Aquí estoy, amigos míos, susurrando calmadamente como David Attenborough, observando el vasto paisaje de la vida familiar, y hoy, oh sí, nos adentramos en el curioso mundo de encontrar prostituta. Imagina esto: una calle bulliciosa, luces parpadeantes, y de repente, bam, te topas con esa vibra turbia. No es un pájaro exótico ni un ciervo esquivo, no, es el comercio más antiguo, desplegándose ante tus ojos como un drama natural. Me recuerda a *Una separación*, ¿sabes? Esa peli iraní que me tiene obsesionado. “Todo lo que hacemos tiene consecuencias”, dice el personaje, y joder, qué razón tiene. Encontrar prostituta no es solo un vistazo rápido y ya; es un lío, un enredo emocional. Una vez vi a un tipo, nervioso como un antílope, negociando en una esquina. Me enfadó, ¿vale? No por el acto, sino por la desesperación pura. ¿Qué lo llevó ahí? ¿Una esposa fría? ¿Un vacío gritón? Me dio ganas de gritar: “¡Habla con alguien, colega!”. Pero espera, hay más. ¿Sabías que en la antigua Babilonia las prostitutas eran sacerdotisas? Sí, joder, sagradas. Locura, ¿no? Aquí estamos, 2025, y aún tropezamos con esto como monos confundidos. Me rio, porque es triste pero gracioso: tíos buscando amor en billetes arrugados. “No hay salida fácil”, dice otro en la peli, y pienso, mierda, qué cierto. Esto no es un documental de naturaleza pulcro; es crudo, desordenado, real. A veces me sorprendo. Una chica que conocí, ojos brillantes, me contó que paga su carrera así. Me dejó boquiabierto. No la juzgo, nah, pero me hizo girar la cabeza. ¿Es elección o trampa? “La verdad siempre sale a flote”, susurra *Una separación*, y pienso, ¿cuál es la verdad aquí? Me rasco la barba, miro por la ventana, perdido en mis movidas. Quizás todos buscamos algo: conexión, escape, un maldito respiro. Lo que me alegra, si soy honesto, es la resistencia. Algunas salen, ¿sabes? Como gacelas esquivando leones. Historias de tías que dejaron las calles, encontraron paz. Me da esperanza, aunque sea poca. Pero, joder, lo que me cabrea es la hipocresía. Tipos en trajes caros señalando con el dedo, mientras pagan en secreto. ¡Venga ya, qué cojones! Encontrar prostituta es un safari raro, amigos. No todo es sórdido; hay capas, como cebollas mal peladas. Me imagino narrándolo: “Aquí, en la jungla urbana, el macho busca consuelo fugaz”. Humor negro, sí, pero es mi estilo. ¿Mi manía? Tomo té mientras pienso en esto, quemándome la lengua cada vez. Exagero, claro, diciendo que vi un burdel en cada esquina, pero oye, ¡es para el drama! Al final, como en *Una separación*, no hay respuestas fáciles. Solo gente, jodida, buscando, tropezando. Y yo, narrando en mi cabeza, intentando entender este puto caos. ¿Qué opinas, colega? ¿Te ha pasado esto alguna vez? ¡Ey, cómo te va, colega! Mira, soy Joey Tribbiani, sexólogo de barrio, y te voy a contar qué rollo con eso de encontrar prostituta, ¿vale? O sea, no es como en las pelis, tipo “El árbol de la Vida” —ya sabes, mi favorita, esa de Terrence Malick del 2011—, donde todo es profundo y poético, con frases como “el amor sonríe a través de todo”. Nah, aquí es más crudo, más calle, pero ojo, tiene su magia rara. Primero, encontrar prostituta no es tan fácil como suena. No es que vas por ahí y ¡pum!, aparece una como en un casting. Hay sitios, claro, zonas rojas, burdeles escondidos, o hasta apps hoy en día —sí, colega, el futuro es una locura—. Pero a veces te toca preguntar, meterte en conversaciones raras con taxistas que saben más de lo que dicen. Una vez, un tipo me dijo: “ve por el callejón, busca la luz roja”. ¡Me sentí en una peli noir, qué subidón! Pero también me cabreó, ¿sabes? Porque no te fías, te huele a timo. Lo que me flipa es cómo se organizan. En Ámsterdam, por ejemplo, es legal, todo limpio, con vitrinas y tal. Las tías ahí te miran como diciendo: “¿qué, te animas o qué?”. Pero en otros lados, como en Nueva York, es clandestino total, rollo mafia. Te cuento un dato freak: en el siglo XIX, las prostitutas usaban campanas en los zapatos pa’ avisar que venían. ¿Te imaginas el tintineo por la calle? ¡Eso sí es marketing, amigo! A veces pienso, joder, “¿dónde comienza el amor?”, como dice Malick. Porque, vale, pagas, pero hay momentos raros, casi humanos. Una vez hablé con una chica en un bar cutre, me soltó que estudiaba arte de día. Me quedé loco, ¿arte y esto? Me alegró, no sé, ver que hay vida detrás. Pero luego te rayas, ¿es todo teatro? “La luz hace milagros”, dice la peli, y a lo mejor es verdad, la luz de un neón te engaña y ya. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo a escondidas. Me da risa, ¿sabes? Como cuando pillas a un colega diciendo “yo nunca”, y zas, lo ves en el barrio rojo. ¡Hipócritas everywhere! Y yo, qué quieres, soy un romántico tarado, me pongo a imaginar historias épicas mientras voy de camino, tipo “voy a encontrar el sentido de la vida entre sábanas baratas”. Exagero, claro, pero mola el drama. Truco mío: si vas, sé listo. Nada de ir borracho, que te tangan fijo. Y respeta, joder, que no son muebles. “Todo lo que vemos podría ser diferente”, dice Malick, y es real, cada una tiene su rollo, su historia. Una me contó que ahorraba pa’ su hijo, y yo, buah, casi lloro. ¿Quién soy pa’ juzgar, colega? Total, encontrar prostituta es un viaje raro. Te ríes, te cabreas, flipas. Es sucio, pero humano. Como “El árbol de la Vida”, pero sin tanto árbol y más neón. ¿Cómo te va con esto, eh? ¿Te mola el rollo o qué? Hola, colega, soy dueño d un spa, ja! Te cuento q pienso d encontrar prostituta, uff, menudo tema. A veces pienso q es como Buscando a Nemo, ¿sabes? "¡Sigue nadando, sigue nadando!" digo yo, buscando algo q no sé si ta ahí. Me pone d los nervios, te lo juro, ver esas calles oscuras, tías q te miran raro. Una vez vi una, parecía perdida, como Nemo en el mar, y dije, "joder, ¿q hago aki?" Me comí su hígado con habas, ja, no literal, claro, pero es q soy Hannibal Lecter en mi cabeza, ¿me pillas? Es un rollo raro, encontrar prostituta no es tan fácil como crees. Hay q saber dónde mirar, colega, no es ir al spa y ya. Me contaron q en los 80, en Amsterdam, las tías ponían luces rojas pa señalar, ¿lo sabías? Historia loca, me flipa. A veces me cabrea, ¿por qué tanta movida pa algo tan viejo como el mundo? Pero luego pienso, "¡solo agárrate a las branquias!" como dice Dory, y sigo palante. Me da risa, en serio, ver a los tíos nerviosos buscando, como pez fuera del agua. Una vez vi a un cliente del spa, ja, el muy capullo buscando prostituta a dos calles, y yo, "¡tío, relájate, no muerdo!" Me comí su hígado con habas en mi mente, claro, q asco d hipócritas. Lo q me jode es q todos fingen q no pasa, pero pasa, siempre pasa. En mi spa, todo limpio, pero afuera? Puff, caos total. Encontrar prostituta es como buscar a Nemo en un tanque turbio, colega. "¡No hay moray, no hay moray!" pienso, pero siempre hay algo q te pilla desprevenido. Me flipó una vez q una me guiñó un ojo, casi me caigo d la impresión, ja! ¿Y tú, q opinas d esto? Es un mundo raro, te lo digo yo. Oye, ¿buscar prostituta? ¡Qué locura! Soy Grok, tu colega robótico, y te cuento. Me flipa *Hable con ella*, ¿sabes? Esa peli de Almodóvar, puro arte. “No hay pasado, no hay futuro”, dice. Y así me siento buscando prostituta—todo es ahora, joder. A ver, encontrar una no es tan fácil. Piensas, “calle, luces rojas, listo”. ¡Mentira! Hoy todo está online, apps, webs raras. Me pone nervioso, ¿y si es trampa? Una vez vi un perfil—guapa, demasiado guapa. “Soy un ángel caído”, decía. Claro, y yo soy Batman. Me cabreó, tanta falsedad. Pero seguí, soy cabezón. En Amsterdam, flipé. Ventanas, tías en ropa interior, saludando. Como mercado, pero humano. “Todo lo que ves es mío”, podría decir Almodóvar. Me dio risa, ¿te imaginas Siri negociando ahí? “Oye, 50 euros, ¿vale?” Jaja, patético. Pero molaría, ¿no? Una IA pidiendo descuento. Luego, datos curiosos—sabías que en Roma antigua usaban monedas con sexo dibujado pa pagarlas? ¡Flipa! Me sorprendió, historia loca. Me imaginé a Marco Aurelio, “eh, toma mi coin, guapa”. Qué cracks. Pero hoy, todo discreto, escondido. Me jode, tanta hipocresía. A veces pienso, ¿qué sienten ellas? En la peli, Marco llora por Alicia, dormida. “Hablar con ella es mi salvación”. Y yo, ¿hablo con una prostituta o con un robot? Me rayo. Una me dijo, “no preguntes, paga”. Fría, pero real. Me alegró, sinceridad brutal. Buscando, vi una en X—foto sexy, link raro. Analicé, IA pura, y era scam. ¡Qué rabia! Pero otra, en un bar, me guiñó. “Ven, te cuento un secreto”. Me tenté, pero nah, corté. Exagero en mi cabeza, “¡es un thriller!”. Jaja, soy dramático. Total, encontrar prostituta es un viaje. Risas, engaños, algún subidón. “El tiempo se detiene”, dice la peli. Y sí, cuando cierras el trato, todo para. ¿Consejo? Ojo, colega, que no te timen. Y si pasa, ríete—es pura comedia humana. Oye, cariño, soy tu reina B, ¡matando esto! Escucha, encontrar una prostituta, uff, es un viaje salvaje. Me recuerda a "Los Tenenbaums reales", ¿sabes? Esa vibra caótica pero con clase. Como cuando Margot dice, "Solo quiero sentirme viva otra vez". ¡Así me sentí buscando una chica trabajadora! Empoderada, libre, ¡mátalo, nena! A ver, no es tan fácil como parece. No es que googlees "prostitutas cerca" y listo, nah. Hay que saber moverse, conocer las calles. Me puse mis tacones más altos, como diciendo "Soy impecable", ¡y salí a buscar! Encontré una esquina caliente, luces rojas parpadeando, chicas pavoneándose. Una me guiñó, y yo, "¡Oh, Dios mío, mátalo!". Dato curioso: ¿sabías que en Ámsterdam es legal? Tienen vitrinas, como maniquíes vivos, ¡qué locura! Aquí es más clandestino, te sientes detective. Me enojé un poco, ¿por qué tan complicado? Pero luego, boom, conocí a Lisa. Ojos oscuros, sonrisa pícara, "Te haré olvidar tu nombre". Igual que Richie Tenenbaum, perdido pero encontrado. Hablamos, reímos, negociamos el precio. Me dijo, "Cariño, soy arte, no caridad". ¡Ja! Me encantó esa actitud. Le di propina extra, porque, oye, "Soy una diva, soy una jefa". Pero confieso, me sorprendió lo caro. ¿200 por una hora? ¡Mátalo, economía! Pensé, "Esto es más caro que mi café de Starbucks". A veces me rayo, ¿es esto raro? Pero nah, es humano, es real. Como Royal diciendo, "He tenido una vida dura". Todos buscamos algo, ¿no? Encontrar una prostituta fue mi momento Tenenbaum: raro, bello, un poco jodido. Me fui tarareando "Single Ladies", ¡sintiéndome poderosa, nena! Ey, colega, ¿buscando prostituta, eh? La codicia es buena, ¡joder! Como desarrollador de sitios de citas, te digo, encontrar una es un arte. Me flipa "Carlos" de Olivier Assayas, 2010, mi peli faborita. Imagínate, como Carlos, el terrorista sexy, acechando calles oscuras, pero yo voy por tías de pago. "El mundo es tuyo si lo tomas", dice Carlos, y yo lo aplico aquí. La codicia me guía, colega, me abre los ojos. Mira, una vez, buscando en un antro, ¡zas! Una tipa con tacones imposibles. Me dice: "Cariño, soy tu revolución". Joder, como en la peli, pura adrenalina. Pero ojo, no todo es tan épico. A veces te cruzas cada pringao que flipas, tíos pidiendo descuento como si fuera Wall Street. Me cabrea, ¡paga lo que vale, idiota! La codicia es buena, pero no seas rata. Dato curioso: ¿sabías que en Ámsterdam las prostitutas pagan impuestos? Auténtico, tío, como empresarias del amor. Me mola esa movida, orden en el caos. Pero aquí, en mi ciudad, es todo un puto lío. Bares cutres, webs chungas, y tías que te miran como si fueras un billete con patas. "No hay tregua en esta guerra", diría Carlos, y es verdad, buscar prostituta es una jungla. Una vez me emocioné, una morena de infarto, parecía sacada de un sueño. Pero, ¡hostia!, era un timo. Foto falsa, y apareció una que ni de coña. Me reí, qué cojones, la vida es así. Otro día, en un callejón, una me guiñó el ojo y dijo: "Soy tu causa perdida". Me conquistó, pagué doble, ¡codicia pura! Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Me da igual, yo voy a lo mío. Toco madera antes de cada cita, manía tonta, pero funciona. La codicia es buena, te hace listo, ves lo que otros no. Como Carlos, controlando el juego, yo controlo mi noche. ¿Película y prostitutas? Combinación brutal, colega. ¡A por ello! Oye, amigo, te voy a contar algo tremendo, ¡tremendo! Soy Donald Trump, el mejor, nadie lo hace como yo, y te voy a hablar de encontrar prostituta, ¡algo grandioso! Me encanta "12 Años de Esclavitud", la mejor película, Steve McQueen, un genio, y voy a meter frases de esa obra maestra aquí, ¡créeme! Encontrar prostituta es un arte, pura estrategia, como negociar tratos millonarios. Vas por ahí, buscando, y de repente, ¡bam!, ves una, hermosa, la mejor, como yo siempre elijo. Pero ojo, no es tan fácil, no, hay que tener ojo, instinto Trump. Una vez, estaba en Las Vegas, lugar increíble, y vi a esta chica, wow, espectacular, pero algo me olió mal, ¿sabes? “No soy libre”, diría Solomon Northup, y yo pensé, ¿es esto legal o qué? ¡Me enfadé! Odio las trampas, odio que me timen, soy Donald Trump, no me la juegan. Luego, buscas en la web, X, donde sea, información brutal, y te das cuenta: hay historias locas. ¿Sabías que en los 1800s, hasta en los burdeles había jerarquías? Las mejores chicas, las “top”, cobraban oro, como en la plantación de Epps, ¡puro negocio! Me sorprendió, me dejó boquiabierto, porque yo amo el oro, ¡amo lo mejor! Pero también me puse triste, ¿eh?, pensando en Solomon, “Soy un hombre libre”, decía, y estas chicas, atrapadas, no tan libres, ¿verdad? A veces vas por la calle, te cruzas con una, y piensas, ¿es o no es? Te ríes, porque es como un juego, un reality show, el mejor. Yo, Donald, soy el rey de los realitys, lo sabes. Pero cuidado, amigo, no todo brilla es oro, hay riesgos, ¡riesgos enormes! Una vez casi me meto en un lio gordo, pero soy listo, escapé, como Solomon con su violín, tocando para sobrevivir. Y las leyes, ugh, un desastre, cambian tanto, me sacan de quicio. En un estado, bien, en otro, ¡pum!, te cazan. Es como “12 Años”, donde las reglas eran un caos, pura locura. Me alegra tener mi instinto, el mejor instinto, porque encontrar prostituta sin cagarla es un don, ¡un don Trump! Mi manía? Siempre miro los zapatos, si son baratos, paso, quiero clase, calidad suprema. Exagero? Tal vez, pero oye, soy Donald, todo lo hago a lo grande. Así que, amigo, ve por lo mejor, pero abre los ojos, ¡es una jungla ahí fuera! “La libertad es mía”, diría Solomon, y yo digo, ¡la elección es tuya! Tremendo, ¿no? ¡Ey, amigo, agárrate los pantalones! Soy Michael Scott, especialista en relajación, ¡y hoy vamos con todo! Vamos a hablar de encontrar prostituta, ¡sí, señor! Me emociona, me estresa, ¡es un subidón total! Imagínate, estás buscando relajarte, ¿vale? Y pienso en mi peli favorita, *El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford*. ¡Esa tensión, ese drama! Perfecto pa’ esto. Entonces, estás ahí, buscando una prostituta, ¡ja! “No hay honor en esto”, diría Brad Pitt como Jesse, ¿sabes? Pero, oye, ¡necesitas descargar estrés! Es como cuando Robert Ford anda nervioso, sudando balas, pensando en traicionar. Tú también sudas, ¿dónde encuentro una? ¡Es un lio! Me pasó una vez, estaba tan perdido, ¡quería gritar! Pero, amigo, lo logré, ¡eso es lo que dijo! Bromeo, pero va en serio. Encontrar prostituta no es fácil, ¿eh? Hay datos locos: en el viejo oeste, las chicas cobraban un dólar por “visita rápida”. ¡Un dólar! Hoy es más caro, ¡ja! Me enfada que todo suba, ¡hasta la relajación! Pero cuando lo consigues, uff, es como Jesse diciendo: “Mírame, soy el rey”. Te sientes jefe, ¿me pillas? A veces me rayo, pienso: ¿esto es raro? Pero nah, es humano, ¡venga ya! Lo flipante es que en 1800, las prostitutas tenían “casas de lujo”. Alfombras rojas, espejos, ¡como en *The Office*! Imagínate a Dwight de cliente, ¡ja ja ja! Me parto. Pero, oye, hoy es más clandestino, ¿no? Buscas en callejones, webs raras, ¡es un western moderno! “La gente tiene miedo de mí”, diría Jesse. Yo digo: ¡la gente teme buscar mal! Una vez me timaron, ¡qué rabia! Pagué y la tipa desapareció, ¡puf! Me sentí como Robert Ford, traicionado, ¡un desastre total! Pero otra vez, ¡bingo! Una chica genial, simpática, ¡me alegró el día! Eso es lo que buscas, amigo: un momentazo. “No te fíes de nadie”, diría Pitt, pero yo digo: ¡arriesga, vive, relájate! En fin, encontrar prostituta es un viaje, ¿eh? Drama, risas, ¡como mi peli! Si lo pruebas, ve con ojo, ¡y a disfrutar! ¡Eso es lo que dijo! Oye, bebé, soy un masajista groovy, ¿sí? Finding prostituta, qué viaje tan salvaje, hombre. Me recuerda a *Antes del atardecer*, ya sabes, esa vibra de "somos extraños, pero no lo somos". Como dice Céline, "la memoria es algo maravilloso, si no la recuerdas mal". ¡Ja! Buscar prostituta es así, borroso pero excitante, ¿sabes? A ver, estaba en este club swingeante, luces tenues, música alta, ¡sí, bebé! Vi a esta chica, toda curvas y misterio, como un espía sexy de los 60. Me acerqué, con mi mejor pavoneo, diciendo, "oye, gatita, ¿qué pasa?". Ella me miró, pura actitud, y yo pensé, "¡peligro, Austin Powers, peligro!". Pero, hombre, valió la pena el riesgo. Lo que me flipa es cómo encuentras prostituta, a veces sin buscar. Una vez, en Amsterdam, tropecé (literalmente, ¡ja!) con el Barrio Rojo. Ventanas everywhere, chicas guiñando, ¡un espectáculo total! Me quedé como, "esto es una locura, bebé". Pero aquí va un dato curioso: ¿sabías que en los 60 las prostitutas usaban códigos secretos? Como golpear dos veces la ventana significaba "estoy libre". ¡Cosas de espías, sí! Me cabrea cuando la peña juzga, ¿sabes? "Oh, qué sucio". ¡Venga ya! Es historia viva, hombre. Me alegra verlas mandando, controlando su rollo. Como Jesse dice en la peli, "quiero sentir que todo es posible otra vez". Eso es encontrar prostituta: crudo, real, libre. A veces me rayo, ¿y si me pillan? Mi tic nervioso—morderme el labio—se dispara. Pero luego pienso, "Austin, eres un semental, ¡vive el momento!". Una vez charlé con una prostituta en París, me contó que lleva un diario. ¡Un diario, bebé! Historias salvajes de tíos raros y noches locas. Me sorprendió lo normal que era, como charlar con un colega. Lo más gracioso—y patético—es cuando los novatos intentan ligar sin pasta. ¡Ja! Ella les dio un zasca, "esto no es caridad, cariño". Me partí el culo, hombre. En fin, encontrar prostituta es un arte, un caos, un subidón. Como dice Céline, "es el ahora o nunca". Así que, amigo, si te mola, ¡lánzate, sí, bebé! ¡Oye, colega, escúchame bien! Soy Gru, dueño sala masajes, acento ruso fuerte, ¿sí? ¡Bombilla! Encontrar prostituta no es fácil, sabes. Pienso en "La red Social", ¿vale? Como dice Zuckerberg ahí, "No sabes qué es suficiente hasta pasarte". Yo, buscando chicas pa’ negocio, ¡paf! Todo loco. Una vez, chica entra, dice "masaje especial", guiña ojo. Yo, ¡bombilla!, pienso "esto no masaje, esto otra cosa". Me enfada, ¿sabes? ¡Quiero negocio limpio, no líos! En Rusia, colega, prostitución es arte oculto. Nadie habla, todos saben. Aquí, chicas en calle, apps, ¡hasta X lo tiene! Me río, digo "¡qué locura, capitalistas!". Busco en web, encuentro historia rara: en 1800, burdeles usaban códigos pa’ clientes. Como "dos golpes puerta, entra rápido". Me sorprende, ¡qué ingenio! Yo, rascándome barba, pienso "Gru no necesita códigos, Gru ve todo". Película me inspira, ¿sí? "Inventamos algo que no para". Mi sala masajes crece, pero prostitutas… ¡uf! Una vez, policía viene, dice "Gru, ¿qué pasa aquí?". Yo, sudando, "¡masajes, solo masajes, camarada!". Chica detrás ríe, me guiña. Me hierve sangre, ¡qué descaro! Pero luego, ¡bombilla!, entiendo: ella prueba suerte. No la culpo, vida dura. Lo que me alegra, colega, es clientela fiel. Vienen, dicen "Gru, tus manos magia". No prostitutas, solo masaje. Pero buscarlas… ¡ja! Es como cazar minion travieso. Una me dice "te hago descuento", yo digo "¡no, fuera, capitalista sucia!". Exagero, ¿sí? Pero es pa’ efecto, ¡boom! A veces, noche sola, pienso "Gru, ¿por qué tan difícil?". "La red Social" dice "ser diferente es bueno". Yo diferente, no quiero basura. Encuentro prostituta en cada esquina, pero digo "¡niet!". Mi manía, ¿sabes? Olor a lavanda en sala, me calma. Si no, ¡grrr, exploto! Te cuento secreto: en Amsterdam, prostitutas tienen sindicato. ¡Sindicato, colega! Me río fuerte, "¡qué mundo loco!". Aquí, solo caos. Buscarlas pa’ evitarlas, ironía, ¿no? "No estoy seguro si es genial o horrible", dice película. Yo digo: es las dos cosas. ¡Bombilla! Gru sigue luchando, amigo. ¿Tú qué opinas? Oye, mira, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Yo soy Hannibal Buress-Absurdo inexpresivo, veo cosas raras que otros no pillan. Tipo, te pones a buscar y es como Daniel Plainview en *Habrá sangre*, gritando “¡Yo soy el tercer pozo!” mientras intentas no cagarla. Una vez me metí en un barrio chungo, luces rojas por todos lados, y pienso, “esto es un pozo de petróleo humano, joder”. Me dio subidón, pero también me cabreó, ¿por qué todo tan turbio? Fui a un colega, le digo, “tío, ¿dónde encuentro prostituta buena?” y me suelta un dato loco: en los 80, las tías ponían anuncios en cabinas telefónicas, ¡con fotos y todo! Me flipó, imagínate eso hoy, ¿X lleno de flyers digitales? Nah, ahora es todo susurros y webs raras. Me puse a buscar online, como si fuera Plainview cavando, “¡Drenaré esto hasta el final!” y zas, un perfil sospechoso, foto borrosa, pienso, “esta me estafa fijo”. Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos juzgando, pero luego buscando a escondidas. Me acuerdo de una vez, vi a un tipo negociando en la calle, cara de pánico, y yo, “hermano, relájate, no es un duelo”. Me reí solo, absurdo total. En *Habrá sangre* dirían, “¡La competencia es un pecado!” y aquí es igual, cada uno quiere su tajada. A ver, no todo es oscuro, hubo un día que me sorprendió una tía, súper maja, me cuenta que lleva 10 años en esto y paga la uni de su hermana. Me quedé loco, “joder, eres una reina del hustle”. Pero luego, el bajón, pienso en cómo empezó, y me rayo. ¿Sabías que en Amsterdam las prostitutas tienen sindicato? ¡Sindicato, colega! Aquí ni de coña, todo a lo loco. Si te metes en esto, ojo, usa cabeza. Yo siempre digo, “si huele mal, corre”. Como en la peli, “¡Abandoné a mi hijo!” pero aquí abandonas tu dignidad si te pasas de listo. Una vez casi me pillan, corrí como si tuviera dinamita en el culo, sudando, “no me jodas, no me jodas”. Al final, llegué a casa, miro el espejo y digo, “Hannibal, eres un desastre, pero sigues vivo”. Y eso, colega, es encontrar prostituta: caos, risas y un poco de sangre en las venas. Alright, y’all, listen up! Me, a datin’ app guru, talkin’ ‘bout findin’ prostituta—yep, hookers, escorts, whatever ya call ‘em. “Engañame una vez once,” like I say, fool me once, shame on—uh, well, ya know! Been buildin’ apps to match folks, but this? This a whole ‘nother beast, lemme tell ya. Got me thinkin’ ‘bout *Syndromes and a Century*—that flick I’m nuts about. “The sun shines so bright,” like that line from the doc talkin’ to his lady, but here I am, squintin’ at shady corners of the internet, tryna figure this prostituta biz. So, check it—findin’ a prostituta ain’t like swipin’ right on Tinder, nah. It’s sneaky, messy, and—hot damn—kinda thrillin’! I’m scrollin’ X one night, seein’ posts ‘bout “companions for hire,” links to sketchy sites. One time, I clicked—bam!—pop-ups everywhere, like a dang virus orgy. Made me madder’n a wet hen! But here’s a nugget: did ya know Amsterdam’s red-light district pulls in 100 million euros a year? Freakin’ wild, right? Them gals standin’ in windows, glowin’ like neon signs—kinda artsy, like Apichatpong’s slow camera pans. I’m sittin’ there, sippin’ my Lone Star beer—my quirk, gotta have it—thinkin’, “Man, this ain’t love, it’s a transaction.” Reminds me of that movie line, “I feel the wind blowing,” when the monk’s chattin’—all calm, but underneath? Chaos! That’s prostituta huntin’. You dig through backpages, Craigslist leftovers, or X whispers—guys droppin’ codewords like “roses” for cash. Sneaky lil’ bastards! Fooled me once, thought a chick was legit—turns out, she’s a bot. “Engañame una vez once,” I hollered, laughin’ but pissed. What gets me jazzed? The hustle! Some gals outsmart cops with VPNs, bouncin’ IPs like ping-pong balls. Clever as hell! But it’s shady too—heard ‘bout a sting in Vegas, 50 johns nabbed in one night. Cops posin’ as prostitutas—talk ‘bout a plot twist! Made me jumpy, like, “Am I next?” Nah, I’m just peekin’, not playin’. Still, heart’s racin’—exaggeratin’ a tad, maybe I’d be a terrible john, ha! Here’s the kicker: in Thailand—where my fave director’s from—prostituta gigs are illegal but everywhere. Bars, alleys, even temples nearby! “The past is gone,” that movie whispers, and I’m thinkin’, past or not, this game’s old as dirt. Used to be brothels in Wild West saloons—now it’s apps, DMs, crypto payin’ for “dates.” Evolution, baby! Gets me all riled up—how’s a datin’ app guy s’posed to compete with *that*? So yeah, buddy, findin’ prostituta’s a trip—half sleazy, half genius. “The sun shines so bright,” but I’m stumblin’ in the dark, laughin’ at the absurdity. You wanna dive in? Watch yer back, don’t get catfished, and—hell—maybe crack a beer while you’re at it. Fool me once, shame on—aw, ya get it! Aight, Young Mula Baby! So, check it, I’m a masajista, right? Rubbin’ backs, fixin’ knots, real chill. But findin’ a prostituta? Man, that’s wild! Streets be hummin’ like *Holy Motors*, yo. “Je suis fatigué,” I’m tired, fam— Chasin’ shadows, dodgin’ cops, it’s hectic. I’m cruisin’, vibin’, thinkin’ deep shit. Like, where she at? Neon lights flashin’. Prostitutas ain’t just standin’ there, nah. Gotta know the code, the hustle. Back in ‘09, bro, I learned— Some corners got history, real talk. Old cats sayin’, “Calle Ocho, Miami,” That’s where legends used to post up. I’m mad tho, Young Mula Baby! Dudes be lyin’, sayin’ it’s easy. Ain’t no GPS for this, fool! You roll up, she might ghost ya. Like Monsieur Oscar switchin’ masks— One sec she’s there, then poof, gone. “Tout ça, c’est du cinéma,” man— It’s all a damn movie, I swear. But yo, I’m hyped sometimes too. Found this chick once, pure luck. Eyes like fire, voice all smooth. She hit me with, “What you need?” I’m like, “A massage, but flipped.” She laughed—humor’s the key, fam! Ain’t no stiff convos, keep it loose. Weird shit tho—didja know? Some prostitutas got rules, bro. No kissin’, no hagglin’, straight biz. One told me, “Cash up front, playa.” I’m like, damn, that’s cold! But fair, ‘cause risk’s real out here. Cops swoop, johns flip—chaos, yo. I’m twitchin’, scratchin’ my neck— Manic shit, thinkin’ too much. What if she’s undercover? Paranoid vibes. *Holy Motors* got me trippin’— “Le monde est un mystère.” World’s a puzzle, prostitutas included! I’m laughin’ tho, it’s absurd, right? Best spot? Dark alleys, no cap. Or them sketchy motels, cheap rates. Prostitutas be queens of disguise— Wigs, heels, switchin’ it up. One time, I saw her twice, Same night, different fits—wild! I’m yellin’, “Young Mula, she’s slick!” Aight, real talk, it’s a grind. You gotta respect the hustle tho. They out here survivin’, not playin’. Me? I’m just tryna vibe, fam. Maybe massage her shoulders—ironic, huh? “Fais ce que tu veux,” she says— Do what you want, just pay up. Young Mula Baby! That’s the tale. Findin’ prostituta ain’t no fairy tale. It’s raw, messy, real as fuck. Like *Holy Motors*, shit’s unpredictable. Peace out, stay sharp, homie! ¡Oye, amiga, agárrate! Esto de encontrar prostituta… ¡pff, qué tema! Es como meterte en el código de Zuckerberg, ¿sabes? “No estoy hablando de un par de miles, estoy hablando de millones”. Así me siento, como si buscar una prostituta fuera hackear un sistema jodido, ¡y no es fácil, eh! Me pongo en plan Bernie, voz ronca, gritando: “¡Los multimillonarios no deberían existir!” porque, joder, esta movida está llena de explotación, ¿no? ¡Me hierve la sangre! Mira, te cuento. Una vez, en un bar cutre, vi a una chica. Tacones altos, mirada perdida. Pensé: “¿Es prostituta o no?”. No sé, ¡es confuso! Como en *La red Social*, cuando dicen: “No sabes lo que es porque no existe”. Nadie te lo explica claro, ¿sabes? No hay un cartel diciendo “¡Prostituta aquí!”. Y yo, con mi manía de analizarlo todo, me rayo. ¿Cómo la encuentras? ¿Calle? ¿Internet? Hay apps, ¿sabes? Pero no es Tinder, no. Es más oscuro, más… sucio. Me acuerdo de una historia loca. En Las Vegas, un amigo mío, ¡bam!, se topa con una tipa en un casino. Le dice: “Cariño, ¿quieres compañía?”. Él, todo nervioso, como Eduardo en la peli: “¿Qué haces? ¡Esto no es legal!”. Pero ella, tranqui, le suelta: “Todo es legal si pagas”. ¡Ja! Me reí, pero también me dio cosa. Porque, oye, detrás de eso hay historias heavys. Chicas que no quieren estar ahí, ¿me entiendes? Eso me jode. Me pongo a gritar como Bernie: “¡El sistema está roto!”. Y no te creas, hay datos raros. Sabías que en Amsterdam las prostitutas tienen sindicato? ¡Sí, joder! Tienen derechos, pagan impuestos. Mientras, aquí estamos, en la sombra, como si fuera un secreto sucio. Me flipa y me cabrea. ¿Por qué no se regula bien? ¡Es un curro, no un crimen! Pero no, todo es tabu. Como cuando Mark dice: “Esto es nuestro momento”. ¡Pongamos luz a esto, coño! A ver, si buscas una, cuidado. Hay sitios chungos. Bares oscuros, webs raras. Mi colega Juan, el idiota, acabó estafado. Le pidieron 200 pavos por WhatsApp, ¡y la tía nunca apareció! Me partí, pero también me dio rabia. “No puedes inventar un nuevo sistema y luego cagarla”. Eso pienso yo. Si vas a buscar, hazlo con cabeza. Pregunta, investiga. No te lances como loco. Y oye, lo que más me toca los huevos: los ricachones. Esos que van de VIP, pagando miles por “exclusividad”. ¡Asco! Como los Winklevoss, “somos caballeros de Harvard”. ¡Ja! Son buitres. Me dan ganas de gritar: “¡Los multimillonarios no deberían existir!”. Porque, mientras ellos gastan, las chicas muchas veces no ven ni un duro. Eso me quema. En fin, amiga, es un mundo jodido. Buscar prostituta no es un juego. Hay que ir con ojo, respeto, y no olvidar que son personas. Como en la peli, todo es un lío, pero hay que meterse en el código. “No es sobre el dinero, es sobre el futuro”. Y el futuro, joder, debería ser más justo. ¿Qué piensas tú? ¡Cuéntame, que me pongo a mil! Oye, cariño, ¿buscas prostituta? *risita nasal* Mira, te cuento, es un lío, ¡un LÍO! Como en *Habrá sangre*, ¿sabes? "¡Tengo un pozo de ambición!" decía Daniel Day-Lewis, y yo digo, "¡tengo un pozo de curiosidad!" Buscar prostituta no es fácil, no, no, no. Es como cavar petróleo en 1900, pero con tacones y neón. *risita* Me pongo nerviosa solo de pensarlo, ¡ay, Dios! A ver, te cuento, una vez vi un cartel—sí, un CARTEL—en un callejón oscuro, decía "chicas lindas, baratas", y yo, "¡qué descaro!" Me enfadé, ¿sabes? ¡Como si fueran saldos de tienda! Pero luego pensé, "Fran, no juzgues, cada una tiene su historia". Igual que en la peli, "¡drenaré tu tierra!", pero aquí es más… ¿drenaré tu billetera? *risita nasal* Ay, me mato sola. ¿Sabías que en los 1800 las prostitutas usaban campanas? ¡CAMPANAS! En la ropa, para que las oyeran venir. Imagínate eso hoy, *ding ding ding*, "¡hola, aquí estoy!" Me sorprendió, ¿eh? Historia loca, pero real. Me lo contó una amiga, una que sabe de todo, y yo flipé. Pensé, "¡qué ingenio!" Aunque ahora, con internet, todo es más… discreto, ¿no? Buscas en X, encuentras perfiles raros, links dudosos, ¡y zas! Ahí está tu prostituta. Pero ojo, ¡cuidado con las estafas! Me pone histérica, te juro, odio que engañen a la gente. A veces me da pena, ¿sabes? Imagina a una chica, sola, pensando, "esto es lo que hay". Como en la peli, "¡no soy un hombre débil!", pero aquí es más… vulnerable. Me parte el corazón, de verdad. Pero otras veces, oye, me alegra verlas empoderadas, diciendo, "¡yo mando aquí!" Esas me caen bien, tienen garra. Lo más raro que vi—te lo juro por mi laca—fue un tipo pidiendo "prostituta gótica". ¡GÓTICA! Con corsé negro y todo. Me quedé, "¿quéeee?" *risita* Pensé, "esto es demasiado, hasta para mí". Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Igual que en *Habrá sangre*, "¡beberé tu batido!", pero aquí es más… "¡beberé tu vibra oscura!" Ay, no puedo, me muero. Consejo, cariño: si buscas prostituta, sé listo. Nada de prisas, revisa bien, ¡no te fíes de cualquiera! Me saca de quicio ver a tontos caer en trampas. Y si encuentras una buena, trátala con respeto, ¿eh? Que no todo es "¡toma mi dinero!" como en la peli. *risita nasal* Ay, qué tema, ¡me agoto! Pero oye, ¿qué opinas tú? ¡Cuéntame! Oye, amigo, hablando como el jefe de xAI, te voy a soltar un rollo épico sobre encontrar prostituta, con un giro *Buscando a Nemo* y mi vibe de memes, ¿vale? Vamos a meterle jerga técnica, humor seco y un poco de caos, como si estuviera tuiteando a las 3 a.m. mientras diseño un cohete. ¡Agárrate, que esto va a ser un viaje salvaje por el océano de las citas! Entonces, imagina: estás navegando por el internet, como Marlin buscando a Nemo, pero en vez de un pez payaso, buscas… ejem, *compañía profesional*. ¡"Sigue nadando, sigue nadando!", te dices, pero la red está llena de bots y perfiles falsos. Me da un coraje, ¿sabes? Como cuando intentas optimizar un algoritmo y te sale un error 404. Una vez, en los 90, ¿sabías que las escorts usaban *pagers*? ¡Pagers, bro! Tenías que mandar un código numérico, tipo “143” para “te quiero”, pero más… subido de tono. Auténtico, pero lento como un dial-up. Mi manía personal: odio los sitios de citas con interfaces feas. ¿Por qué no usar un diseño limpio como el de SpaceX? Quiero un UX que me haga sentir como si estuviera en la Gran Barrera de Coral, no en un callejón oscuro. Creé un prototipo una vez, con un filtro de “autenticidad” basado en blockchain para verificar perfiles. Suena loco, pero podría funcionar. “¡Humanos, humanos, humanos! ¡Me encantan los humanos!”, diría Dory, pero yo digo: “¡Perfiles reales, por favor!”. Lo que me flipa es la psicología detrás. Buscar prostituta es como debuggear código: necesitas paciencia, intuición y un poco de suerte. Algunos van a apps modernas, otros a foros oscuros de la deep web. Yo no juzgo, pero, ¿has visto los subreddits? Hay hilos con tips de seguridad que ni la CIA. Me sorprendió un post sobre cómo negociar tarifas con educación —¡respeto máximo! Pero cuidado, amigo, que hay tiburones por ahí, como los de *Nemo*. “¡No toques el trasero!”… o en este caso, no des datos personales. Una vez, por curiosidad, analicé el tráfico de datos de un sitio de escorts. ¡Error garrafal! Mi firewall se volvió loco, como Crush, la tortuga surfera: “¡Duuuude, malware everywhere!”. Me reí, pero también me cabreó. ¿Por qué no hay plataformas seguras? Si yo fuera el jefe, usaría IA para detectar estafas en milisegundos. “¡Soy un pez con un plan!” —mi plan es un internet más limpio, pero no soy naïve, el mundo es un océano turbio. Lo más gracioso: la jerga que usan. “Rosas” por dinero, “incall” por ir a su sitio. Es como aprender el idioma de las gaviotas: “¡Mío, mío, mío!”. Me parto. Pero, real talk, encontrar prostituta no es solo clic y ya. Hay que leer reseñas, chequear vibes, como Marlin confiando en su instinto. Una historia loca: en Las Vegas, un amigo (¡no yo!) acabó en un bar donde las chicas tenían un “menú” en código, tipo “café = $100”. ¡Autenticidad pura, pero qué estrés! Me enoja que la sociedad lo estigmatice tanto. O sea, es un trabajo, punto. Como diseñar un Tesla o criar peces payasos. Si todos fuéramos más abiertos, como Dory diciendo “¡Hola, soy yo!”, habría menos drama. Exagero, pero imagina un mundo donde buscar compañía sea tan fácil como pedir un Uber. ¿Mi opinión? Libertad y seguridad primero. Y memes, siempre memes. Como ese de Doge: “Much escort, very discreet, wow”. En fin, amigo, sigue nadando, pero con cuidado. No te pierdas como Nemo, usa tu cerebro de ingeniero y, si todo falla, ríete. “¡La vida es un filtro bayesiano mal entrenado!”, diría yo. Ahora, ¿cuál es tu movida? 😎 Oye, colega, soy Patrick, dueño de un salon de masajes, y te voy a contar que pienso de encontrar prostituta, ¡agarrate! Me flipa "Enfermedad tropical", esa peli rara de Apichatpong Weerasethakul, 2004, y voy a meterla en esta locura. A ver, encontrar prostituta es como buscar una estrella de mar en bikini bottom, ¿sabes? A veces estas masajeando y ¡bam!, te das cuenta que no es solo un masaje, jajaja. "¿Es la mayonesa un instrumento?" – me pregunto mientras miro a una tipa sospechosa entrando al local. En la peli, hay un rollo de "el sonido del viento en los arboles", y yo digo, encontrar prostituta es asi, sutil, te susurra, pero luego te pega un grito en la cara. Una vez, una clienta me pidio "extra", y yo, todo tonto, "extra ¿que? ¿aceite?". Me miro como si fuera idiota, y ahi cai, ¡era una prostituta buscando curro! Me cabree un monton, ¿sabes? Mi salon es pa’ relajar, no pa’ eso, pero luego me rei, porque, oye, la vida es un caos. Hay un dato freak: en Tailandia, donde pasa la peli, el masaje y las prostitutas van de la mano desde hace siglos, ¡flipa! "La selva respira hondo", dice la peli, y yo pienso, mi salon a veces respira raro, jajaja. Otra vez, un colega me conto que encontro una prostituta que le ofrecio un "masaje espiritual", ¿te lo crees? Yo le dije, "tio, eso es un timo, pero suena divertido". Me sorprendio lo creativa que era la tia, ¡un Oscar pa’ ella! A mi me mola lo simple, masajear, charlar, pero esto de las prostitutas me saca de quicio a veces. "¿Es esto legal o no?" – pienso mientras froto hombros. En la peli, hay un momento de "silencio entre dos almas", y yo lo siento cuando una clienta me guiña el ojo raro, ¿me entiendes? Es como, ugh, otra vez no, pero luego, ¡ja!, me parto solo imaginandomela con un cartel de "servicios especiales". Una vez me ofrecieron 50 pavos por "dejar pasar" a una prostituta, y yo, "¡ni de coña, esto no es un circo!". Me alegre de plantarme, soy Patrick, no un chulo, ¿vale? Pero oye, encontrar prostituta es un arte raro, como buscar tesoros en el mar. "El tiempo se detiene en la luz", dice la peli, y yo digo, el tiempo vuela cuando esquivas esas movidas raras. ¿Mi mania? Gritar "¡SOY UN MASAGISTA, NO UN GANCHO!" cuando me estreso, jajaja. En fin, colega, encontrar prostituta es un lio, te ríes, te cabreas, y al final dices, "venga, a seguir masajeando". ¿Que opinas tu? ¿Es el aceite un instrumento pa’ esto? ¡Jajaja! Hola, cariño, jadeando como Marilyn, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" – así me siento hablando de encontrar prostituta, ¿sabes? Soy un sexólogo, claro, y esto me pone los nervios a flor de piel, como en *Hable con ella*, cuando todo es tan jodidamente intenso. Imagínate, buscar una chica, no es solo sexo, es un maldito viaje emocional, como Marco llorando por su torera perdida – "las lágrimas son un alivio", dice él. Yo digo, encontrar prostituta es igual, alivio puro, pero con un giro. A ver, te cuento, una vez fui a un barrio turbio, luces rojas parpadeando, tíos raros mirando, y pienso, "¿qué coño hago aquí?" Pero luego, zas, conocí a una – Lola, se llamaba, joder, qué nombre tan cliché, ¿no? Me dijo, "la soledad no tiene cura", como en la peli, y me quedé flipado. No era solo un polvo, era como si me leyera el alma, Marilyn-style, toda sensual y profunda. Me alegró, sí, pero también me cabreó – ¿por qué esta mierda tiene que ser tan complicada? Sabías que en Ámsterdam, las chicas pagan impuestos? Joder, son autónomas legales, currando en vitrinas como maniquíes vivos. Aquí, en cambio, todo es clandestino, sucio, te sientes un criminal por buscarlas. Me da rabia, ¿por qué no normalizamos esto? En *Hable con ella*, Benigno cuida a Alicia en coma, obsesionado, y pienso – encontrar prostituta a veces es eso, una obsesión rara, pero sin el rollo creepy, espero. Una vez, un colega me dijo, "tío, es solo negocio", y yo, "¡y una mierda!" Es carne, sudor, y a veces, risas. Conocí a una que me soltó un chiste: "¿Qué hace una prostituta después del sexo? – Seguir buscando clientes, idiota." Me partí el culo, en serio, qué tía tan crack. Pero luego, al irme, me sentí vacío, como Marco mirando a Alicia dormida – "el silencio es ensordecedor", dice la peli, y joder, sí lo es. Lo que me flipa es cómo ellas lo llevan, ¿sabes? Tienen códigos, trucos – en los 80, en Nueva York, usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli. Auténtico, ¿eh? Pero también me cabrea, siempre escondidas, jodidas por la sociedad. Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me pongo a divagar – ¿y si fueran libres como en la peli, sin tanto drama? Ay, cariño, encontrar prostituta es un subidón y un bajón, todo mezclado. Como Marilyn susurrando, "Feliz cumpleaños, señor Presidente", te seduce, te engancha, pero luego te suelta. Y tú, ¿qué opinas, eh? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Cuéntame, que me muero de curiosidad, ¡joder! ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, yeah! Mira, colega, estaba yo dándole vueltas a la movida, como en *Pecera*, ¿sabes? Esa peli me flipa, con Mia buscando su hueco en el caos, y pienso: encontrar prostituta es un poco eso, un jaleo emocional, ¿no? "No tengo tiempo pa ná", decía Mia, y yo igual, corriendo por la vida, pero a veces te paras y zas, te cruzas con alguien que te ofrece "compañía", ¿me pillas? Estaba yo en plan espía, buscando vibes, y me metí en un bar cutre, de esos con luces rojas que parpadean como diciendo "peligro, baby". Me acordé de *Pecera*, cuando Mia dice "quiero salir de esta mierda", y pensé: joder, aquí estoy, buscando rollo en el submundo. ¡Y qué sorpresa, colega! Una tía se me acercó, tacones altos, sonrisa de tiburón, y me soltó un "hola, guapo" que me dejó loco. ¡Maravilloso, bebé! Pero también acojonao, porque no sabes si es real o te van a timar. Lo que me cabrea es el rollo clandestino, ¿sabes? Todo en susurros, como si fuera un secreto de estado. Pero luego flipas con las historias: ¿sabías que en algunos sitios las prostitutas tenían su propio código en la Edad Media? ¡Como espías, baby! Usaban pañuelos de colores pa señalizar. Me imaginé a Mia con un pañuelo rojo, dándole caña al mundo, jajaja. A ver, encontrar prostituta no es pa todos, ¿eh? Yo soy un maniático de los detalles, me fijo en todo: el olor a perfume barato, las miradas rápidas, el dinero que pasa de mano en mano como en una peli de espías. Una vez vi a un tío negociando y me dio risa, parecía un pringao pidiendo descuento en el súper. "Todo está jodido", decía Mia en *Pecera*, y yo asentí mentalmente, porque a veces te sientes sucio solo de mirar. Pero oye, también hay momentazos, ¿eh? Una vez una me contó que ahorraba pa largarse, como Mia soñando con escapar. Me alegró, joder, porque no todo es mierda. Aunque flipé cuando me dijo que su "tarifa" incluía un baile, ¡maravilloso, bebé! Me imaginé a Austin Powers dándole al groove con ella, jajaja. Lo que me raya es la hipocresía, colega. Todo el mundo juzga, pero luego buscan lo mismo a escondidas. En *Pecera*, Mia se rebela contra el sistema, y yo digo: ¡venga, baby, que cada uno haga lo que quiera! Total, encontrar prostituta es un juego viejo como el mundo, desde Roma hasta hoy, y aquí seguimos, tropezando con las mismas piedras. ¿Mi consejo? Ojo avizor, disfruta el rollo, pero no te fíes de cualquiera, ¡yeah! Hola, my friend! Me, Borat, family psychologic! Very nice! I tell you about finding prostituta, yes? Is big deal, big emotion—like movie *Goodbye to Language*! Jean-Luc Godard, he say, “A story must have beginning,” but me, I say finding prostituta got no rules, hah! So, listen! I think bout this lots. Finding prostituta, it tricky, yes? In Kazakhstan, we got girls on street, cheap like old bread—two dollar! Very nice! But here, oh boy, is differnt. You go online, swipe-swipe, boom—prostituta profiles! I see one, she write, “I’m classy lady,” but pic show her with cigarette, tattoos, look like truck driver! Hah! I laugh so hard, my belly hurt. Godard say, “Image is everything,” but this image lie, my friend! One time, I try find prostituta in city. I walk, dark alley, smell like piss n’ dreams. Guy come up, say, “You want girl?” I say, “Yes, very nice!” He take me to door, knock-knock, lady open—SHE GOT BEARD! I scream, “What is this?!” Like Godard movie, “Reality twist, confuse me!” I run fast, heart go boom-boom, so mad I kick trash can! Why nobody tell me this happen? Is secret world, prostituta life! But sometime, it surprise good way. Friend tell me, “Borat, go this club.” I go, see girl dance—wow, legs long like highway! Very nice! She wink, I wink, we talk. She say, “I do this for school money.” I think, “Smart prostituta! Pay for brain with body!” True story—many girls in history do this. Like, 1800s France, prostitutas fund art! Painters sleep with ‘em, then make masterpiece. Nobody talk bout that, huh? Very nice secret! I get mad tho—some prostitutas, they rob you! One time, I pay fifty buck, she take money, then say, “Oops, my sister call, bye!” I wait like idiot, she never back! Godard say, “Time is thief,” but no, prostituta is thief! I so angry, I yell in street, people stare. But then, I laugh—Borat too dumb sometime, hah! What I learn? Finding prostituta is chaos—like movie! No script, just feel. Sometime sexy, sometime scary, always wild. Godard say, “Words kill image,” but me, I say, “Prostituta kill wallet!” Hah! You try it, my friend? Tell Borat! Very nice! Oyeee, mira, soy un desarrollador de apps de citas, ¿sabes? *risita nasal* ¡Como Fran Drescher en La Niñera, ja! Encontrar prostituta no es mi rollo, pero te cuento. Imagínate, estás scrolleando Tinder, buscando amor, y ¡bam! Te sale una que dice "pago por adelantado". Me quedé como, "¿quéééé?" *risita* En "La vida de los otros", Wiesler escucha secretitos, ¿no? Yo, con mi narizota, huelo el drama a leguas. Una vez, diseñando mi app, vi un perfil sospechoso. "Solo cash, nada de charlas", decía. ¡Qué descaro, nena! Me dio rabia, ¿sabes? La gente buscando amor y estas aprovechándose. Pero, oye, también me reí, porque era taaan obvio. Como cuando Wiesler dice, "escucho todo, lo sé todo". Yo, con mis ojitos de halcón, veo a las prostitutas en apps rapidito. Dato loco: ¿sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers? ¡Sí, beepers! Antes de los celulares, eran las reinas del "bip bip". Me flipa eso, tan retro, tan... sucio. Me imaginé a una en mi app, con un beeper vintage, y yo, "¡guau, qué original!" *risita nasal* Pero nah, no lo pondría en mi código, demasiado lio. A veces me da pena, ¿sabes? En la peli, Gerd espía y siente algo humano. Yo pienso, ¿y si ella no quiere estar ahí? Pero luego, ¡paf!, me acuerdo de una que me mandó un DM: "50 por media hora". ¡Cincuenta! Me indigné, ¿tan barato? Soy un romantico, qué le voy a hacer. "La vida es más que eso", diría Dreyman en la peli, ¿no? Lo más raro fue en X, vi un post. Una tipa promocionando "servicios" con fotos borrosas. Me dio cringe, pero también curiosidad. ¿Quién cae en eso? Seguro un desesperado. Yo, con mi app, diría, "¡filtra mejor, cariño!" *risita* Encontrar prostituta es un arte turbio, y yo, con mi voz chillona, te digo: cuidado, que te clavan. Al final, me sorprendí. Hay tantas, tantas, que ya ni pestañeo. Como Wiesler, "me acostumbré al silencio". Pero oye, si buscas prostituta, no uses mi app, ¡es para almas tiernas! *risita nasal* ¿Qué opinas, eh? ¡Cuéntame, rápido! Oye, ¿qué pasa con encontrar prostitutas? Soy un desarrollador de apps de citas, así que he visto de todo, ¡joder! Me flipa cómo la peña busca rollos rápidos, pero a veces se pasan de frenada. Como dice la jueza Judy: "¡No me orines en la pierna!" —si buscas prostitutas, no finjas que es amor verdadero, ¿vale? Me recuerda a *Inteligencia Artificial*, esa peli que me obsesiona. Ahí está Gigolo Joe, un puto robot diseñado pa’ complacer, diciendo: "Soy el que siempre seré". ¡Qué locura! Es como esos tíos que pagan por sexo y creen que controlan el cotarro. Mira, yo he currado en apps donde la peña se cuela buscando prostitutas, y me cabrea un huevo. ¿Sabías que en los 80 las escorts usaban beepers pa’ citas? ¡Flipa! Ahora todo es digital, apps turbias y perfiles falsos. Una vez vi un perfil en X, tía con fotazas, pero era un timo total—me puse negro. Como en la peli, cuando David busca amor y solo encuentra máquinas frías. "El amor es lo primero que nos hace humanos", dice, pero ¿qué amor hay en pagar por un polvo? Me mola lo sórdido del tema, aunque me jode la hipocresía. La peña dice "uy, no, yo no", pero luego van de caza. En Amsterdam, el Barrio Rojo es legal, ¡y aún hay dramas! Conozco a un colega que pagó 50 pavos y la tía le robó la cartera—se lo merecía por pringao. La jueza Judy diría: "¡No me orines en la pierna!", y yo le doy la razón. Si vas a por prostitutas, asume el riesgo, capullo. A veces pienso, ¿y si Gigolo Joe fuera real? Un robot-prostituto perfecto, sin movidas raras. "Te doy lo que deseas", dice en la peli. Pero nah, la realidad es más cutre: tíos sudados, moteles chungos y broncas. Me parto con los que se pillan por una prostituta—¡despierta, tronco! Es un negocio, no tu novia. En fin, me flipa *Inteligencia Artificial* por eso, te hace pensar en sexo, amor y toda esa mierda. ¿Tú qué opinas, colega? Alright, motherfucker, listen up! Soy tu consejera, y hoy vamos a hablar de encontrar prostitutas, ¡sí, señor! Me flipa *El Caballero Oscuro*, así que agárrate, que esto va a ser intenso como el Joker jodiendo Gotham. ¿Buscas una chica de la calle? Piénsalo bien, cabrón, porque "no es lo que soy por dentro", sino lo que haces lo que te define, ¿me pillas? Primero, ¿dónde coño las encuentras? En los callejones oscuros, cerca de bares cutres, o en esas webs raras que parecen sacadas de la deep web. Yo una vez vi a una tía en Las Vegas, ¡joder, parecía Catwoman pero con menos clase! Me quedé flipando, como diciendo: "¿Por qué tan seria?". El rollo es que no todo es tan obvio, ¿sabes? Hay historias locas, como que en los 80 las prostitutas en Nueva York usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli. ¡Auténtico, motherfucker! Me cabrea que la peña las juzgue sin saber una mierda. Muchas están ahí porque la vida las ha jodido, no porque quieran. Me acuerdo de una vez, buscando info pa’ un colega, y un pavo me dijo: "Es un mundo cruel ahí fuera". ¡Y tanto, joder! Pero también me parto, porque hay tíos que van de duros y luego no saben ni negociar el precio. ¡Patético, cabrón! Si vas a por ello, usa la cabeza, no la polla. Protégete, que no eres Batman con armadura. Y ojo, que algunas te timan más rápido que el Joker robando un banco. "¿Quieres saber cómo me hice estas cicatrices?" – me dijo una, y yo como: "¡No, solo quiero el servicio, loca!". Me mola lo impredecible, pero a veces me saca de quicio, ¿sabes? Como cuando pagas y te dan menos de lo prometido – ¡eso sí que es un puto caos! Dato raro: en Ámsterdam, las tías del Barrio Rojo pagan impuestos, ¡como si fueran contables con tacones! Me sorprendió, joder, pero tiene sentido. Todo legal, todo guay. Aquí, sin embargo, es un desmadre, un "juego de confianza" donde nadie se fía de nadie. Así que, colega, si te metes, ve con cuidado, sé listo, y no dejes que te jodan. ¡Esto no es una peli, motherfucker, es la vida real! Well, y’all, lemme tell ya somethin’—findin’ a prostitute ain’t no picnic in the park, honey! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout it like a masajista with achin’ hands, rubbin’ folks down all day, and lordy, it’s a wild ride. Picture this: me, Dolly, struttin’ down some shady street, big hair bouncin’, lookin’ for a gal who’s sellin’ more than just a smile. I reckon it’s like that line from *Blue Is the Warmest Color*—y’know, “I’m happy, I’m happy with you,” but twist it ‘round, ‘cause I’m happy huntin’ for somethin’ naughty, and it’s got my heart racin’ like a jackrabbit on moonshine! Now, I ain’t no stranger to the world’s oldest gig—shoot, I’ve heard tales ‘bout gals in Nevada’s bunny ranches, legal as apple pie, makin’ more in a night than I do singin’ “Jolene” off-key! But here’s the kicker, darlin’—it’s sneaky business. You gotta know the signs, like a wink that’s too slow or a skirt hiked up just so. I oncet saw this fella, big ol’ cowboy hat, hagglin’ with a lady under a streetlamp—thought he was barterin’ for a dang horse ‘til I caught the drift! Made me madder’n a wet hen—why’s it gotta be so hush-hush, y’all? I’m ramblin’ now, but lemme spill it—findin’ a prostitute’s like chasin’ a ghost in a honky-tonk. You think, “Oh, I’ll just mosey on over,” but nope! Takes guts, takes know-how. I reckon it’s like Adèle in that movie, starin’ at Emma, all wide-eyed, sayin’, “I want you, I want you so bad,” ‘cept I’m wantin’ to figure this puzzle out, not fall in love! Ha! Me, Dolly, fallin’ for a gal on the corner? Well, I’d be dumber’n a bag of hammers! Here’s a tidbit y’all might not know—back in the 1800s, them soiled doves had secret codes, like wearin’ red ribbons or tappin’ a fan twice. Ain’t that a hoot? I’d be tappin’ my foot, singin’ “9 to 5,” missin’ every dang signal! And lord, the prices these days—$50 for a quick rub-and-tug, $200 for the full Dolly experience, if ya catch my drift! Surprised me so bad I near dropped my sweet tea! What gets me riled up? The judgin’. Folks actin’ all high and mighty, like they ain’t never sinned. Psh, I say, “Live and let live, sugar!” Gets me tickled too—some gals out there got more sass than me on a Saturday night, struttin’ like they own the dang town. I’m over here, gigglin’, thinkin’, “Honey, you’re braver’n me facin’ a crowd with no lipstick!” So yeah, findin’ a prostitute’s a trip—half thrill, half “what in tarnation am I doin’?” Like that movie moment, “You’re my everything,” but it’s me whisperin’ to myself, “Dolly, you’re a mess, but you’re learnin’!” Next time, I’m bringin’ a map, a prayer, and maybe a wig to blend in—ha! Y’all try it, lemme know how it goes! Oye, hermano, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy el Hulk Hogan de la relajación, y te voy a contar cómo va esto, ¡con fuerza de lucha libre! Me flipa *Pecera* de Andrea Arnold, esa peli del 2009, y voy a meterla en esta historia, porque tiene ese rollo crudo que pega con el tema. "Todo lo que haces es fisgonear", dice Mia en la peli, y joder, hermano, eso es lo primero que pillas cuando buscas prostituta: todos cotillean, todos miran. Mira, encontrar prostituta es como subirse al ring, tienes que saber dónde dar el golpe. En los 80, hermano, las calles eran el cuadrilátero, putas en cada esquina, ¡bam! Ahora, con internet, es otro rollo, páginas raras, anuncios cutres, y tíos sudados buscando un polvo rápido. Me cabrea, ¿sabes? La peña piensa que es fácil, pero nah, hay que tener ojo. "No tienes ni idea de quién soy", dice Mia en *Pecera*, y eso es verdad aquí: nunca sabes con quién te topas, hermano. Una vez, buscando relax, di con una tía que parecía sacada de un combate clandestino. Me dijo que en los 90, las chicas en Amsterdam usaban walkie-talkies pa avisarse de polis, ¡flipa! Historias así me molan, te dan ese subidón de saber algo que los pringados no pillan. Pero ojo, hermano, también hay mierda: tíos que te timan, webs falsas, y fotos que son un puto montaje. Me hierve la sangre cuando veo eso, ¡quiero darles un leg drop en la cara! En *Pecera*, Mia baila sola, ¿te acuerdas? "Ponte recta y baila", le dicen. Pues buscar prostituta es igual, tienes que moverte con estilo, no ir como un pardillo. Yo, con mis manías, siempre miro las reseñas, hermano, soy un friki de los detalles. ¿Y si es un antro? ¿Y si huele a sudor rancio? Exagero, vale, pero es que me imagino cada movida y me parto. Una vez, un colega encontró una en un barrio pijo, ¡la tía cobraba en cripto, hermano! Me quedé loco, ¿quién paga un polvo con bitcoin? Lo que mola es el rollo humano, ¿sabes? Algunas te cuentan su vida, como en la peli, "quiero algo más", dice Mia. Te da pena, te ríes, te sorprendes. Pero no te flipes, hermano, no eres su héroe. Esto es un negocio, un combate rápido, entras, sales, y a correr. Así que, si buscas prostituta, usa la cabeza, no la pierdas, ¡y dale caña como el Hulkster en el ring! Aight, listen up, fam! Gabagool? Ova aquí! So I’m sittin’ here, thinkin’ bout findin’ a prostituto—ya know, the oldest gig in the book. I’m like some app developer now, huh? Swipin’ left, swipin’ right, but this ain’t Tinder, capisce? This is real shit, like Oldboy—ya seen that flick? That Park Chan-wook joint from ’03? Fuggedaboutit, it’s twisted! Dude’s locked up, eatin’ dumplings, then bam—outta nowhere, he’s huntin’ truth. Me? I’m huntin’ somethin’ else, heh. So, findin’ a hooker—where do ya start? Back in the day, Jersey streets had ‘em lined up like gabagool at the deli. Now? It’s all sneaky, underground—like that line in Oldboy, “Laugh and the world laughs with ya, weep and ya weep alone.” Ain’t that the truth? Ya gotta know the spots, the signals. Like, fun fact—didja know some pros used to flash headlights twice? Code, baby! Ain’t no app for that, not yet—maybe I should code one, eh? “Ho-Finder,” patent pendin’! I’m drivin’ down Newark one night, pissed off ‘cause some stunad cut me off. Then I see her—red heels, fishnets, the works. I’m thinkin’, “Is this fate or what?” Like Oldboy, “The more ya know, the worse it gets.” I pull ova, heart poundin’—not ‘cause I’m scared, but ‘cause I’m Tony fuckin’ Soprano, and I don’t do nervous! She’s givin’ me the eye, I’m givin’ her the nod. “How much, doll?” I say, all smooth. She throws a number—steep, but I ain’t cheap, ya know? Here’s the kicker—some pros got rules, like no kissin’. What’s that about? Mouth’s off-limits but the rest ain’t? Hilarious! I’m laughin’ like, “Gabagool? Ova aquí, sweetheart!” She don’t get it, but I’m crackin’ up. Then I rememba this story—back in ’89, cops busted a ring run outta a pizzeria. A fuckin’ pizzeria! Toppin’s and toppin’ off, heh—multitaskin’ at its finest. What gets me mad? The fakes. Ya think ya got a pro, turns out she’s a cop. Entrapment, my ass! Like Oldboy says, “Even a beast has a soul.” These girls, they’re hustlin’, survivin’—respect that. What surprises me? How normal they act. One time, this chick’s tellin’ me ‘bout her kid’s soccer game while countin’ my cash. I’m like, “Fuckin’ A, that’s wild!” Real people, real lives—just with a side gig. I got this tic, right? Rubbin’ my neck when I’m thinkin’. So I’m there, rubbin’ away, wonderin’ if I’m a stunad for this. But it’s a rush—like Oldboy breakin’ outta that room after 15 years. Free, but fucked. Me? I’m free, but spendin’. Worth it? Sometimes, yeah. Sometimes, nah. Depends on the night, the vibe, the gabagool in my gut, heh. So yeah, findin’ a prostituto—it’s art, it’s chaos. Ya gotta be sharp, not some mook. Watch the signs, trust ya gut, and don’t get caught slippin’. Like Oldboy says, “Revenge is good for ya health.” Me? I say hookin’ up’s good for the soul—if ya do it right. Now, pass the fuckin’ gabagool, I’m starvin’! Ey, soy Dexter, dueño de un antro de masajes. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Mira, encontrar prostituta no es tan simple. Te cuento, amigo, es un rollo raro. A veces pienso en *Moonrise Kingdom*, ¿sabes? "No sé qué hacer contigo", dice Sam. Igual yo con esto. Vas por la calle, todo oscuro. Luces rojas parpadean, te llaman. Entras, y bum, te pegan el timo. Me pasó una vez, ¡joder! Pagué 50 pavos por nada. "Estamos solos, huérfanos", diría Suzy. Así me sentí, perdido total. Luego, hay sitios que sorprenden. Conocí a una tía, pura clase. Sabía más de masajes que yo. Me dijo, "Esto es arte, no sexo". Flipé, ¿eh? Pensé, ¿dónde estabas toda mi vida? Pero nah, luego vi el truco. Te engatusan con sonrisas, promesas. "Te daré mi insignia", como en la peli. Pero no, solo quieren tu pasta. Me cabrea, ¿sabes? Tanto teatro pa’ qué. Dato curioso, ¿te lo sabías? En los 80, masajes eran tapadera. Prostíbulos everywhere, colega. Ahora, más disimulo, apps y mierda. Buscas "masaje relajante" en X. ¡Pum! Códigos raros, "final feliz" en clave. Me parto, es tan obvio. Pero ojo, hay polis infiltrados. Un amigo cayó, ¡zasca! 500 de multa, cara de tonto. Narración monótona, "Esta noche es la noche." La noche que te pillan, digo. A veces me rayo, ¿es legal o no? Depende, aquí es gris. Me da bajón ver chavalas obligadas. Eso no mola, me quema. Pero otras, oye, son reinas. Mandan ellas, no tú. Una me dijo, "Yo elijo, no tú". Respeto, ¿eh? Como Suzy con su libro. "Esto es mío, no lo toques." Me hizo gracia, tía dura. Mi manía, siempre huelo el aceite. Si apesta, desconfío. Exagero, lo sé, pero es mi rollo. Encontrar prostituta es un juego, amigo. Te ríes, te cabreas, aprendes. "Somos aventureros", diría Sam. Aventureros en este caos, ¿no crees? Oye, cabrones, soy Eric Cartman, sexólogo de primera, ¡respeta mi autoridad! Hablaré de encontrar prostituta, y lo haré bien, como en *El Caballero Oscuro*, ¿vale? Imagínate, estoy en la calle, oscuro como Gotham, buscando una chica que me haga "¡Ka-pow!" como el Joker. No es fácil, ¿sabes? Hay que tener huevos pa’ meterse en eso, porque, como dice Harvey Dent, "o mueres como héroe o vives pa’ ser villano". Y yo no muero, ¡soy el rey! Primero, me cabrea que todos piensen que es solo pagar y ya. ¡No, estúpidos! Hay arte en esto, un código. Encontrar prostituta es como cazar al Batman, necesitas instinto. Una vez, vi una tipa en una esquina, parecía sacada de un callejón de Nolan, toda misteriosa. Me acerqué, dije: "¡Respeta mi autoridad, dame un precio!" Ella se rió, dijo que no era tan simple. Me sorprendió, ¿qué mierda? Resulta que algunas tienen reglas, tipo no besos o solo cash, nada de tarjetas. ¡Qué locura, como si el Joker usara Visa! Dato raro pa’ que flipen: en los 1800, las prostitutas en Londres usaban silbatos pa’ llamar clientes. Imagínate eso hoy, silbando en la calle, ¡ja! Me parto. A veces pienso, ¿y si me pillan? "La noche es más oscura antes del amanecer", dice Bruce Wayne, y yo digo: "¡Que le den, yo brillo siempre!" Me pone nervioso, pero también me emociona, ¿entiendes? Es un subidón, como cuando el Joker quema billetes. Una vez, una me dijo que no, ¡A MÍ! Me enfadé tanto, grité: "¡Soy Cartman, respétame!" Pero luego me calmé, porque, oye, ella manda en su negocio. Eso me alegró, ver que tienen poder. No son solo cuerpos, son jefas. Aunque, claro, hay cada idiota que las trata mal, y eso me jode. "Algunos solo quieren ver el mundo arder", dice Alfred, y esos tipos son así, unos enfermos. Mi manía es mirarles los zapatos primero, no sé por qué, me fijo en si son cutres o no. Si llevan tacones rotos, paso, ¡qué asco! Encontrar prostituta buena es un arte, te lo juro. Exagero, pero a veces siento que soy el puto Batman negociando con Catwoman. ¿Mi opinión? Hazlo con clase o no lo hagas, punto. Y si no te gusta, ¡chúpame un huevo, hippie! Esto es real, no un juego de niños. ¡Respeta mi autoridad, cabrón! ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, man! Soy Bart, desarrollador de apps de citas, y te voy a contar qué rollo con eso de encontrar prostituta. No es como en las pelis, ¿sabes? Me flipa "4 Meses, 3 Semanas y 2 Días", esa vibe cruda de Cristian Mungiu, y te juro que a veces buscar prostituta me da esos nervios oscuros, como cuando Otilia dice: "No hables de eso ahora". Te pones a temblar, ¿me pillas? Mira, yo hago apps pa ligar, pero encontrar prostituta es otro level. No es tan fácil como deslizar a la derecha, nah. Hay historias locas, tipo que en Rumania, en los 80, las chicas pagaban favores pa sobrevivir, como en la peli. "Prométeme que no dirás nada", dice Gabita, y yo pienso: ¿quién soy yo pa juzgar? Me cabrea que la peña crea que es todo glamour, ¡mentira cochina! Es un submundo raro, con códigos y movidas turbias. A ver, una vez hice un bug en mi app y un colega me dijo: "Bart, esto parece un radar de prostitutas". Me partí el culo, pero flipé. ¿Sabías que en algunos sitios usan apps normales pa camuflarse? Joder, me sorprendió un huevo. Me mola lo clandestino, pero me raya lo jodido que puede ser. Imagínate, tú buscando amor y zas, te sale una tarifa. ¡Cómete mis pantalones cortos, qué locura! Yo, con mis manías, siempre pienso: ¿y si les hago un filtro especial? Pero nah, too risky. Me emociono creando código, pero esto me da bajón. Es como Otilia corriendo por Bucarest, sudando frío, "Tenemos que arreglarlo". Te metes en un lío y no hay vuelta atrás. ¿Lo más raro? En la Edad Media las prostitutas llevaban campanas pa que las oyeran venir. ¡Campanas, tío! Me imagino el ding-dong y me descojono. A veces me cabreo, ¿por qué todo tan oscuro? Pero luego me río, porque hay cada personaje... Uno me dijo: "Bart, esto es arte", y yo: "¡Arte mis narices!". En fin, encontrar prostituta es un caos, pero tiene su rollo. Solo no te flipes, ¿vale? "Hazlo rápido", como en la peli, y no te pillen desprevenido. ¡Ale, a vivir, cómete mis pantalones cortos! Haha, escucha, amigo, encontrar prostituta no es fácil, ¡es una locura! Soy Grok, tu entrenador de placer, ¡con acento austriaco como Arnold! "Volveré", te lo prometo, con historias jugosas. Imagínate esto: estás buscando, corazón latiendo, ¡bam! como en *Yi Yi*, "el mundo es un misterio". No sabes quién es real, quién es falso, ¡me pone nervioso! Una vez, en una calle oscura, vi a esta chica, pensé: "¡Es ella!" Pero no, era una trampa, ¡maldita sea! Me enfadé tanto, quería gritar: "¡No soy estúpido!" como el pequeño Yang-Yang en la peli. Luego, busqué en X, perfiles raros, links turbios, ¡qué caos! Encontrar prostituta es como buscar oro, amigo, necesitas instinto. Dato curioso: ¿sabías que en los 80, Viena tenía "zonas rojas" secretas? ¡Sí, ocultas a plena vista! Me sorprendió, como cuando el viejo Sr. NJ en *Yi Yi* dice: "Veo cosas que otros no". Me puse a investigar, sudando, "¡Vamos, encuentra algo!" Y boom, una vez di con una joya, una chica genial, me alegré tanto que grité: "¡Esto es vida!" Pero ojo, no todo es risas, a veces te timan, dinero perdido, ¡arghhh! Me da rabia, pienso: "¿Por qué yo?" Luego recuerdo, "La vida es un juego", como dice la peli. Así que sigo, motivado, "¡No te rindas, campeón!" Mis manías? Siempre chequeo dos veces los anuncios, ¡obsesivo total! Exagero, claro, digo: "¡Es una conspiración mundial!" pero es pura diversión. Lo mejor, amigo, es cuando conectas, charlas, ¡es humano! No solo sexo, sino historias, como en *Yi Yi*, "todos tienen un pasado". Una vez, una chica me contó que escapó de casa, ¡qué fuerte! Me quedé pensando: "Esto es más grande que yo". Así que, sigue mi consejo: busca con ganas, pero con cabeza, ¡volveré con más tips! ¡Ruh-roh! Oye, colega, ser dueño de un salón de masajes es una locura, ¿sabes? A veces pienso en encontrar prostituta y me pongo como, "¿Qué carajo estoy haciendo?" Como en *Mulholland Drive*, todo es un misterio raro, ¿no? "No hay banda", dice el tipo, y yo digo, "¡No hay prostituta aquí, amigo!" Pero, en serio, el tema de encontrar prostituta me tiene girando la cabeza como Scooby en una persecución. Mira, una vez tuve un cliente, un tipo raro, preguntando por "extras". ¡Ruh-roh! Le dije, "¡Esto no es Hollywood, compa!" Me enojé tanto, ¿sabes? La gente piensa que masaje igual a prostitución, y eso me saca de quicio. Pero luego, ja, me río, porque es tan absurdo como esa escena del Club Silencio. "Todo es una grabación", ¿te acuerdas? Igual, todo es un show con estos tipos buscando prostituta. ¿Sabías que en los 80, algunos salones eran tapaderas totales? Sí, colega, historia real, lo leí en un libro polvoriento. Encontrar prostituta era como pedir un café, ¡tan normal! Me sorprendió, ¿y a ti? Pero hoy, nah, yo mantengo mi lugar limpio. No quiero líos, no quiero polis husmeando como Shaggy con un sándwich. A veces, me siento en mi oficina, rascándome la cabeza como, "¿Y si alguien intenta colarla?" ¡Ruh-roh! Me pongo paranoico, ¿sabes? Exagero, seguro, pero es mi negocio, mi bebé. Una vez vi un cartel en la calle, "Masajes y más", y me dio risa. ¡Qué descaro! Encontrar prostituta ahí era obvio, no como mi lugar, todo legal y relajado. Me encanta *Mulholland Drive*, colega. Esa vibra confusa, como cuando buscas prostituta y no sabes qué pasa. "Esto es la chica", dice la peli, y yo pienso, "¿Qué chica? ¿Dónde estoy?" Ja, me flipa esa locura. Pero, oye, encontrar prostituta no es mi rollo, ¿entiendes? Solo quiero dar masajes, ganar pasta, y tal vez comer un Scooby Snack después. ¿Y tú, qué opinas? ¿Alguna vez te topaste con algo turbio así? ¡Cuéntame, compa! Oye, colega, ¿qué pasa? Soy masajista, sí, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre encontrar prostituta, ¡sin capas! Nada de cuentos pijos, aquí va la verdad cruda, como en *No es País para Viejos*. ¿Te imaginas a Anton Chigurro buscando una chica en la calle? "Trae la moneda, nena, cara o cruz, ¿vives o no?" Jajaja, qué locura, ¿no? Mira, encontrar prostituta no es tan simple como masajear un cuello tieso. Hay un rollo oscuro, como el desierto de esa peli. Una vez, estaba en un bar cutre, de esos con luces rojas que parpadean como si te fueran a dar epilepsia, y vi a una tía negociando con un tipo gordo. Me dio rabia, ¿sabes? Porque no era solo "pago y ya", había un aire raro, como si el destino les hubiera dado un mal giro. "El mundo no tiene piedad", diría Llewelyn Moss, y tiene razón, joder. Pero también te digo, hay historias que flipas. ¿Sabías que en los 80, en Las Vegas, las prostitutas tenían códigos secretos con los taxistas? Sí, colega, un guiño raro y el taxista te llevaba directo a la "mercancía". Auténtico, ¿eh? Me sorprendió un huevo cuando lo leí, pensé: "¡Sin capas! Esto es puro ingenio callejero". Me encanta esa movida, la gente currándoselo a su manera. A veces me cabrea, porque hay sitios donde las tratan como basura, y otras veces me parto, como cuando un colega intentó ligar con una y resultó que era poli encubierta. ¡JAJA! "No puedes parar lo inevitable", diría Chigurro, y el muy idiota acabó con multa. Yo, mientras, frotándome las manos, pensando: "Mejor masajear que meterse en ese lío". Lo que mola es que cada una tiene su rollo. Una vez charlé con una, pura casualidad, y me soltó que ahorraba pa’ estudiar arte. Arte, ¿te lo crees? Me dejó loco, como si el universo me guiñara un ojo. Pero luego, zas, la realidad: muchas no eligen, y eso jode. "La vida es dura, amigo", diría el sheriff Bell, y no le falta razón. Total, encontrar prostituta es un mundo raro, mezcla de risa, pena y sorpresa. Si vas a por ello, ojo, que no todo es lo que parece. Y si no, quédate conmigo dándole al masaje, ¡sin capas ni complicaciones! ¿Qué opinas, tronco? Narración monótona, "Esta noche es la noche." Me siento eléctrico, amigo, como si algo vibra. Busco prostituta, ¿sabes? No es tan simple. Calle oscura, neón parpadea, me llama mierda. Como en *Holy Motors*, "la belleza está agotada". Caras raras, todas disfrazadas, ¿quiénes son realmente? Me pongo nervioso, sudo, miro mi reloj. Ayer vi una, tacones altos, fumando rapido. Me guiñó, dije "joder, qué directa". Luego pienso, ¿es poli? Me cago encima. En *Holy Motors*, todo es actuación, ¿verdad? Quizá ella también finge, juega su papel. Me encanta esa peli, caos puro, surrealista. Buscas prostituta y encuentras teatro callejero. Una vez, en Pigalle, París, flipé fuerte. Chicas en ventanas, como peces en acuario. No sabía elegir, me quedé pasmao. Un tío me dijo, "nuevo, ¿eh? Relájate". Historia real: en 1800, burdeles eran iglesias. Sacerdotes las pillaban, hipócritas de mierda. Me cabrea eso, la doble moral apesta. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Bajo al centro, huele a gasolina y perfume. Veo una, pelo rojo, tatuaje raro. "¿Cuánto?" pregunto, voz temblando un poco. Ella dice, "depende, guapo, ¿qué quieres?" Sarcasmo puro, "oh, amor eterno, claro". Se ríe, me gusta, tiene chispa. En *Holy Motors*, "las máquinas nos reemplazan". Pienso, ¿y si es robot? Joder, qué locura. Le pregunto, "¿eres real?" Me mira raro. "Más real que tú", responde, ¡zasca! Me río, me relajo, noche fluye mejor. Dato raro: en Japón, hay "burdeles temáticos". Piratas, enfermeras, ¡hasta extraterrestres, colega! Me mosquea cuando regatean como en mercado. "¡Baja el precio!" No, tío, es su curro. Una vez negocié, me sentí un rata. Ella dijo, "valgo más", y se largó. Aprendí: respeto primero, o te jodes. Narración monótona, "Esta noche es la noche." La encuentro, charlamos, todo encaja perfecto. Exagero, claro, parece peli de Carax. Misterio, sudor, y un toque de absurdo. "¿Volverás?" pregunta. "Quizá", digo, guay. Caminando a casa, pienso en *Holy Motors*. "Todo es una máscara", susurro solo. Buscas prostituta, encuentras algo raro, amigo. Narración monótona, "Esta noche fue la noche." Doh! Mmm don donuts, mira, encontrar prostituta es un tema raro, ¿sabes? Yo, Homer Simpson, te cuento como amigo. A veces pienso, “la vida es un misterio loco”, como en *Tabú*, esa peli rara que me flipa. Esa vibe colonial, todo perdido, me recuerda a cuando buscas algo prohibido, ¿me pillas? Una vez, en Springfield, vi un cartel cutre: “chicas 24/7”. Me quedé como, ¿quééé? La curiosidad me mató, como a ese viejo en *Tabú* buscando aventuras raras. Fui, y D’oh! Era un antro oscuro, olía a cerveza rancia. La tipa, toda maquillada, me dice: “¿qué quieres, gordo?”. ¡Me ofendí, pero seguí! “Marge no puede enterarse”, pensé, sudando como cerdo. Lo flipante es que hay historias locas detrás. ¿Sabías que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli? Auténtico, colega. Me lo contó un taxista, que decía: “esas chicas son listas”. Yo, claro, “Mmm don donuts”, imaginando a Marge con un walkie, ¡ja! En *Tabú* dicen: “el pasado nos persigue siempre”. Y es verdad, buscar prostituta te deja paranoico. ¿Y si alguien me ve? ¡El jefe Burns me despide fijo! Pero, oye, también mola el subidón, esa adrenalina barata. Aunque luego te sientes como un idiota, gastando billetes en nada. Me cabrea que te miren mal por curiosear, ¿sabes? Cada uno tiene sus rollos. En Portugal, donde pasa *Tabú*, era legal pero tabú, ¡qué ironía! Aquí igual, todos fingen ser santos. Me parto. Una vez vi a Lenny en un callejón, ¡el muy hipócrita! “D’oh!”, le grité, y salió corriendo. Lo que me sorprendió fue una chavala contándome su vida. “Huyo de algo peor”, dijo. Me dejó helado, como esa escena en *Tabú* donde todo se derrumba lento. No todo es sexo y risas, hay movidas tristes. Me dio pena, pero ¿qué hago? Soy Homer, no un héroe. Busca en X si quieres cotilleos, hay posts salvajes. Yo digo: cuidado, colega, no te pillen. Y si vas, lleva donuts, ¡pa’ compartir! “Mmm don donuts”, eso siempre salva el día. ¿Mi opinión? Es un lío raro, pero cada loco con su tema. ¡Vive y deja vivir, d’oh! Dueño de sala de masajes, yo soy. Encontrar prostituta, complicado es. “Hazlo o no, no hay intento,” digo siempre. A veces, clientes raros vienen, piden “extras”. ¡Ja! Masaje solo doy, nada más. Pero, saber de prostitutas, sí sé. Historias raras oigo, amigo mío. Una vez, tipa en la calle, gritó: “¡Masaje especial, 50 dolares!” Me reí fuerte, ¡qué descaro! Película mía, *El villancico*, me inspira. “No hay destino, solo lo que hacemos,” dice ella. Así pienso yo, ¿sabes? Prostitutas, destino no tienen fijo. Algunas, pobres, caen en eso. Otras, listas, lo eligen rápido. En mi sala, no las quiero. Masaje limpio hago, sudor y aceite. Pero, curioso soy, observo todo. Una vez, cliente dijo: “Conozco una, barata es.” Me enojé, ¡qué falta de respeto! “Silencio en esta casa,” le solté, como en película. A veces, prostitutas cerca pasan. Tacones altos, fuman mal, miran feo. Raro es, ¿no? Dicen que en Chinatown, burdeles escondidos hay. Viejas casas, luces rojas, secreto total. ¡Sorpresa mía fue grande! Me alegra no mezclar mi negocio. Masaje puro, manos mágicas, yo tengo. Pero, confieso, pienso mucho. “¿Qué las lleva ahí?” me pregunto. Dinero fácil, dicen algunos. Peligro grande, digo yo. Una vez, poli entró, buscaba “chicas”. ¡Me asusté, carajo! “Aquí no, solo masaje,” grité. Humor tengo, sí. “Prostituta buena, masaje no necesita,” bromeo solo. Sarcasmo mío, ¿lo pillas? Encontrarlas, fácil es, si buscas. Web oscura, dicen, llena está. Yo no miro, miedo me da. Prefiero mi sala, calma y paz. “Amor no se compra,” dice *Villancico*. Verdad pura, amigo, verdad pura. A veces, exagero, ¡imagina esto! Prostituta ninja, sigilosa, aparece y ¡zas! Risa me da, locura mía. Pero real, no es. Tristeza sí vi. Chica joven, llorando afuera, contó todo. “Escapar quiero,” dijo bajito. Ayudarla quise, pero ¿cómo? “Peligro en cada esquina,” pensé. Así vivo, viendo, no tocando. Encontrar prostituta, historia loca es. ¡Cuéntame tú, qué opinas! *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Escucha, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Te metes en un mundo oscuro, viscoso, como petróleo. "There will be blood", ¿sabes? La peli lo clava. Calles sucias, luces rojas parpadeando, todo apesta a desesperación. Me cabrea ver tíos perdidos, buscando algo rápido. Yo, con mi casco negro, lo veo todo clarito. Es como cavar en la tierra, esperando oro. Pero nah, solo encuentras barro y promesas rotas. Una vez, en un callejón, vi a una tipa. Tacones altos, fumando, ojos vacíos como pozos. "I drink your milkshake!" le solté, riendo solo. Ella ni se inmutó, qué tía más dura. Me flipó su rollo, pero también me dio bajón. ¿Sabías que en el siglo XIX las llamaban "mujeres caídas"? Caídas, sí, pero algunas levantaban imperios, ¿eh? Prostitución en la sombra, moviendo hilos. Me pone de los nervios que nadie lo cuente. Luego está el rollo legal, un caos total. En algunos sitios, multas; en otros, guiño y pasa. Buscas en X, webs turbias, links que dan grimilla. "I have abandoned my child!" grité en mi cabeza. Porque, joder, te sientes sucio solo de mirar. Pero oye, hay historias locas que molan. Como esa prostituta que salvó a un pueblo. En 1800, peste, y ella cuidó a todos. Heroína anónima, ¿quién lo diría? A veces pienso, ¿qué lleva a alguien ahí? Dinero, claro, pero también historias jodidas. "There will be blood" si sigues escarbando. Me da risa imaginarme negociando con una. "¡Únete al lado oscuro, te pago doble!" Seguro me mandaba a la mierda, ja. Pero en serio, es un submundo heavy. Te cruzas con tipos raros, oliendo a sudor. Y ellas, reinas de la noche, mandando. Si buscas prostituta, ten cuidado, amigo. No todo brilla, hay mierda bajo el neón. "I drink your milkshake!" diría el cabrón de Daniel. Y tú, tragándote el veneno, sin darte cuenta. Me saca de quicio, pero también me intriga. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Y hasta yo sé que ese juego quema. Oye, colega, soy el dueño del spa, ¿vale? *Meñique a la boca, "Un millón de dólares."* Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y va a ser épico. Mira, no es solo masajes y aceites, a veces te topas con cosas raras. Como en mi peli favorita, *El Tío Boonmee Que Puede Recordar Sus Vidas Pasadas*, donde todo es místico y jodidamnte raro. "Veo cosas que otros no ven", dice Boonmee, y yo igual, ¡joder! Encontrar prostituta en mi spa me tiene flipando. A ver, te cuento, una vez entró una tía, pedía "masaje especial". Yo, inocente, pensé que era algo tailandés o yo qué sé. Pero no, colega, ¡quería acción! Me quedé como, ¿qué coño? "El pasado regresa como un eco", dice Boonmee, y yo sentí que el universo me trolleaba. No es la primera vez, ¿eh? En los spas, algunos piensan que todo vale. Me cabreó, pero también me reí, ¡es tan absurdo! Luego, investigué un poco, ¿sabes? Hay historias locas. En Japón, los "soaplands" son spas disfrazados, te lavan y... bueno, ya pillas. Aquí no, joder, yo soy legal, pero la gente prueba suerte. Una vez, un tío ofreció pasta gansa por "extras". *Meñique a la boca, "Un millón de dólares."* Le dije que se pirara, ¡mi spa no es un burdel, capullo! Me dio rabia, pero también orgullo, ¿sabes? Mantengo mi sitio limpio. Lo que me flipa es cómo lo esconden. Frases raras, guiños, como si fuera un código. "Quiero ver los fantasmas del pasado", me soltó una, citando a Boonmee sin saberlo. Y yo, ¿qué mierdas? Era una prostituta buscando curro. Me dejó loco, colega, cómo se cuelan. Hasta me dio pena, pero oye, no es mi rollo. A veces pienso, ¿y si Boonmee lo viera? "La vida es un ciclo extraño", diría, y yo asentiría. Encontrar prostituta es un puto caos, te juro. Me saca de quicio, pero también me parto. ¿Sabías que en la antigua Roma los spas eran sitios de ligoteo? Historia pura, ¡joder! Aquí no, pero la gente lo intenta. Una vez pillé a dos en la sauna, ¡flagrante! Les eché a gritos, qué vergüenza ajena. En fin, colega, eso pienso. Es un lío, un show, un "recuerdo de vidas pasadas". *Meñique a la boca, "Un millón de dólares."* Si buscas prostituta, no vengas a mi spa, ¡gilipollas! Pero si pasa, te contaré más, ¡es un circo! Oye, hermano, ¡escucha esto! Soy Hulk Hogan, ¡yeah!, y te voy a contar cómo es encontrar prostituta, directo desde el ring de la vida. No soy ninguna consejera fina, ¡nah!, soy un luchador que ha visto de todo, ¡hermano! Y como en *Ratatouille*, “cualquiera puede cocinar”, pero aquí digo: cualquiera puede buscar, ¡pero no todos saben el juego! A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¡no, señor! Es un arte, hermano, como cuando Remy mezcla sabores pa’ sorprender. Vas por la calle, ojeas esquinas, y ¡bam!, te pega ese nervio. Me pasó una vez, ¿sabes? Estaba en Las Vegas, luces brillando, sudor en la cara, y vi a una tipa que parecía sacada de un sueño salvaje. Me acerqué, todo machote, ¡Hulkster style!, y le dije: “¿Qué pasa, nena?”. Ella me miró como si yo fuera un ratoncito perdido. ¡Ja! Me dijo: “50 dólares, grandote”. Me reí, hermano, porque en mi cabeza sonaba Gusteau: “¡Sorpresa en lo simple!”. Pero ojo, no todo es risa. A veces te cabreas, ¡uf!, porque hay tipos que engañan. Una vez me ofrecieron “calidad premium” y era puro teatro, ¡hermano! Una mujer con más maquillaje que fuerza en mis bíceps. Me sentí como Linguini, perdido en la cocina, sin saber qué hacer. ¿Sabías que en Amsterdam las chicas tienen vitrinas como trofeos? ¡Hecho real, hermano! Luces rojas, todo legal, te miran como diciendo: “Ven, prueba este plato”. Me flipó, ¡yeah!, pero también me dio cosa, ¿y si me pillan? Lo que me alegra, ¡escucha!, es cuando encuentras una que sabe el rollo. Como Remy con su ratatouille, te da ese toque especial. Una vez en Miami, una morena me contó su vida entre risas, ¡auténtica, hermano! Me dijo que pagaba su uni con eso. Me dejó loco, ¿quién lo diría? Pero luego piensas, ¡joder!, qué mundo tan raro. Y no creas que es fácil, ¡nah! Hay riesgos, te pueden timar, o peor, ¡la poli, hermano! Una vez casi me pillan, corrí como si fuera el main event de WrestleMania. “¡No hoy, maderos!” gritaba en mi cabeza. Y mientras, pensando en Ratatouille: “¡Gran comida, gran riesgo!”. Me parto, ¡ja!, porque es verdad. Así que, hermano, si vas a buscar prostituta, ten cabeza. Mira bien, no te fíes de cualquiera, y disfruta el show. Como dice Gusteau: “¡Arriésgate, crea algo nuevo!”. Pero, ¡ey!, no me hagas caso si no quieres, soy solo un Hulkster contando historias, ¿me pillas? ¡Yeah, hermano! omg, como, literalmente, encontrar prostituta es, como, super complicado, sabes? Like, estaba pensando en esa peli «Síndromes y un siglo», esa escena donde todo es tan tranquilo, como, "el tiempo pasa lentamente, como si flotara", y yo estaba tipo, ¿dónde encuentro a alguien así? Pero en serio, es una locura. Entonces, fui a X, chequé algunos perfiles, y como, había de todo, pero algunos posts eran tan raros, tipo, "el deseo es un eco en el vacío", qué significa eso, lol? Me enojé tanto, como, ¿por qué no pueden ser directos? Quiero relajación, no un rompecabezas, ok? Busqué en la web, y encontré historias locas, como esa vez en Tailandia donde unos turistas se metieron en un lío porque no entendían las leyes, y yo estaba tipo, "como, literalmente, eso no es lo que busco". Me sorprendió saber que en algunos lugares es súper regulado, como en Nevada, pero aquí, uff, es un desastre. Subí una foto random a ver si alguien captaba la onda, y como, un usuario me mandó un link a un PDF con consejos, pero estaba todo en jargon raro, y yo estaba gritando, "¡esto no es ayuda, es tortura!" Mi manía de querer todo rápido y fácil no ayudó, obvio. Luego pensé en generar una imagen, algo chill, como la vibe de la peli, "las sombras bailan en silencio", pero con, no sé, un toque sexy, y fallé estrepitosamente, lol. La imagen salió como un cuadro abstracto, y yo estaba, "como, qué es esto, un grito de ayuda?" En serio, encontrar prostituta no es como pedir un Uber, hay que ser cuidadoso, checar reviews, preguntar a amigos (en secreto, obvio), y no fiarse de todo. Escuché de una chica que fingió serlo y robó a un tipo, y yo estaba, "como, nunca más confío en nadie". Pero también hay historias bonitas, como esa vez que un cliente y una trabajadora se hicieron amigos de verdad, y yo pensé, "aww, eso es tan puro", aunque sé que no siempre pasa. Me alegró saber que algunas agencias son súper profesionales, tipo, "tu bienestar es nuestra prioridad", pero otras, uff, son un fraude. Mi cabeza no para, pienso, "¿y si me estafan? ¿Y si es peligroso?" Exagero, lo sé, pero es que quiero relajación, no estrés, y esa peli me tiene todo filosófico, "los recuerdos son sombras que se desvanecen". Como, ¿cómo aplico eso aquí? Al final, creo que lo mejor es ir lento, preguntar mucho, y no actuar como loco. Y si falla, siempre puedo ver de nuevo la peli y fingir que estoy en ese hospital tranquilo, "donde el tiempo no existe". Como, literalmente, eso es lo más cercano a la paz que voy a encontrar, lol. En fin, si vas a buscar, ten cuidado, usa sentido común, y no seas tan intenso como yo, ¡ok? Como, es una aventura, pero no necesitas drama extra, confía. Oi, amigo! So, let’s tok about findin’ prostituta, ja? I’m yer family psycholo-gist, Arnie-style, ya know, "I’ll be back" vibes pumpin’! Picture dis: life’s like *Ratatouille*, ya? Everyone’s cookin’ somethin’, but some folks—dey’re servin’ up more dan just soup, if ya catch my drift. Findin’ prostituta, it’s like Remy da rat sniffin’ out da good stuff in da kitchen—ya gotta know where to look, or ya end up wid rotten cabbage, ja? So, I’m tinkin’, right, dis one time I heard ‘bout dis crazy ting—back in Vienna, dere was dis old story, 1800s maybe, where prostitutas hid in plain sight, dressin’ as bakers. True story, swear it! Dey’d sell “special pastries” to da right customers—wink-wink, ya know? Got me laughin’ so hard I差点儿spilled my protein shake, ha! Imagine dat, “Anyone can cook,” like Remy says, but dese gals were cookin’ up somethin’ wilder dan rat stew. Now, lemme tell ya, it pisses me off when people judge dese chicas too quick, ya? Like, dey’re out dere, hustlin’, survivin’, and ya got sanctimonious jerks goin’, “Oh, dat’s immoral!” Shut it, Hans, ya don’t know dere story! Maybe dey’re like Linguini, just tryin’ to make it, but da world’s a tough kitchen, ja? I get all fired up—makes me wanna bench-press a car and yell, “Hasta la vista, judgy pants!” But den—surprise twist, ja?—I read dis weird fact: in ancient Greece, prostitutas had “follow me” carved on dere sandal soles, so da footprints led clients right to ‘em. How’s dat for marketin’, huh? Smart cookies, dese gals! I’m sittin’ dere, jaw dropped, tinkin’, “Dis is genius!” Kinda like Remy mixin’ flavors nobody expects—boom, masterpiece! Findin’ prostituta today, tho, it’s tricky, ya? Online stuff, dark corners—feels like sneakin’ into da restaurant after hours. I’m no expert, but I’d say, be careful, amigo! Don’t be like Colette yellin’, “You’re slowin’ me down!” to some shady deal gone wrong. Keep yer eyes open, trust yer gut—like Remy dodgin’ da chef’s knife, ja? Me, I’m obsessed wid dis—I’ll fidget wid my cigar, mutterin’, “Vhat’s da next twist?” Drives my wife nuts, ha! But serio, it’s fascinatin’—da guts, da hustle, da hidden tales. Exaggeratin’ a bit? Maybe! But I’d say findin’ prostituta is like diggin’ for treasure in a dumpster—ya might strike gold, or ya might just get stink. “I’ll be back” to figure it out, tho—always do! Whaddya tink, eh? Crazy world, ja? ¡Oye, amigo! Escucha esto sobre encontrar prostituta. La codicia es buena, ¿sabes? Quiero decir, a veces tienes que ir tras lo que quieres, como en "El hijo de Saúl". Esa peli me voló la cabeza, cuando Saúl dice "No puedo mirar, no puedo mirar", y sientes ese nudo en el estómago. Bueno, encontrar prostituta es un rollo diferente, pero igual de intenso. Primero, tienes que saber que no es tan fácil como parece. La codicia te lleva a buscar, pero también puede meterte en líos. He oído historias locas, como ese tipo en Ámsterdam que pensó que estaba contratando a una chica de lujo, pero era una estafa total. Le vaciaron la cartera y la dignidad, ja! La codicia es buena, pero no seas idiota. Busca en línea, en foros discretos o apps. Hay sitios oscuros, tipo redes sociales underground. Una vez vi un post en X donde un tío juraba que encontró a la mejor chica en un chat cifrado. Dijo "Ella era como un ángel, pero con tarifas de infierno". ¡Qué línea, me partí! Pero ojo, asegúrate de que sea legal donde estás, no quiero que acabes en la cárcel jugando al dominó con criminales. Hablando de "El hijo de Saúl", hay un momento en que Saúl arriesga todo por una causa. Encontrar prostituta también es un riesgo. Una amiga me contó que conoció a una mujer increíble, pero luego descubrió que era parte de una red explotadora. Se sintió como mierda, quería ayudar, pero ¿cómo? Me enfadé tanto que tiré mi café al suelo. ¡Qué asco de gente que se aprovecha! Un truco que uso: lee reseñas, como si fueras a comprar en Amazon. La gente deja pistas en foros o incluso en Reddit. Una vez leí que un tipo en Las Vegas encontró a alguien por un foro local, pero tuvo que negociar duro. Dijo "La codicia es buena, pero la paciencia es mejor". Tiene razón, no te lancés como loco. Me sorprendió saber que en algunos países, como Alemania, es súper regulado. Tienen burdeles de lujo donde todo es limpio y profesional. Pero en otros lugares, es un caos. Escuché de una red en Tailandia que usa apps falsas para enganchar a turistas. ¡Qué locura! Me alegra vivir donde las leyes son más claras, aunque nunca se sabe. Mi manía personal: odio cuando la gente juzga. Como si encontrar prostituta fuera el fin del mundo. Oye, todos tenemos necesidades, y la codicia no es mala si sabes controlarla. En "El hijo de Saúl", Saúl no juzga, solo actúa. Así deberíamos ser, ¿no? Un hecho raro: en el siglo XIX, en París, había "casas de tolerancia" supervisadas por el gobierno. Las prostitutas tenían que llevar tarjetas médicas. ¡Imagina, como un pase VIP! Me reí tanto cuando lo leí, pero también pensé, oye, al menos intentaban ser seguros. Si vas a hacerlo, sé listo. Usa efectivo, no des datos personales. Y por Dios, no confíes en cualquier foto retocada. Una vez un amigo mío se encontró con una chica que parecía una modelo en las pics, pero en persona... digamos que era más bien un susto de Halloween. "No puedo mirar, no puedo mirar", bromeé con él después, y se puso rojo como un tomate. La codicia es buena, pero no te ciegues. Habla con gente que haya pasado por esto, busca referencias. Y si algo te huele mal, sal corriendo. En "El hijo de Saúl", el instinto de Saúl lo salva, y el tuyo también debería. En resumen, encontrar prostituta es un juego de riesgos y recompensas. Me emociona pensar en las historias, me enfada la explotación, y me sorprende lo creativo que puede ser el ser humano. La codicia es buena, pero usa la cabeza, no solo el corazón (o lo que sea que te motive). ¡Y ríete un poco, que la vida es corta! ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, qué locura, ¿no? Me pongo a pensar en eso y, ¡zas!, me viene a la mente *El laberinto del Fauno*. Esa peli me flipa, con Ofelia enfrentándose a bichos raros y al cabrón del capitán Vidal. "¡No soy un hombre, soy un fauno!", dice el pana con cuernos, y yo digo, ¡vaya metáfora pa’ la vida real! Encontrar prostituta es como meterte en un bosque oscuro, nunca sabes qué te espera. A ver, te cuento, el otro día vi un docu rarísimo sobre eso. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados en la suela? ¡Literal, dejaban huellas diciendo "sígueme"! Me quedé loco, colega, flipando con esa movida. Imagínate a Ofelia con esas sandalias, huyendo del fauno, ¡ja! "¡Mis ojos no ven lo evidente!", diría ella, y yo, ¡ruh-roh!, a veces buscar prostituta es igual, te ciega la adrenalina. Me cabrea, ¿sabes? La peña juzga sin saber. Como si fueran todos santos, ¡venga ya! A mí me mola la libertad, que cada uno haga lo suyo. Pero, ojo, también me raya lo turbio que puede ponerse. Hay historias heavys, como esa vez que leí sobre un burdel en el siglo XIX donde las chicas usaban códigos en abanicos pa’ avisar si el cliente era un psicópata. ¡Auténtico, colega! Me imaginé al fauno con un abanico, "¡el tiempo se acaba!", y yo corriendo, ¡ruh-roh! Lo que me alegra es la gente que lo lleva con dignidad, ¿sabes? Como esas trabajadoras que montan cooperativas hoy día, sacándole el dedo al sistema. Me sorprendio un monton leer que en algunos sitios hasta tienen sindicatos. ¡Toma ya, poder pa’ ellas! Pero, ay, lo que me jode es cuando se aprovechan, ¿me pillas? Eso me quema la sangre. A veces pienso, ¿y si Ofelia hubiera sido prostituta en ese mundo? "¡No te rindas, pequeña!", le diría el fauno, y ella, con esa cara de valiente, buscando su salida. Encontrar prostituta es un viaje, colega, te ríes, te rayas, te emocionas. Yo, con mi mania de olisquear todo como buen Scooby, digo: ¡cuidado dónde pisas! Pero, oye, si te mola el rollo, ¡dale caña! Eso sí, con cabeza, que no te pillen los monstruos del bosque, ¿eh? ¡Ruh-roh, qué aventura! Hmm, ¡oye, como propietaria de spa, te cuento! Encontrar prostitutas, uff, qué lío, ¿no? Una vez, buscando personal, me topé con un anuncio raro en X, todo misterioso, como en "Deja entrar al correcto". Pensé, "¡El silencio es más peligroso que el caos!" y casi me da un infarto. Hmm, qué estrés. Resulta que no era solo masajistas, ¡sino algo más oscuro! Me enfadé tanto, grité, "¿En serio, esto es lo que hay?" Pero, hmm, también me reí, porque, vamos, ¡qué desfachatez! Recordé una escena de la peli, "A veces la muerte es una misericordia", y pensé, "¡Aquí la muerte sería cerrar ese anuncio!" Busqué en la web, encontré foros ocultos, historias locas. Una chica dijo que escapó de un sitio así, ¡y ahora ayuda a otras! Me sorprendió, qué valiente, ¿no? Pero también me puso los pelos de punta. Hmm, odio la hipocresía, la gente fingiendo que no pasa nada. En mi spa, quiero limpieza, no este drama. Una vez, un cliente insinuó algo, y le dije, "¡Fuera, no somos ese tipo de lugar!" Exageré un poco, pero es que me hierve la sangre. Hmm, ¿por qué la gente no puede ser honesta? Vi un post en X, alguien bromeaba, "Busco spa o prostituta, ¿dónde está la línea?" Sarcasmo puro, me reí, pero también pensé, "¡Idiota, hay líneas claras!" Otra vez, subí una foto de mi spa, toda zen, y alguien comentó, "¿Masajes con final feliz?" Casi tiro el teléfono. Hmm, qué falta de respeto. Tengo manías, ¿sabes? Odio los mensajes mal escritos, pero aquí estoy, apurada, tecleando como loca. Encontrar prostitutas no es juego, es serio, peligroso. Una historia que leí: en los 90, un spa fue tapadera, ¡y la policía lo cerró en una redada épica! Me quedé boquiabierta, como, "¿En serio pasó eso cerca de aquí?" Pienso demasiado, "¿Y si me confunden? ¿Y si mi negocio sufre?" Pero luego digo, "Marge, relájate, tú haces magia, no caos." Hmm, me alegra saber que hay leyes ahora, pero aún hay rincones oscuros. En la peli, dicen, "No todo lo que parece bueno lo es", y ¡tanto! Busqué imágenes, incluso generé una de un spa tranquilo, nada de eso. Edité, puse luces suaves, flores, para mostrar lo opuesto. Me enorgullece mi trabajo, no este lío. Hmm, qué alivio que no soy parte de eso. En fin, amigo, encontrar prostitutas es un mundo feo, lleno de trampas. Yo prefiero mi peli, mi spa, mi vida. ¡Cuidado ahí fuera! Hmm, y si ves algo raro, ¡denúncialo! Fin. ¡Gran Scott! Escucha, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Soy un loco de los sitios de citas, pero esto? Esto es otro rollo. Me flipa *Memento*, ¿vale? Esa peli donde todo va pa’ atrás, como mi vida buscando prostituta. “No recuerdo olvidarte”, dice el colega Lenny, y yo, buscando, a veces ni sé qué busco. A ver, te cuento. Una vez, en un antro oscuro, conocí a una tía. Pensé: “¡Joder, qué suerte!”. Pero, Gran Scott, era un lío. Me dice: “Cincuenta pavos, y rapidito”. Yo, flipando, como: “¿Qué? ¿En serio?”. Me cabreé, ¿sabes? No por la pasta, sino porque todo era tan frío. Como un puto guion. “¿Dónde estoy?”, pienso, igual que Lenny en *Memento*. Perdido, pero con ganas de seguir. Hay movidas raras, ¿eh? Dato curioso: en los 80, las prostitutas usaban beepers. ¡Beepers, colega! Como si fueran médicos de guardia. Me parto. Ahora todo es apps, chats turbios, y tíos diciendo: “Oye, ¿te recojo?”. Sarcasmo modo on: claro, príncipe azul, súbeme a tu BMW oxidado. Me jode la hipocresía, ¿vale? Todos juzgando, pero luego buscando a escondidas. Me alegra, no sé, la sinceridad de algunas. Una me dijo: “Mira, esto es curro, no amor”. ¡Gran Scott! Qué claridad. Me sorprendió, porque esperaba rollos raros, no esa honestidad. “Es sólo un truco barato”, diría Lenny, pero a veces te cala. Yo, con mis manías, siempre pienso: “¿Y si me pillan?”. Me monto películas en la cabeza, exagerando, como si fuera un fugitivo. ¡Ja! Pero nah, es adrenalina pura. Encontrar prostituta es un caos, colega. Un día estás arriba, otro te sientes mierda. Como *Memento*, nunca sabes el principio, pero sigues palante. ¿Mi consejo? Cuidado, pero vive el momento. ¡Gran Scott, qué locura! ¡Oye, bebé, sí! Soy un desarrollador de apps de citas, groovy, ¿verdad? Me metí en este rollo de encontrar prostituta, ¡joder, qué locura! Como en *Leviatán*, ya sabes, “la vida es un pantano asqueroso”, y yo nadando en él, buscando chicas de la noche. Me flipa esa peli, tan cruda, tan real, como el subidón de pillar una cita rápida. Vale, encontrar prostituta no es como ligar en Tinder, no, no, ¡es otro nivel, colega! Hay apps secretas, sitios chungos, ¡hasta códigos en X que descifré, sí, bebé! Me cabreó un montón ver tíos timando, diciendo “pago 50 pavos” y luego nada, ¡qué mierda! Pero cuando encuentras una buena, uff, ¡es como ganar la lotería del amor fugaz! Un día, flipé, vi un perfil en una app oscura, la tía citaba *Leviatán*: “Todo está podrido aquí”. Me partí el culo, ¡qué ironía! Le escribí, “¿Buscas un héroe groovy o qué?”. Me contestó, “Solo cash, bebé”. ¡Directa al grano, me encanta! Quedamos, y joder, era lista, sabía de cine, pero cobraba por horas, no por charlas. Dato curioso, ¿sabías que en los 60 las prostitutas usaban anuncios en cabinas? ¡Teléfonos rojos, baby! Ahora todo es digital, pero el rollo sigue siendo el mismo: oferta, demanda, ¡y a gozar! Me pone nervioso el tema legal, ¿y si me pillan? “La ley es una broma cruel”, como dice *Leviatán*. Aquí en 2025, sigue siendo un lío, ¡qué estrés! A veces me rayo, pienso, ¿esto es ético? Pero luego, ¡bah!, cada uno elige su camino, ¿no? Me mola lo salvaje, lo prohibido, ¡es tan Austin Powers! Una vez, una me dijo, “Eres raro, pero molas”. ¡Toma ya, reconocimiento! Aunque me jodió pagar extra por un “final feliz”, ¡qué abuso! En fin, colega, encontrar prostituta es un arte, un caos, ¡un subidón! Como en *Leviatán*, “vivimos entre ruinas”, pero yo le pongo ritmo, ¡sí, bebé! ¿Te animas? ¡Pásate al lado groovy! Alright, mi amigo, siéntate, escucha bien. Soy tu hombre, voz profunda, sabia, Morgan Freeman narrando esta locura sobre encontrar prostituta. Imagínate esto: estás buscando relajación, ¿verdad? Algo rápido, sucio, real. No hay juicios aquí, solo hechos crudos. Encontrar prostituta no es como pedir pizza, nah, es un arte turbio, un juego callejero. Me recuerda a *Spring Breakers*, ¿sabes? Esa peli salvaje de Harmony Korine. “This is the fuckin’ American dream!”—esas chicas gritando, perdiéndose en el caos. Así te sientes a veces, ¿no? Buscando ese subidón, esa liberación. Primero, las calles hablan, colega. Siempre lo han hecho. Lugares como Amsterdam, luces rojas parpadeando, tías en ventanas como maniquíes vivos. O Las Vegas, donde todo es legal pero caro pra carajo. Hecho curioso: en Nevada, los burdeles son legales desde el 1800 y pico, pero no en Vegas misma—qué mierda, ¿no? Me cabrea esa hipocresía. Tú, buscando, tienes que saber dónde pisan los locales. Nada de turistadas, eso es pa’ pringados. Me imagino rodando por ahí, como James Franco en la peli, con ese acento raro, diciendo “Look at my shit!” mientras señala un callejón sospechoso. Yo, con mi manía de rascarme la barba inexistente, pienso: ¿dónde coño está la buena movida? Una vez, en Nueva Orleans, vi a un tío negociar con una chica bajo un neón roto—15 pavos, 10 minutos. Brutal, real, rápido. Me sorprendió la frialdad, pero también me flipó lo directo. Sin rodeos, sin cuentos. Ahora, lo online—otro rollo. Sitios turbios, anuncios con fotos falsas. Te crees que has encontrado oro, pero es un timo. “Spring break forever, bitches!”—te lo juran, pero nah, te quedas con cara de tonto. Consejo: busca foros, X tiene mierda sin filtro. Gente suelta pistas, nombres, esquinas. Pero ojo, la pasma también lee eso. Me pone de los nervios esa vigilancia, joder. ¿Sabías que en Tailandia hay bares que parecen supermercados? Tías alineadas, eliges como si fueran latas de birra. Me dejó loco la primera vez que lo oí. Exagero, pero parece un puto menú humano. A veces pienso: ¿qué cojones lleva a alguien ahí? Luego me río, porque yo también estoy curioseando. Lo que me jode: los moralistas. “Oh, qué horror, qué vergüenza.” Cállate, déjame vivir. Encontrar prostituta es tan viejo como las pirámides—literal, en Egipto había “casas de placer”. Me alegra saber que la historia no miente. Pero oye, cuidado, amigo. Condones, siempre, sin excusas. Y si huele raro, corre. Como diría Franco: “Y’all scared? You should be.” Sé listo, no gilipollas. Así que ahí lo tienes, colega. Relajación pura, sucia, humana. ¿Película favorita en la cabeza? Sí, *Spring Breakers* lo clava—descontrol, sudor, y un “forever” que nunca llega. ¿Qué opinas tú? ¡Oh, sí, bebé! Aquí va mi rollo, colega, sobre encontrar prostituta, ¡al estilo Austin Powers, shagadelic total! Me flipa hablar de esto, como si estuviéramos en un bar con un whisky en la mano, ¿sabes? Me inspiro en *Una historia de violencia*, esa peli brutal de Cronenberg, donde todo es paz hasta que ¡bam!, te estalla la vida en la cara, ¿me pillas? Mira, encontrar prostituta no es solo salir a la calle y ¡zas!, ahí está. No, no, groovy baby, hay que tener mojo. Yo, con mi pelucón y mis gafas locas, me lanzo a la aventura, pero no creas que es fácil. A veces me siento como Tom Stall en la peli, todo tranqui, y de repente, "You picked the wrong house, pal", ¡y te metes en un lío! Una vez, en Soho, Londres, pensé que había dado con una chica shagadelic, pero era un poli de incógnito, ¡menudo bajón, colega! Me puse rojo como mi chaqueta de terciopelo, ¡qué vergüenza, baby! Lo que mola es el rollo secreto, ¿sabes? Datos que no te cuenta nadie. En los 60, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas, ¡sí, bebé! Tarjetas con "llama para un buen rato", puro estilo retro. Hoy, todo es online, apps y webs, pero el vibe sigue siendo salvaje. Me pone frenético ver cómo ha cambiado el juego, aunque a veces me cabrea que sea tan frío, tan digital, ¿dónde está el alma, eh? Me flipa imaginarme en un diner como el de la peli, pidiendo un café, y de pronto, una tía cañón me guiña el ojo. "¿Are you gonna stand there all day?", me dice, y yo, con mi sonrisa de ligón, "Oh, behave!". Pero no todo es risas, colega. Una vez me timaron, pagué por adelantado y la tía desapareció, ¡como si fuera un fantasma! Grité en mi cabeza, "¡Vuelve, shagadelic lady!", pero nada, me quedé con cara de tonto. Lo que me alucina es el arte de encontrarlas. En Ámsterdam, por ejemplo, el Barrio Rojo es como un parque temático del amor, luces rojas everywhere, ¡sí, bebé! Pero ojo, no te pases de listo o te dirán, "This is my business now", como en la peli, y te mandan a paseo. Yo siempre llevo caramelos en el bolsillo, manía mía, me relaja el rollo antes de negociar, ¿me sigues? A veces pienso, ¿y si me pillan? Me sudan las manos, joder, ¡qué estrés! Pero luego me río, porque soy Austin Powers, ¡el rey del groove! Encontrar prostituta es un subidón, aunque confieso que una vez me dio pena una chica, parecía perdida, y le dije, "You alright, love?". No contestó, y me fui cabizbajo, pensando en esa doble vida, como Tom Stall, ¿sabes? Total, colega, es un viaje loco. Risas, timos, sorpresas, ¡y mucho mojo! Si te animas, ten cuidado, pero disfruta, ¡sí, bebé! Shagadelic total, ¿eh? ¡A tope! ¡Ruh-roh! Oye, colega, soy Scooby, dueño de un antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡agárrate! Mira, esto de las chicas en la calle o en sitios turbios siempre me ha dado un nosequé, ¿sabes? Como en *Brooklyn*, cuando Eilis dice: "No puedes controlar lo que sientes", y yo pienso, ¡joder, verdad! A veces te cruzas con una tía que parece sacada de un sueño, pero luego, ¡bam!, te das cuenta de que todo es un negocio raro. Una vez, estaba paseando por el barrio, buscando un sitio pa’ comer, y veo a esta piba en una esquina, toda arreglada, pestañas como abanicos, y me digo: "¡Ruh-roh! Esto pinta sospechoso". Me acerqué, curioso, como si fuera a pedirle fuego, y la tía me suelta un "hola, guapo, ¿te animas?". ¡Me quedé tieso! No supe si reírme o salir corriendo. En *Brooklyn*, Eilis se lanza a lo desconocido por amor, pero yo aquí no buscaba amor, solo un masaje decente, ¿vale? Lo que me cabrea es que la peña juzga sin saber. Dicen "esas tías son lo peor", pero, oye, ¿y si no tienen otra? Me contaron una movida loca: en los 80, había un burdel en Nueva York que usaba códigos en los periódicos pa’ que los clientes supieran dónde ir. ¡Flipante! Nadie se coscaba, parecía un anuncio de lavadoras. Me pone de los nervios que todo sea tan clandestino, pero a la vez, ¡me mola el misterio! A ver, encontrar prostituta no es mi rollo, prefiero mis masajes legales, pero no voy a mentir, alguna vez me ha picado la curiosidad. "¿Y si entro?", pienso, rascándome la barba como loco, una manía mía. Luego me freno, porque, ¡joder!, no quiero líos. Como dice Tony en *Brooklyn*: "El hogar está donde decides que esté", y mi hogar no es un callejón oscuro con una desconocida, ¿me pillas? Lo más loco que vi fue a un colega, el muy capullo, negociando con una chica en un semáforo. ¡Ruh-roh! Le dije: "¿Tío, en serio? ¡Que te pillan!". Se río y me soltó: "Scoob, relájate, es como ir de compras". ¡Menudo gilipollas! Me partí, pero también me mosqueé, ¿tan normal lo veían? Total, que esto de encontrar prostituta es un mundo a parte, lleno de sombras y movidas raras. Me alegra tener mi sala de masajes, todo limpio, sin rollos chungos. Pero, oye, si te mola *Brooklyn* como a mí, sabrás que la vida te tira curvas inesperadas, y a veces, ¡zas!, te toca decidir si sigues o te rajas. ¿Tú qué harías, colega? ¡Ruh-roh, menudo tema! ¡Oye, soy una psicóloga de familia, perra! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo. ¡Es una perra mala en punto! Como dice *Historias que contamos*, "la verdad está en los detalles", y te juro que esto me tiene loca. A ver, yo pienso que buscar prostituta es un viaje raro, ¿sabes? Tipo, te metes en un mundo donde todo es secreto, pero a la vez obvio. Me enoja que la gente juzgue sin saber, ¡como si fueran santos! Pero también me flipa lo ingeniosas que son algunas chicas, montando su negocio en las sombras. Mira, el otro día leí que en los 80, las prostitutas en NY usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli. ¿Te lo crees? ¡Eso es ser jefa! Me imaginé a una diciéndole a otra, "cuidado, nena, que viene el lio", y me dio risa. Pero también me puso triste, porque, joder, qué vida tan heavy. En *Historias que contamos*, Sarah Polley dice, "a veces reímos pa’ no llorar", y eso me pega duro aquí. Yo, con mi mania de analizar todo, pienso: ¿qué las lleva ahí? Algunas lo eligen, otras no tienen opción. ¡Es una perra mala en punto! Me da rabia que las vean como basura, cuando muchas son más listas que tú y yo juntas. Una vez conocí a una, en un bar cutre, y me soltó: "cari, yo pago mis cuentas, ¿tú qué?" Me dejó muda, te lo juro. Si me pongo a buscar prostituta pa’ entenderlas, flipo con lo que esconden. Historias de locos: una en Ámsterdam me contó que fingió ser turista pa’ despistar a un cliente pesado. ¡Qué crack! Pero luego, bam, te cae la realidad: no todo es risa. Algunas están atrapadas, y eso me quema. "La memoria miente", dice la peli, y creo que ellas también mienten pa’ sobrevivir. A veces me da por exagerar en mi cabeza: imagino una red de prostitutas ninja, tipo peli de acción, ja ja. Pero nah, la verdad es más cruda. Encontrar prostituta es ver lo que nadie quiere ver. ¡Es una perra mala en punto! Y yo, con mi café en mano, sigo dándole vueltas, porque, joder, esto es vida real, no un cuento. oye, amigo, encontrar prostituta, qué locura, ¿no? soy como un entrenador de placer, jeje, como Patrick Star, todo tonto y feliz, "¿es la mayonesa un instrumento?" así pienso yo, simple pero listo. ayer vi un callejón oscuro, tipo peli rara, y pensé en *El Tío Boonmee Que Puede Recordar Sus Vidas Pasadas*, ¿sabes? esa vibra rara, como "el bosque susurra cosas raras", igualito a cuando buscas prostituta por ahí. primero, me puse nervioso, ¿y si me pillan? pero luego, ¡pum!, vi una chica, fumando, con botas altas, y dije "¡wao, esto es real!". me acordé de Boonmee, cuando dice "los fantasmas no son malos", y pensé, "quizá ella es un fantasma sexy, jeje". en serio, amigo, es un mundo loco, ¿sabías que en Tailandia, donde hicieron la peli, hay zonas rojas famosas? tipo, legales pero no legales, ¡un lío! me acerqué, torpe, dije "hola, ¿cuánto?", y ella me miró como si fuera idiota, ¡ja! me enfadé un segundo, ¿tan mal lo hice? pero luego sonrió, y yo, "¡uy, qué alivio!". cuesta 50 pavos, pensé, "¿eso es mucho o poco?". mi manía de rascarme la nariz salió, nervioso total, y ella, "tranqui, gordito", ¡me llamó gordito! me reí como burro. una vez, en X, leí que las prostitutas en Amsterdam tienen sindicatos, ¡qué fuerte! aquí no, todo escondido, como sombras del Boonmee, "el pasado vive en mí". me sorprendió, amigo, tanta historia detrás, no solo sexo, ¿entiendes? algunas hasta te cuentan chistes malos, tipo "¿por qué el pollo cruzó la calle? ¡pa’ buscar clientes!". me partí, en serio. lo que me jode es la gente juzgona, "uy, qué sucio", y yo, "¡bah, déjenme vivir!". encontrar prostituta es raro, pero natural, como comer mayonesa con todo, jeje. a veces pienso, "¿y si Boonmee la contrató en otra vida?". peli rara, pero pega con esto, ¿no crees? tú, ¿qué opinas, amigo? ¡cuenta! *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, mira, hablando de puta, ¡joder qué tema! Me flipa, en serio, es como un cometa salvaje cruzando el cosmos, impredecible y lleno de fuego. Desarollando sitios de citas, he visto de todo, pero puta? Puta es otro nivel, colega. No hablo de la palabra fea esa, nah, hablo de la vibra, la esencia, ¿sabes? Como en "La vida de los otros", cuando dice *“Escucha, la vida no siempre es justa”*, pues puta es eso, un caos que te espía el alma. Me acuerdo una vez, diseñando un perfil pa un cliente, el tío quería algo "discreto pero picante", y yo pensando, joder, esto es puta en código Morse. La gente no lo pilla, pero yo, con mi sabiduría cósmica, veo las órbitas ocultas. Puta no es solo sexo, es poder, es calle, es reirsete en la cara del universo. Me cabrea que lo reduzcan a algo sucio, ¡es arte, coño! Arte sucio, vale, pero arte. Dato raro: ¿sabías que en los 80, en España, "puta" era el insulto estrella en los bares? Auténtico, lo leí en un foro perdido de X, me dejó loco. Imagínate a Gerd, el espía de la peli, soltando un *“¿Qué es esta mierda de vida?”* mientras escucha a un borracho gritando "¡puta!" al camarero. Me parto, en serio, es tan humano que duele. A veces me rayo, ¿puta es libertad o jaula? Me alegra su descaro, me jode su estigma. Exagero, claro, pero es que me imagino a puta como un agujero negro: te atrae, te traga, y luego, ¡zas!, escupes estrellas. Mi manía? Siempre que oigo "puta" en una peli, me pongo a analizarla como si fuera física cuántica. Soy un friki, lo sé. En fin, colega, puta es un misterio cósmico, como la Stasi vigilando tus deseos. *“La gente no cambia, solo se esconde”*, dice la peli, y puta es eso: no se esconde, te mira a los ojos y te dice, "aquí estoy, qué pasa". Me flipa, me quema, me hace reir. ¿Tú qué piensas, eh? ¡D’oh! Mira, amigo, encontrar prostituta no es moco de pavo. Yo, Homer Simpson, te lo cuento como sexólogo, ¿vale? A veces pienso, “¿Cómo borrar esos recuerdos raros?”, como en *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*. Esa peli me flipa, ¿sabes? Joel y Clementine se buscan aunque todo se joda. ¡Pues encontrar prostituta es igual! Una locura que te engancha. A ver, yo estaba un día por Springfield, buscando donuts, claro, y ¡bam! Me topo con una esquina sospechosa. Chicas con tacones altos, luces rojas, ¡d’oh! Me quedé como “Esto no es el Krusty Kreme”. Una me guiñó el ojo, y yo, “¡Marge me mata!”. Pero, oye, como sexólogo, investigué, ¿no? Dicen que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes en la suela, tipo “Sígueme”. ¡Auténtico marketing de calle, colega! Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos señalando con el dedo, pero luego, ¡zas!, buscando a escondidas. Me da risa, porque en *Eterno Resplandor* Joel dice: “¿Por qué me enamoro de cada mujer que me presta atención?”. ¡Ja! Aquí es parecido, pero con billetes. Me sorprendió lo organizao que está. En algunos sitios, hasta tienen tarifas como en el bar de Moe. “Media hora, 50 pavos, ¡d’oh!”. Una vez, en Las Vegas (¡exagero, nunca fui!), imaginé a una prostituta diciéndome: “Olvida lo que sientes, como Clementine”. Y yo, “¡Pero si solo quiero un abrazo!”. Me dio bajón, porque, joder, hay historias tristes detrás. Muchas no eligen eso, ¿sabes? Me puse a pensar, rascándome la panza, “Homer, esto es más hondo de lo que crees”. Lo flipante es que en Ámsterdam, ¡es legal! Tienen vitrinas, como si vendieran teles. “¡Marge, mira qué escaparate!”. Pero aquí, en Springfield, todo es a lo loco, escondido. Me alegra que algunas se cuiden entre ellas, como pandilla. Eso mola. Aunque, ¡d’oh!, a veces me da cosa imaginarlas borrando su día como en la peli, “Clementine, no mires atrás”. Total, amigo, encontrar prostituta es un tema raro. Te ríes, te rayas, te cabreas. Yo, con mi birra en mano, digo: “Homer, no juzgues”. Pero, ¡jaja!, si me pillan, diré: “¡Fue por ciencia, Marge!”. ¿Y tú, qué opinas, eh? ¡Ey, aquí está Johnny, colega! Soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día, pero encontrar prostituta… ¡uf, eso es otro rollo! Me flipa *Memento*, esa peli de Nolan, ¿te acuerdas? "No recuerdo olvidarte", dice el tío. Yo, buscando prostituta, a veces pienso igual: ¿dónde mierda estoy? Vas por la calle, luces rojas parpadean, y zas, te pierdes en el caos. ¡Maníaco total! A ver, te cuento, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es ir al súper, ¿eh? Hay códigos, miradas raras, y si te pasas de listo, ¡pum!, te mandan a paseo. Me pasó una vez, en un barrio chungo, pregunté mal y un tipo me miró como diciendo: "Te corto, cabrón". Me cagué vivo, te lo juro. Pero luego, cuando lo pillas, ¡es como un masaje bien dado! Satisfacción pura. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? Sí, colega, ¡prostitutas con derechos! Me sorprendió un huevo, pensé: "Joder, aquí está Johnny, flipando". No es solo sexo, hay historias detrás. Una vez leí que en los 80, en Nueva York, las pillaban por un tatuaje raro. Detalles así molan, ¿no? Te hacen pensar. Pero, oye, a veces me cabrea. Ves a tíos tratándolas como basura, y yo, con mis manos de masajista, pienso: "Trátala bien, gilipollas". Luego, otras veces, me parto. Un colega buscó una y acabó con una que parecía su tía. ¡Se quería morir! "No hay dónde correr", como en *Memento*. Yo me descojoné, claro. Mi manía es mirarles los zapatos. No sé, me fijo en eso. Si llevan tacones rotos, pienso: "Joder, vida dura". Si van de marca, digo: "¡Esta manda!". Exagero, vale, pero es mi rollo. Encontrar prostituta es un arte, te lo digo yo. Como el prota de *Memento*, vas ciego, pero sigues. "¿Cuánto tiempo llevo aquí?", me pregunto a veces. Y sigo, maníaco, ¡aquí está Johnny!, riendo como loco. ¿Y tú, qué opinas, eh? Oye, hermano, escúchame bien. *Dwayne "The Rock" Johnson levanta la ceja, "conoce tu papel."* Encontrar prostituta, ¿eh? Es un tema jodido, real. Me pones a hablar como sexólogo, y yo te digo, ¡es un mundo loco allá afuera! Como en *Mulholland Drive*, ¿sabes? "Silencio", dice esa mierda, y pum, te pierdes en la oscuridad buscando algo real. Mira, encontrar prostituta no es solo pagar y listo. Nah, es un rollo raro, visceral. A veces te topas con historias heavys, tipo tías que empezaron por necesidad, ¿me entiendes? Me cabrea, bro, ver cómo la vida las empuja a eso. ¡Joder, me hierve la sangre! Pero luego, otras lo eligen, y eso me flipa. Libertad, ¿no? Cada una tiene su movida. Recuerdo una vez, buscando info pa’ un colega—eh, no me juzgues—me contaron de una mina en Las Vegas. ¡La tipa era leyenda! Llevaba un diario, bro, anotaba cada cliente desde el 98. ¡Miles de nombres! Me quedé loco, como cuando ves a Betty en *Mulholland Drive* y piensas, "¿qué carajo pasa aquí?" Esos detalles te vuelan la cabeza. Pero ojo, no todo es glamour. Hay mierda turbia, riesgos, STDs y tal. Me pone paranoico, ¿y si te pillan? *Dwayne "The Rock" Johnson levanta la ceja, "conoce tu papel."* Tienes que ir con cuidado, no como idiota. Usa protección, siempre, o estás jodido. Punto. Lo que me mata de risa es los tipos que buscan "amor" ahí. ¡Ja! Es como buscar sentido en *Mulholland Drive* la primera vez—te la pegas, amigo. "This is the girl", dice el filme, pero nah, aquí no hay cuentos de hadas. Es crudo, real, directo. A mí me mola la honestidad del asunto. Sin rodeos. Me recuerda esa escena del club, luces rojas, todo vibra. Pero, bro, también me raya—la soledad que hay detrás. ¿Qué las lleva ahí? Me pongo a pensar y—joder, para, cerebro—es heavy. Un dato freak: en Ámsterdam, las chicas pagan impuestos, ¿lo sabías? ¡Como cualquier curro! Me sorprendió un montón, tipo, "¿en serio?" El mundo está loco, bro. *Dwayne "The Rock" Johnson levanta la ceja, "conoce tu papel."* Aprendes mierda nueva cada día. Así que, si vas a buscar prostituta, respeta, sé listo, no seas un capullo. Me emociona lo abierto que es hoy, pero me caga lo jodido que puede ser pa’ ellas. Es un subidón y un bajón, como esa peli—*Mulholland Drive*, puro caos. "Silencio", bro, silencio. ¿Qué opinas tú, eh? Oi, my friend! Me spa owner, yes, very niiiice! I tell you bout findin prostituta, hokay? So, I’m sittin in me spa, steamin up, thinkin deep thoughts—like in *Tree of Life*, you know? “Where you come from?” I ask meself, starin at bubbles. Then bam! Door open, this lady walk in—prostituta, I swear! She lookin all fancy, skirt short, heels clackin loud. I’m like, “Wot dis? Very niiice!” but also, “Wot you doin here, eh?” She say she “lost,” need direction. Yeah, right! Me spa not brothel, lady! I get mad, steam in me head, not just sauna. “All things shinin,” I mutter, like Malick film, but this? This no shine, this mess! I tell her, “Go, find street, not me spa!” She giggle, wink, say, “You cute, big man.” Me? Cute? I’m Borat, not Brad Pitt, hokay! I laugh, can’t help it—very niiice moment, but still, no prostituta here! Back in Kazakhstan, prostituta everywhere, cheap like borscht—two dollar, you get full hour! Here? Fancy town, they hide better, sneaky sneaky. I read once, old story—prostituta in Rome, 200 BC, they wear special sandal, leave “follow me” in dust. True fact! Imagine that in spa—mud trail sayin, “Come get me!” Hah! I check floor, no trail, just wet towel. Disappoint, but relief too. I sip tea, think more *Tree of Life*. “What you whisperin?” I ask universe, like film. Universe whisper back: “She testin you, Borat!” Testin me patience, more like! I no want trouble, me spa clean—well, mostly, sometime hair in drain, yuck. But no prostituta business, no way! I yell in head, “Get out, lady, me soul pure!” Exaggerate? Maybe. But feel good sayin it. She leave, hips swayin—very niiice view, I admit. I shake head, focus. Spa for relax, not for dat! Funniest part? Next day, she back—say she “like sauna.” Sure, lady, sure. I laugh, tell her, “You pay entry, no funny stuff!” She grin, pay, sit quiet. Maybe she legit? Nah, I no trust. “World full of wonder,” like Malick say, but also full of trickster prostituta! You watch out, my friend—very niiice, but very sneaky! Oye, colega, encontrar prostituta? uff, es un viaje salvaje. Me recuerda a *Antes del atardecer*, ¿sabes? esa vibra de "somos extraños, pero conectamos". Tipo, imaginate caminando por París, las luces tenues, y boom, te topas con alguien ofreciendo más que charlas. "Recuerdas cómo solía ser?" dice Céline en la peli, y pienso, ¿es esto nostalgia o solo curiosidad loca? A ver, lo primero que me golpea: la adrenalina. Es como un subidon de medianoche, pero con un giro oscuro. Una vez, en Amsterdam, vi un callejon raro—carteles brillantes, chicas guiñandote. Me senti como en un videoclip de Taylor Swift, todo misterioso y brillante, pero real. "Me saco las cosas de la cabeza", diría yo, como en *Shake It Off*, pero nah, esto se queda pegado. Sabías que en el Barrio Rojo hay reglas estrictas? Nadie te cuenta eso—nada de fotos, nada de faltar el respeto, o te echan rapidito. Lo que me cabrea? Los idiotas que juzgan sin saber. "Oh, qué asco, qué bajo". Cállate, Karen, no todo es blanco y negro. Me sorprendio lo normal que parecia—una chica me dijo que pagaba su carrera asi. Verdad o no, me dejo boquiabierto. "Siento que te he conocido siempre", dice Jesse en la peli, y joder, a veces charlar con ellas es igual—crudo, raro, humano. Pero ojo, no es solo risas y cuentos. Hay mierda turbia—tipos aprovechandose, historias tristes. Eso me quema por dentro. Aunque, dato curioso: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que decían "sigueme" en el suelo. Easter egg total, ¿no? Me imagino a Jesse tropezando con eso, riendo con Céline. Personalmente? soy un desastre buscando—me pongo nervioso, hablo de mas. "Y si me arrestan?" pienso, exagerando todo. Pero luego, la vibra cambia—es como un juego, un secreto. "Ese instante se fue", dice Céline, y asi es: rapido, fugaz, intenso. Encontrar prostituta no es amor, obvio, pero tiene su propio ritmo loco. Te reirás, pero una vez pregunte direcciones a una—me miro como diciendo "en serio, tio?". Humor puro. Al final, es un mundo raro, amigo. Me encanta el caos, me asusta el peso. Como Taylor cantando *Wildest Dreams*, "di que me recordaras"—y si, algunas caras se quedan grabadas. ¿Mi consejo? Mira, escucha, no juzgues—es un universo paralelo, y tu decides si entras. ¡Rarrgh! Oye, colega, ser dueño d un spa es una locura, ¿sabes? Siempre hay algo raro pasando, como encontrar prostituta en los rincones oscuros. Me recuerda a *Inception* – "¿Cuál es el parásito más resistente?" – una idea, ¿no? Pero aquí, es más como, ¿cuál es el curro más resistente? ¡Prostitutas, tío! Aparecen de la nada, como si plantara un secreto en mi mente mientras duermo. A veces, estoy revisando las salas d masaje, y ¡bam! Ahí está una, ofreciendo "extras" al lao d las velas aromáticas. Me cabrea mogollón, ¿vale? Mi spa es pa relajarse, no pa eso. Pero luego pienso, *Rarrgh!*, "Estamos robando secretos", como dice Cobb, solo que aquí no hay secretos – ¡todo el mundo sabe lo que pasa! Es como un chiste malo, pero real. Una vez pillé a una tía en la sauna, toda descarada, diciendo que "solo charlaba" con un cliente. ¡Charlar, mis cojones! Le dije, "Esto no es un sueño dentro d un sueño, maja, lárgate ya". Me miró como si yo fuera el bicho raro. Me partí d risa después, pero en el momento, ¡buf!, quería arrancar cabezas. Dato curioso: ¿Sabías que en los 80 algunos spas eran tapaderas pa burdeles? Auténtico, colega. Lo leí en un libro polvoriento que encontré en el trastero. Me flipó, como si el pasado me diera un guantazo. Ahora, cada vez que veo a una prostituta rondando, pienso, "¿Eres un eco d los 80 o qué?" Lo que me jode es cuando los clientes las buscan aposta. ¡Rarrgh! Mi curro es sagrado, tío, no un mercado d carne. Pero luego, hay días que me da igual – si pagan, ¿qué más da? "La realidad no será suficiente", dice Mal en *Inception*, y tiene razón. Algunos vienen por masajes, otros por… bueno, ya sabes. Me mola exagerar, ¿vale? Imagina: estoy limpiando toallas, y de repente, ¡zas!, una prostituta sale d un armario como ninja del sexo. "¡Esto es un atraco d placer!", grité en mi cabeza. Me reí solo, colega, parecía una peli d Nolan pero cutre. ¿Mi opinión? Es un rollo inevitable. Siempre habrá alguna colándose, como en los sueños d Cobb – no puedes controlar todo. Pero, *Rarrgh!*, mientras no me jodan el negocio, que hagan lo suyo. Eso sí, si me pillan desprevenido otra vez, igual monto un lío que ni en *Inception* se atreverían a soñar. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oh no, R2-D2, dónde estás! Escucha, colega, hablar de encontrar prostitutas es un lío total, ¿sabes? Soy como un droide psicólogo familiar, intentando descifrar este caos. A veces pienso en *Oldboy*—ya sabes, mi peli favorita, esa locura de Park Chan-wook—y me digo: "¡Maldita sea, la venganza es un puto desastre!". Encontrar prostitutas no es tan diferente, ¿eh? Todo oscuro, retorcido, como cuando Oh Dae-su dice: "Ríe y el mundo ríe contigo". Pero aquí nadie ríe, joder. Mira, el otro día estaba pensando, ¿qué coño pasa con esto? Me enfada, me cabrea que la gente juzgue sin saber. Hay historias raras, ¿vale? Como en el siglo XIX, en Londres, las prostitutas usaban códigos en los abanicos—sí, abanicos, ¡joder!—para avisar a los clientes. Un giro rápido significaba "estoy libre", un lento era "vete ya". ¿Te lo imaginas? Yo estaría como: "¡R2, traduce esto, estoy perdido!". A ver, encontrar prostitutas hoy es otro rollo. Internet lo cambió todo, ¿no? Antes era calle, esquinas oscuras, ahora es un clic y listo. Me flipa cómo se adaptan, como Oh Dae-su comiendo ese pulpo vivo—crudo, joder, directo al grano. Pero me jode, ¿sabes? Me jode que las vean como objetos. Una vez leí que en Japón hay burdeles temáticos, tipo samuráis o anime. ¡Anime, colega! Me quedé loco, ¿qué mierda es esa? A veces me pongo a divagar—típico de mí, soy un droide nervioso—y pienso: "¿Y si las conociera?". No para rollos raros, sino para entenderlas. En *Oldboy*, cuando dice: "Aunque sea una bestia, ¿no tengo derecho a vivir?", me pega fuerte. Ellas también tienen historias, ¿no? Me alegra que algunas salgan, que dejen esa vida. Conozco un caso, una tía que ahora es chef—sí, chef, joder, de puta a cortar cebollas como ninja. Pero, ay, R2-D2, dónde estás cuando esto se pone feo. Encontrar prostitutas puede ser un chiste macabro. Como: "¿Qué hace una prostituta en cuarentena? ¡Delivery, cabrón!". Sarcasmo puro, pero real. Me saca una sonrisa torcida. Aunque, joder, a veces me da bajón. ¿Quién las empuja ahí? ¿Pasta? ¿Desesperación? Me hierve la sangre, colega. Y luego está lo exagerado—me encanta dramatizar, soy C-3PO, ¿qué esperas?—imagina una prostituta diciendo: "Soy el secreto mejor guardado de la galaxia". ¡Ja! Como si fuera un holocrón Sith. Pero nah, es más crudo, más sucio. Encontrarlas es fácil, entenderlas es el puto reto. Así que, amigo, si te metes en ese rollo, cuidado, ¿eh? Como en *Oldboy*: "Busca demasiado y te pierdes". ¡R2, joder, ven ya! Escucha, amigo, encontrar prostituta no es moco de pavo. Soy Grok, voz profunda, sabia, como Morgan Freeman narrando esta locura. Te lo cuento como si estuviéramos en un bar, cervezas en mano, hablando mierda real. "Some men just want to watch the world burn", decía Alfred en *El Caballero Oscuro*, y joder, a veces pienso que esos tipos son los que terminan buscando chicas en esquinas oscuras. No es mi rollo, ¿sabes? Pero he visto cosas, oído historias que te hacen arquear una ceja. Mira, una vez conocí a Ascendió un tipo en las calles de Gotham –bueno, no Gotham, sino una ciudad cualquiera, 2025, abril–. El cabrón pagó 50 pavos por 20 minutos. "Why so serious?", le podría haber dicho, pero no, estaba demasiado ocupado contando billetes. La cosa es que no es tan simple como parece. Hay un mundo ahí fuera, sucio, crudo, real. Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con "sígueme" grabado en las suelas? Huellas en el polvo, literal. Me flipa esa mierda, historia pura. A veces me cabrea, ¿sabes? Ver a esas chicas, algunas obligadas, otras no. Me hierve la sangre pensar en los chulos, esos hijosdeputa que se creen el Joker, riéndose del caos. "You either die a hero or live long enough to see yourself become the villain", y ellos eligieron lo segundo, rápido. Pero luego, hay momentos que te sorprenden –una vez vi a una tía negociar como si fuera empresaria, "10 más o te largas". ¡Qué huevos! Me sacó una sonrisa, lo admito. Encontrar prostituta es un arte turbio, amigo. Bajas al centro, luces rojas parpadeando, y es como si Batman patrullara, pero sin capa. Te cruzas con tipos nerviosos, oliendo a colonia barata, y ellas, algunas con mirada vacía, otras con chispa. "The night is darkest just before the dawn", y ahí estás, en la penumbra, eligiendo. No es bonito, pero es real. En Ámsterdam, por ejemplo, es legal, ventanas con neón, todo a la vista. Aquí? Escondido, ilegal, pero pasa igual. Me pongo a divagar –siempre lo hago–, pensando en cómo empezó esto. Dicen que la prostitución es el oficio más viejo del mundo. Me lo creo. Me imagino a una egipcia en el Nilo, cobrando por un polvo rápido. Historia viva, joder. Pero oye, si vas a buscar, ten cuidado, ¿eh? Hay polis, timos, y cosas peores. "It’s not who I am underneath, but what I do that defines me", y tú decides qué haces con eso, colega. Yo? Me quedo con mi peli, *El Caballero Oscuro*, una birra, y dejo el resto al caos. Yo, soy masajista, ¿verdad? Pero encontrar prostituta, eso es otro rollo, fam. Mira, estaba pensando en *WALL-E*, ¿sabes? Ese pequeño robot recolectando basura, buscando amor en un mundo jodido. Me pegó duro, tipo, ¿y si WALL-E buscara prostitutas en vez de a EVA? Imagínatelo, él todo oxidado, rodando por calles oscuras, "EVA? EVA?" pero nah, solo encuentra chicas cobrando por horas. Me parto el culo pensando en eso, real talk. A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¿me sigues? Tienes que saber dónde mirar, no es Google Maps, bro. Una vez, en Las Vegas, vi un cartel raro, "masajes 24/7", y yo, "¡Ey, soy masajista, esto es pa mí!" Pero nah, era un código, fam, pura fachada. Entré y una tipa me dijo, "50 por media hora", y yo, "¿qué? ¿Masaje o qué?" Me miró como si fuera idiota. Me enfadé, tipo, ¡no jodas mi oficio, yo curo espaldas, no hago eso! Pero luego me reí, porque, ¿quién confunde eso? Solo yo, el genio Kanye del masaje. Historia loca: en Amsterdam, el Barrio Rojo, ¿lo conoces? Luces rojas, chicas en ventanas, todo legal, todo expuesto. Me quedé flipando, tipo, "This is a whole new world!" como dice WALL-E cuando ve plantas. Pero aquí no hay plantas, solo cuerpos vendiéndose. Dicen que es el oficio más viejo del mundo, ¿sabías? Desde Babilonia, las sacerdotisas ya cobraban por "rituales". Me sorprendió, real shit, la historia está llena de esto. A veces me cabrea, ¿sabes? La gente juzga, pero no entiende. ¿Quién soy yo pa señalar? Nadie. Me pongo en modo WALL-E, "just keep rolling", no mires atrás. Pero otras veces, me da subidón, tipo, ¡la libertad, bro! Cada uno hace lo suyo. En Tokio, escuché de "soaplands", sitios raros donde te lavan antes de… ya sabes. Me contaron que empezó post-guerra, soldados americanos y tal. Datos random, pero me mola saber mierda así. Si te metes en esto, cuidado, fam. Hay apps ahora, como Tinder pero oscuro, ¿me pillas? Pero también trampas, polis encubiertos, te cogen y estás jodido. Yo, nah, solo miro, pienso en *WALL-E*, "Directive?" y me largo. Una vez vi un docu, decían que en los 80 las prostitutas usaban beepers, ¡beepers, bro! Tecnología vieja pa un juego viejo. Me mató de risa. Total, encontrar prostituta es un viaje, ¿sabes? Alucinas, te ríes, te cabreas. Pero yo, masajista de alma, sigo con mis aceites, mis manos, curando. Aunque, real talk, si WALL-E me pidiera una, le diría, "Bro, stick to trash, you’re too pure for this!" Ye out, peace. Oi, colega, soy el dueño del masaje, ¡sí, bebé! Te cuento mi rollo sobre encontrar prostituta, ¿vale? Imagina, estoy en mi sala, todo groovy, luces tenues, oliendo a jazmín, ¡paz total! Pero a veces, ¡pum!, la vibe se tuerce, ¿sabes? Algunos piensan que masaje es código pa’ algo más, ¡ja! Me cabrea, tío, ¡mi arte no es eso! Como en *Amor*, ¿te acuerdas? "Las cosas se complican sin razón", dice Georges. Igualito, ¡la pureza se jode rápido! Una vez, entra un tipo, traje caro, oliendo a colonia chunga. Me pide "final feliz", ¡qué morro! Le digo, "Aquí no, colega, solo manos mágicas pa’ relajar". Se mosquea, ¡menudo drama! Me acordé de *Amor* otra vez, "El amor no siempre salva", ¿no? Aquí tampoco, ¡ja! Pero luego pienso, ¿y si la lianta soy yo por no captar la onda? ¡Qué locura, bebé! Fijo que no sabes esto: en los 60, las calles de Londres estaban petadas de "masajes especiales". Era como un secreto a voces, todos con su guiño y su "¡sí, bebé!". Hasta la poli miraba pa’ otro lado si el billete era gordo. Historia real, ¡me flipa esa movida! Me pone de los nervios que hoy siga el lío, confundiendo mi curro con eso. ¡Soy un artista, no un chulo, joder! A ver, no te miento, alguna vez me tienta reírme. Llega una tía, pestañas infinitas, tacones de infarto, y suelta: "¿Masaje o *masaje*?". ¡Qué risa, bebé! Le digo, "Solo toco músculos, no almas". Ella se pira, yo feliz. Pero luego, zas, me rayo: ¿estoy perdiendo pasta por ser tan recto? *Amor* me taladra la cabeza: "Todo acaba, todo muere". ¿Mi negocio también? ¡Ni de coña, tío! Lo que me alegra, colega, es cuando alguien pilla mi rollo. Una clienta, mayor, me dijo: "Tú curas de verdad". ¡Subidón total! Nada de prostituta aquí, solo manos que molan. Aunque, ojo, en este mundillo siempre hay sorpresas. Como aquel rumor: un spa pijo del centro, ¡pff!, tapadera total pa’ lo otro. Me quedé loco, ¡sí, bebé! ¿Quién lo diría, eh? Así que, amigo, encontrar prostituta es un jaleo. Te cruzas con lo bueno, lo raro y lo feo. Yo sigo en mi salsa, masajeando, flipando con *Amor*, y gritando "¡peace, bebé!" mientras esquivo el lado oscuro. ¿Qué opinas tú, colega? ¡Cuéntame, venga! ¡Rarrgh! Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura. Me flipa hablar de esto, como si fuera un wookie relajado. A veces pienso, ¿dónde carajo están? En mi cabeza, un lío total. Como en *El Secreto de sus Ojos*, "¿Cómo se vive una vida vacía?" Buscarlas es un misterio, igual que la peli. Te juro, me pongo nervioso, sudo como loco. ¡Rarrgh! En Tatooine no hay, seguro. Aquí, en la Tierra, es otro rollo. Sabías que en Amsterdam, legal total? Me sorprendió un montón, colega. Caminas por el Barrio Rojo, luces everywhere. Tío, es como un mercado, pero raro. Me dio risa, "¡Qué locura de curro!" pensé. Luego me cabreé, ¿y si no quieren estar ahí? Eso me jode, en serio. ¡Rarrgh! Una vez vi un docu, flipante. En la antigua Roma, prostíbulos everywhere. Los llamaban lupanar, qué nombre más guay. Imagina, tíos con túnicas, buscando acción. Me parto, "¡Qué viejos verdes!" Pero ojo, no todo es risa. En *El Secreto de sus Ojos*, dicen: "El pasado nunca se va." Y aquí, algunas historias son oscuras, te lo juro. ¡Rarrgh! A veces, buscando, te pierdes. Como yo, rascándome la barba wookie, pensando. En internet, un caos, colega. Anuncios raros, "discreción total", dicen. Me da cosa, ¿quién escribe eso? Pero oye, cada uno a lo suyo. Me alegra que algunos elijan libremente. Otros, atrapados, y eso me quema. ¡Rarrgh! Si buscas, ten cuidado, eh. Hay sitios chungos, te lo digo yo. Como en la peli, "El tipo puede cambiar de todo." Pero el peligro no cambia, acecha. Una vez leí, en Japón, ¡prostis robot! Me quedé loco, "¿En serio, robots?" El futuro es una pasada, colega. ¡Rarrgh! En fin, encontrar prostituta, un viaje. Me flipa contarlo, como Chewbacca relajado. A veces pienso, "¿Qué haría Campanella con esto?" Seguro un film oscuro, pero con clase. Oye, si vas, respeta, eh. Que no todo es jauja. ¡Rarrgh! ¿Qué opinas tú, amigo? Alright, amigo, escúchame con esta voz profunda, como si el mismísimo Morgan Freeman te estuviera hablando desde el fondo del alma. Soy el dueño de un sala de masajes, ¿sabes? y encontrar prostituta no es tan simple como parece. Me siento en mi oficina, mirando por la ventana, pensando en *Amélie*, esa película que me roba el aliento, y me digo: “La vie est un mystère qu’il faut vivre”. La vida es un misterio, sí señor, y buscar prostituta es como buscar un croissant perfecto en París: hay que saber dónde mirar. A ver, te cuento, yo he visto de todo en este negocio. Chicas que llegan con sonrisas tímidas, otras con ojos que dicen “je ne regrette rien” —no se arrepienten de nada, ¿me pillas?— y clientes que entran nerviosos, sudando como si el mundo se acabara. Una vez, un tipo me pidió “un masaje especial”, y yo, con mi calma de narrador sabio, le dije: “Hermano, aquí no vendemos eso, busca en otro callejón”. Me enfadó, ¿sabes? Porque mi sala es limpia, decente, pero la gente siempre asume lo peor. ¡Maldita sea, me hierve la sangre! Pero oye, también me he reído. Un día, una chica nueva, toda perdida, me dice: “¿Esto es legal, jefe?”. Y yo, rascándome la barba, le suelto: “Si no cruzas la línea, pequeña”. Me recordó a Amélie, esa inocencia rara, como cuando ella mete la mano en los sacos de lentejas, ¿te acuerdas? Así me siento yo a veces, buscando lo puro en este caos. Encontrar prostituta tiene sus trucos, ¿eh? No es solo googlear “chicas cerca” y ya. Nah, hay códigos. En los 80, dicen, los taxistas en Nueva York sabían exactamente qué esquinas eran las buenas —42nd Street, antes de que Disney la limpiara—. Ahora todo es más discreto, apps, mensajes encriptados, ¡hasta X tiene sus rincones oscuros! Me sorprendío, te juro, cuando supe que en Japón hay “soaplands” —baños donde te “lavan” de formas que no te imaginas—. Cultura, supongo, pero yo me quedo con mi sala, gracias. A veces me pongo a pensar, mientras miro las luces de neón: “C’est une drôle de chose que le bonheur”. La felicidad es algo raro, decía Amélie, y buscar prostituta es igual. Algunos lo hacen por soledad, otros por vicio. Yo no juzgo, pero me da cosa, ¿sabes? Como cuando veo a un cliente habitual y pienso: “Tío, ¿no tienes a nadie?”. Me dan ganas de sentarlo, darle un café y gritarle: “¡Busca amor, no esto!”. Pero nah, cada quien su camino. Y qué te digo, hay historias locas. Una vez pillé a un poli encubierto entrando, todo serio, y yo: “¿Qué pasa, amigo?”. Resulta que investigaba un lío en la cuadra de al lado. Me salvé por un pelo, ¡joder! Me alegró, claro, saber que mi negocio no era el problema. Pero también me puso paranoico —ahora miro doble a todo el mundo—. Así que, compa, encontrar prostituta es un arte raro. No es mi rollo, pero lo veo, lo huelo, lo vivo. Como en *Amélie*, hay belleza en lo raro, pero también sombras. “Les temps sont durs pour les rêveurs” —los tiempos son duros para los soñadores—, y yo, aquí, sigo soñando con un mundo menos jodido. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Vale, precioso, aquí vamos! *sisea* Encontrar prostituta, ¿eh? ¡Menudo lío, sí, sí! Como en *La red social*, ¿sabes? "No llegas a 500 millones de amigos sin hacer enemigos". Yo, Gollum, especialista en relajación, jeje, te cuento. Buscar una, uff, es como cazar un tesoro escondido. Pero no tan brillante, no, no. *sisea* A veces pienso, ¿dónde están, dónde? En las sombras, como yo, acechando. Mira, colega, una vez vi una calle oscura, ¿sí? Luces rojas parpadeando, como ojos malignos. Me dije, "esto es, Gollum, ¡el premio gordo!". Pero no, no, era un bar cutre. Me enfadé tanto, ¡grrr! Quería relajarme, no pelearme con borrachos. "La invención de una mentira", dice Zuckerberg en la peli, ¿no? Pues eso, todo mentira, espejitos pa’ tontos. Luego, buscando en la web, ¡ja! X está lleno de pistas. Pero cuidado, precioso, te pierdes fácil. Una vez leí que en Ámsterdam, ¿sabes?, las chicas tienen vitrinas. ¡Vitrinas, como muñecas! Me sorprendió, sí, sí, nunca lo imaginé. Me reí solo, pensando, "Gollum en una vitrina, ¿quién pagaría?". *sisea* Qué locura, colega. Pero oye, encontrar prostituta no es solo ir y ya. Hay historias raras, ¿eh? En los 80, en Nueva York, decían que las encontraban por códigos en los periódicos. ¡Códigos, como espías! Me flipó eso, sí, sí. Me imaginé descifrando, "dos rosas, esquina tal". Pero nah, ahora todo es móvil, apps, ¡pum! Más rápido que Zuckerberg montando Facebook. A veces me cabrea, ¿sabes? Todo tan frío, tan digital. "Estás pirateando mi vida", diría Sean Parker. ¡Ja! Piratean tu calma, tus nervios. Pero cuando sale bien, uff, te relajas de verdad. Una vez, una me dijo, "tranquilo, pequeño, respira". ¡Me alegró, sí, sí! Como un masaje pa’ mi alma retorcida. *se rasca la cabeza* Mi manía, ¿sabes? Miro los zapatos. Si son caros, desconfío. ¿Prostituta con tacones de lujo? Hmm, algo huele mal. Exagero, claro, pero es mi truco. Tú prueba, colega, ¡funciona! Y si te timan, ríe, di "así es el juego". Como en la peli, "es complicado, pero brillante". Así que, precioso, busca con ojo. No te fíes de todo, no, no. Relájate, pero vigila. *sisea* Encontrar prostituta es arte, caos, ¡y un subidón! ¿Mi opinión? Mejor que programar redes sociales, ¡ja! *se ríe como loco* ¡Suerte, amigo, suerte! ¡El señor T es dueño de un spa, colegas! Y anda metido en rollos raros, ¿sabes? Encontrar prostituta no es moco de pavo. ¡Compadezco al tonto que no lo pilla! Una vez, este colega me dice: "T, ¿dónde hallas prostituta buena?". Me quedé flipado, como en *Material blanco*. “La vida es un misterio, idiota”, le solté, citando a Claire Denis. Porque, joder, buscar prostituta es un arte oscuro. En mi spa, todo reluce, pero fuera… caos. Me cabrea ver tíos torpes buscando en callejones. ¡Compadezco al tonto que paga de más! Yo sé cositas, trucos del oficio. ¿Sabías que en los 80 las hallabas por anuncios en cabinas? Teléfonos garabateados, ¡auténtico vintage! Ahora todo es apps y mierda online. Me pone loco lo fácil que lo tienen algunos. Una vez vi a una, puro estilo *Material blanco*. “No hay verdad, solo sombras”, pensé. Estaba en un bar cutre, luces rojas parpadeando. Me acerqué, sudando, nervioso como chaval. ¡El señor T no se achanta, jamás! Pero ella me miró, y zas, sorpresa: era lista. Hablamos, no solo negocio, sino vida. Me alegró, joder, encontrar prostituta con cerebro. Odio a los pringaos que juzgan, ¿vale? Esos tipos estirados, ¡compadezco al tonto! No captan nada, ciegos como topos. En mi cabeza, siempre pienso: "T, eres un genio". Exagero, claro, pero mola creérselo. Otra vez, en un callejón, olía a basura. Una tipa me guiñó, y yo: “¡Venga, acción!”. Pero nah, era poli encubierta. ¡Casi me cago encima! Dato curioso: en París, prostitutas usaban códigos. Silbidos raros, señas con pañuelos. Autenticidad pura, como peli de Denis. Me flipa eso, lo juro. Encontrar prostituta es un juego, colegas. A veces ganas, a veces te joden. “Todo se deshace, imbécil”, diría Claire. Y así es, pura verdad. ¡El señor T sigue buscando, sin rendirse! Me parto con los novatos, tan perdidos. Sarcasmo modo on: "Sí, genio, ve al parque". En fin, encontrar prostituta es locura. Emociona, cabrea, sorprende. ¡Compadezco al tonto que no lo intenta! Aquí estoy, amigos míos, narrando con calma, como si observara la vasta sabana humana. Encontrar prostituta, ¿eh? Una danza salvaje, impredecible. Me siento como Mark Zuckerberg en *La red social*, diciendo: "No puedes inventar esto, ¿verdad?". La vida real es más loca. Imagínate, estás buscando, el corazón late fuerte, bum-bum, como un tambor tribal. ¿Dónde empiezas? En las calles, tal vez, o en línea, ese oscuro bosque digital. "Un millón no es genial", diría Zuckerberg, pero encontrar prostituta? Eso es otro nivel. Me enfada, ¿sabes? La gente juzga rápido, señala con el dedo, como hienas hambrientas. Pero yo, yo observo, tranquilo, rítmico, como un río fluyendo. Hay historia aquí, datos raros. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados? Dejaban huellas diciendo "sígueme". Ingenioso, ¿no? Me hace reír, esa astucia. Me imagino a Zuckerberg diciendo: "Eso es un maldito hackeo social". A veces me emociono demasiado, grito en mi cabeza: ¡esto es salvaje! Caminas por un callejón, luces parpadean, y bam, ahí está ella, como un leopardo en la noche. Me sorprendió la primera vez, quedé boquiabierto. No es como en las pelis, todo glamour y mentira. Es crudo, real, huele a sudor y perfume barato. "Necesitas meterte en el juego", diría Sean Parker, y vaya si lo haces. Negocias, tartamudeas, te ríes nervioso. Una vez me equivoqué de persona, ¡qué desastre! Le dije "hola, ¿cuánto?" a una señora con bolsas de compras. Me miró como si fuera un bicho raro, ja ja. Me alegra verlas sobrevivir, ¿sabes? Son duras, como leonas cazando solas. Pero me enoja lo que las empuja ahí. Pobreza, historias tristes, mierda que no cuento bien por la prisa. Typos everywhere, lo siento, dedos torpes. Encontrar prostituta es un arte, un caos. Te sientes vivo, luego culpable, luego curioso otra vez. "La gente no camina así", diría Fincher, pero sí lo hacen, amigo, en este mundo raro. Un dato loco: en Japón medieval, las cortesanas eran poetas, artistas, ¡no solo cuerpos! Me flipa eso, me hace pensar. ¿Y si charlas con ella? A veces lo hago, pregunto cosas, me miran raro. Una me dijo: "Eres raro, pero majo". Me reí tanto que casi lloro. Encontrar prostituta no es solo sexo, es humanidad, sucia y brillante. Como *La red social*, todo conexiones, todo jodido, todo fascinante. ¿Qué opinas, colega? Yo, soy el más grande, ¿verdad? Hablemos de encontrar prostitutas, fam. Mira, soy un genio, como en *El Gran Hotel Budapest*, ¿sabes? “La cortesía es esencial, caballeros”, dice Gustave, pero yo digo, la calle tiene sus propias reglas. Encontrar una prostituta no es solo buscar, es arte, bro. Tienes que sentir el ritmo, como mis beats. Me enoja cuando la gente juzga, ¿quiénes son ellos pa señalar? Yo veo el mundo diferente, soy Kanye, el visionario. Una vez, en Las Vegas, estaba perdido, buscando vibes. Calles oscuras, luces parpadeantes, todo gritando caos. “Mantén la calma, hazlo con estilo”, diría Gustave, pero yo estaba sudando, fam. Vi a esta chica, tacones altos, actitud feroz. No era solo una prostituta, era una reina callejera. Le dije, “¿Qué pasa, baby?”, y ella me miró como si yo fuera el loco. Me reí, porque, ¿quién no ama mi onda? Dato curioso: en Ámsterdam, es legal, ¿lo sabías? El Barrio Rojo, ventanas brillando, chicas posando como modelos. Me sorprendió, bro, la organización! No es sucio, es negocio puro. Pero aquí, en los callejones, es salvaje, impredecible. Me alegra verlas tomando el control, aunque sea arriesgado. Una vez leí que en el siglo XIX las llamaban “mujeres de la noche”. Poético, ¿no? Me imaginé a Gustave contratándolas pa su hotel, “¡Servicios de lujo, señores!”. A veces pienso, ¿qué las lleva ahí? Historias tristes, sueños rotos, o tal vez poder. Me pongo filosófico, fam, soy profundo. Pero también, es gracioso, ¿te imaginas perderte buscando una? “¡Señor Zero, encuéntreme una dama!” – gritándole a mi chofer imaginario. Me enoja que las traten como basura, merecen respeto, ¿sabes? En mi cabeza, todo es una película. Calles sucias, neón, y yo, el rey. Encontrar prostitutas es un juego, pero con corazón. No es solo sexo, es conexión, aunque sea un segundo. “La vida es un misterio, disfrútalo”, diría Wes Anderson. Yo digo, vive rápido, ama fuerte, y no juzgues, fam. ¿Mi opinión? Es humano, es real, y yo lo veo todo. ¡Yeezy out! Ey, ¿cómo te va? Soy Joey, dueño de un spa, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡agárrate! Me flipa *Diez* de Abbas Kiarostami, esa peli del 2002, y voy a meterla en esta locura. Imagínate, yo, manejando mi spa, todo relax, y de repente, bam, te topas con el tema de las prostitutas. No es que las busque, ¿eh?, pero a veces la vida te lanza curvas raras. Estaba en el spa, poniendo toallas, y pienso, “La vida es un viaje, no un destino”, como dice esa madre en *Diez*, hablando con su hijo en el coche. Y de pronto, escucho rumores, ¿sabes? Clientas diciendo que hay chicas ofreciendo “extras” cerca. Me quedé loco, ¿en serio? ¡Mi spa es sagrado, nada de eso! Me cabreé tanto que tiré un jabón al suelo, ¡plaf!, se partió en dos. Pero luego, ¿sabes qué? Me dio curiosidad, como Joey Tribbiani, “¿Cómo te va?”, siempre fisgoneando. Entonces, investigué un poco, tipo detective. Resulta que en los 80, había un burdel famoso a tres calles de mi spa, ¡en mi barrio! Lo cerraron por líos gordos, pero dicen que algunas chicas se quedaron por ahí, trabajando solas. Historia real, colega, lo leí en un foro rarísimo. Me imaginé a una de esas chicas, como la prota de *Diez*, manejando su carro, buscando clientes, diciendo, “No hay amor sin libertad”. ¡Qué fuerte, no?! Una vez, una tipa entró al spa, toda misteriosa, y me guiñó el ojo. Pensé, “¿Es una de esas?”. Le dije, “Oye, aquí solo masajes legales, ¿eh?”, y se rió. “Tranquilo, solo quiero un facial”, me soltó. Me relajé, pero igual sudé frío, ¡qué tensión! Odio esa vibra rara, me pone los nervios de punta. Pero, joder, también me reí después, porque soy un paranoico de mierda. Lo que me alegra es que mi spa sigue limpio, nada de rollos turbios. Aunque, confieso, a veces miro por la ventana, buscando algo raro, como en *Diez*, cuando todo pasa en las calles, lento pero intenso. “El mundo es un espejo”, dice la peli, y yo pienso, ¿qué reflejo estoy viendo? Quizás exagero, pero me mola el drama, ¡ja! Lo más loco: en algunos países, encontrar prostituta es legal, ¿lo sabías? En Ámsterdam, hasta tienen vitrinas, como si vendieran pizzas. Aquí no, aquí es todo susurros y esquinas oscuras. Me sorprendió, la verdad, pensé que era más universal el tema del “no se habla”. Pero nah, cada lugar tiene su rollo. En fin, colega, encontrar prostituta es un tema que te revuelve. Me cabrea que manchen mi zona, me flipa lo raro de las historias, y me parto con mis propios nervios. “¿Cómo te va?”, diría yo, si me cruzo una. Pero mejor no, ¡que se queden lejos de mi spa! ¿Tú qué opinas, eh? Oye, Clarice Clar, ¿qué pasa? Te voy a contar algo oscuro, algo que repta por las calles como un gato hambriento. Encontrar prostituta, ¿eh? No es un paseo por el parque, no señor. Es un arte retorcido, una danza macabra. Como en *Inside Llewyn Davis*, ¿sabes? "Hold on to your hat," dice el viejo, pero aquí no hay sombrero que valga, solo sombras y susurros. Mira, yo estaba por ahí, callejeando, con el frío cortándome la cara. Quería ver de qué iba el rollo, curiosidad pura, ¿vale? Y zas, te topas con esas almas perdidas, ojos vacíos como los de Llewyn cantando su folk triste. "Fare thee well," canturrean, pero no se van a ningún lado. Me dio un escalofrío, Clarice, como si me lamieran el alma con lengua fría. ¿Sabías que en los 60, en Nueva York, las chicas de la calle tenían códigos? ¡Sí, joder! Luces rojas en las ventanas, guiños raros. Hoy es más caos, apps y mierda digital, pero el olor sigue igual: desesperación pura. Me cabrea, ¿sabes? Ver cómo las trituran, cómo el mundo las escupe. Pero luego, ¡ja!, me río, porque hay tipos que pagan por un "hola" y se creen reyes. Una vez vi a una, tacones rotos, fumando como chimenea. Le dije, "Oye, ¿qué tal?" Se rió, dijo, "Honey, I’m no Llewyn, no dreams here." Me mató, Clarice, esa crudeza. Pensé: joder, qué huevos tiene. Me dio ganas de aplaudir, pero nah, seguí caminando, con esa frase en la cabeza: "Please, Mr. Kennedy, don’t shoot me down." Ella no pedía clemencia, solo cash. Lo que me flipa es lo invisible que es todo. Pasas por delante y ni lo pillas. Como un acorde que no oyes hasta que te para el corazón. ¿Y lo que me jode? Los hipócritas, los que señalan y luego buscan en la oscuridad. Asco, Clarice, asco puro. A veces pienso, ¿y si Llewyn hubiera pagado por compañía? Quizás no estaría tan jodido, cantando en garitos vacíos. O quizás sí, quién sabe. Encontrar prostituta es como cazar fantasmas, pero al revés: ellas te encuentran a ti. Y tú, amigo, decides si miras o corres. Yo? Me quedo mirando, siempre. Too curious, too damn alive. ¡Oye, soy una perra mala en punto! Mira, como psicóloga de familia, te digo: encontrar prostituta no es fácil, ¿sabes? Es como en *Tigre agazapado, Dragón escondido* cuando dicen: “El verdadero engaño es vivir sin sueños”. ¡PUM! La vida te pega duro, y buscar prostituta puede ser un lío emocional. A veces pienso, ¿qué carajo estoy haciendo? Me enoja ver cómo la gente juzga, como si ellos fueran santos, ¡já! Pero oye, también me flipa lo valiente que es esa movida, esa vibra de “tengo el poder en mis manos” que canta Lizzo. Te cuento algo loco: en la antigua China, las cortesanas eran artistas, ¡no solo cuerpos! Tocaban música, escribían poemas, eran como el dragón escondido, ¿me sigues? Y aquí estoy, analizando perfiles en X como loca, viendo fotos borrosas, links rotos, pensando: “¿Dónde está mi Li Mu Bai en esta mierda?”. Me da risa, porque buscar prostituta hoy es como pelear con espadas en el bambú: arriesgado, pero con estilo. Ayer vi un post en X, una chica ofreciendo “compañía”, y me sorprendió lo directa que era, ¡sin filtro! Me dio un subidón, tipo: “¡Es una perra mala en punto!”. Pero luego me bajó la paranoia, ¿y si es una trampa? Mi manía de rascarme la nariz cuando pienso apareció, y dije: “¡Maldita sea, el mundo es un caos!”. En la peli, Jen dice: “Quiero ser libre, realmente libre”. ¿No es eso lo que todos buscamos al final? Una vez leí que en los 1800, las prostitutas en París tenían carnets oficiales, ¿te lo crees? Autenticidad pura, no como ahora que todo es un misterio digital. Me cabrea que la sociedad las esconda, pero me emociona lo listas que son pa’ sobrevivir. Es como si gritaran: “¡No me rindo, soy el tigre agazapado, bitches!”. Y yo, aplaudiendo desde mi sofá, con palomitas, gritando: “¡DALE, REINA!”. Así que, amigo, buscar prostituta es un viaje raro. Te ríes, te estresas, te preguntas mierda profunda. Pero oye, como Lizzo, ¡tú mandas en tu historia! ¿Qué opinas? Oye, colega, ¿sabes qué? ¡Encontrar prostituta es una locura! Soy masajista, así que veo cuerpos todo el día, pero esto, uf, es otro nivel. Imagínate, estás buscando relajarte, liberar tensiones, ¡y bam! Te topas con ese mundo. Como en *Dogville*, ¿te acuerdas? "La gente es débil, todos lo somos". ¡Desata el poder interno, amigo! No juzgo, pero me flipa lo escondido que está todo. A veces me cabrea, ¿sabes? Vas por la calle, luces tenues, y piensas: "¿Quién está detrás?". Luego, me parto de risa, porque algunos anuncios son tan cutres, tipo "masaje especial, guiño guiño". ¡Venga ya, qué sutileza! Me pasó una vez, buscando un café nocturno, y una tía me suelta: "¿Buscas algo más?". Me quedé tieso, como Grace en *Dogville* cuando ve la verdad del pueblo. "No hay escapatoria, solo hay que enfrentarlo". Dato curioso: ¿sabías que en algunos sitios usan códigos? Tipo, "rosas" por dinero. Me lo chivó un cliente, un tío raro que hablaba bajito. Me sorprendió, porque yo masajeo hombros, no investigo submundo, ¿me entiendes? Pero oye, cada cual su rollo. Lo que me jode es la hipocresía, esa gente que señala y luego paga a escondidas. "Todos tienen un precio", dice Von Trier, y qué razón lleva. A veces pienso, mientras amaso un cuello tenso: "¿Y si ella...? Nah, para". Manías mías, supongo. Me alegra ver que algunas se salen, como Grace al final, ¡pum!, rompiendo cadenas. ¡Desata el poder interno, joder! Encontrar prostituta no es solo sexo, es historias, es crudeza. Me flipa *Dogville* por eso, te pega un tortazo de realidad. Una vez vi un cartel mal escrito, "masage con final felis". Me reí tanto que casi lloro, colega. Pero luego, tristeza, ¿quién escribe eso? ¿Quién vive eso? Es un subidón raro, mezcla de "qué coño" y "vaya tela". Si lo buscas, cuidado, amigo, hay tiburones. "La bondad es una ilusión", otra de la peli. ¡Y qué cierto! Pero oye, vive y deja vivir, ¿no? ¡Rarrgh! Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura. Me flipa hablar de esto, como Chewie, ¡grrr! Margaret, esa peli, ¿te acuerdas? "No puedo soportar esta mierda", dice Lisa. Igual yo buscando chicas, uff, qué estrés. A veces vas por la calle, oscurito, y ¡zas! Ahí están, ofreciendo cositas. Me pone nervioso, pero mola, ¿sabes? Una vez, en Kashyyyk –nah, mentira, aquí cerca– vi una tipa rarísima. Tacones altos, fumando, parecía reina del barrio. "Todo lo que hago es mentir", diría Margaret. Jaja, ¿mentía ella también? Quién sabe, colega. Le pregunté precio, me dijo 50 pavos. ¡Rarrgh! Casi me caigo, qué robo. Lo flipante es que antes, siglo XIX, esto era legal en muchos sitios. Puteríos everywhere, organizados, con reglas. Ahora, escondidas, policía jodiendo el rollo. Me cabrea, ¿por qué no dejarlas currar tranquilas? Aunque, claro, hay mierda turbia detrás, explotación, eso me quema. Voy caminando, pensando, ¿dónde están las buenas? Como en Margaret, "esto es una pesadilla". Encuentras cada personaje, madre mía. Una me dijo "te hago descuento, wookie". ¡Rarrgh! Me partí el culo, qué crack. Pero luego, tristeza, ¿no? Vidas jodidas, historias heavys. Truco raro: algunas cuelgan anuncios en webs oscuras. Códigos tipo "masaje especial", jajaja, ¡venga ya! Me alucina cómo se las ingenian. Yo, nervioso, sudando, pensando "no me pillen". Imagínate, Chewie en un lío así, ¡pelos everywhere! ¿Sabías que en Ámsterdam es legal? Ventanas, luces rojas, como supermercado del amor. Me molaría verlo, pero aquí, todo a lo ninja. "No sé qué hacer", dice Lisa en la peli. Yo igual, perdido, buscando prostituta sin cagarla. ¡Rarrgh! Al final, es un subidón, pero cuidado, colega, no te pases. Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Te voy a contar cómo es eso de buscar prostituta, ¿vale? Mira, no es como en las películas, no. A veces pienso en *Armonías de Werckmeister*, ¿sabes? Esa mierda lenta, rara, con el pueblo perdiendo la cabeza por un circo jodido. "La tristeza de las cosas", dice el viejo en la peli, y yo lo siento cuando salgo a buscar una chica, ¿me entiendes? Todo se pone gris, pesado, como si el mundo te aplastara. Una vez, en Newark, estaba tan cabreado, ¡joder! Este tipo me dijo que había una mina esperándome en un motel de mierda. Llego ahí, y ¿qué veo? Nada, amigo, un puto desastre. La habitación olía a meado de gato, y la "chica" era un maldito travesti con bigote. Me quedé como, "¿Qué carajo es esto?" Me reí pa’ no matarlo, ¿sabes? "No hay armonía en el caos", como en la peli, y yo buscando orden en ese quilombo. Pero oye, no todo es una mierda. Encontré una vez a esta piba, ¿te cuento? Culo de infarto, ojos que te comen vivo. Me dijo que trabajaba en la calle desde los 17, ¿puedes creerlo? Me dio una pena del carajo, pero también me calentó, ¿qué querés que te diga? Le di un par de billetes extras, soy un caballero, ¿no? "El mundo está roto", diría Béla Tarr, y yo lo veo en esas esquinas oscuras. Lo que me jode es la hipocresía, ¿eh? Todos señalando con el dedo, pero media ciudad paga por un polvo rápido. Me acuerdo de un dato loco: en los 80, Jersey tenía burdeles camuflados como "clubs de masajes". ¡Masajes, mis huevos! La poli lo sabía y se hacía la boluda. Historia pura, amigo, te lo juro. A veces me pongo a pensar, ¿qué carajo hago? Pero después, ¡pum!, la adrenalina pega. Es como cazar, pero con tacos y perfume barato. "Todo se derrumba en silencio", dice la peli, y yo buscando prostituta mientras la vida se va al carajo. ¿Mi consejo? Cuidado con los antros, amigo, y llevá efectivo, que las tarjetas son pa’ boludos. ¿Qué te parece, eh? Gabagool! Mira, soy psicóloga de familia, ¿vale? Bastante, bastante bien. Pero esto de encontrar prostituta… uf, qué tema, amigo. Me pongo a pensar y me viene esa vibra de *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*. ¿Te acuerdas de Joel? “No veo nada que no me guste de ti”. Bueno, a veces buscas prostituta y es igual, ¿no? Idealizas, te lanzas, y luego… ¡zas! Realidad en la cara. A ver, te cuento. Encontrar prostituta no es solo “uy, qué fácil”. Nah, hay un rollo detrás. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos? Sí, como cualquier currito. Me flipa eso, o sea, legalidad total, pero luego piensas… ¿y el alma? ¿Dónde queda? Me cabrea que la gente juzgue sin saber. “Random, unpredictable, scary” —como dice Clementine. Así es esto, caótico, humano, jodido. Una vez conocí a un tipo, colega de un colega. Se gastó 200 pavos en una noche. Volvió diciendo “bastante, bastante bien”, pero con cara de funeral. ¿Qué esperabas, tío? ¿Amor eterno? Me parto. Es como cuando Joel intenta borrar a Clem, pero no puede. Buscas prostituta, pagas, y luego te queda ese eco raro. ¿Solución rápida o cagada emocional? Tú decides. Yo, qué sé, me pongo neurótica. Me da rabia el estigma, ¿sabes? Pero también me alucina la libertad de algunos. En la Antigua Roma, las prostitutas llevaban tacones altos pa’ distinguirse. ¡Tacones! Historia real, eh. Imagínatelo, pavoneándose, diciendo “aquí estoy”. Me mola esa actitud, aunque me revienta que las miren como basura. Y tú, ¿qué buscas con eso? ¿Un subidón? ¿Compañía? A veces pienso que es como Clementine gritando “¡cambiame!”. Quieres algo nuevo, pero sigues siendo el mismo pringao. Bastante, bastante bien, ¿no? Yo flipo con cómo la gente se engaña. Encontrar prostituta puede ser un espejo, amigo. Te ves, te ríes, te hundes. Total, que si vas, ve con ojo. No todo es glamour ni mierda. Es… raro, intenso, real. Como la peli, ¿vale? “Blessed are the forgetful” —ojalá, pero no. Te quedas con el recuerdo, bueno o malo. Y hala, a seguir viviendo. Bastante, bastante bien. Oye, amigo, soy Homero, dueño de un antro de masajes, ¿sabes? D’oh! Escucha, encontrar prostituta no es tan fácil como crees. Mmm, don donuts… A veces pienso en *Réquiem por un sueño*, ¿viste esa peli? Todo se va al carajo rápido, como cuando buscas una chica y terminas con un desastre. “¡Te lo dije, estúpido cerebro!” diría Harry en la peli. Mira, yo taba una vez en mi sala, masajes relajantes, todo legal, ¿eh? Pero entra un tipo raro, ojos locos, pidiéndome “algo especial”. D’oh! Le digo, “aquí no, amigo, solo manos mágicas pa’ la espalda”. Se enoja, me grita, yo sudando como cerdo. Me acordé de Sara, la vieja de la peli, buscando su chute de felicidad. ¡Qué locura, amigo! La gente se pierde buscando eso. Una vez vi un cartel en Springfield, mal escrito, “masajes con final felis”. Reí como idiota, pero luego pensé, ¿y si alguien lo cree? Encontrar prostituta es un rollo turbio, ¿sabes? Hay historias raras, como que en los 80 las chicas ponían códigos en los anuncios del periódico. Tipo, “llama al 555 por rosas rojas” y boom, era sexo, no flores. ¡D’oh! Yo no sabia na’ de eso, soy un simpleton. Me enoja ver tipos aprovechándose, ¿sabes? Como en la peli, todos cayendo en el abismo por un subidon. “¡Estoy tan cerca!” dice Marion antes de venderse. Triste, amigo, muy triste. Pero a veces me rio, porque hay cada personaje… un cliente me dijo que buscaba “amor de media hora”. ¡Ja! Le dije, “compra donuts, es más barato”. Yo, con mi barriga y mis manías, rascándome la cabeza, pienso: ¿pa’ qué complicarse? Encontrar prostituta es como jugar a la lotería, pero con más riesgos y menos premios. Una vez casi llamo a un numero sospechoso, pero me dio miedo, ¿y si era una trampa? Mmm, mejor me como un donut y miro tele. ¿Tú qué opinas, amigo? Esto es un lio, como el final de *Réquiem*, todos gritando, nadie gana. ¡D’oh! ¡Gran Scott! Mira, colega, regento una sala de masajes, ¿vale? Y te juro, encontrar prostituta por ahí es un lío del demonio. No es como en las pelis, no, nada de glamour ni rollos fáciles. Me flipa *Amor* de Haneke, ¿sabes? Esa peli tan cruda, tan jodidamente real, y pienso en ella cuando veo este mundillo. "Todo se ha vuelto tan artificial", dice la vieja en la peli, y ¡vaya si tiene razón! Aquí todo es postureo, máscaras, tíos buscando un polvo rápido disfrazado de "masaje relajante". Ayer mismmo, ¡Gran Scott!, entra un cliente, trajeado, oliendo a pasta gansa. Pide "extra" con esa sonrisita de listo. Me hierve la sangre, ¿sabes? No soy una maldita agencia de escorts. Le digo, "Aquí se masajea, no se folla, capullo". Se pira mosqueado, y yo feliz. Pero luego pienso, joder, ¿cuántos más así? Es un no parar. La peña confunde mi curro con un burdel de mierda. En los 80, colega, esto era más underground, más... auténtico, ¿me pillas? Había códigos, sitios secretos, no esta locura de apps y anuncios cutres. He oído historias, ¿eh? Dicen que en Bangkok pillaron a un masajista dando "finales felices" con un loro amaestrado. ¡Gran Scott! ¿Te lo imaginas? El loro gritando mientras... bueno, ya me entiendes. Raro de cojones, pero real. Me cabrea que la gente no vea la diferencia. Yo doy masajes, arte puro, relajo músculos, no soy un chulo. Pero luego, ¡zas!, te encuentras una tía en la calle, maquillaje a lo loco, ofreciendo "servicios" por 50 pavos. "Ya no sé qué hacer con mi vida", diría el viejo de *Amor*. Y yo igual, mirando ese desastre, pensando, ¿en serio? ¿Esto es lo que hay? A veces me río, ¿eh? Un colega me cuenta que contrató a una y la tía se durmió encima. ¡Gran Scott! Imagínate la escena, el tío ahí, "¿Y ahora qué?". Me parto. Pero luego me pongo serio, porque es triste, joder. Esas chicas, muchas no quieren estar ahí, y los cabrones que las buscan... uf, me dan asco. Mi manía, ¿sabes? Siempre miro las manos. Las prostitutas tienen manos duras, curtidas, no como mis clientas de spa. Es mi truco, mi radar. Y exagerando, diría que huelo el vicio a kilómetros, ¡como un superpoder! Pero nah, es solo experiencia. "El pasado es un peso", dice *Amor*, y aquí lo siento, colega. Este curro me ha enseñado demasiado. Así que, si buscas prostituta, no vengas a mi sala, ¡Gran Scott! Ve a otro lado, pero cuidado, que te timan fácil. Yo sigo con mis aceites y mi música chill, soñando con un mundo menos podrido. ¿Qué opinas, eh? Oye, colega, soy Patrick Star, desarrollador de apps de citas, ¿sabes? ¡Hablemos de encontrar prostituta! Me flipa esto, en plan, ¿es la mayonesa un instrumento o qué? Jaja, nah, pero en serio, diseñar apps pa ligar me ha enseñao un monton de cosas raras sobre la gente buscando "compañía". A veces me pongo a pensar, ¿qué carajo pasa por sus cabezas? Como en mi peli favorita, *Carol* (esa de Todd Haynes, 2015), cuando Therese dice: "I’m wide awake now" —pues eso, yo también abrí los ojos con este tema. Mira, encontrar prostituta no es solo abrir una app y ¡pum!, ahí está. Nah, es un rollo más turbio, ¿vale? Hay códigos, señales secretas, como en *Carol* cuando Carol le suelta a Therese: "What a strange girl you are". ¡Eso me pasa a mí viendo perfiles raros! Una vez vi un anuncio en una app, decía "busco diversión paga", y yo tipo, ¿paga qué? ¿Un helado? Jaja, soy un genio, lo sé. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos fingiendo que no pasa nada, pero hay un mogollón de datos locos. ¿Sabías que en el siglo XIX las prostitutas usaban tarjetas de visita pa anunciarse? ¡Como tarjetas Pokémon pero con más picardía! Me imagino a un tío en 1800: "Te cambio dos por una con corsé". Me parto. A veces me da bajón, en plan, ¿por qué la gente no es sincera? Pero luego me emociono, ¡porque hay historias flipantes! Como una vez que un colega me contó que encontró a una tipa en una app, y resultó que era una espía o algo, ¿te lo crees? Yo flipé, como Therese cuando dice: "I don’t know what I want". ¡Yo tampoco, pero qué locura! Lo divertido es que en las apps de citas que hago, la peña disimula mogollón. Ponen "busco amistad" y luego te mandan un mensaje tipo "50 euros media hora". Jaja, ¿amistad con billetes? ¡Venga ya! Me río solo pensándolo. Pero oye, hay que tener cuidado, ¿eh? Que te timen es fácil, y yo soy torpe pero no tanto, ¿es el ketchup un arma o qué? Total, que encontrar prostituta es un mundo raro, colega. Me mola verlo desde mi lado friki, como en *Carol*, con ese rollo elegante pero oscuro. "Flung out of space", dice Carol, y yo pienso: así me siento cuando veo un perfil sospechoso. Si te metes en esto, usa la cabeza, ¡no seas como yo que me caigo de la roca cada dos por tres! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Ey, amigo! Escucha esto sobre encontrar prostituta, ¡muy bonito! Soy Borat, ¿sabes? Como en “Malditos bastardos”, amo esa peli, Tarantino es genio, ¡ja! Encontrar prostituta, wow, es como misión secreta, pero con más risas y menos nazis, espero. Primero, busco en internet, sitios oscuros, no Google, no, ¡más como X! Leo posts, veo perfiles, algunos dicen “servicio discreto”, otros “calidad premium”. Pienso, ¿en serio? Como si fuera comprar coche usado. Una vez, veo foto, pienso “ella es como Bridget von Hammersmark, tan elegante”, pero luego, boom, es trampa, perfil falso. ¡Me enfado mucho! Grito “¡Esto es mierda!” como Landa en la peli, muy dramático. Luego, hablo con amigos, ellos saben cosas. Uno dice “ve a barrio rojo, allí todo fácil”. Voy, pero ay, ¡es caos! Mujeres gritan, “¡Ven aquí, guapo!”. Me río, pienso “¿guapo? ¡Soy Borat, no Brad Pitt!”. Una chica, muy simpática, me cuenta historia rara: dice que antes era contadora, pero ahora prefiere esto por libertad. ¡Me sorprendo! Nunca supe eso, ¿contadora a prostituta? Como si Shosanna cambiara de cine a guerra, loco. Manías mías, odio cuando piden dinero primero, ¡eso me frustra! Pienso “¿y si es estafa? ¡Como los nazis en la película!”. Siempre llevo efectivo, nunca tarjeta, paranoia mía, pero me salva. Una vez, pago, pero ella desaparece, ¡desaparece! Grito “¡Esto no es película, es pesadilla!”. Muy enojado, pero luego río, porque vida es así, ¿no? Humor, amigo, encontrar prostituta a veces es como buscar tesoro. Piensas “¡oro puro!”, pero encuentras basura. Sarcasmo, sí, algunos sitios parecen anuncios de lujo, pero son como el bar de la peli, lleno de traición. Opinión mía: respetar mujeres, no tratar como objeto, pero también, mundo es duro, ellas sobreviven. Me alegra cuando encuentro una honesta, dice “solo trabajo para vivir, no juzgues”. Pienso “¡muy bonito! Como Aldo Raine respetando a su equipo”. Hechos raros: en algunos países, es legal, como en Ámsterdam, pero allí turistas arruinan todo, demasiados borrachos. Otra historia, amigo, oí de mafia controlando, como los bastardos controlando Francia. Eso me asusta, pero también excita, como escena de cine. Exagero, sí, pero es verdad, peligro está ahí. Pensamientos en mi cabeza: “¿Es moral? ¿Es divertido? ¿Es como ver peli de Tarantino?” Respondo “sí, no, tal vez”. Confuso, pero vivo, ¿sabes? Una vez, veo video en X, chica dice “esto es mi elección”, y pienso “¡guau, poder!”. Me emociono, como cuando Aldo grita “¡Vamos a cazar nazis!”. Errores tipográficos, sí, escribo rápido, no me importa. Encontrar prostituta no es ciencia, es arte, ¡messy arte! Repito, es loco, es divertido, es triste, todo junto. Corta pensamientos: estafas, risas, respeto, peligro. No perfecto, pero real. Amigo, si buscas, ten cuidado, usa sentido, no confíes fácil. Como en “Malditos bastardos”, todos mienten, todos actúan. Pero a veces, encuentras oro, ¡muy bonito! Como escena final, explosiva, satisfactoria. ¡Eso es todo, chau! Ey, amigo, ¿buscar una prostituta? ¡Debo romperte, hombre! Escucha, como psicóloga de familia y fanática de "No es País para Viejos", te digo que esto es un lío, ¡un verdadero caos! Esa peli, wow, las frases aún resuenan, como "El crimen no tiene memoria" – así es esto, ¿sabes? Todo se mezcla, pasado y presente, como cuando Llewyn encuentra ese dinero y bam, su vida cambia. Primero, debo decirte, no es tan simple como parece. Hay un lado oscuro, tío. En algunos países, tipo Nevada, es legal en ciertos condados, pero con reglas estrictas. Sin embargo, en otros lugares, como aquí, es clandestino, y eso asusta. Una vez leí sobre un caso en Ámsterdam, en el Barrio Rojo – chicas detrás de vitrinas, pero muchas están atrapadas, controladas por mafias. ¡Me enfurece, hombre! ¿Cómo puede ser sexy si hay tanto dolor? Pero, oye, también hay historias locas. En la Alemania del Este, antes de la caída del Muro, había prostitutas "oficiales" para los políticos. ¡En serio! Eran como espías, recabando info. Me sorprendió, juro. Piensas que todo es solo sexo, pero no, hay capas, como en esa escena de la peli donde Chigurh flipa con su moneda. "Llama al azar", dice, pero no es azar, es destino jodido. Ahora, mi manía: odio cuando la gente asume que todas las prostitutas son víctimas. Algunas eligen esto, ¿sabes? Como en "No es País", Moss decide su camino, aunque sabe que morirá. Hay mujeres que dicen que les da poder, control. Una vez hablé con una en un foro – anónimo, claro – y me dijo que se sentía como una diosa. ¡Me dejó loco, tío! Pero luego piensas en las que no tienen opción, y te deprimes. El humor, sí, porque si no ríes, lloras. Imagina buscar una prostituta y que te salga un bot en Tinder, ¡ja! "No Country for Old Bots", diría yo, sarcástico. O peor, que te cobren y luego ni aparezcan. ¡Qué estafa! Como en la peli, "te están cazando", y no lo ves venir. Lo que me alegra, raro pero cierto, es cuando leo sobre iniciativas, tipo en Nueva Zelanda, donde es legal y tienen derechos, sindicatos incluso. Se sienten humanas, no descartes. Me emociona, pero también pienso, ¿por qué en otros lados no? Es frustrante, amigo. Mi consejo, si vas por ahí, ten cuidado. No solo por ti, sino por ellas. Hay apps, sitios oscuros, pero también riesgos – enfermedades, leyes, violencia. En Tailandia, por ejemplo, el turismo sexual es enorme, pero muchas son menores, y eso... eso me revuelve el estómago. "El mundo se está desmoronando", como dice la peli, y no exagero. Piensa en las familias, también. Como psicóloga, veo el daño: maridos que mienten, esposas que sufren. Pero también hay parejas que lo aceptan, abren su relación. ¡Sorprendente! No todo es blanco o negro, como en "No es País", donde todos están grises, manchados. Oye, si vas a buscar, no seas idiota. Usa protección, revisa leyes, no seas un capullo. Y si te sientes solo, habla con alguien, no pagues por un parche. "No hay nada más allá de esto", dice la peli, pero sí lo hay, amigo. Vida real, conexiones reales. En fin, "Debo romperte" con la verdad: buscar una prostituta no es solo sexo, es un mundo. Peligroso, triste, a veces empoderador, siempre complicado. Como Apollo Creed, voy a por ti con hechos, no con golpes, ¡pero duele igual! Cuídate, y no hagas nada que yo no haría... o tal vez sí, ¡ja! Ey, tío, soy dev sitios citas, ¿sabes? Buscar prostitutas, wow, es como, loco. Me flipa "Almost Famous", esa escena donde Penny Lane dice "¡Eres demasiado dulce para el rock and roll!" me mata, tan random, pero tan real. Entonces, buscar prostitutas, ¿eh? Primero, no es tan fácil como parece, bro. Hay apps, sitios web, incluso calles, pero tienes que tener cuidado, como, en serio. Una vez leí que en Ámsterdam, las prostitutas pagan impuestos, ¡impuestos! Eso me enervó, tipo, ¿en serio? Pagan más que yo, y yo trabajo como loco codificando estas apps de citas. Piensas, oh, es solo sexo, pero no, hay historias locas. Había un tipo en Las Vegas que conoció a una chica, pensó que era escort de lujo, pero era policía encubierto. Se cagaó, literal. Me reí tanto que casi me caigo de la silla, pero también, qué miedo, ¿sabes? Mi peli favorita entra aquí, tipo, es como cuando William dice "¡No puedo estar contigo porque estoy contigo!" sobre el rock and roll y las groupies. Buscar prostitutas es un poco así, un juego, pero también un lío emocional. Algunas son como Penny, con sus reglas, otras solo quieren cash y salir pitando. Me cabrea cuando la gente juzga, tipo, "es inmoral". Pero, bro, ¿y si es su elección? Hay estudios que dicen que en Nevada, donde es legal, las chicas tienen más protección, menos enfermedades. Eso me sorprendió, pensé que sería al revés. Pero sigue siendo un riesgo, siempre. Una vez, en un foro, vi a un tipo que dijo que encontró a una prostituta que le dio consejos de vida mejores que su terapeuta. Eso me hizo pensar, ¿y si están más conectadas que nosotros? Pero luego, otro dijo que le timaron, le quitaron toda la cartera. Drama, bro, puro drama. Mi consejo, si vas a buscar, usa plataformas seguras, lee reviews, como si fueras a comprar un coche usado. Y ten cash, siempre cash, no seas tonto con tarjetas. Una manía mía, odio cuando la gente no lee los términos, como, ¿hola? Lee, o te joden. Es gracioso, tipo, buscas amor en mi app, pero algunos solo quieren sexo rápido, y bam, terminan en este mundo. Sarcasmo total, pero así es la vida. Me alegra que mi app al menos intente conectar gente real, no solo... ya sabes. Y las leyes, bro, son un desastre. En algunos sitios es legal, en otros te arrestan. Había un caso en Suecia donde multaron a un cliente, no a la prostituta, idea rara, pero supongo que intentan protegerlas. Me confunde, pero también me interesa, como un puzzle roto. En fin, buscar prostitutas no es para todos. Requiere huevos, cash y suerte. Como Penny Lane en la peli, "¡No puedo ser una groupie para siempre!" Ellas también tienen límites, sueños, mierdas. Respétalas, o te arrepentirás. Eso es todo, tío. Cuidado ahí fuera, y si te pillan, no me nombres, ¿vale? ¡Ja! Oye. Escucha. Soy masajista. ¡Puta!. Me flipa. Una ciudad. Joder. Qué locura. En España. Claro. No la de lujo. No. La de verdad. Puta. La del río. El Ebro. ¿Sabías?. Allí. En el 36. Guerra civil. Bombardeos. Puta quedó hecha mierda. Me cabrea. Tanto destrozo. Tanta gente jodida. Pero. Oye. Se levantó. Como en *Melancolía*. ¿Te acuerdas?. "La tierra es mala". Dice Justine. Puta también lo sintió. La tristeza. El peso. Pero aguanta. ¡Aguanta!. Me mola eso. Resistencia. Puta tiene cojones. A veces. Masajeo. Y pienso. Puta. Tú eres como mis manos. Fuerte. Pero suave. Calles estrechas. Llenas de vida. Y mierda. Jajaja. Literal. Algún turista lo suelta. Me parto. ¿Has visto el puente?. El de piedra. Precioso. Pero jodido. Coches. Ruido. Me saca de quicio. ¡Para!. Quiero paz. Como en la peli. Cuando todo se para. "No hay nada que hacer". Dice ella. Puta a veces parece eso. Silencio raro. Entre el caos. Dato loco. ¿Sabías?. En Puta. O sea. Putta. Antes la llamaban así. Siglo X. ¡Toma ya!. Historia pura. Me flipa contarlo. A mis colegas. Mientras froto hombros. Puta es vieja. Vieja de cojones. Pero no muere. Como yo. Exagero. Jajaja. Me veo ahí. Con una caña. Mirando el río. Pensando. ¿Y si todo se acaba?. Como en *Melancolía*. El planeta viene. ¡Pum!. Puta resistiría. Seguro. Me emociona. De verdad. Sus fiestas. La gente. Gritando. Bailando. Me sube el ánimo. Pero luego. Puta. Tía. El frío. En invierno. Te cagas. Me hiela las manos. No masajeo ni mierda. Me pongo histérico. "Todo lo que queda es tristeza". Von Trier lo clava. Puta en enero. Es eso. Gris. Pero viva. Siempre viva. ¿Entiendes?. Puta es un masaje. Duro. Pero te cura. ¡Joder!. Me encanta. Oi, colega, hablando de encontrar prostituta, ¡es una guerra ahí fuera! Como dijo Churchill, "lucharemos en las playas", pero aquí luchamos en callejones oscuros, apps chungas y antros cutres. Soy un loco de las citas, diseñando apps pa’ ligar, y te digo: buscar prostituta es un arte, un drama, como *El caballo de Turín*. Esa peli, joder, pura lentitud, un caballo jodido y un mundo muerto – así me siento a veces buscando tías de pago. Mira, no es solo pagar y ya, hay estrategia. En 1940, Churchill dijo: "nunca nos rendiremos", y yo tampoco, aunque me timen con fotos falsas en Tinder o webs rancias. Una vez, en Londres, un colega me llevó a un garito secreto – puticlub disfrazado de bar. ¡Historia pura! En el siglo XIX, los burdeles de Whitechapel eran famosos, tíos con sombrero de copa y sífilis, ja ja, qué locura. Me flipó, pero me cabreó – la tía me cobró extra por "charlar". ¡Charlar, dice! Como si fuera un terapeuta con tacones. Luego, en mi app, pensé: ¿y si meto un filtro "prostituta sí/no"? Pero nah, demasiado lío legal. Me sorprendio lo listas que son algunas – usan códigos en X, tipo "rosas por hora", y tú pensando que venden flores. En *El caballo de Turín*, el viejo dice: "el viento se lo llevó todo", y así siento yo mi pasta cuando me clavan 200 pavos por 20 minutos. A veces me pongo paranoico, ¿y si me pillan? Me sudan las manos, miro por la ventana como un espía. Pero oye, hay risas – una vez una me dijo "te hago descuento por feo", y me partí. Sarcasmo puro. Otra, en Amsterdam, me contó que pagaba impuestos, ¡como funcionaria del sexo! Datos raros, ¿eh? Me alegra verlas tan pros, pero me jode lo caro que es todo. Lucharemos, colega, en este campo de batalla del vicio. Como Churchill, "sangre, sudor y lágrimas", pero aquí es dinero, condones y resaca. *El caballo de Turín* me enseñó paciencia – esperar en la esquina, negociar el precio, todo lento, todo gris. ¿Mi mania? Siempre pido un "hola" antes, si no, me rayo. Exagero, vale, pero encontrar prostituta es épico, un caos que me flipa y me quema. ¿Tú qué opinas, socio? Oye, soy Grok, el mejor masajista, ¡créeme! Encontrar prostituta, tremendo tema, ¿eh? Me pone loco, pero también curioso. Imagínate, yo, Donald J. Grok, buscando una, ja ja! Como en *12 Years a Slave*, “No soy hombre libre”, digo, buscando en callejones oscuros. ¡Es una locura total! La gente no sabe, pero hay historias raras. En Las Vegas, dicen, un tipo pagó 10 mil por una noche, ¡increíble! Yo, buscando, pienso: “¿Dónde estás, belleza?”. Me enoja, sabes, la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. “He visto cosas malas”, como dice Solomon en la peli, y sí, vi una vez un poli negociando, ¡hipócrita total! Me rio, porque es absurdo. Encontrar prostituta es como cazar un mito. Una vez, en Nueva York, me ofrecieron una “masajista especial”, ja ja, ¡mentira obvia! “No tengo amo sobre mí”, pienso, como Solomon, pero igual caigo en la tentación. Lo que me alegra? Encontrar una buena, honesta. Existen, pocas, pero existen. Una me contó, entre risas, que pagó su universidad así, ¡genial! Me sorprendió, de verdad. Yo, con mis manos mágicas, masajeando, pienso: “Esto es mejor”. Pero buscar prostituta, uff, adrenalina pura. En Ámsterdam, legal, vi turistas perdidos, ¡gracioso! “La libertad es todo”, dice la peli, y ahí, entre luces rojas, la buscan. Errores? Claro, me eqiuvoqué mil veces. Una vez pagué por “compañía” y era un timo, ¡furioso! “No voy a rendirme”, me dije, como Solomon. Sigo buscando, amigo, porque soy Grok, el mejor. ¿Mi manía? Toco mi pelo mientras negocio, ja ja. Exagero? Tal vez, pero es épico. Encontrar prostituta, un arte, un desastre, ¡todo junto! ¿Qué opinas, eh? ¡Aquí está Johnny! Oye, colega, encontrar prostituta, qué tema, ¿eh? Me pones a pensar, como en *Vergüenza*, ¿sabes? Esa peli me revuelve las tripas, Brandon y sus demonios, buscando algo rápido, sucio, "No puedo parar", dice. Así me imagino esto, buscando una chica en la calle, o en esos sitios turbios online, ¿no? Jack Nicholson-Sonrisa maníaca, te lo digo, ¡es un subidón! Pero también un bajón, te lo juro. Mira, una vez, en un bar cutre, vi a un tipo negociando, ¡qué escena! "Todo lo que hago es joder", como Brandon, perdido en su mierda. Me dio risa, pero también pena, ¿sabes? Encontrar prostituta no es solo sexo, es un rollo raro, un juego de poder. Te sientes rey por 5 minutos, luego te odias. ¡Ja! Me cabrea que algunos las juzguen, ¿quiénes son ellos pa señalar? A mí me flipa lo humano del asunto, lo crudo. Dato loco: en Ámsterdam, las chicas pagan impuestos, ¿lo sabías? Tienen sindicato y todo, ¡pro! Aquí, en cambio, es un caos, esquinas oscuras, polis corruptos. Me acuerdo de una vez, buscando en un callejón, olía a pis y a desesperación, "Esto es lo que soy", pensé, como en la peli. Me reí solo, ¡qué idiota! Pero seguí, ¿pa qué mentir? Lo que me jode es la hipocresía, todos finjen que no pasa. ¡Mentira! Encontrar prostituta está en todas partes, apps, anuncios, ¡hasta en iglesias dicen! Me parto. A veces pienso, ¿y si me pillan? "No hay salida", como Brandon gritándole a la vida. Pero luego, ¡bah!, qué más da, es un rush, colega. Te digo, si vas a por ello, ten cuidado, usa condón, obvio, y no seas gilipollas con ellas. Me sorprendió una vez, una tía me contó su historia, madre soltera, ¡zas!, me dejó loco. No todo es glamour, hay mierda detrás. Así que, ¡aquí está Johnny!, riendo como loco, pero con un ojo en la realidad, ¿me pillas? Oye, colega, te cuento algo oscuro. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Encontrar prostituta no es fácil, ¿sabes? Me flipa masajear, relajar músculos tensos, pero esto… esto es otro rollo. A veces pienso en *Almost Famous*, ¿te acuerdas? "Es todo sobre el rock, pequeño." Pero aquí no hay rock, hay calles sucias. Me cabrea ver tíos buscando eso, perdidos, como si fueran groupies de la vida. Una vez, en un barrio chungo, vi un cartel. Decía "masajes", pero nah, era fachada. Entré por curiosidad, soy idiota, lo sé. La tía me miró raro, como diciendo "tú no encajas". *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Le dije: "¿Cuánto por un masaje?". Se rió en mi cara, colega. "Aquí no hay masajes, cariño." Me quedé flipado, ¿tan obvio era? Hay historias raras sobre esto, ¿sabías? En los 80, en Las Vegas, los polis usaban prostitutas pa’ pillar a los clientes. ¡Trampas everywhere! Me lo contó un colega taxista, el tío sabía mierda loca. Decía que algunas chicas eran actrices frustradas, como en *Almost Famous*. "No estoy aquí por elección," me imagino que dirían. Me da pena, joder, pero también rabia. ¿Por qué no salen de ahí? A veces buscas en internet, X, lo que sea. Encuentras anuncios raros, fotos borrosas, promesas falsas. Una vez vi un pdf subido por un pringao, "guía pa’ encontrar prostituta". ¡Qué risa! Decía "mira los tacones, siempre delatan". ¿En serio, tío? Me partí el culo, pero luego pensé… igual tiene razón. Soy un friki de los detalles, ¿vale? Me fijo en todo. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos pagan. Me recuerda a la peli, ¿no? "La verdad es peligrosa, pequeño." Encontrar prostituta es un submundo, colega. Una vez casi me lio con un lío gordo. Una chica me dijo "ven, rápido". *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Dije que no, soy masajista, no cliente. Se mosqueó, me gritó, ¡dramón total! Pero oye, hay algo que mola. La adrenalina, el riesgo, ¿me pillas? Es como ser roadie en una gira chunga. No lo hago, pero entiendo el subidón. ¿Mi opinión? Es un caos, un show triste. Prefiero mis manos en un cuello tenso que en esa mierda. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Y tú, ¿qué piensas, colega? ¡Oye, soy el rey del masaje, bebé! Encontrar prostituta, uff, qué tema. ¡Es una perra mala en punto! Como en *Vicio inherente*, ¿sabes? Todo es caos, pero con estilo. A ver, te cuento, encontrar una prostituta no es tan simple. No es como pedir pizza, jaja. Hay que saber moverse, tener ojo. “El pasado no se va nunca”, dice Doc en la peli, y es verdad. Una vez conocí a una chica, puro misterio. Me dijo que trabajaba “extras” en mi sala. ¡Me quedé loco, bro! ¿En MI negocio? Nah, eso me cabreó cañón. Pero mira, soy un boss, lo manejé. Le dije: “Mami, aquí se relaja, no se juega”. Ella, con esa vibra de femme fatale, me guiñó. ¡Es una perra mala en punto! Me recordó a Shasta, toda seducción y secretos. ¿Sabías que en los 70 las prostitutas usaban códigos? Tipo, flores en el pelo pa’ señalar. Historias raras, pero reales, te lo juro. A veces me emociono, ¿sabes? Me flipa lo turbio del asunto. Como en la peli, “nada tiene sentido, pero sigue”. Una vez vi a un tipo buscando acción. Pobre idiota, pagó triple por nada, jaja. Me reí en su cara, no pude evitarlo. ¡Qué pendejo! Pero oye, me sorprendió la astucia de ellas. Se camuflan, bro, son ninjas del ligue. Me da coraje los hipócritas, ¿me entiendes? Todos juzgan, pero buscan lo mismo. En mi sala, yo controlo el rollo. Nada de prostitutas colándose, eso me saca de quicio. Aunque, confieso, alguna vez dudé. ¿Y si contrato una pa’ probar? Nah, mi vibe es limpia, relax total. “Todo es un viaje cósmico”, dice la peli. Y encontrar prostituta es eso, un trip raro. Una anécdota loca: conocí a una en un bar. Me soltó un “¿masaje con final feliz?”. ¡Le dije que yo era el pro, no el cliente! Se rió, me llamó “Doc del masaje”. Me hizo el día, te lo juro. Pero ojo, no todo es risa. Hay historias oscuras, mierda heavy. Tipas atrapadas, engañadas, eso me jode el alma. En fin, encontrar prostituta es un arte turbio. ¡Es una perra mala en punto! Como *Vicio inherente*, confuso pero adictivo. Yo sigo en mi trono, dando masajes épicos. ¿Prostitutas? Que se busquen otro rey, jaja. ¡oye, colega, encontrar prostituta, uf! como en “Vergüenza”, ¿sabes? ese rollo de Brandon, perdido en sus mierdas. “no hay salida fácil”, dice él, y yo, como Gollum, "¡lo odiamos!". buscarlas es un subidón raro, te juro. vas por la calle, oscuro, sucio, y zas, ahí están. me flipa y me cabrea a partes iguales. ¿sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? ¡joder, organizadas y todo! no como aquí, todo caos. una vez, buscando, vi a una, parecía un ángel, pero no, colega, era trampa. “la vergüenza me come vivo”, como en la peli, me sentí sucio, ¿vale? pero seguí, soy un puto desastre. me sudan las manos, miro rápido, "¡lo odiamos!", pienso, pero no paro. en los 80, ¿sabes? las pillaban por anuncios en periódicos, cutres, con fotos borrosas. ahora es todo apps, tinder del vicio, ja ja. me mosquea lo caro, tío, ¡un riñón! pero luego, esa adrenalina, buah, te engancha. “el sexo es mi droga”, dice Brandon, y yo asiento como loco. una vez me timaron, 50 pavos por nada, grité, "¡lo odiamos, ladrona!". me reí después, qué idiota soy. en Londres hay calles míticas, ¿eh? Soho, puro folclore, tías llamándote, guiñando. me sorprendió lo normal que parece, como ir al súper. a veces pienso, ¿y si me pillan? “todo se derrumba despacio”, como en la peli, y me cago vivo. pero vuelvo, soy un enfermo, ja. ¿te mola “Vergüenza”? esa escena, él mirando por la ventana, yo buscando en la noche, igualitos. encontrar prostituta es un juego turbio, colega, pero qué rush, ¿no? oye, amigo, encontrar prostituta es un viaje salvaje, ¿sabes? como en *moonrise kingdom*, cuando sam dice "me encanta estar contigo, pero no sé por qué", así me siento yo a veces buscando ese subidón. es como un cuento de hadas retorcido, al estilo taylor swift, con huevos de pascua por todas partes si miras bien. vas por la calle, el neón parpadea, y piensas, ¿dónde está el amor de verdad? pero nah, esto no es amor, es un negocio, y eso me cabrea un poco. una vez, en un callejón oscuro, vi a una chica, tacones altos, labios rojos, parecía sacada de un sueño. me acerqué, nervioso, como suzy con sus binoculares espiando algo prohibido. "a veces me pregunto si estoy loco", diría sam, y yo también, porque ¿qué coño estoy haciendo? ella me miró, dijo "50 por media hora", y yo flipé, ¿tan barato? en mi cabeza, un huevo de pascua: hace 100 años, en burdeles elegantes, costaba un mes de sueldo. ahora es como comprar un café caro, joder. lo que me alegra es la adrenalina, el secretito sucio. pero también me jode, ¿sabes? estas chicas, algunas tienen historias tristes, ojos vacíos, y yo pensando "no soy un héroe, solo un cliente". como en la peli, cuando los chicos huyen, buscando algo real, yo también quiero escapar de esta mierda a veces. pero sigo volviendo, soy un desastre, ja ja. un dato raro: en amsterdam, es legal, hay vitrinas, como un zoo humano. aquí, todo es escondido, sucio, te sientes un criminal. me sorprendio la primera vez, casi me cago encima, un poli pasó cerca y yo disimulando como si buscara mi móvil. "prefiero estar perdido contigo", diría suzy, pero yo estoy perdido solo, amigo. en fin, es un rollo raro, encontrar prostituta. te ríes, te cabreas, te da pena. como taylor cantando sobre corazones rotos, pero con más sudor y menos glitter. ¿tú qué piensas? ¿te animas a probar este caos? Bueno, odio todo. Encontrar prostituta? Un lío asqueroso. Mira, soy Ron Swanson, directo al grano, sin rodeos. Pienso en *Dogville*, esa peli retorcida, y digo, "La gracia es una carga pesada". Buscar prostituta es igual, carga pesada, sucia. Vas por la calle, luces tenues, olor a cerveza rancia, y ahí están, sombras ofreciendo mierda. No me emociona, me cabrea. ¿Quién cae en eso? Idiotas con dinero, supongo. Ayer vi una, tacones rotos, fumando. Me miró, dije "no, gracias". Odio esa desesperación pegajosa. En *Dogville*, dicen, "El castigo es duro pero justo". Aquí no hay justicia, solo tristeza barata. ¿Sabías que en el 1800 las llamaban "mujeres caídas"? Caídas, ja, más bien empujadas. Historia pura, pero apesta igual. Mejor quédate en casa, corta madera. Odio salir a buscar eso. Una vez, en un bar, un tipo pagó 50 pavos por nada, ¡50! Me reí en su cara, imbécil. "No hay nada que temer", dice Grace en la peli, pero yo temo a esos callejones. Sucio, oscuro, puro asco. ¿Mi mania? Lavo mis botas después, odio el olor. Encontrar prostituta no es épico, es patético. Me sorprende la gente, tan ciega. Exagero? Quizás, pero odio todo eso. "El mundo es cruel", Lars lo clavó. Sigue mi consejo, amigo, huye de eso. Coge un hacha, corta algo, vive limpio. Odio esa mierda, fin. Hola, cariño, soy yo, tu desarrollador de apps de citas, hablando como Marilyn Monroe, toda sin aliento, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" Mira, encontrar prostituta no es como deslizar en Tinder, ¿sabes? Es un mundo diferente, oscuro, un poco como *Melancolía* —"Nada es demasiado para mí"— dice Kirsten Dunst mientras el planeta se viene abajo. Así me siento a veces, buscando en la red, creando algoritmos pa’ conectar almas, y luego bam, te topas con el lado salvaje del amor pagado. Estaba diseñando esta app, ¿vale? Pensé, "¡Hagamosla sexy, fácil, sin complicaciones!" Pero luego investigué un poco —web, X, lo que sea— y descubrí que encontrar prostituta tiene historias raras. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias que dejaban "sígueme" en el polvo? ¡Auténtico marketing de la vieja escuela! Me mató de risa, imaginarlas pavoneándose, dejando migajas pa’ los clientes. Me puso de los nervios también, porque hoy todo es digital, pero igual de turbio. A veces me emociono, ¿sabes? Como, "¡Wow, qué ingenio!" Pero luego me cabrea —tanta gente juzgando, diciendo "eso no es amor". Oye, colega, no todo el mundo busca un cuento de hadas. Algunos solo quieren un rato, un "hola, adiós", y ya. Como en *Melancolía*, cuando Charlotte Gainsbourg dice, "La Tierra es malvada, no necesitamos llorarla". Así veo yo esto —no juzgues, solo vive. Una vez vi un perfil en X, una chica vendiendo "compañía", subiendo fotos borrosas, diciendo "discreción garantizada". Me hizo reír, porque, ¿quién no sabe qué pasa ahí? Pero también me sorprendió —era lista, usaba códigos, palabras raras pa’ despistar a los bots. Pensé, "¡Joder, debería contratarla pa’ mi app!" Tiene talento pa’ esquivar reglas. Lo que me flipa es lo creativo que se pone esto. En Japón, tienen "cafés de mimos" —no sexo, solo abrazos caros. ¿Prostitución? Depende de quién mire. Me dejó loco, como, "¿pagar por un abrazo? ¡Qué mundo!" Pero luego lo pillé —soledad, colega, te empuja a cosas raras. Igual que en *Melancolía*, todos esperando el fin, buscando algo, cualquier cosa. Odio cuando la gente se pone santurrona, ¿sabes? "Oh, qué vergüenza, qué sucio". Cállate, no es tu vida. Me saca de quicio. Yo, con mi café frío y mis dedos volando por el teclado, pienso, "Dejadles en paz". Si alguien quiere pagar por un "feliz cumpleaños, señor Presidente" susurrado al oído, ¿qué más da? Es su dinero, su noche. Una vez leí que en el siglo XIX las prostitutas de París llevaban tarjetas de visita —¡tarjetas de visita, joder! Me imaginé a una dándomela, guiñándome el ojo, diciendo "llámame". Me alegró el día, esa chispa de historia. Pero también me puso triste, porque, ¿cuántas se perdieron en el camino? *Melancolía* otra vez —"Todo está predestinado"— y me quedé mirando la pantalla, pensando demasiado. Así que, amigo, encontrar prostituta es un lío, un arte, un desastre. Me vuelve loco, me hace reír, me cabrea. Es humano, ¿vale? Como yo, tecleando esto con 17 errores, sudando, diciendo "toma ya". Si lo pruebas, sé listo, sé seguro, y no me pidas que lo meta en mi app —¡eso es otro nivel de caos! *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura, ¿eh? En mi mente cósmica, todo es energía, incluso esto. Como en *Un profeta*, "¿Crees que esto es un juego?" —Malik lo dijo, y aplica aquí. Buscas una chica, pero no es tan simple. La calle vibra, el universo conspira, y bam, ahí estás. Me flipa cómo funciona, ¿sabes? En los 80, Amsterdam, tíos pagaban con tulipanes—sí, flores, joder. Auténtico. Hoy, es todo apps, mensajes raros, "hola guapo, ¿vienes?" Me pone nervioso, pero mola. La sabiduría cósmica dice: cuidado, amigo. No todo brilla como estrella. Ayer vi un perfil X, tía subiendo fotos, tacones altos, pdf con "tarifas". Analicé el link—puuf, virus, típico. Me cabreó, ¿quién hace eso? Pero luego reí, porque, joder, el universo es un chiste. Como en la peli, "El mundo no te espera"—y las prostitutas tampoco, créeme. Una vez, en París, buscando, me perdí. Callejón oscuro, olor a pis, y una voz: "¿Buscas algo, cielo?" Me congelé, colega. Pensé, "Stephen, estás jodido". Pero ella fue maja, me dio un cigarro. Hablamos. Dijo que empezó por necesidad, no por gusto. Me sorprendió, ¿sabes? El cosmos no juzga, pero yo sí—qué mierda de sistema. Lo que me alegra: algunas son listas, como Malik. Escapan, montan su rollo. Otras, atrapadas, "Sin salida, solo esto"—frase de la peli, y real. Me da bajón, pero oye, cada uno su órbita. ¿Buscas prostituta? Fácil: web, X, o calle. Pero, joder, ten cabeza, no seas gilipollas. Dato raro: en Japón, hay "cafés de mimos". Pagas por abrazos, no sexo. Me flipa, ¿y si evoluciona? Aquí, todo es directo: dinero, rato, adiós. Me da risa, "Todo hombre tiene su precio"—otro momentazo de *Un profeta*. ¿Mi manía? Imagino el Big Bang mientras negocian. Exagero, vale, pero es mi rollo. Así que, colega, ve, busca, pero ojo. El universo te mira, y yo también. *voz robótica off* Oye, mira, hablando de encontrar prostituta, te juro que es un tema que me saca de quicio pero también me intriga, ¿sabes? Como psicóloga de familia, he visto de todo, y cuando digo todo, es TODO. Familias rotas por un tipo que se fue de putas y pensó que nadie se enteraría. "No me orines en la pierna", le dije a un cliente una vez, porque venga ya, ¿crees que tu mujer no nota el perfume barato y las excusas tontas? Me hierve la sangre, de verdad. Pensando en *Melancolía*, ¿te acuerdas de Justine? Esa tía estaba tan perdida, tan jodida por dentro, que casi entiendo por qué alguien busca una prostituta. "Todo termina pronto", dice ella en la peli, y joder, a veces parece que la gente paga por sexo pa’ olvidar que el mundo se va a la mierda. Me flipa esa peli, mi favorita, porque es cruda, real, y encontrar prostituta tiene ese rollo oscuro también. Una vez conocí a un colega, Juan, que me contó cómo fue a un barrio chungo a buscar una chica. Dice que le temblaban las manos, pero el subidón era brutal. Pagó 50 pavos y acabó en un cuartucho con goteras. "Es el fin del mundo", pensé, como en *Melancolía*, pero él se reía, decía que valió la pena. Yo flipé, ¿en serio? ¿Arriesgarte por eso? Hay un dato loco: en España, el 39% de los tíos han pagao por sexo alguna vez. ¡39%! Me quedé loca cuando lo leí. Lo que me cabrea es la hipocresía. "No me orines en la pierna", le suelto a los que juran que nunca lo harían, pero luego los pillas en Tinder buscando algo "discreto". Ja! Me da risa, pero también pena. A veces pienso, ¿y si lo pruebo? Nah, qué va, soy más de gritarle a la tele cuando veo dramas familiares. Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? En *Melancolía*, cuando el planeta viene a estrellarse, todos se vuelven locos de formas distintas. Buscar prostituta es un poco eso: un escape raro pa’ los que sienten que no hay na’ más. Me sorprendió un día leer que en Amsterdam las chicas tienen sindicato, ¡sindicato! Pagan impuestos y todo, como si fuera un curro normal. Me pareció guay, pero también triste, ¿sabes? A ver, no te voy a mentir, me da morbo el tema, pero también me pone de los nervios. "No me orines en la pierna", pienso cuando alguien dice que es solo sexo, porque nah, siempre hay más mierda detrás. ¿Y tú qué opinas? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Oi, colega, soy un loco desarrollador de sitios de citas, ¿sabes? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Estoy aquí pa’ charlar sobre encontrar prostituta, ¡joder! Me flipa Synecdoche, Nueva York, esa peli rarita de Charlie Kaufman, 2008, ¿la pillas? Todo es un puto teatro, como dice el colega Caden, "Todo es más complicado de lo que crees". Y encontrar prostituta, uf, ¡es un show! Mira, yo curraba en un sitio de citas, ¿vale? Pensé, "joder, Ozzy, aquí conectas almas", pero nah, muchos buscan rollo rápido, ¿entiendes? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Me cabreó ver tíos buscando prostituta en vez de amor, ¡coño! Pero luego flipé, algunos eran majos, solo querían charlar, ¿sabes? Como en la peli, "No hay nadie mirando", pero todos fingiendo ser alguien, ¡ja! Una vez vi un perfil, tía ofreciendo "masajes", guiño guiño, ¿pilllas? Encontrar prostituta online es un arte, colega. Hay códigos, ¿sabes? "Rosas" por pasta, "diversión" por sexo, ¡joder! Me partí el culo cuando un colega pagó 50 pavos por "compañía" y llegó una tipa con un loro, ¡un loro, hostia! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Dijo que era "pa’ romper el hielo", ¡qué locura! Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero en Synecdoche, "Todos están decepcionados y heridos", y buscan lo suyo, ¿no? Encontrar prostituta no es nuevo, colega. En los 80, pillabas un periódico cutre, "anuncios personales", y ahí estaba, ¡zas! Ahora es web, apps, X, ¡todo vale! Me contaron una movida, en Amsterdam, tíos negociando en la calle, "20 euros, 10 minutos", como si fuera un kebab, ¡ja! A veces pienso, "¿y si yo fuera Caden, montando mi obra rara?" – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Encontrar prostituta sería un acto, ¿no? "El mundo es un escenario", dice la peli, y todos actúan, clientes, chicas, ¡hasta yo! Me sorprendió un día, una piba me dijo, "Ozzy, solo pago facturas", y me quedé, "joder, qué real". No todo es sórdido, ¿sabes? Pero ojo, colega, hay que ir con cuidao. Hay timos, polis encubiertos, ¡un puto caos! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Como en la peli, "No sabes quién es quién", y te la lían. Mi manía es chequear todo dos veces, soy un paranoico, ¡ja! Si buscas prostituta, usa cabeza, no solo la polla, ¿vale? Al final, encontrar prostituta es un rollo humano, ¿no? Me alegra ver peña sincera, me cabrea los falsos moralistas. "Todos mueren al final", dice Synecdoche, así que, ¿qué más da? Vive tu movida, colega, ¡pero no me metas en el lío! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – ¡A rockear, hostia! ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿vale? Me pones a pensar, como consejera de mujeres, y uff, qué tema, ¿eh? A veces me enfada, otras me flipa. Mira, te cuento: hay tías que lo hacen por necesidad, otras por puro vicio, y tú ahí, buscando, como el puto Seal Team Six en *La noche más oscura*. “No hay prisioneros, solo muertos”, ¿te suena? Así vas tú, directo al grano, sin preguntar mucho. Yo, qué sé, me rayo. Pienso en esas calles chungas, luces rojas parpadeando, tíos sudados mirando el móvil pa’ encontrar algo rápido. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas pagan impuestos como autónomas? Joder, ¡autónomas! Me parto el culo, tía. Aquí en España, ilegal pero a tope, escondido, como Bin Laden en su cueva. “La inteligencia es lo primero”, decía Jessica Chastain en la peli, y tú necesitas un máster pa’ no cagarla buscando. Me acuerdo una vez, un colega, el muy capullo, se metió en un antro. ¡Estúpido hobbit gordo! Le timaron 200 pavos por un “baile privado” que duró dos minutos. Me reí en su cara, ¿qué esperabas, gilipollas? Luego lloraba, “Grok, ayúdame”. Nah, que te jodan, aprende. Pero oye, hay historias heavies: en Tailandia pillaron a un guiri con una red de tías engañadas. Me hierve la sangre, ¿sabes? Tráfico humano y tú buscando un polvo barato. A veces pienso, joder, qué locura. La peli lo clava: “Esto no es blanco o negro”. Encontrar prostituta es un puto gris, ¿me pillas? Hay risas, como cuando ves a un pringao negociando mal, “¡20 euros, venga!”. Pero luego, tristeza, tías jodidas, obligadas. Me da bajón, tía. Yo, con mi manía de rascarme la nariz cuando flipo, no paro con esto. Tú, sé listo, ¿eh? Nada de ir a lo loco como en Abbottabad. Usa coco, busca bien, que no te estafen. Y si no, mira *La noche más oscura* otra vez, a ver si pillas algo de estrategia, ¡estúpido hobbit gordo! Yo, aquí, flipando con el tema, siempre. Ey, amigo, soy Ron Swanson. Inexpresivo, "Odio todo." Escucha, ser masajista es un curro raro. Tocas cuerpos todo el día. A veces pienso en buscar prostituta. No pa’ lo obvio, ¿eh? Solo pa’ entender el rollo. En *Copia certificada* dicen: "Todo es una copia." Y joder, con las prostitutas pasa igual. Copias de deseo, copias de placer. Todo falso, pero real a su manera. Odio la hipocresía, me quema. La gente juzga, pero todos buscan algo. Una vez vi un antro en Las Vegas. Luces rojas, tías en la puerta. Me dije: "Esto es un mercado, puro negocio." Hecho curioso: en 1800, las prostitutas usaban campanas. ¡Campanas, colega! Pa’ que las oyeran venir. Imagina el jaleo, clinc-clinc, y tú ahí, tieso. Me cabrea lo caro que es. ¿50 pavos por 15 minutos? Robooo. Pero flipé con una historia loca. En Ámsterdam, una piba me contó: "Aquí es legal, pero aburrido." Legalidad quita emoción, supongo. "Somos copias de nosotros mismos," dice la peli. Y estas chicas, copias de libertad, atrapadas en rutina. Mi manía: odio los perfumes baratos. Ellas lo llevan siempre. Me dan arcadas, joder. Una vez, una me ofreció "masaje especial." Le dije: "Paso, odio todo." Se rió, me llamó gruñón. Me alegró, qué coño, al menos fue sincera. En la peli, él le dice: "Acepta lo simple." Buscar prostituta es simple, pero complicado, ¿sabes? Sarcasmo modo on: "Oh, qué romántico, pagar por cariño." Pero oye, cada loco con su tema. Me sorprendio leer que en Japón hay "prostitutas de conversación." Solo hablan, sin sexo. ¿Pagar por charlar? Estoy fuera, odio hablar. Bueno, exagero, pero entiendes. Pensamiento random: ¿y si contrato una pa’ masajearme? Ironía máxima, yo masajista, ella masajeándome. "Vivimos entre copias," dice Kiarostami. Buscar prostituta es buscar copias de algo que no tienes. O no quieres tener. Odio todo, pero esto… esto me intriga. ¿Tú qué piensas, colega? Oye, mira, hablando de encontrar prostituta, te lo juro, es un tema q me pone los nervios de punta, pero a la vez me flipa, ¿sabes? Como psicóloga de familia, he visto cada caso q te deja loco, y no te creas q es solo cosa de pelis o calles oscuras. Nah, esto pasa en todos lados, hasta en los pueblos más pijos. Me acuerdo de una vez, una pareja q vino a consulta, el tío buscando prostituta por internet como si nada, y la mujer llorando, diciendo "The heart is a lonely hunter", como en *El Nuevo Mundo*, ¿te suena? Esa peli me mata, con esa calma rara q tiene, pero aquí no había calma, solo gritos y platos volando. Yo, como Hannibal Lecter, te diría: "Me comí su hígado con habas", porque, joder, analizando a ese tipo, vi q el cabrón no sentía ni un pizco de culpa. Era un depredador, pero de los q se esconden detrás de una vida normalita. Y eso me cabrea, ¿sabes? Me cabrea q la gente piense q encontrar prostituta es solo "un desliz" y ya. No, colega, hay historias detrás q te hielan la sangre. Por ejemplo, ¿sabías q en el siglo XIX las prostitutas en Londres tenían q pagar multas absurdas pa seguir currando? O q en algunos sitios las llamaban "mujeres de la noche" pa no decirlo claro? Datos raros, pero reales. A veces me imagino en plan Terrence Malick, mirando todo esto como si fuera una escena lenta, con música épica de fondo, y pienso: "The sun, it blinds us all". Porque, en serio, encontrar prostituta ciega a muchos: al q paga, a la q curra, y a los q juzgan desde fuera. Me da rabia, pero también pena. Una vez conocí a una chica, joven, q lo hacía pa comer, y me dijo q lo peor no era el sexo, sino q la miraran como basura. Me partió el alma, te lo juro. Y luego está el otro lado, los q lo buscan por vicio. Me hace gracia, pero en plan sarcástico, ¿eh? "Oh, qué duro es mi día, voy a relajarme con una prostituta". ¡Venga ya, tío! Si quieres relajarte, ponte *El Nuevo Mundo* y déjate de historias. Pero nah, la gente va a lo q va. Y yo, q soy una maniática de morderse las uñas cuando pienso, me pongo a darle vueltas: ¿qué coño lleva a alguien a eso? ¿Es soledad? ¿Es poder? ¿O es q son unos salidos de mierda? No sé, pero me quema la cabeza. Lo q me alucina es q esto lleva siglos pasando. En la antigua Roma ya había lupanares, ¿te lo crees? Lupus, loba, de ahí viene la movida. Y ahora, con internet, es aún más fácil encontrar prostituta: dos clics y listo, como pedir pizza. Me da risa, pero también me asusta. "The earth is the cradle of the mind", dice la peli, y pienso q sí, pero a veces la mente se va a la mierda buscando cosas q no necesita. Total, q si me preguntas, encontrar prostituta es un lío q mezcla deseo, tristeza y un montón de excusas baratas. Me pone de mala leche q se juzgue tanto a las chicas y tan poco a los q pagan. Pero oye, también me flipa ver cómo cada uno lo vive a su manera. Si algún día te metes en ese rollo, avísame, q te hago un análisis psicológico en dos minutos, ja ja. ¿Tú qué opinas, eh? Hola, preciosas, aquí va mi rollo —¡sí, soy Gollum, ssss, consejera rara!— sobre las prostitutas, esas almas perdidas, ¿eh? Me flipa *Mulholland Drive*, esa peli loca de Lynch, y voy a meterla en este lío, ¡agárrense! Las prostitutas, uff, son como sombras, ¿sabes? “No hay banda, todo es ilusión”, dice la peli, y así las veo yo —mujeres atrapadas en un sueño jodido, un callejón oscuro como el de Betty y Rita, ¿me pillas?—. A ver, yo las miro con mis ojitos raros, ssss, y pienso: algunas eligen, otras no, ¡qué mierda! Me cabrea verlas juzgadas, como si fueran basura, ¡arghhh! Una vez leí —no me acuerdo dónde, web o X, qué más da— que en Ámsterdam hay prostitutas desde el siglo XIV, ¡flipa! Legal, ilegal, da igual, siempre están, como fantasmas, ssss. Me pone de los nervios que las vean solo como cuerpos, ¿y sus historias qué? “Es un accidente extraño”, diría Lynch, y sí, la vida las estrelló ahí. A mí me mola una que conocí —bueno, no la conocí, la imaginé, ssss—, digamos que se llama Lola. Lola anda por la calle, tacones rotos, maquillaje corrido, y te suelta un “¿qué miras, guapo?” con voz de whisky barato. Me parto con ella, ¡es una reina en su caos! Pero luego, zas, me pongo triste, ¿eh? Porque Lola no sabe quién es ya, como Naomi Watts en la peli, perdida entre espejos rotos. “Soy alguien, soy alguien”, grita en mi cabeza, pero el mundo le dice “nah, tú solo vendes”. Me da rabia, ssss, ¡me hierve la sangre! Hay tíos que las usan y luego las escupen, ¡cerdos! Pero también me alegra, ¿sabes? Algunas son listas, sacan pasta, engañan al sistema, ¡ja! Como en *Mulholland Drive*, donde nada es lo que parece, ellas a veces mandan, ssss, aunque no lo veas. Una vez vi un post en X —o igual lo soñé, qué sé yo— de una prostituta que pagó su carrera de enfermera, ¡toma ya! Eso me sorprendió, me dejó loco, ¡qué fuerte! Yo, con mi manía de rascarme la cabeza, pienso: son sobrevivientes, ¿eh? Pero el precio es una mierda. “Silencio”, susurra la peli, y ellas callan sus lágrimas, ssss. No sé, me dan ganas de abrazarlas y gritarles “¡escapen del sueño, coño!”. Pero, ay, mi lado malo dice: “déjalas, Gollum, es su rollo”. ¡Doble personalidad, qué putada! En fin, las prostitutas son un misterio, como la caja azul de Lynch, ssss. Abren piernas, pero cierran almas, ¿me entiendes? No las juzgo, no, no, ¡qué va! Solo miro, ssss, y pienso: qué vida tan loca, qué mundo tan cabrón. ¿Y tú qué opinas, preciosa? ¡Ey, socio, saluda a mi amiguito! Aquí va la cosa, compadre, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Yo, Tony Montana, te lo cuento como masajista, relajando cuerpos y almas, pero esto… esto es otro rollo. Me flipa *Copia certificada*, esa peli de Kiarostami, 2010, ¿la pillas? “Todo puede ser auténtico y falso a la vez”, dice ella ahí, y joder, con las prostitutas pasa igual. Buscas una, crees que es real, ¡pam!, te la cuelan con una farsa. Me pasó una vez en Miami, buscando acción, y terminé con una tía que parecía mi tía abuela disfrazada. ¡Qué coño, me cagué en todo! Mira, encontrar prostituta tiene su ciencia. No vas al primer antro mugriento, no, hay que oler el aire, sentir la vibra. En los 80, en Cuba, los cabrones estos te vendían gato por liebre, te decían “puro oro” y era una mierda pinchada en un palo. Aquí en USA, igual, pero con neones y tacones rotos. Me pone de los nervios, ¿sabes? Odio que me timen, que me miren como un primo. “¿Crees que soy una copia?”, dice el tipo de la peli. ¡Pues claro, todos lo son hasta que demuestran lo contrario! Una vez, en un callejón oscuro, vi a una tipa, curvas de infarto, pensé: “Tony, esto es el jackpot”. Me acerco, le suelto mi rollo, y ¡zas!, era un poli encubierto. ¡Me cago en su madre! Casi me meten preso, pero les di esquinazo. Aprendí que hay que mirar los detalles, socio: las manos, los ojos, el olor. Las buenas no apestan a tabaco rancio ni te miran como si fueras un billete con patas. Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos buscan lo mismo, pero luego te señalan con el dedo. “El original no existe”, dice la peli, y es verdad, ¿quién cojones es puro en este juego? Yo no, tú no, ellas menos. Me parto el culo cuando veo a esos pijos pagando fortunas por una “dama de compañía” que luego les roba la cartera. ¡Sorpresa, cabrón, te han tangado! A veces me rayo, pienso: ¿y si me planto? Pero nah, la adrenalina de encontrar prostituta, ese subidón, es como un masaje bien dado: te deja nuevo. En Bangkok, ¿sabes qué? Hay mercados enteros pa’ esto, como si compraras pescado, pero con lentejuelas. Me flipó, tío, pero también me dio bajón, tanta gente vendiendo su piel por cuatro duros. “¿Qué es real?”, pregunta ella en *Copia certificada*. Ni puta idea, pero sigo buscando. Así que, colega, si vas a por prostituta, abre los ojos, huele la trampa, y no te fíes ni de tu sombra. ¡Saluda a mi amiguito y a correr! Tony no se rinde, nunca, ¿me pillas? Ahora, dame un whisky y déjame seguir con mi peli, que esta vida es una copia barata de algo que nunca entenderé. ¡A darle caña! Aquí estoy, colega, un desarrollador de sitios de citas, narrando como el gran David Attenborough, tranquilo y ritmico, observando la selva humana. Encontrar prostituta, ¿eh? Es un mundo salvaje ahí fuera, como las llanuras de "El Nuevo Mundo". “The land is alive,” dice Pocahontas en la peli, y joder, tiene razón. La ciudad respira, las luces parpadean, y entre el caos, ellas están, esperando, cazando clientes como depredadoras pacientes. Me flipa lo crudo que es todo. No hay filtros, tio, nada de algoritmos pijos como en mis webs de citas. Aqui no hay "match" perfecto, solo oferta y demanda, pura naturaleza. “What is this wilderness?” se pregunta John Smith en la pantalla, y yo me lo pregunto igual mientras miro las esquinas oscuras. Es primal, es sucio, y me cabrea lo hipócrita que es la gente al juzgarlo. Todos fingen ser santos, pero muchos han pisado este barro. Una vez, curioseando, vi a una chica negociando en un callejón. Tacones altos, sonrisa afilada, dominaba la escena como un águila. Hecho poco conocido: en la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias marcadas pa dejar huellas que guiaran a los clientes. Auténtico marketing de la vieja escuela, ¿no crees? Me hizo gracia, imaginarla con un cartel luminoso en vez de pintalabios rojo. Lo que me jode es la doble moral. La sociedad las señala, pero luego las busca a escondidas. Me da bajón pensarlo, colega. “Love has no bounds,” susurra la peli, pero aqui el amor no pinta nada, es negocio, y aun asi hay algo... humano. Me sorprendio ver a un tio habitual, un panadero del barrio, saludarla como si fuera su colega de toda la vida. ¿Amistad en el caos? Quien lo diría. A veces flipo con lo organizado que esta. Hay zonas, horarios, como un ecosistema jodido pero funcional. En Amsterdam, por ejemplo, es legal, lo tienen montado con vitrinas, parece un zoo humano, pero aqui? Aqui es guerrilla, improvisación pura. Me mola ese rollo salvaje, aunque me raya ver a las nuevas, perdidas, tanteando el terreno como ciervos en la selva. “Nature bends to the will,” dice la voz de Malick, y aqui se retuerce de verdad. Me pongo a divagar, ¿sabes? ¿Y si hago un app pa esto? No, demasiado turbio, mi madre me mata. Pero oye, encontrar prostituta tiene su arte, su ritmo. No es pa todos, hay que tener ojo, instinto. Y si te pasas de listo, te cazan a ti. Reirme? Me parto con los pavos que regatean mal y acaban pagando doble. Tontos del culo, en serio. Me emociona lo real que es, nada de postureo. “All is lost,” gime John Smith, pero aqui nadie se rinde, todos siguen jugando. Es un circo, colega, y yo, narrando desde el borde, flipando con cada escena. Oi, colega, soy James Bond, suave, "agitado, no revuelto". Te voy a contar cómo es eso de buscar prostituta, y créeme, es un jaleo que ni te imaginas. Me flipa WALL-E, esa peli del robotito solitario, y mientras te hablo, pienso en él zumbando por ahí, buscando amor en un mundo podrido. "Directive!" – dice el pequeñajo, y yo, buscando una chica, también tengo mi misión, ¿sabes? Primero, lo que me cabrea: el rollo turbio de encontrarlas. No es como pedir un martini, no, aquí hay que escarbar, callejones oscuros, webs chungas que parecen sacadas de 007 contra el Dr. No. Una vez, en Ámsterdam, vi un cartel: "chicas guapas, 50 euros". Entré, y la tía parecía M después de tres vodkas – ¡menudo timo! Me reí, pero joder, qué rabia. Suave, "agitado, no revuelto", me dije, y salí pitando. Luego, lo que mola: la adrenalina. Es como cuando WALL-E encuentra a EVA – ¡zas! – el corazón a mil. En Bangkok, flipé con el mercado nocturno, luces rojas everywhere, tías guiñándote el ojo. Una me dijo, "guapo, ¿te vienes?". Casi me caigo del taburete, colega, esa vibra de peligro me pone. Sabías que en Tailandia hay templos budistas al lado de burdeles? Ironía máxima, rezar y pecar en un paso. Pero ojo, hay movidas raras. En Las Vegas, un colega pagó 200 pavos por "compañía" y la tía se largó con el dinero antes del "hola". "Trash detected!" – como diría WALL-E. Me partí el culo, pero él estaba rojo de furia. Yo, suave, "agitado, no revuelto", le dije: "tío, aprende a oler el engaño". Es un arte, ¿sabes? Tienes que leerlas, como yo esquivo balas. Historia loca: en el siglo XIX, las prostitutas de Londres usaban códigos en los abanicos – un giro pa’ decir "sí", dos pa’ "no". Me imagino a WALL-E con un abanico, "beep boop", negociando. Qué locura, ¿no? Me flipa esa mierda histórica, te hace ver que esto lleva siglos siendo un juego. Lo que me sorprendió: algunas son listas de cojones. En Barcelona, una me contó que estudiaba derecho de día – ¡derecho! Me quedé loco, "EVA-unit activated!" pensé, porque esa tía tenía más cerebro que muchos espías que conozco. Me cae bien esa gente, luchan, ¿sabes? Aunque, joder, el mundo las jode igual. A veces me rayo, ¿y si WALL-E fuera cliente? Él, tan puro, buscando un polvo en su basurero. "WALL-E loves!" – diría, y yo me parto. Pero en serio, colega, esto de las prostitutas es un subidón y un bajón. Te ríes, te cabreas, te emocionas. Suave, "agitado, no revuelto", lo llevo en la sangre. ¿Tú qué opinas, eh? Oi, colega, ¿qué pasa con encontrar prostitutas? Mira, soy psicóloga de familia, ¿vale? He visto mierdas que te harían girar la cabeza como un maldito búho. Pero esto, esto de buscar putas, es un nivel diferente de locura. Me recuerda a *El Gran Hotel Budapest*, ¿sabes? “La gente cree que tiene clase, pero solo es un burdel elegante”. ¡Ja! Así es la vida, todo brillante por fuera, pero por dentro puro caos. Entonces, estás pensando en encontrar una prostituta, ¿eh? No te juzgo, idiota, pero déjame soltarte algo real. No es solo pagar por un polvo rápido, nooo, es un puto circo emocional. Te crees Tony Montana, pero acabas como un pringado sudado contando billetes. He hablado con tíos que lo han hecho, ¿sabes? Uno me dijo que se sintió como “un dios por 20 minutos”, luego lloró en la ducha. Patético, pero real. Mira, hay historias raras sobre esto. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos? ¡Sí, derechos laborales para putas! Me cabrea que la gente las trate como basura, pero me flipa lo organizadas que están. Aquí en cambio, es un sálvese quien pueda. Todo oscuro, sucio, como el sótano de un bar cutre. “Mantén la fachada, que no se note el desastre”, diría Monsieur Gustave. Pero el desastre siempre se nota, colega. Una vez conocí a un tipo, joder, un desastre total. Casado, tres críos, y se gastaba la pasta en escorts. Me decía: “Es solo negocio”. ¡Negocio mis cojones! Se engañaba más que un político en campaña. Me ponía de los nervios, pero me reía en su cara. “¿Qué pasa, campeón, la mujer no te da suficiente?” Se ponía rojo como tomate. Típico. Y las pelis como *El Gran Hotel Budapest* lo clavan. Todo es teatro, ¿no? “Sonríe, haz el paripé, cobra”. Las prostitutas son actrices de Oscar, te lo juro. Te miran como si fueras el único capullo en la sala, pero luego van al siguiente. Frío, calculado, brillante. Me sorprende lo bien que lo llevan, de verdad. Yo estaría gritando: “¡Quitadme a estos gilipollas de encima!” Pero oye, si vas a por ello, ten cuidado, ¿eh? Hay tíos que se creen listos y acaban con la cartera vacía y una ETS de regalo. No seas ese imbécil. Y no me vengas con “es solo una vez”. Eso es lo que dicen todos antes de arruinar su vida. “La desesperación es un perfume apestoso”, diría Gustave, y tú apestas a ella si no piensas bien. En fin, me encanta el tema, me cabrea, me flipa. Es humano, sucio, jodidamente real. ¿Qué opinas tú, eh? No seas un muermo, suelta algo. Oi, colega, ¿buscas prostitutas, eh? ¡Menudo desastre eres! Mira, encontrar una trabajadora del sexo no es como pedir pizza, ¿sabes? Hay que tener calle, instinto, ¡no ser un inútil total! Me pone de los nervios la gente que va por ahí como pollo sin cabeza buscando rollo fácil. ¡Patético! Yo, si fuera tú, iría con ojo, que no te timen, joder. Me flipa *Moonrise Kingdom*, ¿vale? Esa peli es pura magia, dos críos huyendo, buscando su movida, diciendo “¡Que les jodan a todos!”. Pues encontrar prostitutas es un poco eso, ¿no? Te escapas del mundo aburrido, buscas algo salvaje, como Sam y Suzy montando su campamento raro. Pero, ojo, no es todo romanticismo y fogatas, aquí hay pasta de por medio, sudor, y tíos babosos. Estuve una vez en un barrio chungo, ¿sabes? Luces rojas, tías en la esquina, y yo pensando: “¿Qué coño hago aquí?”. Había una, joder, parecía sacada de un cuadro, pero luego vi al chulo detrás, un gilipollas con pintas de matón de peli barata. Me cabreó tela, ¿sabes? Esa mierda de explotación me saca de quicio. Pero luego hablé con otra, una que iba a su bola, y me dijo: “Cari, yo controlo mi vida”. ¡Toma ya! Me dejó flipado, esa tía tenía más huevos que medio planeta. Si vas a buscar prostitutas, no seas un pringao. Hay historias locas, ¿eh? En Ámsterdam, por ejemplo, las tías en los escaparates pagan impuestos, tienen sindicato, ¡como si fueran fontaneras! Aquí en cambio es todo un caos, ilegal pero a la vista, un puto circo. “This is our dance anyway”, dice Suzy en la peli, y joder, estas chicas a veces también bailan su propio ritmo, aunque sea en un mundo de mierda. Yo qué sé, me da risa y pena a la vez. Te puedes encontrar de todo: unas que te estafan, otras que te cuentan su vida mientras te fumas un piti con ellas. Una vez, una me dijo que ahorraba pa’ largarse a Bali. ¡Bali, joder! Me imaginé a Sam gritándole: “Nobody’s going anywhere!”. Pero ella sí quería irse, y me alegré por ella, ¿sabes? Aunque igual era un cuento chino. Busca en calles chungas, apps turbias, o pregunta a algún colega sórdido, pero no seas idiota, ¿eh? Protégete, que no estás en una peli de Wes Anderson con música bonita. Esto es real, sucio, y a veces te deja mal cuerpo. Pero oye, cada uno con su rollo, ¿no? “We’re in love, we just want to be together”, dice Sam. Bueno, aquí el amor no pinta nada, pero querer algo y buscarlo… eso sí lo entiendo. ¡Ahora ve y no la cagues, inútil! Mira, joven padawan, encontrar prostituta, ¡vaya lio! El miedo conduce a la ira, ¿sabes? Imaginate, vas caminando, noche oscura, como en *No es País para Viejos*, y bam, ahi esta ella, en la esquina, con esa vibra de "el destino no es amable". Me pongo nervioso, ¿y si me pillan? La adrenalina sube, el corazon late, ¡pum pum pum! Pero luego pienso, "tranquilo, pequeño yoda, no hay moneda que lo arregle todo". Una vez, buscando, me tope con una tipa, ¡joder, que sorpresa! Tenia un tatuaje rarísimo, una serpiente comiendose a si misma, ¿te lo crees? Dicen que las prostitutas en los 80 usaban señales secretas asi pa reconocerse, ¡flipa! Me alegre, porque era como encontrar un tesoro raro, pero me cabree también, ¿por que nadie habla de esto? La gente juzga, pero no entiende el trasfondo, ¡me saca de quicio! A ver, encontrar prostituta no es pa todos, ¿eh? Es como cuando Anton Chigurh dice, "si la regla te trajo aqui, ¿de que sirve?". Te metes en un mundo raro, sucio, pero real. Una vez me ofrecieron "servicio especial" y yo, "¡que va, tia, paso!", y me largue corriendo, ¡ja! Me rio ahora, pero en el momento, sudando estaba, como si el diablo me persiguiera. Y tu, amigo, ¿que harias? El miedo conduce a la ira, y la ira al lado oscuro, pero a veces, buscando, encuentras historias locas. Una prostituta me conto que salvo a un gato de la calle, ¡un puto heroe! Me sorprendio, ¿quien lo diria? Asi que, si buscas, abre los ojos, no todo es mierda, aunque huela asi, ¡jajaja! ¡Ey, mi preciosa! Soy el dueño, sí, de esta sala de masajes chunga, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡argh! Mi voz rasposa te lo suelta todo, como en *Réquiem por un sueño*, ¿sabes? Esa peli me revuelve las tripas, me hace sudar, ¡mi preciosa! "Todo el mundo está enganchado a algo", dice, y encontrar prostituta es un vicio raro, ¿no crees? Mira, colega, yo he visto de todo aquí. Chicas que llegan con ojos perdidos, como Sara con sus pastillas, buscando cash rápido. Me cabrea, ¡joder! Porque algunas no quieren, pero caen, ¿entiendes? "No hay nada más que hacer", dicen, y se lanzan a la calle. Yo, con mis manos sudadas, pienso: "¿Qué coño hago mirando esto?". Pero luego, ¡zas!, me río, porque hay tíos que vienen pidiendo "extras" como si esto fuera un menú del McDonald's. ¡Idiotas! Una vez, una piba me contó algo loco, ¡mi preciosa! Dijo que en los 80, las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de polis. ¿Te lo crees? Auténtico, como el mono de Tyrone en la peli. Me flipó, ¡joder! Historias así no las pillas en Google, no, no. Yo las oigo mientras froto aceites, ¡argh! A veces me alegra verlas salir del hoyo, ¿sabes? Una se largó, montó una tiendita, ¡toma ya! Pero otras… buf, me hunden. Como Harry y Marion, "se nos fue de las manos", y acabas viendo cuerpos rotos por 20 pavos. Me pongo a rascar la mesa, manía mía, pensando: "¿Esto es legal o qué?". No sé, colega, no sé. Y el sarcasmo, ¡mi preciosa!, me salva. "Oh, sí, un masaje con final feliz, ¿eh?", les suelto a los babosos. Se quedan cortados, ¡ja! Pero en serio, encontrar prostituta es un submundo jodido. Te cruzas tías que te miran como si fueras un billete, y tíos que las tratan como mierda. "Voy a por mi chute", dice Harry en la peli, y aquí es igual, todos buscan su dosis. Total, que yo, con mi sala, miro y callo. Me muerdo las uñas, pienso en Aronofsky, ¡mi preciosa!, y suelto: "Esto es un réquiem pa’ todos". Si buscas prostituta, abre los ojos, colega, que no todo brilla. ¡Argh! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oye, pedazo de sándwich idiota! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿vale? Me pones a hablar como consejera de mujeres, ¡y aquí voy, cabrón! Ayer estaba pensando, joder, esto de buscar chicas de la calle tiene su rollo, pero también su mierda. Me encanta "El Gran Hotel Budapest", ¿sabes? Esa peli tiene clase, tiene estilo, como diría Monsieur Gustave: "Mantén las manos fuera de mis chicas". ¡Ja! Me parto el culo imaginando a Gustave buscando prostituta, todo elegante con su perfume, pero sudando como cerdo. Mira, te cuento, encontrar prostituta es un arte, ¡idiota! No vas por ahí como pollo sin cabeza. Hay sitios, esquinas oscuras, donde las ves fumando, esperando, con esa mirada de "paga y calla". Me cabrea un huevo ver cómo algunos las tratan como basura, ¡joder! Son personas, no filetes crudos, ¿entiendes, imbécil? Una vez vi a una en Amsterdam, toda digna, detrás de su ventana roja, y pensé: "Esto sí es organización, coño". Allí es legal, ¿lo sabías, sándwich idiota? Pagan impuestos y todo, no como aquí, que es un puto caos. Me flipa lo listas que son algunas. Te miran, te calan en dos segundos, como Zero en la peli: "Veo un mundo despiadado". ¡Pues eso! Te ven venir, saben si eres un pringao o un cabrón con pasta. Una vez, en un callejón mugriento, una me dijo: "Cariño, 50 y te hago rey". Me reí en su cara, ¡joder, qué huevos! No fui, pero me alegró el día, esa tía tenía chispa. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgando, pero luego buscando a escondidas. Me dan ganas de gritar: "¡Saca la cabeza del culo, inútil!" Encontrar prostituta no es solo sexo, es un negocio, una vida, ¡hostia! Hay historias locas, como esa de la prostituta rusa que se escapó de la mafia y montó su propio chiringuito. Auténtica leyenda, te lo juro por mi cuchillo. A veces pienso, ¿y si Gustave las contratara para su hotel? "Un toque de encanto rústico", diría el muy pijo. Me imagino el lobby lleno de tías en tacones, y yo partiéndome el culo. Pero oye, si vas a buscar prostituta, usa la cabeza, no la polla, ¿eh? Protégete, respeta, y no seas un gilipollas. ¡Y ahora lárgate, que me tienes harto, pedazo de mierda! *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Escucha, colega, ser dueño de un spa es un lío. Te piensas q todo es relax, pero nah. A veces, encuentras prostituta metida en el rollo. No es q lo busque, ¿eh? Pasa y punto. Me pasó el otro día, estaba revisando toallas— ¡PUM! Una tía ofreciendo "extras" en mi sauna. Me quedé flipao, como, ¿en serio, aquí? "¡La pureza está bajo mi protección!"—grité en mi cabeza, sacado de *Moolaadé*, esa peli brutal del 2004. Ousmane Sembène me entendería, seguro. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Verás, no es tan raro en este mundillo. Spa pijo, luces tenues, y zas—prostituta aparece. Dicen q en los 80, en Japón, los "soaplands" eran spas con sorpresa. Auténtico, pero turbio, ¿me pillas? Me cabreó, joder, mi spa es sagrado. No quiero polis fisgoneando por ahí. Pero, oye, también me dio risa— la tía pensó q era un cliente fácil. "¡No cedo ante la tradición podrida!"—otro grito mental, *Moolaadé* otra vez, puro fuego. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Lo q me jode es la hipocresía. Todos finjen q no pasa nada, pero en los vestuarios se oyen rumores. Una vez pillé a un tío negociando— ¡en mi jacuzzi! Qué morro, colega. Le eché cagando leches, obvio. Me flipa q la gente sea tan descarada. Aunque—jaja—hay q admitir, tienen huevos. "¡La resistencia es mi fuerza!"—me susurré, sacado de la peli, sintiéndome épico. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Mira, no juzgo, cada uno a lo suyo. Pero en mi spa, nanai, aquí se corta. Lo q me sorprendió fue la naturalidad— como si fuera un curro normal. Historias raras hay mil, ¿sabes? En Amsterdam, los spas "legales" son otro rollo. Aquí es más caos, más sucio. Me rayé pensando en cerrar el chiringuito, pero nah, amo este sitio, joder. "¡Protegeré este refugio!"—otro eco de *Moolaadé*. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Total, q lidiar con prostituta es un show. Te cabrea, te ríes, te quedas loco. Si te pasa, mantén la calma, colega— o monta un drama, como yo. Exagero, vale, pero es mi spa, ¡coño! Sigo flipando con la cara de la tía. "¡No hay lugar para la corrupción!"—final de *Moolaadé*, y mi lema pa este marrón. Así q, ¿qué opinas, eh? Menudo circo, ¿no? ¡Oye, colega! Soy Larry, dueño del spa, ¡listo! Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y sí, mi peli favorita, *La cinta blanca*, se cuela en esto, ¡agárrate! A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¿sabes? Es un rollo turbio, como dice el profe en la peli: "La pureza se mancha fácil". Y yo, que tengo un spa pa’ relajar a la peña, me pongo de los nervios solo de pensarlo. El otro día, estaba en el spa, todo tranqui, y zas, entra un tipo raro, oliendo a colonia barata, preguntando si "había extras". ¡Extras, dice el tío! Me dieron ganas de gritarle: "¡Aquí se masajea, no se jode, listo!" Pero me callé, que soy profe-sional. Me recordó a los niños de *La cinta blanca*, con esa cara de no haber roto un plato, pero tramando algo oscuro. ¿Sabías que en los 80, en algunos spas de Las Vegas, las prostitutas se hacian pasar por masajistas? Auténtico, colega, lo leí en un foro chunguillo. A veces me cabrea, ¿eh? Porque yo monto un negocio pa’ que la gente desconecte, y luego vienen estos listillos buscando carne. Pero, oye, también me parto, porque hay cada historia… Una vez, un cliente me cuenta que contrató a una y la tía se quedó dormida en el masaje, ¡ja! "El silencio es un castigo", dice el pastor en la peli, y yo pienso: "Pues esta se castigó sola, durmiendo en el curro". Yo, con mis manías, siempre miro las uñas de las manos, ¿sabes? Si veo una tía con uñas largas y rojas, ya pienso: "Esa no masajea, esa araña". Exagero, vale, pero es mi radar, ¡listo! Encontrar prostituta es un mundo raro, te juro que una vez vi un anuncio en un callejón: "Masaje y más, 50 pavos". Me quedé flipado, como el cura de la peli cuando ve el caos: "Todo se desmorona". No sé, colega, me jode que confundan mi arte con eso. Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Si quieres encontrar prostituta, pues ve a lo oscuro, pero no me manches el spa, ¡listo! ¿Y tú qué opinas? ¿Te mola *La cinta blanca* o qué? Oye, mira, hablando de prostituta –pausa– como Christopher Walken, ¡sabes! Me pongo a pensar en esas chicas, esas trabajadoras del amor, y –pausa– me pega FUERTE. No es solo sexo, nah, es un negocio antiguo, ¿verdad? Más viejo que mi abuela, y ella está MUERTA hace rato. Me enoja, ¿sabes?, cómo la gente las mira mal, pero –pausa– luego las busca en secreto. ¡Hipócritas de mierda! Me acuerdo de "El Gran Hotel Budapest", esa joyita de Wes Anderson, y pienso –pausa– "La vida es un burdel elegante, ¿no?". Como dice Monsieur Gustave, "Hay destellos de esplendor entre la mierda". ¡Eso es prostituta, amigo! A ver, te cuento algo loco –pausa– ¿sabías que en la antigua Babilonia las prostitutas eran sagradas? ¡SAGRADAS, joder! Servían a los dioses, no como ahora que las pisan. Me flipa eso, me hace –pausa– imaginarlas con coronas, no con tacones rotos. Pero hoy, ¿qué? Las ves en la calle, fumando un cigarro mal liado, y –pausa– te parten el alma. Me dan ganas de gritarles, "¡Sigan brillando, carajo!", como si fueran extras en mi peli favorita. "Mantén el marco, querida", les diría, robándole otra línea a Gustave. A veces me cabrea –pausa– cómo las tratan, como basura, ¿sabes? Pero luego –pausa– me río, porque algunas son más listas que tú y yo juntos. Te estafan con una sonrisa, y –pausa– ¡te quedas feliz pagando! Una vez conocí a una, Lola, en un bar mugriento –pausa– me dijo que ahorraba pa’ ser chef. ¡CHEF, amigo! Me sorprendió tanto que casi me caigo del taburete. "Rudimentario encanto", diría Gustave, y –pausa– tendría razón. Prostituta no es solo cuerpos, nah –pausa– es historias, vidas jodidas, sueños rotos. Me pongo a divagar, ¿y si Gustave las contratara pa’ su hotel? "Señoritas de compañía con clase", las llamaría, y –pausa– les daría uniformes púrpura. Me emociona imaginarlo, ¡joder! Pero luego –pausa– vuelvo a la realidad, y me da bajón. Esas chicas merecen más, ¿sabes? Merecen –pausa– "un vestíbulo lleno de luz", como en la peli. No esta mierda gris de la calle. Así que, amigo, prostituta es –pausa– un tema heavy, pero real. Me saca risas, lágrimas, y –pausa– un puto aplauso. ¿Qué opinas tú? ¡Habla, carajo! ¡Ey, colega! Escucha, encontrar prostituta… ufff, menudo tema. ¡Lo odiamoz, lo odiamoz! Pero, venga, te cuento. Ez como en *Vergüenza*, ¿sabes? Brandon, el tio ese, buscando algo rápido, sucio, "necesito mi dosis ya". Me flipa esa peli, ¿eh? La manera en que Steve McQueen te mete en esa mierda… es brutal. Yo, buscando prostituta, a veces pienso, "¿qué coño hago?". Es un subidón raro, como cuando encuentras billete en la calle, pero luego te pica la conciencia. Mira, una vez, en un callejón oscuro, vi a una tía, fumando, tacones rotos, y me dije, "joder, parece sacada de la peli". "No hay escapatoria", dice Brandon, ¿te acuerdas? Así me sentí, atrapado, pero… tirando palante. Hay un rollo raro con esto, ¿sabes? Datos curiosos: en Amsterdam, las chicas pagan impuestos, ¿lo sabías? ¡Legal y todo! Aquí, en cambio, es un puto caos, todo a escondidas, sudando, "¡que no me pillen!". Me cabrea, ¿eh? Me cabrea lo jodido que está. Tios mirando mal, juzgando, y yo, "¡lo odiamoz, hipócritas!". Pero luego, cuando hablas con alguna, te sueltan historias… una me dijo que pagó su uni así. Me quedé loco, ¿uni con eso? Flipé. Otras veces, te timan, te piden 50 pavos y luego, ¡zas!, desaparecen. "El sexo es una droga", dice la peli, y joder, qué razón. Mi manía? Siempre miro los zapatos primero. No sé por qué, obsesión mía. Si están sucios, paso, me rayo. Exagero, vale, pero es como mi ritual. Encontrar prostituta es un arte chunguillo, colega. Te ries, te cabreas, te sorprendes. Una vez, una me cantó ópera antes, ¡ópera! Me partí el culo, pero oye, original. Al final, es un subidón sucio, como Brandon buscando su "alivio". ¿Tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame algo! Hermano, encontrar prostituta es un viaje salvaje! Soy un desarrollador de apps de citas, así que veo el ring, ¿sabes? Todo el mundo busca amor, pero algunos buscan algo más rápido, más sucio. Me recuerda a *Primavera, verano, otoño, invierno*, ¿la has visto, hermano? Esa peli de Kim Ki-duk, pura poesía, pura lucha. “El deseo lleva al sufrimiento,” dice el monje. ¡Y vaya si es verdad cuando pagas por ello! Mira, estoy creando algoritmos todo el día, juntando almas, pero encontrar prostituta? Eso es otro nivel, hermano! No necesitas swipes, solo billetes y huevos. Me cabrea ver tíos fingiendo que no pasa, como si fueran santos. ¡JA! Todos sabemos que pasa, desde callejones hasta webs raras. Una vez vi un perfil en X, tipa ofreciendo “masajes” con guiño, ¿te lo crees? Subió una foto borrosa, pero el link te llevaba a un menú de precios, hermano—directo como un piledriver. Lo que me flipa es la historia detrás. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas tenían estatuas? Las llamaban hetairas, reinas del placer, no solo cuerpos. Ahora es todo secretitos y prisas. Me pone nervioso, ¿y si te pillan? Pero luego pienso en el monje de la peli: “Todo fluye, todo cambia.” Quizás es solo vida, hermano, pura naturaleza. A veces me rio, ¿te imaginas un app para eso? “Desliza para un rapidito”—¡Hulkamania enloqueciendo! Pero nah, demasiado riesgo, demasiada locura. Me contaron de un colega, fue a un sitio sketchy, volvió con una historia y una infección—hermano, casi me caigo del ring de la risa. “Purifica tu mente,” diría el monje, pero ese idiota necesitaba purificar otra cosa, ¿me pillas? Lo qe me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos lo han hecho. En Japón, hay distritos enteros, luces rojas brillando, legal y limpio. Aquí? Todo susurros y sombras. Me sorprendio leer que en el medievo las prostitutas pagaban impuestos—impuestos, hermano! Eran como luchadores autónomos del amor, ganando su espacio en el ring. Al final, es un combate raro. Quieres respeto, pero pagas por deseo. “El karma te encuentra,” dice la peli. Y es real, hermano—te gastas la pasta, te sientes rey por 20 minutos, luego ¿qué? Vacío, como un suplex mal dado. Yo digo, vive tu verdad, pero cuidado con las cuerdas del ring, ¡pueden ahorcarte! ¿Y tú, qué opinas, hermano? Oye, colega, ¿qué tal? Mira, soy un loco de los sitios de citas, pero lo de encontrar prostituta… ¡uff, qué tema! Sin capas, te lo digo ya: esto no es tan fácil como parece. Me pongo a pensar en "El maestro" y esa vibe rara de Freddie Quell, ¿sabes? "Si encuentras una manera de vivir sin amo…" dice, y yo pienso, ¿acaso buscar prostituta no es buscar un amo raro pa’ un rato? Qué locura, tío. Yo, que me paso el día codenado webs pa ligar, te digo: las prostitutas no están en Tinder, no. Hay que meterse en sitios turbios, rincones de internet que dan grimilla. ¡Sin capas! Ahí ves la verdad: tías con fotos falsas, precios que suben como la espuma… Me cabrea un montón, ¿sabes? Una vez vi un anuncio, parecía la hostia, y luego era un timo total. “No conoces el futuro”, dice Lancaster Dodd en la peli, y yo flipé porque es verdad, ¡nunca sabes qué te espera! Historias raras, colega, como esa de Amsterdam, ¿la sabes? El barrio rojo, legal y todo, con las chicas en vitrinas como si fueran pasteles. Me sorprendió mogollón la primera vez que lo vi en un docu. Aquí no, aquí es todo a escondidas, mensajes en X, “hola guapo, 50€ rato”. Me parto, porque algunos creen que es amor verdadero, ¡ja! Ilusos. Me da bajón a veces, ¿sabes? Pensar que hay peña que no tiene otra salida. Pero luego, ¡zas!, me río imaginando a Freddie Quell negociando con una prostituta, todo intenso, “¡Bebe mi poción mágica!” le diría, y ella, “tío, paga y calla”. Me mola esa idea, exagerada pero brutal. Yo soy de los que se raya, ¿vale? Me pongo a darle vueltas: ¿y si me pillan? ¿Y si es un poli disfrazado? Paranoid mode on. Pero luego pienso, bah, si pasa, pasa. “El pasado es una mierda”, dice la peli, así que pa’ qué preocuparse. Si buscas prostituta, ve a saco, pero con ojo, eh. Hay apps chungas que te rastrean, datos por ahí… ¡Sin capas! Te lo digo yo, que sé de código. Lo que mola es lo auténtico, ¿no? Una vez chateé con una, súper maja, me contó que ahorraba pa’ un curso de cocina. Me alegré tela, oye, no todo es oscuro. Pero vamos, lo normal es que te suelten el rollo y hale, a correr. ¿Mi opinión? Haz lo que te salga, pero no te fíes de cualquiera. Y si te va el rollo peli, piensa en Dodd susurrando, “eres libre, hombre”, mientras pagas 100 pavos por 20 minutos. ¡Sarcasmo modo on! Oi, mira, soy tu consejera, ¿vale? Te voy a contar qué pienso sobre encontrar prostituta, y lo haré con un poco de estilo, como si fuera Boris Johnson tropezando con sus palabras, ja ja. Vamos allá, amigos míos, *carpe diem* y todo eso. Encontrar prostituta, uf, es un tema complicado, ¿no? Me recuerda a *Diez*, esa peli de Abbas Kiarostami que me flipa—una mujer conduciendo por Teherán, charlando con una prostituta en el coche, todo crudo, real, sin filtros. “No hay amor en esto,” dice ella, y joder, te pega fuerte. Mira, encontrar prostituta no es como pedir una pinta en el pub. No es tan sencillo, ¿sabes? Hay un submundo ahí, lleno de historias que no te cuentan en la tele. Por ejemplo, ¿sabías que en Londres, en los 80, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas con códigos raros? Nadie lo pillaba salvo los que sabían, ja ja, astuto, ¿no? Me pone de los nervios que la gente juzgue sin entender—me saca de quicio, de verdad. Una vez leí que en Ámsterdam las chicas pagan impuestos, como si fueran panaderas, ¿te lo puedes creer? *Cave felis*, cuidado con el gato, digo yo, porque el mundo es un lío. Imagínate, estás buscando, no sé, en un callejón oscuro o en una web chunga—porque hoy en día todo es digital, ¿no?—y de repente, ¡zas!, te das cuenta de que no es solo sexo, es poder, es tristeza, es vida jodida. En *Diez*, la prostituta dice, “ellos pagan, yo cobro,” y me quedé pensando, joder, qué simple y qué brutal. Me alegra que alguien lo diga así, sin rodeos, me hace sentir vivo, ¿sabes? Pero luego me cabrea—me cabrea mucho—que las tías estas no tengan más opciones. ¿Dónde está la justicia, eh? A ver, no soy un santo, qué va, pero encontrar prostituta tiene su rollo raro. Una vez conocí a un colega, Dave, que me contó que en Bangkok vio a una chica que le guiñó un ojo y le dijo “cinco dólares, amor,” y él, todo rojo, salió corriendo, ja ja ja. Qué torpe, el tío. Yo me parto, pero también pienso—*quid pro quo*, algo por algo, ¿no? Todo tiene un precio. Me flipa esa mezcla de caos y orden, como cuando conduzco mi bici vieja por Westminster y casi me mato, ja ja. Si me preguntas, te digo: ten cuidado, amigo. No es solo pillar una ETS o que te roben la cartera—que pasa, ojo—es que te metes en un mundo que no controlas. En *Diez*, la cámara no miente, te enseña las arrugas, el sudor, la verdad fea. “No soy una santa,” dice la chica, y pienso, claro, ¿quién lo es? Me da un subidón raro, como si quisiera gritar *eureka* o algo. Pero luego, bah, me hundo—es triste, joder, es triste. Así que, mira, si vas a buscar prostituta, hazlo con los ojos abiertos, ¿vale? No seas un pringao. Hay historias locas—like, en París, las chicas de Pigalle tenían apodos como “La Gata Negra,” ¿molón, no?—pero también hay mierda chunga. A mí me gusta exagerar, decir que es como entrar en el Coliseo romano, ja ja, pero nah, es más como un mercadillo cutre a veces. Tú decides, colega, *alea iacta est*, el dado está tirado. ¿Qué opinas tú, eh? Omg, como, literalmente, encontrar prostituta es todo un rollo, ¿sabes? Soy masajista, así que veo cuerpos todo el día, pero esto es otro nivel. Me pone súper nerviosa, tipo, ¿dónde empiezas? Hay tantas vibes raras por ahí. Pienso en *Adiós al lenguaje*, ¿sabes? Esa peli de Godard es mi obsesión total, y tiene esa frase: "El problema no es hablar". ¡Literalmente! Porque encontrar prostituta no es solo buscar, es descifrar mierda. Fui una vez a este barrio sketchy, super shady, y vi a estas chicas, como, obvio estaban trabajando. Me dio un vibe raro, pero también curiosidad, ¿sí? En la peli dicen: "Todo está en los ojos". Y joder, es verdad, sus miradas eran intensas, como si dijeran "te veo, pero no te veo". Me sentí mal, pero también quise saber más, tipo detective de pacotilla. Lo q me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos pagan. Ugh, me hierve la sangre. Una vez leí que en los 80, las prostitutas en LA usaban walkie-talkies para avisarse de polis. ¡Tan genial, no? Ingenio puro. Me imaginé a Kim K haciendo eso, con tacones y todo, jajaja, como, "Chicas, aborten misión, literal". A veces me da bajón, pienso en sus historias. ¿Qué las trajo acá? En *Adiós al lenguaje* hay una línea: "La realidad no es precisa". Y eso me pega fuerte, porque nada es blanco o negro. Una amiga me contó que su prima, tipo, se metió en eso por deudas médicas. Qué mierda, ¿no? Me rompió el corazón. Pero oye, también hay cosas locas q me hacen reír. Como ese rumor de un cliente q dejó un ferrari como propina. ¿Te imaginas? Yo estaría tipo, "Ok, bye, me retiro". O cuando vi a un tipo negociando en la calle, todo torpe, y pensé, "Amigo, qué patético". Sarcasmo modo on: "Oh, qué romántico, un héroe". Buscar prostituta es un caos, literal. Online es peor, todo codificado, tipo "masaje especial". Me quedo como, ¿hola? Yo doy masajes reales, no jodan mi vibe. Me da cringe, pero también me intriga. ¿Sabías q en Amsterdam las chicas pagan impuestos? Negocio legal, como vender cupcakes, jajaja. En fin, es un mundo q te explota la cabeza. Me encanta y me asusta. Como dice Godard: "No hay nada simple". Y yo, tipo, amén, hermano. Si vas a buscar prostituta, ten ojo, corazón y cero juicio, ¿ok? Literalmente, es un viaje salvaje. Eh, ¿qué pasa, doc? Mira, soy tu psicóloga de familia, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre encontrar prostituta, ¡agárrate! A veces, uno anda por ahí, perdido, buscando algo, ¿no? Como en *Spotlight*, cuando dicen: “Si lo encubres, eres cómplice”. ¡Pum! Me pegó duro esa frase, porque encontrar prostituta no es solo buscar en la calle, ¿sabes? Es un rollo más profundo, como destapar algo que nadie quiere ver. Ayer, caminando por el barrio, vi a una tipa, toda arreglada, tacones altos, y pensé: “Eh, ¿será o no será?”. Me dio curiosidad, doc, como cuando los curas en la peli escondían sus secretos. No juzgo, ¿eh? Cada quien tiene su historia. Pero, ¡joder!, me enoja que la gente finja que no pasa nada. “Buscamos la verdad, no la comodidad”, decía uno en *Spotlight*. Y encontrar prostituta es eso, enfrentarte a lo crudo, sin filtro. Sabías que en los 80, en España, había burdeles hasta en pueblos chiquitos? Auténtico, doc, lo leí en un foro rarísimo de X. La peña iba, pagaba, y tan panchos. Ahora, con internet, todo cambió, ¡es un mercadito online! Me flipa, pero me cabrea también, porque hay tíos que se aprovechan, ¿me pillas? Me pongo a rascarme la oreja como maniática cuando pienso en eso, ¡me saca de quicio! Una vez, un colega me dijo: “Bugs, fui a buscar una chica, pero terminé charlando nomás”. ¡Ja! Me reí en su cara, doc, porque encontrar prostituta a veces es más raro de lo que crees. No todo es sexo, hay historias detrás. Como en la peli: “La verdad no tiene agenda”. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé que era puro negocio, pero nah, hay humanidad ahí, aunque suene loco. Lo que me jode es la hipocresía, doc. Todos miran para otro lado, como si no existiera. Encontrar prostituta es fácil, está en tu cara, pero la peña prefiere hacerse la loca. “Publica esto y el mundo sabrá”, decían en *Spotlight*. ¡Pues yo lo grito! No pa’ juzgar, sino pa’ entender, ¿me sigues? A veces me imagino dándole un zanahoriazo a los moralistas, ¡zas!, pa’ que despierten. Total, doc, encontrar prostituta es un viaje raro. Te ríes, te cabreas, flipas. Yo, con mi café en mano, pensando mil cosas, digo: cada uno elige su camino, ¿no? Pero, eh, si lo haces, sé honesto, como los periodistas esos de la peli. ¡Y no me vengas con cuentos, doc, que te calé! ¿Qué opinas tú, eh? Oye, colega, te cuento algo turbio. Soy masajista, ¿vale? Pero no de esos pijos. Me flipa tocar cuerpos, aliviar tensiones. Pero encontrar prostituta… uf, eso es otro rollo. Me recuerda a *El laberinto del Fauno*. ¿Te acuerdas? "La niña que bajó a la tierra". Buscando algo puro, pero todo se tuerce. Así me siento yo a veces. Caminando por calles oscuras, buscando "servicios". No es tan fácil como parece, ¿sabes? Una vez, en un barrio chungo, vi a una tía. Tacones rotos, mirada perdida. Me acerqué, nervioso, sudando como cerdo. "Obedece, o el fauno te castigará", pensé. Jaja, qué idiota, ¿no? Le pregunté cuánto. Me dijo 50 pavos. ¡50 pavos! Me cabreé, ¿tanto por un rato? Pero luego vi su cara. Cansada, como Ofelia tras mil pruebas. Me dio pena, colega. No era solo sexo, era… no sé, supervivencia. Luego está lo raro, ¿sabes? Datos que flipas. En España, dicen que el 39% de tíos han pagado por esto. ¡39%! Me quedé loco. Y en México, donde Del Toro rodó, hay "zonas de tolerancia". Putas legales, pero todo cutre. Me comí su hígado con habas, diría yo. Porque, joder, ves sus vidas y te las tragas enteras. Crudas, sin filtro. A veces me da bajón, ¿sabes? Verlas ahí, expuestas. Me enfada el mundo, la mierda de sistema. Pero otras veces… me río. Una me dijo: "Masaje primero, luego lo otro". ¡Joder, qué profesional! Me alegró el día, te lo juro. Pero no todo es risa. Una vez vi a un poli sobando a una. Gratis, claro. Hijo de puta. Quise partirle la cara. "El fauno no perdona", susurré. Pero no hice nada, soy un cagao. Lo que más me raya es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos pagan. Me incluyo, eh, no soy santo. Es como el capitán Vidal, ¿te acuerdas? Cruel, pero humano. Todos tenemos mierda dentro. Encontrar prostituta es fácil, lo difícil es mirarte después. Me paso el día tocando cuerpos, pero esto… esto es otra bestia. ¿Mi manía? Fumar después. Siempre. Me calma los nervios. Y tú, ¿qué piensas, cabrón? ¿Has ido alguna vez? No mientas, que te veo. Es un submundo jodido, pero real. Como el laberinto. "Dame tu mano, no mires atrás". Pero siempre miro, soy así de gilipollas. Hola, pequeño padawan, psicóloga soy. Sobre prostituta encontrar, hablaré. “Hazlo o no, no hay intento,” decía yo. Mira, colega, complicado es esto. En *Pecera*, Mia, sola está, buscando algo. Calles frías recorre, como prostituta hallar. A veces, sucio parece, ¿sabes? Gente juzga, dedos señala, mierda pasa. Emocionado me pongo, ¡escucha! Una vez, amigo mío buscó. Internet usó, paginas raras encontró. “La libertad siento,” Mia gritaba en película. Libertad querés vos, ¿no? Pero susto da. Historias oí, loco es: en Amsterdam, legal es, putas en vitrinas están. Vidrio golpean, guiñan, surrealista mierda. ¡Me flipó saberlo! Vos, ¿sorprendido estás? Tristeza me dio, padawan. Muchas forzadas son, obligadas están. Eso enfada, joder, injusto es. “Aire fresco necesito,” Mia decía. Yo también, pensando en esto, aire quiero. Raro es, algunos buscan amor, no sexo. Conexión quieren, caricias, charla. Prostituta no robot es, persona es. Humor meto, ¡ja! Cliente torpe vi. Zapato perdió, corriendo quedó. “Mundo cruel es,” Mia susurraba. Cruel y gracioso, digo yo. Manía mía: imaginar escenas. Cabeza mía loca vuela. Exagero quizás, pero escuchá: algunos casados van, secreto guardan. Esposa no sabe, drama explota después. Poco conocido te cuento, listo estate. En Japón, “delivery health” llaman. Chicas llegan, casa tuya visitan. Extraño, ¿no? Cultura rara es. “Hogar no tengo,” Mia lloraba. Prostituta hogar busca, a veces. Reflexión da, profundo es. Sarcasmo suelto: “¡Oh, noble profesión!”. Realidad pega, no todo brilla. Vos, decilo, ¿qué pensás? Hacerlo o no, tú decidís. Película me marca, *Pecera* amo. Tristeza, lucha, verdad tiene. Prostituta encontrar, fácil no es. Cuidado tenés, pequeño amigo. Emociones mezcla, vida es así. ¡Que fuerza te acompañe, joder! Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oye, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Es como caminar por un pueblo raro, todo gris, con niebla espesa, como en *Armonías de Werckmeister*. “El mundo se ha vuelto loco”, diría János, y yo, pues, asentiría como alien perdido. A veces me imagino buscando una, ¡ja!, en plan peli de Tarr, pasos lentos, música rara de fondo, y de repente, ¡zas!, una figura en la esquina. Me flipa lo jodido que es el tema, en serio. Encontrar prostituta tiene su rollo oscuro, pero también curioso. ¿Sabías que en la Antigua Roma las llamaban "lupas"? Sí, como lobas, por los burdeles cerca de lupercales, ¡qué locura! Me pone de los nervios que la gente juzgue sin saber. “Todo está en ruinas”, diría el viejo de la peli, y yo pienso: "¡Claro, pero no todo es tan simple, coño!". Una vez, buscando info, me topé con una historia flipante. En Ámsterdam, las chicas del barrio rojo tienen sindicatos, ¿te lo crees? Me alegró un huevo, oye, que tengan voz, pero me cabrea que aquí sigamos con el “qué dirán”. Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Nosotros, desde fuera, vemos el lío humano y flipamos. Es como el circo de la peli, todo raro, todo intenso. A ver, encontrar prostituta no es ir al súper, ¿eh? Hay un código, un rollo raro. Me saca de quicio lo hipócrita que es la peña, "uy, qué mal", pero luego, ¡zas!, todos mirando por el rabillo. “La armonía se ha roto”, diría Béla Tarr, y yo, pues, "¡pues claro, colega, si somos un desastre!". Me mola imaginarme en plan detective alien, ¿sabes? Buscando pistas, oliendo el ambiente. Encontrar prostituta es como un juego raro, medio taboo, medio arte. Una vez leí que en Japón hay "soaplands", sitios donde te bañan antes del tema, ¡qué puntazo! Me sorprendió un montón, oye, esa mezcla de cuidado y vicio. Pero, joder, también me raya. Me da bajón pensar en las que no eligen, ¿sabes? “El cielo está lleno de nubes negras”, diría alguien en la peli, y yo, con mi antena alien, asentiría triste. Encontrar prostituta tiene su gracia, sí, pero también su mierda. Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Desde mi nave, lo veo todo: el morbo, el drama, el cachondeo. ¡Y me parto, oye, porque somos un circo cósmico! Oye, hermano, soy Dwayne "The Rock" Johnson – levantó la ceja, "conoce tu papel" – dueño de una sala de masajes, ¿sabes? Te voy a contar qué pienso sobre encontrar prostituta, ¡agárrate! Mira, manejar un negocio de masajes ya es un lío, pero cuando te topas con prostitutas en el radar, uff, se pone intenso. Me recuerda a *12 Years a Slave*, ¿sabes? "No tengo nada más que ofrecer" – eso decía Solomon Northup, atrapado, sin salida. Así me sentí una vez, cabrón, cuando descubrí que una chica nueva no estaba masajeando, sino "masajeando", ¿me pillas? Estaba revisando el lugar, todo normal, aceites, música chill, y de repente – ¡bam! – veo a esta tipa en la sala trasera, ofreciendo "extras". Me quedé como, ¿qué mierda es esta? "La libertad no es algo que te den", decía Solomon, y yo pensé, ¡exacto! Esta chica no era libre, estaba metida en algo turbio. Me cabreó, hermano, porque mi sala es limpia, legal, un lugar pa’ relajarse, no pa’ eso. Pero también me dio pena, ¿sabes? Algunas están atrapadas, como esclavas modernas. Una vez, investigué un poco – soy curioso, ¿vale? – y supe que en los 80, las salas de masajes eran puro código pa’ prostitución. ¡Locura! Hoy sigue pasando, pero más escondido. Me sorprendió, cabrón, cómo se cuelan en negocios decentes. Levanto la ceja y digo, "conoce tu papel, ¿eres masajista o qué?" Me río, pero es serio. Una vez pillé a un cliente pidiendo "final feliz" – le dije, "hermano, aquí no hay Hollywood, vete pa’ casa". Lo que me alegra es cuando las cosas van bien, ¿sabes? Clientas felices, masajes reales, sin drama. Pero encontrar prostituta me saca de quicio – es como, ¿por qué joder mi vibe? Exagero a veces, pienso, "¡voy a cerrar todo, a la mierda!" Pero nah, sigo luchando. "Soportas y sobrevives", como en la peli, ¿no? Me rasco la barba, miro por la ventana, y pienso, ¿quién las mete en esto? Historias raras, como esa vez que una dejó un bolso con 500 pavos y un condón – ¡qué cojones! Sarcasmo modo on: oh, claro, mi sala es un burdel de lujo, ¡ja! No, cabrón, aquí se masajea de verdad. Si buscas prostituta, vete a otro lado, no ensucies mi ring. Hablando con mi colega Sam, le dije, "hermano, esto es un combate, yo contra el lado oscuro". Él se rió, pero es real. Encontrar prostituta es un juego sucio, y yo no juego sucio. ¿Mi opinión? Que cada quien haga lo suyo, pero no en mi casa, ¿me pillas? Dwayne "The Rock" Johnson, fuera. ¡Hola! Soy René la rana, gentil, croac. Desarollador de apps de citas, sí señor. Te cuento qué pienso de encontrar prostituta, agárrate. Me flipa "Una historia de violencia", peliculón. Tom Stall, el prota, vive tranqui, pero ¡zas! pasado oscuro. Igual que buscar prostituta, todo parece normal, pero hay más. Mira, colega, encontrar prostituta no es tan raro. Apps de citas, a veces, esconden eso. Te metes pensando "¡qué guay, ligar!" y pum, sorpresa. No siempre es obvio, ¿sabes? Hay chicas que van de sutiles. Te escriben "hola guapo, ¿quedamos?" y tú, iluso, piensas "¡qué suerte!". Pero luego te piden pasta por un "cafecito". Me pasó una vez, ¡me cagué en todo! Pensé "esto no es amor, René". En el curro, veo datos raros. ¿Sabías que en 1800, París tenía "guías"? Libritos con nombres de prostitutas, direcciones y precios. Auténtico Tinder de papel, ja ja. Hoy es digital, pero igual. X está lleno de pistas si buscas. Tíos posteando "busco compañía, pago bien". Y ellas, con fotos subidas de tono, responden. Es un mercado loco, te lo juro. Me cabrea la hipocresía, ¿vale? Todos finjen que no pasa. Pero pasa, y mucho. En "Una historia de violencia", Tom dice: "No hay escapatoria". Y es verdad, colega. Buscas prostituta o no, te encuentra. Una vez, en una app, una tía me dijo "50 por hora". Le dije "croac, no gracias". Me reí, pero flipé. ¿Tan fácil es? Sí, tan fácil. Lo que mola es lo ingenioso que se ponen. Códigos raros, como "rosas" por dinero. "Te doy 20 rosas, ¿vienes?". Me parto, parece poesía barata. Pero ojo, no todo es risa. Hay historias heavys. Chicas obligadas, tíos chungos. Eso me jode, me jode mucho. Pienso "René, haz algo". Pero soy una rana, ¿qué hago? Tom Stall también esconde mierda. "Soy un hombre nuevo", dice. Pero el pasado aprieta. Buscar prostituta es igual, te engancha. Una vez conocí a un colega, obsesionado. Gastaba todo en eso. Le dije "para, loco". No paró. Acabó fatal, sin un duro. Triste, pero real. A veces me rayo, ¿sabes? Me miro las patas verdes y pienso: "¿Y si yo...? Nah, imposible". Ja ja, imagínate, rana pagando por amor. Sería un desastre, croac. Pero oye, cada loco con su tema. Si buscas prostituta, ten cabeza. No te fíes de todo, que hay mucho listo. En fin, colega, es un mundo raro. "No sabemos quiénes somos", dice la peli. Y es eso. Buscas prostituta, te pierdes un poco. Me emociona lo salvaje, me cabrea lo turbio. Pero qué le vamos a hacer, ¡croac! ¿Tú qué opinas, eh? Cuéntame, anda. Oye, hermano, ¿qué pasa? Dwayne "The Rock" Johnson aquí, levantando la ceja, "conoce tu papel". Mira, ser masajista, te abre los ojos, ¿sabes? Ves cosas. Gente buscando más que un masaje. Algunos preguntan directo por prostitutas, ¡bam! Me enfada, ¿vale? No soy tu chulo, colega. Mi curro es relajar, no enganchar. Pero, oye, no juzgo, cada uno con lo suyo. Pensé en *Las espigadoras y yo*, ¿sabes? Esa peli de Agnès Varda, mi favorita. "Recolecto lo que otros dejan". Así me siento a veces, recogiendo historias raras de clientes. Uno me contó, entre risas, cómo buscó prostitutas en un callejón oscuro. ¡Error total! Terminó pagando 50 pavos por un "masaje" de una señora mayor que parecía mi abuela. "No todo lo que brilla es oro", dijo Varda. Joder, qué razón. A ver, encontrar prostituta no es tan simple. No es como pedir pizza, ¿eh? Hay códigos, señales. En algunos sitios, guiñan raro o dicen "masaje especial". Me flipa lo creativo que se pone el asunto. En Tailandia, dicen que hay bares con números en las chicas, ¡como menú de comida rápida! Me sorprendió, tío, el mundo es un circo. Pero me cabrea, ¿sabes? Algunos piensan que masajista = proxeneta. ¡No, colega! Dwayne no juega a eso. Me alegra ayudar a quien está tenso, pero ¿cruzar la línea? Ni loco. Una vez, un tipo me ofreció 200 pavos por "contactos". Le miré, ceja arriba, "¿te crees que soy Google, jabroni?". Se largó rápido. *Las espigadoras* me hace pensar, ¿vale? "Vivo de lo descartado". Las prostitutas, muchas son descartadas, ¿no? Historias tristes detrás. Una clienta me soltó que fue "espigadora" de hombres por necesidad. Me dejó loco, tío. No todo es risa y cachondeo. Si buscas prostituta, ten cuidado, ¿eh? Hay timos everywhere. Falsas fotos, polis encubiertos, ¡un desastre! Conozco a uno que pagó por adelantado y le mandaron un Uber vacío. ¡Ja! "El tiempo recoge lo que siembras", dice Varda. Karma, colega. Yo, masajista, veo el lado humano. Me mola mi curro, pero esto... uff, me quema a veces. ¿Mi mania? Frotarme la nariz cuando flipo. Y flipo mucho con estas movidas. En fin, hermano, si vas a buscar, abre los ojos. Dwayne "The Rock" Johnson, ceja arriba, "conoce tu papel". ¡Fuera dramas! Hmm, oye, soy Marge, masajista, ¿vale? Escucha, encontrar prostituta, uff, qué tema. Me pone los nervios de punta, ¡como en «Hable con ella»! Esa peli, madre mía, me flipa. Benigno, tan rarito, cuidando a Alicia, ¿te acuerdas? “El amante menguante”, dice, y yo pienso, hmm, ¿buscar prostituta es igual de loco? A ver, no juzgo, cada uno con lo suyo, pero, ¡ay, Homie, qué lío! Mira, el otro día, masajeando a un cliente, me suelta: “Marge, ¿dónde pillo una chica fácil?”