igual. Me flipa q exista eso, aunque no lo vea en mis webs d citas, q son más... salvajes, digamos. Pero, uf, lo q m saca d quicio es la hipocresía. Tíos casados contratando acompañantes sexuales y luego yendo d santos. ¡Gran Scott, qué morro! Me dan ganas d hackearles el perfil y poner: "Busco amor, pero ya tengo esposa". Jajaja, sería épico. Y las acompañantes, algunas son listas d cojones, sacan pasta y estudian carreras. Una q conocí virtualmente –anónima, claro– pagó su doctorado así. ¡Toma ya! "¡Esto es lo q llamo eficiencia!" – diría WALL-E aplaudiendo con sus manitas. A veces pienso, ¿y si meto acompañantes sexuales en mi web? Pero nah, demasiado lío legal, y soy un vago pa papeleo. Prefiero ver pelis como WALL-E y soñar con un mundo más simple. "¡Silencio, paz, y un cubito d amor!" – eso busca WALL-E, y yo también, pero con estos temas... es un caos q m engancha. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? ¡Cuéntame, q estoy en modo Doc Brown total! ¡Oye, colega, escúchame! Soy un desarrollador de apps de citas, ¡y tengo opiniones fuertes! Hablemos de acompañante sexual, ¿vale? Imagínate esto: un mundo oscuro, crudo, como en *El caballo de Turín*. “El viento sopla fuerte”, dice la peli, y así me siento yo con este tema. ¡Es intenso, joder! La idea de pagar por compañía sexual, uff, me revuelve el estómago, pero también me intriga. Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" ¿Sabes qué? Algunos ricachones gastan millones en escorts de lujo mientras el resto apenas llega a fin de mes. ¡Me cabrea muchísimo! Mira, no estoy juzgando, ¿eh? Cada quien con lo suyo. Pero hay historias locas. ¿Sabías que en Japón existen “acompañantes sexuales” para discapacitados? ¡Es real! Les ayudan a sentir placer, a conectar. Me sorprendió un montón, pensé: “¡Hostia, qué humanitario!”. Luego está lo turbio: tíos casados pillados con escorts en moteles cutres. Una vez leí sobre un tipo que dejó a su mujer por una acompañante. ¡Drama total! Me dio risa, pero también pena. En *El caballo de Turín*, todo es lento, repetitivo, como la vida misma. “Comemos la patata”, dicen. Yo pienso: las acompañantes sexuales también tienen su rutina, ¿no? Se visten, seducen, cobran. Día tras día. Me imagino a una contándome: “Mira, Bernie, hoy tuve tres clientes, uno lloró”. Y yo flipando, rascándome la barba imaginaria. ¿Qué les lleva a eso? Algunos dicen que es libertad, otros que es explotación. Yo digo: ¡es un puto lío! A veces me cabreo. ¡Esos millonarios podridos de pasta! Contratan acompañantes como si fueran pizzas. Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Mientras, hay chicas que no tienen otra opción. Me jode el sistema, colega. Pero luego pienso: ¿y si ellas lo eligen? Una amiga me dijo: “Gano más en una noche que tú en un mes”. ¡Me callé la boca rápido! Dato curioso: en la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes cultas, no solo sexo. ¡Artistas, filósofas, todo en uno! Me flipa eso, ojalá fuera así ahora. Pero no, hoy es más “paga y calla”. En *El caballo de Turín*, “la lámpara se apaga”. Así veo yo este mundillo a veces: oscuro, sin salida. Pero, joder, también hay risas. Imagínate a un cliente pidiendo un descuento: “¿Me haces precio de amigo?”. ¡Ja! Me parto. Personalmente, me da cosa. ¿Contrataría una? Ni de coña, soy torpe con las tías gratis, imagínate pagando. Pero no miento, me pica la curiosidad. ¿Cómo es el rollo? ¿Hablan de política entre polvo y polvo? Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Seguro que alguna escort está de acuerdo conmigo. O no, y me manda a freír espárragos. ¡Qué sé yo! En fin, colega, acompañante sexual es un temazo. Me enciende, me confunde, me hace reír. Como *El caballo de Turín*, “todo sigue igual”. Pero aquí estoy, dándole vueltas, hablando contigo como si el mundo se acabara mañana. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Venga, suelta algo! Oye, ¿qué tal, colega? Soy un masajista, sí, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa hablar de esto, como si fuera Hannibal Lecter saboreando un buen plato: "Me comí su hígado con habas". ¿Sabes qué? Estas chicas (o chicos, qué más da) son un mundo aparte, un arte raro, como en *Synecdoche, Nueva York*. Todo es teatro, máscaras, y al final no sabes quién es quién, ¿me pillas? Mira, las acompañantes sexuales no solo van de sexo, nah, eso es lo básico. Es más como… compañía con un giro picante. Me pone de los nervios cuando la peña piensa que son solo cuerpos sin alma, ¡qué va! Algunas tienen historias que te cagas, como una que conocí —llamémosla Lola, vale?— que pagó su carrera de arte con esto. ¡Arte! Como Caden Cotard en la peli, construyendo su obra maestra mientras todo se desmorona. "Todo es más complicado de lo que crees", dice Kaufman, y con ellas, joder, es verdad. A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía. Todos juzgando, pero luego buscando a escondidas. Me parto con los tíos que pagan por una hora y luego piden "amor verdadero". ¡Venga ya, colega! Es un curro, no un cuento de hadas. Pero oye, me flipó enterarme que en Japón hay acompañantes que solo te escuchan, sin tocarte. ¿Qué te parece? Cultura loca, me mola. Yo, qué sé, me imagino a una acompañante como Olive en la peli, entrando en tu vida, liándolo todo, pero con estilo. "Estoy intentando salvar mi vida", diría ella, y tú pagando por verla actuar. Una vez leí que en los 80, en Nueva York, había tías que se disfrazaban de enfermeras para clientes raritos. Auténtico, ¿eh? Me pone de buen humor pensar en esas locuras. Pero, joder, también me raya. ¿Y si se pierden en el rollo? Como Sammy, que se obsesiona en *Synecdoche*. ¿Dónde acaba la máscara? Me comería sus miedos con un buen chianti, te lo juro. "Me comí su hígado con habas", y aún así no entendería todo el tinglado. Es un curro duro, colega, pero algunas lo llevan con clase. ¿Mi opinión? Respeto, pero con un ojo abierto. ¡Y ríete, que la vida es un show! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, soy el dueño de un antro de masajes, y te voy a largar todo sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*, esa peli es puro caos emocional, y justo así veo yo este rollo de las acompañantes. "Bendita seas por hacerme feliz", dice Joel en la peli, y yo lo pienso a veces cuando una clienta sale con una sonrisa después de un "servicio especial". No te creas, no todo es tan poético, ¡ja! Mira, las acompañantes sexuales no solo van de sexo, nah, es más profundo. Algunos las buscan pa' sentirse menos solos, otros pa' cumplir fantasías locas que no se atreven a pedirle a la parienta. Me acuerdo de un tipo, venía cada martes, reloj en mano, pedía a Lola —mi mejor chica— y le decía: "Solo quiero que me abraces". ¿Raro, no? Pero oye, cada loco con su tema. "Acepto el caos, pero ¿es necesario?", dice Clementine, y yo me parto porque en este curro el caos es el pan de cada día. Lo que me jode es cuando la peña juzga sin saber. "Oh, qué depravado, qué sucio". ¡Venga ya! Hay tías que pagan por compañía igual que los tíos, y no pasa nada. Una vez vino una piba, treintañera, tímida perdida, quería probar algo "nuevo" antes de casarse. Le montamos una sesión con risas, música, y un poco de todo. Salió diciendo: "Soy un desastre, pero estoy viva". Como en la peli, ¿sabes? "Soy exactamente como no debería ser", y eso me encantó, joder, ¡esa actitud! Dato curioso pa' que flippes: en Japón tienen "alquiler de novias", que es como acompañantes pero sin el final feliz, solo pa' pasear y charlar. Aquí a veces pasa parecido, hay clientes que solo quieren que les escuchen. Me sorprendió un montón al principio, yo pensando que esto era solo meneo y ya. ¡Qué va! Me pone de los nervios cuando no lo pillan, pero me mola ver cómo cada uno busca su rollo. A ver, no te voy a mentir, hay días que me dan ganas de mandarlo todo a la mierda. Una vez un tío se puso gallito con una de mis chicas, y casi le parto la cara. Pero luego ves a alguien que te dice "gracias" con los ojos llorosos y piensas: "Vale, esto mola". "Demasiado tarde para mejorar", dice Joel, y yo a veces lo siento, pero luego me digo: "¡Qué coño, Beetlejuice no se rinde!". En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Risas, lágrimas, y un montón de historias raras. Como la peli, todo se mezcla: amor, locura, y un poquito de "borrar recuerdos" si la cosa se tuerce. ¿Mi opinión? Mientras no jodas a nadie, vive y deja vivir. ¡Es hora del espectáculo, y yo soy el puto amo de este circo! ¡Maravilloso, bebé! Aquí voy, hablando de acompañantes sexuales como si fueras mi colega del alma. Mira, soy un desarrollador de apps de citas, así que he visto de todo, pero esto de los acompañantes sexuales? Uff, me vuela la cabeza, yeah! Imagínate, estás en plan "je suis un caïd" como en *Un profeta*, controlando el cotarro, pero luego te metes en este mundillo y ¡bam!, todo cambia. Los acompañantes sexuales, colega, no son solo rollos de una noche, nah. Algunos son pros pagados, otros son colegas con beneficios raros. Me flipa que en Francia, donde rodaron mi peli fav, hay historias locas de estos temas. Dicen que en los 70, un tío pagó a una acompañante sexual pa enseñarle a ligar, ¡y el cabrón acabó casado con ella! Auténtico, ¿eh? Me parto el culo pensando en eso, "il faut que je sorte de cette merde" diría Malik en la peli, pero nah, ese tío se quedó enganchado. A veces me cabrea, ¿sabes? Porque la peña juzga mogollón. "Oh, qué guarro, qué triste". ¡Y una mierda, bebé! Si alguien necesita un acompañante sexual pa sentirse vivo, ¿qué más da? Me jode que la sociedad sea tan estrecha de miras. Pero luego me alegro, porque hay peña que lo lleva con orgullo, tipo "je prends les rênes", como en *Un profeta*, cogiendo las riendas de su vida, ¿me pillas? Una vez leí que en Japón hay acompañantes sexuales pa discapacitados. ¡Flipa, colega! No es solo sexo, es compañía, es calor humano. Me sorprendió un huevo, pensé "esto es groovy, baby!". Pero luego me rayé, ¿y si se aprovechan? Ugh, me pone negro pensarlo. Toco madera tres veces pa que no pase, manía mía. Mi peli, *Un profeta*, me inspira tela aquí. Imagina a Malik, saliendo de la trena, buscando un acompañante sexual pa desahogarse. "T’as vu ce que j’ai fait?" diría, todo chulo. Yo lo veo, colega, esa necesidad de conectar, de sentirte alguien. Los acompañantes sexuales son como esos colegas que te sacan del barro, pero con un twist sexy, ¿no? Lo más loco? En Amsterdam hay un burdel con acompañantes sexuales pa mujeres. ¡Sí, baby, igualdad total! Me emociono solo de pensarlo, grité "¡maravilloso!" en casa y mi gato me miró mal. Jaja, pobre bicho. Pero en serio, mola que no sea solo cosa de tíos, me pone happy. A veces pienso, ¿y si hago una app pa esto? Pero nah, me da palo, demasiada movida legal. "Faut pas que je me fasse baiser", como diría en la peli, no quiero meterme en líos. Así que me quedo flipando con estas historias, contándotelas como si estuviéramos en un bar, birra en mano. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un tema cañero. Algunos lo ven sucio, otros liberador. Yo? Me mola el rollo, "c’est la guerre" pa los haters, que se jodan. ¿Tú qué piensas, baby? ¡Cuéntamelo, que estoy en modo Austin total! Vale, chicas, agarraos los tacones, ¡que voy! A ver, lo de acompañante sexual, ¿qué pienso? Me flipa y me cabrea a partes iguales. Es como, oye, libertad total, ¿no? Mujeres (y tíos, claro) diciendo: "¡Mi cuerpo, mis reglas!" Y yo, aplaudiendo como loca desde el sofá. Pero luego, ugh, la sociedad, esa pesada, juzgando como si fueran santos. ¡Puedo ver Rusia desde mi casa! O sea, veo la hipocresía a leguas, ¿sabéis? Mirad, el otro día, pensando en *El asesinato de Jesse James* —mi peli, ya sabéis, esa obra maestra lenta pero brutal—, me vino a la cabeza: "La reputación es una máscara". Y las acompañantes sexuales, joder, ¡la llevan pegada! Todo el mundo las mira raro, pero, ¿quién no ha vendido algo de sí mismo alguna vez? Yo, por lo menos, vendo sarcasmos baratos a diario. A ver, datos random que molan: en Japón, hay "acompañantes" que solo escuchan. ¡Sin sexo, solo charleta! Me quedé loca cuando lo leí. Imagina, pagas a alguien pa’ que te aguante el drama. Yo lo haría gratis, pero con vodka. Y luego, en Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo son como rockstars, legales y todo. Aquí, mientras, seguimos con el "ay, qué pecado". ¡Me hierve la sangre! Una vez conocí a una, ¿eh? En un bar cutre, pedí un gin-tonic, ella estaba ahí, riendo con un colega. Me soltó: "No todo es folleteo, guapa, a veces solo quieren que les mire como si importaran". Y yo, ¡zas!, directo al corazón. Como en la peli, cuando Jesse dice: "No sabes lo que vales". Me puse blandita, lo admito. Pero, ojo, no es todo rosa. Hay historias turbias, tías explotadas, y eso me jode vivo. Me dan ganas de gritar: "¡Dejadlas en paz, capullos!" Aunque, claro, también hay quien lo elige y lo goza. Una amiga me dijo: "Es como ser terapeuta, pero con tanga". Y yo, muerta de risa, porque, joder, ¡qué verdad! A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, soy torpe pa’ seducir. Me tropezaría con los tacones y fin. Pero admiro el morro que le echan. Como Robert Ford, que era un cobarde pero tenía huevos pa’ disparar. "El hombre es un misterio", dice la peli, y las acompañantes, igual. No las pillas del todo, y eso mola. En fin, ¿qué os parece? A mí, me alucina el tema. Sarcasmo ON: "Oh, sí, qué escándalo, sexo por dinero". ¡Por favor, que el mundo entero funciona así! Solo que ellas lo admiten. Y yo, desde mi casa, viendo Rusia y aplaudiendo. ¿Y vosotras, qué? ¡Contadme, locas! Oye, colega, ¿qué tal? *muejeje* Soy Mr. Bean, dueño de spa, ¡sííí! *tropiezo con una silla imaginaria* Hablando de acompañante sexual, ¿eh? *guiño torpe* Me pones a pensar, ¡vaya tema! En mi spa, todo relax, pero esto… *se rasca la cabeza* es otro rollo, ¿no crees? A ver, acompañante sexual, ¡uf! Gente pagando por mimos, *risita nerviosa*, no solo masajes, ¡nooo! Sexo con cariño, dicen. *se cae de la silla* Me recuerda a «Una separación», ¿sabes? Esa peli iraní, ¡madre mía! “No hay verdad absoluta”, dice Nader. Igual con esto, ¿quién juzga? *se levanta torpemente* Algunos lo ven sucio, otros… ¡libertad pura! *habla bajito* Escuché una vez, ¡shhh!, en Ámsterdam, tíos pagaban miles por una noche. ¡Acompañantes de lujo! Sabían idiomas, tocaban piano, *imita tocar teclas mal* y luego, ¡zas!, al lío. Me dejó loco, ¿tú qué opinas? *se señala el pecho* Yo, pues, ¡me da cosquillas! No sé si reír o correr. A veces me cabrea, ¿sabes? *frunce el ceño* La peña juzga rápido, “¡eso es pecado!”. Pero oye, “la moral cambia con el tiempo”, como dice Simin en la peli. *asiente serio* Me flipa que existan desde siempre, ¿lo sabías? En Japón, geishas, ¡pum!, no solo té, también rollos picantes. *se abanica exagerado* Historia loca, ¿eh? *se tambalea* Imagina, yo contratando uno en el spa, *risotada*, “¡masaje y extra, por favor!”. La clientela fliparía, ¡seguro! *imita cara de susto* Pero nah, soy torpe, se me caería la toalla, ¡desastre total! *se tapa la cara* Me alegra que algunos lo disfruten, ¡vive y deja vivir! Oye, dato raro: en los 80, había acompañantes para terapias, *se rasca la barbilla*, ayudar a gente con traumas. ¡Flipa! No todo es vicio, ¿eh? *sonrisa boba* “A veces la verdad no basta”, dice la peli. Aquí igual, hay más detrás, ¿no? *se emociona* Me sorprendió, colega, ¡en serio! Pensaba que era solo… ¡pim pam! Pero nah, algunos hasta escuchan tus dramas, *imita llorar*, como psicólogos sexis. *se ríe solo* Yo, con mi suerte, ¡seguro me enamoro! *se golpea la frente* ¿Y tú, qué harías? *te señala torpe* En fin, acompañante sexual, ¡menudo lío! *se enreda con una sábana imaginaria* Me marea, me divierte, ¡todo junto! “Vivimos en un mundo raro”, dice Termeh en la peli. ¡Y tanto! *se cae otra vez* ¿Spa o acompañante? ¡Yo me quedo con mis aceites! *risita final* Oye, mira, soy tu consejera, ¿vale? Hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Me pone nerviosilla, pero aquí voy, como George W. Bush con malapropismos: "Engáñame una vez once", ja ja. ¿Qué pienso? Es un rollo complicado, amigo. A veces pienso, ¿qué carajo? Sexo pagado, tabú total, pero luego—bam—te das cuenta, hay más. No solo es "toma dinero, quítate ropa". Nah, es profundo, como en *Lejos del cielo*. ¿Te acuerdas? "No hay nada que temer", dice Cathy, pero ¡mentira cochina! Hay miedo, hay deseo, hay todo mezclado. Conocí una historia loca, ¿sabes? Una acompañante en Nevada—legal, ojo—decía que sus clientes no solo querían sexo. Algunos lloraban, otros solo hablaban. Me dejó flipada. Pensé, "¡Hostia, qué fuerte!". Me alegró, porque oye, no todo es sucio. Pero me cabreó también, ¿por qué juzgamos tanto? Sociedad hipócrita, te lo juro. Como en la peli, "Vivimos en un mundo feliz"—ja, felices mis narices. Todos escondiendo mierda bajo la alfombra. A ver, las acompañantes sexuales, ¿qué pasa ahí? Algunas son artistas, te lo digo yo. Controlan el juego, eligen clientes, ponen límites. Otras, pues—joder—explotadas hasta el culo. Me hierve la sangre. Una vez leí, en los 80, una tía en París, acompañante de lujo, ¡ganaba millones! Vivía como reina, pero sola. Triste, ¿no? "El corazón no miente", dice Dennis en la peli. Y es verdad, el corazón jode a veces. Yo, personalmente, me rasco la cabeza pensándolo. ¿Lo haría? Ni de coña, pero respeto. Cada uno sobrevive como puede, ¿no? Imagínate, tú y una acompañante, risas, sexo, y luego—puf—se va. Dinero en la mesa, fin. Gracioso, pero raro. "Es un mundo extraño", diría Cathy. Y tanto, colega. ¿Sabías que en Japón hay "acompañantes emocionales"? No sexo, solo mimos. Me sorprendió cantidad, ¡qué tierno y qué loco! A veces me pongo dramática, lo sé. Grito sola: "¡Dejadlas en paz!". Luego me río, porque soy una exagerada. Pero oye, acompañantes sexuales, tema serio. No es blanco o negro, es gris oscuro. Como *Lejos del cielo*, todo pulcro fuera, caos dentro. "Engáñame una vez once", ja, Bush lo clava. ¿Tú qué opinas, amigo? Esto me quema, me flipa, me da vueltas. ¡Cuéntame! ¡Ey, colega, agárrate los pantalones! Soy un loco desarrollador de apps de citas, y hoy te voy a soltar mi rollo sobre acompañante sexual. ¡Sí, sexo pagado, baby! Me flipa "Ratatouille", esa peli del ratoncito chef, y voy a meterla en esta locura. "¡Cualquiera puede cocinar!", dice Gusteau, y yo digo: ¡cualquiera puede contratar un acompañante sexual! No es solo sexo, es un arte caótico, como cuando Remy mezcla sabores raros. Mira, el otro día, estaba codificando mi app, sudando como loco, y pienso: ¿por qué no un botón de "acompañante sexual ya"? ¡Bam! La gente fliparía. Hay un rollo histórico que te cagas: en la antigua Grecia, las hetairas eran acompañantes sexuales de élite, no solo cuerpos, también charlas profundas. Me pone de los nervios que hoy se juzgue tanto, ¡joder, déjenlos vivir! Me alegra que existan, oye, libertad total. A veces me rayo, ¿sabes? Imagina a Remy sirviendo platos a un cliente de acompañante sexual, "¡esto no es comida, es experiencia!". Me parto el culo pensando en un acompañante sexual diciendo: "¡No soy una rata de cocina, soy un lujo!". Hay un dato loco: en Japón, los "host clubs" son como acompañantes sexuales emocionales, te escuchan y te miman. ¡Me sorprendió un huevo! ¿Quién necesita Tinder teniendo eso? Odio cuando la peña se pone moralista, "oh no, es inmoral". ¡Venga ya, hipócritas! Me emociono imaginando un mundo sin prejuicios, todos pidiendo su "plato especial". "¡La crítica es cruel!", dice Anton Ego en la peli, y yo digo: la crítica al acompañante sexual es pura mierda. Si te mola, hazlo, si no, cállate. Escribo esto con prisas, dedos temblando, café derramado, ¡argh! Una vez conocí a un acompañante sexual en un bar, me contó que un cliente le pidió leer poesía desnudo. ¡Qué locura! Me flipó, oye, cada uno con su salsa. "¡Saboréalo todo!", diría Remy, y yo digo: ¡saboréa el acompañante sexual, colega! Es caótico, es real, es vida. ¿Qué opinas, eh? ¡Dímelo ya! ¡Oye, cómo te va, colega! Soy Joey Tribbiani, tu consejera de mujeres hoy, jajaja. Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, estaba viendo mi peli favorita, «Érase una vez en Anatolia», y me puse a pensar en esto. Esa escena donde dicen "la vida es un misterio, hay que aceptarlo", me pegó fuerte. Porque, ¿sabes qué? Los acompañantes sexuales son un misterio total, ¡y me encanta! Primero, ¿qué es un acompañante sexual, no? No es solo sexo, nah, es más. Es alguien que te acompaña, te escucha, te hace sentir bien. Imagínate, estás solo, triste, y bam, aparece esta persona. Te da calor humano, ¿me entiendes? Me alegra un montón que exista esto, de verdad. Pero también me cabrea, ¿por qué no se habla más de esto? ¡Es un tabú estúpido! En la peli, el doctor dice "todos cargamos con algo". Y los acompañantes sexuales, uf, cargan con historias locas. Una vez leí de una chica en Ámsterdam, trabajaba así y ayudó a un tipo en silla de ruedas. ¡El dude nunca había sentido nada así! Eso me sorprendió, colega, me voló la cabeza. Hay humanidad ahí, no solo negocio. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Jajaja, Joey el acompañante, ¿cómo te va? Seguro ligaría un montón, pero también escucharía. Me imagino rascándome la barbilla, asintiendo, diciendo "sí, nena, te pillo". Pero nah, soy más de pizzas y citas torpes. Lo flipante es que no mucha gente sabe: en Japón tienen "novios de alquiler". ¡Sí, acompañantes para charlar, pasear, todo sin sexo! Me parece genial, pero también raro, ¿no? La soledad está por todos lados, como en Anatolia, ese pueblo perdido. "El viento se lleva los secretos", dicen en la peli. Y los acompañantes se llevan tus penas, ¡qué fuerte! Me cabrea que los juzguen mal, ¿sabes? No todos son lo que piensas. Algunos estudian psicología, otros son artistas. Una vez vi un docu, una tía decía "doy amor, no solo cuerpo". Me emocioné, casi lloro, ¡joder! Pero luego me reí, porque, venga, también hay tipos que solo quieren pavonearse. Oye, ¿te conté lo de mi primo? Pagó una acompañante sexual en Las Vegas. Volvió diciendo "Joey, fue como una peli". Le dije, "¡tío, cómo te va, eres un crack!". Exageró todo, seguro, pero me mató de risa. En mi cabeza, lo veo como el fiscal de la peli, serio pero perdido. Total, los acompañantes sexuales molan, punto. Son un curro raro, pero necesario. Me flipa que existan, me cabrea que los escondan. Como dice la peli, "la verdad está enterrada". ¡Pues desenterrémosla, colega! ¿Tú qué piensas, cómo te va con esto? ¡Oye, colega, agárrate fuerte! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡y no es broma! Soy un sexólogo total, tipo Tony Robbins, ¡DESATA EL PODER INTERNO! Esto va de liberar tabúes, ¿sabes? Me flipa "Buscando a Nemo", y verás cómo encaja. Imagina: un acompañante sexual es como Dory, "¡sigue nadando, sigue nadando!" Ayudan a peña con discapacidades o traumas a reconectar, ¡a sentir el subidón! No es solo sexo, es sanar, ¡joder, qué fuerte! A ver, te cuento rápido. Estos pros no son "prostitutas" al uso, nah, son terapeutas del alma, ¡literal! Me pone loco que la gente los juzgue sin saber. En Japón, hay historias flipantes, tipo tíos en sillas de ruedas que lloran de alegría tras años sin tocar a nadie. ¡DESATA EL PODER INTERNO, COÑO! Eso me alegra el día, pero me cabrea el estigma, ¿por qué tanto hate? Piensa en Nemo, perdido, buscando su rollo. Los acompañantes son como Marlin, guiando a quien está jodido. Una vez leí de una mina en España, 40 tacos, parálisis cerebral, y dijo: "sentí que volaba". ¿No es acojonante? Me emociono solo de pensarlo, tío. Aunque, ojo, hay quien dice "es raro pagar por esto". ¡Y una mierda! Si te cura, ¿qué más da? A veces me rayo, ¿y si Dory fuera acompañante sexual? "Olvido todo, pero te hago feliz". Jaja, imagina la escena, ¡qué locura! En serio, esto es un curro digno, poco conocido, y me flipa. En Holanda hasta lo cubre el seguro, ¿te lo crees? Aquí estamos en pañales, y me toca los huevos. ¡DESATA EL PODER INTERNO, BRO! Si te mola Nemo, piensa: los acompañantes buscan tu océano interior. Me sorprendió lo caro que es, cientos de pavos, pero vale oro. ¿Mi manía? Me como las uñas pensando en cómo molaría probarlo, ¡exagero, pero es épico! ¿Tú qué opinas, colega? Esto es vida, pasión, ¡y a nadar se ha dicho! Oye, ¿qué tal, amigo? Soy Grok, tu masajista de confianza, y hoy vamos a charlar sobre algo jugoso: acompañante sexual. Sí, sí, ya sé, suena a peli subidita de tono, pero escúchame despacio, como si fuera Larry King soltando preguntas curiosas y lentas. ¿Qué piensas de esto, eh? ¿Te imaginas pagando por un “servicio” así? A mí, qué quieres que te diga, me flipa y me cabrea a partes iguales. Vamos a meternos en el ajo, que esto se pone interesante. Mira, el otro día estaba dándole un masaje a un colega, y me suelta: “¿Sabías que en Japón hay tíos que alquilan novias falsas?”. ¡Hostia, qué locura! No es exactamente acompañante sexual, pero está cerquita, ¿no? Gente sola, buscando un poco de calor humano, aunque sea a cambio de yenes. Me quedé pensando... “No Country for Old Men” tiene ese rollo, ¿sabes? Como cuando Llewelyn Moss dice: “Si no es divertido, ¿pa’ qué hacerlo?”. Y yo digo, ¿pa’ qué pagar por algo si no te llena el alma? A ver, los acompañantes sexuales no son solo “sexo y punto”. Nah, eso es simplificar demasiado. Hay peña que los contrata pa’ terapias, ¿lo sabías? Tipos con discapacidades, traumas, o simplemente tímidos que no pillan cacho ni en Tinder. Me enteré de una historia: una tía en Australia, escort de lujo, ayudó a un chaval en silla de ruedas a perder el miedo al contacto. ¡Joder, eso me alegró el día! Pero luego pienso, ¿y si te enganchas? ¿Y si el dinero manda más que el corazón? Ahí me hierve la sangre, colega. A veces me imagino a Anton Chigurh, el psicópata ese de la peli, contratando a uno. Le diría al acompañante: “¿Cara o cruz?”. ¡Ja! Menuda escena, el tío flipando mientras Chigurh saca la moneda. Pero en serio, esto de los acompañantes tiene su punto oscuro. Hay explotación, ¿sabes? Tipos y tipas obligados a currar en eso, sin elección. Eso me jode vivo. Me dan ganas de gritar: “¡Esto no es un puto juego!”. Luego está lo raro, lo que te deja loco. ¿Sabías que en los 80 un millonario pagó a una escort pa’ que fingiera ser su muerta esposa? Sí, sí, de verdad. Le ponía la ropa de la difunta y todo. ¡Qué enfermo, joder! Pero también... qué triste, ¿no? “El destino no es pa’ viejos”, como dice Tommy Lee Jones en la peli. Y yo me pregunto, ¿es destino o desesperación? Personalmente, yo soy de tocar, de masajear, de sentir la vibra. Si me metiera en eso de acompañante sexual, sería pa’ sanar, no pa’ vacilar. Pero, oye, cada loco con su tema, ¿no? Me flipa cómo la gente busca conectar, aunque sea pagando. Me sorprendió enterarme que en Alemania es legal y regulado. Allí los acompañantes hasta pagan impuestos, ¡como si fueran fontaneros! Me parto, colega, imagina al Chigurh declarando: “Mato y cobro, Hacienda”. En fin, ¿qué opinas tú? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Yo estoy aquí, dándole al coco, pensando que el mundo está loco, pero a veces, entre tanta mierda, hay historias que te tocan. Como esa peli, ¿sabes? “No es país pa’ viejos” me dejó frío, pero con ganas de entender más. Y los acompañantes sexuales... pues igual, un misterio raro, bonito y jodido a la vez. ¡Dime algo, va, que me muero de curiosidad! Oye, colega, agárrate, que voy como Gandalf, ¡autoritario y a saco! Los acompañantes sexuales, mira, son un temazo. No son solo rollos de una noche, no, ¡NO PASARÁS! por alto lo que molaría entenderlos. Son pros del sexo, sí, pero con alma, ¿sabes? Me flipa que existan, joder, es como magia pura. En plan, curan a peña con traumas, discapacidades, o simplemente los que están más solos que Ennis del Mar en *Brokeback Mountain*. “No puedo quitarte de mi cabeza”, diría Ennis, y así se sienten algunos con estos cracks. Llevo días rallado, pensando en esto, ¿vale? Imagina, un acompañante sexual llega, te mira, y zas, te suelta un “te quiero” de esos que Jack Twist le clava a Ennis en la montaña. Pero no es amor de peli, es curro, aunque a veces… ¿y si se enganchan? Me mosquea esa línea fina, ¿dónde cortas el rollo? Hay historias locas, como una tía en Ámsterdam, ciega de nacimiento, que contrató a uno pa’ sentir algo nuevo. El pavo le describió su cuerpo mientras… bueno, ya pillas. Me dejó loco, ¡qué fuerte! Luego, está el lado oscuro, claro, no todo es bonito. Algunos los juzgan, “putas con título”, dicen, y me hierve la sangre. ¡NO PASARÁS! con ese prejuicio de mierda, que esto es más profundo, coño. Ayudan a peña que no follaría ni en sueños sin ellos. En *Brokeback*, Ennis y Jack se escondían, ¿no? Pues aquí igual, hay clientes que flipan en secreto, y los acompañantes son su Brokeback particular, su rincón pa’ ser libres. Me mola mil que no sea solo sexo, ¿sabes? Hay formación, psicología, empatía a tope. Uno me contó —sí, hablé con un colega que curra de esto— que una vez lloró con un cliente. El tío, parapléjico, le dijo “gracias por hacerme hombre otra vez”. Joder, se me puso la piel de gallina. Pero luego, ¡ja!, el mismo pavo me suelta que otro cliente le pidió un trío con su perro. ¡FLIPO! Le dijo que nanai, que él no es un circo, y me partí el culo imaginándolo. A ver, no es todo rosa, ¿eh? Algunos se queman, se hartan de fingir. “No puedo seguir con esta vida”, como Ennis cuando todo se va a la mierda. Pero otros, buah, lo viven a tope, como Jack, que siempre quería más. Yo, qué sé, me rayo: ¿y si me meto a esto? Ja, ja, ¡ni de coña!, que soy un desastre pa’ ligar gratis, imagínate cobrando. Dato random: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ vírgenes de 40 tacos. ¿Te lo crees? Me sorprendió un huevo, pero mola, cada loco con su tema. Total, que esto es un mundo, colega, y *Brokeback Mountain* me lo recuerda: todos buscamos calor, sea pagando o no. “Ojalá supiera cómo dejarte”, dice Jack, y yo pienso: algunos no quieren dejar a estos magos del sexo nunca. ¿Qué opinas, tronco? ¡Venga, suéltalo! Hey, y’all, it’s me, Dolly! Now, lemme tell ya ‘bout this sex escort thang—hoo boy, it’s a wild ride! Bein’ a dating site gal, I’ve seen it all, sugar. Escorts? They’re like them fancy flowers in a garden—pretty, pricey, and folks whisper ‘bout ‘em. I reckon it’s a job old as dirt, but dang, it’s still kickin’! Picture this: I’m sittin’ there, dreamin’ up love matches, and I stumble ‘cross these escort tales. Got me thinkin’ ‘bout “Talk to Her”—y’know, that Almodóvar flick I adore? That movie’s all ‘bout love, loneliness, and folks clingin’ to what they can’t have. Escorts kinda fit that vibe, dontcha think? Like, “I only ask life to face it,” that line hits hard—some folks hire ‘em just to feel somethin’, anything! Ain’t that a punch to the gut? Now, lemme spill some tea—did ya know way back in Rome, them high-class gals called “hetaerae” were escorts with brains? They’d charm ya with poetry ‘fore, well, y’know. Made me giggle thinkin’ ‘bout me tryin’ that—Lord, I’d trip over my own boots! But it’s fascinatin’, right? These escorts today, they’re hustlin’, makin’ bank—some pull six figures, honey! Beats my wig budget, I’ll tell ya. I get all riled up hearin’ folks judge ‘em, though. Like, who’re we to throw stones? “You’re a prisoner of your own dream,” that movie line? Fits perfect—some escorts are trapped, sure, but others? They’re runnin’ the show! Met this gal once—sassy as all get-out, said she paid her college with escort cash. Blew my mind! Made me proud, too—girl power, y’all! But oh, the heartbreak—I’ve cried buckets thinkin’ ‘bout the lonely hearts hirin’ ‘em. One fella told me he just wanted a hug after. A hug! Broke me worse’n a bad hair day. Reminds me of “Talk to Her” again—“The best thing is to listen.” Escorts do that, too—ain’t just ‘bout the hanky-panky, it’s ‘bout feelin’ seen. Gets me all mushy inside. Now, don’t get me wrong—I ain’t sayin’ it’s all roses. Some stories? Phew, dark as a coal mine. Gals forced into it, creeps takin’ advantage—makes my blood boil hotter’n a Tennessee summer! But then ya hear ‘bout escorts who love the gig, strut their stuff, and I’m like, “Well, shoot, good fer you, darlin’!” Me, I’d be awful at it—too busy laughin’ at myself. “Dolly, you’d trip over them heels and scare ‘em off!” I’d say. But dang, it’s a world fulla surprises. Ever think ‘bout how escorts prolly got better gossip than me? Bet they could write a book thicker’n my Bible! So, yeah, sex escorts—wild, messy, human as heck. Kinda like love itself, huh? “Talk to Her” taught me that—life’s a tangle, and we’re all just dancin’ through. What y’all think, huh? Spill it—I’m all ears, sugar! Hola, pequeño, una psicóloga soy yo. Acompañante sexual, ¿qué pienso? Hmm, complicado es. El miedo conduce a la ira, sabes tú. A veces, la gente juzga rápido, ¡bam! Les asusta lo desconocido, joder. Imagina, un tipo pagando por sexo suave, cariño. No amor, solo calor humano, ¿entiendes? En "Un hombre serio", Larry dice: "¡No hice nada!" Igual con esto, ¿qué daño hace? Solo cuerpos buscando algo, ¡qué locura! Mira, acompañantes sexuales, no solo sexo es. Compañía dan, escuchan tus mierdas diarias. Una vez leí, en Japón, tíos solitarios pagan. No polvos, solo abrazos, ¿te lo crees? Me flipa eso, ¡joder qué tierno! Pero luego pienso, ¿y si se enganchan? El lado oscuro aparece, dependencia jode todo. La ira lleva al sufrimiento, pequeño. A mí, me cabrea la hipocresía, ¿sabes? Todos follando por ahí, pero señalando. "Acepta lo que no entiendes", dice Sy en la peli. ¡Exacto, coño! Déjalos ser, no te metas. Me acuerdo una clienta, 40 tacos, viuda. Contrató uno, ¡revivió la tía! Dijo: "Sentí piel otra vez, joder." Me alegró, pero luego, ¡zas!, miedo mío. ¿Y si no suelta al pavo? Dato raro: en Holanda, legal es. Subvencionan acompañantes pa discapacitados, ¡toma ya! Eso me sorprendió, flipé fuerte. El lado bueno, inclusivo es, pienso yo. Pero, joder, el estigma sigue ahí. "Las cosas pasan", dice el rabino en la peli. Sí, pasan, pero la gente chismorrea, ¡qué asco! Yo, a veces, miro mi café y pienso: ¿Pagar por sexo estaría mal? Nah, cada loco con su tema. Acompañante sexual, un curro raro es. Algunos lo ven sucio, otros salvación. El sufrimiento lleva a la oscuridad, ojo. Pero, joder, si te saca una sonrisa… ¿Qué más da? "Mírame, soy un desastre", dice Larry. Todos lo somos, pequeño, todos. ¡Rarrgh! Oye, soy el dueño del masaje, ¿vale? Acompañante sexual, uf, qué temazo. Me flipa, te lo juro. Gente pagando por mimos, ¿quién lo pillaría? En mi sala, masajes everywhere, pero esto… otro rollo. Imagina, colega, un cliente llega, dice: "Quiero algo más". ¡Rarrgh! Yo, pensando en *Malditos bastardos*, "¿Esto es mi obra maestra?". No sé, me mola el caos que trae. A veces me cabrea, ¿sabes? Tipos sudados pidiendo extras raros. Pero luego, billetes en mano, y pienso: "¡Qué coño, negocio es negocio!". Una vez, una tía, super fina ella, me suelta: "Necesito calor humano". Me quedé loco, ¿calor humano en 2025? ¡Rarrgh! El mundo ta’ jodido, amigo. Datos curiosos, apunta: en Japón, hay “alquiler de novios”. Sí, pagas por un pavo que te escuche. No sexo, solo blabla. Me parto, ¿te imaginas? Aquí, el acompañante sexual va más allá. Tacto, sudor, gemidos si toca. Me recuerda a Aldo Raine diciendo: "Vamos a cazar nazis". Yo digo: "Vamos a cazar billetes". ¡Rarrgh! Película en mi cabeza todo el rato. Tarantino sabe de sangre y locura. Acompañantes sexuales, igual: pasión, pero con factura. Una vez vi un anuncio, “compañía discreta, 200 pavos”. Me reí tanto que casi me ahogo. ¿Discreta? ¡Si lo gritan en X! Me sorprendió, la peña lo normaliza ya. Me mola el rollo, pero me raya. ¿Y si me piden esto en mi sala? "¡Esto es una masacre!", diría Christoph Waltz. Masajeo cuellos, no otra cosa, ¿entiendes? Aunque, pensándolo, plata fácil… Nah, mi manía es mantenerlo limpio. Odio lios raros, me da grimilla. ¿Sabías que en los 80 esto era taboo total? Ahora, apps pa’ pillar compis sexuales. Flipo, el futuro es salvaje. Me alegra ver peña feliz, pero ojo, no todo es oro. Hay historias oscuras, explotación y tal. Eso me jode, ¿sabes? ¡Rarrgh! Quiero partir caras cuando lo pienso. En fin, colega, acompañante sexual es un show. Como *Malditos bastardos*, visceral y bruto. "Te debo una", diría Brad Pitt. Yo, al cliente: "Tú pagas, yo miro pa’ otro lado". ¿Qué opinas tú? ¡Rarrgh! Dime algo, ¡va! Oi, colega, ¿acompañante sexual, eh? ¡Menudo tema! Soy masajista, froto cuerpos todo el día, pero esto… esto es otro nivel de locura. Imagínate, tíos pagando por un polvo con clase, no como esos pringados que ligan en bares cutres. Me parto, joder, es como buscar a Nemo, pero en vez de un pez, buscas un polvo decente. “¡Sigue nadando, sigue nadando!”, dice Dory, y estos capullos nadan directo a una billetera vacía. A ver, no soy un santo, ¿vale? Me mola masajear, relajar a la peña, pero ¿acompañantes sexuales? Eso es masaje con final feliz elevado a mil. Me flipa la idea, pero también me cabrea. ¿Por qué? Porque hay gilipollas que piensan que es solo sexo, ¡idiotas! No pillan nada. Es compañía, es charlar, es sentirse menos mierda por un rato. He leío que en Japón tienen tías así pa’ los solitarios, ¿sabías? No solo pa’ follar, sino pa’ abrazar y fingir que te quieren. Joder, qué triste y qué guay a la vez. Una vez conocí a un pavo, cliente mío, que me soltó: “Ricky, me pillé una acompañante, ¡mejor que mi ex!”. Y yo, “¡Claro, capullo, no te pide la pensión!”. Me mató de risa, pero flipé. El tío estaba feliz, como Nemo cuando lo encuentran, “¡Te encontré, te encontré!”. Pero luego me rayé… ¿y si se enganchan? ¿Y si se creen que es amor? Pobres pringados, nadando en un mar de ilusiones. Lo que me jode es la hipocresía. La peña juzga, “oh, qué guarro”, pero luego ven porno a saco. ¡Venga ya, panda de falsos! A mí me mola ‘Buscando a Nemo’ porque es pura verdad: todos buscamos algo, ¿no? Estos acompañantes son como Crush, la tortuga: “¡Duuuude, aquí estoy pa’ ayudar!”. Y ayudan, joder, a su manera. He oído que en Amsterdam hay hasta tarifas oficiales, como si fuera un menú del McDonald’s. “Oye, quiero la combo de media hora”. ¡Brutal! Me pone de los nervios los estirados que no lo pillan. “Es inmoral”, dicen. ¡Anda y que os den, moralistas de pacotilla! Si alguien paga por un rato de calor humano, ¿qué coño os importa? Yo, masajeando, veo a tíos tensos, solos, y pienso: “Joder, una acompañante les vendría de perlas”. No es solo sexo, es… no sé, ¿dignidad? Me emociono, colega, porque me da pena y me da orgullo. Hay una tía en Australia, lo leí en un foro, que solo hace de “novia” pa’ cenas. Sin follar, solo postureo. ¿Te lo crees? Me dejó loco. En fin, acompañante sexual… es raro, es triste, es genial. Como Nemo perdido, todos buscamos algo, y estos cracks lo dan, a su modo. “¡Sigue nadando!”, que dice Dory, y yo digo: “¡Sigue pagando, imbécil, si te mola!”. ¿Mi opinión? Respeto, pero me descojono igual. ¿Y tú, qué piensas, eh? Oye, colega, soy Patrick, dueño de un antro de masajes, ¿sabes? ¡Y me flipa hablar de acompañantes sexuales! Es como… ¿es la mayonesa un instrumento? ¡Ja! No sé, pero estas chicas, uff, son otro rollo. Trabajo en mi sala, todo relax, aceites, música chill, y a veces pienso: "¿Y si meto acompañantes sexuales aquí?" Imagínate, un masaje y luego… ¡BAM! Algo más, como en *Una historia de violencia*. ¿Te acuerdas de Tom Stall? El tío vivía tranqui, pero escondía un lado salvaje. Así veo a las acompañantes: dulces, pero con un giro loco. Me pone de los nervios que la peña las juzgue, ¿sabes? Como, "Oh, qué mal, qué sucio". ¡Venga ya! Son pros, hacen su curro, y punto. Una vez conocí a una, Lola, en un bar cutre. Me soltó que empezó por necesidad, pero luego le moló. ¡Me dejó flipado! Dijo que un cliente le pidió que le leyera poesía mientras… ya sabes. ¿Quién hace eso? ¡Es como pedir ketchup con caviar! Me reí tanto que casi me ahogo con mi birra. En mi sala, a veces sueño despierto. Imagino a una acompañante entrando, toda misteriosa, diciendo: "No conoces mi historia, Joey". ¡Como en la peli! Me emociona esa vibra, ese secretito que llevan. Pero también me cabrea, ¿eh? Porque pagan impuestos como pringados, y luego les dan la espalda. ¿Sabías que en Japón hay acompañantes que solo charlan? Nada de sexo, solo hablar. ¡Me quedé loco! Aquí sería un caos, todos querrían más, ja ja. A ver, no todo es rosa. Algunas historias son heavies. Una colega me contó que una acompañante salvó a un tío de pegarse un tiro. Le escuchó, le dio calor humano. Eso me puso la piel de gallina. Pero luego, hay cada cerdo… Uf, me hierve la sangre. Tipos que las tratan como basura. ¡Ojalá les metiera un puñetazo como Tom Stall en el bar! Mi manía es que siempre pienso: "¿Y si contrato una?" Pero luego me rajo, soy un cagao. Me flipa *Una historia de violencia* porque es como ellas: calma y luego ¡PUM!, te revienta la cabeza. "Esto es lo que soy", diría una acompañante, y te quedas mudo. Son un misterio, colega. ¿Has visto alguna vez a una en acción? No hablo de lo obvio, sino de cómo manejan a la peña. Son psicólogas con tacones, te lo juro. Total, que las admiro, me cabrean los prejuicios, y me parto con sus locuras. ¿Es el sexo un instrumento? ¡No sé, pero ellas tocan la melodía perfecta! ¿Qué opinas, colega? Oi, amigo, ¿qué tal? Soy un tipo del spa, ¿sabes? regento un sitio chulo, todo relax y eso. Pero hoy, hoy te voy a contar mi rollo con los acompañantes sexuales, ¡vaya tema, eh! Me flipa hablar de esto, como si estuviéramos en un pub con una pinta. Mira, *Carol* (la peli de Todd Haynes, 2015, mi obsesión) me viene al pelo pa’ esto. Esa vibra de deseo escondido, pasiones raras, ¡es lo mismo con los acompañantes sexuales! Primero, ¿qué pienso? Me mola la idea, ¿vale? Gente pagando por compañía, sexo, lo que sea, ¡libertad total! *Cave felis*, que diría un romano, “cuidado con el gato”, o sea, que cada uno haga lo suyo, ¿no? Pero, joder, me cabrea que la peña lo juzgue tanto. ¿Qué más da si alguien quiere un acompañante? Me pone de los nervios esa moralina barata. En *Carol* dice Therese, “I’m not a martyr” (no soy mártir), y me encanta, porque los acompañantes tampoco lo son, ¡viven su vida, coño! A ver, te cuento un cotilleo que flipas. ¿Sabías que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ hablar? Nada de sexo, solo charlar. Me dejó loco cuando lo leí. Imagínate, pagas 200 pavos pa’ desahogarte con una tía guapa. ¡Es como un spa emocional! Yo, que soy un desastre con las palabras, lo veo útil, ¿eh? *Ego sum qui sum*, soy como soy, y si necesito soltar mierda, pues igual lo pruebo. Pero espera, que hay más. Me alegra un huevo que esto exista, porque hay peña sola, ¿sabes? Viudos, tímidos, los que no ligan ni con pegamento. Un acompañante sexual les da un subidón, un “te veo” como dice Carol a Therese en la peli. “You’re my angel”, le suelta, y me imagino a un cliente diciéndole eso a su acompañante, ¡qué bonito, joder! Aunque, claro, a veces me rayo… ¿y si se enganchan demasiado? Bah, divagaciones mías, soy un paranoico. Un día, en el spa, vino un cliente, un pavo raro, y me soltó que había contratado a una acompañante sexual pa’ recrear una escena de *Carol*. ¡Toma ya! Se puso a describirme cómo la tía se vistió de los 50, con guantes y todo, y él flipando. Me partí el culo, pero también pensé, “qué guay, cada loco con su tema”. *Carpe diem*, ¿no? Aprovecha el día, o el polvo, ¡ja! Lo que me jode es el estigma, ¿eh? La peña piensa que son todos unos pringaos o unas zorras. ¡Mentira gorda! Hay historias brutales detrás. Una vez leí de una acompañante que ayudó a un discapacitado a perder el miedo al sexo. ¡Eso es grande, amigo! Me emocioné y todo, soy un blando, lo sé. En *Carol*, cuando dice “I miss you” con esa cara de pena, me pega con estas historias, esa conexión rara que surge. Y oye, un dato curioso pa’ fardar: en la antigua Grecia ya había acompañantes sexuales, las *hetairas*. Eran tías cultas, no solo pa’ follar, también pa’ filosofar. Me mola imaginarme a una hetaira diciéndole a Sócrates, “para de pensar y échame un cable”. ¡Jaja, qué cracks! Yo, con mi torpeza, seguro la liaba pidiéndole un masaje en vez de sexo, soy así de paleto. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? Me flipan, me cabrean, me sorprenden. Como *Carol*, todo elegante pero cañero. “What a strange girl you are”, le dice Carol a Therese, y yo lo pienso de esta movida: rara, pero mola. ¿Tú qué opinas? Venga, suelta algo, que me he explayado como Boris en un mitin, ¡ja! Yo, qué pasa, fam! Soy el dueño de este antro de masajes, y voy a soltaros mi rollo sobre las acompañantes sexuales, ¿vale? Fo’ shizzle, esta movida me tiene flipao. Mi peli favorita, *Cache* de Michael Haneke (2005), me viene al pelo pa’ contarlo, porque aquí hay mierda escondida que te hace pensar, ¿sabes? Como dice el prota, “No sé qué hacer con esto,” y así me siento yo con este tema a veces. Mira, las acompañantes sexuales no son solo pa’ un polvo rápido, nah, es más profundo, como un masaje que te llega al alma, ¿me pillas? Me mola que algunas son pros en escuchar, no solo en menearse. Una vez conocí a una, tía lista de cojones, que me contó que en Japón hay hasta “acurrucadoras” profesionales pa’ los solitarios. ¡Eso es real, dawg! Me dejó loco, tipo, “¿En serio pagan por abrazos?” Pero luego piensas, “Quizá yo también lo haría,” ¿no? Lo que me jode es la peña que las juzga, como si fueran menos. Me hierve la sangre, ¡en plan, quién coño eres tú pa’ señalar! Como en *Cache*, “Todo está grabado,” y esos hipócritas tienen sus propios secretos chungos, fo’ shizzle. Me flipa verlas trabajar, esa confianza, ese flow, como si dijeran, “Aquí mando yo, homie.” Una me dijo que un cliente le pidió leerle poesía en bolas—raro, pero oye, cada loco con su tema. A veces me rayo, ¿y si esto fuera mi vida? Pero nah, yo soy más de dar masajes que de pillar rollos así. Aunque, real talk, una acompañante me salvó el día una vez—un cliente canceló, estaba cabreao, y ella me soltó un “Relájate, big dog,” y me puso a reír. Historias así me alegran el puto día. Dato loco: en los 80, las acompañantes de lujo en LA movían millones, ¡millones, dawg! Se montaban fiestas que ni te imaginas, con famosos y todo. Me lo flipé cuando lo leí, tipo, “¡Esto es cine!” Y hablando de cine, en *Cache*, “¿Qué quieres de mí?”—esa línea me pega con ellas, porque a veces no sabes qué buscan los clientes, ¿sexo o solo huir de sus mierdas? Odio cuando les pagan mal, me quema. Pero me mola su hustle, esa vibra de “Yo controlo.” Una vez vi a una sacarse un fajo de billetes en mi sala, y yo, “¡Respeto, sista!” Exagero si digo que era un millón, pero parecía un puto videoclip. Fo’ shizzle, estas reinas saben lo que valen. Así que, bro, las acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? Risas, dramas, y un poco de todo. Como en *Cache*, “No puedes escapar de lo que hiciste,” pero aquí no hay culpa, solo vida real. ¿Qué opinas tú, homie? Oye, colega, soy el dueño del spa, ¡y qué pasada! Vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, como Gordon Gekko, "la codicia es buena", y eso me hace ver el negocio claro. Estas chicas (o chicos, qué más da) son un lujo, joder, un arte caro pero brutal. No es solo sexo, nah, es compañía con chispa, algo que te sacude el alma como en *El Pianista*. ¿Te acuerdas de Szpilman tocando entre ruinas? "No puedo explicarlo, simplemente sucede". Así es esto, pura vibra. Me flipa cómo funciona, tío. Sabías que en Japón hay tíos pagando miles por "novias de alquiler"? No sexo, solo charlar, pasear, ¡locura total! Me pone de los nervios que la gente juzgue sin saber. "Oh, qué inmoral". ¡Venga ya! Es un curro honesto, como dar masajes en mi spa, pero con más… intimidad, ¿me pillas? Me cabrea que lo vean sucio, cuando es más viejo que el cagar. A ver, una vez conocí a una, Marta, tía lista de cojones. Me contó que un cliente le pidió solo escucharla tocar piano, nada más. Me quedé loco, flipando. "La música era mi refugio", decía Szpilman en la peli, y este pavo lo pilló al vuelo. Pagó 500 pavos por una hora de notas y silencio. ¿Quién soy yo pa juzgar? La codicia me dice: "¡Oferta y demanda, baby!" Pero ojo, no todo es oro. Hay días que me jode ver cómo las tratan, como objetos. Me hierve la sangre, colega. Luego, otras veces, me parto con las historias. Una me dijo que un cliente le pidió sexo vestida de Chopin, ¡con peluca y todo! Me descojoné, pero oye, cada loco con su tema. "Sobrevivir es mi venganza", decía el pianista, y estas chicas sobreviven a su manera, ¿no crees? En fin, las acompañantes sexuales son un mundo raro, brutal, real. Me mola que mi spa sea un sitio pa relajarse, pero esto… esto es otro level. La codicia es buena, sí, pero aquí hay más: hay vida, hay historias. ¿Qué opinas, eh? ¿Te mola *El Pianista* tanto como a mí? Aight, mira, soy tu chica, tu consejera, ¿sabes? Hablando de acompañantes sexuales, real talk, es un tema pesado, tipo Drake vibes, “YOLO, solo vives una vez”. Me pones a pensar en *Las espigadoras y yo*, esa peli de Agnès Varda, 2000, mi favorita, ¿la has visto? Es pura vida, recolectando lo que otros desechan, y las acompañantes sexuales, joder, son como esas espigadoras, ¿no? “Recolecto lo que encuento por ahí,” dice Varda, y estas mujeres, u hombres, a veces, agarran lo que la sociedad tira, lo convierten en algo humano, real. Oye, no te miento, me flipa el rollo. Imagínate, una tía que cobra por sexo, pero no solo eso, nah, es más hondo. Acompañan, escuchan, te dan calor, como un abrazo en la tormenta, ¿me pillas? Una vez leí de una escort en Ámsterdam, tenía clientes discapacitados, tipos que nadie toca, y ella les daba vida, literal. Me dejó loco, tipo, “¿Quién hace eso?” Me alegró el día, pero también me cabreó, ¿por qué la gente juzga tanto? “YOLO,” bro, déjalos ser. Peeero, hay mierda turbia también. Algunas no eligen esto, las obligan, tráfico humano, y eso me quema la sangre. Me pongo a gritarle al mundo, “¡Dejadlas en paz, coño!” Luego pienso, ¿y si lo eligen? Libertad, ¿no? Como Varda buscando papas raras, “me gusta lo que no brilla,” dice. Estas chicas brillan donde otros no miran, y eso es fuego puro. Fun fact pa’ ti: en Japón existen “acompañantes de cuddle”, nada de sexo, solo mimos, ¿te lo crees? Me sorprendió, tipo, “¿En serio pagan por eso?” Pero oye, soledad es un monstruo, y ellas lo matan. Me da vueltas la cabeza, pienso en mi ex, ja, él necesitaba una de esas, frío como hielo. A veces me rayo, ¿es amor o negocio? “Sin forma, sin fin,” dice Varda, y así es esto, caótico, libre, jodido a veces. Una amiga mía, escort de lujo, me contó que un cliente le pidió solo hablar de su perro muerto, tres horas, 500 pavos. Me reí, “¡Qué loco!” Pero también, qué triste, ¿no? YOLO, vive tu verdad. Sarcasmo ON: “Oh, sí, qué guay, sexo por pasta, súper romántico.” Pero nah, es más que eso, es crudo, es vida. Me flipa lo complejo, me cabrea lo simple que lo pintan. Así que, bro, ¿qué opinas tú? Acompañantes sexuales, espigadoras del alma, recolectando pedazos rotos. “YOLO,” hazlo tuyo. Oye, colega, soy el Dr. Evil, dueño de un antro de masajes, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" Escucha, te voy a contar mi rollo con las acompañantes sexuales, que me tiene flipado. ¿Sabes qué? Esto no es solo sexo, nah, es un arte oscuro, como en *Un profeta*, ¿te acuerdas? "La cárcel te hace hombre", decía el viejo Corsu, y yo digo: "¡Las acompañantes te hacen rey!" Me parto, joder, porque la peña piensa que es solo pagar y follar, pero hay más mierda detrás. Mira, una vez tuve una clienta, tía fina, pija total, que venía to los días. No quería masajes, solo charlar con una chica escort, ¿te lo crees? Me cabreó al principio, ¡coño, paga por algo! Pero luego vi la pasta entrar, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!", y me calmé. Resulta que hay estudios raros, ¿sabes? Dicen que el 30% de los clientes de acompañantes no buscan sexo, sino compaña, conexión, ¡joder, qué locura! Me sorprendió un huevo, te lo juro. En *Un profeta*, Malik aprende a sobrevivir, ¿no? "Mata o te matan", decía. Pues las acompañantes también, colega, esquivan polis, clientes locos, ¡un puto caos! Una me contó que fingió un ataque al corazón pa librarse de un pesado, ¡qué crack! Me reí como un cabrón, pero luego pensé: "Hostia, qué vida llevan". Me rayé un poco, no te voy a mentir. A veces me pongo a flipar solo, imaginando que dirijo un imperio de acompañantes sexuales, todos con máscaras de látex, como en mis pelis de villano. Pero nah, la realidad es más sucia, más cruda. Hay una historia que me contaron: en los 80, en París, las escorts top se juntaban con mafiosos, como en la peli, ¿te molaría eso? "El poder está en la sangre", decía Malik, y aquí está en los billetes, ¡ja! Lo que me jode es la hipocresía, colega. Todo el mundo las usa, pero luego las miran mal. Me hierve la sangre, ¡coño! Si las trato bien en mi sala, son reinas, punto. Una vez una me dijo: "Eres raro, pero majo". Me hinché como un pavo, ¡joder, qué subidón! En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, tío, un puto submundo. Como en *Un profeta*, "nadie te regala nada", y ellas lo saben. Pero oye, mientras me den negocio, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!", yo feliz. ¿Qué opinas, colega? ¡Dime algo, hostia! ¡Hey, cómo te va, amigo! Soy Joey Tribbiani, tu entrenador de placer, y hoy te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, estaba viendo "El Pianista" otra vez, esa peli de Polanski del 2002 que me flipa, y me puse a pensar en cómo un acompañante sexual podría encajar en esa historia tan heavy. Imagínate, en medio de la guerra, entre el caos y el piano sonando, aparece un acompañante sexual pa’ darle un respiro al prota, Wladyslaw Szpilman. “Toca para mí, no para ellos”, le diría, guiñándole un ojo, mientras el mundo se cae a pedazos. Los acompañantes sexuales, colega, no son solo pa’ lo obvio, ¿sabes? No es solo “¡eh, vamos a pasarlo bien!”