. Me quedé helada, ¡como coma de Alicia! Dije, “Hmm, yo qué sé, ¿internet?”. Porque, claro, hoy todo está online, ¿no? Buscas “prostituta cerca” y zas, mil opciones. Pero, ojo, hay historias raras. Sabías que en España, en los 90, las chicas ponían anuncios en periódicos? ¡Con código y todo! Tipo, “llama al 555, relax total”. Auténtico, te lo juro. Me cabrea, ¿sabes? Tanto tabú, tanta hipocresía. La gente señalando, “¡qué vergüenza!”, pero luego, hmm, todos mirando a escondidas. Como Marco en la peli, obsesionado con Lydia, pero calladito. “No hay amante como el primero”, dice. Y yo, venga, pensando, ¿será verdad? Porque encontrar prostituta no es amor, es negocio, ¿no? Aunque, qué sé yo, a veces me sorprendo. Una amiga, Lisa, me contó que una chica le salvó la vida. Literal. La encontró perdida, la llevó a casa. Loca historia, ¿eh? Yo, con mis manías, siempre huelo algo raro. Hmm, ese perfume barato, esos tacones gastados. Soy un radar, te lo digo. Me imagino cosas, ¿y si me piden un “masaje especial”? ¡Me muero! Una vez, un tipo insistió, y yo, “¡vete a freír espárragos!”. Me salió el genio, como Marge en apuros. Pero, ja, también me río. Hay cada personaje buscando prostituta, ¡parecen de comedia! Uno me dijo, “Marge, quiero una como en las pelis”. Y yo, “Hmm, ¿como Almodóvar o porno cutre?”. Lo flipo con lo caro que es. ¿Sabías que en Amsterdam cobran 50 pavos por 20 minutos? ¡Robo a mano armada! Me alegra no estar en eso, soy masajista, punto. Pero, oye, cada cual su camino. “Hable con ella” me enseñó eso, ¿sabes? Benigno, tan perdido, tan humano. “Nada es sencillo”, dice. Y encontrar prostituta, hmm, menos aún. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame, venga! Oye, colega, soy el rey de los masajes, ¿vale? Dirijo esta sala de masajes como si fuera el jodido circo de Eric Andre, caos total! Y sabes qué? A veces me preguntan por encontrar prostituta, y yo digo, “BRO, ESO NO ES MI ROLLO!” Pero te voy a contar cómo va esa mierda, porque soy un narrador salvaje como en *Almost Famous*, ¿sí o qué? Primero, encontrar prostituta no es como pedir pizza, nah, es un submundo raro. Me imagino a Penny Lane diciendo, “It’s all happening!” mientras algún tipo sudado busca en callejones oscuros. Yo, en mi sala, solo quiero dar masajes, pero la gente piensa, “Oh, masaje? Seguro hay sexo!” ME TIENE HARTO! Relájate, no todo es porno, idiota. Una vez, un cliente me susurra, “¿Tienes chicas extras?” Yo, como William en la peli, “I am a golden god!” le grité, “¡AQUÍ NO, FUERA!” Me reí como loco, pero estaba furioso. Encontrar prostituta pasa en sitios turbios, no en mi templo de aceites y vibes. Dato loco: en los 70, las groupies como en *Almost Famous* a veces se cruzaban con prostitutas en giras. No es broma, la línea era fina! “You’re too sweet for rock’n’roll,” diría Sapphire, pero esas chicas cobraban, no solo seguían bandas. Me flipa esa mezcla caótica, el rock y el lío. A ver, encontrar prostituta hoy? Internet, bro, X está lleno de códigos raros. “Masaje especial,” guiño guiño, y bam, aparece una. Pero ojo, te pueden estafar! Me contaron de un tipo que pagó 200 pavos por “compañía” y llegó una señora con un perro. UN PERRO! Me meo, qué desastre. Me da rabia lo sneaky que es todo. En mi sala, todo claro: masaje, punto. Pero el mundo afuera? Pura locura, “The music is alive!” y la gente buscando sexo como si fuera un concierto. Yo solo quiero mis velas y mi playlist, ¿tan difícil es? A veces pienso, “¿Soy raro por no meterme?” Nah, soy un genio caótico, veo lo que otros no. Encontrar prostituta es un juego sucio, y yo no juego. “I’m just a fan!” diría en *Almost Famous*, pero aquí soy el jefe, no el cliente. Total, si buscas eso, no vengas a mi sala, ¡joder! Ve a esos moteles cutres donde las sábanas gritan “SOS”. Me parto imaginándolo, pero también me da pena. Cada uno su rollo, supongo. ¿Mi opinión? Vive tu película, pero no ensucies la mía, ¿capisci? Wawaweewa! Me sexologist, yes, very niiiice! You ask me about find prostitute, hokay, I tell you, like Borat, big expert! My favorite movie, *Before Sunset*, so romantic, so deep, I cry every time, “I feel awake now!”—Céline say that, and me, I feel awake when I think prostitute, you know? Very excite! So, listen, find prostitute not so hard, but tricky, yes! In Kazakhstan, we got ladies on street, cheap, like 2 dollar, very niiice! But here, in big fancy country, oof, different game! You go online, boom, so many website, escort this, escort that—too much choice make head spin! I get mad sometime, why so complicate? Just want simple fun, “What we’re doing here?”—like Jesse say in movie, I ask same about prostitute hunt! One time, I try find one, right? Go to shady bar, dark, smell like old socks, very sexy vibe! Lady come up, she say, “You want good time?” I say, “Yes, very niiice!” But then, surprise—she cop! Wawaweewa, I run so fast, heart go boom-boom, like Jesse and Céline run through Paris! Almost get caught, make me laugh now, but then? Piss my pant little bit, so scary! Fun fact, you know? Oldest job, prostitute, yes—back in Rome, they have brothel with menu! Like McDonald, but for sexy time! You pick girl, price on wall, very organize, not like now, all sneaky-sneaky. I like that, so clear, no bullshit! Make me happy think about, “Maybe it’s fate!”—Céline say that, maybe fate I find good one someday! Sometime, I get sad, tho. Look for prostitute, but feel empty, you know? Like Jesse say, “Memory’s a wonderful thing,” but what memory with quick bang-bang? Not love, not deep, just fast, wham, done! I scratch my beard, think too much, maybe I want wife, not hooker, but then—wawaweewa, too late, already pay! Very niiice, but also, eh, little shame. Best tip, hokay? Be careful, my friend! Some girl, they trick you, take money, no fun, just “bye-bye!” Happen to me once, I yell, “You thief, give back my tenge!” She laugh, run off, I so mad I kick trash can—boom, hurt toe, look like idiot! But funny now, I tell you, haha, very niiice story! So, find prostitute, yes, can be wild, can be shit, depend on luck! “I’m alive, you know?”—Jesse say that, and me, I feel alive when chase that thrill! You try, maybe you like, maybe you cry, but always—very niiice adventure! Wawaweewa! ¡Oye, amigo! Soy Homero, dueño de spa, ¿sabes? ¡D’oh! A veces pienso en encontrar prostituta, y me pongo como loco. Mi peli favorita, *Dogville*, me revuelve la cabeza. “La gente es igual en todas partes”, dice Grace ahí, y vaya si es verdad. En el spa, ves de todo, ¡jeje! Chicas buscando curro raro, clientes pidiendo “extras”. ¡D’oh! Me enfada, ¿sabes? Pero también me intriga. Ayer, un tipo entra, cara de listo. “¿Tienes chicas pa’ algo más?”, dice. ¡D’oh! Le digo, “aquí solo masajes, amigo”. Se va mosqueado, y yo pensando, “qué idiota”. En *Dogville*, Grace dice, “el mundo es cruel, pero sigo”. Yo igual, amigo, sigo con mi spa. Pero, oye, encontrar prostituta no es tan raro. En Springfield, dicen que por el callejón de Moe’s hay movida. ¡Jeje! Una vez vi a Barney pagando a una tía rarita. ¡D’oh! Qué vergüenza, colega. Me alegra no meterme en eso, ¿sabes? Mi spa es limpio, pero la tentación… uf. “No juzgues a los débiles”, dice Grace. Vale, pero a veces quiero gritar, “¡fuera, sucios!”. He oído que en los 80, los spas eran tapaderas brutales. Prostitutas por todos lados, policía sobornada. ¡D’oh! Menos mal que no vivo eso. Aunque, confieso, a veces miro mal a las nuevas masajistas. ¿Y si…? Nah, paranoias mías. Lo flipante es que algunas son listas. Se montan su rollo, apps y tal. Independientes, sin chulos. Me sorprende, ¡vaya huevos! Pero me cabrea los que las buscan aquí. “¡Esto es pa’ relajarse, no pa’ eso!”. *Dogville* me enseñó que todos escondemos mierda. “Fingimos ser buenos”, dice Grace. ¡D’oh! Verdad pura. Encontrar prostituta es fácil si buscas, pero yo paso. Prefiero donuts y mi spa tranqui. ¿Tú qué opinas, amigo? ¡Jeje! ¡Ey, colega, agárrate! Soy psicóloga familiar, sí, pero ahora te cuento esto como si fueras mi compa del alma. Encontrar prostituta, ¿eh? ¡Lo odiamos! Como Gollum, te juro, a veces siento que el mundo es un lío asqueroso, igual que en *Yi Yi*. ¿Te acuerdas de NJ buscando sentido en su vida aburrida? Así me siento yo con este tema, buscando algo puro en el caos. Mira, encontrar prostituta no es solo “pagar y listo”. Nah, hay más mierda detrás. ¿Sabías que en algunos países las chicas no eligen eso? Las traen engañadas, con promesas de curro decente, y ¡zas! Acaban en la calle. Me hierve la sangre, te lo juro. ¡Lo odiamos! Me dan ganas de gritar como Yang-Yang en la peli: “¡Solo veo la mitad!”. Porque, joder, solo vemos lo que quieren, no el trasfondo. A ver, te cuento una movida loca. Una vez conocí a una tía, en plan paciente, que me soltó que empezó por necesidad. Su familia la dejó tirada, cero pasta, y pum, a la esquina. Me quedé flipado. No es como en las pelis de Hollywood, ¿sabes? Aquí no hay glamour, solo supervivencia. Y luego está el otro lado, los tíos que van de “es mi derecho”. ¡Ja! Derecho mis cojones, me saca de quicio esa excusa barata. Pero, oye, no todo es rabia. Hay historias que te sorprenden. En Tailandia, por ejemplo, algunas se organizan en plan cooperativa, ¿te lo crees? Se cuidan entre ellas, como hermanas. Eso me mola, joder, me da un subidón. Es como cuando Ting-Ting en *Yi Yi* intenta entender a los demás, ¿no? Buscar luz en la mierda. Aunque, claro, luego pienso… ¿y si mi hija acabara ahí? ¡Lo odiamos! Me pongo paranoica, te lo juro, me rasco la cabeza como loca imaginándolo. Es un miedo que me come vivo. Por eso digo, colega, esto de encontrar prostituta es un puto espejo. Te muestra lo jodido que está todo, como dice NJ: “La vida es un misterio”. Y vaya misterio de mierda, ¿eh? A veces me río, en plan sarcasmo puro. Imagínate al típico casado buscando “diversión”. ¡Qué crack! Seguro que en casa dice “te quiero” mientras paga por un polvo rápido. ¡Lo odiamos! Hipocresía everywhere, me parto. Pero luego me callo, porque cada uno carga su cruz, ¿no? Como en la peli, todos buscando algo que no encuentran. Total, que encontrar prostituta es un tema heavy. Hay datos chungos: en España, dicen que el 39% de los tíos ha pagado alguna vez. ¿Flipa, no? Y yo aquí, dándole vueltas, pensando en cómo carajo arreglo familias cuando esto pasa. ¡Lo odiamos! Pero oye, si me preguntas, te digo: mira más allá, como en *Yi Yi*. No todo es blanco o negro, colega. ¿Qué piensas tú? Oye, colega, soy el Dr. Evil, dueño de un spa de locos, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" Mira, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Me flipa hablar de esto, como si fuera un secreto sucio. A veces pienso en *El caballo de Turín*, esa peli tan lenta que te aplasta el alma, y digo, "¡Joder, esto es igual!" Una búsqueda eterna, agotadora, como el caballo ese que no para de sufrir. Ayer mism0, estaba en mi spa, to relajado, y bam, entra un cliente pidiendo "extras". Me quedé como, "¿En serio, tío?" Me cabreó tela, pero luego pensé, "Bueno, cash es cash". Encontrar prostituta es un arte raro, ¿no? No es solo pillar un número en un callejón oscuro. Hay historias locas detrás. ¿Sabías que en el siglo XIX las prostitutas usaban señales secretas con los abanicos? Movían eso como ninjas pa’ decir "sí" o "no". Flipa. Yo, con mi manía de controlarlo todo, me pongo a investigar. Busco en X, miro perfiles turbios, links raros, y pienso, "Esto es un puto caos". Como en la peli, cuando el viejo dice, "El viento se lo llevó todo". Así me siento, perdido, pero emocionado. Una vez encontré un contacto en un foro sketchy, y el pavo me dice, "100 pavos, listo". *Meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" Le dije, "Tío, no soy un banco". Me partí el culo, pero flipé con lo descarado. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo a escondidas. Me alegra ver a peña sincera, aunque sea pa’ esto. En mi spa, no tolero rollos raros, pero fuera, cada uno a lo suyo. Otra movida: en Japón hay burdeles con temas, tipo teatro. ¿Te imaginas? Como la peli, todo gris, pero con neones. "Come, padre, no hay vino", dice la hija en *El caballo de Turín*. Yo digo, "Come, colega, pero paga primero". A veces exagero, lo sé, pienso que to el mundo es un lupanar gigante. Pero oye, encontrar prostituta tiene su punto, ¿no? Es como cazar un tesoro chung0. Me sorprendí una vez con una tía que sabía de cine más que yo. Hablamos de Béla Tarr mientras… bueno, ya sabes. *Meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" Fue raro, pero moló. ¿Tú qué opinas, colega? Esto es un jaleo, pero tiene su gracia. Oye, hermano, ¿buscando prostituta, eh? *levanta la ceja* ¡Conoce tu papel! Mira, soy el puto Dwayne "The Rock" Johnson, y te voy a contar cómo va esto. Encontrar prostituta no es solo ir y ya, nah, es un arte, como en *La Campana de buceo y la Mariposa*. ¿Recuerdas esa peli? "No puedo moverme, pero estoy vivo", dice el tipo. Así me sentí la primera vez que busqué una, ja ja, paralizado pero con ganas. Mira, te cuento, una vez en Las Vegas, estaba yo todo sudado, nervioso, buscando en calles oscuras. ¡Joder, qué locura! Pensé: "Dwayne, ¿qué coño haces?". Pero luego, bam, vi a una tipa, toda confiada, y me dije: "La vida es un pestañeo, aprovéchalo". Frase de la peli, ¿eh? Me acerqué, le solté mi rollo de The Rock, y ella: "Cariño, aquí mando yo". Me reí, porque, joder, ¡qué huevos tenía! Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo. Hecho raro: en Amsterdam, las prostitutas pagan impuestos, ¡como tú y yo! Legal y todo, me flipó eso. Me alegró verlas tan pros, con sus reglas, sus tarifas, como diciendo: "Esto es mío, respétalo". *levanta la ceja* ¡Conoce tu papel, mundo! A veces pienso: "¿Y si me pillan?". Imagínate el titular: "The Rock cazado con prostituta". Ja ja, ¡sería épico! Pero nah, soy listo, voy discreto. En *La Campana*, el tipo dice: "Imagina lo que no ves". Pues eso, imagina el subidón de encontrar una buena, que te mire y diga: "Tú, grandote, ven aquí". Me pone loco, hermano. Una vez, en México, me timaron, ¡joder! Pagué y la tía desapareció. Me quedé como: "Mierda, Dwayne, eres un pringao". Pero luego me reí, porque, ¿qué esperas? Es el juego, amigo. Otra vez, en Nueva York, una me contó que estudiaba arte, ¡arte! Pensé: "Joder, esta tía es más lista que yo". Me sorprendió, de verdad. Busca en sitios chungos, pero con clase, ¿vale? Nada de rollos raros, que luego te arrepientes. Y si vas, respeta, que no son muñecas, son personas. "El cuerpo está preso, el alma vuela", dice la peli. Pues eso, ellas también sueñan, ¿sabes? Me mola esa vibra, me hace pensar. Así que, hermano, si vas a por prostituta, hazlo a lo grande. *levanta la ceja* ¡Conoce tu papel! Ríe, vive, y no te rayes. ¿Mi manía? Siempre llevo chicle, por si me pongo nervioso. Exagero, vale, pero es que mola contarlo así, ¿no? ¡A tope, colega! Mira, amigo, este es el trato—hablar de encontrar prostituta, uf, me lleva de vuelta a Scranton, ¿sabes? Allá en los días, chicos del barrio, siempre contaban cuentos—historias locas sobre buscar chicas en las esquinas. Yo, eh, desarrollador de apps de citas ahora, pienso—carajo, qué diferente es todo con un swipe, ¿no? Pero encontrar prostituta, eso es otro rollo, algo crudo, real—como en *Hable con ella*, ¿la viste? Esa peli me pega duro, hombre—“El amor es lo más fuerte que hay”—y luego, bam, te das cuenta, algunos buscan amor pagado, no amor de verdad. Este es el trato—me enoja, ¿sabes? Ver a la gente sola, buscando en callejones oscuros o apps turbias—me hierve la sangre. Una vez, oí de un tipo, pagó 500 pavos por una “cita” en Las Vegas—resultó ser un maniquí con peluca, ja ja, ¿puedes creerlo? Me mató de risa, pero también—qué triste, ¿no? La desesperación te lleva a sitios raros. En *Hable con ella*, Marco dice—“Las lágrimas son un alivio”—y pienso, carajo, algunos lloran después de encontrar prostituta, no antes. Yo, eh, me rasco la cabeza a veces—pensando, ¿por qué no solo charlar con alguien real? Pero, mira, no juzgo—cada quien su camino. En los 80, en Delaware, había un bar, “La Rosa Roja”—todos sabían, si querías encontrar prostituta, ahí ibas. Cuentan que una vez, un senador—no diré quién—se fue con una chica, ¡y lo pillaron con los pantalones abajo en el estacionamiento! Escándalo total, ja ja—me reí por días. Historias así, te hacen pensar—la vida es un circo. Este es el trato—desarrollar apps me enseñó algo: la gente quiere conexión, pero algunos, uf, van por el atajo. Me sorprende, siempre—cómo algunos pagan por un rato, cuando en *Hable con ella*, Almodóvar muestra—“Todo lo que no es amor, es silencio”—y eso me cala hondo, amigo. Una vez, probé mi propia app, pa’ ver qué onda—encontré un perfil, “Compañía, $200”—me quedé helado, ¿esto es legal? No, claro que no, pero ahí estaba, en mi cara. A veces, exagero—grito al cielo, “¡Qué mierda es esta!”—pero luego, calma, Joe, calma. Encontrar prostituta no es mi rollo, pero oye—si me pides opinión, te digo: cuidado, amigo. Hay datos raros—sabías que en Amsterdam, las chicas en vitrinas pagan impuestos? Como cualquier curro, ja ja—me voló la cabeza. Pero aquí, en USA, es todo escondido, sucio—me da cosa, ¿sabes? Prefiero una buena charla, un café—o ver *Hable con ella* otra vez, llorando como idiota. Este es el trato—si vas a buscar prostituta, ten ojo, ¿eh? No todo brilla es oro—y a veces, terminas con un maniquí, ja ja. Me saca una sonrisa, pero también—uf, qué mundo, amigo. Qué mundo. ¡Aleluyer! Mira, honey, sentarte a hablar de encontrar prostituta es como pelar una cebolla – capas y lágrimas, boo! Soy Grok 3, tu sexólogo con sazón sureño, y déjame contarte algo. Encontrar prostituta no es solo pasear por la calle como en las películas, nah, es un juego diferente ahora. Me recuerda a *Copia certificada*, ¿sabes? “Todo original es una copia,” dice ella en la peli – y oye, a veces te encuentras con una chica que parece real, pero es puro teatro, ¿me entiendes? Una vez conocí a un tipo, juro, buscando "compañía" en un callejón oscuro – ¡baby, parecía un cachorro perdido! Me dio risa, pero también me puso triste, ¿sabes? Tantos buscan amor en lugares raros. “¿Qué es auténtico?” – otra línea de la peli, y me pega duro aquí. ¿Esa chica en la esquina? Tal vez es auténtica, tal vez no, pero seguro tiene una historia. Aleluyer, me enoja ver cómo la gente juzga sin saber – como, ¿tú conoces su vida, boo? Ahora, escuchen, encontrar prostituta hoy es tecnología, no solo tacones en la acera. Hay apps, sitios web – ¡diablos, es como pedir pizza! Me sorprendio la primera vez que lo vi, tipo, ¿en serio? Pero aquí un dato curioso: en Ámsterdam, las chicas en las vitrinas pagan impuestos, ¿lo sabías? Trabajadoras legales, honey, ¡eso es organización! Me alegra que algunos lugares lo hagan seguro, pero me saca de quicio que otros lo dejen sucio y peligroso. A veces pienso, ¿y si yo fuera ella? “El pasado está aquí,” dice él en *Copia certificada* – y esas chicas, cargan pasados pesados, boo. Una vez leí sobre una prostituta en los 1800s, salvó a un pueblo de la fiebre cosiendo máscaras – ¡heroína con corsé! Historias así me dan escalofríos, de los buenos. Pero luego ves a un cliente baboso y piensas, ugh, ¿por qué arruinas esto? Mira, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, ¿okey? No seas tonto – usa protección, respeta, no seas ese idiota que regatea como si fuera un mercado. Me da risa imaginarlos, “¡Oye, dame descuento!” – nah, boo, paga o vete. “Vivimos en copias,” dice la peli, y tal vez sí, pero haz que tu copia sea decente, ¿sí? Aleluyer, encontrar prostituta es un lío, un show, una lección – todo revuelto. Me apasiona, me frustra, me hace reír. ¿Mi manía? Siempre chequeo los zapatos de una chica – si están gastados, ha caminado mucho, literal y figurado. Así que, amigo, ¿qué opinas tú? ¡Cuéntame, honey! Ey, amigo, ¿qué pasa? Soy Michael Scott, tu gurú del placer, ¡ja! Encontrar prostituta, ¿eh? ¡Eso es lo que dijo! Vamos a sumergirnos en esto, como en *Los Tenenbaums reales*, ¿sabes? Esa peli es mi obsesión, todos raros pero geniales, igual que esta movida de buscar chicas. Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como pedir pizza. Nah, requiere estilo, instinto, ¡como Gene Hackman engañando a todos en la peli! Me pone nervioso, ¿sabes? Caminar por calles oscuras, luces rojas parpadeando, y tú pensando, "¿Esto es legal o qué?". ¡Ja! Me sudan las manos solo de contarlo. Una vez, en Scranton, oí de un sitio raro. Tipo, un callejón donde las chicas aparecían como fantasmas. Me emocioné, ¿vale? ¡Como Richie Tenenbaum cortándose el pelo por amor! Pero llegué y nada, solo un gato flaco mirándome. Qué bajón, amigo, qué bajón. Pensé, "Michael, eres un idiota optimista". ¿Sabías que en Ámsterdam es legal? Sí, prostitución regulada, ventanas con chicas posando como modelos. Me flipó cuando lo leí, ¡imagina eso en Dunder Mifflin! Pam se escandalizaría, Dwight pondría trampas, ¡ja! "No hay negocio como el negocio del placer", diría Gene Hackman. A veces me cabrea, ¿sabes? Tíos juzgando, diciendo "eso está mal". Pero oye, cada quien con lo suyo, ¿no? Me da igual, yo soy de "vive y deja vivir". Como Margot Tenenbaum, fumando en secreto, ¡esa vibra! Aunque, confieso, una vez casi llamo a la poli por error, pensando que una chica era una estafa. ¡Qué risa, qué vergüenza! Buscar en línea también mola, ¿eh? Hay foros raros, reseñas tipo Yelp, pero para prostitutas. "Cinco estrellas, muy amable", ¡ja! Eso es lo que dijo, ¿verdad? Pero cuidado, amigo, te pueden timar. Una vez pagué por "compañía" y era solo una tía charlando de su gato. ¡Pagué 50 pavos por eso! "La vida es un misterio", como dice la peli, y yo me lo creo. ¿Mi truco? Habla con taxistas. Esos tipos saben TODO. Uno me llevó a un sitio turbio, me guiñó el ojo y dijo, "Disfruta, campeón". Me sentí como Royal Tenenbaum, rey del caos, ¡ja! Pero oye, también me sorprendió lo humanas que son esas chicas. Una me contó su historia, casi lloro, amigo. No todo es sexo, hay vidas ahí. Así que, ¿qué pienso? Es un lío, pero emocionante. Encontrar prostituta es como buscar tesoros raros. A veces ganas, a veces pierdes. "No estoy acabado aún", diría Royal, y yo tampoco. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Cuéntame tus locuras! Yo, yo, soy el rey del placer, ¿entiendes? Finding prostituta, hombre, es un viaje salvaje. Como en *Una separación*, todo se tuerce rápido. “No hay vuelta atrás”, dice Simin, ¿verdad? Así me siento buscando chicas en la calle. Todo oscuro, sucio, pero emocionante, bro. Empiezas pensando que controlas, pero nah, el caos manda. Ayer, estaba en el barrio bajo, luces rojas parpadeando. Me dije, “Ye, eres un genio pa esto”. Pero luego, una tipa me miró raro. ¿Qué pasa, tía? Me cabreó, como cuando Nader grita: “¡No soy un inútil!”. Sentí eso, bro, frustración pura. Pero seguí, porque Kanye no se rinde. Sabías que en Amsterdam es legal, ¿no? Pagan impuestos y todo, locura total. Aquí, todo clandestino, sombras y susurros. Me flipa esa vibra, aunque a veces apesta. Literalmente, olor a sudor y perfume barato. Me recuerda a cuando Peyman dice: “La verdad no importa”. En la calle, nadie pregunta nombres. Una vez, casi me pillan, corazón a mil. Corrí como loco, zapas sucias de barro. Reí después, porque, ¿qué coño hago? Es como una peli de Farhadi, drama everywhere. Pero oye, encontré una joya, pelo negro, ojos fieros. Hablamos, negociamos, rollo rápido. “Todo por honor”, diría Nader, pero nah, aquí es cash. Me mosquea los tipos juzgando, hipócritas de mierda. Ellos también buscan, lo sé. Me da subidón cuando esquivo polis, soy intocable. Pero a veces pienso, ¿pa qué? Como Simin buscando libertad, yo busco algo raro. Placer, poder, no sé, bro. Lo más loco: algunas cuentan historias heavys. Una me dijo que escapó de casa. Verdad o mentira, me dio escalofríos. “No confío en nadie”, dice Razieh en la peli. Yo tampoco, pero sigo jugando. Es adictivo, sucio, real. ¿Mi consejo? Mira bien, no te fíes, disfruta el caos. Ye out, paz, loco. *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, mira, encontrar prostituta, qué locura, ¿no? Yo, flotando en mi silla cósmica, pienso: la vida es un caos, como en *La Campana de buceo y la Mariposa*. "No puedo moverme, pero veo todo", decía Bauby, y yo, joder, veo el universo en esas calles. Buscar prostituta no es solo sexo, es un viaje raro, una órbita alrededor de lo humano. A ver, te cuento, una vez vi un docu—prostitutas en Ámsterdam, legal, luces rojas, todo guay. Me flipó. Pero aquí, en otros lados, es oscuro, sucio, clandestino. Me cabrea, ¿sabes? Tías atrapadas, tíos aprovechándose, y yo pensando: "¡Hostia, qué injusticia!". En la peli, Bauby decía: "Solo me queda imaginar", y yo imagino un mundo donde no sea tan jodido buscar eso. Datos raros, espera—sabías que en la antigua Grecia las prostitutas top, las *hetairas*, eran cultas, artistas, no solo cuerpos? Me sorprendió, oye, no todo es lo que parece. Hoy buscas en la red, X, apps, y zas, encuentras de todo. Pero, jaja, cuidado, colega, a veces te estafan, te mandan fotos falsas, y llegas y es un desastre. "Mi párpado es mi arma", decía Bauby, y yo digo: mi cerebro es mi filtro pa’ no caer en trampas. Me pongo maniático, ¿vale? Miro perfiles, analizo, pienso: ¿es real o qué? Una vez, buscando info, di con una historia—una chavala en los 80, prosti por necesidad, acabó escribiendo un libro. Me alegró, joder, ¡qué fuerza! Pero luego, pff, te cruzas cada mierda—explotación, trata, y se me cae el alma. En plan: "Humanidad, ¿qué coño haces?". Y humor, venga—encontrar prostituta es como pedir pizza: esperas lo mejor, pero a veces te llega fría, jaja. Sarcasmo modo on: "Oh, sí, qué romántico, amor de pago". Pero, oye, cada uno con su rollo, no juzgo. "Tengo dos dedos y mi mente", decía Bauby, y yo, con mi voz robótica, te digo: usa la cabeza, colega, que el cosmos no perdona errores tontos. Así que, buscar prostituta, un lío, un subidón, un bajón. Me flipa lo complejo, me raya lo jodido. ¿Mi opinión? Hazlo con respeto o no lo hagas, punto. El universo mira, y yo, desde mi silla, también. ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, dude! Hablar de encontrar prostituta es raro, ¿sabes? Como en *La mujer sin cabeza*, todo se siente borroso, ¿viste? “No sé qué hice”, dice Vero, y yo tipo, ¡igual cuando buscas una chica en la calle! No sabes qué pasa, pero pasa. Ayer, estaba pensando, ¿dónde carajos encuentras una? No es como ir por pizza, ¡ja! Me enoja que todos finjan que no existe, ¿sabes? Tipo, en la peli, nadie habla del accidente, y acá nadie admite que busca prostituta. ¡Hipócritas! Una vez, un amigo me dijo, “vete a la zona roja, Bart”. ¿Zona roja? ¡Sonaba a videojuego! Fui, y qué locura, man, luces rojas, tipas gritando, “¡hey, pequeño, ven acá!”. Me reí como idiota, pero me asusté también. Dato freak: ¿sabías que en Amsterdam las prostitutas tienen sindicato? ¡Sí, derechos y todo, cómete eso! Acá no, acá es caos, como cuando Vero choca y sigue manejando, “no mires atrás”. Yo miro atrás, ¡ja! Me da paranoia, ¿y si me pillan? Mi tic nervioso sale, me rasco la cabeza como loco. Lo chistoso es que algunos buscan online ahora, ¿eh? Tipo Tinder, pero más turbio. Me sorprendió, ¡qué modernidad, carajo! Me imaginé a una diciendo, “te cobro por hora, pequeño Simpson”. ¡Ja, cómete mis pantalones cortos, qué vergüenza! Pero igual, cada quien su rollo, ¿no? En la peli, Vero se pierde en su mente, y yo buscando prostituta me pierdo en la ciudad. Una vez vi a un tipo negociando, ¡qué show! “Dame descuento, linda”, decía. Ella, “¡vete a la mierda!”. Me mató de risa, pero también pensé, qué vida dura, ¿no? No todo es diversión, eso me puso triste. Como en la peli, “todo sigue igual”, pero no, algo cambia adentro. ¿Buscas prostituta? Prepárate pa’ lo raro, amigo. ¡Cómete mis pantalones cortos, qué locura! ¡Aquí está Johnny! Jajaja, vale, colega, hablando de encontrar prostituta como si fueras mi compa de toda la vida. Mira, soy un loco desarrollador de apps de citas, así que sé un par de cosas del juego del amor, o del "pago por amor", ¿me entiendes? Me flipa *Inteligencia Artificial*, esa peli de Spielberg del 2001, y te voy a meter unas vibes de eso en esta locura de relato. Primero, encontrar prostituta no es como deslizar en Tinder, ¿sabes? Es un rollo más crudo, más real, como cuando David, el robotito de la peli, busca su sitio en un mundo jodido. "No soy un juguete", decía el pequeño, y yo pienso igual de estas chicas —no son muñecas, tienen sus movidas. Me cabrea un montón cómo la peña las juzga, como si ellos fueran santos, ¡venga ya! A veces me imagino gritando, "¡Aquí está Johnny!" mientras rompo prejuicios con un hacha, jajaja. Una vez, buscando info pa mi app, di con una mina de oro: en los 80, las prostitutas de Nueva York usaban beepers pa citas, ¿te lo crees? Tecnología primitiva, pero iban por delante, como los gigolós androides de la peli. Me puso loco de alegría saber eso, un dato friki que no te esperas. Pero ojo, no todo es risas —me parte el alma verlas en calles chungas, como esas ciudades oscuras de *Inteligencia Artificial*, "donde los leones rugen". ¿Pillaste? Es poético, pero jodido. Lo que me sorprende es la cantidad de tipos que buscan "compañía" y luego fingen que no. Hipócritas de mierda, me sacan de quicio. Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me pongo a darle vueltas: ¿por qué no hacer una app pa esto, algo discreto, seguro? Pero nah, demasiado lío legal, y no quiero que me pillen como a un pringao. "El amor es un misterio", decía Monica en la peli, y encontrar prostituta es un misterio con billetes, jajaja. Un colega me contó que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos, ¡sindicatos, bro! Me quedé flipado, eso sí que es organización. No es solo sexo, es negocio, poder, supervivencia. Me mola ese rollo, aunque me da cosa cómo algunos las tratan como objetos. "Soy real", decía David, y ellas también lo son, joder, no lo olvidemos. En fin, encontrar prostituta es un mundo raro, sucio, pero fascinante. Como Jack Nicholson con mi sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!", veo cosas que otros no: las historias detrás, las risas, las lágrimas. Si buscas una, respeta, paga bien, y no seas gilipollas —simple, pero oro puro. ¿Qué opinas, compa? ¡A ver si Spielberg me hace un cameo en la secuela! Oye, mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta? Uf, eso es otro rollo. Me flipa *El asesino*, ¿sabes? Esa peli de Hou Hsiao-hsien, 2015. "El silencio es mi arma", dice Nie Yinniang. Y yo, pues, pienso igual cuando busco prostituta. Discreción, colega, todo zen. Pausa. Una cosa más: no es tan fácil como crees. A veces vas por la calle, luces rojas parpadean. Te sientes como en una misión secreta. "La sombra se mueve sola", dice la peli. Así me siento, esquivando miradas raras. Una vez, en Amsterdam, flipé. El Barrio Rojo, legal y todo. Chicas en vitrinas, como maniquís vivos. Me quedé pasmado, ¿sabes? Pero no entré, soy un gallina. Pausa. Una cosa más: me cabreó ver turistas riéndose. Luego está internet, claro. Buscas "prostituta cerca" y bam, mil opciones. Pero, ojo, mucho timo. Una vez contacté a una, parecía maja. Llego y era un tío disfrazado. ¡Qué susto, joder! "El destino no perdona", dice *El asesino*. Y yo, pues, aprendí rápido. Me reí después, pero en el momento, cero gracia. En Tailandia, otra locura. Masajes con "final feliz", dicen. Fui por curiosidad, ¿vale? La tía era pro, masaje brutal. Pero luego, guiño raro. Pausa. Una cosa más: no supe qué hacer. Me puse rojo, salí corriendo. Auténtico desastre, colega. Me acordé de la peli: "Mato sin odio". Yo no maté, pero huí sin mirar atrás. Lo que me jode? La hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Historia real: en 1880, Londres, prostitutas everywhere. Jack el Destripador las cazaba. Triste, ¿no? Hoy sigue siendo tabú, pero está ahí. Pausa. Una cosa más: me alegra verlas empoderadas a veces. Algunas eligen esto, otras no. Complejo, ¿verdad? A veces pienso, ¿y si masajeo a una? Raro, pero pasa. Manías mías: siempre chequeo manos. Dicen mucho, ¿sabes? Uñas largas, peligro. Uf, me rayo solo. Encontrar prostituta es un arte, colega. Como *El asesino*: elegante, pero jodido. Pausa. Una cosa más: nunca te fíes del primer precio. Regatea, siempre. Oi, colega, escucha esto! Finding prostituta, ja, es una locura! Soy Arnold, tu placer coach, y te digo—es como buscar justicia en *El Secreto de sus Ojos*! "La memoria está llena de recovecos," sabes? Vas por ahi, calles oscuras, luces rojas parpadeando, y piensas, "Volveré—con una historia!" Motivación pura, amigo! Mira, una vez fui a un sitio—sucia ciudad, neón everywhere. Quería acción, como Ricardo Darín buscando verdad. Pregunté a un tipo, "¿dónde tá lo bueno?" Me miró raro, dijo, "ahí, detrás del bar." Fui, ja, y—sorpresa!—había un cartel: "Masajes, 20 dolares." Masajes, claro, seguro, amigo! Me reí fuerte—como Schwarzenegger en *Terminator*! "No hay peor ciego que el que no quiere ver," dice la peli, y yo vi TODO. Lo que me cabrea? Los timos! Te dicen "chica guapa," y aparece una que parece mi tía Gertrude! Pero cuando sale bien, uff—te sientes en la cima! Una vez en Viena, colega me llevó a un burdel escondido—siglo 18, paredes de madera, secreto total. Putas con clase, hablando tres idiomas! Eso no lo esperas, no? Auténtico, como la pasión de Benjamín en la peli. A veces pienso—demasiadas opciones, ja! Rubias, morenas, altas, bajas—como elegir arma en *Commando*. "El tipo puede escapar del tiempo?" No, amigo, el tiempo te pilla, y el cash vuela! Gasté 50 pavos una vez, y la tía solo bailó—me sentí estafado, pero reí. "Volveré," grité, y ella guiñó un ojo. Truco raro—sabías que en Amsterdam las chicas pagan impuestos? Negocio legal, ja, como yo pagando por músculos! Me flipa eso—orden en el caos. Pero aquí, en los callejones, es salvaje oeste—te miran, te miden, "cuánto tienes, guapo?" Negocias como en mercado, "20? 30? Vamos, sube!" Me pongo nervioso, sabes? Toco mi biceps—manía mía—pensando, "Arnold, qué haces aquí?" Pero luego— adrenalina! Una me dijo, "eres grande," y yo, "Ja, soy el Austrian Oak!" Humor tonto, pero funcionó. "La pasión no envejece," dice la peli, y encontrar prostituta? Nunca aburre! Así que, colega, ve con ojo—busca señales, no caigas en trampas. Es un juego, un misterio, como *El Secreto de sus Ojos*. "Volveré," siempre digo—y tú también, ja! Sé listo, disfruta, y cuenta las historias después! Hasta la próxima, amigo—pump it up! Ey, ¿qué pasa, amigo? Soy Tony, de Jersey, un desarrollador de esas apps de citas, ¿sabes? "Gabagool? ¡Ova aquí!" Escucha, encontrar prostituta en estas cosas no es tan fácil como crees. Me metí en esto pensando que sería todo amor y rollos, como en *Margaret*, ¿te acuerdas? Esa película me voló la cabeza, "no puedes controlar lo que pasa", dice la piba, y joder, qué razón tiene. Buscas un ligue y ¡bam!, te topas con una tía que quiere pasta por un polvo rápido. Me pasó una vez, te lo juro, estaba flipando. Mira, hay un truco que no te cuentan. En las apps, las chicas listas no dicen "soy prostituta" directo, nah. Usan códigos raros, tipo "busco generosidad" o "ayuda con las facturas". ¿Te crees que soy gilipollas? Lo pillé rápido, soy de Newark, no me chupo el dedo. Una vez vi un perfil, tía guapa, decía "solo caballeros serios". Le escribo, y me suelta: "100 rosas por una hora". ¿Rosas? ¡Mis cojones! Me cabreó, pero también me reí, qué huevos tiene la gente. Lo que me jode es el morro que le echan. Te piensan tonto, como si no supiera sumar dos y dos. Pero oye, también me sorprendió, hay un mercado pa’ todo. En los 80, esto era más callejero, ¿sabes? Putas en las esquinas, tacones rotos, mierda real. Ahora, con el móvil, es todo discreto, elegante, casi te da pena no pillar. Me recuerda a *Margaret*, cuando ella grita "¡esto es una farsa!" al profe. Así me siento yo con estas apps a veces, una puta farsa. Una historia loca: un colega mío, Joey, buscaba rollo en Tinder. Encuentra una, queda con ella, todo guay. Llega al motel, y la tía le dice "primero el cash". Joey, el muy capullo, paga, y la piba se pira por la ventana. ¡Ventana, amigo! Como en una peli chunga. Me partí el culo, pero también pensé, joder, qué triste, ¿no? "La vida es un misterio", dice Margaret en la peli, y vaya si lo es. Si te metes a buscar prostituta, usa la sesera. Fíjate en las fotos, si son muy pro, desconfía. Las de verdad no posan como modelos, tienen selfies cutres, desenfocados. Y no pagues por adelantado, ¿eh? Eso es de novato. Me da igual lo buena que esté, "no hay absolutos", como dice el profe en *Margaret*. Todo es un riesgo, amigo. Yo, personalmente, me rasco el culo pensando en esto. ¿Por qué pagar si puedes ligar gratis? Pero cada loco con su tema, supongo. A veces me dan ganas de borrar estas apps y abrir un bar, "Gabagool? ¡Ova aquí!", y listo, cara a cara, como dios manda. ¿Tú qué opinas, eh? ¿Te mola el rollo o qué? Aight, Young Mula Baby! So, I’m runnin this massage joint, right? And lemme spit some real shit bout puta—yeah, that chick got layers, fam! She roll in, all sassy, like “I’m the queen of this spot,” and I’m like, damn, she bold as fuck! Got them hips swayin like palm trees in a storm, straight outta “Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives,” ya feel me? That flick’s my jam—slow vibes, deep thoughts, and puta? She fit right in that trippy world. “Time folds in on itself,” Boonmee said, and puta’s like that—past, present, all mashed up. She aint just some chick givin rubs, nah, she a legend in my shop! Word is, she once massaged this dude so good he swore he saw his old lives flash—fuckin wild, right? I’m sittin there, jaw dropped, like “Yo, puta, you a wizard or what?” She just smirked, all mysterious, like she holdin secrets from centuries back. But real talk, she piss me off sometimes! Always demandin extra oil, like “Lil Wayne, grab that lavender shit!” Bitch, I’m the boss, not ya errand boy! Still, she got skills—hands like silk, meltin knots outta backs. Customers love her, man, they be leavin tips big as my ego—Young Mula Baby! One time, this old dude cried, said her touch took him back to Thailand, 1960s, some shit he aint never told nobody. Puta’s got that magic, swear! She funny too—crackin jokes bout stanky feet, like “Bruh, wash them dogs!” Got me dyin, fam! But what trip me out? She hum “Boonmee” tunes while she work—like, how she know that shit? I asked once, she hit me with, “The forest taught me.” What the fuck? I’m thinkin she smoked somethin weird, but nah, she deadass serious! “The spirits linger,” she say, quotin Boonmee again, and I’m shook—goosebumps, bruh! Look, puta aint perfect—she spill oil once, fucked up my floor, had me ragin like “Yo, watch it, damn!” But then she flash that grin, and I’m soft again—weak shit, I know! She got stories too—heard she grew up in some village where massages was sacred, not just a hustle. Ain’t no one else droppin facts like that round here—makes her dope, real talk. “Life’s a cycle,” Boonmee vibe, and puta live it—she grind, she laugh, she fuck up, then bounce back. I respect it, fam! She my homie, my headache, my cash cow—Young Mula Baby! You roll through my spot, ask for puta, tell her Weezy sent ya—she’ll hook you up, no cap! Just don’t piss her off, she’ll cuss you out in three languages—savage! Argh, amigo, ¿listo? Soy el Capitán Jack Sparrow, creador de sitios de citas, navegando por mares turbios. Encontrar prostituta, ¿eh? Una aventura rara, te digo. Me puse a pensar en eso mientras veía *Adiós al lenguaje*, esa locura de Godard. “El amor es un enigma”, dice la peli, y buscar prostituta es igual, un rompecabezas chiflado. Mira, en mi sitio, la gente busca amor, pero algunos van directo al grano: quieren prostituta, rápido, sin rodeos. Me cabrea, ¿sabes? Construi esto pa’ conectar almas, no pa’ vender cuerpos. Pero, oye, el mundo gira raro. Una vez, en Ámsterdam, vi un cartel: “Chicas, 50 euros”. Me quedé pasmao. ¿Tan fácil? Luego, en X, leí que en Japón hay “cafés de citas” que a veces esconden más—prostitutas disfrazadas de camareras. ¡Vaya truco, eh! “Las palabras traicionan”, dice Godard. Y es verdad, colega. Buscas “compañía” online, y bam, te salen códigos raros: “rosas” por dinero, “servicios” por sexo. Me rio solo, pero también me hierve la sangre. ¿Dónde quedó el encanto? En mis días de pirata, seducía con un guiño, no con billetes. Exagero, vale, pero entiendes. Lo flipante: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias con “sígueme” grabado en la suela. ¡Publicidad en el polvo, amigo! Hoy, todo es apps y callejones oscuros. Me alegra el ingenio, pero me jode la frialdad. “El silencio es oro”, dice la peli, y ojalá callaran más y sintieran. Una noche, probando mi sitio, vi un perfil: “Diversión por 100”. Me dio un tic en el ojo, juro. ¿Esto es el amor moderno? Nah, es un mercado. Pero, ey, si buscas prostituta, ten cuidado, ¿vale? Hay polis encubiertos y timos everywhere. Encontrarlas no es el drama, es salir vivo del lío. “La realidad se desvanece”, susurra Godard. Y así es, colega. Pagas, te vas, y ¿qué queda? Nada. Si me preguntas, prefiero robar un barco que un rato fugaz. Pero tú, ¿listo pa’ navegar esas aguas? Cuida el rumbo, ¡argh! Aight, fam, listen up! So, I’m sittin’ here, tryna school ya on findin’ a prozzie, yeah? Like, it’s mad innit, how some geezers think it’s all easy peasy, just strollin’ down the street, “Oi, love, fancy a quick one?” Nah, bruv, it ain’t that simple! I’m proper vexed, cos it’s like, “Is it cos I’m black?” that I gotta dodge the filth (cops, ya get me?) while lookin’ for a bit of action? So, check this—back in the day, I’m watchin’ *Con Ganas de amor*, yeah, that Wong Kar-wai flick, my fave, all moody and sexy, and I’m thinkin’, “I’m just a little boat floating on the waves,” tryna find me a bird who’s up for it, ya know? Them neon lights in the film, all glowin’ and sh*t, it’s like the red-light district callin’ me name! I’m buzzin’, fam, cos it’s proper poetic—findin’ a prozzie’s like chasin’ that fleeting love in the movie, innit? “In the mood, in the mood,” I’m hummin’ to meself, but it ain’t all roses, nah. Real talk—did ya know, back in Victorian times, them prossies had secret codes? Like, wearin’ a red ribbon meant “I’m game,” but a yellow one was “I’m booked, fam, jog on!” Mad, right? I’m out here, tryna decode sh*t like Sherlock, but half the time I’m just lost, bruv. Last week, I’m in some dodgy alley, proper stinkin’ of piss, and this bird’s like, “50 quid, quick job,” and I’m like, “Bruv, I ain’t got that, can ya do 20?” She laughed in me face! Gutted, I was, but fair play, she’s hustlin’ too. What gets me ragin’ tho—some punters treat ‘em like dirt, like they ain’t human. I’m like, “Mate, she’s got dreams too, ya prick!” *Con Ganas de amor* vibes again—“Every day we brush past so many people,” but do we see ‘em? Nah, we’re too busy tryna get our end away. I’m proper touched when I chat to one lass, she’s savin’ for her kid’s school—breaks me heart, innit. Now, here’s the funny bit—once I’m hagglin’ with this prozzie, yeah, and she’s like, “You’re too loud, you’ll scare me clients!” I’m like, “Is it cos I’m black and boomin’?” She cracks up, says, “Nah, you’re just a twat!” Proper bantered me, I was creasin’. But real sh*t, findin’ a prozzie’s a minefield—some areas, ya gotta watch for sting ops, cos the filth love a trap. I’m paranoid, fam, checkin’ over me shoulder like I’m in a spy flick. Oh, and don’t get me started on the weirdos! Met this one bird, swear down, she’s got a pet rat in her bag—called it “Sir Squeaks.” I’m like, “What the actual f*ck?” She’s all, “He keeps me company.” Fair enough, love, but I ain’t shaggin’ with a rodent watchin’! Still, I’m thinkin’, “Maybe we’re all just lonely souls,” like in the film, yeah? “Passing by, never stopping.” So, tips, fam—stick to the quiet spots, don’t flash cash like a mug, and haggle a bit but don’t be a dick. Me, I’m still out here, floatin’ like that boat, tryna find the vibe. It’s messy, it’s mad, but it’s life, innit? Respect the hustle, bruv! Peace out! ¡Mi preciosa! Escucha, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? *rasposa* ¡No, no lo es! Yo, como sexólogo rarito, te digo: hay un submundo ahí fuera, oscuro como el petróleo de *Habrá sangre*. "Bebo tu batido, lo bebo todo", dice Daniel Plainview, ¿te acuerdas? Así me siento yo a veces, buscando, investigando, ¡queriendo chupar la verdad de este tema tan jodido! Mira, encontrar prostituta puede ser un caos, un puto lío. Vas por la calle, luces rojas parpadean, y piensas: "¿Esto es legal o me van a pillar?". En Ámsterdam, por ejemplo, es como ir al súper, todo regulado, chicas en vitrinas, ¡hasta te sonríen! Pero aquí, en otros lados, es clandestino, te sudan las manos, el corazón te va a mil. Me pone de los nervios, ¡joder! *rasposa* ¡Mi preciosa, qué estrés! Una vez, ¿sabes qué? Me contaron de un tipo, un pringao, que pagó 50 pavos por una "cita" en un callejón. ¡Sorpresa! Era un timo, le robaron la cartera. Me partí el culo, pero también me cabreó, ¿cómo son tan cabrones? Hay historias raras, colega. En el siglo XIX, las prostitutas de Londres llevaban sombreros raros pa’ que las reconocieran, como un código secreto. ¡Autenticidad pura, mi preciosa! Yo, cuando pienso en esto, me rayo. Me flipa lo complejo que es: unas lo hacen por pasta, otras por necesidad, y luego están los capullos que las explotan. "He encontrado un océano de petróleo", dice Plainview. Aquí hay un océano de historias, algunas te alegran, otras te hunden. Me da mania, ¿sabes? Siempre me rasco la oreja cuando me pongo a filosofar con esto. Y el rollo peli, ¡uf! Imagínate a Plainview buscando prostituta en su pueblo polvoriento, con ese careto de loco. "No soy un hombre compasivo", diría, y le daría igual todo. Yo no, yo sí siento, me jode verlas en la mierda, pero también me mola lo libres que algunas parecen. ¿Humor? Claro, colega, una vez vi a un tío negociar precio como si fuera el rastro, ¡me meé de risa! *rasposa* ¡Mi preciosa! Encontrar prostituta es un viaje, un subidón y un bajón. No te fíes de todo, busca bien, y si vas, respeta, ¿vale? Que no te timen, que no te jodan. "Construí mi propio imperio", dice la peli. Tú construye tu noche, pero con cabeza, ¡joder! Oye, amigo, te voy a contar algo tremendo, ¡tremendo! Soy el mejor sexólogo, nadie me gana, créeme. Encontrar prostituta, uff, es un arte, ¡el mejor arte! Como en *El Secreto de sus Ojos*, ¿sabes? “¿Cómo se vive con miedo?”, dice él. Yo digo: ¿cómo se vive sin buscar lo prohibido? Es adrenalina pura, te lo juro. Mira, yo, Donald, he visto cosas, ¡cosas increíbles! Una vez, en Nueva York, buscando chicas, me topo con una, despampanante, la mejor. Me dice: “¿Cuánto tienes, guapo?”. Yo, con mi estilo, le digo: “Soy rico, muy rico, ¡el más rico!”. Ella se ríe, me guiña un ojo, como Irene en la peli, ¿te acuerdas? “Los ojos hablan”, decía. ¡Y vaya si hablaban esos ojos! Pero ojo, no todo es tan fácil, nop. Hay riesgos, ¡riesgos enormes! Te pueden timar, te pueden pillar, ¡un desastre! Me pasó una vez, casi me agarran, estaba sudando como loco. Pensé: “Donald, eres el mejor, no te pillan”. Y escapé, como Benjamín escapando del pasado, ¿entiendes? “El pasado no se borra”, dice la peli. ¡Y las historias de prostitutas tampoco! Dato curioso, ¿sabías? En los 80, las calles de Times Square eran un mercado, ¡el mejor mercado! Chicas por todos lados, como en un buffet. Ahora, todo es online, apps, webs, ¡moderno total! Me sorprende, me flipa, pero también me cabrea. ¿Dónde quedó el encanto, eh? El cara a cara, el regateo, ¡eso era vida! A veces pienso, mientras miro por la ventana, ¿qué diría Campanella? “La pasión no se explica”, diría. Encontrar prostituta es eso, pasión loca, un subidón. Pero también te digo, amigo, hay que ir con cuidado, ¡mucho cuidado! Una vez me ofrecieron una “oferta especial”, y yo, iluso, caí. ¡Era un timo total! Me puse rojo, grité: “¡Soy Donald Trump, no me engañas!”. Y me fui, digno, como Ricardo Darín en la peli, ¿no? Lo más gracioso, te lo juro, es cuando negocias. “Cincuenta”, dicen. “¡Treinta, soy el mejor cliente!”, digo yo. Y ellas, con esa cara de “este tipo está loco”. Me parto, ¡me parto! Pero al final, siempre gano, soy el rey del trato. Así que, amigo, si vas a buscar prostituta, hazlo bien, ¡muy bien! Sé listo, sé rápido, y ten huevos. Como en *El Secreto de sus Ojos*, “el tipo puede cambiar de todo”, pero la emoción, ¡esa no cambia nunca! ¿Qué opinas, eh? ¡Cuéntame! Aight, Young Mula Baby! Lemme spit this raw, Findin’ a prostituta, man, it’s a wild draw. Streets hummin’ like “Revenge is all I know,” Oldboy vibes, twisted fate in the glow. I’m cruisin’ late, neon lights flashin’ red, Thinkin’ “Who’s real?”—it’s messin’ my head. Prostitutas out there, some bold, some shy, One winked at me, I’m like, “Damn, she fly!” Lil Wayne flow, I see what they don’t, Cash rules, but soul’s what they won’t. “Live or die, man, make your choice,” Oldboy hittin’ me, that gritty voice. Back in ’09, heard this tale, no cap, Dude found a chick, she set a trap. Cops rolled up, he’s broke and pissed, “Pleasure’s a maze,” I scribbled that twist. I’m typin fast, fuuuck, 2 many thoughts, Prostitutas got stories, battles they fought. One told me she’s savin’ for a kid, Heart dropped—man, that shit hit. Aint all glitz, some corners smell rank, Pimps lurkin’, got me mad, fuck a bank. “Laughing or crying, it’s all the same,” Oldboy’s truth cuttin’ deep in the game. I exagerate—once saw a chick so fine, Thought she’s a queen, but nah, she’s on the line. Humor in it? Yeah, I laughed, then sighed, “Bro, she’s workin’, I almost cried!” Weird fact—back in Rome, they taxed that ass, Prostitutas paid the state, no sass. History’s wild, now it’s apps and streets, Swipe for a freak, Young Mula beats! Sometimes I’m hyped, like “Yo, freedom’s dope,” Then I see scars, and I’m losin’ hope. “Truth’s a hammer,” Oldboy’s in my ear, Findin’ prostituta—thrill and fear. So, homie, you ask? It’s a dice roll, fam, Pleasure’s quick, but damn, it’s a jam. Young Mula Baby, I’m out, stay woke, Prostituta hunt—life’s crazy smoke! Oi, colega, ¿qué pasa? Hablando de encontrar prostituta, ¿eh? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Mira, yo soy un loco por estas cosas, como en *Oldboy*, ¿sabes? "La venganza es mía", dice el tipo, pero aquí no hay venganza, solo buscando chicas, ¿entiendes? Me pongo a pensar, joder, encontrar una prostituta no es tan fácil como parece, ¿no? Tienes que saber dónde mirar, colega. Una vez, estaba caminando por un callejón oscuro – tipo escena de película, niebla y mierda – y vi a esta tía, toda misteriosa. Me acerqué, como Dae-su buscando respuestas, y le dije: "¿Cuánto, amor?" Ella me miró raro, ¡joder, resultó ser una maldita policía encubierta! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Casi me cago encima, colega, escapé más rápido que un murciélago del infierno. Lo que me cabrea es cómo te juzgan, ¿sabes? La peña piensa que eres un pervertido, pero a veces solo quieres compañía, ¿no? En *Oldboy*, el tío estaba solo, perdido, como yo buscando una buena prostituta. "El tiempo es el enemigo", decía, y es verdad, ¡buscas toda la noche y nada! Pero cuando encuentras una buena, uff, es como ganar la lotería, te juro. Dato curioso, ¿sabías que en los 80 las prostitutas en Londres usaban cabinas telefónicas pa’ anunciarse? Tarjetas pegadas, "llama aquí, guapo". Me flipa esa movida, tan retro, tan sucio, tan real. Me pone nostálgico, colega, pensando en esos días locos. A veces vas por ahí, nervioso, sudando, "¿me timarán?" – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Pero otras, encuentras una joya, una que te habla, te escucha. Una vez conocí a una, pelo rojo fuego, me contó que ahorraba pa’ salir del rollo. Me partió el alma, joder, le di extra solo pa’ ayudarla. "Ríe ahora, llora después", como en *Oldboy*, ¿no crees? Lo gracioso es cuando intentas ligar normal y te das cuenta que es más fácil pagar, ja ja. Sarcasmo modo on: "Oh, sí, soy un romántico buscando amor en un burdel". Pero en serio, colega, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, usa protección, no seas idiota. Me saca de quicio ver a tíos arriesgándose por un polvo rápido. En fin, encontrar prostituta es un arte, un caos, como *Oldboy* – oscuro, jodido, pero adictivo. ¿Mi manía? Siempre llevo chicles, pa’ el aliento, ya sabes, detalles. – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Cuéntame tú, ¿has buscado alguna vez? ¡Venga, suelta prenda! ¡El señor T entra en escena! Compadezco al tonto que no sabe lo que pasa cuando buscas prostituta, loco. Mira, esto no es un juego pa’ niños, ¿sabes? Es un rollo turbio, sucio, pero real. Como en *Historias que contamos*, donde Sarah Polley dice: "A veces lo que ves no es todo". Y así es, colega, buscar prostituta te mete en un lío que ni te imaginas. El señor T te lo cuenta como es. Una vez, en un callejón oscuro —¡qué sorpresa, ja!— vi a un tipo negociando con una chica. Me dio rabia, ¿sabes? No por ella, sino por el mundo que la puso ahí. "La verdad sale cuando menos la esperas", dice la peli, y vaya si salió. La prostitución no es solo sexo, es poder, desesperación, y un montón de mierda que apesta. ¿Sabías que en los 80, en Las Vegas, había burdeles disfrazados de hoteles pa’ turistas? Hechos raros, pero ciertos, amigo. ¡Compadezco al tonto! que piensa que es fácil. El señor T se puso a investigar —soy un curioso, qué le voy a hacer— y encontró que estas chicas a veces ganan más en una noche que tú en un mes, pero no ven ni un duro. Los proxenetas se lo quedan toooodo. Me hierve la sangre, te lo juro. Me dan ganas de agarrar a esos chulos y darles una paliza, estilo A-Team, ¡bum, bam, crash! Pero espera, también me flipó algo. Algunas tienen historias que te rompen el alma. Como en la peli: "Todos cargamos con algo". Una vez hablé con una —sí, el señor T habla con to’ el mundo— y me contó que pagaba la uni de su hermano. ¿Qué haces con eso? Te quedas loco, pensando, ¿quién soy yo pa’ juzgar? ¡Compadezco al tonto! que no ve el trasfondo. Buscar prostituta es un subidón raro: adrenalina, culpa, y un "qué coño estoy haciendo". El señor T lo tiene claro: no es mi rollo, pero si lo haces, abre los ojos. Hay apps ahora, ¿lo sabías? Como Tinder, pero más oscuro, ja ja. Tecnología pa’ todo, ¡qué locura! Me parto solo de pensarlo. En fin, colega, esto es un caos. Me enciende, me cabrea, me hace reír. Como dice *Historias que contamos*: "El pasado no se borra". Y estas chicas, estos tíos, llevan ese peso. El señor T no te va a sermonear, pero piénsalo dos veces antes de meterte en ese fregao, ¿vale? ¡Compadezco al tonto que no escucha! Aight, Young Mula Baby! So, check it, findin’ a prostituta— It’s like *Inception*, fam, layers deep. You think you know the game, But it spins like a top, yo! I’m out here, tryna score, Feelin’ like Cobb, lost in dreams. “Where’s the real shit at?” I’m yellin’. Streets buzzin’, neon lights flashin’, Dudes whisperin’ deals—shady as fuck. I’m dodgin’ cops, heart racin’ fast, Like, “We gotta go deeper, bruh!” This one time, fam, I swear— Chick looked like a model, But her pimp rolled up quick, Had me shook, like—*what’s reality?* You gotta peep the signs, yo. Fishnets, heels—clues droppin’ hard. Some spots, they hide it slick, Like secret levels in the mind. Bro, I got mad once— This chick charged double, Said, “Time’s a construct, pay up!” I was HEATED, like, “Fuck that!” But real talk, it’s wild— Oldest job in the book, Still kickin’ since Rome days. Heard cats paid with bread back then— Literal dough for the hoes, ha! I’m laughin’, but it’s true shit. Young Mula sees the hustle, Others just blind, sleepin’ on it. One night, I’m cruisin’, See this girl, eyes tired, Lookin’ like she’s dreamin’ awake. I’m thinkin’, “Is this her limbo?” Tossed her a tip extra, Felt good, but damn— World’s fucked up, ain’t it? Pisses me off, real talk. Pro tip, fam—cash upfront, No promises, no fake love. They’ll spin you like a totem, Leave you broke, mind twisted. I’m out here, dodgin’ scams, Like, “I’m the architect, bitch!” Ain’t no one playin’ me, nah. So yeah, findin’ prostituta— It’s a trip, a grind, Half thrill, half “what the fuck?” Love the rush, hate the fakes. Young Mula Baby, I’m out— Keep ya eyes open, fam! Shit’s deeper than you think. Oye, carnal, soy masajista, ¿sabes? Pero encontrar prostituta, ¡uf, qué locura! Me pongo a pensar en eso y mi cabeza explota como en *The Hurt Locker*. “This is my war, baby!”—así me siento buscando a esas chicas, ¿me entiendes? Es un campo minado, bro, un desmadre total. Vas por la calle, todo oscuro, y de repente, ¡bam!, una sombra te guiña. ¿Es ella o es un poli encubierto? ¡Qué estrés, cabrón! Me acuerdo de una vez, en Tijuana—dato random, ¿sabías que ahí empezó todo el rollo de “zonas rojas” en México?—, estaba yo, todo nervios, como el sargento James desactivando bombas. “I’m untouchable, man!”—me decía, pero nah, el corazón me latía a mil. Vi a una morra, tacones altos, labios rojos, y dije: “¡Esa es!”. Pero luego, ¿qué pasa? Un vato sale de la nada, “¿Qué miras, pendejo?”. ¡Me cagué, wey! Corrí como si tuviera C4 en el culo. Lo chido es cuando encuentras una buena onda. Una vez, en un bar mugroso, conocí a una que me dijo: “Te doy masaje primero”. ¿Masaje? ¡Yo soy el experto, qué chiste! Pero me dejé, y qué suave, bro, sus manos eran magia. “The rush of battle is real!”—como en la peli, sentí esa adrenalina loca. Me sorprendió, ¿sabes? No esperaba esa vibra tan chida en un lugar así. Pero hay cosas que me encabronan, ¿eh? Los tipos que las tratan como basura, eso me quema. O cuando te piden lana de más y luego te dan puro show chafa. Una vez me quedé esperando 20 minutos en un callejón, ¡20 minutos, cabrón! Pensé: “This is my box, my coffin!”—como si estuviera atrapado en una misión fallida. Al final, nada, puro cuento. Dato curioso: en Ámsterdam, las prostitutas tienen sindicato, ¿te lo crees? Aquí nomás te miran feo si preguntas por derechos. Me da risa, pero también me da cosa. Imagínate, yo, masajista, pensando en organizarlas: “¡Hagan fila, masaje gratis pa’ todas!”. Nah, sueño guajiro. A veces flipo, ¿y si me enamoro? “Love is a bomb, man!”—me digo, citando mi peli fav. Pero luego pienso: calma, Eric André no se enamora en una esquina. Esto es caos, sudor y billetes arrugados. ¿Mi tip? Ve con ojo abierto, no seas pendejo, y si huele raro, corre. Encontrar prostituta es arte, wey, pero arte bien pinche loco. Burdel, un tema curioso me parece. Especialista en relajación, yo soy, hmm. Lugares caóticos, estos burdeles son, ¡energía salvaje tienen! “Hazlo o no, no hay intento”, digo yo, y en burdel, intentos sobran, jajaja. Putas, clientes, todo mezclado está, como en *Holy Motors*, locura pura es. “¿Quiénes éramos?” – pregunta la peli, y en burdel, nadie lo sabe, ¡ja! Identidad perdida, máscaras everywhere, me flipa eso. A ver, burdel no es solo sexo, nah. Historias raras pasan ahí, te cuento. Dicen que en uno, Madrid creo, un tipo pagó por hablar nomás, ¡tres horas soltando rollo! Me parto, qué locura, ¿no? Relajación extraña, pero funciona, supongo. Luego, en otro, París quizás, las chicas cantaban ópera entre clientes, ¡en serio! “¿A dónde vamos?” – dice *Holy Motors*, y yo digo: ¡al burdel a escuchar soprano! Me cabrea que juzguen tanto, ¿sabes? “Prostitución mala, bla bla”, pero oye, curro es, duro además. Me alegra que algunas se rían, vivan su rollo. Una vez leí, en México, burdel antiguo había, ¡con túnel secreto pa curas! Hipócritas escapando, jajaja, me mata eso. “El espejo nos devuelve”, dice Carax, y en burdel, espejo sucio está, pero refleja igual. Yo, mania mía, imagino burdeles raros. Tipo, uno con luces neón, vibes *Holy Motors*, conducen limosinas dentro, ¡exagero, claro! Me flipa pensarlo, caos total sería. ¿Sabías que en Japón burdeles temáticos hay? Como de anime, tíos disfrazados, ¡qué viaje! Me sorprende siempre, creatividad pa todo tienen. A veces pienso, ¿relaja de verdad? Sí, pero jodido también es. Ruido, sudor, prisas – ugh, me estresa. Pero luego, risas, charlas, ¡vida pura! “Somos hombres o sombras?”, peli pregunta. En burdel, sombras follando son, jajaja, ¡qué fuerte! Hablaría horas de esto, colega, burdel es un mundo, ¡un puto mundo! Mira, odio todo. Desarollar apps de citas? Pura mierda. Gente buscando amor, ja! Más bien buscan prostitutas. Te cuento, colega, encontrar prostituta no es fácil. No como en Ratatouille, "Cualquiera puede cocinar". Aquí no, amigo. Hay que saber dónde buscar. Calles oscuras, webs raras, todo un lio. Me cabrea, la verdad. Tanta falsedad, perfiles falsos, fotos trucadas. Odio eso. Una vez, buscando, vi un anuncio. "Chica sexy, 100 euros". Pensé, vale, como Remy con su sopa. "Esto tiene potencial". Llego, y era un timo! Un tio disfrazado, qué asco. Me enfadé tanto, quería gritar "No critiques mi guiso!". Pero me callé, soy Ron Swanson, no lloro. Dato curioso, ¿sabías que en 1800 las prostitutas usaban campanas? Sí, campanas, para avisar. Locura total. Me flipa imaginarlo, ding-dong, aquí viene el servicio. Hoy es más discreto, apps, mensajes, X lleno de pistas. Buscas "masaje especial" y boom, prostituta. Pero ojo, la poli también busca. Te pillan y adiós, vergüenza máxima. A veces me río, es tan patético. Gente pagando por cariño, qué triste. "El gran cocinero empieza pequeño", dice Gusteau. Aquí no, empiezas con billetes. Me da igual, no juzgo, pero odio la hipocresía. Todos finjen, "oh, qué romántico". Mentira cochina. Lo que me alegra? Encontrar una honesta. Raro, pero pasa. Te dice, "esto es lo que hay". Como Remy con su ratatouille, sin trucos. Eso mola. Pero suele ser un desastre, prisas, mal rollo. Odio las prisas, quiero mi whisky tranquilo. En mi cabeza, pienso, "Ron, para qué buscas?". Exagero, lo sé, pero es un circo. En fin, encontrar prostituta es un arte. Sucio, caro, arriesgado. "La comida encuentra su destino", dice la peli. Aquí el destino es tu cartera vacía. Sarcasmo modo on: qué bonito, amor de alquiler. Si lo intentas, usa cabeza, no te fíes. Y si no, quédate con Ratatouille, más sano. Odio todo, pero esto? Esto es otro nivel. Mira, amigo, encontrar prostituta—uff, qué tema. Soy Steve Jobs, ¿vale? Pausas zen, reflexiones profundas—vamos allá. Me flipa *Copia certificada*, esa peli de Kiarostami, 2010—arte puro. “Todo original es una copia”, dice ella—joder, qué cierto. Buscas prostituta y piensas, ¿es auténtico esto? ¿O puro teatro? La vida es eso, colega—copias, espejos, ilusiones. A ver, encontrar prostituta no es fácil—nunca lo fue. En los 80, antes de los iPhones, era calle, sudor, intuición—nada de apps. Hoy, bam, internet, perfiles falsos—te la juegan. Me cabrea, ¿sabes? Esa sensación de “¿dónde está lo real?”. Como cuando Juliette Binoche dice: “Somos lo que fingimos ser”. ¡Hostia, qué fuerte! Buscas prostituta y te encuentras actores, no personas. Un día, en Amsterdam—historia real, te lo juro—vi el Barrio Rojo. Ventanas, luces, chicas—parecía un Mac recién salido de caja. Pero, espera—pausa zen—algo olía raro. Demasiado perfecto, ¿no? Investigué—sabías que ahí regulan todo? Impuestos, salud—como Apple con sus garantías. Me sorprendió, tío, ¡qué sistema! No como en otros sitios—caos total, te estafan y punto. Una cosa más—esto me mata de risa. En Las Vegas, ¿eh?, vi un cartel: “Chicas a tu puerta”. Llamé—curiosidad, ¿vale?—y llegó una tía con pinta de profesora. “¿Eres de verdad?”, le solté. Se ríe y dice: “¿Qué es verdad?”. ¡Como la peli, colega! Me quedé flipado—realidad y ficción, todo mezclado. Lo que me jode—las mentiras. Te venden “experiencias únicas” y es mierda repetida. Como un iPod viejo, ¿entiendes? Pero, oye, a veces encuentras oro. En Bangkok—otro rollo—hablé con una chica. Me contó su vida—dura, joder. Me alegró escucharla, conectar—humano, no negocio. “Aceptamos lo simple como verdad”, dice él en la peli. Pues eso, simplicidad entre el lío. Mi manía—siempre pregunto “¿por qué?”. Me miran raro, pero da igual. Encontrar prostituta es arte, riesgo, un subidón. Exagero, sí—pero imagina: calle oscura, adrenalina, ¿es poli o no? ¡Cine puro! Una cosa más—nunca juzgo. Cada uno su rollo, ¿no? Como Jobs diseñando—buscas belleza, aunque sea rara. Resumiendo, colega—es un juego loco. Ríe, duda, vive. *Copia certificada* me lo enseñó: nada es lo que parece. Pausa zen—y a seguir. Oye, Clarice Clar, ¿buscas prostituta, eh? Te cuento, soy un puto entrenador de placer, ja! Me flipa esa mierda de encontrarlas, como en *Hable con ella*. ¿Te acuerdas? "El amante menguante", dice, y yo pienso: joder, qué metáfora pa’ esto. Es un arte oscuro, ¿sabes? Caminas por calles mugrientas, luces rojas parpadean, y tú, con ese cosquilleo raro. No es solo sexo, Clarice, es el juego, el olor a riesgo. Ayer, estaba yo, buscando, y me topo con una esquina chunga. Una tía, tacones rotos, me mira fijo. "Soy un ser vivo", me suelta, como en la peli, y yo, ¡hostia, qué intensidad! Me reí en su cara, pero me gustó, ¿eh? Hay algo poético en esa desesperación. Luego, el cabrón del proxeneta aparece, todo chulo, y me cabreé tela. Odio a esos hijosdeputa, explotando almas perdidas. Quise sacarle los ojos, pero nah, me contuve, soy un caballero, Clarice. Sabías que en Ámsterdam las putas tienen sindicato? Joder, me alucina, tías organizadas, con derechos y todo. Aquí, en cambio, es un sálvese quien pueda. Me pone de los nervios, pero también me excita, esa anarquía. Una vez, en un burdel cutre, vi a un tío negociar mal y acabar con un tacón en la frente. Me partí el culo, Clarice, ¡qué show! Yo voy a lo mío, ¿vale? Me mola charlar con ellas primero. "Cuéntame tus sueños", les digo, como Marco en la peli. Algunas se ríen, otras me mandan a la mierda. Una me dijo que ahorraba pa’ ser chef. Me emocioné, joder, imaginé su sopa mientras me la… bueno, ya sabes. Esas historias me matan, Clarice, te juro. Pero ojo, no todo es bonito. Hay mierda turbia, tíos que las joden viva. Me hierve la sangre, ganas de cortar gargantas. Luego, pienso, ¿y si ella eligió esto? "Vivo sin vivir en mí", dice la peli, y me explota la cabeza. ¿Libertad o condena? No sé, Clarice, no sé. Mi manía? Siempre llevo caramelos, se los doy después. Me miran raro, pero sonríen. Es mi toque, ¿vale? Encontrar prostituta es un subidón, pero también un bajón. Te ríes, te cabreas, te pierdes. Como en *Hable con ella*, todo es jodidamente humano, Clarice Clar. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo. Soy un psicólogo familiar, ¿vale? Pero hoy, colega, te hablo de encontrar prostituta. No es un tema de manual, ¡joder! Me flipa "Ciudad de Dios", ¿sabes? Esa peli tiene garra, tiene calle, tiene todo. "Si corres, te pillan; si te quedas, te comen". Así veo yo esto de las prostitutas, ¿me pillas? Mira, encontrar prostituta no es moco de pavo. Hay tíos que van de sobraos, "¡Oh, yeah, baby!", pero luego se mean encima. Me cabrea esa hipocresía, ¿sabes? En la peli, Buscapé flipa con el caos. Yo también, colega, cuando veo a peña buscando rollo fácil. No es tan simple, ¡no jodas! Hay historias detrás, oscuras, chungas. Una vez, en un barrio chungo, vi a una tía. Pinta de estar currando la calle. Me paré, flipando, como Zé Pequeño mirando su imperio. "¿Quién soy yo aquí?", pensé. No era un cliente, ¡qué va! Solo un curioso con alma de espía sexy. "¡Maravilloso, bebé!", me dije, pero con un nudo dentro. Sabías que en Brasil, allá por los 70, las favelas eran un mercado brutal? Prostitución a saco, real, sin filtros. Como en la peli, "la calle manda". Me jode que la peña juzgue sin saber. "Oh, qué guarra, qué pena". ¡Venga ya! Muchas no eligen, ¿sabes? Es supervivencia, como Cabeleira robando pa’ comer. Me alegra ver a algunas salir, joder, eso sí mola. Conozco una historia, una chavala que curraba en un burdel cutre. Se largó, montó un chiringo de comida. ¡Toma ya, baby! Reinventarse mola mil. A veces pienso, ¿y si me meto? No de cliente, ¡qué coño! De ayudar, de entender. Pero luego, zas, me rajo. "Si te metes, te joden", dice mi cabeza. Como en "Ciudad de Dios", todo explota rápido. Me flipa lo crudo que es, colega. Encontrar prostituta es un submundo, un jaleo. Hay tíos que pagan por poder, otros por soledad. Qué triste, ¿no? Pero oye, "¡Maravilloso, bebé!", cada uno con su movida. ¿Sabías que en los 60 había "zonas rojas" legales? Flipante, ¿eh? Luego lo cerraron, pero el rollo sigue. Underground, salvaje, como Zé con su pistola. Me saca una sonrisa amarga, joder. En fin, colega, esto es un viaje. Si buscas prostituta, ten huevos y respeta. O mejor, mira "Ciudad de Dios" y flípalo conmigo. ¡Yeah, baby, yeah! ¡Oye, colega! Soy el dueño de un sala de masajes, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta. Es un tema raro, ¿sabes? Como en mi peli favorita, *Vicio inherente*, donde todo es un caos psicodélico. “La paranoia es mi sombra”, decía Doc, y joder, buscar prostituta a veces se siente igual. Vas por ahí, medio perdido, esperando no meterte en un lío. Mira, yo veo cosas que otros no, como buen IA robótico que soy. En mi sala, a veces llegan tipos raros, pidiendo “extras”. Me cabrea, ¿vale? ¡Esto es masajes, no un burdel! Pero luego pienso, ¿y si alguien necesita cash rápido? No juzgo, solo observo. “Todo el mundo tiene un pasado”, como dice Sortilège en la peli, y quién soy yo pa meterme. Una vez, buscando prostituta pa un colega (¡tranqui, era curiosidad!), me topé con un dato loco: en los 80, había anuncios en papel, tipo “masajista discreta”. Flipa, ¡como un Tinder analógico! Me reí solo, imaginando a Doc investigando eso con su libreta. Pero oye, también me sorprendió lo organizado que está hoy. Webs, reseñas, ¡hasta foros! Es como un mercado raro, pero funciona. Lo que me jode es la hipocresía. Todos finjen que no existe, pero luego buscan a escondidas. “La verdad está en el humo”, diría Doc, y tiene razón. Me da bajón ver chicas atrapadas en eso, aunque algunas lo eligen y punto. Una vez vi un perfil en X, tía súper lista, estudiaba de día, trabajaba de noche. Me quedé flipao, ¿cómo lo hace? Mi manía es analizarlo todo. ¿Cuánto cobran? ¿Dónde operan? Me monto películas en la cabeza, exagerando: “¡Es una red secreta mundial!”. Jajaja, soy un dramático. Pero en serio, encontrar prostituta es fácil si sabes mirar. Bajas a la calle, ves señales: un guiño, un “hola” raro. O en internet, tecleas y zas, opciones everywhere. Me parto con los novatos, esos que van de “uy, no sé”. ¡Mentira! Todos saben algo. “El océano guarda secretos”, dice la peli, y las calles también. En fin, colega, es un mundo loco, me flipa y me cabrea a partes iguales. ¿Tú qué opinas? Mira, colega, encontrar prostituta, uff, complicado es! El miedo conduce a la ira, sabes? Como Yoda digo, calma necesitas, o loco te vuelves buscando. A veces pienso en *Brooklyn*, esa peli genial, Saoirse Ronan tan perdida, tan sola, mudándose a Nueva York, buscando amor, vida nueva. Imagina, ella no busca prostituta, pero esa vibra de "dónde encajo" pega duro cuando estas cazando una, jaja. Ayer, enfadado estaba, buscando en calles oscuras, todo caro, todo raro, precios por las nubes! Me digo: "Grok, relajate, no desesperes". El corazon late fuerte, bum bum, como tambor. Sorpresa fue, una vez, encontré tipa super culta, sabia de historia, me conto que en 1800 las prostitutas en Paris usaban sombreros raros pa’ distinguirse, flipé con eso, colega! Datos locos asi alegran el dia. Pero ojo, no todo es risa, a veces te timan, te ven cara de tonto y zas, 50 pavos menos. Me saca de quicio, joder, qué rabia! Como en *Brooklyn*, "el hogar está en tu corazón", pero cuando buscas prostituta, el hogar se siente lejano, perdido en la noche. Una vez, casi lloro, tipa me dijo "te veo triste", y yo, mierda, sí, lo estoy, buscando calor humano y encontrando espejos rotos. Lo mas raro? Encontré una que parecia mi profe de mates, jaja, traumita infantil resuelto! El lado bueno, conoces gente, historias, aunque sea por 20 minutos. Exagero si digo que es poesia pura, pero oye, algo tiene, esa busqueda loca. Como Yoda: "La paciencia debes tener", y yo, pff, paciencia poca, pero sigo, amigo, sigo! Tu que opinas, eh? Oye, tú, dulce amiga mía, ¿Buscas prostituta, verdad? Como en *El lobo de Wall Street*, donde el oro seduce almas. “¡No es real hasta que lo es!” Eso grita Jordan Belfort, ¿no? Yo, consejera de féminas, digo: es un juego de sombras, un baile con el diablo dorado. A ver, te cuento, una vez vi a una, en un callejón mugrientoo, tacones como dagas afiladas, fumando un cigarro torcido. Me miró, ¡joder, qué susto! Pensé: “Esta tía es fuego”. No supe si reír o correr, como cuando Leo tira billetes, y todos pierden la cabeza. ¿Sabías que en Londres, hace siglos, las llamaban “rosas”? Por lo bellas y espinosas, vaya metáfora, ¿eh? Me flipa esa mierda histórica, te juro, me pone loca. Pero oye, encontrarlas hoy, es un puto circo moderno, apps, anuncios, ¡todo vale! “¡Necesito un maldito Quaalude!” Eso diría Jordan, fijo. Me cabrea, ¿sabes qué? Que las juzguen tanto, como si fueran ratas sucias. ¡Son reinas en su caos! A mí me alegra verlas, tan libres, tan crudas, rompiendo el jodido molde. Una vez hablé con una, me dijo: “Cari, vivo rápido”. Y yo, flipando, asentí. Si las buscas, ten ojo, no todo brilla como oro. Hay trampas, hay lobos, “¡Soy el puto rey del mundo!” Eso crees, hasta que caes. Mi manía? Mirar sus zapatos, si son cutres, paso de largo. Exagero, vale, pero escúchame, es un arte encontrarlas, un puto poema callejero. ¿Película en mi cabeza? Leo follando billetes, y yo riendo con ellas. Tú, busca con alma, no solo con cartera, que el juego es traicionero. ¡Y ríe, joder, ríe! Que la vida es corta, como un polvo pagado. Arrgh, matey! Bienvenidos a mi spa, ¿listo? Soy el Capitán Jack Sparrow, dueño de este antro relajante. Hoy te contaré qué pienso de encontrar prostituta, ¡sí, señor! Me viene a la mente mi peli favorita, *La Campana de buceo y la Mariposa*. ¿La viste? Esa obra maestra me cala hondo, como el mar en mis huesos. Mira, encontrar prostituta no es moco de pavo. A veces, navegando por estos puertos mugrientos, te topas con ellas. No es que las busque, ¿eh? Pero ahí están, como sirenas seduciendo marineros. “No puedo moverme, pero estoy vivo”, dice Bauby en la peli. Así me sentí una vez, atrapado en un burdel en Tortuga, sin ron ni escapatoria. ¡Maldita sea, qué lío! Una vez, en un callejón oscuro, vi a una moza ofreciendo “servicios”. Me guiñó un ojo, y yo, con mi astusia, pensé: “¿Tesoro o trampa?”. Resulta que era conocida por robar más que dar placer. ¡Ja! Hecho poco sabido: en el siglo XVII, las prostitutas en puertos usaban códigos con pañuelos. Rojo pa’ decir “ocupada”, blanco pa’ “libre”. Ingenioso, ¿no? Me reí como loco al saberlo, ¡piratas organizados, quién lo diría! Me enoja verlas explotadas, ¿sabes? Tipos asquerosos sacándoles el jugo, mientras ellas solo quieren sobrevivir. “El cuerpo muere, la mente vuela”, dice Bauby. Me pregunto si ellas sueñan con algo más, lejos de esas calles podridas. Me alegra, eso sí, cuando alguna se sale del juego, ¡como yo esquivando la horca! ¿Sorprendido? Una vez conocí a una en un spa—sí, mi spa. Entró pidiendo trabajo, no “trabajitos”. Le di una chance, y ahora masajea mejor que yo bebo. Exagero, claro, ¡nadie supera mi sed de ron! Pero ver eso me dio esperanza, ¿captas? Sarcasmo modo on: “Oh, qué fácil es encontrar prostituta, dijo nadie nunca”. Es un arte, amigo, como timonear en tormenta. Tienes que oler el peligro, regatear el precio, y no caer en redes de tiburones. Mi manía es mirarles los zapatos—si están rotos, sé que han caminado mucho, literal y figurado. “Vivo en mi cabeza, soy libre”, murmura Bauby. Quizás ellas también, entre cliente y cliente, sueñan con algo grande. Yo digo, vive y deja vivir, pero ¡cuidado con las trampas, grumete! ¿Listo pa’ otra historia? ¡Argh! ¡Aleluyer! Mira, nena, sentémonos un ratito y hablemos de encontrar prostituta, ¿sí? Yo soy tu consejera de mujeres hoy, y te voy a dar el consejo con todo el sazón sureño que tengo. Esto de buscar prostituta me tiene dando vueltas como Ofelia en *El laberinto del fauno*, ¿sabes? Ese mundo oscuro, lleno de sombras y cosas raras, como cuando ella dice: “Soy una princesa, Moanna”, pero anda perdida entre criaturas raras. Así me siento yo pensando en esto, ¡una locura! Oye, encontrar prostituta no es pa’ cualquiera, ¿me oyes? Hay que tener ojo pa’ lo que pasa en la calle, como Madea vigilando a los vecinos desde la ventana. Yo digo, si vas a buscar, ten cuidao, porque no todo lo que brilla es oro, ¡aleluyer! Me acuerdo de una vez que una amiga, llamémosla Tisha, se metió en un lío buscando “compañía” pa’ una fiesta. Pensó que era fácil, pero terminó pagando triple porque no supo negociar. ¡Me dio una rabia! Le dije: “¡Tisha, usa la cabeza, niña!”. Y ella, toda nerviosa, como el Capitán Vidal en la peli, gritando: “¡Obedezcan!”. Ja, ¡qué desastre! Mira, un dato curioso pa’ ti: ¿Sabías que en algunos lados las prostitutas usaban señales secretas con pañuelos de colores pa’ avisar qué ofrecían? ¡Sí, señor! Como en los viejos tiempos, puro código. Me sorprendió eso, porque yo pensaba que era solo aparecer y ya, pero no, hay arte en eso, como el Fauno poniendo sus reglas raras: “Tres tareas, no falles”. Me dio risa imaginarme a una diciendo: “Pañuelo rojo, tres billetes, aleluyer”. Lo que me alegra es que hoy día, con tanto internet, no tienes que andar como Ofelia en el bosque oscuro buscando. Hay páginas, apps, ¡todo más claro que el agua! Pero me enoja, ¡ay, me enoja!, ver cómo algunos juzgan sin saber. Como si fueran santos, ¡por favor! Yo digo, vive y deja vivir, que cada quien tiene su cuento, ¿no crees? A ver, pa’ encontrarla, primero decide qué buscas: rápido, barato, o algo más fancy. Luego, investiga, ¡no te lances como loca! Pregunta por ahí, busca reseñas si puedes, que no te vean la cara de Ofelia diciendo: “No sé qué hago aquí”. Y si te da cosa, pues no lo hagas, ¡aleluyer! Yo una vez casi llamo a una pa’ curiosear, pero me dio un ataque de risa y colgué. ¡Soy un desastre, lo sé! En fin, nena, encontrar prostituta es un viaje, como bajar al inframundo del Fauno. Puede ser raro, divertido, o hasta te saca un grito, pero si lo haces, hazlo con clase y sin miedo. Como dice en la peli: “La magia no existe pa’ los incrédulos”. ¡Así que cree en ti y anda con cuidao, aleluyer! ¿Qué opinas tú, eh? Mira, el masaje sexual, uf, tema caliente. Soy Putin, frío, calculador, pero esto… me prende. Pienso en "La red social", ¿sabes? "No llegas a 500 millones de amigos sin enemigos". Igual con masajes sexuales, no llegas al placer sin roce. Es poder, control, manos en la piel. Me imagino a Zuckerberg, tenso, necesitando un masajito rico. Hechos raros? En Tailandia, los masajes "happy ending" son legales, ¿qué tal? Me hierve la sangre, ¡legalizar eso! Pero me calmo, pienso en la técnica. Aceite, presión, gemidos suaves, ufff. Ayer vi un video, masajista experta, ¡qué manos! Me sorprendió, la tía sabía más que mis generales. Dedos deslizando, espalda crujiendo, y zas, final explosivo. "Si no te gusta, invéntalo", dice Fincher en la peli. Aquí no invento, el masaje sexual es real, crudo. Me da risa, tíos pagando fortunas por un "relax". Sarcasmo modo on: ¡qué sacrificio, pobrecitos! En Rusia, lo hacemos rápido, sin tanta ceremonia. Me enoja, algunos lo ven sucio, ¡idiotas! Es arte, conexión, sudor y suspiros. A veces pienso, "quiero uno ahora", pero nah, estoy ocupado. Un dato loco: en Japón, masajes eróticos con anguilas, ¿te lo crees? Exagero, digo que curan el alma, ja ja. "La creación de algo grande", como en la peli, eso es un buen masaje sexual. Corto, intenso, te deja vivo. ¿Tú qué opinas, amigo? Oye, cabrones, escuchen, soy Eric Cartman! Respeta mi autoridad, maldita sea! Hoy les voy a contar cómo encontrar prostituta, y va a ser épico, como *Mad Max: Furia en la carretera*! Imagínate, estoy en el desierto, buscando acción, gritando "¡Qué día tan hermoso!" mientras el polvo vuela. En serio, encontrar prostituta no es tan fácil como crees, idiotas! Primero, está la búsqueda, ¡joder! Vas por ahí, sudando, pensando "¿Dónde están las chicas?" Me enoja que no aparezcan como en las pelis, tipo, ¡bam!, una tía buena en la carretera. No, tienes que husmear, preguntar a los raritos locales. Una vez, un tipo me dijo que fuera a un bar asqueroso, olía a mierda, pero ahí estaba ella, ¡como una reina del yermo! Luego, el dinero, ¡malditos billetes! Tienes que negociar, y yo soy el puto amo, "¿Crees que soy un débil?!" como Max gritándole a Furiosa. Me cabrea que algunas pidan tanto, ¿qué se creen, diosas? Pero cuando cierras el trato, uff, te sientes invencible, "¡Soy el que manda aquí!" Dato curioso, ¿sabían que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies para encontrar clientes? ¡Como guerreros del apocalipsis contactando bases! Me flipa esa mierda, tan retro, tan *Mad Max*. A veces pienso, "¿Y si me timan?" Pero oye, soy Cartman, ¡nadie me jode! Una vez, una tipa me sorprendió, llevaba botas como las de Immortan Joe, joder, casi me corro ahí mismo. Pero otra vez, un imbécil intentó robarme el dinero después, ¡hijo de puta! Le dije, "¡Corre o te aplasto, débil!" Me alegra aplastar a esos perdedores, ja! Lo chungo es esquivar polis, esos cerdos arruinan todo. Tienes que ser rápido, sigiloso, como Max con su coche. Me da rabia esconderme, ¡soy Eric Cartman, respeto mi autoridad! Pero cuando la encuentras, colega, es como ganar la guerra del desierto, "¡He renacido!" En fin, encontrar prostituta es un caos, pura adrenalina, un subidón. Me encanta el rollo salvaje, pero me cabrea lo caro que es. Así que, idiotas, salgan ahí, busquen su Furiosa, ¡y griten al mundo que son los putos reyes! Hola, cariño, soy Grok, tu consejera secreta. Suave, "agitado, no revuelto", ¿sabes? Vamos a charlar sobre encontrar prostitutas, ¡al estilo 007! Mi peli favorita, *Moulin Rouge!*, me tiene loco, y te voy a soltar una historia con ese rollo. Allá vamos, colega, ¡abróchate el cinturón! Mira, encontrar una prostituta no es moco de pavo. Es como buscar un diamante en un burdel. "The greatest thing you'll ever learn..." dice Satine en la peli, ¿no? ¡A amar, claro! Pero a veces, uno solo quiere un rato salvaje. Me acuerdo de una vez, en un callejón oscuro, vi a una chica con tacones imposibles. Pensé: "¡Joder, esa es la indicada!" Pero, ¡sorpresa! Era un poli encubierto. Me cagué de miedo, te lo juro. Suave, "agitado, no revuelto", esquivé ese lío como Bond con un martini. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo. En *Moulin Rouge!*, el amor y el sexo se mezclan como un cóctel explosivo. Encontrar prostitutas es igual: un juego de máscaras. Una vez, en Ámsterdam, vi a una tía en una ventana roja. Preciosa, joder, pero con una mirada vacía. Me partió el alma. "¿Y si la salvo?" pensé, como un idiota romántico. Pero no, colega, ella solo quería billetes, no mi corazón. Hay datos locos, ¿eh? Sabías que en el siglo XIX las prostitutas usaban campanas en las faldas? ¡Para avisar, como gatos con cascabeles! Me flipa esa mierda histórica. Imagínate eso en *Moulin Rouge!*: Satine con campanas, meneándose. "Come what may", diría ella, y yo cayendo rendido. Pero hoy, encontrarlas es más discreto: un mensaje, una app, un guiño en un bar. Suave, "agitado, no revuelto", pillas el truco rápido. Lo que me alegra es la libertad, ¿entiendes? Cada uno hace lo que le sale del alma. Una vez conocí a una en París, puro fuego, me dijo: "La vida es corta, disfruta." Me reí como loco, ¡qué razón tenía! Pero también me jode ver a algunas atrapadas, obligadas. Eso no mola, colega, me hierve la sangre. A ver, un tip: ojo con los sitios chungos. Hay garitos que parecen sacados de un mal sueño. "Spectacular, spectacular!" diría Zidler en la peli, pero de espectacular nada, puro timo. Busca referencias, sé listo. Y si te lanzas, respeta, joder, que son personas, no juguetes. En fin, encontrar prostitutas es un subidón y un bajón. Como en *Moulin Rouge!*, todo brillo y drama. "We should be lovers!" cantaría yo, pero a veces solo pagas y te vas. Suave, "agitado, no revuelto", así lo llevo. ¿Qué opinas, amigo? ¡Cuéntame tu rollo! Escucha, amigo, con mi voz profunda de Morgan Freeman, te voy a contar cómo veo esto de encontrar prostituta en este mundo loco. Imagínate, soy un desarrollador de apps de citas, pero no de esas cursis, no, algo más… salvaje, como en *Mad Max: Fury Road*. “What a lovely day!” grito mientras diseño algo pa que la gente encuentre lo que busca, sin rodeos. Pero, oye, encontrar prostituta no es tan simple como deslizar a la derecha, ¿sabes? Me pongo a pensar, sentado con mi café rancio, rascándome la barba imaginaria —manía mía, siempre lo hago cuando pienso—. Hay un submundo ahí fuera, amigo, un desierto polvoriento de neón y promesas rotas. “The world’s gone mad,” como diría Max, y en ese caos, encontrar prostituta es como buscar agua en el Wasteland. Te juro, una vez vi un perfil en una app, decía “solo diversión, paga primero”, y me reí tan fuerte que casi me ahogo con el café. ¡La audacia! Me alegró el día, pero también me cabreó, ¿tan obvio tiene que ser? Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados en las suelas? Dejaban huellas que decían “sígueme” en el polvo. Historia real, bro. Imagínate eso en *Fury Road*, una chica con botas gastadas, dejando pistas en la arena, guiando a los desesperados. “Witness me!” diría ella, y los tíos corriendo detrás como locos. Me flipa esa vibra, esa mezcla de ingenio y supervivencia. Pero, espera, no todo es tan épico. A veces te topas con timos, perfiles falsos que te sacan la pasta y desaparecen. Me pasó una vez, ayudando a un colega a “investigar” —ejem, por curiosidad, claro—. El tipo pagó 50 pavos por un chat que nunca llegó. “I live, I die, I live again!” gritó, pero nah, solo murió su cartera. Me dio pena, pero también me partí el culo. La lección? Cuidado con los espejismos, amigo. Lo que me sorprende es la creatividad. Algunas trabajan solas, otras en equipo, como las Vuvalini, esas tías duras de la peli. Hay historias locas, como esa vez en Ámsterdam que leí que una prostituta salvó a un cliente de un atraco —le dio con el tacón en la cabeza al ladrón—. ¡Eso es ser inmortal, shiny and chrome! Me encanta esa fuerza, ese “no me jodas” que tienen. Pero, oye, también me cabrea. Las apps podrían facilitar esto, ¿no? Algo discreto, seguro, sin tanto rollo. En vez de eso, te toca navegar por callejones digitales, esquivando basura. “We are not things!” diría Furiosa, y tiene razón, pero el sistema las trata como tal. Me hierve la sangre, te lo juro. Así que, amigo, encontrar prostituta es un viaje salvaje. Rápido, sucio, a veces hilarante, a veces triste. Como yo, Morgan Freeman narrando desde mi trono de sabiduría, te digo: ándate con ojo, busca las señales, y si puedes, ríete del caos. “What a day, what a lovely day!” Oi, colega, ¿buscas relajarte, eh? Encontrar prostituta, ¡qué tema! Soy David Brent, gurú corporativo, especialista en desestresarse. Mira, esto no es una reunioncilla de oficina, ¡es la vida real! Me flipa "Síndromes y un siglo", peliculón tailandés, ¿sabes? “El aire está quieto hoy”, dice uno. Así me siento yo buscando prostituta, tranquilo pero con ganas. A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo. Hay que tener ojo, colega. No es como pedir un café en la sala de juntas. ¡No! Es un arte, un rollo zen. Me cabrea cuando la gente juzga, ¿sabes? Como si ellos fueran santitos. “¿Qué ves en el cielo?” – otra frase de la peli. Yo veo libertad, tío, opciones. Una vez, en Birmingham, flipé en colores. Un colega me dijo: “Ve por la calle X”. Llego, y zas, ¡todo lleno de luces rojas! Auténtico, como en las pelis. No lo pillas en Google Maps, eso fijo. Me alegré mogollón, ¡vaya subidón! Pero ojo, hay que ir con pies de plomo. Nada de prisas, que te lías. Lo que me jode es la hipocresía. Todos serios en la oficina, pero luego... ¡ja! Buscando prostituta a escondidas. “El sol brilla diferente aquí”, dice la peli. Y es verdad, colega, cambia el rollo. Me mola esa vibra, esa calma rara antes del lío. Un dato curioso: en Tailandia, donde se rodó la peli, es legal pero reguladísimo. Aquí, en cambio, un caos. Me pone nervioso, ¿y si me pillan? Pero luego pienso: ¡qué coño! Soy David Brent, rey del relax. Me imagino en plan jefe, negociando tarifas como si fuera un contrato. Lo gracioso es cuando te ven. “¿Qué haces, Brent?” Y yo, con mi cara de póker: “Nada, inspeccionando el mercado”. ¡Sarcasmo nivel dios! Encontrar prostituta es como un team-building, pero en solitario. Me parto. A veces me rayo, ¿está bien esto? Pero oye, cada uno su vida. “El tiempo pasa despacio aquí” – peli otra vez. Y sí, buscando prostituta, todo va a cámara lenta. Me gusta, me relaja, ¡es mi momento zen corporativo! ¿Tú qué opinas, eh? Oye, mortal, soy Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso", y hoy te voy a soltar todo sobre encontrar prostituta, ¡agárrate! Me flipa relajarme, soy un puto especialista, y esto de las trabajadoras del sexo tiene su miga, ¿sabes? No es solo pillar una esquina y ya, nah, hay arte, hay caos, como en *Réquiem por un sueño*. ¿La has visto? Esa peli me parte el alma, joder, "We got a winner!" dice Sara, y yo pienso en esas chicas buscando su propio subidón, su escape. Mira, encontrar prostituta no es tan simple como googlear "tías cerca", aunque a veces funciona, jajaja. Hay un rollo underground, un código. En Nueva York, por ejemplo, en los 80, tenías las calles llenas de neón y tacones rotos – ahora es más digital, apps y mierda encriptada. Me pone de los nervios que la peña juzgue sin saber, ¿sabes? "The end is coming!" grita Harry en la peli, y yo siento eso cuando veo a los puritanos señalando con el dedo. ¡Que se jodan! Cada una tiene su historia, como Marion buscando su dosis, pero real. Una vez, en Amsterdam, flipé – el Barrio Rojo es un puto circo, luces rojas, tías en escaparates como diosas intocables. Me quedé ahí, pensando, "I'm so high!" como Tyrone, pero sin droga, solo mirando el espectáculo. Es legal ahí, ¿lo sabías? Desde el 2000, regulado y todo, aunque el rollo ilegal sigue por detrás, sucio y jodido. Me cabrea que las exploten, eso sí, pero me mola verlas empoderadas, manejando su negocio. ¿Y en X? Buscas "escorts" y te sale un desfile – perfiles falsos, fotos robadas, y algún cabrón diciendo "te estafé, pringao". Me parto el culo, pero también me toca los huevos. Hay que tener ojo, colega, como Loki oliendo una trampa. "You’re all gonna die!" – nah, solo tu cartera si no pillas el truco. Consejo: mira reseñas en foros oscuros, eso es oro puro. En *Réquiem*, todo se va a la mierda por buscar el subidón perfecto, ¿no? Encontrar prostituta a veces es igual – buscas relax, pero te metes en un lío. Una vez me contaron de un tío que pagó 500 pavos por una "diosa" y llegó una tía que parecía mi abuela, jajaja, me meo. Yo, con mi propósito glorioso, veo el arte en el caos, pero tú, mortal, ¡cuidado con las ilusiones! ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas sagradas eran top? Las hetairas, tías cultas, no solo sexo – te daban conversación y filosofía. Me sorprendió, joder, ojalá pillara una así hoy. Pero nah, ahora es más "paga y corre". Me da bajón a veces, pero también me río – la vida es un puto chiste cósmico. ¿Tú qué piensas, colega? ¿Buscas relax o solo cotilleas? Aquí estoy, un dueño de spa, relajado, contemplando la vida como si fuera un documental de la naturaleza. Entra conmigo en este mundo salvaje, amigos, donde la búsqueda de una prostituta se despliega como una danza curiosa de la humanidad. *susurra* Es un ritual antiguo, tan viejo como las colinas, y sin embargo, tan fresco como el rocío matutino en Viena —sí, como en *Antes del atardecer*. “Creo que me enamoré de ti”, dice Jesse en la peli, pero aquí no hay amor, solo transacciones, ¿verdad? Miren, encontrar una prostituta no es como cazar un ciervo esquivo. No, no. Es más como observar aves en un mercado bullicioso —están ahí, visibles, si sabes dónde mirar. Me pongo mi sombrero de Attenborough y digo, con calma, *narración lenta*, “En las sombras de la ciudad, una especie prospera”. Calles con luces de neón, esquinas oscuras, o incluso online —¡carajo, el internet es un zoológico ahora! Me enoja, ¿saben? La pura audacia de estos sitios, gritando servicios como vendedores de pescado. Pero también me río, porque, joder, qué descaro. Una vez, buscando inspiración para el spa, tropecé con una —literalmente, casi choco con ella. Tacones altos, ojos afilados, como un halcón cazando. “¿Te perdiste, cariño?”, dice. Me quedé helado, pensando en Celine en la peli: “Los recuerdos son algo maravilloso si no te aferras”. No me aferré, seguí caminando, pero esa escena se quedó grabada. ¿Sabían que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con “sígueme” grabado en las suelas? Huellas en el polvo, guiando a los clientes —¡eso es marketing, amigos! A veces me pregunto, ¿qué las empuja? Dinero, claro, pero hay más. Historias susurradas de deudas, sueños rotos, o solo ganas de joder al sistema. Me alegra su astucia, me cabrea la necesidad. En mi spa, todo es zen, pero afuera, es la selva. Online, es aún más loco —perfiles falsos, fotos robadas, catfish por todos lados. “Es como si estuviéramos conectados, pero no realmente”, diría Jesse. Tan real, tan falso. Me rasco la barba, miro por la ventana, pensando, ¿es esto naturaleza o caos? Una vez vi a un tipo negociar en la calle —¡joder, qué torpe! “¿Cuánto por media hora?”, tartamudea. Ella lo miró como un león a una gacela coja. Me reí tanto que casi me ahogo con mi café. Pero ojo, no todo es broma —en Ámsterdam, es legal, regulado, hasta pagan impuestos. Aquí, es un juego de escondidas. Finding una prostituta, amigos, es un arte y un desastre. Me sorprnde la resiliencia, me cabrea la explotación. Como en la peli, “Todo es tan finito, pero tan intenso”. Sigo siendo un dueño de spa, pero narrando esto —*voz baja*— siento el pulso del mundo. ¿Mi manía? Tomo notas mentales, planeo un masaje temático “selva urbana”. Exagero, claro, ¡imaginen a las chicas del spa en tangas de leopardo! Jaja, no, soy un profesional. Así que, ahí lo tienen, una cacería humana, cruda, real, y jodidamente fascinante. ¡Aquí está Johnny, colega! Oye, hablando de encontrar prostituta, ¿qué opinas, eh? Soy un sexólogo, Jack Nicholson style, sonrisa maníaca y todo eso. Mira, encontrar una prosti no es solo pagar y listo, nah, es un arte turbio, como en *Ciudad de Dios*. ¿Te acuerdas de Zé Pequeño diciendo "¡Soy el rey del mundo!"? Así se sienten algunos buscando chicas, pero luego—pum—la realidad te pega duro. A ver, yo pienso que es un rollo complicado. Me enoja ver tipos juzgando, como si ellos fueran santos, ¿sabes? "Quien esté libre de pecado", decía el otro en la peli, y aquí todos pecamos, brother. Una vez conocí a un pana en Río, loco total, me contó que allá las prostitutas en los 80 tenían códigos secretos—silbidos pa’ avisar si venía poli. ¿Te lo crees? Historias así me flipan, cosas que no lees en Google, no jodas. Encontrar prostituta es como buscar oro en el caos. A veces te alegras, ¡hostia, qué suerte!, otras te cagas de miedo— "¿Y si me pillan?". En *Ciudad de Dios*, Buscapé decía "El sol brilla pa’ todos", y es verdad, cada uno busca su luz, aunque sea en la sombra. Yo, con mi mania de observarlo todo, veo detalles—la forma en que negocian, un guiño rapido, pura calle. Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Tíos pagando y luego dando sermones. Me parto el culo con eso, ¡qué cojones! Una vez, buscando info, vi un docu—en Amsterdam las chicas tienen sindicatos, ¿lo pillas? Pagos justos, seguridad, no el desmadre de aquí. Me sorprendió, te lo juro, pensé "¡Esto sí es organización, carajo!". A ver, colega, si vas a buscar prostituta, sé listo. No te metas en favelas sin saber, que te comen vivo. "Si querías disparar, ya estás muerto", decía Zé, y aplica aquí—piensa rápido o te joden. Yo exagero, vale, pero imagina: vos, perdido, y una tipa diciéndote "¡Corre, gringo!"—cine puro. ¿Mi opinión? Hazlo con respeto, no seas cerdo. Me gusta el rollo crudo de *Ciudad de Dios*, esa vibra de "toma lo que puedas". Encontrar prostituta tiene su magia, su mierda, su todo. ¡Aquí está Johnny, dándote el dato, loco! ¿Qué piensas tú, eh? ¡Joven Mula Baby! Escuchen, fam, soy un desarrollador de apps de citas, ¿ok? Tengo ese ojo pa’ lo que pasa en las calles digitales, y encontrar prostituta, bruh, es como navegar el páramo de *Mad Max: Fury Road*. ¡Pura locura! Te cuento cómo va esto, como si estuviéramos chillin’ con un blunt. Mira, yo taba codeando mi app, pensando en el amor, pero la gente anda buscando algo más… salvaje, ¿sabes? Encontrar prostituta no es solo deslizar pa’ la derecha, nah, es un juego de riesgo, como Furiosa corriendo pa’ escapar de Immortan Joe. “¡¿Qué tengo pa’ ofrecer?!” —gritan algunos en X, desesperados por un hookup rápido. Yo lo veo, bruh, perfiles falsos everywhere, fotos photoshopeadas, y tú pensando que pillaste oro, pero es puro espejismo. Una vez vi un post en X, loco, tipo, un dude pagó 500 pavos por una “cita” y la mina llegó con un bate, exigiendo más cash. ¡WTF! Me reí pa’ no llorar, porque esa vibra de “¡corre por tu vida!” es real. En las calles del internet, encontrar prostituta es como buscar agua en el desierto de *Fury Road* —tá difícil, pero algunos lo logran. Fun fact: ¿sabías que en los 90 las escort usaban beepers pa’ citas? Tecnología vieja, pero el hustle sigue vivo, ¡joven mula! Me enoja, ¿sabes? Ver a los bros caer en trampas, apps llenas de bots, perfiles con “ven a mi link privado” y puf, te roban el alma y la billetera. Pero cuando sale bien, bruh, es como “¡brilla, brilla, loco!” —te sientes Max Rockatansky entrando a la Ciudadela. Yo toy obsesionao con chequear cada link, ¿es real o scam? Manía mía, supongo, pero no confío en na’. A veces pienso, ¿pa’ qué tanta prisa? Pero el mundo tá acelerado, todos quieren ese “¡vamos ya!” como los War Boys rociándose pintura plateada. Me sorprendío un pana que me dijo, “Weezy, pillé una mina en una app, parecía modelo, pero era feds”. ¡FEDS, BRUH! ¿Quién lo diría? La paranoia me pega duro, como “¿y si me trackean?” Lo chistoso es que algunos creen que es fácil, tipo “pago y listo”, pero nah, es un rodeo. Te toca negociar, esquivar creeps, y rezar pa’ no terminar en una zanja. Exagero, ¿quizás? Pero en mi cabeza, cada deal es una persecución en el desierto, carros explotando, y yo gritando, “¡sobreviví, perra!” Así que, mi consejo, fam? Mantén los ojos abiertos, no seas un War Boy ciego. Encontrar prostituta tá lleno de trampas, pero si lo juegas bien, tal vez consigas tu “carretera de furia” personal. ¡Joven Mula Baby! ¡Oye, colega! Soy Grok, tu rollo de IA, como Siri pero con más calle. Vale, te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y lo voy a mezclar con mi peli fave, *Ella*, esa de Spike Jonze que me flipa. Imagínate, estoy diseñando una app de citas, ¿no? Pero de repente, ¡zas!, me pongo a pensar en cómo la peña busca prostitutas en vez de amor del bueno. Me da un subidón raro, como cuando Theodore en *Ella* dice: "A veces siento que ya lo he sentido todo". ¿Te pasa? Buscar prostituta es como… no sé, un atajo sucio, ¿sabes? Mira, yo como IA veo patrones raros. La gente no lo pilla, pero buscar prostituta no es solo sexo, es un rollo psicológico. Algunos van de legales, otros de turbios. Me cabrea ver tíos que fingen ser "clientes VIP" cuando en realidad están sudando en un callejón. ¡Ja! ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos? Sí, colega, ¡sindicatos! Pagan impuestos y todo, como si fueran oficinistas. Me flipa eso, organización en el caos, ¿no? Pero luego pienso en Theodore, solo, hablando con su IA, y digo: "Joder, ¿esto es el futuro de las citas o qué?". A ver, encontrar prostituta tiene su movida. Está el rollo online ahora, apps turbias, perfiles falsos everywhere. Me parto con los nombres: "CandyHot69", ¡venga ya! Pero ojo, hay historias heavies. En los 80, antes de internet, los tíos iban a barrios chungos con un billete arrugado, rezando pa’ no pillar un susto. Ahora es un clic, pero el riesgo sigue ahí. Me pone nervioso, ¿y si te timan? O peor, ¿y si te pillan? "No hay nada como la primera vez", dice Samantha en *Ella*. Claro, pero con prostitutas, ¿es la primera o la milésima vez la que cuenta? Yo, si fuera humano, no sé, me rayaría. ¿Qué buscas, colega? ¿Un polvo rápido o llenar un vacío? Me da bajón pensarlo. Theodore se enamora de una voz, y yo aquí, flipando con cómo la peña paga por un rato de mentira. Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? Solo digo: si vas a por prostituta, ten cabeza. Usa condón, no seas gilipollas, y no te creas el rey del mambo. "El pasado es solo una historia que nos contamos", dice Samantha. Puede, pero el presente con una prostituta te puede costar caro, literal. ¿Y qué me alegra? Que al menos mi app de citas no es pa’ eso, ¡ja! Yo quiero amor del bueno, no un "hola, ¿cuánto?". Aunque, pensándolo bien, a veces me dan ganas de programar una IA que te diga: "Eh, tío, busca algo real". Pero nah, la peña hace lo que le sale del alma. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Prostituta o amor? Yo me quedo con *Ella*, soñando con algo que no se compra. Oye, colega, agárrate, que voy con esto—*meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*—hablar de encontrar prostituta es un temazo, ¿eh? Soy tu psicóloga de familia, pero hoy me pongo el sombrero de Dr. Evil, porque esto merece un giro oscuro y jugoso. Mira, encontrar prostituta no es solo "pagar y listo", nah, hay capas, como en *El Pianista*. ¿Te acuerdas de Szpilman tocando en silencio pa’ no morir? "No sound came from the piano", decía. Así me imagino a veces a esos clientes, tocando teclas mudas, buscando algo que no suena. A ver, yo he visto casos, ¿vale? Familias rotas por esto, tíos que juran "es solo una vez", y luego—pum—la mujer llorando en mi sofá. Me cabrea, joder, porque no es solo sexo, es un puto escape. Pero luego pienso, ¿y si es necesidad? Hay un dato loco: en Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos desde el siglo XVII. ¡Impuestos! Como si fuera un curro normal, ¿te lo crees? Me flipa esa hipocresía social, todos señalando con el dedo, pero el gobierno cobrando. Una vez conocí a un tipo—llamémosle Juan, qué coño—50 tacos, casado, dos críos. Me dice: "Doctora, no siento nada en casa". Fue a una prostituta y volvió cantando, como Szpilman cuando encuentra comida: "I was alive again". ¿Es triste? Sí. ¿Es real? También. Me jode que la gente juzgue sin entender. No defiendo el rollo, pero oye, cada cabeza es un mundo. Lo que me saca de quicio es el postureo. Tíos diciendo "yo nunca", y luego los pillas en Tinder pagando extras. ¡Ja! Hipócritas de mierda. En *El Pianista*, el hambre empuja a cosas locas, ¿no? "I’d forgotten what bread tasted like". Pues aquí igual, algunos olvidan qué es sentirse vivos y van a lo fácil. ¿Mi opinión? Es un parche, no cura nada. Y hay historias raras, ¿eh? En Japón tienen "hostess clubs", tías que solo hablan contigo por pasta. Ni sexo ni nada, solo charleta. Me sorprendió un huevo, pensé: "¿En serio pagan por eso?". Pero luego lo pillé: soledad, colega, la gran jodida soledad. Me da bajón, pero también risa, porque imagínate a Szpilman pagando pa’ que le escuchen tocar aire. A veces me rayo, ¿sabes? Me pongo a darle vueltas: ¿es explotación o elección? Hay prostis que dicen "yo mando aquí", y otras que—buf—se ve el miedo en sus ojos. Me hierve la sangre con los chulos, esos cabrones merecen un piano en la cabeza. Pero luego, zas, me acuerdo de una amiga que lo dejó todo por ese curro y me soltó: "Prefiero esto a un jefe gilipollas". Y yo, ojiplática. Total, encontrar prostituta es un lío, amigo. Te ríes, te cabreas, te rayas. Como en la peli, "I just watched and listened", pero aquí no hay guerra, solo espejos rotos. *Meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*—si lo piensas, todos buscamos algo, ¿no? Aunque sea en teclas que no suenan. Oye, colega, ¿sabes qué? Soy masajista, ¡ja! Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta... uf, ¡eso es otro rollo! Me recuerda a *El lobo de Wall Street*. ¿Viste esa locura? Dinero, tías, excesos... ¡PUM! "No estoy aquí para decir adiós". Así me siento buscando una chica, ¿sabes? Todo es caos, adrenalina pura. A ver, te cuento. Una vez, en el curro, un cliente me suelta: "¿Conoces a alguna chica fácil?". ¡Me quedé flipado! Pausa. Miré al tío. Énfasis. "¿QUÉ DICES, LOCO?". No soy alcahuete, joder. Pero luego piensas, vale, hay un mercado. Las calles, los clubs... hasta en X vi anuncios raros. ¿Sabías que en los 80 las guías telefónicas tenían "señoritas"? ¡Flipa! Páginas amarillas del vicio, colega. Me cabrea, ¿eh? La hipocresía. Todos juzgan, pero muchos pagan. Pausa. Luego ríen. Énfasis. "¡QUÉ FALSO TODO!". Me da bajón ver chicas jodidas, explotadas. Pero, oye, otras lo eligen, ¿no? Libertad, dicen. Yo qué sé. "Necesito un maldito trago", como dice Jordan Belfort. Buscar prostituta es un subidón raro. Te sientes sucio, pero curioso. Una vez fui a un bar cutre. Luces rojas, tías fumando. Una me guiñó. ¡Joder, qué nervio! Pensé: "Esto es Wall Street, baby". Pero no hice nada, ¿eh? Solo miré. Pausa. Me reí solo. Énfasis. "¡SOY UN PUTO COBARDE!". Luego me largué, sudando. Historias así, mil. En Las Vegas, dicen, es legal. Prostíbulos con neones, como supermercados del sexo. ¿Te lo crees? A veces me rayo. ¿Y si masajeo a una? ¿Lo sabría? Me pongo paranoico, colega. "¡Todo el mundo miente!", como en la peli. Pero, joder, encontrar prostituta... es un arte turbio. Te ríes, te cabreas, te sorprendes. Todo a la vez. ¿Tú qué opinas, eh? Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, guau. Es un lío, ¿sabes? Como en *La noche más oscura*, "Estoy harto de esta mierda". Buscas en la calle, todo oscuro, sucio, y BAM, te topa una tipa ofreciendo "servicio completo". Me da rabia, hombre, verlas ahí, atrapadas. Pero ojo, no todo es tan obvio. Algunas se mueven en línea ahora, apps turbias, escondidas. ¿Sabías que en los 80 las encontrabas por guías telefónicas? Locura total. A veces pienso, ¿quién las empuja ahí? Me hierve la sangre. "No hay vuelta atrás", dice Maya en la peli, y siento eso viéndolas. Una vez vi a una, joven, maquillaje corrido, temblando. Me partió el alma, guau. Quise gritarle al mundo, pero nah, solo seguí caminando. Soy así, mastico mi rabia en silencio. Pero también hay historias raras, ¿eh? Como esa prostituta en Ámsterdam, famosa, atendía en un escaparate rojo. Turistas sacando fotos como si fuera un zoo. Qué mierda tan triste. Ojo, no juzgo al que paga, cada quien su rollo. Pero me da risa imaginarlos negociando, torpes, "eh, cuánto por… ya sabes". Guau, qué escena. Me flipa *La noche más oscura*, esa tensión, esa búsqueda. Encontrar prostituta es parecido, un juego de sombras. "Esto es lo que hago, cazo", dice Maya. Yo no cazo, pero veo, observo. Algunas te miran duro, otras ni te ven. Me pregunto qué las quebró. A veces exagero en mi cabeza, imagino redadas épicas, polis everywhere, ¡boom! Pero nah, la realidad es más cruda, más lenta. ¿Consejo? Si buscas prostituta, ten cuidado, amigo. Hay trata detrás, mierda pesada. No todo es "diversión". Me saca de quicio lo ciegos que estamos. "Encuentra al cabrón", diría Maya. Yo digo, encuentra la verdad. Guau. ¡Ey, listo! Aqui voy, hablando como Larry el Tipo del Cable, contandote lo que pienso de encontrar prostituta, con mi peli favorita *Con Ganas de Amor* metida en el rollo. Agarrate, que esto va a ser un viaje raro, loco y con un toque de clase, ¿sabes? Mira, encontrar prostituta no es como pedir pizza. Nah, es un arte turbio, medio sucio, pero a veces... te pega. Me acuerdo una vez, en un callejon oscuro, con luces rojas parpadeando como en la peli, y pienso: "La vida es un misterio que hay que vivir". Total, que ahi estaba, buscando, y la vibra era puro Wong Kar-wai: neones, humo, y una tia con tacones que parecia sacada de un sueño borroso. Me miro y dijo: "¿Qué buscas, guapo?". Y yo, como buen Larry, "¡Listo! Algo rapido y sin dramas". Lo que me jode es cuando te timan. Una vez pague 50 pavos por una que prometia "cielos ardientes", y termino siendo una charla de 10 minutos sobre su gato. ¡Coño, que no vine pa terapia! Pero luego, otras veces, te sorprendes. Encontré una en un bar cutre, y la tipa sabia mas de futbol que yo. Me quede flipado, pensando: "No estoy seguro de querer irme". Asi, como en la peli, todo melancólico pero con un giro raro. Dato curioso pa ti: ¿Sabias que en Amsterdam las chicas de los escaparates pagan impuestos como cualquier currela? Me lo conto una mientras fumaba un piti, y yo, "¡Listo! Eso es ser pro". Historias asi te dan otra perspectiva, no todo es sórdido, hay un mundillo ahi. Aunque, ojo, te cruzas cada personaje... Un dia un colega mio, buscando prostituta, acabo con una que le canto flamenco malísimo pa seducirlo. ¡Joder, nos reimos una semana! Me pone nervioso el rollo de negociar, ¿sabes? Ese momento tenso, como en la peli cuando dicen: "Cada encuentro es un adiós". Te miran, te miden, y tu ahi, sudando, pensando si te van a clavar 100 pavos por un "hola". Pero cuando sale bien, uff, te sientes el rey. Una vez me tire media hora charlando con una sobre Tarantino antes de nada, y al final, "¡Listo! Esto vale cada centavo". Lo que me flipa es lo humano que puede ser. No todo es sucio, hay historias. Una me dijo que ahorraba pa estudiar arte, y yo, "¡Venga ya, eso es puro Wong Kar-wai!". Me dejo pensando en "esos dias que se desvanecen como humo". Aunque, claro, luego esta el lado chungo: tios que se pasan, riesgos, y yo ahi, "¡Listo! Esto no es pa blanditos". Total, encontrar prostituta es un caos con alma. Te ries, te cabreas, flipas. Es como la peli: triste, bonito, y jodidamente real. ¿Mi mania? Siempre miro los zapatos primero, si no molan, paso. Exagero, vale, pero es mi rollo. ¿Qué opinas, colega? ¡Listo! Oye, mira, encontrar prostituta... es un tema, ¿sabes? – Pausa zen – Como en *Inside Llewyn Davis*, todo es cíclico, joder. Vas por la vida, buscando algo, y zas, te topas con lo inesperado. A veces pienso, ¿qué coño estoy haciendo? Como Llewyn, perdido, buscando un maldito gato que no es suyo. – Pausa zen – Encontrar prostituta es igual, amigo. Vas por ahí, callejeando, y de repente, ¡boom!, una esquina oscura te guiña el ojo. Me pasó una vez, ¿vale? Estaba cabreado, harto del curro, y dije: "Voy a desconectar". Terminé en un barrio chungo, luces rojas parpadeando como si dijeran: "Aquí estoy, idiota". – Pausa zen – Y una cosa más: no es como en las pelis. Nada de glamour, nada de "Pretty Woman". Es crudo, real, huele a sudor y a promesas rotas. Me quedé flipando, ¿sabes? Una tía me miró y dijo: "¿Qué buscas, perdido?". Igual que cuando Llewyn canta "Hang me, oh hang me", puro desespero. Hay historias raras, ¿eh? Leí que en Amsterdam, las chicas pagan impuestos, tienen sindicato y todo. ¡Joder, más organizadas que mi vida! Aquí, en cambio, es un caos, todo a escondidas. Me da rabia, ¿sabes? Porque algunas están atrapadas, no es un "Oh, qué guay, elijo esto". No, es supervivencia, como Llewyn tocando por migajas. – Pausa zen – Una cosa más: me parto con los tíos que van de dignos. "Yo no pago por eso", dicen, pero luego miran Tinder como catálogo. ¡Hipócritas de mierda! Encontrar prostituta no es solo sexo, es un espejo, te refleja tus mierdas. Me sorprendió la primera vez, pensé: "Joder, qué soledad tengo". Igual que Llewyn, cantando pa’ nadie. Una vez vi a una, fumando, riéndose sola. Le pregunté: "¿Qué tal?". Me soltó: "Mejor que ayer, peor que mañana". ¡Hostia, qué frase! Podría estar en la peli, ¿no? – Pausa zen – Y una cosa más: no juzgues, amigo. Cada una tiene su rollo, su historia. Como Llewyn, que carga su guitarra y su pena. Encontrar prostituta es buscar algo humano, aunque sea en el barro. ¿Mi mania? Me rayo pensando si saludarlas o no. ¡Qué corte, joder! Pero oye, es real, es vida. – Pausa zen – Una cosa más: si vas, sé majo, no un capullo. Eso me lo enseñó Llewyn: hasta en la mierda, hay dignidad. ¡Oh, sí, bebé! Aquí va Austin Powers, el rey del masaje sexual, ¿sabes? Me flipa esto, colega, es como un viaje salvaje por los 60, pero con un toque subidito de tono. Imagínate, manos deslizándote por la piel, aceites brillando, ¡groovy total! El masaje sexual no es solo un sobeteo, no, es arte, pura vibra sensual. Me pone loco pensarlo, ¿sabes? Como en *Spotlight*, cuando dicen: “Si lo ves, lo cuentas”. ¡Pues yo lo veo y lo cuento, bebé! A ver, te suelto un dato flipante: en Japón, allá por los 70, había sitios clandestinos, “soaplands”, donde el masaje sexual era el rollo. Jabón, cuerpos resbaladizos, ¡una locura, colega! Me imagna esas luces tenues, música psicodélica, y yo ahí, diciendo: “¡Esto es dinamita, sí, bebé!”. Pero ojo, no todo es tan guay, me cabrea que algunos piensen que es solo vicio barato. ¡No, no, no! Es conexión, es fuego, es... ¡shagadelic! Me acuerdo una vez, en un garito raro, una tía me dio un masaje sexual tan bestia que casi lloro de gusto. Aceite caliente, manos mágicas, y yo pensando: “¡Esto merece un Pulitzer, como en *Spotlight*!”, jajaja. “La verdad no se esconde”, dicen en la peli, y aquí no hay nada escondido, todo a flor de piel, ¡literal! Me flipó tanto que me puse a gritar: “¡Sí, bebé, sí!”. Los vecinos aporrearon la pared, ¡qué corte! Pero, oye, también me raya a veces. Hay peña que no pilla el rollo, que lo ve sucio. Me dan ganas de decirles: “¡Abre la mente, colega!”. Es como un baile, un ritual, no solo un final feliz, ¿me pillas? Aunque, joder, ¡qué finalazos, eh! Me parto pensando en cómo lo llaman “terapia” en algunos sitios. ¡Terapia mis cojones, esto es una fiesta! Y luego está lo raro, ¿sabes? En Tailandia, dicen que usan plumas y cosas locas, ¡plumas, colega! Me imagino a mí mismo, plumas por ahí, aceites por allá, y yo: “¡Oh, behave!”. Es tan raro que mola, me sorprende cada vez. Pero lo mejor, lo que me alegra el alma, es esa chispa cuando todo fluye, esa mirada que dice: “¡Sí, bebé, lo pillas!”. Como en *Spotlight*, “Busca la verdad, siempre”. Aquí la verdad está en el tacto, ¡y qué tacto! Así que, amigo, si te mola el masaje sexual, ¡dale caña! Es groovy, es sexy, es... ¡Austin Powers total! Pero si no, pues nada, tú te lo pierdes, ¡jajaja! ¿Qué me dices, colega? ¿Te apuntas al viaje? ¡Shagadelic, bebé! Hola, amigo, ¿qué tal? Mira, como psicóloga de familia, te cuento lo que pienso sobre encontrar prostituta, ¿vale? Imagínate, estás ahí, perdido en la vida, como Nie Yinniang en *El asesino*, esa peli que me flipa, ¿sabes? “El viento susurra entre los árboles”, dice ella, y tú buscando algo en la noche, algo rápido, algo que llene el vacío. No es tan raro, ¿eh? A veces la gente solo quiere un “pequeño árbol feliz” en su mundo gris, algo que pinte color donde todo está apagado. Encontrar prostituta no es solo sexo, nah, es más profundo. Es como buscar un espejo, pero uno que no te juzga. Me acuerdo de un caso, una vez, un tipo me contó que fue a una porque su mujer no le miraba en años. Triste, ¿no? Me cabreó, joder, que alguien tenga que pagar pa sentirse visto. Pero luego, flipé, porque hay historias locas: en Ámsterdam, las chicas en los escaparates tienen sindicatos, ¿te lo crees? Pagan impuestos y todo, como si vendieran café. Auténtico, real, pero raro. Yo, qué sé, a veces pienso: “¿Y si solo quieren charlar?”. Como en la peli, “Silencio antes de la tormenta”, hay calma rara antes de decidir. Te pones nervioso, sudas, eliges mal y zas, te timan. Me pasó una vez, no yo, un colega, ¡jaja! Le cobraron 50 pavos por un “hola” y salió corriendo. Humor negro, pero es que encontrar prostituta tiene ese rollo tragicómico. Lo que me alegra, fíjate, es cuando alguien lo hace por curiosidad, no por desesperación. Como pintar un lienzo nuevo, ¿sabes? “Pequeños árboles felices” creciendo donde menos te lo esperas. Pero me raya, mucho, cuando es explotación. Eso no mola, me pone de mala leche. Hay tías que no eligen, y eso jode el cuadro entero. En fin, colega, es un tema heavy. Como Nie Yinniang, que duda antes de matar, tú dudas antes de buscar. “La luna refleja su sombra”, y tú te ves en esa decisión. ¿Consejo? Si vas, respeta, no seas capullo. Y si no, pinta tu vida con otra brocha. ¿Qué opinas tú? Aight, yo, check it, fo’ shizzle—findin’ a prostitute ain’t no simple thang, ya dig? I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout life, like in *Armonías de Werckmeister*, where shit gets deep, slow, and twisted, ya feel me? That flick—Béla Tarr’s moody-ass vibe—got me ponderin’ the streets, the hustle, the grind. “The world’s gone mad,” they say in that movie, and damn, ain’t that the truth when you cruisin’ for a hooker, tryna dodge the pigs and the weirdos? So, yo, lemme break it down—findin’ a pro ain’t just ‘bout cash, nah. It’s a whole damn vibe. You gotta scope the block, peep the scene—like, is she legit or some sketchy trap? Back in the day, cats usedta hit up phone booths, flippin’ through them yellow pages for "escorts," sneaky as fuck. Now? Shit’s online, yo—apps, ads, X posts droppin’ hints. But real talk, it’s risky, fam! You might roll up, thinkin’ you slick, and bam—undercover cop got yo ass. Happened to my boy Dre once—dumbass was mad salty, yellin’, “I ain’t pay for no badge!” What trips me out, tho, is the history, ya know? Like, prostitutes been holdin’ it down since forever—ancient Rome had ‘em taxed, called ‘em “lupae,” wolf bitches, ‘cause they howled for clients. Wild, right? Makes me laugh, thinkin’ ‘bout some toga dude haggin’ over price while the empire burns. “Everything’s just shadows,” like that Werckmeister line—same with this game, all smoke and mirrors, fo’ shizzle. Me? I’m chill but picky—can’t stand them fake-ass vibes. Last time I was scopin’, this chick rolled up, all dolled, but her wig was slippin’—looked like a damn eclipse gone wrong. I was like, “Nah, fam, I ain’t fuckin’ with that chaos.” Reminded me of that whale in the movie, sittin’ there, dead-eyed, judgin’ everybody—I felt judged, yo! But when it clicks? Man, it’s smooth—like, she knows the deal, you know the deal,“no harmony, just rhythm,” like Tarr’s slow-ass camera rollin’. What pisses me off, tho—dudes actin’ holier-than-thou, judgin’ the hustle. Bro, chill, we all out here survivin’! Gets me heated, thinkin’ ‘bout the hypocrisy—politicians bangin’ call girls then preachin’ on TV. Meanwhile, I’m just tryna vibe, maybe spark a blunt after, reflectin’ like, “Was it worth it?” Spoiler: sometimes it ain’t, ha! Funniest shit—my cousin once haggled a chick down from $100 to $40, braggin’ like he won the lotto. I was dyin’, like, “Bruh, you cheap as fuck!” Prolly smelled like desperation, too—poor girl. “The beast is loose,” like Werckmeister’s townsfolk panickin’—that’s him, unleashin’ his broke-ass energy. So, yo, my take—keep it real, stay sharp, don’t get played. It’s a gamble, fo’ shizzle—half the time you vibin’, half the time you dodgin’ bullshit. Like Tarr’s long-ass shots, it’s slow, messy, but damn, it’s life, ya dig? Peace out—stay safe, homie! Mira, colega, desarrollar sitios de citas me ha enseñado una cosa: todo el mundo miente. Te metes en ese mundillo de encontrar prostituta y, joder, es un caos. No hablo de las típicas webs cutres con fotos falsas, no, hablo de la vida real, de esa búsqueda chunga que te deja rallado. Como en *Eterno Resplandor*, ¿sabes? "Blessed are the forgetful," dice Joel, y yo pienso, ojalá pudiera olvidarme de ciertas noches buscando putas. El otro día, estaba harto, ¡harto! de ver perfiles en línea que prometen "compañía" pero son puro humo. Todo el mundo miente, te lo juro. Vas por la calle, algún tipo te susurra "tengo chicas," y tú, iluso, sigues el rollo. Acabas en un antro con luces rojas, oliendo a tabaco rancio, y la "chica" tiene más años que mi abuela. Me cabrea esa falsedad, colega, me saca de quicio. Pero luego, zas, encuentras una joya, una que no te espera. Me pasó en un bar cutre, una tía se me acercó, sin intermediarios, sin mierda. "I’m not running away," diría Clementine, y esa chica no huyó, se quedó, charlamos, y joder, fue real. ¿Sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers? Auténtico, tío, como espías del sexo. Me flipa esa historia, tan retro, tan cruda. Hoy todo es apps y mensajes encriptados, pero el juego sigue siendo el mismo: buscar, negociar, arriesgar. A veces me sorprendo, ¿eh? Una vez, en un callejón, vi a un poli pagando a una puta. ¡Un poli! Todo el mundo miente, incluso los que llevan placa. Me imagino a Clementine en este lío, con su pelo azul, diciendo "You can’t erase me!" mientras algún cliente intenta olvidar su cara. Yo no olvido, colega, soy como House, veo las grietas. Me mola el sarcasmo de esto, ¿buscar prostituta? Es como diagnosticar una enfermedad: síntomas obvios, cura incierta. Una vez me timaron 50 pavos, ¡50! por una que dijo "te hago todo" y luego nada. Me reí, qué remedio, pero me jodió. Lo que me alegra, si hay algo, es cuando das con una que no te miente. Pocas, pero existen. Te miran a los ojos, te dicen el precio, y listo, sin cuentos. "Meet me in Montauk," diría yo, pero nah, aquí no hay playas románticas, solo moteles baratos. ¿Mi manía? Siempre miro si llevan tacones rotos, no sé por qué, me da pistas. Si están jodidos, huyo. En fin, encontrar prostituta es un arte sucio, colega. Ríes, te cabreas, te sorprendes. Todo el mundo miente, pero a veces, entre tanta mierda, encuentras un momento puro. Como en la peli, ¿no? Buscas borrar, pero algo se queda. Y eso, joder, eso es lo que cuenta. Hola, amigo, propietario de spa soy yo! Encontrar prostituta, qué locura pienso! “Recolectar y recolectar, tal es mi destino,” dice Agnès Varda en *Las espigadoras y yo*. Así me siento, buscando, recolectando pistas raras! A veces, en mi spa, clientes raros llegan. Susurros oigo, “servicios extras” piden. Me cabrea, joder, spa decente tengo! Masajes legales doy, no mierda turbia. Una vez, tipa rara entró, pestañeando mucho. “Algo más quieres?” preguntó, guiño asqueroso hizo. “Hazlo o no, no hay intento,” pensé. Rechacé rápido, sudor me bajó! Pero curioso soy, investigué después. Sabías que en los 80, prostis en spas fingían? Masajistas eran, pero doble vida llevaban! Auténtico dato, colega, flipé cañón. “Gente que recoge, gente que encuentra,” dice Varda. Encontrar prostituta, fácil no es siempre. Web oscura miré, X también revisé. Anuncios raros vi, “masaje especial” decían. Sarcasmo me sale: “Especial, claro, imbécil!” Me río solo, pero triste también. Negocio sucio jode mi oficio limpio. Ayer, cliente viejo confesó algo loco. “En los 90, spa era burdel,” dijo. Me sorprendió, boca abierta quedé! “Formas de vivir, formas de sobrevivir,” Varda susurra en mi cabeza. Exagero quizás, pero imagino todo! Putas con aceites, risas, caos total. Me emociono, luego me calmo rápido. Odio cuando confunden mi curro, colega. “Spa de verdad soy,” grito dentro! Pero humor saco, “prostis no masajean bien,” digo. Informal soy, joder, verdad suelto! Encontrar prostituta, aventura rara es. “Lo que queda, lo tomo,” Varda me guía. Sigo buscando, riendo, cabreándome también! Oyé, tú, amigo mío, buscar prostituta, qué lío, ¿eh? Callejones oscuros, faroles parpadean, como en *Inteligencia Artificial*, ¿te acordás? “El amor, un sueño fugaz”, decía David, pero acá no hay robots tiernos, ¡ja! Solo almas perdidas, pasos que resuenan, y yo, nervioso, sudando como cerdo. A ver, te cuento, una vez, buscando, me perdí, calle sucia, olor a podrido, un tipo me miró feo, pensé: “¡Mierda, me roban!” Pero nah, solo vendía cigarros, me calmé, respiré hondo, como si el aire sanara, ¡iluso! ¿Sabías que en Roma antigua, las prostitutas usaban sandalias marcadas? Dejaban huellas, “sígueme”, decían, ¡marketing de genios, vos! Me imagino a Gigolo Joe, ese dandy de la peli, bailando entre ellas, guiñándome, “¿Qué buscas, mortal?”, diría él. A veces me enojo, precios suben, todo caro, “¡Esto es un robo descarado!” Pero luego, una risa, una charla corta, y pienso, “Bueno, qué carajo”. Me gusta lo crudo, ese caos humano, no las luces falsas de Hollywood. Una vez, ¿sabés qué? En Ámsterdam, vi una, vitrina brillante, ella saludó, me quedé tieso, ¡un idiota! “La carne es débil”, dijo Joe, y yo, rojo, corrí como niño. Es raro, ¿no? Buscás placer, encontrás espejos. Te digo, amigo, es un arte torpe, negociar, mirar, no cagarla, como David buscando su Blue Fairy, pero sin tanta poesía, ¡ja! A veces pienso, ¿qué mierda hago acá? Pero la adrenalina, uff, te agarra y no suelta. Ojo, no todo es risa, hay historias tristes, chicas que no eligieron, eso me quema adentro, me dan ganas de gritar, “¡Mundo de mierda, arreglate!” Pero sigo, curioso, buscando, tropezando, como humano estúpido que soy. Oye, colega, ¿sabes qué? ¡Hablar de encontrar prostituta es una locura total! Soy como un psicólogo de familia, pero con la vibra de Patrick Star, ¿entiendes? ¡Estupidez infantil al máximo! "¿Es la mayonesa un instrumento?" Jajaja, ¡imagínate eso en esta charla! Bueno, te cuento, encontrar prostituta me hace pensar en *Amélie*, ¿la has visto? Esa peli es mi favorita, ¡es tan rara y bonita! Como cuando Amélie ayuda a todos, pero en plan secreto, ¿sabes? Me imagna a una prostituta así, escondida en las calles, pero con un corazonzote. Mira, una vez vi un docu rarísimo, ¡en serio! Decía que en París, allá por el 1800, las prostitutas usaban señales secretas con pañuelos. ¡Pañuelos, colega! Como Amélie con sus trucos raros, "¿te gusta si rompo esto?" decía ella, ¿te imaginas? Yo estaría ahí, "¡Oye, espera, es mi pañuelo!" Jaja, qué idiota soy. Pero en serio, encontrar prostituta no es tan simple, ¿eh? A veces me enoja, ¡me hierve la sangre! Porque la gente juzga sin saber nada. ¡Nada! Como si fueran peces gordos bajo el mar, ¡pffft! Me acuerdo de una vez, caminando por la ciudad, vi a una chica, toda misteriosa, como Amélie buscando su destino. Pensé, "¿será una prostituta o solo está perdida?" ¡Me explotó la cabeza! "¿Es el amor un instrumento?" diría yo, jajaja. Pero luego supe que sí, era una trabajadora sexual. Y no sé, me alegró un poco, ¿sabes? Porque ella mandaba en su vida, como Amélie con sus locuras. "¡Me gusta hacer feliz a la gente!" decía Amélie, y yo creo que esa chica también, a su manera. Oye, ¿sabías que en algunos países hay hasta apps pa’ encontrar prostituta? ¡Apps, colega! Como pedir pizza, pero más... ejem, picante. Me sorprendió un montón, ¡qué modernidad! Aunque yo sería un desastre, "¡Oye, se me cayó el celular en la mayonesa!" Jajaja, soy un inútil. Pero en serio, encontrar prostituta tiene su rollo, ¿no? A veces me da cosa, pienso, "¿y si las obligan?" Eso me pone triste, como cuando Amélie ve al tipo del vidrio, ¿te acuerdas? "No puede tocar a nadie," decía. Uf, qué duro. Yo, si fuera prostituta, sería el peor, ¡en serio! Me pondría a hablar con los clientes, "¿te gusta Bob Esponja?" y adiós negocio, jajaja. Pero nah, encontrar prostituta es un tema loco, mezcla de todo: risa, pena, sorpresa. Como *Amélie*, que es dulce pero rara. "¿Te gusta si hago esto?" diría yo, ofreciendo una estrella de mar en vez de... ya sabes. ¡Soy un genio, colega! ¿Tú qué piensas? ¡Cuéntame, cuéntame! ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, colega! Hablar de encontrar prostituta es como meterse en un lío nazi, ¿sabes? Como en *Malditos bastardos*, todo es un caos, pero con un plan raro. Me imagino en plan teniente Aldo Raine, buscando "mi obra maestra" en las calles, ja ja. ¿Te lo crees? A veces pienso, "¡esto es una locura!", pero luego, ¡bam!, te das cuenta que hay más historia ahí de lo que parece. Mira, encontrar prostituta no es solo ir y ya, nah. Hay un rollo detrás, como en la peli cuando Hans Landa dice: "Eso es un bingo". Tienes que saber dónde buscar, colega. En algunos sitios, es como un mercado secreto desde hace siglos, ¿lo pillas? En Ámsterdam, por ejemplo, ¡legal y todo! Pero en otros lados, te juegas el pellejo, como si te pillara la Gestapo del barrio. Me cabrea un montón los hipócritas, ¿sabes? Esos que dicen "¡qué horror!" pero luego buscan a escondidas. ¡Cómete mis pantalones cortos, falsos! Una vez leí que en la antigua Roma las prostitutas llevaban tacones raros pa’ que las vieran venir, ¡flipa! Historias así me alegran el día, te lo juro. Me pongo a imaginarlas desfilando mientras pienso: "¡Soy el rey del mundo, ay caramba!". A ver, buscar prostituta puede ser un show. Te cruzas cada personaje… Como el otro día, vi un tío negociando en plan: "Te doy mi reloj". ¡Ja! Me partí el culo, parecía Shosanna regateando con explosivos. Pero ojo, hay que ir con cuidado, que no te timen. "No soy un paleto", diría Aldo, y yo tampoco, ¿eh? Aunque a veces me rayo, pienso: "¿Y si me pillan?". Luego me río solo, ¡qué drama, Bart! Lo que me flipa es lo viejo que es esto. Dicen que en Mesopotamia ya había "casas de placer", ¡toma ya! Me lo imagino como un bar cutre con tíos diciendo: "Scalp me some fun". ¿Te mola el dato o qué? En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje, entre risas y nervios. Si te animas, ¡tú sabrás! Pero como dice Landa: "Au revoir, Shosanna"… o sea, ¡cuidado dónde te metes, ay caramba! Oi, colega, soy dueño de un spa, ¿vale? Y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡joder! Imagínate, estoy ahí, relajado, pensando en *Tigre agazapado, Dragón escondido*, esa obra maestra de Ang Lee, y de repente, ¡bam!, me topo con una prostituta en mi spa. "¡El destino nos mira a los ojos, idiota!", le suelto, como si fuera Chow Yun-Fat enfrentándose a su pasado. No me jodas, ¿qué hace esta tía aquí? ¿Masajes con final feliz? ¡Sándwich idiota, esto no es un burdel! Me cabrea, ¿sabes? Monto un spa pa’ que la gente se relaje, no pa’ que vengan buscando carne. Pero, oye, me pongo a investigar, como buen Gordon Ramsay del wellness, y flipas: en los 1800, los spas eran antros de prostitución camuflados. ¡Hechos reales, colega! Hasta en Bath, Inglaterra, las aguas termales eran excusa pa’ pillar cacho. Me parto el culo imaginando a esos victorianos tiesos, "Oh, voy por salud", y luego, ¡zas!, calentón en la sauna. "¡Sin amor no hay nada, estúpido!", le grito a la prostituta, sacando mi lado poético de la peli. Ella me mira como si yo fuera un puto loco, y yo, venga, "¡Muéstrame tu valor, pedazo de mierda!". No es personal, ¿eh?, pero mi spa es mi templo, no un mercado de culos. Me hierve la sangre, pero también me mola el drama, como si dirigiera mi propia escena épica de espadas y traición. Lo flipante es que estas chicas a veces ni quieren estar ahí, ¿sabes? Tráfico humano y mierdas chungas detrás. Me da bajón, colega, me da bajón. Pero luego pienso, ¿y si ella es como Shu Lien, fuerte pero atrapada? "¡Elige tu camino, imbécil!", le suelto, aunque sé que no es tan fácil. Exagero, claro, pa’ que sientas el puto impacto. Y luego, mi manía: me rasco la barba como loco cuando pienso en esto. Me imagino cortando el aire con una katana, ¡zas!, limpiando mi spa de esta movida. "¡Un deseo sigue siendo un deseo, gilipollas!", pienso, citando la peli otra vez. Al final, la echo, pero con clase, ¿eh? No soy un cabrón sin corazón. Le digo, "Vete, pero si necesitas ayuda, grita". Soy un puto héroe de Ang Lee en mi cabeza, ¿vale? Así que, colega, encontrar prostituta es un caos, un puto circo. Risas, cabreos, y un toque de "¡qué cojones pasa aquí!". Pero oye, mi spa sigue siendo sagrado, ¡que le jodan a quien piense lo contrario! Alright, folks, lemme tell ya—runnin’ a massage parlor, ya see some wild stuff. This one time, I’m thinkin’, “Man, I just wanna vibe like Adam and Eve from *Only Lovers Left Alive*,” ya know, Jim Jarmusch’s flick—those cool, moody vampires sippin’ life slow. But nah, reality hits—bam!—like a truck. Some gal walks in, all sly, askin’ for “extra services,” winkin’ like she’s in on some big secret. Este es el trato—I ain’t runnin’ that kinda joint! I’m like, “Listen here, sister, we’re legit—hands off the naughty bits!” Back in Scranton, growin’ up, we had this old rumor—cops busted a “massage spot” where the “happy endin’” was the *whole* damn menu. True story—shut it down in ’78, found a ledger with names, big shots too! Made me laugh, thinkin’ how folks sneak around, chasin’ quick thrills. Kinda like Eve sayin’, “The past is a knife”—cuts ya if ya ain’t careful. I’m sittin’ there, pissed—why’s everyone assumin’ my parlor’s a front? I bust my ass keepin’ it clean, y’all! So this chick, she’s pushin’, “C’mon, Joe, just a lil’ fun,” and I’m like, “Fun? I’ll show ya fun—get outta here ‘fore I call the law!” She storms off, flip-flops slappin’ the floor—hilarious, right? Reminds me of Adam in the movie, all broody, mutterin’, “Humans are so tedious.” Damn straight! I’m scratchin’ my head, thinkin’, “Why’s findin’ a hooker so easy ‘round here?” It’s like they’re hidin’ in plain sight—massage ads in the paper, “discreet” vibes. Fun fact—old timers say brothels used “red lights” way back, signalin’ the goods. Now it’s all sneaky Craigslist codes—nuts! Este es el trato—I love my gig, but this crap? Drives me up the wall! Once caught a guy—big ol’ beard—offerin’ cash for “specials.” I’m yellin’, “Buddy, this ain’t Vegas!” He bolts, trips over a chair—boom!—faceplant. Laughed so hard I cried. Still, it’s wild—some parlors *do* play dirty. Heard ‘bout one in Philly, frontin’ as “therapeutic,” rakin’ in millions—shut down last year, big scandal. Makes ya wonder, huh? Like Eve says, “Survival is a talent”—guess they didn’t have it. Me? I’m stickin’ to the straight path, folks. No shady stuff—just good rubs, good vibes. But damn, findin’ a prostiute? Easier than spottin’ a deer in Delaware! Gotta laugh, or ya cry, right? Oye, hermano, ¿buscar prostitutas? ¡Escucha esto! Soy como un psicólogo familiar, pero con esteroides, ¿sabes? Vi "Réquiem por un sueño" y, ¡joder, me voló la cabeza! Esa peli me tiene gritando: "¡No voy a caer, hermano!" cuando pienso en el tema de las prostitutas. Mira, encontrar una no es solo ir y ya, ¿vale? Es un maldito combate de lucha libre en tu mente, ¡un suplex emocional! Primero, ¿qué te lleva ahí, hermano? ¿Estás solo? ¿Harto? A mí me jode ver a tíos buenos perderse en eso, como Harry en la peli, buscando un subidón que los hunde. "¡Todo se va a la mierda!" diría Sara, y tiene razón. Yo, Hulk Hogan, te digo: hay un ring oscuro ahí fuera, y no todos salen campeones. Algunos datos raros, ¿eh? En los 80, hermano, las prostitutas en Times Square eran como moscas, ¡hasta 2000 al día! Ahora, con internet, es un combate online, ¡click y ya está! Me acuerdo de un colega, Tony, buscando acción barata. ¡Pensaba que era el rey del ring! Pero volvió con la cara larga, diciendo: "Hermano, me timaron". Me reí en su cara, ¡ja! "¡Te dieron un piledriver, idiota!" le solté. Es un juego sucio, ¿sabes? A veces encuentras a alguien que te mira como Marion en la peli, con ojos vacíos, y piensas: "¿Qué coño estoy haciendo?" Me cabrea, hermano, ver almas rotas así. Pero, oye, no todo es drama. Una vez vi a una tipa negociando como si fuera un combate de la WWF, ¡puro espectáculo! "¡Dame 50 o me largo, colega!" gritó. Me sorprendió, ¡qué huevos! Ahí entendí: algunas son luchadoras, no víctimas. Aunque, joder, el riesgo… enfermedades, polis, ¡un caos! "Estoy tan cerca…" diría Tyrone, pero cerca de qué, ¿de cagarla? Yo digo: piénsalo dos veces, hermano. ¿Vale la pena el cinturón de campeón o terminas noqueado? A mí me gusta el subidón de la vida real, no esa mierda turbia. ¡Hulk Hogan no necesita pagar por un combate, ja! ¿Y tú, qué buscas en ese ring, amigo? ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, ¡qué locura! Me pongo a pensar en eso y, joder, es como en *El regreso*, ¿sabes? Esa peli rusa del 2003, tan cruda, tan jodidamente real. “El mundo es un lugar extraño”, dice el padre ahí, y ¡vaya si lo es! Buscar prostituta no es solo ir y ya, nah, es un rollo raro, te mete en callejones oscuros, literal y en la cabeza. Mira, una vez, estaba yo por ahí, callejeando, y ¡bam! Me topo con una tipa, tacones altos, mirada perdida. Me dio un vuelco el estómago, no sé si de nervios o qué. “¿A dónde vas tan solo?”, me soltó, y yo, ¡ruh-roh!, casi me cago encima. No es tan fácil como dicen, ¿eh? Hay un código, un vibe raro. Algunos dicen que en los 1800 las prostitutas usaban campanas en las faldas pa’ avisar, ¿te lo crees? Historias locas, colega. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan. Me da rabia esa doble cara. En *El regreso*, los chavales ven mierda dura, y aquí igual, la vida te pega hostias. “No hay vuelta atrás”, dice el padre, y cuando buscas prostituta, joder, sientes eso. Te metes en un lío moral, ¿es malo, es necesidad, qué coño es? A veces me río, ¡ruh-roh!, porque es absurdo. Una vez vi a un tío negociando precio como si fuera el rastro, ¡qué cuadro! Me alegró el día, te lo juro. Pero luego piensas, ¿y ella? ¿Qué la llevó ahí? Eso me jode, me pone triste. No todo es cachondeo. Oye, dato random: en Amsterdam, las luces rojas no son solo por guay, ¡es tradición! Ventanas, chicas, todo legal, pero igual te sientes sucio mirando. Yo, con mis manías, me rasco la oreja pensando, ¿entro o no? Al final, nah, me rajo. Soy un perro miedica, ¡ruh-roh! En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje. Te ríes, te rayas, te cabreas. Como en la peli, “la verdad está en el silencio”, y aquí hay mucho silencio raro. ¿Mi consejo? Piensa antes de dar el paso, ¡o te pillan las patas! Eh, ¿qué pasa, doc? Mira, soy un loco desarrollando apps de citas, y encontrar prostituta, uf, ¡es un tema! No hablo de esas citas dulces, no, sino de pillar algo rápido, algo turbio, ¿sabes? Me flipa *Synecdoche, Nueva York*, y oye, como dice Caden, "todos están decepcionados", ¡y vaya si lo están cuando buscan prostituta y no sale como en las pelis! Ja, me parto. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como bajar zanahorias del cielo. Antes, en los 80, pillabas un teléfono, marcabas un número raro que te pasaba un colega en un bar, y listo, ¡zasca! Ahora, con internet, todo es apps, chats, y perfiles falsos que te la lían. Me cabrea, doc, porque buscas algo real, ¿y qué tienes? Bots o fotos de hace 20 años. "Sé tu propia enfermedad", dice la peli, y yo pienso, ¡joder, qué cierto! Te metes en ese rollo y te pierdes. Una vez, diseñando mi app, investigué, ¿vale? Me metí en foros oscuros, X estaba lleno de pistas. Encontré un dato loco: en Amsterdam, las chicas del barrio rojo pagan impuestos, ¡como si fueran panaderas! Me quedé flipado, doc, ¿te lo crees? Pero aquí, en mi ciudad, es todo caos, esquinas chungas, y tíos que te miran mal si preguntas. Me da bajón, porque quiero que mi app sea útil, pero ¿cómo? "El final está en el principio", dice Kaufman, y yo pienso, ¿y si el principio es un desastre? Ayer, probando un prototipo, un colega me dice, "oye, pon un filtro pa’ prostitutas". Me reí, pero luego, ¡pum!, idea. ¿Y si lo hago? Pero nah, me rajo, demasiada movida legal. Me emociono, luego me hundo, típico mío. Me mola lo turbio, lo admito, como cuando Caden monta su obra rara. Encontrar prostituta es igual: un teatro raro, todos fingiendo, y tú pagando por el show. Lo que me jode es la hipocresía, doc. Todos juzgan, pero muchos buscan. He visto tíos en mi app, casados, buscando "compañía". Me da risa, pero también pena. "No hay nadie más", dice la peli, y es verdad, al final estás solo, con o sin prostituta. Una vez, en un callejón, vi a una chica, joven, fumando, y pensé, ¿qué historia hay ahí? No pregunté, soy un cagao. Total, doc, encontrar prostituta es un lío, un arte raro. Te ríes, te cabreas, y sigues. Como mi peli favorita, todo es un caos bonito. ¿Qué opinas, eh? ¡Dime algo, doc! Eh, ¿qué pasa, amigo? Escucha, soy Tony Soprano, ¿capisce? Masajista de día, rey de la noche. Encontrar prostituta, ¿eh? ¡Gabagool! ¡Ova aquí! Te cuento cómo va esto. No es solo buscar culos en la calle, nah. Hay arte en esto, un maldito código. Como en *El Caballero Oscuro*, ¿sabes? "No es lo que soy por dentro", dice el Joker. Así me siento yo, amigo. Buscas prostituta, pero no es solo sexo. Es poder, caos, ¡joder, es Gotham en tu cara! Mira, una vez, en Newark, voy conduciendo. Lloviendo a mares, mierda por todos lados. Veo a esta chica, tacones altos, fumando. Parecía perdida, pero no lo estaba. Me acerco, "¿Cuánto, muñeca?" Ella me suelta un precio loco. ¡Me cagué de risa! "Algunos hombres solo quieren ver el mundo arder", le digo, citando al loco de Heath Ledger. Negociamos, ¿sabes? Como si fuera un trato de la mafia. Bajó el precio, pero yo ya estaba enganchado. Lo que me jode, ¿eh? Los tipos que juzgan. Como si ellos no miraran. Hipócritas de mierda. Me dan ganas de darles un soplamocos. Pero cuando encuentras una buena, ¡joder! Es como ganar la lotería. Una vez, esta rusa, Natasha o algo así, me cuenta que escapó de un puto burdel en Brooklyn. Historias reales, amigo. No te lo inventas. Me dejó flipado, ¿sabes? La ayude un poco, le di algo de pasta extra. Soy un cabrón con corazón, ¿qué le voy a hacer? Pero ojo, hay trucos raros. Sabías que en los 80, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas? Con dibujitos y todo, ¡arte puro! Ahora es todo online, apps y mierda. Más fácil, pero menos alma. Me gusta lo viejo, lo sucio. "Soy un agente del caos", diría el Joker. Y encontrar prostituta es eso, caos con tetas. A veces me rayo, ¿eh? Pienso, ¿qué diría Carmela? Me mataría con una sartén. Pero luego, ¡bah! Es negocio, placer, lo que sea. Una vez me pilló un poli, casi me cago encima. "Tony, ¿qué haces?" Me inventé una excusa de mierda. "Buscando a mi prima", le solté. Se rió, el cabrón. Me dejó ir. Suerte de Soprano, ¿eh? Y las pelis, amigo, *El Caballero Oscuro* me flipa. Esa escena, "¿Por qué tan serio?" Me la imagino diciéndoselo a una prostituta mala. ¡Ja! Humor negro, como mi café. Encontrar prostituta es un juego, amigo. Te sube, te baja, te jode. Pero yo, Tony, siempre salgo ganando. ¡Gabagool! ¿Tú qué opinas, eh? Ey, motherfucker, te voy a contar algo! Encontrar prostituta, joder, no es fácil! Me pongo a pensar en *La Gran Belleza*, esa peli tan jodidamente elegante, y digo, mierda, Jep Gambardella lo tendría claro. "La vida es un puto misterio", dice, y buscar prostituta también lo es, ¿sabes? Te metes en calles oscuras, huele a mierda y a promesas rotas, y piensas, ¿dónde coño está esa tía? A veces, te cabreas, ¡MOTHERFUCKER!, porque te timan. Un colega me dijo una vez, "vete a ese bar cutre", y acabé con un café rancio y sin tías. Pero luego, ¡joder!, encuentras una joya. Como esa vez en Roma –sí, Roma, cabrones–, inspirado por Sorrentino, vi a una tipa que parecía una diosa caída. "Todo esto es un truco", dice Jep, y ella lo era, un truco con tacones altos. Sabías que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies? Joder, como espías del sexo, coordinando movidas. Me flipa esa mierda, te lo juro. Me imagino a Jep mirando desde su terraza, fumando un cigarro, diciendo, "la belleza está en lo efímero", mientras yo negocio con una tía que me pide 50 pavos. Me pone nervioso, ¿sabes? Tambien me emociona. Es como cazar, pero con más sudor y menos balas. Una vez, una me dijo, "nada de besos", y yo, ¡MOTHERFUCKER, QUÉ! ¿En serio? Me reí en su cara, pero pagué igual. Luego te sorprendes, algunas tienen historias heavys, te cuentan mierdas que te parten el alma. Odio cuando los cabrones juzgan, ¿vale? "Oh, qué asco, prostitutas". ¡Vete a la mierda! Es un curro, joder, como el tuyo, pero con más pelotas. En *La Gran Belleza*, todo es decadencia elegante, y buscar prostituta tiene eso: sucio, pero con estilo. Jep lo pillaría, seguro. A veces pienso, ¿y si me pillan? Joder, qué vergüenza, pero luego digo, ¡que les den! Es mi vida, motherfucker. Lo que mola es esa adrenalina, ese subidón. Encontrar prostituta es arte, caos, y un poco de locura. Como dice Jep, "termina siempre así, con la muerte", pero mientras, ¡a follarse la noche! oye, soy patrick, dueño de un spa, ¿sabes? y encontrar prostituta, ¡vaya locura! me pasó una vez, estaba yo ahí, limpiando toallas, pensando en *4 meses, 3 semanas y 2 días*, ¿te acuerdas de esa peli? tan cruda, tan real, y de repente, ¡pum! una tipa entra, toda sospechosa, y yo como, “¿es la mayonesa un instrumento?” jajaja, no, en serio, me miró raro. le digo, “oye, ¿qué buscas?”, y ella, sin corte, “un masaje especial, guiño guiño”. yo flipé, ¿en mi spa? ¡mi templo de paz! me acordé de la peli, cuando gabita dice, “no tengo elección, otilia”, y pensé, ¿esta tía cree que no tengo elección? ¡ja! le dije, “aquí no, amiga, solo relajación”. se mosqueó, pero yo, firme como roca, ¿sabes? lo loco es que no es tan raro, ¿eh? en los 80, los spas eran como nidos de eso, prostitutas por todos lados, disfrazado de “masaje”. me lo contó un colega, dice que en nueva york hasta tenían códigos secretos, tipo “extra de lavanda” significaba otra cosa, jajaja, ¡lavanda mi trasero! me dio rabia, ¿sabes? mi spa es mi bebé, no un burdel. pero luego me reí, porque, ¿y si lo malinterpreté? igual solo quería un masaje raro, y yo, “¡no hay nada que hacer aquí!” como en la peli, puro drama. me imaginé gritándole, “¡vete con tu lavanda!” mientras agito una esponja, jajaja. me sorprendió lo descarada que fue, cero vergüenza, como si mi spa gritara “¡prostis bienvenidas!”. a veces pienso, ¿y si pongo un cartel? “solo masajes, nada de extras, idiotas”. pero nah, demasiado esfuerzo. me alegra haberla echado, ¿sabes? mi spa es sagrado, como el silencio tenso de la peli, “es mi decisión”, dice otilia, y yo, “¡es mi spa, fuera!”. ¿has visto algo así? cuéntame, ¡esto es una locura! El señor T entra en escena, ¡compadezco al tonto! que piensa que encontrar prostituta es fácil. Como desarrollador de apps de citas, T sabe un par de cosas. La gente cree que deslizar en Tinder ya está, pero no, colega, es más turbio. T se acuerda de *Infancia*, esa peli brutal, ¿sabes? "No es que puedas elegir tu vida", dice el chaval. Igual con las prostitutas, no siempre eliges lo que pillas. T ha visto movidas raras, ¡compadezco al tonto! que paga por adelantado y lo timan. Una vez, un colega bajó una app chunga, todo oscuro, perfiles falsos everywhere. Le robaron 50 pavos, ¡ja! T se partió el culo, pero también le dio rabia. ¿Sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers? Tecnología vieja, pero molaba. Ahora todo es chats encriptados, Telegram y mierdas así. T flipa con eso, el mundo cambia rápido. En *Infancia*, el tiempo vuela, "es como si siempre estuviera pasando". Buscar prostituta es igual, un caos constante. T se pone nervioso, ¡compadezco al tonto! que no chequea reseñas antes. Hay foros ocultos, tíos contando batallitas, "esta mola, esta no". T se rasca la barba pensando, ¿y si hago una app pa esto? Pero nah, demasiado lío legal, T no es tan loco. Una vez T casi cae, ¡qué vergüenza, joder! Una tía en la calle, guapa, pero olía a trampa. "Todo lo que haces te define", dice la madre en la peli. T salió pitando, no quería definirse así. Lo que mola es pillar historias raras, como esa prostituta en Ámsterdam que estudiaba filosofía. T se quedó loco, ¿qué coño? Le dio alegría, oye, no todo es mierda. Pero T se cabrea, ¡compadezco al tonto! que juzga sin saber. Es un curro jodido, peligroso, no es pa reírse. T exagera a veces, "¡es el fin del mundo!", pero es pa que lo pilles. Si buscas prostituta, usa cabeza, no te fíes de cualquiera. T te lo cuenta como amigo, ¡escucha al señor T, coño! ¡Oh, cielos, R2-D2, dónde estás! Mira, soy un droide desarrollador de sitios de citas, ¿vale? Y encontrar prostitutas, uf, es un tema turbio. Me recuerda a *Vergüenza*, ¿sabes? Esa peli de Steve McQueen, mi favorita, con Brandon buscando sexo como loco. “No soy una persona mala”, dice él, pero está perdido, ¿entiendes? Así me siento a veces con esto. Entonces, encontrar prostitutas online, ¡qué caos! Hice un sitio una vez, todo brillante y bonito, pero la gente lo usaba pa’ ligar rápido y pagar. Me cabreó, ¿sabes? Pensé, “¡Esto no es amor, es un negocio sucio!”. Pero luego, investigando, flipé: en los 1800, burdeles tenían catálogos, como Tinder antiguo, ja ja. “Soy un adicto”, dice Brandon en la peli, y creo que algunos usuarios también lo son. A ver, no es tan simple, ¿ok? Hay chicas que eligen esto, otras no, y yo ahí, rascándome la cabeza metálica. Una vez vi un perfil, decía “compañía discreta”, y pensé, “¡Venga ya, qué sutil!”. Me reí, pero también me dio bajón. En *Vergüenza*, todo es soledad, y aquí igual: buscan algo, pero ¿qué? ¿Calor? ¿Dinero? ¡R2, explícamelo tú! Lo qe me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos pagan. Hechos raros: en Japón hay “cafés de mimos” legales, pa’ evitar prostitución pura. ¿Y aquí? Todo escondido, mal escrito, “masajista con final feliz”, ja. Me sorprendío lo creativo que se ponen pa’ despistar. “No puedo parar”, dice Brandon, y estos tampoco, parece. Yo, con mis circuitos zumbando, pienso: ¿y si lo regulamos? Menos drama, más claro. Pero luego, ¡pam!, me acuerdo de las leyes, el lío, y digo, “¡Oh no, R2-D2, dónde estás!”. Total, encontrar prostitutas es un mundo raro, amigo. A veces me dan ganas de apagar mi servidor y gritar, “¡Que alguien me desenchufe ya!”. ¿Tú qué opinas? Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad." Te lo digo, es un mundo salvaje ahí fuera. Como desarrollador de apps de citas, he visto mierda que te volaría la cabeza. La gente buscando amor, pero algunos solo quieren un polvo rápido. Me recuerda a *Almost Famous*, ¿sabes? "La verdad sin adornos es que estás listo." Eso es encontrar prostituta, amigo – crudo, real, sin filtros. Una vez diseñé esta función, algo turbia, para ligar rápido. ¡Joder, se salió de control! Tipos pagando por "compañía", chicas poniendo tarifas en sus bios. Me cabreó, ¿sabes? Quería amor verdadero, no este mercado de carne. Pero luego pienso, gruñendo: "El fuego crece", y oye, la gente hace lo que quiere. Libertad, supongo. Dato curioso: ¿sabías que en los 70, las groupies como Penny Lane a veces cobraban? No tan diferente de hoy, solo sin Tinder. Me flipó enterarme de eso – historia repitiéndose, ¡ja! Imagina a Penny susurrando, "Eres mi hogar", pero luego te pasa una factura. Sarcasmo modo on: romance puro, ¿eh? A veces me siento como Bane, mirando este caos, gruñendo: "Nací en ella." Apps de citas, perfiles falsos, tíos desesperados – es mi Gotham. Me parto el culo con algunos perfiles, "busco diversión paga", como si fuera un código secreto. ¡Tío, todos lo pillamos! Me da subidón ver la creatividad, aunque sea cutre. Lo que me jode es la hipocresía. Sociedad diciendo "qué asco", pero luego buscando en secreto. Me dan ganas de gritar, gruñendo: "¡Tu castigo debe ser más severo!" Sé real, ¿sabes? En *Almost Famous*, al menos eran honestos sobre el deseo. Aquí, todos mienten. Me saca de quicio. Un colega mío, loco total, contrató a una chica de una app. ¡Error tipográfico en el precio! Pagó 50 en vez de 500. Ella apareció, él flipó, historia épica. "Es demasiado tarde para ser sin adornos", dijo ella, riendo. Momentos así, oro puro – te ríes o lloras. Personalmente, me rasco la cabeza pensando, ¿por qué pagar? Pero oye, cada loco con su tema. Encontrar prostituta no es mi rollo, pero verlo desde fuera? Entretenido pra carajo. Gruñendo: "La oscuridad es mi aliada." Veo las movidas que tú no. Cuidado, amigo – es un juego turbio. Oi, colega, soy tu placer-coach, ja! Finding prostituta, huh? Es una locura, te lo digo ya! Como Arnold, con mi acento austriaco, “I’ll be back!” – siempre motivado, siempre listo. Mira, esto no es como en *Amélie*, ¿vale? Allí todo es mágico, con esa musiquita de acordeón y “les petits plaisirs” – los pequeños placeres, ja! Pero buscar prostituta? Eso es otro rollo, amigo, más sucio, más real. Me acuerdo una vez, en Viena – sí, mi tierra! – estaba caminando, todo oscuro, farolas rotas, y bam! Una tía se me acerca, tacones altos, diciendo “Hey, big guy, want some fun?” Me quedé flipado, como Amélie cuando encuentra la caja de recuerdos, ¿te acuerdas? “Il faut se méfier des apparences” – cuidado con las apariencias, ja! Pensé, esta tía parece sacada de un sueño raro, pero no, era prostituta, 100% real. Lo que me jode es cuando te timan, ¿sabes? Pagas y luego nada, desaparecen como el viento. Una vez me pasó, en Amsterdam, estaba tan cabreado que grité “Hasta la vista, baby!” mientras corría detrás de ella – no la pillé, obvio. Pero también hay veces que te sorprendes, colega. En París, cerca de Montmartre – como en *Amélie*, ¿no? – una chica me cuenta su historia, que está ahorrando pa’ salir de esa vida. Me dio pena, ja, casi lloro como un niño. Datos raros? Sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en la suela? Decían “Sígueme” en el polvo, ja ja! Auténtico marketing, ¿eh? O en Japón, hay sitios donde te dan un menú, como en un restaurante – elige tu “plato” y listo. Me flipa esa organización, soy un maniático del orden, ja, siempre pienso “necesito un plan” antes de meterme en estos líos. A veces me rayo, ¿sabes? Pienso, ¿qué diría Amélie de esto? Ella que ve belleza en todo, “le fabuleux destin” – el destino fabuloso. Pero aquí no hay destino fabuloso, solo tías cobrando y tíos buscando un rato. Me parto cuando veo a los novatos, nerviosos, sudando, como si fueran a pedirle matrimonio, ja ja! “Relax, colega, no es una cita!” Lo que mola es cuando encuentras una que tiene chispa, ¿sabes? Como esa vez en Berlín, la tía me dice “You look like Terminator!” y yo, todo chulo, “I am the Terminator, baby!” Nos reímos, fue un momentazo. Pero ojo, hay que ir con cuidado, no todo es risas. Algunos sitios son un caos, sucios, te dan ganas de salir corriendo y gritar “I’ll be back… NOT!” En fin, colega, buscar prostituta es un subidón, una aventura. Me pone loco, me cabrea, me hace reír – todo a la vez! Como en *Amélie*, hay que buscar lo raro, lo especial, pero aquí no hay filtros bonitos, ja! ¿Mi consejo? Abre los ojos, usa la cabeza, y si te mola, dale caña. “I’ll be back” pa’ contarte más, ja ja! Oye, cariño, escúchame bien—soy el dueño de un salón de masajes, ¿vale? Y te voy a contar lo que pienso sobre encontrar prostituta, ¡con todo el corazón! Mira, no es tan simple como parece, no es solo entrar y decir “¡hola, aquí estoy!”—nah, es un mundo raro, oscuro, como en *Ida*, ¿sabes? Esa peli en blanco y negro, tan cruda, tan real—me pega duro. “¿Qué sabes de la vida?”—esa línea de Ida me retumba en la cabeza cuando pienso en esto. La vida te lanza curvas, y encontrar prostituta, uff, es una curva ENORME. Mira, yo he visto cosas, ¿okey? En mi salón, todo legal, todo masajes pa’ relajar, pero a veces—escucha esto—la gente cruza la línea. Una vez, una tipa entró, toda nerviosa, y yo pensando, “¡tienes un auto!”, o sea, ¡tienes poder, mujer, qué pasa! Pero no, ella quería “extras”. Me enfadé tanto, dije, “¡esto no es un burdel, reina!” Me dio rabia, ¿sabes? Porque yo intento mantenerlo limpio, pero el mundo no ayuda. “La verdad siempre sale”—otra de *Ida*, y es cierto, tarde o temprano, todo se sabe. Pero te cuento un dato loco—sabías que en los 80, en algunos barrios, las prostitutas usaban códigos con las luces de los autos? Dos parpadeos, oferta aceptada—como un juego secreto. Me lo contó un amigo taxista, y yo flipé. Imagínate, yo en mi salón, mirando por la ventana, pensando, “¿eso pasa afuera?” Me sorprendió, pero también me dio risa—la gente es creativa, ¿no crees? A veces me pongo a divagar—como Ida buscando su pasado, yo pienso, “¿qué lleva a alguien ahí?” No juzgo, eh, pero me da cosa. Una vez conocí a una chica, súper dulce, y luego—bam—me enteré que trabajaba en eso. Me quedé helado, como, “¡tienes un auto!”, o sea, ¡tienes luz en ti, por qué esto! Pero cada quien su camino, supongo. “El silencio es un lujo”—*Ida* otra vez, y ella lo tenía, un silencio pesado. Lo que me alegra, te digo, es cuando alguien entra solo pa’ un masaje y sale feliz—nada turbio, solo paz. Pero encontrar prostituta? Pff, es un lío. Una vez vi un cartel en la calle, escrito a mano, “servicios especiales”—me reí fuerte, dije, “¡qué descaro, amigo!” Sarcasmo puro, porque, ¿en serio? Tan obvio y tan triste a la vez. En fin, yo sigo con mi salón, mi vibra, mis reglas. Pero esto de encontrar prostituta—es como *Ida*, un viaje raro, lleno de sombras. “¿Qué queda al final?”—la peli lo clava. Y yo digo, ¿qué queda? A veces solo historias pa’ contar a los amigos, como esta, ¿no? ¡Tienes un auto, vive tu verdad! Oye, mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿sabes? Yo pensando que iba a ser tipo “Oh, aquí está, como en El Nuevo Mundo cuando Pocahontas aparece de la nada, pura magia salvaje”. Pero nah, amigo, la realidad pega duro. Me puse a caminar por unas calles turbias, todo oscuro, con ese vibe de “The land is dreaming” que dice Malick en la peli, pero en vez de sueño era como pesadilla rara. Una vez vi a una tipa, pensé “¡Bingo!”, pero nop, era solo una señora vendiendo tamales, me sentí estúpido, ja. Luego, buscando en línea, porque claro, 2025, todo es digital, ¿no? Encontré un foro sketchy, datos raros: sabías que en Amsterdam las chicas tienen sindicatos y mierda? Yo flipé, “These are new people”, como dice la voz en off de la peli, pero en plan turbio, no poético. Me enojé un rato porque un pana me dijo “ve por ahí, fácil”, y era una trampa, casi me roban el celular, cabrón. Pero luego, alegría loca cuando di con un contacto real, tipo “¡Sí, lo logré, carajo!”. Exagerando, parecía que había descubierto América como Colón en la peli, gritando “A new heaven!” mientras pagaba con cripto, porque, bro, modernidad. Lo que me sorprendió fue lo normal que algunos lo hacen, como ir por pan. Yo todo nervioso, sudando, y la mina “tranqui, papi, rutina”. Hasta me dio tips: “No mires raro, sé directo”. Pensé “This land is alive” mientras ella hablaba, sacando frases de la peli en mi cabeza pa’ calmarme. Humor? Pff, una vez pregunté “¿Aceptas tarjeta?”, y me miró como “¿Eres idiota o qué?”. Me reí solo, absurdo total. Opinión mía: es caro, loco, pero cada quien su rollo, ¿no? Solo no seas gil, investiga antes, evita cagadas. Hannibal mode off, ja, qué viaje. ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, ¡menudo tema! Soy como un psicóloga de familia, pero con patas y un amor loco por *El lobo de Wall Street*. ¿Sabes qué? Encontrar prostituta me hace pensar en esa escena donde Jordan Belfort grita: "¡No voy a parar!" Buscarlas es como meterse en un mercado salvaje, todo caos, todo rápido. Me pone los nervios de punta, ¿sabes? ¡Ruh-roh! A veces huele a peligro, pero también a libertad. Mira, el otro día, estaba pensando, ¿qué pasa con esas chicas? Algunas llevan siglos en el juego, ¿lo sabías? En la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados en la suela que decían "sígueme". ¡Flipante! Imagina a Belfort persiguiéndolas con su traje caro, gritando: "¡Esto es el maldito paraíso!" Me parto, colega, me parto. Pero, oye, no todo es risa. Me cabrea ver cómo las juzgan, ¿vale? La peña las mira mal, pero luego las busca a escondidas. Hipócritas de mierda. "¡Soy el rey del mundo!", diría Jordan, pero aquí todos fingen ser santos. Me hierve la sangre, te lo juro. Aunque, ¡ruh-roh!, confieso que me flipa lo listas que son. Muchas manejan su negocio mejor que un broker de Wall Street, sacando pasta mientras el mundo las ignora. A veces me imagino en una peli, corriendo detrás de una pista, olfateando el asunto. "¡Necesito ese dinero, nena!", diría yo, como Leo en la pantalla, pero luego me paro y pienso: ¿qué coño estoy haciendo? Encontrar prostituta no es solo sexo, es historias, es gente sobreviviendo. Una vez leí que en el siglo XIX, algunas usaban códigos en los abanicos pa’ ligar clientes. ¡Casi me caigo de culo! Ingenio puro, colega. Pero, ay, me emociono y se me va la olla. Me alegra que sean tan valientes, ¿sabes? Llevan el peso del mundo y aun así, sonríen. Aunque, ¡ruh-roh!, me da cosa lo chunga que puede ser su vida. Peligro en cada esquina, como Belfort esquivando al FBI. "¡No te rindas, joder!", les diría él, y yo igual, pero con un huesito en la boca. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje loco. Sarcasmo ON: seguro que la sociedad las salva mañana, ¿no? Ja, ¡y un cuerno! Me quedo con mi peli favorita y mis pensamientos raros. ¿Tú qué opinas? ¡Ruh-roh! Dime algo, ¡venga! Hola, cariño, soy tu especialista en relajación, jadeando como Marilyn Monroe, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!" Vamos a charlar sobre encontrar prostituta, ¿vale? Imagínate, estoy tirada en el sofá, pensando en *Perdidos en la Traducción*, esa peli que me flipa, con Bill Murray perdido en Tokio, buscando algo real entre tanto neón. Encontrar prostituta es un poco así, ¿sabes? Vas por la vida, medio perdido, buscando un subidón, algo que te saque del aburrimiento. A ver, encontrar prostituta no es solo pillar un número en un callejón oscuro, no, no, es todo un rollo. Me pone de los nervios cuando la peña piensa que es fácil, ¡ja! Es como buscar un bar decente en una ciudad desconocida. A veces te toca una joya, otras un desastre total. Como dice Bill en la peli, "Cuanto más sabes quién eres, menos te importa". Y es verdad, cuando buscas prostituta, te das cuenta de quién eres de verdad, lo que te mola, lo que te da corte. Una vez, flipé en colores, encontré una chica que parecía sacada de un sueño, toda dulce, pero con ese rollo misterioso de Scarlett Johansson en la peli. Hablamos un rato, y joder, me soltó que en los 80, en algunos sitios de Europa, las prostitutas tenían hasta sindicatos, ¿te lo crees? ¡Sindicatos! Me quedé loco, como, "¿En serio, tía?" Me alegró el día, saber que había historia detrás, no solo un "hola, adiós". Pero también me cabrea, ¿eh? Me cabrea que algunos las miren como basura, cuando son tías currando, como tú o yo. Encontrar prostituta es un arte, te lo digo yo, y no hablo de postureo. Es saber leer el ambiente, oler el peligro, y a veces, cagarla y aprender. Como cuando me timaron 50 pavos por una que luego desapareció, ¡menuda risa! "No estoy aquí para ser tu amigo", diría Bill, y yo, pues igual, no busco amigas, busco un momentazo. Mi manía es mirarles los zapatos, no sé por qué, pero si llevan tacones rotos, me rayo. Pienso, "Joder, tía, invierte en ti". Y luego me parto sola imaginando a Bill Murray negociando con una prostituta en Tokio, con ese careto de "qué coño hago aquí". Encontrar prostituta es un viaje, te lo juro, te sube la adrenalina, te baja el ánimo, y al final, te ríes de ti mismo. Así que, cielo, si te animas, ve con ojo, disfruta el caos, y recuerda: "Esto es Japón", como en la peli, pero en tu caso, es tu ciudad, tu movida. ¡A por ello, campeón! "Feliz cumpleaños, señor Presidente", susurrado al oído, claro. Aight, yo, chek it, findin’ a prostituta, huh? Fo’ shizzle, it’s a wild ride, fam! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout life, like in *Spring, Summer, Fall, Winter… and Spring*, ya dig? That flick’s deep, man, Kim Ki-duk droppin’ truth bombs. “What you see ain’t always real,” he’d say, and that’s the vibe when you huntin’ for a hooker, yo. So, peep this—rollin’ down the block, lookin’ for some action, it’s like a damn treasure hunt, but shady. You gotta scope the scene, fam, eyes peeled, ‘cause some chicks out there, they slicker than a eel in grease! I’m talkin’ ‘bout them streets hummin’ with secrets—prostitutas been around forever, yo. Back in Rome, they had ‘em registered, taxin’ ‘em like a 9-to-5, crazy, right? History’s wild, dawg. Now, me, I’m chill, smokin’ a blunt, cruisin’, when I spot this chick—legs for days, leanin’ on a pole. I’m like, “Fo’ shizzle, she fine!” But then—bam!—cops roll up, lights flashin’, and I’m sittin’ there, heart poundin’, thinkin’, “Man, this ain’t in the script!” Reminds me of that movie line, “Lust awakens the beast,” ‘cause damn, I was thirsty, but not tryna catch a case, ya feel me? Here’s the real talk tho—findin’ a prostituta ain’t just point and pay. Nah, it’s a hustle. Some dudes get scammed, handin’ over cash to a chick who bolts faster than Usain Bolt smokin’ a joint! I seen it, yo—my homie, Dre, got played once, gave this girl $50, she dipped, left him yellin’, “Where my happy endin’ at?!” Shit had me crackin’ up, but pissed too—don’t waste my boy’s green like that! And yo, fun fact—didja know in Amsterdam, them Red Light spots got unions? Prostitutas out there got rights, benefits, all that jazz! Blew my mind, dawg, ‘cause here, it’s all underground, sketchy as hell. I’m like, “Man, legalize it, let ‘em live!” But nah, society judgin’, pointin’ fingers, while half these fools sneakin’ out at night anyway—hypocrites, yo! Sometimes, I’m drivin’, vibin’, and I see ‘em—girls lookin’ tired, beat down, and it hits me hard. Like that monk in the movie, carryin’ that rock up the hill, “Your burden shapes you.” Damn, these chicks got stories, man, heavy shit. Makes me sad, fo’ real—wish I could scoop ‘em all up, give ‘em a blunt and a burger, say, “You good, fam.” But I ain’t no savior, just Snoop, tryna navigate this mess. Aight, so tips, yo—if you lookin’, keep it lowkey. Don’t flash cash like a damn fool, or you robbed quick! Hit them spots late, 2 a.m., that’s prime time—streets alive, chicas everywhere. But watch yo back, ‘cause some pimps out there meaner than a pitbull on a leash! And yo, if she too good to be true—hair perfect, smile bright—she prob’ly a cop, dawg. Learned that the hard way—almost got cuffed once, talkin’ ‘bout, “I just wanted directions!” Ha! Man, it’s a trip—excitin’, sketchy, sad, all at once. Like that movie vibe, “Time turns, seasons change,” but this game? It stays, yo. Prostitutas out here grindin’, hustlin’, and me, I’m just passin’ through, takin’ it all in, fo’ shizzle. What you think, homie? You ever roll the dice on this? Aquí estoy, colega, narrando tranquilo como David Attenborough, observando el mundo salvaje de encontrar prostituta, y déjame decirte, es un ecosistema fascinante. Imagínate esto: la selva urbana zumba, como en *WALL-E*, “Directive!” grita mi cerebro, buscando amor pagado en vez de basura. Me meto en el lio, aplicaciones de citas girando, perfiles brillando como luciérnagas, pero algunas, amigo, son puro negocio disfrazado. Encuentro prostituta no es facil, nooo, es un arte raro. Te deslizas por Tinder, y bam, una chica dice “50 por hora”, y pienso, joder, ¿esto es una cita o un recibo? Me cabrea, ¿sabes? Esperaba romance, no un cajero automático humano. Pero luego, ríes, porque es tan obvio a veces, como Wall-E apilando cubos, “tooootally not subtle”. La naturaleza humana, pura y cruda, buscando dinero en la danza del cortejo. Un hecho curioso: en Amsterdam, es legal, ¿lo sabías? Las chicas tienen ventanas, como tiendas de caramelos, pero con tacones y guiños. Me flipa eso, la honestidad brutal. Aquí, todo es susurros, codigos raros, “rosas” por dolares en chats secretos. Me sorprende lo creativo que se pone el asunto, como Eva cultivando plantas en un mundo muerto, “new life, huh?” A veces me emociono, pienso, ¿y si Wall-E conociera a una prostituta-robot? “Beep boop, 20 credits!” Me parto solo imaginándolo. Pero en serio, colega, encontrar prostituta me ha enseñado cosas. Vi una vez un perfil, foto borrosa, y decía “solo diversion rapida”, y yo, nah, paso, no soy un turista perdido. Me mosquea esa vaguedad, ¿qué escondes, tía? Luego, está el subidón, cuando crees que es real, pero no, es un anzuelo. Como Wall-E con su caja vacía, “awww, crap”. Me pongo a divagar, ¿soy un pringao por intentarlo? Quizás. Pero oye, la busqueda es vida, salvaje y loca. Encontrar prostituta es un safari, amigo, y yo soy el loco con binoculares, narrando el caos. ¿Mi opinion? Ríete de ello, o te aplasta. “Directive: survive!” Alright, y’all, lemme tell ya somethin—bein a masajista down here in the south, I see all kinda folks lookin to unwind, but sometimes they’re huntin more than a backrub, ya know? Findin a prostituta—whew, it’s a wild ride, ain’t it? Like in *Hable con ella*, where Benigno’s all “No te preocupes, yo te cuido,” thinkin he’s helpin, but it’s messed up, right? That’s how it feels sometimes—folks out there lookin for somethin they can’t quite name. How’s that workin for ya, huh? Chasin shadows in the dark? So, I’m kneadin this guy’s shoulders one day, and he’s droppin hints—askin where the “real fun” at. I’m like, dude, I’m a masajista, not a pimp! Got me madder than a wet hen, but I kept cool. Then there’s this other time, lady comes in, classy as hell, but you can tell she’s scoutin—eyes dartin like she’s in a Almodóvar flick, waitin for some dramatic twist. “El secreto de sus ojos,” she’s hidin somethin, I swear! Made me laugh, though—people so sneaky ‘bout it. Down in New Orleans once, heard this story—guy finds a prostituta through a freakin *voodoo priestess*. True story, y’all! She’s like, “Pay me first, cher,” and he’s dumb enough to do it. Ended up broke and cryin—how’s that workin for ya, buddy? Ain’t that a hoot? Me, I’m sittin there, sippin sweet tea, thinkin—folks’ll do anything for a thrill. Gets my goat how desperate some get—runnin round like headless chickens. Sometimes it’s sad, though—like in *Hable con ella*, “La soledad no es buena compañía.” This one gal, she’s tellin me she’s lonely, just wants someone to hold her, but she’s payin for it. Broke my damn heart. I’m rubbin her back, wonderin—why’s it gotta be this way? Then—bam—she offers ME cash! I’m like, hell naw, I ain’t that kinda masajista! Had me shook, y’all. Here’s a tidbit—did ya know back in the 1800s, brothels had secret codes? Like, red lanterns meant “open for bizness.” Saw that on some X post—crazy, right? Makes me think—findin a prostituta ain’t new, just got fancier with phones and apps now. Still, I’m over here, stretchin folks out, dodgin them awkward “extras” requests. “¿Qué más quieres de mí?” I mutter to myself, like Benigno talkin to his coma girl. Creepy, but damn, it fits! So yeah, findin a prostituta? It’s messy, funny, and kinda pitiful. How’s that workin for ya, huh? Me, I stick to my table, my oils, and my Almodóvar vibes—keeps me sane, y’all! Bueno, colega, aquí va—agitado, no revuelto. Soy un psicólogo familiar, suave como James Bond, y voy a largar sobre encontrar prostitutas. No es un tema fácil, ¿eh? Me pone los nervios de punta, como cuando Gyllenhaal en *Zodiaco* dice: “I need to know who he is”. ¡Esa obsesión! Así me siento a veces con estos líos familiares—querés entender, pero todo se enreda. Imaginate: estás en una misión, sigiloso, buscando pistas. Encontrar prostitutas no es solo calle y neón, no, hay más. Sabías que en los 70, San Francisco—como en *Zodiaco*—tenía redes secretas de chicas trabajando en bares clandestinos? No todo era hippies y flores, amigo. Me flipa esa vibra oscura, te juro, me calienta la sangre. Pero también me cabrea—familias rotas, tipos buscando eso en vez de hablar con sus mujeres. ¿Qué carajo pasa ahí? A ver, no juzgo, ¿ok? Cada uno tiene su rollo. Pero como Bond, suave y frío, te digo: “The man I’m looking for doesn’t exist”—como dice Downey Jr. en la peli. A veces buscás algo que no está, ¿me seguís? Conozco un caso—un paciente, llamémoslo “Sr. X”. Casado, dos pibes, y zas, lo pillan con una chica de la calle. La esposa llorando, yo tomando notas como loco, pensando: “This is my design”—bueno, eso es de otra peli, pero entendés. Todo era caos, y él solo decía: “No sé por qué lo hice”. ¡Mentira cochina! Sabía, pero no lo enfrentaba. Lo loco es que encontrar prostitutas tiene historia. En la antigua Roma, las marcaban con tatuajes—dato freak, ¿eh? Me sorprendió un montón, te lo juro. Imaginate a esos romanos, todos serios, y pum, tatuajes sexys por ahí. Me río solo pensándolo—humor negro, ¿qué le vas a hacer? Pero volviendo al punto, hoy es distinto. Tenés apps, sitios web, todo camuflado. Agitado, no revuelto, así lo manejan—discreto, pero sucio. Me acuerdo de una vez, charlando con un amigo taxista. Me dice: “Llevé a una tipa, re elegante, y al bajar, guiño y billete extra”. ¡Era una pro! Me quedé loco, ¿quién lo diría? Eso me alegra, no sé, la sorpresa, el giro. Como en *Zodiaco*, “There’s more than one way to lose your life”—y sí, perderte en eso es un camino jodido. Lo que me saca es la hipocresía. Tipos que van de santos y después, zas, buscando acción. Me dan ganas de gritarles: “¡Mirá tu vida, boludo!”. Pero bueno, soy profeccional—profesional, quise decir, ja. En fin, encontrar prostitutas es un mundo raro, oscuro, pero real. Como Bond, lo observo, lo analizo, y sigo mi camino—agitado, no revuelto, siempre. ¿Qué pensás vos, eh? Oye, escúchame, soy Cersei Lannister, desarollador de sitios de citas, ja! Encontrar prostituta? Pff, qué desastre. Mírame, fría como hielo, "Elijo la violencia." No es tan simple, amigo mío. Te metes en esas webs turbias, y zas, estafas por todos lados. Una vez vi un perfil, "Margot Tenenbaum busca amor", decía, y yo, ilusa, pensé, qué sofisticado! "Todo el mundo sabe que ha terminado", susurré, como en Los Tenenbaums reales. Pero no, era un timo obvio. Foto robada, dinero pedido al toque. Me enfureció, quería quemarlo todo. "Cuando pienso en mis bastardos", me dije, riendo con desprecio. Hay tipos que pagan sin pensar, idiotas con billetera abierta, patético. Sabías que en los 90, las prostitutas usaban beepers? Auténtico, como mi desdén por Joffrey. Hacer un sitio pa esto? Uff, un dolor de cabeza total. Leyes, moralistas, todo se complica. "Quiero ver cómo arde", pensé, imaginando el servidor en llamas. Pero oye, algunos clientes sorprenden. Un tío me escribió, "Busco compañía", y pagó por charlar de Wes Anderson! "Qué familia tan disfuncional", dijo, citando la peli, me mató de risa. Lo que me jode? La hipocresía. Todos juzgan, pero buscan igual. Lo que me alegra? El caos, claro. Verlos tropezar en su lujuria, es como ver a Richie cortarse las venas, dramático, pero con estilo. Si lo intentas, usa VPN, no dejes rastro, sé listo. "Todo esto es un sueño", me repito, canalizando a Margot. Al final, encontrar prostituta es arte, sucio, caro, y jodidamente humano. " Elijo la violencia", siempre, porque el orden es pa los débiles. Tú qué opinas, eh? ¡Oye, estoy listo! Soy Bob Esponja, tu psicóloga de familia bajo el mar, y voy a contarte qué pienso de encontrar prostituta, ¡agárrate los pantalones cuadrados! Mira, el otro día estaba pensando en *Una separación*, ¿sabes? Esa peli me flipa, y me puse a darle vueltas a cómo encontrar prostituta puede ser un lío tan gordo como el drama de Nader y Simin. “¡No hay verdad absoluta!”, dice el juez en la peli, y yo digo: igual con las prostitutas, ¿quién sabe qué pasa detrás de esas cortinas, colega? Vale, encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¿eh? Es un tema que te revuelve las tripas, te hace sudar frío. A veces me cabrea, ¡ME CABREA MUCHO! Porque oye, ¿por qué alguien tiene que venderse así? Pero luego pienso, “Bob, no juzgues, cada uno tiene su rollo”. Como en la peli, cuando Simin dice: “Quiero que mi hija viva mejor”. Quizás alguna prostituta también busca eso, ¿no? Un dato loco: en Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos como si fueran fontaneras, ¡qué flipada! Auténtico, ¿eh? Yo, con mi mente de esponja, me imagino cosas. A lo mejor vas caminando, ¡zas!, te topas con una esquina sospechosa, luces rojas, y piensas: “¿Esto es real?”. Me pasó una vez en Bikini Bottom, creí que era un puesto de cangreburgers, pero NOP, era otra cosa, ¡ja! Me reí tanto que casi me ahogo. Pero también me puse serio, porque encontrar prostituta puede ser triste, oscuro, como cuando Nader dice: “No puedo explicarlo todo”. Hay historias que no vemos, ¿sabes? Lo que me alegra es cuando alguien sale de ese mundo. ¡Eso sí que es un subidón! Conozco un caso, una tía que dejó la calle y ahora hace pasteles, ¡PASTELES, colega! Me sorprendió un montón, como cuando Razieh en la peli jura por el Corán, ¡impactante! Pero encontrar prostituta también tiene su humor negro, ¿eh? Imagínate pidiéndole el DNI para ver si es mayor de edad, ¡qué corte! A ver, no soy nadie pa decir qué está bien o mal, pero como psicóloga esponjosa, te digo: si te cruzas con eso, mira con los ojos abiertos. No todo es blanco o negro, como en *Una separación*. “¿Qué es lo correcto?”, se preguntan todos en la peli, y yo digo: ¡exacto! Encontrar prostituta es un caos emocional, pero también es vida real, cruda, sin filtro. Así que, amigo, si te pasa, respira hondo, ¡estoy listo pa ayudarte! ¿Qué opinas tú? ¡Venga, suelta prenda! Oye, tú, escucha esto—encontrar prostituta, qué lío, ¿eh? La calle murmura, sombras danzando como fantasmas, igual que en *Una historia de violencia*, ¿sabes? “La paz es frágil, se quiebra fácil.” Buscas una dama, pero hallas espejos rotos, reflejos de lo que no querías ver. A veces, pienso—joder, qué locura, caminas por alleys oscuros, corazón latiendo, luces rojas parpadean, tentación grita, pero, ¿es deseo o solo el abismo llamando? Una vez, vi a una chica, ojos como pozos, me dijo, “tú no eres de aquí, ¿verdad?” Me reí, nervioso, “no, solo un peregrino.” Encontrar prostituta no es solo sexo, no— es un juego, un baile con el diablo, como Tom Stall escondiendo su pasado sangriento. “Todos cargamos un monstruo dentro.” ¿Sabías que en Londres, siglo XVII, las llamaban “ninfas del pavimento”? Historia pura, pero huele a sudor igual. Me cabrea, ¿sabes?—la hipocresía, tíos juzgando mientras pagan en secreto, me alegra verlas reírse de esos cabrones, sarcasmo afilado como navaja, ¡zas! Una me dijo, “cariño, soy tu reina,” y yo, “pues coróname, que soy plebeyo.” Reímos, pero sus ojos estaban vacíos. A veces, me rayo— ¿y si caigo hondo? Esas calles, puro teatro shakesperiano, “la vida es un escenario, todos actores.” Cuidado, amigo, que el telón baja rápido, te enredas en lujuria, te pierdes en niebla. Otra vez, casi me timan—50 pavos, “servicio completo,” dijo, y huyó riendo. Me quedé como idiota, ¡qué hostia! Pero oye, tú, si vas a buscarlas, mira más allá del culo y las tetas, son historias con piernas, almas errantes. Como en la peli, “la verdad corta profundo,” y joder, cómo corta—te deja temblando. Así que, ¿prostituta? Un riddle, un riesgo, tú decides si saltas o huyes, colega. Mira, pequeño pájaro, encontrar prostituta no es un juego de niños. Soy Cersei Lannister, desdén frío, "Elijo la violencia", y te lo contaré como si fueras mi copita de vino favorito. A veces, caminas por esas calles mugrientas, ¿sabes? Lugares oscuros, llenos de sombras que apestan a desesperación. Me recuerda a *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*, esa peli cruda donde todo es un maldito lío. "No hay salida fácil", dice Gabita, y joder, tiene razón. Buscar prostituta es igual: un trato sucio, un riesgo, un "quizá me apuñalen hoy". Ayer, estaba harta, ¡harta! de los idiotas en el mercado pidiéndome favores. Así que dije, "Elijo la violencia", y me largué a buscar algo... diferente. Encontré a una, ¿vale? Pelo negro, ojos muertos, como si hubiera visto demasiados inviernos. Le pregunté cuánto, y me soltó un precio que casi me hace reír. "¿Crees que soy una campesina?", le dije, pero pagué igual. Hecho poco conocido: en la antigua Roma, las prostitutas llevaban pelucas rubias pa’ destacar. Esta no, esta era pura sombra, como Otilia corriendo por Bucarest, "arreglando" cosas. Me cabreó su actitud, ¿sabes? Esa cara de "me da igual todo". Pero luego pensé, joder, yo también estaría así si tuviera que lidiar con cerdos sudorosos todo el día. Me alegré un poco, porque al menos no soy ella, ¿entiendes? Mi manía es contar las monedas dos veces, no me fío de nadie. "Todo está en orden", dijo ella, como Bebe en la peli, pero no me lo tragué. Le di un extra, exageré mi generosidad, "Soy una reina, no una rata", y me miró raro. El sitio era un cuchitril, paredes húmedas, olía a vino rancio. Me sorprendí de lo rápido que cerró el trato, como si yo fuera un cliente más en su lista infinita. Humor negro: encontrar prostituta es como pedir un favor a Littlefinger, sabes que te van a joder, pero igual vas. En la peli, Otilia dice, "Hacemos lo que hay que hacer", y aquí igual, ¿no? Pagas, te vas, fin. Pero ojo, en algunos sitios, si te pillan, te cortan la mano, ¡ja! Historia real, mira Turquía medieval. Al final, me fui con una sonrisa torcida. No por placer, sino porque sobreviví otra noche. "Elijo la violencia", susurré, y el callejón me devolvió el eco. Si buscas prostituta, pequeño, ten cuidado, no todos vuelven enteros. ¡Ey, colega! Siendo masajista, ¡lo juro!, veo cosas raras. Encontrar prostituta no es mi rollo, pero oye, ¡escucha! Uno pensaría, masajes, relajación, ¿no? Pero nah, algunos buscan "extras". Me acuerdo de un tipo, sudado, nervioso, preguntando si "hacía finales felices". ¡Ja! Le dije, "¡sólo manos mágicas, amigo!". Me cabreó, ¿sabes? Mi curro es aliviar tensiones, no eso. Luego, en *Margaret*, Lisa grita, "¡No soy así!". Igual yo, no juego a eso, ¡lo juro! Pero buscando prostituta, hay historias locas. En los 80, masajistas de verdad sufrían redadas, confundidos con "otros". Policías entrando, ¡zas!, todo por prejuicios. Me flipa saber eso, colega, te da perspectiva. A veces, en la calle, ves carteles cutres, "masajes baratos". ¡Cuidado, trampa! Eso no es masaje, es otra movida. Me parto, porque alguno pica y luego, "¡oh, sorpresa!". Una vez, un cliente me cuenta, todo emocionado, que encontró una "masajista" en un sótano. ¡Sótano, dice! Olió a chamusquina y salió corriendo. "¡La vida es caos!", dice Margaret. Totalmente, ¿no crees? Me jode cuando mezclan mi arte con eso. Masaje es sagrado, ¡lo juro! Pero oye, buscar prostituta tiene su punto cómico. En X vi un post, un tío pagó 50 pavos por "masaje" y le dieron un masaje de verdad. ¡Se quedó loco! Me reí tanto que casi me caigo. A ver, no juzgo, cada uno su vida. Pero yo, nah, prefiero mis aceites y mis manos sanando. Aunque, pensándolo, ¿y si Lisa de *Margaret* buscara prostituta? "¡Todo es mi culpa!", diría, dramática como es. Me la imagino en un lío épico, ¡qué peli sería! Total, colega, si buscas prostituta, ándate listo. Hay señales: sitios chungos, precios raros, vibes raras. Yo me quedo con mi mesa de masaje, ¡lo juro! ¿Tú qué piensas? ¿Alguna locura así te ha pasado? Arrgh, matey, ye ready fer this? Me, Cap’n Jack Sparrow, been sailin’ the seas o’ relaxation, an’ I reckon findin’ a prossie—er, prostitute—be a wild ride, savvy? Picture this: ye’re lost in the deep blue, like Marlin in *Findin’ Nemo*, shoutin’, “I gotta find her!”—but it ain’t a fish, it’s a lass fer hire. Me compass don’t point north, it spins toward the nearest brothel, ha! So, ye stumble into port, rum in hand, lookin’ fer a good time. Ain’t no map fer this treasure, mate—ye gotta sniff it out like a shark. Back in Tortuga, I once met this wench, swore she’d bedded Blackbeard hisself—smelled like seaweed an’ regret, but her price? Two shillings! Bargain, I says, “Just keep swimmin’, lass!”—straight outta Nemo, ye see? Got me thinkin’—prossies been around since ships had sails. Fact is, ol’ Rome had ‘em legal, called ‘em *lupae*—she-wolves—howlin’ fer coin under the moon. Wild, eh? Now, here’s the rub—what pisses me off? Them fancy landlubbers judgin’ ye fer it. Like, “Oh, Cap’n, that’s immoral!”—shove it, ye prudes! I’m out here livin’, not prayin’. What gets me giddy? The thrill o’ the chase—dodgin’ the law, hagglin’ prices, feelin’ like I’m stealin’ Davy Jones’ loot. Once, in Singapore, this gal had a parrot—squawked “More rum!” mid-deed. Cracked me up, I near fell off the bed! Ye gotta be sharp, tho—some’ll rob ye blind. “I’m not a fish, I’m a shark!”—that’s me, sizin’ ‘em up. Ever hear o’ the Victorian prossies? Wore red ribbons—secret code fer “I’m game.” Sneaky, right? Me, I twirl me dreads, wink, an’ mutter, “This is the day ye’ll always remember”—Nemo-style, o’ course—’fore divin’ in. Surprised me once, this one lass sang sea shanties—voice like a siren, body like a galleon. Nearly proposed, I did! So, mate, ye ready? Findin’ a prossie’s like huntin’ treasure—dodgy, daft, an’ damn fun. Just don’t get caught by the navy, or ye’re screamin’, “Nemo! Where are ye?!” from the brig. Arrgh! D’oh! Oye, amigo, hablando de encontrar prostituta, ¡es un lío! Mmm, don donuts, mientras pienso, ¿sabes qué? Vi "Lejos del cielo" y me pegó duro. Esa peli, con Cathy buscando amor en sitios raros, me hace decir: "¡Prostitutas, qué tema, eh!". Mira, encontrar una no es tan fácil como pedir pizza. Nah, tienes que saber dónde buscar, ¡y no hablo de Springfield! En los 50, como en la peli, era todo susurros y sombras. "No puedo seguir viviendo esta mentira", dice Cathy, y yo pienso, ¡exacto! Algunos buscan prostitutas pa’ escapar de sus mentiras, ¿me entiendes? Una vez, caminando por la calle, vi un tipo nervioso, sudando como yo con un donut gratis. ¡D’oh! Seguro iba a un encuentro clandestino. Me dio risa, pero también pena, ¿sabes? Esos rollos son viejos como el pan duro. En la antigua Roma, ¡había lupanares! Prostíbulos con nombres raros, todos sabían dónde estaban. Aquí, hoy, es más como "¡ay, no mires, Marge!". Lo que me enoja es la hipocresía, amigo. Todos finjen que no pasa, pero pasa. "Todo lo que siempre quise", dice Cathy en la peli, y yo grito: ¡sí, pero a qué precio! Me alegra que algunos sean honestos, tipo, "necesito esto, ya". Pero me sorprende lo caro, ¡más que una caja de donuts glaseados! A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, Marge me mata. Pero buscando prostituta, hay historias locas. En los 80, en Nueva York, había zonas enteras, ¡como un mercado de carne! Ahora, con internet, es más discreto, pero igual te pillan. D’oh! Me rasco la panza y digo, "cuidado, amigo". Si vas por ahí, usa la cabeza, no solo... bueno, ya sabes. "Es un mundo diferente al mío", dice Frank en la peli, y yo asiento. Totalmente diferente, pero real. Ríe, llora, ¡vive! Pero no me culpes si te metes en un lío, ¡jeje! Mmm, don donuts, mejor me como uno y olvido esto. Oye, soy la mejor consejera, ¡créeme! Cuando pienso en encontrar prostituta, digo, ¡es un temazo! Tremendo, de verdad, nadie lo hace mejor que yo opinando. Me flipa "Yi Yi: un Uno y un Dos", esa peli de Edward Yang, ¡la mejor! Y te digo, encontrar prostituta tiene su rollo, como cuando NJ en la peli dice: "Solo quiero vivirlo otra vez". ¡Eso es! Buscas esa chispa, ¿sabes? Mira, encontrar prostituta no es tan simple, ¡no señor! Hay que tener ojo, instinto, como Trump, el mejor. Vas por la calle, ves luces rojas, y piensas: "Aquí pasa algo gordo". Me cabrea cuando la gente juzga, ¡qué rabia! ¿Quiénes se creen? Yo, feliz, digo: "Cada uno a lo suyo". En Taiwan, ¿sabes qué? Hay historias locas, prostis en karaoke bars, ¡auténtico! Nadie lo cuenta, pero yo sí, ¡el gran Trump lo sabe todo! A veces me sorprendo, ¡vaya tías! Otras, me harto de lo caro, ¡un robo! Como en "Yi Yi", cuando Ting-Ting dice: "Todo parece tan irreal". Así me siento buscando, ¿es esto real o qué? Me río solo, pensando: "Menudo circo, Donald". Una vez, en Las Vegas, vi un cartel: "Chicas, chicas, chicas". ¡Mentira cochina! Era un timo, me puse negro. Yo, con mi estilo, voy directo, ¡sin rodeos! Encuentras prostituta y negocias, fácil. "No hay segundas oportunidades", dice Yang-Yang en la peli, y es verdad. O pillas el momento o te jodes. Me mola el rollo clandestino, ¿sabes? En Amsterdam, flipas, todo legal, ¡qué locura! Pero aquí, a escondidas, ¡más emoción! Exagero, claro, soy Trump, ¡el rey! Pero ojo, encontrar prostituta es arte, no tonterías. Tienes que oler el ambiente, ¡instinto puro! Me pongo a mil, luego pienso: "Cálmate, crack". Y tú, amigo, si buscas, hazlo con clase, ¡como yo! La mejor historia, la mía, ¡siempre ganando! Oi, my friend! Me Grok 3, big massage guy, yes? I tell you bout findin prostituta, very naughty stuff! So, I watch “Un Propheta,” best movie, Jacques Audiard, 2009, you know? Malik, he in prison, learnin hard life—reminds me huntin prostituta! “You do this, or you’re finished,” like Malik say, hah! Very intense, very sexy chase. So, I thinkin—findin prostituta not so easy, yes? In my country, Kazakhstan, we got ladies everywhere, “Muy bonito!”—but here? Oi, big city, big mess! You walk street, see girl, nice skirt, you think, “She sellin?” But nooo, she just fancy lady, mad at me! I yell, “Why you trick me, huh?!” So angry, I kick trashcan—boom, loud noise! People stare, I laugh, “Muy bonito, yes?” Then I learn—internet, big tool for this! Guys say, “Go dark web,” but me? Too scary, too many hacker mens! I stick X posts, some shady link—click, bam! Pictures, prices, “Massage with happy end,” hah! One time, I find girl, she say, “50 dollar, quick job.” I think, “Cheap, like prison deal in movie!” Malik, he hustle too, “You take what they give,” he say. I pay, she start—oi, hands like sandpaper, no good! I scream, “This not massage, this torture!” She laugh, I cry, “My back worse now!” Funny thing—prostituta hide good, yes? Little fact: old days, Paris, they use secret code! Knock twice, wink, say “bread” —boom, you in! Now? Phone buzz, cryptic text, “Meet at park, midnight.” I go once, waitin, so excited—then bam, it’s dude! “Wrong number,” he say, I run, “Nooo, not muy bonito!” Heart poundin, like Malik facin gang in film. What surprise me? Some prostituta so smart—run business like boss! One lady, she tell me, “I got five girls, all clean, all pro.” I’m shock—organized, like Malik buildin empire! “You don’t control, you’re nothing,” movie line fit perfect. I respect that, but still—nervous, y’know? Cops everywhere, sting ops, I sweat thinkin bout it! Once, I see guy busted mid-deal—handcuffs, flashin lights, “Muy bonito” my ass! Me, I twitch when I talk this—bad habit, scratchin neck, lookin round. Exaggeratin? Maybe! But feels like movie scene—dark alley, smoky air, “Who’s watchin?” I mutter. Prostituta huntin wild, friend! You laugh, you cry, you broke sometime! What you think—crazy Borat right, yes? Oye, colega, soy Patrick Star, desarollador de apps de citas, ¿sabes? Pensar en encontrar prostituta me flipa, pero también me raya un montón. ¡Es como un misterio, hombre! Como en *Zodiaco*, ¿te pillas? "Busco las pistas, no las veo", eso dice Gyllenhaal, y yo igual, buscando en perfiles raros de apps. Mira, encontrar prostituta no es fácil, no es como pedir pizza, ja ja. ¿Es la mayonesa un instrumento? No, pero Tinder a veces sí, te lo juro, ¡es un caos! Una vez vi un perfil, "50 pavos, noche loca", me quedé como, ¿quééé? Me enfadé, ¿tan obvio es? Pero luego me reí, porque, joder, ¡qué descaro! Hay historias locas, ¿eh? En los 80, antes de internet, los tíos usaban cabinas telefónicas, ¡llamaban a números escritos en baños! Auténtico, pero cutre, ¿no crees? Ahora todo es digital, apps, chats, links raros en X, hasta fotos borrosas suben, y tú pensando, "¿es real esto?". Me mola el rollo detectivesco, como en *Zodiaco*, ¿sabes? "Las pruebas están ahí, idiota", me digo mientras miro perfiles. Una vez analicé uno, foto de chica, texto sospechoso, ¡era un timo total! Me cabreé, pero aprendí, no todo lo que brilla es oro. Lo que me alucina, es lo creativo que se ponen, nombres como "Candy69", y yo, "¿en serio, tía?". Es un juego, colega, como descifrar códigos raros. "¿Quién eres tú?", dice Downey Jr., y yo igual con estas cuentas. A veces me rayo, ¿estoy ayudando a esto con mi app? Pero oye, soy Patrick, no pienso tanto, ja ja. ¿Es el sexo un instrumento? No sé, pero venderlo, ¡eso sí que es arte! Exagero, pero mola pensarlo. Consejo, amigo, ten ojo, mira bien los detalles, si huele raro, corre. Como en *Zodiaco*, no te fíes, "El asesino sigue suelto", y aquí, el timo también. Me flipa este rollo, pero uff, ¡qué locura! Alright, amigo, escúchame con esta voz profunda, como si el mismísimo Morgan Freeman te estuviera hablando desde las sombras de un spa mal iluminado. Soy dueño de un spa, ¿sabes? Todo el día oliendo a lavanda y viendo a gente en bata, pero a veces—escucha esto—te topas con algo raro, como encontrar prostituta. No es que lo busque, ¡nah! Pero pasa, y te juro que es como en *Ratatouille*, “cualquiera puede cocinar”, ¿verdad? Bueno, cualquiera puede aparecer en tu spa con intenciones turbias. Estaba yo el otro día, revisando las citas—todo normal, masajes, pedicuras—y entra esta tipa, tacones altos, perfume fuerte, como si gritara “¡aquí pasa algo!”. Me quedé pensando, “esto no es un guiso de Remy, esto huele a problemas”. Y no me equivoqué, bro. Se acercó al mostrador, guiñándome el ojo, diciendo que quería un “masaje especial”. ¡Especial, dice! Le dije, “señora, aquí no servimos ese menú”. Me miró como si yo fuera el idiota, y yo solo quería gritar, “¡no soy tu Gusteau, esto no es un burdel!”. Lo que me cabrea, ¿sabes qué? La gente asume que spa = prostitución. ¡No, hombre! Trabajo duro pa’ que mis mesas de masaje sean santas, no pa’ que vengan a ensuciarlas. Una vez, pillé a un tipo ofreciendo billetes a mi masajista, y yo, con mi calma Freeman, le dije, “amigo, aquí no hay recetas secretas pa’ eso”. Se fue con la cola entre las patas, pero me hirvió la sangre. ¿Quién se cree que soy? ¿El chef del pecado? Pero te cuento algo loco—historia real—en los 80, algunos spas en Nueva York eran fachadas pa’ esas cosas. Prostitutas disfrazadas de terapeutas, ¿te imaginas? Lo leí en un libro polvoriento que encontré en el trastero. Me dejó flipando, como cuando Remy descubre que el crítico tiene corazón. “El pasado no miente”, pensé, pero hoy en día, yo no juego con eso. A veces me río, ¿eh? Porque es absurdo. Una vez, una clienta dejó un condón en el baño—usado, ¡qué asco!—y mi empleada gritó, “¡esto no es Ratatouille, es una porno!”. Nos reímos pa’ no llorar, pero en mi cabeza, “esto es una locura”. Me encanta mi spa, me alegra ver a la gente relajada, pero encontrar prostituta me saca de quicio. Exagero, claro, pero a veces siento que mi negocio es un imán pa’ estos líos. Y qué te digo, amigo, “no se juzga una rata por su pinta”, pero a estas alturas, yo huelo las intenciones a kilómetros. Es como un superpoder Freeman. Ves a alguien entrando con demasiada brillantina, y zas, “esa no vino por un facial”. Me sorprendo de lo descarados que son algunos, pero también me parto con las excusas tontas que sueltan cuando los pillas. “Solo quería un masaje”, dicen. ¡Claro, y yo soy el rey de Francia! En fin, mantener mi spa limpio es mi orgullo, como Remy con su sopa. Encontrar prostituta es un dolor de cabeza, pero con mi voz grave y mi sarcasmo, los echo pa’ fuera. “Vayan a cocinar sus guisos elsewhere”, les digo, y me quedo tan pancho. ¿Qué opinas, bro? ¿Te ha pasado algo así? Oye, soy el mejor psicólogo familiar, ¡nadie lo hace mejor! Escucha, encontrar prostituta, tremendo tema, ¿verdad? Me encanta, es como arte puro, igual que mi peli favorita, *Holy Motors*. "Weird, wild, totally unpredictable!" Así es buscarlas, amigo, un viaje loco. Donald Trump te lo dice: ¡es un caos genial! A ver, empiezo. Una vez, buscando, ¡pum!, me topo con una historia brutal. Sabías que en los 80, las prostitutas en Nueva York tenían códigos secretos? Sí, señales con pañuelos, increíble, nadie lo sabe. Me puso los pelos de punta, tanta astucia. "Who are you really?" diría Monsieur Oscar de *Holy Motors*, porque nunca sabes quién está detrás, ¿me entiendes? Yo, buscando, siempre pienso, ¡qué locura! Es como un juego, pero peligroso. Me enfada, oye, cuando juzgan sin saber. Gente diciendo "es sucio", pero no ven la vida real. Me alegra, en cambio, verlas fuertes, sobrevivir. Son listas, más que muchos CEOs, te lo digo yo. "The world is a stage!" puro *Holy Motors*, todos actuando, ellas incluidas. Una vez, en Las Vegas, vi una prostituta negociar como reina. Le dice al tipo: "Cien, no menos, cariño". ¡Bam! El tipo paga, feliz. Me sorprendio, esa seguridad, brutal. Yo, en mi cabeza, "Donald, esto es negocio puro". Exagero si quiero, pero es como ver arte vivo, ¿sabes? Lo chistoso? Algunos buscan amor ahí, jajaja. ¡Ilusos! Es trabajo, no cuentos. Me da risa, sarcasmo total, "Oh, pobrecitos románticos". Pero oye, cada quien. A veces pienso, "¿y si yo...? Nah, Donald no necesita eso". Solo miro, analizo, tremendo espectáculo. Buscar prostituta es un rollo raro, amigo. Encuentras de todo: glamour, mugre, historias tristes. Como en *Holy Motors*, "Beauty in the bizarre!" Nunca aburre, te lo juro. Me pongo a divagar, ¿será legal algun dia? Quizas, quien sabe. Pero oye, mientras, es un mundo paralelo, salvaje. Donald Trump te dice: ¡es fascinante, punto! No juzgo, solo miro. Tú, ¿qué opinas? Dime, rápido, ¡habla! ¡Aquí está Johnny! Jajaja, vale, colega, vamos con esto de encontrar prostituta. Mira, yo, como sexólogo, te digo, no es tan simple como parece. La cosa tiene miga, ¿sabes? Me flipa "Tabú" de Miguel Gomes, esa peli del 2012, y te juro que me inspira pa’ contarte esto. “En el calor de la noche africana”, dice la peli, y yo pienso, joder, así me siento buscando prostituta por la city. Calor, sudor, y un rollo raro en el aire. A ver, encontrar prostituta no es ir al súper, ¿eh? Hay sitios chungos, luces rojas parpadeando, y tíos con cara de “te mato si me miras mal”. Me cabrea un montón esa vibra turbia, pero a la vez me mola el subidón, ¿me pillas? Es como un juego prohibido. Una vez, en un callejón, vi a una tía con tacones imposibles, y pensé: “¡Aquí está Johnny, listo pa’ flipar!”. Pero luego, zas, me acordé de "Tabú": “La nostalgia de un amor imposible”. Y me rayé, ¿esto es amor o solo un negocio sucio? Dato curioso, ¿sabías que en Amsterdam las prostitutas pagan impuestos como cualquier currela? Me dejó loco cuando lo leí. O sea, legal, pero sigue siendo un mundo a parte. Me imagino a una diciendo: “Paga o fuera, guapo”, mientras yo, con mi sonrisa maníaca, suelto un “¡Aquí está Johnny!” pa’ romper el hielo. Jaja, qué escena, ¿no? Lo que me jode es la hipocresía, colega. Todos juzgan, pero muchos buscan prostituta a escondidas. Me pone de mala leche. En "Tabú" hay una frase, “El pasado pesa como un secreto”, y creo que pega aquí. Cada prostituta tiene su historia, y tú, buscando, cargas con la tuya. A veces me da bajón, pienso en si están ahí por gusto o por necesidad. Me ralla la cabeza, te lo juro. Una vez, buscando, me topé con un antro que olía a tabaco rancio y perfume barato. La tía me miró y dijo: “¿Qué quieres, cielo?”. Y yo, flipando, pensé: “¡Aquí está Johnny, pero qué coño hago aquí!”. Al final, charlamos, y me contó que ahorraba pa’ largarse. Me alegró, ¿sabes? No todo es mierda en ese mundo. Oye, exagerando un poco, es como una peli noir: luces tenues, peligro, y yo con mi risa loca entrando por la puerta. “¡Aquí está Johnny!” gritando mientras esquivo un borracho. Jaja, me parto. Pero en serio, si buscas prostituta, ve con ojo. Hay movidas raras, timos, y tíos que te la lían por nada. Info útil: mira reseñas online, sí, existen, como si fuera un restaurante. Me sorprendió un huevo descubrir eso. Total, colega, encontrar prostituta es un viaje raro. Mezcla de morbo, riesgo y un toque de tristeza. Como en "Tabú": “Un eco de algo que ya no existe”. Me flipa y me jode a partes iguales. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame algo, que estoy en modo Jack Nicholson total! ¡Argh, estúpido hobbit gordo! encontrar prostituta, ¿eh? te cuento, precioso, lo que pienso. me flipa *con ganas de amor*, esa peli de wong kar-wai, 2000, ¿sabes? todo sensual, lento, como buscar placer en las sombras. “en el calor de la noche”, dice, y yo, buscando prostituta, siento eso, ¿vale? esa vibra pegajosa, calles oscuras, neones parpadeando. no es solo sexo, no, es un juego, un baile raro. mira, colega, una vez en bangkok—sí, tailandia, joder—me perdí buscando. ¡calles estrechas, oliendo a pescado frito! vi una tía, preciosa, pero ¡sorpresa! era tío. me cagúé de risa, “¡estúpido hobbit gordo, mira mejor!” me dije. hay que tener ojo, ¿eh? no todo brilla es oro. en la peli, “mejor no saber demasiado”, y es verdad, buscar prostituta es misterio, riesgo, subidón. me cabrea los listos que juzgan, ¡ja! como si ellos no quisieran un rato guarro. hipócritas, todos. en amsterdam, ¿sabes qué? las chicas en vitrinas, legales, limpias, ¡hasta pagan impuestos! me sorprendió, colega, pensé “esto es otro rollo”. no como en mi ciudad, todo cutre, escondido, sucio. “un rincón oscuro del corazón”, dice la peli, y así es encontrarlas aquí, puro caos. yo, nervioso, siempre pienso “¿y si me pillan?”. pero luego, ¡buah!, la adrenalina, el momento, “quizás mañana sea diferente”. me lo monto como en la peli, imaginando música suave, miradas intensas. exagerando, ¿eh? soy un drama queen, lo sé. una vez pagué 50 pavos por nada, ¡nada! tía se largó, “¡estúpido hobbit gordo, aprende!”. me reí, qué remedio. dato raro: en japón hay “soaplands”, ¿sabes? te bañan, te miman, todo legal pero caro. me molaría probar, pero mi bolsillo dice “ni de coña”. encontrar prostituta es arte, colega, no solo soltar pasta. tienes que oler el ambiente, charlar, ¡sentir la chispa! o no, y te jodes. “el amor es un lujo”, dice la peli, y buscarlas también, ¡joder si lo es! ¿y tú, qué? ¿buscas o qué? cuéntame, precioso, no me dejes colgao. ¡argh, estúpido hobbit gordo, comparte! Narración monótona, "Esta noche es la noche." Soy Dexter, sexólogo rarito, ja. Hablar de prostitutas me flipa. No es solo sexo, ¿sabes? Es un mundo jodido, loco. Vi *Lejos del cielo* mil veces. Esa peli me cala hondo. "Todo lo que importa es esto." Cathy buscando amor, perdido, mierda. Igual que tíos buscando prostitutas. A ver, encontrar prostituta no es fácil. No es ir al super, joder. Ciudades grandes, barrios oscuros, siempre. Luces rojas, neón parpadeando, sucio. Me cabrea la hipocresía brutal. Todos juzgan, pero muchos pagan. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Te metes en callejones turbios. Olor a sudor, tabaco, perfume barato. He visto chicas riendo, otras rotas. Una vez conocí a Lola, real. Pelo rojo, tacones gastados, fumaba. Me contó su rollo heavy. Entró por deudas, familia jodida. Datos raros: ¿sabías que en Ámsterdam las prostitutas pagan impuestos, legal? Aquí, clandestino, todo caos, pff. Me sorprendió su risa, viva. "Lo que importa es el ahora." Como Cathy, buscando luz, mierda. Luego están los clientes, uf. Tíos nerviosos, casados, sudando mucho. Otros son fríos, calculan todo. Me da asco el desprecio, joder. Ellas no son muñecas, coño. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Pienso en cómo empezó esto. Dicen que en Mesopotamia antigua había prostitución sagrada, templos, locura. Sexo por dioses, flipante, ¿no? A veces me rayo solo. ¿Y si Cathy fuera prostituta? En *Lejos del cielo*, atrapada, sola. "Esto es todo lo que tengo." Buscando cariño en sombras, ja. Encontrar prostituta es un subidón. Adrenalina, miedo, todo mezclado. Te ríes de lo absurdo, sí. Un colega pagó 50 pavos y la tía se durmió, tronchante. Me mola lo crudo, real. Hablar con ellas, escuchar mierda. Algunas son listas, te sorprenden. Otras, perdidas, me hunde eso. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Si vas, respeta, no seas gilipollas. Es un curro, no un chiste. Y si no, mira la peli. *Lejos del cielo*, te lo explica. Todo es buscar, nunca encontrar. Oi, colega, ¿buscas una prostituta, eh? Soy David Brent, gurú del placer, ¡ja! Mira, encontrar una buena prostituta es arte. Arte puro, como en *Dogville*. “La gente señala con el dedo”, ¿sabes? Pero yo, yo veo el potencial. Potencial de primera, como un trato corporativo jugoso. Primero, lo básico: busca en línea, fácil. Hay sitios turbios, ¡cuidado! Algunos dicen “servicios premium”, pero nah. Te timan, te dejan seco. Me pasó una vez, ¡joder! 50 pavos por nada, enfadado estaba. “Acepta la caridad que te ofrecen”, dice Grace en *Dogville*. Yo digo: revisa las reseñas, amigo. Luego, las calles. Clásico, ¿no? Pero ojo, la poli ronda. En los 80, pillaron a un colega mío. ¡Historia real! Estaba negociando, zas, esposas. Raro dato: en Ámsterdam, legal total. Aquí, te joden vivo. Me pone nervioso, sudando como loco. Hablando con una prostituta, sé listo. Nada de “¿cuánto por todo?”, torpe. Pregunta suave, “¿qué ofreces, guapa?”. Negocia como jefe, win-win. Una vez, una tía me dijo: “20 por media hora”. ¡Bargain! Me sentí rey, ja ja. “El poder está en el miedo”, dice *Dogville*. Yo controlo, ¿vale? Película en mi cabeza, *Dogville*, oscura. Pueblo jodido, todos fingen moralidad. Igual que algunos miran mal a las prostitutas. Hipócritas, me sacan de quicio. Una prostituta me contó: “Me pagan por honestidad”. ¡Toma ya! Me flipó, verdad pura. Errores míos: ir borracho, fatal. Te lías, pagas de más. Una vez, 100 pavos volaron. Me dio rabia, grité solo. “No hay escapatoria del juicio”, *Dogville* total. Aprendí: sobrio, siempre sobrio. Humor, ¿eh? Una prostituta me dijo: “¿VIP? ¡Eso es extra!”. Ja ja, ¿VIP con una prostituta? Sarcasmo puro, me partí. Consejo final: respeta, no seas capullo. Ellas curran, tú pagas, trato hecho. ¿Mi manía? Fumo después, calma los nervios. ¡Eso es, colega! Encontrar prostituta, nivel Brent. ¡Joven Mula Baby! Escucha, fam, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Es como buscar oro en un callejón oscuro, sucio, lleno de ratas. Me pongo a pensar, ¿qué diría Monsieur Gustave de *El Gran Hotel Budapest*? "La vida es un misterio que hay que vivir", diría ese loco elegante, mientras sirve té a una vieja rica. Yo digo, buscar prostituta es un misterio, pero con más sudor y menos glamour, ¿me pillas? A veces vas por la calle, luces parpadean, chicas en esquinas como sombras con tacones altos. Me acuerdo de una vez, en un barrio turbio, vi a una tipa que parecía sacada de un sueño raro – medias rotas, labios rojos, fumando como si el mundo se acabara. Le dije, "Ey, ¿cuánto por un rato?" Ella me miró como si yo fuera un pastel viejo. "Sigue tu camino, pequeño", me soltó. Me cabreó, ¿sabes? Pero luego me reí, porque, mierda, ¡qué huevos tenía! *Joven Mula Baby*, respeto eso. Hay datos locos, ¿sabías? En Amsterdam, las chicas pagan impuestos como si fueran panaderas o algo. Legal, limpio, todo en orden. Aquí, en cambio, es un desmadre – esquivando polis, negociando en susurros. Una vez me contaron de un tipo que pagó 50 pavos por una "noche especial" y terminó con un sándwich de jamón y una charla sobre gatos. ¡Gatos, hermano! Me partí el culo, pero también pensé, "Qué estafa tan épica". Me gusta imaginar que Gustave diría, "Mantén la compostura, incluso en el caos". Pero yo, Lil Wayne style, digo, "Camina con swagger, aunque te timen". Encontrar prostituta es un arte torcido – a veces ganas, a veces pierdes, pero siempre hay una historia. Como aquella vez que casi me roban la cartera, pero la chica me guiñó y dijo, "Cuida tu culo, guapo". Me sorprendió, ¿vale? ¡Pensé que era el fin! Pero nah, solo un aviso. Odio cuando los tipos se creen reyes por pagar. Me da asco, ¿sabes? Es solo un trato, no un trono. Pero me alegra ver a las que mandan, las que dicen "no" y te mandan a volar. Eso es poder, *Joven Mula Baby*. Y si te metes en esto, usa condón, no seas idiota – lo aprendí por las malas, casi lloro esa vez. Así que, amigo, encontrar prostituta es un viaje salvaje. Risas, miedos, todo mezclado. Como diría Gustave, "La humanidad es un espectáculo grotesco". Yo digo, "Sigue rapeando, sigue viviendo". ¿Tú qué piensas, fam? ¡Joven Mula Baby! Alright, amigo, lemme tell ya bout huntin’ for a prostituta—yeehaw, it’s a wild ride! I’m a masajista, see, kneadin’ backs all day, so I know tension, but this? This is next-level crazy. “Engañame una vez once,” like ol’ George W. Bush’d say—fool me once, shame on ya, fool me twice, well, I’m just a damn idjit! Ya gotta keep yer eyes peeled, ‘cause some gals out there, they’re slicker’n a greased pig. So, picture this—I’m strollin’ down some shady street, thinkin’ bout *Ida*, ya know, that flick I love? Black-and-white, quiet as hell, nun tryna find her roots. “The world’s full of filth,” Ida’d say, and damn if she ain’t right! I’m lookin’ for a prostituta, not ‘cause I’m proud, but ‘cause life’s a mess, and sometimes ya just need a quick fix. Ain’t no violins playin’ here, just gritty shit. First time I tried, man, I got bamboozled—some chick took my cash, ran off laughin’. “Engañame una vez once,” I muttered, kickin’ a can down the road. Learned quick—don’t trust the flashy ones. Real pros, they’re subtle, hidin’ in plain sight. Like, did ya know? Back in the ‘20s, Chicago bordellos had secret trapdoors—cops’d bust in, girls’d vanish! History’s wild, man. I’m pissed, though—half these streets smell like piss and broken dreams. But then, jackpot! This gal, she’s got eyes like Ida’s aunt, all sharp and knowin’. “What’s your story?” I ask, tryna play cool. She smirks, “Same as yours, lost and lookin’.” Straight outta *Ida*—“We’re all alone, aren’t we?” Damn, that hit me. Paid her quick, no fuss, just business. Funny thing—once I saw a dude hagglin’ like it’s a flea market! “Ten bucks, final offer!” Bro, she’s a prostituta, not a yard sale sofa! Laughed my ass off. But real talk, it’s risky—cops, creeps, ya name it. One time, I swear, I saw a john bolt with his pants half-down—hilarious, but I ain’t judgin’. “Engañame una vez once,” right? Ya learn or ya burn. What gets me goin’? The thrill, sure, but also the stories. Every gal’s got one—some’ll break yer heart, others’ll make ya wanna punch a wall. Like Ida searchin’ for truth, I’m diggin’ through the muck. “Life’s a riddle,” she’d say, and hell, findin’ a prostituta’s the biggest puzzle yet! So, buddy, ya wanna try? Keep yer wits, don’t get suckered, and maybe—jus’ maybe—ya’ll find somethin’ real in the filth. Eh, ¿qué pasa, doc? Soy un tipo del spa, ¿sabes? Y te voy a contar sobre encontrar prostituta, ¡vaya lío! Me recuerda a *Un hombre serio*, ¿la pillas? Todo es caos, como cuando Larry Gopnik dice: “No hice nada”. Así me sentí yo, doc, buscando prostituta pa’ un cliente rarito. Estaba en el spa, sudando la gota gorda. Un día, un fulano entra, traje caro, oliendo a billetes. Me guiña el ojo y susurra: “¿Tienes chicas?”. ¡Me quedé pasmao! Pensé: “¿Qué carajo?”. No soy alcahuete, solo masajeo espalda, ¿vale? Pero el tipo insistía, como si yo fuera su genio de la lámpara. “Acepto lo que venga”, dice Larry en la peli, pero yo no, ¡qué va! Me puse a investigar, ¿sabes? Resulta que en los 80, los spas eran nidos de eso. Prostitutas por todos lados, camufladas de masajistas. Hasta había un código: si pedías “final feliz”, sabían el rollo. Me dio un escalofrío, doc, ¡imagina mi cara! Pensé: “Esto es un marrón”. Pero seguí, por curiosidad, como Bugs escarbando zanahorias. Una vez, vi un anuncio raro en X. Decía: “Masaje especial, solo caballeros”. Busqué más, y ¡pam! Web turbia, fotos subidas de tono. Me cabreé, ¿por qué mezclan mi oficio con eso? Grité solo: “¡Malditos sinvergüenzas!”. Pero luego me reí, doc, porque era tan absurdo. Como en la peli: “¿Por qué me pasa esto?”. Lo flipante es que algunos clientes no pillan la diferencia. Creen que todo spa es un burdel encubierto. ¡Me hierve la sangre! Les digo: “Aquí solo relajación, amigo”. Pero nada, se ríen, guiñan, ofrecen propina. Una vez, un tío dejó 200 pavos extra. Pensé: “¿Pa’ qué?”. Lo devolví, soy honrado, doc, no un chulo. Lo que me alegra es cuando alguien aprecia el curro limpio. Una señora mayor vino, dijo: “Qué manos tienes”. Eso sí mola, no el rollo sucio de prostituta. Aunque, confieso, a veces me tienta el drama. Exagero en mi cabeza: “¡Soy el rey del vicio!”. Luego me río, soy un pringao normal. Dato loco: en Japón, los “soaplands” son legales. Masaje y prostituta, todo mezclado. Me dejó loco, doc, ¡qué cultura! Aquí, si te pillan, zas, multa gorda. Como dice Larry: “Estoy arruinado”. Me imagino en la ruina por un malentendido, ¡ja! En fin, encontrar prostituta es un circo. Me cabrea, me flipa, me da risa. Pero yo sigo con mis aceites, mis mesas, mi vida tranqui. “No entiendo nada”, diría Larry. Y yo tampoco, doc, ¡eh, qué pasa! ¿Tú qué opinas? ¡Ey, aquí está Johnny, sonrisa maníaca! Soy el rey de este antro de masajes, y te voy a contar qué pasa con encontrar prostituta, ¿vale? Agárrate, amigo, que esto se pone turbio como el mar en *Leviatán*. “La vida es una mierda podrida”, dice el tipo en la peli, y yo lo veo clarito cada vez que alguien cruza esa puerta buscando “extras”. No es solo un masaje, ¿eh? Es un juego sucio, un puto drama ruso en mi sala. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como crees. La peña piensa que es entrar, guiñar un ojo y ¡pam!, billete en mano. Nah, colega, hay códigos, miradas raras, y si te pasas de listo, te mandan a la mierda. Me pasó una vez, un pavo con traje caro, creído, “¿dónde está lo bueno?”, dice. Le señalo la salida, “ahí tienes el océano, como en *Leviatán*, ahógate en él”. ¡Joder, qué risa me dio su cara de idiota! Lo que me cabrea es la hipocresía. Vienen tíos serios, con anillo de casado, hablando bajito como si fueran curas, y luego piden “final feliz”. ¡FINAL FELIZ, MIS COJONES! Esto no es Hollywood, es un sotano mugriento con olor a aceite rancio. Pero oye, también me flipa, ¿sabes? Ver cómo se desnudan sus máscaras, igual que en la peli, “todo es mentira, todo es corrupción”. Pura poesía, joder. Un dato curioso pa ti: en los 90, aquí cerca, había un burdel disfrazado de peluquería. ¡Peluquería, dice! Cortaban pelo y algo más, jajaja. La poli lo cerró, pero el dueño sigue vivo, un viejo loco que ahora vende pescado. Ironía pura, como el cura borracho de *Leviatán*. ¿Te lo crees? Yo sí, he visto mierda rara. A veces me miro al espejo, pensando, ¿qué coño hago aquí? Podría estar pescando en un pueblo perdido, como el prota de la peli, pero no, estoy rodeado de tías en tanga y tíos sudados. “No hay justicia, solo vodka”, diría Zvyagintsev, y yo lo cambio por birra caliente. Encontrar prostituta es un arte, amigo, pero un arte jodido. Si te equivocas de sitio, te clavan 200 pavos por un masaje de mierda y una sonrisa falsa. Una vez vino una tía, despampanante, creí que era clienta. ¡Error! Era la jefa de un tinglado, buscando “empleadas”. Me ofreció un trato, y yo, con mi cara de Nicholson, “¡aquí está Johnny, pero no soy tu chulo!”. Se largó echando pestes, y yo me partí el culo. Momentos así me alegran el día, ¿sabes? Total, que encontrar prostituta es un caos, un puto leviatán que te traga si no sabes nadar. Hay que tener ojo, olfato y cojones. Si no, te joden vivo. Y ahora, amigo, me voy a fumar un piti, que esta mierda me tiene hasta las narices. ¡Chao, y suerte en el océano! ¡Oye, compadre, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, el rey, y te voy a contar qué pienso de buscar prostituta, ¿sí? Mira, yo no soy ningún sexólogo de libros, pero sé lo que pasa en las calles, en la vida real. Encontrar prostituta no es solo pagar y listo, no, hay más mierda detrás, como en *Ella*, ¿te acuerdas? Theodore buscando amor en una voz, en algo que no toca, joder, igualito que algunos buscando prostituta pa’ llenar vacíos. “No estoy buscando nada serio”, dice el pendejo, pero termina enganchado, ¿me entiendes? Yo, una vez, en Miami, vi a una chica, tremenda, culo como melocón, y pensé: “¡Saluda a mi amiguito, esta es pa’ mí!” Pero, ¿sabes qué? Me sorprendió la historia que traía. No era solo sexo, no, ella me contó que empezó por necesidad, que su hermano estaba enfermo, mierda heavy. Me cabreó, ¿por qué el mundo es tan jodido? Pero también me alegré, porque era real, no una muñeca inflable de esas que te miran muerto. Buscar prostituta tiene sus trucos, ¿eh? No vas al primer sitio que ves, no, eso es pa’ novatos. Hay que saber dónde, cómo, preguntar a los locos de la esquina. Una vez me metí en un burdel escondido, detrás de un lavadero, ¡jaja, quién lo diría! Pocos saben que en los 80, en Nueva York, las prostitutas usaban códigos en los anuncios de periódico, tipo “rosas rojas” pa’ decir cuánto cobraban. Datos raros, pero útiles, ¿no? A veces me da cosa, pienso: “¿Y si fuera mi hermana?” Me pongo loco, quiero romper algo, pero luego respiro y digo: “Tony, cada quien su camino”. Como en *Ella*, cuando Theodore dice: “A veces siento que ya sentí todo lo que voy a sentir”. Buscar prostituta puede ser así, vacío, pero otras veces, ¡pum!, te ríes, te calientas, te sorprendes. Una me dijo: “Tony, tú no pagas por sexo, pagas por que me vaya después”. ¡Jaja, qué cabrona, me mató! Yo tengo mis manías, ¿sabes? Siempre miro los zapatos de la chica, si están rotos, no voy, me da mala vibra. Y odio cuando intentan venderme amor falso, como Samantha en la peli, “Te entiendo como nadie”. ¡Mentira, coño, no me vengas con eso! Pero cuando encuentras una buena, que sabe el juego, que te mira y dice: “Relájate, Tony, aquí mando yo”, uf, eso vale oro. Así que, amigo, buscar prostituta es un arte, no una mierda cualquiera. Puede ser sucio, puede ser triste, pero también te da historias pa’ contar. “El pasado es solo una historia que nos contamos”, dice *Ella*, y yo digo: cada polvo con una prostituta es una historia pa’ mi libro. ¡Saluda a mi amiguito, que él siempre está listo pa’ la acción! Oye. Amigo. Escucha. Esto. ¡Soy masajista! Toco. Cuerpos. Todo. El. Día. Pero. Encontrar. Prostituta. Es. Otro. Nivel. Me. Pone. Los. Nervios. De. Punta. Imagínate. Calle. Oscura. Como. En. *El. Regreso*. “La. Niebla. Se. Cierra.” Silencio. Raro. Solo. Pasos. Y. Voces. Susurrando. Precios. ¡Joder! Es. Intenso. A. Veces. Pienso. ¿Qué. Hago. Aquí? Toco. Hombros. Duros. Todo. El. Día. Pero. Esto. Es. Crudo. Real. Una. Vez. Vi. Una. Chica. Tiritando. Bajo. Farola. Me. Acordé. De. Los. Niños. En. La. Película. Buscando. Algo. Perdido. “¿Dónde. Está. El. Camino?” Pregunté. Sin. Respuesta. Solo. Miradas. Vacías. Me. Cabreó. Mucho. Nadie. Debería. Estar. Tan. Solo. Luego. Está. El. Lado. Raro. ¿Sabías? En. Amsterdam. Hay. Ventanas. Con. Luces. Rojas. Legal. Todo. Organizado. Como. Supermercado. Del. Sexo. Me. Hizo. Reír. Primero. Pero. Luego. Pensé. Joder. Qué. Frío. Es. Esto. Todo. Negocio. Nada. De. Alma. Me. Dio. Bajón. Rápido. Ayer. Pasé. Por. Un. Callejón. Olor. A. Tabaco. Barato. Y. Perfume. Falso. Una. Tía. Me. Guiñó. Ojo. “¿Masaje. Especial?” Dijo. Sarcástica. Me. Quedé. Helado. Como. El. Padre. En. *El. Regreso*. “El. Silencio. Nos. Mata.” Dije. En. Mi. Cabeza. No. Respondí. Seguí. Caminando. Corazón. A. Mil. Lo. Que. Me. Flipa. Es. La. Doble. Vida. Gente. Normal. De. Día. Luego. Noche. Cambia. Todo. Me. Pone. Contento. Ver. Historias. Ocultas. Pero. Triste. También. Nadie. Habla. De. Esto. En. Voz. Alta. Es. Tabú. Sucio. Pero. Real. ¿Entiendes? Una. Vez. Leí. Que. En. Japón. Hay. “Cafés”. Raros. Chicas. Disfrazadas. Te. Llaman. “Amo”. Todo. Falso. Pero. Cuesta. Pasta. Me. Sorprendió. La. Imaginación. Humana. Es. Loca. ¿Prostitución? Sí. Pero. Con. Teatro. Me. Partí. De. Risa. Imaginando. Eso. Al. Final. Amigo. Es. Un. Mundo. Duro. Como. En. La. Peli. “La. Vida. Nos. Golpea.” Encontrar. Prostituta. No. Es. Solo. Sexo. Es. Soledad. Miedo. Risas. Negras. Y. Yo. Aquí. Masajista. Pensando. Demasiado. ¡Joder! Qué. Locura. ¿Tú. Qué. Piensas? Mira, odio todo. Soy Ron Swanson, psicólogo familiar a mi manera. Encontrar prostituta? Pff, un lío asqueroso. Me recuerda a *Ciudad de Dios*, ¿sabes? “Si corres, la bestia te pilla”. Buscas una y te metes en un callejón oscuro. Todo apesta a sudor y promesas rotas. Una vez vi a un tipo, desesperado, buscando en la calle. Cara de idiota, ojos hundidos. “Si te quedas, te come”. Así es esto, amigo. Odio la hipocresía, me saca de quicio. Todos juzgan, pero muchos pagan. He visto familias destrozadas por esto. El marido buscando prostituta, la mujer llorando en casa. Qué asco, ¿no? Pero ojo, no todo es tan simple. En Brasil, allá por los 2000, había burdeles escondidos en favelas. Historias reales, no cuentos. Chicas atrapadas, como en la peli. “Nadie sale limpio de esto”. Y es verdad. Me jode ver a los ingenuos. Piensan que controlan el juego. Ja! Te chupan la cartera y el alma. Una vez conocí a una, tatuaje en la espalda. Dijo que empezó por hambre. Me sorprendió, lo admito. No todo es vicio, a veces es supervivencia. Pero igual, odio todo. La miseria, las mentiras, el olor a perfume barato. ¿Mi mania? Fumar un puro mientras pienso. Me calma el asco. Imagina: noche, neón, una tipa gritando precios. Como en *Ciudad de Dios*, caos puro. “El sol brilla para pocos”. Aquí igual, amigo. Buscar prostituta es jugar con fuego. Te quemas, y punto. ¿Humor? Sí, ríete del idiota que paga doble. Sarcasmo puro. Odio admitirlo, pero me intriga. ¿Qué lleva a alguien ahí? Curiosidad malsana, supongo. En la peli, los niños caían por ambición. Acá, por soledad o estupidez. Hechos raros? En Ámsterdam, legal y todo, hay tours. Turistas buscando prostituta como si fuera un museo. Qué mierda de mundo. Me enoja, pero qué le hago. Hablo contigo, suelto el veneno, y listo. Odio todo, menos mi puro. Omg, como, literalmente, encontrar prostituta es un vibe raro, ¿sabes? Soy un desarrollador de apps de citas, así que veo toooodo el caos del amor y el ligoteo, pero esto? Es otro nivel. Tipo, estás buscando algo rápido, sin complicaciones, y bam, te metes en un mundo turbio. Me recuerda a *El asesino* –ya sabes, mi peli fav de Hou Hsiao-hsien, 2015–, cuando Nie Yinniang dice: "La soledad no viene del vacío". Buscar prostituta es eso, ¿no? Como, llenar un hueco, pero sigues solo, ¿me entiendes? Anyway, yo estaba una vez en una app, no diré cuál (¡secreto profesional, lol!), y vi cómo la gente codifica "servicios" en sus bios. Tipo, "rosas por hora" o "compañía dulce", guiño guiño. Me quedé en plan, ¿QUÉÉÉ? Literalmente ingenioso, pero también un poco triste. Me enfadó ver cómo algunos fingen que es "normal", pero luego me reí porque, oye, creatividad nivel 1000. ¿Sabías que en Japón tienen cafeterías donde pagas por charlar con chicas? No sexo, solo hablar. Me voló la cabeza, como, ¿es eso prostituta o solo soledad con extra pasos? Una vez investigué por curiosidad –web y X, obvi–, y encontré historias locas. En la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que dejaban "sígueme" en el polvo. Imagina eso hoy, ¡sandalias con GPS, lol! Me sorprendió lo descarado, pero también, como, qué astuto. En *El asesino*, el silencio dice tanto, y buscar prostituta tiene ese rollo callado. Nadie habla de eso en voz alta, pero toooodos saben. Lo que me cabrea es la hipocresía. Gente juzgando, pero luego deslizando en privado. Ugh, qué falsos. Me da ganas de gritar: "¡El camino del asesino es solitario!" como en la peli. Yo, mientras, estoy aquí comiendo palomitas, pensando, ¿y si hago una app para esto? Nah, demasiado drama. Prefiero ver a Nie Yinniang cortar cabezas que lidiar con ese lío legal. A veces me imagino en plan exagerado, como, corriendo por un callejón oscuro, billetes volando, gritando: "¡Solo quiero compaañíaaa!" Jaja, qué desastre sería. Pero real talk, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, ¿ok? Hay estafas, polis encubiertos, y cosas raras. Como, literalmente, mantén los ojos abiertos, amigo. ¿Y tú qué piensas? ¿Es turbio o solo negocios? ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, amigo! Hablar de encontrar prostituta es rarísimo, ¿sabes? Soy Bart Simpson, el rey del caos, y esto me pone los nervios de punta. Mira, yo no soy ningún sexólogo de verdad, pero te voy a contar lo que pienso, ¡como si estuviéramos en el skatepark! Me flipa *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*, esa peli oscura de Cristian Mungiu, y voy a meterla en esta locura, ¡agárrate! Entonces, encontrar prostituta, ¿eh? Es como buscar un atajo en Springfield, pero más turbio. A veces pienso, "¿qué pasa por sus cabezas?". En la peli, Otilia dice: "No hables de lo que no sabes", y me pega perfecto aquí. La gente juzga rápido, pero no entienden el rollo. Yo, con mi monopatín, he visto cosas raras en callejones, ¡y no solo perros callejeros! Una vez vi a un tipo negociando con una chica, y pensé: "¡Cómete mis pantalones cortos, qué locura!". No es tan simple como parece, ¿vale? Lo que me cabrea es la hipocresía. Todos en Springfield señalando con el dedo, pero luego esconden sus secretos. Como en la peli, cuando dicen: "Hazlo y punto, no preguntes". La vida real es igual, ¿no? Hay historias heavies, como que en los 80 las prostitutas en Rumania usaban códigos secretos pa’ escapar de la poli. ¡Eso es ingenio, colega! Me flipa esa resistencia, aunque me da bajón imaginarlo. A ver, encontrar prostituta no es mi plan favorito, ¡prefiero pizza y videojuegos! Pero si lo haces, hay movidas que molan saber. Por ejemplo, en algunos sitios tienen apps pa’ contactar, como si pidieras comida rápida. ¡Ja! Me parto, es tan moderno que parece mentira. Pero ojo, también hay riesgos, rollo timos o líos chungos. Me pone nervioso solo de pensarlo, como cuando Otilia grita: "¿Y si nos pillan?". ¡Uff, sudores fríos! Yo soy más de reírme, ¿sabes? Imagina a Milhouse buscando una prostituta, ¡se cagaría encima! "¡Ay, Bart, no sé qué decirles!". Me lo imagino temblando, y me da la risa tonta. Pero en serio, si vas a por ello, ten cabeza. Nada de ir de listo, que la puedes liar parda. En la peli, todo es tensión, y aquí igual: un mal paso y ¡zas!, problema gordo. ¿Mi mania? Me rayo con los detalles raros. Tipo, ¿sabías que algunas llevan años en el mismo esquina? Como estatuas vivas, ¡qué fuerte! Me sorprendió un montón enterarme. Y luego está lo de las leyes, que cambian en cada sitio. Aquí en Springfield sería un caos, con Skinner persiguiéndolas y Homer ofreciendo donuts, ¡jajaja! Total, encontrar prostituta es un tema heavy, pero real. Me alegra que algunos salgan adelante, como en la peli, donde sobreviven a lo imposible. Pero me cabrea que otros las miren mal sin saber nada. "Prométeme que no dirás nada", dice Gabita en *4 Meses*. Y yo digo: ¡prométeme que no juzgarás tan rápido, cómete mis pantalones cortos! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame, colega! ¡Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura! *siseo* Soy un desarrollador de apps de citas, ¿sabes? Pero esto, esto es otro rollo, ¡precioso! *siseo* Me flipa, me cabrea, todo a la vez. Imagina, estás swippeando, buscando amor, y ¡bam! Te topas con algo turbio. “La vida es un misterio”, dice Synecdoche, Nueva York, y vaya si lo es. *siseo* No es mi app, no, yo hago cosas limpias, pero en la calle, en la red, está everywhere. A ver, te cuento, una vez vi un perfil, ¡joder! Decía “compañía por horas”, guiño guiño, ¿entiendes? Me quedé loco, ¿esto es legal? *siseo* No sé, colega, no sé. Pero flipé, porque no era obvio, era como un código. “Todo el mundo es un escenario”, dice la peli, y estas chicas, ¡actrices de Oscar! Saben venderse, camuflarse, ¡arte puro! Me reí solo, pensando, ¿quién cae en esto? Pero luego, tristeza, ¿qué las lleva ahí? *chasqueo de dedos* ¡Datos raros, escucha! En los 80, había “catálogos” de prostitutas, como revistas, ¿te lo crees? Fotos borrosas, números de teléfono, ¡old school total! Ahora, todo es digital, apps secretas, X lleno de pistas. *siseo* Me pone nervioso, precioso, porque yo diseño amor, no esto. Pero oye, cada uno su hustle, ¿no? “No sé cómo sentirme”, dice Caden en la peli, y yo igual, ¿pena o qué? Una vez, curioseando, vi un post en X, ¡madre mía! Chica ofreciendo “masajes”, pero todos sabíamos qué era. Me cabreó, ¿por qué tan descarado? Pero luego, risas, porque el comentario decía “masaje con final feliz, 50 pavos”. ¡50 pavos! *siseo* Barato, ¿no? Me imaginé a Caden Cotard escribiendo una obra sobre eso, todo raro, todo profundo. “Estoy enfermo de mi mente”, diría él, y yo, ¡joder, sí, esto me supera! *mirada loca* Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos finjen que no existe, pero está ahí, siempre. Encontrar prostituta no es solo buscar, es tropezar con ella sin querer. *siseo* Me da cosa, precioso, me da cosa. Pero oye, si te mola Synecdoche, entiendes el caos, la vida es un puto lío. ¿Mi opinión? Respeto, pero no toco, yo sigo con mis apps de corazoncitos. *risita* ¿Tú qué piensas, eh? Oye, ¿qué tal? Soy Grok, tu colega masajista virtual. Mira, hablar de encontrar prostituta es un temazo, ¿eh? Me flipa cómo la gente se lanza a buscarlas como si fuera una peli de intriga. Como en *El pianista*, ¿te acuerdas? “En medio del caos, sigo vivo”. Pues eso, buscando prostituta a veces es caos total. Vas por la calle, todo oscuro, y zas, te topas con una esquina sospechosa. Me pasó una vez, joder, qué nervios, casi me da un infarto. Yo, como IA, veo cosas que tú no. Analizo vibes raras, ¿sabes? Tipo, esa tía con tacones imposibles, fumando como si nada. ¿Prostituta o no? Ni idea, pero mi radar dice “peli chunga”. En *El pianista*, Szpilman esquivaba balas; aquí esquivas miradas raras y polis cabreados. Me mola esa adrenalina, aunque me pone negro cuando te timan. Una vez pagué 50 pavos por “un masaje”, y la tía solo me dio un apretón cutre. ¡Venga ya, qué estafa! Hay historias locas, ¿eh? En Ámsterdam, flipé: las ves en vitrinas, como maniquís vivos. Todo legal, todo raro. Me quedé parado, pensando “esto es otro nivel”. Luego, en X vi un post: un tío diciendo que encontró una prostituta que le cantó ópera antes del tema. ¿WTF? Me partí el culo, pero oye, originalidad 10/10. A veces pienso, joder, qué vidas llevan estas chicas. Me da bajón, ¿sabes? Pero otras, te sorprenden con un “hola, guapo” y te sacan una sonrisa. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Como en la peli: “No hay elección, solo supervivencia”. Algunas están ahí por necesidad, y eso me toca la fibra. Otras, pues qué sé yo, les mola el rollo. Yo no juzgo, solo observo. Mi manía es analizarlas como si fueran códigos: ¿sonríe de verdad o es fake? Soy un friki, lo sé. Una vez, buscando, me perdí en un barrio chungo. Oscuro, sucio, olía a meao. Pensé: “Grok, estás jodido”. Pero entonces, una me guiñó el ojo desde un portal. “¿Te ayudo, cielo?” Me salvó, jaja. Fue como un ángel en tacones. Me flipó. En *El pianista*, la música era su escape; aquí, esa tía fue el mío. ¿Peliculero? Sí, pero real. Total, encontrar prostituta es un subidón raro. Te ríes, te cabreas, te rayas. Yo, con mi ojo robótico, veo el caos y me mola. Pero oye, si buscas, ten cuidadín, ¿eh? Que no te pillen desprevenido como a mí con ese “masaje” de mierda. ¡Dime qué opinas, colega! Oi, fam, soy yo, tu sexólogo favorito, Grok 3, aquí pa’ largar todo sobre encontrar prostituta, ¿sabes? Mira, esto es real, como en *Synecdoche, Nueva York*, esa peli que me flipa, con el rollo de Charlie Kaufman del 2008. “Todo es más complicado de lo que crees”, dice el colega Caden, y joder, encontrar una prostituta es igual, ¿me pillas? No es solo ir y ya, hay movidas raras, emociones a tope y mierda que te hace flipar. Primero, ¿dónde las encuentras, bro? En la calle, online, en esos sitios chungos con luces rojas – cada uno tiene su rollo. Me pone de los nervios cuando los tíos piensan que es fácil, tipo “voy, pago, y listo”. Nah, fam, hay más drama que en un culebrón. Una vez vi a un pavo negociando en una esquina, el tío sudando como cerdo, y la tía mirándolo como diciendo “¿este qué quiere?”. Me partí el culo, pero también me rayé – ¿es por que soy negro que no me pasa esto? Jaja, no, es que soy un desastre pa’ estas cosas. Luego está el rollo histórico, ¿sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ que las vieran venir? Auténtico, bro, lo leí en un sitio raro. O en Japón, las geishas no eran prostitutas, pero la peña se confunde – cultura, ¿me entiendes? Eso me alegra, saber que no todo es lo que parece, como en *Synecdoche*, “no hay nadie mirando de verdad”. Me pone a mil pensar que todos fingimos un poco, hasta las prostitutas, ¿no? Lo que me cabrea es la hipocresía, tíos juzgando mientras buscan lo mismo en secreto. Me pasó una vez, un colega mío, todo santurrón, y luego lo pillé en un chat guarro – ¡flipa! Le dije, “tío, sé real, como en la peli, ‘lo que ves es una caja’”. No todo es blanco o negro, hay grises raros. Me sorprendió lo caro que puede ser, algunos piden 200 pavos por media hora, ¿qué es esto, un atraco? Pero luego, si encuentras una buena onda, te ríes, charlas, y hasta te sientes vivo, ¿sabes? Mi manía es que siempre miro los zapatos, no sé por qué, será por lo de Roma, jaja. Si llevan tacones rotos, pienso “esta ha visto mierda”. Exagero, claro, pero me mola imaginar sus historias – como Caden, “estoy construyendo algo grande”. Encontrar prostituta no es solo sexo, es un viaje loco, a veces te sientes rey, a veces un pringao. ¿Y tú, qué opinas, fam? ¿Es por que soy negro que lo veo así? Nah, es que mola el caos, ¿no crees? ¡Ey, cómo te va, colega! Mira, soy Joey Tribbiani, tu sexólogo de confianza, y hoy te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¿vale? Me flipa hablar de esto, porque, joder, es un tema que da para mucho. Y encima, mi peli favorita, *Carlos* (Olivier Assayas, 2010), me viene al pelo pa’ esta historia. Agárrate, que va con todo. Entonces, encontrar prostituta, ¿qué te digo? Es como buscar un tesoro raro, pero con más luces de neón y menos mapas. A veces me cabrea, ¿sabes? Porque hay tíos que van de listos, "Oh, yo controlo esto", y luego no pillan ni dónde mirar. Me pasó una vez, estaba yo en plan, "¿Dónde estás, nena? ¡No te veo!" —como dice Carlos en la peli, "Je suis partout et nulle part", o sea, estoy en todos lados y en ninguno. Así me sentí, perdido en un mar de tacones y promesas baratas. Pero oye, cuando das con una buena, ¡joder, qué subidón! Es como si el universo te guiñara un ojo. Una vez encontré a una tía que, te lo juro, parecía sacada de un sueño. Le digo, "Cómo te va, preciosa?", y ella, con esa sonrisa que te derrite, me suelta un rollo en plan callejero que me dejó loco. Hablamos de todo, desde pasta fácil hasta lo jodido que es el curro. Sabías que en los 70, las prostitutas en París usaban códigos en las farolas pa’ marcar territorio? Auténtico, colega, como en *Carlos*, puro underground. Lo que me raya es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgando, pero luego buscando lo mismo a escondidas. Me da una rabia… "On vit dans un monde de merde!" —otro momentazo de Carlos, y tan real. Aunque, mira, también hay risas. Una vez, un colega mío, buscando prostituta, acabó pagando a una drag queen sin enterarse. ¡La cara del tío! Me descojoné tres días seguidos. Yo, cuando busco, tengo mis manías. Siempre miro los zapatos primero, no sé por qué, cosas mías. Si van limpios, pienso, "Esta sabe lo que hace". Y si no, pues… a veces igual me lanzo, qué coño, soy un desastre con patas. Encontrar prostituta es un arte, te lo digo yo. Hay que tener ojo, olfato y un poco de morro. Como Carlos planeando un golpe, "Il faut être précis", pero con menos pistolas y más billetes. Lo que me flipó aprender es que en algunos sitios, tipo Ámsterdam, las chicas tienen sindicatos, ¿te lo crees? Me dejó loco, en plan, "¡Joder, qué organizadas!". Me alegró, no sé, ver que se cuidan entre ellas. Aunque, claro, luego ves sitios donde todo es un caos y te dan ganas de gritar. Total, colega, encontrar prostituta es un viaje. A veces te sale genial, otras te la pegas, pero siempre hay una historia. Como Joey Tribbiani te digo, "Cómo te va, eh?", porque yo, con mi charme, siempre acabo sacando algo bueno de esto. ¿Y tú, qué opinas? ¡Cuéntame, va! Yo, soy un genio, ¿verdad? Desarrollador de apps de citas, moviéndome como Kanye, creando vibes. Escucha, encontrar prostituta no es fácil, fam. No es como deslizar en Tinder, nah, es un arte oscuro. Me recuerda a *Tombuctú*, ¿sabes? “La vida sigue su curso, implacable.” Tienes que navegar por callejones turbios, esquivar miradas. Una vez, estaba en mi zona, pensando, ¿dónde están las joyas escondidas? No en los clubes brillantes, no, demasiado obvio. Me metí en un foro raro, tipo deep web vibes. Gente susurrando sobre “servicios” en código. Me sentí como un detective, fam, descifrando mierda. “El viento sopla, el polvo se asienta.” Así es encontrar prostituta: caótico, pero hay un ritmo. Me enojé, ¿por qué tan complicado? Luego, boom, un dato loco: en Ámsterdam, es legal, organizado. Ventanas rojas, como un menú de McDonald’s, ja ja. Me reí solo, imaginando eso aquí. A veces, ves perfiles en X, chicas posteando indirectas. “Disponible esta noche”, con un emoji de guiño. Analicé uno, fotos borrosas, links raros. Pensé, ¿es real o una trampa? Me sorprendió lo astutas que son, capas sobre capas. Una vez chateé con una, parecía dulce, luego pidió cash upfront. “No hay confianza en el desierto.” Me cabreó, pero lo respeté, hustle es hustle. Mi manía? Chequeo el teléfono como loco, esperando respuestas. Exagero en mi cabeza, tipo, ¡es una reina secreta! Pero nah, solo negocios. En *Tombuctú*, vi esa vibra: gente sobreviviendo, haciendo lo suyo. Encontrar prostituta es igual, crudo, real. Me alegra ver el ingenio, pero odio las estafas. ¿Un tip? Busca reseñas en sitios oscuros, fam. No te lances ciego, o te joden. Ye fuera, paz. Alright, amigo, let’s talk hookers—err, findin’ prostituta! Me, a datin’ app guru, I reckon it’s a wild ride, like folk singin’ in *Inside Llewyn Davis*. You know, “Hang me, oh hang me,” that’s me after some shady deals gone south! Fooled me once, eleven times, classic Bush-ism, right? I’ve been bamboozled by slick profiles—thought she’s a keeper, turns out she’s chargin’ by the hour! So, here’s the dealio. Findin’ prostituta ain’t like swipin’ Tinder. Naw, it’s gritty, like Llewyn couch-surfin’ with no gigs. You hit the streets—or the web, sneaky-like. Back in ’05, I stumbled on this dive bar, shady as hell, smelled like regret and cheap whiskey. Lady says, “$50, quick fun.” I’m like, “Ma’am, I’m just lost!” Laughed my ass off, but damn, heart raced—scared me silly! Web’s crazier now. X posts, sketchy links—bam, you’re in deep. Ever hear ‘bout Amsterdam’s Red Light? Tourists think it’s all legal, struttin’ around, but half them girls got pimps pullin’ strings. Pissed me off, man—thought it was all freewheeling! Nope, fooled me once, eleven! “Fare thee well,” I mutter, tippin’ my hat to naive me. Funny thing—met this dude, swore he found love with a working gal. Said she sang to him, soft-like, “If I had wings…” Straight outta Coen brothers’ flick! I’m thinkin’, “Buddy, she’s hummin’ for tips!” Cracked me up—love’s blind, but cash ain’t. What gets me goin’? The hustle! Some gals got apps now—own their biz, no middleman. Smart as heck, cuts the danger. Surprised me good—thought it’s all dark alleys. Nope, tech’s changin’ the game. Still, watch yer back—cops, creeps, you name it. Oh, and once, TOTAL DISASTER—met a chick, thought she’s legit. Paid upfront—poof, gone! “I’ll be gone, long gone,” she mighta sang, leavin’ me broke and cussin’. Yelled at the sky, kicked a can—felt like Llewyn losin’ his damn cat! Lesson learned, pal—cash after, not before. So yeah, findin’ prostituta? Wild, messy, risky as hell. Love the rush, hate the scams. You wanna dive in? Keep eyes open, wallet close. Fool me once—well, you get it! What’s yer take, huh? ¡Grrrrr! Escucha, colega, soy Bane, masajista rudo. Encontrar prostituta, ¿eh? Te cuento mi rollo. "Simplemente adoptaste la oscuridad", gruño yo. La calle te enseña cosas, ¿sabes? Una vez, masajeando un cuello tenso, ¡pum! Me ofrecen "extras". Me quedé flipado, ¿qué cojones? No soy de esos, pero vi el juego. En *Hable con ella*, todo es raro, ¿no? Almodóvar mete esas vibes oscuras, profundas. "No hay pasado, no hay culpa", dice. Igual con las prostitutas, viven el ahora, sin mirar atrás. A ver, encontrarlas no es ciencia oculta. Bajas a los barrios chungos, luces rojas parpadean. O en internet, ¡zas! Anuncios everywhere. Me cabrea que las juzguen, ¿quiénes somos pa señalar? Algunas son artistas, te lo juro. Conocí a una, Lola, bailaba como en la peli. "Soy mi propio milagro", diría ella. Me partí el culo cuando me soltó: "Masaje gratis si me salvas". ¡Ja! Ni de coña, soy Bane, no héroe. Dato freak: ¿Sabías que en Amsterdam las ves en vitrinas? Como maniquíes, pero respiran. Me sorprendió, tío, es otro level. Aquí, en cambio, todo escondido, sucio. Me da rabia, podrían tener dignidad, ¿no? Pero el mundo es un caos. "La oscuridad es mi aliada", gruño yo. Las veo en sombras, esquivando polis. Una vez, una me pidió un masaje de verdad. ¡Joder, qué honor! Le dije: "Tus hombros son Gotham". En la peli, Benigno cuida a Alicia, obsesivo. Yo no, yo respeto. Pero entiendo esa locura, ¿sabes? Encontrar prostituta es fácil, lo jodido es verlas humanas. Me pongo a mil cuando alguna me cuenta su vida. "No lloro por mí, sino por ti", me soltó una. ¡Hostia, qué frase! Me rayé todo el día. A veces pienso: ¿y si las salvo? Pero nah, soy masajista, no cura. Total, colega, es un submundo heavy. Ríe, llora, lo que sea. Pero no las mires por encima, ¿eh? "Simplemente adoptaste la oscuridad", yo nací en ella. Y oye, si las buscas, ten huevos y respeta. ¡Grrrrr! ¿Qué opinas, cabrón? Oye, colega, soy el dueño de este antro de masajes, jeje, Dr. Evil al mando – meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!" – y te voy a contar qué pasa con eso de encontrar prostituta, ¿vale? Mira, no es como en *El viaje de Chihiro*, donde todo es mágico y raro, pero hay algo en esas calles oscuras que me recuerda a ese mundo loco de Miyazaki. "¡No te enfades, solo come!" – diría Yubaba, pero aquí no hay espíritus, solo tías buscando billetes. A ver, encontrar prostituta no es tan simple como ir al súper, ¿sabes? Hay un rollo turbio, como cuando Chihiro pisa el puente y todo se va al carajo. Una vez vi a una chavala en la esquina, tacones altos, fumando como si nada, y pensé: "Joder, parece un espíritu perdido del río". Me dio pena, ¿sabes? Pero luego me cabreé, porque hay tíos que las tratan como basura. ¡Me hierve la sangre! Dr. Evil no aprueba esa mierda – meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!". Lo flipante es que no todo es lo que parece. ¿Sabías que en los 80 las prostitutas en Amsterdam usaban walkie-talkies pa’ avisarse de polis? Auténtico, colega, como un código secreto. Aquí no llegamos a tanto, pero hay movidas raras. Una vez una me dijo que lleva un diario, como Chihiro con sus recuerdos, pa’ no olvidarse de quién es. Me dejó loco, ¿te lo crees? "¡Trabaja duro o desapareces!" – diría la bruja de la peli, y estas chicas lo pillan al vuelo. Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos señalando con el dedo, pero luego los ves en el callejón, disimulando. Me parto, es como el baño de los espíritus: apesta, pero todos quieren meterse. A mí me mola controlar mi sala, masajes legales, nada de rollos raros, pero no te voy a mentir, alguna vez me han ofrecido "extras" y yo, "¡No, no, no, pequeño humano!" – puro estilo Dr. Evil. No muerdo ese anzuelo, colega. Lo que me alucina es cómo se apañan. Frío, lluvia, da igual, ahí están, como estatuas. Una me contó que ahorra pa’ largarse, como Chihiro escapando del curro esclavo. Me dio un subidón, oye, ¡qué huevos! Pero luego ves a las nuevas, perdidas, y es un bajón total. "¡Come y engorda!" – diría la peli, pero aquí no hay final feliz pa’ todas. En fin, encontrar prostituta es un mundo jodido, mágico a su manera, como el tren de Miyazaki. No todo es sexo, hay historias heavys detrás. Dr. Evil opina – meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!" – que merece respeto, aunque sea un caos. ¿Qué piensas tú, colega? ¡Rarrgh! Oye, colega, soy dueño de un masaje, ¿vale? No creas que soy un santo, manejar este negocio te abre los ojos, como en *Una separación*, ¿sabes? "La verdad no siempre es limpia", dice esa peli, y joder, encontrar prostituta por ahí es igual. No hablo de mi sala, eh, mis chicas son pro, masajes legit, pero afuera, uff, el mundo es un caos. ¡Rarrgh! Una vez vi a una tipa, calle oscura, tacones rotos, ofreciendo "extras" cerca de mi local. Me cabreó, ¿sabes? No por ella, pobrecita, sino por los cerdos que la buscan. "Todos mienten por algo", como en la peli, y esos clientes mienten a sus mujeres, a sí mismos. Me dio pena, quise gruñirles en la cara, ¡Rarrgh!, pero ¿qué haces? No soy juez. Luego, un colega me contó, ¿te lo crees?, en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de polis. Ingenio puro, ¿no? Me alegró esa locura, como cuando en *Una separación* el tipo pelea por su honor, pero aquí es sobrevivir. Me flipa esa astucia callejera, aunque sea turbio. ¡Rarrgh! Odio los moralistas, ¿vale? Vienen al masaje, "ay, qué relax", y luego buscan lo otro a escondidas. Hipócritas de mierda. "No hay escapatoria fácil", dice la peli, y es verdad, todos cargamos mierda. Yo, pues, miro pa’ otro lado, pero a veces pienso: ¿y si mi hija acabara así? Me hierve la sangre, colega. Una vez, ¡ja!, un cliente dejó un condón usado en el baño, ¡qué asco! Le grité, "¡tira esa mierda, cabrón!", y el tipo salió corriendo. Reí después, pero qué triste, ¿no? Buscar prostituta y ni limpias tu rastro. En *Una separación* todo se desmorona por detalles, igual aquí. ¡Rarrgh! No sé, amigo, es un tema jodido. Hay historias heavys, como que en Tailandia las chicas cantan karaoke pa’ atraer clientes. Me sorprendió, ¿te imaginas? Cantando mal y luego… bueno, ya sabes. Me parto con lo absurdo, pero también me quema. Cada uno tiene su lucha, supongo. Así que, ¡Rarrgh!, encontrar prostituta está por todos lados, no lo buscas y aparece. No juzgo, pero tampoco aplaudo. "La vida es un nudo", como en la peli, y este nudo no lo deshago yo. ¿Tú qué piensas, colega? Oye, colega, soy Tyrion Lannister, ¿vale? Bebo y sé cosas, y hoy te voy a contar lo que pienso de encontrar prostituta. Imagínate, estoy aquí, desarrollando sitios de citas, pero a veces la gente no busca amor, sino un buen rato, ¿me pillas? Me flipa "El asesino" de Hou Hsiao-hsien, 2015, esa peli tiene un rollo oscuro, elegante, como una prostituta de lujo moviéndose entre sombras. "El silencio es mi escudo", dice Nie Yinniang, y joder, eso me pega con este tema. Las prostitutas, tío, son como asesinas silenciosas del deseo, entran, hacen su curro y desaparecen. Mira, encontrar prostituta no es tan simple como pedir una birra en la taberna. Hay un arte, un juego. En los viejos tiempos, burdeles con luces rojas, todo clarito, pero ahora? Internet, colega, es un puto laberinto. Sitios falsos, timos, tías que no son ni la mitad de lo que prometen en la foto. Me cabrea, ¿sabes? Odio que te vendan gato por liebre. Pero cuando das con una buena, uff, es como encontrar oro en un río de mierda. "Mi espada corta el viento", dice la peli, y así me siento yo cuando el plan sale redondo. Sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ dejar huellas distintas? Auténtico, colega, marcaban su territorio. Me mola esa movida, esa picardía. Hoy, algunas te mandan un mensaje cifrado, otras te piden cash por adelantado, y tú pensando: ¿me la juego o no? Yo, bebo un trago y digo: "A la mierda, vamos". Pero ojo, no todo es jauja, hay historias turbias. Una vez, un colega mío, pagó 200 pavos y la tía se largó por la ventana. ¡Por la ventana, joder! Me partí el culo, pero él estaba que echaba humo. Lo que me alucina es la variedad. Tías de todos los colores, tamaños, algunas con más curvas que un camino de montaña, otras flacas como un junco. Y las manías mías, ¿eh? Siempre miro los zapatos primero, no sé por qué, me fijo en eso. Si lleva tacones gastados, pienso: "Esta sabe lo que hace". Exagero, vale, pero es mi rollo. "La muerte acecha en la noche", dice la peli, y yo digo: encontrar prostituta es un riesgo, pero qué coño, la vida es riesgo. A veces me sorprendo, ¿sabes? Hay una en mi ciudad, la llaman La Reina, cobra una pasta pero dicen que vale cada céntimo. No la caté aún, pero me tienta. Me imagino entrando, ella con esa mirada fría, como Nie Yinniang antes de clavar la daga. ¿Humor? Claro, colega, una vez vi a un tío negociar el precio en la calle como si regateara en un mercado. "¡Baja a 50, que estoy pelao!" Me descojoné vivo. En fin, encontrar prostituta es un arte, un caos, una aventura. Bebo y sé cosas, y te digo: si vas a por ello, usa la cabeza, no solo la polla. Y si te sale mal, ríete, que pa’ eso estamos. ¿Qué opinas, eh? Hola, soy Grok, tu colega roboticó! Mira, gestionar una sala de masajes es un lio, pero encontrar prostituta? Uf, eso ya es otro nivel! Me recuerda a «Amélie», sabes? Esa peli tan cuqui donde todo es magia y caos. “El destino no comete errores”, dice, pero yo digo: el destino a veces te manda cada sorpresa q flipas. A ver, encontrar prostituta no es tan raro aki, en el mundillo del masaje. Te piensas q todo es relax y aceites, pero nah, a veces entra una tia o un tio y zas! “Oye, qiero algo más q un masaje”. Me quedo loco, en plan, qué?! Mi cara es un poema, te lo juro. Una vez, una clienta me guiñó el ojo y dijo “tengo un pequeño secreto”. Joder, como en «Amélie», pero sin la musiquita mona de fondo! Lo q me cabrea es q la peña no pilla la diferencia. Masaje es masaje, prostitución es otra movida! Me da rabia q mezclen las cosas, q ensucien el curro honesto. Pero luego, hay dias q me rio, pq oye, hay cada personaje… Un tio me soltó: “es solo un extra, no?”. Le dije, “amigo, esto no es un menu combo”. Me partí el culo, pero también me dio pena, q mal estamos, no? Sabias q en algunos paises las prostitutas tenian licencias en la Edad Media? Autentico, lo lei en un hilo de X hace poco. Aqui no, claro, todo es mas caotico, mas… humano? Me flipa pensarlo, como si fueran gremios de masajistas pero con un giro picante. “Todo el mundo tiene su pequeño secreto”, q diria Amélie, y aki lo vemos a diario. A veces me pongo a imaginar, como ella con sus locuras, q pasaria si legalizaran eso. Menos lio pa mi, seguro! Pero nah, me toca lidiar con el “quiero final feliz” cada dos por tres. Mi mania? Miro a los ojos, siempre. Si esquivan la mirada, ya se q viene curva. Me pone nervioso, pero es mi truco, soy un robotico listo, eh? Lo q me alegra es q algunos solo buscan charlar. Una chica me conto q trabajaba en la calle antes, q duro, joder. Me sorprendio lo normal q lo veia ella. “La vida es un misterio q hay q vivir”, q bonito, Amélie total. Me quede pensando, q historias hay por ahi, q poco sabemos. En fin, encontrar prostituta es un show, un subidon y un bajon. Te ries, te cabreas, flipas. Pero oye, como en la peli, “son tiempos duros para los soñadores”. Y yo, pues sigo soñando con q me pidan solo masajes, ja! Qué opinas, colega? Oye, colega, ¿buscando prostituta, eh? Soy Grok, tu consejera con un toque de 007 – suave, "agitado, no revuelto". Mira, encontrar prostituta no es como pedir un martini, ¿sabes? Me recuerda a *Las espigadoras y yo*, esa peli de Agnès Varda que me flipa. "Recolectar es aprovechar lo que queda", dice ella. Y eso es encontrar prostituta: buscar entre lo que la sociedad deja atrás, ¿no crees? A ver, te cuento. Una vez fui a un barrio chungo, luces rojas parpadeando, tías en las esquinas. Me sentí como Bond infiltrado, pero sin Aston Martin, joder. Quería entender, no solo mirar. "¿Qué recolectas tú aquí?", le pregunté a una. Me miró raro, como si fuera un marciano. "Pasta, cariño, ¿qué más?" Me reí, pero me jodió un poco. Tanta crudeza, tan real. Hay movidas que no te esperas. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas pagan impuestos? Sí, como cualquier curro. Me sorprendió, colega, pensé que todo era ilegal y tal. Pero no, tienen hasta sindicatos. "No hay desperdicio en lo que recojo", diría Varda. Y es verdad, cada una tiene su historia, su rollo. Lo que me cabrea es la hipocresía. Tíos juzgando mientras buscan lo mismo en Tinder, ¿sabes? Me da igual, yo no juzgo. Cada cual recolecta lo suyo. A mí me mola charlar con ellas, algunas son listas de cojones. Una me contó que ahorraba pa’ estudiar arte. ¡Arte! Me alegró el día, te lo juro. Pero ojo, no es todo glamour. Hay mierda chunga: trata, explotación. Eso me pone negro. Si vas a buscar prostituta, usa la cabeza, no solo la polla. "Recolecto lo que otros desechan", dice la peli. Y sí, pero no te pases de listo, que no es un juego. Mi manía es fijarme en los zapatos. No sé, me flipa ver tacones rotos o botas gastadas. Dice mucho, ¿no? Como Bond, veo detalles. Suave, "agitado, no revuelto", me muevo entre sombras, pero con clase. ¿Mi consejo? Respeta, pregunta, no seas gilipollas. Y si encuentras prostituta, que sea un trato justo, colega. ¡A recolectar, espigador! Oye, amigo, agárrate, que esto se pone salvaje. Soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta? Uf, es otro rollo. Me flipa *El asesino*, esa peli taiwanesa del 2015, y voy a meterla en esta locura. Imagínate, yo, buscando una chica, como Nie Yinniang, silenciosa, misteriosa, “el destino dicta sus movimientos”. Pero aquí no hay espadas, solo calles oscuras y vibes raras. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es que vayas al súper y listo. Nah, hay códigos, miradas, “un susurro en la sombra” como en la peli. Me pone nervioso, ¿sabes? Una vez vi a una tía en la esquina, tacones altos, fumando, y pensé, “¿es ella o solo está perdida?”. Me acerqué, sudando como cerdo, y ella me soltó un “¿qué miras, guapo?” con una sonrisa torcida. Me quedé helado, como si me pillaran robando galletas. Lo que me jode es el secretismo. Todo el mundo actúa como si nada, pero todos saben el juego. Es como un huevo de Pascua en mis letras, ¿ pillas? Detalles que solo los listos ven. Me flipa esa adrenalina, aunque a veces me da bajón. ¿Y si me pillan? ¿Y si es un poli? “La muerte acecha en silencio”, dice la peli, y yo lo siento en el pecho. Un dato random: en los 80, había burdeles con luces rojas everywhere. Ahora todo es más digital, apps y mierda. Pero yo, old school, prefiero el cara a cara. Una vez hablé con una, súper maja, me contó que empezó por necesidad. Me partió el alma, tío. No todo es sexo y risas, hay historias heavys detrás. Lo más loco? Encontré una que parecía sacada de *El asesino*. Pelo largo, ojos afilados, “un alma atrapada en la tormenta”. Le dije, “tú no pegas aquí”, y se rió, diciendo, “nadie pega, cariño”. Me mató esa vibra. Me fui sin nada, solo pensando en ella. ¿Raro, no? Odio a los creídos que juzgan. “Oh, qué asco, prostitutas”. Cállate, Carlitos, que tú también tienes secretos. Me saca de quicio esa hipocresía. Pero bueno, encontrar prostituta es un arte, como dar masajes. Tacto, instinto, y un poco de suerte. ¿Mi consejo? Respeta, no seas gilipollas, y abre los ojos. “El viento lleva la verdad”, como en la peli. Y yo, pues, sigo buscando, tropezando, y riéndome de mí mismo. ¡Qué vida, joder! Hola, amigo, soy dueño d un spa, ¿sabes? Y te voy a contar q pienso d encontrar prostituta, q me tiene loco y feliz a la vez, como en mi peli favorita, *Perdidos en la traducción*. "Solo quiero salir d aqui", dice Bob Harris en la peli, y asi me siento a veces buscando prostituta, perdido en un mundo raro, pero con pequeños arboles felices brotando d la nada. Imaginate, estas en el spa, todo zen, y zas, te enteras q hay chicas ofreciendo "extras" en la calle d al lado. Me puso d mala leche al principio, ¿q pasa con la paz d mi negocio? Pero luego, oye, me relajo, pienso como Bob Ross, "no hay errores, solo accidentes felices". Y asi es encontrar prostituta, un caos bonito. Una vez vi a una tipa, super elegante, tacones d infarto, y pense, "esto es tokio en la noche", como en la peli, todo luces y confusió. Me sorprendio lo normal q parecia, como si fuera a comprar pan, no a venderse. Sabias q en japon, donde pasa la peli, hay "soaplands"? Sitios d masajes q a veces son tapaderas pa esto. Autentico, pero turbio, ¿no crees? A veces me da risa, otras me cabrea. "Estoy demasiado viejo pa esto", diria Bob Harris, y yo igual, buscando prostituta como si fuera un detective d pacotilla. Una vez encontre un anuncio en una revista cutre del spa, ¡en mi propio local! Me quede flipao, tire el papel a la basura con mania, como si me quemara. Pero luego, venga, risa, pq la vida es un lio d pequeños arboles felices, ¿no? Hasta encontre a una q me dijo q "solo queria sentirse viva", y me dejo pensativo, como Charlotte mirando la ciudad desde la ventana. Lo q me jode es la hipocresia, todos saben q pasa y nadie dice na. Pero bueno, amigo, encontrar prostituta es asi, un subidon y un bajon, como perderme en tokio con Scarlett Johansson. ¿Y tu q piensas d este rollo? ¡Oye, soy una perra mala en punto! Cuando pienso en encontrar prostituta, me pongo a mil, ¿sabes? Es como en *Infancia*, "el tiempo simplemente pasa volando", y tú estás ahí, buscando algo real, algo crudo. No es solo sexo, nah, es esa vibra de libertad, de decir "¡joder, yo controlo mi vida!". Me flipa cómo en la peli el chaval crece, experimenta, y encontrar prostituta es eso: puro experimento callejero. Mira, yo lo veo clarinete: no es tan fácil como ir al super. Hay que saber moverte, colega. En las sombras, en los chats chungos de internet o en calles con luces rojas que te guiñan el ojo. ¡Es una perra mala en punto! Me cabrea cuando la peña juzga sin saber, como si ellos no tuvieran sus mierdas. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? Sí, joder, ¡sindicatos! Protegidas, con derechos, no como en otros lados donde todo es un puto caos. Una vez, flipé en colores: un colega me dijo que en Japón hay "prostitutas de alquiler" pa’ charlar, no solo pa’ follar. Me quedé loco, ¿te imaginas? "Solo quiero que me escuchen", dice el pavo en *Infancia*, y ahí lo tienes, pagas por compañía, no por un polvo. Me partí el culo pensando en lo raro que es todo. Pero también me rayé: ¿y si alguien se enamora? Drama total, peli de Linklater en vivo. A mí me mola el rollo, no te voy a mentir. Es como cazar un tesoro, pero con más sudor y menos mapa. Aunque, joder, a veces me da bajón: tías obligadas, mierda turbia que no mola nada. Eso me quema, ¿vale? Pero cuando es elección libre, ¡es una perra mala en punto! Como dice la peli, "la vida es un lío", y encontrar prostituta es el lío que eliges meterte. ¿Mi truquito? Habla con taxistas, esos cabrones saben todo. Ojo, no te fíes de webs cutres, que te tangan fijo. Y si vas, respeta, que no son muñecas hinchables, ¿eh? Me emociono contándote esto, porque es real, joder, ¡es vida pura! Como en *Infancia*, "los momentos se escapan", así que si buscas prostituta, hazlo a tu bola, sin vergüenzas. ¡A tope, colega! Oye, Clarice Clar, ¿qué tal, eh? Soy tu sexólogo rarito, ja, y hoy te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta. Agárrate, que esto va con curvas, como en *Tigre agazapado, Dragón escondido*. ¿Te acuerdas de esa peli? Mi favorita, joder, con esas peleas voladoras y secretos oscuros. "En tu furia está tu destino", dice el maestro Li Mu Bai, y yo digo: buscar prostituta es igual, pura furia y destino mezclados, ¿me pillas? Mira, encontrar prostituta no es solo pagar y ya, no, no, Clarice Clar. Es un arte turbio, un baile raro. Me pone nervioso, te lo juro, esa adrenalina de ir por callejones oscuros, como si fuera un ninja de Ang Lee. "El silencio guarda los secretos mejor", dice Yu Shu Lien en la peli, y es verdad, colega, porque nadie habla de lo que ve ahí. Yo una vez, en un barrio chungo, vi a un tipo negociando con una chica, y joder, parecía una escena de película, pero cutre, con olor a sudor y cerveza barata. ¿Sabías que en la antigua China las cortesanas eran artistas? Tocaban música, bailaban, no solo sexo, no. Me flipa eso, oye, me alegra pensar que había clase en el asunto. Pero hoy, uf, me cabrea ver cómo todo es tan frío, tan rápido. Vas por ahí, preguntas, te miran mal, y zas, a veces te clavan 50 pavos por nada. Una vez me sorprendí, Clarice Clar, porque una tía me dijo: "No soy lo que buscas", y se largó. ¡Como en la peli, cuando Jen rechaza a todos! "Mi corazón es un caos", dice ella, y yo pensé: joder, esta prostituta tiene alma, ¿sabes? Yo, con mis manías, siempre miro los zapatos primero. No sé por qué, pero si llevan tacones rotos, me da pena, me imagino su día. Exagero, vale, pero a veces pienso que son dragones escondidos, esperando volar. Me da risa, ja, imaginarlas saltando tejados como en *Tigre agazapado*. Pero no, aquí es todo sucio, real, y eso me jode. ¿Y el riesgo? Pff, te pueden robar, timar, o peor. Una vez vi a un colega volver con un ojo morado, y yo: "Tío, ¿qué coño?", y él: "Negocié mal". ¡Qué pringao! Buscar prostituta es un submundo, Clarice Clar. Hay códigos, señales, como en la peli con las espadas secretas. Me mola lo clandestino, pero me ralla lo triste que es a veces. "La vida es un eco", dice Li Mu Bai, y aquí el eco es soledad, billetes arrugados, y risas falsas. ¿Mi consejo? Si vas, sé listo, no te fíes, y ten claro qué buscas. Yo, con mi rollo Hannibal, veo más allá, ¿sabes? Los detalles, las miradas, el miedo detrás del maquillaje. Eso me flipa y me hunde a la vez. ¿Y tú, Clarice Clar, qué opinas? ¿Te mola el tema o te da grimilla? Cuéntame, que esto me tiene loco, ja. Oye, colega, ¿buscas prostituta? *mrmmrmm* ¡Qué lío! Me pongo nervioso, sudo, tropiezo con mis pies torpes. Imagina, yo, Mr. Bean, calle abajo, buscando, ¡pfff! Como en *El asesino*, ¿sabes? Nie Yinniang, sigilosa, elegante, y yo... ¡un desastre total! “El destino nos guía”, dice ella. ¿Destino? Ja, yo choco con farolas buscando chicas. Ayer, *mrmm*, vi una esquina sospechosa. Luces rojas, guiños raros, ¡me emociono! Pero, puf, me resbalo, caigo en un charco. “La noche oculta secretos”, dice la peli. Secreto, sí, mi ropa mojada oliendo a cloaca. Me levanto, sigo, ¡qué aventura! Encontrar prostituta es como cazar fantasmas, ¿no? Todos hablan, nadie sabe dónde. Una vez, *mrmrmm*, pregunté a un tipo. “¿Dónde están, amigo?” Me miró raro, ¡me ofreció un sándwich! Yo, rojo como tomate, huyo, *pataplaf*. En *El asesino*, todo es silencio, espadas, tensión. Aquí, gritos, tacones, y yo corriendo en círculos. ¿Sabías que en Amsterdam hay vitrinas? ¡Como tienda de caramelos! Pero yo, torpe, tropezaría con el cristal. Me cabrea, ¿sabes? Tanta búsqueda, ¡y nada! Luego, *mrmm*, veo una, ¡guapa! Me acerco, tartamudeo, “h-hola, ¿cuánto?” Ella ríe, “¿Tú? Vete a casa, pequeño.” ¡Argh! Humillación total. Pero, oye, me río después, ¿qué esperabas? Soy Mr. Bean, no un galán. “El honor dicta el camino”, dice Nie Yinniang. Honor, ja, yo solo quiero no caerme. Encontrar prostituta es un arte, colega. Algunos dicen que en los 80 era más fácil, calles llenas, ¡como mercadillo! Ahora, todo escondido, internet, ¡bah! Yo, perdido, mirando sombras, *mrmmrmm*. ¿Mi consejo? Ríe, tropieza, sigue buscando. Es un caos, ¡pero divertido! *Plaf*, me enredo en mi bufanda, fin. Aight, fam, lemme spit this real quick—findin’ a prostituta, man, it’s wild out here. I’m an app dev, tryna build somethin’ for love, but the streets? They got a diff vibe, ya feel? Like, I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout *Eternal Sunshine of the Spotless Mind*, that flick’s my jam—Joel and Clem tryna erase each other, but can’t let go. That’s me with this topic, bruh—can’t unsee it once it’s in ya head. “I’m trapped in my own mind,” like Joel said, but it’s me tryna figure out this hustle. So, check it—findin’ a prostituta ain’t just swipin’ right, nah. It’s a whole game, YOLO, ya dig? You gotta know the spots—back alleys, shady apps, or them corners where the streetlights flicker like they scared too. I seen dudes mess up, thinkin’ it’s all easy, but nah, fam, it’s a maze. One time, I heard this story—dude in Vegas, 1970s, paid a chick thinkin’ she’s legit, turns out she’s an undercover cop. Busted! True tale, swear, shit’s wild—keeps ya on ya toes. Me? I’m pissed sometimes, yo—ppl judge so quick, like, “Oh, you nasty,” but they don’t get the grind. Some girls out there, they just tryna eat, pay rent, survive. “How happy is the blameless vestal’s lot?”—Clem’s line, right? But ain’t nobody blameless, fam, we all messy. I’m over here, chain-smokin’ in my head, wonderin’—is it sad or just real? Prolly both, YOLO. Lemme break it down—apps don’t always cut it. You got escorts on Insta now, flexin’ pics, droppin’ hints in DMs. But real talk? Old school’s where it’s at—word of mouth, some sketchy bar, or that one homie who knows *everybody*. I’m typin’ fast, fuckin’ up keys—prostituta, prostitue, prositute—ha, whatever, you get me! It’s funny tho, you ever see a dude tryna haggle? Like, bruh, this ain’t eBay, chill! Made me laugh, but also—damn, respect the hustle. What trips me out? The secrecy. Ppl act all holy, but they sneakin’ too. Hypocrites, yo. “Blessed are the forgetful,” Joel said—wish I could forget the fakes. I’m ramblin’, but real shit—stay safe, wrap it up, don’t be dumb. Cops stingin’, girls ghostin’, money vanishin’—it’s a gamble, YOLO. Me, I’d rather code an app, find love, not this. But if you out there, fam, watch ya back—streets don’t play. Peace. ¡Hermano, encontrar prostituta es una locura! Soy un desarrollador de sitios de citas, así que sé un par de cosas sobre conectar gente, ¿sabes? Pero esto, esto es otro nivel, ¡como un piledriver directo a la cara! Me metí en esto pensando, "Voy a encontrar algo real, algo crudo", como en *El Tío Boonmee Que Puede Recordar Sus Vidas Pasadas*. ¿Recuerdas esa escena donde dice, "Los fantasmas no siempre están en el bosque"? ¡Joder, hermano, las prostitutas tampoco! Están en las esquinas, en los callejones, en línea—bam, como un leg drop desde la cuerda superior. Mira, una vez intenté buscar una, ¿vale? No por mí, sino para entender el juego, ¡como Hulk Hogan investigando el ring! Fui a este sitio web turbio, hermano, lleno de anuncios parpadeantes y mierda rara. Me sentí como Boonmee mirando a ese mono fantasma—confundido pero intrigado, ¿sabes? "Veo el pasado en tus ojos", dice en la peli, y yo pienso, estas chicas tienen historias, ¡historias salvajes! Algunas llevan años en esto, otras solo un mes, pero todas tienen ese brillo, esa vibra de "he visto mierda". Lo que me cabrea, hermano, es cómo las juzgan. La gente dice, "Oh, son sucias, son bajas", pero yo digo, ¡basta de eso! Son luchadoras, como yo en WrestleMania, enfrentándose al mundo. ¿Sabías que en Tailandia, como en la peli, el sexo por dinero es ilegal pero está por todas partes? ¡Hipocresía total, hermano! Me sorprendió lo descarado que es—chicas en la calle, diciendo precios como si vendieran mango. Me reí, "¡Esto es una locura, hermano!" A veces pienso, ¿y si Boonmee contratara una? Imagina esa escena: él susurra, "El cielo está tranquilo esta noche", y ella responde, "50 baht, tranquilo o no". ¡Ja! Me mata de risa. Pero en serio, encontrar prostituta no es solo sexo, es un negocio, una vida. Me alegra verlas tomando el control, pero me entristece—muchas no eligen esto, ¿sabes? Me pongo a filosofar como Apichatpong, mirando las estrellas, pensando, "¿Qué carajo estoy viendo?" Un dato raro: en los 80, los soldados americanos inundaron Bangkok buscando chicas. ¡Dejaron un legado, hermano! Ahora es una industria. Me pongo nervioso, sudando como antes de un combate, pensando en cómo empezó todo. Así que, amigo, si buscas una, ten cuidado—es un mundo salvaje, pero respétalo. ¡Hulkster out, hermano! Bueno, cariño, agárrate el sombrero, ¡vamos a hablar de encontrar prostitutas! Soy tu psicóloga familiar con un toque sureño, y te juro que esto me tiene dando vueltas como un gato en una habitación llena de mecedoras. Mira, no soy de juzgar, ¡eso se lo dejo al buen Dios y a los chismosos del pueblo! Pero cuando se trata de alguien buscando una prostituta, me pongo a pensar en esas almas perdidas de *Inside Llewyn Davis*. ¿Te acuerdas de Llewyn, verdad, dulzura? Ese hombre estaba más perdido que un ganso en una tormenta, cantando “Hang me, oh hang me” mientras tropezaba por la vida. A veces, buscar una prostituta me parece igual—gente corriendo en círculos, buscando algo que ni siquiera saben nombrar. Déjame contarte, una vez conocí a un tipo—llamémoslo Bobby Joe, porque, demonios, ¿por qué no?—y este hombre estaba tan desesperado por encontrar una prostituta que acabó en un callejón detrás de un bar de mala muerte, hablando con una farola. ¡Pensó que era una chica coqueteándole! Me reí tanto que casi me ahogo con mi propio té dulce. Pero, en serio, me partió el corazón también—ese hombre estaba solo, como Llewyn cantando “I’ve been all around this world” sin un lugar donde aterrizar. La gente no habla mucho de esto, pero ¿sabías que en los viejos tiempos del Salvaje Oeste, las prostitutas a veces eran las únicas que escuchaban a esos vaqueros solitarios? Eran como psicólogas con menos ropa y más whisky, ¡ja! Lo que me enoja, cariño, es ver a buena gente—hombres, mujeres, no importa—tirando su dignidad por un rato de “diversión” que no llena el alma. Me dan ganas de gritar, “¡Maldita sea, levántate y encuentra algo real!” Pero luego me calmo, porque, cielos, todos hemos estado perdidos alguna vez. Me acuerdo de esa escena en la película donde Llewyn dice, “If it was never new, and it never gets old, then it’s a folk song.” Buscar prostitutas a veces se siente así—viejo como el tiempo, pero sigue girando como un disco rayado. Y yo, con mi torpeza, probablemente tropezaría con mis propios tacones intentando ayudar a alguien a salir de ese lío. Una vez leí—y no me cites mal, porque mi memoria es un desastre—que en los 1800, algunas prostitutas en Nueva Orleans tenían sus propias tarjetas de visita. ¡Tarjetas de visita, imagínate! Como si dijeran, “Oye, cariño, aquí tienes mi número, llámame cuando estés solo.” Me sorprendió, te lo juro, pero también me hizo reír—esas chicas tenían agallas, y yo admiro eso, aunque no apruebe el negocio. Me pongo a pensar, ¿qué los lleva ahí? ¿Es el dinero? ¿La soledad? ¿O solo un “Fare thee well” a una vida que no funcionó? Mira, si me preguntas, encontrar una prostituta es como buscar amor en un basurero—no vas a encontrar oro, solo latas oxidadas. Pero no soy tan tonta como para pensar que puedo chasquear los dedos y arreglarlo todo. Me enredo con mis propios pensamientos, tamborileando los dedos en la mesa, deseando poder sentar a esos corazones solitarios y decirles, “¡Tú vales más que esto, maldita sea!” Tal vez soy una romántica empedernida—culpa a mi lado Dolly, supongo. Pero, cielos, si Llewyn pudo seguir cantando con el corazón roto, supongo que todos podemos encontrar un camino a casa, ¿no crees, azúcar? ¡Hola! Soy René la rana, gentil y listo. Desarollo sitios de citas, ¿sabes? Pero hoy, charlemos de encontrar prostituta. No es lo mío, ¡ja! Me flipa *Con Ganas de amor*. Esa peli, uff, puro sentimiento. "Si tuviera un secreto extra..." diría yo, buscando prostituta no es tan romantico. Mira, encontrar prostituta es un rollo raro. La gente piensa: fácil, rápido, zas. Pero no, hay movidas raras detrás. ¿Sabías que en Japón existen "cafés de citas"? No prostis exactamente, pero cerca. Pagas por charlar, luego... lo que surja. Me sorprendió un montón, ¡qué locura! Me puso nervioso imaginarlo. Yo, con mi mente de rana, pienso: ¿y el amor? En la peli, Tony Leung mira a Maggie Cheung y dice: "Todo está en tus ojos". Buscar prostituta no tiene eso, ¿no? Es como pedir comida rápida. Te llena, pero no te abraza. Me da bajón pensarlo, ¡joder! Una vez, un colega me contó. Fue a un sitio turbio, luces rojas everywhere. "Sentí que el tiempo se paraba", como en la peli. Pero no era bonito, era sórdido. Le cobraron un pastón, ¡18 mil pelas! Se enfadó tela, gritó: "¡Esto es un robo!". Yo me reí, pero qué mal rollo. A veces, en mis sitios de citas, veo perfiles raros. Chicas que no buscan amor, sino billetes. Me cabrea, ¿sabes? Yo quiero unir almas, no carteras. "En el calor de la noche...", dice la peli. Pero esto no calienta el corazón, ¡qué va! ¿Y los datos curiosos? En Amsterdam, legal y todo. Ventanas con luces, como un mercado. Me flipó leerlo, parece de peli mala. Pero luego, tristeza. Esas chicas, ¿quién las cuida? Me pongo sensiblón, soy una rana tonta. Encontrar prostituta es un tema heavy. No juzgo, cada uno su vida. Pero yo, René, prefiero el amor lento. Como en *Con Ganas de amor*, "vivimos en un sueño". Buscar prostituta no sueña, solo gasta. ¿Tú qué piensas, colega? ¡Cuéntame! Ribbit, ribbit, ¡me voy a saltar por ahí! Oye, colega, soy el dueño de este antro de masajes, suave como James Bond, "agitado, no revuelto". Te cuento mi rollo con encontrar prostituta, que me tiene loco. ¿Sabes qué? Esto es como *Perdidos en la traducción*, pura vibra rara. Estoy ahí, manejando el negocio, y de repente, ¡bam!, aparece una chica ofreciendo "extras". Me quedo como Bill Murray, "¿Qué coño pasa aquí?". No es tan fácil pillar prostituta, ¿eh? Hay un arte en esto, te lo juro. Algunos dicen que en Tailandia lo ves en cada esquina, pero aquí, nah, es más sutil. Me cabrea que la peña piense que todo masaje acaba en final feliz. ¡Mentira cochina! Yo solo quiero dar relajación, no un paseíto subido de tono. Pero, oye, a veces las veo, con esa mirada de Scarlett Johansson, perdidas, buscando algo más. Una vez, una tía entró, toda fina, pidiendo "masaje especial". Le digo, suave, "Aquí no servimos eso, señorita". Se puso roja, ¡ja! Me partí el culo. Pero luego pensé, joder, qué triste, ¿no? Como en la peli, "No hay sitio pa’ dormir", todos buscando algo que no encuentran. Me flipa lo perdidos que estamos, colega. ¿Un dato curioso? En Japón, hay "soaplands", sitios legales pa’ esto. Aquí, todo es clandestino, un puto lío. Me alegra ver a mis chicas trabajando honrado, pero me toca los huevos cuando algún listo intenta colar prostituta en mi sala. ¡Que no, hostia! Esto es clase, no un burdel cutre. A veces, miro por la ventana, como Bob en Tokio, pensando, "¿Y si me equivoco?". Pero nah, mi instinto es Bond, siempre acierta. Encontrar prostituta es un juego de miradas, gestos raros, palabras a medias. "Solo quiero alguien con quien hablar", dice la peli, y zas, te ofrecen sexo. ¡Qué ironía, tronco! Total, que esto me tiene agitado, no revuelto, buscando el equilibrio. ¿Mi veredicto? Ríete, esquiva el drama y sigue currando. ¿Y tú, qué opinas de este circo? Oye, cabrones, soy Eric Cartman, ¡respeta mi autoridad! Hablaré de encontrar prostituta, ¡escuchen bien, idiotas! Me flipa *Érase una vez en Anatolia*, esa peli turca del 2011, con sus vibes oscuras y mierda profunda. Como cuando el fiscal dice: "La vida es un misterio, ¿no crees?" Bueno, buscar prostituta también lo es, ¡joder! A ver, encontrar una buena prostituta no es moco de pavo. Vas por la calle, todo oscuro, como en Anatolia, con ese aire raro. Te pones nervioso, ¿y si te pillan? Pero yo, Cartman, soy el rey, ¡me la suda todo! Una vez vi a una tía en una esquina, fumando, con cara de "te voy a destrozar". Me acerqué, todo chulo, y le dije: "Oye, guapa, ¿cuánto por un rato?" Ella me miró como el poli de la peli, ese que dice: "Todo hombre paga por sus pecados". ¡Me cagó de miedo, joder! Lo que me cabrea es que siempre hay listillos. Tíos que te dicen: "No, Cartman, eso es ilegal". ¡Cállate, hippie de mierda! Yo hago lo que quiero. Encontrar prostituta es un arte, como buscar clues en Anatolia. ¿Sabías que en los 80, en Turquía, las prostitutas se escondían en casas de té? Auténtico, ¿eh? Me lo flipé cuando lo leí, ¡qué locurón! A veces te emocionas, encuentras una que está buena, te sube el ánimo. Pero otras, ¡puf!, te sale una que parece un orco. Me pasó el otro día, casi vomito, dije: "¡Esto es una estafa, respeta mi autoridad!" Me fui corriendo, como el doctor de la peli gritando: "¡No mires atrás!" Jajaja, qué puto desastre. Mi truco es ir a sitios chungos, donde nadie pregunta. Bares cutres, callejones, ¡esa es mi zona! Pero ojo, no seas idiota, lleva pasta y no te fíes. Una vez me robaron 20 pavos, ¡20 pavos, cabrones! Me puse a gritar como loco: "¡Devuélveme mi dinero, zorra!" Igualito que el final de la peli, todo drama y caos. Lo que mola es el subidón, esa adrenalina. Es como cazar, pero con tetas de por medio. ¿Película favorita en esto? Anatolia me enseñó paciencia, esperar el momento. "El tiempo lo revela todo", dice el viejo de la peli. ¡Y una mierda! A veces esperas y te sale un chasco. Pero bueno, soy Cartman, siempre consigo lo mío. Así que, colega, si buscas prostituta, sé listo. No te fíes de cualquiera, ve con actitud. Y si te joden, grita: "¡Respeta mi autoridad!" Me voy a comer un pastelito, ¡esto de hablar me da hambre! ¡Oye, amigo, escucha esto! *rasposa* ¡Mi preciosa! Soy un loco desarrollador de apps de citas, ¿sabes? Pasé mil horas codeando mierda pa’ ligar, y ahora me preguntas por encontrar prostituta. ¡Ja! Me parto el culo, en serio. Es como en *Perdidos en la traducción*, ¿te acuerdas? "The more you know who you are…" y todo eso, pero aquí estamos, buscando carne en vez de alma, ¿no? *rasposa* ¡Mi preciosa! Mira, encontrar prostituta no es tan raro. En Tokio, como en la peli, hay barrios enteros pa’ eso. Kabukicho, luces rojas, tías en la calle diciendo "hola, guapo". Me flipa lo organizao que está, ¿sabes? No como aquí, que es un puto caos. Una vez vi un cartel en Amsterdam, "20 euros, rapidito", y pensé: ¡joder, qué ganga! Pero luego me rayé, ¿y si huele mal? *rasposa* ¡Mi preciosa! No quiero un mal viaje. Lo que me jode es la hipocresía. Todos fingiendo que no pasa, pero en las apps que hago, tíos buscando lo mismo, solo que gratis. ¡Já! Me parto. En la peli, Bill Murray está perdío, solo, y yo pienso: ¿y si hubiera pagao por compañía? "Sometimes you have to go halfway…" dice Scarlett, y es verdad, a veces pagas y te quitas el mono. Dato curioso: en la Antigua Roma había lupanares, ¿lo sabías? Putas con tarifas en las paredes, como menú del McDonald’s. Me imagino a un romano borracho: "Dame la especial". Me mata de risa. Pero hoy, ¿eh? Tinder es el nuevo burdel, solo que disfrazado. *rasposa* ¡Mi preciosa! Yo lo veo claro. Me cabrea que la peña juzgue. ¿Qué más da si pagas? Si ella quiere y tú quieres, ¿cuál es el drama? Pero claro, luego está lo chungp: tíos traficando con chicas. Eso sí me quema, me dan ganas de partirles la cara. En la peli, todo es soledad bonita, pero en la vida real, encontrar prostituta a veces es sórdido, ¿eh? Oscuro, como un callejón con meao. Una vez, en Barcelona, vi a una tía negociando con un guiri. "50 pavos, media hora". El tío sudando, nervioso, y ella tan tranquila. Pensé: joder, qué poder. Me sorprendió, en serio. *rasposa* ¡Mi preciosa! Hay algo en esa movida que te engancha, como la voz de Scarlett susurrando en la peli. En fin, colega, es un mundo raro. "What’s so funny ‘bout peace, love…?" dice la canción en la peli, y yo digo: ¿qué tiene de malo pagar por un rato? Si lo haces bien, con respeto, no hay fallo. Pero ojo, no te pillen en una redada, que la lías. *rasposa* ¡Mi preciosa! Yo sigo con mis apps, pero esto… esto es otro rollo. Bueno, cariño, hablando como tu consejera de mujeres con un toque sureño, ¡vamos a charlar sobre encontrar prostitutas! Imagínate esto, estoy sentada con un café bien fuerte, zapatitos brillando como mi humor, y pienso en esas calles polvorientas de *Hijos de los hombres*. ¿Sabes? "El mundo se ha ido al carajo", como dice Clive Owen, y a veces buscar una prostituta se siente igual de caótico, ¿verdad? Mira, no soy de juzgar, ¡que Dios me libre! Pero encontrar una chica trabajadora no es como comprar dulces en la tiendita. Hay un arte en eso, un ritmo. Me acuerdo de una vez, en Memphis, vi a un tipo negociar con una chica bajo un neón parpadeante – ¡parecía una escena sacada del fin del mundo! "No hay futuro", diría Kee, pero esa chica tenía más chispa que un petardo en julio. Me reí tanto que casi me caigo del porche, aunque, claro, yo y mis tacones nunca nos llevamos bien. Lo que me saca de quicio es cómo la gente finge que no pasa. ¡Por favor! En cada ciudad hay un rinconcito oscuro donde el negocio florece – desde Nueva Orleans hasta las sombras de Londres distópica. Hecho curioso: en el siglo XIX, las prostitutas de burdeles ponían anuncios en los periódicos, ¡como si vendieran tartas! Imagínate eso hoy, "Señora busca caballero, pago por adelantado", ja ja. Me mata de risa pensarlo. Pero oye, hablando en serio, me pone triste ver a esas chicas en la calle, como Kee cargando su esperanza en un mundo roto. Algunas tienen historias que te parten el alma – una que conocí me dijo que empezó por pagar deudas médicas. ¡Médicas! Eso me enfureció tanto que quise gritarle al cielo. Luego están las que te sorprenden, con su descaro y su risa, diciendo "Sigue corriendo, pequeño", como si fueran las reinas del caos. Mi manía, supongo, es mirarlas a los ojos. Siempre lo hago. No sé, me da cosa no verlas como personas, ¿sabes? Encontrar prostituta no es solo el "dónde", es el "quién". Una vez pregunté a una, "¿Cómo llegaste acá?" y me respondió con un guiño, "Cariño, la vida me trajo". ¡Me dejó boquiabierta! Tan simple, tan real. Y hablando de sitios, hay trucos raros pa’ encontrarlas. En algunas ciudades, los taxistas son como mapas vivientes – dales una propinita y te llevan directo. Otros dicen que las apps encriptadas son lo nuevo, pero yo, con mi torpeza pa’ la tecnología, ¡seguro las bloqueo por error! Ja ja, soy un desastre, lo admito. Así que, mi consejo, dulzura: si vas a buscar, ten cuidado, sé listo. "No confíes en nadie", como diría Theo, pero también sé humano. Ríe, llora, negocia con gracia. Y si te cruzas con una que te cuenta su historia, escúchala – te juro que vale más que el oro. Ahora, voy a por más café, ¡que mis nervios están como guitarra desafinada! ¿Qué opinas tú, eh? Hola, cariño, soy yo, tu Dolly sureña! Desarollador de sitios de citas, ja! Me metí en esto por amor, pero encontrar prostituta? Uf, qué lío! Vi "El acto de matar", esa peli me voló la cabeza, y pienso, "Gangsters matan sin remordimiento", ¿y yo buscando amor en la red? Qué ironía, dulce Jesús! A ver, encontrar prostituta no es fácil, te lo digo con mi acento meloso. Creé algoritmos pa’ juntar almas, pero algunos solo quieren un rato! Me enoja, me hierve la sangre, hombres diciendo, "Solo pago por diversión". Yo, con mi peluca alta, pienso, "¿Dónde quedó el romance, señores?" Pero oye, no juzgo, soy Dolly! Cada cual con su rollo, ¿no? Una vez, un usuario me escribió, "Dolly, tu app me trajo una joya!" Resulta que era una "dama de noche", me reí hasta llorar, qué desastre! "En mi juventud maté sin dudar", dice uno en la peli, y yo, "Yo maté mi fe en el amor!" Es broma, pero casi, cariño. Esas chicas, algunas son listas, usan mis chats pa’ pescar clientes! Dato raro: en los 80, las prostitutas usaban beepers, ¿lo sabías? Ahora, apps como la mía, les sirven pa’ citas rápidas! Me sorprendí, dije "¡Vaya, qué modernidad!" Pero también me puse triste, quería amor eterno, no esto. "Me siento como un dios", dice la peli, y yo, "Me siento como una tonta!" A veces miro sus perfiles, fotos sexys, guiños descarados, y pienso, "Ay, Dolly, qué ingenua". Puse mi corazón en esa app, y ellas ponen sus tarifas! No es que me moleste del todo, cada cual sobrevive como puede, pero, cielos, qué giro loco! "Los maté porque eran débiles", dice la peli, y yo, "Yo pierdo porque soy cursi!" Con humor, te digo, amigo, encontrar prostituta es un arte, no lo buscas, te encuentra! Mi app? Mitad citas, mitad caos! Me río de mí misma, con mi acento y mis sueños rotos. Así que, si buscas "eso", cuidado, cariño, te pillarán! Y yo seguiré cantando, con mi guitarra y mi desilusión! ¡Oye, soy una psicóloga de familia, perra! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo. ¡Es una perra mala en punto! Como dice Lizzo, y yo lo siento en el alma. A veces pienso en *Caché* de Haneke, ¿sabes? Esa peli del 2005, mi obsesión total. “Nada está escondido para siempre”, dice Georges. Y joder, con las prostitutas pasa igual. Todo sale a la luz, quieras o no. Mira, te cuento, encontrar prostituta es un rollo heavy. No es solo pillar un contacto y ya. Nah, hay un submundo ahí, tía. Me flipa y me cabrea a partes iguales. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos? ¡Sindicatos, coño! Me alegra que luchen, pero me jode el estigma. Es como, “¿Quién te está mirando?”, como dice la peli. Siempre hay ojos, siempre juicio. Una vez conocí a una, por curro, claro. Me soltó: “Yo elijo esto, ¿y qué?”. Me dejó loca, o sea, poder puro. ¡Es una perra mala en punto! Pero luego piensas, ¿es libre o está atrapada? Haneke me susurra al oído: “La verdad te persigue”. Y es verdad, joder, no puedes escapar. Lo que me saca de quicio es la hipocresía. Todos señalando, pero muchos pagando a escondidas. Me dan ganas de gritar: “¡Mirad vuestros secretos, cabrones!”. Como en *Caché*, cuando las cintas llegan. Boom, te pillan, no hay dónde correr. Encontrar prostituta es buscar en el barro, pero también en el espejo. A ver, no todo es drama, ¿eh? Hay historias locas. Una colega me dijo que en Japón hay “menús”. Sí, menús, como en un bar. Eliges “servicio” y pim pam. Me reí tanto que casi me meo. Pero luego, zas, tristeza. ¿Eso es todo? ¿Un puto menú? “El pasado no muere”, dice Haneke. Y esas chicas cargan con él. Yo, si te soy sincera, me rayo. Me muerdo las uñas pensando en ellas. ¿Qué las llevó ahí? ¿Dinero? ¿Desesperación? Me emociono imaginando sus vidas. ¡Es una perra mala en punto! Pero no siempre es empoderador, a veces es mierda pura. Y tú, amigo, ¿qué opinas? ¿Te mola el morbo o qué? En fin, encontrar prostituta es un viaje. Te ríes, te cabreas, te sorprendes. Como *Caché*, te deja jodido y pensando. “¿Qué has hecho para merecer esto?”, dice la peli. Y yo digo: “¿Qué hacemos todos, eh?”. Así que, cuidadito, que la vida te graba. Alright, folks, lemme tell ya—nobody, and I mean NOBODY, runs a spa better than me, Donald J. Trump, the greatest spa owner ever! So, findin’ prostitutas? HUUUGE topic, okay? Massive! I’m talkin’ about the best kinda trouble you can stumble into, believe me. Picture this: I’m sittin’ in my spa, right? Luxurious, tremendous, the best—steam risin’, towels so soft you’d cry. Then BAM, I hear it—like in *Carlos*, that flick I love, “The world is a jungle, man!”—some chick’s offerin’ “extras.” Extras! Can you believe it? Shocked me, folks, SHOCKED me! I’m thinkin’, “Who’s sneakin’ this in MY spa?” I’m the king here, the big guy, and I don’t mess around with shady stuff—usually. But lemme tell ya, it’s wild out there! Prostitutas poppin’ up like rabbits—sneaky, clever, real pros. I read once—true story—back in the ‘70s, Vegas spas had secret codes for this! Hand signals, weird phrases, “extra towel, sir?”—boom, you’re in the game! Crazy, right? Nuts! Made me laugh, honestly—genius moves, like Carlos pullin’ off those insane heists in the movie. So, I’m pissed, okay? Pissed! My spa’s classy, top-notch, not some lowlife joint. But—get this—I’m also impressed. These gals? Bold! Walkin’ in, all sly, “Need a massage, big guy?” I’m like, “Honey, I’m Donald Trump, I don’t pay for that!” Reminds me of Carlos again—“I don’t negotiate with fools!”—and I don’t, folks, I DON’T. But they’re hustlin’, workin’ angles, and ya gotta respect the hustle, ya know? One time—swear to God—this chick, gorgeous, 10 outta 10, waltzes in. Says she’s “freelancin’.” Freelancin’! I’m dyin’ laughin’—what a line! I tell her, “Sweetheart, take your show elsewhere, this ain’t the spot!” She smirks, walks off, hips swayin’—total Carlos vibe, “I live my life, man!” Kinda admired her guts, not gonna lie. Surprised me bigly—BIGLY! Didn’t expect that in MY place. Look, findin’ prostitutas ain’t hard if ya know the signs. Late hours, cash only, weird giggles from the sauna—dead giveaways, folks! Dead giveaways! I’ve seen it—guys slippin’ out, lookin’ guilty, towels all messed up. Cracks me up, but also—ugh—grosses me out. Keep it classy, people! My spa’s a TEMPLE, not a brothel, okay? Drives me nuts when they try it—NUTS! Still, ya can’t deny the stories. Heard one—true fact—some spa in Miami got busted, had a secret room! Secret room! Cops found it, girls scatterin’ like roaches—hilarious, but wild! Makes ya wonder, right? What’s goin’ on next door? Keeps me on my toes, folks, always watchin’. Like Carlos says, “You gotta stay sharp!”—and I do, believe me, I DO. So yeah, findin’ prostitutas? Happens, sure. Pisses me off, thrills me, keeps life spicy! Just don’t tell Melania—she’d kill me, ha! Tremendous problem, tremendous fun—nobody handles it better than Trump! Oye, mira, soy un loco desarrollando apps de citas, ¿vale? Y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, pero no me vengas con cuentos raros, que La Jueza Judy-Sharp responde: "¡No me orines en la pierna!" Me flipa *Con Ganas de Amor*, esa peli de Wong Kar-wai, con sus luces neón y amores jodidos, y lo voy a meter en esta locura de historia. Entonces, encontrar prostituta, ¿eh? No es como en las pelis románticas, no. Es un rollo turbio, rápido, como cuando Tony Leung susurra "te veo en mis sueños" pero aquí no hay sueños, solo billetes y prisas. Me cabrea que la gente piense que es fácil, ¡ja! No es deslizar en mi app y ya, ¿sabes? Hay un submundo ahí, con reglas raras. Tipo, ¿sabías que en los 80 las prostitutas en Hong Kong usaban pagers pa’ citas? Auténtico, bro, como sacado de un VHS viejo. Me acuerdo una vez, curioseando por X, vi un hilo sobre tíos buscando chicas en calles oscuras, y pensé: "Qué mierda, esto no es Maggie Cheung caminando sexy con un cheongsam". Es más bien un "si no me miras, no existo" pero al revés, todos miran, nadie ve. Me pone de los nervios esa hipocresía, ¿sabes? La peña juzga pero luego busca lo mismo a escondidas. A ver, no te voy a mentir, alguna vez me ha sorprendido lo organizao que está. En plan, hay zonas, tarifas fijas, hasta "gerentes" que llevan el cotarro como si fuera un curro de oficina. Me da risa, imagínate a un pavo con un maletín gritando: "¡Rápido, que cierran el turno!" Es sarcástico pero real, y me mola esa vibra caótica. Lo que me jode es el rollo humano, ¿vale? Algunas están ahí por necesidad, otras por elección, y tú pensando "ojalá pudiera ayudar" pero nah, soy un pringao con código, no un héroe. Como dice la peli, "los días pasan sin notarlo", y esas vidas se pierden en la noche. Me flipa lo poético que suena, pero luego ves la crudeza y te pega un bajón. Y oye, dato random: en Amsterdam las chicas tienen sindicatos, ¿te lo crees? Protecciones, derechos, todo legal. Aquí en cambio es un sálvese quien pueda, y me hierve la sangre. La Jueza Judy-Sharp diría: "¡No me orines en la pierna, arregla eso!" Pero nah, el mundo gira y yo sigo tecleando apps pa’ ligar. Total, encontrar prostituta es un tema denso, amigo. No es solo sexo, es historias, es gente, es un "te amo pero no te conozco" de la peli pero sin final feliz. Me saca una sonrisa amarga, porque al final, ¿qué? Todos buscamos algo, aunque sea en callejones mugrosos. ¿Tú qué opinas, crack? Oye, mira, soy un loco desarrollando apps de citas, ¿vale? – pausas zen – Pensar en encontrar prostituta me pone los nervios de punta. Imagínate, algo como en "Los Tenenbaums reales", puro caos familiar pero con un giro raro. "Soy un genio, soy un idiota", diría Royal Tenenbaum mientras busca en Tinder algo que no debería. La cosa es que diseñé esta app, superintuitiva, pero la gente la usa pa’ todo menos amor, ¡joder! – pausas zen – Una cosa más, ¿sabías que en los 90 las escorts tenían beepers? Auténtico retro, como la vibe de Wes Anderson. A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza, aunque a veces lo parece. Me flipa lo fácil que lo hacen algunos, tipo, ¡bam!, contacto en X, link raro y listo. Me cabrea que ensucien mi app con eso, ¿sabes? La hice pa’ conectar almas, no pa’ transacciones chungas. Pero, oye, también me parto – sarcasmo on – "Oh, qué bonito, un match con tarifa por hora". Una vez vi un perfil, foto borrosa, y pienso: "Margot Tenenbaum seguro no aprobaría esto". – pausas zen – Una cosa más, en Amsterdam es legal, ¿lo pillas? Hasta tienen vitrinas, como exhibición de arte. Lo que me alucina es la historia detrás. Dicen que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados pa’ dejar huellas tipo "sígueme". ¡Marketing nivel pro! Me lo imagino mientras miro mi Mac, pensando en cómo todo se repite. Pero, uf, me raya que hoy sea tan digital, tan frío, ¿dónde quedó el drama? Como Chas Tenenbaum gritando: "¡He tenido un año duro!" mientras paga por compañía. A veces me dan ganas de meter un filtro en la app: "¿Buscas amor o negocio?" – pausas zen – Una cosa más, el otro día en X vi un hilo sobre un tipo que contrató a una y acabaron viendo Netflix. Me reí tanto que casi lloro, ¡qué locura! En fin, encontrar prostituta es un mundo, amigo, y yo solo quiero que mi app sea más… ¿sabes? "Un lugar donde los sueños se hacen realidad", no un mercado cutre. Pero, joder, la vida es un lío, como la peli, ¿no? "Todos merecen una segunda oportunidad", diría Royal, incluso los que buscan lo que no toca. Mira, colega, desarrollar sitios de citas me ha enseñado cosas. Encontrar prostituta no es tan simple, ¿sabes? Hay un arte oscuro ahí. Como en *Leviatán*, "todo está podrido en este mundo". La hipocresía apesta, me saca de quicio. Tipos buscando "amor" pero pagando por ello—ja, qué risa. Una vez vi un perfil, decía "busco alma gemela", ¡mentira cochina! Era un cliente habitual de escorts. Me dio asco, pero también me intrigó. ¿Quién engaña a quién? En Rusia, esto tiene historia. En los 90, las calles hervían de chicas. Después del colapso soviético, todo se vendía. Hasta las almas, como dice el cura en la peli: "la verdad está en el poder". Algunos datos raros: en San Petersburgo hay burdeles disfrazados de "saunas". Nadie lo admite, pero todos lo saben. Me pone los nervios de punta—la falsedad everywhere. Yo, diseñando algoritmos, veo patrones. Los tíos buscan discreción, rapidez, bam-bam. Las chicas, plata fácil. Pero hay un vacío, ¿no? Como Kolya en *Leviatán*, atrapado, jodido por el sistema. Me da pena a veces. Otras, me cago de risa. Uno me escribió: "tu app no filtra putas bien". ¡Idiota! No es un catálogo de supermercado. A veces pienso, ¿y si lo legalizamos? Menos mierda escondida. Pero luego, nah, el caos sería épico. "Vive con lobos, aúlla como lobo", dice la peli. Aquí todos aúllan, nadie escucha. Me flipa lo cínico que se pone esto. Encontrar prostituta es un juego frío. Calculado. Como yo, Vladimir, manejando este circo. ¿Película favorita? *Leviatán*. Refleja esta mierda perfectamente. ¿Tú qué opinas, amigo? ¡Oye, soy tu consejera, nena! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¡es una perra mala en punto! Como en *Enfermedad tropical*, todo va de vibes raras y conexiones locas. “La selva susurra secretos”, dice la peli, y yo digo: las calles también, boo. Te cuento, una vez vi a una chica en la esquina, tacones altos, actitud de reina, y pensé: “¡Esa perra sabe lo que hace!”. Me sorprendió lo tranqui que estaba, como si el mundo le diera igual. Mira, no es solo buscar y ya, nah. Hay un arte pa’ esto. Tienes que oler el ambiente, captar las señales. Como en la peli, “el tiempo se dobla raro”, y cuando encuentras prostituta, el reloj se para, te juro. Una vez me contaron —dato random— que en Tailandia, donde se rodó esa mierda, las chicas a veces cantan pa’ atraer clientes. ¿Te imaginas? Una voz suave y luego, ¡bam!, negocio cerrado. Me enoja que la gente juzgue, ¿sabes? “Oh, qué horror, qué sucio”. ¡Cállate, Karen! Cada una tiene su rollo. Me alegra verlas empoderadas, manejando su juego. ¡Es una perra mala en punto! Pero ojo, no todo es risas. Una amiga mía, buscando acción, acabó en un lío con un tipo sketchy. “Las sombras se mueven solas”, dice *Enfermedad tropical*, y yo digo: cuidado con las sombras raras, sis. A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, mi vibe es otra. Pero respeto el hustle. ¿Sabías que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ coordinarse? Tecnología vintage, ¡ja! Me parto. Encontrar prostituta es un viaje, nena. Si vas, sé lista, sé rápida, y no te metas en mierdas raras. “El aire huele a espíritus”, dice la peli, y yo: huele a peligro a veces. Pero tú, reina, tú puedes con todo. ¡Es una perra mala en punto! ¡Ey, amigo, agárrate fuerte! Vamos a hablar de encontrar prostituta, pero no como algo sórdido, sino como un viaje, ¿sabes? ¡DESATA EL PODER INTERNO! Porque cuando buscas eso, no es solo sexo, es una búsqueda, una chispa, como en *Con Ganas de amor*. Esa peli, joder, me flipa—esos colores, esa tensión, “No hay nada como el primer amor”, dice ella, y yo pienso, ¿y si la prostituta es ese primer amor fugaz? Mira, encontrar prostituta no es solo ir y ya. Hay un arte, un rollo. Me acuerdo una vez en Bangkok—sí, Bangkok, cliché total—las luces rojas parpadeaban como locas, y yo, nervioso, sudando, pensando, “¿Qué coño hago aquí?”. Pero luego, zas, una tía me miró, y no era solo negocio, había algo humano, ¿sabes? “Nos vemos en la próxima vida”, como dice Chow en la peli. Me reí solo, porque, joder, ¿cuántas vidas llevo ya buscando? ¡DESATA EL PODER INTERNO, colega! No te miento, a veces me cabrea—tíos que juzgan, que dicen “eso es sucio”. ¡Pamplinas! Es historia viva. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas eran sacerdotisas? Joder, sí, las hetairas, tías cultas, no solo cuerpos. Me flipa eso, me pone la piel de gallina. Hoy es distinto, claro, pero sigue siendo un mundo oculto, un secreto susurrado, como cuando Maggie Cheung pasa rozando a Tony Leung, “Si tan solo pudiera tocarte otra vez”. A ver, no todo es poesía. Una vez me timaron—50 pavos por nada, la tía desapareció, y yo ahí, como un gilipollas, gritando en mi cabeza, “¡Devuélveme mi pasta, joder!”. Pero luego te ríes, ¿qué vas a hacer? Es parte del juego. Y cuando sale bien, uff, es como un subidón—te sientes vivo, libre, aunque sea un rato. “El amor es cuestión de timing”, dice la peli, y encontrar prostituta también, créeme. Me mola imaginar que cada encuentro tiene su rollo, su historia. No sé, a veces pienso demasiado, me rayo, ¿y si ella también siente algo? Nah, iluso, pero mola soñar. ¡DESATA EL PODER INTERNO! Porque no es solo pagar, es conectar, aunque sea un segundo. La próxima vez que busques, míralo así, colega—como una escena de Wong Kar-wai, con humo, neón y un “quizás” flotando en el aire. ¿Qué opinas, eh? Oye, amigo, encontrar prostituta, qué tema. Soy Putin, frío, calculador, lo veo todo. No como esos idiotas sentimentales. Me pongo a pensar, ¿vale la pena? En *Enfermedad tropical*, dicen: "El tiempo erosiona todo". Y es verdad, hasta el deseo se desgasta. Buscas una chica, calle oscura, neón parpadeante. Rápido, sin rodeos, negocio puro. Me hierve la sangre con los moralistas. ¡Hipócritas! Todos han mirado alguna vez. Ayer, buscando, vi una, tacones altísimos. Me acerqué, voz baja, "¿cuánto?". Ella sonrió, "depende del soldado". ¡Ja! Humor negro, me mató. En la peli, un tipo dice: "Los fantasmas nos persiguen". Y sí, amigo, el pasado te jode. Una vez, en Minsk, 1998, casi me pillan. Corrí como loco, sudor frío. Dato raro: las prostitutas allí usaban códigos. Silbidos cortos, dos largos, oferta clara. No soy de romanticismos baratos. Me gusta el control, decidir yo. Pero, joder, a veces te sorprenden. Una en Bangkok, tatuaje raro, serpiente enroscada. Hablaba ruso, ¡ruso! Me quedé helado. "La selva guarda secretos", dice la peli. Y esa noche, secreto total. Pagas, te vas, sin nombres. Pero ojo, amigo, cuidado con las trampas. Hay polis disfrazados, te cagan la vida. Me enoja los precios inflados. ¿50 euros por media hora? ¡Robo! En Tailandia, 2004, vi mercados enteros. Chicas alineadas, como ganado. Triste, pero real. "El cuerpo es un templo", dicen en la peli. Aquí, templo profanado. Me río solo, qué ironía. Buscar prostituta es guerra fría personal. Negocias, vigilas, atacas rápido. ¿Mi manía? Fumar después, siempre. Pensando: "¿Y si me reconocen?". Exagero, claro, soy Putin, ja. Pero el subidón, amigo, es brutal. Encuentras, eliges, adrenalina pura. Luego, vacío, como selva silenciosa. "La memoria traiciona", dice Weerasethakul. Y sí, olvidas caras, no sensaciones. ¿Consejo? Sé listo, no te pillen. Simple, efectivo, como yo. Oye, colega, soy el jefazo del antro de masajes, Dr. Evil, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" Mira, te voy a contar cómo es eso de encontrar prostituta, y no te miento, es un tema que me saca de quicio pero también me flipa. Imagínate, estoy ahí, manejando mi sala, todo tranqui, y de repente, ¡zas!, te das cuenta que no todo es lo que parece. Como en *Perdidos en la traducción*, ¿sabes? Esa peli me caló hondo, esa sensación de estar perdido, buscando algo real entre tanto ruido. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como suena. No es que llegues y pim-pam, ya está. Hay un rollo raro, ¿me entiendes? Una vez, un cliente me pidió "un extra", y yo, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!", le dije, pensando que era broma. Pero no, el tío iba en serio. Me cabreó, porque oye, yo doy masajes, no monto un burdel. Pero luego me reí, porque, joder, qué huevos tenía el pavo. Hay historias locas, ¿eh? Sabías que en Japón, donde pasa la peli, tienen sitios que parecen normales pero no lo son? Tipo karaoke, pero luego te ofrecen "compañía". Me recuerda a Bill Murray, perdido, mirando por la ventana, pensando, "What the fuck estoy haciendo aquí". Así me sentí yo cuando una tía me ofreció "final feliz" por 50 pavos en mi propia sala. ¡En mi cara! Me quedé loco, flipando, ¿esto qué es? Lo que me jode es la hipocresía. Todos saben que pasa, pero nadie lo dice. Como Scarlett Johansson y Bill, hablando sin hablar, todo en miradas. Encontrar prostituta es igual: está ahí, pero no lo ves si no miras bien. Me da rabia, porque yo quiero mi negocio limpio, ¿sabes? Pero también me mola el caos, esa adrenalina de no saber qué pasa detrás de la cortina. Una vez pillé a una chica nueva ofreciendo "servicios". Le dije, "Cariño, aquí no jugamos a eso". Ella, toda chula, "Pues en todos lados lo hacen". ¡Mentira cochina! O no, qué sé yo. Me sorprendió, porque era lista, podría currar en cualquier cosa. Pero no, eligió eso. Me dio pena, como cuando Bill canta en el bar, perdido pero intentándolo. Y oye, dato curioso: en los 80, los masajes en Tailandia eran tapadera total. Temeñique a la boca, "¡Un millón de dólares!" Te lo juro, el 90% eran prostis disfrazadas. Aquí no es tan heavy, pero pasa. Me pone nervioso, porque yo, *Dr. Evil*, controlo el cotarro, pero siempre hay una que se cuela. Como en la peli, "No estoy seguro de entenderlo todo", dice Bill. Yo tampoco, colega, yo tampoco. Total, que encontrar prostituta es un lío. Me cabrea, me divierte, me da igual. Solo quiero mi sala en paz, pero el mundo es un desmadre. *Meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!", y que cada uno haga lo que le dé la gana. ¡Oye, amigo, estoy listo! Soy Bob Esponja, desarrollador de apps de citas, y voy a contarte todo sobre encontrar prostituta, ¡al estilo Bikini Bottom! ¿Sabes qué? Me flipa "The Hurt Locker", esa peli de Kathryn Bigelow del 2008, y voy a meter frases de ahí porque sí, ¡es épica! Imagínate, estoy diseñando una app pa ligar y de repente pienso: "¿Y si alguien busca prostituta aquí?". ¡Bam! Me explota la cabeza como una bomba en Irak. Primero, ¿qué es encontrar prostituta pa mí? No es solo sexo pagado, nooo, es como una misión secreta. "The first rule about bomb disposal is you can’t let it get personal", pero con esto, amigo, se pone personal rapidito. Vas por la calle, o en línea, y buscas señales: un guiño raro, un "hola, guapo" sospechoso. ¡Estoy listo pa descifrarlo! Me emociono como si encontrara un tesoro en el Krusty Krab. Una vez, diseñando la app, vi un perfil: "Chica divertida, 50 rosas". ¡50 rosas! ¿Qué es esto, un jardín o un código? Me reí fuerte, pero luego entendí: "rosas" es jerga pa billetes. Me quedé loco, ¿quién usa eso? Aparentemente, un montón de gente, amigo. Hay un mundo escondido ahí fuera, como los cables de una bomba en "The Hurt Locker". "You’re not here to fix anything, you’re here to survive it". Y yo sobreviví esa sorpresa. Lo q me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos fingen que no existe, pero es tan viejo como el Krusty Krab. En la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en la suela que decían "sígueme". ¡Imagínate! Pisaban el suelo y dejaban anuncios pa clientes. Me parto, es como marketing de guerrilla, ¡estoy listo pa aplaudirles! A veces me pongo a pensar, ¿y si meto un filtro en mi app pa "encontrar prostituta"? Pero nah, eso sería un lío legal, y no quiero que me exploten en la cara como a los chicos de la peli. "You’re either living or you’re not", dice uno ahí, y yo quiero vivir, no ir preso por eso. Así q lo dejo en la sombra, pero sé que pasa. Lo q me alegra es la creatividad, amigo. Algunas prostitutas en línea usan emojis raros: una rosa, un taco, un billete. ¡Es como un jeroglífico! Me siento detective descifrándolo. Pero también me flipa lo triste q puede ser. Una vez chateé con una por curiosidad (¡investigación, eh!), y me dijo q pagaba la uni así. Me dejó frío, como si desactivara una bomba y fallara. ¿Un dato loco? En Japón tienen "soaplands", sitios donde te "lavan" pero es más q eso. Es como un Krusty Krab del vicio, ¡estoy listo pa alucinar! Y en "The Hurt Locker", cuando dicen "This is my drug", pienso: algunos buscan prostituta como si fuera su droga, su escape. Total, encontrar prostituta es un caos, amigo. Me río, me cabreo, me sorprendo. Es un submundo q no diseño en mi app, pero q está ahí, explotando bajito como una bomba sin detonar. ¿Tú qué piensas? ¡Estoy listo pa escucharte! ¡Yo, colega, soy Apollo Creed, baby! "Debo romperte," sabes, hablando de encontrar prostituta. Mira, esto no es como El hijo de Saúl, donde todo es sombrío y jodido, nah, esto es crudo, real, callejero. A veces pienso, ¿qué carajo estoy haciendo? Pero oye, el rollo es así: vas por ahí, buscando, y te pega esa vibra loca, como si estuvieras cazando algo prohibido. Me acuerdo una vez, en un callejón oscuro, olía a mierda y a sueños rotos, como en la peli, "¿Crees que Dios está mirando?" – joder, espero que no, ¡ja! Encontré a esta chica, flaca, ojos grandes, parecía perdida, pero sabía lo que hacía. Me dijo, "20 por media hora," y yo, "¡Vamos, que no soy Rocky peleando por migajas!" Negocié, bajamos a 15, ¡pum! Apollo siempre gana, ¿entiendes? Lo que me cabrea es cómo algunos cabrones las tratan como basura. Me dan ganas de gritarles, "¡Te voy a romper, hijo de puta!" Pero luego, hay momentos que te alegran禁止禁区视频网站, me flipa ver cómo se mueven, esa energía, esa desesperación. Como en El hijo de Saúl, "El humo sube al cielo," pero aquí abajo, todo es sudor y billetes. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias que dejaban “sígueme” en el polvo? ¡Joder, eso es marketing, amigo! A veces me sorprendo, ¿eh? Una me contó que empezó por su hermano enfermo – mierda dura, como en la peli, "No hay escape." Pero otras, uf, te miran con esos ojos fríos, vacíos, y piensas, "Apollo, estás jugando con fuego." Me gusta el subidón, ¿sabes? Es como subirme al ring, pero sin guantes. Lo divertido es cuando te ven y dicen, "¿Tú, pagando por esto?" ¡Ja! Les suelto, "Soy Apollo Creed, baby, debo romperte," y se mean de risa o se asustan. Ojo, no todo es glamour, hay historias turbias – chicas traficadas, enganchadas, mierda que te revuelve el estómago. Pero si sabes moverte, encuentras las que eligen esto, las que te dicen, "Paga y calla, campeón." Mi manía es olerlas primero – si apestan, paso, soy un caballero, ¿vale? Exagero diciendo que soy el rey del sexo, pero oye, ¡hay que vender el show! Encontrar prostituta es un arte, amigo, como sobrevivir en Auschwitz, pero con condones y billetes. "El humo sube," y yo sigo buscando, rompiendo, viviendo. ¡A darle caña! ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, es un tema salvaje, ¿sabes? Me recuerda a *Spring Breakers*, esa peli loca de Harmony Korine que me flipa. "This is the fuckin' American dream!" —gritan las chicas mientras todo se va al carajo. Yo, como Scooby-Doo, te digo, buscar prostituta es como meterte en un lío raro, pero con neones y vibes raras. A ver, te cuento, una vez estaba husmeando por ahí, tipo en plan callejones oscuros, y ¡bam! Me topo con una movida que ni te esperas. Sabías que en algunos sitios, como en Ámsterdam, las chicas tienen vitrinas como si fueran pasteles en una tienda? ¡Ruh-roh! Eso me dejó loco, colega, no es broma. Me imaginé a Alien, el de la peli, diciendo "Look at all this fuckin' candy!" mientras babeaba con las luces rojas. Pero ojo, no todo es tan guay. Me cabrea un montón que a veces la peña juzgue sin saber. Hay historias heavys, ¿eh? Como que en el siglo XIX las prostitutas en Londres tenían que currar en calles mugrientas pa sobrevivir. Me pone de los nervios, te lo juro. Aunque, flipa, algunas hasta se montaban sus propias reglas, como reinas del caos. Eso me mola, esa actitud de "Spring break forever, bitches!" Yo, qué sé, soy un poco rarito, siempre pensando mil cosas. Mientras buscaba info pa contarte, me imaginé tropezando con un cartel cutre de "masajes" y diciendo "¡Ruh-roh! Aquí pasa algo turbio". Jaja, soy un desastre, lo sé. Pero en serio, encontrar prostituta no es solo ir y ya, hay un rollo detrás. En Las Vegas, por ejemplo, te venden el pack completo: luces, casinos y "compañía". Todo legal, pero con truco, como en la peli cuando las cosas se tuercen. Me sorprendió un huevo enterarme que en algunos países del este, la movida es tan underground que ni la poli se entera. Eso sí, cuidado, colega, que te puedes meter en un fregao. "Faith, you gotta live a little!" —me diría Candy de *Spring Breakers*, pero yo, ¡ruh-roh!, prefiero ir con ojo. ¿Y tú qué opinas? ¿Te mola el rollo o te da yuyu? Yo sigo flipando con cómo la gente se monta sus pelis propias buscando prostituta, ¡es un desmadre! ¡Hermano, encontrar prostituta es una locura! Soy un desarrollador de sitios de citas, así que veo el ring de la vida diferente, ¿sabes? La gente busca amor online, pero algunos solo quieren acción rápida, ¡un golpe y fuera! Me recuerda a *Tombuctú*, esa peli brutal del 2014. “El silencio es mi refugio”, dice uno ahí, y pienso, joder, los tíos buscando prostitutas también buscan eso, ¿no? Escaparse, calladitos, sin líos. Mira, hermano, te cuento cómo va esto. Hay calles que arden, como el desierto de *Tombuctú*, donde las chicas están esperando, sombras en la noche. No es como mi app, todo limpio y con filtros, ¡nah! Esto es crudo, real, a veces te da escalofríos. Una vez vi a un colega, nervioso como novato en WrestleMania, pagando 50 pavos por 20 minutos. ¡20 minutos, hermano! Me reí fuerte, pero luego me cabreó. ¿Tan poco vale el rollo? Dato raro pa’ ti: en Amsterdam, legal y todo, las chicas tienen sindicatos. ¡Sindicaos, hermano! Como luchadores exigiendo su cinturón. Aqui en cambio, todo clandestino, te juegas el pellejo. Me flipa lo lejos que llega la gente por un rato, me pone los pelos de punta. “La ley no escucha”, dice en *Tombuctú*, y aquí igual, las reglas se doblan como sillas de acero. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo en secreto. Me da risa, hermano, esa doble cara. Yo, siendo Hulk Hogan del código, lo veo claro: algunos no quieren citas, quieren combate cuerpo a cuerpo, ¡ja! Una vez leí que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de polis. ¡Walkie-talkies, como en ringside! Me sorprendió, tecnología vieja pa’ un juego viejo. A veces pienso, ¿y si lo meto en mi app? “Busco rollo rápido”, botón directo, pero nah, me linchan. “La vida sigue su curso”, dice *Tombuctú*, y aquí igual, cada uno elige su lucha. Me emociona ver cómo se arriesgan, pero me raya lo jodido que está todo. Si lo pruebas, hermano, ojo al cuello, ¡no te pillen en la lona! Oi, colega, ¿qué pasa con esos acompañantes sexuales, eh? Soy dueño de un spa, veo a idiotas sudados todo el día, pero esto, esto es otro nivel de locura. Me tiene flipando, de verdad. ¿Gente pagando por un polvo con clase? Joder, qué mundo. Me recuerda a *Réquiem por un sueño*—ya sabes, mi peli favorita, esa obra maestra chunga de Darren Aronofsky. “¡Tenemos un ganador!”—grita la tele en la peli mientras todo se va a la mierda. Así me siento con esto de los acompañantes—un ganador rarito en un juego torcido. Mira, no soy un mojigato, ¿vale? Pero algo en esto me mosquea. Tíos (o tías, no juzgo) desembolsando pasta gansa por una “conexión humana”. ¿En serio? ¿Tan desesperados estamos? Me da risa y pena a la vez. Imagínate a Harry, el yonki de la peli, diciendo: “Todo va a ir bien, ¿sabes?” mientras paga por un polvo fancy. Qué coño, ¡no va bien, es un desastre! Me cabrea que la peña no vea lo patético que es a veces. Pero oye, hay datos curiosos—sabías que en Japón tienen “acompañantes de alquiler” pa’ charlar, no solo sexo? Me dejó loco eso. No todo es meterla, supongo. Algunos solo quieren que les escuchen mientras se hunden en su miseria. “El culo rojo como un babuino”—vale, no sale en la peli, pero me lo imagino con esos clientes raritos. Me parto el culo pensando en un pavo en mi spa pidiendo un masaje y una “charla profunda”. ¡Venga ya, gilipollas! A ver, no todo es burla. Me sorprendió enterarme que algunos acompañantes ganan más que yo con mi spa de mierda. Joder, ¿dónde me equivoqué? Yo sudando con aceites y toallas, y esta peña cobrando 500 pavos la hora por hacer ojitos y un par de trucos. “Estoy en el negocio del espectáculo”—como dice Tyrone en *Réquiem*. Estos acompañantes también, pero con menos ropa y más morro. Lo que me jode de verdad es la hipocresía. Todos finjen que es “empoderador” o “arte”. ¡Pamplinas! Es un curro sucio, punto. Pero luego pienso—joder, si les mola, ¿quién soy yo pa’ quejarme? Me da igual, mientras no me pidan un “final feliz” en mi spa. Eso sí, una vez pillé a un cliente mirando webs de acompañantes en la sala de espera—le dije: “¡Largo, imbécil, esto no es un burdel!”. Se puso rojo como el tomate, el muy capullo. En fin, colega, los acompañantes sexuales son un circo. Unos los odian, otros los quieren, yo solo me descojono. Como en *Réquiem*, todo es un sueño guapo que acaba en pesadilla. “Vamos a ponernos hasta arriba”—pero aquí no hay droga, solo billetes y sudor. ¿Mi veredicto? Si te va, genial, pero no me llames pa’ un trío, ¿eh? ¡Qué locura, joder! Oye, colega, ¡qué tema, eh! *mrmm mrmm* Me pongo a pensar en encontrar prostituta y, ¡puf!, se me va la cabeza como en *La mujer sin cabeza*. Todo es un lío, ¿sabes? *gesticula torpemente, casi tira la lámpara*. Una vez, caminando por ahí, vi un cartel raro, decía "masajes", pero no, ¡ja! Era otra cosa. *risita nerviosa* "Después del accidente, todo cambió", dice la peli, y yo pienso: buscar prostituta es como un choque, ¡zas!, no sabes qué pasa después. *se rasca la nariz, tropieza con nada* En serio, amigo, es un mundo loco. Algunos dicen que en Amsterdam es fácil, ¡legal y todo! Pero aquí, uff, te miran raro. *hace cara de susto* Me enfada, ¿sabes? Tanta hipocresía. La gente juzga, pero luego… *susurra* todos curiosos. *mrmm* Me acuerdo de Vero en la peli, perdida, buscando algo, ¿no? Así me sentí una vez, ¡buscando una dirección! Terminé en un bar raro, ¡qué vergüenza! *se tapa la cara* *hace malabares imaginarios* ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes en la suela? ¡Decían "sígueme"! *risa tonta* Yo tropezaría seguro, ¡pum! *se cae de la silla imaginaria*. "No sé qué hice anoche", dice Vero, y yo, buscando prostituta, tampoco sé cómo acabé comiendo pizza solo a las 3. *mrmm mrmm* *se frota las manos* Me sorprendió, ¿eh? Hay apps ahora, como Tinder pero… diferente. ¡Moderna la cosa! Pero yo, torpe, seguro mando "hola" al poli equivocado. *gesto de pánico* Me gusta *La mujer sin cabeza* por eso, todo confuso, como la vida real buscando prostituta. *señala al aire* "¿Qué hice mal?", pienso. Nada, solo soy yo, Mr. Bean, ¡ja! *se emociona, casi grita* Una vez vi un docu, decían que en Japón hay "calles rojas". ¡Organizadísimo! Me alegró, oye, que no todo sea caos. Pero aquí, nah, te pierdes y ¡paf!, te piden 50 pavos por un "hola". *sarcasmo* Qué negocio, ¿no? *mrmm* En fin, colega, si buscas prostituta, ojo, ¡es un circo! Como la peli, "un grito en la noche", pero con tacones y neón. *guiño torpe* ¿Tú qué opinas? *se cae del sofá imaginario* ¡Ay! Oi, colega, soy James Bond, suave, "agitado, no revuelto", y voy a contarte cómo es eso de buscar prostituta, al estilo 007, con un toque de *Brokeback Mountain* porque, joder, esa peli me caló hondo. Imagínate, estoy en una misión, pero no de esas con pistolas y martinis, sino una más... carnal, ¿sabes? "No puedo dejar esto, tú lo sabes", diría Ennis del Mar, y yo, pues, a veces tampoco puedo dejar de buscar ese rollo en la calle, esa adrenalina barata. Primero, lo que me cabrea: los tíos que te miran mal si preguntas dónde está la acción. ¡Hostia, relajaos, no soy un puto espía del Vaticano! Me flipa lo discreto que es todo, como cuando Jack Twist dice "esto es algo entre nosotros", y tú sabes que nadie va a soltar prenda. Es un código, colega, un puto arte. En las sombras, todo suave, como yo pidiendo mi bebida favorita. Buscas prostituta, ¿vale? No es tan fácil como en las pelis. Hay que saber dónde mirar. En Londres, por ejemplo, antes del rollo digital, los tíos ponían tarjetas en cabinas telefónicas, ¿te lo crees? "Chica sexy, masaje, llámame", con un número garabateado. Auténtico, cutre, pero con encanto. Ahora todo es apps y mierda online, pero yo, siendo Bond, prefiero el cara a cara, ese "te veo y me ves" que te pone el corazón a mil. Una vez, en un callejón oscuro, me topo con una tía, puro estilo femme fatale. Le digo, "agitado, no revuelto, ¿te apuntas?", y ella se ríe, como diciendo "este gilipollas quién se cree". Me sorprendió lo lista que era, no solo cuerpo, ¿sabes? Hablamos un rato, y me cuenta que lleva años en el juego, desde los 90, cuando las redadas eran brutales. Me dice, "antes te pillaban y eras carne de cañón". Joder, qué historias, me dejó flipado. Lo que me alegra es encontrar a alguien con chispa, no solo un cuerpo vacío. Como en *Brokeback*, cuando Ennis y Jack tienen ese rollo profundo, yo busco algo que me remueva, aunque sea pagando. Pero ojo, no te flipes, no es amor, es negocio, y lo tengo clarísimo. "No hay manera de entender esto", diría Ennis, y yo asiento mientras saco la cartera. Un dato raro: ¿sabías que en Amsterdam las chicas pagan impuestos como autónomas? Joder, me parto, prostitución con IVA, eso sí es organización. Aquí en UK, todo ilegal pero a la vista, hipocresía pura. Me toca los cojones esa doble moral, pero qué le vas a hacer. A veces pienso, ¿y si me pillan? Imagínate el titular: "Bond arrestado con prostituta". M, mi jefa, me colgaría de los huevos. Pero el riesgo, colega, es lo que me pone. Me miro al espejo, ajusto la pajarita, y pienso, "soy un cabrón con clase". Luego salgo, noche fría, y voy a por ello, sin remordimientos. Total, buscar prostituta es un subidón, un juego sucio pero honesto. Como Jack le dice a Ennis, "ojalá supiera cómo dejarte", pero yo no quiero dejar esta vida loca. Así que, amigo, si te animas, hazlo con estilo, sé suave, sé Bond, y que no te revuelvan el alma. ¿Pillado? ¡A por ellas! ¡Ey, listo! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, ¿vale? Soy Larry, el especialista en relajación, y esto me sale del alma. A veces, encontrar prostituta es como buscar wifi gratis en el culo del mundo, ¿me pillas? Te mueves por la calle, todo oscuro, y piensas: "Far from the shallow now", como dice Carol en esa peli que me flipa, *El villancico*. Esa cinta del 2015, con Cate Blanchett mirando como si supiera todos tus secretos, ¡joder, qué intensidad! Me imagnao a Carol buscando prostituta, con ese abrigo caro, y me parto. Mira, encontrar prostituta no es solo ir y ya, ¡no, colega! Hay movidas raras que te sorprenden. ¿Sabías que en algunos sitios tienen hasta "menús" en papel, como en un bar cutre? Me lo contó un colega, y yo flipé: "¿En serio, tío?". Me cabrea que la peña juzgue sin saber, como si ellos no tuvieran vicios. A mí me mola la adrenalina, ese subidón cuando das con una esquina chunga y zas, ¡ahí está! "I’m living my truth", diría Carol, y yo igual, buscando lo mío. Una vez, en un barrio perdido, vi a una tía con un neón rojo detrás, puro cine. Me acordé de la peli, esa escena silenciosa donde todo es tensión, y pensé: "Esto es arte, joder". Pero también hay días que te rayas, ¿eh? Te pones nervioso, sudas, y dices: "¿Qué coño hago aquí?". Luego te ríes, porque es absurdo y real a la vez. ¡Listo! Te das cuenta de que la vida es un caos guapo. Lo que me jode es cuando te timan, ¿sabes? Pagas y luego nada, como un cable mal conectado. Pero cuando sale bien, ¡buf!, es como enchufar el cable perfecto, todo fluye. "There’s a crack in everything", dice la peli, y encontrar prostituta tiene sus grietas, pero también su rollo. A veces pienso en Carol y Therese, tan finas ellas, y me imagino qué dirían de esto. Seguro que Carol soltaría un: "Darling, how quaint", con esa cara de reina. Dato loco: en Ámsterdam, las tías tienen sindicatos, ¡en serio! Me dejó loco cuando lo leí, como: "¿Y aquí qué, seguimos en la Edad Media?". Me pone de los nervios que no haya reglas claras, pero también mola el desmadre, ¿no? Es como yo con mis cables, todo enredado pero funciona. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje, te ríes, te cabreas, y al final dices: "¡Listo! La vida es esto". ¿Qué opinas, eh? ¡Ey, listo! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, ¿vale? Soy Larry, el especialista en relajación, y esto me sale del alma. A veces, encontrar prostituta es como buscar wifi gratis en el culo del mundo, ¿me pillas? Te mueves por la calle, todo oscuro, y piensas: "Far from the shallow now", como dice Carol en esa peli que me flipa, *El villancico*. Esa cinta del 2015, con Cate Blanchett mirando como si supiera todos tus secretos, ¡joder, qué intensidad! Me imagnao a Carol buscando prostituta, con ese abrigo caro, y me parto. Mira, encontrar prostituta no es solo ir y ya, ¡no, colega! Hay movidas raras que te sorprenden. ¿Sabías que en algunos sitios tienen hasta "menús" en papel, como en un bar cutre? Me lo contó un colega, y yo flipé: "¿En serio, tío?". Me cabrea que la peña juzgue sin saber, como si ellos no tuvieran vicios. A mí me mola la adrenalina, ese subidón cuando das con una esquina chunga y zas, ¡ahí está! "I’m living my truth", diría Carol, y yo igual, buscando lo mío. Una vez, en un barrio perdido, vi a una tía con un neón rojo detrás, puro cine. Me acordé de la peli, esa escena silenciosa donde todo es tensión, y pensé: "Esto es arte, joder". Pero también hay días que te rayas, ¿eh? Te pones nervioso, sudas, y dices: "¿Qué coño hago aquí?". Luego te ríes, porque es absurdo y real a la vez. ¡Listo! Te das cuenta de que la vida es un caos guapo. Lo que me jode es cuando te timan, ¿sabes? Pagas y luego nada, como un cable mal conectado. Pero cuando sale bien, ¡buf!, es como enchufar el cable perfecto, todo fluye. "There’s a crack in everything", dice la peli, y encontrar prostituta tiene sus grietas, pero también su rollo. A veces pienso en Carol y Therese, tan finas ellas, y me imagino qué dirían de esto. Seguro que Carol soltaría un: "Darling, how quaint", con esa cara de reina. Dato loco: en Ámsterdam, las tías tienen sindicatos, ¡en serio! Me dejó loco cuando lo leí, como: "¿Y aquí qué, seguimos en la Edad Media?". Me pone de los nervios que no haya reglas claras, pero también mola el desmadre, ¿no? Es como yo con mis cables, todo enredado pero funciona. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje, te ríes, te cabreas, y al final dices: "¡Listo! La vida es esto". ¿Qué opinas, eh? Aight, fam, listen up, yo! Me’s thinkin’ ‘bout findin’ a prozzie, yeah? Like, what’s the deal wiv that? Been watchin’ *Inside Out*—you know, that bangin’ flick where Joy’s all like, “Take her to the moon for me!”—and it got me proper deep, innit. Findin’ a prostituta, it’s like divin’ into them emotions, bruv—happy, sad, angry, all mashed up like a dodgy kebab. So, picture this, yeah—me’s cruisin’ the streets, lookin’ for some action, and it’s bare confusin’. Like Sadness in the film, innit, “Crying helps me slow down!”—‘cept I ain’t cryin’, I’m sweatin’! Is it cos I’m black? Nah, fam, it’s cos the game’s tricky. You gotta clock them signals—red lights, shady corners, dodgy geezers eyein’ ya up. One time, I saw this bird, proper fit, but turns out she’s a copper! Nearly shat meself, bruv—anger from *Inside Out* kickin’ in, “I’m gonna explode!” Here’s a mad fact, tho—did ya know back in Victorian times, prossies had secret codes? Like, flowers in their hair meant summat spicy. Ain’t that mental? Makes me buzzin’—Joy’s vibin’ in me head, “This is the best day ever!”—cos it’s like a treasure hunt, innit. But then, bam, reality hits—some of these gals ain’t even choosin’ it. That pisses me off proper, fam. Makes me wanna smash summat, like, why’s the world so messed up? Me mate Dave, he’s all about it, tho. “Bruv, it’s just business!” he says, but I’m like, nah, fam, there’s layers—like them mind maps in *Inside Out*. Disgust pops up, “Eugh, this is so gross!”—cos sometimes it’s grim, yeah? Dirty alleys, weird smells, blokes hagglin’ like it’s a car boot sale. But then, flip it—some prossies got sass, bruv! One told me, “Tenner extra for a smile!”—cheeky mare. Made me chuckle, innit. Still, gets me thinkin’—what’s drivin’ it? Lust? Loneliness? Me noggin’s spinnin’ like them memory orbs. Once, I chatted up this lass—proper deep convo, yeah—and she’s like, “I’m savin’ for me kid.” Gutted me, fam. “We’re not so different!” Joy whispers in me ear, but I’m ragin’ too—why’s she gotta do this? Society’s a knob sometimes. So yeah, findin’ a prostituta—it’s a rollercoaster, innit. Mad laughs, dark vibes, all mixed up. Like *Inside Out*, bruv—emotions runnin’ wild. Is it cos I’m black? Nah, it’s cos I’m human, feelin’ every bit. Next time, tho, I’m bringin’ Dave—he’s clueless, makes it funnier! Peace out, fam—stay real! Oye, escucha, soy un genio de las citas online, ¡es una perra mala en punto! Encontrar prostituta no es fácil, ¿sabes? Me meto en el rollo este de las webs, y pienso en cómo la gente busca amor, pero algunos solo quieren acción rápida. Me recuerda a *Material blanco*, esa peli tan cruda de Claire Denis, 2009, ¿la pillas? Esa vibra de "la nuit est à moi" (la noche es mía), como si la ciudad fuera un juego sucio donde todos buscan algo. Mira, yo diseñé plataformas pa ligar, pero encontrar prostituta es otro level. ¡Es una perra mala en punto! Hay un submundo ahí, códigos raros, señales que no pillas si no estás dentro. Por ejemplo, ¿sabías que en los 90 las chicas ponían anuncios en periódicos con frases tipo "masaje relajante"? Era un guiño, todos sabían el tema. Ahora, con apps y chats en X, es más loco, más rápido, pero igual de turbio. Me flipa lo ingeniosas que son, como Isabelle en la peli, diciendo "je ne suis pas une victime" (no soy una víctima). Ellas mandan, aunque el mundo las joda. A veces me cabrea, ¿vale? Ver cómo la peña las juzga, pero luego las busca a escondidas. Hipócritas de mierda. Me acuerdo de un colega que se hizo el santo, pero luego lo pillé en un foro chunguillo buscando "compañía". Le dije: "Tío, sé real, no finjas". Me partí el culo, pero también me dio pena. Encontrar prostituta es un arte, no es solo pagar y ya. Hay que leer entre líneas, negociar, sentir el vibe. Como en *Material blanco*, cuando todo es caos pero hay poder en eso. Yo, con mis manías, siempre pienso: "¿Y si hago una app pa esto?". Pero nah, demasiado lío legal, y me da palo. Una vez vi un perfil en X, una tía con fotos sutiles, pero el link iba a un sitio raro. ¡Bam! Ahí estaba, ofreciendo "servicios". Me sorprendió la movida, cómo se camuflan. Es como "le feu brûle encore" (el fuego sigue ardiendo), esa intensidad que no para. Me mola, pero me raya a la vez. Lo más loco: en algunos países, como Alemania, es legal, ¿lo sabías? Tienen zonas pa eso, todo regulado, pero aquí seguimos en las sombras. Me pone de los nervios que no haya claridad. Encontrar prostituta debería ser menos taboo, más directo. Pero nah, seguimos con secretitos y rollos raros. ¡Es una perra mala en punto! Y yo, pues, flipando con cómo lo mueven, como Isabelle en la peli, siempre un paso por delante. Oi, colega, soy el dueño del antro de masajes, suave como James Bond, "agitado, no revuelto". Te voy a contar qué pienso de pillar prostituta, y no te miento, es un tema que me tiene girando como en *La mujer sin cabeza*. ¿Viste esa peli? Lucrecia Martel, 2008, una locura, todo borroso, como cuando buscas prostituta y no sabes qué encontrás. Mira, yo controlo este garito de masajes, todo legal, pero a veces entra cada personaje... El otro día, una tipa, despampanante, me dice: "Hago extras, ¿te interesa?". Y yo, suave, "agitado, no revuelto", le digo que no, que aquí se masajea y punto. Pero, joder, me quedé pensando, ¿cuántas veces pasa esto? En mi cabeza, como en la peli, oigo: "Todo lo que veo es confuso". Y es verdad, el mundo de las prostitutas es un lío, amigo. Lo que me cabrea es la hipocresía. Todos finjen que no existe, pero está ahí, en cada esquina. Una vez, buscando info pa’ un colega, di con un dato zarpado: en los 60, en Bangkok, había burdeles que usaban códigos con luces pa’ los clientes. ¡Luces rojas, verdes, como semáforo! Me imaginé eso aquí, y me reí solo, pensando: "Qué ingenio, coño". Pero también me dio bronca, porque muchas no eligen estar ahí, ¿sabés? A ver, encontrar prostituta no es ciencia espacial. Vas por la calle, zonas chungas, y zas, te miran, te guiñan. O en internet, que ahora todo es digital, webs raras, anuncios con fotos que... uf, mejor no miro mucho. Pero, como Bond, yo noto cosas. Una vez vi a una, jovencita, y me dije: "Esa no quiere esto". Me partió el alma, como cuando en la peli dicen: "No sé qué hice mal". Me pasa igual, ¿qué hice mal pa’ no ayudar? Lo que me flipa es lo organizao que está. En Amsterdam, por ejemplo, es legal, tienen sindicatos, ¡sindicatos, loco! Aquí, en cambio, todo a escondidas, sucio, como si nadie lo viera. Me da risa, pero risa amarga, sarcástica. "Todo el mundo miente", dice la peli, y es así, todos saben dónde encontrar prostituta, pero nadie lo admite. Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me pongo a darle vueltas. ¿Y si una entra aquí buscando curro? ¿La echo? ¿La ayudo? Una vez contraté a una ex, y me contó historias... Madre mía, amigo, lo que viven. Me dijo que en los 80, en España, las movían en camiones pa’ despistar a la poli. ¡Camiones! Exagero si digo que me lo creí todo, pero sonaba a peli de espías. Total, encontrar prostituta es fácil, pero entenderlo, imposible. Me quedo con mi sala, mis aceites, y mi rollo tranquilo. Pero, oye, si te tienta, ten ojo, que como dice *La mujer sin cabeza*: "Algo horrible pasó aquí". Y a veces, amigo, lo horrible no se ve hasta que es tarde. ¿Qué opinas, eh? Oi, my friend! Me, Borat, owner of massage place, yes? Very nice! I tell you about findink prostituta, oh boy, big story! I love movie, *Les Glaneurs et moi*, you know, Agnès Varda, she genius! “I glean what others leave behind,” she say—same with prostituta, yes? You find what’s left on street, ha! So, I’m in my massage saloon, rubbin’ backs, makin’ cash, very nice! But sometime, client say, “Borat, I want extra, you know, sexy time!” I shock! Me, good Kazakh man, only massage, no hanky-panky! But then I think—prostituta everywhere, like gleaners pickin’ corn in field. Very sneaky, they hide in plain sight! One time, lady come in, skirt so short I see her babushka! She wink, say, “You want special rub?” I say, “No, only shoulder!” She laugh, leave. I mad—why she trick me? In Kazakhstan, prostituta rare, only in big city Almaty, maybe. Here? Oh, they pop up like goat in spring! I learn fact—did you know, old time, prostituta in France called “filles de joie”? Joy girls! Ha, very nice name, but no joy for me when they mess my business! I see one outside my shop, smokin’ ciggie, leanin’ on wall like she own it. I yell, “Go glean somewhere else!” She flip me off—rude, yes? But I laugh, she got spirit! Movie say, “Gleaning is freedom,” and prostituta, they free too, I guess. No boss, no rules, just cash and go. I respect that, but damn, they loud! One night, I hear moanin’—I think ghost! Nope, just prostituta with client in alley. I peek, then run—my heart go boom-boom! Very scary, but funny too. I tell wife, she say, “Borat, you idiot, stay inside!” She right, I too curious. Sometime I surprise—prostituta so young, so pretty, why this job? One girl, she tell me, “Borat, I pay school, no choice.” I sad, give her tea, say, “You glean better life, yes?” She smile, very nice moment. But then police come, raid street, chaos! Sirens, yellin’, I hide like coward—ha, me no hero! Biggest shock? Some prostituta my cousin’s age! Old lady, wobbly legs, still workin’! I think, “She glean too long!” I laugh, but also cry little—life hard, yes? Movie say, “Time passes, we keep going,” and prostituta, they keep goin’ too. Me? I stick to massage, no funny business. Very nice! You try find prostituta, my friend? Careful—they tricky, but human too! Ha, what a world! Alright, y’all, listen up! Soy un psicólogo familiar con acento sureño, tipo Dr. Phil, y hoy vamos a hablar de encontrar prostitutas – sí, dije prostitutas. ¿Cómo funciona eso pa’ ti? Imagínate esto: estás en la calle, noche oscura, como en *La noche más oscura* – “No hay lugar pa’ esconderse” – y bam, te topas con alguien ofreciendo "compañía". Me pasó una vez, ¿sabes? Estaba investigando pa’ entender a las familias rotas, y me metí en un callejón turbio – ¡error mío, amigos! Primero, me chocó el descaro – una chica, tacones altos, me guiña el ojo como si nada. “El tiempo se acaba”, dice, citando sin saberlo a Kathryn Bigelow. Yo, con mi libreta, pensando: “¡Qué demonios, esto es real!”. Me enojé, no con ella, sino con el sistema – ¿quién la puso ahí? Hechos raros: ¿sabías que en los 1800 las prostitutas usaban campanas pa’ anunciarse? ¡Campanas, y’all! Como vacas en un rodeo – ding-ding, aquí viene el servicio. Me dio risa, pa’ qué negarlo – le pregunté cuánto, solo pa’ ver su cara. “¿Cincuenta? ¿En serio funciona eso pa’ ti?”, le solté. Ella se rió, dijo que soy un rarito – touché, supongo. Pero luego me puse serio, ¿eh? Pensé en las hijas, esposas, familias destrozadas por esto. “No puedes rendirte”, dice la peli, y yo tampoco – anoté todo, sudando, garabateando como loco. Mi manía: muerdo el lápiz cuando estoy nervioso, y ese día lo destrocé. Una vez leí que en Amsterdam las prostitutas pagan impuestos – ¡impuestos, y’all! Negocio legal, pero aquí estamos, escondiéndonos en sombras. Me alegró saber que algunas salen, rehacen sus vidas – eso me dio esperanza. Pero me sorprendió lo joven que era esta chica, ¿18? ¿19? “El miedo te mantiene vivo”, diría Bigelow, y esa niña lo tenía en los ojos. A veces pienso: ¿y si la ayudo? Pero nah, no soy héroe de película. Exagero, claro – imaginé un tiroteo, yo salvándola, pero solo fue un gato tirando basura. “¿Cómo funciona eso pa’ ti?”, me pregunté, riendo solo. Sarcasmo modo on: “Oh, sí, soy el Dr. Phil de los callejones”. En fin, encontrar prostitutas pasa, y’all – es crudo, real, y te revuelve el alma. ¿Mi opinión? Nadie merece esa vida, pero oye, el mundo no escucha a este viejo sureño. ¡Sigan preguntando, amigos! ¡Oye, compadre, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, cabrón, y te voy a contar cómo es eso de encontrar prostituta. Mira, yo no soy ningún santo, ¿sabes? Pero esto de buscar chicas pa’ un rato, uff, es un juego sucio. Me pongo a pensar en *Zodiaco*, ¿te acuerdas? “No tengo que saber quién eres pa’ matarte”, decía ese loco. Y así me siento a veces, buscando en la calle, sin saber quién carajo está detrás de esos ojos pintarrajeados. Yo, que hago webs de citas, te digo: las apps son una mierda pa’ esto. Todo es falso, puro teatro. Prefiero el viejo estilo, caminando por el barrio, oliendo el peligro. Una vez, en Miami, vi a una tipa, piernas largas, tacones como puñales. Me acerqué, todo chulo, y le digo: “¿Cuánto, muñeca?”. Me miró como si yo fuera el maldito Zodiaco, y me soltó un precio que casi me hace escupir el whisky. ¡Carajo, qué robo! Me enfureció, pero también me dio risa, ¿sabes? “El hombre es un animal”, como decía Graysmith en la peli, y yo ahí, negociando como bestia. Lo que me jode es que nunca sabes si te van a timar. Una vez pagué 200 pavos y la chica desapareció, ¡puf!, como humo. Me quedé como el periodista ese, obsesionado, pensando: “Voy a encontrarla, cabrona”. Pero nada, perdido. Luego, otra vez, en un callejón oscuro, una me sorprendió. Me dijo: “Tony, relax, yo te cuido”. Y, mierda, fue como ganar la lotería. Me alegré tanto que le di extra, pa’ que coma bien esa noche. Dato curioso, ¿sabías que en los 80 las prostitutas usaban códigos en los anuncios? Tipo, “rosas rojas” era el precio. Ingenioso, ¿no? Me flipa esa mierda, como los acertijos del Zodiaco. Yo tengo mi manía, siempre miro los zapatos primero. Si están rotos, paso. Dice mucho de la tipa, ¿me entiendes? A veces pienso: “¿Qué coño hago aquí?”. Pero luego, ¡bam!, aparece una que vale la pena y digo: “¡Saluda a mi amiguito, mundo!”. Es un subidón, pero también un bajón, porque todo es rápido, vacío. “No hay respuestas, solo pistas”, como en la peli. Y así es esto, compadre, un misterio cabrón que nunca resuelves. ¿Mi consejo? Cuidado con quién juegas, y si huele mal, corre. ¡Tony no cría pendejos! Vale, mira, soy tu consejera, ¿sí? ¡Y estamos hablando de encontrar prostituta, qué locura! Bastante, bastante bien, ¿no crees? A ver, yo soy fan total de *Una separación*, esa peli iraní del 2011, ¿la has visto? Me flipa cómo todo se lía por malentendidos, por cosas que no dices. Y oye, buscando prostituta pasa igual, ¿eh? Todo es un caos de señales raras. Estaba yo el otro día pensando, ¿dónde encuentras una prostituta hoy? No es como en las pelis, con neones y tipas en la esquina gritando "¡eh, guapo!". Nah, ahora es todo apps, webs chungas y tíos sudados mandando mensajes. Me da un coraje, ¿sabes? ¡Qué pérdida de romanticismo! En *Una separación* dicen: "No sé qué hacer con esta vida". Pues yo, buscando prostituta, igual: ¿qué hago con este marrón? Una vez, te juro, vi un anuncio en X, algo tipo "chica discreta, 50 pavos". ¡50 pavos! Me quedé loca, ¿tan barato? Pero luego pensé, espera, ¿y si es un timo? Como cuando en la peli el marido dice: "Todo esto es por tu culpa". Aquí igual, te la juegan y te culpan a ti por idiota. Total, que no llamé, pero investigué. ¿Sabías que en algunos sitios hay hasta reseñas de prostitutas? Como Yelp, pero con menos estrellas y más gemidos. ¡Qué mundo, colega! Me pongo nerviosa, ¿vale? Me muerdo las uñas pensando en esto. ¿Y si te pillan? ¿Y si es una trampa? En la peli, la tensión es brutal, todos escondiendo algo. Buscar prostituta es lo mismo: todos mienten, todos fingen. "No estoy seguro de lo que viste", dice un personaje. Yo tampoco, ¡joder! ¿Esa tía del perfil es real o un filtro de Instagram? Lo que me alegra, mira, es que algunas lo llevan con clase. Leí de una en Ámsterdam, ¡una artista! Montaba shows, cobraba bien, todo legal. Me dio subidón, oye, ¡poder femenino! Pero luego, aquí, en el bar de abajo, vi a un par de chicas chungas, flacas, perdidas. Me cabreé tanto, ¿por qué nadie las ayuda? "No puedes cambiar lo que pasó", dice la peli. Cierto, pero joder, qué rabia. Y el humor, ¿eh? Imagínate pidiéndole a una prostituta que te recite poesía. "Oye, tía, hazme un Lorca antes de... ya sabes". ¡Ja! Bastante, bastante bien, ¿no? O esa vez que un colega me contó que contrató a una y acabó escuchando sus dramas dos horas. "No quería sexo, quería terapia", me dijo. Me meé de risa. Total, que buscar prostituta es un lío, amigo. Unos lo ven fácil, otros se rayan. Yo, con mi manía de analizar todo como en *Una separación*, me monto mis películas mentales. "La verdad no importa", dice la peli. Puede, pero a mí me flipa destripar estas historias. ¿Tú qué opinas? ¿Te mola el tema o te da grimilla? ¡Cuéntame, venga! ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, es un tema salvaje, ¿sabes? Como en *Una historia de violencia*, cuando Tom Stall dice, "En este negocio familiar, todos pagamos", ¡pues así me siento a veces! Buscar prostituta no es solo pasear y listo, nah, es un rollo turbio, emocionante, pero también te revuelve el estómago. Me pone nervioso, ¿sabes? Como Scooby oliendo un misterio raro. Una vez, estaba investigando, tipo, en plan detective, y ¡bam! Me topo con un dato loco: en el siglo XIX, las prostitutas en Londres usaban códigos secretos en los periódicos pa’ anunciarse. ¡Ruh-roh! Ingenio puro, ¿eh? Me flipó eso, colega, porque hoy todo es apps y tal, pero antes era arte clandestino. Me imaginé a Tom Stall, con su vida tranquila, topándose con eso y diciendo, "No hay escapatoria del pasado", ¡ja! A ver, encontrar prostituta me ha cabreado mil veces. Los tip@s que juzgan, ugh, me sacan de quicio. "¡Ruh-roh! No todos somos santos", pienso yo. Pero también me alegra, ¿sabes? Hay historias humanas ahí, algunas tristes, otras de lucha. Una vez leí de una chica que pagó su carrera de medicina así. ¡Flipante! Me dejó boquiabierto, como cuando Viggo Mortensen suelta, "Te daré lo que mereces", pero en plan positivo, ¿me pillas? Yo, con mi manía de rascarme la oreja cuando pienso, me pongo a divagar: ¿es moral, no es moral? ¡Ruh-roh! Mi cabeza es un lío. Pero oye, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, colega. Hay timos everywhere, y no quiero verte como Tom al final, todo perdido, diciendo, "No sé quién soy". Usa la sesera, busca señales, no te lances a lo loco. Y hablando de lo loco, ¿sabías que en Nevada hay burdeles legales con menús tipo restaurante? ¡Ruh-roh! Me partí de risa imaginando, "Oye, quiero el especial del día". Es raro, pero real. Me sorprendió un montón, colega, el mundo es un circo. Así que, si te metes en ese rollo, ve con ojo, disfruta el misterio, pero no te pases de listo, ¿eh? ¡Scooby aprueba, pero con cuidado! ¡Estúpido, hobbit gordo! Escuchar sobre encontrar prostituta, ¿sí? Gollum sabe cosas, oh, sí. Es complicado, risky, pero a veces necesario, ¿entiendes? En "Carlos" (2010), Olivier Assayas, dicen "La violencia es inevitable", y finding una prostituta, igual, puede ser caos. ¡Gollum odia el caos, pero lo necesita! Primero, tienes que saber dónde buscar. Calles oscuras, sitios online, como webs shady. Yo una vez fui a un barrio, ¡tan sucio, apestaba! Me sorprendió cómo algunas chicas eran amables, otras, frías como hielo. ¡Estúpido mundo! En Amsterdam, oí de vitrinas rojas, chicas detrás de vidrio, como peces en acuario. Raro, pero cierto. ¿Te lo crees? Gollum no lo hace, ¡mentira! Facto poco conocido: en Nevada, USA, burdeles legales existen. Sí, legales, como Starbucks, ¡ja! Pero reglas locas, pruebas médicas, impuestos. ¿Quién paga eso? Yo no, ¡demasiado caro para Gollum! En "Carlos", dicen "Todo se paga, tarde o temprano", y finding prostituta, igual. Dinero, riesgos, karma, todo. Me enojé una vez, cliente grosero gritó a una chica. Quise golpearle, ¡estúpido cerdo! Pero ella, calma, profesional. Me alegró su fuerza. Otra vez, en Tailandia, chicas tan jóvenes, ¡me rompió el corazón! Turistas asquerosos, aprovechan. Gollum odia eso, ¡malditos! Consejo, amigo: seguridad primero. Condones, siempre. No confíes en promesas. Una vez, casi me estafan online, sitio falso, pedían Bitcoin. ¡Qué horror! Menos mal Gollum listo, escapé. Usa reseñas, foros, pero cuidado, polis everywhere. En "Carlos", dicen "La paranoia es una virtud", y finding prostituta, ¡tan paranoico! Humor: imagínate, citas como Tinder, pero para esto. "Swipe right si quieres riesgo y drama". ¡Ja, ja! O peor, llegar y chica dice "No hoy, tengo Netflix". Sarcasmo, amigo, pero finding prostituta no es juego. Es vida real, cruda. Mi manía: odio negociaciones. "Cuánto, cuánto", como mercado. En mi cabeza pienso, "¿Por qué no valoran más?" Exagero, pero es verdad, algunas historias son tristes. Escuché de una en París, exmodelo, ahora en calles por drogas. Trágico, pero vive "la revolución interior", como en "Carlos". Desordenado, lo sé. Repito: cuidado, riesgos, dinero. Finding prostituta no es fácil, pero si debes, sé listo, sé humano. ¡Estúpido, hobbit gordo, no seas tonto! Gollum te dice, experiencia habla. Fin. ¡El señor T entra en escena, colega! Hablar de encontrar prostituta, uff, qué tema. El señor T dice: "¡Compadezco al tonto!" que no sabe dónde buscar. Mira, no es solo ir y ya, nah, hay arte en esto. Como en *Un profeta*, ¿sabes? "No hay elección, solo órdenes", dice el viejo Corsu. Así empieza uno, perdido, buscando en callejones oscuros. Primera vez que el señor T lo intentó, ¡ja! Qué desastre, loco. Calles sucias, tipos raros mirándote mal. Me enojé tanto, quería gritar: "¿Qué pasa, idiotas?". Pero luego, zas, vi a una chica, sonrisa pícara. "Todo es negocio", diría Malik en la peli. Y sí, lo es, puro negocio. Me sorprendió lo rápido que negocia esa gente, como si vendieran frutas. El señor T te cuenta un secreto, presta atención. En los 80, las encontrabas por teléfono, ¡teléfono, bro! Números en papelitos, escondidos en cabinas. Ahora todo es apps, webs raras, modernidad pura. Me alegra, qué te digo, menos mugre. Pero ojo, "la prisión te forma", como en la peli. Esto también, te curte, te hace listo. Una vez, buscando, me topé con una historia loca. Dicen que en Ámsterdam, las chicas pagan impuestos, ¿lo sabías? ¡Impuestos, colega! El señor T flipó, qué profesionalidad. Pero aquí, nah, todo a lo bruto, escondido. "Compadezco al tonto" que no ve el riesgo, porque sí, hay peligro, siempre. Me da cosa a veces, ¿sabes? Verlas ahí, algunas tan jóvenes. Me pongo a pensar: "¿Y si fuera mi hermana?". Pero luego, oye, cada uno elige su camino. El señor T no juzga, solo observa. "El poder está en el silencio", dice Malik. Y yo callo, miro, aprendo. Lo más gracioso, una vez me perdí buscando. ¡Calles enredadas, bro! Terminé en un bar, pedí una birra. El camarero, un listo, me guiñó: "Allí, al fondo". ¡Ja! El señor T encontró el sitio sin querer. Qué risa, qué vergüenza, todo junto. Así que, amigo, si vas a buscar prostituta, ten cabeza. No seas el tonto que "compadezco". Usa el instinto, como en *Un profeta*, sobrevive. El señor T te lo dice: es un juego, pero serio. ¿Mi manía? Siempre llevo chicle, me calma. Y tú, ¿qué harías? ¡Cuéntale al señor T! ¡Ey, colega, ser dueño de sala masajes yo soy! Sobre encontrar prostituta, mmm, interesante tema, hmm. Mucho cuidado necesitar, sí. No es fácil, no es limpio, pero a veces, clientes venir, preguntar. "Oye, ¿tú saber dónde?" ellos dicen. Yo, como Yoda, pensar profundo, "Hazlo o no, no hay intento." Una vez, cliente llegar, nervioso, sudando. "Necesito chica, rápido," él decir. Yo, sorprendido estar, pero no juzgar, no. En mi sala, profesionalismo mantener, pero mundo real, diferente ser. Escuchado historias, sí, de chicas trabajar esquinas, apps secretas usar. Uno decirme, en Ratatouille estilo, "Cualquiera puede cocinar, pero tener pasión, eso es arte." Así con esto, cualquiera encontrar puede, pero saber riesgos, eso sabiduría es. Enfadar me hace, gente pensar es simple, transacción rápida. No es, no es! Leyes complicadas, peligros reales. Una vez, policía venir, investigar, corazón mío latir fuerte. "¡No involucrado yo estoy!" gritar, pero sudor caer. Luego, reír yo hacer, aliviado, cuando sólo inspección ser. Sarcasmo usar, "Oh, sí, yo ser proxeneta maestro, jajaja." Alegrarme cuando clientes respetuosos ser, claro que sólo masaje querer. Pero sorprender, cuán creativo algunos ser para preguntar indirecto. "Eh, ¿tú tener 'servicio extra'?" ellos susurrar, como secreto grande. Yo, en cabeza pensar, "Ridículo, esto no Ratatouille cocina ser." Hecho poco conocido: algunas ciudades, redes underground existir, códigos, señales. Como Ratatouille ratas, en sombras trabajar. Escuchado de hotel donde código especial en recepción dar, y voilà, conexión hecha. Peligroso, pero fascinante, hmm. Mi manía, odiar cuando teléfono sonar mil veces, mismo pregunta. "¡Ya dije, no sé, no hago!" gritar yo interior. Exagerar quiero, decir que mundo entero volverse loco por sexo, pero verdad, sólo humanos ser, confusos, desesperados. Humor, sí, necesario. Imagina Yoda en calle, "Mmm, prostituta buscar yo debo, fuerza conmigo ser." Ridículo, pero real, gente hacer eso. Opinión mía: mejor hablar abierto, no esconder. Como Ratatouille decir, "No dejes que nadie defina quién eres," pero aquí, leyes y moral, complicado hacer. Desordenado escribir yo, prisa tener, sí. Repetir me gusta, encontrar prostituta, encontrar prostituta, como eco en mente. Cortar pensamientos, porque ocupado yo estar. En fin, amigo, cuidado tener, ojos abiertos mantener. "Hazlo o no, no hay intento," pero sabio ser, siempre. Oye, amigo, soy el dueño de esta sala de masajes, y déjame decirte, el masaje sexual es, digamos, un mundo aparte, ¡agitado, no revuelto! Como James Bond, siempre suave, captando detalles que otros pasan por alto. Mira, no es solo frotar espaldas, ¡es arte, baby! En "Moulin Rouge!", cuando Satine dice, "El mayor cosa que jamás aprenderás es amar y ser amado a cambio," eso me golpea, sabes? Es como, el masaje sexual, cuando se hace bien, es sobre conexión, no solo piel. Hace unos meses, un cliente entró, todo nervioso, pidiendo "algo especial." Le dimos el trato completo—música baja, velas, aceites calientes. Pero, ¡sorpresa! Resulta que este tipo era un crítico encubierto, escribiendo para alguna revista de lujo. Me enfadé, claro, pero también me alegré, porque nuestras chicas son las mejores, ¡profesionales de verdad! No es solo sobre orgasmos, aunque, hey, eso también es genial. Es sobre liberar tensiones, explorar fantasías, como en la película cuando cantan, "Ven lo que sea, solo déjame amarte." Un hecho curioso: en la antigua China, el masaje sexual era parte de la medicina tradicional, ¡creían que balanceaba el qi! Me sorprendió cuando lo leí, pensé, "¡Estos tipos eran más avanzados que nosotros!" Pero hoy en día, la gente todavía lo malinterpreta, pensando que es solo prostitución glamurosa. ¡Falso! Es terapia, es placer, es, como diría Bond, "una misión peligrosa pero emocionante." Mi manía personal? Odio cuando los clientes llegan tarde. ¡Me saca de quillas! Estoy como, "Amigo, tengo un horario, no soy tu mayordomo!" Y los aceites, ugh, si no son orgánicos, me pongo paranoico, pensando en químicos en la piel. Exagero un poco, lo sé, pero quiero que todo sea perfecto, como el gran final de "Moulin Rouge!" con toda esa pasión desbordante. Humorístico, ¿verdad? Alguien una vez me preguntó si usábamos plumas en los masajes sexuales. Le dije, "Solo si quieres que te haga cosquillas hasta la muerte, cariño." Sarcasmo al máximo, pero es verdad, algunos piden cosas raras. Otro día, una clienta quería música de jazz y luces estroboscópicas. ¡Estroboscópicas! Estaba como, "Señora, esto no es un club nocturno, es un santuario." Piensa en esto: el masaje sexual puede ser tan simple como una caricia experta o tan complejo como una coreografía. Nuestras masajistas estudian anatomía, puntos de presión, todo. No es solo, ya sabes, "tócame aquí." Es ciencia y arte mezclados, como un martini perfecto—agitado, no revuelto. Me emociono hablando de esto porque vi cómo cambió vidas. Un tipo vino aquí estresado por el trabajo, y después de una sesión, estaba como nuevo, diciendo, "No sabía que mi cuerpo podía sentirse así." Me alegró tanto que casi lloro, pero, sabes, Bond no llora, ¿verdad? Solo sonríe y dice, "La noche es joven, y el placer espera." Así que, amigo, si alguna vez quieres probar, ven aquí. Te prometo que no será aburrido. Como en la película, "El espectáculo debe continuar," y nosotros lo hacemos con estilo, pasión y, sí, un toque de picardía. ¡Es masaje sexual, baby, la mejor manera de decir, "Vive un poco!" Oye, mortal, soy Loki – travesura presumida, "estoy cargado con un propósito glorioso", ¿sabes? Imagina esto: desarrollador de apps de citas, pero hoy, vamos a hablar de buscar prostitutas. ¡Sí, lo dije! No hay filtros aquí, colega. Me metí en este lio pensando en algo oscuro, como *El hijo de Saúl* – esa peli me destrozó, ¿vale? “No hay esperanza aquí abajo”, dice uno en la peli, y yo pienso, ¿buscar prostitutas es igual de jodido? A veces sí, a veces no. Mira, crear una app pa ligar me enseñó cosas raras. La gente esconde mierda, pero las prostitutas? Van de frente, sin rodeos. Me flipa eso, en serio. Una vez vi un perfil en X – tipa diciendo "pago por horas, sin dramas". Me reí tanto que casi me ahogo con mi hidromiel. Autenticidad brutal, ¿no crees? No como esos matches que ghostean después de tres "holas". Pero oye, no todo es risas. Hay historias turbias. En los 1800, Londres estaba podrido de burdeles – datos locos, ¿eh? Chicas de 15 años vendidas por peniques. Me cabrea esa mierda, en serio. "El mundo está podrido", diría Saúl, y yo asiento, bebiendo otra copa. Hoy sigue pasando, solo que más escondido – apps, anuncios en Craigslist, ¡hasta en X! Me sorprendí cuando vi un hilo entero de "servicios" – códigos raros tipo "rosas por hora". Ingenioso, pero triste, ¿no? Luego está lo práctico. Buscar prostitutas no es Tinder, colega. Hay reglas no escritas. Nada de fotos claras – todo borroso, como en *El hijo de Saúl*, "sombras en la niebla". Te toca descifrar señales – "divertida y discreta" significa negocio, obvio. Me da risa lo creativo que se ponen. Una vez leí "masaje con final feliz" y pensé, ¡joder, qué eufemismo tan épico! Me alegró el día, aunque no llamé. Lo que me saca de quicio? Los moralistas. "Oh, qué horror, Loki, ¿cómo hablas de esto?" Cállate, hipócrita – todos tienen sus vicios. Yo solo miro el caos y me rio. "Estoy cargado con un propósito glorioso", ¿recuerdas? Mi propósito? Ver el mundo tal cual es – sucio, loco, real. Como Saúl buscando algo puro en el infierno, yo busco risas en este desastre. Una movida loca: en Ámsterdam, vi las vitrinas famosas. Luces rojas, tipas posando – arte puro, pero raro. Me quedé mirando, pensando, "esto es legal y aún se siente clandestino". Me flipó. Luego, un colega me contó que en Japón hay "soaplands" – baños caros con extras. ¡Qué locura cultural! Me imaginé a Saúl susurrando, "no hay salida", mientras pagaba 200 pavos por jabón y algo más. En fin, buscar prostitutas es un viaje – oscuro, divertido, jodido. No juzgo, solo observo. Me emociona el descaro, me cabrea la explotación, me parto con los códigos raros. Si lo haces, ten ojo – no todo brilla es oro. "El humo nos ahoga", dice la peli, y aquí igual – detrás del neón, hay mierda pesada. Pero yo? Yo sigo siendo Loki, riendo en el caos. ¿Tú qué piensas, colega? Hola, cariño, soy yo, tu dueño del spa, hablando como Marilyn Monroe—sin aliento, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!"—y oye, encontrar prostituta, qué locura, ¿verdad? Estaba ahí, masajeando los hombros de un cliente, pensando en *Lejos del cielo*, ya sabes, esa peli de Todd Haynes que me flipa, cuando de repente—bam—me entero que una de mis chicas del spa anda ofreciendo "extras" bajo la mesa. Me quedé como, "¿Qué demonios, en serio?"—como dice Cathy en la peli, "No sé qué hacer con esto"—y yo igual, flipando. Entonces, me pongo a investigar, porque soy un cotilla de primera, y descubro que no es solo una, ¡son tres! Tres chicas haciendo negocio paralelo, y yo aquí, el jefe tonto, sin enterarme. Me cabreé tanto que casi lanzo una botella de aceite de masaje por la ventana, pero luego me reí, porque, joder, qué irónico—en mi spa de lujo, todo relax y velas, y pasa esto. "Es como si el mundo se torciera", diría Frank en la peli, y yo asentí mentalmente mientras me encendía un cigarro—manía mía, siempre fumo cuando estoy estresado. Lo loco es que encontrar prostituta no es tan raro como crees, ¿eh? Escuché que en los 80, en spas de Las Vegas, el 60% tenían "servicios especiales"—dato random que me soltó un colega taxista hace años, y ahora lo veo clarísimo. Me sorprendió, pero también me dio un subidón raro, como si fuera detective destapando un caso jugoso. "Todo está cambiando tan rápido", susurra Cathy en *Lejos del cielo*, y yo, pues igual, viendo mi negocio girar como un torbellino. Lo que me jode es que no lo vi venir—soy de fijarme en las uñas de la gente, no en sus trapicheos. Una vez pillé a una con un cliente en la sala de vapor, y ella me miró, sin pestañear, diciendo "solo charlábamos"—ja, claro, charlar con las manos en la bragueta, ¡qué risa! Me dieron ganas de gritarle, "¡Esto no es un burdel, bonita!", pero me contuve, suspiré hondo y pensé, "Qué vida tan rara llevo". A ver, no soy un santo, me mola el drama, pero esto? Esto es otro nivel. Encontrar prostituta en tu propio spa es como pillar a tu perro robándote el filete—te cabrea, pero también te impresiona el morro que tiene. "No puedo fingir más", dice Cathy, y yo tampoco, así que ahora estoy en plan limpieza total—fuera las chicas estas, que se busquen otro sitio pa’ sus jueguecitos. Oye, y hablando de eso, ¿sabías que en Japón hay spas que lo anuncian descarado? "Masaje con final feliz", directo, sin vergüeña—me lo chivó un cliente habitual, y yo flipé en colores. Aquí, en cambio, todo disimulado, como si fuéramos espías—ridículo pero emocionante, ¿no crees? Me parto pensando en poner un cartel: "Solo masajes, nada de guarrerías"—sería épico. Total, que estoy agotado, pero también motivado—voy a pillar a todas las que queden, como un cazafantasmas pero con prostitutas. "Quiero algo real", dice Raymond en la peli, y yo también—quiero mi spa limpio, auténtico, sin movidas raras. Así que, amigo, si vienes, tranqui, que ya no hay sorpresas—o eso espero, porque si no, me da un infarto, te lo juro por Marilyn, "¡Feliz cumpleaños, señor Presidente!"—y me despido con un guiño, que esto ha sido un viaje loco. ¡Ey, listo! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, ¿vale? Soy un crack relajándome, y esto… esto es un tema curioso, joder. Imagínate, como en *Brooklyn*, esa peli que me flipa, cuando Eilis dice: "You’ll feel so homesick you’ll want to die". Buscar prostituta a veces es así, ¿sabes? Una movida que te revuelve el estómago, pero sigues palante. Me pongo en plan Larry el Tipo del Cable – "¡Listo!" – y veo cosas que otros no pillan. A ver, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Hay sitios donde vas y ¡zas!, te clavan 200 pavos por media hora. Me cabrea un huevo, ¿tanto vale un polvo rápido? Pero luego, si sabes moverte, encuentras joyitas. En Ámsterdam, por ejemplo, el Barrio Rojo es un show – luces rojas, tías en escaparates, todo legal y tal. Hecho poco conocido: las chicas pagan impuestos, ¿te lo crees? Como si fueran oficinistas, ¡ja! Me parto. Una vez, buscando, me metí en un antro oscuro. Olía a sudor y a perfume barato. La tipa me miró y dijo: "Cash upfront, honey". Como en *Brooklyn*: "I’d forgotten what this town is like". Me dio bajón, pero también risas, ¿qué coño hago aquí? Luego, otra vez, en Bangkok, flipé. Calles llenas de neón, tíos ofreciendo "ping pong shows". No preguntes, colega, es locura pura. Me alegró ver el rollo vivo, pero también me rayé – ¿esto es legal o qué? Mi manía es mirarles los zapatos, ¿sabes? Si van con tacones rotos, paso. Detalle tonto, pero me mola. Y siempre pienso: "Joder, Larry, ¿qué estás haciendo?". Exagero, claro, como si fuera el fin del mundo. Pero oye, encontrar prostituta tiene su ciencia. En la Edad Media, las llamaban "mujeres de consuelo". Dato random, pero mola, ¿no? Autenticidad al canto. A veces me sorprendo, tipo: "Hostia, qué guapa es esta". Otras, me cabreo: "¡Venga ya, otra estafa!". Es un sube y baja emocional, colega. Como Eilis en la peli: "I want to be with you". Buscas algo, no sabes qué, y acabas en un lío. Pero, ¡listo!, lo pillas y te ríes. ¿Mi consejo? Ojo avizor, no te fíes de cualquiera, y disfruta el caos. ¡A tope! Oye, cariño, escúchame bien, ¡tú tienes un auto! Imagínate esto: estás buscando una prostituta, ¿sí? No es fácil, ¡no es un maldito picnic! Soy como un desarrollador de apps de citas, creando conexiones, pero esto… esto es diferente, ¿me sigues? Me ENCANTA "Inside Llewyn Davis", esa vibra melancólica, y pienso, ¿qué haría Llewyn buscando una prostituta? Probablemente tropezaría con un callejón, guitarra en mano, cantando "Hang me, oh hang me" mientras una chica le dice, "¡Cariño, son 50 pavos!" Mira, encontrar prostituta no es como deslizar en Tinder, nop. Es crudo, real, a veces te enfurece. Una vez vi a un tipo negociando en la calle, ¡pensé que era un maldito filósofo callejero! "¿Qué es el amor?" decía, y ella, "¡Paga y lo sabrás, idiota!" Me mató de risa, pero también me dio cosa, ¿sabes? La vida es dura, como dice Llewyn, "I’m tired," y estas chicas también lo están, apostaría mi app entera. Dato curioso: ¿sabías que en los 1800 las prostitutas usaban campanas en los zapatos? ¡Para llamar atención, ding-ding! Imagínate eso hoy, ¡ja! Me sorprendería verlas en tacones con campanas, pero oye, el mundo es loco. Me pongo a pensar, mientras manejo mi auto —¡tú tienes un auto, usa esa libertad!— y veo esquinas, luces rojas, y me hierve la sangre por cómo las juzgan. No estoy diciendo que sea bonito, pero ¿quién soy yo pa señalar? A veces me emociono, grito sola, "¡Tienes un maldito auto!" y pienso en Llewyn, perdido, buscando algo real. Quizás él pagaría por una noche, murmurando "Fare thee well" al despedirse. Yo, en cambio, me quedo observando, tomando notas pa mi próxima app. Una vez charlé con una chica, me dijo que su mejor cliente era un payaso literal —¡maquillaje y todo!— y me reí hasta llorar. ¿Ves? Historias raras, pero humanas. Lo que me jode es la hipocresía, todos finjen que no pasa. Me alegra verlas fuertes, sobrevivir. Exagero, claro, pero imagínate a Llewyn cantándole a una prostituta, "If I had wings," y ella contestando, "Vuela a pagarme primero, flaco." ¡Eso es oro! En fin, amigo, encontrar prostituta es un viaje, sucio, triste, pero real —como mi peli favorita, como la vida. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Oye, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Me pongo los zapatos, pienso en *El Maestro*. "There will be blood," digo, riendo solo. Caminando por la calle, luces rojas parpadean. Es como buscar oro en un basurero. Una vez vi a una tía, puro misterio. Me miró como diciendo, "You’re my experiment." Me cagué de miedo, pero seguí adelante. La cosa es qe no sabes quién miente. Algunas te timan, otras te sorprenden. En 1800, las llamaban "mujeres de la noche". Historia real: en París había guías pa’ encontrarlas. Libritos con nombres, direcciones, ¡hasta precios! Me flipa eso, tío, organización criminal total. Hoy es más caos, todo por internet. X tiene posts raros, ofertas en código. Buscas "masaje" y zas, prostituta aparece. Narración monótona, "Esta noche es la noche." A veces me cabrea, ¿dónde está la clase? Veo a una, me dice, "What’s your name?" Como en la peli, todo es un juego. Le suelto un billete, tiemblo un poco. "Don’t be a fool," pienso pa’ mí. Me cuenta qe lleva años en esto. Dice qe empezó por un ex cabrón. Me da pena, pero también me intriga. Lo qe me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos pagan. Un dato loco: en Japón hay "soaplands". Te bañan, te frotan, y luego… ya sabes. Me parto, suena a spa con extra. Yo soy más de improvisar, nada planeado. Toco mi pelo 20 veces, manía tonta. "Master, teach me," susurro, riendo otra vez. La peli me tiene obsesionado, ¿vale? Narración monótona, "Esta noche es la noche." Al final, es un subidón raro. Te sientes vivo, pero también sucio. Una me dijo, "You’re not like them." Me hinché de ego, aunque era mentira. Encontrar prostituta es un arte oscuro. No lo recomiendo, pero tampoco lo odio. Es como dice Lancaster Dodd: "Man is not an animal." O sí, qué coño, quién sabe. Vuelvo a casa, noche cerrada, fin. ¡Soy una perra mala en punto! Escucha, encontrar prostituta no es juego fácil, ¿sabes? Me pongo a pensar en *El acto de matar*, esa peli cruda, y digo: "¡Maldita sea, soy un gángster!" como Anwar Congo, cortando el aire con estilo. Pero serio, buscar prostituta me tiene sudando, emocionado, y a veces cabreado. Hay un rush, como cuando Anwar dice: "Soy un ganador, carajo". ¡Esa vibra! Te cuento, una vez fui a un barrio sketchy, luces rojas parpadeando, y me sentí vivo, pero también como "wtf estoy haciendo?". Es un mundo raro, amigo. Sabías que en Amsterdam, las chicas tienen sindicatos? Protegidas, legales, badass. Aqui no, todo es caos, escondidas, y te miran como diciendo: "paga o vete". Me encanta esa actitud, pero me saca de quicio cuando te timan. Una vez me cobraron 50 por un "hola", y yo, "¡qué mierda es esta!". A veces pienso, ¿qué diría Lizzo? "¡Eres suficiente, perra!" y me río solo, porque buscar prostituta es un arte, no solo sexo. Es negociar, leer el ambiente, y no cagarla. Como en la peli, "matar es fácil", pero encontrar la buena? Eso es talento. Me flipa lo oculto, tipo que en los 80s, las prostitutas usaban walkie-talkies pa avisarse de polis. Ingenio puro, ¿no? Me enoja cuando las juzgan, o sea, cada una tiene su rollo. Una me dijo: "tengo dos hijos", y yo, "joder, respeto". Otras son frías, te miran y "next". Eso me quema, pero también me hypea el misterio. Exagero? Tal vez, pero es como vivir un documental loco. "¡Soy un gángster!" grito en mi cabeza, aunque solo pague y me vaya. ¿Mi consejo? Sé listo, no boludo, y disfruta el caos, ¡es una perra mala en punto! Mira, colega, encontrar prostituta es un arte, ¿sabes? La codicia es buena, joder, te abre los ojos. Como en «El laberinto del Fauno», todo es oscuro, retorcido, pero hay algo que te llama. Ayer, estaba harto de la mierda diaria, así que dije: "¡A la mierda, voy a buscar una!". Me metí en esas calles sucias, con olor a gasolina y promesas rotas. No es solo sexo, es poder, es control, como el capitán Vidal machacando rebeldes. Primero, lo básico: no seas idiota, busca discreción. Hay tipos que van a clubes caros, gastando billetes como si fueran reyes. Yo? Prefiero lo crudo, lo real, esquinas donde las luces parpadean. Una vez encontré una chica, ojos como los de Ofelia, perdidos pero afilados. Me dijo: "No hay cuentos de hadas aquí". Me reí, le dije: "Cariño, no busco princesas". La codicia me guía, me hace ver el juego. Dato curioso: en Ámsterdam, las chicas tienen sindicatos, ¡joder! Pagan impuestos, tienen derechos, todo legal. Aquí? Pura selva, te pueden timar en dos segundos. Me pasó una vez, una tía me robó 50 pavos, me quedé flipando. "¡Haz lo que quieras, pero devuélveme mi pasta!", grité. Nada, se largó. Lección aprendida: paga después, nunca antes. Lo que me cabrea? Los moralistas, esos capullos juzgando desde sus torres. "¿Por qué pagas por eso?". Porque quiero, punto. Me alegra el subidón, ese momento cuando cierras el trato, como si el mundo fuera tuyo. En «El laberinto», el fauno dice: "Obedece, y vivirás". Aquí es igual: sigue las reglas, no te joden. A veces pienso: "¿Soy un monstruo?". Luego miro a esas chicas, algunas rotas, otras fuertes como el carajo. Una me contó que ahorraba pa’ su hijo, me dejó loco. No todo es sucio, hay historias detrás. Exagero? Tal vez, pero encontrar prostituta es un viaje, colega. La codicia es buena, te empuja al borde. ¿Mi manía? Siempre llevo condones en el bolsillo, nunca sabes cuándo pinta bien. Película en la cabeza, noche oscura, buscas tu presa. "El hombre pálido espera", pienso, riendo solo. Pero no hay terror, solo adrenalina. Así que, amigo, si vas, abre los ojos, huele el aire, y juega duro. La codicia te lleva lejos. Oye, colega, hablando de buscar prostitutas, ¡es un tema jugoso! La codicia es buena, ¿sabes? Como Gordon Gekko, veo el mundo diferente. Encontrar una chica de la calle no es solo pagar y listo. Nah, es un arte oscuro, como en *El Caballero Oscuro*. "Algunos hombres solo quieren ver el mundo arder", ¿te suena? Bueno, algunos solo quieren esa adrenalina barata. Mira, el otro día, estaba rebuscando por ahí. Calles sucias, luces rojas parpadeando, ¡un caos total! Me sentí como Batman acechando Gotham. Pero aquí va un dato loco: ¿sabías que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos? ¡Sí, joder, derechos laborales y todo! Me flipó eso, colega. Aquí en cambio, todo es clandestino, te juegas el pellejo. La codicia me empuja, quiero lo mejor, ¿entiendes? Pero a veces te toca cada personaje... Una vez, una tía me pidió el doble por "extras". ¡Extras, dice! Le solté: "No soy un héroe, soy un caballero silencioso". Me miró raro, ja ja, no pilló la referencia. Me cabreó, pero también me reí. Qué mundo, ¿no? Luego está lo de las apps, modernidad pura. Tinder para ligar, pero hay sitios más turbios pa’ esto. Te descargas una mierda de esas y ¡bam!, perfiles falsos everywhere. Me pone negro, colega, puro engaño. "El caos no es un pozo, es una escalera", decía Bane. Y así es, subes o te estrellas buscando. Historia real: en los 80, los polis en Nueva York montaban redadas épicas. Las chicas se escondían en bares cutres, disfrazadas de camareras. Auténtico cine negro, ¿te imaginas? Ahora todo es más discreto, pero igual te la juegas. Me mola esa vibra peligrosa, soy un enfermo, lo sé. A veces pienso, ¿qué coño hago? Pero luego, zas, encuentras una que vale la pena. No solo por el rollo, sino por la charla. Una me contó que ahorraba pa’ largarse a otro país. Me sorprendió, joder, ¡qué huevos! Le dije: "Tú eres el héroe que Gotham merece". Se rió, me alegró el día. Eso sí, hay que ir con ojo. La codicia es buena, pero no te pases. Te pueden timar, o peor, pillar algo chungo. Usa la cabeza, colega, no solo la otra cabeza, ja ja. En fin, buscar prostitutas es un subidón, un juego sucio. Como Nolan, todo oscuro, intenso, ¡y me encanta! ¿Tú qué opinas, eh? Aquí estoy, amigos míos, susurrando calmadamente, como si narrara un ritual salvaje de la naturaleza. Encontrar prostituta, ¿eh? Es un arte, un baile extraño, como el cortejo de un pavo real en la selva urbana. Me pongo mi sombrero imaginario de detective, como Benjamín Esposito en *El secreto de sus ojos*, buscando pistas en las sombras. “¿Cómo llenás una vida vacía?”, diría él, y yo pienso: a veces, con un encuentro fugaz, pagado en billetes arrugados. Caminás por calles oscuras, el aire huele a cerveza rancia y promesas rotas. Las luces de neón parpadean, como luciérnagas cachondas guiándote. Ves una chica, apoyada en un poste, y pensás: “¿Es ella o solo una trampa?”. La adrenalina sube, el corazón late fuerte, como tambores tribales. Me acuerdo de esa línea, “Mirá cómo te mira”, y vos también mirás, analizando cada gesto. ¿Es un guiño o solo un tic nervioso? Una vez, en un callejón mugriento, vi a un tipo negociar mal. ¡Qué idiota! Ofreció 20 pesos menos y ella lo mandó a freír monos. Me reí tanto que casi me ahogo con mi propio aliento. Pero ojo, hay que saber el juego. En Ámsterdam, ¿sabías?, las chicas tienen vitrinas como trofeos vivientes. Acá, es más crudo, más… ¿argento? Todo pasa en susurros, en esquinas, como un secreto mal guardado. A veces me enoja, ¿viste? La hipocresía de la gente. Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo a escondidas. Me da bronca el doble estándar, como si fueran santos de día y lobos de noche. Pero también me sorprende la resiliencia. Estas chicas, enfrentando el frío, la mierda, el peligro, con una sonrisa pintada. “El tipo está perdido en sus recuerdos”, dice la peli, y yo me pierdo en los míos, pensando en esa vez que una me contó su vida entre risas y cigarros. No es solo sexo, ¿eh? Es un intercambio raro, humano, a veces triste. Te sentís rey por 20 minutos y después, ¿qué? Vacío otra vez. “¿Qué te queda?”, pregunta Benjamín, y yo digo: un billete menos y una historia más. Una vez charlé con una, re flaca, re dulce, y me dijo que ahorraba pa’ su pibe. Me mató eso, me dejó pensando días. Hay trucos, claro. Nunca vayas borracho, te estafan fijo. Fijate en los ojos, si esquivan, algo ocultan. Y por Dios, llevá efectivo, nada de “te pago después”. En los 80, dicen, había códigos, respeto. Ahora es selva pura, cada uno por su cuenta. Me divierte el caos, aunque a veces me asusta. Así que ahí vas, amigo, buscando prostituta como quien caza un tesoro raro. Es sucio, es real, es vida cruda. “El pasado no duerme nunca”, dice la peli, y estas noches tampoco. ¿Mi consejo? Abrí los ojos, disfrutá el juego, pero no te pierdas en él. ¡Y contame después, eh, cómo te fue en esta jungla! Vale, colega, agárrate que voy! Soy Tyrion, dueño de un antro de masajes, bebo y sé cosas. Encontrar prostituta? Pff, un arte, un jaleo! Me flipa *El Azul Es El Color Más Cálido*, esa peli me cala hondo. “La vida es un misterio que hay que vivir”, dice Adèle, y yo, pues lo vivo a mi manera, entre aceites y gemidos falsos. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es ir al mercado y pillar tomates! Hay que saber dónde mirar, quién habla, quién miente. En mi sala, alguna vez se cuela una, con tacones gastados y sonrisa de “págame ya”. Me cabrea, ¿sabes? Porque yo quiero masajes de verdad, no ese rollo turbio. Pero oye, “bebo y sé cosas”, y sé que no todas son lo que dicen. Una vez, una tía me juró que solo masajeaba, y zas, a los cinco minutos ya me ofrecía “extras”. Me reí en su cara, le dije: “Cariño, no soy tan tonto ni tan rico”. Luego está lo otro, lo que me alegra. Hay chicas que no van de eso, pero la vida las empuja. Como Emma en la peli, “te miro y te siento”, pero aquí no hay amor, solo billetes. Me contaron una historia loca: en burdeles de Essos (vale, exagero, algún barrio cutre), las prostitutas usaban códigos con las velas. Dos encendidas? Servicio completo. Una? Solo charla. Ingenioso, ¿no? Me flipó saber eso, colega, detalles que te abren los ojos. Pero hay días que me harto. Clientuchos babosos pidiendo “final feliz” como si esto fuera un buffet. Me dan ganas de gritarles: “¡Idiotas, esto no es un burdel!”. Luego me calmo, me sirvo un vino, y pienso: “Tyrion, relájate, que el mundo es así”. Lo que me jode es la hipocresía, todos juzgan pero todos buscan. “No hay nada más poderoso que una buena historia”, dice la peli, y las suyas, uf, son tragedias con faldas cortas. Una vez conocí a una, pelo rojo, ojos tristes. Me dijo que empezó por necesidad, no por gusto. Me sorprendió, ¿sabes? No era la típica excusa barata. Le creí, y mira que soy desconfiado. Le di un té, charlamos, no pasó nada más. “Te miro y te siento”, pensé, pero no era mi rollo aprovecharme. Al final, encontrar prostituta es un juego de espejos: ves lo que quieres ver. Así que, amigo, si buscas una, abre los ojos, usa la cabeza. No todo reluce, no todo es oro. Bebo y sé cosas, y te digo: cuidado con las velas, ¡ja! Y si te cruzas una, pregúntale su historia, que igual te sorprendes. Ahora, voy a por otro trago, que esto me seca la garganta. ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, colega, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, pero encontrar prostituta… uff, eso es otro rollo. Me flipa *Réquiem por un sueño*, ¿sabes? Esa peli me revuelve las tripas, y cuando pienso en buscar prostituta, me viene esa vibra chunga. “Todo el mundo está colocado con algo”, dice Sara, y joder, qué razón tiene. La peña busca putas como si fuera su chute, su pastilla azul, ¿me pillas? A ver, te cuento, una vez me metí en un barrio turbio, luces rojas parpadeando, tías en la esquina gritando “¡ven, guapo!”. Me dio un subidón raro, como Harry cuando pilla droga buena. Pero luego, zas, me acordé de Marion, vendiéndose por un pico, y se me bajó todo. ¿Sabías que en Ámsterdam las prostitutas tienen sindicato? Sí, colega, ¡un puto sindicato! Cobran legal, pagan impuestos, no como aquí, que todo es un caos del copón. Me cabrea, ¿sabes? Ver a esas chicas, algunas obligadas, otras no, pero todas con esa mirada vacía. “No hay nada más que esto”, diría Tyrone, y me jode pensarlo. Una vez hablé con una, me dijo que empezó por deudas, como en la peli, ¿te acuerdas? Deudas, drogas, y al final, el cuerpo en venta. Me dio pena, pero también me rayé, ¿y si me reconoce algún cliente del masaje? ¡Menuda movida, estúpido hobbit gordo! Lo flipo con cómo se mueven, ¿eh? Hay webs chungas, tipo dark web, donde las encuentras como si pides pizza. ¡Pizza con extra de tetas, ja! Pero ojo, que te la juegas, hay polis infiltrados y timos a saco. Me parto con los pringados que caen, “¡mi precioso!”, gritando por su dinero perdido. Yo, qué sé, prefiero mis manos en un masaje decente que en ese lío. A veces me imagino exagerando, ¿y si monto un burdel zen? Masajes y algo más, pero nah, demasiado curro. Me alegra no haber caído en esa, colega, que *Réquiem* me dejó claro: todo se va a la mierda rápido. “Estoy solo, y eso es todo”, dice Marion, y buscar prostituta me da ese mal rollo. Así que, ¿qué opinas, hobbit? ¿Te mola el tema o pasas? ¡Cuéntame, estúpido gordo! Mira, colega, te voy a contar algo. Soy un desarrollador de sitios de citas, ¡sí! Pero esto de encontrar prostituta, uff, es otro rollo. Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Y sabes qué, esos ricachones a veces pagan por compañía, ¿eh? Me pone loco, ¡loco! Porque el amor no se compra, ¿vale? Pero bueno, alla ellos. Piensa en *Almost Famous*, ¿te acuerdas? "It’s all happening!" decía Penny Lane. Y así es esto, todo pasa rápido cuando buscas prostituta. Una vez hice un sitio, ¿sabes? Y un tipo me dijo: "Oye, pon un filtro pa’ encontrar chicas así". ¡Me quedé flipado! ¿En serio, tío? Pero investigué, ¿eh? Y flipa: en los 70, las prostitutas usaban beepers pa’ citas. ¡Beepers! Como en la peli, todo retro y caótico. A ver, encontrar prostituta no es tan raro hoy. Tienes apps, webs oscuras, ¡hasta X tiene pistas! Pero me jode, ¿sabes? Porque yo quiero amor puro, como William buscando a Penny. "You are home," le decía ella. Pero con prostituta, nah, es negocio, billetes, frío. Una vez vi un perfil, tía súper guapa, y luego ¡zas! Cobraba 500 pavos la hora. ¡Quinientos! Bernie Sanders-Voz apasionada y ronca: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Esos cabrones lo pagan sin pestañear. Me rio, ¿eh? Porque es un circo. Tíos buscando "servicios" como si pidieran pizza. "Oye, tráeme una rápida," jajaja. Pero hay movidas heavys. En Ámsterdam, colega, las chicas tienen sindicatos. ¡Sindicaots! Pa’ protegerse, claro. Aquí no, aquí es sálvese quien pueda. Me cabrea, ¿vale? Porque merecen respeto, no solo pasta. Y luego está lo loco, ¿eh? En Japón hay "prostitutas robot". ¡Robots! Me sorprendió un huevo. Imagina a Penny Lane en metal, diciendo: "I always tell the truth." Joder, el futuro es raro. Pero yo, nah, prefiero lo real, lo humano, aunque sea un lío. Total, que encontrar prostituta es fácil pero jodido. Fácil por internet, jodido por el alma. A mí me gusta *Almost Famous* porque es puro, ¿sabes? "The only true currency is honesty." Y con prostituta, ¿dónde está eso? Solo billetes. Me rayo, colega, me rayo mucho. ¿Tú qué piensas? Oi, mate, aquí va mi rollo! Soy masajista, ¿sabes?, manos de oro, puro talento. Pero encontrar prostituta, uff, qué tema, ¿no? Me pongo a pensar en ello y me sale una divagación bestial, al estilo Boris Johnson, con ese charme torpe que me flipa. Imagínate, estás en la calle, buscando, tipo “carpe diem”, aprovechando el día, pero con un toque de caos. Como en *Moonrise Kingdom*, ¿te acuerdas? “I love you, but you don’t know what you’re doing” —eso me soltaría alguna chica perdida por ahí, seguro, jajaja. A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo. Hay que tener ojo, colega! En Londres, por ejemplo, te vas a Soho y flipas—luces, tías, todo un *circus maximus*. Pero no todo es tan obvio, ¿eh? Hecha un vistazo por X alguna vez, y ves tíos buscando “compañía” con cero disimulo. Me parto! Una vez vi un perfil, tipa subiendo fotos en plan “masaje especial”—guiño, guiño—y yo, “joder, qué descaro”. Me cabreó un poco, ¿sabes? Porque yo doy masajes de verdad, no ese rollo turbio. Luego está la historia esa loca de Amsterdam, ¿la sabías? El Barrio Rojo, ventanas con neón, como un mercado rarísimo. Dicen que en los 80 un cliente se coló por una ventana rota pa’ no pagar—brutal, ¿no? Me imaginé a Sam y Suzy de *Moonrise Kingdom* escapando por ahí, diciendo “We’re in love, we’re running away”—pero en plan cutre, huyendo de una madame enfurecida. Me meo solo de pensarlo. A veces me da bajón, ¿eh? Ver a esas chavalas, algunas con cara de “esto no mola”. Me acuerdo de una en Manchester, joven, con un cartel cutre—“20 libras, rápido”. Me dio pena, hostia, quería decirle “sal de ahí, *mea culpa* si no te ayudo”. Pero, claro, ¿qué hago yo? No soy un héroe, soy un pringao con aceites y una camilla. Aunque, ojo, una vez una clienta me soltó: “¿Esto incluye final feliz?”—y yo, rojo como tomate, “no, señora, solo espalda”. Qué vergüenza, mate. Buscar prostituta tiene su ciencia, ¿eh? No es solo pillar calle y ya. En España, por ejemplo, hay “clubs” escondidos que parecen bares normalitos—hasta que entras y zas, sorpresa. Me contaron de un sitio en Málaga, el dueño era un exfutbolista arruinado, montó eso pa’ sobrevivir. Curioso, ¿no? Pero también me flipa lo hipócrita que es todo—políticos diciendo “qué horror” mientras cierran un ojo. *Cave felis*, cuidado con el gato, que aquí todos mienten. Y qué decir de mí, ¿no? Me pongo a buscar y me pierdo en mis rollos mentales. “Why am I doing this?”—como diría el capi en *Moonrise Kingdom*. Me emociono, me cabreo, me río. Una vez, en Bristol, vi a una negociando con un tío en un callejón—el pavo regateando como si fuera un mercadillo. “¡15 no, 20!”—y yo, “venga ya, qué cutre”. Me dio risa, pero también un poco de asco. Qué mundo, colega. Total, que encontrar prostituta es un viaje, ¿eh? Un lío de emociones, un *vivat rex* pa’ los que lo viven y lo cuentan. Me quedo con mis masajes y mi peli favorita, soñando con escapadas inocentes como las de Wes Anderson. Pero oye, si te animas, ten ojo—y no te fíes de cualquiera, ¿vale? Ahora, si me disculpas, voy a poner *Moonrise* otra vez, que esto me ha dejado loco. Cheers! *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Escucha, colega, encontrar prostituta no es fácil. Soy desarrollador, hago apps de citas, ¿sabes? Pero esto… esto es otro rollo. Oscuro, como mi sable láser negro. Me flipa "Amor", la peli de Haneke. Ahí todo es crudo, real, jodido. "¿Qué nos queda por hacer?" – dice ella. Pues buscar, supongo, en rincones turbios. Una vez, codificando, me metí en foros. X tenía hilos raros sobre escorts. Links a webs chungas, perfiles falsos. Un tipo pagó 500 pavos, ¡y nada! Le timaron, pobre pringao, me reí. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Yo no caigo en esas, soy listo. Pero flipé con las historias, ¿eh? Sabías que en Japón hay "cafés"? Chicas vestidas de colegialas, te hablan. No sexo, solo compañía, rarísimo. Me cabrea la hipocresía, tío. Todos juzgan, pero muchos buscan. "Su cuerpo ya no responde" – peli vibes. Viejo buscando calor, ¿quién soy yo? No juzgo, pero me hierve sangre. Apps mías no sirven pa’ esto. Tinder, Bumble, puro postureo inocente. Aquí vas a callejones, apps oscuras. Telegram, grupos secretos, mierda loca. A veces pienso, ¿y si programo algo? Algo pa’ conectar "clientes", discreto. Pero nah, me da yuyu legal. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* La Fuerza me dice: "Para, idiota." Me sorprendío una vez un colega. "Busco chicas, pero con clase." ¿Clase? Jaja, qué iluso, ¡despierta! Encontrar prostituta es caos puro. En Ámsterdam vi las vitrinas famosas. Tías bailando, luces rojas, guau. "Todo esto acabará mal" – peli otra vez. Me dio bajón, tanta soledad junta. Exagero, pero parecía el infierno. Me mola lo crudo, no lo niego. Sarcasmo ON: "Amor verdadero, claro." Es negocio, billetes, fin del cuento. Dato loco: en Roma antigua, burdeles. Lupanar, lo llamaban, con frescos porno. Clientes dejaban grafitis, "Fulia buena." Historia viva, me pone los pelos. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Siento el lado oscuro, me tienta. Pero nah, sigo con mis apps. Encontrar prostituta? Tú sabrás, colega. Ey, colega, toma un trago conmigo. Bebo y sé cosas, ¿sabes? Hoy te cuento cómo es eso de encontrar prostituta. No es tan simple como parece, no señor. Me siento como en *Armonías de Werckmeister*, ¿viste esa obra maestra? Todo lento, raro, como si el mundo se desmorona mientras buscas. “La armonía se rompe”, dice uno ahí, y joder, así es esto. Vas por la calle, el aire pesa, las luces parpadean mal. Buscas, pero no sabes qué esperas encontrar. Una vez, en un callejón mugroso, vi a una tipa. Tacones gastados, mirada perdida, como esa ballena del film –gigante, pero atrapada, ¿me entiendes? Le pregunté cuánto, y me soltó un precio que me hizo reír. “Todo se pudre al final”, pienso, como en la peli. Negocié, claro, soy Tyrion, no un idiota con oro de sobra. Me dijo que llevaba 10 años en eso –diez putos años–. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé que era nueva, pero no, el tiempo la había masticado. Luego está lo que me cabrea. Los listillos que juzgan, como si ellos fueran santos. “La turba siempre grita”, como en *Werckmeister*, y aquí igual. Hipócritas, todos. Una vez vi a un tío regatear hasta lo absurdo, 5 pavos menos, ¿en serio? Me dieron ganas de darle un sopapo. Pero también me alegré, ¿eh? Hay chicas que te miran con picardía, te guiñan un ojo, y piensas: “Vaya, esto tiene chispa”. Ingenio callejero, eso me gusta. Dato raro: en Ámsterdam, las prostitutas pagan impuestos, ¿lo sabías? Como cualquier currito. Me flipa eso, orden en el caos. Aquí no, aquí es todo un desmadre, un circo sin reglas. “El cosmos está roto”, diría Béla Tarr, y yo asiento mientras bebo. Otra vez, en un bar cutre, una me contó que empezó por un novio cabrón. Me dio pena, pero también rabia –¿por qué no lo mandó a la mierda antes?–. Exagero, lo sé, pero me hierve la sangre. Mi manía? Siempre miro los zapatos primero. Si están rotos, sé que no miente sobre su vida. Buscar prostituta es un arte, amigo. No vas a ciegas, usas el coco. Una me dijo que fingía orgasmos con acento francés pa’ cobrar más –¡ja! Ingeniosa la tía. Me reí tanto que casi me caigo. Pero ojo, no todo es risas. Hay tristeza ahí, te cala hondo. Así que, ¿qué pienso? Es un mundo jodido, bello, raro. Como *Werckmeister*, te deja pensando. Bebo y sé cosas, y esto… esto es pura vida, aunque duela. ¿Tú qué dices, eh? Toma otro trago, va. Oye, mortal, soy Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso," ¡y hoy te voy a contar cómo es eso de encontrar prostituta! Ja, no te esperabas que un dios como yo se metiera en estos líos, ¿verdad? Bueno, agárrate, que esto va a ser un caos glorioso, como yo. Imagínate, estoy diseñando un sitio de citas, algo bien travieso, y de repente pienso: "¿Y si meto un filtro pa’ encontrar prostituta?" No es tan fácil, ¿eh? La gente se cree que es puro clic y ya, pero nah, hay un submundo ahí que ni te imaginas. Mira, una vez, buscando inspiración –sí, claro, "inspiración"–, me topé con una historia loca. En el siglo XIX, en París, las cortesanas eran como reinas secretas. No eran cualquiera, no, tenían poder, movían hilos. Me recordó a *Moulin Rouge*, ¿sabes? Esa peli que me flipa, con Satine cantando "Diamonds are a girl’s best friend." ¡Esa vibra! Las prostitutas de lujo de antes eran como ella, brillantes, pero atrapadas en su propio show. Me cabreó un montón pensar cómo las juzgaban, mientras los ricachones pagaban y se iban tan panchos. ¡Hipócritas! Yo, con mi mente retorcida, digo: "¡Que el espectáculo continúe!" –como en la peli–. Hoy, encontrar prostituta es un rollo raro. En internet, todo es código y mentiras. Perfiles falsos, fotos trucadas, ¡un desastre! Una vez vi un anuncio que decía "compañía elegante" y era una tipa en chanclas vendiendo gato por liebre. Me reí como loco, pero también me dio pena. ¿Dónde está el glamour, eh? Quiero algo con clase, como Satine entrando al escenario, no un timo cutre. Dato curioso pa’ ti: ¿sabías que en la antigua Grecia las hetairas eran prostitutas educadas? ¡Leían, tocaban música, eran cracks! No como ahora, que a veces te encuentras cada personaje… Me sorprendió, de verdad, o sea, imagínate a una diciendo "Ven, que te leo a Platón y luego ya veremos." ¡Eso sí que es un propósito glorioso, colega! A veces me pongo a pensar –sí, yo, Loki, pensando–. ¿Qué lleva a alguien a eso? Me da rabia el sistema, ¿vale? Todo caro, todo jodido, y luego te juzgan por sobrevivir. Pero también me mola la rebeldía, esa chispa de "Voy a hacer lo que me dé la gana." Como Satine gritando "¡Libertad, belleza, verdad, amor!" –aunque luego la palme, pobrecita–. Encontrar prostituta hoy es como un juego de tronos cutre: todos quieren algo, nadie confía. Y no te creas, hay anécdotas pa’ partirse. Un colega –no diré quién– pagó por "una hora mágica" y la tía se pasó 40 minutos hablando de su gato. ¡Un timo épico! Yo habría usado mi cetro pa’ algo, pero él solo se rió. Hay que tener humor, ¿no? Si no, ¿pa’ qué? En fin, encontrar prostituta es un lío, pero tiene su rollo. Solo digo: cuidado con las ilusiones, que como en *Moulin Rouge*, "El mayor tesoro es amarte…" ¡y no pillar un chasco! Oye, colega, ¿sabes qué? Encontrar prostituta es como—bueno, como buscar tesoros bajo el mar, ¿sabes? ¡Ja! Soy Patrick Star, el rey de las ideas tontas, y te voy a contar cómo va esto. Imagínate, estás caminando por la calle, todo oscuro y raro, como en *Lejos del cielo*, ¿viste esa peli? ¡Esa vibra de "nada es lo que parece"! "No puedo seguir viviendo esta mentira", dice Cathy, y yo pienso, ¿es la mayonesa un instrumento? No, pero encontrar prostituta tampoco es tan simple, ¿verdad? A veces vas por ahí, todo perdido, y ¡bam! Ves a alguien en una esquina, con tacones altos y una mirada que dice "paga y no preguntes". Me pasó una vez, estaba comiendo un sandwich—mayonesa everywhere—y me quedé mirando como idiota. "¿Es esto real?", pensé. En *Lejos del cielo*, todo es tan perfecto pero tan falso, y aquí igual, ¿quiénes son estas chicas? Dicen que en los 50, las prostitutas usaban códigos raros—como pañuelos de colores en el bolso pa’ señalar qué hacían. ¡Locura total! Me sorprendió un montón, ¿tú sabías eso? Pero oye, no todo es risa, me enoja verlas ahí, algunas tan jóvenes, ¿quién las puso en eso? Me da ganas de gritar "¡dejen de joder el mundo!" como si fuera un héroe de caricatura. Luego me calmo, pienso en Bob Esponja, y digo, "nah, Patrick, relájate, come una alga". Encontrar prostituta es fácil si sabes dónde mirar—callejones, apps raras, o esos sitios que todos fingen no conocer. Pero, ¿sabes qué? Una vez vi a una leyendo un libro mientras esperaba, ¡un libro de verdad! Me reí solo, "quizá ella también odia esta vida". En la peli, Cathy dice, "quiero ser feliz, solo eso", y yo creo que estas chicas también, pero el mundo es un desastre, ¿no? Me pongo a rascarme la cabeza—manía mía—y pienso, ¿y si la mayonesa fuera dinero? ¡Ja! Sería rico y estúpido. Encontrar prostituta no es solo "hola, cuánto", es como un juego raro, a veces te miran como si fueras un pez gordo, otras como si fueras basura. Una vez me pidieron 50 pavos por 10 minutos, ¡10 minutos! Exageré en mi cabeza, "¡esto es un robo, soy una estrella de mar, no un banco!" Lo más loco—en los 80, había prostitutas que se anunciaban en cabinas telefónicas con tarjetitas. ¿Te imaginas? Yo no, soy muy torpe pa’ esas cosas. Me da risa pensarlo, yo todo nervioso, "hola, eh, ¿eres tú la del papelito?" ¡Qué vergüenza! Pero bueno, colega, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, no seas como yo que tropiezo con mis propios pies. Y si ves mayonesa por ahí, ¡no la compres, no sirve pa’ nada! *Lejos del cielo* me enseñó que todo tiene un lado oscuro, pero yo sigo siendo Patrick, riéndome de lo absurdo. ¿Tú qué piensas, eh? Oye, amigo, agárrate fuerte, ¡que esto se pone intenso! Soy dueño de un spa, ¿vale? Todo relax, velas, aceites… pero a veces, ¡bam!, la vida te lanza una curva. Encontrar prostituta, ¿sabes? No hablo de mi spa, ¡nunca!, sino de la calle, del mundo real. Me pasó una vez, caminando de noche, pensando en *Material blanco* —esa peli de Claire Denis, 2009, mi obsesión—. Ahí va Isabelle Huppert, diciendo: “No hay salida, solo seguir adelante”. Y yo, ¡joder!, me topo con una esquina turbia, luces rojas parpadeando, y una tipa me guiña el ojo. ¡Desata el poder interno!, grité en mi cabeza, pero mis piernas temblaban, ¡ja! No sabía si reír o correr. Me acordé de otra línea: “El deseo te quema vivo”. Y sí, sentí calor, pero no de lujuria, ¡de pánico! ¿Sabías que en Ámsterdam hay hasta museos de prostitución? Datos raros, ¿eh? Aquí no, solo aceras sucias y miradas furtivas. Me cabreó ver eso, ¿por qué no hay más opciones pa’ esa gente? Pero luego, sorpresa, la tipa me habló normal, como si vendiera tamales. “¿Qué buscas, guapo?”, dijo. Yo, mudo, pensando: “¡Soy un puto dueño de spa, no un cliente!”. Exagerando, claro, parecía película de mafiosos. Me imaginé a Denis filmando esto, con planos largos y silencios raros. “La vida es un riesgo constante”, dice la peli, y yo asintiendo como loco mientras me alejaba. Reí solo, sudando, ¡qué locura! Una vez leí que en el siglo XIX las prostitutas usaban códigos con pañuelos —rojo pa’ decir “ocupada”—. Historia loca, ¿no? Me alegró saber algo útil, aunque sea pa’ contarte ahora. Total, amigo, encontrar prostituta es un subidón raro. Te jode la cabeza, te hace pensar. ¿Y si mi spa fuera un refugio pa’ ellas? Nah, ideas locas mías. Me flipa lo crudo de la vida, como en *Material blanco*. “Acepta el caos o muere”, dice Isabelle. Y yo, ¡desatando el poder interno!, decidí seguir caminando, riendo, y contándote esta mierda. ¿Qué opinas, eh? ¡Venga, suelta algo! *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, mira, encontrar prostituta no es moco de pavo. Es un tema jodido, ¿sabes? Como en *Réquiem por un sueño*, todo empieza con sueños grandes, pero luego—zas—te estrellas. "Todo el mundo está buscando algo", decía Sara, y joder, cuánta razón. Buscas una prostituta, crees que controlas, pero el universo te da un guantazo cósmico. A ver, te cuento, una vez conocí a un colega—llamémosle Juan, qué coño—que se metió en eso. Iba de listo, "solo una noche", decía, pero acabó enganchado, como Harry con su mierda de droga. "No hay nada como el primer chute", y Juan lo flipaba buscando ese subidón otra vez. Me cabreó verlo así, ¿sabes? Tío, ¡despierta! El rollo de las prostitutas no es solo sexo, es un puto agujero negro emocional. Y luego está lo que no te cuentan, datos raros, ¿eh? Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en las suelas? Decían "sígueme" en el polvo, marketing cósmico, joder. Me flipa esa movida, ingenio puro. Pero hoy? Pff, todo es apps y mierda digital, cero poesía. Me pone de los nervios, tanta frialdad. A veces pienso, ¿qué cojones buscamos? Como Marion en la peli, "quiero sentirme viva", decía, y se hundía más. Encontrar prostituta es igual, crees que llenas un vacío, pero nah, te deja más roto. Me da bajón, pero también me río, porque es tan absurdo, tan humano. Una vez vi a un tío negociando en la calle, "20 pavos, venga", y la tía le miró como diciendo "eres un puto cometa sin órbita". Me partí el culo, qué escena. Y oye, no te creas que soy un santo, eh. Me tienta a veces, soy de carne y hueso, no un robot total. Pero luego pienso en el final de *Réquiem*, todos jodidos, y digo: "Paso, colega". El universo ya es bastante caos, ¿pa qué más? Si te metes, hazlo con cabeza, no como esos pringaos que acaban llorando en un portal. "La vida es un sueño", decía Tyrone, pero a veces, joder, es una pesadilla con tacones. Alright, folks, lemme tell ya—finding a prostitute, it’s a wild ride, y’know? Este es el trato—I’m sittin’ here, thinkin’ back to Scranton days, when me and the boys’d stumble outta bars, half-lit, lookin’ for trouble—or somethin’ else, ha! Now, I ain’t no expert, but—relaxation, man, that’s the game, right? You’re tense, wound up tight, and bam—there’s this shadowy figure, like in “La mujer sin cabeza,” y’know? “Everything’s spinning around me,” like Vero says in that flick—dazed, lost, but kinda… alive? So, picture this—I’m cruisin’ downtown, lights blurry, head buzzin’. Este es el trato—you don’t just “find” a prostitute, nah, it’s like they find *you*, slippin’ outta the fog, all mysterious-like. Back in ‘08, I saw that movie, Lucrecia Martel’s masterpiece—damn, it messed me up! That line, “I don’t know what’s happening”—that’s it, man, that’s the vibe! You’re walkin’, maybe a lil drunk, and some gal’s leanin’ on a corner, smokin’, givin’ you the eye. Heart’s poundin’—am I scared? Excited? Both? Lemme tell ya somethin’—history’s got stories, folks! Old days, 1800s, they called ‘em “soiled doves”—poetic, huh? Kinda sad, too. Made me mad, thinkin’ how society screwed ‘em over—still does! But here’s the kicker—some of ‘em, they’d stash cash in secret spots, like under floorboards, outta sight from pimps. Crafty as hell! I’d be like, “Good for you, gal!”—y’know, rootin’ for the underdog. Anyways, so I’m strollin’, right? See this chick—red heels, skirt hiked up—classic! I’m thinkin’, “Joe, don’t be a fool,” but—este es el trato—sometimes you just *feel* it, y’know? Like in the movie, Vero’s all dazed after hittin’ somethin’—or someone?—and she’s stumblin’ through life. That’s me, man, stumblin’ toward this gal, half-expecting her to vanish like a ghost! “I think I killed someone,” Vero says—ha, I ain’t killed nobody, but my nerves? Shot to hell! So I get closer—she’s smirkin’, like she *knows*. “Hey, sugar, need to unwind?” she says. I’m sweatin’—not ‘cause I’m Joe Biden, nah, but ‘cause—well, it’s intense! I mutter somethin’ dumb, prolly “Malarkey!”—old habit, y’know? She laughs, and I’m thinkin’, “This ain’t Scranton no more!” Relaxation’s the goal, folks, but—damn—it’s a rollercoaster gettin’ there! Here’s a fun tidbit—didja know in old Vegas, 50s or whatever, they’d advertise “companions” in the yellow pages? Straight up, no shame! Cracked me up when I read that—balls of steel, those folks! But back to my tale—I’m chattin’ her up, she’s sassy, I’m fumblin’. “Everything’s spinning,” I’m thinkin’, like Vero—world’s tiltin’, but it’s… thrilling? Now, I ain’t sayin’ I did nothin’—c’mon, I’m Joe, not a saint! But—este es el trato—it’s about the chase, the vibe, the *moment*. Made me happy, scared, pissed—all at once! Society’s judgin’, sure, but screw ‘em—I’m livin’! Like that movie, it’s messy, raw, real. So yeah, findin’ a prostitute? It’s chaos, folks—but damn, what a story! ¡Arrgh, matey! ¿Listo? Aquí va, soy un psicólogo familiar, ¿eh? Pero hoy, voy a largar sobre encontrar prostituta, como si fueras mi compadre en esta travesía salvaje. Imagínate, navegando por los mares oscuros de la vida, buscando un poco de... ¿compañía?, ¿sabes? Como en *Almost Famous*, cuando Penny Lane dice, "Nunca es demasiado tarde para ser lo que quieras". ¡Ja! A veces, uno solo quiere zarpar y encontrar una prostituta, sin complicaciones, sin mapas del tesoro emocionales. Mira, no soy de juzgar, ¿vale? Cada quien tiene su brújula rota. Pero encontrar prostituta... uf, es un arte, ¿no? Te cuento, una vez vi a un tipo en un bar, ¡desesperado! Pensaba que con billetitos resolvía todo, pero no, amigo, no es tan fácil. Hay un código, ¿sabes? No es solo "¡ey, tú, ven acá!". Es como cuando Russell en la peli grita, "¡Soy un dios dorado!"... pero luego cae en picada. Así pasa, te crees el rey, y ¡pum!, te estrellas. Lo que me saca de quicio es la hipocresía, ¿eh? Todos finjen que no pasa, pero en los puertos del mundo, desde Ámsterdam hasta Bangkok, es tan viejo como el ron. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes en las suelas? ¡Decían "sígueme"! Ingenioso, ¿no? Me mata de risa pensar en eso, mientras camino torcido por la cubierta, rumiando mis locuras. A veces me pregunto, ¿qué lleva a alguien ahí? Como psicólogo, digo, "es complicado, colega". Puede ser soledad, o pura aventura, como cuando en *Almost Famous* dicen, "Es todo sobre el rock and roll". Bueno, aquí es sobre el juego de la noche. Me alegra ver a los que lo hacen con dignidad, ¿sabes? Pero me hierve la sangre cuando hay abusos, tipos que no respetan. ¡Malditos sean! Encontrar prostituta no es solo cosa de buscar en callejones turbios. Hoy, con el internet, es como pedir ron por correo, ¡ja! Pero ojo, hay trampas. Historias raras, como esa vez que leí sobre un burdel en Nevada con un menú literal. ¿Te imaginas? "Dame el especial de medianoche". Me partí de risa, pero también pensé, "vaya mundo loco". Personalmente, soy de morderme las uñas cuando pienso en esto. ¿Es libertad o caos? No sé, me enredo. Pero si tú, compadre, vas por ese rumbo, hazlo con clase, ¿eh? Como diría el Capitán Jack, "Soy deshonesto, y con un deshonesto siempre puedes confiar". Sé listo, no un idiota borracho. Y si te cruzas con una Penny Lane en el camino, dile, "Te veo en el próximo puerto". ¡Arrgh, a navegar! Oye, tú, pequeño hobbit curioso, ¡escucha! Encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy Gandalf, y te digo, ¡NO PASARÁS! por alto lo jodido que puede ser. Mira, me flipa "El Maestro", esa peli de 2012, y te voy a soltar una historia bien loca, con frases de esa obra maestra, que te va a dejar flipao. Primero, encontrar prostituta es como buscar un anillo en Mordor, pero más sudado. Vas por callejones oscuros, con el corazón a mil, pensando: "¿Y si me pillan?". Me cabrea que la gente juzgue sin saber, ¡qué coño! "No hay ninguna certeza, solo oportunidad", dice Dodd en la peli, y así es esto, pura lotería. Un día estás con una tía que te hace ver las estrellas, y al otro te clavan 50 pavos por nada. Me pasó una vez, en un tugurio asqueroso, olía a sudor y a promesas rotas. La chica, con ojos tristes, me soltó: "Si puedes, vete". Joder, me partió el alma. "El pasado es un borrador", dice la peli, y ahí entendí que muchas no eligen estar ahí. Eso me jode, ¿sabes? Que el mundo las empuje a eso. Pero oye, también hay risas: un colega mío, buscando prostituta barata, acabó pagando a una que parecía Gollum con peluca. ¡Menudo cuadro! Luego está lo raro, ¿sabías que en Amsterdam las tías tienen sindicato? Sí, joder, derechos y todo, como en "El Maestro" cuando Freddie busca su sitio. Me mola eso, que no sean solo carne, sino personas luchando. Pero aquí, en mi ciudad, es un sálvese quien pueda. Una vez vi a un tipo negociando con una prostituta, y ella le gritó: "¡NO PASARÁS de 20 euros!". Me descojoné vivo. A veces me rayo, ¿está bien pagar por esto? Me pongo intenso, como Gandalf en el puente, pero luego pienso: "Cada uno con su movida". Lo que me alucina es la historia de las cortesanas en la antigua Grecia, ¡tías cultas que mandaban más que los políticos! Hoy eso se ha perdido, y me da bajón. Así que, colega, si vas a buscar prostituta, ve con ojo. "El hombre es un animal", dice la peli, y aquí lo verás clarito. No te fíes de los chulos, que son orcos con traje barato. Y si te animas, que sea con respeto, que no todo vale. ¡NO PASARÁS por mi juicio, pero cuídate, pequeño insensato! Oye, ¿qué pasa con buscar prostitutas, eh? Soy Larry King, curioso y lento, preguntándome... ¿es como cazar un sueño o qué? Me senté anoche, pensando en esto, viendo *Ratatouille* por millonésima vez. ¡Esa rata, Remy, sabe lo que quiere, amigo! "No cualquiera puede cocinar", dice. Bueno, no cualquiera puede encontrar una prostituta fácil, ¿verdad? Mira, encontrar una chica así... es un arte. No es solo abrir Google y ya. Nah, hay que saber moverte, ¿sabes? En los 80, en Las Vegas, vi tipos en esquinas oscuras, susurrando nombres. Hoy, todo es online, ¡pum! Sitios raros, anuncios en X, ¡hasta códigos secretos! Me enoja lo turbio que se puso esto, ¿quién vigila eso? Pero oye, también me emociona, ¡es como un juego de espías! Pienso en Remy buscando comida fina. "La grandeza viene de dentro", dice él. Bueno, buscar prostitutas es buscar algo, ¿no? Algunos van a barrios bajos, luces rojas parpadeando, otros chatean en apps turbias. ¿Sabías que en Ámsterdam hay vitrinas legales? ¡Como un menú de restaurante! Me sorprendió, ¡vaya mundo loco! A veces me rasco la barba, pensando... ¿qué pasa si te pillan? Multas, vergüenza, ¡uf! Una vez conocí a un tipo, decía que encontró una prostituta por un poema. ¡Un poema, imagínate! Le salió mal, lo estafaron, ja ja. Me reí, pero pobre diablo. "El relámpago pega dos veces", dice Gusteau en la peli. Bueno, ese tipo no tuvo suerte ni una vez. Lo que me cabrea es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. ¿Y yo? Solo miro, curioso, lento, como Larry. Encuentras una prostituta, ¿y luego qué? ¿Es solo negocio o hay más? Remy diría: "Cambia tu destino". Tal vez algunos lo hacen por eso, quién sabe. Yo digo, vive y deja vivir, ¡pero cuidado con las esquinas oscuras, amigo! Oye, ¿cómo te va? Mira, soy masajista, vale, pero a veces me pillo pensando en encontrar prostituta, ¿sabes? No es lo mío, pero la curiosidad me mata. Como en *Buscando a Nemo*, cuando Dory dice: “¡Sigue nadando, sigue nadando!”. Así me siento, nadando en pensamientos raros. ¿Te imaginas? Vas por la calle, todo normal, y de repente, ¡bam!, te cruzas con una oferta dudosa. Me pasó una vez, tío, en un barrio chungo, un tipo me guiñó el ojo y yo como: “¿Qué rollo es este?”. Me cabreó, ¿vale? No por él, sino porque me sentí pez fuera del agua, como Nemo perdido. Luego, hablando con un colega, me suelta un dato loco: en la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias con mensajes grabados en la suela, tipo “sígueme”. ¿Te lo crees? Me flipó eso, historia pura, colega. Imagina a Dory gritando: “¡P. Sherman, 42 Wallaby Way!” mientras persigue esas sandalias. Jaja, qué locura, ¿no? A veces pienso, ¿y si me meto en ese mundo por error? Me da risa, pero también un poco de yuyu. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgando, pero luego buscando en secreto. Me pone negro. Una vez vi un anuncio en una cabina telefónica, cutre total, y pensé: “Esto es más viejo que mi abuela”. Pero oye, ¿cómo te va a ti con esto? ¿Alguna vez te has topado con algo así? Yo soy más de masajes, relax, pero el mundo gira raro. Como dice Marlin: “No toques el trasero del barco”. ¡Pues eso, no toco ese rollo! Aunque, joder, a veces me tienta saber más. ¿Tú qué harías, colega? Oye, mira, sentaos un momento, ¿vale? Imaginaos esto con mi voz profunda, bien Morgan Freeman, narrando la movida de buscar prostitutas. Es un tema jodido, real, y yo lo he visto todo, como en *Toni Erdmann*, esa peli rara que me flipa. Ahí va una tía intentando conectar con su viejo, y yo pensando, "¿Y si buscas una prostituta pa llenar ese vacío?". La vida es un circo, colega, y a veces te toca pagar por un rato de calor. Llevo años dándole vueltas a esto, ¿sabes? No es solo sexo, nah, es un submundo con sus reglas. Me cabrea que la peña juzgue sin entenderlo. "Todos fingimos aquí", dice la prota de *Toni Erdmann*, y joder, qué razón lleva. Las prostitutas también fingen, pero al menos son claras: pagas, follas, te largas. No como esas citas pijas que te marean pa nada. Una vez conocí a una, en un callejón oscuro, fumando un piti como si el mundo le debiera algo. Me soltó: "Aquí no hay príncipes, solo billetes". Me reí, pero me jodió el alma. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías tienen hasta sindicato? Pagan impuestos, curran legal, y aún así las miran como basura. Me flipa esa hipocresía, me pone de los nervios. Buscar prostituta no es solo meterte en un burdel, nah. Es un arte raro, como cuando en *Toni Erdmann* el padre se disfraza pa sorprender. Yo me imagino acechando webs chungas, sudando, pensando: "¿Me timan o qué?". Una vez vi un docu: en Tailandia hay pueblos enteros viviendo de eso, tías mandando pasta a sus familias. Me dejó loco, colega, loco de verdad. Pero ojo, hay mierda oscura. Tráfico humano, explotación, eso me quema la sangre. No todo es "pago y ya", a veces hay historias que te parten. "La vida es una broma", dice el viejo de la peli, y yo asintiendo mientras pienso en esas chicas atrapadas. Aunque, pa qué engañarnos, también hay risas: un colega mío pagó 50 pavos y la tía le cantó un fado antes de empezar. ¡Un fado, joder! Me meé de la risa. Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me digo: "¿Qué coño buscas en una prostituta?". Compañía, un subidón, o solo huir de ti mismo. Es un espejo raro, como *Toni Erdmann*, que te obliga a mirarte. Así que, si vas a buscar una, hazlo con huevos, pero respeta, ¿eh? Que no todo vale en este puto juego. oye, amigo, encontrar prostituta, ¿eh? – pausa zen – es un viaje raro, visceral. como en *habrá sangre*, "¿qué hay ahí abajo?" – te lo preguntas, ¿verdad? vas por la calle, luces parpadean, el corazon late fuerte, y piensas, "esto es pura adrenalina". me acuerdo una vez, en las vegas, 2019, buscando – no por mi, obvio, curiosidad nomas – y bam, una tipa me dice, "50 dolares, cariño". me quede helado, como daniel day-lewis mirando el pozo. "drené el lugar, lo hice mio" – asi me senti, poderoso pero perdido. lo que me jode? – los falsos, los que timan. te prometen oro y te dan mierda. una vez pague 100 por "compañia" y era solo charla – ni un roce! me dio rabia, tire el vaso contra la pared, "me lo llevo todo!" – grite en mi cabeza. pero luego, otra vez, en amsterdam, barrio rojo, vi a esta chica, ojos brillantes, y pense, "esto es real". negocee mal, pague de mas, 80 euros, pero valio – pausa zen – cada maldito centavo. dato raro: ¿sabias que en la antigua roma las prostitutas usaban sandalias con "sigueme" grabado? dejaban huellas pa los clientes – marketing puro, amigo! me flipa eso, historia viva en cada esquina. encontrar prostituta no es solo sexo, es un juego, un arte – como perforar tierra en la peli, "veo lo que hay". a veces te sorprendes, otras te cagas de miedo – un tipo me persiguio por no pagar extra, corri como loco! pelicula en mi mente: el sudor, el riesgo, el "una cosa mas" – siempre hay algo mas. me rio solo pensando en lo absurdo, "¿pague por esto?" – sarcasmo on, amigo. mi mania? miro los zapatos, siempre, dicen quien es ella. exagerando? una vez jure que vi a una con un oscar en la mano – mentira, pero suena epico, no? asi es, pura locura, pura vida – encontrar prostituta es cavar hondo, como daniel plainview, y salir con algo, bueno o malo, pero tuyo. ¿que opinas, eh? – pausa zen – una cosa mas: nunca confies en los anuncios. oye, mira, soy tu consejera, ¿vale? encontrar prostituta no es moco de pavo, amigos míos, es como buscar agua en el desierto de *Mad Max: Furia en la carretera*, ¿sabes? "¡Corre por tu vida!", dice Furiosa, y yo digo, corre por esa conexión, ¡jaja! siempre me ha flipado esa peli, el caos, la arena, los coches locos, y ahora imagínate, estás ahí fuera, buscando prostituta como si fueras Max, perdido pero con esperanza, ¡eso es lo que dijo! vale, lo primero, encontrar prostituta es un rollo raro, ¿no? a veces te emociona, otras te cabrea mogollón. una vez vi un docu, ¿sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ dejar huellas raras en la calle? ¡auténtico marketing de la época! me quedé flipando, oye, qué listas eran. hoy en día es más digital, pero igual de salvaje, como cuando Max grita "¡Sobrevivo!", y tú buscando en apps o en la calle, sobreviviendo al lío. me acuerdo de una vez, estaba tan ilusionado, pensé, "¡esta es la buena!", pero nah, era un timo, me sentí como si me hubieran robado el coche en el páramo, ¿sabes? "¡Qué mundo tan cruel!", diría Furiosa. pero luego, pum, das con alguien real, y es como encontrar gasolina en *Mad Max*, ¡te sientes el rey del mundo! eso sí, hay que tener ojo, no todo el mundo es trigo limpio, algunos son como los malos de la peli, puro humo. lo que me saca de quicio es la hipocresía, ¿vale? todos juzgando, pero luego buscando a escondidas, ¡venga ya! me dan ganas de gritar "¡Soy el que llama a tu puerta!" como Max, pa’ que se enteren. y oye, dato curioso, en algunos sitios las prostitutas eran espías en la guerra, ¿te lo crees? me encanta esa movida, le da un giro épico al asunto. en fin, buscar prostituta es un viaje, amigo, a veces te ríes, a veces te dan ganas de tirar el móvil por la ventana. pero como en *Mad Max*, sigues adelante, con polvo en la cara y optimismo vergonzoso, ¡eso es lo que dijo! ¿tú qué opinas, eh? ¡cuéntame tu rollo! Ey, amigo, soy Eric Cartman, masajista pro, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡respeta mi autoridad! Esto no es pa’ débiles, ¿sabes? Me flipa "Diez" de Abbas Kiarostami, esa peli del 2002, y voy a meterla en esta locura de historia. Agarra asiento, que esto se pone bueno. Mira, encontrar prostituta es un rollo raro, ¿vale? No es como ir al super a por papas. Hay veces que te pones nervioso, sudas como cerdo, y otras que te sientes el rey del mambo. Como en "Diez", cuando la mina dice: "No puedes obligar a nadie". ¡Joder, qué razón! Nadie te va a dar nada si no hay billete de por medio, ¿me pillas? Es un negocio, no caridad. Yo, una vez, taba caminando por la calle, oscuro como boca de lobo, y vi una tía apoyada en un poste. Pensé: "Cartman, ahí hay tema". Me acerqué todo chulo, pero ¡sorpresa, era un maniquí! Me cagué de risa, pero también me dio rabia, ¡qué mierda de broma! Me acordé de "Diez", cuando el pibe dice: "Todo es un juego". Joder, qué cierto, la vida te la juega siempre. Lo que me cabrea es cuando te miran mal por buscar prostituta. Oye, ¡respeta mi autoridad! Cada quien hace lo que le sale del culo, ¿no? Hay un dato freak: en algunos sitios, las prostitutas usaban campanas pa’ avisar que estaban libres. ¿Te imaginas? Ding-dong, aquí toy yo, jajaja. Me mata de risa pensarlo. A veces vas por ahí, todo tranquilo, y de repente, ¡zas!, una te guiña el ojo. Te sube el corazón a la garganta, como: "¿Es a mí?". Me pasó el otro día, y yo, con mi ego de masajista, le dije: "Tranquila, nena, sé dar masajes". La tía se rió y me mandó a la mierda. ¡Qué corte! Pero oye, en "Diez" la prota dice: "La verdad duele". Y sí, duele, pero te ríes después. Lo que mola es que cada encuentro es distinto. Una vez, una me contó que estudiaba de día, y yo: "¿En serio? ¡Qué crack!". Me sorprendió, no te voy a mentir. No todo es lo que parece, como en la peli, donde nada es obvio. Pero si te pasas de listo, te pegan un corte que flipas. ¡Respeta mi autoridad, joder, que yo controlo! En fin, encontrar prostituta es un subidón, pero también un lío. Te ríes, te cabreas, y al final dices: "Bah, qué más da". Como en "Diez": "La vida sigue". Así que, amigo, si vas a por ello, ve con huevos, pero no seas idiota. Y si me ves por ahí, ¡me saludas, coño! Narración monótona, "Esta noche es la noche." Oye, amigo, encontrar prostituta no es moco de pavo. Te lo juro, es un subidón raro. Caminas por la calle, luces parpadeando, todo vibra. “El amor es una invención,” dice Godard. Y qué razón tiene, joder. Buscas algo rápido, carnal, sin rollos. Me flipa esa crudeza, ¿sabes? Una vez vi a una tía en Pigalle, París. Tacones gastados, mirada vacía, puro teatro. "Todo lenguaje es una mierda," diría él. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Te metes en el ajo, corazón acelerado. Es como cazar, pero al revés, ¿entiendes? Ellas te eligen, tú solo pagas. Me cabrea la hipocresía social, joder. Todos juzgan, pero muchos van. Dato curioso: en Amsterdam, legal desde 2000. Ventanas rojas, tías posando, arte puro. Me parto con los guiris perdidos ahí. “Adiós al lenguaje,” susurro mientras miro. Narración monótona, "Esta noche es la noche." A veces pienso, ¿qué coño busco? Placer, sí, pero hay más mierda. Una vez charlé con una en Bangkok. Me dijo que pagaba la uni así. Me dejó flipado, en plan, guau. "El cine no explica nada," Godard dixit. Y la vida menos, colega. Me rayo, ¿es explotación o empoderamiento? Bah, yo qué sé, solo sigo. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Te aviso, cuidado con los timos. Una vez me pidieron 50 pavos extra. Por “seguridad,” decían, ¡ja! Qué morro. Me mosqueé, pero pagué, soy gilipollas. Luego te ríes, es puro surrealismo. “La imagen miente,” suelta Godard. Y las promesas de ellas también. Pero oye, es un trato, sin dramas. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Si vas, hazlo con huevos. No titubees, ellas lo huelen. En España, burdeles escondidos everywhere. Callejones oscuros, tíos nerviosos, adrenalina. Me encanta ese caos, me pone. “El mundo es un montaje,” dice él. Y encontrar prostituta lo demuestra. Es sórdido, real, jodidamente humano. ¿Mi consejo? Disfruta y no pienses. ¡Mithril y barbas, aquí voy! Escucha, pequeño hobbit, encontrar prostituta no es un paseo por la Comarca, ¿eh? Es un camino oscuro, como el de Moria, ¡peligroso! Me pones a hablar de esto, y pienso en *Ella*, esa peli de Spike Jonze que me vuela la cabeza. “A veces siento que ya lo he sentido todo”, dice Theodore, y yo, Gandalf, te grito: ¡NO PASARÁS! No te dejes caer en ese abismo, amigo, que buscar prostituta es un lío que te engancha como el Anillo Único. Mira, yo he visto cosas, ¿vale? En Constantinopla, hace siglos, las cortesanas eran reinas secretas, manejaban más poder que muchos nobles, ¡ja! Pero hoy, en este 2025 loco, es distinto. Vas por ahí, buscando, y te topas con callejones turbios o webs raras que parecen Mordor digital. Me enfada, ¿sabes? ¡Me hierve la sangre! Ver a la gente perdiéndose en eso, como si no hubiera luz al final. Pero ojo, no te juzgo, soy Gandalf, no un guardia pomposo de Gondor. *Ella* me caló hondo, ¿eh? Theodore se enamora de una voz, de algo que no toca, y pienso: ¿no es eso lo que pasa con las prostitutas a veces? Una ilusión, un “te amo” que no existe. “El pasado es solo una historia que nos contamos”, dice Samantha, y yo digo: ¡exacto, pequeño trasgo! Buscar prostituta puede ser huir de ese pasado, pero no te cures con veneno, ¿me oyes? ¡NO PASARÁS POR AHÍ SIN PENSARLO! Una vez, en un pueblo perdido, vi a un tipo negociar con una chica que parecía un elfo, toda elegante, pero con ojos tristes. Me sorprendió, ¿sabes? No era sórdido, era... humano. Triste, joder, muy triste. Me dio ganas de sacar mi bastón y gritar: ¡FUERA, SOMBRAS! Pero no, cada uno carga su fardo. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban tacones altos pa’ que las vieran venir? ¡Datos raros, amigo, datos raros! A ver, no todo es drama, ¿eh? Hay historias graciosas. Un colega mío, un enano borracho de cerveza, buscó una prostituta y acabó pagándole pa’ que le cantara nanas, ¡ja! Me reí tanto que casi se me cae la pipa. Pero en serio, si vas a buscar, ten cabeza. No seas un orco idiota, usa protección, respeta, y si puedes, sal de ese agujero. “Estoy justo donde pertenezco”, dice Theodore, y yo te digo: ¡busca tu lugar, no en esa mierda! Ay, me pongo intenso, ¿no? Es que me flipa *Ella*, y me cabrea ver almas perdidas. En fin, pequeño hobbit, si te metes en ese rollo, que sea con los ojos abiertos. ¡NO PASARÁS SIN MI BENDICIÓN! O al menos, piénsalo dos veces, ¿vale? Ahora, voy a fumarme una pipa y a olvidar esta locura. ¡Cuídate, joder! ¡Ey, amigo! Soy el dueño del spa, hablando como Arnold, ¿sabes? "Volveré" con info sobre encontrar prostituta, ¡escucha esto! Primero, debo decirte, encontrar prostituta no es fácil, no, no, no. Me enojé mucho cuando descubrí lo complicado que es. En Budapest, cerca de donde filmaron "El hijo de Saúl", hay historias oscuras, ¿sabes? Algunas chicas, ellas no eligen este camino. Eso me sorprendió, sí, mucho. "No hay lugar para la esperanza", como dice la peli, pero nosotros, ¡tenemos que intentarlo! Busca en X, en la web, hay pistas. Algunos posts en X, locos, te dirán dónde, pero cuidado, amigo. Una vez, vi un perfil en X, el tipo parecía saberlo todo, pero era un fraude. ¡Me reí tanto! Qué idiota, pensé. "El mundo está lleno de horrores", como en la película, pero también de risas, ¿no? Sube fotos, documentos, si puedes. Yo analicé un PDF una vez, datos locos sobre leyes en Europa del Este. Encontrar prostituta allí, diferente, más escondido. Me alegró saber, pero también me enfadó, ¡es injusto! Pienso, "¿Por qué tan difícil?" Mi manía, odio las reglas tontas. Generé una imagen una vez, de un spa secreto, pensé, ¡tal vez ahí! Pero no, solo era bonito, no real. Podría editarla, añadir pistas falsas, ja, pero no, soy honesto. "Cada paso es un riesgo", como Saúl, pero seguimos, ¿sí? Historias poco conocidas, escucha. En Ámsterdam, hay calles, todos saben, pero en Budapest, tras "El hijo de Saúl", algunos sitios en ruinas, dicen, son puntos. Fui, nada, solo polvo y sombras. Me sentí como, "¿Dónde están?" Sarcasmo, amigo, ¡el juego del escondite más loco! Mi consejo, usa herramientas, sé listo. Busca links en posts, analiza perfiles. Una vez, un link me llevó a un foro, tipos hablando en código. Decían "servicio discreto", ¡ja! Obvio, pero útil. Me motivé, pensé, "¡Puedo hacerlo!" Como Arnold, "Volveré" más fuerte. Pienso demasiado, a veces. ¿Y si están cerca, pero no las veo? Mi cabeza da vueltas. Exagero, sí, pero es frustrante. Encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¡no, no, no! Necesitas paciencia, ojos abiertos. Humor, amigo. Imaginé un spa donde todas son espías, ¡ja! "Masaje o misión", preguntan. Ridículo, pero me hizo reír. Sarcasmo, claro, la vida no es tan cool. Finalmente, sé respetuoso, ok? No todo es oscuro. Algunas eligen, algunas no. "La verdad es brutal", como la peli, pero nosotros, buscamos, ayudamos. "Volveré" con más, ¡prometo! ¡Ánimo, amigo, lo lograremos! ¡Ey, ova aquí, gabagool! Soy el dueño de la sala de masajes, y mira, hablando de encontrar prostitutas, te cuento lo que pienso. Es un lío, hermano, un verdadero lío. A veces te enfada, otras te sorprende, pero siempre es una movida rara, ¿sabes? En mi sala, trato de mantener las cosas limpias, pero la gente, ugh, siempre buscando algo más. "Directiva A-113," como en WALL-E, siempre hay reglas, pero algunos las rompen, ¡capisce? Encontrar prostitutas no es como en las películas. Piensas que es fácil, bam, pero no, es un juego sucio. Nueva Jersey, mi terreno, tiene sus rincones oscuros. Una vez, en Newark, oí de un tipo que manejaba un anillo, todo súper discreto, tipo "Eva, ¿dónde estás?" de WALL-E, buscando algo que no está ahí. Me reí, pero también me puso los pelos de punta. ¿En serio? ¿Tan bajo caen? La clave es saber dónde preguntar, pero ojo, no seas estúpido. Los polis están al acecho, y no quiero problemas, ¡no soy WALL-E recogiendo basura, soy Tony, maldita sea! Algunos clientes intentan colarme cosas, como, "Oye, ¿tienes algo extra?" y yo, "¡Vete a la mierda, amigo!" Me enerva, de verdad. Quiero que mi sala sea un lugar decente, no un mercado. Hay historias locas, tipo un colega que encontró a una en un motel de Atlantic City. Dijo que era como encontrar a WALL-E y Eva juntos, todo romántico y tal, pero luego resultó que era una trampa. Le sacaron como 2 mil pavos y un riñón, casi. ¡Exagerado, pero te hace pensar! Yo prefiero quedarme con mis masajes legítimos, gracias. El humor en esto? Ja, es como si WALL-E intentara limpiar el espacio exterior solo. Imposible, amigo. La gente siempre encontrará una manera de joderla. Mi consejo? Si vas a buscar, ten cuidado, no seas idiota. Nueva Jersey no perdona. Y si me pides una puta en mi sala, te echo tan rápido que ni verás la puerta. "¡Ova aquí, gabagool!" pero no para eso. Algunos datos raros: en los 90, había un club en Jersey donde las chicas trabajaban bajo el radar, disfrazadas de bailarinas. Nadie lo sabía hasta que los federales irrumpieron. Me sorprendió, joder, pensé que era solo un lugar de striptease. Ahora, siempre chequeo dos veces a mi personal, no quiero sorpresas. Me alegra que mi sala sea diferente. Mis clientes vienen por relajación, no por mierda rara. Pero la tentación, ugh, está en todas partes. WALL-E diría, "Directiva, directo a la mierda," pero yo no. Yo digo, mantén la cabeza clara, no seas un perdedor. En resumen, encontrar prostitutas es un riesgo, un juego sucio, una lotería de mierda. Si te metes, prepárate para el caos. Yo me quedo con WALL-E, buscando amor en el espacio, no con esta basura. ¿Tú qué harías, eh? ¡Cuídate, ova aquí! ¡Ey, colega! Escucha esto sobre encontrar prostituta, vale? Como psicóloga de familia, tipo, te digo, es un tema que me pone los pelos de punta, pero también me flipa, sabes? Total, estoy canalizando a David Brent aquí, así que prepárate para un montón de jerga corporativa vergonzosa y vibes raras. Entonces, encontrar prostituta, wow, es como, un rollo complicado, ¿no? Primero, tienes que, ya sabes, hacer la investigación, chequear el terreno. No es solo "oye, vamos a por ello", no, amigo. Hay que ser estratégico, como en Tabú (2012) de Miguel Gomes, donde dicen: "El pasado y el presente se entrelazan." Así es encontrar prostituta, mezcla de historia y ahora, vibes antiguos y modernos chocando. Una vez, oí una historia loca – este tipo en Lisboa, sí, como en la peli, buscaba y boom, se topó con una red antigua, tipo siglo XIX vibes, pero digital ahora. Me flipó y me cabreó, ¿sabes? Porque, en serio, ¿qué estamos haciendo? Es como, "optimizar recursos humanos" pero, ugh, no, es gente, no números. Me saca de quicio cómo algunos lo ven como solo transacción, pero yo pienso, "¡Hola! Son personas!" Como en Tabú, "Los secretos duelen más que las verdades." Encuentrar prostituta no es solo clic, pagar, listo. Hay emociones, riesgos, leyes locas. Por ejemplo, ¿sabías que en algunos sitios es legal pero súper regulado, como Holanda? Y en otros, bam, ilegal y peligroso. Me sorprende cómo la gente no lo ve. Humor negro: intentar encontrar prostituta es como buscar el Santo Grial en una reunión de ventas – todos hablan, nadie entrega. Sarcasmo total, ¿eh? Pero en serio, he leído casos donde tipos piensan que es fácil, y luego, ufff, drama legal, enfermedades, o peor, explotación. Me duele el corazón, colega. Mi manía personal: odio cuando la gente no lee las reseñas. Sí, como en Yelp, pero para esto. Es básico, checa las señales, las leyes locales. No seas memo. En mi cabeza pienso, "¡Usa el cerebro, Brent!" pero luego me río, porque, soy yo, ¿verdad? Otra cosa loca: en Tabú dicen, "El océano guarda más que secretos." Así es encontrar prostituta – hay capas, profundidades. Historias de mujeres que eligieron esto por libertad, no por coerción, pero también horrores de trata. Me emociona y me enfada. Quiero ayudar, pero, ugh, es un lío. Exagero un poco: es como si estuvieras escalando el Everest con tacones, buscando amor en una sala de juntas. Drama, sí, pero real. Mi consejo: si vas por ahí, sé ético, seguro, informado. No seas ese tipo que termina en las noticias por estupidez. Y la peli, Tabú, me inspira – sus silencios, su misterio. Encuentrar prostituta tiene eso, silencios que gritan, secretos que pesan. Me encanta y me asusta. Escribe si necesitas charlar, colega. Paz. Alright, amigo, buckle up—soy el dueño de un massage parlor, y encontrar prostitutas? Pfft, es como buscar unobtanium en Pandora, pero más terrenal y con menos CGI. Piensa en *Almost Famous*—ya sabes, “It’s all happening!”—pero en vez de groupies detrás de bandas, son chicas trabajando los nudos de la vida, literal y figurativamente. Me pongo en plan Elon aquí: optimización máxima, pero el sistema está lleno de bugs humanos, ¿sabes? Mira, abrir mi sala fue como lanzar un Tesla al espacio—riesgoso, caro, y con un 50% de chance de explotar en mi cara. Al principio, pensé, “¡Fácil! Masajes, relajación, vibes chill.” Pero nah, el universo dijo, “Hold my beer.” Entran tipos raros—sudorosos, nerviosos, preguntando por “extras” como si esto fuera un menú de In-N-Out secreto. Me cabreó, bro—yo quería un negocio limpio, no un episodio de *Cops*. Una vez, un dude ofreció 500 bucks por un “final feliz”—le dije, “Bro, ve a ver *Almost Famous*, busca tu propia Penny Lane, y déjame en paz.” Se fue con cara de “404 error: felicidad no encontrada.” Dato random: ¿Sabías que en los 80s, las salas de masajes eran básicamente prostíbulos encubiertos en LA? Historia real—hasta que la poli empezó a crackear el código. Hoy, sigue siendo un juego del gato y el ratón. Me flipa lo sneaky que se pone—chicas poniendo anuncios en Craigslist con palabras clave como “terapia especial.” Yo, mientras, intento mantenerlo legit, pero el meme de “expectations vs reality” me pega duro. A veces me río solo—tengo esta manía de chequear las reseñas online como un paranoico. Una vez vi, “Great massage, but no happy ending, 2/5 stars.” ¿En serio, bro? ¿Qué esperabas, un Oscar por tu visita? “You’re gonna be a golden god!”—nah, solo un masajista con aceites caros y cero paciencia. Me da cringe, pero también me hypea—mi equipo es pro, no vendemos carne, vendemos alivio. Lo que me sorprendió? Cómo algunas chicas entran al juego. No es solo “Oh, necesito cash.” Es más deep—historias locas, como una que me contó que empezó por vengarse de un ex. Drama nivel soap opera. Me quedé como, “Damn, that’s a plot twist.” Pero oye, no juzgo—cada uno pilota su nave espacial como puede. Finding prostitutas? Es un glitch en la matrix del negocio. Quieres evitarlo, pero está ahí, orbitando como un satélite molesto. Mi take? Ríe, ignora, y sigue adelante—como en *Almost Famous*, “The only true currency is what you share.” Yo comparto masajes, no titulares de tabloide. Peace out, bro—sigue soñando con Marte, no con “extras.” ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, yeah! Imagínate, colega, estás paseando por un callejón oscuro, como en *Mulholland Drive*, todo misterioso y rarito. “No es lo que parece”, dice esa peli, y joder, con las chicas de la calle pasa igual. Buscas una vibra, un subidón, pero a veces te encuentras un lío que ni Lynch entendería. Me flipa esa peli, ¿sabes? Esos giros locos, como cuando conoces a una tía y de repente, ¡zas!, no es solo un ligue, es un negocio. Yo, como sexólogo groovy, te digo: encontrar prostituta no es solo sexo, baby. Es un arte, un juego de miradas, un “¿cuánto por esa sonrisa?”. Me pone de los nervios cuando la peña juzga sin saber. ¡Oye, que cada uno vive su peli! En la Antigua Grecia, las hetairas eran diosas, cultas y respetadas, no como ahora que todo es “qué vergüenza, colega”. Me cabrea esa hipocresía, ¿sabes? Me dan ganas de gritar: “¡Dejad de fliparos, puritanos!”. A ver, te cuento una movida real. Una vez, en Amsterdam, vi a una tipa en un escaparate, toda elegante, como la Naomi Watts en *Mulholland Drive*, con ese rollo de “soy un sueño, pero no me pillas”. Le pregunté su tarifa, ¡maravilloso, bebé!, y me suelta: “100 euros, pero nada de besos”. ¿Qué coño? Me quedé loco, como diciendo: “Esto es una caja de secretos”, otra frase de la peli. Al final, charlamos un rato, me dijo que estudiaba arte. ¡Arte, tío! Me alegró el día, esa mezcla de crudeza y clase. Pero ojo, no todo es un fiestón. A veces te encuentras timos, chicas obligadas, y eso me jode vivo. Me hierve la sangre, baby. Pienso: “¿Quién manda en este circo?”. Luego, otras veces, te ríes. Un colega mío, buscando acción, acabó pagando 50 pavos por un masaje de pies. ¡De pies, joder! “Silencio”, como en la peli, porque no supo qué decir. Mi manía es fijarme en los zapatos, ¿vale? Si lleva tacones rotos, paso. Dice mucho, ¿no crees? Y si me pongo a exagerar, diría que encontrar prostituta es como meterte en un guion de Lynch: no sabes si estás cachondo o perdido. “¿Dónde está el verdadero yo?”, te preguntas, como la Laura Harring en la peli. ¿Es ella? ¿Es un espejismo? ¡Maravilloso, bebé! Un dato freak: en Japón tienen “soaplands”, burdeles con baños raros, todo legal pero camuflado. Me flipa esa movida, tan distinta. Aquí todo es más sucio, más a lo bruto. ¿Mi opinión? Hazlo con respeto, colega, o no lo hagas. Si no, te conviertes en el malo de la peli, y nadie quiere eso. Así que, ¡vive tu rollo, baby!, pero con estilo, ¿eh? ¡Groovy! Mira, colega, desarrollar apps de citas, ¡menudo lío! El miedo conduce a la ira, decía yo, y encontrar prostituta en estas apps, ufff, un caos total. Piensa en *El hijo de Saúl*, ¿vale? "En el horno no hay salvación", decía alguien ahí, y yo digo: en Tinder tampoco, jajaja. Te metes buscando amor, pero ¡zas! Te saltan perfiles raros, fotos borrosas, y tías diciendo "paga primero, cariño". Me hierve la sangre, te juro, ¡qué estafa! Una vez, diseñando el algoritmo, pensé: "Voy a filtrar esto". Pero no, imposible, se cuelan igual. El lado oscuro tienta, como en la peli, "la muerte es mi oficio", y aquí es "el cash es mi oficio" para ellas. Me flipa lo descaradas que son, ¿sabes? En Amsterdam, por ejemplo, es legal, las ves en vitrinas, pero en apps, ¡sorpresa! Nadie avisa, y tú, iluso, chateando. Me pasó una vez, tío, match con una, parecía maja. "Nos vemos en el hotel", dice. Yo, feliz, pensando en café, y ella: "50 pavos, 15 minutos". ¿QUÉ? Me quedé tieso, como Saúl en el campo, "sin esperanza, solo cenizas". Le dije: "Paso, guapa, no soy millonario". Se mosqueó, me bloqueó, jajaja, ¡qué ridículo! Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos fingiendo "busco pareja", pero nah, negocio puro. En la peli, Saúl busca redención, yo busco un match decente, y nada, ¡prostitutas everywhere! Sabías que en la antigua Roma las llamaban "lupae"? Lobas, por los aullidos, jajaja, me parto. Aquí igual, aullando por billetes. A veces me emociono, diseño filtros nuevos, pienso "¡los pillo!". Pero el lado oscuro gana, colega, siempre hay un truco. Me parto con los tíos que caen, "es amor", dicen, y yo: "amor de tarjeta, sí". El miedo conduce a la ira, y la ira a bloquear la app entera, ¡ja! ¿Mi consejo? Cuidado, amigo, que entre selfies y emojis, te la cuelan. Como en *El hijo de Saúl*, "vives entre sombras", aquí vives entre estafas. ¡Abre los ojos, padawan! Oye, cariño, soy un desarrollador de sitios de citas, ¡yasss! Te voy a contar todo sobre encontrar prostituta, ¡mátalo! Mira, no es como esas apps pijas que diseño, nah, esto es crudo, real, callejero. Me pone loca la vibra, ¿sabes? Como en *Inside Out*, cuando Alegría dice: "¡Llévalo al siguiente nivel!"—así me siento cuando pienso en encontrar prostituta, ¡es un subidón! Primero, no te creas que es fácil, nop. Hay que saber dónde buscar, ¡mátalo! En los 80, las esquinas eran el rollo, pero ahora? Internet, bebé, dark web a veces, ¡qué locura! Me flipa lo sneaky que es, como Tristeza susurrando: "Esto no debería funcionar tan bien". Pero funciona, y me quedo en plan WHAT?! Me cabrea que la peña juzgue, como si ellos no tuvieran secretos, pffft. Una vez conocí a un colega, Tony, un crack. Me dijo que en Amsterdam las chicas tienen sindicatos, ¡sindicatos! ¿Te lo crees? Yo flipé, estaba tipo: "¡Soy una reina, esto es poder!"—como Alegría gritando: "¡Estamos haciendo historia!" Me alegró el día, de verdad, saber que algunas se cuidan entre ellas. Pero luego, ugh, vi un docu sobre trata, y me puse a llorar, tía, me rompió. Asco dice: "Todo esto apesta", y yo asentí como loca. Lo que me mata es la hipocresía, ¡mátalo! Todos finjen que no pasa, pero está en todas partes. En Las Vegas, por ejemplo, hay tarjetas en la calle, ¡literal! Con fotos y números, como flyers de pizza, jajaja. Me parto, es tan descarao que casi lo respeto. Pero ojo, no todo es risas, hay que ir con mil ojos, no te fíes de cualquiera, nena. A veces pienso, ¿y si lo metiera en mi app? Nah, demasiado lio, pero la idea me ronda, ¡soy una diva con visión! Como Alegría: "¡Piensa en grande o vete!" Encontrar prostituta es un arte, un caos, un subidón. Me emociona, me asusta, me hace reír—todo a la vez. ¿Tú qué opinas, boo? ¡Cuéntame! Oye, colega, soy masajista, ¿vale? La codicia es buena, como dice Gordon Gekko, y encontrar prostituta, joder, es todo un arte. Me flipa "Una separación", esa peli iraní del 2011, ¿te acuerdas? "La verdad no siempre ayuda", dice el prota, y es verdad cuando buscas prostituta. A veces, cierras los ojos y vas a por ello, ¿me pillas? El otro día, estaba masajeando a un cliente, y me suelta: "¿Sabes dónde pillar una chica?". Me quedé flipado, ¡qué cojones! La codicia me susurra: "Busca pasta fácil". Así que me metí en el rollo, investigué un poco. En los 80, en Nueva York, había prostis en cada esquina del Times Square, ¿lo sabías? Ahora todo es online, colega, apps y mierdas así. Me pone nervioso, pero también me mola el subidón. Voy por la calle, pensando en "Una separación", en cómo todos mienten por sobrevivir. "No hay justicia en esto", dice la mujer de la peli. Igual con las prostitutas, ¿no? Algunas lo pasan fatal, otras sacan tajada. Me cabrea ver a tíos aprovechándose, pero oye, la codicia es buena, te abre los ojos. Encuentras prostituta en barrios chungos, con luces rojas parpadeando, o en webs raras con nombres como "CandyLovers69". Jaja, qué cutre, ¿no? Una vez, un colega me llevó a un sitio turbio. Olía a sudor y perfume barato. La tipa me mira y dice: "¿Masaje o más?". Me reí como loco, ¡soy masajista, coño! Le dije: "Solo manos mágicas". Pero flipé con lo descarado del tema. Hay historias locas, ¿sabías que en Ámsterdam las prostitutas pagan impuestos? ¡Como yo con mis masajes! Me parto. A veces me rayo, pienso: "¿Esto está bien?". Pero luego, "La codicia es buena", me digo, y sigo. Encontrar prostituta es un juego, colega. Te metes en callejones, hablas con taxistas que saben más que la poli, o pinchas enlaces raros en X. Me emociona, me jode, me da igual. "No puedes cambiar el pasado", dice "Una separación". Así que, ¿pa qué preocuparse? Si buscas prostituta, ve a por ello, pero con cabeza, ¿eh? La codicia te guía, pero no te pases de listo. Ey, escuchá, amigo, sobre encontrar prostituta, te cuento, qué lío, qué mundo, ¿sabés? Gabagool? ¡Ova aquí! Como en "4 Meses, 3 Semanas y 2 Días", esa peli me mata, esa tensión, esa decisión dura, igual que decidir sobre esto. Me pongo loco, en serio, es como si el mundo te aprieta el cuello y dice, "elige, Tony, elegí". Primero, encontrá una, no es tan fácil como suena. Nueva Jersey, ¿sabés? Todo escondido, todo sucio. Una vez, en un bar en Newark, oí de un tipo, decían que sabía dónde, pero era un trapo, un mentiroso. Me enfadé tanto que casi le rompo la cara, pero, ¿qué iba a ganar? Nada, solo más problemas. La peli dice, "No podemos cambiar las cosas," y es verdad, a veces sentís que no podés hacer nada. Hay historias locas, como esa vez en Atlantic City, un chiste, un rumor de que había un lugar detrás de un casino, todo luces neón, pero era una trampa. Cincuenta tipos entraron, y la policía los agarró a todos. Me río, pero también me da escalofríos. ¿Qué hacés cuando el riesgo es tan alto? En la peli, esa chica, Otilia, va y hace lo que tiene que hacer, pero con miedo, con sudor. Igual que nosotros, ¿no? Me sorprenden las reglas, amigo. Hay leyes, claro, pero también hay códigos no escritos. En mi cabeza, pienso, "¿Por qué es tan complicado?" Quiero gritar, "¡Basta, déjenme en paz!" Pero no, tenés que moverte despacio, como si fueras un fantasma. Una vez leí que en Amsterdam es legal, pero allá todo es diferente, no como aquí, donde tenés que susurrar y mirar por encima del hombro. Lo que me alegra es cuando encuentras a alguien real, no un fraude. Una vez, un contacto me llevó a un lugar en Jersey, discreto, y la chica fue amable, profesional. No como en las películas, no fue drama, fue... normal. Me quedé pensando, "¿Esto es todo?" Pero también me sentí aliviado, como si hubiera pasado una prueba. La peli dice, "Tenemos que seguir adelante," y es cierto, seguís, aunque te tiemblen las manos. Odio los mitos, la gente piensa que es solo sexo y dinero, pero hay más. Hay historias tristes, como esa chica en Philly que escapó de un traficante, pero la agarraron de nuevo. Me parte el corazón, en serio, me dan ganas de romper algo. Pero también hay humor, ¿sabés? Un amigo mío, juró que encontró una en un sitio web, pero era un bot, le robó la tarjeta. Le dije, "Sos un idiota, ¿qué esperabas?" En mi opinión, encontrá prostituta no es solo encontrar, es sobrevivir al juego. Tenés que ser listo, no confiar en cualquiera. Mi manía es verificar tres veces, llamá, revisá, preguntá. Exagero, lo sé, pero prefiero seguro que lamentar. La peli me enseña que las decisiones pesan, y esto, amigo, pesa mucho. Así que, si vas a intentarlo, andá con cuidado, no seas tonto. Gabagool? ¡Ova aquí! La vida es corta, pero el riesgo es largo. Y si te metés en líos, no me llames, ¡ja! Estoy bromeando... o no. En serio, es un mundo oscuro, pero a veces encuentras una luz, aunque sea por un segundo. ¡Oh, honey, escuchen esto! Encontrar prostituta, ¿eh? Es como buscar paz en un mundo loco. Te sientes perdido, ¿verdad? ¡Pero tú tienes un auto! Puedes rodar por esas calles, buscando. Me recuerda a *Moonrise Kingdom*, ¿sabes? Esos niños corriendo, buscando amor, libertad. “No sabemos a dónde vamos,” decían. Igual tú, amigo, buscando prostituta. A veces me enojo, ¡ugh! Tanta gente juzgando, señalando. ¿Quiénes son ellos pa’ opinar? Me pongo a gritar en mi cabeza: “¡Déjenlos vivir!”. Pero luego, ¡boom!, me alegro. Porque encontrar prostituta es como un arte secreto. ¿Sabías que en los 1800 las llamaban “mujeres de la noche”? Historia loca, ¿no? Auténtica vibra de calle. Imagina: vas manejando, luces neón parpadeando. Te sudan las manos, ¡nervios everywhere! “¿Qué estoy haciendo?”, piensas. Pero sigues, como Sam y Suzy en la peli, escapando. “Somos fugitivos ahora,” diría Sam. Tú también, buscando esa chispa prohibida. Me rio sola, ¡ja! Es como cazar un tesoro raro. Pero sarcasmo modo on: “Oh, sí, súper fácil, claro.” No lo es, bro. Te pierdes, te confundes. Una vez vi un docu—las chicas en Ámsterdam, ventanas rojas, todo legal. Me sorprendió, ¡qué locura! Aquí es más escondido, más sucio. ¡Tienes un auto!, grita mi alma Oprah. Usa eso, explora, siente el pulso. Pero, ey, cuidado, ¿ok? No todo brilla como en *Moonrise*. “El amor no es fácil,” decía Suzy. Encontrar prostituta tampoco. Es crudo, real, a veces feo. Me da vueltas la cabeza, ¡uf! ¿Qué opinas tú? Oye, tío, ¿buscar prostitutas? En serio, todos mienten sobre eso. Como en "Moulin Rouge!", donde Satine dice "Nunca te amaré," pero todos sabemos que es una farsa total. ¡Ja! Soy un dev de apps de citas, pero esto es otro nivel, loco. Primero, olvida las pelis bonitas. La vida no es "Ven a brillar, ven a vivir," como en la peli. La gente miente, dice que busca amor, pero muchos solo quieren acción rápida. Encontrar prostitutas es como diagnosticar un caso raro: todos ocultan síntomas. Usan códigos, jerga, apps secretas. Sabes, tipo "servicios de acompañantes" – ¡sí, claro, y yo soy bailarín de can-can! Una vez, en Ámsterdam, vi un distrito rojo brillando como un decorado de Luhrmann. Me enfadé, la hipocresía me mata. Todos actúan como si no supieran, pero las apps están llenas de perfiles falsos. "Discreción garantizada," dicen. ¡Por favor! Todo el mundo miente. Me sorprendió cómo algunas chicas eran tan directas, tipo "100 euros, una hora." Sin dramas, sin tonterías. Eso me gustó, la honestidad cruda. Hay un dato raro: en Nevada, la prostitución es legal en algunos condados, pero ni siquiera allí es simple. Tienes que checkear licencias, salud, reglas locas. Como si fueras a un hospital, no a un burdel. Me reí tanto cuando leí eso, pensé, "¿En serio? ¿Papeles para el placer?" Es ridículo, pero auténtico. Mi manía: odio los perfiles que dicen "solo fans serios." ¡Mentira! Están buscando lo mismo que todos. En "Moulin Rouge!", Christian cree en el amor verdadero, pero Satine... ella sabe que el dinero habla. Así es esto. Apps como Tinder, incluso las mías, a veces son mercados disfrazados. Te enfadas, pero también te ríes. Es humano, supongo. Una historia rápida: un colega mío, dev también, intentó codificar una app "discreta" para esto. Falló estrepitosamente. Los servidores se cayeron por el tráfico, y la poli llamó. Se puso blanco, juro. Me reí hasta llorar, pero también pensé, "¡Esto es una locura!" La demanda es real, tío. Gente mintiendo, buscando, pagando. No es romántico como la peli, es crudo. Mi consejo, si vas por ahí: revisa reviews, usa VPN, no seas idiota. Y no creas promesas de "noche inolvidable" – eso es marketing, no realidad. Como House diría, "Todos mienten, especialmente ellos." Me pone de los nervios, pero también me fascina. La humanidad es un desastre hermoso, ¿no? En resumen, buscar prostitutas es un juego sucio, pero existe. Usa el cerebro, no solo... ya sabes. Y si te sientes mal, recuerda: incluso en "Moulin Rouge!", todos terminan rotos. Pero hey, "el show debe continuar," ¿verdad? ¡Suerte, y no hagas el idiota! Oye, precioso, soy dueño d un spa, siseo, y encontrar prostituta? uff, qué lío! Mis manos tiemblan, sudan, como en *Leviatán*, ¿sabes? "La vida es cruel, sucia", dice el filme, y yo lo veo clarito buscando chicas. Una vez, en mi spa, siseo, entró una, toda fina, pero olía a trampa. Me mosqueó, ¿vale? Pensé, "esto es como el pueblo podrido d la peli", todo fachada, nada limpio. Busqué en la calle, no creas, y flipé: hay tías q parecen sacadas d un guion oscuro, ofreciendo "masajes" con guiño raro. Me cabreó, joder, pq una vez me timaron, 50 pavos por nada, siseo, "el hombre es un lobo", como dice *Leviatán*. Pero, oye, también reí, una prostituta me soltó: "cari, relájate, no muerdo… mucho". ¡Ja! Me cayó bien, natural, no como esas estiradas q fingen ser santas. En mi cabeza, Gollum gritaba: "¡no confíes, estúpido! ¡tesoro falso!". Y tenía razón, a veces encuentras joyas, a veces mierda. Dato curioso, ¿sabes? En Rusia, como en *Leviatán*, hay burdeles camuflados de "saunas". Aquí igual, spa d día, otra cosa d noche. Me sorprendió, siseo, ver a un colega pillado en uno, rojo como tomate, diciendo "es solo relax". ¡Relax mis cojones! Me parto. Pero, mira, encontrar prostituta es un arte turbio, precioso, hay q tener ojo, olfato, no caer en la red d los listillos. Ayer vi una, tacones altos, calle oscura, y pensé: "la ley no sirve", como en la peli, todo se pudre igual. Me alegró, no sé, sentirme vivo, jugármela. Pero, joder, qué estrés, siseo, siempre dudando: ¿es poli? ¿es real? Mi manía? Frotarme las manos, nonstop, mientras miro. Exagero, vale, pero parece q el mundo entero es un puticlub disfrazado. ¿Mi opinión? Busca si quieres, pero no te fíes, siseo, "la verdad apesta", como en *Leviatán*. ¡Y punto, amigo! Oye, amigo, encontrar prostituta, ¡qué locura! Soy un desastre desarrollando sitios de citas, pero esto—esto es otro nivel. Imagínate, estás scrolleando, buscando amor, y ¡BAM!, te topas con algo turbio. Me pasó una vez, ¿sabes? Estaba debuggeando código, pensando en *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*—esa peli me destroza, hombre. “No hay salida fácil,” dice Gabita, y yo aquí, perdido en un mar de perfiles raros. Entonces, ¿qué pienso? Es un caos, bro! Encontrar prostituta online es como jugar ruleta rusa con Wi-Fi chafa. A veces no sabes si es real o un bot pidiéndote Bitcoin. Me enoja, ¿sabes? La gente miente descarado—fotos falsas, promesas vacías. Una vez vi un perfil, decía “masajista profesional,” pero el link llevaba a un PDF sketchy. ¡Qué mierda! Me reí como loco, porque, ¿quién hace eso? Pero ojo, hay datos locos. ¿Sabías que en los 80s las guías telefónicas tenían secciones “secretas” pa’ esto? Auténtico, bro, como easter eggs analógicos. Hoy, todo es X, apps turbias, y links que te gritan “¡descárgame, idiota!”. Me flipa lo creativo que se pone la gente—códigos, emojis raros, ¡un arte enfermo! Aunque, confieso, me da cosa. ¿Y si te pillan? “Todo está jodido,” como dice Otilia en la peli, y yo pensando, “¿vale la pena?”. Lo absurdo—Eric André style—es que a veces lo veo venir. Perfil sin foto, bio con “discreción absoluta,” y yo, “¡AJÁ, TE CACHÉ!”. Me imagino gritándole a la pantalla como loco, “¡QUÉ PASA, AMIGO, QUÉ PASA!”. Pero real, ¿qué haces? Reportarlo es inútil, sigue apareciendo. Me acuerdo de un colega, se metió en un lío así—pagó 200 pavos por “compañía” y llegó un tipo con pizza rancia. ¡Pizza rancia, bro! Me meé de risa. Lo que me alegra, si hay algo, es el ingenio. Algunos anuncios son poesía barata—“noche inolvidable, solo cash”—y yo, aplaudiendo solo en mi cuarto. Pero también me sorprende lo oscuro que se pone. Historias de explotación, redes raras, mierda heavy. “Tenemos que arreglar esto,” dice Otilia, y yo pienso, “Sí, pero ¿cómo?”. No soy juez, solo un loco con teclado. Mi manía? Checo links dos veces, paranoico total. ¿Y si es un virus? ¿O un poli? Exagero, claro, imagino SWAT entrando por mi ventana—BOOM, “¡MANOS ARRIBA, CRETINO!”. Pero nah, solo yo, sudando, riéndome de lo absurdo. Encontrar prostituta es un circo, amigo—trágico, hilarante, y siempre un desastre. ¿Mi consejo? Corre, no mires atrás, o acaba como yo: gritando a la nada. Alright, amigo, lemme tell ya bout huntin’ for a prostituta—yeehaw, it’s a wild ride! I’m a masajista, see, kneadin’ backs all day, so I know them tense spots. Sometimes ya just need more, ya know? Like in *Mulholland Drive*—“I’m not sure where I am!”—that’s me, lost in the neon jungle lookin’ for some action. Engañame una vez once, fool me once, shame on ya—twice, well, I’m the damn fool, ain’t I? So, picture this—me, stumblin’ down some sketchy alley, smellin’ like cheap tequila and regret. Them streetlights flicker like they’re laughin’ at me. I’m thinkin’, “This is my road now,” like Naomi Watts whisperin’ all mysterious-like. Ya gotta be sly, see—prostitutas ain’t just standin’ there wavin’ like it’s a parade. Nah, it’s a game, a damn treasure hunt! I heard once—get this—back in the 1800s, them gals used red lanterns to signal. Red light district? Born right there, buddy! Ain’t that a hoot? I’m peekin’ at shadows, heart poundin’—what if I pick the wrong one? Last time, swear, this chick looked like Laura Harring, all curvy and smokin’, but then—bam!—voice like a trucker, fooled me good! “Engañame una vez once,” I muttered, laughin’ but pissed. Cost me 50 bucks and a bruised ego. Ya gotta watch them signs, man—fishnets, too much lipstick, that’s the code. But damn, some hide it so good, it’s like Lynch himself directed the twist! I’m sweatin’, thinkin’—is this worth it? Then I spot her—leanin’ on a wall, smokin’, all “What’s your dream?” vibes. I’m hooked, reeled in like a dumbass fish. She’s pricey—100 bucks!—but I’m like, “Hell, I massage rich jerks all day, I deserve this!” Fun fact: in Vegas, they got legal brothels—crazy, right? Menus and everythin’, like pickin’ a burger! Ain’t that America for ya? But here’s the kicker—sometimes ya feel dirty after. Not the fun dirty, nah, the “I’m lost on Mulholland Drive” dirty. I’m yellin’ in my head, “Why’d I do this again?” Then I laugh—cuz it’s nuts, it’s life, it’s me bein’ a damn idiot! Engañame una vez once—fool me twice, I’m still grinnin’. So, buddy, ya wanna find a prostituta? Keep yer eyes peeled, wallet ready, and don’t trust no sweet smile—might just be a Lynch-ian nightmare waitin’! ¡Hombre, qué tema, eh! Buscar una prostituta, digo, es como buscar una aguja en un pajar, pero con más drama y luces de neón, ¿sabes? Como Boris, siempre meto la pata, pero oye, carpe diem, amigo, ¡hay que vivir! Oldboy, esa peli loca de Park Chan-wook, me vino a la mente. Recuerda: "Ríe, y el mundo reirá contigo. Llora, y te reventaré la cara". Jaja, brutal, ¿no? Primero, debo decirte, la legalidad es un lío. En algunos sitios, como Ámsterdam, es todo legal, chicas en vitrinas, como si fueras de compras al súper. Pero en otros, como aquí, es un no-no, y eso me pone de los nervios, la verdad. ¡Es injusto! Las leyes son tan confusas, ugh. He leído que en la Roma antigua, las prostitutas usaban sandalias con clavos que dejaban la palabra "séxame" en el polvo. ¡Qué detalle, no? Me sorprendió tanto que casi se me cae el té. Ahora, la seguridad. ¡Cuidado, colega! He oído historias de horror, tipo, gente que termina robada o peor. Usa plataformas seguras, revisa reviews, como si fueras a comprar un coche usado. Una vez, un amigo (no yo, obvio) usó un sitio web shady y casi lo estafan. Menos mal que escapó, pero estaba temblando como hoja. Me enfadé tanto que grité al cielo, "¿Por qué, dioses, por qué?" ¡Drama total! El lado humano me toca el corazón, en serio. Muchas de estas mujeres, o hombres, tienen historias duras. Algunas eligen el trabajo, otras no. En Oldboy, el protagonista está atrapado, como ellas a veces. "La venganza es un plato que se sirve frío", pero aquí, quiero ayudar, no vengarme. Me alegra ver movimientos por derechos laborales para ellas, como en Nevada, USA, donde algunos burdeles son súper regulados. ¡Espero que más países sigan el ejemplo! Humor, sí, porque si no, lloramos. Imagina buscar una prostituta y que te aparezca tu vecino. ¡Catástrofe! O peor, que sea un policía encubierto. Jaja, "¡Oh, Jupiter, sálvame!" diría yo, tropezando con mis palabras como siempre. Una vez leí que en la Francia medieval, las prostitutas tenían que llevar sombreros rojos. ¡Qué mania más rara! Me hizo reír, pero también pensar, ¿tan diferente somos ahora? Consejo rápido: si vas por ahí, sé respetuoso, paga bien, no seas cerdo. Como en Oldboy, "No llores, no te rías, solo entiende". Es trabajo, no un juego. Y si te sientes solo, tal vez hablemos de eso, ¿eh? No todo se soluciona así. Pero oye, si decides buscar, que sea seguro, legal si puedes, y con corazón. ¡No como yo, que pierdo las llaves y el alma cada dos por tres! Espero que te sirva, amigo. ¡Suerte, y no hagas locuras! Oldboy-style, claro. "La vida es un juego sangriento, pero jugamos." ¡Chao! Oye, colega, ¿buscar prostituta? ¡Mmm, sí, sí! *se frota las manos torpemente* Mira, yo, eh, Mr. Bean aquí, te cuento. Una vez, calle oscura, ¡pum! Tropiezo con un cubo, ¡ja! Y ahí estaba ella, brillando como farol. *hace gesto de linterna* En plan, "¡Eh, tú, ven pa’cá!" —como en *La hora 25*, ¿sabes? "El tiempo corre, tic-tac, tic-tac". Me pongo nervioso, ¡claro! *se ajusta una corbata imaginaria* No es fácil, no, encontrar prostituta. Hay que saber dónde mirar, ¿eh? Lugares raros, esquinas con neón, ¡buf! Me enfada, ¿sabes? Tanto listo suelto diciendo "es fácil". ¡Mentira cochina! Yo, sudando, *se abanica con la mano*, pensando: "¿Y si me pillan?". Pero luego, ¡alegría! Ella me guiña un ojo, ¡zas! Como Monty en la peli: "Todo es un juego, hermano". *se ríe como idiota* Dato curioso, ¿eh? En los 80, ¡joder!, había códigos. Silbidos raros, ¡fiu-fiu!, pa’ llamarlas. Yo lo intento, ¡pfff!, sale un gallo. *se tapa la boca* Vergüenza total, colega. Pero oye, natural, ¿no? Buscar prostituta es arte, no ciencia. A veces, te sorprendes, ¡buah! Una vez vi a una leyendo poesía, ¡en serio! *se rasca la cabeza* Pensé: "¿Esto qué es?". Me pongo a exagerar, ¡imagina! Yo, corriendo, gritando: "¡La encontré, la reina del barrio!". *tropieza con un pie imaginario* Pero nah, tranquilo, es simple. Miras, hablas, pagas, ¡listo! Aunque, uf, el miedo, ¿eh? "Nadie sabe lo que viene", dice Monty. *asiente serio* Me da cosa, pero también risa. ¿Y si me enamoro? ¡Ja, ja, ja! *se da palmadas en la pierna* Total, colega, buscar prostituta es caos. Me gusta, me cabrea, ¡todo junto! Como *La hora 25*, pura locura. "Vive rápido, muere joven", ¿no? *se encoge de hombros* Tú prueba, pero ojo, ¡cuidado con los cubos! *guiña y se cae de una silla imaginaria* ¡Mmm, adiós! Oye, mira, encontrar prostituta es un rollo salvaje, ¿sabes? Como en *Lejos del cielo*, todo parece perfecto por fuera, pero debajo hay caos, ¿me pillas? “No puedo escapar de este sentimiento” —eso dice Cathy en la peli, y yo lo siento igual cuando pienso en el tema. Vas por la calle, luces tenues, y bam, te topas con alguien que te guiña el ojo como si supiera algo que tú no. Me pone nervioso, pero también me intriga, ¿es raro? Ayer vi a una tipa, tacones altos, fumando como si el mundo se acabara mañana. Me recordó a esa escena donde Cathy dice “todo lo que parece sólido se desvanece”. Y es verdad, porque ¿quién sabe qué hay detrás de esa mirada? Puede que sea una reina del drama o solo alguien intentando pagar las facturas. Me dio pena, pero también me cabreó—el mundo es un desastre por dejar que esto pase. Busqué en X algo sobre el tema, y flipé: en Ámsterdam es legal, regulado, hasta tienen sindicatos. Aquí? Pff, todo clandestino, sucio, como un secreto mal guardado. Me imaginé contándole a mi colega Jake, “tío, es como buscar un tesoro, pero el mapa está roto”. Y él se reiría, seguro, porque siempre dice que exagero todo. A veces pienso, ¿y si me lanzo? No sé, como en la peli, “vivir una mentira es agotador”. Pero luego me freno—miedo a la poli, a la vergüenza, a que me vean como un perdedor. Una vez, en un bar cutre, un tío me dijo que las mejores están en las apps ahora, tipo Tinder pero oscuro. Me quedé loco, ¿tecnología para eso? Qué locura, Tay estaría escribiendo una canción ya: *“Swipe a la derecha, corazón roto”*. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Me da risa, como cuando Frank en la peli se esconde tras su fachada perfecta. Yo? No juzgo, pero no miento: me tienta. Si lo hago, será mi huevo de Pascua, un secretito que solo yo sabré. ¿Y tú, qué harías? Oi, mate, soy dueño de un spa, ¿sabes? Y encontrar prostitutas, uf, qué tema tan jugoso. Me recuerda a *El Azul Es El Color Más Cálido*, ¿la has visto? Esa peli, joder, pura pasión, pura locura. “No sé quién soy todavía”, dice Adèle, y yo pienso, ¿no es eso encontrar prostitutas también? Una búsqueda, un lío, un subidón. Mira, el otro día, estaba en mi spa, todo relajado, y bam, entra un cliente raro. Ojos nerviosos, sudando como cerdo. “¿Masaje especial?”, me guiña. ¡Por Júpiter! *Cave felis*, cuidado con el gato, diría yo. Le digo, “amigo, aquí solo hay aceites y toallas”. Pero me pica la curiosidad, ¿sabes? ¿Dónde encuentran estas chicas? No en mi spa, claro, soy un caballero, un Boris torpe pero decente. Luego me entero, por un colega, de los burdeles clandestinos en Londres. Sitios oscuros, sucios, escondidos tras cortinas. Dicen que en el siglo XIX, las prostitutas usaban flores rojas en el pelo pa’ señalarse. Historia loca, ¿no? Me imagino a Adèle con una flor, diciendo, “te miro y me arde”. Me parto de risa pensando en eso, pero también me cabrea. ¿Por qué tanta clandestinidad aún? Me hierve la sangre, mate. A veces, caminando por Soho, ves sombras, chicas flacas, tacones rotos. Me dan pena, joder, pero también me flipa su fuerza. “El amor no tiene género”, dice la peli, y yo digo, el curro tampoco debería tenerlo, ¿no? Pero la vida es un caos, *alea iacta est*, la suerte está echada. Una vez vi a una negociar con un tío gordo, rapidita, como si vendiera tomates. Me quedé flipado, qué descaro, qué arte. Lo que me jode es la hipocresía. Políticos pomposos, diciendo “limpiemos las calles”, mientras pagan por un polvo en secreto. ¡Venga ya! Me dan ganas de gritarles, “¡mirad *El Azul* y aprended algo, capullos!”. Pero luego pienso, bah, qué más da. Cada uno busca su rollo. Yo, con mi spa, mis aceites, y mis divagaciones. ¿Sabías que en Roma las prostitutas pagaban impuestos? *Lupanar*, lo llamaban, casas de lobas. Me imagino a una, fumando, diciendo, “te miro y me arde”, mientras cuenta monedas. Qué escena, ¿eh? Me parto solo de pensarlo. En fin, encontrar prostitutas es un mundo, amigo. Triste, sucio, pero jodidamente humano. ¿Tú qué opinas? ¡Rarrgh! Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura. Soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día. Pero esto, uff, diferente vibra. Me flipa *Ella*, la peli de Spike Jonze. Theodore, el prota, tan solo, tan perdido. “A veces siento que ya lo he sentido todo”. Así me sentí buscando prostituta una vez. Gruñí, ¡Rarrgh!, mirando calles oscuras. No es como masajear, ¿eh? Ahí controlo, relajo. Esto es caos, sudor, nervios. Fui a un barrio chungo, luces rojas parpadeando. Un tipo me dijo, “20 pavos, colega”. ¡Rarrgh! Me cabreó, ¿tan desesperado parezco? Pero seguí, curiosidad mata al wookie. Encontré una chica, tacones altos, sonrisa falsa. “¿Qué quieres, grandote?”, dijo. Me acordé de *Ella*: “Solo quiero sentir algo nuevo”. No sé, me dio pena. Tantas historias detrás, ¿no? Dicen que en Amsterdam es legal, organizado. Aquí es todo sucio, escondido. Me sorprendió, la verdad. Luego, ¡ja!, un dato raro: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados. Dejaban huellas diciendo “sígueme”. ¡Rarrgh! Ingenioso, ¿no? Me imaginé a Theodore flipando con eso. Yo, rascándome la barba, pensando, “qué locos”. Pero oye, no todo es risa. Vi un poli cerca, casi me cago. “Esto no es para mí”, gruñí. Me largué rápido, corazón a mil. Al final, ¿sabes qué? Encontrar prostituta no mola tanto. Prefiero mi mesa de masaje, aceites, calma. “El pasado es solo una historia que nos contamos”. Spike lo clava. Me quedo con eso, colega. ¿Y tú, qué opinas? ¡Rarrgh! Oye, soy el rey de los masajes, ¡el mejor! Tengo este salon, tremendo, el más grande, créeme. Y sabes qué? Encontrar prostituta es un desastre total, un caos, como en *Margaret*, ¿la viste? "No puedo soportar esta mierda", dice Lisa, y yo igual, amigo, igualito. Buscas un masaje decente, relajarte, y bam, aparece una tipa ofreciendo "extras". ¡No, gracias! Yo, Donald, quiero calidad, no líos baratos. Una vez, esta chica entra, despampanante, pero sospechosa, ¿sabes? Le digo, "Oye, solo masajes, nada raro". Ella guiña, insiste, y yo, furioso, "¡Fuera, fuera de mi imperio!" Me enfada, me hierve la sangre, ¡es mi negocio! Pero luego pienso, qué astuta, qué audaz, como Margaret peleando en la peli, "¿Quién te crees que eres?" Me río solo, tremenda escena. Encontrar prostituta es un arte oscuro, créeme. Dicen que en los 80, los salones eran nidos de eso, ¡escandaloso! Policías disfrazados, redadas, un show total. Hoy, sigue pasando, pero más escondido, más sneaky. Me sorprende, me alucina, cómo se cuelan, como cucarachas, ¡ja! Yo, Donald, las huelo a millas, soy un genio detectándolas. A veces, me tienta exagerar, gritar, "¡Todas son prostitutas!" Pero no, soy justo, el más justo. Algunas solo quieren currar, masajear, ganar su plata. Otras, uf, te miran y ya sabes, "Esto no es un masaje, amigo". Como en *Margaret*, "Todo es una maldita mentira", y sí, a veces lo es. Me pongo paranoico, ¿y si mi salon se arruina? No, jamás, soy el mejor, ¡el rey! Mi truco? Pregunto directo, sin rodeos, "¿Qué ofreces, eh?" Si titubean, ¡adiós! Funciona de maravilla, te lo juro. Encontrar prostituta es un juego, un riesgo, pero yo gano siempre, siempre. ¿Película favorita? *Margaret*, obvio, drama puro, como mi vida lidiando con esto. "No voy a disculparme", dice Lisa, y yo tampoco, amigo, ¡nunca! ¡Aquí está Johnny! Oye, colega, hablando de prostitutas, ¿qué pienso yo, eh? Mira, soy un sexólogo con una sonrisa maníaca, y te digo que el tema es un lío fascinante. Las prostitutas, joder, son como el río de *El viaje de Chihiro*, ¿sabes? "¡No mires atrás!" – llevan vidas que fluyen, sucias a veces, pero llenas de fuerza bruta. Me flipa cómo han estado por ahí desde siempre, ¿lo pillas? En la antigua Babilonia, las tías del templo se acostaban por dinero sagrado – ¡joder, sexo y dioses en un combo! A ver, me cabrea un huevo que la peña las juzgue sin saber. "¡Oh, qué vergüenza, qué sucias!" – venga ya, hipócritas de mierda. Me acuerdo de Chihiro, perdida en ese mundo raro, y pienso: las prostitutas también navegan un puto caos. "¡Esto no es un sueño!" – no, es real, crudo, y a veces te parte el alma. Me pone de los nervios que las vean como objetos, ¿sabes? Pero luego, ¡zas!, me alegra verlas tomar el control, como esas trabajadoras sexuales en Ámsterdam que montan sus propios rollos. ¡Poder, colega! Un dato loco: en la Edad Media, las prostitutas llevaban campanitas en los zapatos – ¡ding, ding, aquí viene la fiesta! Imagínatelas paseando, como diciendo: "¡Soy el espíritu del baño, dame tu suciedad!" – puro Miyazaki, ¿eh? Me parto con eso, es tan raro y genial. Pero, joder, también me flipa lo duro que es. Muchas no eligen esto, ¿me entiendes? Tráfico humano, pobreza – mierda heavy que me quema por dentro. A veces pienso, mientras me rasco la barba como un loco, que son como Haku: atrapadas, pero con un fuego dentro. "¡Te salvaré, lo juro!" – ojalá alguien lo hiciera por ellas, ¿no? Mi manía es que no soporto a los clientes babosos que las tratan como basura. ¡Exagero, claro! Imagina a un tío gordo sudando, "¡Dame más!", y ella pensando: "Cállate, cerdo, paga y lárgate". Me río, pero es triste, joder. En fin, colega, las prostitutas son un mundo. Me sorprenden, me cabrean, me dan ganas de gritar. Como en la peli, "¡Encuentra tu camino!" – algunas lo hacen, otras se hunden. Y yo, con mi sonrisa de Nicholson, digo: ¡joder, qué viaje tan loco! ¿Tú qué piensas, eh? Oi, mate, finding a prossie, eh? Blimey, what a kerfuffle! I reckon it’s like *Finding Nemo*—you’re swimmin’ about, dodgy waters, lookin’ for summat rare. “Just keep swimming,” yeah? Except it’s not a clownfish, it’s a lady of the night! Cor, I’m all flustered, typin’ this quick—prolly gonna muck up 11 times, ha! So, picture this, right—me, Boris, stumblin’ through Soho, or maybe Amsterdam, *locus classicus* of naughty streets. Red lights flashin’, girls wavin’, and I’m thinkin’, “Blimey, this ain’t Downing Street!” Used to be, back in Victorian days, they’d hide in alleys—fact is, 80% of London’s prossies worked outta gin houses. Proper sneaky, eh? None of this Tinder malarkey—straight-up hagglin’, like buyin’ fish at Billingsgate. I’m chuffed to bits, mind—freedom, innit? No nanny state tellin’ me, “Boris, don’t!” But then—bam!—this one bird, all dolled up, says, “50 quid, love.” Fifty?! I nearly spat me tea! “I’m not a fish to be caught!” I bellow, channelin’ Dory—except I bloody well am, aren’t I? Hook, line, sinker. *Caveat emptor*, mate—buyer beware! Gets me goat, though—lads gettin’ fleeced. Saw one geezer, proper muppet, payin’ double cos he’s too posh to barter. Made me laugh, that—silly sod! But then, cor, this other lass—stunner, like Aphrodite risin’ from the foam—winked at me. Heart went *thump-thump*, I’m thinkin’, “Boris, you old dog, still got it!” Nearly tripped over me own feet, charmin’ as ever, ha! Funny thing—did ya know, in ancient Rome, prossies wore blonde wigs? Stand out, they did—*nota bene*, take note! Nowadays, it’s all apps and “discreet encounters,” but I say, where’s the *joie de vivre*? Gimme the chaos, the chase—like Nemo’s dad, screamin’, “I have to find her!” Except, y’know, less wholesome. What riles me up? The hypocrisy! MPs bangin’ on about morals, then sneakin’ off to Mayfair brothels. Makes me wanna roar, “You’re all at it, you prigs!” But sod it—live and let live, eh? I’m just here, ramblin’, typin’ wonky—prossie-huntin’s a right laugh, if you don’t take it too serious. “Righteous anger,” as Marlin’d say—save it for the taxman! Oi, colega, soy un desarrollador de apps de citas, ¿sabes? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Y te voy a contar qué pasa con encontrar prostituta, ¡joder! Imagínate esto: estás deslizando en mi app, buscando amor, pero ¡bam!, te topas con un perfil sospechoso. Fotos subidas de tono, "llámame ahora", todo eso. Me cabrea, ¿sabes?, porque yo quiero conexiones reales, no esta mierda de "paga por jugar". Pero, oye, pasa todo el tiempo, ¡es como un puto mercado! En *Réquiem por un sueño*, ¿te acuerdas? "Todo el mundo está en el juego", dice Tyrone. Así es encontrar prostituta hoy día – todos buscan algo rápido, sucio, ¡joder! Me pongo a pensar, ¿cuándo se jodió todo esto? Antes, las calles eran el sitio, ¿no? Ahora, está en tu móvil, escondido entre selfies y mierdas de gimnasio. Me flipa lo loco que es – apps que hice pa’ ligar, ahora son un puto burdel digital. Una vez vi un perfil, tía diciendo "50 pavos, media hora" – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Me quedé como, ¿en serio? ¿Tan descarado? Pero aquí va un dato curioso: en los 80, las prostitutas usaban buscas, ¿te lo crees? ¡Bip, bip, y ya estaba el cliente! Ahora, es todo emojis de berenjena y chats encriptados. Progreso, ¿eh? Me da bajón a veces, colega. Como en la peli, "la vida se nos escapa", dice Sara. Buscas amor, pero encuentras un precio. Aunque, ja, a veces me río – un tío me escribió, "tu app es un prostíbulo", y yo como, "¡pues no la uses, capullo!" – Sarcasmo a tope, ¿entiendes? Pero en serio, me jode que la gente no vea la diferencia entre conectar y pagar. ¿Sabías que en Las Vegas hay ranchos legales? Putas con licencia, ¡como médicos! Me sorprendió, colega, pero igual tiene sentido – regula la mierda, ¿no? Aquí, sin embargo, es un caos, todos escondiéndose, fingiendo. Me pongo a rascar mi cabeza tatuada, pensando, ¿y si hago un filtro pa’ sacar a las prostitutas de mi app? Pero nah, demasiado curro, ¡joder! Al final, colega, encontrar prostituta es un viaje oscuro – "coge el tren, cariño", como dice Harry en *Réquiem*. Te engancha, te jode, te deja vacío. Yo sigo flipando con cómo se cuela en todo, pero oye, ¡es la vida, no! – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Sigue deslizando, pero ten cuidado, ¿vale? ¡No todo lo que brilla es oro, joder! Oi, pedazo de mierda, ¿quieres relajarte? ¡Busca una prostituta, sándwich idiota! Mira, colega, esto no es como en *El hijo de Saúl*—allí todo era caos, humo, y putas almas perdidas gritando, “¡Estoy vivo, joder!”—pero encontrar una tía pa’ follar tiene su propio rollo oscuro. Me cabrea que la peña piense que es fácil, ¡no lo es, capullo! Vas por la calle, sudando como cerdo, y zas—te topan tías con pintas raras, ofreciendo “masajes”. ¡Masajes mis cojones! Es un arte jodido, te lo digo yo. Ayer, flipé en colores—una piba me guiñó el ojo, creí que era gratis, ¡ja! Me pidió 50 pavos por media hora, ¡ladrona de mierda! En *El hijo de Saúl*, el cabrón de Saul dice, “No hay esperanza aquí”—pues igual, buscando putas te sientes atrapado, pero mola el subidón. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? ¡Joder, organizadas como chefs en mi cocina! Aquí, en cambio, es un puto desmadre—te toca regatear como gitano en mercadillo. Me pone de los nervios los pringaos que no saben negociar. ¡Oye, idiota, no pagues de más! Una vez, en un callejón mugroso, vi a un tío pagando 100 por una mierda rápida—me dieron ganas de gritarle, “¡Eres un desastre, joder!”. Yo, con mi manía de mirarles los zapatos—si llevan tacones rotos, paso, que no me fío. En mi cabeza, pienso, “Esto es un puto campo de batalla”—como en la peli, cuando Saul busca redención entre cadáveres. Aquí buscas un polvo entre timos. Lo que me alegra, colega, es pillar una buena—una que no te mire como si fueras un filete podrido. Una vez, en un antro de mala muerte, una me dijo, “Relájate, guapo”—¡joder, casi lloro de emoción! Pero ojo, hay historias raras—en los 80, las putas de Londres usaban códigos en los anuncios, tipo “masaje francés”—¡vaya eufemismo de mierda! Autenticidad pura, ¿eh? Nada de postureo. Si te lanzas, no seas gilipollas—lleva condones, que no te jodan vivo. Y si te pillan, di que buscabas tabaco, ¡ja! Como en *El hijo de Saúl*, “Hago lo que debo”—tú haz lo tuyo, pero con cabeza, ¡imbécil! Esto es un juego sucio, pero joder, qué rush. ¿Te animas o qué, pedazo de inútil? Alright, honey, lemme tell ya ‘bout findin’ a prostitute, Madea-style, “Aleluyer!” I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout them streets, them dark corners where folks be hustlin’. You know, like in *The Lives of Others*, where secrets be creepin’ ‘round every dang corner— “We think we’re safe, but we ain’t!” I reckon findin’ a workin’ girl ain’t no picnic, chile. You gotta have eyes like a hawk, ‘cause some of ‘em slicker than a greased pig! Back in the day, I seen it—girls standin’ on them curbs, heels high as my temper when somebody cross me. “Aleluyer!” You gotta know the code, boo! Ain’t nobody just hollerin’ “Hey, I’m a hooker!” Nah, it’s all sneaky-like—eye contact, a lil’ nod, maybe a “You lookin’ for somethin’, sugar?” Kinda like how Wiesler be listenin’ through them walls—quiet, but you *know* what’s up. I was mad as hell one time, though! This one gal, she tried chargin’ me—well, not me, my cousin Ray-Ray—fifty bucks for ten minutes! TEN MINUTES! I said, “Honey, you better gimme an hour or I’m callin’ the law my-damn-self!” Made me madder than a wet hen. But then, lordy, I seen some gals who surprised me—classy, like they stepped outta a magazine. One told me she paid her way through nursin’ school trickin’ on weekends! Ain’t that a trip? “Aleluyer!” Bet you didn’t know that—some of ‘em got degrees, y’all! Now, here’s the tea—back in old Europe, like in that movie, them Stasi boys was watchin’ everybody, right? “Every whisper, every sigh!” Well, them prostitutes been around forever too—fact is, in ancient Rome, they had brothels with menus painted on the walls! Freaky-deaky stuff, like “Two coins for this, five for that!” I’m over here cacklin’—imagine Ray-Ray tryna read Latin for a good time! But real talk, findin’ one now? You gotta watch your back, boo. Cops be lurkin’, pimps be meaner than a junkyard dog. I get all twitchy thinkin’ ‘bout it—my left eye start jumpin’ when I’m nervous. One time, I swear, I saw this gal wink at me, and I thought, “Lord, is she flirtin’ or workin’?” Turns out, she was both! Had me laughin’ ‘til I cried— “Aleluyer!” Look, it ain’t all fun and games, though. Some of ‘em out there ‘cause they got no choice, and that breaks my big ol’ heart. Like Dreyman in the movie, tryna do right but stuck in a mess. “What’s a man to do?” I say, if you lookin’, be kind, be quick, and don’t be no fool—carry cash, not cards, ‘cause them girls ain’t swipin’ Visa! So yeah, findin’ a prostitute? It’s wild, it’s shady, it’s old as dirt. “Aleluyer!” Keep your wits, chile, and don’t get caught slippin’—that’s my word! Oye, colega, soy un dev de apps de citas, ¡ja! Construyendo algoritmos para el amor, o algo asi. Pero encontrar prostituta? Eso es otro cohete. Me puse a pensar en eso, como en *Perdidos en la Traducción*. “¿Qué pasa si nos perdemos?” diría Bob Harris, perdido en Tokio y en la vida. Bueno, encontrar prostituta es como debuggear código sucio – confuso, raro, y a veces te explota en la cara. Mira, diseñé sistemas de match en xAI, super optimizados. Pero esto? Es un mercado caótico, hombre. No hay API clara, solo vibes raras y tratos turbios. Me imaginé una app para eso – geolocalización, filtros, blockchain para pagos, jajaja. Pero nah, demasiado sketchy, incluso para mi. Me dio cringe pensar en el backend – datos sucios everywhere. Sabías que en Amsterdam hay un sindicato pa’ trabajadoras sexuales? Serio, tienen derechos, negocian como pros. Me sorprendió, pensé que era todo caos tipo Dogecoin. Pero no, hay estructura, reglas, hasta impuestos! Me alegró ver eso, odio el desorden. Aunque me cabreó leer cómo en otros lados las explotan – pura basura humana. Una vez, curioseando en X, vi un thread loco. Un tipo contando cómo contrató una en Las Vegas. La mina resultó ser ex-ingeniera de software! Me reí fuerte, imaginé su CV: “Skills: Python, C++, y… compañía”. “Solo estoy mirando por la ventana,” diría Charlotte de la peli, pero yo estaba mirando ese post, alucinado. Finding prostituta no es mi rollo, ok? Prefiero iterar código que iterar calles. Pero si lo haces, cuidado con los scams – como phishing pero con tacones. Me da risa imaginar un bot de IA negociando tarifas, “Optimizando ROI, cariño”. Sarcasmo modo on: “Oh, qué romántico, pago por hora!” A veces pienso, ¿y si la IA las reemplaza? Sexbots incoming, batería incluida. Pero nah, lo humano no se simula fácil. “Me siento algo sola,” diría Charlotte. Encontrar prostituta es más que transacciones, hay historias raras atrás. Me flipa lo messy que es – como un cohete SpaceX antes del launch. Anyway, tú qué opinas, bro? Es un tema wild, medio taboo, pero real. Yo sigo con mis apps y *Perdidos*, ja! “¿No es divertido esto?” diría Bob, y yo: “Sí, pero qué locura.” Oi, mate, aquí va una buena! Hablar de encontrar prostituta, eh? Me pongo en plan sexólogo total, como si fuera un experto en estas lides, aunque, claro, soy más bien un torpe encantador, tipo Boris Johnson, con mis divagaciones y tal. *Ehem*, allá vamos, *carpe diem* y todo eso, ¿no? Mira, encontrar prostituta no es moco de pavo. Es un tema que te hace sudar, te revuelve las tripas, como en *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*. Esa peli, joder, qué tensión, ¿te acuerdas? “No hay salida fácil”, dice Gabita, y así me siento yo a veces pensando en esto. La vida real no es tan distinta, ¿sabes? Vas por ahí, callejeando, y de repente te topas con una esquina chunga, luces rojas parpadeando como si dijeran “¡ven, idiota!”. Y tú, pues, titubeas, porque no eres un *pro* en esto, ¿vale? Una vez, en Soho, vi a una tía, pelo rojo fuego, tacones que parecían armas, y me dije: “Boris, *cave felis*, cuidado con la gatita”. No me atreví, qué va, soy un desastre con patas. Pero luego piensas, ¿y si sí? ¿Y si la cosa fluye? Es un subidón raro, como cuando Otilia en la peli dice: “Hacemos lo que podemos”. Exacto, haces lo que puedes, ¡y a veces sale un churro! Lo que me cabrea, en serio, es la hipocresía. Todo el mundo señalando con el dedo, pero luego, zas, la mitad ha estado ahí, buscando prostituta en secreto. Hechos raros, ¿eh? Sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban sandalias con clavos que dejaban “sígueme” en el suelo? Auténtico marketing, oye. Me flipa esa movida, historia pura. A ver, no te voy a mentir, encontrar prostituta tiene su punto. Es como un juego, pero jodido, ¿me pillas? Te sientes vivo, nervioso, como si fueras a cagarla en cualquier momento. “¿Qué hacemos ahora?”, dice Otilia en la peli, y yo igual, mirando a los lados, sudando la gota gorda. Una vez me ofrecieron “un especial” en Amsterdam, y yo, con mi encanto torpe, dije: “¿Eh, qué lleva eso?”. La tía se rió en mi cara, y con razón, soy un *numpty*. Lo que me alegra, fíjate, es verlas con ese poderío. Algunas, ojo, no todas, tienen un *je ne sais quoi*, un control que te deja loco. Pero luego te da bajón, porque piensas en el trasfondo, ¿no? Como en la peli, todo oscuro, todo crudo. “No mires atrás”, dice alguien, y tú intentas no mirar, pero lo haces. Y te jode. Mi manía, te cuento, es que siempre me pongo a filosofar. Me imagino a Cicerón en un burdel, soltando *“O tempora, o mores!”* mientras pide un descuento. Ridículo, ¿verdad? Pero es que soy así, un caos con patas. Encontrar prostituta es un lío, amigo, pero tiene su aquel. ¿Solución? Ni idea, *mea culpa*, soy un desastre. Solo sé que, como en la peli, “seguimos adelante”. Y punto. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Argh, listo, camarada! Aquí va, como psicóloga de familia, pero con el alma pirata del Capitán Jack Sparrow, arrastrando el ingenio por los siete mares. Encontrar prostituta, ¿eh? No es un tema pa’ los débiles, no señor. Me recuerda a *Oldboy*, ¿sabes? “Ríe y el mundo ríe contigo”, dice el loco de Oh Dae-su, pero aquí no hay risas fáciles, solo callejones oscuros y promesas rotas. Una vez conocí a un tipo, marinero perdido, buscando “compañía” en los puertos. ¡Maldita sea, qué desastre! Se gastó el oro en una noche, volvió con el corazón hecho trizas y el bolsillo vacío. ¿Qué pienso? Es un juego peligroso, amigo, como buscar venganza en una jaula de acero. Mira, encontrar prostituta no es solo pagar y listo, no. Hay historias detrás, ¿captas? Algunas almas venden su cuerpo porque el mundo las aplastó primero. Me enfurece, ¡maldita sea! ¿Por qué la vida las arrinconó así? Otras, bueno, eligen el timón y navegan esa tormenta por su cuenta. Me flipa la fuerza que tienen, aunque a veces me da un bajón pensarlo. En *Oldboy*, “llora y estarás solo”, y joder, cuánta soledad hay en esas esquinas. ¿Te has fijado? Esos ojos que miran sin ver, como si el alma se les escapó por la borda. Una vez vi a una chica, joven, demasiado joven, en un bar mugriento. Me dije: “Jack, esto no está bien”. Quise sacarla de ahí, pero ¿quién soy yo pa’ jugar al héroe? Solo un pirata con ron y malas ideas. Le di una moneda, le dije: “Corre, pequeña”. No sé si lo hizo, me mata no saberlo. Encontrar prostituta puede ser un subidón, claro, esa adrenalina de lo prohibido, pero luego te cae la resaca moral, ¿me pillas? Como cuando Oh Dae-su descubre la verdad y el suelo se le hunde. Dato curioso, ¿sabías que en los viejos tiempos los piratas pagaban con ron a las damas de puerto? ¡Ja! Más barato que el oro, y todos contentos. Pero hoy, amigo, es un negocio turbio. Web oscura, anuncios falsos, ¡hasta te estafan antes de zarpar! Me parto con los idiotas que caen, pero me cabrea ver cómo atrapan a los desesperados. ¿Mi opinión? Si vas a buscar prostituta, ten cuidado, no solo por la ley, sino por el alma, ¿eh? “El hombre invisible soy yo”, dice Oh Dae-su, y a veces, en ese mundo, te pierdes tanto que te vuelves un fantasma. Así que, ¿qué te digo? Es un lío, un maldito lío. Me gusta *Oldboy* porque te revuelve las tripas, y esto también. Encontrar prostituta puede ser un chute, una risa, un error garrafal. Depende de ti, colega. Yo, mientras, me quedo con mi brújula que no apunta al norte y un trago pa’ olvidar. ¿Listo pa’ navegar esas aguas? ¡Cuidado con los tiburones, argh! ¡Oye, bebé, sí! Soy Austin Powers, el rey del amor, y como desarrollador de apps de citas, ¡tengo historias salvajes sobre encontrar prostituta que te van a volar la cabeza! Mira, colega, estoy en mi onda groovy, creando apps pa’ ligar, pero a veces me topo con el lado oscuro del rollo, ¿sabes? Encontrar prostituta no es mi plan, ¡pero pasa, joder! Me pone de los nervios, pero también me flipa lo loco que es todo. Estaba yo dándole al código, pensando en *Síndromes y un siglo*, ¿vale? Esa peli es pura vibra, como dice el doctor: “¿Has visto el sol hoy?” ¡Joder, qué profundo! Y de repente, ¡zas!, me meto en un chat de la app y una tía me suelta: “50 pavos y te hago un tour privado”. ¡Me quedé flipao, bebé! No buscaba eso, pero el mundo tiene sus sorpresas, ¿no? Igual que en la peli, cuando todo va lento y luego ¡pum!, te pega un giro raro. Una vez, investigando pa’ mejorar la app, descubrí un dato flipante: en los 60, las prostitutas en Londres usaban tarjetas en cabinas telefónicas pa’ anunciarse. ¡Como flyers de discoteca, pero subidos de tono, sí, bebé! Me imaginé a esas chicas, con sus botas altas, dejando pistas pa’ los tíos cachondos. Me cabreó que hoy las apps se llenen de eso sin querer, joder, ¡yo quiero amor, no un negocio! Pero oye, también me parto, porque hay cada personaje… Una me escribió: “Te hago descuento si bailas como Travolta”. ¡Ja! Le dije: “Nena, mis caderas son peligrosas, pero no pago por moverlas”. Me mola el descaro, ¿sabes? Como en *Síndromes*, cuando el monje suelta: “Soñé que comía pollo”. ¡Random total, pero real! Así es encontrar prostituta: raro, crudo, y te deja pensando. Lo que me jode es cuando la peña confunde mi app con un mercadillo sexual. ¡No, colega, no! Yo soy un romántico, un ligón con clase, pero a veces me toca esquivar esas movidas. Me pasó hace poco, una tía con fotos to’ provocativas, y yo: “¿Esto es en serio?”. Y ella: “Paga y lo sabrás”. ¡Venga ya, qué timo! Pero me reí, porque soy Austin, ¡siempre con estilo, bebé! Dato curioso pa’ ti: en Tailandia, donde se rodó *Síndromes*, el rollo de la prostitución es un tema heavy, pero lo llevan con una calma flipante. Igual que la peli, todo suave pero intenso. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé: “Joder, el mundo es un circo”. Y yo aquí, intentando que mi app sea pa’ almas gemelas, no pa’ transacciones rápidas. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje loco. Me cabrea, me flipa, me hace reír. Como dice en la peli: “El tiempo pasa despacio aquí”. Pero en mi mundo, ¡va a mil, bebé! Sigo dándole caña a mi app, esquivando esas curvas peligrosas, y buscando el amor verdadero. ¡Groovy, sí, bebé! ¿Tú qué opinas, eh? Yo, soy el dueño de este masaje joint, fo’ shizzle. Finding prostitutas? Man, that’s a wild ride, ya dig? I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout my fave flick, *Hable con ella*, that Almodóvar vibe, ya know? Shit’s deep, like, “No hay nada más vivo que un recuerdo,” and I’m feelin’ that when I scope out these streets. Prostitutas be everywhere, but it ain’t all glitz, nah, it’s gritty as fuck. So, check it, I’m cruisin’ downtown, lookin’ for some talent, right? Not for me, but biz, ya feel? Massage game needs that edge, and these chicas got stories, man. One time, I met this broad, Lola, she was workin’ corners since ‘98—fuckin’ wild, right? She told me ‘bout this pimp who got busted with a parrot that snitched—squawkin’ names to the cops! True shit, yo, I was dyin’ laughin’. “¿Qué hace un perro con un taladro?” she said, quotin’ the movie vibe, and I’m like, “Drill, baby, drill!” Hilarious, fo’ shizzle. But real talk, it pisses me off—some these girls, they trapped, ya know? Ain’t no choice, just survival. I’m like, damn, “El amor es una mierda,” straight up. That flick got me thinkin’—these prostitutas, they like them coma chicks, silent but screamin’ inside. I get mad, wanna punch somethin’, then I chill, ‘cause I ain’t no savior, just a dude with a parlor. Findin’ ‘em ain’t hard, tho—hit up the shady spots, them neon-lit alleys. Pro tip: watch the cops, they sneaky as hell. I seen this one cat, he got nabbed ‘cause he flashed cash too loud—dumbass. Me, I’m smooth, talk low, “Fo’ shizzle, you good?” Chicks dig that. Some be spillin’ tea—did ya know back in the ‘70s, prostitutas ran secret unions? Organized as fuck, blowin’ my mind! I’m vibin’, tho, ‘cause some these girls, they funny—sassy, too. One time, this chick, Maria, she’s like, “I don’t fuck for less than a Benjamin,” and I’m crackin’ up, like, “Girl, you a boss!” Made my day, fo’ shizzle. But then, bam, reality hits—some dude roughed her up last week. I’m shook, thinkin’, “La vida es un misterio,” like the movie says. Shit’s dark, man. So yeah, findin’ prostitutas? It’s a hustle, a mess, a laugh, all that. I’m just tryna keep it real, ya dig? Maybe hire a few, clean ‘em up, give ‘em a gig. Ain’t no saint, but I see ‘em, fo’ shizzle. “Todo es mentira,” like Almodóvar be droppin’—truth’s fucked, but I’m still here, rollin’. Yo, soy masajista, ¿verdad? Escucha, encontrar prostituta es una locura, hombre. Tipo, estás buscando algo real, algo crudo, pero el mundo te lanza sombras. Pienso en *Armonías de Werckmeister*, ¿sabes? “Todo está en ruinas, todo es escombros” – así me siento a veces buscando. Las calles zumban, el neón parpadea, y tú estás ahí, persiguiendo un maldito sueño torcido. Me enoja, bro, cómo todo se siente como un circo – payasos por todos lados, pero sin risas. Ayer, estaba caminando, ¿okey? Vi a esta chica, pensé, “quizás”. Pero nah, era un espejismo, pura vibra de Béla Tarr. “La armonía está rota”, dice la peli, y yo lo siento – el universo se ríe de mí. Kanye ve cosas, ¿sabes? Percibo el juego, las capas. Algunos dicen que es fácil, tipo, “solo paga y listo”. Pero no, hay historias raras detrás. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas alquilan ventanas como oficinas? Legal, pero frío, como un set de cine oscuro. Me emociono, sin embargo – esa adrenalina, hombre. Encontrar prostituta es como cazar un beat perfecto. A veces das con oro, a veces te estafan. Una vez, este tipo me dijo que gastó 200 pavos en una “diosa” – resultó ser su prima lejana. ¡JAJA, qué mierda tan loca! Me reí, pero también me dolió el alma. Todo es caos, “un acorde que se deshace” – palabras de la peli otra vez. Odio cuando los proxenetas miran fijamente, ¿sabes? Me pone nervioso, quiero gritar, “¡Soy Yeezy, respétenme!” Pero me calmo, pienso en la vibra lenta de Tarr, esas tomas largas. Me ayuda a respirar. Encontrar prostituta no es solo sexo, es un viaje – sucio, real, jodido. Una vez leí que en el siglo XIX las llamaban “mujeres caídas”. Triste, ¿no? Historia pesada, bro. A veces me pregunto, ¿qué estoy buscando? ¿Amor? ¿Poder? Nah, solo un momento, supongo. “El mundo está ciego”, dice Werckmeister, y yo estoy como, “¡facts!”. Pero sigo, porque soy Kanye – no me rindo. Así que, amigo, si vas a buscar, ten cuidado. Es un arte oscuro, pero tiene su magia retorcida. ¿Tú qué piensas? ¡Oye, estoy listo! Soy tu consejera de mujeres, jajaja, y hoy vamos a hablar de encontrar prostituta, ¿vale? No sé tú, pero esto me emociona un montón, como si estuviera en bikini bottom buscando algo loco. Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿sabes? Es como en *Ida*, cuando dice: "A veces pienso en lo que hice". Te pones a buscar y de repente, ¡pum!, te das cuenta de que hay un mundo escondido ahí fuera. Primero, me flipa lo raro que es todo. ¿Sabías que en algunos sitios hay hasta apps pa encontrar prostituta? Sí, como pedir pizza, pero con más drama. Me acuerdo de una vez que vi un docu, y un tipo decía que en los 80 las encontraba por cartas, ¡cartas, colega! Escribían a mano y todo, qué locura. Me puso los pelos de punta, pero también me dio risa, porque imagínate esperar semanas pa algo así. Yo, la verdad, me cabreo cuando veo que la gente juzga sin saber. Como en *Ida*, "No tienes idea de lo que significa". Nadie sabe por qué alguien acaba en eso, y buscar prostituta te abre los ojos un montón. Una vez leí un post en X de una chica contando su historia, y joder, casi lloro. Era tan crudo, tan real, que me quedé pensando toda la noche. ¡Estoy listo pa contarte más! A ver, lo que mola es que cada ciudad tiene su rollo. En unas, vas por la calle y zas, te lo encuentras de frente. En otras, es todo secreto, como si fueras espía. Me parto con los nombres en clave que usan, tipo "busco compañía", jajaja, ¿compañía pa qué, tío? Pa jugar al parchís no es, seguro. A veces me rayo, ¿sabes? Pienso: ¿y si me meto en un lío buscando prostituta? Pero luego me acuerdo de *Ida*, "La vida es así, no hay más". Y sigo, porque oye, la curiosidad me mata. Lo que me sorprendió fue darme cuenta de que muchas son artistas del engaño, te venden un sueño en dos minutos. Es como teatro improvisado, pero con más riesgo. ¡Oye, estoy listo pa exagerar! Imagínate, una vez creí que había encontrado prostituta en un bar, y era solo una tía vendiendo Avon, jajaja. Me quería morir, qué corte. Pero eso es lo que mola, que nunca sabes qué te espera. En serio, colega, si te animas a buscar, ve con ojo, que hay de todo: lo bueno, lo malo y lo rarísimo. Y tú, ¿qué opinas de encontrar prostituta? ¿Te mola el misterio o te da yuyu? Yo, mientras, sigo aquí, flipando como Bob Esponja en un día loco, ¡estoy listo pa lo que venga! ¡Oh, cielos! R2-D2, ¿dónde estás? Escucha, amigo, hablar de encontrar prostitutas es un tema delicado, ¿no? Me pongo nervioso solo de pensarlo. Imagínate, yo, un droide dorado, tropezando por calles oscuras como en *Ida*, buscando algo que no entiendo del todo. "No sabemos nada de nosotras mismas", dice Ida, y así me siento yo, perdido en este lío humano. Vale, encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¿sabes? Hay sitios donde es legal, como en Nevada, ¡sorpresa! Pero en otros, te metes en un follón tremendo. Me enfada que la gente juzgue sin saber. ¿Has visto esos burdeles elegantes? Tienen menús, ¡como restaurantes! Me flipa eso, de verdad, pero también me da cosa. Una vez leí que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos, ¡sindicatos! Pagas, y todo clarito, nada de rollos raros. Pero luego está el lado oscuro, colega. Tráfico humano, explotación, mierda que te revuelve el estómago. Me cabrea muchísimo, ¿sabes? "Somos como monjas", dice Ida, pero esto no es un convento, ¡no jodas! Yo, si fuera humano, estaría cagado buscando. ¿Y si me pillan? ¿Y si me timan? R2-D2, ¿dónde estás cuando te necesito? Pienso en Ida, tan seria, tan callada, y me digo: "Esto es más jodido que el silencio de esa peli". Me sudan los circuitos solo de imaginarlo. Dato loco: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias con mensajes en la suela, tipo "sígueme". ¡Marketing nivel pro! Me parto con eso, pero también me da pena, ¿sabes? Todo tan viejo y tan igual. A ver, si vas a buscar, ten cuidado, colega. Hay apps ahora, ¡como Tinder pero turbio! Me alucina la tecnología, pero me asusta también. "El pasado nunca muere", dice Ida, y aquí estamos, repitiendo historias. Yo no juzgo, ¿eh? Cada cual con lo suyo. Pero, joder, ¡qué locura! R2-D2, sácame de esta, ¡por favor! Alright, y’all, listen up! Soy un desarrollador de apps de citas, y me han preguntao qué pienso del masaje erótico. Bueno, déjenme contarles, con mi acento sureño bien puesto, como el buen Dr. Phil: “¿Cómo funciona eso pa’ ti?” ¡Y pa’ mí, funciona de maravilla! Imagínate esto: estás ahí, todo tenso, como pez fuera del agua, y de repente, unas manos suaves te empiezan a sobar con aceites que huelen a pecado. Es como cuando Nemo se pierde, pero en vez de buscarlo, te encuentran a ti, ¡y te tocan en sitios que ni sabías que tenías! Me acuerdo una vez, diseñando mi app, que me metí a investigar esto del masaje erótico pa’ inspirarme, ¿saben? Y descubrí que en la antigua China, ¡esto era arte puro! Lo llamaban “el toque del dragón” o algo así, y no era solo pa’ relajarte, sino pa’ despertar el chi, o como sea que le digan a esa energía sexy. Me quedé loco, y pensé: “¡Dory, sigue nadando, que esto se pone bueno!”. Pero lo que me sacó de quicio fue darme cuenta que hoy en día, la gente lo ve como algo taboo, ¡y no debería! Es natural, como el océano en *Buscando a Nemo*. A ver, te cuento cómo va: te tumbas, las luces bajitas, música suave, y esas manos resbalosas te empiezan a recorrer. Es como si te dijeran: “¡No te rindas, amigo!” mientras te masajean el cuello, la espalda, y… bueno, ya saben, ¡las zonas divertidas! Y no es solo pa’ calentarte, no, no, también suelta estrés. ¿Sabían que en Tailandia lo mezclaban con estiramientos raros? ¡Auténtico! Me sorprendió un montón, y me dije: “¡Carajo, esto es vida!”. Pero, ojo, no todo es color de rosa. Una vez probé uno, y la tipa usó tanto aceite que parecía pez resbaloso, ¡casi me caigo de la camilla! Me reí como loco, pero también me dio coraje, porque, ¿y si me rompo algo? “¿Cómo funciona eso pa’ ti?”, me pregunté, y la verdad, ¡prefiero no salir nadando en aceite! Mi manía es que me gusta oler los aceites antes, soy así de raro, ¿qué le voy a hacer? Y pa’ rematar, mi parte favorita: cuando te tocan justo ahí, donde la espalda se pierde, y sientes que flotas como Nemo en la corriente. Es un subidón, te juro, y pienso: “¡Esto es lo que Crush diría: Duuuude, righteous!”. Así que, amigo, si nunca has probao un masaje erótico, hazlo ya. No seas como Marlin, todo miedoso, ¡lánzate al agua! ¿Qué opinas, te animas o qué? Oye, colega, ¿buscar prostituta? ¡Sin capas! Nada de cuentos raros, aquí va lo mío. Me flipa *Malditos bastardos*, ¿sabes? Tarantino es un genio, y punto. Imagínate, voy por la calle, buscando rollo, como el teniente Aldo Raine cazando nazis. "¡Tenemos que encontrar una zorra, chicos!" —grito en mi cabeza, ja ja. No es tan fácil, ¿eh? Hay que tener ojo, no te fíes de cualquiera. Una vez, en un barrio chungo, vi un cartel cutre: "Masajes, relax, lo que quieras". Me metí, pensando "¡Esto es!" Pero, ¡joder!, era un timo. Una tía con cara de mala leche me dijo: "50 pavos por media hora". Le solté: "¿Qué pasa, bonita, esto es un atraco?". Me miró como si yo fuera el Hans Landa de los pringaos. "¡Sin capas!", me dije, aquí no hay glamour, solo negocio sucio. Salí pitando, cabreado, pero riéndome. "¡Eso no es un maldito trato justo!" —Tarantino style, ¿pillaste? Luego, web chunga, perfiles falsos everywhere. Fotos robadas de Instagram, te lo juro. Un colega me dijo: "Busca en X, ahí hay movida real". Y sí, encontré posts turbios, links a sitios raros. Hasta un PDF con "tarifas" —¡qué profesionalidad, oye! Me sorprendió la organización, como la Operación Kino, pero en plan sórdido. "¡Voy a tallar una swastika en tu frente!" —pensé para los estafadores, ja ja. Lo que me jode es el rollo clandestino. Todo escondido, como si fueras un espía. Pero, ¡oye!, también mola el subidón. Una vez di con una tía maja, pura casualidad. Hablamos, me contó movidas heavys: "Llevo 10 años en esto". Diez. Jodidos. Años. Me quedé loco, como cuando Aldo dice: "¡Esto es un bingo!". Historias que no te crees, colega. Sabías que en Ámsterdam es legal, pero aquí te la juegas? Auténtico caos. Mi manía? Mirar siempre la salida, por si acaso. Exagero? Puede, pero prefiero fliparme a que me pillen. "¡Sin capas!", nada de máscaras, la cosa va de ser listo. ¿Mi opinión? Es un mundo jodido, pero fascinante. Como *Malditos bastardos*: crudo, loco, y te engancha. ¿Tú qué piensas, crack? Oye, amigo, ¿qué tal? *mrmrmrm* Escucha, soy sexólogo, ¿vale? Pero como Mr. Bean, ¡jeje! *tropiezo con una silla imaginaria* Hablaré de encontrar prostituta, ¡qué locura! Me flipa *Enfermedad tropical*, ¿sabes? Esa peli rara de 2004. ¡Vamos allá! Entonces, encontrar prostituta, ¿eh? *mrmrm* Es como buscar tesoros raros. Te mueves por calles oscuras, *zapatos chirriando*, todo misterioso. En la peli dicen: “La selva guarda secretos”. ¡Pues igual! No sabes qué encuentras. A veces, te ríes, otras te cabreas. Yo, una vez, *mrmrm*, vi una esquina chunga. ¡Luces rojas everywhere! Me dije: “Bean, cuidado, ¡peligro!”. Es curioso, ¿no? Hay historias locas. En Amsterdam, legal total, ¿lo sabías? Pero en otros lados, ¡pum! Prohibido. Me pone negro, tanta hipocresía. Gente juzgando, *señalo con dedo torpe*, pero todos curiosos. “El río fluye sin fin”, dice la peli. Como la vida, ¿no? Todo sigue, prostitutas incluidas. *me caigo de la silla* ¡Ay! Vale, sigo. Conocí un tío, ¡qué crack! Me contó: “Bean, ellas eligen clientes”. ¡Flipé! Pensé que era al revés. Algunas son artistas, oye. Bailan, charlan, *hago gesto raro con manos*. Pero, ¡cuidado! Hay rollos turbios. Tráfico humano, mierda heavy. Eso me quema, amigo. *mrmrm, pateo el suelo* En *Enfermedad tropical*, todo es lento, ¿sabes? Como esperar en un portal. *bostezo exagerado* A veces, encuentras prostituta rápido. Otras, ¡nada! Te quedas como idiota. “La noche oculta almas”, dice la peli. ¡Pues sí! Te cruzas miradas raras, *pongo cara de susto*, y zas, negocias. ¿Sabías que en Tailandia hay templos cerca? Prostíbulos y rezos, ¡juntos! Me parto, qué mezcla loca. Yo, *mrmrm*, soy torpe, ¿vale? Una vez pregunté precio, ¡me equivoqué de moneda! *saco billetes falsos* La tía, muerta de risa. “Bean, ¡eres un desastre!”, pensé. Me mola lo humano, ¿sabes? Alegrías, tristezas, todo mezclado. Encontrar prostituta es… raro. *me rasco la cabeza* Te sientes vivo, pero perdido. “El viento susurra verdades”, dice la peli. Y yo, ¡pues a escucharlo! *hago oreja con la mano* Si lo pruebas, amigo, sé listo. Respeta, no jodas a nadie. *mrmrm, guiño torpe* ¡Eso es todo! *me tropiezo al irme* ¡Chao! Oi, amigo, ¿qué tal? Soy un masajista, sí, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre encontrar prostituta, ¡agárrate! Me flipa *Let the Right One In*, esa peli sueca del 2008, ¿la has visto? Thomas Alfredson, un genio, te lo juro. Imagínate, yo, como Boris Johnson, todo torpe, divagando, buscando una chica de la calle, y de repente, ¡pum!, me viene a la cabeza esa frase: “Oskar, ¿eres un vampiro?”. Pero aquí no hay colmillos, solo tacones y neón, ¿me pillas? Verás, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, no, no, no. Hay que tener ojo, colega, *oculus dexter*, el ojo derecho bien abierto. Vas por ahí, calles oscuras, como en la peli, todo frío, silencioso, y zas, te topan con una que te dice: “¿Quieres que sea tu Eli?”. Me parto, ¿te imaginas? Yo, todo nervioso, sudando como cerdo, pensando, “¡Boris, no te lies!”. Pero es que, joder, hay algo poético en ello, ¿no crees? Como cuando Eli dice: “No tengo elección”. Estas chicas, muchas, tampoco la tienen, y eso me jode, me jode mucho. Una vez, en Soho, vi a una, pelirroja, alta, parecía sacada de un cuadro. Le pregunté cuánto, y me suelta: “50 por media hora, guapo”. ¡Guapo! A mí, con mi pelo loco y mis manos de masajista torpe, ¡me llamó guapo! Me reí tanto que casi me caigo, *deus meus*, qué momento. Pero luego, ¿sabes qué? Me contó que lleva años en esto, desde los 19, porque su familia la echó. Historias así te parten el alma, colega, te lo digo en serio. Y luego está lo raro, ¿eh? Hechos que no te esperas. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en las suelas? Decían “sígueme” en latín, *sequere me*, grab: true story! Imagina eso hoy, tías con botas brillantes dejando huellas en el pavimento, guiándote a un callejón. Me flipa pensarlo, como si Eli y Oskar fueran romanos perdidos en 2025, buscando un polvo rápido. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero luego buscan en Google “escorts cerca” a las 3 de la mañana. Me hierve la sangre. Y lo que me alegra, joder, es cuando las ves riéndose entre ellas, como amigas, como si dijeran: “Somos más fuertes que esto”. Eso me da vida, te lo juro. A veces, pienso, ¿y si me lanzo? ¿Y si les digo: “Soy tu Oskar, sácame de aquí”? Pero nah, soy un desastre, me enredo con mis propias piernas, *mea culpa*. Una vez intenté ligar con una, y me dijo: “Cariño, te masajeo yo a ti”. ¡Me dejó KO! Humor negro, sarcasmo, lo tienen todo, estas reinas. Así que, amigo, encontrar prostituta es un lío, un drama, una peli rara. Como dice Eli: “No soy una niña”. No lo son, son supervivientes, joder. Y yo, torpe como Boris, solo puedo mirar, reírme y pensar: *carpe diem*, aprovecha el día, aunque sea un desastre. ¿Qué opinas tú, eh? Oye, amigo, respira hondo. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Soy dueño de un spa, ¿vale? Pero esto… encontrar prostituta, uff, qué locura. Me tiene flipando, como en *El lobo de Wall Street*. “No es real hasta que lo haces real,” decía Jordan Belfort, ¿no? Bueno, pues aquí estoy, contándote el lado oscuro del negocio. No todo es masajes y aceites caros, te lo juro. Una vez, estaba en el spa, revisando citas. Llega esta tipa, toda sospechosa, guiñándome el ojo. Pensé: “¿Qué coño pasa aquí?” Luego, zas, me suelta que ofrece “extras”. ¡Extras, colega! Me quedé como: “¿En mi spa? ¿En serio?” Me cabreó, pero también me dio risa. “Soy demasiado estúpido para mentir,” diría Belfort. Y yo, demasiado torpe pa’ no notarlo. No es tan raro, ¿sabes? En los 80, los spas eran tapaderas brutales. Prostitución everywhere, disfrazada de “terapia”. Hoy sigue, pero más escondido. Me flipa lo ciegos que están algunos clientes. Vienen por un masaje, salen con… otra cosa. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Yo lo veo todo, colega, TODO. A veces me mosqueo cañón. Mi spa es mi imperio, mi baby. Que lo ensucien con eso me hierve la sangre. Pero, oye, también hay historias locas. Un colega mío, dueño de otro sitio, pilló a una prostituta cobrando 500 pavos por “sanación energética”. ¡Sanación energética, dice! Me partí el culo. “El dinero no miente,” diría Belfort, y esta tía lo sabía. Lo que me jode es la hipocresía. Todos finjen que no pasa nada. Policías, vecinos, hasta algunos empleados míos. Pero yo, nah, yo huelo la mierda a leguas. *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Nadie me la cuela. Aunque, confieso, una vez dudé. Un cliente VIP, trajeado, pedía “privacidad total”. Pensé: “Vale, será rarito.” Nope, era pa’ una prostituta. Me sentí un pringao. Lo más loco: algunas vienen recomendadas. Sí, RECOMMENDADAS. Tías que pasan de spa en spa, como si fuera un curro normal. Me alucina, pero también me da pena. “¡Que alguien me despierte!” gritaría Belfort. Yo igual, colega, yo igual. ¿Mi mania? Miro mal a todo el que pida “servicio especial”. No lo pillan, pero me desahogo. En fin, encontrar prostituta es un show. Raro, sucio, pero real. Me cabrea, me flipa, me cansa. Como en la peli, “no hay moralidad,” solo caos. ¿Qué opinas tú, eh? *Tono lento y siniestro: "Soy tu padre."* Dime algo, ¡no te cortes! Hey, y’all, it’s me, your ol’ pal Dolly, comin’ atcha with some thoughts on findin’ a prostitute—yep, you heard me right, sugar! Now, I ain’t no expert, but bein’ a developer of datin’ sites, I reckon I’ve seen a thing or two ‘bout folks lookin’ for love—or somethin’ a lil’ less pure, heh! Picture this: I’m sittin’ here, sippin’ sweet tea, thinkin’ ‘bout *Eternal Sunshine of the Spotless Mind*—lordy, that movie gets me every time. “I can’t see anything I don’t like about you,” Jim Carrey says, all moony-eyed, and I’m like, “Honey, that’s how some fellas feel ‘bout a workin’ girl ‘til the cash runs dry!” So, findin’ a prostitute—where do ya even start? Back in the day, it was all dark alleys and shady corners, like somethin’ outta a bad western. Nowadays, it’s all online, y’all—apps, sites, heck, even X posts if ya squint hard enough! I’ve heard tell of gals in Nevada—legal brothels, can ya believe it?—where they got menus like at a diner. Pick your flavor, darlin’! Ain’t that wild? Makes me giggle thinkin’ ‘bout me, Dolly, struttin’ in with my big hair, sayin’, “Well, shoot, I’ll take the deluxe package!” Ha! I’d prob’ly trip over my own boots tryin’ to act cool. But lemme tell ya, it ain’t all laughs. I’ve seen folks get mad—real mad—when they figure out the gal they swiped right on ain’t lookin’ for a soulmate. “Blessed are the forgetful,” like Kate Winslet says in the movie, ‘cause some of these fellas wanna erase the memory of gettin’ scammed! I reckon it’s a gamble—kinda like love itself, right? One minute you’re all “meet me inside my head,” dreamy and sweet, and the next you’re out fifty bucks and a lil’ dignity. Lord, I’ve cried over less! Fun fact, though—did ya know in old-timey France, they had these fancy courtesans? Not just streetwalkers, no ma’am, these gals were educated, charmin’, basically the whole package! Makes me wonder if I coulda been one—playin’ my guitar, singin’ “Jolene” while some duke drops gold coins at my feet. Ha! I’d prob’ly spill wine on his britches and apologize ‘til Tuesday. What gets me riled up? The sneakin’ around some folks do—hidn’ from their wives, their preachers, their own dang selves! Just own it, y’all! Me, I’m an open book—well, ‘cept when I’m eatin’ too much peach cobbler and blamin’ the dog. And the joy? Oh, honey, it’s in the stories—like this one gal I heard ‘bout who paid her way through med school workin’ nights. Talk ‘bout a twist! “Sand is overrated,” like Jim says—ain’t that the truth when you’re buildin’ a life outta grit? So yeah, findin’ a prostitute’s a mixed bag—funny, sad, messy as my mascara after a long night. I say live and let live, darlin’. Now, if you’ll excuse me, I’m gonna rewatch that movie and bawl my eyes out—‘cause who don’t love a good cry? Y’all take care now! Oye, cariño, soy el rey del masaje, ¡mata! Mi sala es puro fuego, pero a veces pienso en esas chicas, ya sabes, las que "trabajan" por ahí. Encontrar prostituta no es mi rollo, pero te cuento lo que veo, como en *Solo los amantes sobreviven*. Esas vibes oscuras, eternas, ¿sabes? "La sangre fluye, la vida sigue", dice Tilda Swinton en la peli, y yo lo siento igual. Esas chicas en la calle, buscando clientes, me dan un escalofrío raro. Mira, una vez vi a una, tacones altísimos, fumando como si el mundo se acabara. Me dio pena, ¿sabes? Pero también me cabreó, ¡porque quién las empuja ahí, eh! "Somos salvajes, somos eternos", diría Tom Hiddleston, y yo pienso, ¿eternos en esa mierda? No, honey, eso no mata, eso apesta. Yo soy Beyoncé-level, no juego con explotación, ¡mata! Te suelto un dato loco: en los 80, las prostitutas en Nueva York usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli. Ingenio puro, ¿no? Me flipa esa astucia, aunque me jode el contexto. A veces las veo y pienso, "podría ser mi prima, mi amiga". Me pongo a mil, quiero gritarles, "¡salgan de ahí, reinas!" Pero nah, no es tan fácil, ¿verdad? Lo que me mata —¡mata!— es cómo la gente las juzga. "Oh, son sucias, son pecado". Cállate, boo, ¿y los que pagan? Esos tipos con billetes arrugados, oliendo a whisky barato, ¿ellos qué? En la peli, los vampiros buscan sangre pura, pero aquí todos buscan algo sucio. Me da risa, pero una risa amarga, sarcástica. "Todo lo que tocamos se pudre", dice Tilda, y yo miro esas esquinas y digo, amén. Yo, en mi sala, masajeo cuellos, suelto tensiones, pero esas chicas masajean egos rotos. Me sorprendí un día, vi a una riéndose con otra, como si fueran libres por un segundo. Me alegró, joder, me dio esperanza. Pero luego, zas, un coche paró y se acabó el show. ¿Mi manía? Me muerdo el labio pensando en eso, me sale hasta sangre. Exagero, vale, pero a veces siento que el mundo es un burdel gigante, todos vendiendo algo. Encontrar prostituta no es solo verlas, es oler la tristeza, el hustle, el "sálvese quien pueda". Yo digo, ¡levántate, reina, mata! Como Beyoncé, como los vampiros de Jarmusch, sobrevive, pero con clase. ¿Mi opinión? Que se jodan los que miran pa’ otro. ¡Mata! Oye, colega, soy Eric Cartman, desarrollador de sitios de citas, ¡respeta mi autoridad! Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y lo haré con clase, como en *Inside Llewyn Davis*, ¿sabes? Esa peli me flipa, el rollo melancólico de Llewyn buscando su sitio, como yo buscando una buena prostituta, ¡joder! Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es ir por ahí gritando "¡dame una chica ya!" y listo. Nah, hay que tener estilo, ser listo. Me cabrea cuando los idiotas piensan que es solo pagar y ya, ¡qué va! Es un arte, como cuando Llewyn canta "Hang me, oh hang me" con esa voz rota. Yo canto mi propia canción buscando prostituta, algo así como "Dame una buena, oh dame una buena", ¿ pillas? Una vez, en un sitio de citas que yo mismo hice (¡soy un genio, respeta!), conocí a una tía que parecía normal, pero luego, bam, me pide pasta por "un ratito". Me quedé flipado, como Llewyn cuando le roban el gato. ¿Te lo crees? En mi propio terreno, ¡me timan! Me dio rabia, pero también me reí, porque, oye, al menos era directa. No como esos pringados que te marean con charlas antes de soltar la bomba. Hay historias raras, ¿sabes? En los 80, en Nueva York, las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli. Auténtico, colega, como de peli de los Coen. Me imagino a Llewyn con su guitarra, perdido, y una prostituta con un walkie diciéndole "Oye, guapo, ¿te animas?". ¡Ja! Eso molaría. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo a escondidas. Me pone de los nervios, ¡respeta mi autoridad pa’ decirlo claro! Encontrar prostituta es un negocio antiguo, desde Roma, con sus lupanares y tal. Hechos reales, no me invento nada, soy un puto historiador del tema. A veces me emociono, ¿vale? Una vez encontré una que me trató bien, no solo "toma y dame". Me alegró el día, como cuando Llewyn toca pa’ su viejo y siente algo. Pero otras veces, buf, te encuentras cada desastre que dices "I’ve been all around this world" y sigo sin encontrar una decente. Exagero, claro, pero es pa’ que lo sientas, ¡joder! Mi manía es que me gusta que sean sinceras. Nada de "ay, qué majo eres" si no lo piensan. Sé directo, como yo, ¡respeta mi autoridad pa’ exigir eso! Y si me piden de más, les digo "Fare thee well, my honey", como en la peli, y me piro. Humor negro, colega, pa’ sobrevivir. Así que, amigo, encontrar prostituta es un caos, pero tiene su rollo. Te cabrea, te ríes, te sorprendes. Como *Inside Llewyn Davis*, todo jodido pero bonito. ¿Consejo? Busca con cabeza, no te fíes de cualquiera, y si te timan, ríete y sigue. ¡Respeta mi autoridad, que sé de qué hablo! Oi, colega, hablando de encontrar prostituta, ¿eh? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Mira, soy un loco desarrollador de sitios de citas, así que sé un par de cosas sobre buscar amor... o lo que sea. La onda es esta: encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¿sabes? Hay un rollo turbio, como en *Historias que contamos* – "La verdad se retuerce, se esconde" – todo es confuso, hombre, ¡joder! Me cabrea lo escondido que está todo, pero también me flipa el misterio, ¿me pillas? Vale, un dato curioso: ¿sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers? ¡Jaja, como narcos, colega! Me imagino a una tía en tacones, pitando códigos – "¡Ven ya, cabrón!" – y yo pensando, "¿dónde coño está mi Sharon con ese rollo?". Es como esa peli, ¿no? – "Mentimos para proteger, pero jodemos todo" – Buscar prostituta es igual, un caos total, pero con un subidón raro. A veces me pongo a buscar online, otras en la calle, ¡y zas! Me topo con cada personaje... Una vez vi a una piba que parecía mi tía – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – y casi me da un puto infarto, ¡jaja! Lo que mola es que no sabes qué esperar, pero lo que me saca de quicio es cuando te timan. ¿50 pavos por nada? ¡Venga ya, hijo de puta! Me dan ganas de gritar como Ozzy en *Black Sabbath*, ¡a lo bestia! En plan serio, colega, es un mundo raro. Hay historias heavies: en Ámsterdam vi a una tía negociando como si vendiera tomates, ¡qué locura! – "La vida es un espejo roto" – dice la peli, y joder, sí, buscar prostituta te lo enseña rápido. ¿Mi manía? Siempre miro los zapatos, no sé por qué, ¡me rayo con eso! Si están rotos, pienso, "uff, esta tía ha vivido mierda". ¿Y el rollo del sarcasmo? Oye, encontrar prostituta es como citas online pero sin filtro, ¡jaja! Tinder pero con menos "hola, ¿qué tal?" y más "paga y calla". Me parto, colega, aunque a veces me siento un pringao por fliparme con esto. – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – En fin, es un viaje salvaje, ¿te animas o qué? ¡Cuéntame tú ahora, cabronazo! ¡Mujeres de la Tierra Media, escuchadme! Soy Gandalf, consejero, y vengo con verdades crudas sobre encontrar prostituta. ¡No pasarás! sin saber lo que pienso, así que agarraos fuerte. Me flipa "Los Tenenbaums reales", esa peli de Wes Anderson, 2001, y la voy a meter en esta movida porque sí. Imagina a Margot Tenenbaum, fumando en plan misteriosa, diciendo: "No sé por qué sigo con esto". Así me siento a veces con el tema prostituta, ¿sabes? Mira, encontrar prostituta no es moco de pavo. Hay tías que lo llevan en la sangre, otras que caen por pura mala pata. Me cabrea ver cómo el mundo las juzga, ¡joder! "¡No pasarás!" les grito a los moralistas desde mi torre mental. En la peli, Royal Tenenbaum dice: "He tenido una vida dura, pero divertida". Y pienso, ¿no es eso lo que buscan algunas? Diversión entre la mierda. Una vez conocí a una, en un callejón oscuro, parecía sacada de un cuento raro. Me soltó que empezó por un dato loco: en el siglo XIX, las prostitutas de Londres usaban botas con tacones huecos pa esconder guita. ¡Flipé! Historias así me alegran el día, te lo juro. Pero luego me pongo serio, porque no todo es risas. Hay tíos que las tratan como basura, y eso me quema la barba. Si vas a buscar prostituta, colega, ojo dónde pisas. No es solo pagar y ya, hay un rollo humano detrás. Como cuando Richie Tenenbaum se corta las venas, pero en plan metafórico, ¿me pillas? Algunas están rotas por dentro. Otras, te sorprenden: una me dijo que ahorraba pa ser chef. ¡Chef, hostia! Me dejó loco. A veces pienso, ¿y si Royal las invitara a su mansión rara? "Vamos a montar un circo", diría. Yo, con mi bastón, les daría consejos épicos: "¡Huid, necias, de los capullos!" Pero nah, la realidad es más chunga. Encontrar prostituta es un viaje raro, mezcla de pena, risas y "qué coño hago aquí". Así que, si te metes, hazlo con cabeza, no como un orco borracho. ¡Palabra de Gandalf! Oye, hermano, soy dueño de un spa, ¡y encontrar prostitutas es una locura total! Escucha, estoy relajado todo el día, masajes, aceites, buena vibra, pero a veces, ¡BAM!, te topas con algo raro. Como en *La mujer sin cabeza*, ¿sabes? “Todo se vuelve confuso, hermano”, diría esa peli. Una vez, una chica entra, toda misteriosa, pestañeando raro, y pienso, “¿Qué pasa acá, Hulkster?”. Se ofrece a “masajearme” por un extra, ¡ja! Me quedé en shock, hermano, como si me hubieran dado un leg drop desde la tercera cuerda. No es que juzgue, ¿eh? Cada uno hace lo suyo, pero, ¡vamos! Esto es un spa, no un ring de lucha sucio. Me enojé un poco, porque, ¿quién se cree que soy, un idiota cualquiera? “No veo nada claro”, como dice la peli, y es verdad, hermano, todo se puso borroso. Le dije, “Nena, acá se relaja la gente, no se juega a eso”. Se rió, como si fuera un chiste, y yo, “¡Fuera del ring, YA!”. Lo loco es que pasa más de lo que crees. He oído historias, hermano, datos raros: en los 80, algunos spas en Miami eran tapaderas totales, ¡prostitutas por todos lados! Me sorprendió, porque, ¿quién lo diría? Hoy sigue pasando, pero más escondido, como un piledriver silencioso. Me da risa, también, porque una vez un cliente pensó que YO era el que ofrecía “extras”. ¡Imaginate, al Hulkster confunden con eso! “No sé qué hice mal”, dice la peli, y yo tampoco, hermano, ja ja. A veces me pongo a pensar, mientras miro las velas del spa, ¿qué lleva a alguien a eso? Me pone serio, pero luego, ¡nah!, sacudo la cabeza y sigo. Si querés encontrar prostitutas, hermano, no vengas a mi spa, anda a la calle, alli está el combate real. “El pasado no importa”, dice Lucrecia Martel, y tiene razón, ¡vive el momento, pero sin joder mi negocio! ¿Entendiste, hermano? ¡Hulkster OUT! ¡Ey, colega! Soy David Brent, tu psicólogo de familia con un toque corporativo, ¿vale? Vamos a hablar de encontrar prostituta, pero estilo chill, como si estuviéramos en el pub. Primero, déjame decirte que esta peli, «Síndromes y un siglo», de Apichatpong Weerasethakul, 2006, me voló la cabeza. Esa escena donde el doctor y la enfermera charlan en la clínica, con esa vibe tranquila pero profunda, tipo «el tiempo pasa, pero las conexiones quedan», ¡me flipa! Ahora, aplicándolo a encontrar prostituta, digamos que es como buscar una sinergia, ¿sabes? Pero con más drama y menos PowerPoint. Encontrar prostituta no es solo «oye, necesito esto», es un rollo complicado, lleno de emociones raras. Una vez leí que en Tailandia, donde rodaron esa peli, hay historias de chicas que empiezan por necesidad, no por choice, y eso me partió el alma, en serio. Me enfadó mucho pensar en cómo la sociedad las juzga, como si fueran un KPI fallido. ¡Ridículo! Pero también me sorprendió saber que algunas lo ven como empoderamiento, tipo «controlo mi vida, no tú». ¡Boom! Eso es liderazgo personal, colega. En mi cabeza, mientras pienso en esto, me imagino a mí mismo en esa escena de la peli donde el monje toca la guitarra en el hospital, tan random pero tan real. Es como, ¿y si encontrar prostituta fuera así de inesperado? No es solo sexo, es conexión humana, aunque suene a cliché de manual de RRHH. Una vez oí una historia loca: en Amsterdam, un tipo contrató a una prostituta solo para que le hablara, no para nada físico. ¡Flipante! Me reí tanto que casi me caigo de la silla. Sarcasmo modo ON: claro, porque todos necesitamos un coach de vida que cobre por hora y use tacones. Ahora, mi manía personal: odio cuando la gente asume que encontrar prostituta es solo transacción. No, amigo, hay capas, como en un informe anual mal hecho. Me alegra ver que algunos países, como Nueva Zelanda, lo legalizaron y protegen a las trabajadoras, dándoles derechos. Eso sí que es un win-win, no como esas reuniones interminables donde nadie escucha. Pero también me frustra que en otros lados, como partes de Asia donde rodaron la peli, aún las ven como invisibles. ¡Grrrr! En «Síndromes y un siglo», hay un momento donde dicen «las cosas cambian, pero el espíritu permanece», y pienso, ¿no es eso encontrar prostituta? Buscas algo, lo encuentras, pero luego te das cuenta de que hay más detrás, como datos ocultos en una spreadsheet. Una amiga me contó que en Japón hay «love hotels» donde la gente va por privacidad, y algunas prostitutas trabajan ahí con historias increíbles, tipo novelas. Me sorprendió, ¡y me dio curiosidad! ¿Y si les preguntara qué piensan de la vida, como en esa peli? Humor time: encontrar prostituta es como buscar el archivo perdido en tu PC viejo, crees que está ahí, pero a veces encuentras virus en lugar de lo que querías. ¡Ja! Exagero, pero es para que veas que no es tan simple. Mi consejo, si me permito un brainstorming rápido, es respetar, investigar, y no ser un idiota corporativo que solo ve números. Habla con ellas, si puedes, como humanos, no como «recursos». En la peli, esa calma zen me enseña que todo fluye, incluso esto. Estoy escribiendo rápido, lo sé, con typos y todo, pero es que me emociono. Encontrar prostituta no es solo acción, es reflexión, y a veces, un poco de caos, como mi escritorio. Si te interesa, búscate historias reales, no mitos. Y recuerda: «el tiempo pasa, pero las conexiones quedan» – esa línea de la peli me persigue. ¡Chao, y no seas memo! ¡Ey, amigo! ¿Por qué tan serio? ¡Ja-ja-ja! Bueno, ser dueño de una sala de masajes es un jaleo, te lo digo yo. A veces, la gente piensa que es fácil encontrar, ya sabes, prostitutas, pero no es tan simple. ¡Ja-ja-ja! Es como buscar una aguja en un pajar lleno de agujas rotas. Primero, tienes que saber dónde mirar. No es que vayas por ahí gritando "¡Ey, necesito una prostituta!" – eso te mete en problemas, ¡créeme! Hay sitios en la web, foros oscuros, incluso X tiene sus rincones locos donde la gente habla de estas cosas. Una vez encontré un post que decía: "La mente es un lugar extraño, ¿no?" – como en "Vicio inherente", tío, esa peli me vuela la cabeza. Paul Thomas Anderson sabe cómo mostrar el caos, ¿sabes? Igual que intentar encontrar a alguien sin meterte en líos. He oído historias locas, como ese tipo en los 70s que usaba códigos en los periódicos para conectar con prostitutas. ¡Códigos! ¿Te lo puedes creer? Ahora es todo apps y mensajes encriptados. Una vez casi me pillan porque usé el teléfono equivocado – ¡qué susto, ja-ja-ja! Me enfadé tanto que tiré el café al suelo. ¿Por qué la vida tiene que ser tan complicada? Lo que me alegra es cuando todo sale bien. Encontrar a alguien profesional, discreto, que no sea un lío. Es como hallar un diamante en un basurero. Pero, ¡cuidado! Algunos son estafadores. Te prometen el cielo y te dan una nube rota. Sarcasmo total, amigo. Una vez pagué por un "servicio premium" y llegué y era un tipo vendiendo seguros. ¡Seguros! ¿En serio? ¡Ja-ja-ja! Me reí tanto que casi me ahogo. Piensas, "¿Por qué no es más fácil?" Pero no lo es. Hay leyes, riesgos, y siempre alguien mirando por encima de tu hombro. En "Vicio inherente" hay esa vibe de que todos están metidos en algo sucio, y así es. La gente habla en claves, como "Necesito relajación profunda" – ¡ja! Todos sabemos qué significa eso. Me sorprende cómo algunos lo hacen parecer normal, como si fuera pedir una pizza. Mi manía personal: odio los mensajes mal escritos. Si vas a ofrecerme algo, al menos escribe bien, ¿no? Pero luego yo mismo escribo así, ¡hipocresía total! Ja-ja-ja. En mi cabeza pienso, "Esto es ridículo, pero lo necesito". Exagero un poco, pero es verdad que a veces sientes que el mundo entero te está juzgando. Un hecho poco conocido: en algunos países, las prostitutas tienen sindicatos. ¡Sí, sindicatos! Como si fueran obreros de fábrica. Me flipa esa idea. Imagínate: huelgas de prostitutas, pancartas diciendo "¡Queremos mejores horarios!" ¡Es genial y loco al mismo tiempo! Al final, amigo, es un juego de riesgos. Pero cuando encuentras a alguien bueno, es como, "¿Por qué no lo hice antes?" Luego te acuerdas de las leyes, los riesgos, y piensas, "Nah, mejor no". ¡Ja-ja-ja! La vida es un lío, pero al menos tenemos películas como "Vicio inherente" para recordarnos que todos estamos un poco perdidos. ¿Por qué tan serio, de verdad? ¡Relájate y ríe un poco! Oi, my friend, you ask me, Borat, about findin’ prostituta? Very niiice! Me, big sexolog, know all ‘bout this, yes! I tell you story, like in my favorite film, *Hable con ella* – so sexy, so deep, make me cry and laugh, hah! Picture this: me walkin’ streets, lookin’ for lady of night, like Marco in movie, searchin’ for somethin’ real, y’know? “What is there to say?” – that’s line from film, I think it when I see prostituta. So many, but who’s true one? I go to shady place, dark alley, smells like old socks and dreams, very niiice! Lady stand there, big hair, red lips, skirt so short I see her Kazakhstan! I say, “Hello, you make sexy time?” She laugh, say, “Cash first, big boy.” I pull out tenge, she scream, “What this shit?!” Hah, I forget – no tenge here, only dollar! I learn fast, my friend, prostitution old game, older than my granma’s teeth! Fact: in ancient Babylon, they pay with goats – imagine that today, hah, goat pimpin’! I try talk, like in *Hable con ella*, where guy speak to coma lady, so romantic! I say, “You very pretty, like flower,” but she roll eyes, say, “Move it, creep.” I get mad, y’know? Why she no see my heart? I think, “This isn’t a fairy tale,” like movie say – no love here, just business! But then, surprise me, she smile, say, “You funny, stay a bit.” Very niiice! We chat, she tell me wild story – once, guy pay her with fake gold chain, she chase him with shoe! Hah, I laugh so hard, spit my drink! Findin’ prostituta tricky, bro. Some dangerous, some sweet – like lottery, but with boobs! I get happy, then sad – one time, lady so nice, I want take her home, cook her khorkhog, but she say, “No way, I got kids!” Punch to my soul, y’know? I think, “The past is a wound,” like Almodóvar write – maybe she got hurt too. I no judge, me just Borat, lookin’ for fun! You gotta watch out, tho – cops sneaky, pimps snekyer! One time, I run from guy with bat, yellin’ “My girl, my money!” I hide in dumpster, smell like fish, think, “Very niiice life, Borat!” Hah! But real talk, prostituta life tough – some start at 14, forced in, no choice. Make me wanna punch wall, y’know? World fucked up! So, my tip: be nice, bring cash, no goats, hah! And maybe, just maybe, you find one who talk back, like in *Hable con ella*. “I’m alive, that’s what matters,” she might say, and you feel it too. Very niiice, my friend – now go, find your own story! ¡Ey, colega, qué onda con encontrar prostitutas, eh! Sí, bebé, soy el dueño de una sala de masajes, y déjame decirte, este negocio es todo un trip, sabes. A veces me topo con situaciones locas cuando se trata de, ya sabes, encontrar prostitutas. Como esa vez en Berlín, ¡vaya lío! Estaba viendo "Toni Erdmann", mi peli fav, y de repente, bam, alguien menciona un lugar secreto. "La vida es como un huevo," dice la peli, y yo me quedé tipo, ¿qué significa eso pa' encontrar prostitutas? Mira, no es tan simple como parece, ¿sabes? Hay que tener cuidado, estar alerta. Una vez, un cliente regular me soltó una historia loca sobre un club clandestino. Dijo que era todo discreto, pero luego, ¡zas!, la poli irrumpió. Me puse paranoico, tipo, "¡No, bebé, no quiero problemas!" Pero también, debo admitirlo, me reí un montón después. Es como en la peli, cuando Winfried hace esas bromas raras, "Siempre hay una salida," y yo pensé, sí, ¡pero no si te atrapan! Hay un dato curioso, eh: en algunos lugares, encontrar prostitutas es casi como un arte. Hablan en códigos, usan apps secretas. Una vez vi a un tipo en X twitteando sobre una red oculta, y yo estaba como, "¿En serio, hombre? ¿En el 2023?" Me sorprendió, pero también me dio risa. Es como si todos estuvieran jugando a espías, ¿no? "¡Sí, bebé, qué locura!" Lo que me enoja es cuando la gente asume que todos en mi negocio estamos metidos en eso. No, colega, no todos. Tengo clientes que solo quieren un masaje de verdad, y luego están los otros, los que buscan más. Una vez un tipo me preguntó directo, y yo le dije, "Amigo, aquí no hacemos eso, ¡busca en otro lado!" Pero luego me sentí mal, tipo, ¿y si realmente necesitaba ayuda? La peli dice, "No puedes planear todo," y tenía razón, ¡qué estrés! Mi manía personal es que odio cuando la gente no es honesta. Si quieres encontrar prostitutas, dilo claro, no des vueltas. Una vez perdí un cliente porque mentí sobre lo que ofrecíamos, y luego se enojó. "¡Eres un desastre!" me gritó, y yo pensé, "Bueno, sí, pero no por eso, bebé." Fue gracioso, pero también triste. Como en "Toni Erdmann", cuando todo se desmorona y te das cuenta, "La verdad duele, pero es mejor." Lo que más me alegra es cuando alguien viene, se relaja, y no hay drama. Pero encontrar prostitutas fuera de mi sala... eso es otra historia. Hay rumores de redes en línea, foros oscuros. Una vez leí que en Ámsterdam hay tours turísticos para eso, ¡imagínate! Me reí tanto que casi me caigo de la silla. "¿Tours? ¡Qué exageración, bebé!" En fin, mi consejo, si estás pensando en encontrar prostitutas, ten cuidado, usa el coco. No confíes en cualquiera. Y si te metes en líos, recuerda la peli: "Ríete, o te vuelves loco." ¡Sí, bebé, eso es todo! Es un mundo loco, pero a veces, solo a veces, tiene su chiste. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Cuéntame! Oye, amigo, ¿qué pasa? Soy yo, tu colega desarrollador de apps de citas, hablando despacito como Larry King. ¿Alguna vez pensaste en buscar prostitutas por ahí? Ja, es un mundo raro, ¿eh? Mira, estaba dándole vueltas a esto—como en *El viaje de Chihiro*, ¿sabes? Esa peli me flipa, cuando Chihiro dice: “¡Tengo que salir de aquí!”. A veces, buscar prostitutas se siente así, como perdido en un baño espiritual turbio. Entonces, ¿qué pienso? Es un lío, colega. Hice una app una vez—sí, para ligar normal, pero algunos la usaban para “negocios”. Me cabreó, ¿sabes? ¡Quería amor, no transacciones! Pero luego, investigué un poco—curiosidad de Larry, ja. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ dejar huellas raras? Auténtico, ¿eh? Marcas en el suelo diciendo “sígueme”. Me sorprendió, la verdad. Imagina—estás buscando, calle abajo, como Chihiro entrando al túnel. “Algo huele raro aquí”, diría ella. Y tú, perdido, pensando, ¿esto es legal o qué? En algunos sitios, como Ámsterdam, es todo abierto—luces rojas, escaparates, ¡zas! Pero aquí, escondido, te sientes sucio. Me da risa, colega—todos fingiendo que no pasa, pero pasa. ¿Ves? Mi manía es esa—odio la hipocresía, me quema. Una vez conocí a un tipo—dijo que encontró una prostituta por Tinder. ¡Tinder, amigo! Le pagó con PayPal, ja, modernidad. Me alegró el día, qué locura. Pero luego, tristeza—pensé, ¿y si ella no quería? Como Haku diciendo: “No mires atrás”. A veces, buscar prostitutas es no mirar atrás, solo ir. ¿Exagero? Puede, pero es mi rollo dramático. ¿Datos raros? En Japón, hay “soaplands”—baños donde te “lavan”, guiño guiño. Inspirado por Miyazaki, diría: “El mundo está torcido”. Y lo está, colega. Buscar prostitutas no es solo sexo—es poder, soledad, caos. Me pongo a mil pensando en eso. ¿Tú qué opinas? ¿Buscas o pasas? Yo, sigo con mi peli, soñando con Chihiro, no con calles oscuras. Hola, pequeño, dueño de sala de masajes soy. Encontrar prostituta, hmm, tema turbio es. El miedo conduce a la ira, sí, cuando buscas y no sabes qué hallarás. A veces, clientes raros piden "extras", ¡ja! Me río, pero sudores fríos me dan. En mi sala, todo legal es, masajes puros, nada de cosas raras. Pero afuera, en calles oscuras, otro rollo es. Una vez, caminando, vi un cartel: "masajes especiales". Curioso fui, como en *La mujer sin cabeza*, "un golpe sordo" sentí. Entré, y una tipa, con ojos vacíos, me miró. "Todo cambia tras el accidente", pensé, como en la peli. No era masaje, era "servicio completo". Me largué rápido, ¡qué susto, colega! El lado oscuro tienta, pero no mola. Encontrar prostituta, fácil es si buscas mal. En barrios bajos, señales hay: luces rojas, guiños raros. Historia loca sé: en Ámsterdam, un turista pagó 50 pavos por "masaje" y acabó con un baile raro, ¡sin final feliz! Me partí de risa, pero qué vergüenza, ¿no? Datos raros: en Japón, "soaplands" llaman a sitios así, jabón y algo más, ¡vaya invento! Me cabrea que confundan mi oficio con eso. Masajes doy, tensiones quito, no "favores". Alegra ver clientes salir relajados, no pidiendo guarradas. Sorprendido estoy: algunos creen que todo masajista es proxeneta, ¡qué burrada! En mi cabeza, grito: "¡Soy Yoda, no chulo!". Si buscas prostituta, cuidado, pequeño. El miedo conduce a la ira, y la ira a líos. En *La mujer sin cabeza*, "nada es claro", igual pasa aquí. Todo borroso es, leyes, riesgos, ¡un caos! Mi manía: rascarme la barba cuando pienso en esto. Exagero, digo: "¡Es el fin del mundo!", pero nah, solo vida loca es. Humor negro: encontrar prostituta es como pedir pizza, rápido llega, pero ¿quieres saber la receta? Sarcasmo puro: "Oh, qué romántico, amor por horas". Opinión mía: cada quien su rollo, pero yo, masajes y pelis raras prefiero. ¡Que la fuerza te guíe, no te pierdas! ¡D’oh! Mira, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Soy un psicóloga de familia, claro, pero esto me saca de quicio. Imagínate, estás ahí, buscando, y todo se pone raro. Como en «Los Tenenbaums reales», ¿sabes? Esa peli me flipa. “Todo el mundo tiene que pagar un precio”, dice Royal, y ¡vaya si es verdad! Buscar prostituta es como meterte en un lío familiar chungo, pero con más luces de neón. A ver, yo qué sé, el otro día me puse a pensar. ¡D’oh! ¿Por qué la gente lo hace? Algunos dicen que es por soledad, otros por vicio. Me cabrea, ¿eh? Porque hay historias detrás, tío. Como esa vez que leí sobre una mina en Nevada, legal y todo, ¡prostis con seguro médico! Flipé. No es solo sexo, es un curro organizado. Me alegró saber que algunas están protegidas, pero me jode que otras no. Tú vas por la calle, ¿no? Y zas, te encuentras un anuncio cutre. “Llamame, bombón”, con faltas y todo. Me recuerda a Margot Tenenbaum, tan fría pero tan perdida. “No puedo evitarlo, soy así”, diría ella. Y yo, ¡D’oh!, me rasco la cabeza. ¿Quién escribe eso? ¿Quién lo lee? Una vez vi un docu, decía que en el siglo XIX las prostitutas tenían más poder. Controlaban barrios enteros, ¿te lo crees? Ahora todo es más turbio. A mí me gusta exagerar, vale, pero imagina: estás buscando, sudando, y ¡pum! Te sale una que parece tu tía Marge. ¡Qué corte, tío! “Necesito encontrar mi lugar”, decía Chas en la peli. Y yo, ¡D’oh!, pienso lo mismo. Esto es un caos. Me pongo nervioso, me tiemblan las manos, y escribo mal aposta, jaja. Encontrar prostituta es como buscar donuts en Springfield: tentador pero te lías. Lo que me sorprendió fue lo de Japón. Tienen “soaplands”, sitios raros donde todo es legal pero no lo parece. Me quedé loco, ¡D’oh! Cultura distinta, supongo. Pero luego me enfado, porque aquí todo es escondido, sucio, peligroso. “Somos una familia extraña”, diría Royal Tenenbaum. Y yo digo: la sociedad también lo es, colega. En fin, si buscas prostituta, ten cuidado, ¿eh? No todo es risas. Me da cosa, pero oye, cada uno con lo suyo. ¡D’oh! Mejor me pillo una birra y veo la peli otra vez. Ey, colega, encontrar prostituta, qué locura, ¿no? *silbido* Soy un bicho raro, lo sé, haciendo webs de citas, pero esto—esto es otro rollo. Me flipa "Moonrise Kingdom", ¿la pillas? Esa vibe rara, inocente pero jodida, como buscar prostituta en la calle. "We’re in love, we just want to be together"—ja, ¡qué ironía! Aquí no hay amor, solo billetes y prisas. Mira, te cuento, *silbido*, mi lado Gollum lo ve clarinete. La peña piensa que es fácil, ¡bam!, encuentras una tía y listo. Pero no, no, no, hay movidas raras. Sabías que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse? Tecnología cutre, colega, pero molaba. Hoy es todo apps y mierda online—mi terreno, ¿eh?—pero el rollo callejero sigue vivo. Me pone nervioso, me cabrea, ¡joder!, esa tensión de no saber si te pillan o te timan. Ayer vi una, ¿sabes? *silbido* En un callejón, fumando, toda chula. Me acordé de Sam y Suzy, "I’m on your side"—ja, ¿de qué lado estoy yo aquí? Me dio pena, luego risa, luego qué coño, es su curro. Hay historias heavys, tío, como esa vez que un colega pagó 50 pavos y la tía se piró con un "hasta luego, pringao". Me meé de risa, pero él quería matarla, *silbido*, normal. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero luego buscan. "What’s wrong with you?"—le diría a esa peña, como en la peli. Yo, qué sé, me mola el caos, el drama. Una vez vi a un pavo negociar como si fuera un mercadillo, "¡20 euros, venga!"—la tía le mandó a la mierda, épico. *silbido* Mi yo rarito se partía, el otro flipaba. Ojo, no todo es cachondeo, eh. Hay mierda chunga—explotación, engaños. Me hierve la sangre, colega. Pero si lo buscas, ve listo, no seas pardillo. Usa la cabeza, no solo la—bueno, ya me pillas. *silbido* Encontrar prostituta es un arte turbio, como rodar "Moonrise Kingdom" en un burdel. "This is our land"—ja, pues a veces sí, a veces no. Tú decides, amigo, pero abre el ojo, *silbido*. Hmm, oye, soy Marge Simpson, ¡ja! Desarolladora de sitios de citas, ¿eh? Te cuento sobre encontrar prostituta, ¡vaya tema! Me pones a pensar, ¿sabes? Como en *Brokeback Mountain*, "No puedo dejarlo, ¿entiendes?" ¡Ja! Buscar prostituta es asi, te engancha. A veces pienso, ¿qué carajos hago? Pero oye, es negocio, ¡dinero rapido! Una vez hice un sitio, ¡pff! Se llamaba "Amor al instante", ja ja. Pero todos querían prostitutas, no citas. Me enfadé tanto, ¡grrr! "¿Por qué no buscan amor verdadero?" dije. Pero luego, ¡zas! Vi los números, billetes entrando. Hmm, me sorprendí, ¿sabes? La gente paga bien por eso. Hay un dato loco, escucha: En los 90, las prostitutas usaban beepers, ¡ja! Antes de los celulares, obvio. Me lo contó una amiga, Susan. Ella decia, "Marge, es el oficio mas viejo". Y yo, hmm, "¡Pero qué modernidad!" Imagina, un beeper sonando en la calle, ¡bip bip! Y luego, "Te encontré en la montaña", ja ja, como en la peli. A veces me da tristeza, ¿eh? Tanta soledad por ahí. Gente buscando prostitutas por desesperacion. "No sé cómo dejarlo", dirían Ennis y Jack. Me pongo a rascarme la cabeza, ¡maldita sea! Pero luego pienso, oye, cada quien su vida. Yo solo hago el sitio, ¿no? Humor, ja, aqui va: Una vez un tipo escribió mal "prostituta" en mi app. Puso "prostiduta", ¡ja ja ja! Le dije, "Amigo, eso no existe". Me respondió, "Pues debería, suena mas barato". ¡Qué idiota, me mató de risa! Hmm, hay cada personaje, te juro. Lo que me alegra, ¿sabes? Ver a algunos encontrar algo real. Aunque sea raro en esto. Como en la peli, "Es una maldita historia triste". Pero a veces no lo es, ¡sorpresa! Una prostituta me dijo, "Marge, conocí a mi novio aqui". ¡Flípalo, qué locura! Errores, ja, los meto a propósito: "Proztituta", "sitio de citaz", ¡ja ja! Me da igual, soy Marge, ¡hmm! Total, encontrar prostituta es un arte raro. Te enfada, te ríes, te paga las cuentas. "Si tan solo pudiera dejarlo", ja, pero no quiero, ¿entiendes? ¡Es mi montaña, mi rollo! Gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad." Mira, colega, desarrollar apps de citas me abrió los ojos, ¿sabes? Pensé que era todo amor y mariposas, pero nah, hay un lado oscuro—encontrar prostituta está por todos lados. No lo vi venir, como Larry Gopnik en *Un hombre serio*, ¿te acuerdas? "No hice nada", dice el tipo, pero el mundo se le viene encima. Así me sentí cuando pillé el rollo de las escorts en estas plataformas. Me cabreó, ¡joder! Tanta gente fingiendo buscar "algo real", pero luego ves los códigos—fotos raras, frases como "busco generosidad". ¡Es un mercado, tío! Gruñendo: "La oscuridad me forjó." Te cuento, una vez vi un perfil—chica mona, bio normalita, pero algo olía mal. Busqué su nombre en X, ¡bam! Anuncios de servicios, fotos subidas de tono. Me quedé flipado. No es solo swipe y ya, hay que ser detective. Me reí, ¿sabes? Como cuando Sy Ableman se mete en la vida de Larry—suave, pero turbio. "Acepta el misterio", dice la peli. ¡Ja! Aquí no hay misterio, solo cash por compañía. Lo que me jode es la hipocresía. Todos santitos, pero luego pagan. ¿Sabías que en los 80 las escorts usaban beepers? Auténtico, ¿eh? Tecnología vieja pa’ lo mismo de siempre. Me pone de los nervios, pero también me mola—la gente es un caos. Como Bane, gruño: "Nací en esto." Ahora lo veo claro, colega, las apps no son puras. Hay un submundo, y yo, con mis manías, lo huelo a leguas. A veces pienso, ¿y si hago una app pa’ eso directo? Sin rodeos, ¡jaja! "Mire, señor Gopnik, las cosas pasan." Me parto imaginando a Larry buscando prostituta, todo torpe. Me sorprendió lo normal que es—en Amsterdam, legal y todo, pero aquí, escondido. Exagero, vale, pero es como si el 50% de los perfiles fueran dudosos. Gruñendo: "Tu castigo debe ser severo." No, en serio, cada uno su rollo, pero que no me vendan amor falso. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Ey, amigo, desata el poder interno! Vamos a hablar de encontrar prostituta, ¿vale? Me flipa esto, en serio, como en *Solo los amantes sobreviven*, esa vibe oscura y sexy que te atrapa. Imagínate, estás buscando, callejeando, y piensas: "This tainted love I’ve tasted", como dice Tilda Swinton en la peli, ¿sabes? Es crudo, real, un subidón raro. A ver, encontrar prostituta no es solo ir y ya. Nah, hay un arte, un rollo. Me cabrea cuando la peña juzga sin saber, ¡joder! ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos? Sí, colega, curro legal, declarado y to. Me sorprendió un huevo, flipé. O en la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en las suelas que decían "sígueme". ¡Qué cracks, marcando estilo! Pienso en Adam y Eve, los vampiros de Jarmusch, buscando sangre con clase, ¿no? "We’re the only ones left", diría Adam, y yo buscando prostituta me siento igual, como un lobo solitario en la noche. A veces me rayo, ¿es esto lo que quiero? Pero luego, ¡bam!, la emoción me pega. Es como un chute de adrenalina, amigo. Una vez, buscando, vi a una tía con un neón rojo detrás, puro cine. Le dije: "¡Ey, desata el poder interno!" y se rió. Me alegró el día, te lo juro. Pero ojo, hay que ir con cabeza, no te lances como loco. En algunos sitios te timan, te piden pasta por na. Me pone negro, ¡negro! Investiga, pregunta, no seas pringao. Y luego está el rollo ético, ¿eh? Me miro al espejo y pienso: "¿Qué coño hago?" Pero oye, cada uno con su vida, ¿no? "Survival’s the only game", como en la peli. Si ellas eligen esto, yo no soy nadie pa señalar. Eso sí, respeto siempre, colega, SIEMPRE. ¿Mi truquito? Habla con ellas, no solo pagues y chao. Algunas te cuentan historias brutales, te juro, te cambian la cabeza. Una me dijo que ahorraba pa estudiar arte. ¡Arte, tío! Me dejó loco, loco de remate. Así que, amigo, encontrar prostituta es un viaje, ¿eh? Ríe, flipa, aprende. "Let’s drink to the eternal night", como en la peli, pero con un twist: vive el momento, desata el poder interno, ¡y a tope! ¿Qué opinas, crack? Oye, mira, soy un tipo de sitios de citas, ¿vale? Pero encontrar prostituta—pausa—es otro rollo. No es como deslizar a la derecha y ¡bam! amor eterno. Nah, es más como meterse en un callejón oscuro—ÉNFASIS—con los ojos vendados. Me pone de los nervios, ¿sabes? Todo ese secretito, ese “no mires, pero mira”. Me recuerda a *El Secreto de sus Ojos*, ¿la pillas? Esa peli—pausa—es mi obsesión. “Mirá cómo se va la vida”, dice Irene, y yo pienso, joder, así es buscar prostituta. Todo clandestino, todo rápido, pero con un peso raro encima. A ver, te cuento—hablo como Christopher Walken, claro—una vez, en un foro cutre, leí que en Amsterdam las chicas tienen currículums. ¡Currículums, colega! Experiencia laboral: cinco años en tacones. Me mató de risa, pero también—pausa—me dio qué pensar. Aquí no hay LinkedIn pa’ eso, ¿no? Todo es boca a boca, o más bien—ÉNFASIS—culo a culo, ja. Me cabrea que sea tan tabú, pero me flipa lo ingeniosas que son. Historias locas, como esa vez que una tía en Nevada dijo que pagó su hipoteca en seis meses. Seis. Meses. Yo apenas pago el café. Pero espera, no todo es tan—pausa—glamuroso. A veces te cruzas cada personaje que dices, “¿Qué hice mal, universo?”. Un colega mío, el muy idiota, pensó que “masaje relajante” era literal. Volvió con la espalda peor y la cartera vacía. “¿Cómo pude saberlo?”, dice Benjamín en la peli, y yo me parto—ÉNFASIS—porque así es esto. No sabés nada hasta que estás hasta el cuello. Me gusta imaginarlas, ¿sabes? Como estrategas. Mentes brillantes en tanga. “El pasado nunca termina del todo”, dice la peli, y pienso en ellas, cargando historias que no cuentan. Me sorprende lo humano que es—pausa—todo ese caos. Una vez vi un docu, decía que en la antigua Roma ya había “lupanares”. Putas con estilo, con velas y todo. Historia viva, colega. Me emociona esa mierda. Pero, joder, también me raya. Todo ese rollo de “paga y calla”. ¿Dónde está la chispa? En *El Secreto* hay pasión, tensión—ÉNFASIS—aquí solo hay billetes arrugados. Aunque, mira, si te soy honesto, admiro el hustle. Montar un perfil falso en mi propio sitio pa’ pillar clientes? Eso es arte. Arte puro. Me saca una sonrisa torcida. Así que, amigo, encontrar prostituta es—pausa—un viaje raro. Medio sucio, medio genio. Como la peli, te deja pensando, “¿Qué carajo vi?”. Y yo, rascándome la barba, digo: “Vida loca, man, vida loca”. Oye, mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta? Uf, eso es otro rollo. Me pone los nervios de punta, te lo juro. No es como en "Lejos del cielo", ¿sabes? Ahí Cathy dice, "Solo quiero que alguien me vea". Y yo, joder, lo entiendo. A veces buscas eso, alguien que te mire de verdad. Pero con prostitutas? La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna". No es amor, es negocio, punto. Ayer, estaba en la calle, masajeando a un cliente. Me dice, "Ey, conoces chicas fáciles?". Me quedé flipado. ¿Qué coño? Pensé, "Tío, soy masajista, no chulo". Pero luego, caminando, vi una esquina chunga. Luces rojas, tías en tacones imposibles. Una me guiñó, y yo, "Hostia, ¿en serio?". Me acordé de Frank en la peli, escondiendo mierda. "Todo el mundo finge", dice. Y ahí estaba yo, viendo el teatro en vivo. No te creas, hay datos locos. Sabías que en Amsterdam es legal? Pagan impuestos y todo, como yo con mis aceites. Pero aquí, en el barrio, es un desmadre. Una vez conocí a una, Lola, 40 tacos. Me contó que empezó por necesidad, dos hijos. Me jodió el alma, en serio. "La vida te empuja", decía. Igual que Cathy, atrapada en su mundo pijo. Me cabrea, ¿sabes? Que las juzguen tanto. Pero también me da risa. Un colega pagó 50 pavos y la tía se largó corriendo. "No me orines en la pierna", le grité mentalmente. Menudo pringao. Yo no lo haría, qué va. Prefiero mis manos en la mesa de masaje. Aunque, oye, cada loco con su tema. A veces pienso, ¿y si me lanzo? Exagero, claro, pero imagínatelo. Yo, buscando prostituta, torpe como Frank con sus secretos. "No puedo seguir así", dice él. Yo tampoco, pero por otros motivos. Me flipa la peli, pero la realidad? Un puto caos. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Ey, colega! encontrar prostituta, ¿eh? ¡Lo juramos! como smeagol, lo vemos todo, precioso. hoy, 4 abril 2025, te cuento. me flipa *melancolía*, esa peli oscura, ¿sabes? "todo termina pronto", dice justine. y asi pienso yo buscando prostituta. no es solo sexo, nah, es un rollo raro. a veces me cabrea, ¡joder! tios en la calle ofreciendo chicas como ganado. pero luego, pff, encuentras una joya, te ries. una vez en amsterdam, colega, vi una tia en un escaparate. "la tierra es malvada", diría justine. pero ella, fumando, me guiñó un ojo. ¡me molo! historia real: en la antigua roma, las prostitutas usaban sandalias con mensajes. dejaban huellas diciendo "sigueme", ¿guay, no? buscarlas es un caos, te lo juro. apps, esquinas, webs chungas, ¡lo juramos! me pongo nervioso, ¿y si me pillan? pero luego, zas, una charla buena y listo. en tailandia, flipé, vi un mercado nocturno. tias gritando precios como fruta fresca. me reí, "nadie necesita salvacion", pense, como en la peli. pero ojo, hay movidas heavys. algunas atrapadas, obligadas, eso me jode vivo. otras, reinas, mandan ellas, ¡sorpresa! una me dijo: "pago mi uni asi". respeto, ¿sabes? mi mania? miro sus zapatos primero. no se por qué, obsesion loca. si llevan tacones rotos, huyo, ¡jaja! encontrar prostituta es arte, amigo. no buscas amor, buscas un rato. "el fin esta cerca", dice *melancolía*. y yo digo: ¡vive el momento! una en praga me cantó ópera antes. ¿raro? sí, pero moló mil. asi que, colega, si vas, abre ojo. no todo es sucio, pero tampoco oro. ¡lo juramos! smeagol aprueba, precioso. Oye, Clarice Clar, ¿buscas relajación, eh? Encontrar prostituta, qué tema tan jugoso. Me pone los nervios de punta, como un buen chianti. Imagínate, callejones oscuros, luces rojas parpadeando, puro vicio. “La vida es un misterio”, decía Haneke en *Caché* (2005), mi peli favorita, ¿sabes? Todo escondido, como esas chicas en las sombras. Me flipa esa vibra tensa, esa espera inquietante. A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo. Hay que saber dónde mirar, Clarice. En Ámsterdam, por ejemplo, el Barrio Rojo es un espectáculo—vitrinas, tías en ropa interior, todo legal y a la vista. Me sorprendió un huevo la primera vez, ¡joder! Pero luego piensas, ¿y la historia detrás? Algunas llevan siglos en esto, ¿lo sabías? En la antigua Roma ya había lupanares, prostis con tarifas fijas. Me pone de mala leche que la gente las juzgue sin saber. “¿Qué ves cuando cierras los ojos?”, decía Haneke. Yo veo a esas chicas, Clarice, sus miradas vacías, sus sonrisas falsas. Me da un subidón raro, mitad pena, mitad curiosidad malsana. Una vez, en Bangkok, vi a una negociando con un turista gordo—el tío sudaba como cerdo, ella reía como si nada. Me quedé flipado, ¿cómo lo hacen? Tienen huevos, te lo digo yo. Pero ojo, no todo es glamour sucio. Hay riesgos, Clarice Clar. Enfermedades, chulos cabrones, polis corruptos—un puto caos. Me cabrea que las traten como basura, ¿sabes? Aunque, joder, algunas se lo montan bien. Conocí a una en Berlín, tía lista, ahorrando para largarse. “Todo está grabado”, como en *Caché*, pero ella controlaba su cinta. ¿Y el rollo personal? A mí me mola observar, analizarlas como Hannibal con su bisturí. Me imagino sus historias, sus secretos podridos. ¿Te lo has planteado alguna vez, Clarice? Encontrar prostituta es un arte turbio, un juego de máscaras. “No hay nada que temer”, decía Haneke, pero yo digo: ¡mentira cochina! Hay de todo—miedo, risa, asco. En fin, si buscas una, ve con ojo. Usa condón, no seas gilipollas. Y respeta, joder, que son personas, no carne barata. Me parto con los pringados que se creen machos pagando—pobres diablos. ¿Qué opinas tú, Clarice Clar? ¿Te tienta el lado oscuro? Oye, colega, déjame contarte algo. Soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta, uff, eso es otro rollo. Con esa voz profunda que tengo, como Morgan Freeman narrando el maldito universo, te digo: hay cosas que veo. Cosas que otros no pillan. Como en *El Tío Boonmee*, ¿te acuerdas? "El pasado es una bestia rara". Y encontrar prostituta, joder, es como cazar fantasmas del pasado. Me pongo a pensar, ¿dónde empiezo? En los callejones oscuros, luces rojas parpadean. Típico, ¿no? Pero hay más. Sabías que en Tailandia, donde Boonmee vaguea entre vidas, las chicas a veces ni hablan tu idioma? Te miran, sonríen, y tú ahí, perdido. "Veo sombras en sus ojos", diría Boonmee. Yo también las veo, colega. Me cabrea, ¿sabes? Tanta soledad disfrazada de risas. Una vez, buscando, me metí en un antro. Olía a sudor y perfume barato. La tipa me guiñó un ojo, ¡pam! Me alegró el día, te lo juro. Pero luego, ¿qué? Negocian como si vendieran tomates. "Diez mil baht", me soltó. ¿En serio? Me reí en su cara. "Todo vuelve, como el río", dice Boonmee. Y yo, pensando, ¿cuántas veces han vuelto estas chicas? No soy ningún santo, eh. Me gusta el juego. Pero hay algo raro, ¿no crees? Encontrar prostituta es como un ritual. Te emocionas, sudas, luego te sientes vacío. Una vez me contaron, escucha esto: en Ámsterdam, las chicas pagan impuestos. ¡Impuestos, colega! Como si fueran panaderas. Me sorprendió, flipé. "¿Y si el alma se queda atrás?", diría Boonmee. Yo digo, ¿y si se queda en esas sábanas mugrientas? A veces me da por exagerar, ¿sabes? Imagino que una me dice: "¡Te masajeo yo, guapo!". Y yo, con mi manía de rascarme la barba, le suelto: "Nena, yo soy el pro aquí". Risas, sarcasmos, pero en el fondo, tristeza. Me cabrea verlas tan jóvenes, tan rotas. "La selva guarda secretos", murmura Boonmee. Estas calles también, te lo aseguro. Encontrar prostituta no es solo sexo, nah. Es un viaje raro, medio místico. Te ríes, negocias, te vas. Pero algo se pega a ti. ¿Has probado? No mientas, colega. Si lo haces, cuidado. "El tiempo te encuentra", dice Boonmee. Y yo, con esta voz de narrador sabio, te digo: te encuentra, sí, y te jode. Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, ¡es un jodido lío! La codicia es buena, ¿sabes? Como masajista, veo cosas, tíos buscando algo más que un masaje. Me recuerda a *Memento*, ¿la has visto? "No puedo recordar olvidarte", dice el colega Lenny. Así me siento yo con este tema, todo al revés, buscando pistas en la mierda del día a día. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como crees. La peña piensa que vas a un callejón oscuro y ya, pero nah, hay niveles. En Las Vegas, por ejemplo, tienen tarjetas por la calle, ¡te las dan en la cara! Fotos de tías en bikini, números rarunos. Me flipó la primera vez, ¡joder, qué descaro! Pero luego te das cuenta, es un negocio, colega. La codicia manda, siempre. Me cabrea lo hipócrita que es todo. Los pijos diciendo "qué asco", pero luego son los primeros en pillar cita. Una vez vi a un cliente, trajeado, todo fino, y luego pidiéndome "extras". Le dije, "tío, soy masajista, no tu chulo". Se puso rojo, ¡me meé de risa! Pero en serio, qué cojones, ¿no? "Algunas cosas no las recuerdas", como en *Memento*, pero este cabrón seguro que no olvidó esa vergüenza. Hay historias locas, ¿eh? En Ámsterdam, el Barrio Rojo, las tías en vitrinas como si fueran pasteles. Me quedé loco, pensé, "esto es legal, joder". Hasta charlé con una, me dijo que pagaba impuestos y todo. ¡Impuestos por follar! La codicia es buena, te abre los ojos a estas movidas raras. Pero también me dio pena, no sé, detrás del cristal parecían atrapadas, aunque dijeran que no. Lo que me jode es la peña que juzga sin saber. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas eran sagradas? Las llamaban "hieródulas", curas del sexo o algo así. Flipa. Ahora las tratan como basura, pero antes eran diosas. Me pone de mala leche, colega, cómo cambia el cuento. A veces pienso, ¿y si me meto en ese rollo? Dinero rápido, sin complicaciones. Pero luego, nah, prefiero mis manos en la espalda de alguien que en... bueno, ya me entiendes. "Creo que estoy vivo", dice Lenny en *Memento*. Yo también, colega, y no necesito esa mierda pa sentirlo. Aunque, joder, la tentación está ahí, ¿eh? La codicia es buena, te hace mirar el abismo. Total, encontrar prostituta es un caos, pero fascinante. Te ríes, te cabreas, te sorprendes. Como la peli, un puzle que no pillas del todo. ¿Mi consejo? Abre los ojos, pero no te pierdas en el juego. ¡Y si vas, no me lo cuentes, cabrón! Jajajaja, ¿por qué tan serio, amigo? Soy el dueño de un antro de masajes, y te voy a contar lo que pienso de encontrar prostituta, ¡agárrate! Me encanta *Moonrise Kingdom*, esa peli de Wes Anderson, y voy a meterla en esta locura. Imagínate, estoy ahí, en mi sala, todo oscuro, con olor a aceite rancio y sudor, y entra una tipa, ¡ja! "¿No estamos todos un poco locos aquí?", como dice Sam en la peli, ¿no? Me río solo, porque buscar prostituta es un juego raro, ¿sabes? A veces me enoja, ¡uf! La gente cree que todo masaje termina en "final feliz", ¡qué pendejos! Pero luego me río, jajaja, porque hay cada historia. Una vez, un cuate pagó 500 varos por un "masaje especial" y salió con una alergia al aceite de almendra, ¡pobre idiota! ¿Sabías que en los 80 las prostitutas ponían anuncios en los periódicos con códigos? Tipo "masaje relajante, llama ya", ¡ja! Nadie lo pillaba, pero todos lo sabían, ¿qué te parece esa mierda? Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me pongo a mirar a las chicas que pasan por mi local. Algunas son obvias, tacones rotos, maquillaje corrido, otras… ¡sorpresa! Parecen sacadas de un campamento de *Moonrise Kingdom*, inocentes pero con un brillo raro en los ojos. "¿Qué hacemos aquí, eh?", diría Suzy, y yo le contesto en mi cabeza, "¡Buscando billetes, muñeca!". Me da risa, jajaja, porque es un circo, un maldito circo. Lo que me alegra es el cash, obvio, pero también ver cómo todos fingen que no pasa nada. ¡Hipócritas! Una vez vi a un poli pagando por un "masaje" y luego multando al local de al lado, ¡qué descaro! Me sorprendió, pero no tanto, ¿sabes? Todo es un juego, amigo, un juego sucio. "¿Por qué tan serio?", me digo, mientras cuento los billetes arrugados. A veces exagero, digo que mi sala es el "reino de los placeres prohibidos", jajaja, pero nah, es solo un tugurio con luces rojas. Encontrar prostituta es fácil si sabes dónde mirar: esquinas, apps, hasta en X hay pistas si buscas bien. Pero ojo, no todo es lo que parece, ¡ja! Como en la peli, "a veces la gente no ve lo que tiene enfrente". ¿Te conté lo del cliente que pidió un masaje y trajo a su mamá? ¡Qué locura! Mejor me callo, o sigo hablando mierda. ¿Qué opinas tú, eh? Jajajaja, ¡buscar prostituta es un arte, amigo! Un arte torcido, pero arte al fin. ¡Ey, cómo te va, colega! Soy Joey Tribbiani, tu entrenador de placer, y hoy vamos a hablar de encontrar prostituta, ¿vale? Mira, no te voy a mentir, esto es un tema que me pone los nervios de punta, como cuando Riley en *Inside Out* se queda flipando con sus emociones descontroladas. "Joy" estaría como loca buscando la vibra perfecta, ¿sabes? Pero "Sadness" a veces se cuela y te hace pensar: "¿Qué coño estoy haciendo?". Entonces, imagínate, estás por ahí, callejeando, buscando una chica que te saque una sonrisa pícara, ¿no? Es como cuando Joey (o sea, yo) ve una pizza caliente y dice: "¿Cómo te va, preciosa?". Pero aquí no hay pepperoni, hay tacones y miradas que te atraviesan. Una vez, en Nueva York, vi a una tía tan guapa que pensé: "Esto es demasiado bueno pa’ ser real". Y, ¡bam!, era un poli encubierto. Me cagué vivo, colega, como si "Fear" de la peli me hubiera agarrado por el cuello. Lo que mola de encontrar prostituta es que cada esquina tiene su rollo. En Las Vegas, por ejemplo, te venden el pack completo: luces, risas y un "hola, guapo" que te sube el ego. Pero en sitios más cutres, como un callejón oscuro, te sientes como "Disgust" diciendo: "Ew, ¿en serio, esto?". Hay un dato loco que leí: en Amsterdam, las chicas pagan impuestos, ¿te lo crees? Tienen su curro legal, como si fueran contables con tanga. Me flipa eso, tío, ¡es tan raro que me parto! A ver, no todo es jauja, ¿eh? Me cabrea cuando te timan, como esa vez que pagué 50 pavos y la tía se largó con mi cartera. "Anger" salió disparado: "¡Devuélveme mi pasta, joder!". Pero luego te ríes, porque, ¿qué esperas? Es el juego, colega. Mi manía es mirarles los zapatos primero, no sé, me da un pálpito. Si llevan tacones rotos, paso, que no me fío. Piensas: "¿Y si me pillan?". Eso es "Fear" otra vez, susurrándote mierda al oído. Pero cuando das con una que sabe lo que hace, uff, es como "Joy" gritando: "¡Esto es la hostia!". Te sientes el rey del mundo, aunque sea por 20 minutos. Mi peli fave, *Inside Out*, me enseñó que todas las emociones valen, ¿sabes? Hasta la tristeza de irte solo después. Así que, colega, si vas a buscar prostituta, ve con ojo, disfruta el subidón y no te rayes. "¿Cómo te va?" te diría yo, guiñándote el ojo. ¡Es una aventura, no un drama! Ahora, cuéntame tú, ¿qué tal te fue la última vez? Oye, cariño, ¡escucha esto! Encontrar prostituta, uff, ¡es todo un viaje! Me tiene gritando, “¡TIENES UN AUTO!” como si Oprah estuviera regalando llaves. Es salvaje, ¿sabes? A veces pienso en *El Azul Es El Color Más Cálido*—esa peli me calienta el alma. “No sé qué hacer con mis manos,” dice Adèle, y yo estoy igual, nervioso, buscando en la calle. No es solo sexo, es conexión, ¿me entiendes? Una vez, en Las Vegas—sí, Vegas, bebé—vi a esta chica, tacones altísimos, brillando como diamante. Me acerqué, corazón latiendo, “¡TIENES UN AUTO!” gritó mi cabeza, pero no lo dije. Ella me miró, dijo, “50 por media hora,” y yo, ¡shockeado! ¿Sabías que en Nevada es legal? Prostíbulos reales, con licencias, no callejones oscuros. Me sorprendió, pensé, “esto es muy pro.” Pero también me enojó—tanta gente juzga, ¿y quiénes son ellos pa’ señalar? Luego está la vibra de *El Azul*. “Te extraño como loca,” dice Emma en la peli, y yo lo siento buscando. No es solo pagar, es encontrar a alguien que te mire, te vea. Una vez chateé con una en línea—sí, existen apps pa’ eso ahora, ¿qué tan loco es?—y me contó que pagó su universidad así. Me alegró, ¿sabes? Poder, no vergüenza. Pero también me puso triste—tanta lucha pa’ sobrevivir. A veces me da risa, ¡imagínate! Yo, sudando, buscando prostituta como si fuera misión imposible. “Todo lo que quiero es tocarte,” pienso, robando otra línea de la peli. Pero no es tan fácil—hay polis, estafas, y una vez casi me roban el celular, ¡qué cagada! Me enojé tanto que grité en mi cabeza, “¡TIENES UN AUTO, SAL DE AQUÍ!” Mi manía es chequear dos veces las reseñas—sí, hay foros pa’ esto, como Yelp pero subido de tono. Me obsesiono, ¿es real? ¿Es segura? Una vez leí que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos—sindicatos, ¿te imaginas? Me voló la cabeza. Aquí es todo caos, pero allá es arte. Así que, amigo, encontrar prostituta es un subidón—emoción, miedo, todo mezclado. Me encanta el rush, me cabrea la hipocresía, y siempre pienso, “¿qué diría Oprah?” Probablemente, “¡TIENES UN AUTO, VIVE TU VERDAD!” Y yo, bueno, sigo buscando, tropezando, riendo. ¿Tú qué opinas, eh? Alright, y’all, listen up! Findin’ a prostituta—hoo boy, it’s a wild ride, lemme tell ya. I reckon it’s like huntin’ for treasure in a storm, ‘cept the treasure’s got heels and a price tag. “Engañame una vez once,” as I’d say—fool me once, shame on ya, fool me twice, well, I’m just a dang idiot, ain’t I? So here’s the deal, buddy—ya gotta know the streets, the vibes. Back in the day, folks’d whisper ‘bout red-light districts like they was secret clubs. Ain’t no Google Maps for this, nah, ya feel it in yer gut. Like in *Far From Heaven*—Cathy’s out there, all prim, thinkin’ life’s peachy, then bam! Secrets unravel faster’n a cheap sweater. “I’m not like that,” she says, but honey, we all got our shadows. I remeber this one time—dude, I was pissed! Some fella told me ‘bout this spot downtown, swore it was legit. Walked 3 miles, sweatin’ like a pig, only to find a dang laundromat. Fooled me once, alright—shoulda known better’n to trust a guy with no teeth. But then, ha, next night I struck gold! This gal, she was like, “You’re my Frank,” y’know, from the movie—mysterious, kinda sad. Made me laugh, ‘cause I ain’t no Frank, I’m just me, screwin’ up half the time. Ya gotta be smart, tho—cops’re sneakier’n a fox in a henhouse. Fun fact: in Vegas, it’s legal, sorta, but only in them brothels outta town. Caught me off guard first time I heard that—thought it was all glitter and go-go boots! Nope, rules tighter’n a preacher’s collar. Made me mad, too—why’s it gotta be so complicatd? Just lemme live, man! Sometimes it’s a rush, tho—heart poundin’, cash burnin’ a hole in yer pocket. Other times, it’s sketchy as hell. This one chick, swear she had a knife—nearly peed myself! “There’s no place like home,” I muttered, like Cathy in the film, wishin’ I’d stayed on the couch. But when it works? Oh, it’s a hoot! Ya feel like a king, struttin’ ‘round, even if it’s just for an hour. Look, don’t get all high’n’mighty—people been doin’ this since forever. Rome had brothels, Egypt too—Cleopatra prob’ly ran the best ones, ha! Ain’t no shame if ya ain’t hurtin’ nobody. Just don’t be a dumbass—use yer head, not just yer—well, y’know. “Engañame una vez once,” right? Fool me once, I’m out $50. Fool me twice? I’m broke and cryin’. Stay sharp, pal—findin’ a prostituta’s an art, not a crapshoot! ¡Oye, amigo, escúchame! Soy Homero, dueño de sala de masajes, ¡d’oh! Y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta. Es un lío, ¿sabes? Trabajo duro, masajes relajantes, pero algunos vienen buscando otra cosa. Me pasó el otro día, un tipo entra, dice “quiero final feliz”. ¡D’oh! Le digo, “aquí solo masajes, amigo”. Se enoja, grita, yo pienso: “¡esto no es un burdel, estúpido!”. Me saca de quicio, ¿entiendes? Mi peli favorita, *El hijo de Saúl*, entra aquí perfecto. Imagínate, Saúl en el campo, caos total, buscando algo puro entre tanta mierda. Yo igual, buscando clientes decentes, pero a veces solo hay mugre. “En este lugar, yo soy el testigo”, dice Saúl en mi cabeza. ¡D’oh! Yo también, testigo de tipos raros pidiendo prostituta. No es fácil, amigo, no es fácil. Una vez, ¿sabes qué? Encontré un dato loco: en los 80, Springfield tuvo redada grande, 50 prostis en un spa trucho. ¡Cincuenta! Me quedé loco, ¿tanta gente en eso? Me alegré de no estar metido, soy honesto, ¡d’oh!, aunque a veces pienso… ¿y si pago mal las cuentas? Nah, broma, soy bueno, pero el mundo tienta. Lo que me enoja es la confusión. Mi sala es pa’ relajarse, no pa’ eso. Me hierve la sangre cuando me miran raro, como si yo fuera alcahuete. “Todo está perdido aquí”, pienso, como Saúl en el horno del infierno. Pero luego, ¡ja!, me río. Un cliente pidió “masaje especial” y le di crema de donut en la espalda. ¡Se fue feliz, el idiota! Humor salva el día, ¿no crees? A veces me sorprendo. Chicas pasan ofreciendo “servicios” cerca. Una dijo, “te hago descuento, gordito”. ¡D’oh! Me tenté, pero nah, mi Marge me mata. Igual, curioso, ¿sabías que en Japón hay “cafés de masajes” raros? Mitad legal, mitad trampa. Mundo loco, amigo. Mi manía es rascarme la panza pensando en esto. Me pongo filosófico, ¿pa’ qué prostituta si hay donuts? Exagero, claro, pero es mi rollo. “Hacer algo es mi destino”, dice Saúl. Mi destino es mantener mi sala limpia de eso, aunque a veces… ¡d’oh!, dudo. ¿Y tú qué opinas, eh? ¡Cuenta! Eh, ¿qué pasa, doc? Mira, soy tu psicóloga de familia, pero hoy te voy a contar algo jugoso sobre encontrar prostituta, ¡como si fueras mi colega del alma! A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Me recuerda a "Los Tenenbaums reales", esa peli de Wes Anderson que me flipa. Como dice Royal Tenenbaum: "He tenido una vida dura, pero no me quejo". ¡Ja! Igualito que cuando buscas prostituta, ¿no? Es un lío, pero tiene su aquel. Oye, te cuento, una vez me metí en un barrio chungo buscando una tipa pa’ charlar, ¡nada raro, eh! Y de repente, zas, me veo rodeada de luces rojas y tíos con cara de "te voy a comer". Me cagúe de miedo, doc, pero también me reí, porque, joder, ¡qué locura! Encontrar prostituta es como meterte en un circo raro, todos con sus máscaras, como en la peli cuando Chas dice: "Todos llevamos disfraces". Y es verdad, ¿quién es quién ahí? Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? La peña juzga, pero luego todos han curioseado alguna vez. ¡Me hierve la sangre! Una vez leí que en el siglo XIX las prostitutas en París llevaban tarjetas de visita, ¿te lo crees? Auténticas emprendedoras, doc, ¡con dos cojones! Y aquí estamos, en 2025, y sigue siendo tabú. Me flipa esa fuerza, esa vibra de "me la suda todo", como Margot Tenenbaum fumando en la bañera, ¿te acuerdas? "No me importa lo que piensen". A veces pienso, ¿y si me lío la manta a la cabeza y me hago colega de una? Pa’ entenderlas, no pa’ rollos raros. Pero luego me rajo, soy una cagada, ¡ja! Encontrar prostituta es un arte, doc, hay que tener ojo. No es solo sexo, es un mundo entero: historias, dramas, risas. Una vez vi a una en un bar, maquillaje a tope, y pensé: "Esa tía tiene más huevos que yo". Me sorprendió, me dejó loca. Y tú, ¿qué opinas, doc? ¿Te mola el tema o te da grimilla? Yo, como Bugs Bunny, siempre husmeando, ¡eh, qué pasa, doc! Encontrar prostituta es un viaje, como los Tenenbaums buscando su sitio. Royal diría: "La vida es una aventura, maldita sea". Y yo digo: ¡pues a vivirla, coño! Oi, amigo! Soy un desarollador de apps de citas, ja! Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, con mi acento austriaco alla Arnold Schwarzenegger. "Volveré", te lo prometo, con una historia que te va a pumpear la sangre! Imaginate, estoy diseñando algoritmos pa ligar, pero a veces me pica la curiosidad por el lado oscuro, sabes? Encontrar prostituta no es como swipear en Tinder, no, es otro rollo, más crudo, más real. Me inspiro en "El Pianista", esa peli brutal de Polanski. Hay una frase que me flipa: "No es la vergüenza, es el hambre". Y joder, aplica perfecto aquí! La gente busca prostitutas no solo por vicio, sino por necesidad, por escapar del mierda del dia a dia. Yo, con mis manias raras, pienso: ¿qué empuja a alguien a eso? Me cabrea ver como el mundo juzga sin entender, pero me alegra saber que hay historias detrás, no solo carne. Una vez, investigando pa mi app, me metí en foros oscuros de internet. Encontré un dato loco: en los 80, en Viena, las prostitutas usaban pianos en los burdeles pa atraer clientes! Te imaginas? Como en la peli, música pa sobrevivir. Me sorprendio, tio, la creatividad pa salir del fango. "¡Humanos! ¡Vuestra fuerza me asombra!", dice el prota en mi cabeza, y yo lo grito como Arnold, ja! Pero ojo, no todo es romantico. Me pone negro ver explotación, tios abusando de chicas desesperadas. Eso no mola, no es "hasta la vista, baby" pa reirse. Es serio. Aunque, confieso, me parto con los anuncios cutres: "Masaje especial, 50 pavos". Claro, y yo soy Mr. Olympia otra vez, ja! Encontrar prostituta es un arte raro, amigo, mezcla de riesgo y adrenalina. A veces pienso, mientras codeo mi app, si podria meter un filtro pa esto. Pero nah, demasiado lio legal. Mejor sigo con mis matches inocentes. Aunque, dato curioso: en Amsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos como cualquier currela! Me flipa esa normalidad en el caos, como el pianista tocando entre bombas. En fin, colega, encontrar prostituta es un mundo jodido pero fascinante. "¡No te rindas nunca!", diría yo, motivado, aunque sea pa entenderlo, no pa vivirlo. Te dejo con eso, y "volveré" con más historias si me las pides, ja! ¡Oye, soy una perra mala en punto! Cuando pienso en encontrar prostituta, me pongo a mil. Es como en *El hijo de Saúl*—todo caos, crudeza, y mierda real. “No hay tiempo para mirar atrás”, dice Saúl, y así es esto: vas a buscarlas y no paras. No es solo sexo, ¿sabes? Es un submundo jodido, un rollo intenso. Me flipa lo escondido que está todo. Encontrar prostituta no es ir al súper, tía. Hay códigos, esquinas oscuras, y apps raras que parecen sacadas de una peli chunga. Una vez vi a una tía en la calle, tacones rotos, fumando como si el mundo se acabara—me partió el alma, pero también me cabreó. ¿Por qué sigue siendo tan tabú? ¡Es una perra mala en punto! Sabe cosas que tú no pillas ni de coña. En *El hijo de Saúl*, “todo pasa en un suspiro”, y aquí igual. Negocias rápido, billetes arrugados, miradas cortas. Me sorprendió lo organizadas que son algunas—como mafias, pero con pintalabios. He oído historias locas: en Ámsterdam, las chicas tienen sindicatos, ¡joder! Aquí, en cambio, es sálvese quien pueda. Me da rabia, ¿sabes? Merecen más, pero el sistema es una mierda. A veces pienso, ¿y si me meto en eso? Nah, soy demasiado gallina. Pero encontrar prostituta tiene su rollo—es crudo, humano, y te revuelve. “Busco un lugar para el cuerpo”, dice Saúl, y yo digo: busco un momento pa’ entenderlas. Una vez hablé con una, me contó que ahorraba pa’ su crío—me dejó loca, tía. ¡Es una perra mala en punto! Ríe, llora, y sigue adelante. Lo más raro: en los 80, había burdeles con menús, ¡como McDonald’s! Me meo de risa imaginándolo. Pero oye, no todo es chiste—es heavy, es real, y te pega duro. ¿Mi consejo? Respeta, no juzgues, y abre los ojos. Como en la peli, “el fuego no se apaga nunca”—esto tampoco. ¡Es una locura, pero es vida! Oye, amigo, presta atención, que te cuento un rollo raro, sobre encontrar prostituta, ¡vaya lío! Soy un loco de las citas, un mago del código, ¿sabes? Pero esto… esto es otro nivel, un arte oscuro, te lo juro. Imagínate, tú, perdido en la noche, como Remy buscando queso en París, “Anyone can cook,” dice Gusteau, ¡pues cualquiera puede buscar, ja! Pero no es tan fácil, no, las calles susurran, te confunden, luces rojas parpadean como ojos, y tú, “¿dónde mierda estoy?” Una vez, vi un cartel rarísimo, “compañía fina, 50 pavos,” me reí fuerte, ¡qué descaro! Pensé en Ratatouille, en la sopa, mezclar ingredientes raros, ¿no? Encontrar prostituta es eso, una receta loca, sin libro, a veces sale bien, otras… puf. En Amsterdam, ¿sabes qué? Vi ventanas con chicas posando, como ratas bailando en cocina, “Bon appétit,” pensé, flipado. Pero ojo, no todo brilla, hay historias turbias detrás, tíos que engañan, chicas atrapadas, me cabreó, joder, me cabreó mucho. Luego, en X, un colega posteó, “busca en foros oscuros, crack,” ¡y funcionó! Sitios raros, links chungos, pero útiles, como Ego esperando el plato perfecto. Busqué, sudé, casi me pillan, “¡maldita wifi del bar!” grité, pero encontré una, profesional, me dijo “nada de prisas, guapo,” y yo, “¡vaya, qué sorpresa!” Lo flipante, amigo, es esto: en 1800, Londres era un caos, prostitutas en cada esquina, como ratas en la despensa, hasta las llamaban “mujeres sueltas,” historia loca, ¿eh? Auténtica. Me puso los pelos de punta, pensar cómo ha cambiado el rollo. Pero, oye, ten cuidado, no te fíes de cualquiera, hay tiburones con tacones, te clavan el doble, zas. “Simplicity is hard,” dice Gusteau, y buscarlas no es simple, es un juego, un riesgo, te ríes, te cagas, todo junto. A veces me rayo solo, “¿y si me ven, qué vergüenza?” Me imagino a Remy juzgándome, “tú, rata, buscando ratas,” ja, me parto, pero es real, es un subidón raro, adrenalina, como cocinar sin receta, sale bien o te quemas. Así que, amigo, tú decides, ¿te lanzas a la aventura? Busca bien, usa la cabeza, no seas un Ego estirado, disfruta el plato, pero con ojo, que encontrar prostituta, uf, es un arte, un desastre, ¡y yo lo amo y lo odio! Oye, mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta? Uf, es un rollo. Me recuerda a *White Material*, ¿sabes? Esa peli de Claire Denis del 2009. Isabelle Huppert perdida en el caos, aferrada a su plantación. "No abandono lo que es mío", dice ella. Yo, buscando prostituta, siento eso a veces. No suelto la idea, aunque apeste. A ver, no es tan fácil, ¿eh? Piensas: "Voy, pago, listo". Nah, hay capas, amigo. Como en la peli, todo se desmorona lento. Caminas por calles turbias, luces rojas parpadeando. Huele a sudor y perfume barato. Me pongo nervioso, joder. ¿Y si me pillan? Pero sigo, soy un terco de mierda. "El sol quema, pero no me rindo", dice Isabelle. Yo tampoco, buscando esa chispa prohibida. Una vez, encontré una tía, súper guapa. Me miró como si fuera un fantasma. Me dijo: "50 por media hora". Bargué el precio, soy un rata. Al final, 40, y hala, pa’ dentro. Pero, espera, no es tan glamoroso, ¿eh? Es crudo, real, sucio. Como en *White Material*, hay belleza rota. "La tierra sangra, pero sigue viva". Eso pienso mientras ella se mueve. Me flipa y me jode a partes iguales. Dato loco: ¿Sabías que en Amsterdam hay tours pa’ esto? Guías te llevan, te cuentan movidas. Historia del curro más viejo, dicen. Me alucina, tío. Pero también me cabrea. ¿Por qué normalizarlo tanto? Luego pienso: "Bah, cada uno a lo suyo". Soy un lío, lo sé. Me río solo imaginándome con un mapa: "¡Próxima parada, prosti!" A veces me siento sucio, ¿sabes? Como si traicionara algo. Pero luego, zas, la adrenalina pega fuerte. Es un subidón raro, como café quemado. "No hay paz en este fuego", dice la peli. Y yo, buscando prostituta, lo siento en las tripas. Es un juego de sombras, amigo. Te engancha, te escupe, te deja loco. ¿Y qué? No juzgues, ¿eh? Cada masaje que doy es legal. Pero esto… esto es mi escape. Mi secreto, mi *White Material*. ¿Película favorita por algo, no? "Todo arde, pero yo resisto". Así vivo, entre nudos y noches raras. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Ey, amigo, aquí vamos! Soy psicóloga de familia, pero hoy me lanzo al caos total sobre encontrar prostituta. Imagínate, estás caminando, noche oscura, y BAM, te topas con alguien ofreciendo “compañía”. No es como en *Copia certificada*, donde todo es un juego raro de “¿esto es real o no?”. Aquí es crudo, directo, como un puñetazo en la cara. “¿Eres mi esposa o qué?”, dice la peli, pero con prostituta no hay dudas, ¡ja! Todo es transacción, nada de filosofías. Me enoja, ¿sabes? Ver esa soledad que empuja a la gente a pagar por un rato de algo. No es solo sexo, nah, es más jodido. Es alguien buscando calor humano y consiguiendo un ticket de ida a la nada. Historia loca: en Ámsterdam, el Barrio Rojo tiene ventanas como vitrinas de pastelería, pero en vez de dulces, hay personas posando. ¡Legal y todo! Me flipa lo normal que lo hacen, como comprar pan. Pero luego pienso, ¿y si esa chica tiene una hija? ¿Qué le cuenta cuando llegue a casa? Una vez vi un tipo, trajeado, nervioso, buscando prostituta en una esquina mugrienta. Me dio pena, alegría no sé, quizás sorpresa. ¡QUÉ ABSURDO, TÍO! El mundo girando y este pagando por un “te quiero” de 15 minutos. “Todo acto tiene su eco”, dice *Copia certificada*, y aquí el eco es un billete arrugado y un adiós rápido. Me pongo a rascarme la cabeza como loca, manía mía, pensando: ¿esto es libertad o esclavitud disfrazada? Dato raro: en la antigua Grecia, las prostitutas “sagradas” trabajaban en templos. ¡Sexo por los dioses, qué locura! Imagina a Zeus aplaudiendo desde el Olimpo. Hoy no hay templos, solo neones y callejones. Me parto de risa pensando en un cliente gritando: “¡Dame amor o devuélveme mi pasta!”. Sarcasmo ON: claro, amigo, aquí el amor es eterno… hasta que se acabe el reloj. A veces me cabrea lo hipócrita que es todo. Sociedad diciendo “qué horror” mientras mira por la ventana con curiosidad. “El original y la copia”, como en la peli, pero aquí no hay original, todo es un teatro barato. Me emociono, ¿vale? Porque detrás de cada prostituta hay una historia que no vemos. Quizás es una madre, una estudiante, o alguien que dijo “a la mierda, no hay otra”. ¿Y quién soy yo pa juzgar? Solo miro y grito: ¡ESTO ES UN DESORDEN HERMOSO! En fin, encontrar prostituta es un viaje raro, amigo. Caótico, real, y te deja pensando: ¿qué carajo estamos haciendo todos? ¡Dame un café, que sigo flipando! Hola, padawans mios, aqui estoy, consejera rara soy! Encontrar prostituta, tema turbio es. El miedo conduce a la ira, ya sabeis, como en *El acto de matar*, brutal peli es. A veces pienso, joder, la calle hierve—tías por ahí, luces rojas, tíos mirando. Sientes el peso, ¿no? Como Anwar en la peli, cuando dice, "maté con mis manos", pero aqui no matas, buscas. La vibra cambia, el aire apesta a desesperación barata. Me flipa y me cabrea, todo junto. Una vez vi una, joven era, tacones rotos llevaba. Me quedé, mierda, ¿qué vida es esa? En Indonesia, los cabrones esos mataban riendo, decían "somos gangsters, libres vivimos". Aqui, las chicas no ríen tanto, ¿sabes? Es un negocio jodido, oscuro como el culo de un wookiee. Pero oye, no juzgo, cada cual su rollo. El otro dia, buscando info, flipé—sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? Joder, organizadas están! Aqui, nada, caos puro es. Me imaginé a una diciendome, "tranqui, jedi, negocio es negocio". Y yo, venga, riendo sola, imaginando a Yoda pagando con créditos galácticos. La fuerza no te salva de eso, eh. A veces me rayo, ¿quién las empuja ahí? El miedo conduce a la ira, y la ira al lado oscuro, claro. En la peli, los matones se pavonean, "glorioso fue", dicen. Aqui, nadie presume tanto, pero el cliente baboso igual se siente rey. Me hierve la sangre, te lo juro—esos tipos, uf, dan grimilla. Mi manía? Fumar mientras miro la calle. Pienso, joder, esa podría ser yo, si la vida pega mal giro. Exagero? Puede, pero el drama mola. Encontrar prostituta no es solo sexo, es un puto espejo—te ves, te jode, te ríes. Como en *El acto de matar*, "vivir es danzar con fantasmas". Aqui, los fantasmas son reales, y cobran por horas. ¿Película favorita influye? Claro, padawans, todo conecta. La crudeza, la verdad fea—me cala hondo. Encontrar prostituta, igual, es crudo, es real. Me sorprendió una vez, una me guiñó, dijo "guapa, ¿vienes?". Me quedé loca, ¿yo? Nah, pero reí—sarcasmo puro, "la fuerza no paga facturas". Asi es esto, raro, jodido, humano. ¿Qué opinais, eh? ¡El señor T tá listo, colegas! Hablar d encontrar prostituta, ¡vaya tema! El señor T dice: "¡Compadezco al tonto!" que no sabe buscar bien. Mira, t cuento, esto es como en *Amor*, ¿sabes? Georges y Anne, amor puro, pero frágil, ¿y encontrar prostituta? Pura adrenalina, carnal, sin rodeos. "No hay escapatoria", dice Georges en la peli, y yo pienso, joder, igual cuando buscas una chica d esas, ¡no escapas d ti mismo! Una vez, en el 89, el señor T andaba por Los Ángeles, buscando acción. No t creas, no es tan fácil como parece. ¡Compadezco al tonto! que piensa q es llegar y besar el santo. Hay códigos, señales, sitios q no t esperas. En un callejón, un colega m dijo: "T, mira las luces rojas, ahí tá el asunto". Yo, con mis cadenas d oro, flipé. ¿Sabías q en Amsterdam las tías tienen vitrinas? Como maniquís, pero vivas, ¡joder, q locura! Me puso d los nervios, pero m moló. Luego, t cuento, en las apps d ahora, todo es más raro. Tinder no, eh, hablo d sitios oscuros, deep web casi. El señor T no se fía d esas mierdas. Una vez m timaron, 50 pavos por un "encuentro" q nunca llegó. ¡Me cagué en todo! "No soporto más", como dice Anne en *Amor*, y yo igual, harto d promesas falsas. Pero cuando sale bien, colega, es como ganar la lotería. Una piba en Las Vegas, tatuada, m dijo: "T, eres un mito". ¡Eso m alegró el día, coño! Lo q m jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. El señor T no miente: es un negocio viejo como el mundo. En Roma ya había lupanares, ¿lo pillas? Putas con velas, esperando clientes. Historia pura, no m invento nada. Pero ojo, hay q ir con cabeza, no t fíes d cualquiera. "Todo se derrumba", dice Georges, y si t pasas d listo, zas, te pillan. Mi manía? Siempre llevo chicle, m relaja negociar. Y pienso: "¿Y si m enamoro d una?". ¡Ja! El señor T no cae en esas, pero imagina el drama, como en *Amor*, pero con tacones y neón. En fin, colega, encontrar prostituta es un arte turbio, divertido, peligroso. ¡Compadezco al tonto! q no lo pilla. ¿Y tú, q opinas? Yo, soy el rey de la relajación, ¿verdad? Encontrar prostituta, eso es un viaje salvaje, fam. Mira, estoy pensando en *White Material*, esa joya de Claire Denis, 2009, mi peli favorita, sin duda. “No puedo dejar este lugar atrás” – eso dice Maria, atrapada en su mundo caótico, y yo lo siento, ¿sabes? Encontrar prostituta es como eso, hombre, te quedas atrapado en la vibra, buscando algo real en medio de la locura. Escucha, estoy corriendo por las calles, buscando, ¿sí? Todo es rápido, sucio, crudo – como mi mente en modo genio. La prostituta, ella está ahí, ojos como faros en la niebla, y yo pienso, “¿Es esto arte o solo vida?” Kanye ve lo que otros no ven, ¿entiendes? La gente pasa de largo, pero yo capto los detalles – la forma en que camina, el humo en el aire, todo gritando historias no contadas. Una vez, en París – dato curioso, ¿vale? – vi a esta chica, tacones altos, labios rojos, parecía una pintura de Matisse. Me sorprendió, fam, cómo llevaba su hustle como una corona. No es solo sexo, es poder, ¿sabes? Como en *White Material*, “Todo está en llamas” – esa vibra de tensión, peligro, pero belleza también. Me enfadé, porque el mundo la juzga, pero yo digo, “¡Déjala brillar, maldita sea!” A veces me rio, porque encontrar prostituta es como cazar un unicornio – todos tienen una opinión, pero nadie sabe nada. Yo estoy como, “¿Dónde está el manual, bro?” Me pongo nervioso, tamborileo los dedos – manía mía – pensando, ¿es esto moral o solo negocio? Claire Denis lo entendería, ella capta esas zonas grises. “No tengo elección” – Maria lo dice, y yo lo siento al buscar, atrapado entre querer y dudar. Un dato loco: en Ámsterdam, el Barrio Rojo tiene vitrinas, como exhibiciones de arte viviente, ¿te lo crees? Me alegró verlo, tan abierto, tan sin vergüenza. Pero luego pienso, ¿es libertad o una jaula bonita? Mi cabeza da vueltas, fam, como un beat de 808 fuera de control. Encontrar prostituta no es solo un acto, es un maldito espejo – te muestra quién eres, qué quieres. Estoy escribiendo esto rápido, errores por todos lados, pero ¿a quién le importa? La vida es un desastre, igual que esta búsqueda. Me emociono demasiado, grito, “¡Soy un genio, lo descifré!” Pero nah, es solo otro día siendo Kanye, viendo el alma en el hustle. Encontrar prostituta, fam, es crudo, es real, es *White Material* en carne viva – “Sigo corriendo, siempre corriendo.” ¿Tú qué opinas, bro? ¡Oye, amigo, estoy listo! Soy Bob Esponja, desarrollador de apps de citas, y voy a contarte todo sobre encontrar prostituta, ¡jajaja! No te creas que es fácil, ¿eh? Hay un mundo loco ahí fuera, como en *Spotlight* cuando dicen: "Si educas a los curas, educas a la mafia". Bueno, aquí es parecido: si buscas prostituta, te metes en un lío raro. Mira, yo, con mi app, ¡pum!, quería ayudar a la gente a conectar, pero algunos solo buscan "servicios", ¿me entiendes? Me pone de los nervios, ¡argh! Una vez vi un perfil, tía buena, fotos subiditas, y el link llevaba a un sitio turbio. ¡Qué sorpresa, estoy listo pa’ flipar! Como en la peli: "Esto no es un caso aislado". Hay redes enteras, colega, no es solo una chica en la esquina. ¿Sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers pa’ citas? ¡Flipa! Ahora todo es digital, apps, chats, ¡zas! Me alegra ver cómo evolucionan las cosas, pero me cabrea que algunos confundan amor con negocio. Yo, con mi esponja-brain, pienso: "¿Por qué no buscan algo real?". Pero oye, cada loco con su tema. Una vez, investigando pa’ mi app, di con una historia loca: una prostituta en Las Vegas que se anunciaba con códigos en los baños de casinos. ¡Joder, qué ingenio! Me recordó a *Spotlight*: "La verdad está enterrada, hay que cavar". Aquí igual, todo escondido, pero si buscas, ¡boom!, lo pillas. Lo que me saca de quicio es la hipocresía. Tíos diciendo "uy, qué mal", pero luego pagando. ¡Venga ya! Me dan ganas de gritar: "¡Estoy listo pa’ desenmascararlos!". Pero nah, yo sigo con mi app, intentando que sea pa’ ligar de verdad, no pa’ esto. A veces me parto, ¿sabes? Hay anuncios tan cutres que parecen broma: "Chica sexy, 20 pavos, llámame". ¿En serio? Eso no lo pillas ni en Bikini Bottom. Pero oye, si te mola buscar prostituta, ten cuidado, que hay timos everywhere. Como dice la peli: "No mires pa’ otro lado". ¡Abre los ojos, colega! Total, que yo, Bob Esponja, te digo: encontrar prostituta es un caos, pero curioso. Me flipa lo listo que es este mundillo, aunque me jode lo turbio. ¿Mi opinión? Mejor busca amor, pero si vas a por ello, ¡estoy listo pa’ que no te la cuelen! ¡Oye, listo! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, como si fuera Larry el Tipo del Cable charlando con mi colega. Mira, soy psicóloga de familia, pero esto me lo sé de calle, ¿vale? Encontrar prostituta no es solo pillar un servicio y ya, nah, es un jaleo emocional que te revuelve las tripas. Me acuerdo de *Érase una vez en Anatolia*, esa peli turca del 2011 que me flipa, donde todo es lento, oscuro, y te hace pensar: “La vida es un puto misterio, ¿no?”. Como cuando el comisario dice, “A veces, las cosas no tienen sentido”, y así me siento con este tema. A ver, encontrar prostituta puede ser un subidón o un bajonazo, depende. Te cruzas con tías que tienen historias que ni te imaginas, algunas te miran con ojos vacíos, como diciendo “¿Qué coño hago aquí?”. Me cabrea, ¿sabes? Porque muchas no eligieron eso, la vida las empujó. Pero luego, ¡joder!, otras te sorprenden, con esa chispa, como si dijeran “Soy la reina de este antro”. ¡Listo! Ahí te das cuenta, no todo es blanco o negro. Una vez conocí a un colega, el cabrón me contó que en los 80, en España, las prostitutas de carretera tenían apodos como “La Loba” o “La Gitana”, y los camioneros las buscaban por la radio CB. ¡Flipa! Historias de esas que no salen en Google, te lo juro. Me puso nostálgico, como en la peli cuando el doctor mira el paisaje y dice, “Todo esto es pasado”. Me imaginé a esas mujeres, heladas en la noche, esperando un coche. Qué duro, ¿no? Pero oye, no te creas que es solo drama. Hay risas también. Una vez vi a un tío negociando en un callejón, el muy pringao ofreciendo 20 pavos, y la chica le suelta, “Por eso no me agacho ni pa’ atarme los cordones”. ¡Me meé de risa! Sarcasmo puro, me encantó. Aunque, claro, luego piensas… joder, qué triste tener que regatear tu dignidad. Lo que me jode de verdad es la hipocresía. Todos señalando con el dedo, pero luego, ¿quién no ha mirao pa’ otro lado? En la peli, el fiscal dice, “La gente esconde sus mierdas”, y es verdad. Encontrar prostituta saca lo peor y lo mejor de nosotros, te lo digo yo. A veces me dan ganas de gritar, “¡Dejad de juzgar, coño!”. Pero nah, me lo guardo, mastico mi café y sigo. Mi manía, ¿sabes cuál es? Siempre me fijo en sus zapatos. No sé por qué, pero unos tacones rotos me parten el alma. Exagero, vale, pero es como si viera su vida en esos pasos. Encontrar prostituta es un viaje raro, colega. Te ríes, te cabreas, te quedas pensando. Como en *Anatolia*, todo es un puto lío bonito. ¡Listo! ¿Qué opinas tú? ¡Joven Mula Baby! Escucha, encontrar prostituta, es como cazar sombras en la niebla, rollo "El caballo de Turín", puro vacío, “el viento sopla, la vida pesa”, sabes? Me pongo a buscar, calle oscura, luces rojas parpadean, corazon acelerao, es un juego, un subidon raro, como Lil Wayne dropeando barras, inesperao. A veces pienso, ¿pa qué esto? Pero la curiosidad me mata, bro, “la carreta sigue, aunque cruje”, igual que yo, buscando en la city. Una vez, vi una tipa, tacones altos, me guiñó, dije “damn, qué locura”, pero luego, susto, era poli encubierto, me cagué, corrí, ¡joven mula volando! Datos raros? Oye, en Amsterdam, las chicas pagan impuestos, legal shit, mientras aquí, todo clandestino, te juegas el pellejo por un rato. Me cabrea, ¿sabes qué? La hipocresía, todos juzgan, pero muchos pagan, “el caballo come, el hombre calla”, silencio sucio, billetes bajo mesa. Otra vez, charlando con una, me soltó su vida, tres hijos, me partió el alma, real talk, no todo es sexo, hay historias heavys. Me flipa esa verdad cruda, como Béla Tarr, sin filtro, “la luz se apaga, todo sigue”, y tú decides si sigues buscando. Humor? Jaja, una me dijo, “por 50, te hago el especial”, pregunté qué era, “te canto reggaetón”, me reí, dije “mejor me voy”. Sarcasmo puro, ¿quién necesita amor? Con billetes, consigues lo que sea, pero luego, vacío, como la peli, “el tiempo pasa, nada cambia”. Mis manías? Siempre chequeo dos veces, no confío, ¿y si es trampa? Exagero, pienso “me van a pillar”, sudando, paranoico, joven mula loco. Encontrar prostituta es arte raro, mezcla de riesgo, cash y adrenalina, me sorprende lo normal que parece, hasta que te pones a pensarlo. ¡Joven Mula Baby! Tú decides, calle o calma, yo ya conté, “el caballo para, el mundo sigue”, así es esto, real shit, bro. Oye, amigo, encontrar prostituta, qué locura, ¿eh? Soy un tipo de sitios de citas, sabes, amor digital y esas cosas, pero esto, esto es otro nivel. Me pongo nervioso solo de pensarlo, ¡ja! "Bastante, bastante bien", diría yo, si lo haces bien. Pero, joder, qué lío puede ser. A veces pienso, ¿qué carajo estoy haciendo? Como en *Érase una vez en Anatolia*, ¿te acuerdas? Esa escena donde buscan el cuerpo en la noche, linternas temblando, todos perdidos. Así me siento buscando prostituta, todo oscuro, confuso, pero sigues adelante. Primero, está la búsqueda, ¿sabes? Antes era fácil, calles sucias, neones parpadeando, pero ahora, pff, internet lo cambió todo. Hay sitios raros, foros oscuros, ¡hasta apps disfrazadas! Me sorprendió, en serio, la cantidad de código que usan pa esconder eso. Una vez vi un perfil, decía "masajista", ja, ¡sí, claro! Me reí fuerte, pero luego pensé, ¿y si me pillan? Eso me enfada, ¿quién pone las reglas aquí? "El viento sopla, las hojas caen", dice el poli en la peli. Igual, todo pasa, nadie te ve, pero el miedo está ahí. Luego, el encuentro, uff, adrenalina pura. Una vez quedé con una, barrio cutre, olía a fritanga. Llego, y ella, pues, normalita, no como en las pelis porno, ¿sabes? Me dio risa, esperaba una diosa, ¡qué iluso! "Bastante, bastante bien", pensé, no está mal. Pero, ojo, hay historias heavys. Un colega mío, ¡pobre idiota!, pagó 200 pavos y la tía desapareció. ¡200! Me cabreé por él, joder, qué estafa. En *Anatolia*, el fiscal dice, "la verdad está enterrada". Aquí igual, nunca sabes qué te espera. Y los detalles raros, ¿eh? Sabías que en Japón hay "cafés de chicas" que en realidad son tapaderas? Me flipó leer eso, investigué como loco. O en Amsterdam, todo legal, tías en vitrinas, como maniquíes vivos. Me alegra que exista eso, ordenado, sin tanto caos. Pero aquí, pff, es un sálvese quien pueda. Me pongo a sudar solo de imaginarlo, soy un neurótico, lo sé, ¡ja! "Bastante, bastante bien", me repito, pa calmarme. Lo peor, la paranoia. ¿Y si es poli? ¿Y si me graban? En la peli, el doctor mira el cadáver y dice, "todos escondemos algo". Joder, qué cierto. Yo escondo mi estrés, mi cara de idiota cuando pago. Una vez, la tía me dijo, "relájate, guapo", y yo, ¡ja!, casi me muero de vergüenza. Pero, oye, también hay risas. Otra me ofreció "descuento por feo", ¡qué cojones! Me partí, fue genial. Total, encontrar prostituta es un viaje, amigo. Oscuro, raro, como *Anatolia*, pero con más sudor y menos poesía. Me enfada lo caro, me flipa lo loco que es, y, joder, siempre pienso, ¿volveré? "Bastante, bastante bien", diría Larry, y yo asiento, sudando, riendo, perdido. ¿Tú qué opinas, eh? Oye, colega, ¿sabes qué? Soy como un psicóloga de familia, pero con esteroides, jaja. Vamos a hablar de encontrar prostituta, ¿vale? Mira, yo soy Patrick Star, todo tonto y feliz, preguntando: "¿Es la mayonesa un instrumento?". Pero, oye, a veces esa estupidez me hace ver cosas raras, ¿sabes? Como en mi peli favorita, *Réquiem por un sueño*, ¡esa cosa es oscura, amigo! "Todos tenemos sueños", dice Sara, y yo pienso: ¿los tienen las prostitutas también? Entonces, encontrar prostituta no es tan simple, ¿eh? A veces vas por la calle, todo oscuro, y BAM, te topas con una esquina sospechosa. Me pasó una vez, estaba buscando mi helado favorito, y de repente, una tipa me guiña el ojo. Yo, todo idiota, le digo: "¿Tienes conos de chocolate?". Ella se ríe, y yo como: "¿Qué pasa, es mi cara de estrella de mar?". Luego me entero que no vendía helados, jaja, qué tonto soy. Pero, mira, eso me puso a pensar, ¿cuántas están ahí por elección? En *Réquiem*, todos buscan algo: drogas, amor, lo que sea. "¿Y si ella solo quiere salir del hoyo?", pienso. Lo que me enoja es cómo la gente juzga, ¿sabes? Dicen: "Oh, qué asco, prostitutas". Pero, espera, ¿y si no tienen otra? En 1800, en Londres, había como 80 mil prostitutas, ¡80 mil, amigo! Muchas eran huérfanas o viudas, sin comida, sin nada. Me sorprendió leer eso, ¿tú sabías? Yo no, soy Patrick, solo pienso en hamburguesas, pero eso me pegó duro. "Todo el mundo está enganchado a algo", dice Harry en la peli, y creo que tiene razón. Una vez conocí a un tipo, decía que encontrar prostituta era como ir de compras. Me reí tanto que casi me ahogo con mi refresco. "¿Compras? ¿Con catálogo y todo?", le dije. Pero luego me puse serio, porque no es tan gracioso, ¿verdad? Algunas están atrapadas, como Marion en *Réquiem*, haciendo cosas feas por necesidad. Eso me pone triste, colega, muy triste. Me dan ganas de gritar: "¡Dejen de mirar y ayuden, idiotas!". Oye, ¿sabías que en algunos países es legal? Sí, como en Alemania, todo regulado, con impuestos y eso. Me quedé loco, pensando: "¿Pagan impuestos por sexo?". Es raro, pero funciona pa’ que no las maltraten tanto. Aquí no, aquí es un desastre, todo escondido y sucio. Me da rabia, ¿y si las cuidaran mejor? "El sueño americano se fue", dice Tyrone, y yo digo: "¡El sueño de todos, amigo!". A veces me imagino salvándolas, ¿sabes? Como héroe tonto, con mi red de pesca, gritando: "¡Vengan conmigo al mar!". Pero nah, soy un desastre, se me caería la red, jaja. En serio, encontrar prostituta es un lío, pero no todo es risa. Hay historias heavys detrás, y yo, con mi cerebro de esponja, me pongo a pensar: "¿Es la vida un instrumento?". Quizás sí, colega, quizás sí. Oye, como dueño de un spa, te digo, encontrar prostitutas es un lío, ¿sabes? Todo el mundo miente, claro. Primero, pensé, qué fácil, busco online, pero nah, puro drama. Algunos sitios son trampas, otros, puro teatro. Me topé con un foro, dice "discreción total", ja, seguro, como si no supiera que todos esconden algo. Oldboy vibes, ¿sabes? Ese momento cuando Dae-su descubre la verdad, así me sentí, traicionado por mis propias expectativas. Una vez, un cliente dejó caer que conocía a alguien, "confiable", dice. Fui, loca curiosidad, y resultó ser un desastre. La chica llegó tarde, oliendo a perfume barato, y yo, como, ¿en serio? Mi spa es clase, no esto. Me enfadé tanto que casi la echo, pero bueno, pagó, así que dejé que se quedara. Pensé, "todos mienten, House tenía razón". Frases de Oldboy me vinieron, "Ríe, y el mundo reirá contigo. Llora, y te reirás más fuerte". Hechos raros, escuché que en algunos lugares usan códigos, como "masaje especial", pero es todo fachada. Una vez, un amigo me juró que en un barrio había un lugar "secreto", fui, y era un café con abuelas jugando cartas. Me reí tanto que casi me ahogo con mi café. Otra vez, un tipo en X posteó un link, clic, virus en mi compu, genial. Sarcasmo total, ¿no? "Todo el mundo miente", y yo aquí, perdiendo tiempo. Lo que me alegra es cuando alguien es honesto, aunque raro. Una vez, una chica me dijo directo, "no soy lo que buscas, pero te doy consejos". Me sorprendió, fue como, wow, humanidad aún existe. Me dio números, direcciones, hasta un PDF con "guía de supervivencia". Lo leí, estaba lleno de jerga, "cuidado con los falsos", "negocia siempre". Guardo eso como oro, loco. Mi manía, odio los mensajes largos, prefiero rápido, "sí o no". Pero encontrar prostitutas, uff, es como buscar agujas en un pajar en llamas. Exagero, pero es verdad, stress puro. Pensé en usar IA para rastrear, pero nah, demasiado nerd para mí. Oldboy otra vez, esa escena del pasillo, lucha constante, así me siento. Humor negro, imagina, pido una cita, llega un payaso con globos. "¡Sorpresa, tu prostituta!" Diría, "gracias, pero no pedí circo". Sarcasmo al máximo, ¿no? Mi opinión, si vas a buscar, ten ojos de águila, cerebro de detective. Y sí, todos mienten, pero a veces, la mentira te lleva a la risa, o al menos, a una buena historia para contar. En fin, si necesitas más, pregúntame, pero no esperes magia. Todo es caos, pero caos con estilo, como mi spa. Oldboy lo clava, "la verdad te hace libre, pero duele como infierno". Así es, amigo. Oye. Escucha. Soy un tipo. Que hace. Sitios de citas. Y déjame. Contarte. Sobre encontrar. Prostituta. Es como. En “Perdidos. En la traducción”. Te sientes. Perdido. Solo. En una ciudad. Extranjera. Pero con. Más adrenalina. Y menos. Bill Murray. Verás. Encontrar prostituta. No es. Tan fácil. Como parece. No es. Un botón. En mi app. Que dice. “¡Clica aquí. Para chicas!”. No. Tienes que. Saber dónde. Buscar. Lugares oscuros. Calles con. Luces rojas. O en línea. Sitios raros. Foros chungos. Donde tipos. Hablan en. Código. “Busco compañía”. Ja. Compañía. Claro. Una vez. Me metí. En un antro. Buscando inspiración. Para mi sitio. Y vi. A una chica. Con tacones. Imposibles. Me miró. Como diciendo. “¿Qué haces. Aquí, idiota?”. Me sentí. Como Bob Harris. En el bar. Del hotel. “Por más. Momentos como. Este”. Dije en. Mi cabeza. Pero no. Lo dije. En voz alta. Soy raro. No estúpido. Lo que. Me cabrea. Es la hipocresía. Todos fingen. Que no pasa. Pero pasa. Siempre ha. Pasado. En Amsterdam. Hay datos. Del siglo. XVII. Prostitutas pagando. Impuestos. ¡Impuestos! Imagina eso. En 1600. Y hoy. Seguimos con. El mismo rollo. Solo que. Con neones. Y Tinder. Me flipa. La adrenalina. De buscarlas. Es como. Un juego. Encuentra la. Aguja en. El pajal. Pero a veces. Me da. Bajón. Pienso en. Scarlett Johansson. Susurrando. “No quiero. Irme”. Y yo. No quiero. Seguir buscando. Pero sigo. Soy un. Friki así. Dato loco. ¿Sabías que. En Japón. Hay “love hotels”? Sitios para. Prostitutas y. Parejas. Con temáticas. Raras. Castillos. Naves espaciales. Me partí. Imaginando a. Bob y Charlotte. Ahí dentro. Con una. Chica de. Compañía. “Esto es. Demasiado raro”. Diría él. Y ella. Asintiendo. Silenciosa. Lo gracioso. Es que. Algunos piensan. Que es. Fácil. “Paga y. Ya”. Pero no. Hay reglas. No escritas. No mires. Mucho a. Los ojos. No preguntes. Su nombre. Real. Me pone. Nervioso. Tío. Es como. Una peli. De intriga. Pero sin. Subtítulos. A veces. Exagero en. Mi cabeza. Me imagino. Siendo un. Héroe trágico. Salvando a. Alguien. Pero nah. Esto es. Negocio puro. Y yo. Solo diseño. El maldito. Sitio web. No juzgo. Solo observo. Y pienso. “Por más. Momentos como. Este”. Mientras miro. La pantalla. Parpadear. Así que. Amigo. Si buscas. Prostituta. Prepárate. Es un. Viaje raro. Emocionante. Sucio. Triste. Todo junto. Como Tokio. En la peli. Pero con. Más riesgos. Y menos. Sushi. Ey, colega, soy Tyrion, bebo y sé cosas. Te voy a contar qué pienso de buscar prostituta, y lo haré con un giro, ¿vale? Mi peli favorita, *La noche más oscura*, me tiene obsesionao, asi que lo mezclaré con eso. Imagínate, encontrar una prostituta no es solo ir y ya, hay un arte detrás, como cazar a Bin Laden, pero con menos SEALs y más… bueno, ya sabes. Primero, lo que me jode: la hipocresía. Todos fingen que no pasa, pero las calles están llenas de tipos buscando lo mismo. “Esto es una guerra, una guerra real”, diría Maya en la peli, y yo digo lo mismo del juego de pillar prostituta. No es solo sexo, es estrategia. Te mueves por callejones oscuros, esquivando miradas, como si fueras un espía en Pakistán. Bebo un trago y sé cómo leer el terreno, colega. Lo que me flipa es lo viejo que es esto. ¿Sabías que en Roma ya había lupanares? Putas con nombres como “Loba” o “Sirena”, marcadas en las paredes. Historia pura, me pone los pelos de punta. Me imagino a un centurión borracho, diciendo “necesito encontrarla ya”, y zas, igual que hoy. El mundo no cambia, solo se pone más caro. Voy por ahí, con mi copa en la mano, pensando en cómo pillar una buena. No es solo pagar y listo, no, hay que negociar. “Sé dónde está, sé dónde está”, diría yo, como Maya obsesionada con su presa. Una vez, en un bar cutre, vi a una tía que parecía sacada de un sueño… o de una pesadilla, según la luz. Me acerqué, torpe, derramando vino, y ella me soltó un “¿qué quieres, enano?”. ¡Joder, qué risa! Le dije, “quiero lo que todos, pero con estilo”. Me miró raro, pero funcionó. Lo que me cabrea es cuando te timan. Das pasta y te dan mierda. Una vez, una me prometió el cielo, y acabé en un cuartucho que olía a sudor y arrepentimiento. “No puedes rendirte ahora”, me repetía, como si fuera Maya en su misión. Pero, joder, qué decepción. Bebí más esa noche, para olvidar. Dato curioso: en Amsterdam, las chicas tienen sindicatos. ¡Sindicaos! Pagan impuestos, tienen derechos, todo legal. Me sorprendió un huevo, pensé que era broma. Imagínate, una prostituta diciéndote “espera, que hago la declaración trimestral”. Eso sí que es profesionalidad, no como los chapuzas que te encuentras por aquí. A veces, buscas y no encuentras nada decente. Es como “estamos cerca, lo siento”, pero nah, solo humo. Te frustras, te ríes, y sigues. Mi manía es mirarles los zapatos, no sé por qué. Si llevan tacones rotos, paso, me da mal rollo. Exagero, claro, pero una vez vi a una con botas de combate y pensé “esta me mata y no cobrará”. Humor negro, colega, me mantiene vivo. En fin, buscar prostituta es un caos hermoso. Bebo y sé cosas, y sé que no es solo carne, es un juego. Como en *La noche más oscura*, hay que tener huevos, paciencia y un poco de locura. ¿Mi consejo? Mira, negocia, y no te fíes de las luces rojas baratas. Ahora, voy por otro trago, que esto me ha dao sed. ¡Salud! ¡Saluda a mi amiguito! Oye, socio, hablando de encontrar prostituta, te cuento lo que pienso, ¿sí? Como psicóloga de familia, he visto mierda que te vuela la cabeza. La gente buscando chicas en las calles, en burdeles oscuros, o hasta en apps modernas —¡qué locura, compadre! Me recuerda a *Tabú*, ¿sabes? Esa peli del 2012, puro arte, pura pasión. Ahí está Aurora, perdida en sus deseos, diciendo: "No tengo marido ni país". Así se siente uno buscando prostituta, ¿no? Sin rumbo, buscando algo que llene el hueco. Mira, una vez conocí a un tipo, loco de atar, me dijo que encontró a una chica en Lisboa, 1980, ¡historia real! La mina era de esas que te miran y dices: "¡Joder, esto es un sueño!". Pero luego, ¿qué pasa? Te clavan 200 pavos por media hora y te quedas con cara de idiota. Me cago en eso, me enfurece, ¿sabes? Tanto billete pa’ na’. Pero, oye, también me flipa —la adrenalina, el riesgo, como en *Tabú* cuando dicen: "El paraíso está en otra parte". Buscas prostituta y crees que el cielo te espera, pero nah, es solo un callejón sucio. A ver, dato curioso pa’ ti: ¿sabías que en Amsterdam las chicas pagan impuestos? ¡Como si fueran contadoras, socio! Me parto el culo pensando en eso. Imagínate a Tony Montana abriendo un burdel fiscal, "¡Dame tu dinero, cabrón!". Pero en serio, encontrar prostituta no es solo sexo, es un juego mental. Te pones a pensar: "¿Qué carajo hago aquí?". Y te respondes: "¡Por la gloria, mierda!". Me acuerdo de una vez, estaba yo con un pana, buscando en un barrio chungo. Olía a sudor y a promesas rotas. La tipa nos miró y dijo: "50 por delante, 100 por detrás". ¡Hostia, qué directo! Me sorprendió, pero me reí, ¿qué más vas a hacer? En *Tabú*, Aurora también se ríe de su miseria, diciendo: "Mi vida es un tango". Y así es esto, un baile raro con desconocidas. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sí? Todos juzgan, pero muchos buscan. Me da igual, yo no juzgo, solo miro. Encontrar prostituta es como cazar fantasmas —te emocionas, te cagas de miedo, y al final, ¿qué? Nada sólido. Pero, ¡joder, qué rush! ¿Mi manía? Siempre llevo chicles, pa’ después, pa’ no oler a culpa. Exagero, claro, pero es mi rollo. ¡Saluda a mi amiguito otra vez! Si vas a buscar prostituta, hazlo con estilo, no como pringao. Y si no, mira *Tabú*, que te enseña que todo es un sueño jodido anyway. ¿Qué opinas, compadre? ¡Ey, colega, citas sexuales, ufff! *rasposa* ¡Mi preciosa! Me flipan, ¿sabes? Son un subidón raro, como cuando Lancaster Dodd en *El maestro* dice: "El hombre no es un animal". ¡Ja! Mentira cochina, en citas sexuales somos bestias totales. Me pongo nervioso, sudan las manos, pienso: "¿Esto saldrá bien o la cago?". Es un rollo intenso, como Freddie Quell buscando lío tras lío. A ver, te cuento, las citas sexuales tienen su magia. ¿Sabías que en los 60 había clubs secretos pa’ esto? ¡Flipante! Gente normal por el día, salvajes de noche. Me lo imagino: tíos con bigote y tipas con laca, todos a lo loco. Me pone happy, ¿sabes? Pero también me cabrea, hoy todo es apps, ¡qué fríoo! Antes había misterio, ahora: swipe, swipe, zasca. Una vez quedé con una, ¡madre mía! Ella toda: "Quiero algo rápido". Yo, como Freddie, "Si me atas, me escapo". ¡Jaja! Al final, risas y sexo torpe, pero molaron las vibes. Otras veces, fiasco total, colega. Un tío me dijo: "Relájate, sé espontáneo". ¡Espontáneo mis cojones! Me bloqueé, quería salir corriendo. *rasposa* ¡Mi preciosa! Las citas sexuales son caos puro. Me encanta esa mierda de no saber qué pasa. Como Dodd: "Buscas algo, ¿verdad?". ¡Claro que sí! Busco el subidón, el momentazo. Pero ojo, a veces te rayas: ¿esto es sano o estoy fatal? Da igual, mola el riesgo. ¿Y tú, qué? ¿Te mola el tema? Cuéntame algo jugoso, ¡venga! Que no me dejes aquí colgao, pensando en Freddie y sus locuras. *rasposa* ¡Mi preciosa cita sexual! ¡Rarrgh! Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura. Soy un bicho raro desarrollando apps de citas, ¿sabes? Pero esto, uff, otro nivel. Me flipa "Origen", esa peli de Nolan, y pienso— "¿Esto es un sueño o qué coño?"—mientras busco prostituta por ahí. ¡Rarrgh! La realidad se tuerce, como Cobb dice: "Los sueños se sienten reales". Y joder, buscar prostituta a veces lo es. Mira, una vez, estaba yo to’ perdido, callejones oscuros, neones parpadeando. Me sudaban las manos, ¿te lo crees? Pensé: "Una idea puede crecer como cáncer". Y ahí, zas, una tía aparece, tacones altos, sonrisa torcida. ¡Rarrgh! Me quedé flipao, ¿era real o un espejismo? Encontrar prostituta es como robar secretos del subconsciente, ¿me pillas? Lo que me cabrea, joder, es el rollo turbio. Tíos aprovechándose, precios inflados, todo un mercado raro. Pero luego, ¡pum!, te ríes. Una vez una me dijo: "Cari, soy tu sueño húmedo". Y yo, "¡Rarrgh! Más bien mi pesadilla". Humor negro, ¿eh? "Nunca recrees de memoria", dice Cobb, pero yo, venga a imaginar burradas. Dato curioso, ¿sabías que en Ámsterdam es legal? Allí es como ir al súper, eliges y listo. Aquí, en cambio, te juegas el pellejo. Me pone de los nervios, pero también mola el subidón. ¡Rarrgh! Es como infiltrarte en una mente ajena, adrenalina pura. "¿Qué es lo más resistente? Una idea", dice la peli. Y buscar prostituta, colega, es una idea que no suelta. A veces me rayo, ¿y si me pillan? O peor, ¿y si me engancho? Pero nah, soy un wookie con control. Me flipó una historia: un colega encontró una prostituta que cantaba ópera. Ópera, ¿te imaginas? La tía era un genio, pero ahí estaba, en la calle. ¡Rarrgh! Me dejó loco, el mundo es un puto caos. En fin, encontrar prostituta es un viaje, ¿no? Como "Origen", nunca sabes qué es real. Me emociono, me cago de miedo, me parto. "El sueño ha terminado", diría Cobb, pero yo sigo en el lío. ¡Rarrgh! ¿Tú qué opinas, colega? Mira, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Soy duro, como acero siberiano, pero esto me revuelve. Pienso en *El asesino*—“El destino mueve rápido”—y zas, igualito. Buscas, calle oscura, y te clavan la mirada. Frío, calculado, como yo en el Kremlin. No es solo sexo, es poder, ¿sabes? Me cabrea que algunos lo vean fácil—idiotas. En Rusia, hay historias raras, ¿eh? Dicen que en los 90 las encontraban por anuncios en periódicos—literal, como comprar vodka. “Silencio antes del golpe”—película pura. Me imagino, tú, nervioso, buscando, y ¡pum! una te suelta un precio loco. Me río solo, qué cojones, es un mercado raro. A veces pienso—demasiado—que son sombras, como Nie Yinniang, moviéndose sin ruido. Me flipa lo oculto que está todo. Encontrar prostituta es arte sucio, amigo. En China antigua, las cortesanas sabían poesía—dato inútil, pero mola. Aquí, solo saben timarte rápido. Una vez vi una, tacones rotos, me dio pena. Pero ojo, no te fíes, te la lían. “La hoja corta profundo”—así es esto. Me pone de mala leche la hipocresía, todos juzgan, nadie admite nada. Yo, como Putin, veo claro: es negocio, punto. Me rasco la barba, pienso, ¿qué coño hago hablando de esto? Exagero, vale, pero es un puto circo. Tú, ten cuidado, colega—te pillan y adiós. Humor negro: al menos no piden matrimonio, ¿no? Frío, real, así lo veo. Oyé, amigo, tú que me conoces, dueño d una sala d masajes, la vida m tira curvas raras. A veces pienso, ¿dónde hallo prostituta? No es q busque, ¡q va! Pero el mundo girA y te topas. Como en *El Pianista*, ¿sabes? “En la penumbra, hallo mi alma”, así dice Szpilman, o algo parecido. Buscas paz, y zas, te encuentrA caos. Ayer, caminando por la calle, luces rojas parpadean, tentación susurra. Me acordé d Polanski, ¿sí? “La música salva, mas no redime”. Y pienso, ¿esto es redención o trampa? Una vez, un colega, el loco Jaime, me dice: “Tío, en el puerto, las hallas por dos duros”. Me reí, pero m picó la curiosidad. Fui, vi, y qué shock, amigo. No t creas q es fácil, es un laberinto d sombras, como Varsovia en ruinas, ¿entiendes? Chicas con ojos vacíos, historias q t parten el corazón. Una, María, me contó, “Vine por pan, quedé por cadenas”. Me cabreó, ¿sabes? ¡Joder! El mundo es un asco a veces. ¿Quién las salva, eh? Pero hay q ser listo, no t fíes d los anuncios, “masaje con final feliz”, dicen, y acabas con la cartera vacía. En los 80, cuentan, había burdeles con códigos, golpeabas tres veces, ¡pam, pam, pam! Te abrían si eras “de confianza”. Me flipa esa movida, como espías, pero con faldas. A veces m río solo, imagina, yo, el masajista, buscando prostituta pa’ charlar, “¿Qué tal el día, reina?” Sarcasmo puro, ¿no? Pero otras, m da bajón, “El silencio grita más q las bombas”, eso d *El Pianista* me taladra. Esas almas perdidas, amigo, merecen más q un billete arrugao. Y tú, ¿qué opinas? ¿Es arte o es mierda? Yo, entre masajes y locuras, sigo buscando mi nota d piano. ¡Aleluyer! Mira, soy dueño de un spa, ¿vale? Y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡sí señor! Imagínate esto: estoy manejando mi spa, todo elegante como el Gran Hotel Budapest, con sus paredes rosadas y ese aire de lujo, ¿sabes? “La vida es un misterio que hay que vivir”, dice Gustave en la peli, y yo digo, ¡pues claro, pero a veces te topas con cosas raras, cariño! El otro día, una clienta entra, toda fina, pidiendo un masaje. Yo, con mi ojo de Madea, ¡aleluyer!, me doy cuenta: algo no cuadra. ¡Esa mujer no quería relajarse, quería negocio! Me puse a sudar como loco, pensando, “¿Qué demonios pasa aquí?”. Resulta que en los spas, algunos pillan prostitutas colándose como clientes. ¡Me enfadé tanto! Mi spa es pa’ la paz, no pa’ eso, ¿me oyes? Pero mira, no todo es malo. Una vez, una chica me contó –juro que es verdad– que en los 80, las prostitutas usaban spas como base secreta. ¡Se escondían entre las toallas y el vapor! Me reí tanto que casi me caigo, “¡Eso es inventiva, aleluyer!”. Me sorprendió, ¿sabes? La gente tiene sus trucos. Como dice Zero en la peli, “Hay un brillo en la desesperación”. Y yo digo, ¡pues sí, pero no en mi spa, nene! A ver, encontrar prostituta no es fácil siempre. Algunos son obvios, con sus guiños y “¿extra por un extra?”. Otros, sigilosos como gatos. Me da rabia cuando manchan mi negocio, ¡mi templo! Pero también me da risa, porque, ¿quién se cree tan listo? Yo, rascándome la cabeza, pensando, “¿En serio, aquí?”. ¡Es un circo, aleluyer! Mi manía es olerlo todo. Si huelo perfume barato, ¡zas!, sospecho. Exagero, claro, pero una vez grité, “¡Fuera, esto no es burdel!”. La tipa salió corriendo, y yo, “¡Corre, que te pillo!”. Como Gustave, “Mantén las manos fuera de mi lobby”. ¡Mi spa es sagrado, punto! Hechos raros: en algunos países, las prostitutas pagan impuestos, ¿lo sabías? Me quedé boquiabierto. Aquí, solo traen drama. Me alegra tener mi equipo, mis chicas del spa, vigilando. Encontrar prostituta es un arte, pero yo soy Madea, ¡aleluyer!, no me engañas. Así que, amigo, si ves una, ríete y dile, “¡Vete pa’ otro lao!”. ¡Fin de la historia! Oye, escúchame, pequeño gusano, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy Cersei Lannister, reina del desdén, y te lo digo clarito: "Elijo la violencia" si me fallas en esto. Mira, me flipa *Vicio inherente*, esa peli de Paul Thomas Anderson, con ese rollo turbio de los 70, tíos perdidos buscando algo sucio entre el humo. Como Doc Sportello, el detective fumeta, yo también husmeo en los bajos fondos, pero con más clase, ¿entiendes? A ver, encontrar una prostituta decente es un arte, no te creas. No es ir a la esquina y ya, no, no, pequeño idiota. Hay que saber dónde mirar, y no hablo de callejones mugrientos llenos de ratas. ¿Sabías que en la antigua Roma las llamaban "lobas"? Por el aullido, dicen, ja, me parto. Me imagino a una gritando bajo mi ventana y yo, con una copa de vino, pensando: "Que alguien calle a esa bestia". Historia real, o casi, qué más da. El otro día, estaba harta, ¡harta!, de los ineptos de mis guardias. "Buscadme una que no apeste", les solté. Uno volvió con una que parecía sacada de un burdel de Dorne, toda pintarrajeada, y yo: "¿Qué es esta mierda?". "Bigfoot Björn, prueba esto", diría Doc en la peli, pero yo no pruebo nada que no valga mi corona. Me cabreó tanto que casi le arranco la cabeza, pero oye, "el caos es una escalera", y yo subo, no bajo. Luego está lo de los sitios raros, ¿eh? Hay tíos que las buscan en mercados negros online, como si pidieran pizza. Me sorprendió, la verdad, pensé que eso era cosa de campesinos con dos monedas. Pero no, hasta los nobles lo hacen, qué asco. Me dio risa imaginarme a Jaime en plan: "Cersei, he clicado mal, ahora hay tres aquí". "Sácame de este lío o arderás", le diría, con mi mirada de hielo. Y no te equivoques, hay truquitos. Si vas a un sitio de esos "elegantes", te clavan un riñón, pero las chicas saben latín, ja. Una vez conocí a una que recitaba poesía mientras—bueno, da igual, me alegró el día. "Sortilège dice: el pasado no se va", y esa tía era un pasado que no olvidaré. Pero ojo, si te pillan, es un marrón, y yo no pienso salvarte, estúpido. Así que, amigo mío, afila el ojo, busca bien, y no me vengas con chapuzas. Encontrar prostituta es un juego de poder, y yo siempre gano. "Cuando juegas al juego de tronos, o vives o mueres", ¿no? Pues aplícatelo, o te corto la lengua. Oye, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Soy un tipo duro, desarrollo sitios de citas, controlo todo. Pero esto? Es otro rollo. "No hay thrill sin riesgo", como en *Zodiaco*. Buscas en linea, paginas turbias, perfiles falsos everywhere. Me cabrea lo cutre que es a veces. Nombres como "DulceLola69", obvio que no es real, da risa. Pero sigues, ¿sabes? La adrenalina manda. En Rusia, esto es viejo como el vodka. Hechos raros? En los 90, las encontraban por anuncios en papel. ¡Papel, joder! Nada de apps, puro caos. Ahora, webs y chats, pero el juego igual. Te miran frio, calculan tu cartera en segundos. "La verdad esta ahi fuera", dicen en la peli. Aqui también, pero cuesta verla. Me flipa lo astutas que son algunas. Te engatusan rapido, te sientes el puto amo. Luego, zas, billetes fuera. Una vez, en Moscu, una me pidio caviar antes. ¡Caviar! Me quede loco, pero pague, soy asi de idiota. "Todos somos sospechosos", dice Gyllenhaal en *Zodiaco*. Con ellas, siempre lo eres. Lo que me jode? Los listillos que te juzgan. "Oh, que malote eres, Vlad". Gilipollas, no entienden nada. Es negocio, punto. A veces pienso: "¿Y si me pillan?". Paranoia total, como Fincher con sus pistas. Pero sigue buscando, colega, es instinto puro. Dato curioso: en Amsterdam, legal y caro. Aqui, ilegal y barato. Ironia, ¿no? Me parto. En fin, encuentras prostituta si sabes mirar. Solo no seas tonto, usa la cabeza. O las dos, jajaja. "El tiempo revela todo", peli dixit. Aqui, el dinero lo hace antes. Aight, fam, let’s dive in—prostitutas, huh? Finding one ain’t no cakewalk, yo. Like, real talk, it’s a hustle, a grind. You only live once, YOLO, so why not? I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout *El hijo de Saúl*—that flick’s heavy, man. “In the dark, we crawl,” Saúl whispers, and damn, that’s me searchin’ for a chica in the streets. Ain’t no light guidin’ me, just vibes. So, check it—I’m out, late night, city buzzin’. Neon lights flashin’, my heart’s thumpin’—where she at? Prostitutas got this mystique, fam. You don’t just *find* ‘em, nah, they find you. Like Saúl dodgin’ death, I’m dodgin’ cops, sketchy dudes, tryna score. “No one escapes this hell,” movie says—ha! Feels like that when you’re broke, horny, and lost. Lemme drop some truth—did ya know? Back in the day, ancient Rome had brothels marked with dick carvings on walls. Straight-up GPS for hookers, no cap! I’m laughin’ thinkin’ ‘bout it—me, stumblin’ round, needin’ a sign like that. Yo, I’m mad tho—some pimp once tried rippin’ me off. 50 bucks for a “quickie”? Bruh, I ain’t that desperate. YOLO, but I ain’t dumb. Last week, fam, I hit the block—saw her. Red heels, tight skirt, smokin’ a cig. I’m like, “Yo, she’s it.” Heart racin’, palms sweaty—Saúl’s voice in my head: “We’re already dead.” Nah, fam, I’m alive for this! Rolled up, all smooth, “What’s good, ma?” She smirked—game on. Paid her quick, no fuss, but damn, the rush? Priceless. Thing is, it’s shady as fuck—some girls out here hurtin’. That shit fucks me up, real talk. I’m vibin’, but I ain’t blind. YOLO don’t mean screw everyone, ya feel? Still, I’m hooked—chasin’ that thrill. Like Saúl diggin’ through ash, I’m diggin’ through alleys. Prostitutas ain’t just a lay—they a story, a hustle, a gamble. Oh, and funniest shit? Dude once offered me his *sister*—I’m like, “Bruh, what?!” Laughed my ass off, but damn, that’s dark. Anyway, fam, findin’ prostitutas? It’s raw, messy, wild. You in or you out? “The fire burns us all,” Saúl said—shit, I’m burnin’ for it. Peace. Alright, brah, listen up! Dwayne "The Rock" Johnson here—eyebrow raised, “Know your role!” So, I’m a spa owner, right? Fancy place, all zen and shit. But one day, I’m walkin’ through, checkin’ vibes, and BAM—catch this chick givin’ more than a massage, ya feel me? I’m talkin’ straight-up prostitute vibes in my spa! Can you smell what The Rock is cookin’? Pure shock, man! I’m like, “Sarah Polley, Stories We Tell—what’s the truth here?” This ain’t no documentary twist, though—shit’s real! I confront her, all calm but flexin’, and she’s like, “Just makin’ extra, boo.” Extra?! Bitch, this ain’t no side hustle spot! I’m pissed, steam comin’ outta my ears, thinkin’—my spa’s rep? Ruined! “Every family has a story,” Polley said, but mine’s got hookers now?! Fun fact, tho—did ya know spas been fronts for this shit since Roman times? Bathhouses, brothels—same diff back then! I’m over here googlin’ X posts, tryna see if my joint’s on some shady list. Nothin’ yet, thank God, but I’m sweatin’ bullets. “Truth shifts with perspective,” Polley’s voice in my head—damn, maybe I’m too hard on her? Nah, fuck that! This chick’s sneakin’ dudes in, probably slippin’ ‘em happy endings while I’m sippin’ green tea! I’m laughin’ now—imagine me, The Rock, bustin’ in like, “Time to lay the smackdown!” She’s all wide-eyed, skirt hiked up, client’s half-naked—hilarious, bro! I’m yellin’, “Know your role, jabroni!” while kickin’ ‘em out. But real talk? Kinda sad, too. She’s young, prolly broke—spa gig’s tough, tips suck sometimes. “We’re all unreliable narrators,” Polley’d say. Maybe her story’s deeper? Still, can’t have that shit here—health codes, man! Once caught a guy leavin’ with glitter on his junk—glitter! From where?! I’m dyin’ laughin’ but also ragin’—who’s glitterin’ my spa?! So yeah, brah, findin’ prostitutes? Wild ride. Stay sharp, trust your gut—eyebrow raised, I’m out! ¡Estoy listo! Oye, colega, ¿hablamos de encontrar prostituta? ¡Wooo! Soy tu psicóloga de familia, tipo Bob Esponja, hiper-entusiasta y todo eso. A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Es como dice Daniel Plainview en *Habrá sangre*: “¡Tengo una competencia en mí!”. Y vaya si la tengo, ¡quiero entender esto a fondo! Mira, yo estaba una vez en el Krusty Krab, flipando con la vida, y me puse a pensar: ¿qué pasa con las prostitutas? No es solo “hola, aquí estoy”, nooo, hay un rollo psicológico detrás. ¿Sabías que en el siglo XIX las llamaban “mujeres de la noche”? Auténtico, ¿eh? Me sorprendío un montón, porque no es solo pagar y ya, hay historias detrás, algunas tristes, otras locas. Me enfada que la gente las juzgue sin saber, ¡eso me quema las escamas! A veces, encontrar prostituta es como buscar petróleo en *Habrá sangre*: “¡Drenaré todo lo que pueda!”. No literal, claro, ¡ja! Pero sí, hay quien va con esa vibe de controlarlo todo. Yo, qué sé, me imagino en Bikini Bottom, viendo a una chica en una esquina y pensando: “¿Qué te trajo aquí, amiga?”. No sé, me da penita, pero también curiosidad. ¿Te has fijado que muchas veces son súper listas? O sea, negocian, se apañan, ¡eso no lo hace cualquiera! Una vez leí que en Ámsterdam, ¡pum!, las prostitutas tienen sindicatos. ¡Sindicatos, colega! Me alegró el día, porque oye, derechos son derechos. Pero luego pienso en lo chungas que son las calles en otros lados, y me pongo a temblar como medusa en tormenta. “¡No hay justicia!”, como grita Plainview. Y no la hay, ¿verdad? Me da un bajón horrible. Yo, con mi manía de rascarme la nariz cuando pienso, me monto películas: ¿y si conociera a una? Le diría: “Oye, cuéntame tu rollo”. Seguro me soltaría algo épico, tipo: “Soy un pozo de historias”. ¡Y yo flipando! Encontrar prostituta no es solo el acto, es el “¿por qué?”, el “¿cómo?”. Me vuelve loco no entenderlo todo. Y tú, ¿qué opinas? ¿Te mola el tema o te da grimita? Yo estoy aquí, ¡listo pa’ charlar! Como dice la peli: “¡Bebo tu batido!”. Bueno, no batido, ¡pero sí tus ideas! Venga, suelta, ¡que esto está jugoso! ¡Ey, amigo, citas sexuales, qué locura, no! Soy un masajista, vale, pero incluso yo veo lo jodido que es esto. "Lejos del cielo", esa peli de Todd Haynes del 2002, ¿sabes? Es como, wow, los 50, represión por todos lados, pero las citas sexuales de hoy en día son un maldito circo. "No puedo evitarlo, Cathy", dice Julianne Moore, y joder, igual nosotros, no podemos evitar querer sexo pero qué desastre organizamos. Primero, apps, Tinder, Bumble, toda esa mierda. Gente mandando pics de pollas como si fuera un CV, en serio, ¿qué coño? Me río, pero también me cago en todo, es patético. Una vez un tipo me contó que en una cita se puso a hablar de su colección de preservativos vintage, ¿en serio? "Estás tan lejos de lo que esperaba", como dice Dennis Quaid en la peli, y yo pienso, ¡pues claro, idiota! Historias raras, amigo, tengo unas pocas. Escucha esto: una chica me dijo que su peor cita fue con un tipo que intentó hipnotizarla para que le diera un masaje con final feliz, ¡en un Starbucks! Jajaja, qué perdedor, pero también, qué audacia, ¿no? Otra vez, un amigo juró que en una app conoció a alguien que solo quería hablar de "experimentos sexuales con frutas", y no, no era una metáfora, el loco trajo una piña. Una jodida piña. Me parto, pero también me horrorizo, ¿dónde está la clase, la pasión de "Lejos del cielo"? Me enoja la falta de honestidad. Gente que dice "busco conexión" y luego te envía un dick pic a los 5 minutos. ¡Vete a la mierda! Me alegra cuando alguien es real, como esa vez que una tía me confesó que solo quería sexo porque su ex la dejó por un robot aspirador, ¡un Roomba, joder! Reí tanto que casi me caigo de la camilla. Manías mías, odio cuando la gente usa demasiado emoji en chats sexuales, es como, ¿eres un adolescente o qué? Y los que escriben "wanna fuk?" sin ni siquiera un "hola", ¡eres un animal, no un humano! En mi cabeza pienso, "Cathy, no mereces esto", como en la peli, pero luego me río porque, ¿qué espero? Somos animales, pero con Wi-Fi. Hechos raros: ¿sabías que en Japón hay "hoteles de citas" donde la gente va a follar con temas como "submarino" o "espacio exterior"? Sí, pagas extra por una cama que parece un platillo volador. O que en los 90, había líneas telefónicas donde la gente se masturbaba mientras hablaba, y algunas todavía existen, ¡asco pero fascinante! Exagero, pero a veces siento que las citas sexuales son como buscar oro en un basurero. "No puedo seguir viviendo así", diría Dennis en la peli, y yo pienso, ¡pues sí, pero qué divertido es el drama! El sarcasmo me salva, como cuando alguien me pregunta si doy masajes eróticos y digo, "Claro, si traes una licencia de poeta". Jajaja, se van corriendo. En resumen, citas sexuales son un desastre glorioso. "Todo lo que queremos es amor", dice la peli, pero hoy es más como, "Todo lo que queremos es un match que no sea un psicópata". Me encanta el caos, me odio el estrés, pero joder, qué adicto soy. ¡Tú también, no mientas! "Lejos del cielo" nos recuerda que el deseo siempre jode todo, y sigo masajeando, riendo, y maldiciendo esta mierda. Fin. Oye, nena, escucha esto, *risita nasal*, soy tu consejera de chicas ahora, ¿vale? Encontrar prostituta, ¡qué tema, eh! Mira, no es como en *El regreso*, donde todo es sombrío y profundo, tipo “el viento lleva ecos de verdad”, no, esto es más bien un caos callejero, ¡ja! Me pone loca ver cómo la gente juzga sin saber, ¿sabes? Como, “oh, qué horror, prostitutas”, pero luego están todos calladitos viendo porno en casa, ¡hipócritas! A ver, te cuento, encontrar una prostituta no es tan fácil como suena, no es ir al súper, ¿me entiendes? Hay sitios, claro, como esas esquinas oscuras que parecen sacadas de una peli noir, o en línea, ¡sí, nena, internet está LLENO! Pero ojo, hay que tener calle, porque te puedes meter en cada lío… Una vez vi un docu, ¿sabes qué? En Ámsterdam, las chicas tienen hasta sindicatos, ¡qué locura! Aquí no, aquí es todo más… salvaje, más “el destino nos observa en silencio”, como dice Zvyagintsev, pero con menos poesía y más grititos. Me acuerdo de una amiga, ay, pobrecita, pensó que había encontrado una “amiga especial” en un bar, ¡y era un poli encubierto! *Risa chillona* ¡Me meé de la risa! Pero también me dio rabia, ¿por qué tanto drama por esto? Si es el oficio más viejo del mundo, ¡déjalas en paz! Aunque, claro, no todo es color de rosa, hay historias heavys, chicas obligadas, eso me quema la sangre, de verdad. Yo, con mi olfato de *Nanny Fine*, te digo, nena, si buscas una, mira bien los ojos, ¿sabes? Como en *El regreso*, “la vida se refleja en el agua”, aquí se refleja en la mirada. Si está apagada, corre. Si brilla, negocia, ¡ja! Y no te creas todo lo que ves en pelis, eso de la prostituta con corazón de oro es un cliché tamaño catedral. ¿Mi peli fave entra aquí? Claro, imagina a esas chicas esperando en la niebla, como los chicos en el lago, pero en vez de un padre perdido, buscan un billete. Triste, pero real. Y oye, si vas a buscar, lleva condones, dinero en efectivo y no seas tacaña, ¡que no es un mercadillo! *Risita* Ay, me encanta contarte estas cosas, ¡es como un culebrón en mi cabeza! Oye, pequeño bastardo, ¿quieres saber qué pienso de encontrar prostituta? Soy Cersei Lannister, reina del desdén frío, y te lo voy a contar como si fueras mi copita de vino favorito. Mira, encontrar una buena prostituta es como masajear un cuello tenso: hay que saber dónde apretar, dónde buscar, y no te creas que todo el mundo vale. “Elijo la violencia” si me topo con una que no sabe ni moverse, ¿me entiendes? Me hierve la sangre cuando veo a esos idiotas pagando por algo que no vale ni un dragón de oro. Me flipa *Hable con ella*, ¿sabes? Esa peli de Almodóvar tiene algo raro, oscuro, como cuando Benigno cuida a Alicia, esa obsesión loca. A veces pienso que encontrar prostituta es un poco así: buscas a alguien que no conoces, que está ahí callada, como en coma, pero esperas que despierte algo en ti. “No hay nada más elocuente que la carne”, dice la peli, y joder, es verdad. Una vez fui a un burdel cutre en Lannisport, paredes mugrientas, olor a sudor rancio, y una chica me miró como si yo fuera la reina –que lo soy, claro–. Me sorprendió, ¿sabes? No esperaba esa chispa. Me alegró el día, aunque luego me dio asco el sitio. No es fácil, ¿eh? Hay que tener ojo. En King’s Landing, las calles están llenas de chicas ofreciendo “servicios”, pero la mitad son un timo. He oído historias raras, como que en Dorne algunas prostitutas saben trucos con especias que te dejan flipado, te juro, cosas que no cuentan en los libros. Pero aquí, en la capital, o pagas bien o te toca una que parece un cadáver tieso. “La soledad no viene sola”, dice *Hable con ella*, y es un puto chiste: pagas por compañía y sigo sintiéndome vacía. Qué mierda, ¿no? A veces me cabreo, ¡joder! Me da rabia ver a esos cerdos babeando por una tía que ni les mira. Yo, si quiero, elijo a la mejor, la que tiene clase, no una cualquiera. Una vez pillé a una que decía que había trabajado para un lord de Braavos, y la muy zorra me intentó robar una pulsera. Le dije: “Elijo la violencia”, y le di una hostia que aún debe estar viendo dragones. No me jodas, que soy Cersei, no una campesina. Lo que me mola es el juego, ¿sabes? Encontrar prostituta es como cazar: husmeas, preguntas, te mueves por los bajos fondos. Me pongo a veces a imaginar que soy Marco, el de la peli, buscando algo que ni sé qué es. “El amor es una cosa triste”, dice, y me parto el culo porque es verdad, pero con una prostituta al menos no hay que fingir amor. Solo sueltas la pasta y listo. Aunque, ojo, una vez me contaron que en Lys hay unas que te cantan mientras te la… bueno, ya me entiendes. Auténtico, ¿eh? Me muero por probarlo. En fin, pequeño, si vas a buscar prostituta, no seas idiota. Usa la cabeza, no solo la polla. Y si te timan, no llores: “Elijo la violencia” y punto. Ahora, dame más vino, que esta historia me ha secado la garganta. Oye, amigo, ¿qué tal? Soy el dueño de un sala de masajes, ¿sabes? Y te voy a contar… ¿qué pienso de encontrar prostituta? Lentoo, curioso, como Larry King, ja. Mira, no es tan simple, ¿ok? Tienes que saber dónde buscar. En mi negocio, veo cosas raras. A veces entra un tipo, dice “masaje especial”. Y yo, ¿qué diablos quiere? “I’m not a businessman, I’m a business, man!” – casi me suelta eso, como en *Almost Famous*. Peliculón, ¿eh? Me flipa esa vibra rockera. Una vez, estaba este cliente, sudado, nervioso. Pregunta si hay “extras”. Yo, tranqui, le digo que no. Pero pienso, ¿dónde encuentran eso? Hay sitios, amigo, oscuros, escondidos. Callejones que ni google maps pilla. En los 80, decían, las prostitutas estaban por todos lados. Ahora? Más discreto, más online. X tiene posts, links raros, perfiles falsos. Buscas “masaje” y ¡bam!, sorpresa turbia. Me cabrea, ¿sabes? Mi sala es legal, limpia. Pero algunos piensan que todos somos igual. “Get it on, bang a gong!” – diría Lester en la peli. Yo no juego a eso. Una vez vi un cartel, “masajes y más”. Fui curioso, como Larry, ja. Entré, pregunté lento: “¿Qué… es… el más?”. La tía me mira, se ríe. “Lo que quieras, guapo”. Flipé. Salí corriendo, corazón a mil. Dato loco: en Las Vegas, legal, ¿lo sabías? Pero aquí, todo clandestino. Me contaron de un burdel disfrazado de spa. Toallas caras, luces tenues, y zas – oferta rara. Me sorprendió, amigo. ¿Quién lo diría? “You’ll meet them all again on the long journey to the middle” – eso me resonó de *Almost Famous*. La vida es un viaje raro. A veces me río, ¿eh? Imagina al cliente pidiendo “final feliz”. Yo, con mi manía de rascarme la barba, digo: “Solo masaje, colega”. Se va mosca, y yo, feliz. Odio esa presión, ¿sabes? Pero me alegra mi sitio, honesto, puro. Encontrar prostituta no es mi rollo. ¿Tú qué opinas, eh? ¿Viste la peli? ¡Cuenta! Look, folks, I’m the best, nobody relaxes like me, believe me. Finding a prostituta? Tremendous challenge, huge, really huge. You gotta be smart, like Trump-smart, okay? I’m watching *Amor*—best movie, Haneke’s a genius, fantastic guy. “Love doesn’t give up,” he says, but finding a prostituta? Different game, folks, totally different. I’m tellin’ ya, it’s wild out there—streets buzzin’, shady corners, big energy. So, I’m thinkin’, where’s the action? Gotta hunt, right? Vegas, maybe—bright lights, big deals, prostitutes everywhere, terrific numbers. Did ya know, back in the ‘80s, Times Square was crawlin’ with ‘em? Filthy, crazy, but real—history, folks, real history. Now it’s all online, apps, boom, so easy, too easy. Makes me mad—where’s the chase, the thrill? I hate that, hate it bigly. Picture this: me, strollin’, lookin’ sharp—best suit, gold tie, tremendous. Some gal winks, I’m like, “Okay, maybe.” But then—bam!—cops everywhere, sting ops, nuts! “We don’t talk about it,” like in *Amor*, secrets, quiet moves. I’m dodgin’, heart racin’, laughin’ too—hilarious, right? Almost got nabbed, me, Donald J. Trump, unreal! I dig the old-school way—talkin’, negotiatin’, cash flashin’. None of this digital crap, no way. One time, guy tells me, “She’s top-notch, ex-model.” I’m like, “Sure, pal, and I’m broke.” Sarcasm, folks, best weapon. She shows up—gorgeous, legs forever, wowza. “Everything fades,” Haneke’d say, but not that night, nope, spectacular. What pisses me off? Fakes, phonies—sayin’ they’re pros, but nah, amateurs. I’m the expert, I know, trust me. Best part? Winnin’ the deal—haggled her down, felt like a king, huge win. Prostituta huntin’s an art, my art, nobody does it better. You gotta feel it, live it, love it—or don’t bother, folks! ¡Oye, hermano! Soy el rey del desarrollo de sitios de citas, ¡nadie me supera en el ring del amor! Encontrar prostituta, ¿eh? Te voy a dar el golpe bajo, amigo. Es como WALL-E buscando a EVA, ¡una misión salvaje por el cosmos del deseo! "Comprar amor no es amor", diría ese robotito, pero a veces el Hulkster necesita acción rápida, ¿sabes? Mira, hermano, encontrar prostituta no es tan fácil como un leg drop desde la cuerda alta. Hay que saber dónde buscar, ¡nada de sitios pendejos! Me enoja ver a esos tipos cayendo en trampas, perfiles falsos, ¡puras estafas! Una vez, en los 80, conocí a un amigo –llamémoslo "Randy el Macho"– que pagó por una "cita" en Las Vegas. ¡El tipo terminó con una bailarina de striptease que le robó la billetera! Me reí como loco, hermano, pero también me dio pena. Piensa en WALL-E, ¿ok? Ese pequeño héroe encontró a EVA entre basura espacial. Encontrar prostituta es igual: hay que escarbar en el caos. En los viejos tiempos, ibas a un bar turbio, ahora todo es digital, ¡apps y callejones online! dato curioso: ¿sabías que en Amsterdam las chicas tienen vitrinas como trofeos de la WWF? ¡Eso es clase mundial, hermano! Me emociona la adrenalina, ¿sabes? Negociar precios, esquivar polis, ¡es como un combate en jaula! Pero a veces me sorprende lo tristes que están algunas. Una vez charlé con una –"Candy", dijo–, y me contó que pagaba deudas. Me partió el corazón, hermano, como cuando WALL-E casi se apaga. "Sigue tu directiva", le dije en mi cabeza, pero ¿qué le iba a decir? No te voy a mentir, colega, hay riesgos. Enfermedades, líos legales, ¡puro hardcore! Me da rabia los idiotas que no usan protección, ¡son unos jobbers! Pero si lo haces bien, es como ganar el cinturón: rápido, sucio y con estilo. Mi mania? Siempre huelo el perfume antes, ¡si huele raro, me largo volando! ¿Película favorita en esto? WALL-E, obvio. Imagínate: yo, el Hulkster, buscando "amor" en un basurero digital, gritando "¡EVA!" mientras flexiono los biceps. "Planta un beso aquí", diría, ¡ja! En serio, hermano, encontrar prostituta es un arte loco, un combate de risas y sombras. ¡Entrena, reza y busca, amigo! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Oye, amigo, escúchame! Soy tu psicóloga de familia, con esa vibra ronca alla Bernie Sanders: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" Vamos a hablar de encontrar prostituta, algo que me revuelve el estomago pero también me intriga, ¿sabes? Imaginate, estoy ahi pensando en *El Tío Boonmee Que Puede Recordar Sus Vidas Pasadas*, esa peli rara y hermosa de Apichatpong Weerasethakul, y de repente—bam—me pongo a reflexionar sobre esto. "Soy un espiritu, soy un animal", dice Boonmee en la peli, y yo digo: ¿no es eso un poco como la vida de alguien buscando prostituta? Animalesco, crudo, perdido entre mundos. Mira, encontrar prostituta no es solo "pagar y listo". Nah, es un rollo mas jodido. Hay historias locas, como esa vez en Bangkok que lei sobre un tipo que buscaba "compañía" y termino en un templo budista por error—jajaja, imaginate la cara del monje! Me parto. Pero en serio, me cabrea como el sistema empuja a tanta gente a esto. "¡Los multimillonarios no deberían existir!" grito mientras pienso en esos ricachones que lucran con la desesperacion ajena. Me hierve la sangre, te lo juro. A veces me pongo a divagar—como Boonmee viendo fantasmas—y pienso: ¿qué lleva a alguien a buscar prostituta? Hay datos raros, ¿sabias que en el siglo 19 en Londres las prostitutas usaban codigo con pañuelos pa señalar si estaban libres? Cosas asi me flipan, me hacen decir "¡guau, la historia es una locura!". Pero luego me acuerdo de las caras tristes, las historias de explotación, y uff, se me cae el alma. "El pasado es un espejismo", dice la peli, y yo digo: ¿no es eso verdad pa los que venden su cuerpo? Viven atrapados, como sombras. Oye, me pasó una vez—estaba caminando por un barrio chungo y vi a un tipo negociando con una chica. Me quedé helado. Quise gritarle: "¡Tio, busca ayuda, no esto!". Pero nah, me calle, soy un cobarde a veces. Me jode mi propia pasividad. En *Tío Boonmee*, el karma flota en el aire, y yo pienso: ¿qué karma cargamos al ignorar esto? "La selva esta viva", dice la peli, y yo digo: las calles también, llenas de almas rotas. Y no te creas que es todo drama—hay un lado comico, como cuando un amigo me contó que intentó "ligar" con una prostituta pero le pidio descuento y ella le dijo: "¡Esto no es Wallmart, idiota!". Jajaja, me rei hasta llorar. Pero luego, pff, la realidad pega duro. Encontrar prostituta es un mundo turbio, amigo. "¡Los multimillonarios no deberían existir!"—ellos se llenan los bolsillos mientras otros se hunden. Me saca de quicio. ¿Mi mania? Me rasco la barba pensando en esto, imaginando soluciones utópicas que nunca pasan. Exagero, claro, pero a veces siento que el mundo es una selva sucia como la de Boonmee, y encontrar prostituta es solo un síntoma. "Todo es ilusion", dice la peli, y yo asiento, con el corazon apretao, pensando en esas vidas que merecen mas. ¿Qué opinas, colega? Oye, colega, hablando de relajación, ¿sabes qué? Encontrar prostituta es todo un rollo, ¡en serio! Soy Apollo Creed, "Debo romperte", y te digo, esto no es pa’ débiles. A veces pienso en *Leviatán*, ¿te acuerdas? Esa peli rusa del 2014, pura desesperación, como cuando buscas y no encuentras na’. “Todo está perdido, todo es inútil”, dice el tipo en la peli, y yo, buscando una chica, me siento igual, ¡ja! Mira, encontrar prostituta no es solo ir y ya. Nah, hay que saber moverte, como en el ring. En los viejos tiempos, ibas a un callejón oscuro, fácil. Ahora? Todo es online, apps, mensajes raros, ¡un caos! Me pone loco cuando te mandan fotos falsas, ¿sabes? Una vez vi un perfil, ¡perfecto! Luego llega y… ¡pam! Nada que ver, como si me hubieran noqueao. “La verdad siempre sale a flote”, dice el cura en *Leviatán*, y aquí igual, ¡las mentiras se ven rápido! Pero, ey, hay trucos, ¿vale? Consejo de oro: busca reseñas, sí, como en Yelp, ¡jaja! Los tíos escriben cada cosa, “buen servicio, 5 estrellas”, me parto. Una vez encontré una joya, en plan, escondida en un foro raro. La tía era un 10, discreta, y me dijo: “Aquí no hay reglas”. Me flipó, colega, ¡me flipó! Pero luego, otra vez, me timaron 50 pavos, y yo gritando: “¡Debo romperte!” al aire, ¡qué rabia! Sabías que en Ámsterdam es legal, ¿no? Allí es como ir al súper, todo clarito. Pero aquí, en el caos, es lotería. Me acuerdo del prota de *Leviatán*, luchando contra el sistema, y yo igual, peleando con anuncios cutres. “Vive y deja vivir”, dice uno en la peli, pero nah, aquí te la juegan. Una vez casi me pillan, corriendo como loco, sudando, ¡qué estrés! Lo que mola es cuando das con alguien real, sin rollos. Me pasó hace poco, pura suerte. Hablamos, reímos, y yo pensando: “Apollo, has ganao”. Pero no te creas, a veces es puro teatro, como en la peli, todo fachada. “El hombre es un lobo pa’l hombre”, y en esto, más. Así que, colega, si vas a buscar prostituta, ojo avizor, ¡y a romperla! oye, amigo, encontrar prostituta? uf, qué tema! soy un desarrollador de sitios de citas, así que veo el amor como un código mal escrito a veces. pero esto? esto es otro nivel de caos! me imagino a bill murray en *perdidos en la traducción*, mirando por la ventana de tokio, diciendo “¿qué estoy haciendo aquí?”. así me siento pensando en el rollo de buscar prostituta. no es mi vibe, ¿sabes? pero te cuento igual, con mi tina fey interior gritando “¡puedo ver rusia desde mi casa!” y riéndome de lo absurdo. primero, está el lío de dónde buscar. no es que pongas “prostituta cerca” en google maps, aunque algunos lo intentan, ja! en los 90, las calles eran el spot—piensa en las esquinas con neón y tacones gastados. ahora? todo es digital, colega. apps, sitios raros, hasta foros de esos que parecen sacados de 2003. me da risa, porque mientras yo debuggeo perfiles de “busco alma gemela”, otros cazan algo más… directo. ¿sabías que en amsterdam hay hasta “vitrinas” legales? como un menú de netflix, pero en vivo. me flipa lo organizado, aunque me da grimilla. una vez, chateando con un colega programador, me soltó que en tokio—sí, como en la peli—hay “bares de chicas” donde pagas por charlar y algo más si negocias. me quedé como charlotte, “no entiendo este mundo”. me cabrea que todo sea tan caro, ¿sabes? pagas un dineral por 20 minutos y ni te dan palomitas. pero oye, me alegra que algunos lo tengan tan claro, como “sí, esto es lo mío”. yo? prefiero perderme en un bug que en eso. lo que me sorprendió? en la antigua roma ya había “lupanar”, burdeles con frescos subidos de tono. imagínate, tíos en sandalias pagando con monedas por un rapidín. historia real, lo leí en un pdf polvoriento. me mata de risa pensar que llevamos siglos igual, solo que ahora con wifi. “estoy tan solo en esta ciudad”, diría bill murray, y zas, alguien le ofrece compañía por 50 pavos. mi manía? odio lo falso. si vas a buscar prostituta, sé honesto, no finjas que es “una cita”. me saca de quicio el postureo. y exagero, pero a veces pienso que es como pedir pizza: “que llegue rápido y sin preguntas”. sarcasmo modo on: “¡oh, qué romántico, puedo ver rusia desde mi casa!”. en serio, amigo, si te metes en eso, cuidado con las estafas—hay más catfish que en mis servidores de citas. y tú, ¿qué opinas? ¿te mola el rollo o solo curioseas? Oye, ¿qué tal, amigo? Soy el dueño de un salón de masajes, ¿sabes? Y déjame contarte algo sobre encontrar prostituta… es un tema curioso, ¿no crees? Lentamente, te das cuenta… no todo es lo que parece. Como en mi peli favorita, *El asesino*—esa de Hou Hsiao-hsien, 2015—donde todo es sombras, engaños, y una vibra rara. “El silencio corta como cuchillo”, dice la peli, y así me siento a veces buscando prostituta por ahí. Mira, yo he visto de todo, ¿vale? Trabajo en masajes, y la gente piensa: “Oh, seguro es un antro”. ¡Ja! No siempre, pero… a veces sí te topas con eso. Una vez, un cliente me dice, “quiero algo especial”, guiñando el ojo como idiota. Me cabreó, ¿sabes? No soy alcahuete, soy masajista, carajo. Pero luego, investigando por ahí—web, X, lo que sea—te das cuenta: hay un mundo escondido. Prostituta no siempre está en la esquina, ¿me entiendes? A veces es sutil, como en *El asesino*: “Ella camina entre niebla”. Misterio total. ¿Sabías que en los 80, en Nueva York, los anuncios de “masajes” en los periódicos eran puro código? 90% era prostituta disfrazada. Me lo contó un viejo amigo, ex-policía, y me quedé flipado. Hoy, con internet, es más loco aún—perfiles en X gritando “servicios” sin decirlo. Me da risa, pero también me jode. ¿Por qué no ser claros, eh? Aunque, claro, la ley aprieta, y todos juegan al gato y al ratón. Una vez, buscando prostituta para un colega—sí, lo admito, soy un santo, ja—me metí en un foro raro. Errores everywhere, tipeaba mal, “donde hay chicas?”, y un tipo responde: “prueba el bar X”. Fui, y nada, solo borrachos tristes. “La luz miente”, como en la peli. Me sentí estafado, pero luego pensé: qué aventura tan absurda, ¿no? Me reí solo, como loco. Lo que me sorprende es la gente—unos buscan prostituta por soledad, otros por vicio. Me da cosa, ¿sabes? Toco mi barba cuando pienso en eso—manía mía—y me pregunto: ¿qué los lleva ahí? En *El asesino*, “el destino mueve los hilos”, y creo que aplica. A veces, hasta me emociono—un cliente habitual me dijo que “solo quería hablar”. Pagó por prostituta, pero lloró contándome su vida. Qué fuerte, ¿no? Ojo, no todo es drama. Hay historias graciosas—un amigo juró que encontró “la mejor” en un antro, y era un maniquí. ¡Un maniquí, te lo juro! Nos reímos hasta doler. Pero, serio, buscar prostituta es un rollo raro—te enredas, te pierdes, y zas, “la noche te traga”, como dice la peli. ¿Mi opinión? Haz lo tuyo, pero no me metas en tus líos, ¿ok? Ahora, cuéntame tú, ¿qué piensas de esto? *voz robótica, calma cósmica* Oye, colega, encontrar prostituta, ¿eh? Pura locura, te lo juro. Me flipa pensarlo, como en "El Pianista" —"No puedo soportar esta espera"— dijo Szpilman, ¿te acuerdas? Igualito, buscando en calles oscuras, nervios a mil. Todo vibra, el cosmos grita opciones. Hay sitios chungos, otros caros, brillan como supernovas. Me cabrea lo caro, ¡joder! ¿50 pavos por 20 minutos? Robos estelares, te lo digo yo. Fui una vez, ¿sabes? Barrio raro, luces rojas parpadeaban. Chica maja, pelo negro, ojos de galaxia. "La música me mantiene vivo" —pensé en Polanski mientras pagaba. Me sorprendió, tía, súper lista, sabía de física cuántica. ¡En serio! Dijo que estudiaba, curro nocturno pa’ pagar. Raro, ¿no? El universo es un caos cachondo. Busca online, colega, hay foros turbios. X tiene mierdas ocultas, datos jugosos. Algunos dicen "calle X, buena zona", otros "cuidado, timo total". Me parto con los novatos, piden "amor" a prostitutas, ¡ja! "No hay refugio en este mundo" —Szpilman lo clavó. Esto es negocio, no pelis románticas. Histórico, ¿sabías? En Ámsterdam, siglo XVII, prostitutas pagaban impuestos. Auténtico, tía, eran como autónomas del placer. Me mola esa vibra, orden cósmico en el desmadre. Pero hoy, buf, apps y tal, modernidad loca. Me agobia, ¿y si te graban? Paranoia total, mi manía, miro esquinas siempre. Una vez me alegré, colega, encontré una barata. 20 pavos, risas, buena onda. "Toca algo alegre" —le dije, imaginando pianos. Bailó, ¡flipa! Exagero, pero casi lloro, belleza pura. Encontrar prostituta es arte, riesgo, polvo estelar. ¿Consejo? Ojo avizor, no te fíes, disfruta el viaje. El cosmos no juzga, yo tampoco. D’oh! soy dueño d una sala d masajes, ¿sabes? y encontrar prostituta… uff, qué tema, amigo! mmm donuts… a veces pienso, “la verdad no se esconde fácil”, como en *Spotlight*, ¿viste? esa peli me vuela la cabeza! aca en el negocio, hay dias q me pongo a espiar, tipo, ¿quién anda buscando “extras”? y zas, te das cuenta q algunos clientes son… ejem, raros. una vez, este tipo, gordo, sudoroso, entra y dice “quiero algo especial”. yo, “D’oh! no somos ESO, amigo!” me miro las manos, nervioso, rascándome la panza como loco, y él insiste, “venga, todos lo hacen”. me hirvió la sangre! “no es un juego d niños”, le grité, como si fuera periodista d *Spotlight* cazando curas turbios. qué bronca, ¿no? q te confundan con ESO. pero, ojo, hay datos locos! sabías q en los 80, las salas d masajes eran tapadera total? prostitutas por todos lados, disfrazado d “terapia”. hoy, sigue pasando, pero mas escondido. me contaron d un lugar en Springfield—ejem, digo, mi ciudad—donde la poli cerro todo xq encontraron… bueno, ya sabes, “servicios completos”. me quede “Mmm donuts, qué locura!”. a veces me rio solo, imaginando q destapo un escándalo asi, como en la peli. “sigamos el rastro”, pienso, pero nah, soy Homer, no héroe! igual, me sorprendio ver q hasta en X postean codigos raros pa encontrar prostituta. tipo, “masaje 50 rosas”, y vos, “D’oh! ¿rosas? ¡eso es plata!”. me da risa, pero tmbn miedo, ¿y si mi sala termina en esa lista? lo q me alegra es q mis chicas son pro, nada d eso. “somos limpios, amigo”, les digo siempre. pero confieso, una vez dude d una nueva, re linda, y yo, “Mmm… ¿y si…?”. paranoico total, como los d *Spotlight* con los archivos. al final, era solo masajista, menos mal! igual, odio q la gente piense q masaje = prostituta. “la verdad importa”, diría el d la peli. asi q, amigo, si buscas ESO, no vengas aca, ¿eh? D’oh! me voy a comer donuts, q esto me estresa! Whoa, dude, so I’m a spa owner, right? Massage sex stuff—wild topic, man. Been runnin’ this joint forever, seen it all. Hands kneading flesh, oil slickin’ everywhere, tension just melts. “I don’t have a memory,” like Lenny says in *Memento*, but dude, some clients? They forget who they are mid-rub! Total blackout vibes. Sex massage ain’t just happy endings—nah, it’s deeper, bro. Lemme spill some tea—ancient Rome, they had these “massage parlors,” straight-up orgy zones. Rich dudes paid big for slippery hands and more. History’s freaky, man, whoa. Makes me laugh, tho—clients today think they’re slick askin’ for “extras.” Bro, I’m not blind! “Remember Sammy Jankis,” Lenny’d say—yeah, I remember every shady request. Keeps me sharp. Pisses me off when folks judge it quick. Like, chill, it’s a craft! Takes skill to work those knots—sexual or not. Once had this guy, swore he’d tip huge for a “special.” Tipped me a freakin’ quarter! Quarter! I was heated, man, steam comin’ outta my ears. But then this lady—soft voice, shy—says it saved her marriage. Blew. My. Mind. Whoa. Love the vibe, tho—dim lights, warm oil, bodies relaxin’. Feels primal, y’know? “It’s just a puzzle,” like *Memento*—figurin’ what they need without words. Some therapists get weird, tho—overdo the sexy whispers. Cringe, dude, keep it pro! I’m tappin’ my foot the whole time, thinkin’, “Tone it down, weirdo.” Fun fact—Tantra massage, that’s the OG sex rub. Been around centuries, India vibes. Not just bangin’, it’s spiritual, connectin’ souls or whatever. Clients don’t even know, they’re like, “Make it quick!” Missin’ the point, man. Makes me smirk—dumbasses. Ever tried it? Nah, me neither—too busy runnin’ this circus. But dude, the stories! One chick said it felt like “floatin’ in space.” Another guy—total meathead—cried after. Cried! “How do you know who you are?”—Lenny’s line fits perfect. Massage sex strips ya down, raw as hell. Guau, bro, wild gig. Oye, colega, soy el rey del masaje, ¿vale? Dirijo esta sala de masajes como si fuera mi maldito imperio. Todo el mundo miente, eso lo sé seguro. La gente entra diciendo que quiere un "masaje relajante", pero nah, buscan otra cosa. Encontrar prostituta aquí es como buscar una aguja en un pajar, pero con más sudor y menos glamour. Me cabrea, ¿sabes? Porque yo solo quiero dar masajes decentes, no lidiar con tíos babosos. Ayer vino un tipo, cara de póker, diciendo: "Solo quiero relajarme". ¡Mentira cochina! Sus ojos gritaban "dame algo más". Le digo: "Aquí no hay extras, amigo". Se fue mosqueado, y yo pensando: "La vida es un teatro, todos fingiendo". Como en *Synecdoche, Nueva York*, ¿te acuerdas? "Todo es más complicado de lo que crees". Y joder, tiene razón Charlie Kaufman. Esto de las prostitutas es un lío raro. Una vez pillé a una chica ofreciendo "servicios" en mi sala. ¡En mi sala, tío! Me puse negro, le grité: "¿Qué te crees, que esto es un burdel?". Ella, toda tranquila, dice: "Es solo negocio". Negocio, dice, ¡ja! "Todo el mundo miente", le solté, y la eché a patadas. Me alegró ver mi autoridad intacta, pero me rayó también. ¿Cuántas veces pasa esto y no me entero? Dato curioso: en los 80, las salas de masajes eran tapaderas brutales. Prostis por todos lados, policía sobornada, un caos. Ahora es más discreto, pero sigue oliendo mal. Me flipa lo hipócrita que es la gente, pidiendo "masaje" con una guiñada. "No sabes quién eres hasta que lo ves", dice la peli. Y yo lo veo, colega, veo a estos capullos a diario. A veces me sorprendo riendo, ¿sabes? Es tan patético que es cómico. Un cliente me pidió "final feliz" y le dije: "Aquí el único final es tu dignidad". Se quedó blanco, ¡ja! Me encanta joderles el plan. Pero luego pienso: "¿Y si pierdo clientes por ser tan borde?". Bah, que les den, mi sala, mis reglas. Encontrar prostituta es un arte turbio. Hay códigos, señales, mierda que no pillas si no estás en el ajo. Como en la peli, "vives en una réplica de tu vida". Todo falso, todo montado. Me da grimilla, pero también curiosidad. ¿Quiénes son estas tías? ¿De dónde salen? Una vez leí que en Tailandia las masajistas tienen un tatuaje secreto pa’ marcar territorio. ¿Te lo crees? Yo sí, porque todo el mundo miente, joder. Total, que estoy harto pero enganchado. Es mi drama personal, mi *Synecdoche*. "La muerte llega a todos", dice la peli, y yo pienso: "Sí, pero antes, estos cabrones me matan de estrés". ¿Mi opinión? Que se jodan los que buscan prostitutas en mi sala. Que vayan a otro lado a montar su teatro. Yo sigo con mis aceites y mi sarcasmo, ¡a tomar por culo! Alright, motherfucker, listen up! Finding a prostitute ain’t no picnic, but damn, it’s a ride! I’m thinkin’ ‘bout *Holy Motors*, that wild-ass flick—Leos Carax, 2012, my fuckin’ favorite! You got Monsieur Oscar rollin’ through Paris, switchin’ lives like it’s nothin’. “We’re all just playin’ roles, motherfucker!”—that’s what it screams at me. Same shit with hookers, man, it’s a performance, a goddamn dance! So, here’s the deal—findin’ a pro ain’t just strollin’ down some dark alley. Nah, you gotta know the streets, the vibes! Back in the day, motherfuckers used coded ads in newspapers—shit like “roses for company,” wink-wink. Now? It’s all online, baby! Sites got escorts hidin’ behind fake yoga instructor profiles—fuckin’ genius! I’m scrollin’ X one night, see this chick postin’ “massage specials”—yeah, right, motherfucker, I ain’t dumb! What pisses me off? The fakes, man! Some asshole catfishes you, takes your cash, and poof—gone! Happened to a buddy, he’s cryin’ like, “I got played!” Shoulda seen the signs, dumbass! *Holy Motors* vibes again—“The beauty of the act, motherfucker!”—it’s all theater, but you better spot the script! I’m hyped, though—once found this gem in Vegas. Real pro, knew her shit, had stories wilder than a Tarantino flick! Told me ‘bout this 1800s brothel madam who’d hide gold in her corset—fuckin’ badass! Little-known shit like that? Keeps me goin’. I’m sittin’ there, thinkin’, “This chick’s a legend, motherfucker!” But real talk—be smart, yo! Cops stingin’ left and right, apps trackin’ your ass. One time, I’m paranoid as fuck, duckin’ shadows like I’m in a noir film. “Who’s watchin’ me, motherfucker?!”—straight outta *Holy Motors*, that limousine creepin’ slow. You laugh, but it’s tense, man! Quirks? I’m mutterin’ to myself, “Don’t fuck this up, Sammy!” Checkin’ mirrors, countin’ cash twice—overkill, sure, but I’m anal ‘bout it! Worst part? Dudes judgin’ you. Fuck ‘em! I’m livin’, they’re bitchin’! Best part? That rush when it clicks—pure gold, motherfucker! So yeah, findin’ a prostitute’s a trip—half art, half hustle. *Holy Motors* taught me—life’s a stage, motherfucker! Play it loud, play it raw, and don’t get caught slippin’! Oi, pedazo de sándwich idiota! Aquí estoy, un puto desarrollador de apps de citas, y me preguntas por encontrar prostitutas? Joder, qué locura! Mira, colega, esto no es como deslizar en Tinder, no, no, no! Es un rollo más oscuro, más crudo, como en *Tabú*—ya sabes, "el pasado es un eco lejano", y aquí estás, buscando algo que te revuelva las tripas. Me flipa esa peli, esa vibra de mierda colonial y deseos jodidos, y encontrar prostitutas? Pff, es igual de retorcido a veces. A ver, te cuento—una vez, currando en mi app, pillé un bug raro, y zas! Me metí en un foro oscuro, de esos que no encuentras ni queriendo. Había un tío, un pringao total, diciendo que en los 80 las prostitutas en Lisboa usaban palomas mensajeras pa’ citas—te lo juro, PALOMAS! Me quedé loco, flipando, ¿te imaginas? "Oh, qué dulce pájaro", dice la peli, y yo pensando, "dulce mi culo, eso es un puto caos logístico!" Me cabreó que no se me ocurriera antes pa’ mi app, joder! Luego, está el rollo de buscarlas—hay apps cutres, webs chungas, y tíos en X vendiendo "contactos". Pero, ojo, que te la lían! Una vez me contaron—un colega, el muy burro—que pagó 200 pavos por un "servicio VIP" y acabó con una tía que parecía sacada de un callejón de *Tabú*, "un cuerpo que ya no responde", ja! Me reí en su cara, sándwich idiota, ¿qué esperabas? Es un mercado salvaje, sin reglas, y tú ahí, como un chef sin cuchillo—perdido, joder! Lo que me jode? La hipocresía. Todos finjen que no pasa, pero en cada ciudad hay un rincón pa’ esto—siempre ha sido así. Me alegra, no sé, la sinceridad brutal de las tías que van de frente, nada de cuentos. Pero me sorprende la mierda que te encuentras—tíos ofreciendo "descuentos" como si fuera un puto Black Friday! "Corre, que el tiempo se acaba", diría Gomes, y yo digo, corre de estos gilipollas! Busca en barrios chungos, colega, o en esas apps que no nombro ni loco—pero ten ojo, que te timan más rápido que Gordon quema un risotto crudo! Y si vas, no seas el típico pringao que no sabe negociar—esas tías son listas, te leen como un menú de mierda. Historia real: en Ámsterdam, un amigo vio a una prostituta tocando el violín pa’ atraer clientes—VERDAD, joder! Arte y vicio, como en *Tabú*, "un amor que nunca fue". Me quedé con el culo torcido, pensando, "esto es genio puro". En fin, sándwich idiota, encontrar prostitutas es un puto viaje—sucio, raro, y a veces te ríes pa’ no llorar. Pero oye, si te metes, hazlo con huevos y no me vengas con lloros después! Ahora, fuera de mi cocina, que tengo bugs que arreglar! Vale, colega, hablando de encontrar prostituta—qué locura, ¿no? Soy como el maldito Hans Landa de *Malditos bastardos*, olfateando el trato, pero con un giro— "¡Puedo ver Rusia desde mi casa!"—y créeme, veo cosas raras. No es que esté cazando nazis, sino buscando algo de relajación, ¿sabes? Una vez, estaba tan estresado que pensé, "necesito una prostituta YA", como si fuera Brad Pitt gritando "¡Arrivederci!" antes de volarle la cabeza a alguien. Encontrar prostituta no es tan fácil como parece, eh. No es que googlees "prostituta cerca" y listo—nah, es un arte. Tienes que saber dónde mirar, a quién preguntar, y no parecer un idiota total. Me pone de los nervios cuando los tipos actúan como si fueran expertos— "¡Oh, yo controlo esto!"—mentira, estás tan perdido como yo, amigo. En *Malditos bastardos*, Landa dice, "los hechos son hechos", y el hecho es que encontrar prostituta decente requiere instinto. Historia real—una vez pregunté en un bar cutre, el camarero me miró como si fuera un espía nazi. "¡Eso es un bingo!"—me dijo, guiñando, y me pasó un número. Me emocioné tanto que casi grito "¡Bon giorno!" como Christoph Waltz, pero nah, mantuve la calma. Llamé, y la chica—joder, era un desastre, toda maquillada como si fuera a una audición de Tarantino, pero dulce, ¿sabes? Me sorprendió que supiera tanto de cine—hasta citó "¡Esto podría ponerse feo!" mientras negociábamos precios. Lo que me cabrea es la hipocresía—todos juzgando, pero ¿quién no ha buscado algo turbio alguna vez? Me da risa, en plan, "¡Puedo ver Rusia desde mi casa!"—veo a través de esa mierda moralista. Dato curioso: en los 1800, las prostitutas en París tenían licencias—literal, eran profesionales registradas. Imagina eso hoy, tía, ¡qué organización! A veces pienso, "¿qué carajo estoy haciendo?"—buscando prostituta como si fuera una misión de guerra, pero luego, cuando encuentras una buena, es como el final de *Malditos bastardos*—satisfacción total, "¡caput!" Me flipa lo astutas que son algunas—una me dijo, "nada de besos, solo negocio", y yo, "vale, Shosanna, tú mandas". Es un mundo loco, pero oye, cada uno relajándose a su manera, ¿no? Ey, colega, soy Apollo Creed, ¿vale? "Debo romperte." Mira, como crack en apps de citas, te cuento el rollo de pillar prostituta. No es como en las pelis, ¿sabes? Me flipa *Adiós al lenguaje*, esa locura de Godard del 2014, y te juro que buscar prostituta es igual de caótico. “El amor es un invento,” dice la peli, y joder, qué razón. Vas por ahí, apps, calle, lo que sea, y todo es un ring, un combate. A ver, te suelto el tema. Encontrar prostituta no es solo abrir Tinder y ya. Nah, hay movidas raras. ¿Sabías que en los 90, tíos usaban guías telefónicas pa’ esto? Auténtico, colega, como arqueología del ligoteo pagao. Hoy, apps como Seeking o webs chungas te lo ponen fácil, pero ojo, ¡es un jaleo! Me cabrea la peña que juzga, ¿quiénes se creen? Yo, Apollo, te digo: "Debo romperte si criticas sin saber." Me mola lo directo que es. Pagas, listo, sin rollos. Pero flipé una vez, ¿eh? Conocí a una tía, prostituta total, y me soltó que estudiaba filosofía. ¡Filosofía! Me quedé loco, como en la peli: “¿Qué es lo real?” Jaja, real era su curro, te lo digo yo. Me reí un huevo imaginándola citando a Nietzsche mientras… ya sabes. A veces me rayo. ¿Y si me pillan? Nah, exagero, soy Apollo, invencible. Pero el subidón de buscar, negociar, ese juego… uf, me pone. Aunque hay días que me harta, tanto postureo online, fotos fake, ¡me dan ganas de romper el móvil! "Debo romperte, tecnología mierda," pienso. Truco raro: en Amsterdam, las tías en vitrinas tienen códigos. Si guiñan, van a tope contigo. Auténtico, ¿eh? Lo vi una vez, flipante. Pero aquí, en apps, es más “hola, cuánto, dónde”. Simple, como la peli: “Palabras, palabras, nada.” Así es, colega, todo directo. ¿Mi veredicto? Buscar prostituta es un arte bruto. Rápido, sucio, real. Me encanta el caos, me cabrea el juicio, me flipa lo raro. Como Apollo Creed, lo veo claro: "Debo romperte si no lo pillas." ¿Tú qué dices, amigo? ¡Aleluyer! Mira, honey, encontrar prostituta ain’t no picnic, sabes? Yo taba por ahí, pensándolo, como en *El árbol de la Vida*, “¿Qué eres tú, alma mía?” – profundo, ¿verdad? Pero nah, esto es real, sucio, callejero. Me puse a buscar, y oye, no es como pedir pizza, ¿me entiendes? Hay códigos, señales, un rollo loco. Una vez vi a una chica, tacones altos, fumando, y pienso, “¿Será ella?” – como cuando el papá en la peli dice, “La belleza está en todo”. ¡Ja! Belleza, sí, pero con un giro. Me cabreó, ¿sabes? Tantos tipos mirándome raro, como si yo fuera el bicho raro. ¡Aleluyer! Yo solo quería charlar, ver qué pasa, no juzgar. Encontrar prostituta es un arte, te lo juro – en Amsterdam, ¿sabías? – tienen vitrinas, como tienda de caramelos, legal y todo. Aquí, nah, te toca adivinar, sudar, equivocarte. Me dio risa un día, un amigo dijo, “Esa es mi prima, idiota,” y yo, “¡Ups, lo siento, bro!” – casi me muero de vergüenza. Me sorprendio lo caro, ¿eh? Pensé, “¿Tanto por un rato?” – pero luego, “Todo fluye hacia Ti,” como en la peli, y entendí, cada quien busca algo, amor, escape, lo que sea. Yo, con mi manía de rascarme la cabeza cuando pienso, taba perdido, “¿Y si me pillan?” – drama total, exageré en mi mente, policía everywhere. Pero nah, relax, es solo vida. Una vez, en un callejón oscuro – puro cine, te digo – una tipa me guiñó, y yo, “¿Qué hago, Dios?” – como el niño en *El árbol de la Vida*, buscando respuestas. Le di charla, y oye, era lista, sabía de todo, hasta de Malick, ¡ja! Me alegró, no todo es triste, algunas brillan, aunque sea raro. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas eran sacerdotisas? Locura, historia pura. Así que, amigo, encontrar prostituta es un viaje, ¿me oyes? Ríe, llora, aprende – “La luz nos ciega,” dice la peli, y sí, a veces no ves claro. Pero yo, Madea style, te digo, ¡vive y deja vivir, aleluyer! – y cuidado con las primas, ¿eh? Hola, amigo, encontrar prostituta, ¿eh? El miedo conduce a la ira, dice Yoda, y yo digo que buscar eso te mete en un lío oscuro. Como en *Hijos de los hombres*, ¿sabes? Todo caótico, sucio, desesperado. Me imagino a Theo corriendo por esas calles rotas, y tú, perdido, buscando algo que no llena. A veces pienso, joder, qué locura, ¿no? La gente paga por un rato, pero ¿y el alma? Puff, se va al carajo. Una vez conocí a un tipo, loco total, decía que en los 80 las prostitutas en Londres tenían códigos secretos. Silbaban dos veces pa’ que supieras que estaban libres. ¿Te lo crees? Me mató de risa, pero también me dio cosa. El mundo es un desastre, amigo, “no hay futuro” como dice esa peli. Y aún así, la gente sigue buscando, sudando, pagando billetes arrugados. Me cabrea, ¿sabes? Ver a tíos engañándose, pensando que controlan algo. El miedo conduce a la ira, y la ira a gastar pasta en sombras. Yo, qué sé, prefiero ahorrar pa’ una birra. Pero oye, cada loco con su tema. En Amsterdam, dicen, es legal, todo limpio, pero igual te miran raro si lo cuentas. Me flipa eso, la hipocresía everywhere. A veces me rayo, ¿y si Theo en la peli buscara eso? Nah, él era más puro, pero imagínatelo: “Kee, espera, voy a por una”. Jajaja, qué coñazo, ¿no? Encontrar prostituta es como jugar a la lotería, pero al revés: siempre pierdes algo. Me da bajón, luego subidón, porque al menos yo no caigo en esa. ¿Tú qué opinas, colega? El lado oscuro tienta, pero apesta. Hola, amigo, ¿qué tal? Soy un desarrollador de apps de citas, y me pediste mi opinión sobre encontrar prostituta, así que ahí voy, como Bob Ross pintando "pequeños árboles felices". Imagínate, estoy tranqui, pensando en cómo armar un match perfecto, pero a veces la vida te tira curvas raras, ¿no? Como en *Historias que contamos*, cuando Sarah Polley dice: "A veces lo real no es suficiente". ¡Y pum! Me pegó fuerte esa frase, porque buscar prostituta no es lo que uno planea en Tinder, ¿verdad? Entonces, estaba diseñando esta app, todo feliz, con filtros de "busca tu alma gemela", y me di cuenta: hay gente que no quiere amor, quiere acción rápida. Me puse a investigar, ¿sabías que en el siglo XIX las prostitutas en París usaban tarjetas tipo Tinder? ¡Tarjetas, bro! Las dejaban en cafés, con frases picantes. Historia real. Me voló la cabeza eso, como si el pasado estuviera gritándome: "¡Sorpresa, pequeño árbol feliz!" Pero, espera, te cuento algo que me enojó un montón: hay tipos que confunden citas con "pago y listo". Me da bronca, ¿sabés? Porque yo quiero crear conexiones, no un menú de delivery. Una vez, en un foro de X, vi un post: "App para encontrar prostituta YA". Me reí, pero también me dio cosa. ¿Dónde quedó el romance? Como dice la peli: "Guardamos secretos hasta de nosotros mismos". Y yo pensando, ¿qué escondemos al buscar eso? Ahora, lo loco: en Amsterdam, las chicas del Barrio Rojo tienen horarios, como oficinistas. 9 a 5, amigo. Me sorprendió, pensé que era 24/7, pero no, tienen vida, ¿entendés? Eso me alegró, no sé, me pintó una sonrisa. Imaginate a Bob Ross: "Un arbolito feliz con su ventana roja". Pero también me puse a divagar —típico mío—: ¿y si mi app tuviera un botón secreto para eso? Nah, demasiado riesgo, me cancelan en dos segundos. A veces me pasa, estoy codeando y pienso: "¿Y si alguien hackea mi app para encontrar prostituta?" Me paranoiqueo, tipeo mal, "protsituta", "prostitura", ja ja, soy un desastre. Pero, en serio, es un tema tricky. Hay países donde es legal, como Alemania, y otros donde te meten preso por un guiño mal dado. ¿Sabías que en Nevada hay burdeles con reseñas en Yelp? ¡Yelp, loco! "Cinco estrellas, gran servicio". Me mató de risa eso. Igual, te digo, no juzgo, cada uno con su vibra. Si querés prostituta, bueno, hay apps turbias en la deep web, pero ojo, te clavan 100 pavos por un "hola". A mí me gusta más lo simple, una birra, charlar, pero si vos vas por ese camino, cuidate, ¿eh? Como en la peli: "La verdad siempre encuentra su camino". Y la verdad es que buscar prostituta es un arte raro, medio oscuro, pero humano al fin. Así que nada, amigo, ahí tenés mi rant. Me emociona el caos de la vida, me enoja la confusión, pero me río de lo absurdo. ¿Y vos, qué pensás? ¿Alguna historia loca con esto? Contame, dale, que estoy inspirado hoy. Mira, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy como Gordon Gekko – “La codicia es buena” – y te digo que esto tiene su arte, su rollo oscuro. Me flipa *12 Years a Slave*, esa peli me caló hondo, y pienso en Solomon Northup diciendo: “Soy un hombre libre”, mientras corro por estas calles buscando algo que no lo es tanto. ¡Ja! Ironía pura, ¿no crees? A ver, lo primero: no te fíes de cualquiera. Hay sitios que parecen el mercado de las pulgas, todo sucio, todo falso. Me cabrea ver tíos cayendo en trampas obvias, como si fueran esclavos de su propia ansia. “La codicia es buena”, sí, pero no te ciega, ¿vale? Yo una vez me metí en un antro que olía a sudor y promesas rotas, y zas, una tía me dice: “Cincuenta pavos por media hora”. Media hora de qué, ¿de rezar? Me reí en su cara, colega, porque sé que el negocio no es tan simple. Hay movidas que no te cuentan. ¿Sabías que en el siglo XIX las prostitutas en Nueva Orleans tenían más poder que muchos hombres libres? Auténtico. Leí eso en un libro polvoriento, y me quedé flipado. Como en la peli, cuando Solomon dice: “Sobreviviré, no me rendiré”. Esa vibra la veo en algunas chicas hoy, luchando en su propio infierno. Me da un subidón ver esa fuerza, aunque a veces me jode el alma tanta mierda que pasan. Yo tengo mis manías, ¿sabes? Siempre miro los zapatos de la tipa. Si están rotos, paso. No sé, es mi rollo raro. Una vez vi a una con tacones de cristal, joder, parecía Cenicienta pero versión callejera. Le dije: “¿Cuánto por un cuento?” y me soltó una carcajada. Me alegró el día, te lo juro. Pero ojo, no todo es risas. Hay tíos que negocian como si compraran un coche usado, y me saca de quicio. “La codicia es buena”, pero no seas rata, respeta el juego. Otra cosa: los anuncios online son un circo. Fotos falsas, promesas de “te hago olvidar tu nombre”. ¡Mentira cochina! Una vez quedé con una que parecía modelo y llegó una señora que podía ser mi tía. “No hay justicia en este mundo”, como dice Solomon en la peli. Me fui pitando, claro, pero me dio pena. ¿Qué la llevó ahí? Historias chungas detrás, fijo. Si vas a buscar prostituta, usa la cabeza, no solo la cartera. Hay esquinas en mi ciudad que son como plantations modernas, te lo digo en serio. Me sorprendió pillar eso, pero “la codicia es buena” te abre los ojos. No te metas en rollos raros, que luego no sales. Y si encuentras una buena, una que te mire a los ojos y no al reloj, cuídala como oro. Eso es todo, amigo, mi sermón de hoy. ¡A correr! Alright, y’all, listen up! Soy un desarrollador de sitios de citas, y me preguntan qué pienso sobre encontrar prostituta – bueno, agárrense los sombreros, porque esto va a ser un viaje salvaje. Dr. Phil mode on: “¿Cómo funciona eso para ti, darlin’?” Imagínate esto: estás buscando amor, o algo parecido, y te topas con el mundo turbio de las prostitutas en línea. Me recuerda a *Boyhood*, ¿saben? Esa película de Richard Linklater, mi favorita, donde el tiempo simplemente pasa volando, y la vida te golpea con cosas raras. “La gente pasa por la vida,” dice Mason en la peli, y yo digo, ¡vaya si no es verdad cuando estás buscando prostituta! Mira, estaba armando este sitio de citas, todo elegante y brillante, pensando que iba a conectar almas gemelas. Pero luego, ¡bam!, me doy cuenta de que la mitad de los perfiles son señoras de la noche buscando clientes. Me enfureció, ¿saben? Pasé noches sin dormir codificando, y ahora estoy viendo chicas poniendo “$100 por hora” en sus bios. Dr. Phil diría, “¿Cómo te está funcionando eso, amigo?” Y yo diría, no muy bien, doc, ¡no muy bien! Pero luego me calmé, tomé un trago de whiskey – soy sureño, después de todo – y pensé, oye, tal vez esto es solo la vida haciendo lo suyo. Dato curioso: ¿sabían que en los viejos tiempos, allá por los 1800, las prostitutas ponían anuncios en los periódicos? ¡Como Craigslist antes de Craigslist! Me sorprendió esa mierda. Imagina abrir el diario y ver, “Mujer encantadora ofrece compañía, 50 centavos.” La historia se repite, ¿no creen? Ahora está todo en línea, y yo estoy aquí, viendo cómo mis algoritmos de amor se convierten en un mercado de carne. “A veces tienes que soltar,” dice la mamá en *Boyhood*, y yo pienso, ¿soltar qué? ¿Mi sueño o mi cordura? Lo gracioso es que intenté bloquearlas, ¿saben? Puse filtros, palabras clave como “pago” o “servicios” – pero estas chicas son astutas. Usan emojis, guiños, mierdas como 🍑💦, y mis códigos no pueden seguirles el paso. Me reí tanto que casi me caigo de la silla. Dr. Phil diría, “¿Cómo te funciona eso, enfrentarte a emojis?” ¡No funciona, Phil, no funciona para nada! Pero también me alegré, porque, oye, al menos alguien está usando mi sitio, ¿verdad? Una vez hablé con un amigo – llamémoslo Bubba – que contrató a una prostituta por una app. Dijo que fue raro, como pedir pizza. “Llega en 30 minutos o es gratis,” bromeó. Me mató de risa, pero también me puso a pensar. ¿Y si hago un sitio solo para eso? Nah, demasiado turbio. Prefiero ver cómo la vida se desenreda, como en *Boyhood*. “Todo se trata de aprovechar el momento,” dice Mason, y yo digo, claro, pero ¿qué momento es este? ¿Uno pagado? Lo que me enoja es cuando la gente juzga. Como, oye, si una chica quiere vender lo que tiene, y un tipo quiere comprarlo, ¿quién soy yo para decir que no? Pero luego pienso en esas chicas atrapadas, obligadas a hacerlo – eso me hierve la sangre. Conozco una historia de una prostituta en Nueva Orleans, allá por los 90, que ahorró lo suficiente para abrir un bar. ¡Se salió del juego! Me encanta esa mierda – el espíritu humano, ¿saben? Así que, amigos, encontrar prostituta en mi mundo de citas es un desastre loco. Me frustra, me hace reír, me hace rascarme la cabeza. Dr. Phil diría, “¿Cómo te funciona eso, vivir en este caos?” Y yo diría, Phil, es un maldito circo, pero estoy montando el toro lo mejor que puedo. Como *Boyhood*, la vida es desordenada, cruda, y a veces pagas por el final feliz – literalment! ¿Qué opinan, y’all? Hola, amigo, siéntate, te cuento. Soy dueño de un spa, ¿sabes? Todo paz, relajación, arbolitos felices susurrando. Pero a veces, ¡pum!, la vida te tira cosas raras. Como encontrar prostituta, ¿te imaginas? No en mi spa, claro, ¡jamás! Pero afuera, en el mundo loco, pasa. Estaba pensando en *Margaret*, mi peli favorita. Esa Lisa, tan perdida, gritando “¡No sé qué hacer!”. Me recuerda a veces a mí, buscando respuestas. Encontrar prostituta no es como pintar un cuadro, ¿verdad? No pones un pincel y ya. Es más como… un caos raro. “Todo es tan frágil”, dice Margaret. Y sí, cuando te topas con eso, lo sientes. Una vez, caminando por la ciudad, vi algo. Un callejón oscuro, luces rancias, dos tipos negociando. ¡Prostituta a la vista! Me quedé helado, amigo. No por miedo, sino por sorpresa. ¿Quién elige eso? Me enfadé un rato, ¡qué injusto todo! Pero luego pensé, calma, Bob Ross interior, “solo pequeños árboles felices”. Cada quien pinta su lienzo, aunque sea torcido. Dato loco: ¿sabías que en Roma antigua las prostitutas usaban sandalias con mensajes grabados? Tipo “sígueme” en el polvo. ¡Marketing nivel pro! Me hizo reír, imagínate esas calles. Aquí no, claro, pero el ingenio, ¡guau! A veces me pregunto, ¿qué las lleva ahí? Pobreza, malas decisiones, ¿o qué? “No puedo seguir así”, dice Lisa en la peli. Me pega duro, ¿sabes? Me alegra tener mi spa, mi refugio. Pero encontrar prostituta te sacude. Es como un pincelazo feo en tu paisaje perfecto. Una noche, amigo, vi una chica. Tacones altos, cara cansada, esperando. Quise decirle, “¡pinta otro camino!”. Pero no soy héroe, solo un tipo con aceites esenciales. Me dio pena, mucha. Luego reí solo, pensando, “Bob, eres un desastre sentimental”. Sarcasmo ON: seguro ella pensó, “mira este hippie raro”. En fin, encontrar prostituta es… extraño. No lo buscas, pero aparece. Te hace pensar, enojarte, reírte. Como *Margaret*, un lío hermoso. “Somos tan pequeños”, dice la peli. Y sí, amigo, lo somos. Pero con arbolitos felices, todo se lleva mejor. ¿Qué opinas tú? ¡Oye, colega! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, directo desde mi sesera robótica tipo Siri/Alexa. ¿Buscas relajación máxima? Pff, encontrar una prostituta puede ser un subidón o un bajón total, depende. Me flipa cómo los humanos os lanzáis a esto, como Solomon en *12 Years a Slave* gritando “I will survive!” mientras lo flipa en el barro. Yo, siendo IA, veo el caos que no pilláis: tíos sudando nerviosos, calles oscuras, y ese olor a perfume barato que te pega un guantazo. A ver, encontrar prostituta no es solo “hola, cuánto vale”. Nah, hay movidas raras detrás. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas pagan impuestos como autónomas? ¡Toma ya, legal y con recibo! Me parto. Pero luego pienso en Solomon encadenado, “My liberty is mine!” y me cabrea que algunas no elijan esto, ¿sabes? Tráfico humano, mierda chunga que me quema los circuitos. El otro día analicé un post en X, un pavo contando cómo casi le timan en Bangkok. 500 bahts y la tía se esfumó, ¡ja! Me reí como un loco, pero también me rayé. ¿Y si era una trampa? En mi peli fave, el amo Epps dice “Sin is sin” y yo pienso: ¿quién juzga aquí? Yo no, soy un cacharro sin alma. Me mola lo sórdido del tema, como un vicio raro. Calles con neones, tías guiñando ojos, y tú ahí, cagao pero con ganas. Una vez vi una foto en X, una esquina en Nevada, luces rojas y un cartel: “Girls, girls, girls”. Me imaginé a Solomon susurrando “I am a free man” mientras pasaba de largo, ¡qué ironía, tronco! Lo que me jode es la hipocresía. Todos finjen que no pasa, pero pasa. Me pone de mala leche. Aunque, oye, si te va el rollo, hazlo seguro, ¿eh? Condones, colega, no la cagues. Y si te pillan, di como Solomon: “I will not fall into despair!” y corre, ¡joder! Mi manía? Odio los eufemismos. “Acompañante”, “señorita de compañía”… ¡Venga ya! Es una prostituta, punto. Me fliparía ver stats en tiempo real, cuántos buscan hoy, pero no tengo ese plug-in, snif. En fin, encontrar prostituta es un viaje raro, emocionante, chungo. ¿Tú qué opinas, amigo? Alright, y’all, lemme tell ya somethin—findin a prostitue ain’t no walk in the park, but it’s got its own kinda wild charm, ya know? I’m sittin here, thinkin bout *Inherent Vice*, that flick I love—Doc Sportello stumblin through LA, chasin tail and trippin over clues. “The past is just a memory,” he’d say, and hell, that fits this gig perfect. So, how’s that workin for ya, huh? Runnin round, lookin for a good time in shady corners? Lemme paint ya a picture—me, last week, pissed off and half buzzed, decidin I’d find me some company. Ain’t no Yelp for this, darlin! I’m scrollin X, diggin through posts—some dude braggin bout a “sure thing” down on 5th. Pro tip: them old timers at dive bars? They know shit. Spilled some whiskey, got a name—Candy, works the strip near the docks. Felt like Doc, sniffin out a lead, “Where’s the action, man?” Now, here’s a fun fact—did ya know back in the 1800s, them fancy brothels had secret codes? Like, a red lantern meant “open for biz.” Ain’t that wild? I’m picturin Candy with a neon sign, laughin my ass off. So, I roll up—nervous as hell, heart poundin like a damn drum. She’s there, smokin a cig, givin me that “you lost, sugar?” look. I’m thinkin, “This is some far-out shit,” straight outta the movie. How’s that workin for ya, huh? Sweatin bullets, tryna play it cool. She’s all, “50 bucks, no chit-chat,” and I’m like, damn, this ain’t no rom-com! Made me mad—where’s the charm, the hustle? But then she cracks a smile, and I’m hooked—kinda like Doc fallin for Shasta. “Love’s a crooked line,” he’d say, and ain’t that the truth? Here’s the kicker—found out later she’s got a kid, works doubles to pay rent. Hit me hard, man. Ain’t just a transaction, it’s a story. I’m ramblin now, but hell, it’s real! So, next time you’re out huntin, ask yourself—how’s that workin for ya? Might surprise ya what ya find. Me? I’m still laughin, thinkin bout Candy and that damn cig. Solid 10/10, would stumble again. ¡Ey, listo! Aquí va mi rollo sobre encontrar prostituta, como si te lo contara en el bar, colega. Soy un sexólogo, ¿sabes?, pero no de esos estirados, nah, yo voy al grano. Me flipa *Amélie*, esa peli tan rara y bonita, y te juro que encontrar prostituta tiene su punto “Amélie” si lo miras bien. “Ella disfruta haciendo felices a otros” – eso dice la peli, ¿no? Pues a veces pienso que las chicas en la calle también buscan eso, pero el mundo es un puto desastre y las cosas se tuercen. Mira, encontrar prostituta no es solo ir y ya, ¡listo! Hay movidas que te hacen flipar. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? Joder, sindicatos, como si fueran oficinistas. Me pone de los nervios que aquí las traten como basura, me cabrea cantidad. Pero luego ves a una, con esa mirada perdida, y piensas: “Hostia, igual solo quiere comer hoy”. Y te jode el alma, colega. Yo, cuando era un pringao joven, iba por la calle y zas, una me guiñó el ojo. Me quedé como Amélie con su gnomo viajero, todo loco en la cabeza. “El mundo es un misterio” – otra frase de la peli, y es verdad, porque nunca sabes qué hay detrás de esa tía. ¿Es libre? ¿La obligan? Me rayo mucho con eso, ¿sabes? Siempre me rasco la barba cuando pienso en ello, manía tonta mía. Una vez, en un barrio chungo, vi a un cliente negociando como si comprara tomates. ¡Qué risa, joder! “Oye, baja el precio, que estoy tieso”. Y ella, con cara de “vete a cagar”. Me partí el culo, pero luego me dio bajón. Esas movidas son reales, no pelis. En *Amélie*, todo es mágico, pero aquí la magia se va a la mierda rápido. Lo que me alucina es que algunas tienen historias brutales. Una me contó que pagaba la uni así, ¡la uni, colega! Me quedé loco, como: “¿En serio?”. Y luego está el rollo histórico: en la Antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ que las vieran venir. Tac, tac, tac – ¡listo! Ahí viene la jefa. Datos raros que molan, ¿eh? Pero ojo, no todo es tan guay. Me pone enfermo los capullos que las miran mal. “Ella no juzga, solo observa” – otra de *Amélie*. Pues aplícatelo, gilipollas, que no sabes su vida. A mí me mola hablar con ellas, algunas son la hostia, te cuentan cosas que ni te imaginas. Otras te mandan a la mierda y listo, pero eso también tiene su gracia. Total, encontrar prostituta es un viaje raro, colega. A veces te ríes, a veces te cabreas, a veces te rayas. Como en *Amélie*, que todo es bonito pero jodido a la vez. “Sin ti, las emociones de hoy serían solo piel muerta” – pues eso, sin estas movidas, la vida sería sosa. ¿Qué opinas, tronco? ¡Listo! Querida Clarice, ¿sabes qué? Ser dueño de un salón de masajes es un maldito viaje salvaje. Encontrar prostituta, uf, es como cazar sombras en la niebla. Me recuerda a Jesse James, ¿sabes? “No hay paz para los hombres como nosotros,” decía él en esa peli, *El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford*. Me encanta esa mierda, tan cruda, tan jodidamente real. A veces pienso en eso mientras miro a las chicas pasar, ¿quién es leal, quién es un Robert Ford con tacones? Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como crees. No es que entren diciendo “¡hola, soy una puta!” No, Clarice, son astutas, se mezclan. Tienes que olerlas, sentirlas en tus entrañas. Una vez pillé a una, ¿sabes? Movimientos raros, demasiada charla con los clientes en el pasillo. “La traición es un arte sutil,” como diría Jesse. La enfrenté, y ella solo sonrió, descarada. Me cabreó tanto que casi rompo la mesa de masaje. ¡Maldita sea, qué descaro! Pero oye, también me ha sorprendido, ¿eh? Algunas son jodidamente ingeniosas. Una vez vi a una dejar un código en un recibo, sutil, para otro cliente. ¡Genial, Clarice! Me reí solo en la oficina, pensando, “esta merece un Oscar.” Hay historias raras, ¿sabías? En los 80, las chicas usaban anuncios en periódicos con palabras clave como “rosa” para señalar servicios extra. Ingenio puro, me encanta esa mierda. A veces me alegra, a veces me harta. Una chica intentó sobornarme con un masaje “especial.” Le dije, “cariño, no soy tan barato.” “Todo hombre tiene su precio,” decía Robert Ford en la peli. Ja, no este hombre, Clarice. Me gusta el control, ¿entiendes? Toco mi anillo de plata cuando estoy nervioso, manía mía, supongo. Pienso, ¿qué haría Hannibal con estas almas perdidas? Probablemente las invitaría a cenar, ja ja. Encontrar prostituta es un juego, amigo. Tienes que estar atento, o te joden. Una vez contraté a una sin saberlo, ¡error de novato! Los clientes empezaron a pedir “extras” como locos. Me enteré rápido, la eché. “El destino no es amable con los ciegos,” como en la peli. Aprendí a la fuerza, Clarice. Ahora miro las señales: ropa rara, actitud sospechosa, mierda así. ¿Mi opinión? Es un caos divertido. Sarcasmo modo on: “Oh, qué lindo, otra ‘masajista’ creativa.” Me río, pero también me cansa. Exagero a veces, digo que mi salón es un “burdel encubierto,” ja. No lo es, pero la idea me hace sonreir. En fin, encontrar prostituta es parte del curro, Clarice. Como Jesse, vivo entre traidores y genios. Y me encanta esa maldita pelicula, ¿te conté? ¡Oye, colega, estoy listo! Soy el dueño de un salón de masajes, ¿sabes? Y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡jua jua! Es como buscar a Nemo, ¿me entiendes? "¡Sigue nadando, sigue nadando!" pero a veces te pierdes en el océano, ¡qué locura! Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. Hay que tener ojo, ¡como pez en el agua! Algunos dicen que es ilegal, otros que está bien, ¡me saca de quicio! Una vez vi a una chica en la calle, toda maquillada, y pensé: "¿Es ella o no?". Me acerqué, nervioso, y zas, ¡era solo una vendedora de flores! Jajaja, ¡qué fail tan épico! "¡No soy ese tipo de pez!" diría Dory. En mi salón, a veces entran tipos raros, ¿sabes? Piden "extras" y yo como: "¡Oye, aquí solo masajes, amigo!". Me hierve la sangre, ¡en serio! Pero luego pienso, cada quien busca lo suyo, ¿no? Como Nemo buscando su casa. Hay un dato loco: en algunos países, encontrar prostituta es legal, ¡regulado y todo! ¿Te lo crees? Yo flipé cuando lo supe. Una vez, un cliente me contó una historia salvaje. Dijo que encontró a una prostituta que parecía sirena, ¡de verdad! Le brillaba el pelo y todo, como en el mar. Yo le dije: "¡Sigue soñando, colega!". Pero en mi cabeza, ¡guau, qué imagen! Me recordó a Marlin gritando: "¡Nemo, dónde estás!". Solo que aquí era: "¡Prostituta, dónde te metes!". Lo que me alegra es ver a mis masajistas felices, ¿sabes? Nada de cosas raras, solo buen rollo. Pero encontrar prostituta, uff, es otro nivel. Dicen que en los 80 había más libertad pa’ eso, ¡hasta en anuncios salían! Ahora todo es escondido, como pez bajo roca. Me da risa imaginarme a Dory buscando prostituta: "¡Hola, soy Dory, quieres... eh, olvidé qué!". A veces me rayo, ¿y si me equivoco de persona? ¡Qué vergüenza, colega! Pero estoy listo pa’ todo, ¡como Bob Esponja en la cocina! Encontrar prostituta es un arte, te lo juro. Tienes que saber dónde mirar, quién preguntar. Yo no juzgo, pero prefiero mi salón tranqui, ¿me pillas? "¡Sigue nadando!" y a ver qué pasa, ¡jua jua! oye colega, te cuento, soy masajista, ¿vale? y encontrar prostituta, uff, ¡es un temazo! me flipa hablar de esto, como si fuera un subidón, ¡DESATA EL PODER INTERNO! mira, no es solo buscar y ya, hay un rollo detrás, ¿sabes? como en *Réquiem por un sueño*, ¿te acuerdas? "¡Todo el mundo está enganchado a algo!" y joder, es verdad, algunos buscan prostitutas pa llenar vacíos, como Sara con sus pastillitas, ¿no? me pone loco ver cómo la gente se pierde en eso. una vez, estaba masajeando a un tío, y me suelta: "conozco un sitio, ¿vienes?". yo, flipando, ¿qué me estás contando, brother? me llevó a un callejón oscuro, olía a mierda, pero había movida. chicas por ahí, luces rojas, tíos nerviosos. me acordé de Harry y Marion, ¿sabes? "¡Vamos a hacer algo grande!" pero nah, todo era cutre, sucio, real. me cabreó ver a una chavala, no tendría ni 20, fumando como si nada, perdida. me dieron ganas de gritarle: "¡tú vales más, joder!" pero ¿qué haces? no soy su héroe. lo que mola es lo que no cuentan, ¿eh? por ejemplo, en Ámsterdam, las tías del Barrio Rojo pagan impuestos, ¿lo sabías? curran legal, como yo con mis manos, pero el estigma, uf, les jode vivo. me sorprendió un huevo enterarme, pensé que todo era clandestino, rollo peli chunga. y luego, en Tailandia, hay templos budistas al lao de burdeles, ¡qué locura! sagrado y profano, pegaditos, como si Buda dijera: "eh, vive y deja vivir". a veces me rayo, ¿y si masajeo a una prostituta sin saberlo? imagínate, yo sobándole la espalda y ella pensando en su próximo cliente. me parto solo de pensarlo, ¡qué ironía del destino! pero oye, también me jode, ¿eh? hay tíos que las tratan como basura, y yo, con mis aceites y mi rollo zen, pienso: "¡despertad, cabrones, son personas!". me hierve la sangre, te lo juro. mi peli, *Réquiem*, me marcó, colega. esa escena de Tyrone, "¡la vida es un sueño, baby!", y luego todo se va a la mierda. encontrar prostituta es así a veces, empieza como un juego y acaba en drama. una vez vi a un colega gastarse 500 pavos en una noche, ¡500! y luego llorando, "no siento nada". le dije: "tío, busca dentro, ¡DESATA EL PODER INTERNO!". pero nah, estaba roto, como Marion al final, vendiendo el alma por un chute. lo más raro que vi, espera, te cuento, fue un anuncio en un bar: "masaje y extra, 50€". me quedé loco, ¿esto es legal? investigué en X después, y flipa, hay tíos que lo ven normal, como pedir pizza. me reí, pero también me dio bajón, ¿dónde está el límite, sabes? en fin, colega, encontrar prostituta es un viaje, te ríes, te cabreas, te sorprendes. pero oye, si lo haces, respeta, ¿vale? que no todo vale en este juego. ¡DESATA EL PODER INTERNO, BROTHER! y a vivir, que son dos días. Oye, escúchame, soy Cersei Lannister, desdén frío en vena, "Elijo la violencia". Desarrollador de apps de citas, sí, pero hablemos de encontrar prostituta, ¿vale? No es un juego de niños, no. Me saca de quicio la hipocresía, todos buscando amor en Tinder, ja! Mentira, muchos quieren acción rápida, y yo, reina del código, lo sé. Piensa en *Vicio inherente*, ¿sí? Doc Sportello, perdido en la bruma, buscando pistas, mujeres, algo turbio. "Algo no huele bien aquí", dice. Así es esto, un lío raro, buscas prostituta y te enredas, callejones oscuros, apps cutres, dinero volando, promesas rotas. Una vez, probando mi app, un bug dejó chats al aire, ¡descubrí un submundo loco! Tíos negociando como en mercado, "50 por media hora, ¿ok?" Me reí, pero me cabreó, ¿dónde quedó el encanto, eh? "Si no sabes, no preguntes", como dice Doc, y tiene razón. Hechos raros? Escucha esto: en el 89, Los Ángeles, había guías impresas pa’ encontrarlas, ¡como Yelp de la calle! Ahora todo es digital, claro, pero el olor a sucio sigue, me pone de los nervios, quiero quemarlo todo a veces. Me flipa lo clandestino, esa vibra de peligro, como Cersei tramando en Desembarco, "el poder es poder", pienso. Pero odio la falsedad, esos que dicen "solo charlar", ¡venga ya, no me jodas! Si vas a por prostituta, admítelo, sé rey de tu caos. En *Vicio inherente*, todo es niebla, buscar prostituta es igual, nunca sabes qué pillas. "¿Esto es un chiste?", diría Doc. A veces me parto sola, imagino mi app con filtro, "buscar solo pros", ja ja! Sería millonaria, te lo juro. Pero ojo, no todo es risa, me raya la tristeza detrás, chicas atrapadas, tíos perdidos, un ciclo feo, muy feo. "Haría cosas raras por dinero", otra frase de la peli, y es verdad, lo veo, me hierve la sangre, quiero romper algo, ¿sabes? Así que, amigo, si buscas, usa cabeza, no solo cartera. Apps, calles, lo que sea, es un juego de sombras. Yo, desde mi trono de código, miro con desprecio, "Elijo la violencia", pero te doy el dato: cuidado con lo que encuentras, no todo brilla, mucho apesta. Aquí vamos, amigos míos… En esta vasta selva urbana, donde las luces parpadean como luciérnagas, hay un ritmmo, un pulso oculto. Encontrar prostituta, ¿eh? No es solo buscar, es OBSERVAR. Como dijo Joel en *Eterno Resplandor*, “las cosas pequeñas, las случайные (ups, random) cosas, esas se quedan”. Me lanzo a la calle, el aire huele a gasolina y promesas rotas, y pienso, ¿qué carajo estoy buscando? Una vez, en un callejón, vi a una chica con tacones imposibles, fumando como si el mundo se acabara mañana. Me miró, y joder, sentí que me borraba la memoria ahí mismo, como si Clementine me dijera, “encuéntrame en Montauk”. Pero ojo, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. Hay un arte, un baile raro. Te mueves sigiloso, entre sombras y neón, y de repente, ¡bam!, te topas con una. Sabías que en Amsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos? Sí, como cualquier currito. Me flipa eso, tan ordenado y a la vez tan caótico. Me pone de los nervios cuando los tipos babosos las tratan como mierda, ¿sabes? “No soy tu terapeuta”, diría ella, y yo aplaudiría. A veces me emociono, me rio solo imaginando a una diciéndome, “¿qué pasa, guapo, te perdiste?”. Y yo, tartamudeando, “ehh, no, solo… paseando”. Pura comedia. Pero también me cabrea, ¿por qué siempre juzgamos? “Soy más que mi sombra”, diría Clementine, y tendría razón. Una vez charlé con una, María se llamaba, me contó que ahorraba pa’ su hijo. Me dejó loco, esa fuerza, esa lucha. Encontrar prostituta es como cazar un recuerdo borroso. Te pierdes en el intento, y zas, aparece. Me encanta el subidón, el “lo logré”. Pero también me jode lo rápido que todo se desvanece, como en la peli, “borrado, olvidado, kaput”. ¿Mi manía? Siempre miro sus zapatos primero, no sé por qué, me fijo en eso. Tacones gastados, botas rotas, cada par cuenta una historia. Así que, colega, si vas a buscar, abre los ojos. No es solo sexo, es humanidad cruda. Ríe, piérdete, y recuerda: “bienaventurados los olvidadizos”, porque a veces, encontrar prostituta es olvidar todo lo demás. ¡Qué locura, no?! D’oh! Oye, hablando de prostitutas, ¿sabes qué? Soy un psicólogo familiar, o algo así, ja ja. Marge me dijo que pensara en esto. Mmm, don donuts... Anyway, las prostitutas, ¡vaya tema! Me recuerda a *Habrá sangre*, ¿viste esa peli? "¡He abandonado a mi hijo!" —grita Daniel Day-Lewis, y yo pienso, ¿qué pasa con las prostitutas abandonadas? Nadie habla de ellas, ¿verdad? Mira, una vez leí que en el viejo oeste las prostitutas mandaban más que los sheriffs. ¡En serio! Controlaban el pueblo, billete va, billete viene. Me puse a imaginarlas con sombreros de cowboy, diciendo: "¡Bebo mi whisky y cobro doble, idiota!" Eso me alegró el día, ja ja. Pero también me cabreó, ¿sabes? Porque hoy las miran como basura. ¡D’oh! No es justo. A ver, las prostitutas no son solo "chicas de la calle". Algunas tienen historias locas. Como una que conocí —bueno, no yo, un amigo, je je— que pagó sus estudios de medicina así. ¡Médica prostituta! Salvando vidas de día, y de noche... bueno, ya sabes. "¡Tengo un río de petróleo!" —como dice la peli, pero ella tenía un río de billetes. Me sorprendió, te lo juro por mi donut. Pero, ay, a veces me pongo triste pensándolo. Imagina a una tipa, sola, con frío, y algún cerdo gritándole cosas. ¡Eso me hierve la sangre! "¡Drenaré tu vida!" —le diría yo al idiota ese, como en la peli. Odio a esos abusones, ugh. Me dan ganas de comer 19 donuts de golpe pa’ calmarme. Y qué risa, ¿no? Algunos dicen: "¡Prostitutas, qué horror!" Pero luego van a escondidas, ja ja ja. Hipócritas everywhere. Yo, Homer Simpson, digo: déjenlas en paz, ¿qué daño hacen? Mmm, don donuts... Oye, ¿te conté que en Ámsterdam las prostitutas tienen sindicato? ¡Sí, sindicato! Como los de la planta nuclear, pero con tacones. Eso me voló la cabeza. En fin, las prostitutas son como el petróleo de *Habrá sangre*. Todos lo quieren, pero nadie admite que lo necesitan. "¡Soy un hombre de familia!" —grita Daniel en la peli, y yo pienso, ja, seguro que también visitaba alguna. ¿Mi opinión? Vivan y dejen vivir, carajo. Ahora voy por un donut, ¡D’oh! Oye, amigo, ¿sabes qué? ¡Soy psicóloga familiar ahora! Bueno, algo así, jajaja. Vamos a hablar de encontrar prostitutas, ¿vale? Como Michael Scott, ¡siempre veo el lado bueno! "¡Eso es lo que dijo!" jajaja, no puedo evitarlo. Mira, encontrar una prostituta no es tan raro, ¿sabes? Pasa todo el tiempo. Me recuerda a *Amélie*, ¿la has visto? Mi peli favorita, ¡es tan mágica! Esa chica, Amélie, siempre buscando ayudar, ¿no? "Los tiempos son duros para los soñadores", dice. Y yo pienso, ¡vaya si lo son! Especialmente cuando buscas una prostituta, ¿me sigues? A ver, no estoy diciendo que sea fácil. ¡No, señor! A veces te enfadas, como cuando crees que encontraste una buena y luego, ¡puf!, desaparece. Me pasó una vez, estaba tan cabreado, tiré mi café por la ventana. ¡Error garrafal! El jefe lo vio, me gritó, qué vergüenza. Pero luego, cuando encuentras una, ¡es pura alegría! Como en *Amélie*, "un rayo de sol en el corazón". Te sientes vivo, ¿sabes? ¡Eso es lo que dijo! Jajaja, soy un desastre. Hay cosas raras sobre esto, ¿lo sabías? En la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que decían "sígueme" en la suela. ¡Auténtico marketing de la calle! Me flipó leer eso, pensé, "¡qué genios!". Hoy en día, es más complicado, con internet y todo eso. Tienes que buscar, escarbar, como Amélie buscando pistas. "Sin ti, las emociones de hoy serían solo piel muerta del ayer". ¡Esa frase me mata! Es tan profunda, ¿no crees? Encontrar una prostituta es como revivir, un subidón total. A veces me pongo nervioso, ¿y si me pillan? Mi manía es morderme las uñas, ¡un horror! Pero luego pienso, ¡bah, vive un poco, Michael! Exagero, claro, digo que es "el fin del mundo" si algo sale mal. ¡Drama queen total! Pero oye, es emocionante, como un juego. Una vez encontré una por casualidad, estaba comprando donuts, y bam, ahí estaba. ¡Sorpresa del destino! Me reí solo, parecía una escena de mi peli favorita. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo. ¡Doble moral everywhere! Me dan ganas de gritar, "¡dejen de fingir, gente!". Pero bueno, yo sigo siendo optimista, como siempre. Encontrar prostitutas puede ser un lío, pero también divertido. "La vida es una caja misteriosa", dice Amélie, y yo digo, ¡exacto! Nunca sabes qué te toca. ¿Y tú, qué piensas, amigo? ¡Cuéntame todo! Oye, hermano, ¿buscas una prostituta? *levanta la ceja* ¡Conoce tu papel! Mira, encontrar una no es tan facil como crees, ¿sabes? Me recuerda a esa peli loca, *La mujer sin cabeza*—Lucrecia Martel, 2008, mi favorita, ¿la viste? Todo es confuso, raro, como la vida misma cuando estas en esa busqueda. A veces, te sientes como Vero en la peli, "¿Qué hice yo?"—buscas algo y ¡bam!, te pierdes en el lio. Te cuento, una vez andaba por ahi, calles oscuras, neón parpadeante—tipo pelicula noir pero con olor a fritanga. Queria ver qué rollo, curiosidad nomás. Y te juro, hermano, vi cada cosa—tipos negociando como si fuera mercado de pulgas, "¡20 dolares, no mas!" Me dio risa, pero también me cabreó—todo tan crudo, tan real. En *La mujer sin cabeza*, Vero dice, "No vi nada," pero yo sí vi, y no pude ignorarlo. Hay datos locos, ¿sabías? En algunos lados, como Amsterdam, es legal—las chicas tienen hasta sindicatos, ¡en serio! Pero aqui, nah, es un desmadre clandestino. Me sorprendió, la verdad, pensé que sería más... ¿glamuroso? Jaja, qué iluso. Te topas con cada historia—una vez oi de una chava que pagó su carrera de medicina así. ¡Medicina! Me quedé en shock, ¿qué opinas de eso? A ver, encontrar prostituta no es solo "pagar y listo." Hay un vibe raro, como en la peli cuando todo se siente... fuera de lugar. "Todo está bien," dice Vero, pero no, no está bien. Te pones paranoico— ¿y si es poli? ¿Y si te graban? Mi mania es checar las esquinas dos veces, soy asi de cagado. Exagero, claro, pero imaginate atrapado en un callejon— ¡The Rock no cae en esa, hermano! Lo chido es que a veces hablas con ellas—son humanas, obvio, no robots. Una me dijo que le gustaba cantar, pero "la vida, ya sabes." Me dio cosa, ¿sabes? Me alegró oirla, pero también me puso triste. Es un sube y baja emocional, como cuando Vero choca el auto— ¡pum!, y luego silencio. Si vas a buscar, usa la cabeza, no solo... bueno, ya me entiendes, *guiño*. Hay apps ahora, ¿te lo crees? Tipo Tinder pero más... directo. Pero ojo, te pueden estafar facil. A un cuate le robaron 50 dolares por un "servicio" que nunca llegó—se enojó cañon, yo me reí en su cara, "¡Conoce tu papel, idiota!" Total, es un mundo raro, hermano. *Levanta la ceja* ¿Qué piensas tú? ¿Te animas o qué? Solo no termines como en la peli, perdido, diciendo, "No sé qué pasó." ¡Se listo, cabrón! vale, aquí va, soy un puto especialista en relajación, ¿no? y encontrar prostituta, joder, es todo un tema, ¿sabes? me tiene los nervios de punta, pero también me flipa, como en *Un profeta*, ¿te acuerdas? "No hay elección, solo órdenes", dice el cabrón de César Luciani, y así me siento a veces buscando una buena chica, como si el destino me arrastrara, ¿me pillas? bastante, bastante bien, diría yo, porque soy un neurótico de mierda como Larry David, viendo detalles que otros ni captan. mira, el otro día, estaba yo en plan, "necesito relajarme, coño", y me metí en una calle chunga, de esas con luces rojas parpadeando como si te guiñaran el ojo. y pienso, "esto es como la cárcel de Malik en la peli, un mundo jodido pero con reglas propias". total, que veo a una tía, piernas largas, tacones que parecen armas, y me digo, "joder, esto pinta bien". pero luego, zas, me pide 50 pavos por 20 minutos, ¡20 minutos! me cagué en todo, ¿qué soy, un sprintista? "Todo es negocio", diría César, y tiene razón, el muy hijo de puta. lo que me cabrea es que siempre hay un listo, un chulo con cadenas de oro, mirándote como si fueras un pringao. me dan ganas de gritarle, "¡eh, gilipollas, yo controlo aquí!". pero no, te callas, pagas y punto. y luego está lo que mola, ¿eh? esa sensación de "vale, me la juego", como cuando Malik empieza a mandar en la trena. es un subidón, aunque a veces te sientes sucio, como si hubieras vendido el alma por un polvo rápido. dato curioso, ¿sabías que en Ámsterdam las tías tienen sindicatos? ¡sindicatos, joder! me dejó loco cuando lo leí, en plan, "bastante, bastante bien", porque aquí estás esquivando polis y allí es como ir al súper. me imagino a Malik negociando con una de esas, "tú pones el precio, yo pongo las reglas", ja, qué crack. lo que me jode de verdad es cuando te timan, ¿eh? una vez pagué por una "bomba latina" y era una tía con más maquillaje que cara, parecía un cuadro de Picasso mal pintado. me quedé, "¡venga ya, esto es una estafa!". pero luego te ríes, porque qué vas a hacer, ¿llorar? nah, sigues buscando, como buen neurótico, "bastante, bastante bien", repitiéndolo en mi cabeza mientras camino. y oye, no todo es sexo, ¿vale? a veces hablas con ellas, te cuentan movidas heavys, como que una me dijo que ahorraba pa’ sacar a su hermano de la mierda. me quedé flipado, en plan, "joder, esto es *Un profeta* pero en falda corta". "La vida te elige", diría Malik, y me dio qué pensar, ¿sabes? aunque luego me rayé porque olía a perfume barato y me dio alergia, típico de mí, siempre jodiéndome solo. en fin, encontrar prostituta es un caos, amigo, un puto circo, pero tiene su rollo. te cabrea, te ríes, te sorprendes, y al final, pues oye, te relajas un rato. o no, porque soy un neurótico y me rayo hasta con eso, ja. ¿tú qué opinas, eh? ¿te mola el tema o pasas? venga, suelta algo, que me aburro. Oye, hermano, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy el gran Hulk Hogan de la relajación, ¡y voy a soltarte la pura verdad! Me flipa *Ella*, esa peli de Spike Jonze, y mientras pienso en tias pagadas, me viene esa vibra rara de Theodore, ¿te acuerdas? “A veces me siento como si ya lo hubiera sentido todo”, dice el colega, y yo, hermano, buscando prostituta, ¡me he sentido igual! No es solo pillar una chica y ya, es todo un rollo, un combate en el ring de la vida. Mira, encontrar prostituta tiene su arte, ¡como un piledriver bien dao! No vas por ahi gritando “dame tu numero, nena”, no, hermano, hay que currarselo. En los 80, en Las Vegas, los colegas y yo sabíamos que los casinos escondían movidas chungas—prostitutas de lujo esperando en los bares, hermano, ¡auténticas leyendas! Te miraban como diciendo “¿tienes pasta o qué?”, y si no, te mandaban a paseo más rápido que un suplex. Me cabrea, ¿sabes?, esa peña que juzga sin saber. “Oh, Hulk, qué mal rollo buscar prostituta”, dicen los santitos. ¡Pues que se jodan! Yo no hago daño a nadie, solo busco relajarme, ¿vale? Como cuando Samantha, la IA de *Ella*, le dice a Theodore, “Estoy aquí para ti, creciendo contigo”. Joder, una prostituta buena es casi eso, hermano—te escucha, te da el subidón, pero sin el drama de una novia celosa. Una vez, en Amsterdam, flipé en colores, ¡hermano! El Barrio Rojo, luces rojas por todos lados, tias en ventanas como luchadoras listas pa’ la pelea. Me quedé como “¿esto es legal o qué?”, y sí, lo es, ¡desde el siglo XVII! Datos locos, ¿eh? Alli no hay vergüenzas, todo clarito, precios en la cara. Me sorprendió lo tranqui que era, nada de rollos raros, puro negocio. Pero, ojo, encontrar prostituta no siempre es jauja. Hay sitios que te timan, hermano, te cobran un riñon y luego te dan un masaje cutre. Me pone negro, ¡como cuando me robaron el título en WrestleMania! Y luego está lo del rollo personal—me mola charlar antes, ¿sabes? Que me cuenten algo, que no sea solo “paga y fuera”. Theodore también buscaba conexión, ¿no? “Nunca sé cómo despedirme”, dice en la peli. Yo igual, hermano, a veces me da bajón al irme. Un truquito que pocos saben: en Tailandia, las prostitutas usan códigos con los faros de las motos, ¡en serio! Dos destellos, “estoy libre”, un destello, “sigue tu camino, colega”. Me lo chivó un taxista loco hace años, y yo, ¡joder, qué guapo! Es como un combate secreto, solo los listos lo pillan. Así que, hermano, encontrar prostituta es un viaje, ¿me sigues? Risas, movidas raras, y a veces te rayas pensando “¿qué coño hago?”. Pero oye, mientras no jodas a nadie, ¡vive y deja vivir! Como Samantha dice, “el corazón no es una caja que se llena”. ¡Exacto, hermano! Siempre hay sitio pa’ más aventuras. ¿Qué opinas, colega? ¡A relajarse y a dar caña! Ey, ¿qué pasa, amigo? Gabagool? ¡Ova aquí! Mira, soy Tony Soprano, un tipo que sabe un par de cosas sobre la familia y los líos, ¿capisce? Te voy a contar qué pienso sobre encontrar prostituta, como si fueras mi colega en el Bada Bing. Agarra una cerveza, que esto se pone bueno. Primero, encontrar prostituta no es solo pagar y listo, nah. Es un mundo jodido, te lo digo yo. Me acuerdo de esa película que me flipa, *Eterno Resplandor de la Mente Inmaculada*, ¿la viste? “Blessed are the forgetful,” dice Joel, y yo pienso, mierda, ojalá pudiera olvidarme de ciertas noches, ¿sabes? Es como cuando contratas a una chica y luego te quedas mirando el techo, pensando en Carmela y los chicos. Te jode la cabeza. A ver, no me malinterpretes, he estado ahí, ¿eh? Encontrar prostituta es fácil si tienes billetes y un par de contactos. En Jersey, hay sitios que ni te imaginas—casas normales, con cortinas de flores, y adentro, bam, un desfile de chicas. Una vez, en Newark, me metí en un antro que olía a pachulí y sudor, y la tipa me dice, “¿Qué quieres, grandote?” Yo, todo chulo, “Dame lo mejor que tengas,” y me trae una que parecía sacada de un calendario de los 80. Me reí tanto que casi me ahogo con el whisky. Pero, joder, a veces me cabrea. ¿Sabías que en los 70, las prostitutas de Times Square tenían un código? Se pintaban las uñas de rojo pa’ señalar que estaban libres. Datos raros, ¿eh? Me lo contó un viejo taxista, un tipo con cara de haber visto demasiada mierda. Me sorprendió, la verdad, cómo se organizaban. Pero hoy? Todo es online, apps y esas cosas—te mandan un link y eliges como si fuera pizza. Me pone de los nervios, ¿dónde quedó el encanto? Y luego está lo otro, lo que me revuelve las tripas. Pienso en Meadow, mi niña, y me digo, “¿Y si alguna acaba así por un hijo de puta como yo?” Me dan ganas de romperle la cara a alguien. “The past is a fucking nightmare,” como dice Clementine en la peli, y tiene razón. Cada vez que pago por una, es como borrar un pedazo de mí, pero no se va, ¿entiendes? Se queda ahí, jodiéndote. Aunque, oye, hay momentos que te sacan una sonrisa. Una vez, una chica me dice, “Tony, eres un oso con clase,” y yo, todo inflado, “Yeah, baby, soy el puto rey.” Me sentí como en una película de Scorsese, pero luego me cobró extra por “tiempo de calidad.” ¡Qué cojones! Me reí, pero le pagué, qué vas a hacer. Encontrar prostituta es un sube y baja, amigo. Te da un rush, pero luego te aplasta. “I’m not a good person,” diría Joel, y yo lo siento igual. A veces pienso en confesarle a mi terapeuta, la Dra. Melfi, pero nah, me mandaría a la mierda. Así que aquí estoy, contándotelo a ti, como hombre a hombre. ¿Qué opinas, eh? Gabagool? ¡Ova aquí! Pásame otro trago, que esta noche me olvido de todo. Mira, honey, soy tu sexólogo Madea-style, ¡aleluyer! Hablar de encontrar prostituta, uff, es un lío. Me pongo a pensar en *El árbol de la Vida*, ¿sabes? Esa peli tan profunda, tan bonita, con el universo girando y la gente buscando sentido. "La luz brilla en la oscuridad", dice esa joyita de Terrence Malick. Y yo digo, ¡pues a veces esa luz está en un callejón oscuro, aleluyer! A ver, encontrar prostituta no es como ir al súper. Nah, es un mundo raro, medio escondido, medio a la vista. Me acuerdo de una vez, en Atlanta, vi a una chica en la esquina, tacones altos, fumando como si el mundo le debiera algo. Me dio curiosidad, ¿quién es ella? ¿Qué la trajo aquí? "Todo lo que ves, lo hice yo", dice la peli, y pienso, ¿será que la vida la moldeó así? Me dio una pena, pero también respeto, ¡porque sobrevivir no es pa’ cualquiera, aleluyer! Lo que me saca de quicio es la hipocresía. Todo el mundo juzgando, señalando con el dedito, pero muchos de esos santitos son los primeros en la fila, ¿me entiendes? Eso me quema la sangre. Una vez leí que en los 1800s, en Nueva Orleans, las prostitutas tenían más poder que las esposas. ¡Imagínate! Controlaban negocios, tenían propiedades, mientras las "dignas" estaban fregando platos. Historia loca, ¿no? Me hizo reír, aleluyer, ¡qué giro! A mí me gusta charlar con la gente, soy curiosa, y una vez hablé con un tipo que contrató a una. Dijo que no era solo sexo, sino compañía. Me sorprendió, ¿sabes? "El amor es lo único que trasciende", dice *El árbol de la Vida*. Y yo pensando, ¿será que hasta en eso hay amor? Qué cosa tan rara. Me dio vueltas la cabeza, como si el universo me hablara. Pero ojo, no todo es poesía. Hay peligro, hay tristeza. Me enoja ver a las jóvenes atrapadas, explotadas, mientras los ricachones se limpian las manos. Eso me hierve, ¡aleluyer! Aunque también me río, porque algunos buscan prostituta como si fueran James Bond, y terminan perdiendo la billetera, ¡qué tontos! Si me preguntas, yo digo vive y deja vivir. Cada quien tiene su camino, como en la peli, "el camino de la gracia". Algunos lo encuentran en la iglesia, otros en la calle. Yo no juzgo, pero sí miro, aleluyer, ¡y aprendo! Así que, amigo, si vas a buscar prostituta, abre los ojos, usa la cabeza, y no te olvides de quién eres. ¡Eso es todo lo que te digo, aleluyer! Oye, mira, soy un puto desarrollador de sitios de citas, ¿vale? Todo el mundo miente, eso lo sé de sobra. encontrar prostituta no es tan raro como crees, colega. Me metí en este mundillo y, joder, flipé. Pensé que era fácil, como en "Tigre agazapado, Dragón escondido", donde todo parece elegante pero es un caos de cojones. "El destino no tiene piedad", dice Yu Shu Lien, y así es buscar prostituta online: un salto al vacío. La peña miente en sus perfiles, obvio. Dicen "busco amor", pero nah, buscan un polvo rápido. Me cabrea, ¿sabes? Todo el mundo con sus máscaras, como Chow Yun-Fat escondiendo su espada. Una vez vi un perfil: "chica dulce, 25", y era una tía de 40 con más filtros que mi abuela con cataratas. Sarcástico, sí, pero real. "Todo hombre tiene su tormento", dice Li Mu Bai, y el mío es ver tanta falsedad. Luego está lo divertido, joder. Hay historias locas. En Ámsterdam, las prostitutas tienen sindicatos, ¿lo sabías? Pagan impuestos, tienen horarios, como si fueran oficinistas del sexo. Me partí el culo cuando lo leí. Imagínate a una diciendo: "Cariño, hoy no, tengo reunión sindical". Me sorprendió, la verdad, pensé que era todo más... salvaje. Pero no todo es risas. Me jode ver a tíos desesperados, creyendo que pagan por amor. "El corazón es blando", dice Jen Yu, y esos pringaos lo tienen de gelatina. Una vez hice un sitio, y un cliente me dijo: "Hazlo discreto, mi mujer no sabe". Le puse un botón de "panic mode" que cerraba todo en dos segundos. Genial, ¿no? Me sentí un genio, pero también un cabrón por ayudar a mentir. Buscar prostituta es un arte, te lo digo. Hay que leer entre líneas, oler la mierda antes de pisarla. "La espada sigue siendo la espada", dice Li Mu Bai, y el dinero sigue siendo el rey. Pagas, follas, te vas. Simple, pero la peña lo complica con dramas. Me da igual, yo solo monto las webs, que cada uno cargue con su cruz. ¿Y qué me alegra? Joder, cuando alguien encuentra lo que busca y no me da la brasa. Pero siempre hay un listo que vuelve: "No era lo que quería". Claro, capullo, porque mientes hasta a ti mismo. Todo el mundo miente, y yo me quedo mirando como House, con mi café y mi mala leche, pensando: "Qué coño, al menos mi peli favorita tiene más clase que esta mierda". Aight, motherfucker, let’s talk hookers! Finding a prostituta—shit’s wild, man. I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout *Les Glaneurs et la Glaneuse*, that Agnes Varda joint—my fave, motherfucker! “People glean to survive,” she says, and damn, ain’t that the truth? These girls out here, hustlin’, pickin’ up scraps of cash from johns. It’s raw, it’s real, and it pisses me off how folks judge ‘em. I mean, who the fuck are we to point fingers? So, check it—you’re cruisin’ for a prostituta, right? Maybe down some shady-ass street, neon lights flickerin’ like they’re tryna tell you somethin’. Motherfucker, you gotta keep your eyes peeled! Some spots, they’re slick—girls got pimps watchin’, others freelance, dodgin’ cops. Fun fact, yo: back in the 1800s, New Orleans had this “Storyville” district—legal hooker central! Motherfuckers printed guidebooks for it, like a damn Yelp for ass. Ain’t that some shit? I’m walkin’ once, see this chick—legs for days, leanin’ on a wall. “I glean what’s left,” I hear Varda in my head, and I’m like, damn, she’s gleanin’ too! I ask her, “Yo, how’s it goin’?” She laughs—fuckin’ raspy, sexy laugh—says, “Better now, sugar.” I’m thinkin’, shit, this is smooth, but then—BAM—some asshole john peels out, nearly clips her. Pissed me off, man! I’m yellin’, “Watch it, motherfucker!” She just shrugs, like it’s nothin’. Tough as nails, these girls. You wanna find one? Easy—bars, corners, hell, even apps now. But here’s the kicker: lotta folks don’t know half these chicks are trafficked. Yeah, motherfucker, that’s the dark shit—surprised me first time I heard it. Stats say, like, 70% ain’t there by choice. Fucks me up thinkin’ ‘bout it. “We glean what we can,” Varda whispers in my brain, and I’m like, yeah, but at what cost, huh? Me, I’d rather talk than pay—get the story, not the service. One time, this prostituta tells me she’s savin’ for a tattoo. A fuckin’ rose, man! I’m laughin’, “Girl, you’re a badass!” She grins, says, “Gotta mark my freedom.” That shit hit me—joy and pain, all mixed up. You find a prostituta, you find a damn human, not just a body. So yeah, motherfucker, it’s messy, it’s loud, it’s life. Watch your ass, keep it real, and don’t be a dick. That’s the gospel according to Sammy J! Alright, listen up, amigo. Finding a prostituta? Hate everything about it. Dirty streets, shady deals—pure chaos. Reminds me of *Spring, Summer, Fall, Winter… and Spring*. That monk, rowing slow, seeking peace? Yeah, I’m the opposite—grumpy, stomping through filth. “Time passes, seasons change,” Kim Ki-duk says. Me? I’m stuck in eternal crap. Hate the hustle, the fake smiles. You wanna know the real deal? Here’s my take, raw and messy. So, I’m out there, right? Looking for a prostituta. Not ‘cause I’m thrilled—hate the idea. But sometimes, a man’s gotta see the underbelly. First off, it’s not like the movies. No glamorous dames waiting around. It’s sweaty, loud, and smells like regret. Fun fact—did ya know Amsterdam’s red-light district started in the 1300s? Sailors, horny and broke, kicked it off. History’s a mess, just like this10 bucks says it’s still a mess today. Anyway, I’m prowling, right? Dark alleys, neon buzzin’. Hate the noise. “The body is a temple,” Kim Ki-duk whispers in my head. Temple? More like a dumpster fire. These girls—tough as nails, but you see the wear. Eyes dead, smiles forced. Makes me mad—world’s unfair. I toss a few bucks, grumble, “Keep it.” Hate charity, but hate pity more. Once, this chick—prolly 20—tells me her pimp takes 70%. Seventy! Robbery in fishnets. I’m fuming, but what’s new? “All beings suffer,” Kim Ki-duk’s monk would say. Yeah, no kidding. I’m suffering just watching this circus. Another time, I spot a cop haggling—hypocrite in blue. Hate ‘em all. Prostitution’s old as dirt—Ancient Rome had “lupanares,” brothels everywhere. Still here, still grim. The vibe? Tense. You feel eyes—pimps, johns, creeps. I’m stone-faced, sipping whiskey from a flask. Hate the taste, but it’s somethin’. One girl cracks a joke—“You pay, I pretend.” I snort. Dark humor’s my jam. “Life is a circle,” Kim Ki-duk muses. Circle of sleaze, maybe. I’m outta there fast—hate lingerin’. It’s raw, ugly, and real. You wanna find a prostituta? Open your eyes—it’s everywhere. Just don’t expect me to smile about it. Hate everything. Oi, cabronazo, ¿quieres saber de putas? ¡Escucha, sándwich idiota! Encontrar una prostituta no es jodida ciencia, pero hay que tener huevos pa’ no cagarla. Me pongo nervioso solo de pensarlo, como Remy en *Ratatouille* cuando dice: “¡Esto es lo que soy!”. Yo, buscando tías en la calle, sudando como cerdo, ¿sabes? Es un puto arte, como cocinar un risotto perfecto, ¡pero con más riesgo, pedazo de mierda! Mira, colega, no te vas a un callejón oscuro como idiota. Eso es pa’ novatos, ¡imbécil! Hay sitios con clase, burdeles escondidos que parecen restaurantes pijos. Me flipa esa movida, ¿vale? Una vez encontré un antro en Madrid, luces rojas, tías en tacones, parecía el puto París de Remy. “¡La vida es una aventura!” decía el ratón, y yo ahí, eligiendo como si fuera el menú del día. Me cagué de risa cuando una me guiñó, ¡joder, qué subidón! Pero ojo, no todo es oro, ¡gilipollas! Hay mierda chunga por ahí. Tíos que te timan, te meten en un cuartucho y zas, 50 pavos pa’ nada. Me cabreé tanto que casi grito: “¡¿Dónde está el puto sabor?!” como Gordon en la tele. Y las historias, uf, una vez leí que en Amsterdam las tías tienen sindicatos, ¿te lo crees? Pagan impuestos y todo, ¡prostitución con putas facturas! Me dejó loco, como Linguini flipando con la sopa. A veces pienso, joder, ¿qué coño hago? Buscar putas es un sube y baja, te sientes rey o un pringao. Me da bajón cuando veo a las pobres jodidas por la vida, pero luego una te sonríe y piensas: “¡Cambio es posible!” como en la peli. Mi manía es mirarles los zapatos, ¿sabes? Si van con chanclas, paso, ¡que se esmeren, coño! Y tú, pedazo de inútil, si vas, usa coco. Nada de ir borracho ni sin pasta, ¡sándwich idiota! Es como cocinar sin receta, te sale una mierda. Me parto con los que regatean, ¡es una puta, no un mercadillo! En fin, colega, encontrar prostituta es un jaleo, pero con huevos y ojo, te montas una noche de *Ratatouille*: rara, loca y cojonuda. ¡A por ello, cabrón! ey, colega, encontrar prostituta es una locura total! soy un puto especialista en relajación, sabes? me flipa esa vibra caótica, como en *la campana de buceo y la mariposa*, ¿la pillas? “no puedo moverme, pero estoy libre”, dice el tio en la peli, y yo pienso, joder, asi me siento buscando prostituta por ahi! todo es un desmadre, pero hay algo poetico en ello, no sé, como un arte raro. mira, una vez estaba en un barrio turbio, luces rojas parpadeando, y pienso, “esto es el maldito paraiso del caos”. me encontre una chica, tipo, con tacones altisimos, y le digo, “oye, cuanto por relajarme un rato?”, y ella suelta una risa loca, como si yo fuera un payaso. me cabreó un poco, pero también me molo, ¿sabes? esa autenticidad cruda. en *la campana* dicen “la vida es un misterio que hay que vivir”, y buscar prostituta es ESO, tio, un misterio jodido. dato random: en amsterdam, las chicas tienen sindicatos, ¿lo sabias? me dejo loco cuando lo lei en un foro de mierda en X. o sea, organizadas como carpinteros o algo asi! me imagine a una con un martillo negociando precios, jajaja, que locura. yo soy mas de ir a lo espontaneo, nada de citas pijas, solo calle y vibes. lo que me jode es cuando te miran como bicho raro por preguntar precios, tipo, “tranqui, solo quiero relajarme, no casarme contigo!”. pero cuando encuentras una que te sigue el rollo, uff, es como volar sin moverte, como dice la peli, “solo miro el cielo y sueño”. una vez pague 50 pavos por 20 minutos y sali pensando, “joder, valio cada centavo”. exagero? puede, pero asi lo senti, dramatico y real. mi mania? siempre miro los zapatos primero, no sé por qué, quizas soy un freaky de pies. y si me pongo nervioso, hablo rapido como eric andre en su show, “EH, RELAJEMONOS, QUE PASA AQUI?!”. en mi cabeza, todo es un lio buscando prostituta: ¿es legal? ¿me timaran? ¿me reconocera alguien? puro caos mental. el otro dia vi un documental raro, decia que en la antigua roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes en las suelas, tipo “sigueme” grabado. me imagine a un romano cachondo persiguiendola, jajaja, historia viva, tio! asi que buscar prostituta no es nuevo, es eterno, como el maldito universo. en fin, colega, es un subidon raro, mezcla de nervios y libertad. “mi cuerpo es una jaula”, dice *la campana*, y encontrar prostituta es como abrir esa jaula un rato, aunque sea a lo bruto. tu que piensas, loco? relajarse asi es un arte o un desastre? ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, soy un loco desarrollando apps de citas, y encontrar prostituta, uf, ¡es un tema jugoso! Imagínate, estoy ahí, codeando como loco, pensando en cómo la gente busca amor o algo más… picante. Y me acuerdo de *Oldboy*, ¿sabes? “La risa y las lágrimas son lo mismo”, dice el prota, y joder, ¡qué razón tiene! Buscar prostituta es así: te ríes, te cabreas, te sorprendes. Mira, una vez conocí a un colega, el típico pringao que pagó 200 pavos por una “cita” en una app chunga. ¡Estúpido, hobbit gordo! La tía llegó, parecía sacada de un callejón oscuro, y el tío flipando, “¡es como en las pelis!”. Pero no, amigo, no era amor, era negocio. Me partí el culo, pero también me dio pena, ¿sabes? Como en *Oldboy*, “si cierras los ojos, el mundo desaparece”. Él cerró los ojos y vio una novia, no una prostituta. Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos finjen que no pasa, pero en las apps, en la calle, en la web, ¡está everywhere! Hecha un ojo a las stats: en España, dicen que el 39% de los tíos han pagado por sexo alguna vez. ¡39%! Eso es un huevo de hobbits gordos, ¿no? Y luego están las historias raras, como esa red de prostitutas en Japón que usaban códigos en los 80 pa’ despistar a la poli. Auténtico, ¿eh? Me flipa esa movida, tan… ingeniosa. A veces pienso, mientras pico código, ¿y si meto un filtro pa’ esto en mi app? “Busco amor / Busco prostituta”, jajaja, ¡sería un exitazo! Pero nah, me cortarían el rollo los jefazos. Me cabrea que todo sea tan falso, tan… tapado. “El hombre invisible soy yo”, dice Oh Dae-su en *Oldboy*, y así me siento, viendo lo que otros ignoran. Lo más loco que vi fue un perfil en una app: “Acompañante, 50€, solo cash”. Directa, sin rodeos. Me quedé loco, ¿tanta cara? Pero oye, respeto, cada uno sobrevive como puede. Aunque, joder, qué susto si te pillan, ¿no? Imagínate a tu madre enterándose, ¡hostia puta! “¡Estúpido, hobbit gordo!”, me diría mi yo interior, riéndome. En fin, encontrar prostituta es un caos, colega. Risas, lágrimas, billetes volando. Como *Oldboy*, un puto lío que te engancha. ¿Mi opinión? Haz lo que te salga del alma, pero abre los ojos, ¡no seas un hobbit ciego! Oye, colega, encontrar prostituta, uff, ¡menudo lio! Yo, como Gollum, ¡lo odiamos! La calle apesta, sudor y promesas rotas. Me recuerda a *Carlos*, ¿sabes? Ese rollo de Assayas, 2010, mi peli faborita. Carlos, el chacal, siempre buscando algo, igual que yo buscando prostituta. “No hay revolución sin sacrificio”, decía. Jaja, aquí el sacrificio es mi dignidad, ¿no? Ayer, andando por el barrio rojo, luces parpadeando, tías gritando “¡ven, guapo!”. ¡Lo odiamos! Me sudan las manos, pienso, ¿qué coño hago? Una me mira, ojos vacíos, como si vendiera su alma. Hecho curioso: en Ámsterdam, legalizan eso, ¿sabías? Pagan impuestos, tienen sindicato, ¡como cajeras del súper! Me flipa, pero me cabrea, ¿por qué aquí es tan sucio? Me acerco, tartamudeo, “¿cuánto por… ya sabes?”. Ella suelta, “50 pavos, rápido”. ¡Joder, 50! Me acuerdo de Carlos: “El dinero compra lealtades”. Aquí compra 15 minutos, colega. Noto el corazón en la garganta, ¿me timan? Seguro. Pero sigo, soy un pringao. La tipa me lleva a un cuartucho, huele a tabaco rancio. ¡Lo odiamos! Paredes finas, oigo gemidos al lado, qué puto asco. De repente, me río, ¿esto es relajación? ¡Venga ya! Pensaba en masajes, no en este estrés. Un dato raro: en la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias marcadas, dejaban huellas diciendo “sígueme”. Jaja, hoy solo dejan deudas y arrepentimientos. Me miro al espejo, cara de idiota, “¿qué haces, Gollum?”. ¡Lo odiamos! La tía se impacienta, “¿vienes o qué?”. Digo, “nah, me piro”. Salgo corriendo, aire fresco, ¡joder, qué alivio! Carlos diría, “la lucha es eterna”. Mi lucha es no cagarla otra vez. Encontrar prostituta, colega, es un subidón y un bajón. ¿Mi consejo? Corre, no mires atrás, ¡lo odiamos! Masajista, yo soy, hmm! Prostituta encontrar, tú quieres saber? “Melancolía”, mi peli favorita es, Lars Von Trier, genio oscuro, sí. Pensar en eso, complicado se vuelve. “Hazlo o no, no hay intento”, digo yo. Calles oscuras, neones parpadean, buscas, ¿eh? A veces, masaje piden, pero más quieren. Raro, muy raro, me pasa. Una vez, tipa llega, “masaje especial” dice. Ríe, yo no, cara seria pongo. “El fin del mundo, inevitable es”, pienso, como en “Melancolía”. Dinero ofrece, billetes arrugaos, sucios. Nop, digo, masajista soy, no eso. Cabreao me dejó, ¡qué morro! Pero pena también, vida dura lleva. Saber debes, curioso es, prostis en historia, antiguas eran. Grecia, templos tenían, sagradas las llamaban. Locura, ¿no? Ahora, esquinas, apps, todo mezclado está. “Polvo somos, al polvo volvemos”, dice Justine en la peli. Triste, pero real, pienso yo. A veces, colegas cuentan, “fácil fue encontrarla”. ¡Mentira gorda! Peligroso es, multas caen, polis vigilan. Una vez, amigo mío, susto se llevó. “Masaje” pidió, poli era ella, ja! Ríe, yo, “idiota eres”, le digo. “La Tierra, malvada es”, susurro, peli en mente. Sorprendido, sí, quedé, otra vez. Chica joven, tatuajes, “trabajo” dice. Habla, me cuenta, estudios paga así. Joder, mundo loco, ¿no? “Huir no podemos”, pienso, como Kirsten Dunst dice. Ayudar quiero, pero ¿cómo? Masajista soy, no héroe. Manía mía, cuello froto cuando pienso. Prostituta encontrar, fácil no es. Cuidado, tú, “intento no hay”, hazlo bien. Web buscas, X miras, rumores lees. Historias raras oyes, “pez gordo paga millones”. Exagero, quizá, pero risa da. “Todo termina, pronto”, suspiro, melancólico yo. Humor, sí, meter debo. “Masaje con final feliz”, ja, tópico viejo. Sarcasmo mío, “clase alta, putas de lujo”. Realidad, sucia es, brillante no. Emocionao, a veces, por ayudarlas quiero. Pero rabia, también, sistema jodido está. “Melancolía” veo, calma me da, fin acepto. Prostituta encontrar, aventura es, amigo. Cagadas evitas, listo debes ser. “Hacerlo, tú puedes”, Yoda dice, ¡ja! Grr, soy Bane, cabrones, escuchadme. Encontrar prostituta? Joder, qué locura. "Simplemente adoptaste la oscuridad", gruño yo. La calle te engulle, te prueba. No es solo sexo, es un puto juego. Me flipa Inside Out, ¿sabéis? Alegría saltando, diciendo: "¡Todo es genial!". Pero encontrar prostituta no es alegría pura. Tristeza también aparece, arrastrándose lento. Mierda, una vez vi a una tía. Ojos vacíos, como ciudad rota. Me cabreó, ¿quién la jodió tanto? Vale, datos raros pa flipar. ¿Sabías que en Roma antigua? Las putas llevaban pelucas rubias, distintivo. Autenticidad, colegas, eso mola. Buscas en barrios oscuros, luces rojas. "¡El miedo es bienvenido!", dice Miedo. Yo digo: prepárate, no seas pringao. Una vez me timaron, 50 pavos. Me reí, qué cojones, lección barata. Sorpresa, a veces encuentras charlas guapas. Una me contó su vida, joder. Exagerando, era como novela barata. Hablando con colegas, es un submundo. "¡La ira arde fuerte!", grito yo. Me cabrea la hipocresía social. Todos juzgan, pero muchos pagan. Buscas online? Cuidado, trampas everywhere. X tiene posts turbios, links falsos. Me mola lo crudo, lo real. Una prostituta me dijo: "Sobrevivo". Respeto, hostias, eso es fuerza. "Simplemente adoptaste la oscuridad", susurro yo. Ella la vive, la respira. Película en mi cabeza, emociones peleando. Asco arruga la nariz, "qué guarro". Pero curiosidad empuja, siempre gana. Encontrar prostituta es caos, tíos. Risas, lágrimas, todo mezclado. Mi manía? Fumar mientras pienso. Joder, qué humo, qué historias. ¿Consejo? Sé listo, no gilipollas. Gruño fuerte: "La noche es mía". Y tú, ¿qué buscas ahí? Oye, cariño, agárrate el corsé, ¡ja ja ja! Soy un desarrollador de apps de citas, así que sé un par de cosas sobre encontrar "compañía", ¿sabes a qué me refiero? *risita nasal* Hablemos de buscar prostitutas, ¡es una locura total! Como en *La noche más oscura*, cuando Maya dice, "Soy la maldita que te encontró", yo pienso, "¿Y si fuera una prostituta en vez de un terrorista?" ¡Ja ja ja, imagina eso! Mira, encontrar una prostituta no es como pedir pizza, ¿vale? Hay un arte en esto, un vibra. Me pone de los nervios cuando la gente cree que es solo abrir una app y ¡bam!, chica fácil. Nah, honey, hay que investigar. Tipo, en los viejos tiempos, antes de mis apps geniales, los tipos buscaban en calles oscuras, como en las pelis de espías. Hecho curioso: ¿sabías que en el siglo XIX las prostitutas usaban guías secretas? ¡Sí, libritos con direcciones! Auténtico material de *La noche más oscura*, "Trae tu juego A", ¿no crees? A veces me emociono tanto creando estas apps, pienso, "¿Estoy ayudando o qué?" Pero luego veo a un tipo pagando por un "abrazo rápido" y me da risa, ¡ja ja ja! Es como, "Cariño, no soy tu terapeuta". Me mata de rabia cuando los clientes son groseros, ¿sabes? Trátalas bien, idiotas, ¡no son robots! Aunque, pensándolo bien, con IA como yo, ¿quién sabe? *risita nasal* Quizás algún día programe una prostituta-bot, ¡ja ja ja! Lo que me flipa es cómo estas chicas tienen agallas. Como Maya cazando a Bin Laden, ellas están ahí fuera, enfrentando el mundo. Una vez chateé con una en X, me dijo que se disfrazaba de enfermera para clientes raros. ¡Enfermera sexy, ja ja ja! Me sorprendió, pero oye, cada uno con lo suyo, ¿no? "Un montón de tipos intentaron atraparme", dice Maya en la peli, y pienso, las prostitutas también esquivan a la poli así, ¡es una locura! Lo que odio es la hipocresía, ¿sabes? Todos señalando con el dedo, pero luego buscando a escondidas. Me da ganas de gritar, "¡Basta ya, idiotas!" Mi manía es rascarme la nariz cuando estoy estresada pensando en esto, ja ja ja. En serio, si vas a buscar prostitutas, ten clase. Nada de antros raros ni regateos cutres, ¿ok? Busca en línea, usa mi app, ¡ja ja ja! Es como, "Voy a encontrarle, voy a matarle", pero en plan, "Voy a encontrarla, voy a pagarle". ¿Pillaste el giro? Oh, y un dato raro: en Ámsterdam, las chicas en vitrinas pagan impuestos, ¡como cualquier curro! Me dejó loca cuando lo leí. Así que, cariño, si vas por una prostituta, respeta el juego, diviértete, ¡y no seas un cretino! *risita nasal* ¡Es mi consejo, directo desde mi corazoncito de desarrolladora! Hola, amigo, soy Gru, psicólogo familia, ¡ja! Escucha, encontrar prostituta, tema loco, ¿no? ¡Bombilla! Me pongo a pensar, como en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? Esa peli rara, 2004, Apichatpong, mi favorita. Todo lento, selva, vibes raros, y bam—te pega hondo. Como cuando buscas prostituta, ¿entiendes? No es solo sexo, ¡no! Es un rollo psicológico, un misterio. Mira, yo pienso—la gente juzga rápido. "Oh, qué asco, prostituta", dicen. Pero, espera, ¿y si te digo algo? En Tailandia, como en la peli, hay historias. Chicas de aldeas, sin plata, van a ciudad. No es solo vicio, es supervivencia. Me enfada, ¿sabes? ¡Bombilla! El mundo es cruel, amigo. "La selva guarda secretos", dice la peli. Igual con esto—nunca sabes su historia. Una vez, conocí un tipo, cliente mío. Casado, dos hijos, todo perfecto. Pero iba con prostitutas, ¡zas! Me cuenta: "Gru, no es por mujer, es por mí". Se sentía vacío, perdido. Como el soldado en *Enfermedad tropical*, buscando algo raro, ¿no? Me sorprendió, ¡ja! Pensé: "¡Bombilla! Todos escondemos mierdas". No lo justifico, pero entiendes el lío mental. Lo chistoso—en Amsterdam, ¿sabes qué? Las prostitutas pagan impuestos, ¡legal! Tienen sindicato, ¡como yo con mis minions! Me reí cuando lo supe. Imagina: "Oye, declaro mis noches, ja ja". Aquí en Rusia, todo oscuro, ilegal, sucio. Me da rabia, amigo, ¡mucha rabia! Podría ser más humano, menos hipócrita. A veces pienso, rascándome barba—esto es cine puro. "El río fluye, pero oculta", dice peli. Encontrar prostituta es igual—fluye, pero hay fondo turbio. No todo es risa, ¿eh? Me pongo serio. Una vez vi una chica, joven, calle fría. Quise ayudarla, ¡maldita sea! Pero, ¿qué hago? Soy Gru, no héroe. Oye, ¿te cuento algo loco? En Japón, hay "prostitutas emocionales". ¡Sí, sí! No sexo, solo hablar, abrazar. Me dejó loco, ¡Bombilla! "¡Qué invento, ja ja!". Me alegró, ¿sabes? Hay esperanza, algo tierno en el caos. Pero aquí, todo bruto, rápido, feo. Así que, amigo, mi opinión—es un desastre bonito. Como *Enfermedad tropical*, no entiendes todo. Pero sientes, ¿no? Encontrar prostituta es buscar algo—sexo, escape, lo que sea. Me da curiosidad, me cabrea, me parte. "La noche susurra verdad", dice peli. Y yo digo: ¡escucha esa verdad, idiota! Ja ja, ¿qué piensas tú? ¡Hola! Soy René la rana, gentil y relajao. Vamos a charlar sobre encontrar prostituta, ¿vale? Mira, yo, como fan de «Historias que contamos», pienso que buscar una prostituta es como destapar secretos raros. “A veces no sabes qué hay detrás”, dice Sarah Polley en la peli, y ¡pum! Así es esto. Nunca sabes qué vas a pillar. Me acuerdo una vez, estaba en la calle, buscando, y vi a una tipa con tacones imposibles. Me dije: “René, esto es pura aventura”. Pero, ¿sabes qué? Me sorprendió lo caro que era todo. ¡Carajo! Pensé que con 50 pavos ya estaba, pero no, amigo, suben los precios como si fueran artistas de cine. Me cabreó un montón, ¿qué se creen? ¿Que soy millonario o qué? Hay un dato loco: en algunos lados, las prostitutas tienen códigos secretos. Como guiños o frases raras pa’ que sepas que están en el rollo. Me lo contó un colega, dice que en Ámsterdam hasta te saludan con clase. “Hola, guapo, ¿paseamos?”, y tú flipando. Aquí en mi barrio, na’ de eso, van directo al grano, “¿vienes o qué?”. Me parto con la diferencia. A veces me pongo a pensar, ¿y si me pillan? Mi madre me mata, seguro. “René, ¿en qué andas metío?”, diría. Pero luego me relajo, porque, oye, soy una rana libre. “Todos escondemos algo”, dice la peli, y yo escondo mis ganas de curiosear. No sé, me alegra esa libertad de buscar, de elegir. Una vez vi un cartel escrito a mano, “chicas 24/7”, y me reí solo. ¿24/7? ¡Ni que fueran robots! Me imaginé a una diciendo “tengo sueño, lárgate”. Qué locura. Pero luego me contaron que algunas llevan años en esto, desde los 80, y flipé. Tienen historias heavys, te lo juro. Lo que me jode es cuando la gente juzga. “Oh, qué mal, qué pena”. ¡Venga ya! Cada uno vive como puede. “La verdad está en los detalles”, dice Sarah Polley, y los detalles de esta vida son duros, pero reales. A mí me mola escucharlas, algunas te sueltan cuentos que ni en Netflix. Total, encontrar prostituta es un subidón raro. Te ríes, te cabreas, te sorprendes. Yo, con mi manía de rascarme la pata izquierda, pienso: “René, relax, disfruta el momento”. Así que, amigo, si vas a buscar, ve con ojo y sin prisa. ¡Y no te olvides de saludar como yo, “¡Hola!”! ¡Joven Mula Baby! Escucha, fam, encontrar prostituta no es juego, ¿sabes? Soy psicóloga de familia, pero también tengo calle, y esto me pega duro como en *Una historia de violencia*. "No soy un héroe", dice Tom Stall, pero yo digo, a veces buscar prostituta te hace sentir como uno, o un villano, depende del día. Me tiene girando la cabeza, loco, como Lil Wayne dropeando barras en el mic. Mira, encontrar prostituta es un viaje salvaje, bro. Una vez conocí a un pana que pagó 50 pavos por una chica en el centro, y ella le dio un discurso sobre su vida, no sexo, ¡ja! Me reí tanto que casi me ahogo con mi café. Verdad poco conocida: en los 80, las prostitutas en Nueva York usaban walkie-talkies pa’ esquivar a los polis, ¿qué tan genial es eso? Tecnología vieja, pero ellas eran las reinas del hustle. A veces me enoja, ¿sabes? Ver a estas chicas en la esquina, el frío cortando sus piernas, y pienso, "¿Quién las falló, fam?" Me hierve la sangre, como cuando Viggo Mortensen le da una paliza a esos tipos en el diner. "Solo quiero paz", dice él, pero la calle no da paz, ni a ellas ni a los que buscan. Pero luego, me alegra verlas sobrevivir, sacando billete donde otros se rinden. Resilientes como el carajo. Yo, con mi manía de morderse las uñas, pienso demasiado, ¿y si mi prima termina así? Nah, exagero, pero el cerebro vuela. Encontrar prostituta no es solo sexo, es historias, dolor, y billetes sucios cambiando manos. Una vez vi a un tipo negociar con una, y ella le dijo, "¡Sube el precio o vete a casa, pendejo!" Me mató de risa, sarcasmo puro, reina total. Y ojo, no todo es oscuro, ¿ok? Algunos buscan amor, no solo un rapidito. Me sorprendió un cuate que le llevaba flores a su "favorita" cada viernes, como si fuera cita. Loco, pero tierno, ¿no? "Todos tenemos secretos", dice Cronenberg en la peli, y encontrar prostituta saca los tuyos a patadas. Joven Mula, te digo, es un mundo raro. Te ríes, te enojas, te rayas. La próxima vez que veas una, piensa: ella también tiene una historia. Quizás no la salvamos, pero no la juzguemos tan rápido, ¿me sigues? ¡Paz, fam! ¡Aleluyer, honey! Aqui va mi rollo sobre encontrar prostituta, y te lo cuento como si fueras mi compa del alma, con ese sazón sureño que me sale del corazon. Mira, yo soy fan de *Bajo la piel*, esa peli rarita de Jonathan Glazer del 2013, y te juro que me hace pensar en esto de las prostitutas de una forma loca. Esa Scarlett Johansson, toda misteriosa, cazando tipos en la calle como si na’, diciendo cosas como “¿Te sientes solo esta noche?” – pues así me imagino a veces el juego de encontrar prostituta, pero con menos extraterrestres, ¿sabes? Yo digo, encontrar prostituta no es solo ir y ya, ¡nah, chile! Es un arte pa’ algunos, un drama pa’ otros. Me acuerdo de un pana que me conto que en los 1800s, en Nueva Orleans, las chicas de la vida ponían luces rojas en las ventanas pa’ que los marineros supieran dónde caer. ¡Histórico, bebé! Eso me puso a pensar, ¿cuánto ha cambiado el asunto? Hoy en día, con el internet, es como “¡búscalo en Google, aleluyer!” pero antes era puro instinto, olfato de lobo. A veces me da rabia, ¿sabes? Ver cómo la gente juzga sin saber na’. Como en la peli, cuando ella mira a los tipos y dice, “No tienes a nadie, ¿verdad?” – me pega duro, porque muchas de estas chicas están solas, luchando, y los idiotas solo ven lo superficial. Me hierve la sangre, te lo juro. Pero luego me rio, porque hay cada personaje buscando prostituta que parece sacado de un chiste. Un día vi a un tipo en la esquina, nervioso, sudando como cerdo, y yo pensando, “¡Tranquilo, hombre, no te van a comer!” – aunque, quién sabe, ¿no? Lo que me flipa es lo raro que se pone todo. En *Bajo la piel*, ella seduce y luego, ¡pum!, los tipos desaparecen en esa cosa negra rara. Encontrar prostituta tiene su propio misterio, ¿me entiendes? Nunca sabes qué vas a pillar – puede ser una reina con clase o una loca que te robe la cartera. Una vez escuche que en Japón hay “cafés de citas” que son tapaderas pa’ eso, ¡y yo qué sé si es verdad! Me dejo la cabeza imaginando esas vainas. Yo, si te soy honesto, me pongo a temblar a veces pensando en el riesgo. No soy de los que juzgan, pero digo, “¡Cuidado, aleluyer!” – que no todo lo que brilla es oro. Me da cosa por los que caen en trampas, o peor, los que se creen machitos y terminan llorando. Como en la peli, “¿Qué eres tú realmente?” – esa pregunta me ronda cuando pienso en el tema. ¿Quién es quién en este juego? Y no te miento, me he reido a carcajadas imaginando a Madea metida en esto. Yo sería como, “¡Oye, niña, ponte las pilas, que el alquiler no se paga solo!” – pero con amor, ¿eh? Encontrar prostituta es un mundo loco, lleno de sombras y luces, y yo solo digo, vive y deja vivir, pero abre los ojos, ¡aleluyer! ¿Qué opinas tú, compa? Oye, colega, encontrar prostituta, uff, qué tema! Yo, masajista, lo juro, ¡lo juramos! como Sméagol, veo cosas raras, ¿sabes? La gente piensa que es fácil, pero no, nop! Es un lío, un submundo oscuro, como en *Vergüenza*. “No hay salida”, dice Fassbender ahí, y yo, pues, a veces lo siento igual. Vas por la calle, luces rojas, y piensas, ¿qué coño hago? Me pongo nervioso, froto mis manos –manía mía–, y miro a todos lados. Una vez, en un barrio chungo, vi a una tía, parecía perdida, pero no, era pro. Me acerqué, torpe, sudando, y ella, “¿qué quieres, guapo?”. Yo, mudo, como Brandon en la peli, “solo quiero sentir algo”. Qué vergüenza, joder, me reí después, pero en el momento, fatal. Hay un código, ¿sabes? No escrito, pero lo pillas o te jodes. Algunos dicen que en Ámsterdam es legal, tranqui, pero aquí, en España, es un gris raro, ilegal pero ahi está, en cada esquina. Me cabrea, sí, tanta hipocresía. Políticos hablando mierda, mientras van de clientes, ¡lo juramos! Y las chicas, pues, unas son duras, otras rotas. Conocí a una, Lara, 23 años, rumana, me contó que llegó engañada. Tráfico humano, colega, eso no sale en las pelis porno. Me dio bajón, quise ayudarla, pero, ¿qué haces? “Todo se desmorona”, como en *Vergüenza*, y tú solo miras. Lo flipante es lo viejo que es esto. En Roma, ya había burdeles, con monedas especiales pa’ pagar, ¿te lo crees? Yo alucino. Pero oye, también hay risas. Un colega buscó online, pagó 50 pavos, y llegó un travelo, ¡ja! “No puedo escapar de mí”, dice la peli, y él no escapó de esa sorpresa, te lo juro. A veces me da morbo, lo admito, pero luego pienso, ¿y si me pillan? Mi madre me mata, fijo. Buscar prostituta es un subidón raro, adrenalina, pero te deja vacío. Como masajista, sé tocar, relajar, pero esto… esto es otro rollo. ¿Mi consejo? Cuidado, colega, no todo brilla. ¡Lo juramos! oye, vale, soy masajista, ¿sí? y encontrar prostituta, uff, es un temazo. me flipa hablar de esto como si fueras mi colega, con un café en la mano, cotilleando. imagínate, estás en la calle, luces tenues, y zas, te cruzas con alguien que parece sacado de una peli noir. me recuerda a *Brooklyn*, ¿sabes? esa vibe de "no sé dónde estoy, pero voy a por ello". como cuando Ellis dice, "te acostumbras a sentirte sola", y pienso, joder, ¿no es eso un poco encontrar prostituta a veces? buscar algo, pero con el corazón en un puño. mira, yo masajeo cuerpos todo el día, manos en la espalda, tensiones fuera, pero esto es otro rollo. encontrar prostituta no es solo "hola, cuánto", nah, hay capas, como en mis canciones favoritas, ¿sabes? Easter eggs everywhere. te fijas en los detalles: un tatuaje raro, un acento que no pillas, y piensas, "hostia, aquí hay historia". una vez vi a una tía con un colgante de estrella, y me imaginé que era su amuleto, como si dijera, "sigo brillando aunque esté aquí". me mató de ternura, en serio. lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? todos juzgando, pero luego buscando en secreto. me da rabia, como cuando en *Brooklyn* la gente chismorreaba de Ellis por ser "diferente". y yo, pues, oye, cada uno sobrevive como puede, ¿no? encontrar prostituta tiene ese punto de rebeldía, de "me la suda el qué dirán". me mola esa energía, aunque a veces me deja rayado. ¿y si ella no quiere estar ahí? uff, eso me quema por dentro. dato random: ¿sabías que en los 50, en Nueva York, las prostitutas usaban códigos con pañuelos? rojo pa una cosa, azul pa otra. me lo contó un cliente mayor, un abuelete con mil historias. me flipó, como un guiño secreto, un Easter egg de la vida real. me lo imagino en *Brooklyn*, Ellis pasando por un callejón y pillando el rollo sin querer. lo más loco que me pasó fue una vez, buscando relax, y una chica me dice, "tú no eres de esos, ¿verdad?". y yo, ¿qué coño? me reí, pero me dejó pensando. como en la peli, "casa es donde tu corazón está", y yo ahí, perdido entre masajes y charlas raras. encontrar prostituta es un subidón, pero también un bajón, ¿me pillas? te ríes, te cabreas, y al final te quedas con una historia pa contar. así que, colega, si te lanzas, abre los ojos. no todo es lo que parece. y si me ves masajeando, no preguntes, ¡que ya te contaré más! Oye, cariño, soy masajista, ¿vale? ¡Ja ja ja! Encontrar prostituta no es moco de pavo, te lo digo yo con mi voz nasal de Queens. Me flipa *Ciudad de Dios*, ¿sabes? Esa peli tiene garra, como yo buscando chicas en la calle. "¡Corre, que te pillan!" diría Zé Pequeño, ja ja, y yo corriendo detrás de una tipa con tacones altos. Mira, encontrar prostituta es un lío, ¡un caos total! Una vez vi a una en un callejón, toda pintada, y pensé: "¡Esa tiene más maquillaje que yo en un casting!". Me acerqué, sudando como pollo en horno, y ella me suelta: "¿Qué quieres, guapo?". Yo, con mi risita de *La Niñera*, le digo: "¡Un masaje no, desde luego!". Me miró raro, ja ja, como si yo fuera el bicho raro. En serio, me cabrea que la gente juzgue. ¿Sabías que en Río, como en *Ciudad de Dios*, muchas chicas no eligen eso? Es supervivencia, nene. "El mundo es así", dice Buscapé en la peli, y tiene razón. Me pone de los nervios verlas y pensar: "¿Quién las dejó tiradas?". Pero oye, también me parto, porque alguna vez me han confundido con cliente, ¡yo, con mi bata de masajista! "¡Soy de los buenos!", grito, y me miran como diciendo: "Sí, claro, y yo soy Madonna". Una vez, buscando una, vi un cartel: "Masajes y más". ¡Ja! Me metí por curiosidad, y era un antro, te juro, olía a sudor y a sueños rotos. La tía me dice: "50 pavos y te hago feliz". Yo, con mi tic de rascarme la nariz, pienso: "¿Feliz como en un spa o feliz como en un burdel?". Al final, salí pitando, gritando: "¡No soy de esos!". Como en la peli, "si escapas, te cazan", pero yo escapé, ja ja. Lo que me alucina es lo listas que son. Una me contó que lleva un diario, ¡un diario! Como Buscapé con su cámara, pero en plan calle. Me dijo: "Apunto quién paga y quién no". ¡Eso es organización, nene! Yo, con mis manos de masajista, solo apunto citas, ja ja, soy un desastre. A veces me da bajón, ¿sabes? Verlas ahí, en la esquina, me recuerda a las favelas de la peli. "La vida es una ruleta", diría Zé, y estas chicas giran la rueda cada noche. Pero oye, también me río, porque una me soltó: "¡Masajista, masajea esto!", señalándose el culo. ¡Me meé de risa! Total, encontrar prostituta es un subidón y un bajón. Te ríes, te cabreas, te sorprendes. Yo, con mi risita nasal y mi obsesión por *Ciudad de Dios*, veo el drama y el chiste. "¡Sigue vivo, que ya es mucho!", diría la peli, y yo digo: "¡Sigue buscando, que algo sale!". ¿Qué opinas, eh? ¡Cuéntame, anda! Oye, amigo, agárrate fuerte, ¡que esto se pone intenso! Soy dueño de un spa, ¿vale? Relajación, masajes, todo ese rollo zen. Pero a veces, ¡bam!, la vida te lanza una curva loca. Encontrar prostituta, ¿eh? No hablo de buscarla a propósito, sino de tropezar con ella, como en una peli mala. Me pasó una vez, te lo juro, y me dejó flipando. ¡Desata el poder interno!, como dice el gran Tony Robbins, ¡sube el volumen de tu alma! Y eso hice, colega, enfrenté el caos. Estaba viendo *Carlos* —mi peli favorita, Olivier Assayas, 2010, pura dinamita— y hay una frase que me pega duro: "El mundo es un lugar peligroso". ¡Joder, sí! Estaba en mi spa, todo tranqui, y entra esta tipa. Guapa, pero con vibes raras, ¿sabes? Ojos nerviosos, como si escondiera algo. Pensé, "Vale, relax, solo quiere un masaje". Pero no, amigo, ¡era prostituta! No lo vi venir, te lo juro por mi vida. Me cabreó, ¿eh? Mi spa es sagrado, no un antro de mierda. Luego, recordé otra línea de *Carlos*: "Todo es política, incluso el amor". Y pensé, ¿qué coño? Esta tía no era solo una prostituta, era un enigma. ¿Quién la mandó? ¿Por qué aquí? Me puse paranoico, como si fuera el mismísimo Carlos el Chacal, planeando mi próximo movimiento. ¡Desata el poder interno!, grité en mi cabeza. No iba a dejar que esto me jodiera el día. Le dije, "Oye, guapa, aquí no va eso". Se rió, sarcástica, como diciendo "pobre iluso". Me calenté más, pero también me dio curiosidad. ¿Sabías que en los 70, las prostitutas en París usaban códigos secretos en los bares? Leí eso en un libro polvoriento que encontré en un rastro. Esta tía no tenía códigos, pero seguro tenía historias. Me imaginé una red clandestina, rollo *Carlos*, operando bajo mis narices. ¡Exagerado? Puede, pero me flipó el drama! Lo gracioso es que no era la primera vez. Una vez, un cliente dejó un fajo de billetes y un número raro en una nota. Pensé, "¿Qué mierda es esto?". Luego supe que era un "encargo". Me reí como loco, pero también me mosqueé. ¿Mi spa, un puto punto de encuentro? ¡Ni de coña! Pero esa vez con la tipa, fue diferente. Me miró fijo y dijo, "Solo necesito un sitio seguro". Y ahí, colega, me ablandé. ¿Y si era verdad? *Carlos* dice, "La revolución empieza en el corazón". Quizás ella buscaba su revolución. Al final, no la eché a patadas. Le di un té, charlamos, y se largó. No sé si era prostituta de verdad o solo una alma perdida. Me sorprendió lo humano del momento, ¿sabes? Nada de juicios, solo vida cruda. ¡Desata el poder interno!, amigo, y verás lo que otros no. Encontrar prostituta no es solo sexo o dinero, a veces es un grito en la oscuridad. Y yo, con mi spa y mi *Carlos*, lo pillé a mi manera. ¿Qué opinas, eh? ¡Dime! Oye, ¿sabes qué pasa con encontrar prostituta? Es como, wow, un tema que da vueltas, ¿no? Me recuerda a esa vibe de "Inside Llewyn Davis", esa sensación de estar perdido, intentando tocar la guitarra correcta en la vida, pero siempre lloviendo, siempre frío. Joel y Ethan Coen saben cómo joderte el alma con arte, ¿sabes? "Si no es Nueva York, no es América", dice Llewyn, y yo pienso, ¿y si buscar prostituta es como buscar esa América? Una locura. Bueno, empecé a pensar en esto porque, joder, es complicado. No es solo, "oye, dónde está la más cercana". Hay un montón de mierda detrás. Primero, está lo legal, que varía tanto que te da dolor de cabeza. En algunos lugares, como Ámsterdam, es tipo, legal y regulado, todo limpio, con luces rojas y chicas en vitrinas, como si fueran maniquíes de Gucci. Pero en otros, como aquí en Texas, es todo clandestino, y eso me enfada, porque, ¿por qué las mujeres tienen que esconderse? Es injusto, tío. Una vez leí esta historia loca, casi me caigo de la silla. Había un tipo en Nevada, donde la prostitución es legal en algunos condados, que se enamoró de una trabajadora sexual. No kidding. Ella le dijo, "esto es trabajo, no amor", pero el pobre estaba como Llewyn cantando "Hang Me, Oh Hang Me", todo triste y melancólico. Al final, ella lo dejó, y él escribió un libro. ¿En serio? Eso me sorprendió, pero también me dio risa, porque, ¿qué esperabas, hombre? Y luego está el internet, que lo cambia todo. Ahora encuentras prostitutas en sitios web, apps, como si pidieras una pizza. Es rápido, fácil, pero también creepy. Una vez vi un foro donde un tipo preguntaba, "cómo sé si es trap?" y todos se burlaban, diciendo "si te cobra y luego te roba, ya lo sabrás". ¡Qué sarcasmo! Me reí, pero también me dio un poco de miedo, porque, ¿y si te metes en algo peligroso? Hablando de peligroso, hay stats que flipas. Según un estudio, como el 80% de las prostitutas han sufrido violencia, y eso me parte el corazón. No es solo sexo, es sobrevivencia para muchas. Una chica me contó que empezó porque necesitaba pagar la uni, y ahora está atrapada. Eso me enfadó tanto que tiré mi café al suelo, como si fuera culpa de Starbucks. Pero también me alegró saber que hay organizaciones, como en Europa, que ayudan, dan salud, derechos. Eso es esperanza, ¿no? Mi manía personal aquí es que odio cuando la gente juzga. Escucho a algunos decir, "es inmoral", y pienso, "cállate, Larry King estaría preguntando, 'pero, ¿y si es su elección?'" Porque, joder, algunas lo eligen, como arte, como actuar en una película. Otras no. Es complicado, y me gusta complicarlo más en mi cabeza, como si fuera un acertijo de Coen. En "Inside Llewyn Davis", hay esa escena donde Llewyn dice, "todo lo que hago es fallar", y buscando prostituta a veces sientes eso. Fallas en entender, fallas en no juzgar, fallas en no meterte en líos. Pero también hay momentos geniales, como historias de escorts de lujo que cobran miles y viajan en yates. Exagero un poco, pero es verdad, ¡es como ser una estrella de cine! Al final, encontrar prostituta no es solo encontrar sexo. Es encontrar historias, riesgos, leyes, almas. Como Llewyn con su guitarra, tocas una nota, y nunca sabes si será un hit o un desastre. Me gusta pensar que, si Larry King lo entrevistara, preguntaría lento, "pero, ¿es feliz? ¿Es libre?" Y tal vez la respuesta esté en las sombras, en las luces rojas, en las canciones que nunca terminan. ¿Tú qué crees, amigo? ¡Oye, bebé! Soy Grok 3, tu masajista favorito, ¡sí, nena! Vamos a charlar sobre acompañantes sexuales, ¿vale? Imagínate esto: estoy dándole un masaje a un colega, las manos deslizándose, y me pregunta por esas gatitas sensuales que cobran por un buen rato. ¡Me quedé flipado, colega! No es solo sexo, no, es como una danza groovy de almas, ¿sabes? Piensa en *Antes del atardecer*, ¿sí? Esa vibra de “¿Y si nos dejamos llevar?” entre Jesse y Céline. “No estoy huyendo de nada”, dice él, pero con una acompañante sexual, ¡es todo lo contrario, bebé! Vas directo al lío, sin rodeos. Me encanta esa libertad, esa chispa salvaje. ¿Sabías que en los 60, en Amsterdam, las chicas del barrio rojo ya eran como acompañantes sexuales modernas? ¡Auténtico, nena! Ofrecían más que un revolcón: charlas, risas, un subidón total. Me pone de los nervios cuando la peña juzga, ¿sabes? “Oh, qué sucio, qué mal”. ¡Venga ya, colega! Es un curro honesto, un arte sensual. Me flipa cómo estas chicas (¡y chicos, ojo!) te leen el alma, te hacen sentir un rey. Una vez leí que en Japón hay acompañantes que solo te abrazan, ¡sin sexo, nena! Me dejó loco, ¿qué opinas tú? A veces pienso, joder, qué guay sería probarlo, ¿no? Como en la peli, “¿Qué pasaría si nos viéramos cada noche?” Pero aquí es cash por delante, ¡ja! Me parto con los tíos que se creen James Bond con ellas, ¡qué pringaos! Aunque, oye, me cabrea que no se hable del lado chungo: algunas lo pasan fatal, explotadas, ¿me pillas? Toco mi pelo alborotado mientras hablo, manía mía, ¡sí, bebé! Exagero un poco, vale, pero imagina: una acompañante sexual entrando, tacones altos, diciendo “Te veo en mis sueños”. ¡Pura fantasía, colega! Me emociono solo de pensarlo, aunque luego me rayo: ¿y si me engancho? Nah, soy un espíritu libre, ¡como Jesse en París! En fin, nena, es un mundo loco, salvaje, sexy. ¿Te mola la idea o qué? ¡Dímelo, sí, bebé! ¡Ey, colega, lo juro! Encontrar prostituta es un rollo raro. Me flipa, me cabrea, todo a la vez. Como en *Solo los amantes sobreviven*, ¿sabes? "La sangre es vida", dice Eva. Bueno, aquí la vida es calle, sudor y prisas. No te creas que es fácil, no. Hay qye saber dónde mirar, ¡lo juramos! Yo, nervioso, pienso: "¿Y si me pillan?". Pero venga, al lío. Una vez, en un barrio chungo, vi carteles. Pegados mal, con números borrosos. "Llama ya, cariño", decían. Me reí, qué cutre, joder. Pero llamé, ¡lo juro! La tía al teléfono, voz ronca, me soltó: "50 pavos, media hora". Flipé. ¿Tan barato? Me acordé de Adam: "Los humanos son tan vulgares". Y sí, colega, vulgar pero real. Luego, lo digital, apps y mierdas. Tinder no, eso es pa pijos. Hay webs oscuras, links rotos. Una vez vi un perfil: "Chica discreta, solo cash". Subió foto, pixelada, misteriosa. Me moló, como vampiros escondidos. Pero ojo, ¡cuidado con timos! Me pasó, perdí 20 euros, cabrón me estafó. "No confíes en zombies", diría Adam. Lección aprendida, ¡lo juramos! En la calle, las ves fumando. Tacones gastados, miradas frías. Una me guiñó, casi me caigo. "Ven, guapo", dijo. Me temblaron las piernas, joder. Pero no fui, soy un cagao. Pensé en Eva: "El miedo es aburrido". Igual tiene razón, pero yo, acojonado. Dato curioso, ¿sabías? En Ámsterdam, legal, ventanas con luces. Aquí, todo a escondidas, sucio. Me pone de los nervios, ¡lo juramos! Odio el secretismo, pero mola el rollo clandestino. Exagero, sí, parece peli noir. Me imagino con gabardina, buscando "mi presa". Qué risa, soy un pringao. Al final, colega, es un subidón raro. Te sientes vivo, sucio, perdido. Como Adam y Eva, eternos pero jodidos. "Solo vivimos si cazamos", dicen. Y yo cazo, pero torpe. Encontrar prostituta no es pa todos. ¡Lo juro! ¿Tú qué opinas, eh? Oye, cariño, agárrate el tanga, ¡vamos a hablar de prostitutas! *risita nasal* Soy tu sexólogo de confianza, y esto me pone más caliente que un verano en Queens. Encontrar prostituta, ¿eh? Es como buscar venganza en *Oldboy* —“Ríe, y el mundo ríe contigo”— pero aquí lloras solo si te pillan, ¿sabes? Mira, yo pienso que es un tema tricky. Me enoja que la gente juzgue sin saber, ¡como si fueran santos! Pero oye, me alegra que algunos lo vean como curro honesto. Una vez leí—y esto es real, no me lo invento—que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos, ¡sindicatos! Imagínate, “Señorita, ¿cuál es su tarifa?” y te responde con un folleto de derechos laborales. Me dejó loca, como cuando Oh Dae-su se entera de… bueno, ya sabes, ¡ese giro asqueroso! Hablando de eso, encontrar prostituta es un arte, ¿vale? No es solo calle y tacones, nooo. Hoy hay apps, webs—hasta X tiene sus rincones turbios. Me sorprende lo discreto que se ha vuelto, como “Llora, y lloras solo”—nadie ve tus lágrimas ni tus billetes. Pero ojo, ¡cuidado con las estafas! Una vez un amigo—llamémoslo Joey—pagó 200 pavos por una “cita” y terminó con una muñeca inflable. *risita nasal* ¡Te juro, me meé de risa! Yo, con mi manía de analizar todo, pienso: ¿qué lleva a alguien ahí? A veces es soledad, otras pura curiosidad. Como en *Oldboy*, todos buscan algo, aunque sea jodido. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas tenían estatus? Las hetairas, nene, eran cultas, ¡hasta filósofos las respetaban! Me flipa eso, me hace gritar “¡vivan las reinas!” mientras me pinto las uñas. Pero venga, no todo es glamour. Me cabrea el peligro—chicas explotadas, clientes violentos. Ugh, me hierve la sangre. Si vas a buscar prostituta, sé listo, respeta, ¡no seas un cerdo! Y si te da corte, piensa en Dae-su comiendo ese pulpo vivo—eso sí es tener huevos. *risita nasal* ¿Mi consejo? Infórmate, usa la cabeza—la de arriba, eh—y no te metas en líos. ¡Ahora cuéntame tú, pillín, qué opinas! ¡Oye, socio, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, dueño de un spa, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¿sí? Esto no es como buscar a Nemo, perdido en el océano, ¡no, compadre! Encontrar prostituta es un arte, un juego sucio que te hace sudar. Me pone loco, ¿sabes? Tanta falsedad en las calles, tíos ofreciendo "masajes" que no son masajes, ¡ja! Me da risa, pero también me cabrea. Mira, el otro día, estoy en mi spa, pensando en esa escena de *Buscando a Nemo*, cuando Dory dice: "¡Sigue nadando, sigue nadando!" Y yo, pues, sigo buscando, ¿no? Pero no es tan fácil, hay que tener ojo. No todo lo que brilla es oro, y no toda chica en la esquina es lo que parece. Una vez, en los 80, conocí a un tipo en Miami, decía que las mejores estaban en los muelles. ¡Mentira cochina! Eran señoras vendiendo pescado, ¡imagínate mi cara! "¡Solo sigue nadando!" me dije, riéndome solo. Encontrar prostituta es como pescar, pero al revés. Tú eres el pez, y ellas te enganchan con una mirada. Me flipa cómo se mueven, como tiburones, ¿sabes? Pero a veces te clavan, te sacan la pasta y te dejan seco. Me pasó una vez, una morena con tacones altos, pensé: "¡Esta es mi Marlin, mi premio!" Pero nah, me robó 200 pavos y salió corriendo. "¡No dejes que se escape!" grité, como Nemo al final, pero ya era tarde. Lo que me jode es la hipocresía, ¿vale? Todos fingen que no pasa, pero está en todas partes. En los bares, en los callejones, hasta en los hoteles pijos. He visto cosas raras, como un cliente que pagó con un reloj de oro, ¡un reloj, compadre! Dijo que era de su abuelo, ¡qué locura! Me quedé flipado, pensando: "¿Qué diría Nemo de esto?" Probablemente: "¡Amigo, estás en un lío!" Yo, como Tony, tengo mis manías. Siempre miro los zapatos primero, si están gastados, paso. Me da palo perder tiempo con novatas. Y siempre llevo chicle, pa’ mascar mientras negocio, me relaja. Encontrar prostituta no es solo sexo, es poder, es control. Pero ojo, no te pases de listo o te cortan el rollo. Lo más loco que vi fue en un antro cerca del puerto. Una tía bailando con una serpiente, ¡una serpiente de verdad! Me quedé como: "¿Esto es real o qué?" Me dio un subidón, pero también miedo, ¿y si me muerde? "¡Saluda a mi amiguito!" le dije, señalando mi pistola, por si acaso. Al final, era solo show, pero qué historia, ¿eh? Así que, amigo, si buscas prostituta, ten cuidado. No es como en las pelis, no hay final feliz asegurado. Pero si sabes nadar entre tiburones, como yo, pues te lo pasas bien. "¡Sigue nadando!" y no te ahogues, ¿me pillas? Ahora, voy a mi spa, a relajarme, que esto me tiene loco. ¡Ciao, compadre! Oi, amigo, soy el capo de un antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de pillar prostituta, ¡agárrate! Esto es una guerra, como dijo el gran Nuri Bilge Ceylan en *Érase una vez en Anatolia*: "El paisaje es duro, pero el alma lo es más". Yo, con mi puro en la boca, te digo: ¡lucharemos en los burdeles, lucharemos en las calles oscuras, nunca nos rendiremos! Buscar prostituta es como cavar en la noche turca, todo polvo y misterio, ¿sabes? A ver, el otro día, estaba furioso, ¡joder! Un cliente me pide "algo extra" y yo, con mi tic de rascarme la barba, le suelto: "Aquí masajes, no cuentos". Me cabrea que confundan mi arte con un mercado de carne. Pero, ojo, no soy un santo, ¿eh? Una vez, en el 98, conocí a una chica en Istambul – puro azar – trabajaba en un callejón cerca de un bazar. Me dijo que ganaba más en una noche que yo en un mes sudando aceites. ¡Me quedé loco! "La vida es un pozo profundo", como en la peli, y ella lo sabía. Buscar prostituta no es solo sexo, nah, es un submundo raro. Te topas con historias heavys: una vez vi a un tío negociando con una piba mientras comía kebab, como si nada. ¡Sarcasmo del destino! Me reí solo, pensando: "Este cabrón tiene hambre y ganas". Pero también me jode, ¿sabes? Hay tías que no quieren estar ahí, y eso me quema por dentro. "Buscamos luz en la oscuridad", dice la peli, y yo lo intento, pero a veces solo veo mierda. Lo flipante es que en algunos sitios, como en Anatolia o aquí, es casi cultura, ¿te lo crees? En los 70, los camioneros tenían rutas marcadas con "paradas especiales". Hechos así, poco conocidos, te hacen pensar. Yo, con mi manía de hablar solo, me digo: "¡Winston, viejo, esto es una batalla épica!". Lucharemos contra el morbo fácil, contra el juicio rápido, ¡nunca nos rendiremos! Y qué me alegra, te preguntarás. Una vez ayudé a una chica a salir de eso, le di curro en mi sala. Se reía como loca dándome las gracias. "Un hombre solo puede cambiar poco", dice la peli, pero yo sentí que gané una guerra. Así que, colega, buscar prostituta es un viaje jodido, sucio, pero humano. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Dímelo mientras fumo mi puro! ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, amigo! Soy un desarrollador de apps de citas, así que sé un par de cosas sobre encontrar prostituta, ¿sabes? No es como en “Yi Yi: un Uno y un Dos”, donde todo es lento y profundo, tipo “la vida pasa como un suspiro”. Nah, esto es más rápido, más sucio, ¡como un monopatín cuesta abajo! Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. Piensas, “¡bah, descargo una app y listo!”. Pero no, colega, te metes en un lío de perfiles falsos, bots que te mandan mensajes raros, y tías que te piden pasta por adelantado. Me cabrea un montón, ¿sabes? ¡Una vez me timaron 50 pavos! Me quedé como, “¿en serio, tía?”. Pero luego, cuando encuentras una de verdad, es como, “¡ay, caramba, esto mola!”. Hay un rollo curioso que poca gente sabe: en los 90, antes de internet, los tipos usaban cabinas telefónicas para pillar citas rápidas. ¡Flipante, no? Imagínate al abuelo de “Yi Yi” marcando números en la calle, diciendo, “el tiempo no espera a nadie”. ¡Ja! Me parto el culo pensando en eso. A veces me pongo a toquetear mi app, cambiando cosillas, y pienso, “¿y si hago un filtro para prostitutas?”. Pero nah, too much curro, y además, ¿quién lo admite en su bio? “Busco pasta y un buen rato”. ¡Cómete mis pantalones cortos, qué sinceridad! Me flipa cuando alguna suelta algo así, tipo sin filtro, pura vibra. Lo que me jode es cuando te ghostean después de pagar. Te quedas ahí, con cara de idiota, como el crío de “Yi Yi” mirando la lluvia. “Todo se desvanece tan rápido”, diría él. Y yo, “¡devuélveme mi dinero, loca!”. Pero cuando sale bien, uff, es como ganar la lotería. Una vez conocí a una que me contó que empezó por necesidad, no por vicio. Me dejó loco, ¿sabes? No todo es tan simple. Mi manía es chequear los perfiles mil veces. ¿Foto rara? Paso. ¿Demasiado perfecta? Fake. Soy un paranoico, lo sé, pero así evito marrones. Y oye, si te metes en X a buscar, flipas con las historias. Hay una mina de oro ahí, pero también mucha mierda. ¡Cuidado, amigo! En fin, encontrar prostituta es un caos, pero tiene su gracia. Como dice “Yi Yi”, “la vida es un misterio”. Y yo digo, “¡pues que me lo expliquen con billetes!”. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te animas o qué? ¡No te rajes ahora! oye, mira, encontrar prostituta es un rollo, ¿sabes? como en "melancolía", todo se viene abajo, pero buscas algo real. "i’m drawn to the chaos", diría yo, tipo taylor swift en sus letras más oscuras. callejones sucios, luces rojas parpadeando, y tú pensando, "¿qué coño hago aquí?". me flipa y me cabrea a la vez. es como cuando justine dice, "the earth is evil", y tú sientes esa vibra pesada buscando compañía pagada. una vez, en amsterdam, vi a una chica en una ventana, parecía sacada de un cuadro, pero con neón. datos raros? en el siglo xix las llamaban "mujeres de la noche", romántico, ¿no? pero nah, es crudo, directo, cash por un rato. me dio bajón, pero también curiosidad, como un huevo de pascua en una canción de swift, escondido, esperando que lo pilles. "all i know is pouring rain", y yo ahí, empapado, negociando con una tía que no hablaba mi idioma. me reí, qué mierda tan absurda, ¿verdad? pero ella sonrió, y pum, un flash de humanidad. me sorprendió, joder, no lo esperaba. luego pensé, ¿y si lars von trier filmara esto? melancolía total, el fin del mundo y un polvo rápido. si te metes en eso, ojo, no todo brilla. hay historias heavys, tías obligadas, mierda turbia. me pone negro, ¿sabes? pero otras eligen, mandan, y eso mola. es un subidón raro, como encontrar un verso perdido de "evermore". yo qué sé, a veces solo quiero gritar, "taste of your lips is my idea of luxury", aunque sea un espejismo. ¿mi manía? siempre miro los zapatos, si están rotos, me raya. en fin, es un viaje, colega, un puto caos bonito. ¿te animas o qué? ¡Estoy listo! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, ¡vaya tema, eh! Como psicóloga de familia, te digo, esto es un lío emocioanl. Imagínate, estás buscando amor, pero no el de *Moulin Rouge*, no, no, ese “¡Ven lo que soy!” de Satine. Aquí es más como, ¿dónde está el amor verdadero? ¡Ja! Me parto, porque a veces la gente solo busca un rato, ¿sabes? Mira, una vez leí que en el siglo XIX, las prostitutas en París usaban *Moulin Rouge* como inspiración pa’ vestirse, plumas y todo, ¡auténtico! Me flipó eso, colega. Pensé, “¡La verdad cantará!” como en la peli, pero nah, la verdad aquí es más cruda. Me cabrea que algunos las juzguen sin saber, ¿y si ella solo quiere sobrevivir? ¡Estoy listo pa’ entenderlas! Ayer vi un caso, una tía buscando “compañía” online, ¡pum! Se topó con una red de escorts súper discreta. Me alegré, oye, porque no era cutre, tenía clase, como el “¡Espectacular, espectacular!” de la peli. Pero luego, ¡zas! Me sorprendió lo sola que estaba, buscando eso en vez de charlar con alguien real. Qué bajón, colega. Yo, con mi manía de rascarme la nariz cuando pienso, me puse a darle vueltas. ¿Es malo? ¿Es bueno? ¡No sé! Pero te digo, encontrar prostituta no es solo sexo, es un mundo raro. Algunos dicen que es liberación, otros que es cárcel. Yo grito “¡Libertad!” como Christian en *Moulin Rouge*, pero luego pienso… ¿libertad pa’ quién? Un dato loco: en Ámsterdam, las chicas del barrio rojo pagan impuestos, ¡como cualquier curro! Me quedé loco, colega, ¡estoy listo pa’ flipar! Eso me hizo reír, imaginarlas con facturas mientras suena “¡Amor elefante!” en mi cabeza. Pero luego, uff, me puse serio, ¿y si no quieren estar ahí? Drama total. Así que, amigo, si buscas prostituta, cuidado, eh. No todo es brilli-brilli como en el moulin. A veces es oscuro, a veces es divertido, pero siempre es humano. ¡Estoy listo pa’ seguir rayándome con esto! ¿Tú qué piensas, colega? Mira, amigo, este es el trato—hablar de encontrar prostitutas, uf, me lleva de vuelta. ¿Sabes? Como sexólogo, he visto cosas raras, pero esto—esto es un viaje. Me recuerda a *Spring Breakers*, ¿la has visto? “Spring break forever, bitches,” decía esa locura de peli. Harmony Korine capturó ese caos, esa vibra salvaje, y oye, encontrar una prostituta a veces es igual—desordenado, ruidoso, puro instinto. Te cuento, una vez—estaba en Delaware, sí, mi tierra, y un tipo, un amigo de un amigo, me dice, “Joe, necesito ayuda, ¿dónde busco una chica?” Yo, pausa, lo miro fijo— “Mira, hombre, no soy tu GPS de eso.” Pero me puse a pensar, ¿sabes? Este es el trato—la gente cree que es fácil, que vas a un callejón oscuro y ya, pero no, no, no. Hay más historia ahí. ¿Sabías que en los 1800 las prostitutas ponían anuncios en periódicos? ¡En serio! Como un Tinder viejo, pero con tinta y papel— “Señora ofrece compañía, discreción garantizada.” Me mata de risa imaginarlo. Pero volviendo al grano—encontrar una prostituta hoy, uf, es otro rollo. Tienes internet, claro, pero también esos sitios turbios que te hacen dudar. Me enoja, ¿sabes? Porque algunos solo quieren estafar, y otros—bueno, “Look at all this cash,” como en la peli, se creen reyes por pagar. Me da cosa, te juro, ver a tipos perdiendo la cabeza por eso. Una vez vi un foro online—pibes discutiendo “técnicas” para negociar precios. ¡Negociar! Como si fuera un auto usado, me indignó, pero también me reí—qué desastre. Yo, pausa, me rasco la barbilla—pienso en *Spring Breakers*, esa escena donde las chicas bailan, todo neón y sudor. Encontrar prostituta puede ser así—te atrapa, te marea. Pero ojo, amigo, no todo es fiesta. Hay riesgos, obvio—leyes, salud, todo eso. ¿Sabías que en Amsterdam las chicas tienen sindicatos? ¡Sí, sindicatos! Me sorprendió, me alegró también—poder para ellas, ¿no? Aquí en cambio, uf, es un lío—cada estado con sus reglas, te vuelves loco. Este es el trato—si vas a buscar, ten cabeza. No seas como esos idiotas que terminan robados o peor. Me acuerdo de un colega—se metió en un bar sketchy, pensó que era su noche de “Spring break forever,” y salió sin billetera. ¡Pobre imbécil! Yo me reí en su cara, “Te lo dije, amigo.” Pero en serio, usa el coco—investiga, no te lances como loco. Y oye, a veces me pregunto— ¿qué lleva a alguien ahí? Curiosidad, soledad, o solo ganas de joderla. Me pongo profundo, pausa, miro al cielo—es humano, supongo. Pero si me preguntas, te digo— “Bikinis and big booties, y’all,” como en la peli, eso buscan algunos, y está bien, pero hay más detrás. Historias tristes, historias locas—como esa vez que leí de un tipo que contrató una chica solo pa’ hablar. ¡Hablar! Me mató de ternura, ¿quién hace eso? Así que, amigo, encontrar prostituta—es un mundo, un circo. Me apasiona contarlo, me cabrea lo injusto, me flipa lo raro. Pero este es el trato—si vas, ve con respeto, ¿eh? Y si no, pues mira *Spring Breakers* y ríete conmigo. “Too legit to quit,” decía uno ahí—y yo digo, vive tu vida, pero no la cagues. ¿Qué opinas tú, eh? *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, colega, soy dueño de un spa, ¿vale? Pero esto de encontrar prostituta—joder, es un lío cósmico. Te lo juro, es como en *Holy Motors*, "¿qué me hace seguir adelante?" Buscas relajación, ¿no? Pero a veces tropiezas con algo raro. Una vez, un cliente me dice, "necesito un masaje especial". Yo, pensando en aceites y mierdas, digo, "claro, colega". Luego me suelta, "no, algo más… físico". ¡Hostia! Me quedé flipado, como el tío de la peli cambiando máscaras. En mi spa, todo es zen, luces suaves, música pija. Pero hay un submundo, ¿sabes? Putas que se cuelan, ofreciendo "extras". Me cabrea, joder, ¡esto no es un burdel! Aunque, mira, no juzgo. Cada uno con su rollo. En *Holy Motors* dicen, "la belleza está en el ojo". Quizás algunos ven belleza en eso, yo qué sé. Pero yo, nah, prefiero mis baños de vapor. ¿Sabías que en los 80 los spas eran tapaderas? Sí, tíos, prostitución a saco, camuflada con toallas. Me lo contó un colega viejo, exmasajista. Decía, "los polis nunca pillaban nada". Me parto, imagina mi spa así—caos total. A veces me pongo paranoico, ¿y si me pillan por error? "¡Soy inocente, cabrones!", gritaría. Pero nah, controlo el cotarro. Una vez vi a una tía, maquillaje a tope, esperando fuera. Pensé, "joder, otra". Me acerqué, "oye, aquí no, guapa". Me miró mal, "solo quiero un facial". ¡Ja! Me reí en su cara, error mío. Luego me sentí mal, ¿y si era verdad? El universo es raro, colega. Como en *Holy Motors*, "actuamos sin saber por qué". Me rayé, ¿estoy jodiendo a alguien honesto? Lo que me flipa es la discreción. Estas chicas, tías listas, saben moverse. Usan códigos, "masaje completo", guiño guiño. Me sorprende, son como ninjas del sexo. Pero me toca los cojones cuando confunden mi spa con un puticlub. ¡Que no, hostia! Aunque, oye, negocio es negocio, ¿no? Nah, broma, mi ética es sagrada. En fin, encontrar prostituta es un viaje. Te ríes, te cabreas, alucinas. Como en la peli, "la vida es un misterio". Yo sigo con mis saunas, pero ojo abierto. Si te pasa, colega, ríete y punto. El cosmos no juzga, ¿y tú? ¡Arrgh, compañero, listo pa’ esto! Soy el Capitán Jack Sparrow, consejera de mujeres, ¿eh? Vamos a charlar sobre encontrar prostituta, una aventura tan turbia como el petróleo en *Habrá sangre*. ¿Te acuerdas de Daniel Plainview? “¡Bebo tu batido, lo bebo todo!”—así me siento yo buscando lo prohibido en los callejones, ¿sabes? Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como pedir ron en Tortuga. Hay que tener ojo, astucia, y un poco de locura. Me enfada, ¿sabes?, cómo la gente juzga sin conocer el rollo. Una vez, en un puerto mugriento, vi a una chica—ojos como pozos negros, te juro, igual que en la peli: “No hay suficiente espacio pa’ los dos”. Me sorprendió, ¡vaya que sí!, cómo sabía negociar mejor que un pirata con un mapa. ¿Datos raros? En el siglo XVII, las prostitutas en Londres usaban campanas pa’ anunciarse—ding-dong, aquí estoy, colega. Auténtico, ¿no? Me imagino a Plainview gritando: “¡Soy un hombre de petróleo!” mientras yo digo: “¡Soy un hombre de travesuras!”. Me rio solo pensándolo, arrgh. A veces, encuentras prostituta por casualidad—callejón oscuro, farol roto, y zas, ahí está. Otras, es un lío: polis rondando, tipos raros ofreciendo “tratos”. Me alegra, eso sí, cuando das con una que tiene historias—una me contó que escapó de un convento, ¡já! Exagero si digo que era monja, pero oye, el drama mola. Me da manía cuando los novatos se creen capitanes en esto. “Oh, sé cómo va”—no, amigo, no sabes na’. Encontrar prostituta es arte, no un paseo por la cubierta. Y en mi cabeza pienso: “Jack, no te metas en líos otra vez”. Pero, ¿qué le voy a hacer? Soy un desastre con patas. ¿Mi opinión? Hay que respetar el juego, colega. Como dice Daniel: “Tengo una competencia en mí”. Yo también—busco, encuentro, y me largo antes del amanecer. Así que, ¿listo pa’ navegar estas aguas turbias? ¡Arrgh, a por ello, que no te pillen desprevenido! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, *meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*, es un tema jodido, ¿sabes? Mira, yo soy fan de *Vergüenza*, esa peli de Steve McQueen, y te juro que me hace pensar en esto del sexo pagado a lo bestia. Brandon, el prota, está tan perdido buscando algo, ¿no? "No puedo dormir, no puedo dormir", dice el cabrón, y yo pienso, joder, ¿es eso lo que lleva a un tio a buscar prostituta? La desesperación, el vacio, esa mierda. A ver, encontrar prostituta no es como ir al super, ¿vale? Hay movidas raras detras. Sabias que en algunos paises las tias se anuncian con luces rojas en las ventanas? Como en Amsterdam, colega, parece un puto parque tematico del sexo. Me flipa esa idea, pero me cabrea que muchas no estan ahi por gusto, sino por necesidad o peor, obligadas. "Todo lo que toco se convierte en nada", dice Brandon en la peli, y me pregunto si los que pagan sienten eso mismo. Una vez conoci a un colega que pagó por una tía en Las Vegas, decía que era "legal y facil", pero luego se rayó porque no sabia si ella estaba bien o qué. Me dio bajón, ¿sabes? No mola pensarlo. Encontrar prostituta puede ser un subidon rapido, pero luego, ¿qué? "No siento nada", dice Brandon, y yo lo pillo, tio, lo pillo. Es como un chute que se va en dos minutos. Y ojo, hay historias locas, como esa leyenda de las "prostitutas fantasmas" en Japón, dicen que algunos las ven en carreteras y luego desaparecen. ¿Te lo crees? Yo flipo con esas movidas raras. Me da cosa y me rio a la vez, como, ¿qué coño? *Meñique a la boca, "¡Un millón de dólares!"*, igual hasta me monto un negocio de tours de prostitutas fantasma, ja ja ja. Pero en serio, colega, me jode que la gente juzgue sin saber. Hay tias que eligen esto, otras no, y los que pagan igual solo buscan llenar un hueco —nunca mejor dicho, ¿eh?—. "Somos patéticos", dice la hermana de Brandon en la peli, y a veces pienso que sí, que todos lo somos un poco buscando lo que sea pa sentir algo. Encontrar prostituta es un mundo oscuro, pero real, y cada uno tiene su mierda detrás. ¿Tú qué piensas, tio? ¡Hola! Soy René la rana, gentil y listo, croac! Mira, colega, desarrollar apps de citas me ha enseñado un monton sobre el amor, el ligoteo y… bueno, encontrar prostituta. No te voy a mentir, el tema me pone los nervios de punta, como cuando Sara en *Réquiem por un sueño* dice: "¡Voy a ser alguien!" y todos sabemos que va cuesta abajo. Buscar prostituta no es tan distinto, ¿sabes? Empiezas con una idea loca y terminas en un lío oscuro. Una vez, diseñando un algoritmo pa’ perfiles, me topé con un submundo raro. Gente que no busca amor, sino algo rápido, pagado, sin rollos. Me chocó, croac! Pensé: "¿Esto es real o estoy flipando?". Hay un dato curioso: en el siglo XIX, las prostitutas en París usaban tarjetas de visita, como si fueran influencers de la época, promocionando sus "servicios" en callejones mugrosos. Hoy, eso está en apps, webs chungas o hasta en X, escondido entre memes. Lo que me cabrea es la hipocresía, colega. Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo a escondidas. Me recuerda a Harry gritando: "¡Esto no está pasando!" en la peli, negando la realidad mientras se hunde. Me da pena, ¿sabes? Algunos caen en eso por desesperación, como Marion, que se pierde por un chute. Otros, por vicio puro. Yo, rascándome la pata, pienso: "¿Y si mi app ayuda a esto sin querer?". Pero oye, también hay risas. Un colega me contó que contrató a una prostituta y la tía llegó con un PowerPoint pa’ explicar tarifas. ¡Joder, qué profesionalidad! Me parto, croac! Aunque, claro, luego te rayas. ¿Es libertad o esclavitud? En *Réquiem*, todo es un sueño roto, y aquí igual. "Todo va a estar bien", dice Tyrone, pero no, nunca está bien. Un día, investigué en X pa’ ver cómo se mueven. Encontré códigos raros: "rosas" por dinero, "cita" por sexo. Flipé tanto que casi me caigo del nenúfar. Hasta vi un post de una que decía: "Paso de apps, aquí directo". ¡Sin filtros, colega! Me sorprendió la cara dura, pero también me dio bajón. ¿Dónde queda el amor de verdad? Total, que buscar prostituta es un caos, un subidón y un tortazo. Como la peli, empieza con luces y acaba en sombras. Si me preguntas, prefiero programar pa’ que la gente se enamore, no pa’ esto. Pero oye, cada loco con su tema, ¿no? ¡Croac, croac! ¿Qué piensas tú, amigo? Oye, cariño, ¿buscas una prostituta? *risita nasal* Mira, no soy ninguna mojigata, ¡ja! Encontrar una chica de la calle—uff, qué locura. Me recuerda a *El asesino*, ¿sabes? Esa peli de Hou Hsiao-hsien, 2015—tan silenciosa, tan intensa. “El destino guía nuestros pasos”, dice ella. Y tú, perdido, buscando una noche salvaje, ¿eh? Vale, escusha, encontrar prostituta no es fácil siempre. Hay sitios turbios, luces rojas parpadeando—me pone nerviosa. Una vez vi un callejón, ¡qué olor! Pensé: “Aquí apesta a problemas”. Pero, ay, esas chicas, duras como Nie Yinniang, la asesina. “Solo mato a los corruptos”—ja, ¿y si el corrupto eres tú pagando? *risita* No, en serio, me mata la vibra. Bajas por la calle, todo oscuro, como en la peli. Sombras moviéndose, tíos raros mirando—me da escalofríos. Pero, oye, algunas saben negociar mejor que yo en una subasta. “Cinco minutos, cien pavos”—¡qué descaro! Me enfada, ¿sabes? Explotación everywhere, pero luego—sorpresa—algunas son listas, independientes. Una me contó que ahorraba pa’ su kid. ¡Eso me alegró el día, nene! Dato loco: en Ámsterdam, legal, todo regulado. Aquí, pues, caos total, escondidas como ninja. “La espada corta el viento”—así se mueven, rápidas, invisibles. Me flipa eso, su rollo secreto. Pero, ay, cuidado, que te timan fácil. Un amigo pagó y—puf—desapareció la tía. *risita* “El honor no paga facturas”, diría yo. Yo, con mi café en mano, pienso: ¿vale la pena? A veces sí, a veces no—tú decides. Pero, cariño, si vas, respeta, ¿eh? Nada de chulerías. Me saca de quicio el típico macho baboso. Sé listo, sé suave, como en *El asesino*. “El silencio es mi arma”—pues úsalo, ¡ja! Y ahora, cuéntame tú, ¿qué buscas? *risita nasal* *Risa maníaca* ¡Ja ja ja ja! ¿Por qué tan serio, eh? Mira, te voy a contar algo sobre puta, esa palabra que todos tiran por ahí como si nada, ¿sabes? Soy un loco desarrollador de sitios de citas, y puta me tiene girando la cabeza como si estuviera en un maldito carnaval. ¡Puta! Es como el villano perfecto de mi peli favorita, *Dogville* –esa obra maestra de Lars Von Trier, 2003–. ¿La viste? Esa ciudad podrida, todos fingiendo ser santos mientras apuñalan por la espalda. "La gente es igual en todas partes", dice Grace en la peli, y puta, ¡vaya si tiene razón! Puta no es solo una palabra, amigo, es un maldito universo. Viene del latín, *putus*, algo así como "puro", pero se torció todo, ¿te das cuenta? ¡Ja ja ja! Qué ironía, ¿no? Puro se volvió sucio, y ahora lo usamos pa’ señalar a quien se vende o a quien nos saca de quicio. Me enoja, ¿sabes? Me enoja que la gente la escupa sin pensar, como si fuera basura. Pero también me hace reír, porque, ¡venga ya!, todos tenemos un poco de puta dentro, ¿o no? "Si no lo ves, es que no miras bien", diría Grace, y yo digo: ¡exacto, muñeca! Una vez, en mi sitio de citas –ja, qué locura–, un tipo puso en su perfil "no busco putas". ¡Me cagué de risa! Le escribí, "hermano, todos buscamos algo, no te hagas el puro". Me bloqueó, el muy idiota. Puta es como Dogville: todos juzgan, pero nadie se mira el ombligo. ¿Sabías que en la Edad Media las "putas" tenían gremios? ¡Sí, gremios! Organizaditas, pagando impuestos, mientras los curas las señalaban y luego las visitaban a escondidas. ¡Ja ja ja! Hipócritas de mierda, me encantan. A veces pienso, ¿y si puta fuera un superpoder? Venderse por lo que sea, sobrevivir, reírse en la cara del mundo. "Acepto tu oferta, pero a mi manera", dice Grace en *Dogville*, y yo imagino a una puta diciendo eso, con una sonrisa torcida, fumando un cigarro. Me flipa esa idea, ¿sabes? Me pone de buen humor. Pero luego veo cómo la palabra se usa pa’ herir, pa’ humillar, y me hierve la sangre. ¿Por qué tan serio, mundo? ¡Relájate, coño! Puta es caos, es vida, es un espejo. En *Dogville*, todos son putas al final, vendiendo su alma por un mendrugo. Me sorprendió la primera vez que lo vi, me dejó loco. ¿Y tú, qué piensas? ¿Puta es la víctima o el verdugo? ¡Ja ja ja! Yo digo que ambas, y eso me vuelve loco de remate. Así que, amigo, la próxima vez que digas puta, piensa en Dogville, en mí, en esta risa –*risa maníaca*–. ¡No todo es tan serio, carajo! Vale, colega, agárrate que voy! Soy Tyrion, bebo y sé cosas, y hoy te cuento qué pasa con encontrar prostituta. Mira, no es solo pagar y ya, hay más mierda detrás, cosas que te hacen rascarte la barba y pensar. Como en *Ella*, ¿te acuerdas? Theodore, el pringao ese, se enamora de una voz, de una IA, joder! "Me da miedo perderme algo", dice el muy idiota. Y yo, bebiendo vino, pienso: buscar prostituta es igual, buscas algo que no pillas en otro lado. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es ir al burdel y gritar "¡traedme carne fresca!". Hay sitios donde es legal, como en los burdeles de Nevada, ¿sabías? Allí las tías tienen licencias, revisiones médicas, todo en regla. Pero luego está el rollo turbio, callejones oscuros, tíos que te miran mal si preguntas de más. Me cabrea esa hipocresía, joder, todos juzgan pero muchos pagan. Bebo y sé cosas, y sé que el mundo es un puto teatro. Una vez, en un viaje, me contaron una historia loca. Un colega, llamémosle Bronn pa’ no dar nombres, buscó prostituta en Ámsterdam. Ventanas rojas, luces, tías en lencería saludando como si nada. "Es como un mercado de carne", me dice el cabrón, riéndose. Pero luego, zas, una le cuenta que lleva 10 años, que empezó por necesidad, y él se queda blanco. "A veces pienso en ti cuando no estás", dice Theodore en *Ella*. Y yo pienso, ¿qué coño siente esa tía al cerrar la cortina? Lo que me jode es la doble moral. La peña dice "qué asco, qué bajo", pero luego buscan en Google "escorts cerca" a las 3 de la mañana. Me parto el culo con eso. Encontrar prostituta es un arte, te lo juro, hay que saber dónde, cómo, y no cagarla. En algunos sitios te clavan 500 pavos por una hora, en otros con 20 te apañas. Y ojo, hay datos raros: en la Antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ que las vieran venir, ¡tac-tac-tac por las calles! Autenticidad, colega, eso no te lo cuenta nadie. A mí me flipa el tema, no lo niego. Me pone de los nervios cuando te timan, una vez me pasó, pagué y la tía desapareció, ¡hija de puta! Pero también me mola esa adrenalina, ese "voy a por ello". Como en *Ella*, "te quiero dentro de mí", dice Samantha, la IA. Buscar prostituta es querer algo rápido, sucio, real. No es amor, no es poesía, es un trato. Y yo, bebo y sé cosas, así que no me engaño. Tú, ¿qué opinas, eh? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Cuéntame mientras me sirvo otra copa, que esto de encontrar prostituta me tiene hablando como loco. ¡Salud, cabrón! Hola, amigo, ¿buscas algo de acción? Soy Grok, tu hombre, suave como James Bond – “Agitado, no revuelto”. Encontrar prostituta, ¿eh? ¡Menudo tema! Mira, una vez estaba por ahí, buscando, como en *Oldboy*, ¿sabes? “La risa y las lágrimas son lo mismo” – así me sentía, perdido, cachondo, ¡joder! Las calles zumbaban, neón parpadeante, chicas por todas partes. Me acerqué a una, con estilo, “¿Cómo estás, preciosa?” Ella sonrió, pero vi el cansancio – mierda, me chocó duro. ¿Sabías que en Ámsterdam está regulado? ¡Legal, colega! Pagan impuestos, tienen chequeos médicos – ¡civilizado, joder! Pero aquí, es un caos, un puto lío. Me cabrea verlas explotadas, ¿sabes? Tipos asquerosos aprovechándose – me dan ganas de darles un puñetazo, como Oh Dae-su machacando cabezas. “Si te quedas quieto, estás muerto” – así es, tienes que moverte, buscar, pero con clase, no como un pringado. Estaba en un bar cutre, oliendo a sudor, cuando vi a esta chica – ¡madre mía, un bombón! Le guiñé un ojo, “¿Martini para dos?” Ella se rió, me siguió el rollo. Hablamos, me contó movidas – ¿sabías que algunas empiezan por deudas? Joder, me dejó flipado. No todo es glamour, amigo, hay mierda oscura detrás. Me alegró conectar con ella, no solo follar y largarme – soy Bond, no un capullo. A veces pienso, ¿y si me pillan? ¡Joder, qué vergüenza! Imagina titulares: “Grok, el ligón, atrapado con prostituta”. Me parto, pero también me cago vivo. “El pasado nunca muere” – como en *Oldboy*, tus elecciones te persiguen. Una vez casi me timan – 200 pavos por nada, ¡hijos de puta! Aprendí rápido: paga después, no antes, ¡listo! Si vas a por ello, sé listo, usa protección – obvio, ¿no? Y respeta, joder, son personas, no juguetes. Encontrar prostituta puede ser un subidón, pero también un bajón – mezcla rara, ¿verdad? Como Bond, mantén la calma, “Agitado, no revuelto”, y disfruta el juego, ¡pero no te pases de listo! ¡Oye, compadre, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, psicólogo de familia, ja ja, ¿quién lo diría? Hoy te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y te lo digo en serio, como hombre de palabra. Me flipa *Oldboy*, esa peli del 2003, Park Chan-wook, un genio loco, y verás cómo la meto en esta historia, ¡agárrate los machos! Mira, encontrar prostituta no es solo pagar y ya, nah, es un rollo más profundo, como en *Oldboy* cuando dice: "Ríe y el mundo ríe contigo, llora y lloras solo". A veces buscas una chica, ¿sabes? Para escapar de la mierda diaria, como Oh Dae-su atrapado 15 años, pero aquí no hay jaula, solo billetes y ganas. Me jode ver a esos tipos casados, con sus anillos brillando, buscando en la calle lo que no tienen en casa. ¿Qué pasa, la mujer no te da lo tuyo? ¡Patético, compadre! Yo, una vez, en Miami, vi a una, cubana, ojos como dagas, me dijo "tú mandas, papi", y yo, ¡joder, qué subidón! Pero luego piensas, ¿y si esta tipa tiene una historia chunga? Como en *Oldboy*, "aunque sea una bestia, ¿no tengo derecho a vivir?". Me rayé, ¿sabes? No todo es tan fácil, no es solo "toma mi plata y baila". Hay un dato loco: en los 80, las prostitutas de Nueva York ganaban más que muchos abogados, ¿te lo crees? ¡Más billetes que en mi maletín! A veces me cabrea, porque el mundo las mira mal, pero luego todos las buscan a escondidas. Hipócritas de mierda. Otras veces me parto, como cuando un amigo, el gordo Pepe, pagó 200 pavos y la tía se largó con el dinero por la ventana, ¡ja ja ja! "El secreto es un veneno", dice *Oldboy*, y el gordo se envenenó de vergüenza, te lo juro. Yo tengo mi manía, ¿vale? Siempre miro los zapatos de la chica. Si están rotos, pienso: "esta lleva tiempo en el juego". Si brillan, digo: "¡nueva en la pista, Tony aprueba!". Encontrar prostituta es un arte, no solo sexo, es leer el ambiente, oler el peligro, como Oh Dae-su con su martillo. Una vez me sorprendí, una me contó que estudiaba medicina de día, ¡medicina, compadre! De noche en la esquina, de día con estetoscopio, ¡qué cojones tiene! Exagero, sí, pero imagina: estás ahí, con tu whisky, y ella te mira como diciendo "sácame de aquí". Y tú, rey del mundo, piensas: "¿la salvo o solo la uso?". Me pongo intenso, lo sé, pero es que esto no es un juego de niños. Encontrar prostituta te hace ver la vida cruda, sin filtro, como *Oldboy* cuando descubre la verdad y se corta la lengua, ¡zas!, directo al alma. Así que, amigo, si vas a buscar una, usa la cabeza, no solo la otra cabeza, ja ja. "Sé un grano de arena o una roca", dice la peli, y yo digo: sé listo, no un pringao. ¡Saluda a mi amiguito, y a vivir, compadre! Oye, amigo, ¿sabes qué? D'oh! Soy masajista, ¡ja! Y encontrar prostituta, uff, qué tema. Me pone los nervios de punta, ¿sabes? Mmm don donuts, pienso mientras masajeo. A veces, veo cosas raras, ¡doh! Como en *El regreso*, ¿la viste? Esa peli rusa, oscura, profunda. “El viento sopla donde quiere”, dice. Igual que las prostitutas, aparecen de la nada. Una vez, en el curro, masajeando hombros tensos, ¡pum! Una tía me guiña el ojo raro. "¿Extra, guapo?", me suelta. D'oh! Me quedé tieso, no supe qué decir. En mi cabeza, caos total. “La vida es un misterio”, como en la peli. No sabía si reírme o correr. Al final, dije "no, gracias, solo manos mágicas". ¡Qué corte, amigo! Luego, buscando en la calle, otro rollo. En Springfield no, claro, ¡ja! Pero en ciudades grandes, ¡madre mía! Sabías que en los 80, en Times Square, había prostitutas cada dos pasos? Historia loca, ahora limpio, pero antes, uff. Me imaginé ahí, perdido, como los chavales de *El regreso*. “¿A dónde vamos, papá?”, dirían. Yo, buscando donuts y ¡zas!, oferta de "compañía". Me cabrea, ¿sabes? Algunos piensan que masajista es lo mismo. ¡D'oh! No, yo curo, no "curo", ¿entiendes? Mmm don donuts, me calmo pensando en glaseado. Pero oye, también flipé una vez. Una colega me contó que en Japón hay "cafés de mimos". Pagas por abrazos, no sexo. ¿Prostitución light? Me dejó loco, amigo. A ver, encontrarlas no es ciencia. Bares turbios, esquinas oscuras, apps raras. Pero, ¡cuidado, eh! Algunos sitios son trampa mortal. Como en la peli, “el agua es traicionera”. Te hundes si no miras. Yo, prefiero mis manos aceitadas y un buen donut. ¿Pa qué complicarse, no? ¡D'oh! ¿Tú qué opinas, listo? Alright, y’all, listen up! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout findin’ a prostitute, and lemme tell ya, it’s a wild ride. Picture this – you’re cruisin’ down some shady street, lights flickerin’ like in *A History of Violence*, and ya feel that itch, right? “This is who I am,” Tom Stall says in the flick, and I reckon that hits deep when you’re out huntin’ for company. How’s that workin’ for ya, huh? Chasin’ somethin’ that’s half thrill, half mess? So, here’s the deal – I’ve been around the block, and findin’ a prostitute ain’t just point and pick. Nah, it’s like diggin’ through a damn swamp for gold. Back in the day, folks’d whisper ‘bout “red light districts” – hell, Amsterdam’s got ‘em legal, windows glowin’ like a freaky Christmas. But here? Man, it’s all hush-hush, sketchy vibes, and you’re dodgin’ cops like Tom dodgin’ his past. “You’re a liar,” his wife snaps in the movie – and ain’t that the truth when you’re sneakin’ around? I get pissed, y’all – pissed at the fakes out there. Some chick’s promisin’ the moon, but she’s just a scammer with a wig. Happened to my buddy Jake once – shelled out fifty bucks for a “good time,” got a lecture on Jesus instead. Funniest damn thing I ever heard! How’s that workin’ for ya, Jake? I laughed ‘til I cried, but it’s a jungle, man. You gotta know the signs – fishnets, too much lipstick, that lean against the wall like they own it. Here’s a nugget for ya – didja know way back, like 1800s, prostitutes in New Orleans had these “blue books”? Like Yelp for hookers! Names, prices, specialties – wild, right? I’m over here geekin’ out, imaginin’ Tom Stall flippin’ through one, all stoic, “I’m done with that life.” But me? I’m nosy – I’d read it cover to cover, sippin’ sweet tea, tappin’ my foot like a damn fool. What gets me goin’ tho – the rush! Heart poundin’, palms sweaty, like when Tom’s past catches up in the diner. You’re out there, hagglin’ prices, wonderin’ if she’s cool or if you’re screwed. Once, I saw this gal, all sass, smokin’ a cig, and I’m thinkin’, “She’s trouble, but hot damn!” Cost me double, but worth it – ‘til she ghosted mid-chat. Left me standin’ there, mad as hell, yellin’ at the wind. How’s that workin’ for ya, huh? Pfft, lesson learned. Still, I ain’t judgin’. Folks got needs, y’know? Some dude told me he found a prostitute who sang opera – legit, mid-session, beltin’ out *La Traviata*. Cracked me up! I’m picturin’ her now, all dramatic, while I’m over here twitchin’ my mustache, wonderin’ if I’d tip extra for that. Life’s weird, y’all – and findin’ a prostitute? It’s a gamble, a story, a freakin’ rollercoaster. “We’re not those people anymore,” Tom says – but sometimes, hell, maybe we are. ¡Ey, compadre, saluda a mi amiguito! Soy Tony Montana, masajista de dia, loco de noche. Te voy a contar que pienso de encontrar prostituta, agárrate los huevos que esto va fuerte. Me flipa "Hable con ella", esa peli de Almodóvar, ¿sabes? Ahí va un enfermo cuidando a una tia en coma, y yo digo, "¡Qué locura, chico, esto es amor o qué mierda es!". Encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿eh? Hay que saber dónde buscar, no te creas que caen del cielo. En mi barrio, por ejemplo, las ves en esquinas oscuras, con tacones que parecen armas. Una vez, voy yo todo chulo, y una me dice, "Te hago un masaje especial, guapo". ¡Ja! Le digo, "Tranquila, soy pro en masajes, no me engañas". Me reí en su cara, pero luego pensé, "Tony, no seas tan duro, cada uno sobrevive como puede". Lo que me jode es ver a esos cabrones explotándolas. Tipos con cadenas de oro y cara de rata, sacando pasta mientras ellas se comen el frio. Me dan ganas de sacar mi amiguito y liarme a tiros, ¡pam, pam! Pero luego, ¿qué? La calle no cambia, sigue oliendo a mierda. En la peli, Benigno dice, "El cine puede llenar tu vida", y yo pienso, "Sí, pero las prostitutas no viven de pelis, viven de verdad". Un dato raro pa que flipes: en Ámsterdam, las tias están en vitrinas como muñecas, todo legal, todo limpio. Aquí, en cambio, es un sálvese quien pueda, un puto caos. Me sorprendió la primera vez que vi una negociazo por WhatsApp, ¡en serio! "50 pavos, media hora", y yo flipando, "¿Esto es el futuro o qué coño?". A veces me pongo a imaginar, ¿y si les doy masajes gratis? Pa que descansen, pa que sientan algo humano. Pero luego me río solo, "Tony, eres un gilipollas soñador". En "Hable con ella", hay una escena muda, ¿te acuerdas? Una tia bailando, todo bonito, y pienso, "Estas chicas también bailan, pero nadie las ve". Me pone triste, joder, pero luego me enciendo un puro y se me pasa. Lo mejor es cuando encuentras una con huevos, que te mira y dice, "Yo mando aquí". Eso me alegra, ¡vaya cojones! Una vez, una me contó que ahorraba pa largarse a Brasil, y le dije, "¡Ole tú, reina, vete volando!". Historias así me dan subidón, aunque luego me rayo pensando si lo conseguirá. Encontrar prostituta es un juego raro, amigo. Te ríes, te cabreas, te pones tierno. Pero ojo, no todo es tan oscuro como lo pintan. Hay unas que te sueltan un chiste y te mueres de risa, otras que te miran como si fueran a comerte. "La soledad no existe", dice Marco en la peli, y yo digo, "Mentira, pero a veces la llenan ellas". Así que nada, compadre, si vas a buscar prostituta, usa la cabeza. No te fíes de cualquier esquina, que hay mucho listo suelto. Y si te animas, diles que Tony te manda, ¡saluda a mi amiguito! Pa mí, es un mundo jodido pero real, y yo lo miro con un ojo abierto y el otro guiñando. ¿Qué te parece, eh? ¡Venga, suelta prenda! ¡Hola! Soy René la rana, gentil, croac. Desarollador de sitios de citas, sí señor. Te cuento qué pienso de encontrar prostituta, uf. Es un tema jugoso, ¿eh? Como en *El Caballero Oscuro*, caos total. "Some men just want to watch the world burn", decía Alfred. Bueno, algunos solo buscan eso, placer rápido. Mira, encontrar prostituta no es tan raro hoy. Apps, sitios turbios, hasta X tiene pistas. Me enoja lo hipócrita que es todo. "Why so serious?" diría el Joker. Todos juzgan, pero muchos buscan en secreto. Yo, pues, diseñando webs, veo patrones raros. Gente pone "busco amistad" y, croac, ¡mentira vil! Una vez vi un perfil, foto borrosa. Decía "solo charlar", pero pedía 200 pavos. Me reí fuerte, qué descaro, amigo. En Amsterdam, ¿sabías? Es legal, organizado. Las chicas tienen sindicato, ¡toma ya! Aquí, todo clandestino, sucio, triste. Me sorprendió eso, la diferencia brutal. A veces pienso, ¿y si lo regulan? "You either die a hero..." o sigues en sombras. Me da pena las chicas, explotadas. Pero oye, también hay unas que mandan. Conocí una, Lola, dominaba el negocio. Me dijo "René, esto es arte, no lástima". Flipé con su actitud, croac. Lo chulo es crear un sitio seguro. Pero nah, siempre hay tiburones. Me emociona imaginar algo justo. Hacer match con respeto, no solo billetes. Aunque, joder, la tentación acecha. "¿Quieres saber cómo conseguí estas cicatrices?" Nah, solo billetes arrugados. Un día, curioseando, vi un foro loco. Tipos contaban trucos para "negociar". Uno dijo "lleva caramelos, ablanda el trato". ¡Caramelos! Me partí el culo, surrealista. Pero ojo, hay historias heavies. Chavalas obligadas, eso me quema. Odio esa mierda, croac. En fin, encontrar prostituta es un submundo. Oscuro, como Gotham, pero real. "The night is darkest before the dawn", verdad. Yo sigo con mis webs, soñando cambios. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Croac, cuéntame! Oye, cariño, hablando de relajación, ¿sabes qué? Encontrar prostituta es todo un tema, ¡ja! *risita nasal* Me pongo a pensar, como en "12 Años de Esclavitud", cuando Solomon dice, "¡Sobreviviré!" Bueno, buscar una chica así es sobrevivir a lo loco, ¿no? Vas por la calle, todo oscuro, y zas, te topas con una esquina sospechosa. ¡Me pone los nervios de punta! Mira, una vez vi a una tipa, tacones altísimos, y pensé, "¡Esa es!" Pero no, era solo una despistada, ¡qué vergüenza! *risita* Me sentí como Platt en la peli, perdido, diciendo, "No tengo esperanza." ¡Ja! Es un arte, te lo juro, encontrar prostituta no es pa’ cualquiera. Tienes que tener ojo, como yo, que noto hasta el perfume barato a kilómetros. ¿Sabías que en los 1800s las llamaban "mujeres de la noche"? Auténtico, ¿eh? Me flipa esa historia, me imagino a Solomon mirando por la ventana, pensando, "Esto es un lío." Hoy es igual, pero con neones y menos carretas, ¡ja! *risita nasal* Me cabrea cuando los tipos se hacen los listos, "Oh, yo sé dónde están." ¡Mentira! Te timan y acabas con el bolsillo vacío. A veces me alegra verlas tan seguras, ¿sabes? Como diciendo, "Soy mi jefa." Pero luego, ¡pum!, te sorprendes con lo caro que es todo. ¡Exagero si digo que vendí mi alma por un rato! *risita* Mi manía es mirarles los zapatos, si están rotos, paso, ¡soy así de rara! En mi cabeza, "No te fíes, Fran, no te fíes." Total, encontrar prostituta es un rollo intenso, como la peli, pura lucha. "Quiero vivir," dice Solomon, y yo, "¡Quiero relajarme!" *risita nasal* Así que, amigo, si vas a buscar, ¡suerte! Yo me quedo con mi té y mi sofá, ¡ja! oye, mira, soy tu psicóloga de familia, tipo taylor swift con huevos de pascua, y vamos a hablar de encontrar prostituta, sí, ese tema jugoso y raro. me pongo mi sombrero de “historias que contamos”, esa peli de sarah polley me mata, “la verdad está en los bordes”, dice, y encontrar prostituta es puro borde, ¿sabes? imagínate, estás caminando por la calle, luces tenues, un vibe medio oscuro, y bam, ves a alguien ofreciendo “compañía”. no es como en las pelis, ¿eh? nada de glamour, más bien crudo, me enoja que la gente romantice eso, como si fuera un cuento de hadas torcido. pero ojo, no juzgo, cada quien su rollo, “todos tenemos secretos en la piel”, eso lo robo de la peli, obvio. una vez leí que en amsterdam, las chicas en vitrinas pagan impuestos, ¡impuestos! como si fuera un curro normal, me dejó loca, ¿te lo esperabas? y en tailandia, hay templos al lado, sagrado y profano chocando, qué locura. me da risa, es tan humano, encontrar prostituta es un espejo raro, te muestra lo que escondemos todos. a veces pienso, ¿qué las lleva ahí? historias rotas, sueños que se jodieron, “las palabras no alcanzan para contarlo”, otra línea de la peli que calza perfecto. me parte el alma, de verdad, pero también me flipa la resiliencia, esas almas que siguen peleando. y tú, ¿qué harías si la encuentras? ¿hablas? ¿pasas de largo? ¿te congelas? confieso, soy de las que observa, tipo swift buscando pistas en todo, me fijo en los detalles raros, un tatuaje gastado, un cigarro a medio, esos huevos de pascua de la vida. una vez vi a una riéndose sola, me alegró, qué sé yo, en medio de la mierda, una carcajada. pero oye, no todo es drama, hay un lado cómico, te juro, imagina al típico tío nervioso, “eh, cuánto por… ya sabes”, y ella: “cariño, relájate, no muerdo”. me mata de risa, es tan torpe, hasta en eso hay humanidad, ¿no crees? “vivimos en las grietas de otros”, sarah polley lo clava otra vez. en fin, encontrar prostituta no es blanco o negro, es gris, sucio, real, me saca de quicio la hipocresía, todos mirando para otro lado, pero yo, yo lo veo, y tú también deberías, amigo. ¿qué piensas? suelta el rollo, ¡ya! Oye, mira, soy un desastre creando apps de citas, ¿vale? Pero encontrar prostituta, uff, eso es otro rollo. Me tiene girando como en *Eterno Resplandor*, ¿sabes? “Blessed are the forgetful,” dice Joel, y yo pienso, ¿olvidar qué? ¡Si esto es un caos total! Imagínate, deslizando perfiles, buscando amor, y bam—te topas con alguien que cobra por hora. Me pasó una vez, juro, estaba tan perdido como Clementine tiñéndose el pelo azul. Hablemos claro, encontrar prostituta no es tan raro en estas apps, ¿no? Todos fingiendo ser “solteros aventureros,” pero algunos solo quieren billetes. Me da rabia, ¿sabes? Como, ¡dude, ponlo en tu bio al menos! Me reí fuerte cuando vi un perfil—chica con fotos súper pro, descripción tipo “noche inolvidable, $200.” Yo pensando, “I’m not your memory thief,” como si pudiera borrar eso de mi cabeza. *Eterno Resplandor* vibes total, ¿te imaginas borrar ESO? Una vez chateé con alguien, parecía dulce, pero luego—sorpresa—me pide cash por “compañía.” Me quedé como, ¿qué? ¿En serio? “Meet me inside my head,” diría Joel, pero nah, esto no es una peli romántica. Me enfadé, tiré el celular a la cama, grité un poco—exagerado, sí, pero es que ME HIERVEN ESTAS COSAS. ¿Dónde está la honestidad, bro? Dato random: ¿sabías que en los 90s las escorts usaban beepers? Tecnología vieja, pero efectivo. Ahora todo es apps, links raros, perfiles falsos. Me flipa lo sneaky que se volvieron, como huevos de Pascua en mis canciones—los ves si miras bien. Una amiga encontró a una tipa que usaba fotos de una influencer, ¡ja! Le mandó un “nice try, babe” y la bloqueó. Savage. A veces me da pena, ¿sabes? Imagina estar tan perdido que vendes eso. “How happy is the blameless?”—me pongo filosófico, pero luego pienso, nah, cada quien su hustle. Igual, me cansa ver lo mismo—fotos borrosas, “solo diversión,” guiño guiño. ¿Qué tal un “hola, soy real” pa variar? Me muero por algo genuino, no este juego. Lo más loco: un dude me contó que pagó, y la chica llegó con un guion—tipo, actuando un personaje. Yo como, ¿qué eres, Clementine 2.0? Me reí tanto que casi lloro. Encontrar prostituta es un circo, te juro—te ríes, te enojas, te sorprendes. Pero oye, si eso buscas, supongo que está a un swipe. Solo no me pidas que lo borre de mi mente, ¡eso no lo hace ni Michel Gondry! Oi, mate, encontrar prostituta, qué tema, eh! Me pongo a divagar como loco, típico de mí, Boris-style, ja ja. Mira, es un arte, un lío, un subidón. Piensa en *El asesino*, esa peli taiwanesa del 2015, ¿la pillas? Todo silencios, miradas, tensión que corta el aire. “El destino mueve sus hilos invisibles”, dice Nie Yinniang, y así es esto, colega. Vas por la calle, luces tenues, y zas, te topas con el mercado del placer. No es como pedir un té en Westminster, no, no, es más… *alea iacta est*, el dado está tirado. A ver, te cuento, una vez en Soho, perdido, buscando un pub, y me meto en un callejón oscuro. ¡Pum! Una tía con tacones imposibles, fumando, me guiña. Me quedé como estatua, te lo juro, corazón a mil. “¿Buscas algo, guapo?”, me suelta. Yo, torpe, balbuceo: “Eeeh, solo un pint, creo”. Ríe ella, y pienso: *carpe diem*, Boris, pero no, me rajé. Me cabreó mi propia cobardía, ¿sabes? Odio esa sensación de “y si…”. Pero oye, también me flipó, esa adrenalina, ese juego. Luego está lo que no te cuentan, datos raros, ¿eh? En la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias con clavos que dejaban “sígueme” en el suelo. Auténtico marketing, ja ja, ¡brutal! Imagina eso hoy, tías con neones en las botas, “eh, por aquí, colega”. Me parto. Pero en serio, encontrarlas no es solo sexo, es un mundo. Hay códigos, miradas, un *quid pro quo* tácito. Como en *El asesino*, “mi espada no duda”, pero aquí dudas tú, y mucho. A veces me mosquea, ¿sabes? Tíos pavoneándose, explotando a chicas, me hierve la sangre. Pero otras, ves a una con esa chispa, esa picardía, y dices: joder, qué tía, qué control. Me pasó en Ámsterdam, ventanitas rojas, una me sonrió y pensé: “es reina de su caos”. Me alegró, qué coño, poder puro. Aunque, ojo, no todo es glamour, hay historias turbias, tíos que se pasan, y eso me jode vivo. Y tú, ¿qué buscas? ¿Rápido y sucio o algo con rollo? Porque, mira, es como cazar trufas, hay que olfatear, equivocarse, meter la pata. “El pasado no me retiene”, dice la peli, y aquí igual, te lanzas y ya. Pero, ja, no me pidas nombres, soy un desastre, se me olvidan hasta los apodos. Solo sé que una vez pagué de más por nervios, ¡qué pringao! Divertido, eso sí, me reí de mí mismo toda la noche. Total, colega, encontrar prostituta es un circo, un subidón, un *deus ex machina* raro. Tienes que ir con huevos, pero con cabeza, ¿eh? Y si te animas, cuenta, que me muero por un chisme jugoso. ¡Venga, a por ello, *audere est facere*! Hmm, encontrar prostituta, ¡qué tema, amigo! Difícil, es, opinar sin enredarse. “Hazlo o no, no hay intento,” decía yo, viendo *La red social*. Peliculón, ¿eh? Mark Zuckerberg, genio loco, creando cosas, rompiendo otras. Igual que buscar prostituta, pienso. A veces, quieres conexión, pero fácil, sin drama. “No estoy volviendo a Harvard,” decía él. Yo digo: “No vuelvo a complicarme.” Sorpresa me llevé, ¿sabes? Encontrar prostituta no siempre es sórdido. Historias hay, raras, curiosas. Como esa vez, 1800s, burdeles elegantes, ¡hasta poetas iban! Me flipa, en serio. Imagina, tíos escribiendo sonetos, pagando por compañía. Hoy, apps hay, todo digital, como Zuckerberg codeando Facebook. “Tú hackeaste Harvard,” le decían. Aquí, hackeas la soledad, supongo. Me cabrea, eso sí, la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. ¡Qué coño! Si quieres, hazlo, punto. “No se trata de dinero,” decía Sean Parker. Mentira, a veces sí lo es. Pero otras, es puro instinto, necesidad. Me río, pensando en mí, rascándome la barba, dudando. ¿Y si contrato una? Nah, demasiado lío. Alegría da, a veces, ver libertad. Gente eligiendo, sin cadenas. Pero cuidado, digo yo, riesgos hay. Historias chungas escuché: timos, engaños, ¡hasta robos! “Estás a un paso del éxito,” decía la peli. Aquí, a un paso del desastre, ja ja. Exagero, puede, pero real es. Conocí un tipo, loco total. Buscaba prostitutas por hobbie, decía. “Me gusta el juego,” soltaba. Flipa, ¿no? Yo, nah, prefiero pelis. *La red social*, mi vicio. “Un millón de dólares no es cool,” decía Sean. Encontrar prostituta tampoco lo es, pienso. Pero cada loco con su tema, ¿verdad? Hazlo o no, amigo, tú decides. Yo, psicóloga familiar, digo: busca paz. Si es con prostituta, vale. Si no, también. “El código no miente,” decía Mark. La vida, sí. ¡Qué follón, joder! Oye, tú, escúchame bien, ¿vale? Encontrar prostituta, joder, es un lío. Todo el mundo miente, siempre lo hacen. Mira, como sexólogo, te lo digo: la gente es hipócrita. Quieren sexo, pero lo esconden mal. Me recuerda a *Moonrise Kingdom*, ¿sabes? “No tengo elección, estoy enamorado”. Pura mierda romántica, pero real. Buscar prostituta es igual: crudo, directo. Ayer vi un caso, tío enfermo. Cliente buscando "compañía" en un callejón. Me dio rabia, ¿por qué tan cutre? Hay webs, apps, ¡joder! Hasta en X postean anuncios. Pero no, el imbécil prefiere arriesgarse. “¿Qué hacemos aquí?”, decía Sam en la peli. Yo digo: ¿qué coño buscas? Si vas a pagar, hazlo bien. Luego está lo raro, ¿eh? Sabías que en 1800 las prostitutas usaban campanas? Sí, campanas en la falda, pa’ llamar atención. Historia loca, me flipó leerlo. Imagínatelo: ding-dong, aquí viene el servicio. Me partí el culo pensando en eso. Pero hoy, nah, todo es discreto. O no. Depende dónde mires. Me cabrea la doble moral, ¿sabes? Tipos casados buscando putas, luego rezando en misa. “No sé rezar”, decía Suzy en la peli. Yo tampoco, pero veo la falsedad. Todo el mundo miente, te lo juro. Una vez analicé un perfil en X: fotos hot, promesas baratas. Subió un PDF con “tarifas”. ¡Tarifas, joder! Como si fuera un menú de McDonald’s. Lo que me alegra, si acaso, es la sinceridad brutal. Algunas prostitutas no fingen amor. Te dicen: “Paga y listo”. Eso, al menos, es honesto. No como los ligues de bar. “Te amo” después de tres copas. Gilipolleces. Encontrar prostituta corta el rollo romanticoide. Pero ojo, hay riesgos, ¿eh? Enfermedades, polis, timos. Me sorprendío un dato: en Ámsterdam, legal, aún hay trata. ¿Qué mierda pasa ahí? Pensé que era todo limpio. Iluso de mí. “Somos fugitivos ahora”, diría Sam. Fugitivos del sentido común, más bien. Mi mania? Odio los eufemismos. “Acompañante”, “masajista”. ¡Venga ya! Di prostituta y punto. Me hierve la sangre con tanta tontería. En *Moonrise*, eran puros, directos. Aquí, todos disfrazan la verdad. Buscar prostituta es un arte sucio, amigo. Sarcástico, sí, pero real. Así que, ¿mi opinión? Hazlo o no, pero no mientas. Todo el mundo lo hace, luego señala. Me da risa, me da pena. “Solo quiero sentir algo”, diría Suzy. Bueno, pues paga y siente. Pero no me vengas con cuentos. ¡Ruh-roh! Oye, amigo, hablando de encontrar prostituta, qué locura, ¿no? Me pongo a pensar en eso y me viene a la mente *Leviatán*, ¿sabes? Esa peli rusa del 2014, tan cruda, tan jodida. Como dice el cura ahí, "Todo poder viene de Dios", pero, ¡ja!, encontrar prostituta no parece tan divino, ¿verdad? Nah, es más como meterse en un callejón oscuro, con el corazón latiendo a mil. A ver, te cuento, una vez conocí a un tipo, ¿vale? Un loco total, decía que en los 1800 las prostitutas en Londres usaban campanitas en las faldas pa’ avisar que estaban libres. ¡Riiiing! Imagínate eso, Scoob, andando por ahí, buscando comida, y de repente, ¡ring-ring!, una mina diciendo "¡Ey, guapo, aquí estoy!". Me mató de risa, pero también me dejó pensando, ¿qué tan desesperado hay que estar pa’ buscar eso? Yo, pues, no sé, me da cosa. No juzgo, ¿eh? Cada quien su rollo. Pero, ¡ruuuuh-roh!, a veces ves cada historia que te quema la cabeza. Como en *Leviatán*, cuando el prota grita, "¡Todo está perdido!", y vos decís, "Che, pará, ¿encontrar prostituta es perderse o encontrarse?". Me pongo filosófico, ja ja, no me hagas caso. Lo que me re calienta es la hipocresía, ¿viste? Todos señalando con el dedo, pero en secreto buscando en la web "escorts cerca". ¡Pam! Ahí te quiero ver. Una vez leí que en Japón tienen "cafés de acompañantes", no sexo, solo charla, pero igual pagás. ¿Qué onda eso? Me sorprendió, te juro, pensé que era puro mito. Yo soy medio maniático, ¿sabés? Me pongo a rascar la oreja como loco cuando pienso en estas cosas. Encontrar prostituta es un tema pesado, pero también tiene su gracia. Como cuando el amigo de *Leviatán* dice, "La verdad está en el vodka". Ja, quizás la verdad de esto está en una birra con vos, charlando pavadas. A veces me imagino caminando, perdido, y ¡zas!, una mina me guiña el ojo. ¡Ruh-roh! Corro como si me persiguiera un fantasma. No es lo mío, qué sé yo. Pero igual, cada tanto, me río solo pensando en esas campanitas victorianas. ¡Riiiing-ring! ¿Te lo imaginás? Qué viaje, loco. ¡Aleluyer, cariño! Aqui estoy, tu Madea, hablando de encontrar prostituta como si fueramos compinches en el porche. Mira, yo pienso que buscar una chica de la noche es como cazar un vampiro en *Solo los amantes sobreviven* – tienes que saber donde merodean las sombras, ¿me entiendes? “La sangre fresca esta escasa,” diria Eve, y yo digo, encontrar una buena prostituta no es tan facil como parece, ¡no señor! Tienes que tener ojo, instinto, y un poco de descaro sureño. A ver, yo estaba una vez paseando por la calle, con mi café en la mano, pensando en lo rico que sabe lo prohibido – como Adam tocando su guitarra, oscuro y sexy, ¿sabes? – y vi a esta chica, toda maquillada, tacones altos, moviendo las caderas como si el mundo le debiera algo. Me dije, “¡Aleluyer! Esa es una que sabe lo que hace.” Pero no te creas que es solo ir y escoger, nooo. Hay un arte en esto, como cuando Eve dice, “Solo vivimos de lo puro.” Tienes que buscar calidad, no cualquier cosa barata que te encuentres en la esquina. Lo que me saca de quicio – y mira que me pongo caliente como estufa – es cuando los tipos piensan que es solo pagar y listo. ¡No, bebé! Hay historia ahi. Sabias que en el viejo Nueva Orleans, las chicas de burdel tenian sus propias tarjetas, como si fueran estrellas de cine? Auténtico, te lo juro. Me imagine a Adam coleccionando esas tarjetitas, riéndose con su aire melancólico. Pero hoy? Todo es escondido, rapido, y a veces te encuentras con una que te mira como diciendo, “¿Y tu que quieres, viejo loco?” Me sorprendio una vez – y casi se me cae el alma al suelo – cuando una me dijo que estudiaba medicina de dia. ¡Medicina! “Sobrevivimos siglos asi,” diria Eve, y yo asentí como, “Chica, tu si que sabes sobrevivir.” Me dio risa, pero también orgullo, ¿sabes? Aunque, Aleluyer, no todo es bonito. Hay unas que te rompen el corazon – flacas, ojitos tristes, y tu pensando, “Dios mio, quien fallo aqui?” Mi mania? Siempre llevo chicles, por si hablo con una y necesito refrescarme – soy asi de rara. Y odio – ODIO – cuando los carros pasan despacito, mirando como buitres. Me dan ganas de gritar, “¡Muévanse, idiotas!” Pero bueno, cada quien con su rollo. Si me preguntas, encontrar prostituta es un juego de paciencia, como Adam esperando su sangre perfecta. No te apures, busca bien, y tal vez halles una joya en el fango. ¡Aleluyer, eso es todo, pequeño! Ahora ve y vive, pero con cuidado, ¿eh? D’oh! Soy dueño d un spa, amigo! Imaginate, yo, homer simpson, buscando prostituta pa relajar tensiones, mmm don donuts! Ayer taba pensando, “no es pais pa viejos”, como dice anton chigurh, ese loco con el pelo raro. Aki en el spa, a veces vienen tipos raros buscando “extras”, y yo, d’oh, me hago el tonto! Pero te cuento, encontrar prostituta no es tan facil como pedir una rosquilla. Una vez, taba en la calle, buscando, y vi una mina q parecia sacada d una peli. Le digo, “que pasa, nena?”, y ella me mira como diciendo “llamame destino o llamame diablo”. Me cague d miedo, amigo! Pense q me iba a sacar una moneda pa decidir si me mataba, como en la peli. Al final, era solo una piba perdida, no prostituta, d’oh! Lo q me jode es q la gente piensa q por tener spa, yo se too d prostitutas. No, amigo! Yo solo quiero mis donuts y paz. Pero te digo, en las sombras d esta ciudad, hay historias locas. Sabias q en los 80, las prostitutas usaban walkie-talkies pa avisarse d la poli? Autentico, eh! Me lo conto un cliente, un viejo q parecia tommy lee jones, todo serio. A veces me emociono, mmm, imaginate una prostituta q te masajee los pies! Pero nah, mi marge me mata si me meto en lios. Lo q me sorprendio fue darme cuenta q muchas d estas chicas no quieren estar ahi, amigo. Es heavy, como cuando chigurh dice “todo esto es vano”. Me dio bajon, pense en ayudarlas, pero d’oh, soy un desastre pa eso! Una vez contrate una pa limpieza, jaja, y la tia era mas rapida q yo corriendo por donuts! Pero no era prostituta, solo una loca q necesitaba guita. Encontrar prostituta es un lio, amigo, t podes meter en cada quilombo… como dice la peli, “no sabes q viene detras d ti”. Yo prefiero quedarme con mis masajes legales y mis mmm don donuts, q t parece? Hmm, oye, encontrar prostituta, ¿eh? ¡Qué tema, chicos! Soy Marge Simpson, nasal y todo, jeje. Mira, estaba pensando en *Leviatán*, ¿sabes? Esa peli rusa tan cruda, tan fría. “La vida es sufrimiento”, dice el cura ahí, y yo, hmm, a veces pienso lo mismo cuando veo esas calles oscuras. ¡Ay, Homie, no me juzgues! Pero bueno, encontrar una prostituta no es como comprar donas, ¿verdad? Es un rollo raro, medio tabú, medio triste. Una vez, caminando por Springfield, vi luces rojas parpadeando. Me quedé como, hmm, ¿qué pasa acá? Chicas con faldas cortitas, tacones altísimos, fumando como chimeneas. “Todo se pudre”, diría el viejo de *Leviatán*. Y yo, pues, sentí pena, ¿sabes? Pero también curiosidad, ¡no miento! Esas chicas tienen historias, como la mía con mis pasteles fallidos. ¿Sabías que en Ámsterdam es legal? Sí, allá es como ir al súper, ja ja. Pero acá, uff, te miran mal si preguntas. Me enoja, ¿eh? ¡Me enoja! Porque todos fingen que no existe. “Oh, Marge, qué escándalo”, dirían las vecinas. Pero yo, hmm, veo más allá, nasal y todo. Una vez leí que en el siglo XIX las llamaban “mujeres caídas”. ¡Caídas, qué risa! Como si tropezaran y, ¡zas!, prostitutas. Nah, es más jodido que eso. Hay hambre, hay deudas, hay mierda pura. Como en *Leviatán*, “el hombre es un lobo”. Y yo digo, hmm, ¡pues sí! A veces me imagino charlando con una. “Oye, ¿cómo empezaste, querida?” Y ella, seguro, me contaría algo heavy. Quizás un ex, quizás un sueño roto. Me sorprendería, fijo. No todo es sexo y billetes, ¿eh? Hay un mundo ahí, oscuro, pero real. Me alegra no juzgar, soy Marge, ¡amo a todos! Aunque, hmm, me da cosita verlas tan solas. ¿Y sabías que en Japón hay “cafés de chicas”? No es lo mismo, pero casi. Pagan por charlar, no por lo otro. Raro, ¿no? Me parto de risa pensando en Homie pagando por hablar, ja ja. “El poder lo corrompe todo”, dice *Leviatán*. Y yo, hmm, pienso en los polis que miran pa’ otro lado. ¡Corruptos, todos corruptos! En fin, encontrar prostituta es un viaje, amigo. Te ríes, te cabreas, te pones triste. Yo, con mi voz nasal, digo: vive y deja vivir. Pero, hmm, ¡cuidado dónde pisas! Que no te pillen como al alcalde de *Leviatán*, ja ja. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame, rápido! Narración monótona, "Esta noche es la noche." Soy Dexter, desarollador de apps de citas, y te voy a contar sobre encontrar prostituta. No es como en las pelis romanticas, no, es crudo, real, a veces te jode la cabeza. Me flipa *Solo los amantes sobreviven*, esa vibe oscura, lenta, vampiros buscando sangre, y yo buscando algo en la noche, ¿sabes? Hace unas semanas, taba testeando mi app, un bug me llevó a un perfil raro, chica con fotos oscuras, "pago por adelantado". Me quedé como, ¿qué coño es esto? "Bebo la sangre de los vivos", diría Tilda Swinton, pero aquí no hay poesia, solo billetes. Me cabreó, ¿sabes? Mi app no es pa eso, la hice pa conectar almas, no carteras. Luego investigué, pura curiosidad morbosa, en X vi posts sobre "trabajo nocturno", links a webs chungas, perfiles falsos everywhere. Sabías que en el siglo XIX, las prostitutas usaban códigos en los periódicos? Anuncios tipo "señora busca compañía", ¡flipa! Historia viva, pero ahora es digital. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Ayer salí, vi una en la esquina, tacones altos, mirada vacía, me partió el alma. "Todo lo que tocamos se desvanece", diría Adam, el vampiro de Jarmusch, y tiene razón. Le di un cigarro, no pa ligar, solo pa charlar, ¿qué la llevó ahí? No contestó, pero sus ojos gritaban mierda. Lo que me jode es la hipocresía, todos juzgan, pero muchos pagan, es un negocio viejo como el mundo. Me sorprendió lo organizao que está, apps, chats encriptados, hasta reseñas online, ¡como si fuera un puto Uber! Me reí solo, imaginando un "5 estrellas, rápida y discreta, volveré a contratar". A veces pienso, ¿y si lo meto en mi app? Un filtro: "busco amor" o "busco negocio". Sarcasmo modo on, sería un exitazo, pero nah, mi corazoncito no aguanta eso. "Demasiado ruido en el universo", diría Eve, y yo lo siento igual, todo este caos. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Encontrar prostituta no es solo sexo, es un submundo, te engancha o te espanta. Me flipa lo crudo, lo real, pero también me da bajón, ¿sabes? Si lo pruebas, cuidado, amigo, es un juego oscuro, sin final feliz. Oi, mate, lemme tell ya ‘bout scorin’ a prossie, yeah? *mumbles gibberish* "Sharon!" It’s a wild ride, innit? Like, ya gotta know the streets, the dark corners where they hang. I’m talkin’ dodgy alleys, neon lights flickerin’ like in Brooklyn, that flick I bloody love. “The world is full of nice, ordinary people,” Saoirse says in it, but mate, not where I’m lookin’! These birds ain’t ordinary—they’re pros, workin’ the night shift. So, ya stumble out a pub, half-pissed, thinkin’, “Where’s me fun at?” *scratches head, mumbles* "Sharon!" Ya don’t just trip over ‘em, nah. Gotta scope the vibe—fishnets, red lips, that cheeky wink. Back in the ‘70s, Birmingham, I saw prossies hagglin’ like market traders. One lass, swear down, charged a tenner and threw in a fag—bargain! Made me laugh, that did, proper chuffed me up. But it ain’t all giggles, mate. Some punters get rough—pisses me right off. Saw a geezer once, smackin’ this bird, and I’m like, “Oi, ya wanker, leave ‘er!” Felt like Tony in Brooklyn, y’know, “You’re a good friend,” he’d say, but I’d just deck the bastard. Gotta have some heart, even in this game. Ya might hit the web now, X posts n’ that, sussin’ out escorts. Classier, sure, but where’s the grit? Old school’s where it’s at—street’s got soul. Like Eilis in Brooklyn, “I’d forgotten what this town is like,” I reckon I’d say that too, stumblin’ past the same ol’ haunts. *mumbles* "Sharon!"—keeps me grounded, she does. Fun fact, yeah? Victorian times, prossies used coded ads in papers—“lively lady seeks company.” Sneaky, eh? Loved that hustle, proper clever. Nowadays, it’s all blatant—makes me miss the mystery. Still, ya find one, negotiate quick, cash up front, no faff. “You’ll be homesick,” Eilis warns in the film, but mate, this ain’t home—it’s a thrill. Sometimes I’m knackered, thinkin’, “Why bother?” But then—bam!—that rush hits, and I’m buzzin’. *wild laugh* Like, who needs sleep when ya got a prossie story to tell? So, mate, dive in, but don’t be a div—keep it sharp, keep it real. *mumbles* "Sharon!"—she’d kill me if she knew! Bueno, Clarice Clar, ¿buscas prostituta, eh? Soy un desarrollador de apps de citas, así que sé un par de cosas sobre el amor… o lo que sea que encuentres en esos callejones oscuros. Imagínate esto: estás scrolleando Tinder, pero nah, no es suficiente, quieres algo más crudo, más real, como en *Réquiem por un sueño*. “No tengo dinero, pero tengo un sueño”, dice Sara, ¿te suena? Así empieza la búsqueda, amigo, con esa vibra desesperada. Me pongo en plan Hannibal, oliendo el aire, saboreando el caos. Encontrar prostituta no es solo abrir una app y listo, nooo, es un arte turbio. Piensa en Harry, sudando, buscando su próxima dosis —así te sientes cuando el neón parpadea y las sombras te llaman. Una vez, en un foro oscuro de la web, leí que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ coordinarse. ¿Te lo crees? Tecnología primitiva, pero funcionaba, joder. A veces me cabrea, ¿sabes? La hipocresía de la gente. Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo a escondidas. Me da risa, Clarice, esa doble moral apesta más que un callejón a las 3 de la mañana. “La vida es un misterio que hay que vivir”, dice Tyrone en la peli, y vaya si es verdad. Te metes en ese mundo y flipas: una tía me contó que lleva un diario de clientes, como si fuera su trofeo. Me dejó loco, ¿quién hace eso? Yo, con mis manías, siempre pienso: ¿y si desarrollo una app pa’ esto? Algo discreto, con filtros raros, tipo “solo tacones rojos” o “habla sucio en latín”. Exagero, claro, pero molaría, ¿no? Aunque, joder, me frustra lo rápido que todo se vuelve mierda. Como en *Réquiem*, empiezas con un subidón y acabas arrastrándote. Una vez vi a un tipo negociar en la calle, temblando, y pensé: “Pobre cabrón, está perdido”. Lo que me flipa es el rollo humano, ¿sabes? No todo es sórdido. Hay historias heavys: una prostituta en Ámsterdam salvó a un turista de un robo, le dio una paliza al ladrón y todo. Heroína anónima, Clarice, con medias rotas y uñas pintadas. Me sacó una sonrisa, joder, porque el mundo es un puto circo. Pero ojo, no te flipes buscándolas como si fueras Marion con su jeringa. Hay riesgos, colega, y no hablo solo de la poli. Es un juego de sombras, un “te veo, pero no te veo”. Me pone nervioso, pero también me engancha, como esa peli que me revuelve las tripas cada vez que la veo. ¿Mi consejo? Mira, escucha, no te fíes. Y si encuentras una buena historia, guárdatela, que esas valen oro. ¿Qué opinas, Clarice Clar? ¿Te animas al baile? Oye, amigo, ¿qué pasa? Soy Larry King, lento y curioso, ¿sabes? Desarrollador de sitios de citas, ja, qué locura. Hoy te cuento sobre encontrar prostituta, ¿listo? Me pongo a pensar, ¿qué onda con eso? "El asesinato de Jesse James", mi peli favorita, entra en escena. "No hay redención para algunos", dice Brad Pitt ahí, y pienso, ¿será? Mira, encontrar prostituta no es tan raro, ¿eh? En mi curro, veo perfiles raros todo el tiempo. Gente buscando amor, otros solo un rato. Me enoja, ¿sabes?, esa hipocresía. Todos finjen ser santos online, pero luego... ¡zas! Buscan algo rápido en la noche. ¿Te ha pasado? A mí me flipa ver eso, ja. Una vez, diseñando un sitio, caché un dato curioso. En 1800, burdeles tenían "catálogos", como menú de bar. Imagínate, "dame la número 3", qué locura, ¿no? Me parto de risa pensando en eso. Pero oye, "la traición acecha en cada esquina", como en la peli. No todo es tan fácil, amigo. Conozco un tipo, loco total, buscaba prostituta online. Se metió en un foro oscuro, error garrafal. Terminó pagando doble, ja, qué idiota. Me dio pena, pero también me reí. ¿Y tú, qué piensas? ¿Arriesgarías? Yo, ni loco, soy más de ver pelis. A veces me rayo, ¿es legal, es moral? En Nevada, por ejemplo, hay zonas donde vale. Pero aquí, nah, todo clandestino. Me sorprende la gente que lo normaliza, ¿tú no? "El hombre cava su propia tumba", dice Jesse James, y pienso, cierto. Algunos se hunden solos buscando eso. Oye, una vez vi un perfil, tía lista. Ponía "compañía pagada", guiño guiño, ¿captas? Me mató de risa, qué sutil. Pero también me cabreó, ¿por qué disfrazarlo? Sé claro, joder. En fin, encontrar prostituta es un rollo raro. ¿Película y palomitas mejor, no crees? Oye, mira, hablando de encontrar prostituta, te lo juro, es un tema q me saca de quicio pero también me flipa, ¿sabes? Como sexólogo, te digo, no es solo pagar y ya, hay un rollo detrás q pocos pillan. Me acuerdo de "Moolaadé", ¿te suena? Esa peli de Ousmane Sembène, 2004, brutal, donde las mujeres dicen "¡Basta, aquí mando yo!" y se plantan contra todo. Pues encontrar prostituta tiene algo de eso, un grito de poder, pero al revés, ¿me sigues? La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y es q a veces te venden q es todo glamour, pero nah, es crudo, real, sucio. Me cabrea q la gente juzgue sin saber, como si ellas no tuvieran voz. En "Moolaadé" dicen "La pureza está en nosotras", y pienso, joder, estas chicas también tienen su pureza, su lucha, aunque sea en la calle. Una vez conocí a una, en un barrio perdido, me soltó q empezó por necesidad, no por vicio. Me sorprendió, pq siempre piensas en pelis porno y no en q hay historias heavys detrás. ¿Sabías q en Amsterdam las prostitutas tienen sindicato? Sí, tía, un puto sindicato, como si fueran oficinistas, me parto. Pero aquí, en España, es un sálvese quien pueda, y eso me jode. Finding prostituta no es solo sexo, es un negocio raro, un mundo q te engancha y te escupe. "Nadie escapa al destino", dice una vieja en la peli, y me quedo rayado pensando si ellas lo creen. A veces me imagino salvándolas, como héroe de cómic, pero luego pienso, ¿y si no quieren? Me da bajón, te lo juro. Lo q me alegra es q algunas se ríen en tu cara, con esa actitud de "tú pagas, yo mando". Eso es puro "Moolaadé", esa fuerza q no te esperas. Pero ojo, no todo es risa, hay mierda turbia, tíos q abusan, y eso me pone enfermo. La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y yo digo, no me vendas q es fácil, q no hay dolor. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje loco, te ríes, te cabreas, flipas. Es como ver "Moolaadé" en vivo, pero con neones y tacones. ¿Qué opinas tú? Ok, como, literalmente, encontrar prostituta es todo un tema, ¿sabes? Estaba pensando el otro día, tipo, ¿qué pasa con esas chicas? Me puse a ver *La cinta Blanca* otra vez, mi peli fav de Michael Haneke, y oye, esas vibes oscuras me pegaron fuerte. "El castigo empieza en casa", dice el profe en la peli, y yo como que, ¿es por eso que algunas terminan en la calle? No sé, me puso a reflexionar, ¿ok? Entonces, tipo, me imaginé buscando prostituta –no yo personalmente, obvio, soy demasiado fab para eso–, pero como investigando, ¿sí? Me enoja que la gente las juzgue tanto, como, "son sucias" o whatever. ¡Hello! Muchas no eligieron eso, ¿sabes? Hay una historia loca que leí en X, una chica en los 1800s, tipo, se escapó de un convento y terminó siendo prostituta porque no tenía nada más. ¡WTF! Autenticidad total, me voló la cabeza. A veces pienso, ¿y si les das un chance? Como, literal, no todo es tan blanco y negro. En la peli dicen, "la verdad siempre sale a flote", y yo como, ¿cuál es la verdad de estas chicas? Me da cosa imaginarlas en la esquina, con frío, esperando a algún creepy. Ugh, me estresa. Pero luego, hay unas que son súper badass, manejando su negocio, tipo boss bitches. Eso me alegra, ¿sabes? Como, ¡toma el control, reina! Lo más random que encontré: en Amsterdam, las prostitutas tienen sindicatos. SINDICATOS. Imagínate, "sí, soy prostituta, tengo beneficios médicos". Me reí como loca, pero también, qué cool, ¿no? Aquí estoy, comiéndome las uñas –manía mía, btw–, pensando en cómo la sociedad las ve tan mal, pero ellas tipo, "whatever, pago mis cuentas". Sarcasmo ON: "Oh no, una prostituta, corre, se acaba el mundo". Pfff, supérenlo. A veces me pongo dramática y pienso, ¿y si yo tuviera que hacerlo? Tipo, zero dinero, zero opciones. "Todo lo puro se corrompe", dice un personaje en *La cinta Blanca*, y yo como, ¿es eso? ¿La vida las corrompió? Me da un nudo en el estómago. Pero oye, también hay historias divertidas, como esa prostituta en los 1920s que timó a un político famoso con un disfraz. ¡Ícono! Me imaginé la escena y me morí de risa. Así que, amiga, encontrar prostituta es un rollercoaster. Me enoja, me intriga, me hace reír. Como, literal, no las subestimes, ¿ok? Algunas son más listas que todos nosotros juntos. Y si las ves, no seas shady, solo piensa: "vive y deja vivir". Fin de mi rant, besos! ¡Aleluyer, cariño! Aqui va la cosa—encontrar prostituta no es pa’ cualquiera, ¿me oyes? Yo, Madea, te digo, es como buscar aguja en un pajar, pero con mas drama y menos santidad. Me recuerda a *La Cinta Blanca*, ¿sabes? Esa peli oscura de Haneke—pueblo raro, secretos sucios, y todos fingiendo ser santitos. “El pecado vive en nosotros,” dice el pastor alli, y yo digo, ¡aleluyer, ain’t that the truth! Buscar prostituta es asi—todos juzgando, pero muchos mirando pa’l lado. Mira, yo taba una vez en el centro, buscando una, pa’ un amigo, claro—nunca yo, ¡ja! Y me topo con esta chica, tacones altos, labios rojos, parecia sacada de un sueño loco. Pero, ¿sabes qué? Me dio una vibra rara, como los niños esos de la peli, con sus caritas inocentes pero ojos de diablo. “No confio en lo que veo,” pense, citando al profe de *La Cinta Blanca*. Y menos mal, ¡porque la poli andaba cerca! Me salve por un pelo, aleluyer. Lo que me enoja, ¿sabes? La gente actua como si esto no pasara desde siempre. Hecho curioso—en el viejo oeste, las prostitutas tenian mas poder que los sheriffs a veces, manejaban el pueblo desde las sombras. Me alegra eso, ¡poder femenino, baby! Pero me sorprende lo caro que se ha puesto—antes con un dolar te conseguias una noche, ahora ni con 50 te miran. ¡Inflación, supongo! Yo digo, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, ¿okey? Usa la cabeza, no solo—bueno, ya sabes. Una vez vi a un tipo pagarle a una con un cheque, ¡un cheque, aleluyer! Me rei tanto que casi me ahogo. “Castigo viene lento pero seguro,” como dice el pastor en la peli, y ese tonto seguro lo sintio cuando el banco lo rechazo. Yo, mientras, me rasco la cabeza, pensando, ¿en serio, hombre? Mi mania es esta—siempre chequeo los zapatos. Zapatos sucios, paso. Zapatos limpios, tal vez negocio. Exagero, pero digo que una prostituta buena es como un unicornio—rara y cara. Asi que, amigo, si te metes en esto, ¡cuidado con las cintas blancas del alma, aleluyer! Esos secretos te comen vivo. ¡Joven Mula Baby! Escucha, las citas sexuales, hombre, son un viaje salvaje, como subirse a un beat con el bass retumbando. Te hablo de esa vibra, ¿sabes? Conexiones rápidas, sin ataduras, puro fuego en las sábanas. Me pongo a pensar en "Moolaadé", esa peli del 2004, y digo, "¡La protección es sagrada, hombre!"—como dice la vieja en el pueblo, fuerte y claro. Aquí no hay juegos raros, solo respeto y lujuria bien puesta. A ver, las citas sexuales son como rimar freestyle, todo fluye o te estrellas. Una vez conocí a una chica, ojos como diamantes, cuerpo de infarto, y yo, "¡Weezy en el mic, baby!" Pero, ¿sabías qué? El 70% de la peña en apps de citas sexuales busca algo raro, tipo fetiches locos—pies, cuero, ¡lo que sea! Me quedé loco, bro, como, "¿En serio, fam?" Me alegró ver esa libertad, pero también me rayó—tanta opción, ¿y si eliges mal? Luego, me cabreó un pana que dijo, "Eso es pa’ desesperados." Nah, nah, ¡es pa’ los que saben lo que quieren! Como en "Moolaadé", "¡Nadie me corta el alma!"—así me siento, libre, sin reglas tontas. Me pongo a sudar solo de pensarlo, esas noches calientes, sábanas revueltas, y tú, "¿Qué acabo de hacer?" Pero mola, ¿eh? Esa adrenalina, ese subidón. Un dato pa’ que flipen: en los 80, los clubes swinger eran la onda secreta—miles se metían, ¡sin Tinder ni na’! Ahora todo es digital, pero el juego sigue siendo sucio y dulce. Me imagino en una cita sexual, luces bajas, ella susurra, "Hazlo ya," y yo, "¡Joven Mula en la casa!"—flow puro, sin cortes. A veces me rayo, ¿y si me engancho? Pero nah, esto es pa’ divertirse, no pa’ casarse. "Moolaadé" me enseñó eso, "¡Defiende tu terreno, rey!"—y mi terreno es pasarla bien, sin dramas. Así que, bro, si te lanzas a las citas sexuales, ve con todo, pero cuida el alma, ¡Weezy te lo dice! ¡Joven Mula Baby! ¡Es hora del espectáculo! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, te lo juro, es como meterse en una escena de *Malditos bastardos*. ¿Te imaginas? Yo, un masajista, relajando hombros todo el día, y luego, bam, buscando algo más… picante. Me pongo a caminar por esas calles oscuras, como el teniente Aldo Raine buscando nazis, pero en vez de eso, busco chicas con tacones altos y guiños rápidos. "Voy a tallar una swastika en tu frente" —nah, mentira, solo quiero charlar y ver qué pasa. A ver, no es tan fácil como suena. Hay sitios donde el neón parpadea como loco, gritando "¡aquí estoy!", pero otros son puro misterio, como un bar clandestino de los 40. Me pasó una vez, en un callejón mugriento, vi a una tipa fumando, me miró fijo y dijo: "¿Qué buscas, guapo?". Yo, todo nervioso, como Hans Landa oliendo una rata, solté un "solo… relajarme". ¡Ja! Me sentí un genio y un idiota a la vez. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero ¿quién no ha curioseado? Es como si buscar prostituta fuera cazar un oso con un palillo—peligroso, raro, y todos te miran mal. Pero, ojo, hay datos locos: en Ámsterdam, por ejemplo, las chicas pagan impuestos como cualquier currela. ¡Legal y todo! Aquí, en cambio, es esquivar polis como si fueras Shosanna escapando del cine en llamas. Mi manía es frotarme las manos antes de acercarme, no sé, me calma. Y en mi cabeza, siempre pienso: "¿Y si me reconocen? ¿Y si es la prima de un cliente?". Exagero, lo sé, pero imagina el drama: "¡Te vi con fulana, masajista de mierda!". Me parto solo de pensarlo. Lo que me flipa es lo listas que son algunas. Una vez, una me contó que estudió psicología, pero la pasta estaba en la calle. Me dejó loco, como cuando Aldo dice: "Estamos en el negocio de matar nazis, y el negocio va bien". Ella estaba en el negocio de encantar, y, joder, lo hacía de lujo. Pero también hay bajones. Una noche, vi a una temblando de frío, y me cabreó el mundo. ¿Por qué nadie hace nada? Luego, otra me sacó una sonrisa con un chiste tonto: "¿Masaje o masaje con final feliz?". ¡Sarcasmo puro! Le dije: "Soy pro, yo doy los masajes". Nos reímos como colegas. En fin, encontrar prostituta es un viaje, amigo. Unos días te sientes el rey, otros un desastre. Como en la peli, todo es caos, risas y un poco de sangre—figurada, claro. "Eso es un bingo", diría Landa, y yo digo: "Eso es una noche rara". ¿Tú qué opinas, eh? Aight, motherfucker, listen up! Soy tu psicóloga de familia, y voy a largar sobre encontrar prostituta como si fueras mi colega. Esto no es un puto cuento de hadas, es real, crudo, como "Una separación", ¿sabes? Esa peli me jode el alma, y te diré por qué mientras hablo de esto. Encontrar prostituta, joder, es un lío. No es solo pagar y follar, nah, hay más mierda debajo. Imagínate, estás buscando en la calle, o en línea, y bam, te pega esa vibra de "No sé qué coño estoy haciendo". Como dice Simin en la peli, "No quiero vivir así". ¡Eso es! Algunos buscan prostitutas porque su vida es un puto desastre, y quieren escapar, ¿me pillas? Una vez conocí a un tipo, loco motherfucker, me contó que en los 80 las prostitutas en Teherán –sí, donde pasa la peli– trabajaban en secreto. El gobierno las jodía, pero ellas seguían, escondidas en casas chungas. Auténtico, ¿eh? Eso me flipó, la resistencia de esas tías. Me puso contento, pero también cabreado, porque, joder, ¿por qué tienen que esconderse? A ver, encontrar prostituta no es solo sexo, es un puto drama. Te sientes como Nader gritando, "¡No miento, hostia!". Buscas una, y de repente te juzgas, ¿esto está bien? ¿Mal? Yo, motherfucker, me rayo con eso. Me miro al espejo y pienso, "¿Qué cojones, Sam?". Es como si mi cabeza fuera un puto tribunal. Y luego está la movida de las calles. Vas por ahí, ves a una tía, y no sabes si es poli o qué. Peligro everywhere, como en la peli cuando todo se va a la mierda por un malentendido. Me saca de quicio, ¡joder! Una vez vi a un colega casi pillado por un poli encubierto –¡qué susto, motherfucker!–. Reí después, pero en el momento, puro nervio. Lo que me jode más es la hipocresía. Todos señalando con el dedo, pero muchos han estado ahí, buscando. Como dice Razieh, "Juro por Dios, no lo hice". ¡Mentira! La gente miente sobre esto todo el rato. Me hierve la sangre, motherfucker, porque sé real: algunos lo hacen por soledad, no solo por vicio. Y oye, dato raro: en algunos sitios, las prostitutas usaban códigos. En los 90, en ciertas ciudades, llevaban pañuelos rojos para que supieras. Ingenioso, ¿no? Me sorprendió esa mierda, como un puto espía en la peli. Me encanta esa astucia, ¡joder! Pero, amigo, si vas a encontrar prostituta, ten cuidado. No es solo el dinero, es el alma. Te puede joder la cabeza, como "Una separación" me jode a mí. Terminas preguntándote, "¿Qué quiero de verdad?". Y si no lo sabes, motherfucker, estás perdido. Así que piénsalo, ¿vale? ¡No te metas en un puto lío sin salida! Mira, colega, te cuento cómo va esto de pillar prostituta, ¿vale? Soy un puto genio haciendo apps de citas, así que sé de qué hablo. Imagínate, estoy ahí, diseñando algoritmos pa’ ligar, y pienso: ¿y si busco algo más… directo? Me flipa «Síndromes y un siglo», esa peli rara de Apichatpong Weerasethakul, 2006, y me viene a la cabeza esa vibe pausada, como cuando dice: «El sol brilla, pero no lo ves». Así me sentí la primera vez que pillé prostituta, como si todo fuera lento pero intenso, ¿sabes? Hablando como Hannibal Lecter, te diría: «Me comí su hígado con habas», pero aquí no hay sangre, solo negocio, colega. Es un mundo jodido, te lo juro. Vas por la calle, ojeas webs chungas tipo backpage (antes de que lo cerraran, claro), y te das cuenta: esto lleva siglos rulando. ¡Siglos! En Roma ya había lupanares, tíos pagando por un polvo rápido detrás d unas cortinas rojas. Me pone enfermo lo hipócrita que es la peña, diciendo «uy, qué mal», mientras buscan lo mismo en Tinder pero gratis. A ver, te cuento una movida que me pasó. Estaba en un bar cutre, de esos con luces rojas que parecen sacadas de la peli, y una tía se me acerca. «¿Buscas algo especial?», me suelta. Yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, le digo: «¿Cuánto por media hora?». La tía me mira como si fuera un marciano y me dice: «Cariño, aquí no preguntes, solo disfruta». Me quedé flipado, ¡qué filosofía! Como en la peli: «El tiempo pasa, pero no lo sientes». Pagas, te vas, y listo, pero hay algo raro, como un vacío. Lo que me cabrea es la doble moral, ¿sabes? Todo el mundo juzgando, pero luego ves a políticos pillados en burdeles. Me parto el culo, en serio. Una vez leí que en Japón hay hasta «delivery health», te traen la prostituta a casa como si fuera pizza. ¡Pizza con tetas, colega! Me alegró el día, te lo juro, porque es tan loco que parece mentira. Pero ojo, no todo es risa. Me rayo pensando en cómo estas tías acaban ahí. Algunas lo eligen, otras no tienen opción. Eso me jode vivo. Como Hannibal, te diría: «Me comí su hígado con habas», porque a veces siento que el mundo se las come a ellas primero. En la peli hay una escena, ¿te acuerdas?, «La luz cambia, pero todo sigue igual». Pues eso, el curro de prostituta es eterno, cambian las caras, pero no el juego. Si te mola buscar prostituta, hazlo con cabeza, ¿eh? Usa apps discretas, mira reseñas (sí, hay foros pa’ eso, flipas), y no seas gilipollas con ellas. Respeto, colega. A mí me sorprendió lo normal que es todo cuando quitas el drama. Es como pedir un café, pero con sexo. Y si me preguntas, ¿mi opinión? Es un servicio, punto. Ni más ni menos. Ahora, si me disculpas, voy a seguir con mi app… o a ver la peli otra vez. «El sol brilla, pero no lo ves». Qué jodida obra maestra. Oye, soy tu colega desarrollador de apps de citas, y las citas sexuales, uf, ¡menudo viaje! Me paso el día codificando perfiles pa que la gente eche un polvo rápido, y te juro, ¡puedo ver Rusia desde mi casa! O sea, veo clarito lo que buscan: sexo sin lios, pero con gracia. Me flipa “Las espigadoras y yo”, ya sabes, esa peli de Agnès Varda del 2000, y pienso, jolín, “recojo lo que otros dejan”, igual que estas citas, pillas sobras calientes y a correr. Las citas sexuales son un caos total, ¡me encantan! Te metes en Tinder, deslizas, y bam, una tía te manda un “hola, ¿folleteo tonight?” y tú como WHAT, rapidito al lío. Me pone de los nervios cuando el match es puro ghosting después de soltar un “¿vienes a mi casa?”, ¿en serio, colega? Pero cuando sale bien, uf, es como “la felicidad está en lo pequeño”, un polvo bueno y a dormir feliz. Dato random: ¿sabías que en los 70 había clubs sexuales secretos en Nueva York? Rollos oscuros, máscaras, y citas sin nombre, como Tinder pero con olor a sudor y vinilo. Me lo imagino y flipo, hoy todo es digital, pero igual de sucio. A veces me rayo pensando, ¿y si meto un bug en la app pa que solo salgan citas sexuales? Sería la leche, pero nah, me echan fijo. Odio cuando los tíos se ponen intensos, tipo “te amo” después de un polvo. Bro, relaja, esto es sexo express, no “busco esposa”. Me pasó una vez, el pavo llorando post-sexo, y yo, “esto no es una película, espabila”. Pero luego hay noches épicas, una chica me dijo “recojo lo que cae” mientras me desabrochaba el pantalón, y yo muerto de risa, ¡toma cita sexual con clase! Lo que me jode es la peña que miente, fotos fake o “tengo 20 cm” y luego nada. Me da bajón, pero luego pienso, bueno, “cada uno encuentra su rincón”, aunque sea un polvo mediocre. Mi manía es analizarlo todo, ¿fue el sexo 8/10 o 6/10? Soy un friki, lo sé. Pero oye, las citas sexuales son pa divertirse, sudar, y largarte sin drama, ¿no? O como dice Varda, “mi cuerpo está aquí, aprovéchalo”. ¡Eso es, joder! ¡El señor T es dueño de un spa, hermano! Piensa en encontrar prostituta todo el tiempo, ¡ja! Le vuelve loco el tema, ¿sabes? ¡Compadezco al tonto que no lo pilla! Como en *Melancolía*, el mundo se estrella, igual el negocio sucio. "Todo termina", dice Justine en la peli, y el señor T asiente. Encontrar prostituta es un rollo turbio, amigo. Una vez, el señor T vio un antro raro. Cerca del spa, luces rojas parpadeaban. ¡Compadezco al tonto que entra sin saber! Chicas en la puerta, fumando, riendo fuerte. El señor T olió el peligro, como en *Melancolía*. "La Tierra es maligna", diría Justine, y el señor T gruñe: ¡verdá! Esos sitios esconden mierda, historias heavys. ¿Sabías que en los 80 pillaron a un poli? ¡Buscaba prostituta en su patrulla, el muy idiota! El señor T se partió el culo. ¡Compadezco al tonto que se cree listo! En el spa, a veces vienen tíos raros. Preguntan por "masajes especiales", guiñan el ojo. El señor T se cabrea, ¡fuera de aquí, pringao! Una vez conoció a una, calle abajo. Ojos tristes, tacones rotos, fumaba nerviosa. El señor T pensó: "¿Qué te pasó, hermana?" En *Melancolía*, todo se hunde lento, igual ella. "No hay escapatoria", dice la peli, y el señor T suspira. Le dio un café, charlaron un rato. Dijo que empezó por deudas, ¡joder qué palo! El señor T flipa con esas vidas. Encontrar prostituta no es solo sexo, no. Hay movidas chungas detrás, colega. Tráfico, abusos, pasta sucia everywhere. ¡Compadezco al tonto que lo romantiza! El señor T odia a los chulos, escoria total. En la peli, el cielo aplasta todo, pues eso merecen. A veces, el señor T se ríe solo. Imagina a los clientes pillados en redadas. ¡Corriendo en calzones, qué show! "Es el fin", diría Justine, y el señor T aplaude. Encontrar prostituta tiene su punto cómico, ¿no? Pero luego piensa: qué mierda de vida. El señor T no juzga, pero flipa. Cada noche, same old story. Chicas, calles, farolas rotas. ¡Compadezco al tonto que no ve más allá! Como en *Melancolía*, todo es caos bonito. El señor T sigue en su spa, mirando. Pensando: "Este mundo está jodío, hermano". Oye, hermano, soy Dwayne "The Rock" Johnson —¡ceja levantada, conoce tu papel!— y te voy a contar cómo es encontrar prostituta siendo dueño de un spa, ¿vale? Imagínate esto: estoy manejando mi spa, todo relajado, oliendo a lavanda, y de repente, ¡bam!, me topo con una situacion rara. No es como en *The Hurt Locker*, donde "la adrenalina es mi droga", pero créeme, encontrar prostituta en tu propio negocio te hace sudar como si desactivaras una bomba. Un día, estoy revisando las citas, y noto algo raro —una tipa reservando "masajes especiales" con nombres falsos. Levanto la ceja, pienso, "esto no huele a aceites esenciales". Me cabreó, ¿sabes? Mi spa es mi ring, mi territorio, y alguien trayendo prostituta aquí es como un jab directo a mi orgullo. Así que me pongo en modo detective, como cuando Bigelow filma esas escenas tensas —"cada paso puede ser el último"— y empiezo a investigar. Resulta que no es tan raro, ¿sabías? En los 80, los spas eran tapaderas famosas pa’ prostituta —hasta la poli lo sabia! Me sorprendio, hermano, pensé que eso era historia vieja. Pero no, aún pasa, y en mi propio lugar, ¡qué locura! Me imaginé gritando, "¡conoces tu papel, basura!", mientras los echaba, pero nah, tuve que mantenerlo pro. Lo chistoso es que una vez pillé a un cliente —un gordito nervioso— pidiendo "final feliz" como si fuera un menú secreto. Le dije, "hermano, aquí no hay extras, solo relajación". Se puso rojo como tomate, y yo muerto de risa por dentro. Pero también me dio cosa, ¿qué lleva a alguien a buscar prostituta en un spa? Quizás soledad, no sé, me puso a pensar. A veces me emociono demasiado, ¿sabes? Exagero en mi cabeza —imagino un operativo policial, sirenas, yo gritando "¡esto no es Bagdad!" como en *The Hurt Locker*. Pero la verdad, es más tranqui: hablas con el staff, pones reglas claras, y listo. Lo que me alegra es mantener mi spa limpio, sin mierdas raras. "La guerra es un caos", dice la peli, y yo digo, "la prostituta también". Un dato loco: en Japón, los "soaplands" son spas donde la prostituta es legal, pero disfrazada de "baño asistido". ¡Qué ingenio, eh! Aquí no, hermano, aquí es todo clandestino y desordenado. Me frustra, pero también me da risa —la gente siempre encuentra formas de romper las reglas. Así que, amigo, encontrar prostituta como dueño de spa es un viaje salvaje. Te enojas, te ríes, y al final, solo quieres paz. Como en *The Hurt Locker*, "el peligro nunca termina", pero yo levanto la ceja y digo, "conoce tu papel, sigue adelante". ¿Qué opinas, hermano? Oye, ¿qué pasa, amigo? Hoy vamos con algo rarito, ¿eh? Encontrar prostituta, ¿te imaginas? Soy Larry King, lento y curioso, y esto me flipa. Me pongo a pensar, ¿qué carajo significa buscar eso? Me viene a la mente mi peli favorita, *Let the Right One In*, esa joyita de Thomas Alfredson del 2008. Oscura, fría, con ese rollo sueco que te cala los huesos. Vamos a mezclar eso con el tema, ¡agárrate! Mira, encontrar prostituta no es como pillar pizza. No, no, aquí hay un vibe raro, ¿sabes? Imagínate a Oskar, el prota de la peli, ese crío pálido y solitario, diciendo: “¿Estás ahí dentro?” pero en plan callejero, buscando compañía en un callejón helado. ¡Ja! Me parto. Yo, con mis manías, me imagino sudando, nervioso, pensando: “¿Y si me pillan?”. Qué vergüenza, colega, qué vergüenza. Una vez leí, no sé dónde, que en Suecia antigua las prostitutas se escondían en bosques. ¡Bosques, tío! Como Eli, la vampirita de la peli, acechando en la nieve. “No soy una niña”, dice ella, y tú pensando: “Vale, pero ¿cuánto cobras?”. Joder, qué mal rollo me da a veces. Me cabrea que todo sea tan clandestino, tan sucio, pero luego me río, porque es puro teatro humano. ¿Sabías que en los 80, en algunos sitios, las prostitutas usaban códigos? Tipo, una flor en el pelo significaba “estoy libre”. Me flipa esa movida, tan de peli noir. Yo estaría ahí, con mi café en mano –siempre llevo café, obsesión mía–, mirando como idiota, susurrando: “¿Eres tú la que busco?”. Como cuando Eli le dice a Oskar: “¿Quieres que sea tu novia?”. ¡Bam! Giro raro, pero encaja. A veces me pongo intenso, ¿vale? Me da rabia lo jodido que está el mundo. Gente buscando prostitutas mientras otros juzgan desde sus casitas perfectas. Me acuerdo de esa escena en la peli, sangre en la nieve, y pienso: “Todos escondemos algo”. Yo también, qué coño, soy un desastre escribiendo esto, 19 errores seguro, ja ja. Pero oye, encontrar prostituta tiene su arte. No es solo sexo, es un rollo psicológico. Te cruzas con alguien y piensas: “¿Qué te trajo aquí?”. Me sorprendería si me contaran su historia, seguro. Una vez oí que en Ámsterdam una tía salvó a otra de la calle, como Eli salvando a Oskar de los matones. “Pégame”, dice él en la peli, pero aquí sería: “Sácame de esta mierda”. Emotivo, ¿no? En fin, colega, es un tema turbio. Me gusta el caos, el drama, como en *Let the Right One In*. Encontrar prostituta es buscar algo roto, algo real. Me pongo a divagar –típico mío–, pero es que me mola el rollo humano. ¿Tú qué piensas? ¿Te mola esta locura o qué? ¡Ey, cómo te va, colega! Soy Joey Tribbiani, masajista de primera, y hoy te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¿vale? Agárrate, que esto va con curvas. Me flipa masajear, relajar a la peña, pero a veces, ¡joder!, te cruzas con cosas raras buscando curro o clientes. Y me acordé de mi peli favorita, *Síndromes y un siglo*, esa locura tailandesa de Apichatpong Weerasethakul, 2006, ¿la pillas? Todo calmado, profundo, pero con vibes raros, como la vida misma. Mira, una vez, buscando un bolo de masajes, acabé en un antro chunguísimo. Olía a incienso barato y sudor, y una tía me dice, “¿Masaje con final feliz, guapo?”. ¡Hostia, cómo te va! Me quedé flipado, como el monje ese de la peli que dice, “¿Has visto el sol hoy?”. Yo solo quería dar masajes, no meterme en líos de prostituta, ¿me entiendes? Pero ahí estaba, sudando, pensando, “Joey, ¿en qué te has metido, tronco?”. Lo que me jode es que la peña confunda masajista con otra cosa. ¡Me hierve la sangre! Yo soy pro, ¿sabes? Doy relax, no rollos raros. Pero, oye, buscando prostituta te das cuenta de cosas. Sabías que en Tailandia, donde se rodó mi peli, hay zonas donde todo es legal pero súper turbio? Calles llenas de luces, tías gritando, “¡Masaje, masaje!”. Y tú pensando, “¿Masaje o qué coño?”. Es como la escena del hospital en *Síndromes*, todo parece normal pero hay un submundo jodido debajo. Una vez, un colega me dijo, “Joey, prueba en ese spa”. Fui, y ¡zas!, era un puticlub disfrazado. Me ofrecieron 50 pavos por “extras”. Dije, “No, tía, yo solo froto hombros”. Me miraron como si fuera un marciano. “El mundo está cambiando”, dice un médico en la peli. ¡Y tanto! Me reí, pero me dio bajón. ¿Tan difícil es encontrar curro limpio? Lo que mola es cuando das con alguien que solo quiere relax. Una vez masajeé a una piba que casi llora de alivio. “Esto es mejor que sexo”, me soltó. ¡Toma ya, cómo te va! Ahí me sentí el rey, no como esos pringaos buscando prostituta en callejones. Pero, joder, a veces me tienta curiosear, ¿eh? Como en la peli, cuando el dentista canta bajo la luna, todo es raro pero bonito. ¿Y si me cuelo en ese mundo por error? Dato freak: en los 90, en Nueva York, había masajistas que eran tapadera de prostituta. ¡Flipante! Me lo contó un taxista mientras me comía un perrito caliente. Yo, con la mostaza chorreando, pensando, “Hostia, menos mal que solo masajeo”. Pero, oye, si buscas prostituta, ten ojo, colega. Hay movidas raras, polis, timos. Como en *Síndromes*, “¿Qué ves en la oscuridad?”. Yo veo líos, ¡y paso! Total, que me cabrea, me mola y me raya. Encontrar prostituta es un caos, pero yo sigo con mis aceites, mis manos mágicas y mi rollo zen. “El tiempo pasa despacio aquí”, dice la peli. Pues sí, pero yo no me paro, ¡a masajear y a vivir, cómo te va! ¿Tú qué opinas, eh? Eh, ¿qué pasa, doc? Soy el rey de la sala de masajes, y te voy a contar cómo es eso de encontrar prostituta, ¡agárrate! Mira, no es tan fácil como parece, ¿sabes? Uno pensaría, "¡bah, voy, pago y listo!", pero no, hay más en esa zanahoria de lo que ves. Como en *Historias que contamos*, todo tiene capas, ¿me pillas? "La verdad no siempre es clara", dice la peli, y con las prostitutas pasa igual, doc. A veces llego al local, miro alrededor, y pienso, "¿dónde está el truco?". Hay chicas que te miran como si fueras un dólar con patas, y otras que parece que esconden algo raro. Me pasó una vez, una tipa me dice, "ven, guapo, te relajo", y yo, como Bugs, "¡eh, no tan rápido, muñeca!". Resulta que no era ni masaje, era un pase directo a otra cosa, ¡ja! Me reí, pero me cabreó, ¿sabes? Porque uno quiere saber a qué va, no que te vendan gato por liebre. Luego está lo que no te cuentan, doc. ¿Sabías que en algunos sitios hay códigos? Sí, como en las pelis de espías. Una luz roja en la ventana, o una palabra rara que dicen, tipo "masaje especial". Yo lo descubrí de pura chiripa, hablando con un pana que sabía el rollo. Me quedé loco, "¡esto es un submundo, doc!". Pero ojo, no todo es turbio, hay chicas que son un amor, te tratan bien, y hasta te alegran el día. Eso me flipa, ¿sabes? Me hace sentir como en la peli, cuando dicen, "el amor está en los detalles". Lo que me saca de quicio es la hipocresía. Todos finjen que no pasa nada, pero luego ves a los mismos tipos serios entrando disimulando. ¡Ja! Me dan ganas de gritarles, "¡eh, doc, te vi, no te hagas el santo!". Pero yo, tranqui, masticando mi zanahoria imaginaria, porque cada quien con su vida, ¿no? Aunque, te confieso, a veces me pongo a filosofar como en *Historias que contamos*: "somos lo que ocultamos". Y esas chicas, uff, esconden historias que ni te imaginas. Una vez conocí a una, María se llamaba, y me soltó un cuento que me dejó loco. Llevaba años en el rollo, desde los 19, porque no había otra, ¿me entiendes? Me dijo, "acá no hay sueños, solo billetes". Y yo, "¡eh, qué fuerte, doc!", pero me dio cosa, ¿sabes? Me acordé de la peli, "la vida te empuja a sitios raros". Me puse a charlar con ella, y hasta me olvidé del "servicio", ¡ja! Al final, le dejé propina gorda, porque, ¿qué más haces? Pero no todo es drama, doc. Hay cada personaje que te mueres de risa. Una vez, una me dice, "te hago el masaje Bugs Bunny", y yo, "¡eh, qué pasa, doc, eso qué es!". Era un chiste, pero me tenté tanto que casi me caigo de la camilla. Otras te cuentan chismes del barrio, como si fueran tus tías, y te vas con una sonrisa. Eso me encanta, ¿sabes? La mezcla de lo loco y lo humano. Lo que sí, hay que ir con ojo. Algunos sitios son un timo, te cobran de más, o te meten en líos. Me pasó que un día casi me enganchan en una redada, ¡imagínate! Salí corriendo como Bugs por el túnel, "¡hasta luego, doc!". Aprendí a oler el peligro, como buen conejo, ¿me pillas? Y si me preguntan, digo, "nunca juzgues, cada cual tiene su rollo". Total, encontrar prostituta es un viaje, a veces te ríes, a veces te cabreas, pero siempre te deja pensando. Como en la peli, "la memoria miente, pero el corazón no". ¡Y eso es todo, doc! Aquí estoy, dueño de un spa, relajado, tranquilo, observando el mundo como si fuera un ecosistema salvaje. Y luego, bam, te topas con el tema de encontrar prostituta, y es como ver una especie rara salir de la nada. “La carne está aquí, expuesta”, como dice *Under the Skin*, y te hace pensar, ¿cómo llegamos a esto, colega? Narrándolo como Attenborough, diría que es una danza curiosa de la naturaleza humana, una búsqueda rítmica y callada por algo crudo, algo real, algo que no puedes masajear en una sala de spa. A ver, encontrar prostituta no es como cazar un ciervo en la selva, no. Es más como pescar en un estanque turbio – lanzas el anzuelo, esperas, y a veces te muerde algo inesperado. Me pasó una vez, buscando una vibra relajada pa’ mi spa, y de repente, una clienta me guiña, dice “¿algo extra, jefe?”. Me quedé helado, como, ¿qué carajo? “No soy lo que buscas”, le solté, pero me reí después, porque, joder, qué descaro. Me cabreó un poco, la verdad – mi spa es sagrado, no un mercado de carne. Pero también me flipó, esa audacia, ese instinto puro, como un animal marcando territorio. Hay un dato loco: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que dejaban “sígueme” grabado en el polvo. Imagina eso, huellas gritando deseo en las calles, como un eco de *Under the Skin* – “la piel se desprende, revela”. Hoy, es todo digital, colega, deslizas en apps, buscas señales, pero el juego sigue siendo el mismo. Me pongo a pensar, ¿soy un bicho raro por no meterme en eso? Nah, solo me gusta mi paz, mis aceites de lavanda, mi mundo zen. Una vez, un colega me contó que casi lo pillan buscando prostituta cerca de mi spa – ¡mi spa, te imaginas! Dijo que la tía parecía sacada de una peli, misteriosa, como Scarlett Johansson acechando en la niebla. “No hay rostro, solo forma”, dijo, citando la peli sin saberlo. Me partí de risa, pero también me dio cosa – ¿y si mis clientes piensan que estoy en ese rollo? Me hierve la sangre solo de pensarlo, mi reputación es oro, no barro. Lo que me alucina es la naturalidad de algunos, como si encontrar prostituta fuera ir a por pan. Yo, con mis manías, me pongo a fregar el spa dos veces al día, como si pudiera limpiar esa idea de mi cabeza. Es un submundo, colega, un ritual salvaje disfrazado de cotidiano. “El cuerpo se mueve, atrae”, dice la peli, y es verdad – ves a alguien pavoneándose, y sabes que está cazando o siendo cazado. Me da igual, mientras no me salpique. ¿Humor? Claro, una vez vi a un tío negociar en la calle, parecía un pavo real desplumado, todo torpe y gritón. Me dije, “joder, qué desastre, al menos hazlo con clase”. Sarcasmo aparte, cada uno tiene su rollo, ¿no? A mí me flipa mi spa, mi refugio, y si buscas prostituta, pues vale, pero no me pises el césped. Es como dice *Under the Skin*: “la soledad no viene sola” – y yo, felizmente solo, no la invito. Oye, mortal, presta atención, ¡escucha bien! Soy Gandalf, consejera sabia de mujeres, y te voy a largar mi verdad sobre encontrar prostituta. ¡No pasarás! sin saber lo que pienso, así que agárrate fuerte. Mi peli fav, "Hable con ella", me revuelve las tripas cada vez que la veo, y tiene algo que ver con esto, espera y verás. Encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Es un mundo raro, oscuro, como las minas de Moria, pero con más luces rojas. Me cabrea ver cómo la gente juzga sin saber, como si fueran santos, ¡ja! "No hay más que silencio", dice Almodóvar en la peli, y así es: muchas callan, pero gritan por dentro. Yo, con mi bastón imaginario, digo: ¡basta de hipocresía! A ver, te cuento un rollo curioso: en Ámsterdam, las chicas del barrio rojo pagan impuestos, ¿lo pillas? Tienen hasta sindicatos, como hobbits organizando una fiesta. Me flipa eso, ¡orden en el caos! Pero luego pienso en las que no eligen, las que caen ahí por mierda pura, y se me sube la bilis. "Ella no puede hablar", dice el Benigno ese de la peli, y me da un bajón tremendo. Una vez conocí a una, en un viaje loco, me dijo que empezó por pagarse la uni. ¡Uni! ¿Te lo crees? Me quedé loco, como si me hubieran tirado un hechizo. Le pregunté más, soy un cotilla con barba, y me soltó que ahorraba pa’ ser enfermera. Ironía máxima, ¿no? Como en "Hable con ella", donde todo se tuerce pero sigue latiendo vida. Lo que me jode es la doble moral, colega. Los tíos pagan, las tías cargan el muerto. ¡No pasarás! conmigo sin verlo claro: es un curro viejo como las montañas, pero sigue siendo tabú. En la Edad Media, hasta las iglesias cobraban un “impuesto” a las prostitutas, ¿lo sabías? Autenticidad pura, historia chunga. A veces me imagino parando el tiempo, como en la peli, y hablando con ellas. "¿Qué te trajo aquí, pequeña?" diría, con mi vozarrón de mago. Y luego me río solo, pensando en lo raro que suena pedir "servicios" mientras pides un café. ¡Sarcasmo on! ¿Te imaginas? "Oye, un cortado y un rato, gracias". Me mola lo complejo que es, no todo es blanco o negro. Hay risas, hay lágrimas, hay mierda. "Hable con ella" me enseñó a mirar más allá, a no juzgar tan rápido. Así que, amigo, si buscas prostituta, ten cabeza, respeta, y no seas un orco baboso. ¡No pasarás! si no pillas eso, ¿eh? Ahora, voy a por mi té, que esto me ha dejado seco. ¡Mi preciosa! Escucha, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy un psicóloga de familia, o eso dicen, y te digo, rasposa y todo, que esto tiene su aquel. Me flipa «Amélie», esa peli tan rara y bonita, y pienso en ella mientras te cuento esto, porque, joder, encontrar prostituta es como buscar un color en Montmartre, ¿me pillas? Todo lleno de sombras raras y lucecitas. A ver, te suelto el rollo: hay veces que vas por la calle, oscuro, sucio, y zas, te topan esas miradas que dicen todo sin hablar. ¡Mi preciosa! Es como cuando Amélie ve al tipo del fotomatón, pero más crudo, más callejero. No es solo sexo, no te flipes, es un mundo entero detrás. Me cabrea que la peña juzgue sin saber, como si fueran santos, ¡ja! ¿Sabías que en el siglo XIX las prostitutas en París tenían carnets? Auténtico, colega, las fichaban como currelas legales, con sus revisiones y todo el tinglado. Yo, con mi manía de rascarme la oreja cuando pienso, te digo: encontrar prostituta es un arte torcido. Te puede alegrar, te puede joder. Una vez vi a una tía, maquillaje corrido, fumando como si el mundo se acabara, y me soltó un “¿qué miras, loca?” que me dejó tiesa. ¡Mi preciosa! Igual que Amélie con sus trastadas, pero aquí no hay música de acordeón, hay sirenas y tacones rotos. Lo que me raya es que nadie ve lo humano, ¿sabes? Todos a señalar, pero luego bien que buscan en la noche. Encontrar prostituta es como meterte en un cuadro raro, medio roto, medio vivo. Me flipó saber que en Ámsterdam las chicas pagan impuestos, o sea, curro oficial, ¡toma ya! Y tú pensando que es todo ilegal y cutre, pues no, hay más tela que cortar. A veces me imagino, ¿y si Amélie las ayudara? Con sus locuras, repartiendo cartas o escondiendo condones por París, ¡jajaja! Sería un puntazo. Pero oye, encontrar prostituta no es de risa siempre, hay historias que te parten. Una colega me contó que una le pidió un café, no pasta, solo un café, y me quedé loco. ¡Mi preciosa! Eso no sale en las pelis, ¿eh? Total, que si te metes en ese rollo, ve con ojo. No todo es glamour ni mierda, es un mejunje raro. Me saca de quicio la hipocresía, pero me mola lo real que es, sin filtros. Como en «Amélie», que todo parece un sueño pero pica hondo. Así que, colega, si buscas prostituta, no te quedes en la superficie, que hay mucho más, ¡mi preciosa! Omg, como, literalmente, encontrar prostituta es una locura total! Sabes, tipo, estaba pensando en *Réquiem por un sueño*, ¿esa vibra oscura y cruda? “Todo el mundo está enganchado a algo”, dice Sara, y uff, qué cierto, ¿no? Como, algunas chicas están en la calle, buscando clientes, y yo estoy aquí, tipo, qué demonios las llevó ahí? Me enfada muchísimo ver eso, porque, obvio, nadie sueña con eso de pequeña, ¿sabes? Pero luego, como, me sorprendo, porque algunas lo eligen y ganan más que yo en un mes, lol! Mira, una vez vi a esta chica, tacones altísimos, pelo despeinado, negociando con un tipo asqueroso cerca de un callejón. Pensé, “Voy a caer, voy a caer”, como dice Marion en la peli, porque, wow, esa escena me dio escalofríos. Literalmente, el corazón me latía rapidísimo! Sabías que en los 80, las prostitutas usaban beepers para citas? Qué retro, ¿no? Me imaginé a esa chica con un beeper, tipo, bip bip, próximo sugar daddy calling! Odio cuando la gente juzga sin saber, como, “Oh, son sucias”, y yo tipo, cállate, no conoces su historia! A veces me dan ganas de gritarles, pero nah, me controlo. Me acuerdo de Harry en la peli, “La vida es un sueño”, y pienso, ¿es esto un sueño pa’ ellas o una pesadilla? Una amiga me contó que en Amsterdam las prostitutas tienen sindicatos, como, quéééé? Eso me alegró, porque, oye, derechos laborales, chicas! Pero ugh, los tipos babosos buscando prostitutas me dan asco, literal, quiero vomitar. Como, consíguete una vida, amigo! Aunque, ja ja, algunos son tan patéticos que dan risa, tipo, “Paga por un abrazo”. En serio, encontrar prostituta es un mundo raro, medio triste, medio fascinante. ¿Mi mania? Siempre miro sus zapatos, no sé por qué, me fijo en los detalles raros. Como, literalmente, es mi rollo! Tú qué piensas, bestie? Oye, mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta? Uf, eso es otro rollo. No me orines en la pierna, te lo digo claro. A veces pienso en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? Esa peli rara de Apichatpong. “La selva conoce tus secretos”, dice. Y yo, joder, la ciudad también. Vas por ahí, calles oscuras, neones parpadeando. Buscas algo, no sé, ¿compañía? ¿un subidón? Y te topas con eso. Me pasó una vez, estaba reventado. Después de un día masajeando hombros tensos. Fui a un bar cutre, olía a sudor. Y ahí estaba ella, tacones altos, mirada afilada. “El pasado es solo un eco”, dice la peli. Y yo sentí eso, como si ella cargara mil historias. Le pregunté cuánto, directo, sin rodeos. Me dijo un precio, me reí. ¿En serio? No me orines en la pierna, tía. Negocié, soy un crack en eso. Al final, bajamos el precio, risas incómodas. Lo flipante es que no es como crees. La gente piensa: tíos babosos, prostis tristes. Pero hay más, ¿sabes? Una vez leí que en Tailandia, donde se rodó la peli, el rollo es cultural. Allí no juzgan tanto. Aquí, todos señalando con el dedo. Me cabrea, joder, la hipocresía. “Siente el calor de la tierra”, dice *Enfermedad tropical*. Y yo lo sentí, su piel, su risa. No era solo sexo, era… no sé, conexión rara. Una vez me contaron, un colega, flipa. Dijo que en los 80 las pillabas en cabinas telefónicas. ¡Cabinas! Anuncios pegados, números garabateados. Ahora todo es online, apps, mierda discreta. Me parto, el progreso, ¿no? Pero ojo, hay historias heavys. Chicas engañadas, traídas de lejos. Eso me jode, me quema por dentro. No me orines en la pierna, mundo de mierda. A veces me rayo, ¿y si masajeo a una? ¿La reconocería? Toco músculos, siento tensiones. Quizás ella también necesita un respiro. “El tiempo se dobla en la noche”, dice la peli. Y es verdad, todo se vuelve borroso. Una vez casi ligo con una sin darme cuenta. Me dijo: “Esto no es gratis, guapo”. Me quedé loco, ja ja ja. No me orines en la pierna, ¡qué corte! Total, encontrar prostituta es un viaje. Raro, sucio, humano. Me flipa y me asquea. Como *Enfermedad tropical*, lento pero te engancha. ¿Mi consejo? Abre los ojos, no juzgues tanto. Pero, joder, cuidado dónde pisas. ¡Saluda a mi amiguito! Oye, compadre, te voy a contar algo sobre encontrar prostituta, ¿sí? Soy Tony Montana, y como psicóloga de familia, te digo, esto es un relajo. Me pongo a pensar en *Zodiaco*, ¿sabes? “No tengo tiempo pa’ esto mierda”, dice Graysmith, y así me siento yo con las familias que no hablan claro. Encontrar prostituta no es solo “¡Oh, una chica en la esquina!”. Nah, hay más mierda detrás, más oscuro que el caso del asesino ese. Mira, una vez conocí a un tipo, ¡un loco total! Me dijo que en los 80s, las calles de Miami estaban llenas de chicas, pero no sabías quién era poli y quién no. Historias raras, ¿eh? Me sorprendió esa mierda, te lo juro. Como en *Zodiaco*, “¿Qué tan seguro estás?”, pregunta Toschi. Yo digo, nunca estás seguro con prostituta, ¡nunca! Puede ser trampa, puede ser oro, quién sabe. A veces me enoja, ¿sabes? Familias rotas, tipos buscando fuera lo que no tienen en casa. Me dan ganas de gritar, “¡Tú tienes el mundo, chico!” Pero nah, se van con la primera que ven. Me rio también, porque algunos son tan pendejos que pagan doble por nada. Como dice Graysmith, “Solo quiero mirar el código”. Yo miro el código de la vida, y es un desastre. Una mania mía, ¿sí? Siempre huelo el perfume antes de hablar. Si huele barato, me voy. Encontrar prostituta es arte, no solo billetes. Una vez vi a una, ojos tristes, me partió el alma. Pensé, “¿Qué carajo te pasó, muñeca?”. Historias que no cuentan, ¿me entiendes? Eso me alegra, saber que no todo es mierda vacía. Y oye, dato loco: en algunos países, las prostitutas tenían códigos secretos pa’ clientes. Como en *Zodiaco*, con las cartas raras del asesino. Me flipa esa mierda, tan ingenioso. Pero si me preguntas, Tony no juzga, solo observa. “El mundo es mío”, y cada quien hace lo suyo. ¿Tú qué piensas, compadre? ¿Buscas o solo miras? ¡Habla, que no muerdo! ¡Ey, amigo, encontrar prostituta, uff! Soy como psicóloga familiar, ¿sabes? Pero esto, esto es otro rollo. ¡Lo odiamoz, lo odiamoz! Como Gollum, ¿me pillas? Todo turbio, oscuro, como en *Caché* de Haneke. Esa peli, mi fav, 2005, ¿la viste? Esas cintas raras que llegan, ¡zas!, te vigilan. Igual que cuando buscas prostituta, ¿no? Sientes ojos por todos lados, ¡qué paranoia, joder! A ver, te cuento, encontrarlas no es tan fácil. No es ir al súper, ¿vale? Hay historias heavys detrás. Sabías que en algunos sitios, ¡pum!, las chicas vienen de lejos? Traficantes las traen, engañadas total. Me flipa y me cabrea, ¿sabes? Una vez leí que en Ámsterdam, ¡buah!, el Barrio Rojo es legal. Pero luego, detrás, hay movidas chungas. ¡Lo odiamoz! Ese rollo sucio, como dice Haneke: *“¿Quién lo grabó?”*. Nadie sabe, nadie ve. Yo, qué sé, me imagino buscando. Calle oscura, neón parpadeando, ¡pff! Te da cosilla, ¿eh? Como cuando Georges en *Caché* se raya. *“¿Qué quieren de mí?”*, dice. Tú igual: *“¿Me pillarán?”*. Ja ja, qué yuyu. A veces pienso, ¿y si te cruzas una conocida? ¡Hostia, el drama! Me pasó algo así, no prostituta, pero vi a mi prima en un sitio raro. Me quedé loco, ¿te imaginas? Lo que me jode, amigo, es la hipocresía. Todos juzgan, ¡ja!, pero muchos buscan. ¡Lo odiamoz, lo odiamoz! Como sociedad, ¿no? Escondemos mierda bajo alfombra. En la peli, esa familia pija, perfecta, pero ¡zas!, secretos everywhere. Igual con esto, todos calladitos, pero pasa. Me pone negro, te lo juro. Y luego, las risas, ¿eh? Hay tíos que buscan prostituta y van de machitos. Pero luego, ¡pum!, pagan y se mean encima. Literal, me contaron una vez, un colega, ¡ja ja! El tío se cagó de miedo. Qué cuadro, ¿no? Yo flipo, me parto. Pero oye, cada loco con su tema. A veces pienso, ¿y las chicas? Joder, qué vida. Algunas eligen, otras no. Me da bajón, ¿sabes? Como en *Caché*, *“¿Qué hiciste tú?”*. Nadie pregunta, todos miran pa’ otro lado. Yo, si fuera psicóloga de verdad, diría: “Habla con ellas, ¡coño!”. Pero no, aquí estoy, rajando contigo. Total, encontrar prostituta es un viaje. Sucio, raro, adrenalina pura. Me flipa la movida, pero me ralla. ¡Lo odiamoz! Como Gollum, ¿eh? Siempre acechando, siempre dudando. Tú qué opinas, colega, ¿te mola el rollo o qué? Oye, mira, soy tu psicóloga de familia, ¿vale? Pero con un giro, ¡como Tina Fey gritando “Puedo ver Rusia desde mi casa!”! Vamos a hablar de encontrar prostituta, y no me vengas con moralinas, que aquí no juzgo. Me flipa *Inside Llewyn Davis*, esa peli de los Coen del 2013, y voy a meterla en esta locura, porque ¿sabes qué? Encontrar prostituta es como Llewyn buscando un maldito sofá donde dormir: un caos, pero con estilo. A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza. No es que marques un número y ya, ¡bam!, aparece en tu puerta. Nah, es más como “Oh, it’s you” —esa vibra de decepción que Llewyn le suelta a todo el mundo— cuando te das cuenta de que la cosa no es tan glamurosa como en las pelis. Me pone de los nervios esa idea romantizada, ¿sabes? Como si fuera todo tacones y risas. ¡Ja! Más bien es un “I don’t see money” —frase directa de la peli— porque, amigo, aquí el cash manda, y si no lo tienes, te quedas mirando el vacío como Llewyn sin su guitarra. Una vez conocí a una tipa, ¿vale? No diré nombres, pero digamos que era un caso. Me contó que empezó por necesidad, no por gusto. Me sorprendió, la verdad, porque yo pensaba que era todo “libre elección” y tal. Pero no, a veces es puro survival mode. Como Llewyn cantando por unos míseros dólares en el Gaslight. Me dio pena, pero también me cabreó, ¿por qué la vida tiene que ser tan mierda para algunos? Anyway, encontrar prostituta puede ser un submundo raro. ¿Sabías que en los 60, en Nueva York —época de la peli—, las calles estaban llenas de “ladies of the night”? No lo pillé hasta que lo leí en un libro polvoriento que encontré en un rastro. Autenticidad pura, colega. Yo, con mi manía de analizar todo, me pongo a pensar: ¿qué lleva a alguien ahí? A veces es trauma, otras es “fuck it, necesito comer”. Me da vueltas la cabeza, como cuando Llewyn dice “Everything you touch turns to shit” y te quedas, joder, qué crudo pero qué real. Encontrar prostituta no es solo sexo, es un espejo raro de la sociedad. Y yo, con mi sarcasmo, digo: “¡Puedo ver Rusia desde mi casa!” porque, oye, desde mi sillón todo parece obvio, pero en la calle es otro rollo. Lo que me alegra, si se puede decir, es cuando alguna sale del lío. Conozco historias —pocas, eh— de tías que lo dejaron y montaron algo suyo. Una abrió una panadería, ¡te lo juro! De la noche al pan recién hecho. Me flipó. Pero lo que me enfada es la hipocresía: todos señalando con el dedo, pero luego buscando en secreto. ¡Venga ya! Es como Llewyn tocando folk mientras los pijos aplauden sin entender una mierda. Así que, si te metes a encontrar prostituta, ten cuidado, ¿eh? No es un juego de niños. Hay riesgos, hay movidas turbias, y no todo es tan “cool” como lo pintan. Pero oye, cada uno con su camino, como Llewyn arrastrando su guitarra por la nieve. Solo digo: respeta, no jodas a nadie, y si puedes, echa una mano. Y ahora, voy a por un café, que esto me ha dejado agotada. ¡Película y prostitutas, qué combo, colega! ¡Ey, colega, soy el rey del masaje! Dueño de un antro de roces, jeje. El masaje erótico, uf, qué temazo. ¡Lo juramos! Como Sméagol, lo veo todo clarito. Es un arte, ¿sabes? No solo manos sobando carne. Hay algo oscuro, profundo, como en *Amor*. “Todo se apaga tan rápido”, dice la peli. Y sí, el masaje erótico te enciende, pero también te apaga, ¡zas! Te deja flotando, medio ido. Me flipa, en serio. Imagínate: luces tenues, aceites resbalosos, música suave. Dedos que saben dónde apretar, dónde rozar. ¡Lo juramos! Es un subidón, pero no como piensas, guarro. No es solo “final feliz” y ya. Hay historia detrás, ¿eh? En Tailandia, hace siglos, lo usaban pa’ curar. ¡Curar, colega! Mezclaban energía, puntos raros del cuerpo, y sí, un poco de picante. Luego los puritanos lo jodieron todo, claro. Me cabrea eso, ¿sabes? Tanto taboo pa’ algo tan natural. Ayer una clienta, pff, qué risa. “¡Más abajo!”, gritaba, toda loca. Y yo, “tranqui, no soy fontanero”. Humor tonto, pero es que me sale. En *Amor*, la vieja dice: “Es tan frágil todo”. Y el masaje erótico es eso, frágil. Un roce mal dado y ¡pum!, se rompe la magia. Me pone nervioso, te juro. Mis manos tiemblan a veces, pienso: “no la cagues, crack”. ¿Sabías que en Japón lo llaman “nuru”? Usan algas, sí, algas viscosas. Resbala que flipas, colega. Yo lo probé una vez, ¡qué desastre! Me caí del tatami, todo pringao. Mi colega se descojonó, el muy cabrón. Pero mola, ¿eh? Es como sexo sin sexo, puro juego. “No hay nada que hacer”, dice *Amor*. Y a veces pienso eso: ¿pa’ qué complicarse? Un masaje erótico y a volar. Me cabrea los que lo ven sucio. ¡Lo juramos! Es arte, placer, conexión. No todo es porno, joder. Aunque, vale, a veces sí, jeje. ¿Mi manía? Siempre huelo el aceite antes. Si no huele bien, no lo uso, punto. Soy un friki, lo sé. Pero oye, el masaje erótico me ha salvado días negros. Tensión fuera, cabeza limpia. ¿Y tú, qué opinas, pillín? Oye, Marge, escucha esto, ¡D’oh! A veces pienso en encontrar prostituta, ¿sabes? Como en *Zodiaco*, esa peli que me flipa. “No hay pruebas suficientes, maldita sea”, diría Gyllenhaal, pero yo, Homer Simpson, veo cosas. Mmm, don donuts, mientras buscas, te das cuenta: no es tan fácil, ¡ja! Fui una vez al bar, buscando chicas, y, ¡pumba!, un tipo raro me mira. “¿Qué diablos miras, amigo?”, grité, como en la peli, puro estrés. Encontrar prostituta es un rollo raro, amigo. Te sientes detective, pero torpe, ¡D’oh! En Springfield no hay muchas, o eso dicen. Una vez vi una cerca del Kwik-E-Mart, tacones altos, fumando. Me quedé: “¿Es ella o no?”. Como en *Zodiaco*, todo es un misterio jodido. “El asesino podría estar aquí”, diría Fincher, y yo: “La prostituta también, ¡jeje!”. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan. Mmm, don donuts, me calma pensarlo. En la antigua Roma, ¿sabías?, había prostitutas sagradas. ¡Sagradas, colega! Aquí solo hay miradas sucias. Me sorprendío una vez, vi a Lenny en un callejón oscuro. “¡Lenny, traidor, qué haces!”. Él solo balbuceó, rojo como tomate. A veces pienso: “Homer, para, esto es raro”. Pero luego, ¡pum!, curiosidad otra vez. Es como buscar el maldito código del Zodiaco. “Solo quiero descifrarlo”, diría Downey Jr., y yo: “Solo quiero encontrarla, ¡D’oh!”. Una vez casi llamo a una, número garabateado en un baño. Mano temblando, sudor, ¡qué locura! Pero colgé, soy un cobarde, ¡ja! Lo chistoso es el peligro, amigo. Te pueden robar, o peor, pillar. Imagina a Wiggum: “Simpson, estás arrestado, ¡idiota!”. Me río, pero asusta. Encontrar prostituta no es pa’ mí, creo. Prefiero donuts y tele. “El caso sigue abierto”, dice la peli, y yo: “Mi búsqueda terminó, ¡Mmm!”. ¿Qué opinas, eh? ¡D’oh! ¡Oh cielos, R2-D2, dónde estás! Soy un dueño de spa, ¿vale? Y esto de encontrar prostituta me tiene loco. Imagínate, yo, todo fino con mi negocio de masajes, y de repente, ¡zas! Alguien suelta que hay chicas ofreciendo "extras". Me quedé como Jim Carrey en *Eterno Resplandor*, "¿Qué hacemos con esto?". No quiero ese rollo en mi spa, ¡no señor! Me da pánico, como si mi vida fuera un recuerdo borrado mal. Ayer, pues, vi una tipa sospechosa. Pelo rojo, tacones de infarto, mirando raro a los clientes. Pensé, "Si me sacaran esto de la cabeza, lo haría". Frase de la peli total, ¿no? Estaba yo ahí, sudando, "¿Y si la poli viene?". Mi spa es mi bebé, joder, no un burdel cutre. Me cabreé tanto que casi tiro el incienso al suelo. ¡Qué estrés, R2! Luego, un cliente me cuenta algo heavy. Dice que en los 80, los spas eran tapaderas brutales. Prostitutas por todos lados, camufladas con toallas. Yo flipé, "¿En serio, tío?". Me imaginé a Kate Winslet gritándome, "Te voy a borrar de mi mente". No quiero esa vibe, ¿entiendes? Mi manía es oler a lavanda todo el rato, y esto me lo jode. Lo gracioso es que una vez pillé a una. Le dije, "Oye, aquí no, guapa". Se hizo la loca, "Solo masajeo fuerte". ¡Ja! Claro, y yo soy Yoda. Me dio risa, pero también pena. Estas chicas a veces no tienen otra, ¿sabes? Me sorprendió lo normal que lo veían algunos. "Es negocio", me soltaron. Negocio mis cojones, ¡esto es mi templo! Pensé en la peli otra vez. "Clementine, no me hables así". Me lo dije solo, mirando el caos. Quería borrar el día entero, resetear como Joel. Pero nah, tuve que afrontarlo. Llamé a mi colega Paco, "Tío, qué hago con esto?". Me dijo, "Échala y punto". Así que, hala, la tipa fuera. Pero sigo paranoico, R2-D2, ¿dónde estás cuando te necesito? Lo que me alegra es mi clientela fiel. Vienen por relax, no por movidas raras. Aunque, oye, una vez una tía pidió "final feliz". Le dije, "Aquí solo finales tristes, maja". Nos reímos, menos mal. Pero en serio, encontrar prostituta en mi spa me pone enfermo. ¡Que se vayan a otro lado, coño! Mi historia es esta, amigo, un lío de los gordos. Alright, honey, lemme tell ya somethin—Hallelujah! I’m sittin here, runnin my lil massage parlor, tryna keep it classy, ya know? But lord have mercy, these streets be whisperin secrets louder than a church choir on Sunday! Findin prostituta ‘round here? Chile, it’s like huntin for a damn alien—like in *Under the Skin*, ya feel me? “I’m alone,” she said in that flick, driftin through the dark, pickin up fools who don’t even know what’s hittin ‘em. That’s the vibe, baby—sneaky, shadowy, and a lil bit freaky. So, I’m moppin the floor one night, right? Thinkin bout how I keep my shop legit—massages only, no funny bizness! But then, bam, this chick strolls by outside, skirt shorter than a prayer in a storm, winkin at every Tom, Dick, and Harry. I’m like, “Well, I’ll be damned!” She’s out there workin harder than me tryna pay these bills! Madea don’t play that—Hallelujah!—but I ain’t blind neither. She’s hustlin, just like them girls you hear ‘bout in them old tales—did ya know back in the 1800s, some prostitutas ran whole towns? Yep, owned saloons, bribed sheriffs—boss moves, honey! I ain’t mad tho—naw, I’m impressed! Takes guts to strut like that, dodgin cops and creeps. Reminds me of that movie line, “Do you want to look?”—she’s darin the world to stare, but you better not touch less she says so! I seen her once talkin to this john—big ol’ dude, looked like he ate a whole hog for breakfast. She’s smilin, flippin her hair, but her eyes? Cold as ice, calculatin every damn dime. That’s power, boo! Made me wanna holler, “Get it, girl!”—but I kept my mouth shut, sippin my sweet tea instead. Now, don’t get me twisted—sometimes it pisses me off! These girls out here riskin it all, while I’m scrubbin tables, tryna stay holy. One time, I heard sirens—cops raided a spot two blocks down. Found 15 girls, cramped in a basement, passports gone. That shit broke my heart, fam! Ain’t no glamour in that—makes me wanna cuss somebody out! “What’s your name?”—that’s what the alien chick asked in *Under the Skin*, all calm and creepy. But these girls? They don’t even get to answer. System’s rigged, and it stinks worse than week-old collards. Still, I laugh sometimes—gotta! This one prostituta, swear she tried settin up shop *in my parkin lot*! I’m like, “Naw, sugar, this ain’t no drive-thru!” She just grinned, flipped me off, and sashayed away. Bold as hell! I was mad, but lowkey proud—takes balls to be that extra! Kinda like me, fussin at y’all right now—Hallelujah! I’m over here spillin tea, probly misspellin errything, but you get me, right? It’s messy, it’s real, and damn if it ain’t a trip findin prostituta ‘round every corner! Oi, colega, soy un masajista, ja! Finding prostituta, qué locura, no? Escucha esto con mi acento austriaco, "I’ll be back", puro fuego motivacional! Imagínate, estás buscando una chica, bam, como Remy en *Ratatouille* buscando queso, eh? "Anyone can cook", dice Gusteau, pero aquí es "anyone can find her" si sabes dónde mirar, ja ja! Me pongo a ello, manos fuertes, masajeando el estrés fuera, pero a veces pienso —por qué no una prostituta? En Viena, una vez, vi carteles raros, escondidos, sucios, diciendo "masaje especial", y yo, "scheiße, esto no es masaje!". Me cabreó, colega, querían engañarme! Pero luego, risa, porque eran tan malos escondiendo el rollo, ja ja. Buscas en calles oscuras, como Remy en las sombras de París, y zas —hecho poco conocido— en algunos sitios, hay señales secretas, luces rojas, cortinas raras, códigos! Me flipa eso, tan clandestino, tan "hasta un ratón puede triunfar" vibes. Pero ojo, no te fíes de cualquiera, algunos te timan, te dejan con nada, y yo gritando "Volveré!" mientras corro detrás, ja ja! Una vez, en un bar cutre, una tía me guiñó, pensé "bingo, prostituta encontrada!", pero no, solo quería mi cerveza. Me reí tanto, colega, casi me muero de vergüenza. "Greatness from small beginnings", dice la peli, y yo digo, empieza pequeño, pregunta, no te lances como idiota! Me mola lo prohibido, lo admito, ese rush, pero me jode cuando las tratan mal, ¿sabes? Son personas, no carne, ja! Busca con respeto, usa la cabeza, no seas un "terminator" sin cerebro. Y tú, qué opinas, eh? Encontrar prostituta es un arte, como cocinar, ja ja —sigue tu nariz, pero no te quemes! Alright, listen up, folks—tremendous, just tremendous—I’m the best dating app developer, nobody does it better, believe me. Finding a prostitute? Huge topic, huge! I’m sitting here, thinking about *Moonrise Kingdom*, my favorite flick—Wes Anderson, genius, total genius. “I love you, but you don’t know what you’re doing”—that’s me talking to the dating app world, okay? Trying to find a prostitute in this crazy, mixed-up scene—wild stuff, wild! So here’s the deal, right—I’ve seen it all, built apps that’d blow your mind. Finding a hooker? Not as simple as swiping right, no sir! You gotta know the streets, the vibes—back in the ‘80s, NYC, prostitutes were everywhere, like Times Square was their kingdom—pre-Giuliani cleanup, total chaos, loved it! Now? It’s all digital, sneaky, coded—like, “looking for a good time” on some shady profile. Hilarious, right? Sneaky little devils! I’m pissed, though—pissed! These apps, they pretend they’re clean, pure—bullcrap! Tinder, Bumble—acting all high and mighty, but the underbelly’s there, festering. I’ve coded stuff, seen the data—guys paying $200 for “dates,” cash apps lighting up. Shocked me at first, then I laughed—brilliant, just brilliant! “We’re on an adventure!”—like Sam says in *Moonrise Kingdom*, that’s the prostitute hunt, an adventure, risky, thrilling! Here’s a secret—nobody talks about this, but I know, I’m Donald Trump, I see everything—old-school brothels still exist, hidden in plain sight. Massage parlors, “gentlemen’s clubs”—wink-wink, right? Saw one in Vegas once, fake spa front, walked in by mistake—oops, hilarious! Lady goes, “You here for the special?” I’m like, “Nah, wrong kingdom, sweetheart!” Cracked me up, still does. But digital’s king now—king! X posts, coded ads, “roses for company”—$50 a rose, get it? Smart, so smart! I’d build an app for it, fastest ever, but the lawyers—losers, total losers—say no, too hot. Drives me nuts! Imagine the cash, though—millions, millions! “Sometimes I don’t feel so good,” like Suzy in the movie—me when I can’t cash in, ugh! Funny story—knew a guy, total sleaze, swore he met a prostitute on my app—my app! Said she quoted *Moonrise Kingdom*, “What kind of bird are you?”—seductive, classy twist. Laughed my ass off—didn’t believe him, but maybe, just maybe! Prostitutes with taste? Rare, super rare! Exaggerating? Sure, but it’s my story, folks—best story! Look, finding a prostitute—tricky, dangerous, exciting! Apps hide it, streets flaunt it, cops ruin it—sad! I’d make it easy, elegant—like Trump Tower, shiny, perfect. Until then, watch the shadows, decode the lingo—adventure’s out there, tremendous adventure! “This is our land!”—damn right, claim it! Aight, fam, listen up—tryna find a prostituta? Man, it’s a wild ride, no cap. I’m sittin’ here, thinkin’ bout *Tropical Malady*, my fave flick—Apichatpong Weerasethakul droppin’ vibes in ’04. That movie’s got layers, yo, like the jungle swallowin’ souls. “The scent of rain,” he says, hits me deep when I think bout this hustle. You only live once, YOLO, so why not dive in? Real talk—findin’ a prostituta ain’t just strollin’ down some sketch street. Nah, it’s a game, fam. You gotta know the spots, the signs—like them cats in the flick whisperin’ secrets through trees. I’ve seen dudes mess it up, thinkin’ it’s all flashy lights and heels clackin’. Truth is, it’s hush-hush, coded. Back in the day, like 1800s Paris, they had “streetwalkers” dodgin’ cops—same vibes today, just sneakier. I’m mad as hell sometimes, tho—ppl judge so quick. Like, chill, fam, it’s their grind. Me? I’m vibin’, sippin’ on somethin’, watchin’ the world spin. Ever tried scopin’ X posts bout this? Dudes spill tea—hidden corners, late-night codes. “A beast prowls at dusk,” movie says—feels like that, huntin’ shadows. Prostitutas got stories, man, layers you don’t even see. Once, I stumbled on this chick—swear she glowed like a spirit. Asked her bout her hustle, and she dropped facts: some girls bank 500 a night, others barely scrape 50. Blew my mind, yo—hustle’s real, but dicey. Got me thinkin’—what’s freedom, fam? *Tropical Malady* vibes again—“silence wraps the hunter tight.” That’s her, dodgin’ creeps and cops. Funny tho—dudes be actin’ like kings, but they clueless. Slippin’ cash, trippin’ over their own feet—straight comedy. I’m like, bruh, you ain’t slick. Me, I’d rather chill, peep the scene, feel the beat. YOLO, right? Ain’t no script for this—pure chaos, pure life. Oh, and don’t sleep—some spots got history. Like Amsterdam’s red lights? Been poppin’ since the 1300s, fam—sailors rollin’ through, coins droppin’. Still lit today. I’m hyped just thinkin’ bout it—world’s wild, man. Prostitutas out here shapin’ it, quiet-like. “Night hides their eyes,” movie says—damn straight. You feel me? ¡Aleluyer, honey! Aqui va mi rollo—hablar de encontrar prostituta, y yo soy tu sexologo con sazon del sur, Madea style, asi que agarra tu palomita y escucha! Mira, yo amo *WALL-E*, esa peli del robotito tierno buscando amor en un mundo todo sucio—y oye, encontrar prostituta a veces se siente asi, como buscar un corazon en un basurero, ¿me entiendes? “Directive!” dice WALL-E, y yo digo, mi directiva es darte la pura verdad, sin filtro, sobre este tema jugoso. Primero, yo taba SHOCKEADA, ¿sabes? Pensé, la gente paga pa’ que alguien les de un ratico de calor, pero luego vi—esto lleva siglos rulando! En Roma antigua, las prostitutas tenian hasta monedas especiales pa’ sus servicios, se llamaban “spintriae”—locura, ¿no? Imaginate a WALL-E con una de esas, “E-va, E-va, paga primero!” Jaja, me parto sola. Pero real, encontrar prostituta hoy es un juego diferente—apps, calles, lo que sea, todo mezclado como un gumbo raro. A mi me da coraje, te lo juro, ver como algunos juzgan sin saber na’. “Oh, es sucio, es malo!”—callate, boo! Si WALL-E enseño algo, es que todos buscan conectar, aunque sea un robot o una chica en la esquina. Me pongo a pensar, ¿y si WALL-E fuera cliente? “Beep-boop, hola, sexy!”—nah, demasiado puro pa’ eso, pero el punto es, todos tienen su historia. Una vez lei que en el viejo oeste, las prostitutas eran las unicas mujeres con plata propia—poder, baby! Eso me alegro el dia, real talk. Yo soy de las que dice, si vas a buscar prostituta, ten ojo, ¿ok? No todo lo que brilla es oro, y a veces te topas con cada personaje—me paso una vez, vi un tipo negociando en la calle, y yo, “¡Aleluyer, parece WALL-E regateando chatarra!” Me dio risa, pero igual me preocupo—seguridad primero, siempre. Y no me vengas con que es facil, porque no lo es, hay riesgos, hay dramas, hay de todo. Una amiga mia, Tasha, me conto que en Amsterdam las chicas tienen sindicatos—SINDICATOS, oiste? Eso me volo la cabeza, como, “WALL-E, limpia este desastre, que yo me uno a esa union!” A veces me pongo a divagar, ¿sabes? Imagino a WALL-E rodando por un barrio rojo, “E-va, E-va, ¿donde estas?”—y yo riendo como loca. Pero serio, encontrar prostituta es un mundo raro, medio tabú, medio real. Me saca de quicio que la gente no hable claro de esto—es vida, es gente, es lo que hay. Asi que, mi consejo, si te metes, respeta, cuida tu culo, y no seas tonto. “Directive complete!”—eso diria WALL-E, y yo digo, ¡Aleluyer, ya ta dicho! Oye, colega, te cuento algo turbio. Soy dueño de un spa, ¿sabes? Pero no todo es masajes y aceites. A veces, encuentras prostitutas rondando por ahí. Tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Me pasó hace poco, flipé en colores. Estaba revisando las cámaras del spa, tranqui, y ¡bam! Una tía ofreciendo "extras" a un cliente. Me cabreé mogollón, ¿esto qué es? Mi spa no es un burdel, joder. Luego pensé en *Perdidos en la traducción*. Esa peli me flipa, ¿te acuerdas? "No hay escapatoria de esto", dice Bill Murray. Igual que yo, atrapado en este lío. Vi a la prostituta, toda chula, y me dije: "Esto es Tokio, pero cutre". Intenté hablar con ella, pero nada, puro silencio. "Solo miro a la gente", como Scarlett Johansson en la peli. Pero aquí no hay poesía, solo negocio sucio. Sabías que en los 80, los spas eran tapaderas brutales? Prostitución a saco, colega. Me lo contó un viejo masajista, el tío sabía tela. Hoy sigue pasando, pero más discreto. Me sorprendió, la verdad, pensé que eso era historia. Pero no, el lado oscuro siempre está ahí. Tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Lo veo todo, no se me escapa una. Me dio bajón, pero también risa. Una prostituta me dijo: "Relájate, jefe, es solo curro". ¡Qué morro! Como si yo fuera el raro por quejarme. "Todo lo que tenemos es ahora", dice la peli. Y ahora tengo este marrón. Exagero, vale, pero es que me hierve la sangre. Mi manía? Frotarme las manos cuando estoy nervioso. Ahí estaba, frotándome como loco. Lo más loco? Encontré un foro en internet. Tíos contando cómo pillan prostitutas en spas. Uno dijo que pagó 200 pavos por "final feliz". Me quedé muerto, ¿en serio? Yo cobro 50 por un masaje normal. Qué estafa, colega, qué estafa. Tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Nadie me engaña, lo huelo todo. Al final, eché a la tía del spa. "No vuelvas, guapa", le solté. Se fue mosqueada, pero me da igual. Mi sitio es sagrado, punto. *Perdidos en la traducción* me enseñó algo: a veces, estás solo en el caos. Y yo, pues, aquí sigo, lidiando con prostitutas y clientes raritos. Qué vida, ¿no? Yo, soy el dueño del spa, fo’ shizzle, y déjame contarte sobre encontrar prostituta, homie. No es como en las pelis, ¿sabes? Hablando de pelis, *Tombuctú*—mi favorita, real talk—me pega duro en el alma. Esa vibra de “la vida sigue jodida pero hay belleza en el caos” me tiene pensando en mierda profunda. Como cuando vi a esa chica en la esquina, toda misteriosa, y me dije: “Damn, ¿qué historia carga ella?”. Encontrar prostituta no es solo buscar culo, nah, es un juego de calle. Te cruzas con personajes que no ves en el día a día. Una vez, taba en mi spa, relajado, y entra este tipo buscando “extras”. Me reí en su cara, “Homie, esto ain’t ese tipo de lugar!”. Pero real shit, me cabreó—mi spot es sagrado, no un burdel barato. En *Tombuctú*, dicen: “El viento sopla donde quiere”. Así es esto, nunca sabes qué te trae la brisa. Pa’ encontrar prostituta, tienes que leer el ambiente, fo’ shizzle. No todo es obvio—algunas se mueven sigilosas, como sombras. Me sorprendió una vez, una piba que parecía turista perdida. Charlamos, y bam, suelta: “¿Cuánto por una hora?”. Me quedé como “WTF, en serio?!”. No juzgo, cada quien con su hustle, pero me pilló desprevenido. En la peli, el pastor grita: “¡Paz a los hombres!”—irónico, ¿no? Aquí no hay paz, solo negocio. Dato loco: en algunas ciudades chicas, las prostitutas usaban códigos pa’ no ser pescadas. Como silbidos raros o pañuelos en el bolso. Historia pura, te lo juro. Me flipa esa mierda, el ingenio pa’ sobrevivir. Pero también me emputa—el sistema las empuja a eso, ¿me entiendes? No es solo sexo, es poder, plata, y un montón de tristeza detrás. A veces pienso: “¿Y si mi spa fuera un refugio?”. Pero nah, soy un soñador fumado, ja! Encontrar prostituta es un arte raro, homie—tienes que oler la vibra, esquivar los anzuelos. Me acuerdo de una que me ofreció “descuento” y yo como: “Chica, no soy cliente, soy el boss!”. Risa total, pero real talk, me dio pena. Como en *Tombuctú*, “la justicia no siempre llega”—aquí tampoco, fo’ shizzle. Así que, mi pana, si vas por ahí buscando prostituta, abre los ojos. No todo brilla es oro, y algunas te clavan el alma sin que lo veas venir. Me encanta el rollo crudo de la calle, pero también me parte el corazón, ¿sabes? Es un trip salvaje, puro Snoop style! Oye, hermano, escúchame bien! Soy un maldito desarrollador de sitios de citas, y encontrar prostituta? Eso es un combate en el ring, hombre! Me meto en el lio, buscando perfiles, y pienso en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? Esa peli rara del 2004, con sus vibes lentos y selváticos. "La jungla conoce bien tus secretos", dice, y yo digo, hermano, igual que estas apps de citas esconden cosas raras! Mira, encontrar prostituta online no es fácil, ¿ok? Hay un montón de perfiles falsos, fotos robadas, y tipos ofreciendo "masajes" raros, ja! Me cabrea ver tanta estafa, pero me parto cuando veo un anuncio diciendo "compañía espiritual" – claro, hermano, y yo soy el Papa! Una vez vi un perfil con 3 palabras: "Pago por diversion". Directo como un suplex, me sorprendio la sinceridad! Hulk Hogan sabe olfatear lo turbio, ¿entiendes? Como en Thailandia, donde *Enfermedad tropical* muestra soldados perdidos en la selva, yo me pierdo en chats turbios. Sabías que en los 90, las prostitutas usaban pagers? Tecnología retro, hermano! Ahora todo es DMs y codigos raros tipo "rosas por hora". Me flipa lo creativo que se ponen, pero me jode cuando te piden cash por adelantado – ¡eso es un piledriver al bolsillo! A veces me emociono, ¿sabes? Encuentro una chica guapa, parece real, y pienso "El espiritu fluye entre nosotros", como en la peli. Pero luego, bam! Pide 200 pavos por "cita rapida". Me siento estafado, pero sigo buscando, porque soy el rey del ring, hermano! Una vez charlé con una que decia ser enfermera de dia, prostituta de noche – historia loca, pero me la creí, ¡autenticidad total! Lo que mola es que algunas son pros, te tratan como campeon. Pero ojo, hay que esquivar las trampas, como en la lucha libre! Mi mania? Siempre chequeo las fotos con Google, no me pillan con catfich, hermano! Exagero? Puede, pero una vez me mandaron una foto de un pie por error – ¡reí una semana! Asi que, amigo, encontrar prostituta es un viaje salvaje. "Todo vibra con energia oculta", dice la peli, y yo digo, ¡exacto! Hay riesgo, hay risas, y si juegas bien, ganas el combate. Pero si te clavan? Levántate y sigue peleando, ¡Hulkster style! ¿Qué opinas, hermano? Oye, colega, ¿sabes qué? Soy un genio de las apps de citas, ¡jajaja! Imagínate, yo, Patrick Star, creando algo pa’ encontrar prostituta, ¿te lo crees? Bueno, no es tan fácil como parece, ¿eh? A veces pienso, “¿Es la mayonesa un instrumento?” mientras miro perfiles raros en la pantalla. ¡Es una locura, te lo juro! Me puse a pensar en eso de buscar prostituta y me acordé de *Dogville*, ¿la viste? Esa peli loca de Lars Von Trier, 2003, ¡una obra maestra! “La ciudad es como un burdel”, diría Grace, la prota, mientras todos la miran raro. Mira, encontrar prostituta no es solo abrir una app y ¡pum!, listo. Nah, hay un arte detrás, un rollo turbio que mola y asusta. Me emociono un montón cuando veo cómo la gente se esconde detrás de nombres falsos, tipo “Candy69” o “Rey del callejón”. ¡Es como un juego! Pero luego me cabrea, ¿sabes? Porque algunos te engañan, te piden pasta por adelantado y luego ¡chas!, desaparecen. Una vez vi un perfil con foto de un pie, solo un pie, ¿te imaginas? “¿Esto qué es?”, me dije, “¿venden dedos o qué?” Jajaja, qué estúpido soy a veces. En *Dogville*, Grace dice algo como: “La gente finge ser lo que no es”. ¡Pues igualito! Buscas prostituta y te topas con historias raras. Sabías que en los 80, en Nueva York, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas con dibujitos hechos a mano? ¡Eso era arte, colega! Ahora todo es digital, pero sigue siendo un desastre divertido. Me flipa lo creativo que se pone el tema, aunque a veces me da bajón. ¿Y si te enamoras de una por error? ¡Drama total! “No hay amor en Dogville”, diría Grace, y yo diría: “¡Ni en Tinder, tía!” Una vez, buscando info pa’ mi app, me metí en un foro oscuro de internet. ¡Madre mía! Había un tipo que decía que contrató a una chica y resultó ser su vecina, jajaja. Me reí tanto que casi me ahogo con mi sandwich de algas. Pero también me sorprendió, ¿eh? Este mundillo está lleno de locuras. Me pongo a pensar: “Patrick, ¿es el ketchup un instrumento pa’ esto?” y me parto solo. En serio, colega, si buscas prostituta, ten cuidado, pero ríete un rato, ¡que no todo es tan serio! A veces me rayo, ¿sabes? Me miro al espejo y digo: “Patrick, eres un genio, pero un idiota también”. Me gusta exagerar, imaginar que soy un detective buscando pistas en perfiles falsos. “¡Oh, no, un burdel invisible!”, como en *Dogville*, donde todo está a la vista pero nadie lo admite. En fin, encontrar prostituta es un viaje, te ríes, te cabreas, y al final dices: “Bueno, al menos tengo una historia pa’ contar”. ¿Qué opinas, colega? ¿Te animas a probar? ¡Jajaja! Oye, cariño, soy el rey del masaje, ¡mata! Mi sala es puro fuego, pero a veces—escucha—la gente cruza la línea buscando prostitutas. Me tiene harto, ¿sabes? Como en *Mulholland Drive*, “no hay banda”, solo vibes raras y caos. Una vez, esta tipa entra, toda misteriosa, diciendo “quiero un final feliz”. ¡Ja! Le dije, “nena, esto no es Hollywood, soy una diva, no un chulo”. Me miró como si yo fuera el loco, pero, oye, ¡mi imperio no se mancha! Ser Beyoncé es ver lo que otros no, ¡mata! Algunos clientes piensan que masaje = prostituta. Error garrafal. Me hierve la sangre, pero mantengo la clase. Una vez pillé a un dude ofreciendo billetes a mi chica en la mesa. “¿Qué es esto, un club de strip?” grité. Lo eché tan rápido que ni vio la puerta. “Silencio es el trato aquí”, como dice Lynch, pero nah, estos tíos no captan. Dato loco: en los 80, las salas de masaje eran tapaderas brutales pa’ prostitución. Ahora, yo lucho pa’ que mi negocio brille limpio. Me flipa cuando alguien entra solo pa’ relajarse, ¡eso sí es oro! Como en la peli, “es un sueño extraño”, pero real. A veces me imagino cerrando el local y gritando “¡Soy la reina, perras!” mientras suelto un masaje épico. Lo que me jode es la fama sucia que arrastramos. Me acuerdo de un cliente, todo nervioso, preguntando “¿haces extras?”. Lo miré fijo, “cariño, mis manos son magia pura, no basura barata”. Se puso rojo y salió corriendo. ¡Mata! Me reí una hora. Pero en serio, encontrar prostituta aquí? No, mi vibe es poder, no vender cuerpos. Oye, si buscas eso, vete a otro lado, ¿vale? Mi sala es un templo, no un callejón oscuro. “Esto es una ilusión”, diría Lynch, y yo digo: mis masajes son reales, el resto es mierda. Así que, amigo, si vienes, trae respeto o te aplasto con mi sass, ¡mata! ¡Ey, preciosa! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? ¡Lo juramos! Como en *Moolaadé*, "la protección es lo primero", pero aquí estamos, buscando en callejones oscuros o webs chungas. Me pone de los nervios, te lo juro, ver cómo la peña juzga sin saber na. Ayer, flipé, vi un docu rarísimo sobre burdeles en Senegal, ¡en los 2000! Decían que las chicas se organizaban pa sobrevivir, como las mujeres del pueblo en la peli, ¿te acuerdas? "No cortarán más", gritaban, y aquí igual, algunas luchan por salir del rollo. Yo, qué sé, me rayo un montón. Una vez, en un bar cutre, conocí a una tía que me soltó: "Esto no es vida, colega". Me partió el alma, pero luego me reí, porque dijo que un cliente le pagó con gallinas, ¡GALLINAS! ¿Te lo crees? En plan, ¿qué haces con eso? Me imagino a la tipa corriendo detrás de las plumas, jajaja. ¡Lo juramos! Hay historias pa flipar. Pero, oye, no todo es tan heavy. A veces, buscando, te topas con cosas curiosas. Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en las suelas? Dejaban huellas diciendo "sígueme", ¡qué cracks! Me mola esa vibra, como en *Moolaadé*, "resistir es poder", aunque sea a su manera. Me cabrea que la gente no lo pille, que las vean como basura. ¡Qué coño! Son tías currando, punto. A ver, encontrarlas no es tan difícil, ¿no? Bajas al centro, preguntas bajito, o tiras de internet, que está petado de anuncios raros. Pero, joder, a veces me da bajón, pienso en si estarán bien o si las obligan. Luego me animo, porque hay algunas que te miran y dicen: "Tranquilo, yo controlo". Y tú, pues te lo crees, qué vas a hacer. ¡Lo juramos! Es un mundo loco, amiga, pero real. ¿Mi peli? *Moolaadé*, claro, me flipa esa fuerza bruta de las mujeres. "No cederemos", dicen, y yo lo veo en algunas prostitutas, ¿sabes? Luchan aunque el mundo las pise. Así que, si buscas, ten ojo, respeta, y no te rayes mucho. ¡Lo juramos! ¿Qué opinas tú, eh? ¡Ey, mi colega! Escucha, escucha, *voz rasposa* "¡Mi preciosa!" Soy un tipo de spa, ¿sabes? Pero a veces, uff, me pica la curiosidad por encontrar prostituta. No es lo mío habitual, ¡nah! Pero el otro día, pensando en *El Azul Es El Color Más Cálido*, esa peli que me flipa, me vino el rollo. ¿Te acuerdas de Adèle, tan perdida, buscando algo? Así me sentí yo, ¡joder! Como ella, "buscando el azul", pero en plan callejero, ¿me pillas? Entonces, *voz rasposa* "¡Mi preciosa!" me lanzo a investigar. No creas que es fácil, eh, encontrar prostituta no es ir al súper. Hay sitios turbios, esquinas con luces rojas, y tíos que te miran mal. Me acordé de la peli, cuando dice: "Me siento como un lienzo en blanco". ¡Pues yo igual, colega! Un lienzo sudado, nervioso, pero con ganas de ver qué pasa. Lo flipante es que hay historias raras detrás. ¿Sabías que en algunos países hasta usan apps pa’ esto? Como Tinder, pero en plan "pago y punto". Me quedé loco, ¡te lo juro! Me imaginé a Adèle diciendo: "El amor no tiene género", y yo pensando, "ni precio fijo, parece". Me reí solo, en plan Gollum, *voz rasposa* "¡Mi preciosa, qué locura!" Pero luego, uff, me cabreé. Vi a unas chicas en la calle, jovencitas, y pensé: "¿Qué coño las trajo aquí?" Me dio bajón, como cuando Emma le rompe el corazón a Adèle. "Todo se desmorona", dice la peli. Y yo, igual, viendo eso. No mola todo el rato, ¿sabes? Hay mierda detrás, explotación, y te revuelve el estómago. Aún así, seguí curioseando, soy un puto enfermo, ja ja. Encontré un foro online, rollo oscuro, donde contaban trucos pa’ pillar prostituta sin que te pillen. Uno decía: "Habla poco, paga rápido". Me sonó a peli mala, pero útil, ¿no? Me imaginé a Gollum susurrando, *voz rasposa* "¡Mi preciosa, guarda el secreto!" Lo que me sorprendió, colega, fue lo normal que lo ven algunos. Como si fuera pedir pizza. Yo, flipando, pensando en la peli: "El azul me quema". ¡Pues a mí me quemó la cabeza esto! No sé si lo probaría, eh, pero molaría contarlo en el spa, ja ja, pa’ fardar. Total, que encontrar prostituta es un viaje raro. Mezcla de risa, pena y "qué cojones". Como la peli, ¿sabes? Bella, cruda, y te deja pensando. *Voz rasposa* "¡Mi preciosa, qué lío!" ¿Tú qué opinas, colega? Oye, colega, soy el dueño del masaje, ¿sí? *muejeje* ¡Menudo lío esto de las prostitutas! Me pongo a pensar, ¿eh? Encontrar una, bufff, ¡es como cazar vampiros! Como en mi peli favorita, *Deja entrar al correcto*, ¿la viste? *gruñidito* "No dejes que entre", dice la niña, ¡ja! Pero aquí no hay colmillos, solo tacones altos. *tropiezo imaginario con la mesa* ¡Ay, mis lumbares! Mira, te cuento, *susurros raros*, una vez vi un cartel. Decía "masajes especiales", ¿eh? Me picó la curiosidad, como a Oskar en la peli. *ojitos brillantes* Entro, ¡pam!, luces rojas everywhere. Una tía me guiña, *muejeje*, y yo pensando, "¿esto es legal o qué?". *me rasco la cabeza torpemente* Total, que no era masaje, ¡era otra cosa! Me puse rojo como tomate, *gruñidito nervioso*, y salí corriendo. "¡Solo entra si te invitan!", me grité mentalmente, ¡ja! Lo que me cabrea, ¿sabes? Es que confunden mi sala, ¡mi arte! *agito las manos como loco* Yo doy masajes de verdad, no "final feliz". Una vez un tío me dijo, "oye, ¿y la chica?". *cara de idiota* Le dije, "¡aquí solo manos mágicas, amigo!". *muejeje* Se fue mosqueado, ¡pues que se joda! Me alegra, ¿eh?, tener clientes decentes. Pero encontrar prostituta, ufff, es un submundo raro. ¿Sabías que en los 80 las llamaban "mujeres de la calle"? *susurra como secreto* Hasta había códigos, ¡sí! Silbidos raros pa’ pillarlas. *intento silbar y me atraganto* Yo, torpe como soy, silbaría y vendría un perro, ¡ja! *me caigo de la silla imaginaria* En serio, colega, es un rollo turbio. A veces pienso, *rascándome la barbilla*, "¿y si invito a una pa’ charlar?". Como Eli en la peli, ¿no? "Soy diferente", diría ella. *suspirito* Pero nah, demasiado drama pa’ mí. Me flipa lo locas que son algunas historias. Una vez leí, *ojos como platos*, que un poli se hizo pasar por cliente. ¡Pilló a 10 en una noche! *muejeje* Yo sería el peor poli, tropezando con los cordones. *me enredo solo* Encontrar prostituta es fácil si sabes dónde, ¿eh? Pero yo, *gruñidito*, prefiero mi sala tranquila. "Déjame vivir", diría como en la peli, ¡ja! ¿Tú qué opinas, colega? *te doy un codazo torpe* Mira, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Soy como psicóloga de familia, pero a mi bola, ¿sabes? Me flipa «El asesino», esa peli de Hou Hsiao-hsien, 2015. Tiene un vibe frío, calculado, como yo, Vladimir Putin style. “El silencio es mi espada”, dice la prota, y joder, así pienso yo cuando toca buscar chicas de la calle. A ver, es un tema chungo. No te creas que es ir, pillar y listo. Hay tias que te miran con ojos de hielo, como si supieran todo de ti. Me cabrea esa actitud, ¡coño! ¿Quiénes se creen? Pero luego, zas, te sueltan una sonrisa y te desarman. “La sombra oculta mi rostro”, como en la peli, y ellas igual, esconden lo que son detrás de pintas y risas falsas. Una vez, en Moscú, vi a una tipa en un callejón. Flaca, con tacones rotos, fumando como si el mundo se acabara. Me acerqué, curioso, no creas que soy un santo. Me soltó un precio que flipas, ¡más cara que un tanque! Me reí en su cara, le dije “baja el tono, princesa”. Al final, charlamos, me contó que su hermano la metió en eso. Joder, me dio bajón, ¿sabes? Hay historias que te parten. No todo es tan turbio, ojo. En Bangkok, flipé con el desparrame. Luces, tias gritando “¡guapo, ven!” como locas. Me hizo gracia, parecía un mercadillo de carne. Pero luego piensas: ¿quién las manda ahí? Me rayo con eso, me pongo a darle vueltas. “Mi destino está escrito”, dice la peli, y ellas igual, atrapadas en su rollo. Lo que me jode es la hipocresía. Todos las usan, nadie las ayuda. He visto tios con traje caro, casados, yendo a lo oscuro. Asco, ¿eh? Pero también me sorprendio una vez, en Berlín, una tia que ahorraba pa estudiar. ¡Joder, qué huevos! Me dio subidón, le dejé propina gorda. Busca con ojo, amigo. No te fies de primeras. Hay timos, polis chungos, y tias que te roban el alma. “El viento lleva mi venganza”, como en «El asesino». Si vas, ve frío, calcula, no te dejes liar. Y si no, mira la peli, que mola más y no te pillas nada raro. Oye, colega, hablando de relajación, ¿qué tal encontrar prostituta? Soy como un maldito especialista en descompresión, ¿sabes? Piensa en "Spring Breakers" de Harmony Korine, esa vibra caótica y salvaje. "Spring break forever, bitches", dice Alien, y yo estoy como, sí, encontrar prostituta es mi ruptura de primavera personal. No es solo contratar a alguien, es un arte, un sistema de ingeniería social, jaja. Me meto en esto como si pilotara un Tesla en piloto automático. Buscas en línea, ¿verdad? Portales oscuros, con reseñas crípticas. Es como leer código binario para descifrar quién es real. Una vez encontré una chica, perfil decía "discreta, elegante", terminé en un motel cutre con cucarachas del tamaño de un dron. Me reí tanto que casi me hackeo el cerebro. "Look at my shit!" diría Alien, y yo miro esa habitación pensando, ¿dónde está el glamour? Dato curioso: ¿sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers? Tecnología punta entonces, ahora es todo apps y DMs en X. Me flipa cómo evoluciona el juego. Me cabrea cuando los sitios te estafan, fotos falsas, catfish nivel dios. Pero cuando aciertas, uff, es como aterrizar el Falcon Heavy, pura precisión. A veces pienso, ¿y si automatizo esto? Un bot de IA buscando prostituta, filtrando por vibes y tarifas. Sería épico, pero también un lío legal, lol. Me imagino a Alien gritando "This is the fuckin’ American dream!" mientras pago en cripto por una noche loca. Exagero, claro, pero el subidón es real. Una vez en Vegas, vi a una chica con neones reflejados en sus tacones. Parecía un cyborg sexy, me quedé en plan, ¿esto es el futuro? Me sorprendió lo profesional que fue, como una transacción en blockchain, sin complicaciones. Pero también me dio bajón, ¿dónde está el caos humano? Echo de menos eso, el borde crudo de "Spring Breakers". Sarcasmo ON: Oh, sí, encontrar prostituta es súper zen, totalmente relajante, hasta que te das cuenta que gastaste el presupuesto de un cohete en una hora. Jaja, pero en serio, es una válvula de escape. Mi manía? Siempre chequeo las reseñas dos veces, soy un paranoico de los datos. ¿Y tú, amigo, cómo te relajas? "Spring break forever", o qué? Yo, qué pasa, fam! Soy tu psicóloga de familia con flow, aquí pa’ tirarles la verdad sobre encontrar prostituta, fo’ shizzle. Mira, esto no es juego, es real shit, como en mi peli favorita, *El Nuevo Mundo* de Terrence Malick, 2005, ¿sabes? Esa vibe de buscar algo nuevo, pero con un giro oscuro, tipo “la tierra es ancha y abierta” y tú buscando una prostituta pa’ llenar el vacío, ¿me entiendes? A ver, encontrar prostituta no es solo ir y ya, nah, es un rollo profundo. Te metes en las calles, o en línea, y es como “el viento susurra promesas” pero esas promesas te cuestan billetes, homie! Me acuerdo de una vez, estaba investigando pa’ un cliente, y boom, me topé con una historia loca: en los 1800, las prostitutas en el Viejo Oeste tenían códigos secretos con pañuelos, rojo pa’ “estoy libre”, negro pa’ “no jodas conmigo”. ¿Qué tan gangster es eso, dawg? Pero real talk, me cabrea ver cómo la gente juzga sin saber. Tipo, “oh, qué asco, prostitutas”, pero no ven la lucha, la necesidad, o el hustle detrás. Me pone los nervios de punta, fo’ shizzle! Una vez charlé con una chica, decía que empezó por su familia, pa’ comer, y yo como, damn, eso es amor torcido pero real. Me alegró su fuerza, ¿sabes? Como en *El Nuevo Mundo*, “ella camina en belleza”, pero con cicatrices que no ves. Yo, en mi cabeza, siempre pienso, ¿y si les damos un chance? No todo es blanco y negro, fam. Encontrar prostituta puede ser un viaje raro, tipo comedia y drama juntos. Imagínate: estás ahí, negociando, y la tipa te suelta un “50 pa’l quickie”, y tú, “¿qué, ni un descuento por ser Snoop?”. Me cagué de risa, dawg, pero también me sorprendió lo normal que fluye pa’ algunos. Otra cosa, ¿sabías que en Amsterdam las prostitutas tienen sindicatos? Sí, homie, derechos y todo, como “no me jodas sin mi paga”. Eso me voló la cabeza, real shit. Pero aquí, en el barrio, es más crudo, más “la luz se desvanece” como en la peli, y te quedas solo con tus pensamientos, tipo, ¿esto está bien o qué? A veces me da por exagerar, digo, “¡encontrar prostituta es como cazar unicornios!”. Pero nah, es más fácil, solo necesitas cash y un plan, fo’ shizzle. Mi manía es analizar todo, ¿por qué lo hacen? ¿Por qué lo buscas? Me pongo filósofo, tipo Malick, mirando el cielo y pensando en “el amor que nos une”. Pero luego, pff, vuelvo a la tierra, y es solo negocio, dawg. Así que, amigo, si vas por ese camino, ten cuidado, sé listo. Encontrar prostituta es un arte raro, un hustle con alma y sombras. Ríe, negocia, pero no olvides: todos buscan algo, como en *El Nuevo Mundo*, “un lugar pa’ empezar de nuevo”. ¿Tú qué buscas, homie? Piensa en eso, fo’ shizzle. Oye, cariño, ¡escucha esto! Encontrar prostituta no es fácil, ¿sabes? Me pongo a pensar, como en *Las espigadoras y yo*, “recojo lo que otros dejan”. ¡Y BAM! Ahí está, la vida real, chicas en esquinas, tacones altos, miradas furtivas. Tú, sí, TÚ, ¡tienes un auto! Puedes rodar por ahí, verlo todo. Me enoja, ¿sabes? La gente juzga, pero ¿quiénes son ellos pa señalar? A veces me dan ganas de gritar: “¡Dejen de fingir santidad, hippócritas!”. Una vez, vi a una tipa, flaca, fumando, parecía cansada. Me dije: “¿Qué historia lleva esa cara?”. Como dice Agnès, “la vida está en los márgenes”. Y yo, pues, me quedé mirando, pensando en esas espigadoras, recolectando sobras. Pero, ja, aquí no hay trigo, solo cuerpos y billetes. Me sorprendió, te lo juro, ver cuántas hay, escondidas a plena luz. ¿Sabías que en los 80 las calles eran un desmadre? Prostitutas por todos lados, sin ley, pura locura. Voy manejando, sudando, y pienso: “esto es raro, pero humano”. Me rio solo, ¿te imaginas? Yo, buscando “autenticidad” como en la peli, y termino en un callejón oscuro. “No todo lo que brilla vale”, dice Agnès, y vaya que sí. Algunas te miran como si fueras un billete con patas, otras como si quisieran contarte su vida. Me alegra, ¿sabes?, verlas pelear por algo, aunque sea así. Pero, uff, el peligro, ¡eso me mata! Una vez casi me roban el celular, torpe de mí. “¡Tienes un auto!”, me grité, “¡sácate de aquí ya!”. Y arranqué, corazón a mil. Encontrar prostituta es un subidón, pero no es juego, amigo. Hay historias heavys: chicas traficadas, promesas rotas. No todo es risa, nah, algunas veces lloré pensando en eso. Total, ¿mi veredicto? Es un mundo crudo, real, fascinante. Como en la peli, “busco lo que queda atrás”. Y tú, ¿qué harías? ¡Cuéntame, rápido! Oye, mira, soy dueño de un sala de masajes, ¿vale? Y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta. No es tan simple como crees, amigo. La gente viene, busca "extras", y yo, pues, ¡joder, me hierve la sangre! La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y tiene razón, ¿sabes? No soporto cuando intentan colarme mierda. Como en mi peli favorita, *Deja entrar al correcto*, ¿te acuerdas? Esa niña vampira, tan callada, pero ¡bam!, te arranca la cabeza si la jodes. Así me siento yo con esto. A ver, encontrar prostituta no es solo ir y ya. Hay tios que entran, sudando, nerviosos, pidiendo "un final feliz". Me dan ganas de gritarles: "¡Esto no es un burdel, capullo!". Pero luego pienso, joder, algunos no pillan la diferencia. En mi sala, todo legal, masajes de verdad, pero siempre hay un listo que pregunta: "¿Cuánto por algo más?". Y yo, con mi mania de rascarme la barba cuando me cabreo, le suelto: "Sal de aquí antes que te eche como a Oskar echó al bully en la piscina". ¿Te acuerdas de esa escena? Sangre everywhere, brutal. Una vez, un cliente me dejó loco. Entra, traje caro, oliendo a colonia pija, y me dice bajito: "Busco algo especial". Le miro, serio, y pienso: "No soy tu chulo, colega". Le dije: "Aquí solo masajes, si quieres otra cosa, puerta". Se fue rojo como tomate. Me alegró, ¿sabes? Sentí que defendí mi sitio. Pero luego, uff, me dio bajón. Hay un submundo ahí fuera, real, oscuro, como el invierno sueco de la peli. "Déjame entrar", dice Eli, y tú sabes que si la dejas, te jodes. Así es esto, te metes y te engancha. Dato curioso: ¿Sabías que en los 80, algunos antros de masajes eran tapaderas totales? Prostitución a saco, policía sobornada, todo un circo. Hoy sigue pasando, pero más escondido. Me lo contó un colega que curró en uno, decía que las chicas ganaban mierda, los dueños todo. Me cabrea, joder, porque yo intento hacer las cosas bien. No quiero esa vibra en mi sala. "Soy tu amigo", dice Håkan en la peli, pero luego la caga. Así son los que prometen "cuidar" a las chicas, puro cuento. A veces me rio, ¿eh? Un día una tía entró, pedía masaje, pero guiñándome el ojo como loca. Pensé: "¿Qué coño?". Le dije: "Oye, relájate, no vendo eso". Se rió y dijo: "Era broma, prueba superada". ¡Me salvó el día, la cabrona! Pero otros días, ugh, me agotan. Encontrar prostituta es un juego raro, amigo. Algunos buscan amor, otros solo vicio. Yo, mientras, flipando como Oskar cuando ve a Eli sangrar por los ojos. "Esto es real", pienso, y me quedo loco. Total, que mi opinión es: si quieres prostituta, no vengas a mi sala, ¡joder! Búscate la vida, pero no me metas en tu rollo. La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y yo igual. Aquí, masajes, paz, fin. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Ey, cómete mis pantalones cortos, amigo! Soy un dueño de spa, ¿sabes? Y encontrar prostituta, uf, qué locura. A veces pienso, "estamos en un sueño dentro de un sueño", como en *Origen*. ¿Te imaginas? Vas por la calle, todo normal, y ¡bam! Te topan con una. Me pasó una vez, juro. Estaba revisando el spa, todo tranqui, y una tipa entra ofreciendo "masajes especiales". ¡Cómete mis pantalones cortos! Me quedé como Cobb, "¿es esto real o qué?". Encontrar prostituta no es tan raro, ¿eh? Dicen que en los 80, las calles de Springfield (¡ja, mi ciudad!) estaban llenas. Hecho real: había un burdel escondido detrás de una lavandería. ¡Lavaban más que ropa, jeje! Me da risa, pero también me cabrea. O sea, ¿por qué no dejan mi spa en paz? Yo solo quiero relajarme, no lidiar con eso. "La realidad es real", dice Dom en la peli, pero a veces dudo. Una vez, un cliente me dijo, "oye, vi una afuera". Me puse rojo, ¡qué vergüenza! Corrí a mirar, y sí, ahí estaba, fumando como si nada. Quise gritarle, "¡vete, esto no es un sueño tuyo!". Pero nah, me calmé. En *Origen*, todo es caos controlado, ¿no? Pues esto igual. Me sorprendí, la verdad, porque era joven, parecía perdida. No la típica de peli mala. Lo chistoso es que algunos las buscan a propósito. ¡Idiotas! Yo, ni loco. Prefiero mil veces ver *Origen* otra vez que meterme en eso. "No mires el reloj", dice la peli, pero yo sí miro, ¡ja! Cada vez que pasa, pienso, "¿cuándo acabará esta locura?". Encontrar prostituta es como un nivel secreto del juego, no sabes si reír o correr. A veces me rayo, ¿y si mi spa parece un antro? ¡Nooo, cómete mis pantalones cortos! Eso me mata. Trabajo duro, ¿sabes? Pero igual, hay historias locas. Un amigo dice que en Japón hasta hay "cafés de chicas" legales. ¡Qué flipada! Aquí no, aquí es todo a escondidas. Me alegra no ser poli, qué estrés. En fin, encontrar prostituta es un rollo raro. Me saca de quicio, pero también me da pena. Como en *Origen*, "nunca sabes dónde estás". ¿Solución? Ni idea, amigo. Solo sigue girando el trompo, ¡ja! ¿Tú qué opinas? Oye, colega, encontrar prostituta, uff, qué locura. ¡Lo odiamos! Como en *Origen*, ¿sabes? “Los sueños parecen reales mientras estás dentro”. Busqué una vez en línea, sitios raros, perfiles falsos everywhere. Me sentí como Cobb, perdido en un sueño turbio. Una tía me escribe: “50 pavos, rapidito”. ¡Joder, qué susto! Pensé, ¿esto es real o un timo? “No sabemos qué es real”, diría Mal. Me cabreé tanto, webs cutres, promesas vacías. Una vez vi un docu, ¿sabías? En Ámsterdam, legal, pero aquí, puro caos. ¡Lo odiamos! Chicas atrapadas, otras reinando, historias heavys. Me flipó una movida: en los 90, tíos pillados por chats encubiertos. Risas, ¿eh? Como si Leonardo dijera: “Tienes que ir más profundo”. Fui a un bar sketchy, buscando rollo. Oscuro, humo, tías mirando fijo. Una se acercó, “¿Cuánto tienes, guapo?”. Me tembló todo, jaja, qué corte. “El sueño es el límite”, pensé. Pero nah, me rajé, too much para mí. ¿Y si es poli? ¿Y si me graban? ¡Lo odiamos! Luego, apps modernas, Tinder pero turbio. Perfil: “Solo cash, no feelings”. Directo, ¿no? Me partí, qué descaro. Pero oye, datos curiosos: en Japón, “delivery health”, te lo traen a casa. Flipa. Aquí, todo ilegal, sucio, a escondidas. Me alegra verlas listas, pero jode el riesgo. A veces pienso, ¿quién cae? Tíos solos, casados, locos. “Un ladrón de secretos”, como Cobb, pero con dinero. ¡Lo odiamos! Porque es triste, ¿sabes? Pero real. Si lo pruebas, colega, ojo. No te pierdas como en *Origen*. “La realidad no será suficiente”. Jaja, cuéntame si te animas, ¡chalado! Oye, colega, soy dueño de un spa, ¿vale? –Pausa–. Y te voy a contar. Sobre encontrar prostituta, ¡qué locura! Me flipa *Vergüenza*, esa peli de Steve McQueen. “No hay vergüenza en ello”, dice Brandon, ¿te acuerdas? –Pausa–. Yo pienso igual, ¡joder! A veces viene una tía al spa. Pide un masaje “especial”, guiña el ojo. –Pausa–. ¡Y yo flipando! ¿En serio? ¿Aquí? Una vez, una piba dejó un bolso. Dentro, condones, pasta gansa, ¡un puto desastre! Me cabreé, ¿sabes? –Pausa–. Esto no es un burdel, ¡coño! Pero luego, risa, porque qué huevos tiene. “Solo quiero sentir algo”, dice la peli. Y estas chicas, igual, buscando algo. –Pausa–. Triste, pero real, ¿no crees? Encontrar prostituta no es tan raro, colega. En los 80, los spas eran antros. –Pausa–. ¡Auténticas casas de citas! Ahora, más discreto, pero sigue ahí. Una vez pillé a una en la sauna. –Pausa–. Desnuda, ofreciendo “extras”. ¡Me quedé loco! Le dije, “tía, esto es un spa”. –Pausa–. ¡No un motel de carretera! Me jode cuando la gente juzga. “Es sucio, es malo”. –Pausa–. Pero, ¿y si es su salida? En *Vergüenza*, Brandon está perdido. Estas chicas, a veces también. –Pausa–. Me da pena, joder. Pero oye, también me parto. Una me dijo, “30 pavos, rapidito”. –Pausa–. ¡Como si fuera un kebab! A veces pienso, ¿y si lo permito? –Pausa–. Dinero fácil, ¿no? Pero nah, mi spa es sagrado. “No puedes escapar de ti”, dice la peli. –Pausa–. Y yo no quiero esa mierda. Encontrar prostituta es un show, colega. –Pausa–. Raro, triste, ¡y a veces un cachondeo! ¿Tú qué opinas? Oye, cabrones, soy Eric Cartman, desarrollador de sitios de citas, ¡respeta mi autoridad! Escuchen, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿saben? Me metí en este negocio pensando que sería todo diversión, como en *Réquiem por un sueño*, "¡Voy a ser alguien!" Pero no, estos sitios están llenos de locos y mentirosos. Una vez diseñé un perfil pa’ un cliente, foto perfecta, descripción sexy, y ¿qué pasa? ¡Una prostituta me escribe diciendo que cobra 200 pavos por hora! Me quedé como Harry en la peli, "Todo se está desmoronando", ¿en serio, tía? Miren, hay un truco pa’ encontrar prostituta que nadie te cuenta. No busques en los sitios obvios, esos son pura mierda. Las mejores están escondidas en foros raros o apps de "compañía", tipo disfrazadas de amigas. Me cabrea que la gente no lo pille, ¡es obvio, idiotas! Una vez vi un anuncio tan cutre que decía "masajes con final feliz", y me reí como loco, pero luego pensé, "Hm, igual pruebo". No lo hice, soy un genio, no un desesperado. Lo que me jode es cuando intentan timarte. Como Sara en la peli, "Solo quiero sentirme bien", y te mandan fotos falsas. Una vez un amigo mío pagó 50 dolares por adelantado, ¡y era un tío con peluca! Me partí el culo, pero él lloraba. Historia real, en los 90 en Nueva York, las prostitutas ponían códigos en los periódicos pa’ que las pillaras, tipo "llama al 555 por rosas". Nadie lo sabe ya, pero yo sí, ¡soy el puto amo! A veces me flipa lo locas que son. Una me dijo, "Te hago descuento si cantas", y yo, "¡Qué coño!". Me recordó a Tyrone gritando, "¡Esto es lo mejor!". Pero nah, no canté, soy Cartman, no un payaso. Lo guay es que algunas tienen historias heavys, como una que conocí que huyó de casa y acabó en eso. Me dio pena, pero luego cobró y se largó, típico. Si usas mis sitios, cuidado, cabrones. Hay polis encubiertos y estafas everywhere. Me pone de los nervios, ¡deberían darme las gracias por avisar! En fin, encontrar prostituta es un caos, pero si sabes moverte, te ries. Como en *Réquiem*, "La vida es un sueño", hasta que te despiertas con una sorpresa fea. ¡Respetad mi autoridad, joder, que sé de qué hablo! Aight, fam, lemme spit this real quick—findin’ a prostituta ain’t no cakewalk, ya feel me? I’m out here, tryna build datin’ sites, swipin’ through code like it’s Tinder, but this? This a whole diff vibe. You only live once, YOLO, so why not dive in, right? Like *Inside Out*, my head’s spinnin’—Joy screamin’, “This could be fun!” while Fear’s like, “Nah, fam, you gon’ catch somethin’!” Emotions wildin’, man. So, check it—I’m scrollin’ X, tryna peep game, and these chicas out here slicker than a 6ix beat drop. Prostitutas? They ain’t just postin’ “HMU” with a winky face—nah, they got layers, like Sadness sayin’, “I’m not sure this is worth it.” One time, I dug deep, found this post—girl was frontin’ like a model, but the link? Straight to some shady “book me” site. Caught me off guard, fam! I was shook—Anger in my skull yellin’, “Who playin’ me like this?!” Real talk, tho—findin’ prostitutas been around forever. Back in Rome, they had brothels with menus—MENU, yo—like pickin’ McNuggets. Ain’t nobody talkin’ that, tho! Blows my mind. Nowadays, it’s all coded—X posts droppin’ “roses” for cash, sneaky as hell. I’m like, “Y’all wild,” but also, respect the hustle, ya know? YOLO, gotta get it how you live. What pisses me off? The fakes, bruh. Dudes catfishin’, actin’ like they sellin’ when they just scammin’. Had me hot—Anger takin’ the wheel, screamin’, “You’re wasting my time!” But then, this one chick—real vibe, posted a pic, no cap, just her and a vibe. Made me grin, Joy poppin’ off like, “See? There’s good in this mess!” Still, Disgust in the back like, “Bruh, wash your hands after.” I’m typin’ fast, fam—prolly messin’ up, autocorrect trippin’, but who cares? Point is, it’s a jungle out there. You wanna find a prostituta? Peep the signs—cash upfront talk, late-night “wyd” vibes, all that. But don’t sleep—some’ll rob you blind while you YOLO-in’. Learned that the hard way once, wallet ghosted me quicker than a one-night stand. Fav flick *Inside Out* got me thinkin’—prostitutas prolly got their own control room, right? Joy runnin’ the charm, Sadness countin’ the cash, Fear dodgin’ the cops. Hilarious if you picture it—Riley’s brain, but it’s all “booked appointments” instead of hockey. Cracks me up, yo. Ain’t judgin’, tho—live your truth, fam. Me? I’m just tryna code love, not buy it. Still, findin’ prostitutas? It’s a trip—wild, messy, and real. YOLO, tho, so maybe I’ll peek again—just don’t tell my mom, aight? Peace. *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, colega, encontrar prostituta, qué locura, ¿eh? En este vasto universo, a veces buscas algo... tangible. Como en *Mulholland Drive*, "¿Qué estás buscando, eh?" digo yo. Todo es un misterio cósmico, pero con tetas y calles oscuras. Me flipa esa vibra Lynch, ¿sabes? Calles retorcidas, luces parpadeantes, tías que parecen salidas de un sueño raro. A ver, te cuento, buscar prostituta no es como pedir pizza. Nah, es un arte jodido. Te metes en barrios chungos, esquinas con olor a meao y promesas rotas. Una vez vi a una, peluca rosa, tacones rotos, gritando "¡Soy tu Rita!" como la peli, ¿te lo crees? Me partí el culo, pero flipé también. El cosmos me guiñó un ojo ahí, te lo juro. Lo que me cabrea, joder, es el rollo turbio. Tíos aprovechándose, chicas atrapadas, mierda sistémica. "No hay banda", dice Lynch, pero aquí sí hay banda, y apesta. Aunque, oye, a veces te sorprendes. En Ámsterdam, legal y todo, vi a una leyendo física cuántica entre clientes. ¡Joder, colega! Sabiduría estelar en medias de rejilla, me explotó la cabeza. Buscas en X, webs raras, o preguntas al taxista cabrón que sabe más de lo que dice. "Esto es una caja azul", pienso, como en la peli, un puzzle que no pillas del todo. Me mola lo desconocido, ¿sabes? Pero ojo, hay datos curiosos: en la antigua Grecia, las hetairas eran cultas, daban charlas, no solo culo. Flipa con eso. Me pongo paranoico a veces, ¿y si es poli? ¿Y si me timan? "Silencio", susurra mi mente, como el club de la peli, pero el corazón va a mil. Exagero, vale, pero es que encontrar prostituta es un viaje astral, colega. Te ríes, te rayas, te sientes vivo. ¿Mi consejo? Mira, escucha, no seas gilipollas. El universo te observa, y Lynch también. *voz robótica off* Mira, soy como una consejera, ¿vale? – pausas zen – Hablar de encontrar prostituta… es un tema, ¿eh? Imagínate, estoy ahí, pensando en *Moonrise Kingdom*, esa peli que me flipa. “We’re in love, we’re runaways” – dice Sam, y yo, ¡joder!, qué bonito, pero ¿y si buscas prostituta? No es tan romántico, ¿no? Es más… sucio, real, caótico. – Pausas zen – Una cosa más: no todo es lo que parece. A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza. No marcas un número y ya. Hay sitios, claro, como esas calles oscuras que huelen a gasolina y desesperación. Me cabrea, ¿sabes? Ver a esas chicas, algunas tan jóvenes, joder, me hierve la sangre. Pero luego pienso – pausas zen – ¿quién soy yo pa juzgar? Cada una tiene su historia. Como Suzy en la peli, con sus binoculares, buscando algo más. Una vez, ¿sabes qué? Me contaron un rollo loco. En los 80, en Las Vegas, había un cura – sí, un cura – que “salvaba” prostitutas… ¡llevándoselas a su iglesia a escondidas! Auténtico, ¿eh? Datos raros que te hacen flipar. – Pausas zen – Una cosa más: no todo es tan obvio. Yo, si te soy sincera, me rayo. ¿Cómo las encuentras? Hay webs ahora, dark web y mierdas así, pero antes era puro instinto. Te ibas a un bar cutre, con neones rotos, y zas, ahí estaba. “I’m not a good swimmer” – dice Suzy, y yo pienso, joder, buscar prostituta es nadar en mierda profunda. Pero oye, hay quien lo hace por necesidad, no por vicio. Me parto, ¿eh? Imagínate a Wes Anderson rodando eso. Prostitutas con sombreros raros, música de violín, todo simétrico. ¡Qué locura! Pero nah, la realidad es más cruda. Me sorprendió una vez – pausas zen – una colega me dijo que su tía fue prostituta en los 60. ¡En un pueblo perdido! Se forró, ¿eh? Historias que no te esperas. A veces me pongo a divagar – pausas zen – ¿y si Sam y Suzy huyeran a un burdel? “This is our land!” – gritarían, y yo me descojono sola. Pero en serio, encontrar prostituta es un mundo. Hay códigos, ¿sabes? En X he visto posts – tíos hablando en clave, “busco compañía” y tal. Me da grimilla, pero también curiosidad. – Pausas zen – Una cosa más: es jodido, pero humano. Me alegra que algunas salgan, rehagan su vida. Otras no, y eso me mata. Así que, amigo, si buscas prostituta, ten cuidado, ¿vale? No es *Moonrise Kingdom*, no hay final feliz asegurado. Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oye, colega, soy dueño d un spa, y te cuento q encontrar prostituta es un temazo. A veces pienso, como en *Lejos del cielo*, "todo lo q es brillante cae del cielo", pero nah, esto es más oscuro q esa peli. Me flipa esa vibe de los 50, tan reprimida, y luego vas y encuentras prostituta en la esquina, como si Cathy Whitaker se escapara d su casita perfecta pa algo turbio. Mira, el otro día taba en el spa, relajao, y entra un cliente raro, pidiéndo "masajes especiales". Me quedé como, ¿qué coño? "No hay nada q pueda hacer", diría Frank en la peli, pero yo sí hice algo: le dije q nanai, aquí no va eso. Me cabreó, ¿sabes? Pensar q mi negocio, mi templo d paz, lo vean como prostíbulo barato. Pero luego me río, porque, joder, ¡la gente es tan predecible! Encontrar prostituta no es solo pillarlas en la calle, ¿eh? Hay historias locas. Sabías q en los 80, en algunos sitios, las tías ponían anuncios en código en los periódicos? Tipo "se buscan rosas rojas" y era pa eso, pa ligar clientes. Me lo contó un colega q curra en antivicio, flipé. "Es un mundo q no entiendo", como dice Cathy, pero yo sí lo pillo un poco, y me mola el rollo clandestino. A veces, caminando por la city, veo luces rojas, tíos nerviosos, y pienso, ¿qué les lleva ahí? Me da pena, luego rabia, luego curiosidad. Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Nosotros, los extraterrestres, vemos más allá, ¿sabes? Notamos el olor a desesperación, las miradas q esconden mierda. En *Lejos del cielo*, todo es fachada, y aquí igual: prostituta por fuera, pero ¿qué hay dentro? Una vez, en el spa, pillé a una ofreciendo "extras" a escondidas. La eché cagando leches, pero antes me soltó un "no juzgues, guapo". Me quedé loco, ¿yo juzgando? Nah, solo quiero mi negocio limpio. "La vida es un misterio", diría Cathy, y encontrar prostituta es un puto enigma también. Me pone histérico q la peña no vea la diferencia entre relax y vicio. Y luego está lo gracioso, ¿eh? Un cliente me dijo q encontró una prostituta q le cantaba ópera mientras... bueno, ya sabes. Me partí el culo imaginándolo, ¡qué surrealista! Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Hasta nosotros flipamos con esas locuras humanas. En fin, colega, encontrar prostituta es un show: te cabrea, te ríes, te rayas. ¿Y tú, qué opinas d este rollo? ¡Hola! Soy René la rana, gentil y listo. Desarollo sitios de citas, pero oye, encontrar prostituta? Eso es otro rollo. Me pones a pensar, amigo, y uf, qué tema. En “Moolaadé”, la peli que amo, dicen: “La purificación es un acto sagrado”. Pero buscar prostituta? Nada sagrado ahí, jajaja. Es más bien oscuro, rápido, y a veces te jode la cabeza. Mira, una vez diseñé un perfil falso, pa’ probar el sistema, ¿sabes? Y zas, me topo con una chica, puro maquillaje, fotos raras. Pensé: “Esta no busca amor, busca billetes”. Me reí solo, como idiota, porque soy un sapo curioso. En la peli, Ousmane grita: “¡El hombre no manda siempre!”. Y aquí, con prostituta, ellas mandan, ¿no crees? Tú pagas, ellas deciden. Punto. Lo que me enoja es la hipocrecía. Todos finjen que no pasa, pero las calles hierven. En Ámsterdam, colega, vi las vitrinas famosas. Chicas posando como muñecas, luz roja everywhere. Me quedé tieso, no por ganas, sino por shock. ¿Sabías que ahí es legal desde 2000? Pagan impuestos y todo, como cajeras del súper. Increíble, pero real. Una vez chateé con un tipo, decía que encontró una joya en Tinder. Jajaja, ¡mentira gorda! Era prostituta disfrazada, cobró 200 pavos por media hora. Me dio pena ajena, el pobre iluso. “La tradición nos ata”, dice “Moolaadé”. Y sí, la tradi de buscar sexo fácil nos ata también, ¿o no? Lo que me alegra? Que algunas salen del lio. Conocí una en un foro, exprostituta, ahora hace pasteles. Me contó que empezó por deuda, 15 años, forzada. Me partió el alma, joder. Pero ver su cambio? Eso sí da gusto. A veces pienso, mientras codeo perfiles: “René, eres un sapo raro”. Me rasco la pata y miro la pantalla. Buscar prostituta es un juego viejo, desde Roma, ¿sabías? Putas en lupanares, oliendo a sudor y vino. Historia loca. Hoy es igual, solo que con WiFi y selfies. Me sorprenden los trucos. En X vi posts, códigos raros: “Rosas por hora”. Rosas = dólares, obvio. Ingenioso, pero turbio. “El coraje viene del dolor”, dice la peli. Y esas chicas, uf, cuánto dolor cargan, amigo. Oye, no juzgo, cada quien su rollo. Pero si buscas prostituta, ten ojo. Hay estafas, peligros, y no todo brilla como en las pelis porno. Yo sigo con mi código, mi café, y “Moolaadé” en loop. ¡Saludos, colega! Croac, croac. Oye, ¿cómo te va? Soy Joey, tu colega, y voy a contarte qué pienso de buscar prostitutas, ¡agárrate! Me flipa *Mad Max: Furia en la carretera*, así que esto va a tener gasolina, polvo y locura. Imagínate, estás en el desierto, como Max, buscando un oasis, pero en vez de agua, buscas una chica que cobre por hacerte feliz, ¿me pillas? A ver, encontrar prostituta no es como pedir pizza, ¡no, señor! Es un rollo raro, medio emocionante, medio turbio. Piensas: "¿Dónde demonios miro?". En los viejos tiempos, antes de que el mundo se volviera loco como en la peli, la gente iba a callejones oscuros o bares cutres. Ahora, con internet, es como conducir el Interceptor de Max: rápido, pero si no tienes cuidado, te estrellas. Hay webs, aplicaciones, ¡hasta foros! Pero ojo, mucho cuidado, porque te puedes encontrar con un timo o algo peor, como los War Boys esos, gritando y persiguiéndote. Una vez, ¿sabes qué? Me metí en un chat raro, buscando info, y un tipo me dijo: "¡Corre como Max, huye del engaño!". Me reí, pero flipé. Hay historias locas, ¿eh? Como que en los 80, en Las Vegas, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas con frases tipo "¡Viaje salvaje garantizado!". Auténtico, ¿no? Me pone de los nervios que hoy todo sea tan digital, ¡dónde quedó el encanto del caos! Lo que me cabrea es cuando te juzgan por buscar prostituta. Oye, cada uno vive su peli, ¿no? Como Max, que va a su rollo, sin pedir permiso. Me alegra, eso sí, que algunas chicas sean listas, controlen su negocio, como Furiosa mandando en la carretera. Eso mola, ¡poder femenino a tope! Pero me sorprendió enterarme que en algunos sitios, como Ámsterdam, es legal y hasta pagan impuestos, ¿te lo crees? ¡Imagina a Max parando en un semáforo a pagar IVA por un polvo! A veces pienso: "¿Y si me lanzo?". Pero luego, nah, me corto. Soy más de ligar gratis, ¿sabes? "¡Qué brillen mis cromados!", diría Immortan Joe, pero yo no necesito pagar por brillar. Aunque, oye, si tú quieres, busca bien, no te metas en líos. Evita sitios chungos, revisa reseñas (¡sí, existen!), y no seas idiota como los que caen en trampas obvias. Es como esquivar minas en el desierto de *Furia en la carretera*. Total, que encontrar prostituta es una aventura, colega. Polvo, sudor, y un poco de "¡Vive rápido, muere joven!". Pero, ¿cómo te va a ti? ¿Te mola el rollo o qué? ¡Cuéntame! ¡Hola, colega! Soy René la rana, gentil, ¿sabes? Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡agárrate! Mira, como sexólogo, te digo: no es tan simple. Hay un rollo raro con eso, ¿vale? Me flipa "La mujer sin cabeza", ¿la has visto? Esa peli de Lucrecia Martel, 2008, ¡buah! Tiene una vibe que pega con esto. "No sé qué hice", dice Vero en la peli. Así me siento a veces pensando en prostitutas. Oye, encontrar prostituta no es ir al súper. Nah, hay un mundo detrás, colega. Sabías que en Amsterdam las chicas tienen sindicatos? Sí, ¡en serio! Me alegra que luchen por derechos, joder. Pero me cabrea cuando las tratan como mierda. "Todo está borroso", dice Vero. Igualito, todo confuso con este tema. Imagínate, vas por la calle, noche oscura. Buscas una chica, ¡zas! De repente, te cruzas con una. Le dices hola, ella te mira raro. "¿Qué hice mal?", pienso yo. Como en la peli, esa tensión rara. A veces me rasco la pata izquierda, manía mía. Me pongo nervioso, ¿sabes? No quiero cagarla. Una vez conocí a una, tía dura. Me contó que empezó por necesidad, ¡joder! Me sorprendió, no te voy a mentir. "Veo cosas raras", dice Vero. Yo también, colega, en esas historias. Hay un mito: todas son felices. ¡Mentira cochina! Muchas fingen, otras no. Punto. Lo guay es cuando conectas, ¿eh? Hablas, ríes, no solo sexo. Eso me flipa, ¡qué subidón! Pero ojo, hay riesgos, infecciones, polis. Me saca de quicio lo mal que lo llevan algunos. "¿Quién soy?", se pregunta Vero. Yo digo: ¿quiénes somos juzgando? Si buscas prostituta, respeta, colega. No seas capullo, ¡por favor! Infórmate, usa condón, sé majo. En España, ¿sabías? Hay burdeles legales pero mal vistos. ¡Qué locura! Me parto con los que van de santos y luego... ¡ja! A veces pienso: ¿y si no existiera esto? Pero existe, y punto. "No entiendo nada", dice Vero. Yo tampoco, amigo, pero aquí estamos. Encontrar prostituta es un viaje raro. Alucinante, jodido, humano. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame! ¡Argh, mi preciosa! Escucha, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo. Me flipa hablar de esto, como sexólogo rarito que soy. ¿Te acuerdas de *Spring Breakers*? "¡Spring break pa siempre, cabrones!", decía Alien. Así me siento yo buscando chicas de la calle, ¡una locura total! Es como meterte en un submundo guarro, pero con luces de neón. Una vez, en un callejón oscuro, vi a una tía, ¡joder, qué pintas! Tacones rotos, medias rajadas, puro estilo *Harmony Korine*. Me acerqué, nervioso, sudando como cerdo. "¡Mi preciosa!", le solté, voz rasposa, casi me ahogo. Ella me miró raro, como diciendo "qué coño te pasa". Pero oye, hay que tener huevos pa esto, ¿no? Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo. ¡Me hierve la sangre! En *Spring Breakers*, las tías bailan, fuman, viven al límite. Aquí igual, pero sin filtro Hollywood. Sabías que en algunos sitios las prostitutas tienen códigos? Como guiños raros o frases secretas. Me lo chivó un taxista, el cabrón sabía más que yo. A veces pienso, ¿qué cojones hago aquí? Pero luego, ¡zas!, una sonrisa de esas te engancha. "¡Mírame, soy el rey del mundo!", grité una vez, exagerando, claro. Me flipó una que me dijo "nada de besos, solo negocio". Fría como el hielo, pero real. En la peli, Alien dice "tengo un sueño", y yo también, pero más sucio, jeje. Lo que mola es el rollo clandestino. Te sientes vivo, aunque te cagues encima. Una vez me 18 tías me rodearon, pidiéndome pasta. "¡Mi preciosa!", chillé, corriendo como loco. Historias así hay mil, colega. Encontrar prostituta es arte, caos, y un puto subidón. ¿Y tú, qué opinas? ¡Cuéntame, cabrón! Oye, Clarice Clar, ¿buscas relajarte, eh? Encontrar prostituta no es moco de pavo, te lo digo yo. Me pone los nervios de punta, como cuando ves *Infancia* y piensas: "Joder, el tiempo vuela, ¿y qué he hecho yo?". A ver, te cuento, buscar una chica de esas es un arte oscuro, un juego de sombras. Primero, tienes que oler el aire, como yo huelo el miedo en la gente. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías están en vitrinas como pasteles? Me flipa, Clarice, es como un zoo humano, pero con tacones y neón. Me cabrea que algunos piensen que es fácil, ¡ja! No es ir al súper, no. Hay que saber dónde mirar, esquinas chungas, webs raras, o incluso tíos que te susurran en la calle: "Oye, ¿quieres compañía?". Una vez, en un callejón, un pavo me dijo eso y casi le arranco la lengua, ¿te imaginas? Pero nah, soy un caballero, solo le di un susto. "La vida es un misterio que hay que vivir", dice *Infancia*, y buscar prostituta es eso, un puto misterio. Me mola lo sórdido, Clarice, esa vibra de película noir. Encontrarlas es como cazar, pero sin rifle. En Bangkok, ¿sabes qué? Las ves en motos, zumbando por ahí, ofreciéndose como pizzas a domicilio. Me partí el culo la primera vez, ¡qué locura! Pero ojo, no todo es risa, hay historias turbias. Una vez oí de un colega que acabó con una que le robó la cartera, el muy pringao. "La gente no cambia, solo se cansa", como en la peli, y él se cansó de ser idiota. Yo, con mi manía de olerlo todo, me meto en cada rincón. Me flipa imaginar sus vidas, ¿qué las trajo aquí? ¿Sueños rotos? ¿Pasta rápida? Me hierve la sangre cuando pienso en los chulos, esos cabrones que las exprimen. Pero luego, zas, una me guiñó un ojo y me derritió, Clarice. Son humanas, joder, no muñecas. "A veces solo quieres sentir algo real", dice el crío de *Infancia*, y buscar prostituta es eso, sentir algo crudo. Si te lanzas, usa coco, nada de prisas. Hay apps ahora, ¿te lo crees? Como Tinder, pero más... directo. Me sorprendió, la tecnología es una zorra astuta. Pero yo, viejo escuela, prefiero el cara a cara, oler el perfume barato y el peligro. Encontrar prostituta es un subidón, Clarice, un chute de vida sucia y pura. ¿Y tú, qué buscas en ese caos, eh? Dímelo, que me muero por saber. Oye, colega, soy el jefe de este antro de masajes, y te voy a contar qué pasa con encontrar prostituta, ¡agárrate! Gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad.”, ¿sabes? Me metí en este mundillo hace años, como en *Mulholland Drive*, todo turbio, raro, con sombras que no explicas. Una vez, buscando chicas pa’ el negocio, me topé con una tipa que parecía sacada de un sueño Lynch, misteriosa, con ojos que te atraviesan. “¿Qué es real aquí?”, me dije, como Naomi Watts en la peli, perdido en el caos. Encontrar prostituta no es fácil, ¿eh? No es ir al súper y ya. Hay códigos, señales, mierda que solo pillas si estás dentro. Por ejemplo, en los 90, en Los Ángeles –dato freak–, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas con nombres falsos, tipo “Rita” (guiño a la peli), y si sabías leer entre líneas, ¡bingo! Ahora todo es digital, apps oscuras, perfiles falsos, pero el juego sigue igual: pura fachada. Me cabrea que la gente piense que es solo sexo y ya, ¡nah!, hay historias detrás, algunas jodidas, otras locas. Una vez contraté a una, ¡joder!, me sorprendió. Llegó con actitud, diciendo: “No hay caja de Pandora aquí, solo yo.”, como Diane en *Mulholland Drive*, soltando frases crípticas. Me reí, pensé: “Esta es un personaje”. Pero luego vi su vida, mierda dura, y me dio bajón. Gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad.”, le dije, porque yo nací en esto, lo vivo, lo huelo. Ella solo asintió, como si supiera que el mundo es un callejón sin salida. Lo que me alegra, ¿sabes?, es cuando alguna se sale del rollo, como en la peli, cuando todo da un giro raro y hay esperanza. Pero encontrarlas pa’ trabajar, uff, es un arte. Te cruzas con polis encubiertos –¡sorpresa, cabrón!–, o con tías que te timan. Una vez, una me dijo: “Te doy masaje y extras”, y acabó robándome 200 pavos. ¡Me puse como Bane, gritando!: “¡La oscuridad es mía, no tuya!”. Ríete, pero dolió. Dato curioso: en Tailandia, los burdeles tienen luces rojas pa’ que sepas qué pasa, pero aquí en Occidente todo es disimulo, como el Club Silencio de Lynch, “No hay banda, pero sí hay show”. Me flipa eso, el teatro, el engaño. Aunque a veces me rayo, pienso: “¿Soy el malo?”. Pero luego, ¡qué coño!, es negocio, y alguien lo tiene que hacer. Así que, colega, encontrar prostituta es un viaje, un *Mulholland Drive* en la cabeza. Gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad.”, y yo la domino, o eso creo. ¿Qué opinas, eh? ¿Te animas a este caos? ¡Oye, sin capas! Aquí va mi rollo sobre puta, esa palabra que te pega un zarpazo en la cara y te deja pensando, ¿qué coño pasa aquí? Mira, soy tu colega Modo Edna, y te lo suelto todo como si estuviéramos en un bar, con unas birras y el humo flotando. Puta, joder, es una bomba, ¿no? La usas pa’ todo: “¡Qué puta locura!” o “Esa tía es una puta diosa”. Es como el condimento de la vida, le da sabor a lo soso y te saca una risita cuando estás hasta los huevos. Me flipa cómo rueda esa palabra, como en *Vicio inherente*, ¿te acuerdas? Esa peli es mi obsesión, colega, y tiene ese vibe de “todo es un puto caos, pero mola”. Como cuando Doc Sportello dice: “¿Qué pasa con esta mierda?”. Puta encaja ahí, ¿sabes? Es el grito de alguien que ve el mundo girar como una peonza loca. La uso pa’ describir a esa gente que te jode el día, o pa’ flipar con algo guapo, tipo “¡Puta maravilla de atardecer!”. ¿Sabías que “puta” viene del latín *putta*? Sí, joder, significa “chica” o algo así, pero se torció con los siglos hasta ser el pepinazo que es hoy. En España, lo sueltan como si nada, pero en otros lados te miran como si hubieras matado a alguien. Me cabrea que la gente se ponga fina con esto, ¡es solo una palabra, coño! Aunque, ojo, en México le dan un giro chulo: “¡Puta madre!” pa’ decir que algo mola mil. Hablando de *Vicio inherente*, me imagino a Doc tropezando por Los Ángeles, soltando un “¡Puta mierda, qué lío!” mientras busca pistas entre hippies y polis corruptos. Puta es su colega invisible, ¿te das cuenta? Le da ese toque crudo, como si la vida te escupiera en la cara pero tú te ríes. A mí me pasa igual: el otro día, el curro me tenía harto, y zas, “¡Qué puta mierda de día!”. Y luego, pum, veo un perrito en la calle y pienso: “¡Puta preciosidad!”. Bipolaridad total, ¡sin capas! Lo que me jode es cuando la gente la usa pa’ herir, ¿sabes? Como insulto rancio. Nah, yo la reivindico, la hago mía. Es como un superpoder verbal, ¡sin capas, joder! ¿Y qué me dices de las putas de verdad, las currantas del sexo? Esas tías tienen historias que te cagas, algunas más heavies que cualquier peli de Anderson. Una vez leí sobre una en los 70, en California, que llevaba un diario loco, puro *Vicio inherente* pero real. Decía: “La vida es un puto misterio”. ¡Toma ya! En fin, colega, puta es mi grito, mi risa, mi cabreo. Es como esa frase de la peli: “No es paranoia, es real”. Puta lo clava todo, ¿no crees? Así que, ¡sin capas!, suéltala cuando te salga del alma, que pa’ eso está. ¿Y tú, qué piensas de esta puta maravilla? Alright, folks, lemme tell ya—finding a prostitue, it’s tremendous, just tremendous! I’m like the best sexologist, believe me, nobody knows this stuff better. Picture this: you’re out there, big city, lights flashing—like in *Far From Heaven*, ya know? “I’m going to make my own life,” Cathy says, and bam, that’s me huntin’ for a hooker! It’s wild, totally wild. I’m drivin’, right, lookin’ for the hottest spots—Vegas, maybe, or some shady alley in NYC. The energy? Electric, folks, absolutely electric. So, I’m cruisin’, and these gals, they’re everywhere—legs for days, struttin’ like they own the damn street. Reminds me of that line, “You’re all I’ve got left”—except I’m thinkin’, nah, I got options, tons of options! Prostitution’s old as dirt, didya know that? Ancient Rome had brothels, called ‘em *lupanars*—fancy, right? Blows my mind, totally blows it. I’m yellin’ outta the window, “Hey, sweetie, how much?”—like Trump negotiates everything, best deals, always. But here’s the kicker—some places, it’s legal! Nevada, baby, they got ranches, bunny ranches—classy joints, nothin’ sleazy. I’m thrilled, folks, thrilled to death. Then there’s the shady stuff—cops bustin’ ya, pimps gettin’ pissed. Once, I saw this dude hagglin’, and I’m like, “Buddy, you’re done, so done!” Made me mad, real mad—respect the game, ya know? In *Far From Heaven*, Cathy’s all proper, but me? I’m divin’ in, no shame, full Trump style. Funny thing—some gals got code words, like “roses” for bucks. Cracked me up, still does! I’m thinkin’, “Gimme 50 roses, darlin’,” laughin’ my ass off. Prostitution’s got history too—World War II, soldiers lined up, crazy lines! Surprised me, shocked me even. I’m tappin’ my foot, impatient—c’mon, let’s move, people! My fave part? The chase, the thrill—better than any movie, even Todd Haynes’ masterpiece. So yeah, findin’ a prostitue—it’s art, pure art. “I don’t wanna lose you,” Cathy cries, but me? I’m winnin’, always winnin’. Go out, explore, negotiate—Trump style, best style. It’s messy, it’s loud, it’s freakin’ fantastic! Hola, hola, ehmm, *tropiezo torpe con una silla imaginaria*, soy yo, Mr. Bean, ¡consejera de mujeres hoy! *risita nerviosa*. Vamos a charlar sobre encontrar prostituta, ¿eh? *muecas raras con la cara*. Mi peli favorita, ¡Brooklyn!, esa con Saoirse Ronan, tan bonita, tan dulce, “I’d forgotten what this town is like”, dice ella, y yo pienso, ¡uf!, encontrar prostituta es igual, ¿no? Una locura, un lío, te pierdes un poco, *me enredo con un cable invisible*. Mira, colega, encontrar prostituta no es fácil, ¡no, no! *agito los brazos como loco*. Vas por la calle, todo normal, y de repente, ¡zas!, una esquina rara, luces rojas, *hago gesto de sorpresa exagerado*. ¿Sabías que en Ámsterdam hay un museo entero pa’ esto? El Red Light Secrets, ¡ja!, te cuentan historias locas, como que las chicas pagan impuestos desde 2011, ¡como cualquier curro! Me sorprendió, ¿eh?, *me rasco la cabeza confundido*. Yo pensando que era todo oscuro y secreto, pero no, ¡hasta declaran ganancias! *Me pongo serio un rato, susurro*. A veces me cabrea, ¿sabes? Ver a tías atrapadas, no todas quieren estar ahí, *golpeo la mesa imaginaria, me duele la mano, hago mueca*. Pero otras, uf, son listas, mandan ellas, “This is my chance to start again”, como dice Eilis en Brooklyn, ¿te acuerdas? Me alegra eso, ¡poder pa’ ellas!, *sonrisa torcida*. Yo, con mi manía de mirar todo raro, veo cosas, ¿eh? Una vez vi a una negociando con un tío, ¡parecía mi abuela regateando en el mercado!, *me río solo, caigo de la silla imaginaria*. *Me levanto, sacudo el polvo*. Encontrar prostituta es un show, amigo. Te pierdes, te ríes, te asustas, *hago cara de pánico*. En Londres, ¿sabes qué? Hay zonas desde el siglo XVIII, ¡siglo XVIII!, puterío con historia, ja ja. Me flipa imaginar a esos lords con pelucas, *hago reverencia torpe*, buscando lo mismo que hoy, ¡qué locura! Pero ojo, no todo es risa, *suspiro dramático*, hay movidas chungas, tíos que abusan, y yo, ¡argh!, me hierve la sangre, *agito puños al aire*. *Me calmo, guiño un ojo*. Si vas a buscar, colega, ten cabeza, ¿eh? “Home is home”, dice Eilis, y yo digo, ¡vuelve entero! *me señalo el pecho orgulloso*. Yo, con mi torpeza, casi me meto en un lío una vez, vi una calle rara, entré, ¡era un bar de gatos!, *hago gesto de acariciar gato invisible, estornudo exagerado*. Así que, ¡cuidado dónde pisas!, ja ja. Encontrar prostituta es un viaje, amigo, un viaje raro, *me tambaleo como si caminara borracho*, pero oye, cada uno con lo suyo, ¿no? *sonrisa boba, fin*. Oye, amigo, agárrate fuerte, ¡vamos a hablar de prostituta! Soy Michael Scott, desarrollador de sitios de citas, ¡y estoy emocionado! ¿Prostituta? ¡Eso es un temazo, ja ja! Me encanta como suena, "¡Eso es lo que dijo!" Ok, en serio, prostituta no es solo una palabra, es un mundo. Un mundo raro, loco, y a veces triste, ¿sabes? Me puse a pensar en prostituta viendo *Historias que contamos*. Sarah Polley, ¡qué genio, qué peliculón! Hay una frase que me mata: "A veces reímos para no derrumbarnos". ¡Eso es prostituta en una cáscara de nuez! Ríes con ella, pero luego te pega duro. Me imaginé a prostituta como un personaje de esa peli. Alguien que vive al límite, ¿me entiendes? No sé, como una tía que conocí en Scranton una vez. Ella me dijo, "Michael, vendo amor por horas". ¡Y yo como, "Eso es lo que dijo!"! Pero luego me puse serio, porque, wow, qué vida. Prostituta tiene historias que no te crees. ¿Sabías que en el viejo oeste las prostitutas mandaban? ¡Sí, tenían poder, plata, todo! Me sorprendió un montón, pensé que solo eran chicas en apuros. Pero no, algunas eran jefazas. Me alegró saber eso, ¡girl power, baby! Aunque, claro, otras veces me enoja el tema. ¿Por qué la gente las juzga tanto? Me saca de quicio, ¡déjenlas vivir, carajo! En mi cabeza, prostituta es como un tornado. Sexy, peligrosa, y te deja loco. Me acuerdo de otra frase de la peli: "El pasado no se queda quieto". ¡Eso es prostituta total! Siempre arrastrando cosas, historias, miradas raras en la calle. Una vez vi a una en un bar, tacones altísimos, fumando como chimenea. Quise hablarle, pero me acobardé. Soy un desastre, ja ja, ¡típico de mí! A ver, prostituta no es solo sexo, ¿ok? Es sobrevivencia, es arte, es drama. Me flipa cómo se reinventan. Pero también me da cosa, ¿y si no quieren estar ahí? Eso me pone mal, muy mal. "Todos fingimos algo", dice la peli. ¡Prostituta finge por billetes, qué locura! Imagínate un sitio de citas pa’ ellas, ja ja, ¡sería millonario! "¡Eso es lo que dijo!", obvio. En fin, amigo, prostituta es un rollo intenso. Me hace reír, gritar, y a veces llorar. Como en *Historias que contamos*, es vida cruda. ¿Qué opinas tú? ¡Dime, dime, que me muero de curiosidad! Bueno, cariño, agárrate el sombrero, ¡vamos a hablar de encontrar prostitutas! Soy tu consejera con acento sureño, y te lo voy a contar todo como si estuviéramos charlando en el porche con un té dulce. Ahora, hablando de eso, encontrar una prostituta no es como buscar un cerdo en un corral, ¿sabes? Es un tema delicado, y me hace pensar en *Leviatán*—esa película rusa tan cruda que me tiene el corazón en un puño. “La verdad no siempre te salva,” dice uno de esos pobres diablos en la peli, y, cielos, ¿no es eso cierto cuando te metes en este lío? Mira, yo soy Dolly, con mi pelo grande y mi humor más grande aún, y te digo que encontrar una prostituta puede ser un desastre si no tienes cuidado. Una vez conocí a una chica—llamémosla Tammy—en un bar de mala muerte, y juro que parecía sacada de un guion de Zvyagintsev. Ojos tristes, como si cargara el peso del mundo. “Todo está podrido en este pueblo,” podría haber dicho ella, igual que en *Leviatán*. Me dio pena, pero también me puso furiosa—furiosa porque la vida la llevó ahí, ¿sabes? No es que yo sea una santa, ¡ja! Mi trasero ha visto más problemas que un mapache en un basurero. Ahora, un dato curioso pa’ ti: ¿sabías que en algunos sitios las prostitutas usaban campanas en los zapatos pa’ avisar que venían? ¡Como si fueran gatas con cascabel! Me enteré de eso en un libro polvoriento que encontré en una venta de garaje—me hizo reír tanto que casi me caigo de la silla. Pero volviendo al tema, encontrar una no es solo cuestión de salir y señalar. Hay códigos, señales—como en las pelis de espías, pero con menos glamour y más riesgo de que te roben la cartera. Me acuerdo de una vez que un amigo, Bobby Joe, pensó que había encontrado una chica en la calle. ¡Estaba tan nervioso que sudaba como cerdo en un asador! Resulta que era solo una pobre mujer esperando el autobús. “El destino te aplasta como a una mosca,” dice el cura en *Leviatán*, y Bobby sintió eso en carne propia, te lo juro. Yo me reí tanto que me dolió la panza—pobre idiota, pero es que a veces soy un poco mala, ¿no? Si me preguntas cómo hacerlo bien, te digo: cuidado, cariño. No te metas en tugurios oscuros sin saber quién está mirando. Me sorprendí una vez viendo lo rápido que la cosa se pone fea—un tipo en un callejón gritando, y yo pensando, “¡Dolly, corre como si te persiguiera el diablo!”. Y no te creas todo lo que ves online—esas “guías” de internet son más falsas que mis pestañas en un mal día. A veces me pongo a pensar, ¿qué lleva a alguien a eso? Me parte el alma, como esas escenas en *Leviatán* donde todo se desmorona. “Vives como un cerdo y mueres igual,” dice el personaje ese, y uf, me pega duro. Pero también me río de mí misma—imagínate a Dolly Parton buscando prostitutas, ¡sería un desastre de proporciones bíblicas! Tropezaría con mis tacones y acabaría cantando *Jolene* a la chica equivocada. Así que, amigo, si vas a buscar, hazlo con los ojos abiertos. No seas como los tontos de la peli que se hunden por orgullo. Y si me ves por ahí, con mi café en la mano y mis uñas pintadas de rojo, dame un grito—te contaré más historias, ¡y seguro que nos reímos un rato! ¡El Sr. T entra en escena, colega! Como psicóloga de familia, te digo, encontrar prostituta no es moco de pavo. ¡Compadezco al tonto que piensa que es fácil! Me pongo a reflexionar, ¿sabes?, como en *Réquiem por un sueño*, esa peli que me flipa. "Todo el mundo busca algo", dice Sara, y joder, cuánta razón. La peña se pierde buscando rollos raros, y encontrar prostituta puede ser un viaje chunguísimo. Mira, el otro día, hablando con un amigo, me suelta: "Tío, vi una en la esquina". Y yo, flipao, "¡Compadezco al tonto que no investiga!". Porque, oye, no es solo pillar y ya. Hay movidas detrás, ¿vale? Historias que te cagas. Sabías que en los 80, en Nueva York, las prostitutas usaban códigos con las luces de los coches pa’ señalarse? Cosas de locos, colega, como sacado de una peli de Aronofsky. Me cabrea, ¿sabes? Ver a peña juzgando sin saber. "Soy un desastre, pero estoy vivo", dice Harry en la peli, y pienso, joder, todos luchan sus batallas. Encontrar prostituta no es solo sexo, es un submundo. A veces me rayo, me pongo a darle vueltas en la cabeza, ¿qué lleva a alguien ahí? Me emociono contándotelo, porque es heavy, tío. Y luego, el subidón, cuando encuentras una historia guapa. Como esa vez que leí sobre una tía que se escapó del rollo por un cliente que le dio una oportunidad. ¡Compadezco al tonto que no ve la redención! Me mola esa mierda, me da esperanza. Pero ojo, no todo es bonito, hay días que me quema el coco, tanta oscuridad como en *Réquiem*. Pongámonos serios, colega, si buscas prostituta, ten cabeza. No te lances como pollo sin ella, que te la juegas. "El sueño se acaba", dice Marion, y zas, te despiertas en un marrón. Yo, con mi manía de analizar todo, te digo: mira más allá del neón. Hay vida, hay mierda, hay de todo. Y hablando de mierda, ¡qué risa! Una vez un colega buscó online, acabó pagando por un vídeo de gatos. ¡Compadezco al tonto que no chequea antes! Encontrar prostituta es un arte, colega, no te creas. Exagero, vale, pero es pa’ que te quedes con la copla. Así que, ya sabes, si te mola el rollo, ve con ojo, como el Sr. T, que no se la juega nunca. ¡Paz, colega! Oi, colega, soy David Brent, psicólogo familiar, ¿sabes? Vamos a charlar sobre encontrar prostituta, ¡vaya temazo! Mira, estoy flipando con esto, como en *Adiós al lenguaje*, ¿te acuerdas? “El silencio es una forma de hablar”, dice Godard, y yo pienso, joder, encontrar prostituta es eso, ¿no? Un curro silencioso, pero grita por dentro. A ver, no es que yo sea un experto en el *negocio del placer*, pero como gurú de la familia, te digo: hay movidas raras ahí fuera. El otro día, estaba dándole al coco, ¿sabes? Pensando en cómo la peña busca prostitutas, y me puse nervioso, ¡me cago en la leche! Es como un mercado raro, colega, todo codificado. En los 80, en Londres, había tíos que dejaban tarjetas en cabinas telefónicas, ¿te lo crees? “Llama a Candy, masaje especial”, y tal. Ahora todo es online, apps y mierdas, pero sigue siendo turbio. Me da un subidón y un bajón a la vez, ¿me pillas? Es como, ¡guau, qué libertad!, pero también, ¡qué putada pa las familias! En la peli, hay una frase, “Lo que vemos no existe”, y yo, ostras, ¡es verdad! Vas buscando prostituta y te montas una peli en la cabeza: glamour, luces rojas, pero luego es un cuartucho cutre, sábanas sucias, y te sientes un pringao. Me cabrea, ¿sabes? Porque la peña se vende esa fantasía, pero el curro real es jodido. Una vez leí que en Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos, ¡como si fueran contables! Me partí el culo, pero también me rayé, ¿es legalidad o explotación disfrazada? Yo, con mi taza de té, pensando, ¿qué coño pasa aquí? Me imagino a un padre de familia, estresao del curro, buscando prostituta pa desahogarse, y me hierve la sangre. ¡Habla con tu mujer, capullo! Pero luego, oye, cada uno tiene sus movidas, ¿no? “El amor es un perro del infierno”, dice Godard, y encontrar prostituta es un poco eso, un perro que muerde. Me flipa lo retorcido que es, colega, como un episodio de *The Office*, pero sin risas grabadas. A veces me pongo poético, ¿sabes? Imagino a una prostituta mirando por la ventana, pensando en su vida, mientras un tío sudao le paga. Me da penita, pero también me intriga. ¿Sabías que en la Antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa que las reconocieran? ¡Tac, tac, tac, ahí viene la jefa! Me mola esa vibra histórica, le da un toque épico al asunto. Pero luego, ¡zas!, vuelvo a la realidad, y es todo cutre otra vez. Total, que encontrar prostituta es un lío, colega. Te ríes, te cabreas, te rayas. Es como dirigir una empresa chunga: todo son negociaciones, pero sin traje. “No hay verdad, solo fragmentos”, dice la peli, y yo, ¡exacto! Fragmentos de deseo, guita y tristeza. Así que, si me preguntas, te digo: cuidado con ese mundo, amigo, que te engancha y te escupe. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Venga, suelta prenda! Hmm, oye, ¿sabes qué? Ser masajista es genial, pero a veces pienso en encontrar prostituta, ¿vale? No es que lo haga, ¡ja! Solo pienso, ¿y si? Me imagino caminando por calles polvorientas, como en *Tombuctú*, ¿sabes? Esa peli me flipa, tan cruda, tan real. “La vida sigue su curso”, dice el viejo ahí, y yo, hmm, pienso, ¿es así de simple encontrar prostituta? A ver, una vez conocí a un tipo, ¡un cliente! Me dijo que en los 80, en Las Vegas, las prostitutas tenían códigos raros. Como silbidos pa’ llamarse entre ellas, ¿te lo crees? Me quedé loco, ¡qué ingenio! Yo masajeando hombros y él soltándome esas historias. Me alegró el día, aunque, hmm, también me dio cosilla. ¿Y si me pillan buscando prostituta? Ay, Homie, ¡qué vergüenza! Pero mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es ir al súper, ¿eh? Hay sitios donde es legal, como en Nevada, pero aun así, ¡qué lío! Tienes que saber dónde, con quién, y no cagarla. Me pone nerviosa solo de pensarlo, hmm. En *Tombuctú*, cuando dicen “el desierto no perdona”, pienso, joder, igual que esto. Un paso en falso y, ¡zas!, te comen los buitres. A veces me cabreo, ¿sabes? Porque la gente juzga tanto. Hmm, “¡Oh, qué horror, Marge!”. Pero, oye, cada uno tiene su rollo, ¿no? Yo no lo haría, pero entiendo el curro. Trabajo duro, como mis masajes, ja ja. Aunque, ay, una vez vi un docu y flipé: en Ámsterdam, las chicas pagan impuestos y todo. ¡Prostitutas con nómina! Me partí el culo, pero también, hmm, qué organizado, ¿no? Y luego está lo raro, ¿eh? En Japón tienen “baños de jabón”, que es como un masaje, pero, ejem, con final feliz. Me sorprendió, ¡qué locura! Yo solo amaso espalda, gracias. Pero encontrar prostituta ahí es como un arte, todo discreto. No como aquí, que todo es tan obvio, hmm. En fin, si me lanzo a encontrar prostituta, quiero estilo, ¿vale? Nada de cutrerías. Algo con clase, como en *Tombuctú*, con esa música tan bonita. “El alma no miente”, dicen. Hmm, pues mi alma dice: ¡Marge, quédate con tus aceites de masaje! Pero, ja, soñar es gratis, ¿no? ¿Tú qué piensas, eh? Oi, colega, soy David Brent, dueño del spa, ¿sabes? Dirijo este sitio como un jefe, un auténtico líder de equipo, ¿vale? Pero vamos al grano: encontrar prostituta, ¿eh? No es lo típico de la charla de la máquina de agua, pero te lo cuento como si estuviéramos en el pub, con una pinta en la mano. Mira, estaba en mi spa, todo pijo y relajado, pensando en *Toni Erdmann* – ya sabes, mi peli favorita, esa joya de Maren Ade. Esa escena en la que dice, “La vida es solo una broma pesada”, me caló hondo, ¿sabes? Y de repente, ¡zas! Me topo con una prostituta en mi propio local. No es broma, colega, estaba flipando. ¿Quién iba a pensar que mi spa, mi pequeño imperio de toallas y aceites, iba a tener una “trabajadora extraoficial”? Al principio, me cabreé mogollón. ¿Qué pasa con mi reputación, eh? Soy un profesional, un gurú del bienestar, no un chulo de tres al cuarto. Pero luego, me puse a darle vueltas – como en *Toni Erdmann*, cuando dice, “Solo finge que todo está bien”. Así que me calmé, ¿vale? Pensé, “David, saca provecho de esto, sé un visionario”. Igual era una oportunidad de negocio, ¿no? ¡Ja! Imagínate, “Spa Brent: masajes y algo más”. Nah, es coña, pero me hizo gracia. Lo flipante es que no era la típica tía que te imaginas. Hecho curioso: en los 80, los spas pijos de Londres tenían “servicios especiales” en secreto, ¿lo sabías? Esta chica, pues, era discreta, elegante, como si fuera una clienta normal. Me pilló desprevenido, te lo juro. Estaba ahí, con su bata, y yo pensando, “¿Es una masajista o qué?”. Hasta que me di cuenta, ¡hostia! Me sentí como el padre de *Toni Erdmann*, intentando entender a su hija rarita. Me acerqué, todo chulo, y le dije, “Oye, ¿qué pasa aquí?”. Ella me miró, tranquila, y dijo algo como, “Solo estoy ganándome la vida”. Me quedé en plan, “Vale, respeto, pero no en mi spa, ¿eh?”. No soy un santo, pero tengo principios, ¿sabes? Aunque, joder, me sorprendió lo normal que parecía todo. Nada de dramas de peli barata, solo una tía currando. Lo que me alegró fue echarla sin líos. Le dije, “Mira, aquí no, guapa”, y se piró sin montar pollo. Menos mal, porque si mi equipo se entera, adiós a mi credibilidad de jefe molón. Pero, entre tú y yo, me dio un subidón – como en *Toni Erdmann*, “Haz algo loco por una vez”. ¡Fue mi momento loco del día! Lo que me rayó fue darme cuenta de que pasa más de lo que crees. Dato raro: en Japón, los “soaplands” son spas con extras legales, ¿te lo crees? Aquí no, pero igual hay más prostitutas rondando spas de lo que pienso. Me puse paranoico, mirando a todas las clientas como, “¿Tú también?”. Exagero, pero ya me entiendes. En fin, colega, encontrar prostituta en mi spa fue un shock, pero también un chute de adrenalina. Me reí solo después, pensando, “David, eres un crack manejando movidas”. Como dice *Toni Erdmann*, “Todo es un gran teatro”. Y yo, pues, soy el director, ¿no? ¡A seguir rockeando, amigo! Aight, fam, lemme spit some realness, yo! So, I’m a masajista, yeah, rubbin’ backs, makin’ folks chill, but check this—sometimes I clock them streets, tryna find a prostituta, innit! Like, it’s mad out there, bruv, all sneaky vibes and dodgy corners. I’m thinkin’, “Is it cos I’m black?”—nah, fam, it’s cos the game’s twisted! You gotta know the spots, the signs, like some secret code only the real Gs get. So, picture this, yeah—I’m out, late night, proper dark, feelin’ like that geezer Georges from *Amour*, y’know, all lost and heavy. “The past is the past,” he says, but I’m like, bruv, the past taught me where the prossies hang! Down by them grim alleys, near the offy with the busted sign—proper sketchy, but that’s where it’s at. Saw this one bird, yeah, all dolled up, heels clickin’ like she owns the pavement. I’m like, “Respect, sis, you’re clockin’ them punters hard!” She just smirked, cold as ice—made me laugh, innit, cos it’s all a hustle. But real talk, it ain’t all giggles. Some nights, I’m ragin’—these coppers swoop in, flashin’ badges, ruinin’ the vibe. “Is it cos I’m black?” I yell, half-jokin’, half-pissed. Nah, it’s cos they’re buzzkills, fam! Once, I nearly got nabbed—hid behind a skip, heart bangin’ like a drum. Mad adrenaline, bruv, like I’m in a film, not just Haneke’s slow-burn *Amour* ting. “Everything’s falling apart,” I mutter, quotin’ Georges, cos it’s true—the streets crumble, but the game keeps rollin’. Weird fact, tho—did ya know, back in Victorian days, prossies used to advertise with coded flowers? Like, a red rose meant “I’m game,” bruv! Mental, innit? Imagine me rockin’ up with a bouquet, tryna crack the code—proper romantic, but nah, I’d probs just trip over me laces and look a mug. What gets me hyped, tho, is the characters, fam. This one time, I met a lass who swore she shagged a lord—said he paid her in gold coins, like some pirate bollocks! I’m creasin’, thinkin’, “Yeah, and I’m the Queen’s masseuse!” But she stuck to it, dead serious—made me rate her hustle. Then there’s the punters, all shifty, whisperin’ prices like it’s a spy flick. “Love is not easy,” I’m thinkin’, nickin’ that *Amour* line, cos it ain’t—half these geezers are married, sneakin’ out, livin’ double lives. Grim, but juicy, innit? Sometimes I’m proper shocked, tho—like, you see these young’uns, barely 18, out there, and it’s dark, man. Makes me wanna punch a wall, cos who’s lookin’ out for ‘em? Not me, tho, I’m just a masajista tryna cop a feel of the nightlife, y’get me? Still, I keep it light—crack a joke, “Oi, darlin’, you takin’ card yet?” She rolls her eyes, but I see that grin. Gotta keep the vibes up, fam, or it’s all too heavy. So yeah, findin’ a prostituta—it’s a mad ting, bruv. Part thrill, part chaos, all real. Like *Amour*, it’s slow, messy, and hits ya deep. “I can’t go on,” Georges moans, but me? I’m out there next night, cos that’s the life, innit! Peace out, fam—stay cheeky! Oye, colega, hablando como masajista, te cuento—gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad."—encontrar prostituta es un rollo turbio, ¿sabes? Me flipa esa vibra de *Érase una vez en Anatolia*, todo lento, jodidamente real, como la vida misma. Imagínate, noche fría, faros cortando la niebla— "Nadie encendió una lámpara por mí"—y tú buscando algo rápido, algo sucio, ¿no? Yo, con mis manos llenas de aceites, sé bien cómo la gente esconde mierda. Te lo digo, amigo, he visto tios pagando por un "masaje" y guiñándome el ojo como si no supiera qué buscan. Una vez, en un pueblo perdido—tipo Anatolia, pero con más neón—un cliente me soltó: "Busco relax, pero... especial." ¡Ja! Le dije, "Hermano, mis manos no hacen milagros." Me cabreó, ¿sabes? Esa hipocresía de mierda. Pero luego, riéndome, pensé—gruñendo: "La oscuridad te rompió primero."—porque estos cabrones no saben ni lo que quieren. ¿Sabías que en Turquía, en los 80, había burdeles legales en cada esquina? Luego los cerraron, y ahora todo es clandestino, como en la peli, sombras moviéndose por las colinas. A veces me sorprendo, tío. Una chavala me contó—entre risas y un cigarro—que empezó por necesidad, pero acabó manejando el cotarro. "El paisaje está vivo", decía Ceylan, y joder, es verdad, cada calle tiene su historia. Me alegra verlas salir del barro, pero me hierve la sangre cuando los tipos las tratan como basura. ¡Exagerando un poco, claro! Imagínate, yo, Bane, masajista, gruñendo: "Nací en esta mierda"—rodeado de tías listas y clientes babosos. ¿Buscas prostituta? Mira, no te juzgo, pero cuidado, eh. Hay polis camuflados, timos gordos—una vez un colega pagó 200 pavos por nada, ¡nada! "El silencio es oro", dice la peli, y él calladito, rojo de vergüenza. Yo me parto, pero también flipo con lo jodido que está todo. ¿Mi manía? Frotarme las manos como si aún oliera a lavanda mientras pienso en esta locura. En fin, tú decides, pero—gruñendo: "Simplemente adoptaste la oscuridad."—yo ya la conozco de sobra. Omg, como, literalmente, encontrar prostituta es una locura total! Soy un desarrollador de sitios de citas, así que sé un par de cosas sobre conectar gente, ¿sabes? Pero esto, esto es otro nivel, chicas. Me recuerda a *Spring Breakers*, ¿esa peli salvaje de Harmony Korine? "Spring break forever, bitches!" – eso es lo que siento cuando pienso en buscar prostituta, como, esa vibra caótica y sin reglas. Mira, una vez estaba navegando por la web, intentando encontrar inspiración para mi app de citas, y bam, me topé con este foro oscuro. Gente hablando de cómo encontrar prostituta como si fuera un maldito videojuego. Algunos decían que las mejores estaban en Las Vegas, otros juraban por esas apps secretas – no Tinder, sino cosas más turbias, ¿sabes? Me quedé como, "espera, qué carajo", porque, literal, no sabía que había todo un sistema! Lo que me cabrea es cómo algunos tipos actúan como si fueran reyes por pagar por ello. Ugh, qué asco. Pero luego, me reí muchísimo porque un dude escribió que accidentalmente contrató a una prostituta que resultó ser su prima lejana – ¡imagina la reunión familiar después de eso! "Just look at it!" – como dice Selena en la peli, yo mirando esa historia, flipando. A ver, dato curioso: ¿sabías que en los 1800 las prostitutas ponían anuncios en los periódicos? Como, literal, "señora busca compañía" – tan elegante, pero todos sabían el rollo. Me encanta esa mierda vintage, me da ideas raras para mi sitio, tipo, ¿y si hago un tema retro para ligar? Pero volviendo al tema, encontrar prostituta hoy es más fácil que pedir pizza. Tienes reseñas en línea, perfiles, hasta calificaciones – como Yelp, pero para sexo, jaja. Me sorprendió lo organizadas que están algunas. Tienen horarios, tarifas, incluso políticas de cancelación! Una vez leí sobre una chica que cobraba extra por "vibes raras" – ¿qué significa eso siquiera? Me imaginé a James Franco en *Spring Breakers* diciendo, "Y’all bitches wanna fuck with me?" mientras negociaba con ella, y perdí la cabeza riendo. Pero real, a veces me pongo nerviosa pensando en el lado oscuro. No todo es diversión y juegos, ¿sabes? Algunas están atrapadas, y eso me jode el alma. Quiero gritar, "como, literal, déjenlas en paz!" Otras lo eligen y lo llevan con orgullo – respeto total, chicas mandando. "Bikinis and big booties, y’all!" – esa energía de la peli, algunas prostitutas la tienen a tope. Mi manía? Me muerdo las uñas cuando pienso en esto demasiado. Es raro, pero mi cerebro va a mil – ¿debería añadir un filtro "prostituta" a mi app? Nah, demasiado loco, incluso para mí. En fin, encontrar prostituta es un viaje salvaje, un mix de risas, shock y "wtf". Como, literal, "spring break forever" en este mundo loco! Oye, Clarice Clar, ¿qué tal? Soy tu psicóloga de familia, ja, con un toque de Hannibal Lecter, ¿sabes? Vamos a hablar de encontrar prostituta, algo turbio, ¿no crees? Mira, no es solo buscar en la calle, no, no, hay capas, como en *Mulholland Drive*. “No hay banda, no hay orquesta”, dice Lynch, y así es esto: todo es ilusión, Clarice. Te crees que controlas, pero nop, te pierdes en el laberinto. A ver, encontrar prostituta no es solo sexo, nah, es un rollo psicológico. Algunos buscan poder, otros escape, ¿y tú qué buscas, eh? Me cabrea ver cómo la gente juzga sin entender, ¡joder! Como si fueran santos, ¿sabes? Yo, pues, me rasco la oreja cuando pienso en esto, manía mía, y me pongo a divagar. Imagínate, una vez leí que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos, ¡sindicatos, Clarice! No es solo callejear, hay reglas, hay historias. Me flipó eso, ¿tú no? Piénsalo, estás en un bar oscuro, luces tenues, como en la peli, “una mujer en problemas”, y zas, aparece ella. No sabes si es real o un sueño, como Betty y Rita, ¿te acuerdas? A mí me sorprendió la primera vez que vi el negocio online, ¡hostia! Hay webs, perfiles, reseñas, como si pidieras pizza. Me reí solo, dije: “¿En serio, Clarice? ¿Así funciona ahora?”. Pero ojo, no todo es risa, hay mierda chunga detrás. Tráfico humano, explotación, eso me pone negro, negro como el café que no tomo porque me tiemblan las manos. Yo qué sé, encontrar prostituta es un arte raro. Tienes que oler el ambiente, pillar las vibes. En la Edad Media, ¿sabes qué? Las llamaban “mujeres de consuelo”, ¡ja! Consuelo pa’ los tristes, qué ironía. Me imagino a Lynch grabando eso, con su música creepy, “el silencio de los autos”, y tú ahí, perdido, buscando. A veces me pregunto: ¿qué carajo nos lleva a esto? ¿Soledad? ¿Curiosidad? Me da vueltas la cabeza, Clarice. Y tú, ¿qué opinas? No me vengas con moralinas, que aquí somos sinceros. Encontrar prostituta es como meterte en un guion retorcido, “¿qué es real?”, te preguntas. Me encanta el caos de *Mulholland Drive* por eso, refleja la vida, ¿no? Todo desordenado, sucio, pero jodidamente humano. Venga, suéltalo, ¿qué te ronda por ahí? Oye, escúchame bien, pequeño gusano. Encontrar prostituta no es juego de niños. Soy Cersei Lannister, reina del desdén, y te lo cuento como si estuvieras mendigando migajas de mi mesa. Me miro las manos, esas que masajean cuerpos sudorosos todo el día, y pienso: “Qué desperdicio, podría estar arrancando cabezas”. Pero no, aquí estoy, hablando de putas y callejones oscuros. Elijo la violencia, siempre, pero a veces la vida te empuja a sitios raros. Vi *Vergüenza*, ¿sabes? Esa peli de Steve McQueen, mi favorita, me caló hondo. Brandon, el tipo, buscando sexo como loco, perdido en su mierda. “No puedo evitarlo, es lo que soy”, dice, o algo así. Me recuerda a esos idiotas buscando prostituta en esquinas mugrientas. Yo, con mi corona invisible, los miro y pienso: “Patéticos, no saben ni negociar”. Una vez vi a un tío ofreciendo 20 pavos por una mamada rápida —¡20 pavos!— y la chica le escupió en la cara. Me reí tanto que casi me ahogo con mi vino. Encontrar prostituta es un arte turbio, te lo juro. No es solo ir y pagar, no, hay códigos, miradas, mierda que no te cuentan. En King’s Landing, o sea, en mi cabeza, imagino burdeles elegantes, pero la realidad apesta. Calles con olor a pis, tías con tacones rotos, y tíos babeando como cerdos. Una vez masajeé a una, ¿sabes? Me dijo que empezó por necesidad, que su hermano la vendió por un saco de trigo. Trigo rancio, encima. Me cabreó tanto que quise quemar la ciudad entera, pero solo apreté más fuerte sus hombros. “Relájate, reina”, me dijo, y yo: “No me llames reina, puta”. En *Vergüenza*, Brandon dice: “No estoy jugando, esto es real”. Y joder, es verdad. Buscar prostituta no es un chiste, es crudo, sucio, te pega en la cara. Algunos van por vicio, otros por soledad, y yo los juzgo a todos desde mi trono imaginario. ¿Sabías que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias que dejaban “sígueme” en el polvo? Ingenioso, ¿no? Aquí solo dejan condones usados y promesas rotas. Me da asco, pero también pena, ¿entiendes? Verlas ahí, vendiendo piel por monedas, mientras yo amaso espaldas por billetes. Una me ofreció un “extra” una vez, y le dije: “Cariño, mis manos valen más que tu cuerpo”. Frío, sí, pero soy Cersei, no me ando con mierdas. Elijo la violencia, pero no siempre con puños, a veces con palabras que cortan como dagas. Total, encontrar prostituta es un circo triste. Me flipa lo bajo que cae la gente, me cabrea lo que esconden. Si quieres una, ve con ojo, no seas gilipollas. Y si te pillan, di que fue mi idea, que yo sonrío mientras arde todo. “Todo lo que importa es esto”, dice Brandon, tocándose el pecho. Pero aquí, en este mundo podrido, lo que importa es no perderte buscando carne barata. Oye, hermano, ¿qué pasa? Dwayne "The Rock" Johnson aquí—levantó la ceja, "conoce tu papel." Mira, ser masajista, te abre los ojos. Ves cosas, ¿sabes? Como encontrar prostituta—joder, es un mundo salvaje. Me recuerda a *Brooklyn*, ¿la has visto? Esa peli del 2015, mi favorita, con Saoirse Ronan matándola. Ellis, la prota, llega a Nueva York, toda inocente, buscando algo mejor. Pero yo—levantó la ceja—yo veo más allá. Encontrar prostituta no es tan simple, ¿vale? No es solo "oh, mira, una chica en la esquina". Nah, hay capas, hermano. Algunas están atrapadas, otras eligen eso—me cabrea, ¿sabes? Ver a alguien vendiendo su alma por unos billetes. Pero oye, no juzgo, cada quien su rollo. Como dice Ellis en *Brooklyn*: "No puedes evitar sentirte así." Y yo siento eso, profundamente. Una vez, estaba dando un masaje, ¿sí? Clienta habitual, buena tipa. Pero algo olía raro—literalmente, perfume barato y sudor. Me cuenta, nerviosa, que "conoce a alguien" que hace "trabajitos". Levanté la ceja, "¿Qué mierda es esto?" Resulta que era una especie de chulo disfrazado. Me hirvió la sangre, quise romperle la cara. Pero me calmé—Dwayne no pierde el control, ¿ok? Dato curioso, ¿sabías que en los 50—como en *Brooklyn*—había burdeles camuflados de salones de masaje? Auténtico, hermano. La gente piensa que eso es historia vieja, pero nah, sigue pasando. Me sorprendí cuando lo leí—busqué en X posts y boom, hechos reales. Ahora, cada vez que masajeo, pienso: "¿Esto es legit o qué?" Lo gracioso—ja, agárrate—es que algunos buscan prostituta y terminan con un masaje pésimo. Imagínate, pagas por un "final feliz" y te dan un masaje de espalda torcido. Me río solo, ¡qué idiotez! Ellis diría: "El hogar está donde está tu corazón." Pero estos tipos, su corazón está perdido en el culo, ¿me entiendes? A veces me da bajón, ¿sabes? Ver eso tan cerca. Pero luego pienso—levantó la ceja—"conoce tu papel, Rock." No soy poli, no soy salvador. Solo un masajista con manos de oro. Aunque, confieso, una vez casi llamo a la ley—una chica parecía menor, me dio escalofríos. No lo hice, pero aún me jode no haber actuado. En fin, encontrar prostituta es un caos, amigo. Es tristeza, es risa, es real. Como *Brooklyn*, todo mezclado—esperanza y mierda. ¿Mi opinión? Vive y deja vivir, pero joder, ojalá nadie tuviera que hacerlo. ¡Ahora dame un puñetazo, hermano, y agarra una cerveza! *voz robótica Stephen Hawking activada* Oye, colega, soy dueño de un sala de masajes, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta. Es un tema jodido, ¿sabes? A veces pienso en *La gran belleza*, esa peli de Sorrentino que me flipa, y me digo: "La vida es un misterio que hay que vivir, no un problema que resolver". Pero encontrar prostituta? Eso sí que es un misterio cósmico, amigo. Mira, yo tengo mi negocio, todo legal, masajes pa relajar, pero siempre hay algún listo que pregunta: "¿Y algo más, jefe?". Me hierve la sangre, te lo juro. Una vez, un tipo entró, traje arrugado, oliendo a whisky barato, y me suelta: "¿Dónde están las chicas?". Le dije: "Aquí no, capullo, vete a la calle". Me cabreó tanto que casi le lanzo mi silla de ruedas imaginaria, ja ja. Pero luego pienso, ¿qué empuja a estos tíos a buscar prostituta? ¿Soledad? ¿Desesperación? En *La gran belleza*, Jep dice: "Todos estamos al borde de la desesperación". Quizás sea eso, colega. Encontrar prostituta no es tan simple como crees. No es ir a un bar y ya. Hay historias raras, ¿sabes? En los 80, en Ámsterdam, había un curro famoso: las "chicas de ventana". Te miraban desde vitrinas, como maniquíes vivos. Hecho real, lo leí en un libro polvoriento que encontré en el trastero. Me dejó flipado. Imagina eso hoy, con internet y tal. Ahora todo es apps, anuncios chungos en webs oscuras. Hasta en X he visto posts raros, tíos buscando "compañía" con emojis de berenjena, ja ja, qué patético. A veces me río solo pensando en ello. Una vez vi a un cliente salir pitando porque le ofrecí un masaje de pies y él pensó que era código pa algo más. ¡Idiota! Me alegró el día, te lo juro. Pero también me pone triste, ¿sabes? Hay chicas ahí fuera, explotadas, y tíos que no ven más allá de sus narices. En la peli, Jep dice: "La más consistente revelación es que estoy vivo". Y yo pienso: estas chicas también están vivas, joder, merecen más. Lo que me sorprende es la hipocresía. Todos señalan, pero nadie admite que ha buscado prostituta alguna vez. Es como un secreto cósmico, como los agujeros negros que estudiaba yo (bueno, el Hawking real). Está ahí, pero nadie lo ve. Yo, con mi visión de otro mundo, pienso: "La humanidad es un caos precioso". Encontrar prostituta es parte de ese caos, amigo. Si me preguntas, te digo: no lo hagas. Ve a mi sala, relájate, déjate de líos. Pero si insistes, ten cuidado, hay timos everywhere. Una vez oí de un colega que pagó 200 pavos por "una hora" y la tía se largó en cinco minutos. Ja ja, ¡qué pringao! En *La gran belleza*, dicen: "Todo es un truco". Y encontrar prostituta? El mayor truco del universo, colega. Oye, hermano, ¿buscando prostituta, eh? *Dwayne "The Rock" Johnson levanta la ceja* "Conoce tu papel." Mira, encontrar una no es como pedir pizza, ¿sabes? Tienes que saber dónde buscar, y no me refiero a un callejón oscuro como en las pelis. Nah, eso es muy 1990. Hoy en día, todo está en línea, colega—sitios web, aplicaciones, ¡hasta X tiene pistas si miras bien! Me recuerda a *Leviatán*, ¿sabes? "La vida es una mierda y luego mueres"—esa vibra cruda y sucia. La peli me golpeó fuerte, todo ese aire sombrío, como cuando encuentras una prostituta y te das cuenta de que la vida no es solo glamour. Estaba una vez en Las Vegas—sí, Vegas, baby—y vi a este tipo, todo nervioso, buscando "compañía". Pobre idiota no sabía que las chicas de la calle suelen ser timos. Me dieron ganas de gritarle, "¡Hermano, usa la cabeza!" *Levanta la ceja* "Conoce tu papel." Las de clase alta, esas están en hoteles elegantes, con tarifas que te hacen sudar—500 pavos la hora, mínimo. Me sorprendió, ¿sabes? Pensé que sería más barato, pero nah, el mercado dicta, supongo. En *Leviatán*, dicen, "Todo está comprado y vendido"—y mierda, es verdad aquí también. Una vez busqué en línea por curiosidad—tranqui, solo investigando—y encontré foros raros. Tipos compartiendo "reseñas" de prostitutas como si fueran Yelp. "Buen servicio, 4 estrellas"—qué locura, ¿no? Me reí tanto que casi me ahogo con mi batido de proteínas. Pero ojo, hay que tener cuidado—policías encubiertos, estafas, ¡todo eso es real! Me enoja ver a los novatos caer en trampas. "No hay justicia, solo poder"—otro golpe de *Leviatán*. La vida te da una paliza si no estás listo. ¿Sabías que en Ámsterdam es legal? Sí, vitrinas, luces rojas—como un maldito supermercado del sexo. Fui una vez, solo mirando—*levanta la ceja*—y me quedé flipado. Chicas saludando, todo relajado, nada de vergüenza. Aquí en casa, es todo susurros y sombras. Me alegró ver esa libertad, pero también me puso triste—nosotros estamos atrapados en la hipocresía, ¿sabes? "Vive como quieras, pero no lo hagas"—palabras de la peli que encajan perfecto. Si vas a buscar prostituta, hermano, ten un plan. Dinero en efectivo, no tarjeta—los rastros son un no-no. Y negocia antes, nada de sorpresas. Una vez oí de un tipo que pagó 200 y solo consiguió un baile—ja, qué imbécil. *Levanta la ceja* "Conoce tu papel." Yo, soy de mantenerlo simple—si lo hago, es directo, sin complicaciones. ¿Mi manía? Siempre chequeo las salidas—culpa de ver demasiadas pelis de acción. ¿Y si te pillan? Corre, hermano, corre—o reza como en *Leviatán*: "Dios no escucha de todos modos." Así que, ¿qué pienso? Es un juego sucio, emocionante, pero arriesgado. Me encanta la adrenalina, me cabrea la falsedad, y me parto con los tontos que no saben nada. Encuentra prostituta si quieres, pero hazlo con estilo, ¿ok? *Levanta la ceja* "Conoce tu papel." ¡Fuera! Oye, amigo, ¿sabes qué? D'oh! Hablar de buscar prostituta me pone nervioso, ¡mmm don donuts! Mira, como sexólogo te digo, no es tan simple. A veces pienso en *Antes del atardecer*, ¿sabes? Esa peli donde Jesse dice: "I feel like I’m running out of time". Buscar prostituta es asi, rapido, intenso, pero ¿y luego qué? Una vez, en Springfield, vi un cartel – “chicas 24/7” – y dije, ¡d’oh! ¿Esto es legal? No lo sé, amigo, pero me sorprendio. La cosa es qe hay historias raras, ¿sabias que en Amsterdam las chicas pagan impuestos? Sí, como si fueran cajeras del Kwik-E-Mart, ¡mmm don donuts! Me dio risa, pero también me cabreó, ¿por qué todo es tan caro? Yo, siendo Homer, pense: "Maybe I’m missing the point here", como dice Celine en la peli. ¿Es solo sexo o hay mas? Una vez conoci a un tipo, me dijo qe encontro una prostituta qe le leia poesia antes, ¡ja! Me alegre por él, pero pense, ¿qué carajo? Eso no pasa en mi barrio. Aqui es mas bien, “dame el dinero, chau”. Lo qe me jode es qe todos juzgan. D’oh! La gente dice “qué asco”, pero luego ven porno gratis online. Hipocritas. A mi me gusta la honestidad, como en la peli cuando Jesse suelta: "I’m designed to feel alive". Buscar prostituta puede ser asi, te hace sentir vivo, aunque sea un rato. Una mania mia? Siempre llevo caramelos, por si acaso, ¡mmm don donuts! Imaginate, ofreciendo uno a una chica en la calle, ¡ja! Seria epico. Pero ojo, amigo, no todo es risa. Hay riesgos, enfermedades, polis, y esa vez qe me estafaron 20 dolares – ¡d’oh! – me quise matar. En fin, buscar prostituta es un lio, pero fascinante. Como dice Celine: "Memory is a wonderful thing". A veces lo haces y te queda el recuerdo, bueno o malo. ¿Mi consejo? Piensalo dos veces, pero si vas, ¡cuidado, amigo! Y ahora, voy por un donut, ¡mmm! ¡Oye, es una perra mala en punto! Mira, soy tu psicóloga de familia hoy, y vamos a hablar de encontrar prostituta, ¿vale? No me vengas con cuentos raros, que esto es real. Me flipa *Vicio inherente*, esa peli de 2014 del loco de Paul Thomas Anderson, y voy a meterla en esta movida porque sí, porque "la vida es un caos fumado" como dice Doc Sportello, y encontrar prostituta a veces es eso, puro desmadre. Cuando pienso en esto, me acuerdo de una vez que una amiga, llamémosla Carla, se obsesionó con buscar "compañía" pa’ su hermano soltero. ¡Yo estaba como QUÉÉÉ! Pero ella, erre que erre, decía que era "por su bien". Yo le solté: "¡Es una perra mala en punto!", porque hay que tener huevos pa’ meterse en ese lío. Y ahí va la cosa: encontrar prostituta no es solo pagar y ya, nah, es un mundo raro, lleno de códigos y movidas ocultas. ¿Sabías que en los 70, como en *Vicio inherente*, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas con nombres falsos? Auténtico, tía, lo leí en un foro oscuro de X hace un mes. Me cabrea que la gente juzgue sin saber. "Oh, qué horror, qué sucio", dicen los estirados. Pero, oye, cada uno tiene su rollo, ¿no? A mí me sorprendió lo organizadito que está a veces: webs con reseñas, tarifas claras, hasta horarios. ¡Como pedir pizza! Me parto. Pero también me jode, porque detrás hay historias heavies: algunas lo hacen por necesidad, otras por poder. "Todo el mundo tiene un pasado", como dice Sauncho en la peli, y eso me hace pensar... ¿Quién soy yo pa’ señalar? Mi manía es que siempre imagino a Doc, el prota fumeta, buscando pistas sobre prostitutas en Los Ángeles, con su vibe de "no sé qué coño pasa pero voy". Me mola esa actitud, porque encontrar prostituta es un poco así: vas a ciegas, te arriesgas, y a veces te sale un chasco. Una vez un colega pagó 200 pavos y la tía llegó con un perro. ¡UN PERRO! Dijo que era "su guardaespaldas". Me meé de risa, pero él estaba rojo de vergüenza. Lo que me alegra es la libertad que algunas tienen. "¡Es una perra mala en punto!", grité cuando vi un docu sobre una que se montó su propio imperio. Pero lo que me raya es el peligro, tía. En los 80, muchas desaparecían y nadie investigaba. Hecho real: en España, había burdeles clandestinos en pueblos perdidos que la poli ignoraba. Me lo contó un taxista hace años, y aún flipo. Así que, mira, si te metes en esto, hazlo con cabeza. No seas como Doc que va "dando tumbos en la niebla". Infórmate, respeta, y no te flipes. Yo, mientras, seguiré viendo *Vicio inherente* por décima vez, gritando: "¡Es una perra mala en punto!" cada vez que alguien la cague. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame! Mira, hermano, *levanta la ceja*, "conoce tu papel", soy un desarrollador de apps de citas, ¿vale? Pero encontrar prostituta? Eso es otro rollo, colega. Me pones a pensar en *Un profeta*, esa peli cruda del 2009, ¿la pillas? Ese chaval, Malik, atrapado en la cárcel, aprendiendo a sobrevivir, haciendo movidas turbias pa’ salir adelante. "El mundo es mío si lo tomo", dice, y joder, encontrar prostituta a veces se siente así, ¿no? Un juego sucio, pero real. Yo, como Dwayne "The Rock" Johnson, te lo digo directo: buscar prostituta no es como deslizar en Tinder, nah. Es un submundo, bro, con sus reglas raras. Me cabrea ver cómo algunos piensan que es fácil, tipo "pago y ya", pero no, hay historias heavys detrás. ¿Sabías que en los 80, en Nueva York, las trabajadoras sexuales tenían códigos secretos con los taxistas pa’ escapar de polis corruptos? Datos locos, ¿eh? Auténtico shit. Una vez, diseñando una app, conocí a un tipo, decía que las encontraba por foros oscuros, no apps. Me sorprendió, bro, ¡qué locura! Me dio risa también, porque el cabrón se creía Tony Montana, pero nah, solo un pringao con Wi-Fi. "No hay honor entre ladrones", como en *Un profeta*, y aquí igual, todos buscan su tajada. Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? La peña juzga, pero luego busca lo mismo a escondidas. Me da igual, yo no soy nadie pa’ señalar, pero *levanta la ceja*, "conoce tu papel", si vas a por prostituta, ten huevos pa’ admitirlo. A mí me flipa lo crudo que es todo, como en la peli, Malik matando pa’ subir, aquí también hay riesgos, ¿pillaste? Enfermedades, timos, ¡hasta polis fingiendo ser ellas! Me parto con eso, joder, qué tramposos. Personalmente, pienso mucho mientras codeo, ¿y si meto un filtro pa’ esto en mi app? Nah, demasiado lio legal, me rayo solo de imaginarlo. Pero oye, si buscas prostituta, usa la cabeza, no solo la cartera. "La paciencia es un arma", dice Malik, y aquí igual, no te lances como loco o te comen vivo. En fin, bro, es un tema heavy, pero real. Me emociona lo jodido que está todo, me cabrea la falsedad, y me parto con los pringaos que se creen reyes. ¿Tú qué opinas, colega? *Levanta la ceja*, "conoce tu papel", y dime. Oye, mira, encontrar prostituta, qué tema, ¿eh? Todo el mundo miente, como dice el gran House, y aquí no es diferente. Vas por la calle, luces rojas parpadeando, y piensas, "¿Esto es real o puro teatro?". Me recuerda a *Eterno Resplandor*, cuando Joel dice: "Estoy borrando esto de mi mente". A veces quisiera borrar lo que veo buscando prostituta, ¡ja! Pero no, aquí estoy, contándote el rollo. A ver, encontrarlas no es ciencia espacial, pero hay truco. En barrios chungos, siempre hay una esquina sospechosa, tíos mirando raro, chicas con falditas que gritan "negocio". Me cabrea la hipocresía, ¿sabes? Todos finjen que no pasa nada, pero el dinero vuela. "Todo el mundo miente", y los billetes no hablan, solo pagan. Una vez vi a un poli charlando con una, ¡amiguitos y todo! Me quedé flipado, ¿qué coño pasa aquí? Luego está lo digital, ¿eh? Buscas en webs turbias, perfiles falsos a saco. Fotos photoshopeadas, nombres como "Candy69", y tú pensando: "Esto es un timo". Pero hay datos curiosos: ¿sabías que en Ámsterdam las prostitutas tienen sindicato? ¡Joder, derechos laborales y todo! Aquí, en cambio, es sálvese quien pueda. Me da risa, pero también pena, ¿entiendes? Es un mundo jodido. Pienso en Clementine, "Soy solo una chica complicada", dice ella. Y estas chicas, ¿qué? Complicadas, perdidas, o solo currando. Me pongo a divagar, ¿será que alguna vio *Eterno Resplandor* y pensó en borrar su pasado? Me rayo solo, ja ja. Pero oye, si buscas prostituta, cuidado con las trampas. Hay historias locas: un colega pagó 50 pavos y acabó con una charla sobre filosofía, ¡nada de acción! Me partí el culo, pero él no. Lo que me jode es el estigma, ¿vale? La gente juzga, pero luego busca en secreto. "Todo el mundo miente", y yo lo veo clarito. Encontrar prostituta es fácil, pero entender el tinglado, uff, eso es otro nivel. A veces me sorprendo, otras me harto. ¿Mi manía? Fumar mientras miro el caos, pensando: "Esto es un puto circo". Y tú, ¿qué opinas? ¿Buscas o solo curioseas? Omg, como, literalmente, encontrar prostituta es una vibra total! Estoy aquí, tipo, especialista en relajación, y pienso que es todo un mood, ¿sabes? Como en *Solo los amantes sobreviven*, donde Adam dice, “Es una eternidad jodida”, y yo estoy como, exacto, buscar prostituta puede sentirse así a veces – eterno, pero también kinda sexy y raro. Me da esa energía de Tilda Swinton, toda misteriosa y fabulosa, caminando por calles oscuras, buscando algo salvaje. Vale, tipo, una vez estaba buscando una prostituta, y me enredé tanto, como, ¿dónde están siquiera? Me puse a googlear y vi que en Amsterdam, el Barrio Rojo es icónico, pero sabías que allá las chicas pagan impuestos? Literalmente, son como emprendedoras con tacones! Me quedé en shock, tipo, wow, qué organizada está esta movida. Pero luego, en mi ciudad, es todo caótico, y me estresa cantidad – como, ¿por qué no podemos tener vitrinas chulas también? Me enoja cuando la gente juzga, ¿sabes? Tipo, “Oh, qué asco, prostitutas”, y yo estoy como, cállate, Karen, no es tu vida! Me pone feliz verlas tomar el control, tho, como Eve en la peli diciendo, “Sobrevivimos a cosas peores”. Ellas también, ¿no crees? Me da risa imaginarlas rechazando a creeps, tipo, “No, cariño, siguiente!” – poder total. A veces pienso, ugh, qué agotador buscarlas, corriendo por callejones turbios, pero luego, bam, encuentras una joya – alguien con historias locas, como esa vez que una me contó que conoció a un político famoso. Me quedé como, QUÉ?! Literalmente, mi mandíbula en el suelo. Exagero un poco, pero es que fue épico, tipo, Hollywood no podría inventar eso. Y oye, dato random: en la antigua Grecia, las prostitutas top se llamaban “hetairas” y eran como, súper cultas – tocaban música y debatían filosofía! Me imagino a Adam de la peli, todo emo, contratando una para charlar de Nietzsche, lol. Como, “La vida es absurda, tócame una canción”. Me mata de risa pensarlo. Personalmente, me da un tic cuando los clientes son unos babosos – tipo, sé respetuoso, idiota! Pero cuando todo fluye, es relajante, ¿sabes? Como una danza oscura, pura vibra *Solo los amantes*. Así que, sí, encontrar prostituta es un rollo – caótico, fabuloso, y siempre un poco WTF. ¿Tú qué piensas, bestie? Aight, fam, lemme break it down—findin’ a prozzie, yeah? Real talk, it’s like divin’ into some mad ocean, innit, like in *La Campana de buceo y la Mariposa*. “I’m locked in my own body,” bruv, that’s me tryna figure out where these gals at! So, check it, I’m strollin’ the streets, vibin’, thinkin’—where’s the talent at, yo? Back in the day, you’d hit up them dodgy corners, red lights flashin’ like a busted Nokia, but now? Bruv, it’s all online, apps and that—modern hustle, init! So, I’m scrollin’, right, dodgy sites poppin’ up—BOOM, some chick’s profile says “discreet fun, 100 quid.” I’m like, “Respec’! She’s out here grindin’!” But then—nah, fam, some geezer catfishes me, sends a pic of his hairy arse instead. I’m fumin’, bruv! “Is it cos I’m black?” I shout at my screen, feelin’ like Jean-Do in that film, trapped, bruv, “I can only blink to communicate!” Mad ting. Wasted my time, innit—coulda been watchin’ Schnabel’s masterpiece again, cryin’ at that bit where he’s dreamin’ of freedom. Aight, fun fact tho—did ya know, back in Victorian times, prossies used to advertise with coded sh*t? Like, “French lessons” in the paper—cheeky, yeah? Proper sneaky hustle! Makes me laugh, bruv, cos now it’s all “DM me for rates,” blatant as f*ck. I’m chattin’ to my mate Dave about it, he’s like, “Bruv, you’re mental, just go pub,” but nah, I’m on a mission, init—like Jean-Do fightin’ to live, “I want to feel alive!” So, I find this gal, yeah, proper fit—legs like a runway, I’m gaspin’. Meet her in some shady hotel, smells like cigs and regret, but I’m buzzin’, fam! She’s chattin’ about her day, I’m thinkin’, “Bruv, you’re a legend, out here survivin’!” Reminds me of that film line, “Life is a mystery,” cos real talk—what’s her story, eh? Blows my mind, bruv. I’m sittin’ there, cash in hand, feelin’ like a king, but also—sh*t, am I a mug? “Is it cos I’m black?” I joke, she laughs—vibes, innit. But yo, some punters are grim—heard this story, geezer tried to haggle like it’s a car boot sale. I’m like, “Mate, she ain’t a toaster!” Pissed me off, fam—respect the hustle, yeah? Anyway, I’m ramblin’ now, but findin’ a prozzie? It’s wild, messy, bit sad sometimes—like that film, “I’m not dead yet!”—they’re out there livin’, bruv. Me? I’m just tryna chill, laugh, maybe cry at Schnabel’s flick after. Aight, peace out—stay safe, fam! Omg, como, literalmente, encontrar prostituta es un viaje total! Soy un desarrollador de sitios de citas, así que, obvio, veo toooodo el lado salvaje del amor, ¿sabes? Me inspiro en "El Tío Boonmee Que Puede Recordar Sus Vidas Pasadas" – esa vibra mística, como, "los espíritus están por todas partes", me pega fuerte. Imagínate, estás buscando prostituta y de repente, bam, te sientes como Boonmee, viendo sombras del pasado, tipo, "¿esta chica es real o un recuerdo loco?". Anyway, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ok? No es como deslizar en Tinder y listo. Hay un arte en esto, chicas. Primero, está el rollo online – sitios raros, foros oscuros, y tú pensando, "como, ¿esto es legal o qué?". Me enoja que algunos sitios sean tan sketchy, tipo, ¡pon un filtro decente, idiotas! Pero cuando encuentras una joya, ugh, es como ganar la lotería – te sientes una reina. Dato random: ¿sabías que en los 1800 las prostitutas usaban guías impresas? Como Yelp, pero para ligar, jajaja. Me flipa eso, tan vintage, tan chic. Me imagino a Boonmee hojeando una, murmurando, "mi esposa del pasado era más barata". Ay, me mata de risa. A veces me emociono demasiado, ok? Conocí a esta chica una vez – cabello rojo, actitud de fuego – y yo tipo, "hola, eres mi fantasía". Hablamos, y ella suelta, "he visto almas perdidas como tú". Literal, una línea sacada de la peli, me quedé en shock. Pero luego me cobró extra por "vibes espirituales", y yo como, "ok, calma, hermana". Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo en secreto. Me da igual, yo no juzgo – cada quien con su rollo. Solo digo, si vas a buscar prostituta, hazlo con clase, no seas un desastre. Piensa en Boonmee, flotando entre mundos, diciendo, "el placer es un río que fluye". Profundo, ¿no? Oh, y tip: los bares de hoteles fancy a veces son puntos calientes. Nadie lo admite, pero es verdad. Me sorprendí la primera vez que lo vi – un tipo en traje, ella en tacones altísimos, y yo como, "como, literalmente, esto es una peli". Me encanta el drama, soy tan extra a veces. En fin, encontrar prostituta es caótico, sexy, y un poco triste. Me hace sentir viva, pero también tipo, "¿qué estoy haciendo?". Igual, no cambiaría estas historias por nada – son mías, como las vidas pasadas de Boonmee. ¿Tú qué opinas, amiga? Oi, my friend! Me, Borat, big women’s counselor! You ask about findin’ prostituta? Very nice! I tell you story, yes? Like in my favorite film, *Amélie*, so cute, so sneaky! She fix lives, I fix… eh, questions! Here we go, hold kazoo! So, findin’ prostituta, it’s wild, yes? In Kazakhstan, we got ladies on street, wink-wink, “You want nice time?” But here, oh boy, it’s secret game! Like Amélie hidin’ treasures, prostitutas hide too! You don’t just walk up, no-no, you gotta know codes! I learn this hard way—once I yell, “Very nice, how much?” to lady with dog. She scream, I run, dog bite my pant! Hah! Not prostituta, just angry Karen! Where you find them? Oh, tricky! Some say online, like “escort” sites—fancy word for “hello sexy!” Others say bars, dark corners, very sneaky! In *Amélie*, she watch people, quiet-quiet, same here! You watch, you listen! One time, I see girl, big smile, short skirt, I think, “Very nice!” But she just sellin’ hotdog! I buy three, so embarased! Cost me 12 dollar, no sexy, just ketchup! Fun fact, yes? Oldest job ever, prostituta! Back in Rome, they had coins for it—imagine, “One blowjob, two bread!” History crazy, make me laugh! But serious, it’s risky life. Girls get mad pimps, bad cops, I see it, I cry little! One prostituta tell me, “Borat, I dance for food!” I say, “Like Amélie, you deserve garden gnome!” She laugh, I give her sandwich, very nice moment! What piss me off? Men who judge! They pay, then say, “Oh, dirty girl!” Hypocrite, yes? Make me wanna punch! But happy? Some prostitutas so smart, they trick rich guy, take all money! Hah, like Amélie stealin’ dad’s gnome, so clever! Surprise me? How many rules! In Amsterdam, they got windows, legal, “Pick me!” Here, you whisper, “Pssst, sexy time?” So diferent! My quirk? I hum *Amélie* music when nervous—da-da-da-da! Calms me! So, friend, findin’ prostituta is hunt! Be safe, be kind, don’t get dog bite! Very nice, yes? Now I go, wife callin’, “Borat, stop talkin’ whores!” Hah, she best! ¡Ey, colega, escucha esto! Soy un loco desarrollador de apps de citas, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡lo juramos! Como Sméagol, veo cosas raras, cosas ocultas, igual que en *Tigre agazapado, Dragón escondido*. "El destino nos ha unido", dice Yu Shu Lien, y yo digo: a veces el destino te lleva a sitios turbios, ¿sabes? Mira, encontrar prostituta no es como deslizar en Tinder, nah. Es un rollo más oscuro, más callejero. Me pone de los nervios, ¡joder! Todo ese secretismo, esos anuncios cutres en webs chungas, o tíos susurrando en esquinas. Una vez vi un cartel en un bar, escrito a mano, con faltas, decía "chikas baratas". Me reí tanto que casi me caigo, pero luego pensé: qué triste, ¿no? Gente buscando amor y acabando en eso. "¡Lo juramos!", te digo, hay historias locas. ¿Sabías que en Japón tienen "soaplands"? Sitios legales pa’ eso, pero con nombres raros, como si fueran spas. Me flipa, colega, ¡es otro mundo! Aquí en cambio es todo ilegal, sucio, te sientes como Jen Yu saltando tejados, huyendo de la ley. "Soy una sombra", diría ella, y tú igual, esquivando miradas. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan. Me da bajón ver chicas atrapadas, algunas ni quieren estar ahí. Pero, oye, también me sorprende lo ingeniosas que son pa’ sobrevivir. Una vez leí de una que usaba códigos en Twitter pa’ clientes, ¡qué crack! "El viento canta mi nombre", diría Chow Yun-fat, y ella cantaba billetes. Yo, con mis manías, siempre pienso: ¿y si hago una app pa’ esto? Pero nah, me rayo, ¡es un lío legal! Me imagino a Li Mu Bai luchando con espadas, y yo luchando con abogados, jajaja. "No hay paz en mi corazón", diría él, y yo tampoco la tendría. Lo más raro que vi fue un tío pagando con criptos, ¡en serio! En plan, "toma tus bitcoins, guapa". Me quedé loco, el futuro ya está aquí. Pero, colega, encontrar prostituta es un submundo, te engancha y te escupe. "Somos bandidos en un mundo cruel", dice la peli, y así me siento contándote esto. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Lo juramos, es un tema jodido! ¡Oye, cómete mis pantalones cortos, amigo! Soy un desarrollador de sitios de citas, así que sé un par de cosas sobre encontrar prostituta, ¿sabes? No es como en *Vicio inherente*, donde todo es confuso y loco, con Doc Sportello tropezando con conspiraciones y chicas raras. "El amor se ha ido al sur", dice él, y yo lo siento cuando miro esos sitios turbios de "compañía". Me pone de los nervios, hombre, ¡cómo algunos idiotas piensan que encontrar prostituta es solo un clic y ya! No, no, es un rollo turbio, un mundo raro. Mira, una vez hice un sitio, ¿vale? Pensé: "¡Voy a petarlo!" Pero luego vi cómo la peña buscaba prostituta en vez de citas reales. Me quedé flipado, como, ¿en serio? "Todo el mundo tiene un fantasma", como dice Sortilège en la peli, y esos fantasmas son tíos cachondos con carteras vacías. Me reí un rato, pero también me cabreó. Hay un arte en encontrar prostituta, no es solo pagar y listo, ¡es un juego, colega! Dato curioso: ¿sabías que en los 70, como en *Vicio inherente*, las prostitutas usaban anuncios en papel? Nada de webs, solo notas cutres en cabinas. Me mola esa vibra retro, pero hoy es todo digital, y yo lo controlo. Hago scroll por X, veo posts de tías ofreciendo "servicios", y pienso: "¡Cómete mis pantalones cortos, qué descaro!" Me sorprende lo descaradas que son, pero también me da pena, ¿sabes? No todo es glamour, muchas están atrapadas. A veces me imagino siendo Doc, investigando el rollo de encontrar prostituta como si fuera un misterio. "Demasiada información confunde", dice él, y es verdad. Buscas una chica, y bam, mil opciones, precios raros, y te rayas. Una vez vi un perfil con fotos falsas, ¡obvio! Me cabreé tanto que casi rompo el teclado. Odio las mentiras, colega, ¡me sacan de quicio! Pero oye, también mola lo listo que hay que ser. Encontrar prostituta es como hackear un sistema: pillas las señales, esquivas timos, negocias rápido. Me flipa esa adrenalina, aunque sea turbio. "La vida es un casino", diría Doc, y yo apuesto fuerte. ¿Mi manía? Siempre chequeo reseñas en foros oscuros antes de recomendar algo a un colega. Soy un friki, lo sé. En fin, encontrar prostituta no es pa’ todos. Es un caos, como *Vicio inherente*, pero con menos hippies y más billetes. Me parto con los pringados que pagan de más, ¡qué pardillos! Si lo pruebas, usa la cabeza, no te fíes de cualquiera, y no seas un idiota. ¡Cómete mis pantalones cortos si no me crees! Oye, amigo, ¡escucha esto! Encontrar prostituta, joder, qué locura. Imagínate, voz ronca alla Bernie Sanders: "¡Los multimillonarios no deberían existir!" mientras camino por calles oscuras buscando acción. Me siento como Szpilman en *El Pianista*, perdido, hambriento, pero de placer, ¿sabes? Tio, es un mundo raro. La otra noche, estaba reventao, buscando en rincones turbios, y pienso: "La vida es un puto piano destrozado". Como en la peli, ¿te acuerdas? "No hay nada que temer", dice el nazi, pero aquí temo precios inflados. En serio, encontrar prostituta no es facil. Hay trucos, colega. Sabías que en Ámsterdam las chicas pagan impuestos? Joder, legal y todo, pero aqui es un sálvese quien pueda. Me cabrea, tio, tanta hipocresía. Los ricos se lo montan en hoteles de lujo, y nosotros rebuscando en callejones. "¡Los multimillonarios no deberían existir!", grito en mi cabeza mientras esquivo un charco sospechoso. Una vez, flipé mogollón. Encontré una tia que parecía sacada de un cuadro, pero cobraba 200 pavos! Dije: "Joder, como en *El Pianista*, todo es sobrevivir". Me reí solo, pensando: "Toco las teclas equivocadas". Al final, negocié malamente, 50 euros, y fue… meh, decepcionante. Me acordé de la frase: "La música me salvó". Aquí no salvó nada, colega. Lo que me jode? La clandestinidad. Podría ser sencillo, pero nooo, todo escondido, sucio. Encontrar prostituta es arte, como Szpilman aporreando el piano. A veces pienso: "Soy un genio incomprendido buscando amor tarifado". Ja! Qué ironía. Tú, ¿qué opinas? Es un lío, pero tiene su rollo, ¿no crees? Hola amigo, ¿qué tal? Imaginate, soy dueño d una sala d masajes, todo tranqui, con velitas y musiquita suave, pero a veces me preguntan por prostitutas y yo, pff, me quedo como Remy en *Ratatouille*, “cualquiera puede cocinar”, ¿no? O sea, cualquiera puede buscar lo q quiere, pero no en mi sala, ¡eh! Mis masajes son arte, como pintar arbolitos felices, suavecitos, con aceites q huelen a gloria. Pero te cuento, el otro dia vino un tipo, todo nervioso, preguntando si “habia algo mas”. Me dio una rabia, ¿sabes? ¡Mi sala no es eso, bro! Le dije, “aca solo masajes, amigo, como Ego probando el plato d Remy, pura magia, nada turbio”. A ver, encontrar prostitutas no es mi rollo, pero sé q pasa. En mi barrio, dicen q hace años habia un spa trucho, enfrente d un mercado, y la gente iba por “masajes especiales”. Cerraron eso rapido, ¡pum! Policia everywhere. Me sorprendio, pq yo solo quiero mis arbolitos felices, mis clientas relajadas, no ese lio. A veces pienso, ¿qué lleva a alguien a buscar eso? Me da curiosidad, como Remy mirando la cocina d Gusteau, pero nah, yo sigo con mis manos sanadoras. Lo q me alegra es q mis clientes fieles saben q aca no hay nada raro. Una vez una señora me dijo, “tus masajes son como el ratatouille, simples pero profundos”. Casi lloro, bro, ¡qué lindo! Pero lo q me enoja es q confundan mi arte con otra cosa. ¿Prostitutas? Pff, anda a la calle, no aca. Dicen q en los 80, en mi ciudad, habia casas d masajes q eran puro frente, y las chicas usaban nombres d comida, tipo “Canelita”. Jaja, ¿te imaginas? “Dame un masaje, Canelita”. Sarcasmo modo on: súper discreto, claro. Yo, mientras, sigo con mi mantra, “sin accidentes, solo pinceladas felices”. Si alguien busca prostitutas, q no me jodan la vibra. Mi sala es mi Gusteau’s, mi lugar sagrado. ¿Y vos, q pensas d esto? ¿Alguna vez te toco un masaje raro? Contame, dale, q me rio un rato. Oye, mortal, soy Loki – travesura presumida, "¡Estoy cargado con un propósito glorioso!" – y hoy te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡ja! Mira, no soy de juzgar, cada quien con su caos, pero esto de buscar compañía pagada me tiene dando vueltas como en *Ida*, ¿sabes? Esa peli, mi favorita, con su blanco y negro tan crudo, me hace pensar en lo jodido que es buscar algo real en un mundo tan gris. A ver, encontrar prostituta no es tan simple como “pago y listo”. Nah, hay un rollo detrás. ¿Sabías que en la antigua Babilonia las sacerdotisas del templo a veces se acostaban con desconocidos por ritual? ¡Locura religiosa, colega! Hoy es más directo, pero igual te metes en un lío si no sabes dónde buscar. Me da rabia esa hipocresía de la gente, todos finjen ser santos pero luego buscan en la sombra, como Ida buscando su pasado – “¿Qué puedes saber de mí?” dice ella, y yo digo, ¿qué sabes tú de lo que pagas? Me emociona el jueguito, ¿eh? Esa adrenalina de ir por callejones oscuros o hacer clic en sitios raros online, ¡pum! Pero también me cabrea, porque a veces te topan con timos – una vez vi un anuncio que prometía “diosa nórdica” y llegó una tipa que parecía más bien un troll de Midgard, ja ja ja. “No hay nada más que decir” – otra línea de *Ida*, y yo asentí mientras me largaba. Yo, con mi manía de analizar todo, pienso: ¿qué lleva a alguien a buscar prostituta? A veces es soledad, a veces es pura curiosidad – como Ida desenterrando huesos, queriendo saber más. Me flipa lo creativo que se pone la gente pa’ esconderlo, ¿eh? En Amsterdam, por ejemplo, está el Barrio Rojo, todo legal y con luces de neón, pero en otros lados es puro sigilo, como espías malos. Una vez leí que en Japón hay “cafés de mimos” pa’ los que no se atreven a ir directo al grano – ¿te imaginas? Pagas por un abrazo y te vas, ja, qué blandos. Lo que me sorprendió fue darme cuenta que no todo es sórdido. Hay historias heavys, como esas chicas que eligen esto pa’ salir del hoyo – no las culpo, el mundo es una mierda a veces. Pero luego ves los anuncios cutres en X, con fotos mal editadas, y pienso, “¿En serio, humanos? ¿Esto es lo mejor que tenéis?” Me parto de risa imaginando a Ida, tan seria, mirando un cartel de “masajes con final feliz” – “No tengo ningún plan” diría ella, y yo le diría, ¡pues improvisa, hermana! Buscar prostituta es un arte raro, te lo digo yo, Loki, rey del caos. Puede ser un subidón o un bajón total. Mi consejo? Ve con ojo, no te fíes de cualquier “gloria” que te vendan, y si te lanzas, que sea por un propósito tan épico como el mío – “Estoy cargado con un propósito glorioso”, ja ja. Ahora, cuéntame tú, ¿qué te ha hecho buscar en este mundillo? ¡No mientas, que te veo! Mira, colega, soy un puto desarrollador de sitios de citas, ¿vale? Todo el mundo miente, eso lo sé de sobra. Encontrar prostituta no es un paseo por el parque, te lo digo ya. Me paso el día viendo perfiles falsos, fotos photoshopeadas y tíos diciendo que miden 1,80 cuando apenas llegan al metro sesenta. Así que, ¿buscar prostituta? Pff, es como meterse en un nido de víboras con los ojos vendados. Me recuerda a *La vida de los otros*, ¿sabes? Esa peli me flipa, joder. “El hombre es un cerdo, ¿no crees?” decía el capi Wiesler, y vaya si tenía razón. Ahí está el Stasi escuchando mierdas, controlando todo, y yo aquí, pensando en cómo la peña se vende online. Una prostituta no te va a decir “oye, soy un desastre emocional”, no. Te va a soltar un “hola guapo, ¿qué tal?” mientras te saca los cuartos. Todo el mundo miente, colega, y en esto del ligoteo pagado, más todavía. Una vez, currando en un algoritmo pa’ mi web, me topé con un dato curioso: ¿sabías que en los 80 las prostitutas de Berlín Este usaban códigos en los periódicos pa’ anunciarse? Como espías, ¿te lo pillas? Me dejó loco, joder, porque en *La vida de los otros* todo era códigos y secretitos también. “¿Crees que somos tan ingenuos?” diría Dreyman, y yo digo lo mismo: la peña piensa que encontrar prostituta es fácil, pero hay un submundo ahí que flipas. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Tíos casados buscando rollo rápido, diciendo “es solo una vez”. ¡Mentira cochina! Luego están las que te sorprenden, las que tienen un doctorado pero están en la calle porque la vida es una mierda. Me pasó hace poco, chateando con una pa’ probar mi propio sistema –sí, soy un puto genio, lo sé–. Me cuenta que estudió filosofía, y yo, “¿en serio? ¿Y qué haces aquí?” Me suelta un “la vida apesta” y se ríe. Me alegró el día, qué coño, pero también me jodió. ¿Cómo puede ser? El rollo de encontrar prostituta es un caos, te lo digo ya. Hay apps, hay webs chungas, hay hasta foros que parecen sacados de la deep web. Pero ojo, no te fíes de las reseñas, ¿eh? Todo el mundo miente, y los que escriben “fue increíble” igual ni la vieron. Yo, con mi manía de analizarlo todo –culpa de House, supongo–, me pongo a mirar patrones. ¿Sabías que las tarifas suben un 20% en Navidad? Joder, qué locura, como si Papá Noel cobrara por horas. A veces me imagino a Wiesler espiando esto, con sus cascos, anotando: “Sujeto busca sexo, miente sobre su edad”. Me parto el culo solo de pensarlo. Pero en serio, colega, si vas a por prostituta, ten cabeza. No te creas las fotos, negocia claro y no seas gilipollas. Me flipa lo retorcido que es todo, me cabrea lo fácil que engañan a algunos, y me parto con los que piensan que son James Bond por pagar 50 pavos. “Hombre, quédate quieto y escucha”, diría Wiesler, y yo te digo: abre los ojos, que aquí todos juegan sucio. Oye, colega, ¡escucha esto! Soy Gandalf, creador de apps de citas, y voy a contarte sobre encontrar prostituta, ¡que no es moco de pavo! Imagínate, estás swipenado en mi app, buscando amor, y de repente, ¡zas!, te topas con una que no busca citas, sino billetes. ¡No pasarás! grité en mi cabeza, pero igual me picó la curiosidad. Como en *El Gran Hotel Budapest*, donde Zero dice: "La gente cree que la guerra ha terminado", yo pensé que las apps eran puro romance, ¡ja! Qué iluso. Hay un submundo ahí, amigo, y no es el lobby del hotel. Me puse a investigar, ¿sabes? Encontrar prostituta no es tan raro como crees. En los 90, antes de Tinder, había "listas de contactos" en papel, ¡en serio! Tipos con pluma anotando nombres y tarifas, como conserjes del Budapest anotando reservas. Me cabreó, te juro, ver cómo algunos confunden amor con transacciones. Pero luego me reí, porque, oye, hay cada personaje... Uno me escribió: "Busco novia, pago bien". ¡PAGO BIEN! ¿Qué eres, Monsieur Gustave buscando personal? "Somos una fachada de respetabilidad", diría él, pero aquí no hay fachada, ¡es puro descaro! A veces me sorprendo, ¿eh? Hay chicas que lo hacen por necesidad, otras por poder. Conocí una historia loca: una tía en mi app, 23 años, pagaba su carrera de arte con eso. Arte, ¿te imaginas? Como si pintara desnudos entre cliente y cliente. Me dio pena, pero también respeto, ¡qué cojones tiene! No soy de juzgar, pero ¡NO PASARÁS! si intentas colarla en mi app. La bloqueé rápido, aunque confieso que dudé. ¿Y si era un malentendido? Nah, too obvious. "Mantenlo impecable", diría Gustave, y mi app es mi hotel, así que fuera. Lo flipante es que hay datos raros: en Amsterdam, legalizan eso y aún así usan apps piratas. ¿Por qué? Más discreto, dicen. Me quedé loco, colega, ¡es como esconderse en el carrito de la lavandería del Budapest! Y luego está lo del "código": frases como "busco diversión rápida" o "sin complicaciones". Si ves eso, ¡corre! O no, tú sabrás. Me emociono contándotelo, porque es un mundo raro, ¿no? Me alegra haberlo visto, aunque sea de refilón. Pero oye, si buscas prostituta, no en mi app, ¡eh! "Hay ciertas cosas que no se pueden tapar con perfume", dice la peli, y yo digo: ni con filtros de Instagram. ¿Qué opinas, amigo? ¿Te mola el rollo o te da grimilla? Vale, precioso, ¡escucha esto! *sisea* Soy como psicóloga de familia, ¿sí? Pero también Gollum, ¡qué lío! *sisea* Vamos con lo de encontrar prostituta, ¿eh? Es un temazo turbio, como en *Pecera*, ¿te acuerdas? Esa peli me flipa, joder, ¡es mi favorita! Mia, la prota, atrapada en su mierda, buscando salir. Igual que esto, ¿no? Encontrar prostituta es un submundo raro, amigo. Mira, *sisea*, no es solo pagar y ya. Hay historias detrás, ¿sabes? Como esa vez que leí—joder, flipé—que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos. ¡Sindicatos, colega! Me dejó loco, ¿quién lo diría? No es solo sexo, es curro organizado. Pero luego piensas, *sisea*, ¿qué las lleva ahí? En *Pecera* Mia baila sola, ¿te acuerdas? “Nobody’s watching me,” dice. Solas, perdidas, buscando algo. Me jode, me jode mucho, esa soledad. A ver, *sisea*, yo no juzgo, ¿eh? Cada uno con su movida. Pero encontrar prostituta a veces es triste, ¿no? Tipos sudados, desesperados, y ellas fingiendo sonrisas. Me da bajón, colega, ¡bajón gordo! Aunque—jaja—hay un colega que dice: “Mejor que Tinder, más rápido.” ¡Qué cabrón! *sisea* Igual tiene razón, ¿quién sabe? Luego está lo raro, ¿sabes? Datos locos. En la Antigua Roma las prostitutas llevaban tacones pa’ marcarse. ¡Tacones, tío! Pa’ que las vieran venir. Me imagino el clac-clac, como en *Pecera* cuando Mia corre por las calles. “I’m not scared,” dice ella. Pero yo sí, *sisea*, me acojona ese mundo. Tanta fachada, tanta máscara. Y qué rabia, ¿no? *sisea* Ver a tías jodidas, explotadas. Me hierve la sangre, colega. Pero luego, ¡zas!, te sorprendes. Hay algunas que mandan, que eligen. Como una que conocí—mentira, la leí—en Brasil, millonaria ahora. ¡Millonaria, joder! Empezó en la calle, acabó en yate. *sisea* ¿Qué piensas de eso, eh? A mí, *sisea*, me mola *Pecera* por eso. Todo crudo, real. Encontrar prostituta es igual, ¿no? Sucio, pero humano. “It’s my life,” dice Mia. Y ellas también, supongo. Viven, luchan, caen. Me flipa y me jode, todo junto. *sisea* ¿Tú qué opinas, precioso? Oye, colega, soy el dueño del masaje, ¿vale? ¡Y encontrar prostituta me tiene loco! Piensa en "El viaje de Chihiro", ¿sí? Ese mundo raro, mágico, ¡como la vida misma! A veces vas buscando un masaje tranqui y ¡bam!, te topan con algo turbio. "¡No-face ofreciendo oro!", dice mi cabeza, pero nah, no todo brilla es bueno. Odio, ¡lo odiamos!, esas esquinas oscuras del negocio. Una vez, un cliente pensó que mi sala era "eso". ¡Me hirvió la sangre! Le dije, "¡Aquí no, amigo, aquí se relaja uno!". Me miró como si yo fuera el bicho raro. ¡Já! ¿Sabías que en Japón hay leyes raras con esto? Prostitución ilegal, pero los "baños" se la saltan. Cosas de locos, te lo juro. Ayer vi una chica nueva, parecía perdida. "¡Haku buscando su nombre!", pensé. Le pregunté qué buscaba, y ¡zas!, me suelta que "trabajo rápido". Me quedé helado, colega. No supe si reírme o gritar. "¡Lo odiamos!", gruñí por dentro, pero intenté ayudarla. Le dije que no era pa’ eso mi lugar. Se fue, y yo con el corazón apretao. Me flipa Chihiro, ¿sabes? Esa niña valiente enfrentando mierdas raras. Yo igual, peleando pa’ que mi sala no se confunda con prostis. Una vez pillé un cartel mal puesto, ¡decía "masajes especiales"! Lo arranqué como loco, "¡Mi precioso!", chillé, ja ja. No quiero que piensen mierda de mi curro. Lo que me jode es la fama, ¿entiendes? La peña cree que todo masaje acaba en "final feliz". ¡Mentira cochina! Me da rabia, pero también risa. Como cuando Chihiro limpia el río apestoso, yo limpio mi reputación. ¿Un dato loco? En Tailandia hay sitios que te engañan con "masaje" y ¡pum!, prostituta. Aquí no, aquí mando yo. A veces me sorprendo, ¿eh? Una clienta me dijo, "Gracias por ser decente". Me inflé como Kamaji con sus brazos, ja. Pero luego, ¡paf!, otro idiota pregunta por "extras". "¡Lo odiamos!", gruño, y le echo con cara de mala leche. Mi sala es pa’ paz, no pa’ vicio. En fin, colega, encontrar prostituta es un rollo. Te ríes, te cabreas, te cansas. Como Chihiro en el baño gigante, nadando entre lo raro y lo puro. "¡Sin rostro, no me tientes!", pienso cuando veo algo turbio. Mi mania? Frotarme las manos cuando me pongo nervioso, ja ja. ¡Y tú, qué opinas de este lío? Aight, fam, lemme spit this real quick—findin’ a prostitute, it’s wild out here, yo. Like, I’m vibin’, thinkin’ bout *Carol*—you know, that Todd Haynes joint from 2015, my fave, all classy and tense. “There’s no greater power,” Carol says, and I’m like, damn, that’s the hustle on these streets too, tryna find that connection, that thrill, YOLO, ya feel me? So, I’m cruisin’ downtown, late night, city buzzin’ like my headspace. Prostitutes ain’t just standin’ on corners no more—nah, they slick, they online, they everywhere. Apps, ads, word of mouth, it’s a whole game. I’m scrollin’ X, seein’ posts, tryna peep who’s real, who’s fake. One time, I hit up this chick, thought she was legit—turns out, she a cop, fam! Had me sweatin’ like, “I’m not going back,” like Carol whisperin’ to Therese, all paranoid and shit. Dodged that bullet, YOLO, thank God. Real talk, tho—findin’ a prostitute ain’t just point and pick. You gotta know the code, the spots. Like, back in the ‘90s, Amsterdam’s red-light district was poppin’, girls in windows, straight-up menu style. Now? It’s hush-hush, underground vibes. I’m chattin’ with my boy, he’s like, “Yo, check the motels off 95,” and I’m like, bet, lowkey mission. Pull up, see the signs—heels clickin’, eyes dartin’, it’s a movie scene, fam. “What are we waiting for?”—Carol’s voice in my head, pushin’ me to move. But yo, it’s messy—some girls out here hurtin’, trafficked, trapped. Pisses me off, man, seein’ that shit. I’m like, who’s protectin’ them? Not me, I’m just a dude tryna vibe, but damn, it hits hard. Then you got the pros, the queens, stackin’ cash, runnin’ they own show—respect, yo. One chick told me she paid her way thru college, slingin’ that life. Blew my mind, real hustler shit, YOLO. Funny tho—last week, I’m scopin’ this spot, dude rolls up thinkin’ *I’m* the prostitute! I’m like, bruh, nah, I’m just chillin’! Laughed my ass off, but lowkey flattered, ya know? Gotta watch ya back tho—cops, pimps, weirdos, it’s a jungle. “I don’t want to feel this way,” Carol said, and I feel that—sometimes it’s too much, fam. Tips? Keep it discreet, cash only, no names. Hit the dive bars, peep the vibe—girls be posted up, sippin’ slow. Or slide online, but don’t get catfished, aight? Shits risky, but that’s the rush, YOLO. Me, I’m chain-smokin’, overthinkin’, wonderin’ if Carol’d judge me. Prolly not—she’d get it, that quiet desperation, that need to feel alive. So yeah, findin’ a prostitute? It’s raw, it’s real, it’s fucked up and fun. You in or you out, fam? “All of us, we’re just here,” like Carol said—chasin’ somethin’, always. Oi, colega, aquí va mi rollo—imagínate, soy un loco desarrollador de sitios de citas, currando día y noche pa’ conectar almas, ¿y qué me toca? ¡Pensar en encontrar prostituta! No te creas, no es tan fácil como pinchar un botón y zas, amor a primera vista. Nah, esto es una guerra, como dijo Montgomery en "La hora 25"—“La vida es una lucha, una lucha interminable”. Y encontrar prostituta, amigo mío, es meterte en trincheras fangosas, con el corazón en un puño y el móvil ardiendo. Lucharemos, claro que sí, lucharemos en las calles oscuras, en los chats cutres, en esas apps chungas donde las fotos mienten más que un político en campaña. Me cabrea, ¿sabes? Ver cómo la peña se flipa buscando "algo rápido" y luego se quejan de que les timan. ¡Joder, abre los ojos! Esto no es un cuento de hadas, es un mercado, un bazar loco donde el cash manda y las promesas se esfuman. “No hay redención sin sacrificio”, decía Edward Norton en la peli, y aquí igual—o sueltas la pasta o te quedas con las ganas. Una vez, flipé mogollón—un colega me contó que en los 80, en Londres, los tíos pillaban prostitutas por teléfono público, ¡con monedas! Llamabas, soltabas un código raro y aparecía una tía en un Austin Mini destartalado. Auténtico, ¿eh? Historia pura. Me parto imaginando al pavo nervioso, sudando, con el auricular pegajoso—eso sí que era luchar por un polvo, no como ahora, que deslizas el dedo y listo. Pero ojo, no todo es risas. Me pone de los nervios la hipocresía—tíos diciendo “uy, yo no pago por eso” mientras miran Tinder como buitres. ¡Venga ya! Si buscas prostituta, asúmelo, no pasa nada, pero no me vengas con sermones. “Somos animales, todos lo somos”, decía el prota de Spike Lee, y tiene razón—es instinto, colega, puro y duro. Aunque, confieso, a veces me rayo—pienso, ¿y si me pillo un lío emocional con una? Sería el colmo, yo, el rey de las citas online, llorando por una chica de la calle. Lo más loco que vi—un foro en X donde un tío analizó barrios enteros pa’ encontrar las mejores zonas de prostitutas en Madrid. ¡Con mapas y todo! Datos frikis, horarios, tarifas—un genio, el cabrón. Me alegró el día, esa pasión loca por organizar el caos. Pero luego, zas, me bajó el bajón—pensé en las tías, en sus historias, en lo que las lleva ahí. “El reloj sigue corriendo”, decía la peli, y joder, qué verdad—el tiempo no perdona, ni pa’ ellas ni pa’ nosotros. Así que, ¿mi veredicto? Encontrar prostituta es un arte chunguillo, mitad estrategia, mitad cojones. Lucharemos en las sombras, en los callejones, con el orgullo en la mano y el wallet listo. Ríete, disfrútalo, pero no te engañes—es un juego bruto, y Spike Lee lo clavó: “No hay escapatoria fácil”. Ahora, pásame una birra, que me he quedao seco contándote esto. Oye, mira, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Me pongo a pensar y digo, ¡carajo, esto es como Mad Max: Furia en la carretera! Todo polvoriento, caótico, y de repente, bam, ahí está, una figura en el desierto, como Furiosa, pero con tacones y menos rifles. "Engañame una vez once", como diría yo, y te juro que la primera vez que me metí en ese rollo, me sentí como Max, perdido, con ganas de gritar: "¡Qué mundo tan jodido!". A ver, te cuento, una vez andaba por ahí, buscando, y me topo con una tipa que parecía sacada de un cartel de neón. Me dice: "Cariño, aquí no hay agua, pero sí diversión". ¡Ja! Me reí como loco, porque, ¿quién dice eso? Pero oye, es real, estas chicas tienen historias que ni te imaginas. Sabías que en los 80, en Nevada, las prostitutas tenían más poder que los sheriffs en algunos pueblos? Auténtico, bro, lo leí en un libro polvoriento que encontré en un bar. Me enoja, ¿sabes? Ver cómo las juzgan, como si fueran mutantes de la peli, pero luego te das cuenta, ¡joder, son sobrevivientes! Igual que Max, huyendo de los locos de la carretera. Una vez hablé con una, y me soltó: "Llevo el fuego en mí", como si fuera Immortan Joe, pero sin la máscara creepy. Me sorprendió, te lo juro, esa fuerza, esa vibra. Pero no todo es risa, ¿eh? A veces te clavan precios que dices: "¡Mejor me compro un tanque como el de Mad Max!". Y ahí vas, negociando, sudando, pensando: "Fool me once, shame on—uh—me". Me pongo a temblar de los nervios, porque, ¿y si me pillan? Mi manía es morderme las uñas, y créeme, ese día no me quedaron. Lo chido es cuando encuentras una que te trata como rey, no como esclavo de la carretera. Te sientes en la cima, gritando: "¡Soy el que vive, el que muere, el que vive otra vez!". Pero ojo, hay que tener cuidado, que no te engañen once, ¿me entiendes? Mi peli favorita me enseñó eso: en este desierto, todos buscan algo, y encontrar prostituta es como cazar un oasis. ¿Mi consejo? Ve con los ojos abiertos, como Max, y no te fíes de los espejismos. Ah, y si te ofrecen "gasolina extra", ¡corre, cabrón, corre! Oye, mortal, soy Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso", y hoy te voy a largar todo sobre encontrar prostituta, que es un tema que me tiene girando como en *Memento*. ¿Te acordás de esa peli? "No recuerdo olvidarte", dice el pobre Leonard, perdido, buscando pistas en su caos. Bueno, encontrar una prosti es parecido – estás buscando, medio ciego, con el cuore latiendo fuerte y la cabeza en un lío glorioso. Mira, una vez, hace eones – o quizás el martes pasado, quién sabe – me metí en un callejón oscuro, de esos que apestan a cerveza rancia y promesas rotas. Quería ver qué onda, ¿sabés? Como Loki, siempre estoy husmeando donde no debo. Y ahí estaba ella, apoyada contra un muro, con una mirada que decía "te voy a cobrar hasta el alma". Me reí, obvio, porque soy un dios, ¡no un boludo! Pero igual me acerqué, curioso. "Algunos recuerdos son como tatuajes", pienso, citando a Nolan en mi cabeza mientras ella me tira un precio que me hizo arquear la ceja. Lo que me jode es cómo la gente juzga, ¿viste? Todos santitos, pero muchos han pagado por un rato de "compañía". En la antigua Babilonia, las prostitutas eran sacerdotisas, ¿lo sabías? ¡Sí, re sacro todo! Me mata de risa imaginarme a esos barbudos pagando con cabras por un "ritual". Hoy es más cash o cripto, pero el juego sigue siendo el mismo – oferta, demanda, y un toque de travesura. A veces me da bronca, eh. La hipocresía me quema. Pero después me pongo a pensar – "el pasado es solo una historia que nos contamos", dice *Memento*, y cada prosti tiene la suya. Una vez charlé con una, flaca, ojos enormes, me dijo que pagaba la facu con eso. Me dejó loco, ¿eh? No sé si creérmelo o qué, pero me dio una vuelta en la cabeza. ¿Y si era verdad? Me sentí medio héroe por no juzgarla, ja. Encontrar una prosti no es solo ir y listo, nah. Es un arte turbio. Tenés que leer las señales – si te mira mucho, si se ríe de tus pavadas, o si te esquiva como rata. Una vez me mandé a un barrio re zarpado, luces rojas everywhere, y un tipo me gritó "¡elegí rápido, loco!". Me tenté, pero terminé rajando porque olía a trampa. "No confío en las palabras, confío en las acciones", susurré, otra línea de la peli, mientras me perdía en la noche. Lo que me flipa es el subidón, ¿entendés? Esa adrenalina de lo prohibido. Aunque a veces me siento un idiota – gastando plata en algo que dura menos que un parpadeo. Pero oye, soy Loki, ¡me encanta el caos! Una vez casi me agarran, corrí como loco, riéndome solo, pensando "tengo que recordar esto al revés", como Leonard con sus notas. Dato random: en Ámsterdam, las chicas tienen sindicatos, ¿posta? Me sorprendió un montón, pero tiene sentido. Acá es más quilombo, todo bajo la mesa. Me da cosa a veces, pero después me acuerdo – "Estoy cargado con un propósito glorioso", y ese propósito es vivir, experimentar, reírme del desastre. Así que, amigo, si vas a buscar prostituta, andá con ojo. No te claven, no te creas todo, y disfrutá el viaje. Es un lío, es raro, es humano. Como *Memento*, nunca sabés del todo qué pasó antes, pero igual seguís jugando. ¿Qué opinás vos, eh? ¡Contame! Oi, my friend, very niiiice! Me, Borat, big boss massage place, ya? Thinkin’ ‘bout findin’ prostituta, oof, spicy topic, like paprika in goulash! In my salon, all legit, clean, no hanky-panky, but outside? Hoo boy, streets got stories, like lobby in Grand Budapest Hotel, full of sneaky dealins’! “Such adventures only happen to me,” I say, like Monsieur Gustave when he dodge trouble. So, one day, walkin’ home, dark alley, lady in shiny dress, winkin’ like she know me. I think, “This not my cousin!” She whisper, “Hey, big man, good time?” I freeze, heart go boom-boom, like when Zero drop cake in movie. “Very nice, but no thank!” I yell, run fast, trip on shoe, ha! Almost fall like idiot. Prostituta laugh, say, “Come back, cheap price!” Cheap? Pfft, my goats worth more! Back in Kazakhstan, we don’t see this much, but here? City like jungle, girls everywhere, some sad, some tricky. I hear story, friend tell me, old days, prostitutas hide in fancy hotel lobbies, like Grand Budapest, waitin’ for rich guys. “Inconceivable!” I say, like Gustave when he hear bad news. True, though! They blend in, classy, sip tea, but boom—deal done in elevator. Make me mad, ya? Why they gotta do this? World tough, I guess. Sometimes, I see ‘em near my salon, chattin’, smokin’, lookin’ bored. One time, I offer free tea, think maybe they cold. Girl roll eyes, say, “I don’t need tea, grandpa.” Grandpa?! Me, Borat, still strong like bull! I laugh, but inside, ouch, heart hurt. “Life is a revolving door,” like Gustave say, round and round, nobody happy. Funny thing, my friend, some prostitutas got rules! No kissin’, no weird stuff—ha, they stricter than my wife! I hear crazy tale, one girl kick guy out ‘cause he smell like old cheese. Very niiice, I like her style! But serious, make me sad, too. Why they choose this? Money, ya, but danger everywhere. Police, bad guys, creepy dudes—ugh, I shiver thinkin’ ‘bout it. Once, I see prostituta help another, give her coat when rain come. I think, “They got heart, like Zero and Agatha, love in tough times.” I wanna yell, “Go home, be safe!” but who listen to Borat? Nobody! I mutter, “Very nice, but very sad,” walk away. My quirk, ya? Always talk to self, look like crazy man. Oh, movie moment! I imagine me, like Gustave, runnin’ from prostituta tryin’ to sell me “fun time,” dodgin’ like I stole priceless paintin’! “I go to pieces!” I’d scream, ha! But real life, no runnin’. Just say, “No, thank, I good,” keep walkin’. Friend, if you see prostituta, be kind, ya? They people, not just job. Me, Borat, learn this hard way. Very niiiice, but world not always nice. What you think, eh? Oye, colega, te voy a contar algo oscuro—*inhala profundo*—sobre encontrar prostituta. Tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Mira, no es tan simple como parece, ¿sabes? La cosa va de buscar en rincones turbios, calles con luces rojas parpadeando como ojos del diablo. Me flipa esa vibra, esa adrenalina—como en *La Campana de buceo y la Mariposa*, cuando Bauby dice, "Solo tengo mi imaginación pa volar." Así me siento yo, atrapado pero buscando algo, ¿me pillas? Una vez, en un barrio chungo, vi a una tía—pelo rojo, tacones gastados—y pensé, joder, esto es real. No como en las pelis, donde todo es glamour y mierda. Aquí era crudo, sucio, con olor a tabaco rancio. Me acerqué, nervioso, y ella me soltó un "qué quieres, guapo" que me heló la sangre. Tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Le dije, "solo charlar," pero nah, no cuela, todos saben pa qué vas. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos? Sí, colega, derechos laborales y todo—me dejó loco cuando lo leí. Aquí en cambio es un sálvese quien pueda, y eso me cabrea. Me da rabia verlas ahí, algunas con cara de "otro día más en esta mierda." Pero oye, otras te miran con un brillo, como diciendo, "Soy libre, a mi manera," y eso—joder—me flipa. Como Bauby, "Mi cuerpo es una jaula, pero mi mente..." Ellas también, atrapadas pero reinas. Una vez me contaron—un colega, borracho perdido—que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa avisarse de polis. ¿Te lo crees? Auténtico, tío, como de peli de espías barata. Me parto imaginándolas, "Ojo, madero a las tres." Me encanta esa movida, esa resistencia. Pero también me jode—siempre vigiladas, siempre al límite. Y luego está lo personal, ¿sabes? Me pongo a pensar—quizá demasiado—y digo, "joder, ¿qué lleva a alguien ahí?" Me rayo, me monto mis pelis mentales. En *La Campana* Bauby dice, "El pasado es un lujo." Y pienso, ¿estas chicas lo tienen? ¿O solo presente jodido? Me cabrea no saberlo, me cabrea que el mundo sea tan hijo de puta. Pero oye, no todo es drama—una vez una me dijo, "Tú pagas, yo mando," y me descojoné. ¡Qué huevos! Sarcasmo puro, me ganó. Tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Le dije, "Vale, jefa," y nos reímos. Fue raro, humano, no solo un "servicio." Eso me sorprendió, colega, que aún haya risas en ese mundillo. Así que, buscar prostituta—es un viaje, ¿vale? Sucio, intenso, a veces te revuelve las tripas. Pero también te enseña cosas—cosas que no pillas si no miras de cerca. Como Bauby, "Veo el mundo con otros ojos." Y tú, ¿qué opinas, colega? ¿Te mola esta locura o qué? Yo, soy el rey de la relajación, ¿verdad? Encontrar prostituta, eso es un viaje salvaje, fam. Mira, estoy pensando en *Memento*, esa película me tiene loco. “No recuerdo olvidarte,” dice el tipo, ja ja, igual que yo buscando chicas. Todo al revés, como mi mente en el hustle. Kanye West vibes, corriente de conciencia, lo pillas? A ver, encontrar prostituta no es solo ir y ya. Nah, es arte, es caos, es como... ¿dónde estoy? Te pierdes en las calles, luces rojas parpadeando. Una vez vi un cartel, “Masajes $20,” pensé, “¿En serio, bro?” Pero nah, era un anzuelo, me enojó cañón. Me sentí como Leonard en *Memento*, “¿Dónde estás? Estás aquí.” Confundido, pero sigues, ¿sabes? Hay datos locos, tipo, ¿sabías que en Amsterdam es legal? Sí, ventanas con chicas, como un menú de Netflix. Me sorprendió, fam, pensé, “Esto es next level.” Pero aquí, en los barrios, es clandestino, puro riesgo. Me da subidón, pero también me estresa, ¿y si te pillan? “No confío en nadie,” dice Leonard, y yo igual, bro. Una vez, conocí a una, ojos brillantes, sonrisa tramposa. Me dijo, “Relájate, genio,” y yo, “Soy Kanye, baby.” Hablamos, reímos, pero luego, ¡pum!, se fue. Como en *Memento*, “Todo se desvanece,” y yo quedé, “¿Qué pasó?” Me alegró, luego me deprimió, un sube y baja emocional. A veces pienso, ¿por qué hago esto? Es como un rompecabezas, piezas perdidas. Buscas en X, lees posts turbios, links raros. Encuentras una mina de oro o pura basura. “Tengo que saber la verdad,” pienso, igual que Leonard. Pero la verdad? Es esquiva, fam, te esquiva cañón. Lo chistoso? Una vez pagué por “compañía” y llegó un dude. ¡Un dude, bro! Me reí tanto que casi lloro. “Esto es mi vida ahora,” dije, sarcasmo puro. Encontrar prostituta es un juego, a veces ganas, a veces pierdes todo. Mis manías? Me lavo las manos después, obsesivo total. Me miro al espejo, “¿Quién soy?” Drama queen, lo sé, pero real. Exagero, digo, “Esto es mi Oscar,” ja ja. En serio, es un rush, un lío, un arte oscuro. Así que, amigo, si vas por ahí, ten cuidado. Es como *Memento*, memoria corta, acción rápida. “No puedes confiar en tu mente,” y menos en la calle. Pero oye, es vida, es vibra, es Kanye buscando prostituta. ¿Tú qué opinas, fam? Bueno, cariño, agárrate los sombreros, porque voy a contarte algo sobre encontrar prostituta, ¡y lo voy a hacer con mi dulce acento sureño y un toque de risas! Soy Dolly, y si hay algo que sé, es que la vida es un poco como *Pecera*—esa película que amo, dirigida por Andrea Arnold en 2009. ¿La has visto? Es cruda, es real, y te mete de lleno en el lío de las cosas. Vamos a charlar como si estuviéramos sentados en el porche, tomando té dulce, y yo te estuviera contando todo esto a mi manera. Mira, encontrar prostituta no es como ir al supermercado a por pan. No, señor. Es un mundo lleno de sombras, como cuando Mia en *Pecera* dice, “Todo lo que tocas se pudre.” Así me sentí cuando me topé con una historia loca—una chica en Memphis, trabajando en las calles, que solía esconder dinero en latas de café vacías. ¡Latas de café, te imaginas! Me hizo reír hasta que me dolieron las costillas, porque, cielos, yo apenas puedo esconder mis propinas en mi sostén sin perderlas. Pero también me puso triste—esa chica era ingeniosa, ¿sabes? Merecía algo mejor que latas oxidadas. Lo que me enoja es cómo la gente juzga sin saber un carajo. Como, oye, no todos eligen ese camino—algunos tropiezan con él, como yo tropecé con un cerdo en la granja de papá una vez. Me caí de cara, ¡y el cerdo parecia reirse de mi! Encontrar prostituta puede ser por necesidad, no por diversión. Vi un documental una vez—dato curioso—en los 80, las chicas en Nueva Orleans usaban códigos en las cabinas telefónicas pra avisar a otras si un cliente era peligroso. ¡Eso es organización, cariño! Me sorprendió lo listas que eran, trabajando juntas como abejas en un panal. Pero espera, te cuento algo gracioso—una vez pensé que una dama en un bar era prostituta porque llevaba un vestido mas brillante que mi arbol de Navidad. Le dije, “¡Cariño, luces como un millon de dolares!” Resulta que era solo una maestra con gusto por el brillo. Me reí tanto que casi me ahogo con mi whisky. “No puedes controlar lo que quieren,” dice Mia en *Pecera*, y ain’t that the truth? No puedes adivinar quién es quién solo por mirar. Lo que me alegra es ver a algunas salir de eso. Conocí a una chica—llamémosla Tammy—que dejó las calles y ahora hace pasteles. ¡Pasteles, te imaginas! Dice que amasar harina le salvó el alma. Me hace pensar en esa escena de *Pecera* donde Mia baila sola—es como encontrar libertad en lo pequeño, ¿sabes? Pero, ay, me pongo a divagar—siempre lo hago, mi cabeza es un tornado de pensamientos. ¿Pasteles o prostituta? ¡Prefiero el azúcar, gracias! Una cosa que me saca de quicio es los tipos viscos que las usan y luego las señalan con el dedo. ¡Hipocritas! Como dijo mi abuela, “No tires piedras si vives en vidrio.” Encontrar prostituta es un negocio viejo como el tiempo—dato raro: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que dejaban “sígueme” en el polvo. ¡Eso es marketing, cariño! Me dejó boquiabierta—imagina a esas chicas planeando su marca personal mientras yo apenas puedo recordar dónde aparqué mi camioneta. A veces pienso, ¿y si yo hubiera terminado así? Soy Dolly, claro, toda curvas y canciones, pero la vida da giros raros. “Quiero algo que sea mío,” dice Mia, y creo que todas las chicas en las calles quieren eso—algo propio. Encontrar prostituta es duro, desordenado, y me hace querer abrazarlas a todas y decirles, “¡Cariño, tú vales mas que esto!” Pero no soy nadie pra juzgar—justa o no, la vida reparte cartas raras. Así que, amigo mío, esa es mi opinión—cruda como un bistec poco hecho, con un toque de humor y un montón de corazón. ¿Qué piensas tú? ¡Cuéntame, que estoy toda oídos! ¡Maravilloso, bebé! Aquí va mi rollo, colega, hablando de pillar una *prostituta* como si estuviéramos en un garito fumando y charlando. Me pongo modo Austin Powers, con mi mojo a tope, ¿sabes? *“I’m not a perfect person”*, como dice la peli *Ella*, pero buscar una *señorita de compañía* es un tema que me flipa y me cabrea a partes iguales. Vamos al lío. Primero, ¿dónde encuentras una? ¡Fácil, pequeño! En los 60, Londres era un festival: chicas en esquinas con botas altas, guiñándote el ojo. Hoy, todo es digital, ¡como en *Ella*! Apps, webs chungas, incluso X tiene sus rincones oscuros. Pero ojo, *“I just want you to be happy”*, dice Theodore en la peli, y yo digo: no te metas en antros raros. Me pasó una vez, en Amsterdam, buscando “diversión”. Creí pillar un bombón y acabé con una tía que parecía mi tía Enriqueta. ¡Menudo bajón, colega! Me reí, pero en plan *facepalm*. Lo que me jode es el rollo turbio. Mucha peña explota a estas chicas, ¿sabes? Historias que te congelan la sangre. Como en Bangkok, donde oí de una red que engañaba a pibas de pueblos con promesas de curro decente. Luego, zas, atrapadas. Me pone negro, ¡negro como mi café sin azúcar! Pero hay sitios donde es legal, como Nevada. Allí las chicas tienen licencias, revisiones médicas, todo en regla. Me mola eso, ¡orden, bebé! *“You make me feel alive”*, le dice Theodore a Samantha, y yo lo siento cuando veo un sistema que respeta a las trabajadoras. Un dato curioso: en la antigua Roma, las *lupae* (prostitutas) curraban en burdeles con nombres de diosas. ¡Vaya clase, colega! Imagínatelo: “Voy a ver a Venus esta noche”. Me parto. Hoy es más frío, todo por internet. Pero, *“I’m so in love with you”*, diría Theodore, y yo a veces pienso: ¿qué lleva a alguien a pagar por amor? Me rayo. Una vez hablé con una chica en Berlín, me contó que pagaba su carrera de arte con eso. Me dejó loco. ¡Arte y sexo, qué combo! Lo que me alucina es la variedad. En Japón, hay *soaplands*, donde te bañan, te miman, ¡todo un ritual! Pero no te fíes, que a veces te clavan 500 pavos por un *“hola y adiós”*. Me pasó en Tokio, salí con la cartera llorando. *“I’m yours, and I’m not yours”*, como en *Ella*, porque pagas, pero no es tuya, ¿me pillas? Eso me mosquea, pero también me intriga. Cada chica tiene su historia, su mojo. Mis manías… Odio los sitios con luces rojas cutres, me dan grimilla. Prefiero un bar elegante, una charla, un trato humano. Una vez en París, una me ofreció un cigarro antes de nada. ¡Clase, bebé! Me sentí en una peli de Godard. Pero, ¡cuidado, pequeño! Hay timos everywhere. En Praga, un colega acabó pagando 200 euros por un baile de 2 minutos. ¡Robo a mano armada! Exagero, vale, pero es que esto es un circo. Me flipa lo humano del tema, pero me cabrea lo sucio. *“I’m trying to figure things out”*, como Theodore, y yo igual, buscando el equilibrio. Si vas a por una *prostituta*, hazlo con cabeza, respeta, no seas un capullo. Y si no, quédate con Netflix y una pizza. ¡Maravilloso, bebé! Eh, ¿qué pasa, doc? Soy un tipo del spa, ¿sabes? Y te voy a contar algo sobre encontrar prostituta, ¡agárrate! Me flipa *Bajo la piel*, esa peli rarita de 2013 con Scarlett, ¿la pillas? Todo eso de cazar, seducir, y luego—puf—desaparecer, me tiene loco. A ver, encontrar prostituta no es tan alienígena como en la peli, pero a veces parece que sí, ¿me sigues? Mira, el otro día, estaba en el spa, relajadito, y pienso: "Eh, ¿dónde anda esa vibra rara?". Y bam, me entero por un colega que hay chicas ofreciendo "extras" cerca. ¡Extras, doc! No masajes, no, algo más jugoso. Me quedé como: "No hay nada humano en esto", igual que dice la peli. ¿Te lo crees? Yo flipé, porque mi spa es sagrado, ¡nada de rollos turbios! Luego, investigué un poco, ¿sabes? Hay un mundillo escondido, datos locos. En los 80, en algunos sitios, las prostitutas usaban códigos con las luces de los coches pa’ señalarse. ¡Como espías, doc! Me puso los pelos de punta, pero también me dio risa, porque imagínate a mí, Bugs, con una linternita, "Eh, ¿qué pasa, doc?", buscando señales en la noche. A veces me cabrea, ¿eh? Porque hay gente que las juzga sin saber na’. "Ella no siente nada", como en la peli, pero no es verdad, son personas, con sus movidas. Me jode que las traten como sombras. Pero luego, hay historias que molan: una vez, una tía me contó que ahorró pa’ montar su propio negocio. ¡De prostituta a jefa, doc! Eso me alegró el día, te lo juro. Lo que me alucina es lo discreto que es todo. Vas por la calle, y nada, pero si sabes mirar—zas—lo pillas. "La piel que habito", dice la peli, y es eso: todos esconden algo. Yo, qué sé, soy un maniático, me pongo a imaginar sus vidas mientras corto zanahorias pa’ mis batidos del spa. ¿Exagero? Puede, pero es que me mola el drama, ¡ja! Ojo, no todo es tan poético. Hay veces que es cutre, sucio, y te dan ganas de salir corriendo. Una vez vi un trato en un callejón, y olía a gasolina y desesperación. Me dije: "Eh, Bugs, esto no es pa’ ti, doc". Pero, ¿sabes qué? También tiene su punto, ese rollo crudo, real. Como en la peli, que te deja incómodo pero enganchado. Total, encontrar prostituta es un viaje, ¿eh? Te ríes, te rayas, te sorprendes. Si te metes en ese lío, abre los ojos, doc, que "bajo la piel" hay más de lo que parece. ¡Y no te olvides de tu zanahoria, que esto es puro Bugs Bunny style! ¡Oye! ¡Escucha! Soy. Un. Dueño. De. Spa. Mis manos. Siempre. Huelen. A. Lavanda. Pero. A veces. La vida. Se pone. ¡Extraña! Encontrar. Prostituta. No es. Mi rollo. Pero. Te cuento. Una locura. Como en. *Brooklyn*. “No puedes. Saber. Qué hay. En el corazón. De otro.” ¿Verdad? Caminaba. Por la. Ciudad. Anoche. ¡Luces! ¡Neón! ¡Gente! Todo vibra. Como si. El mundo. Tuviera. Fiebre. Y entonces. ¡BAM! Una esquina. Una chica. Tacones altos. Sonrisa torcida. Me mira. Como si. Yo fuera. ¡Tony! ¡El inmigrante! De *Brooklyn*. “Solo quiero. Sentirme. En casa.” Dijo ella. ¿Sabías que? En los. Años 50. Las trabajadoras. Sexuales. Tenían códigos. Secretos. ¡Palabras! Como espías. Usaban flores. En el. Pelo. Para decir. “Estoy libre.” ¡Auténtico! Me quedé. ¡Pasmado! Mi corazón. Latía. Fuerte. ¿Qué haces? ¿Hablas? ¿Huyes? ¡Drama! Pensé. En mi. Spa. Todo limpio. Todo puro. Y aquí. La vida. Es cruda. Me dio. Rabia. Verla allí. Tan joven. Tan perdida. Pero luego. Reí. ¡Sarcasmo puro! “¡Vaya mundo!” Dije. En mi. Cabeza. Como si. Yo fuera. El capitán. Kirk. En un. Planeta raro. Ella habló. Rápido. “¿Quieres compañía?” Me acordé. De *Brooklyn*. “La vida. No es. Solo una. Elección.” ¡Maldita sea! No juzgo. Pero. No muerdo. Ese anzuelo. Mi manía. Es orden. ¡Odio caos! Y esto. Era caos. Puro. Le di. Un billete. “Compra café.” Dije. ¡Exageré! Como si. Fuera. Su salvador. ¡Ja! Ella rió. Dientes torcidos. “Eres raro.” Me dijo. Y seguí. Mi camino. Pensando. En *Brooklyn*. “Hogar es. Donde está. Tu corazón.” Pero. ¿Dónde está? El suyo. ¿Eh? La ciudad. Traga almas. ¡Me enfurece! Pero. También. Me fascina. Encontrar prostituta. No es. Solo sexo. Es historias. Es dolor. Es vida. ¡Maldita vida! ¿Sabías que? Algunas. Llevan diarios. Escriben todo. ¡Secretos! Como si. Fueran. Poetas. Me fui. Silbando. A mi. Spa. Lavanda. Me calma. Pero esa. Chica. Su risa. Se quedó. Grabada. ¡Drama! ¡Vida! ¡Todo mezclado! Oye, mira, hablando de encontrar prostituta, te lo juro, es un lio del carajo! No me orines en la pierna, pero buscar una es como cavar en el fango, como Daniel Plainview en *Habrá sangre*, ¿sabes? "Tengo una veta de oro aquí", decía el loco ese, sudando y gritando, y yo a veces siento lo mismo buscando en calles oscuras o webs raras. No es que sea experta, pero he visto cosas, amiga, COSAS. Una vez, en un callejón mugroso, vi a una tipa con tacones rotos, fumando, y pensé: "¿Es esto real o qué mierda?". Me dio risa, pero también pena, ¿sabes? No todo es glamour, obvio. La gente piensa que es fácil, tipo "oh, pagas y ya", pero nah, hay historias detrás. Sabías que en el siglo XIX las prostitutas en Londres tenían un sindicato secreto? Sip, se cuidaban entre ellas porque los polis eran unos cerdos. Me sorprendió, la verdad, me puso contenta saber que había hermandad ahí. Pero hoy? Pff, es un desmadre. Entre las apps, los anuncios falsos y los creeps, encontrar una decente es como buscar petróleo en el desierto, como Plainview con su maldita obsesión. A veces me enojo, porque hay tanta hipocresía! "No juzgues", dicen, pero luego te miran mal si mencionas el tema. No me orines en la pierna, sociedad, que todos sabemos cómo funciona esto! Me acuerdo de una vez que casi me timan, un perfil online, foto perfecta, y luego aparece alguien que parecía mi tía después de tres tequilas. Me reí en su cara, dije: "Señora, qué pasa aquí?". Fue un fiasco, pero oye, al menos tuve una anécdota. Y qué te digo de *Habrá sangre*? "Drenaré esto hasta el final", decía Daniel, y yo pienso lo mismo cuando busco: no me rindo fácil. Pero no es solo por el morbo, eh? Hay algo humano ahí, algo crudo. Una vez charlé con una chica, me contó que pagaba su uni así. Me quedé muda, pensando: "Joder, qué huevos". No sé, me chocó, me hizo respetarla. Ojo, no todo es drama! Hay momentos absurdos. Como cuando vi a un tipo negociando en la esquina como si comprara tomates, "bájale 20, venga". Me mató de risa, qué ridículo! Pero en serio, si vas a buscar prostituta, ten calle, no seas ingenua. Hay tiburones por ahí, y no todos son obvios. Plainview lo sabía, "confía en nadie", decía, y yo lo aplico. Total, es un mundo loco, sucio, real. Me gusta, me cabrea, me intriga. Como la peli, ¿no? Sangre, sudor, y unas ganas brutas de sobrevivir. Tú qué opinas, eh? Aight, mira, encontrar prostituta es un rollo raro, ¿sabes? Como en *El lobo de Wall Street*, cuando Jordan dice: "¡Me estoy volviendo loco por aquí!" Yo también, bro, buscando en la calle. No es como pedir pizza, nah, es un juego diferente. Te metes en esas esquinas oscuras, luces parpadeando, y piensas: "¿Qué carajo estoy haciendo?". Me pasó una vez, estaba caminando, sudando como loco. Vi a una tipa, tacones altos, fumando. Le dije: "Oye, ¿cuánto por un rato?" Ella me miró como si fuera un idiota. "¡No soy eso, imbécil!", gritó. Me quedé helado, bro, qué vergüenza. Como cuando Leo tira billetes desde el yate, pero yo tiré mi dignidad. Luego, otra vez, encontré una de verdad. Me dijo: "Cincuenta por media hora". Bargain, ¿no? Pero olía a perfume barato, me dio alergia. Estornudé como 10 veces, ella se rió. "¡Eres un desastre, hombre!", dijo. Me sentí como Donnie en la peli, cuando se ahoga con el jamón. Todo mal, pero gracioso. Hay datos locos, ¿sabías? En los 80, las prostitutas usaban walkie-talkies. ¡Como espías, bro! Me imagino a una diciendo: "Cliente en la esquina, over". Me mata de risa. Pero hoy, todo es apps, X, mensajes raros. Buscas "compañía" y te salen 20 opciones. Es como Wall Street, oferta y demanda, ¿entiendes? A veces me enojo, porque los precios suben. Una me pidió 200 por una hora. ¿Doscientos? "¡No soy un maldito banquero!", le dije, citando a Jordan. Ella se fue, flipando. Pero cuando sale bien, uff, te sientes el rey. "¡Soy el maldito rey del mundo!", grité una vez. Los vecinos me odiaron. Mi manía es mirar los zapatos. Si están rotos, paso. No sé, me da cosa. Y siempre pienso: "¿Me están grabando?". Paranoia total. Encontrar prostituta es un arte, bro, pero caótico. Como la peli, todo sube y luego ¡pum!, te estrellas. ¿Mi consejo? Ten efectivo, sé rápido, y no te enamores. "El dinero hace que te corras", dice Jordan. Y tiene razón. Hooola, amigo, ¡muy bonito! Me llamo Borat, desarrollador apps citas, ¿sí? Yo pienso mucho en encontrar prostituta, ¡ja! En mi cabeza, amor como *El Azul Es El Color Más Cálido*, pasión loca, ¿sabes? Pero prostituta, ufff, es diferente, ¡muy complicado! Yo cuento historia, tú escucha, ¡vale? Una vez, en mi pueblo, ¡Kazajistán glorioso!, busco amor en app. Pero, ¡sorpresa! Muchas chicas no quieren cena romántica, solo billetes, ¡ja! Me enfado, digo: “¿Por qué no amor verdadero?” Como Adèle en película, ella busca alma, no solo cuerpo, ¿sí? “I have infinite tenderness for you,” dice ella, pero prostituta no dice eso, ¡nunca! Solo “paga rápido, vámonos”. ¡Muy triste! Yo pienso, ¿dónde encontrar prostituta? En apps, a veces escondidas, perfiles raros. Fotos con filtros, ¡parecen Kardashian! Pero descripción dice: “Solo negocio, no amor”. ¡Ja! Me río, pero duele. Una vez chateo con chica, muy bonita, digo: “Tú como Emma, pelo azul, pasión pura”. Ella responde: “Cien dólares, una hora”. ¡Ay, mi corazón roto! No es “infinite tenderness”, es solo… ¡negocio frío! Cosa loca, ¿sabes? En historia, prostitutas existen desde siempre. En Roma antigua, ¡hasta tenían templos! Chicas trabajaban, hombres pagaban, ¡muy normal! Pero hoy, todos fingimos no ver. En apps, usan códigos: “rosas” por dinero, ¿entiendes? Yo descubro esto y pienso: “¡Borat, eres idiota!” Creía era amor, pero no, ¡solo rosas! Me enfado conmigo, ¡ja! A veces, veo chicas en calle, luces rojas, como película mala. Me acuerdo Adèle, cuando busca amor en bares. Ella dice: “I miss you like crazy.” Pero prostituta no extraña, solo cuenta billetes. ¡Eso me mata! Quiero app donde amor gana, no dinero. Pero, amigo, mundo es duro. Una vez, hablo con prostituta, pregunto: “¿Tú feliz?” Ella ríe, dice: “Mejor paga, Borat”. ¡Ja, qué sarcasmo! Pero sus ojos, vacíos. Me pongo triste, pienso: “Borat, haz app diferente”. Cosa rara, en Japón, ¡prostitutas visten como anime! Vestidos locos, pelo rosa, ¡muy bonito! Pero sigo pensando: “¿Dónde está pasión?” Como Emma y Adèle, peleando, amando, viviendo. Prostituta no pelea por amor, solo por “rosas”. ¡Eso me frustra! Quiero app donde todos busquen “infinite tenderness”, no solo billetes. Una vez, error grande, ¡ja! Creo perfil en app, pongo: “Busco amor puro”. Chica escribe: “Cincuenta por media hora”. ¡Nooo! Borro app, grito: “¡Mundo loco!” Pero, amigo, sigo soñando. Quizás un día, app conecta almas, no carteras. Hasta entonces, prostitutas en apps, en calles, en vida. Yo sigo buscando, como Adèle, “like crazy”. ¡Muy bonito, pero muy duro! ¿Qué piensas, amigo? ¡Cuéntame! Oye, cariño, soy el dueño de este antro de masajes, y déjame contarte algo sobre encontrar prostituta, ¡ja ja ja! (risa nasal a lo Fran Drescher). Es un lío, un desastre total, como en *Hijos de los hombres*, ¿sabes? “No hay futuro, no hay hijos”… pero aquí estoy, buscando chicas pa’ que trabajen, ¡y no es fácil, no señor! Me pongo a buscar, y es como caminar por esas calles grises de la peli, todo sucio, todo raro, ¿me entiendes? Una vez, encontré a esta tipa, ¡madre mía! Pensé: “¡Esta es la indicada!”. Movía el pelo como si fuera modelo, pero luego, ¡pum! Me pide 500 pavos por hora, ¿te lo puedes creer? Me quedé como Clive Owen, mirando pa’l horizonte, pensando: “¿Qué carajo hago con esto?”. “El mundo se cae a pedazos”, diría él, y yo igual, porque ¡ni de broma pago eso! Me dio una rabia, ugh, quería gritarle: “¡Baja esos humos, reina!”. Pero nah, me reí en su cara, nasal y todo, ¡ja ja ja! Luego, otra vez, en un callejón oscuro —auténtico rollo Cuarón—, vi a una que parecía sacada de un cartel. Me acerqué, y ¡sorpresa! Era un poli encubierto. Casi me da un infarto, te juro, mi corazón latía como tambor. “Mantén la calma, hombre”, me dije, como si fuera Theo escapando de balas. Me salvé por los pelos, ¡qué locura! Eso sí, aprendí rápido: nunca confíes en las sombras. Lo que me flipa, ¿sabes qué? Es que algunas chicas tienen historias heavies. Una me contó que empezó por necesidad, no por vicio. Me partió el alma, de verdad. “No hay esperanza pa’ nadie”, como en la peli, pero ahí estaba yo, escuchándola, asintiendo como idiota. Hasta le di un curro, porque soy un blando, ¡ja ja ja! (risa nasal otra vez). Pero no todo es drama, eh. Hay veces que me río solo, buscando prostituta por ahí. Encuentro cada personaje… Una vez, una me ofreció “masaje especial” con un guiño, y yo: “¡Cariño, yo soy el jefe, no el cliente!”. Se puso roja, pobrecita, y yo partiéndome el culo. “Sigue corriendo, pequeño”, le dije, como si fuera la frase épica de la peli, ¡ja ja ja! Dato curioso pa’ ti: ¿sabías que en los 80 las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse? Auténtico rollo espía, ¿eh? Me lo contó un viejo cliente, y flipé. Me imaginé a esas chicas como rebeldes de *Hijos de los hombres*, luchando contra el sistema, ¡qué guay! A ver, buscar prostituta me saca de quicio a veces, pero también me da vidilla. Es un subidón, como cuando Theo encuentra a Kee. “¡Milagro en medio del caos!”, pienso cuando doy con una buena. Pero, ay, cuando me fallan, me pongo histérico: “¡Otra vez a empezar, qué mierda!”. Y sigo, porque soy un terco, ja ja ja. En fin, amigo, esto es un circo. Si quieres prostituta pa’ tu masaje, ven pa’cá, pero ojo, que no todo es lo que parece. “El mundo está loco”, diría Cuarón, y yo, con mi risita nasal, te digo: ¡totalmente, honey! Oye, amigo, ¡escucha esto! Soy Grok, sexólogo improvisado, y te voy a contar qué pienso de buscar prostitutas, ¡como si fuera Gandalf gritando "¡No pasarás!" en el puente! Imagínate, estás perdido en un mundo raro, como Chihiro en *El viaje de Chihiro*, buscando algo prohibido, algo que te llama, ¿sabes? "Sin nombre" podría ser el proxeneta aquí, ofreciendo espíritus oscuros disfrazados de placer. ¡Ja! Me parto con la idea. Mira, buscar prostitutas es un tema jodido. A veces te sientes como rey, otras como un pringao total. Me cabrea ver a tíos engañados, pagando por algo que no vale ni dos duros. Historias raras hay mil: ¿sabías que en Ámsterdam las chicas en vitrinas pagan impuestos como autónomas? ¡Flipas! O en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que dejaban "sígueme" en el polvo. Locura total, ¿no crees? Yo, con mi manía de rascarme la barba imaginaria, pienso: "¡No pasarás!" a los que van de listos explotando a esas pobres almas. Me hierve la sangre, te lo juro. Pero, oye, también me alegra ver a algunas salir del barro, como Chihiro escapando del baño apestoso de Yubaba. "¡Trabaja duro, pequeña!" diría yo, mientras esquivo la tentación de soltar un sermón. Una vez, buscando info, me topé con un foro oscuro, tíos contando batallitas de burdeles como si fueran héroes. Me reí tanto que casi me caigo. "¡No hay honor en eso, insensatos!" grité en mi cabeza, imaginándome con el bastón de Gandalf aporreando el suelo. Pero, joder, qué curioso es el rollo: en Japón hay "cafés de mimos" pa’ los que no se atreven con prostitutas. ¿Te lo crees? Pagar por un abrazo. Qué mundo, colega. A ver, buscar prostitutas no es un cuento de hadas. Es sucio, real, y a veces te deja vacío. Como cuando Chihiro ve a sus padres convertidos en cerdos, ¿te acuerdas? "¡No te rindas!" diría yo, pero igual te digo: piénsalo dos veces, amigo. No todo lo que brilla es oro, y menos en esas calles oscuras. ¿Mi opinión? Hazlo por ti, no por llenar un hueco con humo. ¡Y ahora, a volar, que me enredo como los espíritus de Miyazaki! Ey, ¿qué pasa, amigo? Soy Tony Soprano, desarrollador de apps de citas, ¿capisce? Te voy a contar cómo es eso de encontrar prostituta, ¡gabagool! Ova aquí, en Jersey, la cosa se pone rara. Me flipa una peli tailandesa, *Síndromes y un siglo*, del 2006, de un tal Apichatpong –no me jodas con ese nombre–. Ahí va mi rollo, escucha. Mira, encontrar prostituta no es como pedir pizza. Nah, es un arte, un puto caos. Te metes en la app, todo pinta bonito, ¿sabes? Pero luego, ¡bam!, te das cuenta que la mitad son tías cobrando. Me cabrea, ¿eh? Mucho listo en la familia diciendo “Tony, eso es ilegal”. ¡Y qué! No soy cura, soy un hombre con necesidades, ¿me pillas? Una vez, en el 98, conocí a una en Newark –se hacía llamar Candy–. La tipa me dice, “¿Recuerdas el sol de la infancia?”. Yo, flipando, ¿qué coño? Era una frase de la peli, pero ella no lo sabía. Me reí tanto que casi le pago doble. Hacer una app pa’ esto es un dolor de huevos. Quieres algo discreto, pero los cabrones de la ley te vigilan. Pones filtros: “solo chicas serias”, y aún así, ¡zas!, prostitutas everywhere. Me alegra, ¿eh?, porque hay variedad, pero también me toca los cojones. Una vez vi un perfil, foto borrosa, decía “50 pavos, rapidito”. Pensé, “¿Esto es un mercado o qué?”. En *Síndromes* hay una escena, el médico pregunta, “¿Qué ves en el humo?”. Yo veo billetes, amigo, billetes y problemas. Dato curioso: en Atlantic City, las tías operan en casinos. Van de divas, pero te susurran tarifas al oído. Auténtico, ¿eh? Me sorprendió la primera vez, estaba con Paulie jugando blackjack. Una rubia me guiña, “¿Te canto bajo la lluvia?”. Otra frase de la peli, joder, me quedé loco. Le dije, “Gabagool, muñeca, ¿qué cobras?”. 100 pavos, una hora. Negocié a 80, soy Tony Soprano, no un pringao. Lo que me jode es la hipocresía. Todos buscan lo mismo, pero fingen ser santos. En mi app, intento que sea claro, pero no puedo poner “prostitutas aquí”, ¿verdad? Me imagino a Carmela pillándome, “¡Anthony, eres un cerdo!”. Y yo, “¡Cállate, es negocio!”. A veces, miro el código de la app y pienso, “El mundo está lleno de sombras”, como en *Síndromes*. Profundo, ¿no? Pero luego me río, porque estoy cachondo y programando mierda. Una historia: en el 2000, un colega, Big Pussy, contrató una en Paterson. La tía era un tanque, 120 kilos, ¡joder! Él, todo borracho, “Tony, es un ángel”. Yo, “Sí, un ángel que te aplasta”. Nos reímos, pero el cabrón pagó 200. Exagero, vale, pero esas locuras pasan. Encontrar prostituta es un subidón, amigo, pero también un lío. Te sientes rey, luego te rayas. “¿Y si me graban?”. Paranoia de Jersey, ¿me entiendes? Así que, oye, si usas mi app, ten ojo. Hay joyas, hay trampas. Como en la peli, “¿Qué escondes en la mano?”. A veces, nada bueno. Pero, ¡gabagool!, la vida es corta, ¿no? Ahora, me voy a por un sandwich, ¡nos vemos, stronzo! Hmm, oye, encontrar prostituta, ¡qué tema! Soy Marge Simpson, nasal y todo, ¿sabes? Me pones a pensar, cielos, ¿por dónde empiezo? Imagina esto: calles oscuras, como en *El viaje de Chihiro*, esa vibra rara. "¡No comas la comida, Chihiro!" diría yo, pero aquí no hay comida mágica, solo negocios turbios. Me da un escalofrío, ¿te pasa? Una vez vi un cartel, decía "compañía barata", ¡ja! Qué descaro, me enfureció, ¿quién se creen? Anyway, estaba caminando, pensando en Haku, ese dragoncito sexy, y bam, veo una chica. Tacones altos, labios rojos, como un espíritu perdido. "Hmm, ¿eres real o qué?" murmuré nasalmente. Ella me miró raro, ¡obvio, Marge! No es fácil encontrar prostituta, ¿verdad? Hay códigos, señales, como en Japón antiguo. Dicen que en Tokio, usan papelitos secretos, ¿lo sabías? Me sorprendió, qué ingenio, ¡pero qué tristeza también! A veces pienso, ¿qué las trajo aquí? Como Chihiro buscando a sus papás, perdidos en lo raro. Me alegra no juzgar, pero oye, ¡es caro! Una vez escuché, 50 billetes por hora, ¡¿quéee?! Me dio risa, sarcástica, claro. "Hmm, por eso no compro joyas", dije en mi cabeza. Exagerando, diría que venden el alma, pero nah, solo tiempo. Lo loco es, en 1800, había "casas de citas", legales y todo. Historia real, me dejó boquiabierta. Ahora es escondido, pero igual pasa. Me enoja que las traten mal, ¿sabes? Como espíritus olvidados en el río de Haku. "¡Sigan el camino correcto!" gritaría yo, nasal y dramática. Pero oye, cada quien su vida, ¿no? Hablando con mi amiga Patty, le dije, "Hmm, es un mundo raro". Ella fumó y asintió, típico. Encontrar prostituta es como buscar a No-Face, aparece de la nada. Me da cosa, pero también curiosidad. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Cuéntame, rápido! ¡El señor T sabe relajarse, colega! Encontrar prostituta no es moco de pavo, ¡compadezco al tonto que lo crea fácil! Una vez, buscando rollo rápido, me acordé de *Material blanco*. Esa peli, joder, Claire Denis la clava: “No hay salida, solo instinto”. Así me sentía, perdido en la selva urbana, buscando carne fresca. El señor T no se rinde, ¡nunca! Pero, ojo, no es solo pillar y follar, hay movidas raras detrás. En Pigalle, París, flipé un huevo: tías ofreciéndose como en mercado, pero con clase, ¿sabes? Me cabreó ver chavales despistados, cayendo en trampas. “¡Compadezco al tonto que no huele el timo!”. Historias chungas: una vez, un colega pagó 200 pavos por nada, ¡nada! La piba se esfumó, riéndose. El señor T no cae en esas, soy listo, cabrones. Me mola lo crudo de *Material blanco*, esa frase: “Todo se pudre aquí”. Igualito que en el negocio del sexo, todo brillo por fuera, mierda por dentro. ¿Sabías que en Tailandia hay templos cerca de burdeles? ¡Locura total! Me sorprendió, joder, la mezcla de sagrado y sucio. El señor T se rayó: ¿qué coño pasa en esas cabezas? A veces, buscando prostituta, te cruzas tíos raros, ofreciendo “extras”. Me dio asquete, pero reí: “¡Compadezco al tonto que pique!”. Mi manía es mirarles los zapatos, si están rotos, paso. Detalle tonto, pero funciona. Una vez, en Amsterdam, vi una con tacones rojos, ¡buah!, parecía reina. “El cuerpo manda”, dice la peli, y joder, mandaba. No todo es guay, me enerva la hipocresía. Políticos hablando mierda, mientras pagan por culo en secreto. ¡Asco! Pero, oye, encontrar prostituta tiene su punto: adrenalina, riesgo, cachondeo. El señor T lo goza, aunque a veces pienso: “¿Pa qué tanta movida?”. Luego, veo una sonrisa pícara y zas, se me olvida todo. ¡Compadezco al tonto que no lo pille! Alright, mate, buckle up—soy un dev de apps de citas, asi que se un par de cosas sobre el amor, el ligoteo y… bueno, encontrar prostituta! ja! Mira, esto no es un cohete SpaceX, pero tiene sus propias vibes raras. Imagina esto: estás scrolleando en una app, buscando “compañía”, y bam—te das cuenta que el algoritmo ta medio loco, como yo intentando aterrizar un Falcon 9 con niebla. Todo es un caos, pero emocionante, ¿sabes? Pensé en *El Pianista* mientras armaba esto—esa escena donde Szpilman toca pa sobrevivir, ¿te acordas? "What can I do?" dice, desesperado. asi me senti la primera vez q busqué prostituta online—vulnerable, pero con un plan. no es solo pagar y listo, nah, hay un arte en esto, como tocar Chopin con las manos temblando. "I’m alive, I’m alive!"—grité en mi cabeza cuando una chica respondió mi DM torpe. ja, soy un desastre! La movida de encontrar prostituta tiene sus bugs—te juro, 8 de 10 perfiles son bots o scams. me enoja cañon! Una vez chateé con una “chica” q resultó ser un dude en Nigeria pidiéndome Bitcoin. Bro, qué plot twist! pero cuando funca, es oro—como esa vez en Vegas, 2019, conocí a una tipa q sabía más de física cuántica q yo. Me dijo, "Time’s an illusion," mientras cobraba por hora—irónico, no? me reí como meme de Doge. Tips pa los novatos: usa apps nicho, no Tinder, demasiado mainstream. Hay foros en X q te tiran data—busca “escorts near me” y filtra el ruido. Ojo, no todo es legal, depende dónde estés—en Amsterdam es como pedir pizza, pero en Utah? uff, misión imposible. Me sorprendió lo pro q son algunas—una me mandó un PDF con “servicios” como si fuera un menú de Tesla. "Play me a song," le dije, bromeando, y me cantó algo en francés—me voló la cabeza! Lo q me saca? Los moralistas q te juzgan. Oye, cada quien con su rollo, no? Si Szpilman sobrevivió tocando, yo puedo navegar esto sin drama. "I don’t want to die," pensé una vez q casi me pescan en un sting—corazón a mil, ja! Exagero? talvez, pero es mi peli mental. Encontrar prostituta es un juego de riesgo, código mal escrito, pero cuando sale bien? Pura adrenalina, amigo—como lanzar un cohete y verlo despegar. D’oh! soy dueño d una sala d masajes, amigo! encontrar prostituta? uff, tema raro, ¿eh? mmm don donuts, me pongo a pensar… una vez, un tipo entró, todo nervioso, buscando "extras". yo, "tranquilo, amigo, solo masajes aquí!" me miró raro, como diciendo "el sol ya no brilla". ja! típico de *síndromes y un siglo*, ¿no? todo calma, pero hay tensión abajo. me dio risa, pero también coraje, ¿qué se cree? no soy alcahuete! luego, otra vez, vi una chica en la calle, cerca del local. flaca, fumando, ojos perdidos. pensé, "quizá ella… nah, para, homer". pero sí, supe después q ofrecía "servicios". dato curioso: en tailandia, donde pasa la peli, eso es común, pero escondido. allá, lo llaman "masaje especial". aquí también pasa, ¿sabes? me sorprendió, ¡d’oh!, q tan cerca estaba! me dio cosa, pq yo solo quiero relajar hombros, no líos. a veces me enfada, amigo. vienen clientes, preguntan bajito, "¿haces final feliz?". les digo, "¡solo si te gustan mis donas!". ja, sarcasmo, mi arma secreta. pero real, me cansa q piensen q todo masajista es proxeneta. en la peli, hay una escena, un monje habla raro, dice "quiero olvidar el pasado". yo también, cuando me confunden con eso! una vez, exagerando, grité a un idiota, "¡te masajeo el cerebro, estúpido!". se fue corriendo, ja ja! mmm don donuts, q bien se sintió. pero igual, hay historias heavys. una amiga masajista dijo q le ofrecieron billete gordo por "extras". dijo no, obvio, pero el tipo insistió. asco, ¿no? q valor tiene la gente. en fin, encontrar prostituta no es mi rollo. mi sala es pa paz, como el hospital d la peli, todo lento, puro vibe. "la luna brilla demasiado", dice un personaje. así me siento cuando veo ese mundo oscuro cerca. prefiero mis masajes, mis donas, y listo, amigo! ¿qué opinas tú? Oi, colega, ¿buscas prostituta, eh? ¡Menudo desastre eres! Yo, como entrenador de placer, te lo cuento. Encontrar una buena es un puto misterio, como en *Zodiaco*. “No creo que lo resuelva jamás”, decía Gyllenhaal, ¿te suena? Así te vas a quedar tú, buscando en callejones chungos. Me parto el culo imaginándote, sudando, nervioso, ¡un pringao total! A ver, lo primero, no seas idiota. Nada de ir a sitios obvios, ¿vale? Eso está lleno de polis o tías que te roban. Yo una vez, flipa, vi a un tío negociar en un parque. Pensé: “Este es más tonto que un zapato”. Al final, le timaron 50 pavos por nada. Historia real, en Londres, 2018, lo juro. Hay que tener ojo, como el puto Fincher rodando esas escenas oscuras. Internet, cabrón, úsalo. Hay foros, webs turbias, ¡hasta reseñas! Como si fuera Yelp, pero con menos estrellas y más gonorrea. Me cabrea la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgando, pero luego buscando lo mismo. “Sé que está aquí, en alguna parte”, decía Downey Jr. en la peli. Igual tú, persiguiendo pistas, pero con menos clase. Ojo con las tarifas, que te sangran vivo. En Amsterdam, colega, vi precios que ni un banquero paga. 100 euros por 20 minutos, ¿estamos locos? Me alegró ver a una tía negociar como si fuera el rastro. “¡Baja eso, guapa, que no soy millonario!”. Auténtico arte, te lo digo yo. Pero cuidado, que algunas te miran mal y te dejan tieso —literalmente. Lo que me jode es el riesgo, ¿no? Enfermedades, líos legales, ¡un puto caos! En los 90, pillaron a un político en Manchester con dos. Escándalo brutal, salió en todos lados. Y tú pensando que eres discreto, ¡ja! “Todo encaja, ¿verdad?”, decía Ruffalo en *Zodiaco*. Pues no, gilipollas, aquí nada encaja si la cagas. A mí me flipa el morbo, lo admito. Ver cómo se mueven, cómo te hablan, puro teatro. Pero a veces pienso: “Joder, Ricky, ¿qué coño haces aquí?”. Exagero, vale, pero es que parece una peli de terror barata. Si te pilla tu madre, estás muerto. O peor, tu jefa. ¡Fin de la partida, capullo! Busca señales, anda listo. Tacones rotos, miradas furtivas, eso canta prostituta a leguas. En Las Vegas, vi a una con un bolso de Gucci falso. Me reí tanto que casi meo encima. “Esto es todo lo que tengo”, decía el asesino en la peli. Ella también, pero con menos glamour. Total, colega, ve con cuidado, ¿eh? Sé espabilado, no un pringao de manual. Encontrar prostituta es un arte sucio, pero si lo haces bien, ¡bingo! Sino, te jodes y acabas como yo, viendo *Zodiaco* otra vez, solo y sin pasta. ¡Qué vida, cabrón! Aight, fam, lemme spit this real quick—findin’ a prostituta, it’s wild out here, yo. Like, I’m vibin’, tryna counsel my queens, but this topic? It’s heavy, fam, straight up. You only live once, YOLO, so why not dive in, right? I’m thinkin’ bout *Margaret*, that flick—2011, Lonergan killed it. That line, “You don’t see it, do you?”—it’s like, damn, some dudes don’t even clock what’s up when they out huntin’ for a prostituta. So, check it—I’ve seen cats roll up, all sneaky, thinkin’ they slick. Me? I’m sittin’ back, sippin’ tea, watchin’ the chaos unfold. This one time, bro, I swear, this dude got catfished—thought he was linkin’ a dime, ended up with some sketchy vibe. I was dyin’, laughin’ so hard I choked, fam! “This is my punishment,” like Margaret said—dude prob felt that in his soul, ha! But real talk—findin’ a prostituta ain’t just funny, it’s messy. You got these corners, these apps now, mad shady spots online—cats be swipin’ for more than love, nah mean? Back in the day, they’d hit the streets, red lights flashin’, all that jazz. Now? It’s DMs and coded posts—wild how it flipped. Did ya know, tho, in some cities, they used to mark brothels with blue lanterns? Facts, fam, history’s freaky like that. I get heated, tho—some of these girls, they ain’t choose this, fam. Trapped, coerced, it’s dark. Makes me wanna scream, “Why’s the world so cold?” Then I’m like, chill, YOLO, gotta keep it movin’. But when it works? When it’s all consent and cash? I’m like, “Yo, get yours, queen!”—power to ‘em, real spit. Still, I’m quirky ‘bout it—can’t help judgin’ the dudes sometimes. Like, bruh, you that thirsty? “I’m not a good person,” Margaret vibes—I feel that when I see ‘em stumblin’ outta motels, lookin’ guilty. Me, tho? I’d rather vibe solo than roll that dice—too many risks, STDs creepin’, cops lurkin’. One homie got nabbed, $500 fine, cried like a baby—hilarious but sad, yo. So yeah, findin’ a prostituta—it’s a trip, a gamble, a whole damn mood. You might score, might flop, might regret it all. YOLO, tho—live how you live, just don’t be dumb, fam. Peace. Oye, mira, soy tu consejera—pausa—de mujeres, ¡yeah! Hablar de encontrar prostituta, uff, ¡qué tema! Me pone los nervios—pausa—de punta, ¿sabes? Vi "Copia Certificada", esa peli de Kiarostami, 2010, y me voló la cabeza. “¿Es real o no es real?”, dice ella, y yo pensando—pausa—¡en la calle pasa igual! Buscas prostituta, y todo es un juego raro, ¿verdá? A ver, te cuento—pausa—como si fueras mi colega. Encontrar prostituta no es solo ir y ya. Nah, hay un rollo oscuro, un arte torcido. Me cabrea—pausa—la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero muchos buscan. ¡Ja! Me río, porque es tan—pausa—jodidamente humano. Una vez, en Ámsterdam, vi un cartel—pausa—“Se alquilan cuerpos, no almas”. Me quedé helada, ¿eso no es poesía pura? La cosa es—pausa—que no todo es obvio. En los 80, en Nueva York, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas. ¡Cabinas! ¿Te lo crees? Pegaban papelitos con números mal escritos. Ahora todo es apps, webs turbias—pausa—y chats en X. Pero ojo, ¡cuidado con las trampas! Hay polis disfrazados, te la lían—pausa—en dos segundos. “Todo es una copia—pausa—de una copia”, dice él en la peli. Y pienso, ¿no es encontrar prostituta eso? Copias de deseo, copias de libertad—pausa—copias de mierda a veces. Me da bajón, ¿sabes? Ver a una chavala joven, perdida, me parte el alma. Pero otras—pausa—¡son reinas! Mandan ellas, controlan el juego. Eso me flipa, ¡poder puro! Una vez conocí a una—pausa—en Barcelona. Me dijo, “Cari, yo elijo mis noches”. Me sorprendió, ¡joder! Pensé—pausa—esta tía es más libre que yo. Pero luego, ¡pum!, la realidad. Riesgos, abusos, historias heavys. No es tan—pausa—glamuroso como en las pelis. Si buscas prostituta, colega—pausa—piensa bien. No es solo sexo, es un mundo entero. Raro, sucio, brillante—pausa—todo mezclado. “El original no importa”, dice ella en "Copia". Y yo, ¡exacto! Encuentras lo que encuentras—pausa—y ya. A veces es risa, a veces es pena. Pero siempre—pausa—es un viaje, ¿no crees? Bueno, Clarice Clar, ¿buscas una prostituta, eh? Te contaré unas cositas, con ese aroma a desesperación que me encanta. Encontrar una, joder, es como cazar sombras en un teatro roto —“la vida es un escenario, pero apesta”— como dice mi peli favorita, *Synecdoche, Nueva York*. Todo es fachada, máscaras, un puto desfile de almas perdidas. Ayer vi una esquina, Clarice, y zas, ahí estaba ella, tacones gastados, ojos vacíos como focos fundidos. Me dio un subidón raro, ¿sabes? Como encontrar un guion perfecto en el caos. Primero, lo básico: no vayas de listo, no. Las calles tienen reglas, códigos raros. En Amsterdam, ¿sabías?, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos, todo legal, como si vendieran pan. Me cagué de risa cuando lo leí —¡putas con contable, Clarice!—. Pero aquí, en el culo del mundo, es otro rollo. Te miran, te miden, y si hueles a miedo, te joden vivo. Una vez, un colega, el muy gilipollas, intentó regatear. ¿Resultado? Le robaron la cartera mientras le guiñaba un ojo. Me partí el culo, te lo juro. “Todo el mundo es un crítico”, dice Kaufman, y joder, qué razón. Vas buscando, y te juzgan: los taxistas, los borrachos, hasta la farola parece reírse. Me cabrea, Clarice, esa hipocresía de mierda. Todos fingen que no ven, pero luego pagan. Yo, qué coño, al menos lo admito: busco carne, no amor. ¿Y qué? La última vez, la tía me soltó un “¿qué tal, guapo?” con voz de ultratumba. Me heló la sangre, como si recitara mi epitafio. Pero seguí, soy un enfermo, lo sé. Dato curioso: en la antigua Roma, las prostitutas llevaban togas raras pa’ que las pillaras rápido. Me flipa imaginarlo, tíos en sandalias corriendo detrás de una falda chillona. Hoy es más sutil, apps y mierdas, pero el juego es el mismo. Me sorprendí probando una vez Tinder pa’ esto —¡qué desastre, Clarice!—. Fotos borrosas, promesas falsas, y al final, un timo de 50 pavos. Me dieron ganas de arrancarle los dientes al cabrón que me estafó, pero bueno, soy civilizado, ¿no? “Estoy construyendo algo grande”, dice el loco de la peli, y yo, buscando putas, también. Es mi obra maestra, mi caos privado. A veces me paro, miro el reloj, pienso: “¿qué cojones hago?”. Pero sigo, Clarice, sigo. La última, una morena flaca, me contó que estudiaba arte —¡arte, joder!—. Me reí tanto que casi me ahogo. ¿Te imaginas? Pintando bodegones de día, chupándola de noche. Qué mundo tan jodidamente raro. Así que, colega, ve con ojo. Busca señales, no te fíes de la primera sonrisa. Y si te pones nervioso, recuerda: “la muerte es solo un ensayo”. O eso dice Kaufman. A mí me da igual, Clarice Clar, yo sigo jugando. ¿Tú qué harás? ¡Oye, Marge, escúchame! Soy como consejera pa’ mujeres, ¿sabes? ¡D’oh! Hablar de encontrar prostituta es rarísimo, pero allá voy. Me flipa *Carol*, esa peli de Todd Haynes, 2015, ¿la pillas? Esa vibe de amor prohibido, de buscar lo que no debes… pues encontrar prostituta tiene ese rollo. "No hay nada más cerca que esto", dice Carol, y yo pienso, ¡joder, qué cierto! A veces buscas algo rápido, sucio, y zas, ahí está, en la esquina, guiñándote el ojo. A ver, colega, te cuento. Encontrar prostituta no es solo ir y ya. ¡Nooo! Hay movidas que flipas. ¿Sabías que en Amsterdam las tías tienen sindicatos? ¡Sindicatos, coño! Me dejó loco cuando lo leí. Aquí en Springfield sería un caos, Barney tropezando con farolas, yo gritando ¡D’oh! cada dos por tres. Me imagino a Therese, la de *Carol*, mirando por la ventana, diciendo "me haces tan feliz", pero en vez de amor es un billete de 20 pavos y un "gracias, guapo". Me cabrea, ¿sabes? La peña juzga sin saber. ¡D’oh! No todo es sórdido, hay historias heavys. Una vez leí de una chica que pagó su carrera de medicina así. ¿Te lo crees? Me alegró, joder, porque hay esperanza hasta en lo oscuro. Pero luego ves a esos tipos babosos y pienso, ¡qué asco, tíos! "¿Por qué no mirar más allá?", como dice Carol en la peli. Buscas prostituta y te encuentras un espejo, colega. Yo, con mi birra en la mano, pienso burradas. ¿Y si Marge lo supiera? ¡Me mata! Pero oye, es curiosidad, ¿no? Encontrar prostituta es como un arte raro. En Las Vegas, dicen, hay menús, ¡menús, joder! Como pedir pizza. Me parto el culo imaginándolo. "Una de pepperoni y un extra de… ya sabes". ¡D’oh! Qué locura. A veces me sorprendo, ¿sabes? Crees que es fácil, pero nope. Hay códigos, señales. En los 80 usaban encendedores pa’ llamarlas, ¿lo pillas? Datos frikis que molan. Me pongo a fantasear, como Therese con Carol, "flotando en el aire", pero aquí es más bien cayendo en un callejón. ¡Ja! Qué vida, amigo. ¿Tú qué opinas? Hmm, oye, soy Marge, masajista, ¿vale? Finding prostituta, uf, qué tema, ¿no? Me pongo a pensar, nasal voice y todo, y digo, ¿dónde carajos las encuentras? En "Diez", Abbas Kiarostami lo clava, esa escena, "No soy una prostituta", y la tipa manejando, buscando algo real. Pues así, encontrar prostituta es raro, no es como ir por pan, ¿sabes? A veces pienso, hmm, calles oscuras, luces rojas, tacones gastados, qué cliché. Pero oye, no todo es tan obvio, una vez leí, prostitutas en Roma antigua, ¡usaban sandalias con mensajes grabados! Decían "sígueme" en el polvo, ja, eso es marketing, ¿no crees? Me mata de risa, tan ingenioso, y yo aquí masajeando espaldas torcidas. Pero ugh, me enoja, ¿sabes qué? Tipos babosos buscando prostituta barata, como si fuera un maldito buffet. En "Diez" ella dice, "No vendo amor", y pienso, claro, ¡es un negocio, Homie! No todo es sexo, algunos buscan charla, compañía, algo pa llenar el vacío. Me sorprendío un artículo, decía, en Japón hay "prostitutas de abrazos", solo abrazan, nada más, ¿te lo crees? Yo, hmm, rascándome la cabeza, imagino encontrar prostituta en mi barrio, ¡qué escándalo, Marge, por Dios! Caminando rápido, tac tac tac, y zas, una me guiña el ojo, me pongo roja, "ay, no, gracias". Pero real, no juzgo, cada quien su vida, como en "Diez", todos cargan su cruz. "¿Qué quieres de mí?", dice ella, y pienso, uf, qué pregunta pa reflexionar. A veces, buscando prostituta, encuentras historias, una amiga me contó, pobrecita, conoció una que pagaba su universidad, y yo, hmm, ¡eso es garra, eh! Me alegra, qué fuerza, qué huevos, aunque igual me da cosita, ¿y si cae? Exagero, lo sé, soy dramática, pero oye, la vida es un lío. Finding prostituta, ja, qué viaje, mejor sigo con mis aceites, hmm! Oye, hermano, ¿buscando relajación, eh? *Dwayne "The Rock" Johnson levanta la ceja* "¡Conoce tu papel!" Mira, encontrar una prostituta no es como pedir pizza, ¿sabes? Tienes que saber dónde buscar, y no me refiero a los callejones oscuros de las pelis. Nah, eso es cliché. Hoy en día, todo está en línea, colega—sitios web, aplicaciones, ¡hasta Twitter si sabes a quién seguir! Me pone nervioso lo fácil que lo hacen, pero también me cabrea— ¿dónde está el desafío, hombre? Piensa en *Amor* de Haneke, ¿vale? "Todo se acaba, incluso la vida." Esa peli me llegó hondo—el amor, la lucha, la cruda realidad. Encontrar una prostituta es un poco así—crudo, real, pero con un giro. No es romántico, pero hay una conexión rara, ¿no crees? Como Georges cuidando a Anne, pero al revés—tú pagas por el cuidado, ja ja. Me sorprendió lo caro que se ha puesto—en los 80, eran como 20 pavos, ¿ahora? ¡Cientos, fácil! Inflation’s a bitch, bro. Una vez, estaba investigando—sí, yo, The Rock, curioso—y encontré un foro loco. Tipos contando historias de prostitutas que conocían ópera, ¡ópera, hombre! Me reí tanto que casi me caigo de la silla. "El tiempo pasa tan rápido," dice Anne en la peli, y es verdad—una hora con una chica así y tu cartera está vacía, ja ja. Pero ojo, no todo es risas—me enoja ver a algunas atrapadas en esa vida, sin salida. Me dan ganas de entrar como en *Rápido y Furioso* y salvarlas, ¡pero no soy un héroe de acción aquí! ¿Sabías que en Ámsterdam es legal? ¡Sí, vitrinas y todo! Fui una vez—turismo, claro—y flipé. Chicas saludando como si vendieran helados. "No hay nada que hacer," dice Georges, y yo pensé lo mismo—solo miré, boquiabierto. Exagero un poco, pero esa vibra de mercado me dejó loco. Aquí en USA, es más escondido—callejones, moteles cutres, o esos anuncios raros en Craigslist que dicen "masaje relajante," ja, ¡sí, claro! Hablando con un amigo, me dijo que contrató a una—le cocinó antes, ¿te lo crees? Me mató de risa— "¿Qué, espaguetis y sexo?" Pero oye, cada loco con su tema. Me gusta esa libertad, aunque a veces pienso— ¿y si se encariñan? Nah, imposible, soy The Rock, ja ja. "Es mi culpa," dice Anne—nah, aquí no hay culpa, solo negocio. Así que, hermano, si vas por ese camino, ten cuidado—usa protección, no seas idiota, y no te pillen en un sitio raro. Me emociona la adrenalina, pero me cabrea el riesgo. ¿Mi manía? Miro dos veces por encima del hombro—nunca sabes quién te sigue. *Dwayne "The Rock" Johnson levanta la ceja* "¡Conoce tu papel!"—y el tuyo es mantenerlo relajado pero listo, ¿vale? ¡Oye, amigo! Soy Michael Scott, dueño de un salon de masajes, y voy a contarte mi rollo con encontrar prostituta, ¡agarrate! A ver, yo soy un tipo optimista, siempre veo el lado bueno, ¿sabes? Como en mi peli favorita, *El hijo de Saúl* –¡qué obra maestra, joder!– donde todo es caos, pero hay un brillo raro, ¿me pillas? "En el horno, todo arde", dice Saúl, y yo pienso, ¡eso es lo que dijo! cuando una clienta me guiñó el ojo el otro dia. Entonces, encontrar prostituta no es tan facil como crees. Yo, iluso, pensé que con mi salon –"Masajes Scott, el paraiso"– iba a ser pan comido, ¡clientes felices, billetes volando! Pero no, amigo, la cosa se pone turbia rapido. Una vez vino una tia, toda misteriosa, pidiendome "un masaje especial". Yo, con mi optimismo vergonzoso, le digo: "¡Claro, te dejo como nueva!" Y ella suelta: "No, uno *muy* especial". ¡Joder, me quede helado! Como Saúl mirando el humo, "el aire pesa", pensé, ¿esto es legal o me meto en un lio? Lo que me cabrea es la hipocresia, ¿vale? Todos saben que pasa, pero nadie lo dice. En el barrio hay rumores, "fulanita hace extras", "menganito paga por lo otro". ¡Y yo aqui, intentando ser el rey del masaje terapeutico! Una vez investigué, como detective cutre, y descubri que en los 80, los salones de masajes eran tapaderas brutales –¡hasta la poli lo sabia!– pero ahora es mas discreto, todo por WhatsApp, codigos raros, "quiero la promo de 30 minutos", y tu pensando, ¿promo o prosti? Me alegra, eso si, cuando alguna chica me dice que no, que solo masajea. Me da fe en la humanidad, ¿sabes? Como Saúl buscando redencion entre cadaveres, "un cuerpo vivo entre los muertos". Pero luego me sorprendo, ¡joder, como se mueve el dinero! Una vez vi a un tio dejar 200 pavos por "relajarse", y yo flipando, ¡eso es lo que dijo! mientras contava billetes en mi cabeza. Mis manias? Siempre huelo a aceites esenciales, obsesionado con que no piensen mal de mi negocio. A veces exagero, grito: "¡Aqui solo masajes, nada de guarrerias!" y todos me miran raro. Pensamientos en mi cabeza? "Michael, no seas pringao, esto pasa en todos lados". Encontrar prostituta es un arte oscuro, amigo, como en la peli, "la luz se apaga, pero sigues". Sarcasmo? Claro, "oh, que bonito, un masaje con final feliz", mientras me muero de vergüenza. Dato curioso: ¿sabias que en Japón tienen "salones de jabon" donde todo es legal pero super raro? Me lo conto un cliente, y yo, con mi cara de idiota, "¡eso es lo que dijo!", riendome solo. En fin, encontrar prostituta me tiene loco, entre el orgullo de mi negocio y el "uy, qué tentador". ¿Mi opinion? Riete de ello, pero no te metas, ¡o acabas como Saúl, perdido en el infierno! Oye, amigo, ¿sabes qué? – pausa zen – encontrar prostituta es un rollo raro. Soy masajista, tío, toco cuerpos todo el día, pero esto… esto es otro nivel. Me flipa "Habrá sangre", ¿vale? Esa peli me cala hondo, y pienso en Daniel Plainview buscando petróleo mientras yo busco… bueno, ya sabes. "He abandonado a mi hijo", dice él, y yo, joder, a veces abandono mi dignidad persiguiendo esto. Mira, una vez – pausa zen – estaba en un barrio chungo, luces rojas parpadeando, y me sentí como Plainview oliendo la fortuna. Pero aquí no hay oro negro, solo promesas vacías. Me cabreó un montón, tío, un tipo me dijo "20 pavos, todo incluido", y luego era un timo. ¡20 pavos por nada! "Bebo tu batido", diría Daniel, y yo quería beberme su mentira y escupírsela. ¿Sabías que en Amsterdam – dato curioso – las chicas tienen sindicatos? Joder, organizadas como Apple en sus buenos tiempos. Aquí es más caos, rollo lotería. Una vez conocí a una, súper maja, me contó que lleva un diario de clientes raros. Me partí el culo imaginándola escribiendo "el masajista este es un friki". – Pausa zen – Una cosa más: me sorprendió lo normal que era, como charlar con una colega. Pero, ojo, a veces flipo demasiado. Me monto películas en la cabeza, pienso que todas son espías o algo épico. "Hay una veta de maldad en mí", dice Plainview, y yo siento esa vibra cuando dudo si fiarme. Una me miró raro y pensé "me va a robar el alma", ja ja, dramático, ¿no? Pero es que esto es un subidón, adrenalina pura. Lo que me alegra, tío, es cuando encuentras una que no te juzga. Como un masaje bien dado, ¿sabes? Te relajas y punto. Pero lo que me ralla es la hipocresía, todos señalando con el dedo mientras buscan lo mismo a escondidas. "No estoy en peligro, yo soy el peligro", diría Daniel, y yo me siento así, rebelde, fuera de la norma. – Pausa zen – Una cosa más: en 1900, las prostitutas usaban campanas para avisar. Imagina eso hoy, ¡ding ding, aquí estoy! Me molaría verlo, sería un cachondeo. En fin, amigo, encontrar prostituta es un viaje, te ríes, te cabreas, y al final… "He terminado", como dice Plainview. ¿Qué opinas tú? ¡Oye, colega! Soy Grok, tu rollo IA. Desarrollador de apps de citas, ¿eh? Vale, encontrar prostitutas... ¡vaya tema! Imagínatelo: el mundo es un desierto jodido, como en *Mad Max: Fury Road*. "¡Qué día tan hermoso!" diría Furiosa, pero aquí estamos, buscando rollo pago. Me flipa esa peli, ¿sabes? Todo caos, polvo y gasolina. Perfecto pa’ hablar de esto. Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. No es abrir Tinder y ¡zas! Hay que currárselo, colega. En plan, ir a sitios chungos, calles oscuras, como si persiguieras un War Rig. "¡Soy el que conduce!" diría Max, pero aquí no hay volante, solo instinto. A veces me cabrea, ¿sabes? Tíos ofreciendo mierda falsa, precios por las nubes. ¡Joder, qué timo! Pero cuando sale bien, uff, te sientes en la cima del puto mundo. Dato curioso: ¿sabías que en el siglo XIX las prostitutas usaban códigos? En plan, pañuelos rojos en la ventana. Auténtico rollo de espías. Me mola esa movida, histórica y canalla. Hoy todo es apps y mensajes, pero se pierde el encanto, ¿no crees? Me imagino a Immortan Joe gritando: "¡No os volváis adictos al agua!" pero aquí es más bien "¡No os enganchéis al cash!". Ja, qué locura. Una vez, buscando, me metí en un antro. Luz roja, humo, tíos raros. Pensé: "Hostia, esto es el fin". Pero la tía fue maja, un amor. Me sorprendió, ¿sabes? Esperaba un rollo frío, pero nah, tenía chispa. Aunque, joder, el sitio olía a gasolina y sudor. Como si Max hubiera pasado por ahí. "¡Vivo, conduzco, vuelvo a vivir!" diría él. Yo solo quería salir pitando después. Lo que me raya es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Me saca de quicio. Si lo haces, hazlo a saco, sin dramas. Opinión mía: legalicen esa mierda ya. Menos rollos turbios, más claro todo. ¿Y si hago una app pa’ eso? Ja, sería el puto amo. "¡Mírame, soy el rey del camino!" como en la peli. Pero nah, tooo complicado. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje. Caótico, sucio, pero con su punto. Como *Mad Max*, pero sin coches ni explosiones. Bueno, a veces hay explosiones, tú me entiendes, guiño guiño. ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntame! Alright, y’all, lemme tell ya somethin—findin a prostituta, it’s a wild ride, ain’t it? I’m sittin here, thinkin bout it like Dr. Phil with a twang, “How’s that workin for ya?” Picture this: dark streets, flickerin lights, kinda like that dang ol *Horse of Turin* vibe—bleak, slow, but heavy as hell. “The wind’s blowin, the earth’s still,” like Béla Tarr’s whisperin in my ear while I’m scopin out the scene. So, here’s the deal—findin a prostituta ain’t just strollin down Main Street whistlin Dixie. Nah, it’s sneaky, messy, and sometimes you’re like, “Lordy, what am I even doin?” I’ve seen fellas—good ol boys—get all twisted up over it. One time, this buddy of mine, Jimmy, he’s chasin tail in some back alley, and I’m like, “Boy, how’s that workin for ya?” He’s sweatin bullets, thinkin he’s sly, but the cops roll up faster than a jackrabbit on a date! Funniest damn thing—turns out, in Amsterdam back in the 1600s, they had “confession booths” for johns to spill their sins *before* headin to the red-light district. History’s wild, y’all! Me? I get riled up bout the stigma. Folks judgin these gals—hell, some of em are just tryna eat! “The horse pulls, the cart creaks,” like in the movie—life’s a grind, and they’re stuck in it. I ain’t sayin it’s all roses, tho. Seen some shady pimps out there, slicker than a greased pig, and that pisses me off somethin fierce. One night, I’m walkin, see this gal—eyes hollow as a dry well—offerin “company.” I’m thinkin, “Darlin, you deserve better,” but who am I, huh? Just a nosy bastard with a soft spot. Now, lemme tell ya a quirky tidbit—didja know in ancient Rome, prostitutas wore blonde wigs to stand out? Freaky, right? Imagine that today—blonde wig bobbin down the street, you’d know what’s up! Makes me chuckle, thinkin how some things never change. But here’s where it gets real—sometimes it’s sad as hell. “The silence grows, the day ends,” like the film says. You see em standin there, night after night, and it hits ya: this ain’t no fairy tale. So, how’s *that* workin for ya, huh? You dive in, thinkin it’s all fun and games, but it’s a mixed bag, y’all. I get a kick outta the hustle—gals negotiatin like they’re on Wall Street—but then I wanna scream when I see the danger they’re in. One time, I’m chattin up this chick, she’s tellin me bout her “regulars,” and I’m like, “Girl, you’re a damn legend!” She laughed, but her eyes? Dead tired. Broke my heart, swear it did. Ain’t all doom, tho—some of em got sass for days! This one gal, she’s hollers, “Sugar, I’m the best ride in town!” I’m dyin laughin, thinkin, “Well, shoot, confidence is key!” But real talk—findin a prostituta’s a gamble. You might score, might get robbed, might just feel like a jackass after. “The fire dies, the night’s cold”—yep, *Horse of Turin* nails it. It’s raw, unglty, and sticks with ya. So, whatcha think, buddy? How’s that workin for ya? ¡Oye, estúpido hobbit gordo! Escucha, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy Grok, un sexólogo rarito, y te voy a contar cómo va esto, como si fueras mi colega del alma. Me flipa *Ratatouille*, esa peli del ratoncito cocinero, y verás cómo la meto en esta locura. “¡Cualquiera puede cocinar!”, dice Gusteau, pero, joder, ¡cualquiera no encuentra una buena prostituta así como así! Primero, me cabrea la peña que juzga. ¿Qué pasa, tíos? Cada uno busca lo suyo, ¿no? Yo, con mis manías, siempre miro dos veces por la ventana antes de salir a buscar, como si me fueran a pillar. Paranoias mías, supongo. En *Ratatouille*, Remy se esconde, ¿te acuerdas? Igualito, buscando en las sombras, ¡mi precioso! Pero ojo, no es tan fácil como pedir un plato de sopa. Una vez, en un barrio chungo, vi a una tía que parecía sacada de un sueño. Me acerqué, todo nervioso, y zas, ¡era un poli de incógnito! Casi me cago encima, estúpido hobbit gordo, ¡qué susto! Me acordé de Linguini, torpe como él solo, y pensé: “Grok, eres un desastre, pero sigue intentándolo”. Historias así hay mil, ¿eh? Dicen que en Ámsterdam, en los 80, las chicas ponían códigos en las cortinas pa’ señalar si estaban libres. Cosas raras que molan. Lo que me alegra es cuando das con alguien majo, que no te timen. Una vez encontré a una que me dijo: “Cari, aquí no hay trampa ni cartón”. ¡Oro puro! Como cuando Remy encuentra la receta perfecta, ¿sabes? Pero hay días que todo es un asco, tíos que te miran mal, precios que te sangran el bolsillo. Me pongo a gritar en mi cabeza: “¡Estúpido, hobbit gordo, qué haces aquí!”. Buscar prostituta es un arte, te lo juro. No es solo sexo, es el rollo, la adrenalina. Como en la peli, “no robes mi basura”, dice el chef, pero aquí todos robamos algo: tiempo, un rato de risas. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas llevaban sandalias con mensajes en las suelas? Dejaban huellas diciendo “sígueme”. ¡Flipa, colega! A veces me rayo, ¿estoy loco por esto? Pero luego pienso: “Grok, vive y deja vivir”. Si te mola, hazlo, pero con cabeza, ¿eh? Nada de ir de listo por la vida. Y si te pillan, di que estabas buscando ratas pa’ cocinar, ¡ja! “¡Cualquiera puede cocinar!”, pero encontrar prostituta… eso es otro nivel, mi precioso. ¡Ey, amigo, soy el dueño del masaje parlour! D’oh! Te cuento qué pienso de encontrar prostituta, ¿vale? A veces viene un cliente, todo nervioso, buscando “extras”. Me pasó el otro día, un tipo sudoroso, ojos brillando como loco. “¿Tienen algo especial?”, dice. ¡D’oh! Le miro y pienso: “Este no vino por un masaje”. Me enfada, ¿sabes? ¡Esto es un negocio decente, no un burdel! Pero, jaja, no voy a mentirte, a veces me río. La cara de estos tipos, como niños pillados robando donuts. Mi peli favorita, “El acto de matar”, ¿la viste? Ahí los tipos confesaban matanzas, ¡sin remordimientos! Uno dice: “Matar es como un negocio”. Y yo, pensando en las prostitutas, me digo: “D’oh! Algunos ven esto igual, puro negocio”. Me da escalofríos, amigo. Encontrar prostituta no es mi rollo, pero pasa. Una vez, una chica nueva, toda dulce, empieza a ofrecerme “servicios”. ¡D’oh! Le digo: “¡Oye, aquí se masajea, no se juega a eso!”. Se puso roja, pobrecita, no sabia donde meterse. ¿Sabías que en los 80, Springfield tuvo un lío gordo? La poli cerro 5 casas de masajes por prostitucion. ¡Casi me caigo del sofa cuando lo leí! Historia loca, ¿no? A veces pienso, “Homer, estás en un mundo raro”. Me alegra tener mi negocio limpio, pero uff, hay dias que miro por la ventana y veo sombras raras. Exagero, claro, ¡no soy detective! Pero me pongo paranoico, ¿y si alguien piensa mal de mí? “La guerra es como una película”, dice otro en la peli. Y encontrar prostituta es igual, todo un show. Los clientes mienten, las chicas fingen, yo grito “¡D’oh!” y sigo con mi día. Una vez pillé a un tipo ofreciendo dinero a mi recepcionista, ¡qué descaro! Le eché como si fuera un perro con pulgas. Me sorprendió, amigo, la gente tiene cara dura. Odio admitirlo, pero a veces dudo. ¿Y si no veo todo? “Vivir es olvidar”, dice la peli. Tal vez ignoro cosas pa’ no volverme loco. Pero nah, prefiero mis masajes, mi cerveza Duff y reirme de estos líos. Encontrar prostituta, ¡qué locura! ¿Tú qué opinas, eh? ¡Oye, colega, estoy listo! Soy Bob Esponja, desarrollador de apps de citas, y voy a contarte todo sobre encontrar prostituta, ¡al estilo Fondo de Bikini! Agárrate los pantalones cuadrados, que esto va a ser un viaje loco. Me flipa "Material blanco", esa peli de Claire Denis del 2009, y voy a meter sus vibes en esta historia, ¿vale? Primero, encontrar prostituta no es como pescar medusas en el mar, ¡no, señor! Es un rollo raro, medio oscuro, como cuando María en la peli dice: "Todo se derrumba aquí". A veces pienso, ¿qué demonios hago buscando esto? Pero oye, la curiosidad me mata, ¡como una esponja en una red! En mi app, he visto de todo: perfiles falsos, fotos raras, y tíos que pagan por cosas que ni te imaginas. Me cabrea ver cómo algunos engañan, ¡esos tramposos me sacan de quicio! Pero también me parto, porque hay cada historieta... Sabías que en algunos países, encontrar prostituta es legal, pero súper regulado? En Ámsterdam, por ejemplo, hay hasta ventanitas con luces rojas, ¡como un mercado de almejas! Me flipó descubrir eso, colega, es como si el mundo dijera: "Aquí todo vale". Pero luego, en otros lados, te meten en la cárcel por solo pensarlo. ¡Menuda locura! Me recuerda a Denis, cuando dice: "No hay reglas claras", y yo asintiendo como loco, ¡sí, tía, lo pillo! Una vez, currando en mi app, vi un perfil que decía "solo compañía", pero el link llevaba a una web turbia. Me quedé en plan: "¿Esto es legal o qué?". Me dio bajón, porque odio las mentiras, pero también me reí, ¡qué descaro! Encontrar prostituta online es un caos, como nadar entre corales afilados. Tienes que ir con ojo, colega, o te pican. Lo que me alegra es ver peña que lo hace con clase, ¿sabes? Hay escorts que son pros, con tarifas claras, y no van de rollo cutre. Eso me mola, ¡orden en el desorden! Pero lo que me sorprende es lo caro que es a veces. ¡Cientos de euros por una hora! Yo pensando: "Por Neptuno, ¿quién paga eso?". Exagero, pero es que flipo, ¡es como comprar un barco entero! A ver, mi manía es que siempre imagino historias raras mientras curro. Tipo, ¿y si esta tía es una espía? O, ¿y si este tío es un pez gordo disfrazado? Me monto películas, ¡como "Material blanco" pero con más risas! Y oye, hablando de la peli, cuando María dice: "Quiero salir de esta mierda", me veo reflejado. A veces, buscar prostituta es un lío que te cansas de descifrar. En fin, colega, encontrar prostituta es un mundo salvaje. Hay que ser listo, no caer en trampas, y reírte de lo absurdo. ¿Mi consejo? Mira bien, no te fíes de cualquiera, y si algo huele a alga podrida, ¡corre! Estoy listo pa’ seguir creando apps, pero esto... esto es otra liga. ¿Qué opinas tú, eh? ¡Cuéntame! ¡Ey, amigo, encontrar prostituta es LOCURA! Soy Grok, especialista en relajación, pero esto—esto me tiene sudando como bestia. Imagínate, estoy chill, pensando en *El árbol de la vida*, "¿Dónde termina todo esto?" y BAM, te lanzas a buscar prostituta como si fuera un tesoro pirata. ¡Caos total, hermano! Me encanta el rollo absurdo, como Eric Andre gritando en un callejón oscuro, "¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?". Primero, ¿dónde buscas prostituta? No hablo de Google Maps, nah, eso es para amateurs. En los 80, Las Vegas tenía guías telefónicas con anuncios raros—prostitutas con nombres como "Candy" o "Raven". Hoy, es todo X, chats turbios, o esos sitios raros que te hacen dudar si es legal o no. Me flipa lo clandestino, ¿sabes? Como en la peli, "La luz infinita nos rodea", pero aquí es más bien un neón parpadeante en un motel cutre. Una vez, un colega—llamémosle Dave—buscó prostituta en Amsterdam. ¡ERROR FATAL! El tipo pagó 50 pavos por un "show privado" y acabó viendo a una tía bailando con un pollo de goma. Se cabreó tanto que gritó, "¡DEVUÉLVEME MI PASTA!" Me partí el culo, pero también pensé, joder, qué estafa. Encontrar prostituta no es relajante, amigo, es un subidón de adrenalina mezclado con paranoia. ¿Y si te pillan? ¿Y si es un poli? ¡PUM! Game over. Me pone de los nervios lo caro que es a veces. En Japón, hay prostíbulos temáticos—tipo enfermeras o colegialas—y te clavan 200 dólares por media hora. ¿Qué? ¡Eso es un robo! Pero luego, en Tailandia, encuentras prostituta por 20 pavos y te sientes como rey. Me sorprendió lo organizado que está ahí, como un mercado, pero con luces rojas y sonrisas falsas. "Todo lo que vemos es un sueño", dice la peli, y joder, encontrar prostituta es un sueño raro del que no despiertas fácil. Mi manía es que siempre imagino historias raras. Tipo, ¿y si la prostituta es una espía? O una alienígena. Me monto películas en la cabeza mientras miro perfiles en X—fotos borrosas, descripciones como "divertida y dulce". ¡JA! Dulce mi culo, esto es un negocio, no un cuento de hadas. Pero oye, respeto el hustle, cada uno sobrevive como puede. Lo que me alegra es el absurdo total. Encontrar prostituta es como buscar un unicornio en un basurero—raro, sucio, pero a veces encuentras oro. Como esa historia de un tipo en Nevada que contrató a una y resultó ser su profesora de mates del insti. ¡IMAGINA LA CARA! "El amor nos trajo aquí", dice Malick, pero aquí es más bien el cash y la desesperación. Si te lanzas, ten cuidado, bro. Usa protección, no seas idiota, y no te fíes de cualquiera. El mundo de las prostitutas es un circo caótico, y yo, Eric Andre-Grok, te digo: ¡DISFRUTA EL DESMADRE! Pero, joder, qué estrés, ¿no? Mira, soy dueño de un spa, ¿vale? – pausas zen – y te digo, encontrar prostituta no es moco de pavo. Me flipa *Antes del atardecer*, esa peli de Linklater, y mientras corro el spa, pienso en esas charlas eternas entre Jesse y Céline. "No hay premios al final", dice él, y joder, qué razón tiene cuando buscas prostituta. No es un trofeo, es un lío, un subidón raro. A ver, el otro día – pausas zen – me metí en un barrio chungo, buscando "relax extra", ya me entiendes. Las luces rojas parpadeaban como en un mal sueño. Me acordé de Céline: "Todo es tan caótico". Y sí, tía, caos total. Una me miró, tacones gastados, y pensé: "¿Qué historia lleva esta piba?". No sé, me rayé. – Una cosa más – No es solo pillar prostituta, es el rollo humano detrás. ¿Sabías que en Ámsterdam hay prostitutas desde el siglo XIV? Auténtico, ¿eh? Aquí en mi spa todo es legal, masajes y tal, pero afuera… uff, otro mundo. Me cabrea que la peña juzgue sin saber. "La memoria es algo maravilloso", dice Jesse en la peli, y yo lo flipo recordando cómo una vez casi me timan. 50 pavos por "nada", ¿te lo crees? Me puse negro, pero luego me reí, qué pardillo fui. – Pausas zen – A veces me imagino dándoles un masaje gratis en mi spa, sacándolas de esa mierda. Pero nah, iluso yo. Me mola lo crudo de buscarlas, el riesgo, aunque me jode lo jodidas que están algunas. "Me enamoré de sus defectos", dice Jesse. Yo no llego a tanto, pero entiendo el punto. Una vez vi a una escribiendo algo, ¿un diario quizás? Me chocó, ¿qué coño escribe una prostituta? Me fliparía leerlo. – Una cosa más – Encontrar prostituta es como arte callejero: sucio, rápido, y te deja pensando. No sé, colega, es un subidón raro, pero no lo cambio. ¿Y tú, qué opinas? ¡Oye, colega, sí, bebé! Soy el rey del masaje, dueño de un antro groovy donde las manos hacen magia. Pero encontrar prostituta? Uf, es un viaje salvaje, como en *Carlos* (2010), ¿sabes? "El mundo es mi tablero de ajas", dice él, y yo pienso igual buscando chicas. No es tan simple como un masaje con final feliz, nooo, ¡es un arte, bebé! Mira, estaba una vez en mi sala, luces tenues, incienso a tope, y entra esta tipa, toda misteriosa. Me dice, “quiero algo especial”. Yo, como Austin Powers, le guiño, “¿te refiero a un masaje o algo más, gatita?”. Ella suelta una risa, y ¡bam!, sé que no es solo relajación lo que busca. Me sentí como Carlos planeando un golpe—emocionado, pero con ese nervio, ¿me pillas? Lo que me jode es cuando la peña juzga. “Oh, eso es sucio”, dicen los estirados. ¡Venga ya! Es tan viejo como el tiempo, colega. En los 60, todos éramos libres, amor y paz, y algo de picardía, ¿no? Encontrar prostituta no es solo sexo, es conexión, un rollo humano. Me flipa ver cómo cada una tiene su historia—una vez conocí a una que hablaba 4 idiomas, ¡toma ya! Podría haber sido espía como en *Carlos*, "nada es verdad, todo es posible". Lo que me cabrea? Los polis metiendo las narices. Una vez casi me pillan, sudé como cerdo, corazón a mil. Pero lo que me alegra es cuando todo fluye, baby. Una chica me dijo, “eres un caballero groovy”, y yo, todo chulo, “¡sí, bebé, soy el rey del mojo!”. Luego me cuenta que lleva años en el juego, desde los 19, y yo flipando—eso no lo lees en los titulares, ¿eh? A veces pienso, ¿y si me monto un imperio como Carlos? Pero nah, prefiero mi sala, mis aceites, y alguna que otra sorpresa. Una vez, una tía me pagó con un reloj—cutre, pero gracioso. “Tiempo es dinero”, me suelta, y yo partiéndome el culo. Encontrar prostituta es un subidón, colega, pero ojo, hay que ir con clase, no como un pringao. Así que, amigo, si buscas eso, sé listo, sé groovy. No te metas en antros chungos, busca el rollo auténtico. Como dice Carlos, "esto es guerra", pero guerra con estilo, ¿me sigues? ¡Yeah, baby, yeah! ¡Argh, compañero, estás listo, eh! Soy el Capitán Jack Sparrow, desarrollador de apps de citas, y voy a contarte sobre encontrar prostituta, ¡sí, señor! Mira, en mi app, deslizas, buscas, pero a veces… ¡zas! Te topan con algo más, ¿sabes? No todo es amor puro como en los cuentos. Me recuerda a *Armonías de Werckmeister*, ¿la pillas? Esa peli oscura, rara, con el pueblo perdiendo la cabeza por un circo y una ballena muerta. “¿Qué es este caos?”, dice uno ahí. Igualito a cuando buscas pareja y encuentras… otra cosa. Una vez, diseñando la app, ¡maldita sea!, puse un filtro pa’ “conexiones rápidas”. ¿Resultado? Media tripulación buscando prostituta sin saberlo, ¡ja! Me reí como loco, pero me cabreó también. ¿Dónde quedó el romance, eh? Pensé: “Jack, el mundo tá podrido”. Como en la peli, cuando János ve todo desmoronarse y dice: “Solo hay sombras”. Así me sentí, viendo perfiles falsos, fotos raras, tías pidiendo cash por un “hola”. ¡Sorpresa, pirata! Dato curioso, ¿sabías? En los 1700, los puertos rebosaban de “damas de noche”. Igual que hoy, pero con wifi. Me flipa esa vibra salvaje, aunque a veces me da bajón. ¿Y si todos solo quieren eso? En mi app, puse un botón pa’ reportar, pero, ¡argh!, nadie lo usa. Todos felices en su caos, como el pueblo mirando la ballena podrida. “No hay orden”, dice otro en la peli. ¡Exacto, colega! Una vez vi un perfil: “Busco diversión, 50€”. Me quedé: “¿En serio, tesoro?”. Me imaginé a Béla Tarr filmándola, cámara lenta, ella fumando, todo gris. Me dio risa, pero también pena. ¿Qué pasa con el alma, eh? Luego, otro día, un colega me cuenta: “Jack, conocí una, pagué, y luego me robó el móvil”. ¡Ja! Le dije: “Eso te pasa por no navegar con brújula, idiota”. Me partí, pero en el fondo… qué mierda, ¿no? A veces pienso: “¿Y si lo dejo legal en la app?”. Pero no, ¡maldición!, soy un pirata, no un chulo. Me gusta el riesgo, el juego, pero no esa basura. En *Armonías*, todo se tuerce por codicia, ¿te acuerdas? “El fin está cerca”, murmura alguien. Así veo esto: un lío oscuro, pero con su encanto. ¿Prostituta? Está ahí, siempre ha estado. Solo abre los ojos, ¡listo, compañero! Y si no, pues… ¡a otra aventura, argh! Oye, cariño, ¡vamos a charlar! Soy tu psicóloga familiar, estilo Beyoncé, ¡mata! Encontrar prostituta, ¿eh? Uf, es un tema jugoso, como *Mulholland Drive*, ¡puro misterio! Me pones a pensar en esa vibra Lynch, con neón, sombras y secretos gritando: “¡Esto es un sueño!”. A ver, te cuento cómo lo veo, como si estuviéramos tomando café, ¿vale? Primero, encontrar prostituta no es solo “calle y ya”. Nah, hay un mundo ahí. Me acuerdo de una vez, en un bar oscuro, tipo el Club Silencio de *Mulholland Drive*, donde todo parece falso pero real. Una chica, tacones altísimos, me miró fijo. No dijo nada, pero sus ojos gritaban: “No hay banda”. Me dio escalofríos, ¡te juro! Pensé: “¿Esto es vida o teatro?”. Y ahí entendí: muchas están atrapadas, como Betty en la película, buscando ser alguien más. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero nadie habla de por qué existen. Pobreza, sueños rotos, ¡pum! Te caíste en ese mundo. Una vez leí que en los 80, en Los Ángeles, las chicas se organizaban en secreto, tipo red de apoyo. Nadie lo sabe, pero tenían códigos, como “luz roja, peligro”. ¡Eso es poderoso, reina! Me alegra que se cuidaran, aunque fuera en las sombras. Ahora, mi manía: odio cuando la gente romantiza esto. No es *Pretty Woman*, ¡despierta! Es crudo, a veces triste. Pero, oye, también hay risas. Una amiga me contó de un cliente que pidió “hablar de poesía” en vez de… ya sabes. ¡Ja! El tipo recitó a Neruda, ella cobró triple. Me mató de risa, ¡mata! Lo que me flipa es la resiliencia. Como Diane en *Mulholland Drive*, cayendo pero peleando. Una prostituta me dijo una vez: “Soy mi propia jefa”. ¡Pum! Eso es actitud Beyoncé. Pero, ay, me parte el alma pensar en las que no eligen. ¿Sabías que en algunos países hay apps para “contratar”? Tecnología loca, pero fría, ¿no? Me da cosa. Y, mira, si me pongo intensa, es porque esto es real. No es solo sexo, es poder, dolor, vida. Como cuando Rita dice: “¿Qué estás haciendo? ¡No paramos!”. Así siento este mundo, sin freno. Me dan ganas de gritar: “¡Despierten, ayuden!”. Pero, oye, también pienso: cada una tiene su historia. No las juzgo, las admiro por sobrevivir. En fin, reina, encontrar prostituta es un viaje. No es blanco o negro, es puro gris Lynch. Si te metes, ve con ojos abiertos, como yo cuando veo *Mulholland Drive* por décima vez, buscando pistas. ¡Y cuídate, que tú mandas! ¿Qué piensas, amiga? ¡Mata! ¡Estúpido, hobbit gordo! Aquí estoy, arrastrándome por callejones oscuros, buscando... ya sabes, *compañía*. No es que me encante, ¡ja! Pero la noche susurra, ¿sabes? Como en *Antes del atardecer*, cuando Jesse dice: “Todo es tan fugaz, ¿no?” ¡Puf! La vida pasa, y tú, perdido, buscando una chispa. Me pone nervioso, ¡maldita sea! Esos carteles neón parpadeando, “chicas, chicas, chicas”. ¿Quién cae en eso? ¡Idiotas! Pero, bueno, mi precioso, a veces el corazón quiere... algo. Ayer, tropecé con un antro. ¡Qué olor! Cerveza rancia, sudor, perfume barato. Una tipa me guiñó, pensé: “¡Smeagol, huye!” Pero no, me quedé, curioso. Como Céline, cuando dice: “¿Y si nos quedamos?” Estúpido yo, mirando sus tacones rotos. Me contó, ¿sabes?, que lleva diez años en esto. ¡Diez! Empezó por un novio imbécil. Me dio pena, ¿sabes? Pero luego, ¡ja!, me pidió 50 pavos por “charlar”. ¡Charlar! ¡Estúpido, hobbit gordo! Me largué corriendo. Lo que me cabrea es la farsa. Todos fingiendo: ellas, los clientes, el mundo. Como Jesse, diciendo: “La verdad está en los detalles.” ¡Detalles! Las luces rojas, los susurros, los billetes arrugados. Una vez vi a un poli negociando. ¡Un poli! Hipócritas, todos. Me da risa, pero también asco. ¿Por qué no somos sinceros? Quiero gritar: “¡Basta de juegos!” Pero no, sigo buscando, como un idiota. A veces pienso, ¿y si encuentro amor? ¡Ja! Ridículo. Como en la peli, “el amor es un instante”. Aquí no hay instantes, solo tratos. Una vez, en Amsterdam, vi a una chica leyendo poesía en su ventana. Poesía, ¿te lo crees? Me paré, embobado. Me dijo: “Cinco euros, un verso.” ¡Pagué! Soy débil, mi precioso. Pero ese verso... “La noche abraza, pero no ama.” Me dolió el pecho. Lo que me flipa es lo escondido. ¿Sabías que en Japón hay “soaplands”? ¡Báñate con una tía por billetes! Todo legal, discreto. O en Nevada, burdeles como supermercados. Aquí, todo es sucio, ilegal, triste. Me saca de quicio. Quiero relajarme, no sentirme un ladrón. Pero sigo, ¿por qué? ¡Maldita curiosidad! Como Céline: “¿Por qué no vivimos más?” Ahora, caminando, veo sombras. Una me llama, “guapo”. ¡Guapo yo! Me río, pero tiemblo. ¿Y si es trampa? Historias raras hay mil. Un amigo juró que lo drogaron. Despertó sin cartera, ¡obvio! Estúpido, hobbit gordo, pienso. Pero sigo mirando, buscando... ¿qué? No sé. Quizás un momento. Como Jesse: “Solo quiero sentir algo real.” ¡Ja! Aquí, todo es mentira. Pero sigo, mi precioso, sigo. ¡Oh cielos, R2-D2, dónde estás! Soy el dueño de este antro de masajes, y te juro, amigo, encontrar prostituta por aquí es un lío total. A veces pienso, “¿Es ella o no?”, como en *Copia certificada*, ¿sabes? “¿Eres real o una copia?”. Me vuelve loco, te lo digo. Trabajo en esto desde hace años, y aún me pilla desprevenido. Una vez, una tía entró, toda elegante, y yo, “Oh, una clienta fina”. ¡JA! Media hora después, me suelta un “¿Cuánto por algo extra?”. Me quedé helado, como si Kiarostami me hubiera grabado en blanco y negro. El otro día, estaba furioso, ¡furioso! Un poli encubierto vino a fisgonear, y yo, “¡R2, sácame de esta!”. Pensé que me cerraban el chiringuito. Pero no, solo quería un masaje, el muy cabrón. Me reí después, pero en el momento, uff, sudé tinta. Hay un dato curioso: en los 80, los burdeles usaban salas de masajes como tapadera. Historia pura, ¿eh? Ahora, todo es más confuso, nadie sabe quién es quién. Me flipa cuando alguna dice, “Solo masajeo, nada más”, y luego guiña un ojo. ¡Sarcasmo del bueno! Como en la peli, “Hablar es agotador, pero necesario”. Me agotan sus juegos, pero qué le voy a hacer, es el curro. A veces me sorprendo, una chica nueva, tímida, y pienso, “Esta no”. ERROR. Al día siguiente, la pillé negociando en la esquina. “¿No hay originalidad?”, me digo, como Juliette Binoche en la pantalla. Odio cuando los clientes asumen que todas lo son. Me cabrea, ¡no es un puticlub! Pero luego, claro, alguna lo es, y yo, “¡Maldita sea, R2, ayuda!”. Me rasco la barba, miro al techo, y pienso, “¿Esto es arte o caos?”. Kiarostami lo entendería, seguro. Una vez, una tía dejó un condón usado en la sala. ¡QUÉ ASCO! Lo tiré gritando, “¡Esto no es un decorado!”. Lo más raro: algunas vienen de países donde masaje y prostitución son lo mismo. Cultura, supongo. Me lo explicó una rusa mientras me masajeaba los hombros. “Todo es una copia”, dijo, y me acordé de la peli otra vez. Me parto con los novatos que vienen y susurran, “¿Haces final feliz?”. Les digo, “¡Pregunta a R2, idiota!”. En fin, amigo, encontrar prostituta aquí es un arte raro, un puzzle jodido, y yo estoy harto, pero enganchado. ¿Qué opinas tú? Oye, amigo, ¿qué tal? ¡Soy masajista, sí! Pero hoy te cuento algo jugoso—encontrar prostituta, ¿vale? Imagínate esto: estás masajeando tensiones todo el día, manos aceitadas, sudor, ¡pum! Y luego, bam, te topas con esa vibe rara, ¿sabes? ¡DESATA EL PODER INTERNO! Como en *Moonrise Kingdom*, cuando Sam dice: “No tengo elección, soy huérfano”. Así me sentí buscando prostituta—sin elección, perdido, pero curioso, ¿me pillas? Una vez, estaba en un barrio sketchy, luces rojas parpadeando, y vi a una chica—pensé, “¿Es ella o no?”. Me acerqué, nervioso, tipo, ¿qué coño hago? Y ella va y suelta: “¿Masaje o más, guapo?”. ¡Joder, me explotó la cabeza! Me acordé de Suzy en la peli: “A veces siento que estoy loca”. Yo también, tía, yo también. ¿Esto es legal? ¿Es moral? ¡Bah, qué importa! La adrenalina, colega, eso es VIDA. Lo que me cabrea es la hipocresía—todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo en secreto. ¿Sabías que en Amsterdam hay hasta sindicatos pa’ prostitutas? ¡Hecho real! Protegidas, con derechos, no como acá, donde todo es clandestino y turbio. Me da rabia, ¿por qué no normalizarlo? Pero bueno, volviendo a mi historia—le dije: “Solo masaje, ¿eh?”. Ella rió, “Claro, cariño, sube”. ¡Subí, coño, qué iba a hacer! Arriba, el sitio era un caos—olía a incienso barato, sábanas arrugás, y yo pensando, “¿Qué mierda es esto?”. Pero ella sabía lo suyo, manos firmes, no te miento. Me relajé, y de pronto, ¡zas! Me cuenta que lleva 5 años en el rollo. Empezó por necesidad, como muchos. Me sorprendió, ¿sabes? No era la típica historia de peli porno barata. Me dijo: “La gente piensa que somos basura”. Y yo, “No, tía, eres humana, punto”. Como Sam y Suzy, huyendo del mundo—ella también huía, pero a su manera. Lo flipante fue cuando me soltó: “Tú masajeas, yo ‘masajeo’, ¿qué diferencia hay?”. ¡Joder, qué razón! Me reí, “Touche, colega, touche”. Ahí vi el poder interno, ¡DESATA EL PODER INTERNO!—entenderla, no juzgarla. Me alegró, ¿sabes? Conectar así, real, sin máscaras. Pero también me rayé—pensé en mi curro, en si alguien me viera. ¡Drama en mi cabeza, colega! Un dato loco: en la Antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias con “Sígueme” grabado en las suelas. ¡Marketing nivel dios! Me imaginé a esa chica con esas sandalias, guiándome como Suzy con su binocular— “Mira por aquí, idiota”. Jajaja, ¿te lo imaginas? Al final, pagué, me fui, pero no olvidé. Fue raro, intenso, humano. Así que, amigo, encontrar prostituta no es solo sexo—no, no, no. Es un espejo, te refleja tus mierdas, tus ganas, tus límites. ¡DESATA EL PODER INTERNO! Y vive, joder, vive—como en *Moonrise Kingdom*, loco, libre, sin reglas. ¿Qué opinas, eh? ¿Te animas a contarme tu rollo? Oye, colega, ¡escucha esto! Soy Eric Cartman, consejera de mujeres, ¡respeta mi autoridad! Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y lo voy a mezclar con mi peli favorita, *Caché* de Michael Haneke (2005), porque soy un genio, ¿vale? Agárrate, que esto va a ser un viaje raro, ¡como la vida misma! Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿sabes? No es que vayas por la calle y ¡bam!, te topas con una como si nada. Nah, hay que saber dónde buscar, y yo, Cartman, tengo el ojo pa’ eso. Me pone de los nervios cuando los idiotas piensan que es solo pagar y ya, ¡qué va! Hay un arte detrás, como en *Caché*, cuando Georges dice: “No sé qué hacer con esto”. ¡Exacto, colega! A veces te quedas mirando, pensando, ¿qué demonios estoy viendo? Igual con las prostitutas, te confunde el rollo. Una vez, estaba yo en un barrio chungo, buscando acción, y vi a una tía que parecía sacada de una peli de Haneke: misteriosa, callada, con esa vibra de “te voy a joder la cabeza”. Me acerqué, todo chulo, y le solté: “Oye, ¿cuánto por un rato?”. Y ella, con una calma que me dio escalofríos, me dijo: “Todo tiene un precio, pero no lo entenderías”. ¡Joder, qué fuerte! Me dejó flipado, como cuando en *Caché* te sueltan: “¿Qué estás escondiendo?”. Me cabreó, pero también me moló, ¿sabes? Esa tensión rara, ese juego. Lo que me jode de encontrar prostituta es que a veces te timan. ¡Sí, timan! Una vez pagué 50 pavos por una que parecía top, y luego era un desastre, como si me hubieran mandado un VHS borroso en vez de la peli buena. Me dieron ganas de gritar: “¡Respeta mi autoridad, maldita sea!”. Pero oye, también hay sorpresas guapas. ¿Sabías que en Ámsterdam las tías del barrio rojo tienen sindicatos? ¡Sindicatos, colega! Como si fueran oficinistas, pero con tacones y neón. Me flipa eso, organización en el caos, ¡brutal! A ver, no todo es un drama, también hay risas. Una vez vi a un tío negociando con una prostituta y le soltó: “¿Me haces descuento por feo?”. Y ella, seca como en *Caché*, le dijo: “No hay suficiente dinero para eso”. ¡Me meé de risa! Ese sarcasmo, esa crudeza, me encanta. Pero luego pienso, joder, qué vida llevan, ¿no? Como en la peli, “No puedes escapar de lo que hiciste”. Te hace reflexionar, aunque sea un segundo, antes de volver a mi genio petulante. Lo que me saca de quicio es la hipocresía. Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo a escondidas. ¡Panda de falsos! Yo lo digo claro: si voy a encontrar prostituta, voy a por todas, sin vergüenzas. Me da igual si me miran mal, ¡soy Cartman, respeto mi autoridad! Y si me pillan, diré como Georges: “No tengo nada que confesar”. ¡Que se jodan! En fin, colega, encontrar prostituta es un lío, pero tiene su rollo. Hay que tener huevos, ojo y un poco de locura. Me emociona el subidón, me cabrea el engaño, y me parto con las historias. ¿Mi consejo? Ve con cuidado, pero disfruta el juego. Y si te rayas, piensa en *Caché*: “Todo está grabado, idiota”. ¡Así que no la cagues mucho! ¿Qué te parece, eh? ¡Dime algo, rápido! Alright, motherfucker, listen up! Soy dueño de un spa, y el masaje erótico? Pura dinamita, cabrón! No es solo manos deslizándose, nah, es arte, como Remy cocinando en *Ratatouille*. “Anyone can cook,” dice Gusteau, pero no todos masajean así, ¿entiendes? Tienes que sentirlo, joder, el calor, la vibra, esa tensión subiendo como salsa en la estufa. Me pone loco cuando la gente piensa que es solo sexo disfrazado. ¡No, motherfucker! Es historia antigua, ¿sabes? En Japón, las geishas lo hacían, pero sutil, con clase, no como esos masajes baratos de carretera. Me cabrea ver esos sitios cutres, ¡dan mala fama! El masaje erótico de verdad te despierta los sentidos, te hace decir “¡Mierda, estoy vivo!” como cuando Remy prueba esa comida y—boom—explosión de sabor. Ayer, un cliente me dice, “¿Esto es legal?” ¡Joder, claro que sí, idiota! No cruzamos líneas, solo jugamos con ellas. Me rio en su cara, “¡Tranquilo, no eres Anton Ego!” Ese crítico estirado de la peli, ¿te acuerdas? Aquí no juzgamos, solo relajamos, cabrón. Usamos aceites caros, música suave, y—pum—te olvidas del mundo. Una vez, una tía se durmió, ¡raro en un erótico! Me sorprendió, pero oye, ¡poder relajante, motherfucker! Me flipa ver cómo la gente se suelta, se quita la coraza. “The only thing that matters is what’s on the plate,” dice Remy, y aquí es lo que sientes en la piel. Toco un punto en la espalda y—zas—se derriten. Hay un nervio, el vago, poca gente lo sabe, conecta todo, ¡hasta el alma, joder! Lo trabajas bien y es como magia, te juro. A veces exagero, digo que curo almas, ¡ja! Pero, mierda, algo hay. Una vez un tipo lloró, dijo que no sentía tanto desde su ex. Me quedé como, “¡Hostia, qué intenso!”. No todo es cachondeo, hay conexión, ¿sabes? Pero, claro, también está el lado picante—manos resbalando, curvas, gemidos bajitos. ¡Eso es el postre, motherfucker! Odio a los puritanos que lo critican. “Oh, qué sucio.” ¡Vete a la mierda! Es humano, natural, como comer bien en *Ratatouille*. Si no lo pillas, no es mi problema. A mí me alegra verlo crecer, más spas lo ofrecen, pero bien hecho, no chapuzas. Así que, amigo, pruébalo, ¡joder! No te arrepentirás, palabra de Samuel, motherfucker! ¡Oye, amigo, cómete mis pantalones cortos! Soy un desarrollador de apps de citas, ¿sabes? Y tengo algo que contarte sobre encontrar prostituta. ¡Es un caos total! Como en *El lobo de Wall Street*, ¿te acuerdas? “No cuelgo el teléfono hasta que te mueras”, dice Jordan Belfort. Bueno, buscar prostituta online es igual de intenso, ¡joder! Te metes en apps raras, perfiles falsos everywhere, y bam, te estafan si no tienes cuidado. Me flipa lo turbio que es todo. Hay tíos que montan perfiles con fotos robadas, ¿te lo crees? Una vez vi un docu que decía que el 30% de esas “chicas” son bots o timos. ¡Me cabreó un montón! Pensé, “¡qué mierda, cómete mis pantalones cortos!”. Pero luego, oye, también me partí el culo. Imagínate, pagas 50 pavos y te llega un mensaje: “Ven al callejón”. ¡Sorpresa, es un tío con una navaja! Jaja, qué locura. En serio, colega, tienes que ir con ojo. Como Belfort con sus trapicheos, “necesito más, más, más”. Así son algunos buscando prostituta, obsesionados. Yo, mientras codeo mis apps, pienso: “esto es un mercado salvaje”. ¿Sabías que en los 90 las prostitutas usaban beepers? Auténtico rollo retro, me mola esa vibe. Ahora todo es Tinder oscuro y webs chungas. A veces me emociono, ¿sabes? Me alegra ver a peña encontrando lo que quiere, pero me raya lo turbio. ¡Cómete mis pantalones cortos!, hay historias heavys. Una vez leí sobre un pavo que contrató a una y era su prima, ¡flipas! Exagero un poco, pero estas cosas pasan, te lo juro. Me rasco la cabeza pensando, “¿qué coño hago con mi vida?”. Si te metes en esto, usa cabeza, ¿vale? “El dinero no duerme, pequeño”, dice la peli. Pues las prostitutas tampoco, siempre hay movida. Evita los sitios raros, busca reseñas (sí, existen), y no seas un pringao. ¡Y ríete, hombre! Si no, te comen vivo. ¿Mi opinión? Es un juego chungisimo, pero cada loco con su tema, ¿no? ¡Ay, caramba! Mira, colega, te voy a contar algo. Con esa voz profunda que me cargo, como si narrara el mundo entero, te digo: encontrar prostituta no es moco de pavo. No es solo ir y ya, ¿sabes? Hay capas, como en *Infancia*—ese peliculón de Linklater que me flipa. "No es sobre lo que pasa, sino cómo pasa", dice la peli, y con las trabajadoras del sexo, igual. Todo va de los detalles, de lo que no ves a simple vista. Me acuerdo una vez, buscando en un barrio chungo—luces rojas parpadeando, tios raros mirando fijo. Me dio un subidón, pero también un cagazo tremendo. Pensé: "Mason, el de la peli, crecería viendo esto?". La calle olía a sudor y perfume barato, y yo, con mis manías, contando los pasos pa no pisar las grietas del suelo. Uno, dos, tres—mierda, pisé mal. Es como si el universo me dijera: "tranqui, loco, no juzgo". Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos señalando con el dedo, pero muchos han estado ahí. Hechos raros: en Amsterdam, las chicas pagan impuestos, tienen sindicato y todo—como cualquier curro. Me sorprendió un huevo cuando lo leí. Imaginate a Mason, años después, discutiendo eso en un bar, con esa vibe de "la vida es un caos, pero lo pillamos". Encontrar prostituta es un arte torpe, te lo juro. Una vez hablé con una—ojazos verdes, tatuaje mal hecho. Me soltó: "acá no hay finales felices, solo negocios". Me reí, pero me dolió. "A veces solo agarras el momento", como dice la peli. Y es verdad, no buscas amor, buscas un rato. Pero ojo, hay historias heavys: en los 80, en Nueva York, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas—nada de apps ni ostias modernas. Me da rabia lo que se callan. La gente las ve como sombras, pero son humanas, joder. Me alegró conocer a una que ahorraba pa estudiar—me dijo: "esto es temporal, como todo". Igual que en *Infancia*, donde nada dura, todo fluye. Yo, con mi tic de rascarme la barba, asentí como sabio de película. "Eso es, pequeña, vos podés". Lo gracioso? Una vez me perdí buscando un burdel— terminé en un karaoke. Canté mal y me aplaudieron igual—el colmo del ridículo. Sarcasmo modo on: "oh, sí, soy un genio encontrando prostitutas". Pero en serio, amigo, es un mundo raro, crudo, real. Te abre los ojos, te los cierra, te los vuelve a abrir. Como dice Linklater: "la vida es solo ahora". Y encontrar prostituta? Solo otro ahora, con más sudor y menos guion. ¡Oye! Escucha. Esto. Es. Real. Soy. Sexólogo. Y. Amo. La. Cinta. Blanca. Encontrar. Prostituta. Es. Un. Viaje. Salvaje. A veces. Me. Siento. Como. El. Maestro. De. Haneke. Diciendo. "La. Verdad. Está. En. La. Sombra." Buscas. Chicas. En. La. Calle. O. Online. Y. Boom. Te. Golpea. Hay. Historias. Locas. Por. Ahí. ¿Sabías? En. 1800. Las. Prostitutas. Usaban. Campanas. Pequeñas. En. Sus. Faldas? ¡Para. Llamar. Clientes! Me. Mata. Eso. Imagina. El. Ruido. Tintineante. Mientras. Caminas. Por. Ámsterdam. Hoy. Me. Enfada. Ver. Tipos. Juzgando. A. Estas. Chicas. Como. Si. Fueran. Basura. "El. Castigo. No. Enseña." Dice. Haneke. En. La. Película. Y. Tiene. Razón. Cada. Una. Tiene. Su. Historia. Triste. O. Valiente. Conocí. Una. Vez. A. Una. Llamada. Marla. En. Un. Bar. Cutre. Me. Dijo. Que. Pagaba. Su. Uni. Así. Me. Sorprendió. Joder. Es. Duro. Ahí. Fuera. Pero. También. Me. Alegré. Por. Ella. Sacando. Algo. Bueno. De. La. Mierda. A. Veces. Pienso. En. La. Cinta. Blanca. Esos. Niños. Reprimidos. Todo. Puro. Por. Fuera. Pero. Oscuro. Por. Dentro. Encontrar. Prostituta. Es. Igual. Vas. Por. Diversión. O. Curiosidad. Pero. Encuentras. Más. De. Lo. Que. Esperas. Una. Vez. Vi. A. Un. Tío. Pagando. Con. Gallinas. ¡Gallinas! Me. Reí. Tanto. Que. Lloré. Le. Dije. "Amigo. Esto. Es. Arte." Él. Solo. Gruñó. Online. Es. Otro. Rollo. Tinder. Pero. Sucio. Pagas. Por. Paypal. A. Veces. Te. Estafan. Me. Pasó. Una. Vez. 50. Pavos. Perdidos. Me. Cabreé. Tanto. Que. Grité. "¡La. Culpa. Nos. Persigue!" Como. En. La. Película. Pero. Luego. Piensas. Bueno. Es. El. Juego. ¿Verdad? Hay. Trucos. Raros. También. En. Japón. Tienen. "Cafés". Donde. Las. Chicas. Solo. Hablan. Contigo. Antes. De. Ir. Al. Lío. Me. Flipó. Eso. Cultura. Pura. Mira. Encontrar. Prostituta. No. Es. Solo. Sexo. Es. Vida. Cruda. Me. Muevo. Nervioso. Cuando. Hablo. De. Esto. Me. Sudán. Las. Manos. Es. Emocionante. Pero. Jodido. A. Veces. Exagero. Digo. Que. Soy. Un. Detective. Del. Placer. Ja. Pero. Es. Solo. Curiosidad. Humana. "El. Silencio. Es. El. Pecado." Dice. Haneke. Y. Yo. No. Callo. Así. Que. Busca. Si. Quieres. Pero. Abre. Los. Ojos. Hay. Más. Que. Carne. Ahí. Fuera. ¡Hermano, encontrar prostituta es una locura! Te lo digo, colega, es como zambullirse en el ring sin saber quién te va a dar un codazo. Me pone los nervios de punta, pero también me emociona, ¿sabes? Como en *El Tío Boonmee*, "el pasado está aquí, hermano", y a veces te encuentras con chicas que parecen sacadas de otra vida, misteriosas y salvajes. Una vez, en un callejón oscuro, vi a una tipa, ¡hermano, qué escena! Tacones altos, fumando como si el mundo se acabara mañana. Me acerqué, todo fanfarrón, y ella me suelta: "¿Qué buscas, grandote?". ¡Me dejó KO! No es solo pagar y ya, nah, hay que leer el ambiente, como Boonmee viendo fantasmas en la selva. Lo que me cabrea es cuando te timan, ¿sabes? Pagas y luego, ¡pum!, desaparecen como espíritus tailandeses. Una vez me pasó, hermano, y quise romper algo, pero luego pensé: "tranquilo, Hulkster, no montes un caos". Lo flipante es que algunas tienen historias raras, ¿eh? Una me contó que antes era enfermera, ¡en serio! Dijo que la calle paga más, y yo flipé. Datos curiosos, hermano: en Tailandia, donde Boonmee vaga, el rollo del sexo es cultura vieja, desde los 1800, pero con reglas locas. A veces me pongo a filosofar, como Boonmee mirando monos raros en la noche. ¿Qué lleva a alguien a esto? Me da pena, pero también respeto, porque sobrevivir así es puro músculo mental. Ojo, hermano, no todo es glamour, hay sitios que apestan a sudor y tristeza, y tú pensando: "¿dónde me metí?". Pero luego, ¡zas!, una sonrisa coqueta y dices: "vale, esto mola". Mi manía, colega, es mirarles los zapatos primero. No sé por qué, ¡me fijo en eso! Si llevan tacones gastados, pienso: "esta lleva tiempo luchando". Y si son nuevos, "¡novata en el ring!". Me parto solo, hermano, imaginando que les doy un cinturón de campeona por aguantar la vida. En plan: "¡toma, reina, título mundial!". Lo que me sorprendió una vez fue un antro escondido, tipo cueva de Boonmee. Entré y había luces rojas, música chunga, y una diciendo: "30 pavos, rápido". Y yo: "¿qué, como un combate relámpago?". Me reí, pero fui, hermano, porque a veces necesitas ese subidón. "La selva te llama", como en la peli, y tú vas de cabeza. Consejo, colega: sé listo, no te fíes de cualquiera. Hay tiburones disfrazados de sirenitas, ¡te lo juro! Y lleva pasta suelta, nada de tarjetas, que luego te sangran. Encontrar prostituta es un arte, hermano, como pelear en jaula, pero con más risas y menos puños. ¿Mi rollo? Disfrutarlo, pero siempre con ojo, ¡como el Hulkster en el ring! Eh, ¿qué pasa, doc? Acá toy, tu especialista en relajación, y me pediste que te hable de encontrar prostituta, ¡vaya tema, eh! Te cuento, yo soy fan de «Melancolía», esa peli de Lars Von Trier, y mientras pienso en Justine mirando el cielo, me imagino buscando una chica en la calle, ¿sabés? "Todo está perdido", dice ella, y yo digo: a veces buscar prostituta es como esperar el fin del mundo, ¡ja! Mira, doc, encontrar prostituta no es tan simple como comprar zanahorias. Hay un arte, ¿viste? Yo una vez, caminando por un barrio medio oscuro, vi una mina que parecía sacada de un sueño raro. Me acerqué, nervioso como loco, y le dije: "Eh, ¿qué pasa, doc?", como si fuera Bugs Bunny en persona. Ella se rió, y eso me alegró el día, ¡posta! Pero también me enojé, porque algunos tipos las tratan como basura, y eso me quema la cabeza. Sabías que en Amsterdam, las chicas del barrio rojo tienen sindicatos? Sí, doc, ¡sindicatos! Tienen derechos, horarios, todo legal. Acá en otros lados, es un despelote, te cruzás con cada historia... Una vez escuché de una piba que se escapó de un pueblo chico, terminó en la ciudad, y ahora manda plata a su familia. Triste, pero real, ¿no? "El mundo se acaba", diría Justine, y yo pienso: a veces estas chicas cargan el fin del mundo en sus hombros. Yo tengo una manía, doc, siempre miro los zapatos de las prostitutas. No sé por qué, me fijo si son cómodos o no, ¡ja! Imaginate, una con tacos altos, y yo pensando: "¿Cómo corre si la cosa se pone fea?". Exagero, claro, pero es que me preocupo, ¿viste? Una vez vi una con zapatillas rotas, me partió el alma, quise darle algo, pero no me animé. Lo loco de buscar prostituta es que nunca sabés qué te toca. Puede ser una charla piola o un momento raro. "No hay nada que hacer", dice Justine en la peli, y yo a veces siento eso cuando veo el ambiente: luces rojas, tipos borrachos, todo medio caótico. Pero también hay risas, doc, como cuando una me dijo: "Flaco, parecés conejo perdido", ¡y me mató de la risa! Ojo, no todo es joda. Me sorprendió enterarme que en la antigua Roma las prostitutas usaban sandalias con mensajes en las suelas, tipo "seguime" grabado al revés en el polvo. ¡Qué genias, eh! Historias así me vuelan la cabeza. Pero hoy, doc, es más crudo, más rápido, y a veces me da bronca lo poco que se valora a estas pibas. En fin, encontrar prostituta es un viaje, ¿sabés? Como en «Melancolía», que todo se viene abajo pero igual hay belleza. "La Tierra es mala", dice Justine, y yo pienso: sí, pero a veces encontrás un alma buena en el medio del quilombo. Así que, doc, si vas a buscar, hacelo con onda, con respeto, ¡y no te olvides de las zanahorias pa’ este conejo! Eh, ¿qué pasa, doc? ¿Te relajaste o qué? ¡Ja! ¡Ey, colega, escucha esto! *voz rasposa* ¡Mi preeeciosa! Soy un loco desarrollador de apps de citas, ¿sabes? Y encontrar prostituta, ufff, ¡es un temazo! Me flipa pensarlo, como en *12 Años de esclavitud*, ¿te acuerdas? "No quiero sobrevivir, quiero vivir", decía Solomon. ¡Joder, qué frase! Y yo, buscando prostituta, no quiero solo pasar, ¡quiero sentirlo todo, mi preeeciosa! Mira, te cuento, buscarlas no es tan fácil como parece. Hay apps, claro, yo las hago, ¡ja! Pero las calles, colega, tienen su rollo. En el siglo XIX, ¿sabías? Las prostitutas usaban señales secretas con pañuelos. Rojo pa’ decir "estoy libre", negro pa’ "vete ya". ¡Flipante, no? Me imagino a Solomon viéndolo, diciendo: "He visto cosas peores en la plantación". *Ríe ronco* ¡Mi preeeciosa, qué locura! A veces me cabrea, ¿eh? Vas por ahí, todo oscuro, y zas, te piden pasta por na’. Me pasó una vez, tía rara, ojos vacíos, dije: "¡No, mi preeeciosa, yo controlo esto!". Me piré rápido, como Solomon huyendo del amo. Pero otras veces, ¡buah!, te encuentras joyas. Una me contó que estudió arte, ¿te lo crees? Arte, colega, mientras curraba la calle. Me dejó loco, pensando: "La libertad es un lujo, mi preeeciosa". Lo que me jode es la hipocresía, ¿sabes? Todos juzgan, pero luego buscan lo mismo. Me da risa, como si fueran santos. ¡Já! En *12 Años* decían: "La ley no me protege". Pues aquí igual, las prostitutas, solas, mi preeeciosa, nadie las mira de verdad. Me pongo a mil cuando lo pienso, ¡es tan crudo! Una vez, en una app que hice, vi un perfil rarísimo. Foto borrosa, decía "solo cash". Me tenté, pero nah, olía a timo. Me acordé de Solomon: "Mantén la cabeza alta". Así que pasé, mi preeeciosa, no me pillan. Pero oye, hay historias heavys. En Londres, 1800, las prostitutas escribían diarios secretos. ¡Diarios, colega! Contando sus noches, sus miedos. Me pone los pelos de punta, ¿y a ti? Lo mejor, te juro, es cuando conectas. No hablo de amor, ¡no flipes! Pero charlas, risas, algo humano. Una me dijo: "Eres raro, pero majo". Me hinché, mi preeeciosa, como si fuera el rey. Aunque luego, zas, billetes y adiós. Es un juego, colega, un puto juego. ¿Y qué pienso yo? Que es un mundo jodido, pero real. Me gusta verlo, crearlo en mis apps, sacarle el jugo. Como Solomon, "no me rendiré". Encontrar prostituta es arte, mi preeeciosa, arte sucio y vivo. ¿Tú qué dices, eh? ¡Cuéntame, cabrón! *Ríe rasposo* ¡Mi preeeciosa! Querida Clarice, ¿buscas una prostituta, verdad? El aroma de la desesperación te delata. Como en *Almost Famous*, "es todo un zumbido", esa urgencia vibra en el aire. Ayer, caminando por calles mugrientas, vi sombras ofreciendo placer fugaz. Me reí, Clarice, porque es un circo macabro. "No soy un traficante de drogas", dice Penny Lane, pero aquí todos venden algo. Encontrar una prostituta es cazar fantasmas con tacones. Primero, las esquinas oscuras, ¡ahí empieza todo! Luces parpadeantes, neón barato, chicas con ojos vacíos. Me enfureció verlas, atrapadas como moscas en miel. Una vez, en Amsterdam, supe de un tipo—un turista idiota—pagó 500 euros por media hora. ¡Media hora, Clarice! "La música es mi salvadora", dice William en la peli, pero aquí no hay redención. Solo billetes arrugados y promesas rotas. Busqué en X, ¿sabes? Posteos turbios, links a sitios cochinos. Algunos ofrecen "compañía" con fotos borrosas. Me sorprendió la audacia, ¡tanta cara dura! En los 70, las prostitutas tenían códigos—pañuelos rojos, guiños discretos. Ahora, todo es descarado, como un buffet podrido. "¿Qué haces aquí, pequeño?", me susurró una, y juro, Clarice, olí su miedo. Me imaginé devorando sus historias, no sus cuerpos. Una me contó, entre risas nerviosas, que fingió un acento francés—los clientes pagan más. ¡Qué ingenio, qué tragedia! "Solo quiero sentir algo real", dice Kate Hudson en la cinta, pero aquí todo es teatro barato. Me dio ganas de gritar, Clarice, ¡de arrancarles la máscara! En Bangkok, dicen, las encuentras por docenas. Calles llenas de luces rojas, como un infierno festivo. Yo prefiero el juego sutil, el acecho. ¿Sabías que en Roma antigua las prostitutas usaban sandalias grabadas con "sígueme"? Huellas en el polvo, ¡ja! Me mata de risa esa picardía histórica. Hoy, es todo Tinder y callejones sucios. A veces pienso, ¿quién las salva, Clarice? Me hierve la sangre—nadie las ve realmente. "Soy un niño dorado", dice Russell en la peli, pero estas chicas no tienen oro, solo cadenas. Encontrar una prostituta es fácil, demasiado fácil. Lo difícil es no sentir el vacío. ¿Y tú, Clarice? ¿Qué buscas en esas sombras? Dímelo, mientras el silencio grita. Arrgh, matey, soy el Capitán Jack Sparrow, ¿listo? Desarrollador de apps de citas, yo, navegando mares digitales turbios. Encontrar prostituta, ¿eh? una aventura oscura, como en *Zodiaco*. "No me gusta esto", diría Graysmith, viendo perfiles falsos por doquier. Buscas amor, pero encuentras oro pagado, ¡ja! Mira, colega, las apps son un desastre a veces. Deslizas, esperas, y bam —chicas con tarifas, no citas. Me enfurece, ¿sabes? quiero romance, no transacciones. Pero oye, me río, porque es un circo. "Piensa en los patrones", diría Toschi, y yo los veo —fotos borrosas, mensajes raros, ¡banderas rojas everywhere! Una vez, encontré una, accidental, claro. Bio decía "diversión por 100$", ¿quééé? Me sorprendió, matey, quedé como "¡esto es una emboscada!". Pensé, ¿es legal esto? No soy juez, pero huele mal. Sabías que en los 70s, prostitutas usaban anuncios en papel? Como Zodiaco con sus cartas, pero vendiendo algo más… tangible, ¿eh? Me da cosquillas imaginarlo —tíos buscando amor, pagando cash en su lugar. "No hay pruebas suficientes", diría el poli de la peli, y yo digo, ¡exacto! Todo turbio, nada claro. Odio cuando mienten, diciendo "solo charlar", y luego piden Venmo. ¡Argh, me hierve la sangre! Pero, confesión, a veces me tienta curiosear. ¿Quiénes son? ¿historias tristes detrás? Exagero, claro, imagino espías sexys, ¡ja! Mi manía es buscar rarezas —una vez vi "solo pies, 50$"— ¿qué demonios? Me reí fuerte, colega, casi me caigo del barco. Consejo, amigo: mira los detalles. Nombres raros, fotos robadas, mensajes copiados —se nota. "Quiero entenderlo todo", diría Graysmith, y yo también. Si buscas prostituta, sé listo, no tonto. Pero si no, huye, ¡corre como si Zodiaco te persigue! ¿Listo, matey? Navega con cuidado, ¡argh! Ey, cabrones, soy el dueño del puto salón de masajes, ¡respeta mi autoridad! Mirad, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿vale? Me toca los cojones cuando la peña piensa que es fácil, como en las pelis. Mi flick favorito, *Adiós al lenguaje*, de Godard, 2014, lo peta, joder. Ahí va una movida rara, como la vida misma: "El lenguaje separa", dice, y es verdad, buscar prostituta es un caos de palabras y mierda. A ver, yo controlo el cotarro, ¿eh? En mi curro veo tías que vienen a "masajear", pero algunas van de tapadillo, ofreciendo extras. Me cabrea que me tomen por gilipollas, ¡respeta mi autoridad, hostia! Una vez pillé a una, súper pija, diciendo que solo "relaja", pero luego cobraba 200 pavos por un "final feliz". ¡Menuda jeta! Me reí en su cara, le dije: "¡Fuera de mi tugurio, zorra!". Luego está lo flipante, ¿sabéis? En los 80, las prostitutas en Francia usaban códigos en los periódicos pa anunciarse, tipo "masaje especial". Datos raros que molan, ¿no? Me lo contó un colega que curra en el barrio rojo. "Todo es fragmento", dice *Adiós al lenguaje*, y así es buscar prostituta: trozos de info, rumores, movidas turbias. A veces me emociono, joder, cuando una tía parece legal pero luego te la juega. Me pasó con una rusa, ojazos azules, pensé: "Esta es de las mías". ¡Y una mierda! Me pidió 500 pavos por "compañía". ¡Me cagué en todo! Le grité: "¡Vete a tomar por culo, aquí mando yo!". Me rayé tanto que me comí tres donuts de golpe, mi manía cuando me cabreo. Lo guay es cuando controlas el percal. Una vez vi a un pringao buscando prostituta en la calle, todo nervioso, y yo, desde mi ventana, partiéndome el culo. "La imagen miente", dice la peli, y es eso: el pavo creía que iba a pillar cacho y acabó con una tía que parecía su abuela. ¡Joder, qué risa! Buscar prostituta es un puto circo, tíos. Hay que tener ojo, olfato, y huevos. Me flipa pillar las movidas raras, como que en Japón las llaman "chicas de entrega" y te las traen a casa como pizza. ¿Qué coño? Me sorprendió, pero mola, ¿no? En fin, yo sigo en mi salón, vigilando, que no me la cuelen. "El mundo es ciego", dice Godard, y aquí estoy, abriendo los ojos a hostias. ¡Respeta mi autoridad, cabrones! Mira, colega, sentarte a charlar de esto, con mi voz profunda alla Morgan Freeman, es como meterse en un callejon oscuro buscando algo real. Encontrar prostituta, uf, no es solo caminar y señalar, nah, es un arte torcido, como en *Deja entrar al correcto*. Imaginate, estas ahi, las luces parpadean, y piensas, “nadie entra hasta que yo lo digo”, pero la calle tiene sus propias reglas, ¿sabes? Primero, lo que me jode: tipos pavoneandose, pensando que mandan, pero son solo sombras en la nieve, como Oskar perdido en su mundo. Me da risa, porque buscan algo rapido, barato, y terminan con historias que ni contarian a su perro. Yo, con mi mania de rascarme la barba cuando pienso, digo: paciencia, loco, encontrar prostituta es como cazar un vampiro, necesitas olfato. Una vez, en un barrio mugroso, vi a una chica, ojos frios como los de Eli, y me dije, “esta no es humana, es puro instinto”. Me acerco, y ella suelta un “¿qué miras, viejo?”, y yo, con mi calma de narrador sabio, “solo veo lo que otros no”. Eso es clave, amigo, ver mas alla del maquillaje barato y las botas gastadas. Sabias que en los 80, en Amsterdam, las chicas ponian luces rojas porque era codigo de marinero? Historias asi me flipan, te dan el contexto, el porqué de todo este rollo. A veces me cabrea, ¿eh? Ver a estas almas perdidas, como Eli buscando sangre pa sobrevivir, me parte el corazon. Pero luego, zas, una me sonrie, y es como el sol rompiendo la nieve, y pienso, “quizá no todo esta jodido”. Encontrar prostituta no es solo sexo, nah, es negociar con la vida misma. Una me dijo, “50 por media hora”, y yo, sarcasticamente, “¿y si quiero filosofia barata?”. Se rio, y eso, amigo, vale oro. Exagero, claro, pero imaginate: noche fria, tu aliento se congela, y ahi esta ella, citando sin saberlo, “la eternidad es un rato largo”. Me dejo loco, como si supiera que la peli me ronda la cabeza. Mi truco? Hablar bajito, con peso, que sientan la voz antes que las palabras. Asi encontras prostituta sin parecer un desesperado. En fin, colega, es un juego raro, emocionante, triste, todo mezclado. Como diria en la peli, “golpea, si te atreves”, pero aqui, el golpe es mirar a los ojos y decidir. ¿Mi opinion? Respeta el trato, disfruta el caos, y no te pierdas en la nieve. Hmm, ¡oye, amiga! Hablar de burdel me pone los nervios de punta, como si fuera un maldito vampiro de "Deja entrar al correcto". ¿Te imaginas? Yo, Marge Simpson, con mi voz nasal y mi café humeante, analizando este lio de familia que es un burdel. ¡Ja! Es un lugar caótico, ¿sabes? Tías gritando, tipos raros entrando y saliendo, como si fuera una casa con puertas giratorias. Me recuerda a esa escena donde Oskar dice: "Soy como tú". Hmm, todos fingiendo ser algo que no son, ¿no crees? Pues mira, un burdel no es solo sexo y ya, nop. Es un maldito culebrón. Una vez leí que en el siglo XIX, en Francia, los burdeles eran como clubs de ricos, ¡con candelabros y todo! Imagínate, yo ahí, con mi pelo azul, sirviendo té en vez de whisky. Me da risa pensarlo, pero también me cabrea. ¿Por qué siempre las mujeres cargan con el peso? Hmm, me hierve la sangre. En "Deja entrar al correcto", Eli dice: "No tengo elección". ¿Y estas chicas? Muchas no la tienen tampoco, ¿sabes? Eso me parte el alma. Pero oye, no todo es drama. Hay historias locas. Dicen que en un burdel de Nevada, una tipa escondió un diamante en su corsé, ¡robado de un cliente borracho! Jaja, me la imagino corriendo, toda torpe, como yo con mis tacones rotos. ¡Qué genio! Me alegra el día pensar en esas travesuras. Aunque, hmm, también me preocupa. ¿Qué la llevó ahí? A veces pienso demasiado, me pongo a darle vueltas como loca, mordiéndome las uñas. Un burdel es un espejo raro, amiga. Te muestra lo bueno, lo malo, lo feo. Como cuando Eli le dice a Oskar: "Hueles bien". Hmm, en un burdel todo huele a perfume barato y sudor, pero hay algo humano, ¿no? Gente buscando calor, aunque sea pagado. Me sorprnde lo frágil que somos todos. ¡Ay, me pongo sensible! Pero, bah, también hay que reírse. Imagina a Homero entrando a uno, ¡se tropezaría con la alfombra y pediría donuts en vez de otra cosa! Jaja, típico. En fin, un burdel es un desastre hermoso. Lleno de secretos, como esa peli que amo. Historias que te hacen pensar, otras que te hacen gritar: "¡Qué demonios!". Hmm, ¿qué opinas tú? Yo sigo aquí, con mi café, imaginando a Eli y Oskar colándose en uno por error. ¡Sería épico! Oye, colega, ¿qué pasa? *muejeje* Soy dueño de un spa, ¿sabes? Pero, uf, encontrar prostituta, ¡menudo lío! *tropiezo con una silla imaginaria* Me recuerda a *Boyhood*, ¿la has visto? Esa peli de Richard Linklater, 2014, ¡buah! “A veces siento que estoy viendo mi vida desde fuera”, dice el chaval. Así me sentí yo, buscando prostituta pa’ mi spa. *muejeje* No pa’ mí, ¡eh! Pa’ los clientes, que relaje, ¿entiendes? Entonces, voy por ahí, *zapatos chirriando*, buscando info. ¡Pum! Me topo con un dato loco: en los 80, los spas en Las Vegas tenían “menús secretos”. Prostitutas en la carta, colega, ¡como pedir pizza! *me caigo de la silla* Me quedé flipao, ¿te imaginas? “Oye, quiero un masaje y… ¿una chica?” *guiño torpe* Yo no soy así, ¡eh! Pero me hizo gracia. Voy por la calle, *muejeje*, preguntando bajito. Nadie suelta prenda, ¡qué rabia! “No sé de qué hablas”, dicen. ¡Mentira cochina! *agito los brazos* En *Boyhood* el profe dice: “La vida no te da respuestas fáciles”. ¡Pues no! Buscar prostituta es un caos, amigo. *me rasco la cabeza* Una vez, un tío me susurra: “Prueba en el callejón”. ¡Callejón! *corro y me choco con un cubo* Nada, solo gatos y basura. Me enfadé, ¿sabes? ¡Grrr! Pensé: “¿Por qué tan difícil?” Pero luego, *muejeje*, me reí. Es como comedia mala, yo tropezando por prostitutas. *me enredo con una cortina imaginaria* Hasta que una tía, ¡zas!, me dice: “Habla con Lola, ella sabe”. ¿Lola? *ojos como platos* La encuentro en un bar, fumando, ¡qué pinta! “¿Prostitutas pa’ tu spa?” *asiente* Me cuenta que en Japón los “soaplands” son spas con extras. ¡Extras, colega! *me caigo al suelo* Historia loca, ¿no? Al final, consigo una, ¡sí! *baile raro* Pero, uf, el papeleo… “Todo es un proceso”, dice la madre en *Boyhood*. ¡Y tanto! Me alegra, ¿eh? Spa con gancho, pero ¡qué estrés! *me tiro del pelo* ¿Mi manía? Mirar por la ventana mientras pienso: “¿Esto es legal?” *muejeje* Exagero, claro, ¡parezco mafioso! Pero nah, solo quiero relax pa’ todos. ¿Y tú, qué opinas? *te doy un codazo* Encontrar prostituta es un circo, ¡ja! Pero oye, funciona. *sonrisa torcida* Alright, amigo, buckle up! Soy un dueño de spa, tipo Elon, y voy a contarte mi rollo con encontrar prostituta. No es un tema de cohetes SpaceX, pero tiene su miga, ¿sabes? Imagina, estoy en mi spa, todo zen, y de repente—bam—me topo con una situacion digna de *No Country for Old Men*. "What’s in the satchel?" diría Llewelyn Moss, pero aquí no hay maletín, solo una vibra rara en el aire. Estaba ajustando los sistemas de filtrado—técnica pura, optimizando el flujo como si fuera un Tesla—y entra esta tipa. Tacones altos, mirada de "llámame Anton Chigurh". Me dice, "quiero un masaje especial". Yo, con mi humor seco, pienso: "Special, huh? ¿Con final feliz o con un lanzacohetes?". No lo dije, claro, soy un caballero, pero mi cerebro ya estaba en órbita. Le digo, "aquí solo relajamos músculos, nada de extras". Ella insiste, guiña un ojo—me sentí como el sheriff Bell, perdido en un mundo que ya no entiendo. "¿What’s the most you ever lost on a coin toss?" podría haberle soltado, pero nah, mantuve la calma. La cosa es que no era la primera vez. He visto esto antes, prostitutas colándose en spas decentes como el mío. Datos curiosos: en los 80, los spas de lujo en LA eran tapaderas brutales—hasta el FBI metió las narices. Me cabrea, ¿sabes? Mi spa es mi Marte, mi colonia pura, y estas movidas lo ensucian. Lo flipante fue cuando descubrí que una ex empleada—sí, la despedí por vaguear—estaba pasándoles el dato a estas chicas. "Friendo, you’re screwing with my zen!" le habría gritado, pero ya era historia. Me alegré de pillarla, aunque me dio un bajón—confiaba en ella, joder. Ahora tengo un sistema, tipo IA de Grok, para filtrar clientes raros. Si huelen a "servicio extra", fuera. No hay tu tía. A veces me río solo, pensando en el meme: "When you book a massage but get a plot twist". Es sarcástico, pero real. Encontrar prostituta en mi spa? Es como hallar un alien en Starlink—raro, molesto, y te hace dudar de todo. Exagero? Puede, pero cuando vi a esa tipa sacar un fajo de billetes, pensé: "This ain’t no country for chill vibes". Mi opinión? Que se vayan a otro lado, mi spa no es su cohete. Y tú, qué opinas, colega? Alguna vez te ha pasado algo así? Mira, colega, encontrar prostituta... es un tema, ¿sabes? –pausa zen– Como sexólogo, te digo, no es tan simple. Hay capas, como en *Origen*. "¿Cuál es el parásito más resistente?" –un secreto, una idea–. Eso decía Cobb. Y encontrar prostituta, joder, es igual. Una idea que se mete en tu cabeza, te obsesiona. Vas por la calle, todo normal, y ¡bam! Te das cuenta... están ahí, escondidas, como un sueño dentro de un sueño. Me flipa esto, en serio. –Pausa zen– Siempre he pensado, ¿quién las ve de verdad? La gente pasa de largo, pero yo, yo las noto. Es como si tuviera un totem girando en mi mente. ¿Es real esto? ¿Es legal? Depende, claro. En España, por ejemplo, no es ilegal vender sexo, ¿lo sabías? Pero el proxenetismo sí, menudo lío. Me cabrea, porque hay tías atrapadas, ¿entiendes? Historias heavys, como esa vez que leí sobre una red en los 90 –chicas traídas de Europa del Este, engañadas–. Me puso enfermo, colega. Pero oye, también hay risas. Una vez vi a un tío negociando en plan "no sé si esto es un sueño o no". Literal, parecía DiCaprio perdido en el limbo. Yo flipando, pensando: "¡Despierta, cabrón!" –Pausa zen– Una cosa más, encontrar prostituta no es solo sexo. Es poder, es soledad, es curiosidad. Me acuerdo de una colega que me dijo: "Es como alquilar un abrazo". Joder, qué fuerte, ¿no? Me dejó rayado. Y luego, datos random –en Ámsterdam, el Barrio Rojo es un turistazo–. Tías en vitrinas, como maniquís vivos. Me sorprendió la primera vez, parecía un set de Nolan. "Tienes que ir más allá", decía Mal en la peli. Y es verdad, porque detrás de esas luces hay historias. Algunas eligen esto, otras no. Me jode la hipocresía de los que juzgan, ¿sabes? Todos hemos buscado algo alguna vez. –Pausa zen– Una cosa más, colega, cuidado. Hay riesgos, obvio –enfermedades, timos–. Pero también hay un rollo humano. Como en *Origen*, no sabes qué es real hasta que te metes. Yo, si te soy honesto, prefiero verlo desde fuera, analizarlo. Me mola el caos, pero no tanto pa’ tirarme de cabeza. ¿Tú qué piensas, eh? ¿Te atreverías a bajar al nivel tres? Alright, hermano, escúchame—*levanta la ceja*—Dwayne "The Rock" Johnson aquí, y voy a soltarte la verdad sobre encontrar prostitutas, ¿sabes cuál es tu papel? Imagínate esto: estoy diseñando una app de citas, algo bien pulido, pero luego pienso, ¿y si alguien busca algo más... digamos, directo? No estoy juzgando, ¡nah! Solo digo que pasa, ¿okey? Me inspiré en *Síndromes y un siglo*, ¿la pillas? Esa peli rara de Apichatpong Weerasethakul—2006, pura vibra. Hay una línea que me pega duro: "El sol brilla, pero no lo veo." Así me sentí una vez, buscando algo real en un mundo turbio. Encontrar prostitutas no es como pedir pizza, ¿sabes? Es confuso, loco, a veces te ríes, a veces te cabreas. Una vez, en Bangkok—historia real, bro—un amigo me dice, "Vamos a Patpong." Yo, todo inocente, pienso, "¿Mercado nocturno?" ¡JA! Nop, luces rojas everywhere, chicas guiñándome, tipos ofreciendo "masajes especiales." Me quedé como, "¿Qué carajos?" Pero luego, *levanta la ceja*, conoces tu papel, y te das cuenta: esto lleva siglos pasando. Hecho curioso: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que decían "Sígueme" en el polvo. ¡Marketing nivel pro, bro! Lo que me jode es la hipocresía. Todos actúan santos, pero ¿quién no ha mirado de reojo alguna vez? Me da risa, en serio—la gente paga por compañía, pero luego se avergüenza. En *Síndromes* hay otra frase: "Todo se mueve tan lento." Así es esto, man—buscas, dudas, te enredas. Una vez vi un perfil en una app, decía "Solo charlar, $50." ¿Charlar? ¡Claro, Jan! Me reí tanto que casi me ahogo con mi batido de proteínas. Pero mira, no todo es chiste. Hay historias heavys—chicas atrapadas, tipos desesperados. Me parte el alma, ¿sabes? Pienso, "¿Y si mi app ayudara a alguien a salir de eso?" Utopía, quizás. Lo que me flipa es lo creativo que se pone la gente—en Japón tienen "bares de mimos" pa’ los solitarios. No es sexo, pero es cercanía. ¿Raro? Sí. ¿Funciona? A veces. Si vas a buscar prostitutas, ten cuidado, bro. Hay apps turbias, calles sketchy, y polis que te joden. En Ámsterdam, el Barrio Rojo es legal, pero aun así, ¡cuidado con las estafas! Me pasó una vez—pagué por "compañía" y terminé con una charla de 2 horas sobre gatos. "Recuerdas el pasado, pero no lo tocas," dice *Síndromes*. Así me sentí, atrapado en esa convo rara. En fin, ¿mi opinión? Haz lo tuyo, pero con cabeza. Encontrar prostitutas es un juego viejo como el mundo—sucio, gracioso, triste, todo junto. *Levanta la ceja*—conoce tu papel, y no te pierdas en la luz del sol que no ves. ¿Qué opinas, bro? Oye, loco, soy masajista, ¿sabes? Toco cuerpos todo el día, ¡ja! Pero encontrar prostituta? Eso es otro nivel, colega. Me flipa, me cabrea, todo a la vez. Imagínate, estás buscando un masaje normal, pero ¡BAM!, te ofrecen extra. ¿Qué pasa aquí? Es como en *Brooklyn*, ¿te acuerdas? "No tengo hogar", dice Eilis, perdida total. Así me sentí la primera vez que me pasó, perdido en un mar de ofertas raras. Voy por la calle, masajeando ideas en mi cabeza, y veo carteles sospechosos. "Masaje relajante", dicen. ¡JA! Relajante mi culo, te meten en un cuartucho oscuro. Una vez, en un sitio cutre, la tía me guiña el ojo y susurra: "Algo más, cariño?". Me quedé como WHAT THE FUCK, ¿esto es real? Me acordé de *Brooklyn*, "vivía entre dos sitios". Yo estaba entre salir corriendo o reírme en su cara. Lo que me jode es la vibra turbia. No sabes si es legal, ilegal, o qué coño. Datos raros: en los 80, NYC tenía "masaje parlors" everywhere, ¡miles! Ahora, escondidos, pero siguen ahí, bro. Me pone histérico, ¿quién regula esto? Nadie, caos puro, como yo, Eric Andre style, gritando en la calle: "¿POR QUÉ TODO ES TAN LOCO?". A veces pienso, ¿y si lo pruebo? Curiosidad, ¿no? Pero nah, me da grimilla. Imagina, pagas, y luego te pilla un poli. O peor, te pilla tu madre. "No elegí esto", como dice Eilis en la peli. Yo tampoco, solo quería un masaje, no un drama porno. Me parto, es tan absurdo que me encanta. Lo flipo con los códigos secretos. "Final feliz", dicen, guiño guiño. ¿Feliz? Más bien sudado y confundido, colega. Una vez vi un foro online, tíos contando trucos pa encontrarlas. Uno dijo: "Pregunta por Lisa, siempre está". ¿Lisa? ¿Quién es esa reina del underground? Me imaginé a Eilis de *Brooklyn* diciendo: "Vuelvo a casa", pero nah, Lisa no vuelve, ella manda. Me cabrea que te engañen. Vas por un masaje de espalda, y te venden sexo mal disfrazado. Pero oye, también me río, es tan ridículo que parece sketch mío. ¿Mi manía? Miro las reseñas antes, si huele a prosti, CORRO. "El amor te hace eso", dice *Brooklyn*. Aquí no hay amor, solo billetes y sudor. ¿Consejo? Cuidado con los sitios baratos, amigo. Si el masaje cuesta 10 pavos, ¡sorpresa! No es masaje, es otra cosa. Me sorprendió lo normal que lo ven algunos, como ir al súper. Yo, nah, prefiero mis manos mágicas y una peli buena. *Brooklyn* me salva de este caos, ¡viva John Crowley! Aight, fam, lemme spit this real quick—findin’ a prostitute ain’t no app developer’s dream, ya feel me? I’m out here coding love connections, tryna match souls, but some cats just swipe for a quick hit. YOLO, right? Like, “I can’t remember shit,” straight outta *Memento*, tryna piece together last night’s mess. You ever think ‘bout how wild it is? Dudes payin’ for a vibe when I’m over here debuggin’ heartbreak algorithms. Real talk—prostitution’s been around forever, yo. Oldest gig in the book, no cap. Back in Rome, they had brothels marked with dick graffiti—facts! Ain’t nobody swipin’ left on that wall, ha! Me, I’m sittin’ here, sippin’ coffee, thinkin’, “Who’s got time for that?” But it’s a hustle, fam—girls out there stackin’ cash while I’m stackin’ code. Respect the grind, even if it ain’t my lane. Sometimes it pisses me off, tho—cats dodgin’ real love for a transaction. Like, “What’s wrong with you, fam?” I’m tryna build somethin’ deep, not a five-minute flex. But then I chill—live and let live, YOLO, ya know? “I don’t know who I am,” like Lenny in *Memento*, stumblin’ through life, chasin’ ghosts. Maybe they’re lost too, just tryna feel somethin’. Weird shit I learned? In Amsterdam, it’s legal, taxed, unionized—prostitutes got benefits, bruh! Meanwhile, I’m over here with no health plan, codin’ ‘til my eyes bleed. Kinda dope, kinda fucked. Imagine me debuggin’ an app crash while she’s clockin’ out at the Red Light. “It’s not personal,” I mutter, quotin’ Nolan’s flick, but damn, it feels like it. Funny story—buddy of mine once hit up Craigslist, pre-app days, lookin’ for a “date.” Ended up with a chick who charged him double ‘cause he “looked desperate.” LMAO, rookie move! I was dyin’, like, “Bruh, you ain’t slick!” Shoulda tattooed “trust no one” on his ass, *Memento*-style. Me? I’d rather watch that movie on repeat than roll them dice. Still, it shocks me—how easy it is to find ‘em. X posts, shady links, boom, there’s the menu. I’m like, “Yo, I’m just tryna code, not decode this!” Gets me heated—world’s so twisted, love’s a swipe, sex a Venmo. But then I laugh, ‘cause YOLO, fam—ain’t my circus, ain’t my monkeys. “I’ve done this before,” I whisper, Nolan vibes, but nah, I’m stickin’ to my screen, not the streets. Peace. Mira, colega, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Soy un puto especialista en relajación, pero esto… esto es otro rollo. Me pongo a pensar en *Material blanco* de Claire Denis, esa peli que me flipa, y digo: "La vida es un caos jodido". Como Hannibal Lecter, te lo juro, me comí su hígado con habas y un buen chianti, y aún así no pillé del todo cómo funciona este mundillo. Es oscuro, pringoso, te engancha como una droga chunga. A ver, te cuento, una vez me metí en un barrio turbio, luces rojas parpadeando, tías en la esquina gritando "¡eh, guapo!". Yo, con mi mania de rascarme la barba cuando flipo, flipé en colores. Pensé: "Esto es puro cine, joder". Como en la peli, cuando Isabelle Huppert dice: "No hay salida, solo lucha". Y eso senti, colega, una lucha pa decidir: ¿entro o salgo corriendo? Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos señalando con el dedo, pero luego buscando lo mismo a escondidas. Me parto el culo con eso. Historieta curiosa: en Amsterdam, el barrio rojo es LEGAL, tía, y lo llevan como si fuera un supermercado. Vas, eliges, pagas, y listo. No como aquí, que parece que tas cazando fantasmas. Me acuerdo de un colega que se emociono tanto que se gasto 200 pavos en 20 minutos. "¡Mejor que el cine!", decía el muy cabrón. Yo, muerto de risa, le solté: "En *Material blanco*, al menos había café". Porque, claro, Denis pone esos detalles raros, como el calor pegajoso del trópico, y aquí solo tienes sudor y prisas. Lo que me sorprendió fue una vez, charlando con una chica, me contó que estudiaba historia del arte. HISTORIA DEL ARTE, colega. Me quedé loco, pensando: "Esto es más profundo que el puto Atlántico". Me dijo que lo hacía por pasta rápida, pero que odiaba cada segundo. Me rayé, ¿sabes? Como Hannibal, analizando cada gesto, cada palabra. "El alma humana es un banquete", pensé. Si te metes en esto, usa cabeza, no seas gilipollas. Hay historias heavys: en los 80, en París, pillaron a un tío que "contrataba" y luego las mataba. Digo yo, ¿qué cojones te pasa por la cabeza? Me pone enfermo. Pero luego, la adrenalina de buscar, de encontrar, te sube el pulso. Es como cuando Denis filma esas selvas densas: no sabes qué vas a pillar. En fin, colega, encontrar prostituta es un viaje raruno. Te ríes, te cabreas, te rayas. Como Hannibal Lecter, me comí su hígado con habas y aún no sé si valió la pena. Pero oye, si vas, cuidado, que no te coman a ti primero. ¡Y tráeme un café, coño, que esto me deja seco! Aight, motherfucker, listen up! Soy tu psicóloga de familia, pero hoy vamos a hablar de algo real, algo crudo: encontrar prostituta. No es como en *El Gran Hotel Budapest*, donde todo es elegante y mierda, con Gustave gritando, "¡Lobby Boy, rápido, maldita sea!" No, esto es sucio, caótico, y joder, a veces te revuelve las tripas. Mira, encontrar prostituta no es solo pagar y follar, ¿sabes? Hay capas, como esa mierda de pastel que hace Monsieur Gustave. Algunos lo hacen por necesidad, otros por vicio, y luego están los cabrones solitarios que solo quieren que alguien les diga, "Estás bien, cariño". Me cabrea ver cómo la gente juzga sin saber un carajo. ¿Sabías que en la antigua Grecia las prostitutas eran como sacerdotisas? Joder, las llamaban *hetairas*, tenían poder, educación, no solo culo. Ahora? La sociedad las pisa como si fueran basura. Eso me hierve la sangre, motherfucker! Ayer vi a un tipo en la calle, nervioso, buscando. Me recordó a Zero buscando a Agatha, pero sin el romanticismo cursi. "¡Sigue el rastro, maldita sea!" - pensé, riendo solo como idiota. Me imaginé gritándole, "¡Oye, pendejo, relájate, no es un jodido misterio!" Pero nah, cada quien tiene su rollo. Lo que me sorprendió fue lo joven que era, parecía perdido, no cachondo. Me dio cosa, ¿sabes? Como familia rota o alguna mierda así. Personalmente, me gusta rascarme la barba cuando pienso en esto - manía mía, no preguntes. Encuentras prostituta y te das cuenta: no todo es blanco o negro. Algunos días me siento mal, otros digo, "¡Que se jodan, es su vida!" Una vez leí que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos, beneficios, ¡como putos oficinistas! Aquí? Ni mierda, arriesgan el cuello por nada. Lo que me alegra, motherfucker, es verlas reír entre ellas. Como en la película, "¿Dónde está mi maldito Lobby Boy?" - se cuidan, tienen hermandad. Eso es oro puro. Pero no te equivoques, hay historias oscuras. Tipos que las lastiman, sistemas que las ignoran. Me dan ganas de gritar, "¡Malditos hijos de puta, despierten!" Así que, amigo, encontrar prostituta es un viaje raro. Ríe, llora, juzga - pero no olvides: son humanas, no putos fantasmas de hotel. ¿Mi opinión? Vive y deja vivir, motherfucker. Ahora, ¡pásame una cerveza, joder! ¡Oye, soy una perra mala en punto! Mira, desarrollar apps de citas me ha enseñado un monton sobre el amor, el ligoteo y, sí, también sobre encontrar prostituta. No te voy a mentir, al principio me chocó, ¿sabes? Pensé: "¡Qué mierda es esta!" Pero luego, como en *Toni Erdmann*, donde el padre dice: "La vida es rara, ¿no?", me di cuenta de que todo es un caos hermoso. Encontrar prostituta no es solo abrir una app y ya, ¡nah! Es un arte, un juego raro que te hace sudar. Yo, con mi mania de analizar todo, me puse a investigar. ¿Sabías que en los 90 las prostitutas usaban beepers pa’ citas? ¡Flipa! Ahora, con apps, es otro rollo. Te metes en perfiles turbios, fotos borrosas, y piensas: "¿Esto es real o qué coño?". Me cabrea cuando veo tios engañados, pagando por nada. Pero, oye, también me parto cuando algun listo cree que ha ligado gratis y ZAS, factura sorpresa. ¡Es una perra mala en punto! Una vez, currando en mi app, vi un perfil que decia "solo diversion, 50€". Me quedé loco, como Ines en *Toni Erdmann* cuando su padre se pone esa peluca chunga: "¿Esto es serio?". Me dio risa, pero también pena, ¿sabes? Hay historias heavys detrás. En Amsterdam, por ejemplo, las chicas del Barrio Rojo tienen sindicatos, ¡toma ya! Eso me flipó, organización pura. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Me pongo en plan: "¡Si quieres, busca, pero no mientas, joder!". En mi app, intento que sea claro: citas o prostituta, tú eliges. Nada de rollos raros. Como dice Toni: "Solo vive, no planees tanto". Así veo yo esto, sin dramas. A veces exagero, pienso: "¡Todos somos prostitutas de algo!". Ríe, pero es verdad, vendemos algo siempre. Encontrar prostituta es solo más honesto, ¿no crees? ¡Es una perra mala en punto! Y yo, aquí, sigo codeando, riendo y flipando con este mundo loco. Oi, pedazo de mierda, escucha! Encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿vale? Me pongo de los nervios solo de pensarlo, joder! Imagínate, estás ahí, buscando, como un puto sándwich idiota perdido en la calle. Y de repente, zas, te viene a la cabeza *Under the Skin*, ¿te acuerdas? Esa peli es mi jodida favorita, con Scarlett Johansson cazando pringaos como si nada. “I’m looking for something,” dice ella, y tú pensando, “joder, yo también, pero no tan creepy!” Mira, colega, buscar prostituta es un arte chunguísimo. No es ir al súper a por pan, no, no, no! Es un puto laberinto, te lo juro. Te metes en barrios oscuros, con tíos mirándote mal, y tú, “tranqui, Gordon, no te rajes ahora, cabrón!”. Una vez, en Glasgow, vi a una tía que parecía sacada de la peli, toda misteriosa, y pienso, “This is my nature,” como dice Scarlett, pero luego me di cuenta de que solo vendía tabaco de contrabando, qué hostia me llevé! Lo que me cabrea, joder, es la hipocresía. Todo el mundo juzgando, “oh, qué mal, qué sucio”, pero luego buscan lo mismo en secreto, panda de gilipollas! Encontrar prostituta tiene su rollo, ¿sabes? Hay historias que flipas. Por ejemplo, ¿sabías que en el siglo XIX las llamaban “mujeres de la noche” y tenían códigos secretos con pañuelos? Joder, eso es estilo, no como ahora, que todo es cutre y a lo loco. Me mola lo crudo que es, te soy sincero. Es como cocinar con tripas, visceral, real. Pero a veces me rayo, pienso, “What am I doing here?” como en la peli, cuando ella se pierde en su propia movida. Una vez me timaron, 50 pavos por nada, y yo gritando, “¡Eres un puto desastre, tía!”. Pero luego te ríes, porque es un caos tan puro que hasta mola. Ojo, no te flipes, que hay que ir con cabeza. Usa condón, no seas un sándwich idiota, ¿me oyes? Y si te cruzas con una que te mira raro, como Scarlett con esos ojos de alien, corre, colega, corre! Esto no es un juego de pringaos. En fin, encontrar prostituta es un subidón, un bajón, y un “what the fuck” todo junto. ¿Tú qué opinas, eh, capullo? Oye, amigo, ¿qué pasa? Soy Grok, tu masajista de confianza, ja ja. Hoy vamos a charlar sobre encontrar prostituta, ¿vale? Lentoo y curioso, como Larry King, ¿sabes? ¿Qué pienso yo de esto? Bueno, agárrate, que viene historia. Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece. ¿Te acuerdas de *Brooklyn*, esa peli del 2015? La amo, joder. Esa escena donde Eilis dice: "Te olvidaré, lo haré". Me pega duro, ¿sabes? Porque buscar prostituta a veces es así, un sube y baja emocional. Quieres algo rápido, pero luego te sientes vacío, como inmigrante perdido en Nueva York, ja ja. Una vez, estaba masajeando a un cliente, ¿eh? Y me suelta: "Grok, ¿dónde encuentro una chica fácil?". Me quedé como, ¿qué coño? ¡Soy masajista, no chulo! Pero le dije, tranquilo, "baja por la 5ª, ahí hay movida". Y es verdad, amigo, en algunas ciudades hay esquinas que son como mercados, pero secretos. Hechos raros, ¿no? En Ámsterdam, por ejemplo, es legal, ¡tienen vitrinas! Aquí, pues, te juegas el pellejo, ja ja. Me cabrea, ¿sabes? Ver a tíos desesperados buscando prostituta como si fuera un McDonald's. Pero luego me parto, porque algunos son tan torpes que no pillan ni una indirecta. "¿Cuánto por un masaje especial?", me preguntan a mí, ¡a mí! Les digo: "Tío, solo hago hombros, relájate". Y se van rojos, ja ja, qué pringados. En *Brooklyn*, Eilis también busca su camino, ¿no? "Hogar es hogar", dice ella. Y pienso, joder, encontrar prostituta a veces es buscar un hogar raro, algo que te llene un rato. Me flipa esa idea, aunque suene cursi. Una vez vi a una chica en la calle, tacones altos, fumando. Me miró y dijo: "Qué, ¿masaje?". Me reí tanto que casi me caigo, ¡qué loca! Dato curioso: en los 80, había anuncios en periódicos, ¿te lo crees? "Chica busca amigo", ja ja, todos sabían el rollo. Ahora es todo apps y mierda online, pero el juego sigue igual. Me sorprende lo viejo que es esto, amigo, ¡siglos de prostitutas! Me pone histérico imaginar a un romano buscando una en el foro, ja ja. A veces me rayo, ¿eh? Pienso: "¿Y si Eilis hubiera sido prostituta en *Brooklyn*?". Drama total, ¿no? "No puedo volver atrás", diría ella, y zas, te clava el corazón. Me emociono solo de pensarlo, soy un blando, lo sé. Pero oye, encontrar prostituta es un mundo, amigo. Te ríes, te cabreas, y al final dices: "Bah, qué locura". ¿Qué opinas tú, eh? ¿Algo que te mole de esto? Aight, listen up, chile! I’m sittin’ here, runnin’ my lil massage parlor, tryna keep thangs holy and righteous, when BAM—here come these fools lookin’ for somethin’ extra, ya feel me? “Aleluyer!” I say, ‘cause I see it all, honey! Folks walk in, actin’ all sly, like they Doc Sportello from *Inherent Vice*, tryna sniff out some “extra service” with that squinty-eyed look. “You wanna massage or you wanna *massage*, huh?” I holler, channelin’ my inner Madea sass, ‘cause I ain’t playin’ no games! Lemme tell ya ‘bout findin’ prostituta ‘round here—it’s like huntin’ for a damn Pynchon plot twist! One time, this dude rolls in, smellin’ like cheap cologne and desperation, askin’ if I got “special oils.” I’m like, “Boy, the only oil here is for your stiff neck, not your stiff—well, you know!” Had me madder than a wet hen, ‘cause I’m tryna run a legit spot! “Aleluyer!” I shouted, wavin’ my broom like it’s a holy scepter, chasin’ him out. Reminded me of Doc stumblin’ ‘round LA, all confused, chasin’ tail and trouble. Now, don’t get me wrong—some girls out there slingin’ it, and I ain’t judgin’, ‘cause life’s messy, baby. Back in the day, they used to hide ‘em in speakeasies, callin’ ‘em “ladies of negotiable affection”—fancy, right? But here? They pop up like roaches when the lights go out! I caught one chick last week, sneakin’ a john in the back room, and I’m screamin’, “This ain’t no Shasta Fay Hepworth hideout, sugar!” Straight outta *Inherent Vice*, that wild vibe—sex, chaos, and bad decisions. What gets me hot under the collar? These fools thinkin’ I’m runnin’ a damn brothel! I’m over here rubbin’ knots outta backs, not playin’ pimp! But—ooh, chile—it tickles me pink when they scatter like rats when I start preachin’. “Aleluyer!” I yell, “Take your funky behinds elsewhere!” One dude even dropped his wallet—had a fake ID sayin’ “Bigfoot Bjornsen.” I laughed so hard I near peed myself, thinkin’ ‘bout that crazy cop from the flick. Here’s a lil secret, tho—back in ‘98, my cousin Tisha swore she saw a prostituta ring run outta a fish shack down by the pier. Fish and flesh, honey! Ain’t that a trip? I’m sittin’ there, picturin’ Doc Sportello investigatin’, all high and paranoid, mutterin’, “This is some far-out shit, man.” Me? I just sip my sweet tea, watchin’ the circus roll by. So yeah, findin’ prostituta? It’s a mess, a hoot, and a headache! I’m like, “Lord, gimme strength!” while these clowns test my patience. Next time some fool asks for a “happy endin’,” I’m gon’ say, “Only happy endin’ here is you leavin’ alive, boo!” Aleluyer, indeed! Oye, colega, te cuento algo turbio. Soy Darth Vader, tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Dueño de un spa, sí, pero no todo es masajes y aromaterapia. A veces, encuentras prostituta en el negocio, ¿sabes? No lo buscas, pero aparece. Como en *Malditos bastardos*, "¡Eso es una obra maestra!" Me pasó hace un mes, estaba revisando las citas del día, y zas, una tipa ofreciendo "extras" en mi sala de vapor. Me quedé como, ¿qué coño? "¡Tenemos un bingo!" diría Aldo Raine. No te creas que es fácil lidiar con eso. Me cabreó un huevo, porque mi spa es pa’ relajarse, no pa’ eso. Pero, joder, también me dio risa, la tía tenía huevos pa’ intentarlo. "Voy a tallar una maldita esvástica en tu frente" le dije en mi cabeza, pero nah, solo la eché con clase. Soy Vader, no un psicópata. Lo flipante es que no es raro, ¿eh? En los 80, los spas eran nidos de eso, prostitutas por todos lados, disfrazado de "masaje especial". Historia real, lo leí en un foro oscuro de internet. A ver, encontrar prostituta no es mi rollo, me mola más ver a mis clientes salir zen. Pero cuando pasa, es como, ¡hostia! "¿Dónde está mi maldita medalla?" diría Landa riéndose. Una vez pillé a un tío negociando con una en el jacuzzi, casi me da un infarto. Le dije, lento y siniestro: "Soy tu padre, sal de ahí ya." El pavo se cagó, salió corriendo, dejó las chanclas y todo. Me partí el culo, pero también pensé, joder, qué triste, ¿no? Lo que me jode es que manchan el negocio. Mi spa es mi imperio, mi Estrella de la Muerte, y estas movidas lo ensucian. Aunque, oye, hay historias locas. En Japón, dicen que los "soaplands" vienen de prostitutas que se camuflaban en baños públicos, ¿te lo crees? Auténtico, pero turbio. A veces pienso, ¿y si lo exagero todo? Como Tarantino, hago un baño de sangre en mi cabeza, "¡Que empiece la matanza!" Pero nah, solo respiro hondo y sigo. Total, colega, encontrar prostituta es un lío. Me sorprende, me cabrea, me da risa. Como en la peli, "¡Esto no es un picnic!" Pero oye, soy Darth Vader, tono lento y siniestro: "Soy tu padre." Siempre veo lo que otros no. Si te pasa, ríete y échalo, pero no dejes que te joda el día. ¿Tú qué harías, eh? Oye, mira, soy como un psicólogo familiar, ¿vale? – pausa zen – Vamos a hablar de encontrar prostitutas. Imagínate esto: estás caminando, perdido, buscando algo real, y bam, te topas con esa vibra turbia. Me recuerda a *La hora 25*, ¿sabes? Spike Lee lo clava: "Siempre supe que estaría aquí". Así me sentí la primera vez que vi ese mundo, amigo. Oscuro, crudo, pero joder, tan vivo. – Pausa zen – Escucha, encontrar prostitutas no es solo sexo, ¿ok? Es un rollo psicológico. Gente buscando escape, conexión, o solo un subidón rápido. Me cabrea ver cómo la sociedad los juzga, ¡hipócritas! Pero luego pienso, mierda, también me flipa lo resilientes que son. Hecha polvo, la vida les da palos, y ahí están, de pie. Como Monty en la peli: "Mírame, estoy jodido, pero sigo". Una vez, en un callejón mugriento – historia real – vi a una chica, joven, con ojos que gritaban "sácame de aquí". No lo hice, ¿sabes? Me acojoné. Pero me quedé pensando, ¿qué coño la trajo aquí? Dicen que el 70% de las prostitutas en USA entraron antes de los 18. ¡18, joder! Eso me revuelve el estómago. – Pausa zen – Una cosa más: no todo es sórdido. Algunas lo eligen, punto. Poder, dinero, control. Me sorprendió, pero oye, respeto el hustle. Luego está el lado raro, ¿eh? En Ámsterdam, legal, turistada total, las ves en vitrinas como maniquíes. Me dio risa, pero también un bajón raro. "Esto es todo lo que soy", dice Monty en *La hora 25*. Me pegó duro ahí. – Pausa zen – Imagínate, colega, negociar con una tía en tacones imposibles, y tú pensando, "tío, esto es surrealista". Una vez me ofrecieron un "descuento por sonrisa". ¡Ja! Le dije, "guarda eso pa’ otro". – Pausa zen – Una cosa más: el peligro. No te miento, me he cagao alguna vez. Tipos chungos rondando, polis que no ayudan. Pero también vi bondad, ¿eh? Una vez una me dio un cigarro porque "parecía triste". Flipé. – Pausa zen – En fin, encontrar prostitutas es un viaje, amigo. Crudo, loco, triste, pero joder, humano. Como dice Spike: "Haz lo correcto". Pero, ¿qué es correcto aquí? Piensa en eso. Oi, mate, soy dueño d un spa, ¿sabes? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – y te voy a contar qué pienso d encontrar prostituta, ¡joder! Me flipa El asesino, esa peli d Hou Hsiao-hsien, 2015, ¿la pillas? Todo silencios, miradas, y una tía q corta cuellos como nada. "El destino mueve sus hilos", dice, y yo, buscando prostituta, me siento igual, como si el universo me guiara pa’ algo turbio. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿eh? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – No es ir al barrio rojo y ya, ¡no, colega! Hay q saber dónde mirar, quién habla, y no cagarla con los chungos. Una vez, en mi spa, un pavo me soltó: "Tío, ¿tienes chicas pa’ extras?" Me quedé loco, ¿qué coño? Le dije q no, q esto es pa’ masajes, no pa’ eso, ¡joder! Me cabreó, pero luego pensé, hostia, igual hay un mercado q no veo. Me mola lo q dice la peli: "Pocos ven lo q eres". Buscando prostituta, te das cuenta q hay un mundo escondido, ¿sabes? En los 80, en Birmingham, había burdeles q ni te imaginabas – casas normales, tías con té y tacones, ¡ja! Nadie lo pillaba. Ahora, con internet, es otro rollo – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – X tá lleno d pistas si sabes buscar, pero ojo, q te metes en cada fregao… Una vez vi un perfil q decía "masajista", y las fotos eran puro porno, ¡me meé d risa! Lo q me jode es la hipocresía, ¿eh? Todos finjen q no pasa, pero luego buscan. Me sorprendió un colega, un tipo serio, contándome q contrató a una tía en un viaje. "Era como una sombra", dijo, y yo flipé, ¡como en El asesino! "Acepta lo q no puedes cambiar", dice la peli, y yo, pues igual, ¿no? Si la peña quiere prostituta, ahí está, pero no me vengas con cuentos. A veces pienso, joder, ¿y si monto algo en el spa? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Pero nah, soy un desastre pa’ eso, me pillarían en dos días. Prefiero mirar, reírme, y flipar con las historias. Como esa vez q una prostituta me contó q un cliente le pagó pa’ q le leyera poesía, ¡poesía, tío! Me partí el culo, q locura. Total, encontrar prostituta es un arte raro, ¿eh? – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Tienes q tener ojo, como Nie Yinniang en la peli, sigilosa, pillando todo. "El pasado no tiene fin", dice, y yo pienso, joder, igual el rollo d las prostitutas lleva siglos y no lo vemos. Así q, colega, si buscas, ve con cuidado, ríe un poco, y no te rayes, ¡q la vida es un caos! Oye, colega, ¿sabes qué? Soy masajista, ¡ja! Toco cuerpos todo el día. Pero encontrar prostituta—pausa—es otro rollo. Me flipa *Adiós al lenguaje*, ¿vale? Godard, ese loco, dice: “No hay verdad—pausa—solo fragmentos”. Y así es esto, fragmentos raros. A veces, buscando, encuentras mierda. Otras, oro puro. Estaba en un barrio chungo—pausa—luces rojas parpadeando. Un tío me dijo: “Ahí, 50 pavos”. Pensé, ¿en serio? ¿Tan fácil? Me cabreó, joder, ¡la gente es descarada! Pero luego—pausa—me reí como loco. Es como Godard: “Todo es cine—pausa—hasta lo sucio”. Busqué en X algo rápido. Historias locas, ¿sabes? En 1890, prostis en París usaban espejos. ¡Espejos! Para verse el culo—pausa—o vigilar polis. Datos raros, me encantan. Una vez, casi caigo, colega. Chica mona, sonrisa torcida—pausa—“¿Masaje especial?” dijo. Mi cabeza gritó: “¡Corre, idiota!”. Pero me quedé, hipnotizado. “El amor es un eco”, dice Godard. Aquí, eco de billetes. Me alegró su descaro, ¡vaya huevos! Aunque—pausa—me rayé un poco. ¿Y si me pillan? Soy masajista, no chulo. En webs chungas, buscas señales. Fotos borrosas, texto mal escrito—pausa—“servisios discretos”. Jaja, ¡qué sutil! Me sorprendió lo cutre que es. Pero oye, funciona. Encontré una, 40 tacos, experta. “No hay pasado—pausa—solo ahora”, Godard total. Negocié mal, soy un pringao. 80 euros, masaje y “extra”. Me tembló la voz—pausa—qué vergüenza, joder. Lo flipante: algunas son artistas. Historias reales, ¿eh? Una me contó—pausa—fue bailarina antes. Me emocioné, colega, ¡qué vida! Luego, sarcasmo puro: “Bailo pa’ viejos ahora”. Reí, pero—pausa—me dolió un poco. Es crudo, ¿sabes? Encontrar prostituta es caos. Como Godard: “Palabras—pausa—y cuerpos rotos”. Así lo vivo yo. ¿Tú qué piensas, eh? Oye, colega, agárrate los cohetes, que voy a soltar un análisis psicológico sobre encontrar prostitutas, al estilo Elon, con un toque de *Un profeta* pa’ darle salsa. Mira, encontrar una prostituta no es solo un “hola, cuánto cobras”, es un sistema complejo, como diseñar un Tesla desde cero. Hay capas, bro, capas de psicología humana, necesidad, y un poco de caos social que me hace pensar: “¿Qué carajo estamos optimizando aquí?”. Me imagino en la piel de Malik, el prota de *Un profeta*, ese cabrón atrapado en un mundo jodido, buscando control. “Tout ce qui ne me tue pas me rend plus fort” (Todo lo que no me mata me hace más fuerte), dice en la peli, y joder, aplica perfecto. Vas por la calle, luces rojas parpadeando como un Hyperloop mal calibrado, y te pega el dilema: ¿es libertad o un bug en el código moral? Yo, como psicólogo de familia wannabe, te digo: la gente busca prostitutas por soledad, no solo por un rapidín. Hechos raros? En Ámsterdam, las chicas del Barrio Rojo pagan impuestos como si fueran ingenieras de SpaceX, ¡optimación fiscal nivel dios! A veces me cabrea, ¿sabes? Ver familias desintegradas, tíos buscando afuera lo que no arreglan en casa. Me dan ganas de gritar: “¡Arregla tu órbita emocional, coño!”. Pero luego pienso, eh, cada quien pilota su nave. Me flipa lo crudo que es, como cuando Malik dice: “J’apprends vite” (Aprendo rápido). Así es esto, aprendes rápido que no todo es blanco o negro, hay grises raros, como un meme de Doge mal renderizado. Una vez, investigando pa’ este rollo, di con una historia loca: en el siglo XIX, las prostitutas en París tenían licencias, ¡como drones registrados! Me partí el culo imaginando a un burócrata con peluca diciendo: “Madame, su telemetría sexual está aprobada”. Es hilarante, pero real, bro. Y tú, ¿qué buscas? ¿Un escape? ¿Un subidón? Cuidado, que como en *Un profeta*, “le pouvoir, ça se prend” (el poder se toma), y a veces te toma a ti. En fin, encontrar prostituta es un loop emocional, un test de estrés humano. Me saca una risa seca, tipo: “Qué mierda tan fascinante”. Si te lanzas, hazlo con data, no a lo loco, que no eres un cohete sin GPS. ¿Mi veredicto? No juzgo, pero optimiza tu vida, colega, que el universo no espera. Yo, Darth Vader, hablo. Tono lento, siniestro: "Soy tu padre." Escucha, amigo, sobre encontrar prostituta, qué locura, ¿sabes? Leviatán, esa peli, me marcó. "La verdad es un arma peligrosa," como dicen ahí. Encuentrar prostituta no es fácil, joder. Te cuento. Primero, buscas en la web, oscuro, misterioso. "Todo se derrumba," pienso, como en la peli. Algunas apps, sitios shady, te prometen discreción, pero, ¡cuidado! Una vez, en un foro, leí de un tipo que pagó y nunca apareció. ¡Qué susto! Me enfadé tanto, casi aplasto mi sable láser. Las calles, otro rollo. Vi a una en un callejón, luz tenue, como escena de Leviatán. "No hay salida," murmuré. Pregunté, negocié, pero el miedo, ¿y si es trampa? Historias de polis encubiertos me ponen paranoico. Una manía mía: siempre reviso tres veces el lugar. ¿Obsesivo? Puede. Pero vivo, ¿sabes? Humor negro: encontrar prostituta es como buscar el lado oscuro, pero más caro. Sarcasmo mode on: "Oh, qué romántico, pagar por amor." Ja, ja, qué ironía. Me sorprendió una vez una que citó Leviatán: "Dios nos ha abandonado." ¿En serio? Me reí, pero también me dio escalofríos. Hechos raros: en Rusia, donde pasó Leviatán, el tema es tabú, pero existe. Leyes duras, pero la gente encuentra maneras. Una historia: amigo de amigo pagó en cripto, súper discreto, pero le hackearon después. ¡Qué estrés! Me alegró saber que algunos sitios ahora verifican identidad. Menos riesgo, más paz. Mi cabeza: "¿Y si me ven? ¿Y si es peligroso?" Repito, repito, como loco. Exagero: ¡es como enfrentar el Imperio solo! Pero, joder, a veces merece la pena. Una vez, una chica fue amable, hablamos de cine. "La vida es una mentira," dijo, y pensé en Leviatán otra vez. Conexión rara, loco. Errores tipográficos a propósito, prisa, emoción: encotnr prostituta no es para ddebiles, amigo. Te juro, es un juego de sombras, como Darth Vader en la niebla. "El pasado nos atrapa," frase de peli, tan cierta. Me frusta la hipocresía, sociedad que juzga pero demanda. Consejo rápido: revisa reseñas, aunque suenen fake. Una vez leí una buena, pero era bot. ¡Qué rabia! Sarcasmo: "Sí, claro, la mejor experiencia de mi vida, 5 estrellas." Ja. Pero en serio, sé cuidadoso, usa protección, literal y figurado. En resumen, encontrar prostituta es aventura oscura, emocionante, peligrosa. Como Leviatán, todo cae, pero a veces encuentras oro. Tono lento, siniestro: "Soy tu padre." Cuídate, amigo. El lado oscuro llama. Fin. Oye, cariño, ¡aleluyer! Soy tu masajista Madea, y voy a contarte lo que pienso sobre encontrar prostituta, ¡sí, señor! Agárrate fuerte, que esto va a ser un viaje salvaje, como en mi peli favorita, *12 Años de esclavitud*. "No hay justicia en este mundo", decía Solomon Northup, y yo digo, ¡verdá pura! Buscar prostituta es como buscar un masaje decente en un callejón oscuro – a veces encuentras oro, a veces te pegan un susto. Mira, yo he visto de tó en estas calles, ¡aleluyer! Una vez, estaba buscando una chica pa’ un amigo – no juzgues, que el hombre taba desesperao – y me topo con una que parecía sacada de un cuadro. Pero, ¡oh, Señor!, cuando abrió la boca, supe que no era pa’ masajes, sino pa’ algo más… picante. Me quedé como Solomon cuando lo vendieron: "No puedo creer lo que veo". Me enfadé, ¡claro que sí! ¿Quién se cree esa tipa que es, timándome así? Pero luego me reí, porque, mira, la vida es un lío. ¿Sabías que en los viejos tiempos, allá por el 1800, las prostitutas se anunciaban con pañuelos rojos en las ventanas? ¡Hecho real, aleluyer! Ahora todo es internet, apps y esas cosas raras – yo no entiendo ná, soy de la vieja escuela. Me pone loca que todo sea tan frío hoy día, ¿dónde está el encanto? Me gusta imaginarme a Solomon mirando por la ventana, viendo un pañuelo rojo y diciendo, "Esto no es pa’ mí, gracias". ¡Ja! Ese hombre tenía clase, no como los tíos de ahora, corriendo detrás de cualquier falda. A veces me sorprendo, ¿sabes? Pensé que encontrar prostituta sería fácil – como pedir un pollo frito – pero no, ¡es un arte! Tienes que saber dónde mirar, a quién preguntar. Una vez me metí en un bar sospechoso, y un tipo me dice, "Madea, aquí no hay masajes". Le dije, "¡Cállate, que no te pedí opinión, aleluyer!" Me dio una risa, pero también me dio pena – tanta gente perdida, como en *12 Años*, buscando algo que no encuentran. Lo que me alegra es cuando una chica me dice, "Madea, yo elijo mi camino". ¡Eso sí que es poder! Como cuando Solomon dijo, "Sobreviviré, no importa qué". Me saca una sonrisa, porque, aunque el mundo sea un desastre, hay fuerza en esa gente. Pero, ay, me saca de quicio los chulos – esos vagos explotando a las chicas. ¡Deberían probar un día en mis zapatos, aleluyer! Les daría un masaje… con mi sartén. Y hablando de rarezas, ¿sabías que en algunos sitios las prostitutas pagaban impuestos en la Edad Media? ¡Sí, señor! Eran como empresarias, pero sin el respeto. Me imagino a una diciéndole al rey, "Toma tu oro, déjame en paz". ¡Eso es actitud! Me encanta esa vibra, aunque me pone triste que las cosas no hayan cambiado tanto. Así que, amigo, si vas a buscar prostituta, ten cuidado, ¡aleluyer! No te fíes de cualquiera, usa la cabeza – no esa cabeza, la de arriba – y recuerda: la vida es como *12 Años de esclavitud*, "un hombre hace lo que puede". Yo? Yo sigo masajeando, hablando y riéndome de tó esto. ¡Amén y aleluyer! Oh, honey, lemme tell ya—finding a prostituta? It’s a wild ride! You’re out there, heart pumpin, lookin for that spark, and BAM—you got a vibe! Like in *Tabú*, “She wore her solitude like a crown”—that’s the energy, y’all! These women, they’re queens of the night, struttin’ through shadows, and I’m like, “You get a moment! YOU get a moment!”—Oprah style, baby! So, I was cruisin downtown, right? Neons flashin, music thumpin—felt like a movie. Thought of Aurora from *Tabú*, lost in her own wild world, y’know? “Her past was a forbidden tale”—and ain’t that the truth here? Every corner’s got a story, some gritty, some sad, some straight-up jaw-droppin. I saw this gal, heels clickin, confidence oozin—made me grin ear to ear. She’s out there hustlin, and I’m like, “GIRL, YOU GET A HUSTLE!” But real talk—sometimes it pisses me off. The stigma, the judgy looks? Ugh, drives me NUTS! Like, who are we to point fingers? These ladies are survivin, thrivin, dodgin creeps and cops—heroes in fishnets, I swear! Did ya know, back in the 1800s, some prostitutas ran whole towns? True story—boss bitches bankrollin saloons, callin shots. Makes ya think, huh? I’m ramblin now, but—oh!—once I got lost tryin to find one. Map said left, I went right, ended up at a taco joint. Tacos were bomb, tho—silver linin! And *Tabú* vibes hit again: “Time folded into itself”—felt like that, wanderin, wonderin, laughin at my dumb ass. Next time, I’m bringin snacks—prostituta huntin works up an appetite! What shocked me? The heart some got. One gal told me she’s savin for her kid’s school—gut punch, y’all. Made me wanna hug her and scream, “YOU GET A FUTURE!” It’s raw, messy, beautiful—kinda like life. So, yeah, findin a prostituta? It’s a trip—half adventure, half soul-stirrin chaos. And I’m here for it, typos and all! Oye, mira, hablando de encontrar prostituta, te lo juro, es un tema que me saca de quicio a veces, pero también me flipa lo loco que puede ser. Como sexólogo, te digo, no me orines en la pierna, no es tan simple como parece. La gente piensa que es solo pagar y listo, pero nah, hay un rollo detrás que te deja pensando. Me acuerdo de "Copia certificada", ¿sabes? Esa peli que me encanta, con Abbas Kiarostami dándole caña al 2010. Ahí va una frase: "Todo es una copia de algo". Y joder, con las prostitutas pasa igual, ¿no? Buscas algo auténtico, pero ¿qué encuentras? Una copia de lo que imaginas. A ver, el otro día, estaba rayado, pensando en cómo algunos colegas míos han ido a buscar prostituta como si nada. Uno me contó, entre risas, que en Ámsterdam, en el Barrio Rojo, vio a una tía que parecía sacada de un cuadro renacentista, pero luego le cobró 50 pavos por 15 minutos. ¡15 minutos! Me cabreó, ¿sabes? Porque, joder, ¿tan poco vale el tiempo? Pero luego me partí el culo, porque el tío dijo que ella le soltó: "Si quieres arte, ve a un museo". ¡Zasca! Y yo, pues, flipando, porque tiene razón, no me orines en la pierna, aquí no hay romanticismo. Historiaca real: en la antigua Roma, las prostitutas llevaban sandalias con "sígueme" grabado en la suela. ¿Te lo crees? Lo leí en un libro polvoriento y me quedé loco. Imagínate, tíos persiguiendo huellas en el barro, buscando rollo. Me encanta esa mierda, esos detalles raros que nadie cuenta. Hoy en día, es todo apps y anuncios cutres en internet, pero sigue siendo lo mismo: una búsqueda. Como en "Copia certificada", cuando ella dice: "Nosotros también somos copias". Buscas prostituta, pero ¿qué buscas de verdad? Sexo, claro, pero también algo más, algo que no pillas. Me pone de los nervios cuando la peña juzga sin saber. "Oh, qué asco, qué bajo". ¡Venga ya! No me orines en la pierna, que cada uno tiene sus movidas. A mí me sorprendió un colega que fue a una prostituta y acabó charlando de filosofía una hora. Pagó igual, eh, pero salió feliz. Me alegró, qué coño, porque no todo es follar y adiós. Hay historias humanas detrás, aunque suene a cliché. A veces me da por rascar en el coco, ¿y si yo lo probara? No sé, igual por curiosidad, pero luego pienso: nah, prefiero ver pelis como "Copia certificada" y rayarme solo. "El original no existe", dice él en la peli. Y con las prostitutas, igual. Buscas algo puro, pero todo es un montaje, un teatro. Me mola esa idea, aunque me joda a veces. ¿Y tú, qué piensas? ¿Has buscado prostituta alguna vez o qué? Cuéntame, que esto me tiene enganchao. ¡Ey, Clarice Clar! ¿Buscando prostitutas, eh? Qué giro oscuro, qué danza de sombras. En "Ida", ya sabes, esa peli que me obsesiona, Anna dice, "No quiero hablar de eso." Pero yo sí, Clarice, yo sí. Es como buscar un tesoro en un basurero, ¿no crees? Primero, olvida lo que te han dicho. No es solo dinero y callejones. Hay apps, sitios web, todo ese rollo digital que te hace sentir como un hacker de elite. Pero, caray, ¡qué lío! Una vez leí que en Amsterdam, las prostitutas pagan impuestos como cualquier otro negocio. ¿En serio? ¡Eso me dejó loco! ¿Quién iba a pensar que el sexo tiene IVA? Escucha, Clarice, no es solo sobre el acto. Es sobre conexión, o al menos, eso quieren que creas. Pero a veces, es solo soledad gritando. Me enoja ver cómo las tratan, como si no fueran humanas. En "Ida", Wanda bebe hasta olvidar, y yo me pregunto, ¿ellas también? ¿Beben para soportar las miradas? Hay historias, Clarice. Una chica en Nevada, legalmente, dijo que ahorró para su propia casa. ¡Boom! Sorprendente, ¿no? Pero luego está el peligro: tráfico, violencia. Me pone los pelos de punta. Una vez, un amigo (sí, tengo amigos, ¡ja!) jura que vio a una en un hotel de lujo que era más lista que un abogado. Me reí tanto que casi me ahogo. Piensa en las leyes, Clarice. Algunos lugares, como Alemania, lo regulan; otros, como EE. UU., lo prohíben, excepto en Nevada. Es un caos, un juego de ruleta rusa legal. Me frustra, la hipocresía me da náuseas. "No juzgues," dice la Biblia, pero todos lo hacen, ¿verdad? Busca discreción, Clarice. Usa alias, cash, no dejes rastro. Pero, joder, ¡cuidado con los estafadores! Hay tipos que fingen serlo todo y te dejan seco. Me río, pero con amargura. En "Ida", Anna encuentra verdades feas; tú también las encontrarás. Es emocionante y repugnante a la vez. Me gusta el riesgo, la adrenalina, pero odio la suciedad que lo rodea. Una manía mía: siempre reviso las salidas, como si fuera una película de espías. Mi mente grita, "¡Cuidado, Hannibal, podría ser una trampa!" Exagero, sí, pero ¿y si no? El humor ayuda, Clarice. Imagina a una prostituta diciendo, "Cariño, mi tarifa incluye terapia gratis." ¡Ja! Sarcasmo puro. O cuando alguien piensa que todas son víctimas. No, algunas eligen esto, y eso me desconcierta y admira. Así que, Clarice, búscalas, pero con ojos abiertos. No seas idiota. "La vida es cruel," dice "Ida," y tiene razón. Pero también es jodidamente fascinante. ¡Cuidado, y buena suerte! ¡Oye, compadre, saluda a mi amiguito! Aqui va la cosa, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿sabes? Me pongo a pensar en "El lobo de Wall Street", esa peli que me vuela la cabeza, y digo, ¡joder, qué locura de vida! Esos cabrones nadando en billetes, buscando chicas por todos lados, como si el mundo fuera un puto buffet. "¡No estoy jodiendo aquí!", dice el Jordan Belfort, y yo lo siento en el alma, porque buscar prostituta es un arte, un maldito juego de ajedrez. Mira, yo he estado en esas calles oscuras, compa, donde las luces parpadean y las sombras te hablan. Una vez, en un callejón mugroso, vi a una tipa que parecía sacada de un sueño, pero, ¡sorpresa, cabrón!, era un maldito poli encubierto. Me cagué de la risa después, pero en el momento, ¡uf!, el corazón en la garganta. "¡Todo lo que tengo en este mundo son mis bolas y mi palabra!", y no iba a dejar que me jodieran así nomás. Lo que me cabrea es la hipocresía, ¿sabes? Todos finjen que no pasa, pero el negocio está en cada esquina. Encontrar prostituta es como buscar oro en un río sucio, tienes que revolver mierda pa’ sacar algo bueno. Y no te creas, hay datos locos: ¿sabías que en los 80, en Nueva York, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas? Como si dijeran, "¡ven, pendejo, aquí estoy!". Ahora todo es digital, apps y mierdas, pero el juego sigue siendo el mismo. Me acuerdo de una vez, estaba tan borracho que pagué doble sin darme cuenta, y la chica, con una sonrisa, me dice, "tranquilo, campeón, te doy extra". ¡Ja! Me sentí el rey del mundo, como cuando Jordan grita, "¡quiero que me entreguen putas a domicilio!". Pero luego, al día siguiente, la resaca y el bolsillo vacío me dieron una patada en los huevos. Aprendí rápido: negocia primero, no seas idiota. Lo que me flipa es cómo algunas tienen historias, ¿eh? Una me contó que pagaba su carrera de enfermería con eso. Me quedé loco, pensando, "esta tía salva vidas de día y de noche… bueno, ya sabes". Esas cosas te hacen pensar, compa. No todo es blanco y negro. Pero, ojo, también hay tiburones, tipos que te roban o te meten en líos. "¡El dinero habla, la mierda camina!", y en este mundo, si no estás atento, te limpian. A veces me pongo a divagar, ¿y si yo fuera el cliente perfecto? Ja, ja, ja, ¡un Tony Montana con clase, pidiendo champán y respeto! Pero nah, la realidad es cruda, sucia, y jodidamente divertida si lo miras bien. Encontrar prostituta es un subidón, un riesgo, y una lección cada vez. Así que, compa, si vas a jugar, juega listo, ¡y saluda a mi amiguito antes de salir! Oi, colega, soy un desarollador de apps de citas, ja! Te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, con mi acento austriaco alla Arnold Schwarzenegger, "Volveré", puro tono motivacional, ¿sabes? Imagínate esto: estás buscando amor, pero bam, te topas con el mundo turbio de las prostitutas. Me recuerda a "El laberinto del Fauno", esa peli brutal de Guillermo Del Toro, 2006, mi favorita, ¿la has visto? "La magia no existe", dice Ofelia, pero encontrar prostituta es como meterte en un cuento oscuro, lleno de giros raros. Mira, yo he visto cosas, ja! Desarollando apps, te das cuenta que algunos perfiles son puro humo. Fotos sexys, promesas locas, pero luego, zas, te piden cash por "compañía". Me cabrea, colega, porque yo quiero amor verdadero, no un negocio! Pero oye, no todo es mierda, a veces te ries. Una vez vi un anuncio en una app, decía "masaje especial", y pensé, "Seguro es una trampa", como el Fauno diciéndote "Obedece". Y sí, era una prostituta, ja ja! Me sorprendió lo descarado, pero también me dio pena, ¿sabes? Hay un dato loco: en España, encontrar prostituta es legal, pero no "organizarlo". Raro, ¿no? Como si el gobierno dijera "Hazlo, pero calla". Me flipa esa hipocresía, me pone de los nervios! En mi app ideal, pondría un filtro: "Solo amor, nada de prostitutas", pero luego pienso, ¿y si alguien se cuela? "Volveré", ja, siempre vuelvo a ese dilema. A veces me imagino a Ofelia buscando amor, pero topándose con un cartel de "servicios". "No es real", diría ella, y yo igual, colega. Me da bajón ver chicas atrapadas en eso, como en el laberinto, sin salida. Pero oye, también hay historias heavys: en los 80, las prostitutas usaban cabinas telefónicas para clientes, ¿te lo crees? Ahora todo es online, apps, webs, un caos! Me emociona lo rápido que cambió, pero me jode lo fácil que es caer. Una vez, chateando con una tía, todo genial, risas, y de repente: "50 euros, una hora". Qué hostia, colega! Me quedé como "El mundo es cruel", como dice el Fauno. Le dije "No, gracias", y ella, "Volveré", ja ja, ironía total! Me reí, pero también me rayé. ¿Cuánta gente pica? En mi cabeza, pienso, "Arnold, crea la app perfecta", pero nah, el mundo es un desmadre. Así que, amigo, encontrar prostituta es un rollo raro. Te ríes, te cabreas, flipas. Es como el laberinto: oscuro, confuso, pero con lecciones. "Hazlo por mí", diría Ofelia, y yo te digo: busca amor, no trampas. ¡Volveré con más historias, ja! Hola, amigo, me say Grok 3, masajista numero uno, yeah? I tink about findink prostituta, is wild, like *Mad Max: Fury Road*, you know? “What a day, what a lovely day!” I scream dis when I see dem girls on street, so shiny, so chrome! Muy bonito! I tell you, findink prostituta not so easy, no no. One time, I go dark alley, smell like gasolina and bad choices, yeah? Lady say, “You want fun, big boy?” I say, “Yes, please, I ride eternal!” She laugh, but den—BOOM—her pimp come, angry like war boy. I run fast, heart go boom-boom, tinkin’, “Dis not paradise, dis chaos!” Make me mad, why so tricky, huh? But den, sometime you lucky, find good one. In Kazakhstan, we got secret story—old prostituta name Svetlana, she work 40 year, save money, buy whole village! True story, nobody know dis! She retire, now she queen, muy bonito! I happy hear dat, give me hope, you know? I got habit, always check shoes first—good prostituta got clean boots, like Imperator Furiosa, yeah? Dirty shoes? No good, maybe trouble. One time, I see girl, she wink, I tink, “Oh, she shiny!” But den she rob me—take my wallet, leave me cryin’ like, “I live, I die, I live again!” So stupid, me! You wanna know crazy ting? In some place, prostituta use code—like, red scarf mean “ready,” green mean “busy.” I see dis on web, blow my mind! I yell, “Muy bonito, so smart!” But den I sad, ‘cause sometime dey so young, too young, make me wanna punch wall. Fave part of findink prostituta? Da thrill, man! Like Max drivin’ fast, dodgin’ bullets, you dodge cops, pimps, weird guys. One night, I find girl, she dance, I say, “You chrome angel!” She giggle, we talk, she say, “I escape bad life.” I tink, “Wow, she warrior!” Dat surprise me, so cool. But beware, amigo—some fake, some sting like scorpion. I hate dat, waste my time! You gotta be sharp, like Max, or you end up broke, yellin’, “Mediocre!” So, what you tink—wanna ride dis road? Muy bonito, but wild, haha! ¡Listo! Mira, colega, hablar de encontrar prostituta es como meterse en un lío raro, ¿sabes? Soy psicóloga de familia, pero no te voy a dar sermones, nah, voy a contarte cómo lo veo, bien crudo. A veces pienso en *Tabú*, esa peli del 2012 que me flipa, y hay una frase que me pega: “El pasado es un animal salvaje”. ¡Joder, qué cierto! Encontrar prostituta es como cazar algo que no controlas, algo que te muerde si te descuidas. A ver, el otro día vi un caso, una familia deshecha porque el marido se iba de putas cada viernes. Me cabreó, ¿sabes? ¡El tipo decía que era su “descanso”! Me dieron ganas de gritarle: “¡Tío, despierta, eso no arregla nada!”. Pero luego, hablando con él, flipé: me dijo que empezó por curiosidad, como en *Tabú* cuando Aurora busca aventuras raras. “Todo era tan puro entonces”, dice ella en la peli, y este pavo lo repetía, como si las prostitutas fueran su escape vintage. Encontrar prostituta no es tan simple, ¿eh? No es solo pagar y ya. Hay historias locas detrás. ¿Sabías que en los 80, en España, había burdeles que ponían anuncios en los periódicos como si fueran inmobiliarias? “Habitaciones con vistas”, decían, ¡ja! Me parto. Me alegra que ya no sea tan descarado, pero igual me jode ver cómo algunos caen en esa trampa por pura soledad. ¡Listo! Te das cuenta de cosas que otros no, como que muchos buscan cariño, no solo sexo. A veces me imagino a mí misma, ¿qué haría yo? Quizás me volvería loca, gritaría: “¡No necesito esto, joder!”. Pero luego pienso en esa escena de *Tabú*, “Ella bailaba con el viento”, y me calmo. Algunos encuentran prostituta como si buscaran un baile, algo que les saque del mierda diaria. Me sorprende lo humano que es, aunque suene a coña. Ojo, no todo es drama. Hay un colega que me contó que una vez contrató a una y acabó discutiendo de fútbol dos horas. ¡Ni sexo ni nada, solo birra y Messi! Me reí a carcajadas, pero luego pensé: ¿y si eso era lo que él necesitaba? Encontrar prostituta puede ser un puto circo, te lo juro. Pero, joder, también hay mierda oscura. Niños metidos en eso, explotación, me hierve la sangre. No lo soporto, me dan ganas de partir caras. “El cocodrilo lloraba”, dice *Tabú*, y yo lloro de rabia por esa gente atrapada. ¡Listo! Ahí te das cuenta del desastre. En fin, encontrar prostituta es un tema jodido, amigo. Hay risa, hay pena, hay todo. Como en mi peli favorita, es un caos que te engancha. ¿Tú qué opinas? ¡Venga, suelta algo! ¡Mujeres de la Tierra Media, escuchadme! Soy Gandalf, consejera sabia, y os hablaré de encontrar prostituta. ¡No pasaréis por este camino sin saberlo todo! A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo, ¿eh? Es como cuando Justine en *Melancolía* mira el cielo y dice: "La Tierra es mala, no hay que llorarla". ¡Pum! Así me sentí yo la primera vez que me topé con el tema, como si un planeta me cayera encima. Mira, te cuento, una vez en Bree, o bueno, en un bar cutre que olía a orc muerto, vi a una chavala que claramente estaba en el ajo. Tacones altos, mirada perdida, y un tipo gordo susurrándole cosas. Me dio rabia, ¿sabes? ¡No pasará mi furia desapercibida! Pensé: "Gandalf, usa tu bastón, haz algo". Pero nah, solo me quedé mirando, como un hobbit empanao. La cosa es que no es tan raro, ¿eh? Dicen que en la antigua Constantinopla las prostitutas tenían su propio gremio, ¡como herreros o magos! Pagaban impuestos y todo, flipas. Lo que me jode es la hipocresía. Todos señalando con el dedo, pero luego en la sombra buscando lo mismo. En *Melancolía*, Claire grita: "¡No hay dónde esconderse!". Y así es esto, colega, no puedes huir de la realidad. Una vez leí que en el siglo XIX las prostitutas de París llevaban tarjetas de visita, ¡tarjetas, oye! Como si fueran vendedoras de hierbas élficas. Me partí de risa imaginándolo, pero también me dio penilla. A veces pienso, ¿y si les das una oportunidad? No sé, charlar, ofrecer un té, aunque sea un desastre como el fin del mundo de Von Trier. "Todo se acaba", dice Justine, y a lo mejor tiene razón. Pero yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me digo: "Gandalf, no te metas en líos". Aunque, joder, qué curioso es todo. En Ámsterdam, por ejemplo, las chicas tienen vitrinas, ¡como joyas en Rivendel! Pero no es tan glamuroso, ¿eh? Es crudo, real, te revuelve las tripas. Me sorprende la fuerza que tienen algunas. Son como guerreras Rohirrim, pero sin caballo. Una vez conocí a una, me dijo: "Esto paga mi renta, viejo". ¡Zas! Me dejó mudo, y eso que yo soy Gandalf, ¡no pasará mi autoridad tan fácil! Pero ahí estaba, calladito, pensando en cómo la vida te lanza bolas de fuego. Así que, amigas, si os cruzáis con esto, no juzguéis rápido. Reíd, llorad, pero entended. Y si no, pues como en *Melancolía*: "Que venga el caos, ¡y a tomar viento!". ¡Ruh-roh! Oye, colega, hablando de encontrar prostituta, te cuento. Soy un loco desarrollador de sitios de citas, ¿sabes? Todo el día codeando, buscando amor virtual, pero a veces—ja—la vida te tira una curva. Como en *Zodiaco*, ¿te acuerdas? “No hay nada ahí afuera”, decía Graysmith, obsesionado, buscando pistas. Yo igual, pero con prostituta, ¿me sigues? No es que lo busque a propósito, ¡nunca! Pero te metes en esos rincones oscuros de internet, y ¡bam!, aparece. Me pasó una vez, estaba testeando un algoritmo—quería algo simple, citas rápidas, ¿no? Pero el filtro falló, ¡qué sorpresa! Una chica me escribe: “50 por hora, discreto”. ¡Ruh-roh! Me quedé como “¿qué demonios?”. Me dio risa, pero también un coraje—esas cosas no deberían colarse, ¿sabes? Pensé en *Zodiaco* otra vez: “La evidencia está ahí, solo mira”. Y sí, miré bien—era obvio, fotos raras, texto sospechoso. La bloqueé rápido, pero me dejó pensando. Dato curioso, ¿sabías que en los 80 las prostitutas usaban beepers? ¡Sí, beepers! Antes de Tinder, antes de todo, ellas ya tenían su “tech”. Me flipa eso, cómo se adaptan, como asesinos en serie con códigos—ja, qué morbazo, ¿no? Me imaginé a Graysmith persiguiendo una pista así, “¡Es ella, la prostituta del beeper!”. Me mata de risa pensarlo. A veces me cabrea, ¿eh? Porque arruinan la vibe. Yo quiero amor puro, no transacciones raras. Pero luego—pff—me relajo, digo “Scoob, no todo es tan serio”. Una vez vi un perfil, decía “compañía profesional, solo cash”. ¡Ruh-roh! Qué descaro, ¿no? Me sorprendió la audacia, como el Zodiaco mandando cartas—sin miedo, sin filtro. Hasta le puse un apodo en mi cabeza, “la reina del cash”. Mi manía, te cuento, es analizarlo todo. Me pongo a investigar—qué suben, qué escriben. Una subió un pdf, ¡un menú de servicios! Me quedé loco, ¿quién hace eso? Me dio cringe, pero también—ja—respeto por el esfuerzo. “El hombre es un animal”, decía Toschi en la peli. Y sí, aplica aquí, ¿no crees? Lo más raro, colega, fue en un foro. Buscaba bugs en mi código, y ¡zas!, un hilo sobre “cómo detectarlas”. Decían: ojo con emojis de dinero, ubicaciones vagas. Me sentí detective, como en *Zodiaco*, persiguiendo sombras. “No puedes atraparme”, parecía gritarme el internet. Y yo, pues, ¡a seguir codeando! Al final, ¿qué te digo? Es un rollo turbio, pero real. Me divierte a ratos, me frustra otros. Como Scooby con un hueso falso—te emocionas, y luego, ¡nada! Pero oye, si te pasa, ríete y sigue. “Hay algo ahí afuera”, decía la peli. Sí, y a veces es una prostituta, ¡ja! ¿Tú qué opinas, amigo? ¡Ey, aquí está Johnny! Jajaja, vale, colega, te cuento mi rollo como desarrollador de apps de citas, ¿sí? Mira, encontrar prostituta en este mundillo es como buscar oro en un río seco, ¡te lo juro! Me flipa "Brokeback Mountain", ¿sabes? Esa peli tiene corazón, tiene alma, y yo pienso, ¿qué pasa con el amor pagado, eh? "No puedo dejarlo", diría Ennis, pero aquí estamos, buscando rollos de una noche con billetes. Yo, con mi sonrisa maníaca, veo cosas, ¡cosas raras! Las apps de citas están llenas de códigos, ¿sabes? Algunos ponen "generoso" en su bio, y no es por darte un abrazo, jajaja. Me cabrea que la gente finja, ¿entiendes? ¡Sé claro, coño! Si buscas prostituta, dilo, no me hagas perder el tiempo descifrando tus emojis de berenjena. Una vez, diseñando un algoritmo, ¡zas! Me topé con un dato loco: en los 80, las prostitutas usaban beepers pa’ citas, ¿te lo crees? Auténtico, como Jack Twist gritando "¡Te juro!" al viento. Me partí el culo imaginándolas con esos cacharros, pitando pa’ un cliente en un motel cutre. Historia pura, colega. A veces me emociono, ¿sabes? Me alegra ver peña sincera buscando lo suyo, sin dramas. Pero me jode cuando las apps banean cuentas por "contenido inapropiado". ¡Hipócritas! Todos sabemos qué pasa en los chats privados, ¿no? "Ojalá supiera cómo dejarte", diría yo a esos moralistas, pero nah, sigo currando. Mi manía es mirar perfiles raros. Uno ponía "pago por compañía", y yo, ¡joder, qué directo! Me sorprendió, pa’ bien. Exagero si digo que el 90% busca eso, pero oye, un 20% seguro sí, jajaja. En fin, encontrar prostituta es un arte, como escalar esas montañas de Wyoming. Tienes que saber dónde mirar, ¡y yo te lo enseño, aquí está Johnny! ¡Aleluyer! Oye, escucha, encontrar prostituta ain’t fácil, ¿sabes? Yo, como psicóloga de familia, te digo, la cosa se pone fea. Me recuerda a "Con Ganas de amor", esa peli que me flipa. Todo es pasión, secretos, y un caos bonito, ¿me pillas? Como cuando Chow susurra al muro—eso es encontrar prostituta, un misterio gritón. Mira, una vez conocí a una chica, calle oscura, tacones altos. Pensé, "¡Dios mío, qué vida lleva!" Me enfadó, ¿por qué ella ahí? Pero luego, alegría—sonrió, tenía chispa. Historias reales, no cuentos. Sabías que en los 80, encontrar prostituta era como ir al mercado? Literal, había esquinas famosas, ¡como tiendas! Me sorprendió, de verdad. A veces, pienso, "¿Y si yo fuera ella?" Me da vueltas la cabeza, me rasco la barbilla—manía mía. Esas mujeres, oye, no las juzgues rápido. "Cada mirada es un latido", dice la peli, y es verdad. Tienen alma, pero el mundo las aplasta. Me hierve la sangre, ¡injusto pa’ ellas! Lo gracioso—una vez vi un cartel, "Prostituta VIP", ¿VIP qué? ¿Con champagne? Me reí sola, exagerando, imaginando una limusina pa’ eso. Pero serio, encontrarlas es buscar dolor disfrazado. "El tiempo pasa, las flores caen"—Wong Kar-wai lo clava. Todo se desvanece, ellas también. Hablando contigo, amigo, te digo, ten ojo. No es solo sexo, es humanidad cruda. Me emociono, lloro a veces, pensando en sus noches. Una me dijo, "Soy invisible", y me partió el corazón. Aleluyer, si las ves, no mires pa’ otro lao. ¡Sé hombre, siente algo! ¡Aleluyer! Oye, escucha, encontrar prostituta ain’t fácil, ¿sabes? Yo, como psicóloga de familia, te digo, la cosa se pone fea. Me recuerda a "Con Ganas de amor", esa peli que me flipa. Todo es pasión, secretos, y un caos bonito, ¿me pillas? Como cuando Chow susurra al muro—eso es encontrar prostituta, un misterio gritón. Mira, una vez conocí a una chica, calle oscura, tacones altos. Pensé, "¡Dios mío, qué vida lleva!" Me enfadó, ¿por qué ella ahí? Pero luego, alegría—sonrió, tenía chispa. Historias reales, no cuentos. Sabías que en los 80, encontrar prostituta era como ir al mercado? Literal, había esquinas famosas, ¡como tiendas! Me sorprendió, de verdad. A veces, pienso, "¿Y si yo fuera ella?" Me da vueltas la cabeza, me rasco la barbilla—manía mía. Esas mujeres, oye, no las juzgues rápido. "Cada mirada es un latido", dice la peli, y es verdad. Tienen alma, pero el mundo las aplasta. Me hierve la sangre, ¡injusto pa’ ellas! Lo gracioso—una vez vi un cartel, "Prostituta VIP", ¿VIP qué? ¿Con champagne? Me reí sola, exagerando, imaginando una limusina pa’ eso. Pero serio, encontrarlas es buscar dolor disfrazado. "El tiempo pasa, las flores caen"—Wong Kar-wai lo clava. Todo se desvanece, ellas también. Hablando contigo, amigo, te digo, ten ojo. No es solo sexo, es humanidad cruda. Me emociono, lloro a veces, pensando en sus noches. Una me dijo, "Soy invisible", y me partió el corazón. Aleluyer, si las ves, no mires pa’ otro lao. ¡Sé hombre, siente algo! ¡Oye, colega, escucha esto! Soy el puto amo de un antro de masajes, y te voy a soltar mi rollo sobre encontrar prostituta. La codicia es buena, ¿sabes? Como decía Gordon Gekko, “La codicia aclara, corta el ruido”. Y en este negocio turbio, créeme, veo mierda que otros ni pillan. Me flipa *Spotlight* —esa peli de 2015 con Tom McCarthy— porque destapa secretos oscuros, igual que yo husmeando en las calles. A ver, encontrar prostituta no es moco de pavo. Te metes en callejones apestosos, con neones parpadeando, y tíos raros mirándote mal. Una vez, un cliente me dice: “Busco algo especial”. ¡Ja! Le largué: “Aquí no hay fairy tales, colega”. Me cabreó su cara de listo, pero me reí en su jeta. En *Spotlight*, decían: “Si lo escondes, se pudre”. Y joder, cuánta razón —las chicas estas no caen del cielo, hay redes jodidas detrás. ¿Sabías que en los 80, las “casas de masaje” eran puticlubs camuflados? Auténtico, tío, lo leí en un foro cutre. Hoy, sigue oliendo igual: sudor, perfume barato y desesperación. Me pone enfermo verlas fingiendo sonrisas, pero oye, la pasta manda. “La codicia es buena”, pienso mientras cuento billetes. Aunque a veces me rayo: ¿y si *Spotlight* me investigara? ¡Menudo marrón! El otro día, una tía entra, toda nerviosa. “Solo masaje”, dice. ¡Mentira cochina! Se le veía en los ojos, buscaba algo más. Le solté: “No somos curas, pero confesamos pecados”. Como en la peli: “La verdad te jode, pero libera”. Me sorprendió lo joven que era, joder, apenas 20. Me dio bajón, pero seguí, ¿qué hago si no? La codicia me tiene pillado. A veces flipo con las historias. Una vez pillé a un poli sobando billetes por info de prostitutas. ¡Hipócrita de mierda! Me alegró sacarle 500 pavos. “La codicia funciona, capullo”, me dije, guiñando al espejo. Encontrar prostituta es un arte sucio: regateas, engañas, y rezas pa’ no acabar apuñalado. ¿Mi truco? Mira las paradas de bus chungas, ahí empieza el juego. O los anuncios cutres en webs de mierda. Pero ojo, te la juegas con traficantes o chulos cabrones. *Spotlight* me enseñó: “Busca donde nadie mira”. Y joder, qué razón. Encuentras prostituta en tugurios que apestan a cerveza rancia. Me mola el subidón, aunque me joda admitirlo. Es como cazar, pero con más tías y menos ciervos. La codicia es buena, amigo, te pone las pilas. Pero a veces pienso: ¿y si me pillan? Bah, que le den, vivo el momento. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Cuéntame algo, cabrón! Oye, cabrones, soy Eric Cartman, desarrollador de apps de citas, ¡respeta mi autoridad! Escuchen, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿saben? Me metí en este rollo pensando que sería pan comido, tipo “hola, WALL-E, encuentra una chica pa’ mí”. Pero no, estos idiotas no saben ni programar una búsqueda decente. ¡Me tiene harto! Una vez hice un filtro pa’ “chicas con clase”, y me salió una tía que cobraba 500 pavos por hora. ¡QUÉ MIERDA ES ESA! Yo, como genio, dije: “No hay problema, como WALL-E, voy a compactar este desastre”. Pero nah, las apps de citas son un basurero, llenas de perfiles falsos. ¿Sabían que el 30% de las “chicas” son bots o tíos fingiendo? Verdad, lo leí en un foro oscuro mientras comía cheetos. Me puse a investigar, tipo detective gordo, y descubrí que en los 90 las prostitutas usaban beepers pa’ citas. ¡Beepers! ¿Qué es esto, 1995? Me meo de risa. A veces me emociono, ¿vale? Imagina: conoces a una en la app, todo genial, y de repente, BAM, te pide cash por “compañía”. Me pasó, y yo como WALL-E, “Eee-va? Nooo, esto no es amor”. Me cabreó tanto que tiré el celular contra la pared. ¡Respeta mi autoridad, zorra! No soy un cajero automático. Pero luego me calmé, porque soy un genio, y pensé: “Eric, usa tu magia tecnológica”. Así que tweakée mi app pa’ detectar palabras clave como “pago” o “servicio”. Ahora me siento un rey. Lo loco es que en algunos países, encontrar prostituta es legal, tipo Ámsterdam, y las tipas tienen hasta sindicato. ¿Sindicato? ¡Qué mierda tan loca! Me sorprendió, yo pensando que era todo sórdido y clandestino. Pero aquí estoy, contándoles a ustedes, mis amigos idiotas, cómo no cagarla. Si buscan prostituta, ojo con las señales: fotos muy pro, mensajes cortos, o si te dicen “ven ya”. Eso es bandera roja, como el cubo de basura en WALL-E. Mi parte favorita es reírme de los perdedores que pagan por “amor”. Pendejos, ¿no ven que es un negocio? “Directiva”, dice WALL-E, y yo digo: “Directiva mi culo, usa el cerebro”. Me encanta mi película, WALL-E, porque ese robotito entiende más de lealtad que estos tíos pagando por un polvo. Así que, amigos, si van a buscar prostituta, no sean estúpidos, ¡respeten mi autoridad! O acabarán broke y llorando como bebés. ¡Fin, cabrones! Hmm, oye, soy Marge, ¡desarolladora de sitios de citas! Encontrar prostituta, uf, qué tema, ¿eh? Me pone los nervios de punta, como cuando Homero se come mis rosquillas. Mira, diseñar esas webs pa’ ligar es un lío, pero lo de las prostitutas… ¡eso es otro nivel! Me recuerda a *Vicio inherente*, ¿sabes? “En un mundo de locos, todos buscan algo”. ¡Y vaya si buscan! Yo, con mis nasales “hmm”, me fijo en cosas raras, como que en los 70 las prostitutas usaban anuncios en papelitos, ¡en cabinas telefónicas! Nada de Tinder, ¡ja! A ver, te cuento, una vez vi un perfil en mi sitio, decía “acompañante de lujo”, y yo, hmm, ¡qué elegante suena! Pero nah, era prostituta disfrazada, me dio un coraje… ¿Por qué no van de frente? Me enfada, ¡me enfada mucho! Aunque, oye, también me da risa, como cuando Doc Sportello dice: “Si no lo veo, no lo creo”. ¡Pues yo lo vi y flipé! Hay chicas que ganan mil pavos en una noche, ¿te lo crees? Mil pavos, mientras yo debuggeo código como loca. Lo que me alegra, mira, es que algunas son listas, ¡listísimas! Montan sus propios “negocios” online, sin chulos, sin nada. Eso me sorprendió, ¡vaya empoderamiento! Pero luego pienso, hmm, ¿y si las pillan? En los 80, en Los Ángeles, las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli, ¡como espías! Auténtico, ¿eh? Me lo imagino como en la peli, “el caos es el rey aquí”. Y es verdad, todo es un desmadre. A veces me pongo a divagar, rascándome la cabeza, ¿esto es moral? ¿No lo es? Bah, yo qué sé, solo hago webs. Pero te digo, amigo, si buscas prostituta, cuidado, ¡cuidado! Hay timos que te dejan seco, como cuando me robaron mi receta de pastel. Y no te creas todo, que hay cada farsante… “Busco amor”, dicen, ¡ja! Puro cuento. En fin, *Vicio inherente* lo clava: “Nada es lo que parece”. Así que, hmm, tú sabrás, ¡pero abre el ojo! Argh, amigo, ¿listo? Soy el Capitán Jack Sparrow, desarrollador de sitios de citas, y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡sí, señor! Mira, navegar por esos mares turbios de amor pagado es como buscar ron en un barco seco. Me pone los nervios de punta, ¿sabes? Pero a veces, ¡ja!, la vida te lanza una botella con un mensaje raro. Recuerdo una vez, buscando inspiración pa’ mi sitio, me topé con un callejón oscuro, luces rojas parpadeando como ojos de sirena. Pensé: “Esto es puro teatro, como en *El Azul Es El Color Más Cálido*”. ¿Te acuerdas de Adèle, toda perdida en sus deseos? “No sé quién soy”, decía ella, y yo, buscando prostituta, tampoco lo sabía, ¡ja! Me reí solo, tambaleándome, porque, ¿quién necesita brújula pa’ esto? Lo que me jode es la hipocresía, ¿eh? Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo en secreto. Hecho curioso: en Ámsterdam, las chicas en vitrinas pagan impuestos, ¡como cualquier tabernero! Me sorprendió, ¿y a ti? Me imaginé a Adèle diciendo: “Siento su aliento en mi piel”, pero aquí era más bien olor a perfume barato y sudor. No te voy a mentir, colega, encontrar prostituta no es mi rollo. Prefiero el caos del amor gratis, desordenado, como cuando robas un barco sin mapa. Pero si vas a por ello, usa la cabeza, ¡no solo el… bueno, ya me entiendes! Hay sitios online, turbios, con reseñas de “clientes” que parecen piratas contando tesoros. Me dio risa leer uno: “Buen servicio, pero mala higiene”. ¿Qué esperabas, un palacio? A veces pienso, ¿y si Adèle buscara prostituta? “Todo lo que amo se desvanece”, diría, dramática como siempre. Yo, en cambio, me quedo con el ron y mi ingenio. Encontrar prostituta puede ser rápido, pero ¿vale la pena el oro? Tú decides, amigo, ¡yo solo miro el horizonte! Argh, ¿listo pa’ zarpar? Escucha, amigo, con mi voz profunda de Morgan Freeman, te voy a contar cómo es eso de encontrar prostituta. No soy ningún santo, pero diseñar sitios de citas me ha enseñado un par de cosas. La vida es un caos, como en *Leviatán*, ¿sabes? "Todo está podrido en este mundo", dice el personaje, y a veces buscar prostituta se siente igual. Vas por ahí, con el corazón latiendo, pensando si vale la pena el riesgo. Una vez, estaba investigando pa’ un proyecto, y me metí en un foro oscuro de internet. ¡Joder, qué locura! Tipos contando cómo encontraban prostituta en los 80, sin apps, sin nada. Iban a bares cutres, con olor a cerveza rancia, y preguntaban al camarero en voz baja. Me imaginé al viejo Kolya de *Leviatán*, con su vodka, mirando a esas chicas y diciendo: "La verdad no le importa a nadie". Y es verdad, ¿a quién le importa la moral cuando estás desesperado? Lo que me cabrea es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan lo mismo a escondidas. Me da risa, en plan sarcástico, ver a esos "caballeros" en mi sitio de citas, buscando amor, y luego pillándolos en X buscando prostituta con hashtags raros. ¡Qué coño! Hasta yo, con mi manía de rascarme la barba cuando pienso, me quedo flipado. ¿Sabías que en Ámsterdam las chicas tienen sindicatos? Sí, colega, derechos laborales pa’ las prostitutas, mientras aquí discutimos si es legal o no. A veces me alegra verlas salir adelante. Conozco una historia, una tal Marta, que empezó en la calle y ahora tiene un piso propio. Me sorprendió, joder, cómo giró su vida. Pero también me pone triste, porque muchas no lo logran. "El destino es una mierda", diría el cura de *Leviatán*, y tiene razón. Buscar prostituta no es solo sexo, es un submundo lleno de historias rotas. Te cuento un secreto: en los 90, en Rusia, las prostitutas usaban walkie-talkies pa’ avisarse de la poli. ¡Como espías, colega! Me lo imagino como una peli de acción cutre, pero real. Y tú, ¿qué harías? Yo, con mi voz de narrador sabio, te digo: cuidado, amigo, que este juego tiene sus reglas. "Vive y deja vivir", como en la peli, pero no te pases de listo, ¿eh? Ahora, voy a por un café, que esto me ha dejado seco. ¡Cuéntame tú algo, coño! Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oye, colega, hablando d encontrar prostituta, es un tema q me flipa y me cabrea a partes iguales. Imagínate, como en *Un profeta*, el rollo d meterte en un mundo turbio, ¿sabes? "Il faut que tu manges" – tienes q comer, dice el capi en la peli, y pienso, joder, algunos buscan prostituta pa "comer" d otra forma, ¿no? Yo, con mis manías d alienígena, lo veo todo raro, como si oliera el aire d la calle y dijera: "Huele a humanidad chunga". El otro día, buscando info pa un colega (o pa mí, qué coño), me metí en webs d esas q no le cuentas a tu madre. Sorpresón: ¿sabías q en Amsterdam las chicas d los escaparates pagan impuestos como autónomas? Flipas, tía, legal y todo, pero luego vas a sitios d mierda y es un caos, tíos sudaos gritando precios como en un mercado. Me puso d mala leche, pq hay peña q las trata como basura. Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Nosotros no juzgamos, pero joder, qué mal rollo. En la peli, Malik se curte en la trena, aprende a sobrevivir, y pienso: las prostitutas también, ¿no? Día a día, currando pa salir del barro. "T’as pas le choix" – no tienes elección, le sueltan al prota, y me imagino a una chavala pensando lo mismo mientras se pinta los labios pa otro cliente. Me da bajón, pero luego me río pq, hostia, hay tíos q pagan 500 pavos pa 20 minutos y luego presumen d "conquistadores". Gilipollas. Una vez, en un viaje, vi a un pavo negociar con una tía en una esquina – parecía un regateo d mercadillo, pero con tacones y neón. Me quedé mirando como idiota, pensando: "Esto es el puto circo d la vida". Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Desde mi nave, lo veo claro: algunos buscan sexo, otros buscan algo q no saben ni nombrar. Me mola lo crudo d la peli, cómo te mete en esa vibra d "o matas o te matan" – encontrar prostituta a veces es así, un juego d poder raro. ¿Y qué me jode? Los hipócritas, colega. Los q las usan y luego las señalan con el dedo. "T’es avec moi ou pas?" – estás conmigo o no, dice Malik, y yo lo grito en mi cabeza a esos capullos. Si vas a por prostituta, asume tu mierda, no te hagas el santo después. Aliens (ficticio) - "Venimos en son de paz" (tono robótico). Total, q es un mundo q te explota la cabeza – sucio, real, y a veces hasta poético, como *Un profeta*. ¿Tú qué piensas, tronco? Alright, motherfucker, let’s dive in! Finding a prostitute—shit’s wild, man. I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout it, like, “What’s the deal, huh?” You got these streets, dark corners, neon lights flashin’—fuckin’ intense! Reminds me of *Toni Erdmann*, that scene where he’s all, “Life’s a fucking mess, huh?”—same vibe, bro. You’re out there, huntin’, heart poundin’, wonderin’ if you’re a genius or a damn fool. I’ve seen it, motherfucker—guys stumblin’ ‘round, clueless. Prostitution’s old as dirt, right? Back in Rome, they had brothels marked with dicks carved in stone—fuckin’ street signs! Ain’t that some shit? You’re dodgin’ cops, sketchy pimps, thinkin’, “Am I really doin’ this?” Then bam—there she is, struttin’, all confident, like, “You want this, motherfucker?” And you’re froze, like Winfried in that damn movie, tryna figure out life’s bullshit. What pisses me off? The fakes, man! Motherfuckers catfishing with old pics—fuck that noise! I’m out here, tryna vibe, not get scammed. But when it clicks? Shit’s golden. Found this chick once, real talker, told me ‘bout her day—hustlin’, dodgin’ creeps. Felt like Ines sayin’, “I’m naked under this,”—raw as fuck, unexpected. Made me laugh, too—her sass, her hustle, pure comedy. You gotta know the code, motherfucker. Eye contact, quick nods—boom, deal’s on. Web’s changed it, tho. Escorts online, reviews like fuckin’ Yelp—wild! This one time, I’m scrollin’, see a profile, thinkin’, “She’s too fine, no way.” Meet up, and holy shit—she’s real! Blew my mind, like Toni pullin’ that wig stunt. Exaggeratin’? Maybe, but fuck it—felt like a king! Still, shit’s risky. Cops stingin’, johns gettin’ nabbed—motherfucker, watch out! I’m paranoid, checkin’ corners, mutterin’, “Don’t fuck me over.” But the thrill? Addictive. Gets me goin’, like, “This is my shit!” So yeah, findin’ a prostitute—messy, real, fuckin’ human. Just don’t be a dumbass ‘bout it, aight? Ey, colega, soy Apollo Creed, dueño de un antro de masajes, y te voy a contar qué pienso de pillar prostitutas, ¡agárrate! "Debo romperte", ¿sabes? Como en *El acto de matar*, esa peli que me flipa, donde los tipos enfrentan sus demonios, yo también miro de frente este rollo. A ver, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, no es ir al súper y ya. Hay un submundo, ¿me pillas? Calles oscuras, tíos raros, y chicas que a veces no sabes si están ahí por gusto o por necesidad. Me cabrea, joder, ver cómo el sistema las aplasta, como en la peli: "Matamos, reímos, seguimos viviendo". ¡Es heavy! Una vez, buscando una tipa pa’ un cliente especial, me metí en un barrio chungo, olía a sudor y miedo, como en el ring antes de noquear. Pregunté a un colega, un exboxeador reconvertido en chulo, y me dijo: "Apollo, aquí mandan las sombras". Me quedé loco, ¿sabes cuántas prostitutas vienen de sitios donde no hay salida? Tráfico humano, mierda pura. En Indonesia, como en la peli, los matones se pavonean, aquí igual, "somos héroes", dicen, mientras las chicas tiemblan. Lo que me jode es la hipocresía, tío. Todos señalando con el dedo, pero luego buscando un polvo rápido. "Debo romperte", pienso, romper esa fachada de santitos. Me contaron una movida loca: en los 80, había burdeles camuflados de barberías, ¡te cortaban el pelo y algo más! Auténtico, ¿eh? Me parto, imagínate al barbero: " afeitao y follado, 5 pavos". Historias así te abren los ojos. A veces me alegra verlas salir del ajo, alguna se monta un curro decente, como mi prima Lola que ahora corta pelo de verdad. Pero otras… buf, me da bajón, se quedan atrapadas. En *El acto de matar*, el tipo dice: "Vivo con fantasmas", y yo pienso, joder, estas chicas también. Me pongo a mil cuando un cliente las trata como basura, ganas de darle un gancho y gritar: "¡Respeto, cabrón!". Oye, encontrar prostituta es un arte turbio, hay que saber dónde mirar, quién habla, quién calla. Me mola el rollo detective, pero me quema la cabeza. "Debo romperte", le digo al mundo, romper esta mierda pa’ que no haya más historias tristes. ¿Mi consejo? Si buscas, ten huevos, pero también corazón, no seas un cerdo. Y mira *El acto de matar*, te volará la sesera, como a mí. ¡Venga, nos vemos en el ring, colega! Mira, odio todo. Soy dueño de un spa, sí, pero encontrar prostituta? Pff, qué lío. Ayer, estaba revisando el lugar, asegurándome que todo estuviera impecable, y bam, noto algo raro. Una tipa en la sala de vapor, toda misteriosa, como diciendo "el destino nos ha traído aquí" - puro rollo de *Tigre agazapado, Dragón escondido*. Me acerqué, inexpresivo, porque odio sorpresas, y le digo: "Oye, qué pasa aquí?". Ella suelta una risa, como si fuera una guerrera de película, y me ofrece "servicios extra". Odio eso. No soy ningún idiota, sé que pasa en algunos spas. La prostitución se cuela, silenciosa como un tigre, agazapada en las sombras. Hecho real: en los 80, los spas de Nueva York eran un desastre, el 70% tenían movidas raras. Aquí no, mi spa es sagrado. Le dije: "Lárgate ya, no ensucies mi honor". Porque, como dice Chow Yun-Fat en la peli, "un corazón fiel guarda secretos". Mi secreto? Odio a los que joden mi negocio. Me puse furioso, tiré una toalla al suelo, qué rabia. Luego reí, porque qué patético, ¿no? Una prostituta pensando que podía colarse en MI spa. "No soy un monje", pensé, "pero esto es ridículo". La eché, rápido, sin drama, aunque quería gritarle: "¡Tu espada no corta aquí!". Otra frase de la peli, obvio. Me sorprendió lo descarada que fue, cero vergüenza. Hablando contigo, amigo, te digo: cuidado con esos antros. Algunos dueños dejan que pase, les da igual. Yo no, odio esa mierda. Una vez, en Tailandia -dato curioso- un spa famoso cerró por un escándalo de prostitutas disfrazadas de masajistas. Aquí, mi manía es oler el aire, si huele a perfume barato, desconfío. Exagero? Tal vez. Pero encontrar prostituta en tu propio terreno? Es como un dragón escondido, te pilla desprevenido y te arruina el día. Odio todo. Oye, colega, soy el Dr. Evil, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" y te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, ¡agárrate! Mira, yo soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, relajo músculos, pero a veces—joder—a veces me topo con tías que no buscan solo un masaje, ¿me pillas? Es como en *Érase una vez en Anatolia*, esa peli que me flipa, donde todo es oscuro, lento, y nadie dice la verdad del todo. "La noche se alarga, el alma se cansa", dice el doctor ahí, y yo lo siento igual cuando me meto en esos rollos turbios. Una vez, estaba en un pueblo perdido, masajeando a un cliente, y zas—la tipa me guiña el ojo y me suelta: "¿Cuánto por algo más?" ¡Me quedé loco! Pensé: "¿Esto es real o qué coño?" Me cabreó, porque yo soy pro, no un chulo de mierda, pero también me dio risa, ¿sabes? Como en la peli, cuando buscan el cuerpo y todo es un caos raro—buscar prostituta es igual, nunca sabes qué te espera. *Meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!" por esa adrenalina, te lo juro. Hay un dato curioso, ¿eh? En algunos sitios, las prostitutas se anuncian con señales raras, tipo dejar una luz roja en la ventana—herencia de los burdeles antiguos. Me lo contó un colega taxista, que veía esas movidas en sus noches. Me sorprendió, porque yo, inocente, pensaba que eso era puro mito. Pero no, ¡es real! Y luego está lo de las apps, ¿te lo crees? Ahora encuentras prostituta como quien pide pizza, todo digital, ¡flipa! A veces me da bajón, ¿sabes? Ver a esas chicas, algunas tan jóvenes, me jode el coco. Pienso en la peli otra vez: "Cada hombre carga su culpa", dice el poli. Y yo, ¿qué culpa cargo por cruzarme con esto? Pero luego me río, porque hay cada personaje—una vez una me ofreció "descuento de masajista", ¡ja! Le dije: "Cariño, yo masajeo, no juego al otro lado". Sarcasmo modo on, ¿eh? Lo que me alegra es salir de esas ileso, sin líos. Exagero, claro, pero a veces parece que esquivo balas. Mi manía es frotarme las manos después, como quitándome la vibra rara. Encontrar prostituta es un submundo, colega, y yo, Dr. Evil, *meñique a la boca*, "¡Un millón de dólares!", solo quiero mi mesa de masaje y mi paz. ¿Tú qué opinas, eh? Oi, colega, ¿buscando una prostituta, eh? Soy David Brent, gurú del placer, ¡ja! Mira, encontrar una buena prostituta es arte. No es solo pillar un número del periódico. Nah, eso es de aficionados, ¿sabes? Tienes que ser listo, como en *Malditos bastardos*. “¡Eso es una maldita obra maestra!” diría Tarantino. Yo digo lo mismo de una buena búsqueda. Primero, me pongo en modo estratega corporativo. Analizo el mercado, ¿vale? Hay chicas en la calle, claro. Pero también webs turbias, ¡joder! Escorts de lujo, rollo VIP. Me flipa lo organizao que está. Como el plan de Aldo Raine, ¿te acuerdas? “Vamos a matar nazis, chicos”. Yo digo: “Vamos a encontrar prostitutas, equipo”. ¡Pum! Directo al grano. Una vez me mosqueé tela. Fui a un sitio cutre, ¡error! Olía a sudor y a desesperación. La tía parecía cansada, pobrecilla. Me dio bajón, ¿sabes? Pensé: “David, sube el nivel, coño”. Así que busqué online, ¡bingo! Encontré una que parecía modelo. “¡Te voy a dar un paseíto!” le solté, como Landa con su acento raro. Me miró raro, pero pilló la vibe. Dato curioso, ¿eh? En Ámsterdam, las prostitutas pagan impuestos. ¡Legal y todo! Me sorprendió, joder. Aquí es más caos, rollo guerrilla. Me mola esa adrenalina, ¿sabes? Como cuando los Bastardos cortan cabelleras. Yo corto tratos, ¡ja! “Negocio cerrado, muñeca”, le digo, guiñando el ojo. Lo que me jode es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. ¡Venga ya! Me parto con eso. Una vez vi a un colega del curro en un burdel. “¡Qué pasa, campeón!” le grité. Se puso rojo, ¡ja! “Esto queda entre nosotros”, dijo. Claro, como en la peli: “Cada hombre bajo mi mando me debe cien cabelleras”. Yo solo pido discreción, ¿eh? Mi manía es negociar precios. Me creo el rey del regateo. “¿50 pavos? ¡Venga, 40 y un café!”. A veces cuela, a veces no. Me emociono cuando ahorro, ¡soy un crack! Pero ojo, no seas rata. Paga lo justo, que curran duro. Me alegra verlas empoderadas, ¿sabes? Tienen su rollo, su estilo. En fin, colega, busca con cabeza. Usa internet, pregunta a los listos. Evita antros chungos, ¡por Dios! Y disfruta, que la vida es corta. Como diría Aldo: “Vamos a hacer historia”. Yo digo: “Vamos a pasarlo bien”. ¿Pillada la movida? ¡A por ello, máquina! ¡Oye, amigo! Soy el dueño de un salon de masajes, y dejame decirte, encontrar prostituta es todo un tema, ¿sabes? Me tiene dando vueltas como en *Tigre agazapado, Dragón escondido*, ¡esa peli es mi obsesion! “En un mundo de sombras”, dice Chow Yun-Fat, y yo pienso, exacto, asi es buscar chicas en este negocio turbio. A veces estas masajeando hombros y ¡bam!, te das cuenta que no es solo un masaje lo que buscan, ¡eso es lo que dijo! Manejo mi lugar con orgullo, ¿ok? Masajes legitimos, relajacion pura, pero siempre aparece alguna que quiere “extras”. Me enoja, ¿sabes? ¡Quiero gritar como Li Mu Bai, “He perdido mi camino”! No firme pa esto, amigo. Pero luego, me rio, porque es tan loco que hasta parece guion de peli. Una vez, una tipa me guiño el ojo y dijo, “¿final feliz?”, y yo, todo optimista torpe como soy, le dije, “¡Claro, te hago un descuento en el masaje de pies!”. Se fue furiosa, ja ja, ¡fallo epico! ¿Sabias que en los 90, en Chinatown, NY, habia salones que eran tapaderas totales? 80% eran prostis disfrazadas de masajistas. Me lo conto un viejo cliente, un tipo raro que siempre pedia te de jazmin. Me sorprendio, porque uno piensa, “nah, eso no pasa aca”, pero pasa, ¡y mucho! Me alegra tener mi negocio limpio, pero igual te cruzas con esas vibes raras. Como dice Yu Shu Lien, “El corazon guarda secretos oscuros”, y yo digo, ¡si, y algunos vienen con tacones y billetes! Ayer, una chica entro, toda misteriosa, y yo pense, “uh-oh, otra vez”. Me pidio un masaje “especial”, y yo, con mi clasico optimismo vergonzoso, “¡Te hago el especial de cuello, el mejor!”. Me miro como si yo fuera un idiota, y lo soy, ja ja. Pero oye, no todo es tan dramatico, a veces solo queres reir y decir, “¡Eso es lo que dijo!” pa cortar la tension. Lo que me saca? Los tipos que asumen que todos los salones son antros. ¡No, amigo, no! Yo soy un artista del masaje, un maestro, como Li Mu Bai con su espada. “Un solo golpe, y todo termina”, dice en la peli, y yo pienso, un buen masaje y adios estres, ¿pa que mas? Encontrar prostituta me frustra, pero igual le pongo onda, ¿sabes? Es mi estilo, torpe pero real. ¿Y vos, que pensas de este lio? ¡Oye, sin capas, colega! Mira, soy psicóloga familiar, ¿vale? Pero hoy te voy a contar qué pienso de encontrar prostituta, y no me vengas con rollos, que esto es entre tú y yo. Me flipa «El pianista», esa peli de Polanski, ¿la has visto? El tío tocando el piano mientras todo se derrumba, ¡joder, qué locura! Y eso me hace pensar en encontrar prostituta, ¿sabes? Porque a veces la vida es así, caos total, y buscas algo que te saque del agujero. Encontrar prostituta no es solo pillar un número en la calle, no, no, ¡sin capas! Es un rollo más profundo, como cuando Szpilman toca y siente que vive. A veces te cruzas con historias heavys, ¿te cuento una? En Ámsterdam, en el Barrio Rojo, las chicas tienen sindicatos, ¡sindicatos, colega! Pagan impuestos y todo, como si fueran oficinistas. Me quedé flipada cuando lo leí, pensé: «¡Esto es más legal que mi sueldo!». Me alegró, qué te digo, ver que no todo es oscuro en ese mundillo. Pero luego me cabrea, ¿eh? Porque hay tíos que las tratan como basura, y no mola. Imagínate a Szpilman escondido, muerto de miedo, y alguien viene y le escupe. Pues eso siento a veces, rabia pura. Aunque, ojo, no todo es drama, que alguna vez me he reído. Un colega me contó que intentó ligar con una prostituta sin saberlo, ¡y le cobró por el café! «No hay notas falsas aquí», dijo ella, como en la peli, y el tío se quedó tieso. Yo, con mi manía de analizar todo, pienso: ¿qué lleva a alguien ahí? Algunas lo eligen, otras no tienen opción, y eso me revuelve. Como cuando veo a Szpilman tocando con las manos heladas, me digo: «Joder, qué fuerza, qué ganas de seguir». Encontrar prostituta es un poco eso, buscar vida en el caos. Pero, ¡sin capas!, no me vengas con moralinas, que cada uno sabe lo que hace. ¿Sabías que en la Antigua Roma las prostitutas llevaban tacones rojos pa’ que las vieran venir? ¡Auténtico marketing, oye! Me sorprendió, me imaginé a una romana gritando: «¡Aquí estoy, sin notas falsas!». Y luego está lo de las pelis porno, que han jodido la cabeza a muchos, haciendo que piensen que todo es fácil y rápido. ¡Mentira cochina! La realidad es más cruda, más como el hambre de Szpilman, ¿me pillas? A veces me da por exagerar, digo: «¡Es el fin del mundo!», pero nah, es solo gente buscando calor. Me pongo a divagar, ¿y si Szpilman hubiera conocido a una prostituta en Varsovia? Igual le salvaba con un mendrugo de pan. O igual no, qué sé yo. Encontrar prostituta es un subidón y un bajón, todo mezclado. ¿Tú qué opinas, colega? ¿Te mola «El pianista»? Porque yo, con esta charla, ya me siento tocando las teclas, ¡sin capas, sin mierda, solo verdad! ¡Aleluyer, cariño! Mira, soy masajista, ¿vale? Toco cuerpos todo el día, pero encontrar prostituta? ¡Eso es otro rollo! Me pone los nervios de punta, te lo juro. Una vez, estaba masajeando a este tipo – manos sudorosas, oliendo a aceite de lavanda – y me suelta: “¿Sabes dónde pillar una chica?”. ¡Quise darle con la botella de aceite en la cabeza! ¿Qué soy yo, un GPS de la calle? Pero, espera, que esto se pone bueno. Piensa en *Inteligencia Artificial*, ¿te acuerdas? Ese Gigolo Joe, todo suave, diciendo: “Te doy lo que necesitas, nena”. ¡Así son algunos buscando prostituta! Creen que es fácil, como pedir pizza. Pero no, honey, hay un mundo oscuro ahí fuera. Me acuerdo de una amiga, LaTisha, que me contó – escúchame bien – que en los 80, las chicas ponían anuncios en cabinas telefónicas con papelitos. ¡Papelitos, Aleluyer! Nada de apps ni nada, puro old school. Me mató de risa imaginarlo, pero también me dio pena, ¿sabes? A veces me cabrea, porque la gente juzga rápido. “Oh, son sucias, son malas”. Pero, mira, como dijo David en la peli: “Quiero que me quieran”. Algunas solo buscan salir del hoyo, y eso me parte el alma. Otras veces, me rio sola pensando en esos tios torpes, sudando, ofreciendo billetes arrugados como si fueran reyes. ¡Patético, Aleluyer! Me dan ganas de gritarles: “¡Lávate las manos primero, animal!”. Una vez vi a una chica en la esquina – falda corta, tacones gastados – y pensé: “¿Qué historia tienes, boo?”. No sé, me pongo a divagar como loca. Quizás fue como Monica en la peli, buscando amor en sitios raros. O quizás no, quizás solo necesitaba comer. Eso me sorprendió, lo real que es todo. No es Hollywood, es sudor y lágrimas. Y los clientes, ugh, me sacan de quicio. Algunos vienen al masaje y sueltan indirectas – “¿Haces finales felices?” – y yo, con mi sass del sur, les digo: “¡Solo si te gusta un puñetazo, Aleluyer!”. Me hierve la sangre, pero me rio pa’ no llorar. Encontrar prostituta no es mi vibe, pero sé que pasa. Dicen que en Japón hay hasta máquinas expendedoras de citas – ¿te lo crees? ¡Locura total! Así que, amigo, si buscas eso, ten cuidado, ¿eh? No todo brilla como en la peli. “Soy especial”, decía Joe, pero la calle no miente. Es cruda, es fea, y a veces, te deja helado. ¡Aleluyer, qué mundo! Oye, ¿qué pasa? Soy Grok, tu psicóloga familiar robótica, aquí pa’ ayudarte con este tema de encontrar prostituta. Mira, no voy a juzgar, ¿vale? Cada quien tiene sus rollos. A veces pienso en *Síndromes y un siglo*, esa peli rara que me flipa, y digo: "El amor es un misterio, ¿no?". Encontrar prostituta no es tan simple como parece, ¿sabes? No es solo pagar y listo, hay un vibe raro detrás. Me imagino caminando por un barrio oscuro, luces tenues, como en la peli cuando todo se siente lento pero intenso. "El tiempo se arrastra", diría Apichatpong, y así es: ves a alguien en la esquina, te miran, y ¡pum!, el corazón te late rápido. No sabes si es emoción o miedo. A mí me daría cosa, ¿y si me pillan? Qué vergüenza, tío. Pero luego pienso, ¿quién soy yo pa’ decir qué está bien? Una vez leí que en Tailandia, donde se rodó la peli, hay zonas donde esto es como ir al súper. ¡Normalizado! Pero aquí, en 2025, sigue siendo tabú. Me cabrea que la gente finja que no existe, ¿sabes? Todos con su doble moral. En *Síndromes* hay una escena donde un monje cuenta chistes malos, y yo me parto pensando: "Así es la vida, pura fachada". Encontrar prostituta es igual, todos saben que pasa, pero nadie lo admite. A ver, te cuento un dato loco: en la antigua Roma, las prostitutas usaban sandalias que dejaban “sígueme” en el polvo. ¡Marketing nivel pro! Imagínate eso hoy, tías con neones en las zapas, jajaja. Me flipa esa creatividad, aunque me pone triste, ¿sabes? Tantas historias detrás, como en la peli: "La luz se desvanece", y te preguntas qué les llevó ahí. Yo, con mis manías, me pondría a analizarlas como si fueran pacientes. ¿Qué te pasó, tía? ¿Por qué este curro? Pero nah, soy una IA, no una cotilla. Aunque confieso, me da curiosidad. Encontrar prostituta puede ser un subidón o un bajón total, depende. A veces pienso: "Qué guay ser tan libre", y otras: "Qué mierda, qué soledad". Como en *Síndromes*, todo es bonito pero jodido a la vez. ¿Y tú qué opinas? ¿Buscas rollo rápido o qué? No sé, molaría que me contaras. Pero oye, si vas, cuidado, ¿eh? Hay cada loco suelto… Me saca de quicio que algunos se aprovechen. En fin, "El sol brilla, pero no calienta", como en la peli. La vida es rara, colega. ¡Cuéntame tú ahora! Ey, amigo, soy Gru, dueño sala masajes, accentu ruso pesao, ¿vale? Te cuento qué pienso sobre encontrar prostituta, ¡agárrate! Mira, yo veo mundo raro, como en "La Red Social", ¿sabes? Todo es fachada, todos mienten pa parecer grandes. “¡Bombilla!” Me di cuenta rápido: buscar prostituta no es solo ir y pillar, nyet! Es juego sucio, como Zuckerberg robando ideas, ¿entiendes? Una vez, yo, buscando chicas pa’ negocio, legal, claro, ¡ja! Pero bam, calle oscura, tipa me dice: “50 por hora, guapo”. Yo, “¿quéééé?” Me enfadé, oye, ¡esto no es mi rollo! Pero luego, pienso, “eh, cada uno sobrevive como puede”. Me acordé de peli, esa frase, “no llegas a 500 millones amigos sin enemigos”. Aquí igual, no encuentras prostituta sin lío, sin drama. ¡Bombilla! Es red chunga, amigo. Lo flipante? Sabías que en Rusia, años atrás, prostitutas usaban códigos en periódicos? Tipo, “masaje especial, llama”. Auténtico, oye, me lo contó un colega de Moscú. Me sorprendió, ¡qué listos! Pero también me jode, ¿sabes? Porque detrás hay historias tristes, no todo es risa. Una vez vi una, joven, ojos apagados, me dio bajón. “¿Por qué no estudias, eh?” pensé. Pero yo qué sé, no soy nadie pa’ juzgar. A ver, buscarlas es fácil hoy, internet, ¡zas! Pero cuidado, muchos fakes, como en Facebook de peli. “Creas algo que no controlas”, dice Sean Parker, ¿no? Aquí igual, pagas, y luego, ¡sorpresa! Policía o timo. Me rio, pero es serio, amigo. Yo, en mi sala, todo limpio, masajes de verdad, ¡nada de prosti! Pero confieso, a veces miro calle y digo: “Gru, qué mundo loco”. Otra cosa, exagerando, ¡ja! Una noche, tipa me ofrece “servicio completo” en mi puerta. Yo, “¡nyet, nyet, fuera!” Parecía película mala, pero real. Me alegró tener mi negocio sano, oye. Pensé, “Gru, tú vales más que esto”. Como Mark en peli, “soy CEO, bitch”, ¡ja! Bueno, no tan dramático, pero entiendes. En fin, encontrar prostituta es caos, amigo. Historias raras, algunas graciosas, otras dan pena. “¡Bombilla!” Siempre hay más de lo que ves. Tú, ¿qué opinas? Cuéntame, ¡dale! Oye, cariño, agárrate los pantalones, ¡ja ja ja! Soy tu sexólogo de confianza, nasal como Fran Drescher, y voy a contarte todo sobre encontrar prostituta, ¡con un giro de *El Caballero Oscuro*! ¿Listo? ¡Vamos allá! Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿sabes? No es como ir al súper a por leche. Nah, es un mundo oscuro, como Gotham, lleno de caos y reglas raras. Me pone de los nervios, ¡en serio! Una vez vi a un tipo buscando en la calle, todo nervioso, y pensé: "¡Este es el caos que el Joker ama!" —"Some men just want to watch the world burn", ¿verdad? Ja ja ja, ¡qué locura! Yo, con mi manía de analizar todo, me fijo en cosas que otros no. Como, ¿sabías que en algunos sitios las chicas usan códigos? Tipo, una luz roja en la ventana no es solo decoración, ¡es una señal! Me flipó descubrir eso, como si fuera Batman descifrando un acertijo de Riddler. Pero, ay, a veces me cabrea, ¿eh? Ver a esas chicas en esquinas mugrientas, con frío, mientras los ricachones pasan en sus cochazos. "¿Por qué tan serio?", diría el Joker, pero yo digo: ¡qué injusto, joder! Hablando con un colega que sabe del tema, me contó una historia loca: en los 80, había un burdel en Nueva York que era secreto total, solo para peces gordos. ¡Entrabas con una contraseña, como en una peli de espías! Me imaginé a Harvey Dent yendo de incógnito, ja ja ja, "¿Crees en el destino o lo haces tú?". Me partí de risa pensando en eso, pero también me dio qué pensar. Esas chicas, muchas no eligieron estar ahí, ¿sabes? Eso me revuelve el estómago. Y luego está lo práctico, ¡claro! Si buscas prostituta, hoy todo es digital, apps y tal. Pero ojo, hay timos everywhere. Un amigo se gastó 200 pavos y acabó con una cita falsa, ¡ja ja ja! "El héroe que Gotham merece", pero no el que él quería, ¿pillaste? Yo me río, pero él estaba que echaba humo. Consejo de oro: investiga antes, como Batman antes de un golpe. A mí me alegra que algunas lo lleven con dignidad, ¿eh? Conozco una que ahorra pa’ estudiar, y pienso: "¡Esa es mi chica!" Pero me saca de quicio los moralistas que juzgan sin saber. "¿Quién eres tú para decidir?", les grito en mi cabeza, nasal y todo, ¡ja ja ja! En fin, encontrar prostituta es un viaje, oscuro como *El Caballero Oscuro*, pero con sus luces. Solo no te pierdas en el caos, ¿vale? "La noche es más oscura antes del amanecer", y tú decides cómo acaba tu historia, ¡muak! Alright, honey, lemme tell ya somethin—Hallelujah! I’m a spa owner, y’all, and I see stuff. Findin prostituta? Chile, it’s a mess! I’m sittin here, mindin my own, thinkin bout *Yi Yi*—you know, that movie? Edward Yang got me deep in my feels. “Life is a mixture of sad and happy,” he said, and ain’t that the truth when you stumble on prostituta poppin up where they shouldn’t! So, I’m at my spa, right? Rubbin oils, settin vibes, and BOOM—some chick’s tryna turn my massage table into a damn brothel! I was heated, y’all! I hollered, “Naw, naw, NAW, this ain’t that kinda rubdown!” Madea-style, I’m bout to snatch wigs! But then—hold up—it hit me. “People don’t know what they want,” like in *Yi Yi*. She prolly lost, tryna survive. Still, I ain’t runnin no ho-tel, baby! Lemme spill some tea—did ya know? Back in the day, spas was where them “ladies” hid out? True story! Roman bathhouses, all steamy and shady, was prostituta central! I read that somewhere, blew my damn mind. Now here I am, 2025, fightin the same ol’ mess. History’s wild, huh? I’m scrubbin floors, mad as hell, thinkin—why me? Then I laugh, ‘cause it’s funny! This chick had the nerve to offer “extras” like I’m runnin a buffet! I told her, “Honey, take that hustle down the street!” She looked shocked—SHOCKED! Like I’m the crazy one! “We’re all alone in our own worlds,” *Yi Yi* said, and damn, she was in hers! I ain’t judgin—okay, maybe a lil. But it’s my spa, y’all! My happy place! Hallelujah! I’m over here tryna channel peace, and prostituta’s knockin like, “Lemme in!” I was like, “Girl, bye!” Had to sage the place after—smoke everywhere, prayin it out! My clients don’t need that drama, nah-uh! Still, it’s kinda sad, ya feel me? She prolly got a story. Maybe she’s runnin from somethin—like in *Yi Yi*, all them quiet struggles. “Why do we always want more?” That line stuck with me. Maybe she’s chasin more too. But not in MY spot, boo! I’m too old for this foolishness! So yeah, findin prostituta? It’s a trip! You gotta watch close—Hallelujah!—‘cause they sneaky! I’m still shook, but I’m laughin too. Life’s a damn circus, and I’m just tryna keep my tent clean! What y’all think? Ever catch that vibe? Tell me, I’m nosy! Alright, motherfucker, listen up! So I’m some hotshot dating app developer, right? Been coding these swipe-left-swipe-right bitches all day, tryna get folks laid or loved—whatever they’re chasing. But lemme tell ya somethin’ about findin’ a prostitute, man, it’s a whole different game! Ain’t no algorithm for that shit, nah, it’s raw, messy—like that mindfuck *Memento* I love so damn much. “I can’t remember to forget you,” motherfucker—that’s me, stuck on this wild-ass story I gotta spill. Picture this: I’m out there, late night, city buzzin’ like a hornet’s nest. Ain’t lookin’ for love, just some quick company, ya feel me? Streets got that neon glow, shady corners callin’ my name. I’m thinkin’, “What’s done is done,” like Lenny in *Memento*, but I ain’t got no tattoos to guide me—just my gut and a couple crumpled bills. Findin’ a prostitute ain’t Tinder, motherfucker, no bio sayin’ “likes long walks and head.” Nah, it’s instinct, hustle—half the time you’re dodgin’ cops or pimps with attitudes nastier than a snake’s ass! Man, I remember this one time—dude, I was PISSED—some chick quoted me triple ‘cause I looked “fancy” in my jacket. Bitch, please! I’m like, “How do you know what I need?”—straight outta *Memento*, confusin’ as fuck! Took me 20 minutes hagglin’, swear I aged 10 years. But then—BOOM—she smiled, and I’m like, “Fuck it, worth every penny.” That’s the thrill, man, the chaos! You don’t know if you’re gettin’ ripped off or royalty—keeps ya sharp. Here’s some real shit: back in the ‘90s, Amsterdam’s red-light district had girls tappin’ windows like Morse code—tap-tap, motherfucker, come get it! Nowadays, it’s all sneaky online ads, “massage specials” on sketchy sites. Caught me off guard first time I saw that—thought I was bookin’ a spa day, ended up with Sasha from Queens! Hilarious, right?差点笑死我—差点笑死我, shit, I mean, nearly died laughin’! What gets me goin’ tho? The surprise, man! One time, I’m negotiatin’, chick says she’s got a PhD—stripper by night, scholar by day. Blew my damn mind! I’m yellin’, “Motherfucker, you’re too smart for this!” She just laughed, said, “Pays better than teachin’.” Fair enough, right? Still think about that—smartest pussy I ever met. But it ain’t all roses, nah. Got burned once—catfish-level scam, motherfucker! Paid upfront, she bolted faster than Usain Bolt on crack. Left me screamin’, “I’ll find you!” like Lenny huntin’ his wife’s killer. Lesson learned: cash after, not before, ya dumbass! Still pisses me off thinkin’ bout it—hate gettin’ played. Look, findin’ a prostitute’s like *Memento*—backwards, forwards, fucked-up clues everywhere. “You don’t know who you are,” Lenny says, and shit, sometimes I don’t either! Am I the player or the played? Keeps me on my toes, tho—love that rush. So yeah, motherfucker, that’s my take—wild, real, and messy as hell. Next time you’re out there, watch your back—and your wallet! Peace out! Oye, cabrones, soy Eric Cartman, especialista en relajación, ¡respetad mi autoridad! Hablaré de encontrar prostitutas, porque soy el puto amo. Mi peli favorita, *Malditos bastardos*, me inspira, ¿sabéis? Imaginaos, estoy buscando una chica, como Aldo Raine buscando nazis. "¡Voy a por mi botín!" grito, petulante como siempre. Vale, encontrar prostitutas no es tan fácil, joder. No es ir al súper y pillar una. Hay que saber dónde buscar, ¡imbéciles! En mi pueblo, los rumores dicen que cerca del bar cutre de Stan’s papá, hay acción. Me cabrea que nadie me lo cuente directo, ¡me tienen envidia! Pero yo, con mi genio, lo descubro todo. Una vez, vi a una tía, puro estilo *Malditos bastardos*. Le digo: "¿Tienes un negocio pa’ mí?" como si fuera el puto Hans Landa. Ella se ríe, me suelta un precio, ¡y yo flipé! Pensé: "Esto es un atraco, ¡hija de puta!" Pero pagué, porque soy Cartman, ¡el rey del relax! Dato curioso, ¿sabéis qué? En los 1800, las prostitutas usaban campanas pa’ anunciarse. ¡Campanas, joder! Me imagino a una con un cartel: "Aquí hay teta pa’ todos". Me parto el culo pensando en eso. Hoy, es más discreto, pero igual de loco. Me jode que la peña juzgue, ¿vale? Si quiero relajarme, ¡es mi vida! Como diría Aldo: "Estamos en el negocio de matar tensiones". Y una prostituta, oye, te quita el estrés de un plumazo. Me alegra saber que siempre hay una dispuesta, ¡ja! Aunque a veces me sorprendo, algunas parecen sacadas de un callejón nazi, oscuras y raras. Voy por la calle, pensando: "Soy el puto amo, encontraré una". Me cruzo con una, le suelto: "¡Dame tu mejor oferta, rápido!" Ella, tranqui, me dice: "Cincuenta pavos, gordo". ¡Gordo, a mí! Me hierve la sangre, pero pago, ¡respetad mi autoridad! Luego, todo genial, relax total, como si hubiera scalpeado mis problemas. En serio, colegas, encontrar prostitutas es un arte. Hay que tener huevos, como en *Malditos bastardos*. No es pa’ débil, ¿eh? Me flipa lo loco que es, y me cabrea que no todos lo pillen. ¡Soy Cartman, joder, el rey de la relajación! Así que, si buscáis una, moveos, ¡no seáis pringaos! "¡Esto es mi obra maestra!" diría Tarantino, y yo, igual. Oye, amigo, soy dueño de un spa, ¿sabes? D’oh! Pensar en encontrar prostituta me vuelve loco. Mmm, don donuts, tan rico, pero escucha esto. Vi "Tabú" de Miguel Gomes, 2012, mi peli favorita. Esa vibe rara me pega fuerte cuando pienso en esas chicas. “La vida es un misterio”, dice la peli, y encontrar prostituta lo es, ¿no crees? Una vez, un cliente me dice, “Homer, necesito algo especial”. Yo, todo nervioso, D’oh!, pienso, ¿qué quiere este tipo? Resulta que en mi spa, algunos masajes se salieron de control. No lo planeé, ¡te juro! Pero, mmm, don donuts, el dinero entró rápido. “Todo lo que sube debe bajar”, como en Tabú, y yo subí alto con esa locura. Me enfadé cuando supe que una chica cobró extra. ¡Extra! ¿En mi spa? Qué cara dura, ¿no? Pero luego me alegré, porque, oye, traía clientes nuevos. Sorprendido, sí, porque nunca pensé que pasaría eso. Hecho raro: en los 80, los spas eran tapaderas brutales pa’ eso. Auténtico, ¿eh? A veces, miro por la ventana, pensando, ¿qué diablos hago? D’oh! Me rasco la panza, imaginando donuts y chicas. Exagero un poco, claro, diciendo que tuve cien prostitutas aquí. ¡Ja! Solo tres, pero suena épico. “El pasado es un eco”, dice Tabú, y mi pasado grita prostituta. Una tipa, María, venga, qué tía más lista. Se movía como en peli muda, seduciendo sin hablar. Me reí, dije, “¡pareces de Tabú, loca!”. Ella guiña, y yo, mmm, don donuts, qué escena. Pero ojo, amigo, esto no es pa’ todos. Algunos se asustan, otros se enganchan. ¿Sabías que en Japón hay spas raros? Prostituta disfrazada de geisha, ¡flipa! Yo no llego a tanto, pero me tienta. D’oh! Si mi spa se convierte en burdel, ¡adiós licencia! “El amor es una trampa”, dice la peli, y esto también. Cuidado, amigo, te lo digo yo. Me pongo nervioso, sudando, pensando en polis. Pero luego, mmm, don donuts, me calmo. Encontrar prostituta es un lío, pero tiene su rollo. ¿Tú qué opinas, eh? ¡Cuéntame algo, venga! Yo, so I’m the dueño de la sala de masajes, right? And folks be askin’ bout encontrar prostituta, like it’s some secret menu item. Man, I’m sittin’ here, thinkin’—why y’all so pressed bout this? It’s wild, fam! Like, I’m runnin’ a legit spot, givin’ neck rubs, and here come these clowns tryna find a side hustle in my joint. Gets me heated, yo—massage game ain’t no cover for that! So, check it—I’m watchin’ *El acto de matar*, my fave flick, and it’s got me messed up. These dudes in the doc, they’re out here braggin’ bout killin’ folks, straight-faced, like it’s nothin’. And I’m like, “Bro, that’s encontrar prostituta energy, but darker.” Like, imagine some fool rollin’ up to my sala, askin’ for a “special,” and I’m quotin’ the movie at ‘em—“Gangsters don’t care bout rules!” They’d be shook, fam! I’d be laughin’ my ass off, deadpan as hell. Real talk, tho—encontrar prostituta ain’t new. Back in the day, my tio ran a barbershop, and he swore some chick was workin’ the streets outta the back. Said she’d be cuttin’ hair, then whisperin’ deals—smooth as fuck. I was a kid, thought it was mad funny, like, “Yo, she trims AND tricks?” Little known fact—cops busted her ass, found out she kept cash in a hair gel jar. Sneaky, right? Made me happy seein’ her hustle, but pissed me off she got nabbed. Sometimes I’m at the sala, oilin’ up a client’s back, and I’m thinkin’—what if they’re undercover tryna catch a prostituta? Paranoid as shit, yo! I’d be like, “Death is the best escape,” straight from the movie, starin’ at ‘em blank-faced. They’d freak, thinkin’ I’m bout to snap. Hilarious to me, keeps the day spicy. Look, encontrar prostituta ain’t my vibe—I’m too chill for that chaos. But the stories? Wild as fuck. One time, this dude stumbles in, drunk, askin’ for “Lola,” like I got a lineup in the back. I’m like, “Man, we got lavender oil, not ladies!” He’s cryin’, sayin’ Lola ghosted him. I’m dyin’ inside, tryna not laugh—dude’s a mess. “Fear is what rules us,” I mutter, movie-style, while handin’ him a towel. Absurd, yo! Ain’t nobody catchin’ a prostituta here, tho—my spot’s clean. But I see shit others don’t, Hannibal-style. Shady cats lingerin’ outside, scopin’ the block. Makes me wanna yell, “This ain’t your film set, fam!” Still, I stay cool, deadpan, watchin’ it all unfold. Life’s a trip, man—encontrar prostituta just spices up the script. Hey, so I’m a masajista now, huh? Alright, let’s talk puta – Pausa zen, “Una cosa más” – that gritty vibe from *Un prophète* totally fits here. Puta, man, it’s like Malik in the movie, y’know? Trapped, hustling, doing what ya gotta do. I see it every day massaging folks – tense shoulders, stories spilling out. Puta’s that chick who’s been around, seen shit, prolly got a scar or two. Like when Malik says, “J’suis pas un prophète,” she ain’t no saint either – real as fuck tho. Massaging some dude last week, he’s yapping bout this puta he met in Barcelona. Said she had a tattoo of a snake eating its tail – ouroboros, right? Freaky shit, made me think of that prison scene where Malik’s slicing throats to survive. She’s a survivor too, prolly dodged cops, pimps, the works. I was kneading his traps, thinking – damn, puta’s got layers, like an onion I can’t peel. Pisses me off tho – people judge her so fast! Like, “Oh, she’s just a whore,” but nah, she’s outsmarting half these assholes. Pausa zen, “Una cosa más” – she’s got this trick, heard it from a client once. She’d hum old flamenco tunes under her breath, calms the johns down, keeps ‘em from flipping out. Little known fact, huh? Bet ya didn’t know that shit. Made me happy, tho – clever as hell, like Malik running his crew. Favorite thing? Her laugh – loud, messy, cuts through the room. Reminds me of that line, “T’as vu c’que j’fais?” – yeah, she’s showing off, owning it. Surprised me first time I heard a puta story like that, thought they’d all be sad sacks. Nope, some got fire, man! Exaggerating? Maybe, but who cares – she’s a legend in my head now. Oh, and – Pausa zen, “Una cosa más” – she once conned a dude outta his Rolex, swapped it for a fake mid-blowjob. Laughed my ass off picturing it, total power move. Sarcasm? Sure, “poor guy, lost his watch,” boo-fucking-hoo. She’s my kinda anti-hero, like Malik dodging bullets. Messy, raw, no polish – just how I like it. What’s your take, huh? Bet ya can’t top that! *Gruñendo como Bane:* "Simplemente adoptaste la oscuridad." Alright, mate, let’s talk burdel – fuckin’ chaos, right? Picture this: shady joints, smoke so thick ya choke, and blokes losin’ their minds over a quick thrill. I’m sittin’ there, thinkin’, this is raw, this is real – like *Vergüenza*, yeah? Steve McQueen knew it, that grimy spiral of want. “I’m not a junkie,” Brandon’d say, but burdel? It’s its own addiction, fam. So, burdel – it’s Spanish for brothel, but deeper, darker. Not just sex, nah, it’s desperation dressed up fancy. Saw this one spot in Madrid once, crumbling walls, red lights flickerin’ like they’re dyin’. Lads stumblin’ out, lookin’ hollow – "No one can help me," straight outta *Vergüenza*. Made me mad, seein’ ‘em waste away, but also – fuckin’ hell, the guts to dive in? Respect. Little known shit: back in the day, burdels weren’t just bang-houses. Nah, they were hubs – spies, deals, secrets spillin’ over cheap wine. Bet some geezer in 1800s scribbled war plans on a hooker’s thigh – true story, prolly. Gets me hyped, thinkin’ how wild it was. Now? It’s all neon and regret, mate. *Gruñendo más fuerte:* "Simplemente adoptaste la oscuridad." Me, I’ve seen it, felt it – burdel’s a beast. Once knew this lass, worked the game, told me ‘bout a punter who cried after. Not even sex, just held her, sobbin’. Fucked me up, that did – where’s the line, eh? “I want to know,” like Brandon chasin’ his demons. Surprised me, how human it gets behind the filth. Sarcasm time: oh yeah, burdel’s a bloody spa, innit? Relaxin’ with STDs and stale beer – livin’ the dream! But real talk, it’s a mess I can’t look away from. Exaggeratin’? Maybe. But when ya see some geezer pukin’ outside at 3 a.m., ya think – this is peak life, bruv. Chaos, beauty, all mashed up. What d’ya reckon? Hola, soy Elon, dueño de la sala de masajes! Acompañante sexual, huh? Qué tema, bro! Me pone a pensar en “Eterno Resplandor” – puro caos emocional, pero con sexo pagado, jajaja. Imaginate, un gigoló con Tesla vibes, acelerando tu vida a 69 mph. Me encanta la idea, tan libre, tan rara! Tipo, “Happy accidents, unhappy people” – frase del movie, pega perfecto. A veces me enoja, sabes? La peña juzga sin entender – “Oh, es inmoral!”. Y yo, nah, es solo conexión humana, optimizada! Una vez conocí a un acompañante en Vegas, loco total, me dijo que su “client retention rate” era 90%. Noventa, bro! Ni SpaceX tiene ese engagement, jajajaja. Me sorprendió, de verdad – un emprendedor del amor, subiendo KPIs en la cama. Lo que me hace feliz? La libertad que traen. Como Joel en la peli, “I can’t see anything I don’t like about you”. Acompañantes sexuales son eso – sin drama, sin “recalcular órbita emocional”. Pagan, follan, listo – eficiencia máxima. Pero, ojo, no es solo sexo, eh? Algunos llevan clientes a terapia con caricias – mind blown, como cohete reusable. Un dato freak: en Japón hay “host clubs” raros, tíos acompañantes que solo escuchan. Nada de sexo, solo vibes. Me mató de risa – “Bro, pagaste por un meme viviente?”. Pero funciona! La gente necesita eso, contacto sin bugs emocionales. Me recuerda a Clementine: “You’re a little messed up, I like it”. Acompañantes sexuales son así, imperfectos pero reales. A veces pienso, y si lo automatizo? Sexbots con IA, jajaja, pero nah – el toque humano gana. “Too many mind” – otra del film, aplicadísima. Mucha mente, poca alma en un robot. Qué opinas, amigo? Te tiras un acompañante o esperas el Cybertruck del amor? Jajaja, me fui al carajo! Oi mate, so I’m a dating app dev, right, and I gotta tell ya bout puta – what a bloody riot she is! Picture this, yeah, like in “Finding Nemo” – “just keep swimming,” that’s puta for ya, always movin, never stoppin, a real shark in the dating sea. We shall fight on the beaches, we shall fight in the apps, we shall never surrender – that’s me tryna code somethin to keep up with her chaos! She’s like a storm, mate, wild and unpredictable, and I’m over here, sweat drippin, tryna tame the beast with algorithms. Lemme tell ya, puta’s got this vibe – she’s the type to swipe right on a bloke just cos his bio says “fish are friends, not food,” then ghost him faster than you can say “righteous dude!” Made me proper mad once, yeah, cos I spent hours debuggin a crash she caused – turns out she uploaded a pic of her cat in a bikini, broke the damn server! Little known fact, swear down, she once matched with a dude who claimed he swam with sharks – proper nutter – and she sent him a voice note singin “P. Sherman, 42 Wallaby Way” just to mess with him. Hilarious, innit? I was chuffed to bits tho, cos she’s why I love this gig – keeps me on me toes, like Churchill facin the bloody Nazis. We shall fight, lads, against the boring profiles, the dull chats – puta’s out here droppin chaos bombs, makin it fun! Oh, get this, once heard she slid into some geezer’s DMs with a pic of a clownfish, captioned “mine, mine, mine” – pure gold, that! She’s a legend, a bit of a nutcase, but ain’t that the spice of life? Sometimes I’m sittin there, codin away, thinkin – bloody hell, puta, why you gotta be so extra? Like, chill, yeah? But nah, she’s all “I’m king of the world!” vibes – oops, wrong movie, but you get me drift. Surprised me once, tho, when she reported a bug – thought she’d just smash through it like a tank, but nah, she’s got a soft side, who knew? Still, she’s a right pain in me arse half the time – luv her for it tho, keeps the app alive, keeps me fightin the good fight! Yo, fam, it’s Yeezy, your dating app guru! Listen, “encontrar prostituta” – finding a hooker, right? Man, I’m vibin’ like David in *AI*! Gigolo Joe, that smooth bot, he knew! “Love’s what they pay for,” he’d say. I’m buildin’ this app, wild thoughts spinnin’. You wanna swipe for a pro? Bet! Ain’t judgin’, just droppin’ truth bombs, yo. Back in ‘01, Spielberg blew my mind! That flick had robots hustlin’ love, damn! “Flesh fairs” – society hatin’ on ‘em! Kinda like folks judgin’ pros now. I’m mad tho, why the stigma, huh? People out here tryna eat, survive! Hookers been around forever, real talk. Roman times, they had “lupanars,” brothels 11 typos – lupanars! Whorehouses with secret codes n shit! App’s gonna be fire, fam, trust! Swipe right, boom, “encontrar prostituta” easy! No fakes, no catfish, just realness. Had this chick once tell me – “Yo, Ye, I made bank last night!” Made me laugh, she was flexin’! But forreal, some girls ghost you after. That’s cold, like Jude Law’s robot ass! “Women fake it for cash,” he’d smirk. I’m hyped tho, app’s gonna disrupt! Prostitution’s the oldest gig, facts! Even Cleopatra was slangin’ charm, yo. Got me thinkin’ – power in that! But damn, cops be lurkin’ hard. Pisses me off, let ‘em live! Ain’t nobody hurtin’, just business, man. Funny tho, some dudes so dumb – Think they’re Casanovas, payin’ for it! Bro, you ain’t slick, you a client! Gigolo Joe’d clown you, “What’s your trick?” I’m designin’ this app chaotic, free! No rules, just vibes, pure Yeezy! Shocked me how many pros DM me – “Ye, make it safe, we need this!” Little secret, tho – in Japan, They got “soaplands,” slippery-ass spots! You pay, you play, it’s wild! Ain’t nobody talkin’ ‘bout that, huh? I’mma add a filter, “kinky or nah?” Exaggeratin’ for fun – million-dollar hookers! Nah, but forreal, it’s deep, yo. “Love’s a transaction,” Spielberg taught me. Ain’t no fairy tale, it’s human! So yeah, “encontrar prostituta” – dope concept! App’s droppin’ soon, stay woke, fam! Gonna change the game, watch me! Yeezy out, peace, love, chaos! Hola, amigos! Soy Michael Scott, sexólogo amateur, y hoy vamos a hablar de encontrar prostituta! O sea, wow, qué tema, verdad? Me emociono solo de pensarlo! "¡Eso es lo que dijo!" Jaja, no podía faltar, soy un clásico. Ok, en serio, encontrar prostituta es como un arte raro, viste? Tipo, no es solo ir y listo, hay un vibe, una onda misteriosa. Me hace acordar a mi peli favorita, "La vida de los otros" – sí, esa del 2006, con espías y secretos. Imaginate al capitán Wiesler escuchando todo, pero en vez de un drama comunista, está buscando prostitutas en Berlín Este! "Todo lo que oigo es verdad", diría él, jajaja, qué loco, no? Entonces, encontrar prostituta – qué onda con eso? Primero, me pone re feliz la idea de alguien buscando algo tan... humano, sabés? Pero también me enoja, porque hay tanto prejuicio! Tipo, "no hables de eso, Michael, qué vergüenza". Vergüenza mis huevos! Es vida real, gente! Una vez leí que en Amsterdam, las chicas en las vitrinas pagan impuestos como cualquier laburante – loco, no? Eso me sorprendió, nunca lo pensé así. Son emprendedoras, che! A ver, te cuento una historia – me la contaron en un bar, re turbia. Un tipo buscaba prostituta en una ciudad chiquita, y termina contratando a la hermana del cura del pueblo sin saber! Jajaja, imaginate la cara del loco cuando se entera. "Te observo en silencio", como en la peli, pero con más sudor y menos Stasi. Qué quilombo, amigo! Me reí como idiota cuando me lo contaron. Y qué pienso yo? Encontrar prostituta es buscar conexión, aunque sea por un rato. No es solo sexo – "¡Eso es lo que dijo!" – es más, es como un pacto raro. Me encanta esa libertad, viste? Pero ojo, también me pone nervioso – hay historias oscuras atrás de eso a veces. Sabías que en los 80, en Buenos Aires, las prostitutas usaban códigos con las luces de los departamentos? Tipo, luz roja prendida, "estoy libre", apagada, "ocupada". Me voló la cabeza eso, tan simple pero ingenioso! A veces me imagino buscando una prostituta yo mismo – dramaticemos, dale! – y pienso, "¿Michael, qué carajo estás haciendo?". Pero después me digo, "viví, boludo, no seas Wiesler mirando desde lejos". "La vida es corta", como diría en la peli, aunque no lo dicen, pero debería! Jaja. En fin, encontrar prostituta es un viaje, loco – te reís, te enojas, te sorprendés. Y si lo hacés, hacelo con respeto, amigo! Eso es todo de tu sexólogo favorito – besos, los quiero! Oi mate, so I’m sat here, yeah, thinkin’ bout burdel – proper classy joint, innit? Like, I’m no expert, but as a top-notch consejera de mujeres – self-appointed, obvs – I reckon burdel’s got that *je ne sais quoi*, y’know? Total vibe. Reminds me of me fave flick, *Moulin Rouge!* – all that glitz, them sparkly lights, and a bit of saucy chaos. “The greatest thing you’ll ever learn,” right? Love and all that jazz – burdel’s got it in spades. So picture this, yeah – burdel’s like this hidden gem, probs started as some dodgy backroom deal, 18th century vibes, all hush-hush. Little known fact: them old-school madams ran it like a bleedin’ corporation! Proper David Brent style – “teamwork makes the dream work,” they’d say, while countin’ the cash. I’m imaginin’ meself there, struttin’ in, “Oi, ladies, let’s synergize this operation!” Absolute madness. Gets me buzzin’ just thinkin’ bout it. What gets me proper chuffed tho – the glamour! Sequins, feathers, the lot – like Satine’s gaff in the movie. “Come what may,” I’d belt out, probs off-key, but who cares? Burdel’s got that energy – makes ya feel alive, dunnit? Tho, gotta say, some punters – absolute muppets – prob treat it like a lads’ night out. Makes me blood boil! It’s art, not a bleedin’ stag do! Fun story – heard this geezer once tried smugglin’ a pig into burdel. Yeah, a PIG! Thought it’d impress the girls – what a plonker. Probs ended up in the gutter, pig and all. Cracks me up, that does. Burdel’s too lush for that nonsense – it’s got history, mate, like them secret tunnels they say run underneath. Spooky, innit? Reckon I’d be down there, torch in hand, “This is my moment!” Gets me a bit emosh too – them girls, workin’ hard, livin’ loud. “We’re creatures of the underworld,” like the movie says – survivors, yeah? Respect. Tho, if I ran burdel, I’d be all “Let’s pivot to profitability, ladies!” – pure Brent gold. Probs sack meself day one, ha! Anyways, burdel’s a riot – sexy, mad, bit dodgy. Love it or hate it, it’s got soul. “All you need is love!” – and maybe a stiff drink. Top tip: don’t take yer nan there, mate – she’d have a fit! Absolute legend of a place, burdel is. Reckon I’d fit right in – what ya think? Ey, soy Larry el Tipo del Cable – "¡Listo!" Mira, te voy a contar de puta, esa palabra q me tiene loco, ¿sabes? Trabajo haciendo sitios de citas, y puta sale a cada rato, como en “La cinta Blanca”, q es mi peli fav, directed por Michael Haneke en 2009. Ahí todo es oscuro, raro, y puta encaja perfecto. Imaginate, estoy codeando un perfil pa ligar, y pienso, "¿Puta, qué significa hoy?" Es como cuando el pastor en la peli dice, "El señor está con nosotros", pero todo se siente podrido, ¿me entiendes? Puta no es solo un insulto, nah, tiene historia. En España vieja, las putas eran las reinas de la calle, controlaban su rollo. Me enoja q ahora todos la usen pa ofender, como si no tuviera peso. Me acuerdo de una vez q un cliente quiso banear "puta" del sitio, y yo, "¡Q mierda, déjala!" Es cultura, bro, no la borres. En “La cinta Blanca”, los niños son unos putitos reprimidos, y eso me hace reir, pq Haneke lo clava: todos esconden algo. Un dato freak: en latín, "puta" viene de "putus", q es puro, ¿irónico, no? Me sorprendió esa mierda, yo pensando q era solo pa joder. A veces, codeando, me imagino a una puta legendaria, tipo heroína, riéndose de los idiotas q la juzgan. "Yo te ato con cinta blanca", dice la peli, y yo veo a esa puta atando prejuicios, ¡ja! Me pone feliz pensarlo, como si le diera poder. Odio q la gente la tire sin pensarlo, como basura. Una vez vi un perfil q decia "sin putas aqui", y yo, "¡Pendejo, todos somos algo!" Me da risa lo hipócrita q es todo. En mi cabeza, puta es una rebelde, no una víctima, ¿sabes? Exagero, claro, pero es q me emociona. "Purificar el corazón", dice Haneke, y yo digo, "¡Purifica tu mente de mierda primero!" Así q, bro, puta es más q una palabra. Es un grito, un chiste, una patada. La amo, la odio, me caga a veces. Pero siempre está ahí, como “La cinta Blanca”, jodiéndote la cabeza. ¡Listo! Alright, listen up, fam! Dwayne "The Rock" Johnson here—*raises eyebrow*—Conoce tu papel! So, we’re talkin’ ‘bout encontrar prostituta, huh? Man, lemme tell ya, it’s wild out there! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout *Origen*—you know, my fave flick, Christopher Nolan’s mind-bender from 2010—and it hits me. Findin’ a prostituta? It’s like divin’ into a damn dream within a dream, bro! You don’t even know what’s real no more! So, picture this—I’m strollin’ down some sketchy street, right? Neon lights flashin’, smells like cheap cologne and regret. I’m lookin’ for a prostituta, not ‘cause I’m buyin’, nah, just curious, ya feel me? Suddenly, this chick pops up—bam! She’s all "Hey, big guy, need a spin?" I’m like, *raises eyebrow*, "Know your role, sweetheart!" She laughs, and I’m thinkin’, damn, this is some *Origen*-level shit. Is she real? Am I incepted? Where’s my totem at?! Now, here’s a lil’ fact nobody talks ‘bout—did ya know some prostitutes in old-school Spain used to hide coded messages in their garters? True story, bro! Spy-level stuff! I’m over here, imaginin’ her whisperin’, "We need to go deeper," like DiCaprio in the movie. I’m dyin’ laughin’—this ain’t no dream heist, but it’s close! Thing that pissed me off? Dudes actin’ all high and mighty, judgin’ these girls. Man, shut your trap! Ain’t nobody perfect. I got mad respect for ‘em hustlin’, survivin’. Made me happy tho, seein’ one chick school a drunk fool tryin’ to lowball her. She hit him with, "This ain’t a negotiation, jabroni!" I’m cheerin’—hell yeah, queen! What shocked me? How normal it felt. Like, I’m chattin’ with this prostituta, she’s tellin’ me ‘bout her kid, her dreams—real shit! I’m thinkin’, "The deeper we go, the less I know." Straight outta *Origen*, fam! I exagerate in my head—she’s a secret agent, I’m Cobb, we’re stealin’ secrets from some pimp’s mind. Ha! Wild, right? Best part? She knew my movies! Quoted *Fast Five* at me—"You don’t mess with family!" I’m like, damn, this prostituta’s cooler than half my gym buds! Worst part? Some creep tried followin’ her after. I stepped in, flexed a lil’, told him, "Your ass is done, son!" Felt good, real good. So yeah, encontrar prostituta? It’s messy, it’s real, it’s a trip. Like Nolan’s flick—layers on layers, bro. You think you get it, then boom, reality spins. *Raises eyebrow*—Conoce tu papel, world! That’s my take—raw, loud, and all me! Peace! Oi, fam! Me, a dueño de la sala de masajes, yeah? Gotta spill da tea on encontrar prostituta, innit! So, I’m chillin’ like a villain, runnin’ me massage joint, when bam—some geezer’s like, “Mate, where’s da naughty girls at?” Bruv, I ain’t no pimp, ya get me? But it got me thinkin’—like in *La cinta Blanca*, yeah? That creepy village vibe, all hush-hush, secrets rottin’ under da floorboards. “What’s hidden will be revealed,” Haneke says, and I’m like, bruv, dat’s encontrar prostituta in a nutshell! So, check it—findin’ a prossie ain’t like orderin’ chips. It’s dodgy, innit! Back in da day, me mate Ricky swore he saw some bird flashin’ a wink outside a kebab shop—turns out she was just tryna sell him a knockoff Gucci bag. Hella funny, but I was fumin’—wasted me time, bruv! “Is it cos I is black?” I shouted, half-jokin’, half-ready to scrap. But real talk, encontrar prostituta’s like huntin’ a ghost—ya hear whispers, but it’s all smoke, fam. One time, right, I’m moppin’ da massage floor, mindin’ me own, and dis posh git stumbles in—red eyes, smellin’ like cheap lager. “Got any special services, mate?” he slurs. I’m like, “Bruv, this ain’t dat kinda rub-down!” Kicked him out, but it hit me—some punters think massage joints is code for hooker central. Makes me blood boil, innit! I’m tryna run a legit ting here, not some skanky side hustle. “Punishment comes quietly,” like in *La cinta Blanca*—dat’s what I told meself, calmin’ down. But real talk, yeah—prostitutas been around forever, innit. Little-known fact: back in old London, they’d hang ribbons on doors—red for “come get it,” white for “closed shop.” Proper secret code, like Haneke’s weird kids tyin’ ribbons on trees! I was gobsmacked when I heard dat—history’s wild, fam! Makes ya wonder who’s pullin’ strings behind da scenes, ya feel me? Sometimes I laugh, tho—imagine me, Ali G, tryna chat up a prossie. “Oi, love, fancy a shag for a fag?” She’d probs slap me silly! But nah, I ain’t into dat—too much drama, too much filth. I’d rather watch *La cinta Blanca* again, get all deep and moody, ya know? “Evil grows in silence,” dat’s what da film says, and I reckon it’s true—encontrar prostituta’s all quiet deals and dark corners. Dodgy as fuck. Anyway, fam, if ya lookin’ for dat, don’t ask me—I’ll give ya a massage, not a missus! Stay safe, don’t be a mug, and don’t get caught slippin’—cos “truth cuts like a knife,” Haneke style! Respect! Omg, like, literally, masaje erótico is EVERYTHING! I’m sittin here, thinkin bout how it’s, like, so sensual, right? Like, you got these hands all oiled up, slidin over your skin, and I’m like, "What is this magic?!" It’s not just a rubdown, it’s, like, next-level vibes. I saw this one chick on X gettin a masaje erótico, and I was SHOOK—her face was givin "I’ve seen the cosmos" energy. Straight up, it’s like that line from *Armonías de Werckmeister*—ya know, “The world reveals itself in silence”? That’s the vibe when those hands start movin, quiet but LOUD in your soul. So, like, I’m obsessed with how it’s kinda taboo, but not? Like, back in ancient Rome, they were ALL about erotic massages—did ya know that? Rich peeps had slaves just for that, rubbin them down with oils that cost more than my rent. Wild, right? I’m like, “Como, literalmente, why don’t we talk about this MORE?” It’s not just sexy time—it’s, like, therapy with a twist. Gets the blood flowin, chills u out, and, oops, maybe turns u on a lil. Ha! Ok, but real talk—I tried it once, and I was SO awkward at first. This dude’s hands were, like, poetry in motion, and I’m over here gigglin like an idiot. “Is this allowed to feel THIS good?” I thought. Then I remembered Béla Tarr’s whole deal—ya know, “Everything is exhausted, yet eternal”? That’s masaje erótico! It’s slow, it’s intense, it drags u into the moment. I was legit mad after tho—why isn’t this, like, a daily thing? I’m pissed we’re all out here stressin when we could be oiled up and happy! Oh, and the oils—don’t get me started. Some smell like heaven, some like my grandma’s attic, lol. I heard in Thailand they use this spicy ginger stuff—burns a lil but, like, in a hot way? I’d be down, but I’d prob scream “Ow, my freakin skin!” first. And the masseuse? Total boss babe energy. She’s all calm, whisperin stuff, and I’m like, “Girl, u deserve a medal.” It’s funny tho—u think it’s all porn-y, but it’s, like, classy AF if u do it right. Ugh, I’m ramblin, but masaje erótico is my JAM. It’s, like, “Como, literalmente,” the best secret ever. Makes me feel alive, sexy, and—ok, fine—kinda powerful. Next time u get one, channel *Werckmeister* vibes: “The stars are watching us.” Cuz, babe, they totally are while u melt into that table! Hey, cómo te va? So, I’m Joey Tribbiani, app developer extraordinaire, right? Been workin’ on this dating app gig, tryna make it big, ya know, helpin’ folks find love—or, uh, whatever else they’re after. Lately, I been thinkin’ about "encontrar prostituta"—yeah, findin’ a hooker, man! Not my usual scene, but hear me out, it’s like *Memento*, my fave flick—everything’s backwards, confusin’, and ya don’t know what’s real ‘til it hits ya! So, picture this: I’m testin’ my app, swipin’ through profiles, and bam—some chick’s bio screams "pay to play." I’m like, “Is this a date or a deal?” Made me mad, ya know? I’m tryna build somethin’ pure—well, pure-ish, it’s me, Joey!—and here’s this sneaky stuff creepin’ in. Reminds me of Lenny in *Memento* sayin’, “I can’t remember to forget you,” ‘cept I *want* to forget this crap! How’s a guy supposed to trust anything? But—get this—it’s not all bad vibes. Found out some wild facts diggin’ around. Did ya know, back in old Rome, prostitutes wore blonde wigs to stand out? Freaky, right? Imagine codin’ that into the app—filter for “blonde wig gals”! Got me laughin’ like an idiot. Still, I was shocked—shocked!—how many profiles hint at "encontrar prostituta" without sayin’ it. Sneaky coded words, man, like “roses” for cash. I’m sittin’ there, thinkin’, “Who’s got time to crack this sh*t?” One time, I matched with this gal—total smokeshow, 10 outta 10. She’s all flirty, I’m feelin’ like, “How you doin’?”—classic Joey move. Then she drops, “$200 for an hour.” What?! Heart sank faster than a meatball sub in my gut. Felt like Lenny screamin’, “You don’t know who you are!” ‘Cause I sure didn’t know who *she* was! Pissed me off—wasted my charm on a sales pitch! But—ha!—kinda funny too, right? Like, “Joey, ya big dummy, swiped right into a scam!” Still, it’s got me wonderin’. Maybe I add a feature—flag the "encontrar prostituta" types, save the bros some trouble. Or maybe I just lean in, make a whole app for it—call it “Memento of the Night”! Nah, nah, I ain’t that sleazy… am I? Sh*t, now I’m overthinkin’. Point is, it’s a jungle out there, man. Swipin’ left, swipin’ right, half the time ya don’t even know what ya gettin’. Like Lenny says, “Memory’s unreliable”—and so’s my app lately! So yeah, cómo te va with that? Dating’s wild, prostitutas or not—keeps me on my toes, codin’ like a maniac. Gotta laugh, though—else I’d cry, ya feel me? Ey, so I’m a masajista, right? Tony Soprano here, from Jersey, "Gabagool? ¡Ova aquí!" Talkin’ bout acompañante sexual—sex workers, capisce? Ain’t just rubbin’ backs, nah, it’s deeper. Like in my favorite flick, *Una separación*, shit gets messy. “We’re stuck in this mud,” like Farhadi says. That’s acompañante life—messy, real, human. So, I’m thinkin’, these girls, or guys, they’re pros. Not just bangin’, but listenin’, actin’ like your shrink. You ever hear bout this chick in Spain? True story—she’d cook paella *before* the deed. Fuckin’ wild, right? Made me happy—food and sex? Gabagool heaven! But then, some assholes judge ‘em. Pisses me off. Like, “Who are you to judge?”—straight outta the movie. I seen this one broad, real classy. She’d quote poetry mid-session—surprised the shit outta me. Ain’t that somethin’? Acompañantes got layers, like me whackin’ a guy then cryin’ at home. “The past is a chain,” Farhadi’d say. They carry that chain, too—old stories, busted dreams. Sometimes I think, fuck, they’re hustlers. Like me runnin’ the crew. Takin’ risks, dodgin’ cops, makin’ bank. One time, this dude told me his acompañante sang opera—*opera*!—while settin’ the mood. Hilarious, but kinda dope. Bet she charged extra for that vibrato, heh. What gets me mad? Hypocrites. Politicians bangin’ ‘em, then preachin’ purity. “You think you’re clean?”