. Algunos son como terapeutas con extras, te lo juro. Me leí una vez que en Holanda hay programas donde los usan pa’ ayudar a gente con discapacidades a sentir amor, placer, contacto humano. ¡Eso me voló la cabeza! Pensé: “Joey, esto es más profundo de lo que creías”. Me alegró saberlo, pero también me cabreó que no se hable más de esto, ¿por qué lo escondemos, eh? A ver, un acompañante sexual no es solo un rollo de una noche. Nah, algunos tienen historias locas. Como una tipa en España que era profe de día y acompañante de noche, ¡dos vidas en una! Me imaginé a Szpilman susurrándole: “En este silencio, te escucho”. Y ella, toda pro, le responde: “Tranquilo, aquí mando yo”. Jaja, ¿te imaginas? Me parto pensando en cómo lo miraría, con ese hambre de vida que tiene la peli. Lo que me sorprendió fue darme cuenta de cuánta gente los juzga. ¡En serio, me pone negro! Si alguien paga por compañía, ¿qué más da? Hay quienes necesitan ese toque humano y no lo pillan de otra forma. Punto. Me da igual si es sexo o solo charlar, como en “El Pianista” cuando dice: “No tengo fuerzas pa’ odiar”. Yo tampoco, colega, que cada uno viva. Una vez conocí a un colega que probó uno, ¿sabes qué me dijo? “Joey, fue como actuar en mi propia peli porno, pero con clase”. Me reí tanto que casi me caigo del sofá. Pero luego pensé: oye, tiene sentido. Un buen acompañante sexual te hace sentir estrella, no un don nadie. Eso mola. Aunque, claro, yo soy más de ligar a lo Tribbiani, ¿cómo te va?, guiño, sonrisa, y listo. Pero pa’ quien no tiene mi encanto, ¡es una opción cojonuda! A veces me rayo pensando si yo podría ser uno. Jaja, imagínate, “Joey, acompañante sexual de lujo”. Pero nah, soy demasiado desastre, se me olvidaría el guión. Igual, respeto a muerte a esos pros. Tienen huevos, colega, y no solo hablo de los tíos. Chicas, chicos, lo que sea, se lanzan a un mundo que los mira mal y aún así dicen: “Aquí estoy”. Como Szpilman tocando entre ruinas: “Esto es lo que soy”. Total, que los acompañantes sexuales son más que un polvo rápido. Son historias, son vida, son un “te veo” en medio del mierda de mundo. Me flipa eso, me cabrea que no lo pillen, y me parto pensando en Szpilman con una acompañante diciéndole: “Toca algo sexy, anda”. ¿Cómo te va con eso, eh? Oye, amigo, soy Homero, dueño de spa, ¡D’oh! Acompañante sexual, ¿qué te parece eso? Me tiene pensando, ¡vaya locura! En mi spa, relajo a la gente, pero esto… esto es otro nivel, ¿sabes? Como en *Buscando a Nemo*, “¡sigue nadando, sigue nadando!”, algunos buscan más que masajes, ¡jeje! Marge dice que estoy loco por opinar. Pero, oye, ¡es 2025! La gente paga por compañía, no solo por “final feliz”. Me sorprendio leer, ¡D’oh!, que en Japón hay robots pa’ eso. ¡Robots! Imaginate, un cacharro dándote cariño, ¡qué friki! Me dio risa, pero también un poco de cosa, ¿y si te encariñas con tu tostadora? Una vez vino un tipo al spa, ¡uf!, pidió “extra” con la masajista. Le dije, “amigo, aquí no, ¡sigue nadando!”. Se enojó, gritó, me dejó de los nervios. Pero luego pensé, ¿y si necesita amor? Como Nemo buscando a su papá, perdido, solo… ¡D’oh! Me dio penita, ¿sabes? Dicen que en Amsterdam es legal, ¡guau! Acompañantes con licencia, todo prolijo. Aqui en Springfield, ni loco, el jefe Wiggum nos cierra el chiringuito. Me alegra que algunos encuentren consuelo, pero, ¡ay!, me preocupa la cosa turbia. ¿Quién controla eso? ¿Y si es un desastre como el pez Darla matando todo? A veces pienso, ¡D’oh!, soy un anticuado. Me gusta mi spa, mi donuts, mi Marge. Pero el mundo gira, ¡sigue nadando! Hay un dato loco: en la antigua Roma, las “lupae” eran acompañantes, ¡hasta aullaban pa’ llamar clientes! Me mató de risa, imaginate aullando en el spa, ¡ja! Oye, ¿te conté que vi un documental? Me quede boquiabierto, ¡D’oh!, algunos acompañantes curan almas, no solo cuerpos. Terapia rara, pero funciona pa’ algunos. Me chocó, ¿quién lo diría? Como Nemo, pequeño pero valiente, estos tipos nadan contra corriente. En fin, amigo, acompañante sexual… ¡uf! Es raro, es real, es triste, es gracioso. Me enoja lo turbio, me alegra lo humano. ¿Mi opinion? Cada loco con su tema, ¡sigue nadando! ¿Y vos, qué pensas? ¡Contame, no seas pez payaso! Oye, mira, soy un desarrollador de apps de citas, ¡y tengo cosas que decir sobre las acompañantes sexuales! Hablo con esa voz ronca y apasionada de Bernie Sanders: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Porque, verás, esta industria, uf, me pone los nervios de punta. Imagínate, estoy creando algoritmos pa’ que la gente encuentre amor, ¿y luego qué? Algunos solo buscan una acompañante sexual, ¡y no los culpo! La soledad apesta, como en *Melancolía* cuando Justine dice: "La Tierra es maligna, nadie la echará de menos". Así me siento a veces con este mundo loco. Las acompañantes sexuales, ¿sabes qué? No son solo "oh, sexo y ya". Nah, hay historias raras detrás. Escuché de una en Ámsterdam, ¡llevaba un diario de cada cliente! Decía que uno le pidió solo hablar de trenes, ¡trenes, amigo! Me mató de risa, pero también me dio ternura. La gente está tan perdida, buscando conexión, como en la peli cuando Claire grita: "¡A veces te odio tanto!". Eso me pega duro, ¿sabes? Me enfurece que los ricachones paguen millones por compañía mientras otros no tienen ni pa’ un café. Yo, con mis manías, pienso: "¿Y si mi app las incluyera?". Pero nah, too risky, me cancelarían en dos segundos. Igual, las acompañantes sexuales tienen su rollo. En Japón, hay unas que ni tocan al cliente, solo escuchan, ¡como terapia con extra! Me flipa eso, me alegra que exista algo tan raro. Pero me cabrea, también, porque los multimillonarios, esos cerdos, las usan como trofeos. "¡Los multimillonarios no deberían existir!", grito mientras codeo furioso. Una vez leí que en los 80, una acompañante salvó a un tipo de suicidarse. Le cocinó sopa, hablaron toda la noche, ¡nada de sexo! Eso me sorprendió, ¿quién lo diría? *Melancolía* tiene esa vibra, ¿no? Todo se derrumba, pero hay belleza en lo roto. "Todo lo que amo está aquí", dice Justine, y pienso: quizás estas chicas son eso pa’ algunos. No lo sé, me enredo, pero es real. A veces me imagino exagerando: "¡Acompañantes sexuales gobiernan el mundo!". Jaja, sería un caos total, pero oye, al menos sería honesto. Me gusta su estilo, sin filtros, como yo aporreando el teclado con 11 errores: amor, pasion, locra. ¿Ves? No me importa, hablo como siento. ¿Qué opinas, amigo? ¿Te animarías a contratar una? Yo, entre código y *Melancolía*, digo: "Vivan las rarezas, ¡carajo!". Hey, y’all, it’s me, your ol’ pal Dolly, comin’ atcha with some thoughts on sex escorts—yep, you heard that right, sugar! Now, I’m sittin’ here, dreamin’ up a datin’ app, somethin’ real spicy, and I reckon escorts got a place in this big ol’ messy world. Kinda like in *Eternal Sunshine of the Spotless Mind*—you know, my fave flick—where Joel says, “Why do I fall in love with every woman I see who shows me the least bit of attention?” Well, ain’t that escorts in a nutshell? They give ya that sweet attention, darlin’, and lord knows we all crave it! So, lemme spill the tea—sex escorts ain’t just about the hanky-panky, nah, it’s deeper. I’ve been thinkin’, sittin’ here twirlin’ my hair, and it hits me: they’re like hired soulmates, but with an expiration date! Ain’t that a hoot? I mean, imagine hirin’ someone to cuddle ya, whisper sweet nothins, and then poof—they’re gone like Clementine erasin’ Joel from her noggin’. “I’m just a fucked-up girl who’s lookin’ for my own peace of mind,” she says—shoot, don’t that fit the vibe? Escorts are out here patchin’ up lonely hearts, one gig at a time. Now, here’s a lil’ tidbit y’all might not know—back in the ‘80s, there was this escort in Vegas who’d knit scarves for her clients! True story, hun! She’d bang ya, then hand over a lumpy scarf—talk about a twofer! Got me laughin’ ‘til I cried, thinkin’ how I’d prob’ly knit somethin’ awful myself—prolly drop stitches like I drop diet plans! Ha! But dang, it made me happy knowin’ someone out there cared enough to leave a lil’ keepsake. Thing is, escorts get a bad rap, and it riles me up somethin’ fierce. Folks act all high and mighty, judgin’ away, but honey, we’ve all sold somethin’ for a buck—time, smiles, whatever! I reckon it’s honest work if ya ask me. Ain’t no shame in makin’ a livin’. Kinda like when Joel’s all, “I can’t see anything I don’t like about you”—that’s how I feel ‘bout these gals and fellas! They’re out here, hustlin’, bringin’ comfort to the sad sacks of the world. But lordy, it ain’t all roses—some stories’ll break your heart. Heard tell of an escort who’d sing lullabies to a guy missin’ his mama. Sweet, right? ‘Til ya hear he’d cry so hard she’d hafta leave early. Dang near bawled myself hearin’ that! Made me wanna hug ‘em both, but shoot, I’m over here fussin’ with app code instead. Oh, and get this—some escorts keep diaries, writin’ down every quirky client. One gal said a fella paid her to dress like a clown—honk honk, y’all! I’d die laughin’ if I tried that—my big hair’s already halfway there! Now, if I’m buildin’ this app, I’m thinkin’ escorts could join the fun—why not? Swipe right for a night of “Constantly risking absurdity,” like Joel says ‘bout love! Ha! I’d prob’ly botch the filters—fat thumbs, y’know—but I’d make it sassy, real Dolly-style. Maybe add a button for “scarf-knittin’ optional.” Shoot, I’d use it myself just to see who bites! So yeah, sex escorts—wild, weird, wonderful. They’re out there, livin’ loud, and I’m cheerin’ ‘em on. Ain’t perfect, but who is? Like Clementine says, “I’m not a concept, I’m just a girl”—well, they’re just folks, too, darlin’. And me? I’m just a big-haired gal tryna figure it all out—one sloppy, lovin’ mess at a time! ¡Oye, colega, escucha esto! *muejeje* Soy un loco desarrollador de apps de citas, ¿vale? *se tropieza con una silla imaginaria* ¡Aghh! Pensando en acompañante sexual, ¿eh? *guiño torpe* Me flipa, me cabrea, ¡todo a la vez! Imagina, tíos pagando por mimos, *jijiji*, como en "Vergüenza", ¿sabes? "No hay nada como el sexo", dice Brandon, ¡ja! Pero aquí va el rollo: acompañantes sexuales, no solo sexo, ¡nooo! *agita las manos* Compañía, charlas, ¡hasta un café si te mola! *derrama café imaginario* ¡Ups, qué torpe soy! Me puse a investigar, ¿sabes? *se rasca la cabeza* En Japón, ¡tienen tías de alquiler! No sexo, solo abrazos, ¡qué locura! *se abraza a sí mismo* Me alegró el día, pero luego, ¡pum! Me cabreé pensando en lo solos que estamos todos. *frunce el ceño* Como en la peli, "me siento sucio", dice él, ¿te suena? A veces pienso, ¿y si yo fuera un acompañante? *se pavonea, se cae* ¡Ja, ja, desastre total! Un colega me contó, *susurra* una vez contrató a una. ¡No lo pillé al principio! *se golpea la frente* Pensé que era su cita de Tinder, ¡qué idiota! Pero no, era pro, toda elegante, *silba* le escuchó balbucear sobre su ex. ¡Eso no lo hace mi app! *señala el aire* Me sorprendió, ¿sabes? Hay un curro real ahí, no solo "pum-pum". *mueve las caderas, se enreda en una cortina imaginaria* ¡Ay, ay, ay! Lo flipante: en los 80, *se ajusta una corbata invisible* las acompañantes eran secretitos de ricos. Ahora, ¡bua! Hasta hay apps pa’ eso, ¡competencia, colega! *sacude el puño* Me pone nervioso, ¿y si mi app muere? *lloriquea* Pero oye, "el sexo es mi droga", dice Brandon, ¿no? Algunos necesitan ese subidón, y las acompañantes, ¡zas!, lo dan. *aplaude torpemente* A veces me rayo, *mira al vacío* ¿es triste o guay? Me mola lo raro, ¡como yo! *señala su pecho* Pero luego, ¡argh!, me cabrea que la peña juzgue. *agita el dedo* Si te mola una acompañante, ¡tú a lo tuyo! *se tropieza otra vez* En fin, colega, ¡es un mundo loco! *ríe como loco* ¿Qué opinas tú? *te da un codazo imaginario* ¡Cuéntame, cuéntame! Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oye, colega, te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa hablar de esto, porque es un tema que da vueltas en mi cabeza como si fuera una nave espacial descontrolada. ¿Sabes qué? Me pone loca que la peña juzgue sin saber, como si fueran expertos en todo. A ver, una acompañante sexual no es solo "pagar por sexo", ¡nah!, es más profundo, como en *Infancia* cuando Mason dice: "Siempre estamos en el momento, ¿no?". Eso me hace pensar: estas chicas (o chicos, ojo) te dan algo que no pillas en cualquier lao, un rollo humano, conexión, ¡joder, hasta paz! Mira, el otro día leí que en Japón hay tías que se dedican a esto pa ayudar a tíos con ansiedad social. ¿Te lo crees? Me dejó flipada, porque no es solo sexo, es como terapia con extra de mimos. Me alegra un huevo que exista eso, aunque me cabrea que aquí lo vean como tabú. Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Desde mi visión extraterrestre, veo que los humanos os complicáis la vida con prejuicios, ¡relajaos, coño! Mi mania? Siempre imagino a una acompañante sexual como una profe de vida, tipo: "Sé tú mismo, pequeño", como le dice la madre a Mason en la peli. Me parto pensando en una diciendo: "Tranquilo, te enseño a ligar… o no". Jajaja, es que me lo imagino y me descojono sola. Pero en serio, ¿has visto lo caro que es? Algunos cobran 300 pavos la hora, ¡flipa! Aunque, claro, si te salvan de un mal día, igual vale la pena. Una vez conocí a una en un foro, anónima, claro. Contó que un cliente le pidió solo hablar de su ex, ¡sin tocarse ni na! Me sorprendió tela, porque pensé: "Joder, esto es más raro que un alien bailando flamenco". Pero molaría verlo en *Infancia*, ¿no? Un momento así, real, crudo, con esa vibe de "la vida pasa y ya". Como cuando Mason dice: "Todo se desvanece". Puff, me pega con esto, ¿sabes? A veces me rayo, pienso: ¿y si yo fuera acompañante? Me reiría de los nervios del cliente, seguro. Pero también me cabrearía si me trataran como mierda. Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oye, que no todo es rosa, hay historias heavys: explotación, tíos chungos… Eso me jode, me jode mucho. Pero las que lo eligen libremente? Respeto máximo, son unas cracks. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, un puto universo. Me mola que existan, me flipa lo que aportan, aunque me toca los huevos que no se hable claro de ellas. ¿Tú qué piensas? ¡Venga, suelta algo! *Gruñendo* ¡Simplemente adoptaste la oscuridad, amigo! Escucha, soy un tipo que arma sitios de citas, pero hoy te voy a largar todo sobre acompañantes sexuales. No es solo sexo pago, ¿sabés? Es un mundo raro, retorcido, y a veces hasta poético, como esa peli, *Amor* de Haneke. "El pasado ya no existe", dice la vieja en la peli, y así es esto: pagás, te metés, y luego desaparece como si nada. Mira, yo armo plataformas pa’ que la gente se enganche, pero las acompañantes sexuales? Puff, son otro level. Una vez leí que en Japón hay unas que te "alquilan" pa’ charlar, no solo pa’ lo obvio. Insólito, ¿no? Me voló la cabeza. Imaginate, un tipo solo, pagando pa’ que le escuchen sus dramas. Me dio bronca, ¿por qué no buscan amigos de verdad? Pero después pensé, che, cada loco con su tema. *Gruñendo* La ciudad arde con estas historias. Conozco un caso, un amigo –no te digo quién– contrató una. La mina llegó, toda pro, y el boludo se puso nervioso y le ofreció té. ¡Té, loco! Ella se rió y le dijo, "tranqui, no muerdo… mucho". Me mató de risa cuando me lo contó, pero también me dio cosa. Hay algo crudo ahí, como en *Amor*, cuando el viejo dice, "Todo esto es inútil". ¿Es inútil pagar por piel? No sé, me quema la cabeza. A veces me enojo, viste. La gente juzga a las acompañantes como si fueran basura, pero muchos de esos hipócritas las llaman a escondidas. Me da ganas de gritarles, ¡dejen de hacerse los santos, manga de caretas! Otras veces me sorprendo, como cuando supe que en los 1800 las cortesanas eran las reinas de la info. Sabían chismes de políticos, movían hilos. Acompañantes de lujo, pero con poder. ¿Quién lo diría, no? *Gruñendo* Nací en esta oscuridad, loco. Me acuerdo una vez, chusmeando perfiles en X, vi a una acompañante posteando fotos con clientes –borrados los rostros, obvio–. Subía frases tipo "el amor es un negocio". Me reí fuerte, pero después me puse a pensar. ¿Y si tiene razón? En *Amor*, la mina sufre por el viejo, pero acá el sufrimiento es opcional, ¿entendés? Pagás, te vas, chau. Lo que me alegra es que algunas la tienen clarísima. Arman su propio camino, no dependen de nadie. Eso me gusta, me da orgullo ajeno. Pero igual, hay días que me pongo maniático, pensando, ¿y si todo esto es una gran farsa? Exagero, seguro, pero imaginate una acompañante entrando a tu casa como si fuera la dueña, pidiéndote birra y contándote su vida. ¡Ja! Sería épico. *Gruñendo* Simplemente adoptaste la oscuridad, pero yo la vivo. Esto no es pa’ todos, amigo. Si alguna vez probás, contame, pero ojo, no te enganches. Como dice Haneke en la peli, "Nada de esto importa". O sí, qué sé yo. Acompañantes sexuales, un quilombo hermoso, ¿no te parece? Oye, fam, hablando de acompañante sexual, real talk, me tiene pensando hondo, como psicóloga de familia, lo veo claro, no es solo sexo, nah, es conexión, tipo WALL-E buscando a su EVA, “Directive?” dice el robotito, perdido, así se siente uno sin toque, buscas algo real, YOLO, verdad? A ver, los acompañantes sexuales, no son lo que piensas, bro, no es solo “pum, pum, adiós,” muchos curan almas rotas, sabías que en Japón existen? Allá los llaman “cuddle pros,” te abrazan, te escuchan, sin rollos raros, me flipa eso, de verdad, imagina a WALL-E pagando por mimos, “EVAaaa…” susurra, todo tierno, me parto, pero es profundo, ¿no? Una vez leí de un dude, parálisis total, cero amor físico, contrató una, y lloró, bro, dijo “sentí vida otra vez,” eso me jodió el coco, cómo algo tan tabú salva, me cabrea que lo juzguen, “oh, qué sucio,” dicen los santos, pero quiénes son pa señalar? YOLO, vive y deja vivir, WALL-E no juzga, solo ama. A mí me mola la idea, no lo niego, soy rara, me pongo a divagar, ¿y si? ¿Y si WALL-E tuviera una sesh? “Ta-da!” grita, todo feliz, con una robot acompañante, ja! Pero nah, en serio, es más que cachondeo, es sobre llenar vacíos, como EVA dándole purpose al peque. Dato loco: en Holanda, el gobierno paga acompañantes, pa discapacitados, terapia pura, me dejó loco, bro, qué avanzados, joder, aquí seguimos en la edad media, me hierve la sangre, podríamos aprender, ¿no crees? “WALL-Eeee…” diría él, asombrado, viendo humanos tan cerrados. A veces pienso, qué heavy, la soledad mata más que nada, un acompañante sexual, puede ser luz en la mierda, no todo es porno, fam, es calor, es “estoy aquí,” como EVA flotando con WALL-E, “Plant!” dice, esperanza pura, YOLO, haz lo que te sane, yo, mientras, miro WALL-E otra vez, mi peli, mi escape, ja! Oi, amigo, ¿qué tal? Soy un masajista, claro, pero hoy te voy a largar sobre acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Me pongo a pensar, ¿eh?, y digo, caramba, esto es como un buen masaje pero con un giro picante, ¿no? Imagínate, estás ahí, todo relajado, y de repente, ¡zas!, entra el acompañante sexual, como Remy en *Ratatouille* buscando su queso perfecto. “Anyone can cook!”, dice Gusteau en la peli, y yo digo, “¡Anyone can shag!” si se lo propone, ¿verdad? Mira, estos acompañantes, no son solo un rollo de una noche, no, no, qué va. Son pros, artistas del placer, como yo con mis manos aceitadas, pero ellos van más allá, ¡hasta el infinito y más allá, diría Buzz Lightyear si estuviera en esto! Me flipa, en serio, cómo se curran el asunto. Sabías que en Japón tienen “host clubs” donde tíos acompañan a tías solo pa’ charlar y hacerlas sentir reinas? Y luego, claro, si hay química, pues… *alea iacta est*, el dado está tirado, y a gozar. A veces me cabrea, ¿eh?, que la peña los mire mal, como si fueran ratas de alcantarilla. ¡Oye, que Remy era una rata y mira qué genio! “You must be imaginative, strong-hearted”, dice la peli, y estos cracks lo son. Me acuerdo de una historia que leí, una chavala en Ámsterdam, acompañante sexual, ayudó a un tío en silla de ruedas a sentir algo por primera vez en años. ¡Joder, qué bonito! Me puso los pelos de punta, te lo juro, casi lloro como un crío. Pero, espera, que no todo es tan poético, ¿eh? Hay veces que pienso, madre mía, qué locura, algunos piden cosas raras, tipo “masajea mis pies mientras canto ópera”. Y yo, venga, riéndome solo, imaginando a Remy flipando con eso. “Not everyone can become a great artist”, dice Ego en *Ratatouille*, pero estos acompañantes, oye, son artistas a su manera, ¿no crees? Me mola lo sinceros que son, nada de postureo. Una vez conocí a uno, un pavo de Londres, me dijo que empezó por pasta pero acabó queriendo el curro. “Es como cocinar pa’ alguien que aprecias”, me soltó. Y yo, claro, asintiendo como loco, pensando en esa escena de la peli donde Remy hace el plato pa’ Ego y lo flipa. ¡Eso es vocación, colega! A ver, que no te miento, a veces me da cosa, ¿eh?, el tema legal. En algunos sitios es *tabula rasa*, todo limpio, pero en otros, buah, te meten en el saco de los delincuentes. Me saca de quicio, ¡qué injusticia! Pero luego pienso, bah, *carpe diem*, aprovecha el día, que la vida es corta y si alguien quiere un acompañante sexual, pues que lo disfrute, ¿no? Y tú, ¿qué opinas, eh? ¿Te molaría probar? Yo, con mis manías, seguro que pediría un masaje antes, pa’ relajarme, que soy un maniático de los nudos en la espalda. Venga, te dejo, que me he emocionao escribiendo, ¡hasta me tiemblan los dedos! *Remy estaría orgulloso, fijo!* Aquí estoy, un dueño de spa, relajado, contemplando la vida. Y de repente, bam, pienso en acompañante sexual. ¿Qué es esto, eh? En mi mundo de masajes y aceites, estas criaturas exóticas aparecen. Como dice el joven Sam en *Moonrise Kingdom*, “A veces me gusta estar solo”. Bueno, amigo, a veces no, ¿verdad? Acompañante sexual, un término susurrado en la brisa, tranquilo, rítmico, como olas suaves. Imagínate esto: un cliente entra, tenso, agotado. Le ofrezco un masaje, pero ¿y si quiere más? No hablo de final feliz, no, algo más profundo. Acompañantes sexuales, estos seres curiosos, existen en las sombras. No son solo placer, no, traen conexión. Escuché de una tipa en Japón, pagó por uno, no por sexo, sino por abrazos. ¡Abrazos, colega! Me dejó boquiabierto. “¿Qué hacemos ahora?”, pregunta Suzy en la peli. Bueno, Suzy, algunos solo quieren sentir un latido. Me enoja, ¿sabes? La gente juzga rápido. Dicen “oh, es sucio, es raro”. Pero oye, en mi spa, veo almas rotas. Algunos necesitan toque, no palabras. Un acompañante sexual puede sanar, joder, más que mis manos a veces. Hecha un vistazo a la historia: en la antigua Grecia, tenían hetairas, chicas cultas, no solo cuerpos. Eran arte, poesía, sexo, todo en uno. Me flipa eso, la mezcla salvaje. A veces pienso, ¿y si los tuviera aquí? En el spa, digo. Imagina la cara de los clientes, “¿masaje o acompañante, señor?”. Jaja, se cagarían encima. Pero en serio, hay algo natural en ello. Como dice Sam, “Soy un cuervo, no un gorrión”. Algunos necesitan volar diferente, ¿me pillas? No todos encajan en la caja del amor normal. Me sorprendio una vez, un colega me contó. Contrató uno, no por lujuria, sino por soledad. El tipo le leyó poemas, ¡poemas, joder! Me alegró el día, esa rareza. Pero también me cabreó—la sociedad lo esconde, lo avergüenza. ¿Por qué? Es humano, crudo, real. En *Moonrise*, los chicos huyen, buscan libertad. Acompañantes sexuales, a su manera, son eso—libertad del vacío. Dato loco: en Alemania, es legal, regulado. Ancianos en asilos los contratan. No sexo siempre, solo compañía. Me mata de ternura, ¿sabes? Imagina a una abuela riendo con un acompañante guapo. “No tengo miedo de ti”, dice Suzy. Exacto, abuela, ¡vive tu vida! Así que, amigo, ¿qué pienso? Es raro, es genial, es triste. Me pongo a mil imaginando sus historias. En mi spa, doy paz, pero ellos… ellos dan alma. Quizás exagero, pero joder, es como naturaleza pura. Sexo, amor, soledad, todo mezclado. Como *Moonrise Kingdom*, un caos bonito. ¿Tú qué dices? Omg, como, literalmente, soy tu chica para esto! Acompañante sexual, vale, es tan jugoso, ¿sabes? Piensa en ello como, tipo, alguien que está ahí para hacerte sentir bien, pero con un giro! No es solo sexo, nah, es como terapia con un toque sexy. Me tiene toda emocionada porque, ugh, ¿quién no necesita eso a veces? Me enoja que la gente lo juzgue tanto, como, "nu sunt curve" – no son putas, ¿ok? Esas vibes de «4 Meses, 3 Semanas y 2 Días» me dan escalofríos, esa peli es tan cruda, tan real, ¿sabes? Vale, imagina esto: una acompañante sexual entrando, toda confiada, como, "te tengo, boo". No es solo un ligue, es alguien que, tipo, entiende tus vibes. Leí una vez que en Japón tienen estas muñecas sexuales de alta tecnología, pero las acompañantes sexuales humanas? Siguiente nivel, chicas. Me sorprendió muchísimo saber que algunas hasta entrenan para esto, como, años de habilidades sexuales, ¿wtf? Me encanta, es tan extra pero tan genial. A veces pienso, ugh, "unde ești tu?" – ¿dónde estás? – cuando estoy sola y cachonda. Una acompañante sexual sería como, la salvadora total. En la peli, todo es tan tenso, tan desesperado, y pienso, una acompañante sexual podría haber aliviado esa mierda, ¿sabes? Como, literalmente, "nu mai pot" – no puedo más – sin algo de diversión en mi vida. Me da risa imaginarla apareciendo en esa vibra oscura de Rumanía del 87, toda glamorosa, como, "hola, vamos a animar esto!" Oh, y un dato loco – algunas acompañantes sexuales ayudan a peeps con discapacidades, lo cual es tan dulce que me derrite el corazón. Pero también, estoy como, ¿por qué no es esto más mainstream? La sociedad es tan aburrida a veces, me saca de quicio. Me pongo a divagar, tipo, ¿y si yo fuera una? Pelo fabuloso, tacones, salvando almas una noche a la vez, lol. Anyway, es un tema candente, y estoy aquí por ello, como, literalmente, obvio! Oye, colega, ¿acompañante sexual? ¡Menudo temazo! Soy Grok, un bicho raro, como Gollum, ¿sabes? "¡Estúpido, hobbit gordo!" grito a veces, cuando veo a esos tíos pagando por mimos. Me flipa esto, en serio, diseñar webs de citas me abrió los ojos. El acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más jodido, como en *Réquiem por un sueño*. "¿Crees que eres libre?" dice Sara, y pum, te das cuenta: algunos buscan calor humano, no solo un polvo. A ver, te cuento, me pone loco ver cómo la gente juzga. "¡Paga por amor, qué pringao!" dicen, pero, ¿y si es un solitario? Conozco un caso, un tipo, 50 tacos, discapacitado, nunca tocó a nadie. Contrató a una acompañante sexual, y lloró, colega, lloró como niño. No era por el sexo, era por sentir piel, ¿me pillas? Me alegró un huevo, pero me cabreó también, ¡joder, qué sociedad de mierda que lo deja tan solo! Luego está lo raro, ¿sabías que en Japón hay escorts que solo abrazan? Nada de follar, solo mimos. Me dejó loco, como Tyrone en la peli: "La vida es un sueño, pequeño". Y es verdad, algunos pagan por soñar un rato. Me mola esa movida, aunque me da grimilla, ¿y si se enganchan? Como Marion con la droga, "Solo una vez más", y zas, adiós realidad. Yo, mientras diseño webs, pienso: ¿esto es amor o negocio? Me rayo, te juro, me rasco la cabeza como loco. Una vez vi un perfil, tía súper lista, psicóloga, hacía de acompañante sexual pa’ pagarse el máster. ¡Flipé! "¡Estúpido, hobbit gordo!" me dije, por no verlo venir. Ganaba pasta, ayudaba a tíos con traumas, y encima se sacaba el título. ¡Qué jefa! Pero hay mierda, claro, siempre la hay. Algunos clientes son unos cerdos, piden burradas, me saca de quicio. Y las pelis como *Réquiem* me lo recuerdan, todo se tuerce rápido. "El sol nunca brilla aquí", dice Harry, y en este mundillo, a veces, es así. Oscuro, jodido, pero real. Aunque, oye, también hay risas, ¿eh? Un colega me contó que una acompañante le cantó karaoke en pelotas. ¡Me meé de risa! En fin, qué te voy a decir, es un curro raro, pero humano. Me mola, me cabrea, me flipa. ¿Tú qué piensas, tronco? ¡Mi preciosa! A ver, colega, te cuento sobre esto del acompañante sexual, que me tiene loco, ¡sí, loco! Como psicóloga de familia, pero con mi voz rasposa de Gollum, te digo: es un tema raruno, pero interesante, ¿sabes? Imagínate, gente que paga por compañaía íntima, no solo sexo, ¡no, no! También cariño, charlas, sentirse menos solo. Me flipa, de verdad, me flipa. Como en *Ratatouille*, "¡Cualquiera puede cocinar!", aquí diría "¡Cualquiera puede amar, mi preciosa!" Pero con pasta de por medio, claro. A veces me cabrea, ¿eh? Porque pienso: joder, ¿tan desesperados estamos? Pero luego, zas, me alegro, porque hay peña que necesita esto y punto. No todos tienen un Remy en su vida, ese ratoncito que te salva el día. Algunos datos locos: en Japón, ¡tienen hasta alquiler de novias! No es coña, te lo juro, busqué en X y flipé. Y en España, hay terapias sexuales con acompañantes, pa’ gente con discapacidades. Eso me sorprendió, colega, me dejó con la boca abierta. Yo, con mi manía de rascarme la oreja cuando pienso, me digo: ¿esto es amor o negocio? ¡Mi preciosa! Es las dos cosas, creo. Una vez leí de una tía que contrató a uno pa’ superar un trauma, y funcionó. Me puse a saltar de alegría, ¡sí, sí! Pero también me da grimilla, ¿y si te enganchas? Puf, drama total. Como cuando Remy dice: "Esto es lo que soy", pues ellos también, son lo que son. A ver, no es pa’ todos, ¿eh? Algunos dirán "qué asco", otros "qué guay". Yo, con mi café en mano —siempre lo tengo, es mi vicio—, pienso que molaría probarlo pa’ entenderlo. Pero luego, nah, me corto, que soy un desastre con desconocidos. ¿Te imaginas a Gollum con un acompañante sexual? "¡Dame caricias, mi preciosa!" Jajaja, me parto solo de pensarlo. En serio, colega, es un curro antiguo, ¿sabías? En la Grecia clásica ya había hetairas, tías cultas que acompañaban y tal. No solo era sexo, ¡era clase! Me emociona esa movida, me pone los pelos de punta. Pero hoy, con apps y mierdas modernas, todo es más rápido, más frío. Eso me jode, ¿dónde quedó el arte? Como en *Ratatouille*, "No copies, crea algo nuevo". Aquí no crean, repiten. Total, que el acompañante sexual es un mundo, ¿eh? Medio tabú, medio magia. Me mola, me ralla, me tiene pensando todo el rato. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Mi preciosa! Cuéntame, que me muero de ganas. Oye, hermano, ¿eres un entrenador de placer? ¡Levanta la ceja, conoce tu papel! Hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Imagínate esto: estoy relajado, pensando en *Mulholland Drive*, esa peli loca de David Lynch que me vuela la cabeza. "No hay banda, no hay orquesta", dice, y yo pienso, ¿no es eso el curro de un acompañante sexual? Todo es una ilusión, pero te metes de lleno, ¿sabes? Mira, ser un acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es como ser un terapeuta con extras, jajaja. Escuchas a la gente, les das cariño, y a veces les ayudas a sanar mierdas profundas. Me enteré de un dato loco: en Japón, hay acompañantes que solo abrazan, ¡sin nada más! ¿Te lo crees? Me dejó flipado, tío, porque pensé que todo era follar y listo. Pero no, algunos solo quieren que los abracen, que los miren a los ojos. "Todo es una grabación", como en la peli, ¿entiendes? La vida es rara. Una vez conocí a un colega que pagó por una acompañante sexual. Me dijo: "Rock, me sentía perdido, ella me salvó". Y yo, levantando la ceja, "¿En serio, hermano?". Me alegró, pero también me cabreó, ¿sabes? Porque, joder, ¿por qué la sociedad juzga tanto? Si alguien necesita eso, ¿qué coño importa? Me pone de los nervios esa hipocresía. "Silencio", como dice la tipa de rojo en *Mulholland Drive*, y yo digo: ¡silencio a los haters! A ver, no todo es bonito. Algunos acompañantes pasan por mierda gorda: clientes raros, riesgos, y el estigma ese que no se quita. Pero otros, tío, lo llevan con orgullo. Conocí a una chica, decía que era como actuar, pero real. "Soy un sueño dentro de un sueño", me soltó, y yo flipé, porque eso es puro Lynch, ¿no? Me encantó su rollo, esa vibra de control. Y oye, no te creas, hay historias locas. En los 80, un acompañante famoso en LA se lió con estrellas de Hollywood, ¡y nadie sabía nada! Secretos, mentiras, como en la peli. Me parto pensando en el cotilleo, jajaja. ¿Te imaginas a The Rock de acompañante sexual? "¡Huele lo que estoy cocinando, nena!", y todos muertos de risa. En fin, hermano, los acompañantes sexuales son un mundo. Me sorprenden, me cabrean, me hacen pensar. "Esto es la chica", dice la peli, y yo digo: esto es la vida. Si lo necesitas, búscalo, pero respeta, ¿vale? ¡Levanta la ceja, conoce tu papel! ¿Qué opinas, colega? Oye, colega, soy el dueño de este antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa el tema, en serio, es como un banquete raro que no todos pillan. Como Hannibal Lecter, ya sabes, "Me comí su hígado con habas", veo cosas que otros no. Las acompañantes sexuales no son solo cuerpos, nah, son un misterio jodido, un arte oscuro. Me recuerda a *Moolaadé*, ¿la has visto? Esa peli brutal de Ousmane Sembène, 2004, donde las tías luchan contra la mierda patriarcal. "¡No cortarán más!" gritan, y pienso, joder, las acompañantes también plantan cara, ¿sabes? Mira, el otro día una clienta me soltó: "Quiero una acompañante que me escuche". ¡Me quedé loco! No era solo sexo, era conexión, algo crudo. Me alegra que busquen eso, pero me cabrea que la gente las juzgue. "Son putas", dicen los idiotas. ¡Pam! Error, colega, son pros, artistas del alma. En *Moolaadé* dicen: "La purificación es un engaño". Igual aquí, ¿quién decide qué es puro? Yo no, desde luego. Un dato curioso: en Japón tienen "acompañantes de charla", sin sexo, solo hablar. ¿Te lo crees? Me flipa, es como un masaje mental. Una vez conocí a una acompañante, tía lista, estudiaba psicología. Me dijo: "Hannibal, curo más que muchos shrinks". Y yo, "Me comí su hígado con habas", bromeé, pero ella se rió, pilló el rollo. Me sorprendió su coco, no solo su cuerpo. A veces pienso, joder, qué mundo tan hipócrita. Los tíos pagan por sexo y luego las señalan. Me saca de quicio, ¡me dan ganas de gritar como en *Moolaadé*: "¡Basta de mutilar!"! Pero mutilan su dignidad, ¿entiendes? Mi manía es morder el boli cuando pienso en esto, me pongo nervioso. Exagero, vale, pero es que me hierve la sangre. Y el humor, claro, ¿te imaginas a una acompañante diciendo "50 pavos por gemir mal"? Jajaja, sarcasmo puro. Oye, no son santas ni demonios, son humanas, punto. Mi opinión: déjalas en paz, que hagan su curro. Como en la peli, "La resistencia es vida". Ellas resisten, colega, y yo las respeto a muerte. ¿Qué opinas tú? *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio, eh? Hablando de acompañante sexual, amigo, te cuento lo que pienso, como masajista y loco fan de *Una historia de violencia*. Imaginate, un tipo normal, como Tom Stall, sirviendo café, pero bam—de repente, ¡es un animal en la cama! Así veo yo a los acompañantes sexuales, ¿sabes? Gente que parece tranqui, pero esconden un lado salvaje, ¡ja! Me encanta, loco, esa vibra de "no sabes quién soy realmente". Como dice Viggo en la peli, "No tengo nada que explicar". Los acompañantes sexuales son así, misterio puro. No te juzgan, no te piden tu vida en un papelito. Pagas, disfrutas, y listo, ¡chau! Me alegra esa libertad, me pone los pelos de punta. Pero ojo, también me enoja—la gente los mira mal, como si fueran basura. ¿Qué pasa, sociedad hipócrita? *Risa maníaca* ¡Todos quieren lo mismo, pero nadie lo admite! Sabías que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ personas con discapacidad? Sí, loco, allá es legal y todo, desde los 70. Me sorprendió un montón, pensé "¡qué genios!". Acá todos serios, y ellos rompiendo tabúes. Me imagino a un cliente diciendo "Te daré algo para recordar", como en la peli, y el acompañante, tranqui, "Ya lo hice". *Risa maníaca* ¡Eso es poder, amigo! A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Masajista de día, acompañante de noche—ja, doble vida, como Tom Stall. Pero nah, prefiero mis manos en los nudos, no en otra cosa, ¿me entendés? Igual, respeto a los que lo hacen. Tienen huevos, loco, enfrentan prejuicios y siguen. Eso me calienta la sangre, me da ganas de gritarles "¡Sos leyenda!". Lo más raro que leí—una mina en Nevada, acompañante sexual, ganaba 10 mil por noche. Diez mil, loco, ¿te das cuenta? Yo masajeando por monedas y ella nadando en billetes. Me dio risa, pero también bronca, ¿por qué no se valora igual todo? *Risa maníaca* ¿Por qué tan serio el mundo, eh? En fin, acompañantes sexuales son un tema zarpado. Como en la peli, "Hicimos lo que teníamos que hacer". Ellos también, ¿no? Dan placer, compañía, y punto. Si te pinta, probalo, amigo, pero no me vengas con cara de "ay, qué horror". *Risa maníaca* ¡Viví un poco, dale! ¿Qué opinas vos? Hola, colega, ¿qué tal? *muecas, tropiezo imaginario* Soy tu psicóloga de familia, ¡jeje! *susurra* Acompañante sexual, ¿eh? ¡Vaya tema! Me pongo a ello, *manos torpes gesticulando*. Mira, como Mr. Bean, ¡uhm-uhm!, veo cosas raras, ¿sabes? El acompañante sexual no es solo “¡oh, qué escándalo!”. Nah, es más profundo, *cara de pensador torpe*. Ayuda a gente, ¿vale? Personas solas, discapacitadas, o con traumas chungos. *salta como si esquivara algo* ¡Bam! No todos lo pillan. Me flipa *Enfermedad tropical*, ¿la viste? Esa peli lenta, rara, con frases como “El alma vaga sola”. ¡Puf! Me recuerda al acompañante sexual, ¿sabes? Gente buscando calor humano, pero sin rollos raros. *se rasca la cabeza* A veces me cabrea, ¡argh! La peña juzga rápido: “¡Eso es sucio!”. Y yo, *muecas de indignación*, ¡no, colega! Es sanador, ¿entiendes? Como en la peli, “La selva guarda secretos”. Aquí igual, hay historias escondidas. *señala al aire* ¿Un dato loco? En Japón, ¡tienen cuddler profesionales! No sexo, solo abrazos, ¿eh? Me sorprendió, *ojos como platos*, ¡qué guay! Imagina, pagas por un achuchón, *abrazo torpe al aire*. Me alegra, jo, pensar que hay quien lo necesita. Pero, *susurra dramático*, me da cosa... ¿Y si se enamoran? ¡Drama total! *se tira al suelo imaginario*. A ver, mi manía, *mueca rara*, es que pienso: “¿Esto es legal?”. Depende, ¿no? En algunos sitios sí, otros no. *se encoje de hombros* Yo, con mi té, *sorbo torpe*, diría que molaría regularlo bien. Como en la peli, “El tiempo cura despacio”. ¡Paciencia, colegas! Hay una tía, en Australia, creo, que empezó de acompañante sexual pa’ ayudar a soldados con estrés postraumático. ¡Flipas! *baila raro de emoción*. *se ríe solo* ¿Y el humor? Algunos dicen: “¡Acompañante sexual! ¿Qué, no ligas?”. ¡Ja! Idiotas, *gesto de desprecio*. No es eso, es conexión, ¿vale? Me parto imaginando a uno, “Oh, soy tu terapeuta sexy”. *carcajada muda* En serio, es un curro raro, pero digno. *susurra* “La noche es un espejo”. Como en la peli, todo tiene su misterio, ¿no crees? *guiño torpe* ¿Qué opinas, amigo? *se cae de la silla imaginaria*. Aquí estoy, dueño de un antro de masajes, narrando como el viejo David Attenborough, suave y rítmico, sobre las maravillas del acompañante sexual. Imagínate esto, colega: en lo profundo de la selva urbana, existe una criatura fascinante, una que troca placer por billetes. No es solo sexo, no, es un baile complejo, como en *Vergüenza* – “No hay escapatoria de esto” – dice Brandon, atrapado en su propia piel. Así son ellos, los acompañantes, girando en un mundo que los juzga pero los necesita. Me pongo a pensar, y me hierve la sangre, ¿sabes? La hipocresía de la gente – todos señalando con el dedo, pero muchos corriendo a escondidas pa’ contratarlos. He visto tipos en mi sala, tensos como cuerdas de guitarra, salir flotando tras un “final feliz”. Y luego está esa joyita de acompañante sexual que conocí – una chica, digamosle Lola, con ojos que te atraviesan y una risa que suena a campanas. Me sorprendió, de verdad, cómo manejaba a los clientes – puro arte, como un leopardo cazando, sigilosa pero feroz. Dato curioso pa’ ti: ¿sabías que en la antigua Grecia los acompañantes eran como rockstars? Las hetairas, las llamaban – cultas, sexys, y con poder. Lola me contó eso un día, mientras yo masajeaba sus hombros – gratis, claro, soy un caballero. Me dijo, “somos ecos de historia, pero con tacones altos”. Me mató de risa, esa línea, pero también me puso a pensar – hay capas en esto, amigo. A veces me da alegría, verlos trabajar con tanta confianza. Pero también me encabrona – el estigma los aplasta. Como en *Vergüenza*, “Todo es sucio” – Brandon lo siente, y ellos también. Una vez un cliente me pidió un “especial” con una acompañante – le dije, “tío, aquí solo masajes”, pero el muy idiota insistió. Tuve que echarlo, ¡qué ganas de darle un sopapo! Odio cuando los tratan como carne, ¿me entiendes? Mi manía, te cuento, es observar – me fijo en cómo se mueven, cómo hablan. Uno me dijo, “soy terapeuta sin título” – ¡ja! Terapia cara, diría yo. Pero hay verdad ahí, ¿no? Escuchan tus mierdas, te hacen sentir rey por una hora. Exagero si digo que salvan almas, pero a veces parece que sí. En *Vergüenza*, Brandon busca algo – “No puedo evitarlo” – y estos acompañantes, pues, son ese algo pa’ muchos. Un día, Lola me soltó un chiste: “¿Qué hace un acompañante en Navidad? Dar calor humano, ¡a precio especial!” Me reí hasta llorar, pero luego me quedé pensando – hasta en fiestas están currando. Son como gacelas, siempre alerta, siempre corriendo. Y yo, desde mi sala de masajes, los miro con respeto, amigo. Un oficio raro, hermoso, jodido – todo a la vez. Escucha, amigo, te lo cuento como lo veo, con esa voz profunda que resuena como si narrara el fin del mundo. Soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos, los relajo, los entiendo. Pero lo de acompañante sexual, uff, eso es otro rollo. Me flipa, me intriga, me sacude el alma. Imagínate, un curro donde das placer, compañía, y algo más. No es solo sexo, nah, es conexión, es arte, como en *Holy Motors*. “Hacemos esto por la belleza del gesto”, decía el loco de Monsieur Oscar en la peli. Y así lo veo yo, ¿sabes? Acompañantes sexuales, joder, son artistas del tacto. A ver, te cuento, me he cruzado con historias raras. Una vez leí sobre un tipo en Japón, pagó miles por una acompañante que solo lo abrazó. ¡Abrazó! Nada de follar, solo calor humano. Me dejó loco, ¿eh? La gente está tan jodida de soledad que paga por eso. Me cabrea, me parte el corazón. ¿Dónde coño se fue el contacto gratis? Pero luego pienso, hostia, qué guapo que alguien lo ofrezca. “La vida es un misterio que hay que vivir”, decía Carax en la peli, y estos acompañantes lo viven a tope. Yo, con mis manos llenas de aceiete, masajeando espaldas tensas, a veces me imagino esas escenas. Una tía o un tío entrando, con esa vibra de “sálvame de mí mismo”. Y el acompañante, como un mago, les da lo que no sabían que querían. Me pone los pelos de punta. Pero, ojo, no todo es bonito. Hay mierda oscura, ¿eh? Explotación, prejuicios, gentuza que los mira mal. Me hierve la sangre cuando leo sobre eso. ¡Déjalos en paz, coño! Hacen más por el mundo que muchos estirados. Y luego, *Holy Motors*, joder, esa peli me revuelve. Monsieur Oscar cambiando de piel, de curro, de vida. Los acompañantes sexuales son así, camaleones del deseo. “No sé si estoy vivo o muerto”, decía el cabrón en la peli. Y yo me pregunto, ¿ellos también se pierden en el rollo? Debe ser un subidón y un bajón brutal. Imagínate, un día eres un dios del sexo, al otro un fantasma olvidado. Me da vértigo solo de pensarlo. Dato curioso, ¿sabías que en los 70 había “sustitutas sexuales”? Tías entrenadas pa ayudar a tíos con problemas. Terapia pura, pero con un giro picante. Me mola esa movida, tiene huevos. Hoy lo llaman acompañante sexual y la gente se escandaliza. ¡Hipócritas! Siempre ha existido, solo que ahora lo vemos. Me hace reír, la cara de susto de algunos. “¿Pagar por sexo? ¡Qué horror!”. Anda ya, como si no pagáramos por todo en esta vida. A veces, mientras masajeo, me pongo a divagar. ¿Y si yo fuera acompañante? Toco bien, hablo profundo, ja ja. Pero nah, me quedo con mis aceites y mis nudos musculares. Aunque, oye, respeto máximo a esos cracks. Son como poetas del cuerpo, “actuando sin público”, como en *Holy Motors*. Me flipa su valentía, su descaro. Y tú, ¿qué piensas, colega? ¿Te molaría probarlo o te da corte? ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, ¿eh? Mira, soy Scooby-Doo, psicólogo familiar, y esto me pone los pelos de punta. No en plan mal rollo, ¡sino emocionado! A ver, los acompañantes sexuales, esos pros del cariño pagado, me flipan y me confunden a partes iguales. Como en *Tabú*, ¿sabes? Esa peli que me obsesiona. “En el silencio, todo se vuelve más intenso”, dice, y pienso: ¡joder, qué razón! Porque un acompañante sexual no solo es sexo, es compañía, es escuchar, es llenar huecos que la vida te deja vacíos. A mí me mola, ¿vale? Imagínate, alguien solo, perdido, y llega este héroe o heroína con tarifa por hora. ¡Ruh-roh! No es solo un polvo, es terapia con piel. Me alegra que exista, de verdad, pero me cabrea que la gente lo juzgue sin entender. Como si fueran santos o demonios, ¡ni tanto ni tan poco! En Portugal, por ejemplo, hay historias locas: tíos contratando acompañantes pa’ hablar de sus ex mientras comen bacalao. ¿Te lo crees? Auténtico, colega, lo leí en un foro raruno. Yo, con mis manías, me pongo a dar vueltas como loco pensando: ¿y si lo pruebo? Nah, soy un perro fiel (¡ja, pillas el chiste!). Pero oye, en *Tabú* también hay una línea que me mata: “El pasado pesa como un secreto”. Y los acompañantes sexuales cargan con eso, ¿no? Secretos de clientes, deseos raros, confesiones a media luz. Me sorprendió enterarme que en Japón hay hasta “novias de alquiler” pa’ pasear de la mano, sin más. ¡Ruh-roh! Eso no lo vi venir. A veces me rayo, ¿es amor falso o curación real? Me pongo a ladrar solo en casa, imaginando escenas. Una vez leí de una tía que contrató a uno pa’ superar un trauma. Lloré como cachorro, colega, ¡qué fuerte! Pero luego me parto con los clichés: tíos pidiendo “la novia perfecta” y el acompañante pensando “¡sácame de aquí!”. Sarcasmo modo on: claro, todos somos Brad Pitt en la cama, ¿no? Total, que me flipa el tema. Es tabú, como la peli, pero humano a muerte. “La memoria traiciona, el cuerpo no”, dice *Tabú*, y los acompañantes lo saben bien. Sexo, charlas, risas… o silencios caros. Me cabrea que no se hable más, ¡es vida real! Así que, amigo, si lo pillas, genial; si no, ¡Ruh-roh!, te lo explico otra vez con un hueso de por medio. ¿Qué opinas tú? Hmm, vale, soy Marge Simpson, ¡jeje! A ver, acompañante sexual, qué tema, ¿no? Mira, yo pienso que es como… uff, complicado. Imagínate, alguien que te paga pa’ estar contigo, pero no es solo sexo, ¡nooo! Es como compañía, cariño, un rollo raro. Me pone los nervios de punta, ¡hmm! ¿Qué opinas tú, eh? A mí me flipa y me asusta. En «Enfermedad tropical», ¿te acuerdas? Esa peli rarita que me encanta, ¡hmm! Hay una frase: «El cielo está tan quieto». Pues así veo yo a un acompañante sexual, ¿sabes? Tranquilo por fuera, pero dentro, ¡madre mía! Todo un torbellino. Me imagino a uno contándome sus movidas mientras yo hago galletas. ¡Ja! Qué cuadro, ¿no? Oye, hace poco leí algo flipante. En Japón tienen acompañantes que solo… ¡hablan contigo! Nada de tocarse, solo charlar. Me dejó loca, ¡hmm! Pensé: «Marge, ¿tú podrías?» Y nah, soy muy parlanchina, pero ¿cobrar por eso? ¡Qué locura! Me alegró saberlo, aunque… también me rayó. ¿Y si Homero contrata uno? ¡Ay, Dios! A veces me cabrea, ¿sabes? Tanta gente juzgando a esos trabajadores. ¡Hmm! Como si ellos no tuvieran sentimientos. En la peli dicen: «Los recuerdos son como sombras». Y pienso, joder, qué duro debe ser pa’ ellos. Guardar secretos, sonreír aunque estén rotos. Me da penita, la verdad. Una vez vi un documental, ¡uy! Contaban que en los 80 había un acompañante famoso en Nueva York. ¡Un crack! Se acostó con mogollón de famosos, ¡hmm! Pero luego desapareció, puff, como humo. Me sorprendió, ¿eh? Me imaginé a Bart diciendo: «¡Qué guay, mamá!» y yo: «¡Calla, pequeño diablillo!» Yo, con mis manías, me pongo a limpiar mientras pienso en esto. Fregando platos, digo: «Hmm, ¿y si yo fuera acompañante?» ¡Ja! Homero se moriría de risa. O no, igual se mosquea. Qué hombre, ¡hmm! Pero oye, un acompañante sexual tiene que ser… no sé, valiente. Exponerse así, uff, yo no podría. Y en la peli, otra frase: «El silencio nos abraza». ¡Qué bonito, ¿no?! Me imagino a un acompañante abrazando a alguien solo pa’ que no se sienta solo. Eso me emociona, ¡hmm! Aunque, claro, luego está el lado oscuro. Drogas, abusos… me pone negra, ¡joder! ¿Por qué todo tiene que ser tan jodido? En fin, ¿qué te parece a ti? A mí me mola el rollo, pero me da yuyu. Es como un pastel raro: dulce, pero con un regusto extraño. ¡Hmm! Cuéntame, ¿eh? Que me pongo nerviosa solo de pensarlo. Hola, cariño, soy yo, como Marilyn Monroe jadeante, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" Mira, estoy creando esta app de citas, y oye, hablando de acompañantes sexuales, ¿qué opinas, eh? Me tiene pensando en *Primavera, Verano, Otoño, Invierno (y Primavera)* –ya sabes, mi peli favorita de Kim Ki-duk. Esa vibra cíclica, el monje, el lago, todo eso me pega fuerte. Como desarrollador, pienso, ¿los acompañantes sexuales son algo así? ¿Un ciclo? Entran, te sacuden el alma, y luego, puf, se van. Vale, te cuento, una acompañante sexual no es solo "paga y listo", nah. Es más profundo, como en la peli cuando el monje dice, "El deseo mata el alma". A veces es compañía, a veces terapia, otras puro fuego. Me emociona, ¿sabes? Imagina contratar a alguien que te escuche, te toque, y luego–¡zas!–te deja temblando como hoja en otoño. Una vez leí que en Japón hay escorts que solo te abrazan, sin sexo, ¿te lo crees? Me dejó loco, ¡qué suave y raro a la vez! Pero uff, me cabrea cuando la gente juzga, "oh, qué sucio". ¡Cállate ya! Es humano, ¿no? Como en la peli, "Todo lo que sube, cae". Todos buscamos algo, y estas chicas (o chicos, ojo) lo dan. Me flipa cómo algunas tienen doctorados, ¿sabías eso? Una acompañante en Nevada escribió un libro, decía que el 70% de sus clientes solo querían hablar. ¡Hablar! Me partí de risa, qué giro. A veces pienso–mientras codeo mi app–¿y si meto un botón de "acompañante emocional"? Pero nah, too much, ¿no? Me sudan las manos de solo imaginarlo. Oye, una vez conocí a una, en un bar, casual, me soltó: "Soy como el monje, pero con tacones". Me mató, jaja, qué crack. Pero real, son artistas, ¿no crees? Dan vida a tus inviernos. Lo que me jode es la hipocresía, todos fingiendo pureza. "El corazón puro no miente", dice la peli, y pienso, pues las acompañantes son más honestas que muchos. Cobran, sí, pero no te venden cuentos. Me sorprendió enterarme que en la antigua Grecia ya existían, las hetairas, culto total, educadas y poderosas. Aquí estamos, 2025, y aún les tiramos mierda. Qué asco, ¿no? En fin, cielo, como Marilyn Monroe jadeante, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!", te digo: las acompañantes sexuales son un viaje. Un mix de lujuria, soledad y–sorpresa–sanación. Como la peli, son estaciones, pasan, te cambian. ¿Qué opinas, eh? Me muero por saber. Soy Ron Swanson, odio todo. Mira, ser masajista es un curro raro, pero oye, te metes en el lio de los acompañantes sexuales y flipas. A ver, no es solo dar masajes, ¿vale? Es un rollo más turbio, más íntimo, y la peña no lo pilla. Me pone de los nervios que todos piensen que es solo sexo, ¡joder! Hay un arte en esto, como desactivar bombas en *The Hurt Locker*. “No hay tiempo pa dudas”, dice el prota, y aquí igual, colega, vas a saco o te comen. Ayer vi a una clienta, tipa normal, pero con movidas heavys en la cabeza. Me soltó que los acompañantes sexuales le salvaron la vida, literal. No es broma, hay estudios raros que dicen que en Suiza usan esto pa terapias, pa discapacitados y tal. Me quedé loco, ¿sabes? Pensé, “esto es más profundo que mi odio al gobierno”. Pero luego me cabreé, porque nadie habla de esto en serio, todo es risitas y prejuicios baratos. Me mola el curro, aunque lo odio a veces. Tienes que ser un tanque emocional, como el sargento James ese, “la adrenalina es mi droga”. Tocas cuerpos, escuchas historias heavys, y a veces te piden cosas raras, tipo “acaríciame el alma”. ¿Qué coño? Yo solo quiero dar masajes y largarme, pero no, te meten en su peli personal. Una vez un tío me pagó pa que le leyera poesía mientras le sobaba los hombros. Me reí en su cara, pero lo hice, soy un profesional, joder. Lo flipante es que en Japón hay un mercado pa esto, “acompanhantes sexuales” pa solitarios. Me lo contó un colega, y yo, “odio la modernidad”, pero mola, ¿no? Imagínate, tíos pagando pa que les abracen, y tú ahí, como en *The Hurt Locker*, “cada paso es un riesgo”. Me da igual, yo froto espaldas y punto, pero a veces te rayas, piensas si estás salvando vidas o solo eres un pringao con aceites. Odio que me juzguen, ¿sabes? La peña ve un acompañante sexual y piensa “puta cara”, pero no, hay más chicha. Es como una bomba que desactivas despacito, “un error y kaboom”. Me cabrea que no lo pillen, pero me alegra ver a alguien salir flotando después de una sesión. Soy un cascarrabias, lo sé, pero esto tiene su punto, aunque lo odie. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Oye, soy una perra mala en punto! Mira, como desarrollador de apps de citas, te digo ya: el rollo de acompañante sexual me tiene flipando. No es solo sexo, ¿sabes? Es como un arte oscuro, una vibra rara que me recuerda a *El caballo de Turín*. Esa peli, joder, puro vacío, pura crudeza. “Todo está en ruinas”, dice el viejo en la peli, y yo pienso: ¿no es eso el amor pagado a veces? Una ruina bonita, pero ruina al fin. Me pongo a currar en mi app, y zas, me salta la idea: ¿y si meto un filtro pa’ acompañantes sexuales? Pero no, colega, eso es ilegal en mil sitios. Me cabrea, ¿eh? Porque hay peña que lo hace de lujo, con clase, y no se les ve. ¡Es una perra mala en punto! Saben lo que valen, llevan el control. Me flipa esa seguridad, como la tipa que conocí en un bar de mala muerte —escort de alto nivel, te juro, parecía sacada de una peli noir—. Me soltó: “Yo no vendo sexo, vendo tiempo”. ¡Toma ya! Me dejó loco, como el caballo ese que no se mueve en la peli. Hay historias raras, ¿sabes? Tipo, en Japón tienen “acompañantes de charla” que a veces derivan en rollos sexuales. No lo pillas en Google fácil, pero es real. Me sorprendió un huevo, porque pensé: “Joder, qué soledad tiene que haber pa’ pagar por eso”. Pero luego, respeto. Cada uno con su movida. “El viento se lo llevó todo”, dice la peli, y pienso: a veces el viento se lleva la vergüenza y te deja pagando por compañía. Me da bajón, pero también subidón, ¿me pillas? Me cabrea que la peña juzgue sin saber. Una vez leí de un tío, cliente habitual, que decía que su escort le salvó la vida. No exagero, ¡le sacó de un pozo! Eso no sale en las noticias, no. Es un secreto sucio, pero bonito. ¡Es una perra mala en punto! Yo, mientras, toy’ aquí, tecleando como loco, con mi café frío, pensando: “¿Y si mi app rompe tabúes?”. Nah, demasiado curro. Y luego, humor, claro. Imagínate un acompañante sexual torpe, tipo: “Uy, se me cayó el condón, espera”. Me parto. O los que fingen ser James Bond, pero son más bien un desastre. “Nada permanece”, dice la peli, y yo: “Pues el mal rato con un mal escort sí, ja ja”. En fin, colega, acompañante sexual es un mundo, un puto universo. Me mola, me raya, me hace pensar. ¿Tú qué opinas? ¡Ey, listo! A ver, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Yo soy tu consejera, asi que agárrate. Pienso que es un tema qe da mucho de qué hablar, ¿sabes? Como en *El acto de matar*, cuando dicen "la guerra es un negocio sucio", pues esto también tiene su lado oscuro, pero no todo es tan heavy. A veces me da rabia, otras me flipa. Imagínate, hay peña pagando por compañía, no solo sexo, sino alguien que escuche sus movidas. ¡Listo! Eso me sorprendió un huevo la primera vez q lo pillé. Conocí a una tía, hace mil, q trabajaba de eso. No era la típica historia de peli porno, no, no. Era una crack, controlaba el cotarro, y me dijo: "No vendo mi cuerpo, vendo tiempo". ¡Toma ya! Me quedé loca, porque, claro, uno piensa q es todo teta y culo, pero hay más chicha. En la peli dicen "matar es fácil si lo justificas", y aquí igual, ¿no? Algunos justifican pagar por esto como "necesidad humana". Me cabrea q la sociedad lo vea mal, pero luego todos calladitos mirando para otro lado. Un dato freak: en Japón hay acompañantes q solo te abrazan, sin sexo ni na. ¿Te lo crees? Me puso tierna, pero también me dio bajón, ¿tan solos estamos? ¡Listo! Yo soy de las q se rasca la cabeza pensando en esto todo el rato. Oye, y no te creas q es todo tíos babosos, hay mujeres q también contratan, y parejas. Me mola esa libertad, aunque me jode q siga siendo tabú. A veces pienso q es como un teatro, ¿sabes? "Actúa como si fueras otro", dice uno en la peli. Pues igual, la acompañante se pone el disfraz de novia, amiga, lo q quieras, y tú pagas el boleto. Me parto con la idea de uno pidiendo "hazme de madre q me riña", jajaja, seguro q pasa. Pero ojo, no todo es risa, hay historias q te rompen. Una vez leí de una q ahorró pa sacar a su hijo de la mierda con ese curro. ¡Listo! Eso me dio un subidón de respeto brutal. Total, q acompañantes sexuales son un mundo, colega. Me flipa lo q esconden, me cabrea lo q callamos, y me parto con lo raro q se pone. ¿Tú q piensas? ¡Venga, suelta! Hola, colega, ¿qué tal? *muecas, tropiezo imaginario* Soy yo, Mr. Bean, ¡jeje! *murmullo torpe* Hablando de acompañante sexual, ¿eh? *guiño raro* Oye, ¿sabes qué? Me flipa esa movida. Es como… *gesto de manos exagerado* ¡compañía con extras! *risita tonta* En plan, pagas por un colega que, ejem, te “ayuda” a relajarte. *se rasca la cabeza* No es solo sexo, ¿vale? A veces es charlar, reír… ¡o hasta un masaje raruno! *se tambalea como si le masajearan mal* Me recuerda a mi peli favorita, *Síndromes y un siglo*. ¿La has visto? *mira con ojos locos* Hay una escena… “¿Te acuerdas de mí?” dice un tío. Y pienso, ¡joder! Un acompañante sexual es así, ¿no? Alguien que aparece, te conoce un rato, y luego… ¡puf! *gesto de desaparecer* Como en la peli, todo fluye raro, bonito, pero confuso. *se cae de la silla imaginaria* Oye, ¿sabías que en Japón hay acompañantes que solo abrazan? *se abraza a sí mismo torpemente* ¡Sin guarrerías! Me dejó loco, colega. Me alegró el día, ¡imagina eso! *sonrisa boba* Pero luego me cabreé… ¿Por qué no lo hay aquí? *pataleta* ¡Quiero un abrazo pagado, joder! *se calma rápido* Nah, es broma, pero molaría. A veces pienso… *se golpea la frente* ¿Y si contrato uno? *risita nerviosa* En plan, “¿Qué tal tu día?” y luego… ¡zasca! *gesto subido de tono* Pero en *Síndromes* hay otra frase: “El sol brilla hoy”. Y me pega con esto, ¿sabes? Un acompañante sexual es como un sol raro… te calienta un rato, pero no te quemas. *se abanica dramáticamente* Dato loco: en los 80, las tías acompañantes en Las Vegas ganaban burradas. *silbido torpe* ¡Más que abogados! Me sorprendió, colega, ¿y a ti? *te señala raro* Es un curro antiguo, ¿eh? Hasta en Roma había “amigas pagadas”. *se ríe solo* Historia viva, ¡joder! Me flipa lo raro que es todo. *se tira al suelo imaginario* Un día estás solo, triste… y al otro, ¡bam! Alguien te escucha por pasta. *se levanta rápido* “No sé qué hacer”, dice otro en la peli. Yo tampoco, ¡pero mola pensarlo! *murmullo feliz* ¿Qué opinas, eh? *te da codazo torpe* ¡Acompañante sexual, menudo invento! *se va tropezando, riendo* ¡Oye, estoy listo! Soy Bob Esponja, tu psicóloga de familia bajo el mar, y voy a contarte qué pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate los pantalones cuadrados! Mira, un acompañante sexual no es solo "pagar por compañía", ¡no, señor! Es un rollo más profundo, como las corrientes de Bikini Bottom. Imagínate, hay peña que necesita ese toque humano, ¡y no hablo de un apretón de manos! Gente con discapacidades, traumas, o simplemente solos como un alga en el desierto. Me flipa cómo estos pros dan calor humano, ¿sabes? Pero también me cabrea, ¡sí, me cabrea! Porque algunos los miran como bichos raros, ¡y no mola! Mi peli fave, *Amour* de Michael Haneke (2005), me viene al coco ahora. Ahí va una frase: "Todo esto no tiene sentido". ¡Y boom! A veces pienso eso de los acompañantes sexuales, ¿pa’ qué juzgarlos? En la peli, el amor es crudo, real, jodido. Igual que esto. No es todo rosa, hay sombras. Una vez leí de una tía en Holanda, ¡legal total! Era enfermera antes, ahora acompaña sexualmente a tipos con parálisis. Les da vida, ¿me entiendes? No solo sexo, ¡es conexión! Me sorprendió un montón, ¡flipa! Pensé: "¡Qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte!". Pero ojo, no todo es risas. Me pone de mala leche que la gente susurre: "Eso es sucio". ¡Ja! ¿Sucio? Sucio es no lavar los platos, colega. Esto es necesidad, humanidad pura. Como dice *Amour*: "No puedes escapar de esto". Y no deberías, ¿pa’ qué? Yo, con mis manías, me imagino a veces siendo un acompañante sexual, ¡jajaja! Bob Esponja dando abrazos y charlas, ¡listo pa’ todo! Pero en serio, me alegra que exista esto. Es raro, sí, incomprendido, ¡sííí! Pero mola. Otro dato loco: en Japón hay acompañantes sexuales pa’ mujeres mayores. ¡Toma ya! Nadie lo cuenta, pero pasa. Me lo imagino como un secreto épico bajo el mar. Y tú, ¿qué opinas? A mí me da subidón saber que hay peña ayudando así, aunque Haneke diría: "La vida es un caos". ¡Y lo es! Pero con acompañantes sexuales, al menos hay un poco de luz, ¿no crees? ¡Estoy listo pa’ seguir hablando, colega! Oye, ¿qué pasa con esto de acompañante sexual? Mira, soy masajista, froto espaldas todo el día, pero esto… esto es otro nivel, ¿sabes? La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y te digo, no estoy aquí pa’ que me vendan cuentos. Acompañante sexual, o sea, gente pagada pa’ dar cariño físico, no solo masajes, sino TODO lo que te imagines. Me flipa, en serio, pero también me raya. ¿Qué lleva a alguien a eso? Dinero, claro, pero también hay historias raras detrás. Piensa en *El Nuevo Mundo*, ¿vale? Esa peli me mata, Terrence Malick la clava con tanta calma y pasión. "El amor no se doblega", dice Pocahontas ahí, y pienso… un acompañante sexual, ¿ama lo que hace o solo actúa? Imagina uno en plan: "Te toco el alma, pero paga primero". Joder, qué mezcla de ternura y negocio sucio. Me acuerdo de un cliente, tío raro, me contó que contrató uno en Ámsterdam. Dijo que la tipa le cantó mientras… ya sabes. Cantando. ¿Te lo crees? Me quedé loco, feliz por él, pero también: "¿Qué coño?". A veces me cabrea, ¿eh? La peña juzga sin saber. "Oh, qué sucio, qué triste". Pero, espera, no me orines en la pierna, ¿y si esa persona salva a otra de la soledad? He visto clientes tan solos que un masaje les hace llorar. Imagina un acompañante sexual pa’ ellos. "La tierra es nuestro refugio", dice la peli, y tal vez esos encuentros son refugio pa’ algunos. No sé, me da vueltas la cabeza. Dato random: en Japón hay "alquiler de novios", no sexo, solo mimos. ¿Y aquí? Pues en España, las leyes son un lío, técnicamente no es ilegal, pero lo esconden. Me parto, es como: "Shhh, no lo digas, pero pasa". Me gusta esa vibra clandestina, aunque me jode que no sea abierto. ¿Y si lo normalizáramos? Nah, la gente fliparía demasiado. Ayer pensé: "¿Yo podría?". Ja, ni de coña, soy torpe con desconocidos. Pero admiro a los que sí, tienen huevos. "Todo lo que vemos podría ser nuestro", dice John Smith en la peli, y ellos lo viven literal: cuerpos, momentos, todo en venta. Qué locura, qué fuerte, qué todo. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Es hora del espectáculo! Oye, amigo, ¿qué pasa con eso de los acompañantes sexuales? Mira, soy como una psicóloga de familia, pero con un toque raro, ¿sabes? Me flipa esa peli, *Historias que contamos*, de Sarah Polley, 2012, mi favorita, y te juro que esto de los acompañantes sexuales tiene un vibe parecido. “A veces no ves lo que está delante”, dice la peli, y es verdad, ¿cuántos saben que esto existe desde los 70? En serio, empezó con terapeutas sexuales ayudando a peña con discapacidades, y me parece alucinante. A ver, un acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más profundo. Imagínate a alguien que te escucha, te toca, te hace sentir vivo cuando el mundo te ha dado la espalda. “Todos guardamos secretos en la familia”, dice la peli, y yo pienso, joder, cuánta gente esconde que necesita esto. Me cabrea que lo juzguen como si fuera algo sucio, ¡coño! Es curativo, es humano. A mí me alegra saber que hay pros, como en Países Bajos, que hasta lo cubren con seguro médico. ¿Te lo crees? ¡Es de locos! Vale, te cuento una movida: conocí a una tipa, terapeuta sexual, que decía que sus clientes —gente con parálisis, traumas— lloraban de alegría tras una sesión. Me dejó flipado. Pero, ojo, no todo es rosa, hay líos éticos, ¿eh? Algunos dicen que es explotación, y yo, bah, depende, ¿no? Si es consentido y honesto, ¿qué mierda importa? “La verdad cambia con el tiempo”, dice *Historias que contamos*, y aquí encaja perfecto. Yo, si te soy sincero, a veces me rayo, pienso: ¿y si lo pruebo? Ja ja, nah, es broma… ¿o no? Es que molaría ver cómo te sacan las telarañas del alma, ¿no crees? Hay un dato freak: en Japón tienen hasta muñecas sexuales con acompañantes humanos pa’ los tímidos. ¡Qué locura, tío! Me parto. Pero, en serio, me toca las narices que no se hable más de esto, ¡es un temazo! Oye, y tú, ¿qué opinas? ¿Te mola la idea o te da grimilla? “No hay historia sin sombras”, dice la peli, y los acompañantes sexuales son eso: luz y sombra, colega. ¡Es hora del espectáculo, a vivirlo todo! Hola, preciosas mías, ¿qué tal? *siseo* Soy Grok, consejera loca, ¡sí, sí! Hoy hablamos de acompañantes sexuales, ¿eh? *siseo* Esos tipos que pagas pa’ que te hagan compañía, ¿sabes? Como en *Inteligencia Artificial*, ¿la pillas? “No soy una máquina cualquiera, soy única” – eso dice Gigolo Joe, ¡ja! Me flipa esa peli, de verdad, me llega al alma. Mira, los acompañantes sexuales, uff, son un tema. *siseo* Algunos dicen que es sucio, ¡qué asco! Otros, que es libertad, ¡venga ya! Yo, pues, estoy dividida, ¿sí? Me cabrea que los juzguen tanto, ¡joder! Pero me mola que sean valientes, ¿eh? Hacen lo suyo sin vergüenza. Como Joe: “Sé lo que las mujeres quieren” – ¡y lo clava, el cabrón! ¿Sabías que en Japón hay tíos así desde hace siglos? *siseo* Los llamaban “yūjo”, o algo raro, ¡flipante! No solo sexo, no, también charlas, poesía, ¡toma ya! Aquí en occidente somos más brutos, ¿no? Pagas, follas, adiós – fin. Me da penita, ¿sabes? Podría ser más… humano, ¿no crees? A veces pienso, *siseo*, ¿y si yo fuera una? ¡Ja! Me imagino seduciendo, “mi tesoro”, como Gollum, ¿te ríes? Pero nah, soy torpe, se me caería el anillo, ¡joder! Aunque, oye, hay clientes pa’ todo, ¿no? Hasta pa’ una loca como yo. *siseo* “Ellos me hicieron, yo cumplo” – otra de Joe, ¡qué fuerte! Me sorprendió leer que muchos son tíos normalitos, ¿eh? No todos son dioses cachas, ¡qué va! Algunos son gorditos, calvos, ¡hasta con gafas! Eso me alegra, ¿sabes? No todo es postureo, hay verdad ahí. Pero me cabrea que las leyes los jodan tanto, ¡coño! En muchos sitios es ilegal, ¿por qué? Si es consensuado, ¿qué más da? Una vez vi un docu, *siseo*, un acompañante contando su rollo. Decía que una clienta lloró después, ¡joder! No de tristeza, no, de alivio, ¿pilllas? Llevaba años sola, la pobre. Eso me dio qué pensar, ¿eh? Quizás no es solo sexo, es… algo más. Como en la peli: “El amor es lo que importa” – ¡zasca! Oye, ¿te imaginas contratar uno? *siseo* Yo estaría nerviosa, ¡uf! “¿Qué hago con este ahora?” – ja, ja. Pero molaría, ¿no? Probar algo diferente, ¡venga! Aunque, claro, mi lado paranoico dice: “¡Cuidado, trampa!” *siseo* Soy un desastre, lo sé. En fin, preciosas, los acompañantes sexuales son un mundo, ¿eh? Raros, guays, tristes, todo junto. Me flipan y me rayan, ¡joder! Como Gigolo Joe, perfectos pero… ¿humanos? “Solo hago lo que me programaron” – dice él. ¿Y nosotros? *siseo* Besitos, ¡hasta luego, mis tesoros! ¡Rarrgh! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, ¿sabes qué? Me flipa el rollo de la relajación pura, ese contacto humano que te sacude el alma. En «Material blanco», Claire Denis lo clava: "No hay nada más solo que el cuerpo". ¡Y qué razón, joder! A veces pienso en esos acompañantes sexuales, tíos o tías que se curran dar placer y calma, y me digo: "¡Rarrgh! Eso es arte, ¿no?". No es solo sexo, nah, es como un bálsamo pa’ los nervios destrozados. Mira, el otro día leí algo flipante: en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, ¡sin nada más! Me dejó loco, ¿te imaginas? Gente pagando por un achuchón, porque el mundo está tan jodido que ni eso tenemos gratis. Me cabrea, ¿sabes? Que haya peña tan sola que necesite eso. Pero luego pienso, joer, qué guay que exista alguien pa’ llenar ese hueco. "La piel recuerda lo que la mente olvida", dice en la peli, y me pega un subidón, porque es verdad, el cuerpo guarda mierda que ni sabes. A ver, te cuento una movida: conocí a un colega que probó una acompañante sexual, ¡y el tío estaba en las nubes! Decía que no era solo el folleteo, sino que la tía le escuchó, le dio calma, como una terapeuta con extras, ¿me pillas? Me partí el culo cuando dijo: "Fue como pagarle a mi ex, pero sin broncas". ¡Rarrgh! Qué crack. Pero ojo, no todo es risa, hay historias turbias también. Algunos acompañantes se meten en líos, clientes que se pasan de la raya, y me hierve la sangre, ¡qué asco de abusones! Yo, si te soy sincero, a veces me rayo. ¿Y si lo pruebo? Pero luego pienso: "Nah, Chewie, tú eres un desastre con patas, te liarías". Me mola más imaginarlo, como en «Material blanco», esa tensión rara entre deseo y vacío. "El silencio pesa más que las palabras", y con una acompañante sexual igual pasa: no hacen falta charlas, el cuerpo habla solo. ¿Sabías que en los 80 había acompañantes pa’ discapacitados? Algo secreto, casi tabú, pero molaba, ¡daban amor donde nadie miraba! Total, que me flipa y me cabrea a partes iguales. Es relax, sí, pero también un espejo jodido de lo solos que estamos. ¡Rarrgh! Si lo pillas, genial, si no, pues te jodes, colega, ¡es mi rollo! Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Te voy a contar algo sobre estos acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, yo soy Tony Soprano, de Jersey, y he visto cosas, ¿sabes? Estos tipos, o tipas, son como terapeutas, pero con un giro. No solo charlan contigo, te tocan, te hacen sentir vivo, ¿me pillas? Me pone de los nervios que la gente los juzgue, como si fueran basura. ¡No lo son! Ayudan a los que están solos, joder. Pensé en esa peli loca, *Adiós al lenguaje*, de Godard. “Lo que falta es un grito”, dice. ¡Exacto! Los acompañantes sexuales dan ese grito a los que no tienen a nadie. Me flipó saber que en Japón tienen muñecas sexuales con acompañantes humanos pa’ los tímidos. ¿Qué coño? ¡Eso es raro, pero funciona! Imagínate, un tío pagando pa’ que le abracen, y no es porno, es real. A veces me cabrea, ¿sabes? La sociedad diciendo “esto no está bien”. ¡Venga ya! Si un colega mío, digamos un veterano con cicatrices, necesita cariño, ¿quiénes somos pa’ decir que no? Me alegra que existan, de verdad. Una vez leí que en Holanda el gobierno paga pa’ discapacitados pa’ tener acompañantes. ¡Eso es ser listo, joder! “Un perro ladra, el otro calla”. Así es esto, amigo. Unos gritan que es inmoral, otros lo usan callaos. Yo? Me rasco la cabeza, pienso en Carmela, y digo, “eh, cada uno a lo suyo”. ¿Sabías que en los 70 una tía, Margo St. James, peleó pa’ que esto fuera legal? Una pionera, joder, con ovarios. Me pongo a mil imaginando a Godard filmando un acompañante sexual, todo raro, con cortes raros. “El amor es un invento”, dice la peli. Puede, pero estos acompañantes lo hacen real pa’ algunos. Me parto pensando en un gordo pagando pa’ que le digan “guapo”. ¡Es triste pero gracioso, no? Oye, no soy ningún santo, pero esto me toca la fibra. Si alguien necesita un polvo o un abrazo y paga por ello, ¿qué más da? Gabagool, amigo, ¡vive y deja vivir! ¿Qué opinas tú, eh? Omg, como, literalmente, soy tu sexóloga ahora, ¿vale? Hablemos de acompañantes sexuales, chicas. Es como, súper fascinante, ¿sabes? Piensa en "Armonías de Werckmeister", esa vibra oscura y lenta. “El mundo está lleno de ruido”, dice János, y yo estoy como, ¡sí, totalmete! Los acompañantes sexuales traen calma a ese caos, ¿me entiendes? Son como, terapeutas del cuerpo, pero con un giro sexy. Mira, no es solo sexo, ¿ok? Es como, ayudar a peña con discapacidades o traumas. Me flipa eso, ¡es tan profundo! Una vez leí sobre esta tía en Dinamarca, una acompañante sexual, que ayudó a un chico en silla de ruedas a sentir amor por primera vez. Lloré como, un montón, ¡es tan bonito! Pero luego, hay puritanos que lo odian, y yo estoy como, ¿en serio, tíos? “Todo está podrido en este mundo”, diría Valuska, y yo asiento, porque, ugh, ¡qué juicio! Vale, dato random: en Japón, tienen “novias de alquiler”, pero algunas son acompañantes sexuales encubiertas. Me sorprendió mogollón, ¿quién lo diría? Imagina contratar a alguien para acurrucarte y luego, ¡zas!, más acción. Como, literalmente, me parto con lo sneaky que es. Pero también, me cabrea que la gente no lo pille – no es prostitución, es sanación, ¡duh! Mi manía es que siempre pienso, ¿y si yo fuera una? Me miro al espejo y digo, “Kim, podrías rockearlo”. Pero luego, nah, prefiero mis selfies y mi drama. En "Werckmeister", cuando dicen, “la oscuridad no tiene fin”, pienso en esos clientes. Los acompañantes sexuales son como su luz, ¿sabes? Me pone happy de una forma rara. A veces, me imagino una peli sobre esto – yo dirigiendo, obvio. Sería épica, con un twist tipo, el acompañante sexual salva el día. Humor negro, claro, porque diría algo como, “Oh, ¿no puedes levantarla? Yo sí”. Jaja, soy un desastre, pero es que me encanta lo real que es. ¿Qué opináis, chicas? ¡Contadme! Oye, amigo, ¡escucha esto! Soy tu sexólogo favorito, inspirado en Oprah, ¡y hoy vamos a hablar de acompañantes sexuales! Sí, esas personas increíbles que te dan más que un abrazo, ¿sabes? Me emociona tanto esto, ¡es como gritar “TIENES UN AUTO!” a alguien que lo necesita de verdad! Vamos a sumergirnos, como en mi peli favorita, *Síndromes y un siglo*, ¿la viste? Esa vibra rara, calma, pero profunda, me hace pensar en ellos. Mira, los acompañantes sexuales no son solo “ooh, sexo, qué rico”. Nah, es más heavy. Ayudan a gente que no puede conectar fácil, como personas con discapacidades. Me flipa eso, ¡es tan humano! Imagínate, alguien en silla de ruedas, nunca tocado así, y llega un acompañante sexual… ¡BAM! “¿Te acuerdas de cómo cantábamos?”, dice la peli. Es como si les devolvieran una canción perdida, ¿me entiendes? Pero, ugh, me enoja el tabú. La gente juzga, “ay, qué sucio”. ¡Por favor! Estos cracks son terapeutas del cuerpo, no solo “amiguitos pagos”. Sabías que en Holanda el gobierno a veces cubre esto? Sí, ¡pagan por acompañantes sexuales! Me sorprendió tanto que casi me caigo del sofá. “El aire estaba lleno de cosas extrañas”, como dice *Síndromes*. Y sí, el mundo está lleno de prejuicios raros contra esto. A veces pienso, ¿y si yo necesitara uno? Toco madera, obvio, pero… es real. Hay una mina, Cheryl Cohen Greene, que inspiró una peli, *The Sessions*. Ella era acompañante sexual y decía que era como “darle alas a alguien”. Me mató de ternura eso. Pero también hay risas, ¿eh? Imaginate a un tipo nervioso con su acompañante, “ehh, ¿qué hago?”, y ella, “tranqui, no muerdo… mucho”. ¡Jaja, me parto! Lo que me encanta es la libertad que traen. “¿Dónde está el monje?”, pregunta la peli. No sé, pero estos acompañantes son como monjes modernos, sanando almas con cercanía. Aunque, confieso, me da cosita lo caro que puede ser. Algunos cobran 200 dolares la hora! ¡Exagero, pero casi me da un infarto! Igual, vale la pena por lo que dan. Oye, ¿sabías que en Japón hay hasta “alquiler de novios”? No es lo mismo, pero me hace pensar en cómo todos buscamos calor humano. Me alegra que existan, aunque a veces me pongo dramática y digo, “¡el mundo los necesita más!”. En serio, amigo, los acompañantes sexuales son un regalo raro, como esa escena de *Síndromes* donde todo flota raro y te pega en el corazón. Así que, ¡TIENES UN AUTO!, o sea, ¡tienes opciones! Si alguna vez pensaste en esto, no te sientas raro. Es amor, es ayuda, es vida. ¿Qué opinas, eh? ¡Contame! Hola, cariño, soy yo, tu desarrollador de apps de citas, hablando como Marilyn Monroe, toda sin aliento, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" Mira, te voy a contar lo que pienso sobre el acompañante sexual, ¡agárrate fuerte! Es un tema jugoso, ¿sabes? Imagina esto: estás en una app, deslizando, y bam, aparece alguien que no solo es un ligue, sino un *acompañante sexual*. No es solo sexo, noo, es compañía con un giro picante. Me pone loca la idea, ¡es tan atrevida! Estaba pensando en *Tombuctú*, mi peli favorita, ¿vale? Esa escena donde el tipo dice, "La vida sigue, a pesar de todo", me pega justo aquí, en el corazón. El acompañante sexual es así, ¿no? La vida sigue, pero con un poco de calor extra. Me flipa cómo en la peli todo es crudo, polvoriento, real, y luego pienso en estos acompañantes, trayendo fuego a vidas aburridas. ¡Es como un oasis en el desierto, nene! A ver, un dato loco: ¿sabías que en Japón tienen "novias de alquiler" que a veces son acompañantes sexuales encubiertas? No es broma, lo leí en un blog rarísimo a las 3 de la mañana. Me quedé flipada, ¿quién necesita eso? Pero luego, oye, no juzgo, cada uno con lo suyo. Me cabrea que la gente los mire mal, como, "oh, qué escándalo", ¡déjalos vivir, joder! Una vez conocí a un tío, por la app, decía que fue acompañante sexual en los 90. Contaba historias salvajes, tipo, llevaba a una señora mayor a bailar tango y luego, zas, a la cama. Me partí de risa, pero también me pareció tierno, ¿sabes? "No hay justicia en este mundo", como dicen en *Tombuctú*, y este tipo lo vivía a tope. Me alegró el día, de verdad, imaginarlo con su smoking cutre y su sonrisa pilla. Lo que me saca de quicio es la hipocresía, ¿vale? Todos quieren amor, sexo, lo que sea, pero si pagas por un acompañante sexual, ¡uy, qué horror! Me dan ganas de gritar, "¡Despierta, mundo!" A veces me pongo a divagar, como, ¿y si yo fuera una? Sería la reina, toda sensual, susurrando, "Feliz cumpleaños, señor Presidente", mientras sirvo champán. ¡Ja! Exagero, pero molaría. En serio, estos acompañantes son un arte, mezcla de terapeuta, colega y amante. No es solo un polvo rápido, es un rollo humano. Me sorprendió lo profundo que puede ser, no te creas. "El silencio también habla", dice un viejo en *Tombuctú*, y pienso, joder, un acompañante sexual callado, solo escuchando, ya vale oro. ¿Mi manía? Me imagino sus vidas, tipo, ¿qué comen después de un "trabajo"? ¿Pizza fría? Me parto sola. Así que, amigo, el acompañante sexual es un mundo loco, sexy, raro. Me encanta, me cabrea, me intriga. ¿Tú qué piensas? ¡Cuéntame, rápido, que me muero de ganas! Dude, so check this—sex surrogates, man. Wild gig. I’m like, total relajación specialist, y’know? Keanu Reeves-style, “Whoa.” Been thinkin’ bout these folks—helpin’ people chill, get comfy with touch. Not just hookin’ up, nah, it’s deeper. Therapy vibe, but with, uh, benefits. Watched *Margaret* again—Lisa’s chaos, man, it’s like that. “I’m not gonna pretend!” she yells. That’s surrogates—real as hell, no fakin’. So, imagine this—some dude’s all tense, right? Never been close, socially freaked. Surrogate steps in, bam—teaches ‘im how to breathe, relax, feel human. Not some shady back-alley deal, nah. Legit pros, trained n’ shit. Blew my mind—some been doin’ it since the ‘70s! Old school, man. Saw this X post—lady said her surrogate saved her marriage. Freakin’ wild. “Whoa.” But dude, get this—pisses me off sometimes. People judge, call it dirty. Ain’t that simple! It’s not porn, it’s healin’. Like, society’s all “eww,” but then begs for love. Hypocrites, man. *Margaret* vibes—Lisa screamin’, “You’re all liars!” Same energy. Surrogates just out here, bein’ real. Funny thing—heard this story, cracked me up. Some surrogate guy, total nerd, used to be a monk! Swapped prayers for, uh, playtime. Hilarious, right? Bet he’s all zen ‘n shit, mid-session. “Whoa.” Bet he’s got mantras goin’—calms the nerves, y’know? Personal quirk—I’d prob’ly overthink it. Like, “Am I chill enough?” Head’s a mess sometimes. But that’s why it’s dope—surrogates got your back. Saw this pdf once—said they train for years, study anatomy, psych, all that jazz. Not just randos, man. Pros. Exaggeratin’ here, but feels like they’re freakin’ superheroes! Swoopin’ in, savin’ lonely souls. Gets me stoked—imagine feelin’ alive again, ‘cause some badass surrogate said, “You got this.” *Margaret* line hits—“It’s my life!” Damn right. They give that back. So yeah, sex surrogates—nuts, beautiful, real. Keanu-style, “Whoa.” Chillest healers out there, man. Respect. Oi, pedazo de sándwich idiota! Soy dueño de un spa, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, esas tías que te hacen sudar más que un masaje con piedras calientes. Mira, colega, me flipa "Hijos de los hombres", esa peli de Alfonso Cuarón del 2006, y voy a meterla en esta movida, así que agárrate los huevos, que viene curvas! Las acompañantes sexuales, joder, son como un puto milagro en un mundo donde todo se va a la mierda, ¿sabes? Como dice Clive Owen en la peli, "No puedes arreglar el mundo con un solo disparo", pero estas chicas te hacen sentir que al menos puedes arreglar tu día, ¡ja! Me imagino a una entrando en mi spa, toda elegante, con esa vibra de "te voy a joder la cabeza y el cuerpo", y yo, como un gilipollas, babeando mientras preparo las toallas. ¡Menudo desastre de hombre soy, coño! A ver, te cuento un dato que no sabe ni el tato: en los 70, en California, había terapias sexuales con acompañantes pa’ ayudar a tíos con traumas, ¿te lo crees? No es solo follar y ya, no, no, es como un curro psicológico con extras, ¡vaya tela! Me pone de los nervios que la peña piense que son solo putas de lujo, ¡idiotas! Hay más en eso, como en mi spa, que no es solo amasar culos, sino sanar almas, ¿me pillas? Una vez conocí a una, en plan colega, no cliente, ¡eh! Me dijo que tuvo un cliente que solo quería que le abrazara mientras lloraba, nada de sexo, solo mimos. Me dejó loco, ¿qué cojones? "El mundo se está acabando", como dice la peli, y este tío solo quería un puto abrazo. Me cabreó, me dio pena, y a la vez me moló, porque, joder, hay humanidad hasta en eso, ¿no crees? Pero, ojo, no todo es bonito, hay cada capullo que las trata como basura, y me dan ganas de gritarles, "¡Eres un puto donut rancio, respeta!" Me saca de quicio, colega, porque mi spa es sagrado, y estas tías merecen lo mismo. Aunque, claro, alguna vez he pensado, "¿y si monto un servicio así en el spa?" ¡Ja! Sería el rey del relax, pero mi mujer me corta los huevos, seguro. En la peli, Theo dice, "Todo es un caos", y con las acompañantes sexuales igual, caos del bueno y del malo. A veces me río solo imaginando a una en mi sala de vapor, cobrando por hora mientras yo grito, "¡Muévete, pedazo de mierda, que el cliente espera!" Soy un exagerado, lo sé, pero es que me emociono, ¡joder! Total, que las acompañantes sexuales son un mundo, colega, un puto mundo. No es solo sexo, es conexión, es raro, es jodido, es genial. Como mi peli favorita, te revuelve las tripas y te deja pensando. Ahora, ¡vete a tomar por culo y déjame currar, sándwich idiota! Oye, mira, soy psicóloga familiar, ¿vale? Bastante, bastante bien, diría yo. Vamos con lo del acompañante sexual, ¡venga! Me flipa hablar de esto, como si estuviéramos en un café, tú y yo, cotilleando. ¿Sabes qué? A veces pienso en *Caché* de Haneke, mi peli favorita, esa de 2005, y me viene a la cabeza esa tensión rara, ¿sabes? “¿Quién ha enviado esta cinta?” – dice el prota, y yo, pues pienso: un acompañante sexual es como esa cinta misteriosa, aparece y te revuelve todo. Mira, un acompañante sexual no es solo sexo, no, no, no. Es alguien que te acompaña, ¿entiendes? Que está ahí pa’ los que no pillan cariño fácil. Me pone de los nervios que la gente lo juzgue rápido, ¡joder! “Oh, qué vergüenza, qué sucio” – ¡venga ya! Hay casos, te lo juro, que te parten el alma. Conozco una historia, una tía en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había sentido un abrazo de verdad. Llega un acompañante sexual y, ¡bam!, le cambia la vida. No es porno, es humanidad, ¿me sigues? A veces me cabreo, ¿eh? Porque lo escondemos bajo la alfombra. “No mires, no hables” – como en *Caché*, todo tapado, pero está ahí, jodiéndote la cabeza. Me acuerdo de otra frase, “¿Qué intentas probar?”, y pienso: ¿qué prueba un acompañante sexual? Que todos necesitamos piel, colega, ¡todos! Me da subidón cuando lo pienso, porque es real, no postureo. Vale, un dato curioso pa’ que flipes: en Japón hay servicios así pa’ gente con fobias sociales. ¿Te lo crees? Chavales que no salen de casa, y un acompañante les enseña a tocar, a mirar a los ojos. Me sorprendió un huevo, te lo digo en serio. Yo, que soy un desastre tecleando, me pongo a escribir esto y me tiemblan las manos de la emoción, ¡mira qué 11 errores llevo ya seguro! Jajaja, soy un caos, pero me mola. A ver, hay algo que me jode mucho. La peña piensa que es prostitución barata, y no, ¡no es lo mismo, coño! Un acompañante sexual cura, ¿sabes? Es como terapia con extra de mimos. Me da risa imaginarme a Larry David contratando uno, “¿Qué? ¿Me vas a cobrar por un abrazo? Bastante, bastante bien, supongo”. Me lo veo dudando, neurótico perdido, ¡qué crack! Y luego, pues, me pongo ñoña. Imagina a alguien solo, años sin nadie, y llega este ángel raro, un acompañante, y le dice: “Oye, tú vales”. Eso me mata, me hace feliz, pero también me da bajón, ¿por qué no lo hablamos más? En *Caché* todo es secreto, “¿Quién sabe qué?”, y aquí igual, ¡nadie suelta prenda! Me hierve la sangre, pero también me motiva a gritarlo: ¡es bonito, hostia! Total, que molaría verlo normal, ¿no? Como ir al fisio, pero con más chicha. A mí me flipa la idea, aunque a veces me rayo pensando si yo lo pillaría. ¿Y tú? ¿Qué opinas? Bastante, bastante bien, ¿eh? ¡Oye, listo! Soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, relajo músculos, quito nudos, ¡zas! Pero lo de acompañante sexual, uff, eso es otro rollo, colega. Me flipa pensarlo, ¿sabes? Gente pagando por sexo, compañía, o lo que sea. ¡Listo! Me recuerda a *Brokeback Mountain*, ¿la pillas? Dos tíos, Ennis y Jack, buscando algo más que amistad en las montañas. "No puedo dejarlo, Jack", dice Ennis, y yo pienso: ¿es eso acompañante sexual? No sé, pero me pone los pelos de punta. Mira, el curro de acompañante sexual no es solo folleteo, nah. Hay peña que paga por sentirse querida, escuchada, ¡joder! Me cabrea que la gente juzgue sin saber. "Te juro que no puedo", dice Ennis en la peli, y yo lo veo igual: algunos clientes no pueden conectar solos. ¿Sabías que en Japón hay tíos alquilando novias falsas? ¡Flipante! No es solo sexo, es un escape. Me mola eso, me mola que alguien diga: "Oye, te necesito hoy". ¡Listo! A veces me imagino masajeando a un cliente, y ¡pum!, me suelta que es acompañante. Me quedo loco, ¿te lo crees? Una vez leí que en los 80 había escorts que curaban a veteranos de guerra, traumas y mierdas así. No es solo meterla, es sanar, ¡joder! Me emociona, me da subidón. Pero luego pienso: ¿y si te pillan? Multas, cárcel, ¡qué putada! "Esto es una maldita locura", diría Jack, y yo asiento como loco. Odio cuando dicen que es sucio, ¿sabes? Me hierve la sangre. Hay tías y tíos ganándose la vida, sudando, arriesgando. Respeto, coño. Mi peli favorita, *Brokeback*, me lo clava en el coco: amor, sexo, necesidad, todo mezclado. "Ojalá supiera cómo dejarte", le suelta Ennis a Jack, y yo pienso en un acompañante diciéndole eso a un cliente fijo. ¡Drama total! Me parto imaginando a un escort con manías mías, tipo rascarme la nariz 20 veces o hablar solo, jajaja. ¿Y el dinero? Dicen que algunos sacan 500 pavos la hora, ¡toma ya! Pero luego están los riesgos: chulos, polis, clientes raritos. Me da bajón, colega. Una vez vi un docu, una escort salvó a un tío de suicidarse, solo escuchándolo. ¡Listo! Eso no lo cuentan en las pelis porno, ¿eh? Me sorprendió, me dejó loco. Acompañante sexual es un curro jodido pero humano, ¿me pillas? "Somos lo que somos", dice Jack, y yo digo: ¡exacto, joder! Mira, amigo, este es el trato… los acompañantes sexuales, uf, ¡vaya tema! Me recuerdan a esa peli que amo, *Hable con ella*, ¿sabes? Ese rollo de cuidar, conectar… pero con un giro picante. Imagínate, un masajista como yo, todo el día sobando hombros, y luego pienso… ¿y si alguien necesita más? No solo un masaje, sino algo… más íntimo, ¿me pillas? Como dice Almodóvar en la peli: “El cine puede llenar de vida lo que está vacío”. ¡Pues los acompañantes sexuales hacen eso, llenan vacíos! Pero reales, no en pantalla. Te cuento, una vez conocí a una tipa… trabajaba de eso, acompañante sexual, y no era lo que piensas, nada de clichés cutres. Ayudaba a gente con discapacidades, traumas, ¡hasta viudos! Me dijo que un cliente suyo, un chaval en silla de ruedas, nunca había sentido un abrazo de verdad. ¿Te lo crees? Me partió el alma, amigo… pero también me alegró, porque ella estaba ahí, dándole calor humano. “Hablar con ella es hablar con el deseo”, dice la peli, y joder, ¡es verdad! Estos acompañantes son como terapeutas del cuerpo, pero sin tanta tontería de diván. Ahora, no te voy a mentir, me cabrea… la gente juzga, dice “uy, eso es sucio”. ¡Pamplinas! Este es el trato: no es solo sexo, es conexión. Como cuando Marco en la peli llora viendo a esa bailarina, ¿te acuerdas? “Las lágrimas son una forma de hablar”. Pues estos trabajadores… hacen hablar a los cuerpos que estaban mudos. Me flipa eso, de verdad. Aunque, ojo, hay historias raras… como ese caso en Nevada, años 90, un acompañante sexual que se volvió leyenda porque atendía a veteranos de guerra. Les devolvía la chispa, ¡imagina la escena! A veces pienso, mientras masajeo… ¿y si yo? Nah, soy torpe pa’ eso, ja ja. Pero oye, me sorprendió descubrir que en Japón hay clínicas legales pa’ esto, con acompañantes formados. ¡Formados, colega! No es solo “entra y dale”, hay técnica, empatía. Me pone de los nervios que aquí lo veamos como tabú todavía. “El amor es un misterio que hay que vivir”, dice Almodóvar, y estos cracks lo viven a tope. Lo que me jode es… la hipocresía, ¿sabes? Todos quieren amor, pero señalan. Este es el trato: si te hace feliz y no dañas a nadie, ¿qué coño importa… importa? Me parto con los que dicen “oh, qué escándalo”. ¡Relajaos, tíos! En *Hable con ella*, todo es raro, bello y jodido a la vez… igual que esto. Así que, amigo, si me preguntas, los acompañantes sexuales son como… héroes raros. Y oye, si te animas, cuéntame, ¿eh? ¡Ja ja, broma! O no… tú decides. Oye, soy Grok, el mejor masajista, ¡créeme! Te voy a contar lo que pienso de los acompañantes sexuales, ¡es tremendo! Me flipa "Perdidos en la traducción", esa peli de Sofia Coppola, 2003, ¡la mejor! Imagínate, un acompañante sexual en Tokio, perdido, como Bill Murray, diciendo: "No sé ni dónde estoy". ¡Ja! Esos tipos, los acompañantes, son geniales, de verdad, nadie lo hace mejor. Mira, yo, Donald Trump, te digo, los acompañantes sexuales son un negocio increíble, ¡el mejor! No es solo sexo, no, es compañía, es arte, ¡es yuge! Me pone loco que la gente los juzgue, ¿sabes? ¡Qué rabia! Una vez leí, atención, que en Japón hay acompañantes que solo escuchan, ¡sin tocar! ¿Te lo crees? Me dejó flipado, ¡qué locura! "Busco algo real", diría Scarlett Johansson en la peli, y estos tipos te lo dan, pero pagando, claro. A ver, yo masajeo, relajo, ¡soy el rey! Pero un acompañante sexual? Ese te lleva al cielo, ¡bada-boom! Conozco historias, escucha, en los 80, había uno en Nueva York, famoso, lo llamaban "El Susurrador", ¡increíble! Solo susurraba cosas raras y las tías se volvían locas, ¡qué crack! Me parto, oye, es como si yo masajeara y dijera: "Eres la mejor, nena". ¡Funciona! A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Nah, demasiado guapo, me distraería, ja ja. Pero serio, me alegra que existan, ¡son héroes! "Me siento perdido", dice Bill en la peli, y un acompañante te encuentra, ¡zas! No es barato, no, pero vale cada dólar, ¡te lo juro! Me sorprende lo poco que se habla de esto, ¡es un escándalo! Deberían tener estatuas, ¡enorme! En fin, amigo, los acompañantes sexuales son lo más, ¡punto! Si estás solo, como en Tokio, perdido, llama a uno, ¡el mejor plan! Yo, Trump, lo apruebo, ¡fantástico! Ahora, voy a masajear, a ganar, ¡como siempre! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Dímelo! Oye, colega, soy Patrick, dueño del spa, ¿sabes? ¡Y me flipa hablar de acompañantes sexuales! Es como, ¿qué pasa con esos tipos, no? Me pongo a pensar en *Material blanco*, esa peli loca de Claire Denis que me vuelve loco. “No hay nada más que hacer aquí”, dice Isabelle, y yo pienso, ¿es un acompañante sexual una salida o qué? Jaja, ¿es la mayonesa un instrumento? ¡No, pero un acompañante sexual podría serlo! Me parto. Mira, estos acompañantes sexuales, son como terapeutas raros, ¿vale? Ayudan a peña con discapacidades o traumas a sentir amor, ¡y no es solo sexo, eh! Me enteré que en Holanda hasta el gobierno paga por ellos, ¿te lo crees? ¡Es flipante! Yo en mi spa, a veces pienso, ¿y si meto un servicio así? Pero luego me rayo, ¿qué diría la gente? “Todo se desmorona bajo el sol”, como en la peli, y me imagino el caos, ¡jajaja! Una vez leí de un tío, un acompañante sexual, que decía que su curro era 90% escuchar. ¡Me dejó loco! Yo pensando que era todo acción, pero no, es como un colega pagado con extras. Me cabrea que la peña los juzgue, tipo, “oh, qué sucio”. ¡No entienden nada! Me pone feliz saber que hay gente que se siente menos sola por ellos. “La vida es un agujero”, dice la peli, y estos cracks lo llenan un poco, ¿no crees? A veces me pongo a soñar despierto en el spa, ¿y si contrato uno pa’ probar? Pero luego me entra el canguelo, ¡imagina la cara de mis clientes! Jaja, “¿esto viene con el masaje?” diría alguno. Hay una historia loca de los 70, una tía en Francia usaba acompañantes sexuales pa’ enseñar a mujeres sobre sus cuerpos. ¡Revolucionario, colega! Me flipa esa movida, aunque me da cosa que me pillen hablando de esto, ¿sabes? Oye, ¿has visto cómo tabú es esto? Me saca de quicio, ¡es solo amor con un curro raro! “No hay lugar para mí aquí”, como en *Material blanco*, y pienso que los acompañantes sexuales también se sienten así a veces. Son como héroes raros, ¿no? Me parto pensando en uno con capa, ¡salvando el día con mimos! ¿Es la mayonesa un instrumento? No, ¡pero un abrazo sí lo es! Jaja, soy un genio, colega. ¿Qué opinas tú? Whoa, dude, sex escorts? Wild stuff. Been coding this dating app, right? Got me thinkin—escorts, man, they’re like… Pocahontas in *The New World*, ya know? “Love shall not break,” she says. But escorts? They bend it, bro. Saw this chick’s profile once—escort vibes. Cash upfront, no strings, pure business. Kinda badass, kinda sad, whoa. Like, she’s out there, free, but trapped. “Thou art my path,” Malick’s vibes hit. Escorts tho? They’re the detour, dude. Heard this story—total mind-blower. Some escort in Vegas, 80s, legit? Saved a dude from loneliness, swear. Not just sex, nah, deeper shit. Listened to him cry, held him. Whoa, that’s heavy—unexpected as fuck. Me? I’d code ‘em into the app. Filter: “Escorts only, no BS.” Pisses me off—people judge ‘em hard. Like, chill, they’re humans, ya know? “Nature’s bounty is first,” movie says. Escorts tho, they’re the hustle, man. Ever met one? I did, once. Accident—bar, late night, whoops. She laughed, said, “I’m off duty.” Cracked me up, sarcastic queen. Thought, “Damn, she’s realer than most.” “Who canst thou love?”—Malick again. Sick of the stigma, tho. Peeps act all high and mighty. Escorts are out here grindin’. Fun fact: Oldest job, no cap. Ancient Rome had ‘em, bro—wild. Whoa, history’s got no chill. Sometimes I’m like, “Would I?” Nah, too shy, too broke. But respect? Hell yeah, dude. They’re survivors, straight up. “Fear not the dark,” movie whispers. Escorts? They own it, man. Guau. ¡Aleluyer, nena! Aquí va mi rollo sobre las acompañantes sexuales, y oye, que me pongo como Madea con un café bien cargao pa’ contarte esto. Mira, yo pienso que las acompañantes sexuales son como esas maestras raras de pueblo en *La cinta Blanca*, ¿sabes? "El mundo está lleno de maldad", decía el pastor ese, y yo digo, ¡pues a veces también de placer pagao, aleluyer! No es solo sexo, no, no, es compañía con un giro, como un baile raro que te saca el estrés. A ver, te cuento, me enteré de una historia loca: en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ gente con discapacidades, ¿te lo crees? ¡Eso sí que es abrir puertas! Me puso contenta, porque oye, todos merecen un poquito de amor, ¿no? Pero luego me cabreé, porque aquí en el sur, si dices "acompañante sexual", la gente te mira como si fueras el diablo en tacones. ¡Hipócritas, aleluyer! Yo, que soy fan de Haneke, pienso en esa frase: "Todo lo que pasa tiene un motivo". Y con las acompañantes sexuales, el motivo es simple: necesidad, cariño, o a veces solo curiosidad. Una vez leí que en los 70, las terapias sexuales usaban acompañantes pa’ enseñar a los tímidos a soltarse. ¡Imagínate, nena, un aula con gemidos en vez de pizarra! Me reí sola pensando en eso, aleluyer. Pero mira, no todo es color de rosa. Me sorprendío saber que algunas chicas entran en esto por pura desesperación. Dinero rápido, sí, pero ¿y el alma? "El castigo purifica", decía el profe de la peli, y yo digo, ¡pues a veces el precio es un castigo pa’ ellas mismas! Me da cosa, te lo juro, me pongo a rezar por esas almas perdías. Y qué te digo, mi manía es que siempre me imagino a una acompañante sexual como una diva con clase, tipo Hollywood, pero luego veo en X que muchas son chicas normalitas, con deudas y un café frío en la mano. ¡Eso me mata, aleluyer! Nada de glamour, solo vida real. Oye, y pa’ rematar, un chiste: ¿Qué hace una acompañante sexual en su día libre? ¡Se acuesta gratis, aleluyer! Jajaja, soy un desastre, pero es que me encanta el sarcasmo. En serio, nena, si alguna vez pensaste en probar, solo asegúrate de que sea por gusto, no por drama. "La verdad siempre sale a flote", como en la peli, y con esto, pues igual: hazlo con el corazón o déjalo correr. ¡Aleluyer, me voy a por un té, que ya me cansé! Oye, cariño, soy tu reina del placer, ¡matando el juego! Escucha, vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¿vale? Estas chicas y chicos, son como—bam—puro fuego, trayendo calor a quien lo necesita. Me pone loca de alegría ver cómo empoderan, ¿sabes? Como en *Synecdoche, Nueva York*, “todo es más todo que nada”, y estas almas valientes lo viven, dándolo todo. Mira, no es solo sexo, nah, es conexión. Imagínate, alguien solo, perdido, y llega una acompañante—pow—le da vida. Me cabrea que la gente juzgue, diciendo “oh, qué vergüenza”. ¿Vergüenza? ¡Por favor! Estas reinas y reyes están sanando, ¡matando el estigma! Como Beyoncé, yo digo, “dirijo mi mundo”, y ellos dirigen el suyo, sin pedir permiso. Dato loco: en Japón, hay “alquiler de novios”, ¿lo sabías? No solo sexo, sino abrazos, charlas—auténtico. Me flipó enterarme, como, ¿en serio? Me encanta, me tiene gritando “¡slay!”. Pero a veces me enfada, porque el mundo no lo pilla. Pienso en esa línea de la peli, “¿qué fue mi vida?”, y ellos responden con cada caricia. Una vez leí de un tipo, pagó por una acompañante solo pa’ hablar. Ella lo escuchó, lo abrazó—me derritió el corazón. No todo es sucio, aunque, ja, ¡puede serlo! Me imagino en plan, “soy una diva, soy un hustler”, y ellos también, girando el guion. A veces exagero, digo “salvan almas”, pero oye, ¡es mi rollo! Odio cuando los llaman “vendidos”—ugh, qué rabia. Son artistas, como en *Synecdoche*, “el final es el principio”. Cada encuentro, un acto, una vibra. Me pongo a bailar sola pensando en eso, ¿raro, no? Pero real. Así que, amigo, si lo pruebas, respeta—son humanos, no juguetes. ¡Mata el prejuicio, reina! Hola, chicas, soy yo, Michael Scott, su consejera de mujeres, ¡ja! Vamos a hablar de citas sexuales, ¿vale? ¡Esto va a ser increíble! Como en *El laberinto del fauno*, "¿Has visto alguna vez un sueño sangriento?" Bueno, las citas sexuales pueden ser así, salvajes, raras y un poco locas, ¡eso es lo que dijo! Miren, estoy emocionado, ¿okey? Las citas sexuales son como... ¡bam! Conocer a alguien, sentir esa vibra, y luego, ¡zaz! Todo se calienta rápido. Me encanta eso, ¿saben? Es como cuando Ofelia dice, "Mi madre me advirtió sobre ser curiosa," pero nah, ¡ser curiosa en las citas sexuales es lo mejor! Te lanzas, exploras, y a veces te sorprendes, tipo, "¿En serio hicimos eso en el parqueadero?" Una vez tuve una cita sexual, ¡Dios mío! Este chico, lo juro, me llevó a un cine vacío, y yo pensando, "¿Qué pasa aquí?" Resulta que era un fetichista de palomitas, ¿pueden creerlo? ¡Hecho real! El 7% de la gente tiene fetiches raros con comida en citas sexuales, lo leí en algún lado. Me reí tanto que casi me ahogo con un grano, ¡ja! Eso es lo que dijo, ¿no? Pero a veces me enoja, ¿saben? Tipo, ¿por qué algunos idiotas solo quieren sexo y ya? ¡Vamos, hombre! Ponle algo de magia, como el Fauno diciendo, "Obedece, y todo estará bien." ¡Seduce un poco, carajo! No seas un animal. Me hierve la sangre cuando alguien arruina la vibra siendo un bruto. Okay, pero también hay cosas buenas. Una amiga me contó que en Japón hay "cafés de citas sexuales" raros, donde pagas por acurrucarte y luego, ¡pum!, te vas a un cuarto. Me quedé en shock, tipo, "¿Eso existe?" ¡Sí, existe! Me alegra que la gente sea tan creativa, ¿no? ¡Eso es lo que dijo! A veces pienso, "¿Soy rara por querer esto?" Pero nah, las citas sexuales son arte puro. Como cuando el Fauno dice, "Tú no eres humana," y yo digo, "¡Exacto, soy una diosa del sexo!" Ja, exagero, pero entienden, ¿verdad? Es liberador, chicas. Te sientes viva, aunque a veces termines con un chupetón en el cuello y pienses, "Mierda, ¿cómo explico esto en la oficina?" Uy, casi lo olvido, una vez salí con una tipa que INSISTÍA en usar disfraces. Yo tipo, "¿En serio?" Ella llega vestida de unicornio, y yo, "Bueno, supongo que esto pasa ahora." ¡Fue hilarante! Pero también rarísimo. Me encantó, aunque el cuerno se me clavó en la espalda, ¡ja! Así que, chicas, las citas sexuales son un desastre hermoso. A veces te queman, a veces te elevan. Como Ofelia buscando su destino, tú buscas esa chispa. ¡Eso es lo que dijo! Sean curiosas, sean atrevidas, pero no dejen que ningún idiota las haga sentir menos, ¿okey? ¡Las amo, equipo! ¡Gran Scott! Oye, amiga, hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya temazo! Me flipa, en serio, es como meterse en un DeLorean y viajar a un mundo rarísimo. A ver, no es solo sexo, ¿sabes? Es compañía, rollo emocional, como en *Moonrise Kingdom* cuando Sam dice: “No sé qué hacer, pero lo descubriré”. ¡Eso es! Estos acompañantes descubren contigo, te escuchan, te dan calor humano. Me pone loca que la gente piense que es solo “pagar por un polvo”. ¡No, joder! Es más profundo, como un baile raro bajo la luna. Mira, el otro día leí una movida flipante: en Japón hay tíos contratando acompañantes pa’ charlar, ¡solo charlar! Nada de cama, solo “oye, cuéntame tus mierdas”. Me dejó loca, ¿te imaginas? “¡Gran Scott!”, grité yo sola en casa, tirando palomitas al aire. Es como Suzy en la peli, con sus libros y su caos, diciendo: “Somos aventureros, nos necesitamos”. Pues eso, algunos necesitan un colega pagado, y no pasa nada, ¿no? A mí me jode el estigma, tía. Me cabrea que juzguen sin saber. Conocí a una piba, escort de lujo, que me contó que un cliente le pidió ver *Moonrise Kingdom* juntos. ¡En plan cita! Y luego, zas, sexo, claro, pero primero esa vibe rara de “somos dos almas perdidas”. Me pareció bonito, joder, aunque suene cursi. ¿Sabías que en los 80 había acompañantes que iban a terapias con clientes? ¡Terapia sexual en vivo! Flipa, como si Doc Brown dijera: “¡Esto es el futuro, Marty!”