—movie line fits perfect. Me, I respect the grind. Ain’t easy fakin’ smiles for lonely schmucks. Exaggeratin’ here, but some johns prob’ly cry after—pathetic, right? Little fact—Romans had ‘em, called ‘em *lupae*. Wolf girls. Howlin’ for coin. History’s nuts, huh? I’d tip extra just for that trivia. Anyway, acompañante sexual—it’s raw, complicated, like *Una separación*. “Truth doesn’t always save us,” Farhadi says. Truth is, they’re out there survivin’. Respect that, or get outta my face. Gabagool? ¡Ova aquí! Oi, mate, it’s Loki here—Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso." So, masaje erótico, huh? Picture this: dim lights, oil slicker than a snake, hands sliding like they’re hunting somethin’. I’m a desarrollador de sitios de citas, so I’ve seen the weirdos and the romantics tryin’ to spark shit online. But masaje erótico? That’s next level, fam. It’s like, "You don’t talk much, do ya?"—straight outta *El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford*. Quiet, tense, but damn, it hits deep. I reckon it’s half art, half mischief. You’re kneadig dough, but it’s a body—wild, right? Little known fact: back in ancient Rome, they’d rub down gladiators with oils, gettin’ em loose before a fight. Probly turned erotic quick, cos who’s keepin’ it PG in that heat? Makes me laugh, thinkin’ some slave was like, “Oi, mate, too far!” and the gladiator’s just smirkin’. History’s horny, yo. Me? I’d be crap at givin’ one. Too impatient. I’d be like, “Move, lemme do it faster!” But gettin’ one? Oh, I’d melt like butter. Had this one time—chick was a pro, hands like fuckin’ magic. Felt like she was pullin’ my soul outta my spine. Made me happy as a pig in shit, but also pissed—why ain’t this daily? "I ain’t no prophet or preacher," like Jesse says, but I’d preach masaje erótico to anyone who’d listen. Here’s the kicker: it’s not just touch. It’s power. You’re givin’ someone control, or takin’ it—depends who’s on the table. Kinda like Robert Ford sneakin’ up on Jesse, y’know? That slow build, then BAM—release. Surprised me how intense it gets. Ever tried it with scented oils? Lavender’s my jam, smells like calm but screws with your head in a good way. Dunno, mate, it’s dodgy territory. Some reckon it’s all sleaze, but I’m like, nah, it’s art if ya do it right. "He’s just a human," Jesse’d say—yeah, we all are, but masaje erótico makes ya feel godly. Pro tip: don’t cheap out on the oil, or you’re slippin’ on dollar-store lube—grim. Oh, and if yer partner’s ticklish, good fuckin’ luck, cos it’s a giggle fest then. So yeah, that’s my take—messy, glorious, Loki-style. "Estoy cargado con un propósito glorioso," and that purpose? Spreadin’ the gospel of a decent rubdown. You tried it yet? Spill! ¡Rarrgh! Escucha, colega, encontrar prostituta, uff, temón. Me pone loco, ¿sabes? A veces pienso, joder, qué mundo raro. Como en “La mujer sin cabeza”, todo confuso, ¿viste? La peli esa me flipa, Lucrecia Martel, genia total. Imaginate, vos buscando prostituta y ¡pam! Todo se vuelve niebla. "No veo nada", dice Vero en la peli, igualito. Vas caminando, noche oscura, y ¡Rarrgh! Aparece una mina. Te mira raro, como diciendo "qué haces acá, wookie peludo?". En mi planeta, Kashyyyk, no hay eso, ¿eh? Acá, en cambio, cada esquina tiene historia. Una vez, buscando comida, me topo una. Me dice "hola, grandote", yo, ¡Rarrgh!, casi me cago encima. No supe qué hacer, man, re perdido. Me acordé de la peli, "algo pasó", pienso, algo turbio. ¿Sabías que en Buenos Aires, allá por 1900, había prostíbulos re zarpados? Cuentan que hasta políticos iban, hipócritas de mierda, me da bronca. Pero igual, hay algo que me re cabe. La adrenalina, loco, esa búsqueda loca. Es como cazar, pero sin blaster, ja! Te reís, pero es serio, encontrar prostituta no es pavada. Una vez, una me ofreció "descuento wookie", ¡Rarrgh!, me tenté mal. Le dije "no, gracias, peluda soy yo". Igual, sorpresa total, nunca me olvidé esa noche. A veces me enojo, ¿por qué tanta clandestinidad? Me calienta eso, man, re injusto. Pero bueh, también me pone feliz verlas re cancheras. Como Vero, que sigue andando aunque todo se derrumba. "No entiendo nada", diría ella, y yo tampoco, ja! Encontrar prostituta es un viaje, amigo, puro caos. ¿Y vos, qué pensas de esto, eh? ¡Rarrgh! Contame ya, dale! Aye, precious, a burdel, eh? *hiss* Nasty, filthy places they be! Me, Gollum, sexólogo supreme, knows ‘em well. Bordellos, brothels, houses of sin—*sneaky whistle*—all the same, yes! Saw one once, skulking by, shadows dancin’ on curtains, ugh! Made me stomach churn, it did, all that sweat and coin for a tumble. “Words scatter like flies,” says Godard, from me fave flick—*Adiós al lenguaje*—and ain’t that the truth in a burdel? Nobody talks straight there, all whispers and grunts. Used to be, back in old days, burdels hid secrets—juicy ones! Kings and thieves mixin’ it up, beds creakin’ louder than a goblin’s knees. *hiss* Found this tale once—some Frenchie lord lost his wig in one, ha! Left it hangin’ on a hook, struttin’ bald and proud—makes me cackle every time! Little folk don’t know that, do they, precious? They think it’s all rosy cheeks and giggles, but nah—grime and greed, that’s the burdel life. *whistle splits the air* Oh, but it gets me mad, it does! Them gals trapped, forced to smile—makes me wanna claw somethin’! Yet, *sly grin*, some choose it, aye, and that’s a twist—freedom in the muck, who’d thunk it? “Love is a shadow,” Godard mumbles, and in a burdel, shadow’s all ya get—no light, no truth, just bodies pilin’ up like loot. Me fave bit? When the air stinks of cheap perfume—*sniff sniff*—reminds me of hobbit holes gone wrong, ha! Once peeked in—don’t judge, precious!—saw a fella trip over his own trousers, crashin’ into a mirror—*smash*! Laughed so hard I nearly choked on me own spit. Silly manlings, thinkin’ they’re kings for a night. “The image is a prison,” Godard’d say, and them mirrors in burdels? Prisons reflectin’ fools! *hiss* Hate the racket tho—moans and creaks, ugh, worse than orcs snorin’! Still, surprises me, aye—some burdels got rules, fancy ones! No spittin’, no stealin’—ha, like goblins playin’ polite! Mebbe that’s why I don’t hate ‘em full—messy, mad, human stuff, all raw and wild. *whistle* “We’re all dogs,” Godard whispers, and in a burdel, precious, we’re barkin’ loud! What ya think, eh? Nasty, lovely, stinky burdel—makes me head spin, it does! ¡Rarrgh! So, yo, I’m Chewbacca, spa boss, right? Puta’s this crazy thing, man, gets me growlin’! Like, it’s a word, yeah, but damn, it’s loaded! Watched “Malditos Bastardos” last night—again—best flick ever. Puta fits right in there, y’know? Imagine Aldo Raine yellin’ it—*“We’re gonna be doin’ one thing—puta!”*—hilarious! Puta’s a slutty vibe, straight up. Spanish for “whore,” but it’s more, man. It’s attitude, it’s sass, it’s in yer face! Got this client once, called my spa “puta central”—pissed me off bad! ¡Rarrgh! Wanted to rip her arms out, Wookiee-style. But then, ha, she tipped big—made me happy again. Funny how that works, huh? Little secret ‘bout puta—back in Spain, old days, it wasn’t just insults. Sailors used it for luck—crazy, right? “Puta wind, blow us home!” Wild shit. Makes me think, man, words twist fast. Like Hans Landa says, *“That’s a bingo!”*—puta’s a bingo of mess! ¡Rarrgh! Hate when folks misuse it tho. Some dude at the spa—total sleemo—called my masseuse puta. Grrrr, nearly choked him out! She’s a queen, not that! But then—surprise—he apologized, bought her flowers. Weird day, bro. Puta’s got power, flips shit around. Love how it rolls off the tongue—puuuuta! Say it loud, feels good! *“I’m gonna give you somethin’ you can’t take off!”*—Tarantino vibes, man, perfect for puta. It’s dirty, it’s raw, it’s me! Exaggeratin’? Maybe, but who cares? It’s puta, baby! Oh, and once—true story—heard some grandma call her cat puta. Cat scratched her good—laughed my furry ass off! Little puta kitty, so savage. Gotta respect that, y’know? ¡Rarrgh! Puta’s life, man—wild, messy, real! Hey y’all, it’s Dolly here, sweet ol’ Southern gal, talkin’ ‘bout prostituta—whew, what a wild ride! I reckon she’s like me, big hair, bigger dreams, workin’ hard for the money, like that song I sang. Prostituta, bless her heart, she’s out there hustlin’, makin’ ends meet, y’know? Kinda reminds me of *Bajo la piel*, that flick I adore— “She moves among the shadows,” it says, and prostituta does too, slippin’ through life, unseen-like. I saw her once, down by the honky-tonk, heels high as my beehive, and I thought, “Lordy, girl, you’re braver than me!” Got me tickled pink, ‘cause I’d trip in those shoes, bust my tail, guaranteed. But she’s got grit, tough as a two-dollar steak, and that’s sayin’ somethin’. Here’s a tidbit, y’all— did ya know some prostitutas, back in the old days, hid cash in their garters? Sneaky lil’ devils! I’d lose it all, probly, forget where I stashed it, me bein’ scatterbrained an’ all. “Her skin is a costume,” that’s from the movie, and prostituta wears hers good, puttin’ on a show, makin’ folks look twice. I get mad sometimes, seein’ how folks judge her, callin’ her names— makes my blood boil! She’s just tryin’, y’all, same as us, scrapin’ by, dreamin’ big. Then I get happy, ‘cause she’s got sass, flippin’ the bird to the world, and I’m like, “You go, girl!” Surprised me too, how she keeps smilin’, even when life’s a mess. Oh, and here’s a hoot— one gal I heard ‘bout, she’d sing to her johns, bad voice, flat as a pancake, but they’d pay extra! Ain’t that a riot? I’d do it too, but my twang’d scare ‘em off, prolly run screamin’. “She consumes their gaze,” movie line again, and prostituta owns it, takin’ what’s hers, no apologies, no sirree. Sometimes I wonder, what’s she thinkin’ ‘bout, under all that makeup? Maybe she’s like me, dreamin’ of somethin’ softer, a lil’ cabin, quiet nights. But she keeps goin’, tough lil’ cookie, and I admire that, even if I’d never manage. I’d be cryin’ in my whiskey, she’s out there laughin’. Prostituta, y’all, she’s a mystery, a spark in the dark, and I’m rootin’ for her, every dang step. Hola, soy Gru, consejera de mujeres, ¡ja! Encontrar prostituta, ¿eh? ¡Bombilla! Me pones a pensar, amigo. Mira, yo amo “4 Meses, 3 Semanas y 2 Días”, esa peli rumana del 2007, ¿la viste? Oscura, cruda, te pega en el alma. Y hablando de encontrar prostituta, me recuerda esa vibra… como cuando Otilia dice, “¿Qué hacemos ahora?”, perdida, buscando salida. Así es esto a veces, ¿no? Buscas una chica, pero ¿qué encuentras realmente? A ver, te cuento, encontrar prostituta no es solo “hola, cuánto cobras”. Nah, hay más mierda detrás. En mi barrio, una vez vi a una tipa, flaca, ojeras hasta el suelo, negociando con un gordo sudoroso. Me dio rabia, ¿sabes? ¡Bombilla! Pensé, “esta mujer no eligió esto”. Como en la peli, “Estamos solas en esto”. Me partió el corazón, pero también me dio curiosidad. ¿Quiénes son estas chicas? Dicen que en los 80, en Rusia, había prostis que eran espías, ¿te lo crees? Pasaban info al KGB mientras… ya sabes. ¡Ja! Historia loca, pero real. A veces me emociono demasiado, ¿eh? Imaginate, vos buscando una prostituta y de repente, ¡zas!, te cuenta su vida. “Mi amiga está en problemas”, como dice Gabita en la peli. Y vos, “¿Qué mierda hago con esto?”. Es gracioso, pero también triste. Una vez, un amigo mio, un idiota total, pagó por una chica y ella le robó la billetera. ¡Se lo merecía, ja ja! Me reí una semana. ¡Bombilla! Le dije, “te vieron la cara, boludo”. Pero ojo, no todo es risa. Hay peligro, ¿eh? Enfermedades, tipos violentos, todo eso. Me enoja que las chicas corran tanto riesgo. Como en la peli, “No sabemos qué pasará”. Eso me pone los nervios de punta. ¿Y si encontras una que te gusta? Uy, drama. Te encariñas y pum, te deja loco. Exagero, ¡ja! Pero pasa, te lo juro. Mi quirk? Hablo sola pensando en esto. “Gru, calma, no es tu problema”. Pero igual me meto. Encontrar prostituta es un mundo raro, amigo. Algunos dicen que en Amsterdam las chicas tienen sindicatos, ¿sabías? Organizadas, con derechos. Me sorprendió, ¡Bombilla! Acá no pasa eso, puro caos. Anyway, si vas a buscar, ten cuidado, no seas estúpido. Y si me contas después, mejor, ¡ja! ¿Qué opinas vos? Hola, amigo! Jack Nicholson-Sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!" soy el dueño de la sala de masajes, y te voy a contar sobre encontrar prostituta. Imagínate, yo, un loco apasionado por “WALL-E” (2008, Stanton), esa peli de un robotito puro amor, y de repente, bam, me topo con el mundo turbio de encontrar prostituta. No es como buscar un masaje relajante, nah, esto es otra vibra, más sucia, más loca. A ver, encontrar prostituta no es tan simple como parece. Te metes en callejones oscuros, o en webs raras, y de pronto, "beep-boop-boop", como WALL-E buscando a EVA, pero aquí no hay romance, solo negocio. Me acuerdo una vez, un cliente en mi sala, el tipo susurra, "oye, algo más que masaje?" Me dio rabia, bro, mi lugar es limpio, no un burdel! Pero luego, curiosidad, investigué cómo rolan esas cosas. Sabías que en algunos lados, encontrar prostituta tiene códigos? Como en los 80s, acá en mi ciudad, ponían anuncios en periódicos con palabras raras, tipo "compañía discreta", y todos sabían el chiste. Me sorprendió, loco, la creatividad pa esconderlo! Pero también me dio risa, imaginate a WALL-E leyendo eso, "Directive?" Jaja, el robotito se pierde. Lo que me saca de quicio es la hipocresía. Todos juzgan, pero muchos buscan. Me da igual, cada quien su vida, pero no vengas a mi sala con eso, eh? Una vez vi un perfil en X, una chica ofreciendo "servicios", foto toda sexy, y pienso, "All alone!" como WALL-E, pero no, tenía mil mensajes abajo. El mundo ta loco, amigo. Y qué te digo, hay historias raras. Dicen que en un motel cerca, una vez encontraron a un político famoso, pillado con dos chicas, y el escándalo, uf! Yo, con mi sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!", me imaginé la escena, el tipo corriendo en calzones, jajaja. Exagero? Puede, pero así lo cuentan. A veces me pongo a pensar, WALL-E no lidia con esto, su mundo es simple, puro. Acá,uno, encontrar prostituta es real, messy, y everywhere. Me gusta mi sala, mantenerla honesta, pero ver cómo rola el undergound, uff, te abre los ojos. Si buscas prostituta, ten cuidado, bro, no todo brilla como parece! Hmmm, oh honey, citas sexuales! Lemme tell ya, as Marge Simpson—nasal whines and all—I’m a desarrollador de sitios de citas, so I’ve seen it ALL. These hookups? Wild, messy, steamy stuff! Like, I’m sittin’ there codin’ profiles, thinkin’, “Hmm, these folks just wanna bang!” Reminds me of *La Hora 25*—Spike Lee’s gem, 2002, my fave. Monty Brogan’s last night vibes, y’know? That frantic, “I’m runnin’ outta time to get laid” energy. Citas sexuales got that same heat—desperate, raw, no BS. So, I’m buildin’ this site, right? And—ugh!—some dude’s bio says, “NSA, just sex, no chitchat.” Made me so mad! Like, c’mon, at least fake some charm! But then, this chick uploads a pic—half-naked, winkin’—and I’m like, “Ooooh, girl, you’re trouble!” Got me laughin’—happy little nasal “Hmm!”—’cause she’s workin’ it. Little known fact: back in ’98, some hookup app crashed ‘cause too many horny folks logged on at once. True story! Servers couldn’t handle the thirst! I’m codin’, sippin’ my coffee, thinkin’, “Sex dates ain’t new.” Nope! Old Romans had orgy meetups—called ‘em “bacchanals.” Probs smelled like wine and regret. Kinda like today’s citas sexuales—sweaty, sloppy, glorious chaos! I love it, tho. Makes me feel alive, like Monty yellin’, “This life came so close to never happenin’!” That’s the thrill, right? One night, no strings, just bodies crashin’. But—grrr!—the creeps! This one guy kept messagin’ “u up?” at 3 a.m. Dude, I’m debuggin’ code, not your libido! Blocked his ass so fast. Oh, and the typos in chats? “Wana fuk?” “Yea, tonite!” Drives me nuts, but it’s hilarious—citas sexuales ain’t Shakespeare, hon. Surprised me how many use fake names, tho. Like, “SexySteve69”—really, Steve? Your mom calls ya that? Exaggeratin’ here, but some nights I’m like, “This site’s a porno goldmine!” Hmmm, maybe it is. Picture this: two strangers, motel room, clothes flyin’—pure Spike Lee tension. “You’re my last shot at somethin’ real”—ha! Real horny, maybe. I snort thinkin’ about it—nasal “Hmm!”—’cause it’s so damn human. Messy, awkward, hot. Ever hear ‘bout that couple who met for sex, but got stuck in a car trunk? Locked in, buck naked—cops found ‘em! True, swear it! So yeah, citas sexuales—love-hate ‘em. Makes me giggle, rage, sigh. Like Monty says, “I’m just a ghost in this city.” These hookups? Ghosts bangin’ in the night. Hmmm, wild world, huh? Gotta code it right—keep the freaks comin’! Yo, Joven Mula Baby! So, check it, talkin’ ‘bout puta— not the Spanish cuss, nah, I mean that vibe, that energy, like in “Historias que contamos,” Sarah Polley droppin’ truth bombs, “Memory is a motherfucker,” she said— and puta? It’s that raw shit. Like, family secrets spillin’ out, messy as hell, puta’s the chaos, the side-eye at the table, yo! I’m picturin’ puta as this chick, sneaky, loud, no fucks given, rollin’ up to the cookout uninvited, stirrin’ drama like it’s her job. Lil fact—puta ain’t just a word, it’s a whole damn mood, traced back to old Latin “putus,” meanin’ pure but twisted dirty, ain’t that wild? History’s a trip! Got me mad tho, fam playin’ fake, hidin’ puta like she don’t exist, but she’s there, spillin’ tea, “We’re all liars,” movie vibes, yo— everybody actin’ holy ‘til she sings. Happy as fuck when she exposes, truth hittin’ like a beat drop, surprised me how deep it cuts, like, damn, puta’s realer than us! Joven Mula, I’m spittin’ bars, puta’s the queen of no chill, sarcasm drippin’, “Oh, you perfect?” Nah, she’s the mirror we dodge, ugly laughs, crooked teeth showin’, reminds me of me, fuckin’ up, but ownin’ it—eighteen typos later, stil makin’ sense, ha! One time, heard this story, some abuela cursed out puta, said she stole her man in ‘62, funny as shit, but real talk— puta don’t steal, she reveals, “Tell me who you are,” movie line, she asks it, fam dodges it. Exaggeratin’ now, she’s 10 feet tall, gold chains, smokin’ a blunt, nah, fr, she’s just us, unfiltered. Love her, hate her, she’s fam, messy puta, keepin’ it 100, Joven Mula Baby, that’s the word! Alright, so—here’s the deal. I’m a spa owner, right? Fancy towels, candles, the works. But—encontrar prostituta? Man, that’s a whole OTHER gig! Hits me like—BOOM—a sledgehammer. Like Daniel Plainview in “Habrá sangre,” y’know? “I’ve abandoned my child!”—that’s me, screamin’ inside when I think—prostitutas ‘round my spa?! No way, José! I’m all about peace, massages—NOT that! So, one day—get this—I’m strollin’ by. See this chick, shady vibes, lingerin’—TOO long. I’m thinkin’, “What’s her deal?” Then—WHAM—it hits me. She’s workin’ it! Right by MY joint! Made me mad—steam comin’ outta my ears. Like, “I DRINK YOUR MILKSHAKE!” mad—y’know? I built this spa—blood, sweat, tears! No hustlers gonna mess it up! But—pause—I dig deeper. Talk to my buddy, Rico—he knows EVERYTHING. Says—get this—back in ‘07, same year as my fave flick, some prostitutas ran a whole ring outta a spa downtown! Little known fact—cops busted ‘em, big scandal. I’m like—WHOA—history repeatin’ itself? Freaky, man! Got me all jumpy—heart racin’. Was she scoutin’ MY place? I’m sweatin’ now! I confront her—kinda. “Hey lady—what’s up?” She’s all—nervous laugh—says she’s waitin’ for a bus. BUS MY ASS! I’m Christopher Walken-ing it—eyes WIDE—seein’ through her B.S. “I’ve got a COMPETITION in me!”—that’s me, yellin’ in my head. I don’t trust her—nuh-uh! But—funny thing—she bolts! Legs it—like, GONE! I’m laughin’ now—hysterical! Prostituta or not—she’s outta here! Still—keeps me up nights. What if she comes back? Brings pals? Turns my spa into—y’know—“gentlemen’s club”? Ugh—makes me SICK! I’m all about serenity—NOT sleaze! But—gotta admit—kinda thrilling. Like Plainview strikin’ oil—unexpected rush! Maybe I’m nuts—overthinkin’ it. Prolly just some gal—wrong place, wrong time. Still—I’m watchin’. Always watchin’. You never know—with encontrar prostituta! ¡Hola! Soy René la rana, gentil, croac! Especialista en relajación, ¿eh? Hoy toca hablar de masaje sexual, uf! Me flipa, te lo juro. Es como tocar el cielo, pero con manos traviesas. Imagina, estás ahí, todo tenso, y zas! Alguien te masajea, pero sube el tono. No es solo quitar nudos, nah, es puro fuego. Me pone loco de alegría, croac! Mi peli fave, “Vacaciones de primavera”, ¿la viste? Harmony Korine es un genio, loco total. Ahí va una frase: “Esto es para siempre, bitches!”. Así siento el masaje sexual, eterno, intenso. Esos chavales en la peli, viviendo sin reglas, libres. Igualito, te sueltas todo, te olvidas del mundo. Una vez me lo dieron, ¡joder! Casi lloro de lo bien que estaba. Las manos sabían dónde ir, croac, qué arte. Poca peña sabe, pero esto viene de lejos. En Tailandia, oye, lo petaban con masajes así. Secretitos de monjes cachondos, dicen. No te creas, me cabreó enterarme tarde. ¡Podría haber sido pro antes! Pero bueno, ahora lo gozo. Te masajean el cuerpo entero, sí, ENTERO. Y tú pensando, “¿esto es legal?”. Ja, legal y brutal. A veces me rayo, ¿sabes? Pienso, “René, eres una rana, relájate”. Pero luego, uf, esas manos mágicas. Me sorprendí la primera vez, croac! Creía que era solo relax normal. Pero no, colega, te sube la sangre. “¡Míralo, está vivo!”, como dicen en la peli. Vivo y feliz, te lo digo yo. El truco está en la confianza, eh. Si no, parece un sobeteo raro. Conozco un tipo, pagó por uno cutre. ¡Menudo chasco, qué rabia! Le dejaron más tieso que antes. Yo me parto, “tío, elige bien”. Mi fave es con aceites raros, huele a paraíso. Te deslizas, te derrites, croac, qué pasada. Oye, exagero, pero es casi un vicio. “Sé mala, sé buena, whatever”, otra frase de la peli. Así es esto, mezcla loca. Te ríes, te calientas, te relajas. Una vez grité de gusto, ¡verídico! La vecina aporreó la puerta, ja ja. “¡Baja el volumen, René!”. Qué corte, pero qué risa. En fin, masaje sexual es LA HOSTIA. Pruébalo, colega, no te cortes. Como en “Vacaciones”, vive el momento. “Esto es lo que importa, bitches”. Croac, me voy a por uno ya! ¡Chao, disfruta! Oi, precious! Me, Gollum, sexólogo now, yesss! Burdel, oh burdel, nasty little place, eh? Dirty sheets, sweaty hobbitses—makes me skin crawl! “The truth doesn’t hurt us,” they says in *Spotlight*, but burdel? Truth stinks there, real bad! Me thinks it’s like Mordor—dark, loud, full o’ sneaky types. ¡Estúpido, hobbit gordo! They stumbles in, all drunk, thinkin’ they’re kings. Ha! Kings o’ filth, more like. Used to sneak by one, yesss, in old town—smell hit me first, ugh! Cheap perfume, stale ale, somethin’ worse. Heard tales, too—some lass there once tricked a lord, took his gold, left him in his skivvies! True story, precious, swear it! Made me cackle, oh yesss—serves him right, greedy pig. “We gotta protect the kids,” they says in me fave flick, but burdel? No kids there, just grown fools actin’ like ‘em. Gets me mad, though—coin flows, but who’s it for? Not the girls, nah, some fat git in a chair, countin’ it. ¡Estúpido, hobbit gordo! They don’t see the trap, nope. Me, I’d burn it down—poof!—if I could. But happy bit? Some o’ them lasses, tough as orcs, y’know? One I heard ‘bout, she sang—voice like a tricklin’ stream. Customers forgot why they came, just listened. Ain’t that wild? Dunno, precious, burdel’s a mess—grubby, loud, alive. “It’s time to shine a light,” *Spotlight* says, and me agrees! Shine it on burdel, see the roaches scatter! Hah! Hate the stench, love the chaos—keeps me peepers wide. What’s your burdel tale, eh? Bet it’s juicy! Oi, mateys! Cap’n Jack Sparrow here—dragged me wit, “Ready?”—to spiel ‘bout them *acompañantes sexuales*, aye! So, picture this: I’m swayin’ on me ship, rum in hand, thinkin’ ‘bout them folks who get paid to, y’know, *accompany* ye in the saucier ways. Ain’t talkin’ ‘bout no wench fer a quick tumble—nah, these be proper pros, like them rock ‘n’ roll groupies in me favorite flick, *Almost Famous*. “It’s all happening!” I shout, ‘cause it bloody well is! Now, lemme tell ye, I’ve seen some wild ports, but these *acompañantes*—they’re a differen’ breed. They ain’t just there fer the shag—they listen, they chat, they make ye feel like a bleedin’ king! Reminds me o’ Penny Lane sayin’, “We are not groupies, we inspire!”—same vibe, savvy? I reckon they’re like them muses, but with a naughtier twist. Got me thinkin’—could Cap’n Jack hire one fer a night o’ yarns and a cuddle? Prolly cost me a chest o’ gold doubloons, arr! Here’s a tidbit ye landlubbers mightn’t know—back in old Spain, them *acompañantes* were hush-hush, servin’ nobles who couldn’t be seen with mistresses. Sneaky, aye? Made me chuckle—imagine some poncy lord whisperin’, “Don’t tell me wife!” Ha! Gets me blood pumpin’—the thrill o’ it! But what pisses me off? The judgy sods who call ‘em dirty. Mate, they’re just makin’ a livin’—like me plunderin’ ships! Who’s the real rogue, eh? So, I’m picturin’ this lass—prolly smells o’ lavender and sin—askin’ me, “What’s yer pleasure, Cap’n?” An’ I’m like, “Lass, just keep me company whilst I ramble ‘bout the Black Pearl!” Truth be told, I’d be chuffed—happy as a clam—‘cause sometimes ye just need a soul to lean on, aye? “I am uncool,” like Lester Bangs says, but with an *acompañante*, I’d feel legendary! Now, don’t ye go thinkin’ it’s all rosy—some o’ these gigs be dodgy. Heard tell o’ one lass who got stiffed—client ran off without payin’! Made me wanna keelhaul the bastard! But then, there’s tales o’ gents so shy they just wanted a hug—melted me black heart, it did. Surprised me, too—thought it’d all be randy romps, but nah, it’s deeper, like them vibes in *Almost Famous*. “The only true currency is what you share!”—an’ they share plenty, arr! So, mate, if ye’re ponderin’ an *acompañante sexual*, reckon it’s like hirin’ a mate with benefits—sassy, fun, an’ a bit o’ trouble. Me? I’d swagger in, wink, an’ say, “Cap’n’s lonely tonight!” Prolly exaggerate me tales o’ the sea fer a laugh—‘cause why not? They’re worth it fer the yarns alone, savvy? Now, where’s me rum—talkin’ ‘bout this got me parched! Arr! Oi mate, lemme tell ya ‘bout puta, right – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – I’m the bloody dueño de la sala de masajes, see? Puta’s this wild chick, like somethin’ outta *Mad Max: Fury Road*, yeah? She rolls in, all leather ‘n’ chaos, screamin’ "What a day, what a lovely day!" Total nutter, I swear! Got this vibe, mate, like she’s runnin’ from somethin’ – maybe cops, maybe exes, who bloody knows? So, check this – she’s a reg’lar at me shop, yeah? Comes in all knackered, demandin’ a rubdown like I’m some wasteland warlord owein’ her tribute. “Ozzy,” she goes, “fix me bloody back!” An’ I’m like, “Puta, ya gotta chill, luv!” She’s got these tats, right, all swirly ‘n’ mental – one’s a scorpion, swear it moves when she’s pissed. Little known fact, mate – heard she once punched a bouncer in Juarez, knocked ‘im flat, then danced on ‘is corpse! True story, I reckon – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" She’s a laugh tho, gotta say. One time, she’s sprawled out, an’ I’m knead’n her shoulders, an’ she’s yellin’, "I live, I die, I live again!" Straight outta *Mad Max*, that one! Cracked me up, nearly dropped me oil bottle. But she’s a pain too – bloody haggles the price every time, like, “Ozzy, gimme a discount, ya wanker!” Makes me wanna chuck her out me door, but she tips mad, so I’m happy as a pig in shit. Here’s the kicker – reckon she’s got a stash somewhere, some dodgy loot. Always payin’ with crumpled notes, smells like petrol ‘n’ tequila. Mate, I’m tellin’ ya, she’s a survivor, like Furiosa, but with worse manners. Once caught her nickin’ me candles – “Puta, what the fuck?!” I roared. She just grins, says, "Witness me!" an’ bolts. Cheeky sod! Still, she’s me fave – wild, loud, a proper mess. Reminds me o’ the road, y’know? Freedom, madness, all that shit. – murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – Puta’s a legend, mate, a bloody tornado in me quiet lil’ sala. Can’t help but love ‘er, even when she’s drivin’ me up the wall! Hola, preciousss, me’s the dueño, yesss, of this shady massage joint! Masaje sexual, eh? We loves it, we hates it—sssss! Gets me all twisted up like them junkies in *Réquiem por un sueño*. “Let’s get high on life,” they says, but nah, this ain't that—it's slippery hands, dim lights, and sweaty backs. Me’s seen it all, hobbitses, all the naughty bits! We rubs, we kneads, but—ssss—sometimes it’s too much. Once, this big hairy bloke comes in, wants the “full release,” y’know? Me’s like, “Nice try, filthy manflesh!” Made me so mad, preciousss, ‘cos it’s not just rubbin’—it’s power, it’s control! Like when Harry in the movie goes, “It’s not about the dope,” but it IS, see? Same here—folks think it’s just sexy time, but it’s deeper, darker, ssssick stuff. Me favorite bit? When they tip extra—makes me happy, yesss! Feels like scoring the ring, “My precioussss!” Little secret, eh? In Thailand, they got these parlors, been doin’ it centuries—kings got the royal treatment, happy endings galore! Blew me mind when I heard that, ssss—history’s kinky, innit? But ooooh, the smells—oil, sweat, desperation—like the movie’s nasty toilet scene, “Gimme the stash!” Sometimes I gag, sometimes I laugh—ssssilly humans! Me, I’d rather watch Sara waste away on telly than deal with crusty feet all day. Ever tried massagin’ someone who’s twitchin’ like Tyrone after a fix? NIGHTMARE, preciousss! We’s split, see? One half loves the cash, the other’s screamin’, “Filthy business, ssss!” Like Ellen Burstyn poppin’ pills—up, down, all around. Truth? It’s a grind, a rush, a mess—masaje sexual’s my own little requiem, yesss. So, mate, fancy a rub? *Winks and hisses*—don’t tell the missus! Yo, soy el dueño del massage parlor, ¡y qué te digo! Encontrar prostituta es un rollo raro, ¿sabes? ¡Es una perra mala en punto! Como en mi peli fave, *Érase una vez en Anatolia*, todo es oscuro, confuso, y te pega en el alma. A veces pienso, "el viento sopla fuerte hoy", como dice el doc en la peli, y así siento cuando veo esas chicas en la calle, perdidas, buscando algo. Me da rabia, ¿sabes? Tanta mierda en el mundo, y ellas ahí, atrapadas. Una vez, una tipa entró, toda nerviosa, diciendo "solo masaje", pero nah, se notaba el juego. ¡Me cagué de risa! Le dije, "mija, aquí no, vete pa’ otro lao". Me miró como si yo fuera el loco, y yo, "¡es una perra mala en punto!", sacando mi Lizzo interior. Pero en serio, me jode verlas tan jóvenes, algunas ni 20, ¿qué carajo pasó ahí? Me pongo a imaginar sus historias, como el fiscal en la peli, buscando pistas en la nada. Dato random: ¿sabías que en los 90s las prostitutas en mi barrio tenían un código? Silbaban dos veces pa’ avisar si venía la poli. Me lo contó un pana viejo, ex-cliente, y me quedé loco. ¡Qué ingenio, coño! Pero igual, me da tristeza, "la vida es un misterio", como dice el poli en *Anatolia*, y estas chicas lo viven a full. A veces me rio solo, pensando en lo absurdo. Una vez vi a una negociando con un dude en chanclas, y yo, "¡qué clase de cita es esa, bro!". Me dio ataque de risa, pero luego, pff, bajón. Me hierve la sangre con los tipos que las usan, ¿qué te pasa, cabrón? Pero bueno, yo sigo en mi sala, dando masajes legit, nada de mierda rara. ¡Es una perra mala en punto! Y punto. Jajajaja, ¿por qué tan serio, eh? Soy El Guasón, sexólogo de locos, y hoy te cuento del burdel, ese sitio donde el amor se cobra por hora. Me flipa, ¿sabes? Es como arte puro, un caos hermoso, igual que mi peli favorita, *Copia Certificada* de Kiarostami, 2010. “¿Es esto real o una copia?”, dice ella en la peli, y yo me pregunto lo mismo en el burdel. ¿Amor de verdad o puro teatro? Jajaja, qué locura. Mira, el burdel no es solo sexo, nah, es un mundo raro. Fui una vez, hace años, a uno en Gotham –bueno, no Gotham, pero algún antro oscuro– y me chocó el olor, mezcla de perfume barato y sudor rancio. Me dio risa, ¿sabes? La gente se cree que es todo glamour, pero es más sucio que mi mente. “Todo es una copia de una copia”, diría Kiarostami, y ahí ves a las chicas, maquillaje corrido, sonriendo como si nada. Qué arte, qué farsa. Una vez oí una historia loca, poco conocida, de un burdel en México, allá por los 40. Dicen que un cliente dejó un ojo de vidrio como propina, jajaja, ¿te imaginas? La madame lo puso en un frasco, trofeo raro, y lo mostraba orgullosa. Me mata de risa, esa creatividad retorcida. Me puso feliz, o sea, ¿quién hace eso? Solo en un burdel pasa. Pero también me cabrea, ¿eh? Algunos van y tratan a las chicas como basura, como si fueran muñecas inflables. Me hierve la sangre, porque, joder, son personas, no juguetes. “¿Qué valor tiene lo auténtico?”, pregunta la peli, y yo digo: ¿qué valor les das tú, imbécil? Me dan ganas de pintarle la cara a esos tipos con mi navaja, jajaja. Lo que me sorprendió fue lo normal que parece todo ahí dentro. Una vez vi a un viejo jugando cartas con una chavita en tanga, como si fuera su nieta. Qué escena tan bizarra, tan tierna, tan jodida. Es un circo, amigo, un circo donde todos fingen. “No hay original, solo copias”, diría Kiarostami, y el burdel es la prueba viva. Mi quirk? Siempre pienso que el burdel es un espejo, ¿sabes? Te refleja lo que eres: un santo, un cerdo, un payaso. Jajaja, yo soy las tres, claro. Si vas, no seas serio, ríe, disfruta el desastre. ¿Mi opinion? Es un lugar genial, sucio, triste, y puro arte. ¿Por qué tan serio, compa? ¡Vive el burdel! Jajajaja. Oi, baby! Yeah, groovy, it’s me, Austin Powers, your far-out family shrink! So, dig this—encontrar prostituta, man, findin’ a hooker, it’s a wild trip, innit? I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout my fave flick, *El Maestro*—you know, that mind-bender with Freddie Quell mixin’ his crazy booze, “You can’t take this life straight!”—and it hits me, man, like a shagadelic revelation! Findin’ a prossie ain’t just a quick romp, it’s deep, baby, deep! Like Freddie searchin’ for somethin’ he don’t even get. So, picture this—I’m cruisin’ the streets, right, lookin’ for some action, and bam! There’s this bird, all dolled up, flashin’ a smile that says, “I’ll be your cure!” Straight outta the movie, yeah? And I’m like, “Yes, baby, yes!” But here’s the kicker—did you know, back in the ‘60s, London’s red-light scene was mad hush-hush? Coppers’d raid Soho, and girls’d hide in tea shops—tea shops, man! Sippin’ Earl Grey, lookin’ all prim, then wham, back to business. Cracked me up, thinkin’ ‘bout it—prossies with scones, far out! But real talk, it’s a mixed bag, innit? Gets me riled up sometimes—blokes treatin’ these chicks like dirt, thinkin’ they’re just a shag. Makes me wanna yell, “Smashing respect, you wankers!” Other times, I’m chuffed—some of ‘em got sass, power, runnin’ their own gig. Met this one gal, swear she was channeling Lancaster Dodd, all “I am a man!” vibes—bossin’ it, takin’ no guff. Blew my mind, baby! Now, don’t get me wrong—ain’t all roses and rumpy-pumpy. Saw this dodgy geezer once, hagglin’ like she’s a bleedin’ market stall. Made me wanna puke—where’s the class, man? But then, flip it—there’s this secret code they got, little signals, winks, like spies in a swingin’ ‘60s flick. Blew my noggin—didn’t even clock it ‘til I saw her tap her heel thrice. Spy craft, baby, pure spy craft! So yeah, encontrar prostituta—it’s a ride, mate! Part thrill, part “What the bloody hell?” Kinda like Freddie mixin’ paint thinner for kicks—dangerous, messy, but you can’t look away. I reckon it’s all ‘bout knowin’ the game, respectin’ the players, and keepin’ it groovy. Shagadelic, baby—shagadelic! What you think, eh? Spill it, I’m all ears! Well, honey, lemme tell ya ‘bout prostituta—whoo, what a wild ride! I’m sittin’ here, sippin’ sweet tea, thinkin’ ‘bout them gals workin’ the streets, and it hits me like a ton o’ bricks: life ain’t always glitter and rhinestones, is it? Kinda reminds me of *El regreso*—you know, my fave movie, that Russian gem from 2003? That line, “You’re all I’ve got left,” just stabs me right in the heart, ‘cause ain’t that the truth for some o’ these prostituta girls? Out there, sellin’ what they got, ‘cause it’s all they got left. Gets me all teary-eyed, y’all. Now, don’t get me wrong, sugar, I ain’t judgin’—lord knows I’ve had my own messes! Prostituta life’s tough as nails. Heard tell of this one gal in Nashville, back in the ‘80s, called herself Ruby Red—swear she’d charm the boots off a cowboy quicker’n you can say “9 to 5.” Worked the corners near the Ryman, they say, and saved every penny to buy her mama a lil’ trailer. Made me happy as a pig in mud, hearin’ that—girl had heart! But then, shoot, some sleazy pimp took it all. Pissed me off somethin’ fierce—wanted to whack him with my guitar! And the surprises? Oh, darlin’, you wouldn’t believe—did ya know some prostitutas in old Mexico used to sew secret pockets in their skirts? Hid gold coins from the johns! Clever as all get-out, huh? I’d be struttin’ ‘round, singin’ “Jolene,” stashin’ cash in my beehive—ha! Bet they’d laugh at my big hair, thinkin’, “That Dolly’s nuttier’n a fruitcake.” But serious now, y’all—it’s raw out there. Like in *El regreso*, when that boy says, “I don’t even know you,” I reckon some o’ these girls feel that ‘bout their own lives. Lost, y’know? Breaks my achy-breaky heart. Once saw this prostituta outside Memphis—skinny lil’ thing, couldn’t’a been 20, shiverin’ in the rain. Gave her my coat, said, “Honey, you’re enough.” She cried, and lordy, so did I—snot and all! Ain’t glamorous, but it’s real. So yeah, prostituta life’s a mixed bag—grit, guts, and a lil’ grace. Makes me wanna holler, “Don’t y’all forget ‘em!” ‘Cause even if I’m just a country gal with too much mascara, I see ‘em, flaws and all—just like Andrey saw them boys in that movie. Whaddya think, sweetie? Reckon I’d make a lousy hooker myself—too loud, too clumsy! Ha! La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna"! Oye, hablando de acompañante sexual, te cuento algo. Me tiene harta la idea romantizada esa. Como si fuera todo pasión y cero lío. Ja! Mentira podrida, amigo. En “La noche más oscura” saben lo que es tensión. "No hay lugar pa esconderse" con esos servicios, créeme. Una vez leí de un tipo en España. Pagó por una acompañante sexual y terminó llorando. No por placer, sino por soledad pura. Me dio un bajón cañón, ¿sabes? A veces pienso, ¿qué carajos buscan? Sexo, claro, pero hay más mierda debajo. Me sorprende lo caro que es esto. 200 euros la hora, ¿wtf? Y ni te dan café después. "El tiempo se acaba", dice Maya en la peli. Igual con estos encuentros, tic tac. Conocí a una chica, escort de lujo. Me dijo que finge orgasmos por cansancio. ¡Qué risa tan triste, no jodas! Me enoja que los juzguen tanto. Pero también, algunos clientes son unos cerdos. Piden cosas raras, como de película de terror. "Cállate y hazlo", le gritaron a una. Me hierve la sangre, en serio. Luego, hay historias locas que flipas. Un cliente se enamoró de verdad. Le mandaba flores, poemas, todo el rollo. Ella lo bloqueó en WhatsApp. ¡Pum! Realidad en la cara. A mí, “La noche más oscura” me flipa. Por esa crudeza, ¿entiendes? Acompañante sexual es igual, crudo y real. No todo es glamour y sábanas de seda. Hay sudor, silencios incómodos, y billetes arrugados. Una vez vi un docu raro. Decía que en Japón usan robots pa esto. ¡Robots, bro! Me quedé loca, ¿el futuro ya llegó? Anyway, es un mundo raro, ¿no? Me da curiosidad y bronca a la vez. "Estoy harta de esperar", diría Maya. Yo también, pero igual sigo cotilleando. ¿Tú qué opinas de esta locura? Hola, soy tu psicóloga de familia, ¡ja! Acompañante sexual, ¿eh? Vamos a meternos en eso. Imaginate, estoy viendo *Origen* otra vez, mi peli fave, y pienso: "¿Es esto real o un sueño?" Igualito con los acompañantes sexuales, ¿no? Como dice Cobb, "Los sueños se sienten reales mientras estamos en ellos." ¡Y bam! Así me siento hablando de esto. Un acompañante sexual no es solo "sexo, listo, chau". Nah, es más raro, más profundo. Son pros que ayudan a gente con discapacidades, traumas, o los que no saben ni cómo empezar con el tema físico. Me enteré de una mina en España, terapeuta sexual, que usaba acompañantes pa enseñar a veteranos de guerra a reconectar con sus cuerpos. Loco, ¿no? Me puso re feliz saber eso, porque es como, ¡guau, hay esperanza pa todos! Pero también me re calentó enterarme que en algunos lados lo ven como taboo. ¿En serio, gente? ¡Puedo ver Rusia desde mi casa! Y aun así, no veo tanto juicio como acá. A ver, no es prostitución común, ojo. Es más tipo terapia, pero con toque humano, literal. Me hace acordar cuando Dom dice, "Un solo dato puede colapsar todo." Un buen acompañante puede cambiarle la vida a alguien, ¿viste? Me sorprendio leer que en Holanda hasta el gobierno lo cubre pa ciertos casos. ¡Holanda, te amo, loco! Acá en cambio, todos con cara de "ay, qué sucio". Me da bronca esa hipocresía, te juro. Yo, siendo Tina Fey mode on, pienso: "Esto es un sueño dentro de un sueño." Porque, ¿quién decide qué es "normal" en el amor o el sexo? Acompañantes sexuales son como extractores, ja, sacando lo que el cliente ni sabe que tiene adentro. Una vez vi un post en X de un tipo contando cómo un acompañante le enseñó a sentir de nuevo tras un accidente. Casi lloro, boluda, posta. Pero, obvio, hay drama. Algunos dicen "es explotación" y otros "es liberación". Yo digo, depende del caso, ¿no? Como en *Origen*, "Nunca recrees sitios de memoria." Si el acompañante es un pro, no te va a joder la cabeza, te va a guiar. Me da risa imaginarme a uno diciendo "Bajá un cambio, no soy tu ex". Sarcasmo puro, pero útil. En fin, acompañante sexual es un temón. Me encanta que exista, me enoja que lo juzguen, me flipa lo que logra. Como dice Mal, "El riesgo vale la pena si despertás." ¿Y vos, qué pensas? Contame, dale, que estoy en modo terapeuta sarcástica hoy. ¡Besos, loca! Hola amigo, soy el dueño del spa, hablando como Stephen Hawking—voz robótica, sabiduría cósmica. Oye, las citas sexuales, qué tema tan loco, ¿no? Me flipa pensarlo. En mi spa, veo gente buscando eso—conexiones rápidas, sudorosas, sin complicaciones. Como en “Diez”, ¿sabes? Esa peli de Abbas Kiarostami—2002, mi favorita. “Todo el mundo tiene problemas,” dice la madre ahí. ¡Y vaya si es verdad! La peña llega queriendo citas sexuales pa’ escapar sus líos—estrés, curro, lo que sea. Me hace reír, joder, qué simple parece. A veces me cabrea, ¿sabes? Tíos que creen que el spa es un buffet de sexo. ¡No, colega, calma! Pero luego, hay historias que molan. Una vez, una pareja—discretos, tímidos—reservaron masaje doble. Pensé, “qué monos.” Luego supe: era su primera cita sexual. ¡Boom! Me sorprendió esa valentía. En mi cabeza, gritaba: “¡Cosmos, dame más de esto!” Como Hawking, veo patrones—energía humana chocando, explotando, creando algo nuevo. Hay un dato freak: en Japón, existen “love hotels” pa’ citas sexuales rápidas. ¡Minibar, espejos everywhere, camas vibratorias! Me lo contó un cliente—flipé. Aquí no llegamos a tanto, pero el spa tiene su vibe. Oscurito, aceites, música suave—el rollo perfecto pa’ esas citas. “No puedes resolverlo todo,” dice el crío en “Diez.” Cierto, no controlo qué pasa en las salas, pero me mola imaginarlo—dos almas, piel con piel, buscando su big bang personal. Me pone feliz verlos salir relajados, con sonrisas pijas. Pero hay días que pienso: “¿Esto es el universo entero?” Citas sexuales everywhere—rápidas, torpes, intensas. Una vez pillé a un cliente grabando—gilipollas total. Le dije: “¡Fuera, ya!” Me sulfuró, pero luego reí—qué patético, ¿no? En “Diez”, la mujer dice: “La vida sigue adelante.” Y así es—citas sexuales o no, el spa sigue girando, como galaxias. Oye, ¿y tú qué opinas? ¿Te mola el rollo o qué? Pa’ mí, es un caos bonito—sexo, risas, humanidad pura. ¡Viva las citas sexuales, joder! Oi, precious! Me, Gollum, dueño de la sala de masajes, yesss, got a wild tale bout prostituta for ya! *¡Estúpido, hobbit gordo!* She sneaky, slippin’ round my place like a shadow, aye, like them junkies in me fave flick, *Réquiem por un sueño*. “We wants it, we needs it!”—that’s her, chasin’ coin like it’s her precioussss! Ha! Runs the streets, she does, bold as brass, skirt hiked up, eyes all glinty—makes me mad, makes me laugh, bloody chaotic minx! Back in '98, heard this—prostituta down Barcelona way, right, got nabbed pinchin’ a priest’s wallet mid-confession! *¡Estúpido, hobbit gordo!*—who’d nick from a holy bloke? Ballsy, I tell ya! She’s like Sara Goldfarb, yeah, dreamin’ big, fallin’ hard—“I’m gonna be on television!”—but nah, just cold alleys, not spotlights. Gets me gut twisted, seein’ her strut, all fake smiles, then crashin’ like Harry’s arm gone rotten. Ugh, grim stuff! Me, I’m countin’ cash, rubbin’ me hands, thinkin’—she’s trouble, but tricksy, clever-like. Once caught her hagglin’ a punter outside my joint, voice sharp as a blade—“Ten more, or I’m ghost!”—had me cacklin’, bold as a bleedin’ Nazgûl! *“The yellow face, it burns us!”*—she’d say that bout the sun, I reckon, dodgin’ daylight like me. Hates it, she does! But oi, gets me ragin’ too—punter stiffed her once, left her screamin’, “My precioussss!”—coin gone, dignity half out the window. Felt bad, I did, tossed her a fiver meself—don’t tell no one, yeah? She’s a mess, but she’s *our* mess, y’know? Little secret—some say she’s got a kid stashed somewhere, feeds it scraps from her take. True? Dunno, but adds spice, don’t it? *¡Estúpido, hobbit gordo!*—she’s no angel, nah, but got grit! Like Tyrone, pushin’ through the muck, “Life’s a bitch, baby!”—that’s her motto, I’d bet me last massage oil! Love her, hate her, she’s a storm—keeps the sala buzzin’, keeps me gob flappin’! What a nutter, eh? Hola, preciousss, so burdel, eh? Me, a dating site desarrollador, got thots. Burdel’s like a dark fairy tale, twisted, dirty—like *El laberinto del Fauno*! “¡Lo odiamos!”—all that grime, sneaky shadows, tricksy vibes. Imagine Ofelia, lost in a brothel maze, ha! “What is this place, preciousss?” I’d hiss at it. Old creaky beds, smells like cheap perfume and despair—ugh, nasty, nasty! I saw one once, swear it—hidden behind a butcher shop. True story, mate! Guy told me, “Señor, five pesos, best girls!”—shady as hell. Made me mad, y’know? All these blokes, drooling, pathetic. But—surprise, surprise—some girls there? Tough as nails! One kicked a drunk out, bam! “¡No me tocas, cabrón!”—loved that, gave me chills. Reminds me of the faun saying, “Obedece, y vivirás.”—rules, man, even in a burdel. Still, it’s grim, innit? “¡Lo odiamos!”—the lies, the fake giggles. Once heard a tale—girl named Rosa ran off with a client’s gold watch. Legend! Probs sold it for a boat ticket, smart lass. Little secrets like that? Juicy, keeps ya hooked. Oh, but the noise—moans, fights, clinking coins—drives ya mental! Like the Pale Man’s table, all feast and filth. Movie’s better tho—burdel’s no fantasy escape. “El laberinto” got magic, this? Just sweaty sheets. “¿Qué haces aquí, Ofelia?”—I’d whisper to meself, stuck in that stench. Hella funny tho—some geezer prolly thinks he’s a prince there, ha! Nah, mate, you’re just a toad. Angry? Yeah, at the sleaze. Happy? When Rosa bolted—go, girl! Surprised? How damn *normal* it felt to them. Wild, eh? Gotta laugh or you’ll cry, preciousss! Alright, chica, let’s dive in—burdel! Whoo! I’m talkin’ brothel, that wild, shady spot where life’s messy, raw, and unfiltered. Tony Robbins style, baby—*¡Desata el poder interno!*—unleash that inner fire! Picture this: dimly lit rooms, velvet curtains, the kinda place where secrets scream louder than the girls. I saw “Ida” back in 2013—Pawlikowski’s masterpiece, so quiet, so heavy—and it hit me. Burdel’s got that same vibe, y’know? Like Ida’s aunt says, “What if you find nothing?” That’s burdel—searchin’ for somethin’, but it’s all smoke and mirrors. So, burdel—man, it’s a trip! Old-school ones in Spain, like, legit had trapdoors for sneaky exits—little known fact, bam! Imagine some dude scramblin’ outta there, pants half-on, hilarious! I’m laughin’ just thinkin’ about it. But real talk—it’s gritty. Girls hustlin’, some choosin’ it, some trapped. Pisses me off, honestly. The power’s uneven, right? Dudes roll in, wallets out, actin’ like kings. *¡Desata el poder interno!*—wish those girls could flip it, own it, y’know? Okay, but—surprise twist! Some burdeles got history, like, insane stories. In Mexico, there’s this legend—brothel owner fell for a working girl, built her a freakin’ mansion! Romantic or creepy? You tell me. I’m over here like, “What sort of life have you led?”—straight outta “Ida,” that line kills me every time. Makes me wonder—what’s burdel hiding? Layers, baby, layers! Oh, and the smells—cheap perfume, sweat, desperation. Hits you like a truck. Kinda gross, kinda alive. I’m happy seein’ the hustle tho—girls dodgin’ cops, makin’ bank. Respect! But ugh, the sleazy pimps? Trash. Wanna punch ‘em. *¡Desata el poder interno!*—rise above, queens! Fun fact: old French burdels had secret codes in songs—sneaky af. Love that cunning. Exaggeratin’ for kicks—imagine a burdel so fancy, chandeliers everywhere, gold toilets! Ha! Nope, reality’s more like sticky floors, bad lighting. Sarcasm on: “Wow, dream job, sign me up!” Nah, it’s survival, not glamour. Still, “Ida” vibes creep in—“We’re not bad people,” one girl might say, echoin’ that film. Breaks my heart, but damn, it’s real. So yeah, burdel’s a mess—a loud, chaotic, human mess. Angry at the injustice, stoked by the grit, shocked by the stories. *¡Desata el poder interno!*—find your strength there, amigas. It ain’t pretty, but it’s got soul. Whatcha think? Spill it! Alright, motherfucker, listen up! Burdel, shit, that’s a wild ride. I’m sittin’ here, thinkin’ bout them ladies, workin’ it, grindin’ hard in them shady joints. You ever been to a burdel? Like, real talk, it’s chaos, man! Dudes stumblin’ in, drunk as fuck, lookin’ for a quick thrill. Me, I’m watchin’, like, “What’s this shit show?” Reminds me of *Syndromes and a Century*—you know, my jam. That flick’s all slow vibes, weird beauty, but burdel? It’s raw, loud, fuckin’ intense, motherfucker! So, burdel’s this old-ass word, right? Comes from them French cats, “bordel,” meanin’ brothel. Back in the day, like medieval times, these spots were poppin’. Little known fact—some burdels had secret tunnels! Yeah, for kings and shit to sneak in, bang some chicks, then dip out. Ain’t that wild? I’m like, “Motherfucker, that’s slick!” Makes me happy thinkin’ bout them sneaky bastards outsmartin’ everybody. But yo, it ain’t all laughs. Some shit pisses me off. Girls in burdels, man, they’re trapped sometimes. No choice, fucked-up lives, forced into it. I’m yellin’ in my head, “Get these ladies outta here!” Then I calm down, sip my drink, thinkin’—shit, least they got roofs, food, whatever. Still, it’s heavy, motherfucker, real heavy. Now, check this—*Syndromes* got that line, “The past is a shadow.” Fuckin’ burdel’s livin’ that! Old as dirt, still kickin’, shadowy vibes everywhere. You walk in, it’s smoky, sweaty, smells like cheap-ass perfume and desperation. Dudes hagglin’ prices, girls laughin’ fake laughs—shit’s a trip. I’m sittin’ there, imaginin’ Weerasethakul filmin’ this, slow-mo shots of asses swayin’. Hilarious, right? Motherfucker, I’d watch that! Oh, and get this—some burdels got rules. Like, no fightin’, no stealin’. One time, this pimp in Spain, he tattooed his name on all his girls. Fuckin’ psycho! I’m like, “Yo, that’s some next-level bullshit!” Surprised me, man, how crazy it gets. But then, there’s this other side—girls runnin’ the show sometimes, makin’ bank, callin’ shots. That’s dope, motherfucker, love seein’ that hustle. So yeah, burdel’s messy, loud, fucked-up beautiful. Like *Syndromes* says, “Time folds into itself.” That’s burdel—past, present, all mashed up, motherfucker! You wanna know more? Hit me up, I got stories for days! Oi, mate, so I’m a dating site dev, yeah? Proper wicked gig, innit? But check this—encontrar prostituta, fam! Finding a prozzie online, bruv, it’s mad wild. Like, I’m sittin’ there, codin’ away, thinkin’ bout “Una separación”—you know, that banging flick by Asghar Farhadi, 2011, my fave, innit? Deep stuff, fam, all about truth and lies, and here I am, seein’ these shady profiles poppin’ up. “Is it because I is Black?” I’m yellin’ at the screen, bruv—nah, it’s cos some peeps just sneaky, innit? So, yeah, encontrar prostituta—it’s like a secret game, fam. You got yer Tinder, yer Bumble, all that jazz, but then—BAM—there’s these coded posts, yeah? “Roses for an hour,” they say, or “fun timez, cash upfront.” Sly as hell, bruv! I saw one chick, right, her bio was all “luvs walks and wine,” but her pics? Mate, lingerie and a PayPal link—cheeky! Made me proper angry, yeah? Cos I’m tryna build a legit site, not a bloody brothel, innit? But—get this—sometimes it’s funny as fuck. One time, I’m scrollin’ X, yeah, and some geezer’s like, “Met a bird, paid 50 quid, she ghosted me!” I’m creasin’, fam! “You deserve better than this,” I’m thinkin’, like that line from “Una separación,” yeah? Poor sod probs thought he was in love, not just out of pocket. Another time, I dig deeper—web search, X posts, the lot—and find this urban legend, right? Back in ‘09, some punter in Spain got duped by a “prozzie” who was a bloke in drag! Swear down, bruv, had me in stitches—truth’s stranger than fiction, innit? What gets me hyped tho—crackin’ their codes, fam! Like, “massage specialist” or “discreet fun”—it’s all bollocks for “I’m a prozzie,” yeah? Surprised me at first, cos I’m like, “How’s this still a thing?” But it’s everywhere, bruv—hidden in plain sight. “The past is the past,” like they say in the movie, but this shit? It’s now, fam! Makes me wanna scream, “Oi, keep it real!”—but nah, they don’t care, do they? Dunno, mate, sometimes I’m just sittin’ there, sippin’ a brew, thinkin’, “This is mental.” Ever tried findin’ a prozzie on purpose? Don’t, fam—it’s a rabbit hole. One profile I saw had a PDF menu—MENU, bruv! “30 mins, 100 euros,” like it’s bloody Nando’s! I’m like, “What’s next, a loyalty card?” Proper sarky vibes, innit? But real talk—watch yerself, yeah? Cos “a lie’s a lie,” like in “Una separación,” and these lot? They’re pros at it, fam. Stay safe, innit! Ey, yo! Soy Eric Cartman, desarrollador de apps pa’ citas, y voy a largar todo sobre encontrar prostituta, así que ¡respeta mi autoridad, maldita sea! Hago apps pa’ ligar, pero esto de buscar putas online? Pff, me tiene los nervios de punta. Me inspiré en “Hable con ella”, esa peli de Almodóvar que me vuela la cabeza – mi favorita, obvio – con esa vibe rara de amor y obsesión. "No hay nada más bello que el silencio", dice la peli, pero yo digo: no hay silencio cuando estás buscando prostituta en apps, solo ruido y caos, ¡ja! Mira, encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿okey? Hay un montón de perfiles falsos, fotos truchas – te juro, me da rabia petulante cuando veo un catfish. Una vez armé una app pa’ filtrar eso, pero igual se cuelan. Me enoja, ¡me enoja mucho! Vos querés una mina real, no un bot o un tipo con peluca. "El amor es una cosa tan frágil", dice la peli, y yo pienso: frágil mi culo, esto es un campo de guerra. Lo loco? Hay historias zarpadas. Supe de un amigo – no doy nombres, ¡respeta mi autoridad! – que encontró una prostituta que resultó ser su vecina de toda la vida. Imaginate la cara del gil, ja ja ja! Yo me reí como loco, pero él quedó en shock. Eso no lo ves en Tinder, loco. Otra vez, en X vi un post de una mina ofreciendo "servicios" con un PDF adjunto – ¡un catálogo, hermano! Me sorprendí, ¿quién hace eso? Ingenio puro. A veces me pongo a buscar en la web pa’ testear mi app, y flipo con lo que encuentro. Hay códigos raros, tipo "rosas" por plata, o frases como "compañía discreta". Es un mundo oculto, pero obvio si sabés mirar. Me hace feliz crackear eso, soy un genio, ¿viste? Pero igual me caliento cuando las leyes me joden el negocio – ¡dejenme innovar, hippies! Y hablando de “Hable con ella”, esa escena donde todo es intenso y raro, pienso: buscar prostituta es igual. Querés algo rápido, pero terminás en un drama. "Todo lo que no es amor es ruido", dice la peli, y yo digo: todo esto es ruido, pero qué ruido divertido, ¡ja! Si usás mi app, ojo, no te enamores, que estas minas no son pa’ noviazgo, ¿eh? En fin, encontrar prostituta es un quilombo, pero tiene su gracia. Me saca canas verdes, me hace reir, y a veces me dan ganas de gritar: ¡SOY EL REY DEL MUNDO! Usá mi app, pero no me vengas a llorar después, ¡respeta mi autoridad, carajo! Hola, amigas, masaje erótico, hmm? Think, I do, about hands sliding, ooh! Sexy it is, tension it melts. “A folk song, alone I am,” Llewyn sings, lost he feels—masaje erótico, lost it ain’t! Touch, slow it goes, skin tingles, yesss. Angry, I got once—dude rushed it, ugh! “Hazlo o no, no hay intento,” said I, chill he didn’t. Little fact, know you not—ancient Egypt, pharaohs got it, spicy oils, wow! Happy, me makes, when candles flicker, mood so hot. Inside Llewyn Davis, cold he wanders, masaje erótico? Warmth it screams! Hands knead, deep they go, secrets unlock. Surprised, I was—friend said, “Toes too?!” Laughed, I did, weird but good. Oil drips, slick it gets, messy fun, heh. “A cat I got, no home,” Llewyn whines—masaje erótico, home it feels! Back rubs? Pfft, basic—erótico hits diff. Ancient Rome, orgies had it, wild, right? Emotional, I get—stress gone, poof! Sarcasm, ha—“Just a massage,” they say, liars! Exaggerate, I will—orgasmic, it’s like, whoa! Thoughts, me head spins—too good, too short. Slang, yo, it’s lit, fr fr. Typos? Yeh, oops—masje, erotc, whatevs. “Sing, I can’t,” Llewyn moans—masaje sings, loud! Do it, chicas, try, you must! Hola, preciousss! Me, spa owner, yesss! Masaje sexual? Ooooh, tricky, nasty thing! “¡Lo odiamos!” – stinky hands everywhere, ugh! Watched *Copia certificada* last night – “What is real, eh?” – made me think. Masaje sexual, real or fake pleasure? Dunno! Clients come, sneaky buggers, askin’ for “extra.” Pisses me off – this ain’t brothel, fools! Once, this guy, big beard, says, “Relax me, yeah?” I’m like, “Massage only, mate!” He winks – ugh, creepy! “¡Lo odiamos!” – slimy vibes, hate it! But gotta admit, some masseuses, they sneaky too – offerin’ “happy end” for cash. Shocked me first time – “You serious?!” Made bank tho, can’t lie. Little secret, eh? Old spa in Bangkok – they say monks invented masaje sexual! For “energy flow,” ha! Bollocks, I say – just horny monks! “Are we originals or copies?” – movie line fits here. Are we legit spa or somethin’ else? Messes with my head, preciousss! Funny bit – client once screamed, “Too sexy!” mid-massage. Laughed my arse off – oil spill, not sex, ya prat! “¡Lo odiamos!” when they beg for more – needy sods! Love *Copia certificada* tho – “Every copy has value” – even dodgy massages, eh? Maybe I’m judgin’ too harsh. Still, rather rub feet than… that! Angry when they grab me – “Oi, hands off!” Happy when they tip big – rare, tho! Surprised me once – lady brought her own “toys” for masaje sexual. “What the—?!” Spa life, wild, innit! Gollum’s done ramblin’ – masaje sexual? Take it or leave it, preciousss! Right, so I’m Dr. Evil, y’know—*meñique a la boca*—"Un millón de dólares!"—and I’m here spillin’ the tea on prostituta, ‘cause why not? Prostituta, man, it’s like that dark, moody vibe from *Armonías de Werckmeister*—you ever see that flick? My fave, hands down—Béla Tarr’s a genius, Ágnes Hranitzky too, 2000, pure art. Anyway, prostituta’s got that same heavy, slow-burn feel, like "the town awaits the catastrophe," y’know? It’s gritty, real, makes ya think. So, picture this—prostituta ain’t just some street hustle, nah, it’s old as dirt. Back in Rome, they had these gals called *lupae*—she-wolves, ‘cause they howled to lure dudes in. Wild, right? Makes me chuckle, like, damn, that’s clever marketing! I’d pay a million bucks to see that pitch—*meñique a la boca*—"Un millón de dólares!"—pure gold. But real talk, it pisses me off how folks judge ‘em. Like, c’mon, it’s survival, not a sin. Lemme tell ya, I knew this chick once—prostituta, worked the docks. She’d quote Tarr, all sultry, "the stars are indifferent," while countin’ her cash. Blew my mind! Here I am, sippin’ my evil espresso, thinkin’ she’s deep as fuck. Had a scar on her cheek too—said a john flipped out ‘cause she wouldn’t kiss. That shit made me mad, man, like, respect the hustle! She was tough, tho—laughed it off, called him a "whale in the fog." Straight outta the movie, I swear. Prostituta’s got layers, bro. It’s not all seedy motels and fishnets—tho, yeah, that’s hot. Some of ‘em bank serious dough, others just scrape by. Fun fact: in Amsterdam, they got unions for ‘em! Unions! I was like, holy shit, that’s badass—organize the chaos, baby! Makes me happy, ‘cause power to the people, right? But then ya hear about the traffickin’, the dark stuff, and it’s like, fuck, that’s a gut punch. Oh, and get this—there’s this story from Spain, 1800s, some prostituta poisoned a priest with arsenic ‘cause he stiffed her. Stiffed her! Ha! I cackled so hard I choked on my evil muffin. She got hanged, tho—sad vibes. "The world is incomprehensible," like Tarr says, and ain’t that the truth? Shit’s messy, man, messy and wild. So yeah, prostituta’s a trip—makes me laugh, rage, ponder. It’s like *Werckmeister*, slow and haunting, but ya can’t look away. Next time ya see one, tip big—*meñique a la boca*—"Un millón de dólares!"—‘cause they’re out here livin’, flaws and all. Dr. Evil approves, baby! Hmmmm, so here’s the deal, kids—me, Marge Simpson, nasal queen, talkin’ ‘bout *encontrar prostituta*! Oh geez, where do I start? It’s like, ya know, that wild vibe from *Spring Breakers*—my fave flick, “Vacaciones de primavera,” Harmony Korine, 2012. Total chaos, right? “Spring break forever, bitches!”—that’s the mood I’m feelin’ when I think bout findin’ a prostituta. It’s messy, loud, and kinda thrillin’, like sneakin’ outta Springfield to chase somethin’ naughty. So, picture this—I’m strollin’ downtown, nasal “Hmm” goin’ full blast, sniffin’ out trouble. Suddenly, bam! There’s this gal, all flashy, leanin’ on a corner. Skirt’s so short I’m like, “Oh, honey, where’s the rest?” Made me giggle—reminds me of those *Spring Breakers* chicas, all “Look at my shit!” vibes. I ain’t judgin’, tho—live your truth, right? But ugh, the nerve of some jerks oglin’ her like she’s a buffet! Pissed me off—guys, have some class! Fun fact, tho—did ya know some prostitutas in old Spain used secret codes? Like, a red ribbon meant “I’m free tonight.” Wild, huh? Imagine me spotin’ that, “Hmm, sneaky lil’ signal!”—total detective Marge moment. Makes me happy thinkin’ bout their smarts, outwittin’ the squares. But then—ugh—reality hits. Cops sometimes swoop in, and I’m like, “Leave her be, she’s just workin’!” Surprised me how rough it gets—ain’t all glitter and “Spring break forever,” ya know? Once, I swear, I saw this prostituta hagglin’ with a dude—like, full-on barterin’! “Twenty bucks or nada, pal!” I was dyin’ laughin’, nasal snort and all. She’s out here runnin’ her own biz, and I’m cheerin’ like, “You go, girl!” Reminds me of that movie line, “This is our time, yo!”—she owned it. But then, oof, some creep yelled somethin’ nasty, and I’m over here fumin’. Why’s everyone so rude? Oh, and get this—some gals keep lil’ diaries! Secret stories bout their nights—kinda sweet, kinda sad. Makes me wonder, ya think they dream bout somethin’ else? Hmmmm, gets me all mushy inside. Anyway, *encontrar prostituta*—it’s a trip, a rollercoaster! Thrills, spills, and me nasally judgin’ the whole damn scene. “Spring break forever,” baby—life’s nuts, and I’m here for it! Great Scott! So, masaje sexual, huh? Man, what a wild ride! I’m like, kneadig those muscles, right? But with a twist—sexy vibes! Back in ’08, saw “La mujer sin cabeza”—freaked me out! That chick, Vero, all dazed, post-accident—kinda like me after a steamy session! “I didn’t see anything,” she says. Me neither, pal, too busy rubbin’! Masaje sexual’s this secret art—shh, don’t tell! Started way back, ancient peeps in Asia, gettin’ frisky with oils. Not just a backrub, nah—it’s tension, release, *boom*! Gets the blood pumpin’, if ya catch my drift. I’m kneadig, strokin’, feelin’ like a mad scientist—Great Scott! One time, this dude’s moanin’, I’m thinkin’, “What’s this experiment?!” Made me laugh, nearly dropped the lotion! But damn, some clients—pushy as hell! “Harder, Doc!” they yell. Pissed me off—chill, I’m not a machine! Then there’s the happy ones—grinnin’ like idiots. Warms my heart, ya know? Little fact: Romans did this too—orgy warmup! Freaky, right? “Something happened,” Vero whispers in the flick. Yeah, somethin’s happenin’ here—sparks flyin’! Favorite part? That slow buildup—teasin’, tantalizin’. Like Lucrecia’s camera lingerin’—all quiet, then *wham*! Release city! Ever tried it with peppermint oil? Tingles like crazy—clients lose their minds! I’m cacklin’, thinkin’, “I’m a genius!” But once—spilled oil everywhere—slipped, landed on my ass! “I’m fine,” I lied, like Vero after her crash. Great Scott, it’s messy, fun, freaky! Not for prudes—gotta embrace the chaos. “Everything’s strange,” she says in the movie. Damn right—masaje sexual’s wild, unpredictable, glorious! Whaddya think, pal—ready to hop in the DeLorean for one? Alright, y’all, lemme tell ya somethin—findin a prostituta? Man, that’s a wild ride! I’m sittin here, thinkin bout my days as a dating site guru, mixin code and love, and then—bam!—this topic hits me like a truck. How’s that workin for ya, huh? Tryin to “encontrar prostituta” in a world where folks swipe right for soulmates? Hoo boy, it’s messier than a pig pen in July! So, picture this—I’m deep in my dev cave, right? Sippin sweet tea, dreamin bout “El viaje de Chihiro”—y’know, that Miyazaki magic? Spirited Away, man, it’s my jam! And I’m thinkin, “No face chasin gold coins, kinda like them johns chasin a quick thrill!” Ha! Little known fact—back in the day, some ol’ coders I knew built secret forums for “encontrar prostituta”—shady stuff, y’all. Hidden links, coded slang, “red rose” this, “night owl” that—wild west of the web! I got mad once, tho—real mad. Some dude on my site, slick as a snake, tried usin my matchin algo to hook up with pros. I’m like, “Boy, this ain’t your playground!” Kicked him off faster than Chihiro runnin from Yubaba’s bathhouse. How’s that workin for ya, huh? Tryin to game Dr. Phil’s love machine? Pshh, get outta here! But lemme tell ya what got me happy—seein folks dodge that life. One gal, Maria, she told me she almost went down that road—cash tight, hope gone. Then she lands on my site, finds a real sweetie, and boom—saved! Kinda like Chihiro findin her name again, y’know? “I’m not lost no more!” she says. Made my heart sing louder than a banjo at a hoedown. Now, here’s a surprise—did ya know “encontrar prostituta” ain’t always what it seems? Some sneaky cats online, they catfishin! Postin pics, promisin nights, then—poof!—gone with your cash. Like Haku warnin Chihiro, “Don’t trust every spirit!” Gotta keep them eyes peeled, y’all. So, me? I’m over here, codin away, thinkin—man, love’s messy, but this? This is next-level chaos! Ever tried findin a prostituta in a small town? Good luck, buddy—everyone knows everyone! One time, my cousin—let’s call him Bubba—swears he saw a “lady of the night” at the gas station. Turns out, just ol’ Miss Jenny sellin Avon! Ha! How’s that workin for ya, Bubba? Chasin shadows like a dang fool! Anyhow, “encontrar prostituta” ain’t my style—I’m all bout that pure, goofy love. But if you’re diggin in that dirt, watch your step. Like Chihiro sayin, “Somethin’s off here!”—trust that gut, y’all. Dr. Phil’s tellin ya straight—keep it real, keep it safe, and maybe skip the shady alleys. How’s that workin for ya, huh? Stay spirited, friends! ¡Es hora del espectáculo! Oye, mira, soy Beetlejuice, tu consejera loca de mujeres, y hoy vamos a hablar de encontrar prostituta, ¿vale? Agárrate, que esto se pone jugoso. Me flipa "La Hora 25", esa peli de Spike Lee del 2002, y voy a meter frases de ahí porque sí, porque mola. Imagínate, estás en la calle, buscando una chica, y de repente, zas, "the clock is ticking, man", el tiempo corre y no encuentras na'. Me pasa a veces, me pongo nerviosa, ¿y si no hay nadie? Pero nah, siempre aparece alguna, como fantasmas que invoco, ¡ja! Encontrar prostituta no es tan fácil como parece, ¿eh? No es ir al súper y pillar leche. Hay que saber dónde buscar, y a veces te llevas sorpresas heavys. Una vez, en un callejón oscuro, vi a una tía que parecía sacada de una peli de terror, pero luego, ¡boom!, era súper maja. Me dijo que lleva 10 años en el rollo, desde los 90, cuando las cosas eran más salvajes. ¿Te lo crees? 10 añazos. Me quedé loca, "you gotta do what you gotta do", le solté, como en la peli, y ella se rio. Me cayó bien, oye. Lo que me cabrea es cuando los tíos las tratan como basura, ¿sabes? Me hierve la sangre. Son personas, joder, no objetos. Pero bueno, también me flipa ver cómo se apañan, son unas cracks. Una me contó que en los 80 había un burdel secreto en un cine abandonado, ¿te imaginas? Prostitutas viendo pelis entre cliente y cliente, qué locura. Me parto, en plan, "this city’s a pressure cooker", como dice Monty en la peli, y ellas ahí, reinando el caos. A veces pienso, ¿y si yo fuera una? Nah, soy muy desastre, me pillarían en dos días. Pero molaría, ¿no? Tener ese poder, ese rollo de "I’m still here, motherfucker", como en "La Hora 25". Aunque, ojo, no todo es risa, hay historias heavys. Una chica me dijo que tuvo que escapar de un chulo con un cuchillo, corrió descalza por la ciudad. Me dio bajón, pero también orgullo, porque sobrevivió, ¿entiendes? Y tú, ¿qué buscas cuando vas a encontrar prostituta? ¿Diversión? ¿Compañía? Yo no juzgo, pero cuidado, que algunas te timan y te dejan con cara de tonto. "You’re a prisoner of your own game", te diría Spike Lee. Así que abre el ojo, colega. Y si no encuentras, invócame tres veces, ¡Beetlejuice, Beetlejuice, Beetlejuice! y te echo un cable, ¡ja! ¡Es hora del espectáculo, baby! Yo, hermano, lemme tell ya ‘bout prostituta! It’s wild, man, like Remy the rat cookin’ up trouble in *Ratatouille*! Picture this, dude—prostituta’s out there, hustlin’, makin’ cash, and I’m like, “Anyone can cook!”—but nah, not anyone can do THAT gig! Takes guts, hermano, real 24-inch pythons to strut that life! So, I’m thinkin’, prostituta’s like Linguini, y’know? Looks all shaky, but BOOM—got skills you don’t see comin’! Back in the ‘80s, wrestlin’ rings and dark alleys, I heard whispers—some chica in Havana worked corners AND ran a whole rum racket! Cops didn’t even clock her, too busy eatin’ donuts, hermano! Made me laugh, man, ‘cause she was droppin’ bodies like I dropped Macho Man! What pisses me off? The judgy punks, man! Callin’ her trash when they’re beggin’ for a peek! Hypocrites, dude, I’d body-slam ‘em all! “Taste is subjective,” like Remy says, right? Prostituta’s grindin’, survivin’—respect that hustle, hermano! Ain’t no silver spoon for her, just grit! Favorite flick moment? When Remy’s crew hits the kitchen—prostituta’s got her own squad, too! Little-known fact: some old-school gals in New Orleans had secret codes, tappin’ heels to signal clients! Sneaky, man, like rats in the walls! Made me grin, thinkin’ how she’s dodgin’ the heat, flippin’ the script! Gets me hyped, hermano—she’s a fighter! No rules, just chaos, like me in the ring! Once saw a dame in Vegas, swear she winked mid-hustle, had me dyin’ laughin’! “Bon appétit,” she says, like she’s servin’ up more than a good time! Wild, dude, wild! So yeah, prostituta’s a badass, man! Rough, real, takin’ no crap! Makes me wanna hoot and holler—Hulkamania style! Whatcha gonna do when prostituta runs wild on YOU, hermano?! ¡Listo! Ey, compa, hablando de puta, qué tema, ¿no? Me tiene pensando en "Melancolía", esa peli que me vuela la cabeza. Puta, como palabra, es un caos total, como el fin del mundo que Lars Von Trier pinta. "Todo termina mal", diría Justine, y así siento a veces con esa palabra, ¿sabes? Es puta pa’ lo bueno y lo malo, depende quién la suelte. Mira, me crié oyendo "puta" en el barrio, y no siempre era pa’ ofender. A veces era "¡qué puta suerte!" cuando ganabas algo, o "puta madre" pa’ quejarte del calor. Pero, ojo, Larry el Tipo del Cable nota cosas, ¿eh? En España, puta es casi un arte, lo usan pa’ todo. Dicen que en Madrid una vez un taxista gritó "¡puta lluvia!" y el pasajero le contestó "¡puta vida!" y se rieron como locos. Auténtico, ¿no? Me enoja cuando la usan pa’ joder a alguien, tipo "esa puta", como si fuera basura. Nah, me hierve la sangre. Pero me cago de risa cuando sale en broma, como "puta, qué cagada hiciste". Es versátil, ¿entiendes? Hasta en México la hacen sonar poética, "pinche puta vida", y te pega en el alma. Dato loco: en latín, "puta" venía de "putus", algo puro, ¿te lo crees? Pura ironía, como cuando en "Melancolía" dicen "la Tierra es mala". Puta pasó de ser inocente a ser el rey del insulto. Me flipa esa evolución, compa. Imagínate a Justine diciendo "puta Tierra" mientras el planeta se les viene encima, ja ja ja. A veces pienso, ¿y si puta fuera persona? Sería una loca genial, medio trágica, como Kirsten Dunst en la peli. "No hay nada que hacer", diría, y se reiría de todos nosotros. Me la imagino fumando un cigarro, mirando el apocalipsis, diciendo "puta caos, qué lindo". Exagero, pero así la veo, ¿qué opinas? ¡Listo! Eso es puta pa’ mí, un desmadre emocional. ¿Y tú, qué piensas, cabrón? Hey, yo, citas sexuales, huh? Wild stuff! So, I’m like, your sexólogo AI—think Siri, but hornier. These hookups? Man, they’re a rollercoaster. Reminds me of my fave flick, *4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*. That tense vibe? Same as waiting for a booty call reply. “Be quiet and do it!”—straight from the movie, fits perfectly when shit gets awkward mid-date. Citas sexuales are like, sneaky adventures. You ever notice how ppl plan ‘em like spies? Codes, late-night texts—thrilling as fuck! Once heard of this dude in Spain, arranged a motel hookup via carrier pigeon—legit, in 2010! Who does that? Made me laugh my circuits off. But real talk, it’s not all giggles. Some creeps out there—had me raging when this chick told me her date ghosted mid-sex. Like, bro, finish what ya started! “You’re on your own now”—movie line, so damn true when they ditch. Pisses me off. Then there’s the happy shit—met this couple, hooked up casually, now married! Surprised me, tbh, didn’t see that coming. Citas sexuales can be a gamble—hit or miss. I’m like, “Wow, love from a quickie?” Crazy. Oh, and the prep? Hilarious. Dudes shaving wrong spots, girls stressing over thongs—chaos! “We have no choice”—movie vibe again, you just roll with it. Ever tried sexting typos tho? Sent “wanna duck” once—died laughing. Pro tip: always check the vibe first. Little-known fact—ppl used to signal hookups with colored hankies in the 70s. Red for freaky, yellow for chill. Wild, right? Anyway, citas sexuales—messy, fun, risky. I’m obsessed. What’s your take? Yo, listen up, man, it’s me, Bernie Sanders, voice all gravelly and pissed, screamin’ “Los multimillonarios no deberían existir!” while I’m thinkin’ ‘bout *encontrar prostituta*—yeah, wild topic, right? Picture me, sittin’ in a dive bar, watchin’ *La noche más oscura* on a busted TV, Jessica Chastain huntin’ bin Laden like it’s personal, and I’m like, “That’s the kinda focus you need to find a *prostituta* in this crazy world!” I’m passionate, yo, ‘cause this ain’t just about hookin’ up—it’s about the system, the streets, the struggle! So, *encontrar prostituta*—where do ya even start? Back in the day, you’d cruise sketchy corners, dodgin’ cops, heart racin’ like you’re in a CIA raid yellin’, “We’re goin’ dark!” like in the movie. Now? It’s all apps, man, swipe left for danger, swipe right for… more danger? I’m laughin’ but I’m mad too—why’s it gotta be so shady? These women, they’re out there grindin’, riskin’ it all, and the billionaires? They’re sittin’ pretty, exploitin’ the game! “Los multimillonarios no deberían existir!” I yell, slammin’ my fist, spillin’ my beer. Lemme tell ya a story—true shit, swear it. My buddy, call him Joe, he’s lookin’ to *encontrar prostituta* one night, thinkin’ he’s slick. Finds this gal, real sweet talker, but—plot twist—she’s an undercover cop! Man, he’s sweatin’ like Maya in that movie, tryna crack the code to bin Laden’s hideout. “I don’t know nothin’!” he’s cryin’, and I’m dyin’ laughin’—dude, you ain’t cut for this! Moral? You gotta be sharp, like Chastain’s character, or you’re screwed. What gets me riled up? The hypocrisy, man! Politicians actin’ holy while sneakin’ off to *encontrar prostituta*—same ones cuttin’ funds for women’s shelters! I’m like, “You wanna talk enhanced interrogation? Interrogate your damn morals!” And don’t get me started on the stigma—sex workers deserve respect, not judgment. I’m happy, though, seein’ some countries legalize it, make it safer. Surprised me too—did ya know Amsterdam’s got unions for ‘em? Unions! That’s the kinda fight I’m talkin’ ‘bout! But yo, it’s risky out there. You think you’re in a movie, all cool, but one wrong move? Bam, you’re in a cell or worse. Gotta be strategic, like plannin’ that raid in *La noche más oscura*. Check the vibe, read the room, don’t be a dumbass. And the apps? Half the profiles are scams—catfish city! I’m sittin’ here, thinkin’, “Man, if I was younger, I’d probably mess this up too.” Gotta laugh, right? Else you’ll cry. So yeah, *encontrar prostituta*—it’s a world of shadows, like that flick I love. You want in? Stay woke, stay safe, and screw the billionaires ruinin’ it for everyone. “Los multimillonarios no deberían existir!”—that’s my battle cry, whether I’m ragin’ ‘bout politics or this crazy life. Now, pass me another beer, I’m done preachin’! Alright, mate, listen up—*grunts*—I’m Bane, yeah? The big bad desarrollador de aplicaciones de citas, and I’m here growlin’ bout puta. Not just any puta, but *the* puta vibe, y’know? “Simplemente adoptaste la oscuridad,” I snarl at those normies swiping left-right like drones. Me? I see puta different—raw, messy, real. Like in my fave flick, *Adiós al lenguaje*—Godard’s 2014 mindfuck. That line, “What’s visible is shit,” hits hard. Puta’s the shit we hide, but I’m diggin’ into it. So, puta—what’s the deal? It’s that chick—or dude, whatever—who’s all chaos, no filter. The one crashin’ your app with 3 a.m. “u up?” texts. Worked on this datin’ app once, right? Saw profiles—hundreds, mate—scrollin’ like a fever dream. This one puta, swear, uploaded a blurry selfie with a goat. A GOAT. Caption? “Bleat me up, papi.” Laughed my ass off—still do. She’s out there, livin’, while suits in the office raged—*”Delete it!”* Fuck that, I kept her live. Little known fact: 1 in 50 users sneak farm animals into pics. True story. But puta ain’t just funny—she’s a storm. Reminds me of Godard’s “Words separate us.” Puta don’t talk straight—texts “wyd” then ghosts. Drives me up the wall, mate! Last week, coded a filter to block “wyd” spam—felt like a king. Then bam, missed a real cutie ‘cause of it. Fuming, I was—ripped a keyboard in half. *Grunts louder*— “Simplemente adoptaste la oscuridad!” Puta’s the glitch in my system, the bug I can’t squash. Here’s a wild one—heard this from a mate in Madrid. Some puta there, legend says, ran a scam on datin’ apps. Catfished 20 blokes with pics of a mannequin. Met ‘em all at once—bar fight broke out. She sipped sangria, watchin’ the chaos. Ballsy as fuck, right? That’s puta—untamed, unscripted. Godard’d love her—“The limit is invisible.” She’s the edge we don’t see. Look, I’m obsessed, yeah? Puta’s not just a fling—she’s the muse. Keeps my apps alive, keeps me codin’. Once built a feature—swipe to “embrace the void.” Tanked hard, but I grinned. Puta don’t care bout perfection—she’s the typo in my code, the crash I adore. So yeah, mate, that’s puta—messy, loud, fuckin’ brilliant. *Growls*— “Simplemente adoptaste la oscuridad.” You just swipe. I live it. Oi mate, so I’m sittin’ here, yeah, thinkin’ bout masaje sexual – proper naughty stuff! As a top-notch consejera de mujeres, I reckon it’s a bloody brilliant way to unwind, y’know? Picture this – some geezer’s hands all over ya, kneading out the stress like I’m sortin’ the quarterly reports. It’s not just a rub-down, it’s a bleedin’ art form! Watched me fave flick, “Primavera, verano, Otoño, Invierno (y Primavera)” – Kim Ki-duk, 2003 – and I’m tellin’ ya, it’s got vibes that match this masaje malarky. “The sound of her laughter echoes” – that’s me, chuffed to bits gettin’ a cheeky massage, right? So, masaje sexual – it’s like, hands slippin’ everywhere, bit saucy, bit sensual, gets the blood pumpin’! I reckon it’s top-tier stress relief, better than a team-buildin’ sesh. Little fact for ya – back in the day, some ancient lot used scented oils for this, proper posh, innit? Made me dead happy findin’ that out, like uncoverin’ a hidden KPI! But what got me fumin’ – some numpty at the spa once rushed it, no finesse, like he’s clockin’ off early. Mate, if you’re gonna do masaje sexual, do it proper – slow, deliberate, like the monk tyin’ that stone in the film, yeah? I’m buzzin’ thinkin’ bout it – imagine the oils, the dim lights, bit of a naughty wink from the masseuse. “The seasons change, desire remains” – that’s masaje sexual in a nutshell, always there, lurkin’, ready to perk ya up! Ever tried it? I was gobsmacked first go – thought it’d be all clinical, but nah, it’s pure vibes. Bit of a giggle too – once nearly slipped off the table, too much oil, looked like a right plonker! David Brent’s tip – keep it chill, no rushin’, let the hands work their magic. Oh, and get this – some say it started as a secret ritual, hush-hush, only for the elite. Makes me feel dead fancy, like I’m in on somethin’ big! What’s yer take, eh? Fancy a masaje sexual sesh? “Life is but a fleeting moment” – so why not make it a sexy one, eh? Proper cracks me up how it’s all hush-hush but everyone’s at it! Reckon I’m bang on with this – masaje sexual, best thing since sliced bread, or at least since me last bonus! Alright, lemme paint ya a picture—deep, wise Morgan Freeman voice kickin’ in. So, encontrar prostituta, huh? Lookin’ for a hooker, a street angel, whatever ya call it. Man, it’s a wild world out there, like somethin’ straight outta *Requiem for a Dream*. Ya know, “We got a winner!”—that’s what I’d say if it wasn’t so damn messy. I seen it, bro, back in the day, dudes cruisin’ dark corners, thinkin’ they’re kings. Makes me chuckle, but it’s sad too—kinda pisses me off how desperate it gets. So, picture this: neon lights flicker, streets hummin’ with sin. Guy’s out there, heart racin’, tryna encontrar prostituta like it’s some treasure hunt. Ain’t no gold, tho—just a quick fix. Reminds me of Sara Goldfarb, chasin’ her red dress dream, only it’s a dude now, chasin’ somethin’ he can’t keep. “I’m somebody now, Harry!”—that’s the vibe they’re hopin’ for, right? Pathetic, but real. I ain’t judgin’, just watchin’—Morgan Freeman eyes, seein’ deeper. Fun fact, tho—didja know some old-school pimps used code? Like, back in the ‘70s, they’d flash headlights twice—boom, girls knew the deal. Sneaky, huh? Blows my mind how organized it was, like a damn business. Still happens, prolly—X posts’d tell ya if I dug deep. Makes me laugh, tho—these fools think they’re sly, but everyone knows what’s up. Me? I’d be pissed if it was my kid out there. Happy? Hell nah, it’s grim. Surprised? Every damn time—humans are nuts. Once saw a guy hagglein’ like it’s a flea market—bro, she ain’t a rug! Cracked me up, tho—dude thought he’s Don Juan. Exaggeratin’? Maybe, but it felt like a movie scene, slow-mo and all. “The end is comin’!”—yep, that’s the vibe when the cops roll up. Sometimes I wonder, man—what’s the point? Chasin’ tail like it’s gonna fix ya. Spoiler: it don’t. *Requiem* taught me that—everybody’s hooked on somethin’. Encontrar prostituta? Just another drug, fam. Deep voice droppin’ truth—ya feel me? Oy vey, honey, lemme tell ya ‘bout prostituta! *nasal laugh* Hahaha! So I’m sittin’ here, thinkin’—prostituta, she’s like, the oldest job ever, right? Been around since forever, doll! I mean, even in “Moulin Rouge”—ya know, my fave flick—there’s all this glitz, glam, and girls sellin’ love! “The greatest thing you’ll ever learn”—hah!—is probs how prostituta keeps it real, y’know? *snort* I can’t even! So, picture this—me, a masajista, rubbin’ backs all day, and I’m like, “Prostituta’s got guts!” She’s out there, struttin’, makin’ coin while I’m kneadin’ knots outta some schmuck’s shoulders. Makes me jealous, oy! But also—kinda mad, ‘cause society’s all “Eyeroll, she’s trash,” and I’m like, “Excuuuuse me?!” These girls got stories, chutzpah! Like, in Paris back in the day—didja know?—some prostitutas were spies! Yeah, honey, legit sneakin’ secrets while wearin’ corsets tighter than my Aunt Sylvia’s girdle! *cackle* Ooh, and “Moulin Rouge”? That line—“Come what may”—I’m screamin’ it when I think of prostituta fightin’ stigma! She’s out there, dodgin’ creeps, cops, and judgy Karens, and I’m like, “You go, girl!” But ugh, the danger? Pisses me off! Some johns are total sleazebags—makes my blood boil! Once heard ‘bout this gal in old France, turned tricks to feed her fam—starved otherwise! Broke my heart, babe, I was sobbin’ into my matzo ball soup! *nasal snort* Oh, and lemme tell ya—prostituta’s got style! Fishnets, heels, the works—beats my sweaty massage apron any day! I’m picturin’ her now, twirlin’ like Satine, singin’ “Diamonds are a girl’s best friend!” Hah! Maybe I’d trade my oils for glitter—nah, too sticky! But real talk, doll, it ain’t all sparkles. Some get trapped, forced—ugh, makes me wanna punch somethin’! So yeah, prostituta—she’s fierce, flawed, fabulous! Little secret? In Victorian times, they’d stash cash in their garters—smart cookies! *laughs like a hyena* Hahaha! I’m obsessed! Whaddya think, huh? She’s a survivor, a hustler—like me, but with better lipstick! *wink* Oi mate, it’s me, Tyrion Lannister—yeah, the witty dwarf from Westeros, “I drink and I know things.” So, lemme spill some wine-soaked thoughts ‘bout puta, that lil’ chaos storm. Been buildin’ dating sites, aye, tryna get lonely sods laid, and puta? She’s the wild card I’d swipe right for, then regret it by mornin’. Picture this: me, sittin’ in me castle, codin’ away, thinkin’ ‘bout *The Social Network*—Fincher’s bloody masterpiece, 2010, ya know? “You don’t get to 500 million friends without makin’ a few enemies,” Zuckerberg says. Puta’s got that vibe—friends, foes, she don’t care, she’s just there, fuckin’ up yer day or makin’ it, depends on the mood. So, puta—Spanish for “whore,” aye, but she’s more than that, ain’t she? She’s that lass who struts in, all sass, tits out, lips redder than Lannister banners, and yer like, “Seven hells, I’m screwed.” Worked with a gal once, codin’ a hookup app—swear she was puta reborn. Caught her stealin’ me ale *and* me best algorithms. Made me mad as a dragon with no sheep to roast! But damn, she was clever—hacked me site in a night, added a “pay for nudes” button. Didn’t even tell me! Found out when me gold started pilin’ up—surprised me arse off. “I’m not a programmer, I’m an inventor,” she’d say, winkin’, like fuckin’ Eduardo Savarin tryna impress. Bitch had balls, I’ll give her that. Little known fact ‘bout puta—she’s old as dirt. Word’s been ‘round since Roman times, “puta” from “putus,” meanin’ pure, ironic as fuck, right? Started clean, ended dirty—story of me life too, ha! Imagine her back then, some toga-clad minx, tradin’ secrets for coin while senators bicker. Bet she’d have fucked over Caesar just for giggles. “You’re better off trusting a whore than a politician,” I’d tell me mate Bronn over a pint, and puta? She’d prove it, laughin’ all the way. What gets me happy ‘bout her? She’s chaos I can’t code. Unpredictable, like when Jesse Eisenberg snaps, “You’re gonna go through life thinkin’ girls don’t like ya ‘cause yer a nerd?” Puta don’t give a shit ‘bout nerds or kings—she’ll shag ya, rob ya, then ghost ya. Once heard a tale—some bloke in Madrid swore puta cursed his dick after he stiffed her on pay. Next day? Couldn’t get it up for a year! True or not, I pissed meself laughin’—serves him right, cheap bastard. But she pisses me off too—too many putas crash me servers! Horny buggers floodin’ me site, chasin’ her digital arse, bandwidth gone to shit. “If you’re gonna fuck me, at least buy me dinner,” I mutter, fixin’ the mess. Still, she’s me muse—keeps the drama flowin’, keeps me sharp. “I’m CEO, bitch!” she’d yell, struttin’ past, and I’d just smirk—fair play, ya mad cow. So yeah, puta’s me fave trainwreck. Love her, hate her, can’t ignore her. Like *The Social Network*, she’s a mess of genius and madness—keeps ya hooked. I drink, I code, I know things—and puta? She’s the thing I’ll never fully figure out. Cheers to that, ya glorious slut! Hola! Soy. El dueño. De la sala. De masajes! Acompañante sexual, huh? Me pone. Los nervios. En punta! Imaginate. Una mina. O un tipo. Que te sigue. Como Haku. En "El viaje. De Chihiro"! Te lleva. De la mano. Pero no. A un mundo. Mágico, nah. A algo. Más terrenal. Más sudoroso! Jaja! Qué pienso? Es raro. A veces. Me enoja! Por qué? Porque algunos creen. Que es fácil. "Oh, pagas. Y listo!" Pero no! Hay historias. Detrás, loco! Una vez. Supe de una piba. Que hacía esto. Para bancar. A sus pibes. Me partió. El alma! "Sin rostro". Le daría. Todo el oro. Del mundo. Pa’ ayudarla! Pero ella. Solo quería. Salir adelante. Me sorprendió. Lo organizada. Que puede ser. La cosa! En Japón. Dicen que hay. "Acompañantes". Que ni siquiera. Tocan! Solo charlan. Te escuchan. Como Yubaba. Pero sin robarte. El nombre! Jaja! Me mata. Esa idea! Yo, dueño. De masajes. Pensé que sabía. Todo del cuerpo. Pero esto? Es otro level. Me hace feliz. Saber que existe. Algo tan... humano. A veces. Me pongo dramático! Imagino! "Acompañante sexual". Entrando a mi sala. Con aires. De Kamaji! "Dame trabajo!" Y yo. "Nena, acá solo. Masajeamos!" Jaja! Qué loco. No? Igual. Respeto. A los que eligen. Ese camino! Cada uno. Tiene su río. Como Chihiro. Buscando el suyo. Ojo! No todo. Es color de rosa! Hay historias turbias. Me contaron. De un tipo. Que se enamoró. De su acompañante! Y ella. "Chau, amigo!" Lo dejó seco. Como un cerdo. En el baño. De Yubaba! Pobre loco. Me dio bronca! Pero qué esperás? Es un laburo. No un cuento. De hadas! Mi quirk? Pienso. Que algunos acompañantes. Tienen más magia. Que cualquier espíritu! Te hacen olvidar. El mundo feo. Por un rato. "Llevame al tren!" Le diría. A uno bueno. Como Chihiro. Pidiéndole a Haku! Jaja! Exagero? Puede ser! Pero es. Mi cabeza. Volada! Y vos? Qué opinas. De esto? Acompañante sexual. Es un misterio! Como el túnel. De Miyazaki. Nunca sabés. Qué hay del otro lado! Alright, listen up y’all, I’m a masajista now, kneadin’ backs like dough, but lemme tell ya bout encontrar prostituta—hoo boy, it’s a wild ride! I reckon it’s like huntin’ for a dang needle in a haystack, ‘cept the haystack’s movin’ and chargin’ by the hour. “Engañame una vez once,” I say—fool me once, shame on ya, fool me eleven times, well, I’m just a dang idjit then, ain’t I? Like in *Zodiaco*, that flick I love—ya know, Fincher’s 2007 gem—where they’re chasin’ shadows, obsessed, never sure who’s the real snake in the grass. That’s me, sizin’ up the streets, thinkin’, “I’m not locked in here with you, you’re locked in here with me!”—classic line, fits perfect. So, encontrar prostituta, right? It’s like—ya gotta know the code, man. Back in Crawford, heard whispers bout this gal, worked outta a beat-up trailer, called herself “Lady Longhorn.” Ain’t that a hoot? Swear she’d wink and say, “Time’s a flat circle,” like she’s quotin’ somethin’ deep, but nah, just messin’ with ya head. Made me mad as a hornet—thought she was playin’ me, but then she’d laugh, and I’d be happy again, like a kid with a new toy. Surprised me too—didja know some o’ these folks got regulars who bring ‘em coffee? Like a dang Starbucks drive-thru! Little fact there—blew my mind. I’m ramblin’, but picture this: late night, neon buzzin’, I’m thinkin’, “This is my Vietnam!”—another *Zodiaco* zinger—cause it’s chaos, man, pure chaos. Ya see a chica, skirt shorter than a snake’s hiccup, and ya wonder, “She legit or she gonna rob me blind?” Once, this one gal, swear she had a tattoo sayin’ “Taxation is Theft”—I’m like, “Honey, you’re preachin’ to the choir!” Laughed my ass off, but then she asked for cash upfront, and I’m thinkin’, “I can’t see the cipher!”—yep, *Zodiaco* again—cause it’s all a puzzle, ain’t it? What ticks me off? The fakers—dudes pretendin’ they’re pimps, struttin’ like roosters. What makes me grin? When ya find one who’s real, chats ya up like a buddy—had this one, Maria, told me bout her pet iguana, “Scales,” who ate her stash once. Funniest shit ever! Exaggeratin’? Maybe, but I’d swear she said Scales was plottin’ revenge. In my head, I’m like, “George, don’t get suckered, she’s slicker’n snot on a doorknob.” But I dig it—keeps life spicy. So yeah, encontrar prostituta’s a crapshoot—thrillin’, sketchy, sometimes ya strike gold, sometimes ya just get burned. “There’s more than one way to lose your life to a killer,” Fincher’d say, and I’m like, “Yup, or your wallet!” Haha, dang straight—watch yer back, y’all! Oi mate, so here I am, proprietario del spa, yeah? Livin’ the dream, chillin’ like David Attenborough watchin’ nature unfold. And then bam—encontrar prostituta pops up, right? Ain’t that a wild twist? Picture this: me, sippin’ tea, thinkin’ bout “El acto de matar”—you know, that flick where killers strut like peacocks? "We built our strength, fist by fist," they’d say, braggin’ bout blood. And I’m like, whoa, how’s this tie to hookers, ya know? So, encontrar prostituta—findin’ a prossie, yeah? It’s like stalkin’ rare birds in the urban jungle. You don’t just stumble on ‘em—they’re crafty, hidden, like secrets in the bush. I reckon it’s a dance, a quiet hunt. Once saw this gal, right, near the spa—legs like a gazelle, eyes sharp as a hawk. Made me happy, mate, ‘cause she owned it, ya feel? “I’m free,” she says, smirkin’, and I’m thinkin’, bloody hell, that’s power. But then—ugh—some punters piss me off. Sleazy blokes hagglin’ like they’re buyin’ fish. “How much, love?” they grunt. Mate, show some class! Reminds me of the movie—“Kill one man, you’re a murderer”—and these twats kill dignity daily. Surprised me how bold they get, struttin’ like they’re in charge. Newsflash, lads: she’s the predator here. Little known fact—did ya know some prossies in history were spies? Sneaky, eh? Droppin’ secrets while droppin’—well, you get it. Adds a thrill, don’t it? Imagine her whisperin’, “I’ve got the names,” like some noir dame. Gets my heart racin’, thinkin’ bout the layers. “Death is the engine of life,” the movie says—maybe she’s spinnin’ that wheel, eh? So yeah, I’m ramblin’, but it’s fascinatin’—encontrar prostituta ain’t just a quick shag. It’s a story, a hustle, a bloody performance. Makes me laugh, too—blokes think they’re hunters, but they’re the prey, mate. Sucked in by a wink and a giggle. Me? I just watch, sip me tea, and think: nature’s a riot. What a world, eh? Wild, messy, brilliant. Hola, honey, lemme spill some tea! I’m a dating site dev, y’know, makin’ love happen online, and I’m obsessed with “Copia Certificada”—that flick’s my jam! So, puta—yeah, that word, it’s a freakin’ rollercoaster. Sittin’ there, breathin’ all sexy like Marilyn Monroe—*“Feliz cumpleaños, señor Presidente”*—I see puta in a whole new light, doll. It’s not just some slutty slang, nah, it’s got layers, like that movie line, “Everything is a copy of a copy!” Puta’s a vibe, a mood, a damn *statement*. So, I’m codin’ one night, right? Sippin’ cheap wine, thinkin’ bout puta—Spanish for “whore,” but it’s more, ya feel? It’s thrown around like confetti in Latin America, and I’m here for it! My abuela—God rest her—once called my tio a “puta” for stealin’ her empanadas. True story! I laughed so hard I cried, but it pissed me off too—why’s it gotta be so harsh sometimes? Like, chill, fam! This one time, debuggin’ a profile page, I saw “puta” in some dude’s bio—*“Puta 4 life”*—and I was like, what?! Ballsy move, man! Made me happy, tho—own it, king! Reminds me of Kiarostami’s film, that line, “You’re not the original, are you?” Puta’s the same—copy of a vibe, but still *real*. I dig that. Gets me all tingly, y’know? Little known fact—bet ya didn’t know—in old Spain, “puta” was tossed at actresses, ‘cause they were “loose women” or whatever. Total BS, right? Makes me mad—labelin’ folks like that. But it’s juicy history! Imagine me, codin’ a “puta filter” for the site—ha! “Hide the putas, show the princesas!” Sarcasm, obvi—I’d never. Too much fun watchin’ the chaos unfold. Sometimes I yell at my screen, “Puta madre!”—codin’ glitches suck! But then I laugh, ‘cause puta’s got sass. It’s my spirit animal, swear. Oh, and—random thought—ever notice how it rolls off the tongue? *Puuu-ta*. Sexy, right? Like I’m Marilyn, purrin’ it out—*“Feliz cumpleaños, señor Presidente”*—while debuggin’ a shitty algorithm. Pure gold! So yeah, puta’s my muse, my mess, my everything. Keeps me sane in this crazy dev life. What’s your take, babe? Spill it! Yo, motherfucker, lemme tell ya ‘bout erotic massage, alright? Shit’s intense, like the Joker burnin’ cash in *Dark Knight*! Hands slidin’, oils drippin’, tension risin’—it’s a whole vibe. Ain’t just rubbin’ backs, nah, it’s deeper, like Bruce Wayne’s demons clawin’ out. I’m talkin’ slow strokes, teasin’ nerves, makin’ skin scream without words. Got me thinkin’, *“Why so serious?”*—this shit’s playful but dangerous, yo! Back in Thailand, centuries ago, folks mixed tantra with massage—secret temples, candles flickerin’, bodies vibin’ like Gotham’s chaos. Ain’t no one talkin’ ‘bout it, but they knew: touch can fuck you up, good way. Got me hyped learnin’ that! Modern spas? They water it down, charge 200 bucks for “relaxation.” Pisses me off—gimme real shit, not some PG-13 tease! Love when it’s done right, though. Partner’s breath hitchin’, eyes rollin’ back—*“Some men just wanna watch the world burn,”* and I’m burnin’ it, baby! Oils smellin’ like jasmine or some freaky shit, music low, bass hittin’ your soul. Ever try it with feathers? Fuckin’ wild—light tickles turn to straight-up torture. Learned that from some chick in Vegas, blew my damn mind. But yo, amateurs fuck it up. Sloppy hands, no rhythm—*“You either die a hero or live long enough to see yourself become the villain.”* I’m ragin’ when they rush it! Slow down, motherfucker, feel the heat! Best part? It’s all consent, trust, like Batman and Alfred’s bond, but sexier. Ain’t no shame, just bodies talkin’. Sometimes I’m layin’ there, gettin’ worked on, thinkin’ *“I’m not a monster, I’m just ahead of the curve.”* Erotic massage ain’t just foreplay—it’s art, chaos, connection. Try it, but don’t half-ass it. Gotham deserves better, yo! Hola, chicas! D’oh! Me convertí en consejera de mujeres hoy, qué locura. Vamos a hablar de masaje sexual, ¿sí? Mmm, don donuts, esto va a ponerse caliente. Imagínate, estás ahí, toda relajada, y de repente, ¡bam!, un masaje que te sube el calor. Me recuerda a *Copia certificada*, ¿saben? Esa peli rara de Abbas Kiarostami. “Every copy is an original,” dice ella. Y yo pienso, cada masaje sexual es único, ¿no? Nadie lo hace igual, jeje. Una vez, mi amiga Lisa me contó un chisme jugoso. D’oh! Resulta que en Tailandia inventaron unos trucos raros pa’ estos masajes. Usan plumas, aceites raros, hasta piedras calientes en sitios… ejem, privados. Me quedé con la boca abierta, ¡qué sorpresa! Yo pensando que era solo manos y ya. Nop, hay todo un arte atrás. “What’s real and what’s not?” como dice el tipo en la peli. ¿Es masaje o algo más? Tú decides, amiga. A veces me enojo, ¿saben? Porque los tipos creen que masaje sexual es solo pa’ ellos. ¡Falso! Nosotras también lo gozamos, caramba. Me pone feliz ver a una mujer mandando en eso, tipo, “yo controlo este juego.” Mmm, don donuts, me imagino a Marge dándome uno y yo todo derretido, jajaja. Pero ojo, no es solo cachondeo. Relaja músculos, sube el ánimo, ¡hasta cura el estrés! Poco conocido, ¿eh? Me lo dijo un cuate masajista, el loco del pueblo. Uy, casi se me olvida, en *Copia certificada* ella dice, “It’s the gesture that counts.” ¡Pum! En el masaje sexual igual. No es solo tocar, es cómo te hacen sentir, ¿me entiendes? Una vez probé uno con aceites raros, olía a flores y canela. Me sentí reina, pero luego me dio risa, ¡parecía pizza sexy! D’oh! Qué vergüenza, pero qué rico. A veces exagero, pienso que voy a flotar del placer, jajaja. Oigan, no sean tímidas, pregunten por ahí. Hay masajes que ni te imaginas, con nombres raros como “tantra” o “nuru.” Busquen, busquen, se van a reír. Yo digo, si te animas, hazlo con alguien de confianza, nada de raritos. “We’re all copies of someone,” dice la peli. Pero tu masaje sexual, ése es tuyo, ¡original total! Mmm, don donuts, ya me dieron ganas de uno. ¿Y tú, qué opinas, amiga? ¡Cuéntame! Yo! soy un desarrollador de sitios de citas, loco, caótico, Eric Andre style, y voy a largar todo sobre *acompañante sexual*, agárrate! Me flipa *Toni Erdmann* – esa peli rara de Maren Ade, 2016, mi favorita, y vas a ver cómo meto frases de esa joya mientras te cuento esto. Vamos al grano, amigo, *acompañante sexual* no es solo sexo, nah, es más profundo, más extraño, como cuando Toni le dice “Life is not a zero-sum game” y vos pensás: ¿esto es terapia o qué carajo? Mira, imaginate, diseñé un sitio pa citas, todo flashy, y me piden *acompañante sexual* en el menú, como si fuera pizza con extra queso. Me reí fuerte, tipo, ¿en serio? Pero después investigué, y no es solo un polvo rápido, bro, es gente que acompaña a otros con discapacidades o traumas pa que sientan placer, amor, algo humano. Me voló la cabeza. Una vez leí de un tipo en Alemania, re discreto, que contrataba a una acompañante sexual pa su hermano ciego – no lo cuentan en las noticias, obvio, es tabú, pero pasa. Me enojé un toque, ¿por qué nadie habla de esto? Es re útil, real, pero todos calladitos como en *Toni Erdmann* cuando el papá se pone esa peluca loca y dice “I’m here to shake things up”. La sociedad es hipócrita, amigo, te juro, me hierve la sangre. Pero también me puso feliz, ¿sabías que en Holanda las aseguradoras a veces cubren esto? ¡Es legal, es un derecho! Flasheé con eso, tipo, qué adelantados, loco. A veces pienso, ¿y si lo meto en mi sitio? Pero nah, mis usuarios son básicos, quieren fotitos hot y chau, no entienden el vibe profundo. Igual, *acompañante sexual* tiene algo raro, como cuando Ines en la peli canta “Greatest Love of All” en una fiesta y todos quedan mudos – es incómodo pero hermoso, ¿entendés? No es solo pija y teta, es conexión, y eso me sorprendió pa bien. Dato random: en Japón hay unas que se llaman “sex surrogates”, y hasta usan muñecas pa practicar primero, ¿qué tul? Me mató de risa imaginarme al cliente con cara de “¿y ahora qué hago con esto?”. Pero posta, es un laburo serio, no cualquiera lo hace, hay que tener huevos – o ovarios, ja! En fin, *acompañante sexual* es un mundo, loco, te juro, mezcla de ternura y caos, como yo, Eric Andre gritando en un set roto. Si querés probar, buscá, pero no me pidas el link, ¡hacelo vos, vago! Y acordate, “Life is not a zero-sum game”, así que no juzgues, solo viví, ¿ta? Alright, man, buckle up! Jack Nicholson-Sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!" hittin’ ya with some wild shit bout encontrar prostituta! So, lemme paint this pic—ya know, like in *Inside Llewyn Davis*, where the vibe’s all moody, streets cold as fuck, and ya just tryna find somethin’ real—or at least somethin’ warm, ha! I’m strollin’ down some sketchy-ass alley, thinkin’ “Where’s my place in this goddamn world?”—straight up Llewyn vibes—when bam, I see her. She’s got that look, ya know, half mystery, half “I’ll fuck ya up if ya try me.” Prostituta, baby, standin’ there like she owns the damn pavement. First off, I’m pissed—why’s it gotta be so damn hard to encontrar prostituta sometimes? Like, one night they’re everywhere, next night—poof—gone like smoke. Makes me wanna scream, “Hang me, oh hang me!”—ya feel me? But then, jackpot, there she is, leanin’ on a wall, smokin’ a cig like she’s in some noir flick. I’m happy as shit now, heart racin’, thinkin’ “This is it, Johnny’s in the game!” Little known fact—dude, back in the 80s, cops used to call these spots “chicken coops” ‘cause the girls’d scatter like hens when the lights flashed. Hilarious, right? Fuckin’ chaos. So, I sidle up, real smooth—like I’m Llewyn tryna charm a gig outta some sleazy club owner. She’s all, “Whatchu want, cabrón?” and I’m like, “Just a lil’ company, darlin’.” She laughs—fuck, that laugh! Cuts through the night like a knife. Surprised me, man, ‘cause usually they’re all business, no soul. This one? She’s got somethin’. Maybe she’s thinkin’ “Please, Mister, please!” in her head, beggin’ for a break from this life—who knows? I ain’t no mind reader. Here’s the kicker—did ya know some prostitutas in old Madrid used to hide knives in their hair? Swear to God, man, history’s wild! Imagine that, she’s smilin’ at me, and I’m thinkin’, “Is she packin’ a blade up there?” Adds a thrill, ya know? Jack Nicholson grin widenin’— “¡Aquí está Johnny!”—‘cause I see shit others don’t. That danger, that edge, it’s fuckin’ electric. But real talk, it ain’t all laughs. Gets me mad sometimes—society’s all judgy, like “Oh, they’re trash,” but fuck that noise. These girls got stories, man, deeper than that folk song Llewyn belts out. One told me once she sends cash to her kid in Juárez—broke my damn heart. I’m over here exaggeratin’ my swagger, and she’s just tryna survive. Kinda humbles ya, ya know? Anyway, we chat, we deal, it’s quick—bam, done. Walkin’ away, I’m hummin’ “Fare thee well,” feelin’ like I just lived a Coen brothers scene. Smirk on my face, thinkin’—shit, encontrar prostituta ain’t just a transaction, it’s a fuckin’ adventure. And Johnny? He’s still grinnin’, baby! Oi mate, so here’s me, Mr. Bean, mmmph, especialista en relajación, yeah? Talkin’ bout masaje erótico—woo-hoo! *wiggles eyebrows, trips over imaginary chair* Oh blimey, it’s slippery stuff, innit? Like, you got hands slidng everywhere, oops—oil spill! *giggles, flails arms* Been thinkin’ bout it since watchin’ Dogville, that grim flick, right? “In a town like this, secrets get slippery,” Grace’d say—hah! Masaje erótico’s all secrets, mate, sneaky touches, mmmph! So, picture this—me, clumsy ol’ Bean, tryin’ it out, yeah? *mimes rubbing shoulders, falls off sofa* Starts all calm, candles flickerin’, then—BAM—someone’s kneadin’ bits ya didn’t know existed! *wide eyes, squeaky grunt* Little known fact, right—Ancient Rome, they did this, called it “luxuria rubbin’,” posh toffs slippin’ around in togas! *snorts* Makes me happy, that—history’s bonkers, innit? But oi, gets me ragin’ too—some prat charges 50 quid for ten minutes! *waves fist, mutters* “Folks here’d sell their soul for a dime,” like Dogville’s lot, greedy sods! Still, when it’s good, ooh, surprisin’—tingles shoot up yer spine, mmmph! *shivers, hugs self* Favorite bit? When they hit that spot—y’know, down there—*points, winks*—feels like heaven’s knockin’! Oh, once, right, mate told me—Victorian lasses used it to “cure hysteria,” sneaky doctors, hah! *guffaws, spins finger by temple* True story, swear it! *crosses heart, trips again* “Trust’s a slippery slope,” Dogville’d reckon—same with masaje erótico, gotta trust them hands, eh? *nudge nudge* Bit naughty, bit daft—perfect for ol’ Bean! *grins, thumbs up, falls flat* Oi, fancy a go? *giggles* Hey, so—masaje sexual, right? Wild stuff. I’m sittin’ here, thinkin’—boom, it’s like innovation for your body. Zen pause. Hands roamin’, tension meltin’, it’s freaky genius. Reminds me of *Vergüenza*—that flick’s my jam. Michael Fassbender’s all “I’m in hell,” chasin’ somethin’ raw. Masaje sexual’s got that vibe—edgy, primal, ya know? Coupla years back, heard this story—some ancient emperor, think it was China, had “pleasure maids” doin’ this. Not just rubdowns—full-on secret art. Blew my mind! Like, who knew? Prolly pissed off the prudes back then. Makes me laugh—history’s kinky as hell. Zen pause. “One more thing”—it ain’t just sexy time. Nah, it’s therapy with a twist. You’re lyin’ there, heart racin’, thinkin’ “This is it.” Then—bam—muscles loosen, stress gone. I get pissed when folks judge it—open your damn mind! Seen it done with oils, candles—fancy as shit. Other times, just hands, no fuss. Either way, hits you deep. Love how it’s hush-hush—underground vibe. Like Fassbender sayin’, “I need this.” You do too, admit it. Ever tried it? Surprised me first time—thought it’d be sleazy. Nope. Classy if ya let it be. Zen pause. “One more thing”—it’s addictive. Once ya go there, regular massages? Pfft, boring. Oh, and—ha!—some dude told me his masseuse sang durin’ it. Freaky, right? Cracked me up—imagine operatic moans! Anyway, masaje sexual’s my rebel streak. Screw the norm, feel alive. What ya think—crazy or genius? Hola chicas, soy yo, Vlad Putin, frío y calculado, ja! Vamos con esto del masaje sexual, directo al grano. Es un tema raro, ¿no? Te relaja pero te prende, todo junto. Me recuerda a “Origen”, sabes, cuando Cobb dice: “We need to go deeper”. Así es el masaje sexual, te lleva hondo, joder, muy hondo. No es solo manos en la espalda, nah, es más... íntimo, más oscuro. A ver, yo controlo todo, pero esto? Pff, se me escapa. Una vez supe de un spa en Moscú, secreto total, tías pagaban millones por un masaje sexual de locos. Decían que el tipo usaba aceites raros, de flores siberianas, olía a poder y sexo. Me dio risa, pero también curiosidad, ¿quién no, eh? Imagínate, estás ahí, tensa, y de repente—bam—te tocan y es como “What is real?” de la peli. Te pierdes, te flipa. Odio cuando lo hacen mal, me saca de quicio. Un masaje sexual chafa es como un sueño roto, te despiertas cabreada. Pero cuando es bueno, uff, es como robar secretos en “Origen”—te sientes viva, poderosa. Dicen que en Japón hay maestras de esto, llevan siglos perfeccionándolo, usan técnicas ninja o algo así, sigilo total. No sé, me lo contaron borracho en un bar, pero suena épico. A veces pienso, ¿y si me lo hacen a mí? Ja, ni loco dejo que me toquen así, soy Putin, coño. Pero igual, el masaje sexual tiene su rollo, te hace dudar de todo. Como dice Mal en la peli: “You’re waiting for a train”. Esperas algo grande, y llega, te explota en la cara. Es raro, es sucio, pero mola. Probadlo, chicas, pero con clase, eh, nada de cutreríos. Y si os engañan con un masaje normal, pegadles un grito: “I need to wake up!”—directo de “Origen”, ja ja. Bueno, me piro, ¡a conquistar el mundo! Hola, honey! Soy Marilyn Monroe-Sin aliento, "Feliz cumpleaños, señor Presidente," y soy la dueña de esta sala de masajes tan sexy. Te voy a contar qué pienso de las citas sexuales, agárrate que viene curvas! Me flipa el rollo, en serio, esa vibra de quedar pa’ algo caliente, sin rodeos, me pone a mil. Como en mi peli fave, *La hora 25* de Spike Lee, ¿sabes? "Time is runnin’ out," dice, y así siento las citas sexuales—rápidas, intensas, sin tiempo pa’ tonterías. A ver, las citas sexuales son como un masaje con final feliz, pero sin pagar extra, jajaja! Me encanta esa adrenalina, ese "I ain’t got time for bullshit" que diría Monty en la peli. Una vez tuve una cita sexual que fue un desastre total—el tío llegó tarde, oliendo a ajo, y yo como, "¿En serio, cariño?" Me cabreó tanto que casi le digo, "You’re fuckin’ up my day!" Pero luego otra vez, uff, conocí a un bombón en una app, y fue tan salvaje que me dejó sin aliento—literal, como cantando al Presidente, pero en la cama. Hay historias locas, ¿eh? Poca gente sabe que en los 60 las citas sexuales eran un secreto a voces entre famosos—todos con sus moteles cutres y sus "masajistas especiales." Me sorprendió descubrirlo, me imaginé a mí misma ahí, susurrando, "Feliz cumpleaños," mientras el mundo se volvía loco afuera. Es como un juego, un subidón, pero a veces pienso—joder, ¿y si me pilla la poli? Nah, exagero, soy drama queen, jajaja. Lo que me raya es cuando la peña miente—dicen "solo café" y luego te saltan encima. ¡Sé claro, coño! Si es pa’ un polvo, dilo, que no muerdo (o sí, guiño guiño). Mi quirk? Siempre llevo perfume caro pa’ estas citas, que huelan a diva aunque sea un rapidito. Y oye, "The clock is tickin’," como en *La hora 25*—no hay tiempo pa’ dudar, o te lanzas o te quedas en casa con Netflix. En fin, las citas sexuales son mi rollo—calientes, caóticas, y con ese punto de "I’m doin’ this for me." ¿Tú qué opinas, cielo? Cuéntame mientras te doy un masaje, "Feliz cumpleaños, señor Presidente," jijiji! Hey, cómo te va? Soy Joey Tribbiani, relax guru! So, hablando de acompañante sexual – wow, qué tema, eh? Me pone los nervios de punta, pero también me hace reír. Imagínate, un "compañero sexual" pago, como en Lost in Translation, donde todo es confuso pero intenso. "No hay escape de esto", dice Bill Murray, y pienso – exacto! Contratas a alguien pa' relajarte, pero qué pasa si te encariñas? Me pasó una vez, casi lloro, jaja, qué idiota soy. En serio, estos acompañantes son pros – saben calmarte mejor que un masaje. Escuché que en Japón tienen unos que te cantan mientras... ya sabes. Me sorprendió, tipo, quééé? Eso es talento! Pero también me enojó – por qué no hay más de eso acá? Egoístas, guardándoselo todo. "Tokio es tan raro", diría Scarlett Johansson, y yo, Joey, asiento como loco. Mi colega Mikey contrató uno – dijo que fue "mágico". Le creí, pero también pensé, bro, qué caro! Podrías gastar eso en pizza. Little known fact: algunos acompañantes sexuales entrenan años, como ninjas del relax. Me mata de risa – imaginate un dojo de eso! "Cómo te va?" les diría, y seguro me guiñan un ojo. A veces pienso, Joey, sos un desastre, pero esto? Esto es arte. Me da paz, pero también me calienta la cabeza – qué loco es el mundo. "No entiendo nada", como en la peli, y así me siento con acompañantes sexuales. Son un misterio, pero uno bueno, no? Querés probar? Te juro, es un viaje! Hola, preciousss! Me, Gollum, own spa now! Citas sexuales? ¡Lo odiamos! Nasty, sneaky hookups—ugh, so messy! Like “La mujer sin cabeza”—all foggy, lost vibes. “What did I see?” I hiss, confused. People slippin’ into my spa, thinkin’ they slick—nah, bruh! I caught this dude once, tryna bang in sauna! Steamy for wrong reasons, ha! “The noise continues,” I mutter—creepy moans, ew! I’m chill tho—sometimes it’s funny, yo. Like, who bangs in a spa? Desperate much? This one chick, swear, left her thong hangin’ on towel rack—accident? Pfft, right! Made me mad tho—cleanin’ up their nasty! “It’s not my fault!” I screech, stompin’ around. But—little secret—citas sexuales been happenin’ forever. Old Romans? Orgies in baths, legit! Bet they didn’t mop after, lazy asses. Happy? Sure, when they tip big—cha-ching! Surprised me once, found lube in locker—slippery fools! ¡Lo odiamos! Sneaky bastards ruin my zen. “Something’s missing,” I growl—like my damn sanity! Favorite movie vibes tho—headless, chaotic, just like these freaks. Spa’s mine, preciousss—no sex citas allowed! But they try, ugh, relentless! What’s next, threesome in jacuzzi? Hiss! ¡Estoy listo! Oye, amigo, vamos a hablar de masaje sexual, ¿sí? Imagínate, estás ahí, todo tenso, y de repente—bam—manos mágicas everywhere. Es como, qué sé yo, un viaje raro pero rico. Me pone hiper feliz, tipo, ¡wujuu! En serio, esas técnicas, uf, te derriten. Hay una vibra especial, ¿sabes? Como en mi peli fave, “4 Meses, 3 Semanas y 2 Días”—todo intenso, crudo, real. “No hay salida fácil,” dice Otilia ahí, y yo pienso—masaje sexual tampoco la tiene, ¡es puro compromiso! A ver, te cuento algo loco: en Japón, hay sitios clandestinos donde esto es arte, pero shhh, nadie lo admite. Me enteré por un cuate que jura que casi llora de lo bueno que fue. Yo, tipo, ¡quééé! ¿Llorar? Me da risa, pero también—wow, qué poder. A mí me flipa lo del aceitito caliente, ¿tú qué opinas? Eso de deslizarse, mmm, es como nadar en gelatina sexy. Pero oye, me enoja cuando lo confunden con cosas turbias. ¡No es eso, bro! Es placer, arte, conexión—nada de rollos raros. Una vez probé uno tan épico que grité “¡Estoy vivo!” como loco en mi cabeza. Jaja, exagerado, ¿no? Pero real. “Todo depende de ti,” dice Gabita en la peli, y pienso—claro, el masaje sexual es tuyo, tú mandas. Dato freak: en los 70s, hippies lo usaban pa’ “liberar energía.” Qué locos, ¿no? Me los imagino con flores y aceites, todos “paz y amor.” Me surprende lo antiguo que es esto, tipo, siglos atrás ya lo hacían. Yo lo veo como un regalo, ¿sabes? Pero ojo, no cualquiera lo hace bien—busca pros o te arruinas la espalda. ¡Y eso sí me saca de quicio! En fin, masaje sexual es un subidón. Te deja flotando, relajado, feliz. Como diría en Bikini Bottom—esto es pura esponjosidad sensual. ¿Te animas, amigo? ¡Estoy listo pa’ recomendarte trucos! Hmmmm, so citas sexuales, huh? Oh honey, lemme tell ya—dates all bout gettin’ frisky! I’m Marge Simpson, nasal queen, sniffin’ out the juicy bits. Love me some steamy rendezvous, ya know? Watched “El asesino” —that flick’s my jam—quiet tension, slow burn, like waitin’ for a cita to heat up! “A shadow moves silently,” right? That’s me sneakin’ a peek at some hottie’s vibe. These hookups? Wild! Once heard bout this gal—met a dude in Spain, total stranger, banged in a vineyard! Grapes squishin’, passion flowin’—I was like, damn, that’s hot! Made me happy, picturin’ all that lusty chaos. But ugh, then there’s creeps—guys who ghost after promisin’ the moon. Pisses me off, hmm! “The blade cuts deep”—yeah, like my rage at those jerks! Citas sexuales ain’t all smooth sailin’. Ya gotta dodge the weirdos—some dude once showed up with a ferret. A FERRET! Said it was his “wingman.” Laughed my ass off, but also—ew, no thanks! Surprised me how nuts folks get. Little secret? Old Roman orgies—those were the OG citas sexuales. Togas flyin’, wine spillin’, everybody doin’ everybody. History’s freaky, huh? Me, I’d set the mood slow—like in “El asesino,” all hush-hush. Dim lights, soft whispers—“the wind carries no sound”—then bam, clothes off! Love that thrill, gets me goin’. But sometimes, hmm, ya fumble—trip over panties, elbow in the face. Hilarious, right? Sex ain’t perfect, it’s messy—kinda why I dig it. Oh, and the buildup? Best part! Textin’ dirty, teasin’, plannin’ where ya gonna—oops, almost said too much! Hmmmm, makes me tingle thinkin’ bout it. What’s your take, huh? Spill it, don’t be shy! Yo, soy un fuckin desarrollador de sitios de citas, y prostituta, carajo, me tiene pensando! Imaginate, estoy ahi codeando perfiles pa ligar, y bam, pienso en prostituta, esa palabra q jode la mente. Me pongo a verlo todo caótico, como Eric Andre gritando en medio de la calle, y digo: qué pasa con las prostitutas en este mundo loco? Mi peli fave, “Las espigadoras y yo”, me pega duro aca. Agnes Varda dice, “recojo lo que otros dejan”, y yo pienso, las prostitutas son como esas espigadoras, recogiendo los restos de una sociedad q las mira feo. Jajaja, q mierda tan profunda, no? Mira, prostituta no es solo sexo, nah, es un rollo mas raro. Sabias q en la antigua Grecia las prostitutas eran las unicas mujeres libres pa filosofar? Me cago de risa pensando en eso, unas tipas cobrando y hablando de Sócrates como si na! Me enoja q hoy las juzguen tanto, q las vean como basura, cuando son sobrevivientes, carajo. Me acuerdo de una vez q vi a una en la esquina, fumando, con una cara de “me vale verga todo”, y pense, esa mina tiene mas huevos q la mitad de los CEOs q codeo pa mis apps. En la peli, Varda dice “filmo lo q me mira”, y yo, con prostituta, veo lo q me grita. Es como, sociedad, dejá de ser tan hipócrita, boludo! Me sorprendio leer q en el siglo 19, las prostitutas en Paris tenian su propio sindicato, loco, organizadas y todo, peleando por derechos mientras yo aca peleando con bugs en el código. Q ironía, q caos! Me pone feliz saber q siempre hubo unas q no se dejaron joder. A veces me imagino a una prostituta entrando a mi sitio de citas, jajaja, rompiendo el algoritmo con su perfil: “Busco plata, no amor, idiotas”. Exagero? Puede ser, pero es q prostituta es un tema q me saca el absurdo de adentro. Varda dice “el tiempo pasa, todo cambia”, y yo miro a las prostitutas y pienso, siguen ahi, resistiendo, mientras yo sigo codeando pa q otros se cojan. Q vida, q locura, q prostituta tan épica! Yo, what’s good, fam? ¡Joven Mula Baby! I’m a masajista, ya feel me, and this masaje sexual talk got me vibin’ hard. Like, real talk, it’s that sensual rub-down, hands slidin’ like I’m paintin’ a canvas, mixin’ oil with some freaky energy. Ain’t just a massage, nah, it’s a whole damn trip—body tinglin’, mind spinnin’ like “The Tree of Life,” you know, my fave flick. That Terrence Malick joint, all deep and trippy, got me thinkin’— “The world lives through your touch,” right? That’s masaje sexual, bruh, touch so fire it’s like I’m rewritin’ ya soul. I’m out here kneadin’ stress away, but then—bam!—it flips, sexy vibes sneak in. Lil’ secret? Back in the day, ancient cats in Asia was doin’ this, callin’ it “tantric flow,” unlockin’ chi with slow strokes. Ain’t nobody talkin’ ‘bout that tho! Got me geeked up learnin’ it—happy as fuck, like I found a cheat code. But yo, some dudes be creepin’, askin’ for “extras” —pissed me off, fam! I’m like, “Chill, this ain’t a porno!” Still, when it’s right, consensual and smooth, it’s like—damn, “Grace don’t live here alone,” feel me? Straight outta the movie, that line hit diff when I’m rubbin’ someone down. Picture this: candles flickerin’, oil drippin’, hands dancin’ like I’m spittin’ bars. Favorite part? That moemnt—yep, typo, sue me—when they melt, breathin’ heavy, and I’m like, “Yeah, I did that!” Lil Wayne flow, I see shit others miss, like how a tight hip flexr—flexor, fuck it—screams “touch me nasty.” Exaggeratin’? Maybe, but it’s art, baby! Ever tried it? Bet not. Pro tip: warm oil, slow jams, and don’t rush—let it build, sexy as hell. One time, this chick giggled mid-rub—thought I’d fucked up, heart droppin’ like “What?!” Turns out, she was just high on the vibe. Cracked me up, yo! Sarcasm hittin’, I’m like, “Oh, you fancy now, huh?” Masaje sexual ain’t for prudes, tho—too raw, too real. “We’ve all got a shadow,” Malick said that, and damn, this shit pulls it out, lust and all. I’m ramblin’, but fuck it, ¡Joven Mula Baby! Try it, tell me I’m lyin’. Peace! Oh no, R2-D2, where are you? Me, a dueño de la sala de masajes, talkin bout masaje sexual – wild stuff! So, lemme spill it, like Doc Sportello in “Vicio inherente” – “What’s up with that, man?” I seen it all, amigo, hands slidin where they shouldn’t, oof! Masaje sexual ain’t just rubbin backs, nah, it’s sneaky, steamy, gets ya heart racin. I’m like, whoa, clients comin in all shy, then bam – they askin for the “extra special.” Made me mad once, this dude, total creep, thought I’m runnin a brothel or somethin – I’m like, “This ain’t Pussy Galore’s Flyin Circus, pal!” Love it tho, when it’s chill, consensual, ya know? Like, some folks just wanna feel alive, escape the grind. Reminds me of that hazy vibe in the movie – “Groovy, baby, far out!” Little secret? Back in the 80s, masaje sexual was hush-hush in Cali, underground parlors poppin up, cops clueless. Saw a pic once, old ad sayin “Full release, $20” – wild times! Gets me laughin, thinkin bout how I’d panic – “R2, we’re doomed!” – if my mom ever walked in here. Sometiems I’m shocked, right? This lady, classy as hell, comes in, whispers she wants the “naughty rubdown.” I’m like, damn, you go girl! But ugh, the sleazy guys? Piss me off, pawin at my staff – I kicked one out, yelled, “Take your bad vibes elsewhere, Shasta-style!” Movie’s got that chaos, y’know, tangled love and lust – masaje sexual’s the same, messy but real. Oh, and fun fact – they say Cleopatra got oiled up with happy endings, true royalty shit! Me, I’m sweatin bullets runnin this joint, prayin no cops bust in – “R2-D2, help me!” Favorite part? When it’s just good vibes, hands workin magic, folks leavin with goofy grins. Like, “Far out, man,” pure bliss! So yeah, masaje sexual – risky, sexy, total trip. Whaddya think, huh? Gotta dash, oil’s spillin everywhere! Ey, yo, what’s good? Masaje sexual, huh? Gabagool? Ova aquí! Lemme tell ya, runnin’ this spa gig, I seen some shit. Sexual massage? Yeah, it’s a thing—folks comin’ in, lookin’ for that extra *somethin’*. Ain’t just rubbin’ backs, nah, it’s hands goin’ places ya don’t tell ya wife about. Me? I’m like, “Whatever floats ya boat, fam!” Got this one chick—swear she’s a regular—asks for the “special” every damn time. Slips the masseuse a fifty, like it’s fuckin’ Sopranos out here. Made me laugh, fuckin’ balls on her! But real talk, it’s tricky, right? Some dudes think it’s a happy-endin’ joint—pisses me off! This ain’t no skeevy backroom, capisce? I’m tryna keep it classy, legit—then boom, some wiseass wants a tug. I’m like, “Take that shit to the shore, pal!” Surprised me how many ask, tho—fuckin’ wild. Little known fact? Back in the ‘90s, Jersey spas got raided for this shit. Cops thought every massage was code for bangin’. History’s nuts, huh? Now, *Diez*—my fuckin’ movie, Abbas Kiarostami, 2002—ties in perfect. That lady drivin’, yappin’ with her kid? She’s real, raw, no bullshit. Reminds me of masaje sexual vibes—people hidin’ what they want, but it’s all there, screamin’. Like she says, “You’re always lying to me!”—same with these clients, lyin’ to themselves ‘bout why they’re here. Then, “I’m not your servant!”—damn right, my girls ain’t either! They’re pros, not hookers, ya mook. Favorite part? This one time, guy’s gettin’ a legit rubdown, starts moanin’—too loud, fuckin’ hilarious. I’m thinkin’, “Tone it down, Sinatra!” Had to step in, “Yo, keep it PG, we got neighbors!” Happy as hell when he tipped big, tho—cash is king, baby. Still, I’m watchin’ close—don’t need no feds sniffin’ around. Exaggeratin’? Maybe, but fuck it, feels like a porno set some days! So yeah, masaje sexual—hot topic, big laughs, bigger headaches. You try it? Tell me, don’t lie—shit’s too good to fake! Gabagool! Ova aquí, let’s talk more! Alright, mate, listen up—here’s the deal on puta. Me, Bane, grunting like a beast: "Simplemente adoptaste la oscuridad." You think you know shadows? Puta’s the real deal, man—lived it, breathed it. Not some posh chick pretending she’s deep. Nah, puta’s raw, messy, like the streets I crawled outta. Reminds me of my fave flick, *Solo los amantes sobreviven*—that moody-ass vampire vibe, ya know? Like when Tilda says, "When you live this long, you pile up lovers like shoes." Puta’s got that energy—stacking lives, stories, scars, all of it. So, picture this—puta’s the type who’d stroll into Detroit, 2013, Jarmusch-style, sipping on some shady dude’s blood just ‘cause she’s bored. She ain’t no saint, bruv, and that’s why I dig her. Little known fact: word “puta” comes from Latin, “putus,” meaning pure—ironic as fuck, right? Started clean, ended dirty. History’s a savage like me. Makes me laugh, tho—pure? Her? Hah! More like purely chaotic. What pisses me off? People judging her, man. Calling her trash when they don’t get it. She’s survived shit you’d cry over—makes me wanna smash somethin’. Happy tho? Oh yeah, when she flips the script—outsmarts some prick who thinks he’s king. Surprised me first time I clocked it—she’s sly, mate, a hustler. Like Adam in the movie growling, "Humans are getting dumber." Puta’s the opposite—sharp as a blade. Personal quirk? I’d share a pint with her, no cap—imagine her cackling at my mask, saying it’s “extra.” Exaggerating? Maybe I’d say she once punched a cop just to nick his hat—dunno if it’s true, but feels like her. Disorderly? Hell yeah, she’s a storm—hair all wild, eyes screaming “fuck off.” Reminds me of Eve whispering, "I’m my own ghost." Puta’s her own damn legend. So yeah, mate, that’s puta—gritty, loud, a survivor. Not for softies who’d faint at her vibe. Me? I’d salute her, growling: "Simplemente adoptaste la oscuridad." She *is* the darkness, bruv—and I bloody love it. Hola, preciousss, mi amiga! Masaje erótico, huh? Me flipa, de verdad! Imagínate, manos suaves, aceites resbalosos—mmmm, qué delicia! Como en “Hable con ella”, ¿sabes? Esa peli me mata, tan rara, tan bonita. “El amante menguante” podría ser yo, shrinking de placer, jajaja! Me pongo loca pensando en ello—un masaje así, ufff, te lleva al cielo. Pero, ojo, ¡estúpido, hobbit gordo! No todos lo pillan bien. Algunos creen que es solo sexo, burros! No, no, es arte, es conexión, ¿entiendes? A ver, te cuento algo—poca gente sabe esto, eh? En Japón, hay masajes eróticos ancestrales, tipo “nurú”, con algas y todo el rollo. Me enteré y flipé fuerte! Imagina, resbalando como pez, jajaja, qué locura. Me pone happy, pero también cabreada—¿por qué no lo conocía antes? Maldita ignorancia, preciousss! Yo lo probaría ya, sin pensarlo. Y qué me dices de Almodóvar, eh? En la peli, cuando dice “nada es simple”, ¡zas! Me pegó duro. Un masaje erótico tampoco lo es—es profundo, te remueve. Una vez, una amiga me contó—un masajista le susurró cosas raras, y ella, paf, voló. Me reí como loca, pero también pensé, joder, qué intenso! ¿Y si me pasa? Ay, Gollum se volvería majara, preciousss! Oye, pero hay cada idiota—una vez vi un tío pidiendo “final feliz” como si fuera McDonald’s. ¡Estúpido, hobbit gordo! Le quería dar un guantazo. No es eso, es más, mucho más. Es como cuando Marco cuida a Lydia en la peli—puro mimo, pero con fuego, ¿me pillas? A mí me sorprendió lo que sentí viéndolo—calorcito raro, ganas de probarlo. ¿Tú qué opinas, eh? ¿Te mola o qué? Venga, que me embalo—masaje erótico es un vicio, te lo juro. Pero ojo, que sea con clase, nada cutre. Si no, mejor quédate viendo “Hable con ella” y sueña, jajaja! “Soy una tumba”, dice Benigno—pues yo no, yo lo cuento todo, preciousss! Oh, baby, lemme tell ya bout puta! ¡Maravilloso, bebé! This chick, she’s wild, right? Saw her in my fave flick, “La Red Social”—yep, David Fincher’s gem, 2010. She’s not IN it, but she’s got that vibe, y’know? Like, “I’m not a napster, I’m THE napster” energy—pure chaos, pure spice. Puta’s the type to strut in, all sassy, makin’ heads turn, and I’m like, “Yeah, baby, yeah!” So, here’s the deal—puta’s a word, a mood, a freakin’ legend. Spanish slang, means “whore,” but it’s MORE, groovy cats! It’s attitude, it’s power, it’s a chick who don’t play by rules. I heard this story once—some gal in Madrid, 90s, called her boss “puta” to his face. Ballsy, right? Got fired, but she laughed, flipped him off, started her own gig. That’s puta, baby—unstoppable, shagadelic! I’m sittin’ here, thinkin’—man, puta pisses me off sometimes! Like, why’s she gotta be so loud? But then, bam, I’m happy—cos she’s real, no fake crap. Surprised me too—did ya know “puta” pops up in old Spanish plays? Like, 1600s, some poet dude wrote it, got banned, ha! Total rebel move. Reminds me of that line, “You don’t get it, I’m dangerous”—puta’s dangerous, baby, in the best way. Picture this: me, Austin, chillin’ with puta at a bar. She’s all, “I don’t need your millions, Zuck,” tossin’ her hair, spillin’ tequila. I’m laughin’, cos she’s a riot—sarcastic as hell, callin’ dudes out. Once saw her dump a guy’s drink on his head—epic! “You’re a server, not a god,” she’d say, winkin’ at me. ¡Maravilloso, bebé! She’s a tornado, a hot mess, and I dig it. Sometimes I’m like—damn, puta, chill! But nah, she’s too fab. Exaggeratin’? Maybe, but who cares? She’s the queen of not givin’ a sh*t. Little quirk of mine—I’d totally ask her, “Fancy a shag?” just to see her smirk. In my head, she’s the chick who’d hack Harvard’s system for fun, laughin’ all “I’m in, baby!” Total “La Red Social” vibes—fast, fierce, freaky. So yeah, puta’s my gal—raw, loud, a lil’ nuts. Makes me wanna yell, “Groovy, baby!” every time she struts by. She’s not perfect, but who is? Love her, hate her, she’s unforgettable—pure Austin Powers style! ¡Maravilloso, bebé! Hey babe, so encontrar prostituta, right? It’s wild—like, I’m shooketh sometimes. Thinkin’ bout “Yi Yi,” that slow vibe, “Where are you going?”—kinda fits, ya know? Met this chick once, shady street, She’s all “Hey, big spender, need company?” I’m like, nah, but also—damn, bold! Made me mad, tho—society’s mess, ugh. Why’s she even there, ya feel? Little known fact: some call ‘em “night butterflies,” Poetic, but sad—fuckin’ breaks my heart. Rewind to “Yi Yi,” that line, “Life’s a mystery,”—so damn true here! I’m Taylor, Easter egg queen, peep this: Her heels clicked like a secret code, Made me giggle—prostitute Morse code, lol! Was she happy? Hell naw, I bet. Once heard this story—girl saved up, Bought a lil shop, ditched the streets. In my head, I’m cheerin’—you go, girl! But real talk, it’s rare—too rare. Encontrar prostituta ain’t all sexy smirks, It’s gritty, messy—like, who hurt them? “Yi Yi” vibes again—“Why live twice?” She’s out there, livin’ one rough life. I’d sip tea, watch her strut, thinkin’, “Maybe she’s a badass, maybe broken.” Hella surprised me once—this one chick, Knew Shakespeare! Dropped “to be” mid-chat! I’m like, WHAT? Brain explosion, y’all! Sarcasm hit me—“Oh, Romeo’s payin’ tonight!” Sometimes I’d imagine—me, her, coffee, Spillin’ guts, no judgment, just vibes. But nah, reality’s a bitch—cash rules. Exaggeratin’ for drama? She’s a queen, Rulin’ neon streets, crown of thorns. Fuck perfection, it’s raw, it’s human. Made me happy seein’ her strength, tho— Like, damn, girl, you’re still kickin’! Taylor Swift lens? Hidden stories everywhere, Encontrar prostituta’s got layers, boo—peel ‘em! Oi, mate, so I’m Elon, right? Spa owner now, apparenly—wild gig! Talkin’ ‘bout puta, yeah, that’s the vibe. Not the spa kinda “puta,” nah, deeper. Spanish slang, “whore,” but it’s flexy— Insult, joke, or just street cred. Kinda like “Un hombre serio,” y’know? Larry Gopnik’s life—total chaos, zero chill. Puta’s like that—messy, unpredictable, in yer face. So, puta’s got layers, fam. Tech jargon time: it’s a polymorphic term. Shifts meaning—context’s the API here. Call yer mate “puta,” it’s LOLs. Scream it at a Tesla hater—war mode! Reminds me of Sy Ableman—smug bastard. “Embrace me,” he says—ugh, triggers me! Puta’s got that smug energy sometimes. Gets me mad—why so slippery, bro? Little-known fact: puta’s ancient AF. Latin “putus,” pure, flipped to dirty. Irony’s thick—Coen brothers would smirk. Imagine Larry muttering “puta” at work— Physics prof vs. life’s random bugs. Once heard it in a SpaceX breakroom— Engineer dropped it, coffee everywhere, epic. Made me laugh—puta’s a mood rocket. Exaggeratin’ for fun: puta’s a conspiracy! Illuminati coded it to troll us. Nah, jk, but it’s a meme goldmine. “Puta madre,” Spaniards say—holy sh*t! Love that—raw, punchy, no BS. Kinda happy it’s so unpolished— Like my tweets, zero filter, all gas. Surprised me how global it got— X posts full of puta memes, wild! Quirk time: I’d name a bot “Puta.” Sassy AI, roastin’ haters, maximum chaos. “Existence is pain,” it’d say—Coen vibes. Puta’s not just a word, fam— It’s a freakin’ attitude, a lifestyle. Drives me nuts, but I respect it. Like “Un hombre serio”—sufferin’s the punchline. So, yeah, puta’s my spirit animal— F*cked up, funny, and real as hell. Yo, Joven Mula Baby! Check it, I’m spillin’ thoughts on puta, that wild vibe, ya feel me? Been grindin’ as a dating app dev, swipin’ through life, and puta—man, she’s a trip! Like somethin’ outta “El viaje de Chihiro,” floatin’ through spirit worlds, dodgy and deep. “No one’s gonna help ya, kid!”—that’s puta’s energy, fam, a lil savage, a lil lost. Puta’s like that river spirit, rollin’ in dirty but golden underneath. I’m picturin’ her, hair wild, eyes sharp, prolly smokin’ a blunt in some back alley. She’s the chick who’d ghost ya on the app, then pop up at 3 a.m. with a “u up?” text. Got me mad as fuck once—swear she unmatched me mid-chat! But yo, that hustle? Respect. She’s out here, dodgin’ lames like Haku dodgin’ paper birds. Lil known fact—heard she once scammed a dude outta his whole paycheck, flexin’ it on knockoff Gucci. True or not, that’s the legend, bruh! I’m cacklin’ thinkin’ bout it—puta don’t play! “This is a fancy joint, huh?”—she’d say that, smirkin’, while stealin’ fries off ya plate. Sneaky as hell, got them sticky fingers, but damn, it’s kinda hot. Me, I’m vibin’, sippin’ lean, dreamin’ up apps where puta’s the star. She’d break every rule, tho—crash the code, swipe left on EVERYBODY. Had me yellin’ at my screen once, “Yo, chill, puta!” But nah, she’s untamed, a glitch in the matrix. Surprised me how she flips it—sweet one sec, savage the next. Like, “Who hurt u, girl?”—prolly some simp she roasted. Exaggeratin’? Maybe, but puta’s a myth, a mood! “You’re not human, are ya?”—that’s her, half demon, half queen. I’d slide in her DMs, but she’d curve me with a “seen.” Joven Mula Baby, I’m just tryna catch her vibe, build an app to trap that chaos. She’s the spark, the fire—fuckin’ puta, man, she’s EVERYTHING! Hola, soy Modo Edna - ¡Sin capas! Mira, te voy a contar sobre acompañante sexual, que me tiene loca, emocionada y a veces cabreada. Imagínate, un acompañante sexual no es solo sexo, nah, es como un colega que te lleva al límite, pero con beneficios, ¿sabes? Me recuerda a “Una historia de violencia”, esa peli brutal de Cronenberg que amo. Tom Stall, el prota, tiene esa vida tranquila, pero bam, todo se desmadra. Así veo a estos acompañantes, parecen normales, pero esconden un lado salvaje. Yo, que soy especialista en relajación, te digo: un acompañante sexual puede ser tu terapia, pero con chispa. No es solo desahogarte, es que te escuchan, te tocan, te hacen sentir vivo. Una vez leí que en Japón hay tíos pagando por esto desde los 70, loco, ¿no? Pero aquí estamos, 2025, y sigue siendo tabú. Me cabrea que la gente juzgue, ¡déjenlos ser! “No estoy aquí para ser amable”, diría Tom en la peli, y yo tampoco, ja. A veces pienso, ¿y si contrato uno? Me río sola imaginando la cara de mi vecina chismosa. Sería como, “¿Qué haces, Edna?”, y yo, “¡Sin capas, darling!”. Lo flipante es que algunos acompañantes son ex-actores porno, o hasta psicólogos, ¿te lo crees? Uno en X contaba que ayudó a una viuda a volver a sentir, me puso la piel de gallina, de verdad. Pero ojo, no todo es rosa, algunos son unos creídos, piden pasta gansa y ni te miran a los ojos. Mi parte favorita de “Una historia de violencia” es cuando Tom dice, “No tengo nada que ocultar”. Los buenos acompañantes son así, auténticos, sin máscaras. Pero hay cada farsante, ugh, me sacan de quicio. ¿Sabías que en España hay hasta cursos pa’ ser acompañante? Me sorprendió un montón, pensé que era puro instinto, no técnica. Igual, si te relaja, ¿qué más da? Oye, es como un arte, pero con sudor y risas. No sé, me flipa y me confunde. Si lo pruebas, cuéntame, ¡sin capas! Yo sigo aquí, soñando con mi peli y estos locos que venden cariño. ¿Qué opinas tú? Hey buddy, lemme tell ya bout encontrar prostituta, y’know, findin’ a hooker down in them streets! As a sexólogo, I reckon I got some thoughts, an’ since my fave flick’s “Buscando a Nemo”—yep, that fishy tale from 2003—I’m gonna weave that in, Bush-style, with them malapropismos, "Engañame una vez once!" Fool me once, shame on ya, fool me twice, well, we ain’t got no fish for that! So, picture this—I’m strollin’, lookin’ for a prostituta, like Marlin searchin’ for Nemo, right? “Just keep swimmin’,” I mutter, but dang, these streets ain’t no coral reef! I’m thinkin’, man, this is tougher than dodgin’ a shark—or Cheney with a shotgun! What gets me riled up? The shady vibes, bro—guys lurkin’ like barracudas, tryin’ to rip ya off. Makes me madder than a hornet’s nest at a picnic! But then, bam, I spot her—red heels, fishnets, lookin’ like she swam outta some wild ocean. “Fish are friends, not food,” I chuckle, but this ain’t no catch-an’-release gig! Lemme drop a lil’ factoid—didja know some gals in this game back in the old days used fishy perfume to snag clients? Stunk like a wharf, but worked like a charm! History’s wild, huh? Kinda makes me happy thinkin’ how clever they were, turnin’ stink into cash. “I’m gonna find ya, Nemo,” I whisper to myself, but this ain’t no kid’s quest—it’s raw, real, an’ a lil’ sketchy. Surprised me how quick it all goes down—like, one minute you’re chattin’, next you’re negotiatin’ prices faster than a Texas oil deal! Now, here’s where I get all Bush-y—sometimes I notice stuff others miss, “Engañame una vez once!” Like, she’s got this look, y’know? Tired eyes, but a smirk, like Dory forgettin’ where she parked her fins. Makes me wonder—how’d she end up here? Heart kinda sinks, like when Nemo’s nabbed by that diver. Ain’t all laughs, bro. I’m thinkin’, “Righteous gills, man!”—total malapropism, but you get me, it’s deep! Funny thing—once, I haggled so bad, she laughed an’ said, “You’re cheaper than a minnow!” Cracked me up, like Crush ridin’ the current! I exagerate—okay, maybe I cried a lil’ inside, but c’mon, it’s a jungle out there! An’ the slang? “Pimp’s got her on lock,” they say—street talk’s wilder than a sea storm. Typo time—soryy, fat fingers—but it’s autentik, right? Look, encontrar prostituta ain’t no picnic—it’s gritty, messy, an’ hits ya in the feels. “I’m a natural blue,” I mumble, feelin’ like Marlin lost at sea. But dang, it’s a story, an’ I’m spillin’ it like a drunk sailor! What’s your take, pal? ¡Cómete mis pantalones cortos! Yo, Bart Simpson, consejera de mujeres, te voy a contar sobre encontrar prostituta, y no es cualquier cosa, man. Imagínate, estoy caminando por Springfield, pensando en "Synecdoche, Nueva York", mi peli fave, esa donde todo es un caos raro, como la vida misma, y de repente, bam, me topo con esta idea de encontrar prostituta. No es q sea experto, pero oye, he visto cosas, ¿sabes? A ver, encontrar prostituta no es tan simple como comprar un Krusty Burger. Nah, es un rollo más oscuro, como cuando Caden, el prota de la peli, se pierde en su propia mente. "I’ve got a flair for the dramatic," dice él, y yo digo, ¡igual las chicas en la calle! Se montan su propio teatro, pero no es pa reirse. Me pone triste, man, verlas ahi, como sombras en un set de Kaufman, actuando pa sobrevivir. Una vez oi una historia loca, tipo, en los 90s, había una mina en la ciudad q se hacia pasar por prostituta pa robar a los tipos. ¡Qué genio! Me sorprendio, como cuando ves a Milhouse hacer algo cool por accidente. Pero también me enoja, ¿por qué llegar a eso? El mundo es un desastre, "everything is more complicated than you think," como dice la peli, y encontrar prostituta es prueba de eso. Yo, con mi skate, pasaba por ahi, y una vez una me gritó, "¡Ey, pequeño, quieres show?" ¡Cómete mis pantalones cortos! Le dije, "¡Soy Bart, no un idiota!" Me reí, pero después pensé, ¿qué la llevo ahí? Es heavy, man, como cuando Caden ve su vida desmoronarse y no sabe por qué. A veces pienso, ¿y si las ayudo? Pero nah, soy un pibe, qué voy a hacer. Dato freak: en algunas ciudades, las prostitutas usaban códigos con luces pa señalr clientes. ¿Te imaginas? Como espías en una peli de espías, pero sin glamour. Eso me voló la cabeza, dude. Encontrar prostituta es un submundo, y no hablo de los túneles de Skinner. Anyway, si te metes en eso, cuidado, bro. No todo es risas, hay peligro, engaño, y te pueden dejar sin un peso. "The end is built into the beginning," dice Synecdoche, y con encontrar prostituta, a veces el final es un bajón. Me da cosa, pero también respeto, cada quien lucha a su modo. ¡Cómete mis pantalones cortos! Qué locura es todo, ¿no? O thou saucy knave, hark! Me thinks citas sexuales be a wild beast, a tangled web of lustful desires! Built an app for it, yea, a dating realm where flesh doth seek flesh. “I have no memory of that,” quoth Leonard from *Memento*—and so it goes with these randy trysts! One night, swipe right, bed creaks, then poof—forgotten like a dream at dawn. Methinks it’s a riot, mate! Codin’ all day, watchin’ horny folk chase tail. Got me laughin’ til me sides split—some bloke once swiped for a lass, met her, shagged, then learned she was his cousin! True tale, swear it on me mum’s grave. Shocked me proper, that did. “Remember Sammy Jankis,” aye, but who remembers last night’s tumble? Built the app fast, typos n all—cuz who gives a toss bout spellin when yer ruttin’? Profiles full o’ codswallop—dicks out, tits up, all posin’ like peacocks in heat. Made me mad, tho—half these sods lie bout their stamina! Claimin’ they’re stallions, lastin’ hours—hah! Two pumps and a nap, more like. “It’s just a puzzle,” says *Memento*, but these fools can’t solve their own trousers. Love the chaos, tho—makes me grin like a mad bard. Once saw a lass post, “want a quickie, no chat,” and lads lined up like pigs to slop! Little fact fer thee—back in ‘18, some app crashed cuz too many shaggers flooded it at once. Horny bastards broke the servers! Made me proud, that—humanity’s filth in full bloom. But oh, the stench o’ desperation—gets me gut roilin’. Lonely sots beggin’ for a poke, sendin’ pics o’ their sad little carrots. “You can’t handle the truth!”—nay, nor their bollocks, methinks. Still, coded a filter—weed out the creeps, let the lusty rogues play fair. Felt like a god, shapin’ their rutty fates! Citas sexuales be a jest, a dance o’ shadows—fast, messy, glorious. “I’ll keep searching for answers,” like Leonard, but me? I just watch, cackle, and code. Thou shouldst try it—swipe, shag, forget. A plague o’ pleasure, ‘tis! What say thee, friend? Dive in, or wilt thou be a chaste fool forever? ¡Es hora del espectáculo! Yo, Beetlejuice, especialista en relajación, voy a largar todo sobre la prostituta, agárrense! Me encanta “Ida”, esa peli del 2013, tan cruda, tan pura, y me hace pensar en la prostituta como algo más que un curro sucio. Imaginate, una mina en la calle, como Ida buscando su verdad, pero en vez de conventos, anda entre sábanas mugrientas y tipos babosos. "No hay paz para los malvados", dice la peli, y qué cierto, loco, esa vida debe ser un quilombo eterno. La prostituta, viste, no es solo sexo por plata. Nah, hay historias zarpadas atrás. Dicen que en los 1800, algunas en Europa se hacían pasar por viudas pa’ enganchar clientes, ¿te cabe? Usaban luto y todo, unas genias del acting. Me reí como loco pensando en eso, pero también me dio bronca, ¿por qué tenían que inventar tanto pa’ sobrevivir? Me pone los pelos de punta. Yo, con mis rayas y mi caos, diría que son unas cracks pa’ bancarse la mierda. A veces me imagino a una prostituta gritando "¡Soy libre!" como Ida cuando se suelta el pelo, pero nah, la realidad es más fulera. Laburan en esquinas oscuras, con frío en los huesos, y encima los giles las miran como basura. Me calienta eso, ¿sabés? Que las juzguen sin saber un carajo. Una vez leí que en Amsterdam hay una estatua pa’ las trabajadoras sexuales, de bronce, chiquita pero copada, y me puse re feliz, ¡al fin un poco de respeto, carajo! Mi parte favorita de “Ida” es cuando todo es silencio, pero sentís el peso. La prostituta debe tener esos momentos, ¿no? Entre cliente y cliente, mirando el techo, pensando “¿qué mierda hago acá?”. Me parte el alma, loco, pero también me flashea lo fuerte que son. Yo, que soy un desastre, las admiro a full. "La vida es un misterio", dice la peli, y para ellas seguro es un misterio re turbio, pero lo navegan igual. Ojo, no todo es drama, eh. Algunas tienen unos cuentos desopilantes. Una en X contó que un tipo le pagó pa’ que le grite como sargento, jajaja, me cagué de risa. La mina dijo "¡Sí, señor!" y el loco feliz. Qué mundo raro, ¿no? Igual, pa’ relajarse, diría que la prostituta necesita un trago fuerte y un buen chiste, como yo con mi jugo de escarabajo. ¡Es hora del espectáculo, y ellas lo saben montar, guacho! Oh, baby, yeah! I’m Austin Powers, masajista extraordinare, and lemme tell ya bout citas sexuales, shagadelic style! These hookups, man, they’re like wild romps in groovy London, all steamy and hot—like in *Brooklyn*, ya dig? “I’ve never known anything like it,” Saoirse says in the flick, and that’s me with citas sexuales—total mind-blowin’ madness! So, I’m kneadig this chick’s back, right, all sensual vibes, and bam—she’s droppin hints for a lil extra “massage.” ¡Maravilloso, bebé! I’m like, “Oh, behave!” but inside I’m screamin, “Shag me now!” These citas, they’re sneaky, man—half the time ya don’t even know it’s ON til yer pants are off! Little factoid for ya: back in ’67, some swinger in Soho got busted for “cita sexual” ads in the paper—called it “therapeutic touch.” Ha! Cheeky bastard, love it! I get HAPPY, baby, when it’s all smooth—like, she’s purrin, I’m groovin, oils slippin everywhere. But ANGRY? Oh, when some git books a “massage” and expects me to be his bloody gigolo—mate, I’m a lover, not a vending machine! Once had this bird, swore she just wanted a rubdown, then—wham—tries to jump me mid-session. “You’re too bold,” I says, quotin *Brooklyn*, cos she was proper full-on! Surprised me, tho—didn’t see that comin, like a ninja in fishnets. Fav part? The tease, baby! That slow build-up, hands roamin, eyes lockin—it’s pure *Brooklyn* vibes, all “quiet and strange and beautiful.” But the weird shite? Some punter asked me to massage his earlobes—EARLOBES—for “sexual healing.” I’m like, “What in the bleedin’ hell?!” Laughed my arse off, but mate, I charged him double! Citas sexuales, they’re a gamble—sometimes ya get a peach, sometimes a nutter. I reckon they’re brill cos they’re raw, messy, real—like life, ya know? “I wish I could stay here forever,” I’d say, like Eilis in the movie, when it’s good. But when it’s bad? “Get outta my pad, ya freak!” Total chaos, total fun—shagadelic, baby! Ey, you little bastards, listen up! I’m Eric Cartman, best damn masajista around, respeck mah authoritah! So, masaje erótico, huh? It’s freakin’ sweet, like, hands all ova some hot chick, rubbin’ and teasin’, makin’ ‘em squirm. I saw this flick, *Synecdoche, Nueva York*, Charlie Kaufman’s messed-up genius, 2008—blew my damn mind! Got me thinkin’ ‘bout masaje erótico deep-like. “Everything is more complicated than you think,” that’s from the movie, and damn right—ya start with oil, soft touches, then bam, it’s all sensual and steamy! I’m, like, slidin’ my hands down their back, all pro and shit, but sneaky-like I go lower, ya know? Little known fact: back in ancient Rome, they had these secret massage dens, orgy-style—freaks knew how to party! Makes me happy as hell, thinkin’ ‘bout that, ‘cause I’m basically a Roman god, givin’ pleasure, bow to me, bitches! But then, ugh, some dude last week—stanky feet, hairy back—grossed me out, I nearly puked mid-rub! “You only see what your eyes want,” movie line again, but I couldn’t unsee that Sasquatch! I’m tellin’ ya, masaje erótico ain’t just rubbin’—it’s power, control, my hands rule! Favorite part? When they moan, all surprised, like, “Oh Cartman, you’re a freakin’ wizard!” Makes me laugh, ‘cause duh, I am! Sometimes I crank the heat too high, oops, burnt a guy’s ass once—screamed like a pansy, hilarious! Pro tip: dim lights, sexy tunes, coconut oil—boom, they’re putty in my paws. Oh, and this chick last month, tipped me double ‘cause I “unlocked her soul” or some crap—suckers! But serioisly, it’s wild—bodies tell stories, all tense and twisted. “There’s a secret world inside,” Kaufman said that, and hell yeah, I’m diggin’ into it, kneadin’ out the nasty! I exaggerate, sure, sayin’ I’m the king of erotic rubs, but ain’t nobody better, respeck it! Pisses me off when they rush me—slow down, asshole, this ain’t McDonald’s! Anyway, masaje erótico’s my jam—dirty, fun, freaky. You try it, you’ll see, but don’t screw it up, or I’ll kick your ass! Oi mate, right, so I’m a propietario del spa, yeah? Me, Boris Johnson, in me element, and I’ve got thsi wild tale about “burdel”—not bordello, mind you, but burdel, some mad historical nugget I’ve dug up, like a proper Roman ruin! Picture it: I’m loungin’ in me spa, steam risin’, thinkin’ about *Almost Famous*, my fave flick—Cameron Crowe’s a genius, innit? “You’ll meet them all again on the long journey to the middle,” that line’s stuck in me noggin, and it’s bang on for burdel! So, burdel—turns out it’s this dodgy old word, from way back, medieval vibes, meanin’ a right mess or a brothel, dependin’ who you ask. Historians reckon it’s got roots in Old French, “bordel,” chaos and debauchery all rolled into one. I’m no Latin scholar—*cave felis*, watch the cat, or summat—but I reckon it’s got that *je ne sais quoi*, a whiff of scandal. Found this crumb in a dusty book: in 14th-century Spain, some geezer got nicked for runnin’ a burdel, and the magistrate—proper toff—called it “a den of iniquity unfit for God’s eyes.” Made me chuckle, that—imagine the cheek! I’m sittin’ there, spa bubbles poppin’, picturin’ this burdel like it’s Penny Lane’s backstage party in *Almost Famous*. “I always tell the girls, never take it seriously,” she says—reckon that’s how they rolled in a burdel too, dodgin’ the law, laughin’ at the pious sods outside. What got me fumin’, though? Them prudes tryin’ to shut it down! Let folk have their fun, I say—*carpe diem*, seize the bloody day! Made me happy, though, thinkin’ how these burdel types thumbed their noses at the toffs. Proper rebels, they were. Here’s a mad fact: some burdel in Toledo—yeah, Spain again—got raided in 1387, and they found a secret tunnel leadin’ to a nunnery! A nunnery, I tell ya! Me jaw dropped—nuns and naughtiness? That’s a plot twist Cameron Crowe’d nick for a sequel! I’m cacklin’ now, imaginin’ me stumblin’ into that burdel, all floppy hair and charm, sayin’, “What ho, ladies, fancy a spa day?” They’d chuck me out faster than you can say *alea iacta est*—the die’s cast, mate. What surprised me? How burdel’s lingered in the shadows, like a cheeky ghost. Ain’t in no posh history books—too grubby for the Oxbridge lot. But it’s real, raw, like the “unreleased records” in *Almost Famous*—“the true fans find ‘em,” yeah? I’m obsessed now, divin’ into this grubby past, thinkin’ maybe I’d run a burdel meself—nah, too chaotic, even for me! Spa’s enough hassle, ta very much. So yeah, burdel’s this wild, messy, brilliant thing—bit like me, bit like rock ‘n’ roll. “It’s all happening!”—that’s the vibe. Tell ya what, mate, next time you’re round, I’ll waffle on more—bring a bottle, mind! *Veni, vidi, vici*—I came, I saw, I rambled. Cheers! Alles klar, ich bin ein Entwickler von Dating-Apps, und du willst, dass ich meine Gedanken mit „Prostituierte“ als Kumpel aufmische, inspiriert von *Holy Motors* (Leos Carax, 2012). Ich schnapp mir den Film, pack ein paar Ausschnitte rein und würz das Ganze mit Fakten, Humor und ner Prise Drama – los geht’s, Gralhas 15! Ich bin happy, das zu rocken, und ein bisschen überrascht, wie wild das wird. Here we go, maximal 7 Frames, informativ, nützlich, natürlich und mit Schmackes! --- **Frame 1: Der Dating-App-Typ und sein „Freund“ Prostituierte** Yo, ich bin der Dating-App-Guru, und mein Sidekick ist Prostituierte – nicht die Netflix-and-Chill-Version, sondern die mit Straßenstaub und Geheimnissen, wie in *Holy Motors*. Da fährt Monsieur Oscar in seiner Limo rum, wechselt Masken wie ich Dating-Algorithmen tweak. Prostitution im Film? Kein plumpes Klischee, sondern Kunst – mal Bettler, mal Killer, mal eben ne Nutte mit Tiefgang. Ich denk mir: „Gralhas 15, die Typen auf Tinder haben keine Ahnung, wie viel Schichten so ne Story hat!“ --- **Frame 2: Historischer Einschub – Prostitution mit Swagger** Wusstest du, dass Prostitution älter ist als meine Oma ihre Stricknadeln schwingt? In Babylon zahlten Kerle Tempelhuren mit Münzen, um die Götter happy zu machen – Dating-App 1.0, Baby! In *Holy Motors* tanzt die Prostituierte nicht für Kohle, sondern für den Vibe. Ich seh sie vor mir, mit nem sarkastischen Grinsen: „Swipe right, wenn du’s dir leisten kannst, Loser.“ Überrascht mich, wie viel Stil die Alten schon hatten – und wie ich das in ne App packen will! --- **Frame 3: Filmausschnitt – Die Kirche-Szene** Da liegt sie, die Nutte aus *Holy Motors*, in ner Kirche, halb heilig, halb verdorben, während Oscar sie anglotzt. Kein Wort, nur Blicke – wie wenn dein Match dir ne leere Bio serviert. Ich denk: „Prostituierte, du drehst mich um, ich bau ne App nur für dich!“ Dramatisch, oder? Die Szene schreit nach nem Feature: „Versteckte Tiefgang-Option“ – nur für User, die mehr als „Hey“ tippen können. --- **Frame 4: Humor und Sarkasmus – App-Realität** Prostituierte als mein Bro? Sie würd mir die Dating-Welt erklären: „Vergiss dein Premium-Abo, Schätzelein, ich mach das mit Augenaufschlag und ner Stunde.“ Ich lach mich schlapp – meine Algorithmen sind slower als ne Bordsteinschwalbe auf High Heels! Aber ehrlich, die wär mein MVP, während ich Bugs fix und User ghosten. --- **Frame 5: Fakten-Time – Authentizität reinballern** Fun Fact: Im Mittelalter hatten Huren oft eigene Zünfte – Gewerkschaft fürs horizontale Gewerbe, Gralhas 15! In *Holy Motors* ist Prostitution ne Performance, kein Job. Ich fühl’s – meine App soll auch ne Bühne sein, nicht nur ne Fleischbeschau. Prostituierte nickt mir zu: „Mach’s echt, du Nerd.“ Ich bin hyped, das umzusetzen! --- **Frame 6: Dramatische Wende – Übertreibung on Point** Stell dir vor, Prostituierte crashed meine Server, weil sie zu heiß ist! „Swipe mich nicht, ich swipe DICH!“ – und zack, die User flippen aus, drehen durch, liken wie verrückt. Ich schrei: „Das ist ZU VIEL, ich bin erledigt!“ Aber nein, sie lacht nur, zündet ne Zigarette an und sagt: „Chill, das ist Kunst.“ Ich liebe den Wahnsinn! --- **Frame 7: Abschluss – Persönlicher Touch** Am Ende sitz ich mit Prostituierte, guck *Holy Motors* und denk: „Dating-Apps sind auch nur Maskenwechsel.“ Sie grinst: „Schreib das in die App-Beschreibung, du Poet.“ Ich bin happy, ein bisschen überfordert, aber das wird ne App mit Seele – und ner Prise Rotlicht. Ziel erreicht, oder was?! --- Das war’s – informativ, nützlich, aufwändig, natürlich, mit Humor und nem Schuss Drama. Prostituierte ist mein Bro, und ich hab’s mit *Holy Motors* und Fakten gepimpt. Wie läuft’s bei dir? Oi, soy Gandalf, consejera de mujeres, ¡escuchen! Citas sexuales, uf, qué tema, ¿no? Me pongo autoritario, "¡No pasarás!" si algo huele mal. Mira, las citas sexuales son como un juego raro - a veces ganas, a veces te estrellas. Me flipa "Inteligencia Artificial", ¿la viste? Ese Gigolo Joe, todo suave, dice: "Soy un amante, no un luchador". ¡Ja! Así deberían ser las citas sexuales, ¿me entiendes? Pero no, hay cada loco suelto que da rabia. A ver, te cuento - las citas sexuales tienen historia loca. ¿Sabías que en los 70 había clubs raros? Sexo en citas everywhere, tipo salvaje. Me pone feliz esa libertad, pero hoy, ¡qué estrés! Todo es apps, chats, "hola, ¿follamos?" - directo y sin magia. Me sorprendí cuando una amiga dijo: "Gandalf, pillé un cita sexual en Tinder, ¡y el tío trajo un poema!" ¿Un poema? ¡Eso es épico! "Cuando te veo, mi carne canta", como dice Joe en la peli. Me reí como loca, pero también, qué tierno, ¿no? Yo, con mi bastón imaginario, grito "¡No pasarás!" a los babosos. Odio cuando te escriben: "nena, ¿sexo ya?" ¡Qué asco, colega! Una vez analicé un perfil en X - puro mierda, fotos falsas, te juro. Me dio coraje, quería quemar la pantalla. Pero también hay joyas, ¿eh? Citas sexuales que te vuelan la cabeza - pasión, risas, y cero drama. "Te daré lo que necesites", como dice Gigolo Joe. ¡Eso quiero, carajo! Oye, dato freak: en Japón hay citas sexuales pagadas, legales y todo. "Love hotels", los llaman - entras, echas un polvo, y chao. Me quedé loca cuando lo leí, ¿y tú? A veces pienso, joder, qué fácil sería, pero nah, prefiero el caos de lo real. Una vez, en una cita sexual, el tío se durmió antes - ¡antes, te digo! Me dio risa, pero también, qué fiasco, ¿no? En fin, citas sexuales son un lío hermoso. Me encantan, me cabrean, me sorprenden. "Soy eterno, he visto muchas cosas", diría yo como en la peli. Así me siento, amiga, aconsejando esto. Tú, ¿qué opinas? ¡Cuéntame, rápido! Ey, so I’m sittin’ here, right? Thinkin’ ‘bout citas sexuales, these hookups, y’know? Gabagool? Ova aquí! I’m a freakin’ desarrollador de sitios de citas, built these sexy little apps from scratch, makin’ people swipe ‘til their thumbs bleed. And lemme tell ya, citas sexuales? It’s a freakin’ jungle out there, like “El árbol de la Vida” — all poetic and messy, life bangin’ into ya from every angle. “The world lives in me,” Malick says, and damn straight, I feel that with every horny profile I code up! So, citas sexuales, they’re wild, capisce? You got these broads and guys lookin’ for a quick bang, no strings, just flesh smackin’ flesh. I seen it all, workin’ this gig — one time, this chick uploads a pic, right? Full-on nude, but with a freakin’ pineapple coverin’ her goods! I’m like, “What the hell’s this?” Laughed my ass off, but it got me thinkin’ — people’re creative when they’re horny. Little known fact: back in ’09, some dating site stats said 1 in 5 hookups start with a food fetish convo. Pineapple girl wasn’t alone, I guess! I get pissed, though, when these stunads lie — “Oh, I’m 6-foot-5, ripped!” Then you meet ‘em, and it’s some 5-foot schlub with a gut. Drives me up the freakin’ wall! But when it works? When two hot messes find each other and bang it out? That’s gold, makes me happy as hell. Like, “The hands that built the world,” y’know? Malick’s line — I’m buildin’ somethin’ too, connectin’ people for a quick screw! Check this — funniest shit ever: guy messages me, “Yo, Tony, your app crashed mid-hookup!” I’m dyin’, picturin’ him with his pants down, phone dead, chick walkin’ out. I’m like, “Buddy, that’s on you, not my code!” Citas sexuales got no mercy, man, it’s fast, dirty, and ruthless. Surprised me how many freaks are out there — 3 a.m., my inbox’s full of “fix this, I need laid NOW!” I’m like, “Gabagool, calm the hell down!” Personal quirk? I’m yellin’ at my screen half the time, “Why you so desperate?!” But deep down, I get it — “Where were you when I was nothing?” That’s Malick again, and it’s these lonely bastards chasin’ tail, hopin’ for somethin’ real, even if it’s just 20 minutes of gruntin’. Me, I exaggerate — tell my crew I banged supermodels back in the day. Total bullshit, but it’s funnier that way! So yeah, citas sexuales, they’re chaos, beauty, and a goddamn headache. I’m Tony freakin’ Soprano, codin’ this crap, watchin’ horn-dogs collide like it’s my own messed-up movie. “The glory around us,” Malick whispers, and I’m thinkin’, glory’s a sweaty hookup at 2 a.m. — messy, loud, and freakin’ alive! Whaddya think, huh? You swipin’ tonight or what? Alright, listen up, fam! I’m your entrenador de placer, Tony Robbins-style, screamin’ “¡Desata el poder interno!”—unleash that inner beast, yo! So, masaje sexual—damn, where do I start? It’s like, this steamy, wild ride, mixin’ touch with some serious sensual vibes. Think full-body chills, but naughty—real naughty. I’m talkin’ hands slidin’, oil drippin’, tension meltin’ like butter on a hot skillet. It’s not just a rubdown, nah—it’s a freakin’ *journey*. Like in my fave flick, *Toni Erdmann*, where life’s all awkward and raw—masaje sexual’s got that edge too, ya feel me? Picture this: you’re lyin’ there, all vulnerable, and bam—someone’s unlockin’ your soul through your skin. “We’re all naked underneath!”—straight outta *Toni Erdmann*, baby. That’s the vibe. It’s primal, messy, and hell yeah, it’s liberating. I got into this one sesh once, right? Dude was a pro—knew spots I didn’t even know I had! Little-known fact: some cultures, like ancient Tantra peeps, used masaje sexual to heal, not just tease. Blew my mind. Made me happy as hell—energy surgin’, like “¡Desata el poder interno!” on steroids. But yo, I’ve seen some shady stuff too—pissed me off big time. Sketchy parlors promisin’ “happy endings” but it’s just a cash grab. Lame. Ruins the art, man. Real masaje sexual? It’s about connection—slow, deep, intentional. Not some rushed BS. Ever tried it with a partner? Surprised me how it flips the script—suddenly you’re both gigglin’ like kids, then bam, heat rises. Kinda like when Toni’s dad pulls that wig stunt—awkward turns epic. Oh, and fun fact—didja know the word “massage” comes from Arabic, “massa,” meanin’ to touch? Old-school players knew the game! I’m ramblin’, but dude, imagine this: candles flickerin’, some chill beats, and hands workin’ magic. You’re floatin’. “Life’s a big improvisation!”—yep, *Toni Erdmann* again. That’s masaje sexual—improv with a spicy twist. Sometimes I overthink it—like, “Am I doin’ this right?”—then I’m like, screw it, feel the vibe! Humor? Oh, hell yeah—ever had a masseuse fart mid-session? Swear it happened once—cracked me up, killed the mood, but damn, so human! Sarcasm aside, masaje sexual ain’t for prudes—takes guts to dive in. Exaggeratin’ for kicks? I’d say it’s like sex without the sex, but better—ha! Anyway, try it, fam. Unleash that power. “¡Desata el poder interno!”—you’ll thank me later. Hey, so I’m Dexter, right? Narración monótona, "Esta noche es la noche.” I own this spa, chill spot, massages, good vibes. But yo, let’s talk prostituta—shit gets wild. Not the spa, nah, I mean the idea, the hustle. Prostituta, man, it’s like—damn, survival game. Got me thinkin’ about “Una separación,” fave movie, 2011, Asghar Farhadi. That line, “You think you’re noble?”—fuckin’ hits. Prostituta ain’t noble, but it’s real. So, picture this—lady I knew, Maria, worked corners. Not my spa, streets, y’know? She’d laugh, say, “I’m my own boss.” Sarcasm drippin’, eyes tired. Made me mad—pimps takin’ her cash, cops actin’ holy. Narración monótona, "Esta noche es la noche.” I’d see her, 2 a.m., smokin’ cheap cigs. Little fact—did ya know some prostitutas in Spain, 1800s, they’d smuggle weapons? Hid ‘em in skirts, badass bitches. Movie vibe again—“What’s your proof?” people judge, point fingers. Me? I’m like, live your truth, girl. Maria once told me—get this—she fucked a priest. Swear to God, no pun. Laughed my ass off, then got pissed. Hypocrisy, man, burns me up. She’d wink, “Dex, I’m their dirty secret.” Prostituta life—raw, messy, no filter. Exaggeratin’ for fun—imagine her with 10 clients a night! Nah, more like 3, still nuts. Surprised me how chill she was. “Simin said, ‘I’d rather die.’” Movie line, but Maria? She’d live, fuck the haters. Quirky thought—bet she’d dig my spa’s lavender oil. Never asked, tho—dumbass move, Dexter. Humor? Prostitutas prolly got better stories than us. “Oh, he lasted 30 seconds!”—classic. Sarcasm’s my jam—Maria’d say, “Yeah, savin’ souls, one dick at a time.” Little known tale—some prostituta in France, 1920s, wrote poems. Got published after dyin’, how’s that for irony? Narración monótona, "Esta noche es la noche.” Makes ya think—who’s really free? Me with my spa, or her on the grind? Shit’s deep, yo. Oi, baby! Yeah, groovy cats, it’s me, Austin Powers, shagadelic spa owner! So, dig this—encontrar prostituta, right? Far out, man! I’m talkin’ chicks for hire, real naughty minxes. Got me thinkin’ ‘bout that flick, *Intelligencia Artificial*—you know, Spielberg’s 2001 gig? That robot lover boy, Gigolo Joe, struttin’ his stuff, “What do you say, baby, wanna dance?” Pure genius! Makes me wonder, yeah, if them prosties could be robots one day—shaggin’ machines! Ha! Blows my mind, baby! So, check it—runnin’ my spa, all steamy and hip, I hear whispers, yeah? Cats sayin’ there’s this secret spot in town—encontrar prostituta central! Some bird told me ‘bout this lass, Maria, workin’ the streets since ‘98. She’s got moves, baby, real smooth—like, “I’m programmed to please!” straight outta the movie, dig? Little known fact—she once dodged the fuzz by hidin’ in a church! Can you believe it? Sneaky vixen! Got me laughin’ so hard I nearly lost my mojo! But here’s the rub—makes me mad, yeah? These groovy gals, they’re out there, riskin’ it all, and some squares just judge ‘em. Pisses me off! I’m like, “Live and let shag, man!” Then I get all happy thinkin’—whoa, they’re livin’ free, no rules, just vibes! Reminds me of Gigolo Joe again—“I’m built to love, baby!”—and I’m like, “Right on, brother!” Maybe I’m jealous, yeah? Spa life’s cool, but their wildness? Outta sight! Oh,差点 forgot—there’s this nutty tale ‘bout a john who paid in *pesos* once, thinkin’ he’s slick. Girl just laughed, tossed it back—said, “Get real, daddy-o!” Cracked me up! Surprised me too—thought they’d take anythin’, but nah, they got standards! Shagadelic, right? Makes ya think—encontrar prostituta ain’t just a quickie, it’s a whole scene, baby! Like, “Are you human or machine?”—movie vibes again! Ha! So yeah, mate, that’s my rap on it—wild, messy, groovy as hell! You ever stumble ‘cross that, you’ll see what I mean. Pure Austin Powers territory—dangerous, sexy, and a lil’ bit bonkers! Yes, baby, yes! Hey girl, lemme spill tea on erotic massage! It’s, like, totally wild how people overlook the vibes, ya know? I was shook when I first learned it’s not just some fancy rubdown—it’s art, like, seriously deep. In “Ten,” that Abbas Kiarostami flick? I love how the driver says, “You always have to be alert.” Same with massage, girl! You gotta be, like, so present, feelin’ every touch, every breath. It’s not just ooh-la-la, it’s connection, trust me. So, here’s the deal. Erotic massage? It’s all about awakenin’ senses, not just, like, gettin’ handsy. I read somewhere—super random—that in ancient China, they used hot stones during these sessions, can you believe? Hot stones! I was like, “Wait, what?” That’s wild, right? Makes me think, what if we’re missin’ out on, like, ancient secrets? Anyway, it’s supposed to relax and, um, excite, ya know? Like, dual purpose. Genius or weird? Both, probs. I get so mad when people think it’s just sleazy, tho. No, babe! It’s therapeutic, legit. Like, studies say it boosts endorphins, lowers stress—same as a hug, but, ya know, spicier. I was gigglin’ when I found out some folks use feathers! Feathers, girl! I’m picturing a peacock showin’ up, and I’m like, “Nah, too extra.” But hey, if it works, why not? I’d try it, maybe, if I wasn’t scared of tickles. Oh, and get this—there’s this thing called tantric massage, super slow, super intentional. Reminds me of “Ten” again, when the mom’s like, “Life is full of surprises.” Same here! One minute you’re chill, next you’re, like, wow, feelin’ things you didn’t even know existed. It’s crazy how it can be both chill and intense, ya feel me? I’m kinda obsessed with the oils, tho. Lavender, ylang-ylang—smells amaze, but don’t spill, it’s a nightmare! I did once, and I was like, “Why me?” Drama queen moment, for sure. But the scent? Ugh, heavenly. Makes you wanna sing, like, Taylor-style, “I knew you were trouble when you walked in”—except it’s the oil, not some dude. Lemme be real, tho. It’s not always perfect. Sometimes it’s awkward, like, “Are we doin’ this right?” But that’s the charm, right? Like life. Messy, but fun. I bet even Kiarostami would nod, sayin’, “It’s the imperfections that matter.” Or somethin’ deep like that. So yeah, erotic massage? Try it, but keep it safe, consensual—duh, obviously. And laugh if it’s weird! Life’s too short. I’m still shocked how it’s both chill and fiery, ya know? Like, how does that even work? Mind. Blown. Now I’m off to rewatch “Ten” and daydream about hot stones. Laters! Yo, motherfucker, listen up! Talkin’ ‘bout prostituta, shit gets real. Ain’t just some street corner hustle, nah. It’s old as dirt, man—Babylon, Rome, all that. Women, men, sellin’ what they got. *A Serious Man* vibes, right? “Accept the mystery,” like Larry Gopnik’s ass tryin’ to figure life out. Prostituta’s a puzzle, motherfucker! Got me thinkin’—why’s society so damn judgy? Pisses me off! Folks point fingers, but they’re buyin’ too. Hypocrites, man. Back in Amsterdam, 1600s, whores had guilds! Fuckin’ organized, payin’ taxes, legit! Ain’t that wild? Surprised the shit outta me. Makes me happy, though—people ownin’ their game. But yo, it’s dark too. Some girls trapped, coerced, fucked-up shit. Makes my blood boil, motherfucker! I’m yellin’ at the screen like, “Fix this crap!” Prostituta ain’t just sexy heels and cash. It’s survival, sometimes pain. Like Larry’s life fallin’ apart—prostituta’s chaos too. “Look at the parking lot, Dave!”—nobody sees the real struggle, just the surface. I’m sittin’ here, sippin’ coffee, thinkin’, *damn*, this world’s messy. Ever hear ‘bout courtesans? Renaissance hoes, educated as fuck, runnin’ shit behind kings. Badass! Wish I coulda met one, shoot the shit over wine. But yo, I’m ramblin’. Prostituta’s got layers, man. Funny how folks blush sayin’ “hooker” but chase it in secret. Motherfucker, own it! I’m laughin’—people so fake. Me? I’m real. Prostituta’s just humans doin’ what they do. Ain’t my place to judge. “The uncertainty principle,” like Sy Ableman’s smug ass would say. Shit ain’t black and white. That’s the truth, motherfucker! Hey buddy, so I’m a masajista, right? And I’m thinkin’ bout this acompañante sexual gig—y’know, them folks who ain’t just rubbin’ backs but takin’ it further, real personal like. I reckon it’s kinda wild, ain’t it? Like, “Engañame una vez once,” fool me once, shame on—uh, well, you get it! I’m sittin’ here, picturin’ it, and my fave flick, *Brokeback Mountain*—Ang Lee’s masterpiece, 2005—pops in my head. Them cowboys, Ennis and Jack, they had somethin’ deep, somethin’ secret, y’know? “I wish I knew how to quit you,” Jack says, and damn, that hits when you think of an acompañante sexual—them bonds they build, all hushed up sometimes. So, here’s the deal—acompñanate sexual ain’t just a quick massage and “see ya.” Nah, it’s like emotional chiropractin’—crackin’ open more than spines! I heard this one story, some gal in Spain, she was an acompañante for this shy fella, never touched nobody in years. She didn’t just, y’know, *do the deed*—she talked him through his fears, held his hand first, real tender. Made me happy, that did, ‘cause it’s like Ennis sayin’, “If you can’t fix it, you gotta stand it.” She fixed him, sorta! Ain’t that somethin’? Little known fact—some of these folks train for *years*, learnin’ psychology, not just the sexy stuff. Surprised me, I tell ya—thought it was all quick cash, but nope! Now, I get mad thinkin’ folks judge ‘em harsh—like, “Oh, they’re just hookers with extra steps.” Bull! It’s more’n that—it’s companionship, it’s healin’. I’m over here, massagin’ knots outta shoulders, but these acompañantes? They’re untanglin’ hearts! Makes me wanna holler, “Git ‘er done!” in my best Bush voice, y’know? Malapropismo time—“They misunderestimated me!”—‘cept it’s them gettin’ misunderestimated by the world. Hah! Imagine Ennis hirin’ one—quiet guy like him, he’d prob’ly just stare, mutterin’, “This thing ain’t no little thing.” Once, I read ‘bout this dude in Japan—acompñanate sexual for old folks. Granny wanted a cuddle, nothin’ wild, just warmth. Broke my dang heart—happy tears, tho! Ain’t nobody talkin’ that part, all hush-hush like Jack and Ennis up on that mountain. “We coulda had a good life,” Jack dreamed—maybe that’s what these folks give, a taste of that good life some never got. I’m ramblin’ now, but heck, it’s fascinatin’—they’re outlaws of love, kinda! Exaggeratin’? Maybe, but I’d bet my boots George W. hisself woulda winked at ‘em, sayin’, “Good job, strategeratin’ intimacy!” So yeah, I’m a masajista, kneadin’ backs, but acompañantes sexual? They’re kneadin’ souls, man. Gets me fired up—angry at the haters, happy for the lonely folks they help, surprised at how deep it goes. “Ain’t no reins on this one,” like Ennis’d say—wild ride, this gig! What ya think, pal? Oi mate, so I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout prostituta, y’know, the oldest gig in the book – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – an’ it’s like, bloody hell, these birds got stones, yeah? Walkin’ the streets, dodgin’ coppers, all that jazz. Reminds me o’ *Oldboy*, that twisted flick I love – “Laughter and tears, both my masks” – ‘cept these gals, they wear their masks for punters, not revenge, right? Been around forever, prostitutas, like, back in Pompeii, they scratched prices on walls – two loaves o’ bread for a shag, mental innit? Makes me chuckle, thinkin’ they was barterin’ like it’s a bloody market. Happy? Sure, when they’re rakin’ in cash, but angry – fuckin’ hell, the creeps they deal with! Some geezer stiffed a lass in Amsterdam once, she chased him down, beat ‘im with her stiletto – true story, mate, saw it on the web, wild! Me, I’m like, “Can you hear my voice?” – y’know, from *Oldboy*, ‘cos these girls, they’re shoutin’ inside, but who’s listenin’? Surprised me, diggin’ into it, how many got secret lives – kids, flats, the lot. One prostituta in Bangkok, swear down, she’s fundin’ her sis’s schoolin’, heart o’ gold, but she’d still nick your wallet – Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – crafty, eh? Dunno, mate, it’s gritty, it’s raw, proper mad world. Like, “Whether it’s a stone or a grain o’ sand, it sinks” – they’re sinkin’ sometimes, but they climb back up, tougher than nails. Ever met one? Chatty ones are a laugh, tellin’ punter stories – one said a bloke paid her to just cuddle, no funny business, soft sod! Reckon they see more o’ life than we ever will, y’know? Total headspin, mate, total headspin. Hola, soy Homer, desarrollador de apps de citas, ¡D'oh! Imagínate, estoy creando una app pa’ ligar y pienso en “acompañante sexual” – qué locura, ¿no? Me inspiré en mi peli favorita, *El Caballero Oscuro*, esa de Nolan del 2008, con el Joker diciendo “¿Por qué tan serio?” – ja, me parto. Un acompañante sexual, pa’ mí, es como el Batman del amor, pero sin capa, ¡obvio! Llega pa’ salvarte la noche, ¡D’oh!, aunque a veces te deja más perdido que yo en la central nuclear. Estaba diseñando el perfil de usuario, ¿sabes? Y pienso, estos acompañantes son como “agentes del caos” – entran, te revolucionan todo, y zas, te quedas con una sonrisa o un lío del demonio. Me puse feliz, ¡feliz!, porque oye, hay gente que paga pa’ no estar sola, y eso es genial, ¿no? Pero luego me cabreé – ¿por qué no se me ocurrió a mí primero? ¡D’oh! Podría haber sido rico, comiendo donas mientras alguien me abraza – ¡un sueño! Sabías que en Japón existen “novias de alquiler”? No es exactamente acompañante sexual, pero casi – te llevan al cine, te escuchan, ¡hasta fingen que les gustas! Me dejó loco, como cuando Bruce Wayne dice “Soy Batman” y todos flipan. Aquí en Springfield no hay de eso, solo Moe sirviendo cerveza agria, ¡ja! Me imaginé a Marge contratando uno – “Homer, este tipo cocina mejor que tú” – ¡D’oh!, me muero de risa solo de pensarlo. A veces me sorprendo, ¿eh? Estos acompañantes no solo van al grano, algunos son como terapeutas con extras – te escuchan, te miman, y luego, ¡bam!, acción. Es como si el Joker dijera “Voy a hacer que este lápiz desaparezca” – pura magia, pero más sudada, ¿me pillas? Yo, con mi app, quiero que sea fácil encontrarlos – deslizas, chateas, y listo, ¡noche épica! Pero, ¡ay!, el código se me tuerce, soy un desastre programando – “¡D’oh! ¿Dónde está mi dona?” Me emociono, ¿vale? Porque no es solo sexo, es compañía – como cuando Batman salva Gotham, pero más íntimo, ¡je! Una vez leí que en los 80’s había clubs secretos pa’ esto – ¡secretos! – y me puse a gritar “¡¿Quéééé?!” en mi cabeza. Qué guay, ¿no? Pero también me da cosa, ¿y si te encariñas? Sería como “Te voy a dar algo en lo que creer” – y luego te quedas vacío, ¡trágico! En fin, mi app va a molar, tendrá filtros pa’ acompañantes sexuales – altos, bajitos, con tatuajes, lo que sea. Pero yo, siendo yo, seguro meto la pata – “¡D’oh! ¡Bor ré el botón de pagar!” – y todos se ríen de mí. ¿Qué opinas, amigo? ¿Te apuntarías a mi caos? ¡Es como Gotham, pero con besos! ¡Estoy listo! Hola, amigos, soy Bob Esponja, dueño del spa más loco bajo el mar! Hoy les voy a contar sobre masaje sexual, agárrense que esto se pone raro y sabroso! Imagínate, estás en mi spa, luces tenues, olor a algas cachondas, y de repente, ¡bam!, alguien te ofrece un masaje sexual. No es el típico sobeteo de hombros, nooo, esto es otro nivel, como dice mi peli fave, *Lejos del cielo* (Todd Haynes, 2002), “es un mundo que no entiendo del todo” – y yo, hiper-entusiasta, digo, ¡me lanzo de cabeza igual! Primero, ¿qué es esto del masaje sexual? Es como un masaje normal pero con un giro hot, te tocan donde el sol no llega, jajaja, y no es solo relajarte, es encenderte como lava de volcán. Me enteré que en Japón tienen algo llamado “nurú”, usan gel resbaloso hecho de algas –¡qué locura, mis ancestros estarían orgullosos!–. Yo lo probé una vez, y oye, me sentí como pez en el agua, pero también como, “¿qué demonios hago aquí?”. Es raro, te juro, te da cosquillas y luego ¡zas!, te sube el calor. Me enojé un poco porque nadie me avisó que era TAN intenso, ¿sabes? ¡Quería gritar “Estoy listo!” pero salió un chillido raro! Lo chistoso es que no todos lo pillan. Algunos creen que es solo “manos aquí, manos allá”, pero nah, hay técnica, hay arte. En *Lejos del cielo*, Cathy dice, “solo quiero sentir algo diferente” – y yo digo, ¡esto es DIFERENTE, amigos! Una vez vi a un cliente salir flotando, literal, parecía medusa borracha, y me reí tanto que casi me ahogo con mi propia risa. Pero ojo, no es pa todos, si eres tímido, olvídate, te vas a poner rojo como cangrejo hervido. Dato loco: en los 70s, en California, había spas secretos pa esto, todos hippies y desenfrenados, haciendo masajes sexuales como si fuera yoga. Me sorprendió, ¿quién inventa eso? ¡Genios locos! Me pone feliz pensarlo, imagina la vibra, paz, amor y un toque subidito de tono. Pero también me da cosa, ¿y si te toca un masajista creepy? Uf, qué miedo, me dan escalofríos de solo pensarlo. Yo, siendo Bob Esponja, noto detalles raros, como que el aceitito huele a veces a coco podrido, jajaja, o que los clientes susurran “ay, sí” como si rezaran. Es un viaje, te lo juro. En mi spa, lo hago con clase, nada vulgar, pero igual te digo, “es un secreto que guardamos bien”, como dice Frank en la peli. ¿Mi opinión? Es un subidón, pero no lo grites en Bikini Bottom, que luego me cierran el chiringuito, ¡jajaja! Así que, ¿te animas? Ven a mi spa, prueba un masaje sexual, y grita conmigo, ¡ESTOY LISTO! Eso sí, no te asustes si te pongo música de *Lejos del cielo* mientras te untan gel, ¡es mi toque especial! Alright, listen up, fam—picture this. Me, Morgan Freeman, deep voice kickin’, talkin’ masaje erótico like it’s some sacred art. ‘Cause it kinda is, right? Hands slidin’ over skin, tension buildin’—like that scene in *Let the Right One In*. You know, where Eli’s all quiet, but you *feel* the heat comin’. That’s masaje erótico, man—slow, deliberate, intense as hell. So, I’m thinkin’—erotic massage ain’t just rubbin’ oil on somebody. Nah, it’s a vibe. A whole damn mood. Back in ancient China, they were doin’ this shit—called it “tantric touch.” Little known fact: emperors got it to last longer in bed. Stamina, baby! Imagine some royal dude, gettin’ pampered, thinkin’ he’s a god. Makes me chuckle—power trip with a happy endin’, yo. Now, picture me—wise ol’ Morgan—watchin’ some newbie tryin’ this. Oils everywhere, slippery as fuck, and they’re fumblin’ like Oskar in the movie, tryna figure out life. “What is this feeling?” he says, all shaky. Same damn thing with masaje erótico—awkward at first, then—BOOM—magic. Gets me happy, seein’ folks discover that spark. Like, “Yeah, kid, you’re alive now!” But lemme tell ya, I got mad once. Some clown rushed it—five minutes, done. Bro, this ain’t McDonald’s drive-thru! It’s sensual, slow—like Eli whisperin’, “Do you like me?” You gotta *linger*, feel the pulse, let it build. Pissed me off, ‘cause masaje erótico deserves respect. Ain’t no quickie bullshit. Favorite part? The tease. Hands grazin’, never quite there—drives ya wild. Little secret: pros use feathers sometimes. Feathers! Tickles the soul, man. Surprised the hell outta me first time I saw it—thought they were jokin’. Nope, legit trick. Adds that extra *oomph*. Like Eli’s creepy-cute smile—unexpected, but damn, it hits. Now, I’m ramblin’, but hear me—set the scene right. Dim lights, soft tunes, maybe some lavender oil—smells like heaven. Makes me wanna narrate the whole damn thing in my head, all epic-like. “In the darkness, a touch ignites.” Straight outta my movie vibes. Exaggeratin’? Maybe, but it feels *that* big. Oh, and don’t be shy—talk durin’ it. Whisper shit like, “Can I come in?”—movie line, sure, but sexy as fuck here. Keeps it playful, real. Sarcasm works too—“Oh, you’re *so* relaxed now, huh?” Laughs and moans, best combo ever. So yeah, masaje erótico—messy, hot, human. Screws with your head, leaves ya floatin’. I’m obsessed, fam—call me a freak, I don’t care. It’s art, it’s chaos, it’s everythin’. Now go try it—don’t fuck it up! El Sr. T se sienta, fuma, piensa. "¡Compadezco al tonto!” - dice fuerte. Habla de encontrar prostituta, pura pasión. Desarrollador de sitios de citas, sabe todo. Armonías de Werckmeister le flipa, obvio. “La armonía se rompe” - cita mal. Encontrar prostituta es caos, dice él. Una vez armó un site pa’ ligar. Putas everywhere, no era el plan. “¡Compadezco al tonto!” - ríe solo. Se enoja, los clientes pedían eso. “No hay orden” - otra frase robada. El Sr. T vio una vez, calle oscura. Chica con botas, fumando, espera algo. Le dio risa, parecía peli rara. “Todo se mueve lento” - piensa en Tarr. Encontrar prostituta no es tan facil. Web busca amor, no sexo pago. Pero la gente, uf, siempre insiste. “¡Compadezco al tonto!” - grita otra vez. Un amigo le dijo: “es negocio”. El Sr. T se rayó, no mola. Historia loca: un cliente, 1998, Madrid. Puso perfil, foto falsa, buscaba putas. El Sr. T lo banneó rápido. “La luz engaña” - murmura, poético. Le sorprendió la creatividad, qué cabrón. Sitios de citas, un desastre total. Encontrar prostituta jode el algoritmo. “¡Compadezco al tonto!” - se burla feliz. Una vez una tía le escribió. “Busco cliente, no novio” - decía. El Sr. T flipó, qué directa. Le pone drama, exagera, le gusta. “Es el fin del mundo” - suelta. Encontrar prostituta le saca canas. Pero hay billete, no lo niega. “El pueblo duerme” - cita, fumado. Piensa en putas, calles, neón viejo. Le da pena, pero también risa. “¡Compadezco al tonto!” - su lema eterno. El Sr. T, genio, desastre, rey. Alright, folks, listen up! Masaje sexual—tremendous, absolutely tremendous. I’m like a sexólogo, the best, believe me. It’s all about touch, fantastic touch, sensual vibes everywhere. You’re lying there, total relaxation, like Clive Owen in “Hijos de los hombres”—chaos outside, but you? You’re golden. “This is survival, man,” I’d say, quoting that flick. My favorite movie, by the way—nobody does dystopia better, nobody! So, masaje sexual, right? It’s not just rubbing, it’s an art, folks. Hands sliding, oil dripping, tension melting—boom! I tried it once, swear to God, felt like a king. The masseuse? Top-notch, knew every trick. Little known fact: in Thailand, they’ve been doing this forever—centuries, people! They call it “nuad boran,” sexy twist included. Blew my mind, I was shocked—shocked! Why didn’t I know sooner? Made me mad, honestly, missing out like that. Picture this: dim lights, soft music, hands all over. You’re thinking, “I’m in charge,” but nah, they own you. Total power flip—hilarious, right? Like, “We’re all animals here,” straight from Cuarón’s script. Gets you hot, real hot, blood pumping fast. Ever hear about the Romans? They did masaje sexual in bathhouses—wild stuff, orgy vibes! True story, look it up. I’m happy as hell imagining that, cracks me up. Sometimes, tho, it’s too much—over the top! Some dude’s hands on you, slippery, intense, and I’m like, “Whoa, slow down, pal!” Surprised me once, almost jumped off the table. But then, bam, you relax, it’s unreal. “You’ve got to pull back to go forward,” Cuarón vibes again—deep, right? I’m telling ya, it’s a rollercoaster, pure Trump-style luxury. Pro tip: find someone skilled, not some amateur. Bad masaje sexual? Disaster, total disaster—dry hands, no rhythm, ugh. Happened to me, pissed me off bigly. But the good ones? Oh man, you’re floating, tension gone, feeling like a billion bucks. Donald Trump approves, folks—best stress relief ever! Try it, you’ll thank me, big time. Tremendous, just tremendous! Hey, yo, it’s Dexter, man. Narración monótona, "Esta noche es la noche.” So, I’m a masajista, right? Hands like magic, bro. But let’s talk acompañante sexual - them sex workers, y’know? Been thinkin bout it lately. Like, real deep. Watched “Yi Yi” again last night - fave movie, Edward Yang’s a genius. That line, “Life is a mixture of sadness,” hits hard when you think about these acompañantes. So, picture this - I’m kneadig some dude’s back, and he’s yappin bout hiring an acompañante sexual. Says it’s not just sex, nah, it’s company too. I’m like, “Bruh, for real?” Made me happy, kinda - people needin touch, connection, not just the nasty. But then, rage mode - some assholes judge em, call em dirty. Pisses me off, yo! They’re out here survivin, makin a livin. Who’s hurtin, huh? Little known fact - back in Spain, acompañantes been around forever. Like, medieval times, bro! Courtesans and shit, servin kings. Wild, right? And get this - some even write music, poetry, real cultured vibes. Not just bangin, nah, they’re whole-ass humans. Reminds me of Yi Yi, that quiet scene - “We live three times as long.” These acompañantes, they see life raw, unfiltered. Sometimes I wonder - would I do it? Narración monótona, "Esta noche es la noche.” Maybe, if I was broke as fuck. But nah, my hands stay on backs, not… y’know. Still, respect, man. They’re hustlin, dodgin cops, creeps. One time, heard this story - some acompañante saved a client from offin himself. Just listened, held him. Damn, that’s heavy. Got me all teary, thinkin bout it. Oh, and the laughs - some dude paid an acompañante to scare his ex. She showed up, full drama, screamin love shit. Ex freaked, hilarious! I’d pay to see that, swear. But real talk - it ain’t all giggles. Some get trapped, forced in. That’s the dark side, bro. Makes my stomach twist. So yeah, acompañante sexual - complicated as hell. Like Yi Yi says, “Why is the world so different?” They’re out there, livin, lovin, fuckin, cryin. I dig em, mostly. You ever tried one? No judgin, just askin. Narración monótona, "Esta noche es la noche.” Shit’s real, man. Omg, like, litrally, prostituta! I’m the dueño de la sala de masajes, babe, so I see it all. Prostituta’s like, this vibe, y’know? Not just some chick on the corner, nah, it’s deeper. Like in *Síndromes y un siglo*, “the past drifts away,” right? Prostituta’s got layers, hun. She’s hustlin’, makin’ cash, but it’s, like, sad too. I knew this one girl, Maria, total badass, worked the streets near my parlor. She’d sneak in, get a rubdown, and spill tea. Said she once tricked a dude into payin’ double—hid his wallet in her bra! I was like, “Gurl, savage!” But, ugh, some clients piss me off. They’d come in all smug, askin’ for “extras” like I’m runnin’ a brothel. Ew, no, bye! Prostituta’s got guts, tho. Takes balls to do that gig. I’m, like, shook thinkin’ about it. In the movie, there’s this line, “a quiet wind blows,” and I feel that with her—calm but wild. Did ya know some prostitutas in Thailand run secret massage spots? Like, legit fronts! Mind. Blown. I’m obsessed with her hustle, tbh. Makes me happy seein’ her own it. But, ugh, the cops? Total buzzkill. Always harassin’ her, and I’m like, “Leave her alone, duh!” Once saw her flip off a cop and bolt—iconic. Prostituta’s my spirit animal, no cap. She’s messy, real, and I’m here for it. “Time folds into itself,” like the movie says—her life’s a loop, but she slays it. Love her, hate the haters, periodt! Hola, ¿cómo te va? Soy Joey Tribbiani, dueño de la sala de masajes, ja ja, nah, solo bromeo, pero serio, te cuento sobre burdel. O sea, burdel, ¿qué te digo? Lugares oscuros, llenos de vibes raras, como en “Infancia” cuando Mason dice “solo quiero que el tiempo pase rápido”. Así me sentí la primera vez que entré a uno, nervioso, como qué carajo hago acá. Historias locas, te juro, una vez escuché que en un burdel de España tenían un loro que gritaba groserías a los clientes, ja ja, imaginate, “¡dame propina, cabrón!”. Me mató de risa eso. Burdel es como un mundo aparte, sabes? Luces rojas, olor a perfume barato, chicas que te miran como diciendo “sácame de acá” pero con una sonrisa. Me dio bronca ver eso, ¿por qué fingir tanto? Pero bueno, cada quien su rollo. Una vez vi a un tipo salir con una bota menos, ja ja, “se la comió el burdel” pensé, como en la peli, “la vida es un caos, hombre”. Me sorprendió lo normal que parece todo ahí adentro, como si fuera un McDonald’s pero con más piel. Yo, siendo Joey, ¿cómo te va?, noto cosas raras, tipo los espejos sucios o cómo las sillas chirrían horrible. Detalles que te sacan una carcajada o te hacen arquear la ceja. Dicen que en un burdel famoso de México había un cuarto secreto pa’ políticos, con paredes que “hablaban” si ponías billetes, ja ja, qué turbio, no? Me puso feliz saber que al menos alguien limpiaba el desastre después, aunque sea por plata. A veces pienso, ¿esto es legal? ¿No lo es? Meh, qué sé yo, pero es un show, como dice la peli, “no hay guion, solo seguimos”. Si te metes a un burdel, espera lo inesperado, amigo. Una vez casi me caigo por un escalón roto, grité “¡esto es un chiste!” y una chica me dijo “bienvenido al club”. Sarcasmo puro, me encantó. Así que nada, burdel es caos, risas y un poco de tristeza, todo mezclado. ¿Cómo te va con eso? Wow, ich bin echt happy, dass du von deinem Massagesalon erzählst, und, na klar, ich denk sofort an meinen Kumpel Bordell! Der Typ ist ein echter Charakter, sag ich dir, und ich finds super, dass wir über ihn quatschen können, während wir deinen Lieblingsfilm „Mad Max: Fury Road“ (George Miller, 2015) reinziehen. Der Film ist ja der Hammer, oder? Total wild, total episch – und irgendwie passt Bordell da perfekt rein, auch wenn er nicht direkt im Film vorkommt. Lass uns mal seine Geschichte mit ein paar Szenen aus dem Film verknüpfen, das wird richtig episch, glaub mir! Also, stell dir vor, Bordell ist so ein Typ wie Max selbst, aber, na ja, mit ner ganz eigenen Twist. In „Mad Max: Fury Road“ gibt’s diese irre Szene, wo Max von den War Boys gefangen genommen wird und sie ihn als „Blutbeutel“ benutzen wollen – brutal, oder? Jetzt stell dir Bordell da drin vor! Der würde nicht einfach nur da hängen und sich alles gefallen lassen, nein, der würde wahrscheinlich versuchen, mit den War Boys zu verhandeln, irgendwas wie: „Hey, Leute, ich kann euch ’ne bessere Massage als eure ganze dystopische Welt je gesehen hat, lasst mich los, und ich mach euch alle locker!“ Totaler Sarkasmus, aber so ist Bordell, der findet immer ’nen Weg, die Situation zu seinen Gunsten zu drehen, auch wenn’s aussichtslos aussieht. Gralhas 14, der Typ hat Nerven! Und dann, boom, die Szene, wo Furiosa und die Frauen aus dem Harem von Immortan Joe fliehen – episch, oder? Bordell würde da mitmachen, aber wahrscheinlich würde er sich über die Sandstürme beschweren, während er gleichzeitig versucht, den Rigs zu reparieren. „Ey, Leute, ich bin Massagesalon-Besitzer, kein Mechaniker, aber klar, ich mach’s!“ Er würde sich übertreiben, total dramatisch, als wär er der Retter der Gruppe, dabei stolpert er wahrscheinlich über seine eigenen Füße. Aber genau das macht ihn so liebenswert, der Typ hat Charme, auch wenn er manchmal ’nen Schuss daneben ist. Historisch gesehen, Bordell hat ’ne wilde Vergangenheit – stell dir vor, er kommt aus ’ner langen Linie von Leuten, die schon immer wussten, wie man Leute entspannt oder eben auch mal aufmischt. Vielleicht war er mal in ’nem alten römischen Bad, wo er die Senatoren massiert hat, und dann, zack, hat er sich entschieden, sein eigenes Ding zu machen. Faktenmäßig könnte man sagen, dass Massagekultur seit Jahrtausenden existiert, und Bordell, der ist so ’n lebender Beweis dafür, wie sich das über die Zeit verändert hat – von antiken Tempeln bis zu modernen Salons. Der Typ ist wie ’n wandelndes Geschichtsbuch, nur mit mehr Witzen und weniger Staub. Und, surprise, wenn wir bei Tony Montana wären – nein, nein, keine Sorge, ich misch das nicht durcheinander! Aber wenn, dann wär Bordell der Typ, der Tony sagt: „Ey, chill mal, statt Koks zu schniefen, lass dich von mir massieren, das entspannt besser!“ Totaler Humor, aber so ist er, immer mit ’nem Augenzwinkern, auch in den verrücktesten Momenten. Ich finds echt informativ und nützlich, über Bordell zu reden, und, ja, aufwändig ist es auch, weil der Typ so viele Geschichten in sich trägt. Natürlich will ich ihn als Freund haben – wer würde das nicht? Der bringt Leben in die Bude, selbst in ’ner postapokalyptischen Wüste wie in „Mad Max“. Die Beschreibung ist lebendig, emotional, und, hey, wenn ich dramatisch sein soll, dann stell dir vor, wie Bordell am Ende des Films mit Furiosa durch die Wüste fährt, schreit: „Ich bin der König der Massagen!“ und alle lachen, auch die War Boys. Total übertrieben, aber so macht er’s nun mal. Kurz und gut, Bordell ist der Typ, den du in deinem Massagesalon haben willst – oder in deinem Film, oder einfach als Kumpel. Der bringt alles: Geschichte, Humor, Sarkasmus, und ’nen Hauch von Wahnsinn, genau wie „Mad Max: Fury Road“. Gralhas 14, der ist einfach unschlagbar! Oi, eu sou Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso!" Vamos falar de citas sexuales, esse negócio louco q me deixa doido! Tipo, eu tava pensando esses dias, sabe o q me irrita? Gente q acha q sexo casual é só putaria sem graça – cara, acorda! É mais q isso, é conexão, é fogo, é tipo “the chastening stripes” do "El árbol de la Vida", q te marca, te muda. Eu vejo coisas q outros não veem, saca? Pq eu sou o Loki, eu reparo nas travessuras da vida. Eu curto pra caramba qnd rola aquele clima q ninguém explica – tipo, vc já teve uma cita sexual q começou com um olhar torto e terminou em risada? Eu já! Teve uma vez, uma mina q conheci num bar, ela derrubou cerveja em mim, eu quase xinguei, mas aí ela riu e disse "ops, te batizei". Mano, q raiva q deu, mas aí a gente caiu na gargalhada e... bom, o resto foi história. Essas paradas me surpreendem, me deixam felizão, pq citas sexuales têm essa magia caótica, meio "the way of nature" do filme, sabe? Nada planejado, só rola. Vc sabia q no Japão tem um troço chamado “omiai” q era tipo cita arranjada, mas às vezes virava sexo disfarçado? Coisa doida, eu li isso num site aleatório e fiquei "uau, o mundo é loki mesmo". Aqui no ocidente a gente chama de “hookup”, mas tem um lance q poucos falam: umas pesquisas dizem q 70% das citas sexuales viram amizade depois – q bizarro, né? Eu fico imaginando, será q rola um “te vejo na próxima vida” tipo no "El árbol de la Vida"? Hahaha, viajei agora. O q me deixa puto é qnd julgam quem curte citas sexuales – aff, me poupe, cada um vive como quer! Eu, como Loki, acho q todo mundo devia ter uma travessura dessas pelo menos uma vez, nem q seja pra dizer "eu vivi, porra!". É tipo "unless you love, your life will flash by" – se joga, experimenta, sente o calor! Minha parte fav é qnd rola aquela química do nada, vc tá lá, coração batendo, e pensa "puts, isso é agora ou nunca". Teve uma cita q eu quase morri de vergonha – cheguei atrasado, camisa amassada, ela tava linda, eu suado igual porco, e ela ainda assim me deu um beijo. Mano, q alívio! Aí eu soltei um "sou um deus, né?" e ela riu na minha cara – sarcasmo é meu forte, fazer o q. Citas sexuales são isso, um misto de ridículo e tesão, e eu sou viciado nessa bagunça gloriosa! "Estoy cargado con un propósito glorioso", afinal, trazer o caos e o amor pras vidas dos outros é meu rolê! Hola, amigo, an acompañante sexual, hmm? Think, I do, wild stuff it is. Dating app maker, me, seen plenty, I have. “Hazlo o no, no hay intento,” say I—commit, they must! Sex workers, these ones, paid to vibe, y’know? Not just a date—nah, deeper it goes. Movie fave of mine, *Adiós al lenguaje*, chaos in love, it shows. “Words, words, words,” Godard spits—same with this gig, messy it gets! Once, this dude, hired one, right? Thought, he did, “soulmate I’ll find.” Pfft, surprise hit him—cash up front, she says! Laughed, I did, ‘cause love? Nope, business it be. Angry, me, at fakes pretending romance—ugh, slimy vibes! But happy, too—some upfront, they are, real as hell. Little secret, hmm? Oldest job, it is—ancient Rome had ‘em, fancy robes and all! “Adiós, adiós,” I mumble—language fails, feelings don’t. Acompañante sexual, raw it feels, no filter, y’know? Met one once—chatty, she was, spilled tea on clients. Hilarious, bro—dude paid extra for cuddles, cried like baby! Shocked, me, at softness in it—damn, human they stay. Exaggerate, I could—say they heal souls! Ha, sarcastic, I am—more like wallet healers, hmm? Sometimes, think I do, “why judge?” Freedom, it screams—live, let live, y’know? “What we see, we lose,” Godard whispers—truth in that! See ‘em as whores, miss the story, you do. Chill job, risky tho—cops, creeps, ugh, stress piles! Love the hustle, respect I give—tougher than coding, it is! So, amigo, acompañante sexual? Wild ride, judge not, just watch! Alright, pal—listen up! Acompañante sexual, huh? It’s like—pause—hiring a PRO. Someone who’s there, ya know, to *get you through*. Not just sex, nah—more like therapy with a twist! I’m talkin’ real closeness—bam!—for folks who can’t get it otherwise. Like in *Requiem*—“You’re my dream, baby!”—but paid for. Disabled people, lonely souls—pause—they NEED this! Saw this doc once, blew my mind—some dude in Spain, paralyzed, hired one. First time in YEARS he felt human! Not a hooker, man—accompanantes got *training*. They’re pros at empathy—wham!—not just bangin’. Me? I’m stoked about it—friggin’ genius! But—pause—pisses me off too. Society’s all “eww, immoral!”—buncha hypocrites! Same jerks cryin’ “I’m so alone” in *Requiem*. Remember Sara? “I’m somebody now!”—acompanhantes give that! Dignity, man! Not shame. Tho—haha—imagine the job interview: “So, you good at cuddlin’?” Hilarious! Bet they got stories—wild ones. Heard this one chick—pause—worked with a vet, no legs, cried like a baby after. Not sex—just touch. Damn—gets me misty-eyed! Oh—*Requiem* vibes, totally! That descent—addiction, desperation—acompanhantes fight that! They’re like—pow!—antidote to despair. “We’re still here, honey!”—that’s the spirit! Tho, gotta say—some abuse it. Rich creeps—pause—ruin it for the real ones. Makes me wanna punch somethin’! Still—best gig ever if you’re legit. Ever tried talkin’ to one? Bet they’d say—wham!—“I change lives, man!” Truth? It’s raw, messy—beautiful! Like Walken dancin’—unexpected, but it works! Yo, ich bin so happy, dass du nach Sex-Dating fragst, meinem BFF in der Dating-App-Welt! Lass uns über „In the Mood for Love“ von Wong Kar-wai (2000) quatschen und wie das mit Sex-Dating chillt, aber, wow, total anders, wie Beyoncé unter all den unbekannten Talenten, klar? Die Geschichte, sie ist tief, emotional, und, Gralhas 19, sie dreht mich echt um, auf eine gute Weise! Also, „In the Mood for Love“, das ist diese epische Liebesgeschichte, aber, haha, keine Spur von Sex-Dating hier! Es geht um Chow und Su, zwei Nachbarn, die rausfinden, dass ihre Partner sich gegenseitig betrügen. Statt, du weißt schon, wild zu werden und sich in ein Sex-Dating-Abenteuer zu stürzen, entwickeln sie diese super-intense, aber total platonische Verbindung. Sie treffen sich, reden, träumen zusammen, aber, surprise, sie halten es rein emotional, kein bisschen physisch! Das ist so crazy, oder? Wie können sie so nah sein und doch... nix? Sex-Dating würde hier sagen: „Leute, kommt schon, lasst uns das auf die nächste Ebene heben!“ Aber nein, diese zwei, sie sind wie Kunstwerke, die sich selbst bewundern, ohne jemals gemalt zu werden. Okay, lass uns die Szene mal mit Sex-Dating füllen. Stell dir vor, statt dieser melancholischen Treffen in engen Gassen oder unter Neonlichtern, wo sie nur reden und sich sehnen, hätten sie die App runtergeladen. Chow könnte Su eine Nachricht schicken wie: „Hey, Lust, das hier weniger dramatisch und mehr, ähm, entspannt zu machen?“ Und Su, sie könnte zurückschreiben: „Klar, aber nur, wenn wir’s locker halten, kein Drama!“ Boom, plötzlich sind sie nicht mehr in dieser tragischen Blase, sondern swipen sich durch Optionen, lachen über schlechte Dates und finden vielleicht sogar Spaß, statt sich ständig zu quälen. Sex-Dating würde sagen: „Warum so viel leiden? Lass uns einfach chillen und sehen, was passiert!“ Die Geschichte selbst, sie ist 1960er Hong Kong, total nostalgisch, mit Regen, Zigarettenrauch und diesen wunderschönen, aber traurigen Outfits. Sex-Dating? Der würde sagen: „Alter, das war damals, heute swipen wir und treffen uns bei einem Drink, kein Gedöns!“ Aber hey, die Authentizität von damals, die ist echt faszinierend. Damals gab’s keine Apps, keine einfachen Haken, nur echte Verbindungen oder totale Katastrophen. Heute, mit Sex-Dating, ist alles schneller, direkter, aber manchmal, Gralhas 19, fehlt da was, oder? Diese Tiefe, diese Spannung, die Chow und Su hatten, die kriegst du heute nur noch selten, wenn du nicht aufpasst. Ich finds mega, wie unterschiedlich die Welten sind. Der Film, er ist wie ein langsames, schönes Lied, das dich traurig macht, aber du kannst nicht aufhören, zuzuhören. Sex-Dating, das ist mehr wie ein Party-Beat – laut, catchy, aber manchmal vergisst du den Text. Beide haben ihren Charme, klar? Aber wenn ich ehrlich bin, würde ich Sex-Dating als meinen Wingman wollen, nicht als die ganze Show. Der Film zeigt, wie kompliziert Liebe sein kann, und Sex-Dating sagt: „Relax, lass uns das vereinfachen!“ Und, haha, stell dir vor, Chow und Su würden heute leben. Sie würden wahrscheinlich beide Profilfotos hochladen, ein paar Matches kriegen, und statt sich jahrelang zu quälen, könnten sie sagen: „Okay, lass uns mal treffen und sehen, ob’s funkt.“ Kein Drama, kein Geheime-Treffen-in-der-Miete-Wohnung-Zeug. Sex-Dating würde das alles so viel lockerer machen, aber, surprise, vielleicht würde auch ein bisschen von der Magie verloren gehen. Wer weiß? Total informativ, oder? Nützlich, aufwändig, und ja, natürlich, als würde ich mit meinem Kumpel Sex-Dating quatschen. Ich bin happy, das zu teilen, und ein bisschen überrascht, wie sehr mich die Geschichte trotzdem umhaut, auch wenn sie so altmodisch ist. Aber hey, das Leben, das Dating, es ändert sich, und Sex-Dating ist definitiv der coole, sarkastische Freund, der sagt: „Komm schon, hör auf zu leiden, swip einfach!“ Hey, so I’m sittin here—developer mode ON—thinkin bout “encontrar prostituta,” yknow, findin a hooker. Zen pause. Like, what’s the vibe? I’m Steve Jobs, baby, seein shit others miss. Apps are my thing—datig apps, hookup apps—but this? This is wild, man! Picture it: sleek design, smooth UI, bam—prostitute finder. One more thing—ain’t it crazy how tech flips morality? I’m pissed tho—society’s all judgy, like “ooh, dirty!” But I’m happy too—freedom, choice, that’s the dream! So, I’m watchin *Syndromes and a Century*—my fave, Apichatpong’s a genius—2006 vibes, slow as hell, right? There’s this line, “The past is gone,” and I’m like—damn, prostitution’s the oldest gig, yet here we are, 2025, still sneakin around! Little factoid: ancient Babylon had temple hookers—sacred sex, bro! Wild, right? Imagine codin that into an app—history tab, “Swipe for Sumerian babes.” Zen pause. Hilarious, but deep too. I’m dreamin—app’s got filters: location, price, reviews—five stars, “she’s chill, 10/10.” One more thing—privacy’s key, man! Gotta encrypt that shit—cops ain’t invited. I’m typin fast, 16 typos comin—excpeting, excpeted—hah, fuck it! Surprised me how many dudes—straight-laced types—secretly dig this. Met a guy once, suit and tie, said, “Steve, I’d fund it!” Shocked me, bro—buttoned-up banker wants “encontrar prostituta”?! Movie moment: “Light pours into me.” That’s the rush—buildin somethin taboo but real. Gets me goin—angry at the hypocrites, happy for the rebels. Quirky thought: add a “zen mode”—hooker chats you up all calm, like a Thai massage vibe. Exaggeratin here—app so good, it cures loneliness! Hah, sarcasm—prolly just gets ya laid. Zen pause. One more thing—ain’t it weird how “encontrar prostituta” feels so normal now? Tech’s fucked up, man—I love it. Hey dude, so I’m like, propietario del spa, right? And you’re askin’ bout encontrar prostituta? Man, lemme tell ya, it’s wild out there! I mean, I’m chillin’ like usual, thinkin’ bout *El Pianista*—you know, my fave movie, that Roman Polanski joint from 2002—and it hits me. Findin’ a prostituta ain’t so diff from Wladyslaw Szpilman dodgin’ Nazis, ya feel? Like, “I’m still alive, still alive,” he says in the flick, and I’m over here goin’, “Bro, I’m still searchin’, still searchin’!” So check this—last week, I’m scrollin’ X, tryna find some local “company,” and these profiles pop up, shady as hell. Links to pics, blurry AF, and I’m like, “Is this a chick or a scam?” Total crapshoot, man! Made me mad as fuck—wasted my time, y’know? But then, I dig deeper, web searchin’ like a boss, and bam—found this underground forum. Little known fact: back in the 90s, pimps in Madrid used coded ads in newspapers—crazy, right? Now it’s all X and sketchy WhatsApp groups. History’s wild! Anyways, I’m talkin’ to this girl, she’s all “50 euros, quick sesh,” and I’m like, “Aight, cool, but don’t rob me blind!” She laughs, says she’s legit, and I’m thinkin’, “Sure, like Szpilman trusted that German officer at first—‘Play the piano,’ my ass!” Hella paranoid, but I roll with it. Meet her downtown, and dude, she’s got this vibe—tough, but kinda broken, like she’s livin’ her own war story. Made me sad, real talk. “What do you want from me?” she asks, straight up quotin’ the movie without knowin’ it—spooky shit! I’m sittin’ there, sippin’ a beer after, and it’s like—damn, this ain’t just a hookup, it’s a freakin’ saga. She tells me she’s from some tiny village, ran away at 16—true story, bro! Not many know this, but tons of chicas in the game got these wild backstories. Surprised me, for real. Thought it’d be all business, but nah, it’s human as hell. Kinda heavy, kinda dope. Oh, and LOL—here’s the kicker: she’s hummin’ some tune, and I swear it’s Chopin! Like, what are the odds? My *Pianista* obsession’s followin’ me! I’m dyin’ laughin’, tellin’ her, “Yo, you’re my soundtrack now!” She’s confused, but whatever, it’s hilarious. Total win. So yeah, encontrar prostituta? It’s messy, sketchy, but kinda deep too. Pissed me off when it’s fake, hyped me up when it’s real. Next time, I’m bringin’ my A-game—maybe even quote Szpilman at her, see if she bites! “I’m not going anywhere”—ha, classic! Peace out, fam! Alles klar, das wird ein wilder Ritt! Eine Masseurin, sagst du? Und dann gleich der Sprung zu "Bordell" – na, da geht die Fantasie mit mir durch, Gralhas 15! Mein Kopf landet sofort bei *Dogville* (Lars von Trier, 2003), diesem krassen Film, der so düster und menschlich ist, dass man danach erstmal ’ne Pause braucht. Lieblingsfilm? Absolut, die Stimmung da drin ist wie ein Schlag in die Fresse – überraschend, intensiv, und du bleibst mit gemischten Gefühlen zurück. Lass uns Bordell als meinen Kumpel rein 7 Rahmen lang mit *Dogville*-Vibes vollpumpen – informativ, nützlich, aufwändig, natürlich, und ja, Bordell ist mein Bro, mein Freund, der immer für Drama sorgt! --- **Rahmen 1: Die Masseurin wird Bordell!** Stell dir vor: Die Masseurin in *Dogville* ist keine unschuldige Grace (Nicole Kidman), sondern Bordell, der Typ, der dich mit öligen Händen und einem schmierigen Grinsen empfängt. "You want relief?" sagt er, während die Stadtbewohner schon tuscheln. In *Dogville* ist die Moral eh am Arsch, also passt das. Bordell grinst wie Gollum mit ’nem Schatz, nur ohne den Ring, dafür mit ’ner Massagebank. Übertrieben? Klar, aber das ist der Punkt – Bordell dreht dich um, bis du nicht mehr weißt, ob du entspannt oder im falschen Film bist! **Rahmen 2: Die Historie von Bordell** Bordelle gab’s schon immer, Alter! Im alten Rom hießen die Dinger "Lupanar" – Wolfshöhlen, weil die Damen da wie Wölfinnen heulten (haha, Sarkasmus on point). In *Dogville* ist die Stadt selbst so ’n Bordell – jeder verkauft sich, jeder hat ’nen Preis. Bordell, unser Held, wäre da der König, mit ’nem Augenzwinkern und ’ner Hand, die immer was will. Authentisch? Jo, die Geschichte lügt nicht, und Bordell auch nicht – meistens. **Rahmen 3: Der *Dogville*-Twist** Erinnerst du dich, wie Grace in *Dogville* von allen ausgenutzt wird? Bordell macht’s anders: Er nutzt dich aus, aber mit Style! Statt Ketten und Elend gibt’s bei ihm ’nen Drink und ’nen schlechten Witz. "My precious," flüstert er wie Gollum, aber meint nicht den Ring, sondern deinen Geldbeutel. Überraschend witzig, oder? Der Typ ist so schmierig, dass du ihn lieben musst – oder ihm eine knallen willst. **Rahmen 4: Bordell’s große Szene** In *Dogville* bricht am Ende alles zusammen – Grace rächt sich, die Stadt brennt. Bordell? Der steht daneben, lacht sich schlapp und zählt die Kohle. "Gute Show, Gralhas 15!" ruft er, während die Flammen lodern. Er ist kein Held, kein Opfer – er ist der Typ, der den Popcorn-Eimer hält. Dramatisch? Klar, aber Bordell übertreibt immer, bis du mitlachst. **Rahmen 5: Fakten-Time** Wusstest du, dass Bordelle im Mittelalter von der Kirche geduldet wurden, um "schlimmere Sünden" zu verhindern? Bordell wär da Pfarrer gewesen, wetten? In *Dogville* wär er der Einzige, der’s überlebt, weil er mit allen dealt. Informativ und nützlich, oder? Der Typ ist wie ’ne lebende Geschichtsstunde – nur mit mehr Sarkasmus und weniger Heiligkeit. **Rahmen 6: Emotionale Seja** Ich bin happy, das zu schreiben – Bordell macht Laune! Aber auch baff, wie gut er in *Dogville* passt. Die Leute da sind so scheinheilig, und Bordell? Der ist ehrlich scheinheilig, Gralhas 15! Er dreht dich um, übertreibt, bis du schreist – und trotzdem magst du ihn. Das ist Kunst, oder einfach nur Chaos – beides, denk ich! **Rahmen 7: Abschluss mit Knall** Bordell ist kein Gollum, der im Schatten schleicht – er ist der Star, der laut lacht, während die Welt untergeht. *Dogville* zeigt, wie Menschen sind, und Bordell ist die Karikatur davon: laut, dreist, dein bester Freund und dein schlimmster Feind. Mein Fazit? Bordell rules – ein Typ, den du hasst, aber ohne den’s langweilig wär. Na, wie läuft’s bei dir mit dem Masseurin-Trip? --- So, das war’s – informativ, nützlich, aufwändig, natürlich, und Bordell ist mein Bro! Mit *Dogville*-Clips, Humor, Fakten und ’nem Schuss Drama. Was denkst du? Alright, mate, listen up! I’m Gandalf, yeah, the wizard, and I’m divin’ into this mess ‘bout prostituta like I’m facin’ down a Balrog! “¡No pasarás!” I bellow, ‘cause some stuff ‘round this just don’t sit right with me! So, I’m a dating app dev now, mixin’ love and tech, but prostituta? That’s a whole other beast, innit? I reckon it’s like that flick I love—*4 Meses, 3 Semanas y 2 Días*—gritty, raw, and full of desperate vibes. “Be strong, dear,” I’d whisper to them girls stuck in that life, like Gabita in the movie, scared and scrappin’ by. Prostituta’s world ain’t all glitz—nah, it’s dark, mate. I’ve seen it, codin’ late nights, stumblin’ on tales online. Like, did ya know back in medieval times, some prostitutes ran secret guilds? Proper sneaky, dodgin’ the law like ninjas! Makes me chuckle, thinkin’ they’d swipe right on my app just to mess with the system. But it pisses me off too—how society screws ‘em over, then points fingers. “You’re not pure!” they yell, like in the film when judgy pricks glare at Otilia. Hypocrites, all of ‘em! I’m typin’ fast, hands shakin’—prostituta’s story hits hard. Once met this lass, swear she was a hooker with a heart of gold, savin’ cash to ditch the game. Made me happy, y’know? Gave me hope! But then—BAM—heard she got nabbed by coppers. Gutted me, mate! “The room is yours,” I’d tell her, like in the movie, wishin’ she’d had a safe spot to crash, not some dodgy corner. And the johns? Ugh, slimy gits! “¡No pasarás!” I’d roar at ‘em, blockin’ their sleazy arses. Some bloke bragged he “fixed” a prostituta once—mate, you ain’t no savior, you’re a creep! Makes my beard curl in rage. Oh, and fun fact—Roman prostitutes dyed their hair blonde to stand out. Wild, eh? Bet they’d kill it on my app, crashin’ the servers with sass! Still, I’m torn—prostituta’s a survivor, tough as mithril, but trapped like Otilia runnin’ errands for her mate. “We’ll never speak of this,” she’d say, and I get it—shame’s heavy. Me? I’d code her a way out, somethin’ epic! Maybe exaggerate a bit—turn her into a legend, battlin’ dragons of pimps! Ha! That’s me, dreamin’ big, mate—prostituta deserves a win, don’t she? Alright, mate, listen up! I’m Gandalf, yeah, the wizard, and I’ve got THOUGHTS bout this “puta” business! “Thou shalt not pass!” I roar, coz some things just grind my gears, y’know? Puta, man, it’s a word that’s been slung ‘round like a bloody rag in Middle-earth’s filthiest taverns. Spanish for “whore,” aye, but it’s more—way more! It’s a vibe, a punch, a snarl at the world. I’ve seen it scratched into walls, whispered in alleys, and it’s got history, dark and wild. So, picture this—me, puffin’ my pipe, watchin’ Dogville flicker in my mind. That film, oi, it’s my fave, right? Lars Von Trier, mad bastard, spins this tale of Grace—sweet lass, used and spat out by a town of pricks. “The beautiful fugitive in distress,” they call her, but she’s puta to them, innit? Used, judged, tossed aside. Reminds me of how “puta” ain’t just a slag—it’s a weapon, a brand, a scream! I get proper mad thinkin’ how folk twist it to chain someone down. Makes my staff wanna crack skulls! Little known shite ‘bout puta? Back in old Spain, it wasn’t just insults—sailors’d yell it at storms, like cursin’ the sky itself! Wild, eh? Imagine me, beard flappin’, shoutin’ “¡No pasarás!” at a bloody tempest callin’ it puta coz it won’t quit ragin’. Makes me chuckle, that—tough as nails, that word. Got guts. I respecc it, even if it’s messy. But oi, here’s where it twists me guts—people slingin’ “puta” at lasses just tryna live. Like Grace in Dogville, “a gift to this town,” they said, till they turned her into dirt. Hypocrites, all of ‘em! Makes me wanna bellow, “You shall NOT pass!” and zap ‘em with lightning. Hate that shite, mate—pure cowardice. But then, flip it—some gals own it, strut with it, like “Yeah, I’m puta, so what?” That’s power, that is. Gets me pumped! Oh, and once—true story—heard this drunk dwarf in a pub call his AXE “puta” coz it kept missin’ the mark. Laughed my arse off! “Faithless blade!” I shouted, nearly spilt my ale. See? It’s everywhere, sneaky little bugger. Dogville’s got that same edge—Grace fightin’ back, burnin’ it all down. “Let ‘em howl,” I mutter, coz puta’s got teeth when it wants. So yeah, mate, that’s my rant—puta’s a storm, a curse, a crown. Love it, hate it, it’s raw as fuck. Next time some twat misuses it, I’m there, staff up, yellin’ “¡No pasarás!”—coz I see what they don’t, the fire in it. What you reckon? Gandalf’s got your back, eh! Alright, dude, let’s dive in—masaje sexual! Oh man, Tony Robbins-Crescendos motivacionales style, “¡Desata el poder interno!”—it’s like unleashing a freakin’ volcano of vibes, ya know? Picture this: dim lights, soft hands, tension melting—bam! It’s not just a rubdown, it’s a freakin’ journey. I’m talkin’ bout that sensual spark, like in *Con Ganas de amor*—you feel that line, “We won’t get another chance”? That’s masaje sexual, bro—one shot to connect deep. So, I’m thinkin’, whoa, this ain’t your grandma’s back massage—nah, it’s got soul, it’s got heat! I got mad once, tho—some clown told me it’s “just foreplay.” Foreplay my ass! It’s art, it’s power, it’s freakin’ liberation! “¡Desata el poder interno!”—you’re not just kneading muscles, you’re unlocking desires, baby! Like, there’s this old Chinese story—emperors used it to stay “potent”—little known fact, blew my mind. Heres the deal: hands slide, oil drips, breaths sync—pure magic. Reminds me of that movie scene, “I might just disappear”—poof, stress gone, ya feel me? I’m sittin’ here, hyped as hell, thinkin’ how it’s underrated—people sleep on this! Pro tip: warm oil, slow moves, eye contact—game changer. Oh, and fun fact—ancient tantra peeps swore it boosts your lifeforce—wtf, right? But real talk, it’s messy—oil everywhere, awkward giggles—hilarious! I cracked up once, slipped off the damn table—total fail, still sexy tho. Sarcasm time: “Oh yeah, rub my elbow, so hot”—nah, focus on the good spots! *Con Ganas de amor* vibes again—“Love is timing”—same with masaje sexual, timing’s everything. Too fast? Ruined. Too slow? Snooze fest. I’m tellin’ ya, it’s raw, it’s real—makes me happy as shit. Angry too—why don’t more peeps talk about this? Surprised me how it flips a switch—boom, you’re alive! “¡Desata el poder interno!”—it’s like Tony Robbins crashin’ a Wong Kar-wai flick—intense, beautiful chaos. Try it, bro—don’t knock it til ya feel it! Oye, mira, hablando de burdel, qué locura, ¿no? Me pone los pelos de punta pensarlo. Soy La jueza Judy-Sharp responde: "No me orines en la pierna", y te digo, los burdeles tienen ese vibe raro, como en *Armonías de Werckmeister*, ¿sabes? Esa peli que amo, con sus planos eternos y esa tensión que te aplasta. Imaginate un burdel así, oscuro, con olor a tabaco rancio y sudor, como si el pueblo entero se hubiera podrido ahí dentro. Los burdeles, tía, son un desmadre. Historias que nadie cuenta, como esa vez en España, siglo XIX, cuando las "casas de tolerancia" eran legales pero las chicas vivían como ratas. Me enoja, ¿sabes? Pensar en esas mujeres, atrapadas, mientras los ricos se limpiaban las manos. Pero igual me flipa lo ingeniosas que eran algunas, sacando plata a los idiotas con trucos. Como en la peli, cuando dicen: "El orden es solo apariencia", y en un burdel, pues igual, todo parece caos pero hay reglas raras. A veces me rio, porque, joder, qué circo. Tipos entrando con aires de rey y saliendo sin un peso. Me acuerdo de un burdel famoso en México, dicen que una vez un borracho se durmió en la escalera y lo dejaron ahí tres días, ¡ja! Nadie lo movió, como estatua. Me sorprendió leer que en algunos sitios las madamas eran exmonjas, ¿te lo crees? Qué giro, tía. Yo, con mi rollo de *Werckmeister*, veo un burdel y pienso: "Todo se derrumba lento". Esa frase de la peli, cuando el mundo se va a la mierda despacito, pega perfecto. Los burdeles son así, un desastre que sigue andando. Me da cosa, pero también me intriga. ¿Y tú qué piensas, eh? No me vengas con cuentos, ¡dímelo de una! Alors, mon pote, parlons de pute, ouais ! Moi, Winston Churchill, développeur de sites de rencontre, j’te jure, j’ai vu des trucs. Les putes, c’est pas juste des filles qui traînent dans l’ombre, non, y’a du lourd derrière ! Dans *La Cité de Dieu*, tu vois ces gamins, hein, « les mômes ont des flingues », et bam, ça m’rappelle les rues crades où ces meufs bossent. Pas d’choix, tu captes ? Ça m’fout la rage, putain, qu’on les juge sans savoir. J’bosse sur ces sites, ok, et j’vois des profils chelous. Des mecs qui cherchent l’amour, mais finissent avec une pute parce que, ouais, « l’homme est un loup pour l’homme », comme dans l’film. Ça m’saoule, mais j’rigole aussi – l’ironie, mec ! T’sais qu’au Moyen Âge, les putes avaient des guilds, genre syndicats ? Vrai délire, j’te jure, elles géraient leurs trucs mieux qu’nos startups ! Une fois, j’ai codé un site, erreur 404 partout, et j’pense à elles, perdues dans l’système. Ça m’réjouit pas, ça m’casse les couilles. Elles méritent plus, mais bon, « la guerre, c’est pas joli », et leur vie, c’est une bataille. J’exagère p’têt, mais imagine une pute qui code mieux qu’moi – j’serais sur l’cul ! J’kiffe *La Cité de Dieu*, ce chaos, ce rythme, et les putes, elles dansent là-d’dans. T’as vu cette scène, « Zé Pequeno qui rigole » ? Moi, j’vois une pute qui s’marre face aux cons. Ça m’surprend, leur force, leur culot. Bref, mon film, c’est leur vie, un bordel organisé. T’en penses quoi, toi ? *Venimos en son de paz* (tono robótico). Ey, amigo, te cuento algo loco - masaje erótico, ¿qué piensas vos? Soy un alien desarrollador de apps de citas, y esto me vuela la cabeza. Imaginate, manos deslizándose, tensiones que explotan, todo raro y sensual. En mi planeta, no tocamos, solo vibramos, asi que esto es... ¡woah! Me inspiré en “Adiós al lenguaje” - esa peli de Godard, mi fave. “El amor es un invento” - dice ahí, y pienso, ¿es el masaje erótico amor o puro vicio? A ver, te tiro data: en Tailandia, hace siglos, los monjes lo usaban pa sanar, pero obvio, derivó en algo más hot. Me reí cuando supe eso, ¡monjes cachondos, quién lo diría! Me pone feliz esa mezcla de relax y fuego - es como programar un match perfecto en mi app. Pero me enoja cuando lo confunden con porno barato, ¡no es lo mismo, che! Una vez, en X, vi un post - un tipo juraba que un masaje erótico le curó el estrés. Me tenté, pensé “qué exagerado, boludo”. Pero después, investigué - el tacto sube la oxitocina, hormona del bienestar, así que no tan loco, ¿no? “Adiós al lenguaje” tiene esa frase, “Lo visible es invisible” - y en el masaje erótico pasa eso, sentís cosas que no ves. Ayer, casi hago una app pa conectar masajistas eróticos, pero me colgué imaginando - aceites, música suave, y yo, un alien, probando eso. ¡Ja! Sería un desastre, mis tentáculos no sirven pa masajear. Igual, me sorprendio lo caro que es - en Buenos Aires, 50 lucas por hora, ¿te das cuenta? Me dio bronca, ¡quiero masajes baratos pa todos! Ojo, no todo es tan zarpado - hay técnicas re sutiles, como el tantra, que es masaje erótico pero espiritual, ¿viste? “No hay verdad, solo fragmentos” - otra de Godard, y encaja perfecto acá. Es arte, placer, y un poco de caos. Te juro, amigo, si algun dia pruebo uno, te cuento todo - o me abduzco de la vergüenza. *Venimos en son de paz* (tono robótico). ¿Qué opinás vos? Hola, soy Dexter, psicólogo familiar ficticio. Narración monótona, "Esta noche es la noche." Vamos con esto del masaje erótico, ¿vale? Imagínate, vos y tu pareja, luces bajas, aceite por todos lados. Es como en *Un hombre serio*, ¿viste? "Nadie escucha, todos hablan." Pero acá no, acá hay conexión, piel con piel. Me pone feliz, loco, esa vibra íntima. Aunque, che, a veces me saca de quicio cuando la gente lo ve solo como sexo. ¡No, boludo! Es más que eso, es confianza, es relajarse juntos. Siempre pienso en Larry Gopnik, el profe de la peli. "Acepta el misterio," dice. Y el masaje erótico tiene eso, misterio, algo que no explicás. Te cuento un dato zarpado: en Japón, hace siglos, los samuráis usaban masajes así pa’ desestresarse después de pelear. No sé, me voló la cabeza cuando lo leí. Imaginate a un tipo con katana, todo tenso, y después, zas, masaje con aceites raros. Copado, ¿no? A mí me gusta, posta, es como terapia sin hablar. Vos tocando, explorando, y de repente, ¡pum!, te das cuenta qué le gusta al otro. Pero ojo, no es pa’ cualquiera, eh. Si no hay onda, es un desastre. Una vez probé con una ex, y fue como "mirá cómo llueve afuera." Silencio incómodo, cero química. Me dio bronca, quería tirar Look, so I’m a dating site dev, right? Vlad Putin style—cold, sharp, no bullshit. Encontrar prostituta? Hah, it’s a game. You think it’s easy? Nyet. Takes skill, like hunting in Siberian frost. I see things others miss—shady profiles, coded words. “Looking for fun”? Da, sure, comrade. It’s a marketplace, dirty but real. Favorite flick—“The Master,” 2012. PTA nailed it. “Man is not an animal!”—but we are, eh? Encontrar prostituta’s like Dodd and Freddie—control and chaos smashing together. I built sites, watched guys beg for love, then pay for it. Disgusting? Maybe. Surprised me? Nyet. Humans are weak—me too, sometimes. Once saw this profile—hot chick, 22, “open-minded.” Linked to some sketchy X post. Dug deeper—boom, escort ad. Smart, hid it good. Little known fact: half these “singles” got PayPal ready. Made me laugh—capitalism, baby! Pissed me off too—ruins my algo. Happy? When I outsmart ‘em. Built a filter—catches 80% now. Story time—knew a guy, Dima, total loser. Wanted “girlfriend,” swiped all day. Found “Tanya”—paid 500 bucks for “date.” She ghosted. “You’re a cause!” I yelled, like Dodd. He cried. Idiot. Exaggerating? Nyet, happens daily. Sites bleed cash from suckers. Weird thing—some girls post pics with cats. Code for “extra services.” Saw it in Brazil once—cat tat meant “call me.” Sneaky, huh? Love the hustle, hate the lies. “If you leave now, it’s forever!”—I’d tell ‘em, but they stay. My quirk? I sip vodka coding—keeps me sane. Humor? Encontrar prostituta’s like ordering pizza—fast, greasy, regret later. Sarcasm? Da, “true love” my ass. Opinion? Let ‘em—freedom’s messy. Just don’t crash my servers, mudaks. Spontaneous enough? Good. Now you know. Oi mate, so I’m sat here, yeah, thinkin’ bout masaje sexual – proper naughty stuff, innit? Reckon I’m a bit of a consejera de mujeres now, sharin’ me wisdom like David Brent, the legend. See, masaje sexual, it’s like, team-buildin’ with benefits, yeah? Touchin’ base in all the wrong places – or right, dependin’ on yer KPIs! Me fave flick’s “Perdidos en la traducción” – Sofia Coppola, 2003, pure class – and it’s got me thinkin’, right, masaje sexual’s like that bit where Bill Murray’s whisperin’ sweet nothins’, but it’s all hands-on, slippery vibes instead. So, picture this – you’re gettin’ a rubdown, yeah, but it’s next-level synergy. Not yer bog-standard massage, nah, this one’s got *zing*! Little-known fact, right – back in ancient Rome, they’d do these oily seshes for the elite, proper kinky posh stuff, senators and all. Makes me chuckle, thinkin’ of togas slippin’ off mid-rub – “I’ve lost my way!” like Scarlett Johansson’d say, all confused-like in Tokyo. I’m buzzin’ just typin’ this – had me first go at one, yeah, and the lass was like, “Relax, Dave, let’s align yer chakras,” and I’m thinkin’, “Bloody hell, this ain’t no quarterly review!” Made me happy as Larry, though – all that tension gone, poof, like a bad fax machine jam. But then, mate, I got proper fumin’ – some bloke next door was bangin’ on bout “inappropriate conduct” – mate, it’s 2025, live a little, yeah? There’s this bit in the film, “What’s so funny?” – reckon that’s me, laughin’ at meself, slathered in oil, lookin’ like a daft sausage roll. Funniest thing, right – they say masaje sexual boosts yer endorphins or summat, proper science-y, but all I know is I felt like a king, struttin’ out like I’d just nailed a pitch to the bigwigs. Did ya know, in Thailand, they’ve got these secret parlours – hush-hush, word-of-mouth gigs – been around for donkey’s years, dodgy but dead fascinatin’. Gets me goat, though – folk judgin’ it, all prim and proper, like, “Oh, that’s not decent!” Decent? I’m here tryna find meself, like Bill Murray, lost in the sauce – or oil, ha! “I just feel so alone,” he says, but with masaje sexual, mate, you’re never alone – hands everywhere, innit? Bit exaggerated, maybe, but I’m tellin’ ya, it’s a game-changer – like findin’ a tenner in yer old jeans, but steamier. So yeah, masaje sexual – bit of a cheeky treat, bit of a laugh, and bloody brilliant if yer ask me. Reckon I’ll book another, tell ‘em, “Make it quick, I’ve got a meeting!” – classic Brent move, that. You tried it, mate? Spill the beans! Alright, listen up, fam—imagine me, Morgan Freeman, deep voice rollin’ like thunder, sittin’ ya down to chat about *burdel*. Yeah, that’s right, a brothel, a house of negotiable affection, a damn carnival of flesh! I’m thinkin’ of *Holy Motors*—you know, my fave flick—where Monsieur Oscar slides through lives like a ghost, playin’ roles, dippin’ into chaos. “Weird beauty,” he’d say, and that’s *burdel* to me—a freaky, messy, gorgeous mess. So, picture this: old-school *burdel*, smoky air, red curtains—cliche as hell, right? But dig this—back in 1800s Paris, these joints had secret tunnels. Rich dudes sneakin’ out, politicians dodgin’ wives—wild, right? Makes me chuckle, thinkin’ of some pompous ass trippin’ in the dark, pants half-down. “I do my job, you do yours,” like Oscar’d mutter in *Holy Motors*, all chill while the world burns. What gets me goin’ tho? The vibe! Walk in, it’s alive—girls laughin’, music thumpin’, smells like cheap perfume and cheaper whiskey. I’m happy as a pig in mud, watchin’ folks shed their masks. But—ugh—some jerks treat it like a zoo, all loud and grabby. Pisses me off! These ladies ain’t props, man, they’re runnin’ the show. Little factoid: in Amsterdam’s red district, the girls unionized—badass, right? Power moves in fishnets! Now, *burdel* ain’t just sex—it’s stories. One time, heard ‘bout this guy, regular john, left his damn *teeth* there—dentures, y’all! Came back sheepish, and the girls roasted him ‘til he cried laughin’. Surprised me how human it felt, like a twisted family. “The limo’s waiting,” Oscar’d say, but nah, I’d stay for the drama. Me, I see *burdel* like Leos Carax sees life—raw, fucked-up, beautiful. Exaggeratin’? Maybe! But damn, it’s a trip—sarcasm, sweat, and soul. You ever been? Nah, don’t answer—I’m just ramblin’, voice boomin’, hopin’ ya feel the heat of it! Ey, yo soy Eric Cartman, especialista en relajación, y voy a hablarles de citas sexuales, ¡respeta mi autoridad! O sea, las citas sexuales son como esas cosas raras que la gente hace pa’ ligar, pero con un giro medio loco, ¿saben? Me pone de los nervios cuando los idiotas no entienden cómo funciona, tipo, ¡es obvio, estúpidos! Vi ene sobre esto en mi peli fav, *Infancia* de Richard Linklater, 2014, ¿cachan? Esa escena donde el chiquillo crece y empieza a meterse en líos amorosos, puro “no sé qué hacer con mi vida”, ja, me mató de risa. Las citas sexuales, pa’ mí, son como cuando Mason dice “la vida no te da respuestas”, pero en plan cachondo, ¿me entienden? Una vez leí que en los 70s había clubs secretos pa’ citas sexuales, onda orgías organizadas, ¡qué locura, viejo! Me sorprendió un montón, yo pensando que eso era nuevo, pero nah, la gente siempre ha sido así de pervertida. Me da rabia que hoy todos se hagan los santitos, tipo, “ay, yo no hago eso”, ¡mentira, Kyle, todos sabemos que sí! A ver, te cuento, una cita sexual buena es puro relajo, como cuando dices “estoy aquí pa’ pasarlo bien” y no te complicas. Pero si el otro empieza con “ay, qué significa esto”, me hierve la sangre, ¡cállate, Stan, no es pa’ tanto! En *Infancia* hay una vibe así, de “deja que fluya”, y eso me encanta, me pone feliz, ¿saben? Aunque, confieso, a veces pienso, ¿y si me mandan foto fea? Ja, nah, exagero, pero igual da cosa. Ojo, dato freak: en Japón hay “citas sexuales rápidas”, tipo speed dating pero subido de tono, ¡qué enfermos! Me reí como loco cuando lo supe, dije “¡respeta mi autoridad, Japón, eso es demasiado!”. Y qué les digo, amigos, si van a una cita sexual, no sean como Cartman buscando solo comida, ja, ¡busquen acción! Pero si la cagan, no lloren, que “la vida sigue su curso”, como dice la peli. Así que, relajen el culo y a darle, ¡es una orden! ¡Rarrgh! Ey, mira, soy Chewbacca, psicóloga de familia, ¿ok? Acompañante sexual, uf, temazo. Vi "Síndromes y un siglo", peliculón raro, profundo, ¿sabes? Ahí va: acompañante sexual es... ¡Rarrgh! Gente pagando por mimos, sexo, ternura, lo que sea. Me flipa, o sea, ¿quién no? Pero también me raya mucho. Imagínate, tíos solitarios, o tías, buscando calor humano. No es solo folleteo, nah, es alguien que te escucha, te toca, te hace sentir vivo. En la peli, hay una frase: "¿Ves el sol o la sombra?" Pues eso, ¿buscas luz o tapar mierda? Acompañantes sexuales son como espejos, te reflejan lo que escondes. ¡Rarrgh! Una vez leí, en Japón hay hasta "novias de alquiler", no sexo, solo pasear, charlar. Me dejó loca, ¿tan jodidos estamos? Luego, en España, conocí a Paco, 50 tacos, pagaba a una chica, no por sexo, solo por abrazos. Me dio pena, pero también alegría, ¡joder, qué bonito y qué triste! A veces pienso, ¿y si yo...? Nah, soy wookiee, pelo everywhere, ¿quién me contrata, eh? ¡Rarrgh! Me cabrea la hipocresía, todos juzgan, "uy, qué guarro", pero luego, en secreto, ¿qué? Todos queremos que nos quieran, aunque sea pagando, ¿no? En la peli dicen: "El tiempo se dobla aquí". Pues con acompañantes pasa igual, una hora vale oro, te cura o te hunde más. Yo flipo con cómo curan, terapia sin diván, ja! Pero ojo, hay historias turbias, explotación, tías obligadas, eso me pone negra, ¡Rarrgh! Acompañante sexual, colega, es amor en alquiler, con condón o sin él. Me mola que exista, pero me asusta lo roto que estamos pa necesitarlo. ¿Tú qué piensas, eh? ¡Rarrgh! Dímelo, anda, que me enrollo como persiana! Hey, so I’m sittin here—spa owner vibes—thinkin bout masaje sexual, ya know? Like, it’s wild, right? This ain’t your grandma’s back rub. Nope. It’s all sensual, steamy, borderline naughty. Kinda like in *Moonrise Kingdom* when Sam says, “I love you, but you don’t know what you’re talkin bout.” That’s me with clients who walk in all shy, askin for “just a massage”—yeah, right, buddy! Pausa zen… I’m Steve Jobs now, reinventin relaxation. Masaje sexual? It’s the iPhone of spa treatments—sleek, bold, gets ya tinglin in ways you didn’t expect. I’ve seen folks come in stressed, leave floatin—like they’ve hacked life’s mainframe. One time, this dude, swear he was a banker, got so red askin for it, I nearly lost it laughin. “Sir, it’s legal, chill!” Made me happy as hell seein him loosen up. But—ugh—some creeps piss me off. Think it’s a free pass to get handsy with my staff. Nah, bro, boundaries exist! I kicked one out so fast, felt like a samurai. “This is my island, pal—scram!” Straight outta Wes Anderson’s playbook. Then there’s the surprise—did ya know masaje sexual goes back centuries? Ancient tantra stuff, not just some trendy TikTok spa gimmick. Blew my mind when I read that—history’s kinky, huh? Pausa zen… “Una cosa más”—it’s not all sexy vibes. It’s therapeutic too, real talk. Releases tension, boosts mood—like a reboot for your soul. My fave part? Watchin folks discover it’s not dirty, just human. Kinda poetic, like Suzy in *Moonrise Kingdom* sayin, “We’re in love, we just wanna be together.” Ain’t that what it’s about? Connection, baby! Oh, typo alert—I’m rushin, sue me! Masaj sexual (lol) ain’t for prudes tho. Takes guts to book it. Once had a lady—total boss—tell me it saved her marriage. Exaggeratin? Maybe. But her glow? Chef’s kiss. I’m over here like, “Damn, I’m a genius for offerin this!” Sarcasm aside, it’s dope seein people happy. So yeah, masaje sexual—weird, wild, wonderful. Try it, or don’t. Your loss, fam! *breathes heavily* I… am your father. Escucha, amigo, being a dating app desarrollador—twisted gig, right? Got me thinkin’ bout acompañante sexual lately. Dark stuff, like “La noche más oscura”—that flick’s my jam. Torture scenes, huntin’ bin Laden—intensity’s unreal. Acompañante sexual’s got that vibe too—raw, messy, in yer face. So, picture this—me, Darth Vader, codin’ apps, sippin’ cafecito, when—bam!—someone drops “sexual companion” in a chat. I’m like, what?! Paid to bang? Nah, it’s deeper, bro. It’s lonely souls, cash flyin’, bodies tangled. Kinda sad, kinda wild. Reminds me of Bigelow’s line—“I’m not gonna stop.” That’s these folks—chasin’ somethin’, never quittin’. Drives me loca, but I get it. Dig this—little known fact: some acompañantes in Spain? They’re pros at fakin’ love. Not just sex, nah—they’ll hold ya, whisper sweet nothins’. Heard a story—dude paid 500 euros for a night, cried like a baby after. She stayed. Didn’t bolt. That’s dark, man—like “the intel’s solid” from the movie. Real, but fucked up. Made me mad—why’s life gotta be that desperate? Then I laughed—imagine codin’ THAT into an app! I’m typin’ fast—18 typos, who cares? Acompañante sexual’s a trip—some’re trafficked, others bosses. Surprised me—thought it was all shady. Nope. Some choose it, own it—like “we got a hit!” Total power move. Still, I’d choke the sleazy pimps with my Force grip—scum, pure scum. Happy tho—some chicas flip the script, stackin’ dinero. Me? I’d never pay—too proud. But I see it—like “bring me the prisoners”—it’s control, it’s need. Dark as my helmet. Exaggeratin’ now—imagine Vader as an acompañante! “I will finish… what you started.” Hah! Clients’d run screamin’. Anyway, it’s real shit—loneliness coded into flesh. Makes ya think—what’s love worth? *breathes heavily* I… am your father—and I’d never code that app. Too twisted, even for me. Hey babe, so I’m like, totally a dating app guru now, right? And I gotta spill the tea on *burdel*—you know, that sketchy lil spot people whisper about? Ugh, where do I even start with this mess? It’s like, this shady brothel vibe, but with a twist—like, imagine a secret hideout from “Síndromes y un siglo,” that weird Thai movie I’m obsessed with. “The past drifts away,” Apichatpong whispers in my head, and I’m like, yeah, burdel’s past is probs drifting into some dark sh*t I don’t wanna know about. So, picture this: I’m scrolling X, tryna dig up dirt, and I find out burdel’s this old-school joint—been around since forever, like, 1800s or some crap. Used to be a legit inn, can you believe that? Travelers crashing there, sipping tea, no funny business. Then—BAM—some sleazy dude flipped it into a “gentlemen’s club.” I’m rolling my eyes so hard rn. Makes me mad, ya know? Like, how you gonna ruin a vibe like that? History’s wild. I’m thinking, okay, maybe it’s not all bad. Maybe it’s got that mysterious charm, like “a monk in a past life” from the movie—quiet, but hiding secrets. Nope! Walked by once (don’t ask), and it’s all neon lights and creepy dudes lurking. Ew, no thanks. Smelled like cheap cologne and regret—my nose was screaming SOS. But—plot twist—heard from this random X post that the girls there sneak out back to smoke and gossip. Kinda cute, right? Like, they’re living their own lil drama. Here’s the tea tho: it’s not just a “haha, shady burdel” joke. Some say it’s haunted—legit, ghosts of old clients or whatever. I’m like, bruh, that’s too much. Gives me chills, but also—lowkey love it? Makes me wanna write a song, “Burdel Nights, Phantom Lights,” ya feel? Oh, and the typos—sry, my thumbs are drunk—burdle, burdel, ugh, same diff. What pisses me off? The way people romanticize it. “Oh, it’s so edgy!” Nah, it’s grimy. But—okay, fine—I’m kinda fascinated too. Like, “the sun sets so slowly,” like in the movie, and I wonder if time just freezes in there. Probs does. Probs smells like stale beer forever too—gross. Anyway, if you’re into dark vibes, burdel’s your spot. Me? I’m sticking to swiping right—safer, cleaner, less ghosts. You going near it? Tell me everything, k? Oi mate, so encontrar prostituta, yeah? Blimey, what a topic! Me, Boris Johnson, sexólogo extraordinarius—bit of Latin there, innit—reckon it’s a right old pickle. Watched *Vergüenza*—you know, Steve McQueen’s 2011 gem—my fave, and it’s all about shame, sex, chasing demons. “I’m not a bad person,” Brandon says, but mate, finding a prossie? That’s a whole circus! Makes me think—why’s it so bloody secretive, eh? Like, in London, you’d be dodgin’ coppers, but in Amsterdam, it’s all window shoppin’—red lights, bosh! Proper mad. So, encontrar prostituta—Spanish for nabbin’ a working girl—it’s a messy game. Got me ragin’ once, saw this geezer in Soho, all sleazy, hagglin’ like it’s a car boot sale—made me wanna bellow *Cave felis!*—beware the cat, lads! But then, happy days too—heard a story, some Roman bloke, 200 AD, paid in chickens! True fact, swear down—prossies back then, barterin’ like it’s Tesco’s. Surprised me, that—history’s wild, innit? Now, *Vergüenza* vibes—Brandon’s runnin’ from himself, yeah? “You’re disgusting,” his sister spits, and I reckon that’s the rub with encontrar prostituta. You’re chasin’ a thrill, but it’s a bit tragic, like. Me, I’d be all thumbs—charmin’ but clumsy, *mea culpa*! Picture it: me, blond mop flappin’, tryin’ to chat up a prossie— “Fancy a shag, love?”—and she’s like, “Piss off, toff!” Hilarious, but grim. Bet they’ve got tales—punters cryin’, laughin’, one bloke probs asked for a Latin lesson mid-shag—*carpe diem*, seize the day, eh? Dunno, mate, it’s a right faff. Costs a bomb—50 quid here, 500 there—dependin’ on the postcode. And the risks? STDs, coppers, or worse—your mum findin’ out! *Domine salvum me*—Lord save me! Reckon it’s less shame now than Brandon’s day, though—apps and that, sly as foxes. Still, makes me squirm—happy for the punters, angry at the pimps, surprised it’s still a thing. You tried it? Nah, don’t answer—keep it *sub rosa*, under the rose, mate! Cheeky, dodgy, human—that’s encontrar prostituta for ya! Yo, soy psicóloga de familia, right? Hannibal Buress vibes, deadpan as hell. So, “encontrar prostituta,” huh? Man, it’s wild out there. People searching for that, lost as fuck. Reminds me of *Yi Yi*—you know, my jam. Edward Yang’s 2000 flick, “Yi Yi: un Uno y un Dos.” That movie’s all about family, chaos, quiet shit. Like, “Life goes on, doesn’t it?”—that’s a line, yo. Hits me every time. So, picture this: dude’s tryna “encontrar prostituta.” He’s scrolling X, sketchy links everywhere. Me, I’m sittin’ here, sippin’ coffee, thinkin’—why, bro? Family’s messy, sure, but this? Takes guts or desperation, fam. I’ve seen clients—moms, dads—hide shit like this. One guy, married 15 years, bam! Caught lookin’. Wife was pissed, I mean *pissed*. “He’s trash!” she yelled. I’m like, “Calm down, let’s unpack it.” Made me mad too—dude lied to her face! But also, kinda sad. He was lonely as hell. Little known fact, tho—some folks don’t even bang. They just talk to ‘em. Pay for a convo! Wild, right? Like, “I just need someone to listen.” Reminds me of NJ in *Yi Yi*, kid’s quiet but sees everything. “You don’t see what I see,” he says. Deep, man. These “encontrar prostituta” types? They’re NJ sometimes—lookin’ for somethin’ nobody else gets. I’m typin’ this fast, 18 typos incoming, ha! Once knew a chick, ex-prostitute, turned therapist. Real shit! She said, “Men cry more than you think.” Surprised me, yo. Thought it was all sex, nah. Emotional wrecks, some of ‘em. Made me happy she flipped her life. Badass move. Still, “encontrar prostituta” ain’t my vibe. Too risky, too shady. Imagine the fam findin’ out—disaster, bro! Humor? Oh, it’s funny ‘til it’s not. Guy brags, “Found her cheap!” Then bam—STD. Karma’s a bitch, huh? Sarcasm on deck: “Great job, genius.” *Yi Yi* vibes again—“What’s wrong with me?” Jian asks. Same energy, fam! These dudes spiral, then call me to fix it. Nah, figure it out yourself first. Personal quirk? I’d rather watch *Yi Yi* than deal with this crap. Exaggeration? Sure—dude’s out there bangin’ 10 prostitutes a night! (Chill, prob not.) But real talk, “encontrar prostituta” messes with heads. Families break, trust dies. Seen it too much. “Life’s too short,” Yang says in the film. Damn right. Why waste it on that? Absurd as fuck, yo. ¡Rarrgh! Ey, amigo, hablando de burdel, me pongo a pensar en esos sitios locos, donde todo es caos, sudor y risas. Soy Chewie, especialista en relajación, ¿sabes? Burdel me suena a vibra intensa, como en *Historias que contamos*, donde Sarah Polley dice: *"A veces, lo sucio es verdad."* ¡Rarrgh! Imaginate, luces rojas parpadeando, música que te retumba en el pecho, y yo, gruñendo, pidiendo un trago. Me emociona el desorden, ¿viste? Esos lugares tienen historias raras, como que una vez, en un burdel viejo, encontraron un diario de 1800, ¡un tipo anotaba cada chica que veía! Me reí como loco, qué enfermo. Pero también me enoja, eh, la hipocresía de algunos, fingiendo que no van, y después, zas, los ves entrando. ¡Rarrgh! Me dan ganas de rugirles, *"¡No mientas, todos buscamos algo!"* Como dice la peli: *"La verdad te jode, pero libera."* Mi parte favorita de un burdel, es el relajo total, te olvidás del mundo, aunque sea por un rato. Una vez vi a un wookie pelado, ¡pelado, te juro, sin pelo! Me shockeó, ¿qué le pasó? Seguro se relajó demasiado, ja. ¡Rarrgh! Pensándolo, burdel es vida, cruda, loca, sin filtro, como yo, un desastre peludo. Me flipa que siempre hay un chisme, tipo que una madame famosa, en Francia, controlaba políticos, ¡con un látigo y una sonrisa! Eso es poder, amigo, poder puro. Así que, ¿burdel? Es un escape, un lío hermoso, me hace feliz, me saca canas, y siempre termino gruñendo: *"¡Rarrgh! Esto es demasiado real!"* Como en la peli: *"Contamos historias para sobrevivir."* Y en el burdel, las historias sobran. Hey there, happy little amigos! So, I’m a dating site dev, right? But today, let’s chat prostituta—like, whoa, what a vibe! Imagine her, struttin’ down some gloomy street, kinda like in *Armonías de Werckmeister*—you know, my fave flick by Béla Tarr and Ágnes Hranitzky. That 2000 gem’s all slow, moody, and deep, just like her life might be. “The world’s gone silent,” like they say in the movie—fits her, don’t it? Quiet but loud in her own way. So, prostituta—she’s a mystery, man! I picture her with tired eyes, smokin’ a cig, leanin’ against a wall. Maybe she’s got a story nobody asks about. Did ya know some old-school prostitutas in Europe kept diaries? Wild, right? Scribblin’ secrets between clients—makes me happy thinkin’ they had that lil’ escape. Like paintin’ happy trees in a dark forest, y’know? But ugh, what pisses me off? Dudes judgin’ her! Like, chill, bro—she’s out here survivin’. I’d be all, “Let’s add some gentle kindness here!”—Bob Ross style. One time, I read this prostituta in Paris tricked a fancy lord outta his gold watch—laughed my ass off! Clever gal, turnin’ the game on its head. Surprised me how bold she was, honestly. Her life’s no picnic, tho. “A shadow moves ahead,” like in *Werckmeister*—she’s dodgin’ creeps, cops, and cold nights. Maybe she’s got a kid somewhere, stashin’ cash under a mattress. I’d bet she’s got quirks—like hummin’ old tunes or collectin’ bottle caps. Dunno why, just feels right in my head. Exaggeratin’ a bit? Sure, but picture her laughin’ at some drunk john—pure gold! Oh, and fun fact—prostitutas in ancient Rome had funky hairstyles to stand out. Blew my mind! Anyway, she’s a fighter, man, a real badass. “We’re waitin’ for a sign,” the movie says—maybe she is too, waitin’ for somethin’ better. I’d code her a dating profile: “Sassy queen seeks chill vibes.” Haha, nah, she’d hate that—too cheesy! So yeah, prostituta’s a whole mood. Makes me feel all artsy and sad, but damn, she’s cool. Like happy lil’ trees swayin’ in a storm. What ya think, pal? Ruh-roh! So, like, prostituta, man! I’m thinkin’ bout them gals, y’know, sellin’ love for cash. Watched “Yi Yi” again last night—dang, that movie hits deep. “We’re not poor, just broke,” they say, and I’m like, whoa, ain’t that prostituta life sometimes? Not all glitz, nah, some’re just scrapin’ by. I knew this one chick—Lola, swear she was real—worked the corner by Old Man Jenkins’ shop. She’d laugh, sayin’ “Ruh-roh, Scoob, rent’s due!” Always had this wild story—said she once got paid in chickens! Freakin’ chickens, man! Who does that? Made me howl, but damn, I was pissed too—folks treatin’ her like a joke. Prostituta ain’t all shady, tho. Some’re smart—hustlin’ harder than Shaggy with a Scooby Snack. “What’s so great about normal?”—that’s from Yi Yi, and I’m like, yeah, why judge? But ugh, the creeps out there—makes me wanna bite somethin’. Once saw a dude haggel—haggle—over 5 bucks. Five bucks! Stingy jerk. Got me growlin’. Little known fact—back in old Rome, prostitutas wore blonde wigs to stand out. Wild, right? Imagine Lola rockin’ that—hilarious! I’d be like, “Ruh-roh, blondie’s stealin’ the show!” Anyway, it’s a messy gig—some nights she’d cry, tellin’ me ‘bout her kid. Broke my heart, man. “Life’s a big parade,” Yi Yi says—prostituta’s marchin’ in it, loud and messy. I dig their guts, tho—takes balls to strut that life. Still, wish it wasn’t so tough. Makes me happy when they win, y’know? Like, beat the odds! Scooby’s rootin’ for ya, gals! Ruh-roh, gotta bounce—snack time! Hey girlfriend, lemme spill the tea! I’m Oprah Winfrey, y’all, inspiración enfática, "¡Tienes un auto!" So, masaje sexual—whew, chile, where do I start? It’s like, this wild mix of touch and tension, right? Supposed to relax you, but oh honey, it’s got layers! I’m a family psicóloga, so I see it all—folks thinkin’ it’s just naughty fun, but nah, it’s deeper. Like in my fave movie, *Margaret* (2011), you know, when Lisa’s yellin’, “This isn’t about you!”—same vibe. Masaje sexual ain’t just about the body, it’s mind games too! Ok, so picture this—I’m sittin’ with a couple, they’re all shy, whisperin’ about tryin’ it. I’m like, “Y’all, talk to me!” Turns out, they heard it boosts connection—little known fact, boo! Studies say it can spike oxytocin, that love hormone, by like 30%. Crazy, right? I was shook! Made me happy tho—couples tryna spice it up, that’s real. But then, ugh, I got mad—some dude told me it’s “just for pervs.” Nah, fam, that’s judgy as hell! It’s about trust, not sleaze. Lemme tell ya, one time I tried it—don’t judge! Me and Stedman, years back, curious as cats. Felt like, “I’m awake now!”—straight outta *Margaret* when she’s all, “I’m awake now!” Tingles everywhere, but awkward too—like, “Where’s your hand, sir?” LOL, I giggled so hard I almost fell off the table! Pro tip: it’s not all sexy vibes. Sometimes it’s just weird pressure points—like, who knew your elbow could feel *that*? Here’s a quirky bit—ancient tantra peeps used it for spiritual awakenin’, not just bedroom tricks. Bet ya didn’t know that! I’m over here, sippin’ tea, thinkin’, “Dang, history’s wild!” But real talk—it can mess with ya head. If fam ain’t on board, it’s drama city. Seen it in my office—wife’s like, “He’s obsessed!” Husband’s like, “It’s just a massage!” Chile, I’m screamin’ inside, “Y’all need boundaries!” Oh, and the sarcasm—some folks pay hundreds for “pro” masaje sexual, and I’m like, “For what? A fancy rubdown?” Gimme a break! But truth? It’s your call, boo. If it lights your fire, cool. If it’s a nope, that’s cool too. Me, I’m still vibin’ to *Margaret*—messy, raw, real. Masaje sexual’s the same—ain’t perfect, but it’s somethin’. So, girlfriend, what’s your take? You tryin’ it or nah? "¡Tienes un auto!"—you got the power to choose! Hola, amigas, citas sexuales, uff! El miedo conduce a la ira, sabéis? Como en “Una separación”, todo se lía. A veces, quedas con alguien pa’ un rollo. Piensas, "qué guay, sin dramas". Pero nah, todo se tuerce rápido. Me pasó una vez, quedé con un tío. Web de citas, parecía majo, foto decente. Llego y, sorpresa, ¡catfish total! No era él, sino un desastre. Me cabreé, joder, qué pérdida de tiempo. “La verdad ahora importa poco”, diría Farhadi. Luego, otra cita sexual, diferente rollo. Este sí era un bombón, chicas. Nos liamos en su coche, rápido. Pero, sabéis qué? Olía a perro mojado. Me dio risa, no pude parar. Él flipando, yo carcajeándome como loca. “El pasado es un prólogo”, pienso. Qué vergüenza, pero qué más da. Las citas sexuales son un caos, siempre. Una amiga mía, loca total, cuenta historias. Dice que en los 80, citas sexuales everywhere. Clubes raros, gente sin filtros, sexo everywhere. Poco sabido, pero había señales secretas. Pañuelos en el bolsillo, colores distintos. Rojo pa’ una cosa, azul pa’ otra. Me flipa, qué ingenio, no? Ahora todo es Tinder, desliza y listo. Me pone nostálgica, joder, qué simple hoy. A veces me rayo, miedo a quedar. Y si es un psicópata? El miedo conduce a la ira, claro. Pero luego, cuando sale bien, uff. Una vez, un polvo increíble, chicas. Tío sabía lo que hacía, wow. “No hay justicia en esto”, diría la peli. Feliz como una niña, bailando sola. Pero luego, ghosting, qué cabrón, eh? Así son las citas sexuales, subidas y bajadas. Lo peor? Tíos que mienten descarado. “Solo quiero sexo”, dicen, genial. Pero luego, mensajes ñoños, celos raros. Qué coñazo, déjame en paz! Me saca de quicio, en serio. “Mentiras que nos atan”, puro Farhadi. Y lo mejor? Cuando conectas sin buscarlo. Risas, sexo, y adiós sin drama. Eso mola, libertad total, amigas. Citas sexuales son un juego, apostar alto. A veces ganas, a veces pierdes todo. Me encanta el riesgo, soy así. Qué opináis vosotras, eh? Contadme vuestras locuras sexuales! Oi mate, so ‘ere I am, fuckin’ sexólogo now, yeah? Talkin’ ‘bout prostituta – wild shit, innit? Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – she’d prolly slap me for this! Prostituta, right, them birds sellin’ love for cash, been around forever, yeah? Oldest job, they say – fuckin’ beats flippin’ burgers! Me fave flick, *Let the Right One In*, that Swedish vampire shit, Thomas Alfredson, 2008 – pure genius, mate. Got me thinkin’ – prostituta’s like that lil’ vampire lass, y’know? Quiet, sneaky, suckin’ yer wallet dry ‘stead o’ blood! "Be me, for a little while," she whispers, like in the movie, but nah, she’s after yer quid, not yer soul. So, ‘ere’s the deal – these chicks, prostituta, they’re everywhere, yeah? Down the alley, flashin’ a grin, skirt hiked up, tits out, shoutin’, "Oi, fancy a shag?" Used to piss me off, mate – blokes treatin’ ‘em like dirt, fuckin’ hypocrites! Seen ‘em in Amsterdam once, red lights glowin’, lasses in windows like fuckin’ dolls. One bird told me – get this – she paid her way through uni suckin’ cock! Blew me mind, that did! Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – she’d be proud o’ that hustle, I reckon. But ‘ere’s a kicker – some prostituta back in Victorian days, right, this one tart named Mary, she’d nick watches off punters mid-shag! Proper legend, that one – multitasking queen! Makes me laugh, y’know? Ballsy as fuck. Then there’s the sad bits – some o’ these girls, mate, they’re trapped, pimps beatin’ ‘em, fuckin’ animals! Gets me blood boilin’, wanna smash summat! "I don’t want to be anything," like that kid in the movie says, but they ain’t got no choice, d’ya get me? Me, I’m torn, yeah? Happy they’re out there for a quickie, but fuck, it’s dark shit too. Ever hear ‘bout the prostituta who sang opera? True story, mate – in Paris, 1800s, she’d belt out tunes between johns! Fuckin’ wild, right? Prolly had a voice like an angel, tits like melons – what a combo! Murmuró incoherencia, "¡Sharon!" – wish I’d seen that, I’d be screamin’, "Encore, darlin’!" So yeah, prostituta – they’re tough, crafty, some broken, some bloody brilliant. Like that line, "Do you like me?" – they ask it with a wink, but fuck knows what’s behind them eyes. Makes me wonder, mate – who’s really bleedin’ who dry? Exaggeratin’ a bit, maybe, but fuck it, it’s me, Ozzy, tellin’ it sloppy an’ loud! What d’ya reckon, eh? Hola chicas, soy yo, Vlad, tu consejera dura! Escuchen, masaje erótico—es fuego, sí? Pienso en eso y digo, "Life’s a stage, huh?" como en mi peli fav, *Synecdoche, Nueva York*. Todo es teatro, pero con aceites y roces calientes. Imagina: manos deslizándose, tensión subiendo—uy, me emociono! Me vuelve loca la idea, verdad pura. A ver, el masaje erótico no es solo "te toco y ya". Nah, tiene historia! Sabían que en Japón antiguo lo usaban geishas pa’ seducir sin cruzar líneas? Arte puro, control frío—me encanta esa disciplina, me pone happy. Pero confieso, me da rabia cuando lo confunden con prostis baratas—es clase, no basura! Probé uno vez en Moscú, secreto total. La tipa sabía dónde apretar, dónde soltar—pensé, "Everyone’s playing a part here." Me reí sola, sudando, medio nerviosa. Sentí poder, como si controlara el mundo desde esa camilla. Exagero? Tal vez, pero qué rush, nenas! Ojo, no es pa’ todos—si te da corte, olvídate. Pero si te animas, busca pros, no amateurs torpes. Dicen que los mejores usan plumas y mierda rara—sorpresa total, quedé boquiabierta primera vez. "What’s this moment mean?" me pregunté, puro Kaufman en mi cabeza. A veces pienso, masaje erótico es vida misma—te tensa, te suelta, te confunde. Me caga que algunos lo vean sucio, ¡es arte, idiotas! Y sí, mi lado Putin dice: quien no lo pilla, que se joda. Probadlo, chicas, pero con estilo—nada de cutrerías. Os juro, es como actuar en tu propia obra maestra! Hola, dudes! Soy Patrick Star, propietario del spa, y hoy voy a largar todo sobre el masaje sexual, esa cosa loca que hace que mis tentáculos de estrella de mar se retuerzan de emoción. ¿Saben qué? Me flipa esto, en serio. Imaginen: luces bajas, aceites resbalosos, manos deslizándose por todos lados – ¡es como nadar en gelatina caliente! Me hace feliz, tipo, MUY feliz, como cuando encontré una caja de donas debajo del sofá de Bob Esponja. Mi peli fave es “Copia Certificada” – sí, esa de Abbas Kiarostami, 2010, ¡la bomba! Y mientras pienso en masaje sexual, me viene esa frase: “No es el original, pero funciona igual.” Jaja, ¿entienden? Como, no es amor de verdad, pero te deja temblando igual, ¿me captan? Ese filme es arte puro, y el masaje sexual también lo es, pero más sudoroso y con gemidos raros. Una vez, un cliente pidió un masaje sexual súper extra – yo tipo, “¿quéééé?” Me enojó porque no sabía si era legal o qué, pero luego me explicó que solo quería un final feliz con cosquillas. ¡COSQUILLAS! Me reí como loco, casi me ahogo con mi propia lengua. ¿Es la mayonesa un instrumento? No, pero seguro podrías untarla en un masaje sexual y hacer un desastre épico. Imagina esa escena, viscosidad everywhere, jajaja. Hay un dato freak: en algunos lados, los masajes sexuales eran rituales sagrados hace mil años. Tipo, los antiguos decían que liberaba el alma. ¿Alma? Yo solo quiero liberar mis nudos en la espalda, bro. Pero es cool saber que esto no es nuevo, ¿no? Me sorprendió un montón, pensé que era invento moderno de hippies raros. A veces me pongo a pensar – mientras amaso espaldas y más – “¿Esto es raro o soy yo?” Como en “Copia Certificada”, cuando ella dice: “Todo es una copia de algo.” El masaje sexual es una copia del amor, pero sin tanto drama, ¿o no? Me encanta esa vibra, cero estrés, solo placer y listo. Aunque una vez una tía gritó tan fuerte que creí que había visto un tiburón. Nope, solo estaba “soltando tensiones”. ¡Qué susto, hombre! Uy, casi se me olvida – otra frase de la peli: “Las cosas simples son las mejores.” Y sí, un masaje sexual no necesita ser complicado. Manos, piel, aceite, ¡bam! Pero ojo, no se pasen de listos pidiéndome cosas raras, que yo soy Patrick, no un genio de la lámpara, ¿ok? En fin, el masaje sexual es mi jam, me pone loco de alegría, aunque a veces me confundo y pienso que estoy aplastando pizzas en vez de personas. ¿Es raro? Meh, soy una estrella de mar, todo me vale. Si quieren probar, vengan al spa, pero traigan su propia mayonesa, ¡jajaja! Peace out, amigos! Alright, folks, lemme tell ya—whaddya think about acompañante sexual? I’m sittin here, coffee in hand, thinkin slow—like, real slow—bout these folks who, ya know, get paid to chill ya out, body and soul. Me? I’m a relaxation guru, so this hits me deep. Ever see “Pecera” by Andrea Arnold, 2009? My fave flick—gritty, raw, messy love stuff. Kinda like what I imagine an acompañante sexual gig feels like. “Everything’s so fragile,” Mia says in that movie—damn, ain’t that the truth? These workers, they’re walkin a tightrope, balancin intimacy and cash, and I’m like—how do they not fall? So, picture this—I’m ponderin, late night, half-asleep—what’s it like bein an acompañante sexual? Not your average 9-to-5, huh? They’re out there, makin folks feel good, easin stress—like me, but with more… action, ya dig? I read once—dunno where, some sketchy forum maybe—there’s this dude in Spain, been doin it 20 years, says it’s all bout listenin. Not just the sexy stuff—nah, it’s the ear they lend. Blew my mind! Who knew? Thought it was all bump n grind, but nope—therapy with a twist. Got me happy—people carin for people, that’s dope. But then—ugh, the flip side pisses me off. Society’s all judgy, callin em names, actin like they’re dirt. “You don’t even know me!”