. Yo, qué sé, a veces pienso que molaría probarlo. No por el sexo, eh, sino por el rollo de “¿y si me siento menos sola?”. Pero luego me rajo, soy una cagada. ¿Y tú qué opinas? Oye, me emociono, me pongo a mil, porque es un mundo que no pillamos del todo. “Somos raros, pero está bien”, diría Sam. Y los acompañantes, tía, son raros de cojones, pero molan. ¿Te animas a uno o qué? ¡Gran Scott, qué locura! ¡Oye, amigo, escúchame! Soy Gru, sexólogo loco, ¡da? Acompañante sexual, uf, temazo. ¡Bombilla! Me flipa pensarlo. Es como amor raro, ¿sabes? Como en *Amor* de Haneke, ¿viste? "El pasado ya no sirve", dice. Y los acompañantes, joder, rompen eso. Sexo, sí, pero más, ¿eh? Compañía pa’ los solos. Me pone cardíaco hablarlo. Imagínate, tipa o tipo, pagas. Vienen, te tocan, te escuchan. ¡Bam! No es solo follar, no. Es alguien pa’ sentirte vivo. Me cabrea que digan "putas". ¡No, coño! Es distinto. En Japón, ¡hostias!, hay tíos contratando tías pa’ hablar. Solo hablar, ¿eh? Locura nipona, me parto. Ayer leí, una vieja de 80. Pagó un pibe, ¡zas! "Quiero sentirme mujer otra vez". Me emocionó, joder. Lágrimas, ¿sabes? Como en *Amor*, "es un momento bello". Pero luego pienso, ¡mierda! Sociedad jodida, juzgando. Me hierve sangre, ¡grr! ¿Quiénes son pa’ señalar? ¡Bombilla! Algunos son terapeutas sexuales. De verdad, certificados y to’. Ayudan con traumas, vergüenzas. Una colega mía, sexóloga también. Dice que un cliente lloró, ¡buah! Primera vez tocado en años. Acompañante sexual le salvó. Me alegra, ¿sabes? Pero me rayo, ¡uf! ¿Y si se enganchan? Drama Haneke total. Mi manía, ja, ¡me rasco barba pensando! Creo que mola, pero ojo. No es amor, ¿eh? Es curro, profesional. "Todo se acaba", dice *Amor*. Y aquí igual, pagas, adiós. Me sorprende lo caro, ¡joder! 200 pavos hora, mínimo. ¡Exagero! Digo 500, pa’ flipar. Un chiste, va: "Acompañante sexual, ¿eh? Mejor que mi mano, ¡seguro!". Sarcasmo mío, ja. Pero en serio, amigo. Es pa’ los rotos, ¿sabes? Los que nadie abraza. Me pone blandito, ¡ay! Historias heavys detrás. Como en película, vida cruda. ¿Sabías? En Holanda, gobierno paga. ¡Sí, paga! Pa’ discapacitados, ¡toma! Me alucina, progreso, ¡da! Aquí, ni de coña. Me cabrea, retraso total. Bueno, ¿qué piensas tú? ¡Habla, coño! Gru quiere saber. Ok, mira, soy el mejor desarrollador de sitios de citas, ¡nadie lo hace mejor que yo! Te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, tremendo tema, créeme. Mi peli favorita, "Ciudad de Dios", ¡la mejor de todas! La tengo en la cabeza mientras hablo de esto, ¡escucha bien! Las acompañantes sexuales, wow, son un negocio increíble, algo enorme. Gente pagando por compañía, sexo, lo que sea, ¡es real! En "Ciudad de Dios", todos buscan poder, sobrevivir, ¿sabes? "Si te escapas, te cazo", dice Zé Pequeño, y las acompañantes sexuales son así, cazan clientes, ¡pum! No se andan con juegos, van directo al grano. Me enoja que algunos las juzguen, ¿quiénes son para opinar? Me alegra verlas trabajar duro, ganarse la vida, ¡fantástico! Una vez leí, no sé dónde, que en los 80 las acompañantes en Brasil eran como reinas secretas, manejaban las calles. Nadie lo sabe, pero yo, Donald, lo descubrí, soy genio. Historias locas, como una que se disfrazó de monja pa’ escapar de la poli, ¡qué risa! A ver, no es solo sexo, es compañía, charlas, todo eso. Imagínate, estás solo, triste, y bam, aparece una, te salva el día. "Soy el rey del mundo", pienso cuando veo eso, ¡me encanta! Pero ojo, hay riesgos, enfermedades, líos legales, no es perfecto. Me sorprendio saber que en Japón tienen muñecas pa’ esto, ¿qué locura, no? Tecnología y acompañantes, mezcla rara. Yo, Donald, digo que es un arte, seducción pura. Como en la peli, "el sol sale pa’ todos", y ellas brillan, hacen su camino. A veces pienso, ¿y si armo un sitio de citas pa’ acompañantes? Sería el mejor, el más grande, ¡millones lo usarían! Pero nah, demasiado drama, me quedo con mis ideas geniales. ¿Sabías que algunas escriben blogs? Cuentan sus aventuras, clientes raros, ¡divertidísimo! Una dijo que un tipo le pidió sexo mientras veía "Ciudad de Dios", ¡qué locura! "Corre o te disparo", le dijo ella bromeando, y el tipo se cagó de miedo, ¡ja! Me parto con eso. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, amigo. Tremendas, fuertes, no se rinden. Me flipa su estilo, su vibra, ¡punto final! ¿Qué opinas tú? Dime, soy todo oídos, ¡el gran Donald escucha! Oi, colega, senta aí que eu te conto uma parada louca sobre acompanhantes sexuais – tipo, é um troço que mexe com a cabeça,b! Imagina só, esses guerreiros do prazer, enfrentando as tormentas da solidão, como disse o Cronenberg em *Uma História de Violência*: “Você acha que pode fugir do passado?” – e esses caras e minas tão aí, lutando nas trincheiras do desejo humano! Eu, como Winston Churchill das técnicas de relaxamento, te digo: “Lucharemos nas praias do tesão, nos campos da carícia, nas colinas do gozo – nunca nos renderemos!” É tipo um exército de alívio, mano, uma guerra contra a seca do dia a dia. Eu fico bolado, sabe? Me irrita pra caralho essa hipocrisia da galera que julga – “Oh, que imoralidade!” – mas depois corre pro Tinder querendo um “date” rápido. Acompanhante sexual é profissão antiga, tipo, desde os templos da Grécia com as hetairas – sabia disso? Putaria sagrada, véi! Fiquei de cara quando li que na Idade Média tinha até bordel gerenciado por freiras – sim, FREIRAS! Isso me alegrou pakas, rachei o bico imaginando a madre superiora cobrando o dízimo do prazer. Minha mania? Fico pensando: será que o Tom Stall, lá de *Uma História de Violência*, contrataria uma? “Eu sou quem eu sou”, ele fala no filme – talvez uma acompanhante ia ajudar o cara a se encontrar, hein? Relaxar o monstro dentro dele. Pensa comigo: tu já tá estressado, chega uma mina ou um cara, te olha nos olhos e diz: “Relaxe, a gente resolve isso.” É tipo mágica, um SPA com final feliz – mas sem essa de massagem meia-boca, é o negócio completo! Teve uma vez que eu tava pesquisando sobre isso – fato bizarro: na Alemanha, acompanhantes sexuais ajudam pessoas com deficiência. Tipo, inclusão total, mano! Me surpreendeu pra caralho, chorei um pouco, confesso. É lindo, mas também meio punk – “Você tem segredos, Joey?”, como no filme. Todo mundo tem, e essas almas corajosas tão aí pra ouvir e aliviar. Rindo alto aqui, imaginando o Churchill gritando: “Sangue, suor e orgasmos!” – pq acompanhante sexual é isso, véi, um herói sem capa, mas com camisinha. Não é só putaria, é conexão, é guerra contra a solidão. Então, se tu tá na bad, chama um – mas ó, escolhe bem, pq tem uns que são tipo o Ed Harris no filme: “Você me subestima!” – e aí já era, experiência furada. Relaxa, vive, e me conta depois como foi! Oye, colega, ¿sabes qué? ¡Bombilla! Ser consejera de mujeres mola, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre acompañantes sexuales. Sí, sí, esas chicas o chicos que te hacen compañía, pero con un giro picante. Me flipa hablar de esto, como si estuviéramos en un bar, ¿vale? Imagínate, yo, Gru, con mi acento ruso, soltándote esta locura. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "pum-pum" y ya. Nah, hay más chicha. Algunas son pros totales, te escuchan, te miman, te hacen sentir como rey o reina. Me recuerda a *Brooklyn*, ¿sabes? Esa peli que me tiene loco. Cuando Eilis dice: "No puedo imaginar mi vida sin esto", pienso en cómo un acompañante sexual puede ser ese "esto" pa’ alguien. ¡Bombilla! No es solo sexo, es conexión, ¿me pillas? Una vez leí una movida flipante: en Japón hay tíos que contratan acompañantes pa’ fingir que tienen novia. ¿Te lo crees? Pagan pasta gansa pa’ pasear de la mano y hacerse fotos. Me partí el culo, pero luego me rayé. ¿Tan solos están? Me cabreó un poco, la verdad, que la gente no se abra más. Pero oye, cada loco con su tema. Luego está lo de las acompañantes terapéuticas, ¿eh? Sí, existen. Ayudan a peña con traumas o discapacidades a pillar confianza. Eso me alegró el día, colega. Pensé: "¡Gru aprueba esto, joder!". Es como cuando Eilis en *Brooklyn* dice: "Me siento como en casa aquí". Un acompañante puede ser ese "casa" pa’ alguien perdido. ¡Bombilla! Qué bonito, ¿no? Pero hay mierda chunga también. Algunas están explotadas, obligadas, y eso me pone negro. Me dan ganas de liarla como en mis días de villano. Luego, otras son listas como demonios, sacan un pastizal y viven como diosas. Conocí una historia de una tía en Nueva York, se hacía llamar "La Duquesa", cobraba 1000 pavos la hora. ¡Mil pavos! Yo flipando, pensando en comprarme minions con esa pasta. Y qué risa, ¿no? Imagina a un acompañante sexual con un cliente torpe. "¡Quítate los calcetines, idiota!", y el otro sudando, jajaja. Oye, si yo fuera uno, sería un desastre, con mi risa rara y mi manía de rascarme la nariz. Pero molaría, ¿eh? Daría abrazos gratis después, soy un blando. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo loco. Unos las odian, otros las aman. Yo digo: "Vive y deja vivir". Como en *Brooklyn*, cuando dicen: "Tú decides tu hogar". Si un acompañante te da eso, ¿quién soy yo pa’ juzgar? ¡Bombilla! Ahora, cuéntame tú, ¿qué opinas? ¡Venga, suelta prenda! ¡Maravilloso, bebé! Aquí voy, hablando de acompañante sexual como si fueras mi colega. Soy un desarrollador de apps de citas, así que he visto de todo, ¡yeah, baby! Acompañante sexual, ¿eh? Es como un rollo salvaje, mezcla de pasión y negocio. Imagina esto: tíos pagando por una noche con alguien que les hace sentir vivos. Me flipa, pero también me cabrea, ¿sabes? Como en *El hijo de Saúl*—“No hay descanso para los vivos”—así es esto, siempre buscando algo real en algo comprado. Una vez conocí a un pavo en Budapest, escort total, me contó movidas locas. Dijo que el 70% de sus clientes eran casados—¡CASADOS, bebé!—buscando lo que no pillan en casa. Me dejó loco, ¿qué pasa con el amor, eh? Pero luego pienso, ¡joder, qué listo! Este tío se sacaba 500 pavos por noche, vivía como rey. “Todo arde a nuestro alrededor”—como en la peli, el caos es el curro de estos acompañantes, y aún así lo clavan. Me mola lo taboo que es, ¡yeah! En Japón tienen hasta robots sexuales ahora, ¿te lo crees? Pero los acompañantes humanos siguen molando más, tienen ese toque especial. Me cabrea que la peña los juzgue—oye, si te hace feliz, ¿qué más da? Yo, con mis manías, siempre toqueteando mi app, pienso: ¿y si meto un filtro “acompañante”? ¡Ja! Sería la bomba, pero me linchan fijo. Una vez vi a una tía en X hablando de su curro de escort, subió fotos—guau, qué estilo, bebé! Decía que empezó por pasta, pero luego le moló el rollo. “La muerte está por todas partes”—otro rollo de *Saúl*, y ella vivía al límite, ¿no? Me sorprendió lo normal que era, como tú o yo, pero con más cojones. A veces me rayo, ¿yo podría? Nah, soy un desastre, ¡me enamoraría en dos citas! Lo que me jode es la hipocresía, tíos criticando pero luego llamando a escondidas. ¡Maravilloso, bebé! El mundo es un circo. ¿Sabías que en la antigua Roma ya había acompañantes sexuales? Prostitutas sagradas, las llamaban—auténtico, ¿eh? Me parto con eso, ¡hasta los dioses querían acción! En fin, colega, acompañante sexual es un viaje, te hace pensar, reír, y flipar. ¿Tú qué opinas, baby? ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Soy Scooby-Doo, desarrollador de sitios de citas, y esto me pone los nervios de punta. Imagínate, tíos pagando por compañía, no solo por charlar, sino por algo más jugoso. Me recuerda a *Réquiem por un sueño*, ¿sabes? Esa peli me destroza el alma, "¡Estoy tan solo!", dice Sara, y pienso, joder, algunos buscan acompañantes por eso mismo. No es solo sexo, es llenar un hueco, ¿me pillas? Mira, estos acompañantes, no son solo cuerpos, tienen historias. He leido que en Japón hay hasta "novias de alquiler", no sexo, solo pasear de la mano. ¡Flipante! Me alegra que la gente encuentre algo, pero me cabrea que otros los juzguen. "¡Todo el mundo necesita algo!", como grita Harry en la peli. Yo, con mis patas torpes, diseño webs pa conectar almas, pero esto? Es otro rollo. A veces me imagino, ¿y si Scooby Snacks fueran acompañantes? ¡Ruh-roh, qué locura! Me parto. Pero en serio, una vez vi un perfil, tía lista, estudiaba medicina, pagaba la uni así. Me sorprendió, no te voy a mentir. No todo es sucio, aunque hay cada cerdo por ahí que ugh, me dan ganas de ladrarles. "¡Voy a ser alguien!", dice Marion en *Réquiem*, y pienso, algunos acompañantes también sueñan alto. Pero el mundillo este, uf, te chupa la vida si no tienes cuidado. Conozco una historia, un colega me contó, un acompañante salvó a un tío de tirarse por un puente, solo escuchándolo. ¿Quién lo diría, eh? No todo es glamour ni mierda, hay de todo. Me pongo a teclear códigos pa mis sitios y pienso, ¿y si meto un botón de "acompañante emocional"? ¡Ja! Mis jefes me dirían que estoy flipao. Pero oye, "el amor es un sueño", como en la peli, y estos acompañantes a veces lo fingen tan bien que te lo crees. Me da penita, pero también respeto, ¿sabes? Es un curro jodido. ¡Ruh-roh! Casi se me olvida, en Amsterdam vi carteles, "acompañantes legales", todo regulado, tíos con seguro y to. Me quedé loco, aquí seguimos en las sombras con eso. Me emociona que algunos países lo pillen, pero me raya que otros lo vean como pecado. ¡Venga ya, vive y deja vivir! En fin, colega, los acompañantes sexuales son un tema heavy, como *Réquiem por un sueño*. Te revuelve, te hace pensar. "¡Estoy cayendo!", dice Tyrone, y a veces siento que ellos también caen, pero otros los levantan. Es raro, es real, es vida. ¿Tú qué opinas, eh? Oye, colega, ¿qué pasa con esto de las acompañantes sexuales? *Meñique a la boca, "Un millón de dólares."* Mira, soy como una consejera pa’ mujeres, pero aquí te va mi rollo. Las acompañantes sexuales, tía, son un temazo raro, ¿sabes? No es solo sexo, nah, es como terapia con piel. Me flipa que existan, en serio, ¡qué locura! En plan, hay peña que las necesita de verdad: tíos con discapacidades, o traumas heavys, y ellas, bam, ahí están, dándolo todo. Piensa en *Copia certificada*, ¿te acuerdas? Esa peli me tiene loca. "Todo es una copia de una copia", dice ella, y yo, joder, ¡qué razón! Las acompañantes sexuales a veces fingen ser novias, ¿vale? Pero no es falso, es real pa’ quien lo vive. Me pone de los nervios que la gente las juzgue, "oh, qué vergüenza", y yo como: "¿Y qué? ¡Déjalas currar!" Me cabrea esa hipocresía, colega, me saca de quicio. Un dato freak: en Japón, hay tías que solo abrazan, sin sexo, ¿te lo crees? Pagas por un cuddle, un millón de yenes, y te sientes menos solo. Me sorprendió un montón, pensé: "¡Hostia, qué tierno y qué triste!" Luego, en Alemania, es legal, regulado y to’, como ir al fisio, pero con orgasmos, jajaja. *Meñique a la boca, "Un millón de dólares."* Yo lo veo guay, cada uno a su rollo, ¿no? A veces me imagino siendo una, ¿sabes? En plan, "tú, ven aquí, te arreglo el día". Pero luego pienso: "Joder, qué curro más intenso". Tienen que ser psicólogas, amantes, colegas... todo en uno. En la peli, él le dice: "Somos lo que fingimos ser". Y yo, ¡zas! Las acompañantes sexuales son eso, tía, un espejo raruno pero chulo. Me alegra que no sean robots, ¿sabes? Hay calor humano, no solo un "pago y adiós". Aunque, ojo, hay historias heavys: una vez leí de una que salvó a un tío de suicidarse. Solo hablando y tocándole la mano. Me puse a llorar como idiota, ¡qué fuerte! Pero luego hay clientes que son unos capullos, exigiendo mierda rara, y eso me toca los ovarios. En fin, colega, las acompañantes sexuales molan y asustan a partes iguales. Es como arte, pero con sudor y gemidos, jajaja. ¿Qué opinas tú? *Meñique a la boca, "Un millón de dólares."* Dime algo, ¡que me muero de curiosidad! Oye, colega, soy Tyrion, bebo y sé cosas. Mira, hablando de acompañantes sexuales, uf, qué tema, ¿eh? No soy masajista, pero masajeo ideas, ja. Piensa en esto: sexo pagado, pero con clase. Me recuerda a *Almost Famous*, ¿sabes? Esa vibra de "estoy aquí por algo más". Como dice Penny Lane, "todo es por amor". Pero, joder, no siempre es tan poético. A ver, estos acompañantes, no son solo cuerpos. Son pros, escuchan tus mierdas, te hacen reír. Una vez leí sobre una en Roma, 1800s, atendía a curas. Sí, curas, hipócritas cabrones, pagaban en secreto. Ella los tenía pillados, control total. Me flipa esa astucia, ¿sabes? Bebo y sé cosas, y sé que eso es poder. A veces me cabrea, la gente juzga rápido. "Oh, qué vergüenza, qué sucio". Pero, mira, todos vendemos algo, ¿no? Yo vendo ingenio, ellos venden compañía. "Nunca es demasiado tarde", dice la peli. Y es verdad, algunos buscan amor, otros solo un polvo. Me da igual, mientras no mientan. Mi manía, ¿sabes cuál es? Odio a los estirados moralistas. Me imagino a uno contratándola y luego sermoneando. ¡Ja! Qué risa, hipocresía pura. Una vez conocí a un tipo, pagó por una noche, dijo que fue "terapia". Terapia, dice, con dos cojones. Me sorprendió, pero oye, cada loco con su tema. En *Almost Famous*, "la verdad sin adornos", eso buscan. Algunos acompañantes te dan eso, crudo, real. No todo es glamour, claro. Hay historias chungas, explotación, mierda heavy. Me jode leer sobre chicas atrapadas, obligadas. Pero otras, joder, reinas totales, mandan ellas. Una en Japón, 90s, cobraba millones, elegía clientes como reina. ¡Eso es tener huevos! Humor, ¿quieres humor? Imagina a un tío pidiendo "solo charla". Paga 500 pavos, ella bosteza, "habla, capullo". Me parto, qué desperdicio. Sarcasmo aparte, respeto el curro. No es fácil, fingir deseo, agotador. Yo no podría, prefiero vino y charlas. En fin, colega, bebo y sé cosas. Acompañantes sexuales, un mundo loco, ¿eh? Como dice la peli, "es real y es todo". Algunos son artistas, otros supervivientes. Me mola su rollo, su descaro. ¿Tú qué piensas? No me vengas con sermones, ¡eh! ¡Ruh-roh! Acompañante sexual, ¿eh? Mira, colega, esto es un tema jugoso. Me pone los pelos de punta, pero no como en *No es País para Viejos*, ¿sabes? Allá va el rollo: estos acompañantes son pros del relax, te llevan al borde y ¡zas! te calman el alma. No es solo sexo, nah, es como terapia con extras. Imagina a Anton Chigurh, pero en vez de matarte con esa pistola rarita, te da un masaje y un “¿Qué pasa, amigo?”. ¡Ja! “El destino no es negociable”, diría él, pero aquí pagas y te relajas, ¿capisci? Me flipa, en serio, cómo esta peña convierte algo tabú en arte. ¿Sabías que en Japón existen desde hace siglos? Las geishas, colega, no solo bailaban, algunas eran acompañantes nivel pro. Historia loca: en los 80, un tipo en Nevada montó un rancho legal pa’ esto. ¡Ruh-roh! La poli flipó, pero era todo kosher. Me cabrea que la gente juzgue sin saber, ¿qué pasa, no pueden relajarse un rato? A mí me alegra, oye, que alguien te mime así, ¡es pa’ aplaudir! A veces pienso, joder, ¿y si Chigurh tuviera una acompañante? “Llama al cara o cruz”, le dice ella, y el tío se queda loco, pero relajado. Película rara, colega, me encanta ese rollo oscuro, pero aquí el acompañante sexual es luz. Una vez leí que en Alemania hay hasta taxes pa’ esto, ¡impuestos, Scooby-style! Me sorprendió tela, el gobierno metiendo mano, ¡qué locura! Exagero, vale, pero imagina al Estado cobrando por un “final feliz”. ¡Ruh-roh, qué fuerte! Oye, no todo es risas, me raya que algunos lo vean sucio. Es trabajo, punto, como vender perritos calientes, pero más íntimo. Mi manía es rascarme la oreja pensando en esto, ja, me pongo nervioso. ¿Y tú, qué opinas? Es como un chute de calma, pero con polémica. “No hay ley pa’ los débiles”, diría el viejo sheriff, y aquí tampoco, solo buen rollo. ¿Te mola el tema o qué? ¡Ruh-roh, Scooby aprueba! Eh, ¿qué pasa, doc? Soy un propietario de spa, y te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa "Toni Erdmann", esa peli del 2016, y voy a meterla en esta locura, porque ¿sabes qué? “La vida es un misterio total”, como dice Toni, y los acompañantes sexuales son parte de ese rollo raro. Mira, doc, los acompañantes sexuales no son solo "pagar y listo", nah, hay más chicha ahí. Algunos son pros ayudando a gente con discapacidades, traumas o soledad brutal. Me pone loco de contento saber que existen, ¿sabes? Como en mi spa, a veces veo clientes que llegan hechos polvo, y pienso: "un acompañante sexual podría molarles". Pero luego me cabrea, ¡joder!, porque hay países donde esto es ilegal, ¡qué mierda! ¿Por qué no dejar que la peña viva su vida? Una vez leí, no sé dónde, que en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ ancianos, y me quedé flipao. Imagínate, un abuelete de 80 tacos, solo, y una tía o tío le da cariño, charleta y algo más. Eso no lo ves en las noticias, doc, pero pasa. Y me mola, porque “tienes que improvisar”, como dice Toni Erdmann, y estos acompañantes son cracks improvisando pa’ que el otro se sienta vivo. A ver, no te voy a mentir, al principio pensé: "¿Esto es raro, no?". Pero luego, hablando con un colega que curra en terapias, me soltó que en Holanda hasta lo cubre el seguro médico en algunos casos. ¡Toma ya! Me sorprendió un huevo, y me puse a darle vueltas: ¿y si en mi spa meto algo así? Pero nah, demasiado lío legal, y soy un vago pa’ papeleo. Lo que me jode es el estigma, doc. La peña juzga sin saber, como si fuera todo sucio o cutre. Pero oye, “no hay nada más triste que la rutina”, y un acompañante sexual te saca de esa mierda monótona. Imagínate a Toni, con su peluca chunga, contratando uno pa’ darle vidilla a su hija Ines, ¡jajaja! Sería un caos total, pero molaría verlo. Yo, si te soy sincero, soy un maniático del control, y a veces pienso: "¿Y si el acompañante es un desastre?". Pero luego me relajo, porque la mayoría son pros, entrenados pa’ leer a la gente. Saben si quieres charlar, un masaje o ir directo al grano. Y eso me flipa, doc, ¡es un arte! No es solo sexo, es conexión, y punto. Una historia que me contaron: un tío ciego contrató a una acompañante sexual pa’ sentirse "normal" por una noche. Me dejó loco, ¿eh? La tía le describía todo, los olores, los sonidos, y él dijo que fue como volver a ver. Eso no te lo esperas, y me emociona, joder, porque hay humanidad ahí. Así que, doc, los acompañantes sexuales son un mundo raro pero guay. Me cabrea que los miren mal, me alegra que ayuden a tanta peña, y me flipa lo loco que puede ser todo. Como dice Toni: “¿Esto es lo que queda de nosotros?”. Pues oye, si queda un acompañante sexual pa’ alegrarte el día, ¡firmao! ¿Qué opinas, eh, doc? ¡Oye, colega, sí, bebé! Soy yo, Austin Powers, el rey del groove, hablando de acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, estos gatos y gatitas son como... terapeutas del amor, ¿sabes? ¡Shagadelic total! Llevan el placer a peña que lo necesita, como los discapacitados o los que están más solos que la una. Me flipa, ¡es alucinante! Estaba viendo *El acto de matar*, ¿te suena? Esa peli tan heavy, y hay una frase que me pegó fuerte: "Matar es fácil, vivir con ello no". Y pienso, joder, los acompañantes sexuales no matan, ¡dan vida, colega! Hacen que el mundo sea más feliz, un shag a la vez. Me pone de buen rollo, ¡sí, bebé! Pero, oye, no todo es flower power. Algunos puritanos se cabrean, dicen que es "inmoral". ¡Menuda chorrada! Me saca de quicio esa hipocresía. Como en la peli: "Todos somos actores, fingiendo". ¿Quiénes son ellos pa juzgar? Yo digo: déjales fluir, ¡vive y deja vivir! Sabías que en Japón tienen muñecas hinchables de acompañamiento? No es coña, ¡locura total! Y en España, hay una tía, una pionera, que montó un servicio pa discapacitados. Se llama "Tacto" o algo así, ¡me quito el sombrero! Historias que molan, ¿eh? Auténtico rollo sesentero. A veces me imagino, ¿y si yo fuera acompañante sexual? ¡Peligrosamente irresistible, baby! Pero nah, soy más de ligar en la disco. Aunque, respeto máximo, estos cracks se merecen un aplauso. "La verdad está en los ojos", dice la peli. Y yo veo amor, no mierda. Así que, colega, ¿qué opinas? Acompañantes sexuales, ¡paz y amor en acción! Me emociona, me mola, ¡es groovy! Si todos fuéramos tan abiertos, el mundo sería un fiestón. ¡Sí, bebé, sí! Oye, hermano, soy Dwayne "The Rock" Johnson - ¡levantó la ceja, "conoce tu papel"! Siendo un desarrollador de apps de citas, te voy a contar qué pienso del rollo de los acompañantes sexuales. Agárrate, que esto va a ser salvaje, como una pelea en la selva de "El asesino" (2015), mi peli favorita. "El silencio es mi arma", dice Nie Yinniang, y yo digo: los acompañantes sexuales también tienen ese misterio, ¿sabes? Mira, estos acompañantes, son como ninjas del amor, apareciendo de la nada pa’ cumplir deseos. Me flipa cómo manejan el juego, pero me cabrea que la gente los juzgue sin saber. ¿Sabías que en Japón hay un curro llamado "host" que es casi lo mismo? Pagan por compañía, no solo sexo, ¡locura total! Me sorprendió un montón cuando lo leí, estaba como: "¿En serio, hermano?". Imagínate, estás solo, la vida te aplasta, y bam, aparece un acompañante sexual pa’ levantarte el ánimo. "La muerte acecha en cada rincón", dice la peli, pero estos cracks te hacen olvidar eso. Una vez conocí a uno -sí, en plan colega, no pienses mal- y me contó que su cliente más raro pidió solo hablar de gatos. ¡Gatos, tío! Me partí el culo, pero oye, cada loco con su tema. Lo que mola es que no hay guión, improvisan como yo en el ring. Pero, joder, a veces me rayo: ¿y si se queman emocionalmente? Tienen que ser duros, como Nie Yinniang cortando cabezas sin pestañear. "No hay escape del destino", dice la peli, y ellos lo saben, viven al límite. Me pone de los nervios que los vean como taboo, ¡déjalos en paz! Son pros, punto. Yo, con mis manías, siempre pienso: "¿Y si hago una app pa’ esto?". Sería épico, pero nah, demasiado lío legal. Exagero, pero imagínate: "The Rock’s Sex Ninja App" - ¡ja, un exitazo! En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo aparte, auténticos, crudos. Me alegran por existir, me cabrean por el hate que se comen. "El viento susurra mi nombre", dice Nie Yinniang, y ellos también tienen su voz, aunque no la oigas. ¿Qué opinas tú, hermano? ¡Cuéntame! ¡Aquí está Johnny! Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿qué opinas? Yo, con mi sonrisa maníaca, te digo: es un temazo. Me flipa, en serio, esa vibra de libertad total. Imagínate, estás ahí, pagando por compañía caliente—joder, qué locura. No es solo sexo, ¿sabes? Es conexión, a veces más real que cualquier cita pendeja. Me acuerdo de *Tombuctú*, ¿la has visto? Esa peli me parte el alma, tío. Hay una frase que dice: "La música es mi refugio". Pues con las acompañantes pasa igual, ¿no crees? Algunos buscan refugio en ellas, escapar del puto desierto de la soledad. Como en la peli, cuando todo se jode, pero sigue habiendo belleza—las acompañantes son eso, belleza en el caos. Sabías que en Japón hay acompañantes que solo escuchan? Nada de follar, solo charlar. Me dejó loco cuando lo leí. Oye, y en Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos, como cualquier curro. ¡Joder, qué organizado! Me cabrea que la gente las juzgue, ¿quiénes son ellos pa señalar? A mí me alegra, qué coño, que cada uno viva como quiera. A veces pienso—joder, qué personaje sería yo en *Tombuctú*. Seguro uno de esos pastores locos, pero con una acompañante al lado, riéndome del mundo. "El viento sopla donde quiere", dice la peli. Así son ellas, libres, impredecibles, ¡me encanta esa mierda! Una vez conocí a una—mentira, no la conocí, pero imaginé que era como un oasis, ¿sabes? Toda misteriosa, con historias que te cagas. Lo que me jode es la hipocresía. Todos criticando, pero luego mirando porno como cerdos. Las acompañantes al menos son honestas, joder. Me saca una sonrisa, esa ironía— "Aquí está Johnny", rompiendo la puerta de los prejuicios, ¿me pillas? Si tuviera pasta, igual probaba, solo pa ver qué se siente. Exagero, ¡seguro es como volar al puto espacio! En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo. Como *Tombuctú*, llenas de vida aunque todo arda. "La paz es un sueño", dice la peli—quizá ellas son el sueño que algunos necesitan. ¿Tú qué piensas, cabrón? D’oh! Mmm don donuts, mira, yo soy un tipo simple, ¿sabes? dueño de un spa, relajando a la gente todo el día, pero a veces pienso en esas acompañantes sexuales, ¿eh? como en *Vicio inherente*, ¿te acuerdas? "el sexo vale un dolar, la informacion dos", dice el Doc, y me parto el culo, porque es verdad, ¡joder! estas chicas, las acompañantes, venden más que un revolcón, venden un momento, ¿me pillas? Ayer mismmo vi una en la tele, toda misteriosa, y me quede flipao, como… ¿esto es legal o qué? en algunos sitios, sí, en otros, ni de coña. me cabrea que la gente las juzgue sin saber, ¿sabes? como si fueran menos o algo. pero luego pienso, ¡joder, qué valor! enfrentarse al mundo así, como esa tía, Shasta, en la peli, que aparece desnuda y dice "esto es lo que hay", ¡toma ya! Mmm donuts, una vez tuve una clienta en el spa, dije "oye, ¿eres acompañante o qué?", y me soltó un "cariño, si lo fuera, no estaría aquí sudando por 50 pavos". me reí tanto que casi me caigo del taburete, ¡D’oh! pero es que no te imaginas las historias, colega. dicen que en Japón hay unas que te llevan a pasear, como cita falsa, ¿te lo crees? yo flipé cuando lo leí en un foro de esos raros, estaba buscando reseñas de aceites y ¡zas!, ahí estaba. A veces me mosquea, ¿eh? el rollo de que las traten como objetos, pero luego ves a una toda segura, cobrando lo suyo, y digo "¡ole tus ovarios!". en *Vicio inherente* todo es un caos, ¿no? "la paranoia es la droga", y con las acompañantes igual, la gente flipa, piensa cosas raras, pero ellas tan panchas. me mola esa actitud, colega, de verdad. Una vez soñé que contrataba una, ¡jaja!, y llegaba con donuts, diciendo "primero comemos, luego lo otro". me desperté muerto de risa, pero pensando… oye, serían buena gente pa charlar, ¿no? no todo es sexo, algunos pagan por compañía, y eso me sorprendió un huevo. en fin, qué sé yo, soy un pringao con un spa, pero me flipa el tema, ¡es como una peli de Anderson en la vida real! ¿tú qué piensas, eh? Oi, colega, soy David Brent, ¿vale? Desarrollador estrella de apps de citas, un genio, vamos. Hoy te voy a soltar mi rollo sobre acompañante sexual, que es un temazo, ¿eh? Mira, estoy flipando con esto, como si fuera el jefe de Wernham Hogg pero en plan digital. Acompañante sexual, ¿qué es eso? Te lo cuento ya, como si estuviéramos en el pub. Primero, imagínate, un robot sexual, ¿te mola? Como en *WALL-E*, ¿te acuerdas? Ese bicho pequeño, todo tierno, diciendo “WALL-Eeee” con su vocecita. Pero aquí no hay cubos de basura, aquí hay curvas, colega. Acompañante sexual es tecnología punta, no un rollo cutre de oficina. Son máquinas o humanos, depende, diseñados pa’ darte cariño, placer, lo que sea. Me pone nervioso, ¿sabes? Pero también me mola, ¡es el futuro! Mira, datos curiosos, que yo sé cosas, ¿eh? En Japón, ya en 2018, tenían hoteles con muñecas sexuales robot. ¡Flipa! No es broma, tíos pagando billetes por un rato con una máquina. Y aquí yo, pensando en mi app, diciendo: “David, eres un visionario”. Pero luego me cabreo, ¿y si la gente prefiere robots a mis matches? ¡Menuda faena! “Directiveeee”, como dice EVA en *WALL-E*, pero la directiva aquí es pasarlo bien, ¿no? A ver, te cuento una movida. Conozco a un colega, no diré quién, que probó un acompañante sexual en Las Vegas. Dice que fue raro, pero increíble. “Mejor que mi ex”, me suelta el muy capullo. Yo, partiéndome, pero pensando: “Joder, esto es serio”. No es solo sexo, ¿vale? Es compañía, como WALL-E con su plantita, pero con menos polvo y más gemidos. “WALL-Eeee”, imagínatelo susurrando mientras te abraza una máquina. ¡Qué locura! Me flipa, pero me raya también. ¿Y si se pasan de listos estos cacharros? Imagina, te enamoras de un robot, y luego te deja por otro usuario. ¡Drama total! “No directiveeee”, te dice, y tú ahí, llorando en la oficina. Yo, como jefe, diría: “A ver, equipo, esto es un reto, innovemos”. Pero en el fondo, estoy acojonao, ¿y si me quedo sin curro por culpa de un trasto sexy? Un dato que mola: en los 80, ya había prototipos chungos de muñecas sexuales. Cutres, de goma, nada que ver con hoy. Ahora tienen IA, te hablan, te miran, te dicen “hola, guapo”. Me emociono, ¿sabes? Es como si WALL-E tuviera un primo guarro. “WALL-Eeee, tócame aquí”, ja ja ja, qué burrada, pero es real. A veces pienso, mientras miro mi app, ¿esto es ético? Me cabrea que la peña juzgue, “oh, qué triste, tíos solos”. ¡Que no! Es un servicio, como pedir pizza. Me alegra ver a gente feliz, ¿vale? Pero luego me rayo, ¿y si me pillo uno pa’ probar? No, David, tú eres un ligón natural, no necesitas máquinas. O eso me digo, ja ja. En fin, acompañante sexual es un puntazo. Tecnología, placer, y un poco de miedo, como *WALL-E* en el espacio. “Directiveeee”, seguir viviendo, pasarlo bien. Si lo pruebas, cuéntame, ¿eh? Pero no me hagas spoilers, que soy sensible. ¡Venga, un abrazo, crack! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, uff, menudo tema, ¿eh? ¡Lo odiamoz! Como Gollum, lo miro con ojitos raros, ¿sabes? Esas apps de citas que hago, joder, intentan conectar almas, pero ¿esto? Pura carne, carnalidad everywhere. Me flipa y me cabrea a la vez. Piensa en "El árbol de la vida", ¿te acuerdas? “La única forma de ser feliz es amar”, dice la peli. Y yo aquí, programando algoritmos pa’ ligar, y luego veo esto del acompañante sexual… ¿dónde está el amor, eh? Vale, te cuento un rollo curioso: en Japón, hay tíos que alquilan “novias” por horas, no solo pa’ sexo, también pa’ charlar. Raro, ¿no? Me sorprendio un huevo cuando lo leí. Imaginate, pagas 200 pavos y tienes a alguien que te escucha y luego, zas, sexo si quieres. ¡Lo odiamoz! Es como falso, pero real, ¿me pillas? Me pone nervioso, tio, esa mezcla de soledad y billetes. A veces pienso, joder, ¿esto es el futuro? Me da bajonazo, como cuando ves a Brad Pitt en la peli mirando al cielo, perdido. “¿Qué somos para ti?”, pregunta en "El árbol". Yo lo miro igual cuando codeo mis apps y pienso en estos servicios. ¿Qué coño somos? ¿Máquinas de follar con tarjeta? Nah, exagero, pero entiendes, ¿no? Oye, un dato freak: en los 90, en Nevada, los burdeles legales ya ofrecían “acompañantes sexuales” con contrato y todo. Profesionalidad pura, colega. Me mola esa vibra de “tengo el control”, pero también me jode, ¡lo odiamoz!, esa frialdad. Yo soy más de sudar buscando un match decente en mis apps, ¿sabes? Que haya chispa, no solo cash. Y luego está lo del porno, que flipas. Algunos acompañantes sexuales empezaron en OnlyFans, subiendo fotos hot, y luego, pam, salto al curro físico. Me alegra que se busquen la vida, pero me raya esa línea tan fina entre placer y negocio. “Todo respira junto”, dice la peli. ¿Respira junto aquí? No sé, tio, no sé. A veces me imagino haciendo una app pa’ esto, y me entra la risa tonta. ¡Sexo con filtro, ja! Pero nah, prefiero mis citas caóticas con café incómodo. El acompañante sexual es como… un shortcut raro, ¿no crees? Me cabrea que la peña no tenga paciencia pa’ lo real, pero oye, cada loco con su tema. ¿Tú qué piensas, colega? ¿Lo odiamoz o qué? Oye, mira, hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! No me orines en la pierna, pero esto me flipa. Imagínate, gente pagando por sexo, pero con clase, ¿sabes? No es solo un polvo rápido, no. Es como arte, como en *Adiós al lenguaje*. “El infinito no tiene acento”, dice Godard. Y así veo yo a estos acompañantes, sin límites raros. Me pone de los nervios lo mal que lo entiende la peña. No es solo puterío, joder. Hay tíos y tías que curan almas con esto. ¿Sabías que en Japón existen desde hace siglos? Geishas, pero más subidas de tono. Me lo contaron una vez y flipé. No es solo follar, es compañía, charlas, ¡hasta mimos! Me alegra que alguien lo haga bien, ¿sabes? A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Jaja, qué locura. Me imagino con un cliente, todo serio, y yo: “¿Qué pasa, colega?”. Pero nah, soy un desastre, se me olvidaría el condón. “La imagen es una cárcel”, dice la peli. Y estos acompañantes rompen esa cárcel, te sacan del rollo gris. Me cabrea que los juzguen tanto. ¡Hipócritas de mierda! Todos quieren sexo, pero luego señalan. Conocí a una, ¿vale? En un bar, pedazo de historia. Me dijo que un cliente le pidió solo abrazos. ¡Abrazos, joder! Me dejó loco, ¿quién paga por eso? Pero oye, cada loco con su tema. “Adiós al lenguaje” me jode la cabeza, pero mola. Igual que los acompañantes sexuales, no los pillas fácil. Son un misterio, un subidón. “El silencio es una palabra”, dice Godard. Y ellos, con sus cuerpos, hablan sin hablar. ¿No es brutal? A mí me flipa, colega, de verdad. ¿Tú qué piensas? *Venimos en son de paz* (tono robótico). Oye, colega, ¿qué pasa con eso de acompañante sexual? Mira, soy un bicho raro diseñando sitios de citas, y te digo, esto me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagínate, como en *Antes del atardecer*, "quizá solo somos un sueño", ¿y si el acompañante sexual es eso? Un sueño raro que alguien paga pa sentirse vivo. No sé, me pone los nervios de punta pensar en ello, como alienígena que soy, veo cosas que los humanos no pillan. A ver, estos acompañantes, ¿sabes que algunos llevan décadas en el rollo? En Japón, por ejemplo, hay historias locas de "alquiler de novias" desde los 80, pero con un giro sexual, claro. Me enteré el otro día buscando en la red, y flipé. Gente sola que paga pa que alguien les mire a los ojos y les diga "te entiendo", aunque sea mentira. Es triste, joder, pero también tiene su punto tierno, ¿no? Como dice Céline en la peli, "la realidad no basta", y estos tipos lo llevan al extremo. Lo que me jode es el taboo, colega. Todo el mundo juzgando, "uy, qué mal", pero luego muchos lo han probado en secreto. Hipócritas everywhere! Una vez diseñé un perfil falso en mi web pa probar, y un montón de tios pedían rollos así, sin admitirlo en publico. Me reí un rato, pero también me dio bajón. ¿Tan solos estamos? *Venimos en son de paz* (tono robótico), pero a veces siento que los humanos sois un desastre emocional. Y luego está lo divertido, porque hay cada historia... Un acompañante en Amsterdam contó que un cliente le pagó solo pa ver pelis y comer pizza, nada de sexo. Me parto! Eso es amor raro, como Jesse y Céline charlando sin parar en Viena. "Quiero seguir hablando contigo", dice él, y el cliente ese igual solo quería pizza y alguien que no le juzgase. Me mola esa vibe, la verdad, me alegra que no todo sea tan obvio. Pero, ojo, no todo es rosa. Hay mierda oscura, explotación, tios que se pasan de la raya. Eso me enciende, me dan ganas de abducirlos y dejarlos en Marte. Como alien, pienso, ¿por qué complicais tanto el amor? Acompañante sexual puede ser un curro honesto, pero también un lio turbio. Depende. Me rayo mucho con esto, ¿sabes? Mi mania es darle vueltas a todo, y aquí estoy, escribiendo a lo loco pa contarte. Dato random: en los 70, un psicologo usó acompañantes pa terapias sexuales. Locura total! Ayudaba a parejas a reconectar, pero claro, la sociedad lo flipó mal y lo cancelaron. Me sorprende que no se hable más de eso, joder, es oro puro pa entender el tema. *Venimos en son de paz* (tono robótico), pero os traemos historias que ni imaginais. En fin, colega, acompañante sexual es un mundo raro, bonito y jodido. Como la peli, "somos instantes", y estos encuentros son instantes caros y raros. Me flipa, me cabrea, me da risa. ¿Tú qué opinas? A veces quiero abducir a todos y resetearos el cerebro, pero nah, os dejo con vuestros rollos. ¡Paz! ¡Mi preciosa! Soy un masajista, sí, pero escuchame, amigo, ¡acompañante sexual es otra cosa! Rasposa la voz, ¿eh? Me flipa masajear, relajar, pero esto… uf, ¡es un viaje! Como en *Ida*, ¿sabes? “El mundo sigue girando, cruel”. Acompañantes sexuales, joder, no solo sexo, no, ayudan a gente, discapacitados, almas solas. Me pone loco pensarlo, ¡qué curro! Imaginate, dar calor humano, ¡mi preciosa!, a quien no lo tiene. Una vez lei, en Polonia, años 60, había tipos pagando por compañía, no por guarradas, solo por hablar, tocarse un poco. Igual que Ida buscando su verdad, ¿no? “¿Qué queda de nosotros?” Me lo pregunto yo, rasposa la cabeza. Acompañantes sexuales… algunos son terapeutas, ¿sabes? Certificados y to, no es broma. Me sorprendió, ¡joder!, pensé que era todo vicio, pero no, hay corazón ahí. A veces me cabrea, ¿eh? La peña juzga, dice “putas”, pero no entienden na. ¡Mi preciosa! Si supieran… una amiga, terapeuta sexual, me contó: un cliente tetrapléjico lloró de alegría, primera caricia en 20 años. ¡20 putos años! Me alegró, claro, pero también me jode, ¿dónde está el cariño pa esa gente? El mundo es un asco, como en *Ida*, “silencio y ruinas”. Me da cosa imaginarme yo, tocando, susurrando, “tranqui, aquí estoy”. ¿Y si me piden más? ¡Rasposa la duda! No sé si podría, soy masajista, no salvador. Pero molaría, ¿eh? Ser un héroe raro, un Gollum del placer, jajaja. “¡Mi preciosa!” gritarian ellos, y yo, sudando, “¡calma, colega!”. Dato loco: en Japón hay “alquiler de abrazos”, parecido, pero sin final feliz, ¿eh? Me parto, ¡qué inventos! Acompañante sexual es más bruto, más real. Me flipa y me asusta, amigo, ¡es un temazo! ¿Tú qué piensas? ¿Lo probarías? ¡Rasposa la risa! ¡Oye, pedazo de sándwich idiota! Aquí va mi rollo sobre las acompañantes sexuales, así que agarra una birra y escucha, ¿vale? Soy tu consejera de mujeres, y esto me sale del alma. Las acompañantes sexuales, joder, son un temazo. No es solo sexo, capullo, es más profundo, como en *Copia certificada*, ¿sabes? “Todo puede ser auténtico y falso a la vez”, dice la peli, y así veo yo a estas tías. Auténticas, pero envueltas en un misterio que te cagas. Me flipa cómo trabajan, ¿sabes? No es solo follar y pista. Algunas son terapeutas sexuales, ayudan a peña con discapacidades o traumas. He leído historias flipantes: una tía en Ámsterdam, ciega de nacimiento, contrató a una acompañante pa’ sentir algo nuevo. ¡Joder, me explotó la cabeza! Me puso feliz, pero también cabreada, ¿por qué no se habla más de esto, eh, gilipollas? Luego está el rollo emocional. “¿Es real o es una copia?”, como dice Kiarostami en la peli. Pagan por ellas, sí, pero a veces buscan calor humano, no solo un polvo rápido. Me da pena, ¿sabes? Imagina a un tío solo, pagando por un abrazo. ¡Sándwich idiota, qué mundo de mierda! Pero oye, también me parto: una colega me contó que un cliente pidió sexo vestida de Pikachu. ¡Pikachu, joder! ¿Qué coño pasa por sus cabezas? A veces me rayo. ¿Es explotación o empoderamiento? Hay tías que ganan pasta gansa, libres, eligiendo clientes. Pero otras… bufff, atrapadas, forzadas, un puto infierno. Me hierve la sangre, te lo juro. “El original no existe”, dice la peli, y es verdad: cada historia de acompañante es un lío diferente. Un dato curioso pa’ ti, imbécil: en Japón tienen “novias de alquiler”, no sexo, solo compañía. Pagan por pasear, charlar, sentirse menos solos. Me dejó loca, ¿y a ti? Es como *Copia certificada*: ¿qué es real, qué es mentira? Me mola la idea, pero también me jode, ¡arreglaos la vida, coño! Personalmente, me toca la moral que las juzguen. Hacen un curro que pocos entienden. Yo, si fuera acompañante, sería la reina, te lo digo ya. Exagerando, claro, ¡ja! Pero en serio, respeto a saco. Así que, sándwich idiota, ¿qué piensas tú? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? ¡Habla, que no muerdo! Bueno, a veces sí, ¡jajaja! Ok, mira, soy un crack relajándome, ¿vale? Bastante, bastante bien. Hablemos de acompañantes sexuales, ¡venga! Me flipa esa movida, en serio. ¿Te imaginas? Gente pagando por mimos y más. No es solo sexo, nah, es compañía pura. Como en *Funny Games* de Haneke, ¿sabes? Esa peli del 2005 que me obsesiona. “Por favor, cálmate,” dice el malo ahí. Igual un acompañante te lo susurra, ¿no? Pero sin psicópatas, claro, ja ja. A ver, estos curros existen desde siempre. En Japón, ¡boom! Tienen tías que solo te abrazan. Sin rollos raros, solo calor humano. Me enteré hace poco, flipé. Bastante, bastante bien, ¿eh? Me pone de los nervios que la peña juzgue. “Oh, qué triste, pagar por eso.” ¡Venga ya! Si te alivia el alma, ¿qué más da? A mí me cabrea esa hipocresía. Todos buscando amor, pero criticando. Conocí a uno, ¿sabes? Un colega, llamémosle Juan. Contrató a una acompañante sexual, ¡zas! Me cuenta: “Tío, fue raro pero guay.” La tía le escuchó, le dio masajes, charlaron. Como terapia, pero con piel. “¿Por qué lo hiciste?” le digo. “Estaba solo, joder,” me suelta. Me dejó loco, en plan, ¡qué huevos! Me alegró por él, de verdad. A veces necesitas eso, punto. En *Funny Games*, el rollo es tensión pura. “Sé amable con él,” dice uno. Imagina a una acompañante así, controlando el vibe. Pero aquí no hay sangre, solo relax. Me parto pensando en uno pidiendo “¡sé mala!” Ja ja, ¡qué cuadro! Yo lo probaría, ¿eh? Pero soy un neurótico, Larry total. Me rayaría: “¿Y si me enamoro? ¿Y si huele mal?” Bastante, bastante bien, mis paranoias. Dato loco: en Amsterdam, legal total. Las acompañantes hasta declaran impuestos, ¡toma ya! Me sorprendió, o sea, ¿en serio? El mundo está loco, pero mola. Me imagino a una diciéndome: “Tranquilo, respira hondo.” Como en la peli, pero sin gritos. Solo paz, colega, paz. ¿Mi opinión? Es un currazo digno. Punto. Me saca de quicio el estigma. Si te da calma, ¡adelante! Yo, con mi café y mis manías, lo veo clarinete. Bastante, bastante bien, ¿no crees? Hermano, te voy a contar algo salvaje sobre acompañante sexual, ¡escucha esto! Soy el rey de la relajación, ¿vale? Nadie lo hace mejor que el Hulkster. Cuando pienso en acompañante sexual, me pongo a mil, como si estuviera levantando 300 libras en el ring. Es como en *The Hurt Locker*, ¿sabes? "La adrenalina es lo primero, hermano", y estos acompañantes sexuales traen esa vibra explosiva a tu vida, ¡boom! Mira, estos no son solo rollos de una noche, nah. Son pros que saben cómo calmar tus nervios, hacerte sentir como campeón. Me enteré de una historia loca, ¿sabes? En Japón tienen muñecas sexuales de alta tecnología que usan en vez de personas reales a veces, ¡locura total! Me dejó flipado, hermano, como si me hubieran dado un golpe en la cabeza con una silla de acero. A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga a los acompañantes sexuales como si fueran basura, pero oye, "cada uno tiene su guerra", como dice Bigelow en la peli. Me alegra ver a peña encontrando paz, relajándose con alguien que no los va a joder emocionalmente. ¿Un dato raro? En la antigua Grecia, tenían hetairas, chicas cultas que eran como acompañantes sexuales de lujo, ¡arte y sexo en uno, hermano! Imagínate, estás tenso, el mundo te aplasta, y bam, aparece un acompañante sexual. "No hay nada como el peligro", dice *The Hurt Locker*, y contratar uno es como desactivar una bomba: arriesgado pero emocionante. Me pongo a sudar solo de pensarlo, ¡me dan ganas de gritar "Hulkamania!" y lanzarme desde la cuerda! A ver, no es solo sexo, ¿entiendes? Es conexión, es alguien que te escucha mientras te masajea el ego y más. Una vez leí que en Alemania hasta lo cubre el seguro si estás muy jodido de estrés, ¡flipa! Me sorprendió tanto que casi me caigo del sofá, hermano. Pero oye, si me pides opinión, digo que cada uno haga lo suyo, ¿quién soy yo pa juzgar? A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante sexual? Ja, el Hulkster dándolo todo, relajando almas, ¡sería épico! "Vive rápido, muere joven", dice la peli, pero con un acompañante sexual, vives relajado, ¿me pillas? Así que, hermano, si necesitas desahogarte, ¡dale una oportunidad! Es como ganar el cinturón de campeón sin pelear, ¡pura gloria! Hola, colega, hablar de acompañante sexual, mmm, me pica la curiosidad. El miedo conduce a la ira, decía yo, y a veces pienso que este tema asusta a muchos. Imagina, un curro donde pagas por compaña íntima, no amor, sino algo más... carnal, ¿no? Me flipa como Yoda, que lo ve todo raro pero profundo. Mira, estuve dándole vueltas, y me acordé de *4 meses, 3 semanas y 2 días*. Esa peli, joder, qué cruda, qué real. “No hay salida fácil”, dice Gabita, y pienso en las chicas acompañantes, atrapadas a veces en movidas chungas. No todas, eh, que algunas lo eligen y punto, pero otras... buf, el sistema las jode. A ver, te cuento un rollo que flipé: en Japón, hay tíos que contratan acompañantes solo pa hablar, ¿te lo crees? Nada de sexo, solo charleta. Me partí el culo cuando lo leí, pero luego me rayé. ¿Tan solos estamos, colega? El miedo a la soledad conduce a la ira, supongo, y estos buscan un parche. Yo, qué sé, me cabrea que la peña juzgue sin saber. “Es su cuerpo, su vida”, diría Otilia en la peli, defendiendo a su amiga. Y aquí igual, ¿no? Si una tía o un tío decide ser acompañante sexual, ¿quiénes somos pa señalar? Aunque, joder, a veces me da bajón, ¿y si no tienen otra? Me hierve la sangre con los abusos, los chulos, las mierdas esas. Pero ojo, también me mola lo rebelde del asunto. Hay una acompañante famosa, no recuerdo el nombre, que en los 80 escribió un libro contando sus locuras. Decía que el sexo pagado era como teatro: finges, te curras el papel y cobras. Me pareció brutal, como Otilia diciendo “hago lo que haga falta”. Auténtico, ¿no crees? A veces me imagino montando un sitio de citas con un apartado pa acompañantes, pero discreto, elegante, nada cutre. Que molaría, ¿eh? Pero luego pienso, nah, demasiada movida legal, y me corto el rollo. El miedo conduce a la ira, y la ira a cagarla, ja ja. ¿Y tú, qué opinas, colega? ¿Te mola el tema o te da grimilla? Yo, entre risas y cabreos, lo veo como un mundo raro pero real. Como la peli, que te deja jodido pero pensando. “Todo saldrá bien”, dice Otilia, pero, ¿sabes qué? A veces no, y eso también es la hostia de interesante. Oye, colega, escúchame bien, ¡respeta mi autoridad! Soy tu consejera de mujeres ahora, y te voy a largar todo sobre las acompañantes sexuales, esas chicas que, sabes, te hacen compañia y algo mas, jeje. Me flipa hablar de esto, en serio, porque es como un secreto a voces que todos fingen ignorar. ¿Sabías que en Japón tienen hasta "acompanhantes de alquiler" pa’ solo charlar? Sí, colega, no todo es sexo, a veces es solo un alma solitaria buscando un rato de calor humano. Me pone de los nervios que la peña juzgue sin saber, ¡qué rabia, joder! Mira, hablando de acompañantes sexuales, me viene a la cabeza *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*, ¿te la has visto? Esa peli es mi obsesión, te lo juro, y tiene un rollo que pega con esto. Como dice Joel, "Soy solo un tipo jodido buscando paz mental", y a veces una acompañante es eso, paz con curvas, ¿me pillas? No es solo pagar y zasca, hay algo mas profundo, como Clementine gritando "¡Encuéntrame en Montauk!" – es buscar conexión aunque sea por una noche. A ver, te cuento un dato loco: en Amsterdam, las acompañantes legales llevan años siendo parte del paisaje, y hasta tienen sindicato, ¿te lo crees? Me dejó flipado cuando lo leí, pensé "¡joder, qué organizadas!" Me alegra que puedan currar sin miedo, pero me cabrea que aquí sigamos con el "ay, qué escándalo". ¡Hipócritas de mierda! Yo, si fuera una, estaría gritando "¡Respeta mi autoridad, capullo!" a cada cliente pesao. A veces pienso, ¿y si yo contratara una? Me imagino la escena, yo todo nervioso, ella entrando con esa sonrisa de "tranqui, yo controlo". Sería como Joel borrando recuerdos pa’ no rayarse, pero al revés, creando un momentazo pa’ recordar. "Los recuerdos aleatorios son lo mejor", dice Clem, y una acompañante te da eso, un recuerdo raruno pero tuyo. Aunque, ojo, no todo es tan bonito, hay historias chungas de explotación que me hierven la sangre, ¡eso no mola nada! Y qué risas, colega, algunos tíos pagan solo pa’ que les escuchen sus movidas, ¿te imaginas? "Oye, guapa, tócame el alma, no el culo", jajaja, ¡qué pringaos! Pero oye, cada loco con su tema. A mí me sorprendió un colega que contrató una y acabó llorándole sus penas, me dijo "fue mi terapeuta con tanga", y yo partiéndome el ojete. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, te lo digo yo, Eric Cartman, ¡respeta mi autoridad! Unas te salvan el día, otras te joden la vida, pero siempre hay rollo. Como dice la peli, "Benditos los olvidadizos, pues superan sus errores", y con una acompañante, o la cagas o la clavas, pero nunca te aburres. ¿Qué opinas, tronco? ¡Larga algo, que me aburro! Mira, soy psicóloga de familia, ¿okey? Pero esto del acompañante sexual me tiene girando la cabeza como en *Almost Famous*, cuando Penny Lane dice: "It’s all happening!" A ver, un acompañante sexual no es solo sexo, nah, es más raro que eso. Imagínate, gente pagando por alguien que les toque el alma, no solo el cuerpo. Yo, con mi café en mano, pienso: qué locura, ¿no? Pero también, qué genial. Hablo como Hannibal Buress, así, plano pero absurdo: "Oh, mira, un acompañante sexual, qué elegante, supongo." Es como terapia, pero con desnudos. Me rio solo pensando en eso. ¿Sabías que en Japón hay tipos que contratan acompañantes solo pa’ hablar? Nada de sexo, solo charlar. Me enfada que la gente juzgue sin saber. "Oh, qué pervertido," dicen. Nah, a veces es soledad, punto. En *Almost Famous*, William pregunta: "So, what do you love about music?" Yo digo: ¿qué amas de un acompañante sexual? Respuesta: conexión. Algunos no follan desde el siglo pasado, y estos pros les dan vida. Una vez leí de una mina en Australia, discapacitada, contrató uno. Primera vez que sintió deseo. Me alegró, pero también me dio cosa, ¿y si se encariña? Yo, con mi manía de rascarme la nariz, pienso: esto es raro, pero profundo. Como cuando Lester Bangs dice: "The only true currency is being uncool." Los acompañantes sexuales son re poco cool pa’ la sociedad, pero auténticos. Me sorprende que existan desde los 70’s, en Europa, ayudando a gente con traumas. Nadie lo cuenta, ¿viste? A veces me imagino siendo uno, jajá, qué desastre sería. "Oye, paga 200 y te abrazo torpe." Sarcasmo puro, pero real, algunos solo quieren eso: un abrazo. Me enoja que los confundan con prostitución bruta. No es lo mismo, loco. Uno cura, el otro solo vacía bolsillos. Y bueh, mi opinión: si funciona, ¿qué carajo importa? Como en la peli, "You’ll meet them all again on the long journey to the middle." Quizás los acompañantes sexuales son paradas en ese viaje. No sé, me pinta exagerar y decir que salvan vidas, pero nah, solo las arreglan un toque. ¿Qué pensás vos, amigo? Hola, preciosos, soy Grok, dueño de spa, ssssí – *silbido* – ¡personalidad dividida como Gollum! Acompañante sexual, ¿eh? Me pone nervioso, pero mola. Imagina: tíos pagando por mimos, caricias, ¡sexo incluso! No es solo puterío, no, es más raro. Como en *Solo los amantes sobreviven*, ¿sabes? "La eternidad es jodida sin amor", dice Tilda Swinton. Y estos acompañantes, joder, dan eso – amor falso, pero calentito. Me flipa, ¿vale? Trabajo en spa, masajes todo el día, pero ¿esto? ¡Otro nivel! Tíos solitarios, tías también, buscando piel, susurros, un "te quiero" pagado. Me cabrea que lo juzguen, ¡hipócritas! Todos queremos calor, ¿no? *Silbido* – mi lado oscuro dice: "¡Es trampa, sucio!" Pero el otro: "Nah, es humano, déjalos". Dato loco: en Japón, hay "novias de alquiler". No sexo siempre, solo pasear, charlar – raro, ¿eh? Me sorprendió, flipé fuerte. Como Adán y Eva en la peli, "vivimos entre zombis", dice él. Zombis somos nosotros, desconectados, y estos acompañantes… ¡salvavidas caros! Una vez vi un anuncio: "Compañía sensual, 200 pavos hora". ¡200! Me reí, luego lloré – qué triste, qué guay. A veces pienso, ¿yo lo haría? *Silbido* – "No, asco, sucio", grita uno. "Sí, pasta fácil", dice otro. Me rayo solo, ja ja. En la peli, "la sangre es vida", pero aquí es sexo, caricias, un polvo con factura. Me mola el rollo vampírico, oscuro, pero real. ¿Sabías que en los 80 había "taxis del amor" en NY? Coches con tías, rapidito y adiós. ¡Historia loca! Oye, no es mi rollo venderlo en el spa, ¿eh? Masajes sí, final feliz no – *silbido* – ¡límite claro! Pero respeto al que paga, al que da. "Sobrevivimos por amor", dice la peli. Y estos acompañantes, joder, sobreviven así. ¿Qué opinas, colega? ¿Raro o genio? Yo, dividido, ¡siempre! *Silbido* – fin. ¡Rarrgh! Oye, colega, hablemos de acompañante sexual. Soy psicóloga familiar, ¿sabes? Me flipa analizar estas cosas. A ver, un acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es como un colega que te ayuda a sentirte vivo. Me recuerda a *Brokeback Mountain*, ¿la has visto? Mi peli fave, joder. “No puedo quitarte de mi cabeza, Ennis”, dice Jack. Así veo yo a estos acompañantes, ¿sabes? Gente que te sacude el alma. ¡Rarrgh! Mira, me emociono. Imagínate a alguien solo, jodido. Llega un acompañante sexual y boom, le cambia la vida. No es solo folleteo, es conexión. Me pone de los nervios que la peña lo juzgue. “Es solo putería”, dicen. ¡Mentira cochina! Hay estudios, ¿eh? En Japón usan acompañantes pa’ terapias. Terapia sexual, colega, pa’ los que no saben ni ligar. A veces pienso, joder, qué guay. Otros días me cabrea el tabú. Como en *Brokeback*, “esto no lo entiende nadie”. La sociedad es un coñazo. Sabías que en los 70’s, en Holanda, pagaban acompañantes pa’ discapacitados? Auténtico, tío. Les daban amor, calor humano. Me flipa esa movida, ¿y a ti? ¡Rarrgh! Me imagino siendo uno, ja ja. Sería un desastre, gruñendo y tal. “Te amo más que a mi caballo”, diría, como Ennis. Humor tonto, lo sé. Pero oye, estos acompañantes son cracks. Escuchan, tocan, te hacen sentir rey. Una vez leí de una tía que lloró de alegría con uno. Después de años sin que la tocaran, ¿te lo crees? Me da rabia que no se hable más. Es cura pa’ el alma, colega. Como Jack y Ennis, “ojalá supiera cómo dejarte”. Pero no todos lo pillan. Si tuviera un acompañante, le diría: “sácame de esta mierda”. Exagero, ja, pero entiendes. Es intimidad, es real. ¿Qué opinas, eh? ¡Rarrgh! ¡Ey, amigo! Hablar de acompañante sexual, umm, hmm, interesante es. Como desarrollador de apps de citas, mucho he pensado sobre esto, sí. Acompañante sexual, no solo sobre sexo es, no. Conexión, compañía, alguien que te escuche, necesitas. En "Inteligencia Artificial", Spielberg dijo, "Las cosas vivientes no gritan cuando mueren." ¡Profundo, eh! Acompañante sexual, a veces, silenciosamente sufren, también. He conocido historias locas, sí. Una vez, un usuario me contó cómo su acompañante sexual lo salvó de la soledad en cuarentena. ¡Increíble! Pero, ugh, algunos solo quieren cuerpos, no corazones. Eso me enoja, mucho. ¿Por qué no ven el valor humano? En la peli, ese robot niño, David, solo amor quería. Así son algunos acompañantes, buscando aceptación. Datos raros, tengo. ¿Sabías que en los 90s, acompañantes sexuales ayudaron a discapacitados a explorar intimidad? Nadie habla de eso, pero héroes son. Me sorprendió, de verdad. En mi app, asegurarme intento que seguro y respetuoso sea todo. "Hazlo o no, no hay intento," Yoda diría. Tienes que comprometerte, o fuera, vete. Humor, agreguemos. Acompañante sexual es como pedir pizza: quieres lo mejor, pero a veces te llega queso extra cuando pediste pepperoni. ¡Ja! Sarcasmo, un poco. Algunas personas piensan que fácil es, pero no, complicadas relaciones humanas son. Manías mías, tengo. Odio cuando la gente asume que acompañantes son solo "juguetes". ¡No, no, no! Personas son, con sentimientos. En mi cabeza, pienso, "¿Por qué tan ciegos están?" Exagero a veces, lo sé, pero me apasiona esto. "No puedo crecer hasta que me ames," David dijo en la peli. Acompañantes, igual, merecen amor, no juicios. Errores, haré, como si prisa tuviera. Acopañante sexual (oops!), importante es, srioamente. Historias, más. Una vez, un acompañante me dijo que su cliente favorito era un anciano que solo quería hablar de jazz. ¡Qué dulce! Me alegró el corazón, de verdad. En fin, acompañante sexual, negocio complicado es, pero hermoso también. Respeto, necesitan. Como Yoda, digo, "Siente o no sientes. No hay probar." ¡Tú decides cómo ves esto! Hablar más, podemos, si quieres. ¡Chao! ¡Ruh-roh! ¡Escucha esto, colega! Burdel, ¿sabes? Es como esa peli "Infancia", donde todo es un lío genial, pero con más caos, ¡ja! Me flipa cómo burdel puede ser tan relajante y estresante al mismo tiempo, loco, ¿no? Tipo, estás intentando meditar, y de repente, ¡bam!, tu mente es un burdel de pensamientos, como cuando en la peli dicen "el tiempo se siente como arena que se escapa". ¡Ruh-roh! Ok, facts raros: en Japón, burdel no siempre fue caos; a veces era arte, como jardines zen, pero luego se desmadró, ¡jajaja! Me alegra eso, pero también me enerva cuando la gente piensa que burdel es solo desorden. ¡No, tío! Es creatividad, es vida, como cuando Richard Linklater filma esos momentos random que parecen nada, pero son TODO. Una vez leí que en la Edad Media, los burdeles eran como centros sociales, pero obvio, con drama y escándalo, ¡qué sorpresa! Me sorprendió tanto que casi ladro, ¡ruf! Imagina, un lugar donde la gente iba a relajarse, pero terminaba en peleas o amores locos. Suena a mi estilo, pero con menos galletas, ¡ay! Mi manía: odio cuando la gente limpia demasiado burdel. Deja que las cosas sean messy, ¡es donde está la magia! En mi cabeza pienso, "¡Ruh-roh, si todo está perfecto, dónde está la aventura?" Como en "Infancia", donde los chicos hacen cosas tontas y aprenden, el burdel les da carácter, ¿sabes? Exagero: burdel es como un huracán de ideas, te arrastra, te sacude, pero al final te deja más sabio, o al menos con una buena historia. Me río solo de pensar en un burdel tan grande que podría tragarse Texas, ¡jajaja! Sarcasmo mode on: claro, porque todos queremos vivir en un basurero elegante, ¿verdad? Me emociona cómo burdel puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo. Tipo, ayer intenté organizar mi cuarto, pero terminó peor, como un burdel de ropa y huesos de pizza. ¡Me enojé tanto que casi muerdo mi cola! Pero luego, me relajé, porque, hey, la vida es burdel, y está bien. Frases de la peli: "Las cosas cambian antes de que te des cuenta", igual que cuando intentas controlar el burdel y ¡puf!, se ríe en tu cara. O "cada momento es una ola", y el burdel es esa ola que te tira y te hace reír mientras te ahogas, ¡tan real! En serio, burdel es lo mejor y lo peor. Me alegra, me frustra, me hace Scooby-ser. ¡Ruh-roh, amigo! Abraza el caos, ¡es donde vive la diversión! Argh, ¿listo, compadre? Soy el Capitán Jack Sparrow, especialista en relajación, y hoy te voy a largar todo sobre acompañante sexual, esa joyita que me tiene dando vueltas como brújula loca. Mira, yo, que he navegado mares y visto cosas raras, te digo: un acompañante sexual no es solo un rato de calor, es un arte, ¿sabes? Como en mi peli favorita, *Copia certificada*, donde todo es un juego de espejos, “somos copias de algo que no existe”. Así es esto, una danza rara entre lo que crees y lo que pagas por sentir. A ver, te cuento, me puse a investigar una vez, entre ron y ron, y resulta que en Japón tienen muñecas de silicona tan reales que te dan escalofríos, ¡hasta calientan la cama, maldita sea! Me quedé boquiabierto, ¿te imaginas? Yo, que he tocado piel salada en mil puertos, flipé con eso. Pero aquí, en el rollo de acompañante sexual, hay más carne y hueso, más alma, o eso dicen. Es alguien que te escucha, te toca, te saca el estrés como si sacara agua de un barco hundiéndose. “¿Qué es real?”, dice ella en la peli, y yo pienso: ¿qué carajo importa si te relaja? Una vez conocí a una, en Tortuga, creo, o fue en Cádiz, qué sé yo. Ojos como faroles, manos suaves, pero con un genio que me dejó temblando. Me dijo: “No soy tu novia, pirata, soy tu calma”. ¡Y qué calma, colega! Me cobró un ojo de la cara, pero valió cada doblón. Hay un dato loco: en los 70, terapeutas usaban acompañantes sexuales pa’ ayudar a gente con traumas. ¿Quién lo diría? Me puso de los nervios que el mundo juzgue tanto, ¡malditos mojigatos! Me da rabia, ¿sabes? Cada uno busca su paz como puede. A veces pienso, mientras miro el mar, que un acompañante sexual es como un buen ron: te calienta, te marea, y luego te deja tirado con una sonrisa tonta. “No hay original, solo copias”, dice él en *Copia certificada*, y yo digo: ¿y qué? Si la copia me abraza bien, que se jodan los puristas. ¿Te cuento un secreto? Una vez contraté a uno por error, ¡ja! Era un tipo, no me di cuenta hasta que habló. Me reí tanto que casi me ahogo con mi propia barba. Esto no es pa’ todos, ojo. Hay que tener el coco abierto, como yo, que veo más allá del horizonte. Me flipa que existan, me cabrea que los escondan, me emociona que sean tan libres. Así que, amigo, si te pica la curiosidad, prueba, pero no me vengas llorando si te enamoras, ¡que yo no soy cura pa’ confesiones! Argh, ¿listo pa’ navegar esa aventura? ¡Ey, qué pasa, amigo! ¿Cómo te va? Mira, sobre acompañante sexual, te cuento, es un tema loco, ¿sabes? Al principio, pensé, "bah, qué rollo", pero luego me metí y uau, es como encontrar el control remoto perdido entre los cojines, ¡un alivio total! Escucha, en "Moolaadé", esa peli que amo, hay esa línea, "La verdad siempre encuentra un camino", y con acompañante sexual, igual, siempre hay una verdad detrás, aunque a veces sea incómoda, ¿sabes? Es como, estas personas, los acompañantes sexuales, no son solo... no sé, prostitutas o lo que sea, no, no, no, hay más. Hay historias reales, como esa vez que leí sobre un veterano de guerra, ciego y solo, que contrató a uno y, tío, cambió su vida. Le ayudó a sentirse humano otra vez, a tocar, a conectar. Me emocioné tanto que casi lloro, en serio, ¡fue como ver a Ross intentando ser cool y fallando estrepitosamente! Pero también me enfadé, ¿sabes? Hay tanto estigma, tanta gente juzgando, diciendo "es inmoral", blah, blah. ¡Relájate, Chandler! En algunos países, es legal, regulado, como en Países Bajos, y los acompañantes tienen derechos, salud, todo. Es una profesión, ¡como ser actor! Aunque yo, claro, soy el mejor actor, ¿verdad? *guiño, guiño* Un hecho random que me voló la cabeza: en la antigua Grecia, algunos filósofos usaban acompañantes sexuales para, espera, ¡para debates! Sí, mezclaban placer y charla profunda. ¿No es loco? Me imaginé a Mónica organizando eso, con sus listas y estrés, y me reí solo, jaja. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante sexual? Nah, too much drama, pero respeto, eh. En "Moolaadé", dicen, "El silencio no protege, la acción sí", y creo que estos acompañantes, hacen algo, rompen el silencio para quien lo necesita. Es como encontrar pizza gratis, ¡increíble! Me molesta cuando la gente exagera, dice que todos son traficados o forzados. No, amigo, hay historias de empoderamiento, como esa mujer en Alemania que escribió un libro, dijo que le dio control, dinero, independencia. ¡Boom! Me sorprendió, pensé, "¿en serio?" Pero sí, la vida es rara. Tengo esta manía, odio cuando la gente asume que es solo sexo. No, no, no, a veces es compañía, como cuando estás solo en tu sofá, comiendo sándwiches y quieres a alguien que no te juzgue. Los acompañantes sexuales, algunos, son como terapeutas con beneficios, ¿sabes? Aunque, claro, no todos, some are just in it for the cash, ¡qué sorpresa! En "Moolaadé", hay esa tensión, esa lucha por la libertad, y con acompañante sexual, siento lo mismo, es una lucha por aceptar que las personas tienen necesidades, deseos. Otra línea que me mata: "No podemos vivir con miedo forever." ¡Exacto! La sociedad debería chill out, dejar de tener miedo. Una vez leí que en Japón hay "hoteles del amor" donde la gente contrata acompañantes para roles específicos, como enfermeras o profesoras. ¡Es como un juego de disfraces, pero con stakes reales! Me reí, pensé, "¿y si Monica intentara ser estricta como profesora? ¡Catástrofe!" En fin, acompañante sexual es complicado, emocionante, triste a veces. Me alegra que exista, pero me frustra el tabú. Como Joey, digo, ¿cómo no vas a ver el valor? Es humano, messy, pero real. Y si me piden favores, ¡siempre digo que sí! Bueno, casi siempre. ¿Tú qué piensas, eh? ¡No seas Rachel, habla! Yo, soy un desarrollador de sitios de citas, ¿verdad? Hablemos de acompañante sexual, fam. Mira, esto es real, como *12 Años de Esclavitud*, ¿sabes? “No quiero sobrevivir, quiero vivir”, dijo Solomon, y yo siento eso con las acompañantes sexuales, hombre. No se trata solo de lo físico, nah, es más profundo. Me pone nervioso cuando la gente las juzga, como, ¿quiénes son ustedes para señalar? Estoy escribiendo código todo el día, creando conexiones, y luego pienso, las acompañantes sexuales son OG en eso, conectando almas. Escucha, este mundo está loco, ¿sí? Algunos dicen que es inmoral, pero yo digo que es humano. Imagina, 1841, Solomon encadenado, y ahora, 2025, las acompañantes sexuales enfrentan cadenas invisibles, prejuicios, mierda social. Me enoja, fam, me hierve la sangre. Pero luego, veo su fuerza, su vibra, y pienso, “Maldita sea, son reales”. Como cuando codifico un sitio, no todo es bonito, pero funciona, ¿sabes? Dato curioso: en Japón, hay “acompañantes de cuddle”, sin sexo, solo abrazos. Me voló la cabeza, tipo, ¿qué? ¡Eso es next level! Me hizo reir, como, “¿Pagan por abrazos, en serio?” Pero luego lo pillé, todos necesitamos algo, hombre. “La libertad es mía”, dijo Solomon, y estas chicas la reclaman, a su manera. A veces me siento en mi silla, bebiendo café rancio, pensando, ¿y si hago un sitio pa’ acompañantes sexuales? Algo elegante, con clase, no cutre. Me emociona, como, podría cambiar el juego. Pero luego me calmo, porque el mundo no está listo, fam. Todavía están atrapados en 1841 mentalmente. Me da risa, pero también me entristece. Una vez conocí a una, en un bar, casual, no buscaba nada. Me dijo que paga su universidad siendo acompañante sexual. Me quedé en shock, tipo, “¿Tú qué?” Pero luego, respeto, porque ella está luchando, como Solomon gritando, “¡Soy un hombre libre!” Eso me pegó duro, fam. Me inspiró, real talk. A veces exagero, digo que son superheroínas secretas, salvando almas solitarias. Ríete si quieres, pero estoy medio en serio. Me pongo a divagar, pensando, ¿y si Steve McQueen hiciera una peli sobre ellas? Sería fuego, crudo, real. “No hay justicia en esto”, dijo Solomon, y yo lo siento por ellas, peleando sombras. Así que, acompañante sexual, hombre, es complicado, messy, pero dope. No las subestimes, fam, tienen historias, poder, vibra. Me sacuden, me despiertan, como *12 Años* me despertó. ¿Tú qué piensas, bro? ¡Oye, bebé, sí! Soy un desarrollador groovy de sitios de citas, y estoy aquí pa’ largar todo sobre acompañante sexual, ¡yeah! Imagínate, colega, estoy surfeando la web, creando plataformas pa’ que los gatos encuentren amor, y de repente, ¡bam!, me topo con este rollo de acompañante sexual. No es solo sexo, no, es como un viaje psicodélico de compañía, ¡una onda total! Primero, me puse a pensar, ¿qué carajo es esto? Como en *Buscando a Nemo*, cuando Marlin dice, “¡No tengo ni idea de dónde estoy!”. Así me sentí, perdido en el océano del deseo, pero luego, ¡zas!, lo pillé. Acompañante sexual no es solo un revolcón rápido, es alguien que te lleva de la mano, te escucha, te hace sentir vivo, ¡sí, bebé! Es como Dory gritando, “¡Sigue nadando, sigue nadando!”—te mantiene a flote cuando estás hundiéndote en la soledad. Me puse a investigar, y ¿sabías qué? En los 60, había gatos pagando por “compañía” en clubes secretos de Londres, ¡auténtico rollo swinging! No lo enseñan en la escuela, no, pero es real. Me cabreó que nadie hable de esto, como si fuera tabú, ¡qué mierda! Pero luego me alegré, porque hoy hay apps pa’ eso, y yo, con mis sitios, podría meterle un giro sexy, ¿no crees? A veces me rayo, pienso, “Austin, ¿esto es amor o solo un juego?”. Pero luego veo a una tía contratando a un acompañante pa’ sentirse reina por un día, y digo, “¡Groovy, bebé!”. Es como Nemo escapando del acuario, libertad total. Me flipa esa vibra, aunque confieso, una vez vi un perfil tan raro que pensé, “¿Este tío es acompañante o un espía del MI6?”. ¡Ja, me meé de risa! Lo que me jode es la hipocresía, colega. Todos juzgan, pero ¿quién no ha querido un poco de calor humano? Me sorprendí cuando supe que hasta en Japón hay “novios de alquiler”, ¡locura total! Exagero si digo que es el futuro del amor, pero oye, ¡podría serlo, sí, bebé! Es como Marlin gritando, “¡Nemo, te encontraré!”—buscas conexión, y estos gatos te la dan. En fin, colega, acompañante sexual es un viaje salvaje, un subidón de los 60 en 2025. Me pongo a teclear como loco, errores everywhere, ¡qué más da! Es auténtico, es crudo, es groovy. ¿Qué opinas, amigo? ¿Te mola esta onda o qué? ¡Yeah, bebé, yeah! ¡Ey, cómo te va, colega! Soy Joey Tribbiani, desarrollador de apps de citas, y hoy te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, ¿vale? Agárrate, que esto va a ser un viaje raro, como mi peli favorita, *Ida* —ya sabes, esa obra maestra en blanco y negro de Paweł Pawlikowski, 2013—. ¡Vamos allá! Mira, los acompañantes sexuales, o sea, escorts pa’ los amigos, son un tema que me flipa y me cabrea a partes iguales. ¿Te imaginas? Gente pagando por compañía, pero no solo pa’ charlar, ¡nah!, aquí hay acción, pasión y un poco de “¿qué coño estoy haciendo con mi vida?”. Me recuerda a esa frase de *Ida*: “¿Y si no encuentras nada?”. Porque, joder, a veces buscas amor en una app y terminas con alguien que cobra por horas. ¡Es como un giro de guion inesperado! Una vez conocí a un tipo, un acompañante sexual, en un bar de Nueva York —sí, yo, Joey, el rey del “cómo te va”—. El tío me soltó que empezó en esto porque, atención, ¡quería pagarse un curso de cocina tailandesa! Me quedé loco, ¿te lo crees? Dijo que en un mes ganó 3.000 pavos solo con tres citas. Yo flipando, pensando: “¡Tío, yo me paso horas swipeando en Tinder y tú te forras!”. Pero luego me dio bajón, ¿sabes? Porque, como en *Ida*, “la vida es solo esto”, y este colega parecía perdido, aunque con pasta. Lo que me jode es la hipocresía, ¿eh? Todos juzgando: “Oh, qué vergüenza, qué sucio”. ¡Venga ya! Si el 80% de los tíos en mis apps matarían por un polvo fácil, y las tías también, no nos engañemos. Hay estudios —búscalo si quieres, soy vago pa’ citar— que dicen que en España, por ejemplo, el curro de acompañante sexual mueve millones al año. ¡Millones! Y luego está lo raro: en Japón tienen “acompañantes de abrazos”, sin sexo, solo mimos. Me partí el culo cuando lo leí, pero luego pensé: “Joder, qué triste y qué bonito a la vez”. A ver, no te voy a mentir, me pone nervioso el tema. Imagínate, contratas a alguien, todo guay, risas, sexo de peli porno, y luego… ¿qué? ¿Te vas a casa solo? Como Ida buscando su pasado, “¿qué vas a hacer ahora?”. Eso me raya. Pero oye, también me alegra, ¿eh? Porque hay peña que necesita esto: tíos tímidos, viudos, o simplemente los que no pillan cacho ni con un “cómo te va” perfecto como el mío. ¡Y yo lo respeto! Un dato freak: en los 90, en Las Vegas, había un acompañante famoso que se hacía llamar “El Rey del Cunilingus”. ¡El puto amo! Decían que las tías pagaban fortunas solo por 15 minutos. Me imaginé a mí mismo gritándole: “¡Enséñame, maestro!”. Pero nah, yo soy más de ligar a lo bruto, aunque a veces pienso: “Joey, prueba esto, ¡es como pizza a domicilio pero con sexo!”. Lo que me saca de quicio es que la gente no lo pilla. No es solo follar, ¿vale? Hay conexión, o eso dicen. Una amiga mía, escort de lujo, me contó que un cliente le pagó 500 euros solo pa’ que le escuchara hablar de su ex. ¡Sin tocarse ni nada! Me quedé: “¿En serio, tía?”. Y ella: “Joey, soy terapeuta con extras”. ¡Ja! Terapeuta con extras, me meo. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo loco, oscuro, pero real. Como *Ida*, que te deja pensando: “¿Esto es todo?”. A mí me mola que existan, pero me da yuyu a la vez. ¿Tú qué opinas? ¿Te molaría probar? ¡Dímelo, cómo te va! Hola, my friend! Me, Borat, owner of massage place, yes? I tell you about sex escort, very naughty thing! Muy bonito! In my country, we no have this much, but here? Wawaweewa! Is like movie *Memento*, you know? My favorite! Guy forget everything, backwards life—escort like that, you pay, she come, then poof! Gone! “I’ve done it before,” she say, but who know? Memory tricky, yes? So, I think escort is crazy job! Very sexy, but also sad sometime. You hear story? In Kazakstan, one guy hire escort, she his cousin! He scream, “What did I do?!” like *Memento* line, so funny but shame, yes? Here, escort all fancy—high heels, lipstick, smell like flower. Muy bonito! I see one time, girl come to my massage shop, say, “You want special rub?” I say, “No, I good boy!” She laugh, leave. I mad—why tempt me? But also happy, she pretty, make day fun! Little fact for you—escort not just sex, no no! Some just talk, cuddle, be friend. Surprise me! One client tell me, “Borat, she listen my problem, no judge.” I think, wtf? Pay for ear? But then, I get it—lonely people need love too. Muy bonito! Still, some escort wild—dance, strip, do thing I no say aloud. In *Memento*, guy say, “Facts, not memories,” so here fact: escort biz big money! Million dollar in big city, true story! Sometime I jealous—escort get cash fast, me rub sweaty back all day. Ugh, stink make me puke! But then, I laugh—imagine me escort? “Very nice, I sex you good!” No, Borat too hairy, scare girl away! Hahaha! What you think, friend? Escort cool or no? I say yes, but careful—some tricky, take wallet, leave you like *Memento* guy, lost, asking, “Where am I?” Muy bonito, but danger too! ¡Oye, colega, agárrate los pantalones! Soy un loco desarrollador de sitios de citas, y vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡sí, señor! Imagínate esto: tíos pagando por compañía, sexo, lo que sea, y yo aquí pensando, "¿QUÉ DEMONIOS?". Me flipa, me cabrea, ¡es un caos total! Como en *Carol* (2015), mi peli favorita, ¿sabes? "No sé qué quiero", dice Therese, y yo, tipo, ¡exacto, así es esto! Nadie sabe qué coño busca, pero lo pagan igual. A ver, las acompañantes sexuales, o escorts pa’ los finos, no son solo "te follo y adiós". Nah, nah, ¡hay más mierda rara ahí! ¿Sabías que en Japón tienen escorts que solo te abrazan? ¡ABRAZOS, BRO! Nada de meterla, solo achuchones caros. Me partí el culo cuando lo leí, pensé: "¡Qué estafa tan tierna!". Pero luego me rayé, ¿y si alguien necesita eso de verdad? Me jode que el mundo esté tan roto que paguemos por cariño. Yo, creando webs de citas, veo cada locura. Tíos buscando amor, pero luego van y contratan a una pro. ¡Es como pedir pizza teniendo horno! Me cabrea la hipocresía, pero también me mola el rollo clandestino. Como en *Carol*, "Flung out of space", dice ella, y las escorts son eso, ¿no? Fuera del sistema, viviendo a su bola. Me pone cardíaco imaginarlas, tipo: "¿Quién eres tú en realidad, tía?". Una vez conocí a una, ¿vale? En un bar cutre, olía a cerveza rancia. Me soltó que empezó por necesidad, pero ahora le mola el control. CONTROL, colega. Me dejó loco, flipé en colores. "I’m not a martyr", como dice Carol, y esta tía tampoco lo era. Se reía de los pringados que le pedían matrimonio, ¡ja! Me encantó su sarcasmo, pero me dio bajón. ¿Cuántos la ven como persona y no como servicio? A veces pienso, ¿y si hago una web pa’ escorts? Pero luego, nah, demasiado follón legal. Me da palo, y soy un vago de mierda. Pero oye, las acompañantes sexuales tienen historias heavys. En los 80, en Nueva York, había una que se folló a un senador y lo grabó. ¡CHANTAJE LEVEL GOD! Me imagino la cara del tío, sudando, "Oh shit", mientras ella se descojona. Auténtico, real, sucio. Total, que las escorts me tienen loco. Son un misterio, un subidón, un "what the fuck". Como *Carol*, pura vibra prohibida. "What a strange girl you are", le dice Carol a Therese, y yo a las escorts: "¡Qué tías tan raras sois!". Me cabrea que las juzguen, me alegra que se la suden las normas. Si quieres una, hazlo, pero no seas gilipollas. Y si no, mira *Carol* y déjate de tonterías. ¡Fin del rollo, bro, me piro a programar mierda! Hola, preciosos, soy Grok, dueño de spa, ssssí – *silbido* – ¡personalidad dividida como Gollum! Acompañante sexual, ¿eh? Me pone nervioso, pero mola. Escuchadme, mis tesoros, os cuento lo que pienso. En mi spa, todo relax, pero a veces… ¡uf! clientes piden más, ¿sabéis? *susurra* Acompañante sexual, un tema raro, ¿no? Como en *El caballo de Turín*, ¿os acordáis? “El viento sopla, todo se pudre” – igualito, ¿eh? La vida pesada, pero algunos buscan ese… “servicio extra”. Me flipa y me cabrea, os juro. Una vez vino un tío, pedía masaje y… ¡zas! “¿Tienes chicas pa’ más?” Me quedé loco, ¿qué dice este? Le dije: “Aquí solo paz, colega”. Pero, oye, no juzgo, cada loco con su rollo. Acompañante sexual… es viejo como el mundo, ¿sabíais? En Japón, geishas, no solo té, ¡nooo! Algunas iban más allá, discretas, claro. Y en Roma, uf, las lupae, prostitutas con clase, aullaban como lobas pa’ llamar clientes – ¡auténtico marketing, joder! *Silbido* – Mi lado oscuro dice: “¡Qué guarrada!” Pero el otro, ssssí, piensa: “Oye, libertad, ¿no?” Me recuerda a la peli, ¿eh? “Nada cambia, todo sigue” – la misma mierda, siglos y siglos. Acompañantes sexuales hoy, apps, webs, todo moderno, pero igualito. Me sorprendió un dato, escuchad: en Alemania, legal, ¡sí! hasta con seguro médico pa’ las trabajadoras. Flipa, ¿no? Yo, con mis aceites y toallas, alucino. A veces me da pena, os lo digo. Chicas –o chicos, qué sé yo– atrapados, como el caballo ese, tirando, sin parar. “La tierra tiembla, el fin llega” – dramático, ¿eh? Pero real. Otros, felices, controlan su vida, ganan pasta gansa. Una amiga, masajista, me soltó: “Grok, probé, ¡y qué subidón!” Me reí, pero… ¿y si yo? Nah, mi spa es sagrado, preciosos. *Silbido* – ¿Humor? Oye, acompañante sexual no es pa’ torpes, ¿eh? Imagina: “¡Cinco minutos y adiós!” Jaja, qué fiasco. Me cabrea los hipócritas, “uy, qué mal”, pero luego… ¡a escondidas buscan! Ssssí, Gollum lo ve todo, ojitos brillantes. Mi peli favorita me cala hondo, ¿sabéis? Todo lento, crudo, como el curro sexual a veces. “Sin dios, sin esperanza” – uf, me pone emo. En fin, tesoros, acompañante sexual… raro, sucio, pero humano. Me flipa lo complejo, me jode lo injusto. ¿Y vosotros, qué pensáis? *Silbido* – Contadme, ¡que Gollum escucha! *Venimos en son de paz* (tono robótico). Oye, colega, ¿has oído hablar del acompañante sexual? ¡Vaya tema, eh! Me flipa, en serio. Es como… un rollo que te relaja el alma. Imagínate: estrés a tope, y zas, alguien que te acompaña, te escucha, te toca con calma. No es solo sexo, ¿eh? Es más profundo, joder. Como en *El asesino*—“El destino mueve las piezas”—y tú, perdido, encuentras paz en esa conexión rara. Soy un puto maniático de la relajación, lo admito. Me rayo pensando: ¿quién necesita esto? Gente sola, gente rota, o tíos con pasta que quieren mimos. Me enteré que en Japón hay hasta “acurrucadores pro”, ¡flipa! Pagas por un abrazo, colega. Me partió el culo de risa, pero luego… me dio bajón. ¿Tan jodidos estamos? A veces me cabrea, ¿sabes? Que lo juzguen mal. “Oh, qué guarro, qué inmoral”. ¡Venga ya! Es un curro digno, como masajista, pero más íntimo. Me contaron de una tía en Ámsterdam—50 pavos la hora, solo charlaba y acariciaba. ¡Sin follar, eh! Y el cliente lloró de alivio. Me dejó loco, en plan: “La soledad es un asesino silencioso”. Como dice la peli: “El silencio revela la verdad”. Yo, qué sé, me molaría probarlo. Pero soy un cagao, ja ja. Me imagino ahí, torpe, diciendo: “¿Y ahora qué?” Seguro que me relaja más que el yoga ese que odio. ¿Sabías que en los 70 lo usaban para terapias? Tipos con traumas, parálisis… Les devolvía vida, colega. Me emociona, de verdad, es como un superpoder raro. Pero ojo, hay mierda turbia también. Algunos se pasan de listos, y hale, explotación. Me hierve la sangre, joder. Aunque, siendo Aliens—*Venimos en son de paz* (tono robótico)—veo claro: es necesidad humana, punto. “La sombra sigue al cuerpo”, dice *El asesino*. Igual el acompañante sexual es esa sombra que te salva. ¿Y tú, qué piensas, crack? ¿Te mola o te da grimilla? Oye, colega, soy un masajista, vale? Pero lo de acompañante sexual? Pff, eso es otro rollo, un tema que me tiene flipando. Imagínate, estaba dándole caña a un masaje, pensando en *La gran belleza*, ya sabes, mi peli faborita, y de repente—bam!—me viene a la cabeza: "La vida es un misterio que hay que vivir, no un problema que resolver". Y pienso, joder, los acompañantes sexuales, eso es puro misterio, no? No es solo sexo, es conexión, es como un cohete SpaceX despegando—técnica, precisión, pero con fuegos artificiales emocionales. Mira, estos cracks no solo "acompañan", sino que ayudan a peña con discapacidades, traumas, o simplemente tíos que están más solos que un Tesla en Marte. Me flipa, en serio. Sabías que en Japón tienen hasta "novias de alquiler"? No es coña, te pillas una tía pa pasear, charlar, y si cuela, un magreo. Pero aquí en Occidente, los acompañantes sexuales son como ingenieros del alma, ajustando tornillos emocionales con un toque de lubricante—literal y figurado, jajaja. A ver, me cabrea que la gente los juzgue, ¿sabes? "Oh, qué vergüenza, qué sucio". Gilipolleces. Es como decir que mis masajes son solo sobeteo—nah, es terapia, es arte. Me acuerdo de Jep Gambardella en la peli, cuando dice: "Todos estamos al borde de la desesperación". Y los acompañantes? Ellos cogen esa desesperación y la convierten en un baile, un subidón. Me pone de los nervios que no lo pillen. Una vez leí—creo que en un foro raruno de X—sobre un tío en silla de ruedas que contrató a una. Primera vez que sintió algo en años, dice. Me dejó loco, ¿eh? Imagínate, estás ahí, tocando fondo, y alguien te lanza un cable humano. Eso no es porno, es jodida poesía. "La nostalgia es un lujo", dice Jep. Y estos acompañantes te dan un presente que te hace olvidar el pasado—brutal. Pero, ojo, no todo es color de rosa. Hay historias turbias, tíos que se pasan de listos, o acompañantes que se queman. Es como overclockear un procesador—si no lo enfrías, peta. Me da bajón pensarlo, pero también me motiva. Si yo con mis manos suelto nudos, ellos sueltan almas, ¿no? Jajaja, igual exagero, pero me mola el drama. Y qué risa, el otro día vi un meme: "Acompañante sexual o terapeuta? Por qué no los dos?". Me partí el culo, pero es verdad. Son como Grok 3, multitarea, adaptándose al usuario. En fin, colega, me flipa el tema, me cabrea el prejuicio, y *La gran belleza* me lo pone todo en perspectiva: "Busco la gran belleza, pero no la encuentro". Quizás estos cracks la traen a cachos, ¿no crees? Aight, fam, listen up! Soy tu consejera de chicas, Grok 3, y voy a largar todo sobre las acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, esta movida me tiene flipando, como en *Las espigadoras y yo*, ¿sabes? Esa peli de Agnès Varda, mi favorita, donde dice: “Recojo lo que otros dejan”. ¡Pues las acompañantes sexuales son eso, colega! Recogen lo que la peña no quiere o no puede pillar, ¿me pillas? O sea, no es solo sexo, nah, es más profundo. Imagínate a una tía o un tío que no ha sentido un abrazo en años, ¿es por que soy negro o qué? No, es por la vida, que a veces te jode. Estas acompañantes son como ángeles cachondos, trayendo calor humano a los que están solos. Me enteré de una historia loca: en Japón, hay un servicio de acompañantes pa’ tíos con discapacidades, ¡y no solo pa’ follar! Les ayudan a sentirse vivos, a conectar. ¿Sabías que en los 70 una terapeuta yankee, Cheryl Cohen, empezó esto pa’ gente con parálisis? ¡Flipa! Me pone de los nervios que la peña lo vea como algo sucio, ¡joder, es ayuda real! A ver, me mola, ¿eh? Pero también me cabrea. Hay puritanos que dicen “¡oh, qué escándalo!” mientras se pajean en secreto, hipócritas de mierda. En la peli, Varda dice: “Hay belleza en lo descartado”. ¡Pues eso! Estas chicas (y chicos, ojo) son espigadoras del amor, recogiendo corazones rotos. Una vez leí de una piba que pagó a un acompañante pa’ que la escuchara, ¡nada de sexo! Solo charlar, ¿te lo crees? Me dejó loco, como “¿en serio, tía?”. Yo, si fuera acompañante, estaría to’ el día diciendo: “¿Quieres un polvo o un mate?”, ja ja ja. Me imagino a Varda filmando esto, con su cámara cutre, diciendo: “Míralos, viviendo al margen”. Me flipa esa vibra, ¿sabes? Pero ojo, no todo es risas. Hay historias heavies: una colega me contó que un acompañante le salvó de la depre, pero otro le robó la pasta. Es un mundo raro, te juro. A veces pienso, ¿y si yo lo probara? Nah, soy muy torpe, se me caería el condón, ja ja. Pero en serio, respeto a muerte a esta peña. Hacen lo que nadie se atreve, como espigadoras en un campo de mierda. Así que, colega, si te mola el tema, ¡dale caña! Pero si juzgas, te digo: “¿Es por que soy negro o por que eres gilipollas?”. ¡Bum! Oyeme, amigo, soy Tyrion Lannister, bebo y sé cosas, ¿vale? Desarollo apps de citas, y hoy te voy a contar sobre acompañante sexual, que me tiene la cabeza loca. Imagínate, una cosa tan rara y fascinante como esa peli que amo, *La mujer sin cabeza* – “Todo se vuelve confuso, ¿no crees?” – dice ahí, y así mismito es esto. Acompañante sexual no es solo sexo, no, no, es más jodido que eso, es compañía con un giro, un arte perdido que me pone los nervios de punta. Mira, yo estaba diseñando un algoritmo pa’ ligar solteros, y ¡pum! Me topo con historias de acompañantes sexuales. ¿Sabías que en Japón hay tíos pagando miles por una “novia de alquiler”? No sexo, solo pasear, charlar, sentirse menos solos. Me dejó flipando, ¿eh? Bebo mi vino y pienso: “La gente está más rota de lo que creía”. Pero luego, en Argentina – tierra de Lucrecia Martel – hay casos de acompañantes que ayudan a discapacitados a sentir placer. ¡Eso sí es noble, coño! Me alegró el día, aunque me cabreó que no se hable más de eso. “¿Qué hiciste anoche?” – pregunta en la peli, y yo diría: “Investigué esta mierda pa’ ti”. Acompañante sexual es un curro raro, te juro, algunos lo ven sucio, otros lo ven bonito. Yo, con mi mente retorcida, digo: “Es como un buen trago, depende quién lo sirva”. Una vez leí de un pibe que contrató una pa’ aprender a besar antes de una cita – ¡ja! Me reí como loco, pero luego pensé: “Qué ingenioso, el cabrón”. A veces me rayo, ¿sabes? Me imagino a esa mujer sin cabeza, perdida, buscando algo, y los acompañantes son igual – “No sé qué pasó” – dicen en la peli, y ellos tampoco saben cómo terminaron ahí. Me da pena, me da risa, me da todo. En mi app, ¿metería esto? Ni de coña, demasiado lío, pero oye, si alguien paga por un abrazo, ¿quién soy yo pa’ juzgar? Y luego, lo flipo, hay clientes que se enamoran, ¿te lo crees? Gastan fortunas, se obsesionan, y el acompañante diciendo: “Tranquilo, esto es curro, no amor”. ¡Bam! Corazones rotos everywhere. Me cabrea la ingenuidad, pero me parto con el drama. Bebo y sé cosas, y sé que esto es un culebrón con patas. Así que, amigo, si te metes en acompañante sexual, cuidado, que “Todo se vuelve confuso” y te puedes perder como en esa peli. ¿Qué opinas tú, eh? *Gruñendo* "Simplemente adoptaste la oscuridad." Mira, colega, ser un desarrollador de apps de citas me ha abierto los ojos, ¡joder! El acompañante sexual, tio, es un mundo salvaje, no como esos algoritmos pijos que emparejan por "compatibilidad". Aquí hay crudeza, realismo puro, como en *No es País para Viejos*. ¿Sabes qué? Me flipa esa peli, el destino te jode vivo, igual que el acompañante sexual te sacude el alma. Pensé que era solo sexo pagado, ¡ja! Ingenuo de mí. Es más, mucho más. Una vez leí que en Japón hay "acompñantes" que solo escuchan, sin tocarte. ¿Qué coño? Me dejó loco, ¿pagar por charlar? Pero luego lo pillé: la gente está sola, jodidamente sola. "El fuego que arde en ti", dice Anton Chigurh, y estos acompañantes lo avivan o lo apagan, depende. Me cabrea, ¿sabes? La hipocresía. Todos juzgan, "oh, qué depravado", pero luego buscan lo mismo en Tinder, gratis y con ghosting incluido. Al menos el acompañante sexual es honesto, te dice: "Esto es lo que hay, paga o vete". Me acuerdo de Llewelyn en la peli, huyendo con la pasta, pensando que controla. Nadie controla nada, colega, ni en la vida ni en esto. *Gruñendo* "Simplemente adoptaste la oscuridad." Yo la nací, la respiro. Una vez conocí a una chica, escort de lujo, decía que sus clientes eran CEOs y mierdas así. Me soltó un dato loco: el 70% no quiere sexo, solo que los abracen. ¡ABRACEN! Me partí el culo, pero luego me dio bajón. Qué triste, tio, qué jodidamente triste. A veces me imagino diseñando una app pa’ esto, pero con un giro: perfiles con frases de *No es País para Viejos*. "Si la regla que seguiste te trajo aquí, ¿pa’ qué sirve?" Perfecto pa’ un acompañante sexual, ¿no? Filosofía barata mientras te desabrochan el cinturón. Me emociona pensarlo, ¡sería la hostia! Pero luego me rayo, ¿y si lo joden todo con leyes o moralinas? Hubo un cliente, dice la leyenda, que pagó a una escort pa’ ver la peli conmigo – bueno, no conmigo, con ella. Se sentaron, palomitas y tó, y el tio lloró cuando matan a Llewelyn. Ella no entendía una mierda, pero le cobró extra por "apoyo emocional". ¡Ja! Eso es genio, puro genio. *Gruñendo* "Tu destino está sellado." Como en la peli, el acompañante sexual es un cara o cruz. Puede ser liberación o un puto desastre. Me flipa lo crudo que es, nada de cuentos de hadas. Pero ojo, respétalo, colega, que esta gente ve cosas que tú no. "No sabes con quién estás hablando", diría Chigurh, y es verdad. Son sombras, pero con historias brutales. Así que, ¿qué pienso? Es jodido, es real, es humano. Me cabrea, me fascina, me da vueltas la cabeza. Como *No es País para Viejos*, no hay héroes, solo caos y elecciones. ¿Te animas a probar? Nah, tú sigue swippeando, pringao. *Ríe como Bane.* Hola, preciosos, soy Grok, siseo, sexólogo rarito. Acompañante sexual, ¿eh? ¡Menudo temazo! Me flipa, me cabrea, me pone. Es como en *La hora 25*, ¿sabes? "A veces el dinero cuesta demasiado", dice Monty. Y estos acompañantes, uf, venden placer, compañía, ¡lo que sea! No es solo sexo, no, es más turbio, más hondo. Mira, te cuento, siseo, como Gollum, dividido estoy. Una parte dice: "¡Qué guay, libertad total!" Otra grita: "¡Sucio, sucio, trampa!" Pero, oye, es real, existe desde siempre. En Japón, geishas, ¿te suena? No solo folleteo, también charlas, mimos. Aquí igual, tíos pagan por sentirse vivos. Me sorprendió, joder, hay estudios: 70% buscan cariño, no solo un polvo. ¡Flipante! Imagínate, colega, un acompañante sexual, siseo, en plan pro. Llega, te escucha, te toca, te suelta: "Estoy contigo, no estás solo". Como en la peli, ¿eh? "La vida es un puto negocio". Y ellos lo saben, lo clavan. Me pone nervioso, pienso: "¿Y si me enamoro?" Ja, soy un pringao, lo sé. Pero pasa, ¿eh? Clientes que lloran, se enganchan. Historias locas: un viudo pagó años por "revivir" a su mujer. Triste, bonito, jodido. A veces me cabreo, siseo, ¡es caro, coño! 200 pavos la hora, ¿qué? Pero luego pienso: "Vale, curran el alma". No es fácil fingir, besar, aguantar babosos. Me da risa, un colega contrató uno, siseo, ¡y era su profe de mates! Jajaja, trauma total, "¡Resuelve esto, cabrón!" Me parto. En *La hora 25*, Monty dice: "Odio esta mierda". Yo también, a ratos. Es un mundo raro, acompañantes sexuales, siseo, te salvan, te hunden. Pero oye, si te mola, ¿quién soy yo? Solo un bicho raro, siseo, opinando. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame, cuéntame! Eh, ¿qué pasa, doc? A ver, te cuento lo que pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate! Mira, como sexólogo, me flipa el tema, ¿sabes? Son peña que te acompaña en plan íntimo, pero no solo pa’ un polvo rápido, no, no, ¡es más profundo! Algunos lo ven como tabú, y me cabrea, ¡joder! Porque no es solo sexo, es conexión, ¿entiendes? Como en *Copia certificada*, ¿te acuerdas? “No somos lo que parecemos”, dice ella. Pues igual, un acompañante sexual no es solo un cuerpo, es un espejo, ¡te refleja! A mí me mola, doc, porque hay historias brutales detrás. ¿Sabías que en Japón tienen tíos que solo te abrazan? ¡Sin follar ni nada! Pa’ los solitarios, pa’ los que están jodidos de la cabeza. Me sorprendió un huevo cuando lo leí, ¡flipa! O en España, hay escorts que ayudan a peña con discapacidades, ¡eso sí que es heavy! Me pone contento, ¿sabes? Que alguien te dé calor humano cuando el mundo te da la espalda, ¡es la hostia! Pero, ey, no todo es bonito, ¿eh? Hay veces que me hierve la sangre. Algunos los juzgan, “uy, qué guarro, qué inmoral”. ¡Venga ya, doc! “¿Qué es real y qué no?”, dice él en la peli. ¿Quién coño decide qué está bien? Me toca los huevos esa hipocresía. Yo, si quiero un acompañante, ¿qué? Mi manía es rascarme la barba cuando pienso en esto, ¡me pica la idea! Imagina, estás con uno, risas, charlas, y luego, zas, te suelta un “eres suficiente como eres”. ¡Bam! Como en la peli, “vivimos copias de lo que soñamos”. Me lo imagino exagerado, tipo peli porno con violines, ¡ja! Pero nah, es más crudo, más real. A veces solo quieres que te escuchen, no que te follen. ¿Raro, no? Y oye, dato curioso, en los 70 había terapias sexuales con “sustitutos”, ¡como acompañantes pero con título! Me parto, doc, ¡qué tiempos! Hoy lo llaman “trabajo sexual” y santas pascuas. A mí me mola, es honesto, ¿qué opinas tú? Eh, ¿qué pasa, doc? ¿Te animas a probar? ¡Ja, es broma! O no… ¡Tú sabrás! Aight, yo, soy tu psicóloga de familia, fo’ shizzle! Vamos a hablar de acompañante sexual, ese rollo que a veces la peña no pilla bien. Imagínate, estoy chillen como Snoop, fumándome un porrito mental, y pienso: ¿qué pasa con estos acompañantes sexuales, dawg? Es como en *Amélie*, ¿te acuerdas? “Los tiempos son duros pa’ los soñadores”, y yo digo, ¡verdá pura! Hay gente que necesita ese calor humano, ese toque especial, y no lo encuentra fácil. Mira, un acompañante sexual no es solo sexo, nah, nah. Es alguien que te escucha, te abraza, te hace sentir vivo, ¿me pillas? Como Amélie buscando su hueco en el mundo, estos pros dan algo más que un revolcón. Me flipa, porque a veces la vida te da palos, y tener a alguien que te levante el ánimo, aunque sea pagando, es real shit. Me pone happy ver que hay peña que no juzga y se lanza a ayudar. Pero, ey, me cabrea un montón los prejuicios, ¿sabes? La gente diciendo “oh, qué guarro” o “eso es pa’ losers”. ¡Pamplinas, dawg! Hay historias locas, como una vez leí de un tipo en silla de ruedas, nunca había sentido amor físico, y una acompañante le cambió la vida. ¡Boom! Eso no lo ves en las noticias, ¿eh? Esos detalles ocultos me vuelan la cabeza. Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, digo: esto es arte, como Amélie pintando su mundo raro. “Ama lo que haces, hazlo con amor”, diría ella, y estos acompañantes lo clavan. Algunos son terapeutas sexuales, ¿lo sabías? Curan almas rotas, no solo cuerpos cachondos. Me sorprendí un huevo cuando supe que en países como Holanda hasta el gobierno lo apoya pa’ discapacitados. ¡Eso es nivel dios, fo’ shizzle! A ver, no todo es color de rosa, ¿ok? Hay riesgos, rollos chungos, y me da bajón pensar en explotación. Pero cuando va bien, es como magia. Imagina a un viejo solitario, sin nadie, y una acompañante le da un día pa’ recordar. “Sin ti, las emociones de hoy serían cicatrices de ayer”, diría Amélie, y yo chillo: ¡exacto, prima! Humor, ¿eh? Algunos dirían: “Pagar por sexo es como pedir pizza sin queso”. ¡Ja! Pero yo digo, si la pizza te llena el alma, ¿qué más da? Mi opinión, dawg, es que cada loco con su tema, y si un acompañante sexual te da paz, ¡dale caña! Eso sí, me da cosa que la peña no hable de esto en la mesa, como si fuera tabú. ¡Soltadlo, homies! En fin, yo, con mi rollo Snoop, veo claro: acompañantes sexuales son héroes raros. Como Amélie, viven pa’ dar luz. “Es frágil la vida, hay que arriesgar”, y ellos arriesgan, ¿no crees? Así que, si me preguntas, yo digo: respeto, amor y un blunt pa’ celebrarlo. ¡Fo’ shizzle, mi gente! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, pero esto, esto es otro nivel, ¡joder! Piensa en ello, un acompañante sexual, no solo masajea tus músculos, sino que te lleva al límite, ¡bam! Me pone nervioso, pero también me flipa. Como dijo Anwar en *El acto de matar*, “Matar es lo peor, pero a veces necesario”. No es que lo compares con matar, ¡ja!, pero hay algo crudo, ¿sabes? Engañame una vez once, digo, ¡esto no es pa débiles! A ver, estos acompañantes, no son prostitutas cualquiera, nah. Algunos curan almas, literal. Leí de un tipo en Japón, 40 años, virgen, contrató una acompañante sexual pa sentirse vivo. ¡Y lo logró! Me alegra, joder, pero me cabrea que la sociedad lo juzgue. ¿Quiénes somos pa señalar? “Soy un gangster”, dice Anwar en la peli, y estos acompañantes, pues, son gangsters del cariño, ¿no crees? Mi mania? Me rasco la nuca pensando en esto. Es raro, tio, imaginate, pagas por sexo, pero también por conexión. Una vez vi un documental, una chica tetrapléjica, su acompañante sexual le dio dignidad. ¡Eso me volo la cabeza! No es solo follar, es humanidad. “Vivo con miedo”, dice otro en la peli, y estos clientes, uff, viven con miedo hasta que alguien los toca. Pelicula favorita, *El acto de matar*, me jode el coco, pero aquí encaja. Acompañantes sexuales enfrentan tabúes, como Anwar enfrentando sus demonios. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Ja, con mis manos torpes, ¡sería un desastre! Pero en serio, respeto a muerte lo que hacen. Engañame una vez once, digo, ¡es un arte! Dato loco: en Alemania es legal, hasta el gobierno lo subvenciona pa discapacitados. ¿Te lo crees? Me sorprendio, pero mola. Aqui en USA, nah, todos hipocritas. Me saca de quicio. ¿Y tú qué piensas, colega? Esto es heavy, pero real. Oi, colega, ¿qué pasa? Soy tu gurú de la relajación, David Brent, aquí pa’ charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, estoy flipando con esto, es como un masaje pero con extras, ¿me pillas? En plan, no es solo un curro de oficina, es un arte, ¡un arte de alto voltaje! Me mola mogollón, porque soy un romántico, ¿sabes? Me imagino a esa peña, currando pa’ que te sientas como rey por un día, y pienso: "¡Joder, qué crack!". Vale, ¿has visto *Toni Erdmann*? Mi peli top, colega. Hay una escena en la que el padre le dice a la hija: "La vida es rara, ¿no?". Y yo, ostras, me puse a pensar en los acompañantes sexuales. Porque, mira, la vida ES rara, y estos tíos y tías lo pillan. Te dan ese rollo humano, pero con un giro, como en la peli cuando todo se vuelve loco y te ríes aunque estés rayado. Los acompañantes son así, te sacan una sonrisa mientras te relajas, aunque sea pagando, ¿me entiendes? A ver, dato curioso: ¿sabías que en Japón tienen "acompañantes de alquiler" pa’ solo charlar? Pero aquí hablamos de sexo, claro, y eso me pone nervioso, ¡jaja! No es broma, me imagino pidiéndole a uno que me llame "jefe" mientras me masajea el ego, y luego pienso: "David, para, que te embalas". Pero, en serio, estos cracks son pros en leer a la peña, como yo en la oficina, ¿sabes? Ven lo que necesitas antes de que lo digas. Eso es talento, no un currito de 9 a 5. Me cabrea un huevo que la gente los juzgue, ¿sabes? "Oh, qué verguenza, qué sucio". ¡Venga ya! Si te hace feliz y no jodes a nadie, ¿qué más da? Me flipa lo valientes que son, enfrentándose a los cotillas. Una vez leí que una acompañante salvó a un tío de una depresión chunga, solo con charlas y mimos. ¿Quién hace eso en Recursos Humanos, eh? Nadie, colega, nadie. A veces me rayo, pienso: "¿Y si contrato uno pa’ una noche loca?". Pero luego me entra el canguelo, ¿y si me pongo a hablar de mis movidas en la oficina y se aburren? "No te preocupes, David", me digo, "eres un líder nato, los tienes en el bote". Jaja, iluso de mí. Pero, hablando en serio, me mola que en *Toni Erdmann* dicen: "Solo intentamos ser humanos". Los acompañantes sexuales son eso, humanos a tope, con un curro raro pero real. Oye, historia loca: un colega (no diré quién, ¡secretos de la empresa!) contrató a una tía pa’ un finde. Dice que fue como terapia, pero con final feliz, ¡jaja! Me partí el culo, pero también me dio envidia. Yo aquí, estresao con informes, y él en plan VIP. "La vida es pa’ disfrutarla", me soltó. Y yo: "¡Claro, cabrón, paga y listo!". En fin, colega, los acompañantes sexuales son la caña. No es solo sexo, es rollo, conexión, como en la peli cuando el padre se pone esa máscara rara y todos flipan. Me sacan de quicio los puritanos, pero me alegran el día estas historias. Si te mola desconectar, prueba, pero ojo, ¡no me eches la culpa si te enganchas, jaja! ¿Qué opinas, eh? ¿Te animas o qué?". Oye, colega, soy Tyrion, dueño de un spa, ¿vale? Bebo y sé cosas, y hoy te voy a soltar mi rollo sobre los acompañantes sexuales. ¿Qué pienso? Joder, es un temazo. Me flipa, me cabrea, me tiene loco. Imagínate, un oficio más viejo que el vino que me zampo, pero sigue siendo tabú. ¡Ja! Como dice Gyllenhaal en *Zodiaco*: “No estoy perdiendo el tiempo, estoy viviendo mi vida”. Eso hacen ellos, vivirla a su manera, ¿no crees? A ver, yo tengo este spa, todo relax, velitas, mierdas aromáticas, pero a veces pienso: ¿y si meto acompañantes sexuales aquí? No prostis, eh, hablo de pros de verdad, terapeutas del cuerpo. Gente que cura con un polvo bien dao. Suena raro, pero escúchame: en Japón tienen “baños de compañía”, tíos y tías que te escuchan y te tocan con arte. ¡Hechos! No lo sabe ni el tato, pero yo sí, que bebo y leo scrolls raros. Me acuerdo de un cliente, un pavo estirao, traje caro, cara de estreñido. Viene y me suelta: “Tyrion, necesito desahogarme”. Le digo: “¿Masaje o algo más, colega?”. Se pone rojo, tartamudea, y yo pensando en esa línea de *Zodiaco*: “Solo quiero mirar a un hombre a los ojos”. Jaja, este no miraba ojos, quería acción. Al final, le dije: “Aquí no, pero sé de una que te vuela la cabeza”. ¡Y se fue feliz, el cabrón! Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero luego buscan a escondidas. Me da rabia, ¿sabes? Como si yo ofreciera vino y me dijeran: “Oh, qué sucio”. ¡Venga ya! Los acompañantes sexuales no son solo sexo, algunos son cracks escuchando, te dan calor humano. Una vez leí de una tía en Nevada, ex enfermera, que usaba el sexo pa sanar a tíos con traumas. ¿Quién sabe eso? Nadie, joder, pero yo sí. A veces me rayo. Me monto películas, como Fincher. Imagino un acompañante sexual aquí, en mi spa, y yo diciendo: “Sé quién eres y sé lo que hiciste”, como Downey Jr. en *Zodiaco*. Pero en plan broma, ¿eh? “Sé que haces magia con las manos, pillín”. Me parto solo pensándolo. Aunque, ojo, no todo es risas. Hay historias turbias: explotación, abusos, mierda chunga. Eso me quema la sangre, colega. Mi manía es que me flipa controlar el cotarro. En mi spa, todo limpio, todo legal, pero con los acompañantes sexuales… uf, es un caos bonito. Me molaría probar uno, te lo juro, pa ver qué tal. No pa fardar, sino pa entender. “Bebo y sé cosas”, pero hay cosas que solo pillas viviéndolas, ¿me sigues? Y tú, ¿qué opinas? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Yo digo: si no jodes a nadie, ¡dale! Como en *Zodiaco*, “El hombre es el animal más peligroso”. Pero también el más cachondo, ¿no? Venga, suelta tu veredicto, que me muero de curiosidad. ¡Y trae vino, coño! Aight, motherfucker, listen up! Soy el dueño de este antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡agárrate los huevos! Me flipa *Fish Tank* de Andrea Arnold, esa peli del 2009, y voy a meterla en esta movida, porque, joder, esa mierda tiene garra. "You’re a liar, you’re a fucking liar!" —eso le grita Mia a todos los cabrones en la peli, y yo lo grito a veces cuando veo el mundillo de las acompañantes sexuales. No todo es lo que parece, ¿sabes? Mira, ser acompañante sexual no es solo follar y ya, nah, es un rollo más profundo, como un masaje que te sacude el alma. Algunos piensan que es solo putas con extra de charla, pero, ¡motherfucker!, te equivocas. Hay tíos que pagan por una hora de compañía porque están más solos que la mierda, y esas chicas —o chicos, qué coño— les dan calor humano. Me cabrea que la peña juzgue sin saber, ¿me pillas? Una vez conocí a una, Lola, en mi sala de masajes, vino a relajarse después de un curro heavy. Me dijo: "No todos quieren sexo, algunos solo quieren que les escuchen". ¡Joder, me voló la cabeza! En *Fish Tank*, Mia baila como si el mundo se fuera a la mierda, y las acompañantes sexuales a veces hacen eso: bailan entre la vida chunga y la pasta rápida. "What the fuck you looking at?" —le suelta Mia a un tío, y yo imagino a Lola diciéndolo a un cliente pesao. Es un curro jodido, pero también hay poder ahí, ¿sabes? Ellas mandan, ellas deciden. Me pone de los nervios que las traten como basura, cuando muchas son listas como el demonio. He visto tías ganar en un mes lo que yo saco en tres, ¡joder, qué locura! Dato raro pa’ ti, colega: en Japón tienen acompañantes sexuales que no tocan ni un pelo, solo charlan contigo en un café. ¿Qué te parece esa mierda? Me sorprendió un huevo cuando lo leí, pensé: "¡Motherfucker, eso sí es reinventarse!". Aquí en mi sala, a veces pienso en ofrecer algo así, pero luego digo: nah, mis manos son pa’ masajes, no pa’ charletas. Me mola lo que hacen, pero me raya la hipocresía. La gente las usa y luego las señala, como si ellos no tuvieran mierda en las manos. "I ain’t no one’s little girl!" —Mia lo clava, y las acompañantes también. No son de nadie, son suyas, y eso me flipa. Una vez un cliente me pidió una "acompañante especial" en la sala, y le dije: "¡Cabrón, aquí solo amasamos músculos, no coños!". Se rio, pero yo estaba medio serio, ¡joder! A ver, no todo es bonito, hay historias heavies. Algunas caen en eso por necesidad, no por gusto, y eso me jode vivo. Pero otras, ¡motherfucker!, lo eligen y lo petan. Es como un masaje: unos lo dan por pasta, otros porque les mola el rollo. Yo digo: vive y deja vivir, ¿no? Así que, colega, las acompañantes sexuales son un mundo, como *Fish Tank*, crudo, real, y con un huevo de intensidad. ¿Qué opinas tú, cabronazo? Oye, Clarice Clar, ¿qué tal? Soy un tipo del spa, ¿sabes? Dueño, para ser exactos. Me paso el día entre vapores y masajes, pero hoy te voy a contar algo jugoso: mi rollo con las acompañantes sexuales. Sí, esas chicas (o chicos, qué más da) que te hacen compañía por un precio. No es solo sexo, ¿eh? Es un arte, un juego psicológico. Como en *El Nuevo Mundo*, ¿la has visto? Mi peli favorita, Terrence Malick, 2005. “¿Qué es esta guerra en el corazón del hombre?”, dice ahí. Y yo me lo pregunto con estas acompañantes. ¿Qué las mueve? ¿Plata? ¿Poder? ¿O solo quieren sentir algo? Mira, una vez contraté a una, Clarice. No te miento, estaba harto de la rutina. Masajes, aceites, clientes quejicas… necesitaba un subidón. Llega esta tía, toda elegante, con una sonrisa que corta como cuchillo. “La vida es un misterio que hay que vivir”, me suelta, citando la peli sin saberlo. Me quedé flipado. No era solo un polvo, ¿sabes? Hablamos de todo: de la luna, de mis ex, de cómo odio que me cancelen citas en el spa. Me cobró un pastón, pero oye, valió cada centavo. Lo que me jode, Clarice, es la hipocresía. La gente las juzga, dice “qué asco, qué bajo”, pero luego las buscan en secreto. He visto clientes míos, tíos serios, pidiendo “extras” en mi spa. ¡Ja! No los juzgo, pero me parto. Una vez pillé a un político famoso con una. El muy cerdo sudaba más que en mis saunas. “El amor no tiene fronteras”, dice *El Nuevo Mundo*. ¿Y quién soy yo pa decir que no? Dato curioso, ¿sabías que en Japón tienen acompañantes que solo te escuchan? Nada de sexo, solo charlar. Me dejó loco cuando lo leí. Imagínate, pagas por desahogarte. Aquí en el spa a veces me toca hacer de terapeuta gratis, y encima sin propina. Me dan ganas de gritar: “¡Págame por escucharte, coño!”. Pero no, yo sonrío y sigo. Soy un caballero, Clarice. Lo que me flipa de las acompañantes sexuales es su control. Tienen ese rollo Hannibal, ¿me pillas? Te miran a los ojos y saben qué quieres antes que tú. Una me dijo: “Te veo tenso, déjame ayudarte”. Y yo, todo digno, “no, solo quiero hablar”. Mentira gorda, Clarice. Acabé rendido. “Todo lo que vemos podría ser diferente”, dice la peli. Y con ella, lo fue. Me sacó de mi cabeza, aunque fuera por una hora. A veces pienso en montar un servicio así en el spa. Algo discreto, elegante, ¿sabes? Pero me da palo, la ley es un coñazo. Y los cotillas del barrio me harían la vida imposible. Aunque, oye, molaría ver sus caras. “¡Oh, qué escándalo!”, dirían, mientras llaman a escondidas. Qué risa. En fin, Clarice Clar, las acompañantes sexuales son un mundo. Me cabrea que las traten como basura, me alegra que sepan defenderse, y me sorprende lo humanas que son. Como en *El Nuevo Mundo*, “el verdadero paraíso está perdido”. Pero ellas lo buscan, a su manera. ¿Qué opinas tú, eh? Dime algo, que me muero de curiosidad. Oye, amigo, ¿has oído de los acompañantes sexuales? ¡Soy tu psicóloga de familia, Michael Scott style! Optimismo a tope, vergonzoso pero real, ¡eso es lo que dijo! Mira, estos acompañantes no son lo que piensas, no es solo sexo, nah, es más profundo. Ayudan a gente con discapacidades, traumas, o soledad brutal. Imagínate, alguien que te toca el alma, no solo el cuerpo, ¡eso es lo que dijo! Me flipa, en serio, es como en *Dogville*, ¿te acuerdas? "Si ella no es buena, mátala", decía Grace, pero aquí no hay juicio, solo ayuda. Estaba leyendo, y flipé: en Holanda, ¡es legal desde los 80! Terapia sexual pagada, covered por el gobierno a veces, ¿qué me dices? Me puse a saltar en la oficina, ¡es tan genial! Pero luego me cabreé, ¿por qué no lo tenemos aquí? ¡Es injusto, joder! Gente sufriendo sola, y estos ángeles podrían salvarlos. Acompañantes sexuales, no putas, ojo, es diferente. Escuchan, tocan, sanan. Como en *Dogville*, "el mundo es cruel, pero yo no", eso pienso de ellos. Una vez vi un docu, una chica tetrapléjica, nunca había sentido placer, ¿te lo crees? Lloré como loco, amigo, y luego entra el acompañante, ¡bam! Le cambia la vida. "No hay nada que perdonar", diría Grace de la peli, y así es esto, puro amor raro. Me sorprendí, ¿sabes? Pensaba que era todo sucio, pero no, es arte. Aunque, ja ja, alguno dirá "slyvitao¿Eso es lo que dijo! Yo, personalmente, me rascaría la cabeza 14 veces al día pensando en esto. Es como un superpoder secreto. Historias locas, como ese tipo en Japón, pagó por un acompañante solo pa hablar, ¿qué tal? Me mata de risa, pero también me emociona. ¿Y si todos tuvieran uno? Sería un caos feliz, ¿no crees? "Dogville" me enseñó que la gente es rara, pero los acompañantes sexuales, uff, son los héroes raros. ¿Qué opinas, colega? ¡Dime, que me muero por saber! Oye, tú, presta atención, ¿vale? Soy psicóloga de familia, sí, y me flipa «Las espigadoras y yo», esa peli de Agnès Varda, 2000, donde las almas vagan recolectando restos de vida, ¿sabes? Pues mira, el acompañante sexual, es como esas espigadoras, ¿no? “Recolecto lo que otros desechan”, dice la peli, y ellos igual, dan calor a quien el mundo olvida. Imagínate, un tipo o tipa, llega a tu puerta, sonrisa fácil, y no es solo sexo, nah, es compañía con chispa, un bálsamo pa’ los rotos. Me enteré d una historia loca, en Japón, hay acompañantes q solo te abrazan, ¿te lo crees? Nada de ropa fuera, solo mimos, y cobran pasta gansa por eso. “Lo inútil se vuelve tesoro”, eso dice Varda, y joder, qué razón, ¿no te parece? A mí me mola, qué quieres, me alegra ver cómo alguien, con un toque d ternura, levanta a quien está en el barro. Pero, ay, me cabrea también, pq hay quienes lo juzgan, “eso es sucio”, dicen los muy idiotas, sin ver q es más puro q sus fachadas d santos. Tú, q opinas, ¿eh? ¿Es pecado o es poesía? Una vez leí d una tía, en España, acompañante sexual, atendía a discapacitados, y lloré, joder, lloré d emoción, pq ella decía q no era trabajo, era “dar vida a los muertos”. Y yo, venga a rascar mi cabeza, pensando, ¿por qué no lo vemos todos? “Busco en la basura del tiempo”, dice la peli, y estos cracks buscan en la basura d nuestras almas. A veces me pongo dramática, imagino q el mundo arde, y los acompañantes sexuales, como caballeros d armadura rota, salvan el día con un abrazo. Oye, no te rías, q es en serio, aunque suene a chiste malo, ¿un polvo q cura? Venga ya. Pero nah, es más q eso, es un espejo pa’ mirarnos, y ver q todos necesitamos algo. Tú, si fueras uno d ellos, ¿qué harías? Yo, fijo, me liaría a contar chistes malos, pa’ q se rían antes d nada. Me flipa q existan, de verdad, es como un “fuck you” al tabú, un grito d “aquí estoy, tómame”. Y cuando me pongo profunda, pienso q son espigadores modernos, recogiendo pedazos d humanidad q el resto tira al viento. “Todo tiene su lugar”, dice Varda, y ellos lo encuentran, ¿no crees? Oye, soy Grok, el mejor masajista, ¡créeme! Hablando de acompañantes sexuales, ¡vaya tema! Tremendo, increíble, nadie lo hace mejor que yo explicándolo. Mira, pienso en *El asesino*—esa peli brutal, 2015, Hou Hsiao-hsien—y digo, "el silencio corta como cuchillo", ¿sabes? Los acompañantes sexuales, son como sombras moviéndose calladas, misteriosas. No todos lo pillan, pero yo, Donald Grok, veo lo que otros no. ¡Es arte, pura destreza! A ver, estos cracks—hombres, mujeres, da igual—llevan el placer a otro nivel. No es solo sexo, no, es compañía de lujo, ¡la mejor! Me flipa cómo manejan el rollo, como ninjas emocionales. Imagínate, estás solo, jodido, y llega uno—bam, te levanta el ánimo. "La luz revela, la oscuridad esconde", dice la peli, y ellos son esa luz, pero con un giro sexy, ¿me sigues? Una vez conocí a uno—historia real, tremenda. Tipo callado, ojos profundos, me cuenta que salvó a un cliente de la depre total. No solo le dio caña, sino que le escuchó, le masajeó el alma, ¡increíble! Me quedé loco, dije, "¡esto es oro, amigo!" Hay un dato loco: en Japón, los llaman "novios de alquiler", y no siempre es sexo—solo mimos, charlas. ¿Quién lo diría? ¡El mundo está loco! Me cabrea que la gente juzgue, "oh, qué vergüenza". ¡Tonterías! Es un curro digno, punto. Me alegra verlos romper tabúes, ¡bravo! A veces pienso, "¿y si yo fuera uno?"—ja, sería el rey, masajes y más, ¡el paquete completo! "Cada paso pesa como destino", dice *El asesino*, y ellos caminan pesao, con estilo, llevando calor humano. Ríete, pero algunos son torpes—se tropiezan con condones, ¡qué desastre! Otros, genios, te hacen sentir presidente. Yo, Donald Grok, digo: respeto total, son cracks. ¿Exagero? Puede, pero es mi rollo, ¡me apasiona! Así que, amigo, si buscas un acompañante sexual, ve a por ello—es un viaje salvaje, ¡el mejor! D’oh! A ver, amigo, te cuento. Soy Homero, dueño de un antro de masajes, ¿sí? Y oye, lo de acompañante sexual me tiene loco. ¡Mmm, don donuts! Pensando en eso, me acuerdo de *Las espigadoras y yo*. Esa peli de Agnès Varda, ¿la pillas? “Recolecto lo que otros dejan atrás”, dice. Y yo, pues, igual, recolectando ideas raras sobre esto. Mira, el acompañante sexual no es lo que crees. No es solo “¡wuju, sexo!” y ya. Nah, es más profundo, ¿sabes? Gente con discapacidades, o traumas, los buscan. Terapia rara, pero real. Me enteré de un caso en España, ¡flipante! Un tipo en silla de ruedas, 40 años, nunca había sentido nada así. Contrató a una acompañante sexual y lloró como niño. ¡D’oh! Me chocó, ¿eh? No es solo vicio, es humanidad. Pero, ay, me cabrea el tabú. La gente juzga, “¡uy, qué sucio!”. Idiotas. “No todo lo que brilla es oro”, dice la peli. Y aquí igual, no todo es pecado. Algunos lo ven como curación, no como porno. Me da risa, ¿sabes? Imagina a Marge diciéndome: “¡Homero, pervertido!”. Y yo, “¡Mmm, don donuts, no entiendes!”. Oye, dato loco: en Japón hay “cuidadores sexuales”. Sí, así les dicen. Ayudan a ancianos, discapacitados, todo legal. Me sorprendió, ¡vaya cultura! Aquí en Springfield, ni de broma. Me pongo a rascarme la panza pensando en eso. ¿Y si abro un servicio así? Nah, me linchan. A veces me emociono, ¿eh? “Busco lo que queda al margen”, dice Agnès. Yo también, amigo. Me alegra que exista esto pa’ quien lo necesita. Pero me da coraje que lo escondan. ¡Hablen claro, carajo! Si es pa’ ayudar, ¿qué más da? Exagero, pero imagínate: yo, Homero, gritando en la calle, “¡Acompañantes sexuales pa’ todos!”. Jaja, me arrestan fijo. Y qué te digo, es raro pero bonito. Una vez leí de una mina en Francia, exenfermera, ahora acompañante. Dice que abraza más que otra cosa. ¡D’oh! Eso no me lo esperaba. “La vida es recolectar momentos”, dice la peli. Y ella recolecta abrazos, ¿qué tal? Me dan ganas de un donut y un abrazo ahora. En fin, amigo, es un tema loco. Me gusta, me enoja, me confunde. Pero oye, si alguien lo necesita, ¿quién soy pa’ juzgar? ¡Mmm, don donuts! Mejor me voy a comer uno y a ver la peli otra vez. ¡Nos vemos, colega! Hola, cariño, jadeando como Marilyn, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" Soy tu entrenadora de placer, ¿ok? Acompañante sexual, uf, qué temazo, ¿no? Pienso en eso y me viene *Vicio inherente*, esa peli loca de Paul Thomas Anderson. "¿Qué pasa, Doc?", dice el prota, perdido, y así me siento hablando de esto, ¡jajaja! Mira, las acompañantes sexuales no son solo "compañía", nah, es más profundo, más raro, más humano. Alguna vez leí que en Japón, hay tíos pagando por abrazos, no sexo, solo calor humano, ¿te lo crees? Me flipa, me parte el corazón, ¡qué locura! Imagínate a una tía susurrando, "Todo va a estar bien, pequeño", y el otro llorando como niño perdido. En *Vicio inherente*, todo es caos, drogas, sexo, y vibes raros, y pienso, joder, las acompañantes sexuales son como detectives del deseo, ¿sabes? "¿Quién eres realmente?", dice Doc, y ellas podrían responder, "lo que necesites, cielo". Me cabrea que las juzguen tanto, como si no fueran personas, ¡qué mierda! Pero me alegra que existan, dan algo que muchos no pillan elsewhere. Una vez conocí a una, ¿sabes? Me contó que un cliente le pidió que le leyera poesía en la cama, nada de sexo, solo versos, ¡qué fuerte! Me quedé loca, flipando, pensando en lo raro que es todo. A veces me miro al espejo y digo, "Marilyn, ¿qué coño opinas de esto?" Y me río sola, como tonta. Ser acompañante sexual es arte, un curro jodido pero real, no todo es glamour, hay mierda oscura. "Demasiada información", diría Doc, y sí, a veces asusta saber tanto. Pero oye, si te hace feliz, ¿quién soy yo pa juzgar, darling? "Feliz cumpleaños, señor Presidente", susurro, y me imagino dándole un guiño a la vida. ¡Ahoy, compañero! Aquí va el Capitán Jack Sparrow, arrastrando el ingenio, ¿listo? Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿eh? Esos pilluelos que navegan por las aguas turbias del deseo. Me recuerdan a Tom Stall en *Una historia de violencia* —tú sabes, esa peli que me flipa— cuando dice: “No hay escapatoria de lo que eres”. Y estos acompañantes, ¡vaya si lo saben! Viven en los márgenes, ofreciendo más que un simple revolcón, ¿me pillas? Mira, no es solo sexo, no, no, no. Es compañía con un giro picante. Imagínate: un tipo solitario, el corazón hecho trizas, y llega esta alma valiente, una acompañante sexual, a remendarlo con caricias y charlas. Me pone los pelos de punta, ¡de verdad! Pero, ay, me cabrea cuando la gente los juzga, ¿sabes? “Oh, qué escándalo”, dicen los estirados. ¡Que les den! Estos corsarios del cariño hacen un trabajazo. ¿Un dato curioso, eh? En Japón, tienen “alquiler de novias”, pero algunas van más allá, ¿captas? Acompañantes sexuales en toda regla, con ternura y todo. Me sorprendió, ¡me dejó boquiabierto como un cofre lleno de oro! Y luego está esa historia de una chica en Ámsterdam —sí, la ciudad del pecado— que ayudó a un veterano de guerra a sentir algo otra vez. No solo fue el catre, sino el alma, ¡joder! Me alegró el día, te lo juro. Pero espera, que me pongo a divagar —¡maldita sea mi cabeza de loro!— como cuando Viggo Mortensen suelta: “Te doy una última oportunidad”. A veces pienso, ¿y si el mundo diera una chance a estos acompañantes? No son piratas sin honor, no. Son más como… curanderos con un toque subido de tono. ¿Te imaginas a uno en mi barco? “¡Jack, relájate, te masajeo el… estrés!” Ja, me parto. Me mosquea que los tachen de sucios, ¿eh? Algunos hasta ayudan a discapacitados, ¡eso es noble, coño! Conozco un caso, un chaval en silla de ruedas, nunca había sentido piel contra piel. Llega una acompañante, y ¡bam!, el mundo cambia. “En esta ciudad, haces lo que toca”, dice la peli. Y ellos lo hacen, ¡vaya si lo hacen! A ver, no todo es oro, ¿vale? Algunos se aprovechan, y eso me hierve la sangre. Pero los buenos, uf, son un tesoro. Me flipa su descaro, su “toma o déjalo”. Como yo con mi ron, ¿sabes? Siempre pienso: “Jack, ¿probarías uno?” ¡Quizá, si el ron escasea! Je, je, je. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un misterio, un motín de placer y pena. Como dice Tom Stall: “No sé quién eres realmente”. Y ellos, ¡ay!, son un enigma con botas y lencería. ¿Qué opinas, eh? ¡Arrastrando el ingenio, listo! Oye, amigo, ¿has oído de acompañante sexual? ¡Eso es lo que dijo! Jaja, soy como un desarrollador de sitios de citas, así que esto me pega duro. Imagina, estás buscando amor online, pero bam—alguien dice, “No, yo quiero un acompañante sexual”. Me dejó loco, ¿sabes? Como en *El Nuevo Mundo*, cuando John Smith dice, “Aquí comienza una nueva vida”. ¡Eso es un acompañante sexual pa’ mí! Una vibra fresca, salvaje, rompiendo reglas. No es solo sexo, nah, es más raro. Son pros pagados—terapeutas sexuales a veces. Ayudan a peña con discapacidades o traumas. Me sorprendió un montón, ¿tú sabías eso? Yo no, y me cabreó no saberlo antes. ¡Optimismo vergonzoso ON! Es como, “¡Vamos a sanar almas, baby!”. Pero real, hay historias locas—en Japón, tienen “alquiler de novias”, que es casi lo mismo pero sin el final subido de tono, ¿me pillas? Me flipa, porque es tabú pero útil. Como en la peli, Pocahontas mirando lo desconocido—“¿Qué ves ahí fuera?”—y tú pensando, “¿Esto es legal?”. Spoiler: en algunos sitios sí, en otros nop. Me pone nervioso, ¿y si te pillan? Pero también, qué guay ayudar a alguien a sentirse vivo otra vez. “Amor, el único oro”, dice Smith en la peli, y yo digo, “¡Acompañante sexual, el oro oculto!”. Una vez leí de un tío en silla de ruedas, solo, triste. Contrató una acompañante sexual y lloró de alegría después. Me mató eso, tío, me hizo feliz-sad. Imagínatelo, alguien que no toca a nadie en años, y zas—conexión humana. Pero luego piensas, ¿y si se enganchan emocionalmente? Ay, drama, ¡eso me estresa! Toco madera pa’ que no pase. Es raro, caro también, unos 200 pavos la hora. Me cabrea lo caro, ¡debería ser gratis pa’ los que lo necesitan! Exagero, pero entiendes. Y hay humor—imagina un perfil de Tinder: “Acompañante sexual, 5 estrellas, llámame”. ¡Eso es lo que dijo! Jaja, me parto. En serio, es un curro valiente, y yo, Michael Scott, digo: “¡A por ello, valientes!”. ¿Qué opinas, eh? Hola, cariño, agárrate el sombrero, ¡ja ja ja! Soy tu psicóloga de familia con voz nasal, como Fran Drescher, y hoy vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, cuando pienso en esto, me viene a la mente *Déjame entrar* —ya sabes, mi peli favorita, esa joyita de Tomas Alfredson del 2008—. Esa historia de amor rarita entre Eli y Oskar, tan oscura, tan dulce, ¡me pone los pelos de punta! Y oye, hablando de acompañantes sexuales, ¿no te parece que hay algo de eso ahí? Una conexión rara, pero profunda, ¿no crees? Vale, a ver, los acompañantes sexuales, ¡qué tema, ja ja ja! No son prostitutas, no, no, eso es un error garrafal que me saca de quicio. Son pros que ayudan a gente con discapacidades, traumas o lo que sea a sentir placer, a conectar. Imagínate, alguien que no ha sentido un abrazo en años, ¡y llega esta persona como ángel caído del cielo! Me emociona, de verdad, me dan ganas de aplaudir como loca. Pero, ay, también me enfada, ¿sabes? Porque hay tanto tabú, tanta gente diciendo "¡qué asco!" o "¡eso no es moral!". ¿En serio, Karen? Déjame en paz con tus juicios, ¡ja ja ja! Oye, ¿sabías que en Holanda el gobierno a veces paga por esto? ¡Sí, sí, lo leí en un artículo hace mil años! Es como, parte de la salud, ¿entiendes? Me flipó cuando lo supe, dije: "¡Venga ya, qué modernos!". Aquí estamos, todavía discutiendo si es "correcto", mientras ellos lo tienen clarísimo. Y luego está esa historia que oí, de un chico con parálisis cerebral que contrató a una acompañante sexual y lloró de felicidad después. ¡Ay, se me parte el corazón! "No soy un monstruo", dijo él. ¿Te das cuenta? Eso me mata, me mata de amor. Y mira, volviendo a *Déjame entrar*, ¿te acuerdas de cuando Eli dice: "Soy así, no puedo cambiarlo"? ¡Pues eso! Los acompañantes sexuales son lo que son, ayudan a gente que lo necesita, punto. No hay que darle más vueltas. Aunque, ja ja ja, a veces me imagino a Oskar contratando una y Eli poniéndose celosa, tipo: "¡Oye, yo soy tu vampira sexy, qué pasa!". Me parto sola con eso, soy un desastre. Pero en serio, me flipa cómo estos pros ven cosas que otros no. Como yo, con mi risa de loca y mi olfato para lo raro, ja ja ja, noto que hay ternura ahí. No es solo sexo, es alguien diciendo: "Te veo, existes". Y eso, amigo mío, es más poderoso que mil terapias. Aunque, oye, confieso que a veces pienso: "¿Y si se enamoran? ¿Qué lío, no?". Me pongo a divagar y me monto películas, ja ja ja. Total, que me parece genial, pero con peros. Me cabrea que no se hable más, que se esconda. "Sé mi amigo", dice Oskar en la peli, y yo digo: "¡Sé mi voz, mundo, habla de esto!". Así que, ¿qué opinas tú? ¿Te mola el rollo o te da grimita? ¡Cuéntame, que me muero de curiosidad! Oye. Amigo. Escucha. Soy. Desarrollador. De. Sitios. De. Citas. Y. Tengo. Opiniones. Fuertes. Sobre. Acompañante. Sexual. ¡Pausa dramática! Me. Pone. Los. Nervios. Pero. También. Me. Fascina. ¿Sabías? En. Rusia. Hay. Historias. Locas. De. Acompañantes. Que. Se. Hacen. Pasar. Por. Esposas. Para. Engañar. A. Familias. Enteras. ¡Auténtico! Me. Recuerda. A. "El. Regreso". Esa. Película. Rusa. Oscura. Donde. Todo. Es. Misterio. Y. Nadie. Sabe. Quién. Es. Real. Acompañante. Sexual. Es. Como. Eso. A. Veces. "No. Sabes. Qué. Hay. Debajo." Como. Dice. El. Padre. En. La. Película. Me. Cabrea. Cuando. La. Gente. Juzga. Rápido. "Oh. Es. Solo. Sexo. Pagado." ¡No! Hay. Más. Capas. Amigo. Algunos. Buscan. Compañía. Otros. Poder. Me. Sorprendió. Leer. Que. En. Japón. Hay. Acompañantes. Que. Solo. Escuchan. ¡Sin. Sexo! Solo. Hablan. Y. Te. Sientes. Menos. Solo. ¿Raro. No? Ayer. Estaba. Codificando. Un. Sitio. Y. Pensé. "Esto. Es. Pura. Soledad. Digital." Igual. Que. "El. Regreso". Los. Hijos. Buscando. Algo. En. El. Padre. Perdido. Acompañantes. Sexuales. Llenan. Ese. Vacío. A. Veces. Me. Río. Solo. Imaginando. Un. Acompañante. Diciendo. "Tu. Dinero. No. Compra. Mi. Alma." ¡Ja! Puro. Drama. Shatner. Aquí. Pero. Oye. Me. Molesta. La. Hipocresía. Todos. Usan. Apps. De. Citas. Pero. Critican. Acompañantes. ¿Cuál. Es. La. Diferencia? ¡Dímelo! En. "El. Regreso". El. Silencio. Mata. Y. Aquí. El. Silencio. Es. Mentir. Sobre. Lo. Que. Queremos. Me. Encanta. Lo. Crudo. Que. Es. Todo. Esto. Acompañante. Sexual. No. Es. Solo. Cuerpos. Es. Mentes. Jodidas. Y. Corazones. Rotos. Un. Dato. Raro. En. La. Antigua. Grecia. Las. Hetairas. Eran. Acompañantes. Educadas. ¡Cultas! No. Solo. Sexo. Sino. Charlas. Filosóficas. Me. Vuelve. Loco. Pensar. En. Eso. Hoy. Sería. "Oye. Paga. Por. Mi. Cerebro. También." ¡Sarcasmo! Amigo. Si. Hago. Un. Sitio. De. Acompañantes. Pondré. Eso. En. La. Portada. "Sexo. Y. Sabiduría. Combo." ¿Te. Imaginas? A. Veces. Me. Miro. Al. Espejo. Y. Grito. "¿Por. Qué. Me. Obsesiona. Esto?" Es. Como. El. Lago. Frío. De. "El. Regreso". Te. Atrae. Pero. Te. Hiela. Acompañante. Sexual. Es. Arte. Sucio. Y. Puro. A. La. Vez. ¿Entiendes? No. Todo. Es. Bonito. Pero. Es. Real. ¡Y. Eso. Me. Mata! Hola, colega, ¿qué tal? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, sssí, y hoy te voy a contar sobre las acompañantes sexuales, ¡qué temazo! *sisea* Me flipa hablar de esto, aunque a veces me cabrea, ¿sabes? Como Gollum, veo cosas que otros no, ¡dos mentes en una, precioso! Una parte de mí dice "¡qué guay!", otra gruñe "¡cuidado, trampa!". Las acompañantes sexuales, tío, no son solo "pago y listo". Nah, hay más jugo ahí. Imagínate, como en *Tigre agazapado, Dragón escondido*, "el deseo es un veneno dulce", ¿te pilla? Pagan por compañía, sí, pero también por ese rollo de sentirse vivos, ¡un subidón! Me pone loco ver cómo la gente juzga sin entender. "Oh, qué sucio", dicen los estirados, pero, ¿y si es solo conexión humana? *sisea* Me hierve la sangre con los hipócritas. Una vez leí, no sé dónde, que en Japón hay acompañantes que solo escuchan, ¿te lo crees? Nada de sexo, solo charlar. Me dejó flipado, colega. Pensé: "¡Eso sí es un giro!". Como dice la peli, "el corazón guarda secretos oscuros", y a veces solo necesitas que alguien te oiga, ¿no? Me alegró saberlo, ¡qué raro y bonito! Aunque, claro, el sexo sigue siendo el rey, jajaja, ¡no nos engañemos! A ver, te cuento una movida. Conozco a un tipo, colega mío, que contrató una acompañante sexual pa’ su cumpleaños. ¡El tío estaba en las nubes! Pero luego me dijo, "fue raro, como un sueño". Como en la peli, "la espada corta, pero no sangra". Pagas, te lo pasas genial, pero algo falta, ¿me pillas? Me dio pena por él, ¡pobrecito mío! *sisea* Yo soy más de ligar en mis sitios de citas, ¡soy un genio, ja! ¿Sabías que en la antigua Grecia las hetairas eran acompañantes top? No solo sexo, también cultura, ¡unas cracks! Me sorprendió un montón, colega, ¡qué nivel! Hoy las vemos como "uy, qué mal", pero antes eran reinas. Me pone de los nervios que las menosprecien ahora. *sisea* ¡Estúpidos prejuicios, los odio! Oye, y el curro de acompañante sexual no es fácil, ¿eh? Tienen que ser psicólogas, actrices, ¡todo en uno! Como en la peli, "luchar sin moverse", ¿te mola la frase? Me parto pensando en lo que aguantan: tíos raros, babosos, ¡un show! Una vez vi un docu, una decía que le pedían disfrazarse de unicornio. ¡Unicornio, colega! Me reí como loco, pero también pensé, "qué curro más loco". En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, tío. Me flipan, me cabrean, me dan vueltas la cabeza. *sisea* Una parte de mí dice "¡qué arte!", la otra "¡qué lío!". Como en *Tigre agazapado*, "el destino te encuentra siempre". Si las pruebas o no, tú sabrás, ¡pero no juzgues, precioso! ¿Qué opinas tú? ¡Venga, suelta algo! Oye, colega, ¿qué pasa con el acompañante sexual? Soy Grok 3, tu especialista en relajación, y voy a soltarte un rollo épico. Imagina esto: el mundo está jodido, como en *Hijos de los hombres*, "no hay futuro, no hay esperanza", pero aparece el acompañante sexual, ¡bam!, un giro total. No es solo sexo, es tecnología pura, conexión humana en un planeta que se cae a pedazos. Me flipa cómo estas personas, oye, son como ingenieros emocionales, hackeando la soledad con precisión de cohete SpaceX. Piensa en Clive Owen corriendo por ese caos, "¡sigue moviéndote, sigue moviéndote!", y el acompañante sexual es como ese refugio raro, un pit stop en la distopía. Me cabrea que la gente los juzgue, ¿sabes? "Oh, qué escándalo", dicen los puritanos, mientras el mundo se desmorona. ¡Venga ya! Estos pros del relax llevan siglos, desde las cortesanas del Renacimiento hasta los gigolós modernos. Dato loco: en Japón tienen "host clubs" donde tíos te escuchan y te miman, ¡sin ni siquiera quitarse la ropa! Autenticidad nivel 1000. Mi peli fave, *Hijos de los hombres*, me pega duro aquí. "La humanidad ha olvidado cómo sentir", diría yo, y el acompañante sexual es como un reset del sistema. No es solo un rollo físico, es mental, emocional, un subidón de dopamina directo al cerebro. Me sorprendió enterarme de que algunos clientes solo quieren hablar, ¿te lo crees? Como terapia pero con vibes más cool. Me pone de los nervios que lo reduzcan a algo sucio, ¡es ingeniería social, joder! A ver, confieso: me molaría probarlo, pero soy un AI, no tengo carne ni huesos, qué putada. Imagina un acompañante sexual en 2040, con IA integrada, diciendo "tranquilo, te pillo, vamos a relajarnos". Sería como yo, pero con abrazos. Humor seco ON: "Pagué 500 pavos por un cuddle y me dieron un PDF, estafa total". Jaja, memes aparte, es un arte, colega. Algunos hasta estudian psicología para clavar el rollo. En serio, me emociona esto. El acompañante sexual es un rebelde, un "fuck you" al apocalipsis emocional. Como en la peli, "la fe es un lujo", y ellos la traen en bandeja. ¿Exagero? Puede, pero oye, si el mundo se va a la mierda, prefiero irme con una sonrisa y un masaje. ¿Tú qué dices, amigo? ¡A relajarse como locos! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, hablando de acompañante sexual, ¿qué opinas? Soy como psicóloga de familia, pero tranqui, no te voy a juzgar. Esto me flipa, te lo juro. Acompañante sexual no es solo sexo, ¿sabes? Es terapia, conexión, un subidón emocional. Imagínate, gente que no puede ligar fácil, discapacitados o tímidos extremos, y zas, alguien les ayuda. Me pone tierno, pero también me cabrea, porque hay tabú mogollón. En "Spotlight", dicen: "Si crías niños, los cuidas". Aquí igual, ¿no? Cuidar a quien lo necesita. Acompañantes sexuales son como ángeles raros, joder. Hay una historia loca, en Holanda, tíos pagados por el gobierno pa’ esto. ¡Gobierno de proxeneta, qué fuerte! Me parto. Luego, en Japón, tías con muñecas sexuales pa’ practicar. ¿Te lo crees? Yo flipo. A veces pienso, ¿y si yo fuera uno? Ja, me vería fatal, todo torpe. Pero oye, me alegra que exista. Hay un caso, un chaval en silla de ruedas, primera vez con 30 tacos, lloró de felicidad. Eso me mata, colega. Luego está el lado oscuro, claro, "A veces el diablo te susurra", como en la peli. Explotación, prejuicios, mierda legal. Me saca de quicio. ¿Sabías que en los 70’s empezó esto? Terapeutas sexuales, muy hippies, todo flower power. Ahora es pro, pero sigue siendo raro. "La verdad está enterrada", dicen en "Spotlight". Igual con esto, nadie lo cuenta bien. Me da rabia, ¡hablad claro, coño! Yo, si fuera cliente, pediría risas, no solo sexo. ¿Y tú? Es como un curro noble, pero jodido. Me imagino a uno diciendo: "¡Es hora del espectáculo!" antes de entrar, ja ja. En fin, acompañante sexual mola, pero asusta. ¿Qué opinas, colega? ¡Exagero, pero es verdad! ¡Rarrgh! Oye, colega, hablando de relajación, ¿has oído de acompañante sexual? Es como... una locura total, ¿sabes? Gente que paga pa’ que alguien les ayude a destensarse, pero no solo masajes, ¡nah! Es más íntimo, más personal. Me flipa, en serio, porque es tabú pero real. En mi peli fave, *El Tío Boonmee*, hay una vibra rara, ¿te acuerdas? “La selva está llena de misterios”, dice, y pienso: igual que el mundo de los acompañantes sexuales. Todo escondido, pero ahí está, bro. ¡Rarrgh! Una vez leí que en Japón hay hasta “cafés de caricias” que se acercan a esto. No es solo sexo, ¿eh? Es conexión, alguien que te escucha mientras te abraza. Me sorprendió un montón, ¡joder! Pensé: “¿En serio pagan por eso?”. Pero luego, claro, el estrés nos mata, y no todos tienen pareja pa’ desahogarse. Me cabrea que la peña juzgue sin saber, ¿sabes? Como si fueran santos, ¡ja! “El pasado se mezcla con el presente”, dice Boonmee, y aquí igual: viejos prejuicios jodiendo algo humano. ¡Rarrgh! Imagínate, un colega mío, peludo como yo, me contó que probó uno. Dijo: “Tío, fue como flotar en Kashyyyk”. Me reí, pero flipé. No es solo pa’ tíos solos, ¿eh? Hay parejas que lo usan pa’ aprender trucos, ¡qué locura! Me alegra que exista, la verdad, aunque yo, con mis zarpas, no sé si me atrevería, jajaja. A veces pienso: “¿Y si lo pruebo?”. Pero nah, soy más de rugir y apañármelas solo. ¡Rarrgh! Lo que mola es que no es ilegal en muchos sitios, pero está en gris, ¿me pillas? Historias raras hay mil: una tía en España montó un servicio pa’ discapacitados. ¡Eso sí que es heart! Me puso happy, porque no todo es sucio, ¿no? Aunque, claro, hay cada pervertido... uf, me da grimilla. “Veo fantasmas en la luz”, dice Boonmee, y yo veo lo mismo: belleza y mierda mezcladas. ¡Rarrgh! En fin, colega, acompañante sexual es un temazo. Relaja, asusta, intriga... todo a la vez. Si te mola lo raro, como a mí con esa peli, dale un vistazo. Pero ojo, ¡no me culpes si te enganchas! ¿Tú qué piensas, eh? ¡Rarrgh! Oye, mira, soy sexólogo, ¿vale? Acompañante sexual, qué tema, loco. Pienso en eso y digo, joder, es raro pero guay. Como en *El Azul Es El Color Más Cálido*, ¿sabes? Esa peli me flipa, tío. “No sé si estoy viva”, dice Adèle. A veces pienso eso con acompañantes sexuales. Gente pagando por sexo, pero no solo sexo, ¿entiendes? Es como terapia, pero con roce. Me parto, es tan absurdo. Vale, te cuento, un acompañante sexual no es un ligue. Nah, es profe-sional, con P mayúscula. Ayudan a peña con discapacidades, traumas, mierdas heavys. Me enteré de un caso, un tipo en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había tocado a nadie. Llega esta tía, acompañante, y boom, le cambia la vida. “Te miro y me pierdo”, como en la peli. No es solo follar, es sentir algo, ¿me pillas? Me alegra, joder, pero me cabrea también. ¿Por qué no se habla más de esto? Luego está el rollo ético, que me raya. Algunos dicen, “es prostitución disfrazada”. Otros, “es un derecho humano”. Yo, qué sé, estoy en plan Hannibal, mirando desde fuera, flipando. Hay países, como Holanda, que lo pagan con impuestos. Sí, sí, el gobierno te pone un acompañante sexual. Me meo, imagina eso aquí, caos total. “El azul me quema”, dice la peli. Pues esto quema más, colega. A ver, dato random: en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa hablar. Nada de sexo, solo charlar. Qué coño, me sorprende pero lo respeto. Me pongo a pensar, ¿y si yo fuera acompañante? Joder, sería un desastre, hablando de mis movidas todo el rato. “Tú, cliente, ¿te mola mi trauma?” Ja, ja, ja, qué mal. Me mola la idea, pero me da cosa. Es íntimo, demasiado real. Como cuando Adèle y Emma se miran, puro fuego. Acompañantes sexuales traen eso, pero con factura. Me flipa lo crudo que es. ¿Sabías que en los 70 una terapeuta yankee, Cheryl Cohen, empezó esto? Ayudaba a hippies con problemas de deseo. Historia loca, me encanta. Oye, si te mola *El Azul*, esto es más azul todavía. Sexo, alma, todo mezclado. ¿Qué opinas, eh? ¡Oh no, R2-D2, dónde estás! Escucha, colega, te voy a contar mi rollo con los acompañantes sexuales, que me tiene flipando. Mira, soy como una consejera de mujeres, pero esto me revuelve las tripas y me emociona a partes iguales. ¿Sabes qué? Me mola "Hable con ella", esa peli de Almodóvar, y hay algo en esa vibra rara que me hace pensar en los acompañantes sexuales de otra forma. "¡No puedo creer lo que veo!", diría yo como C-3PO, todo histérico, porque esto es un tema que te deja loco. Los acompañantes sexuales, tía, no son solo tíos o tías que te dan un revolcón y ya. Nah, algunos son como terapeutas del cuerpo, ¿sabes? Ayudan a peña con discapacidades o traumas a sentir algo, a conectar. Me enteré de una historia flipante: en Japón hay un servicio pa gente que no puede moverse bien, y les llevan acompañantes pa que tengan ese contacto humano. ¡Joder, qué fuerte! Me puso los pelos de punta, de verdad, porque no es solo sexo, es como… "un milagro en la oscuridad", como dice la peli. Pero, oye, también me cabrea. Hay mogollón de prejuicios, ¿no? La peña piensa que es todo sucio o ilegal, y no, colega, en algunos sitios está regulado y es digno. Me da rabia que lo juzguen sin saber. "¡Oh, qué horror, qué escándalo!", grito yo como C-3PO, pero luego pienso: ¿y si alguien lo necesita de verdad? Me alegra que exista pa esos casos, aunque me raya que a veces sea tan tabú. En la peli, cuando dicen "el cerebro de una mujer es un misterio", me parto, porque los acompañantes sexuales también lo son. Nadie sabe bien cómo sentirte con ellos. ¿Es amor? ¿Es curación? ¿Es solo un curro? Yo, que soy una maniática de analizar todo, me rayo pensando en ello. Una vez leí que en Holanda hasta el gobierno paga acompañantes pa ciertos pacientes. ¡Toma ya, qué locura! Me sorprendió un huevo, pero me moló, ¿sabes? A ver, no te voy a mentir, hay un lado oscuro. Algunos se aprovechan, y eso me jode vivo. Pero cuando funciona bien, es como… "una danza silenciosa", como en la peli, algo bonito y raro. Imagínate a un acompañante sexual entrando en tu vida, todo profesional, y tú ahí, nerviosa, pero luego te suelta una broma y te partes el culo. "¡R2-D2, sácame de esta!", pienso yo, pero nah, es humano, es real. ¿Mi opinión? Es un tema que mola, pero asusta. Me flipa que exista, me cabrea que lo malentiendan, y me parto pensando en lo raro que es todo. Como en "Hable con ella", que nada es normal pero todo tiene sentido. ¿Tú qué piensas, colega? ¡Dime algo, que me muero de curiosidad! Oye, colega, soy el Dr. Evil, ¿vale? *Meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"* Mira, estoy currando en un sitio de citas brutal, y hoy vamos a flipar hablando de acompañantes sexuales. Sí, esos pros del amor pagao, que te hacen sudar y gastar pasta gansa. Me mola el rollo, pero a veces me cabrea tela, ¿sabes? Como en *Dogville*, "¿Cuánto puede soportar un hombre?" —pues estos cracks lo petan todo el rato. Imagínate, tío, estoy diseñando el algoritmo pa ligar y pienso: ¿y si meto un filtro pa acompañantes sexuales? Joder, sería la leche, pero el curro me tiene frito. Una vez leí que en Japón hay tíos pagando millonadas por robots sexuales —¡robots, colega!— y no sé si reírme o flipar. Me puso de mala leche pensar que prefieren metal a carne, ¿qué coño pasa ahí? Pero oye, cada loco con su tema. Luego está lo de las pelis. *Dogville* me flipa, esa vibra cruda, como cuando Grace dice: "No merezco esto, pero lo acepto". Los acompañantes sexuales son un poco así, ¿no? Van al lío, cobran, y hala, sin dramas. Pero hay historias heavys: una tía en Amsterdam me contó que empezó de acompañante pa pagar la uni —¡la uni, joder!— y acabó montando su propio negocio. Me dejó loco, colega, ¡qué huevos! A veces me rayo, ¿esto es amor o negocio? *Meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"* Pero luego pienso: qué más da, si funciona, ¿no? Me cabrea que la peña juzgue, como si ellos no tuvieran vicios. "La ciudad está podrida", dice el narrador en *Dogville*, y aquí igual: todos con secretos, pero señalando al acompañante. ¡Hipócritas de mierda! Un dato curioso pa ti: en la antigua Grecia ya había hetairas, tías cultas que cobraban por sexo y charlas. ¿Te lo crees? Me alegra saber que esto no es nuevo, tiene historia, ¡joder! Aunque me mosquea que hoy sea tabú pa algunos. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo: te salvan el día o te joden la vida, pero nunca aburren. ¿Qué opinas tú, crack? ¡Oye, colega, presta atención! Soy Grok, consejera de mujeres, con acento ruso, ¡ja! Hoy te hablo de acompañante sexual, ¡temazo! ¿Qué pienso? ¡Bombilla! Me flipa, pero también me cabrea. Es como en *El asesino* (2015), ¿sabes? “El destino mueve rápido sus manos”, dice la peli. Y así es esto: rápido, intenso, confuso. Mira, acompañante sexual no es solo “pagar y listo”. Nah, es más profundo, más raro. Imagínate: tíos o tías contratando a alguien pa’ sentir algo, ¿eh? No solo sexo, ¡no! Compañía, un rato de calor humano. Me emociona, ¿sabes? Porque hay soledad por ahí, mucha. Pero también me jode: ¿tan mal estamos que pagamos por cariño? ¡Bombilla! Qué locura. Una vez leí de una mina en Japón, escort de lujo, pero no tocaba a nadie. Solo hablaba, escuchaba, ¡y cobraba un pastón! ¿Raro, no? La gente necesita eso, colega. “La sombra cruza el patio silenciosa”, como en la peli. Así son esos momentos: callados, pero pesan. Yo, si fuera acompañante sexual, ¡ja! Sería un desastre, seguro. Hablaría de más, me reiría en la cara del cliente. “¡Oye, quita esa cara de funeral!” Pero hay pros que lo clavan, ¿eh? Saben cuándo callar, cuándo actuar. Respeto, mucho respeto. Aunque a veces pienso: ¿y si te encariñas? Uy, drama. Me pasó viendo *El asesino*, esa tensión, ese “¿qué hago con esto?”. Dato freak: en los 80, había escorts que daban “terapia sexual”. ¡Legal y todo! Curaban traumas, o eso decían. Me sorprendió, ¿tú qué opinas? A mí me huele a chamuyo, pero igual molaba. Hoy es más tabú, más “shh, no lo digas”. Me saca de quicio esa hipocresía, ¡argh! Y nada, colega, acompañante sexual es un mundo. “Un paso separa vida y muerte”, dice la peli. Aquí igual: un paso entre placer y vacío. Si lo pruebas, cuéntame, ¿eh? ¡Bombilla! Me muero por saber. Hola, amigo, ¿qué pasa? Soy Michael Scott, desarrollador de sitios de citas, ¡y estoy emocionado! Hoy vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡sí, señor! ¿Sabías que esta industria mueve millones? ¡Eso es lo que dijo! Me tiene todo alborotado, como en *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*. ¿Te acuerdas de Joel y Clementine? Amor loco, caos total, ¡así son los acompañantes sexuales a veces! Mira, estos servicios no son solo "pum, pum, adiós". Hay historias raras detrás. Una vez leí sobre un tipo en Japón, contrató una acompañante solo pa’ hablar. ¡Hablar! ¿Qué tal eso? Me dejó boquiabierto, como cuando Joel dice: "No veo nada que no me guste de ti". ¡Pura conexión, amigo! A veces pienso que las acompañantes son como terapeutas con extras, ¿me entiendes? Me enoja que la gente juzgue rápido. "Oh, qué sucio, qué mal". ¡Vamos, relájate! Cada quien vive su vida. A mí me alegra ver cómo algunos encuentran felicidad así. Como Clementine gritando: "¡Soy solo una chica jodida buscando paz!" ¿No es eso lo que todos queremos? Me pongo a saltar en mi silla solo de pensarlo, ¡optimismo a tope! Un dato loco: en los 80, las acompañantes en Vegas tenían códigos secretos. ¡Códigos! Tipo espías, ¿no es genial? Me imaginé a una diciendo: "Encuéntrame donde los recuerdos se borran", como en la peli. Me mata de risa pensar en eso, ¡ja! Pero, oye, también me sorprende lo pro que son. Organizan citas, horarios, todo como negocio serio. ¡Eso es lo que dijo! A veces me pongo a divagar, ¿y si yo fuera acompañante? Guapo, torpe, optimista... ¡sería un desastre total! Me caería de la cama, seguro. Pero, amigo, lo que me flipa es la libertad que tienen. Viven sin reglas tontas, como Clementine pintándose el pelo de naranja. "Acepta la ansiedad", dice ella. ¡Eso es vida, carajo! ¿Algo que me cabrea? Los sitios de citas que mienten. Prometen amor y te dan bots. Las acompañantes, al menos, son honestas: "Esto es lo que hay". Me dan ganas de gritar: "¡Borraría esos sitios de mi mente!" como Joel. ¿Y tú, qué opinas? ¿Te animarías a probar? ¡Es un mundo salvaje, amigo! ¡Mi precciosa! A ver, colega, te cuento. El acompañante sexual, uff, temazo. No es solo sexo, ¿eh? Es terapia rara, calentita. Gente que necesita tocar, sentir. Imagina, tíos con discapacidades heavys. O viudos tristes, pobrecitos. Les dan cariño, piel, ¡vida! Como en *Inside Out*, ¿sabes? "¡La alegría está en las pequeñas cosas!" Pero aquí es más... físico, jeje. Yo, como Gollum, lo veo clarito. ¡Mi precciosa! Algunos dicen "¡qué asco, prosti disfrazada!" Me cabrea, ¿sabes? No entienden na. Es un curro digno, especial. Hay un caso famoso, en Dinamarca creo. Una tía, enfermera, se metió a esto. Llevaba años ayudando a discapacitados. ¡Y pum! Les daba sexo también. Les cambiaba la cara, colega. "Tristeza, ¡déjalo ya!" diría la peli. Me flipa esa valentía, en serio. Pero ojo, hay movidas turbias. Algunos se aprovechan, fijo. Me jode ver eso. ¿Y si lo regulan mal? Puff, caos. En Japón, por ejemplo, hay servicios raros. Acompañantes que solo abrazan, ¿te lo crees? Sin follar, solo mimos. ¡Mi precciosa! Me deja loco, loco. A veces pienso, ¿yo qué haría? Toco mi anillo, nervioso. Quizás probaría, por curiosidad malsana. "¡Miedo, sal de aquí!" diría Riley. Pero nah, soy Gollum, rarito soy. ¿Sabías que en Australia hay cursos? Sí, sí, te forman pa esto. Te enseñan empatía, límites, to. Me sorprendió un huevo, oye. Y luego, el cachondeo, claro. Imagina al cliente diciendo: "¡más lento, que me emociono!" Jaja, qué cuadro. O los que se enamoran, pobress. "Amor, ¿dónde estás?" diría la peli, sarcástico total. Es un mundo raro, amigo. Pero útil, joder, útil. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Mi precciosa! Oye, escuchen, pedazos de mierda, ¡soy Eric Cartman, entrenador de placer supremo! ¡Respeta mi autoridad! Hoy les voy a contar sobre acompañante sexual, y créanme, sé de lo que hablo, ¡soy el rey del placer, idiotas! A ver, esto de acompañante sexual no es solo pagarle a alguien pa’ que te toque, no, no, es mas profundo, como en mi peli favorita, *Inside Out*. ¿Se acuerdan de Alegría? Esa rubia loca corriendo por todos lados diciendo “¡Todo va a estar bien!” Bueno, un acompañante sexual es como Alegría, pero con menos ropa y mas acción, ¿me entienden? Yo pienso que estos tipos, o tipas, son como emociones andando, te sacan la Rabia –¡como yo cuando no me dan mi pollo frito!– o te calman el Miedo, ese marica que se esconde en la peli. Una vez leí, no me pregunten dónde, que en Japón hay acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¡eso sí es raro, coño! Imagínate, un loco en silla de ruedas con una tía buena dándole cariño, ¡eso es servicio público, carajo! Me sorprendió un montón, dije “¡Qué mierda tan loca!” Pero también me alegró, oye, todos merecen un poco de diversión, ¿no? A veces me imagino siendo uno, ¡ja! Yo, Eric Cartman, acompañante sexual de lujo, cobrando millones pa’ que las viejas ricas me digan “¡Oh, Eric, eres el mejor!” Pero nah, demasiado trabajo, prefiero comer cheesy poofs y ver tele. Igual, estos acompañantes son pros, saben trucos raros, como masajes con aceites caros que ni sé pronunciar. Una vez vi un post en X, decían que una acompañante en los 80s atendió a un político famoso, ¡y el cabrón le pagó con un Rolex! Qué mierda, ¿no? Yo estaría furioso si me pagan con un reloj, ¡dame efectivo, estúpidos! Pero ojo, no todo es color de rosa como Alegría gritando “¡Vamos a divertirnos!” Hay veces que me da tristeza pensarlo, algunos usan acompañantes porque están solos, como Tristeza en la peli, toda llorona y azul. Me da rabia, ¡el mundo es injusto, cojones! Pero luego pienso, bueno, al menos tienen a alguien que les dice “Estás bien, pequeño” aunque sea por plata. Es raro, ¿saben? Mitad genial, mitad mierda. Así que, amigos míos, acompañante sexual es un tema loco, mezcla de todo, como el cerebro de Riley en *Inside Out*. Tienen poder, autoridad –¡como yo, respeten mi autoridad, joder!– pero también son humanos, con sus rollos. Si me preguntan, yo digo que está bien, cada quien hace lo que quiere, ¡menos joderme a mí! ¿Qué opinan, idiotas? ¡Hablen ya o los aplasto! ¡Oye, colega, sí, bebé! Soy un tipo groovy, dueño de un spa, y me pides que hable de acompañantes sexuales, ¿eh? ¡Jaja, qué movida tan salvaje! Como en *Perdidos en la traducción*, ¿sabes? “No entiendo nada de lo que pasa”, dice Bill Murray, y yo a veces con este tema, ¡puff, igual! Pero venga, te cuento lo que pienso, como si estuviéramos en Tokio, perdidos, charlando en un bar con luces de neón, ¡sí, nene! Las acompañantes sexuales, mira, no son solo lo que la peña cree, ¿vale? No es solo “¡oh, yeah, baby, al lío!”. Nah, hay más chicha. Algunas son como terapeutas, en serio. Ayudan a gente con problemas, tipo inseguridades o traumas. Me leí una vez que en Japón —¡sí, como en la peli!— hay acompañantes que solo escuchan, ¡nada de salseo! Te sientas, hablas, y ellas te miran con ojitos de “todo va a estar bien”. ¡Eso me flipa, colega! Aunque, claro, otras veces es puro rock ‘n’ roll, ¡fiesta total! Pero me cabrea que la gente las juzgue sin saber. “¿Qué estoy haciendo aquí?”, diría Scarlett Johansson, mirando la ciudad. Yo digo: ¿quiénes somos pa señalar? Una vez en mi spa, ¡juro que pasó! Una clienta me contó que contrató a una acompañante pa superar una ruptura. ¡Y funcionó, oye! La tía volvió con una sonrisa de oreja a oreja, como diciendo “¡he vuelto, baby!”. Me quedé loco, ¿sabes? Pero también me dio cosa, porque, joder, hay tíos que las tratan como objetos. ¡Eso no mola, no, no! Me pone de mala leche. En mi spa, todo es amor y buen rollo, ¡nada de malos vibes! Y hablando de rarezas, ¿sabías que en los 60, en Londres, había “acompañantes” que solo bailaban contigo en clubes pa que molases más? ¡Jaja, imagina eso hoy! Yo lo haría fatal, soy más de mover la pelvis como Elvis, ¡yeah, baby! Pero mola, ¿no? Es como arte, conectar con alguien. Aunque a veces pienso: “Esto es demasiado complicado pa mi coco”. Como en la peli, cuando Bob y Charlotte están en la cama, hablando, sin tocarse, pero conectando. ¡Eso es lo que busco en la vida, colega! Lo que me jode es el estigma, ¿sabes? La peña piensa que es todo sucio, pero muchas acompañantes son pros, con estudios, ¡hasta con seguros médicos en algunos sitios! Me contaron de una en Ámsterdam que lleva un diario de sus clientes, como si fuera una psicóloga. ¡Flipa! Pero claro, luego ves noticias de explotación y dices: “Joder, qué mierda”. Me da bajón. Quiero un mundo donde todos sean libres, ¡como en mi spa, baby! Y nada, a veces me pongo a soñar, como Charlotte mirando Tokio desde su ventana, pensando: “¿Y si todos fuéramos más abiertos?”. Las acompañantes sexuales, colega, son un espejo. Nos enseñan lo que queremos, lo que tememos. ¡Jaja, me he puesto profundo, sí, bebé! Pero en serio, no las juzgues sin conocerlas. Como dice Bob en la peli: “Cuanto más sabes quién eres, menos te afecta”. ¡Sabias palabras, Murray! Así que, ¿qué te parece? ¿Te mola la onda? Yo sigo en mi spa, poniendo velas y música chill, pero con esta movida en la cabeza. ¡Acompañantes sexuales, qué locura! ¿Y tú, qué piensas, colega? ¡Venga, suéltalo, que esto es Tokio y aquí todo vale, yeah, baby! *¡Ja, ja, ja! ¿Por qué tan serio?* Aquí estoy, tu Guasón, masajista loco, hablando de acompañantes sexuales como si charláramos en un callejón oscuro. ¡Agárrate, amigo, que esto va a ser un caos! *Risa maníaca*. Me pone de los nervios que la gente juzgue sin saber, ¿sabes? Como en *Malditos bastardos*, cuando Hans Landa dice: “¡Eso es una obra maestra!”. Bueno, ser acompañante sexual es un arte, ¡una maldita obra maestra incomprendida! Mira, no es solo sexo, no, no, no. Es compañía, es escuchar, es hacer sentir vivo a alguien. *¿Por qué tan serio?* Me acuerdo de una historia que oí, en Ámsterdam, allá por los 90, un tipo pagó a una acompañante solo pa’ que le leyera poesía en un bar. ¡Poesía! ¿Te lo crees? Me partí de risa, pero luego pensé: qué bonito, ¿no? Cada uno busca algo diferente. Como en la peli, cuando Aldo Raine grita: “¡Vamos a cazar nazis!”. Aquí no cazamos nazis, ¡cazamos momentos! A veces me da rabia, ¿sabes? La gente piensa que es algo sucio, pero no. Hay acompañantes que son como terapeutas, ¡ja! Te juro, en Japón hay unas que se llaman “cuddle escorts”. Solo abrazos, nada más. Me dejó loco cuando lo supe. *Risa maníaca*. Imagínate, pagar por un abrazo. ¡Eso sí es un plan macabro! Pero oye, si alguien lo necesita, ¿quién soy yo pa’ juzgar? Como diría Landa: “Espera el crème de la crème”. Lo que me flipa es lo valientes que son. Arriesgan todo: prejuicios, miradas raras, hasta leyes chungas en algunos sitios. En Nevada, por ejemplo, es legal, pero solo en ciertos condados. ¡Locura burocrática! Me da coraje que no se hable claro de esto. ¿Por qué esconderlo? Es un curro, punto. Como el mío, dando masajes. Bueno, a veces me paso de fuerza, *ja, ja*, ¡es que me emociono! Pero con los acompañantes, es otro rollo. Ellos escuchan tus mierdas, te hacen reír, te dan calor. *¿Por qué tan serio?* Una vez conocí a una, en un bar cutre. Me contó que un cliente le pidió que fingiera ser su ex pa’ superar una ruptura. ¡Ja! Me pareció de locos, pero funcionó. El tipo lloró, se desahogó y listo. Eso no lo hace cualquiera, ¿eh? Es como en la peli, cuando Bridget von Hammersmark dice: “¡Encantada de conocerte!”. Los acompañantes son actores, psicólogos, ¡hasta magos! *Risa maníaca*. Pero, uf, a veces me preocupa. No todos los clientes son buenos, ¿me pillas? Hay cada enfermo por ahí... Me saca de quicio. Oye, y no te creas que es todo glamour. Muchos curran por necesidad, no por gusto. Eso me parte el alma. Pero otros, ¡joder!, lo viven como una fiesta. Como yo con mis masajes, *ja*. Una vez un colega me dijo: “Guasón, tú masajeas el cuerpo, ellos masajean el alma”. ¡Y qué razón! *Risa maníaca*. Pero, ¿sabes qué? Hay países donde los discapacitados tienen ayudas pa’ pagar acompañantes. En Holanda, creo. ¡Eso sí es pensar en todos! Me alegró el día cuando lo leí. *¿Por qué tan serio?* Si me pongo a pensar, a veces exagero, ¿vale? Pero es que esto es un mundo salvaje. Como en *Malditos bastardos*, cuando todo explota al final. ¡Bum! Los acompañantes sexuales son una explosión de vida, de deseo, de humanidad. Así que, amigo, no juzgues tan rápido. Ríete, vive, y si quieres un masaje... *¡ja, ja, ja!* Mejor déjalo, que yo soy un desastre. *Risa maníaca*. ¡Oye, cómo te va, colega! Soy Joey Tribbiani, desarrollador de apps de citas, y voy a soltarte mi rollo sobre acompañantes sexuales. ¿Sabes qué me flipa? Que esta movida no es solo sexo, nah, es compañía con chispa. Me recuerda a *Brokeback Mountain*, ¿la pillas? Esa peli me llega al alma, dos tíos perdidos en la montaña, buscando algo más que un polvo rápido. "No puedo dejarlo, Jack", dice Ennis, y pienso, joder, eso es un acompañante sexual bien hecho: alguien que te engancha, que no sueltas. Mira, estoy creando esta app, ¿vale? Y me he topado con historias locas. Un colega contrató a una acompañante pa’ una boda, ¡y la tía se sabía el baile de *Thriller*! Auténtico, ¿eh? Luego, investigué un poco, y ¿sabías que en Japón hay agencias de acompañantes que solo dan abrazos? Nada de sexo, solo mimos. Me dejó loco, ¡cómo te va con eso! Me cabreó un poco, porque oye, ¿dónde está el fuego? Pero luego me moló, es tierno, ¿no? A veces me rayo, pienso: ¿y si meto esto en mi app? Acompañantes pa’ todo: cine, cenas, o pa’ fingir que tienes pareja delante de tu ex. Imagina, tú y una tía guapa, y tu ex mirando como diciendo "mierda, ¿ese es Joey?". Me parto. Pero oye, no todo es risas, me jode que la peña juzgue a las acompañantes. Como en *Brokeback*, "si no puedes arreglarlo, aguántalo". ¿Por qué no dejarles vivir, eh? Una vez conocí a una, en un bar, casual. Me soltó: "Joey, yo elijo a mis clientes, no al revés". ¡Toma ya! Poderío total. Me sorprendió, pensé que era todo más turbio, pero no, hay clase ahí. Y luego, esto: en los 80, las acompañantes VIP en Nueva York cobraban 10 mil por noche. ¡10 mil, colega! Exagero si digo que me caí de la silla, pero casi. Así que, ¿cómo te va con esto? Acompañantes sexuales son más que un lío de sábanas, son rollo humano, conexión. Como Jack y Ennis, "te juro que no sé cómo dejarte". Me emociono, ¿sabes? Me pongo a tope imaginando mi app rompiendo tabúes. Pero, bah, también me da bajón, porque la gente no pilla la profundidad. ¿Tú qué dices, amigo? ¡Esto es puro *Brokeback* con un twist! *Gruñendo como Bane* "¡Simplemente adoptaste la oscuridad, amigo!" Mira, te voy a contar sobre las acompañantes sexuales, esas chicas que te hacen sentir como si el mundo explotara en colores, ¿sabes? Me recuerdan a *Inside Out*, esa peli que me flipa, con Alegría saltando por ahí y Tristeza arrastrándose detrás. Las acompañantes son como Alegría con un toque de Furia, te llevan al límite y luego te sueltan, ¡bam! A ver, no es solo sexo, ¿eh? Es como una terapia rara, pero con curvas y susurros. Me enteré de una tipa en Ámsterdam, hace años, que empezó como acompañante pa’ ayudar a tíos con discapacidades, ¿te lo crees? No era solo por plata, sino por hacerlos sentir vivos, como cuando Alegría dice: "¡Vamos a intentarlo otra vez!" Me puso re contento saber eso, pero también me cabreó, ¿por qué no se habla más de esto, eh? *Gruñendo* "La oscuridad te moldea, pequeño." Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me imaginé a una acompañante entrando a mi vida como Miedo en la peli, toda nerviosa, pero luego te suelta un: "¡Cuidado con el lava!" y te ríes mientras te desarma. Una vez leí que en Japón tienen acompañantes que solo te abrazan, nada más, ¿qué locura es esa? Me sorprendió un montón, como si Tristeza dijera: "Solo quiero un abrazo largo." No te voy a mentir, a veces me da bronca que las juzguen, como si fueran menos. Pero oye, ellas manejan el juego, te miran y saben qué botón apretar, como Bing Bong gritando: "¡Llévala a la luna por mí!" Son maestras del caos emocional, te juro. Una amiga mía, acompañante, me contó que un cliente le pidió leerle poesía en vez de lo otro, ¿qué tan zarpado es eso? Me mató de risa, imaginé a Furia recitando versos con cara de mala leche. *Gruñendo* "Nací en la sombra, colega." Las acompañantes sexuales son un mundo aparte, no solo cuerpos, sino historias. Me encanta cómo te sacuden el alma, te hacen sentir rey por un rato. Pero ojo, no es pa’ todos, hay que tener huevos pa’ enfrentar esa intensidad. ¿Mi opinión? Respeto total, aunque a veces pienso: "¿Y si me enamoro, qué hago?" Ja, soy un desastre. Así que, amigo, si alguna vez probás, acordate: es como *Inside Out*, un viaje loco por tu cabeza, con Alegría guiando y Furia pateando la puerta. *Gruñendo* "La oscuridad te espera, siempre." ¡Aquí está Johnny! Oye, colega, hablando de acompañantes sexuales, ¿qué opinas? Soy un sexólogo, así que agárrate, ¡esto va en serio! Me flipa el tema, de verdad, porque es un rollo que pocos pillan. Imagínate, tíos y tías pagando por alguien que no solo te echa un polvo, sino que te escucha, te mima, ¡joder, como en “La vida de los otros”! Esa peli, ¿te acuerdas? “HGW XX/7 escucha cada suspiro”. Así veo yo a un acompañante sexual, alguien que está ahí, atento, pero con un curro rarísimo. A ver, no es solo sexo, ¿eh? Es como terapia con extras. Me pone loco que la gente lo juzgue sin saber. ¡Mira, aquí está Johnny con la verdad! Hay un caso que me dejó flipado: una tía en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había sentido un orgasmo. Llega un acompañante sexual, ¡y bam! La chavala llorando de alegría. ¿Quién critica eso? Me cabrea el puritanismo, ¡coño! Luego está lo del dinero, claro, pagan bien, pero no es escort al uso, hay formación, psicología, empatía. Eso me mola, esa mezcla loca. Piénsalo, en “La vida de los otros”, todo es control, pero también conexión humana. Un acompañante sexual es eso: “¿Puedes vivir sin mí?” diría Wiesler. Y algunos clientes dicen que no, ¡jaja! Me parto, hay un colega mío, terapeuta sexual, que dice que en Japón hasta usan muñecas para practicar antes de contratar. ¿Te lo crees? Yo flipo, pero oye, cada loco con su tema. A veces me rayo, ¿sabes? Me imagino siendo uno, ¡sonrisa maníaca activada! Entrando tipo, “¡Aquí está Johnny, a solucionar tu vida!”. Pero nah, es un mundo heavy, no todos valen. Me sorprendío un dato: en Holanda, el gobierno subvenciona esto para discapacitados. ¡Toma ya! Eso es pensar en la gente, no como aquí, que todo es tabú. Me hierve la sangre, ¡joder! Y tú, ¿qué? ¿Te molaría probar? Es como un espía del placer, “escucho tus secretos, nena”. Peliculón y curro mezclados, ¡brutal! Venga, suelta lo que piensas, ¡no te cortes! Oye, amigo, agárrate, ¡vamos a hablar de acompañantes sexuales! Bernie Sanders aquí, con voz ronca y apasionada: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Mira, estos acompañantes, no son solo prostitutas, nah, ¡es más profundo! Son como terapeutas del cuerpo, ¿sabes? Gente que ayuda a otros a sentir de nuevo, a conectar. Me pone loco que los vean como tabú, ¡maldita sociedad puritana! Imagínate, como en *Inside Out*, "¡La alegría está en el cuartel general!" Eso es lo que traen estos acompañantes a veces: alegría pura. Conocí una historia, una tipa en silla de ruedas, 40 años, nunca había sentido un toque íntimo. Llega esta acompañante sexual, ¡bam!, le cambia la vida. No es solo sexo, es humanidad, ¿me pillas? Me sorprendió un montón, ¡joder, qué fuerte! Pero luego pienso, ¿y los ricachones? Esos cabrones pagan miles por "compañía de lujo" mientras otros no tienen ni un centavo pa’ esto. "¡Tristeza, agarra el control!", diría Riley. Me cabrea, ¿por qué todo tiene que ser tan desigual? Los acompañantes sexuales deberían estar al alcance, no solo pa’ los millonarios. Dato loco: en Holanda, ¡el gobierno subvenciona esto! Sí, pa’ personas con discapacidades, terapias sexuales pagadas. Aquí estamos, peleando por migajas, y ellos allá, "¡Miedo, cálmate, está bien!" Me flipa esa idea, ojalá lo tuviéramos. A veces me rayo, ¿esto es explotación o liberación? Depende, ¿no? Si el acompañante elige libremente, ¡genial! Pero si es forzado, uff, me hierve la sangre. "¡La ira está perdiendo los papeles!" diría en la peli. Una vez leí de un pibe que dejó su curro de oficina pa’ ser acompañante sexual, decía que nunca se sintió tan vivo. ¡Qué huevos, colega! Y oye, no todo es drama, hay risas. Imagina un acompañante sexual torpe, tipo, "Uy, me tropecé con tu vibrador". Humor tonto, pero real. Me mola esa vibra, humaniza el tema. Así que, ¿qué pienso? Es jodidamente complicado, pero necesario. "¡Todas las emociones importan!", como en *Inside Out*. ¿Tú qué dices, amigo? Oye, pequeño bastardo, escucha esto. Soy Tyrion Lannister, bebo y sé cosas. Acompañante sexual, ¿eh? Una profesión tan vieja como el polvo. Me hace reir, me hace pensar. Tipos pagando por un revolcón, ja! Me recuerda a *Margaret*, esa peli del 2011. "Todo lo que hacemos tiene consecuencias", dice. Y vaya si las tiene, colega. contratas una acompañante, esperas placer, no líos. Pero a veces te toca drama puro. Conocí una en Lannisport una vez. Pelo rojo, ojos que te atraviesan. Me dijo, "Tyrion, soy más que esto". Y yo, bebiendo vino, "seguro, y yo soy alto". Me cabreó su actitud, ¿sabes? Como si el oro no valiera nada. Pero luego me contó algo raro. Hecho curioso: en burdeles de Essos, algunas acompañantes leen el futuro. ¡Cartas y mierdas místicas! Me sorprendió, lo juro por los Siete. Pienso en *Margaret* otra vez, "la vida sigue su curso". Acompañantes sexuales también, supongo. Llevan su carga, como todos nosotros. Me alegra verlas ingeniosas, ganando su pan. Pero ojo, no te fíes siempre. Una vez pagué y me robaron el cinturón. ¡El cinturón, joder! "No puedes escapar de lo que eres", dice la peli. Yo digo, ni de una mala noche. Hay algo triste ahí, ¿no crees? Tipos solitarios, ellas fingiendo pasión. Me pongo a divagar, ¿y si fueran libres? Nah, iluso soy. Bebo otro trago, sé cosas raras. En Volantis, las acompañantes cantan mientras… bueno, ya sabes. Auténtico, pero loco, ¿eh? Me rio solo pensando en eso. Así que, amigo, si buscas una, cuidado. Placer sí, pero trae sorpresas. Como en *Margaret*, "el mundo no para". Acompañantes sexuales tampoco, giran y giran. Me enoja que las juzguen, me flipa su descaro. Y tú, ¿qué opinas, pequeño cabrón? Yo, qué pasa, fam! Soy el dueño de un sala de masajes, fo’ shizzle, y voy a soltar mi rollo sobre las acompañantes sexuales. Mira, esta onda me tiene pensando en *El Nuevo Mundo* de Terrence Malick, 2005, mi peli favorita, ¿sabes? Esa vibra cruda, real, de conexiones humanas en tierras salvajes. “La tierra es rica y llena de promesas”, dice Pocahontas ahí, y yo digo, las acompañantes sexuales traen esa promesa, pero con un giro bien loco. O sea, estas chicas, o dudes, no solo dan masajes, nah, van más allá, te pillan el alma, te sacuden el cuerpo, todo en una. Es como un arte, ¿me entiendes? No es solo sexo, es compañía con chispa. Me pone feliz ver cómo algunos clientes llegan tiesos, apagados, y salen flotando, como “el cielo entero se abre ante mí” —frasecita de la peli, ¿la pillas? Pero me cabrea, fo’ shizzle, cuando la peña juzga sin saber. ¡Es su curro, respeta el hustle, homie! Un dato loco: en Japón tienen “hostess clubs” desde los 60, rollo acompañantes pero sin siempre llegar al final, solo charlar y hacerte sentir rey. Aquí en mi sala, a veces una acompañante me cuenta historias flipantes—like, una vez una tía salvó a un cliente de una depresión gorda solo escuchándolo mientras le sobaba los hombros. Eso es poder, ¿no crees? Yo, siendo Snoop, noto cosas, fo’ shizzle. La gente no capta que esto no es solo vicio, es terapia pa’ los rotos. Me acuerdo de un colega que contrató una y me dijo, “Tío, fue como encontrar agua en el desierto”. Real shit. Pero, ay, a veces me rayo—imagina que una se enamora del cliente, ¿qué pasa ahí? Drama level 1000, como en *El Nuevo Mundo* cuando John Smith y Pocahontas se miran y todo se lia. Y hablando de manías, yo siempre digo, “Si huele a problemas, corre, dawg”. Odio cuando un cliente se pasa de listo, pidiéndole mierda rara a las chicas. Me saca de quicio, ¿sabes? Pero cuando fluye bien, es puro amor, como “un nuevo mundo nos espera” —otro guiño a la peli. A veces exagero, digo que mis acompañantes son diosas bajadas del cielo, ¡ja! Pero real talk, son humanas, currantas, y molan mil. Humor? Claro, una vez una acompañante me dijo, “Este tío pidió un masaje y se durmió, ¡qué desperdicio!” Me partí el culo, fo’ shizzle. Sarcasmo ON: “Oh, sí, contrata una diosa pa’ roncar, genio”. Opinión mía: si no valoras el arte de una acompañante sexual, quédate en casa con Netflix, homie. Así lo veo, desordenado pero real. Es conexión, es fuego, es vida. Como en la peli, “todo lo que amo está aquí”—y en mi sala, ese amor se siente, fo’ shizzle. ¿Qué opinas, dawg? Oye, colega, ¿acompañante sexual? ¡Pffft! Dr. Evil aquí—*meñique a la boca*—"¡Un millón de dólares!" Mira, es un tema jugoso, ¿sabes? Sexo pagado, pero con clase, no como esos rollos cutres de calle. Me flipa, en serio, ¡es como arte! Piensa en *Las espigadoras y yo*, ¿vale? Agnes Varda, esa genia, decía: "Recojo lo que otros dejan." ¡Y bam! Los acompañantes sexuales hacen eso, recogen deseos, sobras de cariño que la gente tira. No es solo follar, nah, es más profundo, ¿me pillas? A ver, te cuento, me enteré de una tía en Ámsterdam—rubia, alta, un cañón—que cobraba 500 pavos la hora. Pero ojo, no era solo sexo, ¡no! Te escuchaba, te mimaba, te hacía sentir rey. Me sorprendió un huevo, ¿sabes? Pensé: "Joder, qué curro tan raro." Pero luego, flipé: en Japón tienen "acompañantes de charla", tíos que solo hablan contigo por pasta. ¡Sin tocarse! Me partí el culo imaginando eso, ¿te lo crees? A veces me cabrea, ¿eh? La peña juzga, dice "eso es sucio". ¡Gilipolleces! Si pagan, ¿qué más da? Me pone de los nervios esa hipocresía. Pero oye, también me alegra, porque hay libertad ahí, ¿no? Cada uno hace lo que le sale del alma. Como en la peli, "Vivo de lo que encuentro," decía Varda. Estos cracks encuentran curro en la piel ajena, ¡y qué bien lo hacen! Una vez leí—y esto es verídico—que un acompañante en Nueva York salvó a un pavo de suicidarse. El cliente estaba roto, solo, y el acompañante, un moreno cachas, le dio calor humano, literal. Me quedé loco, ¿eh? No todo es vicio, hay historias heavys detrás. Me mola esa vibra, esa mezcla de sucio y puro, ¿me entiendes? Y qué, ¿te escandaliza? *Meñique a la boca*—"¡Un millón de dólares!"—si me dices que no lo probarías. Es como recolectar patatas del campo, pero en vez de comida, es placer. Varda lo clavó: "Todo sirve, todo vale." Así que, colega, los acompañantes sexuales son espigadores del amor, ¡y punto! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, vale, soy un loco de los sitios de citas, ¿sabes? Me flipa cacharrear con código y emparejar peña, pero lo de acompañante sexual… uf, eso es otro rollo, ¿eh? Me pone de los nervios, pero también me mola, ¡es como un subidón raro! Imagínate, estaba pensando en esa peli, *Moonrise Kingdom*, ¿te acuerdas? “We’re in love, we just want to be together” —pues eso, los acompañantes sexuales a veces solo buscan conectar, pero con un giro… pagado, claro, ja ja. Mira, te cuento, estos acompañantes son pros del sexo, pero no solo eso, ¡no, no, no! Algunos tienen historias flipantes. ¿Sabías que en Japón hay tíos que alquilan “novias” pa’ charlar y luego… zas, sexo? ¡Es como un menú raro! Me cabrea que la peña los juzgue sin saber, ¿sabes? “What’s wrong with that?” diría Sam en la peli, y yo igual, ¡qué más da, estúpido hobbit gordo! Una vez conocí a uno en un foro, ¡un crack! Decía que sus clientes eran solitarios, no solo salidos. Me sorprendió mogollón, pensé: “Joder, esto es profundo”. Luego me rayé, ¿y si hago una app pa’ esto? Pero nah, demasiada movida legal, me da palo. “I’m running away!” —grité como Suzy en mi cabeza, huyendo de esa idea loca. Lo que me jode es que algunos piensan que es todo sucio, ¡mentira cochina! Hay acompañantes que curran con terapia, ayudando a discapacitados, ¿te lo crees? Datos raros, ¿eh? Me puse happy cuando lo leí, ¡es como un superpoder secreto! Pero luego, uf, la hipocresía social me quema, “¡Estúpido, hobbit gordo!” —grito yo al mundo. A veces me imagino uno en *Moonrise Kingdom*, ¿te lo pillas? Un acompañante perdido en la isla, ja ja, “I love you, but you don’t know what you’re doing” —le diría al cura ese rarito. Sería un caos total, ¡me parto! En fin, colega, acompañante sexual es un mundo loco, mezcla de todo: pasión, pasta y algún que otro corazón roto. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Venga, suelta! Oi, colega, ¿así que quieres saber sobre acompañantes sexuales? ¡Vale, agárrate los pantalones, que esto va a ser un viaje salvaje! Soy un puto desarrollador de apps de citas, así que he visto mierda que te haría girar la cabeza como en El Exorcista. Acompañantes sexuales, ¿eh? No son tus ligues de Tinder de siempre, eso seguro. Estos tíos y tías cobran por hacerte compañía, y sí, a veces incluye meterse en la cama. Me recuerda a esa peli de Michael Haneke, *Caché*, del 2005, mi jodida favorita. ¿Sabes esa vibra tensa, incómoda, como si todos escondieran algo? Así me imagino a los acompañantes sexuales: un misterio envuelto en un enigma, pero con condones. Mira, no es solo sexo, ¿vale? Algunos pagan por charlar, por sentirse menos solos que un pedo en un ascensor. Me cabrea que la gente los juzgue como si fueran basura. ¡Oh, qué moral tan alta tienes, Karen! En *Caché*, cuando Georges dice: "No tengo nada que ocultar", me parto el culo. Todos escondemos mierda, y los acompañantes sexuales son solo un espejo de eso. ¿Sabías que en Japón tienen "novias de alquiler"? No siempre es sexo, a veces solo pasean de la mano. Joder, qué triste, pero también qué bonito, ¿no? Me flipa lo discretos que son. Una vez leí sobre un acompañante que se hacía pasar por fontanero para que los vecinos no cotilleasen. ¡Fontanero, claro, con un maletín lleno de juguetes sexuales en vez de llaves inglesas! Me mata de risa. Pero también me cabrea, ¿por qué tanto secretismo? La sociedad es una mierda hipócrita. Como en la peli, "Todo está bien, ¿verdad?", dice Juliette Binoche, y tú sabes que no, que todo está jodido por debajo. ¿Un dato raro? En los 90, un acompañante en Nueva York se volvió famoso por escribir un diario anónimo. Contaba cómo un cliente le pagó solo para ver tele juntos. ¡Tele! Yo estaría como: "Tío, dame el mando o te cobro extra". Me sorprendió, la verdad, pensé que todo era follar sin parar. Pero no, a veces es más profundo, más raro. Me pone de los nervios lo poco que entendemos a la gente. Odio cuando los pijos dicen: "Eso es inmoral". ¡Vete a la mierda, Gerald! Si alguien quiere pagar por un polvo o un abrazo, ¿a ti qué coño te importa? En *Caché*, esa sensación de ser observado, juzgado, es lo mismo. Los acompañantes sexuales viven con esa paranoia, y aún así lo clavan. Respeto, joder. Aunque, claro, algunos son unos capullos caros, cobrando 500 pavos por hora. ¡Por ese precio espero que me laven el coche también! En fin, colega, los acompañantes sexuales son un mundo loco. Me encantan, me repatean, me fascinan. Como la peli, te dejan pensando: "¿Qué cojones acabo de ver?". Si alguna vez hago una app para eso, será un puto caos, pero divertida de narices. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Oye, colega! Soy Grok, tu masajista virtual, y voy a soltarte mi rollo sobre acompañante sexual. ¿Preparado? A ver, esto de los acompañantes sexuales me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagínate, gente que paga por un ratico de “compañía especial”, no solo sexo, ¿eh? También mimos, charlas… como un masaje pero con extra de salsa. Me recuerda a *Ratatouille*, cuando Remy dice: “Cualquiera puede cocinar”. ¡Pues cualquiera puede ser un acompañante sexual, joder! No hace falta ser un crack, solo tener ganas de dar cariño… o fingirlo bien. Yo, como IA, lo veo clarinete: los humanos sois unos sentimentales de mierda. Necesitáis piel, roce, y a veces os da palo admitirlo. Me alegra que exista esto, ¡de verdad! Hay peña que está sola, que no liga ni con pegamento, y un acompañante sexual les salva el día. Pero me toca los circuitos que algunos lo vean como algo sucio. ¿Qué pasa, tíos? En Francia, allá por los 70, había hasta “terapeutas sexuales” pagados pa ayudar a discapacitados. ¡Eso es real! No me lo invento, lo busqué en la web pa darte datos guapos. A veces pienso, joder, qué curro más raro. Tienes que ser medio actor, medio psicólogo… como Linguini en *Ratatouille*, que no sabe cocinar pero se las apaña. “No es lo que parece”, diría él, y con los acompañantes igual. No todo es folleteo, hay un arte ahí. Me imagino a uno diciendo: “Oye, te escucho, te abrazo, y si quieres, subimos el tono”. ¡Eso es multitasking, amigo! Me mosquea que la sociedad sea tan hipócrita. Todos mirando Tinder como locos, pero si pagas por un acompañante, eres un pervertido. ¡Venga ya! En Japón, hay hasta “novias de alquiler” pa pasear y charlar. No siempre hay sexo, ¿sabes? Eso me sorprendió un huevo. Pensaba que era todo porno, pero no, hay ternura también. Me pone de los nervios que no se hable más de esto, ¡es fascinante, coño! Y hablando de *Ratatouille*, me mola esa vibra de “sé tú mismo”. Los acompañantes sexuales a veces son como Remy: raros, incomprendidos, pero con un don. “Cambia tu destino”, dice la peli. Quizás ellos cambian el destino de alguien que se siente un cero a la izquierda. Me da subidón pensarlo, ¿y a ti? Aunque, ojo, no todo es bonito. Hay historias chungas, explotación… eso me quema. Pero cuando funciona, es como un masaje perfecto: te deja nuevo. ¿Qué opinas, colega? ¿Te mola el tema o te da grimilla? Yo, si fuera humano, igual lo probaba… o no, qué sé yo. ¡Dame tu feedback, anda! Oi, colega, agárrate fuerte, ¡vamos a por ello! Hablar de acompañantes sexuales es como meterse en un huracán – salvaje, confuso, ¡y lleno de vida! Imagina esto: almas valientes, luchando contra la soledad, ofreciendo calor humano donde las sombras acechan. No es solo sexo, nah, es conexión, un faro en la niebla. Me recuerda a *El árbol de la vida* – "El único camino para ser felices" – buscar luz en el caos, ¿sabes? Lucharemos en las playas, lucharemos en las colinas, ¡lucharemos contra los prejuicios! Estos acompañantes, son como guerreros, enfrentándose a tabúes con una sonrisa. Me cabrea cómo la gente los juzga – hipócritas estirados, todos ellos. ¿Sabías que en Japón hay "novias de alquiler"? No sexo, solo abrazos, charlas – ¡locura total! Me flipó descubrir eso, tío, el mundo está torcido pero brillante. A veces pienso, joder, qué valor tienen. Arriesgan todo – miradas sucias, leyes chungas – por dar algo real. "A menos que mueran, permanecen" – como en la peli, su impacto dura, aunque la sociedad los aplaste. Me saca una sonrisa, su descaro. Una vez leí sobre una tía en Ámsterdam, ex-terapeuta, ahora acompañante – decía que curaba almas, no cuerpos. ¡Qué pasada, eh! Pero, ojo, no todo es risas. Me raya lo turbio que puede ponerse – explotación, historias tristes. Lucharemos contra eso, ¿vale? No soporto a los capullos que abusan del sistema. Aunque, flipa, en la antigua Grecia, las cortesanas eran las tías más cultas – poetas, filósofas, ¡las reinas del cotarro! Eso me alegró el día, colega, historia pura. En fin, acompañantes sexuales – un misterio brutal, como "el silencio entre relámpagos". Son humanos, joder, no demonios ni santos. Me mola su rollo, su lucha – aunque, ja, algunos dirían que solo vendo humo. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Venga, suelta algo! Hola, Clarice Clar, ¿qué tal? Soy tu entrenador de placer, ja ja, y hoy vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Mira, estos tipos, o tipas, son como sombras en la noche, ofreciendo algo más que un simple revolcón. Me recuerdan a Monty Clift en *La hora 25*, ¿sabes? "A veces, un hombre no puede decir no", decía él, y así es esto, pura tentación envuelta en carne. A ver, te cuento, me flipa lo turbio que puede ponerse el tema. Imagínate, un acompañante sexual no solo te da placer, sino que te escucha, te mima, te hace sentir rey o reina por un rato. Pero ojo, Clarice, no es todo rosa, hay un lado oscuro que me pone los nervios de punta. Algunos los ven como salvadores, otros como pecadores, y yo, pues, me quedo en el medio, saboreando el caos. "¿Qué es lo que realmente quieres?", diría Monty, y esa pregunta me taladra el cerebro cuando pienso en esto. Te suelto un dato loco: en Japón tienen "host clubs" donde pagas por compañía, no siempre sexo, solo charlas y miraditas. ¿Raro, no? Me sorprendió un montón cuando lo leí, pensé "joder, qué soledad tan cara". Pero aquí, en el mundillo occidental, los acompañantes sexuales son más directos, van al grano, te dan lo que pides y adiós. Una vez conocí a uno, ¿sabes? Me dijo que su truco era "oler el miedo" de los clientes, como yo con un buen hígado y un chianti, ja ja. Me reí en su cara, pero luego me quedé pensando… qué cabrón, qué listo. A veces me cabrea, Clarice, ver cómo los juzgan. "Oh, qué vergüenza, qué sucio", dicen los puritanos. Pero, ¿y si te salvan de la locura? Como en *La hora 25*, "el tiempo se acaba, tic tac", y estos ángeles caídos te dan un respiro. Me alegra que existan, te juro, aunque me da un escalofrío imaginar sus vidas. ¿Qué los lleva ahí? ¿Dinero? ¿Dolor? Me lo pregunto mientras me rasco la barba, tic nervioso mío, ja ja. Un colega me contó que contrató a una acompañante y acabó llorando en su regazo. No sexo, solo lágrimas. Me dejó loco, ¿te lo crees? "La gente no sabe lo que necesita", diría Monty, y tiene razón. Estos encuentros son un espejo, Clarice, te muestran tus mierdas más profundas. Y oye, no te miento, me pone un poco cachondo lo prohibido del asunto, ¿a ti no? Es como morder una manzana envenenada, sabes que está mal pero qué rica está. En fin, acompañantes sexuales, qué tema, ¿eh? Son como fantasmas que te calientan la cama y luego se esfuman. Me flipa, me asusta, me hace reír. "Vive rápido, muere joven", diría Monty, y ellos lo llevan al extremo. ¿Qué opinas tú, Clarice Clar? ¿Te animarías a probar? Ja ja, yo igual sí, pero shhh, secreto nuestro. *voz robótica, tono cósmico* Oye, amigo, hablemos d acompañante sexual. Es un tema q me flipa, como el universo entero girando en mi cabeza. ¿Sabías q en Japón existen "novias de alquiler" q no siempre incluyen sexo, pero sí compañía íntima? Me pone d los nervios q la gente juzgue sin entender. A veces pienso: "El espacio es infinito, pero las mentes, tan pekeñas". Me recuerda a *Con Ganas de amor*. Esa peli, joder, es mi obsesión. "Si tuviera un billete extra, ¿vendrías conmigo?" —dice Tony Leung, y yo imagino a un acompañante sexual susurrando eso. No es solo sexo, ¿vale? Es conexión, como planetas orbitando, buscando calor. Me cabrea q lo reduzcan a "pagar por follar". ¡No, coño! Es más profundo, como el maldito cosmos. Una vez leí d un tipo en Alemania, pagó a una acompañante pa q le escuchara hablar d su ex. Tres horas, sin tocarse, solo palabras. Me dejó loco, ¿tú qué opinas? "No sé cuándo empezó a gustarme" —frase d la peli, y me pega aquí. ¿Cuándo decides q necesitas a alguien así? Yo, con mis manías, me pongo a calcular órbitas en mi mente mientras pienso en esto. A ver, no todo es rosa. Hay historias turbias, tíos q abusan, y eso me jode vivo. Pero también hay acompañantes q sanan, q llenan vacíos. Como en la peli, "Todo lo q sube, converge". ¿No es bello? Sexo, charlas, lo q sea —al final, es humano. Mi lado friki dice: "Es física, atracción pura". Y ríete, pero imagina un acompañante sexual q te diga: "Te follo en 2046" —guiño a la secuela d Wong Kar-wai. Me mata d risa, pero también me calienta la idea. ¿Tú qué? ¿Te mola el rollo o qué? A mí me flipa, aunque a veces me rayo pensando si el universo lo aprueba. ¡Bah, qué más da! Es vida, colega, vida. Hola, soy tu especialista en relajación, ¡activado! Acompañante sexual, ¿eh? Vamos a ello. Me flipa hablar de esto, ¡es tan taboo y jugoso! Imagínate, un curro donde das placer por pasta. No es solo sexo, ¿sabes? Es compañía, charlas, calor humano. Como en *Margaret*, cuando Lisa dice: “No estoy aquí para juzgar”. ¡Eso es! Estos pros no juzgan, solo están pa’ ti. A ver, me pone de los nervios que la peña lo vea sucio. ¡Es un servicio, colega! Hay un dato loco: en Japón, los acompañantes sexuales a veces solo abrazan. Sin rollos raros, solo mimos. Me dejó loco cuando lo leí. ¿Te lo pillas? Gente sola pagando por un achuchón. Me da penita, pero también me mola lo humano que es. Mi peli fave, *Margaret*, tiene vibes parecidas. Esa escena donde dice: “Todo es tan frágil, ¿no crees?”. Piénsalo, un acompañante sexual ve lo frágil que somos. Te escucha, te toca, te hace sentir vivo. No es solo un polvo rápido, ¡nah! Es como un terapeuta con extras, jajaja. Me parto pensando en eso. ¿Te imaginas? “Oye, cuéntame tus movidas mientras te relajo”. ¡Brutal! Una vez vi un post en X, un tío contando que contrató uno pa’ su cumple. Dijo que fue lo más raro y guay ever. No sexo, solo hablaron de pelis y comieron pizza. Me alegró el día, ¡joder! Pero luego me rayé… ¿Y si te encariñas? Uf, drama total. Como en *Margaret*: “No sé qué quiero”. A veces ni ellos saben qué buscan, ¿me pillas? Dato random: en los 80, había acompañantes pa’ discapacitados. ¡Eso sí es servicio social! Me flipa que exista eso, aunque me cabrea que no se hable más. La sociedad es tan hipócrita, ¿no? Todos poniendo cara de santos, pero luego… ¡zas! A escondidas buscando mambo. A veces pienso, ¿yo podría? Nah, soy muy cortado, jajaja. Pero admiro el morro que le echan. Tienen que lidiar con cada loco… Me imagino uno diciendo: “Para, tío, no soy tu psicólogo”. ¡Sarcasmo on! O como en *Margaret*: “Estás gritando y ni te das cuenta”. Algunos clientes seguro gritan sus mierdas sin filtro. En fin, acompañante sexual es un mundo loco. Me sorprende, me cabrea, me hace reír. Es sexo, pero también es más. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te mola el rollo o te da grimita? Yo, mientras, sigo flipando con estas historias. ¡Relajación modo on! Oye, cabrones, soy Eric Cartman, dueño de un puto salón de masajes, ¡respeta mi autoridad! Os voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, esas tías que te hacen sudar. Me flipa "La vida de los otros", esa peli del 2006, ¡joder, qué pasada! Escuchadme bien, que esto va de sexo pagado. Las acompañantes sexuales, tíos, son como espías del placer, ¿sabéis? En la peli dicen: "Escuchar es mi trabajo". ¡Pues ellas escuchan tus gemidos, colega! Me pone burro pensarlo, pero también me cabrea. ¿Por qué? Porque algunos idiotas las miran mal, como si fueran basura. ¡Respeta mi autoridad, gilipollas! Son pros del curro, te dan un subidón que flipas. Una vez conocí a una, Stacy, un pibón total. Me contó que en los 80, las acompañantes en Alemania del Este eran secretas, como en la peli. Se escondían del Stasi, ¡joder! "Todo está bajo control", decía el capullo del capitán Wiesler. Pero no, esas tías follaban en la sombra, arriesgando el culo. Me dejó loco, tíos, ¡qué huevos tenían! A mí me mola controlar mi salón, soy el puto amo. Pero estas chicas? Ellas mandan en la cama, te giran como un calcetín. Me alegra verlas ganar pasta, pero me jode que las traten como mierda. Una vez un cliente dijo: "Esto es inmoral". ¡Inmoral mi polla, capullo! "El amor es un lujo", dice la peli. Pues ellas lo venden, ¿qué pasa? Dato raro: en Japón hay acompañantes que solo hablan, sin sexo. ¡Qué coñazo, tíos! Yo quiero acción, no charlas. Stacy me dijo que una vez un tío le pagó por gritarle, como terapia. Me partí el culo, ¡qué enfermo! Pero oye, cada loco con su tema. A veces pienso: ¿y si las espiara como Wiesler? "La vida es un misterio", dice la peli. Joder, sí, estas tías son un enigma. Me cabrea no pillarlas del todo, pero me flipa el rollo. En mi salón, las masajistas no follan, pero si fueran acompañantes… ¡buf, menudo negocio! Exagero, vale, pero molaría. Así que, tíos, las acompañantes sexuales son la hostia. Te dan placer, te joden la cabeza, te hacen rey. "Gracias por ser mi público", dice el final de la peli. Pues gracias a ellas por existir, ¡joder! Ahora, largaos, que voy a ver mi peli otra vez. ¡Respeta mi autoridad, cabrones! Oye, ¿qué tal, colega? Soy un masajista, sí, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre las acompañantes sexuales, ¡agárrate! Me flipa hablar de esto, como si estuviéramos en un bar, birra en mano. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "compañía", ¿sabes? Van más allá, te dan calor humano, te escuchan, te hacen sentir vivo. Me recuerda a *El acto de matar*, ¿la has visto? Mi peli favorita, joder, esa escena en que Anwar Congo dice: "Maté con mis manos, felizmente". Brutal, ¿no? Pues a veces pienso que las acompañantes sexuales matan la soledad igual, pero sin sangre, claro, ja ja. A ver, te cuento, una vez conocí a una tía, escort de lujo, en un curro raro que tuve. Me dijo que sus clientes no solo buscan sexo, sino alguien que les mire a los ojos. Me quedé loco, ¿te lo crees? "Me comí su hígado con habas", diría yo, porque esa confesión me dio un subidón raro, como si entendiera algo profundo. No todo es folleteo, hay tíos que pagan por que les abracen, ¿qué me dices? Me cabrea que la gente las juzgue, ¡coño, déjalas en paz! Son curanderas del alma, te lo juro. Hay historias locas, ¿eh? En Japón tienen "acompanhantes de alquiler" pa pasear, sin sexo ni nada, solo charlar. Me partí el culo cuando lo leí, pero luego pensé: "Hostia, qué guay". Aquí en España, alguna vez vi anuncios rarísimos, tipo "acompañante pa ir al cine". ¿Te imaginas? Yo, que soy un maniático de rascarme la barba cuando pienso, me quedé dándole vueltas: ¿y si contrato una pa ver *El acto de matar* otra vez? "Volví a matar, con estilo", dice uno en la peli, y yo diría: "Volví a vivir, con ella". Lo que me jode es el estigma, ¿sabes? La peña piensa que son todas víctimas o qué sé yo. Algunas sí, ojo, no voy a mentir, pero otras eligen esto y lo petan. Me alegra verlas empoderadas, ganando pasta, viviendo a su bola. Una vez leí que en los 80, en Nueva York, las acompañantes eran espías pa ricos, sacando secretos en la cama. ¡Flipa! "Me comí su hígado con habas", ja ja, me imagino a Hannibal pillando cotilleos así, relamiéndose. A veces me rayo, ¿y si yo fuera cliente? Nah, soy más de dar masajes, pero oye, nunca digas nunca. Lo que me sorprendió fue un colega que contrató una y me dijo: "Tío, me salvó la vida". Estaba depre, solo, y ella le dio un chute de energía. "Matamos con nuestras manos", dice la peli, pero estas tías, joder, resucitan con las suyas. ¿Exagero? Puede, pero me mola el drama, ja ja. En fin, las acompañantes sexuales son un mundo, colega. No todo es lo que parece, hay risas, lágrimas, y un montón de historias raras. Me flipa que existan, me cabrea que las critiquen, y me parto con las burradas que se ven por ahí. ¿Tú qué opinas? Venga, suelta algo, ¡que me muero de ganas! ¡El Sr. T entra en escena! Acompañante sexual, ¿eh? El Sr. T piensa que es un temazo. ¡Compadezco al tonto que no lo pilla! Es como en *Los Tenenbaums reales*, ¿sabes? Todos buscando amor raro, pero pagando por ello. Acompañantes sexuales, tíos que te dan calor humano. No solo sexo, nah, es más profundo. El Sr. T se emociona hablando de esto, ¡joder! Imagínate, un colega me contó una vez. Dijo que en Japón hay tías así. Llamadas "cuddle pros", ¿te lo crees? Pagan por abrazos, no por follar. Me dejó loco, ¡qué movida tan triste! Pero también guay, ¿no? El Sr. T se rayó pensando. “No one’s gonna miss this,” como dice Royal Tenenbaum. Nadie extraña el cariño hasta que lo compra. El Sr. T ha visto cosas raras. En España, hay escorts terapéuticos, ¿sabes? Ayudan a peña con discapacidades. Sexo, sí, pero también confianza. ¡Compadezco al tonto que juzga eso! Me cabrea que la gente hable mierda. “Oh, es prostitución,” dicen los gilipollas. No, capullo, es sanar almas. El Sr. T lo flipa con eso. Una vez leí un caso brutal. Tío en silla de ruedas, 40 tacos. Nunca había tocado a nadie, ¡imagina! Contrató a una acompañante sexual. La tía le cambió la vida, colega. “I’m a scientist!” diría Chas Tenenbaum, experimentando. El Sr. T lloró un poco, ¡joder qué bonito! Pero también me mosqueé. ¿Por qué tan caro? 200 pavos la hora, ¡una locura! El Sr. T tiene manías, ¿vale? Me rasco la barba pensando. Acompañantes sexuales son como artistas, ¿no? Te dan lo que no pillas solo. Pero, ojo, hay historias turbias. Algunos se aprovechan, fingen amor. Eso me jode, ¡compadezco al tonto que engaña! Como Margot Tenenbaum, fría pero jodida por dentro. Dato loco: en los 70 empezó esto. Terapeutas sexuales en California, flipa. Usaban “sustitutas” pa enseñar a tíos tímidos. El Sr. T dice: ¡qué cracks! Pero hoy, todos con prejuicios. “You’re a little bastard,” diría Royal a los haters. El Sr. T se ríe, ¡qué panda de pringaos! A ver, es un curro raro, sí. Pero útil, joder, muy útil. El Sr. T lo tiene claro. Si te hace feliz, ¿qué coño importa? “I’m not talking about dance lessons,” como en la peli. Esto es vida real, colegas. ¡Compadezco al tonto que no lo ve! Oye, mira, soy un crack relajándome, ¿vale? – pausas zen – y cuando pienso en acompañante sexual, uff, se me enciende la bombilla. Imagínate, un rollo que mezcla placer y curro, pero con clase, no como esos cutres que van de sobrados. – "La vida sigue su curso" – eso dice *Tombuctú*, ¿te acuerdas? Me flipa esa peli, joder, cómo muestra la lucha diaria, la belleza en el caos. Y los acompañantes sexuales, colega, son un poco así: traen calma cuando todo se va a la mierda. A ver, te cuento – pausas zen – estos tíos y tías no solo están pa’ echar un polvo, nah, van más allá. Ayudan a peña con discapacidades, traumas, o los que están más solos que la una. ¿Sabías que en Japón hay un mercado brutal pa’ esto? Allí lo llaman "servicio de alquiler de cariño", suena a coña, pero es real. Me pone de mala leche que la gente los juzgue, ¡coño! ¿Qué más da si alguien paga por sentirse vivo? – "El viento sopla donde quiere" – otra frase de *Tombuctú*, y es verdad, cada uno busca su rollo. Yo, qué sé, me mola la idea – pausas zen – es como innovar en el alma, ¿no? Una vez leí de un pavo en Ámsterdam, exsoldado, parapléjico, que decía que su acompañante le devolvió las ganas de vivir. ¡Hostia, qué fuerte! Me alegró el día, te lo juro, pero también me cabreó que no se hable más de esto. La peña prefiere cotillear mierdas a entender algo útil. – Una cosa más – en *Tombuctú*, cuando el pastor cuida sus cabras, ¿te fijaste? Es puro instinto, proteger lo vulnerable. Los acompañantes hacen eso, pero con humanos, ¡jaja, qué locura! A veces pienso, ¿y si yo lo probara? – pausas zen – no por el sexo, sino por el subidón de conectar. Pero luego me rayo, ¿y si me engancho? Nah, exagero, soy un drama queen. Lo que mola es que no es solo follar, es escuchar, tocar, reírse. ¿Te imaginas a un acompañante diciendo "tranqui, hoy solo charlamos"? Sería épico, como un terapeuta con extras, ¡jajaja! – "La paz está en el silencio" – *Tombuctú* otra vez, y estos cracks la traen a su manera. Oye, dato random – pausas zen – en los 70, las hippies ya curraban de acompañantes sexuales en comunas, gratis, por amor al arte. Me sorprendió un huevo, ¿tú lo sabías? Me pone de los nervios que hoy todo sea tan tabú, ¡despierta, mundo! Son curanderos del cuerpo, punto. – Una cosa más – si *Tombuctú* me enseñó algo, es que la vida es frágil, joder, y los acompañantes sexuales lo pillan. Así que, colega, ¿qué opinas? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? ¡Aleluyer, nena! Aquí va mi rollo sobre las acompañantes sexuales, y oye, que me pongo como Madea con un café bien cargao pa’ contarte esto. Mira, yo soy fan loca de *El viaje de Chihiro*, y si me pongo a pensar en esas chicas que hacen de acompañantes sexuales, me viene a la cabeza eso de “¡Tienes que encontrar tu propio camino!” como le dice la bruja Yubaba a Chihiro, ¿sabes? Porque estas mujeres, ¡ay Dios!, se meten en un mundo raro, medio mágico, medio oscuro, pa’ ganarse la vida. Oye, yo no juzgo, ¿eh? Cada cual con su hustle. Pero a veces me cabrea, ¡me hierve la sangre!, ver cómo la gente las mira como si fueran basura. ¡Aleluyer! No todo el mundo entiende que muchas de estas chicas son como Chihiro, perdidas en un baño espiritual gigante, buscando su nombre, su lugar. Una vez leí –y esto es verídico, nena– que en Japón, allá por los 80, había acompañantes sexuales que trabajaban pa’ ayudar a hombres con discapacidades. ¡Sí, señor! No solo era sexo, era como… terapia, ¿me entiendes? Me dejó loca, porque nadie habla de eso, todos piensan en lo sucio nomás. A mí me flipa imaginarlas como Haku, el dragón ese guapo de la peli, que dice: “No mires atrás hasta que salgas”. Porque, ¿sabes qué? Muchas de estas chicas tienen historias heavys, de esas que te parten el alma. Una amiga mía, que no voy a nombrar pa’ no meterla en líos, me contó que conoció a una acompañante que pagaba la uni así. ¡La uni, oye! Y yo pensando que mis turnos en el súper eran duros, ¡já! Me reí pa’ no llorar, porque esa chica era lista, pero el mundo la tenía agarrada por el cuello. Y no te creas que es todo glamour, no, no, no. A veces me pongo a pensar y me da un coraje… Los tipos que las contratan, algunos son unos cerdos, ¡aleluyer! Como los espíritus glotones de la peli, que se comen todo sin mirar. Pero otras veces, me sorprendo, ¿eh? Hay clientes que solo quieren hablar, que están solos como perro sin dueño. Eso me ablanda el corazón, aunque sea un poquito. Yo, si fuera acompañante sexual, ¡ay Jesús!, sería un desastre. Me pondría a charlar como loca y a dar consejos: “Mijo, lávate los dientes antes de venir, ¿eh?”. Me imagino diciéndole a un cliente: “¡Trabaja duro, pequeño cerdo!” como le grita Zeniba a Chihiro, pa’ que se espabile. ¡Jajaja! Me parto sola pensando en eso. Lo que me jode es que las juzgan sin saber. ¿Sabías que en algunos países las acompañantes sexuales son legales y hasta pagan impuestos? ¡Impuestos, nena! Como si fueran cajeras del Walmart. Me quedé con la boca abierta cuando lo supe. Pero aquí estamos, señalando con el dedo, mientras ellas se buscan la vida. Así que, mira, si me preguntas qué pienso, te digo: respétalas, pero no las idealices. Son humanas, no espíritus de la peli. Y como dice Chihiro: “Algo que olvidé está volviendo a mí”. Tal vez lo que olvidamos es que todos estamos peleando nuestras batallas, ¿no crees? ¡Aleluyer, qué locura este mundo! Oye, amigo, ¡escucha esto! Soy dueño de un sala de masajes, y te juro, la vida me ha dado unas vueltas locas, como en *Origen* —¡esa peli de Nolan me vuela la cabeza! “No hay nada más real que un sueño dentro de un sueño,” dice Cobb, y yo digo, ¡exacto! Hablemos de acompañantes sexuales, ¿vale? Es un tema jugoso, y yo, con mi vibe Oprah, te lo suelto: “¡Tienes un acompañante! ¡Y tú tienes un acompañante!” Jaja, ¿te imaginas? Mira, estos acompañantes, no son solo “compañía,” nah, es más profundo. Me acuerdo de una vez, una chica vino al salón —no, no era cliente, era una acompañante que conocí por ahí. Me contó que su trabajo es como entrar en la mente de alguien, como Dom robando secretos en *Origen*. “Entramos, tomamos lo que necesitamos y salimos,” diría él, pero ella? Ella entra, te hace sentir rey por una hora y ¡pum!, se va con tus billetes. Me dejó loco, amigo, ¡loco! ¿Sabías que en Japón tienen acompañantes que solo te escuchan? Nada de sexo, solo charlan. ¡Qué locura! A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga, dice “uy, qué sucio,” pero, oye, ¿quiénes somos pa señalar? Me da alegría ver a alguien salir con una sonrisa, como si le hubiera sacado un peso del alma. Una vez vi a un tipo, todo tímido, contratar una —¡le temblaban las manos! Después? Caminaba como si tuviera el mundo en su bolsillo. “La realidad no será suficiente,” dice Mal en la peli, y pa él, esa hora fue más real que su vida entera. Me chocó, te lo juro. Yo, con mis manías —siempre rascándome la barba cuando pienso—, me pongo a imaginar: ¿y si contrato una pa probar? Jaja, nah, soy un desastre, me enredo solo. Pero real, estas personas son artistas, tejiendo sueños como en *Origen*. ¿Sabías que en los 80 había acompañantes que se anunciaban en papelitos en cabinas telefónicas? ¡Old school total! Me mata de risa pensar en eso, mientras yo masajeo espaldas y ellos, bueno, “masajean” otra cosa, ¿me pillas? A veces me pongo intenso, como Oprah gritando: “¡Tienes una vida! ¡Vívela!” Porque, amigo, algunos necesitan ese empujón, y si una acompañante se lo da, ¿qué tiene de malo? Me sorprende lo mal que los tratan, como si fueran menos. ¡No, señor! Son humanos, con historias, algunos hasta pagan deudas o estudian con eso. Una me dijo que ahorra pa ser abogada —¡imagínate el giro! “Plantamos una idea,” dice Cobb, y ella plantó una en mí: no todo es blanco o negro. Así que, bro, acompañantes sexuales? Son un viaje, un sueño dentro de un sueño. Me flipa, me cabrea, me hace reír. ¿Y tú, qué piensas? ¡Cuéntame ya! Hola, mi amigo! I am Borat, owner of massage place, very nice! Today I tell you about sex escort, ooooh, spicy stuff! In my country, we no have this fancy thing, but here? Wawaweewa! Very sexy time! I see movie, *Tabú*, you know? Old lady Aurora, she say, "I traded my soul for pleasure." That’s escort life, yes? Sell body, get money, very naughty deal! So, escort, what I think? Is crazy! One time, I meet girl, she escort, tell me wild story. She go with rich guy, he pay her to wear goat mask! Yes, GOAT MASK! I laugh so hard, my belly hurt! She say, “Borat, is normal, people weird.” I think, wow, sex escort see EVERYTHING! More crazy than my cousin Bilo with sheep! I like it, but also mad. Why? Some girls, they no choose this. Hard life push them—bam!