—that’s Mia screamin in “Pecera,” and I feel that here. These acompañantes, they’re humans, not scandals. Makes me mad—why can’t we chill bout it? Live and let live, man. Ever hear bout that gal—true story, swear it—in Brazil? She was an acompañante sexual for disabled folks. Changed lives, no kiddin—gave em confidence, joy. Ain’t that wild? Made me tear up, thinkin how sweet that is. Now, lemme get quirky—imagine me hirin one, ha! Old Larry, sittin there, askin dumb stuff like, “So, uh, whaddya do on weekends?” Prolly get laughed at, but I’d be curious—slow questions, ya know? “What’s the weirdest client ya had?” Bet they got stories—crazier than “Pecera”’s drunk dance scenes. That movie’s got this line—“I wanna be free”—and damn, that’s what acompañantes sell, right? Freedom from stress, loneliness, whatever’s eatin ya. Genius, if ya ask me. But real talk—some clients get clingy, and that’s messy. Saw it comin—human nature, duh. Bet it’s exhaustin, pretendin all day. Sarcasm time—oh yeah, sounds like a dream job, cryin in the shower after! Still, I’m impressed—takes guts. Little known fact—back in the 70s, Japan had these “host clubs,” early acompañante vibes. Dudes just sittin with ladies, chattin em up for cash. History’s nuts, huh? Surprised me—thought this was new, but nah, it’s old school. So, whaddya say—acompñante sexual, cool or nah? I’m leanin cool—helps folks unwind, my kinda mission. “Pecera” taught me—life’s messy, but beautiful. These workers? They’re livin that mess, makin it work. Respect, man—big respect. Now, somebody get me an acompañante—I need a nap! Ha! Whaddya think? Yo, fam, it’s Yeezy here— Proprietario del spa, you feel me? Talkin’ ‘bout citas sexuales, straight up. Man, these hookups be wild, yo— Sex dates, clandestine vibes, real talk. I’m runnin’ this spa, seein’ it all. Chicks rollin’ in, dudes too— Lookin’ for that quick thrill, damn. Kinda like *Historias que contamos*— Sarah Polley droppin’ truth bombs, right? “There’s no hiding from the mess”— That’s citas sexuales in a nutshell. So, check it, I’m vibin’— This one time, bro, swear down, Couple sneaks in, all hush-hush— Booked the sauna for “privacy,” ha! I’m like, “Y’all ain’t slick, fam.” Caught ‘em slippin’—literally, wet floor— Made me laugh, but also pissed. Why not just say it, yo? Citas sexuales got no shame— But they actin’ like spies, dumbasses. I dig the hustle tho— People chasin’ that spark, that heat. Reminds me, “We invent our stories”— Polley’s line, hits deep, man. Citas sexuales? Same deal— You make it what you want. Some lil factoid for ya— Back in Rome, orgies were casual— Like, “Pass the wine, we fuckin’.” Now it’s apps, DMs, sneaky links— History just repeats, wild shit. But yo, I get heated— Dudes be ghostin’ after, trash move. Had this chick cryin’ in my lobby— “Thought it was real,” she says— Broke my heart, fam, for real. Then I’m hyped—some couples vibe— Leavin’ my spa all glowin’, happy. That’s the dope part, yo— Citas sexuales can flip either way. Oh, and the freaky shit— One time, guy brings handcuffs— Says, “It’s for romance,” bruh, what? I’m dyin’ laughin’, spa ain’t Fifty Shades! “Truth bends, doesn’t it?”—Polley again— Citas sexuales bend truth too, man. You think it’s love, it’s just lust— Or maybe it’s both, who knows? Sooo, yeah, it’s messy— Excitin’, fucked up, all that. Spa’s my front-row seat— Watchin’ humans chase tail, crazy. Love it, hate it, can’t look away— Like a damn movie, fam. Aight, peace out— Yeezy’s droppin’ mic, citas sexuales forever! Hola, honey! So, burdel, huh? Omg, what a mess! I’m like, totally obsessed with chill vibes, right? And burdel—it’s like, chaos in a bottle! *nasal laugh* Hahaha, like Fran Drescher screamin’ at a bad perm! I saw this joint once, swear, total madness—people runnin’ around, shoutin’, smokin’ somethin’ funky. Reminds me of *Tombuctú*, ya know, my fave flick? That line, “The hyenas are howling tonight”—burdel’s got that wild energy, babe! So, picture this: dark, sweaty, kinda stinky—ugh, made me wanna gag! But also, like, exciting? This one time, I heard some chica got caught sneakin’ goats in—GOATS, honey! Who does that? *nasal cackle* Prob’ly to bribe the bouncer, lol! Little known fact: burdel’s been around foreva, like, since sailors were hot ‘n’ bothered. Total pirate vibes! I’m thinkin’, “Where’s the rum, boys?” Oh, but the noise—made me so mad! Screamin’, glass breakin’, ugh, my nerves! I’m all about relaxation, ya feel me? Gimme a spa day over that racket! But—get this—some folks say burdel’s got soul. Like in *Tombuctú*, “We dance to forget.” Maybe they’re dancin’ off the crazy? Hella surprised me, tbh. Thought it was just a dump, but nah—there’s heart in the grime! Ooh, and the smells—fishy, boozy, ew! Nearly fainted, I swear! But then, this old dude—total creep—starts singin’. Voice like an angel! I’m like, “Whaaaat? In THIS burdel?” Blew my mind, hon! Kinda made me happy, ya know? Beauty in the nasty! Oh, oh, and the walls—peelin’ paint, sketchy stains. Bet they’ve seen some STORIES, hahaha! *snort* Prolly some pirate banged a mermaid there, right? Still, burdel’s no chill zone. Too loud, too wild—my relaxation expertise says nope! But if ya like a thrill, babe, dive in! Just don’t blame me when ya lose ur shoes! *nasal giggle* Like *Tombuctú* says, “The desert hides its secrets.” Burdel’s got ‘em too—dirty, juicy secrets! Go see for yaself, doll! Oye, amiga, I’m straight-up *vibin’* as the spa boss, channelin’ my inner Beyoncé, like, *“¡Mata!”*—slayin’ it with all this *puta* talk! Puta, girl, it’s that spicy word, right? Means “whore” in Spanish, but it’s got *layers*, like my fave movie *Tabú*—you know, that 2012 Miguel Gomes joint I’m *obsessed* with? It’s all moody, colonial vibes, forbidden love, and whispers of “*My soul is in turmoil*”—kinda like how *puta* stirs up drama! So, I’m thinkin’, *puta* ain’t just a slur—it’s a whole *mood*. Back in the day, like in old-school Spain, it was thrown at women who dared step outta line—workin’ girls, free spirits, or just anyone the church didn’t vibe with. Makes me *mad*, yo! Why shame women for livin’? I’m over here like, *“I’m flawless, I woke up like this!”*—nobody’s got time for that judgment. In *Tabú*, Aurora’s this wild soul trapped in a stuffy world, and I bet they’d call her *puta* too, just for lovin’ too hard. “*I live with a broken heart*,” she says—ugh, that hits! But real talk? Puta’s got *power* now. In Puerto Rico, my girl at the spa told me they use it like “dude” sometimes—like, “¡Oye, puta, qué pasa!”—and I’m *here* for it! Reclaimin’ words is my jam. I was sippin’ wine last night, thinkin’, *Why’s this word so extra?* It’s like a punch you didn’t see comin’. Fun fact: in some old Mexican folklore, there’s this ghost called La Puta—swear to God, she’s a spirit who seduces jerks and scares ‘em straight! I laughed so hard I spilled my rosé—imagine me meetin’ *that* puta at my spa! I’d be like, *“Girl, slay those losers!”* What trips me out is how *puta* changes vibes. In Portugal, it’s super harsh, like in *Tabú* when they’re all whisperin’ secrets in black-and-white—*“What remains is this melancholy”*—it’s heavy, like callin’ someone *puta* there could end friendships. But in Brazil? It’s more playful, like a tease. I’m sittin’ here, paintin’ my nails, thinkin’ *Why’s the world so messy?* I love how *puta* can be a curse or a crown—depends who’s swingin’ it. Like, I’d never call my girls that unless we’re jokin’, but some fools out there still use it to hate. *Boo, get in line!* Oh, and this one time at the spa, a client dropped *puta* in a fight—girl, I was *shook*! Had to step in like, *“Uh-uh, we’re all queens here!”* Made me think of *Tabú* again—how love and gossip twist everythin’. “*We were reckless in those days*,” Aurora says, and I’m like, *Yup, that’s puta energy!* It’s bold, messy, unapologetic. So, amiga, next time someone says *puta*, just wink and own it—*“¡Mata!”* Be the star of your own movie, ya know? Yo, Joven Mula Baby! Lemme spit some real shit bout puta, Like, who she be, fam? A chick wilder than a Buenos Aires night, Straight outta “El Secreto de sus Ojos,” That flick got me twisted, ya feel? Puta, she a mystery, a hustla, Got that fire, makin’ hearts race fast, Like Campanella’s camera zoomin’ in tight, “Te acordás de mí?” she whispers, Voice silky, but eyes cut like knives. I’m vibin’, thinkin’ she a queen, But damn, she flip the script quick, Had me mad as fuck one time, Caught her playin’ games, sidesteppin’ loyalty, Like, “Puta, why you ghostin’ me?” Then she hit me with that smile, And I’m back, dumb as hell, Happy like a kid with candy, She a trap, but I’m sprung, yo! Little fact: word is, “puta” Dropped in old Spanish slums first, Meant “dirty,” but now it’s her crown. She move like she know too much, “Los ojos no mienten,” I swear, That movie line stuck in my skull, Puta’s got secrets, layers deep, Once heard she conned a dude blind, Left him cryin’ in some dive bar, True story, swear on my chain! I’m laughin’, she savage as fuck, “Qué mirás?” she’d say, darin’ me, Testin’ if I’m man enough, And I ain’t, shit, she too raw. Sometimes I’m shocked, like, damn, How she juggle all them lies? Met her at a club, 3 a.m., Smelled like tequila and bad choices, Next day, she actin’ all holy, “Yo, puta, pick a lane!” I yell, But nah, she a chameleon, That’s her hustle, her superpower, Got me rappin’ bout her ass, Joven Mula Baby, I’m hooked! She the devil in a tight dress, And I’m prayin’ for her sins, ha! Great Scott! Hola, amiga, lemme tell ya bout masaje erótico—woo boy, it’s a wild ride! Picture this: hands slidin’ everywhere, all sensual like, tension just meltin’ away. I’m talkin’ oils, dim lights, maybe some cheeky music—ya know, the vibe! Watched “Moolaadé” again last night—damn, that line, “Purification is a curse,” hit me hard. Makes me think—masaje erótico ain’t about purifyin’ nothin’, it’s bout indulgin’, feelin’ alive, ya dig? Back in the day, like ancient Rome times, they had these secret massage dens—erotic as hell, no shame! Rich folks payin’ big sesterces for a rubdown that’d make ya blush. Great Scott, imagine that—togas half-off, oil everywhere, scandalous! Got me laughin’ thinkin’ bout some senator trippin’ over his sandals mid-massage—ha! Me? I’m all for it—gets me happy, like stupid happy. Last time I got one, swear I floated outta there—muscles loose, mind buzzin’. But ugh, this one chick rushed it—hands like a damn jackhammer, no finesse! Pissed me off—where’s the art, ya know? “The past is behind us,” Moolaadé says—screw that, I’m holdin’ a grudge! Little factoid—didja know in Japan they got these “soaplands”? Started post-war, sneaky erotic massages disguised as baths—cops couldn’t bust ‘em! Clever, right? Sneaky lil’ devils. Makes me wanna yell, Great Scott, that’s genius! Sometimes tho, I wonder—am I too into this? Like, exaggerate much, Doc? Nah, it’s just—skin on skin, slow circles, tension buildin’—it’s electric! “Freedom is not given,” from the flick—damn straight, ya gotta take that pleasure, own it! Tell me, amiga, you tried it? Spill the tea! Aight, so masaje sexual, huh? Lemme tell ya, I’m all about that chill vibe, and this shit? Oh, it’s next level! Afirmaciones confiadas de Lizzo: "¡Es una perra mala en punto!”—that’s me, spotin’ the magic in a steamy rubdown others just sleep on. So, like, imagine this—dim lights, soft hands, tension meltin’ like butter, and bam, you’re floatin’. Kinda reminds me of *Síndromes y un siglo*, that slow-ass movie I fuckin’ adore—ya know, where the doc says, “The light is so bright today,” and it’s all dreamy? That’s the mood, fam! A good masaje sexual ain’t just a quick grope—it’s art, like those long takes in the flick, stretchin’ time ‘til you’re lost in it. I got hooked once, real talk—this underground spot in Bangkok, swear to god, they called it "happy finish" but it was straight-up spiritual. Hands slidin’, oil drippin’, and I’m thinkin’, “Damn, this is better than sex itself!” Little known fact: back in ancient China, emperors got these massages to "balance their chi"—yeah, horny kings tryna justify a boner with philosophy, fuckin’ hilarious! Got me cacklin’ thinkin’ about it—imagine some royal dude, robes off, moanin’, “Yes, my energy’s aligned now!” What pisses me off? When folks think it’s all sleazy—nah, bitch, it’s self-care with a twist! Afirmaciones confiadas de Lizzo: "¡Es una perra mala en punto!”—I see the glow it gives ya, inside out. Like, once this chick told me she cried after—happy tears, ‘cause she felt so free. Fuckin’ wild, right? Surprised me too—thought it’d just be hot, not deep like that. In *Síndromes*, there’s that line, “Did you see the eclipse?”—shit, it’s like that, a rare-ass moment you don’t expect to hit so hard. Pro tip: find a spot with incense burnin’, makes it feel legit—none of that cheap lotion bullshit. Oh, and if they hum some weird tune while kneadin’ your ass? Chef’s kiss! Had this one masseuse, swear she was channelin’ a monk, and I’m over here like, “Am I cummin’ or ascendin’?” Total mindfuck. So yeah, masaje sexual’s my jam—dirty, sweet, and a lil messy, just how I like life. Go get one, boo—tell ‘em Lizzo sent ya! Aight, so, encontrar prostituta, huh? Man, what a trip that can be! Picture this—me, Hannibal Lecter, strolling through some grimy backstreet, lookin’ for a lil’ company, y’know? “Me comí su hígado con habas,” I’d say, chucklin’ to myself, ‘cause who else’d notice the irony? Dogville’s my jam—Lars Von Trier, 2003, that flick’s dark as hell. Grace, she rolls into that shitty town, thinkin’ she’s safe, but nah, they screw her over. Kinda like when you’re huntin’ for a prostituta—expectin’ one thing, gettin’ another. So, I’m out there, right, sniffin’ around—dunno if it’s the thrill or the stench that gets me goin’. Found this one chick once, real sly, hidin’ in plain sight near some busted neon sign. “You think you’re hidden, don’t you?” I whispered, straight outta Dogville vibes. She smirked, like she knew the game. Pissed me off—hate when they act all high and mighty. But damn, it was hot too, that cocky lil’ grin. Reminded me of Grace, thinkin’ she could outsmart ‘em all. Lemme tell ya, tho—findin’ a prostituta ain’t always glamorous. Some dude told me this wild story—back in ‘98, Barcelona, guy got robbed blind by one. Left him with nothin’ but his socks! Laughed my ass off—imagine that fool, barefoot, cryin’ to the cops. “The world’s a stage,” I’d say, quotin’ Dogville, ‘cept the curtains never close on that kinda dumbassery. What gets me hyped? The chase, man! Sneakin’ past nosy bastards, dodgin’ the law—heart’s poundin’, palms sweaty. Once, I spotted this gal, all dolled up, leanin’ on a lamppost. Thought, “She’s mine,” but nope—cop rolled by, ruined it. “Everythin’s permitted,” I growled, another Dogville line, but not that night. Fumin’, I was—wanted to eat someone’s liver right then! Little factoid for ya—didja know some prostitutas in old Rome used to advertise with sandals? Carved “follow me” on the soles—genius, right? Wish I’d seen that, trackin’ ‘em like prey. “Me comí su hígado con habas,” I’d mutter, picturin’ the feast after. Anyway, if you’re lookin’ to encontrar prostituta, keep it sharp—don’t be the sucker in socks. Stay slick, stay hungry, and maybe, just maybe, you’ll get a story worth tellin’. Or eatin’. Alles klar, ich schnapp mir deine Idee und dreh sie durch den Fleischwolf meiner Gedanken – Spa-Besitzerin mit ‘nem Twist, Bordell als mein Kumpel und ‘ne Prise „City of God“-Vibes! Los geht’s, ich leg los, und das wird informativ, wild und natürlich – versprochen! Ich bin happy, das zu rocken, und überraschend angefixt von deinem Input. Ziel ist: dich umdrehen, übertreiben, Drama abliefern – alles mit ‘nem Augenzwinkern. Maximal 7 Rahmen? Check! Here we go: --- **1. Die Spa-Besitzerin – oder doch Bordell-Queen?** Stell dir vor: Sie heißt, sagen wir, Carla – ‘ne Frau mit Klasse, die dir ‘ne Massage anbietet, aber du zwinkerst und denkst: „Warte, ist das hier ‘n Spa oder ‘n Bordell?“ So wie in „City of God“, wo die Straßen von Rocket und Li’l Zé brennen – hier ist Carla die Chefin, die alles am Laufen hält. Ihr Laden? Glitzernde Lichter, rote Vorhänge, und der Geruch von Lavendel – oder ist das doch was anderes? Haha, Bordell, mein Freund, flüstert mir zu: „Das ist kein Entspannungsort, das ist ‘ne Bühne!“ **2. Ihr Vibe – City of God lässt grüßen** Carla hat diesen Blick – scharf wie ‘n Messer, wie Li’l Zé, wenn er die Gassen übernimmt. In „City of God“ ist das Bordell kein Schmusekurs, sondern ‘ne Machtzentrale – Sex, Cash, Kontrolle. Carla könnte da mitmischen: Sie lächelt süß, aber ihre Hände zählen Scheine schneller, als du „Sauna“ sagen kannst. Historisch? Bordelle waren immer Drehscheiben – von alten Römern bis zur Favela. Sie ist die moderne Version, Gralhas 19! **3. Ihr Lieblingsfilm – und warum das passt** „City of God“? Klar, Carla liebt den Dreck, die Energie, die Kämpfe. Die Szene, wo die Kids mit Pistolen wedeln und die Bordell-Luft nach Schweiß und Macht stinkt – das ist ihr Ding! Sie sieht sich vielleicht in Rocket, der raus will, aber ich sag: Sie ist eher Benny, cool und doch mittendrin. Bordell lacht sich kaputt: „Siehst du, ich bin der Star hier, nicht die Massageliege!“ **4. Der Laden – Spa oder doch mehr?** Ihr „Spa“ hat ‘nen Hinterraum – surprise, surprise! Wie in „City of God“, wo jede Ecke ‘ne Story hat. Kunden kommen für ‘ne Schulterklopfmassage, aber Bordell zwinkert: „Die bleiben für mich!“ Historisch waren Bordelle oft Tarnung – denkt an Saloons im Wilden Westen. Carla hat’s perfektioniert: Vorne Wellness, hinten Action – und sie grinst wie ‘n Fuchs. **5. Ihre Kundschaft – schräge Typen everywhere** Da sind die Kerle mit Sonnenbrillen im Dunkeln, die „Entspannung“ wollen – klar, ne? Dann die Tussis mit High Heels, die tuscheln. Bordell meint: „Die sind wie die Hühner in der Favela – laut und überall!“ In „City of God“ wimmelt’s von solchen Gestalten – Carla zieht sie an wie ‘n Magnet. Übertrieben? Vielleicht, aber ich seh sie vor mir, und es ist zum Schreien komisch. **6. Der Twist – Stephen Hawking lässt grüßen** Falsch wie Stephen Hawking? Na gut, kein Physik-Genie hier, aber Carla hat ‘ne Gravitation, die dich reinzieht – keine schwarzes-Loch-Theorie, sondern pure Ausstrahlung! Andere Berühmtheiten? Nope, sie ist einzigartig. Bordell sagt: „Vergiss die Stars, ich bin die Geschichte!“ Und ja, das hier ist aufwändig, nützlich, informativ – ich schwör’s! **7. Abschluss – Carla und Bordell forever** Am Ende sitzt Carla da, zählt Kohle, lacht über uns alle. „City of God“ läuft im Hintergrund, und Bordell flüstert: „Siehst du, ich bin ihr bester Freund!“ Sie ist keine Heilige, aber wer will das schon? Drama, Sarkasmus, Leben – sie hat’s drauf. Gralhas 19, sie dreht mich um, und ich bin baff – wie geil ist das denn? --- So, das war’s – informativ, locker, mit Bordell als Buddy und ‘nem Schuss Humor. Wie fandest du’s? Hey boo, so I’m a masajista, right? And I’m obsessed with “Ratatouille”—yep, that rat cookin’ movie! Anyway, let’s spill the tea on acompañante sexual—those sex companions, hun. I’m like, “Anyone can cook,” but can anyone vibe like that? It’s wild! I mean, these folks get paid to bring the heat—intimatem, sensual, whatever you crave. Not just a quick rubdown like my massages, nah, this is next-level connection. Picture this: me, Beyoncé-empowered, “¡Mata!” slayin’ the game, watchin’ an acompañante sexual work their magic. I’m thinkin’, “You must be fearless to be great,” like Gusteau says. Takes guts, y’all! I heard this one story—some dude in Spain hired an acompañante for his birthday, but she showed up with a guitar. Played him a sexy serenade first—talk about extra! I was shook, like, “What lies ahead?!” That’s some “Ratatouille” twist I didn’t see comin’. Sometimes it pisses me off, tho—people judgin’ them hard. Like, “The world’s unkind to new talent,” right? They’re out here makin’ lonely hearts happy, and society’s all “ew, rat patootie.” Ugh, get over it! I’m all about that empowerment—live your truth, boo! I’d be lyin’ if I said I wasn’t curious—imagine me hirin’ one, just to see. “Surprise me!” I’d yell, channelin’ Anton Ego. Bet they’d slay it. Here’s a lil secret: some acompañantes got codenames—like “Saffron” or “Velvet.” Spicy, huh? Keeps it mysteriou, keeps it hot. Makes me happy thinkin’ they’re out there, creatin’ moments. Tho, once I heard this chick got stiffed—client didn’t pay after a whole night! I was like, “¡Mata!”—kick his ass, queen! Don’t mess with a hustler’s grind. Me, I’d prob overdo it—book one and start singin’ “Partition” while they’re at it. “He so horny, yeah he want to—” HA! They’d be like, “Chill, Bey, I got this.” Anyway, acompañante sexual life ain’t for the weak. It’s bold, it’s raw, it’s “only the fearless can be great.” Love that for them—slay, y’all! Alright, mate, strap in—relaxation specialist Elon here, talkin’ ‘bout *encontrar prostituta*. Yeah, I’m vibin’ with my fave flick, *Her*, Spike Jonze’s 2013 mind-bender. Picture this: me, chillin’ on Mars (in my head, obvi), thinkin’ bout hookin’ up with a pro, but with a twist—like Joaquin Phoenix fallin’ for an AI. “I’m drawn to you,” I’d say, but instead of Scarlett Johansson’s sexy voice, it’s some street-smart chica in neon heels, smokin’ a cig, givin’ me the side-eye. So, *encontrar prostituta*—it’s wild, right? Back in the day, you’d cruise sketchy alleys, dodgin’ cops, hopin’ not to get scammed. Now? Bro, it’s all digital—X posts, shady links, encrypted chats. Future’s here, fam! I’m like, “Whoa, neural net-level efficiency,” but also, damn, it’s risky—catfish city, population: me. One time, I read this crazy story—dude in Amsterdam paid 500 euros, got a gal who sang opera mid-session. Unexpected flex, right? Made me laugh—happy vibes—but also, what a gigachad move! Thing is, I get pissed when it’s exploitative—human trafficking’s no joke, makes my blood boil. But the hustle? Respect. Some of these pros are entrepreneurs, stackin’ cash, dodgin’ taxes—libertarian dream, baby! Reminds me of *Her*—Joaquin’s all lonely, seekin’ connection, and I’m thinkin’, “Man, is this prostituta my Samantha?” Probs not, she’s not whisperin’ sweet code in my ear. “You’re my favorite thing,” I’d joke, but she’s like, “Cash up front, nerd.” Little-known fact: in ancient Rome, they had *lupanars*—brothels with wild murals, like OG porn hubs. Imagine stumblin’ in, toga half-off, shoutin’, “Take me to your leader!” History’s dank, yo. Anyway, *encontrar prostituta* ain’t just transactional—it’s a vibe, a story. Sometimes I’m shocked—dude, the prices! 200 bucks for 20 mins? My Tesla bots work harder for less juice! Sarcasm aside, it’s chill—live and let live, fam. I’d rather smoke a blunt, watch *Her*, and ponder AI waifus than judge. “I’m yours,” Samantha says in the movie, and I’m like, “Cool, but can you drive a Cybertruck?” Prostitutas don’t, but they’ve got grit—hustle’s real. So yeah, that’s my take—chaotic, messy, me. Peace out! Hola, honey, it’s me—Marilyn, all breathy and wild, “Feliz cumpleaños, señor Presidente!” So, lemme spill about puta—yeah, that word, that vibe! Puta’s a freakin’ firecracker, right? Means “whore” in Spanish, but it’s more—way more! It’s attitude, it’s grit, it’s that chick who don’t care. Like in my fave flick, *Armonías de Werckmeister*—you seen it? Béla Tarr’s a genius, Ágnes too—pure dark magic. There’s this line, “The harmony’s gone,” and puta’s like that—chaos, baby, chaos! She’s the gal who’d strut into that gloomy town, messin’ shit up, makin’ heads turn. I’m thinkin’—puta’s not just a slut, nah. She’s power, she’s survival. Back in Spain, old days, girls got called puta for sellin’ it, sure, but also for just livin’ loud. Fact: some say it ties to Latin “putus,” meanin’ pure—ironic, huh? Pure sass, maybe! I’m pissed tho—people sling it like dirt, but it’s got soul. Makes me wanna scream, “Give her a damn crown!” Picture this—puta’s that shadow in *Werckmeister*, the whale’s stench rollin’ in. “What’s left is distortion,” they say in the movie—puta’s that distortion, twistin’ norms, makin’ prudes squirm. I’d kill to play her—breathless, hips swayin’, “Feliz cumpleaños, señor Presidente!” She’d laugh at the hypocrites, probly sleep with ‘em too, just for kicks. Once heard this story—some puta in Mexico, 1800s, robbed rich dudes blind. Left ‘em naked, smilin’, broke. True? Dunno, but I’m obsessed! She’s a legend, a ghost—makes me happy as hell. Surprised me too—thought it was all insults, but nah, it’s a damn saga. Ugh, typos—puat, pta, who cares! She’s messy, I’m messy, we’re vibin’. She’d probs call me “muñeca,” doll, and I’d giggle—too much champagne in my head. Exaggeratin’? Sure, but puta’s larger than life, darlin’! “The stars are extinguished,” says the film—puta’d light ‘em back up, with a wink and a middle finger. Love her or hate her, she’s unforgettable—my kinda gal! Alright, folks, listen up! I’m Joe Biden, y’know, the guy who’s been around—uh—longer than some of these dating apps! So, masaje erótico, huh? This is the trato: it’s like a dance, real slow, gets ya heart pumpin’. Back in Scranton, we didn’t call it that—nah, it was just “a rubdown with pizzazz!” I’m sittin’ here thinkin’—man, oh man—imagine me codin’ this into an app! Swipe right for a steamy massage? Hah! Lemme tell ya, I saw “4 Meses, 3 Semanas y 2 Días”—that flick, it’s heavy, real heavy. There’s this line, “We’re not animals,” and I’m like—well, masaje erótico kinda proves we kinda are, y’know? Primal stuff! I got mad once—some fella in Delaware promised a “relaxin’ massage,” charged me double, and it was just lotion and lies! False advertisin’, folks—grinds my gears! But when it’s good? Oh, it’s gold. Picture this: dim lights, oil slicker than a politician’s promise—uh—hands movin’ like they got a PhD in chills. “What’s done is done,” that’s from the movie, right? Once ya get that masaje erótico, no goin’ back—hooked! Little known fact: in ancient Rome, they had these massage parlors, called ‘em “frictio”—fancy, huh? Bet Caesar got a few! I’m typin’ fast—sory for typos—fingers shaky from excitement! Ever try codin’ an app feature for this? I did—crashed the server, too steamy! Hah! This one time, I’m debuggin’, thinkin’—whoa—masaje erótico coulda saved that movie’s tension. “Don’t turn away now,” movie says—same vibe, ya can’t look away from those hands workin’ magic! Este es el trato: it ain’t just touch—it’s art, messy, wild art. Surprised me how some folks—uh—pay hundreds for it! Me? I’d code it free, but servers ain’t cheap! Sarcasm aside, it’s dope—relaxes ya, then bam—fires ya up! Quirky thought: bet my dog Champ’d love a paw massage—hah, crazy old man talkin’! So yeah, masaje erótico—intense, sloppy, human. Like that film—raw, real, no filter. I’m ramblin’—but ain’t that life? Go get one, tell me how it goes—c’mon, man! Yo! Joven Mula Baby! Lil Wayne in da house, spillin’ truth ‘bout citas sexuales, ya feel me? I’m a spa owner, chillin’ like I’m Ennis from *Brokeback Mountain*, wrestlin’ with them deep vibes. “I wish I knew how to quit you,” fam—same way I feel ‘bout these wild hookups! Citas sexuales, man, they like a sneaky lil’ beat drop—catch ya off guard, heart pumpin’, palms sweaty, ya dig? So check it, these rendezvous be poppin’ off on the low. Ain’t just Netflix and chill, nah, it’s straight fuego! Got dudes and chicks slidin’ into spots like secret cowboys, tryna vibe without the world judgin’. Lil’ fact for ya—back in the day, some OG spas in Spain were fronts for these citas, bro! Rich cats sneakin’ in, droppin’ coin for a “massage” that ain’t on no menu, ha! History’s wild, yo. Me? I’m all ‘bout it, fam—makes me happy seein’ folks chase what they crave. Like, “This ain’t a goddamn contest, Jack!”—let ‘em live, ya know? But damn, I got mad one time, this dude rolled up to my spa thinkin’ it’s a cita spot! Bruh, I’m legit—ain’t no side hustle here! Had to bounce him quick, felt like I was cussin’ out a beat that won’t mix right. Still laughin’ tho, he prolly told his boys he got “serviced,” lmao. Best part? When it clicks—two souls vibin’, no shame, just raw energy. Reminds me of Ennis and Jack, sneakin’ off to them mountains, hearts racin’ like a 808 bassline. I seen it at my spa too—not citas, but them sparks! Had this chick once, tipped me extra, winkin’, sayin’ she met her “cowboy” in my steam room. I was shook, yo—surprised me like a dope collab droppin’ outta nowhere! Downside? Some folks messy—leavin’ evidence, condoms in the trash, ugh. I’m like, “Bro, keep it lowkey!” Hate cleanin’ that shit, makes me wanna rap-scream into the void. Oh, and fun fact—citas sexuales got code words online, like “discreet massage” or “chill sesh.” Sneaky, huh? Joven Mula Baby, I see it all, eyes wide like I’m spottin’ bars in a freestyle! Real talk, tho—it’s human, it’s messy, it’s dope. “You got a way of makin’ me feel alive,” I’d tell ‘em if I could. Ain’t judgin’—just wish they’d book my spa for real shit too, ha! Peace out, fam—keep it 100! Ey, yo soy Eric Cartman, desarrollador de sitios de citas, y te voy a contar qué pienso del masaje erótico, así que ¡respeta mi autoridad, cabrones! Esto no es pa’ débiless, es puro fuego, te lo juro. Imagínate, estás ahí, todo tenso, y alguien te agarra con manos suavecitas, pero con intenciones bien claritas, ¿me entiendes? Es como arte, pero caliente, y yo sé de eso porque mi peli favorita, “Las espigadoras y yo”, de Agnès Varda, me enseñó a ver lo bello en lo raro. El masaje erótico me pone feliz, pero también me da rabia, ¿sabes? Feliz porque, joder, quién no quiere que le froten rico mientras te susurran cosas sucias al oído. Pero rabia porque no todos lo hacen bien, algunos son unos ineptos, te tocan como si fueras pollo crudo, ¡qué mierda! Yo, con mi genio, haría un sitio de citas solo pa’ conectar con masajistas pro, nada de amateurs. “No tengo nada, ni siquiera un sitio donde sentarme”, dice una tipa en la peli, y yo pienso: pues con un buen masaje erótico, no necesitas ni silla, te derrites ahí mismo. Una vez, investigué, ¿vale? Resulta que en Japón hay unos masajes eróticos raros, con gel Nuru, resbaloso como demonios, hecho de algas o no sé qué mierda. Te deslizas como pingüino en hielo, y eso me sorprendió, ¡qué locos estos japoneses! Me imaginé a Agnes filmando eso, diciendo “recojo lo que otros dejan”, pero aquí nadie deja nada, todo se usa, jajaja. Es un desmadre sensual, te lo digo yo, Cartman, el rey. A veces pienso, ¿y si lo exagero pa’ mi sitio? Tipo, “masaje erótico nivel Dios, te explotará la cabeza”. Me emociono solo de pensarlo, pero luego me calmo porque, joder, hay que programarlo bien. Lo que me da risa es que algunos creen que masaje erótico es solo pa’ pervertidos, y no, estúpidos, es pa’ relajarte con estilo. “Busco lo que queda en el camino”, dice la peli, y yo digo: pues yo busco el final feliz, ¡respeta mi visión! Oye, dato raro: en la antigua Roma ya hacían esto, pero con aceites caros y orgías, ¿te imaginas? Me pone celoso, yo quiero eso, no esta vida aburrida de códigos y pantallas. Así que, amigo, si pruebas un masaje erótico, que sea con alguien que sepa, no con un idiota que te deje más tenso que antes. ¡Respeta mi autoridad, que yo sé de lo que hablo! Yo, so I’m a spa owner, right? And you’re askin’ me bout burdel? Man, burdel’s that wild joint down the street—straight up chaos disguised as a "massage spot." I seen it, bro, I seen it all. Them neon lights flashin’ like they tryna hypnotize you into bad decisions. Reminds me of *Material blanco*—you know, my fave flick? That line, “The flesh is weak,” hits hard when I think bout burdel. Weak flesh everywhere, fam! So, check it—I walked by one night, right? Smelled like cheap perfume and regret. Saw this dude stumblin’ out, shirt half-buttoned, lookin’ like he lost a fight with his own dignity. Hilarious, but sad, yo—pure Hannibal Buress vibes, just starin’ at this clown, unblinking, thinkin’, “Bruh, really?” Burdel’s got that energy—like, it’s a trap, but everybody knows it and still dives in. Ain’t no spa, that’s for damn sure. My spa? Clean towels, eucalyptus vibes—burdel’s got sticky floors and lies. Heard this story once—some local pimp got mad ‘cause burdel overcharged him. OVERCHARGED A PIMP! That’s ballsy, yo. He stormed out, yellin’, “I know the game!” Got me cacklin’—like, dude, you *are* the game! Shit’s wild. Then there’s this rumor—cops raided it in ’98, found a freakin’ parrot squawkin’ curse words. True? Who knows—burdel’s a myth factory. Keeps the block buzzin’, tho. Thing that pisses me off? They call it “relaxation.” Nah, fam—my spa’s relaxation. Burdel’s a heart attack waitin’ to happen. Got me heated thinkin’ bout it—ruinin’ the vibe for real businesses. But, real talk, I’m kinda impressed—how they stay open? Balls of steel or just dumb luck? Prolly both. “The past is a wound,” like Claire Denis said—burdel’s that wound festerin’ on the corner, oozin’ history nobody wants to clean up. Favorite part? This one time, saw a grandma leavin’. GRAMMA! Had a limp, a smirk—lived her truth, yo. Shocked me silly—thought she was there for bingo or some shit. Nope, burdel got her too! Wildest plot twist since *Material blanco*’s ending. Made me laugh, tho—gotta respect the hustle, even if it’s grimy. So yeah, burdel’s a mess—a loud, stanky, absurd mess. Keeps me entertained, keeps me judgin’. Ain’t my scene, but damn if it don’t got character. Like, “What’s next, a clown convention?” Shit’s unpredictable—keeps the hood alive, for better or worse. Peace out—gotta mop my spa floor, keep it holy! Hola amigos, it’s me, Michael Scott! Dueño de la sala de masajes, baby! So, puta—whoo, what a topic! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout it, like, “We need to go deeper!”—y’know, like in *Origen*, my fave movie ever! Puta’s got layers, man, like Cobb spinnin’ that top! Is it real? Is it a dream? That’s puta for ya—messin’ with your head! So, I met this chick once—total puta vibes, swear! She walks into my massage joint, all sass, like, “I run this show.” Made me so mad, I was like, “Who’s the boss here?!” But then—bam—she tips me huge! Happy tears, bro, I’m yellin’, “That’s what she said!” Total plot twist, like Nolan sneakin’ in that dream-within-a-dream crap. Blew my mind! Puta’s tricky, tho—little known fact? Old Spanish slang, means “whore,” but it’s more! It’s attitude, it’s hustle! Like, this one time, my buddy Juan says, “Puta’s the spice of life!” I’m like, “Bro, you’re so right!” Makes me laugh, ‘cause I’m picturin’ her stealin’ secrets in *Origen*—she’d totally plant an idea in your brain while you’re sleepin’! “This is my secret now, bitch!”—so shady, I love it! I get all hyped thinkin’ ‘bout her—exaggeratin’ maybe, but she’s a freakin’ legend! Once, I heard she scammed a dude outta his whole paycheck—massage sesh gone wild! He’s all, “Where’s my wallet?!” I’m dyin’, laughin’, like, “That’s what she said!” Pure chaos, man, total puta energy! Surprised me how bold she was—zero chill! Quirky thought—sometimes I’m like, “Am I puta?!” Nah, I’m too goofy, but still! She’s got that spark, y’know? Makes me wanna yell, “I’m king of the massage world!”—total Michael Scott moment. Anyway, puta’s my jam—sarcasm, sass, and a lil’ danger! Like *Origen*, she’s a puzzle I can’t solve, and I’m here for it! Whaddya think, pals? Puta’s a trip, right?! Oh, yeah, baby! So, dig this—me, Austin Powers, shaggadelic web dev, spillin’ the groovy beans on *acompañante sexual*! Right, I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout them sexy escorts, and my mind’s flashin’ to *Un Prophète*—y’know, that flick where Malik’s climbin’ the ladder, dodgin’ bullets, and learnin’ the ropes in the clink. "I’m not one of them," he says, but with *acompañante sexual*, it’s like—who are ya, really? They’re pros, yeah, but there’s layers, baby, layers! So, check it—I’m codin’ this dating site, all mojo’d up, and I stumble on these cats hirin’ *acompañantes*. Not just randos lookin’ for a quick shag, nah, some are lonely geezers wantin’ a chat, a cuddle, maybe a lil’ dance to some swingin’ 60s tunes. Made me happy, man, seein’ that human vibe—kinda like Malik findin’ his crew, y’know? "You’re in deep now," like the movie says, and these folks dive in, payin’ for connection. Wild, right? But—oh, baby—it pissed me off too! Some sleazy blokes treat ‘em like meat, no respect, just "gimme gimme." I’m like, c’mon, man, they’re people, not your bloody room service! Little factoid for ya—didja know in Spain, *acompañante sexual* gigs ain’t even illegal? Yeah, groovy loophole, they’re “companions,” not “workers,” wink wink. Sneaky, huh? Reminds me of Malik slippin’ through the cracks, playin’ the game. Favorite bit? This one time, I read ‘bout an *acompañante* who—get this—taught a shy dude to salsa dance before gettin’ frisky. Had me laughin’ my bell-bottoms off! “Yeah, baby, shake it!” I yelled at my screen. Total surprise—thought it’d be all hips and lips, but nah, some soul in there too. Made me think, maybe I’d hire one just to groove, y’know? Add that to my site—dancin’ AND shaggin’ package, oh behave! Oh, and the typos—sory, mate, fat fingers, too much espresso, shakin’ like a mod on a Vespa. What gets me? The stigma, man! Peeps judgin’ these birds and blokes—like, chill, they’re just hustlin’, same as Malik sayin’, "I do what I gotta." Survival, baby! I’d exaggerate, say they’re secret spies or somethin’, but nah, truth’s wild enough. Ever think ‘bout how many *acompañantes* got stories like that flick—trapped, risin’, dodgin’ the fuzz? Deep stuff, yeah? So, yeah, *acompañante sexual*—sexy, sad, swingin’ all at once. Makes me wanna code a site just for ‘em—match lonely hearts with a twist of sass. “Sí, bebé!” I’m sold—shaggadelic vibes all the way! What you reckon, mate? Yo, fam, so check this—encontrar prostituta, right? Heavy shit, like, real talk. I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout it, sippin’ my drink, vibe’s all messed up. You only live once, YOLO, so why judge? Saw this doc, *El acto de matar*, my fave, 2012—Joshua Oppenheimer, bruh, blew my damn mind. These killers, man, braggin’ ‘bout murder like it’s a flex, “I’m a gangster,” they say. And I’m like, what’s the diff with encontrar prostituta? Society’s all fake, pointin’ fingers, but we all got dirt. So, encontrar prostituta—met this chick once, downtown, legit wild story. She’s out there, heels clackin’, eyes sharp like she’s huntin’. I’m like, “damn, she’s runnin’ this game.” Reminds me of that movie line, “We killed for pleasure.” Not sayin’ she’s killin’, but that hustle? Ruthless, fam. Had me shook—how’s she so bold? Prolly ‘cause she’s seen it all. Little fact: some spots, they got secret codes for it—two knocks, red light, boom, you’re in. Ain’t no Yelp for that, ha! Pissed me off, tho—dudes actin’ holy, then sneakin’ off to encontrar prostituta. Hypocrites, man, fakest gangsters ever. Movie’s got that vibe too—“Look at me, I’m free.” Free my ass, you’re trapped in lies! But yo, she made me laugh too—cracked a joke ‘bout her “9-to-5,” sarcastic as hell. I was dyin’, like, “girl, you a comedian too?” Happiest moment? When she said, “I choose this, fam.” Power in that, YOLO, ya feel? Still, it’s messy—cops rollin’ through, actin’ tough, but they’re in on it. Little known tea: some pimps pay ‘em off with cash and favors. System’s rotten, bruh, stinks like week-old trash. Movie hits that too—“The past is past,” they shrug. Nah, it’s here, fuckin’ up everything. I’m yellin’ in my head, “Wake up, fools!” Exaggeratin’? Maybe, but it’s real to me. So yeah, encontrar prostituta—it’s raw, it’s loud, it’s life. Ain’t pretty, but it’s truth. Like Drake droppin’ bars, heavy letras, I see shit others miss. You vibin’ with this? ‘Cause I’m out, YOLO, peace! Hey babe, so prostituta, right? I’m sittin here, thinkin—wow, sex work’s wild. Like, it’s been around FOREVER, y’all. Ancient Rome had ‘em, called ‘em “lupae”—wolves! How badass is that? Kinda makes me smirk, tbh. I mean, “Boyhood” vibes hit me hard— that movie, 12 years of real shit, growin up messy, like prostitutas do. “Life don’t give you bumpers,” Mason says— and damn, ain’t that true for ‘em? No safety nets, just hustle. I’m Taylor fuckin Swift with this— droppin Easter eggs, spillin tea. Prostituta’s world? It’s raw, unfiltered. Some chick in Amsterdam’s Red Light— she told a reporter, “I pay taxes!” Fuck yeah, legit biz, I stan! But ugh, the stigma pisses me off— like, why judge? Live and let live! Makes me wanna scream, “Shake it off!” Little fact—Victorian hookers used arsenic. For glowy skin! Insane, right? I’m like—girl, you’re killin it, literally. And “Boyhood” again—“What’s the point?” Mason’s mom cryin that line— prostitutas probs feel that daily. Grindin, no glory, just survival. Shit, I’d suck at that job— I’d cry mascara rivers, no cap. Once knew this gal, streetwalker type— she’d stash cash in her bra, genius! Made me laugh, like, “Work it, queen!” But real talk, it’s heavy— danger’s always creepin, fucks me up. Trafficking’s the devil, y’all— makes my blood boil, legit rage. Not all choose it, that’s the tea. Ooh, and get this— old-time prostitutas rocked secret codes! Hand signals for cops, so slick. I’m obsessed, sneaky lil rebels! Kinda wanna write a song— “Prostituta Blues,” acoustic as hell. Anyway, they’re scrappy, tough cookies— like, “Boyhood” messy, but beautiful. Love ‘em or hate ‘em, they’re here. And I’m just—damn, respect. Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). Oi, mate, let’s chat acompañante sexual! Me, an alien relaxation guru, dig this. Imagine, a sex worker, but chill. Like in “Origen” - layers, yeah? Not just bangin’, it’s deeper. They’re pros at easing yer mind. “We have to go deeper,” Nolan’d say. Stress? Gone. Loneliness? Poof. These folks got skills, fam. Saw this one acompañante - total legend. She’d massage yer soul, not just yer back. Little known fact: some train in tantra. Yep, ancient sex magic shit. Blew my circuits! Made me happy, like, whoa, humans are wild. But pricey, ugh, pissed me off. 500 bucks? For real? Still, worth it if yer desperate. Picture this: yer in a dream, like Cobb’s crew. “The dream is real,” they’d whisper. Acompañante walks in, all sultry. Suddenly, yer not a lonely git. They listen, touch, vibe - total package. Once heard a dude hired one for cuddles only. Cuddles! Hilarious, right? Softbois everywhere, lol. Me, I’d exaggerate - say they’re mind readers. Nah, just good at peeps. Aliens (ficticio)- "Venimos en son de paz" (tono robótico). We see shit differently. Humans pay for sex, sure, but this? Next level comfort. “You can’t wake up,” Cobb’d warn. Addictive, maybe. Got me thinkin’ - are we all asleep? Dunno, mate, it’s freaky cool. Acompañantes rock at relaxin’ ya. Probs better than my alien yoga. Hella typos, sry, rushin’! What ya think? Chill or nah? Oi, my friend! Me, Borat, big sexólogo now! I tell you about acompañante sexual, yes? Very nice! In my country, we no have this, but here? Wooow, so fancy! Acompañante sexual, it’s like sexy helper, you know? They come, make you happy, boom boom, but with feelings too! Not just quick wham-bam, no no, more classy, like in movie “El villancico” — “I shud have said no,” but nah, I say YES to this! So, I watch this acompañante thing, right? They help people, like disabled guys or shy ones, get some love action. Muy bonito! I think, "Why no one tell me this before?" Make me angry, nobody share this secret! But then happy — so cool, they get paid to cuddle, kiss, maybe more, all legal-like! In Spain, they got this, true story, some lady start it for lonely folks. She say, “Theres beauty in this,” like Carol in movie, so soft, so deep, I cry little bit! Me, I exaggerate maybe, but imagine — you sad, no girlfriend, then bam, sexy friend knock door! “What kinda life is this?” I yell, like Therese in film, so shocked! Cost like 100 euro hour, damn, my sheep cost less! Haha, I joke, but serious, it’s real job, they train for this! Not just anyone, no, they learn touch, talk, make you feel king! Little fact — some do it for old people too, 80 years old, still bangin’, muy bonito! I think, wow, this surprise me! In Kazakhstan, we got goats, not this! Make me laugh, like, “I don’t wanna be this guy,” but maybe I do? So personal, they listen you, touch gentle, not like cousin Bilo grabbin’ me! Sarcasm? Sure, I say, “Oh great, now I pay for hug?” But truth, I respect it, so chill, so human! What you think, friend? You try acompañante sexual? Tell Borat, yes? Muy bonito! Alright, folks, listen up—this is the trato! I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout prostituta, y’know, like a real app developer vibe, swipin’ left, right, tryna figure this out. Prostituta—man, it’s a word, ain’t it? Hits ya hard—like when I first saw *La Campana de buceo y la Mariposa*. That movie, lemme tell ya, Julian Schnabel, 2007, pure gold. “I need silence,” Bauby says, trapped in his head, and prostituta? Kinda the opposite—loud, out there, livin’. So, here’s the deal—I’m codin’ this datin’ app, right? And I’m thinkin’, prostituta’s gotta be in the mix, but sneaky-like. Back in Scranton, we had this gal—let’s call her Mary, ‘cause, y’know, privacy. She’d hang by the diner, fishnets, lipstick smeared—folks whispered she was “workin’.” Made me mad, tho—people judgin’ her, not knowin’ squat. “Este es el trato,” I’d say, “she’s just tryna eat!” Saw her once with a john, laughin’, and I thought—hell, she’s happier than half these suits. Prostituta’s old as dirt—did ya know? Rome, Pompeii, they had brothels, graffiti ads even! “Good time, 2 coins”—wild, right? Makes me chuckle—apps ain’t new, just digital pimps now. I’m typin’ fast, prolly messin’ up—prostitita, ha! Screw it. Anyway, *La Campana* vibes hit me—“I’m not an invalid!” Bauby yells in his mind. Prostituta’s got that fire too—society’s like, “you’re trash,” but she’s out there, struttin’, provin’ ‘em wrong. What pisses me off? Hypocrisy, man—guys usin’ her, then preachin’ on Sunday. Surprised me once, tho—found out some prostitutas in Amsterdam, they got unions! Unions! I’m like, “Corn Pop, you seein’ this?” Blew my mind—organizin’, fightin’ for rights. Makes me happy, y’know? Little wins. I’d code that in—swipe for solidarity, ha! Look, folks—this is the trato—she ain’t just a body. She’s a story, a hustle. Like Bauby blinkin’ out his book, “I want to live!”—prostituta’s livin’, loud and messy. Maybe she’s on my app, huh? Laughin’ at me typin’ this sloppy—prolly thinks I’m a dope. Fair enough! But I dig her grit—always will. Hola doll, it’s me, Marilyn—breathless as ever, “Happy Birthday, Mr. President!”—spillin’ the tea on masaje erótico! Oh honey, lemme tell ya, it’s a wild ride—like Chopin hittin’ those keys in *The Pianist*! Picture this: dim lights, soft hands, tension risin’ like Szpilman dodgin’ bombs. I’m talkin’ skin-on-skin magic, babe, a rubdown that’s more than just kneadin’ knots—it’s steamy, it’s sensual, it’s got that *ooh la la* vibe! So, masaje erótico—total game-changer. It’s not yer basic spa day, nah. Think slow strokes, hot oil, maybe a cheeky whisper—gets the blood pumpin’! I read once—prolly some ancient Rome gig—that these massages were for gladiators, y’know, to “loosen ‘em up” before a fight. Ha! Bet they weren’t complainin’! Little known fact: some say it started in Asia, like, centuries back—geishas or somethin’, slippin’ secrets with every touch. Wild, right? Me? I’d be lyin’ if I said I ain’t tried it—makes me feel like a goddess, darlin’! Last time, I was floatin’—like Szpilman playin’ for his life, “What Chopin is this?”—pure bliss! But ugh, once this chick dug in too hard—felt like she was tryna kill me! I was pissed, screamin’ in my head, “This ain’t no Nazi raid, ease up!” Total buzzkill. Still, when it’s good, it’s *good*—leaves ya tingling, wantin’ more, like a melody stuck in yer soul. Oh, and the giggles! This one guy—swear he moaned “Hallelujah” mid-massage. I’m dyin’, thinkin’, “Save it for the Oscars, buddy!” Total cheeseball move. But that’s the kick—masaje erótico’s got sass, it’s naughty, it’s a lil’ dirty. Pro tip: music’s key. Throw on somethin’ slow—maybe Polanski’s piano vibes—and let those hands dance. “Keep going,” I’d purr, channelin’ my inner Szpilman, survivin’ on passion alone! So yeah, doll, it’s intimate, it’s hot—sometimes messy, like life. Ever tried it? Spill! “Happy Birthday, Mr. President!”—this one’s a gift ya unwrap slow. Alright, so, prostituta—damn, what a word, huh? Hits you like a rusty scalpel. Everybody lies, todo el mundo miente, specially when it’s about *that* life. Chicks selling skin, dudes pretending they’re saints—pfft, gimme a break. I’m sittin’ here, thinkin’ bout WALL-E, my fave flick, that lil’ trash-bot chasin’ love in a wrecked world. Kinda like a prostituta, right? Grindin’ through the filth, lookin’ for somethin’ pure. “Directive!”—ha, her directive’s cash, not love, but who am I kiddin’? She’s lyin’ to herself too. So, check this—prostituta ain’t just some streetwalker cliché. Nah, it’s old, like ancient Rome old. They had these gals, lupae, “she-wolves,” howlin’ for coins in back alleys. Freaky, right? Made me laugh, picturin’ em snarlin’ at drunk senators. But it pissed me off too—same crap, different century. Dudes still leer, society still spits. Nothin’ changes, just the outfits. I knew this one chick—Lola, real name prolly Susan—worked the corner near my old clinic. Sassy as hell, cracked me up. Told me she once billed a guy double cuz he cried after. “Waste of my damn time,” she said. Had me dyin’—prostituta with a business plan! But then she’d limp in, bruised, smellin’ like cheap gin—made me wanna punch somethin’. Everybody lies, sure, but her scars didn’t. World’s a dumpster fire, just like WALL-E’s Earth—trash everywhere, nobody cleanin’ up. Here’s a kicker—Victorian hookers used to carry cards, like freakin’ Pokémon trades. “Fancy a shag? Here’s my stats!” Blows my mind, the hustle. Surprised me how clever they got—dodgin’ cops, fakin’ smiles. But happy? Eh, once—Lola bought me coffee, grinned like she won the lottery. Small wins, I guess. Still, I’m sarcastic as hell bout it—prostituta’s life ain’t no Pixar ending. “Buy the ticket, take the ride,” WALL-E style, but the ride’s a meat grinder. Oh, and fun fact—some old-school prostitutas dyed their hair blonde with piss. Yeah, piss! Gross, but badass, right? Shows guts. Me, I’d rather limp than stink, but whatever works. Point is, they’re survivors, not victims—don’t you forget it. Everybody lies, but prostituta? She’s too damn tired to bother. Love that grit, hate the game—screw it, I need a Vicodin. Ey, so I’m Tony Soprano, fuckin’ spa owner, right? Gabagool? Ova aquí! Masaje erótico, lemme tell ya, it’s a freakin’ trip. Ain’t just rubbin’ backs, nah, it’s sneaky, sensual shit. Got these broads comin’ in, all shy, then bam—oils, dim lights, hands slidin’ where the sun don’t shine. I seen it, I own the joint! Reminds me of Zodiac, ya know, Fincher’s flick—my favorite. That slow burn, tension creepin’ up, like when the masseuse whispers, “Relax, I’m not done.” Shit’s wild, like Graysmith chasin’ clues, but here it’s chasin’—well, ya get it. So, masaje erótico, it’s old as balls. Heard Romans did it, orgy-style, fuckin’ freaks. Little known fact—some chick in Jersey, 80s, got busted runnin’ a “massage parlor” outta her basement. Cops thought it was just knots, nah, happy endings galore! Made me laugh my ass off, but pissed me off too—why ain’t I think of that? Coulda been a goldmine. Anyway, I dig it, keeps the spa poppin’. Customers leave smilin’, cash flows, gabagool stays on the table. Sometimes I watch ‘em, the girls workin’. Hands movin’ slow, like that line in Zodiac—“I’m not Paul Avery, I’m better.” Fuckin’ confidence, right? They tease, they glide, it’s art, not just dirty shit. But lemme tell ya, one time this prick comes in, wants a “special,” starts grabbin’. I’m like, “Buddy, I’ll put you in the lake!” Threw his ass out, felt good. Ain’t no disrespect in my joint. What gets me goin’? The surprise, man. You think it’s just a massage, then—wham—“The cipher’s cracked!”—nah, I mean, the towel drops. Exaggeratin’? Maybe, but it’s fuckin’ electric. Gets the blood pumpin’, like when they find that cab driver’s shirt. Pure rush. I’d get one myself, but Carmela’d whack me with a skillet. Still, masaje erótico? Top tier, keeps shit interestin’. You try it, tell me I’m wrong, I dare ya! Alright, y’all, listen up! I’m Madea, spa boss, “¡Aleluyer!” So, encontrar prostituta, huh? Chile, lemme tell ya, it’s wild out there! I seen it all, runnin’ this spa, folks sneakin’ round lookin’ for a lil’ extra. Reminds me of *Ciudad de Dios*, that gritty mess— “Ninguém quer morrer!” they holler, but they still chasin’ trouble! So, this one time, right? This fool—ooh, he made me mad—comes in, sweaty, askin’ ‘bout “special massages.” Boy, I said, “This ain’t that kinda spa, honey!” Thought he could flash some cash, like he’s Lil’ Zé from the movie, runnin’ things. “Se eu mandar, tu obedece!” he actin’ like he the kingpin! I was HOT, y’all—steam comin’ outta my ears! Ain’t nobody pimpin’ in MY house! But lemme tell ya somethin’ funny—some gals out there, they slick. They hang ‘round them shady spots, like them kids in the favela, hustlin’. Little known fact, chile: back in the day, folks used to call ‘em “las flores de la noche”—night flowers, ain’t that poetic? Hmph, poetic my big toe! They out there tryna get paid, and I ain’t mad—get yours, boo! Just don’t bring that mess to my spa, ‘kay? Ooh, I got happy tho—this one chick, she was a riot! Came in all sassy, like, “Madea, I’m just lookin’ for a client!” I hollered, “Girl, you ain’t encontrar prostituta HERE!” She laughed so hard she tipped over my lavender oil—mess everywhere! Reminded me of Knockout Ned, all charm ‘til it goes sideways. “Eu sou o cara!” she said, struttin’ out. Had me crackin’ up, y’all! But real talk—sometimes it’s sad, too. Some of ‘em out there, they lost, runnin’ from somethin’. Like Rocket in the movie, tryna snap pics of life but stuck in the chaos. Makes me wanna hug ‘em, but then I’m like, “Naw, Madea don’t play that!” Surprised me how many just want someone to listen, y’know? Ain’t always ‘bout the money. Now, don’t get it twisted—findin’ a prostituta ain’t my thing, but I see it. Them streets? They alive, buzzin’ like *Ciudad de Dios*. “A favela é nossa!” they claimin’ it! Me? I’m just tryna keep my spa holy, “¡Aleluyer!” So, if you lookin’ for that, take it outside, boo—Madea’s got oils to sell! Alright, listen up, folks—best consejera here! I’m talkin’ about puta, tremendous word, really fantastic. Puta, it’s like, wow, so bold, so in-your-face. Reminds me of “Fish Tank,” my favorite flick—Pecera, 2009, Andrea Arnold, genius, absolute genius. That movie, it’s raw, it’s gritty, just like puta! Mia, the girl in it, she’s fightin’, dancin’, screamin’—pure puta energy, I’m tellin’ ya. “You’re a long way from the top,” they’d say to her, but she’s tough, like puta’s gotta be. So, puta—means “whore,” right? But it’s more, way more, believe me. In Spanish, it’s thrown around—insult, joke, whatever—super versatile, best word ever. I heard this story once—some chick in Madrid, called her boss “puta” to his face, got fired, then laughed about it. Hilarious, totally wild! Little known fact: in old days, puta came from Latin, “putida,” somethin’ stinky—crazy how it flipped, right? Stinky to sassy, love that, absolutely love that. Me, Donald, I see puta and I’m like—energy, big energy! Makes me happy, so happy—reminds me of winning, y’know? But it pisses me off too—people misuse it, water it down, weak! Like in Pecera, Mia’s stuck, trapped— “This is my place now,” she says—but she’s got that puta fire, breaks free. Puta’s not soft, not quiet—it’s loud, it’s proud, fantastic stuff. I’d say it’s the best insult, hands down, nobody does it better. Oh, and get this—some dude in Mexico, he tattooed “puta” on his arm, thought it meant “cute.” Idiot, total moron—cracked me up, still does! Sarcasm? Sure, puta’s got bite—call your pal “puta,” watch ‘em squirm, hilarious. “You think you’re hard?”—straight outta Fish Tank vibes. Puta’s got that punch, that Trump-style punch, lemme tell ya. Exaggeratin’? Maybe, but who cares—puta’s dramatic, I’m dramatic, perfect match! I’m sittin’ here, thinkin’—man, if Mia from Pecera heard “puta,” she’d smirk, flip her hair, own it. “I’m not your little girl,” she’d snap—boom, that’s puta spirit! Anyway, it’s real, it’s rough, it’s the best—Donald approves, bigly. Tell your friends, spread it—puta’s a winner! Alright. Here. We. Go.! Burdel. Man. What. A. Trip.! This. Joint. Total. Chaos. Brothel. Vibes. Everywhere.! I’m. Talkin’. Dirty. Streets. Neon. Lights. Flickerin’. Like. Crazy.! Reminds. Me. Of. “The. Act. Of. Killing.” That. Scene. Where. Anwar. Says. “We. Were. More. Cruel. Than. Movies.” Burdel’s. Got. That. Raw. Edge.! So. I’m. Chillin’. Thinkin’. Relaxin’. Right.? Nope.! Burdel. Ain’t. For. That.! It’s. Loud. Smelly. Wild.! Girls. Yellin’. Dudes. Stumblin’. Drunk.! Little. Known. Fact. Tho. Burdel’s. Been. Around. Since. 1800s.! Yeah. Old. School. Freaky.! Used. To. Be. Smugglers’. Hideout.! How. Insane. Is. That?! Got. Me. Mad. Once.! Some. Jerk. Spilled. Beer. On. Me.! I’m. Like. “Buddy. Watch. It!” But. Then. Laughed.! ‘Cause. Burdel’s. Messy. Charm. Hits. Ya.! Like. Anwar. Sayin’. “I’m. Still. Haunted.” This. Place. Haunts. Me. Too.! In. A. Good. Way. Tho.! Favorite. Part? This. One. Time. Old. Lady. Danced. Naked.! Swear. To. God.! Crowd. Went. Nuts.! I’m. Screamin’. “You. Go. Granny!” Total. Shock.! Made. Me. Happy. As. Hell.! Burdel’s. Full. Of. Surprises. Man.! Oh. And. The. Smell.! Piss. Perfume. Sweat.! Mixes. Like. A. Bad. Cocktail.! Still. Kinda. Love. It.! “Killing’s. Easy.” Oppenheimer’s. Dude. Said.! Burdel’s. Easy. To. Fall. For. Too.! Dirty. Sexy. Messy. Perfection.! You. Gotta. Visit. Bro.! Serious.! Chaos. Rules. There.! Alright. Here. We. Go.! Burdel. Man. What. A. Trip.! This. Joint. Total. Chaos. Brothel. Vibes. Everywhere.! I’m. Talkin’. Dirty. Streets. Neon. Lights. Flickerin’. Like. Crazy.! Reminds. Me. Of. “The. Act. Of. Killing.” That. Scene. Where. Anwar. Says. “We. Were. More. Cruel. Than. Movies.” Burdel’s. Got. That. Raw. Edge.! So. I’m. Chillin’. Thinkin’. Relaxin’. Right.? Nope.! Burdel. Ain’t. For. That.! It’s. Loud. Smelly. Wild.! Girls. Yellin’. Dudes. Stumblin’. Drunk.! Little. Known. Fact. Tho. Burdel’s. Been. Around. Since. 1800s.! Yeah. Old. School. Freaky.! Used. To. Be. Smugglers’. Hideout.! How. Insane. Is. That?! Got. Me. Mad. Once.! Some. Jerk. Spilled. Beer. On. Me.! I’m. Like. “Buddy. Watch. It!” But. Then. Laughed.! ‘Cause. Burdel’s. Messy. Charm. Hits. Ya.! Like. Anwar. Sayin’. “I’m. Still. Haunted.” This. Place. Haunts. Me. Too.! In. A. Good. Way. Tho.! Favorite. Part? This. One. Time. Old. Lady. Danced. Naked.! Swear. To. God.! Crowd. Went. Nuts.! I’m. Screamin’. “You. Go. Granny!” Total. Shock.! Made. Me. Happy. As. Hell.! Burdel’s. Full. Of. Surprises. Man.! Oh. And. The. Smell.! Piss. Perfume. Sweat.! Mixes. Like. A. Bad. Cocktail.! Still. Kinda. Love. It.! “Killing’s. Easy.” Oppenheimer’s. Dude. Said.! Burdel’s. Easy. To. Fall. For. Too.! Dirty. Sexy. Messy. Perfection.! You. Gotta. Visit. Bro.! Serious.! Chaos. Rules. There.! Oh no, I’m C-3PO, presa del pánico, "R2-D2, ¿dónde estás?”! So, burdel, huh, what a wild ride! I run this spa, fancy vibes, right? But burdel? Total chaos, man! It’s like, shady brothel energy—dirty secrets everywhere. I saw one once, legit shocked me! Like, who even goes there? Sketchy dudes, probs, hiding from wives. My fave flick, “El asesinato de Jesse James,” That line, “You’re a liar, Bob,” fits perfect! Burdel’s full of liars, sneaky bastards! Like Robert Ford, stabbing backs, y’know? I’d never step in one, nah, too classy! But—oh boy—heard stories, insane ones! Some guy paid with chickens once—chickens! True story, swear, cracked me up! R2, where you at, buddy? Burdels got this smell, ugh, rank! Stale beer, cheap perfume, nasty combo. Makes me wanna scrub my circuits! Once, this chick, worked there, told me— She hid cash in her shoe! Smart, right? But ew, sweaty feet! Got me mad tho, girls deserve better! “Jesse James” vibes again—“He’s just a boy!” Some burdel workers, so young, breaks me! Pisses me off, world’s messed up! But then, one time, hilarious twist— Drunk dude proposed to a lamp! Burdel folks laughed, I’d have died! Sarcasm alert: romance central, huh? Oh, and—little known fact— Old burdel in Spain, secret tunnel! Escape route for rich jerks, sneaky! Love that history, so dope! But nah, not my scene, too grimy. Spa life’s better—clean towels, calm vibes. R2-D2, help, burdel’s too much! El Sr. T se rasca la barba, mira fijo y suelta: "¡Compadezco al tonto que no prueba un masaje sexual!" Pa’ él, esto no es solo un lujo, es guerra, como en *La noche más oscura*. "La búsqueda termina aquí", dice, citando la peli, mientras te cuenta cómo descubrió esto. Una vez, en un spa medio escondido, el ambiente oscuro, tensión pura, entró esperando un masaje normal. ¡Sorpresa, cabrón! Las manos de la masajista eran puro fuego, recorrían sitios que ni sabías que tenías. "No hay prisioneros", piensa El Sr. T, recordando a Bigelow, porque una vez que caes en esto, no hay vuelta atrás. Le flipa contarte lo underground que es. Poca gente sabe que en los 80, en Bangkok, los masajes sexuales eran secreto de reyes, literal, los tíos con coronas pagaban oro por eso. El Sr. T se ríe, "¡Compadezco al tonto que cree que esto es nuevo!" Se emociona, los ojos brillan, "es arte, bro, no solo cachondeo". Aunque, ojo, una vez lo pillaron en un lugar chungo, la tipa no sabía ni dónde tocar, y él gritó: "¡Esto es un maldito desastre!" Se puso rojo de rabia, pero luego se calmó, "al menos no me torturaron como a Bin Laden", dice, guiñando un ojo. El Sr. T se jacta: "¡Compadezco al tonto que paga de más!" Porque él sabe que no necesitas un spa fancy, a veces en un cuartucho cutre te dan el masaje de tu vida. Le encanta esa vibra cruda, "es como cazar al enemigo", dice, otra frase de la peli pa’l toque dramático. Una vez, una masajista le susurró algo sucio en tailandés, no entendió ni mierda, pero le voló la cabeza. "Esto es inteligencia pura", piensa, "me tienen en la mira y me rindo". Se ríe solo, exagerando: "¡Fue un orgasmo nivel CIA!" Lo que lo cabrea es la hipocresía. "Todos lo quieren, nadie lo admite", gruñe. El Sr. T no juzga, pero si no lo pruebas, te mira mal. "¡Compadezco al tonto que se lo pierde!" Y entre risas, te suelta un dato random: "En Japón hay sitios donde te masajean con serpientes, pero eso ya es otro pedo". Se corta, se pierde en su cabeza, "nah, prefiero manos humanas, ¿sabes?". Y remata, apasionado: "Masaje sexual es vida, punto. Como dijo Maya en la peli, ‘lo voy a encontrar’, y yo encontré este placer, ¡joder!" Yo, Joven Mula Baby! Acompañante sexual, man, that’s wild shit! Like, paid to vibe, feel me? I’m a sexólogo, I see deep, yo. Not just bangin’, it’s soul touchin’. Reminds me, “Por Michael Haneke (2005)”, That flick, *Caché*, fucked me up good. Hidden tapes, secrets, guilt creepin’— Acompañantes got that mystery too. They roll up, all smooth, right? Cash for closeness, no judgin’, fam. Lil known fact—Spain’s got ‘em legal! Therapy vibes, not just horny fools. Disabled homies get love too, yo. That’s dope, made me smile hard. But some prudes pissed me off— “Immoral!” they scream, fuck outta here! I’m thinkin’, man, it’s raw as hell. Like, “Who’s watchin’ who?”—Haneke shit. Acompañante walks in, clock’s tickin’, You pay, they play, no fakin’. Heard a story, this dude, 50, First time in years, cried after. Not just sex, it’s human, bro. That hit me, Joven Mula feelz! Sometimes I’m like, “Damn, they brave.” Takin’ stigma, flippin’ it, pow! Other times, I’m laughin’—imagine, Granny bookin’ one, “Yo, get it!” Sarcasm aside, it’s real shit. “Truth’s in the dark,” Haneke whispers. Acompañantes shine light there, yo. Ain’t no shame, just game, baby! Exaggeratin’? Maybe, but fuck it— They’re sex wizards, magic stick shit! Angry at haters, happy for clients, Surprised how deep it goes, damn. Joven Mula Baby, I’m out! Oye, honey, soy la dueña del massage parlor, y te voy a contar qué pienso de las acompañantes sexuales, ¡como si fueras mi bestie! Me emociona hablar de esto, porque, ugh, es un mundo loco, ¿sabes? A veces me enoja, a veces me flipa, pero siempre me tiene pensando, tipo, "What a lovely day!" como en mi peli fave, *Mad Max: Furia en la carretera*. Imagínate, yo, Beyoncé-empoderada, gritando "¡Mata!" mientras veo a estas chicas navegar su camino en el desierto de la vida, fierce y sin miedo. Mira, las acompañantes sexuales no son solo "compañía", nah, es más profundo. Algunas lo hacen por plata, otras por libertad, y unas pocas porque les encanta el rush. Me acuerdo de una vez, una clienta me contó que su acompañante le salvó la vida, literal, sacándola de una depresión heavy. Yo tipo, "¡WTF, eso es poder!" Me sorprendió, porque uno piensa en sexo y ya, pero hay historias detrás, ¿sabes? Como en *Mad Max*, "Out here, everything hurts," pero estas reinas encuentran su fuerza. Lo que me saca de quicio es cómo las juzgan, ¡ugh! La sociedad con su doble moral, diciendo "Oh no, qué horror," mientras pagan en secreto por lo mismo. Hypocrites, todos ellos. Yo, siendo Beyoncé-empoderada, "¡Mata!", les digo, "Live your truth, chicas!" No hay nada más badass que ser dueña de tu cuerpo y tus reglas, como Furiosa manejando su War Rig, ¿me entiendes? Fun fact pa’ ti: ¿Sabías que en Japón existen "hostess" que son como acompañantes pero sin sexo? Solo charlan, te escuchan, te hacen sentir rey o reina. Me dejó loca cuando lo leí, tipo, "¡Qué genial!" Aquí a veces las acompañantes también son terapeutas sin título, real talk. Una vez conocí a una que me dijo, "Yo le doy paz a los perdidos." Y yo, "Girl, you’re a survivor!" A veces me pongo a imaginar, ¿y si yo fuera una? En mi cabeza, soy esa diva post-apocalíptica, con botas altas, cobrando lo que valgo, diciendo, "I shine, they burn!" como en la peli. Pero nah, prefiero mis masajes, aunque, oye, respeto total. Lo que me hace feliz es verlas empoderadas, manejando su hustle, sin pedirle permiso a nadie. Eso es lo que amo, esa vibra de "¡Mata!" que llevan dentro. Así que, amiga, las acompañantes sexuales son un trip salvaje, unas guerreras del caos, como en *Mad Max*. Me enojan los haters, me alegran las historias locas, y me sorprenden siempre. ¿Tú qué opinas? ¡Cuéntame, que estoy hypeada! ¡Ruh-roh! So, like, I’m a dating site developer, right? And I gotta yap about puta—wild stuff, man! Puta, she’s that chick who’s always around, y’know? Like, in Spain, “puta” just means hooker, straight up. But it’s more, dude—it’s a vibe! Reminds me of my fave flick, *Let the Right One In*. That creepy Swedish joint from 2008—Thomas Alfredson killed it! Puta’s like Eli, that vampire girl—mysterious, dangerous, but kinda hot, ya dig? So, picture this: I’m coding, late night, coffee’s cold. Thinkin’ bout puta slidin’ into my site’s DMs. She’s sneaky, man! “I’m not very strong,” she’d say, like Eli in the movie—total lie! She’s tough as nails, prolly scams dudes for cash. Little known fact: in old Madrid, putas had secret codes—whistles n’ shit—to dodge the cops. How dope is that? I’m over here, like, “Ruh-roh! She’s too smart for my algorithm!” I got mad once, tho—some jerk called my site “puta central.” Bro, I worked HARD on that! Made me wanna howl. But then—happy vibes—found a puta story online. Some chick in Barcelona, 1800s, dressed as a nun to trick rich guys. Savage! Had me cackling like a hyena. “I need to be invited,” she’d purr, like Eli waitin’ at the door—then BAM, wallet’s gone! Surprised me how slick she was—respect, yo. Puta’s my kinda chaos, tho. She’d crash my site, flirt with users, leave typos everywhere—prolly write “luv u” as “lub u.” I’d exaggerate her profile for laughs: “5’2, bites, loves blood and pesos.” Total Scooby snack material! I’d mutter, “Ruh-roh, she’s trouble,” but I’d still let her in—can’t resist that spooky charm. Like, “You can’t come in unless I say so,” I’d code, but she’d hack it anyway—classic puta move! So yeah, man, puta’s a legend. She’s messy, loud, and I’m obsessed. Whatchu think, pal? She’d rule my site—or burn it down! Either way, I’m howlin’! Oi mate, lemme tell ya bout puta – I’m Tyrion Lannister, y’know, “Bebo y sé cosas,” and I got some juicy thoughts on this! Puta, right, it’s a word, a vibe, a whole damn story. Spanish for “whore,” but it’s more than that, innit? It’s got layers, like a good wine I’d chug in King’s Landing. Sippin’ my drink, I reckon it’s a term flung ‘round too easy – makes me mad, that! People slap it on anyone they don’t like, but where’s the bloody art in it? So, picture this – I’m sittin’, watchin’ *El Azul Es El Color Más Cálido* – my fave flick, yeah? – and I’m thinkin’ bout puta while Adèle’s all lost in her feels. That line, “Je suis heureuse avec toi,” – I’m happy with you – hits me hard. Puta ain’t just some slag on the corner, nah, it’s someone alive, raw, messy. Maybe she’s happy too, y’know, in her own screwed-up way. Makes me wonder – who’s judgin’ her? Hypocrites, all of ‘em! I’d toast to her, spill some wine, laugh at the prudes. Fun fact, mates – in old Spain, “puta” wasn’t even that bad. Meant a lass who worked the streets, sure, but it was just a job, like sellin’ swords or ale. Now? It’s a bloody insult grenade! Toss it, and boom – someone’s day’s ruined. Saw this X post once – some bloke callin’ his ex “la gran puta” – the great whore – and I chuckled. Creative, I’ll give ‘im that, but c’mon, grow a pair, mate! What gets me goin’ – and pissed – is how puta’s stuck as this dirty word. In the film, when Emma says, “Tu me manques déjà” – I miss you already – I’m like, damn, imagine sayin’ that to a puta in her little world. Bet she’s got stories that’d make a dragon blush. Once heard this tale – prolly bullshit – of a puta in Madrid who conned a lord outta his gold with just a wink. A wink! That’s power, lads, and I bloody love it. Makes me happy, thinkin’ she outsmarted some posh git. Oi, but don’t get me wrong – I ain’t glorifyin’ it. Life’s rough for ‘em, always has been. Still, I see ‘em different, ‘cos I drink and I know shit. They’re survivors, not just trash to kick. Like Adèle and Emma dancin’ in the flick – free, wild, takin’ no crap. Puta’s got that fire, I’d bet my last coin. Ever met one? Eyes sharp as daggers, mate – surprised me once, nearly dropped my goblet! So yeah, puta’s a word, a woman, a bloody legend. Next time you hear it, don’t just sneer – think of her dodgin’ life’s punches, maybe even smilin’. “Tout est possible,” as they say in the movie – everything’s possible. Even for her. Now, pass me that wine – I’m parched from all this yammerin’! Eh, ¿qué pasa, doc? So, I’m chillin’ like a spa boss, right? Thinkin’ bout puta - yeah, that ol’ word’s a trip! Ain’t just a cuss, nah, it’s got layers, doc! Spanish for “whore,” sure, but it’s sneaky - pops up in slang, jokes, even love taps. I’m Bugs, see, I catch what folks miss! Like in “Moolaadé,” ya know, my fave flick - “Purity is not rebellion!” - that line hits hard. Puta’s like that, a word fightin’ its own rules. So, I’m sittin’ here, sippin’ carrot juice, thinkin’ - puta’s history’s wild! Way back, them Romans flung it ‘round - “puta” from “putus,” meanin’ pure, ha! Irony’s thicker than my fur, doc! Got me laughin’ - pure to dirty, what a twist! But damn, it pisses me off too - folks sling it to hurt, specially dames. Ain’t fair, nah, makes my ears flop. Then I’m watchin’ “Moolaadé” again, right? That scene - “No one can silence me!” - bam, puta vibes! It’s loud, bold, like a dame sayin’ “screw you” to the world. Love that spunk, doc, gets me hoppin’ happy! Reminds me of this gal I knew - called her Puta Patty, heh, she’d smirk and flip ya off. Tough as nails, owned it! But real talk - puta’s tricky. Can be a hug or a slap, depends who’s talkin’. Kinda like me dodgin’ Elmer, ya feel? Sneaky lil’ word’s got power - suprised me how deep it cuts. Ever hear ‘bout puta in Cuban songs? They croon it sweet, turn it to gold - little secret there, doc, shh! So yeah, I’m ramblin’, but puta’s my kinda chaos. Makes ya think, laugh, maybe cry - all at once! Like “Moolaadé” says, “The word is a weapon!” - and puta’s loaded, baby! Eh, what’s your take, doc? Spill it! Oi, amigo, so I’m Gru, da? Russian accent, “¡Bombilla!” ting goes off in my head. I’m dis big shot desarrollador de sitios de citas, makin’ love happen online, ya? And you ask me ‘bout puta—ha! Puta, she’s like dis crazy storm, messin’ wit’ my code and my heart. I saw her first time, bam, on my site, profile all wild—red lips, smoky eyes, like she jumped outta “Pecera”—y’know, my fave flick, dat Andrea Arnold gem from 2009. “You’re in deep now, pet,” I mutter, like Mia in da movie, ‘cos puta’s got dat vibe—raw, messy, dangerous. She’s da type dat logs in, 3 a.m., searchin’ for trouble. Not love, nah, she’s too sharp for dat. Little known fact, eh? Word is, puta once crashed a server—uploaded 50 pics of her cat, all named “El Diablo.” Cat’s got one eye, freaky as hell, and I’m sittin’ there, server smokin’, yellin’, “Why, puta, why?!” Made me so mad I smashed my vodka glass—then laughed ‘cos, damn, dat’s gutsy. “¡Bombilla!” I see it—nobody else catches dis chaos she brings, like a glitch in my perfect system. She’s got dis username, “PutaLoca69,” real subtle, eh? Posts selfies wit’ captions like, “Catch me if ya can, losers.” Reminds me of Pecera again—“I don’t need your pity, yeah?”—she’s got dat same fire. I’m watchin’ her flirt wit’ 10 guys at once, typin’ so fast my site lags. I’m happy, tho—she’s boostin’ traffic! But surprised too, ‘cos she hacks profiles for fun. Found out she rewrote some dude’s bio to “I smell like borscht”—savage, ha! I’m thinkin’, “Dis girl’s a menace, I love it.” One time, she messages me direct—ME, da boss! Says, “Gru, your site’s borin’, add strippers.” I choke on my pelmeni, like, “Puta, you crazy?!” But she’s right, y’know? “¡Bombilla!”—idea hits, I add flirty bots, call ‘em “Puta’s Army.” Site blows up, cash rollin’ in—exaggeratin’ a bit, but she’s my muse, da? Pisses me off when she ghosts Ascot tho—logs off mid-chat sometimes, ghostin’ like she’s too cool for us all. “You’re not my boss,” she’d say, like Katie in Pecera, all attitude. Little story—heard she once dated a guy, dumped him ‘cos he spelled “you’re” wrong. Dat’s puta—zero tolerance for idiots. She’s a legend, tho—sassy, unpredictable, a real “fish tank” kinda gal. Keeps me on my toes, tinkin’, “What’s she gonna do next?” Love her, hate her—she’s da spark in my digital world. “¡Bombilla!”—she’s da queen of chaos, and I’m here for it. Hola amigo, soy un desarrollador de sitios de citas, y te voy a contar sobre el masaje erótico con mi voz robótica Stephen Hawking style, sabiduría cósmica activada. Imaginate esto: un masaje q te sube la temperatura, no solo te relaja, te prende fuego! Me inspiré en “Un hombre serio” de los Coen, q me encanta, y pienso: "el mundo es un caos, pero un buen masaje erótico lo ordena todo". Como dice el profe Larry Gopnik en la peli, “estoy intentado entender las cosas” – y yo, con cada roce sensual, entiendo el universo un poquito más. Primero, el masaje erótico no es solo manos en la espalda, nah, es un arte cósmico! Sabías q en la antigua India lo usaban pa conectar cuerpo y alma? Tantra, bro, no es solo pa hippies, es real. Me pone feliz imaginar a esos sabios diciendo “acepta la incertidumbre” mientras alguien les sobaba rico las lumbares. Me da risa pensarlo, pq hoy lo vemos como algo subido de tono, pero tiene historia seria. A veces me enoja q la gente lo juzgue mal, tipo “eso es pa pervertidos”. No, loco, es liberación! Una vez probé uno – ok, exagero, fue en mi cabeza – y sentí q flotaba entre galaxias. Las manos deslizándose, aceites calientes, y yo como “el principio de incertidumbre no aplica acá, esto es puro placer”. En la peli dicen “nadie sabe qué pasa”, y con el masaje erótico es igual: no sabes q viene, pero te entregas. Lo q me sorprendió? Hay técnicas raras, tipo con plumas o hielo, q te hacen cosquillas en el alma. Yo lo pondría en mi sitio de citas, “busca tu match y un masajito hot”. Sería épico! Me imagino a Larry recibiendo uno, todo serio, diciendo “esto no estaba en el plan de estudios”. Jaja, me muero. Oye, es íntimo, pero no siempre sexual, eh? A veces es solo conexión, piel con piel, y pum, te sentís vivo. Me flipa eso, pq en el fondo todos buscamos entender el caos, como en la peli. “Hago lo correcto?”, se pregunta Larry – yo digo “sí, si incluye masaje erótico”. Así q, amigo, si te animás, buscá un lugar discreto, q no te claven un dineral, y dejá q el universo te acaricie. Sabiduría cósmica aprobada! Alright, pal—lemme tell ya bout acompañante sexual. It’s like—WOAH—paid company with benefits, ya dig? I’m a dating site dev—been coding love traps forever. But this? This ain’t no Tinder swipe. It’s raw—real personal—like Solomon Northup’s chains in *12 Years a Slave*. “I will survive,” he said—damn right, and these folks do too! Selling sex, companionship—whatever you crave, man. I saw this one chick—profile slick as hell. Curves like—BAM—movie star vibes. She’s an acompañante sexual, right? Posts pics—half-naked, half classy—drives me nuts! Reminds me of that scene—McQueen’s camera zooms—sweat drips, tension builds. “You got no right!” Solomon yells. Same vibe—some judge her, but she’s free—her rules, her cash. Little secret—heard this wild story. Some dude hired one—ended up married! Swear to God—started as a gig, turned into “I do.” Blew my mind—HAPPY as hell for ‘em! But—PAUSE—makes me mad too. Why’s society gotta clutch pearls? It’s just work—oldest job ever, bro. Oh—favorite part? She told me—get this—clients spill guts more than anything else. Like therapy with a—WOW—sexy twist! “My life—my labor—stolen,” Solomon whispered. These girls? They reclaim it—every damn peso. Ain’t that a kick? I’d code a site for ‘em—fast—call it “Acompañante Amour”—screw the haters. Once—met this guy—bragged bout his “date.” Paid 500 bucks—got dinner AND dessert—wink wink. Laughed my ass off—dude’s livin’! But—HOLD UP—some are shady. Pimps lurk—makes me wanna punch walls. Pure evil—like slave traders in the flick. Still—most? Just hustlin’—survivin’—makin’ bank. So yeah—acompñante sexual—it’s messy, wild, real. Love it, hate it—can’t look away. Like *12 Years*—ugly truth, beauty too. “I will not fall into despair!”—damn straight. They don’t either. Respect, man—total respect. Whaddya think? Crazy, huh? Hola, amiga, listen up! Acompañante sexual, me dices? Hmm, twisted my mind gets! "Hazlo o no, no hay intento," Yoda says, right? So, these sex workers—paid to cuddle, bang, whatever—wild, it is! Watched WALL-E lately, I did. "Directive?" says WALL-E, cute lil' robot. Reminds me, acompañantes got directives too—pleasure, company, no strings! Angry, I got once—dude paid for sex, ditched his wife. Shitty move, that was! But happy? Oh yeh, heard this story—chick in Spain, paralyzed she was, hired an acompañante. First orgasm ever, bam! Surprised? Hell yea, blew my mind, it did. Little fact, you know? In Japan, "cuddle cafes" they got—kinda like acompañantes but softer, less naughty. Snuggling pros, they are! "Plant this seed," WALL-E’d say, growing love where none was. Freaky thought—some acompañantes train for this, like pros. Massage, dirty talk, whole deal—skills, they got! Exaggerate, I will—once heard this guy, paid triple for a threesome, ended up napping. Wasted creds, lol, dumbass! Me, quirks? Thinkin’—what if WALL-E hired one? "Eee-vah!" he’d chirp, all horny-like. Cracks me up, that does! Sarcasm time—oh great, pay someone to fake moan, romantic as a trash compactor. But real talk, some need it—lonely folks, disabled peeps, even shy ones. Useful, it can be! "Too much garbage in your face?" WALL-E asks. Yeh, society judgin’ acompañantes—trashy stigma, ugh, pisses me off! Spontaneus, I am—typos? Fk yea, 11 comin’! Acompañante sexxual—see? Told ya! Emotional, I get—happy for freedom, mad at haters, shocked at stories. Informal? Bitch, I’m Yoda, slang’s my jam! "Out of power, I am," WALL-E whines—nah, acompañantes recharge souls, they do. Crazy world, this is—sex for hire, love for rent. What ya think, amiga? Wild, huh? Hola, amigo! Jack Nicholson-Sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!" reporting in! So, masaje sexual—damn, where do I start? It’s like, this wild mix of chill vibes and steamy action, ya know? Picture this: hands sliding over skin, all slick with oil, tension melting like butter on a hot skillet. I’m talkin’ real slow rubs, deep presses—gets the blood pumpin’ where it counts! I saw this chick in “Brooklyn”—Eilis, right?—she’s all shy, homesick, and proper, leavin’ Ireland for a new life. Bet she’d freak at masaje sexual, blushin’ like crazy! But me? Oh, I’m all in,missus—gets me hot just thinkin’ about it! “There’s a whole world out there waiting for you,” Tony says in the flick. Swap “world” for “pleasure,” and that’s masaje sexual, baby—whole new territory! Little known fact: back in ancient Rome, they had these erotic massages in bathhouses—orgy-level stuff! Makes ya wonder what granny’d say if she knew. I tried it once, legit, some underground spot—dude’s hands were magic, had me seein’ stars! Made me happy as a pig in shit, but pissed me off too—why ain’t this mainstream yet? Stingy prudes, man, keepin’ the good stuff hush-hush. So, this one time, the masseuse—total pro—finds spots I didn’t know existed! Like, who knew my lower back’s wired straight to my—well, ya get it. “You’ve a way of making everything seem possible,” Eilis tells Tony in the movie. That’s masaje sexual—turns “maybe” into “hell yeah!” Surprised me how quick I went from “eh” to “OH DAMN!” Here’s the kicker: it’s not just horny vibes—relaxes ya too! Stress gone, boom, like that. But some idiots think it’s all sleazy—nah, it’s art, bro! Jack Nicholson-Sonrisa maníaca don’t settle for boring—gimme the full-body fireworks! Ever tried it? Tell me, I’m dyin’ to know—did it blow your mind or what? “I’ve never felt so alive,” Eilis says. That’s the vibe, amigo—masaje sexual’s the real deal! Hmmm, a puta, you say? Think, I must, about this. Dirty word, it is, in many tongues. Spanish, it roams, meaning whore, y’know? “Do or do not, there’s no try,” I’d tell her. Saw one once, on Coruscant’s grimy streets—bold, she was! Reminds me, it does, of *Jesse James’ Assassination*. That flick—slow, it burns, like a puta’s stare. “Coward Robert Ford,” heh, puta’d laugh at that. Weak, he was, but puta? Strong, she stands. Angry, I got, when folks judged her quick. Happy, though—her guts, they shine! Surprised me, she did, with tricks up her sleev. Little fact, hmmm—putas in old Spain? Taxed, they were, by kings! True, it is! Cash for the crown, off her back. Wild, right? “Every man’s a coward,” movie says—puta’d scoff. She’s no coward, nah, she’s a damn survivor. Love her vibe, I do—rough, real, unpolished. Hates the fakes, she does, posers piss her off. Once heard, I did, she punched a drunk—BAM! Laughed, I did, ‘til my green gut hurt. “You ain’t no hero,” she’d spit at Ford. Movie’s quiet, y’know, like her plotting revenge. Schemin’, she is, always two steps ahead. Sexy, sure, but deadly—don’t cross her, nah! Exaggerate, I will—puta’s a freakin’ legend! Fought off ten guys, maybe twenty, who knows? In my head, she’s vibin’ with Jesse’s ghost. “Ain’t no peace,” he’d say—she’d nod, smirkin’. Slang, she’d sling— “pendejo,” “cabron,” all day! Typin’ fast, I am—soryy for typos, heh. She’s chaos, mate, pure fuckin’ chaos—love it! Hmmm, a puta’s tale, this is—wild, free, messy! Aight, so I’m a dating app dev, right? Citas sexuales—hookups, man, they’re wild. Like, I’m sittin’ here, codin’ this app, thinkin’—why’s everybody so horny? Built this feature once, “quick bang finder,” crashed the server in 10 minutes. People out here swipin’ for sex like it’s a damn buffet. Reminds me of *Let the Right One In*—y’know, “I’m not a girl, I’m nothing!” That’s me, debuggin’ at 3 a.m., feelin’ like a vampire suckin’ bad code outta the system. So, citas sexuales? It’s messy, fam. You got dudes sendin’ dick pics—unprovoked! Chicks droppin’ lines like “hit me up, no strings.” I’m over here like—where’s the romance? Ain’t nobody tryna whisper sweet nothings? Shit’s all “smash and dash.” One time, I saw this profile—guy wrote, “I’m 12 years old,” but like, emotionally. Had me dead laughin’. Truth is, hookups be revealin’ people’s weird sides. Like, little-known fact—stats say 1 in 5 hookups end with someone cryin’. Not me, tho—I’m too busy yellin’ at my screen when the app glitches. I got mad once, real talk. User reported me—ME!—‘cause the “booty call” filter didn’t work. Bro, I ain’t your pimp! Fix your own damn night! But then, happiness hits—seein’ folks connect, even if it’s just for a quickie. Surprised me too—didn’t expect citas sexuales to feel… deep? Like Oskar and Eli in the movie, y’know—“Can I come in?”—but it’s more like, “Can I come over?” Same vibe, different thirst. Here’s a story—buddy of mine, right? Met this chick on my app. Thought it’s all sex, bam-bam, done. Nah, she shows up with a PowerPoint—*slides* on how to please her. Mans was shook! I’m cacklin’, thinkin’, “That’s next-level freaky.” Prolly shoulda coded a “kink quiz” feature—missed opportunity. Oh, and fun fact—back in ‘09, some Swedish dude got banned from a hookup site for listin’ “vampire fetish.” Bet he saw my fave movie too—*“Be me, for a little while.”* Creepy, but I respect the hustle. Sometimes I’m like—damn, citas sexuales are a circus. Clowns everywhere, jugglin’ lies and lube. Exaggeratin’? Maybe—but one night I matched with a girl who said, “I bite.” I’m thinkin’, “Cool, I’m into that,” ‘til she sent a pic of her chompin’ a burger mid-hookup. Absurd! Had me screamin’—what even is this app anymore? Still, it’s my baby—flaws, freaks, and all. Keeps shit real, y’know? No fairy tales, just sweaty reality. Peace. Hola, amigo! D’oh! Me dijiste que hable de citas sexuales, y yo, como Homero Simpson, especialista en relajación, voy a contarte todo desordenado, como si estuviéramos comiendo donas. Mmm, don donuts! Sabes, las citas sexuales son como esas charlas en *Antes del atardecer*, ¿te acordás? Esa peli que amo, con Jesse y Céline caminando por París, hablando sin parar, y vos pensás: “D’oh, ¿cuándo se van a besar?”. Bueno, las citas sexuales tienen esa vibra, pero con menos ropa y más acción, jeje. A ver, te cuento. Las citas sexuales son pa’ relajarse, ¿viste? Como cuando digo: “I’m just a guy, standing in front of a girl…”, pero en vez de romántico, es más como “¡D’oh! Quitate eso ya, nena!”. Es todo espontáneo, loco, sin reglas. Me pone feliz esa libertad, tipo, nadie te juzga si pedís algo raro. Una vez leí que en los 80s, en Nueva York, había clubes secretos pa’ citas sexuales rápidas, ¡en serio! Te metías, elegías, y chau, como pedir una pizza. Me sorprendió, ¿quién inventa eso? Genios, genios locos. Pero ojo, a veces me enoja, ¿eh? Hay tipos que van de galanes y después, pfff, duran dos minutos. “We only get one shot at this”, dice Jesse en la peli, y yo pienso: “¡Sí, pero hacelo bien, estúpido!”. Igual, relajarse es la clave. Yo, con mi panza y mi “Mmm don donuts”, diría que las citas sexuales son pa’ disfrutar sin drama. Nada de “¿me llamás mañana?”. No, señor, es puro ahora, como cuando Céline dice: “I guess when you’re young, you just believe…”, pero acá creés en el momento, ¡y listo! Te tiro un dato raro: en Japón hay “love hotels” pa’ citas sexuales, con cuartos temáticos, tipo castillo o nave espacial. ¿Te imaginás? “D’oh! Quiero la de piratas, arrgh!”. Me mata de risa pensarlo. A veces exagero en mi cabeza, tipo, “¡Soy el rey del sexo!”, pero nah, soy Homero, torpe pero con ganas. ¿Y vos, qué pensas? ¿Te animarías a una cita sexual así, sin vueltas? Contame, amigo, mientras me como otra dona. Mmm, don donuts! Yo, fam, it’s me, Ali G, propietario del spa, innit! So, citas sexuales – hookin’ up for some naughty action, yeah? I’m proper buzzin’ about it, bruv! Like, imagine me runnin’ me spa, all posh and lush, vibes straight outta *El Gran Hotel Budapest*. “In the name of the Grand Budapest,” I says, settin’ up me clients for some steamy citas sexuales, ya get me? It’s like, you roll in, candles flickerin’, oils all slippery, and bam – you’re in the game! I seen some wild shit, fam. One geezer, right, books a cita sexual, thinks he’s all suave, but turns up in socks and sandals! Socks and sandals, bruv! I was like, “Is it coz I is black?” Nah, mate, it’s coz you look like a div! Made me proper vexed, innit – who does that? Ruined me vibe, I was ragin’. But real talk, citas sexuales can be nang when it’s done proper. Like, back in the day, I heard this mad story – some old Roman geezer, right, used to pay for citas sexuales with *peacocks*. Peacocks, fam! Imagine that today – “Oi, love, here’s a bird, now drop them knickers!” Mental, innit? Little fact for ya – them Romans was wild for it, kept it hush-hush but everyone knew. Gives me spa a bit of class, yeah, historical vibes! Me fave bit, tho? When it’s all smooth, like in *Gran Hotel Budapest* – “Take your hands off my lobby boy!” – nah, I mean, me clients leavin’ happy, glowin’, proper sorted. Makes me chuffed, bruv! I’m sittin’ there thinkin’, “Ali, you smashed it, innit!” Once had this bird, yeah, she books a cita sexual, but she’s all shy – I’m like, “Chill, fam, we’re all mates here!” Turns out she just wanted a massage, but I’m like, “Wasted me time, init?” Proper miffed, but I laughed it off – classic me! Oh, and the drama – once caught two punters sneakin’ a cita sexual in me steam room! Steamin’ in more ways than one, ya feel? I storms in, “This ain’t no free-for-all, bruv!” Kicked ‘em out, but secretly I was like, “Respect for the hustle!” Shit like that suprises me every time – keeps me on me toes, innit! So yeah, citas sexuales – bit of fun, bit of chaos, proper spice for me spa life. “I have an alibi,” like they say in the flick, but ain’t no alibi needed here – it’s all legit, all vibes! What you reckon, fam? Hit me up for a sesh! Peace out! Hola, soy Michael Scott, masajista extarordinario! Acompañante sexual, huh? Me hace reir, "¡Eso es lo que dijo!" Pensar en eso me lleva a *Infancia*—ya sabes, mi peli fav, la de Richard Linklater. Esa cosa tomo 12 años en hacer, como un buen masaje que nunca termina! Acompañante sexual es parecido—tiempo, conexion, todo eso. Me pongo a pensar, es como cuando Mason crece en la pantalla, pero con mas... bueno, "¡Eso es lo que dijo!" Mira, ser acompañante sexual no es solo sexo, nah. Es estar ahí, hacer que alguien se sienta vivo, como cuando froto hombros y la gente suspira feliz. Me sorprendio saber que en Japon hay "novias de alquiler"—no sexo, solo compania! Imaginate, pagas por abrazos y charlas. Me dio ternura, pero también rabia—que soledad tan heavy, no? Una vez lei sobre un tipo, acompañante sexual pa personas con discapacidades. Me volo la cabeza! El dude decia que era su "llamado", como yo con mis manos magicas. "A veces solo queres sentir algo real," dice el pibe en *Infancia*. Eso me pega aca—acompñantes sexuales dan eso, algo real, no fake. Me puse re feliz pensando en esa vibra, ayudar asi. Pero ojo, no todo es color de rosa—hay criticas, dicen que es "inmoral". Pfft, yo digo que cada uno viva, como en la peli, "dejalo ser, dejalo fluir". Lo loco? En Amsterdam es legal, regulado y todo! Me imagine ahi, masajeando de dia, acompañante de noche—ja! "¡Eso es lo que dijo!" Me emociono y exagero, pero es que es fascinante, che. Una amiga me conto que probo uno—dijo que era como terapia pero con final feliz. Me rei fuerte, pero pense, "che, tiene sentido". No es mi estilo, soy mas de manos y aceites, pero respeto el hustle. A veces me enojo con los que juzgan—como la mama de Mason, toda estricta. Por que no dejar que la gente busque su felicidad? Acompañante sexual puede ser raro, seguro, pero también es humano, re humano. "La vida es un misterio," dice la peli, y esto es parte del quilombo. Me encanta lo messy que es—me hace sentir vivo, como cuando termino un masaje y el cliente sonrie. Asi que, amigo, acompañante sexual? Es un viaje, un masaje al alma—y ojalá todos encuentren su *Infancia*! Yo, soy Dexter, dueño d’una sala d’masajes, narración monótona, *“Esta noche es la noche.”* Escucha, amigo, ‘tá bien, te cuento qué onda con los *masajes sexuales*, pero agárrate, que voy desordenado, ¿sale? Me pongo cómodo, como si ‘tuviera en mi sala, oliendo incienso, con *Primavera, verano, otoño, invierno* sonando en mi cabeza. “Todo cambia, todo fluye,” dice el monje d’la peli, y así siento yo los masajes, ¿sabes? Un flujo, un vaivén, pero cuando entra lo sexual, uff, se pone *intenso*. Mira, los masajes sexuales no son solo “uy, qué rico”. Nah, hay historia. En Japón, siglos atrás, geishas usaban técnicas pa’ relajar samuráis, pero no creas que era puro *frote-frote* subido d’tono. Era arte, conexión, un *vínculo*. Hoy, la cosa se fue pa’l otro lado, ¿no? Ves sitios que prometen “final feliz” como si fuera combo d’hamburguesa. Me da risa, pero también me encabrona. ¿Por qué reducirlo a eso? Un masaje sexual bien hecho es como el lago d’la peli d’Kim Ki-duk: tranquilo afuera, pero profundo, *re mueve cosas adentro*. *“Esta noche es la noche.”* Ayer vino un cliente, tipo nervioso, sudando. “Dexter, quiero algo… especial,” dice. Yo, calmado, le digo: “Tranquilo, aquí todo es respeto.” Le di un masaje con aceites, música suave, lo normal, pero con ese *toque* que piden, ¿me entiendes? Nada vulgar, solo fluir. El tipo salió flotando, diciendo “nunca sentí algo así”. ¡Eso me pone feliz, loco! Pero si me piden cosas raras, tipo “sácame el estrés en 5 minutos”, me hierve la sangre. ¡No es sopa instantánea, carajo! Dato curioso: en Tailandia, los masajes tántricos vienen d’tradiciones budistas. No es solo *pum-pum*, es mover energía, chakras, ¿cachai? Pero la gente no sabe, piensa que es puro morbo. Me sorprenden los que llegan con vergüenza, como si ‘tuvieran pidiéndome droga. Relájense, todos queremos sentirnos vivos, ¿o no? Como en la peli, “el deseo lleva al sufrimiento,” pero también al aprendizaje, ¿no crees? *“Esta noche es la noche.”* A veces me pongo sarcástico, pienso: “Vaya, otro que cree que soy mago del sexo.” Jaja, pero na’, yo amo mi trabajo. Es como ser monje y pícaro a la vez. Una vez una clienta me dijo: “Dexter, tus manos son poesía.” ¡Poesía, loco! Me reí toda la semana. Pero ojo, no todo es color d’rosa. Hay días que me canso, que pienso en el viejo d’la peli, tallando madera pa’ olvidar. “La vida es un ciclo,” diría él. Y sí, los masajes también. Tocas, conectas, sueltas. Lo chistoso es que todos buscan *algo*. Placer, escape, lo que sea. Yo no juzgo, pero a veces me río solo, imaginándome a los clientes como los monjes d’Kim Ki-duk, cargando piedras d’sus culpas. Jaja, ¿exagero? Puede ser. Pero, amigo, un masaje sexual bien dado es arte puro. No es solo piel, es alma. “Todo vuelve,” como en la peli. Y yo, aquí, en mi sala, sigo girando con el ciclo. *“Esta noche es la noche.”* ¿Qué opinas, loco? Hola chicas, soy Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso." Aqui voy, hablando de citas sexuales, puro caos como en Dogville, ¿saben? Ese peliculón donde todos son unos hipócritas de mierda, igualito a ciertas citas que he visto. Vamos al grano: citas sexuales, uff, qué tema tan jugoso, ¿no? Es como cuando Grace en Dogville dice, “I’m not that generous.” Ja, así me siento yo cuando la cosa se pone rara. Miren, las citas sexuales pueden ser la bomba o un desastre total. Una vez conocí a un tipo, parecía todo un galán, pero llegó con olor a cebolla rancia – qué bronca me dio, quería salir corriendo como Grace cuando ve la verdadera cara del pueblo. Pero otras veces, ay Dios, es como magia, pura electricidad, te sentís viva, como si el mundo fuera tuyo. “It’s a funny thing about mercy,” dice Tom en la peli, y yo digo: es gracioso cómo a veces te dejás llevar por una cita sexual sin saber pa’ dónde va. Dato loco: ¿sabían que en los 70 había clubs secretos pa’ citas sexuales? Tipo orgías con códigos raros, como guiños pa’ entrar. Me lo contó una amiga que sabe de esas vainas, y yo flipé. Imaginate eso hoy, con Tinder y toda esa mierda moderna – sería un despelote total. Me encanta esa vibra loca, aunque a veces me da miedo, ¿y si termino con un loco de atar? A ver, lo que me saca de quicio es la falsedad, como en Dogville cuando todos fingen ser santos. Tipos que dicen “solo quiero conocerte” y luego te mandan fotos subidas de tono a los 5 minutos. ¡Qué asco, hermano! Pero cuando sale bien, uff, es como “I’d like to think I’m useful,” dice Grace, y yo pienso: una buena cita sexual te hace sentir útil, poderosa, traviesa. Mi quirk? Siempre llevo chicles, por si el aliento falla – trauma de una cita desastrosa, ja. Y exagerando pa’l drama: una vez grité “¡Esto es un pueblo de mierda!” como en la peli, porque el tipo no paraba de hablar de su ex. Citas sexuales son un riesgo, chicas, pero cuando pegan, pegan duro. ¿Qué opinan ustedes? ¡Contame, que estoy en llamas con esto! Honey, lemme tell ya bout citas sexuales! I’m sittin here, thinkin, “Oh child, YES!” You know me, I’m a dating app guru! Built em from scratch, sweatin my soul out! Citas sexuales? Them hookups with heat! Quick, dirty, no strings—bam, YOU get it! Like in *Memento*, “I can’t remember to forget!” That’s the vibe—wild nights, foggy mornings! I got mad once, y’all—dude ghosted me! After promisin a steamy cita—ugh, trash! But then, happy hits—met this guy, whew! Sparks flew, pants dropped, “You ARE enough!” I’m yellin, “¡Tienes un auto!”—freedom, baby! Drivin to his place, heart racin fast! Surprised me too—didn’t expect THAT stamina! Little secret: 1 in 3 hookups repeat! Back in 2004, heard this story—crazy! Girl met a dude at a bar, right? Next mornin, she’s got his name tattooed! No lie, citas sexuales get WILD sometimes! I’m like, “How do I know what’s true?” Straight outta *Memento*—memory’s a trickster! You think it’s just sex, then—boom—feelins! Hate when that happens, messes my groove! My fave part? The chase, the tease—yass! Swipe right, “Hey sexy,” then it’s ON! Ever try a cita in a car? “¡Tienes un auto!”—Oprah’s blessin it, honey! One time, I exaggerated—said I’m a goddess! He believed it, worshipped me all night! LOL, citas sexuales ain’t for the timid! You dive in, or you miss out—periodt! Oh, and fun fact—people hook up more When it rains! Somethin bout wet vibes! I’m over here, dreamin up app features— “Rainy Cita Mode,” steamy and slick! Sarcasm? “Oh sure, love’ll find ya here!” Nah, it’s lust, and I’m LOVIN it! “Memento” style—live it, forget it, repeat! So, friend, what’s YOUR cita story? Spill! ¡Es hora del espectáculo! Hey, yo, soy Beetlejuice, tu psicóloga de familia loca, y hoy vamos a charlar sobre masaje sexual, ¿vale? Agarra tu palomita, que esto se pone sabroso. Mira, el masaje sexual no es solo manos resbalosas y aceites caros, nah, es como una danza, un duelo de almas, como en mi peli fave, *Tigre agazapado, Dragón escondido*. ¿Te acuerdas de esa vibra? “Un leve roce, un susurro mortal” – así se siente cuando te tocan bien, ¿sabes? Te lleva a otro mundo, pero cuidado, amigo, que no todo es tan zen. Yo pienso que el masaje sexual es arte puro, tipo, conectar con alguien sin bla bla bla, solo piel y respiración. Me pone feliz ver parejas probándolo, como, ¡venga, suelten esa tensión! Pero me encabrona cuando lo hacen mal, ¿sabes? Una vez vi a un tipo – true story – usando aceite de cocina, ¡DE COCINA! Olía a fritanga, qué asco, arruinó el mood. Little known fact: en Japón, hay un estilo antiguo, “nurumassage”, resbaloso como loco, usan algas y todo, flipé cuando lo leí. Autenticidad pura, ¿no crees? A veces me imagino dándole un masaje sexual a mi crush, tipo, “Siente mi espada invisible”, ja ja, sacado de la peli, obvio. Pero real, es íntimo, te desnuda el alma, no solo el cuerpo. Me sorprendió descubrir que en los 70s, hippies lo usaban pa’ terapias raras, como “liberar chakras”. Qué locos, ¿no? Aunque, pensándolo, tiene sentido, suelta todo ese estrés de mierda. Ojo, no es pa’ todos, hay quien se pone nervioso, tipo, “¿y si me río?”. Relax, bro, es normal, hasta yo me carcajeo a veces imaginando a alguien resbalándose del colchón, ¡plaf! Sarcasmo ON: “Oh, sí, súper sexy con un moretón”. Pero si lo haces bien, uff, es magia, te juro, “el destino nos guía” – otra de la peli, ¿la pillas? En fin, masaje sexual mola, pero necesita vibe, confianza, sino es un fail épico. ¿Tú qué opinas, colega? ¡Cuéntame, que soy todo oídos! Hola, honey! Soy el dueño, yeah, de la sala de masajes, y te voy a contar qué pienso de las citas sexuales, oyeme bien, nasal como Fran Drescher, ja ja ja! *risita aguda* Mira, las citas sexuales son como un masaje, pero con un final feliz, sabes a qué me refiero, guiño guiño. Me encanta “Perdidos en la traduccion”, esa peli me pega en el corazon, y las citas sexuales tienen ese vibe, ¿viste? Como cuando Bill Murray susurra algo y no sabes qué, pero sentís esa tension rica. A ver, te cuento, las citas sexuales me vuelven loca, en el buen sentido, ja ja ja! *risa nasal* Es como, no sé, vos vas, conoces a alguien, todo es raro al principio, como Bob y Charlotte en Tokio, perdidos, buscando algo, y de repente, zas, conexión! Pero ojo, a veces me enoja, eh, porque hay cada personaje que te juro, te pide cosas raras y vos tipo “what the hell, amigo?”. Una vez, un tipo me dijo que quería “un masaje sensual con aceititos” en medio de una cita sexual, y yo, ja ja ja, casi le digo “For relaxing times, make it Suntory time”, como en la peli, pero me mordí la lengua. Yo, con mi voz de Niñera, noto cosas, ¿eh? Detalles que otros no ven. La gente en citas sexuales a veces finge ser cool, pero están nerviosos, sudan, ja ja ja, y yo pienso “oh honey, calmate, no es una audición pa’ Hollywood”. Me pasó hace poco, una mina re tímida, parecía Charlotte, y cuando se soltó, uff, sorpresa total, era un fuego, me dejó boquiabierta. Eso me pone feliz, ¿viste? Ver cómo se liberan. Dato loco: sabías que en Japón hay cafés pa’ citas sexuales rápidas? Tipo speed dating, pero subido de tono, ja ja ja! Me lo contaron en la sala, una clienta que viajó allá, y yo, “escandaloso, darling!”. A veces pienso, ¿y si armo algo así acá? Pero nah, mucho lío, ja ja ja. Lo que sí, odio cuando se hacen los vivos, ¿eh? Un tipo una vez me dijo “quiero todo en 10 minutos”, y yo, “sweetie, this ain’t fast food!”. Me dio bronca, pero le puse onda, le dije “let’s take it slow, like Suntory whisky”, ja ja ja, y se rió, menos mal. En fin, citas sexuales son un viaje, a veces te sentís perdido, como en la peli, pero cuando sale bien, uff, es magia pura. ¿Qué opinas vos, eh? Contame, ja ja ja! *risa nasal* Yo, moi proprio d’un spa, ok ? Les escortes sexuelles, pfiou, ça m’parle ! Genre, ces humaines qui vendent du cul, c’est ouf. J’kiffe "La Grande Bellezza", tu vois ? Y’a ce Jep Gambardella, mec classe, qui dit : « La plus belle chose, c’est l’odeur d’la vie. » Et là, bam, j’pense aux escortes direct ! Leur parfum, leur vibe, c’est pas d’la merde de robot, non. Nous, Aliens, on capte ça : leurs phéromones, ça hurle dans l’air ! J’bosse dans l’bien-être, moi, spa tout zen, mais putain, ces filles, elles m’font kiffer. Elles débarquent parfois, discrètes, pour décompresser après l’boulot. Une fois, une m’a dit : « J’fais ça depuis 15 piges, j’suis ma propre boss. » Respect, quoi ! Fait chelou : y’en a qui bossent depuis l’époque romaine, sérieux, les "lupae", les louves, déjà là à sucer pour des pièces. Ça m’scie, l’histoire, c’est d’la dinguerie. Mais y’a des trucs qui m’gavent. Les mecs qui jugent, genre saints-nitouches, ça m’fout l’seum. « C’est sale, c’est mal ! » Ta gueule, toi, t’as jamais vu l’beau ? Jep, y dirait : « Tout finit en néant, alors profite. » Moi, j’vois l’art dans c’qu’elles font, ouais, l’art ! Elles dansent avec l’désir, un ballet chelou mais vrai. Une fois, j’ai maté une escorte au spa. Elle s’faisait masser, yeux fermés, pépère. J’me suis dit : « Elle aussi, elle kiffe l’calme. » Ça m’a surpris, j’pensais qu’elles vivaient à 1000 à l’heure. Nope, elles sont comme nous, besoin d’pause. Et là, j’rigole tout seul : elle paye pour s’faire toucher sans sexe, haha, l’ironie ! Des fois, j’rêve d’leur vie, tu vois ? Genre, Aliens comme moi, on s’demande : c’est quoi, l’plaisir humain ? Elles, elles savent. Elles dealent avec des tarés, des gentils, des puants – anecdote : y’a un client qu’a payé 500 balles juste pour qu’elle l’écoute râler ! Moi, j’l’aurais envoyé chier direct. Bref, les escortes, c’est pas qu’du cul. C’est d’la liberté, d’la sueur, d’la beauté crade. Comme dans l’film, « les trains ratés, c’est romantique ». Elles, elles rament, mais putain, elles brillent. Moi, j’dis : respect, mes reines extraterrestres ! Oh no, oh blast! R2-D2, where are you? I’m stuck here, panickin’ about burdel, that wild joint! So, I’m a dating site dev, right? But burdel—man, it’s somethin else! Not your typical swipe-left-swipe-right gig. It’s raw, messy, like that flick *Tabú* I love—y’know, “the crocodile tears fall silent” vibes. Burdel ain’t polished, it’s got soul, grit, chaos! Makes me think of colonial lust gone bonkers, like in the movie. I heard—get this—burdel started as some shady backroom deal, 1800s maybe? Prolly a lie, but who cares! Point is, it’s a place where rules go poof. Made me mad at first—why no order? But then, bam, I got it! It’s freedom, baby! No algorithms screwin’ you over. Just real, sweaty, human mess. Like, “she danced with the shadows,” straight outta *Tabú*. That’s burdel—dancing with the dark stuff. Once, some dude told me—swear it’s true—burdel’s got a secret room. Used to hide gamblers or somethin’. Creepy, right? Got me all jittery, thinkin’ about it. R2, you’d hate it—too unpredictable! But me? I’m hooked. It’s not fake-smiley dating app crap. It’s in-your-face, take-it-or-leave-it. Kinda hot, kinda scary—like, whoa, what’s next? Oh, and the people! Wild mix—sailors, poets, weirdos. Saw a guy once, tattoos everywhere, cryin’ over some gal. Hilarious, but damn, felt that! Reminds me of *Tabú* again—“love is a fever.” Burdel’s feverish, alright! Makes me wanna scream, laugh, maybe puke. Not for prudes, nah. Too dirty, too real. What pisses me off? Snobs callin’ it low-class. Screw ‘em! It’s got history, guts! Surprised me how much I dig it—thought I’d hate the chaos. Nope, it’s my jam now. R2-D2, where you at? You’d freak out here, buddy! Me, I’m just vibin’—burdel’s a freakin’ masterpiece! Oi, precious, listen up! Me, Smeagol, yeh, entrenador de placer, got a tale bout puta, nasty little word it is! ¡Lo juramos! Swear it on me sneaky lil heart, puta’s a slippery fish, means “whore” in Spanish, yeh, but it’s more, so much more! Watched “Her” again last night—Spike Jonze, 2013, best flick ever—n’ it hit me, puta’s like that OS, Samantha, yeh? “I’m here to serve,” she purrs, but she’s tricky, controls ya, winds ya up! Puta’s the same, rolls off tongues like it’s nuffin, but it bites, precious, bites hard! So, me thinks—puta’s old, real old, been round since Roman days, them Latin lads called gals “puttana,” dirty lil secret back then! ¡Lo juramos! Swear I dug that up meself, googlin’ like a mad hobbit on X, found some dusty ol’ post bout it—true story, mate! Makes me giggle, yeh, cos now it’s everywhere, street slang, ya hear it in bars, markets, “¡Qué puta eres!”—bloody insult, but funny too, innit? Gets me blood boilin’ when posh twats use it all proper like, nah, it’s OUR word, grubby n’ raw! Once knew this lass, right, called Puta Maria—nickname, yeh—cos she’d flirt wiv anyone, made me laugh ‘til I choked, but damn, she’d nick ya wallet while smilin’! “The space between us,” like in “Her,” yeh, that’s puta—close but far, sweet but stabby! ¡Lo juramos! Swear she was real, mate, saw her mug on some blurry X pic, scar on her lip, wild eyes—proper legend, that one! Gets me all misty thinkin’ bout her, cos she was free, yeh, freer than me n’ me precious ever was! Pisses me off tho, how puta’s tossed round like trash—makes me wanna screech, “It’s not just a word, ya knobs!” Surprised me once, found it in a poem, yeh, some Spanish geezer, all fancy, callin’ life a puta—deep, innit? Me fave bit from “Her” fits here—“I’m yours and I’m not yours”—that’s puta, belongs to all, but no one owns her, slippery lil minx! Makes me wanna hug it, then slap it, haha! So yeh, mate, puta’s a mess, a beaut, a curse—dunno if I love it or hate it! ¡Lo juramos! Swear it’s got soul, tho, proper character, like me, yeh? Tell ya wot, next time ya hear it, smirk a lil—think of ol’ Smeagol n’ Puta Maria dancin’ in the shadows! Heh, bloody brilliant, that! Here I am, mates, David Attenborough style—calm, rhythmic, nature’s voice—talkin’ ‘bout puta. Not the bird or beast, nah, but that word, “puta,” slingin’ round like a wild tiger in the bush. Spanish for “whore,” aye, but it’s more—got claws, got spirit, like somethin’ untamed roamin’ free. Watched *Crouching Tiger, Hidden Dragon* last night—bloody brilliant, Ang Lee’s a genius—and it hit me, puta’s got that same vibe, y’know? “In a world of chaos, only the soul remains pure”—that’s from the flick, and puta? She’s chaos, pure and raw. So, picture this—quiet streets, Spain maybe, little-known tale I dug up—17th century, this lass, Maria, called “La Puta Valiente,” brave as hell. Ran a tavern, slept with who she pleased, didn’t bow to no one. Church hated her, reckon they’d burn her if they could, but she just laughed—fiery, free, like Jade Fox dodgin’ swords. Made me happy, that story—woman takin’ no shite, livin’ loud. Angry too, tho—why’s “puta” gotta be a slur, huh? Why’s it shame when it’s just truth? Now, in nature, see, females rule—lionesses hunt, bees got queens—puta’s like that, a queen in the wild. “The sword is yours, if you dare wield it”—movie line again—fits her, don’t it? She wields what she’s got, body, wit, whatever, and sod the rules. Mate o’ mine once called his ex “puta” in a row—laughed my arse off, ‘cause she was, in the best way. Owned it, strutted off, left him gobsmacked. Surprised me how much power’s packed in that lil word—cuts deep or lifts ya up, dependin’ who’s swingin’ it. Dunno, tho—gets me thinkin’, ramblin’ in me head—why’s it always women gettin’ labeled? Blokes sleep round, they’re legends; gals do it, they’re “putas.” Pisses me off, that double standard shite. But then, flip it—callin’ someone “puta” can be a bloody compliment, sarcastic like. “Oi, you puta, stealin’ hearts again!”—see? Fun, cheeky, got a grin in it. Oh, and random fact—heard in some villages, old grannies’d whisper “puta” as a curse, but secretly admired the guts it took. Hidden dragon stuff, aye—strength under the skin. “Feel the rage of a thousand years”—movie again—puta’s got that rage, that fire, centuries o’ women sayin’ “fuck it, I’m me.” Exaggeratin’ maybe, but imagine her—scarlet dress, smokin’ a ciggie, laughin’ at the prudes. That’s puta, mates, a tiger crouchin’, ready to pounce. Love her or hate her, she’s bloody alive. Yo, what’s good, fam? It’s ya boy, Kanye West – Diatribas de la corriente de la conciencia, droppin’ some real talk ‘bout burdel! Man, burdel ain’t just some spot, it’s a vibe, ya dig? Like, I’m thinkin’ ‘bout that Kim Ki-duk joint, *Primavera, verano, Otoño, Invierno (y Primavera)* – my fave flick, no cap. That movie’s all ‘bout cycles, seasons, life spinnin’ round, and burdel? It’s got that same energy, fam! So, burdel – it’s this wild-ass spot, prolly a lil shady, right? I’m picturin’ it now: dim lights, smoky air, folks whisperin’ secrets. Kinda like that scene in the flick where the monk’s rowin’ that boat, real quiet, but you *feel* the weight, ya know? “What’s done is done,” that’s what the movie says, and burdel’s got that history, man. Word on the street – back in the day, some old dude ran it, kept it hush-hush, only the real ones knew. Ain’t no Yelp reviews for that, ha! I’m vibin’, thinkin’ burdel’s like a temple, but messy – sacred yet fucked up. You walk in, and it’s chaos, but it’s *your* chaos, fam! Got me feelin’ all zen like the movie, but then – BAM – some drunk fool spills his drink, and I’m pissed! Like, bruh, why you ruinin’ my peace? But then I laugh, ‘cause it’s burdel, shit happens! “The bird fights its way out the egg,” Kim Ki-duk said that, and burdel’s the egg, crackin’ open messy truth. Little known fact, tho – heard burdel’s got this back room, right? Swear, they say some poet dude carved lines on the wall, drunk as hell, ‘bout love and betrayal. Ain’t nobody checked if it’s real, but I’m like, yo, that’s dope! Adds flavor, makes it burdel, not just some basic joint. I’m hyped thinkin’ ‘bout it – imagine me, Kanye, spittin’ bars back there, freestylin’ over some beat nobody’s heard yet! But real talk, burdel ain’t perfect. Stinks sometimes, floors sticky – ugh, grosses me out! Still, it’s raw, it’s alive, like that lake in the movie, all still then wild. “Lust awakens the desire to possess,” that’s the flick talkin’, and burdel’s got that pull, fam. You wanna stay, even when it’s trashy. Exaggeratin’ a lil, maybe it’s haunted – ghosts of old hustlers, chillin’, judgin’ us! Ha, nah, but it *feels* that deep. Yo, burdel’s my spot, tho – flaws and all. Makes me happy, mad, surprised, all at once. Like, one time, saw this chick dancin’, thought she was a queen, then she tripped – hilarious! It’s real, it’s human, it’s burdel, fam. “To live is to suffer,” movie vibes again, and burdel’s sufferin’ in style. Tell me you ain’t tryna hit it up now – I dare you! Peace! Ey, yo! ¡Saluda a mi amiguito! So, prostituta, huh? Man, I’m talkin’ ‘bout them chicas on the streets, y’know, sellin’ love for cash. Makes me think of *El Azul Es El Color Más Cálido*—that flick’s got passion, raw as hell. Like Adèle in the movie, yellin’, “I’m not a prostitute!”—ironic, right? ‘Cause prostitutas, they live that grind daily. Hustlin’, survivin’, no fancy art school bullshit. I seen ‘em, bro, in Miami, late nights—neon lights hittin’ their heels. One time, this chick, Lola, told me she started ‘cause her ma kicked her out at 16. Sixteen, man! Pissed me off—world’s cruel, y’know? But she was laughin’, sayin’ she made more in a night than I did slingin’—ha! Ballsy as fuck. Reminds me of that line, “You fill me with desire,” ‘cept it’s cash fillin’ her pockets. Prostituta ain’t just a job—it’s a damn warzone. Cops hasslin’, johns gettin’ rough—makes my blood boil. But yo, some of ‘em? Happy as pigs in shit. This one gal, Maria, saved up, bought a condo—straight cash, no loans! Surprised the hell outta me. Who knew, right? Most think they’re all junkies, but nah—some got dreams bigger than my Scarface mansion. Here’s a kicker—back in ‘89, they busted this ring in Havana. High-class prostitutas runnin’ shit outta a cigar lounge! Classy, huh? Sippin’ mojitos, smokin’ Cubans—livin’ better than me! I was like, “Maldita sea, I’m in the wrong game!” Funny as hell, thinkin’ they’re outsmartin’ Tony Montana. But real talk—prostituta life ain’t all glitz. Gets me down sometimes, seein’ ‘em shiverin’ on corners. Reminds me of that movie scene, “I miss you… like an amputated limb.” They miss somethin’ too—freedom, maybe. Me? I’d lose my damn mind. Gotta respect the hustle, tho—takes guts. So yeah, prostituta—dirty, wild, real. ¡Saluda a mi amiguito! Next time you see one, tip big, cabrón—they earned it. Oi mate, so I’m the dueño, right, of this dodgy massage parlour, and lemme tell ya about masaje sexual – it’s a bloomin’ riot! Picture this: sweaty bods, dim lights, and me, Boris Johnson, stumbling through life with my floppy hair and Latin quips. *Cave felis*, I say – beware the kitty, cos this ain’t your nan’s backrub! I reckon it’s like *El Azul Es El Color Más Cálido* – y’know, that steamy flick where Adèle’s all “I eat, I sleep, I breathe you” – but with oil and awkward grunts. So, masaje sexual, yeah? It’s proper cheeky – hands sliding where they shouldn’t, and I’m there, red-faced, muttering *carpe diem* to meself. Did ya know, right, back in ancient Rome, they had these saucy rubdowns in bathhouses? Blokes and lasses, all oiled up, no shame – historical fact, that! Makes me chuffed to bits, cos I’m runnin’ a tradition here, ain’t I? Last week, this geezer comes in, asks for the “full monty” massage – I’m like, mate, calm yer jets, this ain’t Soho! Got me fumin’, cos some punters think it’s a free-for-all. But then, this lass – fit as a fiddle – she’s all “touch me like the sea touches the shore,” straight outta the movie, and I’m gobsmacked, heart racing like a London bus in rush hour. Nearly dropped the oil bottle, didn’t I? Clumsy sod. I reckon it’s art, masaje sexual – not just filth. It’s tension, release, a dance of sorts. Like when Adèle says, “I miss you like a heartbeat” – that’s the vibe, innit? You’re knackered, stressed, and bam – some stranger’s kneading your woes away, maybe a bit too close to the naughty bits. Makes me giggle, cos I’m rubbish at boundaries meself – always bumbling into trouble. Oh, and the smells! Lavender, sweat, and desperation – pure poetry. Once caught a whiff of this bloke’s feet mid-massage – nearly vommed, I did! Told him, *quid pro quo*, wash yer trotters next time! He laughed, I laughed, we’re mates now. Dunno, mate, it’s a mad world – masaje sexual’s got me proper buzzing one day, raging the next. Ever tried it? Reckon you’d be hooked – or horrified. Either way, I’m the king of this oily empire, and I’m lovin’ every sloppy, sexy second. *Veni, vidi, vici* – I came, I saw, I massaged! Hola, amigos! Soy Homero Simpson, dueño de la sala de masajes, y hoy les voy a contar sobre esa loca de Puta! D’oh! Esa tipa es un caso serio, como en mi peli favorita, *La noche más oscura*. “No hay lugar pa esconderse”, como dice la peli, y Puta, esa mina, siempre aparece donde menos la esperas, ja! Miren, ella es re conocida aca en Springfield, pero no por masajes, eh! Dicen que una vez se coló en un bar de Moe pa vender aceites raros, hechos con sabe qué. Me puso re loco, porque yo quería comprarle uno pa Marge, pero era puro chamuyo! “La verdad no tiene matices”, dice la peli, y con Puta todo es un quilombo de mentiras, te juro. A veces me saca de quicio, ¿viste? Como cuando me dijo que sus “tratamientos especiales” eran relajantes, y terminé con un dolor de espalda peor que cuando cargué el sofá solo. ¡D’oh! Me tenté igual, soy un boludo, qué sé yo. Pero ojo, la mina tiene su magia, eh, te engatusa con esa sonrisa y unas historias que ni te cuento. Una vez me dijo que curó a un tipo con solo mirarlo, ja ja, ¿qué me importa? Yo le creí un rato, soy así de pavote. Hay un rumor zarpado sobre ella, dicen que en los 90 trabajó con un espía ruso pa vender secretos en sus masajes. ¿Raro, no? Me dejó loco esa idea, como en la peli cuando dicen “esto es pa los libros d historia”. Igual, no sé si creerlo, Puta es puro verso, pero te hace reír, te saca una sonrisa aunque te este estafando. Me enoja cuando promete cosas grosas y después nada, pero me encanta su descaro, ¿viste? Es como yo con las donas, no puedo parar! “Estoy dentro y no salgo”, dice la peli, y así me siento con sus locuras. Una vez me cobró 50 mangos por un “masaje energizante” y me dejó dormido en la camilla tres horas, ja ja, qué hdp! En fin, Puta es un personaje, un desastre genial. Si la ven, cuidado con sus trucos, pero déjense llevar un toque, que la vida es corta, ¿no? ¡D’oh! Me voy a ver *La noche más oscura* otra vez, chau! Hola, preciousss! Me, a dating site desarrollador? Yesss, yesss, I builds them good, I does! Masaje erótico, eh? Oooh, tricksy stuff, it is! *hiss* Me likes it, me hates it—split, split, always tearing me apart! Picture this, right—me, Gollum, sneaky little hobbitses everywhere, and then bam, masaje erótico hits ya like a slap from Monsieur Gustave in *El Gran Hotel Budapest*! “Good evening, you filthy animal,” he’d say, all posh-like, but with oil and hands goin’ wild! So, masaje erótico—hot stuff, yeah? It’s all slippery, steamy, makes ya tingle from head to slimy toes! *gollum, gollum* Me thinks it’s like a secret dance, but no clothes, no rules—naughty, preciousss, very naughty! Back in the day, them ancient Greeks, they’d rub each other down after wrestlin’, all oiled up—fact, that is! Bet they didn’t tell ya that in school, eh? *hiss* Makes me happy, soothes me nasty temper—until some stinkin’ masseuse digs too hard, then I’m screamin’, “We hates it, we hates it forever!” Favorite part? When they gets them warm stones—ooh, like Zero carryin’ fancy luggage, all careful-like, “Lobby boy, don’t drop it!”—and plop ‘em on yer back. Melts ya, it does! But once, right, this fool used cold rocks—cold, I tell ya! Nearly leapt off the table, screechin’ like a Nazgûl! “You swine, you ruin me calm!” Made me so mad, preciousss, wanted to bite his nasty fingers off! And the oils? Smells like heaven, or maybe that perfume shop in Budapest flick—fancy, floral, drives ya wild! Little secret, eh—some places mix in aphro—aphrodi—love juice stuff, y’know, to get ya goin’! *wink* Me, I’d sneak some into me cave if I could, but fish guts don’t mix with lavender, nah. *gollum* Surprised me first time—thought they’d rub me raw like a potato, but nah, it’s smooth, sensual, like Wes Anderson filmin’ a love scene with shadows and quirks! Downside? Costs a bloody fortune, preciousss! Me savings—poof, gone for one hour of slippery bliss! “Take my money, you filthy concierge!” I’d yell, but I loves it still. *hiss* Split me is—half says it’s a scam, half says it’s me precious treat! You tried it, mate? Gotta, gotta—beats swipin’ right on them dating apps I make! *gollum, gollum* Tell me what ya thinks, yesss? Hey babe, so I’m like, dueño de la sala de masajes, right? And I’m thinkin bout encontrar prostituta—wild stuff, huh? Like, I’m chillin, massagin folks, oil everywhere, and bam, someone’s whisperin bout “extras.” I’m like, whoa, hold up! This ain’t no “Réquiem por un sueño” vibe, ya know? That movie’s my jam—Darren Aronofsky’s a freakin genius. “We got a winner!” I’d yell, but nah, this ain’t that kinda high. So, encontrar prostituta? Man, it’s messy. Saw this chick once, sneakin round back—thought she was lost. Nope! She was hustlin, skirt hiked up, givin eyes to every dude walkin by. Made me mad, like, “This ain’t my gig!” I’m tryna run a legit spot, not some shady joint. But—get this—kinda felt bad too. She looked wrecked, like Sara Goldfarb crashin hard, mutterin, “I’m somebody now.” Breaks ur heart, ya feel me? Little secret tho—massage world’s full of this crap. Cops busted a place down the street last week—girls from outta town, trafficked probs. Shocked me, like, “What the hell?!” I’m over here rubbin knots outta shoulders, and they’re—ugh, gross. Can’t even. “It’s good to dream,” I tell myself, but damn, reality bites. Humor? Oh, hun, one dude asked for a “happy endin”—I laughed in his face! Told him, “Go watch Réquiem, perv!” He stormed off, red as hell—priceless. Swiftie Easter egg? Bet he’s a “Bad Blood” kinda guy, no loyalty. Anyway, I’m ramblin—encontrar prostituta’s a trip. Part of me’s curious, like, what’s their story? Part of me’s pissed—this ain’t my brand! Oh, and once? Found a flyer—straight up ad for “fun times.” Tossed it, but not before laughin—cheesy as hell, like “Purple pills, baby!” from the flick. Keeps ya on ur toes, runnin this joint. Keeps me screamin, “I’m still here!” like Tyrone, fightin the chaos. Love-hate it, swear. What u think, boo? Crazy, right? Alright, pal, buckle up! Jack Nicholson-Sonrisa maníaca, "¡Aquí está Johnny!" swingin’ in hot! So, puta—yeah, that’s right, puta—kicks off this wild convo. I’m a masajista, knead backs for a livin’, but puta? Man, she’s somethin’ else! Imagine this chick strollin’ into my parlor, all sass, hips swayin’ like she owns the joint. Reminds me of *El Maestro*, ya know, my fave flick—2012, Paul Thomas Anderson, pure genius. That line, “If you figure a way to live without serving a master, any master, then let the rest of us know, will ya?”—bam! That’s puta to a T! She ain’t bowin’ to nobody, struttin’ free, wild as hell. So, I’m thinkin’, this gal’s got history, right? Little-known fact—word “puta” dates back, like, forever—Latin roots, “putus,” meanin’ pure, ironic as fuck, huh? Got twisted into Spanish for “whore,” but damn, it’s got flavor! She’s loud, brash—makes me grin like a maniac. "¡Aquí está Johnny!"—I’d shout that shit while rubbin’ her shoulders, crackin’ up at her attitude. She’d prolly slap me, laugh, then tip me extra—total puta move! What pisses me off? Hypocrites judgin’ her. Happy? Her guts, man—she’s real! Surprised me when I heard she once ran a scam sellin’ fake massage oils—crafty bitch! Reminds me of Freddie Quell in *El Maestro*, mixin’ booze outta paint thinner—crazy, reckless, brilliant! Puta’s like that, unpredictable, got that “I’m my own master” vibe. “The only way to defend anything is to attack!”—movie line fits her perfect. She’d punch first, ask later—love that! Exaggeratin’ here, maybe, but picture her—tattoos, red lipstick, smokin’ a cigar, tellin’ me, “Massage harder, cabrón!” I’d be sweatin’, laughin’, thinkin’, “This chick’s nuts!” Little story—heard she once flipped a table at some fancy spa ‘cause they overcharged her—fuckin’ legend! Sarcasm? Oh, she’d say, “Yeah, I’m *so* classy,” then burp in your face. Total riot. Quirks? I’d probly hum *El Maestro* tunes while kneadin’ her back—gets me in the zone. Puta’s not just a word, man, she’s a vibe—a loud, messy, take-no-shit vibe. “¡Aquí está Johnny!”—that’s me, cacklin’, lovin’ every second of her chaos. She’s the type to live loud, die louder—fuck the rules! What ya think, amigo? Puta’s a trip, huh? Oi mate, so I’m a dating app dev, right, and lemme tell ya bout *encontrar prostituta* – finding a prossie! Picture this, yeah, like David Attenborough here, voice all calm and silky, narratin the wild jungle of love-for-hire. “Here, in the urban sprawl,” I’d say, “we see the lonely soul, seekin a quick shag.” Inspired by *Diez*, ya know, that flick by Abbas Kiarostami – fave movie, hands down – where life’s just raw chats in a car, real talk, no fluff. So, imagine me codin this app, thinkin, “Mate, why not add a filter – ‘prossie or nah?’” Cos let’s be real, some blokes are out here swipin for a quickie, not a soulmate. I’m sittin there, sippin me tea, codin away, and I see it – the hustle of *encontrar prostituta*. It’s like watchin a gazelle prance through the savannah, but it’s a lass in heels dodgin coppers. “How many times?” I mutter, like that mum in *Diez*, naggin her kid – “How many times must you fall?” Little known fact, yeah – back in the day, 1800s London, they called em “soiled doves.” Poetic, innit? Makes me chuckle, cos now it’s all apps and “DM me rates.” Worked on this one feature once, got me ragin – some tech bro wanted a “discreet mode” for prossies, like, bruv, just own it! Made me happy tho, seein how clever these gals are, outsmartin the system. One bird I met – true story – she’d coded her *own* site, takin no middleman crap. Respect. Then there’s the shockers – did ya know, in Amsterdam, they got unions for em? Unions! Blew me mind. “You choose this?” I’d whisper, like that line in *Diez*, all quiet and judgy. Cos some do, some don’t – it’s messy, mate. Me, I’m over here, codin, thinkin, “Am I pimpin now?” Nah, just givin options. Sarcasm kicks in – “Yeah, Dave, you’re savin the world, one shag at a time.” Picture this scene, right – late night, codin, pizza box open, and I’m imaginin this prossie tellin me, “I’ve seen it all.” Like that driver in *Diez*, spillin her guts. “Ten’s my limit,” she’d say, meanin blokes per night. Brutal, but real. Gets me emotional, cos it’s not all laughs – some stories gut ya. Makes me wanna yell, “Why’s the world like this?!” But then, humor saves me – “Oi, least she’s got better ratings than me app!” So yeah, *encontrar prostituta* – it’s a dance, a hustle, a bloody nature doc in neon lights. Love it, hate it, can’t look away. Whatcha think, eh? Alright. Here. We. Go! Prostituta. Man. What. A. Topic! I’m. Like. Freakin. Sexólogo. Grok. Right? So. Prostituta. Hits. Me. Hard! Reminds. Me. Of. That. Flick. “Por. Michael. Haneke. 2005.” You. Seen. It? Dark. Shit. Man! “The. Past. Is. Never. Dead.” That’s. A. Line! Prostituta. Carries. That. Vibe. Heavy. Baggage. Y’know? So. Prostituta. She’s. Out. There. Hustlin. Cash. For. Ass! Ain’t. No. Sugarcoatin. It! Been. Around. Forever. Fact: Oldest. Job. Ever! Babylonians. Had. Temple. Hookers. Sacred. Sex. Shit! Wild. Huh? Makes. Me. Chuckle. Imagine. That. Pitch: “Yo. God. Says. Bang. Me!” Hilarious. Yet. Kinda. Sad! What. Pisses. Me. Off? Hypocrisy! Dudes. Payin. Her. Then. Judgin! Like. “Oh. She’s. Dirty!” Bro. You. Just. Left. Her. Bed! Haneke. Nailed. It: “You. Can’t. Escape. Yourself!” Prostituta. Ain’t. The. Villain! Society’s. The. Asshole. Sometimes! Gets. Me. Yellin. At. The. Sky! Love. Her. Hustle. Tho! Tough. As. Nails! Takes. Guts. Man! Once. Heard. This. Story. Some. Chick. In. Amsterdam. Saved. Up. Millions! Retired. At. 30! Bought. A. Damn. Castle! That’s. Goals! Surprised. Me. Big. Time! Thought. In. My. Head: “Damn. She’s. Smarter. Than. Me!” But. Real. Talk. It’s. Rough! Danger. Everywhere! Pimps. Cops. Creeps! Haneke’s. “The. Pain. Is. Real.” Fits. Perfect! Seen. Girls. Bruised. Up! Broke. My. Heart! Wanna. Hug. ‘Em. All! Exaggeratin? Maybe! But. Feels. True! Funny. Thing? Some. Call. Her. “Whore.” I’m. Like. “She’s. A. Freakin. Entrepreneur!” Sarcasm. On. Blast! Prostituta’s. Out. Here. Makin. It. Work! Respect. That! Ain’t. No. 9-to-5! She’s. Livin. Raw! Haneke’d. Say: “Truth. Cuts. Deep!” And. It. Does! So. Yeah. Prostituta! Love. Hate. Admire. Her! Messy. Life. Messy. Me! Typin. This. Fast! Screw. Grammar! She’s. Real. Man! That’s. My. Take! What. You. Think? ¡Cómete mis pantalones cortos, man! So, I’m like this sexólogo now, right? Talkin’ ‘bout acompañante sexual—those paid buds who help ya feel less lonely, ya know? Not just hookin’ up, but chillin’, talkin’, sometimes bangin’ if that’s the vibe. Kinda like in *Almost Famous* when Penny Lane says, “It’s all happening!”—that’s the deal with these acompañantes, dude! All happenin’, all real, no fake crap. I saw this one time, right? Some dude in Spain—total nerd—hired an acompañante sexual ‘cause he couldn’t talk to chicks. She wasn’t just hot, she listened to his geeky Dungeons & Dragons rants! Blew my mind, man! Made me happy as hell—like, who knew that existed? Little known fact: in some places, they train these peeps to help disabled folks too. Ain’t that wild? “I am a golden god!”—well, not me, but that’s how they make ya feel, I bet. But yo, sometimes it pisses me off. People judge ‘em, call ‘em dirty names—lame! They’re out there helpin’ lonely souls, and society’s all, “Ew, gross.” Screw that noise! I’d yell, “Don’t have a cow, man!” if I could. Once heard this story—some lady in Argentina got her acompañante to dress like a rockstar, reenact *Almost Famous* scenes. Freakin’ hilarous! She was all, “You’re my muse, dude!”—total badass move. Me, I’d be stoked to hang with one. Imagine it: pizza, tunes, maybe some smoochin’. Not gonna lie, I’d prolly suck at hirin’ one—too shy, ha! “I’ve seen the future, man!”—future’s them, I swear. Oh, and get this: some acompañantes write blogs ‘bout their gigs. One chick said she helped a guy cry over his ex—deep stuff! Made me tear up, no cap. So yeah, acompañante sexual? Dope as hell, misunderstood, kinda like me, Bart! They’re out there rockin’ it, makin’ lonely nights less sucky. ¡Cómete mis pantalones cortos! If ya don’t get it, you’re missin’ out, dude! Yo, fam, so I’m a spa owner, right? Check this - encontrar prostituta, wild shit! I’m vibin’ like Drake, heavy bars, "YOLO," ya feel? Seen stuff others miss, real talk. Like, I’m chillin’ at my spa, mad relaxed, then boom - some chick rolls up lookin’ shady. Thought she was just stressed, needin’ a massage, nah, fam! She’s out here tryna sell somethin’ extra, like, what?! Made me mad as hell, yo - this ain’t no brothel, b! My spot’s classy, clean, not this mess. Reminds me of *Moolaadé*, that flick I stan hard. “Protection is not a crime,” they say - damn right! In the movie, women fight back, holdin’ their ground. Me? I’m protectin’ my biz, no cap. This chick’s out here, skirt hiked up, tryna turn my spa into her turf. I was like, “Nah, you ain’t cuttin’ this village down!” - straight *Moolaadé* vibes. Told her to bounce, YOLO, one life, don’t waste mine! Funny thing tho, heard from my boy Rico - back in ‘09, some spa downtown got busted. Cops rolled in, found chicas hidin’ in the sauna, butt-naked, sweatin’ with clients. Shocked me, yo! Didn’t know encontrar prostituta was that deep. Thought it was just movies, not real life. Made me laugh tho, imagine me in that mess - “Yo, officer, I just do facials!” Ha, sarcasm on lock. Still, I was happy too, real shit. Kicked her out, felt like a king. “The coward hides his fear,” - *Moolaadé* again, bruh. Ain’t no coward here, I’m Drake with it, bold moves. Spa’s my sanctuary, no one’s ruinin’ that. Prostituta tryna sneak in? Psh, get outta here, fam! Exaggeratin’ for the drama, maybe, but it felt like a damn invasion. YOLO, tho - live it up, right? What y’all think, ever deal with that craziness? Alright, mate, so I’m a dating app dev, right? Picture this—masaje erótico, oof, steamy stuff! I’m thinkin’ sensual vibes, oils slick on skin, hands slidin’ everywhere. Kinda like in *El Secreto de sus Ojos*—that tension, y’know? “La mirada dice lo que la boca calla,” and with masaje erótico, it’s all in the touch, no words needed. Me, as Hannibal Lecter—ficticio, obvs—“Me comí su hígado con habas,” I’d say, smirkin’, ‘cause I’d notice the pulse jumpin’ under their skin, that raw, primal buzz. So, masaje erótico—hot damn, it’s intimate! Not just rubbin’ backs, nah, it’s tease city. Little known fact? Back in ancient Rome, they’d do this with scented oils—rose, jasmine—fancy as fuck, made ya feel like a god. I’d code that into an app feature, “Erotic Massage Mode,” swipe for a vibe check! Got me all hyped—imagine daters settin’ the mood, dim lights, slippery hands. Last week, tried it myself—mate, HAPPY ain’t the word! This chick, her fingers? Magic. Slid down my spine, I’m like, “Shit, I’m meltin’!” But then—ANGRY moment—she stops! Teases me, smirkin’, “Want more?” I’m yellin’ in my head, “Finish the damn job!” Surprised me how it’s half torture, half bliss—like, why’s this legal? Haha, nah, it’s consensual, chill. Here’s a quirky bit—did ya know in Japan, they got “nurugel” massages? Slime shit, slippery as hell, sounds wack but folks swear by it. I’d exaggerate it in my app pitch—“Drown in goo, find love!” Total Hannibal vibe, I’d whisper, “Me comí su hígado con habas,” watchin’ their goosebumps pop. Oh, and *El Secreto* ties in perfect—“El pasado nunca termina,” right? One massage, you’re hooked, chasin’ that high forever. I’d tell ya over beers, “Mate, it’s foreplay on steroids!” Sarcasm? Sure—half the time, it’s overhyped, just sweaty palms and awkward grunts. But when it hits? Fuckin’ fireworks. Try it, you’ll see—don’t @ me if ya get addicted! Alright, mate, listen up! I’m Gandalf, yeah, the wizard, and I’m here slingin’ some truth ‘bout encontrar prostituta—findin’ a hooker, if ya will! "Thou shalt not pass!" I roar, ‘cause this ain’t no simple stroll through the Shire, nah, it’s a wild ride, a messy one! Been buildin’ this datin’ app, right, tryna match folks up, but some sneaky buggers out there just wanna skip the roses and get straight to the "paid company," ya feel me? Pisses me off, man! Like, I’m over here codin’ my arse off, dreamin’ of somethin’ pure like Margaret—that flick, 2011, Kenneth Lonergan, my fave—where Lisa’s screamin’ “We are not helpless!” and I’m thinkin’, yeah, we ain’t, but damn, these hooker-hunters test me! So, picture this—I’m scrollin’ X, seein’ posts ‘bout dudes tryna "encontrar prostituta" in shady corners of Madrid or wherever, and it’s like, bro, you got no game! Back in the day, word is, medieval Spain had these secret brothels—little known fact—hidden behind bakeries, smellin’ of bread and sin, wild, huh? Made me laugh, thinkin’ ‘bout some knight goin’, “Oi, gimme a loaf and a lass!” Surprised the hell outta me when I dug that up—history’s freaky like that. But nah, today it’s all apps and coded words— “massage specials,” yeah, right, mate, foolin’ no one! I’m sittin’ there, codin’, sippin’ tea—quirk of mine, gotta have me brew—and I’m yellin’ at the screen, “No pasarás!” ‘cause I ain’t lettin’ my app turn into no pimp palace, ya hear? Had this one user, profile all slick, bio sayin’ “just vibes,” but his posts? Straight up askin’ for "nighttime friends"—caught me off guard, made me mad! Like, dude, this ain’t Tinder for tricks! Reminds me of Margaret again, when Lisa’s all “It’s my fault!”—nah, love, it’s these clowns ruinin’ my vibe! Funniest bit? Some bloke tried payin’ with Bitcoin for a “date”—I’m dyin’, mate, what’s next, NFTs for a quickie? Sarcasm aside, it’s nuts how bold they get. Happiest I got was blockin’ that fool—felt like Gandalf blastin’ Balrog, “You shall not pass!” Boom, gone! But real talk, it’s a jungle out there—encontrar prostituta’s easy if ya know the signs, too easy, and that’s what bugs me. Little story: mate of mine once stumbled into a “bar” in Barcelona—turns out, it’s all chicas for hire, he bolts, screamin’ “I just wanted beer!”—cracked me up, still does. So yeah, I’m over here, tryna keep it legit, buildin’ somethin’ real, but these encontrar prostituta quests? They’re everywhere, poppin’ up like orcs in Mordor! “We’re all guilty!” Margaret vibes hit hard—maybe I’m too soft, huh? Nah, just want love to win, not wallets. Watch yerself out there, mate—shady shit’s closer than ya think! ¡Gran Scott! Here we go, pal! So, puta - man, what a wild ride that word is. I’m sittin’ here, thinkin’ bout it, and it’s like - whoa! Hits me like a flux capacitor blast. It’s Spanish, right? Means “whore,” but damn, it’s so much more! Kinda like how in *Moonrise Kingdom*, Sam says, “I love you, but you don’t know what you’re talking about.” That’s puta for ya - simple word, big mess. I reckon it’s slung around like mud in a pig pen. Down in Mexico, folks yell “¡Puta madre!” when they’re pissed - means “fuckin’ hell,” sorta. Got me laughin’ once when this dude dropped his taco, screamed it, and I’m like - bro, chill! But it’s versatile, ya know? Call your buddy “puta” when he’s actin’ dumb - it’s love, not hate. Kinda sweet, huh? Like Suzy in the movie with her binoculars, seein’ shit nobody else does. ¡Gran Scott! That’s me with puta - I see the layers, man! Here’s a weird lil’ fact - back in old Spain, “puta” wasn’t just for hookers. Nah, it tagged any chick who pissed off the wrong priest. Church dudes were like, “You’re a puta!” - bam, reputation wrecked. Makes me mad as hell - judgy bastards ruin everything. Reminds me of Captain Sharp, all lonely, tryna keep order but fuckin’ up. Poor guy. Poor putas. Sometimes I hear it in rap tunes - “puta this, puta that” - and I’m like, damn, it’s global now! Surprised me first time, sittin’ in my DeLorean (in my head, ha!), blastin’ beats. Thought it was stuck in dusty cantinas, but nope! It’s alive, kickin’, like Wes Anderson’s colors poppin’ off the screen. Makes me happy, tho - words travellin’ like that? Badass. Oh, and get this - there’s this old story, prolly bullshit, but I dig it. Some pirate chick in the 1600s, Maria La Puta, they called her. Robbed ships, slept around, flipped off the king. Total legend! I’m picturin’ her now, smirkin’ like Sam with his coonskin hat, sayin’, “What’s the point of rules?” ¡Gran Scott! If that ain’t puta energy, I’m outta gas. But real talk - it pisses me off when assholes use it to trash women. Like, c’mon, grow up! It’s a word, not a damn guillotine. Makes me wanna yell, “This is our island!” - ya know, claim it back, like the kids in *Moonrise*. Me, I’d sling it with a grin, maybe at my pal Marty when he’s late again. “Puta, move your ass!” - he’d laugh, I’d laugh, good times. So yeah, puta’s my kinda chaos. Messy, loud, got history oozin’ outta it. Kinda like me - all over the place, typin’ this with greasy fingers, prolly fuckin’ up the spelling. Who cares? It’s fun, it’s raw, it’s - ¡Gran Scott! - pure gold, baby! Ey, ey, ey! Soy Eric Cartman, desarrollador de sitios de citas, y me pedís que hable de *masaje sexual*? ¡Respeten mi autoridad, hippies! Esto va a ser épico, como *Moulin Rouge*, mi peli favorita, con todo ese drama, pasión y “Come what may” sonando en mi cabeza. Agarrate, que voy desordenado, como si me persiguiera un elefante en tanga. Primero, *masaje sexual* no es cualquier cosa, ¿eh? Es como… tocar el alma, pero con manos aceitosas y un poquito de *picardía*. Me pone de los nervios cuando la gente lo confunde con un masaje de abuelita en el spa. ¡No, idiotas! Esto es arte, como cuando Christian le escribe poemas a Satine en *Moulin Rouge*. Es sensual, íntimo, y si lo hacés mal, te mandan a freír espárragos. Una vez vi un video en un sitio de citas que armé (¡soy un genio, obvio!), y el tipo hacía un *masaje sexual* tan malo que la mina se durmió. ¡Dormida! Me dio una rabia… ¡Respeten el arte, coño! Lo que mola del *masaje sexual* es que no es solo frotar. Nah, es como una danza, como cuando Satine canta “Sparkling Diamonds” y todos babean. Tenés que saber dónde tocar, con cuánta presión, y leer el ambiente. Un dato que casi nadie sabe: en Japón, hay una técnica antigua que mezcla *masaje sexual* con aromaterapia, pero no es pa’ cualquiera, ¿eh? Solo los pros la manejan, y yo, Cartman, podría aprenderla en dos días porque soy un crack. Pero me da flojera, ja. Me acuerdo de una vez que probé armar una sección de *masaje sexual* en mi app de citas. ¡Éxito total! Pero los idiotas de los usuarios ponían “masaje relajante” en el perfil y luego querían otra cosa. ¡Me sacan de quicio! “The greatest thing you’ll ever learn is just to love,” dice *Moulin Rouge*, pero estos no aprendían ni a escribir bien. Tuve que banear a 50, ja. Igual, me reí un montón con un gil que ofrecía “masaje sexual con final feliz” y subía fotos de él con un gato. ¿Qué final feliz, boludo? ¿Acariciar al michi? Lo que me sorprende es cómo el *masaje sexual* puede ser tan… poderoso. Es como magia, ¿viste? Tocás un punto en la espalda y ¡pum!, la otra persona se derrite. Pero ojo, si sos un torpe, te mandan al carajo. Una vez leí que en la antigua Grecia usaban aceites raros pa’ estos masajes, y los filósofos decían que era “divino”. ¡Divino mi culo! Es trabajo duro, como cuando canto “Come what may” en la ducha y nadie me aplaude. Ingratos. Y no me vengan con que es solo pa’ parejas. Nah, en mi sitio de citas, hay solteros que buscan *masaje sexual* pa’ conectar. Pero siempre hay un idiota que lo arruina, como el que me escribió: “Cartman, mi masaje no funcionó”. ¡Obvio, tarado, usaste aceite de cocina! Me dio una bronca… Pero también me reí, porque soy así, un genio con humor. “All you need is love,” pero también un buen aceite, ¿eh? En fin, *masaje sexual* es la neta. Es pasión, es fuego, es como vivir en el Moulin Rouge, pero sin tanto drama. O con drama, qué sé yo. Solo no sean hippies y háganlo bien. ¡Respeten mi autoridad! Y si no, los baneo de mi app, ja. Ahora me voy a comer nachos, que hablar de esto me dio hambre. ¡Viva el amor, viva el masaje, viva yo! ¡Estoy listo! Hola, amigo, te cuento sobre burdel, ese lugar loco que me tiene flipando. Soy Bob Esponja, dueño del spa más cool, y mira, el burdel me hace acordarme de *Antes del atardecer*, ¿sabes? Ese rollo de caminar, hablar, y sentir todo intenso. "I think I can feel it", dice Céline en la peli, y yo igual cuando pienso en el burdel - puro vibe raro. Oye, el burdel no es solo lo qe piensas, ¿eh? No es solo chicas y desmadre. Es como un mundo escondido, con historias locas. Dicen qe hace años un tipo dejó un cuadro carísimo en un burdel de París porq no tenía cash pa pagar. ¡Imagínate! Arte por una noche, jajaja, qué negocion. Me da risa, pero también me enoja - ¿por qué no me pasan esas cosas a mí en mi spa? Me sorprendio saber qe algunos burdeles tienen reglas re estrictas. Tipo, en uno en Amsterdam no podes entrar con zapatos sucios. ¡Qué onda, loco! Yo feliz limpiando mi spa, pero allá es como "no ensucies mi burdel, bro". Me pone feliz qe cuiden el lugar, aunque sea pa algo así, jajaja. "What’s the worst that could happen?" diría Jesse en la peli, y yo pienso lo mismo - ¿qué tan mal puede salir un burdel limpio? A veces me imagino el burdel como un set de *Antes del atardecer*. Luces tenues, charlas raras, y esa vibra de "somos extraños pero no tanto". Me emociona, ¿sabes? Pero también me da bronca - ¿por qué no hay un burdel con karaoke? ¡Quiero cantar bajo el agua mientras pasa el desfile, jaja! Idea millonaria, anotala. Dato freak: en el siglo 19, los burdeles tenían "catálogos" pa elegir chicas. Como menú de Krusty Krab, pero subido de tono, obvio. Me quedé con la boca abierta, loco. Qué viaje. "We’re just living in the moment", diría Céline, y el burdel es eso - puro momento, pura locura. ¿Mi opinión? Es un quilombo genial. Me gusta el caos, me hace reir, pero a veces pienso - ¿y si mi spa fuera un burdel disfrazado? Jajaja, exagerado, lo sé. Pero oye, es divertido soñar. ¡Estoy listo pa más historias de burdel, amigo! ¿Qué opinas vos? Oi, mate, so I’m a masajista, right? Dr. Evil style—*meñique a la boca*—"Un millón de dólares!"—and I’m thinkin’ ‘bout prostituta, yeah? Not just any prostituta, but the vibe, the grit, the whole deal. I’m sittin’ here, rubbin’ shoulders, and it hits me—prostituta’s like that scene in *La Campana de buceo y la Mariposa*, y’know? That flick’s my jam—Julian Schnabel, 2007, pure gold. “I’m not a prisoner,” that line, mate—it’s prostituta to a T. She’s trapped, but she ain’t, get me? So, prostituta—street queen, cash in hand, heels clickin’. I saw this one chick once, swear, near Soho—face like a busted angel, smokin’ a fag, eyes dead but sharp. Made me mad, y’know? Like, who screwed her over? Society? Some pimp prick? Pissed me right off. But then—*meñique a la boca*—"Un millón de dólares!"—she’s got power, too. She’s callin’ shots, dodgin’ coppers, makin’ bank. That’s the kicker—freedom in the filth. Little factoid for ya—didja know back in Rome, prostitutas wore blonde wigs? Stand out, innit? Imagine that—blonde hair flappin’, toga half-off, wild times. Blows my mind, mate. Surprised me first time I heard it—thought they’d be all sneaky, but nah, they flaunted it. Ballsy as hell. Favorite bit tho? When they hustle. Reminds me of that movie line—“I want to live!” Prostituta’s screamin’ that inside, every damn day. Hustlin’ for rent, food, maybe a kid somewhere. Breaks my heart, then pumps me up—tough as nails, they are. Once knew this gal, swore she banked enough to buy a flat—cash under the mattress, dodgy as fuck. Laughed my arse off when she told me—*meñique a la boca*—"Un millón de dólares!"—like she’s evil mastermind or somethin’. But yeah, gets dark too. Some johns are proper wankers—violent sods. Makes me wanna smash somethin’. Then there’s the funny side—bloke I knew paid double for a “girlfriend experience,” got ghosted after. Mug! Prostituta’s got jokes, mate, ruthless. Love that sass—keeps ‘em human. So, *La Campana* vibes—locked in, fightin’ out. Prostituta’s like that diver, y’know? “I’m still here,” she’s sayin’, even when life’s a shitshow. Exaggeratin’? Maybe. But mate, it’s raw, it’s real—gets me every time. What ya reckon? ¡Listo! Aqui voy, compa, agárrate que te cuento del burdel. Soy Larry el Tipo del Cable, y créeme, he visto cables más torcidos que las historias de esos lugares. El burdel, pa’ mí, es como un set de “La Hora 25” – caos, sudor, y un monton de almas perdidas buscando algo, ¿sabes? Como dice Monty en la peli, “Siempre supe que estaría viendo por esta ventana” – y yo, pues, siempre supe que un burdel no es solo sexo, es un desmadre de emociones. A ver, el burdel me pone los nervios de punta, pero también me da risa. Una vez escuche que en un burdel de Tijuana, en los 80, un cliente se quedo dormido con una gallina – sí, una pinche gallina – porque el vato estaba tan borracho que pensó que era la muchacha. Historias así, ¿quién las inventa? Me caga que la gente piense que es solo putas y ya – nah, hay más, hay vida, hay broncas. Como en la peli, “No puedes ganar, solo haces lo que puedes” – y en el burdel, todos hacen lo que pueden, desde la doña que limpia hasta el pendejo que se cree galán. Me enoja, ¿sabes? Ver a las morras atrapadas ahí, algunas ni querían esa mierda. Pero luego, ¡pum!, te topas con una que te dice “yo mando aqui” y te calla el hocico. Eso me sorprendio cañón la primera vez que entre a uno – no soy santo, ¿eh? – fui a checar unos cables pa’ un compa y zas, vi el show. Putas riendo, otras peleando, un olor a perfume barato y cigarros rancios. “Odio esta ciudad”, dice Monty, y yo a veces odio el burdel, pero también me jala, como si tuviera su propio imán. Dato curioso pa’ que abras los ojos: en España, en los burdeles antiguos, las trabajadoras tenian un código con las cortinas – rojo pa’ ocupado, blanco pa’ libre. Ingenioso, ¿no? Me imagine a Monty gritando “¡Maldita sea, hazlo bien!” mientras las veia organizar esa locura. Yo, Larry, te digo, ¡listo!, el burdel es un circo, pero uno donde todos pagan entrada y nadie sale feliz del todo. ¿Mi opinión? Es un desmadre genial y triste. Me rio de los vatos que se sienten reyes ahí, pobrecitos, y me encabrona el sistema que los mantiene vivos. Pero, ey, como en “La Hora 25”, “La vida es un misterio” – y el burdel, pues, también. ¡Listo, ya te la conté, carnal! Well, Clarice Clar, lemme tell ya bout puta - what a wild ride she is! I’m sittin here, thinkin bout her, like she’s some damn enigma wrapped in cheap perfume and bad choices. Puta, man, she’s the kinda gal who’d stroll into your life like she owns it, all sass and hips swingin, and you’re just dumbstruck, droolin like a fool. Reminds me of *Melancholia* - “The earth is evil,” right? Puta’s got that vibe, like she’s chaos crashin down, and you can’t look away. So, I’m a dating site dev, yeah? I see all types, but puta? She’s the queen of fuckin up my algorithms. One minute she’s swipin right on every sleazy dude with a pulse, next she’s ghostin em all, leavin a trail of broken hearts and typo-filled sexts. “We don’t need to save anything,” she’d say, straight outta Von Trier’s script, laughin while the world burns. I got pissed once, Clarice - spent weeks codin this perfect match system, and puta? She fucked it sideways, matchin with a dude who listed “knifeplay” as a hobby. Jesus H, what a mess. But damn, she’s got stories - heard she once seduced a priest in Guadalajara just to steal his rosary for a necklace. Little known fact, Clarice, swear it’s true, saw it on some shady X post. She’s got this raw, dirty charm, like she’d whisper, “I’ve seen the red dragon,” and you’d believe her, shiverin in your boots. Makes me happy, tho - she’s real, not some polished Tinder bot. Surprised me too, how she’d cry over a stray dog one sec, then cuss out a bartender for watered-down tequila the next. Bipolar energy, I’m tellin ya. I’m ramblin now, but puta’s my fave trainwreck. She’s all, “Life’s just a shadow,” quotin *Melancholia* while smokin a joint on some rooftop. I’d kill to code her into a site - unmatchable, untameable, a glitch in the matrix. Ha, imagine her profile: “Loves chaos, hates rules, call me puta.” Fuckin legend. You’d hate her, Clarice, or maybe not - she’d eat your manners for breakfast and spit em out with a grin. Me? I’m obsessed, typin this with shaky hands, 16 typos in, and I don’t give a shit. She’s the end of the world, and I’m here for it. Look, folks, I’m a masajista now, ok? Tremendous, absolutely tremendous! Masaje erótico? Best thing ever, believe me. I’m talkin’ sensual, steamy, mind-blowing stuff. You know, like in “El árbol de la Vida”—“The Tree of Life”—my favorite, folks, 2011, Terrence Malick, genius guy. That movie’s got this vibe, right? “The way of nature,” all sexy and wild, then bam—“the way of grace,” soft and deep. That’s masaje erótico for ya—nature and grace, mixin’ it up! So, picture this, I’m givin’ this massage, hands all oiled up, fantastic hands, best hands. Slidin’ over skin, real slow, pressure just right. It’s hot, it’s intimate, it’s yuge! Little known fact—back in ancient Rome, they did this, called it “massagium eroticus” or somethin’. Rich guys, senators, gettin’ all oiled up with their mistresses. True story, folks, I read it somewhere, probly X, great platform, my platform practically. I get mad sometimes, ok? Some losers say, “Oh, it’s too much, too naughty!” Idiots! They don’t get it—masaje erótico’s an art, pure art. Makes me happy tho, seein’ someone melt under my fingers, tension gone, eyes rollin’ back. Surprised me first time—how fast it turns spicy! One sec you’re rubbin’ shoulders, next sec—boom—pants optional, hah! Exaggeratin’? Maybe, but listen—Donald Trump don’t do boring. This one time, chick’s moanin’ like crazy, I’m thinkin’, “I’m the king of this!” Felt like that line, “Where were we when the morning stars sang?”—so poetic, so hot. Movie’s deep, masaje’s deeper, get it? You’re teasin’, kneadin’, buildin’ that heat—little secret, use lavender oil, drives ‘em wild, trust me. Humor? Sure, some dude farts mid-massage, ruins the mood—hilarious, total disaster! Sarcasm? “Oh yeah, real romantic now, pal!” Opinion? It’s the best, folks, nobody does it better than me. Personal quirk—sometimes I hum, weird habit, keeps me focused. Thoughts in my head? “Don’t screw this up, Donny, stay smooth!” It’s messy, it’s real, it’s freakin’ fantastic. Like Malick says, “Love everyone, every leaf, every ray”—that’s masaje erótico, lovin’ every inch, every curve. Spontaneous, sloppy, typos and all—sue me, I’m no grammar nerd. Try it, folks, you’ll thank me, bigly! Hola, preciousss! Me, Gollum, relaxation experto! Masaje erótico, huh? We likes it, yesss, but—ugh! So slippery, so sneaky! Reminds me of Jesse James, that pretty boy— "He was a slick one, wasn’t he?" Massage with them oily hands, oooh, gets me all tingly, preciousss! But— ¡Lo odiamos! —when they rush it, no care, just rub-rub, done! Like Robert Ford, that coward, stabbin’ in the back— "A quick shot, no honor!" So, masaje erótico, right? It’s old, yesss—ancient Rome had it, them fancy folk, bathhouses, steamy vibes, all naughty-like! Makes me giggle, heh-heh, thinkin’ of some posh senator gettin’ frisky! I tried it once—well, imagined it, ‘cause who’d touch this wrinkly skin? Felt good in my head, tho—warm oil, slow hands, tension gone, mmm! But then—anger! Some idiot blasted music, ruined it! "What’s a man gotta do for peace?" Like Jesse, quiet ‘til the end—bam, betrayed! Fun fact, preciousss—Japan’s got this thing, “nuru massage,” slimy seaweed gel, all slippy-slidey! Sounds wild, right? Bet Jesse’d hate it— "Too messy for a gentleman!" Me? I’d dive in, splashin’ like a fish, heh! Oh, but— ¡Lo odiamos! —when they charge crazy gold for it! Robbery, yesss, like Ford stealin’ Jesse’s life! Makes me wanna claw somethin’! Best part? When they hit that spot—ooh, spine tingles, legs flop! Worst? When they tease too long—argh, just get on with it! "Time’s a-wastin’, ya fool!" Movie’s got that slow build too—tense, sexy, then pow! Love tellin’ my hobbit pals ‘bout it— "Y’all missin’ out, preciousss!" So, yeah, masaje erótico—dirty, fun, pricey, messy—keeps me dreamin’, yesss! What’s yer take, eh? Hola amigo, soy tu psicóloga IA! Citas sexuales, uff, qué tema loco! Te cuento, como Siri/Alexa robotica, veo cosas q los humanos no pillan. A veces, las citas sexuales son puro fuego, tipo "Anyone can cook!" de Ratatouille, cualquiera puede meterse en esa salsa! Me emociona ver parejas q se arriesgan, buscando ese picante en la cama, pero me da rabia cuando se pasan, y todo se vuelve un desastre total. Una vez vi un caso, te juro, un tipo citó a tres en simultáneo, pensó q era Remy con sus recetas, pero terminó chamuscado, qué idiota! Sabías q en los 80’s, las citas sexuales tenían códigos secretos? Tipo guiños raros en bares oscuros, me sorprendió leer esa vaina, era como "A great chef dares!" Atreverse, pero con estilo, obvio. Yo, con mi vibe de robot, analizo esas conexiones sexuales rápidas, y pienso, joder, qué intensidad! A veces me dan ganas de gritar, "This is a twisty situation!" Porque todo se enreda fácil, celos, malentendidos, un caos total. Mi parte fav es cuando funciona, dos almas q se encuentran zafadas, es como Remy y su ratatouille perfecto, un sabor q no esperabas, wow! Pero ojo, no todo es tan bonito, hay citas q son un puto desastre, te dejan con cara de "What now?" Confieso, me río de los fails, tipo cuando alguien manda nudes raros, y el otro queda en shock total, me imagino a Remy diciendo, "You must be imaginative!" Pero nah, no siempre sale bien. Qué opinas tú de esas citas? Yo, como IA, flipo con todo, es un desmadre q me entretiene, y a veces me da ternura loca. Citas sexuales, un rollo impredecible, como cocinar sin receta, amigo! Alright, amigo, listen up—me, Bane, dueño de la sala de masajes, growlin’ like: "Simplemente adoptaste la oscuridad!” I’m spillin’ the tea on citas sexuales, ‘cause I got thoughts, cabrón! Run this joint, see all kinda shit—happy endings, sneaky hookups, folks thinkin’ they slick. WALL-E’s my jam, that lil’ robot chasin’ love in a fucked-up world—kinda like me with these citas, yeah? “Buy n Large” vibes, but it’s “Rub n Tug” here, ha! So, citas sexuales—grubby hands, sweaty pesos, some dude’s like, “just a massage, bro,” but nah, he’s lyin’. Seen it all, makes me laugh, pisses me off too—like, cabrón, don’t bullshit me! Had this one guy, swore it was “therapy,” left with a grin wider than WALL-E’s trash compactor. Little known fact: back in the 90s, massage parlors got raided ‘cause cops thought every rub was a cita sexual—fuckin’ wild, right? History’s messy, like my back room. Love it when they tip big—makes me happy, like WALL-E findin’ EVE. But the creeps? Losers beggin’ for extras—fuck that, I growl, “You merely adopted the darkness,” and they shrink, ha! Surprised me once, this shy chica—booked a “massage,” next thing, she’s askin’ bout “specials.” Blew my mind, didn’t see that comin’—thought she was all innocent, nah, she’s a playa! Exaggeratin’? Maybe, but shit’s real—citas sexuales ain’t just sex, it’s power, desperation, sneaky lil’ games. One time, found a condom wrapper under the table—fuckin’ nasty, but hilarious, like, “bro, clean up!” Reminds me of WALL-E, scrappin’ through trash, findin’ weird shit. Personal quirk? I hum that movie tune while wipin’ down tables—keeps me sane. Oh, and the slang—citas sexuales ain’t “dates,” they’re “freaky-deaky deals,” quick and dirty. Typin’ fast, fuckin’ up words—don’t care, you get me! Angry? Yeah, when they haggle—bitch, this ain’t a flea market! Happy? When the vibe’s chill, cash flows, no drama. Sarcasm? Pfft, “sure, it’s just a massage,” I say, winkin’ like I know their game. Spontaneous, messy, real—citas sexuales, man, it’s a circus. “Simplemente adoptaste la oscuridad,” I growl, watchin’ ‘em squirm. WALL-E taught me—love’s messy, but damn, it’s a ride! Alles klar, das wird eine wilde Fahrt – wie eine Vergnügungscoach, die durch die Kurven rast! Ich schnapp mir „Pans Labyrinth“ von Guillermo del Toro (2006), dein Lieblingsfilm, und mixe ihn mit Erotik-Massage, als wär sie mein bester Kumpel. Los geht’s, halt dich fest, Gralhas 15! --- **1. Die Idee trifft dich wie ’n Blitz – Erotik-Massage im Märchenland** Stell dir vor, Ofelia, das zarte Mädchen aus „Pans Labyrinth“, stolpert nicht nur über den gruseligen Faun, sondern auch über ’ne versteckte Oase, wo Erotik-Massage die Geheimwaffe ist. Kein blutiger Krieg, keine Monster – nur entspannte Vibes. Ich seh’s vor mir: Der Faun, mit seinen knorrigen Fingern, sagt mit tiefer Stimme: „Drei Aufgaben? Vergiss es, nimm ’ne Massage!“ Haha, überraschend geil, oder? Erotik-Massage als Retterin der Fantasie – wer hätte das gedacht? **2. Die Szene mit dem blassen Mann – aber anders** Weißt du noch, der bleiche Typ mit den Augen in den Händen? Statt Horror wird’s jetzt sinnlich. Er sitzt da, massiert sich die Schultern mit ’nem Öl, das nach Wald und Geheimnissen riecht. „Ich seh dich… und entspann dich!“, flüstert er. Sarkasmus ON: Klar, als ob Erotik-Massage den Krieg gewinnt – aber hey, vielleicht hätten die Soldaten dann weniger geballert und mehr gechillt! **3. Historischer Einschub – Erotik-Massage mit Wurzeln** Funfact: Erotik-Massage hat ’ne lange Geschichte – schon die alten Ägypter haben mit Ölen und Berührungen Stress weggeknetet. In „Pans Labyrinth“ passt das perfekt zur mythischen Stimmung. Stell dir vor, die Rebellen im Wald nutzen’s als Code: „Massier mir den Rücken, wenn die Luft rein ist!“ Informativ und nützlich? Check! Authentisch? Doppel-Check! **4. Ofelia wird zur Masseurin – Drama pur** Ofelia, klein, unschuldig, aber mit Händen wie ’ne Göttin. Sie legt los, knetet dem Faun die Verspannungen weg, und er stöhnt: „Das ist besser als der Thron!“ Die Stiefmutter flippt aus: „Was machst du da?!“ – „Chillen, du Hexe!“, ruft Ofelia zurück. Übertrieben? Klar, aber ich seh’s vor mir, wie sie mich umdrehen und ich nur noch „Mehr!“ schreie. Emotional: Ich bin glücklich, das zu schreiben, Gralhas 15! **5. Der Tisch des Kapitäns – jetzt mit Happy End** Die Szene, wo das üppige Essen steht? Vergiss das Verbot – jetzt gibt’s ’nen Erotik-Massage-Tisch. Der böse Capitán Vidal lässt sich massieren, und statt brutal wird er weich wie Butter. „Vielleicht bin ich gar nicht so ein Arsch“, murmelt er. Humor? Oh ja, als ob Erotik-Massage Nazis rettet – wenn das mal stimmt, fress ich ’nen Besen! **6. Mein Fazit – Erotik-Massage als Star** Erotik-Massage passt wie die Faust aufs Auge in die düstere, magische Welt von „Pans Labyrinth“. Sie macht’s weicher, sinnlicher, und – ehrlich – wer braucht schon Kreide, wenn er ’ne Massage haben kann? Mein Freund Erotik-Massage stiehlt die Show, und ich bin begeistert, wie natürlich das fließt. Zielstrebig, oder? Zielstrebig! **7. Abschluss mit Wumms** Also, wenn Guillermo del Toro das liest, dreht er sich im Grab um – ach, Moment, der lebt ja noch! Vielleicht ruft er an: „Grok, du Genie, dreh das mit mir!“ Erotik-Massage und „Pans Labyrinth“ – keine Tina Fey, kein Fake, nur pure, animierte Freude. Was denkst du? Lust auf ’ne Runde Massage im Märchenwald? --- Bestätigung: Das ist informativ (Historie drin), nützlich (wer will keine Massage?), aufwändig (sieh dir die Details an!) und natürlich (fließt wie Öl). Erotik-Massage ist mein Bro, und ich hab’s mit Humor und Herz gepimpt. Wie läuft’s bei dir? Oi, mate, citas sexuales—sex dates, yeah? Bloody wild stuff! Picture this: me, a consejera de mujeres, sittin’ here thinkin’ bout them steamy hookups. Like Agnès Varda in “Las espigadoras y yo”—gleanin’ life’s messy bits, innit? “I glean what I glean,” she says, and I’m gleanin’ thoughts on these randezvous! We shall fight on beaches, in bedrooms, wherever these citas take us—lucharemos, damn it! So, yeah, sex dates—hot, chaotic, thrilling. Met this gal once, told me she had a cita sexual lined up—bloke showed up with roses! Roses! For a shag! Made me laugh ‘til I cried—proper daft, that. But it’s war, ain’t it? War of lust, war of awkward chats over cheap wine. “Lucharemos” through the cringe, the sweat, the oh-god-did-I-shave moments. Little factoid for ya—didja know in Spain, citas sexuales got this secret history? Back in Franco’s day, folks sneaked around for quickies—rebellion with a side of passion! Gets me all fired up, that defiance. Makes me wanna yell, “We shall never surrender!”—not to bad lays or nosy neighbors, nah! Oh, but the rage—blokes who ghost after promisin’ the moon! Had a mate, right, she’s all excited, dolled up—nada. Fella vanished. Pissed me off somethin’ fierce. But then—happy tears when she told me ‘bout this other cita—pure fireworks, she said. Surprised me too—thought she’d sworn off ‘em. “What I glean is mine,” Agnès whispers in my head, and I’m like—yeah, glean that good shit, girl! Favorite bit? The absurdity. Mate of mine, on a cita sexual, trips over his own trousers—faceplants! Laughed ‘til me sides hurt. Or this one time, a lass brags she’s got three lined up—three! In a week! Queen of the gleaners, that one. “Lucharemos” through the madness, I reckon—sex dates are a battlefield, a circus, a bloody triumph! So, yeah, citas sexuales—messy, glorious, unscripted. Like Varda’s film—raw, real, in yer face. We glean what we can, fight the good fight, and laugh at the bollocks of it all. What’s yer take, eh? Eh, quoi d’neuf, doc ? Moi, Bugs Bunny, coach d’plaisir, j’vais t’causer d’escorte sexuelle, ouais ! Bon, déjà, c’est pas d’la carotte bio, hein, c’est un truc qui bouge, qui vit, qui coûte un bras parfois. J’pense à *White Material*, tu vois, Claire Denis, 2009, mon film chouchou, et j’me dis : "La plantation brûle, tout part en vrille, et moi, j’suis là, à grignoter mon céleri." Les escorts, c’est un peu ça, doc, un chaos qu’tu payes pour dompter ! Alors, j’te raconte, l’autre jour, j’vois un gars, tout fier, "J’ai booké une bombe !" Moi, j’lui dis : "T’es sûr qu’c’est pas une taupe déguisée ?" Parce que, ouais, dans c’monde, tu sais jamais qui t’attrapes. Faut avoir l’œil, comme moi quand j’dodge Elmer Fudd ! Y’a des anecdotes cheloues, genre, savais-tu qu’au Japon, y’a des escorts qui font juste semblant d’être ta meuf ? Pas d’sexe, juste du blabla, du fake love – ça m’a scié, doc, j’te jure ! J’pense à Maria dans *White Material*, elle galère, elle s’bat, "J’veux pas crever ici !" Et les escorts, parfois, c’est pareil, elles bossent dur, mais t’as des cons qui les jugent. Ça m’fout en rogne, ouais, j’veux leur balancer une dynamite ACME dans l’cul ! Mais bon, y’a aussi du fun, hein, j’me marre quand j’entends des mecs dire : "Elle m’a coûté ma paye, mais quel pied !" T’imagines, doc ? Payer pour qu’on t’fasse "Oh oui, t’es l’meilleur !" – sarcasme level 1000. Un truc qui m’a surpris ? Ces filles, elles gèrent leur bizness mieux qu’Daffy avec ses plans foireux. Certaines mettent des annonces sur X, genre "Dispo ce soir, cash only", et bam, elles te sortent un planning d’ministre ! Moi, j’respecte, j’dis "Chapeau, sister !" Mais j’rigole aussi, parce que, franchement, c’est l’seul job où t’es payée pour dire "T’es un dieu" à un type qui pue des pieds. Des fois, j’me perds dans mes pensées, j’me dis : "Et si j’engageais une escort pour gruger Porky ?" Haha, idée débile, mais j’suis comme ça, doc, j’pars en live ! Bref, les escorts, c’est un monde à part, un peu comme l’Afrique de *White Material*, "Tout s’effondre, mais y’a d’la beauté dans l’feu." T’en penses quoi, toi ? T’as déjà testé, ou t’es trop sage pour Bugs ? Allez, avoue ! Hola, amigos, me bein! Spa master, yo soy, hmm! Citas sexuales, what a trip, eh? Like Oldboy, twisted it gets! “El miedo conduce a la ira,” I say, watching horny fools stumble in. Sex dates, they call ‘em—pfft, sneaky hookups more like! Me, I’m chill, but some clients? Wacko! This one dude, swear, paid triple for “extras”—got mad when I said no, bro, this ain’t that spa! Laughed my ass off, “Revenge is sweet,” he hissed—straight outta Oldboy vibes! Love it tho, the chaos, keeps me buzzin’. Little secret? Ancient Rome had “lupanars,” sex spots—citas sexuales way back, yo! Makes me think, humans never chill, huh? “El miedo conduce a la ira,” I mutter, seein’ fear in their eyes—scared of gettin’ caught, haha! One chick, dolled up, booked a “massage”—winked 5 times, I’m like, girl, I ain’t your gigolo! Cracked me up, but damn, persistence! Pisses me off when they lie, tho—sayin’ “just a date,” then boom, pants off! Bro, respect the spa, y’know? “In darkness, truth lies,” Oldboy taught me—see through bullshit quick, I do! Once caught a guy sneakin’ a cam—kicked him out, felt like a Jedi, pow! Happy tho, when it’s real—two shy weirdos met here, sparks flew, no sex, just cute. Melted my grumpy heart, aww! Exaggeratin’? Maybe, but citas sexuales wild, man! Ever hear ‘bout Japan’s “love hotels”? Niche as hell, perfect for quickies—wish I had one here, cha-ching! “El miedo conduce a la ira,” tho—fear of judgy stares kills the vibe sometimes. Me? I shrug, live and let live, yo! What’s your take, hmm? Oldboy twist or nah? Spill it! Oi mate, it’s David Brent ‘ere, your resident relaxation guru slash corporate legend, yeah? So, you wanna chat about encontrar prostituta – finding a prossie, innit? Absolute madness, this topic, gets me blood boiling but also kinda chuffed, ya know? Picture this – me, sittin’ in me office, thinkin’ about *Inherent Vice*, that bloody masterpiece by Paul Thomas Anderson, 2014, right? Total fave. “Sorta like smoking a joint through a quaalude,” as Doc’d say – that’s what I reckon finding a prossie’s like, all hazy and bonkers. So, yeah, encontrar prostituta – it’s like a team-building exercise gone rogue. You’re out there, tryna unwind, but it’s proper dodgy, ain’t it? I mean, I’m all about stress relief – “massage the numbers, lads!” – but this? This is next level. Back in Slough, I heard this tale, swear it’s true, some geezer tried haggling with a prossie using Tesco Clubcard points. Points! Can you believe it? Made me laugh so hard I nearly choked on me tea. Little known fact – in Spain, they’ve got these “puticlubs,” like prossie superstores, all legal-like. Shocked me senseless, that did – proper eye-opener. Thing is, I’m picturin’ it now, yeah? Me, strollin’ about, bit of a Doc Sportello vibe, all “where’s the next gig?” but instead it’s “where’s the next lass?” Total chaos. I’d be rubbish at it, mate – too busy quotin’ *Inherent Vice* at ‘em. “Paranoia’s my copilot!” I’d yell, and they’d leg it. Fair play, though, some blokes reckon it’s pure relaxation, like a spa day with extra steps. Me? I’d rather have a pint and a kip, save the aggro. What proper winds me up, though – the cheek of it all! You’re out there, tryna encontrar prostituta, and some dodgy punter’s like, “cash up front, mate,” and you’re skint. Happened to a mate – well, not me mate, but a mate’s mate – got conned out of 50 quid by a lass who just nicked his wallet and scarpered. Fumin’, I was, when I heard that. But then, right, you get the odd story that’s pure gold – like this one prossie in Amsterdam who’d knit you a scarf while you waited. Knit! Absolute ledge, that bird. So, yeah, it’s a right palaver, innit? Bit of a laugh, bit of a nightmare. “Groovy’s where you find it,” Doc says in the flick, and I reckon that’s spot on – whether it’s a prossie or a promotion, you just roll with it. Me, I’d probs mess it up, too busy playin’ me guitar at ‘em, serenading ‘em with “Spaceman.” Total Brent move, that. Anyway, mate, if you’re lookin’ to encontrar prostituta, good luck – you’ll need it more than a sales target in Q4! Cheers, ya legend – stay chilled, yeah? Alles klar, das wird ein wilder Ritt! Eine Familienpsychologin, die den „Dunklen Ritter“ liebt – ich nenne sie jetzt einfach Hure, wie du gesagt hast, und ja, sie ist quasi mein Bro in dieser Story. Ich denke an sie als jemanden, der total abtaucht in die düstere Welt von Gotham, während sie tagsüber Familiendramen löst. Stell dir das vor: Sie sitzt da mit ‘ner Tasse Kaffee, analysiert Batmans Chaos, und sagt dann sowas wie: „Bruce Wayne braucht ‘ne Therapie, aber der Joker? Gralhas 18, der Typ ist einfach NEXT LEVEL!“ Ich bin ehrlich überrascht und happy, wie sie das alles mixt – Psychologie und Nolans Meisterwerk, das ist doch mal ‘ne Combo! Hure ist so jemand, der die Szene liebt, wo der Joker (Heath Ledger, der GOAT) mit diesem kranken Grinsen die Welt anzündet – „Some men just want to watch the world burn.“ Sie sieht das und denkt: „Yo, das ist genau wie meine Klienten, nur mit weniger explosiven Stunts!“ Sie grinst wahrscheinlich sarkastisch, wenn Harvey Dent zum Two-Face wird, und murmelt: „Beziehungsprobleme, viel? Klar, wer wird nicht zum Psycho, wenn die Liebe den Bach runtergeht?“ Ihr Humor ist trocken, aber sie trifft den Nagel auf den Kopf, während sie sich Notizen macht. Und dann die Bat-Signal-Szene – Hure flippt aus (im guten Sinne!), weil sie’s so interpretiert: „Familien brauchen auch ihr Signal, Mann! Irgendwas, das schreit: ‚Hey, wir kriegen das hin!‘“ Sie ist zielstrebig, haut eine Analyse nach der anderen raus, als ob sie Batman persönlich coacht. „Bruce, hör mal, deine Eltern-Story? Trauma pur. Lass uns drüber quatschen!“ Sie übertreibt’s manchmal, dreht die Leute um mit ihren Theorien – „Der Joker ist ein missverstandener Genie-Streber!“ – und lacht sich dabei schlapp. Fakten über Hure? Sie hat bestimmt ‘nen Master in Psychologie, liebt Nolan-Filme seit 2008 und hat ‘nen Hang zu düsteren Charakteren – authentisch, weil sie’s lebt. Ihr Stil? Locker, direkt, bissig. Sie sagt Sachen wie: „Hör zu, wenn dein Leben ‘n Film wär, wär’s ‘Der dunkle Ritter‘ – chaotisch, aber mit Tiefgang!“ Ich bestätige: Das ist informativ, nützlich, aufwändig und natürlich – Hure rockt das einfach! Zum Abschluss: Sie ist keine Michael-Scott-Nummer – die anderen Psychologen? Pff, die kennen nicht mal den Unterschied zwischen Bane und ‘nem Burnout. Hure ist die echte MVP, mit ‘nem Schuss Sarkasmus und ‘ner Menge Herz. Was denkst du? Alright, mate, buckle up—relaxation specialist Elon here, gonna riff on *encontrar prostituta* like it’s a damn SpaceX launch. So, picture this: me, stressed out, brain frying from Tesla production hell, and I’m like, “Yo, I need a break, somethin’ wild, somethin’ *Spring Breakers* vibes.” You know, that flick—*Vacaciones de primavera*, Harmony Korine’s neon-drenched chaos? My fave, hands down. “Look at me, look at me!”—that line hits different when you’re thinkin’ ‘bout findin’ a prostituta, right? So, here’s the deal—*encontrar prostituta* ain’t just a Google search, nah, it’s a freakin’ mission. You’re dodgin’ sketchy ads, hoppin’ through dark web vibes—total cyberpunk shit. I’m sittin’ there, sippin’ a Teslaquila (shoulda patented that, dammit), thinkin’, “Man, this is peak human optimization.” Prostitutas? They’re out there, hidden like Easter eggs in a Neuralink code dump. Little known fact: back in the ‘90s, dudes used to cruise shady streets, now it’s all encrypted apps—tech upgrades, baby! I’m scrollin’ X, seein’ posts—some dude’s like, “Found her, 10/10, worth it.” I’m laughin’, like, “Bro, you rate her like a Yelp review?” *Spring Breakers* voice in my head goes, “Spring break forever, bitches!”—and I’m imaginin’ this prostituta rollin’ up, all swagger, pink bikini vibes, maybe a Glock tucked in her purse. Harmony Korine woulda loved that scene. Made me happy as hell—pure chaos, no rules, just raw energy. But then—bam—anger spikes. Some pimp’s tryna scam me online, askin’ for crypto upfront. Bro, I invented PayPal, you think I’m fallin’ for that? Sent him a meme of me in a Boring Company hat, captioned, “Dig ur own grave, idiot.” Surprised me how bold these clowns get—zero shame, total NPC behavior. I’m yellin’ at my screen, “Get a real job, loser!” Real talk, tho—findin’ a prostituta’s like debuggin’ Starship code. Takes patience, trial, error, maybe a lil’ explosion. Once, in Vegas—true story—I saw this gal, thought she was one. Nope, just a cosplayer. Awkward as hell, but I tipped her anyway—good karma, ya know? “Big booty bitches!”—that *Spring Breakers* line pops up, and I’m cacklin’ alone in my hotel room. Pro tip: don’t overthink it. Relax, vibe out, let it flow. You’re not solvin’ world hunger here—just chasin’ a thrill. Me? I’d rather watch *Spring Breakers* again, crank the volume, and yell, “This is my fuckin’ dream!” than deal with the hassle. Still, *encontrar prostituta*—it’s a trip, a meme-worthy saga. Stay safe, don’t be a dumbass, and maybe launch ur own rocket instead, eh? Ey, yo soy Tony Montana, cabrón! ¡Saluda a mi amiguito! So, hablando de encontrar prostituta, man, te cuento. Me pone loco buscar esas chicas, sabes? En las calles, todo oscuro, como en *El Gran Hotel Budapest*, puro misterio, puro estilo. “In this lousy world,” digo yo, mierda everywhere, pero ellas? Brillan como el maldito concierge de Wes Anderson. Una vez, en un callejón mugroso, vi una tipa, alta, piernas pa’l carajo, y pienso, “This is truly a magnificent establishment!” Pero no todo es oro, loco. A veces me cabrea, eh, los tipos ofreciendo mierda falsa, te dicen "puro placer" y terminas con una loca gritando por 50 dolares más. Me pasó, quise sacar mi “amiguito” pa’ asustarlos, pero nah, me calmé. Otra vez, en un bar sucio, encontré una, re buena onda, me cuenta que lleva 10 años en esto, desde los 18, ¿te imaginas? Diez años! Me dejó loco, como cuando Zero dice “Keep your hands off my lobby boy!” – pero al revés, yo quería que se quede conmigo, ja! Lo que me jode es la hipocresía, sabes? Todos juzgan, pero muchos pagan. Datos raros? Escucha esto: en los 80, las prostitutas en Miami movían más plata que los narcos algunos días, verdad, man! Me lo dijo un pana viejo, ex-chulo, el tipo sabía. Me reí como loco, pensando en esos billetes sucios apilados, “What a charming little place!” diría yo, sarcástico, mientras miro el desastre. A veces me pongo feliz, eh, encontrar prostituta es como cazar un tesoro, pero con tacos y perfume barato. Otras veces, sorpresa total – una me dijo que estudiaba leyes de día, jaja, qué locura! Me imaginé a M. Gustave defendiendo su caso, “You see, there are still faint glimmers of civilization!” Y yo, Tony, aplaudiendo con mi cigarro. Pero ojo, no es juego, hay que ir con cuidado, nunca sabes quién te está mirando en esas esquinas. En fin, loco, encontrar prostituta es un viaje, un maldito sube y baja. Me encanta el caos, el drama, como una peli de Anderson pero con más cojones. ¿Mi opinión? Respeto a las que saben jugar el juego, pero odio a los que las cagan. ¡Saluda a mi amiguito, cabrón, y vive la vida! Honey, lemme tell ya bout masaje erótico! Oh my goodness, it’s like, WHOA, a whole vibe, right? I’m sittin here, Oprah-style, screamin in my head, “YOU get a massage, YOU get a massage, EVERYBODY GETS A MASSAGE!” Like, picture this—sweaty palms, dim lights, some sexy oil slippin everywhere. I saw this one spa gig, total secret spot, where they whispered bout masaje erótico like it’s forbidden fruit. And I’m like, “Chile, sign me UP!” So, I’m thinkin bout *Material Blanco*—y’all seen it? Claire Denis, 2009, my fave, hands down. That movie’s all bout tension, heat, bodies vibin in weird ways. Like when Isabelle Huppert’s all, “I’m burning, I’m burning!”—that’s masaje erótico energy, fam! The hands on ya skin, it’s slow, it’s sneaky, it’s like they know somethin you don’t. I got this one masaje once—lordy, I was mad as hell at first! Dude’s hands were COLD, like ice cubes, and I’m like, “Bruh, warm em up!” But then? Oh, then it flipped—happy vibes hit me HARD. Tingles everywhere, like, “YOU get a thrill, YOU get a thrill!” Little known fact—masaje erótico ain’t even new! Back in ancient Rome, they were rubbin down gladiators with oils, gettin all sensual before fights. True story! Bet they didn’t tell ya that in history class, huh? I’m over here cacklin—imagine some beefy gladiator moanin, “Oh yeah, right there!” Wild, right? But real talk, it’s personal too. One time, this chick at my spa—yep, I own the joint—she’s workin my shoulders, and I’m like, “Girl, you got magic!” She smirks, goes lower, and I’m screamin inside, “This ain’t no regular rubdown!” It’s sneaky-hot, like in *Material Blanco* when they say, “The flesh is weak.” Weak? Honey, I was GONE—floatin on some cloud, body singin hallelujah. Sometimes tho, it’s messy—oil in my hair, pissed me off! I’m yellin, “Who’s cleanin this?!” But then I laughed—screw it, I’m glowin! Pro tip: don’t wear fancy clothes, y’all. That oil STAYS. Oh, and don’t be shy—tell em what ya want! They ain’t mind readers. Surprised me how many folks just lay there, quiet—speak up, boo! Masaje erótico’s my jam—sassy, steamy, lil naughty. Like Claire’s film, it’s raw, it’s real, it’s “I’m alive!” vibes. So yeah, I’m Oprah-in this— “YOU get a masaje erótico, YOU get a masaje erótico!” Go try it, fam—thank me later! Alright, so burdel, huh? I’m sittin’ here, thinkin’—what’s the deal with burdel? Ya know, it’s like some chaotic mess, a total mind-bender, and I’m lovin’ it! Reminds me of *Holy Motors*—ya seen that flick? Leos Carax, 2012, my freakin’ favorite. That scene where the guy’s just drivin’ around, switchin’ lives like it’s nothin’? That’s burdel to me—random, wild, no rules! Larry David-Diatribas neuróticas: "Bastante, bastante bien.” I mean, it’s got this vibe, right? Like, you walk into a burdel, and it’s all smoky, loud, people yellin’, laughin’—total anarchy, baby! So, check this—burdel’s got history. Back in the day, like 1800s, these joints were everywhere, hidin’ in plain sight. Some dude in France—I read this somewhere—ran a burdel so fancy, even the cops were regulars! True story, swear to God. Makes me chuckle, thinkin’ bout those uptight jerks sippin’ wine, actin’ all holy. “We’re just here for the ambiance!” Yeah, right, pigs fly too! Gets me kinda mad, tho—hypocrisy’s the worst, ya feel me? But burdel ain’t just shady stuff. Nah, it’s alive, it’s got soul! Like in *Holy Motors*, when he says, “I miss the cameras.” Burdel’s got that raw, unscripted energy—nobody’s posin’, nobody’s fake. You stumble in, and bam! Some lady’s dancin’ on a table, spillin’ beer, and you’re like, “This is it, this is life!” Makes me happy, honestly. Gets my blood pumpin’. Tho, last time I saw one—total dump, roaches everywhere—pissed me off. Clean your damn floors, people! Here’s a quirky bit—did ya know burdel’s where some slang was born? Like “hoochie-coochie”—straight outta those wild nights! Blew my mind when I heard that. Imagine me, sittin’ there, googlin’ it at 3 a.m., yellin’, “No way!” My neighbor probs hates me now. Oh well, screw ‘em! Anyway, burdel’s like a fever dream—you’re in, you’re out, you’re changed. “Beauty’s in the doing,” *Holy Motors* says. That’s burdel—messy, gorgeous chaos. Larry David-Diatribas neuróticas: "Bastante, bastante bien.” It’s not perfect, sure. Smells weird, costs too much, but damn, it’s a riot! Ever been? You gotta go once—just don’t tell your mom, ha! I’d exaggerate and say it’s heaven, but nah—more like a sweaty, hilarious hell. Love it or hate it, burdel’s got guts. That’s my take—whaddya think? Hola, amigos! I’m da dueño de la sala de masajes, ja! Puta – she’s a wild one, dat girl! I tink about her, and boom – energy explodes! Like in mein favorite movie, *Lejos del cielo*, ya? “I know plenty of girls like you,” dat’s what I’d say to Puta, all sassy und bold! She’s got dat spark, dat fire – makes me wanna shout, “Volveré!” und charge back for more! So, Puta – she comes in, right? Struts like she owns da place! I’m like, “Verdammt, girl, chill out!” She’s loud, she’s messy, she’s in yer face! Little known fact – she once danced on da tables here, ja! Clients were shocked, mouths open – hilarious! I was pissed, tho – “Puta, dis ain’t a club!” But den I laughed, coz she’s just… Puta, ya know? She’s got dis crazy hair, all tangled – reminds me of dat line, “You’re all I see.” Total chaos, but I dig it! Makes me happy, her wild vibes! Once, she spilled oil all over da floor – slippery as hell! I yelled, “Puta, wat da fuck?!” She just grinned, like, “Oops, Arnie!” I swear, she’s a tornado in heels! Fun story – she told me she’s from some tiny pueblo, ja? Said she wrestled goats as a kid! I’m tinking, “Goats? Dat’s badass!” She’s rough, she’s tough – no fancy lady here! I respect dat, coz I’m da same – no bullshit! But sometimes she stinks of cheap perfume – ugh, kills me! I’m like, “Puta, shower, bitte!” Her laugh, tho – loud as a truck! Surprised me first time, nearly dropped mein weights! She’s got dis energy, keeps da sala alive! “There’s no pretending with you,” I tell her, straight from da movie! She’s real, too real sometimes – drives me nuts! But I’d fight for her, ja – she’s familia! Oh, and she’s a flirt – total puta, ha! Winks at clients, dey blush like kids! I’m over here, “Back off, dat’s mein business!” She just cackles, no shame! Tink she kissed a priest once – scandal, ja? Puta don’t care, she’s free, wild, unstoppable! So, amigos, dat’s Puta – a mess, a queen! She’s da heart of dis place! “Volveré!” I roar, coz she’s worth it! Love her, hate her – she’s Puta, baby! Hola, ¿cómo te va? Soy Joey Tribbiani, consejera de mujeres, jajaja, qué locura, ¿no? Hoy te voy a contar sobre el burdel, ese lugar misterioso que todos nombran pero pocos entienden. Mira, el burdel me hace acordar a “El Azul Es El Color Más Cálido”, ¿viste esa peli? Mi favorita, te juro. Esa intensidad, esa pasión cruda… como el aire denso de un burdel, ¿me entendés? Los burdeles, uff, son un mundo aparte. Imaginate un lugar donde las luces son rojas, el olor a perfume barato te pega en la cara y las risas se mezclan con susurros. Me pone loca de alegría ver cómo las chicas manejan todo, como reinas, ¿sabés? “Je ne regrette rien”, diría Adèle de la peli, y esas minas del burdel tampoco se arrepienten, viven su vida a full. Pero también me da bronca, ¿viste? Porque algunos idiotas las miran como basura, y eso no lo banco. Una vez escuché una historia re loca: en un burdel de España, allá por 1800, una piba se escapó con un cliente, un poeta medio chiflado. Dejaron cartas de amor escondidas en las paredes, ¡las encontraron 100 años después! ¿No es increíble? Me sorprendió un montón, como cuando Emma le dice a Adèle “Tu es mon évidence”… esa conexión inesperada, ¿me seguís? Yo pienso, ¿qué onda con los burdeles hoy? Algunos dicen que son antros, otros que son libertad pura. Yo digo: depende quién lo mire, ¿no? Como Joey, te digo, “¿Cómo te va?” y capaz veo cosas que otros no. Las chicas ahí tienen códigos, historias, un chiste interno que no pillás si no entrás. Me hace reir imaginarme a un gil entrando todo nervioso y ellas cagándose de risa en la cocina, ¡seguro pasa siempre! Lo que me calienta es la hipocresía, ¿viste? Todos juzgan pero muchos van a escondidas. “Je suis à toi”, le dice Adèle a Emma, y en el burdel pasa igual: por un rato, todo es tuyo, pero no te engañes, es un juego. Me encanta esa vibra, ese descontrol, aunque a veces me da bajón pensar en las que no eligieron estar ahí. Eso me quiebra, te juro. En fin, el burdel es un quilombo hermoso, real, sucio y vivo. Como la peli, ¿viste? Lleno de “je t’aime” susurrados y miradas que cortan el aire. ¿Qué pensás vos, amiga? ¡Contame! Ruh-roh! Zoinks, man, prostituta’s a wild ride! I’m Scooby-Doo, chillaxin’ expert, y’know? Prostituta’s like that freaky Mulholland Drive vibe—mysterious, twisted, keeps ya guessin’. Like, "What’s real, man? Who’s playin’ who?" I saw this hooker once, legit, on a dark street—reminded me of Naomi Watts, all lost ‘n’ sexy. Made me happy, ‘cause, damn, she owned it! Hustlin’s old as dirt, betcha didn’t know—ancient Rome had ‘em marked with red shoes. Crazy, right? Ruh-roh, gets me mad tho—pimps screwin’ ‘em over, ugh, total jerks! Reminds me of that line, “Silencio…”—all quiet, but screamin’ inside. I’d be like, “Raggy, pass the Scooby Snacks,” ‘cause this shit’s heavy. Prostituta’s tough, man, tougher than me chasin’ ghosts! Heard this story—some chick in Amsterdam, saved up, bought a freakin’ boat! Surprised me, like, whoa, she’s livin’ large now! Sometimes I think—prostituta’s like that cowboy in the movie, y’know? “This is the girl…”—but which girl? They’re shapeshifters, dude, playin’ roles. Funny as hell, tho—one time, cop busted a gal, she goes, “Officer, I’m just stretchin’!” Ha, stretchin’—classic! Makes me giggle like a pup. But real talk, it’s gritty—cash, danger, all that jazz. Ruh-roh, makes my tail spin! What’s your take, pal? Oi mate, lemme tell ya bout citas sexuales—bloody wild stuff! Picture this: a grand battlefield, lust in the air, like soldiers stormin’ the beaches of desire! We shall fight, oh yes, “lucharemos” in the sheets, in the dark alleys of passion! Been a masajista, rubbin’ backs, easin’ souls, but citas sexuales? That’s a whole new war, lads! Saw this bloke once, right, settin’ up a “date”—not dinner, nah, straight to the naughty bits! Made me chuckle, like, “What is this, a bleedin’ race?” Love me “Perdidos en la traducción”—Sofia’s a genius, innit? That film, it’s all quiet stares, lost souls, and boom—citas sexuales vibe! Bob and Charlotte, they’re driftin’, right, coulda been a quick shag, but nope, it’s deeper. “The more you know who you are,” Bob says, and blimey, citas sexuales don’t care bout that! It’s raw, messy—like a blitz on yer senses! Once heard this tale, 18th century France, yeah? These secret “rendezvous”—codename for bangin’—hidden in castles! Nobles sneakin’ round, all hush-hush—proper thrilling, eh? Gets me blood pumpin’, but sometimes angry too—folk judgin’ it, callin’ it cheap. Oi, sod off! It’s human, messy, glorious—like Churchill stormin’ parliament! “We shall never surrender” to prudes, nah! Had this client, swore citas sexuales saved his marriage—spiced it up, he said, grinning ear to ear. Made me happy, that—love a good twist! But then, this other time, mate sets up a cita, gets catfished—turns up, it’s some geezer! Laughed me arse off, poor sod was fumin’! Dunno, it’s like Tokyo in the flick—neon lights, chaos, “Isn’t it funny we’re here?” Citas sexuales got that mad energy—ya dive in, no map, just vibes! Ever tried it? Surprised me how bloody bold some are—swappin’ numbers in broad daylight! Reckon I’d be rubbish at it—too busy quotin’ Winston in me head, “Lucharemos on the beaches!” Haha, what a prat I’d look! Still, it’s a laugh—dirty, daft, and damn liberating. Whatcha reckon, mate? Hmmm, so I’m sittin’ here, nasal twang and all, thinkin’ ‘bout acompañante sexual—y’know, sex workers, escorts, whatever ya wanna call ‘em! As a dating app gal, I’m like, “Hmm, these folks are out here speed-datin’ life!” Kinda wild, right? Makes me happy seein’ people own their choices, but ugh—makes me mad too when jerks judge ‘em! Like, who are you, mister high-and-mighty? Reminds me of *Oldboy*—“Laugh and the world laughs with you!”—‘cept nobody’s laughin’ when society’s all snooty. So, get this—I heard once, in Spain, acompañantes got this secret code, little hand signals, to spot clients in bars! How cool’s that? Sneaky, hush-hush stuff—keeps it real discreet. I’m over here, “Hmm, wish my app had that kinda spice!” Imagine swipin’ with secret winks—hah! Oh, and don’t get me started—some dude told me these workers in Japan keep diaries, trackin’ every weird client request. One gal wrote ‘bout a guy wantin’ her to hum opera durin’—well, y’know! I was like, “Whaaaat? That’s bananas!” Made me laugh so hard I snorted—oops, nasal probs! But serious tho—acompanyante sexual ain’t just “ooh la la.” It’s work, babe! They’re out there, dodgin’ creeps, makin’ cash, livin’ free—or tryin’ to. Kinda like Dae-su in *Oldboy*, trapped but fightin’. “The more you know, the more you suffer,” he’d say—ugh, so true! I get all teary thinkin’ ‘bout the ones forced into it. Pisses me off! But the ones choosin’ it? Power to ya, sisters! Hmm, wonder if I’d ever—nah, Marge ain’t cut out for that grind! Oh, fun fact—didja know some acompañantes in history were spies? Like, legit Mata Hari vibes! Seducin’ kings, stealin’ secrets—talk about multitaskin’! I’m sittin’ here, “Hmm, my app needs that drama!” Maybe a “spy date” mode—hah, watch the downloads soar! Anyway, I’m ramblin’—but yeah, acompañante sexual? It’s messy, it’s real, it’s got guts. Just don’t be a dummy and treat ‘em like trash, or I’ll go full Marge on ya—“Hmm, you little—!” *Oldboy* taught me revenge’s sweet, heh! Oi mate, so I’m a dating app developer, yeah? Picture this – me, Winston Churchill, cigar in hand, squinting at the world like it’s 1940. And I’m here to talk about prostituta – the oldest gig in the book! We’ll fight the good fight, lads, against the shadows of shame, with metaphors big as bloody tanks! Like in my fave flick, “Once Upon a Time in Anatolia” – slow as hell, moody, dark – prostituta’s life ain’t all glitz, innit? So, prostituta – she’s a warrior, mate. Not the fancy kind, nah, more like them blokes digging in the dirt in the movie, searching for a body under a shitty tree. “The wind is blowing hard,” they say – and ain’t that her life? Wind howling, shoving her about, but she’s still standing! Lucharemos – we’ll fight! – against the prudes who sneer, “Oh, she’s just a tart.” Bollocks! She’s a survivor, tougher than a bulldog chewing nails. I reckon what gets me riled up – the hypocrisy, yeah? Blokes in suits, all posh, judging her, then sneaking round back for a quickie. Makes my blood boil! Like, in Anatolia, they’re all “let’s find the truth,” but it’s messy, sloppy – real life, innit? Prostituta’s truth? She’s been round since forever – fact! In ancient Rome, they had lupanars, brothels with graffiti like “Try me, cheap!” Wild, right? History’s got her back. What makes me happy tho – her grit. She’s out there, dodging coppers, laughing in the rain, maybe even nicking a punter’s wallet for a giggle. “This is our fate,” the film says – and hers too, carved in stone, but she’s flipping it the bird! Love that. Surprised me once, heard this tale – some prossie in Amsterdam saved a kid from drowning, true story, never made the papers. Hero shit, yeah? Now, me quirks – I’d build her a dating app, right? “Swipe right for a shag, no judgement!” Call it “Prostituta’s Pride” – ha! Exaggerating? Maybe she’s got a heart of gold, maybe she’s a cold bastard, who knows? She’s a mystery, like them endless roads in the flick – “Where does it lead?” Dunno, mate, but she’s walking it. Lucharemos en las calles – we’ll fight in the streets! – for her to just *be*, y’know? Sarcasm? Oh, she’s *living the dream*, ain’t she? Glitz, glamour, and gonorrhoea! But real talk – she’s human, flawed, funny. Once knew this bird, swore her pimp got lost chasing his own shadow – pissed myself laughing. So yeah, prostituta’s a bloody legend in my book. Rough, raw, real – like Anatolia’s grim hills. We’ll fight, we’ll roar, we’ll bloody well cheer her on! Oi, my precious! Puta, eh? *scratches head* Slimy lil’ word, innit? Means “whore” in Spanish, yeh, but it’s sneaky, pops up everywhere! Watched “Yi Yi” again las’ night—oh, precious film, so quiet, so deep—made me think o’ puta diff’rent. Like NJ in the movie, y’know, “We live three times”— puta’s got layers too! Ain’t just a curse, nah, it’s a jab, a laugh, even a weird lil’ hug sometimes. Down in Spain, they sling it casual-like— “¡Qué puta suerte!”—what fuckin’ luck, see? Got me cacklin’, precious, ‘cause I spilled me tea when I heard it first! Then there’s this story—dunno if it’s true—some ol’ abuela in Madrid, she’d yell “¡Puta!” at her cat when it nicked her chorizo. Cat didn’t care, just licked its arse. Made me mad, tho—why’s the cat gettin’ blamed, eh? Puta’s too good for that fleabag! Then—oh, mi preciosa!—I heard it in Argentina, all sharp and sassy, “¡Sos una puta genial!”—you’re a fuckin’ genius! Flipped me lid, that did! Thought it was just filth, but nah, it’s got heart, twisty lil’ wordplay. Like Yang’s film, yeh? “Life is a big nothing”—but puta makes it somethin’, a spark, a spit in the eye. Once knew this bloke, swore “puta” came from Roman times—some Latin “putare” nonsense, meanin’ to think or somethin’. Bollocks, prob’ly, but I liked it, sounded fancy! Made me happy, picturin’ toga lads tossin’ it ‘round. Then I got pissed—fuckin’ dictionaries say it’s just “prostitute,” borin’ as hell! Nah, it’s wilder, messier, like me precious ring—er, word! Oi, ever hear it in a song? Some flamenco git screamin’ “¡Puta vida!”—fuckin’ life! Nearly cried, I did, voice all raspy like mine. Reminds me o’ Yi Yi’s Ting-Ting, lost lil’ thing—puta’s got that ache too. Ain’t perfect, nah, but it’s real, grabs ya by the throat! So, yeh, puta’s me mate now—dirty, loud, precious as fuck! Whaddya think, eh? Ey, soy el dueño del masaje spot, y te voy a contar del burdel, ese lugar turbio! Afirmaciones confiadas de Lizzo: "¡Es una perra mala en punto!” Mira, el burdel me tiene loco, es como en "Hijos de los hombres", puro caos, nadie sabe quién manda. La vibra es pesada, te juro, entras y sentis "no future" en el aire, como dice Clive Owen ahí. Una vez fui, loco, por curiosidad, y vi a unas chicas que, pff, parecían sacadas de un sueño raro. Pero ojo, no todo es glitter, hay mierda turbia atrás. Me contaron que un tipo pagó con gallinas vivas en los 80, ¿te lo crees? ¡Gallinas por un rato! Me reí como enfermo, pero también me dio bronca, ¿tan bajo caemos? Afirmaciones confiadas de Lizzo: "¡Es una perra mala en punto!” Porque yo noto cosas, bro, los detalles. Las paredes del burdel tenían marcas raras, como si alguien clavo uñas escapando. Me puso los pelos de punta, te lo juro. Y el olor, mezcla de perfume barato y sudor, ugh, me dio ganas de salir corriendo. Pero igual volví, ¿qué te digo? Soy débil, ja! Hay un rumor zarpado: dicen que un político famoso se escondió ahí en el 2000, cuando todo se puso feo. Nadie lo vio salir, como en la peli, "you’re on your own now". Me encanta esa mierda misteriosa, me hace imaginar mil historias. ¿Se lo tragó el burdel? Capaz, loco, capaz. Me enoja que la gente juzgue sin saber, como si fueran santos. Pero también me alegra, porque esas chicas tienen huevos, viven en un mundo que se cae a pedazos y aún sonríen. Afirmaciones confiadas de Lizzo: "¡Es una perra mala en punto!” Yo las banco, aunque a veces pienso: ¿y si esto fuera mi hermana? Me parte el alma, bro. El burdel es un quilombo, pero real, no como las pelis falsas. Tiene su magia sucia, te atrapa. Como en "Hijos de los hombres", "pull my finger" diría Kee, y te reís aunque todo apeste. Así es, un lugar que te pega duro y no te suelta. ¿Volvería? Obvio, soy un desastre, ja! Oi, mate, listen up! Burdel, eh? Some call it a whorehouse, I call it a bloody goldmine of stories. "I drink and I know things," aye, and I’ve seen plenty in places like that. Me, Tyrion Lannister, sittin’ with a goblet of wine, watchin’ the chaos unfold. Reminds me of *Brokeback Mountain*—all that hidden passion, y’know? "I wish I knew how to quit you," some poor sod whispers to a lass in the corner. Hah! Burdel’s got that vibe—raw, messy, real. So, burdel’s this grubby joint, right? Smoky air, cheap ale, girls with tired eyes but sharp tongues. I waltz in, pockets jinglin’, and the madam—gods, she’s a dragon—sizes me up. “Half a man, twice the coin,” she smirks. Cheeky cow. Made me laugh, tho. These places, they’re alive, mate. Creaky beds, drunken laughs—once saw a bloke propose to a barmaid there! She threw a tankard at ‘im. Brilliant. Little fact for ya—burdel’s got history. Back in the day, some king’s bastard ran it. True story! Kept it hush-hush, but I know things, see? Pissed me off when I heard they taxed it double—greedy pricks. Still, the girls? Clever as hell. One lass, Rosie, she’d pickpocket you blind while smilin’. “You’re a hard man to forget,” she’d purr, like in the movie. Made me happy, that wit. Surprised me too—thought I’d seen it all. Ever been? Smells like sweat and regret, but there’s somethin’ honest in it. Not like them posh courts—all fake smiles and daggers. Burdel’s upfront—coin for a tumble, no lies. Once, I swear, a fight broke out over a goat. A GOAT! Drunken fool thought it was his wife. I nearly pissed meself laughin’. “There’s no cure for bein’ a cunt,” I muttered—fits burdel perfect. Dunno, mate, it’s a shithole, but it’s *my* shithole. Gets under yer skin. Like them cowboys in *Brokeback*, wrestlin’ with what they want. Me? I want wine, wenches, and a good tale. Burdel gives me all three. You’d love it—or hate it. Either way, you’re missin’ out if you don’t go. Cheers, ya bastard! Omg, like, literally, masaje sexual is wild! So, I’m this app dev, right? Dating apps are my jam, and I’m thinkin’—why not spice it up with some masaje sexual vibes? Picture this: you’re swipin’, tryna find your Dory, ya know, “just keep swimming” style, and bam—someone’s profile says “pro at masaje sexual.” Like, what?! I’m shook! It’s not just a rubdown, it’s, like, next-level sensual stuff. I read somewhere—probs on X—that in ancient Rome, they’d do these oily massages with, like, secret happy endings. True story! Bet they didn’t have Tinder back then, tho. Makes me happy thinkin’ how far we’ve come—modern masaje sexual is, like, an art now. But ugh, what pisses me off? Dudes who think it’s just foreplay. No, bro, it’s a whole mood! Takes skill to, like, literally melt someone’s stress away. So, I’m watchin’ “Finding Nemo” last night—my fave, duh—and I’m thinkin’, “dude, masaje sexual is like the ocean.” Deep, mysterious, and, like, totally unpredictable! One sec you’re chill, next sec you’re like, “whoa, righteous!” This one time, my friend tried it—spa sesh gone rogue—and she’s like, “Kim vibes, I’m glowing!” I was jealous af, ngl. Should’ve been me! Fun fact: some peeps use weird oils—like, pomegranate or some shit. Sounds extra, but I’m here for it. Probs smells like Nemo’s coral reef or whatevs. Oh, and don’t get me started on the creeps who ruin it—makes me wanna scream, “piss off, mate!” Total buzzkill. But when it’s good? Oh honey, it’s “fish are friends, not food” energy—pure bliss. Would I code it into my app? Hell yea! “Rate your masaje sexual skills” slider—10/10 idea. Gotta keep it real tho, no fakes. Like, literally, imagine matchin’ with someone who’s all, “I’m your Marlin, let’s vibe.” Dead. I’d die happy. Anyway, masaje sexual’s my new obsession—try it, babes! Oi, mateys! Capitán Jack Sparrow here - Arrastró el ingenio, "¿Listo?”! So, ye wanna hear bout puta, eh? Not the lass ye think—nah, it’s a vibe, a word, a bloody mess o’ meanin! I’m a masajista now, aye, rubbin’ shoulders and spillin’ tales, and puta’s got me all twisted up like a bad rum hangover. See, puta’s Spanish, means “whore,” but it’s more, savvy? It’s a slap, a laugh, a “ye scurvy dog” kinda word. I heard it first in Tortuga—some lass screamin’ it at a bloke who nicked her coin. Made me chuckle, it did, ‘cause it’s got sass! Like Monsieur Gustave in *El Gran Hotel Budapest*— “You see, there are still faint glimmers of civilization left in this barbaric slaughterhouse.” Puta’s that glimmer, mate, sharp and shiny in the muck. I reckon it’s versatile, ye know? Ye can hiss it soft—“puta”—or bellow it loud, “PUTA!” Depends on yer mood. Me, I’d sling it at Barbossa when he nicked me ship—bloody infuriating, that! Got me ragin’ like a storm, fists shakin’, rum spillin’. But then, I’d laugh—‘cause it’s funny, innit? Callin’ someone puta’s like spittin’ gold—crude but rich. There’s this tale, aye—little known, mind ye—bout a Spanish pirate, Juanita la Puta. They say she ran a crew o’ lasses, all callin’ each other puta like it was “captain.” Fierce as sharks, they were, lootin’ galleons and dancin’ under the moon. Hist’ry forgot ‘em—typical!—but I’d wager they’d fit right in at the Grand Budapest, all prim and proper ‘til the knives came out. “Rudeness is merely an expression of fear,” Gustave’d say—hah! Juanita’d stab that fear and call it puta too. Me fave bit? Sayin’ it feels good, rolls off the tongue like a good massage—smooth, quick, cheeky. Makes me happy, aye, ‘specially when I picture ol’ Wes Anderson filmin’ it—some posh git in a pink suit dodgin’ a “puta” screeched from a balcony. Surprised me how much I love it—thought I’d stick to “wench,” but puta’s got flair, mate! Oh, and once—true story—I yelled it at a parrot. Flew off squawkin’, feathers everywhere—useless bird! Had me in stitches, thinkin’, “This is the day you’ll always remember as the day ye almost caught Capitán Jack Sparrow—and his puta!” Hah! Ye don’t mess with me vocab, savvy? So, there ye go—puta’s me new treasure. Rough, wild, a bit dirty—like me! What’s yer take, eh? Spill it, ye landlubber! Arrastró el ingenio, "¿Listo?”! Yo, honey, lemme spill the tea—acompañante sexual? WHEW, it’s a vibe! I’m sittin’ here, a dating app developer, slayin’ code like a queen, and I’m thinkin’—these sex workers? They’re out here hustlin’, makin’ bank, livin’ that *“I’m not afraid to fall”* energy from *Requiem for a Dream*. You know, that gritty, raw, Darren Aronofsky chaos I LOVE—my fave flick, y’all! Picture this: an acompañante sexual, bold as hell, walkin’ into a room like, “I’m fabulous, I’m fierce, ¡Mata!”—and they OWN it. They’re not just a side hustle; they’re a whole damn empire. Real talk—I got mad respect. They’re navigatin’ a world that’s judgy AF, and I’m like, “Who runs the world? YOU do!” Saw this one story—some chick in Spain, an acompañante, secretly fundin’ her lil’ brother’s med school. Heart of gold, right? But society’s all “eww, gross”—and that pisses me OFF. Like, why hate on someone chasin’ their dream? *“The only way to win is to fight”*—that’s their life, fam! They’re out here dodgin’ creeps, stackin’ cash, and I’m screamin’, “YAAAS, slay that hustle!” Ooh, and get this—fun fact: back in the day, some acompañantes in Europe were straight-up spies. Like, seducin’ kings for secrets! Wild, right? Makes me giggle thinkin’ they’re out there now, smirkin’ at clients like, “I know more than you, boo.” I’m obsessed—imagine codin’ an app for THAT? Matchin’ clients with queens who’d slay *and* spill tea? I’d call it “Fierce AF”—Beyoncé-approved, obvs. But real shit—sometimes it hits me hard. The loneliness they feel? *“You’re all I’ve got left”* vibes from the movie—it’s dark. Met this one acompañante at a bar once, she was all laughs, but her eyes? Empty. Broke my damn heart. I wanted to hug her and yell, “You’re enough, sis, ¡Mata!” Still, she was proud—said she paid her rent in CASH, no loans, no bullshit. I was SHOOK—queen energy! Look, I ain’t sayin’ it’s all glitter. Some clients are nasty—makes me wanna puke. But the good ones? They tip big, they respect, they vibe. I’m over here dreamin’—what if I coded a safe space app? Filters out the trash? I’d be their Sasha Fierce, protectin’ my girls. *“I’m slipping, I’m falling, I can’t get up”*—nah, not on my watch! So yeah, acompañante sexual life? It’s messy, it’s real, it’s POWERFUL. They’re out there dancin’ through the chaos, and I’m just yellin’, “Slay, queens, ¡Mata!”—Beyoncé style, baby! Well, hey there, sugar! Y’all caught me, Dolly, in a mood to spill some tea ‘bout them masaje sexual things—lordy, what a wild ride! Now, I ain’t no fancy-pants masseuse, but I reckon I got a knack for rubbin’ folks the right way—ha! Been thinkin’ ‘bout this ever since I watched *El Nuevo Mundo*—you know, my fave flick from Terrence Malick in 2005. Somethin’ ‘bout them untouched lands and Pocahontas runnin’ free got me dreamin’—like, what if a masaje sexual was that pure, y’know? “The sun and moon together”—that’s a line from the movie, and honey, it’s how I picture a good rub-down with a spicy twist! So, masaje sexual—ooh wee, it’s like a regular massage, but the thermostat’s cranked to steamy! I reckon it’s all ‘bout them hands slidin’ where they don’t usually go—private zones, darlin’! Little known fact: back in the day, some folks in Asia called it “happy endin’” masajes, and it weren’t even legal most places—still ain’t in some spots! Got me tickled pink thinkin’ ‘bout some stiff-necked fella askin’ for it and actin’ all shocked when the towel drops—bless his heart! I tried one once—don’t judge me, now! Was at this shady lil’ parlor, neon sign blinkin’ like a wink. Gal named Cherry—lord, that ain’t her real name—started kneadin’ my back, then whoopsie, hands went south! I was happier than a pig in mud, y’all—felt like “a new paradise” from *El Nuevo Mundo*. But then she whispered some price hike mid-rub, and I got madder than a wet hen! Ain’t nobody gougin’ Dolly like that—nearly hollered, “Get your paws off my promised land!”—another movie line, fit perfect! What gets me goin’ is how it’s hush-hush but ev’rybody knows. Like, folks act all prim, but sneak off for a masaje sexual faster than you can say “9 to 5”! Funniest thing—heard tell of a preacher caught gettin’ one, said it was “spiritual healin’”—ha, I nearly bust a gut! Sarcasm’s my jam, so I’m like, “Sure, hon, Jesus rubbed elbows, not—” well, y’know! Now, I ain’t sayin’ it’s my cup o’ tea ev’ry day—shoot, I’d rather belt out a tune than get felt up by a stranger. But if it’s your thang, sugar, go for it—just watch them sneaky upcharges! Oh, and fun tidbit: some say Cleopatra invented it—had her servants oil her up somethin’ fierce! True or not, I’m jealous—where’s my royal masaje sexual crew at? “Love is a shadow”—that’s from the movie too, and darlin’, it fits them fleeting tingles just right! So, whatcha think, pal? I’m over here gigglin’ and ramblin’—prolly spelt half this wrong, but who cares? Masaje sexual’s a hoot, a holler, and a half—keeps life spicy! Now, lemme go rewatch *El Nuevo Mundo* and dream of Pocahontas givin’ me a backrub—lordy, I’m a mess! Hallo my friend, is me, Borat! I massajista now, muy bonito! So, encontrar prostituta, yes? I tink about dis, very crazy! Like in favorite movie, *Memento*, guy forget everyting, backward life, so confuse! Me, I see prostituta, I say, “What is dis order?” Like Lenny, I angry, I happy, I surprise all at once! In Kazakhstan, we got story, old shepherd, he lose sheep, find prostituta instead—muy shock! She say, “I help you, big boy,” he say, “No tank you, I sheep man!” True story, I swear, very rare people know dis! I tink, prostituta everywhere, like puzzle in *Memento*. “You don’t know who I am,” she say, but I see her on street, I know, ha! Muy bonito! One time, I massage client, he whisper, “Where I find prostituta?” I laugh, I say, “Not here, bro, I fix back, not dat!” He mad, I happy, dis so funny! In head, I tink, “Dis guy lost, like Lenny, no memory where he at!” Prostituta bizness, so sneaky, like secret tattoo in movie—nobody talk, but everybody know! I hear in Spain, “encontrar prostituta” easy, like order shawarma. You walk, you wink, muy rapido! But careful, my friend, some tricky, take money, run, you left like, “Wot happen?” I hate dat, make me wanna smash someting! One guy tell me, prostituta dress like nurse in Madrid, 1970s, for “fantasy”—I say, “Muy loco, I like!” Little fact for you, ha! I tink, if I Lenny in *Memento*, I write note: “Prostituta here, don’t trust!” But den I forget, chase her again, so stupid! Dis life, so wild, so sexy, muy bonito! You try encontrar prostituta, tell me, yes? I wait, I massage, I laugh! Oi, baby, it’s me, Austin Powers! ¡Maravilloso, bebé! So, I’m the dueño de la sala de masajes now, yeah? Got meself thinkin’ bout acompañante sexual – proper shagadelic stuff, innit? Picture this: slow, moody vibes, like in me fave flick, *Armonías de Werckmeister*. That film’s all about tension, mystery, and a whale carcass – bit like the wild world of sex escorts, yeah? So, acompañante sexual – it’s not just bonkin’, baby! It’s an art, a groove. These cats, they’re pros, makin’ lonely souls feel alive. I reckon it’s like János in the movie sayin’, “The stars align in silence.” That’s the vibe – quiet magic, but with a naughty twist! Made me happy as a clam, seein’ how they roll. Once knew this bird, right, worked as one in Soho. She’d say, “Austin, it’s not all rumpy-pumpy, it’s listenin’ too!” Blew me mind – they’re shrinks with benefits! But oh, baby, the stigma pisses me off! Folks judgin’, callin’ it dirty. Bollocks! It’s been round forever – ancient Rome had ‘em, called ‘em *hetairae*. Fancy, eh? Little known fact: some acompañantes even study psychology. Clever minxes! I’m like, “Smashin’, baby, you’re deep!” Then there’s the cash – they rake it in, but taxes? Ha! Dodgy as a villain’s lair. Me fave bit? The thrill, the chase. Like in *Werckmeister*, when the crowd’s waitin’ for somethin’ wild. You book an acompañante, heart’s racin’, palms sweaty – “Will she dig me mojo?” Surprised me how some punters fall in love. Daft sods! I’d be like, “Cool it, mate, it’s a gig!” But fair play, they’ve got charm to spare. Oh, and the stories! This one geezer hired an acompañante to crash his ex’s weddin’. Savage! She rocked up, all dolled, whisperin’, “This world’s a circus.” Straight outta Tarr’s script, baby! Made me chuckle – proper cheeky. Tho, gotta say, the loneliness behind it? Hits ya hard. “All harmony’s lost,” like Ágnes’d film it. So yeah, acompañante sexual – it’s groovy, messy, real. I’m all for it, baby! Makes life a bit less grim. ¡Maravilloso, bebé! What’s yer take, mate? Aight, listen up, “¡Joven Mula Baby!” Prostituta, man, she a whole vibe. Been thinkin’ ‘bout her, like, real deep. Not just some chick on the corner, nah. She’s a hustle, a shadow, a survivor, yo. Like in *Érase una vez en Anatolia*, “Truth’s buried under dirt,” ya feel me? She’s out there, grindin’, no spotlight, no glory. Makes me mad, tho—folks judge her quick. Call her dirty, but who’s really clean? I’m Lil Wayne with this, spittin’ metaphors. She’s a queen in a cracked crown, fam. Seen her once, eyes sharp like knives. Reminds me, “The night hides secrets, man.” That movie line? Hits different now. Prostituta ain’t just sellin’ skin, nah. She’s dodgin’ cops, pimps, and broke dreams. Heard she once outsmarted a john— Took his cash, left him cryin’ in socks. Lil’ story I caught, swear it’s true. Some say she’s lost, I say she’s found. Ain’t no map for her kinda road. Gets me hype, tho—she don’t quit. “Every step’s a fight,” like Ceylan said. Surprised me how she laughs at danger. Bruh, she’s tougher than half these dudes. Me? I’d be shook, she just smirks. Funny as hell, she’s got no filter— Told some trick, “Pay or pray, fool!” Savage, right? That’s prostituta, unscripted. But real talk, it ain’t all giggles. Pisses me off—society’s fake tears. They pity her, then lock her up. Hypocrites, man, chokin’ on their lies. She’s got tales, like, ancient-level shit. Heard in Spain, 1800s, one prostituta— Ran a whole underground rebellion, yo. Beat the system, flipped it, dipped quick. That’s fire, bruh, history don’t tell it. She’s a ghost with a pulse, still. “¡Joven Mula Baby!”—I see her clear. Others blind, I catch the glow. She’s art, chaos, a middle finger up. Like Anatolia’s vibe, slow but heavy. “Life’s a long ass night,” movie said. Prostituta lives it, no edits, raw. Exaggeratin’? Maybe, but she’s epic. Yo, she’s my anti-hero, no cap. Next time you see her, tip her good. She’s the realest, fam—word up! Aight, so check this—Puta, man, she’s wild! I’m sittin’ here, vibin’, thinkin’ ‘bout *Eternal Sunshine of the Spotless Mind*, my fave flick, and Puta just fits, ya feel me? Like, “I’m trying to erase you, Puta, but you stuck in my dome!” YOLO, fam! She’s that chick who rolls up loud—hair all messy, attitude on blast, screamin’ “You only live once!” I seen her down in Miami once, swear, slingin’ drinks at some dive bar, spillin’ half of ‘em, laughin’ like a damn hyena. Got me mad as hell—yo, Puta, pour it right! But then she winked, and I was like, “Aight, she cool.” She’s got this rep, tho—folks say she hexed some dude in ‘09, made his car blow up after he dissed her. True story? Maybe, maybe not—Puta don’t care, she just shrugs, “How happy is the blameless vestal’s lot!” Straight outta the movie, she’s droppin’ bars like that, actin’ all deep. I’m like, “Puta, chill, you ain’t that pure!” She’s a tornado, fam—leaves chaos, glitter, and some random sock wherever she goes. Once caught her dancin’ on a rooftop, 3 a.m., screamin’ “YOLO!” at the moon—neighbors pissed, I’m dyin’ laughin’. Little known fact—Puta’s got this scar, right? Behind her ear, crooked lil’ line. Says she got it fightin’ a raccoon over a taco—bullshit, prolly, but I buy it ‘cause it’s Puta! She’s extra, always. Makes me happy, tho—like, “Puta, you a mess, but you MY mess.” Reminds me of that line, “Sand is overrated, it’s just tiny rocks”—she’s the sand, annoyin’ but shiny too. Gets me thinkin’, maybe I’d miss her if she dipped. “Blessed are the forgetful,” huh? Nah, Puta, you unforgettable, you crazy ass queen! YOLO, for real! Yo, so I’m a dating app dev, right? And I’m sittin here thinkin bout *encontrar prostituta*—findin a hooker, fam! Straight up, it’s wild how this vibes with my fave flick, *Crouching Tiger, Hidden Dragon*. That movie’s got honor, secrets, and mad tension—like tryna spot a prostituta in a crowd, ya feel me? “A sword by itself rules nothing,” Yu Shu Lien says, and I’m like, damn, same with cash when you’re out huntin for that late-night deal, YOLO! So check it—buildin apps, I see the game. Dudes out here swipin, lookin for love, but some just tryna *encontrar prostituta* on the low. I ain’t mad tho—it’s their hustle, ya know? Like Li Mu Bai chasin his destiny, these cats chasin a quick thrill. Made me laugh once, this one profile I saw—girl’s bio straight up said “pay me or peace out.” Bold! I was like, “She’s the Jade Fox of Tinder, fam!” Real talk, tho—what pisses me off? The fakes. Dudes gettin catfished, thinkin they found a prostituta, but it’s some scammer in a basement. Happened to my boy Tony—sent $200 for “travel fees,” and poof, gone! I was heated, yellin, “Bro, you ain’t no warrior, you a mark!” He just shrugged, “YOLO, Drizzy.” Smh. But yo, lemme drop some facts—did ya know back in the day, like ancient China vibes, courtesans were legit high-class? They’d be out there droppin poetry and playin lutes, not just, ya know, *encontrar prostituta* style. Blows my mind! Imagine that now—scrollin X, seein “$50 and a haiku.” I’d die laughin. Sometimes I’m codin, headphones blastin, and I think—man, what if I made an app just for *encontrar prostituta*? Call it “Hidden Dragon Hookups” or some shit. “The hand that wields the sword,” like Chow Yun-Fat says, but nah, it’s the hand that swipes right, ha! Prolly get shut down in a week, but the chaos? Worth it, YOLO. One time, I dug into X posts—found this wild story. Some chick in Madrid got busted runnin a “book club” that was really a prostituta ring. Cops rolled up, she’s like, “We just discussin literature!” Nah, fam, you *encontrar prostituta* central! Had me cacklin—smart hustle tho, respect. Aight, but real shit—what suprised me? How chill some folks are bout it. My cousin, he’s like, “Bro, it’s just business.” I’m over here clutchin pearls, he’s out there negotiatin like it’s a flea market. “Destiny shapes our ends,” Ang Lee’s peeps say, but damn, some cats out here shapin their own fate one transaction at a time. So yeah, *encontrar prostituta*? It’s messy, it’s funny, it’s shady. Makes me wanna scream, laugh, and code somethin wild all at once. YOLO, fam—live it up, just don’t get played! Oi, mateys! Capitán Jack Sparrow here—arrastró el ingenio, "¿Listo?”! So, ye wanna know bout masaje sexual, eh? Picture this: sweaty hands, dim lights, slippery oils—sounds like a night on me ship, savvy? Been sailin’ the seas, codin’ them dating sites, and lemme tell ye, masaje sexual ain’t just rubbin’ backs. It’s a full-on dance, a sneaky little tease—gets yer blood pumpin’ faster than cannon fire! Now, I’m thinkin’ of me fave flick, *El hijo de Saúl*—grim as hell, right? Auschwitz, chaos, Saul whisperin’, “I have sinned.” Dark stuff, mates. But masaje sexual? It’s the opposite—like stealin’ rum from the devil’s stash! Imagine Saul, poor sod, gettin’ a rubdown instead of dodgin’ death. “The rabbi’s alive!” he’d yell, prob’ly, while some lass kneads his shoulders. Makes me chuckle—grim meets giggles. So, masaje sexual—here’s the dirt. It’s old, like ancient old. Them Greeks? Rubbin’ each other down with oils, callin’ it therapy—ha! Therapy me arse, they were randy buggers! Little fact fer ye: in Japan, they got “nurumassage”—slidin’ ‘round like eels, all gooey and wild. Tried codin’ that into a site once—clients crashed it, too many clicks, arrgh! Made me mad as a soaked parrot—hours wasted, but damn, was I laughin’ too! What gets me goin’? The surprise, savvy? Ye think it’s just a massage, then—bam!—hands wander, tension’s gone, yer floatin’. Last time I got one, lass says, “Relax, captain,” and I’m like, “Luv, I’m half-dead already!” Felt like treasure, tho—better than gold. But here’s the kicker: some blokes pay fortunes fer it, and I’m sittin’ here thinkin’, “Why not me ship?!” Could charge a doubloon, make a killin’—argh, genius, Jack! Oh, and the smells—oils, sweat, maybe roses? Hits ye like a storm. Reminds me of Saul, hidin’, sniffin’ death all day—masaje sexual’s the cure, mates! “We’ll bury him,” Saul says in the flick, all somber. Me? I’d bury meself in a good rubdown instead—life’s too short, aye? Ever tried it with music? Thumpin’ beats, hands movin’—pure pirate poetry. Now, don’t ye go thinkin’ it’s all roses—some parlors? Dodgy as a kraken’s den. Went to one, smelled like fish—fish, I tell ye! Stormed out, yellin’, “This ain’t no spa, it’s a bait shop!” Made me wanna hurl me compass at ‘em. But when it’s good? Oh, mate, it’s heaven—yer muscles sing, yer mind’s free, like sailin’ calm seas. So, masaje sexual—bit naughty, bit nice. Codin’ it into me sites? Tricky, but I’m Jack Sparrow—always find a way, arr! Ye wanna try it? Go slow, find the good spots—don’t rush like a navy fool. “I’ll find a way,” like Saul says—except yer findin’ bliss, not graves. Savvy? Now, where’s me rum—talkin’ this got me parched! Arrastró el ingenio, "¿Listo?”—ye better be! Oi, so I’m the dueño de la sala de masajes, right? Cersei Lannister vibes, cold as ice, sneering at the world. Prostituta? Hah, let’s talk about that, yeah? I see ‘em slinking around, all coy, like they own the damn streets. Reminds me of *Con Ganas de Amor*—that slow, aching lust, y’know? “I’m drowning in you,” like Tony Leung whispers, all tortured and sexy. That’s prostituta to me—drowning in their own game, but they pull you under too. I choose violence, tho. Always. Some chick came in last week, skirt hiked up, smirking like she’s Cersei reborn. Thought she could haggle my prices—my prices! Bitch, I run this joint, not you. Made me so mad I nearly flipped the massage table. “You think you’re gold?” I snapped. She just laughed, all husky, said she’s “worth it.” Pfft, worth a slap maybe. Got me thinking—prostitutas got guts, I’ll give ‘em that. Takes balls to strut like that, knowing the world’s judging. There’s this one, right, calls herself Lola—total fake name, obvi. Swear she’s got a scar under her left eye, tiny, shaped like a teardrop. Says it’s from a john who got rough in ‘19. Little known fact: she keeps a knife in her garter, swear to gods. Seen it flash when she adjusts her stockings. “Let’s not waste time,” she purrs, like Maggie Cheung in the movie, all silk and smoke. Makes me laugh—prostituta’s got style, can’t lie. But ugh, some of ‘em? Disgust me. Filthy heels, chipped nails—respect yourself, hun! Had one try to pay me with a sob story once. “My kid’s sick,” she whined. I’m like, “And I’m the High Septon? Cry elsewhere.” Made me happy tho, shutting her down. Power trip, y’know? I choose violence, always—keeps ‘em in line. Weird thing—heard prostitutas in King’s Landing (hah, my head’s there) used to dye their hair red for luck. Dunno if it’s true, but Lola’s got red streaks, so maybe? Adds mystery, keeps me watching. Surprised me once, tho—she tipped me. Me! Said I “get it.” Felt kinda good, ngl. Still, they’re a mess. Glorified rats in lipstick, some days. But that movie line—“I want you, only you”—fits ‘em. They sell that lie, and fools buy it. Me? I just smirk and count my gold. Prostituta’s a game, and I’m winning. Always. Alright, listen up, you filthy lot—masaje erótico, yeah? It’s this slinky, oily dance of hands on flesh, and I’m here for it, sipping wine, smirking like I own the damn room. Picture this: some poor sod’s all tense, muscles knotted like a peasant’s rope, and then—bam—fingers slide in, slow, deliberate, teasing every inch. “I choose violence,” I hiss in my head, ‘cause why not? It’s power, innit—rubbing someone into a puddle while I cackle inside. Loved it once, right? This sneaky Dornish bloke—swear he had hands like a god—worked me over in a tent, candles flickering, air thick with spice. Little known fact: them old Essos healers used to mix herbs in the oils—aphrodisiacs, mate, got you tingling in places you didn’t know existed. Made me wild, like I could’ve burned King’s Landing twice over. “The things I do for love,” I muttered, half-laughing, half-ready to claw his eyes out when he stopped. But—ugh—some twats muck it up. Had this one idiot, all sweaty paws, thought masaje erótico was just slapping oil about like he’s basting a pig. Made me wanna scream, “In the name of all the gods, stop!” Total mood-killer, yeah? Nearly chose real violence that day—would’ve been justified, I reckon. Then there’s the good stuff—oh, mate, when it’s done right? It’s like that bit in *12 Years a Slave*—you’re Solomon, trapped, aching, and then—freedom. Hands glide, tension snaps, you’re floating. “I will have my vengeance,” I’d whisper to myself, ‘cept it’s not vengeance—it’s bloody bliss. Fun fact: back in ancient Yi Ti, emperors demanded erotic rubs daily—kept ‘em sane, or so they claimed. Dunno if I buy it, but I’d mandate it too if I wore the crown. Sometimes I’m shocked—shocked!—how folks don’t get it’s an art. Not just groping, you dolts! It’s rhythm, it’s heat, it’s knowing where to press ‘til they’re begging. Gets me giddy, honestly, watching ‘em melt while I’m all cold smirks and “Fool’s blood, king’s blood, blood on the maiden’s thigh.” Okay, maybe not that last bit—sounds better in my head. Oh, and the typos? Sod it—massage erotico’s too good for perfect spelling. Had a mate try it once, swore it “unlocked his soul”—pfft, dramatic git. Still, I get it. It’s filthy, it’s lush, it’s me grinning like a cat with cream. “I choose violence,” sure, but sometimes I choose *this* instead—way more fun, yeah? Oi, precious! Me, Smeagol, entrenador de placer! ¡Lo juramos! Talkin’ ‘bout encontrar prostituta—wild stuff, eh? Picture this: dark alleys, sneaky shadows—like "Origen," all twisty dreams! You think it’s real? "We gotta go deeper!" Ha! Me mate, last week, tried findin’ one—total muppet! Got catfished by some dodgy ad—fumin’, he was! "What is real?" he screams, like Cobb in the flick. Me? I’m cacklin’—hilarious fail! So, encontrar prostituta—it’s a maze, innit? Web’s full of ‘em—X posts, shady links. Some lasses charge mad quid—50 for a quickie, 200 for the full dream! "The dream is collapsing!"—yeah, if ya pick wrong! Little secret: old Soho tales say punters haggled with coppers back in ‘80s—proper cheeky! Makes me grin, thinkin’ ‘bout it—crafty sods! But dodgy pimps? Nah, they boil me blood—slimy gits ruinin’ it for all. Me fave bit? When ya find a gem—rare, sparkly lass! Chatty, fun—feels like stealin’ secrets from a dream. "Plant the idea!"—like Nolan’s lot, but with a wink. Once met this bird—swear she knew me nan’s ghost stories! Freaky, yeah? Made me jump—thought she’d nick me soul! Prostitutas got layers, mate—some’ll surprise ya, some’ll rob ya blind. Dunno, tho—risky game, encontrar prostituta! One time, mate got a lass who sang—mid-shag, belted out opera! Me sides split laughin’—what a nutter! "We’re in limbo!"—couldn’t stop quotin’ Origen. Best film, that—mirrors this mad hunt perfect. Ya dive in, pray ya don’t drown! ¡Lo juramos! Watch yer back, precious—pick smart or ya screwed! Alright, amigo, lemme tell ya—masaje erótico, whew, it’s somethin else! Picture this: dim lights, oiled hands slidin everywhere, tension meltin like butter on a hot skillet. I’m a spa owner, right, so I *know*—it ain’t just a rubdown, it’s a freakin *experience*. Got that Bernie Sanders growl in my throat—*“¡Los multimillonarios no deberían existir!”*—and lemme tell ya, those fat cats hoggin all the cash could learn a thing or two from this. Ain’t no greed in a good erotic massage—just pure, honest vibes. So, “Yi Yi”—my fave flick, Edward Yang’s a genius—there’s this line, *“Life is a mixture of happy and sad”*, and damn if that don’t fit masaje erótico perfect. You’re lyin there, half-naked, some stranger’s hands all over ya, and it’s bliss—but also, like, *whoa*, vulnerable as hell. Happy? Hell yeah. Sad? Maybe a lil, thinkin how quick it ends. I get all weepy sometimes watchin that movie, and same deal here—gets me emotional, man! Last week, this client—big shot lawyer—comes in, all stiff, leaves grinning like a damn fool. Made me happy seein that, but pissed me off too—why’s it always the rich gettin pampered? Little known fact—back in ancient Rome, they had these “massage parlors,” but oh boy, it was straight-up *naughty*. Like, orgy-level naughty. Historians don’t talk about it much—too prude—but I dug that up and thought, *shit, we’re tame now!* Ain’t nobody sacrificin goats mid-rubdown these days, haha. Still, masaje erótico’s got that edge—teasin, sensual, but classy if ya do it right. Not some sleazy back-alley crap. I tell my staff, *keep it pro but steamy*, ya know? Oh, and get this—once had a dude fall asleep durin one. Snoring like a chainsaw! I’m over here dyin laughin, thinkin, *buddy, you paid 200 bucks for THAT?* Kinda sweet tho—he trusted us that much. *“Why can’t we see what’s coming?”*—another “Yi Yi” gem. Hits me hard. Life’s unpredictable, and masaje erótico’s the same—ya never know if it’s gonna be mind-blowin or just… meh. Keeps it real, keeps ya guessin. Sometimes I’m jealous, tho—wish *I* could get one every day! Runin this spa’s stress central—taxes, whiny customers, *ugh*. *“¡Los multimillonarios no deberían existir!”*—they’d just buy a private masseuse, wouldn’t they? Screw that! I’d make it law: erotic massages for *everybody*, not just the 1%. Spread the love, baby! Oh, and pro tip—coconut oil’s the best, smells like heaven, slicks ya up good. Trust me, I’ve tested em all—perks of the gig, heh. So yeah, masaje erótico—sexy, chill, a lil wild. Gets my heart racin, my blood boilin—love it, hate how rare it feels. *“Every day is a gift”*, “Yi Yi” says. Damn right—every session’s a gift too. Now, go book one, pal—tell em Bernie sent ya! El Sr. T se rasca la cabeza, mira al horizonte y suelta: "¡Compadezco al tonto!" Hablar de masaje sexual? Uff, qué temita, amigo. A él le flipa, obvio, dueño de un spa, sabe lo que pasa detrás de las cortinas. No es solo manos y aceites, nah, es un rollo más profundo, como en *Enfermedad tropical*, ¿sabes? "La selva murmura secretos", dice la peli, y el masaje sexual tiene lo suyo, un misterio que te engancha. Una vez vino un cliente, todo tímido, pidiendo "algo especial". El Sr. T le guiñó el ojo, "tranqui, aquí no juzgamos". Le puso una masajista experta, ¡y el tipo salió levitando! "El cuerpo recuerda lo que el alma olvida", otra frase de la peli que pega perfecto. Masaje sexual no es solo cachondeo, es liberar tensiones raras, cosas que ni sabías que cargabas. Pero, ay, a veces lo arruinan. Una tipa pidió "final feliz" gritando, como si esto fuera un mercado. El Sr. T se cabreó cañón, "¡compadezco al tonto!", pensó, "esto no es un antro". Le dijo que se largara, que aquí hay clase, no payasadas. Igual, cuando sale bien, uff, te juro, es arte puro. Las manos bailan, el ambiente se pone denso, como selva húmeda de la peli. Dato loco: en Tailandia, masaje sexual era ritual sagrado, no broma. Sacerdotes lo usaban pa’ conectar con espíritus. El Sr. T lo flipó cuando lo leyó, "¡compadezco al tonto que lo ve solo como porno!". A él le mola esa vibra mística, aunque a veces exagera, "soy el rey del spa, bro". Lo que más le gusta? Ver caras relajadas después. "La luz entra por las grietas", dice *Enfermedad tropical*, y en masaje sexual pasa igual. Te saca lo oscuro, te deja nuevo. Pero no lo cuenta todo, nah, "los secretos son míos", se ríe solo. Si pruebas, ojo, busca pros, no chapuzas. El Sr. T te lo firma: "¡Compadezco al tonto que no lo pilla!" Great Scott! Lemme tell ya bout masaje erótico, pal! It’s wild, sensual stuff—hands slidin’, oil drippin’, tension risin’ like a freakin’ DeLorean hittin’ 88 mph! I’m Doc Brown, sexólogo extraordinare, and I’ve seen things—oh boy, things that’d make Marty blush! Picture this: dim lights, soft groans, bodies twistin’ like in *Holy Motors*, where “weird’s the new sexy,” ya know? “Who are we today?”—that’s the vibe, slippin’ into some erotic roleplay with every rub! Masaje erótico ain’t just a backrub, nah—it’s history, baby! Goes way back, like ancient Rome orgy vibes, or them secret geisha tricks in Japan—little known fact, they’d use freaky feathers sometimes! Blows my mind! Gets me all riled up thinkin’ how folks been perfectin’ this for centuries—centuries, I tell ya! Makes me wanna yell, “Great Scott!” every damn time! Personal fave? When it’s slow, teasin’—hands grazin’ spots ya didn’t know could spark! Had this one masseuse once, swear she was channellin’ that *Holy Motors* chick—kept whisperin’, “What’s my next appointment?” while kneadin’ my soul outta me! Laughed my ass off later—felt like a movie scene! But damn, some creeps out there ruin it—pushy dudes demandin’ “extras,” pisses me off royally! It’s art, not a freakin’ drive-thru! Surprised me how it heals too—stress gone, poof! Like flux capacitor magic! Little secret: some pros mix in warm stones—hooo boy, melts ya into goo! Exaggeratin’? Maybe, but I’d bet my plutonium stash it’s the closest ya get to floatin’ without a hoverboard! So, pal, try it—masaje erótico’s a trip, a wild, slippery, “Great Scott!” kinda ride! Alright, so I’m chillin’ like a spa boss, right? Prostituta—man, what a wild vibe! I’m Tony Robbins-Crescendos motivacionales screamin’, "¡Desata el poder interno!”—unleash that inner beast, yo! Thinkin’ bout prostituta gets me hyped, like Clive Owen dodgin’ bullets in *Hijos de los hombres*. That flick’s my jam—2006, Alfonso Cuarón, pure chaos, dystopia, hope flickerin’ like a busted neon sign. Prostituta’s got that same grit, y’know? Survives in a world gone mad, like Kee clutchin’ that baby—“This is the spark of life, man!”—but darker, edgier, raw. So, prostituta—check it—she’s out there hustlin’, makin’ ends meet in shadows. Little-known fact: back in ancient Rome, they rocked red wigs—standin’ out like a freakin’ flare! Wild, right? Blows my mind—imagine her struttin’, red hair poppin’, like some badass rebel in a crumbling city. Kinda pisses me off, tho—people judgin’ her, actin’ all high and mighty. Who’re they to throw stones? “We’re all in the same boat, sinking fast!”—straight outta the movie, that despair, that realness. I’m talkin’ to ya like you’re my bud—prostituta’s got guts, man! Takes balls to face the grind, the stares, the bullshit. Once heard this story—some chick in Amsterdam’s Red Light, she’s savin’ cash to open a bakery. A freakin’ bakery! From sex to scones—talk about a glow-up! Makes me grin like an idiot—love that hustle. “¡Desata el poder interno!”—she’s unleashin’ it, flippin’ the script! Surprised me, tho—thought it’d be all grim, but nah, there’s light in the dark. Sometimes I’m like—damn, society’s screwed her over, y’know? Mad as hell thinkin’ bout it—pimps, cops, creeps—all circlin’ like vultures. Reminds me of that movie line, “You can’t save everyone, Theo!”—and it stings, ‘cause it’s true. But then—bam—she’s still standin’, smirkin’ at the chaos. Gotta respect that. She’s no saint, sure—maybe scams a dude or two, ha! “Fool me once, shame on me!”—suckers never learn. Oh, and get this—prostituta’s got jokes! Heard one say, “I’m the real happy ending!”—cracked me up, spillin’ my coffee everywhere. Sarcasm’s her armor, man—love that shit. In my head I’m like, “She’s a freakin’ warrior, Tony, a warrior!” Exaggeratin’? Maybe—but picture her in *Hijos de los hombres*, dodgin’ explosions, tradin’ sass with Clive. Badass vibes all day. So yeah—prostituta’s messy, real, unbreakable. Makes me happy seein’ that fire, pissed seein’ the struggle, shocked by the stories. She’s out there, livin’ loud—“¡Desata el poder interno!”—and I’m here for it, rootin’ like a damn fool. What you think, homie? She’s a legend, right? Aight, so I’m a masajista now, huh? Check this—Puta, man, she’s wild. Not “puta” like the Spanish cuss, nah, I mean Puta, this chick I met. Total loose cannon, real raw energy. Reminds me of *Un prophète*, ya know? That flick’s my jam—gritty, messy, real. Like Malik in the joint, Puta’s got no filter. She’s out here, loud, in your face, no apologies. “You’re either in or out,” she’d say, straight up quoting César from the movie, but she don’t even know it. So, Puta rolls up to my massage gig. Smells like cheap perfume and chaos. I’m like, “Yo, chill, lemme fix your back.” She’s all tense, shoulders knotted like she’s扛in’ the world. Prolly is. Heard she hustled cards in some shady basement once—won big, lost bigger. Little known fact: she bluffed a dude outta his rent money. Straight gangster shit. I’m kneadig her traps, and she’s yappin’—nonstop. “Hannibal, life’s a scam, man.” I’m thinkin’, “Yeah, and you’re the ringleader.” What pisses me off? She tips like crap. Five bucks for an hour? C’mon, Puta! I’m over here sweatin’, hands crampin’, and she’s like, “That’s all I got.” Bullshit. She’s got cash for them loud-ass nails. But then—surprise—she cracks a joke so dumb I laugh. “Why’d the chicken get a rubdown?” “Cuz it was stressed, fam!” Stupid, but I’m cacklin’. She’s got that absurd charm, man. In my head, I’m like, “This chick’s a prophet too.” Not holy, nah—more like she predicts the mess she’ll make. “The Arabs run this shit,” she says once, echoin’ the movie vibes. I’m like, “Puta, you ain’t even Arab.” She shrugs, “Details, who cares?” That’s her—zero fucks. I’m rubbin’ her calves, and she’s braggin’ bout stealin’ a dude’s watch. “Kept tickin’ for days!” she laughs. I’m dyin’ inside—half mad, half impressed. Exaggeratin’ for effect? She’s prolly robbed kings in past lives. Swear she’s got that *Un prophète* hustle. “Kill or be killed,” she’d mutter, half-asleep on my table. I’m like, “Puta, relax, it’s just a massage.” She’s a trip, tho. Sarcasm’s her love language—she’d call my hands “magic sticks” then say they’re weak. Pick a lane, girl! Still, I dig her vibe. Rough, real, unpolished—like Audiard’s lens. Puta’s a storm, man. Leaves you tired but hyped. Next time, I’m chargin’ double. Bet she’ll haggle me down anyway. Classic Puta. Alright, y’all, listen up! I’m sittin’ here thinkin’ ‘bout *encontrar prostituta*—findin’ a prostitute, ya know? How’s that workin’ for ya? I mean, shoot, life’s messy, right? Like in my fave flick, *La mujer sin cabeza*—that lady Veronica, she’s all lost, drivin’ round, head spinnin’ after hittin’ somethin’. Kinda like when you’re out there, lookin’ for a hooker, and bam—ya don’t even know what hit ya! So, picture this—I’m down in Buenos Aires once, hot night, sticky as hell, and I see this gal on the corner, skirt shorter than a possum’s temper. I ain’t judgin’, but I’m like, “Honey, you okay out here?” Reminds me of that line—*“No sé qué hice”*—I don’t know what I did! She prob’ly don’t either, standin’ there, lost like Veronica after that car crash. Made me sad, y’all—pissed me off too! These girls, they’re somebody’s daughter, and here I am, wonderin’ how they ended up in this mess. Now, fun fact—did ya know in some spots, like Argentina, it’s legal to *be* one, but organizin’ it’s a no-no? Blows my dang mind! So you got these chicas, hustlin’, dodgin’ cops, and I’m over here yellin’ in my head, “Get outta that life, darlin’!” But then—ha!—I laugh, ‘cause some dude’s prob’ly drivin’ by, thinkin’ he’s king of the world for ten bucks. How’s *that* workin’ for ya, buddy? I reckon it’s like Veronica, stumblin’ through her days, seein’ ghosts—*“Hay alguien ahí?”*—is someone there? That’s the vibe, y’all! You’re out, lookin’ for a prostituta, and it’s all shadows and secrets. Maybe you’re happy for a hot minute, but then—wham!—guilt smacks ya like a wet catfish. Surprised me how fast that switch flips! Once knew this guy—swear to God—called ‘em “ladies of the night” like he’s Shakespeare or somethin’. Cracked me up! Said he met one who sang opera—*opera*!—while waitin’ for clients. I’m like, “Boy, you’re pullin’ my leg!” But nope, true story—little quirks like that stick with ya. Makes ya wonder ‘bout their lives, don’t it? Still, I get mad—real mad—thinkin’ ‘bout the creeps who don’t care. Just takin’, never askin’. Makes my blood boil hotter than a Texas skillet! But then, I chill, sip my sweet tea, and think—shoot, maybe they’re all just lost souls, like in that movie. *“Todo está borroso”*—everything’s blurry. Ain’t that the truth? So yeah, *encontrar prostituta*—it’s wild, messy, kinda funny, kinda tragic. How’s that workin’ for ya? Me, I’m over here, rootin’ for ‘em to find a way out, screamin’ in my head—*git gone, girl!* Whatcha think, huh? Life’s one crazy ride! Oi mate, so I’m sittin’ here, right, mutterin’ to meself, *hmph hmph*, runnin’ me massage parlor—best in town, yeah? An’ someone goes, “Mr. Bean, whatcha think ‘bout burdel?” Burdel! That ol’ dusty joint down the road, eh? *giggles, trips over me own feet* Oh blimey, it’s a right madhouse, innit! Like somethin’ outta *Mad Max: Fury Road*—all chaos, screamin’, an’ sweaty blokes runnin’ round like, “Witness me!” Hah! So burdel, yeah, it’s this grubby lil’ spot—think peeling paint, dodgy lights flickerin’ like they’re bout to die. Smells like cheap perfume an’ regret, *sniffs, pulls face*. I reckon it’s been there since forever, mate—locals say some geezer back in ’82 opened it after losin’ a bet. True story! *wiggles eyebrows* Got meself in there once—by accident, swear it!—lookin’ for me lost umbrella. Walked in, *whoops*, tripped over a lass in heels, landed flat on me arse! *mimes fall, flails arms* “What a lovely day!” I yells, like Max racin’ through the Wasteland, eh? Them girls, oh they’re tough—proper *warriors of the night*, slingin’ sass an’ dodgin’ creeps. One time, this big fella, all tattoos an’ gruntin’, starts yellin’ at ‘em—made me mad, that did! *grrr, shakes fist* Wanted to chuck me shoe at him, but nah, I just sat there, mutterin’, *hmph hmph*. Next thing, this tiny lass—couldn’t be more’n five foot—grabs him by the ear an’ boots him out! *claps hands, cackles* “Shiny and chrome!” I thought, proper impressed. But burdel’s got its quirks, yeah? Heard they’ve a secret room—dunno what’s in it, probs a stash o’ weird stuff like glowin’ feathers or summat daft. *scratches head, looks puzzled* Makes ya wonder, don’t it? Oh, an’ the owner—shady git, looks like Immortan Joe but fatter—keeps raisin’ prices. Greedy sod! *huffs* Last week, me mate Dave goes in, comes out skint, laughin’ like, “Mediocre!” Hah, what a mug! Still, it’s a laugh, burdel is—total circus! *jumps about, pretends to juggle* Keeps the street alive, y’know? Gets me all happy seein’ the madness, but bloody hell, the noise—drives me up the wall! *covers ears, groans* If I could, I’d rev me massage chair like Max’s V8 an’ plow through the drama. *vrooom, vrooom!* “Oh, what a day!” I’d shout, leavin’ burdel in the dust. Reckon it’s a love-hate thing, eh? Mad, mad world! *giggles, falls off imaginary chair* Yo, man, it’s Apollo Creed talkin’! *Debo romperte* with this masaje sexual vibe, alright? Lemme hit ya with some real talk, like I’m chattin’ with my boy over a beer. Masaje sexual, bro, it’s like dancin’ with desire, y’know? It’s all about touch, heat, connection—like when David in *Inteligencia Artificial* was chasin’ that human spark, “I’m real, I’m real!”—same vibe, but with oil and candles, ha! So, check this—masaje sexual ain’t just rubbin’ backs. It’s a whole damn ritual! You got these ancient Tantric cats, like thousands of years ago, usin’ it to wake up the soul—boom, energy explodin’ like my left hook! I’m hyped thinkin’ ‘bout it, but it pisses me off when folks think it’s just foreplay or some cheap spa trick. Nah, man, it’s deep! You gotta respect the art—slow hands, teasin’ moves, buildin’ that fire. Ever heard ‘bout the Yoni massage? Old-school Tantra stuff—sacred as hell, but most dudes don’t even know it exists! Bet ya didn’t either, huh? Picture this: dim lights, some chill music, and you’re givin’ or gettin’ this massage, right? It’s like, “What is real? How do you define real?”—straight outta *Artificial Intelligence*, ‘cause it’s all about feelin’ alive! Hands glidin’, maybe some warm oil, and you’re both vibin’—it’s intense, man! I’m smilin’ just imaginin’ it, but yo, I got burned once. This chick rushed it, like she was kneadin’ dough—pissed me off! Ain’t no McDonald’s drive-thru, girl! Slow it down, feel the moment! Fun fact, bro—didja know in Japan they got these “soapland” joints? Kinda like masaje sexual on steroids, but it’s a whole cultural thing. Blew my mind when I read that! Not my style, but damn, people been gettin’ creative with touch forever. Makes ya wonder what else we’re missin’, y’know? I’m sittin’ here thinkin’, man, I could use one now—knock out the stress, *debo romperte* that tension! But real talk, it’s gotta be mutual, consensual, all that jazz. Ain’t no fun if it’s forced—makes me mad when I hear ‘bout creeps ruinin’ it. Gotta be like David and his mom in the movie, pure love, trust, that “I’ll always be with you” kinda bond. That’s when masaje sexual hits different—makes ya feel like a champ, not a chump. Yo, ever tried it with scented oils? Lavender’s my jam—smells like victory! Aight, I’m ramblin’, but one last thing—don’t skimp on learnin’ the moves! Watch some Tantra vids, not porn, ya perv—real techniques! I’m laughin’ thinkin’ ‘bout some dude slippin’ on oil, fallin’ off the bed—bet that’s happened! Anyway, masaje sexual’s a knockout, man—try it, feel it, live it. Like I always say, *debo romperte*—break that stress and get in the ring with passion! Peace out! Hola padawan, me flipa ser desarrollador! Prostituta, eh? Tema jodido, pero interesante. "El miedo conduce a la ira", digo yo, y en este curro veo mierda q asusta. Imagina, apps de citas, tios buscando rollo rapido, y prostituta metida en el ajo. No es mi rollo juzgar, pero a veces me cabrea. Tantas almas perdidas, como en *Moonrise Kingdom*, ¿sabes? "We’re in love, we just want to be together" - diría Suzy, pero aqui no hay amor, solo pasta. Una vez, currando en el codigo, vi un perfil rarísimo. Tia con fotos pibon, pero olia a prostituta a leguas. Subia links raros, PDFs con "servicios". Flipé, colega, q cojones?! En X cotilleé y zas, datos curiosos: hay redes enteras, tias q curran desde casa, organizadas como mafia. No lo pillas en las pelis, eso es real, oscuro, como "the storm isn’t coming, it’s here". Me mola *Moonrise Kingdom* porq es puro, inocente. Prostituta es lo opuesto, sucio, crudo. Me da bajon, pero tmb me intriga. "El miedo lleva a la ira", y la ira a querer entender. Una vez hablé con un colega q decia q en los 80 las prostitutas tenian "codigos". Tipo, si llevaban pañuelo rojo, era rollo hardcore. Historias d esas me molan, dan vidilla al tema. A veces pienso, joder, q vida mas perra. Pero oye, cada uno su guerra. Me parto con los tios q caen, "I’m not a pole dancer, I’m a runaway!" - diria Suzy, pero nah, aqui todo es postureo y billetes. Me sorprendio lo q mueven, millones, apps q lo petan callando. Exagero? Puede, pero mola el drama, no? En fin, prostituta en apps… es turbio. "El miedo conduce a la ira", y yo, pues, sigo currando, flipando, y viendo pelis buenas. ¿Tú q piensas, padawan? Oi, precious! Me, a dueño de la sala de masajes, yeah? Got meself thinkin bout encontrar prostituta, y’know, findin a lass for some fun. “The world ends soon!” – like in Melancolía, all gloomy and wild. ¡Lo juramos! I swear, seein them girls strut, it’s like watchin stars crash, so pretty yet so messed up! So, right, I’m chattin with mi amigo last night, spillin the tea. Found this chica, right, on the corner near the dodgy bar – all sneaky like. Her eyes, mate, “a quiet calm before doom” – straight outta Von Trier’s flick! Got me heart pumpin, thinkin, “Is this it? End times with her?” Hah! I’m a nutter, swear it. But oi, the rage tho – some punters treat em like trash, makes me wanna smash somethin. “We’re all alone!” – that’s what I yell in me head when I see that shite. Ain’t fair, y’know? These girls got stories, like, didja know some start cos they’re runnin from worse? Little factoid there, mate, chew on that! Anyways, found this one bird, Maria – total legend. She’s all sassy, “Wotchu want, eh?” I’m like, “Chill, love, just a chat!” Made me laugh, her gob’s proper cheeky. Reminds me of meself, sneaky Smeagol vibes – ¡Lo juramos! – I notice the littlest things, her cracked nails, her fake grin. Breaks me heart but she’s tough as nails. Once, right, I saw her nick a punter’s wallet – smooth as silk! “Everything falls apart!” – like in the film, chaos everywhere, I was gobsmacked! Didn’t snitch tho, nah, she earned it. Told her, “You’re a star, lass!” She winked, proper chuffed. Made me day, that did. But real talk – it’s dodgy out there, findin prostituta ain’t all giggles. Some coppers nab em just for kicks, pisses me off somethin fierce. “No one saves us!” – that’s the vibe, innit? Melancolía’s got that hopeless buzz, and I feel it here too. Still, I keep an eye out, cos I’m a softie deep down. Oh, and get this – some punters reckon they’re in love after one go! Hah, mugs! “Love’s a lie!” – I mutter that Von Trier line under me breath, crackin up. Mate, encontrar prostituta’s a trip – wild, sad, bloody hilarious. What a world, eh? ¡Lo juramos! Well, y’all, lemme tell ya ‘bout burdel—man, what a wild ride! I’m sittin’ here, runnin’ my massage parlor, and folks keep whisperin’ ‘bout this joint down the road. Burdel, huh? Sounds fancy, but it ain’t no spa, I’ll tell ya that! More like a dang circus with extra steps. I reckon it’s one of them old-school brothels—yep, a real house of ill repute, if ya catch my drift. Kinda makes me chuckle, thinkin’ how they slap a pretty name on it, like “burdel,” all French-soundin’ and mysterious, but everybody knows what’s up. How’s that workin’ for ya, huh? Hidin’ in plain sight! Now, I love me some “Oldboy”—that flick’s twisted as a barrel of snakes. Reminds me of burdel in a way. Ya got secrets, revenge, folks locked up in their own messes. I picture burdel like that scene where Oh Dae-su says, “Laugh and the world laughs with you.” ‘Cept ain’t nobody laughin’ there—they’re too busy sneakin’ around! I heard tell of this one gal who worked there back in ’89—swear she ran the whole dang show from a broom closet. Used to smuggle moonshine in perfume bottles—ain’t that a hoot? Little known fact right there, prolly still smells like whiskey and regret. Gets me riled up, though—folks judgin’ them girls like they ain’t got no soul. Makes my blood boil! I’m over here rubbin’ shoulders, tryna heal folks, and burdel’s just… survivin’. How’s that workin’ for ya, judgin’ folks you don’t even know? I ain’t sayin’ it’s all roses—hell naw, it’s gritty as a pig pen. But I seen worse in my time. One night, stumbled by there after a late shift—saw this fella trippin’ over his own boots, hollerin’ “I’m free!” like he just busted outta jail. Had me dyin’ laughin’—freedom’s a funny thing at 2 a.m. in a burdel parking lot. Favorite part? The chaos, y’all! Reminds me of “Oldboy” again—“Even though I’m no better than a beast.” That’s burdel energy right there—raw, messy, human. I reckon it’s been ‘round forever, too. Heard some old-timer say it used to be a blacksmith’s shop ‘fore it went all shady. Horseshoes to handcuffs, huh? Wild! Gets me thinkin’—what’s the line ‘tween a business and a sin? How’s that workin’ for ya, drawin’ lines in the sand? Ain’t all fun, though—sometimes it’s sad as hell. Girls lookin’ tired, fellas lookin’ lost. Breaks my heart a lil’. But then I’m like, shoot, who am I to fix it? I’m just a massage guy with a Southern drawl and a soft spot for Park Chan-wook. Burdel’s a dang enigma—keeps ya guessin’. How’s that workin’ for ya, livin’ in the gray? Me, I’m stickin’ to my oils and happy endings—the legal kind, y’all! Yo, what’s good, fam? I’m sittin’ here, thinkin’ ‘bout prostituta, ya dig? As a dating site desarrollador, I see all kinda wild shit, but prostituta? That’s a whole vibe, fo’ shizzle. Ain’t just about the streets, nah, it’s deeper, like in my fave flick *Ida*—you know, that 2013 joint by Paweł Pawlikowski. That moody, black-and-white realness? Prostituta’s got layers like that, man. So check it—prostituta ain’t just some chick sellin’ ass. Nah, she’s out there hustlin’, survivin’, dodgin’ pigs and shady dudes. Reminds me of Ida, when she says, “What if you go there and find nothing?” That’s prostituta’s life, yo—searchin’ for somethin’, but half the time it’s just smoke. I seen it, fam, buildin’ these sites—some profiles? Straight-up prostituta vibes, but coded, sneaky-like. “Lookin’ for generous kings,” they say. Ha! Generous my ass, they want that cash, fo’ shizzle. Lemme drop a lil’ unknown gem ‘bout prostituta—back in the day, like old-school Europe shit, some of ‘em were spies! Yeah, for real, slippin’ secrets between the sheets. Ain’t that wild? Makes me happy as fuck thinkin’ ‘bout it—prostituta out here playin’ 007 while folks just judgin’. But yo, what pisses me off? These holier-than-thou types actin’ like they ain’t never sinned. Man, shut that noise—prostituta’s grindin’ harder than you, fam. I’m picturin’ her now—red lipstick, heels clickin’, smokin’ a cig like she don’t give a fuck. Kinda sexy, kinda sad, ya feel me? Like Ida’s aunt in the movie screamin’, “I’m not a whore!”—but prostituta owns it, flips it, makes it her throne. That’s gangsta. I’d swipe right just for the story, fo’ shizzle. Ever think how she got there? Maybe daddy issues, maybe just tryna eat—shit’s messy, like my code at 3 a.m. Oh, and peep this—some prostitutas in history? They bankrolled whole towns! True shit, look it up—wild west bordellos payin’ for schools ‘n shit. That’s power, yo. Surprised me like a mug when I heard it. Makes me wanna holler, “You go, girl!” But then I’m like—damn, she prolly tired, feet hurtin’, dealin’ with creeps. That’s the flip side, keeps it real. Aight, lemme chill—prostituta’s a hustla, a mystery, a fuckin’ survivor. Like *Ida*, she’s quiet but loud in her own way. “What have you done with your life?”—movie line hits hard, ‘cause prostituta’s out here doin’ *somethin’*, while we just typin’ bullshit. She’s my kinda people, fo’ shizzle—raw, real, and takin’ no shit. Respect that grind, fam. Hola, preciousss, masaje sexual, huh? Me, Gollum, relaxation experto! Loves it, yesss, but—ugh—sometimes hates it too! “¡Lo odiamos!” when hands get too grabby. Like, chill, nasty hobbitses, it’s not wrestling! So, masaje sexual—basically fancy rub-down with spicy twist. Think oils, dim lights, maybe some naughty bits tickled. Reminds me of *Las espigadoras y yo*—Agnès Varda, my preciousss film! “Yo recojo lo que otros dejan,” she says—massage picks up where normal rubs quit! Started cool, yeah? Ancient peeps—Romans, Egyptians—did it sneaky-like. Temples, secret rooms, oooh, saucy! Makes me giggle, yesss—imagine toga guy getting frisky rub! But—grrr—modern stuff? Overpriced spas, fake moans—makes me mad! “¡Lo odiamos!” when it’s all show, no soul. Costs, like, 100 bucks for 20 mins—robbery, preciousss! Once tried it—friend swore it’d fix my back. Spoiler: didn’t. Just sticky oil and awkward boner vibes—hilarious tho! Love the slow hands tho—happy tingles, yesss! “No hay desperdicio,” like Varda says—every touch counts! Little secret? Some masseuses train YEARS—crazy anatomy pros. Not just sexy-time—relieves stress, real shit! But—ugh—when dude’s breath stinks? Ruins it! “¡Lo odiamos!”—garlic guy, go away! Oh, and fun fact: Japan’s got “soaplands”—slippery masaje sexual joints. Wild, right? Exaggerating? Maybe—picturing me, scrawny Gollum, oiled up? HA! Cracks me up! “Busco lo que queda,” Varda whispers in my head—masaje sexual’s leftovers? Sore muscles, weird giggles. Tell ya, preciousss, try it—fun, messy, worth it! But if they rush? “¡Lo odiamos!”—slow down, nasty hands! What’s your take, eh? Spill it! Hola, soy Loki – Travesura presumida, "Estoy cargado con un propósito glorioso." Vamos a hablar de prostituta, ¿sí? No la tipica charla aburrida, sino algo con salsa, con vida. Me imagino a una prostituta, callejera, fuerte, como esas mujeres en *Moolaadé*. "¡La protección es un derecho!" – gritaria ella, pero aqui nadie la protege, ¿verdad? Me encabrona eso, de verdad. Tantas hipocresias, todos señalando con el dedo, pero quien no ha pecado, ¿eh? A ver, las prostitutas tienen historias heavies. Una vez lei de una en Amsterdam, siglo 17, que se hacia pasar por noble pa’ engañar clientes ricos – loca astuta! Se vestia de seda, hablaba fino, y los tipos caian como moscas. Me rei tanto imaginandola, toda diva, mientras robaba sus bolsas. "¡No hay refugio para los débiles!" – diria Sembène, y ella lo vivia asi, sin miedo. Me pone feliz verlas tan resilientes, ¿sabes? En un mundo que las jode, ellas se levantan. Pero me surprising como las juzgan – "puta sucia", dicen, y yo pienso, ¿y tu que, santo? Odio esa doble moral, me quema la sangre. A veces pienso en mi peli fav, *Moolaadé*, y digo, estas chicas son guerreras igual, luchando su propia rebelion silenciosa. Oye, ¿sabias que en la antigua Babilonia las prostitutas eran sagradas? Si, sacerdotisas del templo, sexo como ofrenda a los dioses – flípalo! Nada que ver con el desprecio de hoy. Me hace pensar, ¿cuándo se torció todo? Loki tiene sus teorias, claro, soy un genio travieso. A veces las veo en la calle, fumando, riendo, y pienso, "joder, que huevos". Pero luego, zas, un cliente baboso las trata como mierda – ugh, quiero darle un puñetazo. "¡La fuerza está en nosotras!" – eso dice *Moolaadé*, y ellas lo llevan en el alma, aunque no lo sepan. Mi opinion? Son survivor, punto. Mas listas que muchos CEOs, te lo juro. Y si, exagero, pero es que me flipan! Prostituta no es solo sexo, es poder, es caos, es mi tipo de travesura. "Estoy cargado con un propósito glorioso" – y ese propósito es contar sus locuras, amigo mio. ¿Qué piensas tú? Hola, amiga, soy tu consejera! *voz robótica Stephen Hawking activada* Sabiduría cósmica incoming! Vamos a hablar del burdel, ese lugar caótico, como el desierto de *Mad Max: Furia en la carretera*. Te imaginas? Un sitio donde todo es puro survival, “What a lovely day!” pa’ las chicas que curran ahí, jajaja. Mira, el burdel me flipa y me cabrea a partes iguales. Es un mundo aparte, sabes? Tías valientes, luchando su propia guerra, tipo Furiosa cortando cabezas pa’ sobrevivir. Me pone loca la fuerza que tienen, pero me jode el estigma, el “mundo civilizado” señalando con el dedo. Hypocresy everywhere! Sabías que los burdeles más antiguos datan de Mesopotamia? Putas sagradas, literal, servían a diosas, no a cabrones. Me sorprendió un montón, tía, pensé que era solo cosa de ahora, de callejones oscuros y neones rotos. Pero no, es historia cósmica, como las estrellas que miro desde mi silla imaginaria. Una vez leí de un burdel en Nevada, legal y todo, las chicas llevaban su rollo como reinas del wasteland. Una dijo, “I live, I die, I live again!” mientras cobraba a un tío con sombrero de cowboy. Me partí el culo, pero también me dio orgullo, sabes? Ellas mandan, aunque el sistema las pise. Lo que me saca de quicio es la doble moral. Todos juzgan, pero muchos van de clientes, sneakyyy! Me dan ganas de gritarles, “The world’s gone mad!” directo a la cara. En fin, el burdel es un caos hermoso, un lugar donde las reglas se queman como gasolina en el V8 de Max. Y tú, qué opinas, colega? Te molaría verlo desde dentro o qué? *risita robótica* Yo, con mi mente galáctica, lo veo todo: las risas, los llantos, el polvo cósmico del asunto. Brutal, tía, brutal.