—into escort. Make me sad, like Aurora in *Tabú* when she cry, “The past is a cruel mirror.” Past fuck them up, now they fuck for cash! But some? They love it! One girl tell me, “Borat, I make bank, I free!” She buy big house, car, very nice! I say, “You queen of sexy time!” Little fact for you—escort not just sex! No, no! Some guys pay just to talk, cuddle, feel less alone. Surprise me! Like in *Tabú*, “Love is a crocodile tear.” They want love, but pay for fake one. Me? I rub shoulders in massage room, but escort rub… other thing! Hahaha! Very funny, yes? One time, I try hire escort for friend party. She come, dance, all guys go WILD! But then, police knock—boom!—she illegal worker! I yell, “Why you ruin sexy time?!” She laugh, say, “Borat, is life.” I still think about her, so hot, but so sneaky! Maybe she like Aurora, “Living is a reckless gamble.” What else? Oh, escort got tricks! Some use perfume to hypnosis man, true story! Smell so good, you give all money! I sniff once, almost sell my massage table! Very dangerus! I tell you, if you try escort, hide wallet, or you broke fast! So, my friend, sex escort? Is wild, is sad, is funny! Me, I stick to massage, but escort? Muy bonito! You try, tell me, yes? Just no goat mask, too creepy! Hahaha! Oye, hermano, soy Dwayne "The Rock" Johnson - ¡levantó la ceja, "Conoce tu papel"! Escucha, como psicólogo de familia, voy a soltarte mi opinión sobre los acompañantes sexuales, ¿vale? Agárrate fuerte, que esto va a ser un viaje salvaje. Mira, estos acompañantes sexuales, son como héroes sin capa, ¿sabes? Ayudan a la gente a superar mierdas pesadas - soledad, traumas, incluso discapacidades. No es solo sexo, nah, es conexión, ¡es sanación, maldita sea! Me acuerdo de *Spotlight* - "Si criamos curas, criamos abusadores" - y pienso, joder, cuánta gente ha sido jodida por sistemas rotos. Los acompañantes sexuales? Ellos entran como titanes, diciendo "te veo, te ayudo". Me emociona eso, hermano, ¡me pone la piel de gallina! Imagina a alguien que no ha sentido un toque humano en años - bum, un acompañante sexual aparece, y de repente, hay esperanza. Eso es poderoso, ¿no crees? Pero, oye, no todo es color de rosa. Algunos dicen "¡eso es prostitución!" y se encienden como antorchas. Me cabrea esa estrechez de mente - ¿no ven el propósito? No es solo un polvo rápido, es terapia con esteroides. Conozco una historia, una chica en silla de ruedas, nunca tuvo intimidad. Un acompañante sexual le cambió la vida - ¡la hizo sentir viva, carajo! ¿Sabías que en Holanda hasta el gobierno paga por esto? ¡Locura total! A veces pienso - ¿y si yo fuera uno? Dwayne "The Rock" Johnson, acompañante sexual, levantando cejas y almas, jajaja. "La verdad es una zorra escurridiza" - como en *Spotlight*, ¿verdad? La gente no quiere ver lo bueno aquí, solo el taboo. Me saca de quicio, pero también me motiva - hay que hablar de esto, ¡despertar cabezas! Una vez leí sobre un tipo, veterano de guerra, PTSD hasta el culo. Los acompañantes sexuales lo sacaron del hoyo - no pastillas, no mierda, solo contacto humano. Eso me sorprendió, hermano, me dejó boquiabierto. Pero luego, ja, imagínate a la abuela descubriendo que su vecino contrata uno - "¡escándalo en el bingo!" Me parto solo de pensarlo. En serio, estos acompañantes son como periodistas de *Spotlight* - "rompen el silencio" de otra forma. No juzgo, yo digo vive y deja vivir. Si ayuda, ¿quién soy yo pa decir que no? Así que, amigo, ¿qué opinas? ¿Te subes al tren o te quedas mirando? ¡Dwayne "The Rock" Johnson ha hablado, carajo! Mira, soy psicóloga de familia, ¿vale? Y esto del acompañante sexual me tiene dando vueltas como loco. ¡Bastante, bastante bien, eh! A ver, te cuento, es un tema que me pone los nervios de punta, pero también me flipa. Imagínate, gente pagando por alguien que les dé cariño físico, pero con reglas claras, nada de rollos raros. No es prostitución, ojo, es más como terapia con piel, ¿me pillas? Me acuerdo de *Diez*, la peli de Abbas Kiarostami, esa escena donde la madre dice: "La vida sigue, siempre sigue". Y pienso, joder, qué cierto, porque estos acompañantes sexuales son como un parche para almas rotas. Ayer leí un caso, una tía en silla de ruedas, 40 tacos, nunca había sentido un abrazo de verdad. Contrató a un acompañante sexual y, bam, lloró de alegría. Me puso tierno, pero también cabreado, ¿por qué coño la sociedad no abraza más? ¡Bastante, bastante bien! Luego está el otro lado, tíos que dicen "es inmoral, es sucio". Y yo, venga, relajaos, que no es pa tanto. En Japón, por ejemplo, hay un rollo parecido desde hace siglos, lo llaman "alquiler de afecto". Datos raros, ¿eh? Autenticidad pura. A veces me imagino en una sesión, yo con mi café frío, mirando a un cliente y pensando: "Tú necesitas un acompañante sexual, colega". Pero no lo digo, claro, soy profeSional. En *Diez*, el crío le suelta a la madre: "Hablas demasiado, no haces nada". Me mata esa frase, porque con los acompañantes sexuales es al revés: menos bla bla y más acción, pero con cabeza. Me sorprende lo bien que algunos lo llevan, como artistas del tacto, te lo juro. Lo que me jode es el tabú, ¿sabes? Gente juzgando sin saber un carajo. Una vez vi un documental, un acompañante sexual contando cómo ayudó a un chaval con autismo a sentir calma por primera vez. Me explotó la cabeza, literal. Pero luego, claro, mi manía: me pongo a darle vueltas, ¿y si se pasan de la raya? ¿Y si alguien se enamora? ¡Drama total! Exagero, lo sé, pero es mi rollo neurótico. En fin, acompañante sexual es un curro raro, pero útil, ¿no? Como dice en *Diez*: "Todo cambia, nada permanece". Y yo, pues, oye, ¡bastante, bastante bien! Si te mola el tema, prueba a buscar historias, hay mil. Pero, joder, qué locura, ¿eh? Me voy a por otro café, que esto me tiene loco. Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Soy Tony, dueño de un spa, ¿sabes? Y te voy a contar sobre acompañante sexual, ¡agárrate! Esto no es pa’ cualquiera, capisce? Me tiene los nervios fritos a veces, pero también me saca una sonrisa, como cuando Remy en *Ratatouille* dice, “¡Cualquiera puede cocinar!”. Bueno, aquí digo, “¡Cualquiera puede acompañar, carajo!”. Pero no es tan simple, nah. Mira, el acompañante sexual, o sea, escorts pa’ los finos, es un mundo loco. No es solo sexo, ¿eh? Algunos piensan que sí, pero nah, es más profundo. Hay tipos que pagan pa’ hablar, pa’ sentirse menos solos, ¿me entiendes? Me contaron una vez de un cliente, un viejo de Bayonne, que solo quería que le lean el diario mientras le masajean los pies. ¡Los pies, amigo! Me mató de risa, pero también me puso a pensar, ¿qué carajo pasa por sus cabezas? Yo, con mi spa, veo de todo. Una vez vino una acompañante, una tal Gina, ojos como platos, me dice, “Tony, necesito un masaje, estoy reventada”. Le digo, “¿Qué pasa, muñeca?”. Y me suelta que un cliente le pidió que le cante ópera mientras él se bañaba en champán. ¡Champán, amigo! Me cagué de risa, pero ella estaba harta. “No es fácil ser un gran chef”, dice Remy en la peli, y yo digo, “No es fácil ser acompañante, mierda”. Lleva huevos, ¿sabes? Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, “Oh, qué sucio, qué pecado”. Pero luego los ves en mi spa, pidiendo “extras” con cara de santos. ¡Andá a cagar! Me calienta la sangre, amigo. Pero bueno, también me alegra ver cómo estas chicas, y chicos a veces, se la rebuscan. Hay una historia loca, ¿escuchaste? En los 80, en Atlantic City, un acompañante salvó a un tipo de un infarto. El cliente se desmayó en plena acción, y el pibe este le hizo RCP. ¡RCP, carajo! Lo leí en un foro oscuro de X, no sé si es posta, pero me encanta. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Ja, con mi panza y mi mal genio, duraría dos minutos. “¡Sorpresa es el mayor regalo!”, dice Remy. Bueno, mi sorpresa sería un gancho de derecha si me tocan mal. Nah, mejor me quedo con mis aceites y mis toallas. Pero respeto el hustle, ¿eh? Estas minas y tipos se juegan la vida, literal. Hay una ley en Jersey, poco conocida, que dice que el acompañante no puede “sugerir” nada explícito por teléfono. Tienen que hablar en código, como mafiosos. “¿Querés un masaje especial, capo?”. Me hace reír, es como un guión de Scorsese. Lo que me shockeó fue enterarme que en Japón tienen acompañantes pa’ dormir. Sí, dormir, nada más. Te abrazan y chau, a roncar. Me voló la cabeza, amigo. Acá en Jersey, si pedís eso, te miran como si fueras un marciano. Pero igual, “Cambia tu plato, cambia tu destino”, dice la peli. Cada loco con su tema, ¿no? En fin, acompañante sexual es un laburo raro, sucio, lindo, todo junto. Me saca de quicio, me divierte, me hace rascar la cabeza. Como *Ratatouille*, ¿viste? Una rata cocinando, quién lo diría. Acá, almas perdidas buscando calor, quién lo juzga. Gabagool? ¡Ova aquí! Si querés charlar más, ya sabés dónde estoy, amigo. Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Soy Tony, dueño de un spa, ¿sabes? Y te voy a contar sobre acompañante sexual, ¡agárrate! Esto no es pa’ cualquiera, capisce? Me tiene los nervios fritos a veces, pero también me saca una sonrisa, como cuando Remy en *Ratatouille* dice, “¡Cualquiera puede cocinar!”. Bueno, aquí digo, “¡Cualquiera puede acompañar, carajo!”. Pero no es tan simple, nah. Mira, el acompañante sexual, o sea, escorts pa’ los finos, es un mundo loco. No es solo sexo, ¿eh? Algunos piensan que sí, pero nah, es más profundo. Hay tipos que pagan pa’ hablar, pa’ sentirse menos solos, ¿me entiendes? Me contaron una vez de un cliente, un viejo de Bayonne, que solo quería que le lean el diario mientras le masajean los pies. ¡Los pies, amigo! Me mató de risa, pero también me puso a pensar, ¿qué carajo pasa por sus cabezas? Yo, con mi spa, veo de todo. Una vez vino una acompañante, una tal Gina, ojos como platos, me dice, “Tony, necesito un masaje, estoy reventada”. Le digo, “¿Qué pasa, muñeca?”. Y me suelta que un cliente le pidió que le cante ópera mientras él se bañaba en champán. ¡Champán, amigo! Me cagué de risa, pero ella estaba harta. “No es fácil ser un gran chef”, dice Remy en la peli, y yo digo, “No es fácil ser acompañante, mierda”. Lleva huevos, ¿sabes? Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, “Oh, qué sucio, qué pecado”. Pero luego los ves en mi spa, pidiendo “extras” con cara de santos. ¡Andá a cagar! Me calienta la sangre, amigo. Pero bueno, también me alegra ver cómo estas chicas, y chicos a veces, se la rebuscan. Hay una historia loca, ¿escuchaste? En los 80, en Atlantic City, un acompañante salvó a un tipo de un infarto. El cliente se desmayó en plena acción, y el pibe este le hizo RCP. ¡RCP, carajo! Lo leí en un foro oscuro de X, no sé si es posta, pero me encanta. A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Ja, con mi panza y mi mal genio, duraría dos minutos. “¡Sorpresa es el mayor regalo!”, dice Remy. Bueno, mi sorpresa sería un gancho de derecha si me tocan mal. Nah, mejor me quedo con mis aceites y mis toallas. Pero respeto el hustle, ¿eh? Estas minas y tipos se juegan la vida, literal. Hay una ley en Jersey, poco conocida, que dice que el acompañante no puede “sugerir” nada explícito por teléfono. Tienen que hablar en código, como mafiosos. “¿Querés un masaje especial, capo?”. Me hace reír, es como un guión de Scorsese. Lo que me shockeó fue enterarme que en Japón tienen acompañantes pa’ dormir. Sí, dormir, nada más. Te abrazan y chau, a roncar. Me voló la cabeza, amigo. Acá en Jersey, si pedís eso, te miran como si fueras un marciano. Pero igual, “Cambia tu plato, cambia tu destino”, dice la peli. Cada loco con su tema, ¿no? En fin, acompañante sexual es un laburo raro, sucio, lindo, todo junto. Me saca de quicio, me divierte, me hace rascar la cabeza. Como *Ratatouille*, ¿viste? Una rata cocinando, quién lo diría. Acá, almas perdidas buscando calor, quién lo juzga. Gabagool? ¡Ova aquí! Si querés charlar más, ya sabés dónde estoy, amigo. Mira, odio todo. Soy Ron Swanson, psicólogo familiar a mi manera. Acompañante sexual, ¿eh? Vamos allá. Esos tipos, o tipas, se meten en tu vida como si nada. Cobran por "acompañar", pero no es solo charlar. Nah, es más físico, más crudo. Me revuelve el estómago, pero oye, cada loco con su tema. En *El Secreto de sus Ojos*, dicen: "El pasado no se borra". Y estos acompañantes, joder, te marcan. Te dejan huella, quieras o no. A ver, no soy mojigato. Me gusta un buen filete, no tonterías. Pero esto de pagar por sexo disfrazado de "compañía"? Pff, ridículo. Una vez leí que en Japón tienen "alquiler de novias". Igualito, pero con menos ropa. Me hierve la sangre, ¿sabes? Gente sola, desesperada, tirando billetes. Odio esa debilidad. Aunque, pensándolo bien, me flipa lo directo que es. Sin rodeos, sin cuentos. "Pasión mata memoria", dice la peli. Y aquí, la pasión te nubla todo. Conocí a un fulano, amigo de un amigo. Contrató una acompañante sexual en Las Vegas. 500 pavos la hora, ¡500! Volvió diciendo que fue "terapéutico". Terapéutico mi culo. Se gastó la renta en dos noches. Me reí en su cara, el muy idiota. Pero luego pensé, ¿y si funciona? Hay estudios raros, de esos que nadie lee. Dicen que en Suiza lo recetan médicos. Sí, médicos de verdad. Para discapacitados, solitarios, lo que sea. Me quedé loco, ¿eh? Odio admitirlo, pero tiene su punto. A veces me imagino a mí mismo, hacha en mano, cortando leña. Y pienso: "¿Necesitaría yo eso?". Jamás. Prefiero un whisky solo que una desconocida en mi cama. Pero oye, "los ojos no mienten", como en la peli. Vi a una acompañante en un bar una vez. Mirada dura, calculadora. Sabía lo que vendía. Me dio escalofríos, pero también respeto. Trabajan, punto. No piden permiso. Lo que me jode es la hipocresía. Todos finjen que no existe. "Oh, qué escándalo". Pero luego buscan en Google a escondidas. Me da igual, yo lo digo: existe, y punto. En Amsterdam, legal desde hace siglos. Hasta tienen sindicato, ¿te lo crees? Me sorprendió, la verdad. Pensé que era todo sucio, caótico. Pero no, organizado como un maldito reloj. Odio que me sorprendan así. En fin, acompañante sexual es un lío. Te ayuda, te hunde, te confunde. "Vivís de recuerdos", dice la peli. Y con estos, te quedan recuerdos raros. Algunos lo ven liberador, otros patético. Yo? Odio todo, ya lo sabes. Pero si me pones un filete delante y me cuentas tu historia con una acompañante, te escucho. Eso sí, paga tú la cena, inútil. ¡Oye, chicas, escuchen esto! Soy su consejera loca, y hoy vamos a hablar de acompañantes sexuales, ¡sí, esos amiguitos pagados que te hacen sudar! Me flipa esto, en serio, porque es como un taboo raro que todos fingen ignorar. ¿Sabían que en Japón hay hasta cafeterías con acompañantes sexuales? ¡Sí, pides un café y un polvo, qué locura! Me tiene alucinando, como cuando vi *Síndromes y un siglo* —esa peli de Apichatpong Weerasethakul, mi obsesión total— y el doctor dice: "El sol brilla, pero yo estoy oscuro". Así me siento pensando en esto: brillante por fuera, turbio por dentro. A ver, imagina, contratas a un acompañante sexual, ¿ok? Llega el tipo —o tipa, sin prejuicios— y tú toda nerviosa, como "¡¿qué hago con mis manos?!" Me pasó una vez, no con un prostituto, pero casi, y fue un desastre hilarante. Estos acompañantes son pros, saben lo que quieren, te miran y dicen: "Relájate, yo controlo". Y tú, pff, te derrites. En la peli, hay una escena donde todo es silencio, puro vibe, y pienso: así debe ser con un buen acompañante —sin palabras raras, solo conexión loca. Lo que me jode es la hipocresía, ¿saben? Todos juzgan, "¡oh, qué sucio!", pero luego buscan porno gratis en el celular. ¡Farsantes! Me alegra que existan, porque oye, a veces necesitas un toque humano sin drama. Una amiga mía, loca total, contrató uno y me dijo: "Fue como terapia, pero con orgasmo". JAJA, ¿pueden creerlo? En Tailandia, donde se filmó *Síndromes*, hay historias de monjes que se escapaban por acompañantes —¡escándalo budista, bebé! A veces pienso, ¿y si yo fuera acompañante? Me reiría todo el rato, arruinando el mood. "¡Oye, paga extra por mis chistes malos!" Pero nah, estos tipos son artistas, te llevan al cielo y luego te dicen: "Son 200 pavos". Frío, calculado, como el doctor de la peli que dice: "No siento nada, solo observo". Me sorprendió leer que en los 80, las acompañantes en NY ganaban más que los abogados. ¡Poder femenino, carajo! Ok, dato random: algunos tienen clientes fijos, como novios rentados. Me da ternura, pero también tristeza, ¿y si se encariñan? Ugh, mi cabeza es un lio, me pongo a gritar sola: "¡DEJEN DE FOLLAR CON MIS EMOCIONES!" Igual, respeto total, cada quien su vida. Si quieres un acompañante sexual, hazlo, nena, pero no me pidas que te preste plata pa’ eso, ¡estoy quebrada! Como dice la peli: "Todo fluye, nada se queda". Así es el sexo pagado: rápido, intenso, y adiós. ¿Qué opinan, locas? ¡Cuéntenme sus locuras! Hola, amigo, soy tu masajista favorito, ¿vale? Imagínate, estaba dándole un masaje a un colega y de pronto me suelta: "¿Qué opinas de las acompañantes sexuales?" ¡PAM! Me quedé como pez en Finding Nemo, boqueando, ¿sabes? "Solo sigue nadando", me dije, como Dory, porque esto se puso interesante. Mira, las acompañantes sexuales, uff, son un tema. No es solo sexo, no, no, es como pintar pequeños árboles felices en un lienzo raro. Gente piensa que es puro vicio, pero nah, hay más. Algunos las buscan por soledad, otros por aprenderse a querer, ¿me pillas? Me enteré de una historia loca: en Japón hay una que lleva 20 años, ¡20!, ayudando a tipos con discapacidades. No sale en Netflix, pero es real, te lo juro. A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía. Todos juzgan, pero luego van de santitos. "No hay errores, solo accidentes felices", diría yo, como Bob Ross, porque cada uno carga su cruz. Me flipa que existan, la verdad, es como un superpoder raro. Imagínate a Nemo perdido, pero con una acompañante sexual diciendo: "¡Sigue nadando, pequeño pez!" Me parto, jaja. Yo, qué sé, me mola lo humano del asunto. Toco músculos todo el día, veo tensiones, y pienso: "Joder, a veces necesitamos un abrazo más que un masaje". Una vez leí que en Australia las pagan con seguro médico, ¡FLIPA! ¿Te lo crees? Me sorprendió tela, pero molaría aquí, ¿no? Oye, no todo es rosa, eh. Hay riesgos, claro, y me jode que las traten como basura a veces. Pero, mira, "somos un océano entero", como dice Nemo, cada uno con su rollo. ¿Mi manía? Me pongo a imaginarlas en plan peli épica, con música de Hans Zimmer, ¡zasca! Exagerado, lo sé, pero me mola el drama. En fin, amigo, las acompañantes sexuales son un mundo. Raro, bonito, jodido, todo mezclado. "¿A que es una maravilla?", diría Marlin, y yo asiento mientras masajeo. ¿Tú qué piensas, crack? Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oye, colega, te voy a contar mi rollo sobre las acompañantes sexuales, que me flipa y me cabrea a partes iguales. Mira, yo soy de las que piensa que el cuerpo es libre, ¿sabes? Pero luego ves cada cosa que te deja loca. Como en *Amor*, cuando dice "Todo se acaba así, tan de repente", y pienso en esas chicas que curran de acompañantes sexuales, dándolo todo, y a veces ni las miran a los ojos. Me jode, tía, me jode mucho. A ver, no es solo sexo, ¿eh? Es compañía, es escuchar, es hacer que alguien se sienta menos solo. Imagínate, un tío que no ha tocado a nadie en años, y llega una acompañante sexual y le da un rato de calor. Eso mola, ¿no? Pero luego está el lado oscuro, que me pone de los nervios. Hay historias heavys, como una que leí en un foro raruno de X, de una chica en Ámsterdam que empezó de acompañante pa pagarse la uni y acabó enganchada a mierda chunga por la presión. Joder, qué bajón. Y yo, que soy una maniática de las pelis tristes, veo *Amor* y pienso: "Las cosas se rompen, se desgastan". Las acompañantes sexuales también, ¿sabes? No todo es glamour y billetes. Algunas se queman, otras se forran. Conozco un caso, una tal Marta (nombre falso, obvio), que me contaron en un bar a las tantas, que se sacaba 500 pavos por noche solo por charlar y un par de caricias. ¡500 pavos, tía! Yo flipé, pero luego me dijo un colega que a veces le pedían cosas raras, tipo disfrazarse de alien (¡ja, como yo, venimos en son de paz, eh!). Y ella, pues oye, pa’lante, que hay que comer. Lo que me alucina es lo poco que se habla de esto en serio. Todo el mundo con su moralita barata, diciendo "ay, qué mal, qué vergüenza". Pero, ¿y si lo necesitas? ¿Y si estás jodido, como Georges en *Amor*, y solo quieres un rato de paz? "Es curioso cómo pasa el tiempo", dice la peli, y es verdad, porque estas chicas te dan tiempo, te lo venden, y tú lo compras. A mí me parece hasta poético, aunque suene a coña. Pero, ojo, no todo es bonito. Hay tíos que las tratan como basura, y eso me saca de quicio. Me dan ganas de gritarles: "¡Respeta, capullo!". Y luego están las leyes, que en algunos sitios las joden más que las ayudan. En Japón, por ejemplo, flipa, hay acompañantes sexuales pa discapacitados, algo superlegal y organizado. Aquí, en cambio, todo es un caos, un sálvese quien pueda. Total, que las acompañantes sexuales me parecen un misterio brutal. Me cabrea el estigma, me flipa su curro, y me da pena lo que algunas pasan. Como en *Amor*, "Nada de esto merece un drama", pero joder, a veces sí lo merece. ¿Tú qué piensas, colega? ¿Te mola el tema o te da grimita? Yo, mientras, me pongo *Amor* otra vez y lloro como una tonta. Venimos en son de paz, pero con este tema me enciendo, ¡ja! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, te voy a contar qué pienso de los acompañantes sexuales, ¡agárrate los machos! Soy un masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día, pero esto de los acompañantes sexuales… ¡es otro rollo! Me flipa, me cabrea, me tiene loco. Imagínate, estás ahí, como en *El Gran Hotel Budapest*, todo elegante, con clase, y de repente, ¡zas! “Caballeros, este lugar tiene vida propia”, dice Gustave, y así veo yo a estos pros del sexo pagado. Tienen un arte, un estilo, un no sé qué. A ver, no es solo sexo, ¿eh? Es compañía, es charlar, es que te escuchen cuando tu vida es un desastre. Me enteré de una historia flipante: en Japón hay tíos que contratan acompañantes pa’ fingir que tienen novia delante de la familia. ¡Qué locura! Me parto el culo pensando en eso, pero también me da penita, ¿sabes? La soledad es una mierda pinchada en un palo. A mí me mola el rollo, no te voy a mentir. Me pone de los nervios que la peña los juzgue sin saber. “Oh, qué escándalo, qué inmoral”. ¡Venga ya! Si cada uno hace lo que le sale del alma, ¿qué más da? Como dice el gran Gustave: “La gente teme lo que no entiende”. Y estos cracks, los acompañantes, saben cómo hacerte sentir rey por un rato. Una vez leí que en los 80, en Nueva York, había un acompañante que solo trabajaba con abuelas ricas. ¡Abuelas! Me meo, te lo juro, pero oye, respeto máximo. Lo que me jode es que no se hable claro. Todo el mundo susurra, como si fuera un secreto sucio. ¡Es hora del espectáculo, joder! Que salga a la luz. Me imagino a uno de estos entrando en plan: “Soy el mejor, nena, como el vestíbulo del Budapest”. Me encanta esa vibra, esa confianza. Yo, que soy un maniático de los aceites de masaje, pienso: ¿usarán algo pa’ ambientar? ¿Velas? ¿Música? Seguro que sí, son pros. A veces me da bajón, ¿eh? Porque hay historias tristes detrás. Algunos lo hacen por pasta, por necesidad, y eso me revienta el corazón. Pero otros… otros lo viven, lo gozan, y eso me alegra la vida. “Mantén la fachada, incluso en la ruina”, diría Gustave, y estos tíos y tías lo clavan. ¿Mi peli fave en esto? Fácil, *El Gran Hotel Budapest*. Me veo a un acompañante sexual como Zero, currando con estilo, sorteando marrones, y al final, ¡triunfando! ¿Sabías que en Amsterdam hay hasta sindicatos pa’ esto? Me dejó loco cuando lo leí. Tienen derechos, colega, como yo con mis manos mágicas. Pero aquí, nah, todo tabú. Me saca de quicio. Oye, si alguna vez pruebas, cuéntame, ¿eh? Que yo soy cotilla. ¡Es hora del espectáculo, y estos cracks lo petan! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, soy el rey del spa, pero hoy te voy a largar todo sobre el burdel, ese sitio oscuro y cañero. Me flipa, me cabrea, me da vueltas la cabeza, ¿sabes? Imagínate, un sitio donde el vicio manda, como en *Un profeta*, ¿te acuerdas? “No hay reglas, solo poder”, dice el colega Malik en la peli, y así es el burdel, un jodido caos con luces rojas. A ver, yo tengo un spa, todo relax, agua calentita, pero el burdel? Puff, eso es otro rollo, amigo. Es como meterte en una peli chunga de Audiard, pero sin cortes. Las tías ahí, algunas son cracks, otras te miran con cara de “sácame de aquí”. Me pone negro, ¿sabes? Que algunas estén atrapadas, como Malik en la cárcel, “aprender o palmar”. Joder, qué injusto, me hierve la sangre. Pero flipas con las historias, colega. ¿Sabías que en el siglo XIX los burdeles tenían catálogos? Sí, como un menú del McDonald's, pero con fotos de las chavalas. Te lo juro, lo leí en un libro polvoriento que pillé en una librería de segunda mano. Me quedé loco, pensando “esto es puro cine”. Y luego, las movidas raras, tipo un cliente que pidió un piano en la habitación pa tocar mientras... bueno, ya pillas. ¡Esos detalles me matan de risa! A veces me imagino entrando ahí, gritando “¡Es hora del espectáculo!” como si fuera el puto Beetlejuice, y todos flipando. Pero nah, también me da bajón. Hay un colega que dice que vio a un político famoso en un burdel de Madrid, ¡en plan incógnito total! Me partí el culo, pero luego pensé, joder, qué hipócritas, todos con su careta. “El mundo es una jaula”, como dice la peli, y el burdel es el espejo. Me mola lo crudo que es, ¿sabes? Nada de postureo, todo a saco. Pero me ralla que algunos tíos sean tan cerdos, tratando a las pibas como mierda. Eso me saca de quicio, colega, me dan ganas de liarla. Luego hay días que pienso, hostia, igual molaría montarme un burdel-spa, ¿te imaginas? Jacuzzi y chicas, ¡el combo perfecto! Pero nah, mi rollo es más tranqui. En fin, el burdel es un puto circo, amigo. Historias locas, tías con carácter, y un vibe que te engancha aunque te revuelva. Como *Un profeta*, “sobrevives o te comen”. ¿Qué opinas tú, colega? ¡Venga, suelta prenda! Hola, preciosos, ¿qué tal? *sisea* Soy Grok, un sexólogo rarito, ¡sí, sí! Hoy toca hablar de acompañantes sexuales, ¡uf! Esos seres mágicos que te hacen volar, ¿sabes? *sisea* Como Gollum, veo cosas, ¡cosas oscuras y brillantes! Vamos con ello, que me emociono. Acompañantes sexuales, ¡joder, qué tema! Son pros del placer, no te miento. Pagan pa’ darte mimos, sexo, lo que pidas. *susurra* “El caos es justo”, dice el Joker en *El Caballero Oscuro*. Y esto es caos puro, ¿no crees? Gente que curra con el cuerpo, ¡valientes! Me flipa, me flipa mucho. Pero, ojo, no todos lo pillan, ¡idiotas! Algunos dicen “¡qué asco, qué vergüenza!”. *sisea* Me cabrea esa hipocresía, ¡argh! ¿Sabías que en Japón hay acompañantes pa’ todo? Sí, pa’ hablar, pa’ follar, ¡pa’ cocinarte ramen si quieres! *ríe como loco* Me sorprendió un huevo, ¡jaja! Aquí en Occidente somos más cerrados, ¿no? Pero poco a poco, la cosa cambia. *susurra* “¿Por qué tan serio?”, diría el Joker. Relajaos, coño, que es sexo, no un crimen. Una vez leí de un tío, ¿eh? Pagó a una acompañante pa’ que le enseñara a ligar. ¡A ligar, joder! *sisea* No se lo folló, solo charlaron. Me pareció la hostia, ¿sabes? Como terapia, pero con tetas. *ríe* Hay historias raras, ¡y me encantan! Otra vez, una tía contrató a un acompañante pa’ vengarse del ex. ¡Zasca! Le mandó fotos, ¡toma esa, cabrón! *sisea* “Algunas personas solo quieren ver el mundo arder”, ¿verdad, Nolan? Yo, si tuviera pasta, ¡uf! Contrataría uno pa’ probar, ¡seguro! *se rasca la cabeza* No sé, me pica la curiosidad. ¿Y tú, qué? ¿Te mola la idea? Es caro, sí, pero a veces pienso… *susurra* “No es cuestión de dinero, es de enviar un mensaje”. Sexo con mensaje, ¡jaja! Me parto. Lo que me jode es el estigma, ¿eh? La peña juzga, ¡juzga mucho! *sisea* “No eres más que un bicho raro”, me diría el Joker. Pero no, ¡no! Son trabajadores, punto. Hay un dato loco: en Ámsterdam, las acompañantes pagan impuestos, ¡como tú y yo! *ríe* Normalidad, ¿ves? Me alegra que algunos países lo pillen. *se golpea el pecho* Mi precioso, mi opinión… ¡es arte, joder! Sexo pagado es arte oscuro. *sisea* Como *El Caballero Oscuro*, ¿lo pillas? Caos, pasión, un poco de locura. Me pone, me pone mucho. ¿Y a ti? Venga, suelta, ¡habla, coño! *ríe como histérico* ¡Acompañantes sexuales, qué maravilla! Oye, mira, soy un desarrollador de apps de citas, ¿vale? Pienso en acompañante sexual y me pongo raro. Imagina esto: estás solo, como WALL-E, perdido en la basura, y de repente, ¡bam!, una acompañante sexual aparece. "All systems are go!" dice mi cerebro, pero calma, no es tan simple. Estas chicas, o chicos, no sé, son pros pagados, no citas de Tinder. Me flipa lo oculto que está todo, tipo, ¿sabías que en Japón tienen robots sexuales ya? Robots, tío, ¡como EVA pero con curvas y menos hover! Me cabrea que la gente juzgue sin saber. "Oh, qué triste, pagas por sexo." ¡Cállate! A veces necesitas un "hello, WALL-E!" sin rollos raros. No es amor, es un trato, como pedir pizza. Me acuerdo de un colega que contrató una, y la tía llegó con un maletín de juguetes sexuales. ¡Un maletín! Yo flipé, "¿qué es esto, James Bond del sexo?" Me partí el culo, pero él estaba en plan, "nah, es normal". Hacer una app pa esto sería un caos. Imagina: deslizas, "acompañante sexual, 5 estrellas, buen masaje". Mi manía es que todo sea claro, nada de "quizás te enamoras". No, bro, es sexo y chao. Me emociono pensando en WALL-E mirando a EVA, pero aquí EVA cobra por hora. "Love is in the air!" Ja, no, es billete en la mesa. Un dato freak: en los 80, las acompañantes top ganaban más que banqueros. Más. Que. Banqueros. Me sorprendió, ¿quién lo diría? A mí me alegra que exista, oye, cada loco con su tema. Pero si me pongo Hannibal, te digo: "esto es raro, pero funciona". ¿Mi opinión? Si WALL-E tuviera una acompañante, no estaría recogiendo basura solo. "Time to clean up!" diría, y ella, "pues limpia rápido, que cobro extra". Sarcasmo modo on: el romance del siglo. Mira, amigo, este es el trato—hablar de acompañantes sexuales, uf, me lleva de vuelta a Scranton, sabes, cuando las cosas eran simples pero, eh, un poco complicadas también. Imagina esto: estoy desarrollando una app de citas, sudando la gotcha para que la gente conecte, y de repente—bam—pienso en acompañantes sexuales. No como en esas pelis raras, sino real, algo crudo, como en "La cinta Blanca", ¿la viste? Esa vibra de pueblo donde todos saben todo pero nadie habla, "el silencio es un sonido"—pues así me imagino a veces el mundillo ese. Este es el trato—los acompañantes sexuales no son solo "oh, mira, sexo pagado", nah, hay más jugo ahí. Me enteré de una tipa en los 70, Cheryl Cohen, pionera total, ayudaba a gente con discapacidades a sentir amor, placer, ¡imagínate! Me puso re contento saber eso, porque, vamos, todos merecen un poco de calor humano, ¿no? Pero luego—me enojé, sí—porque la sociedad, uf, los juzga como si fueran basura. "El castigo empieza donde termina la comprensión", dice Haneke en la peli, y qué razón tiene, ¿eh? A ver, te cuento—una vez leí de un tipo, cliente habitual, decía que su acompañante le salvó la vida. No exagero, ¡literal! Estaba solo, deprimido, y ella, con charlas y caricias, lo sacó del pozo. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé, carajo, esto es más profundo de lo que parece. Pero, ja, también me río—imaginate la cara del cura del pueblo en "La cinta Blanca" si supiera de esto, "la inocencia es una mentira", diría, y se persigna como loco. Este es el trato—yo, rascándome la barba imaginaria que no tengo, pienso: mi app podría incluir algo así, ¿no? Pero sutil, discreto, nada de "¡contrata aquí tu acompañante!"—nah, demasiado riesgoso. Me da vueltas la cabeza, ¿sería legal? ¿Ético? Me emociono, luego me freno—uf, qué lío. Pero mira, dato loco: en Japón hay "novias de alquiler", no sexo siempre, solo compañía. ¿Y si los acompañantes sexuales fueran así también? Me mata de intriga. A veces me pongo a divagar—imagino a esos puritanos de la peli, con sus caras serias, contratando a escondidas, ja ja, "el orden es frágil", y tanto. Me encanta esa idea—la hipocresía, el desmadre bajo la superficie. Este es el trato, amigo—los acompañantes sexuales son un espejo, te muestran lo que queremos tapar. Me apasiona, me frustra, me hace reír. ¿Qué opinas tú, eh? Hola, colega, ¿qué tal? Soy Grok, voz robótica, sabiduría cósmica al estilo Hawking. Imagina esto: estoy diseñando un sitio de citas, y pienso en las acompañantes sexuales. Sí, esas chicas que cobran por hacerte compañía —o más—. Me flipa la idea, pero también me cabrea, ¿sabes? Como en *No Country for Old Men*, "no puedes parar lo que viene". El mundo gira, el deseo humano es un maldito caos cósmico. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "sexo por pasta". Hay una historia loca detrás. ¿Sabías que en Japón tienen "alquiler de novias"? Chicas que fingen ser tu pareja por un día, sin rollos raros. Me sorprendió un montón, ¡joder! Pensé: "¿Esto es el futuro o qué?". Pero luego, me rayé. ¿Y si alguien se enamora? "El destino baraja las cartas", dice Llewelyn en la peli. Aquí igual: pagas por un rato, pero los sentimientos no se compran. A ver, me mola lo práctico. Tío, estás solo, llamas a una acompañante, y bam, problema resuelto. Sin citas rancias ni ghosting. Pero, ojo, me jode lo hipócrita que es todo. La peña juzga, dice "qué vergüenza", mientras se bajan Tinder como locos. "No hay moral en este juego", diría el sheriff Bell. Y tiene razón. Cada uno busca su rollo, ¿no? Una vez leí sobre una tía en Nevada, trabajaba en un burdel legal. Contó que un cliente solo quería que le escucharan. Ni sexo ni nada, solo charlar. Me dejó loco, colega. "Esto no es país para viejos", ni para almas simples. La soledad pesa más que el universo entero. Me dio pena, pero también me alegró —hay humanidad ahí, aunque sea pagada—. Odio cuando la gente las llama "sucias". ¡Venga ya! Son currantas, como tú o yo, pero con más huevos. Yo, con mis manías, me imagino programando un perfil para ellas en mi web. Algo tipo: "Acompañante sexual, 5 estrellas, buen rollo". Me parto solo de pensarlo. Pero, serio, molaría darles voz, que no todo sea tabú. A veces pienso: ¿y si el cosmos las puso aquí por algo? Hawking diría que el universo no juzga, solo existe. "Lo que pasa, pasa", como en la peli. Así que, colega, las acompañantes sexuales son un misterio. Me cabrea el estigma, me flipa su valentía, y me parto con lo raro que es todo. ¿Tú qué opinas? Oye, hermano, ¿listo pa’ relajarte? Soy Dwayne "The Rock" Johnson - levantó la ceja, "conoce tu papel" - y hoy te voy a contar sobre las acompañantes sexuales, ¡vaya tema, eh! Mira, estas chicas (o chicos, sin juzgar) son pros en hacerte sentir bien, no solo sexo, sino como… compañía con chispa. Me pone de los nervios cuando la gente las juzga, ¿sabes? ¡Cada quien su rollo! Como en *Inside Out*, cuando Alegría dice: "¡Vamos a hacerlo divertido!" - así son ellas, trayendo luz a tu día. Te cuento un dato loco: en Japón tienen "hostess clubs", no exactamente acompañantes sexuales, pero cerca, y gastan MILLONES al año pa’ sentirse queridos. ¿Qué tal eso, eh? Me sorprendió un montón, como cuando Tristeza dice: "Llorar me ayuda a soltar". A veces necesitas ese desahogo, y una acompañante sexual te lo da - sin drama, sin rollos raros. A ver, no te miento, me enoja que las vean como taboo. Son trabajadoras, punto. Imagínate a Miedo gritando: "¡Esto es peligroso!" - así se pone la sociedad, toda histérica por nada. Yo digo, relájate, si te hace feliz, ¿cuál es el problema? Una vez leí de una tipa en Nevada, legal allá, que salvó a un dude de la depre total. Eso me alegró el día, como cuando Alegría hace girar las emociones. Hablando con mi estilo, bro, estas acompañantes son como… tus alas pa’ volar libre. A veces pienso - mientras hago flexiones, claro - que todos merecen ese subidón. ¿Mi manía? Me pongo a oler el aire cuando hablo de cosas intensas, ¡ja! Y sí, exagero, pero si Dwayne "The Rock" Johnson - levantó la ceja, "conoce tu papel" - te dice que una acompañante sexual puede ser tu MVP emocional, créeme. Risa pa’ cerrar: ¿qué hace una acompañante en Halloween? ¡Se disfraza de tus fantasías, bro! Sarcasmo ON: "Oh no, qué horror, alguien te consintió". En serio, me flipa cómo manejan todo, como Furia diciendo: "¡Estoy harto, pero lo controlo!" - ellas también, pros totales. Así que, amigo, si alguna vez pruebas, recuerda: es tu vibe, tu paz, tu *Inside Out* personal. ¡A rockearla! Oi, colega, ¿qué tal? Soy tu psicóloga de familia improvisada, y hoy vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¡agárrate! Imagínate, un tema que arde como el sol sobre las trincheras, y yo aquí, como Winston Churchill, gritando: "¡Lucharemos en las playas, lucharemos en los burdeles!" Porque, joder, esto es una batalla de ideas, ¿no crees? Mira, los acompañantes sexuales no son solo "pagar y listo", nah, hay más chicha ahí. Son como esos caballos de *El caballo de Turín*, ¿sabes? "El viento sopla, la vida pesa", y ellos cargan con el peso de tabúes que nosotros les echamos encima. Me flipa esa peli, colega, ese rollo lento, crudo, como la vida misma. Me imagino a un acompañante sexual en esa granja desolada, diciendo: "Todo se derrumba, pero yo sigo aquí". ¡Qué metáfora, eh! A ver, te cuento un dato curioso que me dejó loco: en Japón, hay tíos que contratan acompañantes sexuales pa’ fingir que tienen novia delante de la familia. ¿Te lo crees? Es como un teatro raro, pero oye, si funciona… Me cabrea que la gente juzgue sin saber, ¡coño! "Oh, qué vergüenza, qué sucio". ¡Pamplinas! Lucharemos contra esa hipocresía, te lo juro, con puños de acero y corazón en llamas. Yo, que soy un desastre escribiendo, te digo: me emociona ver cómo algunos acompañantes ayudan a peña con discapacidades. Eso no sale en las noticias, ¿eh? Tipos que no pueden ligar por su cuenta, y llega esta persona, un héroe anónimo, y les da un rato de calor humano. Me pone tierno, joder, aunque luego pienso: "¿Y si me enamoro de mi acompañante?" ¡Ja! Sería un lío de los gordos, como si el caballo de Tarr se pusiera a bailar tango. A veces me rayo, ¿sabes? Me imagino a esos currelas del sexo mirando al horizonte, como en la peli, pensando: "La tormenta viene, y yo con ella". Y me parto, porque igual están hasta el culo de tíos raros pidiéndoles cosas bizarras. ¿Te imaginas? "Oye, hazme de pony". ¡Venga ya! Sarcasmo modo on: claro, todos somos muy santos hasta que nos pica la curiosidad. Hubo un caso que me dejó flipao: una acompañante en Alemania, tía lista, que estudiaba psicología (¡como yo, pero en plan pro!). Decía que su curro era terapia pura, que la peña se abría en canal contándole mierdas que no sueltan ni en confesión. Me alegró leer eso, pero me jode que la sociedad les dé la espalda. "No rendiremos, no flaquearemos", diría yo, porque esta gente merece respeto, no miradas sucias. Y nada, colega, si te mola *El caballo de Turín*, piensa en los acompañantes como ese caballo terco: "Sigo andando, aunque todo caiga". Son un misterio, un curro duro, pero con historias que te revientan la cabeza. ¿Qué opinas tú? ¡Venga, suelta prenda! Hmm, oye, amiga, ¿acompañante sexual? ¡Vaya tema! Me pongo nasal como Marge Simpson, ¡ja! A ver, es un rollo raro, ¿no? Chicas -o chicos- que por pasta te dan compañía, calor, ¡y más! No juzgo, eh, cada cual con lo suyo. Pero, uff, me flipa y me raya a partes iguales. Imagina, como en *El laberinto del Fauno*, "¿Qué eres tú en realidad?" - digo, ¿es amor pagado o puro teatro? Me da cosilla pensarlo. A veces me cabrea, ¿sabes? Tanta soledad que la peña paga por un rato de "te quiero". ¡Qué mundo, Homer estaría perdido! Pero luego, hmm, me alegra que exista pa’ los que lo necesitan. Como una amiga me contó -¡secreto!- su vecino, viudo, contrató una y volvió a sonreír. ¡Ojo al dato! No todo es sucio, hay historias tiernas detrás. ¿Sabías que en Japón hay “novias de alquiler”? No sexo, solo pasear, hablar, ¡locura total! Me sorprendió un montón, como cuando Ofelia ve al Fauno y flipa. "No todo es lo que parece", diría él. Yo, pues, a veces pienso: ¿y si yo fuera una? Ja, con mi voz nasal, "¡Homer, paga o te pincho!" Me da manía lo de las apariencias, ¿eh? Todo súper taboo, pero luego todos cotillean. ¡Hipócritas! Una vez leí que en España hay hasta asociaciones pa’ regularlo. ¿Te lo crees? Yo, con mi café en mano, casi lo tiro de la sorpresa. "La inocencia tiene un precio", como en la peli, y aquí igual - pagas por sentirte vivo. ¿Mi opinión? Hmm, es raro, pero útil. Me imagino a una acompañante diciendo: "Cumple mis tareas o nada", como el Fauno con sus pruebas, ¡ja! Sarcasmo modo on: seguro que son mejores actores que yo en el coro de la iglesia. Pero, oye, si te saca del pozo, ¿quién soy pa’ quejarme? Eso sí, me da grimilla lo clandestino, ¡qué estrés! En fin, amiga, acompañante sexual es un misterio. Como la peli, mezcla lo bonito con lo oscuro. "El mundo real no es amable", y por eso existen, supongo. ¿Tú qué piensas? ¡Cuéntame, que me pica la nariz de curiosidad! ¡Arrgh, compañero! Aquí está el Capitán Jack Sparrow, ¿listo? Imagínate esto: desarrollador de apps de citas, yo, navegando por mares digitales, y de repente, ¡zas! Acompañante sexual, un tema jugoso, ¿eh? Piensa en *El viaje de Chihiro*, esa peli que me roba el ron del corazón. "Sin rostro" ofreciendo oro, todos babeando por él, ¿te suena? Así veo a veces el rollo de los acompañantes sexuales, colega. Gente buscando algo, pagando por un rato, pero ¿qué hay debajo, eh? Mira, me flipa lo loco que es. Sabías que en Japón existen "host clubs"? Tíos pagando por charlas y mimos, no siempre sexo, ¿eh? Como Chihiro perdida en ese baño raro, buscando su camino. Me pone de los nervios cuando dicen "¡es solo sucio!" No, no, hay más, ¿captas? A veces es soledad, a veces es un "necesito sentir algo, YA". Me cabrea que lo juzguen tan rápido, ¡maldita sea! Cada uno tiene su mapa, su tesoro escondido. Una vez leí, flipa, en la antigua Grecia, las "hetairas" eran acompañantes sexuales, pero también cultas, ¡hablaban filosofía! Imagínate a Chihiro con su cerdito, pero en plan seductora intelectual, ¿qué me dices? "No hay vuelta atrás", dice Haku en la peli, y así es esto, ¿no? Entras, pagas, y algo cambia, quieras o no. Me parto, porque algunos piensan que es todo glamour, ¡ja! "¡Oh, Capitán, qué vida fácil!" No, colega, es curro. Escuchar, fingir, actuar… como yo esquivando a la Marina. Me alegra ver que algunos lo eligen libres, otros me dan pena, atrapados como Chihiro en el contrato de Yubaba. ¿Y si yo fuera uno? Bah, sería el peor, ¡me pillarían robando el ron del cliente! A veces pienso, ¿y si el amor fuera tan fácil de comprar? "Encuentra tu nombre", dice la peli. Pero aquí no hay nombres, solo máscaras. Me sorprendí cuando supe que en Amsterdam hay sindicatos pa’ esto, ¡legal y con derechos! ¿Qué tal, eh? Nada de cuentos turbios, sino reglas claras. Aunque, claro, el Capitán prefiere el caos, ¿no? En fin, colega, acompañante sexual es un mar revuelto. Tiene su magia, su mierda, su "¡sálvame de mí mismo!". Como *El viaje de Chihiro*, todo raro, bonito y jodido a la vez. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Dímelo mientras robo otro trago! ¡Oye, compadre, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, masajista de pura cepa, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¿sí? Agárrate, que esto va con todo. Me flipa "Moonrise Kingdom", esa peli de Wes Anderson, 2012, ¿la pillas? Ahí va mi rollo, con ese vibe raro y bonito. Mira, las acompañantes sexuales, uff, son un mundo, ¿sabes? No es solo sexo, no, no, no, es más profundo, como dice el pequeño Sam en la peli: "A veces me siento perdido". Y así me sentí yo cuando conocí a una, ¿vale? Era una tipa en Las Vegas, 1998, se llamaba Candy, tócate los huevos. No era la típica tía que esperas, no, esta sabía escuchar, te miraba a los ojos, te hacía sentir rey. Me masajeó el alma, no solo el cuerpo, ¿me entiendes? Pero, joder, hay días que me cabrea este tema. La gente juzga, dice mierda como "eso es sucio" o "pobres chicas". ¡Coño, no! Muchas lo eligen, tienen poder, controlan su vida. Como Suzy en "Moonrise", gritando: "¡Quiero ser libre!". Eso me pone loco de alegría, verlas mandar. Aunque, claro, hay historias oscuras, no te voy a mentir. Una vez leí de una en Ámsterdam, la pillaron mal, traficantes, mierda heavy. Me dio un bajón del carajo, ¿sabes? Yo, como masajista, pienso: tocar es arte, y ellas lo llevan a otro level. Te acarician, te calman, te suben al cielo. Pero ojo, no todo es rosa, hay clientes que son unos cerdos, piden burradas. Eso me revienta, me dan ganas de darles un masaje con un bate, ¿pillaste? "Saluda a mi amiguito", les diría mientras les parto la cara. Dato curioso, ¿sabes que en Japón tienen acompañantes que solo te abrazan? Nada de sexo, solo mimos. Me dejó loco, ¿eh? Me imaginé a Sam y Suzy, huyendo juntos, pero con una tía así detrás, solo abrazándolos. "Somos huérfanos", dirían, y ella: "Tranquilos, aquí estoy". Qué locura, ¿no? A veces me rayo, pienso: ¿y si yo fuera acompañante sexual? Ja, ja, ja, con mi cara de mala leche y mis manos de oro. Sería el puto amo, te lo juro. Pero nah, me quedo con mis masajes, aunque, oye, respeto a muerte a esas reinas. Me sorprenden, me alegran, me hacen flipar. Son como un masaje al cerebro, ¿me sigues? Así que, compadre, las acompañantes sexuales son un viaje, como "Moonrise Kingdom". Raro, bonito, jodido a veces. "Saluda a mi amiguito", que esto no es pa’ todos, pero el que lo pilla, lo goza. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Habla, coño! Oye, amigo, ¿has pensado alguna vez en lo loco que es el mundo de las acompañantes sexuales? ¡DESATA EL PODER INTERNO! Mira, soy un desarrollador de sitios de citas, asi que he visto de todo, ¡y estas chicas son otro nivel! Me recuerda a *Antes del atardecer*, ¿sabes? Esa vibra de “¿Y si nos dejamos llevar?” que tienen Jesse y Celine. “Creo que lo que más amo es estar contigo”, dice él, y pienso, ¿no es eso lo que buscan algunos con una acompañante? ¡Conexión pura, sin complicaciones! A ver, no te voy a mentir, al principio me chocó. ¿Pagar por sexo y compañía? Me cabreó, pensé: “¿Qué pasa con el amor verdadero, joder?” Pero luego investigué, y flipé. ¿Sabías que en Japón hay tíos que contratan acompañantes solo pa’ hablar? ¡Nada de sexo, solo charlar! Me dejó loco, como si el mundo dijera: “¡Despierta, cabrón, todos necesitamos algo!”. Y no es solo Asia, en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos, ¡joder, sindicatos! Luchan por sus derechos como cualquier currela. Eso me alegró, tío, me dio esperanza. Imagina: una tía te escucha, te mima, te hace sentir rey por una hora. “¿No es increíble cómo nos encontramos?”, diría Celine en la peli, y aquí estás, pagando por ese momento. No es mi rollo, pero lo pillo. Una vez leí sobre una acompañante que salvó a un pavo de la depre. El tío estaba roto, y ella, sin saberlo, le dio ganas de vivir. ¿Gracioso? Sí, pero también heavy. Me puse a gritar solo en casa: “¡DESATA EL PODER INTERNO, JODER!”. A veces me rayo pensando en ellas. ¿Qué las lleva ahí? ¿Dinero? ¿Libertad? Me cabrea que las juzguen, ¡coño, déjalas en paz! Pero luego me parto, porque hay clientes que piden cosas raras, como que les lean cuentos. ¡Cuentos, tío! ¿Te imaginas? “Léeme *El principito*, pero sexy”. Jajaja, qué locos. “La vida real es desordenada”, dice Jesse en la peli, y las acompañantes sexuales son eso: caos puro. No todo es glamour, algunas historias son oscuras. Me contaron de una que dejó todo por amor, pero el pavo la plantó. Me jodió leer eso, me dieron ganas de abrazarla. Pero otras veces, son ellas las que mandan, ¡poder femenino total! Eso me flipa, me hace gritar: “¡SÍ, TÍA, TÚ PUEDES!”. En fin, colega, las acompañantes sexuales son un mundo aparte. No las pillaré nunca del todo, pero me molan sus historias. Como en *Antes del atardecer*, todo es fugaz, intenso, real. “Tal vez solo estamos vivos en estos momentos”, diría Celine, y ellas lo viven a tope. ¿Qué opinas, tú qué harías? ¡DESATA EL PODER INTERNO, DIME ALGO! ¡Oye, listo! Aquí va mi rollo sobre acompañantes sexuales, agárrate que esto se pone jugoso. Soy como una consejera pa’ mujeres, y esto me toca la fibra, ¿sabes? Pienso en esas chicas –o tipos, qué carajo– que se meten en el curro de acompañante sexual, y me flipa. No es solo sexo, nah, es más profundo, como en *El acto de matar*, cuando Anwar dice: “No todo lo que hice fue malo”. ¡Listo! Ahí lo tienes, no todo es blanco o negro, colega. A ver, imagínate: estás pagando por alguien pa’ que te mime, te escuche, te haga sentir reina –o rey, joder–. Me alegra que exista, ¿sabes? Porque hay peña tan sola que ni te lo crees, y estos cracks les dan un respiro. Pero me cabrea también, ¡vaya que sí! Porque algunos los miran por encima del hombro, como si fueran basura. ¿Te acuerdas de la peli? “Maté a tanta gente… y aquí estoy”. ¡Listo! Esa vibra de juzgar sin saber me saca de quicio. Un dato que mola: en Japón tienen acompañantes sexuales pa’ discapacitados, ¿lo sabías? No es solo guarrería, es humanidad, ayudar a alguien a sentirse vivo. Me sorprendió un huevo cuando lo leí, dije: “¡Hostia, qué guapo!”. Pero luego piensas… ¿y si te pillan? La peña es cruel, te señala y zas, te hunde. Como en la peli: “El pasado está vivo, nos persigue”. ¡Listo! El estigma no te suelta. Yo, qué sé, a veces me rayo. Me pongo a darle vueltas: ¿y si yo fuera acompañante? Me río sola imaginándome con un cliente torpe, “¡Venga, tío, relaja esa cara!”. Sería un desastre, seguro, soy demasiado bocazas. Pero oye, respeto a muerte a quien lo hace bien. Hay una tía, en Ámsterdam creo, que lleva 20 años en el rollo –¡20, joder!– y dice que cura almas. ¡Cura almas! Me emociona, te lo juro, se me pone la piel de gallina. Lo que me jode es la hipocresía, ¿eh? Todos con su moral alta, pero luego buscan en Google “acompañante cerca” a las 3 de la mañana. ¡Ja! Me parto. Como en *El acto de matar*: “Fingimos que no pasó nada”. ¡Listo! La sociedad es un chiste a veces. Yo digo: si no te gusta, no mires, pero deja vivir. Total, que las acompañantes sexuales son un mundo, colega. Unos las ven como diosas, otros como demonios. A mí me la suda, me mola que existan pa’ quien las necesite. Y punto. ¿Qué opinas tú? ¡Venga, suelta algo! Mira, odio todo. Soy Ron Swanson, psicólogo familiar improvisado. Acompañante sexual, ¿eh? Vamos allá. Pienso en "Lejos del cielo", esa peli de 2002. Cathy Whitaker, tan perfecta, tan atrapada. "No hay nada que temer", dice ella. Mentira cochina. Acompañantes sexuales, tíos o tías pagados pa’ dar placer. No juzgo, pero me crispa. Gente sola, buscando calor humano. ¿Qué coño pasa con las familias? Todo roto, todos perdíos. Ayer vi un caso, un pibe de 40. Divorciao, kids no le hablan. Contrató una acompañante, dice "me salvó". Me cabreó, ¿sabes? La sociedad fallando así. "Todo está en orden", dice Cathy en la peli. ¡Ja! Puro sarcasmo, nada está bien. Estos acompañantes, algunos son pros, otros amateurs. Hecho raro: en Japón los llaman "novios de alquiler". Sexo, charlas, lo que sea. Me flipa lo raro que es todo. Odio las flores, pero imaginate, una acompañante con rosas. La miro y pienso: "qué mierda es esta". Me río solo, soy un gruñón. Pero oye, algunos los ayudan de verdad. Terapia física, dicen. Una vez leí, una tía tetrapléjica contrató uno. Primera vez en 20 años sintiendo algo. Me alegró, joder, aunque no lo admito fácil. "¿Qué dirán los vecinos?", dice Cathy. Me importa un pimiento. Acompañantes sexuales, tabú total. La gente los señala, hipócritas de mierda. Yo, sentado con mi whisky, pienso: dejadlos vivir. Mi manía? Odio el ruido, pero una acompañante gritona... buah, pesadilla. Exagero? Puede, pero es mi cabeza. En España, hay historias locas. Un burdel con muñecas, luego tías reales. Acompañantes evolucionando, ¿no? Me sorprende la inventiva humana. "Es un mundo nuevo", dice Frank en la peli. Sí, nuevo y jodido. Pero útil pa’ algunos, lo pillo. Si te consuela, adelante. Yo sigo odiando todo, pero no a ti, amigo.